estudio de la telaraña del champiñón causada por

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Estudio de la telaraña del champiñón causada por Cladobotryum mycophilum en cultivos españoles Study of mushroom cobweb caused by Cladobotryum mycophilum in Spanish crops Jaime Carrasco Carrasco 2015

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Page 1: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Estudio de la telaraña del champiñón causada por Cladobotryum mycophilum

en cultivos españoles

Study of mushroom cobweb caused by Cladobotryum mycophilum in

Spanish crops

Jaime Carrasco Carrasco 2015

Page 2: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

“Estudio de la telaraña del champiñón

causada por Cladobotryum mycophilum en

cultivos españoles”

“Study of cobweb disease caused by

Cladobotryum mycophilum in Spanish

mushroom crops”

Tesis Doctoral

Jaime Carrasco Carrasco

2015

Page 3: Estudio de la telaraña del champiñón causada por
Page 4: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA

ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS AGRÓNOMOS

Programa de Ciencia e Ingeniería Agraria

CENTRO DE INVESTIGACIÓN, EXPERIMENTACIÓN Y SERVICIOS DEL

CHAMPIÑÓN

Memoria presentada por

Jaime Carrasco Carrasco

Licenciado en Química

Para optar al grado de Doctor

con la mención de Doctorado Europeo

bajo la dirección de

Dr. Francisco José Gea Alegría

Dra. María Jesús Navarro Lozano

Page 5: Estudio de la telaraña del champiñón causada por
Page 6: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

FINANCIACIÓN

La presente Tesis Doctoral ha sido financiada por los siguientes proyectos de investigación: - Proyecto: RTA2010-00011-C02-01. Control integrado de enfermedades del champiñón

mediante el uso de sustratos post-cultivo de hongos comestibles. Financiación: Ministerio de

Economía y Competitividad (INIA) y FEDER. Organismos involucrados: Consejería de

Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y Centro de Investigación,

Experimentación y Servicios del Champiñón (CIES, Quintanar del Rey) (2010-2013). - Proyecto: E-RTA2014-00004-C02-01. Diseño de estrategias de gestión integrada de la

telaraña en cultivos de champiñón: Estudio epidemiológico, detección de resistencias a

fungicidas y valoración de la eficacia de métodos de control biológico. Financiación:

Ministerio de Economía y Competitividad (INIA). Organismos involucrados: Consejería de

Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y Centro de Investigación,

Experimentación y Servicios del Champiñón (CIES, Quintanar del Rey) (2015-2018).

Y las siguientes becas y contratos:

- Beca FPI-INIA otorgada por INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria

y Alimentaria). Beca predoctoral cofinanciada por ―European Social Fund‖. Proyecto:

Control integrado de enfermedades del champiñón mediante el uso de sustratos post-cultivo

de hongos comestibles (RTA2010-00011-C02-01) (2011-2013).

- Contrato Predoctoral (Personal Investigador Predoctoral en Formación). Consejería de

Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Línea de Investigación:

Control integrado de enfermedades del champiñón mediante el uso de sustratos post-cultivo

de hongos comestibles (RTA2010-00011-C02-01) (2014-2016).

- INIA. Beca de movilidad para colaborar en la Universidad de Almería (Almería, España).

Proyecto: Caracterización microbiológica y optimización de los mecanismos de supresividad

de sustratos post-cultivo de hongos comestibles frente a enfermedades del champiñón.

(RTA2010-00011-C02-02). Supervisor: Prof. Dra. Milagrosa Santos Hernández (02/05/2012-

30/06/2012 y 01/03/2013- 29/03/13).

- INIA. Beca de movilidad para colaborar en el Teagasc Food Research Centre. Astown

(Dublín, Irlanda). Proyecto: Mush TV (FP7-SME-2011-286836). Supervisor: Dra. Helen

Grogan. (Septiembre - Diciembre 2013).

- INIA. Beca de movilidad para colaborar en la Universidad de Utrecht. Fungal Biology group.

Facultad de biología. Utrecht (Holanda). Proyecto: Estudio de la interacción entre el hongo

ascomiceto Cladobotryum mycophilum y los basidiomicetos Agaricus bisporus y

Schizophillum commune. Supervisor: Prof. Dr. Han Wösten. (Septiembre - Diciembre 2014).

Page 7: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

FUNDING

This PhD document has been financed by the following research projects:

- Project: RTA2010-00011-C02-01. Integrated control of mushroom diseases through the use

of spent mushroom compost from edible mushroom crops. Funding: Ministerio de Economía

y Competitividad (INIA) and FEDER. Entities involved: Department of Agriculture of the

Regional Government of Castilla-La Mancha (Spain) and Centro de Investigación,

Experimentación y Servicios del Champiñón (CIES, Spain) (2010-2013). - Project: E-RTA2014-00004-C02-01. Design of strategies for an integrated management of

cobweb disease in button mushroom crops: epidemiological study, detection of resistance to

fungicides, and efficacy assessment of biological control methods. Funding: Ministerio de

Economía y Competitividad (INIA). Entities involved: Department of Agriculture of the

Regional Government of Castilla-La Mancha (Spain) and Centro de Investigación,

Experimentación y Servicios del Champiñón (CIES, Spain) (2015-2018)

And the following grants and contracts.

- FPI-INIA fellowship from INIA (Spanish National Institute for Agricultural and Food

Research and Technology). Pre-doctoral grant co-financed by the European Social Fund.

Project: ―Integrated control of mushroom diseases through the use of spent mushroom

compost from edible mushroom crops‖ (RTA2010-00011-C02-01) (2011-2013).

- Pre‐doctoral contract. Department of Agriculture of the Regional Government of Castilla-La

Mancha (Spain). Research line: Integrated control of mushroom diseases through the use of

spent mushroom compost from edible mushroom crops. 2010- 2013 (RTA2010-00011-C02-

01) (2014-2016).

- INIA. Mobility grant to collaborate at the Universidad de Almería (Almería, España). Project:

Microbiological characterization and optimization of the mechanisms involved in the

suppressive effect of spent substrates from edible mushroom crops against mushroom

diseases (RTA2010-00011-C02-02). Supervisor: Prof. Dr. Milagrosa Santos Hernández

(02/05/2012- 30/06/2012 and 01/03/2013- 29/03/13). - INIA. Mobility grant to collaborate at the Teagasc Food Research Centre. Astown (Dublin,

Ireland). Project: Mush TV (FP7-SME-2011-286836). Supervisor: Dr. Helen Grogan.

(September - December 2013).

- INIA. Mobility grant to collaborate at the Utrecht University. Fungal Biology group. Faculty

of biology. Utrecht (The Netherlands). Project: Study of the interaction between the

ascomycete fungus Cladobotryum mycophilum and the basidiomycetes Agaricus bisporus and

Schizophillum commune. Supervisor: Prof. Dr. Han Wösten. (September - December 2014).

Page 8: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

PUBLICACIONES DERIVADAS DE LA TESIS – PUBLICATIONS

- Gea, F.J.; Navarro, M.J.; Carrasco, J.; González, A.J.; Suz, L.M., 2012: First Report of

Cobweb on White Button Mushroom (Agaricus bisporus) in Spain Caused by Cladobotryum

mycophilum. Plant disease. 96(7). 1067.

- Gea, F.J.; Carrasco, J.; Santos, M; Diánez, F.; Navarro, M.J. (2014). Cladobotryum

mycophilum, causal agent of cobweb disease on commercial Agaricus bisporus and Pleurotus eryngii

crops in Spain. In: Proceedings of the 8th International Conference on Mushroom Biology and

Mushroom Products (ICMBMP8). Vol.: 2. Pag. 523-529. 19-22 Nov 2014 New Delhi (India).

- Carrasco, J.; Navarro, M. J.; Santos, M.; Diánez, F.; Gea, F.J. (2015). Incidence,

identification and pathogenicity of Cladobotryum mycophilum, causal agent of cobweb disease on

Agaricus bisporus mushroom crops in Spain. Annals of Applied Biology. (In press).

doi:10.1111/aab.12257.

- Carrasco, J.; Navarro, M. J.; Santos, M.; Gea, F.J. (2015). Chemical control of Cladobotryum

mycophilum, causal agent of mushroom cobweb disease. (Under revision).

PRESENTACIÓN EN CONGRESOS–SYMPOSIUMS

- Carrasco, J.; Navarro, M.J.; Santos, M.; Gea, F.J. Identificación, incidencia y patogenicidad

de Cladobotryum mycophilum, agente causal de la telaraña en cultivos de champiñón. XVI Congreso

de la Sociedad Española de Fitopatología. Málaga (Spain). 17-21 Sep. 2012. Type: Poster

presentation.

- Gea, F.J.; Carrasco, J.; Navarro, M.J. Presencia de Cladobotryum mycophilum en cultivos de

seta de cardo (Pleurotus eryngii). XVI Congreso de la Sociedad Española de Fitopatología. Málaga

(Spain). 17-21 Sep. 2012. Type: Poster presentation.

- Carrasco, J.; Navarro, M.J.; Martínez-Carrasco, A.; Santos, M.; Gea, F.J. Identificación,

incidencia y patogenicidad de Cladobotryum mycophilum, agente causal de la telaraña, en Castilla-

La Mancha. VI Jornadas técnicas del champiñón y otros hongos cultivados en Castilla-La Mancha.

Casasimarro (Spain). 12-13 Nov. 2013. Type: Oral presentation.

- Gea, F.J.; Carrasco, J.; Santos, M; Diánez, F.; Navarro, M.J. Cladobotryum mycophilum,

causal agent of cobweb disease on commercial Agaricus bisporus and Pleurotus eryngii crops in

Spain. 8th

International Conference on Mushroom Biology and Mushroom Products (ICMBMP8).19-

22 Nov 2014 New Delhi (India). Type: Oral presentation.

- Gea, F.J.; Carrasco, J.; Navarro, M.J. Cladobotryum mycophilum, agente causal de la telaraña en los cultivos de

Agaricus bisporus y Pleurotus eryngii. II Jornadas Argentinas sobre Biología y Cultivo de Hongos Comestibles y

Medicinales. 25-26 Sep. 2015 San Martín (Argentina).Type: Oral presentation.

Page 9: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

AGRADECIMIENTOS

Tras este periplo por La Manchuela conquense, que no deja de ser mi tierra aunque el acento sea

diferente, debo recordar a varias personas que han contribuido de forma decisiva al punto y final de esta

memoria.

Agradezco a mis directores de tesis Paco y Mª Jesús la oportunidad para construir junto a ellos

este trabajo.

Al INIA y al programa FPI-INIA por darme de comer durante estos años.

A los compañeros del CIES, a Antonio por su compañía y experiencia en las visitas de campo, y

muy especialmente por muchas de las fotografías que ilustran la tesis.

A Roque y Gabriel por su colaboración indispensable en los cultivos, a Arturo por la revisión del

texto, a Mª Jesús, y a Miguel Ángel por enseñarme los caminos de La Manchuela. También a Paqui, que

es igualmente parte del centro. Gracias por los almuerzos, auténtico pilar de la estructura quintanareña.

A los agricultores que han tenido la paciencia de escuchar un discurso redundante en la higiene y

el control de la telaraña.

Agradecer también a la doctora Milagrosa Santos, y a su equipo, especialmente a los Franes, por

su colaboración en la secuenciación de los aislados y por acogerme en su laboratorio.

A los doctores Helen Grogan y Han Wösten por recibirme durante las estancias, tratarme

estupendamente, y permitirme aprender un poco más fuera de los muros del CIES.

A los compañeros del Departamento de Química Agrícola de la UAM, a Rebe y a mis colegas de

bádminton Virgi y Carlos (champiñonero él también). A los doctores Juan José Lucena y Lourdes

Hernández que confiaron en mi recién salido del horno.

A quienes me soportan, en especial a esas otras tres patas de la silla donde nos sentamos ―los

pavos‖ y a la peña del lugar al que pertenezco, Tinajas, en un lugar de la Alcarria conquense.

A mis hermanas y amigas, Judit y Cristina, y a la chiquitina Irene, motivo de babeo generalizado.

A los abuelos porque a quien tiene mucho cuento le han gustado las buenas historias.

Ana, eres más bonita que un San Luis...

A mis padres, Jesús y Bene, por su lucha, su honestidad y sus esfuerzos, por el ejemplo y por lo

orgulloso que me hacen sentir. A ellos van dedicadas estas páginas.

Gracias.

Page 10: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

―Le vent les promène. Ils manquent

de racines, ça les gêne beaucoup.‖

Antoine de Saint-Exupéry

Page 11: Estudio de la telaraña del champiñón causada por
Page 12: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xi

ÍNDICE DE CONTENIDOS

TABLAS/ TABLES ................................................................................................................................................................................................................................................................ XIV

GRÁFICOS/ GRAPHS ....................................................................................................................................................................................................................................................... XVI

FIGURAS/ FIGURES ..................................................................................................................................................................................................................................................... XVIII

PROJECT JUSTIFICATION ......................................................................................................................................................................................................................................... XXI

ABSTRACT ....................................................................................................................................................................................................................................................................................... 1

AIMS ....................................................................................................................................................................................................................................................................................................... 2

I. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA ......................................................................................................................................................................................................................................... 3

1. EL CULTIVO DEL CHAMPIÑÓN ............................................................................................................................. 4 1.1. PRODUCCIÓN COMERCIAL ....................................................................................................................................................... 4 1.2. INDICADORES DE CALIDAD. PROPIEDADES NUTRICIONALES Y MEDICINALES DEL CHAMPIÑÓN .................. 7 1.3. DESARROLLO DE AGARICUS BISPORUS .............................................................................................................................. 8 1.4. REQUERIMIENTOS DEL CULTIVO DE CHAMPIÑÓN ........................................................................................................... 9

1.4.1. Micelio o ―semilla‖ .......................................................................................................................................................... 9 1.4.2. Sustrato de cultivo. Compostaje ....................................................................................................................................... 9 1.4.3. Cobertura ....................................................................................................................................................................... 10 1.4.4. Etapas del ciclo de cultivo del champiñón ..................................................................................................................... 10

Siembra y compactado ........................................................................................................................................................ 11 Incubación .......................................................................................................................................................................... 11 Cobertura ............................................................................................................................................................................ 11 Prefructificación e inducción .............................................................................................................................................. 11 Fructificación y cosecha ..................................................................................................................................................... 11 Vaciado, limpieza y desinfección del local ......................................................................................................................... 12

1.5. HIGIENE EN LOS CULTIVOS. DESINFECCIÓN .................................................................................................................... 12 1.6. ENFERMEDADES, PLAGAS Y ANOMALÍAS DEL CHAMPIÑÓN ........................................................................................ 14

1.6.1. Generalidades: hongos competidores y parásitos ........................................................................................................... 14 1.6.2. Control de enfermedades fúngicas ................................................................................................................................. 15 1.6.3. Aspectos legislativos ...................................................................................................................................................... 18

2. LA ENFERMEDAD DE LA TELARAÑA ................................................................................................................ 20 2.1. SINTOMATOLOGÍA Y DESARROLLO....................................................................................................................................... 20 2.2. FUENTES DE INFECCIÓN ......................................................................................................................................................... 22 2.3. DISPERSIÓN .................................................................................................................................................................................. 23 2.4. AGENTE CAUSAL ......................................................................................................................................................................... 24

2.4.1. Ecología ......................................................................................................................................................................... 24 En la naturaleza .................................................................................................................................................................. 24 En los cultivos de setas comestibles ................................................................................................................................... 25

2.4.2. Descripción .................................................................................................................................................................... 25

II. INCIDENCIA DE LA ENFERMEDAD DE LA TELARAÑA EN CULTIVOS DE CHAMPIÑÓN DE CASTILLA-LA MANCHA ..... 27

1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................................... 28 1.1. INCIDENCIA DE LA TELARAÑA A NIVEL MUNDIAL ........................................................................................................... 28 1.2. LA TELARAÑA EN CASTILLA-LA MANCHA ............................................................................................................................ 30

Modificaciones culturales. Problemática de las coberturas ...................................................................................................... 30 1.3. EXPRESIÓN DE LA ENFERMEDAD ......................................................................................................................................... 31

2. MATERIALES Y MÉTODOS ................................................................................................................................... 32 3. RESULTADOS .......................................................................................................................................................... 35

3.1. INCIDENCIA DE TELARAÑA EN FUNCIÓN DE LA ESTACIONALIDAD .......................................................................... 36 3.2. INCIDENCIA DE TELARAÑA EN FUNCIÓN DE LA FLORADA .......................................................................................... 37 3.3. INCIDENCIA DE TELARAÑA EN FUNCIÓN DE LA COBERTURA .................................................................................... 39

4. DISCUSSION ............................................................................................................................................................ 41

III. IDENTIFICACIÓN DEL AGENTE CAUSAL DE LA TELARAÑA EN LOS CULTIVOS DE CHAMPIÑÓN ESPAÑOLES................ 43

1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................................... 44 2. MATERIALES Y MÉTODOS ................................................................................................................................... 46

2.1. AISLADOS ....................................................................................................................................................................................... 46 2.2. ESTUDIO DEL PATÓGENO IN VITRO .................................................................................................................................... 46

Page 13: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xii

2.3. CARACTERIZACIÓN TAXONÓMICA ........................................................................................................................................ 47 2.4. CARACTERIZACIÓN MOLECULAR .......................................................................................................................................... 48 2.5. ESTUDIO FILOGENÉTICO ......................................................................................................................................................... 49

3. RESULTADOS .......................................................................................................................................................... 50 3.1. ESTUDIO DEL PATÓGENO IN VITRO .................................................................................................................................... 50 3.2. CARACTERIZACIÓN TAXONÓMICA ........................................................................................................................................ 51 3.3. CARACTERIZACIÓN MOLECULAR Y FILOGENÉTICA ....................................................................................................... 54

4. DISCUSSION ............................................................................................................................................................ 56

IV. PATOGENICIDAD DE CLADOBOTRYUM MYCOPHILUM SOBRE DIFERENTES MEZCLAS DE COBERTURA .............................. 57

1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................................... 58 1.1. MICOPARASITISMO: INTERACCIÓN PATÓGENO/HOSPEDADOR ................................................................................. 58 1.2. DESARROLLO Y SINTOMATOLOGÍA DE LA TELARAÑA .................................................................................................... 59 1.3. COBERTURA ................................................................................................................................................................................. 60

2. MATERIALES Y MÉTODOS ................................................................................................................................... 62 3. RESULTADOS .......................................................................................................................................................... 65 4. DISCUSSION ............................................................................................................................................................ 69

V. CONTROL QUÍMICO DE LA TELARAÑA DEL CHAMPIÑÓN .................................................................................................................................................... 72

1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................................... 73 1.1. PREVENCIÓN Y CONTROL DE LA TELARAÑA ..................................................................................................................... 73 1.2. CONTROL QUÍMICO ................................................................................................................................................................... 74

1.2.1. Fungicidas empleados contra la telaraña ........................................................................................................................ 74 1.2.2. Sensibilidad y resistencia ............................................................................................................................................... 75 1.2.3. Selectividad de fungicidas .............................................................................................................................................. 77 1.2.4. Legislación y fungicidas autorizados en Europa y España ............................................................................................. 77

1.3. MÉTODOS DE CONTROL ALTERNATIVOS ............................................................................................................................ 78 2. MATERIALES Y MÉTODOS ................................................................................................................................... 78

2.1. SENSIBILIDAD IN VITRO A FUNGICIDAS DE CLADOBOTRYUM MYCOPHILUM Y AGARICUS BISPORUS . 79 2.2. CONTROL DE TELARAÑA MEDIANTE FUNGICIDAS EN CULTIVOS DE AGARICUS BISPORUS ........................................ 82

3. RESULTADOS .......................................................................................................................................................... 85 3.1. SENSIBILIDAD IN VITRO A FUNGICIDAS DE CLADOBOTRYUM MYCOPHILUM Y AGARICUS BISPORUS . 85 3.2. CONTROL DE TELARAÑA MEDIANTE FUNGICIDAS EN CULTIVOS DE AGARICUS BISPORUS ........................................ 89

4. DISCUSSION ............................................................................................................................................................ 94 4.1. IN VITRO SENSITIVITY OF CLADOBOTRYUM MYCOPHILUM AND AGARICUS BISPORUS TO FUNGICIDES ................94 4.2. COBWEB CONTROL BY FUNGICIDES IN AGARICUS BISPORUS CROPS ................................................................... 95

CONCLUSIONS .......................................................................................................................................................................................................................................................................... 99

ANEXO ............................................................................................................................................................................................................................................................................................ 101

1. TÉCNICAS DE AISLADO Y CONSERVACIÓN .................................................................................................. 102 Medios de cultivo empleados ............................................................................................................................................................... 103

2. INCIDENCIA .......................................................................................................................................................... 104 2.1. Instalaciones visitadas .................................................................................................................................................................. 104 2.2. Registro metereológico durante el muestreo ............................................................................................................................... 106 2.3. Análisis de datos ............................................................................................................................................................................ 107 2.4. Severidad estacional de la infección ............................................................................................................................................ 108

3. IDENTIFICACIÓN .................................................................................................................................................. 109 3.1. Caracterización de las fiálides ..................................................................................................................................................... 109 3.2. Caracterización de los conidios ................................................................................................................................................... 110 3.3. Secuencias de máxima similitud. Búsqueda MegaBlast ............................................................................................................ 111

4. PATOGENICIDAD ................................................................................................................................................. 112 4.1. Colonización de la cobertura ....................................................................................................................................................... 112 4.2. Producción registrada en los ensayos de cabina ........................................................................................................................ 113

5. CONTROL QUÍMICO ............................................................................................................................................. 114 5.1. Valores de dosis media efectiva ................................................................................................................................................... 114 5.2. Inhibición del crecimiento miceliar ............................................................................................................................................. 117 5.3. Colonización de la cobertura ....................................................................................................................................................... 119

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................................................................................................................................................................... 120

URLS ............................................................................................................................................................................ 132

Page 14: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xiii

Page 15: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xiv

tablas/ TABLes

Tabla 1. Análisis regional: superficie de champiñón cultivada, rendimiento y producción en 2013......................................... 6

Table 1. Regional analysis: mushroom crop area cultivated, yield and production in Spain during 2013. ............................. 6 Tabla 2. Industria española del champiñón: serie histórica de superficie cultivada, rendimiento, producción, precio

medio y valor total generado. ........................................................................................................................................................................ 6

Table 2. Spanish mushroom industry: historical time series of surface cultivated, crop yield, production, average price

and total value. .................................................................................................................................................................................................. 6

Tabla 3. Etapas del ciclo de cultivo. Duración y condiciones de cultivo necesarias. .................................................................. 11 Table 3. Stages of the crop cycle. Length and environmental requeriments. ................................................................................. 11 Tabla 4. Fungicidas de origen químico aprobados para su uso en champiñón en Europa........................................................ 19 Table 4. Chemical fungicides approved for mushroom use in Europe. .......................................................................................... 19 Table 5. Locales de cultivo de champiñón evaluados......................................................................................................................... 32

Table 5. Mushroom farms analyzed......................................................................................................................................................... 32 Tabla 6. Aislados de Cladobotryum spp. evaluados. Municipio donde se recolectaron, sustrato a partir del que se reaisló,

florada y año. .................................................................................................................................................................................................. 47 Table 6. Isolates of Cladobotryum spp. included in the study, town where they were collected, substrate, flush and year..... 47 Table 7. Aislados de Cladobotryum spp. estudiados. Identificación molecular y número de acceso al GenBank. ............ 54 Table 7. Isolates of Cladobotryum spp. included in the study, molecular identification and GenBank accession numbers. . 54

Tabla 8. Caracterización físico-química del sustrato empleado en los ensayos (al finalizar la fase III).................................. 62 Table 8. Physic and chemical characterization of the compost employed inthe trials (at the end of Phase III). .................. 62

Tabla 9. Caracterización físico-química de las mezclas de cobertura empleadas en los ensayos. ........................................... 63 Table 9. Physic and chemical characterization of the casing materials used in the trials. ......................................................... 63 Tabla 10. Bloques infectados al final del ciclo de cultivo, precocidad de la infección en días tras la aplicación de la

cobertura. ......................................................................................................................................................................................................... 66 Table 10. Infected blocks at the end of the crop cycle, infection earliness in days after casing and final percentage of crop

surface colonized by the disease. ............................................................................................................................................................... 66 Tabla 11. Especificaciones generales de los fungicidas empleados. ............................................................................................... 79

Table 11. Standard specifications of the fungicides used .................................................................................................................... 79 Tabla 12. Concentración de fungicida empleada en los ensayos de sensibilidad in vitro frente a C. mycophilum y A.

bisporus. .......................................................................................................................................................................................................... 80

Table 12. Fungicide concentration used for the in vitro sensitivity tests of C. mycophilum and A. bisporus. ...................... 80 Tabla 13. Caracterización físico-química del sustrato (al finalizar la fase III) y cobertura empleados en los ensayos. ...... 82

Table 13. Physic and chemical characterization of the compost (phase III) and casing material employed in the trials. . 82 Tabla 14. Valores de ED50 calculados para los fungicidas evaluados y factor de resistencia (RF) de los aislados de C.

mycophilum estudiados. .............................................................................................................................................................................. 86

Table 14. ED50 values of selected fungicides and resistance factor (RF) of the C. mycophilum strains studied. ................. 86 Table 15. Valores medios de ED50 comparando los dos clados de C. mycophilum identificados. .......................................... 88 Table 15. ED50 mean values of selected fungicides comparing the two clades of C. mycophilum identified. ...................... 88

Tabla 16. Selectividad in vitro a los fungicidas entre patógeno y hospedador. ............................................................................ 89

Table 16. In vitro pathogen/host selectivity of fungicides. ................................................................................................................... 89 Tabla 17. Producción (kg m

-2) y eficiencia biológica, BE (kg dt

-1), del cultivo en el ensayo A. .............................................. 90

Table 17. Mushroom production (kg m-2) and BE (kg dt

-1) along the trial A. ................................................................................ 90

Tabla 18. Precocidad de la telaraña y número de bloques infectados al final del ciclo de cultivo (%). Ensayo A. ............. 90 Table 18. Earliness of cobweb and number of infected blocks at the end of the crop cycle (%). Trial A. ................................... 90

Table 19. Eficacia (%) de los tratamientos en el control de la telaraña al final de la tercera flor. .............................................. 92 Table 19. Effycacy (%) of treatments to control cobweb disease in A. bisporus crops at the end of 3rd flush. Trial A. ..... 92 Tabla 20. Producción (kg m

-2) y eficiencia biológica, BE (kg dt

-1), del cultivo en el ensayo B. .¡Error! Marcador no

definido.

Page 16: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xv

Table 20. Mushroom production (kg m-2) and BE (kg dt

-1) along the trial B. ....................... ¡Error! Marcador no definido.

Tabla 21. Precocidad de la telaraña y número de bloques infectados al final del ciclo de cultivo (%). Ensayo B. ... ¡Error!

Marcador no definido. Table 21. Earliness of cobweb and number of infected blocks at the end of the crop cycle (%). Trial B.¡Error! Marcador

no definido. Tabla 22. Datos del muestreo. Número de puntos de muestreo registrados atendiendo a cada factor evaluado. .............. 107 Table 22. Sampling data. Number of sampling points regarding each of the factors considered. ......................................... 107 Tabla 23. Dimensiones de las fiálides en los aislados estudiados. ................................................................................................. 109 Table 23. Phyalide measurements of the evaluated strains. ............................................................................................................. 109 Tabla 24. Longitud y anchura de conidios en los aislados evaluados. .......................................................................................... 110

Table 24. Conidia length and width of the evaluated strains. .......................................................................................................... 110 Tabla 25. Porcentaje de septos en los conidios. .................................................................................................................................. 110

Table 25. Percentage of septa in conidia. ............................................................................................................................................. 110 Tabla 26. Secuencias de la región ITS del ADNrn que muestran maxima similitud con los aislados estudiados mediante

búsquedas MegaBlast. ............................................................................................................................................................................... 111 Table 26. Maximum likelihood of the DNArn ITS sequences from the studied strains through MegaBlast searches. .... 111 Tabla 27. Producción (kg m

-2) y eficiencia biológica, BE (kg dt

-1), del cultivo en los ensayos. ............................................. 113

Table 27. Mushroom production and biological efficiency (BE: kg dt-1) of crop obtained in the trials. ............................... 113

Tabla 28. Valores de ED50 de los aislados frente a clortalonil. ....................................................................................................... 114

Table 28. ED50 values of the strains against chlorothalonil. ............................................................................................................ 114 Tabla 29. Valores de ED50 de los aislados frente a metil-tiofanato. ............................................................................................... 114

Table 29. ED50 values of the strains against thiophanate-methyl. .................................................................................................. 114 Tabla 30. Valores de ED50 de los aislados frente a procloraz-Mn. ................................................................................................ 115 Table 30. ED50 values of the strains against prochloraz-Mn. .......................................................................................................... 115

Tabla 31. Valores de ED50 de los aislados frente a tiabendazol...................................................................................................... 115 Table 31. ED50 values of the strains against thiabendazole. ............................................................................................................ 115

Tabla 32. Valores de ED50 de los aislados de A. bisporus frente a los fungicidas. .................................................................... 116

Table 32. ED50 values of A. bisporus strains against selected fungicides. .................................................................................... 116

Page 17: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xvi

gráficos/ graphs

Gráfico 1. Producción mundial estimada (miles de toneladas) de A. bisporus en 2010. .............................................................. 4

Graph 1. Estimated world production (thousands of tons) of A. bisporus in in 2010. ................................................................... 4 Gráfico 2. Producción de champiñón (miles de toneladas) en Europa en 2011. ............................................................................ 4 Graph 2. Button mushroom produced (thousands of tons) in Europe along 2011. ....................................................................... 4 Gráfico 3. Serie histórica de prducción de champiñón (miles de toneladas) en Europa. .............................................................. 5

Graph 3. Historical time series of button mushroom produced (thousands of tons) in Europe. ................................................. 5

Gráfico 4. Porcentaje estacional de cultivos evaluados. ..................................................................................................................... 33 Graph 4. Percentage of crops checked. Seasons in respect to the total. ......................................................................................... 33 Gráfico 5. Porcentaje de cultivos evaluados por florada. ................................................................................................................... 34 Graph 5. Percentage of crops checked. Flushes in respect to the season. ..................................................................................... 34 Gráfico 6. Porcentaje de cultivos evaluados por material de cobertura. ......................................................................................... 34

Graph 6. Percentage of crops checked. Casing layers in respect to the season. .......................................................................... 34

Gráfico 7. Porcentaje de cultivos infectados comparando la estacionalidad. ................................................................................ 36

Graph 7. Percentage of diseased crops comparing the season. a) Year. b) Flush. c) Casing. ................................................. 36 Gráfico 8. Presencia estacional de la enfermedad. ............................................................................................................................... 36 Graph 8. Presence of cobweb disease regarding the season. ........................................................................................................... 36 Gráfico 9. Severidad estacional de la infección en cultivos de champiñón. a) Otoño. b) Invierno. c) Primavera. d) Verano.37

Graph 9. Severity of the infection in mushroom crops through the seasons. a) Autumn. b) Winter. c) Spring. d) Summer. .. 37 Gráfico 10. Porcentaje de cultivos infectados comparando la florada. a) Año. b) Cobertura. c) Estación. ........................... 38

Graph 10. Percentage of diseased crops comparing the flush. a) Year. b) Casing. c) Season. ................................................ 38 Gráfico 11. Presencia de la enfermedad a lo largo del ciclo de cultivo. ......................................................................................... 38 Graph 11. Presence of cobweb disease regarding the flush. ............................................................................................................. 38

Gráfico 12. Severidad de la infección en cultivos de champiñón a lo largo del ciclo. a) Primera flor. b) Segunda flor. c)

Tercera flor. ..................................................................................................................................................................................................... 39

Graph 12. Severity of infection in mushroom crops along the flushes. a) First flush. b) Second flush. c) Third flush. ........ 39 Gráfico 13. Porcentaje de cultivos infectados comparando los materiales de cobertura. a) Año. b) Florada. c) Estación. 39

Graph 13. Percentage of diseased crops comparing the casing material. a) Year. b) Flush. c) Season. ............................... 39 Gráfico 14. Presencia de la enfermedad respecto al material de cobertura. .................................................................................. 40

Graph 14. Presence of cobweb disease regarding the casing material. ......................................................................................... 40

Gráfico 15. Severidad de la infección en cultivos de champiñón comparando coberturas. a) Mineral. b) Turba. .............. 40 Graph 15. Severity of infection in mushroom crops comparing casing material. a) Mineral. b) Peat based. ...................... 40

Gráfico 16. Rendimiento del cultivo (kg m-2). a) Ensayo A. b) Ensayo B. ................................................................................... 67

Graph 16. Mushroom yield (kg m-2) in trials. a) Trial A. b) Trial B. ................................................................................................ 67

Gráfico 17. Superficie de cultivo colonizada por la telaraña. a) Ensayo A. b) Ensayo B. ......................................................... 68

Graph 17. Crop surface colonized by cobweb along the crop cycles. a) Trial A. b) Trial B. .................................................... 68 Gráfico 18. Crecimiento radial in vitro de C. mycophilum (%) frente al control sin fungicida al aplicar concentraciones

crecientes de sustancia activa (µg mL-1). a) Clortalonil. b) Procloraz-Mn. c) Tiabendazol. d) Metil-tiofanato. .................... 85

Graph 18. Percentage of C. mycophilum radial growth in vitro in respect to the control without fungicide, when

applying increasing concentrations of active substance (µg mL-1). a) Chlorothalonil. b) Prochloraz-Mn. c)

Thiabendazole. d) Thiophanate-methyl. .................................................................................................................................................. 85 Gráfico 19. Distribución de frecuencias de los valores de ED50 en los aislados de Cladobotryum mycophilum estudiados.

a) Clortalonil. b) Procloraz-Mn. c) Tiabendazol. d) Metil-tiofanato. ................................................................................................ 87

Graph 19. Frequency distribution of ED50 values of the strains studied. a) Chlorothalonil. b) Prochloraz-Mn. c)

Thiabendazole. d) Thiophanate-methyl. .................................................................................................................................................. 87 Gráfico 20. Superficie de cultivo colonizada por telaraña a lo largo del ciclo. a) Ensayo A. b) Ensayo B. .......................... 91 Graph 20. Crop surface colonized by cobweb along the crop cycles. a) Trial A. b) Trial B. .................................................... 91

Page 18: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xvii

Gráfico 21. Condiciones climáticas registradas en la comarca durante el periodo de muestreo. a) Temperatura media

(ºC). b) Humedad relativa (%). c) Precipitación acumulada (mm). d) Velocidad del viento (m s-1). .................................... 106

Graph 21. Weather conditions recorded in the region during the sampling period. a) Average temperature (ºC). b)

Relative humidity (%). c) Accumulated precipitation (mm). d) Wind speed (m s-1). .................................................................. 106

Gráfico 22. Severidad estacional de la infección en cultivos de champiñón. a) Otoño (2011/12; 2012/13). b) Invierno

(2011/12; 2012/13).c) Primavera (2011/12; 2012/13). d) Verano (2011/12; 2012/13). ........................................................... 108 Graph 22. Severity of disease concerning degree of infection (%) along the study. a) Autumn (2011/12; 2012/13). b)

Winter (2011/12; 2012/13). c) Spring (2011/12; 2012/13). d) Summer (2011/12; 2012/13). ................................................ 108 Gráfico 23. Superficie de cultivo colonizada por telaraña en cada cobertura. a) Ensayo A. b) Ensayo B........................... 112 Graph 23. Crop surface colonized by cobweb in each casing material. a) Trial A. b) Trial B. .............................................. 112

Gráfico 24. Superficie de cultivo colonizada por telaraña en cada tratamiento. a) Ensayo A. b) Ensayo B. ...................... 119 Graph 24. Crop surface colonized by cobweb in each treatment. a) Trial A. b) Trial B. ......................................................... 119

Page 19: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xviii

figuras/ figures Figura 1. Actividades que engloba la explotación commercial del cultivo de champiñón. ......................................................... 5 Figure 1. Areas of work included within the commercial activity of button mushroom. ............................................................... 5 Figura 2. Micelio de A. bisporus germinando en el sustrato de cultivo. ........................................................................................... 8

Figure 2. Mycelium of A. bisporus growing on compost. ..................................................................................................................... 8 Figura 3. Carpóforo de A. bisporus. ........................................................................................................................................................... 8 Figure 3. Fruit body of A. bisporus. ............................................................................................................................................................ 8 Figura 4. a) Micelio parasitario algodonoso creciendo sobre la cobertura y los carpóforos. b) Masa densa de conidios

generada por una abundante esporulación. ............................................................................................................................................. 20

Figure 4. a) Fluffy mycelium growing over the casing layer and carpophores. b) Mass of conidia as a result of a profuse

sporulation. ..................................................................................................................................................................................................... 20

Figure 5. Moteado en carpóforos infectados. a) Decoloraciones o manchas amarillo-grisáceas de borde regular. b)

Mancha marrones con borde irregular. .................................................................................................................................................... 22 Figure 5. Spotting on diseased fruit bodies. a) Regular grey-yellow spots or decoloration. b) Brown spots with an ill

defined edge. ................................................................................................................................................................................................... 22 Figura 6. Moteado de champiñones por la acción de parásitos fúngicos. a) L. fungicola. b) Trichoderma spp. c)

Cladobotryum spp. .............................................................................................................................. ¡Error! Marcador no definido. Figure 6. Cap spotting on A. bisporus caps due to fungal parasites. a) L. fungicola. b) Trichoderma spp. c)

Cladobotryum spp. .............................................................................................................................. ¡Error! Marcador no definido. Figura 7. Sintomatología asociada a la enfermedad de la telaraña en la cobertura y en los carpóforos. a, b) Cultivos

cubiertos con cobertura mineral. c, d) Cultivos cubiertos con cobertura tipo turba. e) Moteado en un carpóforo infectado.

f) Lesiones cóncavas en champiñones infectados. ............................................................................................................................... 41

Figure 7. Symptoms of cobweb disease over the casing layer and carpophores. a, b) Crops cased with mineral casing

layer. c, d) Crops cased with peat based casing layer. e) Spotting over the caps. f) Sunken lesions over the caps. ............. 41 Figura 8. Haz y envés de placas Petri sembradas con el parásito sobre medio PDA. Evolución de la colonia. .................. 50

Figure 8. Front and back side of PDA medium plated with the parasite. Evolution of the colony. ......................................... 50

Figura 9. Micrografía óptica de C. mycophilum. a, b, c) Microesclerocios. d, e, f) Clamidosporas. ...................................... 51 Figure 9. Optical micrographs from C. mycophilum. a, b, c) Microsclerotia. d, e, f) Clamidospores................................... 51 Figura 10. Micrografías de C. mycophilum. a) Masa de conidios envolviendo un carpóforo. b) Micelio. c, d) Conidios.

e) Conidios entre hifas de A. bisporus (*Prot: cicatriz de union a la fiálide, hilum basal). f) Conidios germinando cobre

tejido de A. bisporus. (1: conidios; 2: tubos germinativos). g, h) Fiálides. ............................. ¡Error! Marcador no definido.

Figure 10. Micrographs from C. mycophilum. a) Conidia clouds engulfing the infected carpophore. b) Mycelium. c, d)

Conidia. e) Conidia in the mycosphere of A. bisporus (*Prot: Scar of union to the phyalide, hilum basal). f) Germinating

conidia in the mycosphere of A. bisporus. (1: conidia; 2: germinative tubes). g, h) Phialides.¡Error! Marcador no

definido. Figura 11. Secuencia micrográfica de la germinación de un conidio de C. mycophilum en PDA a temperatura ambiente.

Capturas cada hora durante las primeras 12 h, y después de 24 h. ................................................................................................... 53

Figure 11. Micrograph sequence of the germination of C. mycophilum on PDA at room temperature. Conidium

captured every hour during the first 12 hours, and after 24h. ........................................................................................................... 53

Figure 12. Árbol filogenético construido conjuntando los vecinos (―neighbor-joining method‖), comparando la region

ITS de las secuencias de veinte aislados de Cladobotryum con otras especies de Cladobotryum depositadas en el

GenBank. La secuencia de Sepedomium sp. se usó como referencia. La barra de escala representa una distancia

filogenética del 1%. ...................................................................................................................................................................................... 55 Figure 12. Phylogenetic tree constructed by the neighbor-joining method, comparing the ITS region sequences of twenty

Cladobotryum isolates with those of other Cladobotryum species from GenBank. Sepedomium sp. was used as the

outgroup. The scale bar represents a phylogenetic distance of 1%. ................................................................................................ 55 Figura 13. a) Fase inicial de la infección. b) Masa de esporulación engullendo un champiñón. c, d) Carpóforos

infectados sufriendo podredumbre. .......................................................................................................................................................... 60

Page 20: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xix

Figure 13. a) Initial phase of infection. Fluffy-cottony mycelium growing radially outwards. b) Mass of sporulation

engulfing fruit bodies. c, d) Decaying carpophores. ............................................................................................................................ 60 Figura 14. Diseño experimental en las salas de cultivo. a, b) Bloques cubiertos sobre estructura metálica. c) Bloques

cubiertos con cobertura tipo turba.. d) Bloques cubiertos con cobertura mineral. ......................................................................... 64 Figure 14. Design of trials in the experimental mushroom units. a, b) Cased blocks over the metal shelf structure. c)

Blocks cased with peat based materials. d) Blocks cased with mineral casing. ............................................................................ 64 Figura 15. Sintomatología asociada a la telaraña observada en los ensayos. a) Micelio fino algodonoso sobre cobertura

tipo turba y champiñones. b) Densa masa de esporas sobre la cobertura mineral y un cuerpo fructífero. .............................. 69

Figure 15. Symptoms of cobweb disease observed in the trials. a) Fluffy mycelium over peat casing and fruit bodies. b)

Dense mass of conidia over mineral casing and fruit body. .............................................................................................................. 69

Figura 16. Brotes puntuales de telaraña tratados mediante un papel húmedo y sal. a) Ensayo al final del ciclo. b) Bloques

cubiertos con turba. c) Bloques cubiertos con cobertura mineral. ..................................................................................................... 69

Figure 16. Outbreaks of cobweb disease treated by damp paper and salt. a) Trial at the end of the crop cycle. b) Blocks

cased with peat based materials. c) Blocks cased with mineral casing. .......................................................................................... 69

Figura 17. Sintomatología de la enfermedad de la telaraña observada en los ensayos. a) Fase inicial de la infección. b)

Masa de conidios. c) Manchas marrones de borde mal definido. d) Manchas regulares de color amarillo-grisáceo. ........ 89 Figure 17. Symptoms of cobweb disease observed in the trials. a) Fluffy mycelium over casing and fruit bodies. b) Dense

mass of pathogenic conidia. c) Brown spots with an ill defined edge. d) Yellow-grey spots with a clear defined edge...... 89 Figura 18. Locales tradicionales para cultivo de champiñón en Castilla-La Mancha. ............................................................. 104

Figure 18. Traditional facilities for mushroom cultivation in Castilla-La Mancha. .................................................................. 104 Figura 19. Invernaderos para cultivo de champiñón. ....................................................................................................................... 104

Figure 19. Plastic tunnels for mushroom cultivation. ........................................................................................................................ 104 Figura 20. Naves industrials para cultivo de champiñón. ................................................................................................................ 105

Figure 20. Industrial buildings for mushroom cultivation. ............................................................................................................... 105

Figure 21. Instalaciones tipo holandés de paneles aislantes tipo sandwich.. ............................................................................... 105 Figure 21. Dutch design, made from isolating panels. ...................................................................................................................... 105

Figura 22. Ensayos in vitro (MEA). Inhibición del crecimiento de C. mycophilum mediante concentraciones crecientes

de fungicidas. ................................................................................................................................................................................................ 117

Figure 22. Assays in vitro (MEA). Inhibition of C. mycophilum growth by chemical fungicides. ......................................... 117

Figura 23. Ensayos in vitro (medio agar-compost). Inhibición del crecimiento de A. bisporus mediante concentraciones

crecientes de fungicidas. ............................................................................................................................................................................ 118

Figure 23. Assays in vitro (agar-compost medium). Inhibition of A. bisporus growth by chemical fungicides. ................ 118

Page 21: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

xx

Abreviaturas

A. bisporus: Agaricus bisporus

ACT: té de compost aireado

C. mycophilum: Cladobotryum mycophilum

CTL: clortalonil (chlorothalonil)

EB: eficiencia biológica (BE: biological efficiency)

EC: electrical conductivity (CE: conductividad eléctrica)

ED50: dosis media efectiva

HR: humedad relativa (RH: relative humidity)

MEA: malt extract agar (agar-extracto de malta)

MTF: metiltiofanato (thiophanate-methyl)

NCT: té de compost no aireado

PCL: procloraz-Mn (prochloraz-Mn)

PDA: potato dextrose agar (agar-patata dextrosa)

RF: resistant factor (factor de resistencia)

SMS: spent mushroom compost (sustrato postcultivo de champiñón)

s.m.s: sobre materia seca

sp.: detrás de un nombre de género indica especie concreta perteneciente a ese género cuyo epíteto

específico es desconocido o carece de importancia

spp.: detrás de un nombre de género hace referencia a todas las especies individuales dentro de ese

género

TBD: tiabendazol (thiabendazole)

WHC: water holding capacity (capacidad de retención de agua)

Page 22: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Project Justification

xxi

PROJECT JUSTIFICATION Cladobotryum spp. is a mushroom parasite fungus. Its occurrence in white button

mushroom (Agaricus bisporus (Lange) Imbach) commercial crops generates the pathology known as

cobweb. This name is associated to the white fluffy mycelium that grows over the casing and the

infected mushrooms; in the first stage it resembles a spider web that quickly evolves towards a dense

mass of sporulation. Another disease symptom is the cap spotting on the mushroom which provokes

loss of quality and a significant drop in profitability during the crop cycle.

Historically Cladobotryum dendroides had been the specie associated with this pathology in

Spain. However, various taxa of the same genus are able to cause cobweb in mushroom crops. All of

them belong to the Cladobotryum Nees emend. (syn. Dactylium Nees) genus, hyphomycete, asexual

or conidial state of some species from the Hypomyces (Fries) L. R. genus. Cladobotryum

mycophilum is currently commonly cited as causative agent of cobweb disease. Varieties of this

specie resistant to benzimidazole fungicides (C. mycophilum type II) were responsible for heavy

losses in Great Britain and Ireland during mid-1990s.

Cobweb disease has always been common in Spanish mushroom crops, but has rarelybeen a

cause of major concern, inasmuch as it was heavily dependant on the season, usually emerging in

autumn. However, in the last few years (since 2008) the prevalence of cobweb in Spanish

commercial crops has increased remarkably. This upward trend can lead to yield losses and and is

consequently of great concern for farmers since low farm gate prices demand high production to be

profitable.

Currently, the Spanish mushroom industry is promoting a progressive modification of

traditional culture management, basically due to the replacement of the traditional casing materials

(based on mineral soils) by materials based on black peat moss, which have higher water holding

capacity. However, such casing materials have physical and chemical characteristics that a priori

look favourable to the initiation and spread of the disease. The modifications necessary demand a

gradual ―technification‖ by farms and farm workers in order to recycle knowledge towards cultural

management practices that will enable outbreaks of the diseas to be prevented or, at least, controlled.

To minimize the occurrence of disease and the dispersion of harmful conidia, the most

effective practice consists on preventing cobweb outbreaks, although chemical control can also be

applied to cope with the pathology. In the past, it was effectively controlled by using methyl-

benzimidazole-carbamate (MBC) fungicides, among them benomyl, carbendazim and thiabendazole,

although resistant strains were detected in Great Britain and Ireland. A plausible explanation of these

resistant strains may be the widespread and massive overuse of benzimidazole-type fungicides.

These have been applied through the years to fight with cobweb and several other fungal diseases. In

Spain, carbendazim was commonly used and the key product in the successful control of cobweb

disease; however, European legislation has led to it being banned for use on mushroom crops.

Such increasingly restrictive legislation regarding the chemicals used in agriculture

demands proper management of the available products. But to optimize integrated disease control,

chemicals must be combined with good farming practices and measures towards enhancing the

hygiene in growing facilities.

Page 23: Estudio de la telaraña del champiñón causada por
Page 24: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Abstract

1

ABSTRACT Recent years have seen the widespread occurrence of cobweb disease in Spanish button

mushroom crops [Agaricus bisporus (Lange) Imbach]. Indeed, in the last four years the presence of

the disease has increased notably, resulting in serious economic losses.

To provide a global perspective on the impact of the disease, A. bisporus mushroom crops

were surveyed over a two year period to estimate the incidence and severity of cobweb along the

crop cycle and the season, analyzing the casing material used. Cobweb disease usually appears in

Spanish button mushroom crops when they age. Crops in the third flush are much more likely to be

infected than those of the second and first. An early occurrence can lead to widespread infection by

the end of the crop cycle. The pathology may appear at any time during the year although its

presence and severity is greater in autumn and winter than in spring and summer. Temperature and

humidity during these seasons, as well as the higher density of crops in the production area (since

summer temperatures increase the energy costs of production), can promote the germination of the

pathogen and facilitate its entry into the culture facilities, as well as the dispersion of cobweb among

different rooms and farms. No significant differences were observed concerning disease emergence

through the casing materials analyzed during the field sampling. The physical and chemical

properties of the peat casing, especially its high water holding capacity, appear to enhance the

germination of the pathogen in this kind of casing material. However, this effect may have been

conditioned by the extent to which this new casing material has been introduced within the

production area under study. Initially, peat casing materials were applied by farmers whose technical

preparation and high-tech facilities enabled the optimized management of risks and environmental

growth conditions. In these facilities, disinfection after crop termination is effective and the control

of pathogen irruption is efficient, while the traditional buildings usually show deficiencies. During

the second annual period of the study, the presence of the disease registered in tested farms was

considerably lower than in the first one. This was a direct result of the recommendations about crop

management and cobweb control provided to growers throughout the study. Many of them have

learnt to prevent and manage disease outbreaks.

Twenty-five Cladobotryum spp. colonies were isolated from commercial crops showing

disease symptoms, plated on PDA and preserved. Their evolution and growth in vitro, taxonomic

characters and genetic material were studied. The colonies secrete a pigment that becomes deep red

and lack the characteristic camphor odour associated to C. mycophilum. Their conidia are big,

bacillus in shape and mainly uniseptated while the phyalides are tapered to the tip which is simple

and regular. At room temperature, spores germinated two hours after plating on PDA, and the

germinative tubes showed a high growth rate. BLAST analysis of the sequenced amplicons revealed

the closest degree of similarity to four Cladobotryum mycophilum sequences deposited in the

GenBank database. Phylogenetic analysis showed the highest evolutive proximity to several

sequences of Cladobotryum mycophilum. Therefore, the causal agent of cobweb disease in Spanish

button mushroom crops is Cladobotryum mycophilum (Oudem.) W. Gams&Hoozem.

The pathogenicity of Cladobotryum mycophilum was evaluated by applying a conidial

solution over several casing types of an Agaricus bisporus germinated crop. Three different peat

cased blocks and one mineral cased where checked. The pathology appeared in the inoculated

Page 25: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Abstract

2

blocks, while control blocks remained healthy. As a result, the infection was presumably due to the

primary inoculum spread. Blocks where a peat-lime casing was used were more infected than those

ones with mineral casing. The cultural practices carried out during the crop cycle were those suited

to a peat-lime casing, and so it can be affirmed that mineral casing blocks suffered yield reductions

that were not directly attributable to the disease (but to a wrong hydric balance). Of note is the fact

that all the casing materials used showed infection. Disease-inoculated blocks suffered losses of

between 1% and 13% due to cobweb. The sooner the pathology appeared, the greater the yield losses

registered. The cropping surface colonized by the disease increased as the cycle proceeded, and the

eralier the infection appeared, the larger the crop area colonized. Once an outbreak of cobweb is

located within the facilities, the individual outbreaks must be controlled. Indeed, it is necessary to

treat them prior to sporulation. This can be done covering them with damp paper and applying salt

generously, sealing the edges at first to avoid conidia release, and then the rest of the affected

surface. Control methods, described in this work, should prevent the dissemination of harmful

spores, which are dry and easy to dislodge. When not properly treated, conidia spread within crops

and will disseminate the infection resulting in higher losses. However, to apply salt over the patches

of disease is currently discontinued, since there could be food safety implications. Instead, only a

thick damp paper splaced over the isolated patches is recommended to prevent the spread of the

disease (Pyck and Grogan, 2015).

The response of the colonies to selected fungicides (chlorothalonil, thiophanate-methyl,

prochloraz-Mn and thiabendazole) was analyzed in vitro. As the concentration of active substance

added to the medium increased, the mycelium showed a linear reduction in growth. The pathogen

shows greatest sensitivity to prochloraz-Mn. Mean effective dose (ED50) values for the two

benzimidazole fungicides tested (thiophanate-methyl and thiabendazole) were greater than those

obtained for prochloraz-Mn and chlorothalonil. Two of the analyzed strains showed resistant

symptoms towards the benzimidazole fungicides employed, and were also the most sensitive to

prochloraz-Mn. Due to their resistance to benzimidazole fungicides, these two isolates must be

classified as Cladobotryum mycophilum Type II. In addition, two other isolates exhibited some

tolerance to prochloraz-Mn, while all of them were sensitive to chlorothalonil, which showed

homogeneous ED50 values. Prochloraz-Mn was the active substance with the highest selectivity

between pathogen and host. Thiabendazole also showed an interesting degree of selectivity against

the pathogen. Due to its high persistence in the casing layer and the reduced toxicity to the host,

thiabendazole must be considered to be of interest as a control alternative to sensitive strains. On the

other hand, chlorothalonil showed the worst selectivity among the evaluated substances.

Cobweb control by fungicides was studied in crop trials cased with peat based material,

treated with the selected fungicides and subsequently inoculated with Cladobotyum mycophilum.

Seven treatments per trial were evaluated: control, inoculated contol, prochloraz-Mn (1 application),

prochloraz-Mn (2 applications), chlorothalonil, thiophanate-methyl and thiabendazole. Cobweb

became widespread in all the treatments from the third flush. The crop area affected showed an

exponential growth as the growing cycle proceeded. The earlier the infection appeared the larger the

surface colonized by the pathogen. Those treatments that experienced an earlier infection showed a

higher surface colonized by the pathogen at the end of the crop cycle. An substantial degree of

infection facilitates conidial dispersion through the crop. Uncontrolled outbreaks appeared at the end

of the cycle, perhaps induced by the dispersion of harmful conidia as a result of the widespread

dispersion of the disease in the culture mushroom unit. Cobweb was responsible for yield reductions

Page 26: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Abstract

3

of up to 17%. In general, infected blocks showed levels of productions that were below those that

remained healthy. The crop surface colonized in the non-inoculated control was important due to

conidial dissemination from inoculated blocks. On the other hand, in treatments where fungicides

were applied, the very poor control achieved in both assays by using thiabendazole should be noted.

This aspect could be intrinsically related to the pathogen´s ability to generate resistance to

thiabendazole. Thiophanate-methyl also proved to be ineffective in coping with cobweb disease, as

did chlorothalonil. The prochloraz-Mn treatments showed the most effective response in managing

the disease, with homogeneous results. The biological efficiency (BE) registered in the inoculated

control was the lowest among all the blocks. Meanwhile the chlorothalonil treatment recorded the

lowest BE among the fungicide treatments; it can therefore be concluded that the low specificity of

this product results in a lower production. Prochloraz-Mn (one application) and thiophanate-methyl

provided highest BE values among the treatments.

Prochloraz-Mn was, on the basis of the results, the most effective fungicide among those

evaluated for cobweb control. It showed the lowest ED50, as well as the highest selectivity towards

the pathogen. Remarkably two of the youngest isolates revealed a slightly lower sensitivity to this

fungicide than the rest, although they were still very sensitive to the active substance. Prochloraz-Mn

was likewise the best treatment to prevent the colonization of casing surface by the disease,

providing an accurate BE of the crop.

In summary, mushroom cobweb caused by Cladobotryum mycophilum is a common

pathology within Spanish mushroom crops. Isolates of C. mycophilum Type II, resistant to the

bencimidazole fungicides, have been detected. Cobweb provokes yield losses in the infected crops.

Its presence and severity are more pronounced in autumn and winter, with a higher incidence as the

crop cycle progresses. Although prochloraz-Mn is the most efficient fungicide to cope with this

pathology, evidences concerning a potential threat to the appearance of resistant strains to this

chemical agent will be presented in this thesis.

Page 27: Estudio de la telaraña del champiñón causada por
Page 28: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Aims

2

AIMS

Incidence of cobweb disease in commercial mushroom crops.

- In recent years the presence of cobweb disease has notably increased, resulting in serious

economic losses. We propose to determine the circumstances under which the disease

manifests itself in commercial mushroom crops and to record the degree of severity observed

when different factors are studied:

growing cycle: stage of the fruiting period when the disease appears by visiting farms at

different flushes during the crop cycle.

season: to ascertain the season when cobweb appears most frequently.

casing: to provide an overview of the differences observed when applying the two casing

layers most widely used by the growers.

Identification of the pathogen responsible for the disease.

- Identification of the causal agent responsible for the disease. Based on morphological and

genetic analyses the pathogen was identified by:

studying the development of the pathogen in vitro (growth, colour and odour).

using classical taxonomy to describe the morphological characteristics of the pathogenic

fungus.

using molecular methods to genetically identify the different strains and then studying

the phylogeny of the strains sequenced.

Pathogenicity of the disease in mushroom crops.

- Pathogenicity trials were carried out to determine the virulence of the pathogen in Agaricus

bisporus crops artificially inoculated with the disease. We attempt to clarify issues concerning

changes in cultural techniques, such as the use of different casing materials. The effect of

cobweb on mushroom productivity was evaluated by comparing mushroom production and the

biological efficiency. The crop surface colonized by the disease was also analyzed.

Control of mushroom cobweb by selected fungicides.

- Certain chemical fungicides used in the worldwide mushroom industry have been analyzed in

order to specify the most effective products to cope with cobweb disease by checking:

in vitro sensitivity of C. mycophilum and A. bisporus. Sensitivity tests have been

conducted to determine ED50 values and the selectivity of the fungicides between

pathogen and host.

the ability to control cobweb when the pathogen is artificially inoculated in A. bisporus

mushroom crops.

Page 29: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Page 30: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

4

1. EL CULTIVO DEL CHAMPIÑÓN

1.1. PRODUCCIÓN COMERCIAL

Actualmente el champiñón [Agaricus bisporus (Lange) Imbach] es la especie de hongo

comestible más cultivada en el mundo. En 2009 la producción anual se estimaba en

aproximadamente 4 millones de toneladas, una actividad que generaba en torno a 4700 millones de

dólares (Sonnenberg et al., 2011). Los principales productores mundiales de champiñón son China y

Estados Unidos (Gráfico 1).

Gráfico 1. Producción mundial estimada (miles de toneladas) de A. bisporus en 2010.

Graph 1. Estimated world production (thousands of tons) of A. bisporus in in 2010.

Gráfico 2. Producción de champiñón (miles de toneladas) en Europa en 2011.

Graph 2. Button mushroom produced (thousands of tons) in Europe along 2011.

0

500

1000

1500

2000

2500

China USA Netherlands Poland France Spain Other EU

0

50

100

150

200

250

300

350

(Royse, 2014)

(GEPC, The European Mushroom Producers Board)

Page 31: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

5

España ocupa el cuarto lugar como productor europeo tras Holanda, Polonia y Francia, y el

sexto a nivel mundial (Gráficos 1 y 2), con una producción estimada de 134.768 t anuales en 2013

(Royse, 2014; MAGRAMA, 2015). Los gráficos 2 y 3 recopilan la producción de champiñón en la

Unión Europea en 2011 así como la serie histórica de los 15 años anteriores.

Gráfico 3. Serie histórica de prducción de champiñón (miles de toneladas) en Europa.

Graph 3. Historical time series of button mushroom produced (thousands of tons) in Europe.

La importancia de la producción de champiñón radica en el hecho de integrar diversas

actividades que deben estar perfectamente coordinadas entre sí para una adecuada explotación

comercial del producto, y para la gestión apropiada de los residuos generados, como se esquematiza

en la Figura 1 (Pardo, 2008).

850

900

950

1000

1050

1100

1150

1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Figura 1. Actividades que engloba

la explotación commercial del cultivo

de champiñón.

Figure 1. Areas of work included

within the commercial activity of

button mushroom.

(GEPC)

Page 32: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

6

Actualmente en España el champiñón se cultiva principalmente en dos regiones, Castilla-La

Mancha y La Rioja. Las tablas 1 y 2 ofrecen los datos del análisis provincial de la superficie total

cultivada de champiñón, rendimiento medio y producción total en 2013; y de la serie histórica de

superficie total cultivada, rendimiento de cultivo, producción total, precio medio y valor total del

champiñón en España.

Tabla 1. Análisis regional: superficie de champiñón

cultivada, rendimiento y producción en 2013.

Table 1. Regional analysis: mushroom crop area

cultivated, yield and production in Spain during 2013.

Provinces

REGIONS

Surface

(*ha)

Yield

(kg ha-1

)

Production

(t)

NAVARRA 9.0 34.50 3105

LA RIOJA 231.0 30.00 69300

BALEARES 11.8 15.10 1783

Albacete 65.0 28.00 18200

Cuenca 160.0 26.00 41600

CASTILLA-LA MANCHA 225.0 26.58 59800

Valencia 3.0 7.48 224

C. VALENCIANA 3.0 7.48 224

Granada 2.0 25.00 500

ANDALUCÍA 2.0 25.00 500

S.C. de Tenerife 0.8 7.00 56

CANARIAS 0.8 7.00 56

SPAIN 482.6 27.92 134768

*1 ha: 10000 m2 (MAGRAMA, 2015)

Tabla 2. Industria española del champiñón: serie histórica de superficie

cultivada, rendimiento, producción, precio medio y valor total generado.

Table 2. Spanish mushroom industry: historical time series of surface

cultivated, crop yield, production, average price and total value.

Year Surface

(ha)

Yield

(kg ha-1

)

Production

(t)

Average farm price

(€ 100kg-1

)

Value

(thousands of €)

2001 303.84 36.07 109605 98.36 107807 2002 293.08 43.02 126083 88.27 111293

2003 290.48 41.65 120988 89.03 107716

2004 291.89 44.16 128898 105.20 135601

2005 277.47 45.85 127213 117.52 149501

2006 299.28 42.26 126463 113.50 143536

2007 272.53 45.25 123322 114.34 141006

2008 245.67 48.19 118398 116.07 137425

2009 305.09 40.98 125017 91.21 114028

2010 456.97 26.53 121248 97.32 117999

2011 491.73 27.56 135545 103.46 140235

2012 479.70 28.08 134676 113.52 152884

2013 482.61 27.92 134768 117.26 158029

(MAGRAMA, 2015)

Page 33: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

7

Desde 2008 el consumo de champiñón en España, tanto en fresco como en conserva, sigue

una línea ascendente. En 2012, el consumo per cápita, sumando el champiñón fresco más champiñón

en conserva, se situó en 1,77 kg por persona y año, con una ligera recuperación de los precios. En la

balanza comercial del sector es destacable que la exportación de champiñón en fresco experimentó

un importante aumento en 2011, aunque sufrió descensos significativos la exportación de champiñón

en conserva, cocido y en salmuera. También se han incrementado las importaciones de champiñón en

fresco, sobre todo las procedentes de Portugal (MAGRAMA y Base de datos ICEX, 2013).

En Castilla-La Mancha, este cultivo se concentra en la comarca de La Manchuela, un área

muy localizada que cuenta con dieciocho poblaciones productoras en la provincia de Cuenca y ocho

poblaciones en la provincia de Albacete. Existen entre 1.200 y 1.500 explotaciones, con una

producción anual de unas 59.800 t de champiñón (Tabla 1), lo que supone el 44% de la producción

nacional (Peñaranda et al., 2009; MAGRAMA, 2015).

1.2. INDICADORES DE CALIDAD. PROPIEDADES NUTRICIONALES Y MEDICINALES

DEL CHAMPIÑÓN

Los carpóforos normalmente se recolectan en un estadío inmaduro, antes de que las láminas

queden expuestas. Un champiñón ideal para comercialización debe ser blanco, sin manchas, de

textura firme y con el velo cerrado. Si bien un ejemplar maduro, con manchas o deforme es

igualmente apto para consumo, estas deficiencias provocan el rechazo del potencial consumidor. La

calidad del producto puede verse mermada por el deterioro microbiano (moteado por enfermedades

de origen fúngico o bacteriano) y por lesiones durante la recolección o el transporte que provocan

decoloración, o la maduración y senescencia del producto (Eastwood y Burton, 2002).

Los hongos en general contienen aproximadamente un 90% de agua y un 10% de materia

seca. Presentan contenido en proteínas entre 27% y 48% s.m.s, siendo los carbohidratos menos del

60% s.m.s y las grasas inferiores al 8% s.m.s. El valor energético de los sombreros de setas frescas es

1,05-1,50 J kg-1

(Sánchez, 2004).

El champiñón es interesante desde el punto de vista nutricional y posee atractivas

propiedades medicinales. A. bisporus contiene altos niveles de fibras dietéticas y antioxidantes

incluyendo vitamina C, D, y B12, folatos y polifenoles que proporcionan efectos beneficiosos en

enfermedades cardiovasculares y diabetes. Tienen proteínas en gran cantidad y de muy buena calidad

y su contenido graso bruto es relativamente bajo (Chang, 2005). Es un alimento rico en minerales

indispensables para el buen funcionamiento del organismo humano, destacando el contenido en

potasio, fósforo, yodo y magnesio, junto con los micronutrientes: hierro, zinc, cloro, azufre,

manganeso, flúor, cobalto y selenio (http://alimentos.org.es/champinones). El champiñón destaca por

ser una fuente de selenio dietético, un micronutriente esencial para la salud y generalmente deficiente

en las dietas occidentales (Beelman, 2005).

La vitamina B5 o ácido pantoténico, que se encuentra de forma abundante en los

champiñones, hace que este alimento sea útil para combatir el estrés y las migrañas, y recomendable

para reducir el exceso de colesterol. El champiñón manifestó actividad hipoglucémica e hipolipídica

en ensayos con ratas (Jeong et al., 2010). También presentan interesantes propiedades

anticancerígenas. Contienen sustancias fitoquímicas que pueden suprimir la acción de dos enzimas

que intervienen en el desarrollo del cáncer de mama y de próstata; la ingesta de este alimento puede,

Page 34: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

8

por tanto, reducir la incidencia de estos tipos de cáncer (Chen, 2005). El consumo de A. bisporus

enriquecido en selenio puede ser un método efectivo para retardar el crecimiento de tumores

inducidos químicamente (Spolar et al., 1999).

1.3. DESARROLLO DE AGARICUS BISPORUS

Existen dos estados morfológicos por los que el cultivo de A. bisporus debe atravesar desde

el momento de la siembra hasta la etapa final de recolección: fase vegetativa y fase reproductiva

(Bernardo, 2003).

- Fase vegetativa: Las hifas que componen el micelio colonizan el sustrato de cultivo y la

cobertura (Figura 2). El champiñón presenta este estado morfológico en las etapas de siembra

(crecido sobre granos de cereal), incubación (coloniza el sustrato de cultivo) y pre-fructificación

(colonización de la cobertura) (Tabla 3). El desarrollo vegetativo del hongo se favorece a

temperatura en el ambiente de 20-22ºC y en torno a 22-27ºC en el compost, alta humedad relativa

(>95%) y una elevada concentración de CO2 (>0,1% hasta 3%).

- Fase reproductiva: Después de un periodo de crecimiento y una vez que las condiciones

requeridas son proporcionadas (descenso gradual de humedad y temperatura del ambiente, así como

ventilación para reducir la concentración de CO2), el micelio puede producir los cuerpos fructíferos.

Los champiñones son estructuras multicelulares generadas por la diferenciación de las células del

micelio vegetativo (Eastwood y Burton, 2002). Un cuerpo fructífero de A. bisporus posee tres partes

bien diferenciadas: sombrero o píleo; tallo, pie o estípite y el himenio (Figura 3).

Cap (pileus)

Gill (hymenium)

Stem (stipe)

Veil

Figura 2. Micelio de A.

bisporus germinando en el

sustrato de cultivo.

Figure 2. Mycelium of A.

bisporus growing on compost.

Figura 3. Carpóforo de A.

bisporus.

Figure 3. Fruit body of A.

bisporus.

Page 35: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

9

1.4. REQUERIMIENTOS DEL CULTIVO DE CHAMPIÑÓN

1.4.1. Micelio o “semilla”

El micelio o inóculo del cultivo, denominado coloquialmente como ―semilla‖ o ―spawn‖ en

su denominación anglosajona, se produce en laboratorios especializados.

El inóculo se obtiene al potenciar el crecimiento del micelio (procedente de una colección

de cepas seleccionadas) sobre la superficie de granos de cereales (centeno o mijo). El proceso

consiste en hidratar los granos con agua caliente (al 35-45%), y mezclar con una combinación de

yeso y carbonato cálcico para evitar el apelmazamiento y proporcionar un pH adecuado. A

continuación se esteriliza el grano a 121ºC durante 2 horas. Tras enfriar, el grano es inoculado con el

micelio de la cepa seleccionada en condiciones rigurosamente estériles. A continuación, el grano es

trasladado en los formatos comerciales a una sala de incubación (23-25ºC), donde se desarrolla el

micelio invadiendo los granos (2-2,5 semanas). Los granos así crecidos en condiciones de rigurosa

higiene, constituyen la ―semilla‖ con la que se inocula el sustrato de cultivo.

1.4.2. Sustrato de cultivo. Compostaje

Los hongos comestibles se producen a partir de materias primas naturales procedentes de la

agricultura, los bosques, la ganadería, y las industrias manufactureras (Rinker, 2002). El champiñón

es un organismo saprófito que extrae los compuestos orgánicos que requiere como nutrientes de un

medio adecuado en el que estén presentes (Gerrits, 1996). El compost del champiñón es un sustrato

de cultivo lignocelulósico de tipo húmico, rico en nitrógeno, que tiene todos los nutrientes necesarios

para su crecimiento. La selectividad del sustrato limitará el crecimiento de otros organismos

antagonistas o patógenos (Pardo, 1999).

Es deseable que las materias primas empleadas para elaborar el compost y seleccionadas en

razón de su potencial composición nutritiva para el crecimiento y desarrollo del champiñón, posean

una serie de características (Pardo, 1999): uniformidad y homogeneidad del material; disponibilidad

continua o muy regular; características físico-químicas y nutritivas conocidas; facilidad de transporte

y manejo; y precio competitivo en origen. Pardo (1999) establece una clasificación de las materias

primas empleadas en España por el sector champiñonero. Actualmente, los materiales de base

empleados por la industria se resumen en paja de cereal y una serie de residuos agrícolas

aprovechables disponibles en la zona productora: gallinaza y orujo agotado de alcoholería

fundamentalmente.

La elaboración del compost para cultivo de champiñón supone el desarrollo de un proceso

fermentativo, llevado a cabo a gran escala, sobre mezclas calculadas de materiales lignocelulósicos

de base y materiales nitrogenados que se añaden como activadores y enriquecedores, en el que se

producen gradualmente importantes cambios físico-químicos, bioquímicos y microbiológicos sobre

los materiales de partida (Pardo, 1999). La operación de compostaje se subdivide en distintas etapas

(Schisler, 1982; Fletcher y Gaze, 2008):

- Una fase previa de acondicionamiento del material: el objetivo de esta etapa inicial es

mezclar y humedecer el material crudo de partida para dar comienzo al proceso del compostaje. Se

estimula la actividad microbiana para favorecer la iniciación de una fermentación aerobia (al aire

libre, aprox. 7 días).

Page 36: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

10

- Fase I (fermentación libre en pila): el material se coloca en pilas asegurando un continuo

suministro de agua y oxígeno mediante el riego y volteo de los montones. Cada vez que la pila se

voltea la actividad microbiana se estimula y el compost adquiere temperaturas superiores,

produciéndose una sucesión y acción de distintos microorganismos según la banda de temperatura (al

aire libre, aprox. 7 días).

- Fase II (fermentación dirigida y controlada en cámara): tiene como finalidad acondicionar

el sustrato para el crecimiento miceliar del champiñón y eliminar los posibles parásitos y

competidores del hongo. El compost se introduce en cámaras de pasteurización en las que es

necesario controlar las condiciones ambientales. Se obtiene un sustrato selectivo que estimulará el

crecimiento del A. bisporus al tiempo que limita el desarrollo de competidores (cámara de

pasteurización, aprox. 6 días).

Una vez finalizada la fase II se inocula el micelio de Agaricus sobre el sustrato selectivo

(Ferri, 1985). El compost fase II inoculado puede ser distribuido a los cultivadores, que serán los

encargados de incubarlo en sus propias instalaciones. Otra alternativa es la elaboración de compost

fase III.

- Fase III (compost incubado): el compost proveniente de la fase II, inoculado con el micelio

del champiñón, se incuba en cámaras donde se controla la temperatura usando aire frío filtrado que

es canalizado a través del compost. El micelio coloniza uniformemente el sustrato acortando el ciclo

de cultivo sensiblemente (cámara de germinación, aprox. 16-18 días) (Fletcher y Gaze, 2008).

1.4.3. Cobertura

Un compost totalmente invadido con el micelio de A. bisporus apenas produce cuerpos

fructíferos. Se entiende por capa de cobertura el material empleado como recubrimiento superior del

compost, de un espesor variable entre tres y cuatro centímetros, que será invadido por el micelio del

champiñón. En ella se produce la modificación ecológica que supone el cambio de la fase de

desarrollo vegetativo al reproductivo (Pardo et al., 2004). La función de la capa de cobertura se

define como ―inducir la producción de esporóforos en cantidad‖ (Flegg, 1956). La necesidad de la

cobertura surge por tanto de la ausencia de otra vía para producir champiñones en cantidades que

resulten rentables para su cultivo (Pardo et al., 1999).

La capa de cobertura tiene diversas funciones que exigen una serie de condicionantes a la

hora de su elección. Tanto las funciones como las propiedades que deben tener los materiales

elegidos quedan resumidas en la introducción del capítulo III.

1.4.4. Etapas del ciclo de cultivo del champiñón

El champiñón es un cultivo forzado que se realiza bajo techo. El ciclo de cultivo consta de

diferentes etapas; cada una de ellas exige un manejo de cultivo concreto definido por las condiciones

ambientales requeridas que deben ser proporcionadas por el cultivador (Peñaranda et al., 2009). A

continuación se resume cada una de las fases de cultivo (Tabla 3):

Page 37: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

11

Tabla 3. Etapas del ciclo de cultivo. Duración y condiciones de cultivo necesarias.

Table 3. Stages of the crop cycle. Length and environmental requeriments.

Stages Length Facility Environmental conditions

Spawning <1 day Compost facility T: 25-30ºC

Incubation 12-20 days,

usually16-18 Compost facility/ Farm

T: air= 20-22ºC; compost= 22-27ºC//

RH>95%// CO2> 0.1%, until 3%

Casing <1 day Farm T: 20-25ºC

Casing incubation 7-9 days Farm T: air= 20-22ºC; compost= 22-27ºC//

RH>95%// CO2> 0.1%, until 3%

Induction of pinning 11-12 days Farm T: 16-18ºC// RH: 85-90%// CO2< 0.08%

Cropping and harvest 21-28 days Farm T: 15-20ºC// RH: 85%// CO2< 0.08%

Crop termination 1-3 days Farm Cooking out (65-70ºC for 12h)//

Disinfectants// High ventilation

Siembra y compactado

El compost selectivo es inoculado con el micelio del champiñón crecido sobre un soporte

biológico (granos de cereal). La tasa de siembra suele ser de 5-10g de micelio kg-1

de compost en

peso seco. Posteriormente el compost sembrado se compacta para aumentar su densidad.

Incubación

Fase vegetativa de colonización del sustrato por el micelio del hongo. Durante esta etapa se

requiere una temperatura del compost alta (22-27ºC) y una humedad elevada (>95%) para evitar la

desecación de la superficie del compost (Van Gils, 1988). Se mantiene una escasa ventilación para

aumentar el nivel de CO2 ambiental (>0,1% hasta el 3%) ya que esta elevada concentración de CO2

estimula el crecimiento miceliar. Esta etapa tiene lugar en la cámara de incubación en el caso del

sustrato Fase III.

Cobertura

Según diversos autores el espesor de la cobertura variará entre 2 y 7cm (Pardo et al., 1999).

Debe aplicarse con un nivel alto de humedad para evitar la posible adsorción de agua del compost, y

lo más uniforme posible, evitando que se creen zonas de un menor espesor.

Prefructificación e inducción

Inicialmente se facilita la colonización de la capa de cobertura por parte del micelio. Se

deben mantener las condiciones de incubación durante 7-9 días. Para inducir la fructificación se

forzará un descenso gradual de la temperatura (hasta 16-18ºC) con fuerte aireación, reduciendo la

concentración de CO2 ambiental (<0,08%). También debe reducirse la humedad relativa (hasta 85-

90%). Con todos estos cambios en las condiciones medioambientales tiene lugar el inicio del

desarrollo de los carpóforos.

Fructificación y cosecha

A los 35-40 días desde el inicio del ciclo se recolectan los primeros champiñones. La etapa

de fructificación y recolección se divide en sucesivas floradas u oleadas, con un periodo entre

floradas que puede oscilar de 2 a 4 días. Habitualmente se cosechan tres floradas. Durante esta fase

Page 38: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

12

interesa mantener una humedad próxima al 85%, disminuyendo hacia el final del cultivo, y

ventilando para evitar una concentración de CO2 elevada (CO2<0,08).

Vaciado, limpieza y desinfección del local

Una vez terminado el ciclo de cultivo, se retira el sustrato post-cultivo del local y se procede

a la desinfección del mismo (Fletcher y Gaze, 2008).

1.5. HIGIENE EN LOS CULTIVOS. DESINFECCIÓN

En general, la higiene se puede definir como un conjunto de medidas preventivas dirigidas a

salvaguardar la salud y prevenir enfermedades en los humanos, animales u otro organismo de interés.

En el caso que nos compete la finalidad de la higiene consistirá en mantener los cultivos de

champiñón sanos.

Se considera que la principal causa de enfermedades en el cultivo es una higiene deficiente

(Staunton y Dunne, 2001). Para implementar mejoras hay que implantar una serie de mecanismos

que si bien son generales, pueden hacerse extensibles para el caso concreto de la telaraña (Staunton

et al., 1999; Fletcher y Gaze, 2008):

- Los equipos cosechadores deben realizar su trabajo comenzando de las floradas más

jóvenes (cultivos más limpios) a las más viejas. Iniciando la jornada con una indumentaria libre de

esporas patógenas (la ropa de trabajo debe lavarse diariamente).

- Se deben emplear guantes desechables que serán reemplazados para cada cultivo.

- Todas las herramientas empleadas como cuchillos o carros deben ser limpiadas y

desinfectadas antes de entrar en otro cultivo.

- Los cajones de plástico no deben introducirse en los locales de cultivo sin limpiarlos

debidamente.

- Se recomienda el empleo de alfombras o fosos con desinfectante para limpiar los pies

a la entrada de las salas de cultivo, así como para las ruedas de los camiones que llegan a la

instalación.

- Uno o varios trabajadores deben encargarse fundamentalmente de identificar

patógenos en los cultivos y aplicar tratamientos puntuales para evitar su dispersión (eliminar bolas,

tapar con sal manchas de telaraña, etc.).

- La superficie de cultivo debe sanearse, evitando dejar tallos y champiñones viejos tras

la recolección.

- Los residuos biológicos procedentes de la recolección o limpieza del cultivo deben

retirarse diariamente.

- Sellar las cámaras de compostaje (Fase II y III) y las naves de cultivo.Se recomienda

la utilización de filtros ―HEPA‖ de alta eficiencia para evitar la dispersión de las esporas y

fragmentos de micelio (2µm Ø).

- Implementar medidas preventivas contra las plagas del champiñón: colocación de

mallas antitrips en las aberturas de ventilación; instalación de luces negras sobre una superficie

impermeable tratada con insecticida en el interior de la explotación.

- Impedir la circulación de polvo en la instalación: evitar barrer los pasillos secos

humedeciéndolos previamente para no liberar esporas patógenas al ambiente, y mantener las puertas

de las naves cerradas el mayor tiempo posible.

Page 39: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

13

- Evitar transferir compost o cobertura entre sacos vecinos de un mismo cultivo.

- Proteger la cobertura, ya que puede contaminarse fácilmente. Almacenarla en un lugar

limpio y cubierta con plástico si no va a emplearse inmediatamente.

La desinfección es la medida de higiene más importante. Lelley y Straetman (1986) la

definen como la destrucción de agentes que provocan una enfermedad y la descontaminación del

local. Si bien la aplicación de productos fungicidas suele tener un carácter específico, la desinfección

tiene una finalidad más general eliminando todos los elementos potencialmente peligrosos.

Es necesario someter a desinfección los locales de cultivo una vez finalizado el ciclo y

previamente al inicio de un nuevo ciclo, respetando los plazos de seguridad correspondientes al

desinfectante empleado; puesto que al igual que elimina los agentes dañinos, la cosecha podría verse

afectada. Debe realizarse también una adecuada desinfección de las herramientas empleadas en el

cultivo, así como de las estanterías y soportes donde se disponen los sacos o bandejas.

Una desinfección con vapor (―cooking-out‖) in situ (previa a la retirada del sustrato post-

cultivo de la nave de cultivo) es el tratamiento más efectivo. Se aconseja una desinfección con vapor

a 65-70ºC durante 9-12 horas para destruir las estructuras de resistencia de los hongos patógenos

(Fletcher y Gaze, 2008). El cooking-out es una técnica empleada en los modernos locales de cultivo

climatizados, pero no es posible utilizarla en los locales tradicionales por carecer de la infraestructura

y tecnología necesarias. En el caso de no disponer de esta tecnología es recomendable aplicar un

potente desinfectante a la superficie de la bolsa previamente a la retirada del sustrato post-cultivo

para eliminar las esporas patógenas en superficie (Staunton et al., 1999).

En caso de emplear desinfectantes, es necesario un lavado previo con agua del grifo para

eliminar la posible suciedad bajo la cual puede encontrarse el vector de la enfermedad, puesto que el

desinfectante actúa más eficazmente en contacto con el patógeno. La elección de un desinfectante

adecuado para un local de cultivo de champiñón requiere una serie de estudios previos encaminados

a dilucidar el efecto fungistático y bacteriostático, consistente en establecer en qué condiciones el

producto limita el crecimiento del organismo dañino sin llegar a eliminarlo, así como el efecto

fungicida y bactericida, basado en establecer las condiciones en las que el desinfectante es capaz de

matar los organismos diana evaluados.

En la comarca de La Manchuela tradicionalmente se ha empleado el formol como

desinfectante, una disolución al 40% de formaldehido. Es un producto que cumple con todos los

requisitos necesarios para ser empleado en la industria productora de champiñón, además por su

volatilidad no deja residuos (Gea y Tello, 1997). Sin embargo, este desinfectante es muy nocivo para

la persona que lo aplica. Hay evidencias de su efecto carcinogénico, además de irritar las vías

respiratorias y provocar problemas dermatológicos, lo que desaconseja su uso. También han sido

empleados desinfectantes clorados. Actualmente se ha generalizado el empleo como desinfectantes

de ciertos compuestos de amonio cuaternario. Contienen cadenas alquílicas largas cuyos cationes

actúan como disruptores de la membrana celular de un amplio rango de hongos y bacterias. Los

agentes químicos pueden complementarse con el encalado de los locales de cultivo que consiste en

aplicar cal viva a techos, suelos y paredes del local. Esta es una práctica tradicional en la comarca

aunque en la actualidad está casi totalmente en desuso.

Se han publicado algunos estudios evaluando la eficacia de distintos desinfectantes a la hora

de controlar o prevenir la enfermedad de la telaraña. En Irlanda, se evaluó el efecto in vitro e in vivo

de tres desinfectantes, Environ (sales de fenilfenol y clorofenol al 22,9%), Purogene (dióxido de

Page 40: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

14

cloro al 2%+activador) y Sudol (fracción de xilenol refinado al 50%), en aislados de C. dendroides.

Los tres productos fueron más efectivos al aplicarlos 12 horas después de la inoculación artificial

sobre tres tipos de materiales: cemento, madera y vidrio. Se observó mayor persistencia de la

contaminación en superficies rugosas, cemento y madera, que en vidrio. En los ensayos in vitro,

Environ y Purogene fueron los más efectivos al inhibir el crecimiento de C. dendroides a dosis de 50

mg L-1

(Abosriwil y Clancy, 2002). En Serbia, se estudió el potencial de Ecoute (30 mg de plata

coloidal en 1 L de H2O2) y Peral-S (oxígeno activo al 0,9%), dos desinfectantes de la cobertura

respetuosos con el medio ambiente. Aunque ambos resultaron eficientes, el desinfectante a base de

oxígeno activo fue más eficaz a la hora de controlar la enfermedad aunque manifestó un efecto

adverso sobre el rendimiento del cultivo. Los resultados indican que el tratamiento con oxígeno

activo para desinfectar la superficie de cobertura, combinado con procloraz-Mn obtuvo la más alta

eficiencia en el control de la telaraña y una productividad de A. bisporus satisfactoria (Potočnik et

al., 2011). Por otra parte, el ácido peracético, que se desintegra en agua generando peróxido de

oxígeno y ácido acético, finalmente generando agua, oxígeno activo y dióxido de carbono, puede

recomendarse como un desinfectante eficaz de la capa de cobertura del cultivo de A. bisporus contra

la telaraña provocada por Cladobotryum dendroides. En ensayos in vivo, el ácido peracético controló

mejor la enfermedad que la plata coloidal, mostrando un efecto positivo en la fisiología de A.

bisporus y un efecto sinérgico al emplearlo junto con procloraz-Mn (Potočnik et al., 2014).

La desinfección mediante irradiación UV cercano ha sido también descrita como un método

eficaz para la reducción de los hongos patógenos y bacterias en las instalaciones destinadas al cultivo

de hongos (Sawada et al., 2005).

1.6. ENFERMEDADES, PLAGAS Y ANOMALÍAS DEL CHAMPIÑÓN

El champiñón es un cultivo que puede sufrir diversas enfermedades provocadas por hongos,

bacterias y virus patógenos. Existen además un buen número de hongos competidores del micelio

que pueden aparecer en el compost o en la cobertura, y normalmente son indicadores de una menor

calidad del sustrato o cobertura empleados (Gea y Tello, 1997; Sharma et al., 2007). Junto a los

citados, el cupo de factores bióticos se completa con las consideradas como plagas del champiñón:

nematodos, ácaros y dípteros (Ferragutet al., 1997; Navarro et al., 2000; Navarro et al., 2003a;

Navarro et al., 2003b; Navarro et al., 2004).

Además de las patologías y desórdenes de origen biótico citados anteriormente, existen una

serie de factores de tipo abiótico que pueden condicionar el desarrollo del cultivo, su rendimiento y

calidad (Fletcher y Gaze, 2008). Aunque las causas abióticas son frecuentemente difíciles de

identificar, normalmente se asocian a un deficiente régimen hídrico, condiciones climáticas poco

apropiadas en el local de cultivo, un compost de pobre calidad, una cobertura inadecuada o la

presencia de elementos tóxicos.

1.6.1. Generalidades: hongos competidores y parásitos

Varias son las anomalías de origen fúngico que afectan de forma directa al cultivo del

champiñón. Con la intención de clarificar la amplia variedad de flora fúngica que puede aparecer en

los cultivos se puede establecer una clasificación en dos grupos: hongos competidores y hongos

parásitos (Geels et al., 1988; Gea y Tello, 1997). Hongos competidores son aquellos que pugnan con

Page 41: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

15

el champiñón por los nutrientes, el agua, el CO2 y el espacio, pudiendo intervenir adversamente

sobre el crecimiento del micelio del champiñón durante la colonización del compost o de la

cobertura. Por otro lado, los hongos parásitos se diferencian de los primeros en que infectan el

micelio y/o los cuerpos fructíferos provocando daños, independientemente de que estos puedan

llegar a ser letales.

Gea y Tello (1997) recopilan un inventario de las patologías de origen fúngico que afectan

al cultivo del champiñón en España. En este contexto, la telaraña es una enfermedad que afecta al

cultivo provocada por un hongo patógeno (Fletcher y Gaze, 2008). Las enfermedades de origen

fúngico más comunes son la mole seca (Lecanicillium fungicola), telaraña (Cladobotryum spp.),

moho verde (Trichoderma aggressivum) y la mole húmeda (Mycogone perniciosa).

1.6.2. Control de enfermedades fúngicas

El manejo de las condiciones ambientales en la instalación junto con los sistemas de

circulación de aire, la sobrepresión en las naves de cultivo y la posibilidad de aplicar ―cooking-out‖

al final del ciclo, facilitan un entorno adecuado para desarrollar un programa de control integrado de

plagas y enfermedades (Geösel, 2011a).

Wuest y Moore (1972) analizaron el grado de muerte térmica de diversos patógenos del

champiñón, concluyendo que al tratar suelo contaminado por Cladobotryum dendroides, Mycogone

perniciosa, Trichoderma viride y Lecanicillium fungicola con vapor, los organismos diana eran

eliminados al aplicar temperaturas de 54,4ºC durante 30 minutos. Las esporas húmedas de

Cladobotryum spp. se eliminan mediante tratamiento a 45ºC durante 30 minutos, pero cuando están

secas pueden resistir temperaturas muy superiores, incluso de 100ºC. Algo similar ocurre con el

micelio del patógeno, el cual puede ser eliminado a 40ºC durante 15 minutos si presenta humedad,

aunque en seco es necesario aplicar 70ºC durante 15 minutos (Fletcher y Gaze, 2008). Se requiere

una Tª de 45ºC durante 30 minutos para destruir la mayoría de las esporas de C. dendroides

(Desrumaux, 2005). La desinfección térmica con vapor (―cook-out‖) in situ es el tratamiento más

efectivo para eliminar los patógenos fúngicos presentes tras el ciclo de cultivo. En caso de no poder

emplearse esta técnica es recomendable hacer un tratamiento con algún fungicida antes de sacar las

bolsas afectadas tras el cultivo, y de esta forma minimizar la densidad de inóculo en el exterior. Una

vez retirado el cultivo se procederá a aplicar una desinfección muy concienzuda del local que haya

experimentado algún brote de la enfermedad.

En las instalaciones con menor tecnología (donde no es posible aplicar cooking-out y los

materiales de construcción empleados dificultan la desinfección post-cultivo), el nivel de infección

tiende gradualmente a crecer, y puede derivar en graves epidemias que ocasionarán pérdidas

significativas si no se actúa adecuadamente (Staunton y Dunne, 2001). En cultivos con severas

infecciones por telaraña es recomendable adelantar el final del ciclo de cultivo, puesto que la nave

afectada puede ser un vector de contaminación para las adyacentes debido a la facilidad de

dispersión del patógeno.

La industria del champiñón emplea distintos productos fitosanitarios autorizados como

insecticidas, bactericidas, fungicidas y desinfectantes. También es posible utilizar mecanismos de

control biológico: organismos depredadores, parásitos o/y patógenos, como los nematodos, bacterias

y ácaros empleados para controlar las poblaciones de dípteros (Navarro et al., 2004), aunque en la

actualidad el grado de introducción de estos agentes es muy limitado.

Page 42: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

16

A través de los fungicidas comerciales puede ejercerse un control químico de las

enfermedades de origen fúngico del cultivo. El control de los hongos mediante productos químicos

es un problema que entraña gran dificultad debido a que los micelios fúngicos, de una manera

general, presentan propiedades ilimitadas para regenerarse a partir de un simple fragmento de hifa

superviviente después de cualquier tratamiento químico inhibitorio (García et al., 2004). Es de vital

importancia aplicar el producto de acuerdo a las recomendaciones del etiquetado. No sobrepasar las

dosis por riesgo a dañar el cultivo ni emplear dosis inferiores que pueden resultar en un pobre control

de la enfermedad y favorecer el desarrollo de resistencias al fungicida (Fletcher y Jaffe, 1993).

Los fungicidas disponibles para combatir enfermedades del champiñón no sólo se ven

limitados por las regulaciones gubernamentales sino también por las similitudes entre patógeno y

hospedador (Bonnen y Hopkins, 1997), puesto que ambos organismos son hongos. El uso de

cualquier agente fungicida puede suponer por tanto una merma en el rendimiento del cultivo, luego

es necesario emplear productos de especificidad contrastada. Aquellos fungicidas tóxicos para el

crecimiento del micelio pueden ser empleados siempre que su presencia se limite a la zona

superficial de la cobertura, donde generalmente hay poca densidad de micelio hospedador (Fletcher

et al., 1983).

El fungicida debe encontrarse sobre la cobertura, en la zona de iniciación de los carpóforos.

Este es un punto muy importante porque uno de los problemas a la hora de controlar un

micopatógeno mediante fungicidas resulta del hecho de que este último pueda desaparecer de la

cobertura debido a su degradación por acción de la microbiota presente en la cobertura u otras causas

(Fletcher et al., 1980). Así, se evaluó el comportamiento del fungicida carbendazima incorporado en

la cobertura o aplicado por aspersión sobre la misma. Al mezclarlo con la cobertura se obtuvo una

buena distribución del fungicida mientras que por aspersión permanecía en la zona superficial. El

producto sufrió una mayor y más rápida degradación al aplicarlo por aspersión (Grogan et al., 1996).

Fue evaluada también la persistencia de los fungicidas tiabendazol, carbendazima y procloraz-Mn en

la cobertura empleada en el cultivo de champiñón. Después de aplicar los fungicidas por aspersión la

concentración de todos los ingredientes activos era mayor en la zona media superficial que en la zona

media inferior. La concentración de carbendazima y procloraz se redujo progresivamente tras su

aplicación, resultando en concentraciones muy inferiores al final de la segunda flor. Tiabendazol, sin

embargo, permaneció en una concentración elevada durante todo el ciclo. Los fungicidas que no

persisten en concentraciones elevadas en la cobertura durante el ciclo de cultivo pueden manifestar

problemas para controlar los patógenos conforme avanza el ciclo de cultivo (Grogan y Jukes, 2003).

Resumiendo, para que un fungicida sea válido para su uso en la industria del champiñón

debe garantizar toxicidad al patógeno y no dañar el cultivo. Los fungicidas del grupo de los

bencimidazoles y procloraz-Mn muestran esta especifidad toxicológica (Fletcher y Jaffe, 1993). Es

destacable que no se ha aprobado el uso en champiñón de nuevos agentes fungicidas en ningún país

productor desde el inicio de la década de los años ochenta (Shamshad et al., 2009), tras la

introducción en 1983 de procloraz-Mn para tratar variedades resistentes de Lecanicillium fungicola a

los bencimidazoles, mole húmeda y telaraña (Fletcher et al., 1983). Aunque en el año 2012, imazalil,

un fungicida del grupo de los imidazoles ha sido autorizado en Australia para el control de

Trichoderma en semilla (https://portal.apvma.gov.au/es/permits).

El uso continuado de un mismo producto puede conducir a la aparición de variedades

resistentes en el patógeno (Van Zaayen y Van Adrichem, 1982; Grogan y Gaze, 2000). Resulta por

tanto preciso disponer de fungicidas alternativos. Sin embargo, es complicado esperar que aparezcan

Page 43: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

17

nuevos agentes fungicidas sintéticos para su uso en el cultivo del champiñón debido a que desarrollar

sustancias activas requiere una elevada inversión y el volumen de actividad de esta industria es

reducido en comparación con otras actividades agrícolas (Geösel, 2011a). Por este motivo se están

desarrollando estudios cuyo objetivo es solicitar la inclusión de nuevas formulaciones en la lista de

fungicidas autorizados para su uso en champiñón, muchas de ellas autorizadas en otros cultivos, y

sustituir progresivamente los agentes químicos tradicionales por productos respetuosos con el medio

ambiente. Complementariamente, un aumento de la higiene antes del desarrollo de la enfermedad, así

como un mejor conocimiento del patógeno puede prolongar la vida útil de los fungicidas disponibles,

al racionalizarse las dosis y limitarse la aparición de resistencias (Schwinn y Morton, 1990).

En la búsqueda de nuevas alternativas, diez fungicidas no autorizados en el cultivo del

champiñón, tres de los cuales eran comercializados como agentes de biocontrol, fueron analizados in

vitro para comprobar su efecto sobre la geminación de las esporas y el crecimiento miceliar de

Lecanicillium, Mycogone, Cladobotryum y Trichoderma aggressivum Th2, comparándolos con

procloraz-Mn y carbendazima. El estudio concluye que ninguno de los analizados presenta mejores

resultados que procloraz-Mn, aunque los autores postulan uno de ellos, ―Chemical F‖, como

potencial candidato (Grogan y Keeling, 1999).

En dos experimentos inoculados artificialmente, el fungicida imazalil (no aprobado para uso

en champiñón) y la biopreparación Serenade® (Bacillussubtilis QST 713) fueron analizados para

evaluar el nivel de protección contra Tichoderma aggressivum Th2 y Cladobotryum dendroides.

Serenade® fue ineficaz para ambos patógenos, e imazalil resultó también ineficaz para controlar

Trichoderma. (Ślusarski et al., 2012b).

Por otro lado, los aceites esenciales, compuestos naturales complejos caracterizados por su

fuerte olor y generados por las plantas aromáticas como metabolitos secundarios, han sido empleados

desde la edad media por sus propiedades antisépticas, bactericidas, fungicidas y viricidas (Bakkali et

al., 2008). Algunos aceites esenciales y sus componentes no sólo actúan como agentes fungicidas

sino que también inhiben la esporulación de los hongos patógenos (Glamočlija, 2006; Glamočlija et

al., 2007; Soković y Van Griensven, 2006). Los aceites esenciales de distintas plantas aromáticas y

sus componentes fueron analizados para caracterizar la actividad inhibidora contra dos hongos

patógenos de A. bisporus: Lecanicillium fungicola y Trichoderma harzianum. Se determinó que el

carvacrol (componente del aceite esencial de orégano entre otros) tenía la mayor actividad

antifúngica de entre los componentes analizados, y el aceite de Origanum vulgare mayor actividad y

amplio espectro (Soković y Van Griensven, 2006). La actividad antifúngica de 18 aceites esenciales

fue también evaluada in vitro para caracterizar la eficacia contra los patógenos Lecanicillium

fungicola, Mycogone perniciosa y Cladobotryum sp.; canela, clavo, tomillo y ―tea tree‖ (Melaleuca

alternifolia) mostraron mayor actividad antifúngica (Tanović et al., 2006). El aceite esencial de

Crithmum maritimum y sus componentes (α-pineno y limoneno) poseen actividad antifúngica contra

el micopatógeno M. perniciosa por la metodología de la microatmósfera; el limoneno muestra mayor

actividad (Glamočlija et al., 2009). La fracción volátil de los aceites esenciales de distintas plantas

aromáticas ha sido evaluada para determinar su eficacia contra los patógenos Lecanicillium

fungicola, Mycogone perniciosa y Cladobotryum sp.; los aceites de orégano (carvacrol y timol) y

geranio (citranelol y geraniol) mostraron mayor toxicidad (Tanović et al., 2009). Los aceites

esenciales de Lippia citriodora, Cymbopogon citratus y Thymus vulgaris inhiben sustancialmente el

crecimiento del patógeno M. perniciosa, mostrando la toxicidad más baja hacia A. bisporus de entre

Page 44: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

18

los ensayados. En ensayos in vivo demuestran su eficacia para controlar la enfermedad sin resultar

perjudiciales para el cultivo (Regnier y Combrinck, 2010).

Una línea de investigación actual y en crecimiento como alternativa a los productos

químicos consiste en el uso de extractos acuosos conocidos como ―tes de compost‖. Una infusión

obtenida al fermentar compost de residuos agrícolas para tratar diversas patologías vegetales. Existen

dos variantes, te de compost no aireado (NCT) y te de compost aireado (ACT) (Scheuerell y

Mahaffee, 2002). Los resultados obtenidos en ensayos in vitro con NCT de cuatro extractos acuosos

a partir de distintos compost agrícolas para controlar la mole seca sugieren que estos subproductos

podrían incorporarse a la industria como alternativa de control (Gea et al., 2009). Se obtuvieron

buenos resultados en el control de nueve agentes patógenos, entre ellos el micopatógeno L.

fungicola, utilizando varios tes de compost de orujo de uva aireados (ACT) (Diánez et al., 2006). Se

analizó el efecto in vitro de ACT y NCT extraídos a partir de cuatro compost diferentes sobre ocho

fitopatógenos de origen fúngico, entre ellos L. fungicola. Los resultados mostraron que ambos

filtrados inhibieron el crecimiento in vitro de todos los patógenos ensayados, mientras que los tes de

compost esterilizados en autoclave perdieron completamente su efecto inhibidor, y los esterilizados

por microfiltración no tuvieron efecto sobre el crecimiento de los patógenos (Marín et al., 2013).

El sustrato post-cultivo de champiñón (SMS) es un subproducto del cultivo comercial de A.

bisporus después de retirar el material de la instalación tras la cosecha (Yohalem et al., 1996). Este

subproducto abundante, puesto que se producen millones de toneladas al año, puede emplearse para

fines variados: en agricultura o paisajismo como enmienda y abono, en horticultura como

componente de la mezcla del sustrato, como cobertura de cultivo de A. bisporus, en vermicultura

como medio de cultivo, para descontaminación de aguas en zonas de humedales, como material para

camas y alimento de animales, y para controlar enfermedades de plantas (Rinker, 2002).

Investigaciones tanto in vitro como in vivo demuestran que al emplear el te de compost de SMS

mediante aplicaciones por aspersión no existe efecto fungitóxico sobre el hospedador A. bisporus,

postulando su uso alternativo a los fungicidas clásicos (Gea et al., 2012b). Al evaluar la eficacia de

dos tes de compost a partir SMS con cobertura mineral y tipo turba en un cultivo artificialmente

inoculado con L. fungicola, el de cobertura de turba resultó más eficaz. Se obtuvieron mejores

resultados cuando se aplicaron cerca del inicio de la cosecha (Gea et al., 2011). Recientemente ha

sido publicado un estudio que sugiere que mediante el uso de te de compost de SMS puede

controlarse la mole seca (Gea et al., 2014). En este estudio se emplearon SMS a partir de cultivos

con coberturas minerales y tipo turba. Todos los tes de SMS empleados inhibieron el crecimiento del

patógeno in vitro al 100%, mientras que en ensayos in vivo se obtuvieron reducciones de enfermedad

de hasta el 73% respecto al control inoculado al aplicar SMS proveniente de cultivos que emplearon

turba como cobertura.

La revisión bibliográfica respecto al control de la enfermedad de la telaraña se aborda en

mayor profundidad en la introducción del capítulo IV.

1.6.3. Aspectos legislativos

Atendiendo a la legislación vigente de las principales sustancias activas con efecto fungicida

empleadas para combatir la telaraña es importante mencionar que la carbendazima, fungicida del

grupo de los bencimidazoles históricamente empleado para combatir el patógeno (Grogan y Gaze,

2000), fue incluida en el Anexo I de la Directiva 91/414/CEE como biocida por el Parlamento

Page 45: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

19

Europeo, si bien su uso en cultivos de champiñón no está autorizado (Reglamento (CE) nº

1107/2009, Directiva 2011/58/UE).

Tabla 4. Fungicidas de origen químico aprobados para su uso en

champiñón en Europa.

Table 4. Chemical fungicides approved for mushroom use in

Europe.

Active Product 2B F H Ir. It. P S U

Chlorothalonil x

x *

Metrafenone x

*

Prochloraz-Mn x x x x x x x x 2B: Belgium; F: France; H: Holland; Ir.: Ireland; It.: Italy; P: Poland;S: Spain;

U: United Kingdom. *Chlorthalonil and metrafenone obtained a temporary

approval for mushroom use in Spain [Regulation (EC) No 1107/2009. Article

53].

La Tabla 4 recoge los agentes químicos autorizados en Europa para su uso en el cultivo del

champiñón según datos del Grupo Europeo de Productores de Champiñón, GEPC, (European

Mushroom Growers Group, 2010). El límite máximo de residuos para los fungicidas autorizados en

la Unión Europea para su uso en cultivos de champiñón es: clortalonil: 2 mg kg-1

; metrafenona: 1 mL

m-2

; procloraz-Mn: 3 mg kg-1

(Reglamento (CE) nº 396/2005).

Page 46: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

20

2. LA ENFERMEDAD DE LA TELARAÑA

La enfermedad de la telaraña es una patología común del cultivo de champiñón en todos los

países productores. Está catalogada entre las cuatro enfermedades de origen fúngico más frecuentes y

dañinas para el cultivo. Su aparición en cultivos comerciales de champiñón genera pérdidas

cuantitativas y cualitativas. Cuantitativamente, la telaraña coloniza la cobertura reduciendo la

superficie de cultivo y provoca una podredumbre húmeda de los carpóforos que encuentra en su

camino al desarrollarse el micelio parasitario. Genera también un moteado en el sombrero de los

champiñones afectando a la calidad del producto, lo que imposibilita su comercialización (Adie,

2000). Si la infección se generaliza puede ser necesario acortar el ciclo de cultivo reduciéndose el

número de floradas a cosechar (Fletcher y Gaze, 2008).

2.1. SINTOMATOLOGÍA Y DESARROLLO

La germinación de la espora de Cladobotryum spp. depende básicamente de las condiciones

ambientales. Con altos valores de humedad relativa (HR=97-100%) las esporas germinan muy

fácilmente. Con una HR<85% pocas esporas germinan. Por tanto, una mayor humedad sobre la

cobertura o sobre los cuerpos fructíferos favorece la germinación y desarrollo del patógeno. La

temperatura óptima para el desarrollo de la espora es 25ºC y un pH 5-6 (Desrumaux, 2005; Fletcher

y Gaze, 2008). Si bien la infección puede producirse inicialmente por la germinación de una espora

patógena en la cobertura, también es posible una infección producida por restos de micelio patógeno.

Según Rinker y Wuest (1994), una infección por micelio provocará una aparición más temprana de la

enfermedad y, por tanto, mayores daños.

Figura 4. a) Micelio parasitario algodonoso creciendo sobre la cobertura y los carpóforos. b) Masa

densa de conidios generada por una abundante esporulación.

Figure 4. a) Fluffy mycelium growing over the casing layer and carpophores. b) Mass of conidia as a

result of a profuse sporulation.

Los primeros síntomas de la enfermedad suelen aparecer entre la 2ª y 3ª florada, aunque

puntualmente se pueden también detectar en la 1ª (Desrumaux, 2005). Los problemas comienzan con

pequeñas colonias circulares de micelio, más o menos regulares, sobre la capa de cobertura o los

Page 47: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

21

cuerpos fructíferos (Figura 4). Conforme el micelio se extiende hacia el exterior envuelve los

champiñones adyacentes y coloniza mayor superficie de cultivo.

Independientemente del microorganismo responsable de la enfermedad, los carpóforos

parasitados suelen mostrar tejidos marrones o decolorados (Largeteau and Savoie, 2010). Las

manchas de color marrón que provoca la telaraña pueden ser confundidas con las producidas por

otros parásitos fúngicos como Trichoderma spp. o Lecanicillium fungicola (Figura 6).

La telaraña puede también manifestarse en forma de manchas sobre los sombreros. Se

pueden observar dos tipos de moteado diferentes (Figura 5): manchas marrones oscuras con un borde

mal definido y manchas entre amarillo y grisáceo (Grogan y Gaze, 2000; Grogan, 2006). La

pigmentación de estas manchas es causada por la formación de melaninas en el tejido infectado

como resultado de la oxidación enzimática de sustratos fenólicos (catalizada por polifenol oxidasas)

en quinonas que autopolimerizan en melaninas (Soler-Rivas et al., 1999; Berendsen et al., 2010).

Las manchas de color marrón oscuro y borde irregular se generan cuando una espora de

Cladobotryum spp. transportada por el aire u otra vía se deposita sobre un carpóforo y germina

generando un pequeño micelio parasitario que provoca el escurecimiento del tejido hospedador y una

pequeña depresión en la superficie. Este moteado es un síntoma inicial de infección, si se deja que se

desarrolle, el micelio patógeno terminará envolviendo el carpóforo completo (Adie, 2000). Las

manchas de color gris-amarillento que decoloran gradualmente el tejido del champiñón infectado son

debidas a la interacción con el micelio parasitario en la que, como ya se ha citado, el tejido del

carpóforo parasitado sufre una podredumbre húmeda progresiva (Adie, 2000). El moteado de los

sombreros no sólo aparece durante la cosecha sino que también pueden surgir posteriormente

alterando el producto en post-cosecha, durante el almacenamiento o el transporte (Adie, 2000).

Figura 5. Moteado de champiñones por

la acción de parásitos fúngicos. a) L.

fungicola. b) Trichoderma spp. c)

Cladobotryum spp.

Figure 6. Cap spotting on A. bisporus

caps due to fungal parasites. a) L.

fungicola. b) Trichoderma spp. c)

Cladobotryum spp.

Page 48: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

22

Figura 6. Moteado en carpóforos infectados. a) Decoloraciones o manchas amarillo-

grisáceas de borde regular. b) Mancha marrones con borde irregular.

Figure 5. Spotting on diseased fruit bodies. a) Regular grey-yellow spots or decoloration.

b) Brown spots with an ill defined edge.

2.2. FUENTES DE INFECCIÓN

Las esporas de Cladobotryum spp. que dan lugar a la infección pueden provenir de los

mismos cultivos o de otras fuentes. Los brotes de enfermedad se asocian principalmente con

sustratos contaminados o con deficiencias en la higiene de los cultivos.

Las especies de Cladobotryum son comunes en la naturaleza. Aunque se desconoce cómo

han podido llegar a las naves de cultivo, parece acertado pensar que la fuente inicial de infección

puede provenir de hongos silvestres o suelos contaminados con esporas. Sin embargo, la teoría de

que las esporas han sido transportadas por el aire partiendo originariamente de especies silvestres

infectadas ha sido cuestionada (Adie, 2000). Diversos autores asocian la entrada del hongo en las

champiñoneras con tierra de cobertura contaminada, pudiendo considerarse la cobertura contaminada

como una de las fuentes de infección primaria (Atkins y Atkins, 1971; Swatton, 1993; Fletcher y

Gaze, 2008).

Tamm y Poldmaa (2013) han caracterizado la diversidad genética de Hypomyces rosellus y

otras especies de Hypomyces/Cladobotryum cercanas que producen el pigmento aurofusarina,

correlacionando su afinidad con las especies responsables de la enfermedad de la telaraña en

champiñón. Concluyen que la diversidad de especímenes locales del género determina el agente

causal de la telaraña en los cultivos de la misma región. Esto parece indicar que una fuente primaria

de infección puede provenir de los especímenes naturales circundantes a las explotaciones afectadas.

Una vez introducida la enfermedad en el sector productivo, las esporas pueden ser

transportadas por las corrientes de aire generando la infección primaria. Los resultados obtenidos al

evaluar la germinación de los conidios indican que el hongo tiene un periodo de incubación corto y

que los conidios pueden resultar una fuente importante de inóculo provocando una rápida infección

(Dar y Seth, 1992b). Puede existir también un foco de infección externa: embalaje y contenedores

infectados, visitas, vehículos infectados, etc.

Puesto que la supervivencia de los microesclerocios es considerablemente mayor que la de

las esporas, es posible que los microesclerocios contribuyan a la supervivencia del hongo en

condiciones adversas (Desrumaux, 2005), y puedan ser más difíciles de eliminar mediante la

a b

Page 49: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

23

desinfección. Estos reservorios de alimento se asocian con estructuras de latencia del hongo por lo

que podrían resultar una fuente de infección.

El agua sucia también puede suponer un foco de infección, ya que las esporas de algunos

hongos patógenos, como Lecanicillium y Mycogone, pueden sobrevivir en agua durante muchos

meses (Staunton y Dunne, 2001).

El compost no se considera fuente de infección primaria. Durante la fase II el compost sufre

un proceso de pasteurización en el que la masa de compost se somete a temperaturas cercanas a 58ºC

durante 10-15 horas para eliminar patógenos y competidores (Pardo, 1999). Las empresas

compostadoras deben ser cuidadosas al inocular el compost para impedir contaminaciones.

La semilla o micelio tampoco es un foco de infección primaria. El inóculo es preparado por

empresas especializadas en instalaciones con elevados niveles de higiene. En un estudio realizado

analizando la microflora asociada a las ―semillas‖ empleadas en la comarca de La Manchuela, se

demostró que no parece común la transmisión de ésta y otras micosis por el material de siembra

(Gea, 1990). Esto coincide por lo expresado por Desrumaux (2005), quien maniesta que la presencia

de Cladobotryum en el micelio del hospedador es improbable.

2.3. DISPERSIÓN

El factor clave atendiendo a la incidencia de la patología en cultivos comerciales de

champiñón es la propagación de los conidios dentro de las naves de cultivo (Adie et al., 2006;

Desrumaux, 2005; Fletcher, 2002; Grogan, 2005a).

El papel de los microesclerocios en las naves de cultivo todavía no está claro, pero algunos

investigadores consideran posible que estas estructuras de reserva estén presentes en el material

usado como cobertura (Desrumaux, 2005), facilitando la dispersión de la enfermedad.

Las esporas del patógeno son numerosas, secas y fácilmente dispersables por contacto

físico. Para poder diseminarse, los conidios deben ser previamente liberados de la fuente de

esporulación. En un estudio sobre la liberación de esporas de Cladobotryum mycophilum, se

determinó que se requiere una perturbación física de la colonia para liberar los conidios. Los autores

sugieren que las mayores causas de esta liberación son salpicaduras y escorrentía durante el riego y

la aplicación de sal para eliminar infecciones puntuales (Adie y Grogan, 2000). Si una colonia de

esporulación es manipulada o alterada las esporas generadas asexualmente pasan al aire y se

distribuyen por toda la nave de cultivo para formar colonias secundarias con la misma genética

(Adie, 2000).

La mayoría de las esporas se movilizan por las corrientes de aire. Adie et al., (2006)

establecieron que una fuerza del viento de 0,1 m s-1

es suficiente para movilizar las esporas de

telaraña y trasladarlas a grandes distancias, comprobando la hipótesis de que el sistema de

circulación de aire en las cámaras de cultivo facilita la distribución rápida y uniforme de los

conidios. En su experimento, la liberación de los conidios de colonias esporulantes tuvo lugar de

manera consistente en momentos en que las colonias sufrieron una perturbación física, ya fuera al

aplicar sal para tratar las manchas de telaraña sobre la cobertura o al regar. Otras operaciones como

la recolección diaria no se han asociado con una liberación significativa de conidios. Una vez en el

aire, los conidios fueron transportados a través de las salas de cultivo por la constante corriente de

aire de los sistemas de circulación (Adie et al., 2006), ya que dentro y alrededor de los cultivos

Page 50: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

24

normalmente hay corrientes de aire de velocidad superior a la necesaria para su trasposición (>0,1 m

s-1

) (Desrumaux, 2005). Dar (1997) también demostró que la propagación de la enfermedad a

distancias cortas se ve favorecida por salpicaduras de agua durante el riego y por el agua de

escorrentía.

Un vector de menor importancia en la dispersión de los conidios es la presencia de moscas

(fóridos y esciáridos) en las naves de cultivo (Fletcher, 2002); a diferencia de Lecanicillium

fungicola, que secreta un mucílago facilitando la adherencia de las esporas a las patas de los dípteros

(Berendsen et al., 2010), Cladobotryum spp. genera una espora seca.

Staunton et al. (1999) propusieron varias medidas preventivas para evitar la dispersión de

las esporas al retirar el compost post-cultivo de una instalación:

- Procurar no dispersar las esporas patógenas al cargar las bolsas de compost en el

camión, manipulándolas lo mínimo posible.

- La bañera del camión que transporta el residuo hasta su lugar de reciclaje o procesado

debe cubrirse con una lona de plástico.

- Mientras se vacía una instalación conviene apagar la ventilación y cerrar los cultivos

adyacentes.

2.4. AGENTE CAUSAL

Distintos taxones de un mismo género pueden generar la enfermedad de la telaraña en

cultivos de setas comestibles, todos ellos pertenecientes al género Cladobotryum Nees emend.,

sinónimo Dactylium Nees (Fungi; Ascomycota; Pezizomycotina; Sordariomycetes; Hypocreales,

Hypocreomycetidae; Hypocreaceae; Cladobotryum), que es el anamorfo o forma asexual de algunas

especies pertenecientes al género Hypomyces (Fries) L.-R.Tulasne (Ascomycota, Hypocreales,

Hypocreaceae), teleomorfo o forma sexual. Todos ellos son citados y descritos en la introducción del

capítulo II.

2.4.1. Ecología

En la naturaleza

Las especies de Cladobotryum son hongos microscópicos que pueden actuar como

micoparásitos (Hawksworth, 1981; Pérez-Silva y Bárcenas, 2000). En la naturaleza estas especies

parasitan hongos del grupo de los basidiomicetos, sobre todo afiloforales y agaricales (Gams y

Hoozeman, 1970; Pérez-Silva y Bárcenas, 2000). Es más raro encontrarlos parasitando

heterobasidiomicetos y ascomicetos. Algunas especies pueden encontrarse sobre otros sustratos,

como corteza de árboles, madera u hojarasca. En general, los anamorfos de las especies de

Hypomyces se encuentran en una variedad de hospedadores mayor que los teleomorfos.

Varias de las especies de Cladobotryum spp. que han sido catalogadas como agentes

causales de la enfermedad de la telaraña en cultivos de setas comestibles se han encontrado en la

naturaleza parasitando polyporales y agaricales (Gams y Hoozemans, 1970; Helfer, 1991; Rogerson

y Samuels, 1993; Rogerson y Samuels, 1994; Kirschner et al., 2007; Põldmaa, 2011). Dactylium

dendroides (Bull.) Fr. (sin. Cladobotrym dendroides (Bull.) W. Gams & Hooz.) es un epiparásito de

Page 51: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

25

Polyporus circinatus, ha sido reaislado a partir del esporóforo del hospedador (Nobles y

Madhosinsh, 1963); también ha sido encontrado en suelo y en un agaricoide en descomposición, en

Mycena sp. y en el estroma inmaduro de Xylaria sp. (Arnold y Yurchenko, 2007). Cladobotryum

mycophilum (Oudem.) W. Gams & Hooz. ha sido identificado en el himenio en descomposición de

Tricholoma fracticum. (Torrejón, 2005); también en Hebeloma sp., y en un agaricoide en

descomposición (Arnold y Yurchenko, 2007). Cladobotryum varium ha sido aislado en el himenio de

Trametes versicolor y en Stereum sp. (Arnold y Yurchenko, 2007). Por su parte, Cladobotryum

verticillatum (Link) S. Hughes ha sido identificado en Russula sp., en Lactarius helvus (Fr.) Fr., en

madera en descomposición sobre el suelo y en Lactarius sp. (Arnold y Yurchenko, 2007).

El hecho de que especies del género Cladobotryum parasiten agaricales en la naturaleza,

como en el caso de Crinipellis perniciosa, agente causal de la enfermedad ―escoba de bruja‖ del

cacao, ha motivado una vía de investigación en biocontrol para ciertas enfermedades de origen

fúngico en cultivos de interés (Bastos et al., 1981). Así por ejemplo, el compuesto antifúngico

―hifomicetina‖, aislada del hongo Hypomyces aurantius, teleomorfo de Cladobotryum varium, ha

sido evaluada in vitro frente a distintos hongos fitopatógenos, obteniéndose resultados inhibitorios

muy interesantes frente a dos especies de Phythium (Breinholt et al., 1997).

En los cultivos de setas comestibles

Cladobotryum spp. ha sido descrito causando daños en distintas especies de setas

comestibles cultivadas. Entra ellas podemos citar Agaricus bisporus, Agaricus bitorquis, Agaricus

blazei, Pleurotus eryngii, Pleurotus ostreatus y Pleurotus pulmonarius, Ganoderma tsugae,

Flammulina velutipes, Auricularia polytricha, Auricularia mesenterica, Hypsizygus marmoreus e

Hypsizygus tessellatus (Goltapeh et al., 1989; Eicker et al., 1990; Sharma et al., 1992; Kim et al.,

1998, 1999; Arima y Suyama, 2000; Mignucci et al., 2000; Kirschner et al., 2007; Potočnik et al.,

2008a; Geösel, 2011b; Kim et al., 2012; Back et al., 2012a, 2012b, 2013; Kim et al., 2014). En

España ha sido referenciada la enfermedad en cultivos de Agaricus bisporus y Pleurotus eryngii

(Gea et al., 2011, 2012).

2.4.2. Descripción

Los conidióforos y las esporas se generan en las colonias masivas de aspecto harinoso que

la telaraña desarrolla. Presenta hifas con ramificaciones verticiladas, conidióforos, en el extremo de

las cuáles se generan una serie de células especializadas conidiogénicas llamadas fiálides (3 o 4). En

estas células se forman los conidios a través de una ontogenia holoblástica (la pared del ápice de la

célula conidiogénica se incorpora como una parte de la pared celular del propágulo) por sucesión

basipetal, provocando un acortamiento progresivo de las fiálides (Cole y Kendrick, 1971; Grogan y

Gaze, 2000). Los conidios son inicialmente unicelulares, después presentan de 1 a 3 septos (entre dos

y cuatro células), y miden aproximadamente 21x9 µm (Desrumaux, 2005; Adie et al., 2006). Son

hialinos, globosos a subglobosos, baciloformes, entre cilíndricos y levemente cónicos, ligeramente

curvos en algunos casos. En uno de los extremos presentan un hilio basal conspicuo, correspondiente

al lugar de unión a la fiálide. Las fiálides son hialinas y subuladas (estrechadas hacia el ápice), el

ápice puede presentar irregularidades o no dependiendo de las especies, variando también las

dimensiones entre especies. En algunas de estas species, tras la formación del conidio el extremo de

la fiálide sigue creciendo formando una extensión o raquis irregular (Grogan, 2005a).

Page 52: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

I. Revisión bibliográfica

26

En ciertos casos el hongo produce microesclerocios (masa compacta de micelio endurecido

que contiene reservas alimenticias) (Hughes, 1978). Estos microesclerocios son oscuros, con una

pared celular adelgazada. Por el momento, sólo se han visto en el laboratorio y no en cultivos, pero

es importante considerarlos dentro del ciclo de vida del hongo, puesto que la supervivencia de los

microesclerocios es considerablemente mayor que la de las esporas (Potočnik et al., 2008a). Esto

indica que es posible que los microesclerocios contribuyan a la supervivencia del hongo en

condiciones adversas (Desrumaux, 2005). Asociadas a los microesclerocios suelen aparecer

clamidosporas multicelulares, estructuras globosas en cadena de cuatro a cinco células, conectadas

entre ellas a través de poros. Presentan una pared celular engrosada y generalmente se asocian a la

etapa del ciclo vital del hongo que sobrevive en condiciones desfavorables (Rogerson y Samuels,

1993).

Page 53: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. INCIDENCIA DE LA ENFERMEDAD DE

LA TELARAÑA EN CULTIVOS DE

CHAMPIÑÓN de castilla-la mancha

Page 54: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

28

1. INTRODUCCIÓN

1.1. INCIDENCIA DE LA TELARAÑA A NIVEL MUNDIAL

La telaraña es una enfermedad de los cultivos de champiñón extendida en todos los países

productores del mundo (Harvey et al., 1982; Eicker, 1984; Fletcher et al., 1989; Howard et al., 1994;

McKay et al., 1999; Jandaik et al., 2004a; Desrumaux, 2005; Erler y Polat, 2008; Fletcher y Gaze,

2008; Potočnik et al., 2008a; Back et al., 2010, Largeteau y Savoie, 2010). Desde la década de los

noventa del siglo pasado, tanto en Europa como en Australia, esta patología provoca serios

problemas en cultivos de champiñón. Algo más tarde también comenzó a golpear con fuerza en

Estados Unidos (Fletcher, 2002).

A continuación se resume la información disponible sobre la enfermedad de la telaraña en

distintos países productores de champiñón y setas comestibles:

En Australia, la enfermedad ocasionada por Cladobotryum dendroides no había causado

problemas de importancia hasta que en 1999 se convirtió en una epidemia (Fletcher et

al., 2004). Actualmente, la telaraña es considerada como una de las cuatro enfermedades

de origen fúngico más importantes en los cultivos de champiñón (Shamshad, 2009).

En Bélgica, después de Lecanicillium fungicola, la telaraña ha llegado a ser la

enfermedad más importante en la industria productora de champiñón (Desrumaux, 2005).

En Canadá, la enfermedad de la telaraña es producida por el hongo patógeno

Cladobotryum dendroides, un hongo parásito cuyas esporas pueden ser dispersadas

fácilmente por distintos medios (Howard et al., 1994).

En las zonas templadas de Asia, principalmente Corea y Japón, la enfermedad de la

telaraña es históricamente endémica en la mayoría de explotaciones (Kim, 1978). Sin

embargo, un repunte de la enfermedad ha motivado recientes estudios en Corea. El

agente causal de la enfermedad en cultivos de A. bisporus ha sido identificado como C.

mycophilum (Back et al., 2010). También se identificó C. mycophilum en cinco aislados

recogidos de sombreros de champiñón infectados (Oh y Kong, 2011).

En Estados Unidos, a mediados del siglo pasado, ―Dactylium‖ era un parásito raramente

común en los cultivos de champiñón (Kligman, 1950). Sin embargo, en los últimos años

la enfermedad de la telaraña se ha convertido en una patología común, y una seria causa

de pérdida de rendimiento en los cultivos (Fletcher y Gaze, 2008). Actualmente,

Cladobotryum spp. se considera uno de los patógenos fúngicos más frecuentes en

cultivos de champiñón estadounidenses (Beyer y Kremser, 2004). El impacto de la mole

seca, mole húmeda y telaraña en los cultivos de champiñón de Pensilvania se

cuantificaron hace cuarenta años como responsables de pérdidas de $9.1 millones en un

solo año (Forer et al., 1974).

En Francia, la telaraña (Cladobotryum dendroides) es común, pero raramente epidémica

(Largeteau y Savoie, 2010).

Page 55: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

29

En Hungría, la enfermedad de la telaraña provoca pérdidas de producción. El hongo

causante (C. dendroides) es uno de los cinco más comunes que crecen sobre el sustrato

de cultivo o la superficie de los champiñones (Györfi, 2010; Parrag et al., 2014).

En India, la enfermedad de la telaraña provocada por Cladobotryum dendroides es una

seria amenaza para el cultivo de Agaricus bisporus (Dar y Seth, 1992a). Visitas a

explotaciones durante 1982-1983 registraron una incidencia entre 6.8-28% (Seth y Dar,

1989). Un nuevo muestreo entre 1999 y 2000 registró una incidencia de Hypomyces

rosellus de hasta un 17.85% (Bhatt y Singh, 2002).

En Inglaterra, hasta la década de los noventa del siglo pasado era considerada por los

investigadores en tercer lugar de importancia, tras Lecanicillium y Mycogone. Hasta

dicha fecha esta enfermedad se consideraba raramente responsable de grandes pérdidas

en el cultivo (Fletcher et al., 1986). A mediados de la citada década, la enfermedad fue

considerada como la más problemática del cultivo de champiñón en el Reino Unido e

Irlanda, con pérdidas de producción registradas de hasta un 40% debido a los graves

síntomas de manchas y a la necesidad de acortar los ciclos en el momento de mayor

incidencia de la epidemia (Gaze, 1995, 1996).

En Japón, Cladobotryum varium es un patógeno del champiñón común en locales de

cultivo (Sawada et al., 2005).

En Nigeria, Cladobotryum dendroides ha sido catalogado como patógeno en cultivos de

Pleurotus sp. y Agaricus sp. (Fasidi et al., 2008).

En Polonia, Cladobotryum dendroides ha sido evaluado en ensayos de patogenicidad,

puesto que esta enfermedad causa mermas en el rendimiento (Ślusarski et al., 2012a).

En la República de Sudáfrica, Dactylium dendroides se ha catalogado entre los cuatro

patógenos fúngicos de mayor importancia en el cultivo comercial de champiñones

(Eicker, 1984).

En Rusia, se han estudiado los caracteres morfológicos y culturales, así como algunas de

las características biológicas de C. dendroides y C.mycophilum, causantes de la telaraña

en cultivos de Agaricus bisporus y Pleurotus ostreatus. Alekseeva (2013) describió los

síntomas de la enfermedad y la distribución de la infección en los cultivos, además de

aspectos relativos a la prevención y medidas de control.

En Serbia, la telaraña solía aparecer de forma puntual antes de la tercera o cuarta florada

en cultivos de champiñón, pero actualmente es considerada una enfermedad problemática

con un considerable impacto en el rendimiento y calidad del cultivo de A. bisporus,

siendo el tercer patógeno en importancia tras Lecanicillium y Mycogone (Potočnik et al.,

2007).

En Turquía, la telaraña, causada por Cladobotryum dendroides, ha sido considerada

como la tercera enfermedad más común en cultivos de champiñón, con una prevalencia

del 33% en los locales de cultivo (Bora y Özaktan, 2000). Actualmente se califica como

una enfermedad devastadora, catalogada entre las cuatro enfermedades fúngicas más

comunes del cultivo (Cengiz et al., 2014).

Queda patente que la enfermedad se manifiesta en todos los países productores. Es motivo

de preocupación para los agricultores debido a las pérdidas de producción y calidad derivadas de su

Page 56: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

30

aparición y, consecuentemente, objeto de estudio para investigadores internacionales.

1.2. LA TELARAÑA EN CASTILLA-LA MANCHA

La telaraña es una enfermedad común en los cultivos de champiñón de Castilla-La Mancha.

Gea y Tello (1997) afirmaban que esta micosis, aunque común, no solía provocar graves pérdidas en

las cosechas. Los autores asociaban su presencia a cultivos en las últimas fases del ciclo,

considerándola como la tercera en importancia entre las ocasionadas por hongos parásitos asociados

al champiñón, tras Lecanicillium fungicola (mole seca) y Mycogone perniciosa (mole húmeda).

Estos autores señalaban que los cambios culturales y las restricciones en el uso de fungicidas tendían

a aumentar su importancia.

Entre los años 2008-2011, se ha registrado un aumento de la presencia de telaraña en

cultivos comerciales de champiñón españoles (Gea et al., 2012). La telaraña también ha sido

detectada en cultivos de Pleurotus eryngii españoles (Gea et al., 2011).

Modificaciones culturales. Problemática de las coberturas

A finales del siglo pasado, el sistema cultural extendido en la comarca castellano-manchega

productora de champiñón consistía en alargar el periodo de fructificación hasta 60 días, recogiéndose

un promedio de 5 floradas por ciclo de cultivo (Gea y Tello, 1997). Sin embargo, entre el 50-60% de

la producción se recoge en las dos primeras floradas (Martínez Carrasco et al., 1994), por lo que

prolongar demasiado un cultivo puede ocasionar mayor daño que beneficio al convertirse las naves

de cultivo en focos de contaminación para otros cultivos de la explotación. Conscientes de esta

realidad, en los últimos años los agricultores tienden a evitar prolongar sus cultivos más allá de la

tercera florada. Las floradas posteriores a la tercera generalmente son consideradas económicamente

deficientes (Fletcher y Gaze, 2008).

El repunte de la enfermedad anteriormente mencionado puede estar motivado por

modificaciones en las técnicas culturales (Fletcher, 2002). Los cultivadores deben tratar de

identificar las causas que puedan originar un brote de la enfermedad con el objetivo de mitigar en lo

posible la incidencia de la misma:

1. Modificaciones en los sistemas de ventilación que puedan afectar a la distribución del aire en

la nave de cultivo, y también en el entorno de la granja (dispersión de conidios).

2. Cambios en el tipo de cobertura, al sustituir las coberturas tradicionales por coberturas tipo

turba, lo que supone una modificación en el calendario de riegos y en los parámetros de control

ambiental.

3. Uso de fungicidas, pudiendo generarse resistencias en el patógeno.

4. Deficiencias en la higiene de los cultivos.

Existen distintos materiales que pueden ser utilizados como coberturas para el cultivo de

champiñón, siendo la turba el más ampliamente empleado en todo el mundo. La cobertura

tradicionalmente empleada en La Manchuela se fundamenta en la utilización de suelo mineral (capa

superficial, subsuelo), tierra caliza (la presencia de Ca en abundancia evita la caída del pH) de

textura franco-arcillo-arenosa como base, a la que se adicionan materiales diversos para mejorar la

Page 57: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

31

estructura y la retención de agua. Los materiales correctores son fundamentalmente turbas rubias tipo

Sphagnum importadas o turbas negras de origen nacional (Pardo et al., 1999). Las características

físicas del suelo mineral no son las óptimas para el cultivo del champiñón, y provoca problemas para

comercializar el sustrato post-cultivo. Actualmente se está produciendo una sustitución progresiva de

la cobertura tradicional. Su lugar está siendo ocupado por coberturas a base de turba negra (con

algunos aditivos como lodos de azucarera o carbonato cálcico), nacionales, fundamentalmente

provenientes de la turbera de Torreblanca, en Castellón, y suministradas por la empresa Infertosa

S.A. o importadas (Euroveen B.V., Topterra Holland, Mcdon Peat, RHP Mushrooms y Harte peat).

Su elevada capacidad de retención de agua y su estructura porosa hacen que este material sea ideal

para emplearlo como cobertura. Sin embargo, es un producto natural cuya tasa de renovación es baja,

por tanto el agotamiento de las reservas es un factor limitante para su uso continuado. Además, la

explotación de este recurso supone un fuerte impacto sobre los ecosistemas. Atendiendo a esta

problemática un buen número de materiales han sido evaluados como coberturas alternativas (Pardo

et al., 1999).

Como medida preventiva, es recomendable ocasionalmente realizar una desinfección de la

cobertura antes de su aplicación mediante el uso de desinfectantes sintéticos o vapor de agua. La

colonización de la cobertura por organismos patógenos o competidores del champiñón es retardada

aplicando tratamientos de vapor a 60ºC durante 30 minutos (Moore, 1972).

1.3. EXPRESIÓN DE LA ENFERMEDAD

Varios factores condicionan en mayor o menor medida la expresión de la enfermedad en los

cultivos de champiñón, al influir decisivamente en el ciclo vital del hongo parásito favoreciendo o

dificultando la germinación de las esporas y el desarrollo del micelio parasitario. A continuación se

resumen una serie de generalidades descritas por la bibliografía que afectan decisivamente a la

expresión de la telaraña.

Considerando la importancia de la HR y de la temperatura, el otoño es la época de mayor

riesgo (Desrumaux, 2005; Fletcher y Gaze, 2008).

La incidencia y severidad de la enfermedad puede estar condicionada por la precocidad de

infección, así como por la estructura y las condiciones nutritivas y físico-químicas del material

empleado como cobertura (Dar y Seth, 1992a). Según Gray y Morgan-Jones (1981), el micoparásito

infecta de forma efectiva los carpóforos del hospedador aunque parece no afectar al micelio

vegetativo del hospedador, pudiendo aparecer tanto en cuerpos fructíferos como sobre la cobertura.

Si la infección es temprana suele provocar importantes pérdidas de producción y limitar el número

de floradas recolectadas.

Cuando una colonia de telaraña sufre una perturbación física se pueden liberar los conidios

(Adie et al., 2000) que pueden ser dispersados provocando focos secundarios de infección. La

dispersión de los conidios se ve favorecida por las salpicaduras de agua durante el riego, también por

el viento y las corrientes de aire en los locales de cultivo (Ingold, 1971; Meredith, 1973; Pedersen et

al., 1994; Holb et al., 2004). Por tanto, es necesario implementar medidas de higiene y control

encaminadas a minimizar la dispersión de los conidios, ya que son secos y fácilmente dispersables

por las corrientes de aire presentes en la instalación. En caso contrario, una fuente primaria de

Page 58: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

32

esporas inadecuadamente manipulada puede distribuirse rápidamente causando daños importantes

(Grogan, 2005a).

2. MATERIALES Y MÉTODOS

Se ha monitorizado la incidencia de telaraña en la comarca de La Manchuela. La comarca se

lozaliza entre el sureste de la provincia de Cuenca y noreste de la provincia de Albacete. Se visitaron

periódicamente, con un intervalo de 2-3 semanas entre visitas, trece instalaciones de cultivo de

champiñón localizadas en cinco poblaciones (cuatro en la provincia de Cuenca y una en Albacete)

(Tabla 5).

Tabla 5. Locales de cultivo de champiñón evaluados.

Table 5. Mushroom farms analyzed.

Town (Province) n *Facilities Substrate Casing

Casasimarro (Cu)

1 Industrial building Phase II/ Phase III Mineral/ Peat

Iniesta (Cu)

2 Traditional Phase II Mineral

3 Traditional Phase II Mineral

4 Traditional Phase II Mineral

5 Traditional Phase II Mineral

6 Plastic tunnel Phase II Mineral

7 Industrial building Phase II Mineral/ Peat

Quintanar del Rey (Cu)

8 Traditional Phase II Mineral

9 Industrial building Phase II Mineral/ Peat

10 Industrial building Phase II Mineral/ Peat

Villanueva de la Jara (Cu) 11 Traditional Phase II Mineral/ Peat

12 Traditional/ Industrial building Phase II Minearal/ Peat

Villamalea (Ab) 13 Dutch desing Phase III Peat *Pictures compiled in the Annex (Figure 18-21).

En cada explotación se han visitado varias locales de cultivo, y dentro de cada local se ha

realizado una inspección ocular de la cobertura y carpóforos con el fin de detectar sintomatología

asociada a la presencia de la telaraña. Los carpóforos que presentaban manchas sospechosas fueron

analizados en el laboratorio, mediante aislamiento y siembra en medio de cultivo PDA según la

metodología descrita en el Anexo, con la finalidad de confirmar si padecían la enfermedad.

En Castilla-La Mancha se pueden encontrar distintos tipos de locales destinados al cultivo

de champiñón: unos más tradicionales, denominados naves y ―sótanos‖, algunas construcciones tipo

invernadero, y otros más modernos que cuentan con instalaciones climatizadas y paredes de panel

tipo sandwich. Los locales visitados representan un esquema general de la tecnología disponible en

el sector productivo de champiñón en la comarca (Anexo, Figura 18-21). Entre las explotaciones

seleccionadas, sólo una de ellas es una instalación totalmente climatizada con paredes de panel

sándwich, situada en Villamalea. Esta instalación emplea compost Fase III, germinado (procedente

de la planta de compostaje de Champinter Soc. Coop. en Villamalea) que se dispone en bandejas de

grandes dimensiones (a granel) con la cobertura tipo turba ya aplicada. La explotación visitada en

Page 59: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

33

Casasimarro emplea compost Fase II y Fase III dispuesto en sacos o ―compoblocks‖. Las once

instalaciones restantes emplean compost Fase II dispuesto en ―compoblocks‖ de 60x40x20 cm en

hileras, sobre estanterías o líneas de alambre tensado a distintas alturas (Tabla 5). En estos casos, el

compost es incubado en las propias instalaciones y el agricultor es el encargado de aplicar la

cobertura. El compost empleado en las instalaciones no ha sido considerado como factor en la

aparición de la enfermedad. El área de cultivo muestreada ha sido delimitada comprendiendo las tres

primeras alturas del cultivo, que en algunas instalaciones llegan hasta cinco alturas, con una

separación de 60 cm aproximadamente entre ellas. El estudio se ha prolongado durante 24 meses,

entre 2011 y 2013. Un total de 507 datos correspondientes a distintos puntos de muestreo han sido

considerados.

A lo largo del estudio se han evaluado varios factores, considerando como variable

dependiente dicotómica la ausencia o presencia de la enfermedad. Los factores estudiados y las

categorías en que se subdividen son:

- Estacionalidad: El estudio se ha realizado a lo largo de todo el año, considerando los

siguientes periodos: otoño2011; invierno2012; primavera2012; verano2012; otoño2012;

invierno2013; primavera2013; verano2013.

- Periodo de fructificación: Se ha valorado la aparición de la enfermedad a lo largo de las

tres primeras floradas de la etapa de fructificación: 1ª Florada; 2ª Florada; 3ª Florada.

- Cobertura empleada: Las explotaciones visitadas emplean coberturas basadas en suelo

mineral o tipo turba (Tabla 5). Se ha muestreado un mayor número de cultivos con

coberturas minerales atendiendo a la realidad del cultivo en la comarca. Sin embargo, a

lo largo del estudio hemos asistido a una progresiva sustitución de la cobertura mineral

tradicional por cobertura tipo turba en varias de las explotaciones analizadas.

De los 507 puntos o datos de muestreo registrados, 254 (50%) corresponden al periodo

anual 2011/2012, y 253 (50%) al 2012/2013. El Gráfico 4 recopila el porcentaje de datos evaluados

en cada estación respecto del total.

*66

73

81

5655

64

52

60 AUTUMN11/12

AUTUMN12/13

WINTER11/12

WINTER12/13

SPRING11/12

SPRING12/13

SUMMER11/12

SUMMER12/13

Gráfico 4. Porcentaje estacional de

cultivos evaluados. *No de visitas por estación.

Graph 4. Percentage of crops

checked. Seasons in respect to the

total. *No of visits made every season.

Page 60: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

34

Atendiendo a la etapa de fructificación, el Gráfico 5 recoge el porcentaje de datos

recopilados a lo largo de las floradas estudiadas respecto al total muestreado en cada una de las

estaciones.

El número de datos recopilado en cultivos de tierra ha sido superior al de cultivos de turba,

suponiendo el 64% y el 36% del total respectivamente, si bien, como refleja el Gráfico 6, el

porcentaje ha variado en los distintos periodos estacionales. A lo largo del estudio, debido a la

progresiva sustitución de la cobertura tradicional, el porcentaje de cultivos con cobertura tipo turba

examinados ha experimentado un aumento: si en la primera anualidad supusieron el 21% del total

evaluado, ya en la segunda se incrementó el porcentaje suponiendo el 51% del total.

Para aportar una visión general acerca de la severidad de la infección se establece una escala

de valoración artificial: 0-No hay infección; 1-Focos puntuales, no más de 5; 2-Focos puntuales, más

de 5, hasta un 10% de sacos afectados; 3-Entre un 10-50% de sacos afectados; 4-Más del 50% de

sacos afectados.

*1426 19 14 16 14

23 19

2023

1815 27 19

17 19

3232 18

23 30 23 24 22

0

20

40

60

80

100

AU

TU

MN

WIN

TE

R

SP

RIN

G

SU

MM

ER

AU

TU

MN

WIN

TE

R

SP

RIN

G

SU

MM

ER

2011/2012 2012/2013

1ª FLUSH (%) 2ª FLUSH (%) 3ª FLUSH (%)

56*77

43

2446 38

23 17

104

12

2827 8

41 43

0

20

40

60

80

100

AU

TU

MN

WIN

TE

R

SP

RIN

G

SU

MM

ER

AU

TU

MN

WIN

TE

R

SP

RIN

G

SU

MM

ER

2011/2012 2012/2013

MINERAL (%) PEAT (%)

Gráfico 5. Porcentaje de cultivos

evaluados por florada. *No de visitas por florada.

Graph 5. Percentage of crops

checked. Flushes in respect

to the season. * No of visits made in every flush.

Gráfico 6. Porcentaje de

cultivos evaluados por material

de cobertura. *No de visitas por material de cobertura.

Graph 6. Percentage of crops

checked. Casing layers in

respect to the season. *No of visits made in every casing

material.

Page 61: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

35

El Gráfico 21 (Anexo) recopila las condiciones meteorológicas de temperatura, humedad,

pluviometría y velocidad del viento registradas en la zona del muestreo durante el mismo. Los datos

han sido recogidos en la estación metereológica situada en el CIES (Quintanar del Rey).

Análisis estadístico

Las variables independientes o factores considerados al analizar estadísticamente los datos

recopilados de presencia o ausencia de enfermedad en los cultivos (variable dependiente dicotómica)

son: estacionalidad, florada y cobertura.

Se ha realizado un estudio estadístico de los datos basado fundamentalmente en el análisis

de correspondencia simple y múltiple que permite relacionar la aparición de la enfermedad con los

factores estudiados (Vega y Fleites, 2002; Linares y Sistachs, 1996).

Para determinar qué subdivisión dentro de cada factor tiene mayor importancia respecto a la

variable dependiente dicotómica se expresan los datos recopilados en tablas de frecuencia

bidimensionales, donde las columnas corresponden a cada una de las subdivisiones de los factores

estudiados:

- Estacionalidad: Otoño; Invierno; Primavera; Verano.

- Florada: Primera; Segunda; Tercera.

- Cobertura: Tierra; Turba.

Por su parte, las filas corresponden a la variable dependiente dicotómica: presencia o

ausencia de enfermedad.

Una vez realizada la prueba de Chi-cuadrado que contrasta la independencia entre filas y

columnas en las tablas de contingencia, estableciendo cierto grado de asociación entre las mismas

(valor P<0,01) (Pérez, 1998), para cada una de los factores respecto a las variables dependientes se

han construido gráficos de mosaico (Hartigan y Kleiner, 1981; Friendly, 1994). En los gráficos las

frecuencias relativas correspondientes a las subdivisiones de cada uno de los factores estudiados son

proporcionales a las áreas delimitadas por las líneas verticales; mientras que las líneas horizontales

de los gráficos definen las frecuencias relativas de la variable dependiente dicotómica. El análisis

estadístico ha sido ejecutado empleando el software Statgraphics–Centurion XVI (Statpoint, Herdon,

Virginia, USA).

3. RESULTADOS

El Anexo recopila en la tabla 22 los datos recogidos a lo largo del seguimiento realizado,

distribuyendo el número de datos recopilados en cada una de las variables estudiadas (Gráfico 4, 5 y

6). El estudio demuestra que la telaraña es una patología de origen fúngico común en cultivos de

champiñón españoles. Se ha detectado la presencia de la enfermedad en el 32% de las visitas.

Page 62: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

36

3.1. INCIDENCIA DE TELARAÑA EN FUNCIÓN DE LA ESTACIONALIDAD

El gráfico 7 muestra el procentaje de cultivos infectados por estación respecto del total de

visitas realizadas en cada una de las estaciones. El gráfico 7a muestra la distribución de los cultivos

afectados en los periodos anuales, el gráfico 7b en las floradas y el 7c en las coberturas analizadas.

Se observa un patrón de comportamiento común en los tres gráficos, con una mayor infección

registrada en las estaciones de otoño (fundamentalmente) e invierno, y menor incidencia durante la

primavera y el verano.

Evaluando el estudio completo, la mayor incidencia se registró en otoño (44% de los

cultivos estaban infectados) e invierno (37%), mientras que la primavera (18%) y el verano (28%)

fueron las estaciones con la menor incidencia (Gráfico 8 y 9).

Gráfico 8. Presencia estacional de la enfermedad.

Graph 8. Presence of cobweb disease regarding the season.

0 10 20 30 40 50 60

SUMMERSPRINGWINTERAUTUMN

a

0 10 20 30 40 50 60 70

1st F

2nd F

3rd Fb

0 10 20 30 40 50

PEAT

MINERAL

c

Disease vs Season

Presence

Absence

Autumn

Winter

S pring

S ummer

Gráfico 7. Porcentaje de cultivos

infectados comparando la estacionalidad.

a) Año. b) Florada. c) Cobertura.

Graph 7. Percentage of diseased crops

comparing the season. a) Year. b) Flush.

c) Casing.

2012/2013

2011/2012

Page 63: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

37

Conforme al análisis categórico de la tabla de contingencia construida para el factor

estacional, puesto que el valor de P<0.01 puede rechazarse la hipótesis de que las filas y columnas de

la tabla de contingencia son independientes con un nivel de confianza del 99% [Prueba χ² de

Pearson= 22,81 con 3 grados de libertad (df), P= 0,0], por lo que existe una relación estadística entre

cada una de las variables estudiadas:―estacionalidad‖ y la variable dependiente ―presencia de la

enfermedad‖ (Gráfico 8).

Con respecto a cada uno de los períodos, otoño 2011 fue el más afectado a lo largo del

estudio, un 50% de los cultivos visitados mostraron síntomas de la enfermedad, seguido del invierno

de 2012 con el 43% de los cultivos afectados. La prevalencia de la enfermedad durante la primavera

y el verano de 2012 fue menor, ya que el 24% de los cultivos evaluados en cada uno de estos dos

períodos sufrieron la enfermedad. Es destacable que la incidencia de telaraña experimentó un repunte

durante el otoño de 2012 (38%) e invierno 2013 (29%), mientras que la primavera y el verano de

2013, con el 13% y el 22% de los cultivos afectados respectivamente, fueron los dos períodos que

registraron los niveles más bajos de presencia de telaraña a lo largo del estudio (Anexo. Gráfico 22).

El otoño y el invierno han sido las estaciones donde se han registrado brotes más severos de

telaraña (grados 2, 3 y 4). En otoño, el 24% de los cultivos mostró un grado de infección entre

moderado y severo, y el 22% en invierno. Por el contrario, únicamente el 7% de los muestreados en

la primavera y el 8% de los cultivos de verano sufrieron este mismo nivel de infección (Gráfico 9).

3.2. INCIDENCIA DE TELARAÑA EN FUNCIÓN DE LA FLORADA

El muestreo realizado en diferentes etapas del ciclo indica que la telaraña se detecta en cada

una de las floradas evaluadas. Se observó una presencia considerablemente mayor durante la tercera

flor, puesto que el porcentaje de cultivos enfermos registrado aumenta conforme envejece el cultivo

63%

15%

12%

6%4%

n= 137

0 1 2 3 4

82%

11%

3%2% 2%

n= 119

0 1 2 3 4

72%

20%

4%3% 1%

n= 112

0 1 2 3 4

56%

20%

10%

9%5%

n= 139

0 1 2 3 4

a b

c d

Gráfico 9. Severidad estacional de la

infección en cultivos de champiñón. a)

Otoño. b) Invierno. c) Primavera. d)

Verano. *Escala subjetiva de severidad: 0-No hay

infección; 1-Focos puntuales, no más de 5; 2-

Focos puntuales, más de 5, hasta un 10% de

sacos afectados; 3-Entre un 10-50% de sacos

afectados; 4-Más del 50% de sacos afectados..

n= Nº de visitas por estación. Graph 9. Severity of the infection in

mushroom crops through the seasons.

a) Autumn. b) Winter. c) Spring. d)

Summer. *Scale of infection severity: 0 = no infection; 1 =

isolated outbreaks, no more than 5 patches; 2 =

isolated outbreaks, more than 5, up to 10% of

blocks affected; 3 = 10-50% of blocks affected; 4

= more than 50% of blocks affected. n = No of

sampled crops per season.

Page 64: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

38

(Gráfico 10, 11). El Gráfico 10 muestra la distribución de cultivos infectados por florada respecto del

total de visitas realizadas en cada una de las floradas. El gráfico 10a muestra la dispersión de los

cultivos afectados en los periodos anuales, el gráfico 10b en las coberturas y el 10c en las estaciones

evaluadas. En todos los casos el patrón es comparable, observándose mayor infección en cultivos de

tercera flor y menor incidencia en los cultivos de primera florada.

Gráfico 10. Porcentaje de cultivos infectados comparando la florada. a) Año. b) Cobertura. c) Estación.

Graph 10. Percentage of diseased crops comparing the flush. a) Year. b) Casing. c) Season.

Evaluando el estudio completo, la infección más extendida fue registrada en tercera florada

(56% de los cultivos estaban infectados), disminuyendo progresivamente la presencia en las florada

más tempranas: en la segunda florada se registró el 24% de afectados, mientras que la primera

resultó la florada con menor incidencia, en únicamente el 8% de los cultivos visitados (Gráfico 11 y

12).

Gráfico 11. Presencia de la enfermedad a lo largo del ciclo de cultivo.

Graph 11. Presence of cobweb disease regarding the flush.

En la tabla de contingencia construida para las floradas, cada fila se relaciona con su

columna con un nivel de confianza del 99% (χ2=99,40; df=2; P=0,0), por lo que existe una relación

estadística entre cada una de las variables estudiadas: el factor florada y la variable dependiente.

Los brotes registrados en la primera florada fueron aislados y de poca importancia (grados 1

y 2). A medida que el ciclo de cultivo avanza la infección adquiere mayor severidad, siendo más

0 10 20 30 40 50 60 70 80

MIN

ER

AL

PE

AT

b

0 10 20 30 40 50 60 70 80

AUTUMN

WINTER

SPRING

SUMMER

AUTUMN

WINTER

SPRING

SUMMER

20

11

-20

12

20

12

-20

13

3rd F

2nd F

1st F

c

0 10 20 30 40 50 60 70 80

20

11

/12

20

12

/13

a

Disease vs Flush

First

S econd

Third

Presence

Absence

Page 65: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

39

preocupante durante la tercera flor, cuando el 19% de los cultivos visitados presentó una infección

grave de grado 3 y 4 (Gráfico 12).

Gráfico 12. Severidad de la infección en cultivos de champiñón a lo largo del ciclo. a) Primera flor. b) Segunda flor.

c) Tercera flor. *Escala subjetiva de severidad. n= Nº de visitas por estación.

Graph 12. Severity of infection in mushroom crops along the flushes. a) First flush. b) Second flush. c) Third flush. *Scale of infection severity. n = Number of sampled crops per season.

3.3. INCIDENCIA DE TELARAÑA EN FUNCIÓN DE LA COBERTURA

Atendiendo al factor de la cobertura aplicada, se registraron síntomas de enfermedad en las

dos mezclas de cobertura evaluadas durante el estudio (Gráfico 13 y 14). El Gráfico 13 muestra el

porcentaje de cultivos infectados por cobertura respecto del total de visitas realizadas en cada una de

las coberturas. El gráfico 13a muestra la distribución de los cultivos afectados en los periodos

anuales, el gráfico 13b en las floradas y el 13c en las estaciones evaluadas. Atendiendo a los

parámetros representados, no existe un patrón común respecto a la incidencia de la enfermedad en

cada una de las coberturas.

Gráfico 13. Porcentaje de cultivos infectados comparando los materiales de cobertura. a) Año. b) Florada. c)

Estación.

Graph 13. Percentage of diseased crops comparing the casing material. a) Year. b) Flush.

c) Season.

76%

17%

6% 1%n=158

0 1 2 3

44%

23%

14%

12%

7%n=204

0 1 2 3 4

92%

7%

1%n=145

0 1 2

a b c

0 10 20 30 40 50 60

20

11

/12

20

12

/13

0 10 20 30 40 50 60

AUTUMN

WINTER

SPRING

SUMMER

AUTUMN

WINTER

SPRING

SUMMER

20

11

-20

12

20

12

-20

13

PEAT

MINERAL

0 10 20 30 40 50 60 70 80

1st

F2

nd

F3

rd

F

a

b

c

Page 66: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

40

El porcentaje de cultivos afectados por telaraña es comparable en ambas coberturas (Gráfico

14). Al evaluar el estudio general se ha observado un porcentaje de cultivos afectados por telaraña

ligeramente superior en cultivos que aplicaron cobertura mineral (34%) que en los cubiertos con

cobertura tipo turba (29%) (Gráfico 14 y 15).

Gráfico 14. Presencia de la enfermedad respecto al material de cobertura.

Graph 14. Presence of cobweb disease regarding the casing material.

El análisis categórico no especifica una correlación entre las filas y columnas de la tabla de

contingencia con un nivel de confianza del 99%. Para el factor cobertura, el valor de P>0.01 para la

prueba de Chi cuadrado (χ2=1,5;df=1; P=0,22). Por lo tanto los datos obtenidos para el factor

cobertura no están estadísticamente correlacionados con la variable dependiente (Gráfico 14).

En cuanto a la severidad de los brotes localizados, es comparable en ambas coberturas,

registrándose mayoritariamente afecciones leves de enfermedad (grados 1 y 2) en el 25% de cultivos

muestreados en tierra y en el 23% de los cubiertos con turba. Respecto a los cultivos con brotes

severos, la cobertura mineral registró una infección de grado 3 en el 6% y de grado 4 en el 3% de los

muestreados; por su parte los cubiertos con turba presentaron infecciones importantes de grados 3 y

4 en el 4% y 2% respectivamente (Gráfico 15).

Disease vs Casing

Presencia

Ausencia

TierraTurba

66%

16%

9%

6%3%

0 1 2 3 4

a

71%

18%

5%

4%

2%

0 1 2 3 4

n=183 bn=324

Gráfico 15. Severidad de la

infección en cultivos de champiñón

comparando coberturas. a) Mineral.

b) Turba. * Escala subjetiva de severidad. n = Nº de

visitas por material de cobertura.

Graph 15. Severity of infection in

mushroom crops comparing casing

material. a) Mineral. b) Peat based. *Scale of infection severity. n= No of

sampled crops per casing material.

Page 67: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

41

4. DISCUSSION

In Spain, the data collected demonstrate that cobweb disease is a common pathology in

commercial mushroom facilities since it was detected in 32% of mushroom crops checked. In

contrast, lower incidence of disease was detected in India where 13% of the Indian mushroom farms

during 1982 and 9% in 1983 showed symptoms of cobweb, while Bora and Özaktan (2000) showed

similar results; they stablished a cobweb prevalence of 33% in Turkish mushroom houses. Our

results have nothing to do with the epidemic dimension that cobweb disease reached in Ireland in

1992 (McKay et al., 1999).

During the survey all the cobweb symptoms previously described were detected (Figure 7).

Cobweb is a dangerous pathology since both quantitative and qualitative losses of

production must be conditioned by its occurrence and widespread within mushroom crops. In the

mid-1990s, outbreaks of cobweb disease associated with the occurrence of benzimidazole-resistant

C. mycophilum isolates reached epidemic proportions on British mushroom farms, with crop losses

up to 40% (Mckay et al., 1999; Grogan y Gaze, 2000; Adie et al., 2006).

In Spanish mushroom crops, it is possible to find the disease at any time of the year

although its incidence and severity is higher in autumn and winter than in those cycles cultured

during spring and summer, being especially common in autumn. This is in line with Desrumaux

(2005), who maintains that the autumn seems the high-risk period for the infection, considering the

Figura 7. Sintomatología asociada a

la enfermedad de la telaraña en la

cobertura y en los carpóforos. a, b)

Cultivos cubiertos con cobertura

mineral. c, d) Cultivos cubiertos con

cobertura tipo turba. e) Moteado en un

carpóforo infectado. f) Lesiones

cóncavas en champiñones infectados.

Figure 7. Symptoms of cobweb

disease over the casing layer and

carpophores. a, b) Crops cased with

mineral casing layer. c, d) Crops cased

with peat based casing layer. e) Spotting

over the caps. f) Sunken lesions over the

caps.

Page 68: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

II. Incidencia

42

importance of high relative humidity and high temperature for cobweb development. It is remarkable

that after the spring and summer, the presence of the disease increased again during the autumn and

winter of the second annual period. This could be related to the high humidity registered through this

two periods (autumn and winter) during the two years of the study (Annex, Graph 21). According to

Desrumaux (2005), the germination of pathogenic spores is definitely conditioned by high relative

humidity (RH) and high temperature.

Under unfavorable conditions: mainly conditions of low RH, the majority of the spores do

not survive for a long period, however, the fungus produces microsclerotia (a compact mass of

hardened mycelium containing food reserves) which are structures of resistance that can germinate

even when they are stored at 0% RH (Lane et al., 1991). It is plausible to consider that under the dry

seasons, spring and summer, the fungus structures lay dormant. With the increase of relative

humidity experienced in the autumn this fungus could have found an environment propitious for the

germination. Subsequently the density of conidia in the air would raise. Conditions of high humidity

out of the cropping rooms will facilitate the survival of the pathogenic conidia and its dispersion

through the productive area. Attending to the weather conditions recorded in the region during the

study, it seems a priori that RH is the limiting factor, while temperature (lower in autumn and winter)

has less influence over disease manifestation (Annex, Graph 21). Nevertheless, it is also notable that

there has been a general decline in cobweb occurrence during the second annual period of the study.

This downward trend may have arisen partially due to the hygiene improvements implemented in

mushroom farms as a result of the recommendations provided to the growers during the study to

cope with the disease. These recommendations include: correct disinfection of spent mushroom

substrate after the crop cycle, control of conidia release from punctual outbreaks (by covering

patches of cobweb with thick-damp paper) and prevention of conidial dispersion by avoiding to

water over or near patches of disease, switching off fans when removing the spent mushroom

compost (when applying ―cooking out‖ in situ is not possible), and maintaining the doors of growing

rooms hermetically closed, in adition to the use of air filters, etc. (Fletcher y Gaze, 2008).

Our findings are consistent with those of McKay et al. (1999): along the crop cycle the

presence and severity of infection significantly rises. The infection grew exponentially from 1st to 3

rd

flush, and the severity of the outbreaks considerably increased as well. Thus the third flush crops are

much more likely to express the infection than those of second and first.

During the survey no significant differences were found between the casing materials used

by growers as regards the incidence of cobweb. The pathology appeared regardless the casing used

during the cultivation (mineral or peat based). Even though when physic and chemical properties of

peat based materials seem, a priori, more susceptible for disease development, mainly due to its

higher water holding capacity. It is remarkable that the number of peat cased crops sampled during

the second year of the study significantly increased. Along the transitional period from traditional to

peat based casing, the farms were advised on the peat casing management to deal with cobweb

disease. So, as Grogan (2006) suggests, the data gathered could be attributed to the high standards of

hygiene achieved in those farms where peat based materials have been employed, anyhow, a more in

deep study would be necessary to clarify this point.

Page 69: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. IDENTIFICACIÓN DEL agente

causal de la telaraña en los

cultivos DE CHAMPIÑÓN españoles

Page 70: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

44

1. INTRODUCCIÓN

Como ya ha sido comentado anteriormente en la memoria, distintos taxones del género

Cladobotryum Nees emend. pueden generar la enfermedad de la telaraña en cultivos de setas

comestibles. Entre las especies causantes de la telaraña del champiñón, C. dendroides y C.

mycophilum se consideran las más comunes e importantes debido a los graves daños que ocasionan

en los cultivos (Grogan, 2006). Sembrados in vitro estos hongos desarrollan un micelio blanco-

grisáceo con el reverso de la placa tornando a amarillo en pocos días. Normalmente en 2-4 semanas,

dependiendo del medio de cultivo y de las condiciones, las colonias adquieren un intenso color rojo.

Este pigmento, identificado como aurofusarina, es secretado más abundantemente por las hifas

sumergidas en el medio que por el micelio aéreo. Al microscopio, el color es entre rojo y amarillo

rosáceo (Põldmaa, 2011). Sin embargo, no todas las especies de Cladobotryum presentan esta

pigmentación (Potočnik et al., 2008a). A continuación se describen las especies recogidas en la

literatura como responsables de la enfermedad en cultivos de setas.

El patógeno más citado en la literatura como agente causal de la telaraña en cultivos de

champiñón es Cladobotryum dendroides (Bull.: Fr.) W. Gams & Hoozem. (también conocido por su

sinónimo, Dactylium dendroides) cuyo teleomorfo es Hypomyces rosellus (Alb. & Schwein.:Fr.) Tul.

(Flachs, 1939/1940; Fletcher et al., 1989). Hasta mediados de la década de los noventa, esta especie

ha sido siempre referenciada como la principal responsable de la enfermedad en cultivos de A.

bisporus (Kligman, 1950; Forer et al., 1974; Eicker, 1984; Fletcher et al., 1983; Seth y Dar, 1989;

Lane et al., 1991; Dar y Seth, 1992a; Howard et al., 1994; Rinker y Wuest, 1994), sin embargo

también actualmente sigue siendo responsable de pérdidas en los cultivos y considerada por algunos

autores como el agente causal más importante (Largeteau y Savoie, 2010; Ślusarskiet al., 2012;

Cengiz et al., 2014; Parrag et al., 2014; Potočnik et al., 2014). Distintos aislados de C. dendroides

asociados a la enfermedad de la telaraña en cultivos de A. bisporus han sido recolectados en la

mayoría países productores, como Australia, Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Irlanda

o Luxemburgo, algunos de ellos referenciados en el GenBank (McKay et al., 1999). In vitro este

espécimen presenta colonias de micelio inicialmente blanco que adquieren tonalidades rojizas al

envejecer el aislado (Grogan, 2005a). La especie se caracteriza por la presencia de una extensión

secundaria muy irregular en el ápice (raquis) (McKay et al., 1999). Las fiálides generan los conidios

a través del ápice que continúa creciendo después de la formación de cada espora haciéndose más

irregular con el tiempo. Las esporas son grandes (20-30 μm de longitud) y normalmente tienen de

tres a cuatro células (dos y tres septos por espora). Presentan en uno de los extremos un hilio basal

conspicuo que es la cicatriz de unión a la fiálide. Esta especie también genera clamidosporas y

microesclerocios (McKay et al., 1999). Al estudiar las condiciones más favorables para la

germinación de los conidios de C. dendroides, Dar y Seth (1992b) determinaron que la máxima

germinación tiene lugar a 25ºC, aunque observaron tubos germinativos más largos a 20ºC; el pH

óptimo de germinación fue 6,5, si bien la máxima longitud se alcanzó a pH=6.

La enfermedad también se asocia frecuentemente con Cladobotryum mycophilum (Oudem.)

W. Gams & Hoozem., Dactylium mycophilum Oudem., cuyo teleomorfo es Hypomyces odoratus

G.R.W. Arnold (Gea et al., 2012). Desde mediadiados de los noventa se han encontrado especímenes

de C. mycophilum parasitando cultivos de champiñón en distintos países productores como

Page 71: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

45

Alemania, Gran Bretaña y Holanda (McKay et al., 1999). Recientemente también se ha detectado la

presencia de C. mycophilum en cultivos de A. bisporus coreanos (Back et al., 2010, 2012a). Al igual

que el anterior, en el laboratorio las colonias no esporulan abundantemente, excretando un pigmento

semejante al generado por C. dendroides conforme envejece la cepa (Grogan, 2005a). Las colonias

producen un olor a alcanfor detectable al levantar la tapa de la placa Petri (Grogan 2005a, Põldmaa,

2011). La producción e intensidad del olor depende del medio y de la edad de la cepa (Põldmaa,

2011). Las fiálides de esta especie no tienen raquis, siendo el ápice donde se generan las esporas

simple y regular, además no sigue creciendo tras la formación del conidio como en el caso de C.

dendroides (Grogan, 2005a). En las esporas de esta variedad suele haber mayoritariamente sólo dos

células disociadas por un septo, al contrario de las 3 o 4 que pesentan mayoritariamente las esporas

de C. dendroides (Grogan, 2005a). Además las colonias producen un olor característico a trementina

y alcanfor (Grogan, 2005a; Fletcher y Gaze, 2008).

A mediados de los noventa, durante la epidemia de telaraña que golpeó Gran Bretaña e

Irlanda con serias consecuencias se identificó una cepa de C. mycophilum distinta a las descritas

anteriormente (McKay et al., 1999). La mayoría de los aislados recolectados (80%) eran resistentes a

los bencimidazoles (Grogan y Gaze, 2000). Inicialmente los aislados fueron identificados como C.

dendroides porque las esporas presentaban 3 y 4 células, aunque el ápice de las fiálides no

mostrataba irregularidades y exhibían un crecimiento más rápido y mayor esporulación que C.

dendroides. Resultó ser una variedad genéticamente más próxima a C. mycophilum, aunque

morfológicamente difería del descrito hasta la fecha. Las colonias carecían del distintivo olor a

alcanfor de C. mycophilum, y las esporas presentaban dos, tres y cuatro células (uno, dos y tres

septos), a diferencia de las dos células características en este patógeno (Adie, 2000; Grogan y Gaze,

2000). Estos aislados también crecían y esporulaban con mayor intensidad que los previamente

descritos como C. mycophilum. Se denominó Cladobotyum mycophilum tipo II. La mayoría de estos

aislados muestran resistencias a los fungicidas tipo bencimidazoles (Grogan, 2005a). Se han

identificado aislados de Cladobotryum mycophilum Tipo II en Australia, Estados Unidos, Francia,

Gran Bretaña e Irlanda (Grogan y Gaze, 2000).

Grogan (2005a) concluye que existen tres tipos de especies causantes de telaraña:

Cladobotryum dendroides, Cladobotryum mycophilum y Cladobotryum mycophilum tipo II. Para ello

se analizaron microscópicamente aislados de Cladobotryum spp. procedentes de naves de cultivo de

champiñón con problemas de telaraña. Se evaluaron especímenes recolectados en distintos países

productores del mundo y recopilados durante aproximadamente una década, desde 1995.

Sin embargo, otras especies han sido también registradas por diversos autores como

responsables de la enfermedad de la telaraña en cultivos de setas comestibles, entre ellas C.

multiseptatum, C. semicirculare, C. varium (sin. C. variospermum) y C. verticillatum (Sinden, 1971;

De Hoog, 1978; Sharma et al., 1992 Kirschner, et al., 2007; Back, 2012a).

Los aislados de Cladobotryum varium Nees ex Steud. desarrollan un micelio blanco al

crecer en medio PDA a 22ºC, tornando el medio a coloraciones crema a los 10 días. Presenta

conidióforos con ramificaciones sencillas, conidios ovoides con dos células (un septo) cuyas

dimensiones oscilan entre 8,6-15,8 μm de longitud y 6,4-8,6 μm de anchura, y fiálides con un ápice

muy irregular (raquis). Esta especie ha sido recientemente descrita como agente causal de la telaraña

en cultivos coreanos de setas comestibles (F. velutipes y H. marmoreus), mostrando capacidad

infecciosa frente a carpóforos de A. bisporus en laboratorio (Back, 2012a).

Page 72: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

46

Cladobotryum verticillatum (Link ex. S. F. Gray) Hughes fue aislado e identificado a partir

de cuerpos fructíferos de Agaricus bitorquis infectados en la India. Se describe un micelio blanco

grisáceo del hongo que crece rápidamente sobre la cobertura envolviendo los champiñones. El

micelio se torna rojizo a los 5-6 días (Sharma, 1992).

Cladobotryum multiseptatum (de Hoog) fue aislado por A. W. Smith como agente causal de

la enfermedad de la telaraña en Agaricus brunnescens Peck (variedad de A. bisporus), en Nueva

Zelanda. Presenta conidios con 2-4 células (1 y 3 septos) (De Hoog, 1978).

Cladobotryum semicirculare sp. nov. se diferencia de otras especies del mismo género por

presentar conidios muy curvados, con 0-3 septos. Esta especie fue aislada en cultivos comerciales de

Ganoderma tsugae en Taiwan (Kirschner et al., 2007).

Sin embargo, como sugiere Grogan (2005a), podría ser que alguna o varias de estas especies

descritas como causantes de la enfermedad hayan sido identificadas erróneamente, puesto que para

asegurar una correcta identificación es muy recomendable que la descripción taxonómica se apoye

en la correspondiente caracterización genética de los aislados. Así por ejemplo, C. verticillatum ha

sido descrito por los autores como agente causal de la enfermedad únicamente en base a caracteres

morfológicos (Sharma, 1992).

2. MATERIALES Y MÉTODOS

2.1. AISLADOS

Se estudiaron veinticinco aislados de Cladobotryum sp. procedentes de cultivos comerciales

de A. bisporus situados en Castilla-La Mancha y La Rioja. Los aislados se obtuvieron a partir de

cuerpos fructíferos que presentaban síntomas de telaraña o de manchas sobre la superficie de la

mezcla de cobertura. 23 de los aislados estudiados furon recogidos en explotaciones situadas en

distintas localidades de Castilla-La Mancha (CLM), 2 de ellos se recolectaron en la comarca

productora de La Rioja. Los aislados fueron recolectados en distintos años (2008-2013), floradas (1ª-

3ª) y sustratos (carpóforos afectados o manchas sobre la cobertura) (Tabla 6). La metodología

utilizada para aislar y conservar los especímenes se describe en el Anexo.

Con el objetivo de identificar el patógeno se ha realizado un estudio del crecimiento y

evolución del patógeno in vitro, y los distintos aislados estudiados han sido caracterizados

taxonómica y molecularmente.

2.2. ESTUDIO DEL PATÓGENO IN VITRO

Se ha empleado medio PDA para evaluar el crecimiento medio de cada uno de los aislados,

el nivel de esporulación, así como las variaciones en la coloración del patógeno y la presencia o

ausencia de olores. A partir de cultivos madre crecidos durante cinco días, con un sacabocados estéril

se tomó un disco de 5 mm de diámetro de la parte más externa de la colonia, ya que ésta es una zona

metabólicamente activa (la banda de crecimiento activo del micelio). Con los fragmentos

Page 73: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

47

procedentes de los cultivos madre se sembraron placas en medio PDA. De cada aislado, se

sembraron 5 placas con un disco cada una en el centro de la placa, enfrentando la superficie donde ha

crecido el hongo en la placa madre con la superficie de cultivo de la nueva placa.

Se observó y registró la evolución de los aislados durante 21 días en cámara de cultivo a

22ºC y en oscuridad. Con un calibre digital se tomaron dos medidas perpendiculares por aislado,

correspondientes al diámetro del crecimiento miceliar del hongo en milímetros, para evaluar la tasa

diaria de crecimiento del micelio. También se ha registrado el nivel de esporulación de los aislados,

así como los cambios de color registrados en la placa. Se registró también la presencia/ ausencia de

olor a alcanfor, característico de C. mycophilum (Grogan, 2005a), al levantar la tapa de la placa de

cultivo. Por último, la presencia de clamidosporas y microesclerocios en aislados envejecidos ha sido

también evaluada.

Tabla 6. Aislados de Cladobotryum spp. evaluados. Municipio donde

se recolectaron, sustrato a partir del que se reaisló, florada y año.

Table 6. Isolates of Cladobotryum spp. included in the study, town

where they were collected, substrate, flush and year.

Strain Town/ Region Substrate Flush Year

CM1 Quintanar del Rey (*CLM) Peat casing 2

nd 2008

CM2 Quintanar del Rey (CLM) Fruitbody 3rd

2008 CM3 Quintanar del Rey (CLM) Mineral

casing

3rd

2009 CM4 Quintanar del Rey (CLM) Fruit body 2

nd 2009

CM5 Quintanar del Rey (CLM) Frui body 3rd

2009 CM6 Quintanar del Rey (CLM) Mineral

casing

3rd

2010 CM7 Quintanar del Rey (CLM) Fruit body 3

rd 2010

CM8 Villalgordo del Júcar (CLM) Fruit body 3rd

2010 CM9 Villarta (CLM) Fruit body 3

rd 2011

CM10 Iniesta (CLM) Fruit body 3rd

2011 CM11 Iniesta (CLM) Fruit body 2

nd 2011

CM12 Iniesta (CLM) Fruit body 3rd

2011 CM13 Quintanar del Rey (CLM) Fruit body 2

nd 2011

CM14 Quintanar del Rey (CLM) Fruit body 2nd

2011 CM15 Iniesta (CLM) Fruit body 2

nd 2011

CM16 Villanueva de la Jara (CLM) Fruit body 3rd

2012 CM17 Quintanar del Rey (CLM) Fruit body 2

nd 2012

CM18 Villanueva de la Jara (CLM) Fruit body 3rd

2012 CM19 Quintanar del Rey (CLM) Fruit body 3

rd 2012

CM20 Iniesta (CLM) Fruit body 3rd

2012 CM21 Villanueva de la Jara (CLM) Fruit body 3

rd 2012

CM22 Quintanar del Rey (CLM) Fruit body 1st 2012

CM23 Iniesta (CLM) Fruit body 3rd

2013 CM24 La Rioja Fruit body 3

rd 2012

CM25 La Rioja Fruit body 3rd

2012 *CLM: Castilla-La Mancha.

2.3. CARACTERIZACIÓN TAXONÓMICA

Para caracterizar los distintos aislados estudiados, las estructuras fúngicas se montaron en

portaobjetos y se observaron al microscopio. Se han empleado distintas técnicas de tinción para

colorear las estructuras fúngicas estudiadas: tinción mediante colorantes artificiales (azul algodón en

lactofenol y lactofucsina) y tinción mediante colorantes vegetales solubles en agua empleados por la

industria alimentaria, rojo allura (E124) y azul brillante (E133) (Coralim Aditivos, Ribarroja del

Page 74: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

48

Turia, Valencia) preparados a razón de 0,05 g de colorante alimentario + 0,5 mL de ácido acético

glacial + 2 mL de glicerina + 2,5 mL de agua destilada estéril (González et al., 2011).

Las peculiaridades taxonómicas de los aislados evaluados han sido caracterizadas: longitud,

anchura y número de septos de los conidios; longitud de las fiálides (células conidiogénicas),

anchura de la base y del ápice de las fiálides, y presencia o ausencia de ápice irregular en el extremo.

Doscientos conidios y cien células conidiogénicas fueron evaluados en cada uno de los aislados. Para

el registro de las estructuras fúngicas se ha utilizado una cámara Nikon DS-Fi1 (Tokio, Japón) para

microscopía óptica acoplada a un microscopio Nikon Eclipse E600 (Tokio, Japón) donde

fundamentalmente se han empleado los objetivos 20x (apertura numérica 0,40) y 40x (apertura

numérica 0,65). La cámara se acopló a un ordenador y las medidas correspondientes se realizaron

empleando el software Nikon NIS-Elements Advanced Research (Nikon, Japón). Para el análisis

estadístico de las medidas registradas se ha empleado el paquete software Excel 2007 (Microsoft,

Redmont, Washington, US). Tomando en consideración los resultados obtenidos, los aislados fueron

identificados morfológicamente conforme a las descripciones proporcionadas por Gams y

Hoozemans (1970) y Rogerson y Samuels (1994). Se ha estudiado también la tasa de germinación de

los conidios de una de las cepas empleadas en el estudio a temperatura ambiente. Para ello se

seleccionó el aislado CM23 con cinco días de crecimiento sobre medio PDA. Se preparó una

solución conidial a partir del cultivo, lavando el aislado con agua destilada estéril y liberando los

conidios del micelio mediante un pincel esterilizado. Se eliminaron los restos de micelio mediante

filtro de red de polipropileno [25 µm de diámetro de poro, Millipore® (Merck KGaA, Darmstadt,

Alemania)]. La concentración conidial de la disolución madre se determinó empleando un

hemocitómetro y posteriormente se reajustó la disolución a la concentración requerida adicionando

agua destilada estéril, de tal manera que se pueda aislar los conidios y estudiar su crecimiento. Se

tomaron 50 µl de la solución conidial y se depositaron en una placa Petri sobre medio PDA. El

crecimiento y evolución de los tubos germinativos a partir de una espora fue registrado

fotográficamente (cada hora durante las 12 primeras horas tras la siembra y a las 24h). Para ello se

empleó la cámara Nikon DS-Fi1 (Tokio, Japón) para microscopía óptica acoplada a un microscopio

óptico inverso Nikon Eclipse TS100 [objetivos 20x (apertura numérica 0,40) y 40x (apertura

numérica 0,65)]. La cámara se acopló a un ordenador y las medidas correspondientes se realizaron

empleando el software Nikon NIS-Elements Advanced Research (Nikon, Japón).

2.4. CARACTERIZACIÓN MOLECULAR

Los aislados caracterizados taxonómicamente también se han identificado molecularmente.

De cada placa se seleccionó a partir de la zona de crecimiento activo del micelio una sección

cuadrada de unos 5 mm de lado y se almacenó a -20ºC hasta su análisis molecular.

Para la extracción y secuenciación del material genético de los aislados se han seguido dos

protocolos diferentes:

1) Para caracterizar los aislados CM1, CM2, CM3, CM4, CM5 y CM6 se siguió el

protocolo descrito a continuación: el ADN de las muestras se extrajo mediante el kit comercial

E.Z.N.A. Fungal DNA (Omega Bio-Tek, Doraville, USA) sin mercaptoetanol. La región ITS del

ADN ribosómico nuclear de los extractos de ADN se amplificó por PCR mediante el iniciador

específico para hongos ITS1F (Gardes y Bruns, 1993) y el iniciador eucariótico ITS4 (White et al.,

Page 75: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

49

1990), siguiendo las condiciones descritas por Martín y Winka (2000). Para ello, se utilizó el kit de

PCR puReTaq Ready-To-Go PCR beads (GE-Healthcare, Buckinghamshire, UK). En cada batería de

amplificaciones se incluyó un control positivo y un control negativo (sin ADN). Los amplímeros se

visualizaron en geles de agarosa al 2%, teñidos con SYBR® Safe (Invitrogen, OR, USA) bajo luz

UV. Los amplímeros se purificaron mediante el kit comercial QIAquick PCR purification kit

(Qiagen, CA, USA) y se enviaron a secuenciar en una dirección con el iniciador ITS1F al Servicio de

Biología Molecular de la Universidad de Murcia. El software de análisis de secuencias Sequencher®

(Gene Codes Corporation, Michigan, USA) se utilizó para editar la secuencia de cada muestra.

2) Para caracterizar los aislados CM7-CM14, CM16, CM18-CM21 y CM23 se siguió el

protocolo descrito a continuación: los aislados fueron cultivados en matraces Erlenmeyer (250 mL)

con 50 mL de caldo de patata-dextrosa (PDB) a 25°C durante siete días. Posteriormente, los micelios

fueron cosechados por filtración a través de dos capas de tela de muselina. Las muestras fueron

congeladas en nitrógeno líquido y molidas a polvo fino utilizando un mortero y una maja de

porcelana. El ADN de las muestras se extrajo mediante el kit comercial E.Z.N.A. Fungal DNA

Miniprep Kit (Omega Bio-tek, Doraville, GA) conforme a las indicaciones del fabricante. El ADN

extraído se analizó en geles de agarosa al 1% con tampón tris-borato-EDTA para determinar la

calidad y cantidad del ADN obtenida. Las amplificaciones por PCR fueron realizadas en un volumen

total de 50μl. 1μl del ADN extraído (1 ng cuantificado con espectrofotómetro) se añadió a 49-μl de la

mezcla maestra de reacción que contiene 5 μl de tampón PCR 10x, 36,6 μl de H2O destilada estéril, 1

μl de MgCl2 10 mM, 2 μl de dNTPs 2 mM, 2U de Taqpolimerasa (EuroTaq, Euroclone, Lugano,

Switzerland), y 0,2 mM de cada cebador. Las secuencias de los cebadores ITS1 e ITS4 empleadas

fueron respectivamente 5 -̀TCCGTAGGTGAACCTGCGG-3 ̀y 5′- TCCTCCGCTTATTGATATGC-3′ (White et

al., 1990). Estas reacciones fueron sometidas a una desnaturalización inicial de 4 min a 95°C,

seguido de 35 ciclos de 1,5 min a 94°C, 2 min a 55°C y 3 min a 72°C, con una extensión final de 10

min a 72°C. La secuenciación de la región del ADNr, incluyendo los separadores ITS1, ITS2 y

ADNr 5.8S, se llevó a cabo por el servicio técnico de Universidad de Almería mediante

secuenciación automatizada del ADN con terminadores fluorescentes, utilizando el secuenciador

ABI 377 prisma (Applied Biosystems, Foster City, CA, Estados Unidos). El software de análisis

ChromasPro® (Technelysium PTY, Tewantin, Australia) fue utilizado para editar cada muestra de las

secuencias.

Se compararon las secuencias obtenidas con las registradas por otros autores en la base de

datos del GenBank [NCBI] (Altschul et al., 1997) mediante búsquedas MegaBlast (secuencias

altamente similares) (Zang et al., 2000; Morgulis et al., 2008). Las secuencias caracterizadas en este

estudio han sido depositadas en la citada base de datos.

2.5. ESTUDIO FILOGENÉTICO

El análisis evolutivo y filogenético de las secuencias obtenidas se ejecutó con el programa

MEGA6 (molecular evolutionary genetics analysis) (Tamura et al., 2013). La alineación múltiple de

las secuencias de máxima similitud obtenidas del GenBank se realizó mediante CLUSTAL W

(Thompson et al., 1994). El árbol filogenético se construyó utilizando el método Neighbor-Joining

(Saituo y Nei, 1987). El porcentaje de árboles en los que los taxones asociados se agrupan en la

prueba ―bootstrap‖ (1000 repeticiones) aparecen junto a las ramas (Felsenstein, 1985); este es un

Page 76: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

50

método estadístico de muestreo con reposición al azar a través de 1000 pseudoréplicas. El árbol se

dibuja a escala, las ramas presentan longitudes proporcionales a las distancias evolutivas utilizadas

para inferir el árbol filogenético. Las distancias evolutivas se computaron mediante el método de

Kimura 2-parámetros (Kimura, 1980), el cual asume tasas diferenciales de ocurrencia de transiciones

y transversiones de bases. Como grupo externo se ha empleado la secuencia correspondiente a

Sepedonium sp. (HQ604857).

3. RESULTADOS

3.1. ESTUDIO DEL PATÓGENO IN VITRO

Los aislados manifiestan la mayor tasa de crecimiento en PDA entre los días 3 y 4 tras la

siembra, llegando a cubrir totalmente la placa. Desarrollan un crecimiento radial a partir del

fragmento de agar con el que se inocularon las placas. Desde el cuarto día puede apreciarse una

incipiente esporulación en la zona de crecimiento activo del micelio (la más externa). El nivel de

esporulación de los aislados una vez invadida toda la placa (a los 4-5 días) es semejante en todas

ellas, presentando una zona radial de alta esporulación en la parte más externa de la placa (Figura 8).

Inicialmente los aislados presentan una tonalidad blanco-grisácea, posteriormente a partir

del tercer día adquieren cierto tono amarillento que se intensifica, tornando anaranjado a los 7 días. A

partir del día 14 el aislado adquiere tono rosáceo-rojizo, que va tornando rojo muy intenso conforme

envejece el aislado. El cambio de tonalidad se aprecia mejor en el envés de las placas por lo que

podemos concluir que el pigmento aurofusarina (Põldmaa, 2011), es secretado en mayor proporción

por las hifas sumergidas en el medio, mientras que el micelio aéreo conserva la coloración blanca

inicial (Figura 8).

En aislados de cierta edad (a partir de la tercera o cuarta semana) se detectan estructuras

compactas y redondeadas de color oscuro que se extienden por el medio de cultivo. Estas estructuras

Figura 8. Haz y envés de placas

Petri sembradas con el parásito

sobre medio PDA. Evolución de

la colonia. *1, 2, 4, 7, 14, 21: Edad de la placa en días

al fotografiarla. Figure 8. Front and back side of

PDA medium plated with the

parasite. Evolution of the colony. *1, 2, 4, 7, 14, 21: Age in days of the strain

when shooted.

Page 77: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

51

son los microesclerocios que se asocian con estructuras de reserva de nutrientes y latencia. Ligadas a

los microesclerocios suelen detectarse clamidosporas, estructuras multiseptadas en cadena, que

presentan células redondeadas de pared gruesa y constricciones en los septos que las dividen (Lane et

al., 1991; Mckay et al., 1999) (Figura9).

Los aislados sembrados en PDA no presentan el olor a alcanfor carácterístico de C.

mycophilum (Grogan, 2005a).

3.2. CARACTERIZACIÓN TAXONÓMICA

El patógeno presenta hifas verticiladas multiseptadas que se ramifican en varios

conidióforos. Los conidióforos dan lugar a las células conidiogénicas, fiálides. Estas son hialinas,

presentan una forma alargada y subulada (ligeramente afiladas, una base más gruesa y un ápice más

agudo). El ápice, de morfología truncada, da lugar a los conidios (uno o varios), es simple y no tiene

irregularidades (Figura10b, 10g, 10h). Las dimensiones medias de las fiálides en las cepas

estudiadas, considerando el 90% de datos registrados, son: 30,3 µm de largo con un rango entre 18,3-

44,3 µm; 5,6 µm de ancho de base oscilando entre 3,9-7,4 µm; y 2,8 µm de ancho de ápice oscilando

entre 1,6-4,0 µm. La Tabla 23 (Anexo) resume los datos registrados concernientes a las fiálides para

cada una de las cepas estudiadas.

Los conidios son hialinos, baciliformes (cilíndricos a cónicos), globosos a subglobosos,

algunos ligeramente curvos. Uno de los extremos es entre obtuso y redondeado, mientras que la base

a

c

b

d

e f

Figura 9. Micrografía óptica de C.

mycophilum. a, b, c) Microesclerocios. d, e,

f) Clamidosporas. Barras de escala: a= 500µm; b= 127µm; c= 30µm; d=

10µm; e, f= 20µm. Figure 9. Optical micrographs from C.

mycophilum. a, b, c) Microsclerotia. d, e, f)

Clamidospores. Scale bars: a= 500µm; b= 127µm; c=30 µm; d=10

µm; e, f=20 µm.

Page 78: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

52

presenta una cicatriz en forma de protuberancia correspondiente al punto de unión con la fiálide,

hilio basal conspicuo y truncado (Figura10c, 10d, 10e).

Los conidios presentan dos células predominantemente, separadas por una pared celular, el

septo. El 77% de los conidios evaluados en todos los aislados eran uniseptados. Todos los aislados

presentan mayoritariamente 1 septo en al menos el 50% de conidios evaluados. La cepa CM1

presenta el 100% de sus esporas monoseptadas. En la gran mayoría de aislados el rango de septos de

los conidios varía entre 0-3, siendo el porcentaje medio entre los evaluados del 7% en ausencia de

septos, 10% en biseptados y 6% en triseptados. Aunque la superficie de los conidios suele ser recta y

homogénea, en ocasiones pueden presentar ligeras constricciones en la zona del septo que se

Figura 10. Micrografías de C.

mycophilum. a) Masa de conidios

envolviendo un carpóforo. b) Micelio. c,

d) Conidios. e) Conidios entre hifas de

A. bisporus (*Prot: cicatriz de union a la

fiálide, hilum basal). f) Conidios

germinando cobre tejido de A. bisporus.

(1: conidios; 2: tubos germinativos). g,

h) Fiálides. Barras de escala: a= 1cm; b,c,g= 20µm; d,e,f=

10µm; h= 30µm.

Figure 10. Micrographs from C.

mycophilum. a) Conidia clouds

engulfing the infected carpophore. b)

Mycelium. c, d) Conidia. e) Conidia in

the mycosphere of A. bisporus (*Prot:

Scar of union to the phyalide, hilum

basal). f) Germinating conidia in the

mycosphere of A. bisporus. (1: conidia;

2: germinative tubes). g, h) Phialides. Scale bars: a= 1cm; b,c,g= 20µm; d,e,f=

10µm; h= 30µm.

Page 79: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

53

agudizan drásticamente al germinar (Figura10f). La longitud media de los conidios en los aislados

evaluados es de 19,5 µm, oscilando en un rango de 14,3-25,2 µm. La anchura media es 8,4 µm, en un

rango de 6.2-10.6 µm. Las Tablas 24 y 25 (Anexo), resumen los datos registrados relativos a los

conidios estudiados para cada aislado.

Las dimensiones y el número de células presentes en los conidios, así como el tamaño de las

fiálides y la regularidad de los ápices concuerdan con las descripciones aportadas por otros autores

para C. mycophilum (Grogan, 2005a; Back et al., 2010, 2012a; Gea et al., 2012).

El hecho de que las esporas puedan presentar 1, 2, 3 o 4 células, aunque mayoritariamente

sean monoseptadas, así como la ausencia del característico olor a alcanfor in vitro y una esporulación

abundante, están en consonancia con la descripción de C. mycophilum tipo II (Grogan, 2005a).

Al investigar la germinación de los conidios se ha constatado que la espora comienza a

germinar a las dos horas tras su aislamiento en PDA (Figura 11).

En primer lugar sufrió un estrechamiento en la zona del septo (―septa constricta‖), cada una

de las células aumentó su tamaño adquiriendo una morfología globosa redondeada, comenzando a

desarrollarse un tubo germinativo por el extremo opuesto al lugar de unión a la fiálide.

Posteriormente la espora generó sucesivos tubos germinativos, concretamente cuatro, el segundo a

las 3h, el tercero a las 7h y el cuarto a las 8h (Figura10f; Figura 11). La tasa media de crecimiento de

dichos tubos germinativos fue de 11,6 µm h-1

(Figura11).

1h 2h 3h

5h

4h

7h6h 8h

10h9h 12h11h

24h Figure 11. Micrograph sequence of

the germination of C. mycophilum on

PDA at room temperature. Conidium

captured every hour during the first 12

hours, and after 24h. Scale bars= 20 µm.

Figura 11. Secuencia micrográfica de

la germinación de un conidio de C.

mycophilum en PDA a temperatura

ambiente. Capturas cada hora durante

las primeras 12 h, y después de 24 h. Scale bars= 20 µm.

Page 80: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

54

A temperatura ambiente las esporas del aislado estudiado germinan rápidamente y los tubos

germinativos también muestran una elevada tasa de crecimiento. En consecuencia, los resultados

obtenidos indican que puede producirse un rápido desarrollo de la enfermedad en los cultivos a partir

de una espora aislada. Transcurridas 24 h tras la siembra la espora había desarrollado una densa red

de hifas verticiladas que constituyen un nuevo micelio (Figura 11).

3.3. CARACTERIZACIÓN MOLECULAR Y FILOGENÉTICA

La Tabla 7 recopila los números de acceso del GenBank, y la especie identificada tanto

taxonómica como molecularmente.

Tabla 7. Aislados de Cladobotryum spp. estudiados.

Identificación molecular y número de acceso al GenBank.

Table 7. Isolates of Cladobotryum spp. included in the study,

molecular identification and GenBank accession numbers.

Strain Taxonomic

identification Ac. numbers

Molecular

identification

CM1 C. mycophilum JQ004734 C. mycophilum CM2 C. mycophilum JQ004737 C. mycophilum CM3 C. mycophilum JQ004735 C. mycophilum CM4 C. mycophilum JQ004733 C. mycophilum CM5 C. mycophilum JQ004736 C. mycophilum CM6 C. mycophilum JQ004732 C. mycophilum CM7 C. mycophilum KP698960 C. mycophilum CM8 C. mycophilum KP698961 C. mycophilum CM9 C. mycophilum KP698962 C. mycophilum CM10 C. mycophilum KP698963 C. mycophilum CM11 C. mycophilum KP698964 C. mycophilum CM12 C. mycophilum KP698965 C. mycophilum CM13 C. mycophilum KP698966 C. mycophilum CM14 C. mycophilum KP698967 C. mycophilum CM15 C. mycophilum * * CM16 C. mycophilum KP698968 C. mycophilum CM17 C. mycophilum * * CM18 C. mycophilum KP698969 C. mycophilum CM19 C. mycophilum KP698970 C. mycophilum CM20 C. mycophilum KP698971 C. mycophilum CM21 C. mycophilum KP698972 C. mycophilum CM22 C. mycophilum * * CM23 C. mycophilum KP698973 C. mycophilum CM24 C. mycophilum * * CM25 C. mycophilum * *

*Data not available.

La extracción y secuenciación del material genético de los aislados de Cladobotryum obtuvo

buenos resultados en veinte de los evaluados en esta memoria. El estudio genético de las secuencias

confirma los resultados previamente obtenidos mediante las descripciones morfológicas. Tras la

secuenciación de los amplicones, el análisis Blast de las secuencias mediante búsquedas MegaBlast

arrojó la máxima similitud de bases (>97%; principalmente 99-100%) con varias de las secuencias

ITS de Cladobotryum mycophilum (teleomorph Hypomyces odoratus) registradas en el GenBank

(Anexo, Tabla 26). Algunos de las secuencias de C. mycophilum estrechamente relacionadas con los

Page 81: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

55

evaluados en esta memoria provienen de especímenes aislados en cultivos internacionales de

champiñón y setas comestibles: Y17095 y Y17096 (Mckay et al., 1999); AB527074 (Back et al.,

2010, 2012); JF693809 (Kim et al., 2012); JF505112 (Gea et al., 2011). Las secuencias obtenidas de

la región ITS de los aislados empleados en la investigación fueron depositadas en la base de datos

del GenBank (Tabla 7).

Figure 12. Árbol filogenético construido conjuntando los vecinos (―neighbor-joining method‖), comparando la

region ITS de las secuencias de veinte aislados de Cladobotryum con otras especies de Cladobotryum

depositadas en el GenBank. La secuencia de Sepedomium sp. se usó como referencia. La barra de

escala representa una distancia filogenética del 1%. *Grupo I: JQ004734 (CM1), JQ004735 (CM3), JQ004733 (CM4), JQ004736 (CM5), JQ004732 (CM6), KP698966

(CM13), KP698967 (CM14), KP698970 (CM19).

**Grupo II: JQ004737 (CM2), KP698960 (CM7), KP698961 (CM8), KP698962 (CM9), KP698963 (CM10), KP698964

(CM11), KP698965 (CM12), KP698968 (CM16), KP698969 (CM18), KP698971 (CM20), KP698972 (CM21),

KP698973 (CM23).

Figure 12. Phylogenetic tree constructed by the neighbor-joining method, comparing the ITS region

sequences of twenty Cladobotryum isolates with those of other Cladobotryum species from GenBank.

Sepedomium sp. was used as the outgroup. The scale bar represents a phylogenetic distance of 1%.

El análisis filogenético de las veinte secuencias obtenidas fue analizado en base a las

similitudes con otras secuencias de Cladobotryum registradas en el GenBank (Anexo, Tabla 26;

Figura 12). Los aislados empleados en el estudio se agrupan en dos clados definidos por la especie C.

mycophilum. Ocho de las regiones ITS de los aislados de C. mycophilum [Grupo 1: JQ004734

(CM1), JQ004732 (CM6), JQ004733 (CM4), JQ004735 (CM3), JQ004736 (CM5), KP698966

(CM13), KP698967 (CM14), KP698970 (CM19)] se agrupan junto a las secuencias del GenBank:

C. mycophilum Y17096

C. mycophilum Group I *

C. mycophilum JF505112

C. mycophilum Y17095

C. mycophilum JF693809

C. mycophilum AB527074

C. mycophilum Group II**

C. dendroides Y17090

C. dendroides Y17091

C. dendroides Y17092

C. varium AB591044

C. varium Y17088

C. varium Y17087

Sepedonium sp. HQ604857

*Group I

**Group II

Page 82: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

III. Identificación

56

Y17095, Y17096 (Mckay et al., 1999) y JF505112 (Gea et al., 2011). De manera similar, doce de los

aislados de C. mycophilum [Grupo 2: JQ004737 (CM2); KP698960 (CM7); KP698961 (CM8);

KP698962 (CM9); KP698963 (CM10); KP698964 (CM11); KP698965 (CM12); KP698968

(CM16); KP698969 (CM18); KP698971 (CM20); KP698972 (CM21); KP698973 (CM23)] se

agrupan con las secuencias del GenBank: AB527074 (Back et al., 2010, 2012) y JF693809 (Kim et

al., 2012) (Figura 12).

4. DISCUSSION

On the basis of taxonomic and genetic analysis from the selected isolates, the causal agent

of cobweb disease in A. bisporus Spanish crops is Cladobotyum mycophilum (Oudem.) W. Gams &

Hoozem. The symptoms of cobweb disease observed are similar to those described by Fletcher and

Gaze (2008) and Back et al. (2010). Potočnick et al. (2008) also described similar symptoms for

cobweb disease in Serbian mushroom farms in 2003-2007, although the causal agent was identified

as C. dendroides.

C. mycophilum colonies growing in vitro generate a pigment that stains the medium with a

deep red colour, mainly secreted by those hyphae submerged in the medium (Back et al., 2012a;

Põldmaa, 2011). Cladobotryum isolates studied were morphologically identified as C. mycophilum

by the presence of a simple phialide tip, the absence of a short thin-walled rachis, which is a

characteristic of C. dendroides, and conidia 0- to 3-septate, with a predominance of 2-celled (77%)

(Gams and Hoozemans, 1970; Cole and Kendrick, 1971; Rogerson and Samuels, 1993; 1994;

Grogan, 2006). However, although morphologically similar to C. mycophilum, these isolates lack the

distinctive odour of C. mycophilum. Isolates lacking the camphour odour were classified as C.

mycophilum Type II by Grogan (2006). The correct classification of the causal agent of cobweb is of

great importance and may have serious implications for disease control since several studies have

shown most C. mycophilum Type II isolates to be benzimidazole-resistant (McKay et al., 1999;

Grogan and Gaze, 2000; Grogan, 2006).

BLAST analysis of the sequenced amplicons revealed highest similarity (99 and 100%) to

the ITS sequence of four Cladobotryum mycophilum (teleomorph Hypomyces odoratus).

Phylogenetic analyses of ITS1/4 amplicons confirmed the identification made with taxonomy. The

studied isolates clustered in two clades: one clade of eight C. mycophilum isolates (Group I)

clustered with the isolates Y17095 and Y17096 collected from A. bisporus in Great Britain and The

Netherlands (Mckay et al., 1999), and with the isolate JF505112 collected from Pleurotus eryngii in

Spain (Gea et al., 2011); the other clade comprised twelve C. mycophilum isolates (Group II)

clustered with the isolates AB527074 collected from A. bisporus (Back et al., 2010) and JF693809

collected from P. eryngii, both in Korea (Kim et al., 2012). Identification of the Spanish isolates as

C. mycophilum, together with the identification of the above mentioned isolates, underline the

worldwide distribution of this specie and firmly situate it, rather than C. dendroides, as the leading

causative agent of cobweb disease in A. bisporus and P. eryngii crops.

Page 83: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. PATOGENICIDAD de Cladobotryum

mycophilum sobre diferentes

mezclas de cobertura

Page 84: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

58

1. INTRODUCCIÓN

1.1. MICOPARASITISMO: INTERACCIÓN PATÓGENO/HOSPEDADOR

La interacción de un hongo parásito sobre otro hospedador, denominadada como

micoparasitismo, es reconocida por la comunidad científica desde el siglo XIX (Barnett, 1964). Sin

embargo el conocimiento acerca del mecanismo parasitario y los efectos del micoparásito en los

hongos hospedadores es escaso (Flegg et al., 1985). El parasitismo en general es una forma de

interacción entre organismos que implica relaciones nutricionales favorables para la existencia del

parásito (Barnett, 1963).

Los hifomicetos que causan interrupción en el desarrollo de los carpóforos de A. bisporus o

su podredumbre actúan como micoparásitos (Cladobotryum spp., Mycogone perniciosa,

Lecanicillium fungicola y Trichoderma spp. entre ellos). Se conocen dos tipos de hifomicetos

micoparásitos (Gray y Morgan-Jones, 1981):

a) Micoparásitos biotróficos: Generan unas hifas laterales especializadas que contactan con

el hospedador. No producen daños generalizados aunque algunas células del hospedador pueden

morir (Barnett y Lilly, 1958).

b) Micoparásitos necrotróficos: Normalmente causan la muerte del hospedador y extraen

los nutrientes. Pueden actuar como parásitos o saprófitos (Barnett, 1963).

Todos los hifomicetos que se han encontrado creciendo en setas causan un daño en los

tejidos del hospedador. Esto es debido a su habilidad para competir con las especies hospedadoras

por el sustrato, o bien a que una notable actividad antibiótica conduce a la ruptura de células del

hospedador (Rudakov, 1978).

El hongo Cladobotryum spp. es un micoparásito del champiñón cultivado (Lane et al.,

1991). Muy poco se conoce acerca del mecanismo de interacción patógeno/hospedador para los

hongos anamorfos del género Cladobotryum, sin embargo, el antagonismo de ciertos teleomorfos

pertenecientes al género Hypomyces ha sido estudiado. Diversos miembros del géreno Hypomyces

(algunos de ellos teleomorfos de Cladobotryum spp.) producen sustancias biológicas activas que

tienen una probada actividad antifúngica (Sidorova et al., 1977). Hypomyces aurantius (teleomorfo

de Cladobotryum varium) es un parásito necrotrófico que inhibe el crecimiento de distintos

basidiomicetos hospedadores. En ensayos in vitro se ha observado la vacuolización y explosión de

las hifas hospedadoras en zonas de interacción miceliar, el estrangulamiento de las hifas era

excepcional no registrándose penetración en las hifas del hospedador. H. aurantius produce una

toxina, más fungicida que fungistática, difusible y no específica que puede actuar a cierta distancia

del micelio diana. Esta sustancia parece dañar las membranas de las hifas del hospedador rápida e

irreversiblemente al alterar su permeabilidad (Kellock y Dix, 1984). La toxina podría ser la molécula

tetracíclica, aislada años después a partir de este mismo hongo, denominada ―hypomycetina‖, y que

posee contrastado carácter antifúngico (Breinholt, 1997).

Cladobotryum dendroides secreta galactosa oxidasa (Nobles y Madhosinsh, 1963). Una

enzima extracelular que cataliza la oxidación de alcoholes primarios a sus correspondientes

aldehídos, con la reducción acoplada de oxígeno a agua oxigenada. Esta enzima podría actuar en la

Page 85: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

59

degradación del tejido de los carpóforos afectados. Aunque el aislado investigado en el citado

estudio, identificado como C. dendroides, fue posteriormente reidentificado como una especie de

Fusarium. (Ögel et al., 1994).

Las especies micoparásitas pertenecientes al género Cladobotryum han sido referenciadas

como fuente de metabolitos bioactivos, puesto que este género produce una amplia variedad de

metabolitos secundarios de marcado carácter antibacteriano, antifúngico y represor de células

cancerígenas (Feng et al., 2003; Sakemi et al., 2002; Mitova et al., 2006). Es posible que algunos de

estos compuestos intervengan de alguna forma en el mecanismo parasitario ejercido sobre A.

bisporus.

Gray y Morgan-Jonnes (1981) observaron, tras enfrentar in vitro los micoparásitos

Cladobotryum varians, Cladobotryum verticillatum, Mycogone perniciosa y Lecanicillium fungicola

frente al micelio del hospedador, Agaricus bisporus, que los micoparásitos podían parasitar de forma

efectiva los carpóforos del hospedador pero no el micelio vegetativo. Definen el hecho como una

ventaja evolutiva porque la habilidad de parasitar sólo ciertos tejidos permite la supervivencia del

micelio hospedador en presencia del parásito, y de esta forma ambos, parásito y hospedador, pueden

sobrevivir.

A nivel molecular el conocimiento de los mecanismos que intervienen en la infección de A.

bisporus por micopatógenos es reducido. Aprovechando la reciente secuenciación del genoma de A.

bisporus, se están realizando investigaciones para clarificar el mecanismo de interacción parásita

hongo-hongo. Así ha podido observarse (al estudiar las lesiones producidas por el patógeno en los

sombreros, similares a las provocadas por Cladobotryum spp.) cómo ambos, patógeno y hospedador,

sufren modificaciones en la expresión de sus genes al producirse la infección por L. fungicola

(Bailey et al., 2013). Sin embargo existen muchas incógnitas e hipótesis que deben aclararse.

1.2. DESARROLLO Y SINTOMATOLOGÍA DE LA TELARAÑA

Inicialmente la infección se manifiesta como un fino micelio blanco grisáceo, semejante a

una tela de araña, que rápidamente se desarrolla. El micelio fino algodonoso se densifica y adquiere

una textura harinosa, parecido a un polvo blanco-grisáceo, debido a una abundante esporulación de

conidios secos. El foco inicial de enfermedad tiende a crecer sobre la cobertura, pudiendo atrapar

rápidamente primordios muertos, estípites postcosecha y cuerpos fructíferos; colonizando

radialmente una mayor superficie de cultivo. Los carpóforos infectados con el paso del tiempo se

tornan marrones grisáceos (o negros en algunos casos), y finalmente se pudren. El color blanco

grisáceo del micelio patógeno va adquiriendo tonalidades amarillentas y rosáceas en colonias de

cierta edad (Figura 13) (Desrumaux, 2005; Back et al., 2010).

Como ya se ha descrito con anterioridad, si las esporas transportadas por las corrientes de

aire de la instalación se depositan sobre la superficie de un champiñón en lugar de sobre la cobertura,

y germinan, producirán manchas de color marrón y borde mal definido en unos días (―cap spotting‖),

con la consecuente reducción de la calidad y valor de la cosecha. Se pueden observar además

manchas de color marrón claro o grisáceas y borde regular, provocadas por la decoloración del tejido

del hospedador debido a una infección vía micelio (Adie, 2000).

Page 86: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

60

1.3. COBERTURA

La capa de cobertura, cuyo cometido fundamental es facilitar la extracción del mayor

potencial productivo del compost, con la máxima calidad y en el menor tiempo posible, tiene

diversas funciones:

- Protege la superficie del compost de la desecación al reducir las pérdidas de humedad.

- Ejerce una protección del compost frente a la microbiota antagonista (Gillmann et al.,

1994).

- Proporciona un sustrato adecuado para el desarrollo de las bacterias estimuladoras,

identificadas como o relacionadas con Pseudomonas putida, las cuáles favorecen el

desarrollo del micelio y estimulan la fructificación (Rainey, 1991).

- Proporciona al micelio un ambiente aireado, facilitando el intercambio de gases a través

de su estructura porosa.

Esta funcionalidad exige unas propiedades físico-químicas y microbiológicas adecuadas

(Pardo, 1999):

- Debe tener un pH ligeramente alcalino.

- Es importante que se encuentre libre de plagas y enfermedades.

- Debe tener un bajo contenido en magnesio u otros elementos tóxicos para el desarrollo

del cultivo o su posterior consumo.

- Es indispensable que posea una buena capacidad para retener/liberar agua. Debe pues

soportar riegos frecuentes sin perder su estructura y porosidad.

- La estructura de la capa de cobertura, y en especial la porosidad, resultan determinantes

sobre la producción del cultivo (Pardo et al., 2002).

- La cobertura debe presentar un bajo aporte nutritivo y una concentración en sales

solubles reducida (baja conductividad eléctrica).

- Debe tener una elevada capacidad de intercambio catiónico (Rainey et al., 1987;

Kurtzman, 1996).

Figura 13. a) Fase inicial de la

infección. b) Masa de esporulación

engullendo un champiñón. c, d)

Carpóforos infectados sufriendo

podredumbre.

Figure 13. a) Initial phase of

infection. Fluffy-cottony mycelium

growing radially outwards. b) Mass

of sporulation engulfing fruit bodies.

c, d) Decaying carpophores.

Page 87: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

61

Existen diversos tipos de coberturas usadas en los cultivos de Castilla-La Mancha. Los

cultivos tradicionales suelen emplear mezclas elaboradas a base de suelos minerales con baja o nula

proporción de turbas, principalmente turbas rubias importadas tipo Sphagnum o turba negra de

origen nacional (Gea y Tello, 1997). Sin embargo, los cultivos más tecnificados, y cada vez más

algunos cultivos tradicionales, están usando coberturas a base de turbas negras con diferentes

aditivos como yeso y carbonato cálcico de azucarera fundamentalmente (Daniels y Eddy, 1990).

Estos aditivos incrementan el pH y también modifican las condiciones físicas de las mezclas de

cobertura. (Noble et al., 1999). El carbonato cálcico de azucarera es un subproducto de la industria

azucarera compuesto principalmente por CaCO3, tiene una textura arcillosa que confiere densidad a

la estructura de la mezcla de cobertura (Visscher, 1988). Noble et al. (1999) observaron, al analizar

distintas mezclas de cobertura a base de turba negra, que a un determinado potencial mátrico el

contenido en humedad era mayor en aquellas mezclas que contenían menor proporción de carbonato

cálcico de azucarera (fracción inorgánica). Los autores también estudiaron las curvas de liberación

de agua de estos materiales, y constataron que al aumentar el contenido en carbonato cálcico de

azucarera desciende el contenido en humedad aunque las curvas de liberación de agua se mantienen

uniformes. Las propiedades físico-químicas de las mezclas de cobertura tienen, por tanto, una

influencia decisiva en el comportamiento agronómico de los materiales. Pardo-Giménez et al. (2011)

consideran que la conductividad eléctrica de las coberturas puede ser uno de los factores

determinantes que condicione la productividad del cultivo.

Las características físico-químicas de los materiales de cobertura condicionan también el

desarrollo de la telaraña en los cultivos. En este sentido se manifiestan Lane et al. (1991), quienes

observaron que tanto el crecimiento miceliar como la tasa de germinación de las esporas de C.

dendroides disminuía al descender el potencial osmótico (más negativo) del sustrato de cultivo.

Concluyen también que un entorno con una humedad alta contribuirá definitivamente al desarrollo y

esporulación de C. dendroides. Al evaluar el tipo de material de cobertura empleado en cultivos de

A. bisporus como factor que influye en la expresión de la enfermedad de la telaraña, Dar y Seth

(1992) observaron una mayor incidencia de la enfermedad y descenso de rendimiento provocado por

la telaraña en los materiales que contenían mayor proporción de materia orgánica.

La cobertura tradicionalmente empleada en La Manchuela se fundamenta en la utilización

de suelo mineral de tierra caliza con textura franco-arcillo-arenosa como base, a la que se adicionan

materiales diversos para mejorar la estructura y la retención de agua. Los materiales correctores son

fundamentalmente turbas rubias tipo Sphagnum o turbas negras (Pardo et al., 1999). Las

características físicas del suelo mineral no son las óptimas para el cultivo del champiñón

(fundamentalmente por la escasa capacidad de retención de agua), y provoca problemas para

comercializar el sustrato postcultivo.

Los materiales de cobertura tipo turba empleados en España son mezclas comerciales de

origen nacional (IMCA, Torreblanca, Castellón) o importadas, con elevado porcentaje de turba en su

composición. Estas coberturas tienen una capacidad de retención de agua mucho mayor que las

tradicionales, y permiten que no sea necesario el riego mientras haya champiñón sobre la cobertura,

con lo que se evitan pardeamientos y se previenen posibles enfermedades como la mancha

bacteriana, que proliferan cuando la superficie de los carpóforos está húmeda. Sin embargo, la

elevada capacidad de retención de agua en estas coberturas podría a priori proporcionar un ambiente

adecuado y propenso al desarrollo de distintas patologías de origen fúngico como la telaraña.

Page 88: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

62

Así, aunque no existen muchas investigaciones acerca del comportamiento de la telaraña

atendiendo al material de cobertura, se ha demostrado que una inoculación artificial de la

enfermedad en la superficie de la cobertura resulta en un rápido desarrollo de la enfermedad (10-14

días después) (Staunton et al., 1999). La incidencia y severidad de la telaraña puede estar

condicionada por el momento de aparición de la enfermedad, así como por la textura y las

condiciones nutritivas y físico-químicas del material empleado como cobertura (Dar y Seth, 1992a).

Hay que tener en cuenta que la turba es relativamente estéril en los pantanos donde se

extrae, excepto la franja externa. Por tanto, si existe contaminación será posterior a su recolección.

La misma situación ocurre con los aditivos empleados en los materiales de cobertura, los lodos

carbonatados de azucarera se someten a altas temperaturas, y la fracción mineral no parece implicada

en la contaminación (Staunton y Dunne, 2001). Es crucial un adecuado almacenaje en un lugar lo

más aséptico posible para evitar contaminaciones. En ocasiones, también se recomienda realizar una

desinfección de la cobertura previamente a su aplicación mediante el uso de desinfectantes sintéticos

o vapor de agua. La colonización de la cobertura por organismos patógenos o competidores del

champiñón se puede retrasar aplicando un tratamiento de vapor a 60ºC durante 30 minutos (Moore,

1972).

2. MATERIALES Y MÉTODOS

Se han realizado dos ensayos de patogenicidad siguiendo las prácticas habituales utilizadas

en los cultivos comerciales de champiñón de Castilla-La Mancha (Gea et al., 2010). Para los ensayos

se ha utilizado un diseño de bloques al azar en estantes a tres alturas, con una distancia entre alturas

de aproximadamente 60 cm, elevándose la primera altura unos 20 cm sobre el suelo. Se ha utilizado

compost incubado fase III, sembrado con una densidad de inóculo del 1% (variedad Gurelan 45,

Gurelan S. Coop., Huarte, Pamplona, España) (Tabla 8).

Tabla 8. Caracterización físico-química del

sustrato empleado en los ensayos (al finalizar la

fase III).

Table 8. Physic and chemical characterization

of the compost employed inthe trials (at the end

of Phase III). Parameter Trial A Trial B

pH (1:5, v/v) 6.27 6.76

Moisture (g kg-1) 622 598

Total nitrogen (g kg-1) 26.4 27.0

Ash (g kg-1) 256 272

Fiber, g kg-1 273 273

Fat, g kg-1 3.1 3.3

Cellulose, g kg-1 211 194

Hemicellulose (g kg-1) 79 113

Lignin (g kg-1) 186 194

Page 89: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

63

Los ciclos de cultivo se llevaron a cabo en cámaras de cultivo experimental de 20 m3

ubicadas en el Centro de Investigación, Experimentación y Servicios del Champiñón (CIES,

Quintanar del Rey, Cuenca), equipadas con un sistema de humidificación, de

calefacción/refrigeración, y de recirculación interna de aire y ventilación externa. En cada uno de los

ensayos se emplearon dos cámaras de cultivo gemelas, una de las cuales se utilizó como testigo,

mientras que la otra fue inoculada artificialmente con el patógeno (Cabina 2).

El cultivo se realizó en bloques o cajas que se rellenaron con 10 kg de compost, presentando

una superficie de cultivo de 0,15 m2. Los bloques se cubrieron con una capa de cobertura de

aproximadamente 30 mm de espesor (5,5 litros por bloque). Se emplearon tres coberturas tipo turba

(Euroveen B.V., BVB Substrates, Grubbenvorst, Limburg, Holanda; Tmix, una mezcla de varias

coberturas comerciales; Infertosa S.A., Torreblanca, Castellón, España) y una cobertura mineral, de

las que habitualmente se emplean en la comarca de La Manchuela (suelo mineral+turba rubia tipo

Sphagnum 4:1 v/v) (Tabla 9). Las prácticas culturales empleadas fueron las propias de un ciclo de

cultivo con cobertura tipo turba.

Tabla 9. Caracterización físico-química de las mezclas de cobertura empleadas en los ensayos.

Table 9. Physic and chemical characterization of the casing materials used in the trials.

Parameter Euroveen Tmix Infertosa Mineral

A B

A B

A B

A B

Moisture (g kg-1) 771 822

790 827

804 827

181 258

pH (1:5, v/v) 7.9 7.8

8.0 8.0

8.2 8.2

8.2 8.2

EC (1:5, w/v, µS cm-1) 795 1677

2600 7720

3380 9950

685 2130

Bulk density (dry) (g cm-3) 0.12 0.15

0.12 0.11

0.11 0.13

0.84 0.7

Water-holding capacity (kg 100

kg-1)

504 513

583 540

493 594

56 60

Porosity (%) 93.1 91.7

93.5 94.0

94.1 93.2

* 72

Total nitrogen (g kg-1) 9.1 8.1

10.7 11.4

12.2 12.0

* 1.6

Ash (g kg-1) 268 349 397 373 402 460 * 918

*Data not shown.

Las cámaras de cultivo disponen de puertas herméticas, y únicamente entra en ellas el

personal autorizado que desarrolla el ensayo para prevenir una posible contaminación externa. En el

día 0 del ciclo de cultivo se aplicó la cobertura, con un grado alto de humedad en el caso de las

turbas, manteniendo condiciones de incubación, 26ºC de temperatura en el compost, con una

humedad relativa (HR) del 85-90% y concentración de CO2>2000 µg mL-1

(sin ventilación). Nueve

días después se ventilaron las naves de cultivo con aire fresco filtrado para inducir la fructificación, a

través de una reducción gradual en 3 días de temperatura y humedad hasta 17,5-18ºC y 85-90% de

HR, parámetros que se mantuvieron hasta el final del ciclo de cultivo. Nueve días después de cubrir

se inoculó una de las cabinas (Cabina 2) con C. mycophilum, aplicando 20 mL por bloque de una

suspensión conidial (7.5×103 spores mL

-1). La suspensión conidial se preparó el día de la

inoculación, y consiste en realizar una suspensión madre a partir de un cultivo de C. mycophilum en

PDA con cinco días de edad, lavado con agua destilada estéril y filtrado con filtro de red de

polipropileno [25 µm de diámetro de poro, Millipore® (Merck KGaA, Darmstadt, Alemania)] para

retirar cualquier fragmento de micelio de la suspensión. La concentración conidial de la disolución

madre se determinó empleando un hemocitómetro y posteriormente se ajustó la suspensión a la

concentración requerida adicionando agua destilada estéril. En el ensayo A, se inocularon 8 bloques

Page 90: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

64

por tipo de cobertura con una concentración de 106 conidios m

-2 (24 bloques, Cabina 2). Mientras

que en el ensayo B, fueron inoculados 12 bloques por tipo de cobertura con 106 conidios m

-2 (36

bloques, Cabina 2). En ambos ensayos, 36 bloques experimentales se dispusieron en la cabina 1, los

cuales fueron rociados con 20 mL de agua destilada estéril y usados como control. Las estructuras

metálicas donde se emplazaron los distintos bloques se cubrieron con plásticos para evitar que las

corrientes de aire afectaran la superficie de los bloques, y prevenir así la dispersión de los conidios,

responsables de posibles focos de contaminación cruzada (Figura 14).

A lo largo del periodo de cosecha (tres floradas) se anotó, diariamente y de manera

independiente para cada bloque, el peso y número de champiñones recolectados. Así mismo, también

se realizó un examen exhaustivo de la superficie de cobertura, anotando el día en que se detectó la

enfermedad, la superficie afectada y número de champiñones afectados en cada uno de los bloques.

Una vez detectada una mancha de telaraña, se valoraba la evolución de la superficie afectada durante

24 h, y a continuación se tapaba con un trozo de papel húmedo y se aplicaba sal sobre ella (Fletcher

y Gaze, 2008), toda la superficie afectada se cubrió de sal para evitar que sirviera de inóculo

secundario en la propagación de la enfermedad.

Se ha valorado la producción cosechada en el cultivo (kg m-2

), y la eficiencia biológica del

sustrato (EB) empleado (kg de champiñón recolectados por cada 100 kg en peso seco de compost

empleado: kg dt-1

), comparando los datos de la cabina 1 (control) con los de la cabina 2 (inoculada).

Para calcular la EB se determinó la humedad de cada uno de los sustratos de cultivo empleados en

los ensayos, desecando una muestra de sustrato fresco en estufa a 60ºC.

Figura 14. Diseño experimental en las

salas de cultivo. a, b) Bloques cubiertos

sobre estructura metálica. c) Bloques

cubiertos con cobertura tipo turba.. d)

Bloques cubiertos con cobertura mineral.

Figure 14. Design of trials in the

experimental mushroom units. a, b) Cased

blocks over the metal shelf structure. c)

Blocks cased with peat based materials. d)

Blocks cased with mineral casing.

Page 91: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

65

El impacto de la telaraña en los cultivos también ha sido evaluado en base a las manchas

de enfermedad detectadas sobre la cobertura o los carpóforos afectados. La superficie de cultivo fue

examinada diariamente durante los ensayos buscando sintomatología asociada a brotes de

enfermedad aislados. Al localizarse un brote se ha medido la superficie afectada por la enfermedad

en el momento de su detección y a las 24 horas (antes de cubrir la mancha). Después, fueron tratados

cubriendo el área afectada y los champiñones infectados con un papel húmedo para prevenir la

liberación de conidios antes de aplicar sal sobre las manchas (Grogan, 2006). Los bloques afectados,

la precocidad de la infección y la superficie de cultivo colonizada por el patógeno a lo largo del ciclo

de cultivo han sido analizados.

Las producciones obtenidas se evaluaron mediante el paquete informático Statgraphics–

Centurion XVI (Statpoint, Herdon, Virginia, USA). Los datos se han expresado como las

medias±EMMs (errores estándar de medida). Las producciones de los distintos bloques se han

comparado mediante ANOVA de acuerdo a la prueba LSD de Fisher, se ha calculado el estadístico

F-test con un nivel de confianza del 95% (P<0,05).

3. RESULTADOS

En los dos ensayos realizados no se ha registrado infección en las cabinas control. Se ha

constatado una mayor patogenicidad en aquellos bloques que emplean coberturas tipo turba. En

ambos ensayos la superficie afectada por la enfermedad aumenta conforme avanza el ciclo de cultivo

(Anexo, Gráfico 23). Todos los bloques de la cabina inoculada artificialmente registraron menor

producción que los bloques de la cabina control, independientemente del material de cobertura

empleado (excepto Infertosa en el ensayo B). La producción registrada fue mayor en el A que en el B

en todas las coberturas empleadas (Anexo, Tabla 27), tanto en la cabina 1 (control) [en el ensayo A

(25,8-37,4 kg m-2

) y el ensayo B (24,6-33,1 kg m-2

)] como en la cabina 2 (inoculada) [en el ensayo A

(12,2-26,2 kg m-2

) y el ensayo B (7,8-24,5 kg m-2

)]. Esta diferencia de rendimiento en los dos

ensayos puede ser parcialmente explicada por las características físico-químicas de los materiales

usados en cada uno de los ensayos (Table 8). La conductividad eléctrica (EC) analizada en el

material de cobertura fue sensiblemente superior en el ensayo B, que resultó el menos productivo.

Tanto Euroveen como Infertosa presentaron también un mayor contenido en cenizas en el ensayo B

que en el A, un 30% en el caso de Euroveen y un 14% en Infertosa. Un mayor contenido en cenizas

indica mayor proporción de la fracción inorgánica (yeso y carbonato cálcico de azucarera

fundamentalmente) en la composición de las coberturas y menor capacidad de retención de agua, por

lo que este factor podría también haber condicionado de forma negativa la productividad de los

bloques cubiertos con las citadas coberturas.

Aunque las condiciones ambientales proporcionadas durante el ciclo de cultivo fueron las

mismas durante los dos ensayos, es importante subrayar que en el ensayo A las temperaturas

registradas en el compost durante la fase de inducción y a lo largo de la primera florada fluctuaron

entre 21 y 16ºC, mientras que en el ensayo B fueron de 3 a 4ºC superiores, lo que se tradujo en un

menor periodo de incubación del micelio y una primera florada más temprana.

Page 92: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

66

Al igual que la producción, tanto la EC como el contenido en ceniza de las coberturas

empleadas y la distinta temperatura registrada en los sustratos durante los ciclos de cultivo podrían

también haber condicionado la expresión de la enfermedad.

La Tabla 10 recopila el número de bloques afectados al final del ciclo de cultivo, la

precocidad de la infección (días tras aplicar la cobertura en que se detecta el primer síntoma de

enfermedad) y la superficie colonizada al final del ciclo de cultivo para cada uno de los ensayos

realizados.

Tabla 10. Bloques infectados al final del ciclo de cultivo, precocidad de la infección en días tras la

aplicación de la cobertura.

Table 10. Infected blocks at the end of the crop cycle, infection earliness in days after

casing and final percentage of crop surface colonized by the disease.

Casing *Infected blocks No (%)

$Earliness (days) Colonized surface (%)

Trial A Trial B

Trial A Trial B

Trial A Trial B

Euroveen 5 (62.5%) 11 (91.7%)

35 21 30 13

Tmix 7 (87.5%) 5 (41.7%)

34 27 32.5 2

Infertosa 6 (75%) 4 (33.3%)

30 31 36 3

Mineral 3 (37.5%) 0 (0%) 29 - 10 -

*Number of blocks inoculated per casing material (Total: Trial A: 8; Trial B: 12). $Earliness: Days after

casing when the first symptoms of disease were detected.

El importante descenso de producción experimentado en los cultivos de cobertura mineral,

no es atribuible al empleo de esta cobertura. Durante el ciclo de cultivo se aplicaron tratamientos

culturales indicados para cultivos tipo turba, lo que ha repercutido negativamente en la producción

registrada en los bloques con cobertura mineral. Estas prácticas culturales también han repercutido

negativamente en la expresión de la telaraña en los bloques con cobertura mineral, limitando su

incidencia. En consecuencia, los resultados obtenidos en los bloques con cobertura mineral se

recogen en la presente memoria, pero no han sido utilizados a efectos de discusión de la incidencia

de la telaraña. Atendiendo únicamente a los bloques con turba, los bloques cubiertos con la mezcla

Euroveen obtuvieron la mayor producción en ambos ensayos, mientras que los cubiertos con

Infertosa resultaron ser los menos productivos (Gráfico 16).

1) En el ensayo A, se observaron diferencias significativas en el rendimiento total de

champiñones cosechados entre la cabina control y la inoculada (R1 y R2 respectivamente) en

aquellos bloques cubiertos con Euroveen (F1/18=15,64; P=0,0009) y en los cubiertos con Tmix

(F1/18=9,7; P=0,006). Los descensos de producción que pueden ser atribuidos a la enfermedad de la

telaraña alcanzaron el 11,5% en Euroveen y el 12,9% en Tmix. En la tercera florada se registraron

las mayores caídas de producción, que resultaron estadísticamente significativas en aquellos bloques

cubiertos con Euroveen (F1/18=29,39; P=0,00) y Tmix (F1/18=14,52; P=0,0013). En el caso de los

cubiertos con Infertosa, aunque la producción fue lifgeramente inferior en la cabina infectada, no se

registraron diferencias estadísticamente significativas en la producción final (F1/18=0,84; P=0,3712)

(Gráfico 16a; Anexo, Tabla 27).

En este primer ensayo, la enfermedad de la telaraña fue detectada en los bloques de la

cabina inoculada en primera flor (día 29 tras la cobertura): un bloque de cobertura mineral infectado.

También en primera flor se manifestó en uno de los bloques de Infertosa, el día 30. Mientras que en

Page 93: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

67

aquellos bloques cubiertos con Tmix y Euroveen, la telaraña se detectó respectivamente los días 34 y

35 (2ª florada) (Tabla 10).

La superficie de cultivo colonizada por el patógeno aumentó a lo largo del ciclo de cultivo.

Al final del ciclo de cultivo, la enfermedad había colonizado el 36% de la superficie de cultivo

cubierta con Infertosa (con 6 de los bloques infectados), el 33% de la cubierta con Tmix (7 bloques

afectados) y el 30% de la de Euroveen (5 bloques afectados). Hay que destacar que la incidencia en

los bloques de cobertura mineral fue significativamente inferior, colonizándose sólo el 10% de la

superficie (con 3 bloques infectados) (Gráfico 17a).

2) En el ensayo B también se observaron diferencias significativas entre la cabina control y

la inoculada (R1 y R2 respectivamente) en el rendimiento total de champiñones cosechados, entre los

bloques cubiertos con Euroveen (F1/23=4,46; P=0,0462) y Tmix (F1/23=4,81; P=0,0391). Los

descensos de producción que pueden ser atribuidos a la enfermedad de la telaraña alcanzaron el 6,9%

en Euroveen y el 6,1% en Tmix. En la tercera florada se registraron las mayores caídas de

producción, que resultaron estadísticamente significativas en aquellos bloques cubiertos con

Euroveen (F1/18=29,39; P=0,0000) y Tmix (F1/18=14,52; P=0,0013). En el caso de los cubiertos con

Infertosa, no se registraron diferencias estadísticamente significativas comparando la producción de

ambas cabinas (F1/23=0,68; P=0,4177) (Anexo, Tabla 27).

0

10

20

30

40

R1 R2 R1 R2 R1 R2 R1 R2

Euroveen Tmix Infertosa Mineral

Mu

shro

om

yie

ld (

kg

m-2

)

F3

F2

F1

aAaB

AabbB

c

0

10

20

30

40

R1 R2 R1 R2 R1 R2 R1 R2

Euroveen Tmix Infertosa Mineral

Mu

shro

om

yie

ld (

kg

m-2

)

F3

F2

F1

b

AaAb

c

BB

d

Gráfico 16. Rendimiento del cultivo (kg

m-2). a) Ensayo A. b) Ensayo B.

R1: Cabina control. R2: Cabina inoculada. F1:

primera flor; F2: segunda flor; F3: tercera flor.

Las letras diferentes sobre las barras,

minúsculas entre materials de cobertura

y mayúculas entre cabinas, indicant

diferencias significativas de acuerdo con

el test LSD de Fisher. Graph 16. Mushroom yield (kg m

-2) in

trials. a) Trial A. b) Trial B. R1: Control room. R2: Inoculated room. F1: first

flush; F2: second flush; F3: third flush.

Different letters over the bars,

lowercase between casing materials and

upper case between rooms, show

significant differences by Fisher´s LSD.

Page 94: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

68

En este segundo ensayo, la enfermedad de la telaraña fue detectada en los bloques de la

cabina inoculada antes de la primera flor (día 21 tras la cobertura): un bloque de cobertura Euroveen

infectado. En la segunda flor del ciclo la enfermedad apareció el día 27 en Tmix (un bloque afectado)

y el día 31 en Infertosa (dos bloques afectados) (Tabla 10). Al final del ciclo de cultivo, los bloques

cultivados con cobertura mineral permanecían sanos, no habiéndose registrado ningún síntoma de

infección, en cuanto a las coberturas tipo turba la infección se manifestó en todas ellas, aumentando

la superficie colonizada y el número de bloques afectados.

La superficie de cultivo colonizada al final del ciclo supuso el 13% de la disponible en

Euroveen (con 7 bloques afectados), 2% en Tmix (1 bloque afectado) y 3% en Infertosa (3 bloques

afectados (Gráfico 17b). El descenso de rendimiento registrado en los bloques de cobertura mineral

respecto al control, correspondiente al 14% de la EB, no es atribuíble a la superficie afectada puesto

que esta cobertura no registró infección. El descenso de producción observado en la cobertura

mineral es resultado de la aplicación de prácticas de cultivo que favorecían a las coberturas tipo

turba, como ya ha quedado expuesto anteriormente. Los datos de incidencia de la telaraña en este

segundo ensayo resultaron claramente inferiores a los obtenidos en el ensayo A, sin embargo la

tendencia a incrementarse a lo largo del ciclo de cultivo se mantiene.

0

10

20

30

40

50

Euroveen Tmix Infertosa Mineral

Su

rface

colo

niz

ed b

y c

ob

web

(%

)

F1

F2

F3

0

10

20

30

40

50

Euroveen Tmix Infertosa

Su

rface

colo

niz

ed b

y c

ob

web

(%

)

F1

F2

F3

b

a

Gráfico 17. Superficie de cultivo

colonizada por la telaraña. a) Ensayo A. b)

Ensayo B. F1: primera flor; F2: segunda flor; F3: tercera flor.

Graph 17. Crop surface colonized by

cobweb along the crop cycles. a) Trial A.

b) Trial B. F1: end of the first flush; F2: end of second flush; F3:

end of third flush.

Page 95: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

69

Comparando la producción total de cultivo y la eficiencia biológica del sustrato de los

cultivos infectados en los ensayos A y B, no es posible interrelacionar la presencia e incidencia de la

enfermedad en las distintas coberturas junto con un descenso proporcional de la producción. En

ambos ensayos la producción y EB registrada en Euroveen ha sido mayor, independientemente de

que en el primer ensayo fuese la cobertura tipo turba menos afectada por la telaraña y que en el

segundo fuese la más afectada. Los resultados parecen indicar que las propiedades físico-químicas de

cada una de las coberturas influyen de una forma más notable en la producción que el impacto de la

enfermedad.

4. DISCUSSION

Those blocks where peat casing materials were used suffered higher infection than those

ones mineral cased. It is important to remark that cultural practices employed during the crop cycle

were those proper of peat cased crops. As a result, mineral cased blocks got yield reduction not

directly attributable to the disease but to the wrong hydric balance of the casing material. Together

with the production, an inadequate management of the crop in these blocks could have conditioned

the disease occurrence. However, it is remarkable that the water holding capacity (WHC) of those

peat based materials used was ten times higher than the WHC measured for the mineral casing

(Table 8). Both growth and sporulation of Cladobotryum spp. are favored under conditions of high

RH (Lane et al., 1991; Fletcher and Gaze, 2008; Desrumaux, 2005), logically provided by these peat-

based materials. So, cobweb incidence registered in the blocks cased with peat based materials is in

agreement with the largestWHC values of these kind of casings comparing to the lowest WHC

values measured for the mineral ones.

Figura 15. Sintomatología asociada a la telaraña observada en los ensayos. a) Micelio fino

algodonoso sobre cobertura tipo turba y champiñones. b) Densa masa de esporas sobre la

cobertura mineral y un cuerpo fructífero.

Figure 15. Symptoms of cobweb disease observed in the trials. a) Fluffy mycelium over peat

casing and fruit bodies. b) Dense mass of conidia over mineral casing and fruit body.

The symptoms of cobweb disease observed during the trials only included the appearance of

a fluffy white mycelium over the casing layer or carpophores, and no spotted mushrooms (brown

spots with ill-defined edge) were observed in either of the two trials (Figure 15). This result could be

achieved due to the tissue-salting technique applied over the punctual outbreaks to prevent spore

Page 96: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

70

dispersal within the room, which is normally the cause of cap spotting (Figure 3 (Adie et al., 2006;

Grogan, 2006; Fletcher & Gaze, 2008). The punctual outbreaks of disease grew radially outwards

and, as a result, unless properly controlled, they can colonize bigger area of crop surface and the

surrounding carpophores. Since the evolution of the cobweb patches detected over the casing layer

and carpophores were analyzed for 24h after detection (some of them had already sporulated when

treated), it is not possible to ensure that there is not cross contamination among the blocks from the

inoculated room.

Several aspects have been considered to limit the dispersion of the pathogenic conidia:

a) The metallic structures, where the blocks were disposed, have been covered with plastic

foil to restrict the air currents over the mushroom beds.

b) The absence of spotting in mushroom caps indicates a low density of pathogenic conidia

in the air (the main vector for the dispersion of the disease and cross contamination).

c) Although the evolution of disease patches was studied for 24h, they were subsequently

treated according to the literature to prevent conidial dispersion (by covering them with damp paper

and salt) (Figure 16).

The results obtained in the two cropping trials indicate that cobweb successfully established

in the four types of casing materials used in the inoculated rooms when a conidial suspension of C.

mycophilum was spread over the casing, once the mycelium has reached the surface. None symptoms

of disease were detected in the control rooms. Only those blocks mineral cased in the second trial

remained symptomless. The experimental design showed that both compost and casing materials

employed were free of disease previously to the artificial inoculation (control blocks did not show

cobweb disease), so the disease achieved was a result of the inoculum artificially applied.

Figura 16. Brotes puntuales de telaraña

tratados mediante un papel húmedo y sal.

a) Ensayo al final del ciclo. b) Bloques

cubiertos con turba. c) Bloques cubiertos

con cobertura mineral.

Figure 16. Outbreaks of cobweb

disease treated by damp paper and salt. a)

Trial at the end of the crop cycle. b) Blocks

cased with peat based materials. c) Blocks

cased with mineral casing.

Page 97: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

IV. Patogenicidad

71

Both number of outbreaks and crop surface colonized substantially increased along the crop

cycle in both trials. Since the punctual outbreaks were conveniently treated, the earliness of disease

in the different types of casing materials should not be related to its incidence. However, it is

remarkable that in trial B, when Euroveen cased blocks showed significant disease earliness, 92% of

these inoculated blocks showed infection.

In the two trials, the blocks cased with peat based materials provided the highest mushroom

production, while blocks cased with mineral one were the least productive. As cited above the large

productivity differences can be attributed to the management applied in the mineral one. Among the

peat based materials, Euroveen was the most productive; while Infertosa was the least productive.

This difference in mushroom yield may be partially explained by the different physic and chemical

characteristics of the peat casing materials used in the trials. According to Pardo et al. (2011), the

very high electrical conductivity (EC) values of the casing materials used in the trial B could have

condition mushroom productivity.

As regards to the disease incidence, the crop area colonized by cobweb was higher in trial A

than in trial B, even though the same inoculation rates and hygiene measures applied were identical.

It is possible to conclude that the inoculum pressure applied was not directly correlated with the

disease expression. For each casing material used, the EC reached in trial B might have also

contributed to condition the disease occurrence and development. These findings are consistent with

that expressed by Lane et al. (1991) in respect to the reduction of germination rate and mycelium

development under conditions of high salinity pressure.

Disease colonization of crop surface was sensitively lower in the second trial in Euroveen

and Infertosa, where higher ash contents were detected in both materials. On the contrary, although

the ash content of Tmix in trial B was a 10% lower, the disease also showed lower incidence in this

second trial. So the ash content in relation to the organic matter content of casing materials was not

directly related with the disease expression at all the peat based casing materials employed. This is in

contrast with Dar y Seth (1992) who reported greater disease incidence when using casing materials

of higher organic matter content.

Anyway, physic and chemical characteristics of the casing materials cannot be understood

as a general rule for the disease expression and incidence since certain other factors could have

conditioned the trials. Inasmuch as higher temperatures conduct to increase the evaporation rate in

the casing layer, the disease expression in the second trial might be also conditioned by the highest

temperatures registered in the compost along this trial. The higher evaporation rate could conduct to

water deficit in the casing layer and to hinder the conidia germination and the mycelium growth.

Page 98: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. CONTROL QUÍMICO DE LA TELARAÑA

DEL CHAMPIÑÓN

Page 99: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

73

1. INTRODUCCIÓN

La aplicación de estrictas medidas de higiene y el control químico son las dos estrategias

más importantes a utilizar por el cultivador para combatir la telaraña. Si bien es difícil cuantificar el

orden de importancia entre ambas, debemos reseñar que el uso de fungicidas autorizados es cada día

más reducido, con lo cual la prevención de la enfermedad implementada a través de la higiene puede

limitar su demanda y optimizar su efectividad. Ambas medidas se deberán complementar para lograr

la eficiencia, integrando una higiene rigurosa junto con el uso adecuado de fungicidas (Grogan,

2008).

1.1. PREVENCIÓN Y CONTROL DE LA TELARAÑA

La infección por telaraña suele ocurrir predominantemente en floradas tardías, pero si

aparece en las primeras floradas y no se controla adecuadamente puede convertirse rápidamente en

un serio problema (Lane et al., 1991). La principal medida para evitar la aparición de la telaraña y

limitar su impacto es la prevención. Los métodos de control deben tener como objetivo evitar la

dispersión de los conidios que son el medio transmisor de la enfermedad (Grogan, 2005b). Una

respuesta rápida tan pronto como se detecta la enfermedad es la mejor manera de combatirla y

controlarla (Grogan, 2005a).

La mejora específica de la higiene en los cultivos antes del desarrollo de la enfermedad

puede minimizar los riesgos. Así, por ejemplo, se debe evitar dejar cuerpos fructíferos en

descomposición en la superficie de los cultivos; procurar eliminar los estípites que quedan tras la

recolección; barrer y limpiar las naves con frecuencia (procurando que el suelo esté húmedo para

evitar partículas en suspensión); evitar dejar fuentes de contaminación cerca de los cultivos

(champiñones desechados, moles, etc.) eliminando los residuos tan pronto como sea posible;

desinfectar maquinaria, equipos, etc.; asegurar que los empleados usen ropas limpias; tratamientos

con vapor del sustrato post-cultivo; uso de cancelas que delimiten el exterior y los cultivos; también

es recomendable desinfectar las botas antes de entrar a las salas de cultivo y usar filtros de aire para

evitar la dispersión de plagas y enfermedades (Gaze, 1997; Adie, 2000; Fletcher, 2002; Grogan,

2005b; Potočnik et al., 2007; Grogan, 2008).

Se han evaluado distintos parámetros culturales para controlar la enfermedad atendiendo al

nivel de esporulación y crecimiento registrado por Cladobotryum al variar el potencial hídrico, pH,

temperatura y HR. Lane et al. (1991) concluyen que el patógeno experimenta mayor crecimiento y

esporulación cuando el potencial hídrico en el interior de la hifas es menor que el del entorno.

Jandaik et al. (2004b) observaron que C. dendroides crecía y esporulaba mejor a pH= 6, temperatura

entre 20-25ºC y 95% HR. Es posible prevenir la aparición del patógeno controlando la temperatura y

la humedad relativa de los cultivos. De acuerdo con Desrumaux (2005), muy pocas esporas de C.

dendroides pueden germinar con HR inferior al 85%, por lo tanto, mantener una HR durante el

cultivo ligeramente inferior (-1% o -2%) respecto a los niveles normales puede ser una herramienta

importante para prevenir la dispersión de la enfermedad. Al proporcionar condiciones de bajas

temperaturas en el cultivo, 17ºC en lugar de 18ºC, es posible también limitar la germinación de las

esporas y el desarrollo de la enfermedad (Desrumaux, 2005).

Page 100: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

74

Una vez que la infección se ha producido se debe actuar para controlar el patógeno y evitar

que se disperse en nuestros cultivos:

- Evitar el riego sobre las colonias de telaraña (Grogan, 2008).

- Cubrir con sal las colonias, ya que se elimina el patógeno impidiendo su desarrollo y

crecimiento (Back et al., 2010; Fletcher, 2002). La aplicación de sal sólo es efectiva

cuando se aplica previamente un papel húmedo sobre la mancha (Adie, 2000). El papel

húmedo evita que se liberen esporas al aire, después se aplica la sal comenzando por

sellar los bordes del papel para evitar posibles liberaciones de conidios, a continuación

se cubre con sal el resto de la superficie afectada. Es recomendable cubrir un área de 2-3

cm mayor que el borde de la mancha detectada, así como romper la conexión entre el

compost y los carpóforos afectados antes de cubrirlos, para evitar que sigan creciendo.

Sin embargo esta medida, históricamente recomendada como método de control, puede

tener contraindicaciones de salud alimentaria al aplicarse sal a los cultivos, por lo que

actualmente se recomienda cubrir la mancha con un papel o paño grueso y húmedo para

evitar la dispersión de los conidios y evitar la aplicación de sal (Pyck y Grogan, 2015).

- Apagar los ventiladores de la nave de cultivo, ya que se limitará la dispersión de las

esporas en caso de infección importante (Grogan, 2008).

- Filtrar todo el aire que penetra en la nave de cultivo (un filtro de 5 µm es suficiente para

este patógeno). Debería considerarse también filtrar el aire que sale al exterior para

limitar el número de esporas patógenas en el entorno de la explotación (Fletcher, 2002).

Estos métodos de control y prevención pueden complementarse también con un control

químico de la enfermedad a través del uso de fungicidas comerciales autorizados. Diversos

fungicidas, con numerosos modos de acción, han sido empleados para controlar la telaraña. Un buen

número de investigadores han publicado ensayos de toxicidad de fungicidas sobre Cladobotryum

spp.

1.2. CONTROL QUÍMICO

1.2.1. Fungicidas empleados contra la telaraña

Distintos agentes fungicidas han sido históricamente empleados para combatir la telaraña en

cultivos comerciales. A continuación se enumeran los recopilados por la bibliografía.

El pentacloronitrobenceno es el primer compuesto citado en la literatura como agente de

control de la enfermedad. Fue aplicado como polvo al 20% sobre la cobertura en una explotación de

Yorkshire (Inglaterra) con problemas de telaraña. Los bloques tratados no presentaron síntomas de

infección mientras que aquellos no tratados manifestaron la patología (Cleary, 1958).

La enfermedad de la telaraña ha sido controlada históricamente de forma efectiva por

fungicidas del grupo de los metil-bencimidazol-carbamatos. De este grupo de fungicidas se han

empleado benomilo, carbendazima, metiltiofanato y tiabendazol, aunque en Gran Bretaña e Irlanda

se detectaron aislados resistentes a esta familia de fungicidas (Fletcher y Yarham, 1976; Gaze, 1995;

McKayet al.., 1998; Grogan y Gaze, 2000; Grogan, 2006). Tiabendazol, cuya acción fungistática es

Page 101: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

75

más relevante que su acción fungicida, se mostró efectivo para prevenir la aparición de la

enfermedad en ensayos en planta piloto realizados en Sudáfrica (Eicker, 1984).

A principios de la década del 2000, los fungicidas registrados para su uso en champiñón en

Estados Unidos eran benomilo, metiltiofanato, clortalonil y tiabendazol (Beyer y Kremser, 2004).

Clortalonil, fungicida aromático policlorado derivado del ácido cloroisoftálico, es empleado

actualmente para combatir la infección en Estados Unidos en combinación con los bencimidazoles.

Se puede alcanzar un nivel aceptable de control de la telaraña con este fungicida (Fletcher, 2002;

Beyer y Kremser, 2004).

Actualmente procloraz-Mn (imidazol, inhibidor de la desmetilación del C-14, grupo DMI)

es el fungicida recomendado en los países cultivadores de champiñón de la Unión Europea para

tratar enfermedades de origen fúngico del champiñón, y la telaraña en particular. Aunque parece ser

ineficaz para prevenir el moteado de los sombreros (Grogan, 2006).

1.2.2. Sensibilidad y resistencia

La resistencia a los fungicidas es un factor crucial a considerar en el control de la

enfermedad. La sensibilidad entre los aislados frente a distintos fungicidas presenta variaciones. Sin

duda existen también aislados altamente resistentes a algunos de los fungicidas empleados por la

industria productora de champiñón.

La primera evidencia de cepas resistentes a los fungicidas en la industria se detectó a

mediados de la década de 1980 en Inglaterra. Se demostró la rápida habilidad de Cladobotryum spp.

para desarrollar resistencia a los bencimidazoles cuando se expone continuamente a estos fungicidas

(Gaze, 1995). En 1992, se informó de las primeras resistencias a los metil-bencimidazol-carbamatos

(MBC) registradas en Irlanda después del uso indiscriminado y muy extendido de la carbendazima

(Doyle y Morris, 1993). La mayoría de aislados de Cladobotryum recolectados en cultivos de

champiñón y analizados en Irlanda a mediados de la década de los 90 eran resistentes a los

bencimidazoles (McKay et al., 1998). La resistencia a estos fungicidas se asocia con una mutación

en un gen de la proteína fúngica β-tubulina que altera la unión de la molécula fungicida con la

proteína para inhibir la función de los microtúbulos (Davidse y Flach, 1977; Osmani y Oakley,

1991). A mediados de la década de los noventa Gran Bretaña e Irlanda sufrieron una seria epidemia

de telaraña causada por aislados de C. mycophilum resistente a los bencimidazoles (benomilo,

carbendazima, metiltiofanato y tiabendazol). El uso general de fungicidas tipo bencimidazoles para

controlar telaraña y otras enfermedades habría podido provocar la aparición de estas cepas resistentes

(McKay et al., 1999). En un estudio in vitro en laboratorio realizado con 57 aislados de

Cladobotryum spp., la mayoría de cepas resultaron resistentes a tiabendazol y parcialmente

resistentes a carbendazima. También reflejaron cierta tolerancia a procloraz-Mn. Los autores apuntan

además que hay indicios que permiten deducir que unos especímenes de Cladobotryum son más

resistentes a procloraz-Mn en la cobertura del cultivo que otros (Grogan et al., 1996). Se realizó un

estudio de resistencia a fungicidas entre aislados de C. mycophilum y C. dendroides respecto a las

sustancias activas: tiabendazol, carbendazima y procloraz-Mn después de la epidemia de telaraña de

Gran Bretaña e Irlanda de 1994/1995. El 72% de los aislados fueron altamente resistentes a

tiabendazol y sólo débilmente a carbendazima; todos ellos fueron inicialmente descritos como C.

dendroides tipo II, sin embargo los análisis genéticos determinaron que se trataba de una variedad de

C. mycophilum, tipo II (Grogan, 2005a). Los otros aislados resultaron débilmente resistentes a

Page 102: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

76

tiabendazol pero sensibles a carbendazima. Algunos de los aislados ensayados mostraron una cierta

tolerancia al procloraz-Mn. Este estudio demostró la ausencia de resistencias cruzadas entre ambos

bencimidazoles. (Grogan y Gaze, 2000; Fletcher y Gaze, 2008). Por el contrario, en un estudio

posterior se evaluó la eficacia de los bencimidazoles tiabendazol y carbendazima, y el imidazol

procloraz-Mn para controlar la telaraña frente a dos aislados de Cladobotryum. Uno de los aislados

resultó resistente a tiabendazol y carbendazima, constatándose que este aislado presentaba resistencia

cruzada a los fungicidas tipo bencimidazoles empleados. Los aislados evaluados resultaron sensibles

a procloraz-Mn (Grogan et al., 2008).

En Estados Unidos se demostró que el patógeno puede desarrollar resistencias a tiabendazol

muy rápidamente, pero este fungicida es muy efectivo con cepas sensibles (Beyer y Kremser, 2001).

Beyer y Kremser (2001) han investigado también la creciente resistencia a los fungicidas empleados

para controlar la telaraña. Los resultados indicaron que los aislados más jóvenes evaluados

mostraban una resistencia creciente a benomilo respecto a los más antiguos, lo que indica una

tendencia de tipo regresivo en la respuesta del patógeno al agente fungicida. Los autores sugieren

que los procedimientos de control de la enfermedad deben variar puesto que los fungicidas aplicados

en la cobertura podrían tener una mínima influencia en su prevención (Beyer y Kremser, 2001).

Respecto al clortalonil, empleado por la industria americana, hasta el momento no se han encontrado

cepas resistentes (Beyer y Kremser, 2004). La sensibilidad de aislados de Cladobotryum mycophilum

recopilados en diversos años fue evaluada frente a varios fungicidas en Estados Unidos. Los aislados

más antiguos mostraron elevada sensibilidad a tiabendazol y metiltiofanato mientras que el aislado

más antiguo presentó una tolerancia a clortalonil mayor que el resto. Los aislados más recientes

tuvieron reducida sensibilidad a los fungicidas tipo benzimidazoles, mientras que clortalonil fue la

única sustancia activa a la que resultaron sensibles. Los autores postulan un cambio en la sensibilidad

del patógeno respecto a la acción de los agentes fungicidas, entendiendo esta variabilidad como una

de las causas del repunte de la enfermedad en los cultivos de champiñón (Beyer y Kremser, 2004).

En Serbia se han realizado diversos estudios evaluando la respuesta de Cladobotryum spp. a

diversos agentes químicos. La sensibilidad de C. dendroides fue evaluada frente a diferentes

fungicidas, tales como carbendazima, benomilo, metiltiofanato, cyproconazol+carbendazima,

flusilazol+carbendazima, procloraz-Mn o iprodiona (dicarboximida) (Potočnik et al., 2007, 2008,

2008b, 2009a, 2009c). Al comparar la sensibilidad de una serie de aislados de Cladobotryum spp.

con diferentes fungicidas, todos ellos resultaron altamente sensibles a iprodiona, benomilo y

procloraz-Mn. De entre los tres investigados, procloraz-Mn resultó el más tóxico para todos ellos, no

encontrándose ningún aislado resistente ni a benomilo ni a iprodiona (Potočnik et al., 2007, 2008b).

La sensibilidad de Cladobotryum spp. a otros agentes químicos fue también evaluada in vitro. Todos

los aislados fueron altamente sensibles a carbendazima, cyproconazol+carbendazima y

especialmente a flusilazol+carbendazima; sin embargo resultaron ligeramente resistentes a

metiltiofanato (Potočnik et al., 2008). La toxicidad in vitro de C. dendroides frente a distintos

fungicidas fue también contrastada. En un primer estudio se determinó que los aislados ensayados

eran más sensibles a procloraz-Mn (Potočnik et al., 2009a). Un estudio posterior evaluó la toxicidad

del patógeno frente a otros fungicidas, comprobando que clortalonil era el fungicida más tóxico de

entre los evaluados frente a C. dendroides (Potočnik et al., 2009c).

Al realizar pruebas de sensibilidad a diversos fungicidas en Corea, cinco aislados

identificados como C. mycophilum mostraron una elevada resistencia a mancozeb y metiltiofanato,

Page 103: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

77

moderada sensibilidad a iprodiona y alta sensibilidad a benomilo, prochloraz-Mn y carbendazima

(Oh y Kong, 2011).

En España, hasta la fecha no se han publicado evidencias de aparición de resistencias en el

patógeno (C. mycophilum), sin embargo sí se ha publicado un trabajo que confirma mayor tolerancia

al procloraz-Mn en aislados más recientes de L. fungicola (Gea et al., 2005).

Es evidente por los estudios publicados, que la aparición de resistencias al agente químico

empleado es ciertamente un aspecto crucial respecto a la eficiencia del fungicida empleado. Para

prevenir la aparición de resistencias deben diseñarse buenos programas de higiene en los cultivos e

instalaciones, así como desarrollar métodos de control complementarios (Potočnik., 2009).

1.2.3. Selectividad de fungicidas

Puesto que tanto el patógeno como el hospedador son hongos, un fungicida adecuado para

tratar la telaraña debe presentar selectividad al organismo diana sin provocar mermas de producción

en el cultivo. Por tanto, es importante conocer cuál es el índice de selectividad al patógeno de un

determinado agente fungicida frente al hospedador, entendido como como el cociente entre la ED50

calculada para cada uno de los patógeno/fungicida entre la ED50 media calculada de

hospedador/fungicida (Chrysayi-Tokousbalides et al., 2007).

En Serbia se ha analizado la selectividad in vitro patógeno/hospedador (C. dendroides/A.

bisporus) frente a distintos fungicidas. Un primer estudio determinó que los índices de selectividad

calculados indicaban una mayor selectividad para carbendazima, benomilo y procloraz-Mn que para

otros compuestos como metiltiofanato (Potočnik et al., 2009a). Un estudio posterior evaluó la

selectividad de distintos aislados de C. dendroides y A. bisporus frente a otros fungicidas empleados

en la industria, comprobando que iprodiona presentaba la mejor selectividad patógeno/hospedador,

siendo ligeramente inferior a la obtenida para procloraz-Mn y carbendazima (Potočnik et al., 2009c).

En ensayos in vitro frente a Agaricus bisporus, cyproconazol+carbendazima y

flusilazol+carbendazima fueron más tóxicos que carbendazima (Potočnik et al., 2009b).

Beyer y Kremser (2004) postulan que debido a la reducida selectividad de clortalonil, este

producto puede retardar la colonización del compost por A. bisporus y reducir ligeramente el

rendimiento del cultivo en ausencia de la enfermedad. Fletcher (2002) también se ha manisfestado en

este sentido.

1.2.4. Legislación y fungicidas autorizados en Europa y España

Clortalonil es un fungicida autorizado para su uso en champiñón en España mediante

―Resolución de autorización excepcional para la comercialización de productos fitosanitarios con

clortalonil como fungicida en champiñón‖, para champiñón con destino de exportación al mercado

estadounidense. Vigente desde el 7 de diciembre de 2012, esta autorización excepcional se ha ido

prorrogando en sucesivas resoluciones hasta la actualidad (Reglamento (CE) nº 1107/2009. Artículo

53). Metiltiofanato y tiabendazol, a pesar de no estar autorizados en Europa para su uso en este

cultivo, son usados en países productores como Estados Unidos. Uno de los productos de

descomposición de metiltiofanato es la carbendazima, producto prohibido en Europa para su uso en

el cultivo del champiñón, como ya ha sido recogido con anterioridad en esta memoria. A principios

de año 2015 ha sido también autorizado en España el fungicida metrafenona (fungicida del grupo de

Page 104: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

78

las benzofenonas) mediante ―Resolución de autorización excepcional para la comercialización de

productos fitosanitarios a base de metrafenona 50% [SC] como fungicida en champiñón para el

control de Dactylium dendroides‖ (Reglamento (CE) nº 1107/2009. Artículo 53). Esta autorización

excepcional ha sido motivada por la elevada presencia de la enfermedad en los cultivos y la

preocupación generada entre los productores.

Procloraz-Mn, citado anteriormente, es el fungicida recomendado en los países cultivadores

de champiñón de la Unión Europea para tratar enfermedades de origen fúngico del champiñón, y el

tratamiento más común empleado por los productores españoles.

1.3. MÉTODOS DE CONTROL ALTERNATIVOS

El uso de agentes de origen químico para combatir la enfermedad tiende a restringirse. El

abanico de productos disponibles es escaso y existe una potencial amenaza de aparición de

resistencias a los agentes fungicidas por la continua exposición al fitosanitario. Como alternativa, se

están desarrollando y estudiando métodos de biocontrol de la enfermedad:

En Turquía se realizó un estudio para determinar el efecto antagonista de Pseudomonas para

el control biológico de Cladobotryum dendroides, lográndose mediante las aplicaciones de P.

fluorescent y P. putida aumentos de producción respecto al control inoculado (Bora y Özaktan,

2000).

En Serbia 20 aislados de C. dendroides fueron estudiados para evaluar la sensibilidad in

vitro frente a los biofungicidas Timorex 66 ED [66% ―tea tree oil‖, aceite esencial obtenido por

destilación a vapor de la planta australiana Melaleuca alternifolia (Maiden. &Betche.)Cheel.] y

Sonata (1.38% Bacillus pumilus). Timorex mostró una actividad antifúngica frente al patógeno más

fuerte que Sonata (Potočnik et al., 2009). Los autores sugieren que podría ser recomendado como

suplemento de los fungicidas comerciales. Posteriormente se ha comparado el biofungicida Timorex

66 EC frente a la acción de plocloraz-Mn (Potočnik et al., 2010), obteniendo una eficacia mucho

menor al usar el biofungicida que al emplear procloraz-Mn.

Sánchez et al. (2011), tras evaluar la capacidad antagonista in vitro de los microorganismos

aislados del té de compost de champiñón frente a Cladobotryum mycophilum concluyen que 3

aislados bacterianos y 1 aislado fúngico resultaron una buena estrategia de control biológico del

patógeno, mostrando un porcentaje de inhibición mayor del 80%.

Savic et al. (2012) evaluaron la actividad antifúngica del selenio orgánico contra hongos

patógenos de A. bisporus, entre ellos Cladobotryum dendroides. Una concentración de 70-100 µg g-1

de selenio adicionado al sustrato inhibe el crecimiento de los micopatógenos y proporciona cuerpos

fructíferos enriquecidos en selenio.

2. MATERIALES Y MÉTODOS

Page 105: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

79

2.1. SENSIBILIDAD IN VITRO A FUNGICIDAS DE CLADOBOTRYUM MYCOPHILUM Y

AGARICUS BISPORUS

Se ha analizado la sensibilidad de los 25 aislados identificados como Cladobotryum

mycophilum (Tabla7) frente a distintos fungicidas empleados por la industria productora de

champiñón. La Tabla 11 resume las principales características así como el modo de acción de cada

una de las sustancias activas evaluadas.

Tabla 11. Especificaciones generales de los fungicidas empleados.

Table 11. Standard specifications of the fungicides used Active substance Spanish regulation* Formulation Action point

Thiophanate-

methyl (MTF)

Registration No.: 22044.

Unauthorized for mushroom

crops in Spain

Water-dispersible granule

(WDG) MTF: 70% w/w

(700 g kg-1)

TBD and MTF: they belong to the

benzimidazole group. Systemic fungicides

with preventive and curative activity, broad

spectrum and a very specific action. It

blocks cell division at the level of the

microtubules.

Thiabendazole

(TBD)

Reg. No.: 21089.

Unauthorized for mushroom

crops in Spain

Concentrated suspension (CS)

TTBD: 60% w/v (600 g/kg)

Chlorothalonil

(CTL)

Reg. No.: 24121

Unauthorized for mushroom

crops in Spain

Concentrated suspension (CS)

CTL: 72% w/v (720 g kg-1)

Polychlorinated aromatic chloro-isophthalic

acid derivative. Broad spectrum fungicide.

It inhibits fungal cells breathing. Reg. No.: 21795

Temporary authorized for export

destination.

Doses: 1L ha-1. Withdrawal

period: 14 days

Concentrated suspension (CS)

CTL: 50% w/v (500 g l-1)

Prochloraz-Mn

(PCL)

Reg. No.: 17597. Authorized for

mushroom crops in Spain.

Doses: 0.03-0.05%. Withdrawal

period: 2 days

Wettable powder (WP)

PCL(Mn complex): 46% w/w

(460 g kg-1)

It belongs to the imidazole group. Inhibits

the synthesis of ergosterol (a key

component of cell membranes) by

inhibition of the 14-demethylase enzyme. *Phytosanitary products registration.

Cinco formulaciones comerciales fueron utilizadas: metil-tiofanato (Topsin® 70WG, Bayer

CropScience, Alcácer, Valencia, España), tiabendazol (Textar®

60SC, Tecnidex, Paterna, Valencia,

España), clortalonil (Bravo® 720SC, Syngenta Agro S.A., Madrid, España; Daconil

® 50SC,

Comercial Química Massó, S.A., Barcelona, España) y procloraz-Mn (Sporgon®, BASF Española

S.L., Barcelona, España). Los cuatro principios activos están incluidos en la Lista Comunitaria de

Sustancias Activas [Anexo I de la Directiva 91/414/CEE trasladadas al anexo I del Reglamento (CE)

Nº 1107/2009]. De todos ellos, sólo procloraz-Mn está autorizado en el cultivo de champiñón en

España (nº de registro: 17597); mientras que clortalonil en champiñón ha sido temporalmente

autorizado para producción de champiñón destinada a la exportación, en su formulado 50% p/V SC

[nº de registro 21795 (Reglamento (CE) nº 1107/2009. Artículo 53)].

También fue evaluada la selectividad in vitro patógeno/hospedador de estos mismos

compuestos. Para ello se han realizado ensayos de sensibilidad de distintas variedades de Agaricus

bisporus. Los aislados de A. bisporus se obtuvieron a partir de variedades comerciales, tomando

semilla de una bolsa comercial y sembrándolas en medio agar-compost: Amycel® XXX (Amycel®-

Spawn Mate®, Watsonville, CA), Gurelan 45 y Gurelan 90 (Gurelan S. Coop., Huarte, Pamplona,

España).

Page 106: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

80

El medio de cultivo empleado para los ensayos de sensibilidad in vitrode las sustancias

activas evaluadas frente a C. mycophilum ha sido extracto de malta agar (MEA:ME + Agar Technical

(Agar No3); Oxoid, Basingstoke, England). Para los ensayos con A. bisporus el medio empleado ha

sido el denominado ―agar-compost‖. Los medios de cultivo fueron preparados de acuerdo a la

metodología descrita en el Anexo.

Los medios fueron esterilizados en autoclave, a 121ºC y 1 atmósfera de presión, durante 20

min., y una vez enfriados en torno a 40-50ºC se añadió la concentración de fungicida calculada para

obtener las concentraciones finales requeridas. Se parte de disoluciones madre preparadas a partir de

las formulaciones comerciales de los fungicidas, disolviendo los productos en agua destilada estéril.

Las disoluciones madre de fungicidas fueron elaboradas justo antes de ser utilizadas. Tras

homogeneizar el medio más el fungicida mediante agitación se dispensa en placas Petri de 90 mm de

diámetro.

Las concentraciones empleadas en los ensayos para cada uno de los fungicidas son

diferentes, ya que varían en función de los resultados obtenidos en ensayos previos. Los fungicidas

se disolvieron en agua destilada estéril y se añadieron al medio de cultivo esterilizado y enfriado con

el fin de conseguir concentraciones crecientes de materia activa: 0,001-0,01-0,1-1-10-100-1000 µg

mL-1

.

Estas concentraciones de fungicida se usaron con varios aislados de C. mycophilum, y de

acuerdo con la sensibilidad previa de cada aislado (ED50 aproximada) se selecciona un rango de

concentraciones de sustancia activa (Sombardier et al., 2010). En ocasiones ha sido necesario usar

concentraciones mayores en el caso de cepas resistentes para poder utilizar el software y calcular el

valor de ED50 (dosis media efectiva, concentración de fungicida que inhibe al 50% el crecimiento del

patógeno) de cada aislado. Particularmente para algunos aislados que mostraron tolerancia a

metiltiofanato y tiabendazol. Las concentraciones seleccionadas para el análisis de la sensibilidad de

los aislados frente a los fungicidas son las expresadas en la Tabla 12.

Tabla 12. Concentración de fungicida empleada en los ensayos de

sensibilidad in vitro frente a C. mycophilum y A. bisporus.

Table 12. Fungicide concentration used for the in vitro sensitivity tests of C.

mycophilum and A. bisporus.

Fungicide Concentration employed (µg mL

-1)

C. mycophilum

A. bisporus

Chlorothalonil

0.09-0.19-0.37-0.74-1.48

0.07-0.14-0.28-0.56-1.12-2.24

Thiophanate-methyl

0.29-0.57-1.15-2.3-4.6-9.2

3.75-7.5-15-30-60

Prochloraz-Mn

0.006-0.013-0.025-0.05-0.1

2-4-8-16-32-64

Thiabendazole

0.48-0.96-1.92-3.84-7.68

30-60-120-240-480-920

Para el cálculo de ED50 media en cada bloque de aislados/fungicida se han considerado los

valores obtenidos dentro del rango de concentraciones evaluadas. De acuerdo con Delp y Dekker

(1985), una vez calculados los valores de ED50 medios para cada uno de los fungicidas se ha

determinado un factor de resistencia (RF), definido como la relación entre el valor más elevado de

ED50 de los aislados estudiados frente al valor medio de ED50 para cada combinación de aislados-

fungicida. Sólo aquellos aislados que mostraron sensibilidad al fungicida han sido considerados para

calcular la ED50 media, los aislados que muestran reducida sensibilidad o síntomas de resistencia no

se han empleado para el cálculo del factor de resistencia.

Page 107: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

81

Las placas fueron inoculadas en cabina de flujo laminar (Telstar SAH-100; Telstar,

Terrassa, España) con discos de 5 mm de diámetro obtenidos mediante un sacabocados estéril y

procedentes de cultivos puros del aislado en placas crecidas en PDA y agar-compost, durante 5 días

en el caso de Cladobotryum y 18 días en el caso de Agaricus. Los fragmentos de micelio se

obtuvieron de la zona de crecimiento activo del micelio, la zona más externa de la colonia. Las

placas fueron sembradas enfrentando la superficie del fragmento de medio donde ha crecido el hongo

con el medio que contiene el producto fungicida. Se realizaron cuatro repeticiones por tratamiento

(aislado/concentración de fungicida) y el experimento se realizó por duplicado.

Los aislados inoculados se incubaron en oscuridad a 22ºC en el caso de Cladobotryum y a

25ºC en el caso de Agaricus. Se realizó la medida del crecimiento de las cepas a distintos días

dependiendo de la tasa de crecimiento de cada uno de los organismos estudiados, 3 días para C.

mycophilum y 18 días para A. bisporus. Con un calibre digital se tomaron dos medidas

perpendiculares por aislado, correspondientes al crecimiento radial del micelio en milímetros. Cada

una de las medidas se ha corregido en 5 mm correspondientes al diámetro del fragmento de agar

inoculado.

Se valoró la tasa de crecimiento miceliar para cada aislado, utilizando las placas control a

las que no se añadió fungicida. A continuación, se calculó el porcentaje de inhibición (PI) del

crecimiento miceliar mediante la ecuación de Vincent (1947): PI = 100(C-T)/C (C= tasa de

crecimiento del control; T= tasa de crecimiento en las placas tratadas con fungicida). La sensibilidad

de los aislados de C. mycophilum y de A. bisporus se estimó mediante el cálculo de la dosis media

efectiva, ED50 (µg mL-1

de materia activa necesarios para inhibir el crecimiento radial del micelio al

50%).

Para el cálculo de los valores de ED50 se utilizó el análisis probit interpolando la

concentración de fungicida empleada y el porcentaje de inhibición del crecimiento miceliar. Para esta

finalidad se utilizó el software de análisis de datos PoloPlus, Probit and Logit Analysis (LeOra

Software Company®, Petaluma, USA). (Finney, 1971; Robertson et al., 2002; Gea et al., 2010). Los

valores medios de ED50 obtenidos, correspondientes a los diferentes fungicidas, fueron comparados

por análisis de varianza (ANOVA), después de efectuar las transformaciones angulares

correspondientes para conseguir homogeneidad de varianza. Al aplicar los test de Cochran y Barlett

para cotrastar la normalidad y homocedasticidad de los datos, se constató que la distribución de la

mayoría de datos no era normal (P<0,05). Por tanto, para establecer diferencias significativas entre

los valores correspondientes a cada uno de los fungicidas se han empleado métodos no paramétricos.

Se realizó la prueba de Kruskal-Wallis para determinar si existían diferencias significativas entre los

fungicidas estudiados. La prueba Mann-Whitney (Wilcoxon) W fue ejecutada para comparar las

medianas entre los grupos y comprobar los resultados del Kruskal-Wallis (Gea et al., 2005). Los

datos (ED50) han sido analizados mediante el software Statsgraphics Versión 5.1 (Statpoint

technologies, inc., Warrenton, Virginia).

También se ha calculado el índice de selectividad al patógeno frente al hospedador de cada

una de las sustancias activas ensayadas. Este valor se entiende como el cociente entre la ED50

calculada para cada uno de los aislados de C. mycophilum/fungicida entre la ED50 media calculada

para A. bisporus/fungicida (Chrysayi-Tokousbalides et al., 2007; Potočnik, et al., 2009a, 2009b,

2010). Valores de índice de selectividad por debajo de 0,1 indican una toxicidad selectiva adecuada

entre patógeno y hospedador (Chrysayi-Tokousbalides et al., 2007). Los índices de selectividad

calculados para cada fungicida han sido comparados mediante análisis de varianza (ANOVA). De

Page 108: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

82

nuevo se ha constatado una distribución de los datos no nomal (P<0,05) por lo que se volvieron a

aplicar los métodos no paramétrico descritos para establecer diferencias significativas entre los

valores de índice de selectividad calculados para los fungicidas. Se utilizó el programa Statsgraphics

Versión 5.1 (Statpoint technologies, inc., Warrenton, Virginia) para el análisis estadístico.

2.2. CONTROL DE TELARAÑA MEDIANTE FUNGICIDAS EN CULTIVOS DE AGARICUS BISPORUS

Se han realizado dos ensayos de patogenicidad siguiendo las prácticas habituales utilizadas

en los cultivos comerciales de champiñón de Castilla-La Mancha (Gea et al., 2010). Los ciclos de

cultivo se llevaron a cabo en cámaras de cultivo experimental de 20 m3 ubicadas en el Centro de

Investigación, Experimentación y Servicios del Champiñón (CIES, Quintanar del Rey, Cuenca),

equipadas con un sistema de humidificación, de calefacción/refrigeración, y de recirculación interna

de aire y ventilación externa. Las cámaras de cultivo disponen de puertas herméticas, y únicamente

entra en ellas el personal autorizado que desarrolla el ensayo para prevenir una posible

contaminación externa.

En cada ensayo se cultivaron 48 cajas de 0,15 m2 de superficie, con 10 kg de compost

incubado Fase III por caja, sembrado con semilla Amycel® XXX (Amycel Inc., San Juan Bautista,

California, EE.UU). Los bloques fueron cubiertos con mezcla de cobertura Euroveen B.V. (BVB

Substrates, Grubbenvorst, Limburg, Holanda) de aprox. 35 mm de espesor (5,5 litros por bloque). La

Tabla 13 recopila las características físico-químicas de los sustratos y cobertura usados.

Tabla 13. Caracterización físico-química del sustrato (al

finalizar la fase III) y cobertura empleados en los ensayos.

Table 13. Physic and chemical characterization of the compost

(phase III) and casing material employed in the trials.

Parameter Substrate (Phase III)

Casing

Trial A Trial B

pH (1:5, v/v) 6.27 6.76

7.85

Moisture (g kg-1) 602 566

771

Total nitrogen (g kg-1) 26.2 25.2

9.1

Ash (g kg-1) 281 294

268

Organic matter, g kg-1 719 706

-

C/N 16 16

- Electrical conductivity (1:5, w/v, µS cm

-1) - -

795

Bulk density (dry) (g cm-3) - -

0.12

Particle real density (g cm-3) - -

1744

Total pore space (mL L-1) - -

932

Water-holding capacity (kg 100 kg-1) - - 504

Para los ensayos se ha empleado un diseño de bloques al azar en estantes a tres alturas, con

una distancia entre alturas de aproximadamente 60 cm, elevándose la primera altura unos 20 cm

sobre el suelo (Figura 12). En el día 0 del ciclo de cultivo se aplicó la cobertura con un grado alto de

humedad, manteniendo condiciones de germinación (26ºC de temperatura en el compost, con una

humedad relativa (HR) del 85-90% y concentración de CO2>2000 µg mL-1

, sin ventilación). Nueve

días después se ventilaron las naves de cultivo con aire fresco filtrado para inducir la fructificación, a

Page 109: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

83

través de una reducción gradual en 3 días de la temperatura y humedad hasta 18ºC y 85-90% de HR.

Se mantuvo una temperatura de 17,5ºC y una HR de 85-90% a lo largo del ciclo de cultivo.

De las 48 cajas, 36 fueron infectadas artificialmente nueve días después de aplicar la

cobertura con un aislado de C. mycophilum, aplicando 20 mL bloque-1

de una suspensión conidial

(7,5x103 conidios mL

-1), para obtener una tasa de inoculación final de 10

6 conidios m

-2. La solución

conidial fue preparada el día de inoculación, y consiste en realizar una suspensión madre a partir de

un cultivo del patógeno en PDA con cinco días de edad. Para liberar los conidios de la placa madre

se emplea un pincel estéril de reducidas dimensiones y se lava con agua destilada estéril, filtrando

con filtro de red de polipropileno [25 µm de Ø de poro, Millipore® (Merck KGaA, Darmstadt,

Alemania)] para retirar los posibles fragmentos de micelio. La concentración conidial de la

disolución madre se determinó empleando un hemocitómetro y posteriormente se ajustó a la

concentración requerida diluyendo con agua destilada estéril. Las 12 cajas restantes no se infectaron

(tratamiento control: C), aplicando 20 mL de agua destilada estéril por caja. Las estructuras metálicas

donde se emplazaron los distintos bloques fueron cubiertas mediante plásticos para limitar las

corrientes de aire sobre los cultivos y prevenir la dispersión de los conidios, responsables de posibles

focos secundarios de contaminación.

En cada ensayo, las 36 cajas de sustrato infectadas con Cladobotryum en la cobertura se

dividieron en 6 tratamientos, con 6 repeticiones por tratamiento. A continuación se detallan los

tratamientos, las dosis y los momentos de aplicación de los fungicidas:

CI (control inoculado): cajas infectadas pero sin tratamiento fungicida.

CTL: aplicación de clortalonil 72% (Bravo® 720SC, Syngenta Agro S.A.), 4 días tras

la cobertura. Dosis: 2 mL L-1

m-2

.

TBD: aplicación de tiabendazol 60%(Textar® 60SC, Tecnidex, Paterna, Valencia,

España), 4 días tras la cobertura. Dosis: 0,1%.

MTF: aplicación de metil-tiofanato 70% (Topsin® 70WG, Bayer CropScience,

Alcácer, Valencia, España), 4 días tras la cobertura. Dosis: 0,1%.

PCL1: aplicación de procloraz-Mn 46%(Sporgon®, BASF Española S.L., Barcelona,

España), 4 días tras la cobertura. Dosis: 0,05%.

PCL2: dos aplicaciones de procloraz-Mn 46% (Sporgon®, BASF Española S.L.,

Barcelona, España) (0,05%), la primera 4 días tras la cobertura y la segunda tras la cosecha

de la primera florada.

Las formulaciones fungicidas empleadas se disolvieron en agua del grifo hasta la

concentración de aplicación indicada. Se aplicaron mediante aspersión 150 mL de disolución

fungicida por bloque. A los bloques control (12 no inoculados y 6 inoculados) se les aplicó un riego

por aspersión de 150 mL de agua del grifo.

A lo largo del periodo de cosecha (cuatro floradas) se anotó diariamente y de manera

independiente para cada bloque el peso y número de champiñones recolectados. Así mismo, también

se realizó un examen exhaustivo de la superficie de cobertura, anotando el día en que se detectó la

enfermedad, la superficie y número de champiñones afectados en cada uno de los bloques. Una vez

detectada una mancha de telaraña, se valoró la evolución de la superficie afectada durante 24 horas, a

continuación se tapó con un papel húmedo y se aplicó sal para evitar las dispersión de conidios

patógenos (Fletcher y Gaze, 2008).

Page 110: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

84

Se ha valorado la producción (kg m-2

) y eficiencia biológica (EB) del cultivo. (kg de

champiñón sano recolectados por cada 100 kg en peso seco de compost empleado: kg dt-1

) durante

las tres primeras floradas, bloques afectados, precocidad de la infección y área final de cultivo

colonizada por el patógeno. Se entiende por champiñón sano aquel que no presenta síntomas de

enfermedad, los champiñones con manchas donde se indentificó la infección han sido desechados

para el cálculo del rendimiento y EB del cultivo. Para calcular la EB se cuantificó la humedad de

cada uno de los sustratos de cultivo empleados en los ensayos, desecando una muestra de sustrato

fresco en estufa a 60ºC hasta pesada constante.

Las producciones de los diferentes tratamientos fueron comparadas por análisis de varianza

(ANOVA), después de efectuar las transformaciones angulares correspondientes para conseguir

homogeneidad de varianza. Al aplicar los tests de Cochran y Barlett para contrastar la normalidad y

homocedasticidad de los datos, se ha constatado que los datos de algunos de los tratamientos

presentaban una distribución no normal (P<0,05). En estos casos concretos, para establecer

diferencias significativas entre los valores correspondientes a cada uno de los tratamientos, o entre

los ensayos, se han empleado métodos no paramétricos. Se ha aplicado la prueba de Kruskal-Wallis

para determinar si existían diferencias significativas entre las medianas de los tratamientos de cada

ensayo. Los datos han sido analizados mediante el software Statsgraphics Versión 5.1 (Statpoint

technologies, inc., Warrenton, Virginia).

También ha sido evaluada la eficacia de los fungicidas empleados al final de la tercera

florada (cuando la práctica totalidad de la cosecha ya ha sido recolectada), atendiendo a dos factores:

a) Descenso de producción: el descenso de rendimiento en los bloques inoculados se calcula

respecto al control sin inocular (% descenso de rend.= 100-(x/y)*100; donde x= producción (kg m-2

)

del cultivo en bloques inoculados; y= producción (kg m-2

) del cultivo en el control no inoculado). La

eficacia de cada fungicida a la hora de minimizar el descenso de rendimiento ocasionado por la

enfermedad se calcula respecto al control inoculado mediante la fórmula propuesta por Mesterhazy

et al. (2003): % eficacia= 100-(It/Ic)*100 (donde It= descenso de rendimiento en el tratamiento

fungicida; Ic= descenso de rendimiento en el tratamiento control inoculado).

b) Superficie colonizada por la enfermedad: la eficacia de cada fungicidaa la hora de reducir

la superficie colonizada por la enfermedad se calcula respecto al control inoculado para cada

tratamiento, mediante la fórmula de Abbott (Abbott, 1925): % control (eficacia)= [(Ic−It)/Ic]×100;

Ic= superficie colonizada en el control inoculado; It= superficie colonizada en el tratamiento

inoculado. El hecho de haber detectado incidencia de la enfermedad en los bloques control (no

inoculados) ha obligado a corregir previamente los valores de superficie afectada (% superficie

colonizada corregida= 100*(y-x/100-x); x= incidencia de la enfermedad en el control no inoculado;

y= incidencia de la enfermedad en el tratamiento/control inoculado).

Los valores de eficacia obtenidos (a y b), correspondientes a los distintos tratamientos se

han tratado de comparar por análisis de varianza (ANOVA), sin embargo la dispersión de datos entre

bloques de un mismo tratamiento parace descartar los resultados del análisis estadístico por lo que

sólo se presentan y discuten los valores promedio de eficacia.

Page 111: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

85

3. RESULTADOS

3.1. SENSIBILIDAD IN VITRO A FUNGICIDAS DE CLADOBOTRYUM MYCOPHILUM Y

AGARICUS BISPORUS

Como puede apreciarse en el Gráfico 18, en todos los tratamientos ensayados, el

crecimiento del micelio patógeno disminuye linealmente respecto al control sin fungicida conforme

aumenta la concentración de sustancia activa en el medio de cultivo.

Gráfico 18. Crecimiento radial in vitro de C. mycophilum (%) frente al control sin fungicida al

aplicar concentraciones crecientes de sustancia activa (µg mL-1

). a) Clortalonil. b) Procloraz-

Mn. c) Tiabendazol. d) Metil-tiofanato.

Graph 18. Percentage of C. mycophilum radial growth in vitro in respect to the control

without fungicide, when applying increasing concentrations of active substance (µg mL-1

). a)

Chlorothalonil. b) Prochloraz-Mn. c) Thiabendazole. d) Thiophanate-methyl.

Se observa que PCL es el fungicida al cual es más sensible el patógeno, puesto que la ED50

obtenida es la menor de las cuatro calculadas. Los valores de ED50 obtenidos para MTF y TBD son

los más elevados. Los valores de ED50 obtenidos tienen una distribución no normal. La dosis media

efectiva calculada para MTF presenta diferencias estadísticamente significativas con la de PCL

(prueba W de Mann-Whitney (Wilcoxon)=0,0; P=0,0) y la de CTL (W= 1900,0; P=0,0) aunque no

difiere estadísticamente con la calculada para TBD (W= 896,5; P=0,25). El valor calculado para

TBD también difiere estadísticamente del de PCL (W= 1999,0; P=0,0) y CTL (W= 2048,0; P=0,0).

Las dosis efectivas calculadas correspondientes a PCL y CTL presentan igualmente diferencias

estadísticamente significativas entre sí (W= 0,0; P=0,0) (Tabla 14).

y = -41,30x + 83,2

R² = 0,832

0

20

40

60

80

100

0 0,3 0,6 0,9 1,2 1,5

Mic

eli

um

gro

wth

(%

)

µg mL-1

a

y = -6,186x + 93,28

R² = 0,844

0

20

40

60

80

100

0 2 4 6 8 10

My

celi

um

gro

wth

(%

)

d

µg mL-1

y = -495,0x + 70,53

R² = 0,939

0

20

40

60

80

100

0 0,02 0,04 0,06 0,08 0,1

My

celi

um

gro

wth

(%

)

b

y = -7,882x + 96,72

R² = 0,963

0

20

40

60

80

100

0 2 4 6 8 10

Mic

eli

um

gro

wth

(%

)

c

µg mL-1

µg mL-1

Page 112: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

86

La Tabla 14 muestra el valor medio de ED50 obtenido tras el análisis estadístico de los

valores, calculado mediante análisis probit de los 25 aislados enfrentados a los diferentes fungicidas.

Así mismo en dicha tabla se ha incluido el rango de valores entre los que oscilan los valores de ED50

para cada bloque de aislados/fungicida y el factor de resistencia al fungicida de los aislado

evaluados.

Tabla 14. Valores de ED50 calculados para los fungicidas

evaluados y factor de resistencia (RF) de los aislados de C.

mycophilum estudiados.

Table 14. ED50 values of selected fungicides and resistance factor

(RF) of the C. mycophilum strains studied.

Fungicide n1

ED50 (µg ml-1

) RF

3 Mean

2 Range

Chlorothalonil 50 0.54±0.24b 0.16-1.23 2.3

Thiophanate-methyl 42 5.29±3.09c 1.73-14.8 >13.9

Prochloraz-Mn 46 0.03±0.02a 0.001-0.11 7.5

Thiabendazole 42 4.85±1.56c 1.16-7.88 23.6 1Number of ED50 values considered per fungicide.

2Between the ED50 mean values followed by the same letter there is not a

statistically significant difference according to Kruskal Wallis test (P>0.05) and

Mann-Whitney (Wilcoxon) W test to compare medians (P>0.05) at the 95.0%

confidence level. 3RF: Resistance factor, expressed as the ratio of the highest ED50 of the isolates

tested to the mean ED50 calculated.

De entre los cuatro fungicidas, MTF y TBD presentan mayor dispersión en la sensibilidad

calculada de los aislados evaluados, seguidos por PCL. Por su parte, la sensibilidad registrada frente

a CTL de los distintos aislados es la más homogénea (Anexo. Tabla 28-31). De acuerdo con Gea et

al. (2005), a medida que el rango de sensibilidad se incrementa, también aumenta el riesgo de que

aparezcan individuos menos sensibles que el resto al fungicida. La mayor amplitud del rango de

datos puede indicar, por tanto, mayor probabilidad de aparición de resistencias. Esta apreciación se

constata al calcular los RFs, que son muy elevados para TBD (RF=23,6) y MTF (RF>13,9), e

incluso elevado para PCL (RF= 7,5). CTL, por su parte, presenta el menor RF (RF= 2,3) lo que

indica un riesgo menor de aparición de cepas resistentes.

Gouot (1994), al caracterizar distintos parásitos fúngicos resistentes a los fungicidas tipo

dicarboximidas establece, en función del factor de resistencia, dos tipos de aislados resistentes:

moderadamente resistentes (RF= 3-20) y altamente resistentes (RF>100). Esta escala indica que

entre los aislados estudiados parecen existir aislados resistentes a MTF y TBD y moderadamente

resistentes a PCL.

Grogan y Gaze (2000) al evaluar la resistencia de distintos aislado de Cladobotryum spp

frente a fungicidas, establecen una escala de sensibilidad para los fungicidas tipo bencimidazoles

analizados: sensibles al fungicida (ED50<1 μg mL-1

); débilmente resistentes (ED50=1-10 μg mL-1

);

resistentes (ED50>50μg mL-1

). Atendiendo a los valores de ED50 calculados para cada uno de los

aislados (Anexo, Tablas 28-31), se han detectado cepas escasamente sensibles entre las evaluadas a

los dos fungicidas del grupo de los bencimidazoles. Concretamente en el caso de MTF se han

Page 113: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

87

encontrado valores de dosis media efectiva elevados en dos aislados: CM13 (KP698966): ED50>74

µg mL-1

; CM24: ED50>74 µg mL-1

(estos aislados pueden considerarse resistentes frente a MTF). En

el caso de TBD, destacan: CM13 (KP698966): ED50= 45 µg mL-1

(este aislado puede considerarse

débilmentemente resistente a TBD); CM1 (JQ004734): ED50= 100 µg mL-1

; CM2 (JQ004737):

ED50= 94 µg mL-1

; CM24: ED50=105 µg mL-1

(pueden considerarse resistentes frente a TBD) (Gaze

y Grogan, 2000). En cualquier caso los valores medios de ED50 calculado tanto para MTF

(ED50=5,29 µg mL-1

) como para TBD (ED50=4,85 µg mL-1

), indican que todos los aislados

evaluados presentan al menos una débil resistancia a estos fungicidas (Tabla 14). En el caso de PCL

dos de los aislados evaluados muestran una menor sensibilidad al fungicida que el resto, CM12

(KP698965): ED50= 0,168 µg mL-1

; CM23 (KP698973)= 0,112 µg mL-1

, más de tres veces superior

a la media calculada. Esos valores de ED50 indican variabilidad en la respuesta de estos aislados al

fungicida respecto al grueso de los evaluados y podría entenderse como una débil resistencia, si bien

de acuerdo a la escala propuesta por Grogan y Gaze (2000), estos aislados siguen siendo muy

sensibles a PCL (ED50<1 µg mL-1

). Es importante mencionar también que todos los aislados

evaluados resultaron sensibles a las concentraciones de CTL empleadas en el ensayo.

El Gráfico 19 muestra la distribución de frecuencias de los valores de ED50 calculados en los

aislados evaluados para cada uno de los fungicidas.

Gráfico 19. Distribución de frecuencias de los valores de ED50 en los aislados de Cladobotryum

mycophilum estudiados. a) Clortalonil. b) Procloraz-Mn. c) Tiabendazol. d) Metil-tiofanato.

Graph 19. Frequency distribution of ED50 values of the strains studied. a) Chlorothalonil. b)

Prochloraz-Mn. c) Thiabendazole. d) Thiophanate-methyl.

Tanto PCL como TBD y MTF presentan aislados recopilados en 2011 y 2012 en los rangos

de ED50 más altos, lo que indica que en los años más recientes se han detectado aislados menos

sensibles o resistentes a los citados fungicidas, al incrementarse el rango de sensibilidad a los

fungicidas (Gráfico 19a, 19b, 19c). Sin embargo, dos aislados recolectados en 2008 y 2009

Page 114: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

88

respectivamente también han manifestado resistencias al TBD (Gráfico 19c). En el caso de CTL no

se detecta una tendencia de tipo regresivo en cuanto a la sensibilidad al fungicida de los aislados

repecto a su fecha de aislamiento, al contrario, en el rango de ED50 más alto se ha detectado un

aislado cosechado en 2008 (Gráfico 19a).

En el capítulo II las cepas estudiadas genéticamente quedaron enmarcadas en dos clados

diferentes correspondientes a la especie C. mycophillum (Figura 13). Los valores de ED50

calculados, para cada uno de los clados de C. mycophilum indentificados, respecto a los fungicidas

empleados, han sido comparados entre sí tratando de interrelacionar la respuesta al fungicida con su

correspondiente clasificación filogenética. Los valores calculados han sido sometidos a ANOVA, no

registrándose diferencias significativas entre clados en ninguno de los fungicidas (Tabla 15).

Tabla 15. Valores medios de ED50 comparando los dos clados de C. mycophilum

identificados.

Table 15. ED50 mean values of selected fungicides comparing the two clades of C.

mycophilum identified.

Fungicide Clade I Clade II 1

LSD (P<0.05)

n ED50 (µg ml

-1)

n ED50 (µg ml

-1)

2Kruskal-wallis (P<0.05)

Chlorothalonil

16

0.59±0.29

34

0.53±0.21

1F1,48=1.06; P=0.309

Thiophanate-methyl

13

4.49±3.15

29

5.65±3.13

2F1,39=0.10; P=0.74

Prochloraz-Mn

16

0.053±0.054

34

0.03±0.03

1F1,37=0.75; P=0.39

Thiabendazole 16 16.84±32.88 34 18.46±32.34 1F1,39=0.10; P=0.74

1Number of ED50 values considered per clade. 1Normal distribution.2Non normal distribution.

Atendiendo a los aislados que presentan menor sensibilidad a los fungicidas: las cepasCM1

(JQ004734) y CM13 (KP698966) del Clado I y el aislado CM2 (JQ004737) del Clado II presentaron

indicios de resistencias a los bencimidazoles; mientras que los aislados que presentan menor

sensibilidad a PCL, pertenecen ambos al mismo clado: CM12 (KP698965) y CM13 (KP698973)

(Clado II) (Figura 12).

CTL se ha mostrado como el fungicida más tóxico frente a las variedades comerciales de A.

bisporus ensayadas. Presenta un valor de ED50 frente al hospedador del orden de 20 veces inferior al

segundo calculado (PCL) (Tabla 16). Por el contrario, los micelios comerciales analizados resultaron

altamente resistentes a TBD. PCL y MTF, que muestran valores intermedios de ED50, son tolerados

por las variedades de A. bisporus evaluadas. Estos fungicidas no han registrado diferencias

significativas entre ellos (K= 2,56; P=0,11; df=11), pero sí respecto a CTL y TBD, que a su vez

también difieren estadísticamente (K= 16,65; P=0,0; df=20) (Tabla 16).

Los índices de selectividad obtenidos en los experimentos muestran que PCL es la sustancia

activa con mayor selectividad entre patógeno y hospedador. C. mycophilum es altamente sensible a

PCL mientras que A. bisporus muestra síntomas de resistencia al fungicida. TBD muestra también

buena selectividad al patógeno. Por el contrario, MTF es menos selectivo, siendo CTL el fungicida

que claramente presenta la peor selectividad. Los índices de selectividad calculados para los

fungicidas presentan diferencias significativas entre sí (K= 156,72; P=0,0; df=175) (Tabla 16).

Atendiendo a estos resultados, el uso de CTL podría afectar de forma directa al micelio hospedador.

Page 115: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

89

Tabla 16. Selectividad in vitro a los fungicidas entre patógeno y

hospedador.

Table 16. In vitro pathogen/host selectivity of fungicides.

Fungicide ED50 (µg mL

-1) Selectivity

index2

C. mycophilum

A. bisporus

Chlorothalonil

0.54±0.24b1

1.41±0.47a

0.38±0.01d

Thiophanate-methyl

4.47±1.77c

25.58±7.07b

0.17±0.02c

Prochloraz-Mn

0.03±0.02a

20.15±2.94b

0.001±0.01a

Thiabendazole

4.77±1.49c

466.07±170.98c

0.01±0.02b 1Between data in columns followed by the same letter there is not a statistically significant

difference according to Kruskal Wallis test (P>0.05) and Mann-Whitney (Wilcoxon) W test to

compare medians (P>0.05) at the 95.0% confidence level. 2Selectivity index expressed as the ratio between the ED50 mean value of C. mycophilum for

each fungicide with the corresponding ED50 mean value of A. bisporus.

3.2. CONTROL DE TELARAÑA MEDIANTE FUNGICIDAS EN CULTIVOS DE AGARICUS BISPORUS

Durante los ensayos se observaron distintos síntomas asociados a la enfermedad de la

telaraña: manchas de micelio fino algodonoso semejantes a una tela de araña (Figura 17a); masas de

esporulación de color blanco y textura harinosa (Figura 17b); manchas de color marrón y borde mal

definido en los sombreros afectados (Figura 17c) y decoloraciones de borde regular y color amarillo-

grisáceo como consecuencia de la podredumbre del tejido hospedador por el micelio patógeno

(Figura 17d) (Adie, 2000; Adie et al., 2006; Grogan, 2006; Fletcher y Gaze, 2008).

1) En el primer ensayo, ensayo A, el rendimiento registrado en el tratamiento control (C)

fue de 28,9 kg m-2

, o lo que es lo mismo, una eficiencia biológica de 99,9 kg de champiñón por cada

100 kg de compost peso seco (kg dt-1

) (Tabla 17). En casi todos los tratamientos inoculados se

registraron descensos de producción, aunque únicamente se detectaron diferencias significativas

(Kruskal Wallis test (K)=13,94; P=0,03; df=47) entre los tratamientos Control y PCL1 (EB=99,9 y

Figura 17. Sintomatología de la

enfermedad de la telaraña observada

en los ensayos. a) Fase inicial de la

infección. b) Masa de conidios. c)

Manchas marrones de borde mal

definido. d) Manchas regulares de

color amarillo-grisáceo.

Figure 17. Symptoms of cobweb

disease observed in the trials. a) Fluffy

mycelium over casing and fruit bodies.

b) Dense mass of pathogenic conidia.

c) Brown spots with an ill defined

edge. d) Yellow-grey spots with a clear

defined edge.

Page 116: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

90

102,3 kg dt-1

) y los tratamientos TBD y CTL (EB=84,4 y 79,6 kg dt-1

), con descensos del 15-20%

(Tabla 17).

A lo largo de las tres floradas los diferentes tratamientos mostraron producciones

comparables, aunque se detectaron descensos estadísticamente significativo (Tabla 17): en la primera

florada TBD (10,4 kg m-2

) registra un rendimiento significativamente menor a MTF (12,0 kg m-2

); en

la segunda florada el tratamiento menos productivo fue CTL (7,1 kg m-2

), mostrando diferencias

significativas con casi todos los tratamientos, con la excepción de PCL2; y en la tercera florada

vuelve a ser TBD (4,4 kg m-2

) el que se diferencia estadísticamente de PCL1 (7,7 kg m-2

).

Tabla 17. Producción (kg m-2

) y eficiencia biológica, BE (kg dt-1

), del cultivo en el ensayo A.

Table 17. Mushroom production (kg m-2

) and BE (kg dt-1

) along the trial A.

Treatment

1st flush (kg m

-2) 2

nd flush (kg m

-2) 3

rd flush (kg m

-2) Total (kg m

-2)

BE (kg dt

-1)

*Control

11.2±1.0ab 10.7±2.9a 7.0±1.6ab 28.9±2.3a

99.9±8.0a

CI

11.0±1.1ab 10.0±1.5a 5.8±2.9ab 26.9±3.7abc

92.8±12.9abc

TBD

10.4±0.7b 9.6±1.6ab 4.4±3.5b 24.4±4.8bc

84.4±16.5bc

PCL1

11.5±1.0ab 10.4±1.2a 7.7±1.5a 29.6±1.0a

102.3±3.3a

PCL2

11.6±1.2ab 7.9±1.2bc 7.0±1.2ab 26.5±2.9abc

91.6±10.2abc

CTL

11.1±1.5ab 7.1±2.5c 4.8±3.9ab 23.0±5.9c

79.6±20.3c

MTF

12.0±1.5a 9.3±1.3ab 5.6±3.3ab 26.9±3.1ab

92.8±10.7ab *Mean values followed by equal letters in the columns, are not significantly different according to Fisher´s LSD

(least significant difference) at P= 0.05.For those groups that had non-normal distribution, Kruskal-Wallis test has

been used to establish significant differences by comparing medians at the 95.0% confidence level(P<0.05).

En este primer ensayo la precocidad de la enfermedad, es decir, el día cuando detectó por

primera vez, fue de 21 días tras la cobertura, es decir, al inicio de la cosecha de la primera flor (F1);

en este momento solo 1 bloque del tratamiento TBD estaba afectado. Durante la primera florada

(hasta el día 25 del ciclo), la incidencia de la enfermedad siguió aumentando, afectando a algunos

bloques de los tratamientos CTL y MTF (Tabla 18). La Tabla 18 recopila precocidad de la infección

(en días tras cubrir) y número de bloques afectados al final del ciclo de cultivo en el ensayo A.

Tabla 18. Precocidad de la telaraña y número de bloques infectados al

final del ciclo de cultivo (%). Ensayo A.

Table 18. Earliness of cobweb and number of infected blocks at the end

of the crop cycle (%). Trial A.

Treatments *Earliness (days)

No of infected blocks (%)

CI 28

5 (83%)

TBD 21

6 (100%)

PCL1 37

3 (50%)

PCL2 33

1 (17%)

CTL 23

6 (100%)

MTF 24

3 (50%) *Earliness: days after casing.

El número de cajas afectadas aumentó progresivamente en TBD y CTL, mientras que este

avance fue menos evidente en el tratamiento MTF. Por otra parte, en los tratamientos en que se

aplicó procloraz-Mn (PCL1 y PCL2) la aparición de telaraña se retrasó prácticamente hasta la tercera

florada (días 37 y 33 del ciclo). Al final del ciclo de cultivo, el 83% de las cajas del tratamiento CI, el

Page 117: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

91

100% de TBD, el 50% de PCL1, el 17% de PCL2, el 100% de CLT y el 50% de MTF estaban

infectados por telaraña (Tabla 18). En este ensayo, al igual que en el ensayo B descrito

posteriormente, los bloques control no inoculados manifestaron la enfermedad, como consecuencia

de una contaminación cruzada. La telaraña se detectó durante la tercera florada, alcanzando al final

del ciclo un 20% de la superficie total del control no inoculado.

La Gráfica 20a muestra, para cada tratamiento del ensayo A, la superficie afectada al

finalizar la cosecha de cada una de las tres floradas. Esta evolución se recoge con más detalle (día a

día) en la Gráfico 24a del anexo.

Como se observa, la superficie final colonizada por el patógeno fue mayor en aquellos

tratamientos que manifestaron antes la enfermedad, como es el caso de CTL y TBD, que alcanzaron

niveles del 60% y 67,5% respectivamente al final de la tercera florada. En el caso del tratamiento

MTF, la progresión fue mucho más lenta, afectando al 27% de la superficie cultivada. En el

tratamiento CI, la superficie afectada alcanzó el 35% al finalizar la 3ª florada. Por último, en los

tratamientos en que la enfermedad apareció más tarde (PCL1 y PCL2) la superficie afectada fue

claramente inferior, con un 4,5 y 12,5% afectado, respectivamente (Gráfico 20a). La progresión de la

enfermedad siguió mientras se prolongó el ciclo, aumentando la superficie colonizada por telaraña

hasta la retirada de las cajas de cultivo (Anexo, Gráfico 24a).

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

C CI TBD PCL1 PCL2 CTL MTF

F1 F2 F3

Cro

psu

rface

colo

niz

ed b

y c

ob

web

(%

)

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

C CI TBD PCL1 PCL2 CTL MTF

F2 F3

Cro

psu

rface

colo

niz

ed b

y c

ob

web

(%

)

a

b

Gráfico 20. Superficie de cultivo

colonizada por telaraña a lo largo del

ciclo. a) Ensayo A. b) Ensayo B. F1: final primera flor; F2: final segunda flor;

F3: final tercera flor. Graph 20. Crop surface colonized

by cobweb along the crop cycles. a)

Trial A. b) Trial B. F1: end of the first flush; F2: end of second

flush; F3: end of third flush.

Page 118: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

92

En este primer ensayo se han registrado diferencias de rendimiento estadísticamente

significativas entre el tratamiento PCL1 (el más productivo) y TBD y CTL (menos productivos)

(Tabla 17). En el tratamiento PCL1 se obtuvo una producción comparable al tratamiento C por lo

que la eficacia del fungicida para prevenir descensos de rendimiento puede ser considerada del

100%, sin embargo, TBD y CTL presentaron producciones inferiores al CI, por lo que no resultaron

eficaces. Por otro lado, al final de la tercera florada, tanto el tratamiento TBD como el CTL

presentaban gran parte de su superficie de cultivo colonizada por la enfermedad (67,5% y 60%

respectivamente), muy superior a la superficie afectada en el tratamiento CI, mientras que el

tratamiento PCL1 únicamente presentaba infección en el 4,5% de la superficie (incluso inferior a la

superficie afectada del bloque C, no inoculado). Es decir, TBD y CTL no resultan eficaces en el

control de la superficie afectada, mientras que PCL1 es eficaz al 93,5% para prevenir la colonización

de la superficie por telaraña al final de la tercera florada (Tabla 19).

Table 19. Eficacia (%) de los tratamientos

en el control de la telaraña al final de la

tercera flor.

Table 19. Effycacy (%) of treatments to

control cobweb disease in A. bisporus crops

at the end of 3rd flush. Trial A.

Treatment

Yield

1 Surface

2

TBD

0 0

PCL1

100 93.5

PCL2

0 59.9

CTL

0 0

MTF

0 13.1

2) En el ensayo B no se detectaron diferencias significativas en la producción recolectada en

las sucesivas floradas ni en la EB del cultivo entre los distintos tratamientos fungicidas y los

controles (K=7,29; P=0,29; df=47) (Tabla 20).

Tabla 20. Producción (kg m-2

) y eficiencia biológica, BE (kg dt-1

), del cultivo en el ensayo B.

Table 20. Mushroom production (kg m-2

) and BE (kg dt-1

) along the trial B.

Treatment

1st flush (kg m

-2) 2

nd flush (kg m

-2) 3

rd flush (kg m

-2) Total (kg m

-2)

BE (kg dt

-1)

*Control

6.6±1.6 12.8±4.4ab 6.9±1.1 26.3±2.6

99.0±10.6

CI

6.8±1.3 11.8±2.1bc 6.0±0.5 24.5±1.7

92.5±12.9

TBD

6.7±1.4 11.5±1.9bc 7.0±0.9 25.1±2.2

94.7±20.2

PCL1

6.8±0.5 13.0±0.4ab 7.3±1.4 27.2±2.8

102.5±12.8

PCL2

7.9±1.7 12.8±1.6ab 6.8±1.9 26.5±2.7

99.7±5.3

CTL

7.4±0.6 10.3±1.8c 7.0±3.3 24.7±4.9

92.9±3.9

MTF

6.7±2.1 14.1±1.9a 7.2±1.3 28.0±2.6

105.4±8.3 *Mean values followed by equal letters in the columns, are not significantly different according to Fisher´s LSD

(least significant difference) at P= 0.05.For those groups that had non-normal distribution, Kruskal-Wallis test has

been used to establish significant differences by comparing medians at the 95.0% confidence level(P<0.05).

La presencia de telaraña en el cultivo se detectó al final de la segunda flor (día 32), en un

bloque del tratamiento CI (control inoculado) (Tabla 21). Posteriormente, al inicio de la tercera flor

(día 35 tras aplicar la cobertura) la enfermedad se manifestó en algunos bloques más,

Page 119: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

93

generalizándose al final de esta flor en todos los tratamientos. Esta tardía expresión de la enfermedad

ha condicionado el descenso de rendimiento ocasionado por la telaraña, que fue apenas perceptible,

como refleja la ausencia de diferencias significativas entre los bloques (Tabla 20). Al final del ciclo

de cultivo,en el día 44 tras la cobertura, el 67% de los bloques del CI, 83% de TBD, 67% de PCL1,

33% de PCL2, 33% de CLT y 83% de MTF presentaban infección por telaraña (Tabla 21). En este

segundo ensayo, el 33% de los bloques control no inoculados presentaron síntomas de infección.

La Tabla 21 recopila la precocidad de la infección (en días trascubrir) y el número de

bloques afectado tras la cosecha de la tercera florada en los tratamientos inoculados en el ensayo B.

Tabla 21. Precocidad de la telaraña y número de bloques

infectados al final del ciclo de cultivo (%). Ensayo B.

Table 21. Earliness of cobweb and number of infected

blocks at the end of the crop cycle (%). Trial B.

Treatments *Earliness (days)

No of infected blocks (%)

CI 32

4 (67%)

TBD 35

5 (83%)

PCL1 39

4 (67%)

PCL2 35

2 (33%)

CTL 35

2 (33%)

MTF 39

5 (83%) *Earliness: days after casing.

El Gráfico 20b muestra el valor medio de la superficie afectada por la enfermedad a lo largo

de la cosecha en los tratamientos aplicados en el ensayo B. La evolución de la superficie colonizada

por la enfermedad a lo largo del ciclo de cultivo sigue un patrón común al igual que en el ensayo A,

incrementándose conforme avanza el ciclo (Anexo, Gráfico 24b). Debido a la tardía aparición de la

enfermedad en este ensayo la superficie colonizada por telaraña al final de la tercera flor no fue muy

significativa. El tratamiento CI resultó el más afectado con el 13% de la superficie colonizada por

telaraña. En el resto de tratamientos la superficie invadida fue: 0,3% en MTF; 8,1% en TBD; 5.2%

en CTL; 3,6% en PCL2 y 0,3% en PCL1. Se ha observado que la superficie colonizada por telaraña

sigue aumentando conforme avanza el ciclo de cultivo, siendo significativo el impacto de la

enfermedad una vez cosechada la 3ª flor. El ensayo se prolongó hasta la cuarta flor para analizar la

evolución de la enfermedad en la superficie de cultivo. La telaraña llegó a colonizar el 18% del C,

47,5% de CI, 35% de TBD, 26% de PCL1, 23% de PCL2, 9,2% de CTL y 40% de MTF,

previamente a la retirada del sustrato agotado.

Como ya ha sido comentado anteriormente, en este segundo ensayo donde la aparición de la

enfermedad fue muy tardía, no se registraron diferencias de rendimiento estadísticamente

significativas entre tratamientos (Tabla 20). Al finalizar la tercera flor la superficie de cultivo

invadida por la enfermedad en todos los tratamientos fue también reducida, con un porcentaje de

infección en superficie inferior al 13% (CI) (Gráfica 20b). Sólo los bloques TBD y CTL muestran

una infección de cierta consideración en superficie, en comparación con el control inoculado: 8,1 y

5,2% respectivamente, registrando una eficacia más reducida que el resto para prevenir la

colonización de la superficie por el patógeno. Los valores de eficacia obtenidos son comparables por

el impacto reducido de la telaraña aun cuando los valores absolutos (datos no mostrados) difieren. En

este ensayo debido a la dispersión de datos y la baja tasa de infección registrada expuesta en los

Page 120: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

94

resultados, no es posible extraer conclusiones en términos de eficacia de los tratamientos para

prevenir y controlar la telaraña.

4. DISCUSSION

4.1. IN VITRO SENSITIVITY OF CLADOBOTRYUM MYCOPHILUM AND AGARICUS

BISPORUS TO FUNGICIDES

C. mycophilum showed the highest sensitivity towards prochloraz-Mn. ED50 values

calculated for the two benzimidazole fungicides tested (thiophanate-methyl and thiabendazole) are

higher; they do not present statistical significant differences between them, although they differ

statistically with prochloraz-Mn and chlorothalonil. Several researchers have previously reported the

low sensitivity of the pathogen towards benzilmidazole fungicides, as well as the occurrence of

resistance symptoms (Grogan y Gaze, 2000; McKay et al., 1998). Dactylium dendroides resistance

to thiophanate-methyl and thiabendazole was already reported in England in 1983 (Lockley and

Gay, 1983). A previous in vitro assay revealed the ability of all the Cladobotryum spp. isolates

evaluated to tolerate thiophanate-methyl (Potočnik et al., 2008). Looking for the reasons of a

cobweb epidemy in Australia, all the Cladobotryum spp. isolates tested were resistant to

thiabendazole (Fletcher et al., 2004). C. mycophilum isolates resistant to thiophanate-methyl have

been also described in USA, the majority of them also manifested resistance against thiabendazole.

In addition, the authors showed that older isolates tested were more sensitive to thiabendazole and

thiophanate-methyl; this shift in fungicide sensitivity of C. mycophilum is associated with an

outbreak of cobweb on Pennsylvania farms (Beyer y Kremser, 2004). Accordingly to these results,

during our study isolates resistant to thiabendazole and thiophanate-methyl have been detected

among the isolates collected in recent years (2011 and 2012).

Since the resistance to benzimidazole fungicides in C. dendroides is characterized by a

point mutation causing an amino acid substitution (McKay et al., 1998), it is plausible that some of

the strains that show symptoms of resistance towards thiabendazole, according to Grogan and Gaze

(2000), could be also resistant to thiophanate-methyl, as evidenced by the strains CM13 (KP698966)

and CM24 evaluated in this study. These strains that exhibited reduced sensitivity to benzimidazole

fungicides, and can be considered as resistant (Grogan and Gaze, 2000), showed the highest

sensitivity to prochloraz-Mn.

Two isolates [CM12 (KP698965) and CM14 (KP698967)] were also slightly more tolerant

to prochloraz-Mn than average response. These were curiosly collected in 2011 and 2012, which

could indicate that among the youngest strains evaluated there are some of them less sensitive to

prochloraz-Mn. This is consonant with other studies that reported some degree of tolerance among

Cladobotryum spp. isolates to prochloraz-Mn (Grogan et al., 1996; Grogan y Gaze, 2000; Fletcher y

Gaze, 2008), although the isolates tested by Grogan and Gaze (2000) to check symptoms of

resistance in Cladobotryum to prochloraz ranged from 0.14 to 7.8 μg mL-1

, while our isolates range

from 0.001 to 0.214 μg mL-1

. The in vitro response of the isolates tested against prochloraz-Mn was

quite scattered, indicating a potential threat of resistant strains to the fungicide, which must be

Page 121: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

95

considered as a challenge. These findings coincide with the results obtained by previous works.

Lane et al. (1991) showed variations in the sensitivity of Dactylium dendroides to prochloraz-Mn.

Sensitive strains of Cladobotryum dendroides to prochloraz-Mn were also reported in Australia

(with ED50<2 μg mL-1

), although their sensitivity varied with the farm, in one of the farms tested

isolates which showed ED50>2 μg mL-1

where also detected (Fletcher et al., 2004). A survey of

fungicide resistance among C. dendroides and C. mycophilum Type I and II showed variable ED50

values for prochloraz-Mn (Grogan y Gaze, 2000). Since some tolerance to the active ingredient has

been detected in the trials, this product should be applied responsibly.

The ED50 values obtained for chlorothalonil are very homogeneous; all the isolates have

been susceptible to the fungicide, despite the mean value of ED50 is greater than the calculated for

prochloraz-Mn. Our results are in consonant with Potočnik et al. (2009c), who pointed out the good

toxicity achieved with chlorothalonil against Serbian isolates of C. dendroides. Beyer and Krenser

(2004) observed that an older isolate of C. mycophilum Type II, tested against chlorothalonil, was

more tolerant when compared to younger isolates, they suggest that the fungicide torerance of this

pathogen has changed. This is consonant with our observations, in this work one of the oldest

isolates tested, collected in 2008, showed the highest ED50 (the least sensitive).

Selectivity indexes obtained in the experiments prove that prochloraz-Mn is the active

substance with the highest selectivity between pathogen and host among the evaluated. Somewhat in

line with the results obtained by Potočnik et al. (2009a), who reported the good selectivity of

prochloraz-Mn to cope with Cladobotryum dendroides isolates. Thiabendazole also shows an

adequate selectivity towards the pathogen; its reduced toxicity to the host along with the fact of its

high persistence in the casing layer (Grogan y Jukes, 2003) are positive aspects of this fungicide to

consider against sensitive strains, although the ED50 and FR values calculated for thiabendazole

were the highest. So far, for example, a wild-type C. mycophilum was efficiently controlled by

thiabendazole in vivo (Grogan, 2006). Accordingly to Grogan and Gaze (2000), isolates which are

only weakly-resistant to thiabendazole, such as C. mycophilum, may well be controlled by this

fungicide. Chlorothalonil displayed the worst selectivity among the evaluated substances, being

significantly greater its toxicity in vitro against A. bisporus in respect to the other fungicides. These

results are in agreement with the obtained by Potočnik et al. (2009b), who analyzed the in vitro

sensitivity of fungicides against two commercial strains of A. biporus, reporting that chlorothalonil

showed more toxicity than prochloraz and thiophanate-methyl. So, the use of this fungicide could

retard or, in some degree, diminish the production. This result also agrees with the expressed by

other authors in respect to the moderate mycotoxicity of chlorothalonil towards A. bisporus

(Fletcher, 2002; Beyer y Kremser, 2004).

4.2. COBWEB CONTROL BY FUNGICIDES IN AGARICUS BISPORUS CROPS

Disease patches over the casing layer, when not properly treated, tend to grow radially

outwards and to colonize larger crop surface. Punctual outbreaks have been controlled effectively by

placing a damp paper over the patch and spreading salt on the affected area, sealing the edges of the

covered area at first to prevent the spread of pathogenic conidia. This will avoid sporulation and

disrupt the pathogen growth (Fletcher y Gaze, 2008; Adie, 2000). As cited previously in this working

memory, currently it is not recommended to apply salt over the patches of disease, since there could

Page 122: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

96

be food safety implications; instead, only a thick damp paper over the punctual patches is

recommended to prevent the spread of the harmful conidia (Pyck y Grogan, 2015).

However, the presence of cobweb in non-inoculated blocks during our trials showed that it

took place a cross contamination from inoculated blocks. This could be a result of the experimental

design; since the cobweb patches behavior was analyzed for 24h after detection. Subsequently they

were covered, but some of them showed significant sporulation already when treated. So, these

conidia could have been released and disseminated through the mushroom growing room to form

secondary colonies in non-inoculated control blocks. In accordance with Grogan (2006) it is very

difficult to control cross-contamination in vivo when working with C. mycophilum. The presence of

pathogenic conidia in air was also noticed because of the spotting symptoms observed along the

cycle. Some mushrooms exhibited lesions and spots due to the germination of harmful conidia in the

cap surface, these mushrooms were rejected to determine the crop yield (Fletcher and Gaze, 2008).

The nature of the substrates and casing material employed (as proved in pathogenicity trials. Chapter

IV) ensures that they were free of disease once introduced in the mushroom units previously to

artificial inoculation.

Cobweb disease became widespread at the end of the cycle, when every treatment showed

infection in some of the blocks. The evolution of the crop surface colonized by the pathogen

displayed a progressive pattern along the crop cycle (Annex, Graph 24). The earlier the precocity of

the infection, the larger was the crop surface colonized. In each of the trials, those treatments that

showed an earlier infection resulted in greater crop surface infected at the end of the crop cycle. In

agreement with McKay et al. (1999) if an early infection is inadequately controlled the disease

becomes more dangerous.

In both trials the crop surface affected within the inoculated control was very significant.

While, in treatments where fungicides have been applied, it is remarkable the very poor control

achieved in both assays by using thiabendazole. This aspect could be intrinsically related to the

pathogen ability to generate resistance towards thiabendazole, as stated the high number of C.

mycophilum isolates that have been previously reported as highly tolerant to thiabendazole (Grogan y

Gaze, 2000; Beyer y Kremser, 2004). It is also important to remark that in agreement with previous

reports, thiabendazole seems to act rather as a fungistatic chemical and not so much as a fungicide

(Sokolski, 1981; Eicker, 1984). Thiabendazole does not show toxicity against A. bisporus, no effect

on production was noted when the phytotoxic effect of this fungicide on mushroom mycelium was

evaluated, owing to its specific mode of action (Rucklidge, 1978; Navarro et al., 2011), so yield

losses are due to the disease impact but to the action of the fungicide over the host.

The PCL1 treatment has been proved as the most effective to control the cobweb by

preventing crop surface colonization. Prochloraz-Mn appears to be non-toxic against A. bisporus at

the application rates. A previous work has reported that this fungicide does not have mycotoxic

effects on yield of A. bisporus hybrid strain Silvan A15 when incorporated into casing or applied as a

drench (Shamshad et al., 2009). However, toxicity of prochloraz-Mn against the host mycelium has

been noted, with yield losses of around 10%, as well as with thiophanate-methyl (Navarro et al.,

2011). MTF, which was the least effective treatment in the second trial, has showed more efficiency

than TBD and CTL during the first. On the contrary, CTL was very inefficient in both trials. When

the toxicity of CTL against the host mycelium has been evaluated, losses up to 7% have been

registered (data non published).

Page 123: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

V. Control químico

97

Despite BE of the crop in trial B did not showed significant differences between treatments,

CTL treatment recorded the smallest BE among fungicide treatments in trial A, where significant

differences have been detected. This suggests that the lowest specificity of this product could have

conditioned the mushroom production (Fletcher, 2002; Beyer y Kremser, 2004). Since chlorothalonil

is a broad-spectrum protectant fungicide, it can definetly act against the host mycelium (Gandy and

Spencer, 1978). Non-inoculated controls together with PCL1 have shown the highest BE values, with

significant differences in trial A in respect to CTL and TBD, the two least productive treatments. As

Gogran (2006) reported, prochloraz-Mn is effective to control cobweb growth on the casing, both

thiabendazole sensitive and thiabendazole resistant strains, although prochloraz-Mn was not effective

to control spotting symptoms.

Regarding efficacy of the fungicides, the first trial, where disease precocity and incidence

was higher, showed that PCL1 was efficient to control the disease both in production and colonized

surface, while on the other hand TBD and CTL remained inefficient to control the pathology.

Sensitivity to fungicides is generally higher in vitro than in vivo. Problems with mushroom

mycelium growth caused by fungicide residues in casing layer have to be taken seriously (Potočnik

et al., 2009b). By using so few fungicides, the pathogens are constantly subjected to the same

chemicals and the success of a pathogen to develop resistance through mutation increased (Fletcher

and Jaffe, 1993). It is necessary to highlight the importance of a correct use of available substances

to prevent resistance occurrence, combining fungicides application with a correct management of

hygiene and disinfection within mushroom facilities to accomplish an integrated control of cobweb

disease.

Page 124: Estudio de la telaraña del champiñón causada por
Page 125: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Conclusion

99

COnCLUSIONs

The main conclusions obtained in this Doctoral Thesis are:

Cobweb disease usually appears in Spanish button mushroom crops when they age. Crops in the

third flush are much more likely to express the infection than those of the second and first flushes.

An early occurrence can lead to a widespread infection at the end of the crop cycle. The pathology

may appear at any time during the year although its presence and severity are higher in autumn

and winter than in spring and summer; it is especially common in autumn. No significant

differences were registered as regard the disease´s emergence when checking the casing materials

analyzed during the field sampling.

Morphological, molecular and phylogenetic characterisation of studied isolates, the absence of the

characteristic camphor odour when planted on PDA, and the fact that some of the isolates tested

showed symptoms of resistance to benzimidazole fungicides, strongly suggests that the specimens

belong to the species described as Cladobotryum mycophilum and Cladobotryum mycophilum

Type II.

The pathology described in this thesis causes losses of production at the affected facilities, losses

increasing as the disease spreads. If an outbreak is not controlled properly, it grows radially

outwards in such a way that it can colonize a large crop surface and adjacent carpophores.

The progressive replacement of traditional casing materials by peat-based casings could have

caused a spike of cobweb disease. A higher moisture degree favours pathogenic spore germination

and the rapid development of the disease. The research shows that peat-based casing, with its

higher water holding capacity, is more prone to suffer cobweb.

Prochloraz-Mn, currently the most widely used fungicide to prevent cobweb by the mushroom

industry, was the most effective at controlling cobweb disease during the trials conducted.

If the patches of disease are not treated as soon as they are detected, they will sporulate profusely,

generating harmful conidia that can be distributed throughout the farm, producing secondary points

of infection and spotting the surface of carpophores, resulting in production losses and crop

depreciation.

In this work different degree of sensitivity to prochloraz-Mn has been detected. The reduced range

of active substances approved to fight the pathology in question, as well as the recalcitrant use of

prochloraz-Mn to cope with the major fungal diseases of button mushroom may transform these

pockets of resistance into real threats. Indeed, the emergence of resistant strains has been

detected in this work, since some of the isolates showed resistance symptoms to the

benzimidazole fungicides analyzed. These isolates resistant to the bencimidazole fungicide

should be classified as Cladobotryum mycophilum Type II.

Page 126: Estudio de la telaraña del champiñón causada por
Page 127: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

ANEXO

Page 128: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

102

1. TÉCNICAS DE AISLADO Y CONSERVACIÓN

Los 25 aislados de Cladobotryum mycophilum empleados en esta memoria fueron reaislados

a partir de cuerpos fructíferos infectados o manchas de telaraña registradas sobre la cobertura en

cultivos comerciales de la comarca de La Manchuela (Castilla-La Mancha) y de La Rioja.

a) Cuerpos fructíferos: En cultivos comerciales se han recolectado carpóforos con síntomas de

infección. Los cuerpos fructíferos seleccionados se lavan superficialmente con agua para

eliminar los restos de cobertura e impurezas. En cabina de flujo laminar se toma la muestra

empleando un bisturí convenientemente esterilizado. Tomar pequeñas porciones (aprox. 2x5x5

mm) de la zona que presenta síntomas de infección, sembrando las muestras en medio de

cultivo agar-patata dextrosa (PDA) dispensado en placas Petri de 90 mm de diámetro.

b) Manchas sobre la cobertura: Mediante una espátula se retira en bandejas de polietileno el

fragmento de cobertura donde se encuentra la mancha, que preferiblemente debe presentar

buena esporulación. Se toman las muestras en cabina de flujo laminar utilizando un asa de

siembra convenientemente esterilizada. Por contacto se transfieren esporas y micelio de la zona

superficial del hongo, evitando la cobertura, a placas Petri con medio PDA

Las placas se sellan con Parafilm® (Pechiney Plastic Packaging Company, Chicago,

Illinois, EE.UU) para prevenir la desecación del medio y se incuban a 22ºC en oscuridad.

Los aislados se han conservado en cámara de cultivo, en oscuridad a 22ºC. Se replican

periódicamente en una nueva placa, empleando medio PDA, cada 15 días. El replicado se realiza

tomando pequeños fragmentos de medio, de la zona externa de la placa, que son transferidos a una

nueva placa enfrentando la superficie donde ha crecido el hongo con el medio de la placa nueva.

También puede replicarse la cepa transfiriendo con un asa de siembra parte de los conidios o

fragmentos de micelio a la nueva placa.

Cada uno de los aislados se conserva también en tubo. Para ello se rellenan tubos de ensayo

de vidrio esterilizados y rellenados con medio PDA estéril, preparado según se ha descrito con

anterioridad. Los tubos se rellenan hasta 3 o 4 centímetros por debajo de la boca y se dejan

solidificar inclinados para aumentar la superficie disponible para el crecimiento del hongo.

Sembramos los tubos con asa de siembra estéril en cabina de flujo laminar. Se seleccionan para ello

placas madre con 5 días de antigüedad y un crecimiento normal de las que se toman pequeños

fragmentos de micelio o esporas procurando evitar transferir el medio de cultivo. Los tubos se sellan

con Parafilm® (Pechiney Plastic Packaging Company, Chicago, Illinois) y se dejan crecer en cámara

de cultivo a 22ºC y oscuridad. Cuando el micelio ha colonizado el medio del tubo y se observa

esporulación se aplica una cobertura de 2 o 3 cm de aceite de vaselina (Panreac®, Castellar del

Vallès, Barcelona, España) estéril (se esteriliza en autoclave durante 2 horas a 121ºC) y se sellan

nuevamente los tubos con Parafilm®. Los aislados en tubo se conservan refrigerados en nevera a 2ºC

y se replican a los 6 meses.

Los aislados también se han conservado en solución de glicerol al 10%. Para ello se rellenan

tubos criogénicos de 2 mL con la solución estéril de glicerol al 10% (en autoclave a 121ºC y 1 at

durante 20 min). En cada tubo se aplica 1 mL de glirerol al 10% y se introducen pequeños

fragmentos de la parte externa de la colonia de C. mycophilum con 5 días de antigüedad crecida en

Page 129: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

103

PDA. Los aislados se conservan en nitrógeno líquido, congelador de -70 o -80ºC o bien en nevera a

2ºC. Se replican a los 6 o 12 meses. Para ello se vacía el contenido del tubo en una placa con PDA y

se retira el glicerol con una pipeta, incubando a continuación la colonia.

Tanto el aislado como el replicado y conservación de los especímenes debe realizarse en

cabina de flujo laminar convenientemente esterilizada. El material empleado para la manipulación

del hongo debe ser igualmente estéril. Es conveniente emplear un mechero de alcohol en la cabina de

cultivo para facilitar una atmósfera libre de potenciales agentes contaminantes.

Medios de cultivo empleados

- PDA: Este medio de cultivo se ha empleado fundamentalmente para el crecimiento, conservación y

evaluación de los distintos aislados de C. mycophilum estudiados. 30 g de agar-patata dextrosa

(PDA; Oxoid, Basingstoke, Inglaterra) disueltos en un litro de agua destilada. Los medios fueron

esterilizados en autoclave a 121ºC y 1 atmósfera de presión durante 20 min. Posteriormente se

dispensaron en las placas Petri de 90 mm de diámetro tras enfriarlos hasta 40-50 ºC.

- MEA+fungicida: Este medio de cultivo fue utilizado para realizar los ensayos de sensibilidad in

vitro de C. mycophilum frente a los distintos fungicidas evaluados. 5 g de extracto de malta (ME;

Oxoid, Basingstoke, Inglaterra) + 10 g de agar (Agar Technical (Agar nº3); Oxoid, Basingstoke,

Inglaterra) + 0,5 L de agua destilada. Los medios fueron esterilizados en autoclave a 121ºC y 1

atmósfera de presión durante 20 min., y una vez enfriados, en torno a 40 ºC se añadió la

concentración de fungicida adecuada para obtener las concentraciones finales requeridas. A las

placas control se les añadió agua destilada estéril. Tras agitación magnética intensa los medios

fueron dispensados en placas Petri tipo canadiense (con marca de cruz) de 90 mm de diámetro.

- Agar compost+fungicida: El medio agar compost fue el empleado para realizar los ensayos de

sensibilidad in vitro del hospedador, A. bisporus, frente a las sustancias activas evaluadas, así como

para el crecimiento y conservación de las variedades empleadas en el estudio. 50 g en peso seco de

compost germinado y triturado (el compost frescose introduce en una estufa a 60ºC durante 12 horas

y se tritura en un molinillo eléctrico hasta obtener un polvo homogéneo) para un litro de agua

destilada. Se esteriliza la mezcla en autoclave a 121ºC y 1 atmósfera de presión durante 20 minutos.

Posteriormente tras dejar decantar el compost se filtra el sobrenadante dos veces a través de doble

capa de muselina y enrasamos a un litro con agua destilada. El medio se prepara añadiendo 20 g de

agar (Agar Bacteriológico (Agar Nº. 1); Oxoid, Basingstoke, England) por cada litro de extracto

acuoso de compost. Los medios se esterilizan nuevamente en autoclave a 121ºC y 1 atmósfera de

presión durante 20 min., y una vez enfriados, en torno a 40 ºC, se añade la concentración de

fungicida requerida.

Page 130: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

104

2. INCIDENCIA

2.1. Instalaciones visitadas

Figura 18. Locales tradicionales

para cultivo de champiñón en

Castilla-La Mancha.

Figure 18. Traditional facilities

for mushroom cultivation in

Castilla-La Mancha.

Figura 19. Invernaderos para

cultivo de champiñón.

Figure 19. Plastic tunnels for

mushroom cultivation.

Page 131: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

105

Figura 20. Naves industrials para cultivo de champiñón.

Figure 20. Industrial buildings for mushroom cultivation.

Figure 21. Instalaciones tipo holandés de paneles aislantes tipo sandwich..

Figure 21. Dutch design, made from isolating panels.

Page 132: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

106

2.2. Registro metereológico durante el muestreo

Gráfico 21. Condiciones climáticas registradas en la comarca durante el periodo de muestreo. Datos

provistos por la estación meteorological del CIES (Quintanar del Rey). a) Temperatura media (ºC). b)

Humedad relativa (%). c) Precipitación acumulada (mm). d) Velocidad del viento (m s-1).

Graph 21. Weather conditions recorded in the region during the sampling period. Data provided by

the weather station of the CIES (Quintanar del Rey). a) Average temperature (ºC). b) Relative humidity

(%). c) Accumulated precipitation (mm). d) Wind speed (m s-1).

0

10

20

30

40

50

60

70

80

0

5

10

15

20

25

30

Autumn Winter Spring Summer Autumn Winter Spring Summer

2011-2012 2012-2013

a) Average temperature b) Relative humidity

Av

era

ge

tem

per

atu

re (

ºC) R

elativ

e hu

mid

ity (%

)

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

0

50

100

150

200

250

Autumn Winter Spring Summer Autumn Winter Spring Summer

2011-2012 2012-2013

c) Accumulated precipitation d) Wind speed

Acc

um

ula

ted

pre

cip

ita

tio

n (

mm

)W

ind

speed

(m/s)

(CIES, Quintanar del Rey)

(CIES, Quintanar del Rey)

Page 133: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

107

2.3. Análisis de datos

Tabla 22. Datos del muestreo. Número de puntos de muestreo registrados atendiendo a cada factor evaluado.

Table 22. Sampling data. Number of sampling points regarding each of the factors considered.

1ª FLUSH 2ª FLUSH 3ª FLUSH TOTAL TOTAL

1Abs.

2Pres. TOTAL

Abs. Pres. TOTAL

Abs. Pres. TOTAL

Abs. Pres.

201

1-2

012

AUTUMN Mineral

10 2 12

11 5 16

5 23 28

26 30 56

66

254

Peat

1 1 2

3 1 4

3 1 4

7 3 10

WINTER Mineral

21 3 24

14 9 23

9 21 30

44 33 77

81 Peat

2 0 2

0 0 0

0 2 2

2 2 4

SPRING Mineral

12 2 14

13 2 15

7 7 14

32 11 43

55 Peat

5 0 5

3 0 3

2 2 4

10 2 12

SUMMER Mineral

6 0 6

5 3 8

4 6 10

15 9 24

52 Peat

8 0 8

7 0 7

4 9 13

19 9 28

20

12-2

01

3

AUTUMN Mineral

7 1 8

15 3 18

11 9 20

33 13 46

73

253

Peat

7 1 8

2 7 9

3 7 10

12 15 27

WINTER Mineral

12 0 12

9 1 10

6 10 16

27 11 38

56 Peat

2 0 2

7 2 9

4 3 7

13 5 18

SPRING Mineral

8 1 9

4 0 4

9 1 10

21 2 23

64 Peat

14 0 14

12 1 13

9 5 14

35 6 41

SUMMER Mineral

7 0 7

3 2 5

5 0 5

15 2 17

60 Peat

12 0 12

12 2 14

8 9 17

32 11 43

TOTAL Mineral

83 9 92

74 25 99

56 77 146

213 111 337

507 Peat 51 2 53 46 13 59 33 38 71 130 53 183

1Abs.: Absence of disease in crop.

2Pres.: Presenceof disease in crop

Page 134: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

108

2.4. Severidad estacional de la infección

50%

24%

12%

8%

6%

AUTUMN 2011/12: 66 crops

0 1 2 3 4

62%16%

7%

11%

4%

AUTUMN 2012/13: 73 crops

0 1 2 3 4

a

71%

11%

9%

7% 2%WINTER 2012/13: 56 crops

0 1 2 3 4

b

57%

18%

15%

5%

5%

WINTER 2011/12: 81 crops

0 1 2 3 4

76%

14%

2%4% 4%

SPRING 2011/12: 55 crops

0 1 2 3 4

87%

8%5%

SPRING 2012/2013: 64 crops

0 1 2 3 4

c

76%

14%

2% 4%4%

SUMMER 2011/12: 52 crops

0 1 2 3 4

78%

15%

5%

2%SUMMER 2012/13: 60 crops

0 1 2 3 4

d

Gráfico 23. Severidad estacional

de la infección en cultivos de

champiñón. a) Otoño (2011/12;

2012/13). b) Invierno (2011/12;

2012/13).c) Primavera (2011/12;

2012/13). d) Verano (2011/12;

2012/13).

Graph 22. Severity of disease

concerning degree of infection (%)

along the study. a) Autumn

(2011/12; 2012/13). b) Winter

(2011/12; 2012/13). c) Spring

(2011/12; 2012/13). d) Summer

(2011/12; 2012/13).

Page 135: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

109

3. IDENTIFICACIÓN

3.1. Caracterización de las fiálides

Tabla 22. Dimensiones de las fiálides en los aislados estudiados.

Table 23. Phyalide measurements of the evaluated strains.

Strains Length (µm) Base width (µm) Apexwidth (µm)

min [y-x-y] max min [y-x-y] max min [y-x-y] max

CM1 13.5 20.2-30.6-44.9 50.2 4.1 4.4-5.4-6.5 7 2.2 2.2-3.2-4.3 4.7

CM2 16.1 19.0-31.4-43.7 47.1 3.9 4.5-6.4-8.8 9 1.5 1.8-3.0-4.4 4.9

CM3 15.5 24.1-33.4-47.1 53.9 3.6 3.7-5.0-6.5 7 1.4 1.7-2.9-4.6 4.8

CM4 13.6 19.4-26.4-34.7 36.2 4.1 4.4-5.7-7.4 9 2.6 2.6-3.4-4.3 4.9

CM5 22.2 25.7-35.4-47.5 53.0 3.0 3.9-5.0-6.5 7 1.3 1.8-2.6-3.6 4.2

CM6 22.6 25.5-34.6-48.3 67.0 3.3 4.0-5.0-6.4 7 1.3 1.5-2.3-3.4 4.2

CM7 18.3 22.0-29.5-45.9 50.8 3.2 3.9-5.8-7.5 8 1.4 1.7-2.9-3.7 4.1

CM8 11.1 16.0-29.1-40.6 48.6 2.5 3.6-5.7-7.3 9 1.4 1.5-2.6-3.7 4.0

CM9 14.0 16.1-26.5-37.7 42.4 3.0 3.2-5.5-7.5 8 1.4 1.5-2.6-3.6 4.0

CM10 23.9 26.0-36.9-49.3 55.2 3.5 4.0-5.5-6.7 7 1.3 1.5-2.2-3.2 3.7

CM11 13.4 18.7-29.0-37.2 43.4 4.6 5.0-6.2-7.5 8 1.5 1.9-2.6-3.8 4.3

CM12 18.8 23.6-31.7-42.9 45.2 3.7 4.3-5.3-6.5 8 1.2 1.5-2.5-3.4 3.6

CM13 14.1 15.1-27.5-42.2 45.5 2.5 3.3-4.6-6.5 8 1.4 1.5-2.2-3.1 4.1

CM14 21.1 24.4-33.8-45.3 54.1 3.7 4.3-5.3-6.9 7 1.6 1.9-2.7-3.6 3.8

CM15 16.4 19.4-26.6-38.6 47.6 3.2 4.1-5.6-7.1 8 1.9 2.1-3.0-4.0 4.6

CM16 12.4 15.1-22.7-32.5 41.7 3.3 3.9-5.3-7.0 7 1.2 2.1-3.0-4.1 4.9

CM17 18.4 22.1-35.0-46.1 56.6 3.6 4.1-5.4-7.1 9 1.3 1.8-2.5-3.3 3.9

CM18 19.4 23.2-30.3-37.7 44.3 4.2 4.7-5.8-7.4 8 1.6 2.1-3.1-4.3 4.7

CM19 23.3 26.0-36.4-49.2 51.9 4.0 4.9-6.4-8.0 9 1.6 1.6-2.5-3.5 4.0

CM20 19.5 26.7-36.5-45.1 51.3 3.8 4.1-5.2-6.5 7 1.3 1.5-2.2-3.1 3.6

CM21 17.8 19.8-27.5-35.3 38.3 4.0 4.3-6.1-7.6 9 1.3 2.1-2.9-4.1 4.4

CM22 14.0 16.3-25.7-36.0 42.8 3.6 4.1-5.7-7.3 8 1.3 1.5-2.7-4.1 4.4

CM23 17.5 21.1-27.9-36.2 44.9 3.8 4.5-5.8-7.1 7 1.4 2.0-3.0-4.4 4.9

CM24 10.1 14.2-25.5-37.2 47.8 2.9 3.4-5.1-6.5 7 1.4 1.5-2.7-3.7 4.4

CM25 15.2 18.6-28.7-43.3 60.0 3.9 4.7-6.3-8.3 9 2.6 2.8-3.4-4.4 5.2

Average 16.9 18.3-30.3-44.3 48.8

3.6 3.9-5.6-7.4 7.9

1.5 1.6-2.8-4.0 4.3

n=50 (No of phyalides measured for each strain).

[y-x-y]: Range (y) where 90% of data are considered. x: Mean value.

Page 136: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

110

3.2. Caracterización de los conidios

Tabla 23. Longitud y anchura de conidios en los aislados evaluados.

Table 24. Conidia length and width of the evaluated strains.

Strains Length (µm) Width (µm)

min [y-x-y] max min [y-x-y] max

CM1 12.0 14.6-20.2-24.5 28.4

6.3 7.1-8.7-10.6 11.7 CM2 14.7 16.2-21.8-28 30.3

6.2 6.8-8.8-10.6 11.2

CM3 14.1 16.8-22.1-26.8 29.0

5.3 6.7-8.5-10.1 11.0 CM4 9.4 13.6-18.1-23.2 26.4

5.9 7.3-9.3-11.0 22.9

CM5 15.6 17.3-22.3-26.4 27.6

5.1 7.2-8.8-10.4 11.4 CM6 10.6 14.6-18.8-24.6 27.7

5.4 6.9-8.9-10.6 11.7

CM7 15.0 17.1-21.0-25.2 28.0

7.2 7.7-9.4-11.0 11.3 CM8 15.0 16.1-19.9-24.8 27.6

7.2 7.9-9.5-11 12.2

CM9 13.7 15.7-19.0-22.9 27.9

5.5 7.1-8.9-11.0 13.5 CM10 13.9 14.7-20.9-25.5 29.9

5.9 6.6-8.4-10.4 11.0

CM11 13.5 14.5-18.8-23.5 26.2

4.2 6.7-8.2-9.6 10.4 CM12 13.5 14.5-19.0-23.8 26.7

4.4 5.8-7.5-9.1 10.3

CM13 5.8 7.4-15.2-22.6 27.1

2.4 3.1-6.5-9.2 10.4 CM14 10.4 13.9-17.9-22.4 24.5

5.2 6.2-8.0-10.3 11.3

CM15 12.7 13.9-18.5-24.3 26.1

5.1 6.7-8.5-10.6 11.5 CM16 10.7 14.3-19.0-23.5 24.2

4.4 6.2-8.0-9.9 11.1

CM17 13.5 15.2-20.5-26.0 27.9

5.2 6.0-7.7-9.4 9.9 CM18 14.3 16.1-20.4-25.8 30.0

6.7 7.2-9.1-11.2 13.3

CM19 11.6 12.9-16.5-20.1 21.5

3.5 5.9-7.4-9.2 10.0 CM20 11.4 17.0-21.0-25.5 28.3

5.2 7.3-8.4-9.7 10.8

CM21 12.4 15.7-19.6-23.2 27.1

5.3 6.2-7.9-9.3 11.4 CM22 11.3 14.3-18.3-21.9 23.3

5.7 6.5-8.1-10.1 11.0

CM23 14.3 16.3-21.2-26.9 28.9

6.6 7.4-9.1-10.8 12.3 CM24 12.9 13.4-17.0-20.9 22.0

4.6 6.1-7.7-9.1 9.9

CM25 12.4 13.9-19.6-24.8 26.5

4.6 6.0-8.6-10.9 11.9

Average 12.6 14.3-19.5-25.2 26.9

5.3 6.2-8.4-10.6 11.7 n=100 (No of conidia measured for each strain).

[y -x- y]: Range (y) where 90% of data are considered. x: Mean value.

Tabla 24. Porcentaje de septos en los conidios.

Table 25. Percentage of septa in conidia.

Strains Septa

0 1 2 3

CM1

0% 100% 0% 0% CM2

5% 85% 6% 4%

CM3

0% 71% 16% 13% CM4

4% 57% 17% 22%

CM5

0% 79% 14% 7% CM6

4% 51% 30% 15%

CM7

1% 83% 11% 5% CM8

10% 50% 22% 18%

CM9

11% 80% 7% 2% CM10

8% 83% 7% 2%

CM11

5% 62% 12% 21% CM12

2% 76% 12% 10%

CM13

3% 84% 13% 0% CM14

10% 88% 2% 0%

CM15

22% 76% 2% 0% CM16

9% 72% 14% 5%

CM17

9% 88% 2% 1% CM18

4% 67% 21% 8%

CM19

13% 86% 1% 0% CM20

3% 61% 26% 10%

CM21

9% 89% 2% 0% CM22

5% 95% 0% 0%

CM23

6% 75% 10% 9% CM24

8% 83% 6% 3%

CM25

18% 80% 1% 1%

Average

7% 77% 10% 6%

n=100 (No of conidia measured for each strain).

Page 137: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

111

3.3. Secuencias de máxima similitud. Búsqueda MegaBlast

Tabla 25. Secuencias de la región ITS del ADNrn que muestran maxima similitud con los

aislados estudiados mediante búsquedas MegaBlast.

Table 26. Maximum likelihood of the DNArn ITS sequences from the studied strains through

MegaBlast searches.

Name Previous identification Maximum likelihood sequences in GenBank Base pairs identity

CM1 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF505112; Y17096; Y17095 100% (579/579; 522/522)

CM2 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 99% (579/580; 559/560)

CM3 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF505112; Y17096; Y17095 100% (579/579; 522/522)

CM4 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF505112; Y17096; Y17095 100% (579/579; 522/522)

CM5 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF505112; Y17096; Y17095 100% (579/579; 368/368)

CM6 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF505112; Y17096; Y17095 100% (579/579; 511/511)

CM7 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809 99% (556/564)

CM8 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 98% (356/362)

CM9 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 99% (526/527; 518/519)

CM10 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 98% (311/316)

CM11 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 99% (556/559; 538/540)

CM12 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 99% (287/288)

CM13 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF505112; Y17096; Y17095 99% (537/539; 489/491)

CM14 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF505112; Y17096; Y17095 99% (510/513; 486/490)

CM15 Cladobotryum sp. - -

CM16 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809 99% (556/564)

CM17 Cladobotryum sp. - -

CM18 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 98% (286/293)

CM19 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF505112; Y17096; Y17095 99% (486/488)

CM20 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 99% (346/350)

CM21 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 97% (352/364)

CM22 Cladobotryum sp. - -

CM23 Cladobotryum sp. C.mycophilum: JF693809; AB527074 99% (355/359)

CM24 Cladobotryum sp. - -

CM25 Cladobotryum sp. - -

Page 138: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

112

4. PATOGENICIDAD

4.1. Colonización de la cobertura

Gráfico 24. Superficie de cultivo colonizada por telaraña en cada cobertura. a) Ensayo A. b) Ensayo B.

Graph 23. Crop surface colonized by cobweb in each casing material. a) Trial A. b) Trial B.

0

10

20

30

40

50

29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43

Cro

p s

urf

ace

colo

niz

ed (

%)

Euroveen Tmix Infertosa Mineral

a

0

10

20

30

40

50

21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41

Cro

p s

urf

ace

colo

niz

ed (

%)

Euroveen Tmix Infertosa

b

Page 139: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

113

4.2. Producción registrada en los ensayos de cabina

Tabla 26. Producción (kg m-2

) y eficiencia biológica, BE (kg dt-1

), del cultivo en los ensayos.

Table 27. Mushroom production and biological efficiency (BE: kg dt-1

) of crop obtained in the trials.

Trial Casing 1

st flush (kg m

-2) 2

nd flush (kg m

-2) 3

rd flush (kg m

-2) Total (kg/m

-2) BE

Room 1 Room 2 Room 1 Room 2 Room 1 Room 2 Room 1 Room 2 Room 1 Room 2

A

Euroveen

11.1±1.7 10.9±0.8b 12.3±1.5B 14.6±0.8A 13.9±2.9Aa 7.6±1.9B 37.4±2.6Aa 33.1±1.9B 176.1±12.3Aa 156.1±9.0B

Tmix

11.5±1.2 10.9±0.9b 12.7±1.1 13.7±1.3 12.3±2.8Aab 7.2±3.1B 36.5±3.3Aab 31.8±3.2B 171.7±15.7Aab 149.8±15.0B

Infertosa

10.8±0.6B 11.9±0.9Aa 12.8±1.1 13.5±1.2 10.3±3.6b 7.1±3.2 33.9±3.4b 32.5±3.3 159.9±16.3b 153.2±15.4

Mineral

6.6±1.3 9.9±0.8c 11.6±1.6 6.4±0.8 7.6±1.1c 8.3±3.0 25.8±1.5c 24.6±2.9 121.8±6.9c 115.9±13.7

B

Euroveen

12.1±0.7a 12.1±1.2a 8.4±1.4Ab 6.8±1.0Bb 5.7±1.5 5.5±1.8b 26.2±2.3Aa 24.5±1.9B 117.5±10.2a 109.5±16.8

Tmix

9.2±1.1b 8.8±0.9b 9.2±1.8a 7.7±2.1ab 6.2±1.4 6.5±1.4ab 24.5±1.4Ab 23.0±1.9B 109.7±6.4b 102.9±8.5

Infertosa

8.3±1.2b 7.8±1.1c 8.1±1.3c 8.2±1.5a 5.9±2.0 6.8±1.0a 22.3±1.8c 22.9±1.9 99.6±8.1c 102.5±8.6

Mineral 4.3±0.9c 2.3±1.9d 1.5±0.6d 1.3±0.6c 6.5±1.0 4.1±1.5c 12.2±1.3d 7.8±3.8 54.7±6.0d 34.9±16.8

1Room 1: Control room. Room 2: Inoculated room.

3Data are means ± SEMs (standard error of measurement).

*Mean values followed by different letters, lowercase in the columns per trial, are significantly different according to Fisher´s

LSD (least significant difference) at P= 0.05. For each flush, comparing Room 1 and Room2, mean values followed by different

uppercase letters in the rows (Trial A and Trial B respectively) differ significantly by Fisher´s LSD (least significant difference)

at P= 0.05. For those groups that had non-normal distribution, Kruskal-Wallis test has been used to establish significant

differences by comparing medians at the 95.0% confidence level (P<0.05).

Page 140: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

114

5. CONTROL QUÍMICO

5.1. Valores de dosis media efectiva

Tabla 27. Valores de ED50 de los aislados frente a clortalonil.

Table 28. ED50 values of the strains against chlorothalonil.

Strain ED50 Range

Strain ED50 Range

CM1 0.704 0.695-0.835

CM14 0.424 0.390-0.462 CM1 0.577 0.493-0.687

CM14 0.674 0.622-0.734

CM2 0.187 0.137-0.238

CM15 0.547 0.509-0.590

CM2 0.245 0.220-0.271

CM15 0.195 0.168-0.223

CM3 0.448 0.410-0.492

CM16 0.623 0.577-0.674

CM3 0.155 0.106-0.203

CM16 0.949 0.888-1.020

CM4 1.189 1.026-1.426

CM17 0.303 0.273-0.336

CM4 0.805 0.666-1.011

CM17 0.457 0.424-0.494

CM5 0.589 0.542-0.641

CM18 0.531 0.486-0.583

CM5 0.381 0.323-0.450

CM18 0.420 0.375-0.471

CM6 1.228 1.032-1.526

CM19 0.305 0.276-0.335

CM6 0.315 0.277-0.356

CM19 0.292 0.258-0.328

CM7 0.726 0.657-0.811

CM20 0.580 0.530-0.639

CM7 0.800 0.708-0.917

CM20 0.651 0.598-0.713

CM8 0.344 0.295-0.400

CM21 0.487 0.438-0.548

CM8 0.369 0.339-0.403

CM21 0.455 0.408-0.514

CM9 0.272 0.208-0.340

CM22 0.496 0.437-0.569

CM9 0.885 0.716-1.155

CM22 0.456 0.403-0.524

CM10 0.782 0.722-0.853

CM23 0.497 0.453-0.549

CM10 0.712 0.634-0.807

CM23 0.577 0.531-0.632

CM11 0.618 0.530-0.727

CM24 0.329 0.286-0.380

CM11 0.982 0.903-1.073

CM24 0.369 0.310-0.443

CM12 0.738 0.658-0.834

CM25 0.425 0.385-0.471

CM12 0.407 0.354-0.467

CM25 0.540 0.475-0.625

CM13 0.395 0.355-0.441 CM13 0.643 0.570-0.734

Tabla 28. Valores de ED50 de los aislados frente a metil-tiofanato.

Table 29. ED50 values of the strains against thiophanate-methyl.

Strain ED50 Range

Strain ED50 Range

CM1 1.731 1.414-2.152

CM14 4.561 4.064-5.323 CM1 - -

CM14 3.292 2.946-3.740

CM2 2.081 1.579-2.943

CM15 3.102 2.968-3.239

CM2 1.734 1.501-2.027

CM15 2.943 2.724-3.194

CM3 6.722 5.775-8.079

CM16 4.108 3.842-4.437

CM3 - -

CM16 6.606 6.009-7.352

CM4 2.204 1.905-2.596

CM17 4.319 3.965-4.781

CM4 1.928 1.620-2.329

CM17 4.475 4.100-4.998

CM5 7.031 6.273-8.045

CM18 3.570 3.415-3.744

CM5 8.838 7.747-10.419

CM18 3.301 3.156-3.460

CM6 8.247 7.253-9.614

CM19 >73.6 -

CM6 - -

CM19 >73.6 -

CM7 13.051 9.135-21.989

CM20 3.732 3.464-4.062

CM7 12.331 8.853-19.751

CM20 3.677 3.435-3.966

CM8 3.165 2.731-3.767

CM21 3.959 3.731-4.232

CM8 4.417 3.480-6.203

CM21 - -

CM9 4.680 4.319-5.150

CM22 4.603 4.266-5.054

CM9 12.324 7.989-25.719

CM22 6.128 5.621-6.771

CM10 7.570 7.250-7.926

CM23 4.574 4.415-4.756

CM10 14.753 10.216-27.079

CM23 5.670 5.101-6.398

CM11 >73.6 -

CM24 4.711 4.321-5.242

CM11 >73.6 -

CM24 4.852 4.195-5.787

CM12 4.082 3.799-4.426

CM25 4.279 4.017-4.603

CM12 7.260 6.741-7.880

CM25 4.647 4.174-5.265

CM13 3.693 3.449-3.986 CM13 3.248 3.028-3.503

Page 141: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

115

Tabla 29. Valores de ED50 de los aislados frente a procloraz-Mn.

Table 30. ED50 values of the strains against prochloraz-Mn.

Strain ED50 Range

Strain ED50 Range

CM1 0.024 0.017-0.034

CM14 0.041 0.038-0.045 CM1 0.016 0.011-0.020

CM14 0.110 0.078-0.195

CM2 0.006 0.003-0.008

CM15 0.020 0.016-0.025

CM2 0.011 0.008-0.015

CM15 0.029 0.024-0.034

CM3 0.030 0.023-0.039

CM16 0.023 0.017-0.031

CM3 0.021 0.018-0.026

CM16 0.001 0.000-0.002

CM4 0.043 0.035-0.053

CM17 0.047 0.042-0.053

CM4 0.015 0.011-0.020

CM17 0.102 0.080-0.145

CM5 0.011 0.008-0.014

CM18 0.051 0.043-0.061

CM5 0.009 0.005-0.012

CM18 0.069 0.055-0.096

CM6 0.054 0.046-0.063

CM19 0.005 0.001-0.008

CM6 0.021 0.017-0.025

CM19 0.004 0.002-0.005

CM7 0.038 0.034-0.043

CM20 0.034 0.028-0.042

CM7 0.025 0.022-0.029

CM20 0.011 0.004-0.017

CM8 0.052 0.043-0.065

CM21 0.011 0.009-0.013

CM8 0.035 0.030-0.043

CM21 0.007 0.004-0.009

CM9 0.004 0.002-0.006

CM22 0.050 0.043-0.059

CM9 0.021 0.016-0.026

CM22 0.024 0.016-0.034

CM10 0.052 0.047-0.059

CM23 0.033 0.028-0.039

CM10 0.029 0.022-0.037

CM23 0.019 0.013-0.025

CM11 0.002 0.001-0.002

CM24 0.004 0.002-0.005

CM11 0.001 0.000-0.002

CM24 0.017 0.015-0.019

CM12 0.042 0.040-0.045

CM25 0.135 0.076-0.108

CM12 0.034 0.028-0.040

CM25 0.089 0.099-0.249

CM13 0.121 0.099-0.158 CM13 0.214 0.126-0.602

Tabla 30. Valores de ED50 de los aislados frente a tiabendazol.

Table 31. ED50 values of the strains against thiabendazole.

Strain ED50 Range

Strain ED50 Range

CM1 110.001 96.348-127.661

CM14 3.309 2.905-3.840 CM1 91.100 79.797-105.067

CM14 3.705 3.169-4.458

CM2 93.845 82.115-108.624

CM15 7.526 5.600-11.705

CM2 94.460 82.903-107.942

CM15 3.804 3.255-4.567

CM3 5.640 4.956-6.539

CM16 4.824 4.405-5.320

CM3 4.757 4.331-5.266

CM16 4.793 4.068-5.848

CM4 3.102 2.827-3.425

CM17 5.264 4.685-6.023

CM4 4.317 3.910-4.772

CM17 2.940 2.736-3.164

CM5 6.457 5.735-7.431

CM18 4.515 4.031-5.133

CM5 6.566 5.801-7.610

CM18 5.472 4.680-6.581

CM6 6.847 6.191-7.706

CM19 114.366 98.266-136.297

CM6 5.302 4.440-6.590

CM19 97.225 85.878-110.759

CM7 3.974 3.346-4.864

CM20 3.782 3.268-4.451

CM7 6.321 5.418-7.615

CM20 4.198 3.494-5.224

CM8 5.231 4.511-6.038

CM21 3.151 2.820-3.614

CM8 6.510 5.354-8.014

CM21 4.090 3.357-5.177

CM9 4.290 3.773-4.979

CM22 1.493 1.355-1.649

CM9 4.291 3.776-5.012

CM22 1.161 0.930-1.408

CM10 5.217 4.695-5.880

CM23 5.833 4.949-7.162

CM10 6.955 6.221-7.945

CM23 3.627 3.294-4.011

CM11 45.492 38.013-53.649

CM24 5.511 4.866-6.378

CM11 47.157 36.802-57.774

CM24 3.050 2.705-3.478

CM12 7.877 6.773-9.672

CM25 6.871 6.141-7.857

CM12 7.669 6.373-9.800

CM25 4.963 4.232-6.038

CM13 3.992 3.687-4.331 CM13 4.299 3.923-4.731

Page 142: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

116

Tabla 31. Valores de ED50 de los aislados de A. bisporus frente a los fungicidas.

Table 32. ED50 values of A. bisporus strains against selected fungicides.

Strain Chlorothalonil

Thiophanate-methyl

ED50 Range

ED50 Range

Amycel XXX

0.967 0.796-1.240

24.647 21.785-28.198

Amycel XXX

1.079 0.742-1.805

31.534 27.441-36.997

Gurelan 45

1.526 1.022-3.197

15.147 13.332-17.217

Gurelan 45

0.999 0.839-1.217

26.114 23.659-28.972

Gurelan 90

2.040 1.885-2.235

34.821 29.992-41.575

Gurelan 90

1.861 1.585-2.255

21.192 19.136-23.536

Strain Prochloraz-Mn

Thiabendazole

ED50 Range

ED50 Range

Amycel XXX

17.637 16.541-18.802

580.526 414.659-928.578

Amycel XXX

20.403 18.331-22.769

- -

Gurelan 45

16.305 15.053-17.706

548.17 456.314-683.966

Gurelan 45

20.698 16.004-27.905

- -

Gurelan 90

27.718 23.529-25.902

269.52 223.423-339.256

Gurelan 90

21.128 18.661-23.896

- -

Page 143: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

117

5.2. Inhibición del crecimiento miceliar

Figura 22. Ensayos in vitro (MEA). Inhibición del crecimiento de C.

mycophilum mediante concentraciones crecientes de fungicidas.

Figure 22. Assays in vitro (MEA). Inhibition of C. mycophilum growth by

chemical fungicides.

Page 144: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

118

Figura 23. Ensayos in vitro (medio agar-compost). Inhibición del

crecimiento de A. bisporus mediante concentraciones crecientes de

fungicidas.

*[PCL]: 1= 4 µg mL-1

; 2= 8 µg mL-1

; 3= 16 µg mL-1

; 4= 32 µg mL-1

; 5= 64 µg mL-1.

Figure 23. Assays in vitro (agar-compost medium). Inhibition of A.

bisporus growth by chemical fungicides.

*[PCL]: 1= 4 µg mL-1

; 2= 8 µg mL-1

; 3= 16 µg mL-1

; 4= 32 µg mL-1

; 5= 64 µg mL-1.

*Plocloraz-Mn. A. bisporus

Page 145: Estudio de la telaraña del champiñón causada por

Anexo

119

5.3. Colonización de la cobertura

Gráfico 25. Superficie de cultivo colonizada por telaraña en cada tratamiento. a) Ensayo A. b) Ensayo B.

Graph 24. Crop surface colonized by cobweb in each treatment. a) Trial A. b) Trial B.

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43

Cro

p s

urf

ace

colo

niz

ed (

%)

Control CI TBD PCL1 PCL2 CTL MTF

a

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

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Universidad de Castilla - La Mancha

Centro de Investigación, Experimentación y Servicios del Champiñón