la testadura no. 21: david aleph chavero

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La Testadura, una literatura de paso no. 21: David Aleph Chavero.

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Page 1: La Testadura no. 21: David Aleph Chavero
Page 2: La Testadura no. 21: David Aleph Chavero

Equipo editorial: Mo. Eduardo Ángeles, Erich Tang Lerma, Pedro M. Serrot, Lizeth Briseño, Jesús Reyes y Tzolquín Montiel. Ilustraciones y foto: El Pulpo Santo (portada y p. 3, 5, 11, 15 y 23). Obra plástica: Óscar Édgar López (p. 28 y 31).

Consejo Editorial: Manuel Bañuelos, Miguel Escamilla, Salvador Huerta, Pedro M. Serrot, Erich Tang, Mo. Eduardo Ángeles, Jesús Reyes y Tzolquín Montiel.

Agradecimientos especiales a la Facultad de Lenguas y Letras de la Univer-sidad Autónoma de Querétaro por todo el apoyo recibido.

Contacto: [email protected] [email protected] México; Octubre 2012.

Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. Cuida el planeta, no desperdicies papel.

Page 3: La Testadura no. 21: David Aleph Chavero

David “Aleph” Chavero

(Querétaro, 1985), estu-

diante de Filosofía, pintor y

escritor independiente; co-

laborador en los programas

de radio universidad 89.5

"La puertita" cuyo productor se llama Eduardo

Contreras "Lalok" y en "Humo en el agua" con

José Andrade.

Page 4: La Testadura no. 21: David Aleph Chavero

¡¡¡CADA VEZ SON MÁS LOS LUGARES

DONDE NOS PUEDES ENCONTRAR!!!

En La cafetería de la Fac. de

Filosofía (UAQ, ex prepa Centro)

“Qronos, café, música y arte”. Río

de la Loza #7-2 Centro.

”Café del fondo”. Pino Suárez no.9

Centro.

“HUB Cultural Neblinas”. Río de la

Loza no.1 Centro.

o solicítalas al correo:

[email protected]

Busca la versión digital en nuestro

blog: latestadura.blogspot.com

Page 5: La Testadura no. 21: David Aleph Chavero

EDITORIAL

La inscripción del desconcierto

La escritura revela por sí misma la connotación del

cuerpo.

La contrariedad, que representa para nosotros, en

tanto vivencia, los deseos que lo animan, y la repre-

sentación que hacemos del objeto abandonado y pri-

vado, lo que se querría tener y no se tiene. Esta caren-

cia, y por tanto el dolor que ello implica, la compensa-

ción que genera el llamado que encierra la voz (en

tanto búsqueda poética), que al no tener nombra,

Page 6: La Testadura no. 21: David Aleph Chavero

invoca, proclama, al objeto en vida, que se trasmuta

en palabra, del seguimiento de nuestros propios

pasos, la conciencia de la experiencia frustrada y

desencantada, del “logro de la cultura”, y el delirio,

y los medios de conseguir, por medio de éste, la

disolución del mundo que nos habita.

El ahondamiento de la causa como condición exis-

tente.

Pe. Mo. Serrot

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Page 8: La Testadura no. 21: David Aleph Chavero

La Testadura 1

I Existen palabras que no deben mencionarse,

sentidos que rompen con la normalidad de este día cualquiera, gris, tenue,

hasta el final de los rieles.

Desperté ebrio, otra vez, desayuné olvido y proferí diatribas

a la luna imbécil que proveo brandy y tequila durante toda la noche.

Cervecería

“El Tenampa”

Invierno 66-A

Col. Lindavista

(El Tepe)

Cerveza

$20 pesos

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La Testadura 1

I Existen palabras que no deben mencionarse,

sentidos que rompen con la normalidad de este día cualquiera, gris, tenue,

hasta el final de los rieles.

Desperté ebrio, otra vez, desayuné olvido y proferí diatribas

a la luna imbécil que proveo brandy y tequila durante toda la noche.

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La Testadura 2

Había quienes jugaban a ser, poetas, filósofos, enfermos, idiotas; parecían extasiados por el elixir que las estrellas derraman cuando ovulan. Tener un sueño que realizar es inútil, mantener bajo la lengua un cartoncillo humedecido con LSD hace vibrar esta vida volviéndola mejor que ayer.

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La Testadura 2

Había quienes jugaban a ser, poetas, filósofos, enfermos, idiotas; parecían extasiados por el elixir que las estrellas derraman cuando ovulan. Tener un sueño que realizar es inútil, mantener bajo la lengua un cartoncillo humedecido con LSD hace vibrar esta vida volviéndola mejor que ayer.

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La Testadura 4

II Esta mañana me levanté mascullando pregun-

tas referentes a la vida, miré por la ventana y el cielo encapotado sonrío para mí. Una hormiga musitó un nombre, mi corazón lo guardó pero mi mente lo ignoró por estar inmersa en una vorági-ne de incertidumbre. Nada, en absoluto, tenía sentido en ese instante, en el que arrastré mis pies por la habitación para recoger del suelo frío, las reminiscencias de una idea envuelta con papel arroz.

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La Testadura 4

II Esta mañana me levanté mascullando pregun-

tas referentes a la vida, miré por la ventana y el cielo encapotado sonrío para mí. Una hormiga musitó un nombre, mi corazón lo guardó pero mi mente lo ignoró por estar inmersa en una vorági-ne de incertidumbre. Nada, en absoluto, tenía sentido en ese instante, en el que arrastré mis pies por la habitación para recoger del suelo frío, las reminiscencias de una idea envuelta con papel arroz.

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La Testadura 6

Sin pensar en lo que hacía, encendí un cerillo y lo deslice con vulgar delicadeza hacia el cigarro inconcluso que yacía en mis labios; pensaba, no podía evitarlo, revisaba mis recuerdos, verificaba mis deducciones y mis creencias, quería encontrar el motivo de mi desencanto. Era entonces ese mi destino, el sentido de mi vida es tan sólo una ilu-sión.

¿Qué es real? ¿Cuántas noches más deben pasar para entender mi obstinada pretensión por querer saberlo todo? Pero, no quiero saberlo to-do, tan sólo intento entender para qué vivir.

La Testadura 7

III Los veo sonreír y me invade la tristeza,

¿Cómo? ¿Cómo pueden ignorar la realidad? Caminan atrapados en sus ilusiones

y no lo saben, ríen y son dichosos ¿Por qué? ¿Qué les insufla esperanza?

La humanidad que arrastran con sus sombras es algo en lo que no reparan observar,

viven con alguna especie de anhelo en el corazón ¿Es tranquilidad, amor, fe?

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La Testadura 6 La Testadura 7

III Los veo sonreír y me invade la tristeza,

¿Cómo? ¿Cómo pueden ignorar la realidad? Caminan atrapados en sus ilusiones

y no lo saben, ríen y son dichosos ¿Por qué? ¿Qué les insufla esperanza?

La humanidad que arrastran con sus sombras es algo en lo que no reparan observar,

viven con alguna especie de anhelo en el corazón ¿Es tranquilidad, amor, fe?

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La Testadura 8

Y por qué ¿Por qué si también soy humano me es imposible reír, me está prohibido cantar?

La Testadura 9

IV Quizás no lo consideraste,

pasaste por alto mi demencia, te fue muy fácil herirme

pero, para mí, fue más sencillo olvidarte. Te veo besando tu fracaso,

arañando cada instante, sucumbiendo a tus caprichos

y, a pesar de todo, te sigo buscando. Sueño con tu vientre, con tus labios,

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La Testadura 8 La Testadura 9

IV Quizás no lo consideraste,

pasaste por alto mi demencia, te fue muy fácil herirme

pero, para mí, fue más sencillo olvidarte. Te veo besando tu fracaso,

arañando cada instante, sucumbiendo a tus caprichos

y, a pesar de todo, te sigo buscando. Sueño con tu vientre, con tus labios,

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La Testadura 10

despierto exasperado al mirar la realidad, esa extraña urdimbre de momentos en la que tú no estás, pero importa poco. Tengo en mis manos tus cartas llenas de palabras falsas y tibias, mi memoria adolece y pretende hacer, de este encuentro con la muerte, un parpadeo eterno.

La Testadura 11

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La Testadura 10

despierto exasperado al mirar la realidad, esa extraña urdimbre de momentos en la que tú no estás, pero importa poco. Tengo en mis manos tus cartas llenas de palabras falsas y tibias, mi memoria adolece y pretende hacer, de este encuentro con la muerte, un parpadeo eterno.

La Testadura 11

V En el autobús las metáforas duermen,

rumbo a un final inexistente mi destino proyecta

sus más profundos anhelos, como si fuera eterno cada día.

Es necesario llegar a la autopista, arrancar los pensamientos de la

mente, abandonarlos en cada letra que pasa.

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La Testadura 12

VI Eterna brisa verde, trino de los árboles, sueños derritiéndose, imperturbable suspiro en la espera; planeo el siguiente movimiento, el cerebro no funciona bien, el mundo parece un poco menos lánguido, a pesar de estar aquí, sentado, hablando de los sueños; hace mucho tiempo que me fui.

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La Testadura 12

VI Eterna brisa verde, trino de los árboles, sueños derritiéndose, imperturbable suspiro en la espera; planeo el siguiente movimiento, el cerebro no funciona bien, el mundo parece un poco menos lánguido, a pesar de estar aquí, sentado, hablando de los sueños; hace mucho tiempo que me fui.

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La Testadura 14

VII Una tarde más que pasa inadvertida, la realidad es una sierra eléctrica cercena mis sueños como si fueran tenues

[margaritas, aún así palpita en los nervios ese anhelo mórbido por la violencia, siento mis ojos felinos, mi olfato canino, mi oído ultrasónico y la lengua de reptil; esta manía recurrente me trae muchos

[problemas, después de la bacanal y la orgía

quedo sordo, ciego, afásico, no controlo aquellos sueños

que algún día en la vida me hicieron sentir a salvo;

debo entrar, se avecina una tormenta.

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La Testadura 14

VII Una tarde más que pasa inadvertida, la realidad es una sierra eléctrica cercena mis sueños como si fueran tenues

[margaritas, aún así palpita en los nervios ese anhelo mórbido por la violencia, siento mis ojos felinos, mi olfato canino, mi oído ultrasónico y la lengua de reptil; esta manía recurrente me trae muchos

[problemas, después de la bacanal y la orgía

quedo sordo, ciego, afásico, no controlo aquellos sueños

que algún día en la vida me hicieron sentir a salvo;

debo entrar, se avecina una tormenta.

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La Testadura 17

VIII Copulas con la noche,

mientras tanto en esta cantina busco la fórmula para destruir la estrofa;

próximo camino: el baño de maricas, al final una clase de imbecilidad

y al amanecer golpearé la real ausencia de cada emoción que suda el cuerpo

al verte mover las nalgas, ingenua; por ahora ordenaré otra cerveza,

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La Testadura 17

VIII Copulas con la noche,

mientras tanto en esta cantina busco la fórmula para destruir la estrofa;

próximo camino: el baño de maricas, al final una clase de imbecilidad

y al amanecer golpearé la real ausencia de cada emoción que suda el cuerpo

al verte mover las nalgas, ingenua; por ahora ordenaré otra cerveza,

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La Testadura 18

la muerte ronda este yermo no temo las consecuencias, para ser honesto, hermosa puta; no tengo nada que perder, puedo dormir tranquilo después de fornicar con tu cadáver.

La Testadura 19

IX Como siempre, termino en una cantina,

sumido indescriptible en la agonía, pareciera mi cerebro un enjambre,

sin embargo, tengo suficiente cordura y sensatez como para escribir esto. Las palabras no son un problema,

ningún símbolo explica la realidad, la existencia es un extraño malestar, despierta en mí el dolor de la carne.

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La Testadura 18

la muerte ronda este yermo no temo las consecuencias, para ser honesto, hermosa puta; no tengo nada que perder, puedo dormir tranquilo después de fornicar con tu cadáver.

La Testadura 19

IX Como siempre, termino en una cantina,

sumido indescriptible en la agonía, pareciera mi cerebro un enjambre,

sin embargo, tengo suficiente cordura y sensatez como para escribir esto. Las palabras no son un problema,

ningún símbolo explica la realidad, la existencia es un extraño malestar, despierta en mí el dolor de la carne.

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La Testadura 20

Sería más fácil sucumbir, arruinar mi vida de una vez por todas, identificar el motivo de mi asco; todo por el amor.

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La Testadura 20

Sería más fácil sucumbir, arruinar mi vida de una vez por todas, identificar el motivo de mi asco; todo por el amor.

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La Testadura 22

X Para componer un poema basta con saber escribir, para dejarse llevar por la poesía es necesario estar loco: No dormir, escuchar la oscuridad, no comer, sólo beber y libar, no amar, destruir convencionalismos, no rezar, fornicar lo más posible. ¡Quién dijo que la poesía

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La Testadura 22

X Para componer un poema basta con saber escribir, para dejarse llevar por la poesía es necesario estar loco: No dormir, escuchar la oscuridad, no comer, sólo beber y libar, no amar, destruir convencionalismos, no rezar, fornicar lo más posible. ¡Quién dijo que la poesía

es mundana palabrería, está sordo! El silencio es la madre del caos,

los senderos de la literatura son sinuosos no conducen a ningún lugar

¿Qué fue de los poetas y aedas? ¿Cuándo se volvió muy fácil blasfemar?

Esta mañana el sol irrumpió en mis sueños, Golpeó mis mejillas con dulces besos,

la brisa me empujó de mi lecho, la vida es una espiral de espirales. Hay algo entre los poros de la luz,

invisible para los necios, que ningún símbolo interpreta,

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La Testadura 24

no existe palabra para nombrarlo; tiembla en suspenso oculto en la inmensidad. Para componer un poema basta con saber escribir, para dejarse llevar por la poesía es necesario estar loco: no traerá más placer que un orgasmo, nunca será suficiente, la poesía es insaciable, no traerá riquezas ni amores, es contemplación entre la vida y la muerte.

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La Testadura 24

no existe palabra para nombrarlo; tiembla en suspenso oculto en la inmensidad. Para componer un poema basta con saber escribir, para dejarse llevar por la poesía es necesario estar loco: no traerá más placer que un orgasmo, nunca será suficiente, la poesía es insaciable, no traerá riquezas ni amores, es contemplación entre la vida y la muerte.

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La Testadura 26

I Vuelo en el espacio, allanando la poesía con la

pretensión fatua de asumir que existo, interpre-tando los momentos de la vida como entes perdi-dos entre la bruma del tiempo; el cuerpo es ligero ante la inmensidad del brillo solar, en cuarto menguante el alma se arrodilla frente al cosmos inhóspito, placentero. Vibración en las hojas de los ojos de los árboles que musitan odas peligrosas al oído del vacío. No digo que es triste, la incompren-

La Testadura 27

sión es normal y lo normal es raro, en este mundo que no comprendo, cuanta locura existe entre los océanos que nos distancian; entre las olas que gol-pean el muro del subconsciente. Las horas siguen su curso, temo que la muerte regrese cuando el infierno abra las puertas a los rechazados, a los desheredados, a los necios, a los imbéciles, a las rameras; nunca volveré a ver el cielo como antes, ahora simplemente es un abismo.

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La Testadura 26

I Vuelo en el espacio, allanando la poesía con la

pretensión fatua de asumir que existo, interpre-tando los momentos de la vida como entes perdi-dos entre la bruma del tiempo; el cuerpo es ligero ante la inmensidad del brillo solar, en cuarto menguante el alma se arrodilla frente al cosmos inhóspito, placentero. Vibración en las hojas de los ojos de los árboles que musitan odas peligrosas al oído del vacío. No digo que es triste, la incompren-

La Testadura 27

sión es normal y lo normal es raro, en este mundo que no comprendo, cuanta locura existe entre los océanos que nos distancian; entre las olas que gol-pean el muro del subconsciente. Las horas siguen su curso, temo que la muerte regrese cuando el infierno abra las puertas a los rechazados, a los desheredados, a los necios, a los imbéciles, a las rameras; nunca volveré a ver el cielo como antes, ahora simplemente es un abismo.

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La Testadura 29

II Para desayunar: ¡Desayuno continental!

Un cigarro y un buen trago de Ballantine´s; permíteme persuadirte de que dios no existe

perdón si ya lo sabias… sabes a que me refiero.

Es hermoso despertar ebrio, con los nervios de punta, ateridos;

intentando comprender por qué sigo aquí como si fuera tan importante estar vivo.

Óscar Édgar López

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La Testadura 29

II Para desayunar: ¡Desayuno continental!

Un cigarro y un buen trago de Ballantine´s; permíteme persuadirte de que dios no existe

perdón si ya lo sabias… sabes a que me refiero.

Es hermoso despertar ebrio, con los nervios de punta, ateridos;

intentando comprender por qué sigo aquí como si fuera tan importante estar vivo.

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La Testadura 30

Enciendo un recuerdo y quisiera que tan sólo por un instante todo se detuviera, para respirar, creo que así se resume la vida: en un suspiro, eterno.

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La Testadura 30

Enciendo un recuerdo y quisiera que tan sólo por un instante todo se detuviera, para respirar, creo que así se resume la vida: en un suspiro, eterno.

Óscar Édgar López

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La Testadura 32

III Ideas nocivas carcomen mis pensamientos, abandonado en este erial azorado por la muerte que me llama desde el horizonte buscando ven-ganza ¿Qué le debo a la muerte? ¿Por qué mi alma? Huir no es suficiente en el murmullo de las cloa-cas, el rugido suspirado por los embates del tiempo, con él, el amor deambula mendigando corazones

La Testadura 33

a los cuales ofrece locura insaciable para degustar la vida más dulce y exquisita;

pero olvidan los atónitos enamorados que la belleza los ronda seduciéndolos,

los observa fraguando proyectos perversos que involucran látigos y clavos en tablas rígidas;

ya no es lo mismo, siento nostalgia al recordar como la vida se diluía lento, parsimoniosa,

ahora me tengo aquí solo, feliz por estar seco, mirando el cielo claro mientras el sol

abrasa mi cuerpo con tenues rayos flamígeros, tendido sobre el suelo árido, ahíto de espinas

yace mi cadáver pútrido emanando miasma;

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La Testadura 32

III Ideas nocivas carcomen mis pensamientos, abandonado en este erial azorado por la muerte que me llama desde el horizonte buscando ven-ganza ¿Qué le debo a la muerte? ¿Por qué mi alma? Huir no es suficiente en el murmullo de las cloa-cas, el rugido suspirado por los embates del tiempo, con él, el amor deambula mendigando corazones

La Testadura 33

a los cuales ofrece locura insaciable para degustar la vida más dulce y exquisita;

pero olvidan los atónitos enamorados que la belleza los ronda seduciéndolos,

los observa fraguando proyectos perversos que involucran látigos y clavos en tablas rígidas;

ya no es lo mismo, siento nostalgia al recordar como la vida se diluía lento, parsimoniosa,

ahora me tengo aquí solo, feliz por estar seco, mirando el cielo claro mientras el sol

abrasa mi cuerpo con tenues rayos flamígeros, tendido sobre el suelo árido, ahíto de espinas

yace mi cadáver pútrido emanando miasma;

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La Testadura 34

percibo la vida del imbécil desde un asteroide fluyendo rumbo a la incertidumbre, atado a mis pies y manos mirando el amor despedazando almas incautas e ingenuas; gritar no es suficiente para mi alma.

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La Testadura 34

percibo la vida del imbécil desde un asteroide fluyendo rumbo a la incertidumbre, atado a mis pies y manos mirando el amor despedazando almas incautas e ingenuas; gritar no es suficiente para mi alma.

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