número 0 5/8

8
96 97 WORLD PRESS PHOTO 2000-2013 POR GORKA LEJARCEGI Bernat Armangué, premiado en la última edición del World Press Photo por una serie de fotografías de los en- frentamientos entre israelíes y palestinos en noviembre de 2012, publicó este tuit nada más conocerse el fallo del ju- rado: “El día que ganemos un premio con una fotografía alegre será algo grande”. El dolor, derivado de una guerra o de cualquier catástrofe natural, suele ser un denomina- dor común presente en muchas de las fotografías galardo- nadas en este certamen. “Último beso” · Bernat Armangué WPP 2013 Categoría - Historias

Upload: revista-contratapa-contratapa

Post on 27-Mar-2016

226 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Quinta parte del Número 0 de Contratapa.

TRANSCRIPT

96 97

WORLD PRESS PHOTO 2000-2013

POR GORKA LEJARCEGI

Bernat Armangué, premiado en la última edición del World Press Photo por una serie de fotografías de los en-frentamientos entre israelíes y palestinos en noviembre de 2012, publicó este tuit nada más conocerse el fallo del ju-rado: “El día que ganemos un premio con una fotografía alegre será algo grande”. El dolor, derivado de una guerra o de cualquier catástrofe natural, suele ser un denomina-dor común presente en muchas de las fotografías galardo-nadas en este certamen.

“Último beso” · Bernat ArmanguéWPP 2013 Categoría - Historias

98 99

Lo más entrañable con lo que puede encontrarse un fo-tógrafo a la hora de realizar un trabajo es con el permiso de los personajes para acceder a su vida privada. Es real-mente un privilegio la posibilidad de entrar en la casa y en la vida de las personas y poder fotografiarlas en su intimidad, extraer un momento de la realidad de la vida de alguien. Ese es sin duda el mérito de la fotografía con la que Lara Jo Regan ganó el World Press Photo del año 2000: la madre de una familia de mexicanos inmigran-tes en Texas que fabrica piñatas en casa para sacar ade-lante a sus hijos. Es una familia humilde, de personas que no han sido censadas, personas que no existen.

Las fotos ganadoras de 2001 y 2002 tienen a niños como protagonistas. La de 2001, de Erik Refner, tomada en el campamento de refugiados afganos de Jalozai en Pa-kistán muestra la fragilidad del cuerpo sin vida de un niño desnutrido que, a tenor de la placidez de su rostro, parece haber encontrado el descanso una vez muerto. La fotografía ganadora de 2002, de Eric Grigorian, es más directa, desgarradora. Muestra la soledad y el desampa-ro de un niño que se aferra a los pantalones de su padre, muerto en el terremoto de Armenia en junio de 2002.

La fotografía capta hábilmente el contraste entre lo es-tático (el niño que ha perdido a su padre aparece quieto, encogido, su vida se ha parado) y lo dinámico, el movi-miento alocado y desordenado de las personas que tra-bajan para enterrar a las víctimas del terremoto.

2000

Lara Jo Regan

2001

Erik Refner2003

Jean-Marc Bouju

2002

Eric Grigorian

100 101

2004

Arko Datta

2005

Finbarr O’Reilly

Una fotografía buena es capaz de transmitir un mensa-je universal suficientemente claro para que cualquier espectador pueda entenderlo al primer golpe de vista. La fotografía con la que Jean-Marc Bouju ganó el WPP de 2003 transmite el consuelo de un padre a su hijo. El desasosiego en la cara del niño, unido a la mano de su padre posada en su frente, atrae como un imán toda la atención del espectador. Hasta podríamos olvidarnos del contexto por unos instantes.

Ni siquiera un entorno tan potente como el de la Guerra de Irak con elementos tan claros como el alambre de es-pino o la capucha que cubre la cabeza del prisionero son capaces de hacernos olvidar que lo que se cuenta es la historia de un padre y su hijo. Y al final el espectador no puede evitar preguntarse sobre “qué fue de ese padre y ese hijo, qué les pasó”. Lamentablemente, nunca se vol-vió a saber nada de ellos.

Captar la impotencia de una mujer que llora la pérdi-da de un familiar tumbada en el suelo, sobre un terreno arrasado por el tsunami de Sumatra (Arko Datta, WPP 2004) o captar el envejecimiento prematuro de los de-dos de un niño desnutrido, víctima de la hambruna de Níger, aferrándose a los labios de su madre (Finbarr O’Reilly, WPP 2005) son dos ejemplos de grandes imá-genes que son capaces de relatar una tragedia condensa-da en muy pocos elementos visuales.

Espejo de contrastes

El World Press Photo es, como su propio nombre indica, un concurso de fotoperiodismo, de imágenes que cuen-tan con fidelidad una historia. Decía John G. Morris, el célebre editor gráfico de Life que “las fotografías no cuentan la historia completa”. De ahí que en el contexto periodístico las fotografías vayan con un pie de foto que debe ser siempre riguroso y preciso.

La importancia del pie de foto se hizo patente tras el fallo del World Press Photo del año 2006: una foto de Spen-cer Platt, de Getty, tomada en un barrio bombardeado de Beirut durante los ataques israelíes en el verano de 2006. Según rezaba el pie de foto que adjuntó Platt a la imagen para su distribución, se trataba de un grupo de jóvenes libaneses ricos que se paseaba en coche entre las ruinas de un barrio destruido (15 de agosto de 2006).

La fotografía, que dio la vuelta al mundo, contaba una historia de contrastes, contradicciones: el voyeurismo

2006

Spencer Platt

Una buena fotografía es capaz de transmitir un mensaje universal su-ficientemente claro para que cual-quier espectador pueda entenderlo

al primer golpe de vista

102 103

de un grupo de jóvenes haciendo turismo entre los es-combros de una ciudad destruida.

Pero nada resultó ser lo que parecía. Los jóvenes de la fotografía se vieron en los periódicos y reaccionaron ho-rrorizados: ni eran ricos ni estaban haciendo turismo. Eran residentes de ese barrio y habían huido debido a los ataques israelíes. Ese día, 15 de agosto, el primero sin bombardeos, volvían a a su barrio para ver cómo habían quedado sus casas.

Eran simplemente jóvenes de clase media con suficiente dinero para permitirse unos vaqueros, unas gafas de sol de marca o un Mini Cooper descapotable, elementos que llevaron a Spencer Platt a redactar un pie de foto erró-neo que dio origen a una historia errónea. Platt explicó más tarde que hizo sólo 3 ó 4 tomas de los jóvenes liba-neses y que hasta que vio las fotos en el hotel no sabía muy bien qué material tenía. Tampoco había pregunta-do (seguramente no pudo) al grupo de jóvenes quienes eran. Pero tenía ante sí una imagen muy potente que le llevó a redactar un pie de foto poco preciso olvidando las reglas más básicas del periodismo.

“Desesperación” es sin duda la palabra que mejor define la sensación que transmite la fotografía de Tim Hethe-rington, ganadora del WPP de 2007. Es magnífica. La

imagen muestra a un soldado norteamericano en un día de combate en la base de Restrepo, en Afganistán. La cara del soldado y su gesto evidencian impotencia y des-esperación. Además, su mirada parece cruzarse con el espectador, haciéndole partícipe de su angustia. El lige-ro desenfoque de la fotografía debido a las malas condi-ciones de luz contribuye a que la imagen resulte todavía más dramática.

Restrepo es también el nombre del documental que hizo Hetherington narrando el día a día de los soldados nor-teamericanos en Afganistán. Le valió una nominación a mejor documental en los Oscar de 2010. Hetherington siguió fotografiando guerras. Murió en Misrata (Libia) en 2011 en un combate entre tropas rebeldes y partida-rios de Gadafi.

Distintas formas de mirar una realidad

Anthony Suau ganó el WPP de 2008 con una imagen más propia de una intervención policial o de la serie de televisión The Wire que de la certificación de un des-ahucio. Es una fotografía que recuerda todos los exce-sos policiales de EEUU. Según el pie de foto, se trata de un procedimiento estándar con el que un policía debe asegurarse de que una casa ha quedado vacía. Sincera-mente, si la situación es tan peligrosa para que el agente deba ir pistola en mano, ¿qué hace allí un fotógrafo?

2007

Tim Hetherington

Una de las críticas más frecuentes que se hacen de las fotografías de guerra es que tienden a mostrar el sufri-miento humano de la forma más descarnada y atrevida. Es una crítica, cómo no, legítima, bien porque en algu-nos casos las imágenes puedan violentar al espectador o porque el modo de contar las cosas se queda en lo obvio, en mostrar un contenido lo suficientemente dramático como para apelar al sentimentalismo más básico. No se puede negar, sin embargo, que esa fotografía directa es también fotoperiodismo en su estado más puro; se tra-ta de fotografías que no se podrían haber tomado de no haber estado lo suficientemente cerca, parafraseando a Robert Capa.

Pero hay también otra forma menos directa y menos agresiva de relatar un acontecimiento, una forma más cercana al documentalismo fotográfico, donde se impo-ne un conocimiento en profundidad del tema a fotogra-fiar.

Este es el marco en el que ubicaría la imagen con la que Pietro Masturzo ganó el World Press Photo de 2009. Una imagen que esconde más que lo que muestra: un grupo de mujeres protesta en los tejados de un barrio de Teherán contra el régimen de Ahmadineyad. Una situa-ción resuelta con gran belleza estética (en el momento del paso del día a la noche) y en un entorno arquitectó-

nico tan característico hacen que la fotografía sea, sin lugar a dudas, un modo alternativo, muy sutil y perfec-tamente válido de mostrar una protesta. No la protesta de los hombres, la protesta de quienes gritan en la calle, sino la de los tejados, el único espacio de libertad de las mujeres, cuyo protagonismo siempre queda relegado al un segundo plano en los países musulmanes.

La fotografía de Masturzo es una crónica de la vida coti-diana de las mujeres de Teherán. Y ahí reside su grande-za, en hacer protagonista aquello que a primera vista no cuenta nada especial.

Contar una historia a través de los rostros de sus perso-najes es uno de los modos más potentes de hacerlo. Es, además, una manera efectiva para interpelar al espec-tador, ponerlo en el lugar del fotografiado y apelar a su empatía. Eso es lo que hizo la fotógrafa Jodi Bieber con el retra-to del Bibi Aisha (WPP 2010), poner rostro, nombres y apellidos a la situación de sumisión y esclavitud en la que viven las mujeres afganas, bajo la amenaza constan-te de una sociedad machista donde los casos de violencia contra ellas pasan desapercibidos. El rostro de Aisha es el rostro de la tragedia que mira al espectador de frente, directamente a los ojos.

2008

Anthony Suau

104 105

2009

Pietro Masturzo

2011

Samuel Aranda2010

Jodi Bieber

106 107

La foto por la que Samuel Aranda fue galardonado con el WPP del año 2011 (edición de 2012) es todo lo contra-rio. No hay miradas, el espectador no puede mirar a los ojos de los personajes, ni siquiera puede ver sus rostros. Sin necesidad de saber quiénes son los protagonistas de la imagen, la fotografía de Aranda recoge un momento conmovedor en el que una madre sostiene en sus brazos a su hijo herido. Apenas hay contexto más allá del velo que cubre la cabeza de la mujer y unos guantes blan-cos de látex. Su ausencia obliga a centrar la mirada en la postura de los personajes, que ha llegado a relacionarse con La Piedad de Miguel Ángel.

Todas las instantáneas mencionadas son grandes traba-jos, merecedores del máximo galardón en el ámbito del fotoperiodismo. Se puede estar más o menos de acuerdo con la decisión de un jurado. Pero cuando esa decisión la toman un grupo de personas compuesto por algunos de los mejores fotógrafos y editores del mundo, después de realizar una criba entre las miles de fotografías que se presentan al concurso, la imagen ganadora será siempre una gran imagen. Así sucede con la foto de Paul Hansen, ganadora del WPP del año 2012 (edición de 2013) que combina la rabia, la indignación y el dolor de los adultos con la inocencia de dos niños muertos.

2012

Paul Hansen

Intimidad, fragilidad, desamparo, desconsuelo, impo-tencia, desesperación son algunas de las palabras que definen las emociones que emanan de las premiadas como fotos del año en el World Press Photo. Grandes instantáneas, que todas ellas cuentan con un denomina-dor común: el sufrimiento humano.

Esto no ha sucedido sólo en los últimos diez años de con-curso que aquí se han repasado. El dolor está presente en todas las imágenes galardonadas desde la creación de este premio en 1955. Así lo corrobora un rápido repaso a la historia del concurso.

Parece como si los fotoperiodistas sólo pudieran ser mensajeros del dolor ajeno. ¿Acaso nunca captan la ale-gría o la felicidad de las personas? Sí, lo hacen. Con la misma fuerza visual con la que retratan el dolor. Pero sea como fuere, ese trabajo sigue sin estar presente en los premios de fotoperiodismo. Lejos queda todavía el deseo de Bernat. Ese deseo que seguro compartimos muchos en la profesión: “El día que ganemos un concur-so con una foto alegre, será algo grande”.

GORKA LEJARCEGIFotografo de El Pais

109

DALE LA VUELTA COLUMNAS DE OPINION

Las estrellas por excelencia son las columnas de opi-nión. De los 21 periódicos analizados, 17 de ellos siem-pre publican una. Dándole así el protagonismo de toda la página. La gran variedad de columnistas da la posibi-lidad de hacer una clasificación de todas ellas. Primero, destacar que la firma por excelencia es la de Manuel Alcántara. Con 83 años ha escrito casi 20.000 artícu-los y ahora publica todos los días del año en los diarios regionales de Vocento desde 1991. El Correo, Norte de Castilla, Provincias, Sur y El Comercio son algunos de los que apuestan por sus líneas cada día. Otros diarios apuestan por una firma diferente cada día. Es el caso de El Periódico o La Voz de Galicia.

El primero de ellos publica columnas escritas por gente famosa entre los lectores: Jordi Évole, Manel Fuentes, Joan Barril, Julia Otero o Xavier Sardá. Sin embargo, La Voz de Galicia tiene a sus propios columnistas, cada día escribe una persona distinta que tiene ese día asignado de la semana. Los lunes, Enrique Clemente; los martes, Alfredo Vara; los miércoles, Mariluz Ferreiro; los jueves, Xosé Carlos Caneiro; los viernes, Carlos Agulló; los sá-bados, Paco Sánchez y los domingos, Fernanda Tabarés. Esto también lo hacen otros diarios como Heraldo de Aragón, El Progreso o Diario de Burgos. Por último, al igual que el grupo Vocento apuesta por una sola perso-na para sus columnas otros periódicos también hacen lo mismo. ABC con Ignacio Ruiz-Quintano, que publica de lunes a sábado, y Raúl del Pozo en El Mundo, que lo hace de lunes a viernes. Aquí también podemos incluir La Plumilla (Diari de Tarragona), un pequeño artículo escrito por Antoni Coll y publicado a diario. Su idea es comentar la actualidad con algún toque de originalidad y, si es posible, de buen humor. Una sección fija e ina-movible en el tiempo, pues a lo largo de los 25 años no ha variado.

LA TIRA

Es otro protagonista de la contraportada. Entre los ana-lizados están Oroz en Diario de Navarra, Olmo en El Correo y Faro en Diari de Tarragona. Las tiras tienen un valor diferencial al resto de secciones del periódico por ser un elemento gráfico. Una herramienta viva y eficaz para llevar a cabo un análisis crítico de la realidad, sobre todo del ámbito político. En algunas, como las de Oroz, se innova y se incrustan fotos dentro de la propia viñeta. Su estilo es diferenciador, sus personajes están muy bien definidos y utiliza colores fuertes. Según su autor, la idea fundamental de la sección es provocar en el lector un acercamiento a los temas de actualidad desde un punto de vista humorístico. Que puede ir desde la carcajada a la crítica más dura, pasando por la sonrisa, la reflexión o la misma indiferencia. En El Correo se destaca al viñe-tista Luis de Olmo, que ha firmado más de 19.500 tiras con su personaje principal Don Celes. Característico por

Es sistemático: coges el periódico, miras la por-tada y le das la vuelta. Se le considera la segun-da página más importante de la publicación de un diario. Y por ello, en este primer número, CONTRATAPA analiza en profundidad las contraportadas de 21 periódicos españoles. Para estudiarlas bien se eligió la semana del 11 al 17 de febrero. Después de analizar un total de 147 contraportadas se pueden concretar las claves más importantes que los definen: una co-lumna, una entrevista, una tira de humor…La evolución de las contraportadas la han llevado a innovar en muchos aspectos o también a ser seguir fieles a sus “firmas” de toda la vida.

110 111

su bigote, camisa roja, su corbata y pantalón negro. Sus viñetas son simples y claras, y siempre con un fondo en blanco y negro. Y por último, el Diari de Tarragona des-de 1997 tiene a un clásico de la prensa española: Andrés Faro Lalanne. Sus tiras son elegantes, con un trazo fino y colores suaves. Las viñetas de Faro tienen un elemento en común todas ellas, siempre hay una frase que ayuda a contextualizar el chiste, aparece en una esquina de la viñeta. Todas ellas tienen una publicación diaria.

LA ENTREVISTA

El género por excelencia. En la mayoría se entrevista a personas que no son famosas, se buscan a personajes lla-mativos o que tengan una buena historia que contar. En algún diario como La Vanguardia, se quiso dignificar el género de la entrevista hace 15 años, que se encontraba de capa caída en los diarios. Así es como nació La contra, de la que se encargan tres periodistas: Víctor-Manuel Amela, Inma Sanchís y Lluis Amiguet. Ellos explican que la idea fundamental de esta sección es transmitir conocimientos, vivencias, visiones del mundo de forma ágil, entretenida y amena. Otros periódicos que también utilizan este género son El Periódico, Diari de Tarra-gona y Heraldo de Aragón. Los dos últimos tienen en común que hacen un perfil de la persona entrevistada en un recuadro independiente de la entrevista. El Perió-dico, en cambio, la presenta en las dos líneas principales de la entrevista donde aparece el nombre del entrevista-do y se amplía en el cuerpo del texto.

Pero las contraportadas no solo se llenan de entrevistas o de tiras cómicas. Muchos de los periódicos analizados recurren al mismo título para designar a la sección de sus contras. La mayoría son de periódicos locales que se quieren dirigir a los lectores de su tierra. Los nombres más utilizados son: Gente corriente (El Periódico), Gen-te de aquí (Diario de León), Gente (El Correo Gallego) y Vivir aquí! (Diario de Pontevedra). Son secciones en la que cabe destacar la gran variedad de géneros: entrevis-tas, artículos, pequeños reportajes…Es un periodismo más próximo al lector, un verdadero guiño a lo local. Por otro lado, aquellos diarios que forman parte del mismo-

grupo de comunicación comparten en muchas ocasio-nes los mismos reportajes durante la semana. Es el caso de El Correo, Diario Vasco, La verdad, Sur, La Rioja, El Norte de Castilla, El Comercio y Las Provincias, del gru-po Vocento. Las historias de estos reportajes suelen ser de interés general o aquellas que puedan llamar la aten-ción del lector. Aunque también hay que destacar que en ocasiones estos periódicos buscan sus propias historias. Sucesos cercanos con los que sienta identificado el lector.

Además de los reportajes que se comparten dentro de un mismo grupo de comunicación, hay otros diarios que crean sus propias series. La Voz de Galicia titula muchas veces su contraportada con “Una hora con…” o “Dos ho-ras con….”, indicando el tiempo que han estado con el personaje o personajes que aparecen en el reportaje. Al igual que hacen otros periódicos locales buscan en pro-fundidad historias que sean agradables para sus lectores.

Por último, algunos periódicos siguen el mismo esque-ma para uno o varios días de la semana. En este caso se puede poner de ejemplo a ABC. Los domingos tienen como contraportada el retrato de diferentes personajes españoles hecho por Álvaro Ybarra Zabala y con unas líneas de Ignacio Camacho, periodista de renombre en este periódico. Aunque si hablamos de firmas con po-pularidad también habría que destacar La Plumilla en Diari de Tarragona, de Antoni Coll I Gilabert, que se publica unas líneas sobre un tema de actualidad del mo-mento todos los días en la contraportada. Como puede verse, las contras de los diarios están llenas de historias y diferentes visiones de la realidad a través de las colum-nas de opinión, de entrevistas o de viñetas.

CONTRAPORTADA IDEAL

No hay un modelo a seguir para que una contraportada sea buena, pero después de analizar más de cien le he-mos dado la vuelta a todas y hemos pensado cual sería la mejor. Después de la gran variedad de géneros que podemos utilizar, la contraportada ideal debería contar siempre con una buena historia dándole un toque de humor a través de una tira cómica.