huauchinango. el rumor del tiempo

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Huauchinango el rumor del tiempo Libertad Mora Coordinadora Gobierno Municipal de Huauchinango

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Page 1: Huauchinango. El rumor del tiempo

Huauchinango el rumor del tiempo

L i b e r t a d M o r aC o o r d i n a d o r a

G o b i e r n o M u n i c i p a l d e H u a u c h i n a n g o

Page 2: Huauchinango. El rumor del tiempo

Primera edición, 2011

Para la publicación de este libro, se contó con el apoyo de la presidencia municipal de Huauchinango, periodo 2011-2014, a cargo del licenciado Omar Martínez Amador.

Coordinación generalOciel Mora

Coordinación editorialLibertad Mora

Revisión de textosAlejandro BadilloOscar Ramos

Diseño editorialGermán MontalvoCésar Susano

Asistencia Angel Carrasco

Las imágenes fotográficas en blanco y negro fueron proporcionadas por la señora Ernestina Olivares Cuevas y Daniel Olivares, hija y nieto de don Fausto Olivares Cordero, el ilustre fotógrafo de Huachinango hacia mediados del siglo pasado. La imagen de la Gran Vía la ofreció El Bigotes, uno de los actuales propietarios de la legendaria cantina. A ellos, gracias. En ambos casos, las gestiones fueron realizadas por el ingeniero Jesús Rodríguez Dávalos.

ISBN:

© 2011Perspectivas Interdisciplinarias en Red, A.C.Prolongación 12 Oriente 4610, Colonia La ProvidenciaPuebla, Pue. C. P. [email protected]

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio, sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

Impreso en México

Page 3: Huauchinango. El rumor del tiempo

El poema de Tlaltecatzin

Nota fúnebre

Presentación

Ayuntamiento Municipal de Huauchinango 2011-2014

OM A R MA R T Í N E Z AM A D O R

Introducción

LI B E R T A D MO R A

I. LA PROFANACIÓN DEL MITO

Huauchinango prehispánico y colonial.

Relatos de arqueólogos, cronistas e historiadores

CA R L O S HE I R A S

Rafael Cravioto pasado a cuchillo

OC I E L MO R A

Huauchinango: los Cravioto

y el liberalismo serrano

GU Y TH O M S O N

Conviviendo con el caciquismo

KE I T H BR E W S T E R

Reparto agrario posrevolucionario

en el municipio de Huauchinango

OS C A R RA M O S

Índice

10

13

15

17

23

25

95

111

119

131

Page 4: Huauchinango. El rumor del tiempo

Cultura e identidad mestiza

de la Sierra Norte de Puebla CA R L O S BR A V O

Necaxa, un pueblo de empresa JA V I E R RO M E R O

II. TENTACIONES DE LA MODERNIDAD

Sistemas agrícolas y recursos vegetales

en el municipio de Huachinango

VI R G I N I A EV A N G E L I S T A ,

MY R N A ME N D O Z A

Y FR A N C I S C O BA S U R T O

Incorporación, artefactos e interfase:

el dispositivo chamánico nahua

IV Á N PÉ R E Z Indumentaria indígena contemporánea

de la Sierra Norte de Puebla

RO B E R T FR E U N D

La Leyenda de los pueblos

MA R I E NO Ë L L E CH A M O U X

Huauchinango: vida y

resignificaciones del pasado

LI B E R T A D MO R A

Entre la ley y la costumbre. Justicia

comunitaria y dinámicas legales en comunidades

nahuas de Huauchinango

MA R Í A TE R E S A S I E R R A

155

179

201

203

223

239

255

275

299

Page 5: Huauchinango. El rumor del tiempo

La disputa soterrada entre modernidad y tradición

OC I E L MO R A

Conexiones digitales en una ciudad

de la Sierra Norte de Puebla

OS C A R RA M O S

APÉNDICE

Toponimia de las comunidades del municipio

de Huauchinango en boca de un hablante de

la lengua local

LU C I A N O HE R N Á N D E Z

Autores

Autoridades municipales Huauchinango 2011-2014

323

341

361

363

368

373

Page 6: Huauchinango. El rumor del tiempo

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Tlaltecatzin icuic

Zan ye ihuan noncuica

yehyan, noteuh.

In tonaya,

tlatoayan,

yie xochincacahuatl in pozontimani,

a xochioctli.

Nocoya ye,

noyol quimati,

quihuinti ye noyol,

noyol quimati:

¡Zan ca tlauhquechol!,

celiya, pozontimani,

mocquipacxochiuh.

¡Tinaan!

Huelicacihuatl,

cacahuaizquixochitl,

zan tonnetlahehuilo,

ticahualoz,

tiyaz,

ximaaz.

Can tiyehcoc ye nican,

imixpan o teteuctin,

timahuiztlachihualla,

monequetza.

Moxiuhcozquetzalpetlapan,

tonihcaca.

Cacahuaizquixochitl,

zan tonnetlanehuilo,

ticahualoz,

tiyaaz,

ximoaz.

Ah zan xochicacahuatl

in puzontimani,

yexochitl in tlamaco.

Intla noyol quimati,

quihuintia ye noyolia.

Aya yece ye nican,

tlalla icpac,

antetecuita, nopilhuan,

a noyol quimati,

quihuintia ye noyol.

Ah zan ninetlamata,

niquitohua:

Maca niya

ompa ximohuayan.

Tlazotli noyol.

In nehua, nehua,

zan nicuicanitl,

teocuitlayo noxochihuacayo.

Inniquiyacahua,

zan niquitta nochan,

xochimamani.

¿Mach huey chalchihuitl,

quetzalli patlahuac

mach nopatiuh?

In zan ninoquixtiz,

quenmanian,

ca zan niyaz,

nipoliuhtiuh.

Ninocahua,

¡ah notecu!

Ah niquitohua: ma niyauh,

ma ninoquimilolo,

ni cuicanitli,

ma ihui.

¿Ma aca ca cizquia noyol ac?

Zan yuh niyaz,

xochihuiconticac ye noyolio.

Ye quetzal nenelihui,

chalchiutli in tlazoli

yectla mochiuhtoca.

¡Acan machotica

tlalticpac!

Zan ihui ya azo,

ihuan in ihuiyan.

Page 7: Huauchinango. El rumor del tiempo

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En la soledad yo canto

a aquel que es mi Dios.

En el lugar de la luz y el calor,

en el lugar del mando,

el florido cacao está espumoso,

la bebida que con flores embriaga.

Yo tengo anhelo,

lo saborea mi corazón,

se embriaga mi corazón,

en verdad mi corazón lo sabe:

¡Ave roja de cuello de hule!,

fresca y ardorosa,

luces tu guirnalda de flores.

¡Oh madre!

Dulce, sabrosa mujer,

preciosa flor de maíz tostado,

sólo te prestas,

serás abandonada,

tendrás que irte,

quedarás descarnada.

Aquí tú has venido,

frente a los príncipes,

tú, maravillosa criatura,

invitas al placer.

Sobre la estera de plumas amarillas y azules,

aquí estás erguida.

Preciosa flor de maíz tostado,

sólo te prestas,

serás abandonada,

tendrás que irte,

quedarás descarnada.

El floreciente cacao

ya tiene espuma,

se repartió la flor del tabaco.

Si mi corazón lo gustara,

mi vida se embriagaría.

El poema de Tlaltecatzin, señor de Cuauchinanco, siglo XIV

Cada uno está aquí,

Sobre la tierra,

vosotros señores, mis príncipes,

si mi corazón lo gustara,

se embriagaría.

Yo sólo me aflijo,

digo:

Que no vaya yo

al lugar de los descarnados.

Mi vida es cosa preciosa.

Yo sólo soy,

yo soy un cantor,

de oro son las flores que tengo.

Ya tengo que abandonarla,

sólo contemplo mi casa,

en hilera se quedan las flores.

¿Tal vez grandes jades,

extendidos plumajes

son acaso mi precio?

Solo tendré que marcharme,

alguna vez será,

yo solo me voy,

iré a perderme.

A mí mismo me abandono,

¡ah mi Dios!

Digo: váyame yo,

como los muertos sea envuelto,

yo cantor,

sea así.

¿Podría alguien acaso adueñarse de mi corazón?

Yo solo habré de irme,

con flores cubierto mi corazón.

Se destruirán los plumajes de quetzal,

los jades preciosos

que fueron labrados con arte.

¡En ninguna parte está su modelo

sobre la tierra!

Que sea así,

y que sea sin violencia.

Transcripción y traducción tomadas de Miguel León-Portilla, Quince poetas del mundo náhuatl, Diana,

México, 2009 [1994], pp. 76-81.

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Aquí descansan los restos de los siguientes personajes: General Rafael Cravioto, coronel

Simón Cravioto y el coronel Juan Galindo, quienes participaron en las Guerras de Reforma

y contra la intervención francesa.

Sr. Sandalio Mejía Castelán, profesor Tomás Martínez Barragán, Sr. Ricardo Vaquier Var-

gas, Sr. Manuel García Garrido que rescataron y registraron la Historia de Huauchinango y el

Señor Fausto Olivares Cordero, cronista gráfico de Huauchinango.1

1 Quien alguna vez haya visitado el panteón municipal de Huauchinango se habrá topado con esta nota sobre una mam-

para, colocada ex profesamente para toparse con el eventual paseante. Hay otra nota por ahí que dice que el terreno

para este panteón fue donado por el Cacique y General Rafael Cravioto; los cronistas locales afirman que la hechura

del Palacio municipal es otra de las obras de benevolencia de Rafael Cravioto; eso mismo dicen del primer hospital que

conoció el pueblo, ya bien entrada la segunda mitad del siglo XX; y las mayores casonas que visten al Centro Histórico, y

las principales calles que la surcan, y la que conduce al mismo panteón, y las escuelas de abolengo, y las obras públicas

de relumbre todas, por una razón u otra, todas llevan a la figura omnímoda del Patriarca General y Cacique don Rafael

Cravioto. Y el Mausoleo más grande y ostentoso de toda la Sierra Norte, también lleva a Rafael Cravioto. Del que se dice

es obra del artista que talló el frontispicio del mismísimo Palacio de Bellas Artes, la obra magna de Porfirio de Díaz que

mandó levantar para la celebración del Centenario de la Independencia. ¿Y los prohombres mencionados abajo? Son los

mayores benefactores intelectuales de este pueblo que amanece envuelto en sábanas de neblina. Ellos fueron los gran-

des precursores y artífices de la construcción del Mito. Pues como es sabido, en cuanto Carlota y Maximiliano asomaron

por el rumbo de la ciudad de México, el gran Patriarca y General Liberal y Amigo Personal de Juárez y Lerdo de Tejado,

Don Rafael Cravioto, vivió grandes momentos de zozobra, hasta que finalmente acabó poniéndose a la cabeza de la fila

de los chaqueteros que reconocieron con Honores al Imperio y a los nuevos Amos.

Nota fúnebre

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S in pasado no ha y futuro que valga, es una máxima que ha venido retumbando a lo largo del tiempo, y tuvo su máxima expresión en la persona de Octavio Paz. En un memorable ensayo, el premio Nobel pidió para México una modernización

fincada en lo mejor de nuestra tradición histórica y los recursos a la mano que ofrece la modernidad.

En muchos sentidos, y hay razones sobradas para creerlo, Huauchinango es el orgullo de la Sierra Norte.

A finales del siglo XVIII, el Conde de la Cortina, de vista por estas tierras, escribió en uno de sus libros que La Cascada de Huauchinango era superior a las del Niágara.

Desde la época prehispánica Huauchinango fue asiento del desarrollo de grandes culturas, primero las precolombinas, que al poco dieron lugar al gran Totonacapan.

Durante la dilatada Colonia, fue el principal granero que abasteció a la gran capital del Virreinato, cuando fue azotada por las hambrunas recurrentes de aquella época.

Mantuvo esa condición durante los agitados años del México independiente, con lo cual favoreció el establecimiento de nuevas familias en la franja serrana, como los Cravioto.

Huauchinango, como puerta de entrada y de salida al Virreinato a través de las costas norteñas de Veracruz, favoreció el fulgor de la temprana industrialización de México a través de la domesticación de las aguas de los ríos de Necaxa.

Por eso como presidente municipal no dudé en apoyar la iniciativa de un grupo de académicos de universidades nacionales, extranjeras y de estudiosos serranos, de promover una publicación centrada en Huauchinango.

Creo sinceramente que es la primera vez que un ayuntamiento de la Sierra Norte publica un libro con las características de Huauchinango: el rumor del tiempo, por el valor de sus autores y por sus posturas académicas

Presentación

P r e s i d e n t e m u n i c i p a l C o n s t i t u c i o n a l , 2 0 1 1 - 2 0 1 4

L I C . O M A R M A R T Í N E Z A M A D O R

Page 12: Huauchinango. El rumor del tiempo

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Muchos de ellos con muchos años de trabajo en la Sierra. Como el caso de la francesa Marie-Noëlle Chamoux, quien en los años ochenta publicó el libro Los Na-huas de Huauchinango, en el desaparecido Instituto Nacional Indigenista.

O el caso de nuestro paisano y gran promotor de la cultura indígena, el profesor Luciano Hernández Chávez, quien escribe la toponimia de los pueblos de nuestro municipio.

Pero también porque la cultura es parte del desarrollo, aunque no sea visible como las obras de infraestructura, y porque es detonadora del desarrollo nacional1.

Y finalmente apoyamos su publicación porque estamos convencidos que sólo el diálogo salvara a este país.

Por todo eso, la cultura Vale.

1 Según los estudios especializados al respecto, la cultura aporta el 8 por ciento al PIB nacional

Page 13: Huauchinango. El rumor del tiempo

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L as demandas de conocimiento de todo grupo social son proporcionales a su

diversidad interna, diversidad en la que siempre tiene alguna incidencia su mag-

nitud demográfica. Al ocupar Huauchinango el sexto lugar a nivel estatal en la

lista de municipios más poblados, apenas atrás de algunos municipios industriales y

urbanos del valle central y del que tiene por cabecera la ciudad sureña de Tehuacán,

el municipio serrano cuna de Tlaltecatzin se antoja, por ese solo hecho de población,

como uno que demanda información. Sobre la diversidad interna, baste señalar, por

un lado, la conformación multiétnica y plurilingüística municipal, con al menos tres

improntas: totonaca, nahua y mestiza, y por otro, la antiquísima y siempre renovada

vocación de Huauchinango como punto de confluencia de caminos e importante ca-

pital regional, lo que la hace aparecer como sitio de encuentros que son, siempre,

encuentros de gente de distinta condición, de origen diverso, con diferentes mundos.

Y a mayor diversidad y mayor magnitud, mayor demanda de conocimiento.

Las demandas de este tipo en un municipio como Huauchinango son, por supues-

to, múltiples. Dentro de ese universo, las del sector letrado no pueden ser menores,

y ello no sólo por el hecho de ser poco más del 88% de la población total municipal

mayor de quince años la que, según Inegi, era alfabeta en el año 2010, sino, sobre todo,

por la vitalidad que exhiben los intelectuales huauchinanguenses, de lo que resulta un

signo evidente el hecho de que, a contrapelo de la inercia de los usos y costumbres,

la administración 2011-2014 del H. Ayuntamiento Municipal de Huauchinango haya

encontrado necesario dirigir una parte de los recursos del erario público a financiar

un libro en el que se dieran cita académicos e investigadores de distintas áreas del

conocimiento, con el marco territorial municipal como pretexto de convocatoria. En

este sentido son de destacar dos puntos.

El primero, el hecho de que una administración municipal se haya dado a la ta-

rea de facilitar a la población local el acceso a la información que otras instituciones,

L I B E R T A D M O R A

Introducción

Page 14: Huauchinango. El rumor del tiempo

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lo mismo federales que estatales, han obviado a pesar de estar obligadas a ello por man-

dato legal. Para tal fin, fue que delegó a Perspectivas Interdisciplinarias en (Pi red a.c.),

para coordinar los trabajos conducentes a producir un texto que, aunque seguramente

limitado, da cuenta de al menos algunos de los hechos históricos, pasados y contem-

poráneos, sin cuyo recuento resulta imposible comprender la realidad presente y los

retos futuros del municipio. El segundo, el hecho de que con tal fin, Pi red lograra

conjuntar, si no todas, sí varias de las voces académicas más destacadas de entre las

que han dedicado sus esfuerzos a describir y comprender, desde sus respectivas disci-

plinas, el lugar de Huauchinango en un escenario regional y nacional, sin el cual no

es posible comprender su inclusión en un espacio que siempre ha estado conectado

a ámbitos más amplios que los estrictamente locales; ámbitos que tienen, cada vez

más y de manera acrecentadamente evidente, alcances globales. En este sentido, es

de destacarse el fruto final de tales empeños, pues si bien son muchos los productos

editoriales que han dado cuenta de diversas cuestiones sobre la realidad pasada y

presente de la Sierra Norte de Puebla, pocas veces éstas han resultado en un objeto di-

rigido al consumo local. E incluso considerando las muchas producciones dedicadas

a espacios locales y municipales en la porción septentrional y serrana del estado de

Puebla, es claro que, aunque de indudable valor testimonial, divulgador y generador

de conocimiento, éstas siempre han resultado limitadas por tal o cual perspectiva dis-

ciplinar o temática, verbi gracia un documento histórico de un determinado lugar, la

tradición oral de tal municipio, los dibujos de los niños de tal otro, la tragedia de 1999

en este lugar, el diccionario de la lengua indígena de este otro, la fiesta de mi pueblo,

los recuerdos de mi abuelo...

Ningún texto ofrece la última palabra ni marca el punto final sobre tema alguno.

Y sin embargo, el conjunto aquí reunido ofrece una perspectiva inédita y, sin lugar

a dudas, prometedora de lo que la reunión concertada de un grupo de académicos

puede ofrecer a la población local, así haya sido un grupo efímero, constituido para la

ocasión. Comprometidos con la factura de textos de divulgación pero académicamen-

te rigurosos —lo que seguramente no fue igualmente logrado por todos los autores—,

la compilación Huauchinango: el rumor del tiempo ofrece una imagen al día de una

parte sustancial del estado del conocimiento que las disciplinas biológica, arqueoló-

gica, histórica, antropológica, sociológica y politológica han producido al respecto de

Huauchinango.

En su conjunto, el libro adolece de varias faltas. Debió ser el recientemente finado

Guy Stresser-Péan quien escribiera lo referente a la época prehispánica, mientras que

Bernardo García Martínez habría sido el indicado para escribir el capítulo dedicado a

la historia colonial temprana de Huauchinango. Acaso debieron ser Virginia Guedea o

Michael Ducey quienes escribieran sobre las postrimerías de la Colonia y la guerra de

Page 15: Huauchinango. El rumor del tiempo

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independencia. Indudablemente faltó un especialista que dedicara al menos algunas

páginas a los totonacos de Huauchinango que, por omisión, aparecen reiteradamente

invisibilizados en la producción bibliográfica dedicada a la etnografía. A falta de algo

mejor, aquí habremos de remitir a los lectores a consultar los libros de estos autores:

Los lienzos de Acaxochitlán, El Códice de Xicotepec, Los pueblos de la sierra, A nation of villages (Una nación de pueblos), La insurgencia en el Departamento del Norte, El Sol-Dios y Cristo... Pero, de cualquier forma, no es radicalmente distinto lo que toca a los

escritores que sí pudieron participar en esta compilación, autores de una vasta obra

de la que era imposible dar apretada cuenta en unas cuantas decenas de páginas, de

manera que los imprescindibles que sí acudieron a la cita, entre ellos, Guy Thomson,

Keith Brewster, Marie Noëlle Chamoux y María Teresa Sierra, ofrecen aquí apenas un

aperitivo de lo que el lector interesado en Huauchinango estará obligado a consultar

en los libros y sinfín de artículos publicados por estos investigadores señeros.

Con todo y estas carencias, varias de ellas inevitables en la medida en que nunca

se puede contar todo, el lector tiene en sus manos un libro que valdrá la pena leer. Y

ello es así no sólo por lo que toca a un lector ajeno a Huauchinango sino, fundamen-

talmente, para un lector huauchinanguense.

Huauchinango: el rumor del tiempo se compone de dos apartados, “La profanación

del mito” y “Tentaciones de la modernidad”. En la primera se realiza un destilado de la

carga del pasado que resulta en un brebaje que puede tomarse de un solo trago. Lo que

hay que advertir es que puede causar una resaca peculiar porque no se busca darle con-

tinuidad a las historias remotas como desearíamos que hubieran ocurrido, sino que se

realiza un esfuerzo por dar cuenta de las historias vividas. Esto, por supuesto depende

de los recursos a los que echa mano cada autor, sean literarios o de fuentes históricas.

Pero sin duda, se trata de un conjunto de acercamientos sumamente importantes que

seguramente serán referente obligado para nuestras referencias de y hacia Huauchinan-

go. La segunda parte está enfocada en la vida hoy de los pueblos indígenas y mestizos

de Huauchinango en contextos cambiantes. Al igual que en el primer apartado, la óptica

por la cual se analizan las dinámicas contemporáneas es crítica y novedosa. En este

apartado se dan cita diferentes especialistas en la zona y en diversos temas.

El libro inicia con una revisión exhaustiva y bastante completa de los procesos

históricos que se experimentaron, desde los tiempos prehispánicos hasta los colonia-

les. Es, a su vez, una narración de una sola hilada hecha de distintas hebras que nos

permite asomarnos a los tiempos difíciles de indígenas e indígenas, y de indígenas con

españoles, criollos, mestizos, mulatos, etcétera.

El segundo capítulo transcurre por una pluma ágil que nos transporta hacia la po-

lítica formal e informal del siglo XIX en la Sierra Norte de Puebla y el papel que jugó la

falta de arraigos ideológicos y culturales en uno de los personajes más representativos

Page 16: Huauchinango. El rumor del tiempo

20

de la historia de Huauchinango. Sin duda, se trata de la profanación del mito. En esa misma línea en el siglo XIX, y en específico al liberalismo serrano de aquella época, se encuentra el tercer capítulo. En éste, se reafirma que los cacicazgos políticos y milita-res que se distribuían en la Sierra de Puebla estaban constantemente entre “alianzas, rivalidades y conflictos”, en ello tenían en común que cada quien le echaba agua a sus frijoles a partir de las interpretaciones locales del ambiente político porfirista. Hay que subrayar que este texto viene acompañado de una carta en clave dirigida a Porfirio Díaz fechada en el año de 1886.

Otro momento relevante en la Sierra de Puebla fue la etapa posrevolucionaria, la cual implicó un despliegue mayor de negociaciones que en los momentos de las luchas revolucionarias, fueron circunstancias distintas, pero muchos de los acomodos políticos y militares se fueron concretando una vez que pasó la intempestiva década de 1910. En ese sentido el capítulo cuarto se encarga de poner en foco las situaciones locales y regionales que le tocó experimentar a la población de la Sierra de Puebla al resguardo y vigilancia de un cacique propicio para las primeras luces de la posrevolución.

En el quinto capítulo podemos encontrar algunas características de los poblados a partir de una sutiliza respecto al reparto agrario en el municipio: a pesar de que existió una demanda considerable a tierra, poco logró convenirse al interior de las co-munidades para conformar una reivindicación generalizada. Por ello, en el municipio de Huauchinango se puede saber más de la interpretación y reacciones locales de la política agraria posrevolucionaria por lo que no se distribuyó. Ligados los procesos, tanto solicitudes como resoluciones y dotaciones, nos resaltan una población mucho más diversificada de lo que podría pensarse.

Ya instalados en el siglo XX, el capítulo sexto es un paseo por los caminos de herra-dura transitados infinidad de veces por los arrieros, y de las actividades productivas que florecieron de la mano del comercio regional, en este sentido, se muestran representa-ciones, más bien imágenes, de un pequeño mundo habitado por los huauchinanguen-ses y los referentes de los que se servían para situarse y distinguirse de los demás.

El último capítulo que compone la parte histórica del libro nos recuerda que el territorio del municipio de Huauchinango sufrió modificaciones cuando se con-formó el de Juan Galindo, pero no sólo se trato de una incisión física, sino a la par significó la modificación de las relaciones con los nuevos vecinos. En este capítulo pueden encontrarse algunos datos para comprender la vinculación que hay entre Huauchinango y Necaxa.

Después de pasar las páginas donde encontraremos distintos momentos del pasa-do de Huauchinango, se admite que la historia se encuentra en un lugar muy remoto. Pero, siempre podemos hacerle revisiones y retomarla para entender los momentos presentes.

Page 17: Huauchinango. El rumor del tiempo

21

La segunda parte del libro, “Tentaciones de la modernidad”, intenta ser un mano-jo frondoso de los procesos productivos, sociales y culturales que configuran las parti-cularidades actuales del municipio, las localidades y de la ciudad de Huauchinango.

Este apartado inicia con un documento que describe las condiciones ambienta-les y los sistemas productivos de Huauchinango y sus comunidades. Allí se inserta el texto del grupo de etnobotánicos de la UNAM. Los cuales documentan para cada locali-dad el tipo de cultivos por zona dentro del municipio, así como un enlistado de plantas útiles para la población.

Otro de los temas relevantes sobre todo entre los indígenas serranos es el de cosmovisión, de manera que el capítulo noveno del libro está dedicado a los rituales nahuas de Cuacuila y en específico el análisis sobre los chamanes de esa localidad.

En esa misma línea sobre elementos culturales de los pueblos indígenas se en-cuentra el material sobre indumentaria indígena y textiles contemporáneos. Allí el autor hace un esbozo general de los trajes indígenas actuales en la Sierra de Puebla, de mane-ra que en función de ello describe e ilustra el caso serrano y el de Huauchinango.

Ya adentrados en los pueblos indígenas, el capítulo onceavo, incluye una leyen-da sobre los pueblos indígenas, que si bien se trata de referencias del pasado, la au-tora lo analiza a partir de la concepción actual de los pobladores de las localidades indígenas.

La identificación y caracterización de los grupos indígenas –nahuas, totonacos- y mestizos se presenta en el artículo dedicado a los pueblos de Huauchinango, allí el AN¶LISIS�SE�HACE�A�PARTIR�DE�UNA�MICROÝREGIONALIZACIÆN�DE�LAS�ZONAS�DEL�MUNICIPIO��!SÁ�como se mencionan las alternativas económicas actuales, se hace un breve repaso por elementos culturales vitales de los grupos.

Entre la Ley y la costumbre es otra de las aportaciones valiosas del libro. Aquí se da cuenta de procesos poco estudiados en la sierra: cómo se vive la legalidad entre los indígenas, qué papel ocupan los usos y costumbres en la actualidad, cómo se resuelven los conflictos familiares, vecinales y hasta matrimoniales. El documento se acompaña de un testimonio en náhuatl.

Y si bien la primera parte se enfoco en el pasado aquel de los Cravioto, de la Revolución, el Porfiriato, entre otros. En esta segunda parte del libro hay un capítulo enfocado a la política actual en el municipio de Huauchinango.

Por último, el libro cierra con un documento innovador: las redes sociales y las conexiones digitales entre los y las huauchinanguenses. Enfatizando las transformacio-nes sociales y los nuevos procesos identitarios de una ciudad inserta en un contexto serrano. Como el lector podrá advertir, es un interesante repaso que va desde la época prehispánica con Tlaltecatzin hasta la era digital con los jóvenes de Huauchinango y pasando por la profanación del mito y las tentaciones de la modernidad.