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VIII. CIENCIA Y FILOSOFÍA EN LA EDAD MEDIA
Prof. González Recio Prof. González Recio
Sumario • La realidad de la ciencia y la técnica
medievales. • La ciencia en el occidente cristiano hasta el
siglo XII. • Recepción de la ciencia griega y de la
ciencia árabe. • Ciencias teóricas y prácticas: la
clasificación de Domingo Gundisalvo. • Los lazos entre las artes liberales y las
artes mecánicas según Miguel Escoto. • Roberto de Kilwardby: De Ortu
Scientiarum. • La ciencia práctica en las universidades. • La agricultura.- La industria textil.- Los
astilleros.- Cartografía.- La metalurgia y la industria militar.- La minería.
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LA REALIDAD DE LA CIENCIA Y LA TÉCNICA
MEDIEVALES
• ¿Qué es ese producto cultural llamado Ciencia y cuándo apareció?
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“La aparición de la Ciencia puede vincularse a contextos históricos muy distintos dependiendo de las notas que entendamos que son inherentes al término “ciencia” y del valor relativo que otorguemos a cada una de ellas. Podemos, por ejemplo, subrayar la dimensión de la Ciencia como actividad indagatoria o podemos prestar atención al resultado de esa actividad; cabe atender a su dimensión instrumental y predictiva o a su función explicativa; es posible exigir requerimientos metodológicos muy precisos ─el ejercicio del método experimental, pongamos por caso─ o ciertos patrones formales de vertebración, como la expresión matemática de las leyes y teorías. Asimismo, la función biológica cumplida por una conducta de exploración del medio que éste refuerza positiva o negativamente, la conexión de la experiencia con la Técnica o, si se desea, el reconocimiento social de las disciplinas, de las instituciones científicas, y hasta de los científicos mismos como profesionales, pueden emplearse como rasgos exigidos para señalar el efectivo alumbramiento y conformación histórica del conocimiento científico.
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En la misma medida en que aumenten las notas constitutivas elegidas para el concepto, disminuirá, claro está, su extensión. Si no somos muy exigentes, si ─digamos─ la actividad exploratoria del entorno con algún instrumento rudimentario nos parece suficiente para reconocer, aunque sea germinalmente, la actividad científica, tal vez habría que ver a los chimpancés estudiados por Jane Goodall, con sus pequeños palos, como protocientíficos de los termiteros; si, por el contrario, volcamos en la noción de Ciencia el resto de los rasgos enumerados, parecería, al menos en principio, que la Ciencia sólo alcanza su madura consagración cultural y su plena institucionalización social durante el siglo XIX. Sin duda, ambas posibilidades extremas parecen tan hiperbólicas como insostenibles. Cabe, entonces, acotar límites más estrechos, posponiendo las primeras manifestaciones de la actividad científica a la Revolución Neolítica, las civilizaciones americanas o asiáticas más antiguas, hasta llegar a las culturas babilónica o egipcia; y puede, desde luego, adelantarse el momento inaugural de la Ciencia, si partimos del siglo XIX, trasladándolo al siglo XVIII, a la Revolución Científica de los siglos XVI y XVII, a la ciencia medieval, tanto de Oriente como de Occidente, a las investigaciones desarrolladas y a los logros conseguidos en el Museo alejandrino o a la Grecia del siglo VI a.C.
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Existen dos dificultades, no obstante, que nublan aún más este panorama. La primera es que, como puede comprenderse con facilidad, pronto debemos distinguir entre notas esenciales y notas accidentales del término. Ello da lugar a todo un repertorio de opciones que probablemente realizaremos desde presupuestos subjetivos tácitos. La segunda se deriva de que, incluso acordando cuáles son los atributos esenciales de la actividad o del conocimiento científico, es fácil imaginar que podemos no estar de acuerdo en su respectiva aparición histórica. Si ponemos la mirada en el recurso al experimento como medio de diálogo con la Naturaleza, es previsible que convirtamos a la ciencia galileana en etapa fundacional. Sin embargo, esa forma de diálogo con las entidades y procesos naturales fue cumplida ya de modo sistemático y no circunstancial en la fisiología alejandrina y con mayor empeño aún en la galénica. Si hacemos de la geometrización del mundo físico una condición necesaria para la constitución de la Ciencia, puede que volvamos la mirada otra vez a los Discorsi de Galileo o a la Astronomía Nova de Kepler, pero, igualmente aquí, la ecuanimidad en la valoración nos obligaría no olvidar el diseño formal y la intención epistémica de la Estática de Arquímedes.
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Tomaré, así, ocho notas que cabría entender como esenciales a la ciencia natural, e intentaré distribuir su incorporación histórica a la Ciencia, consciente de que puedo hacer asignaciones para las que no será difícil encontrar contraejemplos. Esas notas inherentes a lo que la Ciencia exige como actividad humana podrían ser: observación, predicción, explicación naturalista, experimentación, formulación de leyes, matematización, sistematicidad teórica e institucionalización social. Si nos conformamos con que la Ciencia quede resumida en la capacidad de observar y de predecir, no es preciso esperar a la vertebración de la cultura clásica griega para señalar su constitución histórica. La Astronomía y la Medicina de culturas o civilizaciones anteriores merecerían, fuera de toda duda, credenciales científicas. Añadir la exigencia de explicaciones naturalistas no modifica demasiado las cosas, pero la específica teoría sobre la physis elaborada por los griegos sí me parece algo singular, que da a su naturalismo el sello de una madurez acreditada. A mi entender, el De Generatione Animalium o el De Anima aristotélicos, por ejemplo, poseen un refinamiento conceptual expresamente griego, dentro del naturalismo que podrían compartir con los ensayos explicativos de otras culturas. Frente a lo que tal vez es habitual defender en ciertos contextos historiográficos, no creo que haya que esperar tampoco a la mecánica newtoniana para reconocer la existencia de sistematicidad teórica en la Ciencia.
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Según mi manera de ver las cosas, la física de Aristóteles, también su biología, la ya mencionada fisiología de Erasístrato o ─por citar una ciencia formal─ la geometría euclidiana son acabadamente sistemáticas. Esta afirmación incluye la tesis de que una teoría, como sistema de enunciados, no exige ser entendida como sistema de leyes ─en el sentido de leyes matemáticas─. De no ser así, la Morfología, la Anatomía Comparada, la Taxonomía, esferas importantes de la biología evolutiva o la Embriología habrían de juzgarse como carentes de teorías y ajenas a la Ciencia. No considero, en suma, absolutamente inevitables para la acreditación de una ciencia en acción ni la matematización de la experiencia o la Naturaleza ni la existencia en ella de leyes en su moderna concepción ─lo que no me impide reconocer su inigualada fertilidad─. Si la matematización del mundo físico, articulada en leyes, fuese un requerimiento que se me impusiera, volvería la mirada hacia la ciencia del siglo XVII, pero diría a mis alumnos que fue un empeño inequívocamente anunciado en la óptica geométrica del siglo XIII que se hacía en Oxford, en la cinemática de Alberto de Sajonia, Marsilio de Inghen o Nicolás de Oresme y en la física alejandrina, como también he anticipado antes.
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Una consecuencia de lo anterior es que la experimentación y la forma matemática no son coextensas. Le Geometría Celeste pude caminar con fertilidad sin ningún recurso a la experimentación, y la experimentación fisiológica ─pensemos en la pruebas sobre la epigénesis realizadas en el Liceo, en la sección y punción de vasos que Harvey practicaba para fijar el sentido del torrente circulatorio o en el trabajo de Bernard hasta definir la función glicogénica del hígado─ no exige, ni en su estructura metodológica ni semántica, la presencia de la Matemática.
Por último, si la sanción social en torno a las constitución de las instituciones científicas, de las disciplinas mismas o a la acreditación de la figura del científico profesional hubieran de ser tenidas en cuenta, señalaría un lento proceso de socialización de la Ciencia que comienza con la creación de las primeras universi- dades, se acelera al final de la Edad Media y el Renacimiento, empieza a ser pujante en los siglos XVII y XVIII, hasta que en el siglo XIX llega a su plena madurez y completa expresión.”
González Recio, J.L. (ed.): La ciencia en su historia. Cuestiones cardinales. Madrid, CERSA, 2006, pp. 74-77.
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He mencionado ocho rasgos que el conocimiento científico ha ido incorporando en la historia:
¿cuáles se hicieron ya presentes en la ciencia medieval?
• observación • predicción • explicación naturalista • experimentación • formulación de leyes • matematización • sistematicidad teórica • institucionalización social.
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observación
• La observación forma parte de la ciencia medieval, como un elemento básico en el método de la medicina, en el de la astronomía -que precisamente hemos de calificar como ‘observacional’- o en el de la dinámica. Quedó preservado, así, el papel de la experiencia que se recibió de las tradiciones aristotélica y alejandrina
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predicción
• De nuevo, la predicción astronómica, el pronóstico médico o el compromiso empírico de la dinámica son rasgos reseñables. El que no se llegara a vislumbrar un principio de inercia muestra precisamente la fidelidad a la experiencia y a sus consecuencias predictivas
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explicación naturalista
• El horizonte del naturalismo, es decir, la exigencia de que la justificación de los fenómenos del universo no se apartase de la referencia a causas naturales se mantiene, si bien es cierto que se conjuga en ocasiones con el recurso a las creencias religiosas. De manera general, no obstante, la ciencia medieval mantiene su fidelidad a la explicación naturalista
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experimentación
• La teoría de la materia vinculada a la alquimia permite percibir con claridad la existencia de un programa experimentalista enraizado y activo. Lo mismo cabe decir de la investigación terapéutica, por ejemplo
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formulación de leyes
• Los principios generales de la ciencia antigua –los de la dinámica o la biología aristotélicas, por ejemplo- fueron complementándose en la Baja Edad Media con leyes ópticas y cinemáticas
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matematización
• Éstas últimas leyes ópticas y cinemáticas alcanzaron una estructura formal estrictamente matemática a partir del siglo XIII
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sistematicidad teórica
• La Edad Media pudo contar con la sistematicidad teórica aportada por las grandes disciplinas científicas del mundo clásico, como la astronomía, la anatomía, la fisiología, o la dinámica
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institucionalización social
• Por último, el proceso de institucionalización social de la ciencia comienza precisamente con la creación de las primeras universidades a partir del siglo XII
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Junto a estas notas inherentes a la Ciencia, la moderna Filosofía de la Ciencia habla de otros cuatro ingredientes propios de del conocimiento científico: Una ontología básica Un diseño metodológico Definición y solución de problemas empíricos Definición y solución de problemas conceptuales
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ontología básica
• La ciencia medieval tuvo dos soportes ontológicos de fondo, que se mantuvieron presentes, tanto en Oriente como en Occidente, desde la Antigüedad: la ontología platónica y la ontología aristotélica. La primera actuó, por ejemplo, en la astronomía geométrica y posteriormente en la cinemática; la segunda es el eje de la teoría alquímica y de la medicina
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diseño metodológico
• La ontología de fondo condiciona el tipo de método a que la Ciencia se somete. Según la clase de entidades básicas que se suponen reales, el científico intenta abordarlas con uno u otro método. Al concebirse los astros como entidades eternas que siguen trayectorias también eternas y circulares –ontología básica –, el astrónomo confía al método geométrico el estudio de sus propiedades
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defición y solución de problemas empíricos
• La ciencia adopta como propios,
dependiendo del contexto histórico, diferentes conjuntos de problemas. La ciencia medieval abordó dominios muy amplios de problemas empíricos: físicos, astronómicos, químicos, geológicos, zoológicos, botánicos, anatómicos, fisiológicos, embriológicos…
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definición y solución de problemas conceptuales
• Como cualquier otro período histórico, la Edad Media
tuvo que hacer compatibles sus hipótesis científicas con los marcos conceptuales –teológico o filosófico, por ejemplo – que orientaban la concepción del mundo y del hombre. Cuando esa acomodación encontraba anomalías, surgían problemas conceptuales que la Ciencia debía resolver. El nacimiento de criaturas monstruosas era un problema conceptual que podía recibir una explicación en términos de la física aristotélica, por ejemplo.
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En síntesis, durante la Edad Media se cumplieron todos los requerimientos epistemológicos que suelen exigirse a la
práctica de una actividad científica asentada:
observación predicción
explicación naturalista experimentación
formulación de leyes matematización
sistematicidad teórica institucionalización social
una ontología básica diseño metodológico
definición y solución de problemas empíricos
definición y solución de problemas conceptuales
Ello nos permite reconocer la realidad de una ciencia medieval, tanto pura como aplicada, cuyo desarrollo
entronca, además, con el nacimiento de la ciencia moderna que se producirá en los siglos XVI y XVII
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algunos de sus rasgos fueron: • 1. La expansión del cristianismo se añadió al racionalismo
griego • 2. En la Alta Edad Media prima la conservación de los
hechos recogidos en la ciencia clásica sobre la formulación de interpretaciones originales
• 3. Creciente fertilidad de la Técnica • 4. Desde el siglo XII, recuperación de la tradición
completa de la ciencia griega y árabe • 5. Aparición del problema fe-razón • 6. Creciente protagonismo desde el siglo XIII del
experimento y de las matemáticas
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LA CIENCIA EN EL OCCIDENTE CRISTIANO
HASTA EL SIGLO XIII
• ¿Cuáles fueron los orígenes y los caracteres del saber científico medieval hasta el siglo XIII?
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herencia científica del Occidente latino
• Es una herencia con raíces griegas recogida por los enciclopedistas latinos
• Historia Natural de Plinio (23-79 d.C). Fue de referencia hasta el siglo XIII, citaba casi 500 autoridades y trataba cuestiones de cosmología, geografía, antropología, fisiología, zoología, botánica, agricultura, medicina y mineralogía
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herencia científica del Occidente latino
• En el ámbito de las ciencias formales la figura de referencia fue Boecio (480-525).
• Es el gran compilador de los conocimientos lógicos y matemáticos, basados en las obras de Euclides y Ptolomeo
• Sólo se ha conservado su Geometría, según una versión no anterior al siglo IX
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herencia científica del Occidente latino
• Etimologías de Isidoro de Sevilla (560-636) • Son derivaciones etimológicas, en ocasiones
fantásticas, de términos científicos • Se nos presenta un universo finito, con sólo unos
milenios de antigüedad, donde la Tierra tiene forma de rueda, circundada por océanos, girando a su alrededor los planetas y estrellas en esferas concéntricas
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herencia científica del Occidente latino
• Desde la fundación en 529 de la Abadía de Montecasino por San Benito, las escuelas de los monasterios se limitaron a consevar los datos e interpretaciones realizadas por los enciclopedistas
• El trivium (gramática, lógica y retórica) y el quadrivium (geometría, aritmética, astronomía y música) estructuraron, desde el siglo V, la educación recibida. Textos de Plinio, Boecio e Isidoro
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el papel del neoplatonismo
• La asimilación del neoplatonismo a través de Plotino (203-270) y Agustín de Hipona (354-430) fue decisiva para la articulación de la Ciencia durante la Alta Edad Media
• Concretamente, el Timeo de Platón fue una referencia permanente a través de la traducción de Calcidio (siglo IV)
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el papel del neoplatonismo
• Sin embargo: la cultura tuvo una orientación primordialmente teológica y moral, heredera del helenismo y reforzada por el cristianismo
• La naturaleza era un gran escenario que brindaba símbolos de realidades morales, propiedades mágicas y conexiones astrológicas
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el papel del neoplatonismo • La analogía microcosmos-
macrocosmos, era un ingrediente fundamental de las creencias astrológicas. Proviene de la filosofía natural de Anaxímenes (585-524 a.C), cruza el Timeo y se mantiene activa en la clásica expresión medieval de Hildegarda de Bingen (1098-1179): la fisiología humoral queda anudada a los movimientos de los astros.
• En este momento, entender algo era mostrar que constituía un signo de una realidad más profunda
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Beda el Venerable (672-735), benedictino de Wearmouth
• Su De Rerum Natura se convirtió en un tratado cosmológico muy influyente: siete cielos (aire, éter, el Olimpo, el espacio ígneo, el ámbito de los planetas, el cielo de los ángeles y el cielo de la Trinidad).
• Geocentrismo, recurso a los epiciclos y teoría de la materia basada en los cuatro elementos
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Adelardo de Bath (1116-1142) Quaestiones Naturales
• La Naturaleza empieza a interesar por sí misma
• Existen causas y razones naturales
• Atención a lo particular • Las escuelas de Chartres y
París, de orientación platónica, sostendrán que la explicación racional del universo descansa en las Matemáticas
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RECEPCIÓN DE LA CIENCIA GRIEGA Y DE LA CIENCIA ÁRABE
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La nueva ciencia árabe que desde el siglo XII empieza a penetrar en la Cristiandad
era griega en su contenido
• Dos fuentes: griegos del Imperio Bizantino y cristianos nestorianos de Persia oriental que hablaban siríaco
• A esta lengua se traducen numerosas obras griegas en Jundishapur durante los siglos VI y VII
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traducciones al latín • Los centros principales de traducción, primero del árabe
al latín y luego directamente del griego al latín, fueron Toledo y Sicilia
• Hacia el tercer cuarto del siglo XII, estaban ya traducidos los Elementos y la Óptica de Euclides, así como los tratados de Hipócrates, Galeno y Ptolomeo
• En el siglo XIII, Guillermo de Moerbeke traduce al latín, directamente del griego, la práctica totalidad de la obra de Aristóteles
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consecuencias • Asimilación de la astronomía ptolemaica, con la
preparación de las Tablas Alfonsinas (en uso hasta el siglo XVI)
• Acceso a la medicina hipocrático-galénica, conservada en las enciclopedias de Ali Abbas, Rhazes y Avicena (siglos X y XI)
• Avances en la Aritmética, tomados de la ciencia hindú desde el siglo VIII por los árabes, que llevaron a la adopción del sistema numeral en el que existía el cero y el valor de una cifra dependía de su posición. Al-Khwarizmi (siglo XI) hizo una exposición completa de él
• Hasta mediados del siglo XVI los numerales romanos siguieron usándose ampliamente
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los árabes hicieron aportaciones originales en la alquimia, la magia y
la astrología • Su interés por las aplicaciones prácticas de la Ciencia
prevalecía sobre el significado religioso-simbólico de los hechos naturales
• Las estrellas, los cuerpos terrestres y la mente humana –gracias al poder de las palabras – ejercían un influjo que captaban de la armonía celeste: la ‘virtud celestial’ era reconocida como auténtica causa
• Esta focalización hacia la práctica, penetrará en el occidente latino y favorecerá el desarrollo de la Técnica
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el legado de Aristóteles • Su recepción resultó crucial
para la ciencia, si bien su relación con la Teología fue ambivalente
• Era un sistema científico-
filosófico exhaustivo que por fuerza había de chocar con la religión cristiana
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el legado de Aristóteles • Los comentadores árabes (Alkindi, Alfarabi, Avicena o Averroes)
introducen en el sistema aristotélico la idea de creación mahometana, negando además el libre albedrío del hombre e incluso de Dios
• La creación ha estado sometida a causas necesarias también para Dios
• El alma humana preexistía a la creación del hombre en el Intelecto Agente, engendrado por la Inteligencia que movía la esfera lunar
• Tras la muerte, a él volvía y en él perdía su carácter personal • Tesis semejantes eran inaceptables para los filósofos y teólogos de la
Cristiandad occidental
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el legado de Aristóteles • El siglo XIII atravesó tres fases en lo referente a la apropiación del
aristotelismo: • 1. Prohibición de su enseñanza en París (1210) • 2. Hacia 1260, tras el trabajo de Alberto Magno y Tomás de Aquino, las
doctrinas de Aristóteles son temas de examen en la Facultad de Artes de esa misma ciudad
• 3. En 1277, Etienne Tempier (obiso de París) y Robert Kilwardby (arzobispo de Canterbury) condenan la interpretación averroísta de Aristóteles
• Los averroístas se retiran a la universidad de Padua, donde formularán la teoría de la doble verdad
• El aristotelismo brindaba, así, un sistema completo de ciencia que Occidente podía atesorar; a la vez, la condena de su interpretación averroísta invitaba al científico europeo a formular hipóteis y a revisar de diferentes formas los principios de esa misma ciencia, lo que para algunos (Duhem) está en el origen de la ciencia moderna
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CIENCIA Y TÉCNICA. LA CIENCIA PRÁCTICA O APLICADA EN LAS
UNIVERSIDADES • Ciencia y Técnica no
estuvieron divorciadas en la Edad Media (tampoco en la Antigüedad clásica: Alejandría)
• Asimilación de las técnicas griegas y de la orientación práctica de la ciencia árabe
• La interaccón ciencia-técnica fue creciendo hasta ser decisiva
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Bibliografía recomendada Lindberg, D.C.: Los inicios de la ciencia occidental: la tradición científica en europa en el contexto filosófico, religioso e institucional (desde el 600 a.c. hasta 1450), Barcelona, Paidós, 2002. Taton, R.(ed.): Historia general de las ciencias, Barcelona, Destino, 1971 (Barcelona, Orbis, 1979). Whitney, E.: Medieval science and technology, Westport, Conn., Greenwood Press, 2004.
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