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Mauricio Molina Delgado El estudio de la conciencia y la muerte de la filosofía Abstract: In this paper the scope of the new neuroimaging techniques is analyzed in relation with the study of consciousness. Specifi- cally, Francis Crick's assert assuming that new advances in neuroscientific research have made irrelevant the philosophical concerns about the issue. We discuss consequences of new neurosci- entific developments about different approaches in philosophy of mind. Wefinally conclude that even thought neuroimaging techniques have been afundamental advance in the study of con- sciousness, actually they are generating more questions that are also under the scope of philo- sophical discussion. Key words: Consciousness. Neuroimaging. Neurosciences. Philosophy of mind. Resumen: En el artículo se analiza el alcance de las recientes técnicas de neuroima- gen en relación con el estudio de la conciencia. Específicamente se considera la afirmación de Francis Crick en el sentido de que dichos avances en la investigación neurocientífica han convertido en irrelevantes los aportes de la filosofía respecto del tema de la conscien- cia. Se discuten las consecuencias de los nue- vos desarrollos neurocientíficos sobre diversas posiciones enfilosofía de la mente. Finalmente se concluye que si bien las técnicas de neuro- imagen constituyen una ayuda importante en el estudio de la consciencia más bien generan nuevas discusiones que siguen estando dentro del ámbito de la filosofía. Palabras clave: Consciencia. Neuroima- gen. Neurociencias. Filosofía de la mente. El impacto de las técnicas recientes de neuroimagen y otros avances en los estudios neurocientíficos han provocado que algunos científicos interpreten que el estudio de la con- ciencia ha dejado de ser un problema de orden filosófico para convertirse en un problema cientí- fico. Así, Francis Crick sostiene que hoy en día el problema es tratable desde una perspectiva materialista (Crack & Kosh, 1992) y que al fin nos hemos librado de "soportar el tedio provo- cado por los filósofos que perpetuamente están en desacuerdo" (Crick 1996,486). He denominado a esta posición como la tesís de la muerte de la filosofía, por cuanto llevada a sus últimas consecuencias implicaría un proceso de decadencia y extinción de la filosofía. Tomada de forma menos radical, dicha tesis significaría al menos que la filosofía habría perdido uno de sus principales feudos, como sería el estudio de la conciencia. Dos supuestos básicos subyacen a la tesis de la muerte de la filosofía: 1) las her- ramientas actuales de investigación neurocientí- fica son suficientes para dirimir los desacuerdos teóricos, 2) cualquier discusión de carácter no científico resulta superflua respecto del estudio de la conciencia. En el resto del artículo se pon- drán en cuestión estos supuestos, mediante la valoración del papel de las nuevas herramientas neurocientíficas en el estudio de la conciencia. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLVII (120-121), 155-161, Enero-Agosto 2009 / ISSN: 0034-8252

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Mauricio Molina Delgado

El estudio de la conciencia y la muertede la filosofía

Abstract: In this paper the scope of thenew neuroimaging techniques is analyzed inrelation with the study of consciousness. Specifi-cally, Francis Crick's assert assuming that newadvances in neuroscientific research have madeirrelevant the philosophical concerns about theissue. We discuss consequences of new neurosci-entific developments about different approachesin philosophy of mind. Wefinally conclude thateven thought neuroimaging techniques havebeen afundamental advance in the study of con-sciousness, actually they are generating morequestions that are also under the scope of philo-sophical discussion.

Key words: Consciousness. Neuroimaging.Neurosciences. Philosophy of mind.

Resumen: En el artículo se analiza elalcance de las recientes técnicas de neuroima-gen en relación con el estudio de la conciencia.Específicamente se considera la afirmaciónde Francis Crick en el sentido de que dichosavances en la investigación neurocientíficahan convertido en irrelevantes los aportes dela filosofía respecto del tema de la conscien-cia. Se discuten las consecuencias de los nue-vos desarrollos neurocientíficos sobre diversasposiciones en filosofía de la mente. Finalmentese concluye que si bien las técnicas de neuro-imagen constituyen una ayuda importante enel estudio de la consciencia más bien generannuevas discusiones que siguen estando dentrodel ámbito de la filosofía.

Palabras clave: Consciencia. Neuroima-gen. Neurociencias. Filosofía de la mente.

El impacto de las técnicas recientes deneuroimagen y otros avances en los estudiosneurocientíficos han provocado que algunoscientíficos interpreten que el estudio de la con-ciencia ha dejado de ser un problema de ordenfilosófico para convertirse en un problema cientí-fico. Así, Francis Crick sostiene que hoy en díael problema es tratable desde una perspectivamaterialista (Crack & Kosh, 1992) y que al finnos hemos librado de "soportar el tedio provo-cado por los filósofos que perpetuamente estánen desacuerdo" (Crick 1996,486).

He denominado a esta posición como la tesísde la muerte de la filosofía, por cuanto llevada asus últimas consecuencias implicaría un procesode decadencia y extinción de la filosofía. Tomadade forma menos radical, dicha tesis significaríaal menos que la filosofía habría perdido uno desus principales feudos, como sería el estudio dela conciencia. Dos supuestos básicos subyacena la tesis de la muerte de la filosofía: 1) las her-ramientas actuales de investigación neurocientí-fica son suficientes para dirimir los desacuerdosteóricos, 2) cualquier discusión de carácter nocientífico resulta superflua respecto del estudiode la conciencia. En el resto del artículo se pon-drán en cuestión estos supuestos, mediante lavaloración del papel de las nuevas herramientasneurocientíficas en el estudio de la conciencia.

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Específicamente se considerarán las posibili-dades de estas técnicas para encontrar patronescausales y el papel del contexto en las tareasempleadas en la investigación.

Los límites del estudio de laconsciencia en el escenario cartesiano

En la película Until the end of the World.Wim Wenders muestra a un científico que logradesarrollar una máquina capaz de registrar lasimágenes de los sueños. En ausencia de tal arte-facto o de alguno similar que recogiera de algúnmodo las experiencias internas, uno de los proble-mas centrales de la investigación psicológica hasido la imposibilidad de acceder a ellas.

El objeto de estudio de la psicología muestraentonces un carácter peculiar que parece arras-trarlo fuera del dominio de otras ciencias (socia-les o naturales), las cuales dirigen su atención afenómenos que de algún modo son susceptiblesde ser observados por cada investigador intere-sado en el tema. Esta situación se traduce en unaescisión, planteada principalmente desde Descar-tes (1637/1993), entre un mundo externo y otrointerno, ambos con propiedades y leyes distintas.El mundo de lo material y mensurable contrastacon el de lo mental, objeto de la disciplina queaquí interesa. De aquí surge precisamente unade las primeras soluciones a la pregunta sobre larelación entre cuerpo y mente, denominada dua-lismo fuerte o cartesiano, la cual sencillamenteafirma que mente y cerebro corresponden a mun-dos distintos. El dualismo cartesiano se encuentrade algún modo afincado en las nociones de lapsicología popular: es el caso aquel personaje deLa insoportable levedad del ser cuyo estómagosuena al encontrarse con la persona amada. Kun-dera interpreta que este episodio hace patente quecuerpo y mente suelen seguir direcciones distin-tas. El dualismo es igualmente la base de muchascreencias religiosas como las de la subsistenciadel alma fuera del cuerpo.

La versión fuerte del dualismo, sin embar-go sufre de deficiencias claras, por ejemplo laexistencia de interacciones causales entre ambos

universos (la cual obliga a Descartes a buscar unpunto de comunicación en la glándula pineal).

Por otra parte, la evidencia encontrada nosolo por los estudios más recientes, sino inclusola proveniente de datos como aquellos recogidosen pacientes con lesiones cerebrales, comprometefuertemente a posiciones como las del dualis-mo cartesiano. Las correlaciones encontradasmuestran asimetrías y tendencias claras queasocian partes del cerebro con estados y tareasespecíficas. De todos modos, la evidencia quenecesitaríamos para apoyar al dualismo seríaencontrarnos con una entidad espiritual desencar-nada, un fantasma, o quizás un larvae dentro de lacomplicada interpretación de Paracelso.

El dualismo nos deja también sin una posibi-lidad para dar cuenta del conocimiento psicológi-co que podemos poseer de otros sujetos (Botterill& Carruthers, 1999), aspecto que precisamenteha tomado relevancia en los últimos años en losllamados estudios de Teoría de la Mente (ver Qui-rós, 2006). Finalmente, el dualismo se enfrenta alavance de investigaciones recientes en diversasáreas, por ejemplo el estudio de las emociones(Damasio, 1994; ver sin embargo interpretaciónde Greenspan, 2003).

El límite entre las dos substancias (extensay pensante) pronto será puesto en duda, de modoque se buscan caminos indirectos para medirfenómenos mentales: la cronometría, la psicofísi-ea de Fechner (1869/1916) y también la frenolo-gía. Ya en el siglo XX una de las propuestas másinfluyentes será la del conductismo lógico (queno debe confundirse con el conductismo meto-dológico) el cual interpreta que al hablar de lomental lo que hacemos es hablar de causas inter-nas que luego postulamos como si fueran de unanaturaleza distinta, y fantasmagórica. Según Ryle(1949/1991) los supuestos estados mentales (creen-cias, deseos, etc.) serían simples predisposicioneso propiedades, semejantes a la propiedad de la salde ser soluble en agua. La propuesta sin embargono está exenta de problemas, principalmente elhecho de estar dirigida a estados disposicionalesy no episódicos. Por ejemplo, no contempla cam-bios emocionales, eventos en memoria, etc., loscuales difícilmente pueden ser explicados dentrodel marco de las disposiciones.

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EL ESTUDIO DE LA CONCIENCIA Y LA MUERTE DE LA FILOSOFÍA

Otra posible solución es la de postular unaidentidad entre los estados mentales y los estadoscerebrales. En su versión más fuerte cada estadomental equivaldría a un único estado cerebral.Esta propuesta sin embargo fue criticada por loimplausible de identificar estados que se mani-fiestan en entidades distintas (como el dolor) conun mismo patrón de activación neuronal. Así,parece factible hablar de dolor en un gato o unser humano, pero no esperar que sus patronescerebrales sean idénticos. Incluso parece posibleque 2 personas sufran dolor pero que este seainstanciado de forma distinta.

Finalmente, otra solución propuesta fue ladel funcionalismo. Según esta, existen catego-rías de estados cerebrales que se forman a partirde su funcionalidad y no de su base material.Así, muchos estados cerebrales pueden formar .la categoría del dolor del mismo modo que lascategorías mueble, herramienta, vehículo o ala sedefinen por la funcionalidad y no por su imple-mentación material. Incluso podrían pensarsedentro de bases materiales totalmente distintas(un extraterrestre, una computadora, p.e.) de modoanálogo a como una alas pueden ser de papel, deplumas, de metal o de madera. Esta última posi-ción tuvo efecto en el desarrollo de programasde investigación como el de la lA. Asimismo,podríamos decir que gran parte de los desarro-llos de la psicología reciente coinciden en cuantoa su ontología con la propuesta funcionalista encuanto al tipo de entidades que se consideranrelevantes para una explicación psicológica (es elcaso ejemplo los modelos recientes de memoria,ver por ejemplo Baddeley, 1998). Sin embargo,la posición funcionalista adolece también de unaserie de problemas. De forma resumida, podría-mos decir que al igual que otras tesis como la dela identidad, es incapaz de dar cuenta de aspectosimportantes de la vida mental, específicamenteaquellos que tienen que ver con la experienciafenoménica, con el qué se siente o con lo que sedenominan los qualia. Así, parece que la idea dedolor no puede reducirse a la de un estado de aler-ta (lo cual podría ciertamente implementarse enuna computadora) sin considerar el qué se sientecuando me golpeo un dedo o me molesta unamuela. Argumentos como el de qué se siente serun murciélago (Nagel, 1991) y algunas variantes

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han sido expuestos contra el funcionalismo lomismo que contra la teoría de identidad.

Hasta aquí se han esbozado algunas de lasexplicaciones que se plantearon desde la filosofíade la mente del siglo XX. Ciertamente, dichasteorías se presentaron desde una posición esen-cialmente especulativa dada la falta de un apoyoempírico sólido, por lo que fueron en buenamedida promesas a futuro que carecían de laposibilidad de ser probadas. Todas ellas surgen enmomentos en que el estado de las investigacionesen neurociencias carecía del instrumental que hasido desarrollado en los últimos años, especial-mente con los estudios de neuroimagen. Técnicascomo la fMRI vienen a dar una nueva luz a laspreguntas que por siglos se han planteado sobrela relación mente cerebro.

De hecho, parece claro que la evidencia neu-rocientífica no solo ha dejado en desventaja al dua-lismo cartesiano. También las otras posturas quepretendían superado quedan sumamente compro-metidas a partir de la evidencia de neuroimagen. Eseste el caso de las propuestas materialistas de corteperiférico. Una vez que asumimos los hallazgos delos estudios de neuroimagen parece innecesarioatenemos únicamente a la conducta externa. Dehecho se pueden estudiar fenómenos episódicosdesde la perspectiva de su correlato cerebral.

Tampoco el funcionalismo parece bien libra-do a partir de los últimos estudios neurocien-tíficos. Los estados mentales parecen ser másdependientes de la base material de lo que estapostura sugiere y el fracaso en el desarrollo desistemas inteligentes artificiales parece ser unadebilidad de la propuesta funcionalista. Comomuestra Libet (2004), es además factible acercar-se desde una perspectiva experimental neurocien-tífica a problemas que se encontraban más allá delos límites del funcionalismo, como es precisa-mente el caso de la experiencia consciente.

Es en este contexto donde Crick (1996) afir-ma que un aspecto central del problema mente-cerebro, tal como es la consciencia, había sidoarrancado del ámbito de la filosofía para conver-tirse en un problema eminentemente científico.En lo que sigue se discutirán las posibilidadesque los estudios neurocientíficos recientes pue-den brindar para resolver preguntas que de algúnmodo han estado en el límite entre la filosofía yla ciencia.

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estos muevan una palanca cuando perciben unestímulo, sin embargo, el trabajar con sujetos nohumanos permite también el uso de técnicas ins-trusivas de registro electrofisiológico. Los estu-dios mostraron que algunas neuronas tendian aactivarse durante la tarea independientemente delestímulo que los macacos percibían, mientras queotras sí resultaban dependientes de los estímulosrivales. Como puede suponerse, estas últimasparecían responder no al estímulo mostrado almacaco, dado que en todo momento ambos estí-mulos estaban presentes, sino a la consciencia deuno de los estímulos rivales. De este modo, Crick(1996) interpretaba hace más de 10 años que estetipo de evidencia de correlatos neurológicos de laconsciencia como la promesa de que quizás parafin del milenio se lograría develar los misteriosde la consciencia.

MAURICIO MOLINA DELGADO

El estudio de los correlatos dela conciencia

Dado que el problema del acceso a los esta-dos mentales fue siempre una limitación fuerteen el estudio de la consciencia, parece cierto quelas nuevas metodologías necesariamente debenhacemos replantear las propuestas tradicionalesde la filosofía de la mente, tales como el con-ductismo lógico, el funcionalismo, la teoría de laidentidad y la teoría-teoría.

Desde la perspectiva de la teoría de la iden-tidad y de otras estrategias materialistas, lasherramientas de neuroimagen podrían llegar enconstituirse en aquel artefacto de la película deWin Wenders. Si existe una traducción directaentre el lenguaje mental y el cerebral, o si sim-plemente podemos eliminar al primero conside-rándolo un conjunto de creencias semejante a laastrología, las imágenes de activación cerebralvendrían siendo imágenes de estados mentales.Lo único que faltaría sería simplemente encontrarla tabla Roseta que permitiera hacer dicha traduc-ción. La situación es sin embargo más compleja.

Las imágenes producidas son patrones esta-dísticos de activación, calculados entre individuosy replicaciones. Adicionalmente, no es sencilloaislar factores, separar aquellas activaciones aso-ciadas no a las tareas propiamente dichas y a lassituaciones de experimentación. Por otra parte,lacrítica funcionalista parece mantenerse: es fac-tible pensar que diversos organismos presentenpatrones distintos en estados que parecen formarcategorías funcionales.

El citado comentario de Crick (1996) no serefiere sin, embargo, directamente al tema de losestudios por neuroimagen sino a los hallazgos deLogothetis (1999) quien en una serie de estudiosrealizados con macacos hizo uso del llamadofenómeno de la rivalidad binocular. Dicho fenó-meno se presenta cuando dos imágenes distintasson proyectadas sobre cada ojo. Aunque ini-cialmente se tienden a percibir ambas imágenessuperpuestas, posteriormente se observa alterna-tivamente una u otra imagen. Mientras que estopuede ser corroborado mediante reporte de suje-tos humanos, en el caso de los macacos solamentees posible realizar un adiestramiento para que

Dudas sobre la tesis de la muertede la filosoña

La tesis de la muerte de la filosofía pareceobviar una serie de aspectos fundamentales a lahora de juzgar los alcances de las nuevas metodo-logías. Las críticas pueden dividirse en dos ámbi-tos: aquellas basadas en la tradición más dura dela filosofía de la ciencia y aquellas deudoras de

. planteamientos de tipo fenomenológico.En cuanto a las primeras, es necesario recal-

car que la distinción entre correlato y causa esa menudo dejada de lado. Baars (2004) señalaque la insistencia de los filósofos en hablar decorrelatos neurales de la consciencia muestra elinjustificado desdén de los filósofos respecto delas evidencias empíricas y la tentativa de negar ala ciencia la posibilidad de establecer causalidadademás de correlación entre los fenómenos. Elcuestiona miento de la causalidad en filosofía seremonta al menos hasta Hume, sin embargo, aunateniéndonos a los estándares de la buena inves-tigación científica, hay que decir que las eviden-cias actuales de la neurociecia no alcanzan parasuperar el estatus de correlato. Como se señaló,esta primera crítica puede aun fundamentarsedesde posiciones cercanas al positivismo, espe-cíficamente a partir de propuestas inspiradas en

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el falsacionismo popperiano, como es el caso deCampbell y Stanley (1982).La posición de estosautores podría expresarse mediante las siguientespuntos:

1) La variabilidad total de un fenómeno a serexplicado (variable dependiente) puede serparticionada en dos componentes: la variabi-lidad que es causalmente explicada por unao varias variables independientes (explicato-rias) y la variabilidad que no puede ser atri-buible a dichas variables. La determinaciónde la direccionalidad de las relaciones entrevariables, es decir, la definición de cuálesvariables o fenómenos se consideran depen-dientes y cuáles independientes, debe darse apartir de los planteamientos teóricos.

2) A su vez, la variabilidad no atribuible a las.variables independientes o variabilidad deerror (la cual presumiblemente se deberá enbuena medida a variable irrelevantes en elestudio) idealmente debe distribuirse alea-toriamente de modo que sea susceptible deser identificada. En caso contrario, se hallaráconfundida con los efectos de las variablesexplicativas, en cuyo caso los(las) investiga-doras no pueden determinar si sus hallazgosdel estudio son atribuibles a las variables deinterés o no.

3) La metodología experimental garantizaque dicha variabilidad de error sea aisla-da mediante dos procedimientos: control(reconocimiento de posibles variables norelevantes para el estudio) y aleatorización(distribución aleatoria de efectos sobranteso de error entre los diversos niveles de lasvariables).

4) El establecimiento del efecto de una variableindependiente sobre una dependiente se dacomparando ese efecto con el error.

5) Únicamente puede establecerse que los efec-tos mencionados en el punto 4) son de natu-raleza causal si el diseño de la investigaciónes experimental (tal y como se describe enel punto 3). De otro modo los efectos seráncorrelacionales pero no causales, es decir,se podrá decir que las variables covarían oque el fenómeno de interés cuenta con uncorrelato a nivel de la variable independiente,

pero de ningún modo podrá asegurarse laexistencia de causalidad.

El planteamiento anterior podría presentar-se como un esquema de lo que actualmente seconsidera buena ciencia desde los estándares másortodoxos, por lo que el desarrollo de los nuevosprogramas de investigación en neurocienciasdebería ser valorado desde esta óptica.

Los paradigmas de investigación en neuro-ciencias anteriores al desarrollo de las técnicasde neurimagen violentaban claramente los prin-cipios expuestos en cuanto al establecimiento decausalidad. Por ejemplo, el estudio de casos conlesiones cerebrales impedía cualquier pretensiónde realizar diseños experimentales. En este senti-do los estudios de neuroimagen y aun los estudiosde Logothetis (1999) se acercan más al idealexperimental. Sin embargo subsiste un problema.En este tipo de estudios efectivamente los inves-tigadores tienen control sobre las situaciones delestudio, de modo que pueden diseñar por ejemplotareas de memoria de corto plazo o de percepciónen rivalidad para luego observar los patronesde activación en diversas áreas cerebrales. Sinembargo subsiste un problema de direccionalidad(puntol). Los diseños parecen indicar el rol causalde los estímulos sobre los patrones de actividadcerebral pero no lo que quisiera afirmar Baar, esdecir la causa neural de la consciencia. Tomemosel caso de Logothetis (1999) donde el controlde las condiciones del experimento parece sersuficiente para afirmar que la consciencia de losmacacos respecto a cierta imagen A provoca laactivación de determinadas neuronas; pero notenemos evidencia del papel causal de la acti-vación de dichas neuronas sobre la consciencia.Haría falta tener control sobre esta activación,por ejemplo activar artificialrnente un grupo deneuronas para luego corroborar si se presenta elfenómeno esperado. Aunque esto es posible enalgunos contextos, se carece de una explicacióncoherente del mecanismo causal que ademásjustifique cuáles elementos están causalmenterelacionados, en qué direcciones, bajo que condi-ciones, con cuáles variables mediadoras, etc. Losestudios buscan desarrollar una especie de mapafuncional del cerebro, y la geografía que hastael momento ha sido efectivamente encontrada y

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que permite guiar los diseños de investigación essumamente elaborada y valiosa; sin embargo estono implica que alcance el carácter de teoría.

La crítica de inspiraciónfenomenológica a la evidencia

neurocientífica

El cumplir los requisitos de la investigaciónexplicativa (causal) es simplemente un asuntode tiempo. Con el avance de los estudios neu-rocientíficos es más que factible que en pocosaños se cuente con teorías sólidas que permitandesarrollar experimentos que llenen las expec-tativas. Aún así subsiste una segunda fuente dedudas sobre la tesis que he denominado aquíde la muerte de la filosofía, la cual proviene delos planteamientos de Noé y Thompson (2004).Supongamos, siguiendo a estos autores, que unmacaco como el del estudio de Logothetis (1999)percibe una mariposa en condiciones normalesy esto coincide con la activación de un grupo deneuronas. Además, que algunas de estas neurona sno se activan cuando en una condición de rivali-dad binocular el mismo estímulo es presentadopero no es percibido (conscientemente) por elmacaco. Si aceptamos la tesis de que existe unacoincidencia entre el contenido perceptual y elcontenido de la representación neuronal, efecti-vamente estaríamos en vías de develar el tema dela consciencia. Sin embargo, los autores señalanque la imagen a la que se enfrenta el sujeto no esla de una mariposa aislada, sino también la de unamariposa sobre un fondo. Desde una perspectivafenomenológica, la figura y el fondo no son ele-mentos separables del contenido que puedan serdisueltos mediante los átomos de lo que llamancontenido-RF (del campo receptivo), es decir, lospatrones de activación de neuronas corticales.La conclusión a la que llegan los autores es quela experiencia del sujeto corresponde al juegocomplejo de sus interrelaciones con el mundo,el cual no se agota en una representación internade la experiencia (ver Lakkof & Jonson, 1999).De este modo, la postulación de un isomorfismoentre el nivel neuronal y el perceptivo podría sermetodológicamente sostenida, pero sin implicar

un compromiso metafísico con el internalismo.Dado que este tipo de discusiones siguen siendomateria de la filosofía, lejos de darse un procesode muerte de la filosofía, "la neurociencia requie-re más que nunca de la ayuda de la filosofía"(Noe & Thompson, 2004, p.26).

Conclusión

La tesis de que la filosofía es una animalextraño en proceso de extinción ni es nueva ni esajena al pensamiento popular. Sin embargo, en lostérminos expresados por Crick (1996) adquierematices importantes, implicando en última ins-tancia la posibilidad de encontrar algún tipo devínculo más fuerte que la mera correlación entreel patrón de activación neuronal y los fenómenosde la consciencia, sea este expresado en términosde causalidad o de lo que Noe y Thompson (2004)denominan acoplamiento de contenido (matching-content). En la discusión precedente se ha defen-dido la tesis de que existen dudas razonables paraadherirse a cualquiera de estas dos versiones delcorrelato neural. Las dudas provienen tanto deposiciones fenomenológicas como del falsacio-nismo popperiano. Estas dudas no implican, sinembargo, el negar que existe algún tipo de relaciónentre la consciencia y los patrones de activaciónneuronal. La· relación existe y las investigacionesneurocientíficas efectivamente dan cuenta de ello,sin embargo esta relación se debe presentar en uncomplejo nudo de influencias que incluyen facto-res del mundo, de la corporalidad, de la experien-cia del sujeto, etc.

Finalmente, hay que decir que aun en el casode que accediéramos a interpretar la evidenciaaportada por Logothetis (1999) en el sentido deque existe un vínculo fuerte entre la experienciaconsciente y los patrones de activación de lasneuronas corticales, esto sería insuficiente paraarrancar el nicho que la filosofía mantiene dentrode la discusión sobre el tema. Como han señala-do Botterill y Carruthers (1999) el concepto deconsciencia no resulta de ningún modo unívo-co. Particularmente importante es la distinciónde Block (2005) entre consciencia de accesoy consciencia fenoménica. La primera estaría

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directamente relacionada con el acceso conscien-te a un estado mental, mientras la segunda con elQué se siente experimental algo (qualia). AunqueBlock encuentra que los recientes estudios decorrelato neuronal han dado justificación empíri-ca a esta distinción, el solo hecho de planteada eseminentemente un tema filosófico. Finalmente, yen relación con la consciencia fenoménica, no esaun claro que el desarrollo de los programas deinvestigación neurocientífica vayan en camino deresponder a la célebre pregunta de Nagel (1991):¿Qué se siente ser un murciélago? Así, parece quede algún modo siempre estamos hablando dosidiomas distintos si nos referimos a la experienciaconsciente o los fenómenos neurológicos. Auncuando se lleguen a identificar los detalles de lospatrones de activación neural asociados con cual-quier fenómeno es difícil ver cómo eso nos daríaacceso a la experiencia misma.

Notas

1. Traducción del autor.2. Se trataría de una especie de cuerpo sin alma.

Paracelso solía multiplicar las entidades (cuerposastrales, espíritus corporales, etc.) por lo quesería algo más que un dualismo (Koyré, 1981).Por otra parte, los científicos no han renunciado ala búsqueda de ese tipo de evidencia aunque conresultados siempre negativos (ver Libet, 2004).

3. Tómese en cuenta que el factor temporal nopuede ser considerado utilizando técnicas comoel fMRI.

4. El diseño de la investigación utilizado elimina enla medida de lo posible los problemas inherentesa la imposibilidad de los sujetos experimentalesde reportar su experiencia. Evidentemente esimposible alcanzar más que un nivel razonable deconfianza en la información obtenida.

5. Existen sin embargo planteamientos no expe-rimentales que han ganado reputación comoacercamientos a la causalidad. Específicamentelos modelos de ecuaciones estructurales y laacumulación de suficientes evidencias no expe-rimentales que sugieran patrones causales. Elproyecto de investigación que aquí nos interesaes aun demasiado reciente para haber obtenidosuficiente validación a partir de estas fuentesalternativas.

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