josé maría mira,prologo al manual de derecho municipal de biglieri

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Prologo Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impide decirme lo que debo hacerDecidí comenzar con esta frase de Alfonso V el Magnánimo (1394-1458) Rey de Aragón porque trata al libro como un consejero sin temor ni esperanza, que dice, lo que tiene para decir. Porque lo separa de las influencias del medio (acontecimientos propios del tiempo, lugar, espacio; del hombre y sus temores o ambiciones) para ubicarlo en un lugar privilegiado del conocimiento, al que siempre se puede acudir. Cuando el Dr. Alberto Biglieri me honró con la propuesta de escribir el prólogo de su libro, comencé a leer con entusiasmo sus ensayos imaginando que su obra significaría un importante aporte al derecho público, especialmente en lo referido al derecho municipal. La forma en que trata la cuestión municipal en la Argentina paseando comparativamente por las estructuras municipales de las provincias, hace reflexionar sobre los paradigmas actuales en nuestro país, por ejemplo, al momento de elegir autoridades públicas. El estudio de los nuevos principios ordenadores del municipio y su autonomía electoral, se realiza desde un rol técnico de custodio estricto del cumplimiento de la ley -alejado de las influencias de “moda” de algunos sectores de la sociedad- que culmina con propuestas a veces antipáticas a las siempre cambiantes corrientes populares. El estudio de la evolución de las autonomías municipales en las provincias y su correlato con la actualidad en la provincia de Bs. As., culmina luego de una estructurada comparación y razonada crítica con una importante denuncia, que el autor destaca –a mi juicio- como advertencia para los tiempos actuales y futuros. Desde el original abordaje del derecho público realizado del estudio de la literatura clásica española hasta la situación del Estado provincial y el Estado municipal en juicio, hacen de este libro de agradable lectura, una pieza de ensayos imperdible para aquellos que nos interesamos en la cosa pública municipal. A lo largo de sus páginas se observa sencillez y claridad en el abordaje de las problemáticas; entusiasmo por el estudio de la materia; conocimiento del derecho comparado; crítica mordaz pero fundada en derecho de cuestiones actuales; compromiso por saberse eslabón de una cadena que comparte la suerte de las demás partes que la integran, y que en definitiva es lo que cada eslabón quiere que fuere; y propuesta, quizá lo más difícil de encontrar en

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“Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impide decirme lo que debo hacer”

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Page 1: José María Mira,Prologo al Manual de Derecho Municipal de Biglieri

Prologo

“Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni

la esperanza les impide decirme lo que debo hacer”

Decidí comenzar con esta frase de Alfonso V el Magnánimo (1394-1458) Rey

de Aragón porque trata al libro como un consejero sin temor ni esperanza, que dice, lo

que tiene para decir. Porque lo separa de las influencias del medio (acontecimientos

propios del tiempo, lugar, espacio; del hombre y sus temores o ambiciones) para

ubicarlo en un lugar privilegiado del conocimiento, al que siempre se puede acudir.

Cuando el Dr. Alberto Biglieri me honró con la propuesta de escribir el prólogo

de su libro, comencé a leer con entusiasmo sus ensayos imaginando que su obra

significaría un importante aporte al derecho público, especialmente en lo referido al

derecho municipal.

La forma en que trata la cuestión municipal en la Argentina paseando

comparativamente por las estructuras municipales de las provincias, hace reflexionar

sobre los paradigmas actuales en nuestro país, por ejemplo, al momento de elegir

autoridades públicas. El estudio de los nuevos principios ordenadores del municipio y

su autonomía electoral, se realiza desde un rol técnico de custodio estricto del

cumplimiento de la ley -alejado de las influencias de “moda” de algunos sectores de la

sociedad- que culmina con propuestas a veces antipáticas a las siempre cambiantes

corrientes populares.

El estudio de la evolución de las autonomías municipales en las provincias y su

correlato con la actualidad en la provincia de Bs. As., culmina luego de una estructurada

comparación y razonada crítica con una importante denuncia, que el autor destaca –a mi

juicio- como advertencia para los tiempos actuales y futuros.

Desde el original abordaje del derecho público realizado del estudio de la

literatura clásica española hasta la situación del Estado provincial y el Estado municipal

en juicio, hacen de este libro de agradable lectura, una pieza de ensayos imperdible para

aquellos que nos interesamos en la cosa pública municipal. A lo largo de sus páginas se

observa sencillez y claridad en el abordaje de las problemáticas; entusiasmo por el

estudio de la materia; conocimiento del derecho comparado; crítica mordaz pero

fundada en derecho de cuestiones actuales; compromiso por saberse eslabón de una

cadena que comparte la suerte de las demás partes que la integran, y que en definitiva es

lo que cada eslabón quiere que fuere; y propuesta, quizá lo más difícil de encontrar en

Page 2: José María Mira,Prologo al Manual de Derecho Municipal de Biglieri

otras obras ya que la propuesta también significa responsabilidad. En fin, se observa la

vocación y el compromiso del autor con la cuestión municipal, vocación que contagia y

que por ello comparto desde lo técnico científico y desde las posibles soluciones

políticas que enuncia. Se trata de una obra esclarecedora que toca un tema común pero

poco abordado por los cientistas del derecho que parecen subestimar la institución

municipal, en tanto como la base sobre la que se asienta la arquitectura democrática.

Siendo parte de su Cátedra en la Facultad de Derecho de la UNLZ, leer su libro me ha

hecho reflexionar y volver sobre los conocimientos adquiridos previamente para

cuestionarlos, y en más de una ocasión concluir diciendo “pienso exactamente lo

mismo”. Y esto pasa por fundadas y lógicas razones: porque es un buen libro y un buen

libro sugiere, porque un buen libro genera inquietudes, porque un buen libro

convence, y porque como dijera Alfonso V ni el temor ni la esperanza le ha impedido

decir lo que ha tenido que decir.

Por todo ello, quiero terminar este prólogo de la forma en que lo comencé, con

una frase, pero esta vez que exprese lo sencillo, productivo y contundente de la obra, de

modo que su desarrollo nos lleva a compartir sus mismas conclusiones: “Los mejores

libros son aquellos que quienes lo leen, creen que también ellos pueden haberlo

escrito” Blaise Pascal.

José María Mira