mente y cerebro 02. inteligencia y creatividad

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Nº 2/2003 6,5Inteligencia y creatividad Inteligencia y creatividad · Lenguaje de las neuronas · Biología de la agresividad · Depuración cerebral de los errores · Hormonas de la inteligencia · Lenguaje de las neuronas · Biología de la agresividad · Depuración cerebral de los errores · Hormonas de la inteligencia 1 er trimestre 2003

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Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

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Nº 2/20036,5€

Inteligenciay creatividadInteligencia

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· Lenguaje de las neuronas

· Biología de la agresividad

· Depuración cerebral de los errores

· Hormonas de la inteligencia

· Lenguaje de las neuronas

· Biología de la agresividad

· Depuración cerebral de los errores

· Hormonas de la inteligencia

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Enero de 2003Nº 2SUMARIO

10Las hormonas de la inteligenciaPere BerbelLas hormonas tiroideas desempeñan un papel fundamental en eldesarrollo de la corteza cerebral. Su déficit produce defectos enla audición y habla, defectos motores y deficiencia mental.

AXON

A

22Inteligencia y mielinaAljoscha C. Neubauer¿Por qué unos son más inteligentes que otros?Todo indica la participación decisiva de ciertas cualidadesespeciales de las neuronas cerebrales.

26Sentimientos de irritación y agresividadThomas HülshoffMantener en todo momento la firmeza y dominio de sí mismoresulta difícil, a menudo. No importa: la irritación y la rabiatambién resultan provechosas; sólo hay que saber manejarlas.

32El arte de comprender lo desconocidoAljoscha C. NeubauerLos investigadores están modificando sus puntos de vista sobrela posibilidad de relacionar el éxito en la vida con el coeficienteintelectual o con la inteligencia emocional.

48Paradojas alimentarias de la obesidadWolfgang StroebeEl motor psicológico de nuestro comportamiento alimentariofunciona de forma muy distinta de la que desearíamos. Elconocerlo ahorra muchos fracasos.

56La mente en la conducciónManfred SpitzerLa ciencia y la industria buscan comprender los motivos denuestra torpeza ante determinadas situaciones de tráfico. Con ellose propone recortar la cifra de accidentes.

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Sensación y conocimientoen Aristóteles

Filosofía de la biologíaDe Aristóteles a Chomsky

Neurodegeneración cerebral. Artistas artificiales.Alduro, el robot caminante.

El primer año de vida, crucial. Evolución gradual.Reflejos sexuales. Vuelven los gibones. Mente ycerebro en Alejandría. Mundo de ARN. Simplifi-cando la complejidad. Técnica y ojo. El vidrio, motorde arranque. Ataques epilépticos. Cuique suum.Ensayos in vitro e in vivo.

Los psicofármacosy el etnocentrismo

Redes neuronales autónomasCon el fin de comprender la manera en que el cere-bro procesa la informacion, los biólogos se sirvende determinados modelos de redes neuronales.

Cerebro y religiónPujante en el mundo anglosajón, desconocida enEspaña, la llamada neuroteología, que se ocupa delas relaciones entre las reacciones cerebrales y lafe en una trascendencia, se introduce aquí a travésde un diálogo entre Ulrich Eibach, profesor de teo-logía, y Detlef Linke, neurofisiólogo eminente. Loque en él se refiere al caso alemán es perfecta-mente extrapolable a la situación española.

SECCIONES

RETROSPECTIVA

PUNTO DE MIRA

8

ENCEFALOSCOPIO

5 86

¿Qué es la inteligencia emocional?Hannelore Weber, de la Universidad Ernst MoritzArndt de Greifswald, señala los límites de una ideapropuesta hace tiempo y hoy remozada.

ENTREVISTA

40

SYLLABUS

90

LIBROS

92ENSAYO FILOSÓFICO

96MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD

42

62Corrección de los errores de razonamientoOlivier Houdé, Sylvain Moutier, Laure Zago, Nathalie Tzourio-MazoyerSe ha obtenido la primera demostración de que los errores derazonamiento tienen base cerebral: la activación de las áreas"inadecuadas" induce a errores.

72El lenguaje de las neuronasMatthias Bethge y Klaus Pawelzik¿Cómo consiguen las neuronas transformar en impulsoseléctricos los estímulos que les llegan desde el exterior?Poco a poco vamos descifrando el lenguaje críptico del cerebro.

80De la cartografía del cerebro al robotRobert-Benjamin IllingEn el progreso de la historia de la investigación cerebral seconfirma que, también aquí, ideas que se consideraban bienasentadas se sustituyeron por otras más firmes.

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Portada: Rafael Lopez / Superbild

COLABORADORES DE ESTE NUMERO

ASESORAMIENTO Y TRADUCCIÓN:

FRANCESC ASENSI: Inteligencia y mielina y El lenguaje de las neu-ronas; IGNACIO NAVASCUÉS: Sentimientos de irritación y agresivi-dad; ANTONIO PREVOSTI MONCLÚS: El arte de comprender lo desco-nocido; JUAN AYUSO: Entrevista y Punto de mira; DAVID BARBERO:¿Existe una relación entre creatividad e inteligencia?, El desarro-llo de la creatividad, Artistas artificiales y Alduro, el robot cami-nante y Syllabus; CARMINA FUSTER: Paradojas alimentarias de laobesidad; STEFAN POHL: La mente en la conducción; LUIS BOU:Corrección de los errores de razonamiento; ANGEL GONZÁLEZ DE

PABLO: De la cartografía del cerebro al robot.

Copyright © 2002 Spektrum der Wissenschaft Verlagsgesellschaft mbH, D-69126 Heidelberg

Copyright © 2003 Prensa Científica S.A. Muntaner, 339 pral. 1.a 08021 Barcelona (España)

Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción en todo o en parte por ningún medio mecánico, fotográficoo electrónico, así como cualquier clase de copia, reproducción, registro o transmisión para uso público o privado,

sin la previa autorización escrita del editor de la revista.

ISSN 1695-0887 Dep. legal: B. 39.017 � 2002

Imprime Rotocayfo-Quebecor, S.A. Ctra. de Caldes, km 3 - 08130 Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona)

Printed in Spain - Impreso en España

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para España:

LOGISTA, S. A.Aragoneses, 18(Pol. Ind. Alcobendas)28108 Alcobendas (Madrid)Tel. 914 843 900

para los restantes países:Prensa Científica, S. A.Muntaner, 339 pral. 1.a

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Cataluña:QUERALTO COMUNICACIONJulián QueraltóSant Antoni M.ª Claret, 281 4.º 3.a08041 BarcelonaTel. y fax 933 524 532Móvil 629 555 703

Gehirn & GeistCHEFREDAKTEUR:

Dr. habil. Reinhard Breuer (v.i.S.d.P.)

STELLV. CHEFREDAKTEUR/LEITER PRODUKTENTWICKLUNG:

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REDAKTION: Dr. Katja Gaschler,Dr. Hartwig Hanser (freiber.)

STANDIGER MITARBEITER:

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SCHLUSSREDAKTION:

Katharina Werle, Christina Peiberg

BILDREDAKTION:

Alice Krüßmann

ART DIRECTOR/LAYOUT:

Karsten Kramarczik

REDAKTIONSASSISTENZ:

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DIRECTOR GENERAL

José M.ª Valderas Gallardo

DIRECTORA FINANCIERA

Pilar Bronchal Garfella

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PRODUCCIÓN

M.a Cruz Iglesias CapónBernat Peso Infante

SECRETARÍA

Purificación Mayoral Martínez

ADMINISTRACIÓN

Victoria Andrés Laiglesia

SUSCRIPCIONES

Concepción Orenes DelgadoOlga Blanco Romero

EDITA

Prensa Científica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.a

08021 Barcelona (España)Teléfono 934 143 344 Telefax 934 145 413www.investigacionyciencia.es

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Mente y cerebro 02/2003 5

ENCEFALOSCOPIO

Evolución gradual

Por culpa de la escasez de restos fósiles no se conocen bien el ori-gen y evolución de los euprimates –primates que comparten con

los primates modernos importantes rasgos (grandes cerebros, manosprensiles, convergencia de los ojos para reforzar la visión binocular yuñas en los dedos). Aparecidos durante la transición del Paleoceno alEoceno, hace unos 55 millones de años, los euprimates fueron dife-renciádose, a lo largo del tiempo, en antropoides y humanoides.El estu-dio reciente del fósil de Carpolestes simpsoni, un primitivo euprimateplesiadapiforme, ha sacado a la luz rasgos que antecedieron a loseuprimates, si bien se advierte en él que poseía ya otros caracteresderivados, propios de euprimates (manos prensiles y uñas).De la inves-tigación resulta manifiesto que esos grupos procedían de un origencomún y que las manos prensiles precedieron a la convergencia de lasórbitas oculares.

Reconstrucción de Carpolestes simpsoni, según Jonathan L.Bloch y Doug M. Boyer (Science, 298: 1607)

El primer año de vida, crucial

En los humanos, las regiones del lóbulo frontal del cerebro que sehallan asociadas con la retención y recuperación de los recuer-

dos inician su maduración en el curso del último cuarto del primeraño de vida. Dicho de otro modo, antes del octavo mes, el niño ten-drá dificultades en almacenar recuerdos y recuperarlos tras un largointervalo temporal. Conor Liston y Jerome Kagan, de la Universidadde Harvard, han observado que, cuando los niños han cumplido los13 meses, son incapaces de rememorar una secuencia de actos eje-cutados ante ellos, mientras que sí podían, cumplidos los 21 meses,rehacer los actos realizados en su presencia a los 17 meses. A tra-vés de estos ensayos llegan a la conclusión de que la memoria alargo plazo aumenta en el segundo año de vida, coincidiendo con lamaduración del lóbulo frontal.

Reflejos sexuales

El comportamiento sexual del macho comprende una secuencia com-pleja de acontecimientos fisiológicos que dependen de factores extrín-

secos e intrínsecos: estímulos olfatorios, somatosensoriales y visce-rales. Aunque es mucho lo que se ignora sobre las vías nerviosas quetransmiten la información somatosensorial y visceral desde los órga-nos de la reproducción hasta el cerebro, William A.Truitt y Lique M. Coo-len han dado un paso importante. Han descubierto la existencia de unapequeña población de neuronas espinotalámicas lumbares de rata queenvían señales, relacionadas con la eyaculación, desde los órganosde la reproducción hacia el tálamo y hacia los núcleos autonómicosespinales. La ablación de tales neuronas comporta la interrupción totaldel comportamiento eyaculador, si bien permanecían intactos otros com-ponentes de la excitación sexual. Se espera que tales investigacionesarrojen luz sobre la fisiología sexual humana y, en particular, sobre eltratamiento de los trastornos reproductivos del varón.

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6 Mente y cerebro 02/2003

Vuelven los gibones

Desde los años sesenta no se tenía noticia directa de los gibones de cresta negra, Nomascus nasutus nasutus. Se daban por extinguidos. Sin embargo, en septiembre de 2002, una expe-

dición dirigida por el primatólogo suizo Thomas Geissmann se encontró con un grupo de 26 indi-viduos en el norte de Vietnam. De acuerdo con las primeras observaciones, la población per-mitiría la supervivencia de la especie. En cualquier caso, la protección de su hábitat, reducidoa 2500 hectáreas a causa de la deforestación, y las medidas que deben emprenderse para impe-dir la captura de estos primates, cuyos huesos son muy apreciados por la medicina tradicional,resultan indispensables para mantener su pervivencia.

Gibones

Mente y cerebro en Alejandría

Ensordecidos a menudo por el ruido de los números se nos escapa laimportancia de la señal. Sabemos que la nueva Biblioteca de Alejandría

ha costado 120 millones de euros, que se tardará años en rellenar los estan-tes. Pero no hemos caído en la cuenta de que fue allí donde Euclides escri-bió los Elementos, Eratóstenes estimó la circunferencia de la Tierra con unerror de sólo 140 kilómetros y donde Hiparco calculó la longitud del año. Allítambién Herón identificó el cerebro con el órgano de la inteligencia, privi-legio reservado hasta entonces para el corazón.

Estatua de Toth, diosa egipcia protectora de los escribas.

Mundo de ARN

Aunque se encargan las proteínas de satisfacer la mayoría de lasexigencias de los organismos en lo concerniente a enzimas y

receptores (componentes funcionales y estructurales), las moléculasde ARN pueden, en principio, desempeñar también alguna de esas fun-ciones. Hay un ejemplo claro de esa versatilidad de adaptación en elcaso del ARN mensajero. Esta modalidad de ácido ribonucleico cifraenzimas que intervienen en la biosíntesis de la vitamina B1, o tiamina;pues bien, en Escherichia coli, el ARNm puede enlazarse con tiaminao con su pirofosfato sin necesidad de cofactores proteicos. El complejoARNm-efector impide la unión del ribosoma y reduce la expresióngénica. No es, empero, el único ejemplo. El origen evolutivo de tales“riboconmutadores”, auténticos fósiles moleculares, podría remontarsea un período anterior a la aparición de las proteínas, el mundo de ARN.

Molécula de ARN

Simplificando la complejidad

De las figuras desaparecidas el año pasado, la ciencia lamenta la prematura muerte de Per Bak, padre de la teoría de la criticalidad autoorganizada, modelo crucial

para explicar la física de los sistemas complejos. Arquetipo de éstos son los biológi-cos. Pensemos en el ojo. Charles Darwin se esforzó en vano por explicar la aparicióndel mismo mediante la selección natural, desde unos primitivos fotorreceptores hastalas órbitas oculares. Tampoco los biólogos que le siguieron han logrado cubrir las eta-pas presumibles. Hay bastante acuerdo en la conclusión de que no existe ningún grupotaxonómico de animales emparentados en el que se reflejen los peldaños sucesivoshasta la formación completa del ojo. Más prometedor se ofrece otro sistema complejo:la placenta. En el género Poeciliopsis se amparan especies de peces de muy diversorégimen placentario: con placenta, con placenta parcial, con tejidos precursores deplacenta y aplacentarios. Cualquiera que sea el resultado de la investigación ahoraincoada, parece asegurado que el descubrimiento de ese modelo animal dará muchojuego a los biólogos evolutivos.

Per Bak (1947-2002)

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Mente y cerebro 02/2003 7

Ataques epilépticos

Con una tasa de incidencia del 1 al 2 por ciento de la población mundial, la epi-lepsia constituye uno de los trastornos neurológicos más frecuentes. Pone,

además, en constante riesgo la vida del que la sufre. Hay en su origen un estadode hiperexcitabilidad. Pero, tras la tenaz investigación para descubrir los mecanis-mos subyacentes bajo los ataques de epilepsia sólo parecía cierto que en su de-sencadenamiento intervienen los canales iónicos que controlan la excitabilidad celu-lar y los procesos sinápticos responsables de la comunicación entre neuronas. Unmarco muy general que dejaba sin aclarar las descargas epiléticas. Por fin, IvanCohen y otros han abierto un camino por donde debiera avanzar la investigación:optaron por estudiar in vitro neuronas de especímenes procedentes de epiléticossometidos a tratamiento quirúrgico. Y han descubierto en el subiculum cerebraldescargas síncronas reminiscentes de registros electroencefalográmicos de los pacien-tes.En una subpoblación de neuronas piramidales de esa área, el impulso GABAérgicono era inhibidor, sino despolarizador y, por tanto, excitador.

Julio César, escribió Plutarco, sufría ataques epilépticos.

No podemos confundir el deseo con la realidad. Por ejem-plo, a propósito de la experimentación animal. Proponen

algunos sustituir las pruebas con animales por ensayos in vitrocuando se trata de comprobar la toxicidad de un medicamento.Aunque podamos recurrir a los métodos in vitro para investi-

gar los mecanismos moleculares y celulares del comportamiento,nos es obligado utilizar animales para comprobar las altera-ciones inducidas por fármacos en la ansiedad y actividad moto-ra, entre otros parámetros.No existen métodos de tubo de ensayofiables para medir la neurotoxicidad de una sustancia química.

Ensayos in vitro e in vivo

Algunos autores van más allá y no sólo asocian capacidad de aumento de la visión a avance científico, sino que con-

sideran el vidrio fundamento de la ciencia occidental. Apoyansu tesis en la comparación con lo ocurrido en otras culturas,que permanecieron estancadas hasta que no introdujeron lanueva invención. Contraponen incluso una civilización occi-

dental del vidrio a una civilización oriental de la porcelana.Nosdejemos o no seducir por generalizaciones tan ambiciosas, síparece manifiesta la importancia del vidrio en el despegue dela ciencia en Europa;por citar un ejemplo, los matraces y alam-biques de los alquimistas prepararon el advenimiento de laquímica, los experimentos de Torricelli y la bomba de aire.

Técnica y ojo

Los progresos de la ciencia han ido indisolublemente unidos al refi-namiento de las técnicas de observación que ayudan a la vista a ir

más allá de su capacidad perceptiva. Lo mismo en el microcosmos (conla microscopía electrónica de barrido, por ejemplo) que en el macro-cosmos (cítense los grandes telescopios). Ha sido un proceso lento,aunque firme. En 1666, Isaac Newton horada el misterio del arco iris ydel espectro de longitudes de onda en el visible; pero habrá que espe-rar al siglo XX para descubrir el alcance del espectro electromagnéticoy sus aplicaciones. Con todo, el ojo humano es capaz de distinguir másde 350.000 matices de color.

Arco iris

El vidrio, motor de arranque

Cuique suum

Apartir del diario de laboratorio de Alexander Fleming y otras fuentes, Milton Wainwright, microbiólogo de la Universidad de Sheffield, ha acabado

con la creencia generalizada de que el descubridor de la penicilina no hizonada por aislarla y desarrollar su potencial terapéutico, mérito doble que seles concede a los bioquímicos oxonienses Howard Florey y Ernst Chain. Deacuerdo con la opinión al uso, Fleming, aunque describió en 1928 los efec-tos antibióticos del hongo Penicillium notatum, asesino de los cultivos bac-terianos de sus discos de petri, no supo ir más allá. Wainwright, ahora, rei-vindica su memoria: muestra los pasos dados por Fleming para crear sumagnum opus sobre la penicilina, de cuya eficacia terapéutica era cons-ciente antes de 1940, fecha oficial de arranque del prodigioso fármaco.

Alexander Fleming

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José María López Piñero

Una de las más graves limitacio-nes del estudio histórico de las neurociencias es el etnocen-

trismo, desenfoque definido por la RealAcademia como �tendencia emocionalque hace de la cultura propia el criterioexclusivo para interpretar los compor-tamientos de otros grupos, razas o socie-dades�. El prejuicio etnocéntrico conducebásicamente a suponer que el único cono-cimiento válido es la ciencia modernaeuropea, aceptando a lo sumo como�antecedente� el saber de la Grecia clá-sica, considerada como escenario exclu-sivo del �paso del pensamiento míticoal lógico�. El carácter irracional de estaperspectiva, consecuencia en buena partede la ideología imperialista, se pone demanifiesto cuando ignora las medicinasclásicas india y china, sin tener en cuentahechos evidentes, no sólo en las neuro-ciencias, sino en otras áreas del saber ysus aplicaciones técnicas. Por ejemplo,la importancia de China como �cuna delos grandes descubrimientos de la huma-nidad� (el papel, la pólvora, la imprenta,la brújula, la porcelana, la laca, la sus-pensión que en Occidente llamamos deCardano, etc.) o que proceden de la Indialos numerales hoy utilizados universal-mente, la cirugía plástica y también lospsicofármacos.

Los orígenes de la medicina clásicaindia son tan difíciles de reconstruircomo los de la griega. Sus textos másantiguos son las grandes coleccionesSusrutasamhitâ, Carakasamhitâ y Bhe-

lasamhitâ atribuidas respectivamente aSusruta, Caraka y Bhela, autores realespero convertidos en figuras semilegen-darias, de forma semejante a Hipócratesy el Corpus Hippocraticum. Fueron re-dactadas en torno al siglo I a.C. y enrique-cidas y reelaboradas durante los ochosiguientes. Han sido objeto de innume-rables comentarios y sistematizacioneshasta la actualidad, lo mismo que suce-dió con la Colección Hipocrática y lasobras de Galeno durante el milenio devigencia de la medicina clásica griega.

El fundamento teórico general es lacomposición del universo o macrocosmopor cinco elementos (dhâtu): éter o vacío,aire, agua, tierra y fuego. Tres de ellosocupan una posición primordial en lasalud y las enfermedades del organismohumano o microcosmo, encarnándose elaire en el aliento (prana), el fuego en labilis (pitta) y el agua en la flema (kapha).De forma semejante a la medicina clá-sica griega, cada una de estas partes tiene�cualidades� específicas y se divide encinco �variedades�. Por ejemplo, el pra-na es seco, frío, ligero, claro y crudo. Sus

8 Mente y cerebro 02/2003

RETROSPECTIVA

Los psicofármacosy el etnocentrismoLa reserpina y la medicina clásica india

1. EL SABIO CHINO SUSRUTA explicala transmisión del paludismo por elmosquito Anopheles. Siglo V antes denuestra era.

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Mente y cerebro 02/2003 9

�variedades� residen en diferentes zonassomáticas y son fuentes de las funcio-nes orgánicas. Hay, además, siete ele-mentos orgánicos secundarios, parecidosa las que llamaban los griegos �partessimilares�: jugo orgánico o quilo, san-gre, carne, grasa, hueso, médula y esper-ma. La anatomía está basada en la ins-pección de cadáveres humanos, aunquesin utilizar escalpelos para disecarlos. Lasenfermedades dependen del desequilibrioo predominio relativo de los elementos,que los convierte en dosha (elementosalterados). Sus principales causas sonfactores ambientales, dietéticos y degénero de vida.

En las coincidencias doctrinales en-tre las medicinas clásicas india y griega�por ejemplo, las relativas a los ele-mentos y las partes somáticas� ha resul-tado imposible aclarar lo que procede deuna hipotética raíz común aria, de prés-tamos en ambos sentidos y de desarro-llos independientes, paralelos. Hay datosindiscutibles acerca de la influencia dela clásica india en textos griegos comoel tratado hipocrático Sobre las vento-sidades y el Timeo de Platón. Por otrolado, han existido sociedades mixtas quehan servido de puentes en todos los as-pectos de la actividad humana, desde eleconómico hasta el científico. Bastarecordar la Bactriana como país greco-indio. Fue sucesivamente satrapía persa,conquistada por Alejandro Magno, partedel reino seléucida, invadida por loshunos e incorporada al imperio islámico.Estaba situada en el norte del actualAfganistán y su capital, Bactria, no sólofue un importante núcleo comercial dela �ruta de la seda�, sino un centro deintegración de elementos culturales. Todoesto procuran olvidarlo los medios decomunicación actuales que, en las con-tinuas noticias sobre esta zona y las veci-nas, hablan siempre de �tribus�.

La observación clínica y la epide-miológica están notablemente desarro-lladas en la medicina clásica india.Muchos siglos antes que la moderna hadescrito, por ejemplo, la diferencia pre-cisa entre tumor y absceso, la foruncu-losis y la orina azucarada en la diabetessacarina y los mosquitos del géneroAnopheles como vehículos del palu-dismo. La cirugía tiene también un ele-vado nivel. En el Susrutasamhitâ el ins-trumental está integrado por diversos

modelos de bisturí, pinzas, sondas, cau-terios, etc., así como de espéculos vagi-nales y rectales y de otoscopios muyparecidos a los modernos. Entre las inter-venciones figuran laparotomías en lasque la sutura intestinal se hace con fibrasvegetales o fascículos de tendones seme-jantes al catgut. Las más notables son lasde cirugía plástica, cuya asimilación porla medicina europea se inició en elRenacimiento, aunque no se consiguióhasta el siglo XIX.

La farmacoterapia utiliza principal-mente plantas medicinales. Su intro-ducción en Europa se ha producido a lolargo de más de dos milenios. Ya hay algu-nas en la Materia medica de Dioscórides(siglo I), gran tratado sobre el tema dela Antigüedad helenística. Las princi-pales vías posteriores fueron, durante laEdad Media, Bizancio y las traduccio-nes de obras médicas islámicas y, desdeel Renacimiento, los estudios que efec-tuaron in situ médicos de las coloniaseuropeas de la India, comenzando por losportugueses Garcia da Orta (1563) yCristóbal de Acosta (1578), a los que si-guieron sobre todo neerlandeses y bri-tánicos. Algunas no se han introducidohasta fechas muy recientes.

La más importante es la serpentaria(Rauwolfia serpentina (L.) Kurz), cuyoempleo terapéutico en la medicina clá-sica india fue recogido por da Orta yAcosta. Sin embargo, a pesar de la ampliadifusión europea que tuvieron sus obras,

a través de numerosas reediciones y tra-ducciones, pasó inadvertido hasta media-dos del siglo XX. El libro de Orta fue ori-ginalmente impreso en la India colonialdel imperio portugués: Coloquios dossimples, e drogas e cousas mediçinaisda India (1563). Tenía planteamientosde vanguardia dentro de la historia natu-ral y la farmacoterapia renacentistas, aun-que carece de ilustraciones. El de Acosta,en Burgos, cuando Felipe II era el dueñode los dos imperios ibéricos: Tractadode las drogas y medicinas de las IndiasOrientales con sus plantas debuxadas alvivo ... En el cual se verifica mucho delo que escribió el Doctor García de Orta(1578). Entre las �plantas debuxadas alvivo� que Acosta �vio ocularmente�, seencuentra la serpentaria. En 1931, losmédicos hindúes Ganeth Sen y KatrickChandra Bose publicaron, en la Indiacolonial del imperio británico, un artícu-lo en inglés sobre la aplicación de laRauwolfia al tratamiento de las enfer-medades mentales y la hipertensión. Dosaños más tarde, apareció el trabajo Thepharmacological action of an alkaloidobtained from Rauwolfia serpentina,de Ram Nath Chopra, J. C. Gupta y B. Muk-herjee, donde expusieron la comproba-ción experimental de los efectos sedan-tes e hipotensores de la reserpina.

En suma, la serpentaria no sólo �pro-cede� de la medicina clásica india, sinoque la demostración experimental rigu-rosa de los efectos terapéuticos de lareserpina fue realizada en 1933 por médi-cos hindúes. Una multinacional farma-céutica suiza �descubrió� el trabajo deChopra, Gupta y Mukherjee veinte añosdespués de su publicación. Los escasosmédicos occidentales que tienen noticiade todo esto suelen referirse apresu-radamente a la �medicina local� o, comomáximo, relegarlos a los �antecedenteshistóricos� de los autores europeos quese enteraron con dos décadas de retardo.Para la arrogancia irracional que suponeque las únicas aportaciones válidas sonlas euroamericanas significa una humi-llación reconocer los atrasos propios.

Quizás es adecuado terminar recor-dando el considerable desarrollo de lapsicoterapia en la medicina clásica india,especialmente en comparación con elcasi nulo de la europea hasta el siglo XIX.Los métodos de sugestión hipnótica yvigil y, sobre todo, los de autodominiofueron interpretados durante largo tiempopor los colonizadores como algo �mara-villoso y mágico�, en la línea de los quellamaron �fakires�. Con este ridículo sevolvieron las tornas del etnocentrismo:desde la perspectiva india, los �salvajes�ignorantes fueron los médicos europeos.

2. RAUWOLFIA TRIFOLIATA,subarbusto de medio metro cuya raízera especialmente apreciada enla farmacoterapia hindú.

Page 12: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

Pere Berbel

El cerebro humano está formadopor varias decenas de miles demillones de neuronas, organi-zadas de forma similar, que

deberían originar, en teoría, individuoscon capacidades intelectuales, asimismo,similares. La experiencia diaria nosindica, sin embargo, la disparidad de unapersona a otra.

La variabilidad observada se debe aque el proceso está controlado por fac-tores genéticos y ambientales diversos(epigenéticos), que actúan antes y des-pués del nacimiento. Aunque ambosinfluyen en el desarrollo intelectual decada individuo, los factores epigenéti-cos son los únicos que, en la actualidad,

se pueden modificar. Si el cerebro se de-sarrolla en un ambiente propicio, se es-timula más, gana en complejidad y, comoconsecuencia, aumenta su capacidad paraprocesar la información, tornándose másinteligente.

Aparte del contingente genético, queya crea desigualdad, ¿deberían tener alnacer todos los cerebros humanos capa-cidades intelectuales parecidas, si lascondiciones de gestación y desarrollopostnatal fuesen óptimas en términos dealimentación, niveles hormonales, cali-dad de vida, etcétera?

La verdad es que la desnutrición, eldesequilibrio hormonal, el alcohol, lasdrogas, la contaminación ambiental y elestrés materno, entre otros factores, pro-ducen alteraciones irreversibles en el

desarrollo del sistema nervioso central(SNC) del feto y del niño, que conducena un retraso intelectual del individuo.

Hormonas tiroideasDesde mediados del siglo XX, merceda los trabajos pioneros de J. T. Eayrs yA. Querido, entre otros, se conoce laenorme importancia que tienen las hor-monas tiroideas para el desarrollo nor-mal del cerebro.

Las hormonas tiroideas se sintetizanen la glándula tiroides, tras la yodaciónde la tiroglobulina en respuesta a la hor-mona estimuladora del tiroides, o TSH.La forma no activa y circulante es la3,5,3�,5�-tetrayodotironina (llamada tiro-xina o T4), que, al llegar a las diferen-tes células del SNC, sufre diversos pro-

10 Mente y cerebro 02/2003

Las hormonasde la inteligenciaLas hormonas tiroideas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo

de la corteza cerebral. Su déficit produce defectos en la audición y habla,

defectos motores y deficiencia mental, entre otras alteraciones neurológicas graves

Page 13: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

Mente y cerebro 02/2003 11

1. PRIMER CASO DE MIXEDEMAINFANTIL publicado en España en 1882por Amalio Gimeno. Extraído delManual de las Enfermedades del Tiroides deGregorio Marañón. (Editorial ManuelMarín; Barcelona, 1929.)

Page 14: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

12 Mente y cerebro 02/2003

cesos de desyodación catalizados porenzimas diferentes.

Así, por acción de la yodotironina-desyodasa tipo II, la tiroxina se trans-forma en la 3,5,3�-triyodotironina (T3),que es la forma hormonal más activa; porejemplo, en los astrocitos y tanicitos.Otra enzima, la yodotironina-desyodasatipo III, transforma la T4 y la T3 en me-tabolitos inactivos; con ello se regula laconcentración final de T3 que se requiereespecíficamente en las diferentes estruc-turas del cerebro y en cada momento deldesarrollo. En las células diana �neu-ronas y oligodendrocitos�, la T3 se unea receptores nucleares, mitocondrialeso ambos, controlando la expresión delgen asociado.

J. Bernal, del Instituto de Investiga-ciones Biomédicas Alberto Sols delCSIC-UAM en Madrid, acaba de publi-car una revisión de todos los genes cono-cidos que son regulados por hormonastiroideas. Aunque en la actualidad seconoce un número importante de genesnucleares y mitocondriales controladospor T3 en el SNC, su número crece cons-tantemente.

En su revisión, Bernal expone su patrónde expresión espacio-temporal, así comosu posible implicación en distintas enfer-medades neurológicas relacionadas conel hipotiroidismo. De este trabajo se de-duce que las hormonas tiroideas son unfactor epigenético clave para controlarel desarrollo y organización del cerebro.

HipotiroidismoLa deficiencia de hormonas tiroideas du-rante el desarrollo puede causar el hi-potiroidismo congénito (también malllamado cretinismo esporádico) y el cre-tinismo (endémico), patologías que afec-tan a muchos seres humanos. Según datosrecientes de la Organización Mundial dela Salud, la deficiencia de yodo, cuya con-secuencia inmediata es una secreción in-suficiente de T4, afecta aproximada-mente a un sexto de la población mundialy es, después del hambre extrema, lacausa más frecuente y prevenible de dañocerebral que va desde el cuadro com-pleto del cretinismo a un retraso mentalmenos dramático, del que adolecen todoslos que sufren deficiencia de yodo.

Se han descrito tres formas de creti-nismo: el mixedematoso, el neurológicoy el mixto (neurológico-mixedematoso).La etiología de estas enfermedades difieremucho de unos casos a otros. El hipotiroi-dismo congénito se debe principalmentea agénesis, disgénesis o a lesiones de laglándula tiroides; también a alteracionesenzimáticas en el feto o en el niño, cuandono a ambas causas. Por su parte, el creti-

nismo tiene su origen en una deficienciade yodo que puede, o no, estar asociadacon una lesión de la glándula tiroides.

El grado del daño producido en el SNCdepende del momento en que se iniciala deficiencia de hormona tiroidea y desi ésta va acompañada o no de una lesiónde la glándula tiroides fetal. El mayordaño se produce cuando, durante la ges-tación, las hormonas tiroideas maternas(fundamentalmente T4) no se transfierenal feto en las cantidades adecuadas y,además, tampoco las produce la glándulatiroides del feto. En humanos, el perío-do más crítico corresponde a la primeramitad de gestación (en el que la glán-dula tiroides fetal aún no se ha desarro-llado y el feto depende enteramente delas hormonas tiroideas maternas), ya queen ese período empiezan a desarrollar-se muchas estructuras del SNC como lacorteza cerebral. Lo detallaremos másadelante.

Una deficiencia severa de yodo durantela gestación, que comporta una dismi-nución de la transferencia de hormonastiroideas maternas, puede causar un cua-dro completo de cretinismo neurológico.Se caracteriza por alteraciones neuroló-gicas graves: defectos en la audición yhabla, alteraciones sensoriales y moto-ras, crisis epilépticas y deficiencia men-tal, entre otras.

Si, además, se acompaña por una lesiónde la glándula tiroidea del feto o neo-nato aparece el cretinismo mixto. Aquí,a las lesiones neurológicas del cretinismoneurológico se superponen las caracte-rísticas clínicas del hipotiroideo sin tra-tar (hipotiroidismo clínico).

HipotiroxinemiaEn trabajos de Gabriela Morreale de Es-cobar, F. Escobar del Rey y M. J. Obre-gón, del Instituto de InvestigacionesBiomédicas Alberto Sols del CSIC-UAMen Madrid, se resalta el papel fundamen-tal que tienen las hormonas tiroideasmaternas en el desarrollo del feto. En par-ticular, el estudio de la hipotiroxinemiamaterna por deficiencia de yodo adquiereun interés creciente, pues en dicha con-dición los niveles de T4 o de T4 �libre�maternos son bajos y la madre no pre-senta un cuadro de hipotiroidismo clí-nico; en efecto, los niveles circulantesde T3 son normales y pueden serlo tam-bién los de la TSH.

Diversos trabajos epidemiológicosrecientes realizados en los Países Bajosy los EE.UU. han sacada a la luz que eldeterioro del SNC en los niños causadopor hipotiroxinemia materna tempranapuede ser 150-200 veces más frecuenteque el causado por el hipotiroidismo con-

génito. En uno de estos estudios, V. J. Popy colegas, del Departamento de CienciasSociales y de la Conducta de la Universi-dad neerlandesa de Tilburg, han encon-trado que una de cada dos mujeres convalores de T4 libre durante el primertrimestre de gestación por debajo delpercentil 10 de los valores normales (osea, en total una de cada 20 embaraza-das) tuvieron hijos con un índice de de-sarrollo significativamente por debajo dela media. En ningún caso observaron unhipotiroidismo clínico o subclínico en lamadre o en el recién nacido.

Reviste máxima importancia el diag-nóstico precoz de la falta de T4 en el feto.La prevención del daño acusado requierecorrección del hipotiroidismo antes delinicio de la función tiroidea fetal (haciala segunda mitad del período de gesta-ción). Su corrección en fases más tardíasno logra reparar el daño causado durantela gestación porque las consecuenciasya se han hecho irreversibles.

El papel central desempeñado por lashormonas tiroideas en la regulación degenes del desarrollo explica que la irre-versibilidad e importancia del daño de-penderán del momento en que falle dichocontrol. Así, el retraso, la prolongación,la sobreexpresión o expresión deficientede esos genes puede producir cambiosen la organización y maduración delSNC, que repercuten en su función. Poreso, el análisis de las alteraciones mor-fológicas causadas por la deficiencia dehormonas tiroideas durante el desarro-llo temprano es capital; puede aportardatos necesarios para entender las enfer-medades neurológicas relacionadas condisfunciones tiroideas. Este es el temaprincipal de nuestro trabajo.

Etapas críticasdel desarrollo del cerebroEl desarrollo del SNC de los vertebrados,que conduce a la formación del cerebro,es un proceso extremadamente complejo.No hay otro órgano con similar grado decomplicación. En las fases iniciales de di-cho proceso encontramos la inducción dela placa neural y su transformación en eltubo neural. Consta éste de una cavidad(origen de los ventrículos cerebrales) yuna pared o neuroepitelio. De la porciónmás anterior del tubo neural se formantres vesículas primarias, que correspon-den al prosencéfalo (cerebro anterior),mesencéfalo (cerebro medio) y rombo-encéfalo (cerebro posterior).

Subsecuentemente, el prosencéfalo dalugar al telencéfalo (rostral) y al dien-céfalo (caudal). Del romboencéfalo seoriginan parte del metencéfalo (rostral)y el mielencéfalo (caudal). Mientras

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Mente y cerebro 02/2003 13

La hormona estimuladora del tiroides, tirotrofina o TSH,secretada por algunas células de la adenohipófisis, inducela síntesis en el tiroides y la liberación en sangre de hor-monas tiroideas (principalmente tiroxina o T4). La secre-ción de TSH viene promovida por la acción de la hormonaliberadora de tirotrofina o TRH; se inhibe cuando los nive-les de hormonas tiroideas (T3 y T4) en sangre son altos(retroalimentación negativa).

La T4 llega a los órganos diana donde las células, mediantela intervención de las desyodasas, transforman la T4 en T3por pérdida de un átomo de yodo. En el sistema nerviosocentral, esta función la realiza la yodotironina-desyodasatipo II (localizada en astrocitos y tanicitos). La T3, a su vez,se transfiere a sus células diana —principalmente, neuro-nas y oligodendrocitos—,donde regula la expresión de genesnucleares y mitocondriales específicos.

El sistema hormonal tiroideo

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tanto, las células del neuroepitelio pro-liferan; de un modo gradual se diferen-cian en neuronas y células gliales. Alcesar de dividirse, las neuronas jóvenesderivadas del neuroepitelio telencefá-lico migran sobre la glía radial, desde lazona ventricular hasta la placa cortical(migración radial). Se cree que un 80 %de las neuronas integrantes de la cortezacerebral adulta migran radialmente, esdecir, perpendicularmente a la superfi-cie ventricular; en su mayoría, son neu-ronas piramidales glutamatérgicas exci-tadoras. El 20 % restante proviene de laeminencia ganglionar medial, situada enla zona ventromedial del telencéfalo ymigra tangencialmente (es decir, para-lelamente a la superficie ventricular),originando neuronas de circuito localGABAérgicas inhibidoras (GABA sig-nifica ácido gammaamino butírico.)

En la migración radial, las células si-guen un patrón de instalación de dentroafuera (�inside-out�). Las primeras neu-ronas que arriban a la placa cortical ori-ginan la capa más profunda de la corte-za adulta, o capa VI; las últimas en llegara la placa cortical atraviesan por entrelas que ya están en ella, para situarse ensu periferia, formando parte de las capassuperficiales II y III del adulto. En esteproceso, la �fecha de nacimiento� de unacélula, es decir, cuando acaba su últimadivisión celular y va a iniciar la migra-ción, determina su ubicación en la cor-

teza y, por tanto, el tipo de conexionesque establecerá.

Aunque el proceso no termine aquí,las áreas corticales, dotadas cada una defunciones bien definidas, desarrollan unpatrón de conectividad muy específico.Estas áreas reciben aferencias y envíaneferencias fuera de la corteza (conexio-nes subcorticales), establecen conexio-nes entre neuronas de su misma área cor-tical (conexiones intrínsecas) y entre susneuronas propias con las de áreas dis-tintas aunque relacionadas (conexionesasociativas), ya sea en el mismo hemis-ferio (conexiones asociativas ipsilate-rales) o en el hemisferio opuesto (cone-xiones asociativas contralaterales). Alasconexiones entre hemisferios se las llamatambién comisurales, porque se esta-blecen a través de las comisuras telen-cefálicas (cuerpo calloso y comisurasanterior e hipocámpica).

La mayoría de las conexiones, si notodas, se producen de forma exuberante.A medida que va madurando el sistemay ejerce su actividad funcional, se elimi-nan las sobrantes. Las que quedan se es-tabilizan, maduran y refinan las conexio-nes hasta alcanzar el patrón adulto.

En el cerebro humano, los miles demillones de neuronas que lo componendeben colocarse en lugares muy preci-sos, conectarse de forma adecuada, cola-borar con células gliales vecinas y hacer

que el sistema funcione. En breve, lasneuronas deben poder transmitir impul-sos nerviosos precisos para dar respuestasmotoras adecuadas a estímulos senso-riales concretos.

En razón de su función, las áreas corti-cales se dividen en sensoriales primariasy secundarias, motoras, asociativas, etcé-tera. Para abordar el estudio de la orga-nización funcional de dichas áreas lainvestigación se vale de técnicas electro-fisiológicas, que combinan topologíacon función y registran potenciales evo-cados.

Algunas áreas pueden identificarseusando marcadores morfológicos. Ocu-rre así, por ejemplo, en la corteza de losbarriles, situada en la corteza somato-sensorial primaria de la mayoría de losroedores. La región en cuestión pre-senta, en la capa IV, unos conjuntos decélulas llamados barriles, delimitadospor zonas de menor densidad celular, lossepta. Debemos la descripción de estasestructuras a un trabajo clásico publicadopor T. A. Woolsey y H. Van der Loos,del Departamento de Anatomía de laEscuela de Medicina de la UniversidadJohns Hopkins, en 1969.

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SUSTANCIA BLANCASUBCORTICAL

MIENCEFALO

METENCEFALO

MESENCEFALO

DIENCEFALO

TELENCEFALO

ZONAMARGINAL

PLACACORTICAL

ZONAINTERMEDIA

ZONASUBVENTRICULAR

ZONAVENTRICULAR

VENTRICULO

NEOCORTEX

EMINENCIAGANGLIONAR

MEDIAL

EMINENCIAGANGLIONAR

MEDIAL

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VENTRICULO

HTHT

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CIRCUITOLOCAL

CONEXIONCONTRALATERALHETEROTOPICA

CONEXIONCONTRALATERAL

HOMEOTOPICA

CONEXIONIPSILATERAL

CUERPOCALLOSO

EFERENCIA SUBCORTICAL

AFERENCIA SUBCORTICAL

2. REPRESENTACION ESQUEMATICADE UN CORTE CORONAL de una vesículatelencefálica embrionaria y de un cerebroadulto. Durante la neocorticogénesis, losneuroblastos proliferan y, al entrar en lafase G0 del ciclo celular, se convierten enneuronas jóvenes, que migran sobre la glíaradial (migración radial) desde la zonaventricular hasta la placa cortical (flechasazules). El 80 % de las neuronas corticalesmigran así, diferenciándose en neuronaspiramidales glutamatérgicas excitadoras. El20 % restante migra desde la eminenciaganglionar medial, situada ventro-medialmente en el telencéfalo (migracióntangencial), diferenciándose en neuronasde circuito local GABAérgicas inhibitorias(flechas rojas). Finalizada la migración, lasáreas corticales maduran, desarrollando unpatrón de conectividad muy específico,como se indica en el esquema de cerebroadulto. Las hormonas tiroideas (HT)controlan la migración, maduración yconectividad de la neocorteza.

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La asociación másimportante de barriles de

la corteza somatosensorialprimaria en el ratón y la rata

es el subcampo de barriles pos-teromedial (SCBPM). Se trata

de una zona muy útil para es-tudiar muchos aspectos del de-

sarrollo, maduración y organiza-ción de la corteza cerebral. Cada

barril de esa zona, en un hemisferio,constituye una unidad funcional rela-

cionada biunívocamente (uno a uno) conuna vibrisa mistacial (pelo del hocico)del lado contralateral.

Para observar los barriles se tiñen loscortes con violeta de cresilo. Pero tam-bién se tiñen con marcadores histoquí-micos, como la citocromo oxidasa, lasuccinato deshidrogenasa, la acetil-coli-nesterasa y la NADPH-diaforasa; se usantambién anticuerpos contra la serotonina(5-HT) o lectinas, como la aglutinina decacahuete.

Modelos experimentalesPor razones éticas evidentes, no podemosrealizar en humanos los experimentosnecesarios para estudiar la participaciónde las hormonas tiroideas en el desarro-llo del SNC. Deben acometerse en mode-los animales que nos ayuden a entenderel proceso.

En la rata, el proceso de formación dela neocorteza, o neocorticogénesis, em-pieza alrededor del día embrionario 12(E12), hacia la mitad de su período degestación; termina uno o dos días des-pués del nacimiento. En los seres hu-manos la neocorticogénesis ocurre entrela semana 6 y 24 de gestación (for-mándose la placa cortical alrededor dela semana 8). El período de máximamigración celular ocurre entre E14-19

en la rata; entre la semana 8 y 24 de ges-tación, en el humano.

A pesar de ese desfase, hay muchassimilitudes en el proceso de neocortico-génesis entre ratas y humanos. Los roe-dores constituyen, pues, un buen modelode estudio. En primer lugar, la mayoría delos procesos implicados en la neocorti-cogénesis son muy parecidos y, posible-mente también los genes involucrados,así como los mecanismos molecularesque de ellos derivan. En segundo lugar,lo mismo en la rata que en los humanos,la mayor parte del proceso de migraciónocurre antes de que la glándula tiroidesfetal empiece a funcionar (alrededorde E17,5-18 en la rata o la semana 20 degestación en el humano); durante ese in-tervalo temporal la madre es, en ambasespecies, la única fuente de hormonastiroideas para el feto.

Los modelos experimentales emplea-dos hasta ahora para estudiar el papel delas hormonas tiroideas en el desarrollopueden clasificarse en tres grupos. En elprimero, se induce hipotiroidismo me-diante un tratamiento con diferentesantitiroideos; por su eficacia y fácil ad-ministración suele utilizarse el methi-mazole. Se administra disuelto al 0,02 %en el agua de bebida, tanto a ratas ges-tantes como a las crías, durante el tiempoestablecido en el protocolo. Para estu-diar las alteraciones producidas en con-diciones de hipotiroidismo agudo, seaplica methimazole desde el inicio de laneocorticogénesis (hacia E12); luego,se sigue en tratamiento a las crías hastael día de su sacrificio; si procede, puedepracticarse una tiroidectomía en el díapostnatal 7 (P7). En otros casos, el methi-mazole puede administrarse en venta-nas de tiempo más cortas, coincidiendocon alguna etapa crítica del desarrollo;

la situación de hipotiroidismo se cir-cunscribe a unos pocos días, a partir delos cuales ni la madre ni la progenie sonhipotiroideos.

En el segundo modelo, se logra dis-minuir el nivel de hormonas tiroideasmediante dietas con un contenido pobreen yodo. La condición provocada ofreceun ejemplo útil de cretinismo neuro-lógico endémico, ya que la madre y losfetos son hipotiroxinémicos, pero nohipotiroideos.

El tercer modelo se apoya en la mani-pulación genética. A los ratones experi-mentales se les ha silenciado todos o al-guno de los genes que expresan receptoresnucleares para hormonas tiroideas, enzi-mas implicadas en su síntesis o ambas.

Los resultados experimentales obteni-dos con esos tres modelos no sólo aportaninformación sobre el daño infligido porla carencia de hormonas tiroideas, sinotambién sobre las posibilidades de rever-tir el daño tras la aplicación de una te-rapia hormonal sustitutiva.

Alteracionesen la migración celularCon los dos primeros modelos �trata-miento con methimazole y alimentacióncon una dieta pobre en yodo� se haninvestigado las alteraciones sufridas enel proceso de migración celular durantela neocorticogénesis. En estos experi-mentos, se inyecta en la rata gestante,por vía intraperitoneal, 5-bromo-2�-deo-xiuridina (BrdU; 20 mg/kg). La BrdUatraviesa la barrera placentaria y se incor-pora en todas las células del feto queestán en la fase de síntesis del ADN desu ciclo celular, o fase S. Esto sucedemientras la BrdU se halla en la corteza,aproximadamente durante las 6 horassiguientes a la inyección. Los neuro-blastos, al completar su mitosis, puedenir otra vez a fase S o salir del ciclo dedivisión celular y entrar en fase G0, encuyo instante se consideran ya neuronasjóvenes; éstas dejan la zona ventriculary migran hacia su destino final.

Cuantos más ciclos celulares com-pleten las células del neuroepitelio des-pués de eliminarse la BrdU inyectada,más débil será el marcaje obtenido, puesla BrdU se irá �diluyendo� entre la co-horte de células hijas tras mitosis suce-sivas. Para detectar la molécula de BrdUincorporada en el ADN de las células, seutilizan anticuerpos anti-BrdU median-te una reacción inmunocitoquímica.Combinando la edad de inyección y desacrificio, podemos conocer el momentoen el que una determinada célula ter-minó su última mitosis, ya que las célu-las que dejan de dividirse tras la inyec-

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SUSTANCIA BLANCASUBCORTICAL

SUSTANCIA BLANCASUBCORTICAL

EMINENCIAGANGLIONAR

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CONEXIONCONTRALATERALHETEROTOPICA

CONEXIONCONTRALATERALHETEROTOPICA

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HOMEOTOPICA

CONEXIONIPSILATERALCONEXION

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EFERENCIA SUBCOREFERENCIA SUBCORTICALEFERENCIA SUBCORTICAL

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ción de BrdU presentan un marcaje muyintenso: la molécula de BrdU no se �di-luye� en mitosis sucesivas.

Para estudiar la migración celular,nuestro grupo (E. Ausó, M. L. Molina,J. V. García Velasco, M. Camacho, R. A.Lucio y yo mismo) ha trabajado con ratastratadas con methimazole, en colabora-ción con P. Pacheco, del Instituto de

Neuroetología de la Universidad deVeracruz, y con G. M. Innocenti, delInstituto Karolinska de Estocolmo. Conidéntico fin, hemos experimentado tam-bién con ratas alimentadas con una die-ta pobre en yodo, en colaboración conR. Lavado Autric, M. C. Arufe, F. Escobardel Rey y G. Morreale de Escobar, deMadrid.

En ambos modelos, se inyectó BrdU enratas gestantes normales y experimenta-les a edades entre E14 y P1. Los resulta-dos presentados aquí corresponden a expe-rimentos en los que se efectuaron tresinyecciones consecutivas a E14, E15 y E16(grupo E14-16) y a E17, E18 y E19 (grupoE17-19). Para observar el destino finalde las células �nacidas� a esas edades, seprocesó el tejido a P40, concluido el pro-ceso migrador.

Lo mismo en las ratas tratadas con me-thimazole que en las alimentadas condietas pobres en yodo, se observó que lascrías del grupo E14-16 presentaban célu-las en lugares aberrantes, es decir, impro-pios por su edad de �nacimiento�. En larata normal adulta, la mayoría de las cé-lulas marcadas a E14-16 se encuentranen las capas V y VI. Sin embargo, en lasratas hipotiroideas y en las nacidas de ratashipotiroxinémicas, un 10 % de célulasmarcadas estaban en la sustancia blancasubcortical adyacente a la capa VI, que-dando �atrapadas� en una zona impro-pia. También aparecieron alteracionesen la distribución radial de células mar-cadas en ratas del grupo E17-19.

Aunque ambos modelos ofrecierongraves alteraciones en la migración, elproceso general de instalación de den-tro afuera no se vio perturbado ni en losanimales hipotiroideos, ni en los naci-dos en condiciones de hipotiroxinemiamaterna. La importancia de la T4 maternaen dicho proceso se confirma en estu-dios que actualmente llevamos a cabo(E. Ausó y yo mismo) en colaboracióncon R. Lavado Autric, F. Escobar delRey y G. Morreale de Escobar, en ratasgestantes tratadas con antitiroideo entreE12-E14. Muestran éstas, de nuevo, alte-raciones en la migración celular en suprogenie, similares a las descritas.

La presencia de células heterotópicas(literalmente, fuera de lugar) en la sus-tancia blanca subcortical refleja unamanifiesta alteración en la migracióndurante la histogénesis cortical, corro-borada por la distribución anormal decélulas en otras capas corticales. Estaalteración afecta en total a más del 40 %de las células corticales.

Como resultado de una migraciónanormal neuronal, se han observado, enhumanos, heterotopias neuronales en lasustancia blanca subcortical. Hablamosde un número importante de alteracio-nes relacionadas con el desarrollo de lacorteza. Se han identificado heteroto-pias en pacientes epilépticos, en los sín-dromes de alcoholismo fetal y de dro-gadicción de la madre, en microgiria yotras enfermedades de origen genético;no podemos descartar que se den tam-

16 Mente y cerebro 02/2003

3. ESQUEMAS DONDE SE REPRESENTAN algunos procesos del desarrolloontogenético de la corteza cerebral en humanos y ratas. Las etapas de la gestación seilustran en los ejes temporales horizontales (en la rata, el eje está truncado, ya que laneocorticogénesis ocurre durante la segunda mitad de gestación). Los esquemas de loscerebros humanos, dibujados a escala, señalan su tamaño relativo a las edades indicadas.Los períodos en los que el cerebro es vulnerable a la deficiencia de yodo o alhipotiroidismo congénito se muestran en la parte superior de la figura (flechashorizontales). Importa advertir que lo mismo en humanos que en la rata la mayor partede la neocorticogénesis (incluyendo la migración celular) está regulada por lashormonas tiroideas maternas.

HUMANO

RATA

40 DIAS

6 MESES

9 MESES

HT PROGENIE

HT MATERNA

HT PROGENIE

HT MATERNA

DEFICIENCIA DE YODO

E26 CIERRE NEUROPORO POSTERIOR

E35 FORMACION VESICULAS TELENCEFALICAS

E39 APARICION PRIMORDIO HIPOCAMPO

E53 APARICION PLACA CORTICAL

HIPOTIROIDISMOCONGENITO

MADURACION YORGANIZACION

CORTICAL

EDAD (MESES)

EDAD (DIAS)

EMBRIONARIO

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9

00 2018161412

FETAL PERINATAL

EMBRIONARIO PERINATAL

NEOCORTICOGENESIS

MIGRACION NEURONAL

MADURACION YORGANIZACION

CORTICAL

NEOCORTICOGENESIS

MIGRACION NEURONAL

CONEXIONES CALLOSAS

CONEXIONES TALAMO-CORTICALES

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bién en otras enfermedades neurológi-cas relacionadas con el desarrollo, comoel autismo.

Laminación, citoarquitectura yorganización de mapas corticalesA partir de P24 se observa ya el patrónde tinción con violeta de cresilo adultoen la corteza auditiva y en la somatosen-sorial de una rata normal. La caracterís-tica más importante es la presencia deuna laminación precisa: las capas corti-cales se distinguen con nitidez y apare-ce resaltada la capa V con sus grandesneuronas piramidales. En la corteza so-matosensorial, además, se aprecian lostípicos barriles en la capa IV.

En un trabajo realizado por E. Ausó,J. V. García Velasco, M. L. Molina, M. Ca-macho y el autor se observó que, en lasratas hipotiroideas, los límites entre lascapas II y VI aparecían difusos; tam-poco podíamos distinguir las grandespirámides de capa V. Además, en lugarde los barriles de la capa IV, aparecíangrupos de neuronas más dispersos.Excepto la capa I, que es un 4 % más grue-sa, en promedio, todas las capas corti-cales eran más estrechas en las ratashipotiroideas, resultando en total unareducción del grosor cortical del 12,5 %.En resumen, de entre los varios procesosque pueden verse alterados por un défi-cit de hormonas tiroideas y que reper-cuten en la citoarquitectura de la corteza,la alteración de la migración neuronales probablemente el más importante.

Por otro lado, los fotomontajes rea-lizados a partir de cortes tangenciales,teñidos con lectina de cacahuete, nomuestran diferencias en el número y dis-tribución de barriles entre ratas norma-les e hipotiroideas. Sin embargo, el áreatotal ocupada por los barriles es un 13 %menor en las ratas hipotiroideas. Ade-más, la glicoproteína específica que seune a la lectina tiene alterado su perío-

do de expresión: en las ratas normalesdeja de expresarse en el territorio de losbarriles alrededor de P6, mientras queen la rata hipotiroidea lo hace a P9, loque significa un retraso en la madura-ción cortical.

Los fotomontajes a partir de cortestangenciales teñidos con la citocromooxidasa muestran una reducción en el áreadel territorio de los barriles en la ratahipotiroidea adulta; en concreto, de un27 % con respecto a la normal. El nú-mero y distribución de las zonas posi-tivas respecto a la enzima citocromo oxi-dasa en el interior del SCBPM guardancorrespondencia con el número y dis-tribución de vibrisas del hocico contra-lateral (36 en total), salvo alguna raraexcepción. Esta mayor reducción en elárea de la corteza de los barriles obser-vada con la citocromo oxidasa indica, atodas luces, un cambio en el metabo-lismo local de la corteza somatosenso-rial.

Distribución y maduraciónde conexionesPor lo que concierne a la organizaciónde circuitos locales, J. R. Cerezo y yo mis-mo en colaboración con P. Marco y J. DeFelipe, del Instituto Cajal del CSIC enMadrid, vimos que, en la corteza auditi-va, las hormonas tiroideas ejercen unefecto selectivo. En particular, los circui-tos locales corticales formados por célu-las que expresan diversos tipos de pro-teínas ligadoras de calcio, entre ellas, lacalbindina, calretinina y parvalbúmina.

En las ratas hipotiroideas la morfolo-gía de las células que presentan estos tiposde proteínas es muy similar a la de lasratas normales, pero la distribución desus terminales axonales está alterada.En particular, las células que expresanparvalbúmina tienen menos botones ter-minales; cada botón contiene menos par-valbúmina (menos inmunocoloración),sobre todo alrededor de los somas neu-ronales, donde las formaciones en cestoson más simples que las encontradas enratas normales.

Las células que expresan parvalbú-mina, coexpresan además GABA. Ellocomporta que la menor concentración deparvalbúmina facilite la relajación en elcontrol de inhibición de las células pira-midales; a su vez, esta disminución delcontrol puede ser, junto con las hetero-topias neuronales, la causa de ataquesepilépticos frecuentes tanto en ratas comoen humanos hipotiroideos. Tales cambiospodrían arrastrar consecuencias funcio-nales importantes sobre la organizaciónde la neocorteza en la rata hipotiroidea;podrían también hallarse tras algunas delas alteraciones neurológicas relaciona-das con el hipotiroidismo.

Número y maduraciónde axones callososPara el normal funcionamiento del ce-rebro se requiere que exista una fluidatransferencia de información de unhemisferio cerebral a otro. En los mamí-feros, las áreas corticales de los doshemisferios se hallan recíprocamente

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SUBCAMPO DEBARRILES POSTEROMEDIAL

CORTEZA DEBARRILES

VIBRISAS

CITOCROMO OXIDASA

NormalNormal

HipotiroideoHipotiroideo

4. FOTOMONTAJES DE CORTES TANGENCIALES (plano azul en el esquema) seriadosde la corteza somatosensorial primaria de la rata. Se observan los barriles teñidos parala citocromo oxidasa. A la izquierda, se muestra la situación aproximada de la corteza delos barriles en el cerebro de la rata, indicándose a mayor escala el subcampo de barrilesposteromedial, así como su correspondencia con las vibrisas (pelos) del hocico del ladocontralateral. En los fotomontajes (derecha) puede apreciarse una atrofia de la corteza delos barriles en las ratas hipotiroideas comparadas con las normales.

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conectadas a través del cuerpo calloso yde las comisuras hipocámpica y ante-rior.

Las comisuras aparecen en el embrióny acaban su proceso de maduración pos-natalmente. En dicho proceso, sólo seestabilizan y maduran los axones ne-cesarios. En conjunto, aumentan su ca-libre, el citoesqueleto intraxonal se tor-na más complejo y un 30 % de ellos sonmielinizados por oligodendrocitos. Comoalgunos de los genes implicados en lamielinización están regulados por T3,las comisuras hipocámpica y anteriorconstituyen un lugar apropiado para estu-diar el papel de las hormonas tiroideasen procesos de maduración axonal, comoel de mielinización.

Con A. Guadaño Ferraz, en colabora-ción con G. M. Innocenti, F. Escobar delRey y G. Morreale de Escobar, vimos queel hipotiroidismo no modificaba elnúmero total de axones de la comisuraanterior. Pero sí se observó una profundaalteración en la maduración de los mis-mos: tanto en el cuerpo calloso como enla comisura anterior hay respectivamen-

te un 76 y 66 % menos de axones mieli-nizados.

En la corteza auditiva, A. GuadañoFerraz, M. Martínez, J. A. Quiles, R. Bal-boa, R. A. Lucio, J. V. García Velasco,J. R. Cerezo y yo mismo, en colaboracióncon P. Pacheco y G. M. Innocenti, com-probamos que en la capa II-III de las ratashipotiroideas había un 23 % menos deneuronas de proyección callosa que en lasratas normales, proporción que aumen-taba en capas más inferiores.

De todos esos resultados se desprendeque el origen laminar de las proyeccio-nes corticales constituye un dato funda-mental de la organización de la corteza.Ese hecho guarda relación con la fechade �nacimiento� de las neuronas, comoha demostrado S. McConnell, del Depar-tamento de Ciencias Biológicas de laUniversidad de Stanford. Atenor de nues-tros propios trabajos, las neuronas des-tinadas a una cierta capa (por ejemplo,las neuronas callosas) pueden mantenerlas conexiones propias de su fecha denacimiento, aunque queden atrapadas enuna capa distinta.

Utilizando el marcaje retrógrado pe-renne con fluoroesferas que permiteidentificar las neuronas callosas, vimostambién que el aumento de tales neu-ronas en las capas IV-VI se debía no sóloa una alteración en la migración, sinotambién a la estabilización de cone-xiones exuberantes. Por consiguiente,los experimentos de hipotiroidismo nospermitieron disociar dos procesos deldesarrollo: por un lado, la estabilizaciónde los axones juveniles y, por otro, lamaduración, crecimiento radial y mie-linización axonal, que se pensaba esta-ban necesariamente relacionados.

En los mamíferos hipotiroideos adul-tos, el cerebro parece mantener ciertosaspectos de su plasticidad juvenil. Setrata de un fenómeno que ha persistidoen ciertos vertebrados. En los anfibios,por ejemplo, la ausencia de hormonastiroideas frena el proceso de metamorfo-sis; el renacuajo sigue en un estado juve-nil, sin experimentar los cambios nor-males ligados al desarrollo, incluidoslos procesos regresivos. Algo similarpodría ocurrir en las ratas hipotiroideas.

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BrdU WGA-HRPVIOLETA DE CRESILO

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HipotiroideoHipotiroideoNormalNormal NormalNormal Normal Hipotiroideo

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5. FOTOMICROGRAFIAS DE CORTES CORONALES (plano rojo en el esquema) de lacorteza auditiva y somatosensorial (BrdU y violeta de cresilo) primarias de la rata.En las ratas hipotiroideas, se observan células heterotópicas en la sustancia blancasubcortical teñidas con anticuerpos anti-BrdU (izquierda). Estas células han migradomal durante la neocorticogénesis. En el centro se muestran cortes teñidoscon violeta de cresilo. En ratas hipotiroideas, los límites entre capas corticales no son tanclaros como en las normales y no se ven los típicos barriles en la capa IV (flecha gruesa)ni los septa entre barriles (flechas finas superiores). A la derecha se muestra la distribuciónradial de las neuronas callosas auditivas. En las ratas hipotiroideas, se distigue unadensidad menor de estas neuronas en las capas II-III y, mayor, en las capas IV-VI.

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Organizaciónde las aferencias talámicas Se sabe que en la rata, durante los prime-ros días posnatales, la tinción inmuno-citoquímica contra la 5-HT es un buenmarcador de áreas sensoriales primarias:visual, auditiva y somatosensorial. El gru-po de P. Gaspar, del laboratorio dirigidopor C. Sotelo, del INSERM francés,observó que los axones talámicos incor-poraban la 5-HT cortical extracelular yla transportaban hacia el soma en eltálamo. Intervenían en el proceso lasproteínas 5-HTT y VMAT2, implicadas,respectivamente, en la captación celulary vesicular de la 5-HT; tales proteínasse expresan transitoriamente en las neu-ronas talámicas.

Mediante técnicas de hibridación insitu, E. Ausó, M. Camacho, J. V. GarcíaVelasco y yo mismo, en colaboracióncon O. Cases, C. Fouquet y P. Gaspar,del INSERM de París, hemos estudia-do en las ratas hipotiroideas la expre-sión del receptor presináptico 5-HT1Bo los genes que intervienen en su trans-porte, como el 5-HTT y el VMAT2. Nose apreciaron diferencias en la expre-sión de 5-HT1B y VMAT2 entre ratas nor-males e hipotiroideas, pero sí en la expre-sión del gen 5-HTT. Las diferenciasfueron sobre todo de índole temporal;en las ratas normales a P15, la expresiónde dicho gen se ha extinguido ya, mien-tras que en las ratas hipotiroideas, a esaedad, todavía persiste. El hecho de quela expresión de los genes VMAT2 y delreceptor 5-HT1B no esté alterada y síen cambio la del 5-HTT nos indica quela regulación de estos genes por las hor-monas tiroideas es independiente del

estado de maduración de las neuronastalámicas.

En las ratas normales, mientras se ex-presa el gen 5-HTT en neuronas talámi-cas glutamatérgicas, algunas regionesde la corteza somatosensorial se tiñen conanticuerpos contra la 5-HT. En la corte-za de los barriles en las ratas normalesa P0, la tinción es difusa; los primerosbarriles individuales se empiezan a vera P4; hacia P11, dejan de teñirse con el anti-cuerpo. En las ratas hipotiroideas, el pro-ceso empieza a la misma edad que lasnormales y sigue un curso similar; perola pérdida de tinción se retrasa unos 5 días,coincidiendo con el retraso en la extin-ción de la expresión del gen 5-HTT. Esteretraso provoca que las aferencias talá-micas continúen liberando 5-HT y glu-tamato.

Puesto que la 5-HT modula la libera-ción de glutamato a través de su acciónsobre el receptor presináptico 5-HT1B,la secreción prolongada de 5-HT puede

terminar por alterar el funcionamientode las fibras talámicas y su proceso derefinamiento sináptico. Para verificareste punto, abordamos el análisis de árbo-les axónicos terminales de esas aferen-cias a distintas edades del desarrollo yen el adulto. Para hacer visibles los árbo-les axónicos nos servimos de marcado-res anterógrados (el trazador lipofílicoDiI y el dextrano biotinilado).

A edades tempranas (entre P4 y P7),la morfología de los axones tálamo-cor-ticales de las ratas normales no difierede la forma que presentan en las ratashipotiroideas. A P4 los axones ya alcan-zan la capa IV y empiezan a desarrollarlos penachos terminales; a P7, estánmucho más ramificados en el interior delos barriles, con colaterales que se pro-pagan por las capas II-III.

En las ratas hipotiroideas adultas, ladistribución radial de las aferencias talá-micas sigue una pauta similar a la propiade ratas adultas normales; las aferencias

Mente y cerebro 02/2003 19

Dextrano biotinilado

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5-HTT

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6. FOTOMICROGRAFIAS DE CORTES TANGENCIALES (marco azul) y coronales (marcorojo) de la corteza somatosensorial primaria de la rata. En ratas hipotiroideas, en loscortes teñidos con anticuerpos anti-5-HT (izquierda, arriba), se observan barrilesinmunopositivos a P15, edad en que no aparecen en la rata normal. Se debe ese fenómenoa que, a esa edad, todavía se expresa el gen del transportador de 5-HT (5-HTT) en elnúcleo ventrobasal talámico, como se muestra con el método de hibridación in situ(izquierda, abajo). En el centro, se muestran, en ratas hipotiroideas, aferencias talámicasen la corteza de barriles teñidas anterógradamente con DiI. A P4, las aferencias empiezana desarrollar ramificaciones terminales en el interior de los barriles; a P7, los penachosterminales están más desarrollados y definen barriles individuales. A la derecha, seilustran reconstrucciones de aferencias talámicas adultas (teñidas anterógradamentecon dextrano biotinilado), realizadas a partir de cortes seriados consecutivos con unmicroscopio computerizado. Nótese, en las ratas hipotiroideas, el menor desarrollo de losárboles terminales, así como la trayectoria más irregular de los axones.

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talámicas se ramifican profusamente enla capa IV, alcanzan la capa II-III y desa-rrollan colaterales en las capas Vb y VI.Sin embargo, la extensión de esas colate-rales, en las ratas hipotiroideas, es muchomenor. De hecho, en las ratas hipotiroi-deas, los axones terminales describenunas trayectorias más tortuosas, con me-nos ramificaciones, de longitud un 50 %menor, y con un 58 % menos de botones.

De los resultados obtenidos se despren-de que los axones que llegan a la cortezadel núcleo ventro-basal alcanzan la ca-pa IV, forman agrupaciones bien defini-das en el interior de los barriles y deli-mitan un perfil normal de la corteza debarriles. Por consiguiente, a pesar de laatrofia cortical y de los defectos de migra-ción que caracterizan al hipotiroidismo,se establecen con normalidad los gra-dientes genéticos corticales que permi-ten la especificación radial y tangencialde las proyecciones tálamo-corticales.

Nuestros ensayos con anticuerpos con-tra la 5-HT y con trazadores anterógra-dos (DiI y dextrano biotinilado) acome-tidos en ratas hipotiroideas revelaron eldesarrollo normal de las primeras etapasde la formación de la proyección talámi-ca a las áreas sensoriales primarias.

Sin embargo, aunque los axones pue-dan orientarse a lo largo del camino queva del tálamo a la corteza, y encontrarsus territorios diana, aparecen pertur-bados los procesos tardíos implicadosen la formación de la proyección tálamo-cortical. Desconocemos los factores cau-santes de tal alteración. Es posible quela situación heterotópica de muchas desus células diana obligue a esos axones,en su búsqueda de las mismas, a desarro-llar una morfología anormal.

Con todo, una migración alterada nojustifica la atrofia de los árboles termi-nales, ni la reducción del número de boto-nes sinápticos. Al desplazamiento de susdianas, se podría añadir una asincroníade maduración. Las células corticalespodrían estar en un grado de maduraciónque no les permitiera responder a lasseñales tálamo-corticales, limitando lasinaptogénesis. Podría suceder, por ejem-plo, que ciertas moléculas implicadas enla estabilización de las conexiones tálamo-corticales, así los receptores β1-GABAA,se mantuvieran inactivas a la llegada delas fibras tálamo-corticales.

Implicacionesen el desarrollo humanoLos conocimientos adquiridos en nues-tra investigación en torno a ratas hipo-tiroideas podrían ayudarnos a interpre-tar determinados datos que aporta elanálisis epidemiológico en humanos. Se

ha comprobado la existencia de célulasheterotópicas en la neocorteza de fetosabortados en zonas geográficas con defi-ciencia de yodo.

Nuestros resultados en la rata sugie-ren que la migración también podría estaralterada en la progenie de madres hipo-tiroideas y en la de las que han sido hipo-tiroxinémicas durante la primera mitadde la gestación, ya sea por una defi-ciencia de yodo o por otra causa distinta.Los cambios en la migración y citoar-quitectura descritos aquí podrían ocurriren niños, clínicamente no hipotiroideos,nacidos en regiones con deficiencias deyodo suaves o moderadas, cuyas madresson hipotiroxinémicas sin ser clínica-mente hipotiroideas; alteraciones quepodrían hallarse en la raíz del bajo de-sarrollo mental encontrado en los mis-mos. Aunque el retraso mental atribuidoa la hipotiroxinemia materna tempranano alcance el grado de gravedad obser-vado en niños con hipotiroidismo con-génito que no han recibido un tratamientotemprano con T4, el número de niñoscon riesgo de un déficit neurológico rela-cionado con la hipotiroxinemia maternaes 150-200 veces mayor que el de los na-cidos con hipotiroidismo congénito.

El hipotiroidismo congénito se corrigeadministrando T4 desde el nacimiento.Pero si no se detecta a tiempo la falta deT4 (materna o fetal), y la patología se ins-taura durante el desarrollo precoz con larepercusión consiguiente en la migra-ción celular, los daños producidos pue-den ser irreversibles, aunque se apliqueuna terapia sustitutiva adecuada. Resultaharto difícil imaginar que, cuando unacélula ha quedado atrapada en un lugaranormal, pueda más tarde, en un tejidode complejidad mayor, desplazarse a supunto de destino original y una vez allíestablecer las conexiones apropiadas paraque el sistema funcione correctamente.

La hipotiroxinemia materna puedepasar inadvertida en la mayoría de lasmujeres en los primeros meses de ges-tación, porque éstas no necesariamentepresentan un hipotiroidismo clínico osubclínico. La madre puede sintetizar ysecretar suficiente T3 y T4 para cubrirsus propias necesidades, pero la canti-dad de T4 que llega al feto puede resul-tar insuficiente para su desarrollo. Lacausa más frecuente de hipotiroxinemiamaterna en el mundo es la deficienciade yodo; la padecen muchas mujeres ges-tantes europeas y comienza a ser un pro-blema en los EE.UU.

De acuerdo con nuestra investigación,una deficiencia de hormonas tiroideasgrave produce alteraciones en la madu-ración y organización de la corteza que

repercuten en su función. De la mismase desprende también que las hormonastiroideas ejercen efectos selectivos enfases tempranas del desarrollo fetal, comola migración celular en la neocorteza.Y subraya la necesidad de estableceren los primeros meses de gestaciónprogramas de revisión para mujeresgestantes, como sugirieron ya G. Morrea-le de Escobar, F. Escobar del Rey y M.J. Obregón, quienes han apuntado la con-veniencia de medir los niveles de T4circulante materna durante el primer tri-mestre de gestación.

Cualquier situación que provoque unareducción de la disponibilidad de la T4para el feto, como la hipotiroxinemiamaterna, constituye una amenaza poten-cial para el desarrollo de su cerebro. Lahipotiroxinemia materna es una causamucho más frecuente de daños perma-nentes en niños que el hipotiroidismocongénito. Para la erradicación de éstese han establecido programas masivosde detección precoz en el recién nacido,que permiten la pronta administraciónde un tratamiento sustitutivo, de inne-gable éxito en la prevención de la sub-normalidad.

20 Mente y cerebro 02/2003

PERE BERBEL es catedrático de biología celu-lar en la Universidad Miguel Hernández(UMH) e investigador del Instituto deNeurociencias de Alicante (UMH-CSIC),donde dirige un grupo de trabajo interesadoen el desarrollo de la corteza cerebral.

THE DEVELOPMENT OF AUDITORY CALLOSAL

CONNECTIONS IN NORMAL AND HYPOTHYROID

RATS. R.A. Lucio, J.V. García Velasco, J. R.Cerezo, P. Pacheco, G. M. Innocenti yP.Berbel en Cerebral Cortex, vol.7,págs.303-316, 1997.

IS NEUROPSYCHOLOGICAL DEVELOPMENT

RELATED TO MATERNAL HYPOTHYROIDISM OR

TO MATERNAL HYPOTIROXINEMIA? G.Morreale de Escobar, M. J. Obregón y F.Escobar del Rey en Journal of ClinicalEndocrinology and Metabolism, vol. 85, págs.3975-3987, 2000.

MECANISMOS DE REGULACIÓN POR HORMONA

TIROIDEA EN EL DESARROLLO NEURAL. J. Ber-nal en Endocrinología, vol. 48, págs. 202-216, 2001.

PROTRACTED EXPRESSION OF SEROTONIN

TRANSPORTER AND ALTERED THALAMO-CORTICAL PROJECTIONS IN THE BARRELFIELD

OF HYPOTHYROID RATS. E. Ausó, O. Cases,C. Fouquet, M. Camacho, J. V. GarcíaVelasco, P. Gaspar y P. Berbel en EuropeanJournal of Neuroscience, vol. 14, págs. 1968-1980, 2001.

Bibliografía complementaria

Page 23: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad
Page 24: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

Aljoscha C. Neubauer

Entre otros factores distintivos, el siglo XX se caracterizó por la importancia dada a la inves-tigación de la inteligencia. Los

psicólogos pusieron particular empeñoen definir y medir esta fascinante facul-tad del hombre. Abordaron la estructurade la inteligencia y su contribución aléxito profesional y personal de los indi-viduos. Pero quienes investigan el coe-ficiente intelectual ¿saben qué es la inte-ligencia? Aduras penas. Además, habríande entender también cómo surge. En estesentido, nuestros conocimientos sobre lasbases anatómicas y fisiológicas de lainteligencia resultan pálidos si se com-paran con los conocimientos adquiridospor los psicólogos.

¿Por qué la inteligencia varía de unapersona a otra? ¿Qué importan más, los

genes o los factores ambientales? Losestudios con gemelos y con niños adop-tados permiten responder en buenamedida a estas preguntas. Genes y fac-tores ambientales, dentro y fuera de lafamilia éstos, influyen sobre la inteli-gencia. En los niños y adolescentes lainfluencia de la herencia es del 50 % yla del ambiente algo menor; el resto seatribuye a errores de cálculo. Conformeaumenta la edad, van dominando losgenes de un modo creciente. Las inves-tigaciones realizadas en personas mayo-res de 60 años permiten entrever que elcoeficiente intelectual es hereditario enaproximadamente un 80 %.

La búsqueda individualizada de �ge-nes de inteligencia� se halla todavía enpañales. No se ha conseguido todavíaidentificar siquiera los genes que permi-tan separar las personas en razón de suinteligencia. En algunos casos aislados se

pueden diferenciar determinadas perso-nas de particular inteligencia dentro deun árbol genealógico; sin embargo, otrosestudios llegan a la conclusión opuesta.

La memoria RAM Desde hace más de dos decenios, se vienetrabajado en averiguar si los �cerebrosinteligentes� pueden procesar informa-ciones con una mayor rapidez, a la manerade los ordenadores de última generación.Hipótesis que hemos comprobado en laUniversidad de Graz y se ha ratificadotambién en otros centros. Las personasmás inteligentes pueden captar con mayorceleridad informaciones procedentes delmundo exterior, almacenarlas en lamemoria a corto plazo y desde allí recu-perarlas; asimismo recuperan con mayorprontitud conocimientos almacenadosen la memoria a largo plazo. La analo-gía con el ordenador puede llevarse toda-

22 Mente y cerebro 02/2003

Inteligenciay mielina¿Por qué unos son más inteligentes que otros?

Todo indica que ciertas cualidades especiales de las neuronas cerebrales

desempeñan un papel fundamental

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Leonardo da Vinci

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vía más lejos: según Werner Wittmann,de la Universidad de Mannheim, las per-sonas más inteligentes tienen tambiénuna mayor capacidad de �almacena-miento de trabajo� en el cerebro.

Con métodos fisiológicos se pretendedescubrir, además, si el cerebro de laspersonas inteligentes procesa informa-ciones con mayor rapidez. En este sen-tido se habían investigado las corrien-tes eléctricas en el cerebro ante estímulossencillos; así, un destello luminoso o unbreve sonido. Pero se llegó a resultadosdiscordantes; unos estudios confirma-ron la hipótesis y otros no encontrabandiferencia alguna entre personas con di-versos grados de inteligencia. Probable-mente aquí desempeñe un papel impor-tante el área cerebral donde se mida laactividad eléctrica.

Según parece, entre las personas lis-tas y las torpes hay diferencias por loque a la distribución espacial de la acti-vidad eléctrica encefálica concierne;sobre todo, en la corteza cerebral. Conun moderno método de registro gráfico�una variante de la electroencefalogra-fía (EEG)� pudimos demostrar en elInstituto de Psicología de la Universidadde Graz que el cerebro de las personasmás inteligentes, cuando procesan tareascognitivas, exhibe una actividad eléc-trica general menor, aunque más foca-lizada. Los menos inteligentes han deforzar su cerebro en el transcurso deltiempo y activar regiones que en reali-dad no tienen nada que ver con el pro-cesamiento de la tarea en cuestión, comose evidencia en los tests de inteligencia.

Por otra parte, los más inteligentesparecen estar en mejores condiciones deconcentrar los recursos energéticos delcerebro en las áreas corticales necesa-rias para ejecutar la misión impuesta.

Abonan esta idea los estudios de RichardHaier, del centro de formación de imá-genes cerebrales adscrito a la Universidadde California en Irvine. Haier midió elmetabolismo cerebral durante la acti-vidad intelectual de los individuos so-metidos al ensayo. Por esa vía demostróque los más inteligentes consumíanmenos energía en su cerebro. Haier loexplica mediante la �hipótesis del ren-dimiento neural�: para solucionar unproblema las personas más inteligentesactivan menos neuronas, presumi-blemente sólo las necesarias para pro-cesar la tarea pretendida. Por el contra-rio, las personas menos inteligentesactivan además otras neuronas delentorno, innecesarias para solucionar elproblema, lo que puede incluso consti-tuir un obstáculo.

Con estos nuevos hallazgos los inves-tigadores pueden describir mejor las dife-rencias entre cerebros con diversos gra-dos de inteligencia, pero no puedenexplicarlas. Por eso recurren a las obser-vaciones anatómicas. Y se preguntan:¿hay algún tipo de área especial del cere-bro que determine decisivamente la inte-ligencia de una persona o se distinguenlos cerebros inteligentes por ciertas pro-piedades generales? La búsqueda de cen-tros particulares de la inteligencia haresultado infructuosa. En consecuenciase plantea como hipótesis la segundaparte de la pregunta: las diferencias deinteligencia general hay que atribuirlasa las propiedades biológicas de la tota-lidad del cerebro y no al mejor o peorfuncionamiento de una zona determi-nada.

La clave para la explicación biológicade la inteligencia radica probablementeen el modo en que las informaciones flu-yen en el cerebro. Deben, asimismo, te-

nerse en cuenta los procesos que ocurrenen cada neurona en particular: la infor-mación es captada por las dendritas, quese hallan relacionadas con otras neuro-nas a través de las sinapsis. Los impul-sos eléctricos pasan de las dendritas alsoma celular; desde aquí, a través delaxón, a otras neuronas. También las sinap-sis unen neuronas. Los axones están ro-deados más o menos completamente poruna capa aislante, la mielina. La parteproximal �presináptica� de la sinap-sis es estimulada por impulsos eléctri-cos y libera neurotransmisores. Estassustancias, a su vez, originan en la neu-rona siguiente �es decir, postsináp-tica� un nuevo impulso eléctrico, queva propagándose.

Así pues, las diferencias de inteli-gencia entre las personas pueden depen-der de los siguientes factores:

� Número de neuronas� Número de dendritas� Número de uniones sinápticas� Grado de mielinización (aislamiento)de los axones.

Aunque no cabe descartar de ante-mano las dos primeras posibilidades,disponemos de modelos muy convin-centes que hablan a favor de la terceray cuarta alternativas. La hipótesis de lapoda neuronal de Richard Haier concedeuna gran importancia al número de sinap-sis cerebrales. La hipótesis mielínica,por el contrario, se centra en el grado deaislamiento de los axones en el cerebro.Esta hipótesis se remonta a Edward M.Miller, economista de la Universidad deNueva Orleans que también publicó sobrecuestiones relacionadas con el desarro-llo de la inteligencia humana. Hasta elpresente no existen demostraciones expe-

Mente y cerebro 02/2003 23

1. INTELIGENCIASPRIVILEGIADAS. ¿Tienen loscerebros de estos científicos y artistas algo en común que les haya permitido susextraordinarias creacionesintelectuales?

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Richard Wagner

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24 Mente y cerebro 02/2003

rimentales que apoyen ninguno de losmodelos, a buen seguro porque todavíano disponemos de apropiados métodosde investigación in vivo en humanos.

La capa aislante de los axones en elcerebro humano �la mielina� facilitala transmisión del estímulo en el cerebro,por varias razones: el estímulo se pro-paga más rápidamente, la señal se debi-lita menos a lo largo del prolongado ca-mino que ha de recorrer y existe unamenor interferencia mutua entre neuro-nas. Aconsecuencia de todo ello, la señaleléctrica se propaga a mayor velocidady con menos interferencias.

Si los axones cerebrales de las perso-nas inteligentes están más mielinizados,es decir, mejor aislados, tendríamos bue-nas razones para explicar los resultadosde algunos de los experimentos antesmencionados:

� La propagación más rápida de los es-tímulos posibilitaría una reacción tam-bién más célere de los cerebros inteli-gentes en los ensayos que miden las

corrientes cerebrales. También se expli-caría así la mayor velocidad de proce-samiento demostrada en los ensayos quemiden el tiempo de reacción.� Las menores pérdidas durante la trans-misión de los impulsos podrían ser larazón del menor consumo energético enel metabolismo cerebral de las personasmás inteligentes.� El hecho de que las neuronas tenganuna menor interferencia mutua explica-ría que las actividades de los cerebrosmás inteligentes se hallen espacialmentemás focalizadas.� Una disminución de los errores en latransmisión de la información significaríamenores errores cognoscitivos y, por lotanto, mayor inteligencia.

En favor de esta teoría habla un datode observación: a lo largo de la vida, elproceso de mielinización se desarrollade forma paralela al aumento de la velo-cidad de procesamiento de la informa-ción y de la propia inteligencia. La per-sona no viene al mundo con unos axones

perfectamente aislados; la mielina se vaformando a lo largo de la infancia. En laedad avanzada, por el contrario, pareceser que este aislamiento va debilitán-dose: los axones se desmielinizan.

La velocidad de procesamiento de lainformación aumenta también hasta laadolescencia, como demuestran la elec-trofisiología y el comportamiento. Luego,permanece constante durante un tiempo,para terminar descendiendo en la edadavanzada. Las investigaciones psicoló-gicas presentan una evolución temporalparecida por lo que respecta a la inteli-gencia: va aumentando con la edad hastalos 15-20 años y luego retrocede a par-tir de los 65-70 años. Así pues, el gradode mielinización de las vías nerviosas delcerebro podría determinar la capacidadde rendimiento intelectual de la personahumana.

Inteligencia y lactancia El segundo estudio, muy prometedor,para explicar, desde un punto biológico,la inteligencia se centra en el número desinapsis existentes en el cerebro. Tambiénaquí desempeña un papel importante eldesarrollo: las uniones sinápticas entrelas neuronas van presentándose pro-

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DENDRITAS

SOMA CELULAR

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NODULO DE RANVIER

NUCLEO CELULAR SINAPSIS

AXON

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2. SOPORTE DE LA INTELIGENCIA. Las células nerviosas constituyenuna densa red.

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gresivamente a lo largo de los primerosaños de la vida, estimuladas por los pro-cesos de aprendizaje y el intercambiocon el entorno.

Pero, a partir de entonces, el númerode estas uniones no permanece cons-tante, sino que vuelve a bajar desde delquinto año de vida hasta la pubertad. Sesospecha la intervención aquí de unasuerte de poda neural. Las uniones sináp-ticas entre neuronas que no se utilizanse suprimen o se dejan de lado. En defi-nitiva, el mantenimiento de estas sinap-sis supone un consumo inútil de ener-gía. Tal suposición ha recibido el respaldode estudios con técnicas de formación deimágenes: el metabolismo cerebral glo-bal va aumentando constantemente du-rante los primeros cinco años de vida yluego disminuye. El intercambio ener-gético del cerebro de un adulto es apro-ximadamente la mitad que el de un niñode cinco años.

Evidentemente, este hecho, por sí solo,no puede explicar las diferencias indi-viduales de inteligencia. Debe prestarsetambién atención a los resultados obte-nidos en la investigación en personascon déficits del desarrollo intelectual,centrada en el metabolismo y en elnúmero de uniones sinápticas. Estas per-sonas revelaban un mayor metabolismocerebral y un mayor número de sinap-sis. Probablemente, dicha poda neural noopera con eficacia suficiente en los défi-cits de desarrollo intelectual, en el sín-drome de Down o en el autismo. Por esose registra un excesivo número de sinap-sis, que consumen demasiada energía eimpiden que la actividad cerebral se cen-tre en las áreas esenciales, factor indis-pensable para un buen rendimiento cog-nitivo.

Lo mismo que en la hipótesis de la mie-lina, aquí nos movemos también en el

ámbito de la especulación. Los métodosde investigación neurológica disponi-bles para medir el grado de mieliniza-ción y el número de sinapsis no puedenaplicarse con suficiente grado de fiabi-lidad in vivo. Sólo sirven para el estudiode la pieza anatómica obtenida en lanecropsia. Tal vez el extraordinario de-sarrollo que están experimentando lastécnicas médicas permita un día poner aprueba directamente esta hipótesis. Sise confirmara, habríamos dado un pasode gigante hacia el conocimiento de la�inteligencia�.

Estas explicaciones biológicas podríantener múltiples efectos, no sólo sobre elestudio de la inteligencia desde una ópticapsicológica, sino también sobre la socie-dad. Pensemos en las consecuencias difí-cilmente previsibles que una tal biolo-gización de la inteligencia traería paranuestra propia imagen y nuestro queha-cer diario. Si se confirmara la hipóte-sis de la mielinización, la defensa de lalactancia natural recibiría un sólido res-paldo, toda vez que la leche maternaparece contener los ácidos grasos nece-sarios para la formación de la mielina,a diferencia de lo que ocurre con lasleches artificiales.

En todo caso, el fenómeno de la inte-ligencia es demasiado complejo parapoderlo reducir a unas pocas causas. Noes, pues, de esperar que los tests psico-lógicos para medir el coeficiente inte-lectual se vean pronto sustituidos por ladeterminación del grado de mieliniza-ción o el número de sinapsis.

Mente y cerebro 02/2003 25

Las personas con déficit intelectual(b), las que tienen una inteligencia nor-mal (a) y las superdotadas (c) presen-tan perfiles diferentes de poda neuralde las uniones sinápticas a lo largo deltiempo: las personas más inteligentes“limpian” su cerebro con particularintensidad en la pubertad. Debido aello, sus cerebros, por una parte, con-sumen en total menos energía y, porotra, las actividades de la corteza pue-den concentrarse mejor en las áreasnecesarias.

Brote primaveral en la pubertad

0,5 1 5 10 15 20 30 40 50 60EDAD EN AÑOS

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ALJOSCHA C.NEUBAUER enseña e investiga enel Instituto de Psicología de la Universidadde Graz.

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Thomas Hülshoff

¿Tienen algo en común el caoscirculatorio, un político, un televisor que se averíay la pisada de excremen-

tos de perro? Efectivamente: a todos noscausan irritación. Desde una perspec-tiva psicológica, lo mismo sucede cuandono logramos un objetivo, no satisface-mos nuestras necesidades o alguien aten-ta contra nuestra autoestima.

La irritación es una emoción hostil,dirigida contra una causa concreta.Mientras que el primer impulso dura sólounos segundos, el estado de irritación seprolonga más tiempo, con lo que la emo-ción se reaviva una y otra vez. Aunqueeste estado nos resulte desagradable, lairritación en sí �en especial, su viven-cia� también tiene una vertiente divertida.

La irritación es una emoción polifa-cética. Cuando entra en juego una po-sesión, recibe el nombre de envidia. Se

denomina celos si persigue la presuntaposesión de otra persona, por ejemplo,del cónyuge o de un hermano. Hablamosde venganza cuando a la irritación sesuma una mancilla del honor; es decir,este sentimiento puede ser consecuen-cia directa de la envidia o de los celos.El término rabia designa una emociónexplosiva y concentrada; en este caso,la irritación desencadena una reaccióninmediata y la energía acumulada se des-carga en forma de acceso de cólera.Cuando la rabia y la irritación se dirigendurante mucho tiempo contra un obje-tivo determinado, se habla de odio. Porúltimo, la ira vincula la irritación con laconfrontación y la vindicación intelec-tuales: de la �rabia de las víctimas� na-cería la �ira de los justos�.

En todas las culturas se conocen lairritación, la rabia y la ira. La explica-ción y la valoración de estos sentimien-tos dependerán del contexto cultural. Lapatología humoral (�doctrina de los

humores�), teoría imperante desde laAntigüedad hasta la Edad Media, sebasaba, por ejemplo, en que los dese-quilibrios entre los �humores corpora-les� explicaban los cuatro temperamen-tos básicos. El exceso de bilis (del griegocholé) originaría accesos violentos yfunestos del temperamento y de la ra-bia, como corresponde al temperamentocolérico (véase la figura 4). Incluso hoysostenemos que las contrariedades �nosalteran la bilis�.

En la baja Edad Media y en el Rena-cimiento se impuso la concepción de quela irritación desatada no sólo lleva lamiseria a aquellos contra quienes va diri-gido este sentimiento, sino también alencolerizado. De hecho, la ira y la envi-dia se encuentran entre los siete peca-dos capitales.

La irritación y la rabia son emocionesmuy intensas, vinculadas con fuertesreacciones corporales. �Siento una ra-bia visceral�, decimos a menudo.

26 Mente y cerebro 02/2003

Sentimientosde irritacióny agresividadEs muy fácil decir: “¡No te enfades, hombre!”. Más difícil resulta,

sin embargo, mantener en todo momento la firmeza y obedecer esta exhortación.

No importa: la irritación y la rabia también resultan provechosas;

sólo hay que saber manejarlas

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La irritación se manifiesta sobre todoen tres planos, todos ellos sujetos al con-trol directo del cerebro:

� Cambios somáticos característicos:por ejemplo, sube la presión arterial yse tensan los músculos.� Reacciones motoras, por ejemplo, ges-ticulación.� Vivencia y valoración mental subjeti-va (�estoy irritado�).

Con independencia del entorno cul-tural, todos los hombres poseen una�regulación genética básica� de la irri-tación y de la furia, que explica la uni-formidad de los procesos neurales eincluso de los gestos. No obstante, estosprocesos pueden modificarse a través delas influencias culturales y de otras for-mas del aprendizaje.

¿Qué sucede en el cerebro cuando nosirritamos? Según una concepción harto

simplificada, el cerebro consta de tresdominios diferentes:

1. El �cerebro reptiliano� abarca el troncoencefálico y partes del diencéfalo; �resi-den� allí los reflejos y los instintos. Porasí decirlo, constituye la base instintivasobre la que se originan los sentimien-tos. En el cerebro reptiliano reside tam-bién el estado general de excitación, queregula de forma decisiva el grado de irri-tación.2. El sistema límbico es el plano dondetiene lugar la vivencia inconsciente dealgunas emociones, como la irritación,que repercuten enormemente en nuestraconducta. Especial importancia revisteel núcleo amigdalino, parte de este sis-tema. Al estimular determinadas zonasde dicho núcleo, los animales de expe-

rimentación reaccionan previsiblementecon una conducta agresiva y gestos de�irritación�.El sistema límbico envía además seña-les al cerebro reptiliano, en especial, alhipotálamo. Esta estructura encefálicase encuentra estrechamente relacionadacon la hipófisis �la glándula endocri-na por excelencia� y controla las in-teracciones hormonales. De este modo,cuando experimentamos sentimientosde rabia, el organismo �se prepara deinmediato para el ataque�. Se liberanhormonas del estrés, como la adrenali-na; los folículos capilares se erizan �esteademán filogenéticamente primitivo anteuna amenaza se manifiesta como �car-ne de gallina��; sube la presión arte-rial; el pulso se acelera, y aumenta la per-fusión de los órganos nobles. Así, el

1. LA FURIA DEL CESAR. El ceño fruncido, la mirada penetrante y el puño apretado;los dibujantes de Astérix en América han realzado perfectamente los signos visibles de la ira.

Mente y cerebro 02/2003 27

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Page 30: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

28 Mente y cerebro 02/2003

metabolismo se adapta a la situación queha suscitado la irritación. Por otra parte,el sistema límbico se ocupa de que nues-tra conducta expresiva se correspondacon la vivencia emocional: la irritaciónse pone de manifiesto en el timbre de vozy en los gestos.3. En el nivel superior de este modelosimplificado se halla la corteza. En líneasgenerales, esta parte de nuestro cerebrogobierna los movimientos voluntarios,procesa de modo consciente los estímu-los sensitivos y se ocupa de procesoscognitivos complejos, como el pensa-miento o el habla. Las emociones cons-cientes se viven, sobre todo, a través dellóbulo frontal, región anterior de la cor-teza cerebral. No se limitan a estar ins-taladas a extramuros de la conciencia, amodo de sensaciones imprecisas, sinoque podemos dirigir nuestra atenciónhacia ellas, analizarlas y nombrarlas: lairritación puede mutarse, según las cir-cunstancias, en celos, envidia, venganzao frustración.

Lo importante es que la corteza cere-bral nos permite medir y controlar nues-tras reacciones emocionales. Cuandoreaccionamos con irritación o rabia anteun insulto, estamos a la merced de nues-tro sistema límbico. No obstante, con laayuda de la corteza cerebral, podemosen ese instante efectuar un análisis de�coste y beneficios� y determinar quéharemos con esa rabia.

Con todo, la reacción de irritación nosigue siempre un circuito neuronal es-tablecido y rígido por las regiones an-tedichas. El cerebro no contiene �cen-tros especiales de la rabia�, dedicadosen exclusiva a este sentimiento. La irri-tación es fruto de la interacción entreestructuras cerebrales totalmente dis-tintas que se ocupan de todo lo siguiente:

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Pensamiento CORTEZA CEREBRAL

SISTEMA LIMBICO

CEREBRO REPTILIANO

Movimientos

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Sentimientos

Análisis de coste y beneficios

Conductaexpresiva

Reflejos InstintoControl hormonal

Estadode ánimo

2. EL CEREBRO TRINO. El denominadocerebro trino es un modelo cerebralsimplificado propuesto por Paul D.Maclean. Según este autor, los sereshumanos tienen tres cerebros distintos yrelacionados entre sí, pero con estructurasy características neuroquímicas específicas,que derivan de distintas épocas de supasado evolutivo.

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3. NO ES LO QUE PARECE. Una cara como la de este mandril(izquierda) se interpreta a menudo como un gesto de ira, ya quemuestra algunas de las características típicas de la irritaciónhumana: el mono baja la comisura de los labios y enseña loscolmillos. Sin embargo, los etólogos han definido este gesto comouna “mueca de terror” que, más que agresividad, expresaría unsentimiento entre amistoso y temeroso. En cambio, el mono deGibraltar de la derecha muestra el gesto amenazante típico deesta especie.IR

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� Controlar el nivel general de excitacióndel sistema nervioso y los procesos somá-ticos automáticos,� Identificar y procesar los sentimien-tos,� Traer a la memoria otras situaciones irri-tantes ya vividas para compararlas conla actual.

Las últimas investigaciones han de-mostrado, además, que la conexión entrelas neuronas cerebrales se modifica conla repetición constante de impresionesemocionales fuertes. Estas alteracionesse han objetivado mediante técnicas deformación de imágenes entre víctimasde episodios traumáticos.

Así como no existe ningún �centroanatómico de la rabia�, tampoco hay nin-guna hormona específica de la irritación.Al contrario, esta emoción se relacionacon diversas hormonas y neurotransmi-sores, por ejemplo, adrenalina, noradre-nalina, dopamina y testosterona.

En las situaciones de peligro se liberaadrenalina, hormona del estrés, quesomete el organismo a alta tensión: la fun-ción cardíaca y circulatoria, la respira-ción, el procesamiento cerebral de losestímulos y otras funciones se revolu-cionan y propician reacciones inmedia-tas. Se habla en estos casos de una reac-ción de huida o de lucha, por la cual elorganismo se sirve de todas las reservasenergéticas para aumentar la excitacióny la actividad corporales. La noradre-nalina actúa, en general, como la adrena-lina y acelera la frecuencia cardíaca. Enel cerebro, esta hormona, lo mismo quela dopamina, modifica sobre todo el gradode vigilia y excitación.

¡Qué gesto tan adusto!El sistema límbico controla los gestos,que delatan involuntariamente nuestroestado emocional momentáneo. El típicosemblante de enfado surge al fruncir elceño, al arrugar la frente con ira o rabiay al contraer el voluminoso músculofrontal. Se entornan así los párpados ylos ojos apenas reciben la luz: de estamanera, nos abstraemos del origen denuestra ira. A todo ello se suman las�anteojeras� mentales, que nos cieganpara resolver el conflicto.

Los gestos y la postura, por ejemplo,los puños apretados y los músculos ten-

sos constituyen otros signos de la irri-tación. El timbre de voz también cam-bia, pudiendo ser estridente o tenso.

Los gestos, la postura y el timbre devoz que, en principio, son el resultadode nuestros sentimientos, también ayu-dan a la comunicación. Por eso, el hom-bre y el resto de los animales que vivenen sociedad tratan en seguida de descu-brir el estado de ánimo de los seres desu entorno para adaptarse a la situación.Cuando una persona manifiesta irrita-ción, los demás pueden alejarse hastaque se �calme�, evitando así las agre-siones y los conflictos. La irritación cum-ple, pues, una función de alarma, quepuede resultar protectora.

Si reconocemos a tiempo la irritaciónajena, podremos ofrecer al otro señalesapaciguadoras: un tono de voz concilia-dor y suave puede aplacar el enojo, aligual que un gesto tranquilizador, unaactitud humilde o una sonrisa cordial. Lairritación y la rabia pueden, además,resultar muy útiles para regular las rela-ciones sociales, siempre y cuando sepa-mos utilizarlas con mesura: nos sirvenpara distanciarnos de los demás, paradiscutir con ellos y para protegernos.

No obstante, es muy complicado res-ponder adecuadamente a la irritación

velada que se contiene por el deseo deobtener afecto y empatía, por el temor aun castigo o por los sentimientos de culpa.Tal sucede cuando se lanzan indirectasde este tipo: �has adelgazado... con lo gor-da que estabas antes� o bien �esta vez teha salido muy buena la comida�.

Aunque las palabras no tengan un doblesentido, como en los ejemplos expues-tos, sino que estén aparentemente llenasde armonía, la irritación oculta tambiénpuede reconocerse con claridad, en es-pecial por los gestos. Así, pueden surgirmalos entendidos y conflictos en las rela-ciones que, con el tiempo, generan aúnmás rabia e irritación.

�Quienes admiten su irritación, creenque la vida aún puede cambiar. Quieneshan dejado de hacerlo, no lo creen en ab-soluto�; con estas palabras, Verena Kastdescribe otra función importante de lairritación: nos muestra que algo no mar-cha bien y nos ayuda a cambiar relacio-nes que nos parecen insoportables o pocollevaderas. La rabia y la irritación nosproporcionan la energía necesaria paraemprender tales cambios, a veces inclusoa través de la agresión. Se trata de impo-ner el propio interés ante la resistenciadel otro, con lo que el agresor acepta quesu adversario puede resultar dañado.

Mente y cerebro 02/2003 29

4. LA BILIS EN PLENA EBULLICION.El colérico —representado así en unmanuscrito medieval— es uno de loscuatro tipos de temperamentos de lapatología humoral. EX

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Page 32: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

En principio, no conviene introduciren un mismo saco la irritación y la con-ducta agresiva, aunque quizá los anima-les constituyan una excepción: al no poderpreguntarles por su estado de ánimo, sólosu conducta nos delatará sus emociones,admitiendo que existan. La situación dela especie humana es distinta, sobre todo,gracias a nuestra capacidad para contro-lar los sentimientos a través de la razón:la irritación no siempre culmina en unaagresión, ni, a la inversa, a toda agresiónacompaña ineludiblemente un senti-miento de rabia: en la guerra, un pilotode bombardero no tiene por qué estar irri-tado mientras lleva a cabo su misión. Esconsciente, sin duda, de los efectos de supoder mortífero, pero no los percibe conuna emoción inmediata. En cambio, si sele exigiese que agrediera a otra persona�algo que, en comparación, resultaríamenos lesivo que arrojar una bomba�,seguramente le costaría mucho más tra-bajo. Con todo, existe cierta relaciónentre la agresión y la irritación: un estadode ánimo furioso e irritado favorece elcomportamiento agresivo.

Esta disociación parcial entre la rabiay la irritación, por un lado, y la agresión,por el otro, no se da sólo entre las per-sonas. Muchos animales expresan su agre-sividad únicamente con gestos de ame-naza y no llegan a luchar. Aquel quemuestra de un modo creíble su categoríay su disposición a luchar o a defenderseahorra energía y, desde una perspectivaevolutiva, asegura su supervivencia. Paraello, sin embargo, se precisan mecanismosque transmitan la disposición a la lucha.

Quizás este proceso haya motivado,en última instancia, que nuestros senti-mientos de rabia e irritación se alejen,al menos en parte, de la agresividad. Ellenguaje humano también contribuye aque las disputas airadas no se materia-licen en actos violentos. No obstante,cuando la irritación se sigue de una agre-sión, puede servir para imponer nuestravoluntad a los demás, adquirir poder orecuperar la autoestima perdida a travésde la venganza.

¿Graffiti? ¡No, gracias!Existe una forma especial de rabia quesirve para explorar los propios límites:los niños pequeños que atraviesan la fasede oposición sistemática y los adoles-centes se sirven de las rabietas para tomarconciencia de su propia vitalidad y son-dear al mismo tiempo los límites de susacciones agresivas. Sin embargo, si elentorno no reacciona de la forma debida,ellos lo interpretan a menudo como unadebilidad o falta de interés, y su rabia yagresividad pueden crecer.

Si nuestro hijo de tres años organizaun alboroto en el supermercado porquequiere una chuchería o si un muchacho�decora� la fachada de nuestra casa congraffiti, habremos de mostrarles, por supropio beneficio, cuáles son los límitesde una conducta aceptable. Quizá lo quesuceda es que terminemos manifestandonuestra propia irritación: la irritación alservicio de la comunicación.

Por regla general, somos capaces decontener nuestra irritación, así por temora la venganza o a sufrir sentimientos de

culpa. Sin embargo, cuando no sucedetal, la rabia desmesurada puede desem-bocar en una agresión destructiva y en elempleo de la violencia: las relaciones serompen precipitadamente y se infligedaño a los demás. Los brotes de violen-cia sobrevienen, en especial, en situa-ciones de estrés social, por ejemplo, cuan-do el afectado se siente entre la espaday la pared y cree que sólo puede salvarsu autoestima pasando a la ofensiva.

Acontece a menudo que los niños y ado-lescentes que reaccionan con demasiadaagresividad y que apenas controlan surabia han sufrido una carencia prolongadade calor afectivo, apoyo y protección. Laviolencia repetida también puede de-terminar una conducta agresiva y obs-taculizar el establecimiento de nuevasrelaciones sociales. Es posible que, conello, los afectados intenten, de manerainconsciente, evitar nuevas decepcionesy rupturas de los lazos afectivos.

Cómo controlar la irritaciónSi dominamos nuestra irritación y ra-bia en vez de dejarnos arrastrar por ellas,pueden aparecer otros problemas. Ambossentimientos activan el sistema nerviososimpático y ponen al organismo en situa-ción de alerta. Si no logramos reprimirla irritación ni la rabia, por ejemplo, anteun estrés laboral permanente, se ponenen marcha automatismos nerviosos yhormonales de consecuencias nefastas:estados crónicos de tensión, trastornoscardiocirculatorios �en especial, hiper-tensión arterial� y debilitación del siste-ma inmunitario.

30 Mente y cerebro 02/2003

La testosterona desempeña un papel importante, aunqueno decisivo, en la agresividad humana. Según las estadísti-cas, los varones jóvenes, que por lo general muestran unaconcentración elevada de testosterona, se comportan de for-ma más arriesgada y agresiva que los demás grupos de lapoblación. En las alegorías, como la de esta imagen de FransMenton extraída de una serie de los siete pecados capita-les, la cólera se personifica a menudo en forma de varónjoven, por ejemplo, de guerrero.

La testosterona estimula la agresividad de los mamíferosinferiores, no así la de los primates ni, especialmente, la dela especie humana. La concentración de testosterona en san-gre sólo aumenta claramente después de un éxito depor-tivo o social, pero este aumento se da en ambos sexos, aun-que la concentración hormonal suele ser bastante mayorentre los varones jóvenes. Quizá, la rememoranza de la exci-tación general asociada con el “éxtasis de la victoria” y eldeseo de revivirlo expliquen la conducta agresiva y com-bativa surgida del estado inicial de irritación.

Testosterona y agresividad

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Page 33: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

¿Cómo debemos actuar frente a la irri-tación y la rabia? Ambas son cualidadesemocionales básicas de la especie hu-mana; por lo tanto, no podemos des-terrarlas. Al contrario, su presencia indicaun conflicto o una amenaza inminente,por lo que hay que prestarles atención ytomarlas en serio. Gracias a estos senti-mientos, recordamos nuestras propiaslimitaciones, rechazamos �en caso nece-sario� a los demás y nos protegemosante quienes invaden nuestro territorio.La energía liberada a través de la irrita-ción aleja nuestros miedos y sentimien-tos de impotencia. Asimismo, las emocio-nes dirigen nuestra atención al problemaque debemos resolver. En lugar de excla-mar: �¡No te enfades, hombre!�, habríaque decir: �Enfádate, pero con mesura�.

Para atemperar estos sentimientos, he-mos de ser conscientes de nuestra propiairritación, con todas sus manifestacio-nes somáticas y emocionales asociadas.Sólo entonces, podremos expresar el sen-timiento de manera consciente: el lengua-je nos permite expresar nuestra irritaciónsin recurrir a la violencia física. No pode-mos olvidar bajo ningún concepto quelas palabras y los gestos resultan a vecesmuy ofensivos, en especial cuando tras-lucen un estado oculto de irritación. Seríamuy saludable que todos aprendiéramosdesde pequeños a evitar y aplacar nues-tra irritación, de la misma manera queaprendemos a comunicarnos y a cuidarnuestras relaciones.

Por último, hemos de saber que ennuestra mano está la posibilidad de irri-tar o no a los demás. Así pues, somos encierta medida corresponsables de la irri-tación y la rabia de quienes nos rodeany debemos tomar estos sentimientos muyen serio. La irritación puede ayudarnosa lograr que se respeten nuestros límitesy a exponer nuestros propios intereses.De la misma manera, debemos respetarlos límites y la integridad de los demás.

Mente y cerebro 02/2003 31

THOMAS HÜLSHOFF es profesor de medi-cina social y fundamentos médicos de peda-gogía terapéutica en el Instituto SuperiorCatólico NW de Münster.

VOM SINN DES ÄRGERS. ANREIZ ZUR

SELBSTBEHAUPTUNG UND SELBSTENTFALTUNG.V. Kast. Kreuz Verlag; Stuttgart, 1998.

EMOTIONEN. EINE EINFÜHRUNG FÜR

BERATENDE,THERAPEUTISCHE, PÄDAGOGISCHE

UND SOZIALE BERUFE. T. Hülshoff. UTBReinhardt; Munich, 2001.

Bibliografía complementaria

Page 34: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

Aljoscha C. Neubauer

Millones de telespectadoreshan visto un programa deéxito en un canal de la tele-visión alemana dedicado a

la inteligencia. Al hilo del mismo ��Elgran Test� es su título�, se aprestarona determinar su propio coeficiente inte-lectual (CI). Se trata de un ejemplo entremuchos otros de la importancia quedamos hoy a la inteligencia y al CI. Seconsidera habitualmente que el CI cons-tituye un medio probado para valorarpersonas y ordenarlas entre sí. Algunosperspicaces estrategas de la publicidaddotan a sus productos de �CI�, para pon-derar �cuán inteligentes� son. Existenincluso unas tabletas de chocolate queostentan el nombre de este concepto,introducido hace más de noventa añospor William Stern (1871-1938), un psi-cólogo norteamericano de origen ale-mán (véase el recuadro �CI: El coefi-ciente intelectual�).

Pero, ¿qué es la inteligencia en reali-dad? Si contemplamos la historia casicentenaria de las investigaciones cien-

tíficas sobre ella, nos quedaríamos conla idea de que se han dado tantas defini-ciones cuantos individuos se entregarona su estudio. La palabra �inteligencia�deriva del latín intellegere: entender,comprender, conocer. Lo común a susmúltiples definiciones, más o menosdiferentes, es que la inteligencia capa-cita a su poseedor para salir airoso ensituaciones que le resultan nuevas o pocofamiliares. Además, esa capacidad sebasa en la captación mental directa designificaciones y relaciones, sin necesi-dad de un aprendizaje ni de muchas pro-baturas.

Inflación de inteligenciasPor otro lado, los tests de inteligenciaincluyen frecuentemente preguntas sobreconocimientos aprendidos, por ejemplo,cuando piden la aclaración de determi-nados conceptos. Y sin embargo, hayuna diferencia entre la verdadera poten-cia de pensamiento y el saber adquirido.Raymond B. Cattell (1905-1998), autorde esta distinción, consideraba la poten-cia de pensamiento una suerte de ciné-tica mental o capacidad de reordenación;

la designó, en consecuencia, inteligen-cia �fluida�. De ella nos valdríamos paraadquirir un bagaje de conocimientos, lainteligencia cristalizada o �cristalina�en expresión de Cattell. En ella se habríansolidificado, por así decir, las experien-cias de aprendizaje anteriores.

Esta distinción nos lleva a la preguntasiguiente: ¿Es la inteligencia una carac-terística unitaria y cerrada en sí misma?¿No sería mejor distinguir una serie defacultades específicas independientes,sin nada que ver realmente entre sí, aun-que caigan bajo la misma etiqueta máso menos azarosamente? Todos conoce-mos individuos con talentos extraordi-narios: ¿no es evidente en tales casosque no podemos mezclar �manzanas conperas� en una sola noción de inteligen-cia general y menos aún en un único CI?

Los tests de inteligencia suelen incluirproblemas de diversa índole: hallar analo-gías de palabras, definir palabras, proble-mas de retención, cálculos, completarseries, rotaciones de dados o construc-ciones en el espacio. Así, además del CIpropiamente dicho, se puede establecerun �perfil de inteligencia� general, que

32 Mente y cerebro 02/2003

El artede comprenderlo desconocidoSe está muy lejos de haber llegado a un acuerdo sobre la naturaleza de la inteligencia.

En ese marco de búsqueda conceptual, los investigadores están modificando

sus puntos de vista sobre la posibilidad de relacionar el éxito en la vida

con el coeficiente intelectual o con la inteligencia emocional

Page 35: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

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Page 36: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

34 Mente y cerebro 02/2003

proporciona información sobre las apti-tudes en diversos terrenos particulares:comprensión verbal, aptitud de cálculo,representación espacial y capacidadretentiva, por ejemplo, son algunos clá-sicos entre las aptitudes intelectualesparticulares.

A menudo prosiguen las subdivisio-nes, para acotar, por ejemplo, la creati-vidad, rapidez de procesamiento o domi-nio corporal (inteligencia operacional)del sujeto.

A lo largo del siglo pasado fue obje-to de intenso debate la posible distinciónde tipos de inteligencia diferentes. A losdefensores de la �inteligencia múltiple�se oponían los partidarios del llamado

planteamiento g, donde g, del inglés ge-neral intelligence, designa la inteligen-cia general. Arranca esta tendencia deCharles Spearman (1863-1945), psicó-logo británico. Un argumento en favordel planteamiento g lo ofrece el hechode que, estadísticamente, las aptitudesparciales distintas nunca son del todoindependientes entre sí: quien muestra,pongamos por caso, una inteligencia ver-bal especial, suele ser diestro tambiénen otros campos, por ejemplo en el ma-temático. Los llamados idiots savants�personas de inteligencia inferior a lamedia, que sin embargo destacan conalgún talento extraordinario� suelen serexcepciones a la regla que admite la ve-

rosimilitud de una aptitud mental ge-neral. De hecho, el planteamiento g haresistido a todos los intentos de refuta-ción, a pesar de que sus críticos no rega-tearon esfuerzos en tales intentos.

En consecuencia, a la pregunta sobrela estructura de la inteligencia, hoy lospsicólogos ya no responden con una dis-yuntiva �o... o�, sino que prefieren laexpresión conjuntiva �tanto... como tam-bién�. Generalmente ven la inteligenciacomo una jerarquía piramidal: en la cús-pide sitúan la inteligencia general; pordebajo una serie de aptitudes genéricasespeciales, y finalmente, si acaso, en untercer plano, otras dotes aún más espe-cíficas (véase la figura 1). Con todo, no

Alfred Binet (1857-1911) y Théodore Simon (1873-1961), pio-neros ambos de la investigación de la inteligencia, desarro-llaron en el año 1905 unas pruebas para comprobar la inte-ligencia en niños de edades comprendidas entre los tres ylos quince años. Para cada nivel de edad había cinco supues-tos requeridos del tipo:

• A los seis años, el niñoconoce el significado de“por la mañana”, “por latarde”.• A los ocho años sabe con-tar hacia atrás de veinte acero.• A los diez años se sabe losmeses del año en el ordencorrecto.

A través del número de pro-blemas resueltos, se calculala edad intelectual. Así, lasolución de todos los pro-blemas hasta el nivel oncey de tres de los cinco pro-blemas del nivel doce, dauna edad intelectual de 11,6.

El cociente intelectual propiamente dicho fue propuestopor William Stern (1871-1938). Este psicólogo norteameri-cano de origen alemán dividió la edad intelectual por laedad natural y lo multiplicó por cien: CI = edad intelec-tual/edad natural x 100. Un niño de nueve años y edad in-telectual nueve será, en consecuencia, con su CI de 100,de inteligencia exactamente mediana. En cambio, un niñode diez años y edad intelectual de doce años, sería repu-tado más inteligente que la media, con un CI de 120.Dado que a partir de los quince años, más o menos, ya nohay problemas que permitan diferenciar según la edad, elCI para los adultos se calcula de otra manera.Y, en rigor, yano es un cociente: se comparan los resultados del indivi-duo con los de la media del conjunto de la población (=100).Una división posible sería:

CI Nivel de inteligencia

menos de 70 deficiente

de 70 a 90 inteligencia baja

de 90 a 110 inteligencia mediana

de 110 a 130 inteligencia alta

más de 130 superdotado

CI: El coeficiente intelectual

Durante mucho tiempo, se supuso que la inteligencia gene-ral se desarrollaba hasta la edad de 20 años, aproximada-mente, para decaer al cabo de pocos años (entre los 25 ylos 30). Esto se desprendía de estudios transversales, en losque se sometían simultáneamente a pruebas de inteligenciapersonas de 20 a 70 años y se comparaban los resultadosde los distintos grupos de edad. Pero en este tipo de prue-bas aparecen los “efectos de cohorte”: las personas mayo-res habían crecido en situaciones adversas —durante y des-

pués de las guerras mundiales— y por ello, probablemente,también se habían visto perjudicadas en el desarrollo de suinteligencia.Por el contrario, en los estudios longitudinales se van pro-bando las personas a lo largo de años y de decenios, y asíse va siguiendo el desarrollo de la inteligencia en una mismapersona. Según estos estudios, es cierto que la inteligenciaaumenta hasta más o menos el vigésimo cumpleaños, perono empieza a descender hasta los 65 o los 70 años.

La subida y la bajada de la inteligencia

El psicólogo William Stern esconsiderado el inventor del CI.

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hay aún unanimidad entre los especia-listas sobre el número y la especie exac-tos de las aptitudes en los dos planosinferiores.

En 1993 un estudio de John B. Carroll,de la Universidad de Carolina del Norte,abrió nuevas perspectivas para estemodelo piramidal. Este psicólogo nor-teamericano emprendió una tarea titánica.Comparó entre sí 460 encuestas de losaños 1927 al 1987. Basó así su metaes-tudio sobre datos relativos a no menosde 130.000 personas, una cifra que nose repetiría en la historia de la investi-gación de la inteligencia.

Con todo, algunos psicólogos prefie-ren modelos alternativos al piramidal, loque muestra la inseguridad que rodea aesta línea de investigación. El modelode estructura de la inteligencia de Berlín(EIB), ideado por Adolf Otto Jäger, psi-cólogo de la Universidad Libre de Ber-lín, recuerda la figura de un rombo. Deacuerdo con el mismo, las aptitudes inte-lectuales parciales se forman siempremediante combinación de una capaci-dad relativa a contenidos (por ejemplo,razonamiento verbal, numérico o ima-ginativo) con una capacidad operativa(así, rapidez de procesamiento, memo-ria, creatividad y capacidad de elabora-ción). Para cada una de las aptitudes par-ciales, los psicólogos han desarrolladotests específicos. Pero también en elmodelo rombal hay un factor global dela inteligencia general, que se sitúa porencima de todas esas aptitudes parciales.

Los modelos de inteligencia mencio-nados hasta aquí se fundan sobre todoen tests de inteligencia clásicos. Los crí-ticos les reprochan a menudo que apre-henden capacidades que tienen poco quever con la resolución de problemas rea-les. No suele, en efecto, el quehacer dia-rio exigir soluciones correctas a pro-blemas bien definidos, sino que noscoloca ante sistemas complejos que hande ser conducidos en la dirección de de-terminados fines. A este respecto, unejemplo clásico es el experimento de

Lohhauer, expuesto por Dietrich Dörnery sus colaboradores, de la Universidadde Bamberg. En una simulación por orde-nador, el sujeto representa a un alcaldeque gobierna la ciudad ficticia deLohhauer. Cuando él altera ciertos fac-tores �promueve la industria a costade la calidad medioambiental�, su deci-sión repercute en otras partes del sis-tema, por ejemplo, en el turismo. El finaquí lo constituye el mantener en buenfuncionamiento la ciudad a lo largo deun período simulado de diez años y con-tentar a los ciudadanos. Una investiga-ción con planteamientos de este tipodebería enriquecer y ampliar la investi-gación clásica de la inteligencia, basadaen tests de CI.

Otra crítica frecuente que se aplica alos tests de CI tradicionales, objeta queéstos sólo captan la capacidad intelec-tual momentánea de una persona, no elpotencial de su desarrollo. Los hombresque han crecido en unas condiciones de

educación menos privilegiadas se en-cuentran en desventaja en los tests de CIclásicos. Carecieron de las oportunida-des para adquirir las técnicas necesariaso el saber que se les pide. Para evitar esteproblema puede recurrirse a tests deaprendizaje, que deberían ser capacesde determinar mejor el potencial inte-lectual de una persona.

¿Saber es poder?Los tests de aprendizaje constan por loregular de tres partes: un test de inteli-gencia clásico determina en primer lugarla situación inicial (pretest). En la fasesiguiente, los examinandos han de apren-der las reglas esenciales para la resolu-ción de los problemas. Por último, en unsegundo test, el llamado postest, seenfrentan a problemas similares a los delpretest. Con ello, los psicólogos midencuánto ha mejorado el rendimiento entreel pretest y el postest. Las personas deinteligencia privilegiada no suelen mejo-

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APTITUDES PARTICULARES ESPECIFICAS

INTELIGENCIA FLU

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CREA

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INTELIGENCIA CRISTALINAM

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RIA Y APRENDIZAJE

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STICA Y VISUAL

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1. LLEVADO A UN EXTREMO, elmodelo piramidal de la estructura de lainteligencia sitúa un factor g en el puntosuperior y, por debajo, las aptitudesparticulares, en grado creciente dedeterminación.

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CAPACIDAD DEELABORACION

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R E N D I M I E N T O SP A R T I C U L A R E S

2. MODELO AJEDREZADO. Ni siquierael modelo de estructura de la inteligenciade Berlín puede prescindir del factor g. T

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rar mucho, pues en el pretest ya sacaronresultados por encima de la media. Peroen sujetos con menor inteligencia, lasmejoras sensibles en el postest son indi-cativas de un alto potencial de aprendi-zaje. Sin embargo, ignoramos hasta quépunto este tipo de tests puede predecirmejor que los tests al uso el éxito en laescuela, la formación y la profesión.

Durante décadas, la corriente princi-pal de la investigación de la inteligencia

se esforzó por establecer una correla-ción directa entre inteligencia y rendi-mientos en un ámbito determinado. Másrecientemente, se ha abordado tambiénla incidencia del saber y la experienciaen el logro de rendimientos mentalessobresalientes. Esto constituye el núcleodel �paradigma experto-novato�, pro-puesto en 1973 por William G. Chase(1940-1983) y Herbert A. Simon (1916-2001). Se trata de averiguar si los altos

rendimientos, por ejemplo en ajedrez oen matemáticas, responden mejor a unainteligencia privilegiada o a unos cono-cimientos especiales.

Predicción del éxitoComo era de esperar, las personas deinteligencia privilegiada y los expertossolucionaron problemas especiales mejorque los principiantes (�novatos�), esdecir, mejor que las personas cuyo cono-cimiento del ámbito en cuestión es magro.Ahora bien, en ciertos casos una buenaexperiencia podía igualarse a una inte-ligencia inferior: los expertos menosinteligentes alcanzaron un grado de ren-dimiento que no desmerecía del logradopor los novatos más listos. Pero tambiénal experto le importa una inteligenciaelevada: por lo regular, los expertos inte-ligentes sacaron los mejores resultados.Parece, pues, que se da una sinergia entreexperiencia e inteligencia. Esta última,dicho sea de paso, no sólo debería ejer-cer un efecto directo sobre los rendimien-tos, sino que ayuda, además, a adquirirel saber más fácil y prontamente. Perocuando en un terreno se dispone deamplios conocimientos, apenas se per-ciben diferencias de rendimiento entrepersonas más o menos inteligentes.

Estos nuevos planteamientos mues-tran que la investigación de la inteli-gencia se encuentra en un estado de trans-formación. Hoy en día, los psicólogosdefinen y miden la inteligencia de unmodo diferente del habitual hace pocosaños. Además, amplían sin cesar sucampo de significación hacia dominiosque ya no tienen mucho que ver con elpensar, la solución de problemas o el sa-ber, los ámbitos cognitivos tradiciona-

36 Mente y cerebro 02/2003

“Hay dos verdades absolutas. Una es: los hombres son másinteligentes que las mujeres.” “¿Y cuál es la otra?” “Que laTierra es plana.”Puede que este chiste haga algo más que gracia a algunosvarones; pero en lo que se refiere al coeficiente intelectual,entendido como medida global de los rendimientos de la inte-ligencia, la mayoría de las investigaciones no muestran ape-nas diferencias entre el hombre y la mujer. De ello no se siguenecesariamente que los hombres y las mujeres sean, en pro-medio, igual de inteligentes. Para excluir cualquier desven-taja, los tests de inteligencia se preparan con la idea explícitade evitar las diferencias de sexo. Ello no obsta para que, enámbitos parciales de la inteligencia, sigan apareciendo esta-dísticamente diferencias asociadas al sexo.Ahora bien, resul-tan tan nimias, que a partir del sexo no podemos inferir capa-cidades específicas, pues las distribuciones de valores en

hombres y mujeres muestran un alto grado de solapamiento.¿Cuáles son, entonces, las diferencias principales entre ambossexos?

• Las mujeres superan a los hombres en algunas facultadesverbales, sobre todo en expresión oral.• Los hombres tienen ventaja en la capacidad de represen-tación espacial, particularmente en la capacidad de imagi-nar mentalmente rotaciones de figuras tridimensionales.• Las diferencias en capacidades de tipo matemático apare-cen sobre todo en el número de los superdotados: el númerode los chicos supera al de las muchachas. Puede que estotenga que ver con la mencionada facultad de girar mental-mente figuras –de interés sobre todo en geometría— omás bien quizá derive de que las chicas se hallan desmoti-vadas o perjudicadas a causa de estereotipos sobre los sexos.

La célebre pequeña diferencia

Sólo el éxito es decisivo para la validez de los tests psicológicos. ¿Hasta quépunto logran predecir los rendimientos en la escuela, formación (profesional),carrera u oficio? Frank Schmidt, de la Universidad de Iowa, y John Hunter, dela Universidad estatal de Michigan, evaluaron en 1998 un gran número de com-paraciones de este tipo. Comprobaron que la inteligencia general de un hom-bre explica entre un veinte y un veinticinco por ciento de su éxito en la escuela,la formación y la profesión.Schmidt y Hunter se interesaron especialmente por la bondad de diferentestests a utilizar en la selección de personal ante una oferta de trabajo.Y halla-ron que, pese a todas sus limitaciones, los tests de inteligencia, comparadoscon otros procedimientos de selección de personal, resultaban ser los quemejor predicen el éxito. Para poder evaluar aún mejor el éxito formativo yprofesional, valdría la pena, no obstante, incorporar otras fuentes de infor-mación, como pruebas de trabajo o entrevistas.Las agencias de selección realizan también un trabajo apreciable, si no impor-tan los honorarios. Entre las pruebas que desarrollan no faltan la observacióny valoración de los candidatos en su actuación en grupo: en disertacionesespontáneas, autopresentaciones o interpretación de roles. Sin embargo, suscuotas de éxito no alcanzan la altura de los tests de inteligencia.Finalmente, los análisis grafológicos —estudios de la escritura de una persona—no aportan ninguna información relevante acerca del éxito profesional futuro.Lo mismo vale para la astrología. Si alguien elige personal para un empleo opara cursos de formación a partir de análisis grafológicos o astrológicos, igualpodría hacerlo tirando una moneda o leyendo en los posos del café.

Grafología y posos del café

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Mente y cerebro 02/2003 37

La creatividad se ha puesto de moda. Se invoca al “pensa-miento creativo”para afrontar todo tipo de situaciones.Cabeesperar que esa ola de creatividad, con sus seminarios, con-sultores y programas de entrenamiento, no tarde en des-vanecerse.No obstante, la creatividad constituye, junto a la inteligencia,la característica principal de las facultades intelectuales. Poreso no deja de resultar sorprendente que, en punto a inves-tigación, la creatividad haya soportado una existencia de“patito feo”.Aunque multitud de psicólogos han analizadodurante los últimos cien años con gran detalle la inteli-gencia humana basándose en los tests de inteligencia, elestudio de la creatividad no ha cosechado un éxito equi-parable.¿Qué es la creatividad? Expertos y profanos coinciden endefinirla como la capacidad para concebir algo nuevo. Pero ahíempiezan los problemas ¿Qué puede considerarse “nuevo”?¿Lo estadísticamente escaso? ¿Lo que nunca ha existido?En diversas ocasiones se ha intentado describirla contra-poniéndola a la inteligencia. En los tests de inteligencia, losejercicios tienen sólo una solución correcta; los investigado-res, en coherencia, se refieren al “pensamiento convergente”cuando avanza hacia en una solución correcta, lógicamentededucible. Contrasta con el “pensamiento divergente”, con-sistente en hallar las más variadas soluciones, incluso extra-vagantes, creativas, a una cuestión. Los psicólogos han de-sarrollado múltiples experimentos con el objeto de medirla creatividad como la capacidad de pensar de forma diver-gente. Se proponían predecir la capacidad creadora; por des-gracia, han vuelto siempre con las manos vacías.

Algunos han defendido la tesis según la cual la inteligenciasería una condición necesaria, aunque no suficiente, para lacreatividad. En ese marco, a las personas creativas se les reco-noce una inteligencia superior a la media, si bien hay quie-nes siendo tan inteligentes no parecen gozar de aptitudescreativas. Este punto de vista se ha visto desmentido por losresultados experimentales. Ambas cualidades apenas depen-den entre sí: los individuos inteligentes no siempre son crea-tivos y viceversa.Ni siquiera el estudio de personalidades alta-mente creativas ha permitido explicar en qué consiste en verdadel fenómeno de la creatividad.Ante esos esfuerzos baldíos, la investigación viene explo-rando desde los últimos años otros derroteros: bajo quécondiciones y en virtud de qué procesos mentales surgela capacidad creadora. Supone, pues, ello someter a criba laafirmación de que las ideas geniales brotan de la nada, comopor ensalmo.Robert W. Weisberg,de la Universidad Temple de Philadelphia,halla el origen de esa postura en los relatos de ciertas per-sonalidades ilustres donde exponen la gestación de sushallazgos geniales. Pero la investigación pormenorizada deciertas creaciones novedosas revela que tienen lugar des-pués de un estudio prolongado y exhaustivo de la disci-plina en cuestión; sus hitos intelectuales se basan, por lotanto, en un gran caudal de saber. Mas no todas las perso-nas expertas en una materia están en disposición de sercientíficos o artistas creativos. Para ello, se estima impres-cindible una notable flexibilidad en la utilización del cono-cimiento.La atención desempeña, asimismo, un papel destacado: pararesolver problemas convergentes, debe concentrarse com-

pletamente en el enunciado del ejercicio; en los divergen-tes la atención ha de desenvolverse con mayor apertura. Laatención guarda, además, una estrecha relación con la acti-vidad cerebral.Colin Martindale, de la Universidad de Maine Orono, plan-teó la hipótesis siguiente: debido a la limitación de las fuen-tes de energía del cerebro, éste organizaría su actividad dedos formas diferentes. Según la hipótesis de la eficiencianeuronal, una intensa actividad en pequeñas áreas de la cor-teza cerebral redundaría en una mayor efectividad para solu-cionar problemas convergentes.Una actividad menor, repar-tida en áreas más extensas de la corteza, facilitaría la asociaciónde ideas dispersas.¿Cómo determinar hasta qué extremo colaboran entre sí lasdiferentes zonas del cerebro en la resolución de ejercicios?Para ello, los científicos miden las coherencias electroence-falográficas (EEG). Si dos áreas cerebrales se activan simi-larmente (es decir, sus ondas EEG se igualan en fase y fre-cuencia), se asume que están “en comunicación” entre sí.Norbert Jausovec,de la Universidad de Maribor en Eslovenia,aplicó este método para someter a prueba las teorías deMartindale. Comparando la actividad cerebral al solventartareas convergentes y divergentes, comprobó que en éstaslas zonas cerebrales distantes entre sí presentan un mayoracoplamiento.Además, el cerebro de las personas muy crea-tivas comparado con el de las muy inteligentes es poco acti-vo, estando por el contrario más acopladas las diversas áreascerebrales.La investigación tradicional de la creatividad, basada en lostests psicológicos, se hallaba a todas luces en un callejón sinsalida. Con estos resultados, se abren nuevas sendas paraalcanzar una diferenciación neurocientífica, medible con pre-cisión, entre inteligencia y creatividad. Este nuevo enfoquequizá propicie la metamorfosis de la creatividad, de patito feoen bello cisne, ayudando a desarrollar su investigación enigualdad de condiciones respecto a la de la inteligencia.

¿Existe una relación entre creatividad e inteligencia?

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les. En los últimos años han ganado pre-dicamento la �inteligencia emocional�y la �inteligencia social�, conceptos quevaloran como rendimiento inteligente lacapacidad de reconocer en sí y en losdemás las emociones, necesidades y moti-vaciones.

Se espera mucho de estas formas de�inteligencia� recién descubiertas o inven-tadas. Según sus partidarios, el CI clá-sico, entendido como medida global,explica a lo sumo un veinte por ciento

del éxito en la escuela, la formaciónsecundaria, la universidad o la profesión.Por lo tanto, los que se dedican a medirla inteligencia están buscando un pa-rámetro que, por así decir, explique elochenta por ciento restante. Y entoncesponen sus esperanzas en las menciona-das inteligencia emocional o social. Enmi opinión, sin embargo, una esperanzatan alta no puede prácticamente cum-plirse. A buen seguro, jamás será posi-ble predecir, de un modo cabal, el com-portamiento humano sobre la base depropiedades de la personalidad. La con-ducta depende siempre también de situa-ciones transitorias y de los aconteci-mientos imprevisibles de la vida.

Con todo, las aptitudes sociales inter-personales son importantes para el éxito

en la vida profesional y en la privada.Pero, cabe preguntarse si estas hoy tancelebradas habilidades blandas son inte-ligencia en el sentido propio de la pala-bra. ¿No se tratará acaso de habilidadesque, a diferencia de la inteligencia, cual-quiera puede en principio aprender yejercitar?

Para aclarar esta cuestión, los psicó-logos tendrían que presentar tests de inte-ligencia cognitivos y tradicionales y testsde aptitudes emocionales a grupos huma-nos lo más grandes posible. Si la inteli-gencia cognitiva resultara acompañar alas aptitudes emocionales, entonces sepodrían contar estas últimas dentro delcampo de la inteligencia. Pero mientrasno existan tests utilizables para la medi-ción de las aptitudes emocionales o socia-les, esta cuestión debe quedar lamenta-blemente abierta.

38 Mente y cerebro 02/2003

INTELLIGENZ IM TEST - WEGE DER PSYCHOLO-GISCHEN INTELLIGENZDIAGNOSTIK. J. Guth-ke. Vandenhoeck & Ruprecht, Gotinga;1996.

INTELLIGENCE - A VERY SHORT INTRODUCTION.I. J.Deary.Oxford University Press,Oxford;2001.

PERSPEKTIVEN DER INTELLIGENZFORSCHUNG.Dirigido por E. Stern y J. Guthke. Pabst,Lengerich; 2001.

Bibliografía complementaria

Heiner Rindermann

¡Sea usted creativo! ¡Nuestro pro-grama intensivo de 2 horas leconvertirá en una fuente inago-

table de chispeantes ideas! Propagandade ese tenor inunda nuestros buzones.Pero hemos de recibirla con tiento. Noes tan simple estimular la creatividadpersonal; casi tan difícil como definirla.No existen recetas mágicas ni fármacosmilagrosos que potencien la creatividad.Si, a pesar de ello, pretendemos averi-guar cómo desarrollar esta cualidadhumana, conviene plantearse en primerlugar en qué se diferencian las personascreativas del resto.

Las siguientes características perso-nales (y sus combinaciones) adquierenespecial relevancia para concebir ideasy productos creativos:

� Independencia y alejamiento de losconvencionalismos: con el fin de obte-ner nuevos productos, las personas crea-tivas deben superar los hábitos tradi-cionales y las normas sociales quedeterminan cómo se debe pensar y obrar.� Autoestima: defender nuevas ideas eimponerlas frente a opiniones contrariasrequiere gran confianza en uno mismo.� Predisposición a asumir riesgos: setrata de otra cualidad añadida para de-sarrollar conceptos innovadores.

Las mentes creativas muestran confrecuencia una curiosidad, motivacióne interés fuera de lo común, elevadaflexibilidad y espontaneidad, así comoun pensamiento imaginativo, capazde establecer asociaciones, impulsivoy audaz. Estos individuos reúnen amenudo rasgos extremos de carácter,difícilmente conjugables, lo que lesconfiere una personalidad compleja.Una investigación con 56 escritoresnorteamericanos vivos mostró en nu-merosos casos la misma combinaciónde psicopatología y autoestima, quela observada en Heinrich Heine (1797-1856) o en Kurt Tucholsky (1890-1935).

El desarrollo de la creatividadTodos tenemos el anhelo de ser creativos y ocurrentes.Pero, ¿cómo puede alcanzarse dicho objetivo?

3. ¿MERO ESPECTACULO? El programatelevisivo “El gran Test” de Günther Jauchfue un éxito de audiencia: una prueba de lainquebrantable fascinación que el fenómeno“inteligencia” ejerce sobre nosotros.

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Dejar fluir las ideasExageraríamos si recomendáramos aquienes anhelan ser creativos sufrir unapsicosis. Abundan, sin embargo, los pro-gramas que ayudan a estimular la crea-tividad. El método más conocido es latormenta o descarga de ideas (brain-storming), desarrollado por el teórico dela publicidad Alex J. Osborn. Consisteen reunir un grupo de personas (excep-cionalmente una sola), que deben pro-ducir en un determinado intervalo detiempo el mayor número de ideas po-sible, sin importar su calidad. Posterior-mente, se procede a valorarlas y selec-cionarlas. El estímulo de los compañerosy la ausencia de autocensura permitenalcanzar ideas innovadoras.

En ocasiones se recurre a los deno-minados �viajes de la imaginación�, prin-cipalmente con niños, aunque de usotambién en psicoterapia. Se trata de rom-per con esquemas y modelos de com-portamiento rígidos. Para ello se partede una pregunta del estilo: ¿Qué pasa-ría si sucediera esto o aquello? ¿Quéposibilidades se darían entonces?

Otros métodos similares proponensumergirse en la vida de un personaje delpasado o de un animal. Se consigue asíreforzar la imaginación del individuo,cualidad útil en las más variadas situa-ciones. La personalidad no constituye elúnico factor importante para la creativi-dad. Se precisa, aparte de sabiduría, moti-vación y ocurrencia, un entorno estimu-lante: por una parte, un clima social quereconozca la creación innovadora, laadopte y la valore; por otra, una materiaabierta, cambiante, sobre la que se hayanrealizado estudios previos motivantes, yque permita aportar ideas nuevas.

Hasta principios del siglo XX, la crea-tividad se consideraba una cualidad es-pecial de genios singulares. Según estainterpretación, heredada de la tradicióngriega, sólo ellos desarrollarían ideas bri-llantes, fulgurantes, como caídas del cielo,siempre gracias a la inspiración divina.La concepción actual concede una mayorimportancia al hecho de vivir en unambiente estimulante y ocuparse de formaperseverante e intensiva de una determi-nada disciplina. Por lo tanto, otro métodopara desarrollar la creatividad consisti-ría en transformar aquello que nos rodea:familia, colegio, trabajo o sociedad.

¿Cómo debería ser nuestro entornopara que florezca la creatividad? En pri-mer lugar, debería garantizar al indivi-duo libertad y márgenes amplios de actua-ción. Los reglamentos rígidos y las rutinasinvariables ahogan la creatividad.Debemos, pues, fomentar la libertad deespíritu en nuestra sociedad. Los profe-

sores podrían, por ejemplo, establecerunidades didácticas abiertas, en las quese concediese a los alumnos autonomíapara proponer nuevas preguntas, solu-ciones o métodos para llegar a ellas.

Resulta imprescindible que la socie-dad sea tolerante con lo inusitado. Laausencia de temor a ser castigados por erro-res cometidos, facilita la expresión deideas alternativas, la exploración de nue-vos caminos y el desarrollo de nuevosproductos. Y ello vale para la familia, laescuela y la sociedad en su conjunto.

La organización personal es otra clavepara la activación de las facultades crea-tivas. La planificación detallada del tra-bajo y del estudio propicia el pensa-miento y la actuación independiente,abriendo espacios a la creatividad.

Marionetas y rompecabezasUn entorno estimulante es la base parafomentar la curiosidad y la capacidadcreativa. Los padres deberían propor-cionar a sus hijos juguetes polivalentes;los profesores, realizar preguntas queadmitan más de una respuesta a sus alum-nos. Tanto la realización de tareas decontenido interesante (acceso a Interneto a los libros), como la disponibilidadde materiales adecuados (por ejemplo,marionetas o rompecabezas), fomentanel trabajo creativo. No menos impor-tante es la figura del mentor, un modeloa seguir, con el que se mantiene un con-tacto personal; también se puede tratarde personalidades del pasado conocidasa través de libros, películas o relatos.Finalmente, los concursos de conoci-mientos o creación convocados por enti-dades públicas o privadas pueden gene-rar una gran motivación.

Naturalmente, el hogar familiar puedeayudar en gran medida a desarrollar lacreatividad de los niños. Los interesesintelectuales de los padres y una educa-ción no autoritaria contribuyen a ello. Lospadres deberían alentar a sus hijos y edu-carlos en la independencia. El colegiotambién desempeña un papel importante:

los profesores no deberían limitarse a quelos alumnos repitan una y otra vez las lec-ciones aprendidas, sino mostrarles cómoencontrar soluciones por sí mismos.

En el terreno profesional se deberíaanimar a los colaboradores a expresar susideas y recompensar las innovaciones.Si se dispone de libertad para planificarel trabajo, inventar productos y poner enmarcha nuevos procesos, se despeja elcamino para la creatividad en el seno dela empresa. Además, reviste gran impor-tancia reconocer cualidades específicasy potenciarlas, así como evitar las estruc-turas muy jerarquizadas.

La alternancia de períodos muy acti-vos con otros más tranquilos, de trabajocon ocio, puede fomentar la creatividad.Las fases de trabajo intenso establecenel capital de sabiduría y capacidad nece-sario; las fases de descanso o distracciónposibilitan la inspiración.

Paradójicamente, cierto nivel de rutinay una organización eficaz también pro-pician la creatividad: permiten dedicarmayor atención y tiempo a las activida-des innovadoras. Ala creatividad se llegapor el orden.

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CREATIVIDAD EN EDAD TEMPRANA.La creatividad hay que trabajarla: losrompecabezas y la plastelina son dos delas múltiples posibilidades para elevar el“coeficiente de creatividad “ de los niños.

HEINER RINDERMANN es colaborador cien-tífico en el Instituto de Psicología de laUniversidad de Magdeburgo.

KÖNNEN WIR ZUR ERKLÄRUNG AUSSERGE-WÖHNLICHER SCHUL-,STUDIEN- UND BERUFSLEIS-TUNGEN AUF DAS HYPOTHESISCHE KONSTRUKT

“KREATIVITÄT”VERZICHTEN? K.A. Keller enEmpirische Pädagogic, volumen 8, número 4,página 361; 1994.

Bibliografía complementaria

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En 1990 Peter Salovey, psicólogo de la Universidad de Yale, y John Mayer, colega suyo en la de New

Hampshire, introdujeron el concepto de�inteligencia emocional�. Pero dichanovedad científica no trascendió másallá de los ámbitos profesionales hastaque, cinco años después, Daniel Golemanabordó la cuestión en su libro Coeficienteemocional - Inteligencia emocional.

Myc: Profesora Weber, ¿podría definirla inteligencia emocional?Weber: La expresión remite a una seriede facultades que de alguna manera tie-nen que ver en su totalidad con los sen-timientos. Una persona emocionalmenteinteligente sabe percibir bien las emo-ciones, propias y ajenas. Asimismo, estáen condiciones no sólo de expresar, sinotambién de regular y controlar esos sen-timientos, especialmente en situacionesproblemáticas.

Myc: Pero, ¿no son los sentimientos unobstáculo a la hora de solucionar pro-blemas?Weber: En absoluto. Las emociones sur-gieron y se desarrollaron en la historiade la evolución humana con una funciónevidente: para que, en situaciones críti-cas, el hombre supiera reaccionar conprontitud y eficacia.

Myc: ¿Podría ilustrarlo con un ejemplo?Weber: Supongamos que me encuentrosumido en un estado de tristeza. Lo peorsería comportarme como si no lo estu-viera. Muy por el contrario: quizásimporte más comunicárselo al grupo paraque éste se muestre condescendiente ensu trato conmigo. La función básica dela inteligencia emocional es la de cana-lizar y utilizar correctamente la infor-mación que nos proporcionan los senti-mientos.

Myc: Pero usted en repetidas ocasionesha sido crítica con respecto a la inteli-gencia emocional.Weber: De entrada hay que precisar queel concepto no es en absoluto nuevo. Yase investigó hace tiempo, aunque bajootras denominaciones, todo lo que hoydía se propaga con la etiqueta de �inte-ligencia emocional�. Mi objeción sedirige fundamentalmente contra el usodel término �inteligencia�. Según la defi-nición tradicional, a una persona se leatribuye más inteligencia que a otracuando es capaz de resolver determina-das tareas: por ejemplo, reconocer laspautas de una serie numérica y conti-nuarla correctamente. En casos comoéste se pueden evidenciar con toda cla-ridad los aciertos o equivocaciones.Menos fácil resulta dilucidar qué se

entiende por �acertado� cuando habla-mos del comportamiento social, ya queaquí nos tenemos que regir por deter-minados criterios, es decir, por normasy valores.

Myc: En otros términos, que es la socie-dad la que establece cuándo un com-portamiento es emocionalmente inteli-gente o no.Weber: Más o menos. Pensemos en unapersona extrovertida, que no oculta sussentimientos. En Europa occidental o enEstados Unidos podría llegar a gozar deprestigio e incluso disfrutar de la aureo-la de carismática. Esa misma persona,en Japón, fracasaría.

Myc: Parece que no es tan fácil definirel comportamiento emocionalmente inte-ligente, aplicado al menos a determina-dos ámbitos culturales.Weber: No lo es. Porque si bien resultacierto que, en determinadas situaciones,puede haber claras opiniones mayorita-rias, es justamente en el día a día dondecasi siempre se hace harto difícil conci-tar unanimidad respecto a un comporta-miento adecuado. Supongamos, porejemplo, que uno esté encolerizado consu compañero. ¿Qué sería preferible:decírselo a bote pronto o esperar a queamaine la tensión? Si le plantea esta pre-

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ENTREVISTA

¿Qué es la inteligenciaemocional?Hannelore Weber ocupa la cátedra de psicología diferencial y de la personalidadde la Universidad Ernst Moritz Arndt de Greifswald. En diálogo con ella vamosrepasando la naturaleza de un concepto cuya difusión corre parejo al de su desconocimiento

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gunta a tres personas distintas proba-blemente obtendrá respuestas diferen-tes en cada caso.Myc: ¿Y si los interpelados fueran trespsicólogos?Weber: En ese caso sólo me atrevería acontrastar la posible unanimidad de opi-nión de los tres con el criterio de algu-nos expertos en �inteligencia emocio-nal�. No se puede simplemente aceptarque si uno no coincide con la opinión deotro se deba a una escasa inteligenciaemocional. Por eso se trata de un métodocuestionable.

Myc: Lo que no será tan fácil es medirla fiabilidad de tests para calibrar la inte-ligencia emocional.Weber:Algunos ofrecen validez parcial.Así, los que miden la capacidad de expre-sar sentimientos. En un ensayo se pidióa las personas participantes que pronun-ciaran unas palabras: �Hace tiempo queno te he visto�. Los sujetos del experi-mento debían infundir a la frase �de uncontenido en sí neutro� un tono emo-cional determinado de alegría, repug-nancia o miedo. Las escenas fueron gra-badas en vídeo. Luego, los investigadoresconfrontaron a otro grupo con la pro-

yección de las películas grabadas para quemanifestasen qué emociones trasmitíanlos que aparecían en pantalla. Se confirmóla hipótesis de que la recepción del men-saje en los destinatarios estaba en fun-ción de la capacidad de los emisores detransmitir sentimientos.

Myc: Sería interesante conocer la valo-ración de las facultades emocionalesdesde la óptica empresarial.Weber: Las empresas reclaman, de unmodo cada ve más apremiante, procedi-mientos para medir una suerte de �coe-ficiente emocional�, análogos a los uti-lizados con el coeficiente intelectual. Enotros términos: para comprobar las facul-tades de un candidato a un puesto de tra-bajo buscan un método rápido, de esca-sos costes y además fiable. Lo que ocurrees que la psicología no les puede sumi-nistrar tales métodos. Realmente noaporta gran cosa preguntarle a un aspi-rante a un trabajo �qué debe hacer X enla situación Y�. Con esa pregunta seindaga si el interesado conoce las nor-mas sociales. Pero lo que en verdad en-cierra sentido es poner a las personas ensituaciones reales y observar su com-portamiento.

Myc: ¿Hay que dar más importancia alcoeficiente intelectual que al coeficienteemocional para triunfar en la vida?Weber: Habría que matizar mucho, puesel éxito en la vida presenta muchas face-tas. Una cosa es tener éxito como cón-yuge o madre y otra, por ejemplo, comoamigo o como directora de departamento.La cuestión previa es delimitar en qué con-siste el éxito. Para cada ámbito concretohay que precisar cuáles son las faculta-des que llevan más rápidamente al éxito.Yesto no es fácil de determinar, por ejem-plo, en el campo profesional. Por un ladodepende, como es natural, de la rama pro-fesional correspondiente. Por lo demáspuede suceder perfectamente que una per-sona con un alto coeficiente intelectualresulte, llegado el caso, un fracaso total.

Myc: Sería interesante saber si los dota-dos de alto coeficiente intelectual dis-ponen también de una mayor inteligen-cia emocional.Weber:Algunos estudios han comparadola relación entre la inteligencia en el sen-tido clásico y determinados aspectos dela inteligencia emocional, hasta dondeson explorables algunas vertientes deesta última. Hay que admitir que, pesea que los vínculos entre las dos sean muysutiles, sí se puede aventurar una rela-ción. Quien disfrute de un alto coefi-ciente intelectual dispone también deuna sólida y general capacidad de apren-dizaje, lo que le faculta para asimilarcon mayor facilidad y rapidez las reglasde comportamiento sociales y el saberemocional.

Myc: Por último, ¿puede una personaadulta educar su inteligencia emocional?Weber: Sin duda alguna, pues la psi-cología parte básicamente del hecho deque los adultos también pueden olvidar,reorientarse y aprender cosas nuevas,aunque, eso sí, con mayor esfuerzo queen la infancia. Desde hace varios de-cenios se vienen practicando métodosefectivos en este campo �como entrena-miento para la superación del estrés oseminarios de comunicación�. Y todoello, mucho antes de que se inventara elneologismo de moda �inteligencia emo-cional�.

EMOTIONALE INTELLIGENZ. D. Goleman.DTV, Munich, 1997.

DIE INFLATION DER INTELLIGENZER. H. We-ber, H. Westmeyer, en Perspektiven der In-telligenzforschung. Pabst, Lengerich; 2001.

Bibliografía complementaria

Page 44: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

42 Mente y cerebro 02/2003

Ana Martín Villalba

Durante el desarrollo del cerebroinmaduro, y coincidiendo con lafase de formación de contactos

sinápticos, degeneran y mueren un grancontingente de neuronas. Esta muertecelular programada, o apoptosis, se de-be a la disponibilidad limitada de seña-les tróficas provenientes de las célulasa inervar. Sólo sobrevive una pequeñaproporción de neuronas, aquella querecibe suficiente cantidad de señales tró-ficas; el resto, la gran mayoría, muerepor apoptosis.

En contraste con el papel necesario quedesempeña la apoptosis en la formacióndel cerebro, en el cerebro adulto acarreaconsecuencias nefastas. El envejecimientoprogresivo de la población en el mundooccidental ha llevado a un gran incre-mento de las enfermedades degenerati-vas del sistema nervioso. La enfermedadde Alzheimer (EA) y la enfermedad deParkinson (EP) constituyen las patolo-gías neurodegenerativas más frecuentes.En la población con edad superior a los65 años, la EA es la demencia senil conmayor incidencia y afecta a un 10 % (~5 %en España). En el mismo rango de pobla-

ción, la EP es el trastorno locomotor pre-dominante, con una incidencia del 1-2 %(~120.000 casos en España).

Pese a ello, se desconocen, en la mayo-ría de los casos, las causas que provocanAlzheimer o Parkinson. En cambio, sabe-mos que la enfermedad de Huntington(EH), un trastorno degenerativo menosfrecuente (1 en 10.000 habitantes; ~4000casos en España), se debe a la mutacióndel gen huntingtin. Esta mutación con-siste en la adición de una o más secuen-cias de nucleótidos �CAG�, triplete quecodifica el aminoácido glutamina. Lamisma mutación en otros genes provocaenfermedades menos frecuentes, comola ataxia espinocerebelosa, la enferme-

MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD

Neurodegeneración cerebral“La edad nos lo roba todo, incluso la mente” (Virgilio, Églogas IX, 51)

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CASPASAS EFECTORAS

APOPTOSIS SUPERVIVENCIA

CD95

MOLECULASADAPTADORAS

ICTUSCD95-LIGANDO

MITOCONDRIA

PROTEINASESENCIALES

AGREGADOSPOLIGLUTAMINICOS

GENES DESUPERVIVENCIA

ACTIVIDADSINAPTICA

FACTORESNEUROTROFICOS

CREB/CREMCREB/CREM

P/CAF

CBP

1. MECANISMOS MOLECULARES que desencadenan apoptosis o supervivencia celular.

Page 45: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

dad de Machado-José y otras que se agru-pan bajo el nombre de enfermedades depoliglutamina. Según el tipo de enfer-medad, es decir, del contexto proteico,cada glutamina extra confiere mayor omenor gravedad. Se observa, en general,que cuanto mayor es la longitud de lacadena de poliglutamina, más precoz semanifiesta la patología.

Con independencia de la causa de-sencadenante, lo mismo las enfermeda-des de poliglutamina que la EA y la EPdesembocan en la degeneración progre-siva de una población específica de neu-ronas. En la enfermedad de Alzheimer,la muerte de neuronas en la neocortezae hipocampo deriva en pérdida de memo-ria, cambios cognitivos y conductuales ydemencia. En la enfermedad de Parkinson,la muerte de las neuronas dopaminérgicasde la sustancia negra comporta rigidezmuscular, lentitud de movimientos y tem-blor en reposo. En la enfermedad deHuntington, la muerte de neuronas de lacorteza y cuerpo estriado se ve reflejadaen movimientos involuntarios incontro-lados, rigidez y demencia.

Asociada a todos estos desórdenesdegenerativos se halla la aparición deagregados de proteínas con una estruc-tura conformacional alterada. La EA secaracteriza por la presencia de placasextracelulares de amiloide-β y de ovi-llos intracelulares constituidos por agre-gados de proteína Tau hiperfosforilada.En la EP encontramos los cuerpos deLewy, agregados intracitoplasmáticosde la proteína α-synucleína. En la EH seobservan agregados intranucleares e in-tracitoplasmáticos de huntingtin.

Todas las proteínas mencionadas pro-penden a formar amiloide, de estructurafibrilar. Se origina éste con el desplie-gue parcial de las proteínas, que dejaexpuestos residuos hidrofóbicos; estosresiduos aumentan la fuerza de atrac-ción entre las moléculas, que acabanagregándose.

En ciertos casos de aparición precozde la enfermedad de Alzheimer y de laenfermedad de Parkinson se han encon-trado mutaciones que aumentan la pro-ducción de amiloide. En la EH la tasa deformación de amiloide crece con cadaglutamina. Sin embargo, no es el ami-loide maduro el que resulta tóxico parala neurona, sino los intermediarios prefi-brilares (protofibrillas). Por su parte, lasprotofibrillas no inducen directamentela muerte celular: alteran la homeostasiscelular y, así, incrementan la vulnerabi-lidad de la neurona. En este contexto seha descrito la inhibición de mecanismosde supervivencia celular por agregadospoliglutamínicos.

Cuando la neurona recibe un estímu-lo trófico o sináptico, se produce la ex-presión de genes esenciales para la su-pervivencia de la célula. Ejecutan eseproceso factores de transcripción, que seunen en el núcleo de la célula a secuen-cias de ADN promotoras de la trans-cripción de dichos genes. CREB [�CAMPresponsive element binding protein�] yCREM [�CAMP responsive elementmodulatory protein�] son algunos deesos factores que inducen la expresiónde los genes con ayuda de coactivadores,como CBP o P/CAF (véase la figura 1).

Recientemente se ha descrito la inte-racción entre los factores CBP y P/CAFy agregados poliglutamínicos. La pre-sencia de CBP y P/CAF en el citoplasmacelular impide la transcripción génicadependiente de CREB/CREM; en con-secuencia, la neurona degenera y muere.Más aún, los ratones deficientes en CREBy CREM manifiestan síntomas propiosde la enfermedad de Huntington. En esosroedores, la deficiencia neuronal deCREB y CREM les provoca una neuro-degeneración progresiva.

Pero no sólo encontramos neurode-generación en las enfermedades cróni-cas. Las neuronas expuestas a estímulosagudos también degeneran. Dentro delas causas de neurodegeneración agudarecordaremos los �insultos vasculares�(por ejemplo, la isquemia cerebral), las

hemorragias (subaracnoidea y cerebral)y los traumatismos (craneoencefálicos ymedulares).

El accidente cerebrovascular, o ictus,constituye la tercera causa de muerte. Sele considera responsable de la mayortasa de incapacidad en el mundo occi-dental. Su incidencia en España es de unas80.000 personas al año. Por su parte, altrauma cerebral y medular se debe lamayoría de las muertes e incapacidadespermanentes en personas menores de 40años, la llamada �epidemia silenciosa�.

Pese al carácter agudo del �insulto� yal inicio precoz del daño cerebral con neu-ronas que mueren en el instante de pro-ducirse, hay otras que activan sus pro-gramas de muerte celular horas, días oincluso meses más tarde. La posibilidadde interrumpir el desarrollo del programade suicidio celular �interferirlo� con-vierte al fenómeno de la apoptosis en dianaatractiva del diseño de nuevos fármacos.

Sabemos, en efecto, que el factor denecrosis tumoral y el CD95-ligando acti-van la apoptosis. La isquemia cerebraly otros estímulos promueven la unión deestos factores a sus receptores respecti-vos: TNF-receptor y CD95. La uniónligando-receptor produce el recluta-miento de moléculas adaptadoras que,con ayuda de las mitocondrias o sin ella,activan las caspasas efectoras, proteínasque ejecutan el programa de muerte celu-

Mente y cerebro 02/2003 43

2. DEGENERACION Y REGENERACION NEURONAL en la médula espinalde ratones que han sufrido un traumatismo medular. En la esquina derecha inferiorse ve un detalle de algunos bulbos terminales axonales, típicos de neuronas en fasede degeneración (flecha negra). Un ejemplo del limitado número de axones regenerandolo señala la flecha roja. La línea punteada marca los límites de la lesión.

LESION

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Page 46: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

lar (véase la figura 1). Las caspasas cons-tituyen un ejército organizado de protea-sas encargadas de fragmentar proteí-nas esenciales para el mantenimiento dela homeostasis celular. Tras la activa-ción de caspasas, la apoptosis alcanza unpunto de no retorno.

¿Cuáles son las perspectivas terapéu-ticas en el campo de las enfermedadesneurodegenerativas? El tratamiento idealsería el que operase en todos los fren-tes: disminuyera la gravedad del insultodegenerativo, bloqueara las señales neu-rodegenerativas a nivel celular y rege-nerara las neuronas perdidas.

Por lo que concierne a la reducción dela gravedad del insulto, las chaperonasofrecen una opción terapéutica; estas pro-teínas acompañantes (de ahí el sinónimode carabina empleado para designarlas)aseguran, mediante apantallamiento delos residuos hidrofóbicos, el plegamientocorrecto de otras proteínas y mantienensu conformación nativa incluso en situa-ciones de estrés. En un modelo animalde enfermedad de Huntington, la expre-sión forzada de una chaperona molecu-lar capaz de bloquear los residuos de poli-glutamina dio lugar a la desaparición delas inclusiones neuronales y, lo que revistemayor interés, de los síntomas de dis-función motora. En la misma línea, y enratones transgénicos usados como modelode la enfermedad de Alzheimer, el trata-

miento con anticuerpos neutralizantes delas protofibrillas de amiloide revirtió lapérdida de memoria.

Cuando se trata de interferir las seña-les neurodegenerativas, los esfuerzos secentran en el desarrollo de fármacos quedisminuyan la vulnerabilidad o se inter-pongan en el proceso de muerte neuro-nal. El aporte de factores neurotróficosdesencadena la activación de programasde supervivencia y regeneración neuro-nal. En un modelo animal de infarto cere-bral, el bloqueo de la apoptosis con anti-cuerpos neutralizantes de factor denecrosis tumoral y CD95-ligando redujoel daño cerebral, disminuyó extraordi-nariamente la mortalidad de los anima-les afectados y mejoró enormemente sufunción motora. En la misma senda, losinhibidores de caspasas han demostradoser beneficiosos en modelos preclínicosde isquemia cerebral y trauma medular; seestán ensayando en modelos de enferme-dades neurodegenerativas crónicas.

Los recientes avances en la investi-gación sobre células madre han abiertonuevas perspectivas para el tratamientode las enfermedades neurodegenerati-vas. El transplante de células en pacien-tes con EP o EH ha producido una nota-ble mejoría de la función motora. Sinembargo, a pesar de estos resultados ini-ciales tan prometedores hay todavíamuchos obstáculos en el camino. Además

de la cuestión ética derivada del uso dematerial procedente de fetos abortados,la viabilidad y pureza de las células feta-les no pueden ser controladas de formafiable. Por otra parte, la imposibilidadde almacenar las células a largo plazohace necesaria una sincronización conla intervención neuroquirúrgica en unintervalo de tiempo muy corto. A estosimpedimentos prácticos se añade la difi-cultad intrínseca de las células de repo-ner múltiples fenotipos; por ejemplo, deintegrarse con éxito en los circuitos loca-les neuronas de diferentes regiones y deformar conexiones a larga distancia.

Cajal abrió la era de la neurocienciamoderna al identificar la neurona comola unidad básica del sistema nervioso. Ensu libro Degeneración y regeneración delsistema nervioso, aparecido en 1928,describe la morfología de la degenera-ción neuronal. Se han descubierto algu-nos mecanismos moleculares subya-centes a la misma, pero la era de laneurociencia sólo acaba de empezar. Sonmuchos y muy prometedores los descu-brimientos que cabe esperar en este largocamino aún por recorrer.

44 Mente y cerebro 02/2003

Ana Martín Villalba.Deutsches Krebsforschungszentrum,Heidelberg

Claus-Peter Sesín

En mayo de 1997 el ordenador�Deep-Blue�, de la compañíaIBM, venció al entonces cam-

peón mundial de ajedrez, Gari Kasparov.Ello constituyó un hito en la historia dela investigación de la inteligencia arti-ficial (IA). Pero el culmen de la creaciónsigue siendo Homo sapiens. La creati-vidad, la conciencia, las emociones o laespiritualidad son coto privado suyo.

Mas los ordenadores avanzan a gran-des pasos en disciplinas como la música.Si bien no poseen sentimientos reales oconocimientos artísticos, sus procesa-

dores generan composiciones sorpren-dentemente creativas. Hoy en día, lascomputadoras dotadas de inteligenciaartificial pueden:

� componer al estilo de los maestros delBarroco;� pintar obras cuya autoría bien podríaser humana;� escribir una poesía en pocos segundos,partiendo de unas pocas palabras intro-ducidas al azar por el usuario.

Comencemos por el primer apartado.Los sistemas de IA �Harmonet� y�Melonet�, desarrollados por el grupode Wolfram Wenzel, del departamento

de informática de la Universidad deKarlsruhe, pueden presumir de compo-ner al estilo del eximio Johann SebastianBach (1685-1750). Harmonet concibe,a partir de una melodía monotonal, obte-nida como entrada, un coral de cuatrovoces. Melonet puede improvisar varia-ciones de los temas de una polifonía.

Wenzel y su grupo han desarrolladopara ello, a lo largo de más de diez años,una combinación de redes neuronales,sistemas de inteligencia artificial cons-truidos a imagen y semejanza del cere-bro humano. Una de sus característicasprincipales consiste en que, sometidosa entrenamiento para resolver ciertascuestiones, se programan a sí mismos

Artistas artificialesLos ordenadores son muy apreciados por su capacidad analítica.Pero ya no se les puede considerar meros “artistas” en cálculo;componen incluso polifonías o pintan cuadros

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Mente y cerebro 02/2003 45

para resolverlas progresivamente conmayor eficiencia. Al principio, los erro-res menudean, pero conforme se avanzaen la formación, éstos se reducen visi-blemente. Una vez alcanzada una tasa defallos suficientemente pequeña, se con-sidera dominada la tarea.

Polifonía de BachWenzel se centró primero en Harmonet.Al sistema se le presentaron cientos depiezas polifónicas de Bach: melodía ylas voces de tenor, soprano y bajo. Har-monet efectuaba el análisis de un númerolimitado de notas en un intervalo de tiem-po que se desplazaba al compás de la obra.Dentro de esta ventana, el sistema ras-treaba relaciones armónicas, que memori-zaba a lo largo de los ensayos. Al concluirla formación, Harmonet, ya práctica-mente un compositor, era capaz de com-pletar con maestría una melodía con lasvoces acompañantes.

El sistema contempla un total de docefunciones armónicas de acordes dentrode la tonalidad correspondiente (tónica,dominante, subdominante y modo para-lelo). Además, realiza inversiones deacordes y reparte, como condimentomusical, disonancias a lo largo de la obra.En un modo de funcionamiento avan-zado, recrea el dramatismo propio deestas composiciones, imitando el prin-cipio aplicado por numerosos autoresque introducían al comienzo de ellascierta tensión armónica (inversión de latónica) para disolverla hacia el final.

Con Melonet, en cambio, los investi-gadores trabajaron presentándole varia-ciones melódicas y remarcándole loscontrapuntos más usuales. Después deun entrenamiento adecuado, el sistemageneraba dichas variaciones de formabrillante, sonando tan espontáneas comolas de cualquier organista virtuoso.

Los ordenadores se desenvuelven, asi-mismo, con cierto éxito en pintura. El sis-tema �Aaron� crea obras que presentansimilitudes con ciertos cuadros expresio-nistas, con la posibilidad de imprimirlosen papel o proyectarlos mediante un cañónde luz. El programa también se halla dis-ponible como protector de pantalla.

Aaron es fruto de la dedicación delartista estadounidense Harold Cohen.En los años 60, habiendo alcanzadorenombre internacional como pintor deéxito, ya le fascinaba la idea de conse-guir que una computadora generase dibu-jos y pinturas estimables. Al principiode los años 70 se familiarizó con los fun-damentos de la inteligencia artificial. En1974 realizó una primera versión delprograma, que trabaja, al igual que lamayoría de los sistemas dotados de inte-

ligencia artificial de esaépoca, como un sistemabasado en el conocimientoadquirido: con una serie deinstrucciones condicionales(del tipo si,... entonces), querecopilan información y deci-den en función de ella.

Al principio Aaron sólo eralo suficientemente diestropara dibujar círculos y rec-tángulos. En todo caso, Cohenconcedía mucha importanciaa que no se asemejasen a lastípicas gráficas obtenidas porcomputadoras, sino a figurasrealizadas a mano. Las pri-meras composiciones, enblanco y negro, recordabantrabajos de escolares; gra-dualmente el artista fue ense-ñando a su �alumno� másreglas. Aparte de los conoci-mientos básicos necesarios,como la representación enperspectiva, Cohen incorporódatos sobre anatomía humana.Por ejemplo, cómo funcionanlos miembros del cuerpo, quétraslaciones relativas posibi-litan las articulaciones, lasituación de los puntos de gra-vedad o cómo se deben coor-dinar los movimientos paramantener el equilibrio. En unpaso posterior, el sistemaobtuvo información sobreobjetos y plantas: por ejem-plo, que los tallos pierden gro-sor con la altura.

A comienzos de los 90, Aaron ya sedesenvolvía con soltura en el empleo delos colores. Cohen desarrolló un robotpintor, que mezclaba tonalidades y diri-gía el pincel donde el artista artificial leordenaba.

El creador estadounidense sostieneque pintar no es sencillamente copiaraquello que se ve. Cuando �el conoci-miento objetivo de la forma recorre elcamino de la mente al papel� se precisaun filtro, lo mismo en el hombre que enla máquina. El filtro determina el estilopictórico. El proceso seguido por Aaronpara concebir un cuadro comienza poruna serie de esquemas lineales de per-sonas y objetos repartidos en el espacio,respetando la perspectiva. Su disposi-ción verosímil se consigue aplicando lasreglas sobre anatomía y equilibrio. Luego,el programa completa las líneas de con-torno y añade volumen a los esquemas.Una de las características estilísticas pro-pias del sistema consiste en dibujar manoso follaje con menos precisión de deta-

lles que cuerpos y tallos. En la elecciónde colores respeta escrupulosamente losprincipios establecidos por su maestro.Con tal minuciosidad, no es de extrañarque las obras así concebidas hayan sidoexpuestas en diversas galerías y museos.

�Aaron crea obras de arte que no tie-nen nada que envidiar a las de algunosprofesionales�, indica su progenitor.Vale decir, sin embargo, que subsistenciertas dudas sobre si se puede conside-rar, como piensa Cohen, un verdaderoartista: si un pintor de renombre inter-nacional como Cohen traslada al pro-grama sus inclinaciones y técnicas artís-ticas, es él mismo en definitiva, si biende forma automatizada a través del pro-grama, el que crea las obras. En puridad,ha de reconocerse que el sistema con-tiene un generador de variables aleato-rias, que garantiza improvisaciones enla disposición de los colores. Las pintu-ras no resultan, pues, totalmente prede-cibles por parte del usuario. Sin embargo,ello apenas puede considerarse una laborcreativa. Si así fuera, se podría calificar

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OBRA DE UNA OBRA. Esta pintura fue concebidapor el sistema con inteligencia artificial “Aaron”,creado por el artista californiano Harold Cohen.

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46 Mente y cerebro 02/2003

como igualmente creativa una calcula-dora que nos facilitase aleatoriamenteunos números.

Los ordenadores todavía topan conciertas dificultades en los actos creati-vos que requieren de un bagaje culturaly cierta autonomía. Ello se pone de mani-fiesto especialmente en la poesía. El pro-grama �Poetron�, del informático y poetaaficionado Günter Gehl, genera en cues-tión de segundos un poema a partir deun nombre de persona, un substantivo, unverbo y un adjetivo previamente intro-ducidos por el usuario en un formulario.En ocasiones, el resultado es desalenta-

dor, como cuando se le proporcionó laentrada �niño, rosa, estar en pie, rojo�,con el siguiente resultado:

Rosas que están en pie para niñoRosa está en pie roja para vosotrosRoja y peligrosaVuestra rosaRosa para niñoNo resistís el apocalipsisPero está en pie la visiónDe vuestra rosa, oh peligrosos

Un ejemplo que demuestra que�Poetron� no es un vate a tomar en se-

rio. El programa carece de horizontecultural y entendimiento humano. Talconclusión resulta más diáfana tratán-dose del lenguaje, el vehículo de nues-tro pensamiento. Günter Gehl no pre-tendía alcanzar con su programa unreconocimiento poético. Parece impro-bable que estos programas concibanalgún día obras al estilo de los gran-des poetas, pero quizá no imposible.En caso de conseguirse, sería conce-bible, según Gehl, �introducir datos deartistas fallecidos para continuar suobra�. ¿Juan Ramón Jiménez automa-tizado? No, por favor.

Manfred Hiller, Jörg Müller y DanielGermann

La rueda no estaba presente en la na-turaleza hasta que el hombre la in-ventó; permite desplazamientos

más veloces y el transporte de cargaspesadas, pero fracasa en terrenos abrup-tos. Cuanto más inclinada e irregular esla superficie, más favorable resulta lavariante natural del movimiento: andar.

Hasta la fecha, el desarrollo de robotscaminantes para la construcción en pen-dientes empinadas, explotaciones fores-tales y labores de desescombro se encuen-

tra en estado embrionario. Existen, esosí, excavadoras que se ayudan de sucuchara o se apoyan en ella, sirviéndosede sus ruedas traseras para impulsarse.En colaboración con el centro de robó-tica del Instituto Politécnico Federal deZurich y una compañía suiza, desarro-llamos un aparato dotado de patas hidráu-licas, denominado roboTRAC. Este con-cepto representó el punto de partida paraun vehículo autónomo andante de nom-bre Alduro (Anthropomorphically Leggedand Wheeled Duisburg Robot).

Nuestro robot, de aproximadamente1,4 toneladas de peso y varios metros de

altura, se desplazará sobre 4 patas y serápropulsado por un motor de combustión,que alimentará los accionamientos hidráu-licos y la aparamenta eléctrica. Aldurodeberá transportar una carga de 300 kilo-gramos, incluyendo una plataforma dotadade una herramienta; por ejemplo, unapinza, un taladro o una pala excavadora.

Las extremidades de Alduro imitan elfuncionamiento de las humanas: la arti-culación de la cadera permite rotacionesen tres direcciones, la de la rodilla sólo enuna. Unos accionamientos hidráulicoslineales ejercen la función de músculos,tomando en consideración que los movi-mientos lineales de sus cilindros hidráu-licos deben transformarse en la rotaciónde las articulaciones. Simular la rodillano entraña gran dificultad; basta con dis-poner un cilindro entre muslo y piernay una bisagra a modo de articulación. Elmovimiento de la cadera requiere de unmecanismo más complejo, capaz inclusode cambiar trayectorias de fuerzas. Endefinitiva, se trata de que cada una delas patas (similares a las piernas del hom-bre) se desplace hacia arriba y hacia el

Alduro, el robot caminanteLos robots móviles deben ser capaces de desenvolverse en terrenos abruptos.Ello les resulta más practicable si se desplazan mediante patas que si lo hacen sobre ruedas

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1. GEORGE LUCAS, director de la Guerrade las galaxias, ya lo intuyó: los robotscaminantes presentan considerablesventajas sobre los guiados sobre ruedasen terrenos poco practicables, como enpaisajes nevados o en superficiesinclinadas.

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Mente y cerebro 02/2003 47

lado y que gire en torno a su eje longi-tudinal.

Gracias a esta gran movilidad, Alduropuede mantener la plataforma en posi-ción horizontal, incluso en superficiesmuy irregulares. Si el terreno sobre elque debe actuar no es tan accidentado,existe la posibilidad de sustituir la basede las patas posteriores por ruedas, obte-niendo así un vehículo que alcanzaríavelocidades de hasta 4 km/h.

Con el objeto de desarrollar el sistemade regulación, procedimos en primerlugar a simular virtualmente el robot contodos sus componentes. La creación deprototipos virtuales (Virtual Prototyping)es una práctica habitual en la industriapara evaluar la factibilidad de un pro-yecto y examinar sus diversas variantesconstructivas. Este método conlleva unahorro de tiempo y dinero frente al tra-dicional modelado de prototipos reales;sin embargo, éstos continúan revelándoseimprescindibles en fases más avanzadasdel proyecto.

Rodillas hidráulicasLa simulación debe responder a las leyesfísicas naturales y cada sistema o sub-sistema debe ser tan realista como lorequiera la característica a modelar.Nuestro Alduro virtual está constituidopor componentes hidráulicos, mecánicosy eléctricos, así como por elementos pro-cesadores de información.

Un sistema de este tipo se describeadecuadamente mediante sus variablesde estado y sus variaciones temporales.En el subsistema hidráulico se obtienenecuaciones que expresan la evoluciónde la presión en cilindros, conductos yválvulas en función del aceite circulante

y sus diferenciales de presión. Para elsubsistema mecánico se toman comovariables de estado las posiciones y velo-cidades de los elementos móviles; lasecuaciones del movimiento nos propor-cionan la relación entre las aceleracio-nes y las fuerzas actuantes. Ambos sis-temas están fuertemente ligados: porejemplo, una variación de presión en elcilindro hidráulico de una rodilla provocaun movimiento relativo entre la extre-midad superior e inferior, lo que a su vezmodifica el flujo de aceite en el cilin-dro, provocando una nueva variación dela presión.

Debido a su gran complejidad, elmanejo del robot enteramente por partedel usuario sería una tarea demasiadoardua. Debido a ello se optó por unadirección automatizada. Con el fin deevitar caídas, sólo se levanta una patacada vez; además, debe haber sido des-cargada previamente del peso que sopor-taba. El denominado �generador de patro-nes de andares� decide la sucesión depasos y controla los cilindros hidráuli-cos. En otra variante, las patas arrastra-rán el robot, impulsado por las ruedastraseras no motrices, permitiendo unamayor velocidad y estabilidad.

Un mando de tipo joystick facilitaráel manejo del vehículo por parte del usua-rio. Este eventualmente se retroalimen-tará con las fuerzas y momentos resul-tantes de los movimientos decididos paraque el usuario obtenga una percepciónde la consecuencia de sus órdenes.

Una cuestión central en el desarrollode un prototipo virtual es su validación,

es decir, la demostración de que las carac-terísticas a examinar se han modeladocorrectamente. Para comprobar la exac-titud del modelo hidráulico y mecánico,hemos construido, partiendo de las infor-maciones proporcionadas por la simu-lación, una extremidad a escala 1:1. Ladisposición del banco de ensayo posibi-litaba el movimiento hacia arriba y haciaabajo del prototipo. Este dispositivo nospermitió examinar las solicitaciones ori-ginadas en los puntos de unión con la pla-taforma. Los elementos hidráulicos y elsistema electrónico empleados en dichoensayo se incorporarán en el equipo defi-nitivo.

Después de estas etapas, podemos con-siderar que la fase de diseño ha conclui-do; la simulación virtual ha permitidopulir ciertos defectos. En el transcursode los próximos meses construiremos elvehículo definitivo, sometiéndolo a di-versas pruebas de funcionamiento.Sabemos que Alduro dista de la per-fección de los robots de las películas de�La Guerra de las galaxias�, pero nospermitimos afirmar con cierto orgullopaterno que ya reúnen algunas simi-litudes.

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2. EL ROBOT MOVIL ALDURO sólo se ha desplazado en entornos virtuales, pero deforma totalmente fiable.

MANFRED HILLER enseña mecatrónica enla Universidad Gerhard Mercator de Duisburg.Jörg Müller se doctoró durante este proyectoy trabaja en la industria. Daniel Germann escolaborador científico y dirige el proyectoAlduro.

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Wolfgang Stroebe

¿Quién no ha conocido lafrustración ante el reflejo del propio cuerpo en el espejo? Cuando se acer-

ca el verano, la preocupación por la figurase torna obsesiva. Hay que adelgazar, nosproponemos. Las recomendaciones de losdietistas dictan la confección de la listade la compra, en la que ya no caben losdulces. Conviene saber, sin embargo, quelos planes de adelgazamiento son ope-raciones estadísticamente poco renta-bles, en cuyo fracaso desempeña un papelprincipal la psicología del comportamien-to alimentario. La investigación recientedemuestra que, al intentar controlar nues-tro comportamiento alimentario mediantetécnicas y dietas equivocadas, sólo con-seguimos engordar más.

En los países desarrollados, adelgazarse ha convertido en deporte nacional.No hay día en que las revistas no ofrez-can una nueva y milagrosa dieta.Paradójicamente, el sobrepeso y la obe-sidad no han dejado de aumentar. En1985, el 15,1 por ciento de los varonesy el 16,5 por ciento de las mujeres eran,en Alemania, obesos. Cinco años despuéssubían al 17,2 por ciento y el 19,3 porciento, respectivamente. En EE.UU. laproporción de obesos pasó del 14,5 de1980 al 22,5 por ciento de 1991. La pro-porción de los que �sólo� tenían sobre-

peso pasó de un 40 por ciento hasta incluirla mitad de la población.

Pese a la extensión del problema, talvez sean pocos los que conozcan las defi-niciones exactas de sobrepeso y obesi-dad. En el ser humano, los valores nor-males del peso guardan una estrecharelación con la altura. A tal efecto se cal-cula el índice de masa corporal (IMC)como cociente del peso en kilogramos ydel cuadrado de la estatura en metros.A este parámetro se le denomina IndiceQuetelet, en memoria de su descubridoren 1869, Lambert Adolphe Quetelet (1796-

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Paradojasalimentariasde la obesidad ¿Quiere adelgazar? ¿Tiene en cuenta cuánto come y qué es lo que come?

De ser así, debería saber que tamaña preocupación constituye la mejor condición

previa para engordar. El motor psicológico de nuestro comportamiento

alimentario funciona de forma muy distinta de la que desearíamos

1. LASTIMA DE SALCHICHA. Si lo primero que se le pasa por la cabeza ante lacontemplación de esta jugosa salchicha de Frankfurt es “Esto no debería ni probarlo!”, ellector tiene una orientación errónea desde el punto de vista nutricional. Las razones sele ofrecen en el artículo.

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1874). Los valores de peso considera-dos ideales se deducen del IMC asociadoa una menor tasa de mortalidad. Segúnlos criterios propuestos por la Orga-nización Mundial de la Salud (OMS), elpeso normal es el asociado a un IMCentre 18,5 y 25 kg/m2. Los valores quese sitúen entre los 25 y los 30 kg/m2 indi-can sobrepeso. Cuando se superan los30 kg/m2 se habla de obesidad. [El lec-tor interesado puede calcular su índicede masa corporal con ayuda del diagramaque aparece en el recuadro �El índice demasa corporal�.]

El exceso de peso en cualquiera de susformas es poco saludable y acorta laesperanza de vida. Las enfermedadescardiovasculares, el ictus y la diabetesse ensañan de forma más acusada eneste grupo de la población. Si bien laspropias compañías de seguros basan sus

pólizas en este tipo de información, locierto es que sólo muestran un lado dela verdad. Los estudios confirman quetambién un peso por debajo del idealcomporta una menor esperanza de vida.Por otra parte, en personas de edad avan-zada se consideran aceptables valoresde IMC superiores en dos o tres uni-dades, sin que se asocien a mayor mor-talidad.

Dista de estar claramente establecidoque el riesgo adicional atribuido a la obe-sidad guarde una vinculación directa conel exceso de peso y no con otros facto-res relacionados con la misma. Los obe-sos se mueven en promedio bastantemenos que los que gozan de un peso nor-mal. Se ha observado que, si realizanlargos paseos diarios, pueden aumentarsu esperanza de vida. Se sospecha tam-bién que el patrón de dietas reiteradas,

cortas y radicales, tan extendido entrelas personas obesas, conduce a una ali-mentación poco variada que influye enel aumento del riesgo. Cabe atribuir culpatambién al consumo de medicamentos ya las oscilaciones en el peso, el denomi-nado efecto yoyó.

No sólo se trata de la salud. La obesi-dad repercute en los usos sociales. Enparticular si hablamos de la mujer.Estudios realizados en EE.UU. han obser-vado que las mujeres con sobrepeso tie-nen muchas más dificultades para con-traer matrimonio. Alos varones y mujerescon un IMC elevado les cuesta másencontrar trabajo; los que lo consiguen,suelen estar peor remunerados.

A la vista de las consecuencias nega-tivas del sobrepeso y la obesidad, seentiende la generalización del deseo deperder peso. Una encuesta telefónica

Gordos, delgados y el resto. El índice de masa corporal(IMC) es una medida de la masa de grasa corporal. Se cal-cula como cociente entre el peso corporal en kilos y el cua-drado de la altura en metros. La Organización Mundial dela Salud establece que las personas de peso normal debentener un índice de masa corporal entre 18,5 y 25 kg/m2.Otras normas lo fijan entre 20 y 24 kg/m2. Sin embargo,también es muy importante la distribución de la grasa, algoque no recoge el IMC.

Kilos poco saludables. Estadísticamente, las personas obe-sas corren mayor riesgo de mortalidad. El gráfico muestrala relación entre los distintos grupos de pesos (según elIMC) y la mortalidad de la población general. La informa-ción fue recogida por las compañías de seguros de EE.UU.entre sus clientes a la firma del contrato, a los que se so-licitaba talla y peso, y puesta en relación con la edad fi-nalmente alcanzada. El porcentaje es relativo a la mortali-dad de la población general para los distintos grupos deedad, de forma que un valor de 200 implica que se dobleel riesgo de muerte.

El índice de masa corporal

1,20

1,30

1,40

1,50

1,60

1,70

1,80

1,90

2,00

2,10

2,20

PESO (Kg)

BAJO PESO

OBESIDAD

ALT

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)

50 60 70 80 90 100

IMC=20

IMC=25

IMC=30

RIESGOBAJO

RIESGOMEDIO

RIESGOELEVADO

EDAD20-2930-39

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INDICE DE MASA CORPORAL (Kg/m2)

15 20 25 30 35 400

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100

150

200

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300

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realizada en 1991 en EE.UU. destacabaque el 33 por ciento de las mujeres y el20 por ciento de los hombres intentabanadelgazar en ese momento. El promediode pérdida de peso alcanzado se situabaen 5,6 kg en personas de peso normal y8,2 kg en personas obesas, lejos del ob-jetivo propuesto, 10 kg y 30 kg respec-tivamente.

Los intentos duran, en promedio, decinco a seis meses. El apoyo profesio-nal, a través de una terapia conductual,por ejemplo, no aumenta la probabilidadde éxito de forma significativa. Segúndemuestra un estudio realizado entre 1985y 1990, los participantes en programasde este tipo adelgazaron un promedio de8,5 kg en un plazo medio de cinco meses.De todos modos, son supuestamente loscasos más desesperados los que recurrena programas dietéticos supervisados porun profesional.

Aunque una dieta para adelgazar suelaconseguir su objetivo, la pérdida logradaresulta a menudo insuficiente para losobesos, que rara vez alcanzan un pesonormal. No hay que olvidar que son pocoslos que consiguen resistir perdiendo pesode forma continuada. Los participantesen programas controlados por profesio-nales aumentaron más de tres kilos depromedio un año después de haber ter-minado la terapia.

Períodos de seguimiento más prolon-gados dejan aún peor paradas a las die-

tas. Los participantes en un determinadoprograma terapéutico que en un iniciohabían perdido entre el ocho y el docepor ciento de su peso corporal, sólo esta-ban un cuatro por ciento por debajo delpeso original, cuatro años más tarde.Otro estudio observó que, pese haberperdido peso de forma considerable du-rante la dieta, cinco años después losparticipantes pesaban 3,6 kg más queantes de la misma. Si bien hubo casosen los que personas obesas consiguieronun peso normal y lo mantuvieron, el éxitocompleto es infrecuente. Se estima queentre el noventa y el noventa y cinco porciento de los participantes en programasdietéticos alcanzan, al cabo de cincoaños, su peso original, para luego seguiraumentándolo. Tan dura realidad ha sidoaceptada incluso por los partidarios deeste tipo de terapias.

Cabe considerar otros problemas aso-ciados a las dietas. Hoy en día, los exper-tos en nutrición no sólo admiten la inefi-cacia habitual de las dietas, sino queempiezan a considerar sus riesgos y susefectos secundarios, como la obsesiónpor el peso y la imagen corporal. Es ésteuno de los principales factores de riesgode los trastornos del comportamientoalimentario entre los jóvenes.

Los problemas que tienen los obesospara alcanzar y mantener un peso nor-mal no confirman necesariamente que setrate de un trastorno congénito. Sí loapoya, en cambio, el estudio de personasque han recibido aportes calóricos simi-lares durante un largo período de tiempo,entre los que se observa una notablevariación individual en el incrementoponderal. Parece como si ciertos indivi-duos aprovecharan mejor la comida queotros. Doce pares de gemelos univiteli-nos fueron sometidos en un estudio acien días de una dieta rica en calorías.Los hermanos gemelos aumentaron depeso de forma similar, pero las diferen-cias entre las distintas parejas de geme-los fueron evidentes: una clara señal dela influencia ejercida por los genes.

¿Por qué comemos?En los años noventa, el descubrimientode la leptina, proclamada hormona con-tra la obesidad, cifró grandes esperan-zas en el descubrimiento de la etiologíagenética de los problemas de sobrepeso.Los adipocitos, células del tejido graso,son responsables de su producción y libe-ración; cuanta más grasa contiene unacélula, más leptina fabrica. Esta hor-mona actúa sobre sensores cerebrales

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2. EN BUSCA DEL CUERPO IDEAL. La publicidad dicta a través de imágenes comoésta el aspecto físico que deberíamos tener.

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Page 54: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

que influyen en la ingesta y en el alma-cenamiento de la grasa. Los animalesque presentan una mutación del gencorrespondiente no pueden secretar lep-tina y se vuelven extremadamente obe-sos. Sería razonable pensar que las per-sonas obesas no producen suficienteleptina, pero se ha observado el fenómenoopuesto. Los individuos de peso elevadotienen exceso de leptina. Sospechan losinvestigadores que la explicación deberesidir en una falta de sensibilidad de losreceptores de la leptina, pero aún no sedispone de experimentos que apoyenesta hipótesis.

Parece incuestionable una cierta pre-disposición hereditaria en la génesis dela obesidad. Estudios sobre la genéticadel comportamiento demuestran que elíndice de masa corporal se hereda en unaproporción variable, del 25 al 40 porciento. Cabe, pues, amplio margen parael comportamiento individual. Una ob-servación mucho más elemental corro-bora lo anterior. La generalización de laobesidad en el breve plazo de escasosdecenios hace improbable su atribucióna un gen que se hubiera podido propagarcon enorme facilidad entre la población.

Por tanto, la mayoría de las personases libre de decidir cuánto quiere exce-derse en su ingesta. Lo que de verdadlimita el objetivo de adelgazar es que secomen demasiadas grasas y, en cambio,se realiza muy poco ejercicio.

¿Por qué comen las personas más delo que pretenden, incluso cuando se hanpropuesto adelgazar? Esta pregunta haocupado durante decenios a los psicó-

logos. Las respuestas se deben buscar enel comportamiento alimentario: obesosy personas de peso normal se conducende forma distinta. ¿Qué induce a empe-zar a comer? ¿Qué determina cuántocomemos? ¿Cuándo damos una comidapor concluida? En principio parece muysencillo: se come porque se tiene ham-bre y se deja de comer cuando se estáharto. Puede que, efectivamente, ocurraasí con el común de las personas. En losobesos, en cambio, estas señales del orga-nismo parecen desempeñar un papelmenor en la regulación del comporta-miento alimentario.

En 1968 Stanley Schachter, de laUniversidad neoyorquina de Columbia,formuló su teoría de la externalidad delcomportamiento alimentario. Declaraésta que los obesos no son capaces dediscernir si se hallan hambrientos o sacia-dos. La ingesta de alimentos depende-ría mucho más de estímulos externos: elmomento del día, los aromas que des-pide la comida o el estímulo visual delos platos expuestos en establecimien-tos de restauración. Los obesos típicosson personas que siguen comiendo por-que les gusta lo que comen, sin repararen que ya se han saciado.

Ayuno en la sinagogaSchachter contrastó sus teorías con es-tudios originales, en los que sacaba par-tido de situaciones cotidianas. Obser-vando el ayuno de judíos practicantesdurante la celebración del Yom Kippur,se dio cuenta de que los obesos teníanmenos problemas para ayunar cuanto

más tiempo permanecían en la sinagoga,donde no estaban expuestos a ningúntipo de tentaciones culinarias. En cam-bio, no halló ninguna relación entre laduración de la permanencia en la sina-goga y las dificultades del ayuno entrelos judíos de peso normal. En otro estu-dio, Schachter descubrió que los pilotosobesos de Air-France que realizaban vue-los entre Europa y los EE.UU. teníanmuchas menos dificultades en adaptar sucomportamiento alimentario a las cos-tumbres locales, en lo que se refiere ahorarios de comida, que sus colegas depeso normal. En estos casos el motorexterno del comportamiento alimentariose descubría como una ventaja.

Tras un entusiasmo inicial, no tarda-ron en alzarse voces críticas contra la teo-ría de Schachter. Sostenían que las rela-ciones descritas eran a menudo débilesy que los resultados de los estudios nosiempre eran replicables. Tampoco dabarazón su teoría de las diferencias en laregulación del comportamiento alimen-tario. Peter Herman, de la Universidadde Toronto y discípulo de Schachter,introdujo la noción de contención, ocomedimiento, en la alimentación quepermitió superar las objeciones plan-teadas. Para reducir su peso, razonaba,las personas obesas suelen pasar ham-bre (se reprimen con la comida); eso mis-mo, proseguía, les hacía especialmentesusceptibles a estímulos alimentariosexternos, como el olor que despiden laspatatas fritas de un puesto callejero.

Herman desarrolló un cuestionariopara medir la contención en la alimen-

52 Mente y cerebro 02/2003

El organismo intenta limitar la ingesta de alimentos. Si lasensación de hambre asegura unos niveles mínimos de con-sumo, la sensación de saciedad evita que nuestra ingesta sea

excesiva. Entre ambos límites media una zona de indiferen-cia biológica, en la que nuestro comportamiento alimenta-rio se ve influenciado por factores psicológicos. En loscomedores normales la ingesta alimentaria localizada en estazona de indiferencia se realiza prácticamente de forma incons-ciente y automática, sin preocuparse por las calorías que seingieren.No ocurre lo mismo con los comedores contenidos, quesubdividen su ámbito de indiferencia mediante una “dietalimitativa”, con la que determinan la ingesta de alimentos.Sometidos a ciertas normas, regulan el tipo y la cantidadde alimentos que les está permitido comer.Los comedores contenidos gobiernan, por lo tanto, suingesta de alimentos de forma consciente y con mucha aten-ción. Su zona de indiferencia es mayor que la de los come-dores normales, porque durante años han despreciado lasseñales de alerta de su organismo —el hambre sobre todo—y han dejado de ser sensibles a las mismas.

Comedores normales y contenidos

MALESTAR

HAMBRE

HAMBRE

SACIEDAD

SACIEDAD

MALESTARZONA DE INDIFERENCIABIOLOGICA

COMEDORES NORMALES

MODELO DEL LIMITE DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO

COMEDORES CONTENIDOS

LIMITE IMPUESTO POR LA DIETA

LIMITE DEL HAMBRE LIMITE DE LA SACIEDAD

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tación, cuyas puntuaciones presentaronuna relación directa con el índice de masacorporal. En un ensayo aleatorio reali-zado en Utrecht con estudiantes, elochenta y cinco por ciento de los parti-cipantes obesos se evidenciaron comocomedores contenidos. Sólo el quincepor ciento eran comedores normales.

Herman ha integrado, junto con JanetPolivy, el constructo de contención ocomedimiento en el modelo del límiteen el comportamiento alimentario. Segúnel mismo, los comedores contenidos fijanlímites para regular la ingesta de ali-mentos. Con ayuda de unas normas inten-tan determinar qué y cuánto comen ybeben.

La pérdida del controlLa orientación consciente del compor-tamiento alimentario requiere concentra-ción y atención. Mucho menor esfuerzosupone la retroalimentación del propioorganismo. Si los comedores conteni-dos se sienten capaces y están motivadospara concentrarse en el pleno gobiernode su comportamiento alimentario, logranatenerse a la dieta. Pero son dos los facto-res que pueden alterar el control conscien-te del comportamiento alimentario. Enprimer lugar, cualquier forma de distrac-ción debilita la voluntad de controlardicha conducta. Un enfado puede bastar,por ejemplo, para que se deje de poneratención en lo que se come y en cuántose ingiere. Evidentemente, también laingesta de alcohol anula la capacidad decontrol.

En segundo lugar, se da una paradojacuando un comedor reprimido advierteque ha quebrantado su límite dietético.De acuerdo con el modelo del límiterenuncian totalmente al control sobre sucomportamiento alimentario y comenhasta alcanzar su nivel más alto de indife-rencia. Esta teoría se puso a prueba, pri-mero a través de un experimento clásicoque Peter Herman publicó en 1985, jun-to con Deborah Mack, y cuyos resulta-dos fueron confirmados en múltiplesestudios realizados posteriormente. Seofreció a una parte de los participantes,todos ellos comedores comedidos, unbatido con elevado contenido calórico,cuyo consumo implicaba una clara trans-gresión de sus límites dietéticos. En lasiguiente prueba, los sujetos tenían queopinar sobre distintas variedades dehelado. A los investigadores no les inte-resaba tanto las valoraciones concretascuanto la cantidad de helado ingerido.Se demostró que los comedores norma-les que habían tomado el batido comíanmenos helado que los que no habían inge-rido la bebida. Es más, los que habían

bebido dos vasos tomaban menos heladoque los que habían bebido uno solo. Loscomedores reprimidos reaccionaron deforma muy distinta. Tras la ingesta de labomba calórica se dedicaron a comermucho más helado que si hubieran estadoen ayunas. Al ingerir el batido habíanarruinado su dieta, por lo que se dedi-

caron a comer hasta alcanzar el límitemáximo de saciedad.

Uno de los puntos débiles del modelopropuesto es su limitada capacidad ex-plicativa. Si bien describe el comporta-miento del comedor contenido, no explicapor qué alguien adopta este patrón de con-ducta. Además, existe una discrepancia

Mente y cerebro 02/2003 53

3. CUESTION DE PESO. Las mujeres obesas tienen más problemas para encontrarpareja, tal y como ridiculiza la reciente comedia cinematográfica “Amor ciego”. Hal(representado por Jack Black), que hasta entonces sólo se había fijado en modelosdelgadísimas, se somete a una sesión de hipnosis después de la cual ya sólo es capaz deadvertir la belleza interior. De esta forma encuentra a su mujer ideal en la obesaRosemary (Gwyneth Paltrow).

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entre el concepto de la contención en laalimentación en que se basa la teoría yaquello que queda fuera del alcance dela misma. Si bien el comedor contenidoes una persona que está intentando adel-gazar en ese preciso momento (estaría-mos ante un caso agudo), el cuestiona-rio de contención en la alimentaciónmide una actitud más duradera. Loscomedores contenidos crónicos seríanpersonas que en general se proponenadelgazar (o al menos no engordar), peroque no tienen por qué seguir un plan deadelgazamiento en cualquier momentodado y que no siempre se ajustarán aestrictas reglas dietéticas.

Un tercer punto débil de la teoría esque deja escaso margen para la motiva-ción del placer. Si se le pregunta a uncomedor contenido por qué ha que-brantado su dieta, ¿respondería real-mente que no ha sabido respetar las reglasque él mismo se había impuesto? Másprobable sería que contestara que habíacomido demasiado porque estaba ri-quísimo.

Para superar estas incoherencias, hepropuesto, para el comportamiento ali-mentario, el Modelo de Utrecht, que sefunda en el conflicto entre objetivos.A tenor del mismo, el problema centralde los obesos estriba en que les gusta co-mer bien: son sibaritas. Avalan mi hipó-tesis una enorme cantidad de ensayos quedemuestran que el comportamiento ali-mentario de las personas obesas dependedel sabor del alimento, en mucha mayormedida que en personas de peso normal.Si los obesos comen más que el resto esporque les gusta lo que están comiendo.

Para contrastar esta hipótesis, se rea-lizó un estudio clínico con pacientes

obesos y pacientes de peso normal a losque se suministró una dieta consistenteen un caldo insípido. El consumo caló-rico de los pacientes obesos disminuyóen alrededor de una cuarta parte delaporte necesario para mantener su pesocorporal. En cambio, no se observarondiferencias en el consumo de los pacien-tes de peso normal. Similares resultadosdepararon un ensayo clínico con heladode sabor agradable y helado al que sehabía añadido quinina para darle un saboramargo. Los obesos tomaban más heladoque los de peso normal si el helado teníaun sabor agradable.

Que el gusto por la buena mesa se con-vierta en un problema puede dependermucho de las preferencias de cada uno.Quienes gustan de pescado al horno yensaladas no deberían padecer proble-mas de peso. Distinta es la situación delos que suspiran por hamburguesas,embutidos y demás alimentos ricos engrasas. La mayoría de los obesos perte-nece a este último grupo y, por ello, acu-mulan más grasas que las personas depeso normal.

Evidentemente, estos hábitos ali-mentarios incrementan el riesgo deengordar mucho. Además, la insatisfac-ción con el peso corporal suele motivarel inicio de una dieta, que resultará satis-factoria, al menos a corto plazo. No tar-darán en volver a engordar, por lo queincoarán otra nueva dieta, un ciclo quelos convertirá en comedores contenidos.Su comportamiento alimentario se carac-teriza ahora por un conflicto entre obje-tivos opuestos: quieren disfrutar de lacomida, pero también controlar su peso.

Como es de esperar, los comedoresreprimidos tienen sentimientos ambi-

valentes ante la comida. En un estudiolos comedidos demostraron mayor en-tusiasmo que los comedores normalescon manifestaciones del tenor siguiente:�qué bonito sería comer si no fuera porlas calorías�.

Ante una situación de conflicto entreobjetivos, el comportamiento dependerásiempre de la motivación predominanteen ese momento. Para que un comedorcontenido persevere con una dieta bajaen calorías, la motivación de controlarsu ingesta debe ser más intensa que lamotivación del placer. Al parecer, sóloson capaces de esto cuando están real-mente muy motivados para seguir ladieta y pueden volcar toda su energíamental en ella.

Un naipe marcado El desarrollo de una comida se presentaestructurado. Al principio dominan losestímulos que despiertan las motiva-ciones placenteras. La comida despren-de un aroma seductor, que abre un sanoapetito, exacerbado por la lectura de lacarta en el restaurante; antes de que unose dé cuenta, ya está el copioso plato enla mesa. Sólo cuando irrumpe en nues-tra consciencia la imagen del plato vacíocon ese reborde de grasa o notamos quenos aprieta el botón del pantalón, escuando emerge la motivación sobre elcontrol. Uno recuerda con sentimientosde culpa las buenas intenciones de seguirla dieta a rajatabla del comienzo de lavelada. Pero dado que ya la hemos echadoa perder, podemos acabar la cena con unbuen postre.

En este juego de alternancias se mez-clan, además, factores cognitivos. Serequiere más atención para conseguircontrolar el peso que para disfrutar dela comida. Toda distracción durante lacomida mermará nuestra capacidad decontrol sobre las calorías que ingerimos.El hedonismo gana la partida.

Los comedores contenidos se enfren-tan a otro problema. A no ser que esténpasando hambre en ese preciso momento,la motivación de controlar las caloríasque se ingieren actúa en sentido contra-rio. El lector, a buen seguro, habrá expe-rimentado el fenómeno de algún pensa-miento inquietante que, cuanto más sequiere apartar de la mente, más inten-samente domina nuestro cerebro. Algoparecido a cuando se ha preparado paraalguien una sorpresa que se quiere man-tener a toda costa en secreto, pero quese termina pregonando a la primera decambio.

En ausencia de control cognitivo, lamotivación crónica por adelgazar podríatener la consecuencia paradójica de

54 Mente y cerebro 02/2003

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impulsar ingestas exageradas de ali-mento. Sería el caso de los comedorescontenidos que no se encuentran en unafase de dieta y que, en otras palabras, co-merían más porque en realidad querríancomer menos.

Da cuenta de esta contradicción la teo-ría de los �procesos paradójicos�, publi-cada en 1994 por Daniel Wegner, hoy enla Universidad de Harvard. La adopciónde determinadas actitudes contradice laintención original y aboca al individuoa la situación que pretendía evitar. Weg-ner y sus colaboradores comprobaron lainfluencia de estos procesos paradójicossobre el pensamiento y el comporta-miento en numerosos estudios. Obser-varon que un sujeto sólo era capaz dereprimir determinados pensamientos otendencias comportamentales, si se con-centraba en ese preciso cometido. Encuanto se le distraía, actuaba de formatotalmente contraria. Según Wegner, eléxito de nuestros esfuerzos por contro-larnos depende, sobre todo, de las habi-lidades cognitivas invertidas.

Durante los ensayos descritos, Wegnerobligaba a que los individuos invirtie-ran sus habilidades cognitivas en otroscometidos. El origen de la disminuciónde la capacidad cognitiva también puederadicar en una motivación mermada.Sería el caso de los comedores conteni-dos que no están en fase de dieta.

Las primeras observaciones sobre laaparición de procesos paradójicos en talescondiciones se realizaron en un estudioen el que los participantes debían opinar

sobre el sabor de distintas variedades dehelado. Acontinuación se les solicitó quepusieran por escrito lo que les había pasadopor la cabeza mientras realizaban laprueba. Su habilidad en la cata intere-saba menos que los pensamientos rela-cionados con el control de las calorías(�cuidado con el helado, que engorda�).Se confirmaron las expectativas al com-probar que este tipo de pensamientos eramás frecuente entre comedores comedi-dos, especialmente si en ese momento seafanaban por perder peso.

Aún más, estos últimos comían menoscuantos más pensamientos de controlexpresaban, en tanto que los otros come-dores contenidos ingerían incluso máshelado. Los casos estudiados demues-tran que una voluntad de adelgazamientomantenida de forma crónica sin unamotivación aguda por controlar el con-sumo alimentario conduce a una ingestaexcesiva. Una variante de este ensayo(véase el recuadro �Aumento de pesopor distracción�) proporcionó resulta-dos similares.

¿Qué han de hacer los obesos? El autor,lejos de recomendar que coman menos,aconseja que coman de forma distinta.En lugar de reducir las calorías, deberíanesforzarse por reducir parte de las gra-sas de su alimentación. Aun cuando alprincipio les cueste apreciar la comidabaja en grasas, pronto la encontraránsabrosa. (La experiencia lo demuestra.)Entonces resultará superflua la necesi-dad de controlar constantemente las calo-rías durante la comida.

Por otro lado, el sobrepeso no debe-ría plantearse únicamente desde el puntode vista de la ingesta de calorías, sinotambién desde la óptica de su consumo.No se trata de ponerse a correr ahoramismo, pero utilizar menos el coche ycaminar asegura una reducción de peso.Sobre todo hay que ser cauto en las expec-tativas. La combinación de una alimen-tación pobre en grasas y el ejercicio fí-sico ayuda a combatir la obesidad, aunqueno la elimina. La ventaja radica en que esposible reducir los riesgos para la saludasociados a la obesidad.

El entorno también puede inducir uncambio de actitud hacia una alimentaciónmás sana. El hecho de que los padresobesos suelan tener hijos obesos no essólo una cuestión hereditaria, sino tam-bién de los hábitos alimentarios que setransmiten a los niños. La obesidad in-fantil puede combatirse mediante unaalimentación sana en el seno del entornofamiliar. Es el punto de partida crucialpara el desarrollo posterior del individuo.

Mente y cerebro 02/2003 55

Los comedores contenidos consiguen reducir su peso si seconcentran en el cumplimiento de sus reglas dietéticas.Pero si se distraen, su intención de comer menos puede darel resultado contrario: acaban comiendo más.Para probar esta teoría, el autor se sirvió de un experimentoen el que se influía sobre las motivaciones y la capacidadpara regular el comportamiento alimentario de los partici-pantes. Se hizo creer a los individuos que el objetivo delestudio estribaba en valorar dos tipos de helado, uno ricoen contenido calórico, el otro pobre.Se influyó sobre su capacidad de control de forma selec-tiva. A un grupo de participantes se les permitió que seconcentraran plenamente en la supuesta prueba degusta-tiva, mientras que a otros se les distrajo durante la realiza-ción del cometido propuesto. De acuerdo con las expecta-tivas, los comedores contenidos restringían su consumo delhelado supuestamente más rico en calorías, siempre y cuandoestuvieran concentrados. Sometidos a distracción, por elcontrario, el consumo aumentaba de manera considerable.

Aumento de peso por distracción

SIN DISTRACCION CON DISTRACCION

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300

250

200

150

100

154,6

186,0

274,6

234,9

CONTENIDO CALORICOELEVADO

CONTENIDO CALORICOBAJO

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WOLFGANG STROEBE es catedrático depsicología social en la Universidad de Utrecht.

LEHRBUCH DER GESUNDHEITSPSYCHOLOGIE.EIN SOZIALPSYCHOLOGISCHER ANSATZ.W. Stroebe, M. Stroebe. Verlag DietmarKlotz; Eschborn, 1998.

Bibliografía complementaria

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Manfred Spitzer

Según las estadísticas, alrededordel 38 por ciento de los acciden-tes de tráfico se producen por-que el conductor se distrajo o se

durmió. La cifra sube al 50 por cientocuando no discernió correctamente ladinámica del tráfico, no atendió a lascondiciones climáticas o no supo medirun adelantamiento. ¿Aqué se deben talescomportamientos errados en determina-das situaciones? ¿Cómo prevenirlos?

En su investigación sobre el com-portamiento del conductor los psicólo-gos han abordado el problema de formageneral. En esa línea, se han esforzadopor caracterizar el talante específico delos �conductores-accidente� arquetípi-cos. Sin éxito. Cierto es que hay gruposde riesgo; por ejemplo, los jóvenes reciénsalidos de la autoescuela. Pero no se haavanzado mucho más en la personali-zación.

En cambio, se han cosechado unosresultados sorprendentes a través de unestudio muy sencillo realizado por psi-cólogos escandinavos. En Suecia yNoruega las noches son largas y los cre-púsculos se demoran. Se trata de paísesque, al propio tiempo, conceden una aten-ción especial a la seguridad vial. En esemarco, las autoridades competentesempezaron a proteger, con reflectoreslaterales, carreteras secundarias que, porel terreno escabroso, presentan un tra-zado muy sinuoso. Se proponían, pues,

aportar luminosidad a esas vías obscu-ras. Por fortuna para nosotros, hubo unplanteamiento científico de la instala-ción de los reflectores. En cada caso, seescogieron dos carreteras similares; a unade ellas, se la dotaba de los reflectores,y se esperó a ver los resultados. La cifrade accidentes hablaba con elocuencia,pero no en el sentido imaginado: las víasiluminadas con reflectores registrabanmás accidentes.

¿Qué había pasado? Como mostraronanálisis posteriores, en las carreteras con

mayor luminosidad se conducía másrápido, lo que elevó el riesgo de acci-dente. Este inesperado efecto colateralsólo puede entenderse desde la psicolo-gía del conductor: la vivencia subjetivade visibilidad superior evoca una cal-zada segura y, con ello, la sensación deque podemos correr más, con todo lo queello entraña.

En el ejemplo que exponemos a con-tinuación se hace patente también queel conductor debería desconfiar de suscapacidades perceptivas. Cada otoño nos

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La mente enla conducciónQuién sabe si, andando el tiempo, el hombre adquirirá, por evolución biológica,

capacidades innatas que le permitan mayor soltura en la conducción.

De momento, la ciencia busca comprender los motivos de nuestra torpeza

ante determinadas situaciones de tráfico. Con ello se propone recortar la cifra de accidentes

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llegan las mismas noticias de acciden-tes múltiples en autopistas con niebla.Por citar la más cercana a nuestro cen-tro de trabajo, la A8 de Ulm registra, añotras año, un rosario de colisiones encadena, víctimas mortales y heridos.¿Locos al volante?

Los experimentos realizados sobre lapercepción de la velocidad han aportadouna explicación de los accidentes en con-diciones de niebla que no echa toda laculpa a la irresponsabilidad del conduc-tor sin escrúpulos. El grupo dirigido porR. J. Snowden, de la Universidad de Ga-les, ideó un ensayo en un simulador detráfico, donde los conductores debíandesenvolverse por una carretera normal.Debían mantener en el mismo tramo tresvelocidades específicas: 60, 80 o 120 ki-lómetros por hora. El cielo, también si-mulado, estaba despejado, calinoso onublado. ¿Resultado? Los voluntariosdel ensayo conducían más deprisa cuantopeor era la visibilidad.

En dicho ensayo se pone, además, demanifiesto, una característica imprevi-sible del sistema visual humano, que porcierto no es óptima para la conducciónde automóviles: las personas procesanel contraste y la velocidad de manerainterdependiente, de suerte que, al dis-minuir el contraste, percibimos mal lavelocidad. Quien conduce en la nieblatiene, por lo tanto, la impresión de quelo hace más despacio de lo que ocurreen realidad.

Extraviado en el bosque de señalesNo sólo los conductores. Los entes respon-sables de la red viaria deberían prestarmayor atención a la limitada capacidadhumana para procesar información.Ciñámonos al bosque de señales que ja-lonan nuestras carreteras. Un letrero es,por definición, un aviso que reclama

nuestra concentración. Pero se sabe desdehace tiempo que nuestro �foco de aten-ción� no es divisible; por lo tanto, en undeterminado momento, puede alumbrarsólo un concepto en el campo de la con-ciencia. Significa ello que, en numero-sas ocasiones, el conductor no puede enabsoluto tomar nota, a un mismo tiempo,de todas las señales que se encuentranal borde de la carretera. A la preguntadel agente de tráfico: �Pero, ¿no vio us-ted la señal?�, habría que responder enjusticia: �Con esta densidad de tráfico yla cantidad de señales, ¿cómo hubierapodido reparar en ella?�.

No es infrecuente que el diseño de laseñal desconcierte, en vez de indicar conclaridad algo. Desde hace cerca de setentaaños se sabe que en la percepción puedensurgir �fenómenos de interferencia�. Si hede nombrar la palabra �rojo� escrita con

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1. CREATIVIDAD VIARIA. A las carreteras les está permitido todo, excepto que seanaburridas.

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tinta azul, necesito más tiempo que cuandocoinciden significado y color. Este efectodescrito por el psicólogo estadounidenseJohn Ridley Stroop en 1935, se presentasiempre que el contenido y la forma deuna información entran en conflicto.

Tal acontece en muchas señales de trá-fico. Atendamos por un instante a la señalinformativa de la figura 3. ¿Qué sentidodebo tomar para ir a Altdorf? Aquí, acer-tar en la decisión requiere la concurren-cia de bastantes recursos cognitivos,recursos que se emplearían mejor paraprestar atención a los vehículos que vie-nen contra nosotros o a la señal de paro.

No todos los factores que intervienenen la conducción admiten una investi-gación suficiente por medio de la obser-vación y la medición del comportamiento.Pero gracias a los métodos establecidospor la neurociencia cognitiva, disponi-bles desde hace unos años, se abren nue-vas posibilidades. Antes, se asociaba elcerebro del conductor a una �caja negra�,donde sólo podían estudiarse el �input�(percepción) y el �output� (comporta-miento). Los nuevos métodos permitenmirar dentro de la misma. Desde hace unosdiez años, con la tomografía de resonan-cia magnética funcional (TRMf) pode-mos en buena medida acercarnos al cere-bro en funcionamiento. Nos visualiza lasangre oxigenada, que se intensificacuando fluye por las áreas activadas.

Desde hace unos tres años nuestrogrupo, constituido por neurocientíficos,ingenieros y psicólogos de la Universidadde Ulm, trabajamos conjuntamente conun equipo de la empresa DaimlerChrysler,

DESPEJADOCALINOSO

NUBLADO

CONDICIONES METEOROLOGICAS

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112 Km/h

80 Km/h

48 Km/h

40

80

120

160

2. CUESTION NEBULOSA. Cuantomenos contraste ofrece la imagen de lacarretera por la que se conduce (de arribaabajo), solemos subestimar más lavelocidad a la que viajamos. En el ensayovirtual, los sujetos, que debían manteneruna determinada velocidad constante,conducían más rápido cuanto másnublado estaba el entorno; es decir,cuando menos contraste presenta éste.

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99

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para caracterizar los mecanismos cere-brales puestos en juego durante la con-ducción de automóviles. El fin último es-triba en esbozar sistemas de asistenciaque faciliten a los conductores desen-volverse en diferentes situaciones. Paranosotros lo lógico hubiera sido refugiar-nos en la tomografía de resonancia mag-nética funcional. Pero es más fácil decir-lo que hacerlo: un tomógrafo modernode resonancia magnética pesa entre cua-tro y seis toneladas, su imán supercon-ductor está refrigerado con helio líquido(�268,93o Celsius) y el equipo completono puede instalarse en un vehículo.

Tomamos el camino inverso. Hicimosconducir a las personas estudiadas en eltomógrafo. Para tal experimento se ne-cesita un software que simule la con-ducción, un hardware especial de alma-cenamiento, unas gafas modificadas derealidad virtual y un grupo de volun-tarios.

La mente del copilotoPara nuestro primer estudio utilizamosel programa �Conductor loco II�, unjuego de ordenador. Apoyados en elmismo, simulamos en el tomógrafo deresonancia magnética una carrera encoche por las calles de Hamburgo.Participaron doce voluntarios; cada unodebía conducir lo más rápido posible,aunque sin estrellarse.

Para descubrir qué actividad cerebrales causada específicamente por la con-ducción, comparamos las imágenes deTRMf obtenidas del �conductor activo�con las imágenes recabadas en �situaciónde calma�; en esta última, la personaestudiada se limita a contemplar una ima-gen estática del juego de vídeo. En unsegundo experimento de control, la per-sona estudiada desempeñó el papel de�copiloto�: podía mirar cómo se movíael mundo ante él mientras se conducía,pero sin guiar el volante.

En un primer momento llegamos a losresultados que cabía esperar. En la cor-teza cerebral del �conductor� se activa-ron las áreas que se supone responsables

de la percepción y el pensamiento espa-cial, así como las de la planificación yla ejecución de movimientos. Pero conla comparación de conductor y copilotovino la sorpresa (véase la figura 3). Alconducir, nuestro cerebro se manifiestamenos activo que el del copiloto.

Tan sorprendente resultado invita aespeculaciones de todo tipo. Si bien,aflora siempre la misma interpretación:�claro, cuando llevo el coche estoy atentoa una sola cosa; en cuanto copiloto, porel contrario, puedo observar el paisaje yentretenerme en muchas otras cosas. Noes de maravillarse que mi cerebro semanifieste más activo�. Reflexionescomo ésta son plausibles cuando unoargumenta desde un punto de vista bio-lógico evolutivo: ante un peligro, paranuestros antepasados pudo haber resul-tado ventajoso activar sólo las pocasáreas cerebrales que eran indispensablesen una huida veloz. En pocas palabras,sólo sobrevivía el que no pensaba muchodurante la escapada.

En psicología de tráfico se conside-ran nuestros datos desde la perspectivade planteamientos concretos. Cuando,por ejemplo, se prohibió el uso de telé-fonos móviles en el coche, se justificójurídicamente apelando al �modelo derecursos cognitivos limitados�. A tenordel mismo, durante la conducción dis-ponemos sólo de una cantidad limitadade capacidad de cálculo neuronal. Si estacapacidad es requerida por una activi-dad adicional, como el uso de un móvil,

nos queda menos capacidad libre paraconducir; de acuerdo con los principiosfundamentales de la psicología de trá-fico, aumentaría la probabilidad de acci-dente. Pero, ¿puede mantenerse esa líneaargumentativa si, como ilustran nues-tros resultados, la conducción no va nece-sariamente acompañada de una mayoractividad cerebral, es decir, de una ma-yor capacidad de procesamiento?

Para resolver la cuestión habría querealizar nuevos experimentos. Sin em-bargo, podemos afirmar ya que algunasregulaciones precipitadas, aunque acer-tadas o hasta plausibles psicológicamen-te, pueden ser contraproducentes. Vol-vamos al problema del teléfono móvilen el coche. A diferencia de la radioincorporada, cuando estoy hablando porteléfono no quiero que se me pierda nadade la conversación. Y en comparacióncon un diálogo con el copiloto, la lla-mada telefónica tiene la desventaja deque la persona que está en el otro extremode la línea no sabe cuál es mi nivel de

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4. DESORIENTACION PERFECTA:¿Por dónde se va a Altdorf?

ALTDORF

NEUSTADT

3. LA ACTIVIDAD CEREBRAL DELCONDUCTOR es bastante menor que ladel copiloto. a, b : zonas que están activasexclusivamente en el conductor, y no en elcopiloto. c, d : el copiloto moviliza muchasmás zonas cerebrales en comparación conlas del conductor. La actividad en lacorteza sensomotora izquierda depende,en conjunto, del manejo del volante conla mano derecha.

a b

c d

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NFR

ED S

PITZER

Page 62: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

presión debido al tráfico en ese momento.Si el peligro acecha, el copiloto opta porcallarse, no así el interlocutor telefó-nico, que desconoce la situación.

Los experimentos realizados con tomo-grafía de resonancia magnética funcio-

nal muestran que el pensamiento oralentorpece la actividad de las zonas cere-brales que son responsables de la per-cepción visual. Apesar de que este resul-tado, a primera vista, apunta en unadirección parecida a la del modelo gene-ral de recursos cognitivos limitados, dejaen claro que los aparatos telefónicos demanos libres actualmente recomenda-

dos no resuelven el problema. Por el con-trario: quien sostiene un teléfono móvilen la mano es al menos consciente de quesólo tiene una mano en el volante; esdecir, que debido a la llamada por telé-fono está incapacitado de una mano y con-ducirá, por lo tanto, con mayor precau-ción. En consecuencia, los riegos deaccidente mientras se hacen llamadascon aparatos de manos libres serían másaltos que sin éstos.

La incorporación creciente de técni-cas de información en el automóvil (pri-mero radio, después teléfono y prontoInternet) plantea problemas de saturaciónde estímulos. Por atractivo que resultepoder conversar con el ordenador de abordo en viajes rutinarios, los sistemasde asistencia del futuro no deberían sobre-cargar al conductor con informacióninnecesaria. En ese punto pueden ser úti-les también los datos obtenidos de nues-tras investigaciones cerebrales. Demos-tramos, hace un par de años, que lasmujeres activan zonas cerebrales dis-tintas de las puestas en funcionamientopor los varones, cuando �navegan� en unlaberinto. Una misma tarea, pues, se eje-cuta de un modo diferente de acuerdo conel género; por el laberinto las mujeresse orientan de un modo preferentementeoral, mientras que los varones lo hacende una forma espacio-visual.

Se trata de un descubrimiento que bienpodría aprovecharse en la emisión per-sonalizada de información por parte de

60 Mente y cerebro 02/2003

La unión hace la fuerza. La tomografía de resonancia mag-nética funcional ofrece una serie de ventajas. A diferenciade la tomografía por emisión de positrones (PET) o la tomo-grafía computerizada por emisión de un solo fotón (SPECT),ésta funciona sin emisiones radiactivas comparables y poseeuna resolución espacial muy alta, en la actualidad de unostres milímetros. No está, empero, exenta de inconvenientes.Así, la capacidad de resolución temporal de la TRMf, conunos cientos de milisegundos, es menor que el procedi-miento electrofisiológico; por ejemplo, en la medición depotenciales con relación a un suceso (PRS) con el que sevalora la respuesta EEG ante un estímulo.Para caracterizar procesos cerebrales con una alta resolu-ción temporal y espacial, vale la pena combinar los méto-dos de TRMf y de PRS. A través de pruebas en el simula-dor de conducción y el escáner nos es dado conocer quésectores en el cerebro se activan o desactivan en determi-nadas situaciones; después, pueden incorporarse los estu-dios de PRS tanto en el simulador como en situaciones rea-les de conducción “en la calle”. Los resultados de este tipode pruebas permitirán conjuntar nuevos sistemas de asis-tencia con la forma de operar del cerebro.

Del laboratorio a la calle

LLENO DE CABLES. A través de las mediciones de las señalesde EEG mientras ocurren situaciones de conducción reales, sepueden complementar y comprobar en el vehículo losresultados adquiridos con el tomógrafo.

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5. VIAJE VIRTUAL a través de Hamburgo.

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PITZER

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los sistemas de navegación por satélite.Si conduce ella, se requieren instruc-ciones habladas (�después de la próximafloristería, a la izquierda�); si él, podríaorientarse mejor con una flecha en elmapa de un monitor. Ahora bien, si lossistemas de ubicación que se utilizanahora presentan ambas formas, proba-blemente se esté enviando excesiva infor-mación al conductor.

Para salir al paso de ese exceso, sehan ideado sistemas que transmiten alconductor señales de tráfico pertinen-tes, sin que el sujeto lo advierta. Hayvehículos de prueba que, por medio devideocámaras y procesadores de imageninteligentes, reconocen de un modo auto-mático una señal de paro. Si la mismaseñal se le mostrara de forma llamativaal conductor, se correría el peligro de dis-traer su atención puesta en la situacióndel tráfico.

Mejor sería aprovechar la percepciónsubliminal. En nuestro laboratorio estu-diamos ese fenómeno en su generalidady en su aplicación concreta al problemadel tráfico. Aunque una información mos-trada en sólo treinta milisegundos no entreen el campo de la percepción consciente,sí puede �precondicionarnos�. De acuerdocon la investigación realizada, una señalde paro indicada en un lapso brevísimode tiempo en una pantalla, invisible porlo tanto, modifica en unos 50 milisegun-dos una frenada rápida. Cabe pensar, pues,que el automóvil del futuro porte, detrásdel volante, una pantalla que nos avisesubliminalmente del peligro. Importa ellomás que el tacómetro y otros instrumen-tos. Se habrá dado así un paso más en laprevención de accidentes cuya causa noreside tanto en los socorridos �erroreshumanos� cuanto en los límites de nues-tra capacidad de percepción.

Mente y cerebro 02/2003 61

MANFRED SPITZER, catedrático de laUniversidad de Ulm, dirige la clínica de psi-quiatría adscrita a la misma.

SPEED PERCEPTION FOGS UP AS VISIBILITY

DROPS. R. J. Snowden et al., en Nature, vol.392, pág. 450; 1998.

UNDERSTANDING DRIVING. APPLYING

COGNITIVE PSYCHOLOGY TO A COMPLEX

EVERYDAY TASK. J.A. Groeger. PsychologyPress, LTD; East Sussex, 2000.

THE NEURAL CORRELATES OF DRIVING.H. Walter et al., en Neuroreport, vol. 12,pág. 1763; 2001.

Bibliografía complementaria

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Olivier Houdé, Sylvain Moutier,Laure Zago, Nathalie Tzourio-Mazoyer

Sabemos, desde Aristóteles, que la esencia del razonamiento huma-no es el logos, noción que denotatanto a la razón (lógica) como

al lenguaje. Pero ya en el siglo XVII, RenéDescartes nos hizo ver, en su Discursodel Método, que también el hombre hade aprender a reorientar su intelecto, areconducir sus errores de razonamientohacia el pensamiento lógico.

Según Jean Piaget (1896-1960), estu-dioso de la psicología infantil en laUniversidad de Ginebra, el pensamientológico o formal, también llamado hipo-tético-deductivo, se instala hacia los 14o 15 años, en la adolescencia. Piaget seesforzó en demostrar que la lógica cons-tituye la forma óptima de la adaptaciónbiológica, construida por etapas sucesi-vas, desde el cerebro del neonato hastael del adolescente; etapas que van desdelas adaptaciones sensorialess y motri-ces elementales hasta las adaptacionescognitivas, concretas en un principio,

formales más tarde. La clave del de-sarrollo y del funcionamiento cognitivosreside entonces en la coordinación lógicade las informaciones.

Si bien Piaget, psicólogo por profe-sión, pero biólogo de formación, con-

templaba una auténtica realidad cere-bral en correspondencia con el estadiode las operaciones formales, el hecho esque carecía de métodos de obtención deimágenes para poderla observar. Se vio,pues, limitado al estudio experimentalde los mecanismos psicológicos de lasoperaciones lógicas.

En contraposición con Piaget, la psi-cología cognitiva del razonamiento de-mostró, en el período de 1960 a 1980, que,en determinadas situaciones, adolescen-tes y adultos �individuos lógicos, segúnPiaget� incurrían sistemáticamente enerrores de deducción, denominados ses-gos de razonamiento, tal como Descarteshabía anticipado ya.

En consecuencia, un problema impor-tante de las neurociencias cognitivas, dela psicología del desarrollo y de las cien-cias de la educación, consiste en el estu-dio de los fundamentos cerebrales de loserrores o de los sesgos de razonamiento,amén de los mecanismos que permitenreconducir al intelecto hacia el pensa-miento lógico. Para este tipo de estudiosse utiliza el procedimiento del aprendi-zaje experimental: una especie de �peda-

62 Mente y cerebro 02/2003

Correcciónde los erroresde razonamientoSe ha obtenido la primera demostración de que los errores de razonamiento tienen base cerebral:

la activación de áreas cerebrales "inadecuadas" induce a errores. Cuando se aprende a inhibir estas

activaciones perturbadoras, se razona con lógica

1. EN LOS DISTINTOS EXPERIMENTOSrealizados por los autores sobre sujetosvoluntarios se utilizó un ordenador. Sepide seleccionar las formas y los coloresque responden a “reglas deductivas”.

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Mente y cerebro 02/2003 63

gogía de laboratorio�, que modifica lacapacidad para realizar una tarea bajo elefecto de una interacción controlada conel ambiente.

Del cerebro perceptivoal cerebro lógicoTal es la tarea que hemos emprendidomediante experiencias que se apoyan enla tomografía por emisión de positrones,técnica de formación de imágenes queproporciona un acceso a la actividadcerebral. Dichos estudios han sido rea-lizados en el grupo que dirige BernardMazoyer. A los participantes se les pide,por ejemplo, que lean en la pantalla deun ordenador una regla deductiva talcomo �Si hay un cuadrado rojo a la iz-quierda, ha de haber entonces un círculoamarillo a la derecha�, debiendo, a con-tinuación, seleccionar con el ratón delordenador, entre las diversas figuras mos-tradas en la pantalla (que consisten enformas geométricas simples de varioscolores), dos que verifiquen la regla.Todos los sujetos, sin excepción, sitúanun cuadrado rojo a la izquierda y uncírculo amarillo a la derecha. Podemostambién introducir una negación en el

3. PARA RESOLVER este test deductivo se ha de hacer falsa la regla: “Si no hay uncuadrado rojo a la izquierda, ha de haber un círculo amarillo a la derecha”. El personajede la figura se ha equivocado, lo mismo que el 90 por ciento de las personas del ensayo,que dan la respuesta: un cuadrado rojo a la izquierda de un círculo amarillo. Se tratade un error de emparejamiento perceptivo. Para que la regla sea falsa se requiere queel antecedente sea verdadero, es decir, no situar ningún cuadrado rojo a la izquierda(se pone, por ejemplo, un cuadrado verde) y la conclusión, falsa, es decir, no colocar uncírculo amarillo a la derecha (se coloca, por ejemplo, un rectángulo azul a la derecha).

2. EN LOS TESTS HIPOTETICO-DEDUCTIVOS se les solicita a losvoluntarios que jueguen con formascoloreadas expuestas en la pantalla de unordenador, para que respondan a reglasdel tipo: “Si hay un cuadrado rojo a laizquierda, ha de haber un círculo amarilloa la derecha” (arriba), o bien, “Si hay unrectángulo azul a la izquierda, no ha dehaber ningún cuadrado verde a laderecha” (abajo). Todos los participantestuvieron éxito en estos dos problemas.

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consecuente (la segunda proposición):�Si hay un rectángulo azul a la izquierda,entonces no hay ningún cuadrado verdea la derecha�. También en este caso tieneéxito la totalidad de los participantes.

No hay de qué asombrarse. Más sor-prendente es, en cambio, el resultado deotro test. La nueva regla deductiva reza:

�Si no hay ningún cuadrado rojo a laizquierda, entonces hay un círculo ama-rillo a la derecha�, debiendo ser selec-cionadas con el ratón dos formas geo-métricas que den a la regla valor defalsedad. Los tests de este tipo se deno-minan, en psicología y en lógica, tareasde refutación de reglas condicionales.

¿Qué figuras habría seleccionado ellector? ¿Un cuadrado rojo a la izquierdade un círculo amarillo? En tal caso sehabría equivocado, pero no nos ator-mentemos: ¡más del 90 por ciento dequienes realizan el test se equivocan!

Se trata de un error de lógica que elpsicólogo Jonathan Evans, de la Uni-

64 Mente y cerebro 02/2003

Tomemos de nuevo la tarea mencionada al comienzo del ar-tículo. La regla deductiva es: “Si no hay ningún cuadrado rojoa la izquierda, ha de haber entonces un círculo amarillo a laderecha”; deben seleccionarse en la pantalla dos formas geo-métricas que hagan falsa esta regla. Para mejorar las bajas pun-tuaciones de los participantes en esta prueba (90 por cientode respuestas erróneas) contamos con tres tipos de estrate-gias de aprendizaje; a saber: la inhibición de la estrategia per-ceptiva, la explicación lógica y la repetición de la tarea.Eliminemos de entrada la tercera, que no da resultado enabsoluto: la repetición de una “tarea trampa” en la que no escomprendida la causa del error, no enmienda el error.En las condiciones de aprendizaje de la inhibición perceptivase busca la inhibición de los sesgos de razonamiento, es decir,los emparejamientos perceptivos que son fuentes de error.A tal fin emitimos “alertas” que previenen al sujeto sobre lastrampas de razonamiento. Se le explica de dónde procede elerror; se le pone sobre aviso para que no caiga en la trampa,es decir, para que no se deje engañar por las formas o loscolores, con olvido de la consigna lógica. En la tercera estra-tegia (la explicación lógica) nos contentamos con explicar lalógica de la tarea, sin explicitar las causas de los errores. Enestos procedimientos se atiende a que el aprendizaje no con-sista simplemente en una instrucción específica de las res-puestas correctas o erróneas (“aprendizaje de lorito”), sinoque se dirige a un mecanismo cognitivo más general.

¿Cómo procedemos? Presentamos cuatro tarjetas (A, D, 3 y7), cada una de las cuales tiene una letra por una cara y unacifra por la otra. Se colocan las cuatro tarjetas ante los parti-cipantes, que han de indicar a qué tarjetas es imprescindibledar la vuelta para que sea cierta la regla: “Si hay una A en elanverso de una tarjeta, entonces hay un 3 en el reverso”. Larespuesta errónea, correspondiente a un sesgo de empareja-miento perceptivo, sería A y 3. Este problema es conocido portest de Watson.Para que la regla sea verdadera hemos efectivamente de darlela vuelta a A, para averiguar si tiene, o no, un 3 en el reverso;pero la averiguación del signo que hay en el reverso del 3 esinnecesaria: o bien es una A, y la regla no cae en defecto, obien es una D, y la condición requerida (que haya una A poruno de los lados) no se cumple: por consiguiente, la tarjeta 3no puede hacer que la regla sea falsa. En cambio, la segundatarjeta a extraer es la del 7: si tenemos una A por el reverso,la regla es falsa. La respuesta correcta es, por lo tanto, A y 7,pues tan sólo estas dos tarjetas tienen capacidad para hacerque la regla sea falsa, es decir, para presentar un caso en el queel antecedente es verdadero (A) y el consecuente (no-3) falso.Al comienzo del aprendizaje todos los participantes come-ten el error de presentar el par A y 3 (véase la figura a).Exponemos a continuación los dos procedimientos de apren-dizaje elegidos: la explicación lógica (véase el supuesto b) yel aprendizaje de la inhibición de la estrategia perceptiva

Las condiciones de aprendizaje

a

EN LOS TESTS DE APRENDIZAJE, el sujeto ha de elegir entre cuatrocartas, a las que ha de dar la vuelta para comprobar la aplicación de

la regla:“Si hay una A en una de las caras de una carta, entonces hayun 3 en la otra”.Antes del aprendizaje, casi todos los sujetos yerran.

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versidad de Plymouth, denomina �sesgode emparejamiento perceptivo�. Y ello,a pesar de que el problema deductivo eselemental. De hecho, el adulto se dejaengañar por la percepción de los elemen-tos citados en la regla, en este caso, elcuadrado rojo y el círculo amarillo, olvi-dando, por una parte, que el antecedente

(la primera proposición) es una nega-ción, y por otra, que se desea que la reglasea falsa. Si el sujeto razonase según latabla de verdad lógica, elegiría una situa-ción en la cual el antecedente de la reglafuese verdadero (no hay cuadrado rojo)y el consecuente falso (no hay un círcu-lo amarillo); el sujeto podría proponer,

por ejemplo, un cuadrado verde a laizquierda de un rectángulo azul. En estecaso, la respuesta lógica consiste en iren contra de la percepción de los ele-mentos citados en la regla, es decir, encontra del emparejamiento perceptivo.

Ante la elevada tasa de fracasos enuna tarea que, a priori, no parece com-

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(supuesto c). En la explicación lógica se expone de forma muy“fría” cómo se ha de reflexionar para superar esta prueba (b1).En el otro método de aprendizaje (c1), el “profesor”no se con-tenta con esta enseñanza fría, sino que proporciona también“consejos de inhibición”, advierte al “alumno” en los casosen que corre el riesgo de dejarse engañar por sus percep-ciones e introduce una dimensión emotiva en su enseñanza,dimensión que no figura en el método precedente.El procedimiento termina cuando los sujetos adquieren el

criterio de aprendizaje, es decir, cuando son capaces de expli-

car de manera autónoma la solución correcta de la tarea deselección de tarjetas. Acaban teniendo éxito mediante losdos procedimientos (b2 y c2). Ahora bien, ¿son equivalen-tes? No, porque en la segunda etapa de la experiencia, serepite el test con la tarea inicial (hacer falsa la regla: “Si nohay a la izquierda un cuadrado rojo, entonces ha de haberun círculo amarillo a la derecha”) y se constata que el métodode explicación estrictamente lógica fracasa (b3),mientras queel método de inhibición de los sesgos de razonamiento pro-porciona resultados netamente superiores (c3).

c1 c2 c3

b1 b2 b3

DURANTE EL APRENDIZAJE TRAS EL APRENDIZAJE

PARA MEJORAR LOS RESULTADOS de los sujetos se utiliza, ora elaprendizaje lógico (b1 a b3), ora el aprendizaje de la inhibición de los ses-

gos de razonamiento (c1 a c3). Este segundo método, en el que el sujetoes advertido de los posibles errores de razonamiento, es más eficaz.

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plicada, nos interrogamos sobre los posi-bles mecanismos responsables de loserrores de razonamiento de este tipo.Para abordar tal cuestión, hemos pos-tulado que la dificultad para el adulto sedebe, en este caso, a que entran en conflic-to dos estrategias de razonamiento, quese proyectan en el interior del �espaciomental de trabajo�. Es nuestra opinión�se verá más adelante cómo lo hemosdemostrado� que una de tales estrate-gias es �perceptiva� y la otra, �lógica�;los errores surgen cuando el sujeto noconsigue inhibir la estrategia perceptiva,sin que se trate, por otra parte, de un pro-blema de lógica.

Para demostrarlo, hemos empezadocomprobando mediante estudios de psi-cología experimental la eficacia de dis-tintas condiciones de aprendizaje, asaber, la inhibición de la estrategia per-ceptiva, la explicación lógica y la merarepetición de la tarea.

En la inhibición de la estrategia per-ceptiva se busca inhibir los empareja-mientos perceptivos impulsivos poniendoal sujeto sobre aviso de las trampas de

razonamiento tendidas. El propósito detales advertencias es evitar que el sujetose deje desorientar por las formas o loscolores, y centre, en cambio, toda suatención sobre la consigna lógica. Secomprueba que, por sí solo, este apren-dizaje es eficaz: la tasa de éxitos, ini-cialmente inferior al 10 por ciento, pasaa superar el 90 por ciento. Las otras dosestrategias (la mera explicación lógicay la simple repetición de la tarea) nomejoran las puntuaciones iniciales. Elloindica que el responsable de los yerrosde los sujetos es el mecanismo de blo-queo, no la lógica.

Hemos repetido entonces el mismoprocedimiento valiéndonos de la tomo-grafía por emisión de positrones paraobservar lo que ocurre en el cerebro delos sujetos con anterioridad al aprendi-zaje de la inhibición de la estrategia per-ceptiva, y tras él. Los resultados reve-lan una reconfiguración de las redescerebrales, que va de la parte posteriordel cerebro a la región anterior, pre-frontal. No basta, pues, con haber alcan-zado, en la adolescencia, el �estadio de

las operaciones lógicas formales�, defi-nido por Piaget, para lograr el estadio�prefrontal� y lógico.

Si bien la lógica constituye la formaóptima de adaptación biológica, se cons-tata que en el cerebro en acción, en todomomento, incluido su estadio adulto,pueden superponerse varias estrate-gias de razonamiento, que compiten entresí, siendo frecuente que las respuestasperceptivas les tomen la delantera a lasrespuestas lógicas; más todavía: es lainhibición cognitiva, desencadenada aquípor un aprendizaje experimental, la querevela ser la clave en el acceso a lógicadeductiva. Así pues, la clave del enigmadel funcionamiento cognitivo no se hade buscar sólo en la coordinación lógicade las informaciones, sino también en unafunción de inhibición y de filtrado dealgunas de tales informaciones. Al finalde un aprendizaje estrictamente lógico�por lo general, ineficaz� no se observaninguna reconfiguración de las activa-ciones cerebrales, que habrían de pasarde la parte trasera del cerebro hacia ladelantera.

Bases cerebralesdel error humanoCon mayor precisión, las regiones acti-vadas antes del aprendizaje, situaciónen la cual los participantes incurren enel error de emparejamiento perceptivoen más del 90 por ciento de los casos,corresponden a una red neuronal pos-terior bilátera, que incluye tanto áreasunimodales, es decir, asociadas a unamodalidad sensorial particular, y noto-riamente, a la visión, como áreas hete-romodales (en las que son tratados variossentidos). Se trata de zonas situadas enla parte posterior del cerebro (regionesoccipito-temporales) o en su parte alta(regiones parietales) y, también, regio-nes ubicadas en las circunvoluciones tem-porales media y superior izquierda y enla circunvalación angular izquierda. Alcomparar las imágenes del cerebro ante-riores y las posteriores al aprendizaje,se observa que ciertas regiones se hallanmás activadas antes del aprendizaje. Porsustracción de las imágenes obtenidasantes del aprendizaje y las posterioresal mismo, quedan de manifiesto las áreasque serán específicamente inhibidas porel aprendizaje.

Esta red neuronal posterior, implicadaen funciones de percepción, demuestra,por vez primera, que los sesgos de razo-namiento y los errores de lógica tienenbase cerebral. En nuestros días podemossaber, merced a la técnica de formaciónde imágenes funcional, lo que pasa en elcerebro humano cuando yerra.

66 Mente y cerebro 02/2003

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4. EL APRENDIZAJE de la inhibición de los errores de razonamiento se traduceen una modificación del flujo sanguíneo cerebral. Cuando los sujetos yerran al serlespedido que hagan falsa la regla lógica: “Si no hay cuadrado rojo a la izquierda, ha dehaber un círculo amarillo a la derecha” (a, respuesta errónea), el riego sanguíneo es másintenso en las regiones posteriores y perceptivas del cerebro (b). Cuando se aprende ainhibir sus errores (c, respuesta correcta), el riego sanguíneo se modifica, experimentandomayor activación las regiones anteriores (prefrontales) (d).

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En consecuencia, somos de la opiniónde que la activación de la porción pos-terior de las circunvoluciones tempora-les media y superior izquierdas (el áreade Wernicke) y de la circunvoluciónangular izquierda corresponden a la lec-tura en silencio de la regla. No obstante,a resultas de esta lectura, el sujeto se fijademasiado en las palabras que evocanformas coloreadas (el cuadrado rojo y elcírculo amarillo, por ejemplo), de suerteque estas regiones del cerebro resultanmás activas antes del entrenamiento quetras él. Este resultado reviste especialinterés, pues Evans había formulado lahipótesis de que cuando, en la vidacorriente, examinamos un texto leídonos fijamos, ante una negación, en laproposición que es negada: de las pro-hibiciones retenemos sólo la cosa que seha de evitar (no tomar la primera a la dere-cha) o el objeto que no está disponible(ya no queda helado de vainilla).

De igual modo, el área visual V4situada sobre la vía ventral, específica-mente implicada en la percepción de for-mas coloreadas, se encontraría activadapor una �focalización visual� sobre lasdos formas, lo que desembocaría en suselección sistemática y errónea (nos fija-mos en las dos formas y los dos colores,olvidando la instrucción transmitida porla regla lógica). Se suma a lo anterior laparticipación de las regiones occipito-parietales de la vía dorsal, conocidas porel papel que desempeñan en el trata-

miento perceptivo del espacio, cuandoresulta necesario distinguir la derecha dela izquierda. Dado que la regla lógicaalude a estas nociones, no es sorprendentela activación de estas áreas. Como severá, el tratamiento lógico de estas mis-mas relaciones activa, tras el aprendizaje,otras regiones del cerebro.

Numerosos elementos indican que, enuna tarea de lógica deductiva, nuestrocerebro opera, espontáneamente, de laforma más económica; es decir, poniendoa su servicio una red situada en su parteposterior, implicada en la percepción delas palabras, las formas y el espacio, conpreferencia a la activación de las regio-nes prefrontales. Ello explica por quépodemos cometer errores, y estar al mis-mo tiempo convencidos de responder deun modo correcto. Existe, pues, una rea-lidad biológica de la �irracionalidad�,pero, en este caso, tal funcionamientoeconómico, a menudo eficaz, se hallainadaptado, porque se trata de una tareade lógica deductiva y no de un empare-jamiento perceptivo.

Corrección de los erroresEn nuestros experimentos hemos regis-trado imágenes del cerebro mediante lacámara de positrones, antes y despuésdel aprendizaje. Ahora bien, tras el apren-dizaje de la inhibición de la estrategia

perceptiva, en más del 90 por ciento delos ensayos los sujetos dan la respuestalógica. La comparación de las regionesdel cerebro que experimentan mayoractivación, cuando el participante haaprendido a inhibir el sesgo de empare-jamiento, con las previas al aprendizaje,revela, en individuos sometidos a idén-ticas tareas, la activación de una nuevared neuronal prefrontal. Con mayor deta-lle, las regiones activadas correspondena zonas heteromodales (donde son varioslos sentidos tratados) y a zonas para-límbicas, asociadas a las emociones.Cada componente neuroanatómico de lared activada puede quedar asociado auna componente psicológica de los meca-nismos utilizados cuando se aprende ainhibir el sesgo de emparejamiento per-ceptivo y se mejora el acceso a la res-puesta lógica.

Vemos así que, a la derecha, la cor-teza prefrontal ventromedia y el cínguloanterior se hallan implicados en las rela-ciones entre emoción y razonamiento,cuando se cobra conciencia de los erro-res cometidos y cuando se manifiestanconflictos entre las respuestas posibles(en este caso, el error de emparejamientoresultante de un conflicto entre la per-cepción y la lógica). Volveremos sobreeste punto al analizar los resultados deotra experiencia descrita más adelante.

Mente y cerebro 02/2003 67

CORTEZA PREFRONTALVENTROMEDIA DERECHA

JUNTURA DE LAS CIRCUNVO-LUCIONES PREFRONTAL Y

FRONTAL MEDIA IZQUIERDA

PULVINAR DERECHO

CORTEZA PERIESTRIADABILATERAL

5. LAS IMAGENES obtenidas mediantetomografía de emisión de positronesconfirman que la emoción desempeña unpapel importante en el aprendizaje; sobretodo, cuando se trata de aprender acorregir errores de razonamiento. Estascartografías de la activación cerebralfueron registradas en personas a quienesles fue impartido el aprendizaje de lainhibición de la estrategia perceptiva,y contrastadas con las de personas querecibieron solamente aprendizaje lógico.Queda de manifiesto que ciertas zonasexperimentan activaciones específicas enlos sujetos que tuvieron el primer tipode aprendizaje (en las personas que sólotuvieron aprendizaje lógico “frío”, no seactivan esas zonas). Se trata de la cortezaprefrontal ventromedia derecha, de launión de las circunvoluciones prefrontalizquierda media y frontal izquierda media,del pulvinar derecho y de la cortezaperiestriada bilátera.

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Por otra parte, a la izquierda, se acti-va la circunvolución frontal media, sedede la memoria operativa (porción de lamemoria donde persisten durante unbreve tiempo las informaciones). Estaactivación es imputable, tras el apren-dizaje, a la manipulación lógica de losobjetos (formas y colores) y del espacio(a izquierda o a derecha); antes del apren-dizaje, el tratamiento perceptivo directoprevalece sobre el tratamiento lógico. Laestrategia cambia con el aprendizaje,siendo inhibido el tratamiento percep-tivo espontáneo en beneficio de un razo-namiento lógico. Así lo atestigua la acti-vación de la porción antero-inferior dela circunvolución frontal media, cono-cida por su papel en la inhibición. Seconstata, por último, la activación de lacircunvolución frontal inferior izquierda,que recubre el área de Broca (el área dellenguaje), así como la ínsula anteriorizquierda.

Empero, en la tarea propuesta, el par-ticipante no habla. ¿A qué se debe laactivación del área del lenguaje? Anues-tro parecer, se trata del rastro de un �len-guaje interno� regulador, íntimamenteligado al razonamiento deductivo: alenfrentarnos a una tarea lógica, para re-solverla, �nos hablamos�. Este lenguajeregulador se halla sin duda ligado, en este

caso, a la actividad de inhibición del tra-tamiento perceptivo. De hecho, en lacorteza prefrontal inferior izquierda, ellenguaje, la lógica y la inhibición pare-cen estrechamente imbricados; la lógicadeductiva exige, en casos como el quenos ocupa, la inhibición de la percep-ción, es decir: una abstracción.

Por último, la pre-área motriz suple-mentaria (pre-AMS), que se sabe queparticipa en la selección de una respuestamotriz en situación de competición, seve activada, pues asegura la inhibiciónde la respuesta de emparejamiento per-ceptivo directo (cuadrado rojo a laizquierda y círculo amarillo a la dere-cha) y la selección, con el ratón del orde-nador, de dos formas lógicamente correc-tas (cuadrado verde a la izquierda yrectángulo azul a la derecha).

En cuanto a otras regiones, más pos-teriores, observemos que la circunvolu-ción parahipocámpica está con muchacerteza asociada a la memorización deinstrucciones de aprendizaje, y que el pul-vinar, al igual que la corteza periestriada,al filtrado de las informaciones visuo-espaciales no pertinentes (cuadrado rojoy círculo amarillo). Es sabido que laslesiones del pulvinar entrañan defi-ciencias específicas de esta función defiltrado.

La novedad introducida aquí por latécnica de formación de imágenes fun-cional estriba en haber demostrado porvez primera, no sólo que los sesgos derazonamiento tienen un soporte material,sino, sobre todo, que el cerebro humano,en ciertas condiciones de aprendizaje, escapaz de superar tal sesgo. Empero, estaprimera experiencia no permite disociar,en el impacto neuronal del aprendizaje,lo que emana específicamente de la compo-nente ejecutiva (es decir, de las alertasque enseñan a evitar el sesgo), de lo queemana de la lógica inclusa en toda tareade razonamiento deductivo.

Aprendizaje “frío”y aprendizaje emocionalHemos efectuado después una nuevaexperiencia basada también en la técnicade formación de imágenes por tomo-grafía de emisión de positrones. Ahora,sin embargo, con un grupo de personassometidas sólo a la condición de expli-cación lógica (y no a la condición deaprendizaje de inhibición de la estrate-gia perceptiva). La condición de apren-dizaje era estrictamente idéntica a la delestudio precedente, salvo por la omisiónde las alertas (en especial, las precau-ciones ante posibles trampas), que fue-ron suprimidas al objeto de sustraer lacomponente de aprendizaje de la inhibi-ción. En estas condiciones, sólo subsis-tía la explicación lógica de la tarea, esdecir, una condición que hemos denomi-nado �aprendizaje frío� por oposición alaprendizaje �emocional�, basado en aler-tas, del aprendizaje de la inhibición.

Deseábamos, con este nuevo experi-mento, determinar la imagen que corres-pondía sólo a la emoción. Disponíamos,por experiencias anteriores, de la imagencorrespondiente a la suma del aprendi-zaje de base lógica con la componenteemocional. Efectuando después la dife-rencia de las dos debería ser posible ais-lar las señales �emocionales� específi-cas debidas a alertas emitidas tras elaprendizaje de la inhibición. Se proce-dió, en consecuencia, a comparar losresultados obtenidos por un grupo departicipantes sometidos al aprendizajede la inhibición (grupo inhibición) y ungrupo sometido al aprendizaje lógico(grupo lógico) y a hallar la diferencia en-tre ambos.

Desde el punto de vista del compor-tamiento, los resultados obtenidos con-firmaron los de nuestros experimentospsicológicos anteriores, a saber, que elaprendizaje estrictamente lógico es inefi-caz, pues los participantes seguíanerrando, tras el aprendizaje, en el 90 porciento de los casos. Este aprendizaje,

68 Mente y cerebro 02/2003

En septiembre de 1848, Phineas Gage estaba trabajando en la construcciónde una vía férrea en Nueva Inglaterra. A causa de una explosión accidental,una barrena de casi dos metros de longitud le atravesó el cráneo y el cere-bro. Gage sobrevivió, y repuesto del accidente, recuperó muy pronto la motri-cidad, el habla, la memoria y la inteligencia general. Sin embargo, a pesar desu aparente retorno a la normalidad, se tornó irresponsable, grosero y capri-choso, cuando antes del accidente era responsable, respetado y sociable. Todoocurrió como si ya no experimentase las emociones que le permitían, antes

de su accidente, optar por las conductas apropiadas.Perdió su empleo y se pasó los 12 años siguientes vaga-bundeando o exhibiéndose en circos, hasta su muerte,en 1860.

En los años 1990, a partir del cráneo de Gage, que seconservaba en la Universidad de Harvard, Hanna yAntonio Damasio reconstruyeron la trayectoria de labarra mediante técnicas de obtención de imágenes asis-tida por ordenador. El resultado de esta autopsia deultratumba es que Gage sufrió lesiones que le afecta-ron notablemente la corteza prefrontal ventromedia dere-cha. El equipo de Damasio ha deducido de ello que laslesiones de esta región provocan disfunciones de lasemociones y en el razonamiento. Los estudios aquí pre-sentados refuerzan la idea de que esta área cerebral par-ticipa en las emociones que intervienen en las tareasde deducción lógica pura.

Un accidente repleto de enseñanzas

Page 71: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

demasiado �frío�, no provoca una revi-sión crítica de la estrategia inicial derazonamiento, ni la corrección de erro-res perceptivos.

Razón y emociónHemos demostrado, mediante la tomo-grafía por emisión de positrones, que enel grupo con aprendizaje de la inhibiciónse activan específicamente ciertas zonas,y que, tras dicho aprendizaje, el grupolograba resolver la tarea en un 90 porciento de los casos. Tales zonas son lacorteza prefrontal ventromedia derecha,la unión de las circunvoluciones pre-central y frontal medias izquierdas, elpulvinar derecho y la corteza peries-triada bilateral. Se trata de áreas que per-manecen inactivas en los participantesque reciben sólo la explicación lógica ypersisten en el error.

Al respecto de estos resultados, máscircunscritos que los anteriores, recor-demos que, visto el caso de PhineasGage, en el siglo XIX, hasta los pacien-tes cuyo seguimiento ha efectuadoAntonio Damasio, en la Universidad deIowa, los datos neurofisiológicos indi-can que una lesión de la corteza pre-frontal ventromedia derecha provocadificultades en el razonamiento, paratomar decisiones, en las emociones y enel �sentimiento mismo de sí�, en expre-sión de Damasio. Con la referencia de

estos datos clínicos, Damasio ha suge-rido que el recto uso de la razón y, enparticular, de la lógica, depende de lasemociones y del sentir de sí mismo.Según este autor, en el funcionamientonormal las emociones intervienen en elrazonamiento, especialmente en tareasque entrañen connotaciones personaleso sociales que impliquen riesgos o con-flictos. No obstante, Damasio no hademostrado nunca la implicación directade la corteza prefrontal ventromedia

derecha en una tarea de pura lógicadeductiva, cartesiana, realizada por suje-tos neurológicamente sanos.

Habida cuenta de la estructura espe-cífica del procedimiento de aprendizajeutilizado en nuestros experimentos, todoinduce a pensar que dicha región delcerebro se encuentra en este caso impli-cada en la emoción y el �sentimientomismo de sí� asociados a la toma de con-ciencia del error de razonamiento y alconflicto entre percepción y lógica

Mente y cerebro 02/2003 69

CINGULOANTERIOR

CIRCUNVOLUCIONFRONTAL MEDIA

CIRCUNVOLUCION PRECENTRAL

AREA DE BROCA

AREA MOTRIZSUPLEMENTARIA (AMS)

CIRCUNVOLUCIONSUPRAMARGINAL

CORTEZAPERIESTRIADA

CIRCUNVOLUCIONOCCIPITAL MEDIA

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CORTEZA PREFRONTALVENTROMEDIA

CIRCUNVOLUCIONANGULAR

6. MODIFICACION DE LA ACTIVIDAD CEREBRAL subsiguiente al aprendizaje de lainhibición, puesta de manifiesto por los autores. En los tests propuestos, la actividad seencuentra, antes del aprendizaje, bastante localizada en las regiones occipito-temporales(circunvolución lingual izquierda y circunvolución fusiforme bilateral o área visual V4),occipito-parietales (circunvolución occipital media bilateral, cúneo derecho,circunvolución angular izquierda, GA, y circunvolución supramarginal bilátera, GSM) y,por último, temporales (circunvolución temporal media izquierda y circunvolucióntemporal superior izquierda o área de Wernicke). Todas estas regiones muestran mayoractivación antes del aprendizaje que después. Por el contrario, tras del aprendizaje, seaprecia una reconfiguración de la actividad cerebral, que pasa de regiones posteriores,en gran medida dedicadas a la percepción de palabras, formas, colores y el espacio, aregiones prefontales, más ligadas a las emociones, a la inhibición y a la lógica. Las zonasactivadas son, entonces, en esencia, a la derecha, la corteza prefrontal ventromedia, elcíngulo anterior, y, a la izquierda, la circunvolución frontal media, la frontal inferior(área de Broca), la ínsula anterior, el área pre-AMS y la circunvolución parahipocámpica.Se observa también una activación bilátera de la corteza periestriada implicada, con elpulvinar (una región del tálamo), en el filtrado visual de informaciones. Los surcos deseparación de los territorios cerebrales se representan en color.

Page 72: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

deductiva. Lo mismo vale para elemen-tos �infralógicos�, desencadenados porlas alertas de aprendizaje, que parecenindispensables para inhibir el sesgo deemparejamiento perceptivo, como ates-tigua la ausencia sistemática de activa-ción de la corteza prefrontal ventrome-dia derecha en todos los individuos delgrupo lógico con aprendizaje frío, en losque el error no es corregido.

Desde el punto de vista de la psicolo-gía evolucionista, este resultado neuro-funcional debe ponerse en relación conel papel clásicamente imputado a la emo-ción en la supervivencia; en particular,que el miedo a un peligro conduce a losanimales y, entre ellos, al hombre, a huiry evitarlo. Podemos, pues, proponer, entérminos darwinistas, que la evoluciónha debido modelar un cerebro que expe-rimenta las emociones necesarias parainhibir las conductas desadaptadas, inclusocuando se trata de lógica deductiva. Encontra de lo que Piaget pensaba, el cere-bro humano no es, a semejanza de unordenador, una calculadora fría y lógica.

Los resultados de este segundo expe-rimento de técnica de formación de imá-genes, asociados a los del equipo deDamasio, indican que la emoción puedeayudar al razonamiento. Uno de los rolesdel hemisferio derecho, aquí fuertementeimplicado, podría consistir en el �trata-miento espacial de emociones�, es decir,en una sensibilidad a las relaciones entrelas emociones, determinante del com-portamiento adecuado en una situaciónconcreta.

De la imagen cerebrala la pedagogíaDestaquemos que los resultados ante-riores constituyen sólo los primeros pasosreferentes a los fundamentos cerebralesde la corrección de errores y sobre loscambios de estrategia en el razonamientohumano. No obstante, aportan ya algu-nos elementos de respuesta a las trescuestiones clave que se debaten en lapsicología cognitiva del razonamiento:¿Es lógico nuestro razonamiento? ¿Porqué cometemos errores de razonamiento?¿Puede la emoción ayudar al razona-miento?

Respecto a las dos primeras cuestio-nes hemos comprobado que, en ciertoscasos, el cerebro busca espontáneamentela economía, reclutando, por ejemplo, unared neuronal anclada en la percepción,lo que demuestra la materialidad de lossesgos de razonamiento. La técnica deformación de imágenes ha permitido eneste caso comprender el modo en que elcerebro humano, pese a todo su refina-miento, puede incurrir en errores de

lógica. Nuestros resultados han llevadoasimismo a descubrir la plasticidad delcerebro, aquí traducida en su capacidadpara acceder a la lógica deductiva: pararazonar correctamente, han de ocupar supuesto las estrategias de inhibición delfuncionamiento �espontáneo� del cere-bro. Se trata de la demostración neuro-nal de la flexibilidad intelectual.

En cuanto a la última cuestión, con-cerniente al papel de la emoción, se res-ponde demostrando que ciertas regionescerebrales dedicadas a las emociones yal sentimiento de uno mismo participanen la inhibición de un sesgo de razona-miento, lo que permite acceder a la lógica.

Como ha destacado Mark Johnson, dela Universidad de Londres, los datosobtenidos mediante la técnica de for-mación de imágenes funcional relativosal aprendizaje en el adulto aportan indi-caciones de interés sobre los mecanis-mos que operan en el desarrollo neuro-cognitivo del niño. Desde este punto devista, los resultados aquí expuestos nosllevan a tomar en consideración, en psi-cología infantil y en pedagogía, dos meca-nismos subestimados en la teoría dePiaget: la inhibición de las estrategiascompetidoras y la emoción, indispensa-bles para que el cerebro corrija sus erro-res de razonamiento.

70 Mente y cerebro 02/2003

OLIVIER HOUDE, profesor de psicologíacognitiva en la Universidad París-5 (Sorbona)y en el Instituto Universitario de Francia, esresponsable del equipo de “Desarrollo y fun-cionamiento cognitivos” integrado en elGrupo de formación de imágenes neuro-funcionales,UMR 6095,CNRS-CEA,Univer-sidades de Caen y París-5,dirigido por BernardMazoyer, donde también trabajan SylvainMoutier, Laure Zago y Nathalie Tzourio-Mazoyer.

INHIBITION AND COGNITIVE DEVELOPMENT:OBJECT, NUMBER, CATEGORIZATION, AND

REASONING. Olivier Houdé, en CognitiveDevelopment, vol. 15, págs. 63-73, 2000.

SHIFTING FROM THE PERCEPTUAL BRAIN TO

THE LOGICAL BRAIN. Olivier Houdé et al.en Journal of Cognitive Neuroscience, vol. 12,págs. 721-728, 2000.

ACCESS TO DEDUCTIVE LOGIC DEPENDS ON A

RIGHT VENTROMEDIAL PREFRONTAL AREA

DEVOTED TO EMOTION AND FEELING.OlivierHoudé et al., en Neuroimage, vol. 14, págs.1486-1492; 2001.

CERVEAU ET PSYCHOLOGIE. Olivier Houdé,Bernard Mazoyer y Nathalie Tzourio-Mazoyer. PUF, 2002.

Bibliografía complementaria

Page 73: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad
Page 74: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

Matthias Bethge y Klaus Pawelzik

El cielo del crepúsculo, el cantode un pájaro o el aroma de unarosa nos parecen tan evidentes,que no solemos preguntarnos

si tales percepciones se correspondencon la realidad. En sentido estricto, lossonidos, los colores, los sabores o los aro-mas se generan en nuestro cerebro. Losestímulos físicos procedentes del entor-no �roces en nuestra piel, ondas so-noras, ondas electromagnéticas o mo-léculas aromáticas� llegan a nuestrosórganos de los sentidos y a los recepto-res sensoriales distribuidos por el cuer-po. Se traducen en señales nerviosas. Aese proceso traductor se le denominacodificación.

En efecto, el flujo de ondas electro-magnéticas lo convierte nuestro cerebroen la percepción de una flor azul. Perolo que percibimos como una flor en-cierra bastante más información de laque sabemos distinguir. Carecemos delos receptores apropiados para captarmuchos estímulos físicos. Además, en lacodificación no se procesan todos losdetalles, cuando no se pierden en el proce-so de transmisión. No obstante todo ello,a partir de las informaciones que en con-diciones normales le llegan el cerebroconsigue construir una imagen útil delmundo que nos rodea. Y él mismo genera

señales que, por regla general, tienencomo resultado una conducta adecuada.

A finales del siglo XIX se establecióque los componentes elementales delcerebro eran las neuronas. Sigue, sinembargo, abierta la cuestión en torno almecanismo en cuya virtud se generan, apartir de procesos biofísicos cerebrales,los fenómenos psicológicos que conllevael acto de la percepción. ¿Qué procesosson esenciales en cada neurona y cuálesirrelevantes? ¿A qué da lugar la acti-vidad conjunta de grupos restringidosde neuronas y qué es lo que origina elestímulo de áreas enteras del cerebro?En otras palabras, ¿qué idioma habla elcerebro?

Un procedimiento típico en este ámbi-to de la ciencia consiste en estimularsensorialmente un animal y medir la �res-puesta� observada en una determinadacélula nerviosa. Pero las neuronas sehallan en permanente actividad, inclu-so en ausencia de estímulos exteriores;por ejemplo, durante el sueño. Este trá-fico interno de señales transforma sincesar el estado en que se encuentra el cere-bro. Por consiguiente, las mismas se-ñales aferentes en momentos diferentesnunca inciden sobre el mismo sistema.El estado de vigilia, la atención y las ex-periencias anteriores modifican la con-ducta de las neuronas. En breve, los fenó-menos neuronales observados en

respuesta a un estímulo pueden ser simi-lares o completamente diferentes de unmomento a otro.

Para reducir al mínimo la influenciade todos esos factores los neurólogosconcentran su atención en áreas cere-brales cuya actividad se corresponda lomás directamente posible con los estí-mulos aplicados en los experimentos; sepretende que el sistema nervioso no sufraalteraciones durante su curso.

Una neurona recibe señales aferentesprocedentes del sistema radicular de susdendritas. Luego, el soma celular lasintegra y las transmite, constituidas enseñal eferente, al axón; llegan a éste através de la protuberancia axonal (salientedel que parte el axón). En su extremo,el axón se ramifica y establece, a su vez,conexión con otras neuronas.

El olor excitante de la rosa La transmisión de la señal en el interiorde la neurona procede mediante la pro-pagación de cambios de potencial a lolargo de la membrana celular, dotada decarga eléctrica. Si una señal eléctricasupera un determinado valor en la pro-tuberancia axonal la membrana reac-ciona desencadenando un �potencial deacción�. Por tal se entiende un impulsoque atraviesa el axón; en una corta frac-ción de segundo, cambia el potencial demembrana de manera característica.

72 Mente y cerebro 02/2003

El lenguajede las neuronas¿Cómo consiguen las neuronas transformar en impulsos eléctricos

los estímulos que les llegan desde el exterior? Poco a poco vamos

descifrando el lenguaje críptico del cerebro

Page 75: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

Mente y cerebro 02/2003 73

El problema fundamental para desci-frar el código neuronal estriba en que laspropiedades físicas de los potencialesde acción no indican qué tipo de estímuloslos han desencadenado. Da igual que es-cuchemos nuestra pieza preferida, nosdeleite el aroma de una rosa, miremos latelevisión o acariciemos un gato, todoslos potenciales de acción que ante estosestímulos desencadenan las neuronastienen las mismas características. A lamanera en que las palabras de un idiomase forman con un solo alfabeto, el len-guaje de las neuronas tiene en la espiga

su elemento básico. Las espigas adquie-ren siempre la misma forma, pero en lacorteza cerebral esta presentación escapaz de combinar los estímulos másdispares; por ejemplo, auditivos y visua-les. En ello se funda la sospecha de queel soporte de percepciones y pensamien-tos, incluso los más abstractos, resida enlas espigas, cuyas combinaciones con-forman el código neuronal.

¿Cómo �sabe� una neurona que la in-formación que le llega es un aroma y no

un sonido? Tal modalidad de estímulo,así se llama el fenómeno, viene codi-ficada por la vía nerviosa que va desdeel receptor sensorial hasta la neurona encuestión, posiblemente pasando pordiversas estaciones intermedias. Perouna neurona puede �saber� más. DavidHubel y Torsten Wiesel, de la facultadde medicina de Harvard, comprobaronhace unos cuarenta años que deter-minadas neuronas de la corteza visual pri-maria respondían muy bien a rayos lumi-

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1. EL HOMBRE RECONOCE SU IMAGEN EN EL ESPEJO. ¿Podrá descifrar algún día elcódigo con el que su cerebro codifica esta imagen?

Page 76: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

nosos con una orientación determinada,rayos que incidían en un área circuns-crita del campo visual, el denominadocampo receptor, y seguían cierta direc-ción.

En el marco de estos ensayos midie-ron el cociente de respuesta de las neu-ronas corticales ante estímulos experi-mentales. Partían del supuesto de que lainformación esencial radica en el númerode potenciales de acción por unidad detiempo. El cociente se calcula contandoel número de potenciales de acción a lolargo de un intervalo de tiempo sufi-cientemente prolongado y dividiendopor la duración de dicho intervalo.

A Hubel y Wiesel debemos otro ha-llazgo interesante: las neuronas que res-ponden a posiciones y orientaciones si-milares ocupan lugares próximos en la

corteza cerebral. Por tanto, las posicionesy las orientaciones de los estímulos visua-les pueden dibujarse en la superficie de lacorteza cerebral, cartografiarse. Las neuro-nas situadas en una misma columna per-pendicular a la superficie corporal, en lasllamadas columnas corticales, reaccio-nan ante estímulos similares. Por este des-cubrimiento Hubel y Wiesel recibieronel premio Nobel en 1981.

Podría levantarse un mapa similar enla corteza motora que planifica y dirigelos movimientos del cuerpo. Es la �parteemisora� del cerebro. También allí, lasactividades neuronales vecinas estimu-lan grupos musculares próximos. Si semide la actividad de las neuronas de es-tas áreas motoras, se comprueba que elnúmero de potenciales de acción por uni-dad de tiempo se corresponde con di-versos parámetros motores. En otras pa-labras: el ritmo de excitación de estasneuronas codifica los movimientos.

Para que la medida del cociente de res-puesta resulte operativa, hemos de con-siderar una ventana temporal de un se-gundo al menos; de lo contrario, el valorvendría sesgado por la elección arbitra-ria de la duración de dicho intervalo. Larazón de ello estriba en que la mayoríade las veces las neuronas no se excitancon un ritmo regular. Es lógico pensar,pues, que la información no sólo estécontenida en el número de espigas, sino

también en el modelo que sigue la dis-tribución de espigas a lo largo del tiem-po. Para objetivar esta distribución, elintervalo de estudio se divide en nume-rosos subintervalos, muy cortos; trasmúltiples repeticiones, se calcula la cuan-tía media de espigas por intervalo. Comoresultado se obtiene el histograma pe-riestimular temporal (PSTH, en su si-gla inglesa).

Si esta detallada representación ofre-ciera mayor información que el númeroescueto de potenciales de acción por uni-dad de tiempo, dispondríamos de unmétodo para obtener datos más exactossobre los estímulos desencadenantes. En1987, Lance Optican y Barry Richmond,del Instituto Nacional de la Salud enBethesda, confirmaron la hipótesis. Mos-traron a un gato diversos modelos aje-drezados. Basándose en el PSTH de unaneurona de la corteza visual del felino,identificaron el estímulo visual presen-tado, lo que hubiera sido punto menosque imposible de haberse fundado exclu-sivamente en el número total de espigas.

La imagen de la estaciónde telégrafosHay diversas características de las ac-tividades neuronales que pueden en-cerrar información sobre un estímulo.El problema está en distinguir las carac-terísticas esenciales. ¿Proporciona elmomento en que aparecen las espigasmás información que su puro número?Importa, además, saber entre cuántoscomponentes del estímulo puede discri-minar una neurona.

En la teoría de la información propues-ta en 1948 por Claude Shannon encon-tramos ideas valiosas para abordar esetipo de cuestiones. La teoría de Shannondescansa sobre tres pivotes: emisor, re-ceptor y canal de información entre am-bos. Para su interacción se acude a la ima-gen de una línea telegráfica. A través delcanal el emisor envía secuencias de seña-les (la noticia) tomadas de una reservapreexistente (el �alfabeto�).

Previamente, emisor y receptor se hanpuesto de acuerdo sobre el significadode las señales. La llegada de la infor-mación coloca al receptor en condicio-nes de poder elegir una sola entre unaserie de posibilidades. Cuanto mayor seael número de posibilidades distingui-bles, mayor será la información incluidaen la noticia.

Un observador esporádico que sóloperciba la secuencia de las señales, noaprehenderá el significado de la noticia,pero sí podría advertir cuánta informa-ción es capaz de contener la noticia. Lamagnitud de la información, que puede

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2. REACCION EN CADENA. En el inicio de las vías nerviosas están las célulassensoriales; así, las del ojo o el oído. Estas células nerviosas especializadas transforman lainformación que les llega desde el exterior —la luz o las ondas sonoras— en impulsosnerviosos eléctricos. Luego, la información se transmite, de forma escalonada, de ungrupo de neuronas a otro.

CELULASRECEPTORAS

NEURONASINTERMEDIARIAS

NEURONASMOTORAS

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ESTIMULO REACCIONDE LA CELULA

3. NEURONA CON PREFERENCIAS, expresión que nos remite, aquí, a las respuestasde una célula con orientación específica en la corteza visual primaria de un gato. Estasrespuestas fueron medidas por D. Hubel y T. Wiesel en 1958. La célula emite impulsoscasi exclusivamente ante un foco de luz en posición de las once horas que se mueva deabajo arriba.

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calcularse por métodos matemáticos,depende exclusivamente de la frecuen-cia relativa con que se presentan las se-ñales.

En este contexto, una señal rara tienemás valor informativo para el receptorque una señal reiterada. Para entenderde un modo intuitivo qué expresa la teo-ría de la información, imaginemos quenos hallamos a la espera de un telegramade un amigo donde se anuncia el día desu visita. Por desgracia, la palabra se hadeformado mucho durante la transmi-sión y sólo se ha salvado una letra legi-ble. ¿Qué letra tendría la máxima infor-mación para nosotros, una �E�o una �J�?¿Cuántos días de la semana incluyen ensu nombre una �J�?: sólo uno, el jueves;¿cuántos una �E�?: cinco.

El alfabeto más sencillo que cabe sos-pechar consta de dos signos; se ejem-plifica en el código binario, de 0 y 1. Su-poniendo que ambos signos se transmitencon exactitud e idéntica frecuencia, lainformación que puede vehicularse

mediante ellos es de 1 bit. Configura launidad de medida de la información. Enel concepto de información propuestopor Shannon resulta irrelevante qué eslo que el emisor y el receptor piensensobre la noticia transmitida entre ambos,es decir, qué �significado� pueda tenerel mensaje. Podemos, pues, aplicar lateoría de la información a nuestro pro-pósito: podemos hablar de la informa-ción que transmite una neurona a pesarde que, en principio, carezca de sentidola cuestión de qué es lo que esta neuro-na �sabe� o �piensa al respecto�.

No está ni mucho menos claro quédeba entenderse por signo en el caso deuna neurona. Nos movemos en un terre-no especulativo y, en principio, dividi-mos el intervalo de tiempo que nos inte-resa en muchos intervalos parciales enlos que se presenta a lo sumo una espi-ga. Decimos que la neurona emite elsigno 1 cuando en este intervalo parcialaparece una espiga; en caso contrario,decimos que la neurona emite el sig-

no 0. Cuantos más intervalos parcialesse dispongan para la codificación, tan-tos más estímulos podrían distinguirseen teoría.

El ojo de la moscaSi nos interesa podemos calcular tam-bién cuánta información contenida en laseñal que llega a la neurona (qué partedel estímulo) se recupera en la respuestaque ésta emite, en la �noticia� que da. Enteoría de la información esta magnitudrecibe el nombre de transinformación.A partir de las frecuencias relativas conque se presenta un estímulo asociado auna señal portadora de información puedeestimarse la probabilidad de que esténvinculados. En la práctica tales proba-bilidades pueden calcularse sólo de formaaproximada; para mayor exactitud senecesitaría un número astronómico deensayos.

Existe, sin embargo, un método bas-tante sencillo de determinar la informa-ción mínima de que puede ser portadora

Mente y cerebro 02/2003 75

Cuando una neurona recibe, a travésde sus dendritas, un número suficientede señales aferentes se excita.Transmite,vía axón,una señal en forma de secuen-cias de impulsos eléctricos, los deno-minados potenciales de acción.En estado de reposo, la membranatiene un potencial eléctrico negativode unos 70 milivolt, como conse-cuencia de la distribución asimétricade los iones positivos y negativos auno y otro lado de dicha cubierta. Porotra parte, la membrana celular dis-pone de canales iónicos, que depen-den de las diferencias de potencial; deahí su excitabilidad eléctrica.Cuando las señales que llegan a la zonade disparo de la prominencia axónicainducen un cambio de potencial eléc-trico que supera cierto nivel, se abrenlos canales iónicos (véase la figura arribaa la derecha. La longitud de las flechases proporcional a la intensidad de lacorriente iónica). Se produce entoncesuna brusca caída del potencial de reposo,para volver luego a la situación de par-tida. A este pulso de tensión se le de-nomina potencial de acción o, sencillamente, espiga.Cuando se elicita una espiga, se propaga del soma celular,continúa por el axón y éste, a través de sinapsis, establececontacto con las fibras dendríticas de otras neuronas. Enlas sinapsis químicas hay una hendidura; este hiato aísla alaxón de la neurona presináptica, de la dendrita de la “neu-rona postsináptica”. No se produce en las sinapsis un aco-

plamiento eléctrico directo, sino una transmisión electro-química de la señal. En el momento en que una espiga alcanzala hendidura, desde el lado presináptico se liberan neuro-transmisores; se trata de sustancias que, al actuar de men-sajeros, abren determinados canales iónicos en la parte post-sináptica, cambiando así el potencial de membrana de laneurona postsináptica.

+ + + + + + + + + + + + + +++- - - -

+ + + + + + + + + + + + + +++- - - -- - - - - - - - - - - - - - - -+ + + +

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SENTIDO DEL IMPULSO NERVIOSO

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SINAPSIS DENDRITA

NUCLEOCELULAR

SOMACELULAR

SENTIDO DEL IMPULSO NERVIOSO

PROMINENCIAAXONAL

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Disparo de señales en el sistema nervioso

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una neurona. Planteemos el problemadesde otra perspectiva: busquemos elgrado de precisión con que puede recons-truirse el estímulo a partir del conoci-miento de los potenciales de acción. Talfue el planteamiento de Bill Bialek y suscolegas, de Princeton, que les dio unóptimo rendimiento, incluso aplicado aestímulos dinámicamente variables.

Bialek y su grupo estudiaron las res-puestas de las neuronas H1 del sistemavisual de una mosca ante cuyos ojos semovía una estructura enrejada. Partíande una simplificación conceptual, la de

que para ese tipo celular había un modelopreferido de estímulo, que admitía unadeterminación matemática: cada espigase asociaba al estímulo precedente y que-daba identificada mediante un algoritmode cálculo del curso medio de los estímu-los. Bialek y su equipo tomaron este cur-so medio como patrón. Basados en él,reconstruyeron, retrospectivamente ycon bastante aproximación, la secuen-cia entera de los estímulos presentados.

El método funcionó. De lo que se des-prende que también en el momento enque se presenta la espiga se está trasmi-tiendo, al menos, cierta informaciónsobre el estímulo. A partir de la calidadde la reconstrucción Bialek cifró inclusola información transmitida por la neu-rona: cuantos menos fallos tiene lareconstrucción tanta más informaciónhay. Para la neurona H1 de la mosca secalculó una transinformación de al menos64 bit por segundo con un desarrollo

temporal de unos dos milisegundos. Setrata de un método de reconstrucción sinsuficiente finura; por ello, en la mayo-ría de los casos sus resultados suponenuna infravaloración. No obstante, ofrecela ventaja de aportar datos bastante fia-bles. Con un método directo para medirla transinformación basado en las fre-cuencias relativas de las secuencias deespigas se llega a la conclusión de que,tras el estímulo, la neurona H1 habíaprocesado 81 bit de información porsegundo.

Ahora bien, si los impulsos se codifi-caran sólo a través de la frecuencia derespuestas de una neurona nada más, latransmisión de la información encon-traría pronto un límite insuperable: losestímulos que cambiaran con celeridadno podrían transmitirse en las debidascondiciones, por la sencilla razón de que,después de cada espiga, la neurona nece-sita una pausa de recuperación. En otraspalabras, la cadencia de las espigas nopuede traspasar cierto límite. Si los es-tímulos experimentan cambios muy rá-pidos, la neurona debe codificarlos me-diante las pocas espigas que se sucedenen un breve intervalo temporal, lo quecomporta, además, una merma impor-tante de precisión. A todo ello hay queañadir que ante un mismo estímulo la res-puesta de una neurona, sobre todo si per-tenece a la corteza, puede variar mucho.

Vistas así las cosas, las diferenciasgraduales en la cadencia de excitaciónde una neurona no parecen apropiadaspara codificar unos estímulos cambian-tes. Aparece un panorama radicalmentedistinto si la información esencial noestá codificada por la respuesta de unaneurona, sino por un grupo de ellas.

La neurona no suele actuar solaMúltiples son las razones en pro de unacodificación colectiva, expresión quedesigna la realizada por grupos de neu-ronas. Una neurona de la corteza cere-bral tiene de mil a diez mil sinapsis afe-rentes; a ella llega la operación de unconjunto de neuronas previamente exci-tadas. Por otra parte, parece ser que laconsideración del grupo se correspondecon el punto de vista de las propias neu-ronas. En el caso más sencillo, la inte-gración del valor medio de muchas res-puestas neuronales permite que latransmisión de la señal permanezca esta-

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5. LUZ EN EL EXTERIOR: MANCHAS LUMINOSAS EN EL INTERIOR. Un pigmentosensible a los cambios de tensión pone de relieve las preferencias que en cada casomuestra una neurona de la corteza visual primaria ante una determinada orientacióndel estímulo luminoso. Si se presenta un foco luminoso con una orientación dada (a laizquierda en la figura), el pigmento de la correspondiente célula eléctricamente estimuladacambia de color. Todas las regiones corticales que reaccionan ante determinadasorientaciones del estímulo adquieren el mismo color. La técnica fue desarrollada porLarry Cohen, de la Universidad de Yale, y más tarde aplicada a la corteza cerebral porGary Blasdel, de la Universidad de Pittsburgh.

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ORIENTACION DEL ESTIMULO

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4. SINTONIA FINA. La respuesta de una neurona se presenta aquí ante estímulos conlos que está sintonizada, admitiendo muy pocas desviaciones. Sirve de estímulo un focoluminoso de orientación variable. El óptimo de la curva de sintonía se sitúa en los90 grados; desviaciones de este valor provocan frecuencias de impulsos mucho menores.

Page 79: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

ble, aun cuando fracase alguna que otraneurona en particular.

Verdad es que tales poblaciones deneuronas constituyen algo todavía pordescubrir. Pero, como ya advirtieronHubel y Wiesel, y representaron en susmapas de la corteza, en muchas regio-nes corticales las neuronas vecinas pre-sentan respuestas redundantes. Las pre-ferencias de las neuronas corticalesvecinas por los estímulos no cambian deuna forma brusca, sino de un modo pau-latino. Las neuronas situadas en la mismacolumna cortical muestran preferenciapor estímulos casi idénticos. En conse-cuencia, estas neuronas resultan parti-cularmente apropiadas para crear códi-gos colectivos.

Parece ser que en los códigos colec-tivos el patrón de espigas desempeñatambién un papel importante. Yang Dany sus colaboradores, de la Universidadde California en Berkeley, demostraronque el método utilizado por Bialek podíaaplicarse a poblaciones de neuronas.Presentaron a un gato unas secuenciasde película y observaron las respuestas deespigas emitidas por la región visual del

tálamo. Lo mismo que en el experimentode Bialek con la mosca, se registraronaquí los estímulos preferidos por unaneurona concreta. Mediante superposi-ciones no sólo reconstruyeron el cursode los estímulos a la entrada de una neu-rona determinada �como Bialek�, sinotambién las respuestas del grupo enteroa la secuencia fílmica completa. Estos

experimentos demostraron con nitidezque podían codificarse patrones com-plejos de estímulos en la sucesión tem-poral de los potenciales de acción de ungrupo de neuronas.

Con estos mismos métodos o simila-res, Miguel Nicolelis y colaboradores,de la Universidad Duke en Durhan, hanconseguido recientemente predecir los

Mente y cerebro 02/2003 77

La respuesta en forma de espiga que elicita una neuronaante un mismo estímulo aparece, en cada ocasión, con unapresentación diferente (izquierda, arriba). Se mide la fre-

cuencia media de impulsos en un intervalo de tiempo fijo(aquí diez milisegundos) y se representa en un histogramaperiestimular temporal, que da cuenta de la respuesta “típi-ca” de una célula ante un estímulo determinado.Cuanto menores sean los intervalos de tiempo en los quese registran las espigas (a, figura de la derecha), la infor-mación del diagrama de barras será más nítida (b, c). Si seelige una ventana temporal brevísima, en la que sólo quepauna espiga (d), la secuencia de espigas puede representarseen código binario (e).

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HISTOGRAMA PERIESTIMULAR TEMPORAL

TIEMPO (MILISEGUNDOS)

TIEMPO (MILISEGUNDOS)

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HZ

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Información contenida en el patrón de la excitación

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movimientos de los brazos de un monoa partir de la actividad nerviosa de-sarrollada en su corteza cerebral moto-ra. Lograron incluso dirigir, a través deInternet, los movimientos de un brazorobot.

Otro experimento sobre codificacióncolectiva, del que se sacaron valiosasenseñanzas, fue el realizado, hace másde diez años, por Choongkil Lee, BillRohrer y David Sparks, de la Universidadde Alabama en Birmingham. Reconstru-yeron los movimientos oculares de unmono a partir de la actividad de un grupode neuronas motoras del Colliculus supe-rior del techo del cerebro medio. Basán-dose en el valor medio de las posicionesoculares preferidas por cada neurona,medido por su actividad, calcularon el

vector de población. Este vector se corres-pondía bien con la posición real de losojos. Para comprobar si el método segui-do sacaba a la luz aspectos esencialesdel código neuronal, paralizaron tempo-ralmente una parte de las neuronas.Apoyados en el nuevo vector de pobla-ción calculado pudieron predecir las con-secuencias de la supresión de este grupode neuronas sobre el movimiento ocu-lar.

Además de las propiedades de los códi-gos estudiados, con los métodos de lateoría de la información se pueden obte-ner otros resultados. Permiten deducircódigos neuronales teóricos y abordar-los desde la óptica de la evolución bio-lógica. Entre las muchas codificacionesen principio posibles, la evolución ha ido

imponiendo a lo largo del tiempo lasmás eficientes. Resulta, pues, muy inte-resante investigar cómo pueden presen-tarse estos códigos en situaciones bio-lógicas límite.

Ahora bien, ¿qué significa para la neu-rona ser particularmente eficiente? FredAttneave, de la Universidad de Oregón,y Horace Barlow, de Cambridge, postu-laron en los años cincuenta que las célu-las nerviosas respondían a un estímulocon el mínimo gasto posible, es decir, conla mínima redundancia. Si dos neuronasse comportan igual, podrá reducirse laredundancia silenciando una o confián-dole otras misiones. Lo cierto es que dis-ponemos de pruebas en abundancia deque la codificación de estímulos por partede las neuronas sensoriales (las retinia-nas, por ejemplo) apenas es redundante.

La calidad de la transmisión consti-tuye otro criterio de eficiencia. Para lasupervivencia de muchos organismosresulta decisivo reconocer y localizarcon suma presteza los enemigos o huir atiempo de los depredadores. Personas aquienes se presentan imágenes de paisajesnaturales pueden reconocer en menos de0,2 segundos si en ellas figura algún ani-mal. Esta gran velocidad de procesa-miento supone un reto especial para lacodificación neuronal. Desde el órganoreceptor hasta la percepción en la cor-teza cerebral y, finalmente, hasta la acti-vación muscular (para pulsar un botón),la señal ha de atravesar muchas fases deprocesamiento; aunque sólo fuera porrazones cronológicas, cada neurona sólopuede contribuir con unas pocas espigasen esta cadena de señales.

¿Qué código neuronal sería el óptimopara cumplir tal objetivo, de suerte queresultaran mínimos los errores de recons-trucción? Los cálculos que nosotroshemos realizado para cuantificar estoserrores, siguiendo diversas estrategias decodificación, nos demuestran que en gru-pos grandes de neuronas no convienecodificar las distintas característicasbasándose en diferencias graduales defrecuencia de impulsos. La aducida ven-taja de que así aumentaría la cantidadde frecuencias para una neurona con-creta no importa tanto como la insegu-ridad de que dichas frecuencias se corres-pondieran con las respuestas en espigasde las neuronas.

Un error de reconstrucción particu-larmente grave se presenta en las codi-ficaciones colectivas en las que se uti-liza como señal la frecuencia total deespigas de una población de neuronas.Sería mucho mejor, concluimos noso-tros, un código en el que cada neuronadispusiera de sólo dos estados alterna-

78 Mente y cerebro 02/2003

¿Cuánta es la información mínima que puede transmitir una neurona? Paraobtener un cálculo aproximado podremos valernos del método de correla-ción inversa. Se parte del supuesto de que,para cada neurona, existe una secuen-cia preferida de estímulos, ante la cual responde con una espiga. Si la señalconsiste en la suma de dos estímulos típicos consecutivos, responderá condos espigas consecutivas, y así en adelante.En el diagrama adjunto se representa en rojo un estímulo cambiante con eltiempo; debajo figura el registro del patrón de espigas. Para cada espiga seregistra el tiempo que dura el estímulo inmediatamente antes y se calcula elvalor medio de este tiempo para todas las espigas. Se tiene así una buena apro-ximación de la frecuencia de estímulos preferida por la neurona.En resumen: si hacemos corresponder la espiga con su modelo de secuenciade estímulos preferida y se adecuan correctamente los tiempos, conseguire-mos una reproducción aproximada de la señal original. A tenor de la calidadde la reconstrucción, podremos adquirir una idea de la cantidad mínima deinformación que transmite la neurona.

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400300200100

–400–300–200–100

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–0,1–0,15 –0,10 –0,05 0 0,05 0,10

CURSO DE LA SEÑAL TRANSMITIDAEN EL MOMENTO DE UNA "ESPIGA"

TIEMPO (SEGUNDOS)

TIEMPO (SEGUNDOS)

TIEMPO (SEGUNDOS)

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VE

LOC

IDA

D D

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SECUENCIA DE SEÑALES

SECUENCIA DE SEÑALES

RESPUESTA NEURONAL

SECUENCIA ESTIMADADE SEÑALES

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Apreciar lo que la neurona aprecia

Page 81: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

tivos: el de máxima y el de mínima fre-cuencia de excitación.

Hay en la corteza cerebral muchasneuronas que parecen actuar según esteprincipio. Descargan impulsos cuyospotenciales de acción se suceden velo-ces. Sin embargo, la mera existencia deestas neuronas no es una demostraciónsuficiente. Si, basándose en muchos ensa-yos, se determina la frecuencia de las res-puestas se ve que, incluso en estas neu-ronas, aparecen emisiones de impulsosque varían constantemente según lascaracterísticas de los estímulos.

Para funcionar hay que codificarInvestigaciones recientes, tanto propiascomo de otros grupos, indican que lascodificaciones comprobadas en las neu-ronas no son siempre las óptimas si selas compara con las permitidas de acuer-do con la teoría de la información. Unarazón podría ser la siguiente: para queun organismo pueda sobrevivir han deprocesarse correctamente importantesinformaciones que le faculten para tomardecisiones. Desde el punto de vista teó-rico, eso significa que transportar lamayor cantidad posible de informacióncon el mínimo gasto no es el único obje-tivo de una codificación. El fin del pro-cesamiento cerebral de la informaciónneuronal no es transportar la máxima

información posible. Antes bien, de loque se trata es de reducir a lo esencialla información disponible que sirva paratomar decisiones.

Recurramos a un ejemplo: decidir si51 × 17 es más que 24 × 37. Aquí todala información necesaria para hallar lasolución está contenida en el plantea-miento. Para poder utilizar esta infor-mación en la solución al problema loprimero que hay que hacer es reformu-lar las expresiones del planteamiento. Alfinal, en lugar de los numerosos bits queexige la codificación del problema, apa-rece un solo bit: la respuesta �no�.

El gran número de pasos intermediosque hay que dar exige complicados cálcu-los en cuya realización hay muchas pro-babilidades de que se deslice algún pe-queño error que conduzca a resultadosfalsos. La eficiencia en la codificaciónneuronal se traduce en un criterio parala elección de una �notación� concreta,es decir, en la elección de una repre-sentación de la información relevanteque evite errores de transcripción.

Por lo que respecta al cerebro consi-derado en su conjunto, sabemos que laconducta de muchos animales, del hom-bre en particular, no puede reducirse auna serie de actos reflejos, sin referen-cia alguna al funcionamiento del cere-bro. Entre muchas otras influencias,

intervienen el estado de vigilia y la aten-ción, las emociones y los objetivos delmomento, sin olvidar el flujo constantede recuerdos. Cómo se organiza esemundo interior en las distintas escalastemporales que van desde un segundohasta toda la vida y cómo actúa en cadacaso sobre el procesamiento de la infor-mación es el tema central de la neuro-biología de sistemas. Para entender ple-namente el código neuronal ��ellenguaje del cerebro�� los investiga-dores del futuro habrán de conocer pri-mero cómo habla el cerebro consigomismo.

Mente y cerebro 02/2003 79

Por lógica, partimos de un alfabeto sencillo. Si la espigaconstituye el elemento fundamental del lenguaje neuronal,las células utilizarán dos signos: espiga o sin espiga, 0 o 1.Para la codificación de dos valores posibles bastaría que laneurona, durante un tiempo prefijado, elicite para un valoruna espiga y, para otro valor, no la elicite.Demos un ejemplo, ilustrado a la derecha. En el sistema decodificación aplicado en (a) la ventana temporal sólo per-mite la emisión de una espiga. En consecuencia, la orienta-ción del foco luminoso presentado sólo puede diferenciarsede forma aproximada: la orientación vertical no desenca-dena ninguna actividad; la horizontal, sí libera una espiga.En (b) el código utiliza dos intervalos consecutivos. Conello pueden diferenciarse cuatro orientaciones del estímulo:horizontal, vertical y las dos diagonales.Si se dispone de varios intervalos (c, d) aumentan las posi-bilidades de codificación. Con tres intervalos las posibili-dades máximas serían de 8 = 23.Con el código (c) pueden distinguirse las orientaciones delestímulo luminoso a partir del número de espigas.En el código (d) se aplica un criterio discriminante distinto:se trata ahora del momento de la primera espiga. Hablamos,pues, de un código de latencia. Lo mismo en el código defrecuencias que en el código de latencia puede reconocersesi hay redundancia, fenómeno que se da cuando patrones

diferentes encierran idéntico significado. Por esa vía puedereducirse la frecuencia de errores de una codificación.(e) Cabe, por último, tener en cuenta que el cerebro utilizapatrones de espigas cuyo código es difícil de reconocer.

CODIGO a b c d e

ES

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0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1

0 0 0 0 010 0 1

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01 1

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1 1 1111111 1

00 1

111

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BRA

UN

Códigos para todos los casos

MATTHIAS BETHGE y KLAUS PAWELZIKson investigadores del Instituto de FísicaTeórica de la Universidad de Bremen.

THE RELATIONSHIP BETWEEN NEURONAL CODES

AND CORTICAL ORGANIZATION. B. J. Rich-mond y T. J. Gawne, en Neuronal Ensembles:Strategies for Recording and Decoding.Dirigidopor H. B. Eichenbaum y J. L. Davis.Wiley-Liss; Nueva York, 1988.

THEORETICAL NEUROSCIENCE. P. Dayan yL. F. Abott. The MIT Press, 2001.

Bibliografía complementaria

Page 82: Mente y Cerebro 02. Inteligencia y Creatividad

Robert-Benjamin Illing

El pensamiento del hombre vaunido inseparablemente a su cerebro. Lo han puesto de relie-ve, desde hace siglos, numero-

sas observaciones realizadas en enfermosy heridos. Pero, ¿qué es exactamente loque capacita a ese órgano para llevar acabo su función? ¿Se trata de algún tipode peculiaridad de las neuronas o radicael pensamiento en la forma en la que elcerebro está organizado y en cómo suscélulas �hablan� entre sí?

Debemos a Thomas Willis (1621-1675)el primer intento de clasificar las regio-nes cerebrales según sus funciones. Ensu obra, que ejerció un gran influjo, elmédico inglés consideró que las circun-voluciones cerebrales eran la sede de lamemoria y, a su vez, la �sustancia blanca�del interior del cerebro la sede de la ima-ginación. A una región del interior delcerebro �el llamado cuerpo estriado�le incumbían, según Willis, la percep-ción y el movimiento, mientras que alcerebelo y a las regiones adyacentes lescompetía el gobierno de todas las fun-ciones involuntarias del sistema ner-vioso. Con el tiempo se hizo evidente queesa ordenación era en parte engañosa yen parte inexacta. Pero los trabajos de

Willis iniciaron una serie larga de esfuer-zos dirigidos a resolver la cuestión sobrela relación entre región cerebral y fun-ción específica del organismo.

Emanuel Swedenborg (1688-1772),anatomista sueco, sostenía que la pro-pia corteza cerebral, de apariencia uni-forme, debía de estar constituida porcampos que cumplían distintas funcio-nes. ¿Cómo, si no, podrían diferenciarselos diversos aspectos de nuestro pensa-miento, de los cuales Swedenborg hacíaresponsable a la corteza cerebral? Desdeentonces, los investigadores dejaron deconsiderar el cerebro una masa homo-génea para verlo como un mosaico de dis-tintos órganos o cuasiórganos unidosmediante fibras nerviosas.

¿Cómo se cartografía un cerebro?Los primeros intentos de una división delsistema nervioso llevaron implícita lapregunta de si había determinadas par-tes dedicadas a la percepción y otras almovimiento; es decir, si unas partes eranexclusivamente sensitivas y otras exclu-sivamente motoras. Sin previo acuerdo,Charles Bell (1774-1842), un anatomistaescocés, y François Magendie (1783-1855), fisiólogo francés, descubrieron laley de las raíces de la médula espinal.En su honor se la denomina ley de Bell

y Magendie, que afirma que las raícesposteriores de los nervios raquídeos sonsensitivas y las anteriores son motoras.

También Pierre Flourens (1794-1867),otro fisiólogo francés, se ocupó de laorganización del sistema nervioso. Contal objeto, experimentó con el cerebrodejado al descubierto de un perro vivo.La estimulación mecánica de la parteposterior del cerebro expuesto desenca-denaba contracciones musculares. Encambio, la estimulación del cerebro ante-rior no provocaba ninguna reacción visi-ble. De cuya observación Flourens creyópoder concluir que el cerebro posteriorera motor y el anterior sensitivo.

Tuvo que pasar medio siglo antes deque Eduard Hitzig (1838-1897) y Theo-dor Fritsch (1838-1897) investigaran conmayor detenimiento, en Berlín, esa caren-cia de reacción en la excitación del cere-bro anterior. Con ese propósito, estimu-laron eléctricamente la corteza cerebralde gatos. Cuando excitaban los dos ter-cios corticales posteriores, no se produ-cía de hecho ningún tipo de efecto; perouna estimulación del cerebro frontal de-sencadenaba movimientos en las extre-midades situadas en el lado contrario alsitio excitado. Si rebajaban la intensidaddel estímulo, podían incluso causar lacontracción selectiva de grupos muscu-

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De la cartografíadel cerebroal robotEn el progreso de la historia de la investigación cerebral se confirma que,

también aquí, ideas que se consideraban bien asentadas

se sustituyeron por otras más firmes

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lares independientes pertenecientes aesas extremidades. Para confirmar susresultados, extirparon los campos corti-cales que habían venido estimulando.Comprobaron así que, tras dicha opera-ción, los animales apenas podían moverel miembro en cuestión.

Resultaba, mientras tanto, cada vezmás evidente que a las distintas regio-nes corticales les incumbían diferentestareas. El neurólogo francés Paul Broca(1824-1880) corroboraba una observa-ción realizada con anterioridad por Marc

Dax, un médico rural, según la cual lospacientes con pérdida de la capacidad dellenguaje �es decir, con afasia� solíanpresentar lesionada una región muy pre-cisa de la mitad izquierda del cerebro.Dicha área recibiría, desde entonces, elnombre de �región de Broca�.

Poco después, se certificó también laheterogeneidad anatómica de la corteza.Korbinian Brodmann (1868-1918), neu-rólogo y anatomista alemán, distinguiólas diferentes regiones de la corteza cere-bral en razón de la forma en que se con-

figuraban a partir de las células (véaseel recuadro �El mapa del pensamiento�).Ganaba, pues, terreno la idea de la estre-cha vinculación entre estructura y fun-ción cerebral.

Un decisivo paso adelante lo dio, amediados del siglo XX, Wilder Penfield(1891-1976). Se propuso este neuroci-rujano canadiense precisar la función dedistintos campos cerebrales en pacien-tes que habían de someterse a una inter-vención, a fin de orientarse mejor durantela operación quirúrgica cerebral. Para

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N1. A FUERZA BRUTAEsta “craneotomía con escoplo y martillollevada a cabo por un médico medieval”se ha tomado de un manuscrito inglés delsiglo XIII. Afortunadamente, han aparecidode entonces acá métodos más sutiles parala investigación del cerebro y la curaciónde sus enfermedades.

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ello, con los pacientes despiertos, esti-muló eléctricamente en distintos luga-res la corteza, puesta al descubierto, ytomó nota de sus percepciones. Depen-diendo del lugar donde se producía laexcitación, los sujetos describían, porejemplo, relámpagos luminosos o rui-dos indefinibles. Algunas veces realiza-ban movimientos bruscos e involunta-rios de determinados músculos, porejemplo de un dedo.

Pero cuando Penfield estimuló regio-nes corticales específicas durante elsueño, los pacientes informaron de laaparición de complejos cuadros de re-cuerdos. Tras una excitación de estaíndole, explicaba cierta mujer: �He oídoalgo, pero no sé lo que es�. Después dela estimulación repetida y sin previoaviso del mismo lugar, agregó ella: �Oh,sí, creo que oí a una madre llamar a supequeño. Me parece que esto pasó hacealgunos años. Era alguien del vecinda-rio en el que yo vivía�. Si Penfield esti-mulaba otra zona, suscitaba recuerdosdiferentes: �Sí, he oído voces, por algúnsitio río abajo; una voz masculina y otrafemenina... Creo que he visto el río�.

Gracias a este tipo de experimentos sepudo acotar con exactitud las funcionesde los distintos campos de la corteza

cerebral. Los mapas que hoy se encuen-tran a nuestra disposición han alcanzadoya una extraordinaria complejidad. Porcitar un ejemplo, el área de la corteza queelabora los estímulos visuales en losmonos rhesus, abarca más de treinta cam-pos diferenciados, que sepamos; en elcaso del hombre es probable que se supereesa cifra.

Del conocimiento así adquirido sur-gió una nueva perspectiva en la consi-deración del cerebro. Se abrió camino laidea de un flujo de información a travésdel sistema nervioso, en el que interve-nían, de forma acorde, neuronas esti-muladoras e inhibidoras. Se asimiló elcerebro a un aparato que recibía seña-les, las elaboraba, registraba recuerdosde ellas y respondía, a su vez, con otrasseñales. A partir de esa concepción, lacibernética �ciencia de la regulación yel gobierno de las máquinas y los orga-nismos� construyó una primera infraes-tructura teórica, cuyos cimientos habíapuesto el matemático Norbert Wiener(1894-1964) en el decenio de los cua-renta. Para ilustrar este nuevo plantea-miento de la función cerebral, se eligióun modelo que acababa de aparecer porentonces, desarrollado a partir de las cal-culadoras: el ordenador.

John von Neumann (1903-1957), físicoy matemático, asimiló los potencialesde acción a señales digitales. Demostróque toda máquina con un comportamientohasta cierto punto complejo tenía queposeer un registro o una memoria. Porsu lado, Warren McCulloch (1898-1969)y otros mostraron que ciertas neuronas,agrupadas, ejecutaban operaciones lógi-cas a la manera en que procedía una cal-culadora.

El hombre, una caja negraA finales del siglo XIX, Sigmund Exner(1846-1926), fisiólogo austríaco, pro-puso una idea audaz: la arquitectura or-ganizativa de un conjunto de neuronaspodría determinar su función. Trans-currieron, sin embargo, varios deceniosantes de que alguien se decidiera lle-varla a la práctica. Karl Steinbuch, de laUniversidad de Karlsruhe, proyectó, al-rededor de 1960, una memoria asocia-tiva artificial, la primera red neuronal.Se trataba de la �Lernmatrix� (�matrizdidáctica�).

Pese a que los ordenadores no se com-ponen de células nerviosas sino de mate-rial electrónico, se revelaron como unmodelo muy fructífero del funciona-miento cerebral. Además, en última ins-

ESTE MAPA DE LA CORTEZA DE UN CEREBRO HUMANOen perspectiva lateral (la izquierda es lo anterior) se basaen las investigaciones de Korbinian Brodmann, realizadas en1909. Los campos numerados se diferencian en su arqui-tectura tisular, lo que indica una estructura peculiar de lared nerviosa allí.

MIENTRAS SE UTILIZA LA MEMORIA DE TRABAJOestán activos dos campos de la corteza cerebral (en negro).Las personas que participaban en el ensayo tenían que apre-tar un botón cada vez que, en una serie de letras, aparecíade nuevo la letra que se había ya presentado en la secuen-cia en penúltimo lugar. Al mismo tiempo, los experimenta-dores medían la actividad cerebral de los probandos medianteuna resonancia magnética nuclear funcional.

El mapa del pensamiento

O. SP

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tancia, la elaboración de la informaciónno depende de una determinada sustan-cia, sino de las conexiones lógicas entrelos elementos de construcción que loconforman, sean éstos neuronas o tran-sistores. Por eso, son muchos los infor-máticos que defienden que, en principio,el ordenador puede llegar a igualar, eincluso superar, la capacidad de rendi-miento del cerebro humano. No resultapor tanto extraño que, desde mediadosdel siglo XX, el modelo computacionalejerciera una profunda influencia en lapsicología, ciencia que por entoncesconocía un desarrollo notable.

Con todo, la historia de la psicologíano podía parangonarse con la larga tra-yectoria de la investigación científico-médica del cerebro. Cierto es que ya enla Antigüedad se conocían algunas regu-laridades del comportamiento humano,pero su marco teórico pertenecía al do-minio de la filosofía sensu stricto. Loscientíficos de la Antigüedad y del Me-dievo aceptaron la imposibilidad deinvestigar sistemática y experimental-mente la conducta. Lo advertimos en sanAgustín (354-430) y en santo Tomás deAquino (1225-1274). Tampoco en elRenacimiento cambiaron mucho las cosasa este respecto.

Sólo en el siglo XIX comenzó a modi-ficarse tal punto de vista. Ernst HeinrichWeber (1795-1878), fisiólogo alemán, seaprestó a medir el rendimiento de lossentidos, explorando con un compás dedos puntas la sensibilidad táctil de lapiel. Determinó la mínima distancia posi-ble entre las dos puntas del compás encuyo intervalo éstas se seguían perci-biendo por separado; el valor variabapara cada región de nuestra superficiecorporal. Weber midió también en otrosexperimentos el umbral de la percepciónsensitiva. En ellos, las personas some-tidas al ensayo referían si la intensidadde un determinado estímulo les resulta-ba mayor, menor o igual que la de un es-tímulo-control (véase el recuadro �Per-cepción medida�). Gustav TheodorFechner (1801-1887) acuñó el términode psicofísica para este tipo de investi-gaciones; demostró que podía estable-cerse una relación matemática entre lassensaciones y los fenómenos físicos.

Tras la fundación de la experimenta-ción psicológica por Weber y Fechner,Wilhelm Wundt (1832-1920) dio el primerpaso para la creación de una doctrinacientífica del alma o psique, la psicología.Debía emplear ésta la metodología pro-pia de las ciencias naturales. Wundt que-ría que su nueva ciencia se separara níti-damente del enfoque metafísico y delfisicalismo. De ahí que no hablara nunca

de alma, sino de consciencia. Además,diferenció de la psicología cuanto serefería a la fisiología. A su entender, lapsicología se ceñía a los fenómenos expe-rimentados en la consciencia, cuyos con-tenidos brotan de la combinación o la aso-ciación de sensaciones elementales.

La psicología de Wundt registraba, deun modo principal y detallado, las estruc-turas de la consciencia. Se trataba, pues,de una psicología descriptiva. En cam-

bio, el norteamericano William James(1842-1910) se interesó mucho más porlas funciones de nuestra actividad men-tal en el quehacer diario: por ejemplo,al solucionar un problema o al estable-cer unos objetivos de actuación.

La dirección que había tomado lainvestigación psicológica fue continuadapor el conductismo. Esta corriente orientóla metodología psicológica hacia la física.Sus representantes, a cuya cabeza se puso

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Warren McCulloch representó esque-máticamente el sistema nervioso de laforma que se ilustra a la derecha. Enlos dibujos, los triángulos correspon-den a los cuerpos de las células ner-viosas, las líneas a sus axones, los engro-samientos a las sinapsis estimuladorasy el anillo a una sinapsis inhibidora. Elestímulo fluye desde la neurona pre-sináptica (izquierda) hacia la postsi-náptica (derecha). Cada sinapsis trans-mite una actividad con un valor de +1(estimulante) o de –1 (inhibidor). Elumbral de la neurona postsináptica es,en el esquema de McCulloch, 2.Consecuentemente, en (a) la neuronapresináptica puede traspasar su acti-vidad a la neurona postsináptica. En(b) basta con que una de las dos neu-ronas presinápticas estimule a la neu-rona postsináptica. Se realiza así unaconexión “O”. En (c) la neurona post-sináptica sólo está activa cuando seexcitan las dos neuronas presinápti-cas. Nos hallaríamos ante una cone-xión “Y”. En (d) la neurona postsináp-tica sólo se excita si la neuronapresináptica estimulante está activa,

pero no lo está la neurona postsináp-tica inhibidora.Nos encontramos aquíante una conexión “NO”.

Lógica en el sistema nervioso

2. UN ROBOT ENAMORADOEn el marco de la corriente teóricadenominada funcionalismo se equiparóel cerebro a un ordenador. Pero estaequiparación también es válida al revés.Lo que significaría que si a un ordenadorconvertido en robot le dotamos de uncuerpo podría expresar, en principio, todaslas cualidades emocionales humanas.

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John B. Watson (1878-1958), se ocupa-ron de forma exclusiva de los compor-tamientos visibles y mensurables de losorganismos, para dejar de lado los fenó-menos mentales y la conciencia. Paralos conductistas, hombre y animal noeran otra cosa que una caja negra; esdecir, algo en cuyo interior no se puedepenetrar; el mundo interno resulta incom-prensible. Se aplicaron, pues, a explicarlas formas de comportamiento de loshombres y de los animales en términosexclusivos de respuestas desencadenaspor estímulos. Los conductistas, o beha-

vioristas, rechazaban de plano la idea deque los rasgos del comportamiento pudie-ran heredarse.

Sin embargo, cuando intentaron com-prender los fenómenos complejos delaprendizaje se hizo palmario que care-cían de recursos argumentativos. En par-ticular, les resultó imposible de explicarmediante un simple esquema de estímu-lo-respuesta el aprendizaje del lenguajeen los humanos. El desarrollo de losordenadores terminó por sentenciar lasuerte del conductismo.

Las computadoras fueron adquiriendouna capacidad creciente para ejecutartareas que hasta entonces habían quedadoreservadas al hombre. Se convirtieron,por ejemplo, en contrincantes ajedre-císticos dignos de ser tomados perfec-tamente en serio. Lo consiguieron sólogracias a una rica �vida interior� dise-ñada con precisión, es decir, gracias a laintroducción en ellos de uno o variosprogramas. Ahora se trataba, pues, de

entender esa vida interior para desen-trañar la naturaleza del comportamientocomplejo: en el lugar de la introspec-ción de la conciencia propuesta porWundt se instalaba el entendimientomatemático exacto de los programas deordenador.

Así fue como aparecieron dos enfo-ques que iban a configurar las activida-des subsecuentes en el terreno del cono-cimiento del cerebro y la mente:

� De acuerdo con el primero, la inteli-gencia humana podría consistir, en últimainstancia, en algo semejante a las capa-cidades de los ordenadores; esto es, algosimilar a un programa informático capazde gobernar las operaciones lógicas y dedirigir las vías de comunicación. El domi-nio de la operación de los ordenadoresconstituiría, por tanto, un paso impor-tante para el entendimiento del cerebro.� De acuerdo con el segundo, coherentecon lo anterior, el pensar, el sentir y elser consciente quizá no estuvieran liga-dos con la sustancia cerebral en sí, sinoque podrían depender exclusivamente delas relaciones lógicas que establecieransus elementos constituyentes, lo que depaso haría a estas funciones perfecta-mente ejecutables por un ordenador.

Sobre esas dos ideas se asentó el fun-cionalismo, la doctrina de referencia dela moderna ciencia cognitiva. Si se com-para con los modelos del funcionamientocerebral precedentes, el funcionalismosobrepasó una frontera que hasta enton-ces había estado sobreentendida peroperfectamente presente. Aunque los cien-tíficos de otros siglos comparasen elcerebro con una cisterna o un órgano,tenían muy claro que, en cuanto tal, noera ni una cisterna ni un órgano. Maspara el funcionalismo el cerebro no sóloposeía semejanzas con un ordenador,sino que, además, constituía en verdadun ordenador. Correspondientemente, apartir de un ordenador debería ser tam-bién posible construir un organismo com-pleto, pues bastaba con que se le prove-yera de un cuerpo adecuado que loconvirtiera en un robot.

Algunos no dudaron en colorear talidea con predicciones arriesgadas.Marvin Minsky, del Instituto de Tecno-logía de Massachusetts, respondía lo si-guiente a la pregunta de si llegaría undía en que los robots dominarían la Tierra:�Sí, pero no debemos tener miedo deesta visión, pues esos robots seremosnosotros mismos. Si desarrollamos, conayuda de la nanotecnología, recambiospara el cuerpo y el cerebro, viviremosmás, poseeremos mayor sabiduría y dis-

84 Mente y cerebro 02/2003

Ernst Heinrich Weber investigó el incremento de intensidad (∆I) de un es-tímulo sensorial que era necesario para poderlo diferenciar de un estímulo-control y descubrió que dicho incremento era una fracción constante de laintensidad (I) del estímulo-control:

∆I/I = kLa constante (k) tiene, además, un valor característico para cada tipo o moda-lidad de sentido. Así, por ejemplo, 1/60 para la luminosidad de la luz blanca,1/10 para el volumen de sonido de tonos de grado medio y 1/3 para los sabo-res salados.Esta relación aritmética fue ampliada por Gustav Theodor Fechner (1801-1887),quien relacionó la intensidad del estímulo experimentada por autoobserva-ción con la intensidad del estímulo (I) medida por el aparato. Tras considera-bles mediciones, Fechner estableció la relación:

R = k × log ILa constante (k) seguía teniendo aquí un valor típico para cada modalidad desentido.

Percepción medida

3. ARQUITECTURA NEURONALEn 1894, Sigmund Exner, fisiólogoaustríaco, hizo una propuestarevolucionaria: la realización decomportamientos precisos (pensemosen los movimientos oculares) estabadeterminada no sólo por la actividadde células nerviosas individuales, sinotambién por la estructura específicade la red nerviosa que las sustentaba.

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frutaremos de unas capacidades que ahorano podemos ni sospechar�. ¿Futuriblescon base real o pura fantasía científica?Al escepticismo que suscitan los pro-nósticos de tal índole hay que añadir eneste caso una circunstancia nada desde-ñable: el modelo que constituye suinfraestructura �el ordenador� se hamostrado insuficiente.

Una ojeada en el cerebroMerced a las modernas técnicas de for-mación de imágenes, como la tomogra-fía por emisión de positrones (TEP) o laresonancia magnética nuclear funcional(RMNf), los investigadores están per-fectamente capacitados para �mirar elcerebro� de los sujetos de ensayo que handado su consentimiento informado paratal fin. Determinadas percepciones, emo-ciones o actividades intelectivas espe-cíficas �tales como ver, hablar o perci-bir� van asociadas a actividad neuronalen zonas del cerebro muy precisas. Di-chos correlatos neuronales de la expe-riencia consciente confirman y amplíanla teoría de la localización, que, con eltiempo, se había ido quedando en un dis-creto segundo plano. La lista de los corre-latos encontrados hasta ahora es larga y,a buen seguro, aumentará de un modoconsiderable en el futuro.

Nuevas investigaciones de este tipo hanvuelto a centrar el interés en la relaciónentre cuerpo y alma o, con otros térmi-nos, entre cerebro y conciencia. Preo-

cupaciones tales quedan totalmente almargen del funcionalismo. Además, lacrítica contra los presupuestos de estacorriente se ha ido intensificando a lolargo de los últimos decenios; crece elnúmero de científicos que se distanciande ella, habida cuenta de que las activi-dades superiores del cerebro son, segúnrecientes trabajos, difícilmente separa-bles del tejido nervioso y de sus propie-dades. Por otro lado, el ordenador tam-poco ha pasado de ser algo más que unametáfora apropiada tan sólo para deter-minados aspectos del funcionamientocerebral.

Se muestra aquí, gracias a la historiade la investigación cerebral, un motivo dereflexión: una y otra vez los estudiosos sehan visto forzados a relativizar, cuandono a desechar por entero, conceptos quepredecesores suyos habían elaboradomediante cuidadosas observaciones yminuciosos experimentos y que parecíansólidamente contrastados. ¿Qué ideas,perspectivas y modelos ocuparán el lugarde los actualmente en boga?

De unos decenios a esta parte, se apre-cia una evolución contradictoria entre lasciencias de la vida, por un lado, y la fí-sica, por otro. En un comienzo los biólo-gos no cuestionaban la naturaleza inde-pendiente del alma y la conciencia. Perola biología moderna tiende a explicarlotodo desde bases mecanicistas y mo-leculares. Simultáneamente, la física seha ido alejando poco a poco de las ideas

mecanicistas para resaltar con vigor cre-ciente el papel de la conciencia, es decir,del observador.

La neurobiología ha ahondado en elcampo de las moléculas y de sus reac-ciones químicas. Pero casi todos losmodelos moleculares de las funcionesnerviosas propuestos siguen fieles almundo de ideas de la física clásica. Ahorabien, ¿por qué debería basarse la formadel funcionamiento del cerebro en lafísica del siglo XIX? Cabe que en el futurola situación cambie. Tal vez no tardenen introducirse la física y la químicacuánticas en la neurobiología y, con ellas,todos sus hechos paradójicos, hipótesisy percepciones desconcertantes.

Mente y cerebro 02/2003 85

Para el funcionalismo, cerebro y ordenador son inter-cambiables. De esa tesis disiente Roger Penrose, matemá-tico y físico de la Universidad de Oxford, quien ha cuartea-do los cimientos en que se basa.Así argumenta Penrose:Todos los ordenadores concebiblesen el momento presente son,en principio,máquinas de Turing,que efectúan paso a paso series de operaciones, como, porejemplo, leer una banda y, según determinadas reglas, es-

cribirla de nuevo. [Con su denominación rinden homenajeal matemático inglés Alan Turing (1912-1954).]Las máquinas de Turing pueden representar a cualquier sis-tema formal, esto es, a cualquier sistema en el que todo ele-mento y toda operación son definidos de una manera uní-voca. Si la máquina de Turing fuera un modelo para elcerebro, las funciones cerebrales se corresponderían tam-bién con un sistema formal.Ahora bien, de acuerdo con el primer teorema de Gödel,existen en todo sistema formal postulados matemáticosque, aunque ciertos, son indemostrables desde el interiordel sistema: los llamados postulados de Gödel. [Kurt Gödel(1906-1978) fue un célebre lógico y matemático austríaco.] Trasladado al caso del cerebro, eso significa que, si nuestropensamiento se correspondiese con un sistema formal, comoafirma el modelo funcionalista del cerebro, no podríamosconocer a través del razonamiento lógico la verdad de lospostulados de Gödel relativos a este sistema.De donde Penrosededuce que la capacidad del conocimiento humano no esabarcable en un sistema formal: el cerebro no es una máquinade Turing y los presupuestos del funcionalismo son con-secuentemente falsos.

¿Ha quedado refutado el funcionalismo?

ROBERT-BENJAMIN ILLING, catedrático deneurobiología y biofísica en la Universidadde Friburgo, comparte sus tareas docentescon el estudio de la historia de la ciencia.

FOUNDATIONS OF THE NEURON DOCTRINE.G. M.Shepherd. Oxford University Press,Oxford, 1991.

DAS GEHIRN - ORGAN DER SEELE? ZUR

IDEENGESCHICHTE DER NEUROBIOLOGIE.Dirigido por E. Florey, O. Breidbach.Akademie Verlag, Berlín, 1993.

ORIGINS OF NEUROSCIENCES. S. Finger.Oxford: Oxford University Press, 1994.

Bibliografía complementaria

R. PE

NRO

SE, C

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PUTER

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Diálogo coordinado porKatja Gaschler y Carsten Könneker

Myc: Profesor Eibach, ¿hay respuestateológica a la pregunta por la ubicaciónde Dios?Eibach: Es absurdo asignar a Dios undeterminado �domicilio�, verificable pormedios científico-naturales. Tendríamucho más sentido preguntarse por elmodo en que Dios se nos manifiesta.

Myc: ¿Y cómo se nos manifiesta?Eibach: �El espíritu de Dios le da tes-timonio a nuestro espíritu de que no-sotros somos hijos de Dios�, según elapóstol Pablo. Lo que quiere decir queDios se manifiesta en el �interior� delhombre, aunque el modo y el lugar posi-bles de esta manifestación sean muydiversos. El encuentro con Dios se puedeconsumar y reflejar en dimensiones sen-soriales y corporales, es decir, en el planode los sentimientos o incluso mediantefenómenos extáticos cuando acontecealgo realmente excepcional. Pero esteencuentro también puede darse en elplano cognitivo. En unos casos y en otrosserían lógicamente muy distintos loscorrelatos cerebrales, neurológicos, delas personas afectadas.

Myc: Profesor Linke, ¿tiene sentido paraun neurofisiólogo hablar de �espíritu�?Linke: Se incluya o no en la ciencia,conviene saber que nos encontramosinmersos en una larga tradición en la quela idea de espíritu ha desempeñado unpapel principal. No olvidemos que eltránsito a la investigación cerebral seproduce bajo la enorme influencia deeste concepto. Basta con citar a Descartes.

Myc: Pero eso es historia.Linke: Sin duda, pero hace tan sóloveinte años que John Eccles, neurofi-siólogo australiano y premio Nobel de

medicina, causó un profundo revuelo alvolver a contraponer la materia del cere-bro a �un� espíritu. Y no hay más queseguir las discusiones de última hora porejemplo sobre el hardware y el softwarede los ordenadores para advertir la pre-sencia emergente del viejo dualismo.

Myc: ¿Insinúa que usted es dualista?Linke: De ninguna manera. En nuestrosdías, la investigación cerebral parte delsupuesto de que la explicación para losfenómenos psíquicos es armonizable conla aplicada a los de índole neurobioló-gica. Y no por ello tengo que ser en modoalguno un monista materialista queobserva todos los episodios espiritualesexclusivamente como el resultado deprocesos biológicos.

Myc: ¿Puede ser más explícito?Linke: En el supuesto de que el espírituy la materia fueran lo mismo, el cerebropodría también ser puro espíritu. Y enese punto sí que tendría que reservarmeel juicio.

Myc: Pero da la impresión de que lamayoría de los neurocientíficos son mate-rialistas confesos. Algunos neuroteólo-gos norteamericanos llegan incluso adecir que un gran número de fundado-res de religiones, de santos �y en gene-ral los hombres con vivencias religio-sas� debieron ser epilépticos.Eibach: Si se me permite una breve obje-ción yo aportaría aquí la ya clásica teo-ría de que el encuentro de san Pablo conCristo resucitado a las puertas deDamasco fue tan sólo un ataque de epi-lepsia. El propio apóstol habla de una�estaca en la carne�, una dolencia quepadecía y de la que en todo caso no sabe-mos nada en concreto.

Myc: De sus palabras deducimos queusted no pondría ninguna objeción a

aceptar que la conversión de san Pablofue quizá sólo un caso de epilepsia.Eibach: Hay que admitir que sufría algoasí como ataques epilépticos, aunqueeste fenómeno no sea decisivo en abso-luto. Incluso si aclarásemos la cuestiónde lo que le sucedía a san Pablo en elaspecto neurofisiológico, de ningunamanera tendríamos la clave de la reali-dad oculta tras esos fenómenos y delcontenido de sus vivencias. Estoy fir-memente convencido de que un neuro-teólogo moderno habría encontrado algúndetalle fisiológicamente significativo enel cerebro del apóstol. Pero eso no bas-taría.

Myc: Ese puede ser un argumento irre-batible. Siguiendo en esa línea se podríaadmitir en todo tipo de experiencia reli-giosa la existencia de la correspondientey especial actividad cerebral. Pero dichaactividad coincidente con la experien-cia religiosa no da por sí misma res-puesta a la cuestión de si vivimos en unmundo dualista o en uno sólo explica-ble con criterios neurológicos. ¿Cuál essu opinión a este respecto, profesorLinke?Linke: Temo no poder contradecir enabsoluto al profesor Eibach. Partiendode procesos cerebrales, que son expli-cables desde un punto de vista científico-natural, no se puede excluir en pura lógicay de manera irrefutable la existencia deuna realidad superior.Eibach: Quisiera aportar un ejemplo quequizá nos ilustre algo más esta cuestión:la experiencia de la proximidad de lamuerte. No cabe ninguna duda de que enesas circunstancias se producen deter-minados cambios fisiológicos cerebra-les. Nadie puede realmente diferenciarsi las �visiones� descritas por las per-sonas �resucitadas� remiten a un autén-tico encuentro con la realidad trascen-dente o si en dichos casos se trata

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PUNTO DE MIRA

Cerebro y religiónPujante en el mundo anglosajón, desconocida en España, la llamada neuroteología,que se ocupa de las relaciones entre las reacciones cerebrales y la fe en una trascendencia,se introduce aquí a través de un diálogo entre Ulrich Eibach, profesor de teología protestante,y Detlef Linke, neurofisiólogo eminente. Lo que en él se refiere al caso alemánes perfectamente extrapolable a la situación española.

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únicamente de una descarga de endorfi-nas en el cerebro.Linke: Y si se quiere yo añadiría queaquellas vivencias descritas comoextraordinarias puede que al fin y al cabono sean más que un producto de nuestracultura, de nuestra propia formación.

Myc: O dicho en otros términos...Linke: Pues que en las llamadas expe-riencias �extracorpóreas� los pacientescreen verse a sí mismos tumbados en lacamilla del quirófano o incluso percibir�en vivo� cómo ellos yacen �muertos�bajo las ruedas de un coche que les haatropellado.

Myc: ¿Y qué tiene que ver esto con lapropia formación?Linke: Imagínese, en un sencillo expe-rimento mental, que está haciendo doso tres largos en una piscina. ¿Listo?

Myc: Adelante. Linke: Le pregunto: ¿Se observa usteda sí mismo desde el borde de la piscinao percibe esta circunstancia desde laperspectiva del bañista, es decir, desdeel agua?

Myc: Yo me veo desde fuera.Linke: Claro. Y con usted el ochentapor ciento de la gente. O sea: nos vemosa nosotros mismos casi con los ojos deotro. Imaginémonos caminando por unvalle, a la orilla de un arroyo. Uno se veseguramente �desde fuera� y lo máscorriente es la contemplación a vista depájaro.

Myc: ¿A dónde quiere llegar?Linke: En el fondo hay en nosotros unapredisposición básica a observarnosdesde un ángulo distinto, en cierto sen-

tido a salir de nosotros mismos. Es unafacultad completamente normal quereprimimos permanentemente y que estácondicionada por una cierta cultura delyo y de la autorreferencia.

Myc: Si no he entendido mal, eso sig-nifica que con experiencias �extracor-porales�, y llegando a la situaciónextrema, �deponemos� la autopercep-ción conseguida artificialmente conentrenamiento y retornamos brevementea una forma de percepción más origina-ria.Linke: Básicamente ése es el meca-nismo. En el supuesto de que uno seencuentre bajo las ruedas de un camióny sin esperanza alguna de sobrevivir, serenuncia a la perspectiva, convulsa y pro-fundamente automatizada, de la autorre-ferencia. En ese caso el cerebro no nece-sita la endorfina, a la que aludió antes elprofesor Eibach: simplemente se dis-tancia de interpretaciones trascenden-tales que se corresponden con las per-cepciones.

Myc: O sea que volvemos al argumentoirrebatible. En situaciones vitales extre-mas, en escenarios de muerte cercana oen el comentado caso de san Pablo tie-nen lugar unos fenómenos de naturalezapsiconeurobiológica. Pero no se puedeutilizar su existencia como argumento enpro o en contra de una realidad superior.Eibach: Sin embargo, lo decisivo no sonlos fenómenos neurofisiológicos; lo ver-daderamente importante son los conte-nidos de las experiencias y cómo se llegaa ellas. La doctrina de la justificaciónhumana mediante la gracia divina no sedespliega en san Pablo con toda seguri-dad sólo a partir de una vivencia religiosasingular. Naturalmente también el hom-

bre físico como ente físico tiene la posi-bilidad de experimentar vivencias reli-giosas.

Myc: El neuropsicólogo canadienseMichael Persinger aduce que con ayudade campos magnéticos puede hacer vivira cualquiera tales experiencias trascen-dentales.Eibach: Pero a mí me interesaría saberqué sucede posteriormente. Realmenteno podemos medir el grado de autenti-cidad de una vivencia religiosa sobre labase exclusiva de una consideración neu-rofisiológica. Provocar artificialmente�sentimientos elevados� no tiene por quéllevar necesariamente a contenidos reli-giosos. Hay que elaborar espiritualmentelas vivencias para que la emoción setransforme en fe o adquiera un contenidoreligioso.

Myc: Sin embargo, sucede que en laespeculación teológica no hay lugar paralos sentimientos. Corríjame, si me equi-voco.Eibach: Cierto. La teología tradicionalapenas ha prestado atención a la dimen-sión sentimental del hombre. Un ejem-plo ilustrará cómo todos podemos cons-tatar en nosotros mismos esta obviedad:si a lo largo de unos oficios religiosos elambiente le interpela y le conmuevedirectamente a uno, el estado de ánimofinal es muy distinto de aquellos casosen los que la ceremonia se limita exclu-sivamente al ámbito conceptual y a �ali-mentarnos� sólo en el plano mental abs-tracto.

Myc: En este contexto, el neuroteólogoAndrew Newberg apunta a la indudableimportancia de nuestros sentimientos.En su opinión nuestras ceremonias y

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rituales religiosos se diferencian tantode las situaciones cotidianas que nues-tro cerebro les tiene que asignar forzo-samente una importancia excepcional. Noimporta que estos sentimientos se refu-gien en contextos teológicos diferentes:al fin y al cabo el fenómeno es el mismo,tanto si se produce en las cabezas debudistas zen o en el cerebro de una monjaorante. El resultado es una fusión delmundo interior con el exterior.Linke: A lo que yo agregaría que hayque ser muy precavido con tales afir-maciones: la religión es con toda segu-ridad algo más que el despliegue de undeterminado estado emocional.

Myc: Eso equivale a criticar la inter-pretación de Newberg.Linke: Evidentemente. En el contextode las diferentes tentativas de interpre-tación del mundo se puede ver hoy díael cerebro como el último mapa en blancoque todos y cada uno queremos rellenarcon algo distinto: el yo, un �centro emo-cional� o algo similar. Tengo mis dudas

de que los sentimientos desempeñen unpapel tan decisivo en la presencia deideas religiosas o incluso de las religio-nes, tomadas éstas como tal en su con-junto. Recurriendo al ejemplo de la reli-gión judía: en el cuerpo normativo de laTorah se acentúa de manera precisa laeliminación y limitación de emocioneso de acciones emocionales. Preceptiva-mente se debe impulsar la racionalidaddesde la óptica de la veneración y sin dejarde lado la majestuosidad. Al afirmar quela religión remite a un indefinido senti-miento de la interioridad estamos ya casiafirmando que es el opio del pueblo.Eibach: Esa no era la intención de mispalabras.Linke: De acuerdo. Yo intentaba única-mente apuntar a los límites del mundode los sentimientos. También se podríarecurrir a las drogas que provocan másfácilmente y con toda seguridad senti-mientos �religiosos�. En el tiempo de lamoda hippie algunos compañeros míosde estudio viajaron a Indonesia y en elequipaje de vuelta metieron algunos

paquetes con ciertas especies de hon-gos: pretendían ingerir aquellos pro-ductos para entrenarse en una �medita-ción� que los transportase a una auténticaexperiencia de Dios. Por lo general elresultado era más bien una mueca dia-bólica capaz de destruir vidas.

Myc: Profesor Eibach, ¿qué juicio lemerece la meditación?Eibach: Personalmente practico la medi-tación y el ayuno �una vez al año inclusodurante una semana entera�. Pero lo ha-go para tranquilizarme y orientarme ha-cia Dios, no porque de esa práctica es-pere la �iluminación� de mi vida. No meconvence en absoluto la meditación zenque persigue la desconexión del indivi-duo de toda la realidad vital.

Myc: Se sabe sin embargo que esas téc-nicas llevan a la quietud y el sosiego.Eibach: No se trata de eso, sino de queno acepto en absoluto una religión quenos aísla de la realidad de la vida y nonos ayuda a hacer el bien y a buscar lajusticia en el mundo. La meditación cris-tiana tiene como objetivo una experien-cia de Dios, que al mismo tiempo faci-lite y promueva la caridad frente a losdemás. Es como recargar pilas para poderdespués repartir de aquello que uno harecibido. Ya el mismo oficio religioso sig-nifica interrumpir la rutina diaria altiempo que pretende transmitir una expe-riencia de la realidad trascendente y deDios para que incida en el día a día.

Myc: Usted se refiere a las prácticasespirituales de un creyente. Pero vol-viendo a la cuestión existencial, ¿cómodefinir el encuentro de alguien con Dios?¿Qué sucede en esa circunstancia?¿Conversión, renacimiento espiritual?¿Qué fenómenos tienen lugar en el cere-bro y en el plano de los sentimientos?Eibach: El renacimiento espiritual, delque Cristo habla, por ejemplo, en el capí-tulo 3 del Evangelio de san Juan, es laentrada en una nueva relación con Dios,la conexión con una nueva fuente devida. No soy yo el que está en el centrode mi vida, sino Dios. Se trata de unaprofunda y novedosa orientación de mivida que no se puede remitir únicamentea la educación y al adoctrinamiento.

Myc: Así que no es necesario el requi-sito previo de reconocimiento de los

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�El renacimiento espiritual es la entrada en

una nueva relación con Dios�. Ulrich Eibach

1. ULRICH EIBACH es catedrático deteología en la Universidad de Bonn.

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pecados propios. Eso sería totalmentelo racional.Eibach: En parte sí. También sabemosque raramente se llega al renacimientoespiritual sólo mediante actos cogniti-vos. Aparte de la palabra anunciada enlos textos sagrados, además de la lengua,del sentimiento y del ambiente hay algoque uno no puede �producir� y que desdeluego no es solamente un fenómeno psí-quico interno. Ignoramos por qué lesacaece a algunas personas y a otras no.Hay a quien le llega completamente deimproviso.

Myc: Como en el caso de san Pablo.Pero ahora la pregunta va dirigida al neu-robiólogo: durante el mencionado rena-cimiento espiritual ¿se produce simultá-neamente algún cambio neurofisiológicoen el cerebro?Linke: Es muy probable. En otro con-texto, los encuentros de un hombre y unamujer pueden dejar huellas profundasen el cerebro, sobre todo cuando dichoscontactos han sido especialmente inten-sos. En este caso se produce una autén-tica reorganización de muchas funcio-nes cerebrales. La razón es que el impactofisiológico puede ser incluso mayor quecuando hay un ataque epiléptico. Se tratasencillamente de la fuerza de la sexua-lidad humana.

Myc: Volviendo a las investigacionesneuroteológicas en los Estados Unidos,profesor Linke, usted conoce personal-mente a muchos científicos de ese país...Linke: Efectivamente, he asistido amuchos congresos y además he trabajadoen el Centro de Teología y CienciasNaturales de Berkeley donde he pro-nunciado algunas conferencias sobreestos temas.

Myc: Da la impresión de que en EstadosUnidos está muy extendida la investi-gación neuroteológica.Linke: Ciertamente, y además en estecampo se mueve mucho dinero, sobretodo procedente de la financiación pri-vada.

Myc: ¿Cuál es el objetivo de la investi-gación neuroteológica?Linke: Todos los implicados intentanencontrar un lenguaje común para lareligión y sobre todo aplicable al diá-

logo sobre la religión. Las ciencias natu-rales se mueven en una dimensión casineutral, por lo que las religiones, por suparte, tienen que evitar una confronta-ción directa con aquéllas. Ese es elterreno donde cristianos, musulmanes ehindúes pueden intercambiar relajada-mente ideas sobre las últimas realida-des de la vida. Lo cual tiene mucho sen-tido, en mi opinión, en un mundo tandeterminado por la ciencia y la técnicacomo el nuestro.

Myc: Su afirmación trae resonancias aun igualitarismo poco riguroso. Es comosi tras esos contrastes prevaleciera deentrada la idea de que todos creemos enel mismo DiosLinke: No necesariamente. Todavía esta-mos muy lejos de que el lenguaje cien-tífico-natural pueda articular enuncia-dos ontológicos. El resultado de talesaproximaciones podría perfectamenteser un asentimiento a una imagen tec-nológica del mundo. Sería otra alterna-tiva de sumo interés y que yo consideroposible.

Myc: ¿A qué se debe que no haya enAlemania una investigación neuroteo-lógica de amplio espectro?

Linke: Seguramente porque nosotrosnos movemos en una tradición distintade las ciencias del espíritu.Eibach:Tradicionalmente en el área anglo-sajona se concedió mayor importancia ala �teología natural�. Allí existe una líneade especulación ininterrumpida con argu-mentos en pro de la existencia de Dios sobrela base de cuestionamientos empíricos.Y esta circunstancia lógicamente propi-cia otro ambiente en el plano de la discu-sión. Lo que explica que en América lareligión entre también en el mundo de lasciencias naturales para confrontarse conellas y mantener su posición.

Myc: Posiblemente en Alemania des-lindemos claramente un campo del otro.Linke: Muchos científicos alemanestemen por su prestigio si entran en eldebate sobre cuestionamientos religio-sos. En Estados Unidos el planteamientoes tan diferente que un renombrado físicono tiene problemas al escribir un librotitulado �Dios y la física moderna�.

Myc: En su opinión, ¿sería deseable quelos científicos alemanes se aventurasena escribir trabajos en esa línea?Linke: Sería muy de agradecer que estose diera también entre nosotros.

Mente y cerebro 02/2003 89

�La religión es algo más que la manifestación de

un determinado estado cerebral�. Detlef Linke

2. DETLEF LINKE dirige eldepartamento de neurofisiología clínicay de rehabilitación quirúrgica de laUniversidad de Bonn.

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Christian W. Eurich y Stefan Wilke

Cuando tomamos una fotografía,los rayos de luz procedentes de direcciones similares arriban a

puntos anejos de la película fotográfica.En el proceso de la visión humana, unacapa de células nerviosas situadas en laretina ocular transmite informaciones ala corteza visual del cerebro. Si dos dedichas neuronas colindan, serán res-ponsables de zonas vecinas del campovisual. Los neurólogos denominan mapade características a la representacióncorrecta de estas relaciones.

La posición relativa espacial de lasinformaciones captadas en la retina per-manece inalterada una vez alcanzan lacorteza cerebral. Muchas de las regio-nes que procesan estímulos visuales pre-sentan mapas de características, distor-sionados a menudo respecto de la imagenpercibida en un principio. El centro delcampo visual importa sobremanera parala vista y está representado consecuen-temente por numerosas neuronas; porello requiere un espacio mayor en el cere-bro que la periferia. Mas no sólo halla-mos mapas de características en el sis-tema visual; los hay también en otraspartes de la corteza cerebral, como lasque procesan las percepciones táctiles.

¿Cómo se forman estos mapas? Losneurólogos opinan que su estructura pre-

cisa en el cerebro no viene determina-da genéticamente: se van conforman-do de un modo gradual en el curso deldesarrollo. Ello implica que los mapaspuedan adaptarse a las cambiantes exi-gencias del entorno. Durante este pro-ceso, las células nerviosas no varían suposición en el seno del tejido cerebral,pero sí modifican sus conexiones conotras neuronas.

En contraste con otros tipos de apren-dizaje, estas adaptaciones transcurrende forma totalmente inconsciente, comoreacción a estímulos que llegan al cere-bro desde el exterior. Cabe destacar, ade-más, que las neuronas no reciben infor-mación sobre el éxito de su aprendizaje:todo un reto para los teóricos que tratande representar este proceso con ayuda demodelos de redes neuronales.

Talento organizativo artificialEl neurólogo finlandés Teuvo Kohonen,de la Universidad de Helsinki, ideó paraello en 1982 los denominados mapasautoorganizativos (Soms, del inglés �Self-Organizing Maps�). Las también lla-madas redes de Kohonen son redes neu-ronales compuestas por una sola capa demodelos matemáticos simples de célu-las nerviosas.

¿Cómo describir un mapa de caracte-rísticas visual sirviéndose de una red deKohonen? Las neuronas de la retina y de

la corteza visual reciben informacionesópticas sobre su entorno. De manera aná-loga, las células nerviosas artificiales dela red neuronal recibirán estímulos deentrada de un campo visual virtual (véaseel diagrama a). Cada una de estas neuro-nas reacciona, al igual que su correspon-diente natural, de forma particularmenteintensa ante estímulos provenientes deuna parte dada del campo de visión.

En los albores del proceso de apren-dizaje no existe todavía un mapa de carac-terísticas: los modelos de neuronas sehallan distribuidos aleatoria y desorde-nadamente. Las neuronas colindantesreaccionan por ello, de forma preferente,ante direcciones espaciales completa-mente distintas. Para poder comprendermejor el mecanismo de aprendizaje delos mapas autoorganizativos, se recurrea un ardid: preparar una ilustración delcampo visual artificial del mapa y repre-sentar simbólicamente cada célula ner-viosa en aquella posición que le provo-que una reacción más intensa. Dichasrepresentaciones de las redes de Kohonensuelen incluir líneas de unión entre lasneuronas físicamente colindantes.

De la longitud y disposición de estossegmentos se puede inferir, en cadamomento, el estado de la red y, por lotanto, del proceso de aprendizaje. En unprincipio, cuando el mapa de caracte-rísticas no se ha formado, las neuronas

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SYLLABUS

Redes neuronalesautónomasCon el fin de comprender la manera en que el cerebro procesa las informacionesrecibidas del exterior, los biólogos se sirven de determinados modelos de redes neuronales.Dichos modelos se organizan autónomamente —poseen, pues, capacidad de aprendizaje—y ofrecen representaciones cartográficas de los estímulos externos

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Mente y cerebro 02/2003 91

vecinas se representan en lugares aleja-dos entre sí y, en consecuencia, las líneasde unión se cortan en numerosos puntos(véase el diagrama b).

¿Qué ocurre durante el proceso deaprendizaje? Los investigadores simu-lan un estímulo en una posición del campovisual de la red escogida al azar. En gene-ral, esto activa varias neuronas, pero deforma particularmente intensa la másreceptiva al estímulo, es decir, la que sehalla más cercana a la posición estimu-lada en la representación gráfica: la deno-minada neurona vencedora.

Pero el aprendizaje real se produce acontinuación. La red está programada conel fin de que, en cada ciclo de aprendi-zaje, la representación de la neurona ven-cedora y sus colindantes se acerquen enmayor medida que el resto al lugar delestímulo. De esta forma, mejora su dis-posición para captar un nuevo estímuloen la misma posición: la red ha aprendido.En la representación gráfica, la ganadoray neuronas unidas a ella se desplazan li-geramente en dirección al lugar del es-

tímulo, la vencedora siempre en mayormedida que sus vecinas (véase el dia-grama c). En las redes de Kohonen, losmodelos de neuronas no se desplazan físi-camente, como tampoco las células ner-viosas de la retina; son exclusivamentesus propiedades (sus representacionessimbólicas) las que varían.

En el siguiente ciclo, las neuronasreaccionan a un estímulo simulado enotras coordenadas. Paso a paso, la repre-sentación gráfica de la red de Kohonense transforma. El hecho de que la repre-sentación de las neuronas colindantes ala vencedora se traslade en mayor medidaque la del resto, provoca que la repre-sentación general sea, en cada ciclo, másasimilable a las relaciones de vecindadreales de la red neuronal. Las líneas deunión entre neuronas colindantes se acor-tan y la estructura aparece cada vez másordenada. En el transcurso del aprendi-zaje los símbolos de las neuronas se des-plazan cada vez menos, hasta que final-mente se forma un mapa de característicasestable (véase el diagrama d).

¿En qué contribuyen las redes deKohonen a la comprensión de nuestro sis-tema nervioso? La similitud entre ambossistemas no es en absoluto despreciable:muchas de las propiedades de los mapasautoorganizativos se corresponden conlas del cerebro. Por ejemplo, en el cen-tro de la retina concurre un número máselevado de estímulos que en la perife-ria. Por ello, se puede comprobar que lecorresponden una cantidad mayor decélulas nerviosas en el cerebro. Si loscientíficos simulan esta circunstanciamediante la red de Kohonen, presentan-do el mayor número de estímulos en elcentro del campo visual virtual, la ma-yoría de las representaciones de neuro-nas aparecerán al final del proceso deaprendizaje precisamente en esa zona.

Junto a una gran trascendencia cien-tífica, los mapas autoorganizativos tie-nen asimismo aplicación técnica. Porejemplo, el proyecto Websom de TeuvoKohonen clasifica documentos deInternet según su contenido. Si un usua-rio llega a una dirección interesante,puede dirigirse fácilmente a otras de con-tenido similar con ayuda de dichos mapas.Y quizás en un futuro las redes deKohonen permitan desarrollar cámarasque se adapten a la vista del fotógrafo ypermitan obtener fotografías brillantes.

RETRATO DEL PAJARO: ¿Cómo puedeuna red neuronal aprender a procesar unaimagen de forma similar a nuestro sistemanervioso? En este ejemplo se considerauna red simple de 16 neuronas responsabledel hemicampo visual derecho (a).Las neuronas de la red se representansimbólicamente, cada una de ellas,en la posición en la que su reacción a unestímulo es más intensa. Al principio, larepresentación se caracteriza por undesorden total (b). En un lugar escogidoal azar, se simula un estímulo (asterisco).La neurona más cercana, la vencedora (enlos diagramas, la número 1), se desplaza,junto con sus vecinas, en mayor medidahacia el estímulo (c). Después de múltiplesciclos de aprendizaje, la red se haordenado: tenemos ya un mapa decaracterísticas (d).

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CHRISTIAN W. EURICH y STEFAN WILKEson físicos de formación. El primero trabajaen el Instituto de Neurofísica Teórica de laUniversidad de Bremen; el segundo se dedicaa la asesoría de empresas.

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DICCIONARIO DE LÓGICA Y FILOSOFÍA

DE LA CIENCIA, por Jesús Mosterín yRoberto Torretti. Alianza Editorial;Madrid, 2002.

ARISTOTLE�S PHILOSOPHY OF BIOLOGY.STUDIES IN THE ORIGINS OF LIFE SCIEN-CE, por James G. Lennox. CambridgeUniversity Press; Cambridge, 2001.

THINGS COME TO LIFE. SPONTANEOUS

GENERATION REVISITED, por HenryHarris. Oxford University Press; Oxford,2002.

THE POVERTY OF THE LINNEAN HIE-RARCHY. A PHILOSOPHICAL STUDY OF

BIOLOGICAL TAXONOMY, por MarcEreshefsky. Cambridge University Press;Cambridge, 2001.

FOUNDATIONS OF LANGUAGE. BRAIN,MEANING, GRAMMAR, EVOLUTION, porRay Jackendoff. Oxford University Press;Oxford, 2002.

Con muchos altibajos, y desde losprimeros ensayos de Xirau en el primer tercio del siglo pasado, no

acaba de forjarse en español una filoso-fía de la biología digna de tal nombre.Baste fijarse en el reciente Diccionariode Lógica y Filosofía de la Ciencia, contodas las concesiones obligadas que unaobra de semejante índole impone. Ciñá-monos a las cuestiones relacionadas ensentido estricto con la biología. Se ad-vierte un esfuerzo por incluir voces �es-pecie, taxón� centrales en la especula-ción filosófica, pero adolece de omisionesde rango no menor: origen de la vida, fun-ción biológica u hominización.

Las propias voces recogidas reciben,con frecuencia excesiva, un tratamientoapresurado y confuso. Apresurada es ladescripción de la especie biológica, limi-tada a la de la población de organismoscon cruzamiento fértil, sin mencionarotros enfoques, biológicos también, así

el ecológico o paleontológico, fuentesen buena medida de la reflexión filosó-fica sobre el propio concepto de espe-cie. Confusa es la explicación de la célulaprocariota. De su descripción nadie infe-riría que el cromosoma de Escherichiacoli fue modelo por excelencia en el de-sarrollo de la genética molecular.

La filosofía de la biología precisa,obvio es decirlo, conocer la situaciónactual de las ciencias de la vida y los méto-dos propios de la reflexión metacientí-fica. Así como saber qué teorías hanvenido tejiendo la historia de la disci-plina (Aristotle�s Philosophy of Biology).La remisión a Aristóteles no es aquí unadorno cultural. Con todas las matiza-ciones necesarias fue un biólogo emi-nente, no un rizótomo al uso en su tiem-po. En cuanto biólogo se propuso ponerorden en la apreciación de la diversidadde los seres vivos, con conceptos, prin-cipios y sistema de investigación propios;en cuanto filósofo esbozó el método quejustificara la sistematización acometi-da. Lo hizo, empero, de una manera pe-culiar.

En efecto, aunque se ocupa de la filo-sofía de la ciencia en los Analíticos, sobretodo los posteriores, donde el modelo dereferencia es la matemática, aborda lafilosofía de la biología en el libro pri-mero del tratado Sobre las partes de losanimales, porque la especulación debearrancar de la ciencia empírica y éstaarticularse en aquélla. [Los principios defilosofía de la biología establecidos enese primer libro los aplica en el resto dela obra.] Aparece, además, una contra-dicción aparente, a propósito de la demos-tración y la división, entre lo argumen-tado en aquellos escritos lógicos y estoszoológicos. Creíase, hace escasos dece-nios, que los Analíticos posteriores apor-taban un modelo austero, formal y deduc-tivo de prueba explicativa, mientras quelos tratados biológicos serían una amal-gama de exploraciones informales y apro-ximadas. De entonces acá, los trabajos

pioneros de David Balme y la tesis doc-toral de Pierre Pellegrin, con ulterioresinvestigaciones de diversos autores,incluido Lennox, han cambiado el pano-rama y ven una ilación subyacente. Sibien persisten voces reticentes, como lade Geoffrey Lloyd.

Aristóteles desarrolla el concepto deser vivo con el telón de fondo de la nociónpresocrática de physis, para oponerse ala misma. No busca un último compo-nente que explique la constitución detodo, sino que procede atendiendo alcompuesto de materia y forma, que per-mite dar cuenta de su modo de operar.La estatua y el hacha pueden ser ambasde bronce, expone, mas para entender quélas distingue entre sí, hemos de conocersu función, su finalidad, que le vieneimpuesta por el hombre que las talla.Pero en los animales los fines no losimponemos, sino que vienen ínsitos ensu propia naturaleza.

Hay cosas naturales elementales �pu-ñado de tierra, gota de agua o soplo deaire� a las que Aristóteles dedica nota-ble atención en Sobre la generación ycorrupción, Meteorología IV y Sobre elcielo III-IV. Sin necesidad de un agentemotor, estos �elementos� se muevennaturalmente: la tierra y los objetostérreos caen hacia el centro del cosmos;el aire tiende, por naturaleza, a elevarse.Pero nuestro biólogo presta mayor aten-ción a las naturalezas compuestas de losseres vivos (animales y plantas), dondelos elementos se amasan para constituirtejidos y órganos, que se hallan organi-zados para cumplir funciones muy dife-rentes. En su génesis y desenvolvimientoexiste una sorprendente coordinación enla construcción y en los movimientos deun animal, que no pueden reducirse a lascapacidades naturales de los cuatro ele-mentos. Presentan, además, una propie-dad única, la de prolongarse a sí mismos,tema al que consagrará los cinco librosde su tratado Sobre la generación de losanimales.

92 Mente y cerebro 02/2003

LIBROS

Filosofía de la biologíaDe los griegos a Chomsky

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Esta prolongación del individuo, quese lleva a cabo por cruzamiento sexual,funda el concepto de especie. En tornoal significado exacto de ese término ysu distinción de otros afines (forma, cla-se) gira la nueva interpretación men-cionada. Quiere ésta alejarse del Aris-tóteles esencialista nacido en el seno delneoplatonismo, según el cual, el Estagi-rita se habría limitado a traer a la tierralas formas platónicas. De acuerdo conel nuevo modelo los seres substancialesde Aristóteles constan, cierto, de mate-ria �la argamasa de la que están he-chos� y forma �la organización de esaargamasa�. Aplicada a los seres vivos,sin embargo, esa idea de apariencia sen-cilla dista mucho de ser simple. La formade un ser vivo es su alma, compendio yorigen de un conjunto de facultades orien-tadas hacia un fin, potencias que vandesde la capacidad nutritiva y genera-dora hasta la cognición, pasando por elmovimiento y la sensibilidad. La formaes, pues, algo más que estructura y con-figuración.

Suele asociarse al esencialismo la ideade inmutabilidad de las especies. Parala nueva interpretación, lo que Aristótelesdefiende es que la reproducción es unacapacidad biológica para mantener laforma de los agentes reproductores, noque las especies sean eternas. Ni piensatampoco que el género constituya unacolección de especies definidas por suesencia. Tomemos por caso su explica-ción del grupo de las aves. Se trata deuna clase genuina porque en un nivelmuy general las diversas formas de avesson la misma con respecto a numerososrasgos, o como él diría, diferencias.Tienen alas, dos patas, plumas y pico;vuelan y son ovíparas. Comprender lasformas de tal grupo implica comprenderlos modos en que estos caracteres de laclase se diferencian, la tarea primera dela división. En última instancia, la expli-cación de esas diferencias es teleoló-gica. Las patas palmípedas o las garrasse desarrollan en razón de su hábito devida, sus bioi. Las formas de clases difie-ren, repite una y otra vez Aristóteles,con diferencia de grado, es decir, segúnlo más y lo menos. No podemos, ade-más, seguir atribuyendo a Aristótelesuna postura fijista de las especies cuandoadmite la aparición de híbridos fecun-dos y reseña las divergencias entre pro-genitores y descendencia.

Su doctrina sobre la generación per-viviría hasta el siglo XVII (Things Cometo Life. Spontaneous Generation Revi-sited), constituida en un lugar clave deintersección entre filosofía y biología.Junto a la generación sexual, daba por

cierto la formación espontánea de tes-táceos, insectos, peces y plantas. No esuna generación que brote de la nada. Senecesita un medio adecuado. Algunostestáceos, expone, desprenden una sus-tancia a partir de la cual se producennuevos seres (moluscos, por ejemplo),en un proceso más cercano a la gema-ción de una planta que al de la genera-ción sexual. Se requieren, exige, fluido,pneuma y calor vital.

Aunque siempre hubo escépticos antela teoría según la cual la materia inertepodía, en condiciones adecuadas, engen-drar formas vivas mediante mecanismosenteramente naturales, la tesis de lossponte nascentia gozó de la adhesión dela mayoría, incluidos experimentalistasde la talla de William Harvey. La ver-dad es que, pese al rosario de ensayosrealizados desde su tiempo hasta hoy,nunca se desarrolló el experimentum cru-cis que zanjara la cuestión.

Tras Aristóteles, admitió la genera-ción espontánea para ciertas plantasTeofrasto. Puesto que cuanto viene des-pués es, en buen medida, glosa a ambos,se repiten casi los mismos ejemplos degasterópodos, insectos, anfibios que sur-

gen del limo (�la madre tierra�) o de lacarne putrefacta hasta la modernidad.Vale decir, hasta que Francesco Redi(1626-98) abrió con sus experimentos elcamino hacia un nuevo modo de operaren biología. Arquiatra de los Médicis, fueRedi un hombre versado en lenguas clá-sicas, poeta (su Bacco in Toscana haentrado en la historia de la literatura),médico experimentado (cuyos Consultiprolonga la larga tradición de los �Con-silia� medievales) y, por lo que aquí res-pecta, científico riguroso.

Su primer tratado biológico, Osserva-zioni intorno alle vipere, apareció en1664. Contra la creencia común, demues-tra aquí que el veneno de la víbora noguarda relación con la bilis del animal.Rompe también con la idea establecidadel envenenamiento oral. Para que laponzoña ejerza su efecto tóxico debepasar a la sangre, lo que refleja su plenaaceptación del descubrimiento harve-yano de la circulación mayor. En casosde mordedura de serpiente, explicita,hágase un torniquete, para evitar que lasangre envenenada llegue al corazón.

Cuatro años más tarde da a la imprentaEsperienze Intorno alla Generazione

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Francesco Redi (1626-98)

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degl�Insetti. A los insectos se había idorestringiendo el grupo de los �organis-mos inferiores� que nacían espontáneos.Para rebatir esta tesis ideó unos experi-mentos de suma sencillez y resultadoscontundentes. En cuatro frascos de bocaancha colocó una serpiente muerta, algu-nos peces de río, cuatro anguilas del Arnoy un trozo de carne de ternero. Tapó lasbocas con papel atado con una cuerda ylas selló. En otros cuatro frascos, pusolas mismas muestras, pero dejando abier-tas las bocas. Al poco tiempo, en los fras-cos abiertos, bullían larvas y moscasinfestando los tejidos; no así en los fras-cos sellados, donde no había señal algunade vida. Repitió los experimentos mo-dificando tiempos, tipos de frasco y con-tenido orgánico. Pero los resultados nocambiaron.

Ahora bien, ¿y si la generación de vidarequería acceso al aire libre? Para saliral paso de la objeción de que las larvasnecesitaban aire para engendrarse de lamateria inerte, pergeñó una segunda tandade ingeniosos experimentos, con telillasque permitían la aireación. Tampoco apa-recían crías; las únicas larvas formadasprocedían de huevos allí depositados.Tras esos y otros experimentos que rea-

lizó con abejas pudo concluir con unasde las aseveraciones más decisivas en laevolución del pensamiento biológico:�Me inclino a pensar que todos los seresvivos son progenie fiable de plantas yanimales y que éstos mantienen la inte-gridad de sus especies por medio de supropia semilla�.

La tesis de la generación espontáneano sucumbió, empero. La historia nosofrece capítulos del máximo interés parala depuración de los conceptos, cuyosprotagonistas evocan momentos de apo-geo de la biología subsiguiente; de laparasitología, partenogénesis, la mi-crobiología y la teoría del contagio, enparticular: Marcello Malpighi, GiovanCosimo Bonomo, Antonio Vallisneri,Carlo Franceso Cogrossi, Antoni vanLeeuwenhoek, Abraham Trembley, JohnTurberville Needham, Lazzaro Spallan-zani, John Ellis, Jules Guiart, Jean-Bap-tiste Lamarck, Gottfried ReinholdTreviranus, L. Oken, Christian GottfriedEhrenberg y, sobre todo, Louis Pasteurcon su famosa polémica con FélixArchimède Pouchet.

Si tan fecunda ha sido la noción aris-totélica de generación espontánea, no leanduvo a la zaga el concepto asociado

de especie (The Poverty of the LinneanHierarchy. A Philosophical Study ofBiological Taxonomy), campo de bata-lla entre fijistas y evolucionistas a lolargo del siglo XIX y, hoy, foco centralde las diferentes escuelas de sistemá-tica. Asistimos, en efecto, a una curiosaparadoja: la aceptación del proceso deespeciación y la asunción, en la práctica,de la taxonomía linneana, fijista dondelas haya. Dos méritos no cabe regatearlea Linneo: la denominación binomial, quefacilitó la identificación de una mismaespecie entre los múltiples nombres conque aparecía, y el haber puesto orden yjerarquía en el caos de la clasificación.En pocos decenios, es decir, en el últimotercio del siglo XVIII, su doctrina se habíaadoptado con escasas voces disonantes.Pero, cien años después, Darwin minabala idea motriz de Linneo, la inmutabili-dad de las especies.

El rechazo del concepto esencialistade especie, asociado a su inmutabilidad,no vino sustituido por una definiciónunívoca. Para unos el carácter decisivosería la capacidad de cruzamiento fértil;para otros sería la vinculación a una filo-genia exclusiva; para unos terceros elcompartir determinado nicho ecológico.No se agota en esa triple adscripción loque los biólogos entienden por especie.A veces resulta determinante el campode trabajo; el botánico la ve de un mododistinto del microbiólogo y, ambos, delpaleontólogo. La definición de la cate-goría de especie condiciona la com-prensión de los taxones superiores (degénero a phylum). Con otra palabra, laclasificación.

A propósito de la clasificación con-viven, y se interfieren, enfoques ta-xonómicos distintos. Durante los últi-mos decenios del siglo pasado recibióparticular atención el fenético o numé-rico, sistema de clasificación basado enla formación de grupos de organismosque compartan la mayor similaridadgeneral posible. De un tiempo a estaparte parece asentarse el cladismo. Loavanzó Willi Hennig en 1950 con suobra Grundzüge einer Theorie der Phy-logenetischen Systematik. Era, en su pro-pósito, una contraposición a la corrientealemana de clasificación fundada en lamorfología ideal, en el bauplan, es decir,en la aceptación de patrones o estructu-ras básicas. Hennig opone la clasifica-ción filogenética, bifurcadora o ramifi-cadora. (Clados es rama en griego.)Postulado esencial del cladismo es quedos taxones deben agruparse juntoscuando se originaron en el mismo epi-sodio ramificador, cuando compartenun ancestro común más reciente que el

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Lazzaro Spallanzani (1729-99)

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que comparte cualquiera de los dos conun tercer taxón.

Pero la filosofía de la biología no bebesólo de un pasado reverdecido. En losestudios actuales sobre el lenguaje, pecu-liaridad exclusiva del hombre, encuen-tra un hontanar de inspiración (Foun-dations of Language. Brain, Meaning,Grammar, Evolution). En esta obra, quepara muchos señala un antes y un des-pués en las ciencias del lenguaje, RayJackendoff parte de Noam Chomsky. Enrealidad es un diálogo con el padre de lagramática generativa desde su programainicial en Aspects of the Theory of Syn-tax, publicado en 1965. Y lo mismo queél, sitúa la lingüística en el centro de lacomprensión de la naturaleza y la cog-nición humanas.

Supone ello centrarse en tres puntosbásicos de la gramática generativa: men-talismo, combinatoriedad e innatismo.El mentalismo reconoce que el lenguajese sustancia en la mente y cerebro dequienes lo utilizan; en razón de la com-binatoriedad, los hablantes pueden enten-der y construir un número infinito de fra-ses que no han enunciado u oído nunca;por fin, de acuerdo con el innatismo veni-mos al mundo dotados de recursos parael aprendizaje del lenguaje que tras-cienden los que poseen para otros tiposde aprendizaje. En efecto, Chomsky sos-tiene que la capacidad para aprender ellenguaje constituye, en parte, una espe-cialización cognitiva de nuestra especie,

una �gramática universal� imbricada enel cerebro. Pero si la gramática genera-tiva daba por supuesto que sólo la �sin-taxis� es generativa, Jackendoff defiendeque la fonología, la sintaxis y la semán-tica son igualmente generativas.

A través del postulado innatista de lagramática generativa se establece la cone-xión de la teoría lingüística con la bio-logía, el desarrollo cognitivo, la etolo-gía y la psicología evolutiva. Ahora bien,para que la gramática universal sea unaespecialización cognitiva innata, debe,por definición, transmitirse genética-mente. Pero, ¿qué significa que se trans-mita genéticamente? Los genes no pue-den codificar directamente un conjuntode principios funcionales. Sólo de-terminan la síntesis de proteínas, que asu vez guían ciertos parámetros de de-sarrollo cerebral. La forma en que esteproceso está guiado por la genética eshoy por hoy un misterio, y ello sólo enel nivel de instrucciones genéticas sobrela arquitectura neuronal. Un misterio quese obscurece todavía más cuando pre-tendemos conocer de qué modo la sus-tanciación neuronal presta soporte a laorganización funcional, especialmente enniveles tan complejos como el lenguaje.

Lo cierto es que sólo los humanoshablan, sin que ello suponga negar laexistencia de numerosos sistemas decomunicación en el mundo animal. Paraexplicar el fundamento de esa singula-ridad de nuestra especie se han buscado

comparaciones con los primates. Deentrada, el tamaño cerebral. Pero en 1967Eric Lenneberg descartaba ya esa posi-bilidad exponiendo lo que ocurre en �ena-nos nanocefálicos�, individuos cuyoscerebros se desarrollan sólo hasta eltamaño del encéfalo del chimpancé, conuna reducción proporcional en el númerode neuronas. Aunque con un retraso men-tal profundo, esos individuos aprendena hablar. Otra prueba diacrítica a pro-pósito del tamaño cerebral concierne alos niños que han sufrido una hemisfe-rectomía precoz, de forma que tienen lamitad del tamaño normal. También ellossufren minusvalías severas, pero de-sarrollan el lenguaje.

Cuando se ha abordado la cuestióndesde el otro lado, es decir, desde laóptica de los experimentos en que seenseña a hablar a chimpancés, gorilas ybonobos, los resultados han sido hartofrustrantes. Se disputa qué es lo que real-mente aprenden; en el mejor de los casospodría afirmarse que esos primates hanconseguido el uso de símbolos con finescomunicativos. Ahora bien, aunque con-catenen símbolos en secuencias, no evi-dencian signos de haber alcanzado unacombinatoriedad fiable. En breve, po-drían aprender algunos aspectos del len-guaje, pero no otros, un reflejo de las dife-rencias en la capacidad cognitiva.

LUIS ALONSO

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Louis Pasteur (1822-95)

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Antonio Prevosti Monclús

El conocido gesto de Aristóteles, elfilósofo que dirige la mano haciala Tierra, según le pintó Rafael,

expresa gráficamente su concepción delsaber como un proceso ascendente, quese inicia en la percepción sensible, pasapor la memoria, se consolida en formade experiencia y, desde ésta, producefinalmente el arte y la ciencia.

Hay en este proceso, según su teoría,a la vez una unificación de lo múltiple yuna detención de lo fugaz e inestable,que se dan en cada uno de los pasos su-cesivos. Para ilustrarlo, Aristóteles locompara a un ejército en desbandada, enel que si un soldado se detiene, otro sedetiene junto a él, y luego otro, hasta quese recompone el orden total. Así, dice, apartir del flujo de sensaciones en el alma,se forma un concepto universal estable�por ejemplo, la noción de animal.

Aunque Aristóteles procura en todocaso explicar los hechos psíquicos me-diante el concepto de movimiento �loque da a su psicología un carácter neta-mente físico�, su método no se reducea hallar sólo el substrato material yobservable de los fenómenos o adescubrir el mecanismo de los mis-mos. Para el filósofo griego no habríacomprensión auténtica si en la cien-cia no se alcanzara a expresar tam-bién la naturaleza o esencia de cadacosa. Por esta razón, en su tratadoAcerca del alma, no sólo se intere-sa, por ejemplo, por el funcionamien-to de los sentidos y sus órganos cor-porales, sino que intenta tambiéncaptar qué comporta en sí mismo elhecho de percibir.

La comprensión de la percepciónsensible será la llave para la com-prensión del conocimiento en gene-ral. Para ello, Aristóteles observaque la sensación es algo pasivo yreceptivo: implica que el sentido seaafectado por el objeto. Con esto, elobjeto comunica al sentido su formasensible, que de este modo se hacepresente en el alma. La compara-

ción con que el Filósofo ilumina estehecho es la del sello que imprime sumarca sobre la cera. Según esto, en prin-cipio la sensación es análoga a cualquierproceso natural en el que un pacienterecibe por la acción de un agente una afec-ción que lo altera o modifica. Ahora bien,la sensación no es una pasión cualquiera,pues muchos cuerpos sufren pasivamenteuna alteración y sin embargo no tienenninguna percepción. Entonces, ¿qué eslo particular de esa afección, que pro-duce en el ser viviente el fenómeno delconocimiento? ¿Qué diferencia hay entresufrir una afectación física (un cuerpose calienta por acción del fuego) y expe-rimentar un hecho psíquico de percep-ción (el animal percibe el calor)? ¿Sepuede definir físicamente tal diferencia?Aristóteles cree hacerlo al decir que enla sensación se trata de una recepción deuna forma sin la materia.

Por un lado, eso implica, para él, quela capacidad sensitiva en los órganos delos sentidos debe radicar en una ade-cuada proporción de sus elementos mate-riales. Por otro lado, se sigue que la per-cepción consiste en tener el mismo ser

de lo percibido y, por lo tanto, en ser, encierto modo, igual a lo percibido.

Aristóteles se fundará en esta con-cepción de la sensibilidad para explicarmás adelante la actividad intelectual yel pensamiento. Aunque admite la nece-sidad de una potencia activa del enten-der (un �entendimiento agente�), quecompara a una luz que ilumina los obje-tos, básicamente sostiene que entendertambién consiste en padecer cierto in-flujo, bajo la acción de lo inteligible. Deahí deduce que el entendimiento ha deser una potencia capaz de recibir todas lasformas �ya que es capaz de entenderlotodo� y para ello debe ser de suyo merapotencia, libre de toda forma en acto,como un papel en blanco en el que nohay nada escrito.

Para ser capaz de una función así, hayque concederle al entendimiento algu-nas características muy especiales.Aristóteles dirá que es impasible, a la vezque receptivo de las especies, que esseparable, que �no se mezcla con el cuer-po�, es inmaterial y no tiene órgano �locual lo distingue ya por completo de lasensación.

También en el entender, como enla sensación, el cognoscente se iden-tifica con la cosa conocida, y porello llega Aristóteles a afirmar que�el alma es en cierto modo todas lascosas�, es decir, viene a tener el serde todas las demás cosas. Ello secomprende si conocer algo es poseersu forma en el alma, y la forma eslo que hace ser a cada cosa lo quees. Conocer, pues, según el Estagi-rita, es en cierto modo ser la mismacosa conocida, aunque de un modopeculiar, no estrictamente físico, esdecir, de un modo menos ligado ala materia y más fundado en la con-sistencia intrínseca de la forma.

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ENSAYO FILOSÓFICO

Sensación y conocimientoen Aristóteles

ANTONIO PREVOSTI MONCLÚS,profesor titular de Filosofía y estudio-so de Aristóteles, imparte Filosofía dela Naturaleza en la Universidad deBarcelona.

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