metástasis cutánea inflamatoria zosteriforme por carcinoma de mama
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Cartas al director
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Metástasis cutánea inflamatoria zosteriforme por carcinoma de mama
Sr. Director:
Las metástasis cutáneas se producen en-tre el 0,6 y el 9% de los pacientes con cáncer, implican un mal pronóstico y se correlacio-nan con los tipos más frecuentes de cánce-res primarios en cada sexo (mama en la mu-jer y pulmón en el varón). Se consideran un fenómeno raro y tardío en la evolución de las neoplasias, pero su diagnóstico es im-portante, ya que en algunos casos pueden ser el primer signo de un cáncer interno (con frecuencia en el cáncer de pulmón, re-nal y de ovario), ayudan a estadificar el tu-mor y su localización y su morfología puede señalar su origen primario1.
Las metástasis adoptan una expresividad clí-nica variable; la mayoría aparecen como tumo-res de consistencia firme, indoloros, de color violáceo, solitarios o múltiples y de crecimiento progresivo. Pueden parecerse a procesos benig-nos como erisipela (carcinoma inflamatorio), li-pomas, morfea, alopecia areata, tinea capitis, chancro, hidrosadenitis supurativa, herpes zos-ter, sarcoma de Kaposi, quistes triquilémicos o epidermoides, hernia umbilical2, condiloma acu-minado, granuloma piogénico3, etc.
Mujer de 49 años de edad con anteceden-tes personales de carcinoma ductal infiltran-te de mama izquierda T4N1Mx (estadio III-B) diagnosticado en marzo de 2008, tratado con mastectomía radical modificada, vacia-miento ganglionar axilar homolateral y qui-mioterapia. Consultó en octubre de 2008 por unas lesiones dolorosas situadas en la re-gión torácica izquierda de menos de 1 mes de evolución, que en un primer momento re-lacionó con el roce del sujetador.
A la exploración presentaba múltiples pla-cas eritematosas de bordes mal definidos, calientes al tacto, localizadas en el hemitó-rax izquierdo siguiendo los dermatomas T3-T4 (fig. 1). No se observaron lesiones simila-res en el resto de la superficie cutánea. El cuadro cutáneo no se acompañaba de fiebre ni otros síntomas generales.
Se realizó una biopsia, cuyo estudio histo-patológico evidenció múltiples células tu-morales de aspecto adenocarcinomatoso ocupando los vasos linfáticos dilatados de la dermis papilar y reticular. Se estableció el diagnóstico de metástasis cutánea inflama-toria de distribución zosteriforme por carci-noma de mama.
El carcinoma inflamatorio, también llama-do carcinoma erisipeloide, es una forma rara de metástasis cutánea4. Generalmente aparece cerca del tumor primario y la ima-gen clínica se caracteriza por signos infla-matorios marcados, como eritema y edema intenso, irregulares, con leve aumento de la temperatura local, que se asemejan a una erisipela5. Sin embargo, la ausencia de fie-bre, síntomas generales, puerta de entrada y leucocitosis indica que no se trata de un proceso infeccioso (asociado a una falta de mejoría con el tratamiento antibiótico cuan-do se lo haya pautado)6. La histopatología muestra la oclusión de vasos linfáticos por células tumorales. Su origen más frecuente es el carcinoma de mama (de hecho, esta morfología aparece entre el 1 y el 4% de to-dos los casos de cáncer de mama)4, pero también se ha asociado con los de pulmón, ovario, estómago, amígdala, páncreas, veji-ga, recto, colon, parótida, útero, tiroides, la-ringe, próstata y cérvix y con el melanoma7.
En las metástasis zosteriformes, las lesio-nes cutáneas presentan un patrón dermato-mérico generalmente a nivel de tronco8. Su distribución asociada a dolor lleva a que la mayoría de los pacientes sean diagnostica-dos inicialmente de herpes zoster y sean tratados con medicación antiviral sistémi-ca9. La localización del tumor primario es variada, pero predomina en las mamas y los pulmones10. El mecanismo por el que estas metástasis adoptan esa morfología tan ca-racterística es desconocido. Se ha propues-to una implantación de células tumorales durante el acto quirúrgico, un fenómeno iso-mórfico en el lugar de una infección previa por herpes zoster o una diseminación de cé-lulas metastásicas por los vasos linfáticos perineurales o por los vasos fenestrados de la raíz del ganglio dorsal7,9,10.
En resumen, destacamos la coincidencia de dos patrones de metástasis cutáneas (in-flamatorio y zosteriforme) en un paciente con carcinoma de mama y la necesidad de descartar este diagnóstico en todo paciente
oncológico con lesiones cutáneas persisten-tes que no respondan al tratamiento antibió-tico o antiviral.
Benigno Monteagudo Sáncheza, Miguel Cabanillas Gonzáleza, Óscar Suárez
Amora, Laura Martínez Calvob y Begoña Graña Suárezc
aServicio de Dermatología. Complejo Hospitalario Arquitecto Marcide-Novoa Santos. Ferrol.
A Coruña. España.bMedicina Familiar y Comunitaria. Complejo
Hospitalario Arquitecto Marcide-Novoa Santos. Ferrol. A Coruña. España.
cServicio de Oncología. Complejo Hospitalario Arquitecto Marcide-Novoa Santos. Ferrol.
A Coruña. España.
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Eccema herpético en un paciente con dermatitis atópica tratada con tacrolimus tópico
Sr. Director:
Los pacientes con dermatitis atópica son más susceptibles a infecciones cutáneas bacterianas (el 40% de los pacientes) y vira-
281.879
283.836
Figura 1. Placas eritematosas localizadas en el hemitórax izquierdo siguiendo los der-matomas T3-T4.
Figura 2. Linfático dérmico dilatado con presencia de células tumorales en su inte-rior (HE, ×200).
Piel. 2009;24(6):342-5