toxina botulínica, el veneno que cura
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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
LIC. EN FISIOTERAPIA
Equipo 6Integrantes:
Saynes Valencia Alyson Tlalpa Méndez Gerardo
Benjamín Sánchez Merino Yeimi Magali
La Toxina Botulínica, un veneno curativo
RESUMEN
La toxina botulínica una de las más poderosas toxinas conocidas,
considerada amenaza biológica categoría A, proviene de una bacteria anaerobia
llamada Clostridium Botulinum, está formada por la neurotoxina botulínica, consta
de dos cadenas, una cadena ligera y una cadena pesada, ligadas por un puente
disulfuro, la característica que lo resalta es que tiene esporas que son muy
resistentes a condiciones extremas. Clostridium botulinum puede generar 7
serotipos de exotoxinas (tipos del A al G), de las cuales solo la A y la B son
utilizadas para fines terapéuticos. La toxina botulínica o neurotoxina inhibe la
transmisión de potenciales de acción a nivel de la unión neuromuscular de la
unidad motora y a nivel preganglionar, gracias a esto se evita la liberación de la
acetilcolina al espacio sináptico produciendo la parálisis del músculo. Algunos de
los muchos usos terapéuticos de esta toxina son: espasticidad, distonías focales,
blefarospasmo, dolor miofascial, túnel carpiano, hiperhidrosis, axilar primaria
severa, distonía cervical, aplicaciones cosméticas. El tema que más nos interesa
es la espasticidad, la efectividad de la toxina botulínica en la espasticidad fue
demostrada por primera vez en el año de 1990, en pacientes con esclerosis
múltiple, en espasticidad infantil se demostró 1992, para el manejo del pie equino
en niños con parálisis cerebral. Se tiene que realizar un diagnóstico detallado de la
enfermedad y si el paciente es apto para recibir como tratamiento con ésta toxina,
estar al pendiente de él y examinar si el tratamiento está ayudándolo, en caso de
que no sea así se debe comenzar de inmediato con otro tratamiento. Es
importante mencionar que los pacientes con ciertos trastornos neurológicos como
la enfermedad de la neurona motora, y trastornos de unión neuromuscular como
atrofia, no se les debe aplicar toxina botulínica.
INTRODUCCIÓN
Todas las personas tienen un concepto claro cuando se escucha la palabra
“veneno” o “toxina”, lo primero que se nos pasa por la mente es que nos va a
causar la muerte o que nos va a generar dolores intensos, aquellos que son
insoportables y que nos hacen pensar que la morir sería lo mejor, pero el tiempo y
las investigaciones han aumentado hasta el punto de utilizar esto a nuestro favor.
Uno de estos grandes avances es el uso de la Toxina Botulínica, es uno de los
venenos más peligrosos del mundo, puede aplicarse para el tratamiento de
blefarospasmo, espasticidad, sialorrea, entre otros y se sigue investigando su
efectividad en otras enfermedades.
Los resultados han sido tan sorprendentes que los investigadores aprovecharon
su mecanismo de acción para fines estéticos, que posteriormente se hablara de
ello, y así de esta manera contribuir no sólo en el aspecto de la salud sino a las
necesidades de cada uno de nosotros para tener un mejor aspecto.
Aunque muchas personas difaman este tipo de tratamiento, nosotros por el
contrario estamos completamente a favor de la aplicación de esta toxina siempre y
cuando, la persona que aplique este “veneno” sea un especialista, que esté
actualizado a cualquier cambio de este tratamiento y que sepa las indicaciones y
contraindicaciones del proceso de acuerdo al paciente, ya que no todos pueden
recibir el mismo tratamiento, y porque hay bases científicas y resultados clínicos
comprobados.
Este ensayo ha sido planeado y escrito para que personas profesionales
interesadas en el tema para puedan informarse acerca de este nuevo tratamiento
y conozcan una nueva alternativa, sus beneficios y posibles aplicaciones en el
área de la salud.
DESARROLLO
1. Toxina botulínica
Dentro de la historia, la toxina botulínica ha pasado por mucho, todos los
científicos que descubrieron su uso y así esta fuera tomada en cuenta en la
medicina. Todo empieza con Justinus Kerner (1786-1862), quien describió en las
manifestaciones clínicas observadas en grupos de pacientes envenenados con la
toxina, transmitida en algunos alimentos. El microbiólogo Emile Pierre Marie Van
Ermengem (1851-1932) pudo aislar el bacilo anaeróbico y lo denominó Bacillus
botulinus, del latín botulus que significa salchicha, pues los síntomas eran
similares a los descritos con anterioridad en Alemania luego de consumir este tipo
de alimentos. En Europa y Norteamérica, en la década de los 70, se empezó a
tratar a pacientes con estrabismo con toxina botulínica. El primero en realizarlo
fue Alan B. Scott en 1981, sugiriendo además la posibilidad de tratar de la misma
manera otras enfermedades, como el blefarospasmo y otras formas de distonía.
En 1983 en Canadá, la toxina comienza a ser utilizada en pacientes con distonía
cervical y en 1985 se dio a conocer la primera publicación sobre esta indicación.
En 1987 se describieron los primeros casos del uso de la toxina botulínica
enfocado a fines cosméticos. En 1989, fue aprobada por la American Food and
Drug Administration para su empleo en el tratamiento del estrabismo, del
blefarospasmo y del espasmo hemifacial. En 1990 se crearon guías de indicación
y aplicación de la toxina botulínica en el national health Institutes. En 1919,
Georgina Burke basada en sus estudios en la Universidad de Stanford, diferencio
dos tipos de Bacillus botulinus, designándolos como tipo A y tipo B. TB-A se utiliza
desde la década 1980 en diferentes usos terapéuticos.
Tiene su origen de una bacteria anaerobia llamada Clostridium Botulinum, consta
de dos cadenas, una cadena ligera (50 kDa) y una cadena pesada (100 kDa),
ligadas por un puente disulfuro, respecto a su ubicación se puede decir que la
encontramos en varios puntos geológicos ya sea en elementos solidos o líquidos,
y la característica que lo resalta es que tiene esporas que son muy resistentes a
condiciones extremas. Ésta bacteria puede ocasionar contaminación en alimentos
y provocar en las personas el famoso botulismo. El botulismo es por definición
“botulus” que significa embutido o salchicha, es una enfermedad neuroparalítica,
muy rara pero grave cuando se presenta.
En cuanto a su mecanismo de acción lo que ha logrado hacer ésta toxina en el
campo de la medicina ha impresionado a muchas personas ya sea por sus
resultados clínicos y la forma en la que reaccionó con cada paciente. Clostridium
botulinum puede generar 7 serotipos de exotoxinas (tipos del A al G), de las
cuales solo la A y la B son utilizadas para fines terapéuticas, las otras no pueden
ser usadas porque su manejo es mucho más complicado y puede poner en riesgo
mortal al paciente. La toxina botulínica o neurotoxina inhibe la transmisión de
potenciales de acción a nivel de la unión neuromuscular de la unidad motora y a
nivel preganglionar, donde es dividida por proteasas específicas en dos
fragmentos, los cuales se reúnen de manera diferente a través de puentes
bisulfitos, adquiriendo actividad enzimática y con capacidad para dividir proteínas
endosomales presinápticas y evitando así la unión de la membrana presináptica
con la membrana de la vesícula presináptica. Gracias a esto se evita la liberación
de la acetilcolina al espacio sináptico produciendo la parálisis del músculo.
También inhibe la secreción de neurotransmisores como noradrenalina. Algunos
puntos que ayudan que la toxina botulínica funcione adecuadamente: existe
alguna contractura dinámica, tener un objetivo en las fibras musculares, que el
trastorno del movimiento dependa primariamente de la espasticidad muscular,
horas de fisioterapia que aseguren el mejoramiento. De forma general el
mecanismo de acción se resumiría en: fijación neuronal, internalización y
translocación y escisión de las proteínas SNARE.
La dosis adecuada va a hacer significativo para obtener los resultados clínicos
deseados, y si no se llevan a cabo como deben ser el paciente podría estar en
riesgo mortal ya que se está tratando con una toxina muy potente; viéndolo de
esta manera la dosis debe ser perfecta y sin error. Los valores de aplicación son
las siguientes: Toxina A: 0,1 µg vía endovenosa o intramuscular o 1 µg vía
inhalatoria o 70 µg vía oral.
Uso cosmético: la toxina botulínica A es utilizada para el tratamiento de las líneas
de expresión facial (arrugas del rostro).
Antes de realizar el tratamiento se tienen que hacer exámenes al paciente y
analizarlos adecuadamente, para poner a la luz el músculo o tejido que es
responsable del problema a resolver. Algunas veces se complican estas pruebas,
este motivo lleva a que se hagan pruebas especiales como son la ecografía,
electromiografía, neuroestimulación o la que se requiera en ese momento.
Para administrar la Toxina Botulínica dependerá del tipo y el tamaño del musculo
afectado su hiperactividad, localización y accesibilidad, por eso se dice que la
selección adecuada de la zona afectada será imprescindible para el éxito del
tratamiento.
Como hemos hablado anteriormente hay subtipos de Clostridium botulinum, las
cuales actualmente se conocen siete tipos (A, B, C, D, E, F y G). Las neurotoxinas
A, B, E, F y G son dañinas para el ser humano, la administración de toxina
botulínica A está ampliamente comercializada y disponible como Botox, Lanzho
Institute of Biological Products, Dysport (dystonia Porton products) entre otras
grandes empresas que gracias a ellas actualmente nos enriquecen de esta toxina
cuando queramos, siempre y cuando sea utilizado para fines médicos. La toxina
botulínica tipo B, en menor frecuencia está en el mercado como Myobloc. Con la
aparición de la Toxina botulínica B se dispone de un preparado de toxina para uso
terapéutico con un mecanismo de acción intracelular diferente del tipo A. Así, el
tipo B influencia las sinapsis vegetativas y musculares distinta que la A. Lo que
caracteriza a la toxina botulínica A es la inhibición de la liberación de acetilcolina
en la unión neuromuscular.
2. Usos de la toxinaPara dar inicio tenemos que entender que no cualquier persona puede aplicar esta
toxina, porque si se aplica más de la recomendada podría obtenerse resultados
contrarios a los esperados, podrían ser tan graves que el paciente estaría en un
estado crítico lo cual lo llevaría a la muerte, por eso las personas adecuadas que
tienen que suministrar este “veneno” deben ser un neurólogo o medico con
capacidad adecuada en la técnica.
Obviamente para realizar este tratamiento debe haber requisitos muy estrictos, los
cuales son:
Seleccionar un paciente en el que el músculo tratado sea capaz de
hipertrofiarse, si hiciera falta con entrenamiento.
El músculo debe tener un adecuado trofismo.
La técnica consiste en una inyección intramuscular profunda,
preferentemente cerca de la placa motora.
El intervalo entre dosis no debe ser menor de 3 meses.
La dosis máxima por sesión no debe sobrepasar las 400 U.
La dilución debe ser 1 a 5 mL/100 U en solución salina 0,9 %.
En músculos voluminosos inyectar en puntos motores primarios y
secundarios para evitar el dolor local.
El volumen total por inyección será inferior a 1 mL.
El número total de músculos pinchados por sesión no debe exceder de 6.
Se aconseja utilizar la técnica con ayuda guiada de EMG solo para localizar
músculos profundos y cuerdas vocales.
Llevar a cabo todas estas recomendaciones nos encaminara a un tratamiento
garantizado y así de esta manera se obtengan los mejores resultados para
mejorar la salud del paciente. La Toxina Botulínica es de mucha ayuda en el uso
terapéutico y rehabilitación de un paciente, por esta razón los médicos
recomiendan el uso adecuado con seguimiento con el fisioterapeuta quien será el
que refuerce mucho más la rehabilitación y de esta manera el paciente pueda salir
lo mejor posible del hospital. Las patologías más tratadas las iremos mencionando
a continuación:
La espasticidad, en sentido estricto, se define como un incremento del tono
muscular dependiente de la velocidad, asociado a un reflejo miotático exagerado.
Su patofisiología no se conoce con precisión, pero es evidente que intervienen,
entre otras estructuras, el tronco cerebral y la médula espinal. El diagnóstico
clínico de la espasticidad no suele ser difícil. El elemento fundamental es el
incremento de resistencia muscular dependiente de la velocidad que coexiste con
hiperreflexia. La toxina tiene grandes ventajas en la espasticidad como: ser un
fármaco seguro (efecto reversible) y fácil de usar, permite reducir el requerimiento
de antiespásticos (Fármacos que alivian las contracciones involuntarias de un
músculo o varios) orales, tiene poca interacción con otros medicamentos y tiene
un rol preventivo. La efectividad de la toxina botulínica en la espasticidad fue
demostrada por primera vez en el año de 1990, en pacientes con esclerosis
múltiple. Y en espasticidad infantil se demostró 1992, para el manejo del pie
equino en niños con parálisis cerebral.
Las distonías focales se caracterizan por contracciones musculares que causan
movimientos repetitivos de torsión o posturas anormales de cara, brazos, piernas y
tronco. Las distonías focales son aquellas que comprometen grupos musculares
pequeños. En éste tipo de distonías, la toxina tiene una acción específica sobre
las proteínas responsables de la fusión de la membrana presináptica con la
vesícula que contiene acetilcolina. Su efecto es producir debilidad del músculo
inyectado para su denervación de éste. Con su aplicación de la toxina se consigue
disminuir el dolor cuando lo haya, mejorar el tono y postura, y restablecer la
función del músculo. Aquí si existen efectos colaterales como debilidad en
músculos no infiltrados.
El Blefarospasmo es un tipo de distonía focal que se caracteriza por el cierre
ocular, interrumpido o persistente, involuntario, debido a la contracción del
músculo orbicular del ojo. Los primeros síntomas son el aumento del parpadeo
frente a estímulos como luz o estrés. Algunos pacientes también miran hacia
arriba y abajo. El uso de la toxina botulínica tipo A es esencial en el tratamiento en
estos pacientes, aunque una gran minoría no muestran mejoría. La aplicación de
la toxina es periódica en el músculo orbicular del ojo y puede utilizarse durante
muchos años sin presentar efectos secundarios.
Algunos otros usos como: El Dolor Miofascial: Conocido también como dolor muscular de origen
desconocido. El tratamiento con Toxina Botulínica ha demostrado su efectividad
para tratar el dolor asociado con el espasmo muscular crónica, fibromialgia y dolor
miofascial. La toxina se inyecta en un punto muscular y, a continuación, se inicia el
tratamiento de fisioterapia realizando estiramientos pasivos y activos.
Sobre el Túnel Carpiano: La Toxina Botulínica inyectada en el túnel carpiano es
capaz de bloquear el dolor producido por la liberación de péptidos inflamatorios
(bradicina) y bloquear receptores de péptidos que transmiten el dolor como
sustancia P.
Sobre la Hiperhidrosis Axilar primaria severa (sudoración excesiva): Su
efecto se debe a un bloqueo selectivo de la función de las glándulas sudoríparas y
por tanto disminuye la producción de sudor ahí donde se inyecta. La aplicación
selectiva en las zonas con una sudoración mayor, permite poder actuar
únicamente en las áreas que presentan más hiperhidrosis, y evitar así posibles
efectos secundarios sistémicos o la aparición de hipersudoración compensatoria.
El tratamiento debe repetirse cada 6-9 meses, ya que el efecto de la toxina
botulínica es temporal. La disminución de sudor, prácticamente total, comienza a
los pocos días tras el tratamiento. La aplicación de toxina botulínica para el
tratamiento de la hiperhidrosis es un procedimiento que produce una elevada
satisfacción en el paciente y permite mejorar de forma importante su calidad de
vida.
Distonía cervical: La toxina botulínica (TB) tiene una impresionante eficacia y
pocos efectos colaterales de la terapia en las distonías cervicales a pesar de que
era considerada como uno de los más potentes tóxicos conocidos y con un
potencial uso agresivo.
Aplicaciones Cosméticas: La principal indicación del uso de toxina botulínica es
la presencia de arrugas en el rostro, como lo son las arrugas frontales,
periorbitarias, nasales y periorales. Igualmente está indicado su uso en las bandas
platismales en el cuello.
La toxina botulínica está contraindicada: en individuos con hipersensibilidad
conocida al complejo de neurotoxina (900 kD) tipo A de Clostridium botulinum y en
pacientes con miastenia gravis o síndrome de Eaton-Lambert.
3. Precauciones y recomendacionesEs importante mencionar que los pacientes con ciertos trastornos neurológicos
como la enfermedad de la neurona motora, y trastornos de unión neuromuscular
como atrofia, no se les debe aplicar toxina botulínica
No se debe exceder las dosificaciones ni la frecuencia de administración de ésta
toxina por creer que el efecto será más rápido y eficaz. Ya que en ciertas
patologías podría existir efectos colaterales graves o la formación de anticuerpos
especializados de acuerdo al tipo de toxina utilizada y esto provoca una
disminución gradual de la eficacia al tratamiento. También es recomendable el uso
de ciertas técnicas de inyección como la de EMG (máquina de electromiografía
que registra el movimiento de los músculos). Se debe tener muy en claro cuál o
cuáles son los músculos a inyectar y también tomar en cuenta el tamaño de éste
músculo ya que se podrían dañar músculos sanos. Se tiene que realizar un
diagnóstico detallado de la enfermedad y si el paciente es apto para recibir como
tratamiento con ésta toxina. El uso de toxina botulínica durante el embarazo está
contraindicado como medida de precaución, a pesar de que aún no hay estudios
que comprueben algún efecto en el feto.
4.- ContraindicacionesAntes de administrar la toxina botulínica es necesario conocer la anatomía
relevante y cualquier alteración de la misma debida a intervenciones quirúrgicas
previas. No se deben exceder las dosificaciones y frecuencias de administración
recomendadas. Aunque raramente, puede aparecer una reacción anafiláctica tras
la inyección de toxina botulínica, por lo que se debe disponer de epinefrina y de
otras medidas anafilácticas.
La toxina botulínica está contraindicada: en individuos con hipersensibilidad
conocida al complejo de neurotoxina tipo A de Clostridium botulinum y en
pacientes con miastenia gravis o síndrome de Eaton-Lambert. La toxina botulínica
se clasifica dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo. No se recomienda
el uso de toxina botulínica durante el embarazo a no ser que sea totalmente
necesario. Se desconoce si toxina botulínica se excreta por la leche materna, por
lo que no se recomienda su uso durante la lactancia.
CONCLUSIÓN
A lo largo de este ensayo pudimos dar un paso a la investigación de tan
importante tema en el ámbito de la fisioterapia y no sólo en la medicina y la
estilización.
En la actualidad como futuros profesionistas debemos estar envueltos en más
temas de este tipo y sobre todo relacionados con nuestra carrera.
Gracias a este trabajo colaborativo en la materia de Desarrollo de las Habilidades
en el uso de la Tecnología, la Información y la Comunicación pudimos adentrarnos
en un pequeño trabajo de investigación que nos ha dejado mucho aprendizaje
para nuestro futuro y sobre todo la experiencia del grato trabajo en equipo.
Comenzamos teniendo una postura a favor en cuanto a la utilización de la toxina
botulínica en pacientes con espasticidad, revisamos varias bibliografías tratando
de encontrar más enfermedades tratadas con esta toxina, pudimos aprender los
riesgos y las consecuencias del mal uso de ésta toxina, porque no podemos
olvidar que puede llegar a ser mortal para el cuerpo humano. Buscamos y nos
adentramos al mundo de esta bacteria para poder saber cómo actúa, qué es lo
que la hace tan importante en el ámbito fisioterapéutico, tratamos de saber cada
detalle de nuestro agente que en este caso era Clostridium Botulinum para poder
entender mejor el uso y mecanismo de acción y así poder crearnos un propio
criterio acerca del uso de la toxina. Después de hacer unas entrevistas a
profesionistas en el área y tener un poco más de información pudimos comenzar
nuestro trabajo y aunque tuvimos mucha más curiosidad por saber más del tema y
ampliamos un poco nuestras fronteras pudimos llegar a la conclusión de que el
uso de la toxina es altamente efectivo si se realiza el tratamiento con todas las
precauciones necesarias.
También es bueno para los fisioterapeutas ya que nos da tiempo para poder
rehabilitar al paciente, y aunque es poco, si nos preparamos en cuanto al tema
esto nos será mucho más fácil, sin embargo debemos de estar muy pendientes del
paciente ya que cuando comienza la terapia con nosotros se vuelve nuestra
responsabilidad, hay que tener en cuenta también que en algunos pacientes tiene
un efecto y en otros es diferente, que demos atender la espasticidad a tiempo,
estar pendiente de la evolución del paciente todo el tiempo y sobre todo tener una
buena comunicación con el paciente para poder hacer un mejor trabajo.
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