lourdes gaitán - la nueva sociologia de la infancia

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Política y Sociedad, 2006, Vol. 43 Núm. 1: 9-26 9 Julio Aramberri Presentación La nueva sociología de la infancia. Aportaciones de una mirada distinta The New Sociology of Childhood. Contributions from a Different Approach Lourdes GAITÁN MUÑOZ Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. UCM. [email protected] (traducción: Raquel Vélez Castro) Recibido: 17.11.05 Aprobado: 17.01.06 RESUMEN La finalidad de este artículo es la de mostrar el nacimiento y desarrollo de la sociología de la infancia como una subdisciplina sociológica con entidad propia, que trata de desvelar la realidad que envuelve la vida de los niños hoy. Con las limitaciones propias de un artículo, en lo que a extensión se refiere, se da cuenta de las principales corrientes teóricas en las que la citada sociología se apoya, así como de los bene- ficios que puede aportar el estudio de la infancia y de los niños, por sí mismos, para la mejor compren- sión de los fenómenos que les afectan a ellos y a todos los demás miembros de la sociedad. PALABRAS CLAVE: Infancia, niños, estructura social, grupos sociales, generaciones. ABSTRACT This article shows the rise and development of de New Sociology of Childhood as a sociological appro- ach that tries to reveal the real position of children in our societies and the way in which their lives run. The article refers the main theoretical approaches and research tools applied in the field of the new child- hood studies, and also the benefits to think about children in their own right when trying to understand the modern phenomena that children and adults are affected by. KEY WORDS: Childhood, children, social structure, social groups, generations. SUMARIO 1. Introducción. 2. Primeros pasos. 3. Teorías de infancia. 4. Rasgos comunes y enfoques particulares. 5. La noción de generación en la nueva sociología de la infancia. 6. La investigación social de y para la infancia. 7. Conclusiones.

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Política y Sociedad, 2006, Vol. 43 Núm. 1: 9-26 9

Julio Aramberri Presentación

La nueva sociología de la infancia.Aportaciones de una mirada distinta

The New Sociology of Childhood.Contributions from a Different Approach

Lourdes GAITÁN MUÑOZ

Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. [email protected]

(traducción: Raquel Vélez Castro)

Recibido: 17.11.05Aprobado: 17.01.06

RESUMEN

La finalidad de este artículo es la de mostrar el nacimiento y desarrollo de la sociología de la infanciacomo una subdisciplina sociológica con entidad propia, que trata de desvelar la realidad que envuelve lavida de los niños hoy. Con las limitaciones propias de un artículo, en lo que a extensión se refiere, se dacuenta de las principales corrientes teóricas en las que la citada sociología se apoya, así como de los bene-ficios que puede aportar el estudio de la infancia y de los niños, por sí mismos, para la mejor compren-sión de los fenómenos que les afectan a ellos y a todos los demás miembros de la sociedad.

PALABRAS CLAVE: Infancia, niños, estructura social, grupos sociales, generaciones.

ABSTRACT

This article shows the rise and development of de New Sociology of Childhood as a sociological appro-ach that tries to reveal the real position of children in our societies and the way in which their lives run.The article refers the main theoretical approaches and research tools applied in the field of the new child-hood studies, and also the benefits to think about children in their own right when trying to understandthe modern phenomena that children and adults are affected by.

KEY WORDS: Childhood, children, social structure, social groups, generations.

SUMARIO

1. Introducción. 2. Primeros pasos. 3. Teorías de infancia. 4. Rasgos comunes y enfoques particulares.5. La noción de generación en la nueva sociología de la infancia. 6. La investigación social de y para lainfancia. 7. Conclusiones.

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1. INTRODUCCIÓN

La nueva sociología de la infancia surge apartir de una insatisfacción con las explicacio-nes habituales sobre la vida y el comportamien-to de los niños, con la consideración de los mis-mos en la sociedad y en el conjunto de lasciencias sociales y así mismo con los métodos ytécnicas de investigación aplicados en el estudiode las actividades individuales o colectivas delas personas que se encuentran en esa etapa de lavida que viene a denominarse infancia.

Esta insatisfacción conduce a la búsqueda deotros planteamientos teóricos explicativos ytambién al desarrollo de herramientas de inves-tigación adecuadas para llegar a un conocimien-to de lo que significa la infancia hoy, comoespacio vital en el que se desarrolla la vida delos niños, como fenómeno permanentementeinsertado en la estructura social y como ámbitocon significado para los propios niños.

El nacimiento y desarrollo de esta subdisci-plina sociológica es muy reciente, apenas alcan-za los veinte años, pero en este breve periodo detiempo ha desplegado una intensa actividad,tanto en el plano de la investigación, como en elde la reflexión teórica, orientadas ambas por tresobjetivos principales: a) contribuir al crecimien-to de las ciencias sociales en general, incorpo-rando la visión de uno de los grupos componen-tes de la sociedad, a menudo olvidado; b)aportar explicaciones sociológicas en el necesa-rio enfoque interdisciplinar de un fenómenocomplejo como es la infancia; c) dar visibilidada los niños como actores sociales, en línea conlas orientaciones de la Convención Internacio-nal que reconoce a los niños y niñas como suje-tos de derechos.

Este planteamiento resulta nuevo porque con-vencionalmente, la sociología ha considerado lainfancia como el ámbito privilegiado para lasocialización, una etapa donde es posible intro-ducir primariamente valores y formas de con-ducta socialmente aceptados, que darán lugar auna correcta integración de los individuos en lasociedad. En consecuencia, el interés de lasociología por la infancia se ha centrado, hastaahora, bien en los procesos de socialización obien en el análisis del comportamiento de lasprincipales instituciones encargadas de llevar acabo el proceso socializador, léase: la familia yla escuela. En ambos casos los niños no consti-tuyen el objeto formal de estudio, sino que tie-

nen un papel instrumental respecto a los temasprincipales: el orden del sistema social o el fun-cionamiento de las instituciones sociales. Eneste contexto la infancia ha venido siendo consi-derada como el espacio de tiempo vital que debeaprovecharse para la iniciación en la vida socialde los que llegarán a ser, con el transcurso de losaños, verdaderos actores sociales. Desde esaperspectiva, el centro de interés no lo constituyela infancia en sí, sino el fenómeno de la sociali-zación de la infancia, así como las desviacionesque se producen en las pautas marcadas de esteproceso.

La idea de socialización cambia desde elmomento en el que se empieza a ver la infanciacomo una realidad socialmente construida, quecomo tal presenta variaciones histórica y cultu-ralmente determinadas por el conjunto de man-datos, pautas y normas de conducta que se apa-rejan al modo de ser niño en un momentoconcreto. Cambia cuando se acepta que la infan-cia constituye una parte permanente de laestructura social que interactúa con otras partesde esa estructura; y que los niños se encuentranafectados por las mismas fuerzas políticas yeconómicas que los adultos y están sujetos,igual que estos, a los avatares del cambio social.De este modo se abre un espacio para que lasociología se aplique a explicar tales hechos y esla socialización la que pasa ahora a ser un ins-trumento, un factor más en la determinación delas características de la cambiante infancia.

La teoría sociológica ofrece además otrasposibilidades para enfocar de un nuevo modo lainfancia, de las que se dará cuenta en el presen-te artículo. Éstas no conllevan necesariamente laexclusión del enfoque de la socialización, perosí una revisión crítica del mismo, que pasa a serconsiderado como un proceso bidireccional enel que el protagonismo de los niños tambiéncuenta.

La perspectiva tradicional sobre la infancia seencuentra también desafiada actualmente por unnuevo interés de la sociedad hacia los niños, queguarda relación con la profundización en losderechos a la protección de la infancia, expues-ta a nuevos riesgos relacionados con la globali-zación de los mercados, o con la internacionali-zación de los delitos contra los menores, porejemplo, pero también afectada por viejos pro-blemas como son la explotación y la pobreza, lacual no se limita a los países más atrasados, sinoque se asienta también en el propio centro del

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mundo desarrollado, debido a la desigualdad,dualización y fragmentación social que seobserva en el mismo.

A este renovado interés por el bienestar de lainfancia se suma otro factor, cual es la inquietudque provocan, en el ideario adulto, los que seconsideran precoces comportamientos de losniños, niñas y adolescentes; o la adopción porlos mismos de conductas que se sitúan al mar-gen de lo idealmente esperado de ellos; inclusosu habilidad para manejar las nuevas tecnologí-as de la información y la comunicación despier-ta temores y recelos. La sociedad adulta sienteque pierde el control sobre unos individuoscuyos valores no llega a comprender y que, sinembargo, son tan producto de las condicionessociales, económicas, culturales o políticas delmomento, como los suyos propios.

Todo ello abre el camino a nuevas vías deexploración para la investigación social sobre lainfancia que requieren de un marco teórico yconceptual renovado, el cual deberá contemplarla consideración de los niños como actoressociales, y de la infancia como parte de laestructura social, si no se desea reforzar laspasadas pautas de control, negación de autono-mía y refuerzo de la dependencia que han veni-do acompañando al estudio de la infancia.

2. PRIMEROS PASOS

Ya desde mediados de los años ochenta (coin-cidiendo en la década con los movimientos afavor de los derechos de los niños que culmina-ron en la Convención de Naciones Unidas de1989) un nutrido grupo de sociólogos ha tratadode orillar los enfoques habituales en la sociolo-gía, dando voz a los niños, haciéndose eco de suactuar específico o poniendo de manifiesto sucondición de grupo minoritario segregado de losgrandes temas del mundo adulto. La adopciónde esta postura conlleva sus riesgos y presentatambién contradicciones, y ello en un doble sen-tido. Por un lado, el investigador social de lainfancia necesita violentar su visión adulta ybuscar formas de explicación diferentes a lasque pudieran deducirse de las expectativas quecomparte con otros adultos respecto a los niños.Por otro, su postura crítica puede resultar «ofen-siva» para el pensamiento y la moral dominan-tes, y entenderse que pone en duda la legitimi-dad del papel de protección y guía atribuido a

los adultos, cuando su esfuerzo se orienta, sen-cillamente, a hacer justicia a los niños, tomandoen consideración, en primer lugar, su categoríade personas.

En todo caso se trata de un reto apasionantepara la sociología, pues bajo esta perspectiva seabren múltiples temas, no sólo para la investiga-ción acerca de la vida de los niños, sino tambiéncon respecto al funcionamiento de la realidadsocial total. Prescindiendo de la infancia seobserva solamente una parte del conjunto, mien-tras que asumiendo la existencia de la infanciacomo grupo social es posible analizar las rela-ciones de poder e intercambio que se producenentre ella y la sociedad adulta, la distribucióngeneracional de roles, la atribución diferenciadade recursos sociales, así como los conflictos deintereses que se producen en consecuencia detodo ello.

Parte de las premisas en las que se apoyan losestudiosos que adoptan esta nueva línea cuentancon antecedentes, entre los que cabe destacarespecialmente los escritos antropológicos deRuth Benedict y Margaret Mead, pionerasambas en la idea de que la infancia es una cons-trucción social. Ellas y sus discípulos demostra-ron que las nociones de infancia varían fuerte-mente entre culturas, afectadas en parte por elpapel económico que juegan los niños en unadeterminada sociedad concreta. Desde el ámbi-to de la pedagogía se percibe la influencia de laobra de Ellen Key, especialmente de un texto dela autora fechado en 1900 y titulado El siglo delniño. Este texto es citado con frecuencia como sihubiera sido una especie de visión anticipadadel aumento de la sensibilidad hacia la infanciaque habría de producirse durante todo el sigloXX. En la citada obra, esta escritora suecaexpresa su optimismo basado en la creencia deque una adecuada educación de los niños logra-rá hacer realidad un mundo mejor en el futuro.Aunque su discurso podría inscribirse, hoy, en laque los modernos sociólogos de la infancia cri-tican como una visión sacralizada y sentimenta-lizada de la vida del niño, algunas de sus propo-siciones sí evocan la idea del niño como agente.Así cuando afirma que en la familia «tiene dere-chos y obligaciones tan firmemente establecidoscomo los de sus padres» o cuando dice que lanueva escuela debe preparar a los niños para lavida, adaptándose al propio mundo de los niñosy creando experiencia de aprendizaje a través desu propia actividad, siendo la finalidad de la

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educación, en la familia o en la escuela, quecada niño se convierta en una persona libre eindependiente.

También el término «sociología de la infan-cia» se puede rastrear desde principios del pasa-do siglo y la edición de la EnciclopediaInternacional de Ciencias Sociales de 1930incluía 58 páginas sobre el «niño», si bien conun contenido que estaba más relacionado contemas de política social en sentido amplio, quecon la búsqueda de conocimiento sobre la posi-ción de los niños en la sociedad. Sin embargo,en el siguiente medio siglo, sólo un puñado delibros llevó en sus títulos la noción de una socio-logía de la infancia, definiendo en todo caso lasocialización como el tema central de la misma.En la misma línea de abandono de otros plante-amientos puede observarse cómo la edición de1968 de la Enciclopedia antes citada no contie-ne ningún artículo sobre «infancia» y las dosreferencias a «niño» se refieren a desarrolloinfantil y psiquiatría infantil (Qvortrup, 2003).

Es a partir de los años 80 y primeros 90 cuan-do surge la inquietud y la búsqueda de nuevosenfoques en el ámbito universitario de distintospaíses. Así, en 1982, Cris Jenks edita en GranBretaña The Sociology of Childhood. EssentialReadings en la que reúne una variedad de textosseleccionados de autores tan distintos comoAriès, Merleau-Ponty, Bachelard, Parsons,Durkheim, Foucault, Piaget, Mead o Mannheim,con la intención de mostrar la ausencia de cual-quier visión consensuada del niño en la teoríasocial pero, sobre todo, con el propósito dedemostrar que son los diferentes modelos teóri-cos de vida social en los que se fundamentan losdistintos autores los que dan lugar a una diversi-dad de visiones de la infancia. La selección detextos realizada por Jenks tiene el propósito dedemostrar que el niño está situado intencional-mente dentro de la teoría para servir a la finali-dad de soportar y perpetuar las bases fundamen-tales y las versiones de hombre, acción, orden,lenguaje y racionalidad dentro de teorías parti-culares. Jenks por su parte insiste en la idea deque la infancia no es un hecho natural sino unaconstrucción social, y como tal, su estatus estáconstituido en formas particulares de discursosocialmente ubicado.

Descontada esta primera aproximación, laactividad y la obra del sociólogo danés JensQvortrup ha sido una pieza clave y fundamentalpara la configuración, definición y expansión de

la nueva sociología de la infancia. En 1985Qvortrup realiza una contribución a un librocolectivo con un artículo acerca del lugar de losniños en la división del trabajo, en el que argu-menta que como consecuencia de la industriali-zación se produce la escolarización de los niños,y esto cambia las ideas acerca de su valor. Anteslos niños habían estado valorados por su contri-bución económica directa a su familia y al mer-cado de trabajo, pero después pasaron a versecomo seres dependientes que están siendo socia-lizados, considerándose su actividad escolar unafase preparatoria en este contexto. Por el contra-rio, Qvortrup estima que se debe pensar en eltrabajo escolar de los niños como verdadero tra-bajo, como económicamente valioso, puesto quela preparación forma parte del proceso de pro-ducción.

En 1987 el International Journal of Sociologydedicó un número monográfico a la Sociologíade la Infancia, coordinado por Jens Qvortrup.En la introducción al mismo argumenta que la«profesionalización» de la infancia (el modo enel que los niños han venido a ser el foco de pro-fesiones específicas, generándose un colectivode expertos en infancia) a través de institucionespsiquiátricas, psicológicas y pedagógicas debeser objeto de cuestionamiento sociológico:

…el postulado de que la infancia (como un ele-mento estructural y como una posición de estatus)cambia en tiempo y espacio de acuerdo con las nece-sidades e intereses de la sociedad adulta dominanteparece tan evidente, incluso casi trivial, que podemossorprendernos de que sea casi imposible encontraresta perspectiva representada entre los sociólogos(Qvortrup, 1987:6).

El año de 1987 fue también la fecha del iniciodel proyecto de investigación La Infancia comoFenómeno Social. Implicaciones para futuraspolíticas sociales, que formaba parte delPrograma de la Infancia del Centro Europeopara el Bienestar Social, de Viena. El mismoQvortrup se encargó de la dirección del citadoproyecto que reunió los informes sobre la situa-ción de la infancia en 16 países, realizados todosellos desde una perspectiva específicamentesociológica. Según relata el propio autor, elCentro Europeo fue uno de los primeros en pro-poner y organizar un gran proyecto internacio-nal sobre la infancia. Después de haber dedica-do años a la organización de actividades entorno a grupos de población especialmente vul-

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nerables (mujeres, ancianos, trabajadores emi-grantes e inmigrantes y personas con discapaci-dad), en 1986 lanzó la idea de dedicarse deforma más sistemática a los niños. Inicialmentese trató de proceder de forma convencional,organizando reuniones de expertos cuyos resul-tados se difundían posteriormente, pero prontoel proyecto se convirtió en un nuevo tipo de pro-grama constituido por más elementos: uno eradel tipo tradicional, es decir, el de los niños queviven en situaciones de riesgo; otro un proyectode investigación sobre la infancia; y un terceroque se dedicaría a política de infancia (de este secelebraron algunas reuniones, una de ellas enMadrid, Seminario Europeo sobre Investigacióny Políticas de Infancia en Europa en los años90, en julio de 1991, de donde proceden algunosde los escasos documentos en español deQvortrup, así como de otro notable miembro delproyecto, Helmut Wintersberger).

En el proyecto de investigación sobre lainfancia no sólo se pretendía recoger informa-ción sobre los niños en las fuentes disponibles,sino, además, y esto era lo más importante, ofre-cer una interpretación de esos datos desde laperspectiva de las nuevas ideas sobre el niño y lainfancia. El interés del Centro Europeo no era lasociología, sino el bienestar de la infancia, peroen esta ocasión no se optó por un paradigmapsicológico, ni educativo, ni por una considera-ción individual del ser niño, sino por un enfoquesociológico que tomara la categoría «niños» enuna perspectiva estructural y también la infanciacomo construcción social, poniendo de mani-fiesto la necesidad de una verdadera sociologíade la infancia y demostrando las posibilidadesde investigar, como fenómenos sociales, laconcurrencia de hechos relacionados con laedad.

Desde el entorno de la sociología americanacabe citar a Patricia y Peter Adler, quienes fue-ron los primeros editores (en 1986) de la publi-cación periódica Sociological Studies of ChildDevelopment, la cual, a pesar de lo que podríasugerir su título, en realidad avanza en el estudiosociológico de los niños y de la infancia (temaque los Adler declararon empírica y teóricamen-te central en la disciplina de la sociología) a tra-vés de distintos trabajos recopilados y reunidosen cada uno de los números siguientes. En unode ellos, Anne Marie Ambert demostraba lopoco que se había escrito por los sociólogos

acerca de la infancia, fuera en la sociología clá-sica o entre los sociólogos norteamericanos.

Al abrigo de estos y otros impulsos aumentael interés por el estudio de la infancia entre lossociólogos, que se reúnen por primera vez en elCongreso Mundial de Sociología celebrado enMadrid, en 1990. En los siguientes Congresosya hubo problemas en encontrar tiempo paratodos aquellos que deseaban presentar unacomunicación sobre el tema. Las razones de esteboom pueden entenderse relacionadas con elaumento del interés general acerca de la situa-ción y las condiciones de vida de los niños, pro-piciado a su vez por la aprobación de laConvención sobre los derechos del niño de lasNaciones Unidas y su ratificación por unainmensa mayoría de países. La creación de cen-tros especializados en investigación sobre lainfancia, o la financiación de programasamplios de investigación en algunos países,facilita la dedicación de los investigadores a estetema, así como la formación de nuevos especia-listas. En 1993 se crea la revista Childhood: AGlobal Journal of Child Research que propor-ciona un foro que da acogida a una amplia gamade artículos referidos a la infancia, desde unadiversidad de disciplinas y lugares del mundo.

España estuvo en este movimiento de los pri-meros años 90, con una actividad alentada sobretodo desde el ámbito institucional. Así, ademásdel ya citado Seminario Europeo sobreInvestigación y Políticas de Infancia en Europaen los años 90, se había celebrado antes, en1989, el I Congreso Internacional Infancia ySociedad bajo el lema Bienestar y Derechossociales de la infancia, organizado por el enton-ces Ministerio de Asuntos Sociales. Asimismo,en diciembre de 1995, también bajo el patroci-nio de este Ministerio, tuvo lugar en Madrid unSeminario Europeo sobre Políticas de Infanciaen Europa. Sin embargo, en el ámbito académi-co el tema no ha despertado el mismo eco. Sóloalgunas tesis doctorales y, más recientemente, lacreación de un grupo temático en el ámbito pro-fesional colegial y de un curso de experto uni-versitario que sigue los planteamientos de laNueva Sociología de la Infancia.

3. TEORÍAS DE INFANCIA

El esfuerzo de la nueva sociología de lainfancia ha estado en los últimos años más

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orientado a la práctica que a la teoría, sinembargo no faltan intentos de formular y siste-matizar el conjunto de supuestos teóricos en losque aquella práctica está basada. De este modo,en función del enfoque teórico principal y deltipo de métodos aplicados en la investigación,se ha empezado a señalar los que consideranenfoques predominantes en el estudio de lainfancia, que para Mayall (2002) o Alanen(2003) son los siguientes:

1. Sociología de los niños: toma como puntode partida la idea de que los niños merecenser estudiados por sí mismos y desde suspropias perspectivas. Los niños son acto-res sociales en los mundos sociales en losque ellos participan y la investigacióndebe enfocarse directamente sobre ellos ysus condiciones de vida, actividades, rela-ciones, conocimiento y experiencias. Se veal niño como agente, participante en laconstrucción de conocimiento y experien-cia diaria y se otorga especial importanciaa las visiones propias de los niños. Untema fundamental es la intersección de lasexperiencias de los niños con los mundossociales en los que habitan, especialmentesus relaciones con otros niños y con losadultos.

2. Sociología deconstructiva de la infancia:está basada en metodologías post-positivis-tas y sus implicaciones (construccionistas)para la investigación social, siendoFoucault la principal fuente de inspiración.Las nociones sobre niño, niños o infanciason tratadas como formaciones discursivassocialmente construidas, a través de lascuales las ideas, imágenes y conocimientode los niños y la infancia se comunican enla vida social. En esta línea la deconstruc-ción se considera necesaria para desmontarel poder discursivo de esas ideas de infan-cia en la vida social. Incorporando a vecesaportaciones procedentes de modelossociales de acción y prácticas culturalesmás amplios, proporcionan asimismo rela-tos y razones fundamentales para actuarsobre los niños y también para que actúenlos niños. También aquí se ve a los niñoscomo agentes sociales activos que modelanlas estructuras y los procesos sociales quese dan a su alrededor.

3. Sociología estructural de la infancia: lainfancia se observa como un elemento per-

manente y como una parte de la estructurasocial de las sociedades modernas; tambiéncomo una «estructura» en sí misma, com-parable y análoga, por ejemplo, a la clase oal género. Como categoría social perma-nente en la sociedad, sus miembros cam-bian, pero la infancia y sus relaciones conel grupo social mayoritario (adulto) conti-núan, siendo esto un componente esencialdel orden social. La vida de los niños apa-rece en este enfoque englobada en la cate-goría definida como infancia. El objetivode la investigación es ligar cualquier hechorelevante observado en el nivel de la vidade los niños (condición socioeconómica,estatus político o sentido de identidad) concontextos de macro nivel y explicar aquelhecho con referencia a las estructuras ymecanismos sociales que operan en elmacro-contexto y generan efectos en elnivel del grupo infantil.

El primero de los mencionados es un enfoquemás práctico que teórico específico. Bajo eseparaguas se resumen los diversos estudios, desa-rrollados sobre todo en Gran Bretaña, que abor-dan la investigación tomando como referenciala posición y los puntos de vista de los niños.Una variante de este enfoque se puede conside-rar la propuesta de Mayall de una teoría relacio-nal de la infancia, que recoge también ciertainfluencia del enfoque estructural, pero ademásincluye dos aspectos en los que asimismo hacenhincapié otros autores: las continuas relacionesde los niños con su entorno, y las relacionesentre teoría de la edad y teoría del género.

Próximo a la línea de la sociología de losniños, así como al enfoque etnográfico y cultu-ral de la infancia, se sitúa el trabajo de Corsaro(1997). Este autor denomina reproducción inter-pretativa al proceso por el cual los niños no selimitan a adaptarse pasivamente y a aprender lacultura que les rodea, sino que participan activa-mente en las rutinas culturales que se les ofrecenen su entorno social, luego se apropian y rein-terpretan sus elementos y, a través de esto, con-tribuyen también a la reproducción cultural y alcambio. Frente a la visión lineal del procesoevolutivo, Corsaro concibe la reproduccióninterpretativa como una espiral en la cual losniños producen y participan en una serie de cul-turas infantiles insertadas una en otra, compo-niendo una red semejante a una tela de araña,

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atravesada por distintos campos institucionales(familiares, religiosos, educativos, ocupaciona-les, comunitarios, políticos) en los que van pro-duciendo cultura con sus iguales y con los adul-tos. Este autor aporta una visión original alestudiar la cultura de iguales desde la primerainfancia, cuando lo habitual es analizar ésta enla etapa pre o adolescente. Por otra parte, alsubrayar la interacción con los adultos en lareproducción creativa de tal cultura, se refuerzasu argumento de que las culturas de pares for-man parte de las experiencias que unos serescomparten con otros a través de sus vidas, y queno tienen que ver con la madurez o el desarrolloindividual, sino que forman parte de su historiacomo miembros activos de una sociedad dada.

Cabe decir que hay más autores que hanintentado una formulación teórica de la sociolo-gía de la infancia, tratando de dar coherencia alas premisas comunes y buscando la ligazónentre las orientaciones alternativas ya señaladas(fundamentalmente tratando de conectar ladimensión micro con la macrosocial en el casode los niños) así como la aplicación al estudiode la infancia de las grandes teorías socialesgenerales disponibles. No obstante, el predomi-nio del idioma inglés como canal de intercam-bio, hace que existan más investigadores que semuestren influidos por las líneas citadas.

Las clasificaciones tienen la ventaja de ayu-dar a distinguir las características específicas dealgo, en este caso de una propuesta teórica pero,a la vez, presentan el inconveniente de encasillaren exceso y simplificar los discursos, por lo quees necesario tomarlas con precaución. Esta pre-caución no es gratuita en un tema como el quenos ocupa, donde son más los aspectos que ase-mejan que los que diferencian a los enfoquespresentados. Los primeros son fundamental-mente dos: la consideración de la infancia comocomponente en la estructura social y la de losniños como sujetos activos, como actores socia-les. Las diferencias tienen su base en tres facto-res que suelen confluir en el momento de abor-dar el estudio de cualquier hecho o fenómenosocial, a saber: la formación científica y lashabilidades y disposición del investigador, lanaturaleza del hecho o fenómeno estudiado y,por último, la necesidad de encontrar la mejorherramienta para aproximarse al conocimiento yexplicación del mismo que es, al fin, el objetopropio de la sociología.

En suma puede decirse que, dentro de ladiversidad, la mayor parte del pensamientosociológico que venimos comentando comparteuna serie de rasgos en común, como son lossiguientes:

— es más global que individual— está más interesado en estudiar las condi-

ciones típicas, normales y comunes de lamayoría de los niños, que no meramentelas de los niños que se encuentran en situa-ciones particularmente penosas o conflic-tivas

— mantiene una postura escéptica y críticahacia las ideas convencionales de sociali-zación y desarrollo evolutivo

— a través de la adopción de una perspectivageneracional (más asumida por unos quepor otros autores) trata de conectar lospatrones cambiantes a lo largo del tiempo,tanto en la forma de ser niño, como en lasrelaciones entre generaciones infantiles ygeneraciones adultas, con los procesos demodernización que afectan a unos y otros.

Sin embargo, la consideración de que elmundo contemporáneo es complejo, diferencia-do y multifacético, hace que algunos investiga-dores prefieran hablar de la infancia en plural,ya que los niños tienen vidas muy diferentes,condicionadas por las circunstancias que carac-terizan su entorno particular. Otros estiman quees preferible poner la mirada en lo que es comúna todos ellos como segmento generacional de lasociedad, evitando la tentación de sacrificar locomún de la infancia, o las experiencias comu-nes de los niños en una sociedad dada, a la ven-taja de las perspectivas que hacen diferencias degran importancia dentro de la población infantil.Según estos últimos, la investigación comparadademuestra que existen más cosas en comúnentre niños de diferentes países, de diferentesentornos e, incluso, de distinto género, que entreestos y sus padres. Aunque la investigación tam-bién enseña que, dentro de esa relativa unidad,existen diferencias culturales importantes en laforma de ser niño hoy.

4. RASGOS COMUNES Y ENFOQUESPARTICULARES

Con el fin de mostrar algo más del funda-mento teórico que alienta los nuevos estudios

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sobre la infancia, parece pertinente estableceruna comparación entre los enfoques antes men-cionados. Se han seleccionado tres de ellos paraeste fin, a saber: el enfoque estructural, el cons-truccionista y el relacional. Los criterios en losque se sustenta esta elección se refieren a sumayor influencia en el trabajo de sucesivosinvestigadores, y su voluntad expresa de cons-truir teoría sociológica de la infancia.

Esta comparación se realiza fijando la aten-ción en los siguientes aspectos: planteamientogeneral, conceptos clave y términos más utiliza-dos en cada enfoque, temas de principal interés,así como la metodología que, de acuerdo con elplanteamiento general y con su principal funda-mento teórico, es de utilización preferente encada uno de ellos. Puesto que la nueva sociolo-gía de la infancia se encuentra aún en fase deexperimentación, y dado que desde el principiose ha prestado gran atención a la comunicacióne intercambio en el ámbito académico no sepuede hablar, como ya se ha advertido y se veráa través de este análisis, de enfoques opuestos,ni siquiera alternativos, sino más bien de enfo-ques complementarios, que ofrecen a cualquierinvestigador que se aproxime a este campo dife-rentes caminos para iniciar su propia indagaciónen el aspecto de la realidad social de la infanciao de la vida de los niños que más le interese.

A) PLANTEAMIENTO GENERAL

Como colofón de los trabajos en torno al pro-yecto La infancia como fenómeno social, JensQvortrup (1993) resumió los hallazgos alcanza-dos en nueve tesis, las cuales puede decirse quecaracterizan el enfoque estructural de la NuevaSociología de la Infancia. Por su parte, AllisonJames y Alan Prout (1997, 1978), representantesreconocidos, junto a Cris Jenks, del enfoqueconstruccionista, proponían seis rasgos caracte-rísticos de lo que ellos mismos denominabannuevo paradigma para la sociología de la infan-cia. En la obra de Berry Mayall, que se ha toma-do como soporte principal para explicar el enfo-que relacional, no se encuentra un pronuncia-miento tan claro como en los anteriores, aunquesí hay una definición de cuáles son los puntos departida para su propuesta.

En el Cuadro 1 se han agrupado las tres pro-puestas mencionadas en torno a los dos aspectosprincipales tratados por cada una de ellas, esto

es, la infancia y los niños, así como a otros dosaspectos que atañen a la sociedad y a la discipli-na sociológica respectivamente. De este modopueden percibirse más fácilmente los maticesque caracterizan a cada uno de los enfoques,dentro de la orientación común que los trescomparten. Como primera aproximación puedeobservarse que, en el enfoque estructural, denueve tesis, seis se dedican a conceptuar a lainfancia como parte de la estructura social, dosa definir el papel y la posición de los niños en lasociedad y una se refiere a cierta ideologíalatente en la sociedad, que incide también dealguna manera en las nociones de dependencia einvisibilidad mencionadas en la tesis anterior.En el enfoque construccionista, de seis claves,tres se refieren al modo de entender la infancia,dos a la actuación de los niños y una guardarelación con aspectos teórico-metodológicos.Por fin, el enfoque relacional dedica una solapropuesta a la definición de la infancia, tres alos niños y una, también al enfoque teórico queconsidera más adecuado.

Así pues, lo que se muestra común en los tresenfoques es la consideración de la infanciacomo una abstracción conceptual que sirve paradefinir el modo y los contenidos de ser niño y delos niños como personas activas en el planosocial. Lo que, por el contrario, parece diferentees que, mientras el enfoque estructural hace hin-capié en demostrar la parte más abstracta delbinomio persona-sociedad (aquí más bien socie-dad-persona), el enfoque relacional insiste (deforma propositiva) en la necesidad de reconocerun papel para los niños, moviéndose el enfoqueconstruccionista dentro de un cierto equilibrioen su intento de definición de ambos conceptos.

La relación entre individuo y sociedad, entrelos aspectos micro y macro del análisis socioló-gico, parece preocupar menos en el enfoqueestructural en el cual, sin embargo, aparente-mente queda mejor resuelta la cuestión. Alhaberse optado deliberadamente en este enfoquepor estudiar lo que es común a todos los niñosantes de aquello que diferencia a unos de otros,resulta más fácilmente comprensible la presen-cia de la infancia en la estructura social, en uncorte transversal que se situaría en paralelo conotros cortes de edad (juventud, adultez, vejez) yatravesado, verticalmente por los sistemas declase, jerarquía y poder que rigen en la estructu-ra, y asimismo la ligazón entre la estructura ylos actores sociales entre los cuales, aunque

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menguados por la dependencia estipulada paraellos, se encuentran los niños como sujetos.

En el enfoque construccionista el acento sepone, por el contrario, en la pluralidad de infan-cias (basada en la existencia de distintas cons-trucciones de la misma). Sin embargo este enfo-que muestra menor interés por lasconstrucciones históricas que por las que estánvigentes aquí y ahora, y se aproxima bastante aotra importante cuestión sociológica, cual es lade cultura y sociedad, así como a las representa-ciones simbólicas del mundo social. Desde ahí,la relación entre los planos macro y micro socia-les sería más factible establecerla en el ámbitode los imaginarios compartidos que conducen

las expectativas respecto a las conductas de losindividuos, cosa que no hacen los promotores deeste enfoque cuando intentan relacionar estruc-tura y actores sociales, sino que se enredan enexplicar que ambas cosas son como distintascaras de la misma moneda, recurriendo para elloa la autoridad de teóricos actuales, comoAnthony Giddens.

Al definir a la infancia como un proceso rela-cional, e incluso afirmar que esta existe sola-mente en relación con la adultez, constituyendocada una de ellas un referente para la definiciónde la otra, el enfoque relacional se sitúa, a supesar, en un plano microsocial, en el planodonde se producen las relaciones interpersona-

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Cuadro 1. Planteamientos generales de los enfoques de la Nueva Sociología de la Infancia.

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les, y su única posibilidad de ligar este planocon el macrosocial es mediante la presunción deque todo lo que sucede en el ámbito local influ-ye en el global. Cuestión ésta que no empeque-ñece la importancia de este enfoque, que contie-ne también otras aportaciones, a las que se haráreferencia en los comentarios que siguen.

B) TÉRMINOS Y CONCEPTOS

Las distintas orientaciones que guían a lostres enfoques que se vienen comentando puedendetectarse también observando los términos másfrecuentemente utilizados en los textos en quese desarrolla el contenido de los mismos. Así enel enfoque estructural el término más menciona-do es el de «infancia», en el construccionista elde «niño» y en el relacional el de «niños» y ellosiempre para referirse al conjunto del objetoestudiado que resultaría ser de este modo, y unavez más, en el primero una parte de la estructu-ra, en el segundo un referente simbólico y en eltercero un conjunto de personas, o gente peque-ña, como se cita a menudo. Del mismo modo,para referirse a la actividad de estas personas, elenfoque estructural prefiere el término «actorsocial»; el construccionista emplea «agency»,término que los propios autores hacen equiva-lente a «creación productiva»; mientras que enel enfoque relacional se habla directamente de«agentes».

Respecto a los conceptos clave en cada unode los enfoques, cabe llamar la atención acercade los que están presentes en uno solo de ellos,así como sobre aquellos que se repiten en algu-no de los tres. Entre los primeros cuentan los deestructura social y justicia distributiva en el

enfoque estructural; construcción social, culturade los niños y visiones o representaciones de losmismos en el construccionista; género y relacio-nes de los niños en el relacional. Entre los com-partidos están, por un lado, los de generación ygrupo minoritario, que aparecen en el enfoqueestructural y en el relacional y, por otro, los refe-ridos a las relaciones (sociales) de los niños, queaparecen en el segundo y tercero enfoques de loscomentados.

C) TEMAS DE INTERÉS

En el cuadro 3 se muestran las cuestiones queparecen ser de interés más relevante en cada unode los enfoques, bien con el fin de centrar lasbases teóricas más apropiadas para el estudio dela infancia, bien con el de orientar los temas deinvestigación que cada uno considera priorita-rios. También en este caso es preciso decir queno se trata de temas excluyentes ni exclusivos,sino más bien de los temas que se abordan pre-ferentemente como consecuencia, en muchasocasiones, de las posibilidades que ofrece laexistencia de fondos para llevar a cabo investi-gaciones en unos u otros campos.

En el enfoque estructural se han reflejado lostemas de estudio seleccionados para la realiza-ción del proyecto internacional La infanciacomo fenómeno social, que fueron ampliados enel curso de la investigación, dando pie a formu-laciones teóricas y a proyectos de investigaciónposteriores. El más reciente, en esta línea, se harealizado en el marco del COST1 A 19Children’s Welfare y comprende los estudios de15 países, reunidos en dos tomos ya publicados(Jensen, A., y otros, 2004).

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1 European Cooperation Programme in the field of Scientific an Technical Research (COST).

Cuadro 2. Términos y conceptos clave.

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Los temas reflejados en las columnas corres-pondientes a los otros dos enfoques se hanseleccionado en virtud de la preocupación quequeda manifiesta hacia los mismos en los res-pectivos textos, así como en atención al espacioque a ellos se dedica.

En el caso del enfoque construccionista sedió, en una primera etapa, una fuerte crítica a lasvisiones proporcionadas por la psicología evolu-tiva y por la teoría parsoniana de la socializaciónal estudio científico de la vida de los niños y alsaber cotidiano acerca de la infancia. Aunque entoda la Nueva Sociología de la Infancia está pre-sente esta crítica, ningún otro autor se ha dedi-cado con tal ahínco a rebatir aquellas visionescomo Cris Jenks. En una segunda (coherente yconsecuente) mirada, los autores que se inscri-ben en esta corriente tratan unir, como ellos mis-mos dicen, «lo que el construccionismo habíaseparado», esto es, el mundo de lo material y elmundo de los significados, aportando argumen-tos apoyados por la teoría y por la experienciaempírica, para defender la importancia de dosaspectos fundamentales en la concepción de lainfancia y en la valoración de los niños: el cuer-po y el tiempo. Este último tema, el del tiempo,ya había sido abordado en uno de los productosderivados del proyecto sobre la infancia comofenómeno social pero, curiosamente, mientrasen éste la perspectiva adoptada estaba másorientada a lo concreto («el tiempo para losniños») en el enfoque construccionista se exa-mina de una forma más abstracta «el tiempo dela infancia» es decir, los símbolos que acompa-ñan al paso del tiempo en los niños y, asimismo,los niños como símbolo del paso del tiempo.

El enfoque relacional, por su parte, retomaideas ya planteadas en el enfoque estructural,como las de los niños en la división del trabajo oel de las relaciones entre generaciones, si bien,sobre todo en el último caso, trata de ir más allá

de la inicial propuesta, que tenía fundamental-mente la intención de ser una herramienta para elanálisis, buscando los fundamentos teóricos delparadigma generacional, así como explorandolas posibilidades de su aplicación fructífera alestudio de la infancia. Junto a la profundizaciónen el tema de las generaciones como aspecto deinterés para la sociología de la infancia, el enfo-que relacional defendido por Mayall aporta tam-bién la experiencia de los estudios feministasacerca de la vida y la posición de las mujeres enla sociedad, como elemento que puede servirpara el avance en los estudios sobre la infancia ylos niños. El cruce entre las visiones de género ylas de generación proporciona asimismo unvalioso punto de apoyo para dicho avance.

D) ENFOQUES METODOLÓGICOS

Puesto que la realidad social es compleja ymultivariada, su análisis no es sencillo y requie-re, como nos recuerda Miguel Beltrán (1991),una epistemología pluralista que responda a sucomplejidad así como a la variedad de sus face-tas. Y al pluralismo cognitivo, continúa diciendoeste autor, no puede convenir un solo método,sino que le corresponde un pluralismo metodo-lógico que diversifica los modos de aproxima-ción, descubrimiento y justificación, atendiendoa la faceta o a la dimensión de la realidad socialque se estudia.

La Nueva Sociología de la Infancia no esajena al anterior planteamiento y, de este modo,viene sirviéndose de diferentes herramientasmetodológicas para aproximarse a la realidad dela infancia hoy, y a los modos de vida de losniños en diferentes contextos, todo ello demanera acorde con las perspectivas teóricas quealimentan los distintos enfoques teórico-concep-tuales. Así, tal como se indica en el cuadro 4, el

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Cuadro 3. Temas de principal interés.

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enfoque estructural, al orientarse al macroanáli-sis de las relaciones sociales utiliza preferente,aunque no exclusivamente, métodos cuantitati-vos; el construccionista, con su interés centradoen las actividades de la práctica cotidiana, elcontexto en que se producen y los significadosque se les atribuyen implícitamente, utilizamétodos etnográficos; por fin, el enfoque rela-cional emplea métodos cualitativos.

En el enfoque estructural el objetivo de lainvestigación es el de ligar cualquier hecho rele-vante observado en el nivel de la vida de losniños (condición socioeconómica, estatus políti-co o sentido de identidad) con el contexto denivel macrosocial en el que se producen, yexplicarlo en relación con las estructuras ymecanismos sociales que operan en este macrocontexto y generan hechos en el nivel del grupoinfantil. Para ello se recurre a la explotación deresultados de investigaciones que aplican técni-cas de muestreo en gran escala, así como a estu-dios demográficos y de sociología estadística,poniéndolos al servicio de las perspectivas másrecientes acerca de los niños y la infancia. Ellorequiere, no obstante, un giro en la visión, en elconcepto latente en la sociedad sobre la infan-cia, una determinación de incluir a los niñoscomo actores sociales y, asimismo, imaginaciónpara desarrollar nuevas técnicas, tal como sehace en el análisis e interpretación de las esta-dísticas de población al objeto de conseguir que«cuenten» los niños. También en este enfoque secombinan datos de fuentes estadísticas con estu-dios en pequeña escala a nivel local para descri-bir cambios en el espacio social de la infancia.

Los enfoques etnográficos, que tienen unpapel central también en la investigación sobrela infancia, fueron adoptados al principio por losque trabajaban el modelo cultural quienes,envueltos en la batalla por introducir la perspec-tiva del niño en el mundo social, se esforzaban

en la descripción de la cultura de los niños comouna cultura aparte, con sistemas de creencias yprácticas extrañas para un ojo adulto, en la quelos niños establecían sus propias reglas. Talenfoque centrado en los niños, explican James,Prout y Jenks, requería contextos culturalesespecíficos de los niños, y de este modo loslugares preferidos para la investigación fueronla escuela y los clubes juveniles, quedando elhogar y la familia desplazados como campos deobservación. Solamente para quienes trabajabancon niños en sociedades no industrializadas elentorno familiar seguía teniendo importancia,tales niños tenían una infancia diferente de lainfancia occidental caracterizada por su inclu-sión en el trabajo familiar y otras actividadeseconómicas, lo que no hacía necesario buscarotros sitios para explorar la perspectiva del niño.Estas decisiones respecto al diseño de la investi-gación arrastraban como consecuencias la rup-tura entre los mundos sociales de niños y adul-tos, por un lado, y la diferenciación entre«culturas» infantiles, por otro.

Actualmente las culturas infantiles no seobservan como un mundo aparte, sino comoexpresión que puede revelar algo acerca de laconstrucción social de la infancia y de la propiacomprensión de su estatus por parte de losniños, un estatus que está moldeado por discur-sos particulares sobre «el niño». Por otra partese acepta el valor metodológico de mantener lasdiferencias entre sociólogos y niños. Se razonaque, si los antropólogos no tienen por que vol-verse nativos para argumentar desde el punto devista de los nativos, está claro que los investiga-dores de infancia no necesitan pretender serniños. Admitir la inevitabilidad de las diferen-cias entre los niños y los investigadores adultos,reconociendo que a pesar de lo amigables queestos sean sólo pueden tener un rol semi-partici-pante en las vidas de los niños, conduce al reco-

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Cuadro 4. Metodología preferente.

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nocimiento de la necesidad de desarrollar herra-mientas y técnicas específicas para trabajar conniños en aquellas ocasiones en que la condiciónadulta impida una completa participación.

Por fin, en el enfoque relacional y en otrossemejantes, los niños se ven como participantescompetentes en un mundo compartido, aunquecentrado en los adultos, y es a través del mutuoentendimiento como se desarrolla la relación deinvestigación. Se da menos énfasis a las vidassociales de los niños con otros niños, antes bien,la atención se centra en las perspectivas de losniños y en su comprensión de un mundo adultoen el que son llamados a participar. Este tipo deinvestigación predomina en los estudios sobreniños enfermos y niños trabajadores. La muertey el trabajo no tienen un espacio natural en laideología de una infancia segura, feliz y protegi-da. Investigar en estas áreas, por tanto, es estu-diar a los niños mezclados en asuntos de losadultos, aunque ampliamente excluidos de losmismos. Igual que en los enfoques culturales, sehace gran énfasis en éste sobre la cuestión dedar voz a las propias perspectivas de los niños,pero no con la visión de que sean un mundoaparte, otra cultura, más bien al contrario, seobserva de modo simultáneo la conducta y lasexpresiones de los niños y las acciones de suscuidadores adultos.

5. LA NOCIÓN DE GENERACIÓN EN LANUEVA SOCIOLOGÍA DE LA INFANCIA

Desde el principio el concepto de generaciónfue clave para el estudio sociológico de la infan-cia, sin embargo, no ha sido hasta fechas másrecientes cuando se ha prestado atención a lanecesidad de profundizar en su significado y ensu utilidad práctica, tanto para avanzar en elcamino de la teorización de la infancia, comopara analizar las relaciones que se producenentre las personas que forman un mismo o dis-tinto grupo generacional.

El término generación se utiliza convencio-nalmente en el lenguaje corriente con distintossignificados, y como tal término es recogido enel registro de los discursos cotidianos de la genteo es utilizado con finalidad descriptiva en lainvestigación social. De este modo, que lasgeneraciones existen y que los niños forman ungrupo generacional, son ideas que han estadoprobablemente más implícitas que explicadas en

los estudios desarrollados bajo el prisma de lanueva sociología de la infancia. Sin embargopuede decirse que el fenómeno social de lainfancia es, sobre todo, un fenómeno generacio-nal y en consecuencia, entender las estructurasgeneracionales específicas en las que los niñosviven hoy y en las que se generan sus infancias,reclama mayor atención, más estudios y herra-mientas conceptuales y metodológicas másefectivas.

En el reciente debate han surgido diferentesnociones de generación. Por un lado se han recu-perado las propuestas de Mannheim en torno alo que él mismo denominó «el problema de lasgeneraciones». De otra parte, se ha procedido arepensar la generación como un sistema de rela-ciones entre adultos y niños, buscando estable-cer la idea de un orden generacional semejanteal que da pie al sistema de clases o al sistema degénero, empleados ambos por los sociólogospara hablar de la estructura social.

En todo caso, salvo en el planteamiento delenfoque estructural, el cual contempla la pre-sencia simultánea de tres grandes grupos gene-racionales (infancia, adultos y mayores) lanueva sociología de la infancia parece haber res-tringido la perspectiva a un enfoque dualista(niños-adultos). Con ello pierde la oportunidadde observar en profundidad ciclos largos, de treso más generaciones, sucediéndose y transmi-tiendo experiencia, o confrontándose o aliándo-se en el momento presente. Pierde también laposibilidad de conectarse con otras sociologíasrecientes que tienen como base grupos depoblaciones identificados en relación a la edad.Estas son, por un lado, la sociología de la juven-tud, influida en buena medida por la teoría deMannheim, y la sociología de la vejez, por otro,que ha cobrado fuerza por efecto de los cambiosdemográficos que se observan en el otro extre-mo de la pirámide de edad.

Como decíamos, la generación tiene un inte-rés explícito cuando se considera la infanciacomo fenómeno social en el enfoque estructural.Sirve para identificar, en la macroestructurasocial, la existencia de un orden generacionalpor el que se distingue a los niños, como grupode población, de otros grupos, y para constituir-los como una categoría social particular, defini-da a través de pautas de división social, diferen-cia y desigualdad. Esta forma de pensar laestructura como patrón estable de conductashacia los niños, se muestra especialmente útil en

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la realización de estudios comparativos de lascondiciones sociales y circunstancias en las queviven los miembros de la categoría social deniños, en relación con la de adultos o cualquierotra categoría generacional, y permite llegar aconclusiones políticamente significativas, porejemplo sobre justicia distributiva entre gruposde población y posición relativa de los niños endicha distribución.

A pesar de su importancia real para este enfo-que, no se encuentra en la definición del mismoun lugar especialmente dedicado a explicar elconcepto de generación que tan profusamente seutiliza. No obstante una lectura intertextual per-mite observar numerosas semejanzas entre lateoría de las generaciones de Mannheim y lasprincipales propuestas (tesis) teóricas de esteenfoque. Sirva como ejemplo la siguiente carac-terización de la sociedad humana, a la luz delfenómeno de la generación, que realiza el autorcitado:

…cómo aparecería la vida humana si una genera-ción viviese eternamente y no tuviese lugar ningunageneración más. Frente a la sociedad humana utópi-camente construida que concebiríamos de estemodo, la nuestra se caracteriza:

a) por la constante irrupción de nuevos portadoresde cultura

b) por la salida de los anteriores portadores decultura

c) por el hecho de que los portadores de cultura deuna conexión generacional concreta sólo parti-cipan en un periodo limitado del proceso histó-rico

d) por la necesidad de la tradición —transmi-sión— constante de los bienes culturales acu-mulados

e) por el carácter continuo del cambio generacio-nal. (Mannheim, 1993:210-211)

La afirmación de que una infancia siempreexiste, aunque sus miembros se renueven cons-tantemente, parecería arrancar directamente deuna reflexión sobre las características citadasaunque, en todo caso, toma enseguida unoscaminos no imaginados por Mannheim, y quevan más allá de sus propuestas. En primer lugarporque, según se ha dicho, este autor consideraque no es durante la infancia sino en la juventudcuando se constituye y toma cuerpo una genera-ción, mientras que el enfoque estructural seesfuerza en vencer la invisibilidad social de la

infancia, haciéndola ya contar como una nuevageneración. En segundo término porque, sinperder la perspectiva cultural e histórica quecaracteriza la obra de Mannheim, la mirada sedirige en dicho enfoque estructural a señalar lasdiferencias de estatus y poder entre las genera-ciones presentes (análisis sincrónico de las rela-ciones entre las mismas).

En el enfoque construccionista, los términosgeneración y generacional sirven como merasnociones descriptivas, sin tener un papel analíti-co particular en el diseño de investigación. Si seusan vienen a ser también objetos sociales quehan de ser deconstruidos, esto es, contextualiza-dos, historizados y relativizados. Debido a laconexión de este enfoque con las teorías y méto-dos antropológicos, cabe recordar aquí que elsignificado tradicional de generación en laantropología difiere del que tiene en la sociolo-gía, entendiéndose en aquélla como uno de loscomponentes de los sistemas de parentesco. Elque ni en una ni en otra dimensión (antropológi-ca o sociológica) el concepto de generaciónposea un papel central en la sociología de lainfancia de enfoque construccionista no impideque también aquí se aplique a la interpretaciónde las conductas observadas en los niños.

En contraste, para el enfoque relacional, lainteracción entre generaciones (que no obstantese reducen en este caso a dos: adultos y niños)resulta fundamental. Partiendo de la concepciónde la estructura social como «un sistema de rela-ciones entre posiciones sociales» se exploranaquí las relaciones generacionales tanto en elnivel personal como en los niveles societales. Enel micronivel se encuentran unidades similar-mente estructuradas (y estructurantes). Tal es elcaso de la familia, la cual puede verse como unsistema estructurado/estructurante de relacio-nes, que liga las posiciones sociales de mari-do/padre, esposa/madre y niños/hijos. Como delas estructuras sociales en general, de la estruc-tura familiar generacional puede decirse que es:a) un nexo de conexiones entre posiciones, b)una estructura que causalmente afecta las accio-nes de los que detentan estas posiciones, c) unaestructura que está también causalmente afecta-da por las acciones de aquellos. Se trata de unasrelaciones estructurales que son relacionesinternas (o necesarias) en las que una posición(como la de padre) no puede existir sin la otraposición (el niño). Por añadidura, la accióntomada por un individuo en una posición de

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padre es dependiente de la acción realizada porel individuo en la posición de niño, y cualquiercambio en una de las posiciones está ligado alcambio en la otra posición. Esa relación nonecesita ser, y de hecho no es, simétrica enambas direcciones.

En el enfoque relacional también se conside-ra posible una conceptuación de las estructurasgeneracionales enfocando las conexiones inter-nas en las relaciones de los niños con el mundosocial. En este caso, la noción de estructurageneracional se refiere al complejo conjunto deprocesos sociales relacionales a través del cualalgunas personas vienen a ser niños (son cons-truidos ideológicamente como niños) mientrasque otras vienen a ser adultos. Construcciónnecesariamente implica acción (en este caso deambos, niños y adultos) y se comprende comoun proceso práctico e incluso material, comouna práctica consistente en «hacer generación»,o un conjunto de prácticas que contribuyen acrear el sentido y el contenido del orden (jerár-quico) generacional. La conclusión es que lasdos categorías generacionales, de niños y adul-tos, están producidas recurrentemente a travésde tales prácticas, se encuentran en relación deconexión e interacción y de interdependencia,ninguna categoría puede existir sin la otra, y loque cada una de ellas es, depende de su relacióncon la otra, por lo cual el cambio en una estáligado necesariamente al cambio de la otra.Cada sociedad concreta puede presentar unaorganización particular de relaciones generacio-nales, que funciona como uno de los elementosestructurantes de las relaciones sociales engeneral.

6. LA INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA DEY PARA LA INFANCIA

El interés de la investigación no se detiene ensu capacidad de añadir nuevos conocimientossobre determinados aspectos de la vida social odel comportamiento humano, sino que ganavalor con la posibilidad de influir en la trans-formación de las prácticas sociales con el obje-tivo de mejorar las condiciones de vida de laspersonas, poniendo de manifiesto sea las cau-sas, sea las consecuencias, de determinadoshechos que las están afectando. En este sentido,hablar de investigación «de y para» los niñosevoca el compromiso de esta rama de las cien-

cias sociales de dar visibilidad a los niños en lavida social, desvelando los problemas que lesafectan y colaborando con sus aportaciones a lapuesta en marcha de políticas encaminadas amejorar sus condiciones de vida. Del mismomodo, promover una investigación «con» losniños significa reconocer su protagonismo enlos procesos de transformación de su entorno,de su comunidad.

El estudio de la infancia, o de la vida de losniños, no requiere la invención de ningún méto-do exótico, sino simplemente una aplicaciónrigurosa de los requisitos metodológicos decualquier investigación, especialmente aquellosque se refieren a que las técnicas utilizadasdeben ser capaces de captar las particularidadesconcretas del grupo de personas o del fenómenoestudiado. Tampoco existen razones de pesopara otorgar en el diseño mayor importancia auna perspectiva macro o micro social. Aunqueen los nuevos estudios de infancia se busca laobtención de información directa a partir de laexploración de la vida de los niños y de la escu-cha de sus propias opiniones y vivencias, nocabe duda de que, de hecho, mucho de lo que sesabe de ellos es a través de fuentes estadísticasrecogidas a nivel agregado. Lo deseable es queel objeto que interesa, la infancia, sea vistodesde el mayor número de ángulos posible yaque, si la perspectiva macro ayuda a ver realida-des que de otro modo serían opacas al mirarlasdemasiado cerca, la visión micro contribuye aponer de relieve la riqueza de las vidas de losniños. Una y otra tratan, en todo caso, de darvisibilidad a la infancia y a los niños como partede la sociedad.

Los niños pueden participar, y de hecho par-ticipan, igual que los adultos, en entrevistasestructuradas y no estructuradas, en grupos dediscusión, rellenan cuestionarios y permiten alobservador participante estar presente en susactividades. Las estadísticas de población, asícomo toda otra serie de estadísticas oficiales,ofrecen datos acerca de los niños, si bien deforma un tanto oscura, respondiendo también eneste aspecto a la invisibilidad de la infancia enlos asuntos públicos considerados, no obstante,de interés general. La experiencia de los investi-gadores de la infancia que siguen la línea quevenimos comentando, les lleva a recomendar,por un lado, algunas formas para analizar losdatos estadísticos referidos a los niños y, de otraparte, algunas técnicas destinadas a facilitar que

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sus opiniones puedan ser expresadas y a darlesparticipación, sobre todo en los procesos deinvestigación orientados al cambio.

A) UNA FORMA DE CONTAR PARA HACERQUE CUENTEN LOS NIÑOS

Al abordar su tarea, los participantes en elProyecto internacional sobre la Infancia comofenómeno social, se encontraron con la barrerade unos datos referidos a la población que engeneral ignoraban, escondían o ensombrecíanlos valores referidos a los niños por sí, no yacomo miembros de una familia o de un hogar.De ahí surgió la propuesta de «Una metodologíapara hacer que cuenten los niños» que AngeloSaporiti (1994) desarrolló en la obra colectivaChildhood Matters. A continuación se resumensus propuestas, así como las contenidas en otrapublicación específica del mencionadoProyecto, realizada junto con An-Magritt Jensen(1992).

Parte Saporiti de la consideración de que lainformación disponible sobre los niños es depoca relevancia sociológica, sea desde un puntode vista teórico o empírico. Considera que lainfancia es un caso de objeto sociológico desco-nocido que está reclamando su propia sociogra-fía, que ha de referirse a un conjunto sistemáti-co y coherente de indicadores demográficos,sociales y económicos apropiados y que permi-tan valorar el estatus social de la infancia en lassociedades industriales contemporáneas. Lasestadísticas de vida y de familia, continúadiciendo, están cargadas de información quenecesita ser reinterpretada en particular desde laperspectiva de la infancia. Para ello el conjuntode indicadores citado debe basarse en dos pre-misas:

1. Estar centrado en los niños (en el sentidode tratar a los niños como personas y a lainfancia como elemento estructural de lasociedad) y en consecuencia ver a los niñoscomo unidad de observación

2. Enfocar a los niños como categoría social,o como grupo social, es decir, tomar a losniños como unidad de análisis.

En otras palabras, se trata de asumir que loscambios en la sociedad son codeterminantespara la situación general de vida de los niños ysus patrones generales de actividad, y que el

lugar de la infancia en la estructura social tieneun efecto de feed-back sobre los procesosmacrosociales. Construir una sociografía de lainfancia también significa captar la implicaciónque tienen fenómenos y procesos sociales quesólo indirectamente parecen referirse a losniños.

B) PREGUNTAR A LOS NIÑOS

Hasta el momento, gran parte de la informa-ción sobre los niños se ha basado en la utiliza-ción de encuestas y cuestionarios formales yestructurados en los que en muchas ocasioneslos informadores no son siquiera ellos mismos,sino adultos que se expresan, bien en su nombre,bien a partir de su propia experiencia como per-sonas que tratan con niños. Este es el caso de lospadres, madres, profesores u otros profesionalesque trabajan en el campo de la atención a lainfancia, los cuales se convierten así en «media-dores» del conocimiento sobre las vidas de losniños cuyas auténticas opiniones quedan ocultasy cuyas necesidades pasan a ser, en expresión deFerrán Casas, necesidades atribuidas en funciónde lo que los mayores interpretan y de lo queconsideran que es mejor para ellos. Raramentese pregunta a los niños por sus propias vidas ymucho menos se les consulta sobre el uso que seva a hacer de los resultados de una investiga-ción.

Y sin embargo resulta evidente la necesidadde disponer de informes de investigación, tantobásica como aplicada, que arrojen luz, no sólosobre el carácter de sus propias vivencias, sinotambién sobre las formas en las que asumen orechazan las normas y valores de la edad adul-ta. Para ello es esencial recoger datos directa-mente de los niños, ya que son ellos (y es pre-ciso reconocerlo) los que pueden dar mejorinformación acerca de sí mismos. Que esto nose haga así se debe, en parte, a la falta de con-fianza en su capacidad para responder a pre-guntas estructuradas y referidas a conductas,percepciones, opiniones y creencias. Esto sóloes en parte cierto y, en todo caso, es posiblemodificar las técnicas, así como el modo deaplicarlas, con el fin de hacerlas más adaptadasa la comprensión y forma de expresarse de lospúblicos más jóvenes.

La constatación de las diferencias entre laspersonas que se encuentran por debajo de la

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edad convencional de los 18 años, conduce apensar en diferentes métodos para diferentessubgrupos de edad, pero teniendo en cuenta asi-mismo que la amplia gama de desarrollo cogni-tivo y social que puede observarse entre ellosdepende no sólo de la edad, sino también delsexo, la condición socio-económica, el contextocultural o el origen étnico. Y no es únicamenteimportante contar con la opinión de los niños enlo que se refiere a temas que directamente lesafectan, sino en muchos otros. Las encuestas depoblación de carácter general que omiten infor-mación de los niños, están ofreciendo una visiónsesgada de muchas variables sociales.

C) INVESTIGACIÓN PARTICIPATIVA

Por otra parte, las nuevas perspectivas en elestudio de la infancia han coincidido con el des-arrollo, dentro de las ciencias sociales en gene-ral, de enfoques participativos, en los que sesubraya la importancia de garantizar que las per-sonas cuyas situaciones son, de algún modo,objeto de estudio, tengan la posibilidad deexpresarse a lo largo del proceso de investiga-ción. Así, el desafío de involucrar a los niños enla investigación está siendo asumido cada vezmás por los investigadores, tratando de forzar superspectiva de seres humanos adultos que con-trolan el mundo y lo describen tal como ellos loconocen, para enfocar la realidad desde la pers-pectiva de los niños, aplicando para ello técnicasque faciliten su participación.

Según Boyden y Ennew (2001), los niñospueden participar en la investigación: eligiendoo seleccionando los temas, facilitando y reco-giendo datos, participando en el análisis o utili-zando los datos para difundir los resultados. Lasautoras citadas describen las técnicas que pue-den utilizarse en todas o al menos en alguna delas fases citadas. Boyden y Ennew se refieren,por un lado a la observación y, por otro, al restode las técnicas participativas, distinguiendo den-tro de estas las de carácter oral, visual o escrito,aplicables bien de forma individual o colectiva.

D) RESPETAR A LOS NIÑOS EN LA INVESTI-GACIÓN

Llevar a cabo investigaciones en las que esténimplicados los niños es una tarea atractiva, pero

no está exenta de dificultades, que no sólo serefieren a las de carácter metodológico que bre-vemente se acaban de comentar, sino que sontambién algunas que se derivan de la exigenciade respetar al máximo el derecho de los niños ala protección de su ámbito de intimidad. Losprincipios éticos que deben regir en toda inves-tigación centrada en seres humanos, y en todametodología que implique, de algún modo,ponerlos a prueba, revisten aquí la máximaimportancia debido a la mayor vulnerabilidad delos niños y a la responsabilidad que tienen losadultos en general de protegerlos. En la investi-gación con niños, los temas éticos son impor-tantes antes, durante y después de la investiga-ción. En este marco hay puntos especialmentecríticos como son los relativos al consentimien-to para participar en la investigación, la confi-dencialidad respecto a la información ofrecidapor los niños y la protección de los riesgos quepuedan surgir para ellos con motivo o en torno ala investigación.

Los temas relativos a consentimiento, protec-ción y confidencialidad deben regir también enrelación a la difusión de los resultados de unainvestigación, la cual puede atraer publicidad nodeseada sobre el lugar de investigación o lossujetos de la misma, e incluso poner en riesgo laseguridad de los niños que han participado enella. Asimismo puede conducir a percepcioneserróneas de determinados temas o a tratar deforma sensacionalista algunos problemas queafectan a los niños. Cuando estos niños puedenidentificarse en la redacción del informe deinvestigación es posible que se sientan afectadospor la forma en que se les describe. Boyden yEnnew consideran que los resultados de unainvestigación deberían ser compartidos con losniños, asegurándose de que comprenden losresultados y las interpretaciones de los mismose incluso que deberían dar su permiso con carác-ter previo a la publicación de los resultados,sabiendo en qué consisten y la forma en que seutilizarán.

7. CONCLUSIÓN

La nueva sociología de la infancia no preten-de inventar nada nuevo, sino introducir el estu-dio de los niños en el ámbito de los objetos deinterés sociológico, otorgándoles importanciapor sí, y no como apéndices de la familia o

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como complemento necesario en el estudio deotras instituciones sociales.

El punto clave para esto sería preguntarse, encualquier investigación, o a la hora de establecercualquier explicación sociológica que pretendaaproximarse al conocimiento del mundo real: ¿ylos niños, qué? Pretender dar respuesta a estapregunta significaría, muchas veces, para elinvestigador adulto que comparte con otros adul-tos un sentimiento de superioridad basado en suestado de «madurez», que mide las edades desde

la posición de seguridad que proporciona elpatrón adulto, significaría, decimos, volver sobresus pasos y, al hilo de aquella esencial pregunta,comenzar a descubrir ausencias y cabos sueltosen su investigación. Descubrir también que no esposible explicar (comprender) la vida social sincontar con todos sus componentes; que la impor-tancia de las conductas infantiles no se desplazaal futuro, antes bien, reside en el presente; quelos niños no son tanto un anticipo de otra vida,como una señal de lo que es la vida ahora.

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