exégesis del salmo 35

INSTITUTO BÍBLICO NACIONAL

SALMO 35.EXÉGESIS, ÁNALISIS LITERARIO Y

ESTRUCTURAL1

Mayo, 2014

1 Para el desarrollo del presente documento, las menciones que se hagan a textos de las Sagradas Escrituras se entenderán hechas bajo la revisión Reina – Valera del año 1960, a menos que expresamente se indique lo contrario.

SALMO 35. EXÉGESIS, ANÁLISIS LITERARIO Y ESTRUCTURAL

I. INTRODUCCIÓN. ASPECTOS GENERALES SOBRE EL

TRATAMIENTO HERMENÉUTICO DE LOS SALMOS

Definitivamente el libro de los Salmos destaca entre sus pares con luz propia. A pesar de integrar el género más amplio denominado libros poéticos, esta obra posee características que le separan diametralmente de los demás. Más hacia la profundidad, el libro de los Salmos tiene un valor particular: es un libro de expresión. Muchos de nosotros, acompañando al salmista, hemos declarado:

“Jehová es mi pastor; nada me faltará” (Salmos 23:1)

O cuando las dificultades nos agobian, reflexionamos y nos preguntamos:

“¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí?” (Salmos 42:11)

De esta forma, la poesía hebrea nos permite experimentar las sensaciones del salmista, tanto de su entorno como de su interior, nos otorga la posibilidad de navegar dentro de sus cavilaciones, observar su determinación y, en general, ser testigos directos de la formación de su carácter en relación a Dios. El cristiano halla aquí una fuente inmensa de donde nutrir su vida espiritual.

No obstante lo anterior, este fascinante libro no se agota en la experiencia del camino del hombre hacia Dios, sino que nos otorga una nítida luz de su esencia, es decir, sus atributos y su relación con lo creado:

“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan” (Salmos 24:1)

En temas de importancia exegética, el libro de los Salmos es un registro muy rico para su análisis; la particularidad de la lírica hebrea se manifiesta plenamente en él mediante el uso de paralelismos –sinónimos, antitéticos, sintéticos, introvertidos, etc.-, de una multiplicidad de formas del lenguaje figurado, además de la ausencia de la rima fonética y métrica2. Habida consideración de la gran cantidad de cánticos, este libro demanda del exégeta un estudio pormenorizado del contexto en que cada uno de ellos fue originado.

2 Véase MARTÍNEZ, José. Hermenéutica bíblica. Terrassa, Barcelona, Libros CLIE, 1984. p. 320 y ss.

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Salta a la vista que el trabajo interpretativo de los Salmos es especialmente particular. En lo siguiente, nos adentraremos en el estudio detallado del Salmo 35.

II. EXÉGESIS, ANÁLISIS LITERARIO Y ESTRUCTURAL

S ALMO 35

1. Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten.

2. Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda.

3. Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; di a mi alma: Yo soy tu salvación.

4. Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.

5. Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose.

6. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga.

7. Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma.

8. Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella.

9. Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación.

10. Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?

11. Se levantan testigos malvados; de lo que no sé me preguntan;

12. Me devuelven mal por bien, para afligir a mi alma.

13. Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno.

14. Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.

15. Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; me despedazaban sin descanso;

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16. Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron contra mí sus dientes.

17. Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.

18. Te confesaré en grande congregación; te alabaré entre numeroso pueblo.

19. No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.

20. Porque no hablan paz; y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.

21. Ensancharon contra mí su boca; dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!

22. Tú lo has visto, oh Jehová; no calles; Señor, no te alejes de mí.

23. Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa.

24. Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, y no se alegren de mí.

25. No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado!

26. Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.

27. Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que ama la paz de su siervo.

28. Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día.

Como hicimos mención anteriormente, entramos ahora en el estudio hermenéutico particular del Salmo 35, el cual, según el mérito de la cátedra, organizaremos en función de diversos tópicos.

a. La naturaleza del cántico

La determinación del género del cántico nos merece ciertas apreciaciones. La dificultad de este punto no está dada por su propio mensaje, sino más bien porque coincide con dos tipos que, en nuestra opinión, no son excluyentes. Pablo Hoff, en su texto Libros Poéticos, al clasificar los salmos separa los que denomina de sufrimiento, lamentación y suplica de los llamados “salmos imprecatorios”, ubicando nuestro texto en cuestión en la segunda clase. El término imprecar se refiere a

“Proferir palabras con que se expresa el vivo deseo de que alguien sufra mal o daño.” 3

3 RAE. Imprecar. En Diccionario de la lengua española. 22a ed. 2001. Recuperado de http://lema.rae.es/drae/?val=imprecar

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En términos conceptuales, Hoff no establece diferencias categóricas entre ambos tipos, coincidiendo éstos últimos en gran medida con la descripción de lo que denomina súplicas individuales.4 Ahora bien, el valor de esta propuesta es que establece un género particular de Salmos imprecatorios. José Martínez, en cambio, no señala expresamente a estos salmos como una categoría independiente y se limita a apuntarlos como salmos de súplica o lamentación, recalcando sus evidentes similitudes.5

Frederic Putnam nos señala este punto de manera más profunda, en cuanto busca responder si existe tal cosa como salmos imprecatorios dentro del género de salmos de lamentación.6 Para ello, citando diversos autores, esquematiza sus características, a saber: a) la invocación del nombre divino, en la cual se reafirman los compromisos y los pactos de confianza, b) la queja o lamento, c) la petición, d) las motivaciones, e) la declaración de confianza de haber sido oído, f) la alabanza a Dios en virtud de tal confianza y g) la expresión de determinados votos. Estos elementos conforman los salmos imprecatorios, que también son llamados lamentos individuales o salmos de queja.

“La línea de demarcación entre estos salmos y otros salmos con algunos o muchos de estos elementos, de todas formas, es la relativa severidad de las

imprecaciones contenidas dentro” 7

En resumen, se señala por lo anterior, que este salmo entra dentro de los denominados Salmos de lamentos imprecatorios, los que conforman un subgénero dentro de los lamentos generales.

b. Contexto histórico

Parte de la doctrina8 señala que el primer versículo nos otorga una referencia histórica, la que se sustenta en la semejanza entre estos dos versículos:

4 HOFF, Pablo. Libros poéticos. Poesía y sabiduría de Israel. Estados Unidos, Editorial Vida, 1998. p. 735 MARTÍNEZ, José. op. cit., p. 325.6 PUTNAM, Frederic. Imprecation and righteousness in Psalm 35. Thesis (Master of Sacred Theology) Hatfield, Pennsylvania, EE.UU., Faculty of Biblical Theological Seminary, 1980. p. 3 y ss.7 Ibíd., p. 7.8 ALEXANDER, Joseph. The Psalms. Translated and explained. Edinburgh, Elliot & Thin. 1864. p. 149; SPURGEON, Charles. The Treasury of David. Vol. II. London, Marshall Brothers L.T.D. 1881. p. 140; JAMIESON, R., FAUSSET, A., BROWN, D. Comentario exegético y explicativo de la Biblia. Tomo II. 20º ed. Texas, EE.UU., Casa Bautista de Publicaciones, 2003. p. 453.

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“Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten.” (Salmos 35:1)

“Jehová, pues, será juez, y él juzgará entre tú y yo. Él vea y sustente mi causa, y me defienda de tu mano.” (1ª Samuel 24:15)

Según podemos ver, tal afirmación se respalda en la similitud en el lenguaje en cuanto se puede percibir una exclamación de defensa de parte de Dios. Sin embargo, hay otro sector que sostiene, no sin razón, que el contexto histórico del salmo se encuentra en otro hecho:

“Su peculiar característica es que los enemigos sobre los cuales el poeta impreca los justos juicios de Dios, son hombres que han sido formalmente sus amigos, hombres por los que él ha orado en su aflicción “con un corazón de hermano”, y quienes ahora retribuyen su amor con odio malagradecido. Tal

enemigo podría haber sido Saúl: pero nosotros nunca encontramos ni un trazo de amargura en los sentimientos de David hacia Saúl. El generoso enemigo

cuyo corazón se conmocionó porque cortó la túnica de Saúl, y quien siempre reconoció en Saúl la unción del Señor, nunca habría llamado los juicios de

Dios sobre su cabeza. Me parece, por lo tanto, más probable que los cómplices de la conspiración de Absalón, tales como Ahitofel [2º Samuel 15] y sus

asociados, son señalados en las fuertes palabras del poeta. Pero todo esto, e incluso la misma autoría, deben ser materia de meras conjeturas” 9

En función de lo anterior, el contexto histórico en el que se enmarca este salmo queda inconcluso. Los antecedentes disponibles no nos permiten llegar a una conclusión unívoca.

c. Consideraciones relacionadas con el autor

El salmo 35 tiene la particularidad de ser uno de los 122 que contiene un título que indica autoría10; en este sentido, nos aparece claramente justificada su atribución a David, además de existir una cierta unanimidad en señalarlo como creador, no obstante la discusión atingente al tema y que apuntamos en una cita textual anterior.

Ahora, enunciaremos concisamente los antecedentes que el mismo texto nos arroja sobre su autor:

1. Versículos 9 – 10: “Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación. Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?” El salmista, a pesar de la constante lucha contra sus opresores declara el regocijo de su alma, de su interior, por el actuar de su Señor.

9 PEROWNE, Stewart. The book of Psalms. Vol. 1, 2nd edition revised. London, Bell and Daldy. 1870. p. 289 – 290.10 PUTNAM, Frederic. op. cit., p. 28.

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2. Versículos 13 – 15: “Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; afligí con ayuno mi alma, y mi oración se volvía a mi seno. Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba. Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; me despedazaban sin descanso” En su interior, el salmista sí tiene un interés real por los que en algún momento fueron sus hermanos, y por ello no entiende su actuar.

3. Versículo 18: “Te confesaré en grande congregación; te alabaré entre numeroso pueblo.” Vuelve a reafirmar su regocijo por la respuesta divina.

4. Versículo 22: “Tú lo has visto, oh Jehová; no calles; Señor, no te alejes de mí.” El salmista declara su completa dependencia del poder de Dios.

5. Versículo 28: “Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día.” Reafirma aquí lo dicho completa dicha por la providencia de Jehová

d. Nociones teológicas

Entendemos que la Biblia es un conjunto de relatos, de los cuales cada uno de ellos da cuenta de las singularidades de su tiempo. Sin embargo, esta conclusión no merma en absoluto el hecho de que la conexión entre todos ellos se produce también en el campo conceptual; de esta forma, las ideas sostenidas por el salmista podrán perfectamente ser contrastadas con la revelación que obtenemos en el Nuevo Testamento. Aquí, las principales nociones teológicas:

1. El concepto de la Salvación

“… Di a mi alma: Yo soy tu salvación” (Salmos 35:3)

“Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se regocijará en su salvación.” (Salmos 35:9)

Debemos hacer ciertas menciones aquí. En primer lugar, la palabra entonces hace referencia a que el regocijo del salmista vendrá a consecuencia de algo, que en este caso es el obrar imprecatorio de Dios sobre sus enemigos. Sin embargo, tal conclusión no es del todo satisfactoria en la perspectiva clásica del concepto Salvación, y a ello apunta interpretación de la segunda parte. David se ha de regocijar en la salvación de Jehová, pero no como un beneficio marginal de su obrar

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sino que el fundamento de su gozo es la persona misma de su Señor como tal y como Dios Salvador, tal como afirma el primer versículo citado. Calvino lo señala de la siguiente manera:

“Mi alma, dice él, se regocijará, no en una liberación del autor […], sino en la salvación de Dios” 11

Según el diccionario Vine12, la palabra salvación se usa en el nuevo testamento como: a) liberación material y temporal de peligros y aprehensión, b) liberación espiritual y eterna concedida inmediatamente por Dios a aquellos que aceptan sus condiciones de arrepentimiento y fe en el Señor Jesús, en quien únicamente se puede obtener, y en base de la confesión de Él como Señor, c) la experiencia presente del poder de Dios para liberar de la servidumbre del pecado, d) la futura liberación de los creyentes en la parusía de Cristo por sus santos, e) ocasionalmente, como virtualmente significando el mismo Salvador, y f) en alabanza. Este concepto es de mucha importancia en el lenguaje utilizado por el autor, y es clave en la representación de su mensaje al lector actual. Glorificaremos a Dios por cuanto su obra nos ha salvado del pecado y de la muerte; éstos, analógicamente pueden prefigurarse como los enemigos que David describe.

2. El concepto de Justicia

“Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, y no se alegren de mí.” (Salmos 35:24)

Esta es, quizá, una de las características más reconocibles de los salmos de lamentación: La reclamación de justicia por parte del autor. Ahora bien, esta declaración apunta hacia dos frentes, que en este caso son a) declarar la justicia de Dios y su necesidad de aplicación al caso y b) declarar la justicia habida en el autor, en virtud de la cual, se le ha perjurado.

El concepto utilizado en todo el Antiguo Testamento, para los exégetas, puede ser entendido en un sentido relacional (honradez) o en un sentido abstracto (rectitud). La referencia utilizada en el versículo es la fuente misma de justicia, esto es, Dios, y no se establece una relación con un determinado código legal, procedimientos jurídicos o criterios reales.

En el caso del Nuevo Testamento, la justicia (dikaiosune) se usa a) para denotar un atributo de Dios formando parte de su misma naturaleza, b) en relación a la obra salvífica de la muerte de Cristo

11 CALVIN, John. Commentary on the book of Psalms. Vol. I. Edinburgh, The Edinburgh Printing Company. 1845. p. 581 12 VINE, W. E. Diccionario expositivo de palabras del antiguo y nuevo testamento exhaustivo. Editorial Caribe. 1999

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como su más determinante manifestación, c) para señalar todo aquello que se conforma a la voluntad de Dios y por tanto demanda ser obedecido, sean las obligaciones hacia Él y hacia los demás, y d) como manifestación del don de gracia inmerecido de Dios hacia el hombre, mediante la cual son aprobados delante de Él.13

Lo importante a entender aquí es, tal como dice Pablo, que Dios es la justicia misma, su único punto de referencia.

“… a fin de que él sea el justo, y el que justifica…” (Romanos 3:26)

e. Los deseos del salmista y la palabra de Dios

Como mencionamos al inicio, el libro de los Salmos tiene la particularidad de representar en una gran medida los pensamientos e ideas de sus autores al punto que permite al lector establecer su carácter. Sin embargo, en relación a la discusión sobre la inspiración, el exégeta deberá estar atento a diferenciar aquello que venga de Dios de aquello que salga directamente del corazón del salmista, y ello nos ayudará a reconocer y discriminar aquello que es perdurable y fielmente verdadero, de aquello que es relativo (aunque no menos inspirado).

En lo siguiente, nos referiremos a tal diferenciación:

1. Expresiones del autor

a) Una gran cantidad de versículos expresan el deseo del autor respecto del accionar de Dios en la situación. Tales son:

Petición de un actuar determinado de Dios: vv.1 – 3; vv.17; vv.22 – 24;

Deseos imprecatorios: Éstos serán objeto de mención más adelante.

Afirmación sobre el actuar de Dios: vv.10.

2. Expresiones de Dios

a) Versículo 3b: “Di a mi alma: Yo soy tu salvación.”

f. Salmo 35: Una plegaria imprecatoria

Una parte de la discusión aquí presentada se refirió a la designación del género de este salmo. Dijimos que forma parte de los denominados Salmos de lamentos imprecatorios, y ello implica que no se constituye simplemente de imprecaciones separadas sino que guardan un hilo conductor entre sí.

13 Ibíd.

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En el caso del salmo señalado, ¿qué deseos del autor podrían clasificarse como tales? He aquí una mención de ellos:

1. Versículos 4 - 6: “Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga.”

2. Versículo 8: “Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que él escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella”

3. Versículo 26: “Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.”

Surge aquí una pregunta: ¿es coherente sostener, de un lado, inocencia y justicia en el salmista mientras que al mismo tiempo éste declara abiertamente sus deseos retributivos sobre sus enemigos?, ¿cómo lidia con esto la doctrina neo testamentaria y en general la teología protestante? A priori decimos que ambas cosas son incompatibles ya que la revelación progresiva nos va a mostrar que el cristiano no debe desear el mal, bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, la respuesta está en lo que finalmente el salmista entiende por justicia y salvación. En el versículo 24, éste reconoce que la medida de la justicia está otorgada por la naturaleza justa de Jehová; sólo esa será la vara equitativa en función de la cual su Señor actuará. Por esto podemos sostener que el salmista aquí no está clamando por una vindicación personal, sino que, y tal como lo declara, su gozo está fundamentado en la persona de su salvador: David sólo está clamando porque la voluntad de Dios, justa y verdadera, dé el pago a aquel que ha obrado mal. La naturaleza justa de Dios le da la convicción de que tal vindicación llegará, y puede alabar libremente a su Señor. Él ES justo y salvador.14

g. Análisis literario y estructural

1. Estructura

Este salmo puede ser divido en tres secciones que son muy similares entre sí, a saber: a) vv.1 – vv.10, b) vv.11 – vv.18 y c) vv.19 – vv.28, y lo hemos determinado así puesto que todas ellas contienen los elementos característicos, es decir, hacen un énfasis en la reclamación

14 PUTNAM, Frederic. op. cit., p. 86 y ss. En la fuente citada se exponen las diferentes vías que la doctrina teológica ha utilizado para justificar la presencia de las imprecaciones, como también la problemática de su inspiración.

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de defensa por parte de Jehová y con ello, declaraciones de confianza; también describen de alguna manera en qué han consistido los constante ataques de sus enemigos y, finalmente, terminan con confesiones de gratitud y alabanza. Esquemáticamente:

a) Primera parte (vv.1 – vv.10)

Reclamación de defensa: vv.1 – vv.6 Declaración de confianza: vv. 3b Descripción de los ataques sufridos: vv.7 Imprecaciones: vv.8 Confesiones de gratitud: vv.9 – vv.10

b) Segunda parte (vv.11 – vv.18)

Descripción de los ataques sufridos: vv.11 – vv.12; vv.15 – vv.16

Declaraciones de justicia: vv.13 – vv.14 Reclamación de defensa: vv.17 Confesiones de gratitud: vv.18

c) Tercera parte (vv.19 – vv.28) Descripción de los ataques sufridos: vv.19 – vv.21 Reclamación de defensa: vv.22 – vv.25 Imprecaciones: vv.26 Confesiones de gratitud: vv.27 - 28

2. Verbos y palabras clave

Debemos ahora extraer del texto aquellas palabras claves y verbos rectores, los que nos permitirán evaluar la cohesión del texto. Nos valdremos para ello del mismo esquema desarrollado en la sección anterior:

a) Primera parte (vv.1 – vv.10)

Contender (vv.1) – Pelear, luchar, batallar. Escudo y pavés (vv.2) – Defensa, protección,

resguardo. Perseguir (vv.3) – Acosar, atosigar, hostigar. Quebrantamiento (vv.8) Dolor, frustración, calamidad. Regocijar (vv.9) – Gozo, júbilo, alegría.

b) Segunda parte (vv.11 – vv.18)

Afligir (vv.12) Desolar, amargar, abatir.

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Escarnecedor (vv.16) – Insultante, injuriador, ofensivo.

Rescatar (vv.17) – Redimir, salvar, librar. Alabar (vv.18) – Enaltecer, ensalzar, exaltar.

c) Tercera parte (vv.19 – vv.28)

Enemigo (vv.19) – Contrincante, rival, adversario. Justicia (vv.24) – Equidad, igualdad, rectitud. Exaltar (vv.27) – Glorificar, honrar, aclamar.

De lo anterior podemos señalar que efectivamente existe una cohesión relativa a las temáticas planteadas por el autor en cada una de las secciones; los verbos contender, perseguir, quebrantar, afligir y escarnecer pertenecen a un discurso en el que se evidencia un conflicto entre dos fuerzas antagónicas, y complemento de ello son los conceptos de escudo y pavés (tipos de escudos cuya diferencia es de tamaño, en cuanto el segundo es suficiente para cubrir todo el cuerpo15) como el de enemigo. A diferencia de ello, el verbo rescatar y el concepto de justicia se ajustan a la alusión a una defensa o socorro, y finalmente los verbos regocijar, alabar y exaltar dicen relación con el resultado positivo de la acción y la existencia de gratitud por parte del beneficiado.

3. Recursos retóricos

Nos queda, finalmente, por revisar la presencia de recursos literarios en este salmo, es decir, las figuras literarias, modismos y paralelismos. Cabe hacer la mención aquí que la función que ellos cumplen es otorgar un mayor grado de belleza al texto como además entregar el mensaje al receptor de manera más sencilla o decorosa dependiendo el caso. Los segundos se ajustan a una gran tradición literaria perteneciente a la cultura hebrea.

a) Figuras literarias

Versículo 1: “Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten.” Pleonasmo.

Versículo 2: “Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en mi ayuda.” Hipérbole.

Versículo 4: “Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.” Pleonasmo.

15 RAE. Pavés. En Diccionario de la lengua española. 22a ed. 2001. Recuperado de http://lema.rae.es/drae/?val=pavés

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Versículo 5: “Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose.” Símil.

Versículo 7: “Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma.” Metáfora y pleonasmo.

Versículo 10: “Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y menesteroso del que le despoja?” Sinécdoque.

Versículo 14: “Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.” Símil.

Versículo 15: “Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; me despedazaban sin descanso” Hipérbole y metáfora.

Versículo 17: “Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.” Metáfora.

Versículo 18: “Te confesaré en grande congregación; te alabaré entre numeroso pueblo.” Pleonasmo.

Versículo 19: “No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.” Pleonasmo.

Versículo 26: “Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.” Pleonasmo.

Versículo 28: “Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día.” Hipérbole y sinécdoque.

b)Modismos

Versículo 28: “Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día.” Modismo de lo absoluto por lo relativo. Nos parece existir aquí este modismo puesto que el salmista se expresa en términos deónticos, es decir, orientados a la ejecución de una determinada actividad fundamentado en un deber. En este caso, el salmista se está comprometiendo en términos absolutos cuando en realidad lo hace sólo relativamente. En este sentido, se asemeja en gran medida a un modismo de tiempo.

En el salmo citado, pareciera ser que se producen varias interrupciones intempestivas en el discurso. Sin embargo, y como hemos hecho referencia, tales

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cambios se deben a divisiones propias del salmo; el salmista no gira injustificadamente, sino comienza a reiterar sus ideas como recurso literario.

c) Paralelismos

La primera dificultad que encontramos dice relación con la conexión entre el pleonasmo y el paralelismo sinónimo. Nada obsta a que una misma afirmación constituya ambos recursos.

Versículo 1: “Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten.” Paralelismo sinónimo.

Versículo 4: “Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.” Paralelismo sinónimo.

Versículos 5 y 6: “Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acose. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga.” Paralelismo sinónimo.

Versículo 7: “Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma.” Paralelismo sinónimo.

Versículo 19: “No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.” Paralelismo sinónimo.

Versículo 26: “Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.” Paralelismo sinónimo.

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h.Paráfrasis

S ALMO 35

1. Enfrenta, Dios mío, a los que están en conflicto conmigo,

2. defiéndeme, ayúdame;3. con tu fuerza ciérrales el paso.

Son tus palabras las que me dan fortaleza.

4. Deja en vergüenza a aquellos que me desean el mal,

5. hazlos inestables, y no quites tu mano sobre ellos,

6. hazlos temer y resbalar, y no quites tu mano de sus vidas,

7. porque, sin razón, comenzaron a atacarme.

8. Vengan calamidades inesperadas sobre ellos, y se vuelquen sus planes contra sí mismos.

9. En ese momento estaré alegre, porque me habrás salvado;

10. todo mi ser declarará que no hay otro como tú, porque te preocupas del más débil y no dejas que le dañen.

11. Me acusan injustamente e intentan inculparme;

12. mientras yo soy bondadoso ellos me atacan, con el único objetivo de hacerme caer;

13. cuando ellos estaban enfermos, yo sufría y me lamentaba,

14. les consideraba mis hermanos, y su dolor era mío también,

15. pero después sonreían por mis problemas. Se juntaron contra mí, y yo ni siquiera

entendía el porqué. Me acosaban sin cesar,

16. eran burlescos y cínicos en su forma de ser conmigo.

17. Dios mío, ¿cuánto durará todo esto? Ven y sálvame

18. y yo contaré a muchas personas lo que has de hacer conmigo.

19. No quiero que se rían de mí los que me atacan sin siquiera saber por qué,

20. sus palabras son dañinas y ofensivas contra aquellos que buscan hacer el bien,

21. son unos arrogantes que aseguran mi ruina.

22. Tú eres testigo de todo esto, no te quedes sin hacer nada, y no te alejes de mí,

23. levántate y pon las cosas en su lugar, Señor, y defiéndeme,

24. mírame y pruébame según tú ejemplo, Señor, y no permitas que se rían de mí,

25. ni que digan para sí mismos: ¡ya es nuestro!, ¡lo hemos arruinado!

26. Que se avergüencen los que se alegran en mi dolor,

27. pero que canten y se alegren los que están de mi lado, y siempre reconozcan lo grande que eres y que nunca me dejaste.

28. Te alabaré y contaré lo que has hecho por mí para siempre

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III. CONCLUSIONES Y APLICACIÓN

La exégesis de un texto poético tiene valores de dificultad añadida en virtud de un elemento que parece saltar a la vista: el lenguaje poético busca ser diferente. A diferencia de los demás estilos literarios, el cántico se caracteriza por entregar el mensaje querido por el autor de una manera más elegante para lo cual se toma de todas las herramientas que el lenguaje hace posible. Es un reto especial para el intérprete.

En el caso específico del cual tratamos en todo este documento, hubo que ser muy precavidos puesto que la imprecación, como vimos, guarda una paradoja aparente, y esa es que el autor, junto con declarar su justicia e inocencia, realiza declaraciones que van en directo perjuicio de otro ser humano. ¿Es esto admisible dentro de la teología protestante?, ¿no se produce aquí una especie de doble moral? Y tal inconsecuencia es sólo aparente puesto que al poner a Jehová como la vara de justicia, lo que el salmista está señalando es que la vindicación pertenece al Señor, como medida de lo recto. En su justo juicio, Jehová recompensará a cada uno: eso, más que la satisfacción de peticiones, quizá, caprichosas, no es otra cosa que el cumplimiento de su voluntad.

Para enriquecer nuestras conclusiones:

“aun admitiendo como posible un sentimiento vindicativo por parte del salmista, no es menos posible –incluso es muy probable- que

las imprecaciones implicaran un deseo auténtico de glorificar a Yahvéh. Las personas sobre las cuales se pide la maldición con todas sus

calamidades subsiguientes eran enemigas de Dios, injustas, crueles. Deshonraban a Dios con su conducta abominable. La petición de los

más duros castigos sobre ellas podía obedecer, pues, no tanto a un afán de venganza personal como a un intenso deseo de que el honor de Dios

fuese vindicado. Las palabras de 139:21 pueden ayudamos a comprender esta idea: « ¿No odio, oh Yahvéh, a los que te aborrecen, y

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me enardezco contra tus enemigos? » Orar por la destrucción del injusto equivalía a pedir la condenación de la injusticia.” 16

“Los salmistas se dieron cuenta de que Jehová es aquel "cuyos ojos son demasiado puros para mirar el mal" (Hab 1: 13), que no puede soportar la iniquidad, la violencia y la injusticia. La santidad y justicia

son atributos divinos. Y esto es lo que provoca el clamor de venganza de los salmistas sobre los malvados. El carácter mismo de Dios lo exige.” 17

A modo de conclusión general, la aplicación de las enseñanzas de los salmos imprecatorios debe hacerse con mucha cautela, para así evitar la extrapolación de conceptos e ideas que, sin el encauce doctrinal correcto, pueden dar cabida a deseos que no se ajustan al amor, apoyo mutuo y comprensión que forman la base del cristianismo. El consejo final que nos da la palabra de Dios se define magistralmente en el sabio consejo del Apóstol Pablo a la iglesia en Roma:

“Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad

lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” (Romanos 12:18 – 19)

IV. BIBLIOGRAFÍA

ALEXANDER, Joseph. The Psalms. Translated and explained. Edinburgh, Elliot & Thin. 1864.

CALVIN, John. Commentary on the book of Psalms. Vol. I. Edinburgh, The Edinburgh Printing Company. 1845.

HOFF, Pablo. Libros poéticos. Poesía y sabiduría de Israel. Estados Unidos, Editorial Vida, 1998.

JAMIESON, R., FAUSSET, A., BROWN, D. Comentario exegético y explicativo de la Biblia. Tomo II. 20º ed. Texas, EE.UU., Casa Bautista de Publicaciones, 2003.

MARTÍNEZ, José. Hermenéutica bíblica. Terrassa, Barcelona, Libros CLIE, 1984.

16 MARTÍNEZ, José. Hermenéutica bíblica. Terrassa, Barcelona, Libros CLIE, 1984. p. 332.17 HOFF, Pablo. Libros poéticos. Poesía y sabiduría de Israel. Estados Unidos, Editorial Vida, 1998. p. 76

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PEROWNE, Stewart. The book of Psalms. Vol. 1, 2nd edition revised. London, Bell and Daldy. 1870.

PUTNAM, Frederic. Imprecation and righteousness in Psalm 35. Thesis (Master of Sacred Theology) Hatfield, Pennsylvania, EE.UU., Faculty of Biblical Theological Seminary, 1980.

RAE. Diccionario de la lengua española. 22a ed. 2001.

SPURGEON, Charles. The Treasury of David. Vol. II. London, Marshall Brothers L.T.D. 1881.

VINE, W. E. Diccionario expositivo de palabras del antiguo y nuevo testamento exhaustivo. Editorial Caribe. 1999

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exégesis del salmo 35

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