revista el hogar educador (verano 2010)

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Conferencias Pachuca 2010 Hogar Educador Una educación para hoy, mañana y siempre. El La Historia de una Familia ... página 6 ¿Por qué Educas a tus Propios Hijos? ... página 8 Conferencia 2010 en Saltillo, Coah. ... página 24

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Revistra trimestal El Hogar Educador, verano del 2010

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Page 1: Revista El Hogar Educador (verano 2010)

Conferencias Pachuca 2010

Hogar EducadorUna educación para hoy, mañana y siempre.

El

La Historia de una Familia ... página 6¿Por qué Educas a tus Propios Hijos? ... página 8Conferencia 2010 en Saltillo, Coah. ... página 24

Page 2: Revista El Hogar Educador (verano 2010)

• El Sufrimiento y la Educación en el Hogar. Chris Klicka • Incorporación, Reconocimiento y Legalidad de Estudios. Darío Clingan• En Defensa de la Educación en el Hogar. Chris Klicka • Nuestro Padre. Mike Richardson • Maridos Educadores en el Hogar: ¿Realmente Están Amando a sus Esposas? Chris Klicka • En Pos de la Excelencia – Mi Propósito Como Mamá. Georgina de Salazar • En Pos de la Excelencia – Bajo la Gracia de Dios. Carlos Salazar • Estilos de Aprendizaje. Pamela Richardson • Un Reto Para los Padres Educadores en el Hogar. Chris Klicka • El Adolescente Educado en el Hogar: Manteniéndose Firme en Contra de la Marea. Chris Klicka • Balanceando Responsabilidades de la Vida y la Familia. Chris Klicka • El Hombre de Verdad. Mike Richardson

El Corazón de la Educación en el Hogar se dirige a los papás y mamás que educan en el hogar,

urgiéndoles a enseñar a sus hijos lo que realmente es importante.

Hablando desde su corazón como también de sus muchos años de experiencia práctica como

padre de siete hijos educados en el hogar, Chris Klicka nos muestra cómo debemos vivir a

la luz de la eternidad para hacer que cada día cuente.

Libro + CD $28.95 USD más envíoLibro+ MP3 $21.95 USD más envío www.elhogareducador.org

Page 3: Revista El Hogar Educador (verano 2010)

Nuestra MisiónTodos nuestros esfuerzos tie-nen una cosa en común: la familia. Nuestro deseo es ver que las familias lleguen a co-nocer a nuestro Señor, como también que crezcan en El.El propósito primordial de esta publicación es ayudar a los padres a alcanzar a sus hijos para Cristo. Fue por esta razón que empezamos a pu-blicar El Hogar Educador en 1996. Es una revista trimes-tral diseñada para contribuir a la enseñanza y aliento de los padres que están educando a sus hijos en el hogar.

Creemos......en la Biblia — Creemos que cada una de las palabras de los escritos originales de las Sagradas Escrituras es la Palabra de Dios inspirada y que no tiene error. La Biblia es la autoridad final por la que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con los que nos rodean. Es el fundamento de nuestra fe,

creencia y conducta. Dicho escuetamente, en El Hogar Educador creemos en la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis. ...en la Trinidad — Dios exis-te en tres personas eternas — Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Estos tres son uno....en la Salvación — Creemos que la salvación se recibe úni-camente por la fe en Cristo. (Gálatas 2:16 Sabiendo que el hom-bre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.) Su muerte y resurrección son la expia-ción de nuestro pecado. El arrepentimiento del pecado, la fe en la obra que Cristo hizo a través de la cruz (su muerte, sepultura, resurrección y as-censión), y la confesión son el único camino a la salvación. La salvación es un regalo de Dios disponible para todos los que creen.

Aunque pretendemos ser bíblicos en nuestro enfoque, la sola publicación de algún material en El Hogar Educador no constituye un respaldo absoluto de todos los detalles de su contenido. I Tesalonicenses. 5:21.Nuestro agradecimiento especial para los muchos autores y editores que bondadosamente otorgan permiso de traducir y reproducir sus materiales. Todos los artículos reproducidos se publican por autorización del dueño de la propiedad literaria.También queremos expresar nuestra gratitud por todos los que oran por nosotros y por esta obra. Reconocemos que sin la ayuda del Señor toda nuestra labor sería en vano.Publicado y distribuido trimestralmente sin costo a todos los que lo soliciten.Se autoriza la reproducción y distribución de esta revista parcial o totalmente. Sólo pedimos que se incluyan nuestro nombre y dirección, así como un aviso con respecto a la disponibilidad gratuita de El Hogar Educador para los que lo soliciten.

Responsables de la Publicación Josué y Bevy CuevasAlex y Elsa GuzmánErnesto y Ana Iñigo

Esteban IñigoMike y Pam Richardson

Dave y Karin Tucker

El Hogar Educador (USPS number 021-435)

Apartado Postal 48725000 Saltillo, Coahuila, México

Correo electrónico: [email protected]

1001 South 10th Street, Suite G-529McAllen, Texas 78501 USAE-mail: [email protected]

El Hogar Educador (ISSN: 1539-4735) is published Quarterly, 1001 S. 10th St., Ste. G-529, McAllen, TX 78501. Periodicals postage rates paid at McAllen, TX. Postmaster, please send address corrections to El Hogar Educador, 1001 S. 10th St., Ste. G-529, McAllen, TX 78501.

Todo el material publicado en la revista El Hogar Educador tiene Copyright 2010 por El Hogar Educador. Impreso en México

DiseñoFotografíaFotografías de portada tomadas por:

Marian Solano, Jason Haymond y Ana María Iñigo

Ana María IñigoDiseño de anuncio:

Lorena García

El Hogar Educador Contenido

Palabras Desalentadoras

por Marcia Somerville 2

Entre Mamás

por Pam Richardson 5

¿Por qué Educas a tus Propios Hijos?

Por Rodger Williams 8

Lo que las Familias están Haciendo para Salvar al

Mundo

por Kevin Swanson 10

¿Cuál es el Estilo de Aprendizaje de tu Hijo? Parte 2

por Melissa Pinkley 13

Detectando Deficiencias en la Lectura

por Katharine Trauger 15

Maridos Carnales, Esposas Gruñonas y Niños Renegones

por Michael Pearl 18

¿No Confías en Mí?

por David Tucker 20

Conferencias 2010 - 2011 24

La Última Palabra

por Mike Richardson 26

Page 4: Revista El Hogar Educador (verano 2010)

4  El Hogar Educador  Verano 2010

Estoy preocupada por un nuevo concepto: las expresiones de crítica. Todos hemos oído acerca del poder que hay en las palabras alentadoras,

¿pero habremos considerado lo opuesto? Últimamente he estado meditando acerca del poder que tienen las palabras desalentadoras y de cómo hacerle para evitar decir demasia-das palabras que desalienten.

La Biblia claramente indica que debemos escoger con cuidado las palabras que vamos a expresar. Un mensaje general que Dios tiene para nosotros respecto a la expre-sión oral se encuentra en Efesios 4:29-32 donde dice: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuis-teis sellados para el día de la reden-ción. 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

A primera vista, este pasaje parece imposible. Es tan… ¡definitivo! “¡Ninguna palabra corrompida… SINO la que sea buena para… edificación!” Señor, ¡sola-mente soy un ser humano mortal! Pero le quiero agradar y quiero dejar de lastimar con mis palabras a las personas que me rodean, así que le he estado pidiendo al Señor que me muestre cómo le puedo obedecer en esto. Y he descu-bierto algunas cosas sorprendentes. Estoy suponiendo que todos batallamos con esto así que les ofrezco lo que he observado con la esperanza de que todos juntos crezcamos en piedad.

La primera cosa que noté en este pasaje es que cuando no cumplo con el estándar de Dios, tengo en mi imperfecta naturaleza un recuerdo de mi naturaleza caída y de Su natu-raleza perfecta. Todos somos irremediablemente perversos. Jesús en, Mateo 12:34, nos dice que: “…de la abundancia del corazón habla la boca.” Me he estado preguntando: ¿qué hay en mi corazón que me hace decir palabras des-alentadoras? Amo a mi esposo, a mis hijos, a mis demás familiares y amigos. ¿Por qué entonces, los lastimo?

Para usar las palabras de Pablo en Romanos 7:21, “Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.” El estándar de Dios me ha humillado, me ha mostrado de nuevo cuánto necesito de un Salvador. En mi maldad, no me es posible mantener el estándar perfecto de Dios sin su gracia sustentadora y salvadora. Necesito de su gracia para hacer la cosa más sencilla: cuidar mi manera de hablar. Y este nuevo recordatorio me ha hecho adorarle, mirar hacia arriba para obtener tanto esperanza como pers-pectiva. Dios no solamente es todo-suficiente sino que ha prometido moldearme en la imagen de su Hijo, de manera que tengo esperanzas de cambiar.

La segunda cosa que noté es que este problema que tengo es más serio que mis fallas momentáneas. Es más grande

que los patrones de pecado de mi alma. Es más grande que mis relaciones más

importantes con otros: mi esposo y mis hijos. Mi habla corrupta puede afectar hasta al mismo Dios. Lo puedo contristar. Además, puedo disminuir la gracia que otras per-

sonas pudieran recibir a través de mí. Mis palabras desalentadoras los

pueden hacer tropezar mientras corren hacia las cosas de Dios.Además, puedo

hacer que los no-cristianos piensen mal de Jesús. De manera que lo que está en juego no puede ser más grave de lo que ya es, así que más vale que con seriedad me aprove-che de la gracia de Dios para vencer este pecado en mi vida.

¿Qué es, pues, lo que hay en mi corazón que me hace hablar palabras desalentadoras, hirientes, crueles, y descon-sideradas? Bueno, pues hay una enfermedad del corazón de la que no había oído. En su bondad, Dios arregla las cir-cunstancias para que por medio de los acontecimientos el pecado que hay en nosotros sea revelado. Mi corazón es como una esponja empapada en jugo de toronja. Si alguien la aprieta, ¿qué saldrá? No saldrá agua, ni jugo de naranja, ni agua de horchata. No, simplemente saldrá jugo de toronja porque de eso está empapada la esponja. Así el pecado está en mi vida pero estoy ciega a él.

Las circunstancias aprietan la esponja que es mi corazón y me hacen ver lo que hay ahí. Estas son algunas de las cosas que he encontrado al tratar de controlar las palabras que salen de mi boca.

Palabras Desalentadoraspor Marcia Somerville

La Biblia claramente indica que

debemos escoger con cuidado las palabras que vamos a

expresar.

Page 5: Revista El Hogar Educador (verano 2010)

5 El Hogar Educador  Verano 2010

Pienso que el problema principal, se debe a un enfoque en mí misma. El pasaje que citamos menciona: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia.” ¿Qué son estos pecados sino manifestacio-nes de un corazón que se centra en sí mismo, en su ego, en mí misma? ¿Acaso no son todas estas cosas señales de un corazón que eleva sus deseos y sus ofensas y heridas por encima de la Palabra de Dios y de las necesidades de otras personas? Estos son algunos ejemplos del mundo típico de una madre que educa en el hogar:

Cuando escucho a uno de mis hijos expresar algún sueño o anhelo de lo que quiere alcanzar, le respondo diciendo: “¿Cómo vas a lograr eso si no puedes ni siquiera terminar esta sencilla lección de matemáticas? ¡Apretón a la esponja y salió amargura! Seguramente me sentí provocada. Tal vez la lucha con esa lección de matemáticas llevaba un buen rato. Tal vez mi hijo había pecado contra mí mientras lo exhortaba a hacer su mejor esfuerzo. Fue solamente una provocación.

Lo que hago en respuesta a esa provocación (a ese apre-tón a la esponja) es en lo que Dios se fija. Mi manera de

responder refleja mi madurez y muestra mi verdadero enfo-que (el color del jugo que está en la esponja). Mi raíz de amargura, si no es atendida, se convertirá en una profunda idolatría, en una afrenta a Dios y desanimará a mi hijo, frus-trando de esta manera la gracia de Dios en su vida. Una raíz de amargura es una cosa que deshonra y contamina, y provoca muchos problemas en una familia. Se le debe dar seguimiento activamente, debe haber arrepentimiento inmediato y debe ser desarraigada sin compasión como la hierba más dañina y perjudicial. (Vea Hebreos 12:15) Nunca podré arrancar esa hierba por mí misma; ¡necesito la ayuda de mi poderoso Salvador!

Cuando a mi esposo se le olvida comprar la leche que le encargué trajera de regreso de la oficina y respondo a sus manos vacías con expresiones como: “¿Es que no te impor-tamos, verdad?” ¡Uy! ¿Por qué escojo manifestar mi ira y enojo de esa manera? ¿Soy yo acaso juez en lugar de Dios? ¿Por qué no tengo compasión? ¿Acaso yo sí he cumplido impecablemente con todo lo que él me ha pedido? ¿Acaso el olvido de una persona realmente manifiesta su falta de interés por otros? Claro que no, pero yo solamente estoy

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Page 6: Revista El Hogar Educador (verano 2010)

6  El Hogar Educador  Verano 2010

pensando en mí misma en ese momento. Necesitaba esa leche, o por lo menos eso pensaba. Mi esponja está siendo apretada y están saliendo ira y enojo. Se me ha olvidado ser amable, compasiva, y perdonadora, ¡así como yo he sido perdonada! De manera que palabras desalentadoras salen de la cloaca que es mi corazón egoísta auto-enfocado. Necesito un Salvador; uno que me recuerde lo mucho que he sido perdonada para que aprenda a amar mucho.

Cuando mi desconsiderada amiga comienza a decirme al oído el mal trabajo que fulanita de tal está haciendo como madre educadora en el hogar, y yo no sólo estoy de acuerdo con sus calumnias sino que le añado más al desprestigio, realmente nos estamos contaminando las dos. ¿Por qué? ¿Acaso estoy secretamente envidiando a fulanita de tal? ¿O es que me hace sentir bien, hasta orgullosa, que por lo menos mi escuela en el hogar esté mejor organizada o funcionando mejor que la de alguien más? Otro apretón que hace que se muestre lo que realmente soy. Necesito que el amor de Jesús me enseñe a amar a mi prójimo como a mí misma, y a buscar la amistad de mi hermana más débil, no a calumniarla ni juzgarla.

La otra cosa que he observado en mi malvado corazón es la falta de amor, como se define en la Biblia. ¡Por supuesto que siento que amo a mi esposo y a mis hijos! ¿Acaso estaría educando en el hogar si no los amara? Pero volvamos a ver lo que dice el pasaje. ¿Estoy demos-trándoles a ellos un amor como el de Cristo cuando permito que palabras desalentadoras salgan de mis labios? ¿Estoy siendo compasiva y amable? ¿Perdono a las personas que siento que me ofenden? ¿Estoy viviendo las exhortaciones de 1 Corintios 13:4-7, que me recuerdan que el amor es sufrido y benigno, no es jactancioso, no hace nada inde-bido, no busca lo suyo? ¿O les estoy apretando el cuello a mis hermanos por pecados mucho menores a los míos y por los cuales ya fui perdonada, como sucede en la historia de Mateo 18:23-35? ¿Cómo es que se nos olvida amar?

Cuando llevamos prisa porque se nos ha hecho tarde y le decimos a nuestra hija de 9 años, “Brenda, no vas a poder llegar a nada en la vida, ¡si ni siquiera puedes salir a tiempo de la casa!”

Cuando a nuestro hijo adolescente, quien pasa por un tiempo en el que se está estirando físicamente y necesita dormir un poco más, se le olvida hacer sus quehaceres de la mañana, y le decimos: “¡Te has hecho tan olvidadizo! ¡No

sé que es lo que te pasa pero más vale que te compongas, pero rápido!”

Cuando nuestra hija nos dice: “Mamá, me gusta cómo se te ve el cabello” y le respondemos con amargura: “Pues, se vería mucho mejor si tu padre me diera dinero para ir al salón de belleza más seguido.”

Cuando todo lo que podemos hacer es quejarnos de la casa, del auto, de las deficiencias de nuestra escuela en el hogar, de los materiales que utilizamos, de nuestro peso o de las miles de otras cosas que nos desilusionan porque sen-timos que merecemos algo mejor.

Lo que merecemos es el infierno. Merecemos juicio. Merecemos la condenación eterna. La mayoría de noso-tras tenemos, en lugar de eso, una familia amorosa llena

de pecadores caídos tratando de hacer lo mejor que pueden pero fracasando al igual que noso-

tras. Pero también tenemos un Salvador quien es amable, paciente, miseri-

cordioso y compasivo, y que día tras día trabaja para hacernos más y más semejantes a Él.

Palabras de crítica. Palabras de desaliento. Pláticas degra-

dantes. Dios nos advierte acerca de esto. Ciertamente, su Palabra

tiene un mandamiento sencillo para nosotras las mujeres: “No.” Él

nos dice por medio de Pablo: “NINGUNA palabra corrompida salga de vuestra boca.”

¿Puedo rogarles que inclinen su rostro y que le pidan a Dios que les muestre dónde han estado permitiendo pecado en sus corazones que obra para corromper su habla y causa turbación y problemas en su hogar? Él es bueno y misericor-dioso y te ha guiado a leer este artículo el día de hoy. En mi experiencia, él nunca saca a luz un pecado en nuestra vida que no está dispuesto a ayudarnos a superar. Reconozcamos nuestra necesidad y pidamos su ayuda para que nos limpie y podamos llegar a ser personas que alienten, que levanten el ánimo, en vez de ser una fuente de palabras desalentadoras.

Marcia Somerville es conferencista, autora del currículo Tapiz de Gracia, estudios integrados de historia, literatura, artes, geografía, his-toria de la iglesia, gobierno y redacción. Su página en Internet es: www.tapestryofgrace.com

Publicado en la revista CHEC Homeschool Update (Asociación de Educadores Cristianos de Colorado), Segundo Trimestre de 2006. Usado con permiso.

Cuando nuestra hija nos dice: “Mamá, me

gusta cómo se te ve el cabello” y le respondemos con amargura: “Pues, se vería mucho mejor si tu padre me

diera dinero para ir al salón de belleza más seguido.”

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7 El Hogar Educador  Verano 2010

Entre Mamáspor Pam Richardson

Conforme se acerca el verano, es un buen momento para evaluar nuestro horario escolar. La mayoría de las escuelas hacen un receso más largo durante las vacaciones del verano. La hermosura de la educación en el hogar es que tenemos la libertad de planear cuándo será el mejor tiempo para nuestros recesos. En el pasado utilizamos el horario escolar tradicional y resultó bien para nuestra familia. Recientemente

hemos hallado que el tener escuela durante el verano con varios recesos cortos está resultando mejor para nosotros.

Recuerden, aun cuando nos tomemos unos días de vacaciones, siempre estamos aprendiendo. Los viajes y las vacaciones son momentos ideales para aprender a leer un mapa carretero y trabajar en aplicar habilidades matemá-ticas. Pueden calcular cuántos kilómetros por hora están promediando y cuantos kilómetros para la siguiente ciudad o estado. Pueden llevar un registro en un diario de las cosas interesantes que vieron o aprendieron al ir atravesando ciudades o estados. A esto se le puede llamar “escuela en el auto”. También pueden leer libros en voz alta mien-tras viajan. Pueden llevar un registro de los kilómetros recorridos, la gasolina consumida y del dinero que se está gastando.

Acabo de hacer un viaje a Arizona para estar con Misty. Ella acaba de tener nuestro quinto nieto. Una dulce niña de nombre Rebekah Faith. Anna y Abigail fueron conmigo y fue un grandioso tiempo de aprendizaje y diversión. Los varones fueron con Mike a Georgia para trabajar en una casa. Nos estábamos “tomando un receso de la escuela.” Sin embargo, debo admitir que aprendimos más cosas de las que pudiéramos haber aprendido en un libro. Anna tuvo un curso intensivo en cuidado de niños con cinco pequeños a su alrededor, además aprendió de cocina y limpieza del hogar. También hubo mucho que aprender acerca del embarazo y del cuidado de un recién nacido. Fue muy divertido para las tres hermanas (Misty, Anna y Abigail) el tiempo que pasaron juntas.

Aunque ahora necesitamos regresar a los libros, el tiempo de entrenamiento durante nuestro “receso” fue muy valioso. El aprender habilidades para la vida es una parte muy importante de nuestro entrenamiento.

Que Dios les dé sabiduría conforme planean sus actividades para el verano. Disfruten a sus hijos y recuerden que los días son largos pero los años cortos.

Pescado Horneado

Ingredientes:

• Cualquier tipo de filete de pescado

• Migaja de pan italiano—migajas de pan con polvo de ajo, orégano y queso parmesano.

• Mantequilla

• Sal y pimienta

Unte con aceite una charola para hornear y coloque el pescado en ella. Espolvoreé las migajas y ponga una pequeña porción de mantequilla en cada pieza. Horneé hasta que se formen hojuelas y el pescado alcance un color café dorado. A mi me gusta servirlo con arroz, alguna verdura cocida al vapor y ensalada. Es una comida muy nutritiva y a los niños les encanta.

delicioso y nutritivo. Puede usarse como un “dip” para verduras sin cocer o para totopos o se puede servir como se sirven los frijoles refritos.

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8  El Hogar Educador  Verano 2010

Roberto y Sara empezaron a educar a sus hijos en casa hace 6 años. Dios les ha enseñado muchas cosas a lo largo de estos años y ahora nos compartirán un poco de su historia.

¿Cómo se enteraron sobre la educación en el hogar?

Roberto - Hace como 10 años fuimos a visitar a David Clingan y su familia. Ellos estaban educando a sus hijos en casa y a mi me pareció muy extraño eso. Era la primera vez que oia sobre este asunto. También por ese tiempo conocí a la familia Paquot que tam-bién educaba en casa.

¿Tuvieron pensamientos de duda o temor al meditar en la educación en casa?

Roberto - A mi me preocupaba la parte académica y cuando Sara me comentaba sobre el tema no lo podía aprobar Pensaba que los conocimientos de los maestros para tratar a los niños era especial y que no iban a aprender igual si nosotros les enseñabamos. Yo quería que tuvieran un certificado o un título, que pudieran graduarse y en base a eso lograr algo en la vida. Si no, pensaba que irían de mal en peor.

¿Hubo algunos versículos de la Biblia que fueron claves para tomar una decisión?

Roberto - En ese momento hubo y sigue habiendo mucho versículos que nos confirman. El primero por ejemplo fue Proverbios 22:6, yo veía que el Señor no le estaba hablando al pastor, al tío, o a una institución, sino al papá. En Efesios 6:4 "Y vosotros padres no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino guiadlos en disciplina y amonestación del Señor." Aquí fue cuando yo me di cuenta que el Señor estaba hablando directamente a los padres sobre la manera de cómo deberíamos educarlos; enseñarlos a caminar en el camino del Señor, no provocarlos al enojo, ni siquiera nos esta diciendo que los debemos instruir académicamente, sino en el conocimiento de Dios y la sabiduría de El.

¿Cómo es que tomaron la decisión de educar en el hogar?

Sara - Tomamos la decisión para obedecer, quisimos tomar el reto de parte del Señor, por que la enseñanza no es algo fácil para mi, no es algo que se me da.

Roberto - Cuando las cuatas estaban en segundo de kínder entró una nueva ley que de acuerdo a su edad se requería que repitieran el año. Es ahí cuando Sara me propuso que las tuviéramos en casa, que viera el resultado y tomara una deci-sión. Yo estuve de acuerdo y las cuatas se quedaron en casa. Recuerdo que Daniel nos decía que no lo queríamos porque lo mandábamos a la escuela. Cuando vimos que las cuatas eran más sociables que nuestro hijo, su manera de hablar, el respeto hacia nosotros como padres era diferente, me di cuenta que en la casa el Señor estaba trabajando mas con las mujeres que con nosotros dos y le dije a Sara que si traeríamos a casa a Daniel.

La Historia de una FamiliaRoberto y Sara Cabada

por Valeria Alemán

La familia Cabada educa en casa en Monterrey, NL.Atrás: Sara, Roberto; Adelante: Sofía (10), Daniel (12), Paola (10)

Page 9: Revista El Hogar Educador (verano 2010)

9 El Hogar Educador  Verano 2010

¿Podrían describir lo que ha sido para ustedes la educación en el Hogar?

Sara: Para mi el educar en el hogar es estar en constante oración y una constante lucha. A veces pienso que el día va a ser muy bueno y resulta que ese día no hubo avance, no estaban listos para aprender cierto concepto. Si un día me levanto creyendo que puedo hacerlo sola, el Señor me humilla y me dice "no te has puesto en oración, no has dejado las cosas en mis manos, Yo soy el que atreves de ti, los estoy enseñando". Ha sido aprender a dejar las cosas en las manos del Señor.

Roberto: Es un aprendizaje de día en día, creemos que estamos educando a los hijos pero al final de cuentas los que más aprendemos somos los padres. No conocemos como ser padres, hasta que realmente te pones en las manos del Señor. Nos va moldeando en el carácter, en el servicio, en el crecimiento espiritual y el obedecer a veces nos cuesta, porque creemos que como padres siempre vamos a tener la razón y muchas veces nuestros hijos nos enseñan junto con la palabra como ir obedeciendo al Señor y dar un buen testimonio. Al final de cuentas podemos engañar a mucha gente pero no a nuestros hijos o a nuestras esposas ni mucho menos a Dios.

Antes la visión para su familia era que tuvieran un titulo y que fueran exitosos en ese camino, ahora cuéntenos lo que piensan.

Roberto: Nosotros creemos en un Dios de propósitos, creemos que para cada persona tiene un propósito, y para noso-tros como la familia Cabada hay un propósito también. La visión es que nuestros hijos puedan conocer al Señor y que puedan ser obedientes de acuerdo al propósito que tiene El en sus vidas. Nos gustaría poder indicarles a nuestros hijos qué es lo que el Señor tiene preparado para ellos pero El va a estar hablando con ellos y les va a decir que camino deben elegir. Nuestra responsabilidad es educarlos para que obedezcan al Señor y El estará trabajando con cada uno de ellos. Hablando sobre los títulos, pues ya pasó, no sabemos si algún día quieran sacar el certificado de primaria o secundaria, pero la verdad ahorita no nos preocupa.

¿Nos podrían platicar una situación que ustedes consideren una anécdota de estos seis años?

Sara y Roberto: Pues hay muchas anécdotas, creemos que la más significativa es que por un tiempo literalmente nos esforzamos en poner la escuela dentro de la casa. Nos trajimos todas las materias, el horario, el sistema; pusimos un pizarrón muy grande, pegamos letreros en las paredes de la casa, queríamos comprar todo el material que existiera. Elaboramos exámenes, teníamos una carpeta con horarios y un calendario escolar para especificar que días se les permitiría faltar. El problema es que andábamos bien agobiados todo el año, por las mañanas trabajando en las materias; ya que terminaban una les daba la que seguía y así sucesivamente. Hasta teníamos fechas establecidas para terminar los libros.

Ahora hemos cambiado un poco la dinámica. Aunque seguimos trabajando por las mañanas, ya no es tan rígido como antes. Sacamos el horario tan extricto que teníamos y siento que todos descansamos y avanzamos más rápido. La materia más importante que ahora tienen es copiar la Biblia. Haciendo esto nuestros hijos aprenden muchas cosas como la ortografía, la dicción, lectura, conceptos y significados de palabras. Gracias al Señor que fue cambiando esa perspectiva.

¿Tienen algo en especial que quieran decirle a las personas que leerán este artículo?

Sara: Aconsejamos a las otras familias que hagan lo que Dios les muestre y no imiten a otra familia, porque puede resul-tar en frustración y pueden abandonar el barco.

Roberto: Lo que me gustaría comentar es que cada una de las cosas que hacemos o que se tienen que hacer, hacerlas por convicción en base a lo que el Señor te va mostrando, cuando imitamos a alguna otra familia o una convicción de otras personas, no funciona, todo lo que hacemos aquí en la casa es porque tenemos la convicción de que así debe de ser y no por imitar a alguien más. Muchas familias han sido un gran ejemplo para nosotros y yo creo que nosotros los cinco nos conocemos y sabemos que tal vez no podamos ser un buen ejemplo pero si no fuera por el Señor yo no podría hacer nada. El Señor me ha ido moldeando en el carácter y todavía me falta mucho para estar llevando a cabo la educación en el hogar.

Para las familias que aun no se deciden, decirles que estén bien apegados al Señor, tomados de su mano. Para las perso-nas que ya están educando en el hogar, le damos gracias al Señor por ellos. Sigamos enseñando a nuestros hijos del Señor; sobre el arrepentimiento y esperamos que nuestros hijos den fruto de salvación.

Page 10: Revista El Hogar Educador (verano 2010)

10  El Hogar Educador  Verano 2010

Padre cristiano, ¿por qué tu familia educa a sus pro-pios hijos? Si no tienes las razones establecidas firmemente en tu mente, entonces cuando vengan

los tiempos difíciles (y sí llegarán) no estarás preparado para aguantar las tormentas.

Una razón por la que hacemos el sacrificio de educar a nuestros hijos es por la educación que reciben con la ins-trucción individualizada. Aun cuando parezca que el caos reina, nuestros hijos en última instancia pueden pensar mejor por su aumentada interacción significativa con sus padres y los que no son compañeros de la misma edad.

Las fuerzas de la educación en el hogar terminan con-tando más que cualquier ineficacia y nuestros hijos son beneficiados por consecuencia.

Pero hay un resultado más importante que un padre cris-tiano debe querer para sus hijos. Queremos que sean hom-bres y mujeres de Dios, amándolo a Él y obedeciéndole a través de sus vidas. El discipulado basado en el hogar debe ser la razón primordial para educar en el hogar.

Si eres como yo, te sientes muy inseguro en esta área. No invertimos todo el tiempo que queremos en nuestros hijos. Todos nosotros estamos atrapados en la resaca de las responsabilidades y eventos de la vida. Hacemos lo posi-ble para discipular a nuestros hijos, pero siempre parece ser muy poco. Y siempre permanece el reconocimiento irritador de que hay algunos padres que son mucho más organizados respecto al ánimo que dan a sus hijos en la fe cristiana.

Pero Dios nos llena de gracia y utiliza el ambiente del hogar educador para compensar muchas de nuestras defi-ciencias. Para empezar, no siempre tenemos que defender-nos de todas las influencias anti-cristianas que otras fami-lias tienen que enfrentar. La ósmosis de nuestra fe cristiana tiene la oportunidad de absorber algo de la presión, mien-tras nuestros hijos pasan tiempo con su madre y hermanos

cristianos, en vez de pasar tiempo en un aula diseñada sin Dios. Y tu ejemplo personal, como tu lectura bíblica en la noche, de alguna manera cuenta más.

Eso no significa que podemos avanzar en “piloto automá-tico,” apoyándonos únicamente en el sistema de educación en el hogar para discipular a nuestros hijos. Necesitamos dar la atención deliberada para guiar a nuestros hijos en su andar con el Señor, pensando en cómo podemos hacer un mejor trabajo. Enseñar a nuestros hijos en el hogar nos da una oportunidad única de llevar a cabo ese discipulado basado en el hogar.

Así que, esto es lo que en verdad está en juego: el disci-pulado cristiano hogareño de nuestros hijos.

¿Qué puede interferir con ese propósito de discipular a nuestros hijos en el hogar? La primera cosa es el estrés que impone a tu esposa. La madre lleva la carga en la mayoría de las escuelas en el hogar. Así que, cuando ella se frus-tra, se cansa o se desanima, necesitas estar ahí para soste-nerla. Ella está bajo presión cada día y necesita tu ánimo e intervención cuando sea necesario. Ya sé que estás cansado cuando llegas a la casa del trabajo. Pero necesitas reservar algo de energía para edificar a tu mujer cuando te necesite. Este es un deber que necesitas tomar en serio. Reconoce tus responsabilidades en este sostenimiento, y determina en tu mente hacer lo necesario para ayudar a tu esposa a seguir adelante a pesar de las adversidades inevitables de la educación en el hogar. No podemos arriesgar el fracaso de nuestras familias en este punto. Tenemos demasiado inver-tido en el resultado.

Otra área que interfiere con el discipulado hogareño de nuestros hijos es el dinero. La educación en el hogar cuesta dinero, no solamente en gastos directos, pero más forzosa-mente en los ingresos perdidos. Nadie de nosotros se com-promete a esto sin ver esto.

¿Por qué Educas a tus Propios Hijos?Por Rodger Williams

❝Si no tienes las razones establecidas firmemente en tu mente, entonces cuando vengan los tiempos difíciles (y sí llegarán) no estarás

preparado para aguantar las tormentas.❞

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Sabemos que tendremos un estilo de vida más humilde que una familia de dos ingresos. Pero el problema que sigue ocurriendo es el siguiente: el padre se cansa de pagar para las materias y actividades educacionales. Y hay un programa conveniente de la escuela pública local, diseñada para los educadores en casa. Ahí, todo es gratis.

Pero la educación pública en el hogar tiene la misma agenda que la escuela pública en el edificio escolar. Es un sistema sin Dios. La neutralidad de las materias es un mito. Tus hijos aprenderán que Dios no es relevante a su educa-ción. Presentarán exámenes sobre materias que se diseñan para promover las metas sociales de la escuela pública.

Tu esposa no puede observar y contraatacar a cada con-cepto que les lanzan a tus hijos. Ella simplemente no tiene tiempo para enseñar dos series de libros a la vez: las mate-rias sesgadas de la escuela pública (cuyos exámenes ten-drán que presentar) y las verdades opuestas que necesitarán absorber para ser discípulos de Cristo.

Puedes ahorrar algo de dinero de esta manera, pero des-truirá tu propósito de discipulado hogareño. La gran parte de tu inversión financiera en la educación en el hogar es la pérdida del segundo ingreso. Así que estás cambiando tu

beneficio mayor por un ahorro inferior. No es un negocio provechoso.

Es mejor economizar con tus libros y actividades, mien-tras edifiques a tus hijos en su fe cristiana, en vez de ser reducido a servidumbre a la escuela pública.

Todo esto regresa a la pregunta fundamental: ¿por qué educas a tus propios hijos? Para un padre cristiano, la res-puesta correcta es el discipulado hogareño. Esa es la fuerza primordial de la razón por la que hacemos nuestros sacrifi-cios. Es lo que necesita ser nuestro enfoque. Eso, al cabo de todo, será lo que nos recompensa: saber que hemos ayu-dado a nuestros hijos a amar al Señor y obedecer su llamado en sus vidas.

Que Dios nos ayude a fielmente llevar a cabo nuestro deber como padres cristianos.

Rodger y Karen Williams están en el comité del Oregon Christian Home Education Association Network (La Asociación de Educación Cristiana en el Hogar de Oregon). Copyright 2005 Rodger Williams

Used by permission.

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Los sociólogos están muy preocupados. Las tasas de natalidad en nación tras nación en Occidente son insuficientes para reemplazar a la generación

anterior. Con una tasa de natalidad del 1.7, Canadá pronto tendrá más personas jubiladas que jóvenes menores de 15 años. Del otro lado del océano en el Lejano Oriente, Corea del Sur está experimentando el descenso más pronunciado en tasas de natalidad en la historia del mundo, derrumbán-dose de 6.0 hasta 1.15, (la más baja en el mundo entero), ¡en una sola generación! Japón verá su población reducida a la mitad el próximo siglo. Italia tiene la tasa de natalidad más baja de Europa con 1.2.

El sociólogo José Fessio fue entrevistado en un programa de televisión donde se trataba el tema de la Civilización Occi-dental y dijo:”Básicamente, nuestra civilización se está muriendo en Europa; pronto será reemplazada por la cos-movisión musulmana y la libertad religiosa terminará; será eliminada como lo ha sido en la mayoría de los países islámicos.” Luego agregó: “Son los cristianos en Occidente los que podrán salvar no sólo al cristianismo sino a la cultura occidental. Porque son los cristianos los que educan en el hogar y son esas familias las que están teniendo hijos.”

La desintegración de la Civilización Occidental se debe a una cosmovisión equivocada. En las palabras de Pro-verbios: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7). Es el pensamiento humanista moderno el que está destruyendo al mundo occidental y a todas las naciones que han importado esa cosmovisión defectuosa. ¿Pero en qué piensan estas personas? ¿Qué es lo que está erosionando a la familia en el mundo occidental al grado que las poblaciones se están implotando, es decir, se están colapsando hacia adentro? Los sociólogos explican lo que está pasando en Corea del Sur en una publicación llamada, Gaceta Japonesa de la Población (Vol.3, No. 1, Pág. 50): “Las mujeres jóvenes quieren tener sus propios papeles en la vida, ya no el de ser esposa y madre… estas jovencitas ya no acatan ni se sujetan a los acuerdos tradicio-nales acordados por las familias que sus madres y abuelas

respetaban. Han invertido mucho en educación y tienen sus propias expectativas y ambiciones… están buscando la autonomía financiera y no pueden tolerar estar subordina-das a una autoridad masculina.”

Comentando acerca de la implosión de la población en Canadá, la reportera Anne Marie Owens del periódico Canada Post, revela el compromiso con la cosmovisión que ha capturado los corazones de las mujeres en ese país: “Lo que me parece más interesante es que la mayor reducción en tasa de natalidad está afectando a aquellas personas que el país más quisiera ver como padres. Las mujeres que obtie-nen los mayores ingresos y tienen la mayor educación son las que se están olvidando por completo de la maternidad o están teniendo muy pocos hijos en lo que se ha llamado una

revolución en fertilidad.”

Pero ya conocíamos todo esto. Aun en los Estados Unidos, la tasa de natali-dad ha caído de 4.0 hasta 2.0 mientras que las áreas o tamaños promedio de las casas ha crecido (desde 1950) de 90 metros cua-drados hasta 205 metros cuadrados. Puesto que las personas viven sus valores,

podemos concluir que, en la mente del americano común, las paredes de ladrillo son más importantes que los hijos. Ciertamente, la autonomía financiera se valora más que la familia. Nuestros sistemas educativos cuidadosamente pre-paran a los jóvenes, hombres y mujeres, a seguir una trayec-toria profesional independiente, auto-orientada, en vez de proporcionarles una visión económica basada en una fami-lia grande y unificada. A la postre, es esa cosmovisión de un existencialismo egocéntrico y la ausencia de una fe en Dios lo que está destruyendo a nuestra cultura.

El político y escritor, Pat Buchanan, en su libro “La Muerte de Occidente,” puntualiza con precisión el problema de Occidente cuando lo compara con la explosión del Islam en Europa: “El mundo islámico retiene algo que el mundo occidental ha perdido; es decir, el deseo de tener hijos, la voluntad de perpetuar su civilización, cultura, familia y fe.” Cuando leí esto, pensé en los comentarios de Fessio y no pude menos que preguntarme si no es eso lo que muchas

Lo que las Familias están Haciendo para Salvar al Mundopor Kevin Swanson

“El mundo islámico retiene algo que el mundo occidental ha perdido; es decir,

el deseo de tener hijos, la voluntad de perpetuar su civilización, cultura,

familia y fe."                                                                  - Pat Buchanan

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familias que educan en el hogar están contribuyendo en la actual batalla desesperada por salvar a Occidente: ¡la volun-tad de perpetuar su civilización, cultura, familia y fe!

Problemas de Raíz

La ética es una división de la filosofía y un componente fundamental de una cosmovisión. La ética nos dirá lo que es bueno y recto, lo que es malo y malvado. Por ejemplo, las paperas son malas pero no es “equivocado” contraer las paperas, ¡como sería equivocado robar un banco! Enton-ces, la ética nos definirá lo que es malo y equivocado. Pero la gran pregunta en la construcción de una cosmovisión es: “¿De dónde sacas tu ética?” O dicho de otra manera: “¿Cómo sabes lo que es bueno y recto?”

De alguna manera hemos aceptado en Occidente un sis-tema de ética que acepta el divorcio, la familia pequeña, y niños sin padres. Estas cosas son aceptables en la mente del hombre moderno simplemente porque vive una vida existencialista. El existencialismo es orientado hacia el ego, y poco le importa el futuro. Según esta manera de pensar, lo que es importante son las decisiones a muy corto plazo o lo que uno escoja en la inmediatez. Al ir aceptando la manera de pensar existencialista, nos van interesando cada vez menos las consecuencias a largo plazo de nuestras deci-siones inmediatas.

El problema de raíz subyacente a la devastación que ha venido sobre el mundo moderno es el abandono de Dios en nuestra manera de pensar y en nuestras vidas. En su corazón, el hombre moderno rehúsa la Palabra de Dios como dirección para su vida; es egocéntrico y hombre-céntrico en sus metas.

Durante un período de por lo menos mil años, la Cul-tura Occidental fue edificada sobre la base de las verdades y éticas del Antiguo y Nuevo Testamento. La Reforma enfa-tizó poderosamente un regreso a la Biblia como la fuente de verdad y esto produjo un pensamiento cristiano sólido y robusto en naciones como los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Escocía, Alemania, Suiza, y Holanda. En con-secuencia, estas naciones fueron bendecidas con gran-des libertades y una fortaleza económica sin precedentes. Lamentablemente, esta reforma bíblica llegó a su fin hace por lo menos cien años. Hoy en día la Biblia tiene poco impacto en nuestras instituciones—políticas, educativas, económicas, eclesiásticas y en la familia. Ha sido práctica-mente purgada de la sociedad.

La Biblia nos da Nuestra Ética

Para aquellos que apenas están despertando y se están dando cuenta de la triste situación en la que nos encontra-mos, la Biblia proporciona un claro fundamento acerca de la manera en la que debemos pensar y vivir. Hoy en día, conforme los cristianos regresan a la Biblia para buscar su ética, se dan cuenta que la vida no consiste en la auto-gratificación sino en hacer todo para la gloria de Dios y en disfrutarle para siempre (1 Corintios 10:31). Descubren que el divorcio es algo que Dios detesta (Malaquías 2:16), que el endeudamiento produce esclavitud (Proverbios 22:7, 1 Corintios 7:23), que las familias grandes son una bendición (Salmo 127:5, Deuteronomio 28:4,18) y que es un crimen dejar a una familia sin padre, o sea no suplir esa necesi-dad (Éxodo 22:22). ¡Imaginen lo que sucedería a nuestra civilización si 100 millones de cristianos en América se volvieran a la Biblia para obtener y seguir sus principios

Hacer todo para la gloria de Dios 1 Corintios 10:31 - Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,              hacedlo todo par la gloria de Dios.

El divorcio lo destesta Dios Malaquías 2:16 - Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio...

El endeudamiento produce esclavitud Proverbios 22:7 - ... Y el que toma prestado es siervo del que presta.

Las familias grandes son una bendición Salmo 127:5 - Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.

Dejar una familia sin padre es un crimen Éxodo 22:22 - A ninguna viuda ni huérfano afligiréis.

Ética de la Biblia

¡Imaginen lo que sucedería a nuestra civilización si 100 millones de cristianos en América se volvieran a la Biblia para obtener y seguir sus principios éticos!

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éticos! Descubrirían que los padres deben amar a sus hijos y amar a su Dios, y que deben discipular a sus hijos mien-tras se encuentran en sus casas, o por el camino, cuando se levantan y cuando se acuestan (Deuteronomio 6:7). Los corazones de aquellos que abracen la manera de Dios de hacer las cosas (en vez del existencialismo de Jean Paul Sartre) comenzarán a odiar el divorcio y a amar a las fami-lias grandes. Ellos alinearán sus vidas de conformidad con la voluntad de Dios, buscarán la gloria de Dios e inevitable-mente Dios les bendecirá. Los padres se ocuparán en criar a sus hijos en la disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4), serán fieles en tener un devocional familiar diario y en exhortar (Hebreos 3:13). Nuestras hijas serían criadas para ser ayuda idónea a sus maridos y administradoras del hogar (Génesis 2:22, Tito 2:5), y nuestros hijos serían criados para proveer para sus pro-pias familias, a enseñar a sus hijos la Palabra de Dios y a amar a sus espo-sas como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella (1 Timoteo 5:18, Efesios 5:25 y 6:4).

Afortunadamente, tenemos agencias de adopción, iglesias y ministerios que trabajan en culturas donde el 36% de los niños nacen sin padre y la mitad de los matrimonios terminan en divorcio. Estos son como hermosos hospitales que atienden a los heridos en la san-grienta guerra de las cosmovisiones. ¿Pero cuándo vamos a enfrentar ese pensamiento fundamental que está causando tal devastación en la socie-dad? ¿Cuándo vamos a dejar de fabri-car las bombas de cosmovisiones que están siendo lanzadas contra nuestras familias y que son manufacturadas por las instituciones educativas, los medios, el gobierno y, en muchos casos, por nuestras iglesias?

Permítanme sugerir que los padres, pastores y líderes cristianos necesitan tomar el lado de Dios y defender una cosmovisión centrada en Dios (y con esto quiero decir, una teoría bíblica de la verdad, de la rea-lidad y de la ética). Todo niño en nuestras naciones debe aprender de todo libro de texto que estudie que el principio de la sabiduría y del conocimiento es el temor de Dios. Si enseñáramos en la clase de ciencias y en la clase de historia que Dios es el primer hecho cierto, que la existencia de Dios es más cierta que la nuestra, y que Dios es todopoderoso y se le debe respetar y temer, entonces tendríamos menos

niños viniendo al mundo sin padre, tendríamos menos matrimonios desintegrados, y menos hospitales tratando a víctimas de la guerra de las cosmovisiones. Pero nuestros hijos nunca podrán aprender estas lecciones en ambientes desprovistos de relaciones y fe. Ciertamente, no aprenderán el temor de Dios donde Dios es meticulosamente excluido y evitado en cada punto.

¿Qué Podemos Hacer?

Los tiempos de desesperación requieren de medidas des-esperadas. Muchos de nosotros como padres hemos visto la devastación que ha sobrevenido al mundo por causa del

pensamiento centrado en el hombre, y hemos concluido que esas condiciones son inaceptables para nuestras fami-lias. Algunos, como mi padre, escogie-ron desde 1969 educar en el hogar en medio de una isla del Océano Pacífico. Él percibía que la enseñanza de la evo-lución iba a alejar al hombre más de Dios. Hoy en día, la situación es toda-vía peor. Hay balaceras en las escue-las. Las lesbianas se besan y abrazan en los pasillos de las escuelas públicas. Los estudiantes salen de las preparato-rias peor preparados académicamente que antes. Millones de familias están despertando y percatándose de este declive cuyo rumbo es cuesta abajo y están buscando algo mejor para sus hijos. Mientras miramos a nuestro alrededor a tantas vidas destruidas como consecuencia del pensamiento centrado en el hombre, razonamos que nosotros podemos dar a nuestros hijos una buena educación fundamen-tada en el temor de Dios en nuestros propios hogares. Podemos contribuir a la reconstrucción de nuestro país, de nuestras familias, de nuestras iglesias, de nuestras economías, al discipular a nuestros hijos en el cálido ambiente de las relaciones familiares que existen en nuestros hogares. Podemos abrir la Palabra de Dios y discipular a nuestros

hijos con ella. Eso es lo que se va a necesitar para hacer un mundo de diferencia para ellos y para su mundo.

Publicado en la revista CHEC Homeschool Update (Asociación de Educadores Cristianos de Colorado), Segundo Trimestre de 2006. Usado con permiso.

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Vamos a comenzar nuestro análisis de los estilos de aprendizaje examinando a los estudiantes auditi-vos. ¿Por qué iniciar aquí? ¿Acaso es porque los

estudiantes auditivos son los que mejor aprenden? Aunque estoy tentada a contestar que sí porque yo misma soy una estudiante auditiva, la respuesta correcta es, no. Al analizar cada estilo comprenderemos que no hay un estilo mejor que otro. Los distintos tipos de estudiantes solamente necesi-tan aprender las cosas de diferente manera. Una vez que el niño comience a aprender de la manera en que Dios lo creó para que apren-diera, podrá retener con mayor facilidad lo que ha aprendido.

¿Qué es lo que Hace este Estilo de Aprendizaje?

• Un estudiante auditivo recuerda mejor lo que se le ha enseñado cuando escucha la información. Un estu-diante auditivo:

• Puede leer algo para sí mismo en voz alta o audible para entenderlo mejor (puede que ni se dé cuenta de que habló)

• Tiene la tendencia de hablarle al libro o a la película cuando está muy metido en la trama.

• Repetirá en su mente alguna conversación o lección para recordar algo.

• Oye la historia en su mente cuando la está leyendo.

• Oye lo que otros están diciendo, sin esforzarse por oír, y puede unirse a la conversación.

La mejor pregunta simple que he encontrado para un niño mayor o para un adulto que está tratando de determinar su estilo de aprendizaje es: “¿Cómo recuerdas un número

telefónico?” La respuesta para un estudiante auditivo comienza con “lo digo” o “lo escucho.”

¿Cuál es el Punto Fuerte de este Estilo de Aprendizaje?

Aunque no hay un estilo de aprendizaje que sea el mejor, cada uno tiene sus propios puntos fuertes. La fortaleza del estudiante auditivo radica en el oír. El estudiante auditivo generalmente recuerda cosas que ha oído, especialmente si han sido presentadas con ritmo o siguiendo un patrón. En mi adolescencia, siendo una estudiante auditiva, solamente tenía que escuchar una canción una o dos veces y la apren-

día. También me acordaba de canciones que ni siquiera sabía que las había aprendido por haberlas

escuchado en alguna parte. Siem-pre que no haya muchas

distracciones, una per-sona auditiva gene-ralmente recuerda las direcciones que se le dan oralmente sin tener necesidad

de escribirlas (esto puede ser cuando se viaja, en la escuela o en el hogar).

¿Cuál es el Punto Débil de este Estilo de Aprendizaje?

La debilidad de un estudiante auditivo generalmente se manifiesta en actividades visuales y cinéticas/táctiles. Los estudiantes auditivos podrán aprender algunas cosas por medios visuales y cinéticos/táctiles pero generalmente no recuerdan la información mejor con estos estilos. Muchas veces las personas tienen un estilo de aprendizaje secun-dario que es más débil que su estilo dominante o primario, pero más desarrollado que el otro estilo de aprendizaje. Por medio de la observación, una persona generalmente puede determinar cuál es su estilo de aprendizaje secundario y cuál es su estilo de aprendizaje menos preferido.

Generalmente un estudiante auditivo tendrá que ser entre-nado para ser un observador visual porque esto no le viene

¿Cuál es el Estilo de Aprendizaje de tu Hijo? Parte 2El Estudiante Auditivo

por Melissa Pinkley

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de manera natural. Las tarjetas didácticas con números o letras pueden de hecho ser un obstáculo para un estudiante auditivo cuando se usan de la manera tradicional puesto que las tarjetas didácticas son generalmente visuales y no audi-tivas. Un estudiante auditivo trabajando con tarjetas didácti-cas visuales puede compararse a un americano con un cono-cimiento limitado del español que trata de comunicarse en un país hispanoparlante. Finalmente comprenderá y dará la respuesta correcta, pero le llevará más tiempo alcanzar esa meta.

He visto a un estudiante audi-tivo tener dificultades para enten-der lo que se le está pidiendo hacer cuando lee las instrucciones en silencio. Sin embargo, cuando le pido que me lea las mismas instruc-ciones en voz alta, generalmente entiende sin necesidad de mayo-res explicaciones porque ahora ha escuchado las instrucciones en voz audible.

¿Cuáles son Algunas Maneras de Ayudar a un Estudiante Auditivo?

A un estudiante auditivo le va muy bien cuando se discuten o comentan los temas en voz alta. Cuando estaba en la universidad, acostumbraba estudiar con una compañera durante horas antes de un examen. Repasábamos los apuntes de las clases y comentá-bamos todo. Yo sacaba cienes en todos los exámenes. Sin embargo, a mi amiga le iba muy mal en los exámenes aunque habíamos estu-diado juntas el mismo material. Mi amiga, obviamente, no era una estudiante auditiva. Con el tiempo tuvimos que dejar de estudiar juntas porque no estaba resultando bien para las dos. Yo no sabía de estilos de aprendizaje en ese tiempo, pero sí me daba cuenta de que recordaba mejor la información cuando la comentaba. Se convirtió en mi forma preferida de estudiar. Si podía encontrar algún compañero de la clase que quisiera discutir la información conmigo, entonces generalmente entendía muy bien los temas. Si no conseguía con quién comentar la información entonces la leía en voz alta para mí misma o trataba de componer una canción con la información para ayudarme

a recordarla. Mi madre, que también era una estudiante auditiva, acostumbraba grabar en un cassette los temas que estaba estudiando y luego los escuchaba para memorizar la información.

Cualquier información que un estudiante auditivo nece-site recordar será aprendida mejor si el estudiante puede escuchar la información. Los niños auditivos generalmente aprenden la fonética rápidamente cuando están apren-

diendo a leer. Cuando están apren-diendo ortografía, deben practicar deletreando las palabras en voz alta. Cuando están aprendiendo las tablas de multiplicar, pueden ponerle ritmo o una tonada a cada tabla. Las recordarán mucho más fácilmente de esta manera. En las ciencias y la historia, recordarán mejor lo que han aprendido si lo pueden comentar con otras per-sonas. Permita que el estudiante auditivo sea “el maestro” y que le enseñe a usted la información. Esta es una manera divertida de repasar la lección en voz alta.

Si usted, como maestra, no es una persona auditiva, tendrá enton-ces que esforzarse por crear espa-cios para la discusión y la actividad oral para su estudiante auditivo. Explique esto a su estudiante audi-tivo y enséñele cómo estudiar para su estilo de aprendizaje. Se sentirá mucho más seguro y con mayor confianza en sus habilidades de aprendizaje. Hablar y escuchar generalmente serán la clave para que un estudiante auditivo pueda recordar la información que nece-sita aprender.

Melissa Pinkley disfruta de la vida con su esposo, Wes. Aprenden mucho de sus cuatro hijos: Ben, Micah, Levi y Abigail. La educación en el hogar sigue el horario de

24 horas/7 días a la semana para toda la familia Pinkley. Han estado educando en el hogar durante seis años. El Señor es bueno y continúa ayudándoles a seguirlo.

Este artículo fue originalmente publicado en la edición de Sept./Oct. 2006 de la revista Home School Enrichment Magazine. Para mayor infor-mación visita la página www.HomeSchoolEnrichment.com

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En nuestro mundo actual y extremadamente mundano, muchos de nosotros pensamos que alguno de nuestros hijos tiene alguna deficien-

cia de aprendizaje porque “alguien” los diagnosticó de esa manera. Comúnmente, ese “alguien” no era una persona calificada, certificada o realmente capacitada para dar ese diagnóstico. Con frecuencia lo que les hace falta a nues-tros hijos es simplemente una enseñanza más enfocada a sus necesidades. Ese tipo de instrucción que solamente se puede proporcionar de manera individua-lizada, de uno a uno; como la que se lleva a cabo en la enseñanza en el hogar.

¿Cómo podemos saber si a nuestro hijo le ha sido errónea-mente diagnosticada una deficiencia o dis-capacidad de apren-dizaje? Ahora bien, como yo tampoco soy pedagoga en aprendi-zaje, no puedo hacer ni cambiar diagnós-ticos. Sin embargo, como mamá que ha enseñado a todo tipo de niños por más de veinte años, aunque no estoy certificada ni tengo una licen-ciatura en pedagogía, sí he aprendido algu-nas cosas dándome de topes contra la pared. Si fuera posible ayudar a alguno de sus hijos con la información que he recolectado con el paso de los años, entonces estaría mal de mi parte negarme a compartirla con usted.

Un hecho trágicamente descuidado es que muchos niños no pueden leer bien porque no pueden ver bien. Según las leyes en los Estados Unidos un problema visual NO

constituye una deficiencia de aprendizaje. Helen Keller no tenía deficiencias de aprendizaje. Si alguno de sus hijos tiene problemas para ver de cerca, es importante que lo lleve a que le revisen la vista. NO SUPONGA que los gurús de la edu-cación que diagnosticaron a su hijo como deficiente se hayan tomado la precaución de revisarle la vista. Mucha gente “profesional” tiene en esta época la tendencia a decir: “Eso está fuera de mi área de competencia técnica;” lo que real-

mente están diciendo es: “Ese no es mi problema.” Debemos estar conscientes de que si le pedimos a nuestro hijo que lea cuando no puede ver, le estamos pidiendo que haga algo que le es físicamente imposi-ble hacer.

Otra cosa que debe-mos recordar es que aprender a leer es un proceso que se lleva toda la vida. Vuelva a leer un libro que leyó cuando era niña y se dará cuenta de cuánto se perdió de la trama. Por supuesto que usted ya sabía leer en aquel entonces, pero ahora lo hace con una mayor comprensión. No tuvo lecciones de fonética a través de todos esos años, y sin embargo mejoró simplemente con la

práctica. Lo mismo es cierto en su hijo. No importa qué tan hábil o deficiente crea usted que sea él, mejorará con el tiempo, simplemente por el hecho de leer. Una decisión importante que puede tomar para ayudar a su hijo a mejo-rar sus habilidades de lectura es relajarse y tranquilizarse, y dejarlo que lea. Ya sea en voz alta o en silencio, ya sea solo o juntamente con alguien más, lo importante es que la práctica hace al maestro.

Detectando Deficiencias en la Lecturapor Katharine Trauger

¿Cómo podemos saber si a nuestro hijo le ha sido erróneamente diagnosticada una deficiencia o

discapacidad de aprendizaje?

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Con un niño muy pequeño, el problema también puede estar en que no está todavía listo para aprender a leer. Tengo una amiga cuyo esposo estuvo listo para aprender a leer hasta que estaba por terminar la preparatoria. Ese año saco puros cienes, mientras que los años anteriores apenas evitó reprobar. No es normal que un niño se tarde tanto pero algunos apenas están listos cuando llegan a la puber-tad. Otros están listos alrededor de los 9 años de edad. Para superar este problema en todas sus ramificaciones, proba-blemente es mejor que cuando le lea a su estudiante siga la lectura con el dedo señalando el texto. Generalmente se desarrolla cierta habilidad para encontrar y recordar palabras cuando se utilizan los métodos comunes de foné-tica. Pero llegará el día en que las piezas del rompecabezas empezarán a acomodarse en su mente, y él se percatará de esto. Continúe proveyéndole de piezas. Sí, será más difícil para usted, pero por causa de esta dificultad adicional, usted comprenderá que el hogar es el lugar indicado para su alumno. ¿Quién más puede estar dis-puesto a preocuparse por él y a dedicarle el tiempo necesario?

Otra tarea importante para el maestro del alumno que está atrasado en estar listo para leer es proporcionarle ejercicios que le ayuden a acelerar su dis-posición a la lectura. Muchos de los juegos de niños hacen precisamente esto. Activida-des divertidas que requieren que se transfieran movimien-tos grandes de lado a lado, de manera repetida, es lo que necesita. Montar un triciclo o una bicicleta, patinar, correr, caminar y hasta gatear, son algunos ejemplos. También ayudan las actividades en las que se tiene que apuntar a algún blanco, como aventar una pelota, una herradura, un anillo o inclusive el boliche. Encontrará que a la mayoría de los niños les gustan estas actividades y nunca sabrán que están adquiriendo habili-dades que les ayudarán en la lectura. Por favor, anímeles a jugar en grande, con frecuencia y por largo tiempo para que logren adquirir algunas habilidades. Mientras está en esto, ASEGÚRESE de definir si su hijo es diestro o zurdo y que esté usando precisamente su mano dominante.

Algunos niños entienden la fonética y pueden enfocarse adecuadamente pero tienen otro problema grande, común-mente llamado “administración por resplandor.” Este

obstáculo es fácil de identificar aun para la maestra prin-cipiante. Consiste en que el niño lee bien durante cinco a quince minutos, luego comienza a descomponerse en la lec-tura. Este es un síntoma de ojos cansados que puede indicar un problema con el resplandor o el reflejo. A veces, si el alumno tiene la opción, con frecuencia escogerá no trabajar o jugar en la computadora, por la misma razón. Para com-prender los problemas causados por el resplandor, busque un artículo en alguna revista impreso en blanco sobre un fondo negro. Nada más dese cuenta de lo dispuesta que está para saltarse la información en esa sección. Sus ojos cansados le dirán que no necesita saber nada que requiera de tanto esfuerzo para absorberlo, aunque usted no tenga ningún problema con sus habilidades de aprendizaje. Si los ojos de su hijo salen bien de una revisión con el oculista,

tal vez sea tiempo de que haga unas pruebas con la ilumina-ción, tanto de la habitación como del papel.

Cuando tengo un niño que manifiesta síntomas de proble-mas con el resplandor, inme-diatamente hago dos cosas. Primero, apago todas las luces fluorescentes (y toda luz de una pantalla, como las de la computadora o la TV) y llevo al niño cerca de una ventana con buena iluminación pero por donde no esté entrando el sol directamente. Enseguida, separo la lección de lectura en porciones de quince minu-tos o menores. Si percibo una mejora sustancial en la actitud del alumno y en su retención del material leído, entonces entiendo que he diagnosticado correctamente el problema.

Posteriormente, puede bastar con seguir con esos dos cam-bios, pero por lo general, también experimento con cubrir las páginas con acetato de colores. Este es simplemente celofán de colores obscuros que se consiguen donde venden material para la envoltura de regalos. Pruebe con varios colores, y por favor escoja el color que su alumno prefiera y que le permita un mejor rendimiento. Enmarque el “color” de su alumno en un sencillo marco de cartón para darle mayor firmeza, si así lo desea, o puede solicitar un juego de pliegos enmarcados de algún proveedor de materiales esco-lares. Para algunos niños puede ser recomendable buscar lentes oscuros que tengan el color adecuado en los lentes. Si esto funciona para usted y su niño, está bien, siempre y cuando los lentes no estén pandeados o deformados.

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¿Qué más? Puede ser que su hijo pueda enfocar bien en cualquier tipo de luz y aún así tenga problemas de inmadu-rez visual, si sus ojos brincan de un lugar a otro en la página. Si un alumno no necesita anteojos, no se ve afectado por los cambios en la iluminación, comprende y aplica cabalmente la fonética, pero todavía es “lento”, yo recomiendo una máscara—no para el alumno, sino para el material de lec-tura. Si esto funciona, fácilmente podrá hacer muchas más; seguramente es lo que querrá hacer. Consiga unas tarjetas de 3 x 5 pulgadas—si son un poco mayores, mejor. Mida la longitud y altura de las líneas de texto en el material de lectura de su hijo. Luego con una navaja afilada corte una ventana en el centro de la tarjeta a la medida de las dimensiones que midió en el libro. Permita que su alumno use esta tarjeta para cubrir todas las demás líneas de texto y solamente descu-bra la línea que está por leer. A ver si eso ayuda. Tengo una amiga cuyo hijo no podía pasar el examen estan-darizado que en ese entonces exigía la Secretaria de Edu-cación en nuestro estado para las familias que educan en el hogar. Aunque sus habilida-des matemáticas eran exce-lentes, los problemas estaban presentados en forma narra-tiva y su lectura era muy lenta. Una vez que comenzó a usar la máscara, supieron que eso era lo que le hacía falta durante el examen. El siguiente examen lo paso con una calificación sobresa-liente. Una cosa tan sencilla hizo toda la diferencia.

Una práctica que yo siempre recomiendo, inclusive para las mamás cuyos niños no manifiestan ninguna dificultad en la lectura, es el trabajo con la memoria. Supongo que todas nosotras acostumbramos la memorización de versícu-los bíblicos en nuestras escuelas en el hogar, pero a mi me gusta agregar trabajos adicionales, tales como sus poemas favoritos, discursos famosos, prólogos, etc. De esta manera nos llevamos estas porciones con nosotros por toda la vida y estamos contentos por ello. Para el niño que todavía no lee, cualquiera que sea la razón, es todavía más importante

porque el vocabulario y la sintaxis disciplinada de una edu-cación de generaciones pasadas se convierte en la espina dorsal de su experiencia verbal. No puede leer miles de grandes obras, ni siquiera, tal vez, la Biblia. Necesita esta ingestión cultural.

Debo agregar algunas palabras adicionales acerca de la Biblia. Más de un predicador creció sin saber leer, y no obs-tante, Dios los llamó a predicar. Una vez que cada uno de ellos

se plantó delante de Dios y pidió esa habilidad, Dios milagrosamente suplió su necesidad de leer la Biblia. Por cierto, más de uno de estos hombres no fueron capaces de leer otros libros. Dios puede hacer este mila-gro de nuevo, pero no ocurrirá en la vida de un niño que ya sabe leer, ¿verdad? Aunque debe de seguir intentándolo, por favor nunca pierda la esperanza.

No suponga que su hijo tiene discapacidad de lec-tura con base en meros comentarios de “maestros” pasados. Si su hijo va a la escuela en su hogar, Dios le ha dado una nueva maestra, una que lo conoce mejor de lo que cualquier otra persona lo puede llegar a conocer. Esté doblemente segura de que él está reci-biendo lo que realmente necesita, con base en una evaluación correcta. Usted puede ejecutar los sencillos pasos mencionados arriba para reevaluar y hacer las correcciones necesarias.

Lo que sea que Dios tenga para su hijo será lo mejor para él.

Katharine Trauger ha educado en el hogar a sus seis hijos por más de veinte años. Ella y su esposo, Gerald, viven en Mississippi y disfrutan de la jardinería, la lectura y el estudio de la Biblia.

Usado con permiso. Tomado de la revista Homeschool Enrichment, Inc. mayo/junio 2005

Padres:¿Necesitan ayuda en su tarea

de educar a sus hijos?

Para Biblias u otros libros de lecturaen español o en inglés

que enseñan a vivir,que edifican a toda la familia,

que entretienen sanamente,

escriban a:

Librería Nueva VidaApdo. 656

27000 Torreón, CoahuilaMéxico

Teléfono: (871) 712-73-62

Pagos por giro postal, bancario o depósito en banco. Unilit, Vara y Cayado, ELA, Portavoz Evangélico, CBP, Betania, EBI,

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20  El Hogar Educador  Verano 2010

En nuestros seminarios acerca de la crianza de los hijos siempre dejamos un tiempo para contestar preguntas de los asistentes. Es durante este tiempo

que nos percatamos mejor de cuáles son sus necesidades.

Conforme los padres comienzan a compartir acerca de sus propias y distintas experiencias, yo me asombro por las similitudes. Los testimonios se asemejan a lo siguiente: “Somos una familia que disciplinamos por encima de la familia promedio. Educamos en el hogar, participamos activamente en nuestra iglesia, y tenemos diariamente nuestro devocional familiar. Hemos entrenado y discipli-nado a nuestros hijos desde pequeños, y pensábamos que estábamos logrando buenos resultados hasta que llegaron a la adolescencia.”

Enseguida nos comentan algunas de las maneras en que sus hijos han mostrado falta de respeto y falta de honra a sus padres. ¿Cómo puede pasar esto? ¿Cómo puede un padre hacer todo bien y todavía sufrir la rebelión de sus hijos ado-lescentes? ¿Acaso ese versículo dice: Instruye al niño en el

camino en que debe andar, y cuando llegue a la adolescen-cia será irrespetuoso, mas cuando fuere viejo regresará al camino correcto?

A través de los años, conforme he escuchado a muchas madres narrar historias similares, el origen de su problema me ha quedado claro. Si tan sólo pudieran ver las cosas objetivamente por un momento, ellas también podrían ver la solución. Para llegar a la raíz del problema, les pregunto a las mamás: “¿Hace su marido algo de manera habitual que usted piensa puede ser perjudicial para la familia?” Invariable-mente responden algo como lo siguiente: “SÍ, y yo siempre supe que eso iba a debilitar a la familia, y ahora esto lo com-prueba.” Enseguida les pregunto: “¿Y usted cómo reacciona? ¿Acaso voltea a ver a sus hijos en los ojos y silenciosamente comunica su decepción o frustración? ¿De alguna manera están ellos conscientes del martirio que sufre su mamá cuando usted voluntariamente muere a sí misma en resignación a la torpe espiritualidad de su marido? ¿De alguna manera les da a entender a sus hijos que usted está orando para que él asuma su rol de líder espiritual en el hogar?”

Maridos Carnales, Esposas Gruñonas y Niños Renegonespor Michael Pearl

¿Cómo puede pasar esto?¿Cómo puede un padre hacer todo bien y todavía sufrir la rebelión de sus hijos adolescentes?

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Cuando hago tales preguntas el ambiente en la sala de conferencias inmediatamente cambia. Las mujeres espiri-tuales y fuertes se ven como si hubieran perdido su unción. ¿Cómo se sienten? Probablemente se sienten de manera semejante a sus maridos cuando los hacen sentirse como cristianos de segunda categoría.

A lo largo de los años he escuchado a muchas mujeres hablar, estando sus esposos presentes junto a ellas, de cómo ellas están orando para que Dios haga su voluntad en sus familias. O me dirán que fue un sermón maravilloso y qui-sieran que eso fuera realidad en sus hogares. Mientras estoy ahí escuchando, me hacen sentir vergüenza por sus esposos que están siendo reducidos a unos papanatas carnales.

El hombre no puede quejarse de que su esposa no lo obe-dece, porque sí lo hace. Él no puede decir que ella habla mal contra él, porque no lo hace. Él no puede señalar falta en ella. Pero él con frecuencia está enojado; siente que no es respe-tado ni honrado; se siente como un tonto. Y de alguna manera, a pesar de los muchos años de oración fiel de la esposa, él nunca llega a ser un hombre poderoso en Dios. Delante de los hijos ella lo trata con cierto menosprecio. Ella no lo sabe, y él no puede explicarlo, pero los hijos crecen sintiéndolo de todas maneras. Cosecha enojo, frustra-ción, beligerancia, e irritación en el papá, aversión y antipatía entre los hermanos, y en los adolescen-tes, falta de respeto hacia la mamá. Las Escrituras nos dicen: “La mujer sabia edifica su casa, mas la necia con sus manos la derriba.”

Los hijos están siendo sutilmente persuadidos de que la cabeza del hogar no es realmente el líder espiritual, y por lo tanto, no necesita ser altamente respetado o estimado; de hecho, es un detrimento para el crecimiento de la fami-lia. Con razón cuando llegan a la adolescencia comienzan a tratar al papá como esa carga que la mujer ha fraguado que él es. Claro, cuando los hijos son pequeños, Mamá parece ser esa mujer espiritual fuerte, pero conforme van madu-rando la comienzan a ver con los mismos ojos de crítica y juicio que ella usó con Papá. Toda mirada irreverente hacia Papá ahora es multiplicada y enviada de regreso en su direc-ción (Mateo 7:1-5). Ella ha entrenado bien a sus hijos en la absurda locura de la falta de respeto y de la irreverencia. Puede ser que obedezcan, porque ella ha obedecido, ¿pero qué es la obediencia sin honra?

Mamá, si tú tienes la reputación de ser una magnífica mujer cristiana pero no obstante pierdes a tus hijos en

la amargura y en el resentimiento, ¿qué habrás logrado? ¿Sentirás algún alivio o consuelo al echarle la culpa a tu marido?

Lo principal, la cosa más importante que jamás harás como madre al entrenar a tus hijos, es reverenciar y honrar a tu esposo; deléitate en él, ama el obedecerle, siéntete hon-rada de estar casada con él, gózate en su presencia. Al hacer esto, estarás edificando tu casa, estarás creando un hogar, estarás construyendo una cimentación. Este es el princi-pal y más importante ingrediente para criar hijos felices, obedientes, creativos y respetuosos; hijos felices de formar parte de esa familia. Este tipo de ambiente en el hogar oca-siona que sus hijos se amen unos a otros, que disfruten estar con sus propios hermanos y hermanas.

Ah, sus adolescentes podrán darse cuenta que ustedes no son el Sr. y la Sra. Perfectos, pero se deleitarán en el hecho de que sus padres realmente se agradan el uno del otro. Esto

hace que se tenga una vida de hogar muy feliz y pacífica. Hace que las promesas que encontramos en la Biblia se conviertan en realidad. Esta es la razón por la cual esos padres que parece que hacen todo mal, de todas formas logran criar buenos adolescentes, mientras que otros padres que parece que hacen todo bien crían jóvenes amargados.

Damas, tenemos a nuestro alcance la oportunidad de honrar y reverenciar a nuestros esposos; de esta manera enseñaremos a nues-

tros hijos cómo honrar y reverenciar a Dios. Puedo cambiar la eternidad al escoger deleitarme en mi marido, al obede-cerle y amarle, y al ocasionar que pueda pararse delante de Dios libre de las cadenas y los grilletes de la condenación doméstica. Como en alguna ocasión dijo Michael: “Cuando la esposa sugiere que el marido tome el liderazgo, cualquier liderazgo que el marido manifieste después simplemente estará siguiendo la sugerencia de su esposa.” Cuando la esposa decide qué rumbo debe llevar la familia y luego se esfuerza para lograr que su marido acate o se conforme a ese rumbo, no solamente echará a perder su matrimonio sino también a sus hijos.

Si su marido es un padre al 20% y usted hace saber a los hijos su insatisfacción por ello, tendrá hijos al 20%. Pero si respeta y honra a su esposo que es un marido al 20%, haciendo que sus hijos piensen de él y lo vean como que está al 100%, podrá tener hijos al 100%. Y el esposo y padre que es tratado con honor y respeto se elevará al lla-mado y se convertirá más en el hombre que necesita ser.

Vara y CayadoHwy 172

Crockett, Kentucky 41413 USATeléfono: 606-522-4348

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Vara y Cayado tiene material desde Pre-escolar hasta 3er grado en español, y desde

Pre-escolar hasta 2o de Secundaria en inglés.

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Como padres, particularmente de adolescentes, todos hemos escuchado las siguientes palabras de nuestros hijos. La mayoría de las veces han sido

cuando el niño (sí, todavía son niños) quiere hacer algo que nosotros no creemos sea bueno para él.

1. ¡No, no confío en ti!

¿Cómo responder a esto? Una respuesta que yo he dado ha sido: “Tienes razón, no confío en ti, ni debo confiar en ti.” Hay mucho de verdad en esta declaración y debemos ser abiertos y honestos con nuestros hijos y con sus argu-mentos. Noten que la pregunta misma está insinuando o suponiendo que DEBEMOS confiar en ellos. ¿Pero, será esa una suposición válida? Veamos lo que dicen las Escri-turas acerca de la juventud: “Huye también de las pasio-nes juveniles” (2 Timoteo 2:22); “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). Tengan mucho cuidado y no se dejen atra-par por las suposiciones de los argumentos. Regrésense un paso y descifren cuál es la suposición en el argumento y luego devuelvan la pregunta a su hijo cuestionando la supo-sición; es decir: “¿Por qué he de confiar en ti?” “¿Has mos-trado discernimiento y sabiduría en este tipo de situación en el pasado?” “¿Qué hábitos o costumbres me has mostrado que puedan convencerme que puedo confiar en ti?”

2. ¿Estás demostrando la madurez y honra correcta ahora mismo?

Si el joven está discutiendo y renegando porque quiere que le compre un Nintendo o Xbox y usted se resiste porque piensa que dicho aparato pudiera convertirse en un punto de contención en algún momento en que llegase a decirle que deje de jugar con eso y venga a estar con la familia, el joven entonces responde: “¿No confías en mi? ¿No crees que voy a obedecer cuando me llames?” Usted puede inme-diatamente responder: “No me estás obedeciendo en este momento. No estás recibiendo mi palabra sino que estás discutiendo y peleando conmigo. ¿Por qué he de creer que si te compro esto vas a estar más dispuesto a obedecerme?”

El mismo principio se aplica a cosas como quedarse a dormir en casa de algún amigo y excursiones para ir a acampar. Nuestros hijos saben que si regresan malhumora-dos o rezongones, no volverán a ir. Es así de simple; las dos cosas están relacionadas y necesitan poder ver esa relación.

Conforme vayan aprendiendo a controlar su estado emo-cional, les iremos permitiendo hacer (confiaremos en ellos) más. Conforme vayan aprendiendo a obedecer sin cuestio-narnos, no habrá necesidad de dar tantas órdenes.

3. ¿Confías en MÍ?

El aspecto más importante de esto es que es a ellos a quienes les corresponde confiar en nosotros, no al revés. Dios es nuestro Padre perfecto y como tal podemos obser-var su manera de obrar e imitarle. Le pedimos a Dios todo tipo de cosas y, ¿cuál es su respuesta para nosotros? “Bás-tate mi gracia, (es decir, confía en Mí) porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:8-9). ¿Qué fue lo que Pablo le pidió a Dios una y otra vez? ¿Cuál fue la respuesta de Dios? “Confía en Mí.” Nosotros somos los padres y cuando les decimos a nuestros hijos que hagan o que no hagan, que tengan o que no tengan, necesitan comprender que deben confiar en nosotros. ¿Acaso no los hemos alimentado, vestido, cuidado, apoyado, ayudado, y hasta sacrificado por ellos y todo esto para su bien? Cuando le decimos a nuestro hijo: “No, esto no es bueno para ti.” ¿Confía él en nosotros o cuestiona nuestra sabiduría, cono-cimiento, decisiones y motivos? Una señal de madurez en la vida del cristiano es la confianza, la confianza sencilla en nuestro Padre. El verdadero contentamiento viene de la confianza en que nuestro Padre desea lo mejor para noso-tros, que está pendiente de nuestras vidas y que siempre nos ha hecho bien y nunca mal. Filipenses 4:12 dice que “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” pero, ¿a qué se refiere con “todo”? Pues, el contexto se refiere a “he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación” (v.11).

(Esto también es la razón por la que es sumamente impor-tante que siempre evitemos introducir nuestro propio enfo-que y enojo en nuestra relación con nuestros hijos. Esfuér-cese por nunca darles razón para que duden de su bondad o buenas intenciones para con ellos. Cuando cometa algún error, sin demora admita su equivocación y pida perdón. Muéstreles cómo se hace y, ¡pórtese como el adulto!)

Mientras la actitud de su hijo sea la correcta, pase tiempo explicándole por qué usted cree lo que cree. Dios escri-bió muchos pasajes explicando por qué son las cosas como son pero hay otras ocasiones en las cuales Dios dice: “Mis caminos no son vuestros caminos.” Conforme nuestros hijos van creciendo, ellos necesitan esto cada vez más.

¿No Confías en Mí?por David Tucker

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Cese de explicar en el momento en que perciba que real-mente no están interesados en saber el por qué sino que más bien quieren averiguar alguna otra razón para continuar dis-cutiendo y mantener vivo el asunto. Recuerde que los está entrenando para que lo traten de cierta manera. Si usted cede ante sus berrinches, reniegos, o súplicas fastidiosas, les está enseñando que cuando hacen eso obtienen lo que quieren. En cambio, si nunca cede aunque renieguen o rueguen con insistencia, les estará enseñando que eso no funciona y pronto dejarán de hacerlo. Enséñeles que una discusión tranquila, bien razonada y con argumentos lógicos es la manera de lograr algo con usted. ¿Acaso no prefiere una discusión de este tipo que los berrinches, reniegos, quejas y el continuo fastidiar?

Realmente necesitamos enfocar la conversación en este punto en el niño: ¿realmente confía en nosotros o no? ¿Realmente sabe ese niño, en su corazón, que usted desea su bien? Conforme el niño aprenda este prin-cipio en su relación con nosotros, sus padres; más adelante en la vida podrá transferir esa confianza a Dios, su Padre Eterno. Uno de mis Salmos favoritos es el 131:

Salmo 131Confiando en Dios como un niñoCántico gradual; de David.

1 Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes para mí.

2 En verdad que me he comportado y he acallado mi alma Como un niño destetado de su madre; Como un niño destetado está mi alma.

3 Espera, oh Israel, en Jehová, Desde ahora y para siempre.

¿Cómo le puedo hacer para que confíes en mí?

Esta es la mejor pregunta que su hijo le puede hacer, pues abre las puertas para tener una discusión con él o con ella

acerca de lo que se requiere para ganar su confianza en esta área en particular.

¿Cómo puede alguien o algo ganar nuestra confianza? Si están sujetos a nosotros, es haciendo lo que les hemos pedido. Es asunto de carácter.

Por lo que haces

Se ha dicho: “Dime cómo reaccionaste a cierta situación las últimas tres veces en que ha ocu-rrido y podré predecir con un 98% de exactitud cómo vas a reaccionar la siguiente vez que eso suceda.” De manera que si yo quiero que usted confíe en mi, yo tendré que hacer lo que usted me pida, sin mucho cues-tionar ni contender. Muéstreme que quiere hacer lo que yo digo y mi con-fianza en usted se incrementará. (Dios dice claramente que “el que es fiel en lo muy poco es fiel también en lo mucho.”)

Por tu actitud

Muéstrame que tienes el deseo de comprender mis razones, que estás dispuesto a aprender, que no te crees un sabelotodo. Muéstrame que no eres rebelde y que escuchas lo que te digo y mi confianza en ti se incremen-tará. (Lo que Dios desea es un espíritu quieto y obediente [Salmo 51].)

Por tus palabras

Muéstrame por tus palabras que estás aprendiendo principios para la vida y el cómo aplicarlos en tu vida. Muéstrame que no vas siguiendo a las multitudes sino que has encontrado principios bíblicos que respaldan lo que quieres hacer y lo que quieres

llegar a ser. (Dios dice: “De la abundancia del corazón habla la boca.”)

Hay una cadena que va de la Obediencia a la Libertad a la Confianza. Conforme su hijo obedezca, usted le dará mayo-res libertades y si esas libertades son usadas sabiamente, habrá ganado su confianza.

David y Karin Tucker son miembros del Consejo Directivo de El Hogar Educador. Tienen cinco hijos que son o han sido educados en el hogar.

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Creo que ya ha llegado el tiempo para que los verdaderos creyentes en este país nos levantemos y peleemos con todas nuestras fuerzas para procurar traer control, orden, y paz a esta tierra tan amada. Sin embargo, esta no es una lucha contra los “Zetas” o cualquier otro grupo. Esta es una lucha espiritual contra Satanás y los gobernadores de las tinieblas. Efesios 6:12 dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Dios nos ha llamado a nosotros, los creyentes, a que combatamos el mal con el bien, que combatamos el odio con la amabilidad, y a que luchemos contra Satanás por medio de la oración.

2 Crónicas 7:14 dice: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”

Estoy haciendo un llamado a ustedes—Papás y Mamás, junto con sus hijos, para que el próximo mes se unan conmigo para postrarnos delante de Dios todopoderoso, creador del cielo y la tierra, y le invoquemos y supliquemos que sane a nuestro país y ponga fin a la violencia.

Pre-registro para Conferencias El Hogar Educador Saltillo 2010

Si  usted  quiere  reducir  el  tiempo  de  espera  en  el  área  de  registro  para  la  conferencia,  ahora contamos con sistema de pre-registro. 

Pasos para preregistrarse:•  Favor de ir a nuestro sitio web: www.elhogareducador.org • Dar clic en el botón CONFERENCIAS• Después en el botón de pre-registro. 

 Tendrá  que usar su numero de registro junto con su apellido como aparece en la etiqueta de su revista.

Continúa de la contra portada

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25 El Hogar Educador  Verano 2010

¡Atención Músico!Te invitamos a participar

Cada año en las Conferencias de El Hogar Educador en Saltillo, formamos una

orquesta con familias que educan en el hogar. Si quieres participar, debes

inscribirte para que te envíen las partituras y puedas empezar a ensayar.

Requisitos

• Ser educado en el hogar

• Tocar un instrumento de orquesta

• Tener un nivel intermedio o avanzado

Para inscribirte, comunicate con:Mario Pérez

[email protected]

Fecha límite de inscripción

julio 20

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26  El Hogar Educador  Verano 2010

Conferencias 2010 - 2011

Sede Conferencistas

Tema

Contactos

Construyendo IntegrIdad

Rick Boyer1. Más allá de los libros de textos

2. Criando a Caín y Abel. Una mirada a la rivali-

dad entre hermanos.

3. La Trampa de la Socialización

4. Construyendo Carácter en forma práctica

5. ¿Qué puede hacer un Papá?

6. Disciplina de los hijos.

• David Clingan

• Tomás Peasland

• Mike Richardson

• Sarah Clingan

• Pam Richardson

Saltillo, Coah - 13 y 14 de Agosto, 2010

Sede

Dirección

Pachuca, Hidalgo - 11 y 12 de mArzo, 2011

Contactos

Caja San Nicolás (Caja Amistad)Carretera antigua a Arteaga #720La Aurora, Coahuila

• El Hogar Educador E-mail: [email protected]

• Página en Internetwww.elhogareducador.org

Auditorio Municipal de Mineral de la Reforma

Av. Hidalgo #32 (Frente a Palacio Municipal)Pachuquilla, Mineral de la Reforma, Hidalgo

• José Luis Pérez Campos (Pachuca) E-mail: [email protected] Teléfono: (771) 710.7579

• Hector Lugo Zamudio (Pachuca) E-mail: [email protected] Teléfono: ( 771) 710.5194

• El Hogar Educador E-mail: [email protected]

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27 El Hogar Educador  Verano 2010

Apartado 487

25000 Saltillo, Coahuila

REGISTRO

POSTAL

PUBLICACION

PP05-0004

Autorizado por

SEPOMEX

Malaquías 4:6

El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.

Juan y Sofía Urdiñola

Calle Jacarandas #395

Col Valle Verde

México DF, México 14020

¡ A t e n c i ó n !Número de Identificación

Estimado subscritor, notará que su revista ahora ya viene con un número de identificación. Se encuentra en la etiqueta junto a su nombre. Con este número, usted podrá entrar en el área de subscritores en el sitio web www.elhogareducador.org y pre-registrarse para las conferencias o tener otros beneficios por ser miembro registrado. Al entrar en el sitio web, use su número de registro junto con su apellido como forma de identificación.

19403

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Revisa la página 22 para obtener

información sobre el pre-registro.

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28  El Hogar Educador  Verano 2010

El Viaje Acabo de regresar de un largo viaje de trabajo con cinco de mis hijos. Todavía tenemos una casa en Georgia donde vivíamos antes de mudarnos a México. La renta que recibimos de esa casa no solamente ha provisto los fondos para comprar alimentos durante los últimos diecisiete años sino que también

nos ha permitido ahorrar un poco de dinero; fondos que ahora estamos utilizando para construir nuestra casa aquí en México. Estas son tan sólo dos de las bendiciones que hemos recibido como resultado de estar libres de deudas.

Puesto que las tejas de asfalto en el techo de la casa ya se habían deteriorado por el paso del tiempo, había llegado el momento de reemplazarlas. De manera que mientras Pam y las niñas fueron a estar con Misty para acompañarla cuando naciera el bebé, los chicos y yo nos fuimos a Georgia para reconstruir ese techo.

Como resultado del aumento en la violencia que se está viendo a lo largo de la frontera mexicana, en el viaje de regreso debatí durante varias horas acerca de cuál cruce fronterizo deberíamos utilizar. Finalmente decidí ingresar por Miguel Alemán y llegar a Monterrey utilizando carreteras que no son las principales, y luego de ahí continuar hasta nuestro hogar. He utilizado esos caminos muchas veces en los últimos diecisiete años, de manera que los conozco bien.

Como a cincuenta kilómetros de la frontera, me detuve en la gasolinera donde generalmente cargo gasolina pero estaba cerrada. La siguiente gasolinera también estaba cerrada. Finalmente la tercera estaba abierta. Le pregunté al despachador porqué estaban cerradas las otras dos. Me dijo que las habían asaltado y los dueños tenían miedo abrir. Luego me mostró sobre la pared de bloque las marcas de los disparos que ahí se habían realizado. Después de decirme eso, agregó que una mamá y su hija habían sido muertas hacía unos días— ¡justo en el lugar en dónde me encontraba parado!

Aunque mi familia no ha sufrido amenazas de violencia, todos sabemos acerca de la brutalidad, crueldad, y anarquía que ha ido en aumento en nuestro amado país.

Apartado Postal 48725000Saltillo, Coahuila, México

Correo electónico: [email protected] Web: www.elhogareducador.org

1001 South 10th Street, Suite G-529McAllen, Texas 78501 USAE-mail: [email protected] Site: www.elhogareducador.org

El Hogar Educador

Continua en la página 22