La deglución es el proceso que continúa luego de acabar la fase masticatoria, en la cual, se ven involucradas tres estructuras importantes: la lengua, los dientes y los labios. En condiciones normales los labios realizan un cierre natural, los dientes contactan entre ellos y la lengua, con el bolo alimenticio sobre ella, se acopla al paladar, ayudada por la elevación de la mandíbula. Gracias a los movimientos peristálticos de la lengua, el bolo se conduce hacia la parte posterior de la boca.

Dentro de una buena deglución entra además, el proceso de formación del bolo alimenticio: la cantidad y rapidez de la masticación, la salivación utilizada y la correcta intervención de los músculos maseterinos.

En Comparación con la deglución normal, la Atípica se diferencia por la falta de armonía en los movimientos, posturas y uso inadecuado de las estructuras ya mencionadas.

Durante la deglución atípica podemos observar, una falta de contracción de los labios y un cierre incompleto de las arcadas dentarias; una posición frontal de la lengua, es decir entre los incisivos; una falta de trabajo continúo de los maseteros, y por ende, no habrá elevación normal de la mandíbula. Si a esto, se le agrega una inadecuada masticación y formación del bolo alimenticio, como ya se mencionó, el acto de deglución se hará aun más forzado, provocando movimientos anormales de la cabeza y el cuello y además ruidos de fácil percepción al momento de tragar.