parábola de la semilla que crece por sí

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PARÁBOLA DE LA SEMILLA QUE CRECE POR SÍ Sola Marcos 4, 26-29 También decía: “El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí mima; primero hierba,

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Page 1: Parábola de la semilla  que crece por sí

PARÁBOLA DE LA SEMILLA QUE CRECE POR SÍ SolaMarcos 4, 26-29

También decía: “El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí mima; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga.

Page 2: Parábola de la semilla  que crece por sí

Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llega la siega”. Jesucristo vuelve a tomar un ejemplo de la vida agrícola de Palestina. El ve el esfuerzo que hace el agricultor en la siembra; y el trabajo también se multiplicará cuando llegue la hora de la ciega . Pero entre ambos extremos, el agricultor vive sin gran esfuerzo de trabajo y se alegra cada día viendo cómo la semilla que plantó va creciendo y convirtiéndose en hierba, primero, en espiga, después y finalmente aparece ya el trigo maduro y abundante.

Page 3: Parábola de la semilla  que crece por sí

Cuando el grano está maduro se corta la espiga con la hoz porque ha llegado el tiempo de la cosechaEl Reino de Dios no viene prefabricado del cielo, se va haciendo en la tierra poquito a poco, sin dejar de crecer día a día y no es una obra nuestra sino del Señor. Este crecimiento será invisible pero siempre continuo. Cada día habrá más gente que cree en Dios y más gente que se dedique a extender la religión. Es el mismo Dios quien va haciendo crecer su Reino sobre la tierra. Pertenecemos a un Reino que crece y progresa sin cesar.

Page 4: Parábola de la semilla  que crece por sí

El Señor no dice que el agricultor viva despreocupado de su campo sembrado; tendrá que tener cuidado de que no vengan plagas, de que no entren en su campo salteadores; tendrán también que regar, abonar la semilla. Es verdad que es trabajo mucho más descansado, y sobre todo, el tiempo entre la siembra y la cosecha es un tiempo de optimismo, alegría y seguridad al ir viendo crecer cada día la semilla. Este es el sentido real de la narración de la parábola.

Page 5: Parábola de la semilla  que crece por sí

Un día vendrá la cosecha y el buen grano será llevado al reino eterno, que es el cielo. La cosecha será grande, aunque a veces parezca que el mal fuera mayor que el bien en la tierra, porque el bien no hace ruido.El Reino de Dios en esta tierra se caracterizará porque cada día aparecerán nuevos tallos, nuevas espigas, nuevos granos y estos cada vez más maduros para ya ser cosechados y transportados al granero de Dios en la eternidad.En el Reino de Dios obra maravillosamente el poder del Señor, aunque de manera callada y continúa.

Page 6: Parábola de la semilla  que crece por sí

Es Dios quien da el crecimiento, es una verdad cristiana. En las cosas de Dios referidas a la vida de gracia, fe, esperanza, caridad y la perseverancia final el hombre es impotente. Esto lo ha aprendido muy bien Pablo cuando nos dice: “Nadie puede decir: Jesús es Señor sino por influjo del Espíritu Santo” (1 Cor 12,3). Jesús también dirá: “sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15,5). En cambio: “El que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto”

Page 7: Parábola de la semilla  que crece por sí

La Iglesia fue fundada por Cristo y es el Reino de Dios en la tierra. Los hombres con la gracia de Dios, constituyen esa Iglesia y hacen que esa Iglesia se vaya plantando en todos los pueblos del mundo.Si bien la Iglesia sufrirá persecuciones y dificultades, pero subsistirá hasta el final de los tiempos y producirá frutos, porque es Cristo quien la guía y sostiene hasta el fin del mundo.El misionero, el apóstol que camina por el mundo predicando a Cristo y su Palabra no deberá pensar que los frutos que cosecha se deben a su trabajo y preparación.

Page 8: Parábola de la semilla  que crece por sí

Si bien el tiene la obligación de prepararse, de trabajar duramente para cumplir su misión, lo que cuenta es la unión que él pueda tener con el Señor Jesús para tener frutos de una abundante cosecha.El apóstol deberá caracterizarse por su humildad, vida de oración y unión con el Señor Jesús. Este es el secreto del optimismo y de la confianza que todo buen apóstol lleva en su corazón al cumplir su misión . Tal vez él no vea los frutos de su siembra ni sea el que cosecha, pero lo que sí tendrá es la seguridad de que el trabajo efectuado en unión con Cristo dará sus frutos y en él no podrá haber desaliento ni pesimismo.

Page 9: Parábola de la semilla  que crece por sí

La fe y la confianza en nuestro Señor Jesús ayudarán a superar dificultades y fracasos que puedan darse.Los cristianos debemos tener presente que la actitud de conocer y meditar el Evangelio, unido al verdadero deseo de amar a Jesucristo, la imitación de su vida y la práctica de sus enseñanzas puede encaminarnos por la senda de la santidad, porque Jesús en su bondad infinita hará que pese a nuestras debilidades y miserias hará que crezcamos y seamos trigo bueno para el Granero Celestial.

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