dialogo entre masones setiembre 2015
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Dialogo Entre MasonesArtículos Masónicos Seleccionados Año 2 - N° 9
Setiembre 2015
Herbert Oré Belsuzarri
Mario López Rico Vicente Alcoseri Julio Villarreal III
- Hiram Abif y Balkis……………………………..1 - El ser humano, que somos en realidad…….7 - El sufismo en la masonería…………………..23 - La revolución francesa y la revolución quiteña de 1809………………………………………..43 - La Orden Masónica de Athelstan………….71 - Los orígenes del grado de maestro en la francmasonería……………………………………….121
La revista agradece la difusión de los artículos publicados, mencionando la fuente y la autoría.
Valle de Lima Setiembre 2015 @Tres puntos editores
http://dialogo-entre-masones.blogspot.com/
1
“HIRAM ABIF Y BALKIS”
Lázaharo Hael
La Masonería Escocesa,
fundamenta gran parte de sus
enseñanzas, ceremoniales y
aspectos materiales de sus
edificios o talleres, en simbolismos alegóricos, los
cuales pueden ser polivalentes
según el teatro y actores que los
representan.
Todo símbolo pueden ser natural,
artificial, o místico; El hombre es
un hacedor natural de símbolos,
los cuales son creados y toman
valor en consciencia y mente
humana de quien los crea o percibe, esto último, conlleva a
una dificultad, que existen
simbolismos e interpretaciones
personales y otros colectivos, sin
embargo, y dentro del contexto Masónico, solo pueden tener
sentido y propósito en su relación
con el ser humano.
Los personajes y eventos como
Tubalcaín, Salomón, Hiram Abif, Balkis la reina de Sabá, la
construcción del Templo de
Salomón, entre otros más,
pudieron haber existido objetiva
y físicamente en algún lugar y momento de la historia, sin
embargo, dentro de la filosofía y
enseñanza Masónica, son
símbolos y alegorías que remiten
o hablan de algún elemento o
parte de la naturaleza humana.
2
Las iniciaciones y demás ceremonias que se llevan a cabo en nuestras
logias Masónicas, hablan de la formación del hombre, pero no
exactamente del hombre moral y de buenas costumbres como
comúnmente se menciona a quienes ingresan recientemente a nuestra
orden, ni del hombre nuevo que nace después de una iniciación, esto no
es real en términos literales, sino alegórico, y para la comprensión de todo
recipiendario, debe serle explicado en todos sus detalles y términos al
recién iniciado.
Los Masones nos llamamos entre nosotros como: “Los hijos de la viuda”,
por descender alegóricamente del amor secreto de Balkis la reina de Sabá
e Hiram Abif, el arquitecto al cuál Salomón le encargo la construcción
del templo de Jehová; Hiram Abif es asesinado por Jubelás, Jubelós y
Jubelón quienes personificaban La Ignorancia, La Hipocresía, y la
Ambición humana, que al exigirle la palabra sagrada que los identificaría
como Maestro Masón (Constructor), y negarse Hiram a revelársela, lo
asesinan.
Estos personajes son mencionados en La Tora Hebrea, la Biblia, el
Corán, y el Kebra Nagast (Gloria de Reyes) el libro sagrado de la Iglesia
ortodoxa etíope); Algunos escritores dicen que Balkis la Reina de Sabá
era de piel negra y originaria de etiopia, y cuyo nombre aparentemente
quiere decir “Luz”.
El “Cantar de los Cantares” Bíblico, se le atribuye la autoría a Salomón,
y algunos escritores dicen que se los escribió a la mujer de sus sueños y
su amor, Balkis; Es un hermoso libro de poesía aparentemente erótica,
sin embargo, hay quienes afirman que es un escrito esotéricamente
cabalístico, que también remite a la naturaleza humana.
Balkis quiere decir “Luz”. En misticismo, la luz es un símbolo de la
consciencia, la cual disipa las tinieblas de la ignorancia al hacer posible
la percepción de la realidad del universo y de uno mismo.
El color negro, como la piel de Balkis, tiene la particularidad de
3
“cautivar” o “apresar” todo el espectro de colores de la luz, igual que las
hijas de los hombres “cautivaron” a los Ángeles que las vieron hermosas
y tomaron mujeres para sí, esto según la Biblia, El Sepher Yezirah o
“Libro de la Creación“ por su parte, dice que bajaron los ángeles en la
cima del monte Hermón, en los montes de Sión, como también lo
menciona la Biblia en el Salmo 133, y según se lee, los ángeles no bajaron
al valle, sino a la cima o parte más alta del monte, que análogamente al
ser humano seria la cabeza o cerebro, y estos Ángeles escogieron entre
las mujeres que subieron hasta la cima, o sea los organismos más
organizados, fuertes, y capacitados, para casarse o unirse a ellas y
procrear familia.
La mujer como símbolo místico, representa la polaridad negativa o
aspecto pasivo del universo, pero en el contexto presente, representa algo
más, la materia organizada, cuerpos, órganos, sistemas, y aparatos del
cuerpo humano con capacidad para que el alma se manifieste y se
desarrolle su alma-personalidad.
“El nombre Hiram (en hebreo Hîrām, Hîrōm, Hūrām, H[e]iram,
pronunciado Kjirám o Kjurám) es de origen fenicio, posiblemente una
abreviación o equivalente de Ahiram (Núm. 26:38, en la Biblia), el cual
significa ‘mi hermano es el exaltado [Dios]”.
Hiram Abiff (El alma o espíritu como el aspecto activo o positivo del
universo) fue quien después de un romance secreto con Balkis la Reina
de Sabá, (La materia, el polo negativo, o el aspecto pasivo o receptivo de
la naturaleza) la embaraza.
Hiram que era alegóricamente el análogo o equivalente al “Ángel” según
el “Sepher Yezirah”, o El Prometeo Griego, él que trae desde el Olimpo
o consciencia universal o cósmica, el fuego que ha de encender la
consciencias individualizada del “Nuevo Hombre”, o “La nueva
humanidad” que habrían de nacer de la unión del Hiram y Balkis la Reina
de Sabá, la cual queda viuda con la muerte aparente de Hiram Abif, y
digo aparente, porque alegóricamente espera en su ataúd o urna sagrada
(El cuerpo físico o humano), ser resucitado en la exaltación de todo
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Compañero Masón al tercer grado de la Masonería como Maestro Masón,
o sea alcanzar el despertar de la consciencia del alma, el “yo” interno, el
Hiram Abif en plenitud de facultades dentro del cuerpo humano.
Concluyo sin terminar.
Lo anterior no debe considerarse literal en sus términos y palabras, sino
alegórico, sin embargo y paradójicamente, no lo es, y esto debe saberlo
el Príncipe o Caballero Rosacruz 18°, como todos los HH,’, de grados
superiores que fueron iniciados en este grado, y estudiaron su liturgia
aplicándose en las prácticas de concentración y meditación como en ella
se sugieren, dándose cuenta que existen otros niveles de consciencia
superiores o diferentes al menos, al que común y cotidianamente
conocemos y utilizamos, y desde este punto, podemos convertirnos en
observador del que observa cotidianamente y corregir, ampliar, a iniciar
nuevos senderos de perfección y realización si llegaran a ser necesarios.
Lo anterior habla de la exaltación al tercer grado de la Masonería
Escocesa como Maestro Masón, de cómo Hiram Abif despierta o es
levantado a través del recipiendario como un hombre o estado de
consciencia nueva, donde el nuevo MM,’, se observa y analiza así mismo
desde otras perspectiva más impersonal egoicamente hablando.
La filosofía o enseñanzas Masónica Escocesa, solo pueden ser
comprendidas y tienen sentido, cuando se remiten al ser humano en sus
distintos grados de formación y consciencia, de cualquier otro modo,
serian fantasías.
La evolución real del ser humano, no se da en forma exterior a él mismo,
sino que es interior, individual y privada, y ésta inicia con el
conocimiento real de ¿Qué o Quién Soy?, porque la personalidad que
quiere decir “mascara”, y que tiene como fundamento el ego, no es la
realidad de lo que originalmente somos, sino una creación de las
exigencias de la sociedad, y para conocernos a nosotros mismos,
debemos desapegarnos del ego en esos momentos de concentración y
meditación profunda, donde en la soledad interior , donde el universo y
el yo material y objetivo han dejado de ser, y hemos alcanzado la soledad
5
y silencio interior del “yo” real, es cuando podemos observarnos a
nosotros y corregir el sendero, actitudes, y tendencias que hasta hoy, el
ego nos ha dictado.
Las palabras son cosa muerta cuando no se atreven o no se tiene la
voluntad de pasar de la filosofía intelectual y especulativa a la práctica
de la teoría.
Toda alegoría de Hiram Abif, La reina de Sabá, Salomón, y el Templo
que estaban construyendo a YHVH o Jehová, hablan del nacimiento y
formación del hombre, y éste tiene como su valor más preciado, a la
consciencia y mente, la cual lo distingue del resto del reino animal.
Hiram Abif es el alma, y Balkis la Princesa de Sabá es la materia
organizada, el cuerpo físico humano que se unen en matrimonio con el
alma, El Rey Salomón, viene a ser el ego, que en última instancia,
también se convierte en Hiram Abif al ser absorbido por la consciencia
superior convirtiéndose en la consciencia Iluminada del ser humano. El
hombre es el atrio, templo, altar, victima, sacerdote, y ángel al mismo
tiempo.
Es cuanto mí pensar y sentir hasta ahora.
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El Ser Humano - Que somos en realidad
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Que somos en realidad
Te advierto, quien quiera que fueres
Oh! tu que deseas sondear los arcanos de la Natura-leza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que
buscas, tampoco podrás hallarlo fuera.
Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes encontrar otras excelencias?
En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros.
Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al
Universo y a los Dioses
Mario López – 2015
El Ser Humano – Qué somos en realidad
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Al Dios de mi corazón, que guía en todo momento mis actos
en la esperanza de que comprenda sus dictados, lo cual no siempre consigo
A todo aquellos que buscan explicaciones a lo que no conocen
El contenido de esta obra se encuentra bajo una licencia Creative Commons.
Puede usted publicar, usar o reutilizar cualquier parte de este trabajo siempre que nombre la fuente original y los cambios incluidos en su trabajo si los incluye. Cualquier distribución de este escrito o de obra derivada ha de ser gratuita.
Mario López – 2015
NOTA: Este trabajo se basa en lo expresado en la obra de Francisco Redondo Segura “La Luz Diamantina”. Libro gratuito y que pueden descargar desde:
https://hermandadblanca.org/libro-la-luz-diamantina-de-francisco-redondo-segura/
El Ser Humano - Que somos en realidad
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1. El cuerpo La mayoría de los estu-
dios esotéricos acerca del Ser Humano se centran en el estu-dio de los diferentes cuerpos del hombre y nos hablan del cuerpo etérico, del astral o del cuerpo mental, por poner unos ejemplos. Estudiar dichos cuer-pos, que son y porqué existen no es nada malo, más bien todo lo contrario, pero es un estudio incompleto del Ser Humano. Como mucho podríamos decir que eso es el estudio del Cuerpo Humano; pero el Ser Humano es mucho más que Cuerpo. El Ser Humano es Cuerpo, Alma y Espíritu.
Este trabajo cuyo comienzo estás leyendo en estos momentos tiene
como finalidad el estudio del Ser Humano en su conjunto y solo nos pararemos un poquito en el estudio de los Cuerpos dada la gran bibliografía existente ya sobre el tema. Los diferentes Cuerpos no son más que vehículos – trajes a me-dida – que permiten al Ser Humano manifestarse e interactuar en los diversos planos de la realidad; por lo tanto existen tantos cuerpos como planos.
La primera pregunta que todo iniciado suele hacerse es si la división en
Cuerpo, Alma y Espíritu es correcta. La respuesta es Si y no a la vez. Cada es-cuela ha adoptado su división y al igual que en el estudio de los Cuerpos se asocia uno a cada plano de realidad. Si para unos existen siete planos de reali-dad, para otros existen 9 ó 5 y, consecuentemente, lo mismo sucede en el caso que tratamos. Estas divisiones se deben a diferentes interpretaciones y a la limitación del lenguaje humano. Si analizamos todo con calma vemos que
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cambia la presentación pero no así el fondo donde, básicamente, se dice que tenemos una parte material, una parte espiritual y otra parte que hace de in-termediaria entre ambas. La Teología Cristiana, en la persona de San Pablo, por ejemplo, nos dice que el Ser Humano se compone de Cuerpo, Alma y Espí-ritu. Los místicos ocultistas también adoptan esta misma división. No obstante, para la mayor parte de la gente, Alma y Espíritu es la misma cosa, no conocen su naturaleza ni son capaces de diferenciarlas. Vamos a intentar poner reme-dio a ello; pero como en todo estudio de lo desconocido nos encontramos con la limitación de nuestro propio lenguaje, orientado a los conceptos del mundo físico más que a los sutiles y espirituales. Definir conceptos como ego, Alma, Espíritu…logrando una compresión total y clara por parte del oyente o lector no suele ser tarea fácil.
Regresando a San Pablo, las citas que indican su creencia en tres ele-
mentos (Espíritu, Alma y Cuerpo) son las siguientes: (1 Cor. 14:14-15, Tito 1:15, Ef. 4:23, Heb. 8:10, 1 Tes. 5:23, Heb. 4:12, 1 Cor. 15:45, 2 Tes. 2:2 ). Vamos a ver tres, entre las cuales está la más importante y clara.
“Oraré con el espíritu, pero oraré también con la mente; cantaré salmos con el espíritu pero también los cantaré con la mente” (1 Cor. 14:14-15). “Para los limpios todo es limpio; más [sic] para los contami-nados y no creyentes nada es limpio, pues su mente y con-ciencia están contaminados (1 Tito 1:15)
Y la más clara de esta visión tripartita del ser humano:
“Que Él, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo se conserve sin mancha…” (1 Tes. 5:23)1
1 La teología católica hace interpretaciones de este texto y niega la existencia de la misma afir-
mación en las otras citas. La razón de este rechazo reside en la fe en la inmortalidad del alma. Si
El Ser Humano - Que somos en realidad
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Así pues, aceptaré dicha división por ser la más cómoda para mí, no por-
que sea mejor o peor que otras, sino porque es también la más conocida por mi persona y por la mayor parte de los lectores de este escrito educados, como yo, en el sistema Occidental. Comencemos con el Cuerpo.
El Cuerpo Humano no solo es carne y huesos. El hombre - como Ser –
posee varios Cuerpos y si aceptamos la división del mundo en siete planos o dimensiones estaremos aceptando implícitamente la noción del Hombre Sep-tenario; es decir, que el Ser Humano posee siete Cuerpos. Uno por cada Plano y perfectamente adaptado para vivir e interactuar en su entorno. Así tenemos un Cuerpo Físico; pero también uno Astral, Mental, Búdico, Atmico, Monádico y Divino2. La máxima grabada en el Frontispicio del Templo de Apolo en Delfos que pide conocernos a nosotros mismos implica ser conscientes de esta reali-dad: no sólo es necesario conocer nuestra fisiología física sino también la de los demás cuerpos, conocer que principios los animan, sus necesidades, sus sentimientos y los modos o medios de “comunicarse” entre ellos. Debemos tener la humildad necesaria para pasar del ¡ya me conozco! al necesito cono-cer quién soy realmente y acercarnos a nuestro “mundo interior”
existe un espíritu que goce de la inmortalidad, puede haber una confusión en la fe de los cristia-nos que creen sólo en dos componentes, según Santo Tomás: el alma y el cuerpo. Aquí accede-mos a una visión distinta, pero que en nada ofende a la fe cristiana, como lo veremos. 2 Esta nomenclatura se base en la división en siete cuerpos que suele ser la más conocida y ha-bitual entre los místicos. Sin embargo, otros nombres y/o divisiones son posibles. De la lectura del libro la Luz Diamantina que hemos usado como base para este trabajo se puede concluir que las ciencias herméticas o, lo que es lo mismo, los místicos, nos dicen que existen siete planos o, según la escuela, dimensiones, mundos, niveles, estratos, regiones, moradas, etc. Sin embargo, es preciso matizar que no son mundos o planos independientes sino que se interpenetran y todos juntos forman el mundo real. Una manera de entender esto que acabo de decir es por medio de un símil. En nuestro mundo no somos capaces de ver los átomos que forman el aire pero están ahí, en “su mundo”. Pero dicho mundo no está en otro lado sino unido al nuestro, mezclado con él. En otra parte del Mundo. La unión de todas esas partes, de los siete planos a los que hemos hecho referencia, forman el verdadero Mundo en el cual moramos y del que solo percibimos esa ínfima séptima parte.
El Ser Humano – Qué somos en realidad
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Hemos dicho que poseemos varios Cuerpos, cada uno perfectamente adaptado a la vida en cada Plano; pero ninguno de esos Cuerpos es realmente nosotros. No podemos confundir un traje con la persona que lo viste. No po-demos confundir los Cuerpos con el Ser Humano. Del mismo modo que los trajes que usamos para cada ocasión no cambian lo que somos realmente no-sotros, cada Cuerpo es como el traje apropiado para cada ocasión; para cada uno de los Planos de realidad; pero lo que realmente somos no cambia.
No voy a profundizar mucho más en el estudio de los Cuerpos pues,
como ya dije, la bibliografía sobre el tema es muy amplia. Autores a como Char-les Leadbeater3, H.P. Blavastky4 o Annie Besant5 han escrito largo y tendido sobre este particular y es sencillo encontrar sus escritos en la red.
3 Charles Webster Leadbeater (Mánchester, 16 de febrero de 1854 - Perth, 1 de marzo de 1934) fue un influyente miembro de la Sociedad Teosófica, autor de libros de ocultismo y cofundador junto a James Ingall Wedgwood de la Iglesia Católica Liberal. Originalmente un clérigo de la Igle-sia de Inglaterra, su interés por el espiritualismo provocó que se desafiliara de la Iglesia en favor de la Sociedad Teosófica, donde se asoció con Annie Besant. Se convirtió en un oficial de alto rango de la sociedad, pero renunció en 1906. Luego se mantuvo como un autor prolijo del ocul-tismo importante dentro de la Sociedad, hasta su muerte en 1934 4 Helena Blavatsky, también conocida como Madame Blavatsky, cuyo nombre de soltera era He-lena von Hahn y luego de casada Helena Petrovna Blavatsky (Yekaterinoslav, 12 de agosto de 1831 - Londres, 8 de mayo de 1891), fue una escritora, ocultista y teósofa rusa. Fue también una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica y contribuyó a la difusión de la teosofía moderna. Sus libros más importantes son Isis sin velo y La Doctrina Secreta, escritos en 1875 y 1888, res-pectivamente. Fue acusada de fraudes y engaños deliberados a lo largo de su vida, y también de todo lo contrario: se le atribuyeron poderes mediúmnicos y clarividentes, así como la capacidad de producir manifestaciones fenoménicas consumiendo parte de su vitalidad (lo que, según al-gunos, acortó los años de su vida y su estado de salud). Sus escritos incluyen afirmaciones que han sido interpretadas en clave racista y antisemita, y que sirvieron directamente de inspiración a los ideólogos nazis. En realidad, al defender la teoría de la transmigración de las almas o reen-carnación, Helena nunca atribuyó una esencia superior a ningún grupo humano concreto, y afirmó que es posible que un alma nazca en un cuerpo humano caucásico y que en la siguiente encarnación surja en el cuerpo de una persona negra. 5 Annie Wood Besant (Clapham, Londres, 1 de octubre de 1847 – Adyar, India, 20 de septiembre de 1933) estudió ciencias y botánica en Inglaterra y se doctoró en Filosofía y Letras en la Univer-sidad de Benarés, India.1 Fue educadora, investigadora, escritora, periodista, estadista y una gran oradora; fue una militante feminista, activista a favor de la independencia de Irlanda y de la India, llegando a ocupar la presidencia del Congreso Nacional Indio.
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Solo tenga en cuenta que el Cuerpo es un Instrumento que debe ser afi-
nado, educado, mejorado, modelado de tal modo que nos permita intuir y dar los pasos necesarios para ascender a Planos de Consciencia Superiores. Para lograrlo es vital estar despierto, prestar una atención serena a todo senti-miento interno y externo para poder transformar positivamente nuestro en-torno, las situaciones cotidianas y mejorar, con ello, no solo a nosotros mismos sino también a toda la Creación.
2. El Alma
2.1. Generalidades Lo primero
que tenemos que tener claro es que para los místicos las palabras Alma y Espíritu no de-signan la misma cosa. El Alma es el intermediario que permite el enlace entre el mundo fí-sico y el mundo espiritual. Todo pasa por las ma-nos del Alma cuando se habla de comunicación entre el Cielo y la Tierra o entra la Tierra y el Cielo.
Podemos ver el Alma como un espejo o reflejo de Espíritu en el mundo
inferior y cuando se manifiesta lo hace en toda su magnificencia porque es capaz de vislumbrar la imagen más divina del Ser Humano. Transcender y con-
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tactar con nuestra Alma es ir más allá de nuestra personalidad física; es pola-rizarnos con ella y comulgar con la Luz y el Amor más puro del Creador. El Alma Divina que poseemos se denomina muchas veces como YO superior. La inte-gración Hombre- Alma se refleja a la perfección en los grandes maestros como Jesús6 o Buda7 y a quienes la Humanidad se suele referir como Almas o Espíri-tus puros (aunque ya sabemos que Alma y Espíritu no es lo mismo). Así, cuando Jesús dice “Yo soy el camino que lleva al Padre” lo que realmente nos está di-ciendo es que solo a través del Alma podemos alcanzar el Espíritu.
Al ser la intermediaria,
el Alma contiene en si misma dos aspectos bien marcados; es decir, es dual. Por un lado se interrelaciona con lo Supe-rior – El Espíritu – y por otro lado hace lo propio con lo In-ferior – El cuerpo. Una parte se relaciona con lo Divino y
6 Jesús de Nazaret, también conocido como Jesús, Cristo o Jesucristo, es la figura central del cristianismo y una de las más influyentes de la cultura occidental. Según la opinión mayoritaria-mente aceptada en medios académicos, basada en una lectura crítica de los textos sobre su figura, Jesús de Nazaret fue un predicador judío que vivió a comienzos del siglo I en las regiones de Galilea y Judea, y fue crucificado en Jerusalén en torno al año 30, bajo el gobierno de Poncio Pilato. Para la mayoría de las denominaciones cristianas, es el Hijo de Dios y, por extensión, la encar-nación de Dios mismo. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que, con su muerte y posterior resurrección, redimió al género humano. El judaísmo niega su divinidad, que es incom-patible con su concepción de Dios. En el islam, donde se lo conoce como Isa, es considerado uno de los profetas más importantes. 7 Sidarta Gautama, más conocido como Buda Gautama, Sakiamuni, o simplemente el Buda, fue un sabio en cuyas enseñanzas se fundó el Budismo. Nació en la ya desaparecida república Sakia en las estribaciones del Himalaya. Enseñó principalmente en el noroeste de la India. Debido a ciertas interpretaciones erróneas muy comunes, debe enfatizarse que el Buda Gau-tama no es un dios. Esto no sólo fue asegurado por el mismo Sidarta Gautama, sino que también la cosmología budista hace esta distinción al afirmar que únicamente los humanos —pero no se limita a esta humanidad en particular— pueden lograr el estado de buda, pues en estos reside el mayor potencial para la iluminación.
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otra parte con lo Humano. Un Alma Divina y un Alma Humana. Una sola Alma expresándose de dos maneras diferentes. Una se expresa en el plano Superior – Alma Divina – y carece de apego a lo material y las posesiones, se encuentra iluminada por el Espíritu. La otra se expresa en el plano Inferior – Alma Humana – y posee todos los apegos humanos necesitando ver el espejo del Alma Divina para evolucionar hacia ella.
El Espíritu trabaja sobre la materia por medio del Alma.
El Espíritu – que es puro – no puede alcanzar el plano físico; precisa del
Alma para ello. Todo vibra y la vibración espiritual es mucho más elevada que la material. Solo el Alma tiene la posibilidad de descender y alcanzar la materia para transformarse en el instrumento de trabajo del Espíritu. A través del Alma se modela, forma y ordena la materia. Sin Alma no hay nada que hacer. Sin Alma, el Espíritu no tiene poder alguno sobre la materia.
Nuevamente, los grandes maestros no lo han dicho siempre y si empleo
los ejemplos de Jesús solo se debe a la zona de la Tierra donde he nacido y que ha hecho que su figura y enseñanzas me sean más cercanas y familiares. Pero sus mismas enseñanzas pueden ser encontradas entre los musulmanes, budistas o los maestros y chamanes de los Indios Americanos. Como Alma pura que era, Jesús dijo: “Yo soy el Alfa y el Omega; todo pasa por mí”. El mensaje no puede ser más claro si me han leído con atención: todo pasa por el Alma. Pero si no estaba claro nos basta saber que en hebreo Alfa y Omega se repre-sentan con las letras Aleph y Tav y que Aleph quiere decir “aquel que hace pasar los elementos de la Tierra al Cielo y del Cielo a la Tierra”
Ahora bien, todo esto no es más que teoría para nosotros. El Alma hay
que conocerla, hay que vivirla. El Alma es un “cuerpo luminoso”, de energía, tenue, sutil…pero un cuerpo a fin de cuentas. Por lo tanto también desaparece con la muerte, momento en el cual solo permanecerá el Espíritu, lo inmaterial. E aquí un buen dato para diferenciar el Alma del Espíritu; la primera es mortal, el segundo es inmortal.
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Ahora dejemos trabajar a nuestra Alma. Como intermediaria que es, permitamos que construya el puente necesario para poner en evidencia todo el potencial de nuestra espiritualidad y consagrar así todo lo que hagamos al bien común de toda la Creación. No solo de la Humanidad sino de todo el Uni-verso en su conjunto y del cual no somos más que una ínfima parte. Este pro-ceder es el camino hacia la Luz.
2.2. El Alma y su dualidad Acabamos de decir que el Alma posee dos
aspectos muy marcados y que era posible hablar de un Alma Humana y de un Alma Divina. Como sucede siempre en estos casos, la terminología cambia de acuerdo con la escuela de misterios que estemos estudiando y nos confunde. Deter-minadas escuelas afirman que existe un alma propia de los seres humanos, un alma típica del resto de seres animales. Afirman que solo el Alma Humana tiene la propiedad de ser cons-ciente de lo que es y, por ello, tener la posibilidad de evolucionar. A mayores hablan de un Alma Di-vina perfecta en todo y a la que todas las demás Almas tratan de acercarse. En resumen, tenemos un Alma Divina, un Alma animal y un Alma Humana exclusiva para los seres humanos. Si lo analizamos con calma, la primera podríamos asociarla al Alma Divina de la que ya hemos hablado y las dos segundas en lo de Alma Humana partiendo de la base de que una, la animal, es menos evolucionada.
El Alma Humana puede ser vista como el Alma imperfecta que debe
evolucionar. Aunque no sea exactamente correcto podemos decir que el con-tacto con la parte material del Ser Humano la hace impura. A pesar de todo es infinitamente más pura que el cuerpo y se encuentra íntimamente ligada con el Alma Divina. Es la parte o aspecto inferior del Alma y sin embargo solo apa-rece en los momentos de lucidez del hombre.
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El Alma confinada en la materia se ve limitada por la misma. Ella conoce
lo que somos, de dónde venimos y a donde vamos; pero nuestro cerebro es material y por ello limitado. La información que puede manejar la mente es limitada y por ello se precisa transcender hacia cuerpos o dimensiones supe-riores si queremos que el Alma Humana pueda mostrarse en todo su esplen-dor. Usando un lenguaje más místico:
El Ser Humano debe ser capaz de responder a las vibracio-
nes provenientes de planos superiores con el fin de despertar su verdadera naturaleza espiritual” Es necesario “sincronizar” los cuerpos físico, astral y mental con el fin de
evitar la interferencia de vibraciones inferiores – bajas – porque solo así es posible usar el potencial del Alma Humana. En este estado de paz interior, de relajación y meditación es posible entablar contacto con la parte Divina. Queda claro que no es necesario aislarse como un anacoreta para lograrlo; además eso sería contraproducente. Cuando se contacta con el Alma Divina experi-mentamos la Unidad, percibimos que todos somos uno, que somos hermanos en el más amplio sentido de la palabra. Comprendemos que estamos aquí para servir y ayudar en el camino a quien lo necesite. ¡Mal podemos hacerlo si nos aislamos del mundo!
El Alma Divina es el Alma total, el “Alma de Dios” que todo lo engloba e
impregna; pero no es Dios. Nos movemos por zonas desconocidas y no com-prensibles por la naturaleza humana. En cierto modo el Alma Divina es el con-junto de todas las Almas Humanas; pero es mucho más que ello. Engloba el Alma de todos los seres del Universo, sean más o menos evolucionadas y sean o no sean humanas. Y por humanas no me refiero solo a las animales sino a cualquier otro tipo de vida que solemos denominar de extraterrestre. ¿O acaso cree usted que todo el Universo fue creado solo para crear vida en la diminuta Tierra?
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Es su obra “La Luz diamantina” de Francisco Redondo, el autor nos ofrece un modo gráfico de ver todo esto. Imagine una cebolla. La capa externa que lo rodea todo es el Espíritu Divino – Dios – y cada capa hacia el interior es un Alma inferior hasta llegar al centro donde estaría el Alma Humana. Por citar algunas – con lo limitado de nuestro lenguaje para expresar lo no conocido – tenemos un Alma Humana propia de cada uno de nosotros, un Alma de Ser Humano – algo como el conjunto de todas las Almas individuales y que nos hace ser a to-dos iguales – el Alma Universal – que engloba a los seres de todo el Universo conocido – y luego tendríamos que seguir con las Almas de los Universos no conocidos y sus respectivos habitantes. Todo ese conjunto Formarían el Alma Divina, pero Dios es mucho más que las Almas, por eso decimos que es imposible abar-car lo que Dios es y representa y mucho menos ser capaces de definirlo.
El Ser Humano, lejos de ser la perfección que se cree, está muy lejos de
la perfección. Es la criatura más evolucionada sobre el planeta Tierra, la mejor dotada y preparada para comprender la obra del Creador; pero su arrogancia de creerse lo más perfecto frena su avance.
Existen otros muchos mundos habitados por otros seres infinitamente
más evolucionados que el Ser Humano. Un ejemplo sería lo que algunas escue-las denominan de ángeles solares, entidades elevadas o hijos de la mente – el nombre varía según la escuela – y que serían entes “súper humanos” infinita-mente mejores que cualquier patrón de perfección humano. En la obra “La doctrina Secreta” de H.P. Blavastky8, se les conoce como “Dyanes de fuego” y tratan de ayudar a la evolución humana. Para nosotros son como los ángeles descritos por la Iglesia.
8 Véase la nota 4 en la página 3
El Ser Humano - Que somos en realidad
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Seamos, por lo tanto humildes y dejemos de creernos el centro de la
creación.
3. La Monada La conocida cita de
Shakespeare nos lleva a re-flexionar sobre lo que so-mos en realidad. La Ciencia hermética afirma que so-mos Espíritus encarnadas. Nuestro origen, nuestra esencia, es un Espíritu puro, una chispa del Creador. Dado que somos únicos, al-gunas escuelas le han dado el nombre de monada9; pero también se le conoce como Espíritu, Ser, esencia, Yo Divino10….
9 Usar el término monada puede dar lugar a equivocaciones porque en muchos sistemas gnós-ticos y heresiológicos, al Ser Supremo se le conoce como la Mónada, el Uno, el Absoluto Teleos Aion, Bythos (la Profundidad o la Gran Profundidad), Proarchē (Antes del Inicio ) y Hē Archē (el Comienzo) y el Padre Inefable. El Uno es la fuente primordial del pleroma, la región de la luz. Las diversas emanaciones de "el Uno" se llaman eones. En determinadas variaciones del gnosti-cismo, especialmente las inspiradas por Monoimo, la mónada era el dios supremo que creó dio-ses menores o elementos (similares a eones). En algunas versiones del antiguo gnosticismo, es-pecialmente las derivadas de Valentín el Gnóstico, una deidad menor conocido como el De-miurgo tuvo un papel en la creación del mundo material, adicionalmente a la función de la Mó-nada. En estas formas de gnosticismo, el Dios del Antiguo Testamento a menudo se considera que fue el Demiurgo, no la Mónada o, a veces, diferentes pasajes se interpretan referidas a una o a otro. Asi pues, la Monada no podría asociarse al Espíritu pues no es Dios sino una parte del mismo. Sin embargo, con las matizaciones adecuadas podemos entender que una cosa es la monada Divina – Dios – y otra la monada humana – la chispa divina de Dios que mora en noso-tros – el Espíritu. 10 No confunda este Yo Divino con el denominado Yo Superior que sería el Alma Divina, como ya hemos dicho, una cosa es el Espíritu y otra el Alma.
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Cuando se dice que somos como Dioses o que hemos sido hechos a ima-
gen de Dios nos referimos siempre al Espíritu y no al cuerpo físico. La verda-dera esencia del hombre y de todo Ser vivo de la creación es el Espíritu porque es una parte de Él, del Creador. Hasta que comprendamos que Él está en no-sotros y nosotros en El no iremos por el buen camino. La cosa se torna clara y diáfana ahora: Ser o No Ser.
El lugar natural de la monada – Espíritu - es el plano monádico. Es el
plano más elevado de todos, solo por debajo del plano Divino11. El Espíritu es puro. Entonces nos preguntamos ¿Por qué se integra con la materia y des-ciende hasta lo más bajo, hasta el Plano Físico o Material?
Simplemente porque es puro; pero no perfecto. El Espíritu – la monada
– es omnisciente en su Plano; pero desconoce por completo los otros Planos hasta que los experimenta y, para ello, debe “materializarse” cada vez más. De esta manera se diviniza la materia y se materializar el Espíritu en toda la Crea-ción.
En cierto modo el Espíritu debe involucionar, descender a su particular
VITRIOL, para comenzar de nuevo el ascenso. Del Espíritu a la forma y de la forma al Espíritu: ese es el camino. En el descenso y el ascenso atraviesa – vive – en todos los planos tomando consciencia de ellos, aprendiendo y compren-diendo la verdadera magnitud de la Creación.
Estamos ahora en condiciones de saber lo que es el hombre. El hombre
– el Ser Humano – es cuerpo, Alma y Espíritu. Pero maticemos más. El Espíritu es lo que en realidad somos y es a través del Alma que anima al Cuerpo que le permite auto conocerse y experimentar el mundo físico. La muerte del cuerpo se produce a causa del abandono del mismo por parte del Alma y el Espíritu.
11 Todas las escuelas hablan de diferentes planos de existencia, que no es más que una manera de sintetizar y poder explicar lo que es el mundo. Una escuela nos habla de plano mental, Astral, Monadico, Budico, etc. De modo que cada plano sería el mundo “normal” de cada uno de los cuerpos correspondientes. De ese modo, el cuerpo Astral “viviría” normalmente en el plano As-tral y la monada en el Plano monádico.
El Ser Humano - Que somos en realidad
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Abandonamos aquello que ya no precisamos, aquello que no es útil; por tanto, si se abandona el Cuerpo es porque ha dejado de ser necesario lo cual demues-tra que no somos el Cuerpo, pues uno no puede ser aquello que abandona.
La analogía del huevo empleada en muchas escuelas de misterios explica
cómo se mantiene la vida física y lo que somos en realidad. El huevo posee una cáscara, una clara y una yema donde se encuentra el germen. Si todo se man-tiene junto la vida puede surgir pero si se rompe el huevo todo se desparrama y la vida no aparece. La cáscara sería el cuerpo físico, si se rompe, si desaparece el cuerpo, la vida no es posible en el mundo material. El desparrame de la clara y la yema puede verse como el abandono del Alma y el Espíritu.
La clara – el Alma – puede verse como la portadora de todo lo necesario
para la vida pero el germen de la vida está en la yema, en el Espíritu. De este modo, la verdadera vida se encuentra en el Espíritu y el Alma la sostiene y ali-menta haciendo circular la vida a través de la materia.
Vemos por lo tanto que so-
mos Espíritus, pero no olvidemos que también somos Alma y Cuerpo. En esta vida somos el conjunto, somos el huevo. Si se rompe dejamos este mundo. Pero nuestras tres partes son parte de la misma esencia. Las tres fueron creadas por el Creador. Todo ha salido de Él. Los alquimistas anti-guos lo expresaban diciendo que “el cuerpo es el Espíritu conden-sado; el Espíritu es cuerpo sutili-zado y el Alma es el intermediario necesario”; por todo ello solo existe una “Materia única” que se condensa, sublima, diluye…para crear y formar todo lo conocido por el hombre.
El Ser Humano – Qué somos en realidad
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Terminemos con unas palabras de Hermes Trismegisto12 grabadas en su conocida “Tabla Esmeralda13”
“Y puesto que todas las cosas son Uno y provienen del Uno, por media-
ción del Uno. Así todas las cosas han nacido del Uno por adaptación”.
12 Hermes Trismegisto es el nombre griego de un personaje mítico que se asoció a un sincretismo del dios egipcio Dyehuty (Tot en griego) y el dios heleno Hermes. Hermes Trismegisto significa en griego 'Hermes, el tres veces grande'. Hermes Trismegisto es mencionado primordialmente en la literatura ocultista como el sabio egipcio, paralelo al dios Tot, también egipcio, que creó la alquimia y desarrolló un sistema de creencias metafísicas que hoy es conocido como herme-tismo. Para algunos pensadores medievales, Hermes Trismegisto fue un profeta pagano que anunció el advenimiento del cristianismo. Se le han atribuido estudios de alquimia como la Tabla de esmeralda —que fue traducida del latín al inglés por Isaac Newton— y de filosofía, como el Corpus hermeticum. No obstante, debido a la carencia de evidencias concluyentes sobre su exis-tencia, el personaje histórico se ha ido construyendo ficticiamente desde la Edad Media hasta la actualidad, sobre todo a partir del resurgimiento del esoterismo. 13 La Tabla de Esmeralda es un texto breve, de carácter críptico, atribuido al mítico Hermes Tris-megisto, cuyo propósito es revelar el secreto de la sustancia primordial y sus transmutaciones. Hasta el siglo XX las fuentes más antiguas conocidas eran manuscritos medievales, pero investi-gaciones posteriores han hallado predecesores arábigos en Kitab Sirr al-Khaliqa wa Sanat al-Tabia (c. 650 d.C.), Kitab Sirr al-Asar (c. 800 d.C.), Kitab Ustuqus al-Uss al-Thani (siglo XII) y Se-cretum Secretorum (c. 1140).
EL SUFISMO EN LA MASONERIA Herbert Oré Belsuzarri 33° Patriarca Gran Conservador
En un interesante libro “La Verdadera Historia de los Masones” de Jorge Blaschke y Santiago Río, este último, masón español, encontramos un interesante tópico: “Los Orígenes Sufis de la Masonería”.
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Para los investigadores Lacarriére, Lerof y Festugiére, el origen de la masonería hay que buscarlo en la secta de los sabeos. Según ellos, en esta rama semítica de origen babilónico se aprecian una serie de factores que podrían ser la base de una cierta masonería. Los sabeos eran artesanos y comerciantes, investigadores estudiosos que empleaban una catequesis teosófica metódicamente graduada. También practicaban un comunismo iniciático que propagaba un ritual de compañerismo, un entendimiento entre cuerpos de un mismo oficio. Los autores citados creen que constituyen el inicio de la masonería en este medio islámico. Si nos atenemos a su teoría, vemos que estos presuntos iniciadores de la masonería perecieron bajo los embates de las cruzadas y, teóricamente, su trabajo pasó a Occidente, dando a luz a órdenes como los templarios, que terminarían en la masonería. Los sufíes fueron acusados de tener unas raíces sabeas, al coincidir ciertos aspectos filosóficos de ambos pueblos. Cabe citar que los sabeos profesaban una doctrina helenística atribuida a Hermes, y se concentraron entre los siglos IX y XI, en Harran, al noroeste de Alepo, y también en la Alta Mesopotamia. Robert Graves es rotundo en cuanto a sus afirmaciones referentes al origen de los masones. Para el prolífico autor la masonería proviene de una sociedad sufi. Graves deduce que la masonería fue introducida en Escocia bajo el disfraz de un gremio de artesanos a principios del siglo XIV, gracias a los Caballeros del Temple. Esta orden, creada por san Bernardo, trajo abundante documentación requisada en sus correrías por el islam; por esta razón, al analizar los escritos de san Bernardo se encuentran pasajes cargados de una evidente mística sufi. Dentro de este contexto cabría recordar que tras la muerte de Jacques de Molay quemado en París en I3l4 -entre otras cosas acusado por Felipe el Hermoso de Francia y el Papa Clemente de escupir en la cruz y del beso “in a parte spine dorsi”, que para algunos sería el secreto Kundalini y no sodomía-,
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unos templarios huyeron a Escocia y otros a Alemania (en este último país se convertirían en los rosacruces), pero, en cualquier caso llevando con ellos una tradición sufi. Para Robert Graves existe entre los masones cierta oscura tradición relativa a un origen artesano sarraceno y más concretamente un origen sufí. Haydn, en Dictionary of Dates, cita a los historiadores masónicos indicando: “Se dice que los arquitectos de la costa africana, de religión mahometana la llevaron [la masonería] a España hacia el siglo IX”. Sir Richard Burton, masón y sufi, traductor de las Mil y una noches, ya señalo en su tiempo la estrecha relación existente entre los sufís y la masonería, destacando textualmente que “el sufismo es el pariente oriental de la francmasonería”. El fallecido Idries Shah Sayed, prolífico autor de libros y maestro sufí, explica que los tres instrumentos de trabajo de los masones son tres posiciones para la oración. Y que “Buiz” o “Boaz” y Salomón, honrados por los masones como constructores del templo de Salomón, no fueron, según Idries Shah, israelitas, sino arquitectos sufíes de Abd al-Malik. Los nombres auténticos de estos arquitectos, siempre bajo la versión de Idries Shah, habían sido Thuban Abdel Faiz (Izz) y su bisnieto Maaruf, hijo o discípulo de David de Tay, cuyo nombre sufista fue Salomón, por el hecho de ser hijo de David. En lo que respecta a las proporciones arquitectónicas fijadas para el templo, igual que la Kaaba de La Meca, se asegura que eran equivalentes a ciertas raíces árabes portadoras de mensajes sagrados y, cada una de sus partes quedaba relacionada con las demás en proporciones determinadas. Por otra parte, Salomón es venerado en el islam como un profeta, y el esoterismo islámico, es decir, el sufismo, lo considera el prototipo ejemplar de maestro de cierta vía espiritual con la que se vinculan especialmente las ciencias de orden cósmico. El poeta Muhyiddín ibn Arabi, en Fusus al-Hikan, consagra un capítulo a Salomón.
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Todo indica, pues, que Salomón, constructor del templo, origina dos corrientes tradicionales, la hermandad de constructores y la de los milites Templis Salomonis o templarios. Para muchos investigadores, la reforma de la masonería en Londres, a principios del siglo XVIII, cometió un grave error histórico, ya que confundió con hebreos sus términos sarracenos, por lo que la antigua tradición de un origen sufi quedó desvirtuada. Ted Hughes, en The Listener, abunda en la creencia de que la masonería tiene un origen sufí cuando destaca: “A menudo aparecen referencias a la doctrina secreta, alguna misteriosa hermandad, a parte del cristianismo, que supuestamente posee las claves de todo lo que ocurre en Occidente, y que trata de lo oculto: cartas de Tarot, sociedades secretas, rosacruces, masones, la Cábala. A hora está claro que, en realidad, todas esas cosas se originaron entre los sufies, y representan filtraciones degeneradas, extraviadas, de la doctrina... Así, muchos rompecabezas abandonados en el mundo, de repente, retornan a la vida”. Pierre Ponsoye, en El Islam y el Grial, revela parte de los paralelismos que se han mencionado entre los templarios y el islam, entre masonería y esoterismo islámico, y el mismo René Guenon, que transmitió los secretos y simbolismo que le aportó la masonería, se dio cuenta de que el origen de ésta tenía una gran influencia sufí. Ponsoye explica en su libro cómo el Gran Maestre del Temple era asistido reglamentariamente por un escribano sarraceno. Y cómo los templarios mantenían lazos de amistad e intercambio con los sultanes. Ni que decir tiene que las relaciones del Temple con el islam eran, ante todo, de orden iniciático, y por tanto sufí. Otro historiador, Armand Bédarrida, en Le livre d'instruction du Chevalier Kadosch, detalla que en los países de Oriente, los templarios armaban a musulmanes pertenecientes a ciertas sectas esotéricas provistas de una iniciación análoga a la suya. Precisamente una de las cosas que se les imputó a los Grandes Maestros de la Orden de los
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Templarios fue haber abierto la Regla, bajo instigación de los musulmanes, doctrinas extrañas. Para los sufíes contemporáneos, los masones tomaron su nombre y esquema de la organización de la Orden Babawin o Constructores, cuyo Gran Maestro fue Hassan al Bana, en el siglo XVI, en Egipto. Ya Bernard Springett –en Sectas Secretas en Siria, citando “Una historia abreviada de los Asesinos” de Ameer Ali- explica que “[...] los diferentes grados adoptados en la logia La Morada de la Sabiduría, en El Cairo, se convirtió en un modelo de todas las logias creadas posteriormente en la cristiandad”. España fue uno de los países que absorbió parte de la enseñanza esotérica procedente del sufismo. Cuando los ejércitos sarracenos entraron en España, los acompañaban los iniciados de las escuelas secretas sufís de esoterismo y junto con los rabinos y cabalistas judíos, fundaron en nuestro país centros de enseñanza. Algunos maestros fueron Ibn Masarra de Córdoba, Ibn Barajan de Sevilla, Abu Béker de Granada (nacido en Mallorca), e Ibn Casi de Agarabis en Portugal. Casi todos los vestigios de esta enseñanza fueron destruidos con la reconquista, por lo que buscar raíces sufís en la masonería española se ha convertido en una labor casi imposible.
Para los estudiosos de temas masónicos el origen real, así como los primeros “padres” de la masonería se ubican en el Oriente Próximo. Es la región del Oriente más próxima al Mediterráneo. Es considerado con frecuencia sinónimo de Asia Occidental, así como de Oriente Medio. Sus límites varían según su uso, pero en su sentido más común y tradicional incluye a Arabia Saudí, Bahréin, Chipre, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, Israel, Palestina, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar, Siria, Turquía, Yemen y
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Egipto. En ocasiones también se considera parte de esta región el Cáucaso Sur, compuesto por Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Oriente Próximo es la región histórica donde aparece primero la agricultura, el pastoreo, la civilización y la escritura, lo que se ha dado en llamar el Antiguo Oriente Próximo que inmediatamente nos trae a la memoria a los Sumerios, Acadios, Babilonios, Egipcios, Fenicios, Persas, Hebreos, Hititas, etc. etc.
Sumerios (rojo), Acadios (magenta), Babilonios (verde) y Asirios (amarillo).
Tomado de: “Religión y Masonería Tomo I – Herbert Oré”.
En las antiguas tradiciones escritas de los sumerios, encontramos que para ellos, al hombre lo crearon en E.din, un lugar ubicado entre los ríos Éufrates y Tigris. Y cuando se multiplicaron en gran cantidad, “los que del cielo bajaron” se ayuntaron con las hijas de los hombres y tuvieron descendencia. Esto generó controversias muy difíciles de superarse entre “los que del cielo bajaron”, y por esta razón decidieron que el inminente cataclismo, que asolaría la tierra y destruiría toda forma de vida, también destruya al hombre y los descendientes híbridos que habían procreado. Para este efecto hicieron un juramento, nadie debía “advertir al hombre sobre el cataclismo”.
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Ziuzudra es advertido.
Uno de ellos llamado Enki, alerto a un hombre de nombre Ziuzudra (Utnapistin) y le ayudo a construir una nave capaz de flotar en el agua, como efectivamente lo hizo y se salvó junto a su familia, llegando a encallar la nave en el monte Ararat. Descendieron allí y “los que del cielo bajaron” se sorprendieron que hayan sobrevivido. Entonces Enlil indignado pregunto ¿Quién y porque los habían salvado? Enki respondió, que él lo había hecho, porque era su hijo. Las evidencias antropológicas muestran que los primeros cultivos luego del gran cataclismo del Diluvio se iniciaron en las cercanías del monte Ararat, así como la ganadería y otras actividades. Estos hombres constituirían la primera civilización urbana, los
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sumerios, cuyas tradiciones posteriormente serán recogidas por el Tanaj y luego por la Biblia. Los sumerios dicen que el oficio de albañil o constructor, es un oficio sagrado y protegido por un “Me” que es uno de los decretos preordenados inmutables de los dioses o fuerza impersonal que fundamenta las instituciones sociales, las prácticas religiosas, las tecnologías, los comportamientos, costumbres y las condiciones humanas que hacen posible la civilización, tal como los sumerios la entendían y, sobre todo era para que entiendan la relación entre los humanos y los dioses, que garantizaría el equilibrio del universo y la sociedad. Así los constructores sumerios y otros oficios religiosos y no religiosos constituyeron sociedades secretas para preservar las enseñanzas “divinas” que no se podían divulgar a quienes no eran miembros de ella.
Conforme la población creció, se dispersaron en diferentes direcciones, algunos fueron a donde surgirán posteriormente la civilización egipcia y la hindú. Los sumerios, egipcios e hindús son culturas que construyen pirámides y se establecieron a orillas de ríos. Abram, ciudadano sumerio, saldrá de Ur una antiquísima ciudad, atendiendo el llamado de su dios y permanecerá en el desierto donde cambiara su nombre él y su esposa, por el de Abraham tras circuncidarse. El será el patriarca del pueblo hebreo. Sus descendientes: Ismael (hijo de Agar), Isaac (hijo de Sara), Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa (hijos de Cetura), formaran poblaciones, que practicaran tres religiones de origen común: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo, perteneciendo a este último los sufís. Cada una de estas religiones a partir del Tanaj, forjara su propio libro sagrado: Tanaj, Biblia y Corán.
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Abram sale de Ur.
Diversos documentos masónicos evidencian el origen de la masonería operativa vinculada a la religión cristiana y a la Biblia, sin embargo también acoge el pensamiento religioso pre cristiano de diversas culturas cuyos símbolos han permanecido hasta hoy en las logias. A partir de 1,717 se transformara la masonería operativa en masonería simbólica que hoy conocemos, con sus Constituciones, Templos Masónicos y Rituales de Grado. Los documentos antiguos de la masonería dicen que los orígenes de la orden están en los inicios del arte de la construcción, así el primer constructor fue Caín que construyo la primera ciudad llamada
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Enoc, antes del diluvio (Manuscrito Cook), La torre de Babilonia comenzó a erigirse, La más grande obra de cal y piedra Que jamás hombre alguno haya visto; Tan alta y grande fue pensada Que siete mil su altura sombra arrojaba (Manuscrito Regius). Durante la construcción de la torre de Babilonia, se hacía mucha masonería. El rey de Babilonia, que se llamaba Nemrod, era él mismo masón y amaba el oficio (Manuscrito Gran Lodge 1583, Manuscrito Dumfries 1710 y La Masonería Según Las Escrituras 1737), más adelante estos documentos dicen: Cuando Abraham y su esposa Sara llegaron a Egipto, habló de las siete artes a los egipcios. Es decir todos estos documentos sitúan a los primeros constructores después del diluvio en la torre de Babel, construido por Nemrod un ciudadano sumerio, y de allí se esparcieron por el mundo llevando su oficio de constructor y su creencia religiosa, hasta llegar finalmente al Imperio Romano, donde se perpetuaran en las religiones más importantes del mundo: El judaísmo, cristianismo e islamismo. El oficio de arquitecto y “albañil” o también llamado “masón”, como tal, su mención más remota lo ubica en “Sumeria”, como oficios regidos por los dioses y cuyo mal desempeño generaba sanciones y castigos, reglamentados en el Código de Hammurabi, el primero en su género; sin embargo es menester indicar que la palabra masón proviene de la palabra “macon” (persona hábil que hace o moldea algo, albañil), y procede de makon, vocablo germánico que significa hacer. Su raíz indoeuropea es mag (amasar, amoldar). La expresión Franc Macon, es una palabra francesa que significa “libre albañil”, y en ingles free-mason.
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George Washington, colocando “primera piedra”. Una de las costumbres más antiguas de los constructores, es la colocación de las piedras, ladrillos o clavos fundacionales, que aún en nuestra época es practicada. Esta costumbre ceremonial era
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muy solemne en la antigüedad y mantiene tal condición en la actualidad y se llama la colocación de la “primera piedra”. Pues bien, esta práctica también se originó en Sumeria y de allí llego hasta nuestros días. Por otra parte dentro del Código de Hammurabi (1728 a.C.) estaba reglamentado el pago del trabajo del albañil y arquitecto, así como las sanciones para estos oficios. Como se puede ver, el origen real, así como los primeros “padres” de la masonería se ubicaron en el Oriente Próximo. Si bien es cierto que la tradición más aceptada es la que defiende que el origen de la masonería está en los gremios de constructores medievales, también es posible pensar que estos solo sirvieron de vehículo para poner en marcha una institución de gran importancia en Occidente. Los que así lo hicieron, es decir, los que se valieron de los gremios de constructores medievales para empezar a edificar las bases de la institución masónica, eran portadores de un germen que comportaba conocimientos esotéricos, iniciáticos, simbólicos y evolutivos de la mente y la conciencia humana. Por eso no es difícil imaginar a unos muy pocos iniciados entre los masones constructores de la masonería operativa, que crean rituales, bases del secretismo, grados y una disciplina esotérica para fundamentar logias a las que más tarde empiezan a incorporarse masones aceptados (siglos XVII y XVIII), es decir, gente de otras disciplinas ajenas a los constructores, entre los que hay personajes singulares que aportan a la institución más profundidad y sabiduría. Pero ¿Quiénes fueron esos personajes capaces de atraer a otros grandes pensadores? La respuesta a esta gran pregunta quizá sea el gran secreto de la masonería, ya que estamos hablando de
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hombres superiores que se dieron cuenta de que Occidente debía tener una institución que estableciese y guiase los valores humanos de una Europa que salía de la oscuridad. Oriente ya había forjado sus bases en filosofías como el zen, el budismo, el sufismo y el taoísmo. Es decir ¿el Oriente estaba más adelantado que occidente? Si. Para muchos esta afirmación puede parecer atrevida, sin embargo bastara mencionar que la cultura occidental, desde que desapareció el Imperio Romano, y como consecuencia de la magistral creación del Emperador Constantino I, en el Concilio de Nicea de la religión Cristiana Apostólica y Romana, esta se había transformado en la religión oficial del imperio con todas las prerrogativas de tal, que incluía la persecución de las otras manifestaciones religiosas. En esta persecución eliminaron toda forma de expresión filosófica y religiosa que pueda oponerse a ella o pueda generar controversia. Y como consecuencia de tal actuación deleznable, el mundo occidental quedo sumido en la más espantosa ignorancia, ya que los hombres y mujeres de ciencia también fueron pasto de estas razias religiosas. Como muchas religiones y creencias, las sociedades iniciáticas como la masonería fue perseguida y destruidos muchos de sus documentos. Pero la mayor destrucción de textos masónicos no vino de fuera de la institución, sino que fueron los propios masones quienes eliminaron la documentación. Los hechos acaecieron a partir de 1717, cuando pidió a todos los masones que entregaran a La Gran Logia de Londres los viejos archivos, documentos y antiguos deberes que obraban en su poder o en sus logias. Así se reunieron muchos documentos de gran valor hasta que en 1720, siendo Gran Maestro G. Payne, como narra el propio Anderson, algunos hermanos decidieron quemar
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muchos de los documentos con el propósito de que no cayera en “manos de extranjeros”. La pérdida es invaluable porque se arrancó y elimino miles de páginas de la historia masónica y sus raíces. La mayor parte de los libros masónicos se imprimen a partir de 1800, el material anterior a esta fecha es muy escasa y por ello de gran valor. Estos documentos son el Manuscrito Regius de 1390, así como el denominado Harleian de 1670, y las Old Charges, a los que se les denomina Manuscritos Antiguos de 1686.
Las Constituciones de Anderson.
En 1721 el pastor presbiteriano Anderson, junto con el pastor anglicano J.T. Desaguliers, terminaron de redactar Las Constituciones de Anderson, que fueron aprobados por catorce hermanos masones con algunas enmiendas en 1722, y se convirtieron en el texto más importante de la francmasonería. Fueron las primeras Old Charges impresas de la historia de la masonería, junto con las Constituciones de J. Roberts, también de
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1722. Se publicaron en 1723, siendo el Gran Maestro el duque de Wharton. Anderson conocía la lengua hebrea y privilegió en las Constituciones la historia del pueblo hebreo, vinculándolo a la masonería. Así las Constituciones de Anderson basa los orígenes de la masonería en la Biblia y entonces se afirmará que Noé y sus hijos eran masones, como también Moisés, que guío a su pueblo de masones y que los reunía en una logia general y regular. Ya se dijo y son pocos los que aún no aceptan que el Génesis de la Biblia recoge antiguas tradiciones sumerias, escritas en tablillas de barro cocido que constituyen la más antigua expresión escrita de la humanidad. Así tenemos en la Biblia que Noé, llamado por los sumerios Ziuzudra y Utnapistim por los acadios, se asentó inicialmente con sus hijos en las cercanías del monte Ararat luego del diluvio y de allí se dispersaran por todo el Oriente Medio luego del incidente de la Torre de Babel. Bereshit 10 o Génesis 10. Los descendientes de los hijos de Noé 1Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio. 2 Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. 3 Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma. 4 Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. 5 De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones. 6 Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. 7 Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán. 8 Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.
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9 Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. 10 Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. 11 De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala, 12 y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande. 13 Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim, 14 a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim. 15 Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het, 16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo, 17 al heveo, al araceo, al sineo, 18 al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos. 19 Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa. 20 Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones. 21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet. 22 Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas. 24 Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber. 25 Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán. 26 Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera, 27 Adoram, Uzal, Dicla, 28 Obal, Abimael, Seba, 29 Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán. 30 Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente. 31 Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.
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32 Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio. De esto se puede colegir que los descendientes de los hijos de Noé, que fueron tres: Sem, Cam y Jafet, fueron a poblar diferentes áreas del Oriente Medio. Los descendientes de Sem la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente. Los descendientes de Cam iniciaron su reino en Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala, y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande. Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa. Los hijos de Jafet, éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones. De los descendientes de Sem, nacerá Abraham el ciudadano sumerio que saldrá de Ur, una antigua ciudad Sumeria, para dar luego origen con sus descendientes a las tres religiones más importantes de la humanidad: Judaismo, Cristianismo e Islamismo. Estas tres religiones reconocen a Abraham como su Patriarca, y el sufismo como parte del islamismo también. En consecuencia afirmar que los orígenes de la masonería tienen que ver con el sufismo es correcta, como parte del islamismo y ambos junto al judaísmo y cristianismo, completan el escenario religioso del Medio Oriente, donde se originó y de allí partieron los primeros “padres” de la masonería basándonos en las tablillas sumerias, el Tanaj, la Biblia y el Corán. Una mención importante de debe hacer a la Tora, llamada también “La Ley” por el pueblo hebreo, que son los primeros cinco libros del Tanaj (Bereshir = Génesis, Shmot = Exodo, Vayikra = Levítico, Bamidbar = Números
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y Dvarim = Deuteronomio), que luego formaran parte del Antiguo Testamento de la Biblia cristiana y servirá como base también al Corán. El místico islámico Jalal ad-din Rumi, famoso por sus poesías del amor y su mística sufí expresaba lo siguiente: ¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo.
No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán.
No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios.
No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego.
No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad.
No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia.
No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán.
No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán.
Mi lugar es el sin lugar, mi señal es la sin señal.
No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado.
He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno;
Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo.
Los que consideran que la masonería tiene origen egipcio con justa razón preguntaran ¿Qué hay de esta hipótesis? La respuesta está implícita en el Génesis 10, ya que antiguamente a Egipto se llamó “Mizraim” o tierra roja, y allí fueron los hijos de Cam, lo cual es corroborado por la antropología, ya que Sumería es anterior a Egipto y la India. Las construcciones piramidales más antiguas son las sumerias, seguidas por las egipcias e hindú en esa parte del mundo. Y si atendemos a lo que dicen las tablillas sumerias, encontraremos que luego del diluvio las primeras ciudades que se re edificaron fueron las sumerias y posteriormente las del áfrica a donde fue a parar “Enki” por disposición de “Enlil”.
41
Signo iniciático en Egipto: Tomado del libro “Masonería: Orígenes y Desarrollo Actual” – Herbert Oré.
Es menester indicar, que los masones (albañiles), como oficio regulado por las leyes y aspectos religiosos, tuvieron su origen en Sumeria, de allí conforme a las tradiciones partieron a diferentes partes del Medio Oriente, como indican las tablillas de barro, la Biblia y la Tora. Y todas las culturas que se formando en esta área geográfica tuvieron organizaciones iniciáticas, algunas de corte militar, religioso o de oficios, como es el caso de los constructores o albañiles, actualmente conocidos como masones, en cuyo seno guardan antiguas tradiciones expresadas a través de sus símbolos, ritos y rituales.
Espacio para el texto
42
BIBLIOGRAFIA. Biblia, Reina-Valera 1960, http://www.buscad.com/biblias/reina-valera-1960.html Herbert Oré B., ¿Dónde Están los Hijos de Caín?, http://www.amazon.com/%C2%BFDONDE-ESTAN-HIJOS-CAIN-Spanish-ebook/dp/B00QIYH1VI/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1427503700&sr=8-2&keywords=herbert+ore Herbert Oré B., Masonería: Su Origen y Desarrollo Actual, http://www.amazon.com/%C2%BFDONDE-ESTAN-HIJOS-CAIN-Spanish-ebook/dp/B00QIYH1VI/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1427503700&sr=8-2&keywords=herbert+ore Herbert Oré B., Religión y Masonería, Tomo I, Tomo II, http://www.amazon.com/%C2%BFDONDE-ESTAN-HIJOS-CAIN-Spanish-ebook/dp/B00QIYH1VI/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1427503700&sr=8-2&keywords=herbert+ore http://www.amazon.com/%C2%BFDONDE-ESTAN-HIJOS-CAIN-Spanish-ebook/dp/B00QIYH1VI/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1427503700&sr=8-2&keywords=herbert+ore Jorge Blaschke y Santiago Río, La Verdadera Historia de los Masones, Edit. Planeta, 208 Págs. NOTA IMPORTANTE. Los libros de Herbert Oré que son distribuidos por “Amazon”, pueden ser leídos en forma gratuita, visite: http://www.amazon.com/s/ref=nb_sb_ss_c_0_11?url=search-alias%3Ddigital-text&field-keywords=herbert+ore+belsuzarri&sprefix=herbert+ore%2Caps%2C671
LA REVOLUCIÓN FRANCESA Y
LA REVOLUCIÓN QUITEÑA
DE 1809 Jorge Núñez Sánchez
Academia Francmasónica
Ecuatoriana
Resumen
Hay una indudable influencia de la Revolución
Francesa en nuestra independencia y la conciencia
libertaria, y ambos procesos son parte de las
revoluciones burguesas. El antecedente es la
situación de Hispanoamérica y de Quito en el siglo
XVIII, que vivía una dominación, debilitamiento
de la dependencia, consolidación socioeconómica
y política de los criollos, a lo que se suma las
reformas borbónicas y la expulsión de los jesuitas,
en la recolonización económica emprendida por la
metrópoli, lo que produjo resistencia social
manifestada en protestas y levantamientos. Los
primeros contactos entre Quito y Francia se dieron
en las expediciones científicas, influenciadas por
la Ilustración, como la Misión Geodésica
Francesa, que reveló una Ilustración quiteña y
produjo una conciencia geográfica. El despotismo
ilustrado de Carlos III permitió la circulación de
las ideas, principalmente en las universidades
coloniales, incluyendo Quito, lo que permitió el
acceso a libros prohibidos de notables pensadores
y produjo la madurez intelectual de la élite criolla,
que fortaleció su naciente proyecto nacional,
criticó el eurocentrismo de algunos ilustrados
europeos, que justificaba el colonialismo, y se
formó una inicial conciencia política. Las noticias
de la Revolución Francesa en Hispanoamérica
produjeron sorpresa y represión de la monarquía
española a los hechos revolucionarios. En este
contexto llegó la Francmasonería, que brindó en
sus logias espacios de libertad dentro del despotismo imperante y constituyeron focos de
pensamiento revolucionario. Sin embargo, había
límites de la insurgencia criolla, determinada por
los intereses económicos y de clase, de los que
aspiraban a que la emancipación los convirtiese en
clase dominante del poder político. Por esto la
Revolución Quiteña estaba condenada al fracaso.
44
INTRODUCCIÓN
Es ya un tópico de la historia latinoamericana hablar sobre la influencia
de la Revolución Francesa en la Independencia de América Latina. La
historiografía liberal se empeñó en destacar esa influencia, al punto de
mostrar a nuestro proceso emancipador como un efecto histórico de la
gran transformación francesa. De su parte, la historiografía conservadora
buscó minimizar esa influencia y destacar lo que nuestra emancipación
tuvo de propio y particular. Vistas las cosas con objetividad, es obvio que
esa influencia existió y que varias ideas revolucionarias de Francia
alimentaron el ideario de nuestros próceres, en especial las contenidas en
la “Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano”, aunque el
proyecto político fundamental de los insurgentes hispanoamericanos
surgió de su propia realidad y se alimentó de su particular conciencia
liberadora.
Por lo demás, ambos procesos formaron parte del ciclo de revoluciones
burguesas del mundo occidental, que comenzó con la Independencia de
los Estados Unidos (1775-1783), continuó con la Revolución Francesa
(1789-1799), siguió con la Revolución Haitiana (1791-1804) y culminó
con la Independencia de Hispanoamérica (1809-1824).
HISPANOAMÉRICA Y QUITO EN EL SIGLO XVIII
A fines del siglo XVIII, cuando ya llevaba tres siglos la presencia
española, Hispanoamérica seguía siendo un espacio colonial de grandes
proporciones geográficas, que se extendía desde California hasta la
Patagonia y desde el Atlántico hasta el Pacífico. Y aunque formalmente
continuaba todavía bajo el dominio de la corona española, en su seno
bullían fuerzas sociales y económicas que ponían en cuestión el otrora
seguro y absoluto dominio metropolitano.
A la hora en que estalló la Revolución Francesa, en julio de 1789,
Hispanoamérica vivía una crisis, exactamente una “crisis de
dominación”, que se expresaba en una cada vez más endeble dependencia
45
económica con relación a la metrópoli y en un paralelo desarrollo de las
fuerzas productivas internas. Este fenómeno, iniciado en el siglo XVII,
determinaba que la mayor parte de la riqueza producida en la América
española se invirtiese o acumulase en su mismo territorio en gastos de
defensa y administración, construcción de obras, pago de sueldos y
obligaciones oficiales, adquisición de abastecimientos para la industria
minera y otros similares, por lo que el tesoro remitido anualmente a
España equivalía apenas a un 20 por ciento de la riqueza total producida.
Otros fenómenos conexos expresaban también el progresivo
debilitamiento de los lazos de dependencia económica entre las colonias
hispanoamericanas y su metrópoli. Un vigoroso desarrollo de la
agricultura y una creciente producción manufacturera, habían terminado
por marcar una creciente independencia americana frente a los
abastecimientos de la metrópoli, que provenían en su mayor parte de
terceros países, con lo cual la riqueza americana remitida a España
terminaba en gran medida en otras manos. A su vez, el comercio
intercolonial se había vuelto cada vez más amplio, gracias al desarrollo
de buenos astilleros -como los de Guayaquil, Cartagena y La Habana- y
la posesión de importantes flotas mercantes por parte de algunas colonias.
Esto determinó que también las colonias no mineras, que poseían una
economía de plantación (como Venezuela o Quito), exportaran sus
productos a otros territorios coloniales o los vendieran a comerciantes de
otros países. También en el plano de la defensa, Hispanoamérica
dependía fundamentalmente de sus propias fuerzas y recursos, con lo cual
el último lazo de dependencia con España se había vuelto también
innecesario.
La estructura social hispanoamericana reflejaba en gran medida esos
profundos cambios ocurridos en la economía colonial. Había surgido una
poderosa clase de colonos criollos, formada por hacendados, plantadores,
mineros, comerciantes y armadores de barcos, cuyos intereses se
orientaban hacia la expansión y la acumulación, por lo que chocaban
frecuentemente con los de la corona, orientados al simple expolio
colonial.
46
Esa consolidación económica y social de la clase criolla también tuvo
notables efectos en el campo político. Los colonos criollos, también
llamados “españoles americanos”, descendían en su mayor parte de los
conquistadores y colonizadores de estas tierras, por lo que reclamaban
para sí un papel preponderante en la administración colonial, que en la
práctica estaba en manos de un grupo de burócratas venidos de la
península, que tenían como únicos objetivos mantener la sujeción de
estos territorios a la metrópoli y obtener los mayores ingresos posibles
para la corona. Fue así como en las colonias españolas de América llegó
a constituirse un “poder dual”, entre una “clase dominante a medias”, la
criolla, que controlaba todos los medios de producción fundamentales y
los circuitos económicos internos, y una casta burocrática (la de los
“chapetones” o “gachupines”) que detentaba el poder político en
representación de la clase dominante metropolitana.
Esa rivalidad conflictiva entre criollos y chapetones había tenido
múltiples ocasiones de manifestarse a lo largo de la historia colonial, pero
en el siglo XVIII alcanzó una virulencia inusitada, expresada en motines,
rebeliones y alzamientos ciudadanos, dirigidos por los Cabildos, centros
del poder criollo, y enfilados contra el poder colonial, radicado en
Virreyes, Capitanes Generales, Presidentes de Audiencias o autoridades
menores.
Esa situación de independencia económica “de facto” que existía en
Hispanoamérica tuvo que enfrentar, a partir de 1763, un nuevo esfuerzo
imperialista de España, donde el rey Carlos III, motivado y asesorado por
un grupo de notables ministros, formados en el espíritu de la Ilustración,
había decidido restaurar el dominio colonial en toda su plenitud, como
medio básico de impulsar el desarrollo económico y reforzar el poder
imperial de España.
Una común lógica colonialista hizo que las monarquías española e
inglesa iniciaran paralelamente, hacia 1765, una ofensiva política contra
sus respectivas colonias americanas, que en ambos casos se proponía la
reconquista económica de éstas. Tanto Inglaterra como España habían
llegado a la conclusión de que la creciente autonomía económica de sus
47
colonias amenazaba las posibilidades de desarrollo metropolitano, por lo
que se imponía una recolonización económica, que eliminara las
tendencias de crecimiento autárquico de sus espacios coloniales y los
sometiera a un nuevo y más eficiente sistema de expolio colonial.
Ambas políticas de reconquista económica tenían signos comunes. Uno
era la prohibición de que en las colonias se establecieran nuevas fábricas,
que en el caso español incluía medidas para liquidar las manufacturas
existentes, en busca de estimular el desarrollo de la industria
metropolitana y convertir a las respectivas colonias en mercados cautivos
de ésta. Otra iniciativa común era el establecimiento o reforzamiento de
los sistemas monopólicos de comercio colonial, con miras a incrementar
las utilidades metropolitanas y controlar más directamente a ciertos
sectores productivos de las colonias.
Pero esos paralelos esfuerzos de reconquista económica produjeron
distintas reacciones en la América Inglesa y la América Española, en
razón de las diversas realidades sociales y políticas preexistentes en cada
una. En Norteamérica, la reacción fue prácticamente inmediata, pues su
población inició un boicot a los productos ingleses y se amotinó contra
las autoridades coloniales (1770), en un proceso de insurgencia que, a
partir de 1775, alcanzó el nivel de insurrección armada, en 1776 fue
consagrado por la “Declaración de Independencia” de las trece colonias
y en 1781 culminó triunfalmente, con la rendición británica en Yorktown.
En la extensa y más compleja América Meridional, la reacción criolla fue
lenta y conllevó un largo proceso de acumulación de fuerzas y toma de
conciencia por parte de los sectores sociales afectados. Empero, el
resultado final fue el mismo que en las colonias inglesas del norte: la
búsqueda de emancipación política, que se inició en 1809 con la
Revolución Quiteña, y concluyó quince años después, en la batalla de
Ayacucho, tras un violento y generalizado proceso de independencia.
Recolonización y resistencia social
Una de las primeras acciones de la recolonización impuesta por las
“reformas borbónicas” fue la reorganización administrativa del imperio
48
colonial americano. Se crearon nuevos virreinatos, como el de Nueva
Granada y el de Río de la Plata, y surgieron nuevas unidades
administrativas, a la par que se nombraron nuevos funcionarios, los
intendentes, que reemplazaron a los corregidores y alcaldes mayores y se
convirtieron en el más concreto mecanismo de la recolonización. En
general, la administración fue fortalecida y modernizada, con miras a
liquidar ese “poder dual” que hasta entonces había existido y era la más
notoria prueba de la debilidad del poder metropolitano en tierras de
América.
El primer golpe de la reconquista contra el poder criollo fue la expulsión
de los jesuitas (1767), ejecutada al mismo tiempo en todo el continente.
La medida obedecía sin duda a un frío cálculo político. Al expulsar a los
jesuitas y apoderarse de sus recursos y propiedades, la corona liquidaba
el poder bancario que financiaba a los propietarios y empresarios criollos,
debilitaba la capacidad económica de éstos, obtenía grandes riquezas y
eliminaba una parte sustancial del poder latifundista en sí mismo. A su
vez, en el plano político, privaba al criollismo de su élite intelectual, pues
la mayor parte de los jesuitas extrañados era de origen criollo y provenía
de las grandes familias locales; al mismo tiempo, se rompía en gran
medida el vínculo social establecido entre la Iglesia y la clase criolla.
Las reformas borbónicas terminaron por agravar la oposición entre
criollos y chapetones, por sublevar a las masas mestizas e indígenas y por
crear una conciencia de identidad entre la intelectualidad americana. Lo
que es más: al calor de la resistencia social a la reconquista, el
pensamiento criollo logró hegemonía en la sociedad hispanoamericana,
de modo que sus reivindicaciones dejaron de ser exclusivas de una élite
para pasar a influir cada vez más en el pensamiento de las masas
populares.
La primera protesta popular se dio en Quito, el año de 1765. Esta
Audiencia era asiento de una de las más desarrolladas economías
coloniales y uno de los más rebeldes núcleos de pensamiento criollo, y
entre 1592 y 1593 había protagonizado la formidable “Revolución de las
Alcabalas”, cuyos líderes llegaron a cuestionar públicamente la
49
autoridad real y a proclamar tempranamente su voluntad de
independencia. La nueva revuelta, ocasionada por la imposición del
Estanco de aguardiente y la Aduana para los víveres, se hizo bajo la
consigna de “¡Mueran los chapetones y abajo el mal gobierno!”. Las
masas insurrectas vencieron a las tropas reales y destituyeron a las
autoridades, pero carecieron de liderazgo y proyecto político, por lo que
finalmente se desbandaron.
Ese mismo año se produjo el levantamiento de los mayas de Yucatán
contra los tributos, liderado por Jacinto Canek. Y en 1780 estalló la
revolución india de Túpac Amaru, en el Perú, que llegó a movilizar un
ejército de 200.000 hombres y a poner en jaque a las autoridades del
Virreinato. Proclamándose nuevo Inca, Túpac Amaru afirmó
entonces: “Los reyes de Castilla me han tenido usurpada la corona y
dominio de mis gentes, cerca de tres siglos, pensionándome a los vasallos
con sus insoportables gabelas, tributos, lanzas, sisas, aduanas,
alcabalas, catastros, diezmos, Virreyes, Audiencias, Corregidores y
demás Ministros, todos iguales en la tiranía; estropeando como a bestias
a los naturales de este Reino” (Picón Salas, p. 183).
Poco después, en 1781, estalló el movimiento de los comuneros del
Socorro, en la Nueva Granada, producido también por los nuevos
impuestos coloniales. Una tropa entre mestiza e indígena, de más de
20.000 hombres, cercó al poder colonial y lo obligó a firmas las
“Capitulaciones de Zipaquirá”, por las que se abrogaban los impuestos
y estancos, se reconocían los derechos indígenas a la tierra y el derecho
de los criollos a ocupar los altos cargos administrativos. Su líder, José
Antonio Galán, llegó a proclamar el fin del colonialismo español: “Se
acabó la esclavitud”. (Ocampo, pp. 58 y 59).
Aunque todos estos movimientos fueron finalmente derrotados, lo cierto
es que minaron profundamente el sistema colonial y estimularon el
desarrollo de una nueva conciencia americana. Una buena muestra de
esta fue la representación que el Cabildo de la Ciudad de México dirigió
al rey, en 1771: “(El español) viene a gobernar unos pueblos que no
conoce, a manejar unos derechos que no ha estudiado, a imponerse a
50
unas costumbres que no ha sabido, a tratar con unas gentes que nunca
ha visto…Nunca nos quejaremos que los hijos de la antigua España
disfruten de la dote de su madre; pero parece correspondiente que quede
para nosotros la de la nuestra. Lo alegado persuade, que todos los
empleos públicos de la América, sin excepción de algunos, debían
conferirse a sólo los españoles americanos, con exclusión de los
europeos…” (Morris et al., 1976, I, pp. 49-52).
Enfrentados a la creciente resistencia criolla, los administradores
coloniales buscaron acentuar su control sobre la sociedad colonial,
convencidos de que su reconquista económica era la única garantía de
pervivencia del colonialismo. El Ministro de Indias, José de Gálvez,
escribía en 1778 al Virrey de Nueva Granada, respecto al “libre
comercio” decretado por la corona: “Los americanos pueden hacer el
comercio entre sí de unos puertos a otros, dejando a los españoles de
esta península el activo con ellos”. A su vez, el Virrey del Perú, Gil de
Taboada, afirmaba ese mismo año: “La seguridad de las Américas se ha
de medir por la dependencia en que se hallen de la metrópoli, y esta
dependencia está fundada en los consumos. El día en que contengan en
sí todo lo necesario, su dependencia sería voluntaria”. Por su parte, el
Virrey de México, conde de Revillagigedo, instruía a su sucesor en
parecidos términos: “No debe perderse de vista que esto es una colonia
que debe depender de su matriz, la España,…lo cual cesaría en el
momento en que no se necesitase aquí de las manufacturas europeas y
sus frutos” (Lynch, 1973, 23-24).
LOS PRIMEROS CONTACTOS ENTRE QUITO Y
FRANCIA: LA ILUSTRACIÓN.
El movimiento cultural de la Ilustración impulsó en el siglo XVIII la
realización de varias expediciones científicas europeas, que buscaban
conocer mejor la geografía, demografía, mineralogía, flora y fauna del
Nuevo Mundo, tanto por conveniencias comerciales y políticas como por
verdadera curiosidad científica. Ellas fueron un gran estímulo para el
desarrollo de la vida intelectual americana.
51
Destacó en esos empeños Francia, aunque también se sumó a ellos
España, donde los reyes de la casa de Borbón, muy influenciados por la
Ilustración francesa, se interesaron por conocer mejor sus posesiones
coloniales, para afianzar su dominio político sobre ellas. En concreto, su
interés apuntaba al levantamiento de mapas de los territorios, costas y
fronteras de Hispanoamérica y a la elaboración de un inventario de sus
riquezas naturales, que permitiera racionalizar la explotación de esos
recursos. Así se crearon las condiciones y circunstancias adecuadas para
una primera aproximación entre Francia, una gran potencia europea, y el
país de Quito, una alejada posesión española en Sudamérica.
En 1736 arribó a la Audiencia de Quito la Misión Geodésica Francesa,
organizada por la Academia de Ciencias de París, con el fin de medir un
grado del meridiano terrestre y comprobar, de esa manera, la verdadera
forma de la tierra, además de determinar su longitud, cuestión útil para la
cartografía y la navegación marítima. La expedición estaba presidida por
el sabio Louis Godin y compuesta, además, por los académicos Pierre
Bouquer y Carlos María de la Condamine y los señores Jussieu, Verguin,
Morainville, Godin des Odonnais, Servieques y Hugo. Sus trabajos
fueron autorizados por el rey Felipe V de España, bajo la condición de
que participaran en ellos dos científicos españoles, que fueron los
tenientes de navío Jorge Juan y Santacilia y Antonio de Ulloa.
Esa expedición produjo un notable efecto cultural y político en el país
quiteño. Entre otras cosas, reveló a Europa la existencia de un inicial
movimiento de Ilustración en Quito, cuyo más alto exponente era el
científico riobambeño Pedro Vicente Maldonado, formado en la
universidad de San Gregorio. Interesado en el conocimiento de la
naturaleza y geografía de su país, éste se había dedicado desde su
juventud a explorar diversas regiones para estudiar su relieve, orografía
y vías. Así, a los 21 años dibujó su primera carta geográfica y desde
entonces no paró en el esfuerzo de recorrer selvas, trepar montañas,
navegar ríos, abrir caminos y, sobre todo, cartografiar las diversas
regiones quiteñas. También se esforzó en trazar y abrir nuevas rutas de
comercio, que ayudaran a restablecer la economía manufacturera y
52
exportadora del centro quiteño, afectado por la apertura de la ruta del
Cabo de Hornos al comercio internacional y la consecuente invasión de
textiles ingleses de bajo precio. En este plano, su mayor logro fue
el Camino de Malbucho, entre Quito y la costa de Esmeraldas, destinado
a ser parte de una nueva ruta de comercio hacia Panamá, que vinculara al
centro quiteño, de modo directo y pronto, con las rutas comercio hacia
Europa y Asia (Filipinas).
Para cuando llegó a Quito la expedición geodésica francesa, los trabajos
y conocimientos de Maldonado eran tan avanzados que causaron el
asombro de los científicos visitantes, quienes lo invitaron a participar de
sus labores. Más tarde, La Condamine lo presentó a la Academia
Francesa de Ciencias y la Real Sociedad Científica de Londres, que lo
eligieron como miembro académico extranjero y también lo ayudó a
preparar la impresión de su Carta Geográfica de la Audiencia de Quito.
Por desgracia, Maldonado falleció en Londres en 1748, en la víspera de
su ingreso a la Real Sociedad Científica.
Con todo lo significativas que fueron sus obras tangibles, el aporte más
importante que hizo Maldonado a su país, a sus contemporáneos y a las
futuras generaciones ecuatorianas, fue aquella intangible conquista
espiritual que fue el desarrollo de una “conciencia geográfica” quiteña,
que dio sustento físico a la naciente mentalidad patriótica de los criollos.
Y hay que reconocer que la presencia de la Misión Geodésica
Francesa fortaleció esa matinal conciencia de los quiteños sobre su
propio territorio.
ILUSTRACIÓN EUROPEA VERSUS ILUSTRACIÓN
AMERICANA
Uno de los efectos colaterales del “despotismo ilustrado” de Carlos III
fue que permitió, como nunca antes, la libre circulación de las ideas en
Hispanoamérica. Ello dio lugar, por una parte, a que los círculos
intelectuales latinoamericanos -constituidos básicamente alrededor de las
universidades coloniales, como en México, Quito, Chuquisaca, Santa Fe-
53
pudieran intercambiar ideas y proyectos, recibir las influencias de la
revolución norteamericana y, sobre todo, del pensamiento liberal español
y la Ilustración europea.
En el caso de Quito, esto vino a sumarse a la autorización que, desde
antiguo, poseían los colegios reales de San Luis y San Fernando, y sus
respectivas universidades (de San Gregorio y Santo Tomás de Aquino),
para tener en sus bibliotecas libros prohibidos por el Index Librorum
Prohibitorum et Expurgatorum de la Iglesia Católica. A consecuencia de
todo ello, en las universidades quiteñas existieron y se leyeron obras de
autores europeos prohibidos por las autoridades y, para la segunda mitad
del siglo XVIII, la nómina de esos autores incluía a Rabelais, La
Fontaine, Descartes, Montesquieu, Montaigne, Spinoza, Copérnico,
Galileo, Kepler, Hume, Condorcet y Bentham. Luego de la expulsión de
los jesuitas, en 1767, y declarada oficialmente la extinción de la
Universidad de San Gregorio en 1769, se dispuso la fusión de ambas
universidades quiteñas en la Real y Pública Universidad de Santo Tomás
(1786), cuya biblioteca heredó los ricos fondos bibliográficos de las
anteriores y adquirió nuevos libros. El resultado final fue una formidable
biblioteca, en donde la juventud estudiosa de Quito podía leer no solo los
libros prohibidos por el Indice inquisitorial, sino algo todavía más
atractivo y actual, que eran los libros de los pensadores liberales
franceses, ingleses y norteamericanos, tales como Rousseau, Voltaire,
Montesquieu, Locke, Smith, Adams y Jefferson.
Sobresaliendo entre todos ellos estaba la obra más afamada, prohibida y
perseguida del mundo occidental de entonces: La Enciclopedia o
Diccionario razonado de las ciencias, las artes y de los oficios,
monumental obra en 17 volúmenes, que fuera publicada entre 1751 y
1772, bajo la dirección de Diderot y D’Alembert. Esta obra pretendía
hacer un inventario de todo el conocimiento acumulado por la
humanidad, desechando toda banalidad y superficialidad, y mediante una
crítica implacable a todos los ídolos, prejuicios y errores levantados en
oposición a la razón. Era también una obra de vanguardia en la defensa
de las libertades, la exaltación de la razón sobre la fe y la promoción de
54
la técnica moderna como instrumento para alcanzar el progreso material
y la felicidad humana.
Ese ejemplar de la Enciclopedia, que fuera manejado por el bibliotecario
doctor Eugenio Espejo y leído con fruición por varios alumnos de la
universidad quiteña, hoy forma parte del Fondo Histórico de la Biblioteca
General de la Universidad Central del Ecuador -heredera directa de la
Real y Pública Universidad de Santo Tomás- junto con muchas otras
obras de los autores antes mencionados. Y la exhibición de tales libros
en esta Exposición es la prueba más elocuente de los vínculos
intelectuales que hubo entre el pensamiento liberal europeo, y
particularmente el francés, con el pensamiento patriótico quiteño de fines
del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.
Naturalmente, la lectura de esas obras produjo un significativo efecto
intelectual entre los jóvenes ilustrados quiteños, que de ellas extrajeron
ideas tales como la soberanía popular, la supremacía de la razón y la
necesidad de progreso económico y reformismo social para su país.
Además, junto con la idea ilustrada de “progreso”, empezaron a
difundirse por Hispanoamérica los conceptos de “patria” y “patriota”,
que previamente se habían difundido en Francia desde 1750.
La madurez intelectual de la élite criolla americana, y particularmente de
la quiteña, se puso entonces de manifiesto: a la par que asimilaba los
principios políticos y económicos del liberalismo europeo y los utilizaba
para fortalecer su naciente proyecto nacional, no dudó en ejercitar una
vigorosa crítica al agresivo eurocentrismo formulado por los ilustrados
europeos.
Lo cierto es que Buffon, Pauw, Raynal, Voltaire y Robertson nunca
habían conocido América y, sin embargo, pontificaban sobre ella y
llegaban al punto de proclamar, en diversos tonos, la intrínseca
superioridad de Europa sobre América, que, en su opinión, se
manifestaba en todos los reinos de la naturaleza y particularmente en el
ámbito de lo humano. Buffon sostenía que el Nuevo Mundo era un
continente inmaduro, excesivamente cálido y húmedo, que sus hombres
55
permanecían infantiles a lo largo de su vida y que el puma era buen
ejemplo de la inferioridad americana, pues carecía de melena del león y
era más cobarde que éste. Pauw afirmaba que los indios americanos eran
salvajes degenerados, bestias que odiaban las leyes de la sociedad y los
límites impuestos por la educación, agregando que el clima americano
era maligno y determinaba una inferioridad física y mental del hombre,
que era enclenque y en todo inferior al europeo. Voltaire teorizaba sobre
la inferioridad de América, a la que mostraba como un continente
pantanoso y poblado por naturales estúpidos e indolentes, cuya
inferioridad se demostraba, entre otras cosas, porque eran lampiños y
fáciles de ser dominados por hombres de barba y pelo en pecho como los
europeos. Raynal, pretendido “historiador de América”, afirmaba que
ésta era un continente decrépito y que sus gentes eran débiles, cobardes,
carentes de vivacidad y potencia, todo ello a consecuencia del clima
americano, que, en su opinión, causaba la total degeneración de las
especies. Otro “historiador” de este tipo, Robertson, afirmaba que los
indios americanos eran primitivos al máximo y que los criollos habían
perdido todo vigor mental por influjo del clima cálido, que los inclinaba
a la lujuria y a la superstición. Y Antonio de Ulloa, uno de los ilustrados
españoles que vinieron a la Audiencia de Quito, acompañando y
vigilando a la Misión Geodésica Francesa de 1736, escribió que el nativo
americano, fuese salvaje o civilizado, era en todo caso infantil, pícaro,
insensible y flojo, y que llevaba una vida muy parecida a la de los brutos.
Obviamente, tales opiniones constituían una explícita justificación del
colonialismo europeo. Y así se entiende que la Real Academia Española
de la Historia encargase la traducción de la obra de Robertson, con miras
a su difusión, a la par que la corona de España encargaba al historiador
Juan Bautista Muñoz escribir una Historia del Nuevo Mundo, utilizando
las teorías de Robertson y de Pauw para negar toda posible civilidad a los
nativos americanos.
La Ilustración americana reaccionó indignada contra esas peregrinas
“teorías científicas” europeas, consciente de que tras ellas se ocultaba el
mismo espíritu colonialista de siempre, pero disfrazado ahora de un
pretendido cientificismo. (Más tarde también lo hizo la verdadera ciencia
56
europea, por medio del prusiano Alexander von Humboldt y el francés
Aimé Bompland, quienes viajaron diez mil kilómetros por el Nuevo
Mundo, en busca de estudiar su naturaleza, etnografía, demografía y
estructura social, lo que les permitió evidenciar la autonomía y madurez
política de Hispanoamérica, cuya emancipación vieron próxima).
El sabio quiteño Eugenio Espejo, que formulara el primer estudio
científico sobre las viruelas y promoviese la utilización de las vacunas,
fue uno de los más duros críticos de los prejuicios de la Ilustración
europea, pese a compartir algunas de sus teorías políticas y económicas.
En su “Discurso a la Sociedad Patriótica” denunció: “Desde tres siglos
ha, no se contenta la Europa de llamarnos rústicos y feroces, montaraces
e indolentes, estúpidos y negados a la cultura. ¿Qué les parece, señores,
de este concepto?… ¿Creeréis, señores, que estos Robertson, Raynal y
Paw digan lo que sienten? ¿Qué hablen de buena fe?… El objeto de otros
que nos humillan es diverso”, concluyó. (Espejo, 1960, 327-328).
Por su parte, el educador chileno Manuel de Salas Corvalán (1753-1841)
planteó como un deber ineludible de los intelectuales criollos, respeto de
las teorías del holandés Cornelius De Pauw, el “rebatir tales
errores”; “es la tarea que nos aguarda”, concluyó.
Muchos otros ilustrados americanos se sumaron a esa crítica de los
prejuicios europeos, entre ellos el médico peruano Hipólito Unanue
(1755-1833), en Observaciones sobre el clima de Lima; el guatemalteco
José Cecilio Valle (1780-1834), en Proceso de la historia de Guatemala,
y el mexicano Fray Servando Teresa de Mier (1763-1827), en Historia
de la revolución de Nueva España.
Esa reacción indignada de los ilustrados criollos frente a estos prejuicios
muestra su clara conciencia americana. Y hay que incluir en esta reacción
a los jesuitas criollos desterrados en Europa, que figuraron entre los más
apasionados defensores de América frente a los prejuicios de la
Ilustración europea. Apreciando que las teorías de Raynal, Buffon, Paw,
Voltaire y otros daban lugar a una renovada justificación del
colonialismo europeo, se propusieron rescatar el pasado histórico de su
57
patria americana, desde los tiempos de la indianidad precolombina, y
exaltar los recursos humanos y riquezas naturales del nuevo continente.
Fruto de ese esfuerzo fueron obras tales como la Historia del Reino de
Quito y el Vocabulario de la lengua peruano-quitense, de Juan de
Velasco; Historia Antigua de México, de Francisco Xavier
Clavijero; Instituciones Teológicas e Historia de la Compañía de Jesús
en la Nueva España, de Francisco Xavier Alegre; Los tres siglos de
México, de Andrés Calvo; Rusticatio Mexicana, de Rafael
Landívar; Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino
de Chile y Ensayo sobre la historia natural de Chile, de Juan Ignacio de
Molina; Paraguay Ilustrado, de José Sánchez Labrador. Eran obras en
que se mostraba con orgullo las riquezas, fecundidad y creatividad
americanas, se reivindicaba al mundo indígena y se ponía de relieve la
sustancial autonomía del mundo americano frente a Europa. Y
constituían una fervorosa proclama intelectual a la “Patria criolla”, que
de hecho negaba a España la calidad de “Madre Patria” de los
hispanoamericanos e incitaba a la formulación de un pensamiento
independentista.
No debe extrañarnos, pues, que algunos de esos jesuitas desterrados se
convirtieran luego en abanderados de la independencia, destacándose en
esta tarea el peruano Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, quien escribió la
memorable Carta a los españoles americanos, en la que
expresaba: “Queridos hermanos y compatriotas! Puesto que [España]
siempre nos ha tratado y considerado de manera tan diferente a los
españoles europeos, y que esta diferencia solo nos ha aportado una
ignominiosa esclavitud, decidamos ahora por nuestra parte ser un
pueblo diferente! Renunciemos al ridículo sistema de unión y de igualdad
con nuestros amos y tiranos….”
Vizcardo, notoriamente influenciado por las ideas políticas de Rousseau,
Voltaire y Montesquieu, escribió su carta en francés, en Florencia, entre
1787 y 1791, en busca de publicarla simbólicamente antes del 12 de
octubre de 1792, en que se cumplía el tercer centenario de la llegada de
Colón a América. Y luego se vinculó políticamente con Francisco de
Miranda, quien asumió la traducción de la Carta, escribió su introducción
58
y dirigió su publicación (que se hizo en Filadelfia, gracias a la
colaboración de los masones norteamericanos), para luego proceder a su
distribución por Hispanoamérica.
En fin, podemos decir que los exploradores, científicos y pensadores
fueron los adelantados de esa enorme vitalidad intelectual de nuestra
América, que quedó plasmada en obras y proyectos de significación, los
cuales revelaban el conocimiento cabal que ellos tenían de su propio
mundo. Para mencionar solo unas pocas, citamos las Memorias histórico-
físico-apologéticas de la América Meridional, verdadera suma científica
hispanoamericana escrita por el formidable matemático peruano José
Eusebio del Llano y Zapata; los notables estudios científicos sobre la
naturaleza mexicana escritos por el astrónomo y matemático Joaquín
Velásquez de Cárdenas, y en especial su “Descripción histórica y
topográfica del valle, las lagunas y ciudad de México”, y finalmente la
extraordinaria exposición titulada “Idea del Reino de Quito”, presentada
al rey de España por el ilustrado quiteño Juan Romualdo Navarro
Monteserrín, que la escribiera entre 1761 y 1764.
En la primera parte de esta última, su autor describía con lujo de detalles
la geografía, mineralogía, flora, fauna, población, toponimia, economía
y otros aspectos de las diferentes regiones naturales de la Audiencia de
Quito, revelando así el formidable conocimiento que la intelectualidad
criolla tenía sobre su país. Todavía más sorprendente era la segunda parte
de la obra, en donde Navarro recomendaba al Rey de España una serie de
interesantes proyectos para el fomento y progreso del país quiteño,
además de medidas de reordenamiento fiscal y reforma social, entre éstas
algunas destinadas a mejorar la miserable situación de los indígenas,
víctimas del maltrato, los salarios de hambre y la sobreexplotación de la
“mita”.
La representación de Navarro de Navarro no solo mostraba la erudición
y humanismo de su autor, sino también el conocimiento que la élite
quiteña poseía sobre los problemas de su país y las reformas políticas y
administrativas que eran necesarias para la promoción de su desarrollo.
Además, la difusión de estas ideas en regiones alejadas de la capital
59
contribuyó a conformar en la clase criolla una inicial “conciencia
política” acerca de la posibilidad de administrar autónomamente su país,
sin el odioso tutelaje colonial.
LOS ECOS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA EN
HISPANOAMÉRICA
En 1789 se inició en Francia la formidable revolución que puso fin al
antiguo régimen, mediante una serie de medidas que estremecieron al
mundo: abolición de la monarquía y establecimiento de la república,
eliminación de los títulos nobiliarios y los derechos feudales,
expropiación los grandes feudos de la aristocracia y de la Iglesia, reparto
de tierras a los campesinos pobres, supresión de los privilegios del clero
y decapitación de miles de personas consideradas enemigas de la
revolución. La Asamblea Nacional francesa aprobó la memorable
“Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano” (1789), en la
cual se proclamó que “todos los hombres nacen y permanecen libres e
iguales en derechos”, se establecieron algunos “derechos naturales e
imprescriptibles” como la libertad, la propiedad, la seguridad y la
resistencia a la opresión, y se reconoció la igualdad de todos los
ciudadanos ante la ley y la justicia. También se consagraron las libertades
de pensamiento, comunicación de las ideas y culto religioso. En fin, se
instituyó la separación de poderes y los principios de que toda soberanía
reside esencialmente en la Nación, no puede haber autoridad que no surja
de la ley y el pueblo puede pedir cuentas de su gestión a todo funcionario
público.
La Revolución Francesa sorprendió al mundo hispanoamericano en plena
“crisis de dominación”, causada por el intento borbónico de reconquista
económica y una creciente vocación de autonomía frente a España y de
resistencia al expolio colonial.
Si el propio desarrollo ideológico de la Ilustración hispanoamericana
había provocado ya una ola represiva por parte de las autoridades
coloniales, el temor a la fulgurante onda expansiva de la Revolución
60
Francesa hizo que en la misma metrópoli se desencadenase una represión
contra la propaganda revolucionaria francesa y las ideas avanzadas. La
Enciclopedia fue prohibida, del mismo modo que los viajes de estudios
al extranjero. Luego, sin poder contener la avalancha ideológica que
generaba la cercana revolución, el gobierno de Madrid dictó la Real
Resolución de febrero de 1791, por la que se prohibía la impresión y
distribución de periódicos.
También en Hispanoamérica se acentuó de inmediato la represión a las
ideas progresistas y a la prensa de vocación liberal, aunque ello no pudo
evitar que en las colonias circularan papeles subversivos tales como
ejemplares de la Constitución francesa de 1795 y copias de la
Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano.
La persecución a las ideas revolucionarias de Francia se extendió a todas
las colonias españolas. Desde 1790, la Inquisición inició una radical
persecución de las ideas y papeles vinculados a “la espantosa Revolución
de Francia, que tantos daños ha causado” (Borrego Plá, 1989, 14). Esa
represión se extendió también a las gentes provenientes de Francia o de
las colonias francesas del Caribe. Así, el 21 de mayo de 1790, el
Presidente de Quito, don Antonio Mon, recibió del gobierno de Madrid
una Real Orden que venía con tres sobres lacrados y con el signo de “Muy
Reservada”, lo que equivalía a decir que era supersecreta. Una vez
abiertos los sobres, Mon pudo enterarse del trascendental motivo que
había generado esa comunicación y que era transmitirle el mandato real
de que “de ningún modo consienta en las Provincias de su mando la
presencia de negros prófugos o comprados que procedan de las Colonias
Francesas, a efecto de impedir que por este medio se propaguen en esos
dominios las especies sediciosas que han querido esparcir algunos
individuos de la Asamblea Nacional de aquella nación.” 1
Resulta notorio el temor que había en la monarquía española frente a los
sucesos revolucionarios del país vecino, donde una alianza de la
burguesía, el bajo clero y el pueblo llano había tomado el poder y había
convocado una Asamblea Nacional Constituyente que, en el lapso de
unos pocos meses, abolió los derechos feudales, los diezmos eclesiásticos
61
y las justicias señoriales, eliminó los privilegios del clero, nacionalizó los
bienes de la Iglesia, sometió el poder eclesiástico a los mandatos del
poder estatal y emitió la Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano. Posteriormente, en 1792, la revolución decretaría la
abolición de la monarquía y el establecimiento de la República y, pocos
meses después, decapitaría al rey Luis XVI (21 de enero de 1793), a la
reina María Antonieta y a numerosos aristócratas.
Esa profunda y radical transformación ocurrida en Francia afectó
duramente a la monarquía española, que vio con horror la ejecución en la
guillotina del rey Borbón francés, familiar del rey de España, y liquidados
los “Pactos de Familia”, que hasta entonces habían mantenido a España
y Francia como aliadas incondicionales, principalmente para enfrentar el
poderío de Inglaterra. Y es en ese marco que debe entenderse la política
de aislamiento y cierre de fronteras que impuso el gobierno español del
primer ministro Floridablanca, con la intención de impedir la expansión
hacia España y sus colonias de las ideas revolucionarias francesas.
En los años siguientes, esas cartas reservadas siguieron llegando a Quito.
Una de ellas alertaba al Presidente de Quito sobre la posible llegada de
papeles impresos procedentes de Europa, que transmitían ideas
incendiarias y podían turbar la tranquilidad social y política de la colonia
quiteña. En concreto, el Rey de España mandaba que en todas sus
posesiones ultramarinas “se evite la introducción de las Memorias de la
Revolución de España, escritas por el abate Pradt, en el caso de llegar
a alguno de esos puertos (americanos) el bergantín francés Paulina, en
que se han embarcado 1.500 ejemplares de esta obra, traducida al
castellano, y se cele estrechamente su difusión en obsequio de la
tranquilidad pública.” 2
EL PAPEL DIFUSOR DE LAS LOGIAS MASÓNICAS
Junto con las ideas de la Ilustración y las misiones científicas europeas
llegó a Hispanoamérica la Francmasonería, organización secreta de
carácter filosófico y filantrópico, que abogaba por la libertad de
62
pensamiento y promovía las ideas de libertad e igualdad de los
ciudadanos. Y su difusión se explica, precisamente, como una reacción
al despotismo monárquico y la acción represiva de la Inquisición,
factores que impedían la libre circulación de las nuevas ideas políticas y
el debate de los proyectos de reforma social. Así, mientras en la vida
pública reinaba el despotismo, cuando no el oscurantismo, en el mundo
subterráneo de las logias masónicas se hablaba libremente de los grandes
problemas de la sociedad y se formulaban planes y proyectos de cambio,
inspirados en la razón y el espíritu de progreso.
Entre los mayores animadores de la masonería figuraron los científicos
ilustrados europeos y americanos. Uno de ellos fue el botánico y
naturalista español José Celestino Mutis, quien llegó a la Nueva Granada
en calidad de médico personal del virrey Messía de la Zerda, en 1761, y
posteriormente dirigió la afamada Expedición Botánica (1783). Además
de combatir la escolástica medieval y otras ideas anacrónicas que
prevalecían en la enseñanza de la medicina y la filosofía, difundió la
física de Newton y el sistema heliocéntrico de Copérnico, y propuso que
la enseñanza de la matemática y las ciencias naturales fuera la base de la
educación y la formación intelectual de las gentes. Todo ello le valió ser
denunciado por los dominicos ante el virrey y la Inquisición, como
propagador de doctrinas erróneas y heréticas. Otro fue el mineralogista
vasco Juan José D’Elhúyar, un científico de ideas políticas avanzadas,
que descubrió el tungsteno o wolframio, y en cuya biblioteca han
encontrado sus actuales estudiosos abundantes huellas de su orientación
humanística y liberal, tales como libros de autores prohibidos franceses
e ingleses. Otro más el médico y aventurero francés Luis de Rieux, que
se había asentado en Bogotá, aparentemente en busca de fortuna y cargos
públicos, pero que en realidad era un activo difusor de la masonería, que
asistía asiduamente a las tertulias literarias de Bogotá y por ello fue
reiteradamente acusado de conspirador contra el poder colonial.
Estos tres personajes se aliaron con el comerciante, librero y pensador
neogranadino Antonio Nariño para formar en Bogotá, hacia 1780, la
logia masónica El Arcano Sublime de la Filantropía, en la que invitaron
a participar a lo más florido de la juventud santafereña. (Más tarde,
63
Nariño sería enjuiciado por traducir y difundir la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, y Rieux sería uno de los
apresados y enjuiciados en 1794, siendo condenado a destierro y prisión
en Cádiz, de donde regresó a Bogotá a principios de 1801, haciendo parte
del trayecto en compañía del sabio Humboldt, también notable masón.)
El asunto tiene particular importancia para la historia de Quito, puesto
que en esa logia se iniciaron masones tres notables ilustrados quiteños: el
médico Eugenio Espejo, que se hallaba desterrado en esa ciudad por
orden de las autoridades de su país; su hermano, el clérigo Juan Pablo
Espejo, que lo había acompañado al destierro, y don Juan Pío Montúfar,
II Marqués de Selva Alegre, que había llegado a la capital virreinal en
viaje de negocios. Su iniciación habría ocurrido en 1789, el mismo año
de la Revolución Francesa. Allí, estos tres quiteños tomaron contacto con
las ideas de la revolución francesa y en particular con la Declaración de
Derechos del Hombre y del Ciudadano, traducida por Nariño en esos
mismos días. Y allí publicó Eugenio Espejo su “Discurso a la Escuela
de la Concordia”.
Al volver a Quito, en 1792, los Espejo y Montúfar se abocaron a la tarea
de constituir efectivamente la “Escuela de la Concordia”, concebida
como una sociedad secreta, destinada al cultivo del pensamiento libre y
la fraternidad masónica. Y lo hicieron con la colaboración de otros dos
masones quiteños, iniciados en el Oriente de Francia: Miguel de Gijón y
León, primer Conde de Casa Gijón, y su sobrino Joaquín Sánchez de
Orellana, Marqués de Villa Orellana.
Precisamente fue Gijón el otro vínculo directo de Quito con las ideas pre
revolucionarias de Francia, donde este ilustrado quiteño había entablado
estrecha amistad con el notable pensador liberal Denis Diderot, quien, a
través de su “Enciclopedia”, aportara la base teórica para la futura
Revolución Francesa. Pensador liberal, empresario de éxito y
francmasón, Gijón fue afamado en Europa por la modernidad de sus ideas
económicas y su carácter emprendedor. Sus conocimientos y filantropía
le valieron ser admitido, en 1776, en la“Sociedad Económica de Amigos
del País” de Madrid, donde fue uno de los socios más activos e
64
influyentes. Fue amigo del ilustrado limeño Pablo de Olavide y, junto
con éste, colaboró con el rey Carlos III en sus esfuerzos por modernizar
económicamente a España. Pero Gijón y Olavide fueron perseguidos en
España por la Inquisición, que apresó a Olavide y lo acusó de ser un
masón irreligioso. Gijón huyó a Francia, donde recibió la visita de su
sobrino Joaquín Sánchez de Orellana, marqués de Villa Orellana, a quien
introdujo a su vez en la masonería. Luego de regresar a Quito, en 1786,
Gijón se empeñó en difundir sus ideas de progreso económico y reforma
social, pero fue nuevamente perseguido por la Inquisición, por lo que
emprendió huída a Europa, a través de las selvas del Amazonas,
falleciendo trágicamente durante el viaje, al hacer escala en Jamaica.
La “Escuela de la Concordia” sería el crisol en donde se forjaría el
patriotismo de la elite quiteña. Extinguida tras la muerte de Espejo, de su
cenizas nacería, años más tarde, la logia “Ley Natural”, que tuvo como
sus presidentes al Barón de Carondelet y, luego, a Juan Pío Montúfar, II
Marqués de Selva Alegre. Esta logia fue el centro de la conspiración
anticolonial de 1808 y 1809, como lo reconocerían luego los defensores
del poder colonial y en particular el chapetón Pedro Pérez Muñoz, cuyas
cartas reservadas al gobierno español han sido publicadas recientemente
por Fernando Hidalgo Nistri. 3 En esas cartas se menciona como el
principal promotor masónico en Quito al sabio Humboldt, quien llegara
a este país en compañía del botánico francés Aimé Bompland, otro
francmasón. En todo caso, hay que precisar que Humboldt detectó en
América el creciente conflicto que oponía a criollos y chapetones, y que
escribió al respecto:
“El más miserable europeo, sin educación y sin cultivo de su
entendimiento, se cree superior a los blancos nacidos en el Nuevo
Continente (…) Los criollos prefieren que se les llame americanos; y
desde la paz de Versalles y, especialmente después de 1789, se les oye
decir muchas veces con orgullo: “Yo no soy español, soy americano;”
palabras que descubren los síntomas de un antiguo resentimiento…” 4
En fin, la América Hispana tuvo otro contacto directo con la Revolución
Francesa a través de Francisco de Miranda, el empeñoso agitador de su
65
independencia. Típico producto del criollismo hispanoamericano y del
espíritu renovador que recorría el mundo, el Precursor había sido
sucesivamente oficial de los ejércitos españoles, amigo de Washington y
jede de un cuerpo expedicionario antillano -formado por mulatos cubanos
y haitianos- que combatió por la independencia norteamericana,
propagandista de la independencia hispanoamericana y general de los
ejércitos revolucionarios de Francia. A partir de 1790, la vida de Miranda
se concentraría en el objetivo principal de promover la causa de la
independencia sudamericana. Para ello, desenvolvería una campaña
internacional de agitación contra el colonialismo español y organizaría a
los hispanoamericanos presentes Europa, para la lucha independentista.
Miranda se había iniciado francmasón en Filadelfia, en los días de la
independencia norteamericana, y luego fundó en Londres, en 1797,
la Gran Logia Hispanoamericana, de la que fue Gran Maestro. Destinada
a concertar voluntades para la lucha independentista, a penetrar y agitar
secretamente a la sociedad colonial y a facilitar el respaldo extranjero
para la causa nacional, esta Gran Logia se radicó en Londres y tuvo como
filiales a las Logias Lautarinas que se habían constituido en Cádiz y otros
lugares de Europa y América. La organización reconocía cinco grados
masónicos. El juramento del grado de iniciación era luchar por la
independencia de Hispanoamérica y el del segundo grado, hacer
profesión de fe democrática y abogar por el sistema republicano.
Motivados por sus sueños de independencia y el ambiente revolucionario
irradiado desde Francia, ingresaron a la Gran Logia Hispanoamericana,
en Londres o en Cádiz, los siguientes personajes: Bolívar y San Martín;
López Méndez y Bello, de Venezuela; Moreno, Alvear y Monteagudo,
del Río de la Plata; Montúfar y Rocafuerte, de Quito; O’Higgins y los
Carrera, de Chile; Valle de Guatemala; Mier, de México; Nariño y Zea,
de Nueva Granada; Vizcardo y Olavide, del Perú. A su vez, en otras
“logias lautarinas” se iniciaron otros jefes de la independencia
sudamericana, como Zapiola, Saavedra, Belgrano, Guido, Las Heras y
Alvarado. El ex jesuita Vizcardo y Guzmán actuaban como jefe de
propaganda de la Logia Hispanoamericana e hizo de sus escritos un ariete
contra el colonialismo español. Su Carta a los españoles americanos,
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inspirada en buena medida en las ideas de Rousseau, fue distribuida en
miles de ejemplares por todo el continente y perseguida por inquisidores,
curas y oficiales reales como un peligroso texto subversivo.
LÍMITES Y METAS DE LA INSURGENCIA CRIOLLA
Dueños de ricas plantaciones cultivadas con trabajo esclavo o de enormes
latifundios beneficiados por el trabajo indígena servil, muchos de ellos
poseedores de títulos nobiliarios, los criollos aspiraban a una
emancipación política de España, que los convirtiese en miembros de una
clase dominante con plenos derechos, y no a una revolución social que,
como la francesa, repartiera la tierra a los campesinos pobres, liquidara
los derechos feudales y arrasara legal y físicamente con la nobleza. Lo
que querían, en definitiva, no era transformar esencialmente a la sociedad
colonial, sino mantenerla para su exclusivo provecho, cortando de un tajo
la dependencia frente a la metrópoli y asumiendo el tan ansiado poder
político.
Desde luego, en ese marco histórico general cabía una gama de
posiciones ideológicas, incluso contradictorias, desde aquellas de los
republicanos radicales, que propugnaban por la liberación de los
esclavos, el reparto de tierras a los campesinos y la eliminación del
tributo indígena, hasta las de los monárquicos liberales, que aspiraban a
sustituir a la corona española por las testas coronadas de señores criollos.
Los mexicanos Hidalgo e Iturbide serían, en el futuro y en un mismo país,
buena muestra de la pervivencia de estas posiciones.
El estallido de la Revolución Haitiana, en 1791, fortaleció las posiciones
conservadoras del criollismo. El ejemplo de ese país de esclavos que se
rebelaba contra sus amos blancos, liquidaba de raíz el poder colonial,
derrotaba a los ejércitos metropolitanos que pretendían someterlo de
nuevo, extendía su revolución al territorio colonial próximo (Santo
Domingo) y proclamaba finalmente su independencia, generó estallidos
de simpatía en otras colonias del área del Caribe: Martinica, Tobago,
Santa Lucía, casi todas las islas británicas, Curazao y Venezuela.
67
Por entonces, el área del Caribe
albergaba una población esclava
estimada en 1’200.000 personas, de las
cuales más de 600.000 radicaban en las
posesiones francesas, unas 300.000 en
las posesiones británicas y sobre
200.000 en las posesiones españolas
insulares (Cuba, Puerto Rico, Santo
Domingo) y de Tierra Firme (Venezuela
y Nueva Granada). Considerando la
tradicional rebeldía de la población
esclava, que en ese mismo siglo XVIII
había protagonizado levantamientos en
casi todos los territorios de la región,
tenía lógica esperar el estallido de
nuevas sublevaciones en el área. De ahí
que, mientras la llamada “ley de los
franceses” se convertía en consigna
esperanzada de los esclavos y humildes
de toda laya, también aterrorizaba a los
propietarios criollos de Sudamérica.
El movimiento subversivo de Gual y
España- cuyo programa inspirado en los
principios de la Gran Revolución,
contemplaba la abolición de la
esclavitud- y sobre todo la conspiración
del mulato Chirinos, testigo de la
Revolución Haitiana, que planeaba un
masivo levantamiento de pardos contra
la oligarquía mantuana de Venezuela,
sumaron un nuevo motivo de inquietud
para el criollismo del norte
sudamericano.
Visto ese ámbito internacional, la
perspectiva del criollismo se volvió
también cada vez más inquietante. Los
bandazos políticos de la disminuida
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Visto ese ámbito internacional, la perspectiva del criollismo se volvió
también cada vez más inquietante. Los bandazos políticos de la
disminuida monarquía española, convertida finalmente en financista de
las guerras napoleónicas e instrumento dócil de la política internacional
francesa, causaron honda preocupación en la clase criolla, cuyo temor a
la burguesía francesa “cortadora de cabezas” había ido en aumento. Al
fin, la invasión napoleónica a España y la imposición de un gobierno
francés en Madrid (1808) acabaron por precipitar una reacción criolla,
encaminada a la preservación de sus intereses sociales y políticos.
Así se explica que la Revolución Quiteña de 1809, al igual que la mayoría
de las que le siguieron en el continente, haya sido una “revolución
conservadora”, que buscaba el control efectivo del poder por parte de los
criollos y una progresiva emancipación de España, pero preservando en
todo caso la estructura social preexistente. Salvo ciertas aisladas
proclamas del sector radical (Morales, Quiroga) a favor de los derechos
del hombre, la tendencia general fue favorable al mantenimiento de los
privilegios de la aristocracia y del clero, a la preservación de la religión
y a la continuación de las viejas injusticias sociales: la servidumbre de
los indios, la esclavitud de los negros y la marginación social de los
mestizos de toda laya.
Inevitablemente, tal revolución estaba condenada al fracaso, porque
únicamente había consultado los intereses de los propietarios criollos,
pero en ningún caso los de indios, negros y castas, que constituían la
inmensa mayoría de la población y tenían sus propias ideas de liberación
social y emancipación nacional. Apenas una docena de años antes, tras el
terremoto de 1797, los indios de la sierra central se habían alzado a los
gritos de:
“Ya era hora de que los españoles (chapetones o criollos) se largasen de
América y devolvieran su tierra y libertad a los indios, pues habían
concluido los tres siglos de dominio que les había dado el Papa” y de
que, por lo mismo, “ya no debían pagar tributos”. 5 Juan de Dios
Morales fue testigo de ese alzamiento y de esos gritos reivindicativos. Y
69
solo unos años atrás, 30 mil indios de Guamote habían protagonizado su
último levantamiento contra el sistema colonial, proclamando “que se
maten a los mestizos y españoles” y enfrentándose con armas primitivas
a las tropas reales dirigidas por el Corregidor Javier Montúfar, hijo del
Marqués de Selva Alegre, las que luego efectuaron una sanguinaria
represión en esa zona andina.
Enfrentada a sus propias limitaciones políticas, la Revolución Quiteña sólo consiguió el respaldo activo de la población urbana de Quito, que se enroló entusiastamente en la “Falange” y otros cuerpos militares que se levantaron luego en la ciudad.
Para enfrentarla, sus enemigos recurrieron a todas las armas posibles:
enviaron fuerzas desde los virreinatos próximos, excitaron los celos
regionalistas de las demás provincias y ciudades quiteñas, y, cuando fue
necesario, armaron a indios y negros para una contrarrevolución. Se
destacó en esto el gobernador de Pasto, el coronel español Miguel Tacón,
cuando se sintió desbordado por las fuerzas insurgentes que venían del
sur (Quito) y del norte (Cali): armó a los indios de Pasto y a los esclavos
negros de Barbacoas y del Patía, y decretó liberación de tributos y
manumisión de la esclavitud a favor de quienes tomaran las armas contra
los propietarios criollos alzados contra el rey. Eso animó la resistencia
social pastusa y patiana, que se extendió hasta 1823 al grito de “Viva el
rey y mueran los blancos”.
En todo caso, no hay que olvidar que esa revolución de 1809, con todas sus limitaciones y errores, fue el punto de partida de nuestra independencia nacional y el crisol en que se fundió, con pólvora de cañones y sangre de mártires, el espíritu de la independencia hispanoamericana, hito importante en el proceso de descolonización del mundo.
70
Citas y notas
1 El Secretario de Estado y del Despacho Universal de Hacienda de
España e Indias al Presidente de Quito; Madrid, a 21 de mayo de 1790.
Archivo General de Indias, Sección Audiencia de Quito, legajo 233.
2 El Secretario de Gracia y Justicia al Virrey Pezuela; Madrid, 25 de abril
de 1817. AGI, Lima, l. 756.
3 Fernando Hidalgo Nistri, “Compendio de la rebelión de la América.
Cartas de Pedro Pérez Muñoz sobre los acontecimientos de Quito de 1809
a 1815″, FONSAL, Quito, 2009.
4 Alexander von Humboldt, en su Ensayo político sobre el Reino de la
Nueva España.
5 Informe del Presidente de la Audiencia, Luis Muñoz de Guzmán, al
ministro Llaguno. Quito, 20 de febrero de 1797. AGI, S. Quito, L. 250.
71
LA ORDEN MASÓNICA DE
ATHELSTAN The Masonic Order of
Athelstan
Conferencia sobre Historia de la Masonería.
PVM. Marino de Armas KTP. © RL. Añaza, Islas Canarias-España
72
Al estudiar los orígenes de la historia de la masonería, podríamos realizar dos tipos de aproximaciones. Una que definiríamos como Autorizada o Justificable, en la que la teoría expresada se construye alrededor de hechos verificables y documentación histórica demostrable y otra Hipotética o Posible en la que se ubica a la francmasonería en el contexto de la tradición de los misterios menores y mayores, correlacionando enseñanzas, alegorías y simbolismo del oficio del maestro cantero con las de distintas tradiciones esotéricas. Hoy solo trataremos de realizar un análisis histórico entorno a la Orden Masónica de Athelstan, pretendiendo dar luz referente a una antigua más no desaparecida orden que posee una relevante importancia para la masonería actual conocida como especulativa y particularmente dentro del Rito de York llamado por algunos Rito Americano.
Por ello realicemos un viaje en el tiempo en sentido inverso, Gran Logia
Unida de Inglaterra GLUI. Referente de la Masonería Regularmente
Reconocida en ella se establece para sus miembros la condición de creer
en un Ser Supremo y prestar juramento sobre el libro de la Ley
Sagrada. Se constituye el 24 de Junio de 1717, cuando cuatro logias
londinenses se reunieron en la taberna Goose and Gridiron, formando la
que denominaron Gran Logia de Londres y Westminster.
Deba señalarse que en sus inicios la GLUI. No estuvo exenta de
dificultades internas y discordias, pues existían dos grupos masónicos los
“Antiguos” que trabajaban de acuerdo con las antiguas reglas dadas a
Edwin de York (902 – 933 ev:.) por su hermano el Rey Athelstan (895 –
939 ev:.) e hijo de Eduardo el Viejo (Las Constituciones de York escritas
en el año 926 ev:. (Era Vulgaris) constaban de 107 páginas en el
manuscrito original destruido, la única copia existente reproducida de la
anterior fue encontrada escrita en idioma Alemán en 1810) y los
“Modernos” que habían introducido innovaciones a los antiguos linderos;
las rivalidades se mantuvieron durante 63 años hasta el 27 de diciembre
de 1813 en que los duques de Sussex y de Kent ambos hijos del rey Jorge
III se unen floreciendo la actual Gran Logia Unida de Inglaterra.
73
Athelstan nieto de Alfredo el Grande, fue rey de Inglaterra desde 924 hasta 940 d.C.
Siglo X. Imagen presentando las Constituciones de York en 926 d.C. a la
Primera Logia de Maestros Canteros, designando como su Gran Maestro a su hermano
Edwin.
Resulta necesario una breve reseña histórica de la Inglaterra anglosajona,
desde el fin de la Britania romana y el establecimiento de los
reinos anglosajones hasta la conquista normanda en 1066; conocida
arqueológicamente como la Britania Posromana y popularmente como la
Edad Oscura (habitada por los Celtas, colonizada por los Romanos,
invadida por las tribus Germanas Anglos, Sajones y Justos quienes
expulsaron a los celtas parcialmente romanizados hacia Escocia,
Cornualles y la Bretaña Francesa. Época de grandes leyendas e historias
que no han salido a la luz.
Desde el siglo III, la Inglaterra romana venía sufriendo serias incursiones
de los sajones, a finales del siglo IV la mayor parte de las legiones habían
partido para defender Roma de los ataques de Vándalos y Borgoñeses sus
74
filas estaban formadas en gran proporción por soldados celtas. Ante la
progresiva falta de protección en que se iba encontrando Britania, a
principios del siglo V fue invadida por los Pictios y Escotos del norte los
Bretones (grupo étnico de origen celto-británico, que se asentó durante
los siglos V y VI en el noroeste de la Península Ibérica) pidieron auxilio
a los sajones del Continente, que una vez repelieron la agresión y ante la
debilidad existente en las defensas internas convirtieron el auxilio en una
invasión en toda regla a la que se unieron los Anglos ( pueblos
germánicos procedentes de la Europa Septentrional) y los Jutos
(Schleswig meridional, actual Dinamarca).
Distribución de los Anglos (rosa), Sajones (rojo), Justos (naranja) y
Británicos nativos (amarillo) en la isla de Gran Bretaña en el año 600.
Los Sajones, procedentes de la región que se extiende entre el Elba y el
Rin se establecieron en la parte meridional del Támesis, en lo que serían
más tarde los reinos de Wessex (Oeste), Essex (Este) y Sussex (Sur). Los
Anglos se asentaron al norte de Essex (reino de East Anglia), en la región
75
entre los ríos Humber y Firth of Forth (reino de Northumbria) y también
en la zona central al este de Gales (reino de Mercia). Los Jutos, menos
numerosos se instalaron en Kent y en la isla de Wight (reino de Kent).
Estos pueblos eran politeístas, hablaban la misma lengua y usaban las
mismas armas; en el siglo VII los siete reinos mencionados se habían
consolidado gracias a las frecuentes alianzas entre miembros de las
distintas familias que habitaban cada región. Los reinos se dividían en
"shires" de ahí el nombre de condados actuales como Yorkshire,
Wilshire, Oxforshire, etc. que coinciden en extensión con los reinos de
entonces. El "shire" se componía de "hundreds" o grupos de cien familias
a cuyo frente estaba un "sheriff" o representante del rey; los "hundreds"
a su vez se descomponían en "tuns" (towns) o aldeas.
Rey Athelstan (924-939) fue
el primer rey inglés de facto
(1). El Rey Athelstan llamado
el Glorioso, nacido en el 895
en Wessex – Inglaterra, hijo
de Eduardo el Viejo y
Egwina, hermano de Edwy
"El Hermoso", nieto de
Alfredo el Grande, coronado
el 4 de septiembre de 924, su
reinado se extendió desde el
924 al 939, primer rey de
Inglaterra unificada a partir
del 927, su predecesor
Ethelweard, su sucesor
Edmundo I, fallece en Gloucester el 27 de octubre de 939 es enterrado
en la Abadía de Malmesbury. Su victoria más grande como militar fue la
batalla de Brunanburh, en el otoño de 937, fue el primero que llevó el
título de rey de Inglaterra reinando sobre Anglos y Sajones, los Galéses
y Escoceses le reconocieron como soberano. Obtiene el título de
“Imperator Totus Britanniae” (Emperador de toda Britania). Durante el
reinado de Athelstan se crearon múltiples códigos legislativos, creó
alianzas a través de los matrimonios de sus medias hermanas con casas
76
reales de Europa, se encargó de formar como a un hijo a Haakon el
Bueno, más tarde rey de Noruega.
Los príncipes celtas de Gales rindieron homenaje al Rey Athelstan
en Bamburgh en la primera parte de su reinado, junto con Hywel rey
de Cornualles, Constantino II rey de los escoceses y Owen de Gwent.
Estos junto con Athelstan lograron expulsar a los Cornish de Exeter y
estableció la frontera con Cornwall el río Tamar. Brunaburh fue una de
las batallas más sangrientas de la época, cinco reyes y siete condes
ingleses perdieron la vida en la carnicería, los reyes primos
Alfric, Athelwin y un prominente obispo de Sajonia también se
encontraban entre las víctimas.
Con la unificación de Inglaterra bajo el reinado de Athelstan, se doto de
una administración eficiente a Bretaña, dividiéndose el país en 40
condados o Shires al frente de cada uno había un Ealdorman (hombre
viejo), la autoridad central la ocupaba un representante del rey o Reeve
(oficial). En este punto hay un aspecto de enorme relevancia que se
entronca con la masonería y el rey de Athelstan, el Witenagemot
(proveniente del inglés antiguo y significa Asamblea de Hombres Sabios)
también llamado Witan (título de sus miembros); tiene sus orígenes en
las asambleas germánicas creadas para las concesiones reales de tierras,
antes de la unificación de Inglaterra en el siglo IX, varios de sus
miembros eran convocados por los reyes de Essex, Kent, Mercia,
Northumbria, Sussex y Wessex. Incluso después de que este último se
convirtiese en el reino dominante, los witans siguieron reuniéndose
hasta 1065; el witenagemot desapareció tras la conquista normanda de
Inglaterra en 1066 siendo reemplazado por la Curia Regis o Corte Real.
Masónicamente hablando y según la Real Academia Española, Tradición
es el conjunto de bienes culturales que una generación hereda de las
anteriores y por estimarlo valioso es transmitido a las siguientes. Es
considerado como tradicional los valores, creencias, costumbres y formas
de expresión de un colectivo o comunidad especialmente a aquéllos
trasmitidos oralmente. La Tradición masónica, es una de las ideas que se
concibe a sí misma como tradición intelectual, espiritual y ética;
77
arraigada en la experiencia constructiva. Esta tradición masónica es en
efecto un sentido profundo universal.
Muchos masones actuales cuando se les dice: …”Querido hermano, los
orígenes de nuestra Orden se pierden en la noche de los tiempos, llegando
hasta Egipto y tal vez más”… consideran sin fundamento esa afirmación,
pero cuán lejos de la esencia se encuentran. La tradición de los maestros
canteros está demostrado que no data de la época medieval, sino más
lejos en el tiempo, prueba de ello son las actuales evidencias:
Según el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades
egipcio (CSA), Zahi Hawas, un equipo de arqueólogos egipcios ha
descubierto varias tumbas de trabajadores que supuestamente
78
participaron en la construcción de la gran pirámide de Keops y que
arrojan nueva luz sobre la vida de estos obreros de la antigüedad.
El origen de las tumbas halladas se remonta al gobierno del faraón Keops
(2.609- 2.584 antes de Cristo), el segundo faraón de la IV dinastía.
Asimismo, algunos enterramientos pertenecen también a trabajadores
que participaron en la erección de la pirámide de Nefrén, que reinó
durante los años 2.576 y 2.551 antes de Cristo.
Asegura Hawas, que con este descubrimiento se despejan las dudas sobre
el origen de estos trabajadores, los cuales no eran esclavos. "Estas tumbas
fueron construidas junto a la pirámide del rey, lo que indica que de ningún
modo esta gente era esclava. Si hubieran sido esclavos no hubieran
podido construir sus tumbas junto a la de su rey". Según el arqueólogo,
dichas familias no pagaban impuestos sino que participaban en uno de
los proyectos nacionales del país.
La nota explica que la más importante es la tumba de un trabajador
identificado como Idu, que tiene forma rectangular y una cubierta
exterior de adobe recubierta de yeso. Asimismo, tiene varios nichos
recubiertos con caliza blanca. El supervisor de las excavaciones, Adel
Okasha, explica que la parte superior de la tumba de Idu tiene forma
abovedada, lo que simbolizaría la eterna colina en la que comenzó la
creación, de acuerdo con la tradición religiosa de Menfis, capital de
Egipto.
La mayoría provenían de familias pobres del norte y del sur de Egipto,
sus esqueletos tienen signos de artritis y sus vértebras bajas señalan una
vida llena de dificultades. Según el comunicado, estas tumbas fueron
descubiertas en un extremo de una necrópolis de un kilómetro de
longitud, descubierta en 1990.
Masónicamente hablando, si cotejamos esas notas de prensa con los
hechos y documentos masónicos antiguos, comprobamos la continuidad
de la obra de los maestros canteros iniciada en Egipto:
79
1. La continuidad del oficio del maestro cantero proveniente de
Egipto pasando por Roma, viajando a través de diferentes
civilizaciones y países hasta nuestros días esto queda claramente
explicado al evidenciar que tras la caída del Imperio romano de
Occidente en el año 476 y el Imperio romano de Oriente o
Imperio bizantino en el año 1453 con la Caída de Constantinopla,
quedan dos corrientes vinculadas con los secretos de la
construcción:
Una con costumbres meridionales y mediterráneas que se
establece en la Isla Comacina, rodeada por el Lago de Como,
en el municipio de Ossuccio; en la que surge la escuela
Arquitectónica de los Magistri Comacini (gremio de albañiles
italianos) cuya huella se encuentra difundida en múltiples
Catedrales y Puentes dándole estos a la región de Lombardia
en Italia un estilo que precedió al románico. Se hace mención
de maestros Comacini, en el edicto del Rey Lombardo Rotario
promulgado el 22 de noviembre de 643.
En el año 598 el Obispo Wilfredo de York y el Abad de Warmouth
enviaron a buscar maestros canteros a Francia e Italia para que realizaran
las construcciones en Inglaterra “según la costumbre romana” con
piedras. Esto confirma las crónicas italianas las cuales relatan que el Papa
Gregorio envió con San Agustín a Inglaterra a miembros de los Liberi
Muratori; a su vez pero en el año 604 Agustín envió al monje Pietro a
Roma con carta para el Papa Gregorio en la que solicitaba le enviasen
más arquitectos y albañiles como los Liberi Muratori, tras esta crónica
histórica debe agregarse que esos maestros canteros eran los Maestros
Comacinos y entre ellos figuraba uno nombrado Paulino el cual poseía el
título de Magíster. Sabido es que muchos monjes formaron parte en las
logias a gremios de maestros canteros ejemplo de ello fue el caso del
Obispo San Hugo de Lincoln quien llego a proyectar una iglesia, esta
afirmación toma como fundamento lo planteado por Maestri Comacini
volumen I capítulo I, Kugler de Alemania, Ramee de Francia y
Dictionary of Architecture de Quatremal de Quince.
80
La otra cruza por la zona norte encontrando refugio en los
monasterios benedictinos en las Islas Británicas en Northumbria
en el siglo VIII, el monje San Beda (el padre de los venerables
maestros) nacido en 673 d.C., y muere en el 735 seguidor de la
regla de San Agustín, escribió “De Templo Salomonis Liber”;
fue personaje histórico mencionado por el autor del manuscrito
Cook entre sus fuentes bibliográficas. Muchos transcribieron su
texto como Alcuino de York (735-804), Rabano Mauro (776-
856), Walafrid Strabón (808-849) y otros abades del movimiento
monástico benedictino. (2).
Muchos autores plantean que el conjunto de alegorías que componen el
lenguaje masónico, poseen su punto de partida en expresiones del
monasticismo benedictino o católico. Salvo algunas corrientes idealistas,
hoy nadie niega el estudio científico de la historia ligada a una
metodología y a un sistema pluridisciplinario donde se toman en
consideración varias fuentes como las escritas, la arqueología, la
tradición oral, la lingüística, la antropología, entre otras.
Con independencia de las diferentes opiniones, veamos los datos
siguientes:
Después del inicio del siglo IV, en los tiempos en que Constantino emitió su edicto de tolerancia al cristianismo en el 313, Antonio un discípulo de Pacomio, fundó la primera comunidad monástica en el este del Mediterráneo. La idea del monasticismo llegó a Occidente cerca del 340, cuando Atanasio patriarca de Alejandría, fue a Italia como exiliado desde su tierra natal. La orden religiosa de los Benedictinos fue fundada en el 529, San Beda el venerable es admitido en la orden con diecinueve años de edad aproximadamente en el 692, se le recuerda también como historiador su gran obra "Historia Eclesiástica Gentis Anglorum" (Historia eclesiástica del pueblo inglés), relata el cristianismo en Inglaterra desde sus inicios hasta la época de Beda.
81
El río NU (el agua primordial, la antigua leyenda egipcia recuerda el gran
diluvio cuando asegura que el Rey Menes (3) torció el curso del río Nilo
para edificar en la nueva orilla la ciudad de Menfis) testigos de las
primeras iniciaciones y la división de las castas comunes a los egipcios,
la iniciación egipcia posee una reputación que ha recorrido el mundo de
la antigüedad y el mundo moderno. El método de comunicación por
símbolos fue llevado a Egipto por Misraim, segundo hijo de Cham
fundador de la primera dinastía faraónica y empleado para la
construcción de las pirámides. Keops, la gran pirámide de Egipto es el
ejemplo de la interpretación de conocimientos geométricos en el arte de
construir, donde se expresan altos conocimientos astronómicos en las
medidas arquitectónicas.
No podemos negar la influencia cristiana o la de San Beda en las
alegorías masónicas, pero Egipto ha sido un país muy vinculado a la
Biblia estas alusiones se dan en el Antiguo y también en el Nuevo
Testamento aunque en menor medida. Demostrándose con ello, que
reconocen como punto de partida de sus creencias y prácticas al
conocimiento egipcio. Hechos 7:22- Y fue enseñado Moisés en toda la
sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras.
El cultivo del trigo requiere programar las cosechas, seleccionar las
semillas, labrar la tierra, proteger los cultivos y quitar las malas hierbas;
transmitiendo un sentido moral a la labor humana y manifestándose los
valores espirituales del mundo físico. Los principales alimentos que se
encontraban en la mesa de los egipcios eran los cereales principalmente
el trigo y la cebada. El trigo es sagrado en diversas culturas simboliza
felicidad y prosperidad, su color dorado glorifica el trabajo humano,
simboliza el renacimiento; en la cultura egipcia está vinculado con la
supervivencia de los muertos en el más allá y los misterios de Osiris; en
Eleusis el iniciado era comparado con un grano de trigo que al ser
sembrado debía morir como semilla para nacer como planta, emergiendo
de la tierra con los rayos del sol.
Simbólicamente hablando desde tiempos remotos, la paja del trigo
simboliza la unión entre los pueblos y su ruptura. San Atanasio (293-373)
82
obispo de Alejandría fue acusado por Eusebio de Nicomedia de
conspiración por impedir la exportación de grano de Egipto a
Constantinopla, y desterrado por Constantino (quien fue bautizado como
cristiano, sólo en su lecho de muerte). Carlos III el Simple rey de Francia
(893–923), celebro una reunión en los campos de Mayo en Soissons con
sus barones quienes le manifestaron…Debido a su incapacidad de
gobernar hemos decidido dejar de serle leales…, en señal de esa decisión
arrojaron a los pies del trono pajas de trigo partidas, este acto manifestó
que todos los pactos entre él y ellos se habían roto.
José (Yosef), hijo de Jacob y Raquel vendido por sus hermanos a
mercaderes que viajaban con destino a Egipto. Por su conocimiento la
casa Egipcia de Potifar lo compra, por su interpretación referente a las
Espigas de Trigo el faraón le nombra Zafnat Paneaj (descubridor de lo
oculto). Génesis 41:5- Se durmió de nuevo el faraón, y soñó la segunda
vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña. 41:6-
y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del
viento solano. 41:7- y las siete espigas menudas devoraban a las siete
espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño. ¿Los
masones no somos como las espigas de trigo, esparcidas sobre la faz de
la tierra? Veritas liberabit vos.
Ante esta realidad, solo puedo aludir a la siguiente frase: “El hombre
teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides”. (5)
En este punto debe ser dicho que en el siglo XI (años 1001-1100,
ambos incluidos) los Cluniacenses (orden religiosa de Cluny,
surgida en Francia en el S. X como un intento de reformar la orden
benedictina y que desapareció en el S.XVIII siendo San Bernón
el primer abad cluniacense) redactan los primeros reglamentos y
constituciones para los constructores de iglesias y catedrales,
permitiendo la incorporación de Laicos (profanos) a los que
denominaron “Hermanos Conversos”. Este movimiento alcanza
su máxima expresión con la aparición del arte gótico y sus
catedrales, como punto más alto en la construcción de templos
83
capaces de irradiar espiritualidad a través del arte de la piedra,
vidriera, etc. Esta corriente que llega a los monasterios
benedictinos y es continuada por los Cluniacenses alcanza su
máximo exponente con la Orden Cisterciense (Sacer Ordo
Cisterciensis), cuyo origen se remonta a la fundación de la Abadía
de Císter por Roberto de Molestes en 1098 donde se originó la
antigua Cistercium romana localidad próxima a Dijon, Francia.
En el periodo anglosajón tardío (siglos X y XI hasta el 1066)
específicamente desde 924 – 939 en el que reinase Athelstan, amante de
la geometría e ilustración se realizaron diversos manuscritos ilustrados
llamados Hibernos-Sajones, Arte Insular o Salteiro entre ellos vemos:
“El Salterio de Athelstan”. El rey Athelstan copilo y encargó una gran cantidad de
libros, este manuscrito fue obtenido en el Continente y “modernizado” de acuerdo con
el gusto inglés. Posteriormente esta Liturgia fue propiedad de Sir Robert Cotton en
1631 quien le añade una portada al manuscrito, formado de estacas del Breviario de
Margarita de York duquesa de Borgoña. (Londres, British Library, MS Cotton Galba
Un XVIII, f. 21r)
84
En octubre de 1731 el Salterio de Athelstan sufrió daños, en un incendio en
Ashburnham en Westminster, junto a otros manuscritos que fueron destruidos por
completo. (Londres, British Library, MS Cotton Galba Un XVIII, f. 2v)
La nueva estabilidad política que proporciono Athestan, le permitió a la
Inglaterra unificada entrar en una serie de relaciones diplomáticas con el
continente Europeo y satisfacer también el amor por las artes y la cultura
con la adquisición de obras, reliquias e influencias de variadas
fuentes. Se ha demostrado que el rey Athestan adquirió múltiples libros
y reliquias como los “Evangelios de Coronación” de Lobbes, utilizados
tradicionalmente como el libro de juramento en las coronaciones inglesas
y de Irlanda. Se le acredita también la fundación de la biblioteca real
aunque muchos de los documentos adquiridos por este rey
desaparecieron, hoy gracias a la exposición de manuscritos reales que
85
fuese abierta en Inglaterra del 11-11-2011 al 13-03-2012, pudimos
apreciar de primera mano la obra realizada por el rey Athestan.
"La magnanimidad del rey Athelstan inmortalizada “, en una inscripción en Inglés
Antiguo en este libro de los Evangelios escrito en el año 925. Fue copiado en
texto latino como el famoso Evangelios de Lindisfarne, un detalle relevante escrito a
mano en Chi Rho(6) en el que se relata cómo el rey Athelstan según consta en el
Eadhelm(7) libero a sus esclavos en el año 925. Propiedad de Carlos II, Real 1
B. VII, f. 15v, Consejo de la Biblioteca Británica.
Referente al Chi Rho empleado, debe decirse que está formado por una
cigüeña en color azul, verde y naranja considerado por los expertos uno
de los primeros ejemplos de inserción de registros en textos sagrados. Si
tenemos presente que en un principio el inglés antiguo se escribía
con runas (anglosajón) pasando por la caligrafía semiuncial, la caligrafía
insular que se empleó hasta finales del siglo XII. Apreciamos que la
runa X significa “Gift” que significa regalo u obsequio, las cigüeñas que
forman el criptograma según el simbolismo animal medieval las aves son
en general un símbolo del alma, de espíritus del aire, de espíritus
liberados del cuerpo; la cigüeña por su carácter de aniquilar a serpientes
posee un carácter benéfico, por su estrecha conexión con el embrión la
cigüeña significa la nueva vida. Algunas hipótesis plantean que sobre este
libro el rey Athestan presto su juramento en la coronación en el 925 en la
Catedral de Canterbury. (8)
86
2. Desde el siglo XIV (1301-1400, ambos incluidos) se utilizaba la
palabra “Lodge” (logia) para designar el punto de reunión de los
artesanos del oficio. El Manuscrito Real (Regius) datado en 1390
también llamado Manuscrito Halliwell por el nombre del primer
editor publicado en 1840 por James O. Halliwell en “The early
History of freemasonry in England”. Este texto aparece en el
inventario realizado en 1670 en la biblioteca de John Theyer y
vendido a Robert Scott según inventario de 1678, posteriormente
pasa a la biblioteca real hasta 1757 (de ahí su nombre de
“Regius”)
Este documento consta de un poema de 794 líneas en prosa rimada su escritor es
anónimo. El manuscrito comienza con la frase:
"Hic incipiunt constitutiones artis gemetriae secundum Eucyldem".
“Aquí comienzan las constituciones del arte de la geometría de acuerdo con Euclides”.
Tras detenida lectura del mismo, en…“Otra ordenanza del arte de la
geometría”…, comprobamos lo siguiente:
87
Esta documentación histórica que todos reconocemos como uno de los
documentos más antiguos de nuestra augusta institución, autentifican al
Rey de Athelstan como el autor de las Constituciones de York en 926
d.C. para la Primera Logia de Maestros Canteros y la designación de su
hermano Edwin como Gran Maestro de ella.
3. La palabra francmasón es mencionada por primera vez en 1495
en el Estatuto del Reino, mientras que "frank-masón" se
encuentra en un acta de 1444-1445 (9), el término "masones
libres" fue empleado por primera vez en 1376 cuando se
hace referencia a la "Compañía de Masones Libres” uno de los
numerosos gremios de Londres. (10). Este punto corrobora la
continuidad y existencia de la masonería operativa anterior a
1717.
4. 1736, Andrew Michael Ramsayen Caballero de S. Lázaro por el
duque de Orleáns, regente de Francia y Gran Maestre de esa
Orden; en discurso que pronunciase el 26 de diciembre en la logia
de San Juan, explica la vinculación masónica con las órdenes
militares con las siguientes palabras:
“Desde la época de las cruzadas en Palestina, muchos príncipes, señores
y ciudadanos de Tierra Santa se comprometieron mediante juramento, a
llevar la arquitectura a su primitiva institución… nuestra Orden
masónica, por tanto, no debe ser considerada… sino como una Orden
moral fundada en la remota antigüedad y renovada en Tierra Santa por
nuestros antepasados para evocar el recuerdo de las verdades más
sublimes…” (11)
5. Si finalmente realizamos una visita a la Logia Kilwinning
Kirkwall N º 382 en las Islas Orcadas en Escocia, nos exigirá
realizar un estudio referente a la heráldica de la actual Gran Logia
Unida de Inglaterra y su escudo de armas; mostrándonos que en
él se encuentra sin lugar a dudas la presencia de la tradición desde
los egipcios, romanos, Rey Athelstan, medioevo, templarios,
masones operativos y hasta llegar a los masones especulativos.
88
¿Por qué Kilwinning Kirkwall N º 382? En 1822 se realizó por la
Gran Logia de Escocia una reestructuración numérica de las logias que
se encontraban bajo sus auspicios, al encontrarse numeraciones repetidas
para evitar cambios se les asigno este tipo de numeración definiéndose
con un superíndice, la ubicación de cada una de ellas. Los primeros
registros de la masonería (como se practica en la actualidad) se
encuentran en los archivos de la Logia de Kilwinning Kirkwall y datan
del 01 de octubre 1736.
Fachada Logia Kilwinning Kirkwall N º 382 Gran Logia de Escocia
The kirkwall scroll o Pergamino de Kirkwall.
Interior de la
Logia Kilwinning Kirkwall
N º 382 en su Oriente, detrás
del trono del venerable
maestro se encuentra el
Pergamino de Kirkwall. Las
pruebas de carbono ubican a
este documento en el siglo
XV (1400).
89
El pergamino Kirkwall, mide 563.88 cm. de
largo y 167.64 cm. de ancho. El material del
que está compuesto es lino fuerte, y se compone
de un paño central dividido en cinco
partes, cosido a lo largo de cada lado
y compuesto por siete gráficos centrales y dos
laterales.
Este pergamino perteneció a la familia Sinclair y con el Conde de Orkney, William St Clair de Rosslyn, descendiente de Caballeros Templarios en 1736 renunció al privilegio tradicional hereditario de su familia de dirigir la masonería escocesa, para que se produjera la elección del primer Gran Maestro de la nueva Gran Logia de Escocia. La carta patente de la Respetable Logia Kirkwall Logia Nº 382 fue firmada por William St Clair de Rosslyn; esta logia fue construida en los terrenos donde estuviese el Castillo de Kirkwall baluarte del Príncipe Henry Sinclair. Ha sido científicamente probado tras diferentes pruebas de carbono 14 lo autentifican y datan en 1400.
90
MRH.·. William St Clair de Rosslyn
Si hablásemos sobre el controvertido tema de la Heráldica, es decir
la ciencia del blasón, que rodea al escudo de la Gran Logia Unida de
Inglaterra, deberá tenerse presente que todo escudo representa las armas
de una persona o de una casa, también puede representar las uniones de
armas o alianzas entre diferentes personas o casas. En cualesquiera de los
casos, el escudo delimita gráficamente al sujeto del que trata la
composición y es suficiente para en el identificar una alianza. Como una
imagen vale más que mil palabras, como señala la antigua expresión,
les ofreceré una serie de evidencias con las que ustedes podrán obtener
sus propias conclusiones.
91
En el panel central del Pergamino Kirkwall en su quinto dibujo encontramos una
imagen dos querubines guardando el arca de la alianza entre columnas y bajo un Arco
Real.
Escudo de Armas de la Compañía de Masones de Londres, otorgado por Eduardo IV
durante el doceavo año de reinado (1472-1473).
92
Escudo de armas de la antigua y honorable fraternidad de libres y aceptados masones.
Gran Logia de los Antiguos, 1751-1813.
Último sello empleado por la Gran Logia en Londres de los Libres y Aceptados
Masones de acuerdo a los antiguos principios, 1792.
93
Escudo de Armas utilizado actualmente por La Gran Logia Unida de Inglaterra
(resultado de la fusión de las Grandes Logias de los Antiguos y de los Modernos el 25
de noviembre de 1813). Lema: Oír, ver y callar.
Otro dibujo de este pergamino que nos invita al análisis es el último del
paño central, donde aparece un altar con cinco criptografías tratando de
acercarnos a su interpretación y teniendo presentes que se trata de
un documento con una elevada carga cristiana, los describiremos a
continuación en igual orden en que fueron escritos:
94
Tras este análisis descifrando los códigos, debemos agregar que la cifra
pin pen constituye el cifrado masónico o escritura masónica empleado
para proteger documentos, información y conocimiento ante las miradas
de profanos y rastreadores desde 1533. Indiscutiblemente esto ubica
a The Kirkwall Scroll o Pergamino de Kirkwall dentro de la datación
realizada al mismo con la prueba del 14C o Radiocarbono.
En ese aspecto debe señalarse que dentro de la masonería motiva gran
interés como parte del estudio referente al simbolismo y su historia, el
uso de Las Marcas Masónicas las cuales se pueden apreciar todavía en
las antiguas construcciones realizadas por los antiguos maestros canteros
Iglesias, Abadías, Edificios, etc.
El 16 de diciembre 1841 George Godwin presenta en la Sociedad de
Anticuarios un manuscrito referente a las marcas, con las transcripciones
95
de las 158 más generalizadas en construcciones de Inglaterra, Francia y
Alemania. Posteriormente se publica el escrito el 2 de febrero de 1843 en
el “Comité de Artes y Monumentos” de Paris por M. Dieron. Ambos
estudiosos concuerdan que el uso de esas marcas corresponden a una ley
masónica surgida en la Logia de San Juan de Berechin basada en el
conocimiento aportado a ellos por los Escoceses, consistente en que cada
masón debía registrar su marca en el libro de su logia y no la podía
cambiar a placer.
La regla para la creación de las marcas masónicas plantea, que debía tener al menos un ángulo, el circulo debía ser evitado a menos que una línea formase un ángulo con él, dado el caso de existir en una reunión de la misma obra dos albañiles con la misma marca uno de ellos debe asumir una distinción denominada heraldos (símbolo que le diferencia).
Según Uso de las marcas de Masón en Escocia (Patrick Chalmers,
Arqueología 1852, vol. XXXIV, Pág. 33-36) Un cantero Inglés declaró
recientemente al Sr. GW Speth: "Elegimos una marca, y luego en
nuestros viajes nos encontramos con que algunos otros albañiles
utilizan una similar esto altera la nuestra en particular, por ello añadimos
alguna ligera variación para diferenciarla”).
Deba explicarse que existían dos tipos de marcas masónicas en las
construcciones realizadas por los masones operativos o en el lenguaje
secreto de los maestros canteros, la llamada Marca Falsa o Ciega que era
realizada por los aprendices o personas contratadas que no eran
miembros del gremio y la Marca del Compañero o Pasado Albañil.
También existen casos en los que algunas piedras poseen dos marcas una
del aprendiz que la cortó y otro del albañil que la pulió.
96
Los artesanos irlandeses y los albañiles de la Edad Media no sólo tenían sus
marcas privadas, sino también poseían un dialecto llamado Bearlagair-na-Sair,
solo conocido en los condados de Limerick, Clare, Waterford y Cork. En la
actualidad todavía está en uso, para el envío de cartas privadas entre los
francmasones amantes de esa bella y nunca olvidada vieja escuela, en la que todo
está escrito y dicho desde el inicio de los tiempos.
97
Con el paso del tiempo estas marcas pasaron de las edificaciones a la
lapidas para identificar a los miembros del gremio y su rango, los artistas
las introdujeron en las esquinas de sus pinturas y grabados para
identificarse como miembros de la orden, los comerciantes como signos
distintivos de sus tiendas y con la aparición de la imprenta se generalizo
en los libros. Existen dos estatutos que hablan al respecto, el Nº 51ª del
1266 por Enrique III y el Nº 13 del 1285 establecido por Eduardo I ambos
estatutos realizan las alusiones más tempranas referentes a la necesidad
de la colocación de estas marcas; en 1363 se promulga una ley que
estipula que todos los maestros orfebre tendrán un sello de estaño con su
marca. En 1380 – 1390 se reglamenta que los tejedores y lavadores deben
colocar su sello en cada tela trabajada ya en 1443 toda la lana peinada
disponía del sello que identificaba a su realizador, los estatutos de
Eduardo IV y Enrique VII respectivamente ordenan en 1477 y 1478 que
los objetos labrados en plata deben llevar la cabeza de un Leopardo y la
marca o signo del obrero.
Lo anteriormente planteado demuestra la antigüedad y uso de las marcas
masónicas, las que se han trasmitido a través de las diversas
civilizaciones llegando a hoy día, a pesar del paso del tiempo se siguen
empleando por los francmasones actuales.
Tras este viaje por la historia de Inglaterra y la Masonería, con el único
objetivo de aportar datos entorno a la vida y obra del Rey de Athelstan,
cuya figura tuvo una gran relevancia en ambos temas; vemos en el
Pergamino de Kirkwall pruebas evidentes que arrojan luz a las grandes
preguntas: ¿De dónde venimos? ¿Por qué algunos aluden a una pérdida
de la antigua tradición cuando la historia, los hechos y los documentos
demuestran lo contrario?
El vínculo o tradición existe, entre la actual masonería especulativa y los
antiguos Masones Operativos, Caballeros Templarios, Rey de
Athelstan, Maestros Canteros, Artesanos del Faraón, etc.
98
Colección de marcas masónicas, publicadas por Sr. George Goodwin
99
Este símbolo, aparece en las monedas de los
Ariarates nombre de los diez reyes de Capadocia,
en la Abadía Kilwinning, Canterbury y otros
lugares. Su origen es egipcio.
Solo podríamos señalar que la Institución Masónica es un antiguo árbol
que nunca morirá, pues sus fuertes raíces se extienden a todos los países
del mundo, en todos los tiempos fortaleciéndose época tras época.
Si lográsemos beber de la savia que existe en el interior de su
tronco, aprenderíamos que todo está escrito desde su fundación según los
Antiguos Usos y Costumbres. En el interior del alma de cada masón esta
la libertad de decidir qué hacer; seguirlos o pretender transformarlos
llevándoles al caos.
Actualidad de la Orden Masónica de Athelstan de Inglaterra, Gales y sus
Provincias de Ultramar
La Orden se basa en los registros
históricos, la vida y la leyenda del rey
Athelstan. El enfoque de la Orden es
mostrar cómo esta primera referencia,
posee gran importancia para la historia de
Inglaterra y significativa para el
desarrollo de la masonería especulativa.
Retrata la historia de un maestro masón
que se llamó York en el año 926 d.C.,
quien ha de recibir los antiguos cargos
del rey.
100
A lo largo de la ceremonia, el ritual contiene una gran cantidad de
simbolismos que aún se observan en algunas Logias de hoy y otra gran
cantidad que no están solo empleados en los antiguos usos y
costumbres. La Orden, en Inglaterra y Gales, está estructurada de manera
que sus provincias, siempre que sea posible reflejaran y representaran los
reinos originales ya que fueron creados por el rey Athelstan durante su
reinado como "El Rey de toda Britania”, nuestras provincias por lo tanto
no se correlacionan directamente con las divisiones del condado inglés;
nuestras provincias amalgaman e incluyen áreas de los condados
existentes para las provincias lo suficientemente grandes como para
apoyar y sostener los necesarios diez Tribunales.
El objetivo de la Orden Masónica de Athelstan es fomentar y desarrollar
en sus miembros el estudio real y la investigación. Como tal, cada
candidato ha sido cuidadosamente elegido por su interés en la historia
masónica y es "Instruido" en nuestra Orden.
La forma de ser miembro de nuestra Orden es estrictamente por
invitación y se espera que tengan un gran interés y compromiso en todos
los aspectos de la masonería, por lo tanto es obligatorio ser miembro
activo y permanente de la masonería simbólica y de Capitulo de Arco
Real jurando dar pleno apoyo y lealtad a la Gran Logia Unida de
Inglaterra.
Presencia Universal de La Orden Masónica de Athelstan
Inglaterra y Gales, Provincias: East Anglia, Hwicce, Essex, Mercia,
Northumbria, Magonsaetan, Kent, Lindsey, Sussex, Wessex.
Provincias de Ultramar: Australia, India, Estados Unidos de América.
El 14 de abril de 2012, fue consagrado el Tribunal de Justicia San
Andrew Nº 83 bajo los auspicios de la Orden Masónica de Athelstan de
101
Inglaterra, Gales y sus Provincias de Ultramar, en Islas Canarias -
España.
La Historia de la Masonería Cubana data sus inicios según antiguo
documento fechado el 3 de mayo del 1763 en que la logia militar Nº 218
del Registro de Irlanda adscrita al regimiento Nº 48 extiende certificado
de maestro masón a Alexander Cockburn este histórico hecho ocurrió
cuando la toma de la ciudad de la Habana por los ingleses, el 17 de
diciembre de 1804 con carta patente de la Gran Logia de Louissiana se
funda en Cuba la Primera logia llamada Le Temple de Versus Teologales,
expedida por el masón de origen francés Joseph Cerneau, el 27 de marzo
de 1820 se funda la Gran Logia Española de Antiguos, Libres y
Aceptados Masones de York primer alto cuerpo masónico cubano. El 1
de agosto de 1876 se funda la Gran Logia de la Isla de Cuba y en 1880
es regularmente reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra.
Mapa masónico de España 1880, Diccionario Enciclopédico de la Masonería, D.
Lorenzo Frau Abrines 33º y D. Rosendo Arús y Arderíu 33º, la Habana, Junio 1891
102
Tras dos siglos, un maestro masón de origen cubano el RH. Marino de
Armas Benítez ingresa como miembro de pleno derecho en una de las
más antiguas órdenes del mundo, “La Orden Masónica de Athelstan de
Inglaterra, Gales y sus Provincias de Ultramar” bajo los auspicios de la
Gran Logia Unida de Inglaterra. Y miembro fundador del Tribunal de
Justicia, San Andrew Nº 83 en Islas Canarias - España.
RH. Marino de Armas Benítez, miembro
de la Orden Masónica de Athelstan de
Inglaterra, Gales y sus Provincias de
Ultramar, bajo los auspicios de la
Gran Logia Unida de Inglaterra. Muy Ilustres y Venerables Hermanos,
dignidades de la Orden Masónica de
Athelstan de Inglaterra, Gales y sus
Provincias de Ultramar, que habéis
permitido deslizar mi pluma y hacer que el
verbo fluya, permitidme decirles gracias.
Como masón por la responsabilidad y el
honor que representa ser miembro de esta
tan antigua orden. Como cubano no puedo
olvidar mi madre logia la Gran Logia de
Cuba, donde la luz simbólica de la verdad
marco mi corazón sacando a mi espíritu de
las tinieblas y mostrándome el camino. Hoy
tras haber cubierto una extensa carrera
masónica, soy feliz sin embargo mi alma
sigue buscando cual humilde aprendiz.
Llegue a la Gran Logia de Cuba y a sus
miembros este especial agradecimiento y el
deseo de que sigan alumbrando, cual faro de
conocimiento y sabiduría para el
engrandecimiento de la
Masonería Universal.
Es cuanto se ha de decir.
© PVM.·. Resp. Log. Añaza, Marino de Armas Benítez
103
Anexos
Debido a la importancia histórica y cultural, considero conveniente
concluir este trabajo con una relación de monumentos y edificios
notables levantados por las corporaciones, cofradías y gremios
masónicos operativos de la antigüedad y una cronología masónica desde
la muerte del Rey Athelstane a 1717 en que surge la actual masonería
especulativa y la Gran Logia Unida de Inglaterra.
Monumentos y Edificios levantados por los Masones Operativos.
108
Marcas de maestros canteros en la catedral de Toledo
1258, España.
109
Cronología Masónica desde 939 – 1717. (12) (13)
27 -10- 939. A la muerte de Athelstan la fraternidad fue de nuevo
dispersada, muchos se dirigieron hacia Alemania bajo el nombre
de Hermanos de San Juan.
1001. En los primeros años de este período en el mundo estaba
generalizada la idea de que el fin del mundo había llegado; basándose en
supersticiones especialmente en lo concerniente a que la
tierra giraba sobre su eje, la sociedad despertó de su letargo y desde ese
momento
1003 puede decirse que se inicia nuestra civilización moderna hasta la
fecha.
1041. Eduardo el Confesor rey de Inglaterra entre 1042 y 1066, dirigió
la ejecución de varias obras que fueron confiadas a los masones, posterior
a su muerte el 5 de enero de 1066 continuaron los francmasones con su
trabajo. En 1076 se empezó la construcción de la Torre de Londres y la
reedificación del Puente de Londres con madera. En 1087 se construyó
el Palacio y la Sala de Westminster. En 1155 se construyó el Templo de
los Caballeros Templarios, en la calle Fleet, bajo la dirección del propio
Gran Maestre de los Caballeros Templarios y en igual fecha se empezó a
reedificar el Puente de Londres con piedra concluyéndose en 1209. En
1272, se concluyó de edificar la Abadía de Westminster.
1066. Desde este año Inglaterra se comienza a poblarse de Iglesias,
Abadías y Monasterios recibiendo los francmasones como pago a su
inteligencia grandes recompensas ejemplo de ello fue Robertus
Cementarius Maestro Masón que trabajo en San Albano en 1077, a quien
se le concedieron tierras y casa en la ciudad (Notes on the
Superintendents of English Buildings in the Middle Ages, por Wyatt
Papworth; también se cita a Cementarius en relación con la Catedral de
Salisbury). Durante el reinado de Enrique II se construyeron 77 edificios
religiosos.
110
1250. Un período en el que se concibieron los planes de construcción de
los santuarios dedicados al Todopoderoso, los cuales han sido
la admiración de la posteridad por sus dimensiones gigantescas y la
armonía de sus proporciones. Los planes de las catedrales de Colonia,
Estrasburgo, París, Reims, Rouen, Beauvais, Amiens, y otros de los
cuales se establecieron las bases hacia el final del siglo XII, pero que eran
finalmente ejecutado en una escala más grande y con un estilo diferente
al diseño original. La sorprendente analogía entre los monumentos y otras
que siguieron, hasta el siglo XV, explica el vínculo de la fraternidad que
une a los masones de todos los países que habían recibido instrucciones
en la escuela central en Lombardía, continuó en Colonia y Estrasburgo, y
también por la obediencia de los miembros a las leyes que los rigen en la
construcción de todos los edificios religiosos de la época.
1270. El Papa Nicolás III confirma todos los derechos concedidos
previamente a los francmasones aumentándoles otros más. Todos los
papas anteriores a Benedicto XII otorgaron privilegios importantes a la
Orden Francmasónica, hasta el extremo de eximir a sus miembros de la
observancia de los estatutos y leyes municipales en los cuales debían
obediencia a los edictos reales.
1272. La construcción de la abadía de Westminster fue completada este
año, bajo la dirección del gran maestro Giffard, Arzobispo de York.
1275. Un congreso masónico fue convocado por Erwin de Steinbach para
la reanudación de los trabajos interrumpidos para la catedral
de Estrasburgo en una escala mayor, las bases se establecieron
en 1015 y una parte de la iglesia levantada. Arquitectos de varios
países llegaron a Estrasburgo, formado como en Inglaterra y de acuerdo a
los antiguos uso una Gran Logia, comprometiéndose a observar las
leyes y normas del oficio. Cerca de la catedral en un edificio de
madera (albergue), se celebraron las reuniones y las
cuestiones en relación con la construcción se examinaron. Erwin
de Steinbach fue elegido para presidir las reuniones. Las palabras y
los signos fueron creados empleando en parte los que se usan en
111
Inglaterra. Los aprendices, artesanos y Maestros recibieron
con peculiares ceremonias simbólicas, bajo el cual se ocultaban o
indicado los secretos de la arquitectura.
1277. Se inicia la construcción de la Catedral de Estrasburgo bajo la
dirección de Hervin de Steimbach terminada en 1439, F. Clavel en su
libro La historia de la Masonería, recoge unas referencias del abate
Grandidier… la Asociación que construyó la Catedral de esa ciudad se
dividían en Maestros, Compañeros y Aprendices. El lugar donde se
reunían lo llamaban Hutte (casa pequeña, Logia). Empleaban de una
manera emblemática los útiles de su profesión y los llevaban consigo
como insignias; tenían por principales atributos: la Escuadra, el Compás
y el Nivel; se reconocían, entre sí por medio de palabras y de signos
particulares. Los Aprendices, Compañeros y Maestros eran recibidos
en la Sociedad con ciertas ceremonias en la que intervenía el secreto más
profundo; admitían, como afiliados libres, algunas personas que no
pertenecían al oficio de masón…
1310. La construcción de la magnífica catedral de Colonia que comenzó
en 1248, dio a su logia una cierta superioridad convirtiéndose en un
referente de escuela donde los masones de otros países llegaron, para
estudiar esta obra maestra. Los masones alemanes, reconociendo la
superioridad, que aporto el título de la Gran Logia (Haupthutte), el
arquitecto principal fue considerado como el maestro de todos los
masones de Alemania.
1312. Un pequeño número de templarios, que lograron escapar de las
persecuciones de Felipe rey de Francia, y el Papa Clemente V se
refugiaron en Escocia, antes de la muerte de su Gran Maestro Jacques de
Molay 1314, encontrando asilo en las logias masónicas de la época.
1314. La Logia de Kilwinning en Escocia fundada durante la
construcción de la abadía del mismo nombre en 1140; la abadía de
Kilwinning fundada por monjes benedictinos de la Orden de Thirion,
llamados por Hugues de Morville Lord de Cunningham; estaba dedicada
a San Winnin que había vivido en esa región en el siglo VIII, dando su
112
nombre a la villa cercana. En 1286 la Logia de Kilwinning fue presidida
por James Steward quien fuese uno de los seis Guardianes de Escocia,
auditor de Robert Bruce quinto señor de Annandale, en la guerras de
independencia de Escocia lucho al lado de William Wallace; muere el
16 de Julio de 1309.
La Logia de Kilwinning considerada como la logia Madre de Escocia
admitió a los Caballeros Templarios que huían de la persecución de
Felipe el Hermoso rey de Francia, como "Masones Aceptados" estos
contribuyeron a la victoria del rey Robert I de Bruce el 24 de junio de
1314 en Bannockburn, siendo premiados con la creación de la Orden de
San Andrés del Cardo que más tarde se fusionó con la Orden de Heredom,
adquiriendo la Logia la consideración de Logia Real estos fueron los
inicios del Rito Escocés Antiguo y Aceptado o Antiquus Scoticus Ritus
Acceptus.
En 1677 la Real Logia de Kilwinning trasladó su sede a Edimburgo, el 20
de diciembre de 1677 se les otorga Carta Patente para trabajar como logia
a los miembros que se encontraban en Cannongate, Edimburgo.
Véase manuscrito original de la Comisión de "Enter and Pass Masons".
En 1743 la Real Logia de Kilwinning se estableció bajo el título de Gran
Logia Real y Gran Capítulo Soberano de la Orden de Heredom de
Kilwinning y de los Caballeros Rosa Cruces fundando a su alrededor
Logias y Capítulos bajo su obediencia, posteriormente retorna a Escocia.
Este traslado marco la separación en dos ramas de la
Francmasonería Universal:
Por una parte el sistema inglés con sus tres grados practicados
en la Gran Logia Unida de Inglaterra y sus fundaciones.
Por otra parte el de la Gran Logia Real de Kilwinning, cuyo
sistema de grados formará más tarde la rama de la Masonería que
se ha convenido en llamar Escocismo y del que el Rito Escocés
Antiguo y Aceptado toma sus verdaderos orígenes y la mayor
parte de sus grados.
113
Deba señalarse que el mismo fue firmado por los 12 miembros que constituyeron esta
logia en Edimburgo, con sus nombres y el símbolo masónico por el que eran
reconocidos como Masones Operativos según los Antiguos usos y Costumbres.
Existe un facsímile excelente de la presente resolución extraordinaria de1677,
en "Historia de Lyon, la Logia de Edimburgo ", pág. 101. También en la
revista masones del 8 de agosto de 1863.
Deba señalarse que no fue hasta 1750 que en la Logia Madre de Marsella
surge el primer Rito Escoses Filosófico el cual contaba de 18 grados y el
114
4 de mayo de 1802 se da a conocer oficialmente al mundo masónico la
creación en Charleston de un Supremo Consejo de los Soberanos
Grandes Inspectores Generales, grado 33º y último del REAA. Esto se
conoce como el "discurso de Dalcho", por ser el Dr. Frederick
Dalcho quién presidió la comisión de redacción.
1350. Las Constituciones de York fueron revisados durante el reinado de
Eduardo III.
1356. Se dicta en Inglaterra un estatuto contra los masones en el que se
prohíben sus reuniones bajo penas severas, pero la francmasonería lo
sobrevive y tras la guerra de las Dos Rosas reconquista su prestigio y
fama, con la reconstrucción de Londres destruida por el fuego y la
reconstrucción de la Catedral de San Pablo.
1459. Primera Convención de Eatisbon, convocada por Jost Dotzmger,
maestro de las obras de la Catedral de Estrasburgo. Se establecieron
nuevas leyes para el gobierno de la Fraternidad en Alemania.
1464. II Convenio de Ratisbona, convocado por la Gran Logia de
Estrasburgo, para definir la relación y los derechos entre las Grandes
Logias de Estrasburgo, Colonia, Vicuña, y Berna.
1469. Convención de la Aguja, convocada por la Gran Logia de
Estrasburgo para la condición de la artesanía y la construcción de los
edificios.
1502. Una Logia de Maestros se convocó el 24 de junio, bajo la
dirección de Enrique VII., se trasladó en procesión a sentar la piedra
angular de una capilla en Westminster, la cual lleva el nombre de Enrique
VII.
1535. La expansión de logias formadas en el exterior de las
corporaciones despertó las sospechas y el odio de los
clérigos ultramontanos, acusándoles abiertamente y en secreto de ayudar
a la reforma de Lutero, de quien se dice de pertenecer a ellos. Fueron
115
acusados por los sacerdotes introduciendo cismas en la Iglesia y sedición
entre las personas, finalmente él lo que deseaban los masones era
restablecer la Orden de los Templarios, que eran la causa de la misma. Se
dice que se realiza una convención de estas asociaciones en Colonia el
24 de junio de este año, en la que Herman V. Obispo de Colonia la
preside, elaborándose un documento anunciando sus doctrinas y el
objetivo de su asociación, permitiendo propagar sus doctrinas en otras
partes del mundo. Este documento es la Carta de Colonia.
1561. La reina Isabel de Inglaterra, al serle sospechoso las reuniones de
los masones, envió un destacamento de hombres armados para romper la
asamblea anual en York. Los agentes enviados para este fin realizaron un
informe favorable revocando su orden y finalmente, se convirtió en la
protectora de la Fraternidad.
1563. Los canteros (Steinmetzen) de Alemania. En dos
reuniones celebradas, respectivamente en las fiestas de San Bartolomé y
San Miguel revisan las leyes promulgadas en 1459 (Las ordenanzas de
Estrasburg) de la unión de Alemania y Suiza. Estas leyes revisadas fueron
impresas en el folio y distribuidas a cada logia en un libro que
contiene "Las ordenanzas y los artículos de la Fraternidad de
Canteros renovada en la Logia principal en Estrasburgo el día
de MDLXIII de San Miguel. Se publicó por primera vez como el
Libro Secreto (Geheimbuch) de los Canteros, en 1563 y el águila
imperial en la página de título y, a partir de esta copia, fueron publicados
de nuevo por Heldmann, Krause y Hiédelo.
1593. Se creó la Rosa Cruz Real con treinta y dos caballeros de la
Orden de San Andrés del Cardo, fundada como ya vimos en 1314 por
Robert I de Escocia y restablecida por su padre, Jacobo V de Escocia en
1540. Coronado en 1603 en rey de Inglaterra a la muerte de Isabel I, reinó
sobre Inglaterra y Escocia con el nombre de Jacobo I. Los masones
operativos escoceses tuvieron derecho a elegir a un nuevo Gran Maestro,
ya que Jacobo I pasó a ser el Gran Maestro de los masones operativos
ingleses.
116
1607. Masonería floreció en Inglaterra, bajo el reinado de Jaime I,
quien se declaró su protector adquirió fama e importancia iniciándose
muchos caballeros y personas de la nobleza. El respeto y consideración
otorgada a la Orden en aquella época, se veía ampliada por la elección
del célebre arquitecto Iñigo Jones como Gran Maestre, quien infundió un
gran espíritu en las logias.
1645. Durante el reinado de Carlos I se constituyó en Londres el Colegio
Invisible, nacido de la Rosae Crucis de 1610 por obra de Boyle, Locke y
sir Wren.
1646. Las sociedades masónicas de Inglaterra, que por mucho tiempo la
mayoría había sido compuesta por hombres sabios, artistas, hombres
eminentes para el conocimiento eran recibidos como miembros
honorarios, y calificaron como masones aceptados. En este momento en
que el célebre anticuario Elías Ashmole se hizo masón en Warrington,
este fue el primer registro auténtico de un profano iniciado en una Logia,
fundador del museo de Oxford, después de haber puesto en
marcha, rectificó y compuso la sociedad de la Rosa-Cruz, que consiste
en ceremonias basadas en alusiones Históricas, y la comunicación de los
signos de reconocimiento a la manera de los masones, este trabajo le
inspiró la idea de componer nuevos rituales de la masonería, y en
consecuencia él compuesto y sustituido por los rituales en uso un nuevo
modo de iniciación, basado, en parte, en el viejo anglosajón y siríaco
manuscritos, en parte en los misterios egipcios, y en qué se supone
que han sido la forma de iniciación entre los Arquitectos romanos. Estos
rituales fueron adoptados por Londres en sus logias.
1650. Después de la decapitación de Carlos I de Inglaterra el 30 de
enero de 1649, llega al trono Carlos II quien fuese iniciado como
francmasón durante su exilio de acuerdo a la tradición de los Estuardo;
durante su reinado se promulgo La Real Sociedad de Londres para
la Mejora del Conocimiento Natural conocida como la Royal
Society impulsada y creada por masones, de la cual fue presidente
Sir Isaac Newton. Por las contribuciones de Carlos II a la masonería
permitiendo que volviese a sus antiguos causes se le denomina a la
117
francmasonería Arte Real. Con el paso del tiempo se le ha denominado
Arte Real dentro de la francmasonería al trabajo de desbastar nuestra
piedra bruta, consistente en un proceso de transformación o cambio
gradual donde el masón abandona poco a poco las asperezas y rebordes
de su personalidad profana, para aproximarse a su templo interior
disfrutando del regocijo interno que le da la Luz de la Verdad, más allá
de creencias, dogmatismos y formulismos del culto religioso. Este
proceso es llamado cuadrar la piedra.
1659. Se funda bajo el patronato real la Orden de los Maestros Escoceses
de San Andrés, exteriorización masónica de la Orden de San Andrés del
Cardo. Apoya esta creación Jacobo II quien vivió en Francia de 1648
hasta 1660 fecha de la restauración de los Estuardo, será la célebre
Masonería Jacobita o Masonería Estuardista.
1662. Se crea la famosa Royal Society, derivada del Invisible College.
1663. Asamblea general en York presidida por Carlos II confirmó a la
Gran Maestría a Henry Jermyn, Conde de St. Albans. La asamblea
aprobó una serie de normas en conformidad con los hechos pasados y
mantuvo los altos grados. La preponderancia de los masones aceptados
se convirtió más evidente al no tener que luchar contra los
acontecimientos políticos, creciendo la tendencia humanitaria. El cultivo
de las artes, las ciencias y la sociabilidad bajo las formas nobles y
elevadas, caracterizándose por este estilo sus reuniones.
1663. Se inicia el uso reglamentario del Diploma de Maestro Masón,
documento firmado y sellado, que contiene los derechos y privilegios del
maestro cantero. Certifica la permanencia y el estado de buena situación
(a plomo y sin causas pendientes con su logia) empleado cuando viajan
los hermanos a lugares fuera de su jurisdicción. Condición necesaria para
la admisión a una logia en calidad de visitante
1666. El gran incendio de Londres, que destruyó cuarenta mil casas y
ochenta y seis iglesias, dio un nuevo impulso a la arquitectura. Los
artesanos locales cubrieron la demanda de mano de obra, otros fueron
118
llamados de todos los países. Se unieron en una logia bajo la autoridad
de Sir Christopher Wren arquitecto de St. Paul, quien proporcionó los
planos de para la reconstrucción de la ciudad.
1685. Jacobo II Gran Maestre de la Orden de Herodom de Kilwinning,
fundada por Robert Bruce rey de Escocia en 1314, habla en favor de los
masones que habían luchado por sus banderas restableciendo la Orden de
Caballeros de San Andrés, que había sido suspendido y las posesiones de
las cuales fueron confiscados durante la Reforma.
1700. Las sociedades masónicas salvo en Inglaterra, comenzaron a
disolverse e incluso en ese país ya no eran ocupados con la Masonería
Operativa.
1703. El número de masones fue disminuyendo continuamente, las
fiestas anuales se pasa completamente por alto, y los cuatro logias
restantes en Londres desierta. Las diferencias de opinión entre la
Fraternidad respetando la conveniencia de ampliar sus privilegios a los
demás que los educados en la ciencia de la arquitectura de prevenir el
aumento de sus miembros, y poco se ha avanzado hasta después de la
muerte del Gran Maestro Wren (1716).
1717. Los cuatro logias de Londres decidido a elegir a un nuevo Gran
Maestro, y formar una Gran Logia. Por lo tanto, convocó a una asamblea
general de los masones en Londres y sus alrededores, y constituye una
autoridad central con el título de "La Gran Logia de Inglaterra", que sólo
reconoce los tres grados simbólicos. George Payne, electo Gran Maestro,
se reunieron una gran cantidad de manuscritos antiguos, cartas, rituales,
y documentos sobre los usos de la Fraternidad, lo que sumado a las
personas en posesión de St. Paul Lodge, iban a formar un código de leyes
y doctrinas, algunas de que iban a ser publicados.
119
Centro:
Guillermo St. Clair de Roselin. Gran Patrono hereditario de los masones escoceses y
primer Gran Maestro de la Gran Logia de Escocia electo en 1736
Izquierda:
Dr. Juan Teófilo Desaguliers. Tercer Gran Maestro de la Gran Logia de Inglaterra
electo en 1719
Derecha:
Antonio Sayer. Primer Gran Maestro de la Gran Logia de Inglaterra electo en 1717
Notas.
(1). Es aquel hecho que a pesar de ser demostrado y comprobado como real, no ha sido
reconocido formalmente mediante los mecanismos legales vigentes, o por la autoridad
competente. Ejemplo: una persona puede estar desempeñando un cargo de facto sin que
120
dicho cargo tenga reconocimiento formal mediante nombramiento de la autoridad
correspondiente o contrato laboral.
(3). Narmer primer faraón del Antiguo Egipto y fundador de la 1ª Dinastía,
denominado Meni en la Lista Real de Abidos y el Canon de Turín,
por Heródoto y Menes de Tis por Manetón en sus epítomes.
(5). Frase pronunciada el 21 de julio de 1798 por Napoleón Bonaparte, iniciado en el
Rito Masónico de Memphis el 12 de agosto de 1799 a tres días de cumplir los 30 años
de edad. Existen evidencias del hecho las que fueron recogidas en Mémoires historiques
et secrets de l’impératrice Joséphine, publicada en 1820 por Lenormand. Otras
evidencias las aportan Robert Charroux y Jean-Michel Angebert quienes describen un
amuleto egipcio, que Bonaparte recibió de de los sacerdotes egipcios y el cual lo
extravió en Rusia. Aquel collar pantáculo pasó de Rusia a Niza en 1947 y en 1956 acabó
en manos del general israelí Moshe Dayan que a su muerte, lo legó al Israel Museum de
Jerusalén.
(6)- Chi Rho, una de las primeras formas de Cristograma, utilizado por los primeros
cristianos formado por la superposición de las dos primeras chi y rho (ΧΡ) de la palabra
griega " ΧΡ ΙΣΤΟΣ " = Cristo, también fue utilizado por escribas paganos para marcar,
en el margen un pasaje particularmente valioso o relevante.
Bibliografía.
(2). Las claves históricas del símbolo perdido, Ana Lia Alvarez, Eduardo R.
Callaey
(4). Breve Historia de la Masonería, EJ Marconis de Negre, París 1849
(7)- Eadhelm, atestigua documentos realizados entre 963 a 979. Estos eran
realizados por el obispo de Chichester de la Iglesia de Inglaterra, en la provincia
de Canterbury.
(8)- Humphrey Wanley sugiere que pertenecía a la Iglesia de Cristo, de
Canterbury ("Antiquae literaturæ septentrionalis liber alter", de George
Hickes Linguarum Vett Septentrionalium Tesauro Archæologicus gramático-
Criticus et al. , 2 vols (Oxford:. Sheldonian, 1703-1705), p 181).
(9). The Concise History of Freemasonry, Robert Freke Gould, 1996.
(10). Henry Wilson, "Free-masón", "masones Compañía de Londres", pág. 410;
Enciclopedia Masónica Coil, publ. 1961,1996, Richmond Virginia
(11). Diccionario de la francmasonería, Juan Carlos Daza, pag. 151
(12) – Historia General de la Fracmasoneria, J. Fletcher Brennan, 1808
(13) – Enciclopedia y Diccionario de la Fracmasoneria, Robert Macom 33º,
1870
122
LOS ORÍGENES
DEL GRADO DE MAESTRO EN LA
FRANCMASONERÍA Goblet D'Alviella
ÍNDICE
Introducción
Prólogo
Cronología del autor
PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN DEL TERCER GRADO
EN LA FRANCMASONERÍA
El maestrazgo en la francmasonería de práctica
La iniciación masónica durante el periodo de transición
El tercer grado en la masonería especulativa
SEGUNDA PARTE
LA LEYENDA Y SU RITUAL
Orígenes psicológicos de la leyenda del tercer grado
Los antecedentes históricos de la leyenda
Formación e introducción del ritual
Filosofía del Tercer Grado
NOTA DEL TRADUCTOR
Hay que observar que si bien en algunos Idiomas como el francés o el Inglés, la palabra
masón tiene el significado de albañil no ocurre lo mismo en castellano. Es por eso
que en la traducción de la presente obra se han empleado ambos términos cuando
ha parecido más acertado uno que otro según la circunstancia en que la misma se
empleaba dejando al buen criterio del lector la aplicación correcta del término más
adecuado a la situación descrita.
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INTRODUCCIÓN
A pesar de las numerosas reediciones de obras relativas a la
francmasonería, resulta muy notable no haber sido publicado nada
respecto al grado de Maestro Masón. Este grado el más importante en la
masonería, solo ha inspirado a muy pocos autores por su aspecto
histórico pero respecto a su simbolismo.
La historia de ese grado es esencial: por él, el francmasón adquiere
la plenitud de sus derechos y deberes masónicos.
¿En qué período de la historia de la Orden aparece? ¿Por qué fue creado?
¿Cuál es su simbolismo?
Para encontrar las respuestas a estas preguntas basta con leer el libro
de Goblet d'Alviella.
Nos sorprende descubrir que en la abundante literatura masónica,
esa leyenda ha inspirado a escasos autores.
En realidad no disponemos más que del libro de D. Beresniak que
contiene numerosos errores históricos así como de la obra de R.
Berteaux, que sigue muy de cerca nuestro libro.
Esto es tanto más notable cuanto que la leyenda de Hiram es el
lazo fundamental de la francmasonería universal.
¿De dónde procede esa leyenda, de la que sólo hay muy pocas huellas
en la Biblia y el Talmud?
Paul Naudon dice: Esa leyenda fue muy común en la Edad Media y se
la debemos al benedictino Walafrid Strabon (siglo IX).
Este, en su obra cuya última reedición data de 1498, debió redactarla
tal como la conocemos, convirtiendo a Hiram (1 Reyes 5; 2 Cr., 3), en
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el Maestro por excelencia.
No hallamos nada, más allá del siglo XIV, que pueda relacionarse con
la francmasonería mediante pruebas irrefutables.
Todos los documentos que conocemos establecen que la masonería
moderna procede de la masonería operativa de Gran Bretaña. Sólo
demuestran esto, salvo a aquellos, demasiado numerosos, que suplen
con la imaginación la falta de hechos y documentos.
La leyenda de Hiram es poco conocida en esa francmasonería operativa.
Los documentos más antiguos, como el "Regius" y el "Cook", no
mencionan ni a Hiram ni al Templo de Salomón.
El "Cook" cita a David y a Salomón, como favorecedores de los masones:
"Convirtió al hijo del rey de Tiro en el maestro masón de Salomón".
Se menciona a Hiram en el manuscrito "Tew" y el manuscrito
"Iñigo Jones" (hacia 1680).
El primer documento, relativo a un tercer grado, data de 1711, o sea
seis años antes de la fundación de la Gran Logia. Es un texto redactado
al lado de una hoja del manuscrito del 'Trinity College, Dublín". Lleva
la mención y la fecha: "Masonería, febrero 1711". Fue descubierto
entre los papeles de Sir Thomas Molyneux (1661-1733), célebre
médico de Dublín. En el encabezamiento hay una triple "Tau" mal
dibujada y el texto empieza por un catecismo de "preguntas y
respuestas", todas emparentadas con los manuscritos de Edimburgo,
Sloane y Dumfries; por comparación, este manuscrito es incompleto,
pero contiene una narración que describe los signos y los vocablos de
"maestro", "compañero" y "aprendiz". Los detalles están asimismo
incompletos. Es, por lo que sabemos, el primer manuscrito que
reconoce tres grados de masón, cada cual con sus secretos.
Por tanto hasta 1717, Hiram aparece muy poco en los "Old Charges".
125
Pero las escasas citas de los documentos anteriores bastan para
demostrar el error de Marcy y Paul Chavallier cuando indican que
Anderson y sus amigos fueron los "creadores" de esa leyenda; hasta esa
fecha, la masonería sólo conocía dos grados: Aprendiz (Entered
Apprentice) y Maestro Masón o Compañero (Master Mason or
fellowcraft). Algunos temas rituales fueron separados posteriormente
(como los cinco puntos del compañero) y la "palabra de
acompañamiento se volverá a hallar en el Tercer Grado.
Hacia 1727, leemos en el manuscrito Wilkinson:
La forma de la logia es un largo cuadrado.
¿Por qué?
Por la forma de la tumba del maestro Hiram.
El verdadero inicio de la leyenda de Hiram se generalizará a partir
del folleto de San Prichard Masonry dissected. Observemos, de paso,
que para ciertos masones, entre ellos Albert Lantoine, existió una
lectura política del ritual de maestro. Hiram sería Carlos I el
Constructor; en cuanto a los malos compañeros, según esta tesis
estuardista, sus nombres, Kurmavit y Romvil, serían una corrupción de
Cromwell.
Entre 1728 y la mitad del siglo XIX, la historia de Hiram sigue idéntica
en todo lo esencial. En 1850, un escritor se apoderó de la misma y la
publico en folletines, en el National, con el título de "Historia de la
reina de Saba y Salomón, príncipe de los genios". Ese folletín fue
reeditado al año siguiente en Voyages en Orient, La leyenda da figura en
esa obra, y Gérard de Nerval afirma que la oyó a un narrador árabe. A
partir de ahí, los masones y los anti-masones explotaron esta novedad,
y tomaron como realmente auténtico el origen oriental, hasta el punto de
que en 1880, la Gran Logia de Francia oficializó, en su ritual, este
origen.
Desde el punto de vista simbólico, observaremos que Hiram muere y
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no renace. Muere definitivamente. Su resurrección no figura en ningún
ritual… Es el recipiendario el que muere asesinado (simbólicamente)
por las fuerzas malignas de las que no puedo desprenderse. Tras la
eliminación de la carne profana y corrompida, una nueva carne (el
espíritu masónico, el espíritu de Hiram) lo hace renacer a una nueva
vida.
Para concluir podemos afirmar que la leyenda de Hiram llegó al punto
de rellenar el contenido doctrinal de la naciente masonería especulativa.
Verosímilmente apareció en Irlanda.
Se implantó suavemente y tomó parte en la reedición de las
constituciones de Anderson en 1738, pero aguardó hasta los años
1760 para quedar definitivamente admitida en Gran Bretaña; el proceso
fue más rápido en Francia.
Por lo visto ese grado se creó para reformar la francmasonería y
seleccionar a sus miembros más capacitados para dirigir una logia.
Fue esta misma razón y el hecho de que la muerte de Hiram no podía
quedar impune, los que condujeron a la creación de los grados de
venganza y a las escenas de gran guiñol, a las que dieron lugar las
recepciones que siguieron. Era preciso templarlas un poco, y por eso se
introdujeron los grados caballerescos; entonces se poseía ya el material
necesario para la construcción del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Esta voluntad de reforma emprendió el camino inverso al Gran Oriente,
fijando el número de grados practicados en tres de las Logias Azules.
Aquí ofrecemos pues una base de estudio a los "Hombres de buena
voluntad".
La edición primitiva fue publicada en 1906 en el Boletín del Gran Oriente de
Bélgica y después editada en 1928 por la librería J. Weve y E. Lonnay de
Bruselas estando dicha reimpresión ilustrada con los dibujos del pintor Louis
Delbelse que decoraban el Templo de los “Amigos Filántropos".
M.G.S.
127
PROLOGO
La Logia Azul o simbólica forma una pirámide de tres grados: en la
base los Aprendices; en medio los Compañeros; en la cúspide los
Maestros. Cada uno de esos grados posee su fórmula de juramento, sus
símbolos sus ritos y sus leyendas propias. En el espíritu de la
institución son sólo los Maestros quienes poseen la plenitud y la
finalidad del secreto masónico.
¿Siempre ha ocurrido lo mismo en el seno de la francmasonería? y
en caso negativo. ¿Cuáles son los orígenes respectivos de esos tres
grados? Si, como algunos lo sostienen relativamente en el grado de
Maestro, la francmasonería especulativa ha transformado aquí un rango
o una función en un grado, ¿con qué fin y bajo la influencia de qué
elementos se ha realizado la transformación? Examinando estas
cuestiones, nos veremos obligados a tratar, aparte del origen del grado,
la historia de su leyenda y la interpretación de su simbolismo.
El tema es relativamente nuevo. Durante la última parte del siglo XVIII
y la primera mitad del XIX, se ha discutido mucho sobre el origen de
la francmasonería, pero se dejó de lado el origen de sus grados. La
mayoría de historiadores masones aceptan como un hecho de que se
remonta a la primitiva organización de la Orden, la división en tres
grados. Consagrada en las Constituciones de 1738, por la Gran Logia
que dio nacimiento a casi todas las obediencias actuales de la Masonería
Azul. Sin embargo, de haber leído con un poco más de atención el
texto de las grandes Constituciones en su primera redacción de 1723
habrían comprobado la presencia de una tradición muy diferente, que
nunca quedó totalmente borrada en la Gran Logia de Inglaterra y que
desde 1815, reapareció bajo la forma siguiente, en las ediciones
sucesivas de los Antiguos Cargos:
En los tiempos antiguos, ningún Hermano, por hábil que fuese en el
oficio era llamado Maestro Masón antes de haber sido elegido para la
dirección de una Logia.
128
Findel, fue el primero, que según creo, sostuvo en su Histoire de la Franc-
Maconnerie, aparecida en 1862, que en el principio el ritual de recepción
formaba un todo invisible; sólo se trataba de un solo grado: el Grado
de Maestro no existía en aquella época1.
Pero se abstuvo de insistir más sobre esta cuestión. Fue necesario,
para que la misma fuese planteada en sus verdaderos términos, que se
efectuasen las investigaciones arqueológicas que especialmente a partir
de 1860, exhumaron en Inglaterra y Escocia los manuscritos masónicos
de algunas colecciones particulares y hurgasen en los polvorientos
archivos de ciertas Logias, remontándose desde los primeros años del
siglo XVIII, hasta la segunda mitad del XVIII e incluso más atrás. De
ahí surgieron numerosas memorias, así como discusiones memorables,
que han permitido a los recientes historiadores de la francmasonería
británica, los Hermanos Robert Freke Gould, Murray Lyon,
Chetwoode Crawley, W. J. Hughan, etcétera, sin olvidar a los
norteamericanos Albert Pike y A. G. Mackay, formular conclusiones
todavía divergentes tal vez sobre algunos detalles, pero de una sugestiva
casi unanimidad en lo que respecta a la introducción del Tercer Grado2.
Dichas investigaciones hallaron eco entre nuestros Hermanos de
Holanda y Alemania. La francmasonería de la lengua francesa no se ha
interesado en ello hasta el presente.
1 Flndell. t. l. p. 186 de la traducción francesa. 2 Véase sobre todo Robert FreJe Gould. A Concise History of Free Masonry, pp. 304 a
324.
A. G. Mackay: The History of Free Masonry. Vol. IV, pp. 926-1022. Hay que
mencionar particularmente las discusiones mantenidas en el centro principal de los
estudios masónicos de Inglaterra. la valerosa Logia de los Quatuor Coronati,
reproducidas en el Ars Quatar Coronatorum, a continuación de las memorias a que
dieron lugar: John Lane. Masters UxIges (t. l. p. 167): W. H. t lugham. The three
Degrees of Masonry (t. X. p.1271: G.
Speth. The two Degrees Theory (t. XI. p. 47); R F. Gould. The Degrees of Pure and
Ancient Masonry (t. XVI. p. 28).
129
Como el Gran Oriente de Bélgica, siempre amante de las tradiciones y
los intereses de nuestra Orden. Ha juzgado oportuno poner la cuestión
al concurso dos años seguidos, expondré el estado de la cuestión,
añadiendo mis conclusiones personales. El problema merece tanta más
atención cuanto que se trata del grado por el que la Masonería se
remonta a la vez a las asociaciones profesionales de la Edad Media y
a los misterios religiosos de la antigüedad. Sea cual sea la
procedencia inmediata, no podríamos rechazarla de nuestra liturgia sin
renegar de una de las fuentes de nuestro doble origen. Esta es una de las
iniciaciones a las que mejor puede aplicarse el verso inspirado por
los misterios de Eleusis al antiguo autor del himno homérico a Deméter:
¡Feliz el mortal que ha presenciado estos ritos!
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CRONOLOGÍA DEL AUTOR
Eugène Goblet d'Alviella
1846. 10 agosto nacimiento en Bruselas del conde Eugene Félicien-
Albert Goblet d'Alviella hijo y nieto de masones.
1865. Enero muerte de su padre a los 42 años de edad.
1870. 28 mayo iniciación de Goblet d'Alviella en la logia "Los amigos
filántropos" en el Oriente de Bruselas, donde su padre Louis había
ocupado la silla de Salomón (Venerable) en 1863-64.
1871. Participa en la expedición francesa al Sáhara del general Lacroíx.
1872. Elegido en el Consejo provincial del Brabante.
-4 mayo opúsculo sobre la idea de la paz universal en sus desarrollos
históricos.
131
-Elegido orador adjunto de su logia.
1873. Junio elegido segundo vigilante de los "Amigos Filántropos",
puesto que ocupó hasta 1876.
-21 octubre propone que todo iniciado profano se comprometa a no
confiar la educación de sus hijos a una institución religiosa.
1874. Elegido delegado de su logia ante el Gran Oriente puesto
que ocupó hasta su muerte.
-7 diciembre trabajo presentado: Exponer los medios aponer en marcha
para popularizar en el cuerpo electoral. La idea de la separación de iglesia
y estado.
1875. El Gran Maestro Pierre Van Humbéeck le encarga abrir las
negociaciones con la Gran Logia Unida de Inglaterra. Habiéndose
interrumpido sus relaciones cuando el Gran Maestro Théodore
Verhaegen hizo abolir por el Gran Oriente de Bruselas la interdicción de
ocuparse en la logia de cuestiones políticas y religiosas. Goblet d'Alviella
comprendió que era inútil proseguir tales negociaciones.
-28 abril participa pese a todo en la instalación del Gran Maestro,
el príncipe de Gales (futuro Eduardo VII) que agrupó a 10.000 masones
en el Albert Hall de Londres.
-Sigue como corresponsal de la Indépendance belge y la Revue des Deux
Mondes el viaje del príncipe de Gales por la India.
1876. Elegido Orador de su logia. Admitido en el grado 18º.
-Participa en la conferencia internacional convocada por el rey Leopoldo
11, quien decidió la fundación del Estado independiente del Congo.
1877. 21 enero entra en el Consejo Supremo.
1878. Elegido en la Cámara de Representantes por el distrito de Bruselas.
1879. Junio elegido Venerable de su logia. En tal calidad, inauguró
el nuevo templo de la calle del Persil.
1880. Viaje a América donde visitó logias y capítulos.
1882. Fin de su veneralato. Bajo su dirección. los "Amigos filántropos"
alcanzaron la cima de su prosperidad.
1883. 8 febrero pronuncia en la Cámara de Representantes una admirable
defensa de la Masonería, en respuesta a la derecha que le reprochaba
al Ministro de la Guerra no impedir a los funcionarios la frecuentación
de "esa asociación" incompatible con la disciplina y la lealtad.
132
-10 marzo. Goblet d'Alviella es nombrado Gran Inspector General.
1884. Marzo es elegido Gran Maestro del Gran Oriente de Bruselas.
Empieza a publicar las "charlas" que da en los grado 31 y 32,
continuando hasta 1903. "Siempre se sintió atraído por el simbolismo,
sin embargo bajo la reserva de que éste debía estar de acuerdo con las
aspiraciones del alma y las necesidades de la época".
-21 noviembre recibe a unos 500 estudiantes de la Universidad Libre
de Bruselas, que iban a ofrecerle al Gran Oriente de Bruselas un
mazo de plata en conmemoración del partido tomado, cincuenta años
antes, por el Gran Maestro Pierre Théodore Verhaegen, en la
fundación de la Universidad Libre sobre las bases del Libre Examen.
1887. Es nombrado miembro de la Academia Real, donde ocupa el puesto
de secretario senior.
1888. Participa en la conferencia internacional de los caballeros Rosacruz
(18º grado), mantenida en Bruselas bajo la presidencia de Pierre Tempels,
que desembocó en la reorganización universal de los capítulos. Trató
del ritual de los rosacruces y su significación simbólica.
1889. Obtiene del Gran Oriente de Bruselas el premio decenal "Peeters-
Baertsoen", entregado a la mejor obra escrita por un masón. por su libro
L'éuotutiDn rellgieuse contemporaineo. Ese premio volverá a recaer
en Goblet d'Alviella por La migration du symbolisme. L'idée de Dieu...
y La loi du progrés dans les religions. El jurado, presidido por el
hermano Marquette no vacila en proclamarle "una de las glorias
científicas de nuestro país".
1891. Nombrado Director de la clase de Letras.
1892. Es nombrado Presidente de la Real Academia. Ocupó desde 1892
a 1894 el puesto de rector de la Universidad Libre de Bruselas.
-Es elegido para dar en la Universidad de Oxford una serie de
conferencias anuales conocidas bajo el nombre de "Albert Lectures", que
había ya ilustrado Max Müller Ernest Renan Albert Réville. Le
page Renoor. etc. Toma como tema "La evolución de la idea de Dios
según la antropología y la historia".
-Reelegido Venerable Maestro de su logia.
1894. Tras numerosas discusiones dimite de su cargo de Venerable y hace
aceptar por sus hermanos una resolución que escinde su taller en
133
dos creándose los "Amigos Filántropos Nº 2".
-Enviado al Senado con ocasión de la reunión de la Constituyente
que realizó la primera revisión constitucional.
1900. Reelegido en el Senado, es nombrado secretario de la Alta
Asamblea.
-Es elegido Gran Comendador del Consejo Supremo de Bélgica.
1905. Publica Los orígenes del grado de Maestro, obra premiada por
el Gran Oriente de Bruselas.
1907. 10 junio, conferencia internacional del Rito Escocés Antiguo
y Aceptado, que desembocará en la Confederación de los Consejos
Supremos regulares.
1910. Publica Mythes. tites et religions.
-Vicepresidente de la Alta Asamblea, toma parte en diversas comisiones:
Interior. Instrucción y Justicia.
1912. 17 mayo toma de nuevo la defensa de la Francmasonería en
el Senado del que es vicepresidente.
1914. En calidad de Ministro del Estado envía a la imprenta "Una
protesta solemne a todas los Consejos Supremos del mundo contra
los ultrajes perpetrados por los alemanes contrarios a los principios más
sagrados de la justicia y la humanidad".
1916. Es uno de los dos miembros de la oposición liberal que el rey elige
como ministro de Estado en el momento de la invasión y sigue al
gobierno hasta Amberes después a El Havre donde es llamado a
participar en el gabinete de Broqueville. Durante la guerra visita las
colonias de refugiados belgas en un centenar de localidades inglesas.
1920. Con ocasión de su cincuentenario masónico el Consejo Supremo
de Bélgica le nombra Gran Comendador ad vitam.
1925. El miércoles. 15 de septiembre Goblet d'A1viella fallece como
resultado de un accidente de automóvil, ocurrido el domingo anterior.
20 diciembre. Funeral organizado por el Gran Oriente de Bruselas.
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PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN DEL TERCER GRADO EN LA
FRANCMASONERÍA
I
EL MAESTRAZGO EN LA FRANCMASONERÍA DE
PRÁCTICA
La Francmasonería, y su mismo nombre lo indica a falta de su
historia, deriva de las corporaciones profesionales que practicaban el
arte de la construcción. En la organización económica de la Edad
Media, subordinada por entero al doble principio de la asociación y
el privilegio, los métodos de trabajo, la utilización de las materias
primas, el empleo de los útiles de trabajo, en una palabra: la aplicación
de los conocimientos necesarios para el ejercicio de cada oficio, eran
considerados el patrimonio del grupo profesional. Eran secretos que se
transmitían bajo la salvaguardia de un juramento, por el que se juraba
a la vez observar los reglamentos de la corporación y guardar silencio
sobre sus asuntos. Tras un tiempo de aprendizaje, el recién llegado era
declarado apto para ejercer el oficio, y se alineaba entre los Compañeros
(Knaap, Geselle, Fellow). Se daba el título de Maestro (Magíster,
Meíster, Meesten al compañero que tenía otros obreros a sus órdenes o
que abría un taller por su cuenta.
Los derechos respectivos de los Maestros y los Compañeros diferían
según los tiempos, las localidades y los oficios. En su origen, el
Maestro era, como acabamos de ver, el equivalente de lo que hoy, en
el lenguaje industrial, llamamos patrono, jefe o amo, poco a poco, en
la mayoría de países, el maestrazgo tendió a convertirse en un
privilegio. Para adquirirlo era necesario aportar pruebas serias de
instrucción y habilidad en el oficio; su obtención estaba, además,
sometida a unas condiciones pecuniarias bastante onerosas; el número
de sus titulares quedó muy limitado; a veces incluso, como en ciertos
135
oficios de Bruselas en el siglo XVII, trató de ser hereditaria3. Sin
embargo, la distinción de los Aprendices, los Compañeros y Maestros
nunca fue llevada al punto de convertir esos tres grados en otras tantas
asociaciones distintas, organizadas oficialmente en el seno de la
corporación.
Hay que observar, además que, mientras la distinción de Compañero
y Aprendiz es fundamental y universal, la de Compañero y Maestro
está lejos de ser general. En numerosas corporaciones, el Aprendiz,
después de haber pasado un tiempo y haber demostrado su capacidad,
era investido directamente como Maestro. El juramento que
comprometía al individuo frente a la corporación era prestado, según la
costumbre de cada país, tan pronto por el Aprendiz, tan pronto por
el Compañero, al término del aprendizaje, o tan pronto por el Maestro,
a su entrada en funciones.
Al lado de la organización del oficio, o mejor, representando una de
las facetas de esta organización: sus caras caritativas y mutualistas, se
colocaba la Fraternidad (Fratemitas, Brudershajt, Broederscap,
Brotherhood o Fellowship, o sea cofradías o compadrazgos).
Generalmente, estaba presidida por un Maestro; pero Compañeros y
Maestros se hallaban más o menos en un pie de igualdad. Por otra
parte, el punto más importante a observar, podía recibir, al menos
como miembros honorarios, a personajes extraídos a la profesión. La
carta otorgada en 1260 por el obispo de Basilea a los sastres de esa
ciudad encierra la siguiente cláusula: “Las mismas condiciones se
aplicaran a los que no pertenezcan al oficio y que deseen ingresar en la
Fraternidad.”
Más tarde, en algunos países, Alemania, Bélgica y sobre todo Francia,
los Maestros terminaron por retirarse de esas Fraternidades que, en
manos de los Compañeros, se convirtieron en asociaciones de resistencia
3 G. Des Marez. L 'Organisation du travail a Bruxelles au XV siècle. Bruselas. 1904. cap.
II. párrafo 3.
136
y socorro mutuo. De esto salieron notablemente los Compadrazgos
franceses que acabaron por constituirse fuera de la organización oficial
del oficio y que, frecuentemente acosados por la autoridad,
sobrevivieron apenas a las corporaciones profesionales, para
desaparecer en nuestros días, o más bien para fusionarse con las Ligas
sindicales obreras4.
No fue así en el seno de las Islas Británicas, donde los Maestros, así como
los Compañeros y hasta los Aprendices, continuaron siendo miembros
de las Fraternidades. Es en tales Fraternidades, más que en los talleres
propiamente dichos, donde hay que buscar los antecedentes de la
Masonería especulativa, como veremos más adelante a propósito de la
Brotherhood o Fraternidad establecida en la Compañía de los Masones
de Londres. Esta distinción, sobre la cual no se ha insistido bastante
hasta ahora, no tiene nada que contradiga el origen profesional de la
Francmasonería moderna, La Fraternidad, en efecto, incluso cuando
a la misma se juntaban Compañeros honorarios, estaba constituida
en vistas del oficio o, mejor, del interés exclusivo a sus miembros; a
menudo, era el lazo entre talleres de la misma profesión.
Las corporaciones relacionadas con el arte de la construcción no fueron
una excepción a estas reglas generales. De todos modos, ofrecían
unos caracteres propios que conviene recordar. Por lo visto, a ejemplo
de otros oficios de la alta Edad Media, los obreros de la construcción -
albañiles, tallistas de piedra, escultores-, forman al principio, entre
ellos, asociaciones libres y voluntarias, a menudo dirigidas por monjes
arquitectos, o en todo caso fundadas por una base religiosa: en una
4 Se ha querido ver en el término francmasón una alusión técnica a la utilización de la
piedra franca (variedad de piedra que se corta libremente): Albañiles de franco padre:
Freestone Masons. Lo que rechaza esta Interpretación es que el epíteto de franco se
halla aplicado a los obreros de otras profesiones. Entre los tallistas de piedra
flamencos. se halla unida al título de Compañero y Maestro: Vrye Meester. Vrye GeseL
En Inglaterra. el Aprendiz que pasaba a Compañero era declarado: Free of the
Craft; en los Países Bajos: Gevryd in t'Ambacht, lit., “emancipado en el oficio”.
En realidad, franco, según el lenguaje de la época significaba privilegiado: aquél
cuya libertad está garantizada por una franquicia.
137
palabra, verdaderas cofradías. De estos orígenes, la francmasonería
siempre ha conservado diversos rasgos. Sin embargo, esos grupos, al
secularizarse, reclamaron franquicias oficiales que implicaban a la vez
la autonomía y el monopolio. Así se constituyeron las corporaciones
locales de albañiles y tallistas de piedra, o picapedreros.
Aparte de estos grupos permanentes establecidos en las principales
ciudades, se formaron, sobre las mismas bases, agrupaciones
temporales de obreros reunidos en vistas a construir grandes edificios
religiosos y civiles. Estas agrupaciones variaban necesariamente de
importancia y en duración, según las exigencias de la construcción. Sus
obreros debían estar dispuestos a desplazarse fácilmente, con la
oportunidad de encontrar en otra parte las mismas ocupaciones y las
mismas ventajas. De ahí la necesidad de ciertos símbolos que debían
servirles como pasaporte profesional, y cuyo secreto tenían que guardar
celosamente.
Además, el arte de la construcción implicaba, sobre todo después de
la introducción del estilo gótico, unos conocimientos amplios y
complejos. En efecto, las leyes de la geometría, la ciencia de los
números, los cánones de la escultura y la arquitectura, que entraban
en la categoría de las artes llamadas liberales, exigían una prolongada
instrucción técnica, al mismo tiempo que se prestaban a numerosos
acercamientos místicos, de acuerdo con los gustos de la época.
Así es como se constituyeron en el siglo XIII las primeras Logias
(Hütten) de los picapedreros o Steinmetzen, que adoptaron el nombre
de francmasones5. Las hallamos sucesivamente establecidas en Colonia,
Wurzburgo, Espira, Estrasburgo, Ratisbona, Hildesheim, etc.,
comprendían Aprendices, Compañeros y Maestros. Después de
concluir su tiempo, el Aprendiz se convertía en Compañero, prestaba
la obligación al uso y recibía la comunicación de las palabras de
contraseña y los signos de reconocimiento. Debía entonces, si quería
ascender a Maestro, emprender un viaje de varios años, en el curso
5 Uvre des Métiers, editado por el preboste de Paris, Boileau, en el siglo XIII.
138
del cual utilizaba las palabras y los signos de la corporación para ser
reconocido por los grupos similares establecidos en las diversas
localidades del país o del extranjero. Pero para obtener el Maestrazgo,
debía producir una obra maestra (Probestück o Meistersruck), y si la
prueba resultaba satisfactoria recibía el derecho eventual de hacer
trabajar a otros obreros bajo sus órdenes. Está claro que sólo una parte
de Compañeros llegaban a ser Maestros, en tanto que los demás seguían
como simples jornaleros.
Una organización análoga existía en Francia, en los Países Bajos y
en Gran Bretaña.
En Francia, a juzgar por los documentos, los oficios sólo contaban
con dos grados: Aprendices y Compañeros, o Aprendices y Maestros.
No obstante, en el siglo XVI, los estatutos de los tallistas de piedra
de Montpellier (1544) establecen la existencia de tres grados. El
Aprendiz, después de servir durante tres años, debía servir otros tres
como Compañero; si entonces había demostrado, con la producción de
su obra maestra, que conocía el oficio, era recibido como Maestro.
En Bélgica, al menos en Amberes, Gante, Brujas y Bruselas, los oficios
relacionados con el arte de la construcción, como albañiles,
picapedreros, escultores, encofradores, techadores, etc., tendieron a
agruparse juntos en una corporación local o Ambacht, colocada bajo la
invocación de Vier Gecroonde o Gekroonde, los Cuatro Coronados,
según los escultores legendarios del martirologio romano6. Se
subdividían en Aprendices (Leerknappen), Compañeros (GeseUen o
Knappen) y Maestros. La distinción de los Compañeros y los Maestros
no quedaba bien confinada en todas partes. En Amberes y en Gante,
no se mencionan en los documentos oficiales más que Aprendices y
6 Coblet d'Alviella, The Quatuor Coronati in Belgium en el Ars Quatuor Coronatorum,
Londres, 1900, vol. XIII. Traducido en el Bulletin du Supreme Conseil de Belgíque.
Bruselas, 1901.
139
Maestros7.
El juramento de fidelidad y discreción lo prestaban los
Maestros. No existe ningún indicio ni la menor probabilidad de que los
secretos de la corporación hubieran tenido otro objeto que los
procedentes de la construcción. He aquí, por lo demás, el texto del
juramento impuesto, entre los Vier Gekroonde de Gante, al Aprendiz
que, tras haber finalizado su tiempo y ejecutado su obra maestra
profesional (proefstuck), era admitido como Maestro.
“Juro ser desde ahora un buen, honesto y leal Maestro del Franco Oficio
de los Albañiles y Picapedreros de esta ciudad; defender y
sancionar los derechos, libertades y privilegios de dicho oficio,
observarlos y hacerlos observar; de protegerlos y contribuir a su
protección; de no trabajar jamás ni dejar trabajar a otros por debajo
del precio establecido; de guardar el secreto sobre todos los asuntos
del oficio; de defender la fe católica y observar sus reglas; de
obedecer a nuestro Soberano, como Conde (o Condesa) de Flandes; de
ayudar a la defensa de los derechos; en fin, de hacer todo lo que cabe
esperar de un buen, honesto y leal Maestro Masón (albañil) (o
Picapedrero) de dicho oficio. Así me ayuden Dios y los Santos.”
Este texto puede tomarse como el tipo de juramento que señalaba
por doquier la admisión en el grupo de un oficio. Debe observarse la
parte referente al respecto a la autoridad civil y religiosa. Ocurría
exactamente lo mismo entre los francmasones alemanes. Si bien es
cierto que ciertos reglamentos prohibían entregarse en la Logia a
discusiones religiosas o políticas, era porque en ello había menguado
el trabajo, y no por respeto a la libertad de conciencia. Las caricaturas
religiosas, como se hallan entre todas las esculturas catedralicias, no
representan, como se ha pretendido, una reivindicación del libre
examen ni siquiera un testimonio de tolerancia, sino simplemente 7 Minard Van Hoorebeke. Beschrgvingen van de Gilden en Neringen der stad Gent.
Gante. 1877. t. l. p. 223. La ausencia en este texto de toda mención relativa a los
Maestros encofradores y techadores. que no obstante formaban parte de los Cuatro
Coronados desde comienzos del siglo XVI. parece Indicar que esta fórmula es anterior
a la reunión de los cuatro oficios en el mismo Ambacht. bajo Carlos V.
140
episodios de la rivalidad entre la clerecía regular y las órdenes
monásticas.
Son los mismos usos que hallamos en Inglaterra y Escocia. Escocia posee
todavía hoy día cierto número de Logias que datan del siglo XVI y
hasta del XV; por ejemplo, la Logia de Santa Maria, en Edimburgo,
que data en 1475, y que posee unos procesos verbales que se remontan
a 1599. La Logia de Kilwinning cree ser más antigua todavía. Se poseen
los procesos verbales de las Logias de Glasgow desde 1620, Scoon y
Perth (1658), Aberdeen (1670), Melrose (1674), Dumblane (1675),
Durnfries (1687). Finalmente, los reglamentos generales de la
Francmasonería escocesa, promulgados en 1598- 1599, los Shaw
Statutes, han llegado hasta nosotros y han permitido al H.·. Murray
Lyon escribir, a propósito de la Logia de Edimburgo, una magistral
historia de la Francmasonería en Escocia. De ella se concluye
claramente que Maestro y Compañero (Fellowcraft) eran términos
equivalentes. El Aprendiz sólo podía ser recibido como Maestro
después de haber dado pruebas de memoria y talento; en algunas
localidades era la autoridad municipal la que entregaba el certificado
de aptitud. La promoción al maestrazgo o maestría era una ceremonia
muy sencilla, que debía efectuarse en presencia de seis Maestros y dos
Aprendices registrados (Entered apprentices). Respecto a la prestación
del juramento, se le comunicaba la palabra de contraseña, que parece
haber sido el único secreto de la institución. A fines del siglo XVII,
se toleraba que un miembro pudiese individualmente crear masones
(albañiles) por el simple expediente de cumplir esas dos formalidades.
Sin embargo, de ordinario se exigía que esta comunicación fuese
autorizada o ratificada por la Logia.
En Inglaterra, las primeras Logias (Logges, Luges, Loygies, Lodgys,
Lodges) parecen haberse formado tras la conquista normanda del siglo
XI, entre los picapedreros y los albañiles llamados a construir las
catedrales de York, Canterbuxy, Salisbuxy, etc. Sin embargo, sólo en
las ciudades principales parecen los masones haberse constituido en
grupos o compañías permanentes.
141
En Londres, se cree poder remontar a 1220 el “Santo Oficio y
Compadrazgo de los Albañiles” (The Holy Craft and Fellowship of
Masons) que, a finales del siglo siguiente, (1376), se tituló también “la
Compañía de los Francmasones”, para reemprender, a mediados del
siglo XVII (1656) la denominación que esta corporación ostenta aún
hoy día: “La Venerable (Worshipful) Compañía de los Albañiles”.
Rebuscando en los archivos de esa asociación, casi siete veces
centenaria, el H.·. Conder descubrió recientemente un libro de cuentas
que se remonta a 1620, y que arroja una luz muy curiosa, como
veremos más adelante, sobre el objeto de nuestras investigaciones8.
También se han publicado, en los últimos años, los procesos verbales
de cierto número de Logias inglesas que habían conservado los
antiguos usos a comienzos del siglo XVIII: Alnwick (1701), York
(1705), Swalwell, etcétera. De esto podemos sacar las conclusiones
siguientes:
Los masones ingleses (albañiles) comprendían, por encima de
los Aprendices, Compañeros y Maestros. También aquí los dos
últimos términos eran casi sinónimos, salvo que el calificativo de
Compañero tenía un alcance más genérico, como el término de
Hermano, del que era casi también sinónimo9.
Las Logias de Inglaterra no tenían una autoridad central, si bien los
principios generales de su organización eran acaso los mismos en todas
partes, como se puede ver en la lectura de las diversas constituciones
manuscritas que nos han legado.
El Aprendiz debía ser libre y sin tara física, Generalmente, se contrataba
a los catorce años, con la aprobación de sus padres, frente a un
Compañero que debía inscribirle dentro del año en las nóminas de la
8 E. Conder Jr., The Hole Craft and Fellowship of Masons, Londres, 1895. 9 Las viejas ordenanzas reproducidas en las Constituciones de 1723 dicen formalmente:
“Los hombres de oficio evitarán injuriarse entre sí, y darse sólo los nombres de Hermano
o Compañero (Brother o Fallo)”.
142
Logia. Esta inscripción se efectuaba con cierta solemnidad. Cuando
había prestado el juramento exigido, con la mano sobre la Biblia, le
comunicaban la “palabra de paso o contraseña del Mason (albañil), y
le daban a conocer los reglamentos y las leyendas del oficio10.
El aprendizaje duraba siete años. Si, después, su Maestro daba buen
testimonio de su labor, o si había pasado con éxito ciertas pruebas
técnicas, el Aprendiz era recibido en la Cofradía, y era ya libre de
ejercer el oficio a su criterio; o sea, que era apto para ocupar la
situación de Maestro, es decir: libre para dar trabajos a otros y tomar
Compañeros bajo sus órdenes.
¿Implicaban cierto ceremonial y, particularmente, las solemnes
comunicaciones de nuevos secretos estas sucesivas promociones? Los
que lo niegan hacen valer que los Cargos (Mandatos u Ordenanzas)
de las antiguas Constituciones se dirigen indistintamente a los
Aprendices, a los Compañeros y a los Maestros; que, por otra parte, los
procesos verbales de las antiguas Logias inglesas, de York, Alnwick,
Scarborough, etc. No hablan más que de una sola ceremonia, la del
Aprendiz, donde era “juramentado y admitido”; en fin, que en parte
alguna se halla mención de reuniones donde los Aprendices o los
Compañeros fuesen excluidos; que, por el contrario se exigía en ciertas
Logias la presencia de los Aprendices cuando se promocionaba a los
Compañeros o a los Maestros.
Los que sostienen la existencia de dos grados en cierta época, más bien
se basan en la lógica que en los documentos; insisten en la importancia
que debía revestir en la carrera de albañil su admisión a los privilegios
del compadrazgo. Hacen observar, ante todo, que si los Compañeros
10 En las Logias inglesas existía desde tiempo inmemorial la costumbre de leer a
los Aprendices, en su recepción, la leyenda de la Orden, así como los reglamentos
y estatutos del oficio. Para esto utilizaban viejos
manuscritos llamados “Libros de las Constituciones”, unos veinte dc los cuales han
llegado a nuestros días. Se escalonan desde finales del siglo XVI hasta la fundación
de la Gran Logia de Londres (véase la memoria del H.·. L. Lartigue, “La légende du
Métier”, en el Bulletin du Supreme Conseil de Belgique. 1905, pp. 47 Y siguientes.
143
no hubiesen poseído ciertos secretos propios a su grado, nada hubiera
impedido que un Aprendiz, en posesión de las contraseñas definitivas,
se presentase en cualquier parte como Compañero.
Debemos constatar que en ninguna parte hay el menor rastro de más
de un juramento: el prestado por el Aprendiz. Era esta contratación la
que hacía al Albañil. En verdad, abarcaba todas las indiscreciones
que el Aprendiz podía cometer en las diversas fases de su carrera
profesional; por tanto, hubiese sido superfluo renovar tal juramento11.
Sea lo que sea, desde el punto de vista de la cuestión que aquí nos ocupa,
si puede haber alguna duda sobre la existencia de una doble iniciación
(algunos documentos parecen distinguir entre las lecturas hechas a los
Aprendices y las hechas a los Compañeros), nadie puede sostener
seriamente la existencia de una tercera iniciación al estilo de la Maestría
en las antiguas Logias de práctica.
También hay que observar que todo el ceremonial era exclusivamente
profesional. El simbolismo no ofrecía nada filosófico ni siquiera místico,
aparte de las viejas leyendas que eran tomadas al pie de la letra y que al
parecer nunca tuvieron una doble interpretación. La Reforma,
favoreciendo la emancipación de las conciencias y acabando de
secularizar a los grupos perpetuos, mantuvo para los Albañiles la
obligación de respetar la religión oficial. Los Cargos del siglo XVII
continúan prescribiendo la fidelidad a Dios y a la “Santa Iglesia”. No hay
11 El llamado manuscrito de Sloane (1 1 parte del siglo XVIII o finales del siglo
XVII) nos da el texto del juramento, que resulta interesante comparar con el del
juramento a prestar por los Maestros en los Vier Gekroonde de Gante: “La palabra
del Albañil y todo cuanto la misma implica, la guardaréis secreta; jamás la pondréis
por escrito directamente o indirectamente. Todo lo que nosotros o vuestros
visitantes (vigilantes, attenders) os piden guardar secreto, lo mantendréis frente a
todo hombre, mujer, niño, bastón o piedra; no lo revelaréis más que a un Hermano
o en una Logia de francmasones, y observareis fielmente las ordenanzas de nuestra
Constitución. Todo esto lo prometéis y juráis guardarlo fielmente y observarlo sin
equívocos ni reservas mentales, directamente o indirectamente. Así os ayuden Dios y
el contenido de este libro”.
144
más cambio que la denominación y la doctrina de la Santa Iglesia.
El manuscrito llamado de la Gran Logia (1665-1670) obliga a los
Hermanos a no profesar “ni error ni herejía”. Hasta en los Rituales
en uso en el siglo XVIII entre las Logias de práctica, se explica que
las tres luces representan a las tres personas de la Trinidad, y que las
dos columnas simbolizan “la fuerza y la estabilidad de la Iglesia en
todas las épocas”12.
12 The Great Mystery of Free Masons discovered, en Gould. t. VI. p, 279.
145
II
LA INICIACIÓN MASÓNICA DURANTE EL
PERIODO DE TRANSICIÓN
Sin embargo, a finales del siglo XVI, en Escocia y un poco más
tarde en Inglaterra, se había presentado en las Logias un nuevo
elemento. En efecto, éstas se habían abierto a individuos que no tenían la
menor relación con el arte de la construcción. Esos miembros
honorarios, también llamados especulativos, teóricos y geománticos,
por oposición a los albañiles profesionales, prácticos y dogmáticos,
fueron al principio terratenientes, clérigos, funcionarios, grandes
señores, cuyo patronazgo podía servir a los intereses de la corporación.
A partir del segundo tercio del siglo XVII se agregaron, además, y cada
vez en mayor número, letrados, naturalistas, médicos, profesores,
arqueólogos…
A partir de 1646, como sabemos por la a autobiografía de Elías Ashmole,
los "caballeros" eran mayoría en la Logia de Warrington. En los Cargos,
redactados en 1663, se halla la regla según la cual nadie puede ser
recibido como Masón, salvo en una Logia que comprenda al menos
cinco masones, uno de los cuales ha de ser forzosamente "hombre de
oficio" (workman of the trade of Freemasonry). En 1670, la Logia de
Aberdeen sólo tenía, entre cuarenta miembros, ocho o diez
profesionales; su Maestro en cátedra era un profesor (tutor). A
comienzos del siglo siguiente, la Logia de York se componía
exclusivamente de especulativos. Durante todo ese período, la
Francmasonería parece haber ejercido un gran atractivo sobre los
intelectuales: "La moda de la Francmasonería -escribía en 1686 el
doctor Plot en su obra Natural History of Staffordshire-, se halla más
o menos extendida por toda la nación. Personalidades del más alto rango
no desdeñan entrar en esta Fraternidad".
Está claro que a esa nueva categoría de reclutas no se les podía imponer
los siete años de aprendizaje ordinario. De entrada, por tanto, se les
146
recibió como Fellows, reservando para los profesionales la aplicación
de los términos Aprendiz e incluso Maestro. A partir de entonces se
reservaron, para la iniciación del Compañero, todas las formalidades y
discreción, la comunicación de las ordenanzas y las leyendas, la
revelación de los vocablos y los signos… Suponiendo que hubiese dos
ceremonias sucesivas de iniciación, ya sólo quedaba una para los
especulativos.
De esto resulta, según la evidencia del relato, que el célebre arqueólogo
Elías Ashmole dejó sus relaciones con la Francmasonería. En su
autobiografía, en efecto, cuenta que "habiendo sido hecho francmasón"
en la Logia de Warrington en 1646, visitó treinta y seis años más tarde,
en 1682, la Logia de Mason's Hall, en Londres, donde vio admitir
en la compañía de los francmasones (Fellowship of Free Masons) a
seis personajes cuyos nombres cita. Tras haber nombrado a los demás
personajes presentes, añade:
Yo me contaba entre los Compañeros, como el más antiguo (The Senior
Fellow among them)… Luego, comimos en la taberna de la Media
Luna… Una noble comida preparada y pagada por los recién admitidos
masones (at the charge of the new accepted Masons).
Y entre los Compañeros recientemente recibidos de los que habla
Ashmole se hallaban un baronet, Sir William Wilson, y un oficial, el
capitán Richard Borthwick. Es pues, evidente, que los no profesionales,
como el mismo Ashmole, eran recibidos como Fellows de entrada y
que para ellos no había en realidad ningún grado anterior. Pero hay más
todavía; los otros cuatro miembros recibidos en presencia de Ashmole
eran personas del oficio que ya figuraban anteriormente en calidad
de Maestros en los registros de la Compañía de los Masones. ¿Qué
significa esto? ¡He aquí unos Maestros que son promovidos después
a Compañeros! Un verdadero descubrimiento efectuado en las antiguas
cuentas de la Mason's Company por el H.·. Conder, establece que esa
aparente inversión de la jerarquía no tiene, no obstante, nada de anormal,
147
La Logia de Mason's Hall, la Acception, como la llamaban, no era
idéntica a la Compañía. No contenía más que profesionales, la Logia,
cuyos miembros sólo llevaban el nombre de Masones aceptados
(accepted Masons), comprendía, como las antiguas Brüderschaften,
profesionales y especulativos. Además, no todos los miembros de la
Compañía eran obligatoriamente miembros de la Acception. Así, el
maestro albañil del rey Nicolas Stone, que presidió la Compañía desde
1633 a 1634, sólo fue recibido como Fellow de la Logia en 1639. Sólo
las finanzas de ambas organizaciones eran comunes, en el sentido de
que los derechos de entrada a la Logia eran acumulados junto con el
tesoro de la Compañía, mientras que ésta soportaba el excedente de los
gastos ocasionados por los banquetes y las ceremonias de la
Aceptación13.
Es posible comprobar la existencia de la Acception de 1620 a 1678.
En esto tenemos, el espectáculo sugestivo de una Logia que, no sólo
admitía especulativos al lado de los profesionales y que otorgaba el título
de Compañero a maestros albañiles del oficio, sino que estaba en vías
de constituirse al lado y fuera de la Masonería práctica.
Mientras que en la Compañía era preciso servir siete años para llegar a
ser un Freeman, en la Logia se era ya Fellow de entrada y al parecer el
individuo no conocía antes otras categorías,
La admisión del Aprendiz en la Compañía se realizaba conforme a
los usos habituales del oficio14. Ignoramos el detalle de la ceremonia
que consagraba la recepción de un Fellow en la Logia, aparte del
13 Anderson da a entender que la ·Compañía de los Masones· habría salido de una
Logia: "En los tiempos antiguos, escribe (Anderson's Constitutions, de 1723, edición
Woodford, Londres. 1878, p. 82), nadie obtenía la franquicia de la Compañía (was
made free of the Company) antes de haberse instalado en alguna Logia de Masones
libres y aceptados. El lustre autor del Libro de las Constituciones, pese a toda su ciencia
masónica, puso aquí la carreta delante de los bueyes. 14 El llamado Manuscrito de Sloane, al que se atribuye una fecha que varía de 1640
a 1720, contiene un catecismo que da una buena idea de lo que debía ser el
interrogatorio del Aprendiz en las Logias puramente profesionales.
148
banquete que desempeñaba una parte importante de tal ceremonia, pero
uno de los primeros rituales, subrepticiamente publicados después de
la fundación de la Gran Logia de Londres, con objeto de entregar al
público los secretos de los francmasones. "A Mason's Examination",
que apareció en abril de 1723 en el diario The Flying Post, encierra una
descripción, que podría ser aproximadamente exacta, de las
formalidades en uso para la iniciación en las Logias mixtas15.
El profano, al ser introducido en la Logia, oía cómo el Maestro en cátedra
leía las ordenanzas habituales. Acto seguido, un vigilante le conducía
hacia el Maestro y los Compañeros. A cada uno de ellos le repetía esta
fórmula rimada:
I fan would a Fellow Mason be. As all your Worships may plainly see.16
Tras lo cual, juraba no revelar jamás los secretos de la reverenda
Fraternidad, so pena de serle cortada la garganta, más "una doble
parte de infierno y condenación" en el otro mundo. Entonces, le
vendaban los ojos y procedían a una ceremonia sobre la cual el
Examination nada dice. Después, le hacían contemplar un "millar de
posturas y muecas diferentes", que debía imitar exactamente, bajo pena
de recibir la disciplina (or undergo discipline), si no obedecía y lo
ejecutaba bien, la palabra Maughbin17era murmurada por el joven masón
al oído de su vecino, y así sucesivamente, hasta que llegaba al Maestro,
que debía colocarse en la postura adecuada para recibirla (his face in due
order).
Finalmente, el nuevo recluta se expresa así:
15 Ese documento se da como Apéndice en el último volumen de la gran edición de la
History of Free Masonry, de R F. Gould, p. 487. 16 Ese documento se da como Apéndice en el último volumen de la gran edición de la
History of Free Masonry, de R F. Gould, p. 487.
17¿No ocultaría la palabra M**B*N, en la que se suceden las mismas consonantes?
149
An Entered Mason I have been B*** and J**** I have been. A Fellow I was sworn most rare. And know the Ashler. Diamond and Square. I Know the Master's part full well. As honest Maughbin will you tell.18
La publicación se debe a un adversario de la Francmasonería, aunque
es evidente que, si no pasó por estas formalidades, tuvo al menos
conocimiento indirecto del Ritual, como lo atestigua aún mejor el
cuestionario cuyo texto sigue a la descripción de la iniciación
propiamente dicha.
Fue en 1656 cuando la Compañía de los Francmasones se convirtió en
la Compañía de los Masones. Respecto a la Acception, cesa en 1678 de
ser mencionada en los registros de la Compañía. De esta manera se
consiguió la separación de las dos Masonerías, unos veinte años antes
de la fundación de la Gran Logia de Londres. Se ignora que fue, tras
este acontecimiento, de la Logia de los Francmasones aceptados. Ya no
la encontramos en el siglo siguiente pese a que una de las Logias
especulativas más antiguas de Londres, la Lodge of Antiquity,
pretendiese proceder de ese origen.
Lo seguro es que en los primeros años del siglo XVIII había en Londres
varias Logias en las que dominaba el elemento especulativo, pero que
parecen haber estado situadas en el mismo plano que antaño la
Acception, como lo indica la denominación tomada por sus miembros
de "Free and Accepted Masons".19
18 Yo soy ya un Mason recibido. / He visto a B*** y a ****. / He sido juramentado
Compañero muy raro. / Y conozco la Piedra, el Diamante y la Escuadra. / Conozco
perfectamente la parte de Maestro /como podrá decir cualquier honrado Maughbin. 19 Resultaría de los documentos publicados por el H.·. Conder. que en la Logia de Free
Mason's Hall. el título de aceptado estaba reservado a los especulativos. en tanto que en
el término "libre" servía preferentemente para designar a los profesionales.
150
En 1717, cuatro de tales Logias "juzgando oportuno asociarse bajo
un gran Maestro, a fin de tener un centro común de unión y
armonía", constituyeron entre sí una Gran Logia, que puso en cabeza
al H.·. Antoine Sayer, "gentleman". Es inútil recordar que, si se deja
de lado a las Logias de Escocia y tal vez a las de Irlanda, donde la
transformación de la Francmasonería siguió una vía independiente y
paralela, fue de esa Logia constituida en 1717, en la Taberna de la Oca
y la Parrilla (Goose and Gridiron), para Londres y sus alrededores,
que salieron por filiación directa o indirecta, casi todas las Logias
azules actualmente extendidas por toda la superficie de la tierra.20
De todos modos, es un error frecuente hacer remontar a esa fecha el punto
de partida de la Masonería especulativa. Acabo de demostrar cómo ésta
se fue desarrollando gradualmente en las antiguas Logias. Por otra parte,
la Gran Logia no rompió inmediatamente con el elemento profesional,
que por lo demás había tomado parte en su fundación, y que continuó
durante varios años aún, estando representado entre los dignatarios,
aunque en una proporción rápidamente decreciente21.
La
transformación fue gradual, como sabemos por las cuentas de Anderson
y (a partir de 1723), por los procesos verbales de la Gran Logia.
Desde 1719, bajo el primer gran maestrazgo de Georges Payne, se
ocuparon de reunir y conjuntar las viejas ordenanzas (old charges)
"para que fuesen nuevamente promulgadas bajo la sanción de la
Gran Logia". Al año siguiente, Georges Payne añadió a las
ordenanzas, bajo la denominación de reglas generales (General
Regulations), una serie de artículos que tenían como objetivo asegurar
el funcionamiento de la Gran Logia,
20 Digo casi porque todavía existen. incluso fuera de las Islas Británicas, Logias
fundadas directamente por la Gran Logia de Escocia; y también en Bélgica, la Bonne
Amuié, en Namur. 21 Entre las cuatro Logias que contribuyeron a fundar la primera Gran Logia, tres
contaban con una mayoría de profesionales. La cuarta, donde dominaba el elemento
especulativo, tomó rápidamente la cabeza del movimiento, y a ella pertenecían
Desaguliers. Payne y Anderson.
151
En 1721, se dio otro paso, la Gran Logia, declarando formalmente
que "deseaba añadir en todas las copias las viejas constituciones góticas",
encargó al H.·. James Anderson que refundiese esos venerables
documentos "según un método nuevo y mejor" (to digest the same in a
new and better method).
La nueva compilación, después de ser sometida a un comité de catorce
miembros, fue enmendada y finalmente ratificada por la Gran Logia
en 1722. Finalmente, en 1723, el conjunto de tales trabajos fue dado a
la imprenta con un prefacio escrito por el H.·. Desaguliers, bajo el
título general de: The Constitutions of the Free Masons containing
the History, Charges and Regulations of the most Ancient and Right
Worshipful Fraternity22.
De ese documento resulta claramente que la Francmasonería
abandonaba ya su objetivo profesional, sustituía en el lazo del oficio una
relación de Fraternidad "entre personas honestas y sinceras que, de lo
contrario, estarían a una perpetua distancia".
Sin embargo, no bastaba con ponerse por encima del lazo profesional
e incluso de las diferencias de fortuna o rango, para realizar en toda su
plenitud la nueva concepción de una alianza universal faltaba todavía
elevarse por encima de las divergencias religiosas, y esto fue lo que
hizo la Constitución de 1723 reemplazando la declaración de fidelidad
a la Trinidad y a la Santa Iglesia por la prescripción siguiente:
Aunque en los tiempos antiguos, los Masones de cada país recibieran el
mandato de pertenecer a la religión de su país o nación, fuese cual fuese,
hoy día se juzga más oportuno imponerles solamente esta religión en la
que todos los hombres están de acuerdo, dejando a cada cual su opinión
particular23.
22 El texto de esa edición, reproducido varias veces, fue reimpreso últimamente por el
H.·. Woodford, con el título de Anderson's Constitutions (Londres, Kennlng's
Archaelog/cal Librruy, 1878). 23 El H.·. Conder casi le hace un reproche a Anderson: "En su obra, el Nuevo
152
Como escribe Mackay con infinitos propósitos: "La Francmasonería
de práctica jamás fue tolerante ni cosmopolita, fue eclesiástica al
principio, siempre cristiana y siempre sectaria. De todas las diferencias
que caracterizan la línea de demarcación entre la francmasonería
profesional y la especulativa, ésta es la más marcada."24
La pluralidad de grados es una necesidad en una asociación puramente
especulativa que emplea el simbolismo como método de enseñanza.
La Gran Logia restableció pues, tanto para los especulativos como para
los profesionales, el grado de Aprendiz. Pero lo que indica la diferencia
del período de prueba, la condición impuesta al que se presentaba al
primer grado de iniciación: "que tuviese 25 años y que fuese su propio
maestro"25. Se reemplazó el primer grado por la lectura de antiguas
leyendas, la comunicación de palabras, signos y contactos, y el
juramento de obediencia y discreción, se añadieron algunas
innovaciones, que un Francmasón tránsfuga o descontento, denunció
en 1724, en una carta escrita al Plain Dealer y reproducida en el
folleto The Grand Mystery of Free Masons discovered (2da. edición,
1725):
Mis hermanos culpables, decía, han desarrollado la superstición y el
Testamento y la tradición de la Santa Iglesia quedan totalmente ignorados. La parte
más importante de las viejas Constituciones manuscritas se deja deliberadamente de
lado. Hago alusión a la invocación a la Santa Trinidad que, en cada caso, precedía a la
Leyenda del Oficio. ¡Y es el monoteísmo del que ese teólogo puritano convirtió en la
base de la Constitución revisada! (p. 73). En realidad, no puede afirmarse que Anderson
abandonará sus convicciones anteriores, pues se limitó a colocar el lazo masónico
por encima de las divergencias religiosas. y así preparo la fortuna dela
Francmasonería. 24 Mackay: History of Free Masonry. t. N. p. 940. 25 Regla IV. No Lodge shall make more than five new Brethren at one time nor any
man under the age of 25, who must be also his own Master; unless by a dispensation
from the Grand Master or his Deputy. (Ninguna Logia nombrará o aceptará a más de
cinco Hermanos a la vez, ni a ningún hombre con menos de 25 años, que será su propio
Maestro; a menos que tenga una dispensa concedida por el Gran Maestro o su Ayudante.)
153
charlatanismo (babbling) en las Logias, por sus prácticas y sus recientes
flaquezas, manifestaciones alarmantes, historias de diablos, de brujas, de
escalas, de uniones, de espadas esgrimidas y de cámaras negras, han
expandido el terror. Yo he decidido no volver a poner el pie en una Logia,
a menos que el Gran Maestro no ponga término a tales procedimientos
mediante una pronta y perentoria ordenanza a toda la Fraternidad.
De este lenguaje parece desprenderse que la autoridad masónica se había
limitado hasta entonces a tolerar las prácticas introducidas en las Logias
particulares. No sería extraño que la evolución del ritual hubiera
empezado de esta manera.
Respecto al segundo grado, del que la Gran Logia se reservó
exclusivamente la imposición durante cuatro años, conservó lo que
no había sido restituido al primer grado: un bagaje bastante parco,
como lo atestigua el Ritual actual de nuestro compadrazgo; ni siquiera
se tomó la molestia de atribuirle o crearle una leyenda especial. Su
organización era un hecho en 1720, ya que en esa fecha el
desdoblamiento de la iniciación ya había pasado a Escocia, como lo
demuestran los procesos verbales de la Logia de Dunblane,
recientemente exhumados por el H.·. Murray Lyon, allí se ve cómo,
el 27 de septiembre de dicho año, un Aprendiz fue ascendido a
Compañero, pasando "de la escuadra al compás".
154
III
EL TERCER GRADO
EN LA MASONERIA ESPECULATIVA
No existe ni presunción ni posibilidad de la existencia de un tercer grado
en esa época. “¿Qué hace una Logia justa y perfecta?”, se pregunta el
catecismo masónico publicado subrepticiamente en 1723, y
mencionado antes. La respuesta es clara: “Un maestro, dos vigilantes,
cuatro Compañeros y cinco Aprendices, con la escuadra, el compás y el
nivel”.
Se comprende así por qué, cuando la Gran Logia hubo organizado
o admitido dos grados, intentó reservarse el monopolio del segundo.
La resolución que adoptó al respecto, y que quedó derogada en 1725,
estaba formulada como sigue:
“Salvo dispensa especial, sólo aquí podrán los Aprendices ser admitidos
Maestros y Compañeros”.26
El empleo de esta doble denominación ha hecho correr ríos de tinta
durante una década reciente, viéndome obligado a añadir mi
contribución, si no quiero parecer que ignoro uno de los argumentos
adelantados para sostener la existencia oficial de tres grados en 1721.
Mackay, al comprobar que el párrafo en cuestión no se armonizaba ni con
el precedente ni con el siguiente, supuso que debió ser interpolado por
Désaguiliers en 1723, cuando el libro de las Constituciones fue impreso.
“Désaguliers, -dice había preparado secretamente la organización del
tercer grado y deseaba que sólo la Gran Logia poseyese el monopolio
del mismo. Introdujo, en consecuencia, en el texto del artículo XIII,
tal vez al corregir las pruebas, una expresión que, sin aplicación por el
26 Regla XIII: Apprentices must be admitted Masters and Fellowcraft only here, except
by Dispensation.
155
momento, pudiese prestarse a la realización posterior de sus anhelos.”
Esta es, a cargo de Désaguliers, una acusación gratuita que nada justifica.
Por su parte, el H.·. Hughan admite que el tercer grado pudo ser
instituido poco antes de 1721, si bien no era de uso general, y por
esto los términos del artículo XIII, que intentan reglamentario,
parecen estar en contradicción con los otros artículos, los cuales se
relacionan con el régimen comúnmente aplicado hasta entonces.
Juzgo más simple y racional llegar a la conclusión, junto con el
H.·. Gould, que la expresión “Maestros y Compañeros” se aplica a un
solo y mismo grado. Se trató únicamente de una simple redundancia,
en el sentido en que lo entendió la Gran Logia de Edimburgo, cuando
en 1740 constató que el general Hamilton había sido nombrado
Maestro y Compañero del oficio, “sin que su condición masónica,
como hizo observar el H.·. Murray Lyon, haya diferido en nada de la
de Lord Alexandre Hamilton y su otro hermano Heruy, que fueron
enrolados, uno como Compañero del oficio (Fellow of the Craft, y el
otro como Compañero y Hermano (Fellow and Brother)”.27
En las Logias escocesas, el Aprendiz era recibido, el mismo día, ya como
“Maestro y Compañero del oficio” (proceso verbal de la Logia de Kelso,
1701), ya como “Maestro o Compañero” (Logia de Jedburgo, 1736).
Vemos con eso que todos esos calificativos eran equivalentes según el
lenguaje masónico de la época,
Tal vez los términos de la Regla XIII quedaban justificados por el hecho
de que en la misma Inglaterra ciertas Logias aplicaban a los dos grados
de su ritual las denominaciones respectivas de Aprendiz y Maestro,
en vez de Aprendiz y Compañero. El H.·. Gould cita dos Logias que
se hallaban en este caso: una en 1727, la otra después de 1757.28
27 Murray Lyon. History 01 the Lodge 01 Edimburgh p. 210. 28 En los procesos verbales de mi Logia. Moira Nº 92. escribió (Concise History. p.
217). desde la fecha de su formación en 1755 hasta el año 1767. no hay más que dos
156
Lo que demuestra que se trataba del mismo grado es que, cuando el 7
de noviembre de 1725, la Gran Logia de Londres informó de la
prohibición impuesta a las Logias de crear por sí mismas “Maestros
y Compañeros”, se contentó con declarar que las Logias podrían a
partir de entonces crear, a voluntad, “Maestros”, sin mencionar a los
Compañeros. De haber existido dos grados distintos, habría que deducir
que tras dejar a las Logias las iniciaciones del primer grado y haberles
restituido las del tesoro, la Gran Logia se habría reservado el
monopolio del segundo, o sea la iniciación intermedia, la menos
importante. Pero los procesos verbales de la Gran Logia, que se suceden
a partir de 1723, no ofrecen nada parecido.
De tener que admitir la interpretación contraria, el resultado sería que
el tercer grado, como supone el H.·. Hughan, habría sido introducido
por la Gran Logia entre 1717 Y 1721.
Pero tal conclusión queda desmentida por el lenguaje de las ordenanzas
insertadas en las Constituciones de 1723. Los términos muy claros con
respecto a los Cargos que se refieren a la organización o a los
privilegios de los grados, son sobre todo convincentes si se comparan
con las modificaciones aportadas a la redacción de esos mismos
artículos en la segunda edición de las grandes Constituciones,
publicada en 1738, o sea en una época en que el tercer grado había
entrado ya en vigor.
CHARGES OF A FREE-MASON TO BE READ AT THE
MACKING OF NEW BRETHEN29
1723 1738
El articulo IV establece que el “Cuando el Joven ha reunido las
especies de ceremonias mencionadas: las Iniciaciones (the making) de Masones y las
promociones (the raising) de Maestros. 29 Cargos de un francmasón que han de ser leídos en la Iniciación de nuevos Hermanos.
157
Aprendiz, cuando ha aprendido su
arte y servido su tiempo, puede
ser un Compañero, luego
eventualmente vigilante, Maestro
de la Logia, Gran Vigilante y, por
fin, Gran Maestre, -El mismo
artículo añade que ningún
Hermano puede ser vigilante
antes de ser Compañero, ni
Maestro (de la Logia) antes de
haber ejercido las funciones de
vigilante, -Nada de un tercer
grado.
El artículo V prescribe que: El
más hábil de los Compañeros
será elegido o nombrado Maestro
o Vigilante (overseer) de los
trabajos.
condiciones de edad e
instrucción, puede llegar a ser
Aprendiz registrado a
Francmasón de grado Inferior:
luego, si hace los progresos
necesarios, Compañero y
Maestro Masón, -Los Vigilantes
son elegidos entre los Maestros
Masones.”
Los artículos siguientes
prescriben que el Tejero, los
adjuntos del Secretario y del
Tesorero, el Sustituto del
Ayudante del Gran Maestre, etc.,
deben ser Compañeros.
“Sólo un Maestro Masón podrá
ser Inspector (surveyor), o
Maestro de Obras.”
En las prescripciones relativas a la
instalación de una nueva Logia,
está estipulado que el Ayudante
del Gran Maestre inaugure las
Obras “en tanto que el nuevo
Maestro y los Vigilantes se hallan
aún entre los Compañeros”.
(El término de Maestro Masón
está sustituido por doquier el de
Compañero).
Una vez instalado el Maestro, (También aquí la palabra
158
éste designa a dos Compañeros
que, con la aprobación del
Ayudante del Gran Maestre,
serán a su vez instalados como
Vigilantes.
Maestro Masón reemplaza a la
de Compañero).
En fin, en sus comentarios sobre
las leyes, formas y usos de las
viejas Logias profesionales,
Anderson se expresa así:
“-Ni lo que allí se practicaba, ni
cómo se practicaba, puede ser
comunicado por escrito, puesto
que nadie puede comprenderlo sin
la clave de un Compañero
(without the key of a
Fellowcraft).”
(Esta nota ha desaparecido en la
edición de 1738).
De todo esto resulta hasta la evidencia, que en 1723, lo mismo que
en 1721, la Gran Logia de Londres consideraba el grado de Compañero
como el último grado de la Francmasonería. Si insisto sobre este punto
no es tanto para intentar establecer minuciosamente la fecha en que se
introdujo el tercer grado, como para demostrar de qué manera se operó
dicha introducción. No se debió a la iniciativa de la Gran Logia, que se
limitó unos años más tarde, a aceptarla y sancionarla. Constituye una
innovación lenta y gradual, que se desarrolló espontáneamente en
algunas Logias y que tardó medio siglo en generalizarse.
La primera mención de tres grados se halla en 1725, en los archivos
de una Logia que desempeñaba cerca de la Philo-Musicæ et
Archüecturæ Societas un papel análogo al de la Acception cerca de
la Compañía de los Masones, medio siglo antes. En otros términos,
se trataba de una sociedad profana que cultivaba la música y la
arquitectura, pero cuyos miembros habían fundado además una Logia
159
regular en la que se reunían para trabajar masónicamente.
Los procesos verbales de esa Logia constatan que, con fecha 12 de mayo
de 1725, cuatro Hermanos fueron admitidos respectivamente, uno
como Compañero, dos como Maestros, y uno como Compañero y
Maestro (17). El taller fue acusado, es cierto, poco después, ante la Gran
Logia, por procedimientos irregulares, pero el asunto no se prosiguió y
la Logia murió de muerte natural, dos o tres años más tarde.
El segundo indicio de un tercer grado se halla, al año siguiente, en
un discurso pronunciado por el H.·. Francis Drake delante de la Logia
de York, independiente y pronto rival de la Gran Logia de Londres.
En el mismo se mencionan los E.P., los F.C., y los M.M.; lo que
evidentemente significa Aprendices Registrados, Compañeros (Fellows
Crafts) y Maestros Masones.
A unos meses de distancia, en 1730, hay dos nuevas publicaciones
o mejor divulgaciones de los secretos masónicos por los Hermanos
tránsfugas. En el primero de esos folletos, The Mystery of Free-
Masonry, como, por lo demás, en todas las publicaciones análogas de
los años anteriores, sólo se habla de dos grados; pero en el segundo:
Masonry Dissected, (o Masonería Diseccionada), por Prichard, se
mencionan claramente tres grados. Esos ataques provocaron
inmediatamente una respuesta anónima, Defense of Masonry, que hoy
día sabemos fue redactada por Martin Clare, un personaje importante
de la Gran Logia, con la aprobación de ésta. Recordando los rasgos
comunes a las asociaciones de oficio y Francmasonería, se expresa así:
“Hay el Aprendiz, el Maestro de su oficio o Compañero, y Maestro
o Maestro de la Compañía” (Master of his trade or Fellow Craft
and Master or the Master of the Company)30. Así, incluso en 1730,
para los miembros de la Gran Logia, Maestro y Compañero eran
sinónimos o al menos se referían masónicamente a un mismo grado.
A partir de esa fecha, se observa paralelamente Logias que poseen los
30 Antiquarian Reprints de la Quatuor Coronal! Lodge, t. IX.
160
dos grados, y Logias que practican un tercero. En 1731, una Logia de
Londres, Nº 83, fijó los derechos a pagar sucesivamente por los
recipiendarios para tres grados; mientras que la Logia Nº 71, tras haber
fijado el costo de la iniciación para el Aprendiz, añade que tendrá que
pagar, además, cinco chelines “cuando se juzgue conveniente conferirle
el grado superior de la Francmasonería”.
El 17 de agosto de 1732, se inauguró en Londres una Logia francesa
con la enseña del “Duque de Lorena”. Fue solemnemente instalada
por el Gran Maestre de la Gran Logia de Londres. El proceso verbal
de la fiesta de instalación menciona “el Maestre, los Vigilantes, los
Compañeros y los Aprendices de la Logia francesa”. No se habla de
otros Maestros.
Finalmente en 1723, empiezan a aparecer, en la lista oficial de los talleres
de Londres, las “Logias de Maestros Masones”. Son las Logias
especiales, compuestas exclusivamente de Maestros que se reúnen para
conferir a los Compañeros el tercer grado convertido en “el grado
superior de la Francmasonería simbólica”. Por lo visto, hubo una cierta
distinción establecida entre esos nuevos Maestros y los antiguos, al
menos en el seno de las Logias donde la Maestría constituía
anteriormente el equivalente al título de Compañero. En la Logia de
Bath, a raíz de su afiliación a la obediencia de la Gran Logia, el 18
de mayo de 1733, vemos figurar en las columnas a seis Maestros y
cuatro Passed Master31 (Maestros pasados o recibidos).
En noviembre de 1734, en los procesos verbales de una Logia de Londres,
aún en actividad hoy día, la Old King's Arms Lodge (Logia de las
Armas del viejo Rey), se relata la toma en consideración de una
invitación dirigida por la “Logia de los Maestros” a los “Maestros de
la Logia constituida”, para obtener su adhesión, o al menos su visita.
31 No hay que confundir esta calificación con la de past Master, Maestro antiguo (de
la Logia), más tarde un grado distinto.
161
Todo esto demuestra al menos cierta confusión que sólo debió finalizar
cuando la Gran Logia suspendió la jerarquía de los tres grados
reconocidos oficialmente en las Constituciones de 1738.
Los procesos verbales de la Logia de Kelso son extremadamente
instructivos respecto a la forma en que debió propagarse la institución del
tercer grado. Se trata, cierto, de una Logia escocesa. Pero no existe
ninguna razón para suponer que las cosas ocurrieron de manera distinta
en las Logias inglesas.
En Escocia, durante el año 1735 hizo su aparición el tercer grado,
sucesivamente en Kirkudbright, en Edimburgo y en Glasgow, un año
antes de la fundación de la Gran Logia de Escocia, según el modelo
de la Gran Logia de Londres. Era preciso que todas las Logias
escocesas poseyesen inmediatamente el tercer grado. Lee Vernon
manifiesta, en su obra Tile History of the Lodge of Kelso, que el 7 de
junio de 1754 los miembros de esa Logia se reunieron para recibir
como Compañeros cierto número de candidatos, conforme a los “nueve
métodos introducidos en las Logias de Edimburgo”. El proceso verbal
añade que los Hermanos, conversando sobre los asuntos de la Orden
después del cierre de las obras, “comprobaron como una laguna
esencial de su Constitución que esa Logia sólo tenía la práctica de dos
grados, Aprendiz y Compañero, sin saber nada del grado de Maestro,
cuando todas las Logias regulares del mundo (sic) se componen al menos
de tres grados regulares: Aprendiz, Compañero y Maestro”. En
consecuencia, como varios de los miembros “eran todos Maestros
Masones, se constituyeron en una Logia de Maestros, donde recibieron
a siete Hermanos, que ofrecían las condiciones requeridas, y que en
consecuencia fueron ascendidos”.
La Logia de Kelso, una de las más antiguas de Escocia, sólo se adhirió
a la Gran Logia de Edimburgo en 1753.
De todo lo cual cabe deducir:
162
1.- Que a comienzos del siglo XVIII no había para los Masones
especulativos más que una sola ceremonia de iniciación, un solo grado;
2.- Que después de la formación de la Gran Logia en 1717, se
organizaron dos grados, restableciendo sobre nuevas bases el grado de
Aprendiz;
3.- Que se introdujo un tercer grado y se propagó gradualmente entre
las Logias especulativas a partir de 1725;
4.- Que la existencia de tres grados fue sólo sancionada por la Gran Logia
de Inglaterra en 1738, y que hasta 1757 no fue aceptada universalmente:
En el continente, donde la Francmasonería parece haber sido introducida
a partir de 1721 (Logias de Mons y Dunkerke), la puesta en práctica
del tercer grado debió propagarse rápidamente.
Cuando en 1731, el duque de Lorena fue iniciado en la Haya, en
una Logia que Désaguliers debía presidir para la ocasión, sólo recibió
el primero y segundo grado; siendo más adelante cuando obtuvo el
tercero en Londres.
Por otra parte, los archivos posteriores de la Gran Logia de Suecia
manifiestan que en 1732, un tal conde Wrede Spare fue recibido como
Aprendiz en París, el 4 de mayo, Compañero el 16 de noviembre
y Maestro Masón durante el año siguiente.
¡Cuánta luz arrojaría sobre esta cuestión, respecto al continente, el descubrimiento del registro en que una Logia, como la Perfecta Unión, de Mons, hubiese consignado las huellas de sus primeras obras!
163
SEGUNDA PARTE
LA LEYENDA Y EL RITUAL
IV
ORÍGENES PSICOLÓGICOS
DE LA LEYENDA DEL TERCER GRADO
En lenguaje masónico, quien dice grado dice ritual. Nada impide
asignar orígenes distintos, si da lugar a ello, a la calificación de
grado, a su transformación en grado de iniciación y a las ceremonias que
componen su ritual. Acabo de tratar sobre las dos primeras
cuestiones, y ha llegado el momento de abordar la tercera.
La iniciación al tercer grado sigue por un verdadero drama, en el que
hay dos puntos a considerar por separado: el nombre del protagonista y
las aventuras que se le suponen.
La mayoría de los historiadores masónicos se han limitado hasta hoy día
a buscar los síntomas o antecedentes de la leyenda de Hiram en las
historias religiosas de la antigüedad. Yo desearía dar un paso más y
dirigirme, con el mismo fin, a esas capas profundas de la humanidad
que se han calificado, y no sin razón, de primitivas, porque en ellas se
descubre, en estado naciente y tosco, los factores que, entre los pueblos
llegados a la civilización, caracterizan el desarrollo de las religiones
y las filosofías. Quiero referirme a los no civilizados que representan,
hasta cierto punto, si no la condición primitiva de la sociedad, sí al
menos un estado psicológico por el que toda la humanidad ha pasado
en una etapa dada de su evolución.
En todas las regiones del mundo, las poblaciones no civilizadas celebran
verdaderos misterios a los que sólo se es admitido por vías de
164
iniciación. Casi siempre, contienen escenas ensayadas que representan
aventuras en el país de las almas. El elemento dramático más frecuente
lo proporciona la simulación de una muerte, seguida de una
resurrección. A veces, el pasaje de la muerte queda figurado por una
tumba; en otras, por un descenso al país de las sombras, a lo que sigue
el retorno a la tierra o la admisión en el país de los dioses.
En Australia, en Nueva Gales del Sur, cuando los jóvenes, en la edad
de la pubertad sufren la iniciación viril, los hacen coger por un
personaje disfrazado que los rapta y finge matarlos, tras lo cual les
devuelve la vida quitándoles un diente. A lo largo del río Darling,
esta iniciación comporta la siguiente iniciación: un anciano se tumba
en el suelo, teniendo en la mano una rama verdeante (se ignora si es
una rama de acacia). Se le recubre ligeramente con tierra, de manera
que la rama sólo sobresalga del montículo, y luego planta allí otras
ramas. Los neófitos lo rodean en círculo, y a los acentos de un canto
mágico, el enterrado agita su rama y acaba por levantarse32. Esta
ceremonia, bueno será subrayarlo, data de una época anterior a la
introducción del cristianismo y, con mayor razón, de la Francmasonería
en el continente australiano.
En el archipiélago de las islas Fidji se conduce a los jóvenes delante
de una fila de individuos tumbados también en la tierra, simulando ser
cadáveres, cubiertos de sangre y tripas de cerdo. A un grito lanzado por
el sacerdote, esos comparsas se incorporan, se sacuden y corren a lavarse
al río próximo33.
Pasemos a África: en ciertas regiones del Congo, los jóvenes fingen
caer muertos y son transportados a un retiro misterioso, en el corazón
de la selva, donde pasan varios meses, a veces años, para después
32 J. Bonwick, -͞The AustraliaŶ Ŷatives", eŶ el diario del IŶstituto AŶtropológico de
LoŶdres, 1886-1887, t. XIII, p. 453; Cameron: "Tribes de New South Wales", el mismo
diario, t. XIV, p. 158.
33 L. FisoŶ: ͞The Nanga", la misma publicación, t. XIV, p. 22.
165
regresar a sus domicilios, Pero han de fingir haber olvidado todo lo
relativo a su vida anterior, incluyendo la lengua materna y la costumbre
de alimentarse por sí mismos34.
Las mismas particularidades se han observado entre los Piel Roja
de Virginia y los indígenas de Nueva Guinea. Entre estos últimos, se
obliga a los neófitos a introducirse en la boca de un monstruo fabricado
a semejanza de un casuario o un cocodrilo. Entonces se dice que el
espíritu se los ha tragado y, en tanto las madres se entregan a
lamentaciones fúnebres, se conduce a los pacientes con los ojos
vendados a una choza oscura, donde los sacerdotes, al tiempo que
ejecutan una alegre cencerrada, fingen cortarles la cabeza. Al cabo de
ocho o nueve días se les comunica los secretos mágicos de la asociación,
así como las tradiciones de la tribu; se les hace prometer que
guardarán silencio acerca de todo lo visto y oído, y finalmente se les
devuelve a sus familiares, Pero también han de simular haber olvidado
todo lo referente a su vida pasada, y tener que aprenderlo todo
nuevamente, "como si se hubiesen convertido en niños pequeños"35.
En suma, han de iniciar una nueva vida.
De este modo, el muerto que resucita se halla en contradicción con todos
los antecedentes de la biología, sin embargo, es asimismo un gesto
humano, por su frecuencia, y a tal título, se le puede buscar una
explicación psicológica de carácter general.
Esta explicación nos la proporcionará la etnografía comparada,
haciendo destacar el considerable papel que desempeña en los pueblos
incultos la magia simpática. Esta se apoya en la idea de que simulando
o prefigurando un suceso, se asegura la realización del mismo. Por
eso tienen lugar las escenas representadas que abundan en los cultos
primitivos y que se mantienen en los otros bajo la forma de ritos
metafísicos o de danzas religiosas.
34 W. H. Bentley, "The Life on the Congo", Londres, 1887, p. 78; Bastian, Ein Besuch
in San Salvador. pp. 82 a 86. 35 Beverley: History of Virginia. Londres. 1772.
166
Así, el salvaje ve en el alma, o más bien en el doble, ese ser que vive en
él y que, bajo ciertas circunstancias, puede salir del mismo, el origen de
todas sus facultades y todos sus movimientos. No hay deseo más
ardiente que el de proteger a su alma contra todo deterioro, toda
asechanza: de aumentar las capacidades; incluso de cambiarla por otra
alma más fuerte o mejor dotada, tan superior a su alma actual como ésta
es superior al alma del niño o del animal. El adolescente no puede gozar
de las facultades y privilegios del adulto más que si se le hace sufrir
una transformación interior, dándole un alma nueva. Tales,
incontestablemente, la explicación de unas ceremonias tan extrañas,
y no obstante, tan semejantes unas a otras, que ya he descrito antes36.
En todas partes, la iniciación, o sea, la admisión a una vida superior
se considera como un segundo nacimiento, una regeneración en toda
la extensión del término.
"Morir es ser iniciado", decía Plutarco, jugando con las palabras: teleutan
= teletsthai37. Recíprocamente, podría decirse con más razón: ser
iniciado es morir... para renacer.
"En los Misterios de Eleusis, -escribió Proclo-, Proserpina, con la ayuda
de Plutón, restituye un alma a los que antes ella los castigó con la
rigidez y la muerte38.
Hoy día, en la India, el joven brahmán debe someterse a una ceremonia
que, imaginariamente, le hace retroceder al estado de embrión, y es
solamente después de esta iniciación cuando puede lucir el cordón
simbólico de su casta, y decir que "ha nacido dos veces" (dvi-dja), a
diferencia de los otros hindúes sólo nacen una vez39.
36 Consultar al respecto la hermosa obra de Frazer, The Golden Bough (La Rama
Dorada). 37 De Anima, II, 5. 38 In Plat. Teología. p. 371 39 Satapatha Brahmana, en Sacred Books of the East, t. XLIV, pp. 86-90.
167
Incluso en el cristianismo, el bautismo, que permite entrar a un pagano
o un niño en la comunidad de los fieles, se considera como una muerte
simbólica seguida de una resurrección espiritual, para emplear las
expresiones del apóstol Pablo40.
Hay más todavía: la "profesión de votos", como se llama a la iniciación
de los novicios en ciertas órdenes religiosas, especialmente en la orden
de los benedictinos, implica una muerte y una resurrección simuladas.
Según el ritual todavía en vigor hoy día, el novicio se tiende en el suelo
frente al altar, bajo una mortaja, entre cuatro cirios, y se le lee el oficio
de difuntos. La asistencia entona el Miserere; luego, él se incorpora, da
a cada uno el beso de la paz y toma la comunión de manos del abad41.
A partir de ese día adopta otro nombre, que conservará hasta su lecho
de muerte. También ha nacido a una nueva vida.
Por otra parte, los pueblos no civilizados se sienten naturalmente
inclinados a convertir al hombre y su destino en el modelo y la medida
de todas las cosas. Por tanto, verán una muerte seguida de
resurrección en el curso cotidiano o anual del sol, en las fases de la
luna, en las vicisitudes periódicas de la vegetación, incluso en las
metamorfosis de algunos animales. La tradición de las campiñas
europeas estaba antaño llena de genios agrestes y selváticos que no sólo
debían morir en otoño para renacer en primavera, sino que se
hallaban representados en esta doble operación por una víctima
real o simulada, voluntaria u obligada42. En esto interviene la creencia
de que el hombre, al imitar los acontecimientos o los fenómenos cuya
reproducción desea, facilita su realización. Representar la resurrección
del dios a continuación de su agonía y su muerte es facilitar el
renacimiento de la vegetación, de la luz o de las otras fuerzas
periódicas a las que encarna, Mas entonces no tarda en producirse, por
una tercera aplicación del razonamiento analógico, una especie de
40 A los Romanos, VI, 4: A los Colosenses, 11, 12. 41 Dictionaire de Théologie catholique, Pans, 1863, t. XIX, pp. 184-185. 42 Mannhardt, Die Komdoemonen. Berlin, 1868: Frazer, The Golden Bought, Londres,
1900.
168
rebote: el hombre, al imitar los hechos y los gestos de sus dioses, cree
identificarse con su destino. Un viajero contó que ciertos pueblos de
África Central se prosternaban delante de la luna nueva, gritando: "¡Que
mi vida pueda ser renovada, como la tuya acaba de serlo."43 Los
neozelandeses y los virginianos creían que el sol descendía cada día a
una caverna donde adquiría una nueva vida, bañándose en una especie
de fuente de eterna juventud; por eso se imaginaban que si el
hombre podía hacer lo mismo, sería inmortal44.
Entre los antiguos egipcios, todos los difuntos se convertían en Osiris,
es decir, que aspiraban a identificarse con el sol de poniente, para
resucitar con él.
Cuando se combinan todos estos factores del drama resurreccionista
-o sea cuando el hombre, que cree reproducir la pasión de un ser
humano, tiene conciencia al mismo tiempo de representar él mismo el
papel del cadáver recalcitrante- o existe una asociación de ideas que
refuerza más todavía el prestigio místico de la ceremonia. Esta no
tarda en transformarse en un verdadero culto, y por esto el contraste
súbito entre el duelo y la alegría hace vibrar las más poderosas
cuerdas del sentimiento religioso, si bien continúa siendo un misterio,
tanto mayor cuanto que, ante el progreso de la razón, la religiosidad
experimenta más aún la necesidad de refugiarse en las profundidades
del simbolismo esotérico.
43 Tyrlor. Civilization primitive. t. 11. p. 389; J. Becker. La vie en Afrlque. 11.238. 44 Tyrlor. Obra citada, t. l. p. 385.
169
V
LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA
LEYENDA
Tras las explicaciones que acabo de dar no puede sorprender que un
misterio de esa clase se halle en todas las grandes religiones
mitológicas. Aquí, debe permitírseme citar los principales ejemplos,
aunque sólo sea para afirmar una vez más la unidad de los
procedimientos del espíritu humano, incluso en una liturgia como la
nuestra, que ha tomado posiciones fuera de los cultos propiamente
dichos.
En Mesopotamia, los textos cuneiformes que datan de unos siete a ocho
mil años atrás, relatan que Darnmuzi, el amante de la gran diosa
Istar, fue engullido por el mundo subterráneo, el reino de los muertos,
"el país sin retorno, la morada de la oscuridad, donde las sombras de los
mortales vagan como aves nocturnas, alimentándose de polvo y lodo",
Istar, "la viuda del Hijo de la vida", trata de liberarle y devolverle la
existencia, Después de cruzar el río que rodea la mansión de los seres
vivos, encuentra una puerta de bronce, Un guardián le pregunta que
desea y quién es, y va a dar la respuesta a la reina de los Infiernos, la
feroz Nin-Kigal, para saber si debe ceder el paso a la extranjera:
-Déjala entrar -asiente Nin-Kigal-, deja que venga a llorar por los esposos
que han abandonado a sus esposas: por las mujeres que han dejado a
sus maridos: por los jóvenes alegres que encontraron una muerte
prematura.
Tras atravesar la puerta, la diosa ha de cruzar siete recintos y, en
cada uno, el genio que sirve de guardián le plantea las mismas preguntas
y, después de recibir sendas respuestas, la despoja respectivamente de
una de sus prendas de vestir o de uno de sus adornos, de modo que
se halla totalmente desnuda cuando llega a presencia de la temible
soberana. Esta reduce a la recién llegada a la impotencia, quitándole el
170
uso de sus miembros, En otros términos: le quita la vida, Sin embargo,
la ausencia de la diosa de la naturaleza ha dejado la Tierra en la
esterilidad y los dioses del cielo envían a Nin-Kigalla orden de liberar
a Istar. Entonces, ésta es conducida a la fuente de la vida, que
brota en las profundidades, celosamente custodiada por los Anunkas,
o genios subterráneos.
Una vez se ha bañado (o abrevado), Istar reemprende el camino de
la luz, recuperando en cada recinto el adorno abandonado en él45.
Es muy probable que aquí nos hallemos ante una escena de iniciación46.
Una tablilla, traducida por Sayce, habla de una imitación del mundo
subterráneo, por la que pasa un adivino en su iniciación.
"Esta ceremonia simbólica, -escribe por su parte Francois Lenormant-,
se representaba en los templos como una especie de misterio47.
Viajando hacia Occidente, el mito de Istar y Tammuz se convierte, entre
los fenicios, en el mito, más familiar para nosotros, de Astarté y Adonis.
Adonis parece haber personificado el Cielo primaveral48. Un jabalí le
ataca y lo mata. Este animal simboliza el Cielo ardiente del verano que,
bajo el clima de Siria, quema y esteriliza el suelo. Adonis es el amante
de la naturaleza, o sea de Astarté, que llora su muerte y acaba por
resucitarlo.
He aquí cómo C, P, Tiele ha descrito los misterios que ponían el mito
en escena:
45 A. H. Sayce. Relígion of Aneient Babylonians, Londres, 1887, pp. 220 y siguientes. 46 Ibid, Londres, 1887, p. 240. 47 Lenormant, Premieres Civilizations. Palis. 1874. t. 11, -p. 85. 48 Numerosos mitólogos sostienen que Adonis. "el señor". era en su origen una
personificación del sol (véase Charles Vellay. Le Culte et les Fetes d 'Adonts·
Thammouzdans l'Orient antique, Paris, 1904).Tal vez asumió este papel en una época
posterior. cuando todos los grandes dioses de Oriente empezaron a fundirse en el
sincretismo solar.
171
La primavera es, en Siria y Palestina, la época de las primicias de
la cosecha y los rebaños. Cuando esta estación encantadora llegaba
a su final, empezando a dejarse sentir los terribles calores veraniegos,
se celebraba en Biblos una fiesta de carácter sombrío. Era una fiesta
fúnebre. Lamentos y cantos plañideros resonaban por las calles y los
templos, acompañados de los sonidos agudos de la flauta de duelo.
Las mujeres, con los cabellos alborotados, y algunas al cero, bien
rapadas, en tanto otras se desgarraban el pecho, con los vestidos
hechos jirones, ofrecían las señales de la más violenta consternación,
vagando como buscando algo o quedándose en el templo, sentadas en
círculo, entorno a un catafalco. Sobre éste había un sarcófago
destinado a recibir el cuero, una estatua de madera que al principio se
ocultaba, que luego se buscaba y que finalmente era hallada, metiéndola
en el ataúd.
A fin de año, más bien en otoño, se renovaba la fiesta, con una importante
diferencia. Durante siete días se celebraba la misma ceremonia fúnebre,
pero al octavo, el duelo y los llantos daban paso a un júbilo
desordenado. Se decía entonces que el dios había resucitado, subiendo
al cielo. A la continencia de los días precedentes sucedía una licencia
desenfrenada49.
Tiele añade que se consideraba la celebración de tales fiestas
indispensable para asegurar la fecundidad de los campos, los rebaños
y las familias. No obstante, también afirma que se acostumbraba a
celebrar las fiestas de Adonis después de la muerte de los jóvenes
notables por su talento, sus virtudes o simplemente por ser objeto de
un tierno afecto. Ya no era del dios: era de seres de quienes se lloraba
la muerte, celebrando acto seguido su entrada en la vida eterna.
El Adonis de Frigia se llamaba Attis o Papas, al divino pastor que pasaba
por ser el esposo de Cibeles o Ma, la diosa de la tierra.
49 C. P. Tiele, Historie comparée des anciennes relígions de l'Egypte et des peuples
sémitiques, Paris, 1882, pp. 291 -296.
172
El culto a Cibeles -explica un sabio belga que estudió especialmente
los cultos del Asia Menor- comportó desde remotas épocas unos
misterios, cuyos iniciados se reconocían mediante signos secretos, y en
los que se revelaba por grados una sabiduría divina50.
Transportados a Roma al final de las guerras púnicas, esos misterios
se celebraron allí con moda creciente durante seiscientos años. En el
equinoccio de la primavera, la cofradía de los Dendróforos o "Posta-
Arboles", abatía solemnemente un pino, que al instante transportaban,
rodeado de vendajes como un cadáver, al templo de Cibeles, en el
Palatino, donde se hallaba la imaginaria tumba de Attis. Allí se
representaba una escena que un escritor cristiano, Firmicus Matemus,
describió en el siglo N: fingían que el dios estaba tendido sobre su
lecho mortuorio, y se lamentaba su muerte con amargas lamentaciones:
después, se introducía la luz y el hierofante, después de dar de
beber a la concurrencia el agua de la salvación, entonaba lentamente
el siguiente dístico: "Valor, hermanos, ahora que el dios está a salvo:
para nosotros también, tras nuestras pruebas, habrá salvación"51.
Entonces comenzaban las fiestas exuberantes de los Hilarios.
No hay la menor duda de que esta iniciación tenía como objetivo
garantizarle al neófito la vida futura, Se han hallado con frecuencia,
en las tumbas de la época, estatuillas que representaban a Attis baja
los rasgos de un joven pastor. Esta misma imagen se ha encontrado
igualmente en las losas sepulcrales descubiertas en Alemania y, hasta
la Era Cristiana, existió en una pintura de las catacumbas, que
simbolizaba a Attis apoyado en su cayado y luciendo un gorro frigio.
Todavía en el siglo V, pronuncia San Agustín, con cierta indignación,
esta frase, tal vez irónica, atribuida a un sacerdote de Attis: Et ipse
Pileatus chritianus est "El dios del gorro también es cristiano".52
50 F. Cumont. Les Religions orientales dans le paganisme romain, Paris, 1907, p. 63. 51 Julius Firmicius Maternus, De Errore, proJanarum religionun. ed. Migne, t. XII, p.
1002. 52 Revue d'histoire et de littérature religieuses, t. VIII, 1903, P 422 y siguientes.
173
Si ahora pasamos a Egipto, hallamos allí el culto de la tríada formada por
Osiris, su esposa Isis, que al mismo tiempo era su hermana, y su hijo
Horus. Generalmente se admite que Osiris es el sol poniente o
subterráneo, el sol que ha descendido a los Infiernos. Horus es el sol
del amanecer, el sol del día que contrasta con el sol de la víspera. La
leyenda narra que Osiris fue muerto por su hermano Set o Tifón, el dios
de las tinieblas, lo que, en esta interpretación, es exacto hasta cierto
punto. Descuartizó el cuerpo de su víctima en innumerables pedazos
que dispersó portada la superficie de Egipto. Sin embargo, Isis buscó
esos restos y consiguió reunirlos, excepto el falo, Horus, tras una lucha
enérgica, inmoló entonces a Tifón, y Osiris, devuelto a la existencia, reinó
sobre el imperio de los muertos.
Según ciertos autores, Osiris fue al principio un dios de la vegetación,
lo que explica diversas particularidades de su leyenda y su ritual. Es
seguro que estuvo en relación con el destino de la siega y la periódica
renovación de la vida vegetal. La imagen de Osiris, y a veces su féretro,
estaban representados encerrados en el tronco de un tamarindo. A veces
son espigas que germinan en su momia: a veces, es su alma la que se
esconde bajo los rasgos de un ave en las ramas de un sicomoro que da
sombra a su tumba.53 También en ocasiones es un sarcófago, del que sale
una rama de acacia con esta significativa divisa: "Osiris se espiga".54
Herodoto relata que en Sais, en tiempos de Isis, se celebraban unos
misterios nocturnos sobre la tumba de un dios, y Plutarco, más explícito,
describe en detalle la ceremonia anual que los egipcios llamaban la
Resurrección de Osiris. El ritual ha podido ser reconstruido gracias a los
recientes descubrimientos. He aquí cómo la resume un autor que no
pertenece a la Francmasonería, Franz Cumont:
Desde la época de la dinastía XII, se celebraba en Abidos y otros lugares,
una representación sacra, análoga a los misterios de la Edad Media, que
53 Frazer. Adonis. Attis. Osiris. pp. 275 Y siguientes. 54 Brucsh. Religion uni Mythologie der Alten Egypter. p. 621.
174
reproducía las peripecias de la pasión y resurrección de Osiris. Nosotros
hemos conservado ese ritual: el dios, saliendo del templo, caía abatido
bajo los golpes de Seto Se simulaban alrededor del cadáver los
lamentos fúnebres, y se le enterraba de acuerdo con los ritos: luego,
Set era vencido por Horus, y Osiris, a quien se devolvía la vida, entraba
nuevamente en su templo tras triunfar a la muerte. Era el mismo mito
que todos los años, a principios de noviembre, se representaba en
Roma de la misma forma: Isis, abatida por el dolor, buscaba en medio
de las quejas desoladas de los sacerdotes y los fieles, el divino cuerpo
de Osiris, cuyos miembros había dispersado Tifón. Después, recobrado
ya el cadáver, reconstruido, reanimado, se producía una inmensa
explosión de júbilo, una alegría exuberante, que resonaba en calles y
templos, hasta el punto de importunar a los viandantes.55
Fuese cual fuese el significado Primitivo de ese mito, para los egipcios
fue, al principio, el símbolo del destino humano y la garantía de la vida
más allá de la tumba. El muerto se convertía en un Osiris, como
testimonia el Libro de los Muertos, verdadero ritual de iniciación, uno
de cuyos ejemplares colocaban en las tumbas, aliado del difunto, para
proporcionarle las fórmulas mágicas y las contraseñas que le permitirían
franquear las diversas regiones del mundo subterráneo y llegar al
esquife del sol levante, la barca de la resurrección. "Tan cierto -dice un
texto-o como que Osiris vive, el difunto también vivirá, pues tampoco
queda aniquilado."
Pese a la resistencia de los viejos romanos, los misterios de Isis no
tardaron en propagarse por todo el imperio, en la época en que la
preocupación dominante era hallar el medio de vencer a la muerte,
Apuleyo, relatando con frases encubiertas, su iniciación a los misterios
Isíacos, se expresa como sigue:
Me aproximé a los confines de la muerte y, después de haber cruzado
el umbral de Proserpina, regresé atravesando los elementos. A
medianoche, vi brillar el sol en todo su esplendor.56
55 F. Cumont. obra citada. p. 119. 56 Apuleyo. Metamorfosis. Libro III. 23.
175
Los griegos también tenían sus misterios autóctonos cortados por el
mismo patrón. Los más célebres fueron los de Eleusis, en los que se
representaban las aventuras de Proserpina o Coré, raptada por Plutón a su
madre Ceres, siendo Plutón el rey de los Infiernos. Luego, era
devuelta a la luz, volviendo a ocupar, al menos durante el verano, su
sitio en la asamblea de los dioses. Originariamente destinados a
celebrar, y tal vez a asegurar, la fecundidad de las cosechas en Atica,
estos misterios se convirtieron rápidamente en llave de la vida futura. El
rapto y el retomo de Coré representaban, no ya los destinos de la
simiente plantada en el suelo, sino la suerte reservada a los iniciados
que, en el transcurso de la ceremonia, eran conducidos sucesivamente a
los Infiernos y a los Campos Elíseos.57
Otros misterios dan todavía satisfacción a las aspiraciones místicas
de griegos y romanos. Los más importantes eran los de los Cabiros, los
dionisiacos y, más tarde, los mitraicos.
Según los autores de la época, se referían también al destino del
alma después de la muerte y comportaban la representación de un
asesinato seguido de una resurrección. En los misterios de los Cabiros,
en Samotracia, se ponía en escena la historia trágica de tres hermanos,
Axieros, Axiokersos y Axiokersa. Según la versión de la leyenda que
relata Firmicus Maternus, dos de los Cabiros mataban al tercero y lo
enterraban a pie del monte Olimpo; después, el difunto era devuelto a
la vida por Hermes. La decoración de ciertos espejos etruscos
representa las escenas sucesivas de este drama. En uno se ve a Axieros
cogido por sus hermanos, delante de dos columnas de capiteles
corintios. En otro, Hermes, acompañado de dos sátiros que le sirven
de acólitos, se aproxima al cadáver y se esfuerza por resucitarlo con su
varita mágica.58
El parecido de esta escena con cierto episodio en la ejecución de nuestro
ritual sorprende a todos los que han sido iniciados en el tercer grado de
57 Goblet O'Alviella. Eleusinia, París, 1903, p. 71. 58 Daremberg y Saglio. Dictionnaire des antiquitiés. la palabra Cabiros.
176
la Logia simbólica. No sé si ya se ha visto esa curiosa coincidencia:
los cabiros son, como Hiram, de origen fenicio.
En los misterios de Mitra se fingía inmolar al recipiendario. Un día que
el emperador Cómodo efectuaba las funciones de mistagogo, se tomó
en serio la ficción y, según Lampride, provocó un escándalo matando
realmente al desdichado neófito.59 Estos mismos misterios comportaban
una escena de resurrección, imagtnem resurrectionis, escribe
Tertuliano.60
Los Misterios dionisíacos, que se celebraron igualmente hasta el triunfo
del cristianismo, ponían en escena a Dionisio-Zagreus, el Baco cretense,
matado y descuartizado por los Titanes, y reconstituido y reanimado
por Zeus. Los adeptos lloraban su muerte, asistían a sus funerales,
y se regocijaban con su resurrección, Girard escribe en su libro sobre
el Sentúnent religieux chez les brees, a propósito de esta pasión de
Dionisia (p, 205): Se establece una comunicación íntima entre los
hombres y un dios que sufre y goza de una energía que transmite a
aquellos a los que hace participar. El choque que experimentan
exalta su imaginación y hace nacer en ellos una emoción dramática y
profunda que da a los hechos de la leyenda un valor moral. La
pasión de Baca no se distingue de los sufrimientos de la humanidad,
sino que es un símbolo, y los impulsos de aflicción que provoca en
los adoradores del dios, así como los transportes de júbilo con que
celebran su resurrección y triunfo, son efusiones de la naturaleza
humana que se descarga en el seno de una ilusión religiosa o patética.
Los cristianos denunciaron y proscribieron esos ritos como
abominables supersticiones idólatras.
"El diablo también tiene sus cristos", escribe a este propósito el
buen Materno, Habet ergo diabolus clvistos suos. Los paganos habrían
59 Lampride. Commodus. c. 9. 60 Tertuliano. De prescriptione haereticonun, 40 (véase para estos misterios. la gran obra
de Cumont: Textes et documents relatifs aux Mysteres de Mtthra, Bruselas. 2 vol.).
177
podido devolver el cumplido, diciendo: el cristianismo también posee su
Attis, su Dionisia y su Osiris, ¡qué pintan como inmolado, sepultado,
descendido al limbo y resucitado al cabo de tres días!
Ese drama místico está representado simbólicamente en el sacramento
de la misa y literalmente en las ceremonias de la semana santa. En
numerosas localidades entre las poblaciones católicas, todavía un
creyente representa a Jesús, prestándose a reproducir todos los
incidentes de la Pasión en las procesiones o en las funciones que
continúan los misterios religiosos de la Edad Media y, también aquí, la
resurrección del dios se presenta como la garantía de la vida futura
reservada a los fieles.
Hay que destacar que el personaje legendario del drama no siempre es
un dios de la naturaleza. Los ritos sobreviven casi siempre a los
mitos que los engendraron. Cuando desaparecen las antiguas
divinidades, los pueblos suelen continuar con la práctica de las
ceremonias del culto al que servían, si bien le dan un nuevo significado
o más sencillamente, las destinan a los nuevos objetos de su veneración.
La puesta en escena de la que nos ocupamos puede adaptarse, y lo ha
sido más de una vez, a las aventuras de los santos o héroes que encarnan
las vicisitudes de una raza, una época o incluso de un simple grupo
religioso o social. Un curioso ejemplo de transposición o mejor de
supervivencia se narra en las memorias de un escritor árabe que fue
hecho prisionero en la isla de Malta a finales del siglo XVI. Cuenta
que allí la fiesta de San Juan coincidía con la floración de las habas. Los
monjes ocultaban la estatua del santo bajo ramajes de habas en flor, y
le lloraban como si hubiese muerto, llevando luto por él: después, al
cabo de tres días, se celebraba su retomo, se descubría su estatua y se
devolvía en procesión a su capilla.61 No es difícil adivinar que San
Juan tomaba simplemente el lugar de Dionisia. Las habas
desempeñaban un gran papel en los Misterios de Baca y Adonis, pues
se pensaba que eran producidas por la sangre del dios. Por lo demás,
61 Richard Wunsch, ·Das Fruhlingsfest der Insel Malta· (Revue de l'histoire des
Religions. octubre de 1902).
178
no es éste el único lugar del globo donde San Juan, según la expresión
de Frazer, "se calzaba las zapatillas de Adonis".62
62 J. G. Frazer, Studies In Oriental religion, Adonis, Attis, Osiris, Londres, 1906, p. 149.
179
VI
FORMACIÓN E INTRODUCCIÓN DEL RITUAL
Ya hemos visto como la masonería especulativa había reemplazado el
aprendizaje, aunque conservando este término por una iniciación de
varios grados. El Aprendiz convertido en Compañero, ha acabado su
noviciado en dos actos, y será Iniciado a la plenitud de la vida
masónica. Como toda iniciación, ésta implicará una re-generación: una
muerte aparente de la que el neófito saldrá como un hombre nuevo. Sin
embargo, al prestarse a esta puesta en escena, el recipiendario, conforme
a los precedentes fundados en las aspiraciones seculares de la
naturaleza humana, simbolizará al personaje idealizado que se ha
convertido en el modelo del perfecto Masón.
Es bastante curioso comprobar que la leyenda de Hiram, tal como
se representa en nuestras Cámaras del Centro, parece haber sido
ignorada por la Francmasonería profesional. Seguramente, el personaje
de Hiram Abi o Abif no era desconocida de esta última, pese a lo cual,
su papel fue secundario. Se sabe que las versiones más antiguas de los
manuscritos ingleses hacen remontar la institución de la
Francmasonería, no al templo de Salomón, sino a la construcción de
la torre de Babel y aún del arca de Noé. El manuscrito llamado Regius
o de Halliwell (cerca de 1390), no menciona a Hiram Abif, ni siquiera al
templo de Salomón. El manuscrito Cooke (finales del siglo XV)
convierte a Hiram, hijo del rey de Tiro, en el Maestro Masón de Salomón
(Maestro Albañil) (The Kyngis some of Tyri was his Master-Mason,),
El manuscrito Dowland (comienzos del siglo XVII) no conoce otro
Hiram que el rey de Tiro, a Kinge of another región. Al hijo de este
último lo llama Aynon (escrito en otras versiones como Aymon, Hyman,
Man, etcétera).
En ningún caso, estas leyendas, en lo que respecta a Hiram, van más
allá de las tradiciones consignadas en la Biblia, donde, tras la
descripción de los materiales enviados a Salomón por su aliado Hiram
180
de Tiro, aún se habla de otros dos Hiram: un tal Adonhiram, capataz
de los obreros que ejecutaban los transportes (1 Reyes, V, 4) y un
hábil fundidor de metales. Hiram, hijo de un padre de Tiro y de una
Viuda de la tribu de Neftalí. Este último vino de Tiro llamado por
Salomón para fabricar las dos columnas de bronce y los demás
instrumentos metálicos del culto (I Reyes, VIII, 13-50). La Biblia nada
dice del papel ni las aventuras de esos diversos Hiram, el tercero de
los cuales es sin duda el prototipo del Maestro.
Durante el siglo XVII, el personaje de Hiram Abif pasó completamente
a un segundo plano. El H.·. Gould llega a decir que era desconocido
para los Masones de esa época:
Si, añade, Hiram Abif hubiese figurado, en ese período, en las ceremonias o las tradiciones del oficio, las Constituciones manuscritas de la época no guardarían como lo hacen, un silencio uniforme e ininterrumpido sobre la existencia real o legendaria de un personaje tan preeminente en la historia y la leyenda posteriores de la Orden63.
Los Hijos del Maestro Santiago (Enfants de Maitre Jacques), una rama
de los compañeros franceses, relacionan su origen legendario al del
arquitecto del templo de Salomón, e incluso cuentan que fue muerto por
unos rivales, a indicación de un traidor. Pero lo llaman Maestro
Santiago, y lo hacen nacer y morir en Francia, sin aludir en absoluto
a su resurrección. Al parecer, más adelante -probablemente, durante
el primer cuarto del siglo XIX-, el nombre y la historia de Hiram se
introdujo entre los compadrajes;64 pero el origen exótico de esa
tradición queda testimoniado por Perdiguier, que sigue siendo la gran
63 Concise History. p. 219. 64 Véase principalmente Martln Satnt-Léon. Les Compagnonnages. París. 190 I. La
leyenda de los Hijos de Salomón parece extraída textualmente de los rituales de la
Francmasonería especulativa.
181
autoridad en la historia interna de los compadrajes franceses.65 Por lo
demás, es en la francmasonería práctica de Inglaterra, no hay que
olvidarlo, donde se halla el nudo de la cuestión que aquí tratamos de
resolver,
El H.·. Rylands, el abnegado secretario actual de los Quator Coronati,
ha sugerido que la leyenda de Hiram y su representación, podrían
provenir de algún Misterio representado en la Edad Media, en las
cofradías de masones.66 Sabemos, por lo que sucedía en nuestras
sociedades de retórica, que las cofradías profesionales interpretaban
dramas de esa clase. Pero hasta aquí, nada, ni en Inglaterra ni en el
continente, justifica la hipótesis del H.·. Rylands. La única
"resurrección" que, aparte de la de Cristo, parece haber sido
representada en los misterios, es la de Lázaro67.
El H.·. Gould se preguntaba si no podría relacionarse la puesta en escena
actual de la leyenda hirámica con una ceremonia que parece haber sido
practicada a veces en la iniciación de los profanos, a comienzos del siglo
XVII: the Master 's Part (La Parte o el Papel del Maestro). Esta
formalidad se menciona, por primera vez, en el Pseudo-Ritual de 1723,
donde se le hace decir al nuevo Compañero: "Ahora conozco the
Master's Part".
Por su parte, Prichard escribió en 1730: "No hay un masón de cada cien
que pague los gastos exigidos por The Master's Part, si no es por
interés", lo que al menos demuestra que la ceremonia no era, en dicha
época, ni general ni obligatoria.
La hipótesis del H.·. Gould me parece sujeta a cierta desconfianza. A
lo sumo podría tratarse, dada la brevedad e insignificancia de la
65 Perdiguier. Le Lívre des Compagnonnages. París, 1857, t. II, p. 75. 66 Ars Quatuor Coronatorum. vol. XII, p. 145. 67 Ars Quatuor Coronatorum. vol. XIV, pp. 60 Y siguiente. El H.·. Hayter Lewis
sostiene haber encontrado alusiones a la leyenda de Hiram en un manuscrito árabe:
desgraciadamente, éste se ha perdido (véase Ars Quatuor Coronat. vol. 1, pp. 34-36).
182
ceremonia, de dar a conocer al nuevo iniciado las fórmulas de
reconocimiento y salutación entre Maestros, a los que alude el
manuscrito llamado de Sloane cuando menciona la firma del Maestro,
Master's Grip, al lado de la del Compañero. Sin embargo, bueno será
observar que el catecismo publicado en 1723, según documentos
anteriores, así como el manuscrito Sloane, sea cual sea su fecha exacta,
son el eco de la época en que existía una sola iniciación y en que el
elemento especulativo comenzaba a alterar la organización de las Logias
para adaptarla a sus propias exigencias.
Sin contradecir a los Masones especulativos, tal vez a eso se debió
la introducción gradual de la leyenda hirámica. La francmasonería
especulativa, desde sus principios, puso en segunda fila las antiguas
tradiciones del oficio relativas al arca de Noé, a la torre de Babel,
a Lamech, Nemrod, Hermes, Euclides, etc. Relaciona todo el
simbolismo con la construcción del templo de Salomón.68 Este cambio
de punto de vista debía, naturalmente, dar suma importancia a Salomón
y a Hiram. Con ocasión de la ascensión de Lord Montagu en 1721,
Anderson dice que la silla del Gran Maestre se denominaba "Trono de
Salomón", y la del Diputado Gran Maestre, "Trono de Hiram Abif". En
las primeras Constituciones de Anderson (1723) a Hiram Abif se le llama
"el Masón (albañil) más perfecto de la tierra", El folleto de 1725,
The Grand Mystery discovered, es un poco más explícito,69 aunque
demuestra que la leyenda aún no había alcanzado su desarrollo
completo, Se lee en una de las cartas que publicó como anexo:
Cuenta extrañas y necias historias a propósito de un árbol que habría salido de la tumba de Hiram, con hojas maravillosas y un fruto de una calidad asombrosa, a pesar de ignorar
68 Se ha querido también encontrar aquí la influencia de la Nova Atlantis. de Bacon.
Pero. si bien es cierto que el célebre utopista del reino de Carlos 1 tituló Socíetas
Salomonis a la asociación científica ideal que coloca en su Nueva Atlántida, la
descripción se relaciona más con el plan de la futura Royal Society que a una logia
especulativa. 69 En él. los francmasones son llamados ͞Hiraŵtias europeos͟.
183
cuándo ni dónde falleció, y sin saber sobre su tumba más que sobre la de Pompeya70.
Finalmente, en las Constituciones de 1738, tras la descripción del templo
de Salomón, hay intercalado este pasaje que falta en las ediciones
anteriores:
Después de haber sido celebrada por la Fraternidad la colocación de la piedra final, su alegría pronto se vio interrumpida por la muerte de su querido Maestro Hiram Abif, al que enterraron decentemente en la Logia cerca del templo, según la antigua costumbre.
El texto no contiene ninguna alusión a las circunstancias de la muerte ni
a los sucesos posteriores. Sin embargo, no hay duda de que en 1738,
la leyenda completa ya era conocida y representada en ciertas Logias.
En realidad, ha quedado establecido que el tercer grado no es la obra
premeditada de la Gran Logia, sino que se introdujo en primer
lugar en una o varias Logias y, gradualmente, se propagó entre
los talleres de la Obediencia, la misma conclusión se impone para
su ritual, en la forma que ha llegado hasta nosotros71.
Hay que darse cuenta de que entre el momento en que algunas Logias
dejaron decaer su antigua organización profesional, en la última parte
del siglo XVII, y aquél en que constituyeron o reconocieron la primera
Gran Logia, hubo un intervalo durante el cual se pudieron tomar con
el ritual importantes libertades. Nosotros poseemos la prueba de que
en 1720 había, en el seno o al lado de las Logias, un grupo de masones
que pretendían superponer una enseñanza esotérica a los dos grados
70 Esta carta se halla reproducida íntegramente en la historia de Gould, t. VI, p. 480. 71 Hay que rechazar de plano. hasta más amplia Información, la afirmación de Oliver,
según la cual la leyenda de Hiram había sido fabricada por Anderson y Desaguliers
(véase Mackay, History. IV. p. 999).
184
existentes a la sazón. En efecto, fue en aquella fecha cuando un
familiar de Lord Montagu, Robert Chamber publicó, con el título de
Long Livers (los "de Larga Vida"), la traducción de una obra hermética
francesa, dedicada a los "Gran Maestre, Maestros, Vigilantes y
Hermanos de la muy Antigua y muy Honorable Fraternidad de los
Francmasones", En el prefacio, Chamber declara dirigirse "a los
Hermanos de grado superior que se ocultan tras el velo". Emplea, en
consecuencia, un lenguaje hermético, que sólo pueden comprender los
"Hijos de la Ciencia y los que han sido iluminados por los sublimes
Misterios y los más profundos secretos de la Masonería".
¿Qué eran esos Misterios "los más sublimes de la Masonería"? Es posible
que se trate de uno de esos grandes herméticos y cabalistas que se
introdujeron más tarde en la Francmasonería. Pero es igualmente
posible que hayan comprendido una leyenda o incluso una
representación que habría constituido el nudo del ritual adaptado al tercer
grado.
Aunque Chamber no pronuncia el nombre de los rosacruces, su lenguaje
hermético, así como ciertas alusiones en su libro, demuestran que se
trata de unos Misterios organizados por adeptos rosacruces,
Las relaciones de la Francmasonería con la Rosacruz constituyen uno
de los problemas más oscuros y más cautivadores de la historia
masónica. Sin tratar de discutirlo a fondo, debo no obstante decir
algunas palabras sobre ello, so pena de descuidar una de las facetas
más controvertidas de la cuestión que nos ocupa. Incluso un
historiador tan poco favorable a los grados elevados como el H.·.
Gould, no vacila en escribir, después de haber resumido
imparcialmente los escasos documentos que posee:
Me parece al menos razonable suponer que en el curso de su evolución, la Francmasonería ha añadido a su simbolismo elementos que ha tomado prestados del fondo de otras sociedades y especialmente a los sectarios del hermetismo.
185
Durante la primera mitad del siglo XVII, un Maestro en Artes, de Perth,
Escocia, Henry Adamson, en un poema, Muses Threnodie, donde
canta a su ciudad natal, se proclama a la vez rosacruz y francmasón:
For we, Brethren of the Rosie Cross,
We llave the Mason 'word and Second Sight.
Entre los primeros ingleses especulativos, cuyos nombres han llegado
hasta nosotros, se hallan dos rosacruces ciertos: Sir Robert Moray,
iniciado en 1641 en New Castle, y Ellas Ashmole en 1646,72 en
Warrington. Es muy difícil, con causa, hacer la lista de los rosacruces
que se introdujeron en las Logias a comienzos del siglo XVIII. Pero
amigos y enemigos, marcaron la revolución masónica de esa época.
En una versión impresa de las viejas Constituciones, aparecida en
1724 con el título de Secret History of the Free Masons, el autor
anónimo del prefacio expone que los francmasones y los rosacruces eran
miembros de "la misma Fraternidad". Seis años más tarde, el Daily News
del 24 de septiembre de 1730, publicó la carta de un adversario de los
francmasones, reprochándoles haber copiado las ceremonias de los
rosacruces, especialmente sus signos y sus pruebas, "aunque ignoren
los principios constitutivos más elementales (the most material
Constitutions) de esta sociedad".
El libro fue tomado de: “Portal Masónico del Guajiro”, http://eruizf.com/masonico/
72 Ars Quatuor Coronat, t. r, p. 33.
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