tasa tobin por arturo gonzález villarroya (@arturogvilla)

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En los últimos días escuchamos hablar de la “Tasa Tobin”, de su implantación en Francia y del deseo de Mariano Rajoy de introducirla en España. Veamos de dónde viene, dónde se ha aplicado ya, y que consecuencias tuvo y tendrá. 1971 En 1971, James Tobin, propuso una tasa que gravara los cambios de divisas en el mercado para “frenar la especulación y disminuir la volatilidad (movimientos bruscos del mercado)” y no varíen precios de cambio entre una divisa y otra. Tobin proponía cobrar el 0,1% de cada operación. Sin embargo, esta propuesta no tuvo muchos adeptos y se abandonó pronto. Actualmente En la crisis actual y la falacia repetida una y otra vez de que los mercados atacan, se ha recuperado la idea de una tasa que grave transacciones financieras, con apoyos de socialistas como P. Krugman o J. Stiglitz, entre otros. En este caso, la tasa no grava las divisas como Tobin proponía, sino que, puestos a crear un impuesto, gravan la compra de acciones, futuros, warrants, derivados y otros productos financieros. Y como todo últimamente, motivado especialmente por un afán recaudatorio. A pesar de que Tobin proponía un 0,1%, Hollande ha introducido un 0,2%, y Rajoy, que no podía ser menos, habla de un 0,5%. Analicemos las consecuencias que tendrá en un mercado como el español, que no se caracteriza por ir sobrado de volumen, ni por atraer mucha inversión, y es conocida su falta de liquidez y gran volatilidad, siendo frecuentes los “gaps” (huecos de apertura). ¿Qué pretende?, ¿Realmente lo conseguirá? - Pretenden acabar con la especulación en los mercados: Bien, para querer acabar con ella antes deberíamos tener claro si es mala, sin dejarnos llevar por aquellos que culpan hasta de la lluvia a los mercados, y no, la especulación no es mala, y juega un papel importantísimo para el buen funcionamiento de una economía. Los especuladores proporcionan coordinación entre agentes económicos, facilitando los intercambios, aumentando notablemente la liquidez, comprando o vendiendo en momentos o lugares dónde nadie quiere hacerlo, o redistribuyendo bienes y activos en el espacio y en el tiempo, encareciendo bienes de aquellos lugares o momentos en los que son más abundan para abaratarlos en aquellos lugares o momentos en los que son más escasos. Sin especuladores, las diferencias de precios entre lugares o fechas serían mucho más abruptas, y tendríamos mercados débiles en los que no sería posible realizar correctamente los intercambios económicos.

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Estudio sobre esta (pésima) medida socialista.

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Page 1: Tasa Tobin por Arturo González Villarroya (@ArturoGVilla)

En los últimos días escuchamos hablar de la “Tasa Tobin”, de su implantación en Francia y del deseo de Mariano Rajoy de introducirla en España. Veamos de dónde viene, dónde se ha aplicado ya, y que consecuencias tuvo y tendrá.

1971En 1971, James Tobin, propuso una tasa que gravara los cambios de divisas en el mercado para “frenar la especulación y disminuir la volatilidad (movimientos bruscos del mercado)” y no varíen precios de cambio entre una divisa y otra. Tobin proponía cobrar el 0,1% de cada operación. Sin embargo, esta propuesta no tuvo muchos adeptos y se abandonó pronto.

ActualmenteEn la crisis actual y la falacia repetida una y otra vez de que los mercados atacan, se ha recuperado la idea de una tasa que grave transacciones financieras, con apoyos de socialistas como P. Krugman o J. Stiglitz, entre otros. En este caso, la tasa no grava las divisas como Tobin proponía, sino que, puestos a crear un impuesto, gravan la compra de acciones, futuros, warrants, derivados y otros productos financieros. Y como todo últimamente, motivado especialmente por un afán recaudatorio. A pesar de que Tobin proponía un 0,1%, Hollande ha introducido un 0,2%, y Rajoy, que no podía ser menos, habla de un 0,5%. Analicemos las consecuencias que tendrá en un mercado como el español, que no se caracteriza por ir sobrado de volumen, ni por atraer mucha inversión, y es conocida su falta de liquidez y gran volatilidad, siendo frecuentes los “gaps” (huecos de apertura).

¿Qué pretende?, ¿Realmente lo conseguirá?- Pretenden acabar con la especulación en los mercados: Bien, para querer acabar con

ella antes deberíamos tener claro si es mala, sin dejarnos llevar por aquellos que culpan hasta de la lluvia a los mercados, y no, la especulación no es mala, y juega un papel importantísimo para el buen funcionamiento de una economía. Los especuladores proporcionan coordinación entre agentes económicos, facilitando los intercambios, aumentando notablemente la liquidez, comprando o vendiendo en momentos o lugares dónde nadie quiere hacerlo, o redistribuyendo bienes y activos en el espacio y en el tiempo, encareciendo bienes de aquellos lugares o momentos en los que son más abundan para abaratarlos en aquellos lugares o momentos en los que son más escasos. Sin especuladores, las diferencias de precios entre lugares o fechas serían mucho más abruptas, y tendríamos mercados débiles en los que no sería posible realizar correctamente los intercambios económicos.

Si la bolsa baja la culpa no es de “los especuladores” sino de que los inversores creen que no vale su precio sino menos (en España por los nefastos gobiernos sufridos entre muchas cosas). Con medidas para reducir la especulación solo conseguirán que baje más aún.

Impuestos para “reducir la especulación” solo conseguirán una brutal caída del volumen, y por consecuencia de ello, de la liquidez, lo que siempre provoca más volatilidad, especialmente haciendo caer al mercado. En el siguiente punto veremos por qué.

- Pretenden reducir la volatilidad, pero… ¡Hará todo lo contrario!: Cualquiera con el más mínimo conocimiento de los mercados financieros lo sabría. Vas con tu reloj a la casa de empeños y dices al de la ventanilla…

- Te vendo el reloj.- Toma 300€.

Solucionas tus problemas de dinero y vuelves a recuperarlo…- Te compro mi reloj.- Son 650€.- ¿¡Cómo!?.

Existe un precio de compra (“bid”) y otro de venta (“ask”), la diferencia entre ellos se denomina “spread”, mientras no hay acuerdo entre compradores y vendedores no hay transacción y por tanto no hay cambio del precio. Cuando en el mercado hay más volumen,

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más operaciones, más vendedores, más compradores, la diferencia entre precio de compra y de venta (“spread”) se reduce, y los movimientos al alza o a la baja son menores, cae la volatilidad. Si en cambio no hay volumen suficiente y por ello no hay liquidez te pasa como en la casa de empeños, y el “precio del reloj” varía mucho y fuertemente.

Por ejemplo: Telefónica es el valor más líquido (con más intercambios) del mercado español. Pero su liquidez es de risa comparado con Google o Apple, cuya liquidez es igual de ridícula comparada con la del mercado de divisas (FOREX).

(En esta captura observamos los “spreads” en el mercado de divisas, que son muy pequeños.)

Teniendo claro esto es fácil darse cuenta de que la Tasa Tobin, reducirá el volumen, afectará a los spreads y a la volatilidad, no reduciéndola sino aumentándola, consiguiendo que las caídas sean mayores. Con lo que, aquellos que queden en el mercado provocarán movimientos mayores que antes, no solucionando ningún problema.

- Pretenden recaudar más dinero (¡de locos!): A estas alturas no creo que haga falta aclarar que si ponen un impuesto, igual que con el IRPF francés al 75% los ricos abandonan el país, en este caso los inversores y el dinero abandonarán nuestra bolsa, caerá el número de contratos negociados (volumen) y con ello la recaudación por la tasa Tobin y por el Impuesto de Plusvalías. Impuesto que por cierto acaban de anunciar su subida al nivel del IRPF para operaciones en menos de 1 año, lo cual precisamente no ayuda a que el volumen no caiga.

Otro aspecto a tener en cuenta es el HFT (“High Frequency Trading”), usado por grandes fondos y bancos, que ya supone más del 70% de las operaciones de EEUU, y se realiza de manera automática por súper-ordenadores que compran y venden con un margen pequeñísimo. Por tanto, una tasa y el aumento de los “spreads” acabarán con estas operaciones, que, repito, suponen el 70% en EEUU y algo menos en España.

Un error muy común en los políticos keynesianos y socialistas es pensar que la gente no se mueve, que si les ponen un impuesto no se irán . En el mundo de la bolsa, en el siglo XXI, si algo es fácil, es invertir/especular en otros mercados, o aun operando en la Bolsa de Madrid hacerlo desde intermediarios del extranjero, abriendo la cuenta por internet en unas horas.

Otras consecuencias (negativas, claro)- Caídas en las bolsas: Como más tarde veremos que ocurrió en Sucia, imponer un Impuesto

a las Transacciones Financieras (ITF) provoca caídas, pues el volumen de compras

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disminuye, pero quien ya está comprado tiene la necesidad de vender, por tanto las ventas superan a las compras (las cuales descienden notablemente). Por no hablar de la desconfianza que este tipo de impuestos generan. ¿Quién va a confiar en un país cuyos mercados negocian muy pocos contratos y no hay liquidez suficiente para que siempre haya compradores y vendedores?.

- Gran daño al sector de los “Bróker” (intermediarios): Decían John Campbell y Kenneth Froot en su análisis sobre el desastre sueco (que aparece más adelante) que si algo es fácil de reemplazarse es “una empresa sueca especializada en intermediar en la venta de acciones”, ¡Y lo decían en 1993!, ahora con internet, los bróker locales verán caer las operaciones, y cómo las que queden se harán desde el extranjero (dónde no hay Tasa Tobin) y verán cómo sus ingresos caen con fuerza debido a que a menos operaciones menos ingresan por su comisión de intermediación. Solo en La City (Londres) este sector da empleo a 1 millón de personas.

El caso SuecoEn 1984 Suecia introduce una tasa del 0,5%, con lo que una compra-venta suponía un impuesto del 1%. Como les parecía poco, en Julio de 1986 doblaron la tasa, gravando todo tipo de productos, incluida la renta fija, tanto deuda estatal como privada, con un tipo menor eso sí, del 0,003% para más de 5 años y un 0,002% para los bonos que no superen esos 5 años.En línea con el optimismo de los políticos a la hora de

introducir impuestos se esperaba una recaudación de 1.500 millones de coronas suecas al año, en cambio no se superaron las 80 millones ningún año, con una media de 50 millones de coronas suecas al año. Es decir, ¡Solo un 5% de lo esperado en los años que más se recaudó!, ¡Un 5%!.Nada más entrar la tasa en vigor se desplomó el volumen, la recaudación del Impuesto de Ganancias de Capital y los bróker suecos. La negociación en opciones desapareció y en futuros casi (-98% operaciones).En la 1ª semana la negociación de bonos cayó un 85%, y se disparó la rentabilidad de la deuda (¿Os imagináis como acabaría en España nuestra ya alta prima de riesgo?). El día que la tasa se anunció, los precios de las acciones cayeron un 2.2%. Pero existió filtración de información antes del anuncio, lo que explica la caída del 5.35% en los días anteriores al anuncio. Cuando la tasa se dobló, los precios cayeron más.En 1990, el 60% de las operaciones ya se hacían en Londres.Así hasta que consiguieron deshacer el gran error aboliendo las tasas en 1991, y el volumen, la negociación, los precios, volvieron como por arte de magia. * Ver informe más detallado * .

Llegados a este punto solo me queda desear que Rajoy recapacite, no siga adelante con esta tasa y escuche a países como Reino Unido, Dinamarca, Holanda, Chipre, Malta, y Suecia, quienes se oponen.

Arturo González Villarroya (@ArturoGVilla)