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Mstica y exgesis en la filosofa de Plotino1Mysticism and Exegesis in the Philosophy of Plotinus

gabriel martino universidad de Buenos [email protected]

resumen: Dos de los elementos constitutivos de la filosofa de Plotino son la mstica y la exgesis de sus predecesores. estos aspectos de su pensamiento, sin embargo, son interpretados de modos diversos por los especialistas. a raz de esto, en el presente trabajo intentamos poner de manifiesto y explicar la exgesis plotiniana de algunas ideas de los pensadores medioplatnicos y eva- luamos la impronta que junto con las experiencias msticas tiene en su con-cepcin metafsica. Ofrecemos, por ltimo, una interpretacin de la relacin que la mstica y la exgesis presentan en las Enadas y reconsideramos las lecturas de los estudiosos sobre este tema.

abstract: Two of the constitutive elements of Plotinus philosophy are mysti-cism and the exegesis of the philosophers that preceded him. These two aspects, however, are interpreted in different ways by scholars. Due to these facts, in the present paper we try to show and explain Plotinus exegesis of some Middle Platonic ideas. furthermore, we evaluate the impact that these ideas together, with his mystical experiences, had on his metaphysical doctrine. We offer, in the last place, an interpretation of the relationship that mysticism and exegesis have in the Enneads, reconsidering the way in which scholars understand it.

palabras clave: neoplatonismo, platonismo medio, metafsica.key words: Neoplatonism, Middle Platonism, Metaphysics.recibido: 22 de marzo de 2012 aceptado: 30 de enero de 2013.

La obra filosfica de Plotino posee un carcter distintivo y, en cierto modo, nico, que ha llevado a los intrpretes a considerarla un punto de inflexin2 en la historia de la filosofa. Su pensamiento ha sido entendido como culminacin de una tradicin3 y, a la vez, como punto de partida de un nuevo modo de reflexionar y de experimentar el mundo.4 dos

1 el presente artculo es una adaptacin de una ponencia presentada en el II Simp-sio da Sociedade Ibero-Americana de Estudos Neoplatnicos (siaen) el 23 de mayo de 2011 en Niteroi, Brasil.

2 Vase Eon 1970, p. 252. Tambin Runia 1999, p. 152.3 Vase Armstrong 1973, p. 281.4 Respecto de Plotino como iniciador de un nuevo perodo en la historia de la filoso-

fa vase, por ejemplo, Armstrong 1967, p. 195; Wallis 2002, p. 1, o tambin Rist 1967, p. 213, quien se refiere a Plotino como el padre de la mstica occidental.

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de sus aspectos constitutivos que han motivado tales interpretaciones son la exgesis plotiniana de los pensadores que le preceden y la mstica. Es posible, en efecto, encontrar en Plotino un pensador que logr ofrecer una sntesis de la filosofa de sus antecesores, sistematizando los prin-cipales problemas sobre los que el platonismo discuti por ms de seis siglos. en este sentido, nuestro pensador podra ser considerado como un punto culminante en la tradicin platnica. Por otra parte, hallamos en las Enadas una cantidad considerable de discursos en los que se ca-racteriza una serie de experiencias con la cima de la realidad inteligible. la intensidad de las exposiciones sobre estas experiencias msticas, a su vez, constituye para la historia de la filosofa una nueva tendencia, no slo discursiva, sino tambin disposicional, respecto del modo en que los filsofos platnicos experimentaban el mundo en sus diversos aspectos.

ahora bien, si resulta evidente que la mstica y la exgesis son dos de los aspectos constitutivos de la filosofa de Plotino, no es en absoluto manifiesta la relacin que ambas poseen en el pensamiento enedico ni, mucho menos, la funcin creativa e impulsora que cada una de ellas ejerce en el conjunto de la doctrina plotiniana.5 tanto es as que las po-siciones de los especialistas en cuanto a esta relacin oscilan entre, por un lado, atribuir a la mstica un papel de superior importancia respecto de la exgesis y, por otro, desestimar el papel de la mstica para explicar cualquier elemento de la filosofa de Plotino. Szlezk es un exponente de esta primera tendencia interpretativa, y, a su entender, la tradicin filo-sfica y la exgesis erudita plotiniana no pueden ser puestas en comparacin con la presencia efectiva de lo Uno que, segn Plotino, el hombre experimenta en su unificacin ltima.6 Habra que pensar que, segn szlezk, la importancia de esta experiencia personal de Plotino es tal que imprime en su filosofa una marca indeleble que es preciso atender y apreciar en su justo valor. gerson, por su parte, encabeza la tendencia contraria pues, a pesar del contundente tono mstico de ciertos tratados

5 Cada uno de estos dos elementos son interpretados, a su vez, de diferente manera por los estudiosos. Para un breve bosquejo de las interpretaciones diversas acerca de la relacin de Plotino con la tradicin que le precede vase Szlezk 1997, pp. 10-12. Para un esquema del modo en que los intrpretes han comprendido la mstica plotiniana vase Perczel 1997, pp. 223-264, y Martino 2009, pp. 67-76.

6 Vase Szlezk 1997, pp. 9 y ss.

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de las Enadas, considera que la experiencia mstica de Plotino est des-conectada desde un punto de vista lgico de su filosofa entera.7

la complejidad y la tensin inherentes a la relacin entre mstica y exgesis en el pensamiento de Plotino, puestas de manifiesto no slo en los tratados enedicos, sino tambin en las interpretaciones dispares que han propuesto los especialistas, nos han impulsado a examinar esta rela-cin en detalle. La finalidad de este artculo, pues, consiste en analizar el vnculo que estos dos polos creativos poseen en el pensamiento de Plotino. Para ello hemos acotado nuestro estudio de la exgesis plotinia-na a un tpico, a saber, la henologa o doctrina acerca de la trascenden-cia de lo uno. en la siguiente seccin, por lo tanto, revisamos aquellos elementos de la filosofa de Plotino que nos permitiran concluir que la henologa enedica tiene su origen en la exgesis plotiniana de sus pre-decesores. en una seccin subsiguiente analizamos aquellos pasajes de las Enadas que pareceran indicarnos que la doctrina de lo uno tiene su origen en las experiencias trascendentes descritas por nuestro filsofo. Una vez examinados ambos polos creativos ofrecemos una interpreta-cin posible acerca de su relacin y funcionalidad en el pensamiento del filsofo neoplatnico.

La polaridad exegtica

Lejos de considerar que Plotino ofrece una innovacin radical en cuanto a los contenidos de su pensamiento, en el presente escrito defendemos el punto de vista segn el cual nuestro filsofo se encuentra en una estrecha relacin con los pensadores que le preceden. tanto Ph. merlan8 como J. Whittaker9 han sealado, a nuestro entender con acierto, que durante el perodo medioplatnico reinaba una confusin con respecto al estatus del principio metafsico ltimo y de su relacin con la ousa y con el nos, y que Plotino, si bien logra traer orden a la confusin, no parece hacer mucho ms que eso. en consonancia con esta interpretacin, en esta seccin del artculo intentamos mostrar que la doctrina plotiniana de la trascendencia de lo Uno puede concebirse como el fruto de la exgesis de los sistemas metafsicos medioplatnicos que preceden a Plotino.

7 Vase Gerson 1994, pp. 220 y ss.8 Vase Merlan 1963, p. 70.9 Vase Whittaker 1969, p. 104.

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como es bien sabido, nuestro pensador desarrolla un sistema en el cual hay tres principios o hipstasis: lo Uno, la Inteligencia y el Alma. Esta doctrina, afirma Plotino, no es nueva ni suya, sino que es la exge-sis de la doctrina trinitaria de Platn que se encuentra en sus dilogos.10 Esta clase de autotestimonios en los cuales Plotino califica su pensa-miento como exgesis de los antiguos es bien conocida por los lectores de las Enadas. Pero el origen efectivamente platnico de la doctrina metafsica plotiniana es problemtico, ya que en su interpretacin Plo-tino no slo reelabora y desarrolla nociones platnicas, sino que, ade-ms, recurre a doctrinas peripatticas y estoicas. no analizamos ahora la relacin directa e inmediata de la concepcin plotiniana acerca de lo uno con Platn. este tema, por otra parte, ha sido estudiado en detalle por los especialistas, y dodds, en un artculo ya clsico,11 demostr la estrecha conexin entre lo uno plotiniano y el Parmnides platnico. en este trabajo, por el contrario, examinamos el vnculo de la henologa enedica con la tradicin posterior a Platn, en especial, con algunos autores medioplatnicos. la actitud sistematizadora de la obra platnica que evidencia este grupo de pensadores constituye un importante ante-cedente de la filosofa de Plotino, por lo cual su estudio no puede dejar- se de lado cuando se quiere comprender el proceder exegtico del pen-sador neoplatnico.

A continuacin, intentamos mostrar que muchos filsofos mediopla-tnicos ya atribuan a Platn un sistema de tres principios al igual que Plotino,12 y que la doctrina de la trascendencia de lo uno puede deducirse mediante una operacin dialctica del estado en que la reflexin metafsi-ca se encontraba en el tiempo inmediatamente anterior a nuestro filsofo.

alcinoo, escritor del siglo ii d. c., sostiene en su Didaskaliks que Pla-tn postula la existencia de tres principios: (1) la materia, (2) las Formas

10 Cf. Plot. Enn. v.1.8. 11 Vase Dodds 1928, pp. 129-142.12 Para un estudio detallado de la tradicin medioplatnica vanse Dillon 1977 y

Wallis 2002, pp. 29-36. Dillon (2002, pp. 93-94) sostiene que los orgenes precisos del sistema metafsico platnico trinitario son oscuros. Afirma, asimismo, que posiblemen-te fue formulado en respuesta a la crtica de Aristteles segn la cual Platn ignora la causa eficiente y parece creer que las Formas pueden actuar por s mismas. El autor conjetura que debe haber aparecido con posterioridad a Jencrates y que, de haber reci-bido la influencia del sistema estoico Dios-Logos-materia, no debe considerarse anterior a antoco de ascalonia.

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y (3) Dios o Intelecto divino.13 Esta concepcin metafsica ternaria, a su vez, presenta una particularidad ya que las formas son caracterizadas por el filsofo medioplatnico como inmanentes al Intelecto divino.14 Podramos pensar, por lo tanto, que los tres principios descritos en el Di-daskaliks son, estrictamente, dos, puesto que el intelecto divino y las Formas constituiran una sola entidad metafsica. Ahora bien, como ha indicado merlan,15 encontramos en el Didaskaliks una contaminacin de dos sistemas ontolgicos diferentes. Este autor seala que en el trata-do se sostiene, adems, la existencia de una inteligencia del cosmos que preside, a su vez, al alma del cosmos.16 esto nos podra hacer suponer que alcinoo asimila su inteligencia del cosmos al primer motor inmvil del cosmos aristotlico. sin embargo, agrega merlan, en el Didaskaliks se postula la existencia de otro dios sobre el dios aristotlico. el texto de Alcinoo, pues, atribuira a Platn una concepcin metafsica ternaria. sta estara conformada, en primer lugar, por el primer Dios, que es, a su vez, Primera Inteligencia; en segundo lugar, por la (segunda) Inteli-gencia y, por ltimo, por el alma del cosmos. esta trada de principios estara claramente anticipando los principios plotinianos, si bien el pri-mer grado de la realidad es todava caracterizado como una inteligencia.

otro pensador del siglo ii d. c., llamado apuleyo y autor del De Platoneet eiusdogmate, obra de carcter introductorio y didctico se-mejante a la de alcinoo, postula un sistema ontolgico similar al que encontramos en el Didaskaliks. Este autor asevera que Platn afirma la existencia de tres principios: Dios, la materia y las Formas.17 Pero en el mismo tratado Apuleyo describe otra concepcin metafsica: Hay dos ousai, que nosotros llamamos esencias [] dice. Una de ellas se concibe mediante el pensamiento, la otra puede per-cibirse mediante los sentidos []. Y unas lneas ms adelante afirma: la primera sustancia o esencia es aquella (1) del primer Dios y tambin (2) de la Inteligencia y las Formas de las cosas, y (3) del Alma.18 Pode-

13 Cf. Alcin. Did. ix.1.1-3.14 Vase Loenen 1956, p. 314, y Martino 2010a.15 Vase Merlan 1963, pp. 64-65.16 Cf. Alcin. Did. X.2. 17 Cf. Apul. De Plat. i.5. 18 Cf. Apul. De Plat. I.6.7-17. Ousas, quas essentias dicimus, duas esse ait [...],

quarum una cogitatione sola concipitur, altera sensibus subici potest. [...] Et primae

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mos apreciar que esta clasificacin de la ousa en inteligible y sensible le permite a Apuleyo introducir una segunda formulacin de principios y considerarlos integrantes de la ousa inteligible. el sistema ternario que se concibe mediante el pensamiento est compuesto, segn el pensador de madura, por dios, la inteligencia junto con las formas y, en tercer lugar, el Alma. Esta formulacin ontolgica ternaria tambin puede con-siderarse un antecedente de la trada plotiniana.19

el carcter de manual didctico20 que poseen tanto el Didaskaliks de alcinoo como el De Platone de apuleyo nos permite afirmar que ambos tratados evidencian el estado de los estudios e interpretacin de la filo-sofa de Platn vigente en el tiempo en que fueron redactados (ca. s. ii d. C.). Plotino, por lo tanto, al escribir menos de un siglo ms tarde, po-see estos sistemas metafsicos como antecedente inmediato. Es evidente, por otra parte, que la trada primer dios, concebido como una primera inteligencia, otra inteligencia y alma constituyen, en cierto modo, la herencia que la tradicin lega a Plotino y que l adopta en su pensa-miento tras reelaborarla.21

ahora bien, otro de los sistemas de principios que Plotino hereda es la concepcin binaria de lo uno y la dada, sistema propio de lo que la crtica contempornea identifica como las doctrinas no escritas22 de Platn. estas, como es sabido, son descritas por aristteles como deri-

quidem substantiae uel essentiae primum deum esse et mentem formasque rerum et animam. Seguimos la traduccin francesa de Beaujeu 2002, p. 65, y tomamos en cuenta la interpretacin de Merlan 1963, p. 70, quien entiende, como nosotros, primum deum esse como el primer dios, en lugar de en primer lugar Dios, cf. Camarero 1968, p. 28. Esto aclara en alguna medida la ambigedad a que da lugar la enumeracin de los principios y, en particular, si la Inteligencia y el primer Dios deben identificarse. En otro pasaje de la misma obra, Apuleyo se refiere a los primeros y ms excelentes bienes en plural (eximia,prima) que hay para Platn, a los que llama Dios supre-mo e Inteligencia (deum summummentemque illam, quam idem uocat. Cf. De Plat. II.1). Estos, por lo tanto, son concebidos como principios diferentes y no se los identifica.

19 Vase Merlan 1963, p. 70.20 As ha llamado Dillon 2002, al Didaskaliks en su traduccin y comentario al libro

de alcinoo.21 Para una comparacin entre los principios del medioplatonismo y Plotino vase

Merlan 1963, cap. II; Wallis 2002, pp. 16-36; Dillon 1977 y Whittaker 1969, pp. 91-104.

22 Vase Kramer 1996, p. 143.

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vadas por Platn de los pitagricos.23 este conjunto de principios meta-fsicos, como veremos ms adelante, tambin es adoptado por pensado-res preplotinianos y constituye un ingrediente importante en la filosofa enedica.24

antes de analizar un texto de Plotino que ilustre la presencia de los sistemas recin aludidos en sus escritos, es necesario hacer una referen-cia a otro filsofo cuyas obras, segn nos cuenta Porfirio en su biogra-fa, eran ledas en las clases de su maestro. Nos referimos a Numenio de Apamea, quien realiza una sntesis de los dos sistemas metafsicos mencionados ternario y binario que guarda ciertas semejanzas con la plotiniana.25 Numenio sostiene un sistema metafsico dualista cuyos principios son, siguiendo la doctrina pitagrica, dios o mnada y la ma-teria o dada.26 Pero, a su vez, el dios numeniano es triple, puesto que posee tres instancias diferenciadas, que pueden caracterizarse mediante tres niveles distintos de actividad mental.27 la primera de estas es iden-tificada con el Bien, que es, a su vez, Inteligencia primera,28 la segunda con el demiurgo,29 que es, tambin, visin total de las ideas,30 y, la ter-cera, con el alma del cosmos.31 en este complejo sistema, numenio ha integrado las dos ontologas, la binaria y la ternaria, como har Plotino, pero reduciendo el sistema ternario a un subsistema del binario, lo cual es diferente del resultado de la combinacin que encontramos en las Enadas, tal como veremos a continuacin.

Plotino, por su parte, mediante su procedimiento exegtico y siguien-do el antecedente de numenio, integra tambin estos dos sistemas de principios reuniendo en una composicin peculiar el legado que la tradi-

23 Cf. Arist. Metaph. 987a29-988a17.24 Vase, por ejemplo, Igal (Gredos) 1982, p. 43.25 Por este motivo, algunos de los contemporneos de nuestro filsofo lo acusaron de

haber plagiado a Numenio. Cf. Porph. Plot. 17. Para un breve anlisis de las semejanzas y diferencias entre la metafsica plotiniana y numeniana vase Dodds 1957, pp. 16-24, y Wallis 2002, pp. 33-36.

26 Cf. Numen. Test. 30 l.27 Vase Dodds 1957, p. 14; Wallis 2002, p. 33.28 Cf. Numen. Fr. 26 L y 29 L.29 Cf. Numen. Test. 24 L.30 Vase G. Bazn 1991, p. 206.31 Vase Dodds 1957, p. 14.

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cin escolstica medioplatnica le hace llegar. analicemos, a continuacin, un pasaje del tratado v.4.

Si el progenitor fuera l mismo Inteligencia, (el generado) debera ser ms deficiente que la Inteligencia pero prximo a la Inteligencia y semejante a ella. Pero puesto que el Progenitor est ms all de la inteligencia, el gene-rado es forzosamente Inteligencia.

Pero Por qu el progenitor no es Inteligencia, cuando la actividad (de sta) es Inteleccin?

Porque la Inteleccin, como ve al inteligible y se volvi hacia l, recibe de aquel su acabamiento, por as decirlo, es de por s indefinida, como la vista; se hace definida por el Inteligible. Y por eso se ha dicho: de la Dada indefinida y del Uno las formas y los nmeros. Porque esto es la inteligencia. Por eso no es simple sino mltiple, exhibiendo composicin composicin inteligible, sin embargo, y viendo ya una multiplicidad. La Inteligencia es, pues, tambin ella inteligible, pero es adems inteligente; por eso es ya dos cosas. es adems un inteligible distinto del uno por ser posterior al uno.32

En estas lneas, el filsofo Plotino condensa su dilogo con la tradicin de la cual, al mismo tiempo, se aleja. frecuentemente, los intr-pretes entienden que la postulacin plotiniana de la trascendencia de lo uno respecto de la inteligencia es una crtica a la teologa de aris-tteles,33 quien, como es sabido, concibe al primer principio como un intelecto divino que se piensa a s mismo.34 sin embargo, tal como hemos sealado, la metafsica de los autores medioplatnicos en gene- ral, e incluso de pitagorizantes como numenio, tambin postula un primer principio al que identifica con una Inteligencia. La manifiesta identificacin del primer principio con lo Uno y su caracterizacin como trascendente a la inteligencia, por lo tanto, constituyen caracte-rsticas distintivas del pensamiento plotiniano35 no slo frente a Aris-

32 Cf. Plot. Enn. V.4.2.1-12. Seguimos la traduccin de Igal 1998, p. 91.33 Considrense, a modo de ejemplo, Rist 1973, pp. 75-87, e Igal 1982, pp. 37-38.34 Cf. Arist. Metaph. XII.7.1072b19-21.35 OCleirigh 1997, pp. 24. Estrictamente, la postulacin de lo Uno como principio

trascendente tanto al Ser como a la Inteligencia no es una novedad. Merlan 1963, pp. 70, afirma respecto de la novedosa trascendencia de lo Uno en Plotino: Plotino pone orden en la confusin. Pero no parece que Plotino haga ms que eso. Whittaker 1969, p. 102, en una misma lnea, sostiene que la concepcin del primer principio como tras-

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tteles, sino tambin frente a los pensadores platnicos que le prece- dieron.36

en el pasaje recin citado, por otra parte, el interlocutor de Plotino pregunta: por qu el progenitor no es la Inteligencia si la actividad de sta es la inteleccin? Esta pregunta refleja fielmente la tradicin que Plotino intenta superar puesto que contiene el supuesto de que la intelec-cin es la actividad ms elevada posible y, por lo tanto, la que debera identificar al Dios. Nuestro filsofo, por el contrario, responde mediante un anlisis de la inteleccin y concluye que no es simple, sino mltiple, que exhibe composicin, que es posible reconocer en ella un aspecto intelectivo y un aspecto inteligible y que, en consecuencia, no puede co-rresponder al primer principio. Asimismo, confrontando los dos sistemas metafsicos que hereda, Plotino toma conciencia de que no es posible identificar lo Uno con la Inteligencia divina, sino que reconoce la nece-sidad de subordinar la Inteligencia por ser (uni)mltiple a lo Uno, que debe ser verdaderamente simple. esta subordinacin de la inteligencia, primer principio del sistema ternario, a lo uno, principio supremo del sistema binario, es el procedimiento mediante el cual Plotino logra poner orden en la vacilacin que imperaba en su tiempo en las concepciones metafsicas medioplatnicas.

veamos, a ttulo de ejemplo, un caso que nos ayude a ilustrar la con-fusin a la que nos referimos. Tal ejemplo lo encontramos en Aecio, doxgrafo del siglo i d. c., quien, a pesar de caracterizar a dios como Uno, lo identifica, a su vez, con el ser y con la Inteligencia.37 citemos un pasaje de este autor:

cendiendo al nos era un tpico comn en el perodo medioplatnico y que era ya dispu- tado en la Antigua Academia. La confusin y el desacuerdo respecto de esta doctrina, sin embargo, es sealado por ambos autores como propio del perodo preplotiniano. Para un estudio de las fuentes preplotinianas que sostienen la doctrina de la trascenden-cia del primer principio vase Whittaker 1969, pp. 91-104.

36 Vanse Szlezk 1997, p. 69, y Bussanich 1988, pp. 9-10.37 Considrese a Orgenes, por ejemplo. Sobre este punto vase Igal 1982, p. 38;

Rist 1964, p. 198; Whittaker 1969, pp. 91-104, y OCleirigh 1997, pp. 24-27. Numenio identifica a uno de sus principios con la mnada, que es, a su vez, un intelecto triple. ni la totalidad de este principio ni su primer aspecto, asimilado con el Bien, son iden-tificados con lo Uno (vase Dodds 1928, p. 132). Un autor que habra caracterizado lo Uno como ms all de la Inteligencia es el pitagrico Moderato de Gades (vase Wallis 2002, pp. 32-33).

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Platn afirma que Dios es lo Uno ( ), lo de naturaleza unitaria ( -), lo mondico ( ), lo que realmente es ( ), el Bien (). Todos estos nombres muestran avidez por la Inteligencia. dios, por consiguiente, es inteligencia.38

como estas lneas de aecio ponen en evidencia, lo uno, principio su-premo del sistema binario, es asimilado al principio supremo del sistema ternario, la inteligencia. ahora bien, Plotino con justicia se pregunta, tal como vimos en su pasaje citado del tratado V.4, si Dios o el progenitor es uno, cmo es posible asimilarlo con la inteligencia, si sta es, por lo pronto, dual, en tanto que es inteligible y, a su vez, inteligente? aquellos caracteres como , , , que para aecio son causa de que Dios deba identificarse con la Inteligencia porque muestran avidez por ella, seran, en el caso de Plotino, la razn de por qu no es posible identificar al Dios con aqulla.

Podemos afirmar, incluso, que si la Inteligencia no puede asimilarse a lo uno debido a que es dual por ser inteligible e inteligente, con menos razn todava pueden identificarse ambos principios si consideramos que para Plotino las formas constituyen el contenido de la inteligencia. las formas son una multiplicidad de entidades inteligibles que por ser el contenido de la inteligencia y, a su vez, los objetos de la inteleccin de aqulla ponen en evidencia el carcter mltiple de sta o, en trminos plotinianos, su carcter unimltiple. la doctrina de la inmanencia de los inteligibles en la Inteligencia, cabe recordar, ya se encuentra formulada en el Didaskaliks, tal como sealamos al principio de esta seccin, con lo cual tampoco constituye estrictamente una novedad del pensamiento enedico.

Nuestra breve exposicin de algunos aspectos de la metafsica medio-platnica nos permite formarnos una idea del estado de la exgesis de la filosofa de Platn en tiempos de nuestro filsofo y de los elementos tradicionales con los que Plotino trabaja a la hora de brindar su propia interpretacin de la ontologa platnica. si reparamos en el modo en que el neoplatnico logra engranar en su pensamiento los principios metaf-sicos heredados, podemos apreciar sin dificultad en qu medida la tras-cendencia de lo Uno en Plotino es fruto de la exgesis y reelaboracin de la ontologa precedente.

38 Cf. Stob. 1.1.29b, 58-60.

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Como afirmamos al comienzo de esta seccin, la postulacin de tres hipstasis alinea a Plotino con la tradicin que sostiene un sistema ter-nario. sin embargo, el primer principio de la trada plotiniana es lo uno, primer principio del sistema binario, y no la inteligencia, primera en la trada medioplatnica. Plotino produce, como es evidente, una conjuga-cin de los dos sistemas en la cual lo uno resulta el principio supremo y la dada, segundo principio del sistema binario, es asimilada a la inteli-gencia. las formas, por otra parte, al ser consideradas por Plotino como inmanentes a la inteligencia, constituyen junto con la dada aspectos constitutivos de este segundo principio. tngase en cuenta, asimismo, que ya aristteles haba sostenido en su presentacin de los principios platnicos que la dada es el sustrato a partir del cual surgen las for-mas.39 Podra decirse, pues, que la concepcin plotiniana que entiende que Inteligencia = Dada + Formas es un resultado posible, sino ne-cesario, de conjugar, por una parte, la doctrina presentada por aristteles que sostiene que las formas surgen a partir de lo uno y la dada y, por otra, la tesis de la inmanencia de las formas en el nos, ya sosteni-da por alcinoo. consciente de este carcter mltiple de la inteligencia, Plotino no concibe la posibilidad de identificarla con lo Uno, por lo que opta por postular que lo uno es superior a aqulla.

la trascendencia de lo uno respecto de la inteligencia y de las formas, como podemos apreciar, no es justificable slo a partir de una lectura metafsica del Parmnides platnico, sino tambin como el fruto del tra-bajo exegtico que Plotino lleva a cabo sobre la ontologa de la tradicin interpretativa de Platn. El paso que nuestro filsofo da al considerar a lo uno como trascendente a la inteligencia, pues, es el resultado natural de su reflexin sobre la metafsica medioplatnica y no parece requerir de elementos de otro orden, menos an msticos, para llevarse a cabo.

La polaridad mstica

en la seccin anterior hemos visto que la doctrina de la trascendencia de lo Uno es efectivamente deducible de la tradicin metafsica heredada por Plotino. Es posible afirmar, sin embargo, que otra serie de discursos presente en las Enadas podra inclinarnos a pensar que el origen de la doctrina de lo uno, es ms bien, mstico.

39 Cf. Arist. Metaph. I.6.

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ahora bien, antes de dedicarnos al anlisis de estos discursos, es necesario precisar qu entendemos por mstica. Brisson, siguiendo a Hadot,40 seala con razn que el significado etimolgico de es lo concerniente a los misterios, y que este trmino es utilizado, tanto por Plotino41 como por Porfirio,42 para designar un tipo de interpretacin alegrica de mitos y de ritos. Esta acepcin de ningn modo se refiere a las experiencias no conceptuales que encontramos en Plotino y que nosotros caracterizamos como msticas.43 sin embargo, advertidos de los riesgos de anacronismo, 44 consideramos junto con otros tantos autores45 que esta nocin es perfectamente aplicable a un aspecto de la filosofa enedica, en la medida en que se utilice con conciencia del significado que se le atribuye y de sus dificultades.

entendemos, pues, por mstica46 una clase de experiencia que provee al hombre, simultneamente, de un modo de existir y un modo de co-nocer distintos y superiores niveles de la existencia y del conocimiento normales.47 sta podra caracterizarse positivamente como experiencia de lo absoluto48 o, mejor dicho, experiencia absoluta, locucin con la que entendemos que en ella no es posible distinguir un sujeto que ex-

40 Vase Hadot 1980, pp. 459-465. Brisson 2007, pp. 453-459, sostiene: el trmino mstica... no puede ser utilizado para calificar la unin del alma con el primer Principio, designado como lo uno o como el Bien.

41 Cf. Plot. Enn. III.6.19.26.42 Cf. Porph. Plot. XV.2.43 Vase Hadot 1980, pp. 459-465.44 Hadot 1980, pp. 243-266, advierte sobre el riesgo de anacronismo, ya que estara-243-266, advierte sobre el riesgo de anacronismo, ya que estara- advierte sobre el riesgo de anacronismo, ya que estara-

mos aplicando a Plotino esquemas que surgen del estudio de descripciones de experien-cias msticas posthelnicas.

45 son numerosos los autores que hablan de una mstica plotiniana. nombramos slo algunos de ellos: Dodds 1928, pp. 141-142 y 1960, pp. 5-7; Armstrong 1940, pp. 29-35; Arnou 1967; Mamo 1976, p. 199; Hadot 1980, p. 245 y 1982-3, p. 463; Meijer 1992, p. 308; Beierwaltes 1995, pp. 146-147; Santa Cruz 1997, p. 357 y 2007, p. LXXX; Carone 1997, pp. 177-187; Ullman 2002, cap. X; Corrigan 2004, pp. 33-34; Sorabji 2006, p. 120; Brisson 2007, p. 464.

46 Encontramos otra definicin en Merlan 1963, p. 1: Por definicin consideramos que significa una doctrina que ensea que los momentos ms elevados de la existencia del hombre son aquellos en los cuales se absorbe en lo que l cree que es lo divino [] es una experiencia suigeneris,que difiere de la experiencia humana comn.

47 Definicin inspirada en Dodds 1968, p. 100.48 Reformulamos las palabras de Gardet, citadas por Garca Bazn 1978, p. 21.

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perimenta y un objeto experimentado. Por esta razn, tal experiencia es supraconceptual y supradiscursiva y no puede ser apresada con palabras ni conceptos sin traicionar su verdadera naturaleza.

en un sentido derivado, el trmino mstica tambin puede ser utili-zado para referirse a un gnero discursivo que remite a tal experiencia. a raz de esta ambigedad del trmino, podemos hablar tanto de una experiencia mstica como de un discurso mstico. si bien discurso y experiencia msticos no se implican entre s necesariamente, en el caso de Plotino parecera que nos encontramos ante un filsofo que ha accedido a la experiencia49 y que ha desarrollado, a su vez, un gnero discursivo en relacin con esta.

si nos remitimos a la Vida de Plotino que Porfirio nos transmite junto con su edicin de las Enadas, encontramos algunas ancdotas valiosas para nuestra investigacin. En su biografa, en efecto, Porfirio comenta que Plotino accedi a la experiencia mstica numerosas veces. transcri-bamos el pasaje.

muchas veces, cuando se remontaba al dios primero y trascendente con sus pensamientos y de acuerdo con las etapas trazadas por Platn en el Banque-te, aparecisele [a Plotino] aquel Dios que carece de figura y de forma y est asentado sobre la Inteligencia y sobre todo lo inteligible. Yo, Porfirio, que estoy en el ao sexagsimo octavo de mi vida, declaro haberme allegado a ese dios y haberme aunado con l una sola vez. Pues bien, Plotino vio asomar la meta ya cercana, porque para l el fin y la meta es aunarse con el dios omnitrascendente y allegarse con l. cuatro veces, mientras estuve yo con l, alcanz esta meta por una actividad inefable.50

En estas lneas, Porfirio transmite importantes detalles que deben tener-se en cuenta. Por una parte, comenta que Plotino habra tenido efectiva-mente una serie de experiencias msticas, que l mismo tambin habra

49 En sus escritos, Plotino hace referencia a sus propias experiencias. Considrense, a modo de ejemplo, Plot. Enn. I.6.7.2-4; VI.9.9.40-43 y tambin IV.8.1.1-10.

50 Porph. Plot. 23.7-17: , . . . . , , .

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tenido una vez. este testimonio, aparte de algunos pasajes de las Ena-das que podramos considerar como alusiones a la propia experiencia de Plotino, nos permitira corroborar que la mstica plotiniana tiene su raz en esta vivencia trascendente y que no es un desarrollo meramente especulativo o literario.51 Por otra parte, afirma que el filsofo alcanz esta meta por una actividad inefable: se trata como es propio de toda experiencia mstica, de una experiencia supradiscursiva y supraconceptual.

Pues bien, el carcter supraconceptual de la experiencia mstica constituye una seria dificultad al momento de querer expresar esta vivencia, puesto que al intentar transmitirla mediante el lenguaje, se opera sobre ella, inevitablemente, una interpretacin y un encuadre conceptual.52 el discurso mstico plotiniano, as como todo discurso mstico,53 puede implicar la experiencia, pero pertenece, forzosamente, al orden de la in-terpretacin. debido a esto, el segundo sentido del trmino mstica que, como dijimos, se aplica a un gnero discursivo, siempre va a estar dis-tanciado de la experiencia inefable de un modo insalvable y slo podr referirse a ella traicionando su naturaleza supraconceptual y reducin-dola a un esquema categorial. en el caso de las Enadas, la presencia de un gnero discursivo mstico es manifiesta y el tratado en el que su presencia es ms evidente es VI.9, razn por la cual Porfirio ubica este escrito en ltimo lugar al editar los textos de Plotino.

51 Dodds 1968, p. 100, distingue, por un lado, a los msticostericos, quienes creen en la posibilidad de semejante unin, y, por otro, a los msticospracticantes, quienes creen haber tenido tales experiencias. en el primer grupo estn incluidos los segundos, ya que los msticos practicantes creen en la posibilidad de semejante unin adems de haberla experimentado, mientras que los tericos, no por aceptar su posibilidad creen haberla experimentado. Podemos incluir a Plotino, por lo tanto, en el grupo de msticos practicantes.

52 Podramos afirmar, incluso, que por el simple hecho de reflexionar y de traer nue-vamente a la conciencia tal experiencia, esta es interpretada. deberamos hablar, por tanto, de una experiencia pura si queremos indicar el momento y estado de trance exttico, pero al estudiar la mstica plotiniana nos limitamos a sus discursos, por lo cual tal distincin resulta innecesaria. Para un desarrollo de los mltiples factores que constituyen la experiencia mstica, vase Panikkar 2005, pp. 131-161. En relacin con la inmediatez de la aprehensin mstica en Plotino y su distanciamiento del lgos vase, a modo de ejemplo, Plot. Enn. VI.9.4.1-10 y V.3.17.25-28. Para un estudio detallado de la relacin entre experiencia mstica y discurso en Plotino vase Martino 2010b, pp. 67-76.

53 Sobre la relacin entre experiencia mstica y discurso, vase Panikkar 2005.

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as, el discurso mstico plotiniano es complejo y es posible distinguir en l diferentes especies. En primer lugar, se podra reco nocer un dis-curso metafrico con el cual nuestro autor retrata la experien cia msti-ca mediante imgenes. esta primera clase puede ser caracterizada como atomizante, pues tiende a brindar una serie de representaciones que no estn, necesariamente, conectadas entre s, ni vinculadas con la metafsi-ca plotiniana de un modo inmediato. Algunas de las metforas utilizadas por Plotino e incluidas en esta especie discursiva son la de coincidencia de centros,54 las metforas erticas, entre otras. En segundo lugar, encon-tramos un discurso interpretativo integrador, mediante el cual Plotino relaciona directamente la experiencia mstica con su sistema metafsico, a raz de lo cual podramos considerar que se trata de una doctrina mstica. Y, en tercer lugar, es posible identificar, a su vez, una especie discursiva que busca reducir al mnimo la imposicin de categoras conceptuales sobre la vivencia inefable. Esta ltima clase parece ser el fruto de una retrica conciente de las limitaciones del lenguaje para apresar y transmi-tir la experiencia trascendente, por lo cual ms que intentar interpretarla diciendo lo que es, procura expresar lo que la experiencia mstica no es.

en este trabajo no analizamos la primera especie de discursos msticos, pues esta ya ha sido estudiada en detalle por los especialistas.55 examinamos, ms bien, la segunda y tercera especies. citemos, a conti-nuacin, un pasaje en el cual Plotino recurre a la tercera clase identificada.

El vidente mismo era una sola cosa con lo visto por lo que no sera lo visto sino lo aunado. [] Ahora bien, l mismo era uno pues no tena en s diversidad alguna ni con respecto a s mismo ni con respecto a otras cosas. Pues nada se mova en l: no el nimo (ningn deseo de otra cosa se haca presente en l habiendo ascendido), pero tampoco la razn ni inteleccin alguna, ni l mismo en absoluto , si hay que decir esto. sino que, tras ser como arrebatado o estar como endiosado, se qued en soledad y en estado de quietud serena, sin inclinarse en su esencia a ninguna parte ni volverse sobre s mismo, completamente fijo y devenido, por as decirlo, estabilidad.56

54 Plot. Enn. vi.9.8.55 Para un anlisis orientativo vase, por ejemplo, MacKenna 1969, pp. lxiv-lxx;

Meijer 1992, p. 229; Mazur 2009, pp. 67-83.56 traduccin propia de Plot. Enn. VI.9.11.4 s.:

, , [].

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este pasaje, a nuestro entender, evidencia claramente un discurso en el cual se intenta describir una experiencia a la cual no le caben caracteres positivos de ninguna clase. Pone de manifiesto, asimismo, la conciencia de Plotino de que cualquier atribucin estara traicionando la naturaleza pura, por as decirlo, de la experiencia mstica.57 incluso la utilizacin de atributos positivos como estado de quietud o soledad se entienden, en este contexto, como un refuerzo de los atributos negativos ausencia de movimiento o ausencia de alteridad.58 Podemos afirmar que esta descripcin es la ms adecuada de las posibles para referirse a la ex-periencia, pues le impone un grado mnimo de conceptualizacin. esta especie discursiva, entonces, representa todo lo que es posible acercarse a la experiencia mstica mediante el discurso sin involucrarse con una doctrina o interpretacin.

Adems, otros pasajes enedicos nos ofrecen discursos msticos mu-cho ms cargados de interpretacin. El esfuerzo por volver inteligible esta experiencia hace que Plotino le adose un sentido que ella en s mis-ma no posee, el de su pensamiento metafsico. Consideramos que esta clase de discursos constituye la doctrina mstica plotiniana que consiste en la reflexin del filsofo sobre su experiencia inefable mediante las categoras de su ontologa. esta doctrina corresponde a lo que hemos caracterizado como discurso interpretativo integrador sobre la experien-cia mstica debido a que brinda una interpretacin de la experiencia que la integra a su sistema metafsico. Transcribamos un pasaje que nos ayu-de a captar esto con claridad.

Hay que tornarse Inteligencia, confiar la propia alma a la Inteligencia e instalarse en ella para que admita en plena vigilia aquello que la inteligen-cia ve. Hay que contemplar lo uno por la inteligencia, sin aadir ninguna sensacin, ni admitir en aquello nada proveniente de la sensacin; por el

, , , . , , .

57 En relacin con la conciencia de Plotino de las dificultades que implica la inter-pretacin de las experiencias msticas, cf. Plot. Enn. VI.9.3.52.

58 En otros pasajes, en efecto, Plotino habla de lo Uno como anterior al reposo. Cf. Plot. Enn. vi.9.3.44-45.

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contrario, hay que contemplar lo ms puro con la pura inteligencia y con lo primero de la inteligencia.59

Este segundo pasaje, a diferencia del anterior, caracteriza la expe-riencia mstica mediante trminos positivos que implican, a su vez, una metafsica. Es evidente que este discurso enmarca la vivencia inefable en un sistema conceptual, por lo cual, si bien parece estar refirindose a la experiencia, corresponde a lo que llamamos doctrina mstica. en ella, la presencia del alma, de la inteligencia y de lo uno es mani-fiesta, as como las relaciones que el hombre debe establecer con estas realidades para poder acceder a la experiencia mstica. ahora bien, es preciso recordar que esta clase de interpretaciones atenta contra la com prensin de que la experiencia es inmediata, en el sentido de que carece de toda mediacin conceptual y discursiva, y que nos induce a creer que ella posee, efectivamente, los caracteres positivos y los atri-butos con los que se la interpreta.

trazadas estas distinciones entre experiencia y discursos msticos, entre los cuales encontramos, a su vez, a la doctrina, resta que examine-mos, por una parte, la funcin que la mstica cumple en el pensamiento plotiniano y, por otra, la relacin de sta con la exgesis. dejamos el examen de este ltimo punto para la seccin siguiente y desarrollamos, a continuacin, algunos aspectos del primero de ellos. citemos un ltimo pasaje de las Enadas para ilustrar nuestro punto de vista.

mas hablamos y escribimos para conducir hacia l y para despertar de las palabras a la contemplacin, como indicndole el camino al que desea con-templar. Pues la enseanza es solo del camino y de la marcha a seguir, mas la contemplacin es ya obra de aquel que ha deseado ver.60

en estas lneas, Plotino explica que el propsito del discurso mstico, de la enseanza sobre lo uno y sobre la contemplacin que es posible

59 traduccin propia de Plot. Enn. VI.9.3.22-27: , , , .

60 traduccin propia de Plot. Enn. VI.9.4.12-16: . , .

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obtener de aqul, es la experiencia mstica. no se trata, pues, de una inquietud meramente expresiva. mediante esta clase de discursos, por el contrario, Plotino abre su propia experiencia ntima y trascendente a los otros hombres. Con ellos, el filsofo procura, por un lado, brindar una cierta imagen inteligible del bien al que los hombres deben tender y, por otro, despertar el anhelo por encaminarse hacia aquello. los dis-cursos msticos, tal como Plotino afirma en el pasaje citado, tambin son indicaciones del sendero que debe recorrerse para llegar al final del camino. Los discursos msticos, en fin, vuelven inteligible lo inefable, gracias a lo cual quien ha accedido a una experiencia que carece de toda determinacin puede describirla a los otros hombres con el fin de que ellos tambin despierten a la contemplacin y obtengan la experiencia por s mismos. Tal finalidad, sin embargo, no podra ser cumplida si el punto de partida de los discursos msticos plotinianos no fuera su propia experiencia trascendente. Plotino, en efecto, afirma que puede sealar el camino porque l mismo lo ha recorrido y que puede caracterizar la vivencia de unin con lo uno porque l mismo la ha experimentado.61 consideremos, al menos de modo hipottico, la incidencia de las ense-anzas de Plotino sobre el hecho de que Porfirio lograra, l tambin, aunarse con lo uno al menos una vez.62

Ahora, al tener el discurso mstico una finalidad persuasiva, exhorta-tiva y anaggica implica, a su vez, la experiencia mstica del que indica el camino. Podemos apreciar, pues, que la relacin entre experiencia y discurso msticos resulta ser de implicacin mutua, en la medida en que la experiencia propia de Plotino se revela como condicin necesaria para su discurso pero este, a su vez, es presentado como la instruccin que permitir a quienes son mentados por l a que lleguen, por s mismos, a la experiencia, final del camino. Entonces, la funcin creativa de la mstica plotiniana es doble: cada uno de los modos en que la entende-mos, es decir, tanto el discurso como la experiencia, posee su impulso generador: la experiencia engendra el discurso63 y el discurso posibilita la experiencia.

61 Cf. Plot. Enn. VI.9.9.40-61.62 Cf. Porph. Plot. 23.13.63 Sobre el poder generador de discursos que posee el encuentro con lo Uno, cf.

VI.9.7.16-29.

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Propuestas para una interpretacin de la relacin entre la msticay la exgesis en la filosofa plotiniana

en la seccin anterior hemos visto que la mstica enedica incluye, por una parte, la experiencia inefable a la que Plotino habra accedido en ms de una oportunidad y hacia la que exhorta a sus lectores y, por otra, los discursos que aluden a aqulla. Entre estos discursos, a su vez, identifi-camos una especie que consiste en una interpretacin de la experiencia constituyendo una doctrina.

ahora bien, en nuestro anlisis de la experiencia y del discurso ms-ticos sugerimos que la relacin que hay entre ellos es circular en tanto que, para Plotino, la experiencia se revela como condicin necesaria para el discurso mstico, pero ste, a su vez, es presentado como la ins-truccin que permite que otros obtengan, por s mismos, la experiencia. Resta examinar, pues, la relacin entre mstica y exgesis en la filosofa de Plotino.

al caracterizar la experiencia mstica sostuvimos que sta posee un carcter inmediato, en el sentido de que carece de toda mediacin con-ceptual y discursiva. Afirmamos, asimismo, que, al presentar su doctrina mstica, Plotino se vale de las categoras propias de su sistema metafsico con la finalidad de interpretar la experiencia mstica y tornarla inteligi-ble. el papel de la exgesis en el marco de la mstica, pues, es evidente. El sistema metafsico al que Plotino arriba mediante la exgesis de los antiguos le provee el marco conceptual para expresar lo inexpresable y comprender lo que se encuentra ms all de la comprensin intelectual. Desde el punto de vista de la mstica, por lo tanto, la exgesis metafsica que Plotino realiza de sus antecesores cumple un papel instrumental, en la medida en que le proporciona los conceptos que le permiten deslizarse de la vivencia mstica inefable al discurso mstico inteligible, es decir, de la experiencia a la doctrina.64

Pero es posible, asimismo, considerar la relacin desde otro punto de vista. como vimos en la primera seccin de este artculo, la ontologa plotiniana y, en especial, la doctrina de la trascendencia de lo uno pue-

64 Podemos afirmar que la exgesis de la ontologa de los antiguos no es el nico ins-trumento con el cual Plotino tornar lo inefable en discurso. Pensemos, por ejemplo, en las metforas correspondientes a lo que identificamos con la especie atomizante de discurso mstico. ahora bien, al no encontrarse esta ltima especie discursiva en una relacin inme-diata con la exgesis plotiniana de la metafsica heredada no lo analizamos en este trabajo.

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den considerarse como el resultado de la reflexin de Plotino sobre la tradicin metafsica platnica. Y al asociar la mstica a su pen samiento metafsico, Plotino logra enriquecer la exposicin de su ontologa. Gra-cias al condimento aportado por la doctrina mstica, la ontologa deja de ser un terreno exclusivo del conocimiento terico, para tornarse en una presencia ms poderosa que la ciencia,65 a la cual el hombre puede acceder experimentando ntimamente y por s mismo los grados de la realidad que Plotino postula en su exgesis del pensamiento precedente. desde esta perspectiva, pues, la mstica cumple un papel instrumental respecto de la exgesis en la medida en que le permite a Plotino desli-zarse del discurso inteligible a la experiencia inefable. La relacin entre el discurso metafsico que surge de la exgesis de sus antecesores y la mstica parece otorgarle a la ontologa especulativa plotiniana la fuerza de una comprobacin, en la medida en que el hombre puede experimen-tar los grados de la realidad descritos en su filosofa.

Es necesario tener en cuenta, no obstante, que cuando afirmamos que la mstica parece corroborar la metafsica estamos utilizando aquel trmino para referirnos a la doctrina mstica tal como la definimos ante- riormente. la experiencia mstica, de hecho, por ser supraconceptual e inefable no puede implicar ni remitir con necesidad a ningn sistema de conceptos metafsicos en particular. La doctrina mstica, por el contrario, s remite al sistema metafsico, ya que es producto de la articulacin entre la experiencia y la ontologa. Pero considerar que la doctrina ms-tica es una comprobacin de la ontologa es un error, ya que de hacerlo caemos en una falacia de peticin de principio. En ese caso, estaramos tomando la exgesis plotiniana de la metafsica precedente como punto de partida para una interpretacin de la experiencia mstica, para luego sostener que la mstica corrobora la exgesis plotiniana.

Podemos afirmar, pues, que la mstica posee en relacin con la ex-gesis, simplemente, un valor persuasivo. asimismo, podemos creer que la mstica proveer la ilusin de funcionar como una verificacin de la exgesis. Esta ilusin, finalmente, slo puede ser desarticulada en la me-dida en que distingamos con claridad entre experiencia mstica y doctri-na mstica. cabe aclarar, sin embargo, que no resulta sencillo trazar esta distincin debido a que la ms mnima expresin sobre la experiencia mstica implica, en algn grado, interpretacin.

65 Plot. Enn. vi.9.4.

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An as, hay un elemento importante que debe tenerse en cuenta: la experiencia mstica plotiniana es supraintelectual. esto nos lleva a la necesidad de plantear un estrecho paralelismo entre la supraintelectualidad de lo uno y la de la experiencia trascendente. esta correspondencia es ms que significativa y provee mayor fuerza al planteo ontolgico plo-tiniano. sin embargo, la aludida correlacin no anula el hecho de que la propuesta metafsica plotiniana pertenece al plano discursivo, mientras que la experiencia mstica es supradiscursiva. en todo caso, podemos afirmar que el carcter supraconceptual y supradiscursivo tanto de la experiencia mstica como de lo Uno refuerzan la interpretacin de la ex-periencia en trminos de la metafsica enedica.66

Conclusiones

Nuestras reflexiones acerca de la funcin que la mstica y la exgesis cumplen en la filosofa de Plotino nos han llevado a sugerir una inter-pretacin acerca de la relacin entre estos dos elementos. la visin que hemos propuesto, a su vez, nos permite reconsiderar algunos aspectos de las posiciones de gerson y de szlezk acerca de este tema.

Examinamos, en primer lugar, dos sistemas metafsicos de inspiracin platnica sostenidos por pensadores que anteceden a Plotino. el ternario, por una parte, constituido por el alma del mundo, el intelecto del mundo y dios o el primer intelecto, aparece en las obras de alcinoo y de apule-yo. el esquema binario, por otra parte, que incluye a lo uno y a la dada, es atribuido a Platn nada menos que por aristteles. tanto aecio como numenio son un ejemplo de pensadores que con anterioridad a Plotino amalgaman, cada uno a su modo, ambos sistemas. el anlisis llevado a cabo en la primera seccin del artculo ha pretendido, pues, poner de manifiesto que la metafsica enedica y, en especial, la doctrina de la tras-cendencia de lo uno tienen su origen en la exgesis plotiniana de la onto loga precedente.

en segundo lugar, analizamos el discurso mstico enedico y sostuvi-mos que tiene su fuente de inspiracin en la propia experiencia mstica de Plotino, por lo cual indicamos que es preciso distinguir entre experiencia y discurso dentro de la mstica plotiniana. Sealamos, a su vez, diferen-

66 la experiencia mstica bien podra haberse interpretado con otras categoras con-ceptuales que remitan, de todos modos, a lo supraconceptual.

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tes clases del discurso mstico y afirmamos que nuestro filsofo recurre a su pensamiento metafsico para elaborar aquella clase que llamamos doctrina mstica. esto nos permiti concluir que la doctrina mstica es secundaria a la exgesis plotiniana de la ontologa precedente.

Hemos visto, pues, que, al surgir a partir de la exgesis de la ontologa precedente, el sistema metafsico plotiniano no requiere necesariamente de la mstica. Podramos pensar, incluso, que un esquema tal podra haber sido planteado por otro pensador que, sin tener ninguna experiencia tras-cendente, siguiera el mismo camino exegtico que describimos en la pri-mera seccin. nuestro anlisis nos llev a reconocer, asimismo, que en ltimo trmino la experiencia mstica por s misma no puede corroborar ninguna metafsica especulativa determinada puesto que trasciende toda especulacin y es previa a toda conceptualizacin. desde esta perspecti-va, estaramos dispuestos a concederle a gerson que su interpretacin es en alguna medida correcta. si bien no consideramos que la mstica est lgicamente desconectada de la filosofa plotiniana, tal como l afirma, creemos que no debe buscarse el origen de la metafsica enedica en la mstica.

Es preciso sealar, sin embargo, que la filosofa plotiniana excede am-pliamente su examen y exgesis de la metafsica platnica en la medida en que su fin ltimo no es meramente especulativo. La concepcin ploti-niana de la filosofa, por el contrario, no consiste en teoremas y reglas ni en simples proposiciones, sino que es la bsqueda de inteligir una verdad que se da en el terreno notico y cuyo fundamento es concebido como una realidad trascendente al mbito notico e incluso ntico.67 en este sentido, la filosofa enedica busca transformar la disposicin interna del hombre de modo que la existencia de una realidad suprasensible, origen y fin de lo sensible, sea garantizada por la ntima certeza que provee la experiencia mstica. La filosofa plotiniana, podemos decir, alcanza su objetivo en la persona de Plotino, si admitimos que l logr acceder al fundamento suprasensible de la realidad, y tambin en Porfirio si toma-mos en cuenta su testimonio de que tambin l alcanz la experiencia inefable.68 Podramos pensar que el pensamiento plotiniano es an ms frtil si consideramos, como se ha dicho, que Plotino es el padre de la

67 Cf. Plot. Enn. i.3.5.68 Cf. Porph. Plot. 23.

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mstica occidental.69 tomada bajo esta perspectiva, la mstica plotiniana es un ingrediente fundamental en la filosofa enedica en la medida en que, para Plotino, una propuesta metafsica que no ha sido incorporada mediante la certeza ntima que provee la experiencia mstica tiene poco o ningn valor filosfico. A raz de lo afirmado, creemos que es preciso matizar el punto de vista de gerson quien sostiene la desconexin entre la mstica y la filosofa de Plotino y que la posicin de Szlezk puede iluminar nuestra comprensin del pensador neoplatnico. Szlezk afir-ma, de hecho, que la unificacin con lo Uno es el fin que Plotino presen-ta al filsofo,70 por lo que pensamos, en consonancia, con este autor, que la experiencia mstica y el discurso anaggico que surge del contacto entre la experiencia y la exgesis debe considerarse como el corona-miento de la filosofa expuesta en las Enadas. Ahora bien, afirmar que la experiencia mstica es el coronamiento de la filosofa enedica no im-plica que aqulla corrobore la propuesta ontolgica plotiniana, tal como intentamos demostrar en la segunda seccin del artculo.

finalmente, consideramos que podra haber otro camino legtimo para repensar la relacin entre exgesis y experiencia trascendente, sin nece-sidad de recurrir a la doctrina mstica. Para establecer y determinar la naturaleza de esta relacin sera necesario, segn creemos, partir de un anlisis de la psicologa plotiniana en estrecha relacin con su metafsi-ca. Estudiar esta propuesta en el marco de la filosofa de Plotino corres-pondera a una nueva investigacin.

BiBliografa

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