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LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DOCTORADO EN CIENCIAS HUMANAS PARTICIPANTE: Mg. WILLIAM REYES C.I. 5.800.098 TUTORA: Dra. NORAIDA MARCANO MARACAIBO, ENERO DE 2007

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LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DOCTORADO EN CIENCIAS HUMANAS

PARTICIPANTE:

Mg. WILLIAM REYES C.I. 5.800.098 TUTORA: Dra. NORAIDA MARCANO

MARACAIBO, ENERO DE 2007

FRONTISPICIO

EPISTEMOLOGIA Y PEDAGOGIA EN

LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE

Reyes viera william ramon C.I. V-5.800.098 Sabaneta Larga, Urb. Urdaneta, Bloque 10, Apartamento A-1 Maracaibo, Edo. Zulia Teléfono: 0261- 7292906 [email protected]

Firma: _____________________

VEREDICTO DEL JURADO

Quienes suscriben, Dra. Hermelinda Camacho –C.I. 3.328.628-Coordinadora, Dr. José Padrón – C.I. 3.174.652- Secretario, Dra. Noraida Marcano – C.I. 3.339.476-

Tutora; miembros del jurado evaluador, nombrados por el Consejo Técnico de la

División de Estudios para Graduados de la Facultad de Humanidades y Educación de

La Universidad del Zulia, para evaluar la Tesis Doctoral:

“EPISTEMOLOGIA Y PEDAGOGIA

EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE”

Presentado por el Magíster William Ramón Reyes Viera, portador de la Cédula de

Identidad No. 5.800.098, para optar al Título Doctor en Ciencias Humanas, después de

haber leído y estudiado detenidamente el trabajo de tesis doctoral y evaluada la

defensa del autor, consideramos que el mismo reúne los requisitos señalados por las

normas vigentes y por tanto se Aprueba con Mención Publicación, y para que conste

se firma en

Maracaibo, a los dieciocho días del mes de enero de 2007

JURADO

DEDICATORIA

A mi querida familia, fuente de aprendizaje sobre la marcha.

A los(as) alumnos(as) que cursan estudios de pregrado en la Escuela de Educación de

La Universidad del Zulia, por sus continuas construcciones de saberes y estimulo a una

superación permanente.

Al equipo Docente del Departamento de Tecnología y Práctica Educacional de la

Escuela de Educación de La Universidad del Zulia, por su calidad humana y rigor

profesional.

A la Comunidad Cristiana Shalom, por su acompañamiento e inspiración.

A la Profesora Virginia Pirela, modelo vivencial en la formación docente de la región

zuliana.

A la Profesora Josefa Rojas, fecunda zona de desarrollo próximo.

AGRADECIMIENTOS

A Dios, fuente de sabiduría, valor e inspiración.

Al Doctorado en Ciencias Humanas de La Universidad del Zulia.

A la T.S.U. Carmen Zamora, por su paciencia y excelente trabajo como mecanógrafa.

A la Dra. Noraida Marcano, por su rigurosidad académica y gran sensibilidad humana.

A la Dra. Hermelinda Camacho, por su pasión y tenacidad como investigadora.

Al Dr. José Padrón, fuente de sabiduría, sencillez y calidad humana.

A la Dra. Alicia Inciarte, síntesis de sueño, visión y acción en la conducción del

Doctorado en Ciencias Humanas de La Universidad del Zulia.

Gracias...

EJE ORIENTADOR DEL PROCESO

INDICE

Págs. Indice de Gráficos.............................................................................................................7

Indice de Cuadros.............................................................................................................8

Resumen......................................................................................................................... 9

Abstract.......................................................................................................................... 10

Introducción................................................................................................................... 12

Capitulo I

Situación Problema........................................................................................................ 15

Objetivos de la Investigación......................................................................................... 20

Justificación................................................................................................................... 21

Capitulo II

Fundamentación Teórica............................................................................................... 23

1.- Antecedentes de la Investigación..................... ........................................................23

2.- Contexto normativo y tendencial de la Formación Docente......................................27

3.- Caracterización general de los Modelos de Formación Docente............................. 33

3.1.-Teoría de la Acción Docente............................................................................. 33

3.2.-Modelo Tradicionalista o Clásico....................................................................... 39

3.3.-Modelo Racional–Técnico o Tecnológico.......................................................... 43

3.4.-Modelo de Formación Docente Constructivista................................................. 49

3.5.- Modelo de Formación Docente Crítico–Social................................................. 67

4.- Dimensión epistemológica en el Contexto Educativo............................................... 74

4.1.- Consideraciones generales vinculadas a la Epistemología.............................. 74

4.2.- Enfoques Epistemológicos................................................................................ 77

4.3.- Epistemología en los procesos de Formación Docente.................................... 82

4.4.- Crítica, epistemología y educación................................................................... 84

4.5.- Epistemología de Procesos............................................................................... 87

4.6.- Subcategorías de análisis epistemológico para el estudio de los Modelos

de Formación Docente...................................................................................... 88

4.7.- Implicaciones epistemológicas en los Modelos de Formación Docente........... 99

5.- Algunas consideraciones acerca de la importancia de la pedagogía en el

contexto educativo.................................................................................................. 104

5.1.- Hacia una definición de la Pedagogía........................................................... 104

5.2.- Dimensión histórica y social de la Pedagogía............................................... 108

5.3.- La Pedagogía como ciencia en construcción............................................... 109

5.4.- Identidades Pedagógicas...............................................................................113

5.5.- Epistemología y Pedagogía.......................................................................... 115

5.6.- Construcción del Discurso Pedagógico......................................................... 118

5.7.- Construcción del Discurso Pedagógico según Basil Berstein....................... 119

5.8.- El discurso pedagógico y su relación con la Epistemología......................... 122

5.9.- Subcategorías pedagógicas desde la perspectiva de Prieto (1990)............. 125

5.10.- Análisis de los Modelos de Formación Docente de acuerdo a las

subcategorías pedagógicas propuestas........................................................ 133

Capitulo III

Operacionalización de la Investigación...................................................................... 136

1.- Estructura diacrónica del proceso de investigación.......................................... 136

2.- Estructura sincrónica del proceso de investigación.............................................. 140

3.- Selección del contexto general y específico.......................................................... 143

4.- Criterios que fundamentan la selección de las unidades de análisis................... 144

5.- Aspectos generales de la operacionalización de la investigación......................... 151

6.- Confiabilidad y validez de los instrumentos........................................................... 155

Capitulo IV

Análisis de los Resultados........................................................................................... 159

Epistemología en los Modelos de Formación Docente............................................... 159

Pedagogía en los Modelos de Formación Docente......................................................180

Capitulo V

Conclusiones............................................................................................................... 197

Capitulo VI

Lineamientos Teóricos Metodológicos........................................................................ 202

Fundamentación teórica de un Modelo de Formación Docente Constructivista........ 212

Indice Bibliográfico....................................................................................................... 226

Anexos ........................................................................................................................ 232

INDICE DE GRAFICOS

Págs. No. 1 Estructura orientadora del Proceso de Investigación....................................... 11

No. 2 Tipos de aprendizajes de capacidades y de contenidos en el contexto

educativo......................................................................................................... 29

No. 3 Posiciones confrontadas en torno al constructivismo...................................... 64

No. 4 Tesis que interpreta el conocimiento científico según el Circulo de Viena..... 78

No. 5 Subcategoría Epistemológica: Rol del alumno en la Construcción

del Conocimiento.............................................................................................. 98

No. 6 Subcategorías de análisis epistemológicos en los Modelos de formación

docente.......................................................................................................... 100

No. 7 Niveles de sistematización del campo disciplinar de la Pedagogía.............. 112

No. 8 Estructura de los Procesos de Investigación................................................. 142

No. 9 Estructura de un Modelo de Formación Docente Constructivista.................. 219

No. 10 Perspectiva multidimensional del Modelo de Formación Docente

Constructivista................................................................................................ 221

No. 11 Pertinencia y trascendencia del Modelo de Formación Docente

Constructivista................................................................................................ 222

INDICE DE CUADROS

Págs.

No. 1 Crítica frente al Empirismo Inductivo........................................................ 79

No. 2 Matriz: Subcategorías de análisis epistemológicos en los Modelos de

Formación Docente................................................................................ 101

No. 3 Matriz: Subcategorías Pedagógicas en los Modelos de Formación

Docente (Perspectiva de Prieto 1990)................................................... 134

No. 4 Población objeto de estudio................................................................... 147

No. 5 Muestra objeto de Estudio...................................................................... 148

No. 6 Procedimientos metodológicos de la investigación................................ 152

No. 7 Subcategorías epistemológicas y sus propiedades.............................. 153

No. 8 Subcategorías pedagógicas y sus propiedades de acuerdo a

Prieto (1990)........................................................................................... 154

No. 9 Análisis de contenido del Diseño Curricular de la Escuela de Educación.

Facultad de Humanidades y Educación (L.U.Z.).................................... 161

No. 10 Taller realizado con los Docentes en Formación................................... 166

No. 11 Observación directa a los Docentes Formadores pertenecientes a las

menciones de Ciencias Sociales, Básica Integral, Matemática y

Biología................................................................................................... 167

No. 12 Entrevista a profundidad realizada a los Docentes Formadores y

Coordinadores de Cátedra. Subcategorías Epistemológicas................. 170

No. 13 Subcategorías Pedagógicas. Análisis de contenido del Diseño Curricular

de la Facultad de Humanidades y Educación (L.U.Z.)........................... 182

No. 14 Taller realizado con los Docentes en Formación. Subcategorías

Pedagógicas........................................................................................... 185

No. 15 Observación directa a los Docentes Formadores adscritos a las

menciones seleccionadas....................................................................... 187

No. 16 Entrevista a profundidad realizada a los Docentes Formadores y

Coordinadores de Cátedra. Subcategorías Pedagógicas...................... 189

No. 17 Elementos estructurantes de una teoría pedagógica bajo el enfoque

constructivista........................................................................................ 224

Reyes Viera, William Ramón. “Epistemología y Pedagogía en los Modelos de Formación Docente”. Tesis Doctoral. La Universidad del Zulia. Facultad de Humanidades y Educación. División de Estudios para Graduados. Doctorado en Ciencias Humanas. Maracaibo, Edo. Zulia. Venezuela. 2007. 236 p.

RESUMEN Esta investigación tuvo como objetivo general analizar las tendencias epistemológicas y pedagógicas en las concepciones de los modelos de formación docente vigentes en la Escuela de Educación de La Universidad del Zulia. Al respecto, en su fundamentación teórica se consideraron las categorías epistemológicas y pedagógicas, además de explicitar los diferentes modelos de formación docente que históricamente se pueden considerar en el ámbito de Educación Superior, a saber: Tradicionalista, tecnológico, constructivista y critico social. Metodológicamente la investigación se fundamentó en el enfoque epistemológico introspectivo vivencial. Las unidades de análisis estudiadas fueron: El diseño curricular de la Escuela de Educación, docentes en formación, profesores y coordinadores de cátedra. La información se obtuvo a través de las técnicas de análisis de contenido, observación directa, talleres y entrevista a profundidad. Los hallazgos evidenciaron la coexistencia de modelos, aunque prevaleció el modelo de formación docente tradicionalista, ya que es el que se operacionaliza en la práctica pedagógica de los docentes formadores. Derivados de los resultados se propusieron lineamientos teóricos-metodológicos entre los que se incluyó una propuesta de modelo de formación docente alternativo. Palabras claves: epistemología, pedagogía, modelos de formación docente. [email protected]

Reyes Viera, William Ramón. “Epistemology and Pedagogy in the Models of Educational Formation”. La Universidad del Zulia, Faculty of Humanities and Education. Division of Studies for Graduated. Doctorate in Humans Sciences. Maracaibo, Zulia State. Venezuela. 2007. 236 p.

ABSTRACT

This investigation had as general objective to analize the epistemologic and pedagogic tendencies in the conceptions of the models of formation in Zulia University’s Education School, with regard in its theoretical Formation the epistemologic and pedagogic categories were considerated, besides explaining the different models of educational formation that may be Historic considerated in the superior education as: Tradicionalist, technologic, constructive and social critic. Metodology the investigation was based in the epistemologic introspective lively fows. The unities of analysus studied were: the curriculum design of the educational school, teachers in formation, professors and professorship coordinators. The information was obtained through technics of content analysis, straight observation, workship and deep interviews. The discoveries showed the co-existence of models, though the traditionalist model of educational formation prevailed, so that it’s the one that operates in the pedagogic practice of formation teachers. From the results, were proposed theoric-metodologis lines and among these was included an alternative of model of Educational Formation. Key words: epistemology, pedagogy, models of educational formation. [email protected]

OPERACIONES INTERNAS DE LA INVESTIGACIÓN

MARCO EXPLICATIVO TEORIA DE

SALIDA ORGANIZA Y SISTEMATIZA E T INSTRUMENTOS,

TECNICAS, EQUIPOS, ETC. FUENTE: REYES, W., (2007). Epistemología y Pedagogía en los Modelos de Formación Docente. Tesis Doctoral. La Universidad del Zulia. Maracaibo, Edo. Zulia. Venezuela.

COMPONENTE LOGICO

SUBCOMPONENTES

EMPIRICO TEORICO METODOLOGICO

REALIDAD OBJETO DE

ESTUDIO

TEORIA DE

ENTRADA

PRODUCTO

COMPRENSION Y TRANSFORMACION

Gráfico No. 1

TEORIA DE SUSTENTO

INTRODUCCION

En la agenda actual de desafíos que se le presentan a la Educación Superior, la

creación de conocimiento científico y la formación de recursos humanos altamente

calificados, constituyen referentes de permanente reflexión. Las recurrentes crisis

sociales demandan soluciones inéditas, en las cuales los paradigmas tradicionales

lucen obsoletos. En el contexto contemporáneo, los cambios epocales en la actualidad

oscilan entre la prevalencia del mercado con sus demandas, y la emergencia de nuevos

actores sociales procurando y/o conquistando espacios bajo una racionalidad

emancipatoria–inclusiva. Estos cambios, además de los mandatos establecidos en la

Constitución Nacional, las leyes y otras normas que rigen el Estado venezolano, exigen

a las instituciones de formación docente la capacitación de profesores que sean

críticos, creativos, participativos, responsables, productivos y consustanciados con los

valores de la democracia. En esta perspectiva se pueden señalar tres elementos, entre

otros, que regulan los procesos de formación docente, y que constituyen objeto de

estudio como lo son la epistemología, la fundamentación y orientación pedagógica y la

adscripción a un determinado modelo de formación que guía la acción de los docentes

formadores. La epistemología, como categoría de estudio, es concebida como la teoría del

conocimiento científico, ya que permite sustentar y orientar las diferentes racionalidades

del quehacer propio del proceso de enseñanza–aprendizaje en el ámbito de la

formación docente. Al respecto, en esta investigación se derivan algunas sub-

categorías vinculadas a la creación y pertinencia del saber, tales como el rol del

docente y del alumno en la construcción del conocimiento, la concepción de formación

docente y la relación teoría–práctica. Estos aspectos permiten tener un marco de

referencia global para realizar el análisis referido a la orientación que pudiesen tener

determinados modelos de formación docente que históricamente se pueden precisar,

como son el tradicionalista o clásico, el tecnológico, el constructivista y el crítico social.

En cuanto a la pedagogía, en su rol de reflexionar sobre el fenómeno educativo,

se perfila una orientación hacia lo histórico, fundamentalmente por el hecho de que su

campo de estudio obliga a informarse sobre los antecedentes y sobre los factores que

han contribuido a la actual situación pedagógica, en las que simultáneamente se

manifiestan las tendencias futuristas.

La dimensión pedagógica con sus componentes antropológicos, teleológicos y

metodológicos que permiten orientar la praxis educativa, posibilita la derivación de tres

sub-categorías que explicitan la acción instruccional. Estas sub-categorías son las

siguientes: docente formador, alumno en formación y contenido instruccional. Las

mismas también sirven para analizar las tendencias correspondientes en cada uno de

los modelos de formación docente antes señalados. De tal manera entonces que, tanto

las sub-categorías epistemológicas como las pedagógicas coadyuvan al análisis de

los procesos de formación docente.

En este sentido, se propone la presente tesis doctoral que tiene como objetivo

analizar las tendencias epistemológicas y pedagógicas presentes en las concepciones

de los modelos de formación docente, así como generar lineamientos teóricos

metodológicos que puedan potenciar las prácticas pedagógicas en el contexto de la

formación docente. Al respecto, este trabajo se encuentra estructurado de la siguiente

manera:

Capítulo I. En donde se presentan los aspectos vinculados a la problemática a

ser investigada, haciendo referencia a la epistemología, la pedagogía y los modelos de

formación docente como objeto de estudio. Así como, el para qué de la investigación

que comprende los objetivos y los criterios que justifican la realización de la indagación.

Capítulo II. Presentación de los enfoques teóricos, en donde se destaca la

caracterización general de los modelos de formación docente, y la sistematización

teórica a través de subcategorías epistemológicas y pedagógicas que sirven como

referencia para contrastaciones posteriores.

Capítulo III. Se explicitan la orientación y el proceso metodológico de la

investigación. Al respecto ésta tiene una orientación introspectiva vivencial en donde

se concibe el conocimiento científico como las interpretaciones de los simbolismos

socioculturales a través de los cuales los actores de un determinado grupo social

abordan la realidad. También se consideran, en este capítulo lo referente a la

población, muestra, unidades de análisis, y los criterios de validez y confiabilidad, entre

otros aspectos

Capítulo IV. Presentación, análisis y discusión de los resultados.

Capítulo V. En este capítulo se presentan las conclusiones en donde se reflejan

los hallazgos, coincidencias y discrepancias en relación a la investigación realizada.

Capítulo VI. Hace referencia a los lineamientos teóricos metodológicos,

derivados de la investigación, y que están orientados a fortalecer los procesos de

formación docente en el contexto de una práctica pedagógica enriquecedora y con el

potencial de generar horizontes más productivos y pertinentes. Finalmente se presenta

una propuesta de un modelo de formación docente alternativo, generado como

lineamiento teórico metodológico, que se inscribe en la necesidad de mostrar sus

elementos constitutivos, para orientar estratégicamente la gestión inherente a los

procesos de formación y contribuir a la reivindicación del sentido histórico de la práctica

pedagógica.

CAPITULO I

SITUACIÓN PROBLEMA

El fenómeno educativo lleva implícito la transmisión y/o construcción de

conocimientos orientados a la capacitación de un recurso humano que sea, entre otros

aspectos, crítico, creativo, participativo, responsable, productivo y consustanciado con

los valores de la democracia, y en general, alineado con las finalidades educativas

presentes en la Constitución Nacional, las leyes y otras normas que rigen el Estado

Venezolano. Este deber ser necesita entonces, los espacios específicos que sean

cónsonos para la realización de una práctica pedagógica alineada con los grandes

ideales referidos al ser humano, al mundo y a la sociedad. En este sentido, la

formación del recurso humano en el área de la docencia responde a una visión

estratégica del rol transformador que debe jugar el docente en el futuro. De tal forma

que estos ideales es posible alcanzarlos, entre varias opciones, a través de la acción

que ejercen los docentes universitarios sobre los futuros docentes, aquellos que se

encuentran en proceso de formación en las diferentes Escuelas de Educación

existentes en las universidades venezolanas.

En este contexto, se puede afirmar que la practica educativa lleva implícita una

carga pedagógica que da cuenta de la orientación en la mediación ejercida en los

procesos de formación docente. Al respecto, en las escuelas de Educación existen dos

instancias, entre otras; la primera, es donde el docente concreta su acción: el campo de

la disciplina en si, dependiendo de las menciones o áreas existentes (biología, ciencias

sociales, educación básica integral, idiomas, etc.) y la segunda, es la referente a la

operacionalización del componente pedagógico (Tecnologías Didácticas, Pedagogía,

Historia de la Educación, Sicología del Aprendizaje y otras asignaturas) explicitado en

el curriculum. Ambas instancias se inscriben en una mediación que caracteriza una

determinada racionalidad enmarcada en específicos paradigmas que regulan su

actuación.

Con base a lo anterior, se pueden distinguir tres elementos, entre otros, que

regulan los procesos de formación docente: El referente al aspecto epistemológico

15

(creación, difusión, y uso del conocimiento), la fundamentación y orientación

pedagógica, y la adscripción en un determinado modelo de formación que guía la

acción de los docentes formadores.

La dimensión epistemológica ocupa hoy un lugar fundante en los procesos de

formación de recursos humanos altamente cualificados. En la actualidad se propician

debates acerca de la orientación, legitimidad y pertinencia de la construcción de

conocimientos científicos. En el contexto de la formación docente la exigencia es

mayor, dado el impacto que los futuros profesores ejercerán en los ámbitos escolares.

De acuerdo a Rivas, (1996), se ha dado un énfasis excesivo a la formación tradicional

y técnica, y poca atención a la dimensión epistemológica, en la perspectiva de enseñar

a leer la realidad y poder generar alternativas de transformación social.

Existen por lo menos tres grandes desafíos, en la agenda de la epistemología y

su vinculación con los procesos de formación docente. El primero, es el predominio de

la óptica meramente disciplinaria que se exhibe en las prácticas pedagógicas.

Zemelman, (1998:128) afirma: “Estamos enfrentados a una realidad emergente, inédita,

cada vez más compleja, que nos obliga a romper los límites disciplinarios” La dinámica

del proceso histórico actual necesita transitar hacia posturas interdisciplinarias y

transdisciplinarias como enfoques que posibilitan una mejor comprensión de los

fenómenos sociales.

El segundo desafío está relacionado con la necesidad de develar cómo el poder

impone las agendas de investigación, imponiendo a la vez, visiones fragmentarias de

la realidad, y en donde en perspectivas alternativas, se deberían cuestionar y construir

nuevos y válidos acercamientos para enfrentar dicha realidad. El tercer desafío tiene

que ver con la percepción que se tiene de la realidad, que muchas veces se percibe

como determinista, lineal y ahistórica en contraposición de percepciones desde

enfoques epistemológicos precisados, a partir de la complejidad y desde lo

indeterminado.

16

Cabe señalar que, la dimensión epistemológica tiene dos vertientes. En primer

lugar, de acuerdo a Padrón (2001), como constructo que permite regular y orientar un

determinado tipo de investigación a realizar así como sus argumentos de tipo filosófico

y metodológico. En segundo lugar, como dimensión objeto de estudio se trata de

elaborar la plataforma teórica concibiendo a la epistemología como la teoría del

conocimiento científico, sus implicaciones y su influencia en los Modelos de Formación

Docente, para el caso que concierne a esta investigación. Sobre todo, en estos

momentos de desafíos contextuales como lo son la postmodernidad, la complejidad, la

emergencia de los paradigmas cualitativo, etnográfico y constructivista, la sociedad del

conocimiento, los retos de la globalización, todos ellos constituyen un camino para

asumir una postura crítica, reflexiva y creativa en la construcción de conocimientos

relevantes y de alto impacto como el que se pueda generar desde el contexto escolar

liderizado por docentes capacitados y comprometidos con procesos de transformación.

Es menester señalar que, en la actualidad se evidencia el desplazamiento de

prácticas docentes tradicionales y tecnológicas hacia prácticas en donde se privilegia la

acción constructiva del conocimiento, y en donde el rol del docente, del alumno y el

tratamiento de contenidos curriculares relevantes apunta a procesos enriquecedores de

formación docente.

En lo que respecta a la dimensión pedagógica, es necesario acotar, de acuerdo

a Rivas (1996), que la práctica pedagógica venezolana ha estado caracterizada por un

predominio del paradigma positivista, en donde se ha dado un aprendizaje mecanicista,

memorístico, haciéndose énfasis en el producto, y con escaso impacto en los procesos

de transformación individual y social.

En lo referente al discurso pedagógico, ha predominado una pedagogía acrítica,

alineada con los intereses del sector dominante. Esta situación es producto de

cosmovisiones culturales impuestas, en donde se recibe todo pasivamente, sin ningún

cuestionamiento. Estas cosmovisiones, según Gómez Sollano, (1998), marcan muchas

de las investigaciones de nuestro tiempo o la forma de relacionarnos con la realidad,

impactando profundamente el sentido asignado a la formación y al conocimiento.

17

También hay que indicar que en la pedagogía como ciencia se han dado una

serie de obstáculos epistemológicos que han limitado su comprensión e implicaciones

en los planos macro, meso y micro, es decir; desde las instancias de decisión,

pasando por espacios de administración hasta el nivel de operacionalización en el aula

por parte de los docentes. Estos obstáculos se refieren a ciertas ideas, orientaciones o

contenidos de conocimientos, que son factor de estancamiento o regresión en el

desarrollo de una ciencia, por ejemplo, opiniones, errores, problemas mal formulados,

respuestas precipitadas, ideas supervaloradas, presunciones, etc. (Bachelard, 1975).

Aunado a lo anterior, el no tener claro lo referente al aspecto epistemológico y a

la construcción de conocimiento en el campo pedagógico, ha limitado el carácter

evolutivo de dicho campo, debido también a la precariedad de asumir la perspectiva

hermenéutica de la realidad en donde se pudiesen contrastar o generar teorías con

base a la realidad estudiada o mediada. De esta manera, la pedagogía como ciencia en

construcción, en el caso venezolano, no ha podido dar aportes que pudiesen haber

contribuido al enriquecimiento de las prácticas docentes, por ejemplo, en la

construcción de teorías. El discurso pedagógico también se ha mezclado con los

requerimientos de una racionalidad científico–técnica, instrumental, en donde existe un

sesgo en la capacitación de Recursos Humanos, predominando entonces, un enfoque

eficientista cónsono con los objetivos de una política neoliberal y globalizante. Una

demostración de esta perspectiva ha sido el predominio de una práctica tecnológica

del quehacer docente, en donde se han soslayado aspectos inherentes a la formación

integral del ser humano.

La dimensión o componente pedagógico, explicita o implícitamente, imprime

direccionalidad a la práctica docente que estará fundamentada por determinadas

teorías educativas. Al respecto, hay que destacar que la praxis del docente no sólo

genera impacto en el proceso instruccional en sí, sino que tiene repercusiones en el

modelamiento de la acción que los profesores en proceso de formación ejercerán

en el futuro, tomando en cuenta el papel rector de la pedagogía en lo antropológico,

teleológico y metodológico. De tal manera que, el docente en su acción debería estar al

18

tanto de qué teoría o sustrato pedagógico sustenta su labor y cómo podría transitar

hacia modelos de formación que se inscriban en una práctica crítica y transformadora.

Por otro lado, se hace necesario también, analizar y develar los modelos teóricos

que han caracterizado y guiado los procesos de formación docente. En efecto, la

concepción que se tenga del conocimiento así como su construcción y la respectiva

mediación didáctica, están vinculadas con la forma como dichos procesos de formación

docente se llevan a cabo en las diferentes instituciones de la Educación Superior.

Históricamente se pueden distinguir cuatro modelos que han caracterizado los

procesos de formación docente: tradicional o clásico, tecnológico, constructivista y el

modelo crítico social. Cada docente formador hará un determinado énfasis en su

práctica que podría estar enmarcado en un determinado modelo de formación docente

o en una mezcla de los mismos.

Al parecer, se ha hecho evidente el predominio de modelos tradicionalistas y

tecnológicos, (González y Escartín (1996), García y Cubero (2000)). La UNESCO

(1996) propone, a través de los pilares del conocimiento (ser, conocer, hacer y

convivir), acercamientos más inclusivos en perspectiva de prácticas docentes que

perciban al ser humano en forma integral. La evolución hacia modelos alternativos de

formación docente es propiciada también, según Imbernón (1998) por el auge de las

nuevas concepciones de la teoría y práctica del Curriculum, de la sociología crítica, del

interaccionismo simbólico, de la sicología cognitiva y el constructivismo que introduce

elementos de debate y reflexión nuevos en la generación y adquisición del

conocimiento y en el procesamiento de la información.

Con base a lo anterior cabe plantearse, entre otras, las siguientes interrogantes,

enmarcadas en el ámbito de la Formación Docente:

¿Cómo están caracterizados los modelos de formación docente existentes en el

contexto de la educación superior?

¿Cuál es el modelo de formación docente implícito en el diseño curricular de la

Escuela de Educación de La Universidad del Zulia?

19

¿Qué modelos de formación docente predominan en la práctica pedagógica de

los docentes en formación y de los docentes formadores de la Escuela de Educación?

¿Cuál es el modelo de formación docente prevaleciente en la Escuela de

Educación?

¿Qué tipo de lineamientos teórico-metodológicos se podrían diseñar para

potenciar las prácticas pedagógicas en el contexto de la formación docente?

Se trata entonces, de analizar aquellas tendencias epistemológicas y

pedagógicas que caracterizan a los Modelos de Formación Docente existentes en la

Escuela de Educación de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Zulia.

Estos aspectos requieren ser abordados desde una perspectiva crítica–reflexiva, de tal

manera que la acción docente se ejerza en forma consciente y en perspectiva de un

crecimiento humano y profesional con un alto impacto de productividad y excelencia,

más allá de una práctica espontánea y superando a la vez, el eficientismo y tecnicismo

cosificador.

Con base a lo anterior, el investigador se plantea la siguiente interrogante:

¿Cuáles son las tendencias Epistemológicas y Pedagógicas presentes en los Modelos

de Formación Docente?

Objetivos de la Investigación.

Objetivos Generales:

1. Analizar las tendencias Epistemológicas y Pedagógicas en las concepciones de los

Modelos de Formación Docente vigentes en la Escuela de Educación de La

Universidad del Zulia.

2. Generar lineamientos teórico-metodológicos que puedan potenciar las prácticas

pedagógicas en el contexto de la Formación Docente.

20

Objetivos Específicos:

1. Caracterizar con base en las subcategorías epistemológicas y pedagógicas los

Modelos de Formación Docente existentes en el ámbito de la Educación Superior.

2. Develar el modelo de formación docente implícito en el diseño curricular de la

Escuela de Educación.

3. Develar el modelo de formación docente vigente en la práctica pedagógica del

docente en formación y del docente formador en la Escuela de Educación.

4. Determinar el modelo de formación docente prevaleciente en la Escuela de

Educación.

5. Diseñar lineamientos teóricos metodológicos que potencien las prácticas

pedagógicas en el contexto de la formación docente.

Justificación.

La presente tesis doctoral se justifica por los siguientes aspectos:

- Contribuiría a enriquecer el debate en la actual agenda educativa desde las

dimensiones epistemológica y pedagógica y su vinculación con los procesos de

Formación Docente.

- Permitiría establecer una fundamentación teórica y metodológica que posibilite

develar en profundidad las tendencias epistemológicas y pedagógicas presentes en

los Modelos de Formación Docente.

- Coadyuvaría a generar lineamientos orientados a fortalecer las políticas de

formación docente en el contexto educativo venezolano.

- Contribuiría a una praxis docente situada, es decir; ejercer una acción docente

crítica y transformadora que pudiese servir a su vez como Modelo de mediación a

los Docentes en Formación.

- Constituiría un aporte para facilitar el análisis de la consistencia interna de los

curriculum que fundamentan los procesos de formación docente en las escuelas de

educación.

21

- En la medida en que los Modelos de Formación Docente estén fundamentados

consciente y críticamente, desempeñarían un rol epistemológico, contribuyendo de

esta forma a la construcción de una racionalidad alternativa en los procesos de

Formación Docente. Es decir, la vigilancia que se ejerce en la construcción del

conocimiento vendría dada por una mediación didáctica que direccione los procesos

de Enseñanza Aprendizaje hacia horizontes generadores de saberes significativos,

que contribuyan a los procesos de transformación social.

22

CAPITULO II

FUNDAMENTACION TEORICA 1.- Antecedentes de la Investigación.

En un estudio realizado por González y Escartín (1996) titulado "Qué piensan los

profesores acerca de cómo se debe enseñar", se postula que las concepciones de los

profesores evolucionan siguiendo un complejo camino de desarrollo. Afirman estos

autores, con base al examen del sistema educativo español en un periodo de 15 años,

que han ido emergiendo diferentes tipos de profesores para adaptarse a las

variaciones del entorno educativo. Estas variaciones están asociadas a la asimilación

de ciertas ideas referidas a la educación por parte del estamento docente. Una vez

aceptada una nueva idea, el profesorado se adapta a dicha situación, incorpora la

novedosa concepción a su práctica profesional y evoluciona. En este orden de ideas,

los autores antes señalados, distinguen, para su estudio cinco tipos diferentes de

profesores: transmisor, artesano, tecnológico, descubridor y constructor. Postulan que

detrás de la práctica pedagógica debe haber un campo teórico que explique en qué

fundamentos se basa.

A través de una metodología que comprendió estudios de casos, observación y

entrevistas, lograron caracterizar cada uno de estos modelos, tomando como criterios:

programación, metodología, organización, comunicación, recursos instruccionales,

actividades y experiencias.

En sus conclusiones destacan el predominio del modelo transmisivo, aunque los

docentes utilizan varios de estos modelos en función de las circunstancias. También

propugnan una postura ecléctica por ser, según ellos, la más factible y de mayor

potencial de cambio, la más respetuosa con la personalidad y la historia de cada

individuo y la que aporta más riqueza al ecosistema educativo.

El estudio antes reseñado, se vincula con la investigación que se pretende

realizar, ya que toma en cuenta los modelos de formación docente. Si bien es cierto,

23

que explícitamente no consideran directamente variables como la epistemología y

la pedagogía, presenta otra perspectiva que da cuenta de los múltiples acercamientos

que se pueden hacer a los modelos de formación docente.

En otra investigación realizada por García y Cubero (2000) enmarcada en la

temática: "Constructivismo y Formación Inicial del Profesorado" y en donde se estudió

específicamente "Las Concepciones de los Estudiantes del Magisterio sobre la

Naturaleza y el Cambio de las Ideas del Alumno de Primaria", se describieron aquellas

dificultades para el aprendizaje profesional que aparecen cuando las concepciones de

los estudiantes de Magisterio interactúan con las diferentes informaciones presentes en

los procesos de formación. Para dicha caracterización se consideraron desde

explicaciones próximas a una concepción aditiva del aprendizaje, muy simple de

orientación asocianista hasta otras más constructivistas. Al respecto, se tomaron en

cuenta cuatro dimensiones básicas del constructivismo que tienen que ver a su vez

con cuatro niveles de análisis: El epistemológico, el sicológico, el sociológico y el

educativo.

El estudio se realizó con estudiantes de nueve grupos-clases de magisterio,

durante los cursos académicos 98-99 y 99-00, de las asignaturas de primer curso de

sicología de la educación y del desarrollo, didáctica y adaptaciones curriculares del área

de conocimiento de la asignatura del tercer curso educación ambiental, con un número

de 600 alumnos en total. Para la recolección de los datos se utilizaron informes de todo

tipo (Diseño de unidades didácticas, experiencias realizadas con los niños en la

escuela, etc.) y el diario del Profesor observante. Con base al análisis de los datos, se

obtuvieron las siguientes conclusiones:

- Los estudiantes del magisterio (profesores en formación) confunden actividades con

ser constructivistas. No suelen relacionar el aprendizaje con aspectos como la

reorganización de las ideas, la construcción gradual y progresiva del conocimiento o

la elaboración compartida del saber.

24

- Se privilegia el carácter transmisivo a individualidades y no se aprovecha

deliberadamente la interacción social (interacción entre los participantes, el

intercambio y el contraste de argumentos, y la negociación de los significados).

- A pesar de que en el discurso se le concede gran relevancia al hecho de aprender a

conocer y controlar el propio aprendizaje, en la práctica, no se le da demasiada

importancia a la reflexión sobre sus propias ideas, ni se insiste en que comprendan

el para qué de las actividades que hacen.

En general, la investigación realizada por García y Cubero (2000) está

vinculada con las perspectivas epistemológica y pedagógica que utiliza el investigador

en el estudio. En efecto, se trata de analizar aspectos que tienen que ver con la

construcción del conocimiento, su legitimidad y proceso, y su vinculación o identificación

con determinado modelo de formación docente. También con el eje referencial y rector

de la pedagogía como ciencia que informa el quehacer docente desde sus referentes

antropológicos, teleológicos, y metodológicos.

Luquez (2001) realizó un estudio en donde se analizaron las implicaciones de las

posturas epistémicas que prevalecen en la acción docente universitaria y sus aportes

en la construcción del conocimiento. Esta autora utilizó las siguientes teorías: de la

acción, epistemología de la acción docente y enfoques del aprendizaje constructivistas.

El contexto metodológico estuvo orientado por lineamientos descriptivos y

explicativos. El ámbito de observación estuvo conformado por las universidades con

programas de formación docente en el Estado Zulia, Venezuela. La población estuvo

configurada por alumnos y docentes del último nivel de práctica profesional y docentes

e investigadores activos. El análisis de los datos reveló que la postura epistémica

predominante es, según los docentes, la transformacional y la socializada de acuerdo a

los estudiantes. Por otro lado, el ejercicio constructivista evidenció severas debilidades

cognitivas en los estudiantes.

El componente estructural del estudio realizado por Lúquez (2001), se vincula

con la presente investigación, en primer lugar, por las posturas epistémicas de la acción

25

docente (racional, de procesos, socializadora y transformacional) que están

relacionadas con los modelos de formación docente, en segundo lugar, la perspectiva

epistemológica, que además de sugerir la orientación o racionalidad de la investigación,

constituye una variable objeto de estudio, ya que se trata de establecer la legitimación e

interacción del conocimiento generado en el contexto de la formación docente.

Hashweh (1996), citado por Porlán y Rivero (1998) analiza los efectos de las

concepciones epistemológicas de los profesores en la enseñanza de las ciencias,

manteniendo la hipótesis de que los profesores con creencias de tipo constructivista

estarán más capacitados que los empiristas para detectar las concepciones alternativas

de los estudiantes, llevar a cabo un variado repertorio de estrategias de enseñanza,

usar actividades para propiciar el cambio conceptual y utilizar enfoques de enseñanza

potencialmente efectivos.

Este autor, contrasta las hipótesis anteriores con los datos obtenidos a través de

un cuestionario realizado a treinta y cinco profesores de ciencia, clasificados

previamente en constructivistas y empiristas, a los que se les pide que tomen partido

ante dos incidentes críticos, que expresen sus ideas acerca de qué hacer con las

concepciones de los estudiantes y que valoren seis estrategias de enseñanza. Los

resultados ponen de manifiesto que los profesores con creencias constructivistas

parecen estar más preparados que los empiristas para orientar la evolución conceptual

de los alumnos, ya que las conciben como un conocimiento alternativo y proponen

estrategias variadas para promoverlo. Los profesores con creencias empiristas

entienden las concepciones de los alumnos como errores y proponen menos

estrategias para tratar de modificarlas.

La investigación que se desarrolla "Epistemología y Pedagogía en los modelos

de formación docente” se vincula con el estudio de Hashweh (1996), en lo relacionado a

la dimensión epistemológica, ya que se construyen algunos criterios o categorías

epistemológicas que posibilitan la identificación y caracterización de algún modelo de

formación docente, predominante o la perspectiva ecléctica que se pudiese asumir.

26

2.- Contexto normativo y tendencial de la Formación Docente.

Dentro de los múltiples actores que actúan en el fenómeno escolar

institucionalizado, se encuentra el docente. Este tiene la misión de contribuir a la

formación integral de los alumnos insertos en los diferentes niveles del sistema

educativo. En el contexto universitario venezolano y específicamente en las Escuelas

de Educación encargadas de la formación de docentes, su acción se fundamenta a

nivel normativo, en la Ley Orgánica de Educación (1980), en su artículo 77 en donde se

establece que la formación de todos los profesionales de la docencia “se realizará a

nivel superior”, esto le confiere a las universidades e institutos de educación superior la

responsabilidad de formar a todos los profesionales de la docencia que han de atender

a todos y cada unos de los niveles y modalidades del sistema educativo.

También la resolución No. 12 sobre Políticas de Formación Docente, promulgada

el 19 de Enero de 1983, por el Ministerio de Educación recoge los objetivos de la

Formación Docente, el perfil profesional del egresado, la estructura de los planes de

estudio, la denominación de los títulos, los requerimientos de ingresos y otros aspectos

referidos a la profesionalización de docentes. En lo que respecta a la formación de

profesionales de la Educación Superior, incluida la de los docentes, la Ley de

Universidades (1970), en su artículo 3, le asigna a la Universidad una función rectora en

la formación de equipos profesionales y técnicos que necesita la nación para su

desarrollo y progreso.

Por otro lado, las políticas nacionales de Formación Docente, dictadas por el

Ministerio de Educación, (Resolución N° 1, 1996) tienen la finalidad de “Formar

hombres sensibles y dispuestos a transformar la sociedad venezolana actual en una

sociedad distinta donde se dé paso a la justicia, a la verdad e interdisciplinariedad, con

el fin de desarrollar en el futuro docente habilidades, destrezas y actitudes destinadas a

lograr las competencias que se requieren en la carrera docente”. También, y de

acuerdo al documento antes citado, se expresa, en lo referente a los Programas de

Carrera Docente que los mismos atienden “a la necesidad del Estado de

profesionalizar a un denso sector de docentes que ejercen la enseñanza sin la

formación pedagógica sugerida para el nivel de la Educación Básica, para lo cual deben

27

ofrecerse programas educativos de nivel superior que le permitan optar a las

credenciales académicas correspondientes”.

Aunado al carácter normativo mencionado anteriormente, existen algunas

recomendaciones que tratan de enriquecer el contenido y la direccionalidad de los

Procesos de Formación Docente. En este sentido, la UNESCO (1996), sugiere tomar

en cuenta cuatro aprendizajes fundamentales que son a la vez, los grandes pilares del

conocimiento, y en consecuencia, los referentes o criterios básicos a tener en cuenta

para definir los contenidos disciplinares. Estos cuatro aprendizajes básicos son:

Aprender a Conocer, Aprender a Ser, Aprender a Convivir y Aprender a hacer. Por otro

lado propugna, en perspectiva de una educación integral los siguientes tipos de

capacidades: Capacidades Cognitivas e Intelectuales, Capacidades Afectivas y

Sociales y Capacidades Prácticas. Se sugiere diversificar estos tipos de capacidades,

para su tratamiento o lo que se podría denominar transposición didáctica, en tres tipos

de contenidos: Contenidos Conceptuales, Contenidos Actitudinales y Contenidos

Procedimentales. Gráficamente se puede visualizar de la manera siguiente:

28

Gráfico No. 2

Fuente: Lucini, F. (2001). La Educación como tarea humanizadora. Anaya 21. Madrid

APRENDER A CONOCER

APRENDER A SER

APRENDER A CONVIVIR

APRENDER A HACER

Adquisición de los instrumentos del SABER

* Descubrir y comprender mejor el propio entorno. * Desarrollar la curiosidad intelectual. * Estimular el sentido crítico y la capacidad para descifrar la realidad. * Adquirir autonomía de juicio. * Ejercitar y desarrollar el pensamiento...

Desarrollo de actitudes y de Comportamientos positivos ante

situaciones de la experiencia personal y comunitaria.

* Actitudes para el desarrollo psicosocial. * Actitudes propiamente morales. * Actitudes frente al saber, o frente al conocimiento. * Actitudes científicas o técnicas...

Planificación y ejecución de acciones ordenadas y orientadas hacia la

transformación y la mejora de la realidad personal y social.

* Resolución de conflictos o de situaciones problema. * Influencia activa sobre el entorno. * Participación en la creación del futuro. * Aprender a aprender...

CAPACIDADES COGNITIVAS E INTELECTUALES

CAPACIDADES AFECTIVAS Y SOCIALES

CAPACIDADES PRÁCTICAS

ÁREAS DEL CONOCIMIENTO

CONTENIDOS CONCEPTUALES CONTENIDOS ACTITUDINALES CONTENIDOS PROCEDIMENTALES

conceptos, hechos,

principios y leyes, datos,

observaciones, informaciones...

valores, actitudes normas,

predisposiciones, comportamientos,

conductas...

procesos, destrezas,

planificaciones, estrategias,

técnicas, métodos...

TIPOS DE APRENDIZAJES, DE CAPACIDADES Y DE CONTENIDOS EN EL CONTEXTO EDUCATIVO

Por otra parte, los desafíos del momento histórico actual apuntan a la

emergencia de tendencias en lo epistemológico y pedagógico enmarcados en el ámbito

de la formación docente. Al respecto:

“El cambio en las políticas de la Educación Superior deberá basarse en el diseño de un escenario alternativo en este nivel educativo, que deberá tener como núcleo modelos de innovación basados en el fortalecimiento de los siguientes ejes: Producción y transferencia de conocimientos con un alto valor social; modificación sustancial de las estructuras académicas; formulación de nuevos métodos de enseñanza–aprendizaje y reorientación de contenidos cuya base sean las nuevas áreas del conocimiento”. (Herrera, 1995:13)

En este orden de ideas:

“Se trata más bien de desplazar el paradigma determinista del control, inaugurado desde Newton, y abrirle el espacio al nuevo paradigma relativista que no modela ni moldea ni controla, sino que abre posibilidades, variedad de caminos y de sentidos sin aislamientos ni fronteras, suavizando la distinción (o fortaleciendo la complementariedad) entre cuerpo y alma, entre sujeto y objeto, entre educando y educador, entre sistema y medio ambiente, entre pensamiento y realidad, entre observación externa del objeto y comprensión al interior del sujeto, entre caos y creatividad, entre teoría y práctica, entre docencia e investigación”. (Florez, 1996:12).

La formación docente hoy, exige una serie de demandas que superan los modelos

clásicos y tecnológicos, enquistados en una racionalidad instrumental. Dichas

demandas se orientan hacia la formación del ser humano en dimensiones tales como:

“la autonomía, la inteligencia y la universalidad”, (Florez, 1996:182), dimensiones

esenciales en el proceso de humanización. Inclusive el enfoque de competencias, en

donde sólo se pregunta qué pueden hacer los estudiantes, requiere nuevos enfoques

que van más allá de la pura instrumentalización de los conocimientos. Es decir; se

propugna una formación más humana, contextualizada, crítica, creativa y

transformadora. En la actualidad se demanda el desarrollo de habilidades mentales de

niveles superiores y supremamente informadas, para formar personas con

competencias humanas, cognitivas, afectivas, igualmente superiores y supremamente

30

informadas. En esta perspectiva se inscribe el siguiente planteamiento:

“En el eje de la construcción de las nuevas estructuras académico-disciplinarias, las Instituciones de Educación Superior deben basar sus diseños y contenidos en la concreción de tres principios de orientación pedagógica: generar habilidades y capacidades de alto valor social para organizar el aprendizaje de una educación permanente, desarrollar plenamente las potencialidades humanas y ciudadanas del individuo, e impulsarlo para que sea un emprendedor nato: aprender a aprender, aprender a ser y aprender a emprender”. (Didriksson, 1995:57).

De tal manera que, la docencia en Educación Superior, sobre todo, la que se

ejerce al interior de las Escuelas de Educación, necesita inscribirse en una postura

contextual y crítico–social, con gran poder para evolucionar hacia una praxis

caracterizada por la búsqueda de altos niveles de calidad educativa.

En este orden de ideas, ya en pleno siglo XXI, se privilegiarán:

“Las Pedagogías del conocimiento, es decir, aquellas capaces de articular el desarrollo cognitivo, el desarrollo de habilidades y destrezas, el desarrollo afectivo, con las dinámicas del desarrollo científico, teórico, conceptual, tecnológico y metodológico. De allí el porqué la epistemología, la historia de las ciencias y la filosofía de la ciencia jugarán un papel primordial”. (Correa, 1997:104).

En una visión prospectiva, los procesos de formación docente, en el contexto de

la Educación Superior, apuntan o se orientan a un perfil aproximado que de acuerdo a

Correa (1997:106), reúne las siguientes características:

• Investigador de la naturaleza integral del adolescente y adulto.

• Concepción integral de las potencialidades humanas.

• Habilidades para utilizar los procesos de información derivados de la nueva

tecnología informática, telemática, correo electrónico, etc.

• Dominio de la pedagogía del conocimiento, pedagogía de la creatividad, didácticas

alternativas.

31

• Tener una visión objetiva, científica y práctica de la interdisiplinariedad y

transdisciplinariedad.

• Profundamente crítico e innovador.

• Conocedor de su finitud.

• Mantener vigente su capacidad de amar, comprender, servir, llorar y sorprenderse.

• Ser gestor y gerente de la empresa pedagógica que lidera.

• Articular a su práctica los componentes esenciales de la misión universitaria, como

son: la docencia, la investigación y la proyección social.

• Dominio disciplinar, su epistemología, historia y problemas.

Con base a lo anterior, se quiere reafirmar la necesidad de que los modelos de

formación docente, dado lo dinámico del contexto actual, se adhieran a enfoques ágiles,

con rápida capacidad de actuación y resolución, que sin caer tampoco en la trampa de

la inmediatez y el eficientismo, contribuyan a la creación de una sociedad sustentable.

De tal manera que, los modelos de formación docente tienen o tendrán que ser

debidamente construidos, articulados y gestionados.

Se hace necesario entonces, que explicita o implícitamente la práctica

pedagógica del docente universitario que ejerce su labor en la capacitación de los

docentes en formación, se posicione en una determinada racionalidad alternativa para

estructurar y direccionar el impacto de los aprendizajes de los alumnos. Al identificar su

acción pedagógica con el modelo academicista o el tecnológico, el docente, por

ejemplo, podría estar obstaculizando su propio desarrollo profesional académico,

cercenando la capacidad de propiciar aprendizajes más significativos y potenciadores, y

limitando la misión de la universidad, la cual es la formación de Recursos Humanos

excelentes, mediante la generación y difusión de conocimientos para promocionar los

cambios científicos culturales y tecnológicos que necesita el desarrollo local, regional y

nacional.

32

3.- Caracterización general de los Modelos de Formación Docente.

3.1.- Teoría de la Acción Docente.

Antes de considerar lo referente a los Modelos de Formación Docente, es

pertinente tratar de explicitar la acción del docente desde el punto de vista teórico. Es

decir, explicar por qué el ejercicio docente se realiza de determinada manera. El

investigador cree pertinente explicitar la acción del docente desde los diferentes

sustratos o afluentes que brindan directrices para la operacionalización de sus tareas

como profesor. Es decir, la acción vendría dada en concordancia de la postura del

docente con respecto a la dimensión prescriptiva en documentos, como los que él

considere pertinente desde su percepción de lo que crea válido para el despliegue

conductual y actitudinal como docente. Esta perspectiva no niega los aportes que

desde otras perspectivas, como la sociológica por ejemplo, se pudiese utilizar para la

comprensión del hacer docente, sino que se opta por referentes propios del contexto

educativo. En consecuencia, se requerirá del marco explicativo de la acción del docente

propiciada por el curriculum, la didáctica, la teoría pedagógica, las teorías implícitas y la

ciencia de la acción.

Desde la teoría del curriculum se han propuesto tres grandes enfoques

curriculares (Racional, tecnológico, práctico y crítico) (Carr y Kemmis, 1983 y Gimeno

1998), que pueden ayudar a los profesores a comprender y conceptualizar su propia

práctica, así como a enjuiciar, crítica y autónomamente, los modelos curriculares que

están presentes en la tradición educativa, en la legislación y en los materiales

curriculares.

De acuerdo a Porlán y Rivero (1998:80), si los profesores tienen una concepción

del curriculum como hipótesis fundamentada, se les reconocerá la capacidad de ser

protagonistas de su propio conocimiento, de abrir nuevas formas de abordar los

problemas en educación, de generar prácticas alternativas y de definir, de manera más

adecuada, los focos de investigación.

33

Si los profesores pueden comprender y conceptualizar su propia práctica,

entonces se podrían estar ubicando en determinado modelo de formación docente (en

concordancia con los enfoques curriculares) que da cuenta de una actuación o hacer

con respecto a su práctica pedagógica y por lo tanto, en una racionalidad que estará

enmarcada por determinadas tendencias pedagógicas que sustentan al curriculum.

El hacer docente también tiene su razón de ser a través de la influencia que

ejerce la didáctica como disciplina que permite planificar, organizar, dirigir y evaluar el

proceso de enseñanza–aprendizaje. La didáctica, según Porlán y Rivero (1998:81)

tiene como función la elaboración de modelos didácticos, que no sólo se definen por

una dimensión descriptivo explicativa de la realidad escolar, sino porque además,

presentan una vertiente normativa, en forma de hipótesis curriculares y propuestas de

actuación en el aula. El conocimiento propio de la didáctica es lo que Bromme (1988)

denomina un conocimiento mixto, en el sentido de que los conocimientos

sicopedagógicos se integran con los relacionados con la materia que se enseña. El

saber didáctico, por lo tanto, “es un saber integrador pero además es un saber para la

acción” (Porlán, 1993:82), lo cual permite considerarlo como un tipo de conocimiento de

especial relevancia para la génesis del conocimiento profesional. De tal manera que la

dimensión normativa de la didáctica va más allá de un recetario, al contrario, de

acuerdo a Gimeno, (1989:83), se concibe como estrategias de acción, de diversos

grados de complejidad.

En resumen, la didáctica constituye una fuente epistemológica que aporta

conocimientos integrados y próximos a la práctica, específicos para la enseñanza y

aprendizaje de las materias escolares, e hipótesis más o menos complejas de

actuación.

Una vez más, existe la correlación, en cuanto a los criterios administrativos del

quehacer didáctico y la adscripción a un determinado modelo de formación docente, lo

que le dará una determinada racionalidad a la práctica pedagógica.

34

Por otro lado, y desde una especie de niveles de concreción, la racionalidad del

hacer docente, podría ser direccionada, en una aproximación descriptiva, desde la

interrelación de parámetros que caracterizan la constitución de una teoría pedagógica y

que a la vez actúan como fondos interpretativos en cuanto a la identificación del

profesor con determinado modelo de formación docente. Estos parámetros, de acuerdo

a Florez (1996:168) son los siguientes:

- Qué tipo de hombre interesa formar.

- Cómo o con qué estrategias técnico–metodológicas.

- A través de qué contenidos, entrenamientos o experiencias.

- A qué ritmo debe adelantarse el proceso de formación.

- Quién predomina o dirige el proceso, si el maestro o el alumno.

- Qué criterios de evaluación se utilizan.

Con base a la orientación que haga el docente, de los parámetros indicados,

que constituyen una teoría pedagógica, se podría ubicar en un determinado modelo

de formación docente o mezcla de los mismos, según sea el tradicionalista o clásico,

tecnológico, constructivista o el crítico–social, que históricamente pueden señalarse.

Otro de los acercamientos que posibilitan explicar la acción de los profesores

viene dada por las teorías implícitas, entendidas como “constructos” o modelos

personales para predecir y controlar acontecimientos. Así, según Marrero y col.

(1993:244), las concepciones de los profesores sobre la educación, sobre el valor de

los contenidos y procesos propuestos por el curriculum, y de sus condiciones de

trabajo, llevarán a estos a interpretar, decidir y actuar en la práctica, esto es,

seleccionar libros de textos, tomar decisiones, adoptar estrategias de enseñanza y

evaluar el proceso de enseñanza–aprendizaje. Para Marrero y col. (1993:245), las

teorías implícitas son teorías pedagógicas personales reconstruidas sobre la base de

conocimientos pedagógicos históricamente elaborados y transmitidos a través de la

formación y práctica pedagógica. Por lo tanto, son una síntesis de conocimientos

culturales y de experiencias personales que conforman lo que, desde otros puntos de

vista se viene denominando “Pensamiento Práctico” o “Teorías Epistemológicas”, con la

35

diferencia que las teorías implícitas se apoyan en una teoría de la mente de carácter

socioconstructivista.

Desde sus marcos de referencia o teorías implícitas el docente las utiliza para el

análisis de situaciones educativas y como herramientas útiles para la toma de

decisiones inteligentes inherentes a la planificación, puesta en marcha y evaluación de

la enseñanza.

La presencia de estas teorías más o menos organizado ha sido fundamentada

empíricamente en numerosas investigaciones. Mientras algunos autores parecen

abogar por una especie de acuerdo casi perfecto entre teoría y acción; en la que ésta

vendría a ser como un despliegue de un plan permanentemente trazado, otros

consideran que dichas teorías funcionan como marco desde donde se identifican

problemas y se articulan vías de solución para ellos, en una dimensión más dialéctica e

interactiva que en el caso anterior.

De tal manera que, dichas teorías servirán para:

“Interpretar, analizar e intervenir en la realidad, que sirvan como dimensión instrumental, de referente para contextualizar y priorizar metas y finalidades, para planificar la actuación, para analizar su desarrollo e irlo modificando en función de lo que ocurre y para tomar decisiones acerca de la adecuación de todo ello” (Sole y Coll, 2000:9).

Desde la ciencia de la acción, (Argyris y Schön, 1989), postulan que toda

conducta humana deliberada se apoya en un constructo mental constituido por el

conjunto de valores o variables rectoras, normas, estrategias de acción y supuestos

que, en determinado momento configuran el sistema de referencia cognitivo a partir del

cual el ser humano (a) percibe e interpreta la situación en la cual se encuentra; (b)

establece objetivos y metas para su conducta, y (c) despliega acciones para: I) alcanzar

esos objetivos y metas; II) corregir desviaciones de las acciones con respecto a esos

propósitos y III) responder a las variaciones del entorno en el cual se desenvuelve. En

36

esta perspectiva la acción del docente tiene un carácter normativo (lo que gobierna su

hacer) explicativo y hasta predictivo.

Argyris y Schön (1989), también afirman que existen dos dimensiones en la

teoría de acción de un individuo, grupo u organización: Teoría explícita y la Teoría en

uso.

La Teoría Explícita, es aquella que manifiestan las personas en comportamientos

para y por el cumplimiento de establecimientos o mandatos sociales o institucionales

que se encuentran contenidos en leyes, normas, estatutos, reglamentos, códigos, etc.

La Teoría en Uso, es la teoría que gobierna la acción y puede ser congruente o no con

la Teoría Explícita. Se construye a partir de los usos y prácticas sociales cotidianas

particulares, en el escenario de lo colectivo de la organización social o institucional:

familia, escuela, empresa o cualquier otro tipo de comunidad. Esta teoría, describe

cómo la organización o colectivo resuelven y atienden sus problemas diarios, y cómo

interpretan y practican la Teoría Explícita.

En el marco de esta investigación se puede afirmar que la acción del docente

universitario está enmarcada, entre otros aspectos, por la percepción de lo que es la

construcción del conocimiento y su respectiva mediación didáctica, que estará inscrita a

su vez en una determinada postura pedagógica y epistemológica, en conexión con un

determinado modelo de formación docente (tradicionalista o clásico, tecnológico,

constructivista o crítico social).

Características resaltantes de los Modelos de Formación Docente.

El objeto de estudio de esta investigación está vinculado a la formación inicial,

(pregrado) de los docentes, que se imparte en las instituciones de Educación Superior.

En este sentido, cabe destacar que el fenómeno educativo no es neutral, responde a

una determinada visión que se tenga de la sociedad y la perspectiva de perpetuarla o

de transformarla. De ahí que la praxis educativa se inscriba explicita o implícitamente

37

en una determinada concepción de la práctica social, que responde a criterios

pedagógicos, epistemológicos, ontológicos y metodológicos.

El docente, necesariamente debe conocer y reflexionar acerca de sus ideas o

concepciones relacionadas con la formación docente, su legitimidad pedagógica y las

relaciones que se establecen al adscribirse a determinado modelo, la concepción

epistémica subyacente, su evolución histórica, el sistema de formación que enfatiza, el

concepto de desarrollo profesional utilizado y la filosofía curricular correspondiente.

Es imprescindible que los profesores del nivel universitario, sobre todo los que

laboren en el área de formación docente conozcan los anteriores aspectos, entre otros,

para poder tener una práctica pedagógica situada, es decir, una práctica consciente y

deliberadamente guiada, de tal manera que su trabajo puede ir evolucionando hacia

posicionamientos científicos, reflexivos e innovadores. De acuerdo a Imbernón

(1998:35) el desconocimiento de ese marco referencial pedagógico, ideológico y

la no comprensión de la producción y la selección del conocimiento pueden provocar

prácticas educativas desconociendo lo que se hace y; por consiguiente, su proceso y

resultado. La función de enseñar ha de conocer la legitimación de la práctica que

realiza en su trabajo y para ello es necesario situarla en una orientación conceptual.

Lo anterior sugiere en el marco de esta investigación, una descripción de las

diferentes orientaciones conceptuales, o modelo de formación docente que

históricamente pueden distinguirse. Según Imbernón (1998), cada una de las

orientaciones conceptuales o modelos responden a una concepción epistemológica,

ontológica, metodológica y ética, y de acuerdo con ella se harán los énfasis que hay

que desarrollar en los procedimientos e investigación de la formación del profesorado.

En función de la adscripción a una u otra orientación, el enfoque teórico y de

intervención de la formación docente variará. Con base a lo señalado, se distinguirá la

orientación tradicionalista o clásica, la racional técnica o tecnológica, la constructivista y

la crítico-social. Se debe tener en consideración que cada orientación posee

diversas tendencias y enfoques que, aún fundamentándose en los mismos principios,

38

generan prácticas diversas. Estas orientaciones o Modelos de Formación Docente

servirán entonces de marco de referencia para explicitar las características inherentes

a la direccionalidad de los Procesos de Enseñanza Aprendizaje.

3.2. El Modelo Tradicionalista o Clásico.

El énfasis predominante en esta orientación es el carácter transmisivo del

proceso de enseñanza–aprendizaje y su vinculación con el estudio de las disciplinas

académicas y las investigaciones realizadas en torno a los procesos de enseñanza. Es

una orientación fundamentada en el perennialismo (basado en el pensamiento

escolástico y que concibe al conocimiento como único y definitivo). Su perspectiva

excluye todo referente alternativo o diverso en cualquier proceso. Este presenta

entonces un sesgo común para todos, soslayando la especificidad de los contextos

socio–culturales y de las identidades intrínsecas de los grupos étnicos, privilegiando

entonces la perpetuación de clases elitistas y conservadoras. En este modelo es

imposible admitir diversos niveles de formulación de las ideas de los alumnos en

relación con el contenido disciplinar.

Según Marrero y col. (1993: 246) tal modelo tradicionalista o clásico retoma

buena parte de los supuestos de la educación medieval y culmina con Comenio y

Locke, principalmente; es decir, una educación esencialmente logocéntrica, dirigida

por el profesor y fuertemente centrada en su autoridad moral o física sobre el alumno,

quien de forma pasiva, será el destinatario de una verdad que se considera universal e

incuestionable. Será responsabilidad del profesor seleccionar las impresiones de la

mente que han de servir para dar sentido al mundo y alcanzar el logro de la verdad.

Con base al párrafo anterior se constata una perspectiva absolutista del

conocimiento por parte del docente en su rol mediador, evidenciado por la negación de

la autonomía del sujeto educando y la imposición de contenidos y estrategias

instruccionales. Siguiendo a Marrero y col. (1993: 251), la enseñanza es concebida

como guiada y dirigida por el profesor, de tal modo que se mantiene un mismo ritmo de

39

aprendizaje para todos los alumnos; se piensa que si el profesor no enseña, los

alumnos no son capaces de aprender por si solos; se postula a una actitud distante con

los alumnos y una concepción de la escuela al margen de los conflictos sociales y

políticos. La enseñanza se hace dependiente de unos contenidos y de unos valores

impuestos.

En este modelo tradicionalista o clásico, el Docente no cuestiona aspectos

cruciales tales como: cómo se concibe el conocimiento, cómo se organiza, qué papel

se concede a su relación con la experiencia del que aprende, cuál es su trascendencia

social y su relación con la vida cotidiana, cómo evoluciona, cómo se comprende su

posición, etc. (Pérez Gómez, 1984).

También este modelo tradicionalista o clásico hace énfasis en aspectos

vinculados a la parte administrativa de la gestión educativa (entrega de informes,

planificaciones, control de disciplina en el aula, relación de alumnos promovidos, etc.;)

en desmedro de una perspectiva crítica-reflexiva que permita enriquecer su praxis

docente. Este modelo identificado también con una cultura libresca coexiste en la

actualidad con una cultura mediática, compitiendo en condiciones de desigualdad al

interior de las aulas de clase en donde existe una práctica pedagógica lineal, rutinaria,

poco motivante y con fuerte control de la conducta que manifiestan los alumnos.

De acuerdo a Imbernón (1998:37) la formación de los docentes bajo este modelo

clásico, tendió a capacitarlos en relación a lo que se considera su función básica: la

transmisión de los contenidos culturales, o sea, de las disciplinas, siendo su

especialidad profesional dominar el contenido que hay que enseñar, por lo que se

valora la calidad de la formación en relación al buen dominio de los contenidos de ésta.

El profesorado es un mediador entre el alumnado (en este caso, el alumno o alumna

como individuo) y los contenidos culturales seleccionados por otros. Por otro lado,

Porlán y Rivero (1998:30) manifiestan que los profesores formados en este enfoque

tienden, sin más, a exponer en la escuela los contenidos científicos que a ellos les

expusieron, sin que los planteamientos de las Ciencias de la Educación, que también

40

recibieron, y que son frecuentemente incompatibles con esa forma transmisiva de

enseñar, ejerzan una influencia determinante.

Para Martín del Pozo (1994), el docente formado bajo este modelo tiende a

adoptar un perfil profesional basado en la transmisión rutinaria de contenido y en el

control periódico del grado de memorización formal de los mismos. Esta situación

conlleva a generar una práctica pedagógica en donde:

“...no se distingue con claridad entre saber y saber enseñar, concediéndose escasa importancia tanto a la formación didáctica de la propia disciplina como a la formación pedagógica del docente. El proceso de transmisión de los conocimientos de la cultura no requiere más estrategia didáctica que respetar la secuencia lógica y la estructura epistemológica de las disciplinas. El conocimiento del profesor/a se concibe más bien como una acumulación de los productos de la ciencia y de la cultura que como la comprensión racional de los procesos de investigación, y su tarea docente como la exposición clara y ordenada de los componentes fundamentales de las disciplinas del saber.” (Pérez Gómez, 1992:32)

Desde una perspectiva que toma en cuenta subcategorías epistemológicas, Reyes

(2002), señala algunas características que identifican al modelo tradicional o clásico:

Rol del Docente en la Construcción del Conocimiento:

- Unidireccionalidad de los Procesos.

- Epistemología Absolutista.

- La enseñanza como criterio único para generar el aprendizaje.

- Determinismo. Fuerte tendencia a lo uniforme.

- La realidad como escenario inmutable.

- Transmisión verbal y por escrito de los contenidos disciplinarios.

- Conocimiento como producto acabado.

- Enfasis en lo conceptual.

Rol del Alumno en la Construcción del Conocimiento:

- Se aprende por adición de informaciones.

- No se toma en cuenta el curriculum oculto.

41

- Visión limitada de las interacciones en el aula.

- Recepción y repetición de información.

- Aprendizaje por adición y sustitución.

- Apropiación formal de los conocimientos.

- No se reconoce como sujeto autónomo.

- Enfasis en el carácter disciplinar.

Concepción de la Formación Docente:

- Reproductores del conocimiento.

- Predominio de aspectos conceptuales.

- Perspectiva mecánica, lineal y determinista de la realidad.

- Formación acrítica y ahistórica.

- Yuxtaposición aditiva de contenidos formativos.

Relación Teoría Práctica:

- Se piensa en perspectiva de formación, pero se da información.

- Dominio superficial de lo teórico.

- Curriculum que privilegia a los aspectos conceptuales.

La orientación tradicionalista que ha sido una constante en las prácticas

pedagógicas en el contexto universitario, inclusive, refuerza el concepto de que saber

es hacer y poder, así como su carácter transmisivo a otras generaciones. De ahí pues

que se valora el dominio de los contenidos y su proceso de transferencia reproductiva.

En consecuencia, los conceptos disciplinares de los futuros docentes serán

enciclopédicos, fragmentarios y poco diversos.

El modelo tradicionalista o clásico, de acuerdo a Porlán y Rivero (1998), es

deudor de concepciones epistemológicas próximas al absolutismo racionalista (el

conocimiento verdadero y superior está en el conjunto de teorías producidas por la

racionalidad científica) y de concepciones del aprendizaje profesional basados en la

agrupación formal de significados abstractos (aprender la profesión significa apropiarse,

42

tal cual, de los significados verdaderos de las disciplinas).

Este modelo de formación docente tradicionalista o clásico tiene carácter

hegemónico, lo que se traduce en que está presente en la mayoría de las experiencias

formativas y en que suele contaminar a otras que se llevan a cabo desde enfoques de

formación alternativos.

Las consideraciones anteriores permiten afirmar también, que los docentes

formadores en el ámbito universitario que ejercen sus labores en las Escuelas de

Educación necesitan “transitar de un modelo normativo-aplicativo (qué hay que hacer,

cómo hay que hacerlo) a un modelo regulativo-descriptivo (diversidad de estrategias,

múltiples formas de actuar, adecuación personal,...)” (Imbernón, 1996:85). La

instalación o posicionamiento en una práctica pedagógica repetitiva, lineal,

homogeneizante, acrítica, propia del modelo tradicional o clásico, encuentra hoy mucho

espacio para generar su problematización en el discurso pedagógico que lo legitima y

constituye. De tal manera que, en la actualidad, la agenda educativa de cara a desafíos

contextuales inéditos, plantean la conveniencia de inscribirse en modelos de formación

docente que posibiliten una mayor capacidad de reflexión y crítica sobre el trabajo que

se realice.

3.3. El Modelo Racional–Técnico o Tecnológico.

Este modelo nace en el ámbito del entrenamiento industrial y militar y se

traslada a la enseñanza en general. También es conocido como modelo tecnológico.

Hace énfasis en la cultura técnica y científica en detrimento de lo humanístico y

artístico. Tomó un gran auge en la década de los setenta (siglo XX) y aún hoy tiene

cierta vigencia en el nivel universitario y en muchos contextos de adiestramiento

empresarial.

El modelo tecnológico tuvo entre sus orígenes los aportes de Skinner (1972), a

través de la teoría conductista que tuvo una incidencia muy relevante en el ámbito

educativo. Uno de los elementos más criticable de la obra de Skinner probablemente

43

sea su convicción de mostrar que mediante mecanismos asociativos y reforzadores se

puede explicar cualquier tipo de conducta. En este sentido, el radicalismo de sus

posturas ha beneficiado a sus críticos. No obstante, un aspecto importante que hay que

destacar es que muchos aprendizajes simples pueden ser explicados desde una

perspectiva conductista y, en la práctica educativa se utilizan habitualmente en buena

parte estos principios para la creación o modificación de hábitos, la adquisición de

conocimientos memorísticos, aprendizajes motores, aprendizaje de estrategias, etc.

Skinner, (1972), además de desarrollar una teoría sobre el aprendizaje, elaboró

una propuesta instructiva basada en el modelo de enseñanza programada que tuvo un

gran éxito, sobre todo en Norteamérica, y que ejerció una influencia crucial en los

primeros programas informáticos para la enseñanza. El diseño instruccional debe

mucho a la obra de Skinner y aunque la tecnología y la psicología de la enseñanza

han avanzado mucho en los últimos años, los modelos de refuerzo y retroalimentación

utilizados en la mayoría de los programas informáticos actuales siguen teniendo mucho

que ver con la teoría del aprendizaje operante de Skinner.

El conductismo defiende el empleo de procedimientos estrictamente

experimentales para estudiar el comportamiento observable (la conducta),

considerando el entorno como un conjunto de estimulo-respuesta. Estas ideas tienen

su origen en el asociacionismo de los filósofos ingleses, así como en la escuela

funcionalista estadounidense y en la teoría darwiniana de la evolución, ya que ambas

corrientes hacían hincapié en una concepción del individuo como organismo que se

adapta al medio.

El conductismo está profundamente enraizado en la tradición empirista de la

ciencia y enfatizó la experimentación controlada de forma científica así como las

descripciones generales de la conducta. La notable influencia que sobre el movimiento

conductista tuvo la filosofía positivista significó un rechazo de las posturas mentalistas

y la utilización de modelos mecanicistas. En este sentido, las teorías conductistas

poseen en común una concepción asociacionista de la formación del conocimiento y el

aprendizaje.

44

Otro aspecto importante de la teoría conductista, de acuerdo a Gros (2001:231)

es la utilización exclusiva de procedimientos objetivos de obtención de datos. La

obsesión por la objetividad y la cientificidad llevó a los sicólogos conductistas a aceptar

únicamente aquellos datos que pudieran ser registrados por observadores

independientes y que, por consiguiente, tuvieran un valor objetivable. Todas las

experiencias y conductas que no cumplieran esta norma eran ignoradas. Los aportes

más destacados de Skinner al campo pedagógico fueron la enseñanza programada y

lo referente a la tecnología de la enseñanza o al diseño instruccional. Interesa destacar

lo referente al diseño instruccional por su gran influencia en la planificación de los

aprendizajes en el contexto universitario y su repercusión en el modelamiento de los

docentes en formación. Cabe destacar que en el diseño instruccional se trata, en

primer lugar, de saber los aprendizajes que se quiere alcanzar y, a partir del

establecimiento de dichos objetivos, es preciso establecer toda la secuencia instructiva:

Desarrollo lógico y secuencia de los contenidos, actividades a realizar, métodos de

motivación a seguir, refuerzo y mantenimiento del interés y evaluación de los

aprendizajes.

En la actualidad los aportes del conductismo se ven reflejados en el ámbito de

las nuevas tecnologías, sobre todo en la utilización de diseños instruccionales

orientados al diseño de software educativo y a los cursos virtuales de formación,

utilizando los siguientes principios fundamentales:

- Descomposición de las informaciones en unidades.

- Diseño de actividades que requieren una respuesta del usuario

- Planificación del refuerzo.

Entre otros teóricos que han contribuido a sustentar el modelo tecnológico, y su

incidencia en los procesos de Formación Docente se encuentra Mager (1977), Bloom

(1956), y Gagné (1979).

Mager (1977), en su aporte más resaltante destaca las condiciones que debe

reunir un objetivo de aprendizaje en términos operacionales para asegurar la función

45

racionalizadora, precisa y eficiente que han de cumplir en el proceso de la planificación

de la enseñanza. Dichas condiciones son: Conducta observable, condiciones para

manifestar o viabilizar dicha conducta y el patrón de rendimiento para constatar el grado

de consecución del objetivo. A partir de las condiciones propuestas, se podrían derivar

la direccionalidad de otros elementos de la planificación instruccional, tales como:

contenidos, recursos, estrategias y evaluación.

Bloom (1956), a través de su taxonomía hizo su contribución en lo referente a la

planificación y evaluación de aprendizajes comportamentales. La taxonomía de Bloom

constituye un esfuerzo por clasificar los aprendizajes que proporciona la Escuela en

varias categorías. El éxito alcanzado por esta taxonomía, según De Landsheere

(1977:77), se debe a “una necesidad profundamente sentida: racionalizar, sistematizar

y evaluar una acción educativa abandonada durante demasiado tiempo a la intuición”.

La taxonomía de aprendizaje de Bloom, se expresa en tres dominios: el

cognoscitivo, el afectivo, y el psicomotor. Es de destacar, que el aprendizaje humano,

se produce bajo la interacción de los tres dominios y el categorizar cada uno por

separado, responde sólo a propósitos didácticos, su propio autor así lo reconoce, y

advierte, la necesaria conjugación de los tres dominios en los procesos de

aprendizajes.

La taxonomía del área cognoscitiva de Bloom, tuvo una difusión, quizás

inalcanzable por cualquier otro producto del campo educativo; dicha taxonomía ha

servido de directriz en la formulación y análisis de objetivos instruccionales, y muy

particularmente, como fue su origen, en el análisis de las pruebas diseñadas por los

docentes para evaluar el aprendizaje.

Por su parte Gagné (1979), se concentró en elaborar una taxonomía de tipos y

campos de aprendizajes como una condición para establecer tratamientos educativos

adecuados para cada tipo de aprendizaje, así como para utilizar las formas de

evaluación más adecuadas a cada una de las categorías de la taxonomía. En este

sentido, distingue los siguientes tipos de capacidades o campos de aprendizaje:

46

1. Habilidades intelectuales.

1.1. Aprendizaje de signos.

1.2. Asociaciones de estímulo–respuesta.

1.3. Encadenamiento.

1.4. Asociaciones verbales.

1.5. Aprendizaje de discriminaciones.

1.6. Aprendizaje de conceptos.

1.7. Aprendizaje de reglas.

1.8. Aprendizaje de solución de problemas.

2. Estrategias cognoscitivas.

3. Información verbal.

4. Habilidades motoras.

5. Aprendizaje de actitudes.

Las consideraciones anteriores, en donde se mencionan los elementos

constitutivos que caracterizan al modelo tecnológico y sus respectivos representantes

teóricos, ha tenido entonces, entre otros efectos, la intención de suministrar pautas para

la construcción de programas instruccionales en perspectivas eficientistas sustentadas

en el paradigma conductista. Al respecto, Schiro (1978:118), afirma “las razones

básicas por la que los objetivos han de fijarse antes de comenzar a desarrollar el

curriculum, y el que hayan de establecerse en términos conductuales específicos, se

debe a la concepción instrumentalista del curriculum y a la concepción conductista de

la naturaleza humana”. En este mismo orden de ideas, Gimeno (1997:11),

expresa: “El diseño de instrucción o su programación, sino es mera improvisación,

habría de hacerse sobre unas bases, habría de partir de una teoría y de unos valores

previos”.

El modelo tecnológico tiene algunas debilidades, entre ellas:

- “En primer lugar, el supuesto mundo de objetividad y cientificismo queda en entredicho, cuando se ignora que detrás de cada criterio adoptado hay unos determinados intereses personales y sociales.

47

- En segundo lugar, las diversas concepciones del curriculum no están

exentas de unos presupuestos éticos, morales o sociales, por ejemplo, la selección arbitraria de las clases dominantes, transmitiéndose únicamente la cultura que interesa a estos.

- En tercer lugar, el discurso de la “eficacia ignora las relaciones de poder, en vez de establecer los mecanismos democráticos de participación y discusión, se oculta, se deforma o se enmarca la información en aras de perpetuar el poder.

- Y en cuarto lugar, los sujetos parecen unidos a la institución en una relación estrictamente funcional y en la cual son unos ejecutores de una práctica educativa en cuya concepción principal no han participado”. (Imbernón, 1998:76).

Según Pérez Gómez (1992) este modelo se corresponde con una imagen de la

enseñanza como actividad rigurosa, como ciencia aplicada que debe garantizar la

calidad de los procesos de aprendizaje. Los profesores, según esta tendencia, son

técnicos que dominan las aplicaciones del conocimiento científico producido por otros y

convertido en reglas de actuación. Predomina una racionalidad técnica (Schön, 1983),

según la cual la teoría (conocimiento científico sobre la educación) dirige y prescribe la

práctica (técnicas instrumentales eficaces), de tal manera que la formación de

profesores se concibe como un proceso de adiestramiento y entrenamiento en

competencias técnicas.

Esta orientación o modelo tecnológico responde a un tipo de racionalidad

mercantilista instrumental, en dónde las demandas del mercado exigen un recurso

humano orientado a la eficacia y a la eficiencia. También a la valoración de lo

pragmático traducido en la dotación de un instrumental simple y cómodo (libros de

texto y pruebas standarizadas) para dirigir y medir el proceso formativo.

En un determinado momento tuvo mucho auge los cursos de redacción de

objetivos operacionales (en sus diversas dimensiones y taxonomías) y evaluación de

los módulos de aprendizaje. Precisamente el módulo como guía de aprendizaje, indica

qué es lo que hay que hacer, cómo se deben desarrollar las actividades, cuándo

pueden llevarse a cabo, y finalmente, cómo se debe evaluar. La formación se agrupaba

y transmitía en un concreto y específico modelo normativo suministrado por

48

expertos infalibles.

En este modelo, el conocimiento profesional se concibe como la suma de un

saber académico centrado en la versión positivista de la(s) materia(s), saber sobre el

qué y de un “saber hacer“ centrado en el dominio de competencias técnicas derivadas

(saber sobre el cómo) de las competencias de las Ciencias de la Educación. Según el

criterio de Porlán y Rivero (1998), este tipo de Modelo de Formación Docente se

fundamenta en una concepción absolutista y jerárquica del conocimiento, en una

concepción del aprendizaje profesional basada en la asimilación aplicación de

significados, entendidos estos como destrezas técnicas y en una concepción autoritaria,

centralista y tecnológica del curriculum (a prueba de profesores).

Para Gimeno (1997) el experimentalismo de base positivista será la justificación

metodológica del modelo tecnológico, acentuando el valor de lo observable y de lo

cuantificable como requisito de cientificidad.

Se puede resumir el modelo el modelo tecnológico de la siguiente forma:

“Dentro de esta concepción epistemológica de la práctica como racionalidad técnica se ha desarrollado a lo largo de este siglo y, en particular los últimos treinta años, la mayor parte de la investigación, la practica y la formación del profesional en el ámbito educativo. La concepción de los procesos de enseñanza como mera intervención tecnológica, la investigación sobre la enseñanza dentro del paradigma proceso–producto, la concepción del profesor como técnico y la formación del docente dentro del modelo de entrenamiento basado en competencias, son elocuentes indicadores de la amplitud temporal y espacial del modelo de racionalidad técnica”. (Pérez Gómez 1992:78)

3.4. Modelo de Formación Docente Constructivista.

Al modelo academicista y al caracterizado por una racionalidad formativa técnica,

se antepone una especie de transición de un absolutismo epistemológico hacia formas

más abiertas y plurales con referencia a la construcción del conocimiento.

49

En esta perspectiva se concibe al docente como un agente de cambio que tenga

la capacidad de indagar el por qué y el para qué de su acción docente. Cabe destacar,

que las realidades son complejas, variables, y que los contextos en dónde los docentes

en formación van a ejercer su práctica, son únicas y que responden a “epistemes” o

modos de comprender también únicas. La evolución hacia modelos alternativos de

formación docente es propiciada también, según Imbernón (1998); por el auge de las

nuevas concepciones de la teoría y práctica del curriculum, de la sociología crítica, del

interaccionismo simbólico, de la sicología cognitiva y el constructivismo que introduce

elementos de debate y reflexión nuevos en la generación y adquisición del

conocimiento y en el procesamiento de la información. Con base a estas influencias, se

explicará seguidamente el modelo constructivista, que en la actualidad está influyendo

mucho en las prácticas pedagógicas incluidas las del ámbito de la educación superior,

y por supuesto en las escuelas de formación docente.

Constructivismo.

Aproximación conceptual: En el proceso enseñanza–aprendizaje,

necesariamente, consciente o inconscientemente, se parte de una determinada

concepción acerca de cómo aprende el ser humano. En este caso, el docente en su

práctica pedagógica utiliza dicha concepción para direccionar el proceso y tratar de

alcanzar los objetivos propuestos. Esto forma parte de la planificación, organización,

conducción y evaluación de la tarea docente. Conviene destacar en esta parte

específicamente, cómo se construye el conocimiento, qué elementos lo sustentan,

cuáles son las interacciones necesarias, qué requisitos o principios son necesarios, cuál

es el carácter instrumental de dicho conocimiento y otros aspectos vinculantes.

En cuanto al constructivismo se puede afirmar lo siguiente:

“Básicamente puede decirse que es la idea que mantiene que el individuo tanto en los aspectos cognitivos y sociales del comportamiento como en los afectivos–no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como

50

resultado de la interacción entre esos dos factores. En consecuencia, según la posición constructivista, el conocimiento no es una copia fiel de la realidad, sino una construcción del ser humano”. (Carretero, 1993:76).

El concepto anterior es interesante por las implicaciones que contiene. En

primera instancia, está en total oposición a la educación transmisiva o bancaria que

todavía caracteriza la práctica educativa tradicional. En segundo término, toma en

cuenta elementos del proceso de aprendizaje que lo dinamizan como lo son el papel del

alumno como procesador y productor del conocimiento y la influencia del entorno y, en

tercer lugar la necesidad que el docente, entre otras cosas, diseñe estrategias

metodológicas pertinentes, sea capaz de monitorear el proceso y pueda reflexionar en y

desde su práctica para coadyuvar al logro de aprendizajes potenciadores, tanto del

alumno como de él mismo.

En sintonía con lo antes indicado, Coll (1990), expresa que la concepción

constructivista se organiza en torno a tres ideas fundamentales:

1. El alumno es el responsable último de su propio proceso de aprendizaje.

2. La actividad mental constructivista del alumno se aplica a contenidos que poseen ya

un grado considerable de elaboración.

3. La función del docente es engarzar los procesos de construcción del alumno con el

saber colectivo culturalmente organizado.

Lo arriba señalado coincide con lo planteado por Florez (1996:235) al afirmar que

“el verdadero aprendizaje humano es una construcción de cada alumno que logra

modificar su estructura mental, y alcanzar un mayor nivel de diversidad, de complejidad

y de integración: es decir, el verdadero aprendizaje es aquel que contribuye al

desarrollo de la persona”.

Con base a lo indicado, se pueden señalar de acuerdo a Díaz Barriga y

Hernández Rojas (1998), los siguientes principios que se asocian a una teoría

constructivista:

51

El aprendizaje es un proceso constructivo interno, autoestructurante.

El grado de aprendizaje depende del nivel de desarrollo cognitivo.

Punto de partida de todo aprendizaje son los conocimientos previos.

El aprendizaje es un proceso de (re)construcción de saberes culturales.

El aprendizaje se facilita gracias a la mediación o interacción con los otros.

El aprendizaje implica un proceso de reorganización interna de esquemas.

El aprendizaje se produce cuando entra en conflicto lo que el alumno ya sabe con lo

que debería saber.

Perspectiva Multidisciplinaria.

Dado lo rico del concepto de constructivismo, y sus alcances en los distintos

campos del saber, se puede inscribir en perspectivas filosóficas, sicológicas,

lingüísticas, sociales y antropológicas. Al respecto Esté (1999) afirma que el concepto

de constructivismo puede referirse a varias vertientes.

- Lo que algunos comentadores de la filosofía contemporánea etiquetan como

constructivismo, que puede remontarse a Vico y Kant siguiendo con la

Psicogenética de Piaget, enriquecida con el social constructivismo de Vygotsky y

Luria y sus manifestaciones extremas en el constructivismo radical de Von

Glasserfeld y otros.

- La Psicolingüística, que con recursos del mismo Piaget, es versionada por Goddman

(1982) y Teberosky (1982), citados por Esté, (1999), y sus proposiciones en relación

a la adquisición de la lectura y la escritura.

- La sociolinguistica y la lingüística del texto y sus aproximaciones a los problemas de

la comunicación, en una línea que pasa por Wittgestein, Austin, Searle, Halliday,

Sinclair llegando a las polémicas de Labov y Berstein que reproponen, más allá del

“mentalismo” de Chomsky, la circunstancialidad del discurso.

- La etnolingüística en Del Hymes, Cicourel, Garfinkel que inducen a pensar la

comunicación en los términos de diversos que negocian.

Derivaciones prácticas de una teoría del conocimiento.

52

En cuanto al aspecto epistemológico, el constructivismo invita a no sólo

plantearse lo referente a la producción de conocimiento sino también incluir factores

personales, sociales, históricos y políticos. Así, tomando en cuenta la dignidad del

sujeto, (Esté, 1999), como punto de partida se recomienda tener en cuenta:

A. Las diversidades individuales que colocan a su vez:

A.1. Sensibilidad, vocación y genio específico para ciertos tipos de aprendizajes.

A.2. Estados particulares, afectivos, emocionales, fisiológicos, higiénicos.

A.3. Identificaciones, proximidades, continuidad grupal, acervos compartidos.

B. La situación de comunicación o aprendizaje. Ambientes que estimulan y prestigian el

hecho de aprender.

C. La existencia de una “cultura” del aprendizaje diferente a la que ha dominado en la

cultura escolar escriturada de occidente.

D. Motivaciones y compulsiones extrínsecas: evaluaciones, participaciones,

competencias, prestigios, recomendaciones.

E. Dignidad, motivaciones intrínsecas, condición ética, percepción de sí, proyecto

personal.

F. Necesidades: económicas, afectivas, sociales, de solución de problemas.

G. El genio comunicativo del informante o del medio usado y de los apoyos técnicos de

los que se valgan (didácticas).

H. Acolitismo: la fidelidad del estudiante al autor o maestro (o a lo que haga sus veces)

que lo lleva a imitarlo o a creerle y seguirlo.

I. Continuidad de los significados propuestos con el acervo del estudiante.

J. Pertinencia y utilidad individual y social de los aprendizajes propuestos.

K. Juego, placer por la actividad y situación que conduce al aprendizaje.

El Sujeto Epistémico: Un Autoconstructo.

Cuando se habla de la epistemología se trata de precisar, básicamente en el ser

humano, cómo se construye el conocimiento. En este sentido, se busca explicitar la

relación sujeto–objeto. Se ha discutido en torno a si el sujeto mira el objeto como

53

independiente de él, o si la observación del objeto varía o no de acuerdo con la

situación conceptual y metodológica desde la cual el sujeto interactúa con el mundo que

lo rodea. Dos perspectivas filosóficas se han dado: el realismo y el idealismo. En

cuanto al primero, éste admite la existencia de un mundo exterior e independiente de la

idea que el sujeto tenga de la realidad, es decir, sostiene que no existen cosas reales

independientes de la realidad, de la razón, por lo que los objetos externos son

exactamente lo que parecen a la mente que los concibe, ya sea que se perciban

conceptualmente de manera ingenua o agrupados en reflexiones críticas. Por su parte

el idealismo, afirma que las cosas que se perciben son independientes de la razón

debido a que la realidad exterior se halla contenida dentro de la conciencia del sujeto.

De acuerdo a Gallego (1997), en cuanto al constructivismo se hace la inscripción,

en la relación objeto-sujeto, en una dialéctica agrupada para comprender las

transformaciones conceptuales y metodológicas que producen las autoconstituciones y

los cambios en ese sujeto cognoscente, como también las configuraciones y

redefiniciones que hace el objeto mismo, en la óptica Bachelardiana de las

rectificaciones necesarias (Bachelard, 1978), y habría que postular una autoconstitución

relacionada, en el sentido de que no puede existir un sujeto epistémico sin su objeto de

conocimiento y viceversa, sobre el cual concentrar su actividad cognoscitiva sistemática

y progresiva.

Desde el ámbito universitario ( y esto es pertinente también a todos los docentes

del Sistema Educativo Venezolano) es interesante constatar la necesidad urgente de

plantear la figura del sujeto epistémico que propone Gallego (1997). Como institución,

la universidad cuyo mandato fundamental es la creación, difusión y uso del

conocimiento, necesita entrar en un nuevo milenio con una perspectiva hacia la

construcción de dicho conocimiento. Plantea el autor antes mencionado que el sujeto

epistémico es un intelectual que existe en función de la producción del conocimiento,

en virtud de que en forma recreativa, se reconoce que no sabe, que el saber que

supuestamente sabe posee problemas, no es definitivo ni absoluto, que su verdad es

solo aparente o que su estructura conceptual y metodológica arroja resultados no

concluyentes para un pequeño espacio del mundo convertido en objeto del

54

conocimiento. Vive y se forma dentro de una comunidad de especialistas en la cual se

critican los paradigmas competitivos, a la vez que se autocritican las elaboraciones

propias, antes de darle a la luz pública, sin caer en perfeccionismos delirantes, con el

fin de obtener apoyos. Puede afirmarse también que la producción de conocimientos

está en función de aportar beneficios a la sociedad y que se inserta por lo tanto en un

proyecto político e histórico.

Es menester también destacar que no sólo es necesario el deseo de generar

conocimientos sino que es clave la creación de condiciones o contextos nutritivos para

que la génesis de conocimientos sea fértil y no un tanteo de ensayo y error, de

búsqueda angustiante y la sensación de impotencia que se puede experimentar al no

encontrar un ambiente propicio para la investigación sobre todo para los que se inician

en estos menesteres. Por eso, Gallego (1997), afirma que el sujeto epistémico es el

creador y transformador de los saberes especializados en comunión crítica con sus

pares, y en dicha actividad encuentra su realización profesional, siendo las

construcciones específicas, muestra de los estados atravesados por él en el proceso de

su autoconstrucción.

En este orden de ideas, las comunidades científicas se reproducen críticamente

cuando a ellas llegan jóvenes con ambiciones y expectativas intelectuales y ponen en

ejercicio los procesos pedagógicos que han elaborado para tal cometido. Son pues

comunidades epistémico pedagógicas. Una comunidad científica, por tanto, al ser

epistémico pedagógica, puede ser imaginada como un grupo de maestros rodeados de

noveles discípulos, comprometidos todos, en mayor o menor grado, con la producción

del conocimiento, en el contexto de una competencia con otro grupo en el mismo

campo. Si no hay comunidad científica y pedagógica real, la autoconstrucción del sujeto

epistémico es aleatoria, con una probabilidad infinitesimal.

En resumen:

“La construcción del conocimiento científico y tecnológico competitivo es una empresa racional que tiene necesariamente que ser asumida como un proyecto social y político, el cual propende hacia la creación y la dinamización de las comunidades de

55

especialistas, pues en el interior de ella donde las “poblaciones conceptuales” evolucionan, se diversifican, se reproducen críticamente y dan sus mejores frutos”. (Toulmin, 1977:85):

Teorías de aprendizaje que sustentan el Constructivismo.

El constructivismo se nutre de varias teorías del aprendizaje que la sustentan, y

entre las cuales, para la presente investigación se mencionan las teorías de Jean

Piaget, Vygotsky y Ausubel. A continuación se explicarán los postulados de esos

teóricos del aprendizaje.

Teoría del aprendizaje de Jean Piaget.

Piaget, (1982) postula que el desarrollo se produce no solamente por la dialéctica

maduración-aprendizaje, sino por un proceso más complejo que abarca y articula 4

factores principales: maduración, experiencia, transmisión y equilibrio.

La experiencia más importante según Piaget, para el desarrollo cognitivo no es la

que extrae información directamente de la percepción sensorial de los objetos “físicos”,

sino aquella otra experiencia de la acción propia, la experiencia que el sujeto obtiene de

las acciones que él mismo ejerce sobre otros sujetos naturales y/o culturales.

En cuanto al factor de transmisión social, ningún sujeto recibe información

pasivamente. Ningún mensaje ni material nuevo se incorpora al sujeto si éste no activa

las estructuras previas adecuadas para procesarlo, para asimilarlo. Nada se puede

enseñar con alguna eficacia si no se apoya en esquemas previos que posee el aprendiz

de antemano. Ninguna respuesta o conducta individual es copia ni reproduce

pasivamente el estímulo exterior de algún maestro o manual. El verdadero aprendizaje

humano es una transformación de esos estímulos iniciales, producto de las operaciones

mentales del aprendiz sobre tales estímulos.

En cuanto al factor de equilibración, se trata de la búsqueda interna de nuevos

niveles y reorganizaciones de equilibrio mental, después de cada alteración

56

cognoscitiva provocada desde el exterior o autoprovocada. Se trata de un juego de

compensaciones activas, de la restauración reiterada del equilibrio, como un proceso de

autorregulación interior similar al proceso cibernético de “información de retorno”, y que

permite que el sujeto vaya procesando y eliminando las contradicciones, las

incoherencia, los desfases y los conflictos que se presentan en la asimilación del nuevo

material.

El gran desafío que le espera a la enseñanza del futuro para lograr eficacia como

factor de desarrollo y de formación, es precisamente el de generar procesos que

interesen, comprometan y potencien articuladamente los tres últimos factores que se

acaban de describir; que ninguna experiencia de aprendizaje que se proponga a los

alumnos pierda de vista sus esquemas, conocimientos y nivel operativo previo que le

dan significación al nuevo material; que no pierda de vista que es la experiencia de la

propia actividad sobre el nuevo material lo que permite al alumno generar o construir en

su interior el nuevo concepto, y que este nuevo concepto no se abre paso sino en

medio de la dialéctica equilibrio–desequilibrio de toda la estructura mental del aprendiz.

Vygotsky y la Educación.

Este autor realizó estudios sobre las relaciones entre las actividades y el

pensamiento organizado culturalmente. Utilizó inteligentes enfoques metodológicos

que combinaban observaciones de tipo etnográfico con manipulación de tareas

experimentales. Sus hallazgos, que destacaban cómo la cognición se incrusta en el

mundo social y cultural, indicaban la importancia fundamental de los factores

contextuales para el pensamiento.

Según Bruner, (1987), la teoría educacional de Vygotsky es una teoría de

transformación cultural como también una teoría del desarrollo. Ya que “educación” no

sólo implica para Vygotsky el desarrollo del potencial del individuo sino también la

expresión y el crecimiento histórico de la cultura humana de la que surge el hombre.

Vygotsky no solo consideraba que la educación es dominante en el desarrollo cognitivo

sino también que es la quintaesencia de la actividad sociocultural.

57

Para Vygotsky, las escuelas, (y otras situaciones educativas informales),

representan los mejores “laboratorios culturales” para estudiar el pensamiento.

Representan ámbitos sociales específicamente diseñados para modificar las estructuras

cognoscitivas.

Dado el énfasis de Vygotsky en el contexto social del pensamiento, el estudio

del cambio educativo tiene un importante significado teórico y metodológico en

su enfoque: representa la reorganización de un sistema social clave y modos asociados

de discurso, con consecuencias potenciales para el desarrollo de nuevas formas de

pensamiento.

Uno de los aspectos más importantes propuestos por Vygotsky, además del

énfasis socio cultural, lo constituye la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP). Esta

representa la relación entre el aprendizaje y el desarrollo. El autor recomendaba

alentar y evaluar la maduración o el desarrollo de las funciones sicológicas a través de

actividades de colaboración, no de actividades independientes o aisladas. Destacaba

que lo que los alumnos pueden realizar en colaboración o con ayuda hoy, lo

podrán realizar independientemente y con eficiencia mañana, la zona posibilita “el

desempeño antes de la competencia”.

Se debe considerar, de acuerdo a Moll (1990) a la ZDP como algo más que una

heurística instructiva inteligente; es una construcción teórica clave, que coloca al

individuo dentro de la situación social concreta de aprendizaje y desarrollo. Se puede

afirmar que la ZDP representa la interacción del proceso de desarrollo del individuo con

los recursos que le suministra su contexto cultural. De hecho, si se da en un ámbito

normal de la vida cotidiana, en donde los seres humanos, además del proceso de

socialización, incorporan a su repertorio el dominio de determinadas competencias, en

una situación instruccional deliberadamente diseñada se podrían obtener resultados de

acuerdo a objetivos preestablecidos. Lo señalado supone, para no tener una postura

ingenua, el uso de actividades significativas múltiples en donde se pongan en

evidencias las competencias dentro de una perspectiva socio-cultural.

58

Lo anterior implica un proceso de transferencia, es decir; cómo el docente u otro

mediador puede ir concediendo paulatinamente el dominio de procesos al alumno,

hasta que éste se encuentre en condiciones de asumir el control total de la competencia

a desarrollar, y su posterior afinamiento con miras a involucrarse en un proceso de

mejoramiento continuo o generar conocimientos que superen lo anterior. Es aquí

precisamente en donde se da un cruce o intersección con el pensamiento piagetiano,

de equilibrio-desequilibrio-equilibrio.

Moll (1990), destaca tres aspectos de la teoría de Vygotsky que son esenciales

para comprender su ZDP e importantes para clarificar los aportes de su enfoque a la

educación: el análisis holístico, la mediación y el cambio. Con respecto al primer

aspecto, el análisis holístico, proponía el estudio de la realidad como una totalidad, no

tanto en sus elementos aislados, sino estos como expresión de una totalidad. En el

contexto escolar por ejemplo, y dentro de un paradigma de la complejidad,

intervienen muchos factores o variables que inciden en el estudio de alguna situación

vinculada con la ZDP.

En cuanto a la mediación se trata de establecer el vínculo o interacciones

sociales entre el adulto y niño, en el ámbito escolar se trata de conectar el saber

cotidiano, espontáneo del alumno con el saber de la escuela, cómo aquel puede servir

para vincular un saber científico. Según Vygotsky la fuerza de los conceptos científicos

radica en la capacidad del alumno (desarrollada a través de la instrucción) para usar

esos conceptos voluntariamente, a lo que denominó su “disposición a la acción”. En

contraste la debilidad de los conceptos cotidianos radica en la incapacidad del alumno

para manipularlos de manera voluntaria por su falta de sistematicidad.

En consecuencia, según Moll (1990) un papel esencial de la escolarización es el

de crear contextos sociales (Zona de Desarrollo Próximo) para dominar y ser

conscientes del uso de estas herramientas culturales. Es por medio del dominio de

estas tecnologías de representación y comunicación, según Olson, D. (1986) que los

individuos adquieren la capacidad para diseñar actividades intelectuales de “orden

superior”. Vygotsky, (1996:113) definía a la actitud externa en términos de procesos

59

sociales mediados semióticamente y sostenía que las propiedades de estos procesos

proporcionan la clave para entender la emergencia del funcionamiento interno.

EL último aspecto constituido por el cambio viene dado por los efectos evidentes

en estudios u observaciones en situaciones dinámicas por parte del individuo, aunque

Vygotsky también tomaba en cuenta las interrupciones e intervenciones. El mismo

afirmaba que lo que yace en la Zona de Desarrollo Próximo en una etapa, se realiza y

avanza al nivel de desarrollo real en la siguiente. En otras palabras, lo que el individuo

es capaz de hacer hoy en colaboración, podrá hacerlo de manera independiente

mañana.

Lo anterior contiene, entre otros, un elemento de vital importancia, que es la

capacidad por parte del mediador de crear, obtener y comunicar sentido. De esta

manera el alumno estará consciente de cómo está manipulando el proceso de

aprendizaje y podría aplicar este conocimiento para organizar futuras experiencias y

actividades.

En este caso, se aplica entonces la metacognición, es decir, el alumno se da

cuenta qué procesos mentales necesita aplicar en una determinada situación. En

ocasiones escuchamos la expresión: “Esto es fácil”. Lo es para la persona que tiene

dominio de esa competencia, pero para aquella persona que no la tiene es difícil.

Luego de un proceso de enseñanza aprendizaje y poniendo énfasis en el estudio de las

cosas el que no sabía logra el dominio o competencia, pero se ha dado un

procedimiento consciente para llegar a tal resultado. De tal manera, que luego de un

acompañamiento pedagógico, el alumno asume plenamente su autonomía, al

demostrar el dominio de competencias previamente determinadas.

Con Moll (1990), se puede afirmar que la ZDP integra elementos claves: el

énfasis en la actividad social y la práctica cultural como fuentes de pensamiento, la

importancia de la mediación en el funcionamiento psicológico humano, la centralidad de

la pedagogía en el desarrollo y la indivisibilidad entre el individuo y lo social.

60

La fuerza de las ideas de Vygotsky radica en que representa una teoría de las

posibilidades. ¿Cómo aplicar estos postulados en contextos de resistencia, de pobreza

generalizada, que caracteriza a nuestra nación? ¿Podrían ser estas ideas de Vygotsky

sobre todo la ZDP elementos en la aplicación de una pedagogía alternativa para la

liberación de las fuerzas de nuestros pueblos en estos tiempos de globalización

excluyente? ¿Sería posible repensar nuestra situación y recobrar el sentido del poder

de la palabra reflexionada desde y en cada uno de nosotros?

Una vez más, se coincide con Moll (1990) cuando señala que en la construcción

de la Zona de Desarrollo Próximo es fácil subestimar las habilidades de alumnos y

maestros cuando se analiza aisladamente, en ambientes altamente restringidos o en

circunstancias menos favorables. Y apunta hacia el uso de recursos sociales y

culturales que representan herramientas primarias, como ser humanos, para mediar y

promover el cambio.

Teoría del aprendizaje significativo.

Una de las teorías que sustentan al constructivismo lo constituye la Teoría del

Aprendizaje Significativo de David Ausubel, (1976). Este, como otros teóricos

cognitivistas postula que el aprendizaje implica una reestructuración activa de las

percepciones, ideas, conceptos y esquemas que el aprendiz posee en su estructura

cognitiva. Se podría caracterizar a su postura como constructivista (aprendizaje no es

una simple asimilación pasiva de información literal, el sujeto la transforma y

estructura) e interaccionista (los materiales de estudio y la información exterior se

interrelacionan e interactúan con los esquemas de conocimiento previo y las

características personales del aprendiz).

Ausubel (1976), también concibe al alumno como un procesador activo de la

información, y dice que el aprendizaje es sistemático y organizado, pues es un

fenómeno complejo que no se reduce a simples asociaciones memorísticas. Aunque se

señala la importancia que tiene el aprendizaje por descubrimiento (dado que el alumno

reiteradamente descubre nuevos hechos, forma conceptos, infiere relaciones, genera

61

productos originales, etc.), desde esta concepción se considera que no es factible que

todo el aprendizaje significativo que ocurre en el aula deba ser por descubrimiento.

Antes bien, propugna el aprendizaje verbal significativo, que permite el dominio de los

contenidos curriculares que se imparten en las escuelas, principalmente a nivel medio y

superior.

De acuerdo a lo anterior y tomando en cuenta lo expuesto por Díaz Barriga y

Hernández Rojas (1998), se sugiere una serie de principios de instrucción vinculados

con el aprendizaje significativo:

1. El aprendizaje se facilita cuando los contenidos se le presentan al alumno

organizados de manera conveniente y siguen una secuencia lógica–psicológica

apropiada.

2. Es conveniente delimitar intencionalidades y contenidos de aprendizaje en una

progresión continua que respete niveles de inclusividad, abstracción y generalidad.

Esto implica determinar las relaciones de supraordinación–subordinación,

antecedente–consecuente que guardan los núcleos de información entre sí.

3. Los contenidos escolares deben presentarse en forma de sistemas conceptuales

(esquemas de conocimiento) organizados, interrelacionados y jerarquizados, y no

como datos aislados y sin orden.

4. La actividad de los conocimientos y experiencias previos que posee el aprendiz en su

estructura cognitiva, facilitará los procesos de aprendizaje significativo de nuevos

materiales de estudio.

5. El establecimiento de “puentes cognitivos” (conceptos e ideas generales que

permiten enlazar la estructura cognitiva con el material por aprender) pueden orientar

al alumno a detectar las ideas fundamentales, a organizarlas e integrarlas

significativamente.

6. Los contenidos aprendidos significativamente (por recepción o por descubrimiento)

serán más estables, menos vulnerables al olvido y permitirán la transferencia de lo

aprendido, sobre todo, si se trata de conceptos generales integradores.

7. Dado que el alumno en su proceso de aprendizaje, y mediante ciertos mecanismos

autorregulatorios, puede llegar a controlar eficazmente el ritmo, secuencia y

62

profundidad de sus conductas y procesos de estudio, una de las tareas principales

del docente es estimular la motivación y participación activa del sujeto y aumentar la

significatividad potencial de los materiales académicos.

Criticas al constructivismo.

En torno a la teoría constructivista en el área educativa se han venido sumando

una serie de objeciones con respecto a sus supuestas bondades. Estas van desde un

tratamiento superficial del conocimiento, pasando por un dejar hacer, hasta la

identificación con un enfoque epistemológico racionalista (vino viejo en botellas

nuevas).

Reyes (2000), recoge en el siguiente gráfico una serie de posiciones

confrontadas en torno al constructivismo:

63

POSICIONES CONFRONTADAS EN TORNO AL CONSTRUCTIVISMO

Panacea o Vs. Realidad compleja, dinámica, indeterminada. Recetario Imposición Vs. Redefinición. Construcción del conocimiento en

forma de espiral o también el retorno a los saberes para su reconstrucción

Modo de reproducción Vs. Construcción de códigos alternativos de apropiación sociocultural sociocultural. Dejar hacer Vs. Acción docente consciente, deliberada, sistemática.

Concepción del aula como un espacio complejo y utilización de principios didácticos para direccionar los procesos de aprendizaje.

Superficialidad en el Vs. Profundización en perspectiva de autonomía del tratamiento del saber y su necesaria confrontación con la realidad conocimiento socio político y económico. Mantenimiento y Vs. Contribución a la construcción de una sociedad profundización de una sustentable. sociedad excluyente Control a través de Vs. Comprensión de los fenómenos y la formación de los la manipulación de que participan en ellos para que su actuación sea variables predeterminadas más reflexiva, rica y eficaz. Enfasis en los procesos Vs. Consideración de la dinámica ética, histórica y

política del hecho educativo. Además de los procesos es necesario considerar los enfoques.

Prevalece una Vs. Construcción de una Racionalidad Emancipadora. Racionalidad Instrumental (Neoconductismo) FUENTE: Reyes, W. (2000). Seminario de Constructivismo Avanzado. Doctorado en Ciencias Humanas. Facultad de Humanidades. La Universidad del Zulia. Maracaibo–Venezuela.

Gráfico No. 3

Por su parte Andrade (2004), en lo referente a las clasificaciones que se hacen

del constructivismo (personal, social, radical y otros) así como sus definiciones, señala

que “parece ser un terreno académico como el del “posmodernismo”, donde cualquiera

puede decir cualquier cosa y donde los lectores y estudiantes se ven obligados a decidir

cual es el autor al cual van a seguir (y no cuál es el sistema teórico que resulta más

adecuado)”.

La autora antes citada afirma que el constructivismo sencillamente está

identificado con un enfoque epistemológico racionalista. En este sentido sostiene que,

la noción de constructivismo se puede reducir solo a dos posiciones. Una posición

realista y otra posición idealista, que es el eje dentro del cual se explican prácticamente

todas las polémicas en la filosofía y en la ciencia. Una es la del constructivismo realista

que es trivial y redundante, que usa la palabra nueva para un concepto viejo; la

segunda es la del constructivismo idealista que también busca ropaje nuevo para una

misma concepción básica.

Se debe recordar que el racionalismo implica la convicción de que el

conocimiento es un sistema autoorganizado y organizante, que tiene la función de

organizar el mundo para poder adaptarse y controlarlo. Y, precisamente, este postulado

está inmerso en los alcances del constructivismo.

Por tanto, llamar “constructivismo” a esa tesis, sea por ignorancia histórico

epistemológica, sea por conveniencia pragmática, sea por descuido o por pura

propaganda académica o boom, es definitivamente una trivialidad y una redundancia.

De tal manera que, es ilícito llamar constructivismo a un postulado antiguo que se

incluye en el racionalismo. Por tanto, lo que se llama “constructivismo ” no es más que

un subconjunto incluido en el conjunto de las proposiciones del racionalismo. De igual

manera, Esté, (1999,120) afirma que: “El constructivismo piagetiano es un gran aporte

que no trasciende el racionalismo”.

Habría que destacar también, que además de inscribirse una postura

racionalista, a veces no declarada, también, de acuerdo a las explicaciones ya dadas, el

65

constructivismo tiene implicaciones epistemológicas que son propias de un enfoque

introspectivo vivencial, dado su discurso sobre la perspectiva fenomenológica. Esto

también es producto de la postmodernidad, en donde el sujeto ha perdido la fe en las

grandes narrativas, dada su incapacidad para lograr un desarrollo humano armónico.

De tal manera, que en realidad existe una especie de mezcolanza, entre el racionalismo

e idealismo, para sustentar la teoría constructivista. De ahí su vigencia como producto

de la postmodernidad en donde todo cabe.

En esta investigación se hace una descripción integradora de los autores o

representantes del constructivismo, en una especie de alianza entre lo racionalista y lo

fenomenológico (se reconoce que hay postura en donde por ejemplo Piaget y Vygotsky

no son constructivistas, sino racionalistas). Es menester destacar que no se intenta, en

este estudio, falsar las teorías que sustentan los modelos de formación docente sino

explicitarlas.

Desde otra perspectiva, Popkewitz, (1998), al analizar las reformas educativas

observa que las pedagogías constructivistas (como núcleo ideológico) forman parte de

una tendencia que tiene precisamente como marco político más amplio el esfuerzo por

extender la esfera de la autonomización (autorregulación, autocontrol) de la sociedad

que caracteriza el neoliberalismo.

Tadeus, (2000) afirma que la pedagogía constructivista de las reformas

educativas y curriculares de nuestro tiempo parecen recitar, en una nueva versión, el

texto canónico de la narrativa del progreso de la ciencia. En una época de tanta duda,

de tanta incertidumbre, de tanta crisis de autoridad y de legitimidad, de una profunda

“crisis de representación, tal vez sea humano, demasiado humano, agruparnos en el

consuelo moral de una narrativa maestra que nos devuelva los fundamentos y las

centralidades perdidas”. (Pág. 14).

También cabe señalar que el constructivismo implica una nueva ortodoxia en las

cuestiones educativas dominantes, por lo tanto, la configuración y sustentación de una

nueva racionalidad. Al respecto, para Berstein, (1997) una pedagogía no se refiere solo

66

a un discurso instructivo, sino también a un discurso regulador, (regula lo que se

considera como orden legítimo, las relaciones entre transmisores, adquirientes,

competencias y contratos).

El constructivismo, según Tadeus, (2000), también participa de una idea

restrictiva del concepto de epistemología, pues lo limita a la génesis de las estructuras

mentales individuales, aunque se consideren las influencias del medio, de la historia de

cada uno, etc. Se debe enfatizar que el proceso de conocimiento y de transmisión del

conocimiento (y de su adquisición) es un acto social y político, en el que están

implicadas las relaciones de poder, de control, y unos intereses que lo convierten en un

acto social e histórico.

Finalmente, desde la perspectiva de Foucault, (1972), el constructivismo implica

o propicia el individualismo, identificándose con las llamadas “tecnologías del yo”, o

tecnologías de la subjetividad. En este sentido, está implicada la idea de un proceso de

individualización, vigilancia y control del ser humano.

3.5. Modelo de Formación Docente Critico–Social.

Si bien es cierto que este modelo responde a una identificación plena con el

contexto, se diferencia del anterior modelo estudiado (Modelo de Formación

Constructivista) por su énfasis en las transformaciones socio económicas y políticas de

una determinada sociedad. En este tipo de modelo se inscribe la perspectiva de

reflexión en la práctica para la reconstrucción social. Al respecto, se concibe la

enseñanza como una actividad crítica y al profesor como un profesional reflexivo y

crítico que busca el desarrollo autónomo y emancipador de quienes participan en el

proceso educativo. Pérez Gómez (1992), distingue dos enfoques: Crítico y el de

investigación–acción.

En el enfoque crítico se pone el énfasis en el aspecto sociopolítico y de la

formación de los profesores, y cuyos autores más representativos son, entre otros,

67

Giroux (1990), Appel (1989) y Zeichner y Liston (1990), y el enfoque de investigación-

acción, más centrado en promover el modelo de profesor–investigador que vincula su

propia formación al desarrollo del currículum en las aulas, y cuyos promotores más

cualificados son Stenhouse (1984–1987) y Elliot (1990). Según Pérez Gómez (1992),

en el enfoque crítico se dan procesos en espiral donde se suceden indefinidamente

momentos de teorización, de experimentación y de observación, basados en el rigor, la

relevancia práctica, la cooperación intersubjetiva y el comportamiento ético y social.

En el ámbito educativo venezolano, en lo referente al modelo de Formación

Crítico Social, se puede mencionar los aportes de Lanz (1998), quien propone el

método INVEDECOR, como la base epistemológica del proceso educativo

transformador, donde se globaliza la producción de conocimiento en una visión

transdisciplinaria, combinando la epistemología constructivista con el aprender

investigando y con nuevas prácticas comunicativas-organizativas. La particularidad de

este modelo es que hace su énfasis en la formación de Docentes desde la escuela. De

ahí su norte: "Aprender investigando, conocer transformando".

Carr y Kemmis, (1983), se inscriben también en el modelo crítico social de

formación docente. Estos autores, afirman que el conocimiento que responde a

intereses y cosmovisiones determinadas, se genera dentro de estructuras de poder que

lo limitan y condicionan. Esto explica la existencia de concepciones socialmente

hegemónica en muchos planos de la vida y, específicamente en el contexto de la

formación docente.

Esta hegemonía por tanto, no es el fruto de un consenso reflexivo y democrático

que trata de integrar posturas diferentes o de seleccionar aquellas más adecuadas, ni

es la consecuencia de una negociación y comunicación horizontal de significados, sino

el resultado de procesos de alienación e interiorización, sutilmente autoritarios, según

los cuales las personas tienden a identificar tácitamente una determinada forma de

pensar con la forma natural de pensar y una cosmovisión particular con la única visión

posible del mundo.

68

Con base a lo anterior, se puede afirmar que el modelo crítico social de

formación docente ha de fundamentarse en una visión integradora de las relaciones

entre ciencia, ideología y cotidianidad, y en el desarrollo de los principios de autonomía,

diversidad y negociación rigurosa y democrática de significado. En esta perspectiva, no

basta con construir y complejizar el conocimiento: Finalmente hay que decidir qué

hacer, por qué hacerlo y para qué hacerlo.

Los aportes de Berstein (1997), Freire (1969) y Habermas (1987) con su teoría

de la acción comunicativa también son elementos fundantes para el Modelo de

Formación Docente Crítico-Social. Es conveniente destacar brevemente los aportes de

Habermas y Freire dada la singularidad de su pensamiento pedagógico y el impacto

que han generado en el contexto de la educación superior, sobre todo en el ámbito de

las ciencias sociales.

Uno de los más conspicuos representantes de la perspectiva crítico–social, y

que tiene su aplicabilidad en la construcción de un discurso educativo o pedagógico, lo

constituye Habermas (1987), a través de la teoría de la acción comunicativa, superando

tanto los conceptos caducos de la modernidad tradicional como la reacción contra las

perspectivas de cambio progresista. Su cuestionamiento de la división sujeto–objeto y

la racionalidad instrumental no ataca las perspectivas transformadoras, sino que, por el

contrario les da una nueva dimensión al centrarlas en el diálogo intersubjetivo.

Según Habermas (1987), la búsqueda del conocimiento por parte de los seres

humanos es alentada por un impulso interno que deriva de los intereses humanos

fundamentales. Habermas (1987), postula que existen tres conjuntos de intereses

detrás de los esfuerzos del conocimiento, y que a su vez ellos dan lugar a tres formas

distintas de conocimientos.

En primer lugar, los seres humanos tienen interés en predecir el funcionamiento

del entorno en el que viven y en controlarlo en la medida que puedan. Este interés

instrumental alienta formas de conocimiento en general y científicas en particular. La

ciencia se entiende en este caso, como un sistema de conocimiento estructurado,

69

independiente del mundo y que puede objetivarlo. A través de esa objetivación hace

posible la predicción y el control.

En segundo lugar, los seres humanos tienen interés en comprenderse y

comunicarse unos con otros. Se trata de un interés hermenéutico en el conocimiento,

que da lugar a formas de pensamiento tales como las humanidades y las artes

expresivas. Su propósito interior y, por lo tanto, su carácter no radica en el control del

mundo–ni siquiera de su parte humana–sino en la comprensión de sus significados.

Estos círculos hermenéuticos de mutua interpretación están necesariamente abiertos, y

nunca son concluyentes.

En tercer lugar, los seres humanos tienen interés no sólo en controlar o en

comprender el mundo en que viven, sino además en liberarse de su dependencia

respecto de él. Este interés emancipatorio da lugar a formas críticas o evaluativas de

pensamiento.

De acuerdo a Barnett (2001:210), el conocimiento hermenéutico o comunicativo,

exige reflexión. Una Universidad que funcione genuinamente como comunidad

educativa es una comunidad que aprende de sí. Ese aprendizaje colaborativo exige un

intercambio sin restricciones, liberado de componentes distorsionantes como el poder y

el dinero.

La reflexión es también lógicamente un componente necesario del conocimiento

emancipatorio. Es parte de la emancipación. Esta se logra a partir de una combinación

del conocimiento acerca del entorno social y psicológico, una comprensión personal de

ese conocimiento y una autorreflexión crítica, ya que a través de esa comprensión se

pueden apreciar nuevas posibilidades para el mundo de la vida de cada uno. El

conocimiento, la comprensión, la autocrítica, la crítica, la construcción imaginativa y la

autorrenovación son los componentes de la emancipación. La clave está en la

autorreflexión. A través de ella, el conocimiento y la comprensión se interiorizan y

adquieren un poder de transformación.

70

Con el objetivo de precisar algunos de los aportes de la perspectiva de la acción

comunicativa, liderada por Habermas (1987), se pueden señalar los siguientes, de

acuerdo a Ayuste y col. (1999):

- Se supera el modelo estructuralista o reproduccionista, recuperándose el papel de la

persona por encima de los sistemas o estructuras, dándole la posibilidad de

desarrollar acciones de cambio encaminadas a transformar la realidad.

- En el proceso discursivo cabe la posibilidad de que los sujetos cambien sus propios

significados en función del acto comunicativo y la autorreflexión que ello comporta.

Es a partir de esta situación de cambios individuales (construcción de nuevos

significados) cuando es posible introducirlos a nivel social a través del proceso de

comunicación y del consenso intersubjetivo.

- Con esta perspectiva, el objetivo de la Educación es crear las situaciones óptimas

para que se dé el diálogo intersubjetivo en condiciones de creciente democracia e

igualdad.

- Los docentes pueden realizar una importante contribución a que se den las

condiciones ideales del diálogo, que hablen todos las personas, que no hayan

interrupciones y que no se den discriminaciones.

- La educación desde la concepción comunicativa ha de contemplar la voz de todas

las personas implicadas en el proceso educativo.

- Al contrario de algunos teóricos postmodernos que tienden a negar el valor de la

historia y el papel del sujeto, la pedagogía crítica desde la perspectiva comunicativa

desarrolla el compromiso con el proceso socio teórico de profesores y estudiantes.

En este sentido la pedagogía crítica fundamenta la posibilidad de cambio individual y

social a partir de un proceso educativo basado en la interacción entre iguales.

Desde el ámbito latinoamericano los aportes de Paulo Freire dan cuenta de la

construcción de una Pedagogía inscrita en el horizonte de la liberación y la esperanza.

Freire (1969) considera que la función principal de la educación es hacer personas

libres y autónomas, capaces de analizar la realidad que les rodea, participando en ella y

transformándola.

71

Frente al idealismo subjetivista y al objetivismo mecanicista, Freire concibe la

educación como un subsistema de la estructura político–económica. Si bien considera

que la escuela es un aparato ideológico del Estado y de las clases dominantes, cuya

función principal es la reproducción social, también cree que los sujetos pueden

intervenir para cambiar esta realidad. La persona y su entorno se relacionan de forma

dialéctica. La persona (el sujeto), cuando piensa y actúa sobre lo que le rodea, lo

modifica, al mismo tiempo que el entorno (objeto) influye y actúa sobre el sujeto.

Freire introduce en el proceso de alfabetización, que constituye uno de sus

principales aportes de su discurso pedagógico, la importancia del diálogo y la función

de la educación como liberación de las constricciones de significado impuestos por la

cultura dominante que tiende a colonizar la vida de las personas. En este sentido,

entiende la educación como una acción política encaminada a despertar a los

individuos de su opresión y a generar acciones de transformación social.

Ideas centrales del pensamiento pedagógico de Paulo Freire.

- La educación de los adultos tiene que fundamentarse en la conciencia de la

cotidianeidad de los educandos, superando el mero conocer letras, palabras y

frases. La concientización era el paso de la conciencia intransitiva (mágica, ingenua)

a la conciencia crítica, necesaria para la participación activa de los campesinos en la

vida social y política.

- Los procesos educativos y políticos han de ser horizontales, es decir, los

educadores y los líderes políticos han de aprender de sus alumnos o de sus bases,

al tiempo que les enseñan y orientan. La horizontalidad preconizada es lo contrario

a la usual práctica, que es vertical.

- La educación de adultos no debe ser un mero instrumento para alcanzar un nivel

académico determinado, sino un estímulo para la emergencia socio-política del

pueblo y una herramienta para participar en la vida pública.

- En consecuencia, algunos de los contenidos de sus estudios han de ser aportados

por los educandos.

72

Se pueden precisar, de acuerdo a Fernández (2001) tres aspectos básicos en el

pensamiento pedagógico de Freire: Educación Bancaria–Educación Dialógica y Teoría

del Aprendizaje.

Al concepto de educación bancaria, que implica la autoridad absoluta por parte

del docente y la actitud pasiva y receptiva del alumno, Freire opone el diálogo como

instrumento esencial del acto de enseñar y de aprender. Se trata de un punto clave del

pensamiento freireano y conviene entenderlo bien. El diálogo no es un simple recurso

para hacer más amena la clase. La teoría freireana del diálogo hunde sus raíces en su

teoría del conocimiento, que si bien no pasó de la etapa de esbozos y aproximaciones

varias a lo largo de sus escritos, contiene elementos claves que permiten establecer

una línea divisoria entre dos modos de entender y de practicar la educación. Uno de

ellos es la dialéctica entre tres aspectos: la realidad, la teoría y la praxis.

La realidad social (estructuras, instituciones, ciencia y tecnología, clases

sociales, ciudades, agricultura, etc.) es el producto de la acumulación de prácticas

humanas contradictorias. La teoría es el producto de muchos actos de conocimiento. El

acto de conocer es siempre el acto de crear conocimiento. No hay conocimientos

previos que se aprenden sin más, sino que todo se reaprende, se construye, destruye y

reconstruye con los materiales preexistentes que vienen del otro (el educador, el libro,

la película, la novela, etc.) y de los materiales que incorpora el mero hecho de

problematizarlos. Freire decía estas cosas ya en 1965, cuando el constructivismo no

había sido todavía desempolvado. Quienes han aplicado el método freireano saben

que es tal vez una de las concreciones más logradas del constructivismo, que, en sus

aplicaciones más estructuradas, ganaría mucho si se dejara contagiar del espíritu y de

ciertos énfasis freireanos.

Pero el aporte substancial de Freire se sitúa en el plano de los constructores, de

los actores del aprendizaje. Es obvio que aprende cada persona, pero ¿Cómo? Freire

no niega que se pueda aprender en la soledad de un laboratorio o leyendo un libro.

Pero aun el acto de leer o de observar, lo que sucede en una probeta, ha de ser un

73

acto de diálogo con la realidad o de diálogo con el autor del texto, si se quiere

realmente aprender. Si no hay diálogo, se memorizará o se acumularán pinceladas

sueltas de la realidad, pero no habrá comprensión, síntesis, conocimiento apropiado y

recreado por el sujeto. Los aportes de Freire, como pedagogo latinoamericano e

inscrito en una perspectiva crítico social, tienen una vigencia interesante para informar

los procesos de transformación socio educativa que se quieran generar.

Los énfasis anteriores, referidos a los Modelos de Formación Docente, sugieren,

de acuerdo a Imbernón (1998), criterios de formación en dos direcciones: una, la de

dotarle de instrumentos intelectuales que sean una ayuda para el conocimiento e

interpretación de las situaciones problemáticas complejas en las que se sitúa; y otra,

implicar a los profesores en tareas de comunicación intersubjetiva y formación

comunitaria para dar a la educación escolarizada la dimensión de nexo entre el saber

intelectual y la realidad social, con la que tiene que mantener estrechas relaciones. En

este sentido, se recalca también la dimensión ética de la función educativa.

A manera de síntesis, en lo concerniente a la descripción de los modelos de

Formación Docente, se puede afirmar, de acuerdo a Luquez (2001), que dichos

modelos se identifican con las siguientes posturas epistémicas de la acción docente:

racional, de procesos, socializadora y transformacional.

4. Dimensión epistemológica en el Contexto Educativo.

4.1. Consideraciones generales vinculadas a la Epistemología.

El fenómeno educativo lleva implícito el tratamiento del conocimiento propio de

las diferentes disciplinas que concurren en el acto informativo y formativo.

Históricamente el conocimiento a ser tratado como contenido, ha estado fundamentado,

en el caso venezolano específicamente, por la influencia del paradigma positivista. En

este sentido se ha concebido el conocimiento como producto de una relación causa–

efecto, percibiendo la realidad en forma lineal, determinista, atomizada, orientada por

74

criterios de regularidades y en donde no se toman en cuenta las dimensiones socio

históricas y culturales. En este sentido, se ha dado una extrapolación de la lógica

investigativa de las ciencias naturales a las ciencias sociales.

En lo que respecta a la mediación pedagógica, la dimensión del conocimiento se

percibe como una practica transmisiva en donde el docente asume, al igual que el

alumno, una actitud pasiva, de meros receptores. Sin embargo, esta perspectiva está

siendo desplazada en la actualidad por otro tipo de abordaje con respecto a la creación,

uso y circulación del conocimiento. En este sentido, la perspectiva epistemológica ha

devenido en cuestionamiento a modelos absolutistas imperantes, a la vez que

propugna por una postura crítica reflexiva acerca de la naturaleza y alcance del

conocimiento. De acuerdo a Castillo (2001) se necesita transitar en la función de

investigación del paradigma adaptador, que sólo aspira a simples reformas y cambios

intrascendentes, al paradigma de la comprensión del conocimiento que finalmente dará

supremacía a su desarrollo. Si bien es cierto, que este problema es de vieja data,

asumida por ejemplo, por los filósofos griegos, es en los comienzos del siglo XX en

donde se plantean aportes significativos en el campo de la epistemología, bajo el rol

protagónico del Circulo de Viena (Perspectiva empirista–inductivista), los postulados

racionalistas y posteriormente los cuestionamientos de la Escuela de Franckfurt

haciendo énfasis en lo instrospectivo vivencial.

La Epistemología entonces constituye el estudio de la teoría del conocimiento

científico o teoría de la ciencia (Padrón, 2001). De acuerdo a Bunge (1980) la

Epistemología o Filosofía de la ciencia, es la rama de la Filosofía que estudia la

investigación científica y su producto, el conocimiento científico. Este mismo autor

plantea que la epistemología es útil si satisface las siguientes condiciones:

a) Concierne a la ciencia propiamente dicha, no a la imagen pueril y a veces hasta

caricaturesca tomada de libros de textos elementales;

b) Se ocupa de problemas filosóficos que se presentan de hecho en el curso de la

investigación científica o en la reflexión acerca de los problemas, métodos y teorías

de la ciencia, en lugar de problemas fantasmas;

75

c) Propone soluciones claras a tales problemas, en particular soluciones consistentes

en teorías rigurosas e inteligibles, así como adecuadas a la realidad de la

investigación científica, en lugar de teorías confusas o inadecuadas a la experiencia

científica;

d) Es capaz de distinguir la ciencia auténtica de la seudociencia, la investigación

profunda de la superficial, la búsqueda de la verdad de la búsqueda del plan de cada

día;

e) Es capaz de criticar programas y aún resultados erróneos, así como de sugerir

nuevos enfoques promisorios.

Cabe acotar también, que no existe una perspectiva unívoca para la construcción

del conocimiento, sino diferentes vías en su respectivas orientaciones que responden a

variados enfoques epistemológicos. Significa entonces una aproximación a la manera, a

cómo y por qué se produce el conocimiento en conexión con el rol del docente en los

procesos de formación a los que es sometido y a aquellos modelos en donde se

enmarca la práctica pedagógica en su intención como mediadora de los procesos de

enseñanza aprendizaje.

Los postulados asumidos por el docente y que están enmarcados en los

enfoques servirán como guía que legitima la creación, difusión y uso del conocimiento

así como el asumir una metodología consecuente que justifique la forma de abordar la

obtención de información y datos dentro de una realidad determinada.

Las disgresiones generales planteadas hasta aquí, sirven para ubicarse entonces

en el extremo y complejo terreno de las intenciones de la epistemología que hoy asume

una función fundante dado su carácter inter–disciplinario y transdisciplinario. De ahí

que, el debate epistemológico es tema clave en la agenda educativa contemporánea,

sobre todo, en aquellos que participan en los procesos de formación docente, quienes a

posteriori serán los encargados de mediar los aprendizajes en los distintos niveles y

modalidades del sistema educativo.

76

Ahora bien, como una forma de precisar los sesgos u orientaciones acerca de

cómo se concibe el conocimiento científico y su perspectiva con respecto a la relación

objeto–sujeto, así como su viabilidad metodológica, se propone el concepto de

enfoques epistemológicos.

4.2. Enfoques Epistemológicos.

Los enfoques epistemológicos representan perspectivas acerca del

conocimiento científico, teniendo en cuenta los mecanismos de acceso y producción del

mismo, así como sus criterios de validación y crítica (Padrón, 2001). Constituyen

configuraciones estables y universales. Este mismo autor señala, que históricamente

la producción del conocimiento científico se puede ubicar en tres vertientes: Empirismo

inductivo, racionalismo deductivo e introspectivo vivencial. Seguidamente se explica la

naturaleza de cada uno de los enfoques así como sus principales representantes.

El Empirismo Inductivo se origina como una reacción al pensamiento absolutista

pregonado tanto por la iglesia con sus dogmas y prácticas como desde las dimensiones

políticas, retóricas y otras. Su matriz filosófica se entronca en el Positivismo, enfoque

que lideriza las orientaciones y prácticas científicas en el siglo XX. El empirismo

inductivo propugna el conocimiento riguroso, sometido a reglas de validación fundadas

en la experiencia constatable. De allí entonces que su principal criterio de demarcación

científica sea la verificabilidad. Sus principales representantes crearon el Círculo de

Viena (1922) y desde esa plataforma comienzan a tejer los postulados que sostiene el

enfoque empírico inductivista. Entre los precursores del Círculo de Viena se pueden

mencionar a: Rudoldh Carnap, Kurt Godel, Otto Neurath, Philipp Frank, Carl Henpl y

otros.

Seguidamente se presentan gráficamente las tesis que interpretan el

conocimiento científico bajo el enfoque de la Escuela de Viena. (Ver gráfico No. 4).

77

TESIS QUE INTERPRETAN EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO SEGÚN EL CIRCULO DE VIENA

EL CRITERIO DE LA INDUCCIÓN LENGUAJE LOGICO UNIFICACIÓN DE LA DEMARCACIÓN PROBABILISTICA MATEMATICO LA CIENCIA VERIFICACION O BASE DE TRATAMIENTOS ENUNCIADOS EXPRESADOS BUSQUEDA DE RELACIONES CONSTANCIA DEL PROBABILISTICOS A TRAVES DE SIMBOLOS DE COMPATIBILIDAD E HECHO INTEGRACIÓN CON LOS DEMAS CONOCIMIENTOS CIENTIFICOS INDICES DE ERROR ELABORADOS EN OTROS MARGENES DE CONFIABILIDAD AMBITOS.

FUENTE: Reyes, W. (2002). “Epistemología y Modelos de Formación Docente”. Investigación Libre. Facultad de Humanidades. La Universidad del Zulia. Maracaibo, Edo. Zulia. Venezuela

Gráfico No. 4

En el campo de las ciencias sociales, específicamente en el contexto educativo,

el enfoque empirista inductivo, ha ejercido una gran influencia en lo que se refiere a la

orientación de la investigación científica y en el impacto generado en las prácticas

educativas. Así, al concebir el objeto de estudio y su contexto, en perspectiva

mecanicista, lineal, predictiva, sometiendo a control riguroso determinadas variables, le

imprime un sesgo reduccionista a situaciones y sujetos sumamente complejos y

dinámicos, es decir, se asume una postura ahistórica.

Enfoque Racionalista Deductivo: Se origina como una postura de rechazo al

empirismo inductivo. Existe consenso en afirmar que la característica fundante del

racionalismo en cuanto al conocimiento científico, deviene en su capacidad explicativa y

retroductiva, sustentada en una vía deductiva, estrechamente controlada por formas

lógico matemática. Entre los principales representantes del Racionalismo Deductivo se

mencionan a: Karl Popper, Inri Lakatos, Bachelard y Bunge. En el siguiente cuadro se

presentan las posiciones de los autores señalados.

AUTOR CRITICA FRENTE AL EMPIRISMO INDUCTIVO REFERENCIA

POPPER Impugna la concepción empírico–inductiva del círculo Falsacionismo de Viena, sin prestar interés a otros enfoques. Poperiano

LAKATOS Adecúa las tesis de Popper a ciertas exigencias Falsacionismo evidenciadas por otras críticas. metodológico refinado

BUNGE Referentes amplios, desde enfrentar a los postulados Condición mínima

de Popper y del racionalismo en general, hasta la oposición de contrastabilidad a las versiones del subjetivismo, sicologismo e idealismo.

BACHELARD Evolución de las poblaciones conceptuales. Racionalismo

aplicado FUENTE: Reyes, W. (2002). “Epistemología y Modelos de Formación Docente”. Investigación Libre. Facultad de Humanidades. La Universidad del Zulia. Maracaibo, Edo. Zulia. Venezuela

Cabe señalar de acuerdo a Popper (1974), que el principal criterio de

demarcación científica lo constituye la falsabilidad. Es decir, un enunciado será

científico en la medida en que más se arriesgue o se exponga a una confrontación

CUADRO No 1

79

que evidencie su falsedad. Este criterio también permite distinguir entre la ciencia y la

no ciencia. El racionalismo deductivo desecha el concepto de “verdad objetiva

inmutable”. También admite los factores sociales que condicionan su validez y, tal vez

lo más resaltante, plantean su carácter de correctibilidad sobre la base de constantes

procesos de falsación ante los hechos y ante otras opciones de conocimiento. El

racionalismo acepta entonces, lo relativo del conocimiento científico y admite los

factores sociales e intersubjetivos que condiciona su validez.

En el contexto educativo tiene también una gran relevancia el enfoque

racionalista, sobre todo por su perspectiva deduccionista que posibilita una visión de

totalidad, la identificación de elementos constituyentes y sus interacciones globales.

Quizás uno de los más importantes aportes lo constituyen el planteamiento de Kunt en

lo referente a su concepción de paradigma o revolución científica, lo que ha implicado

saltos cuánticos en la concepción del saber y las prácticas socioculturales que se

derivan. En este sentido, los paradigmas son las manifestaciones históricas y

episódicas de los enfoques epistemológicos. Es decir, de acuerdo a Padrón (2001), los

paradigmas reflejan los enfoques epistemológicos y van apareciendo eventual y

sucesivamente en la línea histórica como dominantes en el control social de la ciencia.

En el ámbito educativo se habla incluso de paradigmas obsoletos, vigentes y

hasta emergentes. Esta connotación paradigmática trata de identificar y de explicitar

toda la red compleja de elementos que caracterizan el fenómeno educativo, que va

entre otros aspectos, desde los grandes “mandatos” del ser y deber ser, pasando por

las dimensiones interactuantes, hasta la naturaleza e impacto de la gestión escolar. El

problema es, que no se visualiza o explícita la vinculación del paradigma con su ente

fundante como lo es el enfoque epistemológico, o sus derivaciones teóricas que

procuran explicar constructos que a su vez develan la dinámica de determinados

fenómenos .

El Enfoque Introspectivo Vivencial: Sugiere que el conocimiento científico es un

acto de comprensión. Según Padrón (2001) más que una realidad externa, el

80

conocimiento es interpretación de una realidad tal y como ella aparece en el interior de

los espacios de conciencia subjetiva.

En este enfoque, se da una relación dialéctica entre sujeto-objeto. El objeto pasa

a ser una experiencia vivida, sentida y compartida por el investigador. El rol de la

ciencia es concebido como mecanismo de transformación y emancipación del ser

humano.

Desde el punto de vista histórico, el enfoque introspectivo–vivencial se identifica

con los postulados de la Escuela de Franckfurt, entre los cuales se encuentran los

siguientes representantes: Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, Erich Fronm, Walter

Benjamin, Herber Marcuse, y posteriormente Habermas. Según Mora (1994), se ha

desarrollado entre los Franckfurtianos la tendencia a una denuncia de los procesos

falsamente liberadores y emancipadores, entre los cuales cabe incluir por lo menos,

algunos de las tendencias naturalista del marxismo.

Dentro de este enfoque introspectivo-vivencial tiene cabida también el paradigma

constructivista. Desde una perspectiva fenomenológica la realidad es compleja y

dinámica. En este sentido, para el paradigma constructivista es discutible el hecho de

tratar de investigar dicha realidad con esquemas teóricos o metodologías

preconcebidas como si fuesen una situación lineal de causa-efecto. Al contrario, hay

que dejar que la realidad hable y desde su propia “epísteme” sugiera maneras de

comprenderla y generar a su vez formas de mediación transformadoras.

De acuerdo a Pérez Gómez, (1998), comprender la realidad social no implica

necesariamente predecir y controlar. En el enfoque constructivista e interpretativo, la

finalidad de la investigación no es la predicción ni el control, sino la comprensión de los

fenómenos y la formación de los que participan en ellos para que su actuación sea más

reflexiva, rica y eficaz. Esta perspectiva no niega, por tanto, la existencia de aspectos

comunes, la posibilidad de identificar patrones compartidos de comportamiento,

comprensión y sensibilidad, incluso la conveniencia de establecer categorías a partir de

los atributos definitorios de personas, grupos o comportamientos. Lo que rechaza la

81

perspectiva constructivista es que tales patrones o categorías constituyan toda la

realidad, o agoten su conocimiento, e incluso que cualquier realidad social puedan ser

comprendida al reducirla a una categoría. Es interesante entonces, la perspectiva

anterior ya que también constituye un terreno fértil para la construcción de teorías

científicas que pueda fundamentar procesos de investigación más amplios en el

contexto escolar.

En el ámbito educativo específicamente, este enfoque ha venido ganando

terreno y actualmente representa una manera de abordar los contextos escolares desde

una perspectiva ecológica o hermenéutica dado los aspectos multidimensionales

existentes en la realidad. También ha posibilitado privilegiar investigaciones desde la

escuela como unidad de análisis y como sistema abierto capaz de generar ambientes

en donde la gestión escolar, en sus dimensiones instruccionales y organizacionales, y

percibida como una organización inteligente, por ejemplo, pueda orientarse al logro de

los objetivos establecidos.

Pero por otro lado, también se plantea el desafío de cómo comprender esta

realidad intrínseca de la escuela venezolana, dada su “epísteme”, es decir, aproximarse

a saber como piensa y se piensa la escuela, identificando y potenciando aquellos

factores impulsadores que coadyuven a incrementar los niveles de calidad educativa.

4.3. Epistemología en los procesos de Formación Docente.

En el ámbito educativo, específicamente en lo concerniente a los procesos

de formación docente, el debate sobre la epistemología tiene una gran relevancia

por las siguientes consideraciones:

- La crisis de los paradigmas tradicionales (por ejemplo, el positivismo con su

perspectiva absolutista o reduccionista), lo que implica hacer una reflexión crítica

acerca del conocimiento.

82

- La epistemología constituye un conocimiento sobre el conocimiento, es decir; de

acuerdo a Bachelard (1975), la reflexión epistemológica es una vigilancia, un

examen racional y crítico acerca de cómo está evolucionando el saber científico.

- En el discurso de la producción del conocimiento, sobre todo en el contexto

universitario, se privilegia la creación de conocimientos, pero no se devela, por

ejemplo, la realidad intrínseca de la disciplina ni su mediación situada. Es menester,

en consecuencia, conocer la evolución histórica de las disciplinas, su conexión

filosófica, la perspectiva inter y transdisciplinaria, su concepción acerca de la

construcción del conocimiento científico y los criterios de la enseñabilidad, entre

otros aspectos.

- La investigación debe convertirse en el eje central de los procesos de formación

docente. Esto debe conducir a:

“Reconocer que al mismo tiempo que se investiga, se hace ciencia o se le pretende enseñar para llegar a una auténtica formación científica en quienes participan en este proceso pedagógico, se debe pensar críticamente acerca de cómo se está procediendo: no solo qué procesos concretos se llevan a cabo en el acto mismo del conocimiento, sino comprender que es lo qué el conocer implica en última instancia, es decir, entender epistemológicamente qué es conocer, qué es hablar, en qué consisten todos los pasos que ocurren en un proceso pedagógico auténtico”. (Bedoya, 2000:93).

- En el marco de esta investigación, la dimensión epistemológica tiene dos vertientes.

En primer lugar, como constructo que permite regular y orientar el tipo de

investigación a realizar así como sus argumentos de tipo filosófico y metodológico.

En segundo lugar, como dimensión objeto de estudio, se trata de elaborar la

plataforma teórica concibiendo a la epistemología como la teoría del conocimiento

científico, sus implicaciones y su influencia en los modelos de formación docente.

- La necesidad de generar modelos epistémicos más libres y diversos que

posibiliten la creación del conocimiento, desde lo racional, humano y ético; no sólo

bajo el patrocinio de una racionalidad mercantilista o de un eficientismo a ultranza.

- Desde la complejidad, Morín (1999) sugiere, y esto a manera descriptiva

y orientadora dentro de las finalidades educativas, y por ende, en la formación

83

docente:

- Una aptitud general para plantear y analizar problemas;

- Diseñar principios organizadores que permitan vincular los saberes y

darles sentido.

- En el mismo contexto de la complejidad y la epistemología, se debe atender al

desarrollo de la aptitud para contextualizar y totalizar los saberes como un

imperativo en la educación. En este sentido, el conocimiento implica, al mismo

tiempo, separación y unión, análisis y síntesis. La capacidad para contextualizar

produce el pensamiento ecologizante.

- Otro elemento que se considera fundamental en estos tiempos caracterizados por la

incertidumbre, producto a su vez de la complejidad, es percibir, según Morín

(1999), que en el conocimiento existen tres tipos de incertidumbres:

- La primera es cerebral: el conocimiento no es nunca un reflejo de lo real,

sino siempre traducción y reconstrucción, es decir, que conlleva el riesgo del

error.

- La segunda es psíquica: el conocimiento de los hechos es siempre tributario

de la interpretación.

- La tercera es epistemológica: se deduce de la crisis y de los fundamentos de

certeza en filosofía (a partir de Nietzsche) y luego, en ciencias (a partir de

Popper y Bachelard).

4.4. Critica, epistemología y educación. La orientación epistemológica implícita en los Procesos de Formación

Docente, necesariamente debería plantear el por qué y el para qué de dicha acción

formadora. Estás interrogantes tratarían de develar las intencionalidades ideológicas y

críticas, de tal forma que la acción docente evolucione hacia una praxis reflexiva y

transformadora. En este contexto, cabe puntualizar entonces que los procesos

educativos (escolarizados) están insertos en el complejo tejido socio-cultural; responden

a la necesidad, por un lado, de transmitir y perpetuar un determinado tipo de sociedad.

Por otro lado, llevan en sí el germen de la transformación en vías de búsqueda de

reacomodos o en perspectivas de cambios radicales. En el proceso de osmosis social,

84

la educación influye y la vez es influida. Conviene entonces, que los diferentes actores

que intervienen en el ámbito educativo, sobre todo el educador, entre otros, puedan

situarse, y desde la realidad latinoamericana, interrogarse acerca de la articulación

existente entre la educación y los tremendos desafíos del continente: pobreza

generalizada, desempleo, narcotráfico, niñez abandonada, crisis ecológica, sociedad de

consumo, poca participación ciudadana, resurgimiento de “mesías”, globalización

excluyente, etc.

La anterior agenda representa desafíos a los cuales hay que hacer frente

orientándose al diseño de escenarios alternativos que puedan contribuir a elevar el nivel

de calidad de vida de los individuos. El ignorar la realidad contextual contribuye a

incrementar la brecha de las mayorías que no tienen el acceso a instancias de

apropiación cultural en perspectivas liberadoras o de plenitud humana. Se debe

entonces asumir, tanto los que diseñan políticas o programas de Formación Docente,

así como los mismos docentes, una actitud crítica en este espacio social como lo es

la educación.

Esta actitud crítica, supone, de acuerdo a Zemelman, (1998), los siguientes

aspectos:

En primer lugar, enseña a mirar el contexto. Esto es una tarea compleja que

implica ir más allá de atiborrar a los alumnos con datos, bibliografías especializadas, o

el acceso a tecnología de información. Si dichos alumnos no tienen la menor idea del

momento histórico en donde están situados, tal educación no es relevante. Es decir,

han entendido la realidad sin relacionarse con ella. Es menester ubicarse en el contexto

social como sujeto capaz y consciente de decir la palabra y decidir entre opciones.

Pensar el contexto en estos tiempos, invita a pensar la realidad de otra manera,

perspectiva cónsona con la fenomenología, que por ejemplo, incorpora la idea del

sentido y conciencia. Es decir, posibilita situarse ante dicha realidad y ser capaz de

desencadenar procesos de liberación.

85

En segundo lugar, es necesario acotar que la realidad es inagotable,

indeterminada. Esta perspectiva posibilita contrastar elementos teóricos desde la

lectura del contexto, que suministra elementos propios que permitan conocerla en una

forma aproximada y a partir de ahí hacer propuestas conjuntas para ir mediando

soluciones en ese tejer constante de la realidad. Lo dinámico y cambiante del

contexto implica que Al respecto, afirma:

"Lo inagotable de la realidad significa que yo nunca termino de estar en ella, ya que ésta se encuentra siendo siempre algo diferente y es, en ese estar constante de lo histórico donde el sujeto está siempre estando y siendo. Este es un punto fundamental del pensamiento crítico, porque este es lo opuesto al pensamiento terminando, es decir, considerar a las cosas de la realidad como productos que queden ahí". (Zemelman, 1998).

Lo anterior sugiere ubicarse en la realidad estando atento a su dinámica

cambiante que a la vez requiere de nuevas formas de organizar el pensamiento. Es

decir, la necesaria tarea, si se quiere ser coherente epistemológicamente como

docente, de recuperar y/o crear espacios de pensamiento crítico.

En las consideraciones que sobre la epistemología se vienen haciendo, es

menester rescatar también el concepto de Formación. La lógica racionalista

instrumental hace marcado énfasis por ejemplo en el concepto de formación de

Recursos Humanos cónsono con un sesgo mercantilista, deshumanizante, al percibir al

ser humano como un eslabón más del proceso productivo, o la formación en términos

de individualidades sin referencia al principio de alteridad. Es decir, poder percibir mi

interdependencia con el otro, o la otra.

Si se parte de la separación entre información y pensamiento, al detenernos en

éste último término entendiéndolo como la capacidad que tiene el ser humano no sólo

de situarse en el mundo, sino ante su mundo para poder reconocer posibilidades de

conocimiento en él, se le está dando real contenido al concepto de formación. En otras

palabras, se trata de no sólo formar personas capaces de pensar sino además de

decidir entre opciones, gente capaz de construir y por lo tanto, de conocer sentido para

86

lo cual construir.

Lo anterior tiene implicaciones importantes para la tarea del docente, sobre todo

en el proceso de reflexión-acción de su papel como mediador en el aula, al direccionar

los diferentes tipos de contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales)

vinculados al contexto, de tal manera que los conocimientos generados sean relevantes

y pertinentes para los alumnos.

Un último aspecto a considerar, lo constituye el referente al espacio público. En

esta área se necesita elaborar propuestas teórico-metodológicas, dado lo incipiente de

este proceso en el ámbito venezolano. Los ciudadanos han transitado, por un lado, en

la tiranía de los partidos políticos usurpando los espacios de participación y mediación,

y por el otro extremo un modelo político todopoderoso que pretende dirigir a manera de

borregos los estilos de vida del ciudadano común. ¿Qué papel juega la educación en

este proceso? ¿Se limitaría a los procesos escolarizados?, ¿O se podrían, a manera de

consensos, diseñar espacios para el ejercicio de la soberanía ciudadana?.

Se trata entonces de formar a alguien (a todos) capaz de entender donde vive,

para que le dé sentido a lo que sabe. De ahí entonces, dados los referentes

mencionados, que epistemológicamente el docente necesita dar respuestas a los

tremendos desafíos que se le presentan para así poder construir y articular una

mediación situada.

4.5. Epistemología de Procesos. A la crítica hecha a la enseñanza por contenidos y objetivos, enmarcados en

un paradigma positivista, determinista, tal y como se ha explicado ya en la construcción

de los Modelos de Formación Docente, se contrapone una enseñanza cuya

epistemología está caracterizada por procesos y en perspectiva constructivista. Dicha

epistemología, privilegia la búsqueda y construcción de conceptos, lo alternativo, de

argumentaciones, el ensayo y error, como vías del acercamiento y afinamiento del

conocimiento.

87

La epistemología de procesos, por su dimensión flexible y abierta es evolutiva,

dada la complejidad del ser humano y lo dinámico del contexto socio-cultural. Es por

esto también, que en la relación sujeto-objeto se da una interacción dialéctica. Al

respecto:

"Una epistemología constructivista de procesos, reconoce que el sujeto está en el objeto y viceversa, lo que le impide distinguir entre aprendizaje y conocimiento: el aprendizaje es siempre una reconstrucción interior y subjetiva, mientras que el conocimiento puede dejar de ser un estado subjetivo cuando se produce y formula mediante ciertas reglas públicas y universales que llamamos método". (Florez, 1996:244).

Dentro de esta epistemología de procesos, en perspectiva constructivista se

encuentran los siguientes teóricos del aprendizaje: Piaget y su Escuela de Ginebra,

Vygotsky y Luria con su enfoque sociocultural, J. Bruner, quien defiende un

constructivismo radical, para quien los aprendizajes deben construirse por

descubrimiento autónomo del alumno. Finalmente están Ausubel y Novak con el

horizonte de los aprendizajes significativos, viabilizados por puentes cognitivos y los

mapas conceptuales, entre otros aspectos.

4.6. Subcategorías de análisis epistemológicos para el estudio de los

Modelos de Formación Docente.

Es necesario precisar que la epistemología constituye una de las categorías

de análisis para develar su naturaleza en términos de tendencias presentes en los

modelos de formación docente. En este sentido, la acción docente, explícita o

implícitamente, se enmarca en una determinada postura epistemológica que va desde

un absolutismo o reduccionismo en la concepción del saber hasta formas más abiertas,

flexibles y contextuales de la construcción del conocimiento y su mediación respectiva.

Para efectos de esta investigación se describen algunos subcategorías de

análisis epistemológico, para develar sus implicaciones en los modelos de formación

88

docente ya explicitados como lo son: El tradicionalista o clásico, el tecnológico, el

constructivista y el crítico social.

Las subcategorías de análisis asumidas desde una perspectiva teórica, son los

siguientes: Rol del Docente en la construcción del conocimiento, concepción de

Formación Docente, Rol del alumno en la construcción del conocimiento, y la relación

teoría práctica. Estos criterios, entre otros, que son inherentes a los procesos de

enseñanza-aprendizaje, sirven para develar las implicaciones epistemológicas al interior

de los modelos de formación docente.

A continuación se explicitan las subcategorías de análisis señalados.

Relación Teoría–Practica. Este es un aspecto muy debatido en los círculos académicos. Se recalca, sobre

todo, el sesgo profundamente teórico que predomina en las practicas docentes

actuales. Los estudios sobre el curriculum, por ejemplo en lo que respecta a su

pertinencia en la actual sociedad del conocimiento, han suscitado un replanteamiento o

indagación más profunda sobre la necesaria integración teórico–práctica.

Quizás sea necesario distinguir, lo que significa el término teoría en el ámbito

académico de la Formación Docente. En primer lugar, los alumnos generalmente tienen

la percepción de que la teoría es algo intrascendente y/o poco importante o relevante.

Es muy conocida la expresión: “Eso es pura teoría”. Porque no le ven tampoco alguna

aplicación práctica.

Por otro lado, desde la óptica del docente, la teoría se podría concebir desde dos

ámbitos: uno desde el punto de vista conceptual y otro desde la perspectiva

metodológica en el contexto de una investigación. En lo conceptual la teoría está

vinculada a la disciplina o asignatura, considerando en ella la evolución histórica, su

impacto, su status científico, su plataforma epistemológica, su carácter inter y

transdisciplinario, y su potencia movilizadora en cuanto a dar respuesta a su objeto de

89

estudio.

En lo que respecta a la teoría desde el contexto metodológico, según Kerlinger

(1985:6) constituye un conjunto de construcciones hipotéticas (concepto), definiciones

y proposiciones interrelacionadas entre sí, que ofrecen un punto de vista

sistemático de los fenómenos, al especificar las relaciones existentes entre variables,

con el objetivo de explicar y predecir fenómenos. Evidentemente que va a depender del

docente, la concepción de la perspectiva teórica en tanto se identifique con algún

modelo de formación inicial de los profesores.

Es necesario destacar acá el dominio amplio de la disciplina que pueda tener el

docente, para dejar la menor cantidad posible de vacíos o inconsistencias. Es decir, se

requiere un manejo profundo de las disciplinas con sus interacciones inter y

transdisciplinarias, tomando en cuenta la complejidad del contexto y su dimensión

fenomenológica. Esta óptica, dado también lo dinámico de las interacciones en el aula

y en perspectiva constructivista, posibilita ver nuevas dimensiones de la disciplina que

se enriquecen, y exigen del docente una actitud reflexiva, abierta y flexible. Se da

entonces una especie de circularidad en espiral, en la cual el conocimiento está en

constante construcción, no hay procesos acabados y por lo tanto se evita caer tanto

en reduccionismos como en absolutismos epistemológicos.

En cuanto a la práctica, se tiene la creencia generalizada de que es la aplicación

de una determinada teoría o grupo de ellas. Sin embargo, es necesario ir un poco más

allá. Para efectos explicativos el investigador considera tener en cuenta la siguiente

serie de implicaciones, que evidentemente no es una lista exhaustiva. En primer lugar,

habría que concebir la practica como la constatación del dominio de determinadas

competencias, en sintonía con los pilares del conocimiento: conocer, hacer, convivir y

el ser, (UNESCO, 1996). Acá se conecta la demostración con algunos indicadores (a

manera de precisar una evaluación) que darán cuenta del grado de perfectibilidad de

tal práctica y a la vez, en consecuencia, hacer mensurable el grado de discrepancia

para realizar los ajustes necesarios.

90

En segundo lugar, se podría también aproximarse a una apreciación en cuanto a

la efectividad de la transferencia de lo práctico a determinados contextos. Es por eso

que, actualmente se habla del aprendizaje significativo, que considera importante tomar

en cuenta los aprendizajes o experiencias previas de los alumnos e indagar en

consecuencia, como podría ese alumno hacer las transferencias respectivas o como le

podría ser de utilidad tanto lo teórico como lo práctico.

El concepto de práctica ha evolucionado en el transcurrir del tiempo, dándose

varios posicionamientos. Según Imbernón (1996), se ha dado un desplazamiento desde

un concepto de práctica muy amplio y general, abstracto y descontextualizado,

pasando por una práctica sobre la que se puede intervenir cambiando la manera de

comprenderla, hasta el concepto actual de práctica como praxis que surge de

situaciones de incertidumbre, contextualizada, idiosincráticas y en determinadas

circunstancias particulares que integran la reflexión sobre la base de criterios teóricos

justificativos y de acción.

De lo que se trata, en consecuencia, es de ir más allá de una interacción teórica

práctica discursiva, lineal o determinista, para evolucionar hacia criterios que posibilitan

enriquecer los aspectos teóricos, llegando inclusive a la construcción de nuevas

teorías, de ahí que la praxis docente necesariamente deberá enmarcarse en el campo

de la investigación acción reflexión–transformación. Por último, es pertinente que el

docente formador propicie reflexiones con sus alumnos acerca de la utilidad de lo que

se sabe y se hace.

Concepción de Formación Docente.

La concepción de la Formación Docente debe ir más allá del entrenamiento

técnico, de una cultura transmisiva y reproductiva, de una práctica docente restringida

hasta concepciones más evolucionadas y pertinentes. En este sentido, el concepto de

formación, según Florez (1996: 112) debe satisfacer al menos tres condiciones:

91

1. La Condición Antropológica, en cuanto describe la enseñanza como proceso de

humanización. En este sentido para tener éxito de la dimensión transformadora

del ser humano hay que reconocer y valorar sus posibilidades y potencialidades

como ser racional, autónomo y solidario.

2. La Condición Teleológica, que confiere sentido a toda reflexión sobre la persona

y, sobre todo, es fundamental en los procesos de Formación Docente, porque se

concibe la razón como finalidad, como proyecto siempre presente y tensión

esencial de cada acción educativa.

3. La Condición Metodológica, vinculada directamente al principio fundante de la

formación, en concordancia con el desarrollo de la racionalidad (lo cognitivo y

metacognitivo), ya sea iluminando esta finalidad a nivel investigativo conceptual o

facilitando estrategias efectivas de racionalidad para los procesos inherentes a la

enseñanza.

Imbernón (1998:12) destaca 3 aspectos importantes de la Formación Docente:

- La Formación Docente se analiza en una síntesis que engloba diversos

componentes (cultura, contexto, conocimiento disciplinar, ética, competencia,

metodología y didáctica) y como un elemento imprescindible para la socialización

profesional en una determinada praxis contextualizada.

- Está centrada predominantemente en la práctica.

- Implica reconocer que los profesores y profesoras pueden ser verdaderos agentes

sociales, planificadores y gestores de la enseñanza–aprendizaje, y que pueden y

deben intervenir, además, en los complejos sistemas que conforman la estructura

social, donde muchas veces son ignorados, hasta en los temas que les afectan

directamente.

Morín (1999:86) afirma que, para Humboldt la universidad no podrá tener como

vocación directa una Formación Profesional (que era del ámbito de las escuelas

técnicas) sino una vocación indirecta a través de la formación de una actitud de

investigación. De ahí surge la doble función paradógica de la universidad, adaptarse a

la modernidad científica e integrarla, responder a las necesidades fundamentales de

92

formación, proporcionando profesores para las nuevas profesiones pero también, y

sobre todo, proporcionar una enseñanza meta-profesional, meta-técnica, es decir, una

cultura.

Se puede afirmar que la concepción de Formación Docente contiene cinco

dimensiones fundamentales: Disciplinar, Metadisciplinar, Pedagógica, Heurística,

Personal y Sociocultural.

Dimensión Disciplinar: Está referida al área objeto de especialidad. En este

sentido se requiere, por parte del docente, un dominio en profundidad tanto del status

científico de la disciplina, su evolución histórica, su fundamentación epistemológica

como su vinculación con otras disciplinas (carácter interdisciplinar y transdisciplinar). Es

fundamental que el docente formador pueda modelar entonces los dominios

disciplinares, interdisciplinares y transdisciplinares.

Dimensión Metadisciplinar: Los saberes metadisciplinares son considerados

como aquellos campos del saber que estudian el conocimiento y la realidad en general,

(lo epistemológico y lo ontológico) o algunos ámbitos particulares muy relevantes, así

como las cosmovisiones ideológicas que presentan un alto grado de organización

interna. En este orden de ideas, el conocimiento de la disciplina debe

complementarse con el conocimiento metadisciplinar para que el profesor comprenda

los procesos por los que el conocimiento científico se genera, así como cuáles son los

criterios para su validación, de esta forma también se develan los enfoques

epistemológicos que subyacen a la elaboración del conocimiento disciplinar.

Por otro lado, desde la óptica metadisciplinar, el estudio de las disciplinas

debería incorporar nociones puente con otras áreas próximas (Porlán, Rivero y Del

Pozo, 1997), que permitiesen al profesorado en formación poder participar en

proyectos interdisciplinarios trabajando problemas frontera (Gil, 1993) que ayudasen a

establecer una visión más global del conocimiento.

93

Dimensión Pedagógica: El concepto de Formación Docente también está

vinculado a la capacitación de índole pedagógica orientada a que el docente en

formación desarrolle competencias como mediador efectivo y eficiente del proceso

enseñanza–aprendizaje. Para esto, es menester que el entrenamiento como mediador

se realice en contextos naturales del trabajo escolar (Relación Teoría Práctica),

de tal manera que, se pueda ir perfilando como un docente crítico, reflexivo, innovador

y transformador. Es decir, se trasciende una perspectiva técnica y transmisiva, para

enmarcar la práctica pedagógica en un ámbito en donde el contexto de justificación y

de producción se inscriben en una racionalidad de constante afinamiento personal y

profesional.

Dimensión Heurística: Constituye una dimensión fundante, ya que se orienta a la

expresión de dominio para la indagación de fuentes de información, así como la

necesaria capacidad para construir conocimientos, de tal manera que, su práctica

pedagógica esté en constante evolución. Al respecto, se demanda del docente cierta

predisposición a la investigación y a la realización de nuevos aprendizajes.

Dimensión Personal: Además de asumir su autonomía en su capacidad de

construir conocimientos, el docente en formación se debería comprometer a gerenciar

su desarrollo personal y profesional, adheriéndose a una perspectiva de

profesionalidad amplia (Stenhouse, 1984) o una profesionalidad desarrollada (Hoyle,

1974), en contraposición a una profesionalidad restringida.

Dimensión Sociocultural: El fenómeno educativo apunta a generar procesos de

superación, de transformación en aras no sólo del bienestar individual sino de los

contextos en los cuales se desenvuelve el docente.

Estos cambios los puede generar el docente desde su práctica pedagógica, en

donde toma en cuenta la dinámica suscitada en su medio societal, para hacerla más

pertinente y relevante, hasta la mediación ejercida para contribuir a motorizar los

cambios necesarios en el ámbito de las relaciones sociales, buscando sobre todo,

mayores niveles de participación ciudadana en aras de la construcción de una sociedad

94

sustentable, una sociedad en donde se reduzcan los niveles de marginalidad, de

violencia y exclusión. En esta dimensión sociocultural sería interesante también, en

aras de una formación docente integral, considerar la perspectiva de género, que

posibilite superar la supremacía, por ejemplo, del machismo en detrimento de los roles

que desempeña la mujer. En este sentido, existe toda una racionalidad que

legitima este tipo de práctica social, la cual es necesaria develar y promover las

relaciones de igualdad y equidad.

Rol del docente en la construcción del conocimiento.

En su función como mediador en el proceso de Enseñanza–Aprendizaje, el

docente juega un papel fundante en la construcción del conocimiento. Evidentemente

que se va a ubicar, explícita o implícitamente, en determinado enfoque epistemológico

y a la vez en una racionalidad didáctica enmarcada en un modelo de Formación

Docente, y en ocasiones, en una mezcla de los mismos.

Se debe recordar, que la práctica docente se ha concretado históricamente, en

el caso venezolano, en una perspectiva absolutista o reduccionista, ahistórica, acrítica,

lineal y determinista, amparada por una visión positivista del fenómeno socio–cultural.

Tanto desde los Modelos de Formación Docente tradicionalistas como desde los

tecnológicos, ha prevalecido un sesgo eficientista que responde a la Formación de

Recursos Humanos que legitiman la formación de profesionales necesarios para los

procesos productivos (Economía Política) que demande el engranaje social, y que

permite la reproducción de clases sociales.

Con base a lo anterior se puede afirmar, que no se ha cuestionado en el énfasis

debido, el por qué y el para qué de la construcción del conocimiento en el contexto

educativo universitario, y específicamente en lo concerniente a los procesos de

formación docente. De ahí que los referentes epistemológicos, ontológicos e

ideológicos, no han sido suficientemente debatidos.

95

En el ámbito de esta investigación, y teniendo como subcategorías de análisis

epistemológico en el contexto de la Formación Docente, lo referente al rol del docente

en la construcción del conocimiento, se hace necesario considerar los siguientes

aspectos, que no son todos definitivos, pero que orientan un primer acercamiento, entre

ellos:

- El manejo en profundidad de la disciplina que administre.

- Asumir la perspectiva interdisciplianria y transdisciplinaria, para una mejor y mayor

comprensión del conocimiento.

- Utilizar el enfoque metadisciplinar, que le posibilite tomar en cuenta las dimensiones

epistemológicas, ontológicas e ideológicas, de tal manera que su práctica sea

evolutiva y transformadora.

- Asumir la perspectiva constructiva del aprendizaje, en donde su rol como mediador

se orienta a reconocer, valorar y potenciar la autonomía del alumno como sujeto

capaz de construir, a través de una mediación interactiva, su propio aprendizaje. En

donde se perciba que la construcción del conocimiento se da, entre otros aspectos,

por la relación dialéctica y ecosistémica entre el sujeto y el objeto; y en donde se

sugiere la utilización de estrategias para un aprendizaje significativo, como lo son:

los mapas conceptuales, la V de Gowin y el portafolio, entre otros. La perspectiva

constructivista ayudaría a conocer y cuestionar el pensamiento docente espontáneo,

tradicional y eficientista. De acuerdo a Florez (1996), se necesitan docentes que

guíen al alumno y le faciliten oportunidades de dotarse de herramientas críticas y

flexibles para que organicen en forma productiva sus experiencias de conocimiento.

- En opinión de Maruny (1989), enseñar no es sólo proporcionar información, sino

ayudar a aprender, y para ello el docente debe tener un buen conocimiento de sus

alumnos: cuáles son sus ideas previas, qué son capaces de aprender en un

momento determinado, su estilo de aprendizaje, los motivos intrínsecos y

extrínsecos que los animan o desorientan, sus hábitos de trabajo, las actitudes y

valores que manifiestan frente al estudio concreto de cada tema, etc. De acuerdo a

Díaz y Fernández (1998:2) la meta de la actividad docente es incrementar la

competencia, la comprensión y la actuación autónoma del ser alumno.

96

- Considerar la investigación como eje vertebrador o transversal en su práctica

pedagógica. La permanente sistematización, socialización y contrastación de su

acción investigativa contribuiría a desencadenar procesos de reflexión–

transformación en sintonía con una praxis enriquecedora.

Rol del alumno en la construcción del conocimiento.

La acción preponderante del acto educativo está orientado a la formación integral del

alumno. En el caso especifico del alumno que entra a realizar estudios en una escuela

de Educación, debe reunir una serie de requisitos que satisfagan o estén en

concordancia con el perfil de entrada descrito en los diseños curriculares. Esos

requisitos están vinculados a aspectos vocacionales, aptitudinales, relacionales y

actitudinales, entre otros. Pero dada la dinámica socio–cultural actual se requieren

ciertas competencias que debería tener el alumno, tales como: Capacidad de

adaptarse al cambio, flexibilidad, percepción sistémica u holística, capacidad de

trabajar en equipo, creativo, crítico, promotor de cambios, manejo de conocimientos

relacionados con la informática, tolerancia, capacidad para vivir y convivir en una

sociedad multiétnica y globalizada, capacidad emprendedora, etc. De tal manera que,

los criterios tradicionales se ven enriquecidos por la demanda del entorno dinámico y

cambiante.

Cabe mencionar también que lo anterior está vinculado a las transiciones

dinámicas de la modernidad y los desafíos de la postmodernidad. Por otro lado, es

necesario considerar, como aspecto vinculante, lo epistemológico y su conexión con la

demanda del proceso productivo (la escuela como productora del conocimiento), y la

formación en términos de la construcción de una ciudadanía responsable y el papel

regulador de las instituciones, de tal manera que, se den respuestas a los tremendos

desafíos que demandan los cambios o transformaciones épocales que se están

confrontando.

Gráficamente, el rol del alumno en la construcción del conocimiento, se podría

representar de la siguiente manera:

97

Gráfico No. 5 ROL DEL ALUMNO Requerimientos vocacionales. EN LA CONSTRUCCIÓN Requerimientos expansionales DEL CONOCIMIENTO Requerimientos societales Proceso productivo Construcción de ciudadanía Subcategoría Epistemológica: Rol del alumno en la construcción del conocimiento. (Reyes, 2007).

Se propone entonces, con carácter provisorio o aproximado, el desplazamiento

de posturas tradicionalistas y eficientistas, hacia posicionamientos evolutivos

enmarcados en una formación de carácter constructivista, en donde se privilegie el

carácter autónomo del alumno en la construcción del conocimiento. En este sentido, es

necesario acotar que el constructivismo tiene un carácter polisémico, dadas las

múltiples connotaciones que desde diferentes disciplinas se enfocan. Sin embargo, de

acuerdo a García y Cubero (2000), se pueden caracterizar tres dimensiones del

constructivismo: La epistemológica, la sicológica y la educativa.

La primera dimensión se refiere a la naturaleza que se le confiere a la realidad y

a la manera de conocerla. El constructivismo se define como una epistemología

relativista, distinta a las posturas empiristas (el conocimiento como reflejo de la realidad

externa)y racionalistas (el conocimiento como categoría preestablecida) en la que el

mundo que conocemos se construye en la interacción, el conocimiento está

determinado entonces por las propiedades de la realidad como por las del sujeto. De

tal manera que, el conocimiento adquiere así un carácter procesal, relativo y evolutivo.

La segunda dimensión, sicológica, implica una concepción de la persona como

agente activo de su propio aprendizaje. Esto conlleva a que el sujeto cognocente,

haciendo uso de su propia autonomía sea capaz de construir conocimiento relevante y

en condiciones de que este conocimiento evolucione en la acción.

La tercera dimensión, la educativa, implica una mediación ejercida por el

docente en la cual se busca el dominio de contenidos (conceptuales, procedimentales y

actitudinales), en una forma gradual. Es decir, que el alumno poco a poco vaya

98

adquiriendo el control progresivo de su propio aprendizaje. En último término, el

alumno que está en proceso de formación aprende a regular su propio proceso

de aprendizaje, desarrollando la capacidad de reflexionar sobre sus conocimientos y

sobre cómo los está cambiando (metacognición).

4.7. Implicaciones epistemológicas en los Modelos de Formación Docente.

Uno de los objetivos de esta investigación es analizar, en un primer

acercamiento, desde el análisis teórico para posteriormente ir a la empiria, las

tendencias epistemológicas en los modelos de Formación Docente. Al respecto, se

realizó, en primer lugar, un marco de referencia descriptivo de los siguientes Modelos

de Formación Docente: Tradicionalista o Clásico, Tecnológico, Constructivista y el

Crítico Social. En segundo lugar, se construyó un marco teórico vinculado a

la epistemología, como categoría en el contexto educativo y su especificidad a través

de subcategorías epistemológicas que sirviesen para el análisis de los modelos de

Formación Docente. Teniendo entonces estos dos referentes teóricos, se realizará el

análisis que servirá como marco de referencia interpretativa.

Cabe precisar acá, en forma gráfica, las subcategorías de análisis a utilizar en

sus implicaciones epistemológicas con respecto a los Modelos de Formación Docente.

99

SUBCATEGORIAS DE ANALISIS MODELOS DE FORMACIÓN EPISTEMOLÓGICOS DOCENTE - Rol del Docente en la construcción del - Tradicionalista o Clásico. conocimiento. - Concepción de la formación. - Tecnológico. - Rol del alumno en la construcción del conocimiento. - Constructivista. - Relación teoría – práctica. - Formación crítico social. FUENTE: (Reyes, 2007). Subcategorías de Análisis Epistemológicos en los Modelos de Formación Docente.

Por otra parte, el investigador considera pertinente, para efectos prácticos,

presentar en forma gráfica, el análisis de las implicaciones epistemológicas en los

Modelos de Formación Docente, a través de la siguiente matriz:

100

Gráfico No. 6

MATRIZ: SUBCATEGORIAS DE ANALISIS EPISTEMOLOGICO EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE

SUBCATEGORIAS DE ANALISIS EPISTE- ROL DEL DOCENTE ROL DEL ALUMNO MOLOGICO EN LA CONSTRUCCION EN LA CONSTRUCCIÓN CONCEPCIÓN DE LA RELACIÓN DEL CONOCIMIENTO DEL CONOCIMIENTO FORMACIÓN DOCENTE TEORÍA–PRACTICA MODELOS DE

FORMACION DOCENTE - Unidireccionalidad de los proce- - Se aprende por adición de in- - Reproductores del conocimiento. Se piensa en perspectiva de for- sos. formaciones. - Predominio de aspectos concep- mación, pero se da información. TRADICIONALISTA - Epistemología Absolutista. -No se toma en cuenta el curricu- tuales. - Dominio superficial de lo teó- - La Enseñanza como criterio lum oculto. - Perspectiva mecánica, lineal y rico.

O único para generar el aprendiza- - Visión limitada de las interaccio- determinista de la realidad. - Curriculum que privilegia los je. nes en el aula. - Formación acrítica y ahistórica. aspectos conceptuales. CLASICO - Determinismo. Fuerte tendencia - Recepción y repetición de infor- - Yuxtaposición aditiva de conte- a lo uniforme. mación. nidos formativos. - La Realidad como escenario in- - Aprendizaje por adición y susti- mutable tución. - Transmisión verbal y por escrito - Apropiación formal de los cono- de los contenidos disciplinarios. cimientos.

- No se reconoce como sujeto au- tónomo.

-Fuentes de información presentes Pasividad. - No admiten la existencia de ni- Prácticas lineales. exclusivamente en los módulos. - Respuesta a estímulos preesta- veles intermedios de formulación - Enfasis en procesos automati- - La realidad percibida mecánica- blecidos. - Entrenamiento del profesorado zados, en vez de estimular el TECNOLOGICO mente. - Enfasis en destrezas y habilida- en determinadas destrezas. pensamiento divergente. - Conciben el aprendizaje como la des. Visión eficientista - Criterio eficientista como nor- asimilación de significados aca- - Predominio del eficientismo. - Enfasis en lo conceptual y proce- ma.

démicos preestablecidos. - Dominio académico de las disci- dimental. - El conocimiento se ubica en una plinas. - No se cuestiona, en perspectiva autoridad externa: el docente, el crítica, ni la práctica docente ni

texto, etc. su entorno socio–cultural. - Utiliza perspectivas epistemoló- Concepción constructivistas. - Clara vinculación entre conteni- - Relación sinérgica.

gicas alternativas: constructivis- - Reorganización evolucionada de dos formativos y estrategias de - Propicia la construcción de mo y la perspectiva sistémica las ideas. formación (se privilegia la inves- teoría pedagógica. Sugiere el y compleja. - Procesos de transferencias con- tigación). diseño de modelos didácticos

- Diversidad de fuentes para gene- textualizadas. - Se hace énfasis en lo antropoló- evolutivos e integradores. rar el aprendizaje. - Puede regular su aprendizaje gico, teleológico y lo metodológi- - Promueve una práctica innova-

CONSTRUCTIVISTA - Se reconocen otros niveles de (metacognición). co. dora, reflexiva y transformado- organización de la realidad. - Percibe la realidad en forma sis- - Los ejes de formación abarcan ra. - Promueve en los alumnos la tran- témica, compleja y con plurali- los planos: conceptual, reflexivo sición desde formas simples de dad de intereses. y práctico. pensamiento y actuación hacia - Dominio disciplinar, inter y otras progresivamente mas com- transdisciplinar. plejas.

FUENTE: REYES, W. (2007). “Epistemología y Pedagogía en los Modelos de Formación Docente”. Tesis Doctoral. Doctorado en Ciencias Humanas.

Facultad de Humanidades. L.U.Z. Maracaibo – Zulia. Venezuela.

Cuadro No. 2

MATRIZ: SUBCATEGORIAS DE ANALISIS EPISTEMOLOGICO EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE

SUBCATEGORIAS DE ANALISIS EPISTE- ROL DEL DOCENTE ROL DEL ALUMNO MOLOGICO EN LA CONSTRUCCION EN LA CONSTRUCCIÓN CONCEPCIÓN DE LA RELACIÓN DEL CONOCIMIENTO DEL CONOCIMIENTO FORMACIÓN DOCENTE TEORÍA – PRACTICA MODELOS DE

FORMACION DOCENTE - Conocimiento como producto - Enfasis en el carácter disciplinar. – Yuxtaposición aditiva de conte-

acabado. nidos formativos. TRADICIONALISTA - Enfasis en lo conceptual.

O CLASICO Predominio del paradigma meca- - Rol protagónico del alumno en Programación sistemática y nicista. la ejecución de actividades, pero cerrada de objetivos operativos. no en su planificación.

TECNOLOGICO

- Conocimiento como producto - Reelaboración e integración de - Vinculación personal del cono. abierto y flexible. conocimientos diversos, en pers- cimiento y su transferencia y

- Se privilegia el paradigma cons- pectiva compleja. trascendencia contextual. tructivista (perspectiva construc- - Se promueve la construcción co-

CONSTRUCTIVISTA tivista y evolutiva del conoci- lectiva del conocimiento. miento). - El sujeto aprendiz, o docente en - Construcción negociada y com- formación asume su autonomía partida del conocimiento profe- en el proceso de aprendizaje. sional y escolar basada en datos

y argumentos, y no en principios de autoridad y relaciones de poder. - Integración de lo conceptual, procedimental y actitudinal

FUENTE: REYES, W. (2007). “Epistemología y Pedagogía en los Modelos de Formación Docente”. Tesis Doctoral. Doctorado en Ciencias Humanas.

Facultad de Humanidades. L.U.Z. Maracaibo – Zulia. Venezuela.

Continuación

MATRIZ: SUBCATEGORIAS DE ANALISIS EPISTEMOLOGICO EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE

SUBCATEGORIAS ROL DEL DOCENTE ROL DEL ALUMNO CONCEPCION DE LA RELACIÓN

DE ANALISIS EN LA CONSTRUCCIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN FORMACIÓN DOCENTE TEORIA-PRACTICA EPIS TEMO- DEL CONOCIMIENTO DEL CONOCIMIENTO LOGICOS

MODELOS DE FORMACION DOCENTE - Sujeto epistémico-pedagógico. - Sujeto epistémico pedagógico. - Promueve el desarrollo máximo y -Dimensión dialéctica – ecosisté- - Capaz de detectar obstáculos - Detección de obstáculos epistemo- multifacético de las capacidades e mica.

epistemológico. lógicos (metacognición). intereses del individuo (Florez, 1996) - Enfasis en la reconstrucción so- - Promueve la construcción del - Tiene opciones para ejercer su au- - Estimula las competencias epistémi- cial. conocimientos desde enfoques tonomía como sujeto inmerso en cas (leer y transformar la realidad). - Percibida como abierta a la inter-

epistemológicos, orientados a un proceso histórico - cultural. - Promueve la autonomía, inteligencia pretación y recontextualización transformar la realidad contextual. - Sus estructuras mentales se desa- y universalidad como dimensiones permanentes. - Desde una perspectiva hermeneú- rrollan progresivamente en forma esenciales del proceso de humaniza- - El docente en formación es capaz tica genera procesos de cambios cualitativa y jerárquicamente dife- ción. de establecer relaciones entre en los modos de transmisión y renciada. - Favorece la construcción de lenguajes el mundo de la comprensión pura apropiación de saberes. - Privilegian habilidades metacogni- inclusivos (género, complejidad, relacio- y el mundo de la acción. - Utilización de una pedagogía in- tivas (saber que hacer con lo nes de poder lo ecosistémico). visible (negociación consensuada que se sabe). de los procesos instruccionales). - Uso de estrategias didácticas multivariadas. - Evolución histórica de la rela- ción: saber, poder e institución

escolar.

FUENTE: REYES, W. (2007). “Epistemología y Pedagogía en los Modelos de Formación Docente”. Tesis Doctoral. Doctorado en Ciencias Humanas.

Facultad de Humanidades. L.U.Z. Maracaibo – Zulia. Venezuela.

Continuación

5. Algunas consideraciones acerca de la importancia de la pedagogía en el

Contexto Educativo.

En un primer acercamiento, el investigador cree pertinente realizar algunas

consideraciones generales acerca de la importancia de la pedagogía, asumida en esta

investigación como categoría de análisis en el ámbito de los fenómenos educativos,

especialmente en lo concerniente a los Procesos de Formación Docente. En este sentido, se

tratarán los siguientes aspectos: Definición de Pedagogía y su dimensión histórico social, la

pedagogía como ciencia en construcción, identidades pedagógicas, importancia de la relación

epistemología-pedagogía y los alcances del discurso pedagógico. Estos aspectos servirán

como insumos para el contexto referencial en donde se enmarcan los Modelos de Formación

Docente y las subcategorías pedagógicas que se construirán para caracterizar y analizar

dichos modelos.

5.1. Hacia una definición de la Pedagogía.

Realmente en el devenir histórico, la pedagogía ha venido evolucionando en su

dimensión conceptual. Así, en un primer momento el término pedagogía proviene de dos

voces griegas: País, Paidós (niño, muchacho) y Ago (conducir, guiar). De estas acepciones

se generan los vocablos Paidogogía (ciencia o arte de conducción del Niño) y Paidagogo

(conductor del niño). Sócrates en el Protágoras (325 c) de Platón, hablando del niño, dice:

"Apenas el niño empieza a comprender el lenguaje, la madre, la nodriza, el padre y el

paidagogos se afanan por hacerlo lo más perfecto posible." El paidagogos, de acuerdo a

Barclay (1977), se hacía cargo de la dirección del muchacho desde que éste empezaba a ir a

la escuela hasta que cumplía dieciocho años. El paidagogos no era un maestro, según lo que

actualmente se entiende por maestro, sino que su deber consistía en acompañar diariamente

al jovenzuelo hasta la escuela, para asegurarse de que había llegado a ella sin tener percance

alguno; portar los libros y la lira del chico; vigilar su conducta en la escuela y en la calle;

adiestrarlo en la moral y en el modo adecuado de comportarse. El paidagogos debía

comprobar que el muchacho iba por la calle con la cabeza ligeramente inclinada; debía ver

104

que daba la preferencia a los ancianos y que guardaba silencio en presencia de ellos;

tenía que enseñarle buenos modales a la mesa y a cuidar su porte. En fin, debía aleccionarlo

en todo lo que en griego se entiende por eukosmia, buenas maneras, buen comportamiento,

alegría de la vida.

Así que, en esta aproximación histórica, el término pedagogía o pedagogo no estaba

vinculado ni al docente ni a una reflexión sobre el fenómeno educativo tal y como lo

conocemos en la actualidad.

La palabra pedagogía, según Manganiello, (1980:275) con la connotación de disciplina

que considera el problema total de la Educación, es relativamente reciente. Comenzó a

generalizarse en Alemania en la segunda mitad del siglo XVIII, con la publicación de Ernesto

Cristian Trapp, de su obra Ensayo de una Pedagogía (1780). Luego se siguió difundiendo a

comienzos del siglo XIX. En 1803, con el Tratado de Pedagogía, de Manuel Kant y en 1.806

con la Obra “Pedagogía General deducida del fin de la Educación”, de Juan Federico Herbart.

El término pedagogía, usado para identificar a la ciencia de la Educación, es de uso

generalizado en los países europeos y en América Latina. En los países de habla inglesa, sin

embargo, ha perdurado la denominación de Ciencia de la Educación, vinculada, en un primer

momento, al positivismo como una ciencia puramente empírica, hasta la concepción actual en

donde al hablarse de ciencia de la educación, se entiende como tal una teoría general de la

educación en todos sus aspectos, doctrinarios y prácticos, es decir, la pedagogía.

Para Prieto (1990:32), la pedagogía es la "encargada del estudio de la Educación,

establece los principios, fija las finalidades hacia las cuales se dirige el acto educativo, ligando,

en una unidad comprensiva, el sujeto de la educación, mediante la acción del agente

educador".

Florez (1996), refiere que la pedagogía se vincula al saber o discurso sobre la

educación como proceso de socialización, de adaptación. En sentido estricto, por pedagogía

se entiende el saber riguroso sobre la enseñanza, que se ha venido validando y

105

sistematizando en el siglo XX y comienzos del XXI, como una disciplina científica en

construcción, con su campo intelectual de objetos y metodología de investigación propios,

según cada paradigma pedagógico. En este sentido, no se puede confundir, hoy día,

pedagogía con didáctica, ni con enseñanza, ni con educación.

Por su parte Gramsci, citado por Betti (1981), a partir de un enfoque integrativo de la

pedagogía con la política, manifiesta que la eficacia de ambos se mide por su capacidad de

incidir en las condiciones reales en que viven los hombres, a fin de modificarlas y superarlas.

En este sentido, insiste en el concepto de dirección responsable como único medio para

liberar al individuo de la pura necesidad, dado que la libertad no coincide con la naturalidad.

Esta perspectiva histórica promueve la expansión de la personalidad del individuo y la

creación de posturas autónomas y responsables.

Pedagogía, según Berstein (1997), es un proceso sostenido en el cual alguien o

algunos adquiere(n) nuevas formas o desarrolla(n) formas existentes de conducta,

conocimiento, práctica y criterio de alguien o algo que se considera un proveedor y un

evaluador, apropiado desde el punto de vista del que adquiere o desde el punto de vista de

otros o desde ambos.

Percibiendo la relación teoría-práctica en su conjunción epistemológica, y referida a la

pedagogía como ciencia, Guedez (1987), afirma que la Tecnología Educativa es pedagogía

aplicada, y en consecuencia, ella debe interpretarse a la luz de sus contextos históricos e

ideológicos, ya que son estos los que marcan la pauta del acontecimiento educativo.

Al respecto, el mismo autor indica que la pedagogía desde una perspectiva más

metodológica que real contempla dos partes esenciales: una teórica o pura y, otra, aplicada o

práctica. La primera está conformada por un marco referencial contentivo de una

interpretación de la educación y por su formulación epistemológica y normativa. La segunda

reúne los aspectos referidos a: 1) un modelo académico-curricular que traduzca, en un terreno

operacional, los lineamientos de la parte pura dentro de las exigencias de un proyecto

106

histórico-pedagógico; 2) un esquema jurídico-formal que oriente la legislación, administración y

estructuración del sistema educativo; 3) un diseño instruccional que defina los mecanismos de

la actividad de aprendizaje, y 4) un cuerpo de procedimientos y medios para afrontar y resolver

los problemas de la dinámica educativa, a fin de hacerla eficiente y proyectarla hacia las metas

propuestas.

Desde una perspectiva epistemológica, Bedoya (2000), concibe a la pedagogía como

una disciplina fundante que le corresponde reflexionar el proceso educativo considerado como

un proceso histórico social complejo, el cual a su vez se relaciona de una manera particular

con el conocimiento científico.

La anterior descripción de la pedagogía contiene una intención integrativa y

totalizadora de las implicaciones del fenómeno educativo. Es decir, desde los niveles

filosóficos normativos hasta la dimensión gerencial operativa. De tal manera, que pudiese

darse un continuo para monitorear el alcance y concreción de los grandes ideales

pedagógicos.

Las consideraciones anteriores enmarcadas en la intención de precisar una

aproximación conceptual de la pedagogía, apunta a la necesidad de no posicionarse en un

determinado concepto, a la manera absolutista, sino a ubicarse provisionalmente en una

plataforma que ayude a impulsarse a otras dimensiones más integradoras y dinámicas, dado

el contexto histórico-social tan cambiante que constituye el tiempo actual. Lo que si es

fundamental es el papel rector de la pedagogía desde lo antropológico, teleológico y

metodológico, para reflexionar sobre el tipo de educación que se necesita. Sobre todo, al

tomar la humanización total como criterio que en el proceso de formación docente inicial

permitiese al aprendiz desempeñarse más a fondo en la construcción de su autonomía, su

inteligencia y su universalidad, dimensiones esenciales más destacadas del proceso de

humanización.

107

5.2. Dimensión histórico social de la Pedagogía.

El fenómeno Educativo ha estado inmerso en contextos históricos sociales que han

perfilado diferentes posturas ante la sociedad que se desea (con sus múltiples actores

concurrentes y algunos sistemas con carácter hegemónico) y cómo a través del sistema

educativo, entre otros sistemas, se trata de viabilizar la posible cristalización de los grandes

ideales sociales. De tal manera que, se puede afirmar que la práctica educativa está

determinada social e históricamente. En este sentido, el investigador considera necesario

hacer algunas consideraciones enmarcadas en el ámbito histórico, como herramienta que

posibilite develar las dinámicas interactivas de la pedagogía como ciencia y su vinculación con

los modelos de formación docente.

En un primer acercamiento, habría que mencionar el aspecto teórico inherente a la

pedagogía, más allá de la acumulación de datos o el saber erudito. Al respecto se tiene la

siguiente afirmación:

"La cuestión teorética fundamental de la pedagogía, a saber, qué es en sustancia la educación y qué clase de exigencias formula a los que en ella se ocupan, recibe una orientación hacia lo histórico primariamente por el hecho de que la exploración del campo educacional actual, y de los quehaceres en él implicados, se ve una y otra vez inducida a informarse sobre las precedentes constelaciones de condiciones históricas, y sobre las fuerzas operantes que han llegado a la actual situación pedagógica, en las que al mismo tiempo se manifiestan tendencias de futuro (deseables o necesarias de corrección crítica). Así, la consideración histórica es la que rectifica las perspectivas restringentes propias de la consideración sistemática abstracta; ella libera las formas actuales de la educación del aislamiento consistente en la mera toma de datos y las restituye al contexto operante de pasado y futuro". (Nicolin, 1981, citado por Bedoya, 2000:43).

El acudir a la dimensión histórica en el intento de dar cuenta del status científico de la

pedagogía es necesario y fundamental, porque además de analizar y explorar los contenidos

teoréticos, "...incumbe a la historia exponer la evolución del pensamiento pedagógico mismo

como un proceso de creciente independización, diferenciación y elevación del nivel de

reflexión, que partiendo de la sabiduría educacional extracientífica y del material de

108

pensamiento pedagógico contenido en los mitos, en las canciones y en la poesía, y pasando

por el saber pedagógico encerrado en los esbozos filosóficos de interpretación de la

existencia y en los sistemas de doctrina teológica, desemboque en teorías pedagógicas

perfiladas y autónomas y, finalmente en la concepción y estructuración de la ciencia de la

educación" (Nicolin,1981:363).

En un segundo acercamiento, la pedagogía se inscribe en una perspectiva

fenomenológica que se orienta a cuestionar críticamente la dimensión socio-cultural: En este

sentido se puede afirmar que:

"La pedagogía en este contexto reubica críticamente los procesos de experimentación y de comprensión de la tradición a través de una reflexión sobre la historia de las ideas pedagógicas, entendidas como expresiones de totalidades sociales, tendiendo a encontrar las contradicciones que se plantean al interior de los saberes sociales y pedagógicos; interpretándolos para generar procesos de cambio en los modos de transmisión y apropiación de dichos saberes, (...) los desarrollos investigativos al interior de esta perspectiva pedagógica no se restringirán a la sola búsqueda de causalidades o comprensiones de los hechos, sino que intentará una interpretación reflexiva de las mediaciones y contradicciones que surgen en la práctica pedagógica como un proceso histórico-cultural". (Tezanos, s/f. 28).

Las consideraciones generadas anteriormente, enmarcadas en la dimensión histórico

social, servirán como soporte teórico orientador del aspecto metodológico de la investigación,

ya que se trata de hacer una práctica informada que pueda develar las implicaciones

pedagógicas en los Modelos de Formación Docente que han existido históricamente, así como

dotarle de un instrumental teórico que permita hacer, desde el presente, un análisis riguroso

del quehacer pedagógico así como sus tendencias prospectivas.

5.3. La Pedagogía como ciencia en construcción.

La constitución de la pedagogía como ciencia no ha estado exenta de

cuestionamiento. Desde la perspectiva positivista que cuestiona el rango o status que se le

quiere dar a las ciencias sociales, por lo difuso de su objeto de estudio que está envuelto

109

en dimensiones histórico-culturales, y en donde el carácter universal y replicable se

niega, hasta la "imprecisión de sus fronteras y la falta de unificación rigurosa en sus

principios y conclusiones". (Manganiello, 1980:283). Sin embargo, la óptica positivista en

cuanto a la concepción de la ciencia, y su postura restringida, ha dado paso a horizontes más

amplios, en donde por ejemplo, la exigencia cuantitativa no es la única norma para evaluar su

cientificidad. Además, existen en la actualidad modelos emergentes, tales como los modelos

interpretativos ecológicos, naturalistas, etnográficos y críticos cuyos horizontes abarcan

contextos más integrativos. De acuerdo a Manganiello (1980), existen los siguientes

elementos para distinguir la naturaleza científica de un determinado saber:

A) La Determinación de un Objeto Propio: En este caso el objeto de estudio de la pedagogía

es la Educación.

B) La Utilización de Métodos Adecuados al Estudio de su Objeto: Por ejemplo: Métodos

descriptivos, métodos de investigación causal, métodos estimativos, métodos

constructivos, etc.

C) Unidad y Conclusiones Generales: La ciencia pedagógica no supone una ciencia abstracta,

con postulados universales e inmutables, ajenos al devenir histórico-social. Si bien es

cierto que la pedagogía ha de tender, como toda disciplina científica, a lograr ciertas

conclusiones generales, válidas objetivamente para todos, también ha de tenerse en

cuenta que la pedagogía, como el hecho educativo, tiene un carácter histórico-social; ella

ha de ayudar a resolver el problema de la formación de hombres concretos, que viven aquí

y ahora; que están en determinadas situaciones; que tienen distintas modalidades; que

viven específicas culturas.

En resumen, se puede decir que una ciencia posee existencia autónoma, en este caso

la Pedagogía, cuando tiene un objeto propio, métodos particulares de investigación y

sistematización y presenta cierta unidad y generalización en sus principios y conclusiones.

Cuando se dice que la Pedagogía es una ciencia en construcción, no se quiere afirmar

que la pedagogía carezca de elementos que legitimen su dimensión científica, sino que se

postula su fuente e impacto en realidades muy dinámicas y complejas, que superan todo

110

monismo naturalista e intenta dar respuestas a dichos contextos en perspectiva hermenéutica.

Al respecto, Florez y Tobón (2001), sugieren un modelo o mapa conceptual en donde se

visualiza el campo y niveles de sistematización de la Pedagogía. Dicho mapa conceptual

observa tres niveles de interacción y de mutua validación:

El Primer Nivel: Está centrado alrededor del eje de la formación humana como misión y

principio unificador y sistematizador, criterio principal de validación del saber pedagógico. De

él se derivan unas cuantas categorías o principios generales identificados globalmente por el

método histórico-hermenéutico que predomina en este nivel I; teorías pedagógicas más

generales, como corrientes, escuelas o grandes vertientes conceptuales que pueden enfatizar

uno o varios de los principios derivados, allí identificados, y que giran alrededor de la meta de

la formación, por ejemplo: La pedagogía desarrollista o la romántica.

El Segundo Nivel: Está compuesto por la articulación de modelos y conceptos de un

nivel intermedio de abstracción, desde las representaciones de teorías pedagógicas

particulares (por ejemplo el constructivismo pedagógico de Bruner), pasando por estrategias

de enseñanza, por tipologías de la acción o del pensamiento pedagógico hasta llegar a

diseños macrocurriculares. Un área especial de este nivel II la constituye el estudio y

conceptualización de las condiciones en algún modelo pedagógico particular. Aquí se produce

un cúmulo de saberes pedagógicos especiales del cual se puede derivar la didáctica

específica para cada ciencia. Naturalmente, la validación de estos conceptos de nivel

intermedio se logra en forma progresiva, a nivel teórico en su confrontación con el nivel I, y a

nivel empírico en su confirmación en la praxis o acción pedagógica, en el nivel III.

El Tercer Nivel: Está constituido por la aplicación de los conceptos, su apropiación y su

verificación en la acción pedagógica, que es la misma acción de la enseñanza, pero guiada

y planeada intencionalmente por la pedagogía. Su realización se mueve entre una triple

tensión: la del alumno, la del entorno y mundo de la vida y la del microcurrículo diseñado en

concreto para determinados alumnos en determinado entorno vital. Tal microcurrículo se

ejecuta en la acción pedagógica como una especie de hipótesis que se pone a prueba,

111

validando o no los conceptos pedagógicos que lo inspiran. Así, la enseñanza concreta se

convierte en el mejor laboratorio experimental de la pedagogía.

A continuación se presenta gráficamente el mapa conceptual explicitando los niveles

anteriores.

Gráfico No. 7

NIVELES DE SISTEMATIZACIÓN DEL CAMPO DISCIPLINAR DE LA PEDAGOGÍA

CONTEXTO CIENCIAS SOCIOCULTURAL DE LA EDUCACIÓN

PEDAGOGÍA SOCIAL Principios

Pedagógicos PEDAGOGIA PEDAGOGIA CONDUCTISTA EXPERIENCIA

FORMACIÓN Principios Principios Pedagógicos Pedagógicos Principios

Pedagógicos

PEDAGOGIA COGNITIVA

Modelos pedagógicos

estratégicos (Saber) de enseñanza

Condiciones Condiciones de enseñabilidad de aprendizaje

Diseños Didácticos

ALUMNO MAESTRO

Proceso real de enseñanza

SABER

FUENTE: . Florez O. Rafael y Tobón R. Alonso. (2001).Investigación Educativa y Pedagogía.

Nivel I (teórico)

Nivel II (diseño estratégico)

Nivel III (de Intervención)

112

Con base a lo anterior, al atender, por ejemplo, a la noción de calidad de la

Educación, se necesitaría, entre otros factores, una doble condición: que la actividad

educativa esté informada por la teoría pedagógica y que los educadores estén formados

verdaderamente en pedagogía.

5.4. Identidades Pedagógicas.

Las Identidades pedagógicas, son definidas por Berstein (1992) como la

influencia que reciben las estudiantes que cursan estudios de educación superior y que

están conectados con un determinado contexto histórico. En este sentido, en medio de

las cambiantes relaciones entre la educación superior, la sociedad y el conocimiento,

resulta inevitable que las identidades pedagógicas producidas por la educación superior

también cambien. Históricamente se pueden indicar algunos referentes. Así en las

décadas siguientes a la segunda mitad del pasado siglo XX y a comienzos del siglo XXI,

se pueden precisar de acuerdo a Barnett (2001), algunas orientaciones distintivas de

identidades pedagógicas en el contexto de la Educación Superior. Según este autor, en

los años sesenta, se promueven tradiciones epistemológicas diferentes para las

distintas disciplinas. Se da el auge de las especializaciones, producto de las demandas

empresariales e industriales y por lo tanto, esta perspectiva permea otros ámbitos del

quehacer académico, organizacional y productivo. La pedagogía por objetivos fue la

gran aliada de este proceso de identidad pedagógica, no exenta de otro tipo de

propuestas emergentes desde la perspectiva liberadora, como por ejemplo los aportes

de Pablo Freire.

Aquí, la instrucción en educación superior tiene por objetivo producir una

identidad cuyo producto tiene un valor de intercambio en el mercado. El énfasis se

pone la explotación de las aplicaciones ocupacionales que sobre la exploración del

conocimiento.

En la década de los ochenta, el sesgo se orientó a la construcción de conjuntos

de capacidades específicas para el mercado. Esta perspectiva estuvo en concordancia

con un tipo de racionalidad eficientista orientada a profundizar el hábito de consumo

113

desmedido en el contexto social, y a la vez generar grandes acumulaciones de

capitales.

Ya al final del siglo XX y comienzos del XXI, parece haber una orientación de

capacidades flexibles relacionadas con el mercado, aunque coexisten tendencias

dirigidas al logro de adecuados niveles de convivencia social. Así por ejemplo, a través

de la UNESCO (1996), se proponen los pilares básicos del conocimiento a saber: ser,

conocer, hacer y convivir, que además de auspiciar y promover una educación o

formación integral, apuesta a la adopción de valores que posibiliten la construcción de

una cultura de la paz.

De tal manera, entonces, que el patrón de las identidades pedagógicas parece

haber ido de lo general a lo particular, para volver nuevamente a lo general. En este

sentido la Educación Superior está tratando de cambiar sus currículos en dirección a

las pedagogías que intentan desarrollar propiedades comunes en los graduandos. En

el contexto de la formación docente implica "discutir políticas públicas de conocimiento

y ciudadanía. Implica pensar la crisis de la escuela. Implica reconocer tradiciones y

rupturas en la historia de la formación docente. Y, desde estos lugares, imaginar

alternativas que contribuyan a la democratización de nuestra vida social". (Birgin y col.

1998:15).

Inclusive los desafíos del presente y el futuro van a significar retos

fundamentales a las identidades pedagógicas construidas. En el actual momento

histórico venezolano, en donde se quiere imponer una identidad pedagógica

bolivariana, por un lado, por otro las demandas del mercado, por otro las posturas

conservadoras y además las demandas que se hacen al interior de las universidades y

por ende a las Escuelas de Educación, se debe promover una visión prospectiva, de

cara al avance científico, tecnológico y cultural. Evidentemente que es una tarea

compleja, pero se requiere del diseño de una agenda, que incluya, por lo menos, la

necesidad de construir y articular un discurso epistemológico y pedagógico que dé

respuestas abiertas, flexibles y con gran potencial generativo a la crisis también

presente en los procesos de formación docente.

114

5.5. Epistemología y Pedagogía.

En la agenda actual de la investigación científica, el componente

epistemológico juega un rol protagónico. Se trata, por un lado, de precisar la orientación

que puede connotar un determinado enfoque epistemológico: inductivista, racionalista, y

vivencial (Padrón 2001); lo que dará un sustrato filosófico y metodológico al quehacer

investigativo, y por otro lado, explicitar la legitimidad del conocimiento que se pueda

generar. Ahora bien, al establecer la vinculación epistemología-pedagogía, en donde

ésta última reflexiona sobre el hecho educativo desde el deber ser hasta su concreción

en el aula de clase, y en donde el sujeto construye su objeto de conocimiento y la

potencialidad transformadora de ese conocimiento, demanda en consecuencia una

explicitación más detallada.

En un primer acercamiento, se podría hablar acerca de la epistemología de la

pedagogía. ¿Qué se entiende por "Epistemología de la Pedagogía? La Epistemología

(del griego, Episteme: ciencia y logos: teoría, tratado) significa teoría de la ciencia.

Abarca el conjunto de reflexiones sobre los fundamentos, la estructura, el sentido y el

valor de las ciencias. En este sentido, de acuerdo a Manganiello (1980), la

epistemología pedagógica tendrá en cuenta la fundamentación filosófica de esta

ciencia, la determinación del campo que le es propio, la averiguación de los métodos de

investigación acerca de su objeto, su estructura, el lugar que ella ocupa con relación a

otros sectores del saber científico, etc.

En segundo lugar, cabe señalar que en la actualidad se privilegian en los

sistemas educativos, orientaciones epistemológicas en los procesos pedagógicos que

se inscriben en el paradigma cualitativo, holístico e interdisciplinario. Así, de acuerdo a

Lanz (1998), en los procesos de formación se asume la visión de destacados

pedagogos venezolanos y extranjeros, enriqueciéndolas con los nuevos aportes de las

teorías del aprendizaje: clases activas, aula abierta, didácticas y estrategias flexibles,

aprendizajes significativos, aprendizajes por descubrimiento, aprender a aprender.

Todo esto conlleva a nuevas prácticas pedagógicas en el aula, y nuevas maneras de

planificar y evaluar.

115

En un tercer acercamiento, en la vinculación epistemológica-pedagógica se hace

necesario explicitar los tres mundo señalados por Popper (1974:106), que tienen que

ver con la relación objeto-sujeto, a manera de niveles de comprensión. El mundo 1 (M1)

se refiere a la existencia del mundo de los objetos físicos; el mundo 2 (M2), del

reconocimiento de la existencia de los estados mentales del sujeto que experimenta el

mundo desde la estructura de la conciencia. El mundo 3 (M3), es el mundo del

conocimiento que trasciende al sujeto, que aunque es producto humano, constituye un

mundo autónomo de problemas científicos, teorías, conjeturas y reputaciones,

discusiones y argumentos críticos, y publicaciones científicas.

De acuerdo a Florez (1996:28), semejante reconocimiento de la existencia

autónoma y objetiva del tercer mundo como producto de la actividad intelectual humana

implica una triple consecuencia epistemológica:

• En primer lugar, contra el realismo tradicional e ingenuo que consideraba el

conocimiento como una copia del objeto real, se esta optando por el constructivismo

iniciado por Kant, para quien todo conocimiento era una construcción del sujeto, a

partir de la síntesis de la estructura categorial del entendimiento con la experiencia

sensible.

• En segundo lugar, tal constructivismo no se detiene ni se agota en el sujeto, pues

los productos que va segregando se le salen de las manos, se le independizan de

cierta manera, configurando un mundo científico-cultural que Popper (1974), llama

Mundo 3.

• En tercer lugar, si el Mundo 3 como mundo objetivo se opone a la actividad subjetiva

es para volver a depender de ella, pues es sólo la actividad humana la que le da

sentido a M3, para entender e intervenir con más claridad en M1 y M2 y de nuevo

enriquecer a M3.

Las consecuencias epistemológicas anteriores

"Permiten sostener la posibilidad de que un conjunto coherente de principios pedagógicos pueden deducirse en forma válida de

116

concepciones, modelos y estrategias teóricas, actuando entonces la pedagogía como mediadora, recontextualizadora e interprete que ilumina los nexos y conversiones entre el mundo 2 y el mundo 3, nexos tejidos a través de su puente que se llama la enseñanza, que articula los procesos de apropiación subjetiva con las necesidades de socialización de la ciencia y la cultura", (Florez, 1996:24).

En un cuarto acercamiento, que busca tener a su vez una postura integradora,

se percibe a la epistemología como una especie de meta-teoría que procura

cuestionar el objeto propio de la pedagogía. Dado que la Epistemología es

esencialmente un pensar filosófico (se le denomina también Filosofía de la ciencia), en

su vinculación con la Pedagogía trata de estudiar su carácter científico. En este orden

de ideas a la Filosofía se le encomiendan las siguientes tareas en el contexto de las

ciencias de la educación incluida la Pedagogía:

“...la Filosofía debe desempeñar una función de reflexión epistemológica sobre los resultados y métodos de las ciencias de la educación y de las ciencias humanas con ellas relacionadas. A este respecto, la Filosofía es solicitada como saber estructurador y totalizador, cuya finalidad es poner orden y coherencia entre los datos de las ciencias positivas especializadas... ...la aportación lógica y metodológica en relación con los diseños y procesos de la investigación educativa. ...el análisis lingüístico, vinculado a la llamada Filosofía analítica, se ha destacado como una corriente filosófica en educación... se centra en el análisis de los conceptos y del lenguaje empleados en educación. ... la Filosofía... puede contribuir a formular una teoría de la educación e incluso definir las finalidades...” (Escolano, 1978:16).

Con base a todo lo anterior, y teniendo en cuenta la vinculación Epistemología y

Pedagogía, habría que distinguir el proceso pedagógico (o la práctica pedagógica) del

discurso o formación discursiva pedagógica, es decir, de la pedagogía propiamente

dicha. En otras palabras, hay que constatar dos niveles: el de los hechos de la realidad

(la práctica, o según otros, la praxis educativa) y el de las ideas (las diversas teorías o

concepciones pedagógicas que se desarrollan desde un nivel ideológico representativo

hasta un nivel científico). En conclusión, en lo referente a la vinculación Epistemología-

Pedagogía, se trata de precisar el papel de la Pedagogía como ciencia, su adscripción a

metodologías cualitativas, profundizar la relación sujeto-objeto (mundos de Popper) y la

117

necesidad de percibir la Pedagogía desde una perspectiva compleja, reflexiva, crítica y

transformadora.

5.6. Construcción del Discurso Pedagógico.

El discurso pedagógico posee varias connotaciones. De acuerdo con un

status científico más o menos establecido que se puede identificar, se ha ido

conformando poco a poco hasta adquirir su carácter específico al lado de otros

discursos científicos institucionalizados de la modernidad. En esta especie de

determinación histórica, las investigaciones en el campo pedagógico, según Nicolin

(1981) "... no se restringirán a la sola búsqueda de causalidades o comprensiones de

los hechos, sino que intentará una interpretación reflexiva de las mediaciones y

contradicciones que surgen en la práctica pedagógica como un proceso histórico-

cultural".

Del análisis histórico se ha deducido que los sistemas de poder han

condicionado los sistemas educativos, tratando, entonces, de legitimar un criterio o

varios, para correlacionar la formación social y el discurso pedagógico (ambos

heterogéneos por cierto, pero con aspectos o tendencias hegemónicas).

Se constata entonces, que en el devenir histórico, las sociedades han construido

y tratado de articular un discurso pedagógico que legitime la acción educativa de

acuerdo a la cosmovisión de sociedad que se aspire. Pero, a pesar de esta tendencia

existen o coexisten al interior de naciones democráticas un abanico de opciones

pedagógicas que devienen en proyectos alternativos encarnados por múltiples actores:

Educación popular, Educación católica en sus diversos matices, Educación privada,

Educación de Enclave (perpetúa la idiosincrasia de personas extranjeras que viven en

el país pero que desean permear sus vidas y la de sus hijos por los valores y códigos

culturales del país natal, por ejemplo), y otras manifestaciones educativas. Todas estas

culturas con su soporte pedagógico, en el caso venezolano, se interceptan con las

grandes líneas educativas plasmadas en la Constitución Nacional y en la Ley Orgánica

de Educación, y consecuencialmente dichas posturas pedagógicas necesitarán de un

118

determinado personal docente que se inscriba en un perfil que satisfaga o se identifique

con los requerimientos trazados. De lo que se trata es de percibir la pluralidad de

orientaciones educativas existentes en el complejo tejido social venezolano. Pero

volviendo al caso del discurso pedagógico, se trata de entender como el saber y su

mediación siempre tienen una determinada orientación fruto de cosmovisiones

sociales.

Por otro lado, Florez (1996), afirma que el término Discurso Pedagógico,

expresión originada probablemente por Foucault y Berstein, que se refiere a la

pedagogía no como una disciplina con criterios y posibilidades de validación científica,

sino como un conjunto de enunciados que provienen de diferentes prácticas o dominios

del saber y del poder, y que como textos o documentos pueden ser analizados por

lingüistas e historiadores, e incluso por los sociopolíticos en la medida en que el campo

de la educación se defina como un campo de batalla, en el que se lucha por el dominio

y la hegemonía de ciertos grupos sociales sobre los demás, mediante prácticas y

enunciados pedagógicos como dispositivos de poder. Esta concepción confunde

pedagogía con educación y reduce esta última a un modelo reproduccionista de la

sociedad.

5.7. Construcción del Discurso Pedagógico según Basil Berstein.

La construcción de un discurso pedagógico supone dimensiones

ontológicas, axiológicas y teleológicas, además, de una fundamentación que permitan

explicitar las relaciones que se puedan establecer entre los diferentes actores sociales.

En este sentido, Berstein (1990), elabora o propone una teoría que analiza la educación

como una realidad social que se tiene que describir, comprender y explicar. Es decir,

cómo encontrar o construir los ejes y categorías de análisis de carácter social que

pueden permitir una descripción ajustada de la realidad educativa. Para Berstein el

papel de la educación, tanto la escolar como la familiar, es clave en la formación de la

conciencia de los individuos.

Berstein, destaca dos puntos fundantes del análisis de la realidad educativa:

119

- Intentar describir cómo las prácticas y el sistema educativo están relacionados con

el conjunto social, y simultáneamente cuál es su especificidad (Discurso

Pedagógico).

- Lograr que esta descripción conecte los conceptos utilizados en un nivel "micro", el

de las interacciones comunicativas en los agentes participantes, con un nivel

"macro" representando por los conceptos de la teoría social.

Uno de los principales aportes de Berstein (1990), al estudio del fenómeno

educativo lo constituye la noción de código. El código es un principio regulativo,

adquirido de manera tácita, que selecciona e integra significados relevantes, las formas

de su realización y los contextos que lo evocan. El código no es ya una variedad de

lengua, sino un principio de estructuración de la realidad que presupone formas sociales

y lingüísticas y que posiciona a cada individuo en su relación con los demás. Al

respecto, existen en esta dinámica dos tipos de códigos: elaborado y restringido.

El código elaborado mantiene una relación con el referente de tipo universal,

independiente del contexto en que se produce, mientras que el código restringido

mantiene una relación particularista, local y dependiente. Berstein (1990), en sus

investigaciones señala que, el código elaborado es utilizado por sujetos que pertenecen

a la clase media y alta, y el código restringido, es usado por sujetos de clase baja y

marginal. En la escuela, predomina, según Berstein (1990), el código elaborado, ya que

lo importante es la transmisión de información relevante y el mantenimiento de un orden

a través de determinados valores, normas y posicionamientos.

De acuerdo a Rodríguez (2001), el pensamiento de Berstein transita del análisis

de los niveles microsociológicos: la familia y la escuela, al análisis de los niveles

macrosociológicos: el Estado y la sociedad. En este sentido, este proceso de

crecimiento y aumento de la complejidad teórica se estructura en:

1. La transformación de códigos sociolinguísticos en códigos educativos.

2. El paso de un tratamiento descriptivo de la familia y la escuela al análisis de sus

funciones de producción y reproducción cultural.

120

3. La inclusión de la escuela en un campo de producción y reproducción del discurso,

al campo del control simbólico.

4. El análisis del poder en el dispositivo pedagógico como productor y reproductor de la

cultura.

Para Berstein (1990), el discurso pedagógico es un dispositivo de reproducción de

formas de conciencia especificas a través de la producción de reglas, que determinan

relaciones sociales delimitadas entre categorías especificas, como los transmisores y

los adquirientes.

La producción de un orden mediante el discurso, puede determinarse a través de

la demarcación de los sujetos junto con sus posiciones potenciales y sus realizaciones

sociales. Desde esta perspectiva, puede afirmarse que el discurso es una categoría

constituyente y ubicadora, contextualizadora y recontextualizadora de sujetos y de

relaciones sociales potenciales.

El discurso pedagógico es la base para la generación de textos y prácticas

educativas recontextualizadas. Para conseguir esta generación, el discurso pedagógico

tiene dos órdenes constitutivos: el discurso instruccional y el discurso regulativo. El

primero regula la transmisión de competencias y habilidades especializadas y el

segundo regula la forma en que se construye un orden, relación e identidad social.

El discurso pedagógico institucionaliza los principios y las reglas que estructuran,

integran y especializan el tiempo, el espacio y el discurso en el contexto de

reproducción.

La noción de discurso pedagógico tiene que ver con los procedimientos y las

estrategias que regulan la interacción de los sujetos en la escuela. La práctica

pedagógica también contiene los componentes instruccional y regulativo:

- Las prácticas instruccionales presuponen la existencia de categorías especializadas

de transmisores y adquirientes, con relaciones específicas entre ellos determinadas

121

por las reglas jerárquicas y las reglas discursivas. En función de las variaciones

entre estas reglas y de las relaciones entre transmisores y adquirientes se producen

distintos tipos de práctica instruccional:

- Las prácticas instruccionales directas (o pedagogía visible), en las que el educador

centraliza en sus manos el proceso educativo, y los alumnos deben seguir las

directrices que les vienen marcadas.

- Las prácticas instruccionales indirectas (o pedagogía invisible), en las que el

proceso educativo sigue por un camino de acuerdos mutuos entre educador y

educandos. Es decir, se llegan a consensos como una consecuencia de la visión

constructivista del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Los aportes de Berstein constituyen una vía que permite develar elementos

generadores de desigualdades sociales. La era de transformaciones que se dan en la

actualidad, signados por la globalización económica y tecnológica en la búsqueda de

grandes mercados va aparejada con nuevos requerimientos educativos, de tal manera

que, la capacitación de recursos humanos va a estar en armonía con las demandas

que posibilitan satisfacer las necesidades de las masas consumidoras. Sin embargo, la

complejidad sociocultural, con grandes grupos excluidos, precisamente, con códigos

restringidos de apropiación cultural, constituyen una agenda que se debe tomar en

cuenta en la elaboración de políticas educativas, por un lado, y por otro lado, se

necesita el ejercicio de una formación pedagógica situada, en donde el docente cuente

con herramientas múltiples, que le posibiliten un trabajo crítico, creativo, reflexivo,

evolutivo y con un alto impacto social.

5.8. El discurso pedagógico y su relación con la Epistemología.

Los aspectos que se vienen considerando apuntan a articular el discurso

epistemológico y pedagógico para pensar lo referente a su importancia en los procesos

de formación docente y los desafíos inherentes. En esta perspectiva se plantean, de

acuerdo a Gómez Sollano (1998), los siguientes retos:

122

- La necesidad de construcción de ángulos de lectura que, en tanto horizontes de

sentido, favorezcan la generación del pensamiento utópico que, asumiendo la

complejidad de lo que implica pensar al sujeto hoy, abra a la historicidad como

perspectiva de construcción de realidades nuevas y juegue como ejercicio didáctico-

pedagógico. Ello involucra la generación de formas de razonamiento que potencien

en el sujeto su capacidad de pensar y recrear su espacio de vida, reconociendo

lo que representa en el presente el que se asuma la exigencia de construcción como

una condición, si no única, sí muy importante para situarse en el contexto a partir de

discursos más inclusivos y posibilitadores.

- En tanto construcción, este proceso parte del reto que representa aprender a mirar la

realidad, relacionándonos con ella, lo cual pone en el centro del debate el problema

epistemológico, ya que ¿cómo podemos aprender a mirar la realidad si no

aprendemos a pensarla, a pensarla de manera diferente a como la tradición nos ha

enseñado a hacerlo?.

- Rediscutir los problemas de la enseñanza y el aprendizaje que se vinculan con la

formación de sujetos desde esta perspectiva.

Es importante destacar que el discurso epistemológico complejiza al

pedagógico, en tanto que permite la configuración de un campo de problemas que,

situados en el terreno del sujeto concreto en su relación con el conocimiento y la

realidad, plantee la posibilidad de aprender a pensar sin quedar atrapados en las

determinaciones que un discurso teórico, disciplinario o profesional supone. Esto es,

asumir los desafíos de lo que implica situarse en el momento para aprender a reconocer

lo que nos determina y que se ordena, en parte, en el mundo de las certezas, de los

valores, de las experiencias y de las rutinas e inercias, en el que se basa, muchas

veces, el ejercicio docente.

La perspectiva mecanicista lineal, y determinista persistiría, si el docente no

asume como exigencia pedagógica el desafío de posicionarse en la realidad y construir

alternativas en vías de generar perspectivas cognoscitivas y gnoseológicas, que según,

Gómez (1988), posibilitan abrir el razonamiento de nuevas formas de pensar la realidad

atendiendo a su transformación constante.

123

En su tarea o hacer, el docente, se enfrenta a la complejidad del aula, por

ejemplo, en donde concurren múltiples elementos que desde una perspectiva

constructivista y ecosistémica podrían facilitar procesos de generación de aprendizajes

significativos producto de tomar en cuenta aspectos tales como aprendizajes previos,

medio sociocultural de los alumnos, tipos de aprendizajes, tipos de comunicación,

clases de interacciones entre los alumnos, etc.

Si desde el micro-sistema aula y otros espacios, se podría asumir una actitud

crítica e investigativa cónsono con procesos de formación relevante, en este caso, para

docentes en ejercicio, y por otro lado un modelaje transformador para los docentes en

formación, se estarían posibilitando las herramientas para que dichos docentes

construyan su capacidad de pensar y actuar en la realidad. Sobre todo, cuando se

constata, según Pérez Gómez (1998:180), "que los docentes no tienen demasiadas

oportunidades para comunicar y contribuir a la creación de un cuerpo de conocimientos

y experiencias".

Explicitar la intencionalidad del discurso pedagógico desde la óptica

epistemológica, conlleva a precisar qué representa éste en cuanto a los procesos de

formación docente. Seguidamente se presentan algunas dimensiones que, de acuerdo

a Gómez Sollano (1998), son importantes tomar en consideración para su redefinición.

- Es importante reconceptualizar la noción de experiencia de conocimiento,

reconociendo la complejidad del sujeto, el cual es la síntesis de una multiplicidad de

procesos y temporalidades que son las que le dan sentido y, al mismo tiempo, lo

abren a múltiples posibilidades y planos de resolución.

- Es menester considerar las perspectivas interdisciplinaria y transdisciplinaria para

que los procesos de formación docente sean más vastos, abiertos y enriquecedores.

- Se debe problematizar la problematización como ejercicio que el docente debe

desplegar a fin de no reducir este proceso a un método o esquema formal que se

acota y agota en una normatividad.

124

- En el discurso pedagógico la problematización como actitud racional intenta formar la

capacidad del sujeto de vincularlo en su contexto, lo cual alude al problema de la

historicidad.

- Este ejercicio de construcción de un pensamiento categorial que estimule formas de

razonamiento abiertas e inclusivas, de acuerdo al momento de formación de los

sujetos de la educación, implica situar pedagógicamente la relación dialéctica entre

conceptos que podríamos llamar estimulantes del pensamiento y aquellos que, por

las formas como hemos sido socializados, inhiben o dificultan acceder a nuevas

dimensiones de realidad que potencien en el sujeto su capacidad para colocarse

frente a su contexto y abrirse a nuevas posibilidades de relación.

- Lo anterior nos coloca en un problema central cuando lo que está en juego es la

relación entre el discurso epistemológico y el pedagógico en el terreno de la

formación de sujetos, ya que alude al tipo de lenguajes que circulan y que hay que

construir para poder acceder a formas de razonamiento que recuperen diversas

dimensiones del sujeto, y no sólo aquellas que han predominado en la escuela al

privilegiarse los lenguajes y contenidos que están relacionados con lo estrictamente

cognoscitivo y que refieren a los lenguajes analíticos de la ciencia.

5.9. Subcategorías pedagógicas desde la perspectiva de Prieto (1990).

De acuerdo a Prieto (1990), existen 3 elementos que constituyen los ejes

de la educación y que pueden denominarse Subategorías Pedagógicas: Estas

subcategorías son: El Docente, El Contenido del proceso instruccional y El Alumno.

Tomando en cuenta estos aspectos y de acuerdo al contexto universitario en donde se

desarrolla esta investigación, específicamente en lo referente a los docentes en

formación, se hace necesario realizar algunas consideraciones, dada la importancia de

dichas subcategorías en el ámbito contextual de la sociedad venezolana en particular,

además de la incidencia que tienen la globalización y la era del conocimiento actual en

dicho proceso de formación.

125

Subcategoría pedagógica: El docente.

En primer lugar se describirá lo referente a las características generales del

docente. Cabe precisar que las tareas educativas se realizan dentro de un contexto

socio–cultural, razón por lo cual, históricamente, han variado las formas de considerar

las funciones de los educadores. Al respecto, Prieto (1990) considera que los docentes

deben reunir las siguientes características:

1) Confianza en la educación como fuerza de transformación de la vida humana y

como instrumento para el cambio de las estructuras sociales.

2) Fe en el porvenir, hacia el cual se proyecta la obra educativa.

3) Confianza en las posibilidades educativas, en la posibilidad de cambio del ser que

recibe educación y de la sociedad donde se actúa.

4) Capacidad creadora y habilidad para poner al servicio de la obra educativa todos

los recursos materiales y espirituales.

Por otro lado, se destaca la función del docente universitario, quien debe tener la

capacidad de adoptar y crear técnicas que tiendan a la habilitación para transmitir

conocimientos, incitar al estudio, promover la investigación. Resaltándose también su

rol como formador para influir sobre los docentes en proceso de formación en quienes

la búsqueda de conocimiento puede ser desviada por el solo interés de un título que le

permita explotar un negocio, o simplemente “ganarse la vida”. El profesor universitario,

más que enseñador de lecciones, debe ser un incitador de la recta conducta del

profesional, servidor social dentro de un ámbito donde el servicio es contribución a la

solución de problemas humanos.

Quizás, uno de los aspectos más importantes que señala Prieto (1990), tomando

a su vez los postulados de Simón Rodríguez, citado por Prieto (1990), es la necesidad

de vincular, por parte del docente, la educación con el trabajo o la conexión teoría–

práctica. Al respecto, Simón Rodríguez (1990:225) sostenía que “educar es enseñar al

hombre a tratar con las cosas e infundirle ideas sociales, esto es: enseñarle una

industria que asegure su subsistencia y una moral que regule sus relaciones con los

126

demás. Todo ciudadano debe tener la independencia del que sabe ganar el pan con el

sudor de su frente y el trabajo de sus manos, y el civismo del que toma por norma de

sus acciones su compromiso de contribuir al desarrollo social.

Lo anterior está en sintonía con una corriente crítica que señala la desvinculación

escuela–entorno. Al respecto:

“La escuela esta disociada de la vida (...) por el hecho de dedicarse a captar las palabras. Por reducirse al estudio de los libros, evita o incluso impide enfrentarse con las realidades de la vida; por querer esquematizar al máximo, no permite el estudio completo de la realidad (...). Por hipertrofiar el pasado, la escuela no es “actual”, al impedir que se vaya a ver “lo que está vivo”, al mantenerse “cerrada en sí misma”, no es educativa (...). Por último, puede querer indicar que, al negarse a abrirse al medio circundante y a ver en la escuela un proceso social global, no prepara al futuro adulto ni para su función de ciudadano, ni para la de trabajador”. (Schwartz, 1980:229).

Otro de los aspectos que se pueden destacar del rol del docente como facilitador

de los procesos de aprendizaje, de acuerdo a Prieto (1990), es la utilización del Método

de Proyectos, que actualmente se utiliza en la Escuela Básica en conexión con la

globalización de las disciplinas en perspectiva de totalidad. Actualmente se diseñan

aproximaciones constructivas para la educación secundaria y superior en la utilización

de este tipo de metodología. Lo importante es, que se parte de una percepción integral

de la realidad, de los intereses del alumno (componentes cognitivo, afectivo y

actitudinal, entre otros), de sus ideas previas, de su autonomía como sujeto constructor

de conocimiento y actor de su aprendizaje y el impacto que pueda generar en su

entorno a través de los procesos de transferencia. De tal manera entonces, que se

requiere una actuación del docente como mediador en clave constructivista.

Finalmente, se puede señalar en las sugerencias que Prieto (1990) hace a la

acción del docente como conductor del proceso de enseñanza–aprendizaje, la

utilización de tres fases, a saber:

127

- Fase inicial: De motivación y enfoque.

- Fase de desarrollo: Comunicación, análisis, síntesis. - Fase de cierre: Repetición, aplicación (utilidad del saber) anticipación de la próxima

clase.

Es decir, la acción del docente implica todo un proceso administrativo de su tarea

pedagógica: Planificar, organizar, dirigir y evaluar. Debe ser una acción docente

consciente, intencional, capaz de direccionar estratégicamente la gestión instruccional.

Subcategoría pedagógica: El alumno.

Desde la pedagogía como ciencia y dado su carácter rector del hecho educativo

y su misión fundamental como es la formación, se procura, de acuerdo a Prieto (1990),

que el estudiante o docente en formación adquiera dominio inteligente de un conjunto

de ideas generales que le den una visión panorámica y unificada de la función

educativa en su doble carácter de hecho social y de proceso de formación de la

personalidad. Esta visión general se traduce en un conjunto de principios generales de

la educación que la historia y la experiencia denotan como válidos para cimentar en

ellos una acción educativa dirigida a favor de la juventud y del pueblo, acción que debe

ser eficaz, en nuestro tiempo y en nuestra sociedad, para la formación del hombre, la

configuración espiritual de la nación y el acercamiento de las posibilidades de una

comunidad universal.

Con base a lo anterior, Prieto (1990), propone los siguientes objetivos para ser

tomados en cuenta en los Procesos de Formación Docente, al respecto sugiere que el

estudiante:

1. Adquiera un conjunto de principios generales de carácter filosófico, científico, social

y técnico que lo capaciten para interpretar el hecho educativo como fenómeno social

inherente a toda comunidad y al proceso dirigido de formación de la personalidad.

2. Comprenda el cada vez más universal valor de estos principios y, a la vez, que su

aplicabilidad al sistema escolar nacional requiere el conocimiento objetivo del nivel

de progreso en que se encuentran actualmente las demás funciones sociales del

país y los planes de acción que están en desarrollo para superarlos o rectificarlos.

128

3. Comprenda las relaciones permanentes que existen entre las diversas etapas de la

educación y el enriquecimiento de la cultura nacional, y entre ésta y las aspiraciones

hacia una comunidad universal.

4. Adquiera una actitud científica para examinar críticamente los problemas educativos

del país y tienda a buscarles solución adecuada y realista y a colaborar con otros en

esta misma tarea.

5. Se forme un método personal de estudio e investigación que lo deje apto para

proseguir como autodidacta su perfeccionamiento profesional.

Subcategoría pedagógica: Los contenidos.

Si bien es cierto que los contenidos curriculares vienen ya establecidos en los

distintos programas o materias, estos no son estáticos. De ahí, que desde la

perspectiva disciplinaria que muchas veces se percibe atomizada, independiente y con

pocas posibilidades de transferencia, se sugiere también en la actualidad asumir una

orientación interdisciplinaria y transdisciplinaria. Sin embargo, se quiere acotar acá lo

imprescindible del manejo profundo que se debe tener de la disciplina que se

administra. Es fundamental conocer su génesis, su evolución, sus obstáculos e

implicaciones epistemológicas, su visión critica y su evolución constante. Esto se

afirma, ya que se constata el poco dominio de la disciplina, su escasa profundidad y su

estancamiento desde lo conceptual y lo metodológico.

En este orden de ideas, relacionadas con los contenidos curriculares, es

menester considerar varios aspectos, entre otros: la tensión entre lo global y lo nacional,

el nivel de obsolescencia, las múltiples mediaciones del contexto, contenidos

propiamente disciplinares y pedagógicos, contenidos y mediación docente, el concepto

de formación Vs. Instrucción o adiestramiento.

La tensión entre lo global y lo nacional.

El auge de la globalización viabilizada por la inversión de grandes capitales

económicos y los potentes medios de comunicación apunta a la homogenización de los

129

hábitos de consumo cultural y por ende los procesos de construcción de identidades.

De ahí que, al tratar los contenidos instruccionales, muchas veces se va a generar la

tensión con los valores autóctonos. Se plantea entonces, el desafío de cómo

aprovechar algunos elementos de esa globalización sin perder de vista la necesidad de

reafirmar la identidad nacional. De manera que se necesita, por parte del docente,

asumir una actitud crítica y reflexiva, privilegiando acercamientos hermenéuticos y

liberadores o emancipadores.

El nivel de obsolescencia.

En la actual sociedad del conocimiento las informaciones y nuevos enfoques

fluyen continuamente. Por lo que se exige al docente mediador una actualización

permanente fruto de su rol como investigador de una realidad dinámica, compleja,

cambiante. Aquí cabe precisar dos aspectos; en primer lugar, privilegiar contenidos que

contribuyan a la construcción de una cultura emprendedora y una sociedad solidaria y

en segundo lugar, y de hecho ya se plantea en algunos países, estar preparado para

realizar las respectivas reválidas de títulos conducentes a seguir ejerciendo la

profesión docente, dado los altos niveles de obsolescencia de los conocimientos en el

corto y mediano plazo.

Mediaciones del contexto.

Existen múltiples mediadores del conocimiento (a veces información), tales

como: familia, amigos, televisión, internet, y asesores, entre otros, que compiten

simultáneamente y a veces con ventaja, con la tarea y el tratamiento de los contenidos

que administra el docente en el aula. De tal manera que, el docente debe tener en

cuenta esta realidad, para ir monitoreando el proceso de aprendizaje.

Contenidos disciplinares y pedagógicos.

130

Al interior de los procesos de Formación Docente, los contenidos se concretan en

las disciplinas de acuerdo a la mención seleccionada y también los contenidos

correspondiente al componente pedagógico.

En ocasiones se privilegia la perspectiva disciplinar en detrimento de la

pedagogía. Ambas son importantes. La Pedagogía como ciencia rectora del fenómeno

educativo, y en el caso especifico de la formación docente, tiene la función de orientar

la praxis docente hacia horizontes críticos, creativos, relevantes y transformadores.

Cabrá plantearse la siguiente interrogante "¿Cómo garantizar que los contenidos,

entendidos como detonadores de un proceso de aprendizaje y no como sus

determinantes, estimulen adecuadamente a los educandos en la direccioanlidad

sociocultural que corresponde a los valores y objetivos de la sociedad de la que son

parte?" (Orozco, 1996).

De tal manera que se necesita establecer la armonización de los contenidos

disciplinares y pedagógicos en vías de la construcción de saberes pertinentes,

relevantes y transformadores.

Contenidos y mediación docente.

En el proceso de transposición didáctica, (en las instancias de planificación,

organización y conducción del proceso de aprendizaje) el docente construye un plano

en donde se visualizan todos los elementos del proceso instruccional que le permitan

una viabilidad intencional a través de la mediación que ejerce. En este sentido el

docente se enfrenta con dos dimensiones, entre otras: la naturaleza y orientación de los

contenidos y su posicionamiento en un (o varios) modelo (s) de formación docente. En

cuanto a la naturaleza de los contenidos, en la actualidad, producto de las reformas se

sugiere clasificarlos en contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Se

procura, su integración junto con los perfiles de competencias (ser, conocer, hacer y

convivir) y la formación integral del individuo.

131

En lo referente a su práctica pedagógica el docente se posiciona en un

determinado modelo de Formación Docente, entre los que se tienen, el tradicional, el

tecnológico, el constructivista y el crítico social, entre otros. De acuerdo a su ubicación,

la orientación del contenido se identificará con uno o varios de estos modelos.

Los requerimientos actuales sugieren que se genere una interacción múltiple con

los contenidos, con otros elementos del contexto, la propia experiencia y habilidades de

los alumnos. En esta perspectiva, superadora del enfoque bancario de la educación, el

punto de partida sería el educando "ubicado en su contexto como sujeto aprendiz,

comunicativo, cultural, activo, histórico, capaz de significar de múltiples maneras su

apropiación de los contenidos y capaz de "negociarlos" y producir nuevos

aprendizajes". (Orozco, 1996).

Concepto de formación Vs. instrucción o adiestramiento.

La selección y tratamiento de los contenidos se vuelve elemento fundante en la

medida que se orienta a la función de formación y no sólo a la instrucción o al

adiestramiento. Cuando los contenidos están en concordancia con el adiestramiento se

da una perspectiva reduccionista de la tarea docente, y se alinea con una racionalidad

técnico instrumental.

El objetivo fundamental de la Pedagogía es la formación humana integral. Los

contenidos entonces se orientarían a este objetivo. Esto implica que el docente en

formación aprenda a leer la realidad, a pensarla, a develarla y transformarla. Requiere

la valoración y reivindicación del sujeto hacedor de historia. Se trata, según Florez

(1996:182), "que el aprendiz pueda desempeñarse más a fondo en la construcción de

su autonomía, su inteligencia y su universalidad, las dimensiones esenciales más

destacadas del proceso de humanización que nos propondríamos promover en él como

pedagogos".

Las tres categorías pedagógicas (Docente, Alumno, Contenido) explicitadas

anteriormente, promueven una reflexión contextual, porque además de la dimensión

132

histórica social, actualiza los aportes que desde la pedagogía se puedan construir para

enmarcar la direccionalidad del quehacer docente desde una postura dinámica y

compleja.

5.10.- Análisis de los Modelos de Formación Docente de acuerdo a las

subcategorías pedagógicas propuestas.

Desde una perspectiva teórica se hará un ejercicio en donde, producto de la

reflexión crítica, se enmarcarán aquellas subcategorías pedagógicas que pudiesen

estar en concordancia con determinados modelos de formación docente. Se ha

afirmado con anterioridad que el docente en la conducción del proceso de enseñanza

aprendizaje se inscribe en una determinada racionalidad que está sustentada explícita o

implícitamente por una o varias teorías pedagógicas. De ahí que su práctica pudiese

estar regida por teorías identificadas con un modelo de formación docente tradicional

o clásico, conductista, constructivista o en el modelo crítico social. Para efectos de

análisis, el investigador considera pertinente establecer un conjunto de subcategorías

que pudiesen estar alineados con determinadas teorías pedagógicas.

Estas subcategorías servirán como guía para la construcción de un marco

referencial y establecer su correspondencia con uno o varios de los modelos de

Formación Docente ya explicitados.

Con base a lo anterior se toman en consideración las subcategorías pedagógicas

propuestas por Prieto (1990), y que según este autor constituyen los ejes de la

educación. Dichas subcategorías son: el alumno, el docente y los contenidos del

proceso instruccional.

Para efectos prácticos se construirá una matriz en donde se verá reflejado el

análisis de los Modelos de Formación Docente de acuerdo a las subcategorías

propuestas.

133

MATRIZ: SUBCATEGORIAS PEDAGÓGICAS EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE PERSPECTIVA DE PRIETO (1990)

Modelos

Subcategorías

Tradicional

o Clásico

Tecnológico

Constructivista Crítico – Social

Alumno

- Mero receptor de información.

- El alumno sometido al discurso regulativo.

- Reproductor de información.

- Instrucciones verbalistas y librescas.

- Percibido como usuario. - Limitado a emitir

respuestas cerradas. - Se busca establecer

relaciones causa-efecto entre comportamientos del profesor y rendimientos de los alumnos.

- Percibido en un perfil de entrada con base a requerimientos: vocacionales, expansionales y sociales.

- Se privilegia el carácter autónomo del alumno en la construcción del conocimiento.

- Toma en cuenta la metacognición. - El alumno adquiere principios de

carácter filosófico, científico, social y técnico para interpretar el hecho educativo.

- Competencias orientadas para aprender a aprender y aprender a emprender.

- Enfasis en la educación para el trabajo productivo.

- Privilegia el aprendizaje dual: relación teoría – práctica.

- Capaz de “leer” su realidad y transformarla

- Dimensión individual y colectiva del quehacer educativo.

- Formación de sujetos tomando en cuenta sus condiciones históricas culturales.

- Ubicado en su contexto como sujeto aprendiz, comunicativo, cultural, activo, histórico, capaz de significar de múltiples maneras su apropiación de contenidos y capaz de negociarlos y producir nuevos aprendizajes (Orozco, 1996).

Contenido

- Enfasis disciplinar. - Imposición de

contenidos. - Carácter lineal. - Elemento que legitima

una pedagogía visible (práctica instruccional directa).

- Predominio de contenidos cognoscitivos.

- Preestablecido. - Sistematizado con base a

objetivos y secuencias deterministas.

- Soporte del discurso instruccional y del regulativo.

- Guarda equilibrio con lo practico. - Responde a criterios de actualidad y

apertura. - Se privilegia un ambiente para la

construcción de contenidos significativos.

- Perspectiva inter y transdisciplinaria. - Nivel de obsolescencia. - Tensión entre lo global-nacional. - Considera las mediaciones del

contexto. Valoración de los conocimientos disciplinares y pedagógicos.

- Contenidos propuestos desde el contexto.

- “Se privilegian contenidos que estimulen adecuadamente a los educandos en la direccionalidad sociocultural que corresponde a los valores y objetivos de la sociedad de la que son parte” (Orozco, 1996).

- Se proponen formas de razonamiento que potencien en el sujeto su capacidad de pensar y recrear su espacio de vida.

FUENTE: Reyes W. (2007). “Pedagogía y Epistemología en los Modelos de Formación Docente”. Tesis Doctoral. Doctorado en Ciencias Humanas. Facultad de Humanidades. La Universidad del Zulia. Venezuela

Cuadro No. 3

MATRIZ: SUBCATEGORIAS PEDAGÓGICAS EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE PERSPECTIVA DE PRIETO (1990)

Modelos

Subcategorías

Tradicional

o Clásico

Tecnológico

Constructivista Crítico – Social

- Contenido y mediación docente. - Tipos: Conceptuales, Procedimentales y Actitudinales. - Dilema: Formación Vs.

Adiestramiento. - Utilización de contenidos

estimulante del pensamiento.

Docente

- Asume en forma acrítica y ahistórica su práctica pedagógica.

- Carácter transmisivo en su enseñanza.

- Enfoque disciplinar. - No toma en

consideración la autonomía del alumno.

- Prácticas instruccionales directas (pedagógicas visible).

- Percibido como técnico profesional ejecutor de normas de procedimiento didáctico.

- Visión positivista del fenómeno educativo.

- Usa prácticas instruccionales directas (pedagogía visible).

- Entiende la enseñanza como un conjunto estructurado de actividades, susceptibles de predecirse y controlarse.

- Asume la perspectiva constructivista.

- La investigación como eje vertebrador de su práctica pedagógica.

- Perspectiva ecológica y sistémica de la realidad.

- Toma en cuenta referentes onto-epistemológicos.

- Propicia la interacción comunicativa para la construcción del conocimiento.

- Utilización de los principios didácticos: autonomía, comunicación, lo socio-cultural y la investigación.

- Usa prácticas instruccionales indirectas (pedagogía invisible).

- Conducción del proceso Enseñanza-Aprendizaje, a través de los momentos de la clase:

- Inicio. - Desarrollo - cierre

- Docentes como sujetos sociales. - Intelectual transformador. - Se toma en cuenta el por qué y el

para qué de la pedagogía. - Percibe la educación como fuerza

de transformación humana y de las estructuras sociales.

- Capacidad creadora y habilidad para poner al servicio de la obra educativa todos los recursos materiales y espirituales.

- Promueve en el alumno habilidades y actitudes hacia el trabajo productivo y su rol como ciudadano responsable.

- Estimula la vinculación universidad o escuela con el entorno.

FUENTE: Reyes W. (2007). “Pedagogía y Epistemología en los Modelos de Formación Docente”. Tesis Doctoral. Doctorado en Ciencias Humanas. Facultad de Humanidades. La Universidad del Zulia. Venezuela

Continuación

CAPITULO III

OPERACIONALIZACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN La situación objeto de estudio “Epistemología y Pedagogía en los Modelos de

Formación Docente” se inscribe en una perspectiva metodológica que se vincula o

identifica con el Modelo de Variabilidad de la Investigación Educativa o Modelo (VIE),

(Padrón, 2001), cuyo propósito es representar la estructura de los procesos de

investigación. En este sentido, se toman en consideración dos criterios de

diferenciación: la estructura diacrónica y la estructura sincrónica, considerando que todo

proceso de investigación varía según se le considere desde el punto de vista de su

evolución temporal (en cuyo caso puede ser analizado como estructura diacrónica) y

según se le considere como proceso independiente del tiempo (en cuyo caso puede

ser analizado como estructura sincrónica).

1.- Estructura diacrónica del proceso de investigación.

En esta estructura diacrónica, se pueden mencionar tres elementos que, de

acuerdo a Padrón (2001), configuran el proceso de investigación. En primer lugar, todo

investigador al seleccionar su objeto de estudio tiene que ubicarse en un Programa de

Investigación, ya que nunca se parte de cero, sino de esfuerzos investigativos que otros

han hecho y que constituyen referentes para ser retomados, ampliados o

profundizados. En una dimensión más operativa se necesita inscribirse o adherirse a

líneas de trabajo, que remiten a secuencias de desarrollo en torno a un problema global

y que reúne a grupos académicos cuyos integrantes mantienen entre sí contactos

virtuales o materiales. En el caso específico de esta investigación: Epistemología y

Pedagogía en los Modelos de Formación Docente, se ha nutrido de aportes que han

realizado estudiosos del área de Formación Docente. Fundamentalmente se inserta en

la línea de investigación teorías pedagógicas adscrita al Doctorado en Ciencias

Humanas de la Facultad de Humanidades de La Universidad del Zulia.

En segundo lugar, dentro de la estructura diacrónica, es necesario distinguir una

secuencia de desarrollo investigativo en torno a un problema global y que puede

representarse en cuatro fases o instancias sucesivas: Descriptiva, explicativa,

136

contrastativa y aplicativa. De acuerdo a la naturaleza de la investigación a desarrollar

“Epistemología y Pedagogía en los Modelos de Formación Docente”, se puede ubicar

en la fase explicativa, ya que parte de descripciones de una cierta realidad bajo estudio,

el establecimiento de relaciones de interdependencia entre las distintas clases de

hechos adscritos a esa realidad y de la necesidad de conocer por qué ciertos hechos

ocurren del modo descrito. Es decir, las categorías de análisis de la fase anterior

(descriptiva) que ya están saturadas, se resuelven en una interpretación que permita

comprender o explicar las relaciones o el por qué de las cosas.

El objetivo central de este tipo de investigación consiste en proveer modelos

teóricos (explicativos, abstractos, universales, generales) que posibiliten elaborar

predicciones y retrodicciones dentro del área fáctica a la cual se refiere el modelo. Se

estructuran sobre la base de preguntas cuya forma lógica se orienta a interpretar la

ocurrencia de una cierta clase de eventos (consecuentes) por mediación de otra clase

de eventos (antecedentes) ¿Por qué ocurre p? ¿De qué depende p? ¿Qué clase de

hechos condiciona la ocurrencia de p?. (Padrón, 2001). En el caso específico de esta

investigación se procura analizar las tendencias epistemológicas y pedagógicas en las

concepciones de los modelos de formación docente vigentes en la Escuela de

Educación de La Universidad del Zulia.

En tercer lugar, además de los Programas de Investigación y las secuencias de

desarrollo, el investigador se cohesiona en torno a determinadas convicciones acerca

de lo que concibe como conocimiento científico y su vía de acceso y producción. De

acuerdo con Camacho, (2000), este tipo de convicciones y criterios se inscribe en lo

que se denomina Enfoque Epistemológico, el cual va a direccionar la acción del

investigador dependiendo del enfoque asumido, bien sea este empírico-inductivo,

racionalista-deductivo, o introspectivo-vivencial.

Con base a lo anterior, y de acuerdo a la convicción de lo que se concibe como

conocimiento científico y su vía de acceso y producción, se adopta, para esta

investigación el enfoque epistemológico introspectivo vivencial. Este enfoque concibe el

137

conocimiento científico como las interpretaciones de los simbolismos socioculturales a

través de los cuales los actores de un determinado grupo social abordan la realidad

(humana y social, fundamentalmente), (Padrón, 2001). El conocimiento, desde este

enfoque, es interpretación de una realidad tal como ella aparece en el interior de los

espacios de conciencia subjetiva (de ahí la denominación de introspectivo), en este

sentido, el conocimiento es un acto de comprensión. El papel de la ciencia es

concebido como mecanismo de transformación y emancipación del ser humano y no

como simple mecanismo de control del medio natural y social. Se hace énfasis en la

noción de sujeto y de realidad subjetiva.

En lo referente a las vías de acceso, producción y legitimación del conocimiento,

se tiene la convicción de que la vía más apropiada para acceder al conocimiento es una

especie de simbiosis entre el sujeto investigador y su objeto de estudio, una especie de

identificación sujeto–objeto, de tal manera que el objeto pase a ser una experiencia

vivida, sentida y compartida por el investigador (de ahí el calificativo de vivencial). En

este tipo de enfoque las contrastaciones se dan por medio de consenso y experiencia.

En el enfoque introspectivo vivencial se percibe la realidad como una epísteme

específica, es decir, postula que es necesario que la realidad que se investiga hable por

sí misma, por lo tanto, de acuerdo a Martínez (1998), más que orientarse hacia la

investigación de hipótesis o intuiciones, está orientada hacia el descubrimiento de

nuevas hipótesis y teorías. En este sentido, la investigación Epistemología y Pedagogía

en los Modelos de Formación Docente, tiene su intencionalidad debido a su vinculación

con el quehacer de los docentes, de tal manera que estos constituyen, como grupo

humano, una entidad cuyas relaciones están reguladas por las costumbres o por ciertos

derechos y obligaciones reciprocas.

El enfoque introspectivo vivencial se apoya en la convicción de que las

tradiciones, roles, valores y normas del ambiente en que se vive se van internalizando

poco a poco y generan regularidades que pueden explicar la conducta individual y de

grupo en forma adecuada. En efecto, los miembros de un determinado grupo, cultural o

situacional comparten una estructura lógica o de razonamiento que, por lo general, no

138

es explícita, pero que se manifiesta en varios aspectos de su vida. Así, para el caso

objeto de esta investigación se constata la existencia del docente como formador, el rol

del alumno en su proceso de formación docente y la existencia de coordinadores de

cátedras, actores percibidos también como unidades de análisis, entre otras, que

interactúan por una serie de acciones prescritas en los diseños curriculares, las

concepciones implícitas de los actores y otros factores, generándose una racionalidad

caracterizada por determinadas regularidades que pueden ser objeto de estudio a

través del enfoque epistemológico introspectivo vivencial.

Cabe destacar también que, dentro del enfoque introspectivo vivencial se

inscriben paradigmas de investigación tales como el etnográfico, cualitativo,

constructivista y otros, que coinciden en general con la vía de acceso, producción y

legitimación del conocimiento. Así, por ejemplo, los diseños de investigación cualitativa

son los que a menudo implican una observación atenta del comportamiento humano en

escenarios materiales y de la vida real.

Camacho (2000), señala que existen secuencias operativas (rutinas especificas

de investigación que se pueden identificar con el enfoque epistemológico introspectivo–

vivencial). Las características vinculadas a las secuencia son las siguientes:

- Intervención del escenario.

- Simbiosis entre sujeto investigador y su objeto de estudio.

- Identificación sujeto objeto, tal que el objeto pasa a ser experiencia vivida, sentida,

compartida por el investigador.

- Selección de escenarios y unidades de análisis (individuos, documentos).

- Interpretación hermenéutica de los datos.

- Definición de fuentes multivariadas de suministro de información: fichas,

autobiografía, triangulación, observación directa, lista de cotejo, registro de hechos,

entrevistas con profundidad, análisis dialéctico de las categorías, observaciones

participantes en espacios vivenciales y situaciones problemáticas reales.

- La construcción de sistemas de categorías de análisis para el control de la recogida

de la información.

139

- Validación de los hallazgos, por consenso entre los sujetos, aplicación de

instrumentos no estructurados o con profundidad (cuaderno de notas, grabadores,

cámara de fotografía, hojas de vida).

2.- Estructura sincrónica del proceso de investigación.

Siguiendo a Padrón (2001), en lo que se refiere a la estructura de los procesos de

investigación, se explicita seguidamente la estructura sincrónica. Se afirma al respecto

que, en toda investigación se distinguen dos grandes componentes de tipo sincrónico:

uno que se refiere a los procesos operativos internos (componente lógico) y otro que

se refiere a los factores externos del entorno (componente contextual), en virtud del

cual los procesos de investigación muestran variaciones de tipo socio–contextual, que a

su vez, determinan distintas configuraciones en el otro componente.

El componente contextual representa entonces, el conjunto de factores que

condiciona todas las posibles variaciones de los procesos de investigación en sus

estructuras lógico–conceptuales. Al respecto, la noción de contexto es susceptible de

ser abordada desde distintos niveles de cobertura: Macro, Meso y Micro, según sea la

naturaleza y alcance de la investigación.

El componente lógico conceptual se refiere a las operaciones internas de la

investigación o los aspectos procedimentales de la misma. Contiene tres

subcomponentes: Empírico, Teórico y Metodológico.

El Subcomponente Empírico: En el área de las ciencias fácticas, toda

investigación parte siempre de una realidad que se plantea como objeto de estudio. De

hecho, los procesos investigativos son esencialmente una búsqueda de esquemas que

ayudan a conocer mejor algún sector de la realidad, con el objeto de poder subsistir

ante esa realidad más eficiente, de lograr sobre ella un control más potente y de

obtener cada vez, mayores ventajas en nuestras interacciones con dicha realidad. Así,

el ideal de los procesos de investigación consiste en producir las mejores explicaciones

teóricas posibles, acerca de algún sector de la realidad (o sea: los más

140

confiables conocimientos posibles), tales que de ellas puedan derivarse eficientes

prototipos de cambio, control, transformación, manejo y comportamiento, en general.

El Subcomponente Teórico: Toda investigación maneja contenidos teóricos, no

observacionales, que se correlacionan con los contenidos empíricos, observacionales,

del subcomponente anterior. En general, y refiriéndose a los procesos transindividuales

de investigación, este subcomponente teórico constituye el hallazgo final de las

operaciones de búsqueda. En este sentido, las teorías constituyen los productos más

valiosos del proceso.

Ese subcomponente abarca tres tipos de contenido. Los contenidos de entrada

que se relacionan con las concepciones o ideas que tenga el investigador acerca de los

elementos que condicionen o determina un contexto especifico. Los contenidos o

teorías de sustento son aquellos de donde parte el trabajo y donde se ubica el objeto de

investigación (conocimientos universales y abstractos de entrada), que a menudo se

catalogan como “marco teórico. Y los contenidos que funcionan como elaboración

propia o como hallazgo original del trabajo (llamadas también teorías de salida). En la

presente investigación, se partió, desde el punto de vista teórico, de algunos referentes

que precisan el área objeto de estudio, para luego, en la medida que se recojan los

datos relacionados con las unidades de análisis, constatar los resultados del proceso

investigativo, constituyendo estos últimos aspectos la teoría de salida.

El Subcomponente Metodológico: Las correlaciones o asociaciones que realiza el

investigador desde unos elementos empíricos hasta unos elementos teóricos se deben

a una serie de operaciones materiales y lógico-conceptuales, típicamente concebidas

como MÉTODO. Aquí el investigador agrupa todas esas operaciones, las cuales

permiten no sólo vincular un modelo explicativo a un determinado sector empírico, sino

también organizar y sistematizar los datos empíricos (descripciones, clasificaciones,

etc.), por un lado, y los elementos teóricos, por otro (formulación de hipótesis,

inferencias, construcción de conceptos, etc.). Vinculados a este subcomponente

141

SINCRONICO

Gráfico No. 8

FUENTE: Padrón, J. (2001). Adaptación, Reyes W. (2007). Estructura de los Procesos de Investigación. Tesis Doctoral (2007). Doctorado en Ciencias Humanas. Facultad de Humanidades. Escuela de Educación. Maracaibo – Venezuela.

DIACRONICO

OBJETIVO

ENFOQUE EPISTEMOLOGICO

CONOCIMIENTO

PAPEL DE LA CIENCIA

RELACION SUJETO - OBJETO

SECUENCIAS OPERATIVAS

COMPONENTECONTEXTUAL

COMPONENTE LOGICO

MACROMESOMICRO

EMPIRICO TEORICO

METODOLOGICO

Criterio

Fases

Descriptiva Explicativa

Contrastativa

Aplicativa

Criterios

Niveles deCobertura

Sub-componente Interpretar la ocurrencia de una cierta clase de eventos (consecuentes) por mediación de otra clase de eventos (antecedentes)

Instrospectivo - vivenvial

Acto de Comprensión

Mecanismo de transformación y emancipación del ser humano

Objeto como experiencia vivida, sentida y compartida por el investigador

Rutinas de investigación de acuerdo al enfoque epistemológico asumido

ESTRUCTURA DE LOS PROCESOS DE INVESTIGACIÓN

SINCRONICO

metodológico se hallan también las instrumentaciones, las técnicas, los equipos, los

procedimientos, etc.

Con base a lo anterior, se puede afirmar que existe una acción investigativa,

entendida como la relación entre una situación deficitaria o por mejorar (necesidad de

conocimiento científico) y la situación final obtenida (resultados), alcanzada por

referencia a unas intenciones de acción (objetivos) a través de una secuencia de

operaciones (lo metodológico) (Sánchez, 2001).

De tal manera que, existe toda una lógica que direcciona la racionalidad del

quehacer investigativo, desde la elección de un enfoque epistemológico hasta todos

los otros elementos que están en coherencia con dicho enfoque, lo que le da a la

investigación que se desarrolló consistencia desde la perspectiva filosófica y

metodológica.

3. Selección del contexto general y específico.

El contexto en donde se obtuvieron los datos, estuvo constituido por la Escuela

de Educación, perteneciente a la Facultad de Humanidades y Educación de La

Universidad del Zulia. Este contexto fue seleccionado por las siguientes razones:

Es un escenario natural de formación docente en donde se operacionaliza la

práctica pedagógica, que está sustentada, entre otros factores, por aspectos

epistemológicos y pedagógicos.

En este escenario de prácticas pedagógicas, concurren diversos actores que

legitiman un quehacer intersubjetivo y en donde se establecen regularidades que

permiten explicar la conducta individual y grupal en una perspectiva introspectiva–

vivencial.

Por su significación teórica y por su unicidad empírica.

Por la alta calificación de los docentes, evidenciada por sus estudios de Maestría y

Doctorado, y por su rol de investigadores.

143

Por su ubicación geográfica, lo que permite un mejor acceso a las fuentes de

información.

Por tener las más altas demandas de formación docente de la región Zuliana.

En cuanto al contexto específico, se encuentra compuesto por las siguientes

unidades de análisis:

Bibliografía y otras fuentes documentales.

Diseño curricular de la Escuela de educación.

Docentes formadores

Docentes en formación

Coordinadores de cátedras quienes administran asignaturas vinculadas

directamente con la formación docente.

Cuatro menciones seleccionadas, a saber: matemática, biología, ciencias sociales y

educación básica integral.

4. Criterios que fundamentan la selección de las unidades de análisis.

Las unidades de análisis fueron seleccionadas atendiendo a los siguientes

criterios de demarcación:

Revisión documental que posibilita la construcción del marco teórico, es decir; la

elaboración de contenido de donde parte y se ubica la investigación.

El diseño curricular de la Escuela de Educación, que representa el discurso

normativo del ser y hacer de la acción formativa de los docentes. En él se pueden

develar las perspectivas epistemológicas y pedagógicas que se correlacionan con

un determinado modelo de formación docente. Y, además, porque contiene

elementos esenciales para darle legitimidad y consistencia al curriculum.

Los docentes formadores, quienes ejercen, entre otras labores, la mediación

didáctica que conlleva a la formación de los futuros docentes. Su acción docente

está orientada por determinada racionalidad sustentada en posturas

144

epistemológicas y pedagógicas que caracterizan su practica y su identidad con

determinado modelo de formación docente.

Docentes en formación, dicha unidad de análisis está conformada por alumnos

pertenecientes al ultimo semestre de escolaridad ( Práctica Profesional III), lo que

les confiere cierta autonomía y competencias, dada su experiencia ya en la fase de

culminar los estudios de pregrado.

Coordinadores de cátedras: como informantes claves constituyen referentes

esenciales porque administran asignaturas que tienen una alta incidencia en los

procesos de formación docente, y, además, se supone que manejan conceptos,

teorías, metodologías, y practicas instruccionales en concordancia con una praxis

docente contextualizada.

El contexto en donde se realizó esta investigación está ubicado en la Escuela de

Educación, de La Universidad del Zulia. Al respecto se seleccionaron cuatro

menciones, entre otras que ofrece dicha escuela. Las menciones seleccionadas fueron

las siguientes: Matemática, ciencias sociales, biología y básica integral. El criterio de

selección se fundamenta en el hecho de que representan las ciencias exactas, ciencias

humanas, ciencias naturales y el nivel de educación básica integral que constituye el

pilar fundamental del sistema educativo venezolano. Cada una de estas menciones

cuenta con sus Coordinadores de cátedra, sus docentes formadores y docentes en

formación, elementos estos que conforman las Unidades de Análisis a ser estudiadas

por el investigador, además del Diseño Curricular.

Para Tamayo (2005) la población es entendida como “la totalidad de unidades de

análisis o entidades” que integran el fenómeno a ser estudiado y que comparte

determinadas características. Es así como, partiendo del principio que las partes

representan el todo, en toda investigación se hace necesario la selección de una

muestra que para ser considerada representativa debe reflejar las mismas

características. En este sentido Martínez (1998:52), destaca que la selección de la

muestra “requiere que el investigador especifique con precisión cual es la población

relevante o el fenómeno de investigación usando criterios que pueden basarse en

145

consideraciones teóricas-conceptuales intereses personales, circunstancias,

situaciones u otras consideraciones”. La población objeto de estudio en esta

investigación responde a la constatación de consideraciones teóricas-conceptuales, ya

que se trata de analizar las tendencias epistemológicas y pedagógicas en las

concepciones de los modelos de formación docente vigentes en la Escuela de

Educación de La Universidad del Zulia, a saber: docentes formadores, docentes en

formación y coordinadores de cátedra.

Al respecto Chavez (2001) plantea que, la muestra es una porción representativa

de la Población, sobre la cual existen diversos métodos para calcularla; es así como, a

los efectos de la presente investigación y considerando la tipología de la población

determinada de coordinadores de cátedra y docentes formadores se ha efectuado un

muestreo estratificado para las menciones de Educación Básica Integral, Ciencias

Sociales, Matemáticas y Biología, tanto en el caso de los coordinadores como de los

docentes formadores.

La proporción que se encuentra por el orden del 20% se justifica por cuanto lo

instrumentos y técnicas seleccionadas precisan de la observación directa y de una

entrevista a profundidad por parte del investigador. Este tipo de muestreo definido por

Tamayo (2005) como un muestreo por cuotas donde “a juicio del investigador se

seleccionan las unidades del muestreo” tomando en cuenta las diferentes categorías

socioprofesionales. Además se ha recurrido a un muestreo intencionado al utilizar el

total de la población de docentes en formación como muestra representativa; según

Tamayo (2005) “el investigador selecciona los elementos que a su juicio son

representativos”, por tener conocimiento previo de dicha población.

Ante las consideraciones anteriores, se resume que el muestreo empleado es mixto

por cuanto el investigador ha combinado “diversas clases de muestreos” tal como

hacen referencia Tamayo (2005). Además, hay que precisar, que los resultados

obtenidos son características de los sujetos estudiados en una situación específica, y

que por lo tanto no pueden ser generalizadas a otros contextos.

Seguidamente se presenta en forma gráfica la población y muestra seleccionada.

146

Cuadro No. 4

MENCION

COORDINADORES DE

CATEDRA

DOCENTES

FORMADORES

DOCENTES EN FORMACIÓN

EDUCACION

BASICA INTEGRAL

Una coordinadora general (recibe servicios de otras menciones).

19

14

CIENCIAS SOCIALES

4

17

11

MATEMATICA

6

18

11

BIOLOGIA

5

16

11

TOTAL

16

70

47

POBLACION OBJETO DE ESTUDIO

FUENTE: La Universidad del Zulia. Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Educación. (2006)

OBSERVACIÓN DIRECTA (MUESTRA)

FUENTE: La Universidad del Zulia Facultad de Humanidades y Educación. Escuela de Educación. (2006)

Cuadro No. 5

ENTREVISTA A PROFUNDIDAD (MUESTRA)

MENCION N° DE DOCENTES FORMADORES

Educación Básica 3 Integral. Ciencia Sociales 3 Matemática 3 Biología 3 TOTAL 12

MENCIÓN COORDINADORES DOCENTES DE CATEDRA FORMADORES Educación Básica Integral 1 3 Ciencias Sociales 3 3 Matemática 3 3 Biología 3 3 TOTAL 10 12

Técnicas e instrumentos de recolección de información.

En cuanto a las técnicas e instrumentos para la recolección, análisis e interpretación

de los datos, se utilizaron los siguientes:

Para la unidad de análisis Diseño Curricular de la Escuela de Educación, se utilizó

la técnica de análisis de contenido. La finalidad de esta técnica es “la

descripción objetiva, sistemática y cuanti-cualitativa del contenido manifiesto de las

comunicaciones escritas” (Festinger y otros, 1972). Cabe destacar, de acuerdo a

Morillo (2001:126), que el análisis de contenido como instrumento de recogida de

información y su análisis y teorización pueden llevarse a cabo dentro del marco y la

estrategia metodológica del análisis tanto cualitativo como cuantitativo. Esta

perspectiva permitió hacer descripciones explícitas, a través de una matriz como

instrumento, de acuerdo a las categorías utilizadas.

En cuanto a la unidad de análisis Docentes Formadores se utilizaron como técnicas

la entrevista a profundidad y observación directa. La entrevista a profundidad

constituye una técnica identificada con el enfoque introspectivo vivencial asumido por

el investigador. Es entendida como una técnica no estructurada que posibilita

obtener información de determinadas áreas vinculadas a la ciencia de la educación, y

para el caso que compete a la presente investigación, lo relacionado al análisis de

las tendencias epistemológicas y pedagógicas presentes en los modelos de

formación docente.

En este sentido, para la presente investigación se utilizó como instrumento un

guión orientador con preguntas abiertas que permitió al investigador recolectar

información vinculada con las categorías epistemológicas y pedagógicas. Para el

registro de estas entrevistas se utilizó el grabador magnetofónico. Las respuestas

emitidas se organizaron e integraron en un corpus con base a las subcategorías

asumidas. Luego fueron ubicadas en una matriz de contenido para su posterior

análisis.

La observación directa representa una técnica que “requiere atención voluntaria e

inteligencia, orientada por un objetivo terminal y organizador y dirigida hacia un objeto

149

con el fin de obtener información” (Ketele, 1984:21). La principal ventaja de esta

observación consiste en que el observador puede dedicar a ella toda su atención y

realizar anotaciones a medida que se originan los fenómenos. Al respecto, se aplicó un

instrumento o guión estructurado para recabar los datos vinculados a las categorías

pedagógicas y epistemológicas presentes en la práctica del docente formador.

En lo concerniente a la unidad de análisis Docentes en formación, conformada por

alumnos que cursan la Práctica Profesional III, de las diferentes menciones

seleccionadas (Matemáticas, Ciencias Sociales, Biología y Básica Integral) de la

Escuela de Educación de La Universidad del Zulia, se desarrollaron talleres con el

objetivo de obtener información relacionada con las categorías: epistemología y

pedagogía, con sus respectivas subcategorías y la vinculación con determinados

modelos de formación docente (tradicional o clásico, tecnológico, constructivista y

crítico-social).

La realización del taller brindó las siguientes ventajas:

- Como estrategia didáctica y como estrategia para recolectar información, permite

establecer la relación teoría-práctica.

- Facilita el despliegue de la autonomía del alumno, contribuyendo a la construcción de

su propio aprendizaje.

- Promueve la construcción conjunta (colectiva) y consensuada del conocimiento. La

construcción se origina de la interacción de los subcomponentes: libre expresión de

ideas, indagación, aprendizaje colaborativo, consenso y negociación.

- Como estrategia, el taller es coherente con la direccionalidad que se le imprime a la

investigación de acuerdo a los objetivos previstos. En este caso, se trata de develar,

de acuerdo a los docentes en formación las tendencias prevalecientes en los

Modelos de Formación Docente.

Como instrumento se utilizaron matrices de contenido que se construyeron con los

aportes de los docentes en formación.

150

En lo referente a la unidad de análisis Coordinadores de cátedras de formación

docente, como informantes claves, se realizaron entrevistas a profundidad para

develar las tendencias epistemológicas y pedagógicas y su vinculación o

identificación con determinados modelos de formación docente. Los informantes

claves, son aquellos, que por el dominio disciplinar, inter y transdisciplinar, y

experiencial, pueden suministrar datos, ideas y precisiones, vinculados a fenómenos

sociales (educativos) que en muchos casos no son observables directamente.

Como instrumento se utilizó un guión orientador. Al igual que a los docentes

formadores, las respuestas emitidas se organizaron en un corpus con base a las

subcategorías asumidas. Posteriormente se ubicaron en una matriz de contenido

para su respectivo análisis.

5.- Aspectos generales de la operacionalización de la investigación.

A través de los siguientes cuadros se pueden visualizar, en primer lugar, los

procedimientos metodológicos de la investigación, en segundo lugar, la construcción

de las propiedades correspondientes a las subcategorías epistemológicas y

pedagógicas, que sirvieron como marco de referencia para la construcción de los

instrumentos.

151

FUENTE: REYES, W. (2007)

CATEGORIAS

SUB-

CATEGORIAS

UNIDAD DE ANALISIS

TECNICAS

INSTRUMENTO

ALTERNATIVAS U

OPCIONES

VALIDEZ Y

CONFIABILIDAD

CONTEXTO

EPISTEMOLOGIA

• Rol del alumno

en la construcción del conocimiento.

• Rol del docente en la construcción del conocimiento.

• Relación teoría-práctica.

• Concepto de formación.

Docentes formadores Docentes en formación Coordinadores de Cátedra Diseño curricular

Observación directa Talleres Entrevista a profundidad Análisis de contenido.

Guión estructurado Matriz de contenido Guión orientador de entrevistas. Matriz de contenido.

• Tradicional o clásico.• Tecnológico. • Constructivista. • Crítico social.

Triangulación y juicio de

expertos

Menciones de la Escuela de Educación: - Matemática. - Ciencias Sociales. - Biología. - Básica Integral.

PEDAGOGIA

• Docente. • Alumno. • Contenido.

Docentes formadores Docentes en formación Coordinadores de Cátedra Diseño curricular

Entrevista a profundidad Observación directa Talleres Entrevista a profundidad Análisis de contenido.

Guión estructurado Matriz de contenido Guión orientador de entrevista. Matriz de contenido.

• Tradicional o clásico.• Tecnológico. • Constructivista. • Crítico social.

Triangulación y juicio de

expertos

Menciones de la Escuela de Educación: - Matemática. - Ciencias Sociales. - Biología. - Básica Integral.

AFICO No. 8

PROCEDIMIENTOS METODOLOGICOS DE LA INVESTIGACIÓN

Cuadro No. 6

SUBCATEGORIAS PROPIEDADES - Usa su autonomía para el aprendizaje. - Utiliza sus ideas previas.

Rol del alumno en la construcción - Problematiza los contenidos. del conocimiento - Transfiere sus aprendizajes a otros contextos de la vida.

- Percibe que los contenidos son integrales (Conceptuales, procedimentales y actitudinales). - Tiene una perspectiva sistémica y compleja del contenido.

- En cuanto a la interacción sujeto-objeto, el docente percibe su relación con el

alumno como una experiencia vivida, sentida y compartida. - Manejo adecuado de la disciplina.

Rol del docente en la construcción - Utiliza las respuestas de los alumnos para ampliar y crear conocimientos. del conocimiento - Utiliza estrategias para un aprendizaje significativo. - Estimula la participación de los alumnos. - Los contenidos son fuente de problematización.

- Tiene una perspectiva sistémica y compleja de la realidad. - Promueve la investigación entre los alumnos.

- Percepción de una perspectiva integral del conocimiento (saber–hacer-ser- convivir).

- Se estimula o privilegian las competencias epistémicas (leer y transformar la Concepción de la formación docente realidad).

- Facilita la construcción de lenguajes inclusivos (género, complejidad, lo ecosistémico). - Se promociona y modela los dominios disciplinares, interdisciplinario y transdisciplinarios.

- Vinculación inmediata de la teoría y la práctica.

- Las estrategias utilizadas facilitan la teoría–práctica. - Siente que se privilegia la teoría.

Relación teoría–práctica. - Siente que se privilegia la práctica. - Se promueve una práctica innovadora, reflexiva y transformadora.

- Se reflexiona acerca de la utilidad de lo que sabe y se hace.

CATEGORIA: EPISTEMOLOGÍA SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS Y SUS PROPIEDADES

FUENTE: REYES, W. (2007).

Cuadro No. 7

SUBCATEGORIAS PROPIEDADES

- Percibe la educación como fuerza de transformación humana y de las estructuras sociales.

- Promueve en el alumno habilidades y actitudes hacia el trabajo productivo y su rol como ciudadano responsable. - Estimula la vinculación universidad o escuela con el entorno.

- Perspectiva ecosistémica y compleja de la realidad.

- Percibido en un perfil de entrada con base a requerimientos vocacionales, expansionales y sociales. - Adquiere principios de carácter filosófico, científico, social y técnico para interpretar el hecho educativo. - Competencias orientadas para aprender a aprender y aprender a emprender.

- Privilegia el aprendizaje dual: Relación teoría–práctica.

- Guarda equilibrio con lo practico. - Se privilegia un ambiente para la construcción de contenidos significativos.

- Se toma en cuenta la reciprocidad entre lo nacional y lo global. - Responde a criterios de actualidad y apertura. - Se utilizan contenidos que ayudan a problematizar la realidad y la necesidad de transformarla.

FUENTE: REYES, W. (2007).

CATEGORIA: PEDAGOGIA SUBCATEGORIAS PEDAGÓGICAS Y SUS PROPIEDADES DE ACUERDO A PRIETO (1990)

Docente

Alumno

Contenido

Cuadro No. 8

Para la entrevista a profundidad que se realizó tanto a docentes formadores

como a coordinadores de cátedra, se utilizó un guión con preguntas abiertas,

relacionadas con las subcategorías epistemológicas y pedagógicas, tomando en cuenta

las propiedades señaladas anteriormente.

6. Confiabilidad y validez de los instrumentos.

La confiabilidad, de acuerdo a Pérez Serrano (1994:77), es el grado en que las

respuestas son independientes de las circunstancias accidentales de la investigación.

La confiabilidad hace referencia a la posibilidad de replicar los estudios. Es decir, el

instrumento debe arrojar los mismos datos cuando se vuelva a medir la característica

en situaciones similares.

En esta investigación, para determinar la confiabilidad de los instrumentos, se

toman en cuenta dos aspectos. En primer lugar, en el tipo de investigación asumida,

identificada con el enfoque introspectivo vivencial, es imposible una replicabilidad

idéntica. En segundo lugar, la confiabilidad estaría orientada hacia el nivel de

concordancia interpretativa entre diferentes observadores, evaluadores o jueces del

mismo fenómeno, es decir, la confiabilidad sería sobre todo interna. Se considera un

buen nivel de esta confiabilidad, cuando alcanza 70%, es decir; que, por ejemplo, de 10

jueces hay consenso entre 7 (Martínez, 1998:118).

Dado que los instrumentos en su estructuración estuvieron diseñados con base a

las categorías, subcategorías y propiedades, se logró el consenso o congruencia

suficiente, ya que los juicios emitidos por los expertos y jueces confirmaron la precisión

de los criterios utilizados tanto para la recolección de información como para su

codificación (Hurtado, 2000:439).

La validez “es el grado en que las respuestas a los instrumentos se interpreta en

forma correcta”, (Pérez Serrano, 1994:77). Es decir, el instrumento mide lo que debe

medir. Esto permitirá relacionar los datos obtenidos con la finalidad para la que se

recogieron. Para Martínez (1998:119), “una investigación tiene un alto nivel de validez

155

si al observar, medir o apreciar una realidad se observa, mide o aprecia esa realidad y

no otra; es decir, que la validez puede ser definida por el grado o nivel en que los

resultados de la investigación reflejan una imagen clara y representativa de una

realidad o situación dada”.

Con base a lo anterior la validez de los instrumentos utilizados en esta

investigación se explica a continuación:

1.- Para constatar la validez del guión estructurado y el guión orientador

utilizado en la observación directa y en la entrevista a profundidad respectivamente, se

recurrió a la opinión de tres expertos (todos con doctorados en el área de educación),

quienes hicieron algunas recomendaciones en el sentido de que hubiese mayor

coherencia entre los objetivos, categorías, subcategorías y propiedades.

2.- En cuanto a la matriz usada en el análisis documental del Diseño

Curricular de la Escuela de Educación, se solicitó la opinión de tres investigadores del

área educativa quienes sugirieron, en la primera versión ideas que posibilitaron la

congruencia entre las categorías, subcategorías, modelos de formación docente y

su respectiva sistematización.

3.- Con respecto a la matriz de análisis utilizada en la realización de talleres,

se pidió la opinión de especialistas en el área de metodología, quienes plantearon

observaciones relacionadas con las categorías y subcategorías que permitieron

precisar la coherencia con la fundamentación teórica de la investigación.

Cabe acotar también que, una de las técnicas para constatar la validez de una

investigación lo constituye la triangulación. Esta implica reunir una variedad de datos y

métodos para referirlos al mismo tema o problema. Implica también que los datos se

recojan desde puntos de vista distintos y realizar comparaciones múltiples de un

fenómeno único, de un grupo y en varios momentos, utilizando perspectivas diversas y

múltiples procedimientos.

156

Para Denzin (1979:281), la triangulación se puede definir como la combinación

de metodologías en el estudio de un mismo fenómeno. Para Kemmis (1992), consiste

en un control cruzado entre diferentes fuentes de datos: personas, instrumentos,

documentos o la combinación de estos. Según Pérez (1994:82), las técnicas

triangulares de investigación en las ciencias humanas y sociales intentan señalar o

explicar comportamientos humanos con el fin de estudiarlo desde diferentes

perspectivas utilizando tanto los datos cualitativos como cuantitativos. Con base a lo

anterior, en la presente investigación la triangulación se realizará tomando en cuenta la

comparación de los resultados obtenidos en el análisis de contenido, realización de

talleres, las observaciones y las entrevistas a profundidad, aplicadas a las siguientes

unidades de análisis: Documento curricular, docentes en formación, docentes

formadores y coordinadores de cátedra.

Categorización, análisis e interpretación de los datos.

Los datos obtenidos a través de la aplicación de los diferentes instrumentos se

categorizaron. De acuerdo a Bisquerra (1989) la categorización debe tener en cuenta

ciertas normas: a) las categorías se establecen sobre la base del problema y propósitos

de la investigación; b) las categorías deben estar bien definidas, c) las categorías deben

ser exhaustivas y d) las categorías deben ser mutuamente excluyentes. Dicha

categorización facilita la codificación de los datos con el propósito de poder realizar

comparaciones y posibles contrastes. Se consideraron, de acuerdo a la presente

investigación, los resultados de las unidades de análisis estudiadas, con sus

respectivas categorías y sub-categorías y su vinculación con los modelos de formación

docente, lo que permitió fundamentar, con base confiable, los datos obtenidos para

constatar las tendencias generadas.

Con los datos obtenidos y su respectiva categorización, se hizo el análisis

correspondiente, de acuerdo a los objetivos de la investigación, para precisar las

tendencias epistemológicas y pedagógicas y sus respectivas regularidades presentes

en los modelos de formación docente. Al respecto, se elaboraron matrices de contenido

para visualizar los tipos de modelos de formación docente prevaleciente. Lo

157

anterior permitió llegar a conclusiones derivadas de las tendencias develadas y plantear

lineamientos que potencien las prácticas pedagógicas en el contexto de la formación

docente.

158

CAPITULO IV

ANALISIS DE LOS RESULTADOS

Luego de aplicar los instrumentos y culminada la tarea de recolección de datos,

se procedió al análisis de los resultados que permitió llegar a conclusiones en función

de los objetivos planteados. En este sentido, se presentan a continuación cada una de

las unidades de análisis abordadas, a saber: Diseño curricular de la Escuela de

Educación, Docentes en Formación, Docentes Formadores y los Coordinadores de

Cátedra. Cada una de las unidades de análisis fue estudiada con base a las

subcategorías epistemológicas y pedagógicas.

Epistemología en los Modelos de Formación Docente.

1.- Rol del Docente en la Construcción del Conocimiento.

En el Diseño Curricular de la Escuela de Educación de La Universidad del Zulia

(ver cuadro No. 9), se plantea que el docente en su rol de constructor del conocimiento,

administra el proceso de enseñanza-aprendizaje, en una forma general (Rol de

mediador); capaz además, de utilizar el criterio de investigación como vía para generar

conocimiento (Rol de Investigador). En este sentido, en el diseño se busca intensificar

la relación docencia investigación desde diferentes perspectivas: Enseñar lo que se

investiga, es decir; que el investigador socialice los avances o productos de

investigaciones; y se encuentre en igual capacidad de practicar la docencia como un

proceso de investigación sistemático, flexible y continuo para aprender de su propia

actuación en la acción.

Por otro lado, desde el rol de promotor social, plantea el documento, que el

docente identifica, caracteriza y analiza, problemas prioritarios de la realidad educativa,

social, local, regional, nacional y mundial; cooperando con los alumnos en la detección

de los problemas existentes en la comunidad y animándolos a involucrarse y promover

la solución de algunos de ellos.

159

Las anteriores consideraciones, permiten inferir en lo referente al rol del docente

en la construcción del conocimiento, que el diseño curricular se identifica con un modelo

de formación docente constructivista, el cual considera que al estimular la autonomía

del alumno se contribuye a crear conocimiento relevante; partiendo de la premisa del

conocimiento como una construcción del ser humano, y no una copia fiel de la realidad.

En este sentido, se promueve la participación de los alumnos (desde la investigación)

para ampliar y crear conocimientos; haciendo del contenido instruccional una fuente de

problematización, y de generación de perspectivas de soluciones a la problemática

contextual (promotor social). Al respecto, la función del docente, según plantea el

documento, es vincular los procesos de construcción de conocimiento del alumno con

el saber colectivo culturalmente organizado. Desde esta perspectiva, la teoría

educacional es considerada una vía para la transformación cultural, así como una teoría

del desarrollo, donde, no sólo se busca el desarrollo del potencial del individuo, sino

también la expresión y el crecimiento histórico de la cultura humana de la que surge el

hombre.

Cabe acotar que en el diseño curricular se observa que el proceso formativo del

docente se sustenta en el desarrollo de roles, funciones, tareas, valores y actitudes

para comprender la realidad e intervenir en ella para transformarla. Además, en este

documento no se explicita el tipo de capacitación requerida para que el docente se

mantenga actualizado desde una perspectiva que permita interpretar la complejidad de

la realidad en la que intervienen una variedad de actores quienes la configuran también

como multidimensional. De igual manera, es menester hacer explicita la interacción

constructiva (relación sujeto-objeto), porque de ser considerada permitiría desde una

perspectiva hermeneútica establecer una interacción intersubjetiva, cuya racionalidad

oriente la función de cada uno de los actores que intervienen en el diálogo de saberes y

la construcción del conocimiento.

En este orden de ideas, cuando se analizan los datos suministrados por los docentes

en formación de las menciones estudiadas (ver cuadro No. 10), éstos

160

ROL DEL DOCENTE EN LA

CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO

ROL DEL ALUMNO EN LA CONSTRUCCIÓN DEL

CONOCIMIENTO

CONCEPCION DE

FORMACIÓN

RELACIÓN

TEORIA - PRACTICA - Administra el proceso de Enseñanza-Aprendizaje, en una forma general (Rol de mediador). - Identifica, caracteriza, y analiza, problemas prioritarios de la realidad educativa, social, local, regional, nacional y mundial. - Selecciona problemas objeto de investigación, y diseña programas y proyectos para abordar su estudio sistemático y las propuestas de solución. - Analiza, con un sustento teórico sólido, la realidad educativa local, regional, nacional, y/o mundial. - Coopera con los alumnos en la detección de los problemas existentes en la comunidad y a involucrarse y promover la solución de algunos de ellos. - Criterio de investigación: "Concebido como vía de generación de conocimiento" y como una de las misiones de la Universidad. En este

- Aplica y valida enfoques y modelos teóricos metodológicos que permitan el desarrollo de la educación y de las disciplinas que estudian el proceso educativo, en la búsqueda de alternativas de solución a los problemas investigados. - Se asume al alumno como sujeto autónomo de su aprendizaje. - Analiza y utiliza diferentes enfoques teóricos y metodológicos en el estudio de la realidad educativa local, regional, nacional y mundial.

- Practica la docencia como un proceso de investigación sistemático, flexible y continuo para aprender de su propia actuación en la acción. - De acuerdo al curriculum de La Universidad del Zulia, y que orienta el diseño curricular de la Escuela de Educación, se propugna una formación integral del universitario, vista no sólo como un proceso, sino como el conjunto de vivencias adquiridas en un ambiente cultural de superación intelectual y de responsabilidad personal que le permita convertirse en un profesional universitario que pueda desempeñarse, científica y técnicamente con una actitud participativa, crítica y creativa, asumiendo en lo personal un compromiso para consigo mismo y para con los individuos y grupos con los que interactúa. - Acatando lo pautado en la Ley de Universidades Capítulo II Sección I se establece que la enseñanza universitaria debe estar dirigida a la formación integral del alumno y a su capacitación para ejercer una

- Experimenta modelos, métodos, estrategias, y medios educacionales que le permitan introducir innovaciones para mejorar la calidad de vida y de la educación venezolana, y el intercambio entre teoría, la práctica y su desarrollo personal. - Diseña, lideriza y evalúa acciones de prevenciones y procesos para participar en el desarrollo y transformación social. - Promueve la participación ciudadana en la toma de decisiones. - Concientiza a los habitantes de las comunidades en relación a formas de organización y autogestión. - La productividad como criterio del parámetro de comple-hensividad en el currículo de la Escuela de Educación se asume en la relación educación-trabajo; en la generación y oferta de innovaciones, asesorías, proyectos y tecnologías que respondan a necesidades socio-económicas, culturales y de servicio; en la integración y relación con otras corporaciones educativas para potenciar y optimizar la productividad

SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS ANALISIS DE CONTENIDO DEL DISEÑO CURRICULAR DE LA ESCUELA DE EDUCACION .

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION (L.U.Z.).

FUENTE: Diseño Curricular de la Escuela de Educación. Adaptación, Reyes, W. (2005). FUENTE: Diseño Curricular de la Escuela de Educación (1995).

Cuadro No. 9

sentido se busca intensificar la relación docencia-investigación desde diferentes perspectivas: • Enseñar lo que se

investiga, es decir; que el investigador socialice los avances o productos de investigaciones.

• La investigación como procedimiento didáctico, no con la intención específica de formar investigadores, sino de proporcionar al estudiante aquellos elementos necesarios que mediante al estudio y la ejecución continua despiertan el interés y desarrollen la capacidad para la práctica investigativa.

- Practica la docencia como

un proceso de investigación sistemático, flexible y continuo para aprender de su propia actuación en la acción.

función útil en la sociedad y que por lo tanto, se deberá proveer en la formación, cursos especializados inherentes, a cada carrera o profesión, y cursos generales humanísticos y científicos. Asimismo se señala que cada institución deberá determinar las alternativas pedagógicas y los procesos administrativos que garanticen su cumplimiento. - Se pretende reconceptualizar el término de comunidad humanística universitaria, que vaya más allá del trabajo grupal didáctico y pedagógico, con el fin de que los sujetos involucrados asuman su papel social y socializante y su compromiso con su formación y con su realidad; una comunidad cuyos miembros actúen en la sociedad, como actores capaces de reconocer y modificar tanto su práctica docente como sus relaciones institucionales; capaces también de proponer cambios estructurados en las instituciones donde se forman, laboran o lleguen a laborar. - La formación integral responde a los siguientes criterios: Formación y capacitación para una profesión, formación general, cultural, sicológica, ética, socio-política y la formación física y deportes.

institucional; enmarcado en la dimensión ética, y en los criterios generales de eficacia y efectividad.

FUENTE: Diseño Curricular de la Escuela de Educación. (1995).

Continuación

expresan que sus profesores aplican, tanto el modelo de formación docente

tradicionalista como el tecnológico, en los procesos de construcción del conocimiento.

La aplicación del primero, hace que las clases tengan un carácter expositivo y/o

magistral, donde el conocimiento se presenta en forma oral o escrita y prevalece el

criterio del docente sobre el del estudiante, esta situación conlleva a que se restrinjan

tanto los aportes de los alumnos como la estimulación de sus procesos cognoscitivos.

En cuanto a la evaluación plantean además que, está se realiza de forma memorística y

repetitiva en relación a los contenidos presentados en los textos, todo esto significa

que al docente le preocupa más la cantidad que la calidad por cuanto en el proceso

enseñanza–aprendizaje no se exige reflexión o análisis sobre los contenidos tratados

en clase.

La anterior caracterización que hacen esos actores, contribuye a perpetuar una

racionalidad de la acción docente en donde predomina una perspectiva epistemológica

absolutista porque se sigue privilegiando la clase magistral, el carácter transmisivo de la

enseñanza, la imposición del miedo o la autoridad, la rigidez en el uso de estrategias, la

poca valoración de la autonomía del alumno y, desde el punto de vista ontológico una

perspectiva lineal y determinista de la realidad.

Asimismo, los alumnos en formación describen la presencia del modelo de

formación docente tecnológico (ver cuadro No. 10), manifiestan que, el docente en su

rol de constructor de conocimiento se rige por un solo patrón de enseñanza (dador de

clase), está centrado en el cumplimiento de objetivos programados, que le limitan

establecer una relación recíproca docente-alumno y se mantiene como fuente única de

autoridad. Además, se fundamenta primeramente en textos, mostrando interés por el

cumplimiento de contenidos, que generan aprendizajes mecánicos. Al hacerse

presente este modelo de formación docente tecnológico, se estará haciendo uso de

fuentes de información que aparecen preponderantemente en módulos de aprendizajes,

desde los cuales se concibe el aprendizaje como la asimilación de significados

académicos preestablecidos, donde predomina el paradigma mecanicista y prevalece la

eficiencia, la eficacia y el producto como criterios de actuación y pertinencia.

163

Estos resultados se contraponen a lo planteado en el Diseño Curricular en donde

se expone que el modelo constructivista orientará el quehacer del aula hacia la

formación de los estudiantes; sin embargo, éstos sostienen que sus profesores son

tradicionalistas. De tal manera que, se evidencia la falta de coherencia entre la

prescripción curricular y la percepción que tienen estos actores en relación al rol que

cumple el docente en la construcción del conocimiento.

En esta misma línea de análisis, en la observación realizada a los docentes

formadores, (Ver cuadro No. 11) se pudo notar, que en cuanto a su rol como

constructores del conocimiento, demuestran una función autoritaria tanto en la

direccionalidad del proceso de enseñanza aprendizaje como en la determinación del

origen y legitimación del conocimiento; donde se hace énfasis en la dimensión

disciplinar y la investigación se entiende como consulta bibliográfica. Estos aspectos, se

vinculan con el modelo de formación docente tradicionalista, e implican una escasa

valoración de la autonomía del alumno, y la fragmentación o atomización del saber.

En el modelo tradicionalista dada su poca permeabilidad, es difícil admitir

diversos niveles de formulación de las ideas de los alumnos en relación con el

contenido disciplinar, ya que el docente no cuestiona aspectos como la concepción y

organización del conocimiento, el papel que se concede a su relación con la

experiencia del que aprende, la trascendencia social del conocimiento y su relación con

la vida cotidiana. En este sentido, el docente sigue una orientación fundada en el

perennialismo, corriente que se basa en el pensamiento escolástico y que concibe al

conocimiento como único y definitivo.

Los docentes formadores y los coordinadores de cátedra de las diferentes

menciones seleccionadas (ver cuadro No. 12) manifestaron en la entrevista a

profundidad, en lo que se refiere al rol del docente en la construcción del conocimiento

que del dominio que éste tenga de la disciplina que se administra, depende el dominio

que logren los alumnos. Por lo que, como docentes facilitan la construcción del

conocimiento a partir de los roles (mediador, gerente, investigador, orientador y

promotor social), dicen ser modelos en la búsqueda del conocimiento y la investigación

164

acción participativa, estimular la participación del alumno, promover la construcción

social del conocimiento, suministrar herramientas para un aprendizaje significativo, se

conciben como formador de formadores, y según plantean, modelan la acción docente,

enseñan al alumno a construir sus estructuras de conocimiento, no “actos de fe”

(suposiciones o concepciones falsas) y dan seguimiento para que los alumnos alcancen

las competencias del nivel.

Lo anterior implica que los profesores asumen desde una perspectiva teórica los

postulados de un modelo de formación docente constructivista, al expresar la necesidad

de un manejo adecuado de la disciplina, promoviendo la participación del alumno y

estimulando la interacción para ampliar y crear conocimientos; así como, al sugerir el

aprendizaje significativo estará implícito el aprendizaje de los contenidos por recepción

o descubrimiento, considerados más estables, menos vulnerables al olvido; y teniendo

en cuenta que estos permitirán la transferencia de lo aprendido, sobre todo, si se trata

de conceptos generales e integradores. Otro aspecto que se destacan es la promoción

de la investigación o indagación en otras fuentes que posibilitan, entonces,

distintos puntos de vista en cuanto a la naturaleza, el enfoque de la información y la

posibilidad de construir nuevos conocimientos así como la diversidad de fuentes para

generar el aprendizaje, a la vez que reconocen otros niveles de organización de la

realidad.

Expresan los entrevistados también lo referente a la vinculación de la

construcción social del conocimiento a través de la investigación-acción participativa.

Según afirman, ésta representa un intento de salir del ámbito del aula y de construir o

validar conocimiento desde la complejidad socio cultural. En ese sentido, se concibe la

enseñanza como una actividad crítica y al profesor como un profesional reflexivo y

crítico que busca el desarrollo autónomo y emancipador de quienes participan en el

proceso educativo. Por lo que, el objetivo de la Educación, de acuerdo a los

entrevistados, es crear las situaciones óptimas para que se dé el diálogo intersubjetivo

en condiciones de creciente democracia e igualdad, es decir, se fundamenta la

posibilidad de un cambio individual y social a partir de un proceso educativo basado en

165

TALLER REALIZADO CON LOS DOCENTES EN FORMACION SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS

SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS

MODELOS

ROL DEL DOCENTE

EN LA CONSTRUCCION DEL CONOCIMIENTO

ROL DEL ALUMNO EN LA CONSTRUCCION

DEL CONOCIMIENTO

CONCEPCION DE FORMACIÓN DOCENTE

RELACION TEORIA-PRACTICA

TRADICIONALISTA O

CLASICO

- No actualiza conocimientos. - Clases expositivas o magistrales. - Maneja un solo criterio. - El conocimiento es presentado de forma oral o escrita. - No utiliza nuevas estrategias y técnicas. - Evalúa conocimientos textualmente. - No acepta aporte de los alumnos. - No toma en cuenta los procesos cognoscitivos de los estudiantes.

- Receptor de conocimientos. - Netamente pasivo y memorístico. - Repetición de la información. - Se conforma con lo recibido. - No se preocupa por indagar. - Se cohibe a participar. - Copian lo dictado por el docente. - No investigan. - Mantienen una posición pasiva. - No tienen libertad de opinión. - No son críticos. - Son repetitivos. - Muestran poco interés en el contenido debido a la falta de motivación. - Tienen temor de expresar sus ideas. - No se reconocen como sujetos autónomos. - Sus aprendizaje son por adición y sustracción.

- Las didácticas se limitan a enseñar como dar clases, como utilizar estrategias y recursos. - No estimula el desarrollo de ideas novedosas. - Los profesores no se ajustan al cambio. - Netamente teórico. - Utiliza el mismo método (mecánico). - Hace énfasis en lo conceptual. - No promueve la participación. - Son reproductores de conocimiento. - En su acción predomina aspectos conceptuales. - Gestionan una formación acrítica.

- No se relacionan los contenidos con elementos de la vida cotidiana. - No se vincula la teoría-práctica - En la práctica se maneja la teoría desde la concepción de los textos. - Predominio del docente en su relación con el alumno. - Supremacía de la teoría sobre la práctica. - La función docente se aleja de la realidad. - Se basa en el deber ser y no en el hacer. - Dominio superficial de lo teórico. - Curriculum que privilegia lo conceptual. - Poca práctica (sólo en las pasantías). - No se relaciona con otros contenidos.

TECNOLOGICO

- Se rige por un solo patrón de enseñanza. - Se centra en el cumplimiento de objetivos programados. - No establece una relación recíproca. - Utiliza un método encasillado en función de los textos asignados.

- Se adapta al modo de trabajo respondiendo a los objetivos y conocimiento. - Dominio de información. - Pasivos. - Regido por un patrón de contenido. - Aprendizaje por estímulo/respuesta. - Responde de acuerdo a las exigencias del profesor.

- No considera otros niveles de aprendizaje. - Su entrenamiento no es integral. - Autoritario. - No cuestiona a la realidad en la cual esta inmerso. - No valora los aportes de los alumnos. - Imponen fuentes determinadas. - Se centra en lo conceptual y procedimental.

- Docente – alumno /alumno – docente. - Evaluación en base a la relación estímulo / respuesta. - Automática. - Se construye el conocimiento en forma lineal. - Dominio de la teoría o práctica en forma controlada. - Enfasis en el eficientismo. - No se estimula el pensamiento divergente.

CONSTRUCTIVISTA

CRITICO SOCIAL

FUENTE: Información aportada por los Docentes en Formación.

Cuadro No. 10

OBSERVACIÓN DIRECTA A LOS DOCENTES FORMADORES PERTENECIENTES A LAS MENCIONES DE

CIENCIAS SOCIALES, BASICA INTEGRAL, MATEMATICA Y BIOLOGIA

SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS

MODELOS

ROL DEL DOCENTE EN LA

CONSTRUCCION DEL CONOCIMIENTO

ROL DEL ALUMNO EN LA CONSTRUCCION DEL

CONOCIMIENTO

CONCEPCION DE FORMACIÓN DOCENTE

RELACION TEORIA-PRACTICA

TRADICIONALISTA O

CLASICO

• Supremacía de la direccionalidad

del proceso de enseñanza aprendizaje por parte del docente.

• Enfasis en la dimensión disciplinar.

• Investigación entendida, en la mayoría de los casos, como consulta bibliográfica.

• El docente como autoridad única en lo referente a determinar el origen y legitimación del conocimiento.

• Se toma en cuenta la autonomía

del alumno, pero ésta cuando se exterioriza en la verbalización de los contenidos demuestra concordancia con el docente y/o pobreza argumentativa.

• La investigación es entendido como búsqueda de datos o información.

• La construcción del conocimiento se basó en las experiencias previas e información extraída de los textos.

• Predomina una perspectiva

disciplinar. • No se dan transferencias de

conocimientos. • El alumno es productor del

conocimiento. • Formación acrítica y ahistórica

• Predominio de los aspectos

teóricos. • Existe muy poca intención de

modelar la práctica innovadora • Casi no se propicia la reflexión

acerca de la utilidad de lo que se sabe.

• Se privilegia lo conceptual.

TECNOLOGICO

CONSTRUCTIVISTA

Cuadro No. 11

FUENTE: REYES, W. (2007).

la interacción entre iguales. En lo concerniente al seguimiento para que los alumnos

alcancen las competencias respectivas, según plantean los entrevistados, implica un

acompañamiento que va monitoreando los logros y limitaciones; permitiendo constatar

la utilidad de las estrategias y enfoques utilizados en la gestión instruccional.

No obstante, a pesar que los docentes entrevistados manifiestan una

identificación con el modelo de formación docente constructivista, dicha opinión se

contradice al ser contrastada con la observación directa realizada a su quehacer en el

aula cuyo resultado es la aplicación por parte de los docentes formadores de un

modelo de formación docente de tipo tradicionalista. Esta situación demuestra la

inconsistencia entre el discurso y la práctica docente. Hay una distancia muy grande

entre el decir y el hacer, lo que conlleva a que al operacionalizar la acción en el aula se

éste formando a los futuros docentes en una forma tradicional lo que contribuiría a la

reproducción del modelo en sus actuaciones laborales.

Estos aspectos permiten también inferir la existencia de una actuación docente

que es contraria al deber ser, lo que limita una acción docente efectiva, ya que

tampoco considera las expectativas y necesidades del alumno en formación, así como

su autonomía y capacidad para construir conocimientos alternativos.

2.- Rol del Alumno en la Construcción del Conocimiento.

El diseño curricular coherente con un Modelo de Formación Docente

Constructivista, asume al alumno como sujeto autónomo de su propio aprendizaje, (Ver

cuadro No. 9), para que éste aplique y valide enfoques y modelos teórico-

metodológicos que permitan el estudio de la realidad educativa local, regional, nacional

y mundial y, a la vez busque alternativas de solución. En este sentido, se observa que

el diseño curricular de la Escuela de Educación asume los planteamientos de Piaget

(1982) quien postula que la experiencia más importante para el desarrollo cognitivo, no

es la que extrae información directamente de la percepción sensorial de los objetos

“físicos”, sino aquella que proviene de la acción propia, es decir, la que se obtiene de

las acciones ejercidas sobre otros sujetos naturales y/o culturales. Además, habría que

168

señalar que el alumno en su rol de constructor del conocimiento, según el documento,

debe ser capaz de realizar procesos de transferencias contextualizados, teniendo

opciones para ejercer su autonomía como sujeto inmerso en un proceso histórico

social.

No obstante, los alumnos o docentes en formación, (ver cuadro No. 10)

sostienen que en su rol de constructores del conocimiento están presentes los modelos

de formación docente tradicionalista y tecnológico. En cuanto al modelo de formación

docente tradicionalista afirman que son receptores de conocimientos, pasivos y

memorísticos, repetidores de información, se conforman con lo recibido y no se

preocupan por indagar. En este sentido, se cohiben de participar puesto que no tienen

libertad de opinión y no se reconocen como sujetos autónomos, sino que sus

aprendizajes los obtienen por adición y sustracción; no son críticos, únicamente copian

lo dictado por el docente sin investigar y se convierten en entes repetitivos. Además,

mantienen una posición pasiva, donde muestran poco interés en el contenido,

manifiestan escasa motivación y temor de expresar sus ideas.

Lo anterior reafirma el rol pasivo del alumno, donde se le limita a éste la

posibilidad de jugar un rol protagónico en la construcción del conocimiento, porque sus

docentes formadores tienen una visión limitada de las interacciones en el aula, y

estimulan la apropiación formal de los conocimientos, es decir; se reafirma el carácter

receptor de información, no se problematizan los contenidos y tampoco se promueve la

asimilación creativa y crítica del conocimiento.

Por otro lado, la presencia de un modelo de formación docente tecnológico

señalado por los futuros docentes implica que el estudiante se adapta al modo de

trabajo, que responde únicamente a los objetivos y conocimientos predeterminados, se

orienta al dominio de información, es regido por un patrón de contenido, demuestra

dominio académico de disciplinas, responde de acuerdo a las exigencias del profesor,

se da el aprendizaje por estímulo–respuesta. Estas condiciones obstaculizan la

participación para ampliar horizontes de perspectivas y contribuyen a la conformación

de una visión reduccionista del proceso de enseñanza aprendizaje, en la cual se

169

ENTREVISTA A PROFUNDIDAD REALIZADA A LOS DOCENTES FORMADORES Y COORDINADORES DE CATEDRA SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS

SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS

MODELOS DE FORMACIÓN

ROL DEL DOCENTE

EN LA CONSTRUCCION DEL CONOCIMIENTO

ROL DEL ALUMNO EN LA CONSTRUCCION

DEL CONOCIMIENTO

CONCEPCION DE FORMACIÓN DOCENTE

RELACION TEORIA-PRACTICA

TRADICIONALISTA

O CLASICO

TECNOLOGICO

CONSTRUCTIVISTA

- Dominio de la disciplina que administra. - Facilitar la construcción del conocimiento a partir de los roles (mediador, gerente, investigador, orientador y promotor social). - Modelo en la búsqueda del conocimiento y la investigación acción participativa. - Estimular la participación del alumno. - Promover la construcción social del conocimiento. - Suministrar herramientas para un aprendizaje significativo. - concebirse como un formador de formadores. - Modelar la acción docente. - Enseñar al alumno a construir sus estructuras de conocimiento, no “actos de fe” (suposiciones o concepciones falsas. - Dar seguimiento para que los alumnos alcancen las competencias del nivel.

- Debe ser un ente activo. - Que utilice su autonomía y sea responsable de su aprendizaje. - Habilidades para la lectura y la redacción, porque sino tendría limitaciones para procesar información. - Debe ser guiado por el docente para la construcción del conocimiento. - Debe superar la cultura memorística. - Tomar en cuenta sus ideas y experiencias previas para construir el conocimiento. - Utilizar los procesos básicos de pensamiento. - Internalizar los contenidos. - Utilizar técnicas y estrategias para el aprendizaje. - Los docentes formadores deben respetar la diversidad y ritmo de aprendizaje, considerando a su vez necesidades e intereses, procurando la participación interactiva, constructiva, creativa, reflexiva e investigativa.

- Superar la cultura transmisiva. - Estar vinculada con el campo de trabajo y en el aprender haciendo. - Asumir valores (responsabilidad, respeto y amistad). - Contribuir a una formación holística. - Elevar la autoestima del alumno en formación. - Promover la formación permanente. - La formación a través del modelaje del docente y tomando en cuenta el contenido instruccional, las resoluciones de la zona educativa, a través de las prácticas profesionales y por medio de las investigaciones.

- Existen prácticas de laboratorio.- Visitas de campo. - Observaciones y análisis de la interacción con el ambiente. - Se ejecutan transferencia de los conocimientos a los contextos de vida. - Necesidad de que el estudiante aprenda haciendo. - El docente formador debe tener dominio disciplinar y pedagógico. - Contrastar la realidad a través de la práctica profesional y con relación a las vivencias diarias. - La práctica hace ver nuevas maneras de interpretar la realidad, permite falsear la teoría, valorar la práctica con nuevos elementos teóricos y reforzar la teoría con la práctica.

CRITICO SOCIAL

FUENTE: Información aportada por los Docentes Formadores y Coordinadores de Cátedra.

Cuadro No. 12

encausan las respuestas a estímulos preestablecidos y no se promueven la

diversificación de opiniones y fuentes del saber.

En este orden de ideas, según los alumnos en formación, la presencia de los

modelos de formación docente tradicionalista y tecnológico, tienen su origen en la

acción de los docentes formadores, quienes utilizan en su gestión instruccional

orientaciones identificadas con los modelos antes indicados; lo que evidencia la

coexistencia de racionalidades en la acción docente, pese a que el diseño curricular

tiene una orientación constructivista en lo que se refiere al rol del alumno en la

construcción del conocimiento. De tal manera, que existe entonces discrepancia entre

la orientación que indica el diseño curricular y la práctica en el contexto instruccional, lo

que permite inferir que el alumno está siendo formado de acuerdo a una racionalidad

que pudiera replicar en futuros escenarios laborales.

Cuando se observa la actuación del docente en el aula se pone de manifiesto

que éste promueve la participación de los estudiantes, pero estos solo participan para

mostrar niveles de acuerdo con los docentes, es escasa la reflexión y/o argumentación

sobre los temas que se tratan en clases. Al tratar de develar la concepción de

investigación aplicada por el docente se infiere que ésta es entendida como búsqueda

de datos e información extraída de los textos, lo que pone en evidencia un modelo de

formación docente tradicionalista el cual podría conducir al futuro profesional a que

valore la calidad de la formación en relación al buen dominio de los contenidos de la

misma. Aunque eso es importante, se debe considerar además que él es un mediador

entre el alumnado y los contenidos culturales seleccionados por otros, por lo que

además del dominio de la disciplina debe desarrollar otras competencias que lo formen

como un docente crítico, reflexivo y participativo.

En lo referente al rol del alumno en la construcción del conocimiento (cuadro No.

12) los docentes formadores y los coordinadores de las diferentes menciones

manifestaron que, en su gestión como profesores consideran al alumno como un ente

activo, que utiliza su autonomía y que, por lo tanto, es responsable de su aprendizaje.

171

Manifiestan también los docentes que al presentar los alumnos fallas en la lectura y en

la redacción, procuran corregirlos, porque si no se limita su capacidad para procesar

información. También afirman que guían a los alumnos en la construcción del

conocimiento con el propósito de superar la cultura memorística. En este sentido, dicen

tomar en cuenta sus ideas previas para construir o confirmar el conocimiento científico,

y sugerir a los alumnos que utilicen los procesos básicos del pensamiento para

internalizar los contenidos, comprenderlos y establecer la interacción con el docente en

la búsqueda del conocimiento. Además, los profesores expresan que utilizan técnicas y

estrategias para que el alumno comprenda los contenidos instruccionales, para eso,

manifiestan los docentes, que ellos crean un entorno donde se respeten la diversidad y

ritmo de aprendizaje de los alumnos, considerando sus necesidades e intereses y

procurando la participación interactiva, constructiva, creativa, reflexiva e investigativa.

Lo planteado por los profesores y coordinadores de cátedra coincide con los

postulados de la perspectiva constructivista, ya que se reconoce la autonomía del

alumno como sujeto capaz y responsable de su aprendizaje, así como su capacidad

para problematizar contenidos y situaciones. A la vez sugieren el cambio de una cultura

escolar transmisiva por una en donde se utilicen estrategias para la construcción del

conocimiento tomando en cuenta sus ideas y experiencias previas; así como los

procesos básicos del pensamiento (observar, comparar, describir, clasificar, analizar,

sintetizar y evaluar) que a través de una mediación efectiva llevan a la metacognición,

es decir; que cuando el alumno regula el proceso de la producción de conocimiento, se

da cuenta qué procesos básicos del pensamiento puede utilizar ante una determinada

circunstancia, y además organizar informaciones, habilidades, aptitudes y destrezas.

Se admite, asimismo, la necesidad que el alumno, desde su autonomía, utilice

técnicas y estrategias para un aprendizaje comprensivo. Se concibe entonces que, el

aprendizaje, entre otros aspectos, se facilita gracias a la mediación o interacción con los

otros, además de la pertinencia y utilidad individual y social de los aprendizajes

propuestos.

172

Con base a lo anterior, se puede establecer que no existe correspondencia entre

los resultados de la observación directa donde se evidencia un modelo de formación

docente tradicionalista en cuanto al rol del alumno en la construcción del conocimiento,

y la opinión de los profesores, quienes se identifican en su discurso con un modelo

constructivista. Se infiere en consecuencia, que no se articula el discurso con la

práctica pedagógica, de tal manera que puedan fortalecer su acción docente en

coherencia con su lógica discursiva.

3.- Concepción de Formación Docente.

La concepción de formación docente explícita en el diseño curricular, (ver cuadro

No. 9), concibe el ejercicio de la docencia como un proceso de investigación

sistemático, flexible y continuo para aprender de su propia actuación en la acción.

Además propugna una formación integral que responda a los criterios de formación y

capacitación para una profesión, formación general, cultural, sicológica, ética, socio-

política y la formación física y deportes. De lo anterior se puede inferir, en una

perspectiva constructivista que el diseño curricular propone al docente orientar la

construcción integral del conocimiento a partir de criterios éticos y socio políticos, el

modelaje en la construcción de lenguajes inclusivos, el estimulo para el desarrollo de

competencias epistémicas, tomando como base la investigación (indagar, crear,

reflexionar, criticar).

Se percibe, entonces, un curriculum diseñado en una perspectiva constructivista,

lo que no se compagina con la acción en el aula, ya que los alumnos en formación,

señalan la presencia de los modelos de formación docente tradicionalista y tecnológico.

Según ellos, se aplica un modelo de formación docente tradicionalista porque los

docentes administradores de las tecnologías didácticas se limitan a enseñar cómo dar

clases y cómo utilizar estrategias y recursos. Plantean además que, los docentes

formadores no se ajustan al cambio, son teóricos, utilizan el mismo método (mecánico),

hacen énfasis en lo conceptual, no promueven la participación, son reproductores de

conocimiento, en su acción predominan aspectos conceptuales, y gestionan una

formación acrítica. Lo anterior es un indicador de que en la Escuela de Educación los

173

alumnos son reproductores del conocimiento, en un contexto donde la perspectiva

mecánica, lineal y determinista de la realidad da prevalencia a los aspectos

conceptuales, limitándose la utilización de las dimensiones procedimentales y

actitudinales.

En relación al Modelo de Formación Tecnológico, afirman los actores estudiados

que el docente formador obvia otros niveles de aprendizaje, ya que al ejercer su rol en

forma autoritaria, limita los aportes de los alumnos, lo que contribuye al mantenimiento

de la realidad en la cual está inmersa, privilegiando, en este sentido, lo conceptual, lo

cual conducirá a una formación en donde se estimula poco el pensamiento divergente, y

en donde el criterio eficientista es la norma.

Por otra parte, con respecto a la concepción de formación docente, se evidenció

que en la actividad del aula se pone de manifiesto (Ver cuadro No. 11) el rol pasivo de

los alumnos, la imposición de contenidos programáticos y el predominio de la

perspectiva disciplinar donde se da un reduccionismo epistemológico en el cual se

soslayan las dimensiones interdisciplinarias, transdisciplinarias, obviando también las

transferencias de conocimientos. La conjunción de todos estos elementos permiten

inferir que en el aula se genera un modelo tradicionalista, porque se privilegia la

memoria, el autoritarismo docente, la adición de información y la no modificabilidad de

las estructuras cognoscitivas. De tal manera, que la racionalidad del quehacer por parte

del docente formador en una perspectiva tradicionalista mantendrá el carácter

transmisivo en la clase, su imagen como autoridad única en cuanto al saber, la rutina

en el uso de estrategias, la atomización del saber al hacer énfasis en lo disciplinar y

dejar de lado la consideración de aspectos socio históricos y culturales. De esta

manera, se evidencia, por parte del docente formador, una escasa reflexión acción de

su práctica pedagógica.

En cuanto a la concepción de formación docente (cuadro No. 12) tanto los

docentes formadores como los coordinadores de cátedra de las diferentes menciones

indicaron que en su práctica en el aula procuran superar la cultura transmisiva,

vinculando la formación con el campo de trabajo y en el aprender haciendo, asumiendo

174

valores (responsabilidad, respeto y amistad), y contribuyendo a una formación holística.

También expresaron que tratan de elevar la autoestima del alumno, promoviendo su

formación permanente. Indicaron también que la formación se da día a día, a través del

modelaje de la acción docente y tomando en cuenta el contenido instruccional, las

resoluciones de la zona educativa, a través de las prácticas profesionales y por medio

de las investigaciones.

Atendiendo a los planteamientos hechos por los docentes formadores los

anteriores elementos forman parte de un modelo de formación docente constructivista,

porque ellos afirman que procuran el deslinde con el sesgo teórico (cultura transmisiva)

ya que el conocimiento no es una copia fiel de la realidad, sino una construcción del ser

humano. También se manifiesta la necesidad de que la formación pueda

operacionalizarse en escenarios naturales de trabajo dándose la interacción del proceso

de desarrollo del individuo con los recursos que le suministra su contexto cultural.

Por otro lado, según los entrevistados, se promueve una formación integral y

permanente, lo que conlleva a superar racionalidades lineales, deterministas y

ahistóricas. Además, se apunta hacia el uso de recursos sociales y culturales que

representan herramientas para mediar y promover el cambio. Cabe señalar que, las

realidades y demandas del entorno (dimensión histórica) en su dinámica cambiante

requieren a su vez, nuevas formas de organizar el pensamiento. Cuando el ser humano

no sólo se sitúa en el mundo, sino ante su mundo para poder reconocer posibilidades

de conocimiento en él, se le está dando real contenido al concepto de formación.

Con base a lo anterior, relacionado con la concepción de formación docente, se

observa coincidencia entre lo postulado por el diseño curricular y lo expresado por los

profesores, quienes se ubican en una perspectiva constructivista. Sin embargo, la

opinión de los docentes en formación y la práctica de los docentes formadores,

confirman la presencia de un modelo de formación docente tradicionalista, lo que

implica entonces, la necesidad de ser coherente entre lo que se dice y lo que se

ejecuta, en aras de contribuir a la formación integral de los futuros docentes. Este

contraste pone de manifiesto la necesidad de que los profesores modelen su acción en

concordancia con el diseño curricular, y con sus propios postulados, con el propósito de

175

lograr una formación en donde se conciba al alumno como un sujeto capaz de aprender

a aprender y desarrolle su propio proceso de aprendizaje, es decir hacerlo

independiente y autónomo en el uso de sus herramientas de aprendizaje.

4.- Relación Teoría Práctica.

En cuanto a la relación teoría práctica, según plantea el diseño curricular, (ver

cuadro No. 9) el futuro docente, en su proceso de formación debe experimentar

modelos, métodos, estrategias y medios educacionales que le permitan introducir

innovaciones para mejorar la calidad de vida y de la educación venezolana, el

intercambio entre la teoría, la práctica y su desarrollo personal, además debe promover

la participación ciudadana en la toma de decisiones concientizando a los habitantes de

las comunidades en relación a formas de organización y autogestión, asumiendo la

productividad como criterio de la relación educación trabajo. Estos planteamientos

permiten afirmar que el diseño curricular tiene una perspectiva constructivista ya que

pone en evidencia la correlación existente entre la teoría y la práctica; señalando

algunas estrategias para viabilizarla en el contexto de una práctica innovadora reflexiva

y transformadora.

Para los docentes en formación la relación teoría práctica se ejerce en la Escuela

de Educación desde una perspectiva tradicionalista y tecnológica, (ver cuadro No. 10).

Con respecto a la primera señalaron que existe poca relación de los contenidos con

elementos de la vida cotidiana, se vincula la teoría–práctica en forma escasa, ya que

en la práctica se maneja la teoría desde la concepción de los textos, predomina, por

parte del docente, una relación vertical con el alumno. También, expresan los alumnos,

que existe la supremacía de lo teórico sobre la práctica, por lo que la función docente

se aleja de la realidad, ya que se privilegian aspectos conceptuales y la práctica se

concreta, la mayoría de las veces, en las pasantías.

Este tipo de racionalidad en la relación teoría práctica presenta un sesgo

reduccionista en cuanto a las posibilidades de enriquecer o ampliar el conocimiento

176

desde las complejas epistemes que se presentan al interior de las prácticas

pedagógicas.

Además, los estudios sobre el curriculum, en lo que respecta a su pertinencia en

la actual sociedad del conocimiento ha suscitado un replanteamiento más profundo

sobre la necesaria integración teoría-práctica; de acuerdo a Imbernón (1996), se ha

dado un desplazamiento desde un concepto de práctica muy amplio y general,

abstracto y descontextualizado, pasando por una práctica sobre la que se puede

intervenir cambiando la manera de comprenderla, hasta el concepto actual de práctica

como praxis que surge de situaciones de incertidumbre, contextualizada, idiosincrática y

en determinadas circunstancias particulares que integran la reflexión sobre la base de

criterios teóricos justificativos y de acción.

Los docentes en formación coinciden en expresar, en cuanto a la relación teoría

práctica, que ésta se establece además desde una perspectiva tecnológica porque la

evaluación está basada en la relación estímulo - respuesta, se da una relación vertical

docente alumno, alumno–docente, y no alumno–alumno; por tanto, se manifiesta

también la construcción del conocimiento en forma lineal, el dominio de la teoría o

práctica en forma controlada, se da énfasis al eficientismo y no se estimula el

pensamiento divergente. Esto significa la prevalencia de una racionalidad técnica, en la

cual, la teoría (conocimiento científico sobre la educación) dirige y prescribe la práctica

(técnicas instrumentales eficaces), de tal manera que la formación de profesores se

desarrolla como un proceso de adiestramiento y entrenamiento con base a roles,

funciones y tareas.

De igual manera, de acuerdo a la observación realizada a los docentes

formadores (ver cuadro No. 11) en cuanto a la relación teoría práctica, se pone de

manifiesto el manejo de aspectos teóricos, existe muy poca intención de modelar la

práctica innovadora, no se estimula la reflexión acerca de los conocimientos previos, y

se evidencia un sesgo hacia los aspectos conceptuales. Este tipo de racionalidad

177

enmarcada en una concepción tradicionalista perpetúa una visión mecánica de la

realidad, se concibe la relación teoría-práctica en un plano formal-absolutista y limita la

posibilidad de gestionar una práctica pedagógica reflexiva y transformadora. En lo que respecta a la relación teoría práctica (cuadro No. 12), los docentes

formadores y coordinadores de cátedra de las diferentes menciones manifestaron que

realizan prácticas de laboratorio y visitas de campo, observaciones y análisis de la

interacción con el ambiente, ejecutan transferencia de los conocimientos a los contextos

de vida, procuran que el estudiante aprenda haciendo. Indican que es fundamental lo

teórico práctico, ya que esto permite mejorar los conocimientos previos, de ahí la

importancia del dominio disciplinar y pedagógico. También señalan que contrastan la

realidad a través de la práctica profesional y con relación a las vivencias diarias,

expresan que la práctica hace ver nuevas maneras de interpretar la realidad, permite

falsear la teoría, valorar la práctica con nuevos elementos teóricos, reforzar la teoría con

la práctica y viceversa.

La anterior caracterización está identificada con el modelo de formación docente

constructivista, ya que se utilizan varias estrategias para establecer la vinculación

teoría–práctica, se estimulan o promueven las dimensiones procedimentales y la

pertinencia del saber con su respectiva aplicabilidad, a la vez, en la medida que se

confronte la realidad con el saber, se pueden mejorar los conocimientos previos, ya que

se concibe al alumno como un procesador activo de la información.

Se destaca también, de acuerdo a los entrevistados, el dominio disciplinar

pedagógico, para una mediación efectiva que posibilite el diseño de modelos didácticos

evolutivos e integradores, la relación sinérgica entre teoría y práctica que oriente el

aprendizaje significativo desde las ideas o concepciones previas, la importancia de las

temáticas tratadas y la utilidad del saber. Lo anterior, sugiere la capacidad por parte del

mediador de crear, obtener y comunicar sentido. Cuando se afirma que “la práctica

permite falsear la teoría”, se está de acuerdo con el enfoque racionalista deductivo,

sobre todo con el planteamiento de Popper (1974) quien afirma que, el principal criterio

de demarcación científica lo constituye la falsabilidad. Es decir, un enunciado será

178

científico en la medida en que más se arriesgue o se exponga a una confrontación que

evidencie su falsedad. Este criterio también permite distinguir entre la ciencia y la no

ciencia.

Cabe destacar, que dicha postura valora a la práctica con nuevos elementos

teóricos, de tal manera que se pueden descubrir nuevos abordajes para explicar la

naturaleza y enfoque de dicha práctica. Es decir, se ha dado una evolución desde el

concebir la práctica sin profundizar en las demandas del contexto, pasando por

posturas reactivas, hasta la concepción contemporánea de práctica que surge en

situaciones complejas, en donde hay que comprender las diferentes “epistemes “ que

configuran realidades determinadas y/o únicas.

Se puede afirmar con base a la posición de los actores y tomando en cuenta las

unidades de análisis estudiadas, que se evidencia la prevalencia del modelo de

formación docente tradicionalista, manifestándose también el modelo de formación

docente constructivista y el tecnológico. Así, de acuerdo al diseño curricular el modelo

de formación docente prevaleciente es el constructivista, mientras que los docentes en

formación expresan que predomina el modelo tradicionalista al igual que los resultados

de la observación directa a los docentes formadores donde se refleja la presencia

también de ese modelo de formación. Por su parte, en la entrevista a profundidad

realizada a los docentes formadores y a los coordinadores de cátedra se evidencia la

presencia de un modelo de formación docente constructivista. La prevalencia del

modelo de formación docente tradicionalista, deviene de la puesta en práctica de una

racionalidad que es la que en definitiva impactará los procesos de formación y además

su posible replica o reproducción en futuros ámbitos laborales por parte del docente en

formación.

Estos aspectos, relacionados con las subcategorías epistemológicas, indican

que existe un discurso prescriptivo de orientación constructivista en el deber ser,

reflejado en el diseño curricular y en las opiniones de los docentes formadores. Sin

embargo, se observan contrastes al manifestarse la presencia de un modelo de

formación docente tradicionalista, de acuerdo a lo expresado a los docentes en

179

formación y lo evidenciado en la observación directa realizada a los docentes

formadores. Lo anterior sugiere la necesidad de socializar el perfil correspondiente a

los procesos de formación, de tal manera que pueda existir un criterio unificado que

oriente la actuación de los actores estudiados. De lo contrario podría perpetuarse

entonces la prevalencia de un modelo de formación docente tradicionalista.

Pedagogía en los Modelos de Formación Docente.

Subcategoría Pedagógica: Docente Formador.

El diseño curricular de la Escuela de Educación destaca, en relación al docente

formador (ver cuadro No. 13), que éste debe modelar los roles de mediador de

procesos y experiencias de aprendizaje, interventor y promotor social, orientador y

gerente educativo. Una de sus funciones es analizar la realidad social en todos sus

ámbitos y participar activamente en los procesos de transformación de la educación, la

comunidad y la sociedad; así como, promover e impulsar acciones de carácter social

comunitario, corporativo, gremial y de autogestión dirigidas a la solución de problemas

de la comunidad, de su gremio y de su profesión.

Se infiere entonces que, el diseño curricular plantea un modelo de formación

docente constructivista, ya que se toman en cuenta los roles como referencia para

direccionar la gestión docente, entre esos roles destacan el de mediador de procesos y

experiencias de aprendizajes y el de promotor social. En este sentido, la función del

docente es establecer un puente entre los procesos de construcción del alumno y el

saber colectivo culturalmente organizado, partiendo de la premisa que el aprendizaje se

facilita gracias a la mediación o interacción con otros. Lo que implica también el

promover en el alumno el desarrollo de habilidades y actitudes hacia el trabajo

productivo. En el documento curricular se presenta la educación como fuerza de

transformación no sólo del hombre sino también de las estructuras sociales.

No obstante, los docentes en formación, (ver cuadro No. 14) afirman que el

docente formador aplica en las actividades de aula, tanto el modelo de formación

180

docente tradicionalista como el tecnológico. Según plantean los estudiantes, el docente

es tradicionalista porque es un simple transmisor del conocimiento ya que no desarrolla

el sentido crítico, ni propicia la participación del alumno, además que mantiene

unidireccionalidad comunicativa en el proceso enseñanza–aprendizaje. También,

según los alumnos, sus profesores utilizan los mismos recursos (láminas, pizarrón,

tizas), para la enseñanza, se muestran autoritarios en la transmisión del conocimiento y

por lo tanto, no toman en consideración la opinión propia del alumno. En consecuencia,

se observa un desfase entre los planteamientos del diseño curricular y la forma de

manejar los contenidos, ya que éstos no son problematizados. Las estrategias

utilizadas por los docentes no logran motivar a sus socios del aprendizaje, imponen

sus prácticas pedagógicas, por lo cual no consideran la autonomía de los alumnos,

manteniendo de esta forma una posición acrítica.

Los alumnos caracterizan a sus docentes desde la perspectiva tecnológica

porque según ellos, éstos son sujetos cumplidores de objetivos, es decir que

desarrollan metodologías sustentadas en el logro de los objetivos, y ejecutan

procedimientos siguiendo una concepción rígida en la sistematización del contenido,

operacionalizando normas y procedimientos didácticos según patrones establecidos, de

esta manera, la enseñanza se desarrolla como un conjunto estructural de actividades

susceptible de predecirse y controlarse.

La ubicación de los profesores en los modelos tradicionalista y tecnológico,

implica, atendiendo a las afirmaciones de los estudiantes, que los docentes están

orientados a generar prácticas pedagógicas en donde se sobredimensiona su rol como

fuente única y legitimadora del conocimiento así como la creencia que tiene de su

planificación como inmutable, realizada con base a conductas predeterminadas.

Además, se dejan de lado aspectos relacionados con la investigación como eje

vertebrador de su práctica pedagógica, la perspectiva sistémica y ecológica de la

realidad, la consideración de referentes onto-epistemológicos, la interacción

comunicativa para la construcción del conocimiento, el uso de prácticas instruccionales

indirectas (pedagogía invisible) (Berstein, 1990), en donde se promuevan acuerdos o

consensos con los alumnos acerca de la manera de gestionar los procesos de

formación.

181

SUBCATEGORIAS PEDAGOGICAS ANALISIS DE CONTENIDO DEL DISEÑO CURRICULAR DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACION (L.U.Z.)

DOCENTE

ALUMNO

CONTENIDO

- Debe modelar los diferentes roles, sobre todo su rol de mediador de procesos y experiencias de aprendizaje.

- Rol de interventor. Docentes como sujetos sociales. Una de sus funciones es analizar la realidad social en todos sus ámbitos y participar activamente en los procesos de transformación de la educación, la comunidad y la sociedad.

- Promover e impulsar acciones de carácter social comunitario, corporativo, gremial y de autogestión dirigidas a la solución de problemas de la comunidad, de su gremio y de su profesión.

- Se mencionan también los roles de orientador y gerente educativo.

En cuanto al que cursa estudios de formación docente, se le exige un perfil de ingreso, de permanencia y de salida. En cuanto al perfil de ingreso, se requiere aptitudes, intereses, características individuales y sociales. El perfil de permanencia tiene que ver con la demostración de la adquisición y desarrollo de habilidades, de destrezas que posteriormente deberá poseer como profesional. La evaluación de estas características se hará cuando el estudiante este cursando máximo el 5to semestre. El perfil de egreso se resume en el desempeño de 5 roles fundamentales: 1. Mediador de procesos y experiencias de

aprendizajes. 2. Orientador del proceso de formación integral

del individuo. 3. Investigador de la realidad educativa y de la

realidad social, local, regional, nacional y/o mundial.

4. Interventor de la realidad y promotor de cambios sociales.

5. Gerentes del proceso educativo. - El docente en formación, desde la

perspectiva de sus roles, es concebido como ente activo de su propio aprendizaje.

- El contenido instruccional está distribuido y secuenciado con base a las unidades curriculares.

- En su rol de mediador, al docente se le

exige organizar secuencias de aprendizaje, lo que implicaría contenidos relevantes, actualizados y de alto impacto en el proceso de formación de los alumnos.

- En cuanto a las unidades curriculares entendidas como asignaturas o materias se observa en el diseño curricular una descripción muy general de las mismas.

FUENTE: Diseño Curricular de la Escuela de Educación. (1995).

Cuadro No. 13

Por otra parte, se observó que el docente formador desarrolla la enseñanza de

manera transmisiva, aunque tiene un buen dominio disciplinar administra de manera

inadecuada los diferentes momentos de la clase (inicio, desarrollo y cierre) estimula

muy poco la autonomía del alumno y establece una escasa interacción comunicativa

con los estudiantes para que estos construyan conocimientos. En este sentido, se tiene

una concepción de la educación como vía legitimadora de las condiciones

socioculturales actuales, no se promueven en el alumno habilidades y actitudes hacia el

trabajo productivo así como su rol de ciudadano responsable.

En contraposición a lo planteado por los estudiantes y a lo observado en la

actividad del aula, los docentes formadores, (Ver cuadro No. 16), en la entrevista a

profundidad expresaron que son mediadores y facilitadores de aprendizajes, para eso,

según ellos, toman en cuenta las experiencias previas de los alumnos y procuran dar el

respectivo seguimiento para el logro de los objetivos determinados. Afirman además,

que propician la interacción comunicativa para la construcción del conocimiento,

enseñando al alumno a aprender de manera autónoma para que tenga dominio

comprensivo de los contenidos. En relación a lo anterior, expresan los docentes, se

hace necesario un uso óptimo de la mediación disciplinar y pedagógica.

Los anteriores aspectos, entre otros, están inmersos en un modelo de formación

docente constructivista, porque una de las tareas principales del docente como

mediador es estimular la motivación y participación activa del sujeto y aumentar la

significatividad de los materiales académicos, facilitando así el aprendizaje. Por otro

lado, el monitoreo o seguimiento que hacen continuamente, según plantean los

docentes, en relación al alcance de las objetivos por parte del alumno, indica la

intención de ir constatando dominios en las diferentes áreas del conocimiento escolar.

También manifiestan los docentes la utilización del principio de la interacción

comunicativa como forma de promover el intercambio de ideas, el uso de preguntas

abiertas, el sustento y contraste de determinadas ideas y opiniones, aspectos estos que

contribuyen a la creación del conocimiento.

183

El hecho de sugerir un trabajo integrado entre lo disciplinar y lo pedagógico pone

de manifiesto una preocupación por obtener una formación de calidad en beneficio de

los docentes en formación, en donde se consideran aspectos históricos, ideológicos,

epistemológicos, antropológicos, hermeneúticos, intersubjetivos, entre otros, que

potencian la acción docente. Por lo que el dominio disciplinar y pedagógico conlleva a

que el docente considere elementos del proceso de aprendizaje que lo dinamizan como

lo es el rol del alumno como procesador y productor de conocimiento y la influencia del

entorno; y además, diseñará estrategias metodológicas pertinentes, monitoreando el

proceso y reflexionando en y desde su práctica para coadyuvar al logro de aprendizajes

potenciadores, tanto del alumno como de él mismo.

De aplicar el modelo constructivista los docentes ayudarán a los estudiantes a

cuestionar el pensamiento docente espontáneo, tradicional y eficientista. Además, se

requiere que los profesores se planteen el por qué y el para qué de la praxis

pedagógica, es decir, hacer explicita la intención de la tarea docente en sus raíces

ontoepistemológicas y el respectivo impacto en el contexto social.

Al estudiar la opinión de los diferentes actores, se observa en la subcategoría

pedagógica docente formador la presencia de varios modelos de formación docente.

Así, desde el diseño curricular se hace presente el modelo constructivista al igual que

en las opiniones de los profesores, pero los docentes en formación opinan que están

siendo formados bajo un modelo de formación docente tradicionalista, resultados que

coinciden con la observación directa a los docentes formadores, lo que evidencia la no

correspondencia entre los postulados del diseño curricular y la concreción de la acción

docente en el aula. De ahí la importancia de concertar acuerdos, entre los docentes y

los directores de la comisión curricular, para que haya la unificación de criterios y se

contribuya a una gestión instruccional en donde el rol del docente formador se inscriba y

operacionalice a través de una práctica transformadora.

184

TALLER REALIZADO CON LOS DOCENTES EN FORMACION SUBCATEGORIAS PEDAGOGICAS

SUBCATEGORIAS PEDAGOGICAS

MODELOS DE FORMACIÓN

DOCENTE FORMADOR

DOCENTE EN FORMACION

CONTENIDO

INSTRUCCIONAL

TRADICIONALISTA O

CLASICO

- No desarrolla sentido crítico. - No propicia la participación del alumno. - Transmisor del conocimiento. - Unidireccionalidad en la comunicación. - Educación discursista. - Formación rígida. - Utiliza los mismos recursos. - Autoritario en su transmisión del conocimiento. - No toma en consideración las opiniones del alumno. - Desfase a la hora de manejar los contenidos. - Sus estrategias no logran motivar a sus socios del aprendizaje. - Imposición en sus prácticas pedagógicas. - No promueve la autonomía de los alumnos. - Es positivista y mantiene una posición acrítica.

- Es teórico. - Recibe y transmite conocimientos de forma textual. - No hay producción. - No toma la iniciativa para participar. - Memorístico, metódico, pasivo. - Solo recibe información y la repite. - No tiene libertad de expresar sus opiniones.

- Carácter lineal. - Se rige por contenidos específicos. - Predominio memorístico. - Carácter sistemático. - Privilegia los contenidos conceptuales. - Autoridad única en los contenidos, ejemplos: exposiciones, copias y dictados. - No se propicia interpretación ni mucho menos el análisis.

TECNOLOGICO

- Cumplidor de objetivos. - Desarrolla metodologías sustentadas en el logro de los objetivos. - Ejecutor de procedimientos. - Concepción absolutista. - Sistematización del contenido. - Sigue patrones establecidos. - No es capaz de romper esquemas por temor a equivocarse. - Entiende la enseñanza como un conjunto estructural de actividades susceptible de predecirse y controlarse.

- Transmite solo lo que el docente desea- Formula y responde limitadamente. - Tomado como instrumento. - Aprendizaje de una manera lineal. - Respuestas predeterminadas. - Establecen relaciones causa / efecto. - Limitada a emitir respuestas cerradas.

- Es determinista. - Se basa en la exposición del profesor. - Toma contenidos preestablecidos. - Modelos teóricos reacios al cambio. - Se fijan de acuerdo a los objetivos. - El contenido es jerarquizado. - Desactualización de los contenidos. - Sistematizados con base a objetivos y secuencias determinadas. - Sus actividades son estructuradas y expresan que la planificación muchas veces no tiene opción a ser modificada según sugerencia de los estudiantes.

CONSTRUCTIVISTA

CRITICO SOCIAL

Cuadro No. 14

FUENTE: Información aportada por los Docentes en Formación de las diferentes menciones.

Subcategoría Pedagógica: Docente en Formación.

El alumno (docente en formación) es concebido en el diseño curricular, (ver

cuadro No. 13) desde el modelo de formación docente tecnológico. En este sentido, al

alumno que cursa estudios de formación docente, se le exige un perfil de ingreso, de

permanencia y de salida. Este aspecto está en concordancia con una perspectiva

sistémica, ya que considera lo referente a los elementos de entrada proceso y

producto, que si bien sirven como herramienta para visualizar el proceso de formación,

pudiese pasar por alto otros factores concurrentes desde la complejidad de los

procesos de formación. En el rol de mediador, se le exige al docente formador plantear

metas de aprendizaje en los dominios cognoscitivos, sicomotores y afectivos, en la

búsqueda de resultados prácticos y mensurables, como consecuencia de la

planificación detallada de la situación de aprendizaje orientada a mantener la estructura

y flujo del sistema.

Cabe señalar que la perspectiva tecnológica deviene en percibir al alumno como un

usuario, limitado a emitir respuestas cerradas, buscando establecer relaciones causa-

efecto entre comportamientos de profesores y rendimientos de los alumnos, se hace

hincapié en una concepción del individuo como organismo que se adapta al medio. Al

respecto, de acuerdo a Imbernón (1998) se pueden mencionar algunas debilidades del

modelo tecnológico en el diseño curricular:

- En primer lugar, el supuesto mundo de objetividad y cientificismo queda en

entredicho, cuando se ignora que detrás de cada criterio adoptado hay unos

determinados intereses personales y sociales.

- En segundo lugar, las diversas concepciones del curriculum no están exentas de

unos presupuestos éticos, morales o sociales.

- Y en tercer lugar, los sujetos parecen unidos a la institución en una relación

estrictamente funcional y en la cual son ejecutores de una práctica educativa en

cuya concepción principal no han participado.

Por otra parte, los docentes en formación señalan que sus profesores ponen en

práctica en el aula tanto el modelo de formación docente tradicionalista como el

186

OBSERVACIÓN DIRECTA A LOS DOCENTES FORMADORES ADSCRITOS A LAS MENCIONES SELECCIONADAS

SUBCATEGORIAS PEDAGOGICAS

MODELOS

DOCENTE

FORMADOR

CONTENIDO INSTRUCCIONAL

DOCENTE EN FORMACION

TRADICIONALISTA O

CLASICO

• Carácter transmisivo de la enseñanza. • Buen dominio disciplinar. • Administración inadecuada de los

diferentes momentos de la clase (inicio, desarrollo y cierre).

• Poco estimulo a la autonomía del alumno. • Escasa interacción comunicativa para la

construcción del conocimiento.

• Predominio de los aspectos teóricos sobre la práctica.

• Énfasis disciplinar. • Imposición de contenidos

instruccionales. • Carácter lineal • Valoración de los conocimientos

disciplinares sobre los pedagógicos. • Inadecuado ambiente para la

construcción de contenidos significativos

• Pocas estrategias para ayudar, a través del contenido, a problematizar la realidad y la necesidad de transformarla.

• Rol pasivo. • Reproductor de conocimientos • Aceptador de la autoridad

absoluta del docente como fuente de autoridad en cuanto al conocimiento.

TECNOLOGICO

CONSTRUCTIVISTA

CRITICO SOCIAL

Cuadro No. 15

FUENTE: Información aportada por los Docentes en Formación de las diferentes menciones (2006).

tecnológico (ver cuadro No. 14). Con respecto al primero, se les conduce a trabajar la

clase de manera teórica, escasamente participan en clase, aprenden de manera

memorística, sólo deben repetir lo que se presenta en clases. Todos esos aspectos

permiten afirmar que al estudiante se le está formando en el contexto de un Modelo de

Formación Docente Tradicionalista, lo cual implica que existe una alta probabilidad de

que en su actuar como futuro docente enseñe como le enseñaron.

Al describir la formación docente como tecnológica; la población conformada por

los docentes en formación expresó que, en el proceso de enseñanza-aprendizaje,

transmite o responde solo lo que el docente formador desea, se da una concepción

aditiva del aprendizaje, por lo que se sugieren respuestas predeterminadas y se

responde solo lo que le preguntan. Además, se establecen relaciones causa /efecto, por

lo que se limitan a dar respuestas cerradas. Este tipo de racionalidad programa al futuro

docente desde una perspectiva técnica, que, si bien es cierto, explicita ciertos

elementos y dinámica del quehacer docente, mantiene una visión lineal y mecanicista

de la realidad y de los fenómenos sociopolíticos y culturales que se generan en las

distintas realidades de la acción humana.

Por otra parte, las perspectivas tradicionalista y tecnológica, dado su poco aporte

a los procesos de formación docente, plantean desafíos en el sentido de proponer otro

tipo de racionalidad en los procesos de formación en donde se privilegie, entre otros, el

carácter autónomo del alumno en la construcción del conocimiento, tome en cuenta la

metacognición, adquiera principios de carácter filosófico, científico, social y técnico para

interpretar el hecho educativo, desarrolle competencias orientadas a aprender y a

emprender, énfasis en la educación para el trabajo productivo y se toma en cuenta el

aprendizaje dual: relación teoría–práctica.

En la observación realizada se pudo notar que el alumno en formación (cuadro

No. 15), asume un rol pasivo, reproductor de información, y aceptador de la autoridad

absoluta del docente como fuente de conocimiento. Los aspectos anteriores son

inherentes a un modelo de formación docente tradicionalista. Esta situación podría

conllevar a que en su futuro rol como mediador pueda modelar prácticas

188

ENTREVISTA A PROFUNDIDAD REALIZADA A LOS DOCENTES FORMADORES Y COORDINADORES DE CATEDRA

SUBCATEGORIAS PEDAGOGICA

SUBCATEGORIAS PEDAGOGICAS

MODELOS DE FORMACIÓN

DOCENTE FORMADOR

DOCENTE EN FORMACION

CONTENIDO

INSTRUCCIONAL

TRADICIONALISTA

O CLASICO

TECNOLOGICO

CONSTRUCTIVISTA

- Mediador y facilitador del aprendizaje. - Tomar en cuenta las experiencias previas de los alumnos. - Dar el respectivo seguimiento para que los alumnos alcancen las competencias determinadas. - Propiciar la interacción comunicativa para la construcción del conocimiento. - Enseñar al alumno a aprender. - Tener dominio comprensivo de los contenidos. - Utilizar estrategias en el proceso de enseñanza-aprendizaje. - Dominar la mediación disciplinar y pedagógica.

- Se deben tomar en cuenta sus experiencias previas. - Se respete la diversidad y ritmo de aprendizaje. - Se conciba como participante interactivo-constructivo del aprendizaje. - Establezca la vinculación teoría– práctica. - Los alumnos estudian para pasar la materia, no par aprender, están influidos por las modas, costumbres, era de la tecnología, celulares, etc. - Debe ser estructurado, es decir, tener competencias par leer e interpretar, escribir bien, en función de eso puede interactuar con cualquier tipo de conocimientos, manejo del lenguaje (también un poquito de computación, un poquito de inglés). - Que sea capaz de procesar en forma independiente la información y manejar una vasta cultura.

- Debe guardar equilibrio con la práctica. - Globalizado y contextualizado. - El docente debe diseñar estrategias significativas. - Usar el contenido instruccional como fuente de problematización, para construir conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales. - Validar en la práctica o en la clase. - Ir de lo simple a lo complejo. - Vincularlo a la práctica. - Actualizado, ya que hay permanentes cambios en todos los ámbitos del saber. - Discutir el por qué, cómo y para qué del conocimiento. - Convertir las aulas en talleres de expresión (intuición y acercamientos paulatinos para la construcción de conocimiento, saber sabio-saber escolar). - Valorar tanto los contenidos disciplinares como los pedagógicos.

CRITICO SOCIAL

Cuadro No. 16

FUENTE: Información aportada por los Docentes Formadores y Coordinadores de Cátedra.

pedagógicas reproductoras. Se infiere que los docentes necesitan estar actualizados para

imprimir a su práctica pedagógica unos referentes que lo guíen con toda intencionalidad

hacia los principios que deben adoptar los docentes en formación. Por lo que, es importante

que el docente formador además de demostrar el dominio de su disciplina, pueda utilizar en

su gestión en el aula, estrategias cognitivas y metacognitivas que le permitan al alumno

aprender a aprender y emprender en el contexto del ejercicio de su autonomía y su

interdependencia ciudadana.

Los planteamientos anteriores evidencian coincidencia entre lo que expresan los

alumnos en formación y la gestión instruccional del docente en el aula en cuanto a la

presencia del modelo de formación docente tradicionalista. Este tipo de racionalidad

contribuye a mantener el carácter transmisible de la clase, ya que no se propicia la

autonomía del alumno lo que conlleva a que se limite su desarrollo cognitivo-valorativo, al

dejarse de lado la discusión y la reflexión. De esta forma, se conduce al alumno para que

acumule y reproduzca saberes no construidos por él, y se materialice el aseguramiento de la

reproducción cultural.

En lo referente al alumno en formación (cuadro No. 16), los docentes formadores y los

coordinadores de cátedra de las diferentes menciones señalaron que en las clases ellos

consideren las ideas previas de los alumnos, así como la diversidad y ritmo de aprendizaje,

concibiéndolos como participantes interactivo-constructivo del aprendizaje, a la vez que

establecen una adecuada vinculación teoría-práctica. También expresan los entrevistados,

que los alumnos estudian para pasar la materia, no para aprender, están influidos por las

modas, costumbres, era de la tecnología, celulares, entre otros. Además, los entrevistados

manifiestan que el docente en formación debe tener competencias para leer, interpretar y

escribir bien, en función de eso puede interactuar con cualquier tipo de conocimiento, y

dominar un vocabulario amplio (también un poquito de computación, un poquito de inglés), a

la vez que sea capaz de procesar en forma independiente la información y manejar una vasta

cultura.

Estos aspectos, son expresión de un modelo de formación docente constructivista,

porque la promoción de la actividad de los conocimientos y experiencias previas que posee

190

el alumno en su estructura cognitiva, facilitará los procesos de aprendizajes significativos de

nuevos materiales de estudio. Dado que el alumno en su proceso de aprendizaje, y mediante

ciertos mecanismos autorregulatorios, puede llegar a controlar eficazmente el ritmo,

secuencia y profundidad de sus conductas y procesos de estudio, una de las tareas

principales del docente es estimular la motivación y participación activa del sujeto y aumentar

la significatividad potencial de los materiales académicos.

Los profesores también manifiestan que los alumnos en formación deben tener

competencias básicas basadas en el saber leer, interpretar y escribir, que son parte de los

requisitos que están en concordancia con el perfil de entrada descrito en el diseño curricular.

A estos requisitos instrumentales se le suman otros vinculados, a aspectos

vocacionales, aptitudinales, relacionales y actitudinales, entre otros. Pero dada la dinámica

socio-cultural actual se requieren ciertas competencias que debería tener el alumno, tales

como: Capacidad de adaptarse al cambio, flexibilidad, percepción holística, capacidad de

trabajar en equipo, creativo, crítico, promotor de cambios, manejo de conocimientos

relacionados con la informática, tolerancia, capacidad para vivir y convivir en una sociedad

multiétnica y globalizada, capacidad emprendedora, etc. De tal manera que, si el diseño

curricular es flexible en cuanto al rol del alumno o docente en formación, debe ir

incorporando aquellas características que exigen un perfil de entrada de forma que se pueda

contribuir a la capacitación de un docente que responda a las realidades socioculturales.

En cuanto a la influencia de las modas, la era de la tecnología (internet, celulares) y el

hecho de que los alumnos estudian para pasar la materia y no para aprender, requiere de los

profesores estar al día con las tendencias y megatendencias sociales, y a partir de ahí

diseñar estrategias que le permitan develar realidades, y enseñar a los alumnos a leer los

contextos. Si dichos alumnos no tienen la menor idea del momento histórico en donde están

situados, tal educación no es relevante. Por eso, es menester ubicarse en el contexto social

como sujeto capaz y consciente de decir la palabra y decidir entre opciones. De tal manera

que, la gestión docente no se restrinja a la sola búsqueda de causalidades o comprensiones

de los hechos, sino que intente una interpretación reflexiva de las mediaciones y

contradicciones que surgen en la práctica pedagógica como un proceso histórico cultural.

191

Por otro lado, de acuerdo a los entrevistados, en la relación teoría-práctica se trata de

validar enfoque teóricos, posibilidades de conocer otras opciones de conocimiento así como

constatar las múltiples dimensiones que concurren en una determinada situación. No

obstante, hay que hacer explicita, por parte de los profesores, la intención de que los

alumnos adquieran principios de carácter filosófico, científico, social y técnico, para

interpretar el hecho educativo. Dichos principios están orientados a que los alumnos posean

una visión integral del quehacer social y puedan sustentar, con argumentos sólidos, posturas

personales y profesionales.

Con base a todo lo anterior, se puede afirmar que en relación a la subcategoría

pedagógica docente en formación existe discrepancia entre lo que postula el diseño

curricular, al percibirlo dentro de un modelo de formación docente tecnológico y la opinión

que tienen los profesores acerca de su rol, al ubicarlo en una perspectiva constructivista. Se

da entonces, una contradicción entre lo postulado en el deber ser y la opinión que tienen los

docentes formadores y coordinadores de cátedra. Esta situación exige el diálogo entre los

actores para que pueda generarse el compromiso de unificar criterios en pro de una

formación de calidad para que el docente en formación pueda desempeñarse con propiedad

en su futura gestión pedagógica.

Subcategoría Pedagógica: Contenido Instruccional.

En el Diseño Curricular, el contenido instruccional (ver cuadro No. 13) está distribuido y

secuenciado con base a las unidades curriculares. En su rol de mediador, al docente se le

exige organizar secuencias de aprendizaje. En cuanto a las unidades curriculares entendidas

como asignaturas o materias se observa en el diseño curricular una descripción muy general

de las mismas.

En relación al contenido instruccional, el Diseño Curricular está en armonía con una

perspectiva tecnológica de la educación, ya que se le exige al docente la planificación por

objetivos que implica secuencias de aprendizajes, a manera de contenidos dosificados y en

función de conductas predeterminadas, de acuerdo a las taxonomías del aprendizaje. Al

respecto, Schiro (1978:118), afirma “las razones básicas por la que los objetivos han de

192

fijarse antes de comenzar a desarrollar el curriculum, y el que hayan de establecerse en

términos conductuales específicos, se debe a la concepción instrumentalista del curriculum y

a la concepción conductista de la naturaleza humana”.

Además, según el criterio de Porlán y Rivero (1998), este tipo de Modelo de

Formación Docente Tecnológico se fundamenta en una concepción jerárquica del

conocimiento, y del aprendizaje profesional basada en la asimilación aplicación de

significados, entendidos estos como destrezas técnicas y en una concepción autoritaria,

centralista y tecnológica del curriculum (a prueba de profesores).

Por su parte los alumnos en formación expresan que el contenido instruccional que

ellos manejan de acuerdo a las asignaturas, presenta tanto una perspectiva tradicionalista

como tecnológica, (Ver cuadro No. 14). La perspectiva tradicionalista se manifiesta debido a

su énfasis memorístico, la prevalencia de contenidos conceptuales, y el ejercicio autoritario

por parte de los docentes en la mediación de los contenidos, por ejemplo el predominio de

las exposiciones, en donde se deja de lado la interpretación y el análisis, que pudiesen

generar otras perspectivas, a la vez que contribuirían a profundizar, a diversificar y/o ampliar

otra fuente de contenido.

Los alumnos en formación también opinan que está presente el modelo de formación

docente tecnológico. En este sentido, el contenido es determinista porque se basa en la

exposición del profesor, toma contenidos preestablecidos, contenidos teóricos reacios al

cambio, el contenido es jerarquizado, y a veces desactualizado, sistematizado con base a

objetivos y secuencias determinadas, y expresan que la planificación muchas veces no tiene

opción a ser modificada según sugerencias de los estudiantes.

Frente a tales evidencias, es posible afirmar que tanto la perspectiva tradicionalista

como la tecnológica contribuyen a mantener una actitud pasiva por parte del alumno en

cuanto a la posibilidad de utilizar múltiples fuentes de los contenidos a estudiar y sus

diferentes posibilidades de crear y/o profundizar los saberes. Se requiere entonces la

utilización de enfoques más enriquecedores en donde el contenido guarde equilibrio con lo

práctico, responda a criterios de actualidad y apertura, se privilegie un ambiente para la

193

construcción de contenidos significativos, así como asumir la perspectiva inter y

transdisciplinaria. También es menester considerar la tensión entre lo global-nacional,

considerar las mediaciones del contexto y valorar los conocimientos disciplinares y

pedagógicos.

Se observa, en la práctica de los docentes formadores, que el contenido instruccional

(ver cuadro No. 15), mantiene un predominio de los aspectos teóricos sobre la práctica,

énfasis disciplinar, imposición de contenidos instruccionales, y valoración de los

conocimientos disciplinares sobre los pedagógicos, creación de inadecuados ambientes

para la construcción de contenidos significativos, y pocas estrategias para ayudar, a través

del contenido, a problematizar la realidad y la necesidad de transformarla.

Estos aspectos están en armonía con un modelo de formación docente tradicionalista

ya que contribuyen con su racionalidad a la atomización del conocimiento, a la vez que se

genera una escasa valoración de las mediaciones del contexto que son multivariadas y que

constituyen referentes para contrastar y enriquecer tanto el diálogo como la producción de

saberes. Por otro lado al no existir una valoración de los conocimientos disciplinares y

pedagógicos se contribuirá a la formación de un sujeto con limitaciones para reflexionar

desde su práctica pedagógica y contribuir a los procesos de transformación.

Además, en cuanto al contenido instruccional los docentes formadores y

coordinadores de cátedra de las diferentes menciones señalan que en su gestión de clase, el

contenido (Ver cuadro No. 16) guarda equilibrio con la práctica, es globalizado y

contextualizado, y para su implementación utilizan estrategias significativas. Expresan

también los profesores que usan el contenido instruccional como fuente de problematización,

para construir conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales (integrados), y

facilitar la comprensión de los mismos. Según ellos, los contenidos son validados en la

práctica o en la clase y para su comprensión van de lo simple a lo complejo, utilizan

contenidos actualizados ya que hay permanentes cambios en todos los ámbitos del saber,

indican también que discuten el por qué, cómo y para qué del conocimiento, convirtiendo las

aulas en talleres de expresión (intuición y acercamientos paulatinos para la construcción de

194

conocimientos) (saber sabio-saber escolar), y valorando tanto los contenidos disciplinares

como los pedagógicos.

Según los docentes formadores, el contenido instruccional está en sintonía con una

perspectiva constructivista, ya que los requerimientos actuales sugieren que se genere una

interacción múltiple con los contenidos (lo disciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar), con

otros elementos del contexto y la propia experiencia y habilidades. En esta perspectiva,

superadora del enfoque bancario de la educación, el punto de partida sería el educando

“ubicado en su contexto como sujeto aprendiz, comunicativo, cultural, activo, histórico, capaz

de significar de múltiples maneras su apropiación de los contenidos y capaz de negociarlos y

producir nuevos aprendizajes”. (Orozco, 1996).

De igual manera, al cuestionar o problematizar los contenidos así como al promover la

diversidad de fuentes para su búsqueda, se estimula la autonomía y participación de los

alumnos. Por otra parte, la perspectiva de lo integral al concebir los tipos de contenidos,

contribuye no sólo a un manejo técnico, sino que se posibilitan aprendizajes duraderos,

generativos, creativos y críticos. Además el ir de lo simple a lo complejo demuestra la

intención de dosificar la comprensión, dominio, aplicación y diversificación del saber. Al

respecto, se puede afirmar que el aprendizaje se facilita cuando los contenidos se le

presentan al alumno organizados de manera conveniente y siguiendo una secuencia lógica-

psicológica apropiada. También se reconoce a la vez, el grado de biodegradabilidad del

conocimiento, que se encuentra en constante innovación, algo característico de la sociedad

del conocimiento en donde nos encontramos.

En cuanto, a convertir, según los profesores, las aulas en talleres de expresión

(intuición y acercamiento paulatino para la construcción de conocimientos, o aprender

haciendo), se está de acuerdo con lo expuesto por Piaget (1982) quien afirma que la

experiencia más importante para el desarrollo cognitivo no es la que extrae información

directamente de la percepción sensorial de los objetos “físicos”, sino aquella otra experiencia

de la acción propia, la experiencia que el sujeto obtiene de las acciones que él mismo ejerce

sobre otros sujetos naturales y/o culturales. De lo que se trata en síntesis, es que los

alumnos realmente aprendan, tomando en cuenta una serie de elementos concurrentes, lo

195

que demuestra la necesidad de que el docente formador realice una práctica pedagógica

informada desde las indagaciones que hace y desde la teoría que él mismo puede ir

generando.

Con base a lo anterior, relacionado con la subcategoría pedagógica contenido

instruccional, se puede afirmar que tanto en el diseño curricular como en lo expresado por los

docentes en formación existe coincidencia en cuanto a su uso en una perspectiva

tecnológica, lo que deviene en una racionalidad instrumental, en el sentido de que hay una

concepción poco flexible y/o unívoca de la gestión instruccional, obviando la posibilidad de

que el contenido instruccional pueda problematizarse, y considerar otras fuentes para su

selección, construcción y diversificación.

Según el criterio de los profesores existe un enfoque constructivista en el tratamiento

del contenido instruccional, sin embargo; a juicio de los docentes en formación dicho

contenido se operacionaliza bajo un enfoque tradicional. Esta discrepancia, conlleva

entonces a desarrollar una gestión pedagógica donde se manifiesta el rol pasivo del alumno,

se impongan contenidos y se obvie la posibilidad de tomar en cuenta otros mediadores del

contexto.

196

CONCLUSIONES

Las consideraciones de esta investigación, estuvieron orientadas a analizar las

tendencias epistemológicas y pedagógicas en las concepciones de los modelos de formación

docente vigentes en la Escuela de Educación de La Universidad del Zulia. El fenómeno

educativo, en una de sus dimensiones como es el de la formación docente, conlleva a la

transmisión o creación de conocimiento científico y a la vez su mediación identificada con

una determinada corriente pedagógica. En este sentido, las perspectivas epistemológica y

pedagógica ayudan a precisar la rigurosidad, legitimación y pertinencia del conocimiento

tanto desde la variante del producto como la del proceso y el enfoque. Desde la óptica

epistemológica y pedagógica se percibe el fenómeno educativo como un proceso de

conocimiento y de confrontación con la realidad. Con base a lo anterior se pueden precisar,

en este primer acercamiento, las siguientes conclusiones:

Coexisten diversos modelos de formación docente en las prácticas educativas. En el

caso de esta investigación se evidenció la presencia de los modelos tradicional, tecnológico

y constructivista.

Desde una perspectiva epistemológica el diseño curricular de la Escuela de Educación

de La Universidad del Zulia, presenta una orientación constructivista, sin embargo, se

evidencia que los docentes formadores actúan desde un modelo de formación docente

tradicionalista. Lo que demuestra incoherencias entre el deber ser y el ser, e implica que

quienes gerencian el diseño curricular no están usando estrategias y acciones conducentes a

que los docentes formadores actúen en concordancia con la propuesta de dicho diseño

curricular.

La investigación muestra al docente formador como fuente única de conocimiento

frente a sus estudiantes. Esta situación, propia del modelo tradicionalista, conlleva a que no

se valore ni se estimule la autonomía del alumno, concibiéndose el aprendizaje como adición

de información, no se estimula el pensamiento divergente y se limitan otros posibles

abordajes para la construcción del conocimiento.

Los docentes en formación al expresar que los procesos de aprendizaje en el aula se

sustentan en los modelos de formación docente tradicionalista y tecnológico, corroboran los

resultados obtenidos en la observación directa, específicamente en la prevalencia del modelo

tradicionalista, esto, a pesar de que en la entrevista a profundidad tanto los docentes

formadores como los coordinadores de cátedra pusieron de manifiesto un discurso

consustanciado con la perspectiva constructivista. Lo anterior demuestra entonces la

incoherencia entre el decir y el hacer, y pone de manifiesto la necesidad de asumir criterios

unificados que orienten la actuación de los actores estudiados.

En la investigación se pone de manifiesto que, según el discurso de los profesores, el

constructivismo brinda insumos teóricos metodológicos para orientar la práctica pedagógica.

Al respecto se requiere por parte del docente un esfuerzo intencional y reflexivo para que a

través de su mediación en el aula, y teniendo en cuenta referentes histórico-sociales, pueda

direccionar el aprendizaje de los alumnos, de tal manera que éstos paulatinamente vayan

obteniendo dominio de saberes en una perspectiva integral. Por otro lado, para que el

aprendizaje resulte significativo es menester que el docente, además de considerar las ideas

previas del alumno, planifique estrategias para que éstos puedan transferir los conocimientos

académicos a sus contextos de vida.

El diseño curricular concibe al docente formador bajo una perspectiva constructivista,

pero, en la concepción que se da tanto al contenido instruccional, como del rol del alumno en

formación, se pone de manifiesto el modelo tecnológico. Esta discrepancia exige una revisión

para lograr el consenso en cuanto a la coherencia de los tres aspectos mencionados.

Hay coincidencia, en las subcategorías pedagógicas, tanto de los alumnos o docentes

en formación y los profesores en su gestión, en la prevalencia de un modelo de formación

docente tradicionalista, a pesar de que en el discurso, los docentes formadores y los

coordinadores de cátedra exponen que se identifican con una postura constructivista. En

este sentido, se refleja, la ausencia de factores vinculados a lo histórico social, lo filosófico y

lo ideológico, elementos éstos que orientan una praxis pedagógica comprometida con las

transformaciones sociales. Estos elementos suministran referentes para ubicar en

perspectiva histórica la vigencia o emergencia de determinados énfasis en el contexto

educativo producto de distintas tradiciones epistemológicas que, en el ámbito de los

resultados de esta investigación, posibilita entre otros aspectos, la adscripción a un

determinado modelo de formación docente.

A pesar que los docentes formadores en su discurso se identifican con un modelo de

formación docente constructivista, no se evidenció la concepción de la educación como

fuerza de transformación humana y de las estructuras sociales, tampoco la promoción en el

alumno, de habilidades y actitudes hacia el trabajo productivo y su rol como ciudadano

responsable, además de lo indispensable de promover la reflexión en torno a la perspectiva

ecosistémica y compleja de la realidad. Se debe enfatizar que el proceso de conocimiento y

de transmisión del mismo (y de su adquisición) es un acto social y político, en el que están

implicadas las relaciones de poder, de conocer, y unos intereses que los convierte en un acto

social e histórico.

Como consecuencia de esta investigación hay que destacar los elementos del

discurso constructivista de los docentes formadores y coordinadores de cátedra tanto desde

la perspectiva epistemológica como de la pedagógica. En este sentido, se observa una

cantidad de concepciones que apuntalan y enriquecen los horizontes conceptuales y

metodológicos del constructivismo. Por ejemplo, los docentes de las menciones estudiadas

manifestaron que se requiere un acercamiento y diálogo entre los docentes que administran

las cátedras relacionadas con el componente pedagógico y los que administran las cátedras

vinculadas con las respectivas menciones. Esto pone de manifiesto una intención, de

acuerdo a los docentes, de obtener una formación de calidad en la búsqueda de una

integración interdisciplinar. Esta intención toma en cuenta aspectos históricos, ideológicos,

epistemológicos, antropológicos, hermeneúticos, intersubjetivos, entre otros, que potencian la

acción docente que se ejerce en una dimensión crítica, creativa y transformadora.

El docente formador, en este contexto, considerará elementos del proceso de

aprendizaje que lo dinamizan como lo es el rol del alumno como procesador y productor de

conocimiento y la influencia del entorno. Por otro lado, el docente diseñará estrategias

metodológicas pertinentes, monitoreando el proceso y reflexionando en y desde su práctica

para coadyuvar al logro de aprendizajes potenciadores, tanto del alumno como de él mismo.

De lo anterior se desprende que la perspectiva constructivista ayuda a conocer y

cuestionar el pensamiento docente espontáneo y tradicional, sobre todo, al articular las

dimensiones epistemológicas y pedagógicas que se consideran en una mediación cuya

racionalidad se enmarca en un paradigma alterno. Sin embargo, los resultados ponen en

evidencia que los profesores en su práctica pedagógica en el aula manifiestan una actuación

identificada con el modelo de formación docente tradicionalista.

En la investigación se plantea también un desfase entre el diseño curricular y las

tendencias del momento. Existe en la actualidad una nueva Constitución Nacional, un

Proyecto Educativo Bolivariano, tendencias propias de la sociedad del conocimiento y de las

nuevas tecnologías de la información y la comunicación, elementos, entre otros, aspectos

que requieren ser tomados en cuenta explícitamente para orientar una práctica pedagógica

legitimada desde la instancia institucional con pertinencia social.

Otro aspecto significativo lo constituyó la opinión de los docentes formadores, quienes

expresan que los docentes en formación “estudian para pasar la materia, no para aprender,

están envueltos también por las modas, costumbres, era de la tecnología, celulares, etc.”.

Estos aspectos constituyen un desafío para los procesos de formación docente en el

contexto de la educación superior venezolana, sobre todo en las dimensiones

epistemológicas y pedagógicas, porque éstas permiten develar tanto la creación como la

mediación y pertinencia del saber, contribuyendo a la vez a una práctica pedagógica crítica y

reflexiva.

Los señalamientos anteriores ponen en evidencia la necesidad que el docente pueda

estar actualizado en cuanto a las tendencias y megatendencias sociales, y a partir de ahí

diseñar estrategias que le permitan develar realidades y enseñar a los alumnos a leer los

contextos. Para que sea relevante la educación, los alumnos deben ser conscientes del

momento histórico en que se desenvuelven. Por eso, es menester ubicarse en el contexto

social como sujeto capaz y consciente de decir la palabra y decidir entre opciones. De tal

manera que, la gestión docente no se restrinja a la sola búsqueda de causalidades o

comprensiones de los hechos, sino que intente una interpretación reflexiva de las

mediaciones y contradicciones que surgen en la práctica pedagógica como un proceso

histórico cultural.

Cabe señalar la ausencia del modelo crítico social en las prácticas pedagógicas de las

unidades de análisis estudiadas. Esta situación, revela un proceso de formación docente

que se inscribe en el mantenimiento de una racionalidad tradicional, y que a lo sumo pudiese

estar a tono con las reformas e implicaciones que plantea el constructivismo en el discurso.

Por eso es importante, para el docente en formación, conocer la evolución histórica de la

relación saber, poder e institución escolar, y de esa manera establecer relaciones entre el

mundo de la comprensión pura y el mundo de la acción.

Se puede afirmar con base a la posición de los actores y, tomando en cuenta las

unidades de análisis estudiadas, que se evidencia la prevalencia del modelo de formación

docente tradicionalista. Dicha prevalencia deviene de la puesta en práctica, por parte de los

docentes formadores, de una racionalidad enmarcada en prácticas pedagógicas

convencionales, que es la que en definitiva impactará los procesos de formación y además

su posible replica o reproducción en futuros ámbitos laborales por parte del docente en

formación.

Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de diseñar un modelo de formación

docente alternativo, que supere todo reduccionismo y que se constituya en una herramienta

que potencie los procesos de enseñanza aprendizaje.

En palabras finales, se puede afirmar que las perspectivas epistemológicas y

pedagógicas adquieren hoy una gran relevancia en el debate de la construcción del

conocimiento científico y su mediación, especialmente en el contexto del fenómeno

educativo, en donde la producción del conocimiento, mediado por los formadores de

docentes, plantea tremendos desafíos a las instituciones de formación pedagógica. Se trata

entonces, de ir generando planteamientos teóricos y reflexivos para animar un gran debate

en torno a la creación de conocimientos y su respectiva mediación pedagógica que, en última

instancia, se inscriben en un referente ético en beneficio de la solidaridad humana y la

convivencia interpersonal la cual, en estos momentos, luce fuertemente convulsionada y

amenazada.

LINEAMIENTOS TEORICO METODOLOGICOS

Los resultados de esta investigación concluyeron en la prevalencia de un Modelo

de Formación Docente tradicionalista, aunque también se evidenció la presencia, en

menor proporción, de los modelos de formación docente constructivista y tecnológico,

dándose una hibridación de modelos en el contexto del la Escuela de Educación de la

Facultad de Humanidades y Educación de La Universidad del Zulia. Se hace necesario,

entonces, enmarcar la formación docente en posicionamientos evolutivos que puedan

superar una cultura transmisiva y/o aquellos modelos centrados en un mero

entrenamiento técnico. Al respecto, las instituciones de formación docente deben

desempeñar un rol protagónico en el diseño y desarrollo de políticas educacionales que

contribuyan a elevar el nivel de calidad de vida de nuestro pueblo.

Tomando en cuenta lo anterior y con base a los elementos teóricos de sustento y

de salida de esta investigación: “Epistemología y Pedagogía en los Modelos de

Formación Docente”, se derivan algunos lineamientos teórico-metodológicos orientados

a fortalecer los procesos de formación docente en el contexto de una práctica

pedagógica enriquecedora y con el potencial de generar horizontes más productivos y

pertinentes. Dichos lineamientos podrían ser tomados en consideración en las políticas

de formación docente que actualmente desarrolla el Estado venezolano en su proyecto

histórico pedagógico, en la perspectiva de formar el ser humano y el tipo de sociedad

en sintonía con lo estipulado en la Constitución Nacional de la República Bolivariana de

Venezuela.

Los lineamientos que en este aparte se presentan toman en cuenta las

subcategorías epistemológicas y pedagógicas utilizadas en esta investigación, incluidos

los resultados obtenidos de las unidades de análisis estudiadas del Diseño Curricular de

la Escuela de Educación. Cabe precisar que dichos lineamientos no constituyen un

producto acabado, sino que representan un modesto aporte que debe ser contrastado y

enriquecido.

202

Con el propósito de abrir posibilidades que potencien la práctica pedagógica en los

procesos de formación docente, se presentan a continuación un conjunto de

lineamientos teórico-metodológicos con sus respectivas estrategias:

Subcategoría Epistemológica: Rol del Docente en la Construcción del Conocimiento.

Lineamiento teórico - Metodológico.

Dado que la direccionalidad del proceso enseñanza aprendizaje, en el contexto

de la Formación Docente es, en un gran porcentaje, responsabilidad del docente

formador, se requiere de éste una actuación proactiva que le imprima una racionalidad

reflexiva a su quehacer en lo referente a su mediación en la construcción del

conocimiento. En este sentido la perspectiva epistemológica (legitimidad del

conocimiento) juega un rol protagónico.

Estrategias.

- Monitorear permanentemente la actuación del docente en el ámbito del proceso de

enseñanza aprendizaje y por ende la formación que se construye en su rol de

mediador.

- Utilizar los contenidos instruccionales en perspectiva integral. Al respecto se sugiere

el uso de contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales.

- Diseñar estrategias instruccionales orientadas a desarrollar y potenciar las

inteligencias múltiples.

- Utilizar las ideas y experiencias previas de los alumnos que estudian la carrera de

Formación Docente. - Establecer puentes cognitivos que permitan la creación del conocimiento. - Reconceptualizar la noción de experiencia de conocimiento, reconociendo la

complejidad del sujeto, el cual es la síntesis de una multiplicidad de procesos y

temporalidades que son las que le dan sentido y, al mismo tiempo, lo abren a

múltiples posibilidades y planos de resolución.

203

- Tomar en cuenta la perspectiva crítica de la epistemología, en el sentido de ejercer

una vigilancia de la validez del conocimiento, su cuestionamiento, contrastación y

socialización. - Mantenerse actualizado en el campo de la disciplina que domina.

- Promover la participación de los alumnos. (valorar los aportes de los alumnos, así

como la posibilidad de crear, redimensionar y profundizar el conocimiento).

- Propiciar la interacción entre lo que el docente sabe y el saber de sus alumnos.

- Indagar y confrontar los saberes de los docentes con los de sus pares.

- Diseñar y aplicar estrategias instruccionales para un aprendizaje significativo, tales

como: mapas conceptuales, portafolio, actividades colaborativas, talleres, etc.

- Facilitar el uso de la Zona de Desarrollo Próximo. Esto implica desarrollar en los

alumnos la posibilidad del logro de competencias con base al acompañamiento del

docente mediador u otro mediador del contexto. En otras palabras, lo que el

individuo es capaz de hacer hoy en colaboración, podrá hacerlo de manera

independiente mañana.

- Promover la utilización de dos perspectivas epistemológicas alternativas entre otras,

que puedan orientar los procesos de Formación Docente. En primer lugar la

perspectiva constructivista dirigida a la construcción de significados en torno a

problemas relevantes, que favorezcan la toma de conciencia en relación a las ideas,

los procedimientos, los valores y las conductas propias, así como de las dificultades

y obstáculos asociados a ellas, y que, a través del contraste argumentado y

riguroso con otras fuentes de información, pueda reestructurarlas y hacerlas

evolucionar. La segunda perspectiva tiene que ver con una visión compleja del

conocimiento escolar, según la cual ha de promoverse en los alumnos la transición

desde formas simples de pensamiento y actuación hacia otros progresivamente

más complejos.

Subcategoría Epistemológica:

Rol del Alumno en la Construcción del Conocimiento.

Lineamiento Teórico- Metodológico.

204

El rol del alumno en la construcción del conocimiento implica una concepción de

la persona como agente activo de su propio aprendizaje. Esto conlleva a que el sujeto

cognoscente sea capaz de construir conocimientos relevantes y en condiciones de que

dicho conocimiento evolucione en la acción.

Estrategias. - Utilizar la autonomía del alumno en una forma consciente y dinámica de tal manera

que sea responsable de gestionar su aprendizaje. Al respecto podría hacer una

especie de reingeniería vocacional, en el sentido de hacer cambios drásticos a nivel

de actitud, aptitudes y comportamiento que le posibiliten un mejor posicionamiento en

su ejercicio profesional.

- Problematizar los contenidos instruccionales con base a criterios tales como: la

tensión entre lo global y lo nacional, el nivel de obsolescencia, las múltiples

mediaciones del contexto, contenidos disciplinares y pedagógicos, contenido y

mediación del docente, etc.

- Utilizar los contenidos instruccionales para reflexionar, interactuar y dinamizar la

construcción del conocimiento.

- Asumir como docente en formación una actitud crítica ante los desafíos de su

carrera así como las demandas de la sociedad.

- Transferir sus aprendizajes a otros contextos de la vida. Los aprendizajes

adquiridos deben ser extrapolados adaptativamente a otros ámbitos en los cuales se

desenvuelva el alumno que cursa estudios de Formación Docente. Por ejemplo, el

rol que debe jugar en su condición de ciudadano en una determinada comunidad. Al

respecto, como posee destrezas y habilidades que le permitan leer e interpretar

determinada realidad, está entonces en condiciones de dar su aporte para

transformar dicha realidad. Es necesario acotar que su rol de docente no se limita al

contexto del aula o de la escuela, sino que transciende a estos ámbitos locales.

- Utilizar sus ideas y experiencias previas para conectarlas con los nuevos saberes,

de tal manera que la construcción de los nuevos conocimientos sean significativos.

Es decir, tengan sentido desde la posibilidad de la construcción de un saber cotidiano

205

hacia la transfiguración del saber científico, utilizando deliberadamente procesos

básicos del pensamiento (metacognición).

- Concebir la investigación como estrategia para la construcción de conocimiento.

Esta concepción debe ir más allá de la indagación que se hace en los textos de una

forma mecánica. De ahí que es pertinente que como estudiante de la carrera

docente adquiera o desarrolle habilidades epistémicas.

Subcategoría Epistemológica:

Concepción de Formación Docente.

Lineamiento Teórico- Metodológico.

La concepción de la formación docente debe ir más allá del entrenamiento

técnico, de una cultura transmisiva y reproductiva, de una práctica docente restringida

hasta concepciones más evolucionadas y pertinentes. En este sentido, el concepto de

formación, según Florez (1996:12) debe tomar en cuenta las siguientes tres

condiciones: Antropológicas, Teleológicas y Metodológicas. La formación docente, de

acuerdo a Imbernón (1998:12) se analiza en una síntesis que engloba diversos

componentes (cultura, contexto, conocimiento disciplinar, ética, competencia,

metodología y didáctica) y como un elemento imprescindible para la socialización

profesional en una determinada praxis contextualizada. La formación docente debe

estar centrada predominantemente en la práctica.

Estrategias.

- Asumir los cuatro pilares del conocimiento (saber, hacer, ser y convivir ), de tal

manera que se tenga una concepción integral de la formación docente. Esta

perspectiva , al estar presente tanto en el discurso como en la práctica del docente

formador posibilitaría una racionalidad que tenga en cuenta estrategias y recursos

en función de operacionalizarlas para la consecución de competencias integradas.

- Propiciar que el entrenamiento del docente en formación como mediador, se realice

en escenarios naturales del trabajo escolar (relación teoría–práctica) de tal manera

206

que se pueda ir perfilando como un docente crítico, reflexivo, innovador y

transformador.

- El docente en formación debe comprometerse a gerenciar su desarrollo personal y

profesional, adhiriéndose a una perspectiva de profesionalidad amplia (Stenhouse,

1984) o una profesionalidad desarrollada (Hoyle, 1974), en contraposición a una

restringida.

- Facilitar estrategias significativas que permitan la creación y desarrollo de

competencias epistémicas (indagar, leer y transformar la realidad). En este sentido

el alumno estará en condiciones de tener consciencia del por qué y el para qué

de una situación problemática, así como el manejo de metodologías que le permitan

superar y/o transformar determinada realidad.

- Considerar el uso de lenguajes inclusivos como por ejemplo la perspectiva de

género, que posibilitaría superar la supremacía del machismo en detrimento de los

roles que tradicionalmente desempeña la mujer. Cabe acotar que existe toda una

lógica que legitima este tipo de práctica social, la cual es necesario develar y

proponer relaciones de igualdad y equidad.

- Orientar los procesos de formación docente hacia la generación de cambios o

transformaciones no sólo del bienestar individual sino de los contextos en los cuales

se desenvolverá el futuro docente.

- Organizar ambientes de aprendizaje en donde se modelen los dominios

disciplinares, interdisciplinares y transdisciplinares

Subcategoría Epistemológica:

Relación Teoría Práctica.

Lineamiento Teórico-Metodológico.

La Relación Teoría Práctica es un aspecto muy debatido en los círculos

académicos. Se insiste, sobre todo, en el sesgo profundamente teórico que predomina

en las prácticas docentes actuales. Los estudios sobre el curriculum en lo que respecta

a su pertinencia en la vigente sociedad del conocimiento, han suscitado un

replanteamiento o indagación más profunda sobre la necesaria integración teoría-

práctica. De lo que se trata, en consecuencia, es de ir más allá de una interacción teoría

207

práctica discursiva, lineal o determinista, para evolucionar hacia criterios que posibilitan

enriquecer los aspectos teóricos, llegando inclusive a la construcción de nuevas teorías,

de ahí que la praxis docente necesariamente deberá enmarcarse en el campo de la

investigación acción reflexión-transformación.

Estrategias.

- Vincular la teoría con la práctica en escenarios naturales de trabajo. En ocasiones

se aplicarán teorías para verificarlas o constatarlas en la practica. En otras

circunstancias se podrán observar determinadas prácticas y a partir de ellas generar

teorías que expliquen su racionalidad.

- Concebir la práctica como la constatación del dominio de determinadas

competencias en sintonía con los pilares del conocimiento (conocer, hacer, ser y

convivir) .

- Promover una practica innovadora, reflexiva y transformadora.

- Asumir el concepto de practica como praxis que surge de situaciones de

incertidumbre, contextualizada, idiosincrática y en determinadas circunstancias

particulares que integran la reflexión sobre la base de criterios teóricos justificativos y

de acción.

- Gestionar, en los procesos de aprendizaje, la reflexión acerca de la utilidad de lo que

se sabe y se hace.

Subcategoría Pedagógica: Docente Formador

Lineamiento Teórico- Metodológico.

En el eje de la construcción de las nuevas estructuras académico-disciplinarias,

las instituciones de educación superior deben basar sus diseños curriculares en la

concreción de tres principios de orientación pedagógica: generar habilidades y

capacidades de alto valor social para organizar el aprendizaje de una educación

permanente, desarrollar plenamente las potencialidades humanas y ciudadanas del

individuo, e impulsarlo para que sea un emprendedor nato: aprender a aprender,

aprender a ser y aprender a emprender.

208

Estrategias.

- Diseñar programas de actualización docente en el área pedagógica, haciendo

énfasis también en el papel primordial de la epistemología, la historia de la ciencia y

la filosofía de la ciencia.

- Propiciar espacios en donde los docentes puedan reflexionar, entre otros aspectos,

acerca de la confianza en la educación como fuerza de transformación de la vida

humana y como instrumento para el cambio de las estructuras sociales.

- Tomar en cuenta la perspectiva histórica del fenómeno educativo. La perspectiva

histórica libera las formas actuales de la educación, del aislamiento consistente en la

mera toma de datos y los restituye al contexto operante del pasado y del futuro.

- Crear espacios en los Departamentos de la Escuela de Educación con el propósito

de que los docentes adscritos puedan intercambiar y contrastar experiencias que

contribuyan al fortalecimiento de su praxis pedagógica.

- Promover en el alumno, por parte del docente formador, habilidades y actitudes hacia

el trabajo productivo así como su rol de ciudadano responsable.

- Estimular la vinculación de la universidad con el entorno. Actualmente el gobierno

nacional promueve la Ley de Servicio Comunitario, como condición indispensable

para egresar del subsistema de educación superior. En este sentido, se da entonces

una magnifica oportunidad para que el docente y el alumno en formación puedan

lograr un impacto positivo en la sociedad.

- Considerar la investigación, por parte del docente formador, como eje vertebrador o

transversal de su práctica pedagógica. La permanente sistematización, socialización

y contrastación de su acción investigativa contribuiría a desencadenar procesos de

reflexión-transformación en sintonía con una praxis innovadora.

Subcategoría Pedagógica: Alumno en Formación

Lineamiento Teórico-Metodológico.

Los alumnos o docentes en formación requieren adquirir principios de carácter

filosófico, científico, social y técnico para interpretar el hecho educativo, sobre todo en el

209

contexto de las demandas actuales de la sociedad del conocimiento, la globalización y

la gestación de nuevas orientaciones y prácticas en la dinámica social.

Estrategias.

- Propiciar, por parte del docente formador, la operacionalización de acciones que

viabilicen en el docente en formación la construcción de su autonomía, su

inteligencia y su universalidad, las dimensiones esenciales más destacadas del

proceso de humanización.

- Hacer énfasis en que el alumno adquiera y desarrolle competencias orientadas

para aprender a aprender y aprender a emprender.

- Privilegiar el aprendizaje dual: relación teoría-práctica.

- Tomar en cuenta la problematización como ejercicio y actitud racional que intenta

formar la capacidad del sujeto para vincularlo con su contexto, lo cual alude al

problema de la historicidad, y posibilita que el sujeto sea capaz de colocarse frente

a su contexto y abrirse a nuevas posibilidades de relación.

Subcategoría Pedagógica: Contenido Instruccional.

Lineamiento Teórico-Metodológico.

Las tendencias en cuanto a los contenidos curriculares sugieren que estos sean

clasificados en: conceptuales, procedimentales y actitudinales, con el propósito de que

se contribuya a la formación integral del alumno y también que respondan a criterios de

actualidad, apertura y pertinencia.

Estrategias.

- Construir el diseño instruccional con base a los contenidos conceptuales,

procedimentales y actitudinales. Esta perspectiva le permite al docente gestionar la

acción instruccional en forma consciente y a la vez asumir una postura en sintonía

con una formación integral.

210

- Diseñar ambientes propicios para la construcción de contenidos significativos.

- Utilizar contenidos que ayuden a problematizar la realidad y también la necesidad

de transformarla.

- Modelar, a través de la metodología de proyecto, contenidos desde lo disciplinar,

interdisciplinar y transdisciplinar. También considerar la perspectiva sistémica y la

perspectiva de la complejidad.

- Tomar en cuenta los mediadores del contexto. Existen múltiples mediadores del

conocimiento (a veces información), tales como: familia, amigos, televisión, internet,

y asesores, entre otros, que compiten simultáneamente y a veces con ventaja, con

la tarea y el tratamiento de los contenidos que administra el docente en el aula. De

tal manera que el docente debe tener en cuenta esta realidad, para ir monitoreando

el proceso de aprendizaje.

- Potenciar en el sujeto su capacidad de pensar y recrear su espacio de vida.

Marco Institucional-Curricular.

Lineamiento Teórico-Metodológico.

Los permanentes cambios que se generan en el contexto sociocultural

económico y político, obligan a las instituciones educativas a estar en sintonía con

dichas transformaciones. Más que asumir una actitud reactiva se requiere de las

instancias de formación docente, adecuar, en perspectiva proactiva los diseños

curriculares que legitiman y orientan la acción formativa para dar respuestas oportunas

a los desafíos que se le presentan.

Estrategias.

- Constituir una unidad de formación pedagógica permanente que permita a los

profesores universitarios estar actualizados en su quehacer docente.

- Diseñar las competencias pedagógicas y epistemológicas que necesitan incorporar

y desarrollar los docentes formadores en el contexto del mejoramiento para

211

consolidar la carrera del docente universitario. En este sentido, la construcción del

curriculum por competencia también contribuiría a tener claros los contextos de

actuación, considerando el proceso, producto y el enfoque del acto formativo.

- Desarrollar programas de formación docente continua enmarcado en el proceso de

la carrera del docente universitario.

- Promover la actualización del diseño curricular de la Escuela de Educación en

varias dimensiones: en lo jurídico, ya que existe una nueva constitución, en lo

socio histórico, por el hecho de estarse experimentando cambios en la realidad

nacional (propuesta de una nueva sociedad desde la perspectiva del gobierno

nacional), y los requerimientos tanto del mercado en su especificidad nacional como

su vinculación con actores internacionales (globalización).

- Incluir en el diseño curricular elementos que están actualmente en la agenda

educativa: la perspectiva de género, desarrollo y/o sociedad sustentable, la

globalización, la postmodernidad, desafío de la sociedad del conocimiento, sujeto

histórico, perspectiva dialógica del proceso de aprendizaje, construcción de

ciudadanía, aprender a emprender, aprender a aprender, desarrollo endógeno, etc.

Marco orientador del proceso de formación docente:

Lineamiento Teórico-Metodológico.

Dada la poca pertinencia de los modelos de formación docente tradicionalista y

tecnológico en el contexto de la educación superior, se hace necesario enmarcar los

procesos de formación en un modelo alternativo, como el constructivista, cuya

racionalidad contribuya a la formación integral de los alumnos y a la vez genere

transformaciones en las prácticas pedagógicas que se realizan en los diferentes niveles

y modalidades del sistema educativo venezolano.

Fundamentación teórica de un Modelo de Formación Docente Constructivista

Los resultados de esta investigación sugieren el diseño de un modelo de

formación docente, a manera de lineamiento teórico, que en su orientación se podría

identificar con una postura constructivista. Esta perspectiva, pese a algunas criticas,

212

presenta suficientes bondades para direccionar los procesos de aprendizaje en el

contexto de la formación docente. Al respecto, cabe mencionar, a manera de

recapitulación algunos aspectos de la especificidad del constructivismo.

“Básicamente puede decirse que es la idea que mantiene que el individuo tanto en los aspectos cognitivos y sociales del comportamiento como en los afectivos no es un mero producto del ambiente ni un simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo día a día como resultado de la interacción entre esos dos factores. En consecuencia, según la posición constructivista, el conocimiento no es una copia fiel de la realidad, sino una construcción del ser humano”. (Carretero 1993:76).

El concepto anterior contiene diversas implicaciones. En primera instancia, está

en total oposición a la educación transmisiva o bancaria, como la identifica Freire

(1969), y que predomina en la práctica educativa convencional. En segundo término,

toma en cuenta elementos del proceso de aprendizaje que lo dinamizan como lo son el

reconocimiento del papel del alumno como procesador y productor del conocimiento y

la influencia del entorno. En tercer lugar, la necesidad que el docente, entre otras

cosas, diseñe estrategias metodológicas pertinentes, sea capaz de monitorear el

proceso y pueda reflexionar en y desde su práctica para coadyuvar al logro de

aprendizajes potenciadores, tanto del alumno como de él mismo.

En sintonía con esta apreciación, Coll (1990), reitera que la concepción

constructivista se organiza en torno a tres ideas fundamentales:

1. El alumno es el responsable último de su propio proceso de aprendizaje.

2. La actividad mental constructivista del alumno se aplica a contenidos que poseen ya

un grado considerable de elaboración.

3. La función del docente es vincular los procesos de construcción del alumno con el

saber colectivo culturalmente organizado.

Igualmente Florez (1996:235) afirma que “el verdadero aprendizaje humano es una

construcción de cada alumno que logra modificar su estructura mental, y alcanzar un

213

mayor nivel de diversidad, de complejidad y de integración: es decir, el verdadero

aprendizaje es aquel que contribuye al desarrollo de la persona”.

Por su parte Díaz Barriga y Hernández Rojas (1998), consideran que los

siguientes principios se asocian a una teoría constructivista:

El aprendizaje es un proceso constructivo interno, autoestructurante.

El grado de aprendizaje depende del nivel de desarrollo cognitivo.

Punto de partida de todo aprendizaje son los conocimientos previos.

El aprendizaje es un proceso de (re)construcción de saberes culturales.

El aprendizaje se facilita gracias a la mediación o interacción con los otros.

El aprendizaje implica un proceso de reorganización interna de esquemas.

El aprendizaje se produce cuando entra en conflicto lo que el alumno ya sabe con lo

que debería saber.

Hay que destacar por otro lado, la importancia de comprender el significado y uso

de la Zona de Desarrollo Próximo postulada por Vygotsky. Significa la posibilidad del

logro de competencias con base al acompañamiento del docente mediador u otro

mediador del contexto. En otras palabras, lo que el individuo es capaz de hacer hoy en

colaboración, podrá hacerlo de manera independiente mañana. El concepto de la Zona

de Desarrollo Próximo, no solo lo puede utilizar el Docente con sus alumnos, sino que

constituye una herramienta que puede utilizar para su desarrollo personal y profesional

al ponerse en contacto con personas y/o instituciones que le pueden ayudar a ir

evolucionando en la construcción y dominio de nuevos saberes.

Por otro lado, es menester indicar que la dimensión pedagógica desde sus

referentes antropológicos, teleológicos y metodológicos brindan una orientación

estratégica para la efectiva mediación de la acción de los docentes formadores. En

este sentido por ejemplo, el docente debería estar consciente de las teorías del

aprendizaje que fundamentan su acción, y a partir de éstas generar un proceso de

reflexión en torno a mejores posibilidades de ir evolucionando en su quehacer docente.

214

216

Los aspectos epistemológicos y pedagógicos explicitados en el marco teórico de

esta investigación constituyen insumos importantes en la constitución de un modelo de

formación docente constructivista. De lo que se trata es de ir superando prácticas

históricas tradicionalistas hacia prácticas que buscan innovaciones y readaptaciones.

Concepción del modelo y su especificidad en los Procesos de Formación Docente.

El concepto de modelo remite a la idea de guía, mapa de recorrido para orientar

la acción. Al respecto no hay definición unívoca, pero existe el consenso en la

comunidad científica de considerarlo como una representación mental de un sistema

real, de su estructura y su funcionamiento. Arnau (1978:32) define el modelo como “un

intento de sistematización y descripción de lo real, en función de presupuestos

teóricos”. Representa entonces una herramienta que posibilita “una aproximación

intuitiva a la realidad, cuya función básica es la de ayudar a comprender y explicar las

teorías y las leyes” (Ruiz,1996:51).

Un modelo es una construcción teórica que pretende informar (explicar) un

fragmento acotado de la realidad, (Bunge, 1969). En el caso de los procesos de

formación docente, los modelos no sólo pretenden describir y explicar una realidad, sino

también informar sobre cómo intervenir en ella para transformarla. Al mismo tiempo, de

acuerdo a Porlán y col. (1997), todo modelo en las ciencias de la educación se

fundamenta en un conjunto de aportaciones de otras disciplinas y áreas del saber

(sicología, sociología, epistemología, filosofía, etc.), así como el mundo de los valores,

ideologías y cosmovisiones. Dichas aportaciones no deben ser incorporadas de

manera lineal, sino que han de ser contextualizadas a los problemas específicos de los

procesos de formación docente. En este ámbito, el modelo tiene connotación

pedagógica y sugiere al docente la forma de construir el saber de sus alumnos, así

como las modalidades de sus intervenciones en la clase.

De acuerdo a Astolfi (2001:107) un modelo pedagógico, y en este caso su

especificidad como modelo de formación docente, procura tipificar las prácticas

pedagógicas para deducir una coherencia que quizás no aparezca a primera vista.

215

Estas prácticas tienen una relación compleja con un número importante de

componentes como los siguientes:

- Las representaciones que se haya construido el profesor (en función de su propia

evolución) sobre el modo en que se efectúa mentalmente un aprendizaje: es un

componente de tipo psicológico;

- La relación personal que mantenga con el saber, considerado como unos conceptos

abstractos, qué construir y reutilizar o como unos datos objetivos que haya que

hacer adquirir: es un componente de tipo epistemológico;

- La forma de considerar y dirigir la clase, en cuanto grupo, en sus interacciones y

proyectos: es un componente de tipo psicosociológico;

- Las finalidades que se asignen a la formación científica, los valores a los que se

trate de hacer acceder a los alumnos y la visión subyacente del ser humano; es un

componente axiológico;

- Pero también, el modo de estructuración psicológica personal, las relaciones que se

mantengan con la autoridad, con la institución, entre otras.

De tal manera que, el ejercicio de la practica pedagógica, en el contexto de la

formación docente, contiene una serie de elementos que es necesario develarlos para

que tal práctica esté suficientemente fundamentada, con base, entre otros, a los

aspectos anteriores.

Cabe señalar que, cuando una persona se propone estudiar una determinada

carrera de educación, trae consigo una serie de concepciones o creencias acerca de lo

que él o ella considera es la docencia (modelo inicial). Cuando es expuesto al proceso

de formación toma en cuenta el modelaje de los docentes formadores (modelo de

referencia). Con base a todo su proceso de formación en la carrera, adoptará

finalmente un modelo personal. En este sentido, para la operacionalización de un

modelo de formación docente constructivista, se sugiere distinguir, de acuerdo a

Davelay (1994) entre otros aspectos, los siguientes:

216

1. Ayudar a que las personas en formación expliciten su modelo inicial (expresión y

negociación de las necesidades, técnicas proyectivas como los fotolenguajes....)

2. Formalizar el modelo de referencias, tanto para el formador como para el que se

forma (para que pueda servir de punto de apoyo teórico para su evolución).

3. Favorecer la evolución del modelo inicial al ponerlo en distintas situaciones

considerando dispositivos de formación coherentes con el modelo de referencia, que

permitan a los que están formándose “vivir” ciertas características del modelo de

referencia.

4. Permitir la expresión periódica y final de las evoluciones personales y colectivas del

grupo (replanteamientos e incluso desestabilizaciones; descubrimientos e incluso

iluminaciones; puntos de resistencia e incluso rechazos, etc.), como la aparición de

proyectos pedagógicos nuevos.

Es menester también, en el marco normativo, plantear la especificidad del modelo

en el diseño curricular a través de la justificación y legitimación del mismo. Por otro

lado, los objetivos podrían estar en función del docente, el alumno, el contenido y el

contexto, todos estos aspectos enmarcada en una perspectiva holística.

Características del Modelo.

Las características del modelo responden a una perspectiva holística. (Ver

gráfico No. 9). Al respecto se puede señalar lo siguiente:

- Se consideran aspectos pedagógicos, epistemológicos, históricos, filosóficos, que

constituyen elementos fundamentales del modelo.

- La perspectiva compleja, ecológica y sistémica que da cuenta de las múltiples

dimensiones que confluyen, aportando cada una sus riquezas, limitaciones y sus

valores, además perfila su carácter relacional y flexible.

- Concibe la investigación como eje transversal ya que sugiere la posibilidad de la

creación de nuevos conocimientos y el constante cuestionamiento de la validez y

pertinencia del modelo.

217

- Asume la perspectiva disciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar lo que contribuiría

a una formación integral.

- Contiene una dimensión gerencial que posibilita una gestión reflexiva de la acción.

Lo anterior, una vez más, posibilitaría ir concretando y monitoreando, en forma

reflexiva y crítica, tanto la constitución de un modelo de formación docente

constructivista, como la necesidad de asumir algunos criterios que permitan ir midiendo

o constatando la potencia de dicho modelo.

La propuesta de un modelo de formación docente constructivista, en una primera

aproximación teórica, con sus aspectos descriptivos y prescriptivos, es por su misma

naturaleza constructivista, no acabada, tentativa, susceptible de nuevos abordajes que

contribuirían al enriquecimiento del saber.

Implica para el docente universitario, en primer lugar, pensar y estar consciente de

forma explicita con cuál o cuáles modelos de formación docente se identifica en su

práctica pedagógica, en segundo lugar, la necesidad de asumir una postura de

flexibilidad y apertura para inscribirse en una dimensión evolutiva de su quehacer

(aprender a observarse como “otro”), y en tercer lugar, percibir que su acción docente

necesita estar informada en aras de contrastar permanentemente la validez e impacto

de su trabajo.

Para efectos explicativos, el investigador describe e integra en el siguiente mapa

conceptual, una versión aproximada de los elementos constitutivos de un modelo de

formación docente constructivista.

218

Gráfico No. 9

FUENTE: Elaboración propia. (2007).

COMPONENTES

SUBCOMPONENTE SICOSOCIOLOGICO

SUBCOMPONENTE EPISTEMOLOGICO

Enfoques Epistemológicos

SUCOMPONENTE SICOLOGICO

SUBCOMPONENTE AXIOLOGICO

SUBCOMPONENTE RELACIONAMIENTOS

RELACION CON EL SABER COMO SE

CONSTRUYE EL APRENDIZAJE

PRAXIS DIDACTICA Principios Didácticos

- Autonomía - Comunicación - Sociocultural - Investigativo

INTERACCIONES CON LA AUTORIDAD,

INSTITUCIÓN, ETC.

VALORES (LO ETICO)

ESPECIFICIDAD EN EL DISEÑO CURRICULAR

OBJETIVOS CARACTERISTICAS DEL MODELO

JUSTIFICACION Y LEGITIMACION DEL MODELO

EN FUNCION DE: - DOCENTE MEDIACION SITUADA - SER

- CONOCER - ALUMNO APRENDER - HACER - CONVIVIR - CONTENIDO CURRICULAR

CONCEPTUAL DISCIPLINA EN SI PROCEDIMENTAL

ACTITUDINAL - CONTEXTO - LO SOCIOCULTURAL

- REALIDAD DINAMICA, COMPLEJA, SISTEMICA

- ASPECTO PEDAGOGICO, EPISTEMOLOGICO, HISTORICO Y FILOSOFICO.

- PERSPECTIVA COMPLEJA,

ECOLOGICA Y SISTEMICA. - PERSPECTIVA HEURISTICA. - PERSPECTIVA DISCIPLINAR

INTERDISCIPLINAR Y TRANSDISCIPLINAR

- ADMINISTRACION DEL MODELO (MONITOREO REFLEXIVO DE LA ACCION).

ESTRUCTURA DE UN MODELO DE FORMACIÓN DOCENTE CONSTRUCTIVISTA

La concepción epistémico pedagógica que sustenta el modelo da cuenta de las

vías de acceso para la construcción del conocimiento, su legitimación y pertinencia, así

como la mediación desde referentes antropológicos, teleológicos y metodológicos entre

otros. El modelo representa una guía para viabilizar conscientemente y desde una

perspectiva multidimensional como la constructivista los procesos de enseñanza

aprendizaje. Sin embargo, es menester conocer (develar) otros aspectos como los

contextuales, ecológicos, sistémicos, pedagógicos, epistemológicos y gerenciales que

ayudarían a la aplicación estratégica del modelo. En este sentido, el centro del modelo

lo constituye el futuro docente, y sobre él se concibe la formación en función de las

necesidades del contexto, la capacidad de la institución formadora y la propia

disposición e interés del alumno. (Ver gráfico No. 10).

220

Gráfico No. 10 PERSPECTIVA MULTIDIMENSIONAL DEL MODELO DE FORMACIÓN DOCENTE

CONSTRUCTIVISTA

FUENTE: Elaboración propia (2007) En cuanto a la pertinencia y a la trascendencia del modelo de formación

propuesto, se pueden mencionar algunos elementos. (Ver gráfico No. 11). En primer

lugar, los afluentes que enriquecen y potencian la pertinencia del modelo. En este

sentido, la agenda actual plantea ejes temáticos en torno a la cultura de la paz,

ciudadanía, globalización, posmodernidad, complejidad, sociedad del conocimiento,

sistemas alternativos más inclusivos y/o emancipadores. En segundo lugar, hay

HOLISTICO PLURALIDAD

HERMENEUTICO ALTERIDAD

GENERO CLIMA DE APERTURA MUNDO DE LA VIDA ANALISIS –SINTESIS

AMBIENTE FISICO

TOTALIDAD INTERDEPENDENCIA ENTRADA, PROCESO, PRODUCTO ENFOQUE-CONTEXTO RETROALIMENTACION

INDAGACION COMPETENCIAS EPISTEMICAS EXPLICACION DE RACIONALIDAD CURIOSIDAD BUSQUEDA DE LA VERDAD

LO INDETERMINADO. TRANSICION EPISTEMOLOGICA, INTEGRACION PARADIGMATICA. LO INTERSUBJETIVO. RACIONALIDADES EMERGENTES COMPETENCIAS PERFORMATIVAS

- CONSTRUCTIVISMO - ANTROPOLOGICO, TELEOLOGICO Y METODOLOGICO. - ROL DEL ALUMNO, DOCENTE, TEORIA PRACTICA, CONCEPCION DE FORMACION - COMPETENCIAS. - TIPOS DE CONTENIDO. - ENFOQUES EPISTEMOLOGICOS. - APRENDER A APRENDER - APRENDER A EMPRENDER

221

referentes contextuales a los que obedece la propuesta del modelo: demandas

del Sistema Educativo Venezolano y otras organizaciones, además de las propuestas

alternativas del gobierno actual: Desarrollo endógeno, cooperativas, misiones

educativas y consejos comunales.

En tercer lugar, la gestión del modelo tiene un componente gerencial que incluye

las etapas de planificación, organización, dirección y control. Implica también la

orientación y el establecimiento de los índices de gestión, así como las formas de

evaluar la efectividad y el impacto de las acciones.

Gráficamente se puede percibir de la manera siguiente:

Gráfico No. 11

PERTINENCIA Y TRASCENDENCIA DEL MODELO DE FORMACIÓN DOCENTE CONSTRUCTIVISTA

FUENTE: Elaboración Propia (2007).

PERTINENCIA Y TRASCENDENCIA

DEL MODELO

Gestión del modelo en concordancia con el curriculum

Demandas del Sistema Educativo Venezolano y otras organizaciones

Propuestas alternativas: - Desarrollo endógeno. - Cooperativas. - Misiones educativas - Misión ciencia.

Cultura de la Paz Ciudadanía Globalización Posmodernidad Complejidad Sociedad del conocimiento Sistemas alternativos más inclusivos y/o emancipadores

222

Por otro lado desde el punto de vista pedagógico, de acuerdo a Prieto (1990), se

sugieren algunos objetivos que puedan guiar la intencionalidad del quehacer formativo.

Al respecto se recomienda que el diseño curricular de la Escuela de Educación :

1. Considere un conjunto de principios generales de carácter filosófico, científico, social

y técnico que capaciten al estudiante para interpretar el hecho educativo como

fenómeno social inherente a toda comunidad y al proceso dirigido de formación de la

personalidad.

2. Atienda al cada vez más universal valor de los principios señalados anteriormente, a

la vez, que su aplicabilidad al sistema escolar nacional requiera el conocimiento

objetivo del nivel de progreso en que se encuentran actualmente las demás

funciones sociales del país y los planes de acción que están en desarrollo para

superarlos o rectificarlos.

3. Establezca las relaciones permanentes entre las diversas etapas de la educación y

el enriquecimiento de la cultura nacional, y entre ésta y las aspiraciones hacia una

comunidad universal.

4. Desarrolle en el estudiante una actitud científica para examinar críticamente los

problemas educativos del país y tienda a buscarles solución adecuada y realista y

a colaborar con otros en esta misma tarea.

5. Propicie en los estudiantes el desarrollo de métodos personales de estudio e

investigación que lo dejen apto para proseguir como autodidacta su

perfeccionamiento profesional.

Se propone además, tomar en consideración los elementos que estructuran una

determinada teoría pedagógica, que para este caso es la constructivista. Dichos

elementos, de acuerdo a Florez (1996), son los siguientes: Meta de formación del ser

humano, cómo aprenden los alumnos, relación docente alumno, contenido, metodología

y evaluación. También el contexto (Inciarte, 1998). Con base a lo anterior, el

investigador presenta una visión aproximada, de las implicaciones contenidas en dicha

teoría pedagógica.

223

ELEMENTOS ESTRUCTURANTES DE UNA TEORIA PEDAGOGICA BAJO EL

ENFOQUE CONSTRUCTIVISTA

METAS DE FORMACIÓN DEL SER

HUMANO

- Promueve el acceso a niveles intelectuales superiores.

- Implica apropiación y recreación de saberes que contribuyen al bienestar colectivo.

- Sistema de diferenciación progresiva. - Sentido personal al proceso de formación.

CONCEPTO DE DESARROLLO (COMO PROGRESAN LOS ALUMNOS)

- Interacción constructiva. - Desarrollo de competencias epistémicas

(orientado a la indagación). - Utilización de procesos básicos del pensamiento. - Toma en cuenta sus ideas previas para darle

sentido a las nuevas. - Uso de la metacognición.

CONTENIDO CURRICULAR

- Profundización progresiva en los temas o aprendizajes previos. Establecimiento de puentes cognitivos. Contenidos: Conceptuales, procedimentales, actitudinales. Significado lógico y sicológico, perspectiva sistémica y compleja reciprocidad de lo global y local.

RELACION DOCENTE ALUMNO

- Alumno construye conocimiento desde su autonomía.

- Utilización de una didáctica centrada en procesos.

- Docente como animador y facilitador del aprendizaje automotivado del alumno.

METODOLOGIA

- Enfasis en la construcción social del conocimiento.

- Imprime significados. - Se privilegia lo interactivo. - Aprendizaje generativos. - Integra las dimensiones de conocimiento,

afectividad y acción. - Utilización de estrategias cognitivas,

metacognitivas y de motivación.

EVALUACION

- Multidimensional. - Consensuada. - Con base a criterios. - Utiliza modelos ecológicos como mecanismos

auto-reguladores.

CONTEXTO

- Complejo. - Ecosistémico. - Visión análisis–síntesis. - Pertinencia de la investigación. - Uso del lenguaje como instrumento de gran poder

estimulante dado que con el mismo se construye y comparten significados.

FUENTE: ELABORACION PROPIA, (2007).

Cuadro No. 17

El docente formador al hacer explicita una teoría pedagógica como la

constructivista estaría considerando la integración de los elementos que la configuran y

de esta forma no sólo posicionarse en dicha teoría, sino gestionar los procesos

instruccionales en forma crítica, reflexiva y creadora.

Ventajas del Modelo.

- Posee un carácter flexible dada la complejidad del contexto y de los mismos

procesos inherentes a la formación docente.

- Procura dar respuesta aproximada (no receta) a las demandas socioculturales.

- Contiene elementos que más allá de un carácter adaptativo, brinda criterios para

generar planteamientos alternativos.

- Ayuda a conceptualizar el curriculum.

- Hace explicita toda una racionalidad que posibilita que el docente formador tenga

elementos de juicio para la toma de decisiones informada.

- Contribuiría a comparar, contrastar, socializar y enriquecer la practica pedagógica.

En síntesis habría que resaltar que esta propuesta, generada como un

lineamiento teórico-metodológico para la formación de docentes tiene sobre todo una

intención indicativa, no exhaustiva, que se inscribe en la necesidad de mostrar en forma

panorámica los elementos constitutivos de un modelo que posibilite orientar

estratégicamente la gestión inherente a los procesos de formación docente y contribuir

a la reivindicación del sentido histórico de la práctica pedagógica.

225

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ANEXOS

“TENDENCIAS EPISTEMOLOGICAS Y PEDAGOGÍCAS EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE” INSTRUMENTO PARA OBSERVAR A LOS DOCENTES FORMADORES

SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS

PRESENCIA DEL ASPECTO O RASGO

OBSERVACION

Rol del docente en la construcción del conocimiento: Siempre Casi siempre A Veces Nada - Tiene dominio total de la disciplina. - Toma en consideración la autonomía del alumno. - Utiliza la participación de los alumnos para ampliar y crearconocimientos.

- Utiliza estrategias para lograr un aprendizaje significativo. - Estimula la participación de los alumnos. - Usa el contenido instruccional como fuente de problematización. - Promueve la investigación entre los alumnos. Rol de alumno en la construcción del conocimiento: - Utiliza su autonomía. - Considera las ideas previas en el proceso de aprendizaje. - Usa los contenidos instruccionales para reflexionar, interactuar y dinamizar la construcción del conocimiento.

- Transfiere los aprendizajes a los contextos de vida. - Toma en cuenta la investigación para la construcción del conocimiento. Concepción de formación docente: - El docente orienta la perspectiva integral del conocimiento. - Se estimula y privilegia las competencias epistémicas (indagar, crear, reflexionar, criticar, investigar).

- Facilita la construcción de lenguajes inclusivos. - Modela los dominios disciplinarios inter y transdisciplinarios. Relación Teoría-Práctica: - Se evidencia en la conducción de la clase la relación teoría-práctica. - Se utilizan estrategias para viabilizar la vinculación teoría-práctica. - Se promueve una práctica innovadora, reflexiva y transformadora. - Se propicia la reflexión acerca de la utilidad de lo que se sabe y se hace.

FUENTE: Reyes, W. (2007).

“TENDENCIAS EPISTEMOLOGICAS Y PEDAGOGÍCAS EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE” INSTRUMENTO PARA OBSERVAR A LOS DOCENTES FORMADORES

SUBCATEGORIAS PEDAGÓGICAS

PRESENCIA DEL ASPECTO O RASGO

OBSERVACION

Docente:

Siempre Casi siempre A Veces Nada

- Se evidencia que el docente percibe la educación como fuerza detransformación humana y de las estructuras sociales.

- Promueve en el alumno habilidades y actitudes hacia el trabajoproductivo y su rol como ciudadano responsable.

- Estimula la vinculación universidad con el entorno. - Genera la reflexión en torno a la perspectiva ecosistémica y compleja de la realidad.

Alumno:

- Se evidencia en la clase la intención de que los alumnos adquieren principios de carácter filosófico, científico, social y técnico, para interpretar el hecho educativo.

- Adquiere competencias orientadas para aprender a aprender y aprender a emprender.

- Vincula la teoría con la práctica. Contenido:

- El contenido instruccional guarda equilibrio con lo práctico. - Se privilegia un ambiente para la construcción de contenidos significativos.

- El contenido toma en cuenta los criterios de actualidad, pertinencia y reciprocidad entre lo nacional y lo global.

- Se utilizan contenidos que ayudan a problematizar la realidad y la necesidad de transformarla.

FUENTE: Reyes, W. (2007).

“TENDENCIAS EPISTEMOLOGICAS Y PEDAGOGICAS EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE” GUIA DE OBSERVACIÓN PARA LOS DOCENTES FORMADORES

SUBCATEGORIAS EPISTEMOLOGICAS

OBSERVACIONES

Rol del docente en la construcción del conocimiento:

- Tiene dominio de la disciplina. - Toma en consideración la autonomía del alumno. - Utiliza la participación de los alumnos para crear conocimientos. - Utiliza estrategias para lograr un aprendizaje significativo. - Estimula la participación de los alumnos. - Usa el contenido instruccional como fuente de problematización. - Promueve la investigación entre los alumnos. Rol del alumno en la construcción del conocimiento: - Utiliza su autonomía. - Toma en cuenta las ideas previas en el proceso de aprendizaje. - Usa los contenidos instruccionales para reflexionar, sobre la construcción del conocimiento. - Transfiere los aprendizajes a los contextos de vida. - Toma en cuenta la investigación para la construcción del conocimiento. Concepción de formación docente: - El docente orienta la perspectiva integral del conocimiento. - Considera las competencias epistémicas (indagar, crear, reflexionar, criticar, investigar). - Facilita la construcción de lenguajes inclusivos. - Modela los dominios disciplinarios inter y transdisciplinarios. Relación teoría – práctica: - Se evidencia en la conducción de la clase la relación teoría – práctica. - Se utilizan estrategias para viabilizar la vinculación teoría-práctica. - Se promueve una practica innovadora. - Se propicia la reflexión acerca de la utilidad de lo que se sabe. FUENTE: REYES, W. (2007)

“TENDENCIAS EPISTEMOLOGICAS Y PEDAGOGICAS EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE” GUIA DE OBSERVACIÓN PARA LOS DOCENTES FORMADORES

SUBCATEGORIAS PEDAGOGICAS

OBSERVACIONES

Docente:

- Se evidencia en la clase que el docente percibe la educación como fuerza de transformación humana y de las estructuras sociales.

- Promueve en el alumno habilidades y actitudes hacia el trabajo así como su rol como ciudadano responsable.

- Estimula la vinculación universidad con el entorno. - Genera la reflexión en torno a la perspectiva ecosistémica y compleja de la realidad.

Alumno:

- Se evidencia en la clase la intención de que los alumnos adquieren principios de carácter filosófico, científico, social y técnico, para interpretar el hecho educativo.

- Adquiere competencias orientadas tanto para aprender a aprender como aprender a emprender.

- Vincula la teoría con la práctica. Contenido:

- El contenido instruccional guarda equilibrio con lo práctico. - Se privilegia un ambiente para la construcción de contenidos significativos. - El contenido toma en cuenta los criterios de actualidad, pertinencia y reciprocidad entre lo nacional y lo global.

- Se utilizan contenidos que ayuden a problematizar la realidad así como la necesidad de transformarla.

FUENTE: REYES, W. (2007)

TESIS DOCTORAL EPISTEMOLOGIA Y PEDAGOGIA EN LOS MODELOS DE FORMACIÓN DOCENTE

RELACIÓN OBJETIVOS Y CONCLUSIONES

OBJETIVOS ESPECIFICOS

CONCLUSIONES

1.- Caracterizar con base en las subcategorías epistemológicas y

pedagógicas los Modelos de Formación Docente existentes en el

ámbito de la Educación Superior.

Construcción teórica.

2.- Develar el modelo de formación docente implícito en el diseño

curricular de la Escuela de Educación.

El modelo es constructivista y tecnológico

Tecnológico: De acuerdo al discurso en cuanto al alumno y al

contenido instruccional (Revisar).

3.- Develar el modelo de formación docente vigente en la práctica

pedagógica del docente en formación y del docente formador en la

Escuela de Educación.

Docente en formación: Tradicionalista y tecnológico

Docente formador: Tradicionalista (Observación directa).

Docente formador: Constructivista (Entrevista a profundidad)

4.- Determinar el modelo de formación prevaleciente en la Escuela

de Educación.

Prevalece el tradicionalista, ya que es el que se manifiesta en la

práctica pedagógica formadora.

5.- Diseñar lineamientos teóricos que potencien las prácticas

pedagógicas en el contexto de la formación docente.

Construcción de lineamientos teóricos metodológicos, incluido el

modelo de formación docente constructivista

FUENTE: Elaboración propia (2007)

Maracaibo, 08 de Enero de 2007

Dra. Roselia Morillo Coordinadora Académica del Doctorado en Ciencias Humanas y demás miembros del Comité Académico

Reciba un cordial saludo. A través de la presente, yo, Mg. William Reyes,

portador de la Cédula de Identidad No. 5.800.098, como participante del Doctorado en

Ciencias Humanas, le estoy haciendo entrega de cinco (05) ejemplares de la Tesis

Doctoral titulada: “Epistemología y Pedagogía en los Modelos de Formación Docente”, y

cuya tutora es la Dra. Noraida Marcano. En tal sentido, solicito se me asigne el jurado

para la debida disertación y defensa de la tesis doctoral señalada.

Sin más a que hacer referencia y agradeciendo su receptividad, me despido.

Atentamente,

Mg. William Reyes Dra. Noraida Marcano Tesista Tutora