tapatío 13 de agosto

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Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G. Supervisor: Aimeé Muñiz / [email protected] PÁGINA 10-B Sábado 13 de agosto de 2011 • El lugar, con un aroma a antiguo, conserva una tradición culinaria que en mayo próximo alcanzará 60 años de vida. FOTOS: EL INFORMADOR • E. FLORES Una bebida con mucha historia Mucho se dice del pulque, pero poco se sabe de su historia y trascendencia co- mo icono mexicano. Hace dos años, un grupo de jóvenes se dio a la tarea de profundizar en las raí- ces culturales del pulque para erradicar, o al menos cambiar, el concepto deplorable del que esta bebida ha sido objeto desde la época prehispánica. El gusto personal de Adrián, Abra- ham y Facundo Montiel, Elia Cabrera y Bárbara Hernández, sirvió como platafor- ma para contar con el apoyo económico del Programa de Apoyo a las Culturas Mu- nicipales y Comunitarias (PACMYC), pa- ra realizar una documentación literaria y fotográfica de la bebida. Con un presupuesto de 45 mil pesos surgió Pulque, pulqueros y bebedores en Jalisco en abril de este año. Sitios de la re- gión de Los Altos y el Sur, así como la Ri- bera de Chapala y el Centro Histórico de Guadalajara abrieron sus puertas para presentar a los personajes –en su mayoría adultos mayores– más emblemáticos y dadores de vida al pulque. Pulque, pulqueros y bebedores en Ja- lisco abarca los aspectos cósmicos con los que se relacionó a la bebida, como su ori- gen y mitificación en la diosa Mayahuel, o la creencia de que el pulque es del consu- mo exclusivo de personas de escasos re- cursos, así como los descubrimientos y atribuciones científicas, y el clásico pro- ceso de fermentación en los barriles. “La tradición de consumo se ha perdi- do. Como es un fermento natural, no tiene ningún proceso industrial ni de publicidad, por lo que se ha olvidado. El pulque no tie- ne clases sociales. Lo elabora la gente más humilde, pero puede alcanzar un grado muy fino”, explica Facundo Montiel. • Con menos de 25 años de edad, los hermanos Montiel (Adrián y Facun- do) se han convertido en promotores del pulque. EL INFORMADOR • E. PACHECO Contacta a los autores en Facebook (Gru- po Pulque, pulqueros y bebedores en Ja- lisco) para obtener un ejemplar o tener ac- ceso a la versión electrónica del proyecto. Más información: pulquepulquerosybebe- [email protected] Lugares de tradición Churros y chocolate al estilo Madrid ¿Quién no ha probado un churro de ésos que comúnmente se ofrecen a la sa- lida del templo? Es cierto, la tradición es añeja, y eso ha provocado que muchos tapatíos relacionen este antojo con par- te de nuestras raíces. Lo cierto es que su lugar de origen es España, y fue introdu- cido a nuestro Estado por el fundador de Churros La Bombilla, el señor Antonio Camacho, oriundo de aquel país. Corría el año de 1952 cuando inició la aventura culinaria; llegaba a nuestra ciudad el ahora conocido “churro madri- leño”, que se trata de un antojo a base de harina y agua, frito en aceite y bañado al final con un toque de azúcar, no con ca- nela como comúnmente se ofrece en otros lugares, sino con azúcar normal. Fue el primer lugar en elaborar este alimento de la manera original, y el ba- rrio de Obregón el escenario para arran- car de lleno con una trayectoria que si- gue vigente hoy en día. Ahora han transcurrido ya tres generaciones y se ha convertido en un ícono de los antojos de los tapatíos. Pasaron varias décadas y fue cambiando de lugar hasta llegar a donde ahora se encuentran, justo en la esquina de la calle Penitenciaría y López Cotilla, aunque no por ello dejó a un la- do su sabor, ése que se percibe desde la entrada al lugar. Ahora el La Bombillas es atendida por Martín González, sobrino del funda- dor, y explica que la tradición se ha con- servado igual, así como el primer día, con una sabor único y respetando sobre todo la identidad del churro auténtico. “Lo que hace a un churro bueno es el amasado de la harina; tiene que ser ha- rina ‘vieja’, es decir, aquella que ha teni- do más reposo. De ahí parte la consisten- cia y el sabor. La canela en el azúcar es un ingrediente que con el paso de los años se le dio al churro, pero no es la ma- nera original, aquí se espolvorean con azúcar pura y si el cliente lo desea se le añade a canela”, explica Martín Gonzá- lez, encargado del lugar. Inseparable compañero El éxito rotundo de La Bombilla sin lugar a dudas ha sido su churro, pero existe un protagonista más que forma parte de la carta del lugar: el chocolate. En el sitio, adornado por cierto con cuadros y figuras taurinas, aunque cu- riosamente los actuales propietarios ja- más han asistido a una corrida de toros, se ofrecen tres tipos de chocolate calien- te: francés, español y mexicano. La dife- rencia entre ellos es principalmente la consistencia; todos son hechos a base de chocolate amargo, pero, por ejemplo, el español es el más espeso de todos y ase- meja un poco al champurrado, el francés es el término medio y espumoso, y el me- xicano el más ligero. Compañeros inseparables, el chu- rro y el chocolate han sido la carta fuer- te de La Bombilla, y es que… qué mejor maridaje que un churro calientito con una deliciosa taza de cualquiera de estos tres tipos de chocolate, que habrá que ver y probar para corroborarlo. A la par de la innovación A pesar de que el lugar conserva un ambiente que alude a los años cincuen- ta, y que su método sigue siendo el mis- mo, la innovación, con base en las nece- sidades de sus clientes ha tenido que hacerse presente. Su fundador fue también pionero en fabricar una máquina llamada “chu- rrera”, que actualmente sigue vigente. Ésta vino a desplazar a esos tradiciona- les artefactos con mango de madera que tenían que ser empujados por el abdo- men del churrero. Asimismo, las exigen- cias del mercado obligaron a que La Bombilla incluyera en su carta bebidas frías, a fin de satisfacer los diferentes gustos de sus visitantes. De esta manera es como continúa una tradición que, justamente en mayo cumplirá sus 60 años de vida. Acerca del nombre El nombre de este sitio nada tiene que ver con el mote de un cómico o to- rero, ni –mucho menos– con un foco. La realidad es que siendo originario de Es- paña, Antonio Camacho decidió traer a esta ciudad un pedazo de la capital espa- ñola, Madrid, antiguamente conocido como el barrio de La Bombilla. Nacida en el tradicional barrio de Obregón, La Bombilla ha deleitado durante 60 años los paladares tapatíos • Con masa “vieja”, o reposada, se preparan los churros al auténtico estilo de Madrid, la tierra de Antonio Camacho, fundador de La Bombilla en Guadalajara. Los esperamos con los brazos abiertos; recuerden que el chocolate ahora ya es benéfico para la salud, es antioxidante y además está muy rico Martín González, encargado de La Bombilla López Cotilla esquina con Penitenciaría. Abierto de miércoles a lunes de 17:30 a 23:00 horas. La Bombilla DIRECCIÓN Obtén el tuyo SOBRE LA PUBLICACIÓN Además de ser muy sabroso, el pulque es una mina que todavía puede explotarse Adrián Montiel, uno de los autores del libro Pulque: tradición al rescate

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Tapatío 13 de agosto

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Page 1: Tapatío 13 de agosto

Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G.

Supervisor: Aimeé Muñiz / [email protected]

PÁGINA 10-B Sábado 13 de agosto de 2011

• El lugar, con un aroma a antiguo, conserva una tradición culinaria que en mayo próximo alcanzará 60 años de vida.

FOTO

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INFO

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•E.

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Una bebida con mucha historia

Mucho se dice del pulque, pero pocose sabe de su historia y trascendencia co-mo icono mexicano.

Hace dos años, un grupo de jóvenesse dio a la tarea de profundizar en las raí-ces culturales del pulque para erradicar, oal menos cambiar, el concepto deplorabledel que esta bebida ha sido objeto desdela época prehispánica.

El gusto personal de Adrián, Abra-ham y Facundo Montiel, Elia Cabrera yBárbaraHernández,sirviócomoplatafor-ma para contar con el apoyo económicodelProgramadeApoyoa lasCulturasMu-nicipales y Comunitarias (PACMYC), pa-ra realizar una documentación literaria yfotográfica de la bebida.

Con un presupuesto de 45 mil pesossurgió Pulque, pulqueros y bebedores enJalisco en abril de este año. Sitios de la re-gión de Los Altos y el Sur, así como la Ri-

bera de Chapala y el Centro Histórico deGuadalajara abrieron sus puertas parapresentar a los personajes –en su mayoríaadultos mayores– más emblemáticos ydadores de vida al pulque.

Pulque, pulqueros y bebedores en Ja-lisco abarca los aspectos cósmicos con losque se relacionó a la bebida, como su ori-gen y mitificación en la diosa Mayahuel, ola creencia de que el pulque es del consu-mo exclusivo de personas de escasos re-cursos, así como los descubrimientos yatribuciones científicas, y el clásico pro-ceso de fermentación en los barriles.

“La tradición de consumo se ha perdi-do. Como es un fermento natural, no tieneningúnproceso industrialnidepublicidad,por lo que se ha olvidado. El pulque no tie-ne clases sociales. Lo elabora la gente máshumilde, pero puede alcanzar un gradomuy fino”, explica Facundo Montiel.

• Con menos de 25 años de edad, los hermanos Montiel (Adrián y Facun-do) se han convertido en promotores del pulque.

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Contacta a los autores en Facebook (Gru-po Pulque, pulqueros y bebedores en Ja-lisco) para obtener un ejemplar o tener ac-ceso a la versión electrónica del proyecto.Más información: [email protected]

Lugares de tradición

Churros y chocolateal estilo Madrid

¿Quién no ha probado un churro deésos que comúnmente se ofrecen a la sa-lida del templo? Es cierto, la tradición esañeja, y eso ha provocado que muchostapatíos relacionen este antojo con par-te de nuestras raíces. Lo cierto es que sulugar de origen es España, y fue introdu-cido a nuestro Estado por el fundador deChurros La Bombilla, el señor AntonioCamacho, oriundo de aquel país.

Corría el año de 1952 cuando inicióla aventura culinaria; llegaba a nuestraciudadelahoraconocido“churromadri-leño”, que se trata de un antojo a base deharina y agua, frito en aceite y bañado alfinal con un toque de azúcar, no con ca-nela como comúnmente se ofrece enotros lugares, sino con azúcar normal.

Fue el primer lugar en elaborar estealimento de la manera original, y el ba-rrio de Obregón el escenario para arran-car de lleno con una trayectoria que si-gue vigente hoy en día. Ahora hantranscurrido ya tres generaciones y seha convertido en un ícono de los antojosde los tapatíos. Pasaron varias décadasy fue cambiando de lugar hasta llegar adonde ahora se encuentran, justo en laesquina de la calle Penitenciaría y López

Cotilla, aunque no por ello dejó a un la-do su sabor, ése que se percibe desde laentrada al lugar.

Ahora el La Bombillas es atendidapor Martín González, sobrino del funda-dor, y explica que la tradición se ha con-servado igual, así como el primer día,con una sabor único y respetando sobretodo la identidad del churro auténtico.

“Lo que hace a un churro bueno eselamasadodelaharina; tienequeserha-rina ‘vieja’, es decir, aquella que ha teni-domásreposo.Deahíparte laconsisten-cia y el sabor. La canela en el azúcar esun ingrediente que con el paso de losaños se le dio al churro, pero no es la ma-nera original, aquí se espolvorean conazúcar pura y si el cliente lo desea se leañade a canela”, explica Martín Gonzá-lez, encargado del lugar.

Inseparable compañero

El éxito rotundo de La Bombilla sinlugar a dudas ha sido su churro, peroexiste un protagonista más que formaparte de la carta del lugar: el chocolate.

En el sitio, adornado por cierto concuadros y figuras taurinas, aunque cu-

riosamente los actuales propietarios ja-más han asistido a una corrida de toros,se ofrecen tres tipos de chocolate calien-te: francés, español y mexicano. La dife-rencia entre ellos es principalmente laconsistencia; todos son hechos a base dechocolate amargo, pero, por ejemplo, elespañol es el más espeso de todos y ase-mejaunpocoalchampurrado,el francéses el término medio y espumoso, y el me-xicano el más ligero.

Compañeros inseparables, el chu-rro y el chocolate han sido la carta fuer-te de La Bombilla, y es que… qué mejormaridaje que un churro calientito conuna deliciosa taza de cualquiera de estostres tipos de chocolate, que habrá quever y probar para corroborarlo.

A la par de la innovación

A pesar de que el lugar conserva unambiente que alude a los años cincuen-ta, y que su método sigue siendo el mis-mo, la innovación, con base en las nece-sidades de sus clientes ha tenido quehacerse presente.

Su fundador fue también pioneroen fabricar una máquina llamada “chu-

rrera”, que actualmente sigue vigente.Ésta vino a desplazar a esos tradiciona-les artefactos con mango de madera quetenían que ser empujados por el abdo-men del churrero. Asimismo, las exigen-cias del mercado obligaron a que LaBombilla incluyera en su carta bebidasfrías, a fin de satisfacer los diferentesgustos de sus visitantes.

De esta manera es como continúauna tradición que, justamente en mayocumplirá sus 60 años de vida.

Acerca del nombre

El nombre de este sitio nada tieneque ver con el mote de un cómico o to-rero, ni –mucho menos– con un foco. Larealidad es que siendo originario de Es-paña, Antonio Camacho decidió traer aesta ciudad un pedazo de la capital espa-ñola, Madrid, antiguamente conocidocomo el barrio de La Bombilla.

Nacida en el tradicional barrio de Obregón, La Bombilla ha deleitadodurante 60 años los paladares tapatíos

• Con masa “vieja”, o reposada, se preparan los churros al auténtico estilo deMadrid, la tierra de Antonio Camacho, fundador de La Bombilla en Guadalajara.

Los esperamos conlos brazos abiertos;

recuerden que el chocolateahora ya es benéfico parala salud, es antioxidante yademás está muy rico

Martín González, encargadode La Bombilla

López Cotilla esquina con Penitenciaría.Abierto de miércoles a lunes de 17:30 a23:00 horas.

La Bombilla

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SOBRE LA PUBLICACIÓN

Además de ser muysabroso, el pulque es

una mina que todavíapuede explotarse

Adrián Montiel, uno de los autoresdel libro

Pulque: tradición al rescate

Page 2: Tapatío 13 de agosto

EL INFORMADOR

TAPATÍOPÁGINA 11-BSábado 13 de agosto de 2011

Diario deun espectador

Atmosféricas. Pide su limosna a bordo deuna ruinosa silla de ruedas. Rueda trabajosa-mente y, débil y tullido, sólo puede hacerlo haciaatrás; así, evoluciona con penosa eficacia entrelos coches detenidos en el semáforo. Cada nue-vo viaje hasta la ventanilla en turno es un triun-fo: el esfuerzo se lee en su cara, en su voz queapenas puede articular palabra. Se gana el sus-tento, y gana para toda la ciudad, a cada día, unreducto de suave lentitud, de quizá salvadoracompasión. En las noches, las huellas de las rue-das de la silla sobre el asfalto brillan como lasmuescas de una herida que persiste.

Ya tarde, dos haces de luz cruzan el cieloahorasereno.Laextrañacalidadde losrayosqueemiten los reflectores vuelve su visión todo unprodigio. Un murciélago desvelado y atento in-siste en ejecutar precisos circuitos en lo más in-trincado del jardín –raudo buzo del aire–. El jaz-mín avisa, intermitente, que va atravesando elverano. Los haces siguen cruzando sus estoquesde luz, como dos esgrimistas fatigados.

**Partes de colisión. La fórmula se utiliza en

la atroz parafernalia que sucede a un acciden-te de tránsito. Estupor, raspaduras, pérdida ylesión, tiempo que se evapora, cálculos apresu-rados y siempre sesgados sobre el costo, ges-tiones y alegatos de bizantina erudición sobreel percance. Parte de colisión: todo se salva, si-gue la vida. Llega la dueña del puesto de la es-quina, comienza con deliberada lentitud lasmaniobras para aprontar el día. Güera y livia-na, la muchacha atiende sus deberes, y va sa-cando del abollado carromato inmóvil todas lasherramientas de su oficio: unas sillas ren-queantes, dos mesas de fortuna, un letrero des-vaído, algunos cuchillos. Más tarde llegarán loscomensales para compartir al borde del es-truendo el pan dorado de los años mozos. Par-te de colisión: 14 ahogadas, 12 cocteles “vuel-ve a la vida”, siete u ocho refrescos, cuatrohoras sobre la calle despiadada y amable, unaconversación que no termina, otra muchachagüera que sigue atravesando indemne sus ven-turas.

**Línea de deseo. Llaman así en técnicos tér-

minos a la vereda imaginaria que un peatón qui-siera seguir en la ciudad para andar su camino.Cada vez que la expresión suena, otros caminosvienen a la mente. El deseo sabe trazar muy biensus líneas. Tensas y doradas, suben por el sende-ro que la muchacha dicta. Ya en ella, más dora-dos trazos dibujan su armonía de fuego y de re-mansos. Una geometría de líneas, de planos y desuaves contornos sitia el lugar de la aparición. Lalínea del deseo, mercurio en ascenso, brasa en vi-lo, sigue su trayecto.

**Tirando búmerans. Era por las tardes que el

señor aquel escogía dar la vuelta por las orillasde la ciudad en fuga. Ciertas veces llevaba en elviejo y robusto coche a un niño y varios búme-rangs, finos en su factura, misterioso su desig-nio. Escogía entonces con cuidado el lugar, des-pejado y con sol. Comenzaba entonces el largotrabajo de los ensayos y los lanzamientos reite-rados. De Australia llegaba la inmemorial teoríadel vuelo que regresa, que da en el blanco, que serepite en el aire en calma. Quedan en lo que en-tonces fueron de la ciudad los bordes las huellasindelebles del asombro de un niño, de los trazosque las maderas delgadas dejaban en el aire, dela renovada e invariable voluntad de aquel señorpor ensayar el vuelo –desde Tánger y Casablan-ca lo había aprendido–. Y por regresar después,contentos y contagiados por siempre de la pure-za de esas parábolas exactas que dibujaban la fe-licidad y la gracia.

**Por una cabeza. Suenan en el viejo piano

las notas inconfundibles del tango, empecinadoy dulce en sus briosos giros. Al Pacino, ciego, lobailaba mientras el perfume de la mujer –fataly salvador– giraba a su alrededor en las panta-llas de no hace tanto tiempo. Por mientras, LaAlemana sigue sus rutinas. Alguien que vendeflores –unas gardenias blancas– alguien máscon relojes de plástico lujoso, otro más con bi-lletes de lotería para acordarse uno de Verne.Don Adolfo apronta los manjares, riega su lar-ga sapiencia escalera abajo. Alguien más pideque se toque la feria de las flores, ladrillo estáen la cárcel, amapola, y sigue la lista. En memo-ria del amigo largamente muerto de un señorque ya no está adiós muchachos compañeros demi vida, y luego un vals peruano… Brillan y res-tallan los tequilas y el dorado del ábside deAranzazú imparte sus bendiciones a quien lasrecoja.

**Jean Meyer transcribe de los apuntes perso-

nales de Aurelio Acevedo. Está en el libro El co-raje cristero, de 1982. Dice don Aurelio, entoncesperseguido por las fuerzas “agraristas”: “Tube laprecaución de caminar fuera de camino algunoy de dormir antes de llegar a mi rancho en unaparte de donde podía ver lo que pasara bastantelejos de mí. Amaneció y nada se movía por lo queya tarde llegué a mi casa, y después de desensi-llar mi remuda la puse a comer maíz, terminadoel cual la puse a comer más y esperaba que lo ter-minara para mandarla al campo, pero entre tan-to que almorzaba y el caballo hacía lo mismo, vi-no una vecina a indicarme que por el camino delValle venía una fuerza de agrarios y que bien po-día yo escapar por la huerta de su casa, pues ellase daba cuenta de mis andanzas y supo la buenaidea de avisármelo”.

Y el mantel olía a pólvora…**

De Guillermo Fernández:

Alusiones

Afila tus cuchillos a conciencia:este tramo de luz éste de sombrajuntos en la blancura del rebaño.

Lo imprevisto pondrá en ti sus ojosy acudirás puntual a su llamado.

POR JUAN PALOMAR([email protected])

Fatiga crónca

¿Un hada? ¿Eso qué?

• Los curiosos se dieron cita en una casa de la colonia San José del Río Verde para ver al hada en cautiverio, obtener una fotografía y, quizá, pedir un deseo.

Por: David Izazaga

Es una femenina (aparentemen-te, no puede uno andar metiendo lamano al fuego así como así por cual-quier ser, menos si es inanimado) deaproximadamente seis centímetros,delgada (comparada con las de suclase: nomás recuerden al hada ma-drina de La Cenicienta: chaparrita yregordeta), rubia, aunque su condi-ción de rubia es más que extraña: esun rubio tirando a rojizo, mismo tonoque se extiende a sus brazos y suspiernas, suponemos que por el efec-to del bello crecido, por lo que a losojos de los terrenales tapatíos (tanávidos por hacer filas de horas y ho-ras para verla) luce, digamos pelirro-ja, de esas que obligan a uno a dar elpellizco a quien esté cerca nomás encuanto se les divisa.

Tiene el cabello recogido a me-dias, seguramente lo tendrá bastantelargo, pero como le estorba a la horade emprender el vuelo, se lo enchon-ga. Parece tener orzuela, aunque na-

dagravequenopuedaeliminarseconuna despuntadita.

Ojos grandes, sorprende queaunque su propietario diga que hamuerto, los tenga abiertos (buenospara el morbo de tres pesos, pero na-die se ofreció a cerrárselos).

Sí, porque ha muerto; como dije-ran los que salen entrevistados en lasHistorias de la Noche, “tiene lesionesincompatibles con la vida”: su dueñole cortó el pie y parte de la espinilla yal parecer esta clase de seres tienenjusto ahí su punto débil, su talón deAquiles, dijéramos. Tiene un peque-ño lunar en la mejilla derecha y elmentón ligeramente pronunciado.

Sus alas las muestra desplega-das, completas, finísimas, transpa-rentes, como las de una libélula, co-mo las de una hormiga de San Juan,de ésas que se comen la ropa.

Estávestidaconunasuertedeleo-tardo amarillo, muy pegado al cuerpo,que hace resaltar sus formas muy de-finidas. Si se pone atención y se acer-ca uno bastante, se podrá advertir que

nousabrasieryqueinclusoseletrans-parentan los diminutos senos.

Sobre el leotardo (seguramentepara que no se le transparenten máscosas) viste una especie de bikini-short, ajustado con un cinturón del-gadito de fina pedrería, de esos queparecerían el sueño perfecto de másde alguna buchona.

Asumimos, pues, que la descritano sólo viste bien, sino va más allá(¡ups!, perdón, no quisimos herir sus-ceptibilidades): la mascada que cu-bre el rededor de su cuello lo deja cla-ro. Seguro es de Hermés.

Paracompletareloutfit,unasbo-tas rojas, largas largas, de esas quecasi llegan hasta muy arriba y un parde guantes del mismo tono. Podríapasar de chica Almodóvar.

Si fuéramos despistados, pen-saríamos que es una integrante dela Liga de la Justicia. O Pixie, de losX-Men; o Megan Gwynn. Pero no,no es de este mundo, lo confirma-mos cuando por debajo del vasitoen el que se conserva, le proyectan

luz y entonces se ve transparente,como si fuera de la misma sustan-cia de los panditas Ricolino. O cui-za, de esas lagartijas vallartensesque les dicen también cachoras.

No tiene estructura ósea. Noocupó, pues, de andar tomando glu-cosamina. Eso sí, por la postura queostenta, se le ve que es de decisiones,de armas tomar, de pantalones: unamano apunta, contundente, hacia laBarranca de Huentitán (que por esosrumbos es, más bien, la de Oblatos),señalando quizá al lugar de donde vi-no, o donde se esconden las otras, lasque la dejaron abajo.

En el otro brazo aprieta el puñoconcoraje.Quizá lohizoenelmomen-toquesudueño,elquelatieneen“mor-fol”, learrancólapatita.Dijoeldesgra-ciado que ni había chillado. Perotambiénalguiendice(vecinaschismo-sas nunca faltan) que le dijo (el del“morfol”) que antes de morir el hada,suúltimosuspiro fueparadecir: “esta-ríamos mejor con López Obrador”.

[email protected]

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Hace unos días la supuesta aparición de este ente hizo magia en Guadalajara y movió a la masas