voto obligatorio, discurso de jorge eliecer gaitán

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JORGE ELIECER GAITÁN EL VOTO OBLIGATORIO DISCURSO

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Propuesta de Gaitán en el Senado de la República, en 1942

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  • 1. DISCURSOEL VOTO OBLIGATORIOJORGE ELIECER GAITN

2. JORGE ELIECER GAITNEL VOTO OBLIGATORIODISCURSO 3. SOBRE EL VOTO OBLIGATORIOSe debata en el Senado en 1942 un proyecto de leysobre reforma electoral que contena algunas tmidasreformas procedimentales a la legislacin existente.En forma casi sorpresiva para los parlamentarios y laopinin pblica, Gaitn present a la consideracinun artculo nuevo concebido en los siguientes trmi-nos:El voto de los ciudadanos es obligatorio. Ca-recerde valor para los efectos civiles la cdula queno tenga la comprobacin de que el ciudadano a quepertenece vot en la ltima eleccin popular. En casode imposibilidad fsica o fuerza mayor, el interesadopodr obtener del Jurado Electoral respectivo y previacomprobacin, un certificado de validez provisionalhasta la prxima eleccinLa lectura de este artculo produjo inicialmente unsilencio dramtico. Pero luego partieron de los ban-cosde la derecha y de la izquierda numerosas vocesque demandaban una explicacin sobre el significa-doy el alcance de la intempestiva medida. Los lderespolticos de todos los matices se enfrentaban con algonuevo en Colombia, que podra traer consecuenciasinesperadas en los resultados electorales de sus agru-pacionesen los comicios prximos; que destrua la ju-risprudencianumrica de los partidos y los grupos,tanto en los resultados globales de la nacin como delos departamentos, cuya clientela comicial detenta-ban.A desvanecer esas incgnitas enderez Gaitn sudiscurso, mas no en el sentido de los resultados arit-mticosprobables sino en los aspectos sociolgicos,jurdicos y polticos que la medida tena. 4. 4 JORGE ELIECER GAITN VAMOSPara sustentarla se enfrent primero a las obje-cionesde orden constitucional y legal que podranoponerse a su artculo, afirmando que la Carta Fun-damentalal establecer el principio doctrinario de queel sufragio se ejerce como funcin constitucional, elacto de votar no era una cuestin de inters indivi-dualvoluntario, sino un derecho que acarreaba el de-bercorrelativo de ejercerlo y dedujo de ello que cadavez que se dictaron leyes electorales sin consagrar laobligatoriedad del sufragio se haba violado la normaconstitucional. Dentro de las modernas concepcionesdel Derecho Pblico expres no es posible con-cebirun derecho que no imponga correlativamenteuna obligacin, ni concebir la omisin de su ejerciciocuando afecta la vida colectiva, porque la actividadindividual es apenas un derivado, una secuela dentrodel conjunto en que el individuo se mueve, contra elciego criterio individualista que la refiere solamente,al aislado inters personal.Analiz luego la medida propuesta en sus efectosprcticos. En la actividad electoral predomina la ac-cindel intermediario, del conseguidor de votos, delque lleva la gente a las urnas seducindola con la co-milona,con el retozo, con el aguardiente y hasta conofertas de dinero, lo que se debe a que como el votoes voluntario slo un 35% del electorado consigna suvoto y el 65% se abstiene de hacerlo. La obligatorie-daddel sufragio har desaparecer al intermediario,al cacique y la marea de prostitucin poltica en quevive agobiado el pas. Los halagos no tendrn cabidaporque al surgir la obligatoriedad por la fuerza coer- 5. 5 JORGE ELIECER GAITN VAMOScitiva de la ley, los polticos y los partidos se verncompelidos a inclinar a favor suyo al votante por altosmotivos espirituales e ideolgicos, por la calidad desus programas, y si alguien quiere ser elegido con vo-tosmercenariamente adquiridos tendr que disponerde un inmenso capital pues la multiplicacin de lossufragios hasta el 100 por 100 de la poblacin electo-ralhbil demandar inversiones tan cuantiosas que loharn retroceder en su intento.Contra quienes combaten toda reforma con el pre-textode que nuestro medio analfabeta no est prepa-radopara ella, despleg una argumentacin irreba-tible.Demostr que el caudal de electores est cons-tituidoespecialmente por el pueblo y que las zonasilustradas, las econmicamente pudientes, las altasclases, no aportan su contingente de votos en los even-toseleccionarios; miran desdeosa y olmpicamentela actividad que se despliega en las batallas cvicasconsiderndola como patrimonio de gentes incultas,pero al da siguiente de la eleccin s se apresuran aser los primeros usufructuarios de los resultados, re-clamanlas primicias del triunfo, exigen la potestadde orientar las leyes e imprimir rumbos a la solucinde los problemas econmicos y sociales, demandan elpago a su actitud aristocrticamente elusiva en formade prebendas burocrticas y privilegios. No puedeargirse como argumento contra el voto obligatoriola ignorancia ambiental, el analfabetismo, porque sonprecisamente los analfabetos y los ignorantes los quevotan. 6. 6 JORGE ELIECER GAITN VAMOSY por ltimo, segn Gaitn, la presencia de todoslos ciudadanos en las urnas; la calidad actuante decada hombre hbil para sealar el camino de nuestrodestino histrico, es nica ruta que existe para comba-tirlos actuales vicios de la organizacin poltica y so-cial,como tambin para preparar a la nacin hacia lameta de la democracia econmica y justa que reempla-ceen el futuro a la imperfecta democracia politiqueray jactanciosa en que hasta ahora hemos vivido. Por-quela necesidad suprema del pas es el cambio de laorganizacin conceptual del presente por otra de tipofuncional, en donde cada uno de los habitantes recibalos beneficios que debe brindar la sociedad al travsde sus mecanismos coercitivos, pero que tambin ejer-zaobligatoriamente los derechos que le discierne elslo hecho de ser parte integrante del ente colectivo.Es decir, llevar a la prctica una verdad aceptada yapor todas las escuelas modernas de la filosofa polti-ca:que todo derecho engendra un deber correlativo.Slo as se lograr que cese el imperio de unas mino-rasprepotentes y voluntariosas sobre la voluntad deunas mayoras ausentes de la funcin democrtica delsufragio.El establecimiento del voto obligatorio sugeridopor m ante la Comisin de Reforma Electoral tienenobles antecedentes en las actividades del partidoliberal y fue insinuado en ocasiones pasadas por losvarones ms prominentes de nuestra colectividad.De esta idea, para honra ma, se hicieron partcipestambin altas figuras de la poltica actual, no de miartculo concreto sino de la concepcin global que l 7. 7 JORGE ELIECER GAITN VAMOSencierra: el seor Ministro de Gobierno y el SenadorCrespo. Ellos tuvieron a bien expresarme su simpatapor la idea de establecer el voto obligatorio. La reali-zacinde ella, su concrecin en el artculo de una ley,la forma personal como la enuncio, es ya un problemadiferente. No acuso de contradiccin al que es parti-dariode la tesis abstracta y se opone, para mejorarla osituar su oportunidad, a la frmula que he presentadoa la discusin de mis ilustrados colegas.El Honorable Senador Andrade ha insinuado laconveniencia de discutir la reforma pero en un pro-yectoseparado. Dentro de la lgica de las ideas porl expuestas habra que convenir en que el anlisis demi iniciativa se localice dentro de este mismo proyec-to.El, que se mostr escptico sobre su eficacia y nospint un panorama desolado de la vida electoral co-lombiana,concluy expresando su incredulidad sobrecualesquiera clase de medidas que dictemos contra losvicios existentes. Si ello es as: Para qu demorar doso tres das la discusin de una medida que se consi-deraintil en la realidad? Para qu perder ocho dasms en la discusin de algo que se estima inoperante?A la discusin de este proyecto debemos concurrircon uno de estos dos criterios: o tenemos fe en el pasy esperanza en el mejoramiento de su estructura de-mocrticay entonces nuestro deber consiste en reali-zaresfuerzos empeosos para lograr ese mejoramien-to.O no creemos en la democracia representativa denuestro pas ni confiamos en la eficacia de sus leyes,y entonces no hay necesidad ninguna de expedirlas.Proceder en contrario sera engaarnos a nosotros 8. 8 JORGE ELIECER GAITN VAMOSmismos y engaar al pas, que vera en nosotros unosdelegatarios suyos que aprueban, a costa del Estado,lo mismo que anticipadamente califican de intil en laprctica.Pero mi punto de vista es el primero. El panoramaque ven mis ojos no es tan desolado como el del Sena-dorAndrade. Yo s tengo fe en las medidas legislativasaunque comprendo que jams ley ni decreto algunoen el mundo haya sido totalmente eficaz. El progresohumano es una gradacin constante que se realiza encamino largo, jalonado de dificultades ante las cualeslos hombres de voluntad no cejan sino que en ellas en-cuentranun estmulo para luchar hasta que su idealvenza. Un obstculo es apenas la campanada para queel verdadero luchador redoble su tesn y empee conduplicada energa la batalla.LOS VICIOS DEL SUFRAGIOEs evidente que existen vicios en el sufragio, que seburla al electorado, que se desfigura la democracia. Lodigo no para enrostrarlo a un solo partido sino parasealar una deficiente organizacin de la vida colom-bianaa travs de todos los regmenes que la han go-bernado.Aquel criterio primario de dividir al pas endos sectores, cuajado el uno de todas las excelenciasy perfecciones y reducto el otro de todos los defectosy perversidades, puede ser hasta una habilidad elec-torerapero constituye una negacin de justicia y esdesconocer elementales principios de sociologa y psi- 9. 9 JORGE ELIECER GAITN VAMOScologa, dado que los dos grupos en que se pretendeescindir al pas estn constituidos por elementos tni-cosy squicos de una misma nacionalidad. Al recha-zarese criterio pueril, no niego la conveniencia de laseparacin de los bandos polticos actuantes ni el delpapel de la oposicin, cuando ella no se plantea nica-mentepara encontrar defectos al Gobierno e inspirarla crtica solo en el denuesto, la calumnia o el insulto.Noble papel el de la oposicin cuando hace su tareade juez justiciero que distingue al hombre de buenasacciones de aquel que no las tiene; que selecciona labuena accin de entre las que merecen censura y en laque el partido de gobierno encuentra no un verdugoni un calumniador sino un juez severo para sus pro-piospartidarios!!No soy de los que creen que ya se ha realizado laconjuncin de los partidos histricos en Colombia yestimo que nuestra democracia vive precisamente enrazn del choque de esas dos encontradas fuerzas; dela crtica oposicionista, lista a enfrentarse a los posi-blesdesmanes y a los naturales errores de la fuerzadominante. Desde que haya cita de hombres sobre elhaz de la tierra, habr diferencias con tendencia a po-larizarsealrededor de cada hecho afectivo. An den-trode los partidos totalitarios, siendo como es parasu supervivencia esencial la uniformidad del pensa-miento,no dejan de formarse matices de izquierda yde derecha dentro de ellos mismos.Siempre he credo que en la vida de las ideas antesdel hecho intelectual est el afectivo y temperamen-tal.Hay hombres temperamentalmente revoluciona- 10. 10 JORGE ELIECER GAITN VAMOSrios y los hay temperamentalmente conservadores. Eltemperamento, asiento profundo de la personalidad,no hace cosa distinta que buscar seleccionar subcons-cientementelos elementos intelectuales que nutransu. fuerza inicial revolucionaria o esttica, reformistao conservadora. De ah que a travs de toda la histo-riapatria y en todos los pases encontremos figurandoen los partidos de izquierda gentes de ideologa con-servadora,por ser conservador su temperamento, yal mismo tiempo solemos hallar dentro de las ideasconservadoras temperamentos revolucionarios, por elfenmeno afectivo contrario.EL ENEMIGO DEL PROGRESO POR REALIZAR ES ELPROGRESO YA REALIZADOEl Senador Combariza me ha pedido explicar elmotivo y fundamento del artculo que he presenta-do.Yo dira que lo que propongo lo realizo en virtudde mi temperamento, del criterio que siempre me haguiado al presentar medidas que al principio pare-candifciles de pasar por demasiado audaces. A esemismo temperamento obedeca cuando present elproyecto de reforma sobre el criterio de la propiedad;aquello provoc encendidos debates, desconcierto enmuchos, pero a pesar de ser negada en una y dos le-gislaturastuve luego la satisfaccin de que fuera infil-tradaen el torrente circulatorio de la vida nacional yconstitucional, sin que haya hoy quien le pueda for- 11. 11 JORGE ELIECER GAITN VAMOSmular reparos. Quin se atrevera ahora a sostenerel criterio individualista de la propiedad y a rechazarel concepto de funcin social de la misma? En el es-paciode diez aos tiempo fugaz para la poltica ypara la historia, aunque desgraciadamente no tantopara la vida humana aquella que fue una idea queprovoc reacciones, que se calific de revolucionariay tuvo enemigos en todas las encrucijadas, se convir-tien una medida que no provoca ya oposiciones yque se est haciendo casi conservadora. Al formularcualquier iniciativa reformatoria hay que pensar queel peor enemigo del progreso que hay que realizar esel progreso ya realizado. La revolucin no es un peca-docontra los hechos sino un pecado contra el tiempo.Otro da present una de las grandes iniciativasque el pas necesita como homenaje a la verdad y poramor a la realidad democrtica: la reforma de la es-cuelaprimaria. Se han desatado mil incomprensionesy desfiguraciones contra ella. No importa. Maana opasado maana habr de ser aceptada. Las reformastrascendentales no pueden presentarse con la llanailusin de que van a ser acogidas desde el primer mo-mento.Por eso, al traer ahora a consideracin la obli-gatoriedaddel voto, pienso con criterio experimentalque es necesario abrirle camino, forjar la concienciapblica de su conveniencia. Por eso me digo: Est yapreparado el pas para esta reforma? La evolucinque la democracia ha tenido en Colombia no imponela exigencia del voto obligatorio? Darle tal calidad alvoto no ser apenas el cumplimiento del proceso deevolucin que en todas partes ha tenido el sufragio? 12. 12 JORGE ELIECER GAITN VAMOSAcaso no comenz ese proceso invadiendo reduci-daszonas, vindose otorgado en un principio slo areducidos ncleos?Habr quien olvide cules fueron las grandes ba-tallasque las fuerzas democrticas inglesas tuvieronque dar desde la poca de Juan sin Tierra, para ir avan-zandopoco a poco en la extensin del sufragio hastallevarlo al gran conglomerado nacional, sacndolo delos pequeos crculos a los que se concedi como unagracia que otorgaban las castas aristocrticas, mas nogenerosamente, sino constreidas por el empuje for-midablede las fuerzas revolucionarias y populares?Un da ciertos seores votaban los gastos pblicosconque contribuan al sostenimiento de la Corona; otroda ya no fue solo la nobleza sino que los terratenientesse sumaron a los primitivos privilegiados; se avanza yms tarde un grupo ms numeroso adquiere el dere-chode dirigir el Estado, designando sus delegatariospor medio del sufragio hasta llegar al voto universal,grande y hermoso triunfo en la batalla de las fuerzasrevolucionarias y liberales. Si ello acaeci as, deteng-monosa pensar si la realidad democrtica colombianaacta eficazmente hoy sobre la base del voto a volun-tad,del voto actual en calidad de derecho y si no es unanecesidad conveniente convertir ese derecho en deberde ciudadana. 13. 13 JORGE ELIECER GAITN VAMOSHACIA UNA NUEVA ERAEn esto se esconde y se mueve un gran problemade orden filosfico, o mejor, de orden poltico y social.Los tiempos que vivimos ahora nos auguran transfor-macionesen la democracia, la que ha de llegar a ser nola simplemente conceptual que hemos vivido sino lafuncional en que cada ciudadano est obligado a darsu aporte. Si vamos a ser leales a esa democracia, a laque vivimos sealndole defectos pero que nos ofreceventajas que las dictaduras no nos pueden brindar ja-ms,debemos ir preparando el camino para que todoslos ciudadanos y cada uno de ellos sean unidades ac-tuantesde la democracia perfecta del futuro. Todo unsiglo de imperio de las ideas de la Revolucin France-sase est liquidando en los campos de la muerte y noqueremos darnos cuenta de que el choque heroico delos ejrcitos de Rusiaque ha sumado ya para s todala gloria posible en la historiaes apenas un mediode liquidacin de un perodo histrico. La humanidadse acerca a la iniciacin de una nueva era, como lasgrandes tragedias del Renacimiento fueron el estertorde una edad que se extingua y el orto de otra que ini-ciabasu vida. El ciclo romano pereci para dar pasoa otro ciclo histrico de caractersticas distintas, queaunque se fundamentaba en los elementos dejadospor el anterior, cobraba vitalidad y personera nuevasacomodadas a determinantes econmicos, sociolgi-cosy estticos diferentes. Estamos viviendo ahora elmismo fenmeno y el mismo proceso: una fase de lacultura individualista que marc su huella en la his-toria,que signific en su hora un avance prodigioso, 14. 14 JORGE ELIECER GAITN VAMOSla veremos sustancialmente transformada en la nuevaetapa que va a vivir la humanidad.Maana no bastar la afirmacin conceptual de lademocracia y de la libertad para que la libertad y lademocracia existan. El principio de que somos igualesante la ley incrustado en los cdigos no habr de ser-vimospor s solo: lo necesitamos vivo y actuante en lafuncin ejecutiva de esa ley. Quin podr afirmar quela libertad conceptual baste, si el hombre est limitadopor la dictadura econmica y es esclavo econmico?Necesitamos hacer que el esclavo se convierta en unser poltico libre. La democracia es por esencia el go-biernorepresentativo, pero representativo de quin?Del pueblo debe serlo. De manera que para que hayaverdadera democracia es necesario que el pueblo sehaga representar, porque aquel que sea elegido conausencia del pueblo en las urnas no ser representantedel autntico valor democrtico. Habr entonces unapequea oligarqua de cualquier gnero: intelectual,social, personal, pero donde existe rgimen represen-tativoy los ciudadanos no ejercitan el nico derechode que disponen para formarlo, o sea el sufragio, sepodr hablar de oligarqua, de cesarismo democrti-co,de cualquier otra cosa, mas no de democracia en elsentido funcional que debe tener esta palabra.UNA ESTADISTICA DESCONSOLADORAConsidero que las elecciones que ms interesan alpueblo, a las que debe sentirse ms ntimamente vin-culadoson las municipales. Es casi el nico contacto 15. 15 JORGE ELIECER GAITN VAMOSreal del pueblo con la poltica y el gobierno, porquees en los cabildos donde se elaboran los presupuestosque lo benefician directamente; porque de all salen losacueductos, las calles por donde transita, la vigilanciade sus sementeras, el impuesto predial, el gravamen asu comercio. Todos sabemos que la eleccin municipales la que atrae ms fervorosamente al electorado. Puesbien, voy a dar unos datos elocuentes. Sobre la pobla-cinmasculina de 4.312.763 de ciudadanos mayoresde 21 aos, existen con posibilidad de voto 2.121.901 yhay expedidas 2.082.690 cdulas, lo que indica que elproblema de la cedulacin casi no existe. Acepto quehay cdulas viciadas hijas del dolo y del fraude en n-merodifcil de fijar, pero que no es tan grande comopara desvirtuar el monto de las expedidas. Y cuntosvotos hubo en las ltimas elecciones de Concejales?Hubo 800.076, o sea apenas un 37%. Suponiendo abso-lutamenteautnticas esas elecciones; admitiendo queesos ochocientos mil votos no tengan tacha alguna, quese han depositado con excelsitud democrtica como enSuiza, lo cierto es que apenas un 37% de los varonesest interviniendo en el manejo del pas. Es una mino-radirigiendo a una gran mayora que permanece almargen. Es esta una expresin de democracia funcio-nal?Ese dato alarmante nos puede acreditar como lademocracia perfecta de que nos vanagloriamos? Miconclusin es que en un pas donde ocurre este fen-menodesconcertante, los representantes elegidos sonapenas exponentes de una minora y dominante quemaneja a su antojo a la gran mayora y ese es uno delos aspectos que el mundo moderno quiere y necesitaliquidar. 16. 16 JORGE ELIECER GAITN VAMOSLos constantes y exagerados elogios a lo autnti-code nuestra democracia, a la perfeccin de nuestrasinstituciones, me saben a morfina que adormece losimpulsos renovadores y las inquietudes inconformes.Yo, que creo que el hombre debe vivir permanente-menteinsatisfecho, que no me siento entusiasmadoante el ser complacido con la perfeccin circunstancialy aparente, qu puedo decir cuando la realidad ntidanos revela apenas 800.000 votantes entre ms de dosmillones, an suponiendo que votaron libremente,que no fueron engaados, sugestionados o coacciona-dospor el cacique, desorientados por quienes tenaninters en su desorientacin? Tengo que mirar entris-tecidoy abrumado a esa gran mayora de ciudadanosperdidos en la penumbra, colocados al margen de lavida civil en una democracia cuya definicin es la delmismo rgimen representativo. La realidad numricanos indica que no slo no se est cumpliendo en elpas el principio medular y doctrinario de la demo-cracia,sino que se est violando. Una minora exiguadirige arbitrariamente a la gran mayora ausente de lafuncin del sufragio!!ES INCONSTITUCIONAL EL VOTO VOLUNTARIOSe podran hacer a mi iniciativa objeciones en el cam-pojurdico y en el experimental. A ellas voy a referirme,descartando desde luego la vitanda que nadie confesa-raaunque fuera el verdadero motivo para negar esteartculo, o sea la de los clculos electoreros sobre unaprxima eleccin y el temor de que la obligatoriedad 17. 17 JORGE ELIECER GAITN VAMOSdel voto pueda traer la disminucin de una determina-dacorriente por acrecentamiento de la votacin gene-ral.Podr sostenerse que el voto obligatorio que pro-pugnoes inconstitucional? No ser, al contrario, quesu inexistencia es la que est violando la Constitucin?El artculo 177 de nuestro Estatuto fundamental que re-gulala materia en su parte normativa y doctrinaria dis-poneque el sufragio se ejerce como f uncin constitu-cional.Votar es una funcin de carcter constitucionalentre nosotros, en forma tal que quien no la ejerce estal margen de uno de los principios cardinales del ordeninstitucional aceptado y reconocido. Por eso afirmo sinambages que cuantas veces la ley ha dejado de estable-cerla obligacin del voto ha violado la Constitucin yque slo cuando le d una actividad real y lo haga fun-cinobligatoria estar cumpliendo con ese principionormativo de la Constitucin.Pero se me podra plantear la tesis de que como enotro precepto de la misma Carta se dice que la ley de-terminarla manera de hacer efectivo el derecho delsufragio, no es posible coaccionar al ciudadano al ejer-ciciode un derecho. An olvidando aquello de fun-cinsocial tan claramente dicho por la Carta y que-dndonosen la simple concepcin del voto como underecho, con el ciego criterio individualista es ciertoque los derechos tienen una autonoma que a vecesresulta irreal. Pero dentro de las modernas concepcio-nes,es posible concebir un derecho que no tenga lacorrelativa funcin de un deber? Es posible concebirun derecho que pueda practicarse o dejar de ejercerse,sin miras al inters colectivo o social, como en el casoque estudiamos? Es posible aceptar la actividad de 18. 18 JORGE ELIECER GAITN VAMOSun derecho o la omisin de su ejercicio cuando afectala vida colectiva, siendo as que la faena individual esapenas un derivado, una secuela dentro del conjun-tocolectivo en el que el individuo se mueve? En lobiolgico, en lo psicolgico, en lo econmico y social,qu actividad individual por nfima que sea no es underivado o trasunto del conjunto colectivo, del me-dio?Qu otra cosa es sino expresin del ritmo y deltiempo y del espacio en que flucta la personalidaddel hombre? No es, pues, vlida la objecin consti-tucionalque pudiera hacrseme. Encuentro en el es-pritude la Constitucin; hallo en su letra clara no laposibilidad sino la orden de que el legislador expidala ley que imponga el voto obligatorio.LAS CLASES PRIVILEGIADAS NO VOTANVoy a referirme ahora a los argumentos que siemprese oponen a toda iniciativa reformista. Es que nuestromedio dicen no est preparado por su ignoranciapara tal medida. Objecin especiosa porque quien lahaga tiene que empezar por responder a esta pregun-ta:est probado que los individuos que actualmentevotan pertenecen a las zonas ilustradas y los que novotan son los analfabetos del pas? Si lo que ocurre estodo lo contrario! Es el pueblo, es ese analfabeto cuyaignorancia se enarbola ahora como bandera para opo-nerseal voto obligatorio el que realiza las eleccionessin existir todava la obligatoriedad de votar. Y son laszonas que se dicen ilustradas y cultas las que ningncontingente brindan a los partidos en los episodios 19. 19 JORGE ELIECER GAITN VAMOSeleccionarios. Pero con esta caracterstica desconcer-tante:los que desdeosa y olmpicamente miran lasbatallas cvicas como actividad de gentes de menorcultura o menores posibilidades ticas, son los queal da siguiente quieren ser y son sus primeros usu-fructuarios.En la hora que sigue al triunfo reclamanlas primicias, quieren determinar la orientacin de lasleyes, imprimir el rumbo a la solucin de los proble-maseconmicos y sociales. Esa pretensin al menosse justificara con su forzada intervencin en la luchaa que los constreira el voto obligatorio. As podrancon alguna razn reclamar el pago en privilegios eco-nmicos,burocrticos, sociales y diplomticos quie-nesahora los piden como premio a su haraganeraelectoral. Nadie reclama hoy ms prebendas que losapticos y rebeldes o indiferentes a cumplir la funcindel sufragio. Y ese es fenmeno que hace referencia alos dos partidos tradicionales. Es que la ignoranciaambiente puede levantarse como argumento contra elvoto obligatorio? Pero si son los ignorantes los que enla actualidad estn votando!!Se me podra tambin argir que esta medida pue-detraer graves consecuencias en el orden de crear oafianzar el caciquismo electoral. Yo estoy seguro deque ste existe por el sistema que hoy rige y que des-aparecera,al menos en gran parte, con el voto obli-gatorio.Por qu? Porque hoy las elecciones son laprincipal actividad de los intermediarios o propagan-distaselectorales, lo que lleva a indecibles extremosde prostitucin poltica. Hay gentes que tienen comoprofesin actuar de intermediarios entre el pueblo y 20. 20 JORGE ELIECER GAITN VAMOSlos dirigentes polticos; conseguir y prestar los votos.Qu es lo que necesita hoy nuestro poltico? Por en-cimade todo conseguir votos, dejando en segundoplano las razones por las cuales la gente deba votar.Y como la gente es renuente a hacerlo por razonesmltiples, entre otras por la falta de hbito, es nece-sarioromper esa renuencia. Se quiebra hoy por altosmotivos espirituales o ideolgicos, inculcados en her-mososprogramas de accin expuestos ante el pueblo?No. Esa renuencia se rompe en la actualidad con otrosmtodos, muchos inconfesables, censurables otroscomo el festival, la comilona y el aguardiente, que sonahora lo recursos nicos para incitar al campesino acumplir una funcin sagrada de ciudadana. Y estel dinero que se usa en muchas partes para estimularno la adhesin doctrinaria del pueblo a determinadaidea, sino simplemente para que vote, para que acudea las urnas. Para que el individuo vote! Qu misera-bleabominacin!Con el voto obligatorio ya los sufragios estarn lo-gradospor la fuerza coercitiva de la ley; la atraccinno podr hacerse sino por la propaganda ideolgi-ca,por los programas que atraigan la atencin de lasmasas y el que quiera adquirir mercenariamente lossufragios, necesitara arriesgar enormes sumas por elnmero mucho mayor de gentes obligadas a deposi-tarsu papeleta, lo que ya sera un freno a la venalidadelectoral. 21. 21 JORGE ELIECER GAITN VAMOSPOR QUE SE IMPONE EL CACIQUE ELECTOREROCuntos de vosotros, dirigentes de los partidos, osveis obligados por la necesidad del triunfo a aprobarlistas en que figuran nombres de candidatos que os re-pugnanintelectual y a veces moralmente? No habistenido que reconocer muchas veces que hay hombresen vuestro partido de ms calidad moral, de mayorentidad intelectual, de ms amplia capacidad cientfi-caque quedan postergados y sin embargo tenis queexpresar vuestra adhesin a borrosas y exiguas figu-rascaciquiles? Por qu? Por la consideracin de quetal hombre da 1200 votos y como el problema es quehaya votos no podis decir: elijamos la figura eminen-tede este ciudadano, la cumbre moral de aquel otro,la madurez intelectual de un tercero, sino que tenisque rebajaros a votar por el cacique electorero queconsigue y obtiene los votos.El nuevo sistema destruira otro de los grandesvicios que no es privativo de ningn partido sinohijo de la malhadada institucin de la libertad de su-fragar.Ese vicio es el comercio burocrtico; el pagoburocrtico a quien busc los votos. Por qu vemosel espectculo vergonzoso y emponzoado de ciertasAsambleas que gastan ms dinero en el mantenimien-tode una burocracia holgazana que en las dietas delos mismos representantes del pueblo? No es equivo-cadoe inocuo tomar otras medidas superficiales pararemediar este mal en vez de extirpar de raz esa enfer-medadde las democracias? 22. 22 JORGE ELIECER GAITN VAMOSEs apenas lgico que los hombres del partido libe-ralaspiren a mantener a su partido en el triunfo y enel poder. Ello es apenas fruto de un instinto elemental,de una ley casi fsica, como lo es tambin que el par-tidoconservador no aspire a mantener sus efectivossino a aumentarlos y conquistar la victoria. Pues ha-gamosque todos los ciudadanos voten. Ya veremosque ante los programas, ante el juego de las ideas ylos principios, frente a las realizaciones hechas desdeel Gobierno, surgir la desilusin en quienes slo hansabido desatar una estril oposicin. No debemosolvidar que la oposicin es una de las razones esen-cialesde la democracia; que no podemos regular susmtodos porque es ella la que tiene que escogerlos yque nuestro deber es el de oponer una barrera firme yrecta al ataque recio y firme que ellos desaten contranosotros. No permitamos que el poltico conquiste losvotos por medios distintos al de la propaganda ideo-lgica:la conquista del voto debe ser realizada por laley. Entonces la lucha se elevar al plano de los prin-cipiosy de las ideas!VIVIMOS A LA CONQUISTA DEL VOTO, NO DEL PUEBLOUna nacin como la colombiana que tiene tantoselementos para ser calificada de admirable presentaoscuros contrastes a sus cualidades humanas, intelec-tualesy morales, debido a la necesidad de la conquis-tadel voto. No habis observado cmo desaparecenlas desavenencias polticas y se unen en contuberniovergonzante liberales y conservadores en las Asam- 23. 23 JORGE ELIECER GAITN VAMOSbleas para nombrar sujetos que son los que sostienenla actividad electoral de los partidos?No os extraisde la manera como se adelante el estmulo o el ataquea los hombres en Colombia? Se ven tantas mediocri-dadesensalzadas en las columnas impresas y tantoshombres de mente urea desdeados y olvidados!Por qu aquel hombre ayer enaltecido es objeto hoyde los ms graves denuestos? Por qu ese cambio decriterio sobre el valor intrnseco de los ciudadanos?Por qu el que ayer se nos presentaba como un genio,al da siguiente se le describe como un analfabeto? Esarepentina mutacin no puede causar sino hondas de-cepcionesperturbadoras a los equipos juveniles, a lagente que comienza, pues ven que el mrito vale pocoy que los caminos de la intriga, los abyectos de la adu-laciny el servilismo al cacique poltico pueden msque el propio valer personal. El que representa en unmomento dado un mayor efectivo electoral es el gran-dehombre de la Patria!La vida poltica colombiana no se mueve sino atravs del hecho electoral. Qu hay, qu existe fuerade l? Carecemos de esos organismos permanentes,a la manera de los de derecha e izquierda europeos,que propugnan por las mejores obras, las mejores es-cuelas,los ms higinicos refugios infantiles, las msaltas concepciones econmicas en beneficio de suspueblos y para los que el debate electoral es un hechoapenas accidental y momentneo. Entre nosotros lospartidos apenas viven al acecho de la hora electoral;su funcin est reducida a conquistar momentnea-menteel voto y no a conquistar permanentemente el 24. 24 JORGE ELIECER GAITN VAMOSalma del pueblo para conducirlo en una determinadadireccin. Suprimid el voto libre, hacedlo obligatorioy entonces les quitaris a estos polticos la necesidadde empearse en la conquista del voto, ya lograda porla fuerza de la ley, y los obligaris a ir ms al alma y ala inteligencia de las masas!De todo esto debis deducir conmigo como lgicaconclusin, como elemental corolario, la necesidad dedar este timonazo profundo en nuestra vida poltica.El fervor multitudinario no podr concretarse ni re-ducirsea la zona electoral que ya estar conquistadaEl fervor poltico tendr que orientarse entonces ha-ciael contenido; la emocin popular dejar de ser laepidrmica y primitiva de depositar el voto o de im-pedirque otro ciudadano deposite el suyo. Hagamosde nuestro pueblo un factor actuante, vinculado a susintereses vitales, en contacto forzoso con ellos. No lodesvinculemos durante 364 das del ao, para ir unslo da determinado a halagar sus aspiraciones paraque acte en favor de nuestras corrientes polticas.Hay ejemplos cercanos muy elocuentes.EL CASO DE RUSIA Y FRANCIATomad dos pueblos, no importa la idea que de ellostengis: a Francia y a Rusia. Qu era Francia en losltimos tiempos sino un pueblo dirigido por profesio-nalesde una poltica simplemente electoral? Qu erasu vida sino una momentnea agitacin para que el 25. 25 JORGE ELIECER GAITN VAMOScandidato no fuera X sino Z? No era esa poltica sim-plementeelectorera la que sacrificaba todos los ele-mentosfecundos de la verdadera actividad en ordena la creacin econmica, al desarrollo industrial, a ladefensa de las fronteras?El Ministro de Gobierno: Tambin en las manosde Len Blum?Gaitn: No en las manos ni en la inteligencia dLen Blum, que siempre tuvo pensamientos elevados,sino en la dbil voluntad de Len Blum que un datraicion a la Repblica Espaola y abri los caminosque permitieron al fascismo marchar dominante sobrelos campos de Europa. No digo que esa traicin a lademocracia haya sido la de haber intervenido poco omucho en favor de la izquierda espaola sino el habersugerido el Pacto de No Intervencin a sabiendasde que sus adversarios polticos, los fascistas de Italiay Alemania, s estaban interviniendo contra aquella.Deca, Honorables Senadores, que vosotros podispensar lo que queris respecto de Rusia, pero existenhechos que tienen que haberos sorprendido, realida-desque os han desconcertado porque pugnan con elcriterio que tenais sobre ese pas. Y cuando se leen laspginas destinadas a estudiar ese proceso que tantodesconcierto ha causado, sean las de sacerdotes comoel Dean de Canterbury, sean las de conocedores pro-fundoscomo las de Ana Luisa Strong, encontramosque tales estudios nos revelan la existencia de un he-choprimordial que nos explica el por qu de su flore-cimientomagnfico, de la unidad de aquel pueblo, de 26. 26 JORGE ELIECER GAITN VAMOSla potencia industrial, econmica y educativa que harevelado. Es que la orientacin de la sensibilidad tie-neque desplazarse y se desplaza hacia las cosas queel mundo moderno exige, o sea de la simple politi-queracomo razn y fin de todas nuestras actividadeshacia los hechos que desempeen un verdadero papeltransformador de las nacionalidades. Que el tributose le rinda no ya al electorero que logre el mayor n-merode votos sino a quien logr producir las mejoressemillas de trigo y cre con su actividad la mayor ri-quezade su patria. La emocin se desplaza del hechotransitorio del voto hacia los principios doctrinales ensu relacin con la vida colectiva, dentro de la cual lafbrica y el taller tienen altas preeminencias. En Ru-sialos hombres dignificados y enaltecidos fueron losconstructores del mejor aparato areo, los realizadoresde la represa del Dnieper, los conquistadores del polo,los que atravesaron pases y pases para dominar elaire y demostrar la potencialidad de la patria rusa.Yo, que no soy partidario del sistema sovitico, en-cuentrosin embargo que el desplazamiento de la vidapoltica como funcin de simple mecnica electoralhacia los grandes problemas del espritu, de la tc-nicaindustrial, de la agricultura, representa el mejorcontingente educativo, la mejor leccin que el mundomoderno haya dado a los hombres. Pero nosotros nopodemos resolver ese problema que es una realidadclamante mientras no hagamos nacer en el ciudadanoel espritu cvico y por eso tenemos que dirigirnos a laconquista de su voto por la ley, haciendo que nuestraCarta Fundamental y nuestras leyes procedimentales 27. 27 JORGE ELIECER GAITN VAMOScreen los medios para que la totalidad de las masasde los partidos realicen la funcin del sufragio. Conel voto voluntario no preocupan al ciudadano los pro-blemasaltos, hondos y trascendentales de la nacin yno interviene para decidirlos. Cmo podremos ha-cerque lo haga? Obligando al ciudadano a votar. Asdesaparecer la inescrupulosa maniobra electoral y suinters estar localizado en zona mucho ms elevadasdel espritu y de la inteligencia.Ya analic el argumento de nuestro analfabetismo,como si fueran los sabios y los doctores los que entrenosotros votan. En l encuentro el mismo sabor de to-doslos que se dan para combatir cualquier creacinnueva, como las pginas que se escribieron contraJos Hilario Lpez y Murillo Toro por dar libertad alos esclavos en Colombia y por hacerles efectiva esalibertad. Entonces tambin el argumento resida enla ignorancia de los pueblos a quienes se les rompanlas cadenas. Que se me diga si no ha sido siempre ladesconfianza en las masas la razn suprema conquese han querido impedir todas las reformas posterior-mentelogradas; si no ha sido esa la razn operantepara librar una batalla larga y enconada contra lainstruccin obligatoria. No contemplamos el mismocaso y no son las mismas argumentaciones? Y sin em-bargola instruccin obligatoria pas; y los mismosque se le opusieron la encontraron luego benfica ylo nico que deploran es que por escasez de fuerzas yrecursos no se le haya puesto an en funcin. 28. 28 JORGE ELIECER GAITN VAMOSLA UNICA MANERA DE PURIFICAR EL SUFRAGIOSe me dir tambin que esta medida se podr pres-tara grandes abusos. Supongamos se dice que vi-nierala coaccin fsica contra los electores. Pero, Ques lo que dice el artculo que propongo? Vemoslo: Elvoto de los ciudadanos es obligatorio. Carecer- devalor para los efectos civiles la cdula que no tenga lacomprobacin de que el ciudadano a quien pertenecevot en la ltima eleccin popular. En caso de impo-sibilidadfsica o fuerza mayor, el interesado podrobtener del Jurado Electoral respectivo y previa com-probacin,un certificado de validez provisional hastala prxima eleccin.La ley penal castiga rigurosamente la coaccin. Seha castigado al primer individuo que haya coaccio-nadoa un ciudadano en materia electoral? Que meden el caso porque yo no lo conozco. Podra suce-derlo mismo implantando el voto obligatorio? Ques lo que ha faltado? Una posibilidad para ejercer lassanciones penales existentes. Como el hecho tiene queser real, como no podemos legislar sino para la psico-logade los hombres que viven en nuestro pas, culha sido la causa para que no se haya castigado a loscoaccionantes del voto? Es que nadie quiere buscarsetropiezos por razones electorales, porque falta sensi-bilidadsocial. Si se puede votar se vota; si no se puedeno se vota, pero nadie al da siguiente se presenta anteun juez a dar denuncio por la coaccin contra l come-tida.Pero aprobada la obligatoriedad del voto sucede-raque el ciudadano coaccionado tendra que acudir 29. 29 JORGE ELIECER GAITN VAMOSnecesariamente a denunciar el hecho ponindolo enconocimiento de las autoridades para salvar su cdu-laque es de necesidad para todas las actividades dela vida diaria. Con muy juiciosas razones me deca elSenador Botero que esta medida no podra explicarsesin el complemento indispensable de la eficacia de losactos represivos contra los hechos dolosos en materiade sufragio. Aceptado. Pero esta medida por s mismaes ya un determinante eficaz para que los jueces co-nozcande los delitos de coaccin electoral, porque in-tervieneun inters individual que hoy no existe. Cules el inters en la actualidad? No crearse represalias,antipatas, violencias y dificultades. Pero implantadala obligatoriedad, el hombre que no pudo votar por lacoaccin contra l ejercida; que sabe que el no votar setraduce en su incapacidad para las actividades civi-les,se ver obligado a cumplir otra funcin ciudadanaque tambin es obligatoria en virtud de la ley, cual esla de dar denuncio a las autoridades por el delito co-metido.Me parece, adems, que es de elemental lgica esteargumento: las normas son ms fcilmente violablesen cuanto son mnimas las responsabilidades y pe-queoslos objetivos por violar, pero son ms difcilesde transgredir cuando el objetivo tiene mayor entidado gravedad. No es lo mismo en la actual vida electoralde Colombia lesionar la libertad de sufragio, a lo querepresentara esa lesin si se produce la inutilizacinde los efectos civiles de la cdula. En el ltimo casohabra todo un pueblo en pie contra la coaccin por-quetodos los hombres estaran interesados en su acti- 30. 30 JORGE ELIECER GAITN VAMOSvidad ciudadana, en su derecho vital, elemental, quese les arrebata con la coaccin. Es muy distinto cerce-narlessus derechos civiles a cincuenta mil ciudadanosque robrselos a dos millones doscientos mil. Laborms difcil por la violencia fsica que se necesitara ytambin por la reaccin sicolgica que aquel hechoprovocara en los hombres coaccionados.TENDREMOS PATRIA GRANDE CUANDO TODOS ESTEMOSOBLIGADOS A LABRARLANo me explico, por ltimo, la lgica de los impug-nadoresde esta elemental medida de sanidad ciuda-danay poltica. Nosotros exigimos a cualquier indivi-duocomo una necesidad social que para firmar unaescritura, para contraer un compromiso, para recla-maruna carta para pagar un impuesto, presente su c-dulade ciudadana. Pero para el sufragio hay libertadde presentarla o no, libertad de votar y de no votar. Leexigimos al ciudadano que pague sus impuestos, queblanquee el frente de su casa; por una serie de regula-cioneslegales lo obligamos a atender a la vida fiscal,econmica educacionista y consideramos como legis-ladoresque est obligado a hacerlo y a acudir a todasesas citas que la autoridad le impone. Pero cuando setrata de su primordial funcin, del acto que originatodos esos hechos subsiguientes, entonces le deci-mosque puede hacerlo o abstenerse de hacerlo; queno debemos imponerle nada, que puede esquivarse ala eleccin de Presidente, Senadores, Representantes,Diputados y Concejales. Eso nos tiene sin cuidado y 31. 31 JORGE ELIECER GAITN VAMOSbasta dejarlo a su autnoma voluntad. No, Honora-blesSenadores. Esa es una contradiccin absurda. Siexigimos y ordenamos algo para las cosas que son de-rivacinde otras, debemos con mayor razn exigirlo yordenarlo para lo fundamental, para lo que represen-tala verdadera actuacin cvica de un hombre, comoes imprimirle con su voto orientaciones al Estado. Nopodemos admitir la tesis de que haya ciudadanos quese coloquen al margen de la vida colombiana, porqueeso es estar al margen de la patria misma. Porque deesas elecciones dependen los organismos que la diri-gen,el rumbo que ella va a tomar. Patria grande ten-dremoscuando todos estemos obligados a labrarla yconstruirla por medio de las personas que resultenelegidas en los actos electorales!El Senador Romero: Y si los ciudadanos obliga-dosa votar lo hacen en blanco?Gaitn: Pues quiere decir que votan, que ejercenuna funcin ciudadana, que influyen por pasiva en laeleccin general. Porque no estamos pidiendo que elciudadano vote en determinado sentido pues eso se-raviolentar y destruir la democracia. Pedimos sim-plementeque cumpla con sus funciones cvicas y lasuprema de ellas es la de votar. Y no se me diga quesera difcil cumplir ese deber porque nuestros hom-bresno estn acostumbrados a sufragar. Y cmo ycundo vamos a crear esa costumbre? Bien s que lafuncin no crea el rgano, pero la actividad del rga-nos es la funcin. Cul es el mejor mtodo educati-vopara esa parte del pueblo colombiano que hoy novota y que estara en posibilidad de hacerlo? Llevarlo 32. 32 JORGE ELIECER GAITN VAMOSa las urnas para que se vaya modelando su concien-cia.Entonces s habr un criterio, un sentido de laciudadana; entonces s se ir formando su concienciasocial; entonces no estaremos sometidos a la pequeazona que hoy domina arbitrariamente a las grandesmasas colombianas, sino a la totalidad del pueblo ha-ciendode la democracia una fecunda realidad en laRepblica!!