la testadura no. 23: cristian martín padilla

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La Testadura, una literatura de paso no. 23: "La noche en un suspiro" por Cristian Martín Padilla.

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Page 1: La Testadura no. 23: Cristian Martín Padilla
Page 2: La Testadura no. 23: Cristian Martín Padilla

Equipo editorial: Mo. Eduardo Ángeles, Erich Tang Lerma, Pedro M. Serrot, Lizeth Briseño y Jesús Reyes. Fotografía: Diana Enríquez Figueroa. Consejo Editorial: Manuel Bañuelos, Miguel Escamilla, Salvador Huerta, Pedro M. Serrot, Erich Tang, Mo. Eduardo Ángeles, Jesús Reyes.

Agradecimientos especiales a la Facultad de Lenguas y Letras de la Universidad Autónoma de Querétaro, a Tzolquín Montiel, a Diana Enríquez, a Mónica Montes, a Ojos de León y a David Mo-rales por los apoyos recibidos.

Contacto: [email protected] [email protected] México; Noviembre 2012.

Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. Cuida el planeta, no desperdicies papel.

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Cristian Martín Padilla Vega

(Querétaro, Qro. 1976)

Poeta, autor del libro La Emancipación del

aire (UAQ, 2009), docente universitario,

diversas publicaciones en México y Espa-

ña.

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La noche

en un suspiro

A Berenice Campos Campos, por tomar mi cuerpo

por asalto.

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CONTENIDO

La noche en un suspiro

Visión

La soledad amiga

Tu ausencia

No permitiremos

Tomo este cuerpo por asalto

Canto a la joven con mirada de estrella

Protagonista

Contemplación

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La Testadura 1

La noche en un suspiro

Es la noche tan cotidiana como el día,

es la luz de las estrellas y la luna

igual de quemante que la del sol,

ya no sé si tus besos están hechos

de desconsuelo o de abrigo.

Tu discreta entrega a mi voraz deseo

se pasea en los lindes de la luz tenue

La Testadura 2

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La Testadura 1 La Testadura 2

del amanecer y de la densa oscuridad

que cubre las noches de mi invierno,

cuando el fuego ha partido hacia la nada.

Ahora concibes a mis caricias, a tu

cintura paseándose en mis manos,

como clandestinos emigrantes, como

letras salidas del margen de la hoja,

como poemas sin ritmo ni rima.

Sin embargo, yo atesoro cada gesto,

cada voz surgida del eco del deseo,

las miradas perdidas en suspiros de sal,

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La Testadura 3

tu pecho contrastando con el mío, tus

manos sujetando a mi destino de arena.

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La Testadura 3

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La Testadura 5

Visión

Seré la voz de tu deseo, llamándome;

seré la luna que te espía desnuda, por las noches;

seré tus caderas de porcelana, ante mis ojos;

seré el río que moja tu cuerpo, al mediodía;

seré tus besos que se escurren, por todo mi cuerpo;

seré tus pechos, refugiados en mis manos;

seré la muerte de tu sol, al terminar el día;

seré la tierra, que reciba tu descanso.

La Testadura 6

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La Testadura 5 La Testadura 6

La soledad amiga

Mi soledad es una gran compañera,

leal amante y veladora de melancolías,

la llevo al parque para leerle a Auden,

camino con ella en calles vacías y

le enciendo un cigarro para conversar.

Algunos la malentienden y hasta me

aconsejan abandonarla, una furibunda

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La Testadura 7

mujer, quiso echarla con insultos, pero

la tomé en mis brazos y la defendí del

mundo, del diablo y hasta de Dios.

La Testadura 8

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La Testadura 7 La Testadura 8

Tu ausencia

Es esa boca sublime la

que me hace vibrar

confundiendo el mar con el cielo

y el cielo con el mar.

te entrego mi amor y fuerza

con cada mirada a lo profundo

de tu cuerpo, que se ilumina

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La Testadura 9

con los dientes del deseo.

he llegado al angustiante camino

de tu ausencia, de tu extravío;

soy acompañado en mi lecho

por la nada sin forma, sin cielo.

Con la locura de un árbol sediento

me aferro al recuerdo de tu vientre,

de tus caderas, de tu cuello atrapado

entre mis labios, que ahora sangran.

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La Testadura 9

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La Testadura 11

No permitiremos

No permitiremos que el olvido y la ausencia

se devoren tus manos, nuestras piernas,

no los dejaremos que nos quiten caderas,

falo, besos, ni las caricias que de tantas

penurias nos rescataron.

El viento no dejará de recordarnos

que, alegre nos cantaba al entregarnos;

La Testadura 12

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La Testadura 11 La Testadura 12

la noche estará pendiente de cobijarte,

con mis lágrimas y tus sollozos.

Esos son los aliados, pero la fuerza

con la que la garra del dolor acaricia

mis ojos deseosos de verte, me quiere

arrastrar hacia el extravío de la noche.

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La Testadura 13

Tomo este cuerpo por asalto

Tomo este cuerpo de mujer por asalto,

para cuidarlo y llenarlo de caricias tibias,

juro que no se secará por falta de besos,

ni se sentirá solo en madrugadas frías.

Tomo este cuerpo por asalto,

y me abrazo a su frágil cintura

igual que la luna abraza a la noche,

La Testadura 14

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La Testadura 13 La Testadura 14

y me paseo en ella maravillado.

Tomo este cuerpo por asalto,

lo asumo y me prometo amarlo,

mojarlo para que no se seque,

soñarlo para que no me olvide.

Tomo este cuerpo por asalto

y lo toco y lo doy por vivo,

para así, regalarle mi noche,

mi día y mi tarde.

Tomo este cuerpo por asalto,

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La Testadura 15

mientras lo beso y prometo

regalarle toda mirada de vida

y toda luna y estrella de luz.

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La Testadura 15

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La Testadura 17

Canto a la joven con mirada de estrella A Berenice Campos

Vienes acaparando la luz

de este día con tu mirada,

tu sola presencia advierte,

un ventarrón de ilusión acabada,

que se deshará como fresca brisa

en mi rostro de niñez elaborada.

La Testadura 18

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La Testadura 17 La Testadura 18

Mujer, eres una delicada

sombra del cielo en alborada

la perpetuidad de tu juventud,

en esa tibia piel está reflejada,

como un lago en completa quietud,

que a mis manos tiene de invitadas.

Recorro sin demora tus aguas,

es un paseo del todo clandestino,

que ennegrece y degrada las almas,

de los que escogen ese camino.

Sin embargo, a este corazón no le

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La Testadura 19

importa, convertirse en paria de

la lagrima trunca.

Si por estos amores seré perseguido

a través de la tundra de plata

con la luna de joya y de vino

habré de vender ésta, mi alma barata.

Mi cuerpo parece ahora vivir

de espejismos, y como nunca se ha

vuelto muy dócil

por la añoranza de verte crecer

en este sueño, que se enarbola

La Testadura 20

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La Testadura 19 La Testadura 20

y que no debiera volver.

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La Testadura 21

Protagonista

Eres la primera visión del mar,

en una mañana con neblina,

estás tan llena de arena que

te llamo Playa

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La Testadura 21

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La Testadura 23

Contemplación

La contemplación del poeta por el mundo,

es la misma que tienen dos amantes extasiados,

viendo una ventana con rosas en el jardín y

un cielo nublado, amenazando con estallar;

Así que no interrumpas mi visión del mundo

con un reclamo o recordándome que tome mi

[medicina.

La Testadura 24

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La Testadura 23 La Testadura 24

el ser y el tiempo de Heidegger en el suelo,

con media lata de cerveza, 2 gotas de sudor

y un vaso de whisky rebosante y gallardo.

Me mojo la cara como un boxeador, antes del tercer

[asalto

y te beso, sintiendo tus dientes mordiéndome un

[labio,

y te miro tranquila y yo ansioso, como una gota de

[rocío

a las 6 de la mañana de un verano tibio, pero rabioso.

Las manifestaciones del alma, son los deseos de un

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La Testadura 25

[Dios

que no existe, pero castiga implacable y radiante.

Me veo al espejo y me digo.

Muérete siendo Quijote y no Quijano.

Esta vez corrí de casa, saltando por la azotea,

gritaba y reía como un loco, como un poseído,

estaba cansado de ser un hombre resignado que

reía falsamente con luces complacientes.

Finalmente, todos los hombres exhalarán su última

bocanada, algunos con aire puro, otros con humo

bien o mal, nos recordarán por lo que hicimos y no

La Testadura 26

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La Testadura 25 La Testadura 26

por lo que dejamos de hacer o dejamos atrás.

Mandaste, Señor, a tu único hijo a reafirmar el mundo,

pero resulto ser un rebelde, por eso dejaste que lo

[crucificaran;

pareciera ser que fuiste muy duro, mas que sabía él,

sino que la primavera es dócil y el invierno atroz.

Esta última y primera parte de mi vida en la que

no sé qué pasará, esta tarde que es mía, no es

de mis padres, ni de mis hermanos, ni siquiera de

mis hijos, es sólo mía, como mis manos y mi falo.

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La Testadura 27

Por tanto, pretenderé que la vivo como quiero,

igual que cuando miro al cielo y creo mover a

las nubes con solo desearlo, como cuando lanzo

una moneda a la fuente pidiendo un deseo amorfo.

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La Testadura 27

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de mano en mano de pantalla en pantalla

¡¡¡Que la voz corra!!! La Testadura. Literatura de paso hecha para olvidarse en lugares públicos y/o salas de espera

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