reseÑa - diplomacia y relaciones exteriores en la edad moderna

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Jos Luis Casanova Gonzlez

Abel Daz Daz

M Carmen Lugo Solano

M Pilar Ramos Len

Luis Surez Rodrguez

INTRODUCCIN

Manuel Rivero Rodrguez, profesor titular de Universidad, rea de Historia Moderna de la Universidad Autnoma de Madrid aborda, en este volumen el nacimiento y desarrollo de la diplomacia y la poltica exterior como materia y prctica propia de la Edad Moderna, pasando desde el marco de relaciones establecido bajo el ordenamiento comn de la Cristiandad hasta la consolidacin del sistema europeo del siglo XVIII, base del actual sistema internacional.El libro, de lectura sencilla y amena, a pesar el intrincado mundo de las relaciones entre los Estados de la Edad Moderna , est dividido en una presentacin , siete captulos y un eplogo donde el autor resume sus conclusiones.Adems consta de abundantes mapas que sitan ,en un espacio fsico, las distintas reas de influencia , tanto en Europa como en Amrica , Africa y Asia , de los distintos estados europeos, a los que se une una resea con las fechas en las que se producen los distintos acontecimientos histricos y una amplia bibliografa por captulos.

En el primer captulo, bajo la denominacin La Guerra y la Paz en el marco de la Cristiandad, el autor nos describe los conceptos bsicos que es necesario conocer para entender donde se empiezan a fraguar las primeras relaciones diplomticas en la Europa del siglo XVI.Partiendo de la base de que las relaciones diplomticas son relaciones entre Estados, la primera cuestin a plantear es el significado del trmino Estado en la Edad Moderna. Este tiene una serie de caracterstica:

Sentido patrimonial.

Los Estados no tienen plena soberana pues , por encima, existen otras entidades superiores: el Imperio y el Papado.

Con frecuencia, no tienen claro un mbito territorial y coinciden varios soberanos en un mismo espacio.

No concentraban todo el poder pues se fundamentan en estamentos y corporaciones.

La relacin de jerarqua entre Estados se determina por su grado de independencia lo quese reflejaen el orden de colocacin de los embajadores en los distintos actos oficiales, por ello las normas de protocolo eran muy importantes en los siglos XVI y XVII e indicativas del grado de independencia que tena el monarca.

El siguiente concepto que se analiza es el de la guerra puesto que , segn frase de la poca, la guerra es la confirmacin de la diplomacia. En los mencionados siglos, se distinguan dos clases de guerras:

1.Con los extranjeros: la guerra contra los infieles es considerada legtima y justa pues aquellos carecan de categora para ser protegidos por el Derecho.

2.Dentro de la Cristiandad: las autnticas guerras se desarrollan entre cristianos y eran consideradas como guerras civiles entre hermanos. Tambien son consideradas, stas, como la ltima solucin despus de haber agotado la va diplomtica y haber fracasado sta . Incluso se plantea sustituirlas por un duelo entre monarcas , resolvindose las diferencias entre ellos de modo que no afecte a los sbditos , basndose en el principio de que son los derechos de los prncipes los que se enfrentan.

El captulo segundo bajo la denominacin Diplomacia y relaciones exteriores en la poca del Renacimiento, aborda el tema de las relaciones diplomticas del siglo XVI, definindolas como relaciones entre Cortes.Por este motivo, lo primero que hay que conocer es lo que se entiende por Corte. Estas son formaciones sociales en las que se crean una serie de relaciones especiales y determinados comportamientos. Al frente de las mismas, se encuentra el prncipe, habiendo numerosos tratados de la poca sobre la forma de actuar de estos prncipes ( ejemplo, El Principe de Maquiavelo) y multitud de tratados relativos a cmo deben actuar los sbditos para obtener el favor del prncipe.La diplomacia nace en la corte siendo su mxima expresin y el modelo de todo buen cortesano por lo que haba que desarrollar habilidades como la sagacidad, el disimulo, la capacidad para ocultar los intereses propios y conocer los ajenos.El autor fija el Renacimiento como el momento del nacimiento del arte de la diplomacia.

La siguiente cuestin que se plantea es lo que se entiende por embajador en el siglo XVI. En esta poca, son denominados con distintos nombres: orator, legatus, nuncios, missius, messagieroTodas estas denominaciones se pueden resumir en una sola: un enviado.Entonces, eran comisionados para hacer una negociacin concreta y , terminada, regresaban a su lugar de origen. Las legaciones estaban presididas por un alto dignatario de la corte o un miembro de la familia real pues representaban al prncipe en los diversos actos. En la Italia del siglo XV , se cre la figura del enviado permanente, llamado residente que complementaba y facilitaba la labor de los embajadores por sus conocimientos de la corte en la que residan.Los papas , adems de nuncios, gustaban de tener amigos y confidentes entre los ministros de los diferentes estados. El embajador no tena un estatuto y , durante mucho tiempo, el trmino se refiri a un enviado especial. Adems, el embajador, se rega por normas de Derecho privado como un procurador del prncipe para lo que se le otorgaban poderes ad hoc y, cuando llevaban a cabo la negociacin, presentaban los poderes y se intercambiaban los despachos otorgados por sus respectivos seores ( cosa que , de forma residual se sigue haciendo , en la actualidad, con la presentacin de credenciales por parte de los nuevos embajadores).No exista la carrera diplomtica y los embajadores ejercan una funcin ms al servicio del prncipe , pues, en la corte, no se ejercan funciones sino servicios.A mediados del siglo XVI, comienzan a aparecer tratados sobre los embajadores. Para que pudieran ejercer la negociacin con mayor eficacia, se les daba instrucciones y nombres de personas de la corte que podan influir ante el monarca a favor de la negociacin, incluso se les daban nombres de personas susceptibles de ser sobornadas, si vena el caso.En su trabajo, eran apoyados por los residentes quienes podan ser de distinta ndole: amigos del monarca, espas etc. La funcin de ambos se solapaba y solo se distinguan cuando actuaban juntos pero slo los embajadores podan cerrar tratados y firmar acuerdos por su calidad de procuradores. A los residentes en reinos donde el soberano no era dependiente, se les llamaba embajadores dependientes y , en el otro caso, ( soberanos dependientes) se les llamaba simplemente residentes y, a sus enviados extraordinarios, oratores.Los residentes tenan un estatus ambiguo y siempre levantaban sospechas en las cortes por su forma de actuar. Eran considerados como espas y , muchas veces, conspiradores ( lo eran en muchos casos).Los residentes venecianos constituan un caso especial pues deban leer una relacin de sus conocimientos de la corte donde estuvieron destinados, ante el Senado veneciano, a los quince das de su regreso con la finalidad de adiestramiento de la oligarqua y conocimiento de gobierno. Estas relaciones quedaban archivadas en la Cancillera y acabaron apareciendo formularios para redactarlas .

Tres eran los contenido esenciales en estas relaciones:Fuerza: es decir, poblacin del pas, rentas, capacidad del ejrcito y de la armada.

Razn: referido al carcter y personalidad del prncipe.

Consejo: relativo a la corte, principales ministros e instrumentos de gobierno.

El tercer captulo denominado Patrimonio y dinasta 1.453-1559, nos habla de los acontecimientos histricos y el marco de las relaciones diplomticas a partir de 1.453.Tras la toma de Constantinopla por los turcos el 29 de mayo de 1453, los papas encuentran en el enfrentamiento con los otomanos y la reconquista de los Santos Lugares una motivacin para erigirse en jefes de la comunidad cristiana teniendo a los prncipes a su servicio. Se mantiene la doctrina de la necesidad de un monarca supremo para garantizar la paz entre los estados.A continuacin, el autor hace un examen de la situacin de los distintos estados en el momento de producirse los acontecimientos histricos descritos. Italia se caracteriza por una diversidad de estado entre los que destaca , por su importancia, el estado Vaticano. Sin embargo, se mantiene la primaca imperial en la poltica europea por medio de las sucesivas ligas( ligas santas).En la Europa septentrional, los prncipes se basan en la tradicin y las leyes y las relaciones externas se guan por los intereses dinsticos aunque la legitimidad de los distintos casos , se obtiene mediante la guerra. Mientras el principio dinstico daba estabilidad poltica en los estados, llevaba el germen de la inestabilidad pues gran parte de las guerras de la Edad Moderna son guerras de sucesin , jurisdiccionales y de propiedad.En el Imperio, la sucesin se sigue manteniendo por eleccin: el voto de siete electores ( tres eclesisticos y cuatro laicos) , aunque desde la poca de Rodolfo I de Habsburgo, se convoca a los electores antes de la muerte del emperador con la finalidad de manipular sus voluntadas. Cuando se produjo el repentino fallecimiento de Maximiliano I, no dio tiempo a manipular el nombramiento del sucesor y se presentan varios candidatos entre los que Carlos I de Castilla y Francisco I de Francia eran los mejor situados. Para desbancar a Francisco , Carlos utiliza todos los recursos a su alcance: soborno, propaganda y diplomacia adems de fuerza militar , dando como resultado que la balanza se inclinara a su favor por unanimidad. La ceremonia de coronacin de Carlos V , como emperador, refleja el nuevo orden: presencia de todos los potentes italianos y fijacin de un nuevo concepto de equilibrio basado en el honor, el linaje y el patrimonio , dando carta de naturaleza al principado como unidad poltica bsica fundado en la legitimad de las casas gobernantes.Adems se crean honores para las casas asociadas al emperador como el Toisn de Oro , ttulos nobiliarios, etc que dotarn a sus linajes de estatus y legitimidad .El contar con la legitimidad dinstica lleva a Carlos a ser dueo de Europa lo que, en ese tiempo, equivala a ser dueo del mundo.

Algunos autores ( Rassow y Kart Brandi) entiende que la idea imperial ( kaiser-idee) surge como una continuacin de la tradicin del Sacro Imperio Romano Germnico como protector de la Cristiandad. Menndez Pidal basa la mencionada idea en la idea hispnica de cruzada acuada en la Reconquista . Segn Chabol, esta idea dependa de la educacin borgoona del emperador basada en el ideal caballeresco que exalta la funcin de la dinasta y el humanismo de Erasmo en cuanto a su obligacin como prncipe cristiano.Una de las obligaciones inherentes al cargo de emperador era la defensa de la F, velando por la seguridad de la Cristiandad pero, sobre todo, lo que ms le import al emperador, era el mantenimiento de la concordia entre los prncipes cristianos por lo que se convoca un concilio. Sin embargo para llevar a cabo estas ideas se enfrenta con los soberanos europeos que se consideran emperadores en sus propios reinos por lo que se le achaca a Carlos una actitud medievalista frente a la modernidad de Francisco I de Francia quien no acudi a la convocatoria de Carlos. Carlos realiza tambien una llamada a la cruzada , no tanto por razones confesionales sin , mas bien, por razones pragmticas debido a que los turcos haban extendido su imperio hacia el Magreb y amenazaban Italia y la Pennsula Ibrica. Por este motivo , inicia una campaa en el norte de Africa , no con la idea de conquistar territorios para la Cristiandad, son con la finalidad de mantener a los aliados musulmanes. Por otra parte, no solo el sur de Europa estaba amenazado sino tambien, Alemania al haberse tomado por los turcos Belgrado , Hungra , acercndose a las mismsimas puertas de Viena. Por ello, la defensa del patrimonio y la seguridad de los sbditos y vasallos fue decisiva para movilizarse contra los otomanos. En 1540 , la tendencia dominante en las relaciones exteriores es el incremento del patrimonialismo como norma primordial. De las relaciones exteriores. Era la poca de la Reforma y la subsiguiente crisis religiosa y la del Concilio de Trento. Pronto Carlos V ve la necesidad de controlar la Pennsula italiana con la finalidad de que Roma quede bajo la hegemona del imperio. Esto se poda hacer de dos formas:

Una hegemona indirecta: mediante el simple patronazgo de las casas italianas.Una hegemona directa: incorporando los distintos estados italianos nuevamente al imperio , dada la fragilidad de aquellos y las constantes luchas internas . Poco a poco y de forma selectiva ( solo se escogieron los ms vitales) se fueron incorporando Miln, Parma, Gnova, Siena y la forma en que se hizo , dado el sentido patrimonial del Estado en esa poca, fue, no una restitucin del poder jurisdiccional del Imperio sino una incorporacin al mismsimo

patrimonio de los Habsburgo , es decir los distintos territorios se convierten en propiedad del emperador y su casa.

Pronto hubo reacciones que se manifiestan en la guerra de Parma y de Siena, acudiendo los franceses en su ayuda , permaneciendo casas tradicionalmente aliadas del emperador ,como la de los Mdici y los Doria , al margen de la contienda. Esto ocurra en un momento en que se plantea la sucesin de Carlos debido a su mala salud y demencia. En el acuerdo de Augsburgo (1551), se decide entregar ,a su hijo Felipe, la monarqua hispnica y el imperio y sus dominios patrimoniales a su to Fernando ( rey de romanos), hasta que falleciera ste , en cuyo caso, todo se concentrara en la persona de Felipe. Este, al ver que su to no tena ninguna intencin de traspasarle el dominio feudal sobre Italia y con la finalidad de mantener la paz italiana, procede a la hispanizacin del territorio. A ello, se unen los deseos de Francia de ocupar un espacio en Italia lo que lleva a cabo pactando con los prncipes alemanes y una fulgurante campaa militar. La situacin se resuelve a favor de Felipe quien ayuda a los prncipes italianos que acaban apoyando la cusa de aquel.

En 1554, Felipe fue investido con el ttulo de rey de N`poles y duque de Milan y el ao de la abdicacin de Carlos V la divisin estaba perfectamente hecha: Felipe cede a su to y sobrino Alemania y los bienes patrimoniales de los Habsburgo , quedndose con Borgoa e Italia pero escribe a su to comunicndole que cede la corona imperial a su primo Maximiliano. La sucesin del imperio provoca la guerra con Francia y la Santa Sede ocupada, entonces, por un papa (Paulo IV) enemigo de los Habsburgo , quien cede, en secreto, el reino de Npoles al rey de Francia y procede directamente contra las casas italianas aliadas del Imperio , colocando a Felipe en el dilema de socorrer a sus aliados o entenderse con la Santa Sede abandonado a aquellos. Sin embargo, el papa, cercado en Roma , no puede recibir la ayuda del rey francs y tiene que ceder a una tregua mientras las tropas de Manuel Filiberto de Saboya penetran en Francia venciendo a las francesas en S. Quintn y dejando la va libre a Pars. Entre tanto, el duque de Alba cerca Roma y el papa , abandonado por su aliado francs ocupado en recuperar su tierra, firma un tratado con Felipe II con el que queda asegurada Italia bajo la hegemona hispana mientras el frente de guerra se mantiene en los Paises Bajos y el Canal de la Mancha.

El captulo cuarto, bajo la denominacin Crisis religiosa y orden poltico europeo. 1559-1610 , nos introduce en el contexto religioso y poltico de finales del siglo XVI y principios del siglo XVII.Con el triunfo de la Reforma en algunos pases, la situacin poltica internacional haba cambiado. Las luchas religiosas haban dejado de ser internas y amenazaban con un conflicto internacional por causas religiosas . Ya no se trataba de un enfrentamiento poltico sino de un enfrentamiento para defender a los correligionarios.Aunque el tratado de Cateau-Cambresis haba terminado con las hostilidades Valois-Habsburgo, la situacin de conflicto se mantena latente y en cualquier momento , poda estallar de nuevo. En Italia, se mantiene la hegemona hispana que se intenta fortalecer con ligas de distintas ciudades como Genova, Florencia, Saboya y el Vaticano e incluso Venecia. Pero se produce en ese momento, la muerte de Enrique II de Francia y sta se sume en un periodo de inestabilidad poltica que preocupa profundamente a Felipe II ya que supone que, al terminar aquella, Francia intentar , de nuevo, imponerse en Italia.

La prctica poltica interna de ese momento , se rega por el confesionalismo que an no haba traspasado al mbito de las relaciones exteriores. En muchos reinos, este confesionalismo esconda otros argumentos. Esto ocurri cuando Isabel de Inglaterra interviene en las guerras de Francia , supuestamente, para apoyar a sus correligionarios hugonotes, cuando, en realidad, pretenda hostigar a la casa de Valois y aislar a la reina de Escocia. Por eso, Felipe II no interviene.Poco a poco la concepcin de la poltica internacional va cambiando y hacia 1570 se observa un cambio radical en los prncipes: la unin entre lealtad y ortodoxia religiosa. El motor de las relaciones internacionales ya no es el interes dinstico sino que el inters religioso se convierte en una parte del inters poltico. A ello contribuye la poltica de la Santa Sede que favorece una liga de prncipes catlicos frente a los protestantes para lo que cuenta con la Compaa de Jess.Aunque Felipe II no interviene todava en esa poltica confesional ( defendiendo en muchas ocasiones a la reina de Inglaterra) , a su alrededor se encuentra gran cantidad de gente ligada a las ideas de la Santa Sede y a la Compaa de Jess que presionaban a favor de que el emperador adoptara una poltica confesional.

Destaca el hecho de que, mientras a los prncipes protestantes les fue fcil utilizar la religin en la poltica, a los prncipes catlicos , la relacin con la Santa Sede les impeda someter sta al poder secular ya que la Iglesia proporcionaba unos modos de control en forma de tribunales que velaban por la ortodoxia ( Inquisisicin) o el disfrute de rentas eclesisticas, privilegios etc. Por otra parte, el papa Pio V se `propone restaurar el antiguo imperio cristiano bajo la direccin papal, pero la corte hispana no mostraba ningn entusiasmo en la empresa . Sin embargo, la Santa Sede gozaba de gran capacidad de persuasin y la monarqua hispan acab participando en la liga que se forma a cambio de obtener el mando hispano de la misma y de las operaciones al norte de Africa. La formacin de la liga despert los recelos de Francia que vea, en la misma , un pretexto para someter el reino a la influencia romana y , no digamos, los recelos de Inglaterra cuyos nobles haban quedado exentos de la obediencia a la reina quien haba sido excomulgada.La idea confesional se fue extendiendo por Europa y el hecho de que el papa llevara a cabo una extensa propaganda diplomtica para enfrentar a los prncipes catlicos contra Inglaterra fue el primer paso dado para llevar a cabo un enfrentamiento contra el Protestantismo.

Entre 1568 y 1570, adems del elemento confesional, se existe un elemento importante: las alianzas tradicionales se rompen pero los distintos pases mantienen unas relaciones ambiguas de amistad/enemistad lo que lleva a una serie de soluciones contradictorias a lo largo de 1570. Se trata de que, bajo una apariencia de buenas relaciones internacionales, en realidad, lo que subyace es el provecho del propio prncipe, lo que Mattingly llama poltica de mala voluntad.Esta poltica se manifiesta en las relaciones de Felipe II con Inglaterra y con Carlos IX de Francia y lo mismo hace Inglaterra con aquellos dos. Este juego de ambigedad era llevado a cabo tanto por Francia, como por Inglaterra , como por Felipe II. Este tlimo no quera enemistarse con Inglaterra por lo que mantena un doble juego de apoyo a la Santa Sede pero, al mismo tiempo, no demasiado fuerte para no enfrentarse con aquella. Inglaterra, por su parte , intenta reconciliarse con Felipe II y en 1572 realiza maniobras de acercamiento a la corte espaola mediante la falta de apoyo a los rebeldes holandeses que atracan en las costas inglesas para avituallarse , rechazando adems el dominio de los Pases Bajos que aquellos le haban ofrecido. Por otra parte, tambien era caracterstica la ambigedad de la casa de Valois siguiendo una calculada poltica desestabilizadora de sus vecinos . En esta lnea , la reina Isabel I mantiene una poltica de despiste realizando acercamientos y alejamientos a ambos monarcas en su propia conveniencia. En general, la poltica internacional era inestable y se producan continuamente cambios de alianzas por parte de los distintos prncipes y potentados. Gregorio XIII , sucesor de Po V, disuelve la Liga aprovechando la salida de Venecia pero, mediante una intensa presin, consigue que D. Juan de Austria se haga fuerte en Tnez con la finalidad de crear un reino cristiano controlado por el pontfice. Enterado Felipe II, destituye a d. Juan y le llama a la corte bajo pretexto de otro puesto superior. Al ser desenmascarado, el papa dirige su poltica al interior de Italia pero esta nueva poltica de intervencionismo papal disgusta al emperador que acaba mandando tropas a Gnova con la finalidad de terminar con el conflicto , all, comenzado . En definitiva, lo que le importaba al monarca era la seguridad de sus territorios.

Mientras, Gregorio XIII mantiene una poltica basada en tres principios ( dado que no consegua imponer su primaca):

1)Afirmacin del poder espiritual.

2)Papel arbitral del pontfice entre los prncipes catlicos.

3)Sentido moral de la poltica.

Entre 1580 y 1583 , los Pases Bajos y todo el entramado que se haba tejido alrededor de los mismos para hacerse con su poder por Francia e Inglaterra, era el principal problema por el que pasaba Felipe II. Por ello se vi en la necesidad de poner en marcha la potente maquinaria militar hispana contra los enemigos de la monarqua, accin con la que estaba de acuerdo un amplio sector de la nobleza espaola. En un ltimo intento de resolver el problema por va diplomtica, Isabel I mand en secreto un embajador a la corte espaola con idea de conseguir el apoyo de Felipe II contra la reina escocesa a cambio del apoyo contra Francia.Por ello, la balanza de la guerra se inclin contra Francia pero, precisamente en este momento se produjo la muerte del duque de Anjou quedando vacante la sucesin al trono de Francia, teniendo aspiraciones Felipe II a dicho trono. Como saba que la empresa era difcil quiso asegurarse el apoyo del pontfice y de los estados italianos, sin embargo se encontr de frente con Gregorio XIII receloso de que Francia cayera en manos de los hugonotes y se perdiera el pas que supona la base del equilibrio internacional. Por ello, triunf la idea de otro sector de la corte hispana favorable a mantener la paz y utilizar el sistema de clientelas que tenia el emperador en Francia forzando que el rey Enrique III se pusiera al frente de la liga Catlica y practicara una poltica de acercamiento a Felipe II. Y se declarase como ley fundamental, que el sucesor a la corona fuera catlico.Una vez neutralizada Francia, la nica potencia hostil era Inglaterra.Por ello, los actos hostiles se intensificaron , actos como una conspiracin contra la reina regentada por el embajador espaol en Londres, don Bernardino de Mendoza, el embargo de buques y mercancas inglesas y la preparacin de una gran armada contra Inglaterra que , como contrapartida , mand una expedicin al mando de Drake a las Indias Occidentales en 1585 y 1586. Este junto con otros acontecimientos como la ejecucin de la reina de Escocia , la proteccin de los rebeldes holandeses , las pirateras de Drake fueron el detonante definitivo para que se mandara la armada InvencibleLa formacin de la Invencible estuvo rodeada de un amplio esfuerzos diplomticos. Por una parte , se utiliz a los diplomticos para enviar mensajes cifrados a la reina de Inglaterra con finalidad disuasoria del mantenimiento de su poltica a fin de que se aviniera a una negociacin antes de ser invadida y, por otra, se escondi la autentica motivacin de armada tan poderosa: la conquista de Inglaterra.Francia , pronto se vio amenzada por esta accin debido a que si Inglaterra era conquistada quedara atrapada entre reinos hispnicos, pues otra de las intenciones era resolver la situacin de los Pases Bajos.Pero el desastre de la Invencible dio al traste con dichos propsitos y cambi el tablero internacional. Inglaterra se convierte ahora en el principal aliado de Francia .

La Santa Sede tambien se vi afectada poderosamente por este cambio y tuvo que apoyar decididamente a Felipe II como nico defensor del catolicismo. Sin embargo Felipe II era consciente de que su hegemona dependa de Roma por lo que se intensific la actividad diplomtica ante la Santa Sede.Al producirse el fallecimiento del Papa tuvieron que intervenir , hasta tres veces , en los diferentes conclaves con la finalidad de que fuera nombrara un continuador de la poltica anterior. Al final, fue nombrado el llamado Clemente VIII quien se vuelve a mostrar favorable a un equilibiro entre Francia y Espaa con la finalidad de mantener la independencia de Roma , por ello apoya la candidatura al trono frances del rey de Navarra y le absuelve de su excomunin. El final del reinado de Felipe II se caracteriz por una intenssima actividad diplomtica as como militar contra Francia e Inglaterra( la toma de Calais en 1596, la victoria sobre Hawkins y Drake en Panam, la toma de Amiens) lo que provoca la unin de Francia , Inglaterra y Holanda contra el enemigo hispano.Esta guerra declarada contra un rey catlico reaviva la guerra civil en el interior de Francia pues los catlicos no estaban dispuestos a colaborar con los protestantes. Esto forz a Enrique IV a firmar la paz con la mediacin del Papa para lo que ste despleg una intensa actividad diplomtica con el fin de convencer a ambos reyes evitando as el enfrentamiento entre catlicos.Los continuos fracasos hicieron madurar, hacia 1592 , un cambio de poltica respecto a los Paises Bajos y el norte de Europa. Felipe II , cambia su lnea de enfrentamiento para recuperar su patrimonio sustituyndola por una poltica dinstica mediante el matrimonio de su hija Isabel Clara Eugenia con el archiduque de Austria entregando a aquella, como dote, los Paises Bajos y los condados de Borgoa y Charolais , con lo que se asegura , no solo la transicin pacfica de los diferentes reinados sino preparar el camino para la unificacin de las cos casas de Habsburgo.Con ello, el objetivo de la diplomacia hispnica cambia de campo de accin desplazndose hacia los pasos alpinos y el Adritico.

El quinto captulo La salida de la crisis confesional, 1610-1660. La razn de Estado es un concepto que pasa de los intelectuales polticos al lenguaje de los diplomticos hacia 1598. Esta concepcin abarca la conservacin de los derechos patrimoniales y el mantenimiento de la reputacin.

El primero de los componentes es una idea que viene del Renacimiento y estaba considerada como la principal obligacin de un gobernante -hasta la introduccin del segundo elemento-. Adems, esta era la gua en las relaciones entre potencias a comienzos del siglo XVI. El segundo, que se aade a finales de dicho siglo, sera la tica y la forma de gobernar del soberano, que son los dos factores en los que sus sbditos y los dems gobernantes se basan para determinar su relacin con l, y que han de ser mantenidos por ste para no afrentar a los otros soberanos.

Por otra parte, el confesionalismo, fenmeno que deriva de la profundizacin de las diferencias entre las confecciones cristianas, introdujo una nueva expresin, el disimulo, que haca referencia a la tendencia de los soberanos a justificar sus acciones a travs de la religin, ya que a causa de la moralizacin de la poltica estaban obligados a defender pblicamente su confesin. Con todo, los gobernantes consiguieron adaptar la religin a sus intereses, lo que hizo que pudieran actuar segn su conveniencia.

En el paso hacia el siglo XVII se sigue tratando la teora de la razn de Estado, que es de debate durante buena parte de esa centuria. Paralelamente, se desarrollan considerablemente los aparatos de inteligencia y diplomacia, los cuales se profesionalizan y tienen la misma demanda que en el siglo anterior al ser piezas importantes para el conocimiento que los gobernantes necesitaban para cumplir con sus objetivos.

La diplomacia tambin es un tema importante entre los intelectuales de este siglo, que escribieron notables libros sobre el tema, entre los que destaca El embaxador del Conde de la Roca, y el motivo de la bsqueda de un marco universal de comportamiento, que tena en el contrato su mejor baza.

En la Europa de 1610 se presenta por primera vez en muchos aos un panorama pacifico. Sin embargo, esto slo era una apariencia, ya que seguan mantenindose hostilidades entre los distintos Estados, que atentaban contra los dems an habiendo firmado un pacto de Paz. Los tiempos sin guerra eran utilizados para fortalecerse militarmente y planear una ofensiva blica. Francia, con su labor diplomtica, hizo de rbitro en este ambiente, si bien ella tambin estaba metida en l a causa de la amenaza de monarchia universalis que supona Espaa para el resto de Europa, la cual no se hizo real a ser imposible en esos momentos que Felipe III ocupase el trono austriaco, ya que no tena el apoyo de los Habsburgo ni, obviamente, de los dems gobernates.

En el primer cuarto del siglo XVII uno de las principales causas de conflicto, y que tambin fue objeto de debate entre los eruditos, es la expansin territorial. Entre stos destacaran el conflicto anglo-holands sobre los dominios martimos y la libertad de comercio, que trat de zanjarse sin mucho xito, y la lucha por el comercio del mar Bltico entre Dinamarca, Suecia, Polonia y Rusia, en las que perdieron todas las partes debido a los conflictos dinsticos y/o polticos que tena cada una. En la primera mitad del siglo XVII se produce la Guerra de los Treinta Aos, que estaba formada por los diversos litigios que tuvieron lugar en esa poca y que tenan como denominador comn los intereses polticos. Otras causas de estos enfrentamientos eran los problemas dinsticos (reyes franceses casa de los Habsburgo, reyes polacos reyes suecos), las cuestiones polticas sin solucionar (Pases Bajos - monarqua espaola, Bohemia casa de los Habsburgo) y la idea de que la expansin territorial solventara los problemas internos (Dinamarca, Francia, Suecia, Espaa). Las consecuencias de estos conflictos fueron la finalizacin de los problemas que venan del siglo pasado, la afirmacin de la superioridad de Francia con respecto a Espaa, la normalizacin de los Pases Bajos como miembro de la comunidad poltica, la restauracin de equilibrio de Italia y del mar Bltico, que se liber de la hegemona sueca y la firma de una serie de acuerdos de paz entre 1647 y 1661, siendo una de los ms importantes la Paz de Westfalia (1648), en la que no slo firmaron los Estados beligerantes, sino tambin los Estados europeos que no estaban en situacin de guerra para asegurar, al menos tericamente, la continuidad de la paz.

El captulo sexto, la lucha por el poder y la supervivencia, 1660-1714. Se habla del cambio hacia la razn en cuanto a las relaciones entre las potencias, cuyo mximo defensor fue Samuel Von Pufendorf (en 1672). Esto implicaba que prncipes y estados deban hacer sus tratos como si Dios no existiese.

Los tratados constituan por s mismos una fuente de derecho o ley suprema.Confn y frontera.

Se habla aqu de que el sistema que antao vinculaba jurisdiccin con territorio, empieza a cuartearse en el siglo XVII, relacionado con el paso de Europa a un sistema plural. Los lmites de los estados en esta poca no estaban bien definidos no era posible dibujar sobre el terreno lnea de separacin, y a veces se establecieron barreras por medio de fortificaciones en las fronteras, era mas bien un inters por evitar posibles agresiones. Por otro lado, la concepcin de frontera interior dentro de Europa no exista, porque persista la percepcin de Europa como unidad jurisdiccional ideal.En esta poca los monarcas acentuaron su derecho de posesin y libre disposicin del territorio. En la segunda mitad del siglo XVII, pedir consentimiento a una provincia para su sesin, era algo inusual: los soberanos estaban en posesin de los estados por constituir ellos mismos el Estado.

Razn e inters de los estados: guerra y comercio.

Se comenta en este epgrafe cmo la economa pas a primer plano en los intereses del Estado: la conviccin de que el comercio era garanta de poder se convirti en un axioma poltico indiscutible.Se trata tambin del mercantilismo y de la nocin, en los soberanos, de la riqueza como elemento fijo. Por ello la actividad econmica se comprenda como una faceta ms de las elaciones exteriores, como un paralelo de la guerra y la diplomacia. La idea de mercantilismo queda patente cuando el autor comenta que mantener un volumen de exportaciones ms abundante que el de importaciones, constitua la clave del xito por el cual se activaba el circuito del incremento de riqueza como incremento de fuerza. Para esto, la actividad del aparato militar y diplomtico era el medio ms importante.

Un ejemplo que pone el autor de las consecuencias de este mercantilismo es las guerras anglo-olandesas, que fueron la continuacin de la economa por otros medios.Por tanto la economa era uno de los medios que se sumaba a la guerra y la diplomacia en las relaciones exteriores. Como asegura el autor, a partir de 1667, las clusulas comerciales sern parte integrante de los tratados de paz.

La hegemona francesa.

Como se deca antes, en lo referido al uso de la razn en la poltica exterior, la monarqua francesa, en la primera mitad del siglo XVII, es un ejemplo. Esto se debe a la inestable paz religiosa, que hice prevalecer el realismo y el inters.El prestigio de una monarqua se media en gran media por su gloria militar. Serva para mostrar a los sbditos la propia fuerza y atemorizar a las potencias rivales. Por ello, la Paz de Aquisgrn fue una humillacin para Luis XIV.Los diplomticos del soberano francs lucharn por mostrar, en diferentes situaciones, la superioridad de Luis XVI.

La Santa Sede y Europa.

Despus de 1660, la Santa Cede haba perdido prestigio en contraste con hegemona francesa. Esta prdida de prestigio intent remediarse con diferentes mediadas. Una oportunidad fue brindada por la amenaza de los turcos a Viena. Otra oportunidad fue buscada en la constitucin de la Liga de Augsburgo contra Francia. La oposicin Santa Cede- Francia era ms una oposicin poltica que disciplinar. La diplomacia papal sali triunfante, pero estos xitos no fueron suficiente para recobrar el prestigio.Otro problema que se avecin fue la sucesin espaola, en donde la diplomacia papal no supo estar a la altura de las circunstancias. Prcticamente se qued al margen.

La guerra de Sucesin Espaola y sus consecuencias.

La actividad diplomtica de los bandos, en el tema de la Guerra de Sucesin espaola, estuvo marcada por los vaivenes en cuestin de primaca diplomtica. Ms adelante, en los tratados de Utrecht y Rastatt, la monarqua fue desmantelada y repartida. En estos tratados se ve patente el principio de equilibrio que se quera conseguir, como se ve en el reparto. Adems se impidi cualquier posibilidad futura de las coronas de Francia y Espaa. As se consigui aislar a Francia, gracias a los diplomticos britnicos. El axioma de que todo poder debe ser contrarrestado con otro poder igual fue postulado por vez primera en la Italia quattrocentesca.

El Sptimo captulo. El siglo de la revolucin diplomtica, 1714-1794. Durante el siglo XVIII se producir una transformacin en los elementos clave de la diplomacia europea. En este captulo se aborda este momento desde una visin diversificada, por un parte, el proceso de desarrollo intelectual del modo de entender las relaciones internacionales, quiz el mbito donde tuvo mayor xito la revolucin, en una segunda parte se analiza el desarrollo poltico de la diplomacia.

Como elementos singulares a tener en cuenta del desarrollo intelectual de la diplomacia destaca que poco a poco se va convirtiendo en un oficio, aunque tal vez para el siglo XVIII aun no se halla consolidado esta posibilidad, pues contina entendindose como una delegacin del poder regio. Acaparada en muchos casos como otro de los servicios al monarca, como medio de prestigio, pero adems como un servicio de segunda fila. El elemento a mi juicio ms singular es el intento de desarrollar las escuelas de diplomticos, sobre todo desde Francia, comprendiendo que se trata de una disciplina para la que hace falta estar cualificado. Acompaa a esto, el desarrollo de tratados polticos que cimientan la actividad diplomtica, en los que se desarrolla entre otras cuestiones la inmunidad diplomtica, el respeto de la correspondencia diplomtica o la inviolabilidad de las sedes diplomticas. De todos modos este mbito terico utpico no ser claramente respetado en todas sus formas para esta poca, estar muy claramente vinculado a las necesidades polticas, ms que para formar cuerpos especializados. Es tambin bastante curioso, como a la vez que estas formas se asientan, se refuerzan otras actividades como el espionaje, este no regulado por este cdigo.

En el segundo apartado de este anlisis se nos demuestra como en realidad el aspecto terico tan brillantemente desarrollado a mi juicio, es ms bien un elemento superfluo en lo que se refiere a las relaciones exteriores. Nace vinculada a las pretensiones de los monarcas, que vern en este siglo un cambio de papeles entre las potencias principales de Europa, lo que significara tambin un cambio en la forma de entender la diplomacia. Pasar de Francia, pas donde se desarrollarn en gran medida las ideas tericas, al momento en que Inglaterra se convierte en la potencia fuerte de Europa, y donde el modelo de la diplomacia nunca fue un factor importante. Se reniega de la idea de un balance of power, es decir medir el poder entre las diferentes naciones a la hora de establecer un modelo diplomtico adecuado.Un factor singular, que en el siglo XVIII toma un poder muy importante y se convierte en el motor de las relaciones internacionales es la guerra. Son los conflictos armados los que determinan el poder en Europa, aqu es donde la diplomacia se ve incapacitada para actuar, la guerra se convierte en el medio de accin, y aun en el siglo XVIII, la necesidad de justificar las acciones a marco internacional es un elemento que pasa a segundo plano, frente a los hombres armados. Es muy innovador que en este contexto surgiera un elemento que hoy se convertir en clave, y es el de la neutralidad, aunque no se har claramente patente, pues en el XVIII, en caso de guerra aun haba que elegir bando. Donde ms claramente se observa la actividad diplomtica es en la paz, es en este medio donde las naciones necesitan que los diplomticos establezcan las condiciones de las paz, los tratados de amistad entre naciones, alianzas que todava no tienen gran duracin poltica, pero que sientan bases que se van consolidando.Respecto de los recursos didcticos de este captulo, hay que sealar que en su primera parte, el contexto general, al igual que las ideas expresadas son captadas de un forma bastante clarificante. Respecto de la segunda parte, tratando de ejemplificar los aspectos ms tericos se cae demasiado en un mbito de enumerar los acontecimientos de forma demasiado densa, llegado a ser incluso un modelo positivista. Mi sospecha es que el autor con esto trata simplemente de exponer los acontecimientos sin entrar a juzgarlos, dejando la posibilidad al lector de extraer un conclusin propia.

CONCLUSIN

El anlisis colectivo del grupo que seleccionamos se nos ha revelado los conceptos desarrollo de la diplomacia y la poltica exterior, lo que nos est indicando sobre las relaciones entre Estados y sociedad muy similares pero a la vez tan desiguales como puede ser la jerarqua entre Estados se determina por el orden de colocacin de las personas en los distintos actos oficiales. O algo ms importante como es el significado de la Guerra como mbito de la diplomacia.

Durante el renacimiento, las ciudades italianas se convirtieron en estados territoriales que buscaban expandirse a costa de otros. La unificacin territorial tuvo lugar tambin en Espaa, Francia e Inglaterra, lo que condujo a la formacin del Estado nacional moderno. Este proceso cont con la ayuda de la moderna diplomacia, configurada, al tiempo que las nuevas tcticas militares.Un elemento notorio que se revel en relacin a esta problemtica, es, sin duda, los conflictos entre los distintos Estados europeos y as las firmas de unas series de acuerdos de paz.

Un ejemplo de la poco como Pufendorf deslig la teora jurdica del dogma teolgico y deriv de la naturaleza del ser humano un derecho vinculante para todas las personas a partir del cual pueden hallarse, mediante las leyes de la razn, las reglas de la convivencia social. Se podan extraer los derechos y deberes de los individuos y los del gobernante, quien como representante de Dios en la Tierra deba mantener la paz y la justicia.