Año 1. Número 2 - Mayo 2009 (¡Cómo nos hicimos los bolú en Abril!) Gratis hasta la corrupción

El personal de Molinete durante un allanamiento en la Calle Jujuy, des-pués de un asado que organizó la producción para festejar el lanza-miento de la revista. Los vecinos de la zona denunciaron gritos, balidos y cantos satánicos duante la reunión. La versión nuestra es que estába-mos escuchando un cassette de Xuxa a todo culo.

c Molinete

Aviso legalSi desconfía de la legitimidad del contenido de Molinete, por favor no dude más; seguramente

La producción se plantea a diario el sentido de la existencia.

hubo plagio por parte de nuestro equipo de redacción. Efectúe la conveniente denuncia.

Contacto: molinetemail@gmail.com

Apodo del mes: sorete de pony

Ilustraciones ocasionales: federico guevara olguín (insiste en el su-puesto atractivo estético de poner su nombre con minúscula; un bolú).

x2TobilloSuena el teléfono celular sobre el escritorio del consul-torio.-Hola –dijo Laura, la psicóloga.-Sabés quién habla, ¿no? –increpó la Flaca Mosque-da.-Claro, Mariela. ¿Cómo estás?-Primero, no me digas Mariela; vos mejor que nadie

sabés que me revienta ese nombre. Segundo, si leíste mi nombre en la pantallita de tu celular, ¿me podés explicar porqué carajo esperás a que yo me presente?.-Mmm, veo que estamos alterados hoy. ¿Pasó algo?-Si, pasó. Me doblé el tobillo y ahora no voy a poder ir a terapia, y acá en el hospital parece que no entienden que necesito internación. No quiero quedar como mi tía, la renga.-Bueno, Flaca, avisame con tiempo la próxima vez que no vayas a venir porque tengo un montón de pacientes esta semana. -Que te avise con tiempo… –se apresuró a contestar la Flaca-. Bueno, la semana que viene te llamo 5 horas antes para cancelar el turno por si me agarra cagadera o fiebre tifoidea. Escuchate un poco, imbécil.-Está bien, parece que no es tu día. Hablamos otro día, cuando estés más tranquila.-No, Laura, pará, quedate un ratito más en el teléfono y hablame de lo que sea; si me llegás a cortar voy a hacer que te arrepientas, pelotuda, porque ahí viene la enfermera con una jeringa y vos sabés el pánico que le tengo a las agujas.

Cumpleaños-¡Que los cumplas feliz, que los cumplas feliz, que los cumplas, la Flaca, que los cumplas feliz! –cantan todos los amigos de la Flaca.-Gracias, chicos.-Tomá, Flaca, éste es mi regalito, feliz cumple –le dijo una compañera de la facultad.-Aaaahhh, gracias, pero los regalitos se dan apenas uno llega, como hicie-

ron todos los demás, ¿por qué tenías que esperar hasta el momento de la torta, eh, tarada? –varios amigos intentaron calmar a la Flaca hasta que su compañera siguió hablando.-No sé, quería sorprenderte. Igual es una pavadita. No es para ponerse así.-Aja, querías sorprenderme. Si a mi se me ocurre, de repente, descuarti-zar un hámster sobre la mesa, seguramente es algo sorpresivo, ¿no? Y si es una pavadita tu regalo, para qué mierda te molestaste. Al menos hubie-ras tenido la amabilidad de guardarte el comentario. La compañera se calla tratando de disimular su angustia.-Ah, ahora te hacés la que llorás para quedar como la víctima. Mirá, sos tan básica… -Andate a la mierda, Flaca, no me importa que sea tu cumpleños. Necesi-tás ayuda, nena –le dijo su compañera con el ánimo compungido y la voz resquebrajada.-Sí, necesito la ayuda de un francotirador para eliminar a la gente como vos –contestó tajante la Flaca mientras destruía con arrebato el envoltorio del regalo-.Por un instante hubo un silencio mortuorio, una tensión insoportable. La Flaca se acercó a su compañera y, mientras ensayaba algo que podría asimilarse a un abrazo, le dijo: “siempre quise uno de estos vasitos térmicos, gracias”.

La verdad es que yo busco un hombre que me trasmita

seguridad y confianza. ¿vos buscás un hombre o un sistema de alarma?

busca ilustrador/a. Si estás interesado/a, comunicate a nuestro correo: molinetemail@gmail.com. (No es joda, estamos hasta las bolas).MOLINETEMOLINETE

1-Si uno los llama por teléfono, siempre atienden sin dejar de con-versar con alguien que está en su despacho.2-Aman la palabra despacho.3-Llegan al orgasmo mental de sólo pensar en la posibilidad laten-te de decir: “Estoy en reunión. Ha-blá más tarde”.4-Los fines de semana usan ber-mudas marrones y zapatos sin me-dias.5-Cuando un futuro empleado les pregunta cómo será abonado el sueldo, ellos dicen sin dudar: ¡pa-

garé!6-Tienen hijos bastante pelotudos.7-La palabra bonificación les pone la piel de gallina.8-Son los primeros en reírse de sus propias bromas liberando una carcajada estridente y enfermiza.9-Léxico: docientos pesos son dos gambas y una comisión es una co-meta.10-Tics: el labio inferior siempre les define una expresión de picardía casi imperceptible para el observa-dor novato.

Cómo detectar a un garca sin ser cagado en el intento

A alguien se le ocurrió que para aludir a los niños discapacitados, hay que decir “chicos con caracte-rísticas especiales”. A esa persona le preguntamos, ¿por qué “especia-les”?:a-¿porque tienen jamón y morro-nes?,b-¿porque son agentes encubiertos del gobierno?,c-¿o porque tienen acciones en una compañía de gas?.

Un vocero de la ONU declaró: “Es sumamente difícil acabar con la pobreza mundial. No hay hambruna ni epidemia que logre exterminarla”.

Los jóvenes profesionales de nuestro país tienen salida laboral inmediata. No diríamos lo mismo si no hubiera tantos call centers.

Tenemos entendido que Nacho Goano sufre de sinusitis crónica. Eso explicaría la escasés de oxígeno que as-ciende a su cerebro. En lugar de comenzar un tratamiento, opinamos que debería asumir la enfermedad y respirar por la boca, para defini-tivamente asegurarnos de que la mantenga ocupada en algo útil.

Es parte fundamental de este salpicón, recordar que el sitio web de Molinete está en cami-no. Se hace complicado trabajar concentrado en internet habiendo tanto para huevear.

L’amour En la frente le había salido un grano esférico y carmesí que pa-recía un pezón de niño. No había manera de cubrirlo con el flequillo porque lo tenía demasiado corto y recto, ni con una gorra, porque el perímetro y la ubica-ción de aquel forúnculo lo habría obligado a usar la visera a la altura de la nariz y eso no era buena idea, si es que pretendía mirar la vida en un plano general. Había que ban-cársela, pero cómo no iba a bancársela si era uno de los líderes de la banda del fierro, una de las pan-dillas más temidas de Villa Páez. Que lo cargaran los muchachos le importaba tres pitos; el pro-blema es que esa noche quería estar estupendo para encontrar-se en el baile con la persona a la que más deseaba en el mundo, y como llevaban un tiempo distan-ciados, no era equivocado pen-sar que el acné restaba un par de puntos a la hora de conside-rar una reconciliación. Jamás se supo algo acerca de la historia que tuvieron juntos. Esa relación ameritaba la máxima discreción, dado que ellos vivían

separados por una avenida que precisamente dividía dos barrios hostiles, enfrentados desde hace años por una causa que ya no tiene vigencia, pero que desper-tó el odio para siempre. Esa noche, la banda del fierro llegó al baile y se dispersó por el

salón, examinando las caras y las intenciones. Él se apartó del resto, se sentó en una barra, pidió una cubana y, sin quitar su mirada de los ojos del barman, espe-ró que una sola mueca alusiva, según él, a su grano, le sirviera de ex-cusa para batir el récord

mundial de trifulcas a treinta se-gundos de haber ingresado. Pero nada sucedió. Estuvo dos horas en esa barra, que era la de los encuentros furtivos, la de los tra-tos oscuros, la de las promesas de venganza. Ya iban cuatro, cin-co, seis vasos y nadie aparecía. De pronto llegó corriendo uno de los muchachos de la banda para avisarle que había lío cerca del escenario. Atravesaron el gentío a brazadas y cuando llegaron al lugar empezaron a tirar trom-padas a cualquiera para que se despejara el panorama y se pu-diera identificar el epicentro del

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escándalo. Cuando por fin ingre-saron a la turba, en donde vola-ban sillas, botellazos y puñetes, él sintió la incisión del metal frío que le abría un riñón. Mientras caía de costado, alcanzó a ver el puñal manchado con su pro-pia sangre; irguió un poco más la cabeza para seguir el recorrido visual de la figura de su agresor: era un pibe de rostro recio, bien afeitado y peinado con pirinchos

perfectamente regulados por el efecto de un gel fijador. Él lo tomó del pantalón al reconocerlo y el joven se arrodilló a su lado, inerme, inexpresivo, pero con una extraña lucidez. Entorpecido por el alcohol y por la profunda herida, balbuceó: “me salió un grano feo acá en la frente, pero ¿igual me seguís queriendo, Darío?” Fue lo último que dijo.

Lucas Pusineri dio en la tecla

Primero, nótese la agudeza con que fue escogido el titular (si no lo notó, habré desperdiciado 47 minutos de mi vida); segun-do, y por si usted no lo sabía, existe una pelícu-la cuyo nombre es Amadeus que narra la vida de Wolfgang Amadeus Mozart y que fue dirigi-da por nada menos que Milos Forman; tercero, descubrimos que en dicho film el genio musi-cal es interpretado por un actor mediocre lla-mado supuestamente Tom Hulce. Ahora bien,

¿Tom Hulce es acaso Lucas Pusi-neri?, ¿Lu-cas Pusineri es el mellizo de Tom Hulce?, ¿quién carajo es Hulce?, y sobre todo, ¿quién carajo es Pusineri? Lo dilucidaremos (un redactor de Molinete sufrió un aneurisma intentando pronunciar esta palabra) a continuación. Luego de una exhaustiva investigación, el equipo que produce la presente revista descubrió que Lucas Pusineri es un jugador de fútbol que,

contrariamente a lo que la mayoría supone, aún está con vida y pertenece al actual plantel del Club Atlético Independiente. Tom Hulce es un actor nor-teamericano al que después de Amadeus nunca más lo llamaron para hacer una película como la gente. Hasta ahí todo estaba claro, pero la confusión se creó cuando el domingo pasado hicieron un cambio en Independiente y entró un tipo que era igual a Mozart y usaba la camiseta de Pusineri sobre un traje de mediados del siglo XVIII y cada tanto daba indicaciones en inglés a sus atónitos compañeros, siendo extraño que Mozart diera indicaciones en otro idioma que no fuera el de su Austria natal; aunque quizá no sea descabellado pensar que después de más de dos siglos y medio de inactividad musical de-bido a una tempranera muerte, el compositor no tuvo mucho que hacer más que perfeccionar su inglés, pero lo más extraño de este suceso es que algu-nos cinéfilos juran que en la escena 45 de Amadeus, el personaje de Mozart toca el piano como Pusineri; no sabemos a qué se refieren exactamente. Es decir que si Pusineri es a Hulce lo que Mozart es a Pusineri, está clarísimo que como jugador de fútbol Pusineri es un gran pianista muerto y Hulce actúa como un jugador de fútbol al borde del retiro.

Duilio Dolina. Retrato de co-mienzos del Siglo XVIII. Di-cen que se hacía pasar por Voltaire e improvisaba co-medias maravillosas para cortejar doncellas. Después quiso inventar un dispositivo de ondas sonoras para que lo oyeran más minitas, pero le salió un paraguas y sólo la ponía los días de lluvia.

Aquí vemos al Sub Zero latino enfriando el fernet con un amigo en una pileta pública de Bella Vista. Está preocupado por el calenta-miento global y planea cambiarse el nombre si se sigue cagando de calor tan alevosa-mente.

En el próximo número de Mo-linete reclame poster gigante de Tucán Camón, la mascota oficial de las Olimpíadas de Egipto 2012.

No se deje engañar, quien lleva a cabo cada número de Molinete es una sola persona que se hace pasar por varias y, en casos como el presen-te, habla de sí mismo en tercera persona. ¿Qué

clase de boludo es?:a-Un boludo misterioso.b-Un boludo esquizofrénico.c-Un boludo solitario.d-Un boludo omnipotente.e-Un flor de boludo.

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Perdiste la oportunidad de formar una familia. No podés mantener una re-lación estable. Tenés conductas de adolescente. En un cuestionario imper-dible de Solteringui, enterate si sos un fracaso para la especie o una mente sobresaliente que no tiene tiempo para críos ni para el amor marital.

25 trucos infalibles para evitar esa moles-ta raspita de caca que siempre ahuyenta a tu pareja de turno.

Atrevete a descubrir las ventajas de clavar-te un mañanero con aliento a carburador.