Odontología Actual / año 9, núm. 109, Mayo de 201250

Dr. Kelvin I. Afrashtehfar, DDS, FADI

Profesor ADM. Asociación Dental Mexicana . Nominación Fellowship por

la Academia Internacional de Estética Dental – Facial. FADFE. Diplomado

en competencias de Docencia e Investigación por la UNAM.

“La salud es lo primordial, la estética es un lujo; nuestro deber es no comprometer la salud por la estética”

Kelvin Ian Afrashtehfar

Resulta imposible ignorar el impacto que la cos-mética ha provocado en nuestra sociedad y que actualmente continúa transformándola.

Con procedimientos como rinoplastias, implantes de silicón, liposucción y otras prácticas que cada día se están volviendo más comunes, en los que los pacientes buscan conseguir resultados que los hagan verse más jóvenes y agradables para aumentar su autoestima y ser mejor aceptados por la sociedad, en pocas palabras: “la ilusión que vende la estética.”

Al reconocer el valor que se le da a la estética, también sería interesante saber qué ofrecen los odontólogos en sus consultorios referente a este tema para mejorar la carta de presentación del ser: nuestro rostro.

Hoy está en boga la odontología cosmética o esté-tica, donde se aplican los materiales y técnicas más sofisticados hallados en el mercado y desarrollados con la más alta tecnología, encaminados hacia una mejor apariencia desde coronas y puentes libres de metal, así como carillas y blanqueamientos y demás tratamientos. (Lectura recomendada: Freedman G. Facial Rehabilitation - A Team Approach - Dentistry Today - 1997)

Palabras clave: bótox, estética dental facial.

Botox, toxina botulínica

Botox® es la marca comercial de la toxina botu-línica tipo A, la cual es una neurotoxina compleja producida por una bacteria gram positiva anaerobia de la especie Clostridium botulinum, que durante muchos años ha sido la causante de la enfermedad del botulismo, debida a la ingestión de alimentos enlatados contaminados por esta bacteria.

Uso odontológico del botox (toxina botulínica)Una visión macro estética

Figura 1. Algunos de los puntos principales de la anatomía super-ficial de los músculos faciales del tercio inferior.

Figura 2. Componente dento-facial antiestético por tener gran exposición gingival inarmónica en posición dinámica (contracción muscular al sonreír).

Esta toxina bloquea la función neuromuscular al adherirse a terminaciones nerviosas motoras e inhibe la liberación de acetilcolina, provocando que el músculo no pueda responder al impulso nervioso y no se contraiga. En otras palabras, al aplicarse la inyección intramuscular, el resultado es la denervación inducida químicamente provocando

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una parálisis muscular, la cual es temporal.

De ahí su importancia en el uso cosmético, ya que al relajar el músculo previene la contracción que causa arrugas o líneas de expresión en la piel. Ade-más, este tratamiento es preferido por el público al ser un procedimiento no invasivo, a diferencia de un tratamiento quirúrgico.1

Seguridad y controversia

Para aquellas personas que están preocupadas sobre la seguridad en el empleo del Botox, es importante mencionarles que esta sustancia fue aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos en 1989, para el tratamiento del estrabismo (desviación del alineamiento de un ojo), blefarospasmo (cierre excesivo involuntario de los párpados), alteraciones del par nervioso VII (tic facial). En México, el Botox fue aprobado por la Secretaría de Salud en 1993.

En 2001 alrededor de 1.6 millones de personas usaron esta toxina con fines estéticos. Aunque apenas en el 2002 se aprobó su utilización para tratamientos cosméticos en países de la unión europea, entre ellos, España.

Actualmente existe una controversia sobre qué profesional está realmente capacitado para aplicar Botox, ya que se han encontrado asistentes y enfer-meras administrándolo en los establecimientos de salud que ofrecen terapias o sistemas de relajación.

A pesar de que el odontólogo ha cubierto las asig-naturas de anatomía humana, anatomía de cabeza y cuello, técnicas quirúrgicas, cirugía bucal, conviene que éste cuente con un mayor entrenamiento y ex-periencia con los usos y procedimientos del fármaco.

Definitivamente, se debe tener un amplio conoci-miento anatómico y neurofisiológico de los músculos

involucrados, ya que pueden ocurrir complicacio-nes como las que se mencionará en una próxima publicación.

Uso odontológico

La toxina botulínica tiene una infinidad de usos en la actualidad; sin embargo, en esta ocasión nos limitaremos a mencionar las aplicaciones en el área estomatológica.

Esta sustancia ha tenido un gran auge en la espe-cialidad de Cirugía Oral y Maxilofacial para tratar ciertas patologías como las distonías (contracciones involuntarias permanentes de los músculos). Por ejemplo, las distonías oromandibulares donde el tratamiento se dirige hacia los grupos musculares implicados (de apertura bucal, cierre bucal, protrusión lingual, etc.) según el tipo de movimiento genera-do a cada caso de distonía. También encontramos distonías cervicales y faciales como el tratamiento del blefarospasmo. (Figura 1)

De la misma manera se ha utilizado en el tratamiento del espasmo hemifacial, tratamiento de tortícolis, tratamiento de la hipertrofia maseterina, tratamiento de patologías de la articulación temporomandibular como las mialgias masticatorias, luxación recidivante de la mandíbula y el bruxismo; este último es una de las causas principales por las que se desgastan los dientes al friccionarlos y/o comprimirlos. Tam-bién se usa esta sustancia para el tratamiento de cefaleas tensiónales (migrañas), tratamientos de alteraciones del sistema autonómico (modular la salivación y sudoración).

En la especialidad de la Odontología Cosmética ya no sólo se involucran los dientes e implantes, sino que también la apariencia facial del paciente, la cual se denomina la “macro estética.” La toxina botulínica Tipo A se ha utilizado para el desvanecimiento de las arrugas faciales. Se pretende disminuir las arrugas frontales de la región de la glabela (entre-ceja), líneas cantanales externas comúnmente conocidas como

“patas de gallo,” así como modificar la posición de las cejas. Principalmente se aplica la toxina al tercio superior antes descrito, aunque se ha aplicado en otras zonas, como en el caso donde se busque variar el ángulo nasolabial o generar un aumento del labio superior y tratar las arrugas peribucales. Entre otra de sus aplicaciones actuales, está la inyección a los márgenes de una cicatriz, con lo cual se puede con-seguir que disminuya la tensión de la herida y por ende, favorecer su apariencia. (Figuras 2 y 3)

En la literatura encontramos que el efecto de esta sustancia tiene una duración entre 2 a 6 meses según la dosis, su grado de variación depende de la musculatura y resistencia al Botox por el desarrollo de anticuerpos debido a tratamientos previos. Se recomienda que el paciente espere

Figura 3. Terapia combinada entre bótox para relajamiento mus-cular y rellenador dérmico para aumento de volumen labial, se consigue corregir la línea labial y la discrepancia gingival.

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por lo menos 3 meses entre aplicaciones, además que la resistencia al producto se minimiza al usar la menor dosis posible y al extender los intervalos entre sesiones. 2

Para concluir

Actualmente los pacientes demandan una dentición de alto nivel estético y funcional, y también buscan mejorar su aspecto facial. Por lo que el dentista calificado puede tratar las arrugas faciales hiperfun-cionales con Botox como una magnifica alternativa.

Este artículo tendrá su secuencia titulada Indica-

ciones, contraindicaciones, beneficios y efectos adversos del bótox (tóxina botulínica) aplicado a la estética dento facial, que será publicado en esta misma revista. Tengo la intención de introducir al cirujano dentista de práctica general y al especialista estomatólogo al conocimiento sobre procedimientos para mejorar la estética facial. Debo aclarar que solamente un profesional entrenado adecuada-mente puede ejecutar estos procedimientos y en ocasiones se presentan resultados inesperados:

“al mejor cazador se la va la liebre”. Por lo tanto, recalco que se debe tener cautela y conocimientos en caso de sentirse motivado a implementar este servicio novedoso a su clínica dental.

Referencias

1- Cherington M. Botulism: update and review. Semin Neurol. 2004;24:155-63. 2- Niamtu J. Perioral soft tissue rejuvenation techniques. Compendium 2003;24;11:811-20.Citar así: Afrashtehfar KI. Uso odontológico del botox (tóxina botulínica): una visión macro estética