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UNIDAD RESPIRATORIA Factores que afectan a la función respiratoria LIC. JAVIER CÉSPEDES MATA Jacema.jimdo.com Fundamentos de Enfermería II

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UNIDAD RESPIRATORIA Factores que afectan a la función respiratoria

LIC. JAVIER CÉSPEDES MATA Jacema.jimdo.com

Fundamentos de Enfermería II

FACTORES QUE AFECTAN A LA FUNCIÓN RESPIRATORIA

Los factores que influyen en la oxigenación afectan al aparato cardiovascular y también al aparato respiratorio.

Estos factores son la edad, el entorno, el estilo de vida, el estado de salud, los medicamentos y el estrés.

Edad

Los factores del desarrollo son influencias importantes en la función respiratoria. En el nacimiento se producen

cambios importantes en el aparato respiratorio. Los pulmones llenos de líquido se vacían, la PC02 aumenta y

el recién nacido realiza su primera respiración. Los pulmones se van expandiendo gradualmente con cada

respiración sucesiva, alcanzando su insuflación máxima a las 2 semanas de edad.

Los cambios que se producen durante el envejecimiento que afectan al aparato respiratorio de los ancianos son

especialmente importantes si el sistema está comprometido por alteraciones como una infección, estrés físico

o emocional, cirugía, anestesia u otros procedimientos.

Estos tipos de cambios son:

La pared torácica y las vías respiratorias se vuelven más rígidas y menos elásticas.

La cantidad de aire intercambiado disminuye.

El reflejo de la tos y la acción de los cilios disminuyen.

Las mucosas son más secas y frágiles.

Disminuye la fuerza muscular y la resistencia.

Si hay osteoporosis, la expansión pulmonar adecuada puede verse comprometida.

Disminuye la eficacia del sistema inmunitario.

La enfermedad por reflujo gastroesofágico es más frecuente en los ancianos y aumenta el riesgo de

aspiración. La aspiración del contenido del estómago hacia los pulmones provoca broncoespasmo al

ocasionar una respuesta inflamatoria.

Entorno

La altitud, el calor, el frío y la contaminación ambiental afectan a la

oxigenación. Cuanto mayor sea la altitud, menor será la PO2, que respira un

sujeto. En consecuencia, en las grandes altitudes aumentan la frecuencia

respiratoria y cardíaca y también la profundidad de la respiración, unos

efectos que se hacen más evidentes cuando el sujeto hace ejercicio.

Las personas sanas expuestas a la contaminación ambiental, por ejemplo, en forma de humo o como fumadores

pasivos, tienen picor de ojos, cefalea, mareos y tos. Si hay antecedentes de neumopatía y alteración de la función

respiratoria, aparecen grados variables de dificultad respiratoria en un entorno contaminado. Algunas personas

ni siquiera pueden cuidar de sí mismas en estos entornos.

Estilo de vida

El ejercicio o la actividad física incrementan la frecuencia y profundidad de las respiraciones y, por tanto, el

suministro de oxígeno en el cuerpo. Por el contrario, las personas sedentarias carecen de la expansión alveolar

necesaria y de los patrones de respiración profunda de las personas que sí realizan una regular actividad, y su

capacidad de responder eficientemente a los factores estresantes respiratorios está disminuida.

Algunas ocupaciones predisponen al sujeto a sufrir una enfermedad pulmonar. Por ejemplo, la silicosis aparece

con mayor frecuencia en mineros y alfareros que trabajan con arenisca que en el resto de la población, la

asbestosis aparece en trabajadores del amianto, la antracosis en mineros del carbón y las enfermedades por

polvo orgánico en los granjeros y labradores que trabajan con heno mohoso.

Estado de salud

En las personas sanas, el aparato respiratorio puede proporcionar el oxígeno suficiente para cubrir las

necesidades del cuerpo. No obstante, las enfermedades del aparato respiratorio afectan negativamente a la

oxigenación de la sangre.

Medicamentos

Hay varios medicamentos que disminuyen la frecuencia y profundidad de las respiraciones. Los más habituales

son los hipnóticos-sedantes tipo benzodiacepinas y los ansiolíticos (p. ej., diacepam, loracepam, midazolam),

los barbitúricos (p. ej., fenobarbital) y los narcóticos como morfina y clorhidrato de meperidina. Cuando se

administren estos fármacos el profesional de enfermería debe monitorizar de cerca la respiración, en especial

cuando empieza a usarse uno de estos medicamentos o cuando se aumenta la dosis. Los pacientes mayores

corren un riesgo importante de depresión respiratoria y, debido a ello, a menudo es necesario reducirles la

posología.

Estrés

Cuando nos encontramos ante el estrés y los factores estresantes, las respuestas psicológicas y fisiológicas

afectan a la oxigenación. Algunas personas pueden hiperventilar en respuesta al estrés. Cuando esto sucede,

aumenta la P02 y disminuye la PC02. La persona puede tener sensación de mareo y adormecimiento y

hormigueo en los dedos de las manos y los pies y alrededor de la boca.

Fisiológicamente, durante el estrés se estimula el sistema nervioso central y se libera adrenalina, que provoca

la dilatación de los bronquíolos y aumenta el flujo sanguíneo y el aporte de oxígeno a los músculos activos.

Aunque estas respuestas son adaptativas a corto plazo, pueden ser destructivas si el estrés se mantiene,

aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Alteraciones de la función respiratoria

La función respiratoria se puede alterar en presencia de afecciones de:

La permeabilidad (vía respiratoria abierta).

El movimiento del aire hacia o desde los pulmones.

La difusión del oxígeno y dióxido de carbono entre los alvéolos y los capilares pulmonares.

El transporte del oxígeno y del dióxido de carbono a través de la sangre hacia y desde las células de los

tejidos.

Procesos que afectan a las vías respiratorias

Se puede producir una obstrucción total o parcial de las vías respiratorias en cualquier punto de las vías

respiratorias altas o bajas. Una obstrucción de las vías respiratorias altas (es decir, en la nariz, la faringe o la

laringe) puede deberse a la presencia de un cuerpo extraño, como un alimento, a la caída de la lengua hacia la

bucofaringe cuando la persona está inconsciente, o a la acumulación de las secreciones en los conductos

respiratorios. En este último caso, las respiraciones suenan como un borboteo o un burbujeo cuando el aire

intenta atravesar las secreciones. La obstrucción de las vías respiratorias bajas implica la oclusión parcial o

completa de los conductos respiratorios en los bronquios y los pulmones, generalmente, por una mayor

acumulación de moco o exudado inflamatorio.

La valoración y el mantenimiento de la permeabilidad de las vías respiratorias es una de las responsabilidades

del profesional de enfermería, y a menudo, obliga a una intervención inmediata. La obstrucción parcial de las

vías respiratorias altas produce un ronquido grave durante la inspiración. La obstrucción completa produce un

esfuerzo inspiratorio extremo que se acompaña de inmovilidad torácica e incapacidad para toser o hablar. En

ese caso, el paciente, al esforzarse para obtener aire, puede manifestar también una retracción esternal e

intercostal muy marcada. La obstrucción de las vías respiratorias bajas no siempre es tan fácil de observar.

Durante la inspiración puede oírse estridor, un ruido áspero y agudo. El paciente puede tener alteraciones en la

gasometría arterial, inquietud, disnea y ruidos respiratorios adventicios (ruidos respiratorios anormales).

Procesos que afectan al movimiento del aire

El término patrones respiratorios se refiere a la frecuencia, el volumen, el ritmo y la facilidad o el esfuerzo

relativos para la respiración. La respiración normal (eupnea) es tranquila, rítmica y natural. La taquipnea

(respiraciones rápidas) aparece en caso de fiebre, acidosis metabólica, dolor e hipoxemia. La bradipnea es una

reducción de la frecuencia respiratoria que puede observarse en pacientes que han tomado fármacos como

morfina o sedantes, que tienen alcalosis metabólica, o que sufren hipertensión intracraneal (p. ej., por lesiones

cerebrales). La apnea es la ausencia de respiración.

La hipoventilación, es decir, la ventilación alveolar insuficiente, puede deberse a una respiración lenta, una

respiración superficial, o ambas. La hipoventilación puede deberse a trastornos de los músculos respiratorios,

a determinados fármacos o a la anestesia. La hipoventilación puede hacer aumentar las concentraciones de

dióxido de carbono (hipercapnia) o disminuir las concentraciones de oxígeno (hipoxemia).

La hiperventilación es el aumento del movimiento del aire que entra y sale de los pulmones. Durante la

hiperventilación aumentan la frecuencia y la profundidad de las respiraciones y se elimina más C02 que el que

se produce. Un tipo particular de hiperventilación que aparece en la acidosis metabólica es la respiración de

Kussmaul, mediante la cual el cuerpo intenta compensar el aumento de ácidos metabólicos expulsando ácido

en forma de C02. La hiperventilación puede producirse también en respuesta al estrés o la ansiedad.

Otros patrones respiratorios anormales pueden provocar una respiración irregular:

Respiraciones de Cheyne-Stokes: vaivén rítmico y marcado de las respiraciones, que cambian de muy

profundas a muy superficiales, con períodos breves de apnea, y que se debe, generalmente, a trastornos

crónicos, hipertensión intracraneal y sobredosis de fármacos.

Respiraciones de Biot (en tandas): respiraciones superficiales interrumpidas por apnea; pueden observarse

en pacientes con trastornos del sistema nervioso central.

La ortopnea es la incapacidad para respirar con facilidad salvo en bipedestación o en sedestación. La

respiración difícil o la sensación de falta de aire se conoce como disnea. La disnea puede aparecer con diferentes

niveles de esfuerzo o en reposo. El paciente con disnea muestra, generalmente, signos observables (objetivos)

como aleteo nasal, respiración fatigosa, aumento de la frecuencia cardíaca, cianosis y diaforesis. La disnea

puede deberse a muchas causas, la mayoría de las cuales derivan de trastornos cardíacos o respiratorios. Como

el tratamiento va dirigido a eliminar la causa subyacente, es importante que el profesional de enfermería

obtenga una historia minuciosa del inicio, la duración y los factores que precipitan o alivian la disnea del

paciente, además de realizar una exploración física exhaustiva.

Procesos que afectan a la difusión

Las alteraciones de la difusión pueden influir en las concentraciones de gases en sangre, especialmente del

oxígeno, que no difunde tan fácilmente como el dióxido de carbono. La hipoxemia, o disminución de la

concentración de oxígeno en la sangre, puede deberse a procesos que dificultan la difusión alveolocapilar, como

el edema pulmonar o la atelectasia (colapso alveolar), o a una disminución de las concentraciones de

hemoglobina. El aparato cardiovascular compensa la hipoxemia incrementando la frecuencia y el gasto

cardíacos, para intentar transportar el oxígeno necesario a los tejidos. Si el aparato cardiovascular no puede

compensarlo o si la hipoxemia es muy intensa, se produce hipoxia tisular (insuficiencia de oxígeno en cualquier

parte del organismo), que puede causar daños o muerte celulares. En «Manifestaciones clínicas» se enumeran

los signos de la hipoxia.

La cianosis (coloración azulada de la piel, los lechos ungueales y las mucosas por una disminución de la

saturación de oxígeno en la hemoglobina) puede aparecer cuando hay hipoxemia o hipoxia. Para que se

produzca cianosis se requieren dos condiciones: la sangre debe contener unos 5 g o más de hemoglobina no

oxigenada por cada 100 ml de sangre, y los capilares sanguíneos

superficiales deben estar dilatados. Los factores que interfieren en

cualquiera de estos dos parámetros (p. ej., anemia grave o

administración de adrenalina) suprimirán el signo de la cianosis,

aunque el paciente siga teniendo hipoxia.

Para el funcionamiento cerebral es fundamental una oxigenación adecuada. La corteza cerebral puede tolerar

la hipoxia solo durante 3-5 minutos antes de sufrir daños permanentes. La cara de una persona con hipoxia

aguda suele mostrar ansiedad, cansancio y aspecto demacrado. El paciente suele sentarse, a menudo, inclinado

ligeramente hacia delante para permitir una mayor expansión de la cavidad torácica.

En caso de hipoxemia crónica, el paciente suele aparecer fatigado y

obnubilado. Los dedos de las manos y los pies pueden tener aspecto de

palillos de tambor debido a la ausencia prolongada de oxígeno en la

sangre arterial. En ese caso, la base de la uña aparece inflamada y las

puntas de los dedos de las manos y los pies aumentan de tamaño. El

ángulo entre la uña y la base ungueal aumenta a más de 180°.

Procesos que afectan al transporte

Una vez que el oxígeno penetra en los pulmones y se difunde hacia los capilares, el aparato cardiovascular se

encarga de transportarlo a todos los tejidos del organismo, y transporta también el C02 de las células de vuelta

a los pulmones, desde donde puede ser expulsado del cuerpo. Los trastornos que reducen el gasto cardíaco,

como la insuficiencia cardíaca congestiva o la hipovolemia, alteran la oxigenación tisular y también la

capacidad del organismo para compensar la hipoxemia.

Figura 2, Acropaquias

Figura 1 Cianosis

GESTIÓN DE ENFERMERÍA

Valoración

La valoración por el profesional de enfermería de la oxigenación comprende la anamnesis, la exploración física

y la revisión de los datos diagnósticos relevantes.

Anamnesis De Enfermería

La anamnesis de enfermería exhaustiva relevante a la oxigenación debe incluir los datos sobre los problemas

respiratorios actuales y pasados, el estilo de vida, la presencia de tos, esputo (material eliminado con la tos) o

dolor, medicamentos usados para la respiración y presencia de factores de riesgo de alteración de la

oxigenación. En «Entrevista de valoración» se muestran algunos ejemplos de las preguntas que se usan durante

la entrevista para obtener esta información.

Exploración Física

En la valoración de la oxigenación el profesional de enfermería usa las cuatro técnicas de exploración física:

inspección, palpación, percusión y auscultación. Observa primero la frecuencia, profundidad, ritmo y calidad

de las respiraciones, anotando la postura que el paciente adopta para respirar. También inspecciona las

variaciones de la forma del tórax que pudieran indicar la adaptación a las afecciones respiratorias crónicas. Por

ejemplo, los pacientes con enfisema desarrollan a menudo un tórax en tonel.

También palpará el tórax en busca de protrusiones, zonas dolorosas o movimientos anormales. La palpación se

usa también para detectar frémito vocal (táctil). El tórax se puede percutir para detectar la excursión

diafragmática (el movimiento del diafragma durante la inspiración y espiración máximas). No obstante, no es

frecuente usar esta maniobra en los centros de enfermos agudos y crónicos y a largo plazo, al contrario que la

auscultación, usada a menudo para valorar si el murmullo vesicular es normal o anormal.

Estudios Diagnósticos

El médico puede solicitar varias pruebas diagnósticas para evaluar la situación y la función respiratorias y la

oxigenación, como son el estudio de las muestras de esputo, cultivos de garganta, procedimientos de

visualización, muestras de sangre venosa y arterial y pruebas de función pulmonar.

La medición de los gases en sangre arterial (gasometría arterial) es un procedimiento diagnóstico importante.

Normalmente, los profesionales de enfermería especializados, los fisioterapeutas respiratorios o técnicos con

experiencia son los las responsables de obtener las muestras de sangre arterial. La sangre para estas pruebas se

obtiene directamente de las arterias radial, braquial o femoral, o desde los catéteres introducidos en ellas. Dada

la relativamente alta presión de la sangre en estas arterias, es importante prevenir la hemorragia aplicando

presión en el lugar de la punción durante 5 minutos aproximadamente tras retirar la aguja. Con frecuencia, la

medición no invasiva de la saturación de oxígeno (usando un dispositivo que se coloca en el dedo) es suficiente

para valorar la oxigenación de la sangre arterial.

Pruebas de función pulmonar. Las pruebas de función pulmonar miden los volúmenes y capacidades

pulmonares. Los pacientes que se someten a un estudio de la función pulmonar, que suele realizar un terapeuta

respiratorio, no requieren anestesia. El paciente respira usando una máquina y la prueba es indolora, si bien es

esencial su colaboración.

Se requiere seguir las instrucciones y una cierta coordinación entre pruebas antes de empezar, y permitir que

los pacientes descansen después porque, a menudo, estas pruebas son agotadoras.

Diagnóstico

La NANDA International (2009) incluye las siguientes etiquetas diagnósticas para pacientes con problemas de

oxigenación:

Limpieza ineficaz de las vías respiratorias: incapacidad para limpiar las secreciones u obstrucciones del

aparato respiratorio para mantener una vía respiratoria libre. En los recuadros «Plan asistencial de

enfermería» y «Mapa de conceptos», más adelante en este capítulo, se incluye un ejemplo clínico usando

este diagnóstico de enfermería.

Patrón respiratorio ineficaz: inspiración o espiración que no proporciona la ventilación adecuada.

Deterioro del intercambio gaseoso: exceso o defecto de la oxigenación o de la eliminación del dióxido de

carbono en la membrana alveolocapilar.

Intolerancia al ejercicio: energía fisiológica o psicológica insuficiente para soportar o completar las

actividades diarias necesarias o requeridas.

Los diagnósticos de enfermería precedentes también pueden ser la etiología de otros diagnósticos de

enfermería, como:

Ansiedad relacionada con la limpieza ineficaz de las vías respiratorias y la sensación de ahogo

Fatiga relacionada con el patrón de respiración ineficaz

Temor relacionado con una dolencia respiratoria crónica discapacitante

Impotencia relacionada con la incapacidad para mantener la independencia en las actividades de

autocuidados debido al patrón de respiración ineficaz

Insomnio relacionado con la ortopnea y con la necesidad de oxigenoterapia

Aislamiento social relacionado con la intolerancia a la actividad y a la incapacidad para desplazarse para

realizar las actividades sociales habituales

Planificación

Los resultados globales y objetivos de un paciente que tiene problemas de oxigenación son:

Mantener una vía respiratoria permeable.

Mejorar la comodidad y facilitar la respiración.

Mantener o mejorar la ventilación pulmonar y la oxigenación.

Mejorar la aptitud para participar en actividades físicas.

Prevenir los riesgos asociados a problemas de oxigenación, como ulceraciones de piel y tejidos, síncope,

desequilibrio acidobásico y sensación de desesperanza y aislamiento social.

Estos resultados nos indican la dirección para planificar las intervenciones y nos sirven como criterios para

evaluar el progreso del paciente.

FISIOTERAPIA PULMONAR

Espirometría incentivada Los espirómetros incentivadores (figura 3), que también se conocen como

dispositivos de inspiración máxima mantenida (DIM), miden el flujo de aire inhalado a través de la boquilla y

se usan para:

Mejorar la ventilación pulmonar.

Contrarrestar los efectos de la anestesia o hipoventilación.

Ablandar las secreciones respiratorias.

Facilitar el intercambio de gases en el aparato respiratorio.

Expandir los alvéolos colapsados.

Están diseñados para imitar los suspiros o bostezos naturales, animando al paciente

a que respire de forma lenta, profunda y prolongada. Existen dos tipos generales

de espirómetros: de flujo y de volumen.

El espirómetro de flujo consta de una o más cámaras de plástico transparente que

contienen unas bolas o discos de color que pueden moverse libremente. La bola o

los discos ascienden cuando el paciente aspira. Cuanto más tiempo mantiene el

flujo inspiratorio, mayor es el volumen, por lo que hay que animarle a que espire

lenta y profundamente. Este espirómetro no mide el volumen específico de aire

inspirado.

Los espirómetros de volumen miden el volumen de inhalación mantenido por el paciente. Cuando el paciente

aspira, asciende una placa parecida a un pistón o un cilindro plegado en forma de acordeón, y las marcas

laterales indican el volumen inspirado por el paciente.

Cuando se use un DIM hay que ayudar al paciente a mantener la postura, preferiblemente sentado derecho en

la cama o una silla, lo que facilita la ventilación máxima.

Educación del paciente “como usar un espirómetro incentivador”

Sujetar o poner el espirómetro en posición vertical. Un dispositivo dependiente del flujo inclinado requiere

menos esfuerzo para levantar las bolas o discos; un dispositivo dependiente del volumen no funcionará

correctamente si no está en posición vertical.

Exhalar con normalidad.

Cerrar los labios con fuerza alrededor de la boquilla.

Figura 3 Espirometría incentiva

Realizar una respiración lenta y profunda para elevar las bolas o el cilindro y después aguantar la

respiración durante 2 segundos inicialmente, aumentando hasta 6 segundos (óptimo), manteniendo las

bolas o el cilindro elevados si es posible.

En caso de un dispositivo dependiente del flujo, evitar respiraciones enérgicas de bajo volumen que hagan

chocar las bolas con la parte alta de la cámara. Se consigue una expansión pulmonar mayor con una

inspiración muy lenta que con una respiración superficial enérgica, incluso si no eleva las bolas ni las

mantiene elevadas mientras retiene la respiración. La elevación mantenida de las bolas o del cilindro

garantiza la ventilación adecuada de los alvéolos (sacos aéreos de los pulmones).

Si tiene dificultad para respirar solo a través de la boca, se puede usar una pinza nasal.

Quitar la boquilla y exhalar con normalidad.

Toser después del esfuerzo incentivado. La ventilación profunda puede ablandar las secreciones y la tos

facilita su eliminación.

Relajarse y hacer varias respiraciones normales antes de usar el espirómetro de nuevo.

Repetir el procedimiento varias veces, y después cuatro o cinco veces cada hora. La práctica aumenta el

volumen inspiratorio, mantiene la ventilación alveolar y previene la atelectasia (colapso de los sacos

aéreos).

Limpiar la boquilla con agua y secarla mediante agitación.

La percusión, la vibración y el drenaje postural

La percusión, la vibración y el drenaje postural (PVD) son funciones que realizan los profesionales de

enfermería, los terapeutas respiratorios, los fisioterapeutas o un equipo interdisciplinar de estos profesionales,

siguiendo las instrucciones del médico de atención primaria. La percusión, que a veces se denomina palmoteo,

es el golpeteo forzado de la piel con las manos huecas. También pueden usarse copas de percusión mecánicas

y vibradores. Cuando se usan las manos, los dedos y el pulgar se juntan y flexionan ligeramente para formar

una oquedad, como se haría para recoger agua. La percusión sobre las zonas pulmonares puede desprender

mecánicamente las secreciones espesas adheridas a las paredes bronquiales. Las manos ahuecadas atrapan el

aire y lo comprimen contra el pecho, creando unas vibraciones que llegan a las secreciones a través de la pared

torácica.

Para percutir la pared del paciente, el profesional de enfermería debe seguir los pasos siguientes:

Cubrir la zona con una toalla o un pijama para reducir las molestias.

Pedir al paciente que respire despacio y profundamente para favorecer la relajación.

Alternativamente, irá flexionando y extendiendo las muñecas rápidamente para dar palmadas sobre el

tórax.

Percutir cada segmento pulmonar afectado durante 1 o 2 minutos.

Cuando se hace correctamente, la acción de la percusión debería producir un ruido hueco, a modo de estallido.

Se evita percutir sobre las mamas, el esternón, la columna vertebral y los riñones.

La vibración consiste en una serie de temblores enérgicos producidos con las manos, que se ponen planas sobre

la pared torácica. La vibración se aplica después de la percusión para aumentar la turbulencia del aire exhalado

y, de esta forma, ablandar las secreciones espesas. A menudo se alterna con la percusión.

Para hacer vibrar el tórax del paciente se seguirán estos pasos:

Poner las manos, con las palmas hacia abajo, en la zona del tórax que se va a drenar, una mano sobre

la otra con los dedos juntos y en extensión. También se puede poner una mano al lado de la otra.

Pedir al paciente que inhale profundamente y exhale lentamente a través de la nariz o los labios

fruncidos.

Durante la espiración, se tensan los músculos de la mano y el brazo y se hacen vibrar las manos,

moviéndolas hacia abajo, utilizando principalmente la zona proximal de las palmas. La vibración se

interrumpe cuando el paciente inhala.

Aplicar la vibración durante cinco exhalaciones en cada segmento pulmonar afectado.

Después de cada vibración, alentar al paciente a toser y expectorar

las secreciones en un contenedor para el esputo.

El drenaje postural es el drenaje por gravedad de las secreciones desde varios segmentos pulmonares. Las

secreciones que se quedan dentro de los pulmones o las vías respiratorias favorecen el crecimiento bacteriano

y la consiguiente infección. También pueden obstruir las vías respiratorias más pequeñas y provocar

atelectasias. Las secreciones de las principales vías respiratorias, como la tráquea y los bronquios principales

derecho e izquierdo, suelen expulsarse mediante la tos hacia la faringe, desde donde se pueden expectorar,

deglutir o eliminar eficientemente mediante la aspiración.

Para drenar todos los segmentos pulmonares es necesario utilizar muchas

posturas, aunque no se necesitan todas ellas en todos los pacientes, sino

solo aquellas en las que se drenan las zonas específicas afectadas. Los

lóbulos inferiores requieren una frecuencia mayor del drenaje porque los

lóbulos superiores drenan por gravedad. Antes del drenaje postural se

puede administrar un medicamento broncodilatador o una nebulización

para ablandar las secreciones. El drenaje postural se programa dos o tres

veces al día, dependiendo del grado de congestión pulmonar. Las mejores

ocasiones son antes del desayuno, antes de la comida, a última hora de la

tarde y al acostarse. Es mejor evitar las horas siguientes a las comidas porque el drenaje postural a veces es

agotador y puede inducir el vómito.

El profesional de enfermería tiene que valorar la tolerancia al drenaje postural de cada caso valorando la

estabilidad de las constantes vitales, en particular del pulso y la frecuencia cardíaca, y observando

Técnicas de presión positiva espiratoria

En condiciones normales la presión espiratoria es atmosférica al inicio de la fase supraatmosférica hacia la

mitad de ésta y nuevamente atmosférica al final de ella.

Aunque parezca demasiado simple, puede afirmarse que la

presión dentro de los alvéolos y las vías aéreas durante la

espiración es positiva (mayor que la presión atmosférica)

durante toda la fase. Este fenómeno es indispensable para

generar el gradiente de presión en sentido alveolo ambiental

que produce la espiración. ¿Pero qué factores determinan la

aparición de presión supraatmosférica? La respuesta es

sencilla: durante la espiración normal la fuerza generada por el retroceso elástico del pulmón a la que se suma

en alguna medida la fuerza de tensión superficial alveolar genera el incremento en la presión por arriba del cero

(presión atmosférica).

Durante la espiración forzada, se suma a éstas la presión generada por la contracción de la musculatura

espiratoria (abdominal] la cual incrementa la presión intraabdominal; produce ascenso del diafragma y en

últimas; aumento de la presión intratorácica por la suma de efectos de transmisión de presión y elevación del

músculo (efecto de émbolo).

La respiración con labios fruncidos

Método con el que la espiración se produce contra la resistencia impuesta por

la maniobra, lo cual aumenta la presión intralumínal minimizando el volumen

de cierre por el desplazamiento del PIP hacia la periferia donde los elementos

de sostén se oponen al colapso precoz. (Figura 40.3). Mediante esta técnica

se incrementa la presión intralumínal con lo que el PIP se desplaza en sentido

proximal (hacia afuera).

La respiración con labios fruncidos es la base de aplicación de métodos instrumentales de presión positiva

espiratoria (PPE) dentro de las cuales existen desde procedimientos muy sencillos hasta técnicas que utilizan

dispositivos complejos.

Técnica De Burbujeo Espiratorio

Es la técnica más sencilla de PPE. Solamente se requiere un recipiente lleno de agua, una manguera lisa y un

clip nasal. El paciente debe ser instruido para que espire por la boca a través de la manguera (con la nariz

pinzada) para producir burbujeo por debajo del nivel del agua.

La resistencia del sistema depende de la longitud y el radio de la manguera (ley de

Poiseuille), y de la longitud de ésta sumergida en el agua. El sistema se comporta

como un resistor de umbral en el que las variables se modifican dependiendo de la

respuesta particular del paciente. Es útil en la terapia de pacientes con enfermedad

obstructiva, puesto que el incremento de la presión endobronquial favorece

espiratorio. el vaciado alveolar. La utilidad puede ampliarse a la fase inspiratoria si se

pide al paciente espirar desde CPT, para lo que se requiere una previa inspiración

profunda.

Existen comercialmente dispositivos que reemplazan la técnica descrita. Ellos utilizan válvulas en las que los

cambios de posición modifican la resistencia (resistor de flujo).

THERA PEP®

Una forma de proveer terapia con presión positiva espiratoria (PPE) la brinda

el Thera PEP®, La PPE es particularmente provechosa en pacientes con

problemas de hipersecreción. Al principio, la terapia con máscara de PPE fue

utilizada como técnica alternativa y/o suplementaria para la movilización de

secreciones bronquiales en pacientes con fibfosis quí&tica, bronquiectasias

y bronquitis crónica. Además, se ha descrito su utilidad en la administración

de aerosoles, y en el tratamiento y prevención de complicaciones pulmonares

en pacientes que han experimentado cirugía abdominal superior.

Con el uso de la PPE, se produce mejoría potencial en el manejo de secreciones, debido al desprendimiento de

éstas de las paredes de la vía aérea como consecuencia del incremento de la presión en fase espiratoria. También

se ha demostrado optimización de la ventilación colateral a través de los poros de Kohn, y de los canales de

Lambert. La presión positiva generada durante la terapia con PPE permite el reclutamiento de estas estructuras

en la ventilación, promoviendo la apertura de las vías aéreas durante la espiración.

Este mecanismo evoca la respiración con labios fruncidos que utilizan los pacientes con obstrucción

bronquial, en la que la resistencia impuesta en la boca se transmite retrógfádaníeñt a los conductos aéreos,

jiroduciéndo estabilidad de la vía aérea.

El equipo requerido para realizar terapia con Thera PEP® consta de: una boquilla o una máscara,

un resistor de presión, un indicador de presión espiratoria y un clip nasal. [Figura 40.6].

El procedimiento para la terapia con Thera PEP® es el siguiente:

1. Explique el procedimiento al paciente.

2. Ensamble el equipo de PPE.

3. Haga que el paciente se siente verticalmente, con sus codos apoyados en una

mesa.

4. Seleccione el orificio fijo más grande [para ajuste de presión].

5. Anime al paciente a relajarse.

6. Pida al paciente que realice una inspiración diafragmática que supere su volumen corriente, a través del

dispositivo.

7. Haga que el paciente realice una pausa inspiratoria por aproximadamente tres segundos.

8. Pida al paciente que espire a través del resistor espiratorio hasta su capacidad residual funcional (CFR).

9. La espiración debe ser activa pero no forzada. El terapeuta y el paciente deben observar el indicador o el

manómetro espiratorio de presión asegurándose de que ésta se encuentre entre 10 y 20 centímetros de agua

durante la mayor parte de la exhalación.

10. Ajuste el orificio fijo cuanto sea necesario para alcanzar una relación inspiración-espiración de

aproximadamente uno a tres, mientras que mantiene el nivel deseado de PER

11. Si se selecciona un orificio demasiado grande, la espiración será demasiado corta, y el nivel deseado de

PEP no será alcanzado.

12. Si el orificio seleccionado es demasiado pequeño, la fase espiratoria será prolongada, y se incrementarán

el trabajo respiratorio y el riesgo de atrapamiento de aire.

13. Una serie de 10-20 respiraciones debe ser realizada.

Después de quitar el dispositivo de PPE, el paciente realiza varias maniobras espiratorias forzadas (huff)para

expectorar las secreciones.

El ciclo de 10-20 respiraciones con PPE seguido del huff debe ser repetido de 4 a 6 veces en cada sesión. Estas

duran de 10 a 20 minutos y se realizan de 1 a 4 veces por día.

El huff es una técnica espiratoria forzada modificada que es realizada poderosamente espirando a través de una glotis

abierta al máximo de la capacidad pulmonar. El paciente toma en una inhalación lenta, profunda, seguida por un período

de pausa de 1 a 3 segundos. Luego el paciente realiza brevemente espiraciones rápidas, forzadas con la glotis abierta. El

paciente puede encontrar provechoso susurrar la palabra "huff" durante la espiración.

ACAPELLA®

El dispositivo denominado Acapella®, combina las vibraciones endobronquiales con la PPE para promover

la movilización de secreciones pulmonares y la resolución de atelectasias. Puede utilizarse con cualquier

orientación espacial.

La frecuencia de vibración y la resistencia impuesta por el aparato pueden modificarse girando el dial de ajuste.

Técnica De Ejecución

1. Seleccione el dispositivo. Este está disponible en dos colores: verde para

los pacientes capaces de mantener un flujo espiratorio de 15 L/min o

más, por más de 3 segundos; azul para los pacientes incapaces de

mantener flujos de 15 l/min por 3 segundos.

2. Coloque el dial de ajuste de la frecuencia a la izquierda (ajuste más bajo de la frecuencia-resistencia). Si

se desea aumentar, se gira a la derecha.

3. Al seleccionar el valor apropiado de resistencia se obtiene una relación I:E adecuada (de 1:3 a 1:4.)

4. Para proporcionar entrega simultánea de medicamento, se fija el nebulizador al dispositivo.

5. La boquilla se ubica entre los labios manteniendo un sello durante la inspiración. Utilice un clip nasal en

caso de necesidad. Si usa una máscara, aplíquela firme pero confortablemente.

6. Invite al paciente a realizar una inspiración lenta y profunda por 2-3 segundos.

7. Invite al paciente a espirar activamente, pero no vigorosamente a través del dispositivo.

8. Instruya al paciente acerca de la necesidad de suprimir el impulso de toser durante la espiración.

9. El paciente debe sostener la espiración activa por 3-4 segundos mientras que el dispositivo vibra. Si el

paciente no puede mantener la espiración por ese tiempo, ajuste el dial a la derecha. El ajuste a la derecha

aumenta la resistencia del orificio que vibra, lo que permitirá que el paciente espire con menor velocidad

de flujo.

10. Realice 10-20 respiraciones.

11. Retire el dispositivo e invite al paciente a realizar 2-3 “huff” para movilizar secreciones.

12. Realice el procedimiento cada 1-6 horas según respuesta.

13. Documente el procedimiento y los hallazgos relevantes en las notas de evolución.

Indicaciones

1. Retención de secreciones (fibrosis quística, bronquitis crónica, bronquiectasias y neumonía).

2. Prevención y tratamiento de atelectasias.

3. Optimización del depósito de aerosol.