linfomas no-hodgkin en niños
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Linfomas no-Hodgkin en Niños
Autores Colaboradores:Guillermo Chantada, MD
Hospital JP GarrahanBuenos Aires, Argentina
Raul C. Ribeiro, MDSt. Jude Children’s Research Hospital
Memphis, Tennessee, United States of America
Traducción:José Antonio Villegas Rubio, MD
Hospital Universitario Virgen del RocíoSevilla, Andalusia España
A. Introducción
Los linfomas no-Hodgkin (LHN), trastornos monoclonales del sistema
inmune, son causados por la transformación de las células progenitoras
linfoides en una etapa concreta de la diferenciación.
Las significativas variaciones en las características clínicas y biológicas de
los tumores linfoides en los pacientes jóvenes reflejan el hecho de que el
sistema linfático es funcionalmente diverso, tiene una amplia distribución
anatómica, interactúa con otros sistemas celulares y se somete a una continua
remodelación durante la infancia y la adolescencia.
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LNH se clasifica de acuerdo al linaje linfoide involucrado. Los LNH de
linaje B ( linfoma de Burkitt, linfoblástico y linfoma de células B grandes)
representan alrededor del 50% de los casos, los de linaje T suponen la otra
mitad (linfomas linfoblástico y anaplásico de células grandes).
B. Epidemiología y Factores de Riesgo
En los EE.UU., 800 (6,5%) de los 12.400 nuevos casos de cáncer
diagnosticados cada año en niños, adolescentes y adultos menores de 20 años
son LNH. LNH representa el 3% de los casos de cáncer infantil que afectan a
niños menores de 5 años de la edad y el 9% de los casos de los 15 a 19 años de
edad (B. Figura 1).
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B. Figura 1
Tasas específicas por edad, para todas las razas y ambos sexos, en LNH.Datos de Surveillance Epidemiology End Results (SEER, usados conautorización) 1
Durante los últimos 20 años, la incidencia de LNH parece haber
aumentado en los EE.UU. Mientras que la incidencia de LNH en niños menores
de 15 años se mantuvo estable de 1975 a 1995, la de los adolescentes
aumentó por razones desconocidas de 10,7 por millón (1975 - 1979) a 16,3 por
millón (1990-1995).1 En los EEUU la incidencia de LNH es más alta entre los
varones, y la tasa de linfomas no Hodgkin es considerablemente mayor en la
raza blanca que en la negra en todos los grupos de edad .
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Las publicaciones sobre la variación internacional en la incidencia de LNH
muestran que el linfoma de Burkitt es más común en áreas tropicales como el
África Ecuatorial.2,3 En esta parte del mundo, el linfoma de Burkitt endémico por
lo general afecta a la mandíbula y su distribución geográfica es similar a la
malaria.
La incidencia del LNH pediátrico podría estar afectada por el ambiente ya
que la enfermedad normalmente se origina en las estructuras del sistema
inmune que entran en contacto con el ambiente, tales como los folículos de
Peyer en el intestino y los nódulos linfáticos en las ramificaciones de la vía
aérea. Esta relación ya ha sido observada entre el virus de Epstein-Barr (VEB)
(con la malaria como un co-factor) y la incidencia del Linfoma de Burkitt.4 Por
otra parte, el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), que es causado
por el virus de la inmunodeficiencia humana ( VIH), se ha asociado con un
mayor riesgo de LNH. Sin embargo, en los países en desarrollo, la falta de
registros sobre la población hace muy difícil la estimación de esta incidencia.
Las causas de las neoplasias linfoides en la infancia son, en la mayoría
de los casos desconocidas, y generalmente los niños con linfoma no Hodgkin
no parecen tener factores predisponentes. Sin embargo, ciertos factores de
riesgo y algunos síndromes constitucionales específicos han sido asociados
con un aumento de la predisposición a padecer linfomas.5 Por ejemplo, se ha
asociado un aumento del riesgo de LNH con inmunodeficiencias congénitas
como el síndrome de Wiskott-Aldrich,6 el síndrome linfoproliferativo ligado al
cromosoma X, la ataxia telangiectasia y otros síndromes de fragilidad
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cromosómica, y la inmunodeficiencia combinada severa .7, 8
B. Referencias1Percy CL, Smith MA, Linet M, et al. Lymphomas and reticuloendothelial Neoplasms. In: RiesLAG, Smith MA, Gurney JG, et al., eds. Cancer Incidence and Survival among Children andAdolescents: United States SEER Program 1975-1995. (Bethesda, MD: National Cancer Institute,SEER Program, 1999) 35-48.2Parkin DM, Stiller CA, Draper GJ, et al. International Incidence of Childhood Cancer. (Lyon,France: IARC Scientific Publications No. 87, 1988).3McNally RJ, Cairns DP, Eden OB, et al. Examination of temporal trends in the incidence ofchildhood leukaemias and lymphomas provides aetiological clues. Leukemia. 2001;15(10):1612-18.4Magrath IT. Non-Hodgkin's lymphomas: epidemiology and treatment. Ann N Y Acad Sci.1997;824:91-106.5Vessey CJ, Norbury CJ, Hickson ID. Genetic disorders associated with cancer predisposition andgenomic instability. Prog Nucleic Acid Res Mol Biol . 1999; 63:189-221.6Kersey JH, Shapiro RS, Filipovich AH. Relationship of immunodeficiency to lymphoidmalignancy. Pediatr Infect Dis J. 1988; 7(5 Suppl):S10-S12.7Filipovich AH, Mathur A, Kamat D, et al. Primary immunodeficiencies: genetic risk factors forlymphoma. Cancer Res.1992; 52(19 Suppl):5465s-7s.8Knowles DM. Immunodeficiency-associated lymphoproliferative disorders. Mod Pathol.1999;12(2):200-17.
C. Diagnóstico y Clasificación
El diagnóstico definitivo de linfoma no Hodgkin requiere el examen de la
masa tumoral (ganglionar o extraganglionar). Cuando se sospecha un LNH, lo
mejor es tomar una muestra de la masa más accesible y representativa, sea
ganglionar o extraganglionar. Cuando los pacientes tienen una masa
mediastínica grande y están en muy alto riesgo de complicaciones durante la
anestesia, el derrame pleural puede proporcionar un número suficiente de
células tumorales para el diagnóstico. Por otra parte, la punción -aspiración con
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aguja fina de los ganglios linfáticos regionales o masas mediastínicas, que se
puede realizar sin anestesia general, también puede proporcionar material
adecuado para el diagnóstico si se puede realizar un panel completo de
inmunocitología. Sin embargo, en la mayoría de los casos, se precisa una
biopsia abierta para obtener suficiente material para un diagnóstico preciso.
El diagnóstico citológico de los linfomas pediátricos está justificado sólo
en casos de emergencia y los resultados deben ser confirmados, por lo menos,
con el estudio del inmunofenotipo. Aunque la clasificación de los LNH es, en
general, muy compleja y está aún en desarrollo, la clasificación de los LNH
infantiles se considera más simple que la de su equivalente en adultos. La
clasificación desarrollada por la OMS es la clasificación estándar en uso
actualmente.
Prácticamente todos los LNH infantiles se pueden clasificar dentro de uno
de estos tres tipos: linfoma de Burkitt, linfoblástico y de células grandes. Los
tres presentan características histológicas del tipo difuso. En un estudio sobre
1.336 niños y adolescentes, el examen histológico indicó que sólo 17 casos
(1,3%) fueron LNH foliculares (nodular).1 En raras ocasiones, se observan otros
subtipos de LNH en niños y muchos pueden causar un dilema diagnóstico
(véase la sección sobre formas poco frecuentes de LNH pediátricos).
El linfoma de Burkitt se caracteriza por presentar capas de células
linfoides monomórficas. Normalmente, los macrófagos dispersos por todo el
tumor le dan la clásica apariencia en "cielo estrellado". En la médula ósea o en
sangre, las células de Burkitt (en las LLA subtipo FAB L3, Ver C. Figura 1) son
relativamente uniformes y tienen una cantidad moderada de citoplasma
intensamente basófilo que contiene vacuolas claras y bien definidas y núcleos
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con cromatina toscamente reticular.
Las células expresan inmunoglobulinas de superficie de un sólo tipo (Ig M
ya sean de cadenas ligeras kappa o lambda) y albergan translocaciones
cromosómicas específicas en las que participan el oncogén C-MYC. La más
común de estas anomalías citogenéticas, presente en el 80% de los casos, es la
t (8; 14) (q24; q32). En los demás casos se observan las traslocaciones, t (2; 8)
(p12; q24) y t (8; 22) (q24 q11).2
A pesar de que las anormalías citogenéticas son una marca distintiva del
linfoma de Burkitt, no siempre es posible hacer un estudio completo. En tales
casos, la hibridación in situ por inmunofluorescencia (FISH), análisis realizado
en tejido incluido en parafina, pueden dar información adicional importante.
El LNH linfoblástico surge de células T o B transformadas e inmaduras.
Los LNH linfoblásticos que surgen de las células T, que representa más del 80%
de los casos de la enfermedad, expresan un perfil inmunofenotípico similar a la
de los timocitos normales en una fase intermedia o tardía de su diferenciación.
Al igual que en el linfoma Burkitt, los linfomas de células T se caracterizan por
la existencia de anomalías citogenéticas que causan la activación de factores
de transcripción debido a translocaciones específicas en los genes del receptor
de las células T. Normalmente, estas traslocaciones involucran a un pequeño
número de genes que codifican para importantes factores de transcripción del
desarrollo, incluyendo Hox11 (TLX1), TAL1 (SCL), TAL2, LYL1, BHLHB1, LMO1 y
LMO2.3 Estudios recientes sugieren que la pérdida de heterocigocidad de
6q14- q24 puede tener un impacto negativo en el pronóstico del linfoma
linfoblástico4 y el patrón de esta aberración es diferente en los casos de LLA-T
que los que se observan en los linfomas de células T.5
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Los linfomas linfoblásticos de precursores B, en ocasiones, representan
un dilema diagnóstico. Es importante identificar con precisión a esta entidad, ya
que puede confundirse con un tumor maligno de células B maduras que
necesitan una tratamiento diferente.6 Por lo general, el linfoma linfoblástico de
precursores B expresa TDT, así como un fenotipo de precursores B más
inmaduro y, por lo general, no expresan inmunoglobulinas de superficie.
C. Figura 1
Las células FAB L3 muestran citoplasma basófilo que contiene vacuolas claras ybien definidas, (May-Grunwald-Giemsa x 100).
El LNH de células grandes es el subtipo más heterogéneo de LNH
pediátrico.7 El análisis inmunofenotípico del LNH de células grandes muestra
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que las células neoplásicas puede ser de linaje T o B o, en ocasiones, no tienen
marcadores específicos del linaje (células nulas). Sin embargo, el linfoma
anaplásico de células grandes y el linfoma B difuso de células grandes son los
subtipos más comunes. De acuerdo con el sistema de clasificación adoptado
por la OMS, la mayoría de los linfomas de células grandes pediátricos pueden
ser clasificado como linfomas difusos de células B o como linfoma anaplásico
de células grandes (ALCL). 7
La clasificación como ALCL requiere la co-expresión de CD30, la kinasa
del linfoma anaplásico (ALK) y el antígeno epitelial de membrana en células de
linfoma que expresan por lo general marcadores de células T.8 El linfoma
anaplásico con fenotipo de células B y expresión ALK se han publicados con
poca frecuencia.9 Aproximadamente el 80% de los casos de ALCL identificados
según este criterio, portaban el reordenamiento cromosómico t (2, 5) (p23;
q35).14 Esta translocación yuxtapone el gen que codifica la kinasa del linfoma
anaplásico (ALK) con elementos reguladores del gen que codifica la
nucleofosmina (MNP), una fosfoproteína nucleolar no ribosomal.15 En raras
ocasiones, el gen ALK está involucrado en otras translocaciones, incluidos t(1,
2), t (2, 3), inv (2), y t (2, 22). Es importante destacar que la expresión de la
proteína ALK puede ser detectada por inmunohistoquímica. El uso de
anticuerpos monoclonales y policlonales para la detección de estas proteínas
ayuda en el diagnóstico. Los niños con ALCL ALK positivos parecen tener un
mejor pronóstico que aquellos con otros tipos de linfoma no Hodgkin de
células grandes.
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C.1 Manifestaciones Clínicas
El LNH infantil se manifiesta de maneras muy diversas. Las
manifestaciones clínicas principales dependen de la ubicación del tumor y la
extensión de la enfermedad. Prácticamente cualquier tejido linfoide puede ser
afectado, incluyendo los ganglios linfáticos periféricos, las amígdalas, el timo,
el bazo y los acúmulos linfoides intestinales (placas de Peyer). Además, los LNH
pediátricos habitualmente se extiende a la médula ósea, sistema nervioso
central, huesos y piel.
En general, la localización del tumor primario se asocia con un subtipo
histológico en particular. En los pacientes con LNH Burkitt, la presentación
como una masa abdominal es lo más común; en los linfoblásticos o en los
difusos de células grandes B, la localización más común son los ganglios
linfáticos periféricos y de mediastino; en el ALCL, lo es la localización en piel,
huesos y partes blandas. Cuando la enfermedad está diseminada, a menudo es
imposible determinar el sitio primario del tumor. Formas de presentación
menos comunes de linfoma no Hodgkin incluyen lesiones subcutáneas,
aumento de tamaño de tiroides y parótidas, proptosis ocular y compresión de
la médula espinal. Aunque rara, la compresión de la médula espinal se
considera una emergencia médica y debe tratarse con urgencia para evitar
déficits neurológicos permanentes. El aumento de tamaño indoloro de los
ganglios linfáticos cervicales es la presentación clínica más común. En un
estudio retrospectivo realizado en St. Jude Children's Reserch Hospital,16 un
tercio de los niños con linfoma no Hodgkin tenían ganglios linfáticos palpables
en la región de la cabeza y cuello. Otro tercio presentaba afectación
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mediastínica primaria, que se asocia comúnmente con presencia de
adenopatías supraclaviculares y axilares (C. Figura 2).
C. Figura 2Afectación mediastínica por linfoma linfoblástico.
La presentación clínica de los pacientes con una gran masa mediastínica
anterior y el síndrome de la vena cava se puede ver en la página web
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=240
La forma de presentación de los LNH pediátricos abdominales es la
aparición de una masa palpable. Los tumores en el tracto gastrointestinal
suelen afectar al íleon distal, ciego y los ganglios mesentéricos (C. Figura 3).
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C. Figura 3
Invasión masiva intraperitoneal por el linfoma de Burkitt.
C. Figura 4La extensión retroperitoneal y renal también es común.
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Los pacientes con una masa abdominal grande se quejan de dolor
intermitente en la región periumbilical o fosa ilíaca derecha. Náuseas, vómitos y
pérdida de peso son también manifestaciones comunes. En ocasiones, los
signos de abdomen agudo debido a una invaginación intestinal son la
manifestación dominante.
Véase el caso en:
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=310
El linfoma de Burkitt siempre debe tenerse en cuenta en el diagnóstico
diferencial de una invaginación intestinal en niños mayores de 2 años.
Ocasionalmente, el linfoma de Burkitt se pueden presentar como una
perforación intestinal, o esta puede desarrollarse después de la iniciación de la
quimioterapia.
Véase el caso en: https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=86
Con menos frecuencia, el prolapso rectal ha sido descrito como forma depresentación. Consulte la página
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=314
Las características histológicas, citogenéticas y de inmunofenotipo, de los
LNH infantiles se enumeran en el cuadro C 1.
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C. Tabla 1Hallazgos histológicos, inmunofenotípicos y citogenéticos clínicamenterelevantes de los LNH infantiles
Tipo histológicoa InmunofenotipoAnomalíascitogenéticas Gen de fusión
Burkitt B (madura) t(8;14)(q24;q32) MYC-IgHt(8;22)(q24;q11) MYC-IgLt(2;8)(p12;q24) MYC-IgK
Linfoblástico T Igual que LLA TPre-B Igual que
LLA pre-BDifuso de célulasgrandes
B
Anaplásico decélulas grandes
T, t(2;5)(p23;q32) NPM-ALK
t(1;2)(q21;p23) TPM3-ALKt(2;3)(p23;q21) TFG-ALKInv(2)(p23q35) ATIC-ALKt(2;22)(p23;q11) CTCL-ALKt(X;2)(q11;p23) MOESIN-ALKt(2;19)(p23;13) TPM4-ALK
a Clasificación de la OMS
C.2 Hallazgos de laboratorio
En los pacientes con LNH, los hemogramas suelen ser normales. En
aquellos con afectación de la médula ósea, la anemia y trombocitopenia son
comunes y las células circulantes linfomatosas pueden estar presentes, pero la
hiperleucocitosis es poco frecuente.
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Al igual que en los pacientes con LLA, las concentraciones séricas de ácido
úrico y de lactato deshidrogenasa (LDH) pueden estar elevadas. Aunque la
afectación del SNC es rara como presentación en los LNH, en especial en
aquellos con linfoma de células grandes, todos los pacientes deben someterse
a una punción lumbar y análisis del LCR. Un estudio radiológico es obligado
para demostrar las áreas de afectación tumoral y se utiliza para monitorizar la
respuesta tumoral a la terapia.
La tomografía computerizada (TC) es la modalidad de imagen de
elección para determinar la extensión del tumor. El papel de la resonancia
magnética, el PET y la gammagrafía con talio en niños con LNH no ha sido
definido aún. Sin embargo, en la evaluación inicial, el examen bilateral de la
médula ósea es obligatorio ya que, ocasionalmente, la afectación de la médula
ósea es unilateral. La biopsia de médula ósea puede mostrar infiltración
tumoral que no se demuestre en el estudio del aspirado de médula ósea, por lo
tanto, para determinar el estadío de la enfermedad, la mayoría de los
investigadores recomiendan la biopsia de médula ósea como parte de la
evaluación inicial. Sin embargo, los niños con afectación mediastínica masiva
pueden no tolerar el procedimiento de anestesia necesaria para realizar
aspirados de médula ósea y biopsias bilaterales. En ellos un único aspirado
puede ser suficiente. Los casos sospechosos de linfomas pediátricos deben ser
diagnosticadas con prontitud, y el tratamiento debe iniciarse sin demora.
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C.3 El diagnóstico diferencial
Debido a sus variadas manifestaciones clínicas y de laboratorio, el LNH
infantil puede simular varias enfermedades malignas y no malignas. Diferenciar
entre un proceso linfoproliferativo reactivo y un LNH es rara vez difícil.
Sin embargo, el diagnóstico de linfoma no Hodgkin en ocasiones se retrasa en
pacientes con adenopatías localizadas e indoloras cuando los resultados de los
estudios histológicos de los ganglios linfáticos no son concluyentes para
determinar la presencia de malignidad. Los pacientes con un aumento
persistente de tamaño y dolor de los ganglios linfáticos después de una prueba
terapeútica con antibióticos de 10-14 días deben ser sometidos a una biopsia
del ganglio linfático, preferentemente quirúrgica, para proporcionar el tejido
adecuado para inmunofenotipificación y para los estudios moleculares y
convencionales.
La persistencia de adenomegalias en pacientes con inmunodeficiencias
adquiridas o congénitas representa un dilema diagnóstico importante.
Generalmente, estas anomalías han sido clasificadas como trastornos
linfoproliferativos y van desde la hiperplasia policlonal reactiva hasta
verdaderos linfomas malignos monoclonales. Los niños que presentan una
masa mediastínica aislada representan un desafío diagnóstico debido a que una
masa mediastínica puede estar presente al momento del diagnóstico en varias
enfermedades malignas y no malignas, como la histoplasmosis, la sarcoidosis,
enfermedad de Hodgkin, tumor de células germinales, el carcinoma tímico, el
neuroblastoma y el sarcoma granulocitico.
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Los resultados de algunos estudios serológicos pueden proporcionar el
diagnóstico de algunas de estas enfermedades, pero suele ser necesario una
punción-biopsia con aguja, guiada por TC, para proporcionar material para el
diagnóstico.
El linfoma primario de hueso es comúnmente sub-diagnosticado. 10, 11 En
efecto, en un estudio de St Jude, 10 de los 11 pacientes con linfoma primario
de hueso confirmado por biopsia habían recibido un diagnóstico inicial
alternativo.11 Para diferenciar entre el linfoma primario de hueso y otros
tumores de células pequeñas y azules, son necesarios estudios de
inmunohistoquímica con un amplio panel de marcadores que complementen
los estudios histológicos.
C.4 Factores pronósticos
En LNH, se han usado sistemas de estadiaje para identificar grupos de
pacientes con diferente pronóstico. El más comúnmente usado, un sistema
introducido por el St. Jude Children's Reserch Hospital, se aplica a todos los
subtipos de linfoma no Hodgkin (C. Tabla 2).12 Sin embargo, en los últimos
años, se está discutiendo una actualización de dicha clasificación
Para ver una encuesta sobre este tema visite
https:// www.cure4kids.org/ums/oncopedia/polls/
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C. Tabla 2Sistema de Estadificación para el LNH en niños del St Jude.12
Estadío DescripciónI Un único tumor (extraganglionar) o una sóla área anatómica
(ganglionar), con exclusión de mediastino o abdomen
II Un solo tumor (extraganglionar) con afectación de losganglios regionales,En el mismo lado del diafragma
(a) Dos o más áreas ganglionares(b) Dos únicos tumores extraganglionares, con o sin
afectación de los ganglios regionales
Un tumor primario en el tracto gastrointestinal (por logeneral ileocecal) con o sin afectación de gangliosmesentéricos, completamente resecado
III A ambos lados del diafragma:(A) Dos o más áreas ganglionares(B) Dos únicos tumores extraganglionares
Todos los tumores intratorácicos primarios (timomediastínico, pleural)Toda enfermedad avanzada primariamente intra-abdominal; irresecableTodo los tumor primario paraespinal o epidural,
independientemente de otras localizaciones
IV Cualquiera de los anteriores con afectación inicial delsistema nervioso central o afectación de la médula ósea(<25%)
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Su valor principal es la diferenciación de los pacientes con enfermedad
localizada de aquellos con enfermedad avanzada. Más recientemente, la
información sobre los datos inmunofenotípicos y moleculares se ha
incorporado en los sistemas de clasificación. Este enfoque ha establecido una
base sobre la cual los investigadores pueden desarrollar pautas de trata miento
específicas para el estadio de la enfermedad y el inmunofenotipo.
Últimamente, muchos grupos de investigadores han utilizado los niveles
de LDH como valor sustitutivo de la carga tumoral en la toma de decisiones
sobre el tratamiento de los LNH de células B.13 La respuesta a la terapia se ha
utilizado de manera similar. Para los pacientes con linfoma de células B,
investigadores franceses han propuesto la utilización de los estudios de
imagen para estimar la reducción de la masa del tumor después de una semana
de ciclofosfamida, vincristina y prednisona. Los pacientes cuyo tumor primario
se redujo en menos del 20% recibieron un tratamiento más intensivo. 14
Recientemente, se ha prestado más atención a la cinética molecular de la
respuesta a la quimioterapia mediante la detección de enfermedad mínima
residual por técnicas moleculares o de citometría de flujo.15, 16
El factor pronóstico más importante en el LNH pediátrico es un
diagnóstico preciso y una correcta evaluación de la extensión de la
enfermedad, por lo que cada esfuerzo se debe dirigir a caracterizar
correctamente la biología de la enfermedad antes del tratamiento.
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C. Referencias1Ribeiro RC, Pui CH, Murphy SB, et al. Childhood malignant non-Hodgkin lymphomas ofuncommon histology. Leukemia. 1992;6(8):761-765.2Ferry JA. Burkitt's lymphoma: clinicopathologic features and differential diagnosis. Oncologist.2006;11(4):375-383.3Ferrando AA, Neuberg DS, Staunton J, et al. Gene expression signatures define novel oncogenicpathways in T cell acute lymphoblastic leukemia. Cancer Cell. 2002;1(1):75-87.4Burkhardt B, Bruch J, Zimmermann M, et al. Loss of heterozygosity on chromosome 6q14-q24is associated with poor outcome in children and adolescents with T-cell lymphoblasticlymphoma. Leukemia. 2006;20(8):1422-1429.5Burkhardt B, Moericke A, Klapper W, et al. Pediatric precursor T lymphoblastic leukemia andlymphoblastic lymphoma: Differences in the common regions with loss of heterozygosity atchromosome 6q and their prognostic impact. Leuk Lymphoma 2008;49(3):451-461.6Neth O, Seidemann K, Jansen P, et al. Precursor B-cell lymphoblastic lymphoma in childhoodand adolescence: clinical features, treatment, and results in trials NHL-BFM 86 and 90. MedPediatr Oncol 2000;35(1):20-27.7Reiter A, Klapper W. Recent advances in the understanding and management of diffuse large B-cell lymphoma in children. Br J Haematol. 2008.8Amin HM, Lai R. Pathobiology of ALK+ anaplastic large-cell lymphoma. Blood.2007;110(7):2259-2267.9Lee HW, Kim K, Kim W, et al. ALK-positive diffuse large B-cell lymphoma: report of three cases.Hematol Oncol. 2008;26(2):108-113.10Coppes MJ, Patte C, Couanet D, et al. Childhood malignant lymphoma of bone. Med PediatrOncol. 1991;19(1):22-27.11Furman WL, Fitch S, Hustu HO, et al. Primary lymphoma of bone in children. J Clin Oncol.1989;7(9):1275-1280.12Murphy SB, Fairclough DL, Hutchison RE, et al. Non-Hodgkin's lymphomas of childhood: ananalysis of the histology, staging, and response to treatment of 338 cases at a singleinstitution. J Clin Oncol. 1989;7(2):186-193.13Reiter A, Schrappe M, Parwaresch R, et al. Non-Hodgkin's lymphomas of childhood andadolescence: results of a treatment stratified for biologic subtypes and stage--a report of theBerlin-Frankfurt-Munster Group. J Clin Oncol. 1995;13(2):359-372.14Patte C, Auperin A, Michon J, et al. The Societe Francaise d'Oncologie Pediatrique LMB89protocol: highly effective multiagent chemotherapy tailored to the tumor burden and initialresponse in 561 unselected children with B-cell lymphomas and L3 leukemia. Blood2001;97(11):3370-3379.15Coustan-Smith E, Sandlund JT, Perkins SL, et al. Minimal disseminated disease in childhood T-cell lymphoblastic lymphoma: a report from the children's oncology group. J Clin Oncol.2009;27(21):3533-3539.16Mussolin L, Pillon M, Conter V, et al. Prognostic role of minimal residual disease in mature B-cell acute lymphoblastic leukemia of childhood. J Clin Oncol. 2007;25(33):5254-5261.
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D. Tratamiento
Los avances en el tratamiento de niños y adolescentes con LNH son
paralelos a los de la leucemia linfoblástica aguda. Los investigadores de la
mayoría de los ensayos actuales publican estimaciones sobre supervivencia
cercanas al 90% en los países más desarrollados.1-4 Por otra parte, la relevancia
de los factores pronósticos clínicos y biológicos ha sido prácticamente
eliminada por el uso de estrategias adaptadas al riesgo específicas para el
estadio de la enfermedad y el inmunofenotipo, en combinación con el uso de
una amplia gama de terapias efectivas, que son en gran parte responsables de
la mejora en las expectativas de supervivencia.
El tratamiento adecuado se ha convertido en el factor aislado más
determinante en el éxito sobre el LNH. Las características clínicas y biológicas
que guían las estrategias terapéuticas incluyen la extensión de la enfermedad
en el momento del diagnóstico, las áreas de afectación, el inmunofenotipo, la
morfología e inmunohistoquímica de las células tumorales y la respuesta
temprana al tratamiento. El grupo BFM evaluó el impacto de la edad y el género
en el pronóstico de los linfomas en niños y adolescentes.5 En un estudio sobre
2084 pacientes, la probabilidad de supervivencia libre de eventos fue
significativamente superior en varones con linfoma linfoblástico T y linfoma
difuso de células grandes B. Cuando se compararon los grupos de edad
dividiendo en grupos entre los 0-4, 5-9, 10-14 y 15-18 años, el resultado fue
más pobre para los pacientes más jóvenes sólo en los linfomas linfoblásticos de
células precursor B y en los linfomas de células grandes anaplásicos.
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Las adolescentes con linfoma linfoblástico T y linfoma difuso de células
grandes B tuvieron peores resultados que las niñas más jóvenes, mientras que
la edad no tuvo impacto en la pSLE en los varones.5
La mayoría de grupos han desarrollado diferentes estrategias para el
tratamiento de los pacientes de acuerdo a los subgrupos biológicos que
abarcan alrededor del 90% de los casos. Estos incluyen:
1) Linfoma linfoblástico
2) Linfoma de células B maduras
3) Linfoma anaplásico de células grandes
D.1 Linfoma linfoblástico
Los investigadores que desarrollan terapias para el LNH linfoblástico
suponen que esta forma de enfermedad se comporta de la misma forma que
LLA de células T. Su hipótesis se basa en los resultados de un estudio de
referencia del Children's Cancer Group, publicado hace más de 20 años, que
demostró que el régimen LSA2L2, un tratamiento que seguía las pautas de
tratamiento usadas en la LLA, fue significativamente más eficaz que la
quimioterapia en pulsos (COMP) en el tratamiento del linfoma no Hodgkin
linfoblástico.6 Sin embargo, a causa de que la mayoría de LNH linfoblásticos son
de inmunofenotipo T, se espera que todos los regímenes que no hayan sido
particularmente exitosos en el tratamiento de la LLA de células T, obtendrán
malos resultados en el tratamiento del linfoma no Hodgkin linfoblástico.
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Así, la mayoría de los grupos utilizan protocolos basados en el del BFM que ha
sido muy eficaz en LLA.1. El protocolo BFM-90 para el LNH incorpora
componentes que son eficaces en las LLA T.7 Estos regímenes incluyen una
fase de inducción con esteroides, vincristina, L-asparaginasa y antraciclinas
seguido de ciclofosfamida, citarabina y mercaptopurina. El estudio original del
BFM incluyó una fase de consolidación con metotrexato a altas dosis (5g/m2
en infusión de 24 horas) y 6-mercaptopurina.7 Sin embargo, un estudio
concluido recientemente por el COG y aún no publicado, no pudo demostrar
ningún beneficio del metotrexato en dosis altas para los pacientes con linfoma
linfoblástico tratados con un protocolo modificado basado en el BFM. Se precisa
una fase de re-inducción en estos pacientes, seguido de terapia de
mantenimiento hasta completar 2 años de tratamiento. Sin embargo, los niños
con enfermedad localizada (estadios I y II) puede que no lo necesiten.
Véase el caso en:
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=221
La radioterapia craneal en los pacientes sin afectación inicial del SNC
probablemente no es necesaria si se utiliza una quimioterapia intratecal
intensiva.8 El protocolo NHL-BFM-90 logró una supervivencia libre de eventos
(SLE) a 5 años del 92% en más de 100 pacientes con linfoma linfoblástico, un
logro verdaderamente notable.7 Sin embargo, los resultados de otros grupos
con una estrategia similar no han sido tan notables.9
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D.2 Linfomas de células B maduras
El exitoso protocolo (LMB89)10 desarrollado por investigadores franceses
y los ensayos BFM desarrollados por los grupos de Alemania y Austria para el
tratamiento con LNH de células B maduras (Burkitt, tipo Burkitt y linfomas de
células B grandes)2 se han convertido en el punto de referencia para otros
protocolos. Para tales subtipos, el tratamiento intensivo, con altas dosis de
corta duración total (5-8 meses) y una reducción del intervalo entre los ciclos de
tratamiento son el sello distintivo de todas las estrategias efectivas de terapia
de combinación. El tratamiento dirigido al SNC es obligatorio, y los pacientes
con evidencia de afectación del SNC o los de estadíos de alto riesgo deben
recibir tratamiento intensiva.11
D.2.1 Tratamiento de la enfermedad localizada
Los resultados del tratamiento de los linfomas de células B maduras
localizados son excelentes y los esfuerzos actuales se dirigen a utilizar el
tratamiento menos intensivo posible que pueda conservar estos excelentes
resultados al tiempo que reduce los efectos secundarios agudos y tardíos
asociados con la terapia. Aunque, se puede generalizar que los pacientes con
estadio I y II de la enfermedad constituyen aquellos con enfermedad
localizada, la mayoría de grupos han utilizado sus propios grupos de riesgo con
base a otros factores pronósticos, tales como la integridad de la resección.
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Por lo tanto, sobre la base de la clasificación utilizada por el grupo francés LMB,
la FAB (consorcio francés, americano y británico) definió como pacientes de
menor riesgo los pacientes con estadio I completamente resecado y
también aquellos con tumores abdominales estadío II que fueron sometidos a
resección completa del mismo.12 La definición utilizada por el grupo BFM fue
similar.2
Los resultados del grupo FAB para el tratamiento de la enfermedad del
grupo A mostró que se puede alcanzar un índice de supervivencia del 99% con
el uso de sólo dos ciclos de quimioterapia COPAD (ciclofosfamida, prednisona,
doxorrubicina y vincristina) y sin quimioterapia intratecal.12 Estos resultados se
obtuvieron en una gran cohorte en un estudio multicéntrico, con la
participación de muchas instituciones de países desarrollados.
El grupo BFM obtuvo resultados similares en su protocolo 95, en un
grupo más pequeño de pacientes 2 y usando un protocolo ligeramente más
intenso con metotrexato a dosis intermedias y quimioterapia intratecal
profiláctica. Los resultados en países menos desarrollados son también
alentadores con tasas de supervivencia de más del 90%, pero la mayoría de los
resultados en estos países fue de instituciones individuales con pocos
pacientes incluidos.13-15
Es esencial que los pacientes sean meticulosamente estadificados con el
fin de darles un régimen con reducción de dosis. Es importante poner esto de
relieve, especialmente en los países menos desarrollados, donde el estadiaje
puede no ser certero en todas las instituciones y los pacientes con
enfermedadmás avanzada pueden ser pasados por alto. Un ejemplo típico es el
caso de las invaginaciones intestinales, operada e informada como enfermedad
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completamente resecada, dado que a menudo es imposible estar totalmente
seguro acerca de lo completo de esta resección y podrían beneficiarse de un
régimen más intenso si el tumor no fue resecado completamente. La
quimioterapia con dosis reducida sólo debería ser utilizada cuando hay certeza
absoluta de una resección completa.
D 2.2 Tratamiento de la enfermedad avanzada
Los pacientes no clasificados dentro de los grupos de enfermedad
localizada o de bajo riesgo son agrupados como pacientes de alto riesgo.
Naturalmente, los pacientes ingresados en esta categoría tienen un amplio
rango de cargas tumorales y pueden tener pronósticos diferentes. Debido a
esta diversidad, los tratamientos varían en gran medida según el sistema de
estadificación usado. Por ejemplo, un paciente con linfoma de Burkitt, sin
afectación del SNC y <25% blastos en la médula ósea se considera que tiene la
enfermedad en estadio IV de acuerdo con el sistema de St. Jude, pero se lo
encuadra en el grupo B según el sistema de clasificación de la Sociedad
Francesa de Oncología Pediátrica (SFOP), que establece un 70% o más de
afectación de la médula ósea para el grupo C. El tratamiento de la enfermedad
en el grupo C es mucho más intenso que la del grupo B.16
Otros investigadores definen los grupos de riesgo asociados con
enfermedad en estadio avanzado según la concentración de LDH en plasma.2 El
protocolo BFM (Berlín-Frankfurt-Munster) también estratifica en grupos de
pacientes de acuerdo a sus valores de LDH. Aquellos cuyos valores superan los
1.000 U/L están en mayor riesgo y reciben una terapia más intensa.2
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Sin embargo, debido a que lo que se considera un rango normal de valores de
LDH puede variar según cada institución, se deben considerar valores relativos
de LDH en lugar de valores absolutos como base para tomar decisiones
terapéuticas. Por ello, algunos investigadores en grupos cooperativos utilizan
una elevación de la LDH mayor de 2 veces los valores normales de la institución
como base para la estratificación de grupos de pacientes.
Por lo tanto, independientemente de la definición utilizada, estos
pacientes necesitan quimioterapia intensiva para lograr una alta tasa de
curación. Los resultados de los estudios en las series del FAB y BFM fueron
excelentes con el uso de quimioterapia de alta intensidad. 2, 3,16 No parece haber
una diferencia significativa entre la eficacia de cada una de estas estrategias y
los diferentes grupos de tratamiento o entidades utilizarán la estrategia con la
que están más familiarizados. Con estas pautas de tratamiento intensivo a
medida, se espera que pueden curarse más del 85% de los pacientes. Sólo la
invasión del SNC y la pobre respuesta a la quimioterapia siguen siendo un
factor riesgo significativo.11, 16 En los últimos años, los niños con linfoma de
células B primario de mediastino han sido identificados como un subtipo
independiente con un peor pronóstico. Por lo tanto, se analizan por separado
en la mayoría de las series actual.17
Los estudios de las series del BFM clasifican a los pacientes según el
estadio, la carga tumoral basados en los niveles séricos de LDH y la presencia
de la invasión del SNC. En el estudio BFM 95, el uso de una mayor dosis de
metotrexato (5g/m2) en una infusión prolongada (24 horas) para los pacientes
con tumor primario abdominal y elevada carga tumoral obtuvo mejores
resultados.18 Con esta clasificación, los pacientes del Grupo de Riesgo 3
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(estadio III primario de abdomen con LDH superior a 500 UI / L, pero inferior a
1000 UI / L y los estadio IV y LLA-B-con los mismos valores de LDH, pero sin
afectación del SNC) y aquellos del Grupo de Riesgo 4 (estadio III o IV y LDH>
1000 UI / L o afectación del SNC) tuvieron una tasa de supervivencia global
superior al 85%.2 Así, la conclusión principal de este estudio fue que la dosis y
la duración de la infusión de metotrexato son importantes en los linfomas de
células B en estadios avanzado. Así pues, una mayor dosis e infusiones
prolongadas de metotrexato se asocia a una reducción de la tasa de recaídas,
pero al mismo tiempo, eran más tóxicos. Esta información es importante para
los países menos desarrollados donde la mortalidad en inducción sigue siendo
un problema. Así, cada institución debe analizar sus propios resultados, de
modo que si la mortalidad tóxica es un problema mayor, se podrían
beneficiarse de infusiones más cortas, asociadas a una menor toxicidad.
D.3 Linfoma anaplásico de células grandes
Es el tercer grupo en frecuencia dentro de los LNH pediatricos. El linfoma
anaplásico de células grandes (ALCL) comprende aproximadamente el 15% de
los casos de LNH pediátricos y está formado en su mayoría por tumores de
células con marcadores T.19 Debido a que la caracterización clínica y biológica
de este subtipo de LNH sigue evolucionando,20 los regimenes de tratamiento
para esta enfermedad han variado enormemente. Sólo unos pocos grupos
cooperativos pediátricos han publicado resultados de estudios en los que los
pacientes fueron seleccionados utilizando la definición contemporánea de
ALCL.
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Sorprendentemente, los resultados, aunque inferiores a los observados en
pacientes pediátricos con linfomas de células B o linfoblásticos, han
demostrado que pueden lograrse tasas de supervivencia del 60% al 80%,
aproximadamente, con las estrategias de tratamiento que proponen.
La Sociedad Francesa de Oncología Pediátrica usó un protocolo basado
en el tratamiento de LNH de células B que establece dos ciclos de COPDAM
(metotrexato, ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona),
seguidos de 5 a 7 meses de quimioterapia de mantenimiento.21 Se alcanzaron
remisiones completas en el 95% de los pacientes, 21 de 82 pacientes
experimentaron algún efecto adverso.21 Mediante el uso de una estrategia
desarrollada para el LNH de células B, los investigadores del BFM también
observaron una mejora en los resultados.22 La SLE a 5 años de 55 pacientes
con enfermedad en estadio III fue del 76%; la de 6 pacientes con LNH en
estadio IV, del 50%. En el estudio BFM, el tratamiento duró sólo cinco meses,
en los demás, 10-24 meses.23
Un estudio aleatorizado, recientemente finalizado por investigadores
europeos y japoneses ha demostrado que la estrategia de tratamiento BFM es
reproducible en una cohorte más amplia de pacientes.24,25 Este estudio fue
diseñado para probar, en un diseño factorial aleatorizado, la eficacia y la
toxicidad de dos diferentes dosis y esquema de administración de metotrexato
y el impacto del mantenimiento con vinblastina. La vinblastina fue identificada
como una droga activa basándose en las observaciones de investigadores
franceses en pacientes recaídos en los que la administración de vinblastina
como única droga se asoció a una alta tasa de respuesta.26 Los resultados de
dicho estudio mostraron que el mejor esquema de administración de
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methorexate fue de 3 g/m2 en una infusión de 3 horas seguida de rescate con
leucovorina.
El esquema alternativo de 1g/m2 en infusión de 24 horas fue igualmente
eficaz, pero más tóxico. Con el uso del esquema con 3g/m2, no fue necesaria
la profilaxis intratecal. Los resultados de la pregunta aleatorizada sobre la
eficacia de la vinblastina para el mantenimiento han sido recientemente
publicados, mostrando que no hay diferencia significativa en la sobrevida de
acuerdo a su uso. Sin embargo, se evidencio que aquellos que la recibieron
tuvieron un patrón de recaídas mas tardío. En ese estudio, la supervivencia
libre de eventos a 2 años para toda la cohorte fue de alrededor del 70-75%,
pero muchos pacientes pudieron ser rescatados después de la recaída. La
mayoría de las recaídas se produjeron en el primer año del diagnóstico en los
pacientes que no habían recibido vinblastina.
Este estudio de referencia también ha contribuido a arrojar luz sobre los
factores pronósticos para este subtipo. Los factores pronósticos están
relacionados con el tratamiento, por lo que las conclusiones de ese estudio
son válidas sólo para tratamientos con una estrategia similar. La afectación
mediastínica, visceral (incluidos pulmón, hígado y bazo) y cutánea fueron
identificados como factores de mal pronóstico en este estudio.25
Otros grupos también han publicado resultados alentadores. El POG
publicó sobre la eficacia del régimen APO y que el impacto del metotrexate y la
citarabina no era concluyente en esa población. Sin embargo, el régimen tenía
una alta dosis acumulativa de antraciclinas.27 Resultados similares fueron
publicados por investigadores italianos con un esquema basado en el
tratamiento de la leucemia.28
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En estos casos, donde se utiliza un régimen de menor intensidad, pueden
verse recaídas tardías ocasionales.28
D.4 Terapia de Rescate (respuestas parciales o recaídas)
El LNH refractario o recaído presenta serios problemas de manejo.
Debido a que las terapias actuales, tratamientos adaptados al grupo de riesgo,
suelen ser muy intensas, el pronóstico general para estos casos es sombrío.
En pacientes con una masa residual después de la terapia de inducción y
consolidación, la enfermedad persistente debe ser confirmada por biopsia, ya
que los estudios de imagen habituales pueden detectar tumores no viables. El
uso del PET se encuentra en evaluación para estas situaciones.
Cuando se objetiva enfermedad persistente durante el tratamiento o
recaída, las opciones para el tratamiento de rescate dependerán de la
intensidad y tipos de drogas utilizados en el tratamiento primario, del tipo
histológico, y del momento de la recaída. Dado que la terapia primaria para el
linfoma de Burkitt o linfoma de células B grandes incluye la mayor parte de los
agentes efectivos que se conocen, la terapia de rescate se basa generalmente
en regímenes que contienen cisplatino o carboplatino, como en la ampliamente
utilizada combinación de ifosfamida, carboplatino y etopósido. Los anticuerpos
monoclonales contra los antígenos de células B, utilizado con éxito para tratar
los linfomas de células B, se han combinado con la quimioterapia convencional
o conjugados con radioisótopos. El anticuerpo monoclonal anti-CD20
(rituximab), por ejemplo, ha sido ampliamente utilizado en combinación con la
quimioterapia estándar.29, 30 Una publicación sobre la combinación de rituximab
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y ICE (ifosfamida, carboplatino y etopósido) demostró resultados alentadores,
con una tasa de respuesta de 60%.31 La respuesta a la quimioterapia de
segunda línea en las neoplasias de células B recaídas es, por lo general, de
corta duración y los pacientes que muestran al menos una respuesta parcial a la
quimioterapia de segunda línea deben ser sometidos a intensificación con
quimioterapia de altas dosis y rescate con transplante de células madre
hematopoyéticas. Los resultados del rescate autólogo de células madre parecen
paralelos a los de los trasplantes alogénicos, y por lo general es factible en un
periodo de tiempo más corto en los pacientes sin afectación de la médula ósea.
Sin embargo, incluso en las situaciones favorables en las que se produce una
respuesta a la quimioterapia de segunda línea y el paciente puede someterse a
un trasplante de células madre, por lo general se produce una recaída y la
supervivencia suele ser inferior al 30%.32
Los regímenes de acondicionamiento por lo general incluyen sólo
quimioterapia, ya que los linfomas de células B no suelen ser sensibles a
radioterapia.32
Los principios en el manejo de los LNH linfoblásticos son similares a los
de las LLA recaídas. Cuando se consigue una segunda remisión, también se
indica TPH. Sin embargo, los resultados de la terapia de rescate para el linfoma
linfoblástico son pobres, incluso con altas dosis de quimioterapia y rescate con
células madre.33 El pronóstico con enfermedad residual después de la terapia de
rescate es muy pobre. Se prefiere, generalmente, el trasplante alogénico en el
linfoma linfoblástico recurrente, sin embargo los datos registrados en las
publicaciones en adultos muestran resultados comparables con transplante
autólogo.34 Los regímenes de acondicionamiento suelen contener irradiación
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corporal total junto con quimioterapia.
Contrariamente a lo que se observa en el linfoma Burkitt y el LNH
linfoblástico, en el ALCL, una segunda remisión es generalmente posible. El
tratamiento de rescate incluye la quimioterapia intensiva con rescate de células
madre. En un reciente estudio del SFOP, una segunda remisión se logró en 36
de 41 casos de ALCL recaidos.26 Ocho de los 13 pacientes que recibieron un
agente único, (vinblastina administrado semanalmente) experimentaron una
remisión prolongada, lo que sugiere que varias recaídas de ALCL no impiden un
largo período de supervivencia libre de enfermedad. Investigadores del BFM
han publicado el uso del trasplante alogénico en 20 pacientes con ALCL
recidivados o refractarios.30 La supervivencia libre de eventos a tres años
después del trasplante fue del 75%, y el resultado no fue influenciado por el
tipo de donante o los regímenes de acondicionamiento.
D.5 Terapia de soporte
Los pacientes con neoplasias linfoides a menudo presentan
complicaciones respiratorias, cardiovasculares, neurológicas, renales,
hemorrágicas, infecciosas y metabólicas. La intensa remodelación, proliferación
celular y muerte celular, tiene como resultado una gran masa tumoral y un
rápido recambio de nucleoproteínas, las cuales son responsables de la
disfunción de estos sistemas de órganos. La tasa de mortalidad debido a estas
complicaciones se ha reducido a menos del 1% por el reconocimiento del patrón
de signos y síntomas, una cuidadosa evaluación clínica y de laboratorio para
determinar la presencia de estas complicaciones, y la intervención temprana.
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Sin embargo, en los países menos desarrollados, sigue siendo un
problema significativo. La mortalidad por estas complicaciones se define como
la muerte que no se debe directamente a la leucemia o al linfoma. La dificultad
respiratoria por compresión de las estructuras del mediastino es común en el
LNH linfoblástico.35 Ver video con un caso:
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=240
La compresión de los vasos del mediastino puede conducir a la trombosis
intraluminal y la muerte súbita 35. En los casos de compresión severa, la
anestesia general no se recomienda debido a un mayor riesgo de colapso
completo e irreversible de las vías respiratorias. En caso de emergencia a veces
es necesario, antes de realizado el diagnóstico, la administración de
corticosteroides o el uso de radioterapia local (o ambos) para reducir el riesgo
de compresión de la vía aérea. La ascitis masiva y la afectación intra-abdominal
en el linfoma de Burkitt puede causar compresión del intestino y los uréteres.36
Además, los vasos sanguíneos y linfáticos abdominales pueden ser
comprimidos, lo que se traduce en una reducción del flujo sanguíneo y el
retorno linfático y que produce edema de las extremidades inferiores.
Los pacientes con linfoma no Hodgkin tienen un riesgo particularmente
elevado de complicaciones bioquímicas debido a la alta tasa de recambio
celular y la alta sensibilidad de las células malignas a la quimioterapia.37 Las
anomalías bioquímicas, a menudo presentes antes de comenzar la
quimioterapia, son inducidas por la fiebre, los procesos asociados con la
infección, la deshidratación, e incluso la lisis celular espontánea. Estas
alteraciones metabólicas, que incluyen la hiperuricemia, hiperfosfatemia,
hipocalcemia, hiperpotasemia y uremia, caracterizan el síndrome de lisis
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tumoral (SLT). Las consecuencias patogénicas de este síndrome provienen de la
liberación de productos de degradación celular que exceden la capacidad
anabólica y catabólica hepática y renal. La precipitación de fósforo, ácido úrico,
y sus precursores (hipoxantina y, en especial, xantina o ambos) en las luces de
los túbulos renales se cree que es fundamental para el desarrollo de
insuficiencia renal. Si estas anomalías metabólicas se hacen más severas puede
producirse insuficiencia renal, arritmia cardiaca, dificultad respiratoria y la
muerte.
Características asociadas con un mayor riesgo de SLT incluyen
hiperleucocitosis, organomegalia masiva, nefromegalia, compresión extrínseca
de las vías genitourinarias y niveles de LDH sérica elevada.
Los pacientes con SLT establecido o que están en alto riesgo de STL
deben ser controlados cuidadosamente. Preferiblemente, deben ser ingresados
en una unidad de cuidados intensivos y ser tratados por un equipo
multidisciplinario. Debe garantizarse una diuresis adecuada antes de que se
inicie la quimioterapia. Para determinar la idoneidad de la función renal, se
debe administrar por vía intravenosa una solución ligeramente hipotónica sin
potasio a una velocidad de 2 a 5 l/m2 por día. La administración de líquidos
diluye solutos intravasculares como uratos y fosfatos, aumenta el flujo
sanguíneo renal y la filtración glomerular, y diluye los solutos precipitados en
los túbulos renales. La disponibilidad de la urato oxidasa recombinante
(rasburicasa) ha facilitado enormemente la prevención y manejo de la
hiperuricemia.38,39
Es importante tener en cuenta los marcadores de lisis tumoral y la
presencia de insuficiencia renal en el momento de iniciar la quimioterapia,
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especialmente en los niños con linfomas de células B. Dado que la insuficiencia
renal conduce a alteraciones en la farmacocinética de muchos fármacos
utilizados en estos tumores, puede ser prudente retrasar la quimioterapia o la
administración de una prefase prolongada en niños con anomalías renales.
Ocasionalmente, la insuficiencia renal es causada por la invasión tumoral del
parénquima renal o la obstrucción de las vías urinarias, por lo que es necesaria
una cuidadosa evaluación en estos casos.
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22Reiter A, Schrappe M, Tiemann M, et al. Successful treatment strategy for Ki-1 anaplastic large-cell lymphoma of childhood: a prospective analysis of 62 patients enrolled in three consecutiveBerlin-Frankfurt-Munster group studies. J Clin Oncol 1994:12(5):899-908.23Seidemann K, Tiemann M, Schrappe M, et al. Short-pulse B-non-Hodgkin lymphoma-typechemotherapy is efficacious treatment for pediatric anaplastic large cell lymphoma: a report ofthe Berlin-Frankfurt-Munster Group Trial NHL-BFM 90. Blood 2001:97(12):3699-3706.24Brugieres L, Le Deley MC, Rosolen A, et al. Impact of the methotrexate administration dose onthe need for intrathecal treatment in children and adolescents with anaplastic large-celllymphoma: results of a randomized trial of the EICNHL Group. J Clin Oncol 2009:27(6):897-903.25Le Deley MC, Reiter A, Williams D, et al. Prognostic factors in childhood anaplastic large celllymphoma: results of a large European intergroup study. Blood 2008:111(3):1560-1566.26Brugieres L, Quartier P, Le Deley MC, et al. Relapses of childhood anaplastic large-celllymphoma: treatment results in a series of 41 children--a report from the French Society ofPediatric Oncology. Ann Oncol 2000:11(1):53-58.27Laver JH, Kraveka JM, Hutchison RE, et al. Advanced-stage large-cell lymphoma in children andadolescents: results of a randomized trial incorporating intermediate-dose methotrexate andhigh-dose cytarabine in the maintenance phase of the APO regimen: a Pediatric Oncology Groupphase III trial. J Clin Oncol 2005:23(3):541-547.28Rosolen A, Pillon M, Garaventa A, et al. Anaplastic large cell lymphoma treated with aleukemia-like therapy: report of the Italian Association of Pediatric Hematology and Oncology(AIEOP) LNH-92 protocol. Cancer 2005:104(10):2133-2140.29de Vries MJ, Veerman AJ, Zwaan CM. Rituximab in three children with relapsed/refractory B-cellacute lymphoblastic leukaemia/Burkitt non-Hodgkin's lymphoma. Br J Haematol2004:125(3):414-415.30Attias D, Weitzman S. The efficacy of rituximab in high-grade pediatric B-celllymphoma/leukemia: a review of available evidence. Curr Opin Pediatr 2008:20(1):17-22.31Griffin TC, Weitzman S, Weinstein H, et al. A study of rituximab and ifosfamide, carboplatin,and etoposide chemotherapy in children with recurrent/refractory B-cell (CD20+) non-Hodgkinlymphoma and mature B-cell acute lymphoblastic leukemia: a report from the Children'sOncology Group. Pediatr Blood Cancer 2009:52(2):177-181.32Attarbaschi A, Dworzak M, Steiner M, et al. Outcome of children with primary resistant orrelapsed non-Hodgkin lymphoma and mature B-cell leukemia after intensive first-line treatment:a population-based analysis of the Austrian Cooperative Study Group. Pediatr Blood Cancer2005:44(1):70-76.33Mitsui T, Mori T, Fujita N, et al. Retrospective analysis of relapsed or primary refractorychildhood lymphoblastic lymphoma in Japan. Pediatr Blood Cancer 2009:52(5):591-595.34De Witte T, Awwad B, Boezeman J, et al. Role of allogenic bone marrow transplantation inadolescent or adult patients with acute lymphoblastic leukaemia or lymphoblastic lymphoma infirst remission. Bone Marrow Transplant 1994:14(5):767-774.
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35Ricketts RR. Clinical management of anterior mediastinal tumors in children. Semin PediatrSurg 2001:10(3):161-168.36Hendrick JM, Kaste SC, Tamburro RF, et al. Abdominal compartment syndrome in a newlydiagnosed patient with Burkitt lymphoma. Pediatr Radiol 2006:36(3):254-257.37Wossmann W, Schrappe M, Meyer U, et al. Incidence of tumor lysis syndrome in children withadvanced stage Burkitt's lymphoma/leukemia before and after introduction of prophylactic useof urate oxidase. Ann Hematol 2003:82(3):160-165.38Patte C, Sakiroglu C, Ansoborlo S, et al. Urate-oxidase in the prevention and treatment ofmetabolic complications in patients with B-cell lymphoma and leukemia, treated in the SocieteFrancaise d'Oncologie Pediatrique LMB89 protocol. Ann Oncol 2002:13(5):789-795.39Hummel M, Reiter S, Adam K, et al. Effective treatment and prophylaxis of hyperuricemia andimpaired renal function in tumor lysis syndrome with low doses of rasburicase. Eur J Haematol2008:80(4):331-336.
E. Formas poco frecuentes de linfoma no Hodgkin
pediátrico
Aunque la inmensa mayoría de los pacientes pediátricos con LNH se
encuadran en las tres categorías, (Burkitt, linfoblástico y de células grandes),
algunos pacientes ocasionalmente presentan subtipos menos comunes de la
enfermedad que plantean desafíos en el diagnóstico y tratamiento. Muchas
veces, los patólogos en los hospitales pediátricos no tienen la experiencia o los
medios necesarios para caracterizar con precisión estas formas poco frecuentes
de linfomas. Es fundamental para los oncólogos pediátricos tener un alto
índice de sospecha de estos linfomas raros, y a menudo es necesaria la
colaboración entre los patólogos pediátricos y de adultos para llegar al
diagnóstico correcto.
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E.1 Linfoma folicular
El linfoma folicular pediátrico, que supone alrededor del 3% de los casos
pediátricos, difiere sustancialmente de su homólogo en adultos1. En los
adultos, el LNH folicular es diseminado, tiene un bajo grado histológico y es
incurable con las terapias actuales, caracterizándose por su curso indolente con
múltiples recidivas. Por el contrario, en la edad pediátrica suelen ser localizados
con un grado histológico intermedio o alto (grado 2 o 3), y altamente curables.
Los casos pediátricos son más frecuentes en varones. Los ganglios linfáticos de
cabeza y cuello o las amígdalas son los sitios primarios más comunes. Las
localizaciones extraganglionares incluyen el tracto gastrointestinal, parótidas,
riñón, epidídimo y los testículos, pero en la serie BFM no se presentó ningún
caso con localización testicular.1,2 Aproximadamente el 70% de los casos
pediátricos tiene una enfermedad localizada (estadio I o II). CD10 se expresa en
la mayoría de las células del tumor, en una minoría se expresa CD34.2 La
proteína Bcl-6 está presente ocasionalmente, así como la proteína Bcl-2.1
Además, en contraste con las formas de adultos, en la mayoría de los casos
pediátricos de LNH folicular, el reordenamiento t(14; 18) no está presente.1
La afectación testicular en los LNH es poco frecuente, la mayoría de los
casos se dan al momento del diagnóstico en pacientes con LNH Burkitt o
linfoblástico diseminado. El linfoma testicular primario es generalmente de
histología folicular. En una serie de 12 casos publicada,3 la edad media al
diagnóstico fue de 5 años, los tumores eran pequeños (2-4 cm), y el grado
histológico fue de III. CD10 se expresaba en 6 de los 9 casos analizados, y la
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proteína Bcl-6 se expresó en 10 de 11 casos. En esa serie, la proteína Bcl-2 no
se expresó en ninguna de los casos analizados, y el reordenamiento t(14; 18)
no se evidenció en 8 casos analizados.3
El tratamiento del LNH folicular pediátrico es controvertido.
Investigadores del United Kingdom Children Cancer Study Group (UKCCSG)
incluso han sugerido que los niños con tumores localizados y resecado por
completo, no necesitan más tratamiento.4 Su recomendación se basa en un
número muy pequeño de pacientes. Los pacientes con enfermedad más
avanzada o los que tenían resecciones incompletas recibieron un curso corto de
quimioterapia, de acuerdo con el protocolo UKCCSG-10.4 En St. Jude, los
pacientes con LNH folicular son tratados de acuerdo al estadio de la
enfermedad. Los pacientes con enfermedad en estadio de Murphy I o II reciben
quimioterapia. Aquellos con el raro diagnóstico de LNH folicular en estadio
avanzado reciben un tratamiento más intensivo. Una publicación reciente del
grupo BFM también mostró excelentes resultados con quimioterapia basada en
los esquemas de linfomas B. Parece que, en comparación con el
comportamiento clínico en los adultos, el linfoma folicular en los niños no sigue
un curso clínico indolente con múltiples recaídas y se comporta más como un
linfoma difuso de las células B grandes.1
E.2 Línfomas de células B de la zona marginal
Los linfomas de la zona marginal son formas relativamente raras de
neoplasias maliganas de células B derivados de las células B post-germinales.5
Son mucho más comunes en pacientes de edad avanzada (edad media 60 años)
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que en niños o en adultos jóvenes. Los casos pediátricos son muy raros y se
han asociado con trastornos autoinmunes como el síndrome de Sjögren,
tiroiditis de Hashimoto y el lupus eritematoso sistémico. La localización
primaria es considerablemente variable e incluye regiones ganglionares y
extraganglionares.
Aproximadamente del 8% al 10% de los casos en adultos de LNH se
clasifican como linfoma de células B extranodal de la zona marginal del tipo
asociado a tejido linfoide de mucosas (MALT). El estómago es el más afectado
entre los sitios extraganglionares. Otros sitios extraganglionares incluyen las
glándulas salivales, la órbita, y los pulmones. En la etiología del linfoma MALT
gástrico se ha implicado a la infección por la bacteria Helicobacter pylori. Casos
aislados de linfoma MALT han sido publicados en pacientes pediátricos
infectados por el VIH. Sólo cuatro pacientes (<0,1%) de los 2.703 admitidos en
los estudios NHL-BFM entre 1986 y 2004, recibió un diagnóstico de linfoma
MALT.6 Los cuatro casos tenían localizaciones extraganglionares: párpado
inferior, mama, conjuntiva, y estómago En otra serie, 32 de 48 (67%) niños y
adultos jóvenes con linfoma de células B de la zona marginal tenían
localización ganglios.7 Tenían edades comprendidas entre 2-27 años (mediana,
16 años); 21 pacientes (66%) tenían 18 años de edad o menos y la enfermedad
predominó en los varones.
La mayoría de los pacientes (88%) se presentaron como adenopatías
periféricas aisladas e indoloras, en la región de cabeza y cuello con una
evolución de unas semanas a 2 años. Ninguno de estos pacientes era VIH
positivos o mostraban signos de enfermedad autoinmune. En 19 de estos
pacientes, el examen de la médula ósea no indicaba la presencia de tumor. Sólo
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un paciente presentó enfermedad en estadio III, con afectación de ganglios
cervicales, supraclaviculares, y mesentéricos.
El enfoque terapéutico varió entre los 28 pacientes. Se realizó solamente
cirugía, en los tumores extirpados completamente, en 19 pacientes, 5
recibieron radioterapia local, 3 recibieron quimioterapia sistémica, y un
paciente recibió una combinación de radioterapia y quimioterapia.
Sólo se registró una recurrencia de la enfermedad, que fue en un paciente
que fue operado y no recibió ningún otro tratamiento. En el momento de la
publicación (con un seguimiento durante cuatro años), el paciente estaba libre
de la enfermedad.
Dieciséis de los 48 pacientes (33%) tenían linfoma extraganglionar de
zona marginal. La mediana de edad fue de 24,5 años, 4 de los 16 casos eran
pediátricos y no hubo predominio de género. Los sitios de presentación más
comunes de la enfermedad fueron los anexos oculares (5 de 16, 31%), las
glándulas salivales (4 de 16, 25%), y la piel (3 de 16, 19%). Sólo un paciente
presentó afectación gástrica. Tres de de los pacientes con afectación de las
glándulas salivales (dos mujeres) tenían antecedentes de enfermedad
autoinmune. Dos tenían el síndrome de Sjögren, y uno tenía lupus eritematoso
sistémico. Además, el único paciente con afectación gástrica tenía antecedentes
de gastritis por Helicobacter pylori y úlceras gástricas.
Más del 70% de los pacientes evaluables tuvieron enfermedad en estadio
I. Se evidenció afectación concomitante de los ganglios regionales en dos casos,
pero no se observó diseminación a otros sitios ganglionares o extraganglionar.
En los cinco casos en los que se examinó la médula ósea, la afectación no
estaba presente.
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Se dispuso información sobre el tratamiento y el resultado en nueve
pacientes. Cinco de ellos fueron tratados con radioterapia local, dos con
escisión quirúrgica sola, y dos con quimioterapia. El seguimiento fue de 1 a 24
meses. Sólo un paciente presentó una recidiva local de la enfermedad. Tenía
una gran masa conjuntival en el momento del diagnóstico y había sido tratado
sólo con resección quirúrgica. El diagnóstico preciso requiere patólogos con
experiencia y herramientas de diagnóstico inmunológico y molecular
sofisticadas, a menudo no disponibles en los países en desarrollo. En este
contexto, el médico debe considerar también que otros tipos más comunes de
linfoma se pueden extender al estómago, la órbita y las amígdalas. Por lo tanto,
todos los esfuerzos deben conducirse para caracterizar biológicamente estos
linfomas a fin de garantizar un tratamiento adecuado.
E.3 Linfoma cutáneo
La piel puede afectarse en los pacientes con linfomas sistémicos,8 pero
ocasionalmente, la afectación cutánea primaria ocurre en niños. Hay poco
publicado sobre los resultados en niños y la mayoría de los conocimientos de
estas entidades proviene de la experiencia en adultos.9-11 Las entidades más
frecuentemente observadas incluyen el linfoma anaplásico T primariamente
cutáneo CD30 + (ALTC) y la papulosis linfomatoide que se ven raramente en
niños. En los últimos años, han sido reconocidos como expresiones diferentes
de una entidad clínico-patológica distinta a otros trastornos linfoproliferativos
tales como la micosis fungoide (E. Figura 1), y el linfoma de células T
subcutáneo tipo-paniculitis12 (E. Figura 2) (E. Tabla 1).39-41 Los linfomas
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primarios cutáneos han sido recientemente reclasificados incluyendo estas
nuevas entidades por la EORTC.13 La mayoría de los pacientes con ALCT CD30+
se presentan con nódulos aislados o multifocales, pápulas o tumores que son
con frecuencia ulcerados. Las lesiones multifocales se observan en
aproximadamente el 20% de los pacientes. Las lesiones cutáneas pueden
desaparecer espontáneamente, pero no aumentan y disminuyen como los
hacen las de la papulosis linfomatoide. La extensión de la enfermedad a otros
órganos es poco frecuente (10%) y por lo general afecta a los ganglios
linfáticos.
El pronóstico del ALTC CD30+ es favorable (E. Figura 3). Por el contrario,
los niños con linfomas de células grandes CD30+ sistémicos, con afectación
secundaria de la piel, tienen un pronóstico mucho peor y necesitan
quimioterapia sistémica intensiva.
E. Figura 1
Niño con placas típicas de micosis fungoide
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icas de micosis fungoide.
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E. Figura 2
Nódulos cutáneos de linfoma de células T tipo-paniculitis. Estos nódulospresentan un comportamiento característico con oscilaciones de su tamaño
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E. Figura 3Linfoma cutáneo primario anaplásico de células grandes (ALK -) en una niña de13 años de edad. El tratamiento incluye resección quirúrgica aislada.
La papulosis linfomatoide es una enfermedad crónica caracterizada por
la aparición de lesiones cutáneas papulonecróticas que aumentan y disminuyen
de tamaño. Su naturaleza maligna no se ha probado de forma definitiva. Sin
embargo, se ha documentado la progresión a ALTC cutáneo. La papulosis
linfomatoide también se ha asociado con otros tipos de cáncer, incluyendo el
linfoma de Hodgkin. Las lesiones típicas, que pueden ser localizadas o
generalizadas, son pápulas de color rojo-parduzco y nódulos en diferentes
estadíos de evolución.
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Las lesiones evolucionan con hemorragia central, necrosis y formación de
costras y aumentan y disminuyen de tamaño (el sello distintivo de esta
enfermedad). La distinción patológica entre la papulosis linfoide y el ALTC
CD30+ cutáneo es a menudo difícil de ver, por lo tanto, las características
dermatológicas y la historia natural han sido habitualmente utilizados para
hacer esa distinción.
No se han desarrollado guías uniformes para tratamiento de estos
trastornos relacionados entre sí. El correcto diagnóstico y clasificación son
cruciales para la planificación del tratamiento. Para ser capaz de distinguir
entre un ALTC CD30+ cutáneo primario y un linfoma de células grandes
sistémico con afectación cutánea secundaria se requiere una cuidadosa
estadificación de la enfermedad. Para el ALTC cutáneo primario, el tipo de
tratamiento depende de la extensión de la enfermedad. Una lesión solitaria o
pocas lesiones regionales pueden ser tratadas con radioterapia local. Si una
lesión solitaria ha sido completamente extirpada, no se recomienda otro
tratamiento, a menos que ésta recurra. Algunos de estos casos de ALTC
primariamente cutáneos y aquellos con enfermedad residual pueden ser
tratados con un ciclo corto de quimioterapia, como la utilizada para el LNH en
estadios de bajo riesgo.
El manejo del ALTC cutáneo primario multifocal es controvertido. La
quimioterapia intensiva se ha utilizado, pero parece ser ineficaz. En algunos
casos, el metotrexato en dosis bajas ha sido utilizado con éxito. No se ha
definido un régimen de tratamiento para la papulosis linfomatoide. La
quimioterapia intensiva o la radioterapia no están indicadas debido a que las
lesiones reaparecerán después de un período de "remisión".
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Cuando las lesiones regresan sin dejar cicatrices, no es necesario un
tratamiento específico. Cuando se producen cicatrices, se puede administrar
metotrexato en dosis bajas por vía oral.
Otros linfomas cutáneos primarios menos frecuentes en niños son el
linfoma subcutáneo tipo paniculitis,12 la micosis fungoide 10 o la neoplasia
hematodermica CD4-CD56, que recientemente ha sido caracterizada como una
neoplasia de células dendríticas.14 Para obtener más información y fotos o
videos sobre el linfoma cutáneo, por favor, siga estos enlaces:
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=245
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=206
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=202
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=187
https://www.cure4kids.org/ums/oncopedia/case_detail/?id=156
E. 4 Linfomas no Hodgkin de células T maduras y células
Natural-Killer
E.4.1 Linfoma extraganglionar de células NK / T, tipo nasal
El linfoma extraganglionar nasal de células NK/ T, una entidad
clinicopatológica distinta, se caracteriza por ser un proceso crónico del tercio
medio facial,15-17 Generalmente se presenta clínicamente como una lesión
destructiva nasal o un tumor de la línea media facial con tiempo de un año de
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evolución.
La lesión generalmente se desarrolla en la cavidad nasal, provocando
obstrucción nasal, rinorrea, epistaxis, y edema facial. Puede producirse
destrucción palatina en inflamación orbitaria. Con menos frecuencia, el linfoma
extraganglionar de células NK / T afecta a los ganglios cervicales, piel, tejidos
blandos, testículos y al tracto gastrointestinal y respiratorio. Otros nombres
por los que se conoce esta entidad son el granuloma de Stewart, granuloma
letal de la línea media, linfoma angiocéntrico, la enfermedad de la línea media
destructiva idiopática, pseudolinfoma, granuloma de la línea media maligno,
granuloma de la línea media no cicatrizante, reticulosis polimórfica y
granulomatosis linfomatoide. Es más frecuente en varones asiáticos y de
América Central y en los nativos americanos. Esta enfermedad está altamente
asociada con el VEB y es claramente más común en el sudeste de Asia y algunas
zonas de Latinoamérica.18,19 En los estadíos tempranos de la enfermedad, este
linfoma es difícil de caracterizar histológicamente. La lesión se compone de un
atípico infiltrado polimórfico con una amplia gama que abarca desde células
pequeñas a grandes células transformadas con una propensión a invadir y
destruir los vasos sanguíneos. En los estudios de hibridación in situ con sondas
para pequeños fragmentos de ARN nuclear codificado por el VEB pueden
detectarse incluso pequeñas cantidades de células neoplásicas, tales estudios
son de gran valor en el diagnóstico y seguimiento.18 El análisis
inmunohistoquímico, por lo general, revela antígenos asociados a células T
incluyendo CD2, la cadena CD3-εintracitoplasmática y el antígeno CD 56
(asociado a NK). Los resultados de los estudios moleculares no muestran la
presencia del reordenamiento genético de células T en las células malignas.
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Esta enfermedad también puede aparecer en sitios extranasales. Esta
entidad comparte características biológicas con las formas nasales.20 El
tratamiento del linfoma extraganglionar de células NK / T sigue evolucionando.
Normalmente de usan terapias basadas en el uso de antraciclinas y
asparaginasa más radioterapia local.15, 16,21 Debido a que la enfermedad es rara
en niños y adolescentes fuera de las zonas endémicas, no se han establecido
los factores pronósticos en este grupo de edad. En los adultos tratados con
quimioterapia y radioterapia, los predictores de mal pronóstico incluyen los
síntomas constitucionales "B", elevados niveles de lactato deshidrogenasa y la
afectación de ganglios regionales. Los pacientes sin ningún factor de riesgo
(enfermedad localizada) tienen una probabilidad de supervivencia de
aproximadamente el 50%, mientras que los pacientes con enfermedad
diseminada tienen un pronóstico funesto
E.4.2 Leucemia agresiva de células NK
La leucemia agresiva de células NK se caracteriza por un curso clínico
fulminante. Los hallazgos de inmunofenotipo y moleculares son similares a los
del linfoma de células NK/T tipo nasal 22. Los pacientes suelen ser de países
asiáticos y el cuadro se presenta con fiebre, hepatoesplenomegalia, leucopenia,
y coagulopatía. Esto puede conducir a un fallo multiorgánico seguido de la
muerte del paciente en pocas semanas desde el inicio de los signos y síntomas.
Como en el caso del linfoma de células NK/T tipo nasal, la leucemia agresiva de
células NK está estrechamente relacionado con el VEB 18.
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Existe una enfermedad estrechamente relacionada con este tipo de
leucemia, que también se observa en niños y adolescentes, denominada
síndrome linfoproliferativo fulminante de células T VEB+ (mononucleosis
fulminante). Puede ocurrir después de la infección aguda por VEB, o más
comúnmente después de la infección crónica por VEB 19, 23. Sin embargo, en
este caso, las células malignas expresan inmunofenotipo de células T,
incluyendo la expresión de monoclonalidad en estudios de reordenamiento de
receptores de células T. De una manera similar a la de la leucemia agresiva de
células NK, la mononucleosis fulminante también se caracteriza por presentar
síndrome hemofagocítico grave, por cual suele fallecer el paciente.
E.4.3 Linfoma hepatoesplénico de células T
El linfoma hepatoesplénico de células T es una patología rara,
extraganglionar y generalmente fatal, resultante de la transformación maligna
de células T citotóxicas, generalmente del tipo de células T con receptor γδ.
Esto ocurre muy raramente en niños y afecta más a menudo a adultos jóvenes
24. Normalmente, los pacientes con linfoma de células T hepatoesplénico
presentan una marcado hepatoesplenomegalia y diverso grado de citopenia. Por
lo general, no presentan adenopatías ni blastos circulante. La infiltración de la
médula ósea es frecuente. Las células neoplásicas, por lo general células T γδ,
están presentes en los sinusoides de la médula ósea. En la mayoría de los casos
no expresan CD4 ni CD8, mientras que si expresan CD56. Además se suele
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expresar, TIA-1, un marcador de células T citotóxicas. Se han descrito variantes
de células T con fenotipoαβ. El isocromosoma 7q y la trisomía 8 son anomalías
citogenéticas consistentes.25 Aunque unos pocos casos han sido tratados
exitosamente con quimioterapia, el pronóstico global de esta enfermedad es
infausto. El transplante de células madre hematopoyéticas ha sido eficaz en un
pequeño número de pacientes.
E.4.4 Linfoma de células B grandes primario de mediastino
primario (tímico)
El linfoma de células B grandes primario de mediastino (PMLBCL) ha sido
recientemente reconocido como una entidad clinicopatológica diferenciada con
una marca molecular que recuerda la expresión génica del subtipo esclerosis
nodular del linfoma de Hodgkin clásico 26. Aunque se desarrolla más
frecuentemente en adultos, se puede desarrollar en niños, en su mayoría
chicas adolescentes 26 .
Las células tumorales derivan de las células B de la medular del timo y, a
menudo, expresan CD79a, CD19, CD20 y CD22, pero no inmunoglobulinas de
superficie. CD30 puede expresarse también en estos tumores, pero no es tan
frecuente como en el ALCL. Los pacientes, a menudo, se presentan con una
masa mediastínica (tímica) de rápido crecimiento sin afectación, por lo general,
de otras áreas; los riñones, las glándulas suprarrenales y los ovarios también
pueden estar afectados.
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Hay poca información sobre este trastorno en niños. En los adultos, se
han usado regímenes de poliquimioterapia combinada con radioterapia local.
Otros estudios en adultos sugieren un beneficio con la intensificación de la
terapia y el rescate autólogo de células madre hematopoyéticas. El grupo BFM
publicó su experiencia en sus sucesivos ensayos (30 pacientes) en el que los
resultados eran relativamente más pobres que los de otros tipos de neoplasias
de células B. El grupo publicó una probabilidad de supervivencia libre de
eventos del 0,7 para todo el grupo y se correlacionó el pronóstico con valores
elevados de LDH 26. Por lo tanto, el tratamiento más eficaz de esta enfermedad
en niños no se conoce actualmente y la utilidad de la radioterapia en los niños
es discutible.
E.4.5 El tratamiento del linfoma no Hodgkin en los países en
desarrollo
Los LNH pediátricos en los países en desarrollo presentan algunas
peculiaridades. En un estudio del INCTR, Naresh et al. evaluaron la distribución
de los linfomas en varios países en desarrollo y encontraron variaciones
regionales de los subtipos.27 El ejemplo arquetípico es el linfoma de Burkitt,
que es endémica en el África Ecuatorial, y que por lo general afecta a la
mandíbula o la órbita en niños más pequeños. En África, el linfoma de Burkitt
supone el 45% de los casos de neoplasias malignas en la infancia.27 En África y
otras regiones en desarrollo del mundo, el tratamiento sigue siendo
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inadecuado. Por ejemplo, en Malawi, sólo aproximadamente el 50% de los niños
con linfoma de Burkitt localizado sobreviven libre de enfermedad, en contraste
con los más del 90% que sobrerviven en los países más desarrollados para el
mismo estadio. 28, 29 Para mejorar el resultado en Malawi, la Sociedad
Internacional de Oncología Pediátrica (SIOP) puso en marcha una serie de
estudios en los que los intentos de utilizar una modificación de los regímenes
de dosis altas propuestas por el SFOP causaron un número inaceptable de
muertes debido a la toxicidad y tuvieron que ser suspendidos 30. Se aconseja
un régimen de baja intensidad en estas situaciones debido a la mala tolerancia
del paciente causada por la desnutrición, el paludismo, parasitosis, y la falta de
cumplimiento de tratamientos de mayor duración. 28, 31
Aunque muchos niños africanos con linfoma no Hodgkin no tienen
acceso a la quimioterapia, se han publicado resultados alentadores en
Sudáfrica.32 En otros países emergentes, el linfoma no Hodgkin también
representa un desafío. En algunos países de América Latina, como Brasil y
Argentina, se han publicado alentadores resultados con el uso de protocolos
adaptados del BFM 33,34 En Turquía y Venezuela se han utilizado los protocolos
SFOP con éxito, 34 35. Sin embargo, la mortalidad debida a la toxicidad es
superior a la reportada en países desarrollados. Los médicos que trabajan en
países en desarrollo también deben considerar que el linfoma de células B se
comporte de manera diferente en sus áreas y que tratamientos adaptado a
estas diferencias deben ser desarrollados.
En los países en desarrollo, sólo los centros de atención terciaria pueden
proporcionar la calidad de atención necesaria a los pacientes con linfoma de
células B cuando reciben terapia de alta intensidad.
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En los países desarrollados, los subtipos infrecuentes pueden ser más
prevalentes que en los países en desarrollo. En algunos países de América
Latina, se ha reconocido al vacciniforme hidroa como linfoma de la piel y ha
sido recientemente incluido en la clasificación de la OMS-EORTC para linfomas
cutáneos.12 En Asia, los tumores malignos de células NK son más frecuentes.19
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