ken wilber - psicología integral

91
PSICOLOGÍA INTEGRAL http://psikolibro.blogspot.com

Upload: api-3705519

Post on 13-Jun-2015

5.395 views

Category:

Documents


55 download

TRANSCRIPT

Page 1: Ken Wilber - Psicología Integral

PSICOLOGÍAINTEGRAL

http://psikolibro.blogspot.com

Page 2: Ken Wilber - Psicología Integral

Ken Wilber

PSICOLOGÍAINTEGRAL

http://psikolibro.blogspot.com

Page 3: Ken Wilber - Psicología Integral

Título original: TRANSFORMATIONS OF CONSCIOUSNESSTraducción: David GonzálezDiseño portada: A. Pániker

© 1986 by Ken Wilber© de la edición española:

1993 by Editorial Kairós, S.A.

Primera edición: Septiembre 1994Segunda edición: Octubre 1999

ISBN: 84-7245-311-1Dep. Legal: B-40.277/1999

Fotocomposición: Beluga & Mleka. Córcega, 267. 08008 BarcelonaImpresión y encuadernación: Índice. Caspe, 118-120. 08013 Barcelona

Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción total ni parcial de este libro,ni la recopilación en un sistema informático, ni la transmisión por medios electrónicos,mecánicos, por fotocopias, por registro o por otros métodos, salvo de breves extractos a efectosde reseña, sin la autorización previa y por escrito del editor o el propietario del copyright.

PREFACIO

En el mejor de los casos, los diversos enfoques psi-cológicos occidentales comparten un mismo objetivo:el logro de una personalidad sana, integrada y adaptadaal medio. En consecuencia, su,campo de interés ha per-manecido restringido a los aspectos prepersonales y per-sonales de la existencia, desestimando al mismo tiem-po, las dimensiones superiores del desarrollo.

Pero al margen de esta coincidencia de objetivos, nodeberíamos extraer la conclusión prematura de que exis-te una sola psicología. Lo cierto es que existen multitu-des de psicologías, cada una de las cuales parece pro-clamar, desde la trinchera de su peculiar punto de vista,ser la única verdaderamente científica, la única auténti-camente profunda y la única genuinamente humanista,según el caso.

En realidad, el grado de disgregación e incomunica-ción entre las diferentes escuelas -una consecuencia na-tural de las considerables diferencias conceptuales y delenguaje existentes entre ellas- es tal que gran númerode profesionales norteamericanos están desmarcándosede la adhesión unilateral a una escuela concreta y se de-claran eclécticos. Este estado de cosas ha terminado pro-

7

http://psikolibro.blogspot.com

Page 4: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

piciando, en los últimos tiempos, el surgimiento de unmovimiento de integración cuyo objetivo apunta a lo-grar un marco de referencia global que nos permita de-terminar el enfoque más adecuado para cada cliente encada caso concreto.

Las enseñanzas espirituales tradicionales, por su par-te, han focalizado casi exclusivamente su atención enlas dimensiones «superiores» del desarrollo y nada sue-len decir sobre las «inferiores». Así las cosas, la psico-logía nos suele ofrecer una visión muy «terrenal» delser humano, mientras que la espiritualidad, por el con-trario, nos tiene acostumbrados a una imagen excesiva-mente «celestial».

Es como si ambas disciplinas se hubieran ocupado,hasta el momento, de regiones muy diferentes del co-nocimiento humano. A veces la psicología penetraba enel campo de lo espiritual y algo parecido ocurría oca-sionalmente en el sentido contrario. Pero estas incur-siones eran efímeras y furtivas y estaban plagadas derecelos y descalificaciones mutuas. Sin embargo, pocoa poco las relaciones existentes entre ambas visionescomenzaron a estabilizarse y a tomar cierta carta de na-turaleza. A finales de la década de los sesenta, este pro-ceso de aproximación se vio alentado por la aparición dela psicología transpersonal. Estamos lejos de haber al-canzado una síntesis, pero lo cierto es que ya comien-zan a vislumbrarse los prometedores frutos de este fe-cundo proceso de mestizaje cultural.

Es en este contexto donde, en 1977, tuvo lugar unacontecimiento singularmente importante: la apariciónen escena de un autor cuya contundencia y claridad con-ceptual ha terminado siendo calificada, no sin motivo,como «revolución Wilber».

8

Prefacio

La obra de Wilber -El espectro de la conciencia(1977), La conciencia sin fronteras (1979), El proyectoAtman (1980), Up from Eden (1982), El paradigma ho-lográfico (1982), Los tres ojos del conocimiento (1983),Un Dios sociable (1983), Cuestiones cuánticas (1984),Transformations of Consciousness (1986), Grace andGrit: Spirituality and Healing in the Life and Death ofTreya Killam Wilber, (1991)- constituye, a nuestro jui-cio, el intento más sólido y meritorio realizado hastanuestros días de tender un puente entre la psicología yla espiritualidad, entre Oriente y Occidente, entre lasescuelas de pensamiento convencionales y las tradicio-nes contemplativas e incluso entre las distintas escuelaspsicológicas.

Los tres artículos presentados en este libro fueron pu-blicados separadamente en los números 1 y 2 del volu-men 16 de The Journal of Transpersonal Psychology(1984) y recogidos y ampliados posteriormente en Trans-formations of Consciousness (1986). Por su especial in-terés hemos incluido también dos fragmentos de unacarta personal a John Rowan en la que Wilber puntua-liza ciertos aspectos relativos a los fulcros 4 y 5 del de-sarrollo.

En el presente libro, Wilber nos ofrece un resumen desu modelo espectral global del crecimiento y desarrollointegral del ser humano que abarca tanto sus aspectos fí-sicos, emocionales e intelectuales, como sus dimensio-nes existenciales y espirituales.

La primera parte está dividida en dos capítulos. En elprimero Wilber resume brevemente cada una de las es-tructuras o niveles fundamentales de su modelo espec-tral del desarrollo humano (articulado, en este caso, entorno a nueve niveles, tres referidos al dominio preper-

99

http://psikolibro.blogspot.com

Page 5: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

sonal, tres al personal y otros tres al transpersonal). Estasección termina con una descripción de las funcionesespecíficas con las que cumple el self y de la sensaciónde identidad correspondiente a cada uno de los niveles.En el segundo capítulo resume sumariamente los resul-tados de las recientes investigaciones realizadas por lapsicología psicoanalítica evolutiva (Mahler, Kernberg,Blanck & Blanck y Kohut) y bosqueja una síntesis in-tegradora que puede servir de plataforma idónea paraabordar los temas discutidos en la segunda.

En la parte II, Wilber se ocupa de la posible patolo-gía que puede acompañar a cada uno de los tres grandesfulcros del desarrollo del self en los tres dominios pre-personales (psicótico, borderline y neurótico), persona-les (self-rol y guión-cognitivo, neurosis de identidad ypatología existencial) y transpersonales (trastornos psí-quicos, sutiles y causales).

Por último, en la parte III, sugiere las modalidades te-rapéuticas más adecuadas para tratar cada una de las pa-tologías mencionadas en la segunda parte, y finaliza conuna serie de precisiones sobre temas puntuales talescomo el diagnóstico, el narcisismo, los sueños y las re-laciones existentes entre la psicoterapia y la meditacióna la luz del modelo espectral.

En una época caracterizada por la creciente hiperes-pecialización, la visión espectral global de Wilber pue-de proporcionarnos el espinazo central que nos ayude areformular y vertebrar de una manera articulada el co-nocimiento disperso que hemos ido acumulando sobre elser humano.

Desde esta perspectiva, lo psicológico y lo espiritualno representan dimensiones aisladas sino que constitu-yen etapas secuencialmente diferentes del mismo proceso

10

Prefacio

evolutivo. Ésta es una síntesis que contiene todos losingredientes necesarios para permitir «cobrar vuelo» ala psicología occidental y «tomar tierra», al mismo tiem-po, a las tradiciones espirituales. Así lo esperamos.

DAVID GONZALEZValencia, otoño de 1993

http://psikolibro.blogspot.com

Page 6: Ken Wilber - Psicología Integral

PARTE I:

EL ESPECTRO

DEL DESARROLLO

http://psikolibro.blogspot.com

Page 7: Ken Wilber - Psicología Integral

En diversas ocasiones (Wilber, 1977; 1979; 1980a;198 la; 1981b; 1983) he intentado presentar un modeloespectral y global de la psicología; un modelo evoluti-vo, estructural, jerárquico y sistemático al mismo tiem-po, extraído tanto de las escuelas orientales como de lasescuelas occidentales. Este modelo espectral del desa-rrollo de la conciencia constituye también, en mi opinión,un espectro de sus posibles patologías. Si el desarrollode la conciencia atraviesa una serie de estadios, una «le-sión» en un determinado estadio puede llegar a ocasio-nar un especial tipo de psicopatología. En tal caso, lacomprensión de la naturaleza evolutiva de la conciencia-de sus estructuras, de sus estadios y de su dinámicageneral- constituirá un elemento indispensable para eldiagnóstico y el tratamiento.

Este trabajo sintetiza de modo sumario mi obra an-terior al respecto y el libro en el que actualmente estoytrabajando (System, Self and Structure). Espero que la ne-cesidad de condensar mucho material en unas pocas pá-ginas no termine simplificando excesivamente la cues-tión. Dentro de estas limitaciones, sin embargo, lo quesigue es un resumen de la investigación realizada sobreeste tema. El lector interesado en aspectos más concre-tos puede remitirse a mis otras obras al respecto.

Estoy convencido de la importancia de ciertos con-ceptos psicodinámicos y transpersonales para cualquier

15

http://psikolibro.blogspot.com

Page 8: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

visión evolutiva del desarrollo y de que la reciente in-vestigación en dominios aparentemente tan dispares pue-de resultar extraordinariamente fecunda. Cualquier intentode comprender adecuadamente todo el amplio rango delas capacidades humanas -desde las inferiores hasta lasmás elevadas- requiere una integración y un modelo nomenos comprehensivo que el que hemos esbozado.

1. EL ESPECTRODE LA CONCIENCIA

En mi opinión, en el desarrollo psicológico existen dosgrandes tipos de estructuras u organizaciones funda-mentales: las estructuras básicas y las estructuras detransición (cada una de las cuales, a su vez, se ramificaen diversas líneas evolutivas). Las estructuras básicasson estructuras que, una vez emergen, tienden a perdu-rar como unidades o subunidades relativamente autó-nomas a lo largo del desarrollo subsiguiente (en estesentido, son similares a los «holones» de Koestler). Lasestructuras de transición, por su parte, son estructurasespecíficas de fase, estructuras provisionales que tien-den a ser reemplazadas totalmente por las siguientes fa-ses del desarrollo.

Así pues, a lo largo del proceso de desarrollo las es-tructuras básicas concretas tienden a ser subsumidas, in-cluidas o subordinadas, mientras que las estructuras detransición, por el contrario, tienden -como veremos más`adelante- a ser negadas, disueltas o reemplazadas. Lagestión de este desarrollo estructural, por su parte, co-rresponde al self (o sistema del self),_el locus de ¡den-

17

http://psikolibro.blogspot.com

Page 9: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

tificación, volición, defensa, organización y «metabo-lismo» («digestión» de la experiencia), en cada uno delos diferentes niveles del crecimiento y desarrollo es-tructural.

Veamos ahora brevemente los elementos compositi-vos fundamentales de nuestro modelo espectral del de-sarrollo y la psicopatología: 1) las estructuras básicas,2) los estadios de transición y 3) el sistema del self.

Las estructuras básicasLas estructuras básicas, o niveles de conciencia, po-

seen un rasgo distintivo singular ya que, una vez emer-gen, siguen perdurando durante el resto del desarrolloevolutivo del individuo. De este modo, aunque final-mente sean trascendidas y queden subsumidas y subor-dinadas por el movimiento ascendente del self hacia es-tructuras básicas superiores, siguen conservando unarelativa autonomía e independencia funcional.

En realidad, las estructuras básicas de la concienciason conocidas como la Gran Cadena del Ser (Smith,1976). Ciertas versiones de la Gran Cadena sólo hablande dos niveles (materia y espíritu); otras de tres (mate-ria, mente y espíritu); otras de cuatro o cinco (materia,cuerpo, mente, alma y espíritu), y aún otras, mucho mássofisticadas, hablan de un espectro global que abarca li-teralmente decenas de estructuras básicas.

En System, Self and Structure (y, en menor grado, enEl proyecto Atman y en Los tres ojos del conocimiento)he señalado que el análisis y la comparación minuciosade las principales escuelas psicológicas y religiosas, tan-to orientales como occidentales, apuntan a la existencia

18

El espectro de la conciencia

de una amplia diversidad de estructuras básicas que, eneste momento, parecen ser interculturales y universales.Esta síntesis procede de los modelos estructurales pro-porcionados por Freud, Jung, Piaget, Arieti, Werner, et-cétera y de los modelos estructurales que nos ofrecenlos sistemas psicológicos de las tradiciones contempla-tivas del mundo entero (mahayana, vedanta, sufi, cába-la, misticismo cristiano, platonismo, Aurobindo, FreeJohn, entre otros). La comparación estructural de todasestas visiones me ha permitido construir un modelo enel que cada una de las tradiciones (orientales y occi-dentales) encaja perfectamente en los diferentes «hue-cos» dejados por las otras.

Como ya he dicho, este modelo contiene diversas es-tructuras básicas que abarcan tanto el desarrollo con-vencional como el desarrollo contemplativo. Para el ob-jeto que nos ocupa en este trabajo, he seleccionado lasnueve estructuras que parecen centrales y funcional-mente dominantes (Figura 1). Para dar una idea aproxi-mada de la aparente universalidad de estas estructurasbásicas fundamentales, en la Tabla 1 presento las co-rrelaciones existentes entre este modelo evolutivo y lossistemas de Aurobindo, la psicología del yoga, el ma-hayana y la cábala. (En El proyecto Atman el lector in-teresado podrá encontrar correlaciones similares conmás de veinte sistemas orientales y occidentales y enSystem, Self and Structure estas correlaciones se deta-llan con mucha más precisión.)

Las estructuras básicas del desarrollo de la concien-cia que presentamos en la Figura 1 pueden ser resumi-das (de manera algo simplista) jerárquicamente del si-guiente modo:

19

http://psikolibro.blogspot.com

Page 10: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

Figura 1Las estructuras básicas de la conciencia

1. Sensorio físico. El dominio de la materia, la sensacióny la percepción (los tres primeros skandhas budistas); elnivel sensorio-motor de Piaget, el sensorio-físico de Au-robindo, etc.

2. Fantásmico-emocional. El nivel emocional-sexual (lacapa de la bioenergía, el élan vital, la libido y el prana;el cuarto skandha budista, el pranamayakosha del Ve-

20

El espectro de la conciencia

danta, etcétera) y el nivel fantásmico (término acuñadopor Arieti [19671 para referirse a la mente inferior omente-imagen, la forma más sencilla de «representa-ción» mental que opera exclusivamente sobre la base deimágenes).

3. Mente rep. Abreviatura de «mente representativa», elestadio del pensamiento preoperacional («preop») dePiaget. La mente rep se desarrolla en dos estadios: el delos símbolos, de los 2 a los 4 años, y el de los concep-tos, de los 4 hasta los 7, (Arieti, 1967; Piaget, 1977).Un símbolo (mente rep) va mucho más allá de una sim-ple imagen (mente fantásmica), ya que mientras que lasimágenes representan pictóricamente a los objetos, lossímbolos, por su parte, no los representan de manera fi-gurativa sino verbal. Así pues, por ejemplo, la imagenmental de un árbol es relativamente parecida a un árbolreal mientras que la palabra-símbolo «á-r-b-o-l», no separece, en modo alguno, a un árbol. La representaciónsimbólica constituye, pues, una operación cognitiva su-perior, más compleja y más sofisticada que la simple re-presentación sobre la base de imágenes. Un concepto esun símbolo que no sólo representa un objeto o un acto,sino una clase de objetos o de actos e incluso tareas cog-nitivas más complejas y difíciles. Los símbolos denotanmientras que los conceptos connotan. Pero aunque lamente-rep sea superior con respecto a su predecesorafantásmica, lo cierto es que sigue tratándose, como de-cía Piaget, de una estructura muy egocéntrica que toda-vía no puede asumir fácilmente el papel de los demás.Se trata de un nivel muy similar a la «mente-voluntad»de Aurobindo y al tercer chakra de la psicología delyoga, etcétera.

21

http://psikolibro.blogspot.com

Page 11: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

4. Mente regla/rol. Corresponde al pensamiento opera-cional concreto («conop») de Piaget. A diferencia de supredecesora -la mente rep- la mente conop puede co-menzar a asumir el rol de los demás. Se trata tambiénde la primera estructura que realmente puede llevar acabo operaciones regladas, tales como la multiplicación,la división, la clasificación, la jerarquización, etcétera(Flavell, 1970; Piaget, 1977). De manera similar a Pia-get, Aurobindo describe a esta estructura como la men-te que opera sobre los objetos sensoriales o sobre losobjetos concretos.

5. Mente reflexivo formal. Corresponde fundamental-mente al pensamiento operacional formal («formop»)de Piaget. Se trata de la primera estructura que no sólopuede pensar sobre el mundo sino que también puedepensar sobre el pensamiento. Es, por consiguiente, laprimera estructura claramente autorreflexiva e intros-pectiva (aunque estos mecanismos aparezcan ya, de ma-nera rudimentaria, en la mente regla/rol). Se trata tam-bién de la primera estructura capaz de llevar a cabo elrazonamiento hipotético-deductivo o proposicional («sia, entonces b»), lo cual, entre otras cosas, le permiteasumir realmente puntos de vista más plurales y uni-versales (Flawell, 1970; Piaget, 1977; Wilber, 1982). Enopinión de Aurobindo, éste es el nivel de la «mente ra-cional», una mente que no está atada a los objetos sen-soriales concretos, sino que, por el contrario, aprehen-de y opera sobre las relaciones (que no son «cosas»).

6. Visión-lógico. Numerosos psicólogos (entre los cua-les cabe destacar a Bruner, Flawell y Arieti, por ejem-plo) han señalado la evidencia de estructuras cognitivas

22

El espectro de la conciencia

superiores y más elevadas que el pensamiento «opera-cional formal» de Piaget. Este nivel ha sido denomina-do generalmente como «dialéctico», «integrador», o «sin-tético creativo». Yo prefiero denominarlo «visión-lógico».En cualquiera de los casos parece que, si bien la menteformal establece relaciones, el nivel visión-lógico, porsu parte, establece redes de relaciones. Es decir, del mis-mo modo que la mente formop «opera con» conop, lamente visión-lógico «opera con» formop. De este modo,el nivel de visión lógica o panorámica aprehende unared masiva de ideas, y sus relaciones e interrelacionesmutuas. Esta estructura constituye, pues, el inicio de unacapacidad verdaderamente superior de sintetizar, esta-blecer conexiones, relacionar verdades, coordinar idease integrar conceptos. Es interesante constatar que esaestructura coincide casi exactamente con lo que Auro-bindo denominaba «mente superior», una instancia que,«aunque puede expresarse libremente en las ideas indi-viduales, es más propia de la ideación masiva, la capa-cidad de ver la verdad de un solo vistazo, la visión in-tegral». Se trata, obviamente, de una estructura altamenteintegradora, en mi opinión, la estructura más integradoradel dominio personal, más allá de la cual se halla el do-minio de lo transpersonal.

7. Psíquico. Podemos considerar al nivel psíquico comola culminación del nivel visión-lógico y del insight vi-sionario. Quizás su mejor ejemplificación lo constituyael sexto chakra, el «tercer ojo» que, según se dice, ja-lona el comienzo y la apertura a los dominios trascen-dentales, transpersonales y contemplativos. En este ni-vel las capacidades perceptuales y cognitivas delindividuo son tan amplias y universales que «van mu-

23

http://psikolibro.blogspot.com

Page 12: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

cho más allá» de las estrechas perspectivas y preocupa-ciones personales del individuo. Según la mayor partede las tradiciones contemplativas, en este nivel el indi-viduo comienza a aprender a operar sobre las capacida-des perceptuales y cognitivas de la mente y, en esa mis-ma medida, comienza a trascenderlas. Se trata de la«mente iluminada» de Aurobindo, de los «estadios pre-liminares» de la meditación de la que nos hablan el hin-duismo o el budismo. Según Aurobindo:

La capacidad de percepción de la visión interna [psí-quica] es mucho mayor y más directa que la capaci-dad de percepción del pensamiento. De la misma ma-nera que la mente superior [es decir, la mentevisión-lógica] supone una mayor conciencia del sery un mayor poder de verdad que la idea [formop], lamente iluminada [nivel psíquico], por su parte, su-pone una conciencia y una capacidad de ver y de com-prender la Verdad y la Luz de una Verdad todavíamayor, y proporciona a la mente-pensamiento una vi-sión y una inspiración interna directa que nos per-mite advertir las pautas subyacentes y nos capacitapara una comprensión global superior de la que nosproporciona el concepto-pensamiento.

8. Sutil. Según se dice, el nivel sutil es el asiento de losarquetipos reales, de las formas platónicas, de los soni-dos sutiles, de las iluminaciones audibles (nada, shabd),de los insights y de los éxtasis trascendentes (Aurobin-do; Da Free John, 1977; Evans-Wentz, 1971; Guénon,1945; Rieker, 1971). Ciertas tradiciones, como el hin-duismo y el gnosticismo, por ejemplo, afirman que, se-gún la aprehensión fenomenológica directa, este nivel es

24

El espectro de la conciencia

el hogar de la deidad-forma personal (ishtadeva en elhinduismo, yidam en el mahayana y demiurgo en el gnos-ticismo) al que se accede en el estado que el hinduismodenomina savikalpa samadhi (Blofeld, 1970; Hixon,1978; Jonas, 1958). En el budismo teravada, éste es elreino de los cuatro «jnanas sin forma», de los cuatro es-tadios de la meditación concentrativa en los «planos deiluminación» arquetípicos o «Reinos de Brahma»; en lameditación vipassana se trata del estadio-reino del pseu-donirvana, del dominio de la iluminación y rapto y delinicio del insight trascendental (Goleman, 1977; Nya-namoli, 1976). Es la «mente intuitiva» de Aurobindo,el geburah y el chesed de la cábala, etcétera. (En Los tresojos del conocimiento expongo las razones que me lle-van a concluir que todos estos fenómenos comparten lamisma estructura profunda propia del nivel de concienciasutil [Wilber, 1983]).

9. Causal. Según se dice, el nivel causal es la fuente nomanifestada, el sustrato trascendente de todas las es-tructuras inferiores, el Abismo del gnosticismo, el Va-cíó ldel mahayana, lo Sin Forma del vedanta (Chang,1974; Deutsche, 1969; Jonas, 1958; Luk, 1962). Este ni-vel se realiza en un estado de conciencia denominado nir-vikalpa samadhi por el hinduismo; jnana samadhi por elvedanta; la octava, novena y décima etapa de las es-tampas del pastoreo espiritual del boyero del Zen; elséptimo y octavo jnana; el estadio de insight sin es-fuerzo, que culmina en el nirvana del vipassana y la«Supermente» de Aurobindo (Da Free John, 1977; Go-leman, 1977; Guénon, 1945; Kapleau, 1965; Taimini,1975). Este estadio también es descrito como el self uni-versal y sin forma (Hume, 1974; Schuon, 1975) común

25

http://psikolibro.blogspot.com

Page 13: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

a todos los seres. Según Aurobindo: «Cuando la Super-mente [causal] desciende, la predominancia de la sen-sación de identidad central se subordina, se pierde, porasí decirlo, en la vastedad del ser, hasta que finalmentequeda abolida y es reemplazada por una percepción cós-mica expandida y por la sensación superior e ilimitadadel self universal... una conciencia de unidad sin fron-teras que todo lo impregna... un ser que es esencialmenteuno con el Self Supremo».

10. Último. Después de haber atravesado completamen-te el estado de cesación o de absorción causal en lo nomanifestado, la conciencia despierta finalmente a su mo-rada previa y eterna como Espíritu Absoluto radiante yomnipenetrante, uno y muchos, único y todo, integra-ción e identidad completa entre la Forma manifiesta ylo Sin Forma no manifestado. Se trata del sahaj y delbhava samadhi clásico; del turiya (y turiyatita); de la ab-soluta e incalificable Conciencia Como Tal; de la «Su-permente» de Aurobindo; de la Mente única del Zen; deBrahman-Atman; del Svabhavikakaya (Chang, 19741 DaFree John, 1978; Hixon, 1978; Kapleau, 1965; Moo-kerjee, 1971). Estrictamente hablando, el nivel último noes un nivel entre muchos otros sino la misma realidad,condición o esencia de todos los niveles. En un sentidoanalógico podríamos decir que es el papel -el sustratofundamental o esencia vacía- sobre el que está dibuja-da la Figura 1.

26

http://psikolibro.blogspot.com

Page 14: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

Permítaseme hacer unas sugerencias adicionales so-bre los niveles superiores o transpersonales (del 7 al 10).En System, Self and Structure he mencionado la exis-tencia de siete estadios transpersonales (psíquico infe-rior y psíquico superior, sutil inferior y sutil superior, cau-sal inferior y causal superior y último), cada uno de loscuales se subdivide, a su vez, en tres subestadios (prin-cipiante o aspirante, practicante o iniciado y avanzadoo maestro), obteniendo, de ese modo, un total de vein-tiún estadios contemplativos. (Lo mismo he hecho, en esaobra, con los estadios y subestadios inferiores e inter-medios, a los que he condensado en seis niveles princi-pales.) En mi opinión, los nueve niveles fundamentalesque presentamos en la Figura 1 son funcionalmente do-minantes a lo largo del proceso evolutivo y, por consi-guiente, cualquier enumeración del desarrollo que pre-tenda ser mínimamente exhaustiva debe tenerlos enconsideración. En otras palabras, su selección, no escompletamente arbitraria ya que la philosophia peren-nis nos presenta un considerable apoyo para esta «con-&densación funcional». El Vedanta, por ejemplo, hablade la existencia de un gran número de estadios del de-sarrollo global que se hallan gobernados funcional y es-tructuralmente por cinco niveles principales que, a suvez, se condensan y manifiestan en tres niveles funda-mentales: grosero, sutil y causal. (La versión que presentoen este artículo es una visión levemente ampliada de laque nos ofrece el vedanta.)

Más arbitraria, sin embargo, es mi visión y descrip-ción sobre los estadios referidos a los niveles superioreso transpersonales. En System, Self and Structure podránencontrarse descripciones y explicaciones más detalla-das al respecto. Sólo deseo subrayar que la cartografía es-

28

El espectro de la conciencia

piritual que presento aquí y la que nos ofrece Brown (Ca-pítulo 8, Transformations of Consciousness) están ampliay sustancialmente de acuerdo, reflejando los resultadosde las recientes investigaciones realizadas al respecto yllevando a la conclusión de que-<el estudio minucioso delos textos clásicos, la secuencia de experiencias de las quenos hablan las tradiciones, que insisten en la meditaciónconcentrativa y los cambios de los que nos informan lasaproximaciones insight, son fundamentalmente los mis-

mos. Aunque existan notables diferencias en la progre-sión de las experiencias meditativas, el análisis longitu-dinal, de las referencias fenomenológicas de las quedisponemos -es decir, la progresión de experiencias quetienen lugar desde el comienzo hasta el final del caminomeditativo- demuestra la existencia de una organizaciónpsicológica subyacente similar» (Maliszewski et al.,

1981). En este estudio condenso y represento estas si-militudes -a las que denomino «estructuras profundas»(para contraponerlas a las «estructuras superficiales»)-en cuatro estadios transpersonales fundamentales: psí-quico, sutil, causal y último.

Los estadios de transición (o estadios del self)

A diferencia de lo que ocurre con las estructuras bá-sicas, las estructuras de transición no quedan incluidasy subsumidas sino que tienden a ser negadas, disueltaso reemplazadas por el desarrollo subsiguiente. Veamosa este respecto, los trabajos de Piaget y Kohlberg. Lasestructuras cognitivas de Piaget son, en su mayor parte,estructuras básicas (el nivel sensorio-motor correspon-de a los niveles 1 y 2, el preoperacional al 3, el de las

29

http://psikolibro.blogspot.com

Page 15: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

operaciones concretas al 4 y el de las operaciones for-males al 5). Una vez que estos niveles emergen siguenperdurando a lo largo de todo el proceso de desarrollosubsiguiente. De hecho, en el sistema de Piaget, cadauno de los niveles se convierte en el operando u «obje-to» del nivel superior. Así pues, por ejemplo, una per-sona que se halle en el nivel 5 tiene acceso simultáneo-y puede operar sobre- todos los niveles inferiores (del1 al 4) ya que todos ellos perduran y siguen realizandosus tareas y sus funciones necesarias y apropiadas.

Los estadios del desarrollo moral de Kohlberg, por elcontrario, son estructuras de transición específicas defase. En este sentido, por ejemplo, quien se halle en elestadio moral 3 no actúa simultáneamente desde el es-tadio 1 ya que el estadio 3 reemplaza al estadio 2, elcual, a su vez, reemplazó al 1. Como han señalado Pia-get y Kohlberg, aunque las estructuras morales de tran-sición dependan, o «descansen», en las estructuras cog-nitivas fundamentales, se trata, sin embargo, de dos tiposde estructuras diferentes.

Una sencilla metáfora puede servirnos para intentarexplicar esta diferencia. Las estructuras básicas son comolos peldaños de la escalera de la Gran Cadena del Ser.El self (o el sistema del self), por el contrario, es quienasciende esa escalera. En cada uno de los distintos pel-daños de ese ascenso el self accede a una visión, o pers-pectiva diferente sobre la realidad, teniendo en conse-cuencia una sensación de identidad, una moralidad, unconjunto de necesidades, diferentes. Estos cambios en lasensación de identidad -que varían de nivel en nivel yque suponen una transformación del self y de la sensa-ción de identidad- son las estructuras de transición o, mássencillamente, los estadios del self.

30

El espectro de la conciencia

Así pues, cada estructura básica soporta diferentesestructuras de transición (o estadios del self) específicosde fase, diferentes necesidades (estudiadas por Maslow),diferentes identidades (investigadas por Loevinger) ydiferentes conjuntos de respuestas morales (estudiadaspor Kohlberg). En la Tabla 2 presentamos la correlaciónexistente entre las estructuras básicas de la concienciay algunas de las necesidades, identidades y estadios mo-rales de las que nos hablan los trabajos de Maslow, Lo-evinger y Kohlberg. De este modo, por ejemplo, cuan-do el self se halla identificado con el nivel regla/rol, sunecesidad es la pertenencia, su identidad es conformis-ta y su moralidad es convencional; cuando, en cambio,se identifica con el nivel reflexivo-formal, su necesidades la autoestima, su identidad es individualista y su mo-ralidad es postconvencional. (En System, Self and Struc-

ture presentamos las correlaciones existentes con lossistemas de Fowler, Erikson, Broughton, Selman, Gra-ves y Peck, entre otros. En el artículo que hoy nos ocu-pa he seleccionado a Maslow, Loevinger y Kohlberg porel simple hecho de que su trabajo es mucho más cono-cido. [Ver Loevinger (1976) para la posible relaciónexistente entre cada uno de los diferentes aspectos de laestructura del self.] Adviértase también que las escalasde Kohlberg y Loevinger no «van más allá» de los ni-veles 5 ó 6, lo cual refleja claramente el olvido en elque los investigadores convencionales tienen a los es-tadios transpersonales del desarrollo.)

31

http://psikolibro.blogspot.com

Page 16: Ken Wilber - Psicología Integral

El espectro de la conciencia

El sistema del self

Hasta ahora hemos examinado brevemente los pelda-ños o niveles fundamentales de la escalera del desarrolloy los estadios de transición (o estadios del self) que vandesplegándose a medida que el self «asciende» o progre-sa, a través de los distintos escalones en el curso de su pro-pio crecimiento. Prestaremos ahora atención a la instan-cia psicológica que asciende la escalera: el self (o sistemadel self o estructura del self). La investigación de nume-rosos teóricos y clínicos permite postular que el sistemadel self posee las siguientes características fundamentales:

1. Identificación. El self es el locus de identificación, ellocus de lo que el self denomina «yo/mí» a diferencia del«no yo/no mío». En ocasiones distingo, dentro del sis-tema del self global o total (lo que Freud llamaba «Ge-samt-Ich»), entre un self central o proximal (lo que seexperimenta como «yo») y un self distal (lo que se ex-perimenta como «mío»). Fenomenológicamente hablando,ambos son experimentados como Gesamt-Ich, pero elprimero es un self subjetivo mientras que el segundo,por su parte, es un self objetivo.

2. Organización. Como afirmaba la filosofía escolástica,el self es lo que proporciona (o intenta proporcionar)identidad a la mente, algo similar a lo que el moderno psi-coanálisis denomina «proceso de organización»: «El selfno es sólo una síntesis de las estructuras o subestructu-ras psíquicas subyacentes sino un principio organizadorindependiente, un "marco de referencia" que sirve paramedir las actividades, o estados, de esas sub-estructu-ras» (Brandt, 1980).

33

http://psikolibro.blogspot.com

Page 17: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

3. Voluntad. El self es el locus de la decisión libre, perosu libertad está restringida por los límites que impone elnivel de adaptación propio de la estructura básica en laque se halle. (En el peldaño 3, o preop, por ejemplo, elself no es libre como para formular hipótesis; eso sólopuede ocurrir a partir del peldaño 5 o formop.)

4. Defensa. El self es el locus de los mecanismos de de-fensa (que se desarrollan y cambian jerárquicamente denivel en nivel en cada una de las diferentes estructurasbásicas). En términos generales, los mecanismos de de-fensa son normales, necesarios y cumplen con funcionesapropiadas de fase, pero si son sub o sobreutilizadospueden llegar a ser mórbidos o patológicos.

5. Metabolismo. Una de las tareas centrales del «self» esla de «digerir» o «metabolizar» las experiencias que sepresenten en cada uno de los peldaños del desarrollo.«La creencia básica de las teorías desarrollistas es quela experiencia debe ser "metabolizada" para formar es-tructura.» Los teóricos de las relaciones objetales, comoGuntrip (1971) por ejemplo, hablan de la patología comoun «fracaso metabólico» en el que el self no consigue di-gerir y asimilar ciertas experiencias significativas delpasado y éstas permanecen atragantadas como un boca-do de alimento sin digerir, por así decirlo, en el sistemadel self, generando una indigestión psicológica (patolo-gía). De hecho, las estructuras básicas de concienciapueden ser concebidas como niveles de alimento: ali-mento físico, alimento emocional, alimento mental y ali-mento espiritual. Como veremos más adelante, estos ni-veles de alimento son, en realidad, niveles de relacionesobjetales y la forma en la que el self gestiona estos «ob-

34

El espectro de la conciencia

jetos-alimento» («self-objetos») constituye un factorfundamental para el desarrollo psicopatológico.

6. Navegación. En cada uno de los peldaños de la esca-lera del desarrollo (excepto en los dos extremos fina-les), el self se ve enfrentado a varios «impulsos direc-cionales» diferentes. Por una parte, puede -dentro deciertos límites- decidir permanecer en su nivel de de-sarrollo presente o elegir liberarse de él y acceder a otro.Si se libera de su nivel actual, puede elevarse o des-cender en la jerarquía de las estructuras básicas. Asípues, en un determinado nivel, el self se encuentra antela alternativa conservación/negación, mantener/abando-nar, vivir en ese nivel/morir a él, identificarse/desiden-tificarse de él. Pero, por otra parte, el self se ve tam-bién antela disyuntiva de elegir entre diferentes niveles,ascender/descender, progresar/regresar, subir en la je-rarquía a niveles de estructuración, diferenciación e in-tegración superiores o descender hacia niveles de orga-nización, diferenciación e integración inferiores. Éstosson los cuatro «impulsos» representados en la Figura 2.

35

http://psikolibro.blogspot.com

Page 18: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

Resumen del desarrollo global

Resumamos ahora brevemente la forma del desarro-llo global del siguiente modo: En la medida en que lasestructuras básicas o peldaños aparecen y se desarrollancronológicamente de manera sucesiva, el self puede iden-

tificarse con ellas (convirtiéndose, de este modo, en unself físico, un self emocional, o un self mental, entreotros). Una vez que el self se identifica centralmentecon una determinada estructura básica, el impulso haciala conservación tenderá a consolidar, integrar y organi-zar el complejo global resultante. Esta identificacióninicial con una determinada estructura básica es normal,necesaria y apropiada de fase y es la que permite laemergencia de un determinado estadio del self (impul-sivo, conformista, individualista, etc.), que se halla aso- .ciado y sostenido por esa estructura básica concreta. (Enla Tabla 2 presentamos este tipo de correlaciones.)

No obstante, si el self central asciende en la jerar-quía del desarrollo estructural básico, si crece, final-mente deberá terminar liberándose -o negando su iden-tificación exclusiva con ese peldaño básico- paraidentificarse con el peldaño superior de la escalera evo-lutiva. Sin embargo, para ello, deberá aceptar la «muer-te», la negación o la liberación del nivel inferior, y de-berá desidentificarse o separarse de su compromisoexclusivo con ese nivel y así ascender a la unidad, di-ferenciación e integración más elevada propia del si-guiente nivel básico superior.

Una vez que el self se ha identificado con la nueva es-tructura básica superior, aparece en escena un nuevo es-tadio específico del self que va acompañado de una nue-va sensación de identidad, nuevas necesidades, una nueva

36

El espectro de la conciencia

sensibilidad moral, nuevas relaciones objetales, nuevasformas de vida, nuevas formas de muerte, nuevas formasde «alimento» a metabolizar. Excepto en caso de fijación,el estadio correspondiente al self inferior es liberado ynegado, pero la estructura básica inferior sigue permane-ciendo como un peldaño necesario de la escalera evolu-tiva, un peldaño que deberá ser integrado en el nuevo in-dividuo global recién configurado. Una vez que el selfha alcanzado el nivel nuevo y superior, debe consolidar-lo, fortalecerlo y conservarlo hasta que llega el momen-to en que es lo suficientemente fuerte como para morir aél, para trascenderlo (liberarse o negarlo) y poder así se-guir ascendiendo al siguiente escalón evolutivo. Así pues,tanto la conservación como la negación (o la vida y lamuerte) cumplen con importantes funciones específicas encada una de las diferentes fases del desarrollo.

Es fascinante advertir que la moderna psicología psi-coanalítica del ego ha llegado a una conclusión casi idén-tica a la que hemos arribado nosotros. En este sentido,la antigua teoría del instinto dual ha seguido evolucio-nando y, en la actualidad, considera que el eros consti-tuye un impulso hacia la integración, la consolidación,la unión, la conservación, y que la agresividad (thana-tos), por su parte, ,es un impulso hacia la diferenciación,la separación, la disgregación y la negación, siendo am-bas funciones específicas de fase igualmente necesariaspara el desarrollo global. Esta visión comenzó con unareformulación de Freud en 1940:

El objetivo del primero de estos instintos básicos[conservación] es el de establecer unidades cada vezmayores y conservarlas -en suma, reunir-; el objetivodel segundo [negación] es, por el contrario, el de dis-gregar relaciones [disolverlas o negarlas].

37

http://psikolibro.blogspot.com

Page 19: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

En 1958, Heinz Hartmann dio el siguiente paso enesta misma línea:

Debemos reconocer que la diferenciación [separa-ción-negación] y la síntesis [integración-conserva-ción] cumplen con funciones importantes para el ego.Dado que algo conecta la función sintética del egocon la libido, es plausible suponer que exista una re-lación análoga entre la diferenciación y la destruc-ción, especialmente gracias a las recientes inferen-cias de Freud sobre el papel de la agresividad libreen la vida mental.

Blanck & Blanck (1974) resumen las recientes con-clusiones al respecto del siguiente modo: «La libido tra-ta de establecer relaciones mientras que la agresividadbusca y mantiene la separación y la individuación». Enotras palabras, la agresividad y la negación no deben se-guir siendo consideradas como algo meramente hostil odestructivo. Erickson proponía el término «agresividad»para referirse a «aquellos elementos del impulso agre-sivo que promueven el crecimiento y la autoafirmaciónmás que a aquellos otros hostiles y destructivos» (Blanck& Blanck, 1974). Dicho de otro modo, de la misma ma-nera que existe una «conservación sana» y una «con-servación mórbida» también existe una «agresividadsana» y una «agresividad mórbida».

Así pues, podemos concluir que la conservación y lanegación cumplen con importantes funciones específi-

cas de fase y que la patología aparece en el caso de queuna (o ambas) tareas sean gestionadas de manera ina-decuada. La conservación «sana» o «normal» tiene lu-gar cuando las identificaciones y relaciones objetales

38

El espectro de la conciencia

propias de un determinado nivel se establecen, consoli-dan e integran («la libido neutralizada elabora relacio-nes objetales» [Blanck & Blanck, 1974]). La conserva-ción mórbida, por su parte, tiene lugar cuando lasidentificaciones y relaciones objetales propias de un de-terminado nivel que una vez fueron apropiadas no de-saparecen y dejan paso a otras identificaciones nuevas

más elevadas. Desde esta perspectiva, pues, la conser-vación mórbida no es otra cosa más que fijación.

La negación sana o normal cumple con diversas e im-portantes funciones. Así pues, desde un punto de vistahorizontal, la negación contribuye a diferenciar el selfde las representaciones objetales («la agresividad neu-tralizada potencia el impulso evolutivo hacia la separa-ción-individuación» [Blanck & Blanck, 1974]) mientrasque, desde un punto de vista vertical, favorece la desi-dentificación, la separación o la trascendencia de un ni-vel inferior en favor de un nivel superior. La negaciónmórbida, por su parte, consiste en la diferenciación, o de-sidentificación, de un determinado componente antes deque haya sido convenientemente integrado, digerido y asi-milado. En tal caso, ese componeñte simplemente terminaescindiéndose de la personalidad. La negación mórbi-da, en otras palabras, no es más que represión (o diso-ciación, división, etcétera, según el nivel de organizaciónestructural y, por consiguiente, del mecanismo de de-fensa en cuestión).

Hasta aquí el breve resumen del modelo espectral,sus estructuras básicas, el sistema del self, los estadiosdel self y la represión/fijación. Revisemos ahora breve-mente los resultados que nos proporcionan las recientesinvestigaciones realizadas por la psicología psicoanalí-tica del ego.

39

http://psikolibro.blogspot.com

Page 20: Ken Wilber - Psicología Integral

2. EL CONOCIMIENTOCONVENCIONAL

En esta sección quisiera presentar un resumen gene-ral de algunos de los últimos descubrimientos realizadospor la psicología y la psiquiatría convencional, espe-cialmente de aquellas escuelas que han ido adoptandoprogresivamente una perspectiva cada vez más evoluti-va como la teoría de las relaciones objetales, la psico-logía del self y la psicología psicoanalítica del ego. Re-sumiremos ahora brevemente los diferentes estadios dedesarrollo del self que nos ofrecen estas escuelas y, dadoque se hallan especialmente interesadas en la psicopa-tología y en su tratamiento, comenzaremos a prestaratención a la patología y a su génesis.

Al final de esta sección, veremos la forma en que losdistintos descubrimientos realizados por las escuelas psi-cológicas convencionales se adecuan al espectro globalque hemos bosquejado en el primer capítulo. Anticipe-mos, sin embargo, que en términos generales, las es-cuelas convencionales coinciden en afirmar la existen-cia de tres amplios niveles o estadios del desarrollo enel reino prepersonal (es decir, hasta llegar y superar la

41

http://psikolibro.blogspot.com

Page 21: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

fase edípica, alrededor de los 5 ó 7 años). Intentaré de-mostrar también que esos tres niveles se alcanzan a me-dida que el self gestiona los tres primeros peldaños fun-damentales del desarrollo que nos muestra la Figura 1.La psicología y la psiquiatría convencional han investi-gado detalladamente estos tres estadios generales (y susnumerosos subestadios) y también han intentado de-mostrar que una «lesión» evolutiva en un determinadoestadio del desarrollo tiende a provocar un determina-do tipo de psicopatología. Intentaremos resumir esta in-vestigación y luego trataremos de mostrar su corres-pondencia con el modelo espectral global que hemosesbozado en el primer capítulo. Esta integración o sín-tesis será la que nos servirá de trampolín para la argu-mentación que presentamos en la segunda y tercera par-te del libro.

La siguiente sección es necesariamente técnica y, porconsiguiente, puede resultar algo difícil. Recomenda-mos, pues, a quienes se hallen poco familiarizados conla psicología psicoanalítica del ego, que prosigan la lec-tura en la última sección de este capítulo -en la que pre-sentamos un resumen no técnico de los siguientes apar-tados- y que la retomen luego desde este punto.

Las dimensiones evolutivas de la psicopatología

Durante las dos últimas décadas se han multiplica-do las teorías y las investigaciones realizadas por la psi-quiatría psicoanalítica convencional, especialmente enel ámbito de tres escuelas muy relacionadas conocidascon los nombres de psicología psicoanalítica evolutiva(Mahler, 1975; Kernberg, 1975; Blanck & Blanck, 1979);

42

El conocimiento convencional

teoría de las relaciones objetales (Fairbain, 1954; Win-nicot, 1965; Guntrip, 1971) y psicología del self (Kohut,1971). Las elogiosas afirmaciones realizadas con res-pecto a estas escuelas testimonian explícitamente el in-terés y el entusiasmo que han despertado: «un verdade-ro salto cuántico en la comprensión de la psicopatología»(Masterson, 1981); «el principal hallazgo en la investi-gación de los problemas de la personalidad realizado eneste siglo» (Guntrip, 1971). En nuestra opinión, algu-nos de estos descubrimientos son tan extraordinarios queninguna psicología verdaderamente comprehensiva -in-cluida la psicología transpersonal- debería dejarlas delado. Hay que decir también que adolecen de ciertas li-mitaciones y distorsiones que los descalifican para fun-damentar, por sí mismos, una, psicología evolutiva com-prehensiva. Intentaremos, pues, subrayar los aspectosmás importantes de estos descubrimientos sin olvidartampoco mencionar sus limitaciones e incluso sus pun-tos débiles.

El principal adelanto, por así decirlo, ha tenido lugaren la investigación y el tratamiento clínico de los lla-mados trastornos borderline y narcisistas. Estos desór-denes difieren fundamentalmente de las psiconeurosisclásicas (histeria, neurosis obsesivo-compulsivas, o neu-rosis de ansiedad.) ya que, mientras que en las primerasexiste un conflicto o represión dentro de la estructura delself (el ego, por ejemplo, reprime algún impulso del id)en la condición borderline o narcisista, por el contrario,casi no existe estructura alguna que pueda llevar a cabola represión. Así pues, en los trastornos borderline o nar-cisistas, la estructura del self (o sistema del self) es tandébil, tan subdesarrollada y tan fluida que el self se ha-lla fundido y confundido con sus representaciones ob-

43

http://psikolibro.blogspot.com

Page 22: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

jetales y se siente abrumado por el temor a ser engulli-do o aniquilado por el mundo, o bien trata a las perso-nas y a los objetos como meras prolongaciones de supropio self grandioso, fundido con el mundo. El térmi-no «borderline», por tanto, significa que el síndrome esfronterizo entre la neurosis y la psicosis, que existe uncontinuo global de severidad creciente que va desde elneurótico, hasta el borderline neurótico; el borderline, elborderline psicótico y el psicótico (Blanck & Blanck,1979; Gedo, 1979; Tolpin, 1971).

Tradicionalmente se ha considerado que los síndro-mes borderline y narcisistas no responden bien a lastécnicas psicoanalíticas o psicoterapéuticas estándar.En cierto modo, sin embargo, el reciente «salto cuán-tico» ha permitido el desarrollo de modalidades tera-péuticas que han demostrado ser sorprendentementeeficaces para tratar esas condiciones patológicas. Es-tas modalidades de tratamiento proceden de tres ver-tientes de investigación estrechamente relacionadas: 1)una descripción clínica detallada de las «transferenciasarcaicas» de los pacientes borderline-narcisistas (en-cabezada por Kohut [1971]); 2) las sofisticadas refor-mulaciones teóricas de los primeros estadios del desa-rrollo (0 a 3 años) y la consiguiente visión de lapatología como un estancamiento o una distorsión evo-lutiva de niveles de organización estructural cualitati-vamente diferentes (Spitz, 1965; Jacobson, 1964; Mah-ler, 1975; Kernberg, 1976; Masterson, 1981, Blanck& Blanck, 1974); y 3) una observación y una descrip-ción extraordinariamente meticulosa de los primerosaños del desarrollo infantil (en la que destaca la me-ritoria y pionera investigación llevada a cabo por Mar-garet Mahler).

44

El conocimiento convencional

El trabajo de Mahler y sus colaboradores ha sido tancapital para facilitar nuestra comprensión de los prime-ros estadios de desarrollo del self y para iluminar la etio-logía de los síndromes borderline-narcisistas, que con-vendrá resumir brevemente sus descubrimientosfundamentales.

El desarrollo infantil: el trabajo de MargaretMahler

En casi dos décadas de lo que sólo podemos califi-car adecuadamente como una espléndida investigaciónclínica, Margaret Mahler llegó a la conclusión de queel desarrollo de la estructura del self del niño (0-3 años)atraviesa tres fases: autista, simbiótica y separación-individuación, la última de las cuales se divide en cua-tro subfases: diferenciación, ejercicio, reaproximacióny consolidación, originando así seis estadios globales.Veamos brevemente estos estadios en orden cronológico(todas las citas que siguen proceden de Mahler, 1975):

1. Fase autista (0-1 mes). «En las primeras semanasde vida extrauterina, el neonato se comporta como unorganismo meramente biológico cuya respuesta instin-tiva a los estímulos es casi exclusivamente refleja ytalámica. Durante esta fase sólo podemos hablar de unaparato egoico primitivo y no integrado, de mecanis-mos de defensa puramente somáticos y de reaccionesde desbordamiento y descarga que cumplen con la úni-ca función de recuperar el equilibrio homeostático. Eneste estadio, la libido es predominantemente visceral yno existe discriminación alguna entre exterior e inte-

45

http://psikolibro.blogspot.com

Page 23: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

rior.» Mahler se refiere a este estadio como un «siste-ma monádico cerrado», una «matriz primordial indife-renciada».

2. Fase simbiótica (1-5 meses). «A partir del segundomes, el niño se comporta y funciona como si él y sumadre fueran un sistema omnipotente, una unidad dualque comparte la misma frontera.» Se trata de un «es-tado de indiferenciación, de fusión con la madre, en lacual el "yo" todavía no se ha diferenciado del "no-yo"y en la que el interior y el exterior sólo son experi-mentados como algo diferente de manera gradual». Eneste estadio, el niño se comporta como si no pudieradiferenciar claramente su cuerpo sensorio-físico delcuerpo de su madre y del entorno que le rodea. «Elrasgo fundamental de la simbiosis es la fusión soma-topsíquica onmnipotente con la representación de lamadre y, en particular, la ilusión de que dos indivi-duos físicamente separados comparten una fronteracomún.»

3. Subfase de diferenciación (5-9 meses). Este estadiose caracteriza por lo que Mahler llama «salida del cas-carón». Se trata de un estadio en el que el cuerposelfsensorio físico del niño «sale del cascarón» o despiertade su unidad previa, simbiótica y dual con su madre yel entorno sensorio-físico. En este estadio «todos los ni-ños normales intentan dar los primeros pasos para se-pararse, corporalmente hablando, de su -hasta enton-ces- completamente pasiva inmersión en la infancia... Apartir de este momento existen signos concluyentes deque el bebé comienza a diferenciar su propio cuerpo delcuerpo de su madre».

46

El conocimiento convencional

Adviértase que esta diferenciación consiste funda-mentalmente en una diferenciación del cuerpoself senso-rio-físico del entorno físico que le rodea porque la men-te del niño (la mente propia del nivel fantásmico) y sussentimientos (correspondientes al nivel emocional-sexual)todavía no se han diferenciado del entorno. El niño exis-te como cuerpoself sensorio-físico distinto pero no comoself emocional-fantásmico distinto porque las imágenesemocionales del self y las imágenes de los objetos emo-cionales todavía permanecen fundidas y confundidas.Como veremos más adelante, el verdadero «nacimiento psi-cológico», la verdadera separación-individuación, sólotiene lugar en la subfase de reaproximación.

4. Subfase de ejercicio (9-15 meses). Este estadio es sig-nificativo porque parece marcar el punto culminante delnarcisismo grandioso-exhibicionista, en la que el mun-do, como dijo Mahler, es «la concha del niño pequeño».«La catexia libidinal cambia sustancialmente al servi-cio de un ego cada vez más autónomo y de sus funcio-nes y el niño parece embriagarse con sus propias facul-tades y con la grandeza de su propio mundo. ¡Elnarcisismo se halla ahora en su cúspide! El niño estáentusiasmado con sus propias capacidades, permanececontinuamente absorto con los descubrimientos que haceen este nuevo mundo más amplio y se halla cuasi ena-morado del mundo y de su propia grandeza y omnipo-tencia». Según Blanck & Blanck (1979), en este estadio«el self continúa aumentando su importancia por unaespecie de absorción mágica de un mundo cada vez ma-yor en sus imágenes». Técnicamente hablando, el self ylas representaciones objetales siguen siendo todavía unaunidad fundida.

47

http://psikolibro.blogspot.com

Page 24: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

5. Subfase de reaproximación (15-24 meses). SegúnMahler, este estadio es crucial para el desarrollo futuroporque en él tiene lugar la primera diferenciación fun-damental entre el self y las representaciones objetales.Esto supone la emergencia de un self emocional fan-tásmico separado y distinto, claramente diferenciado desus representaciones objetales emocional-libidinales. Setrata, en otras palabras, del «nacimiento psicológico delniño humano». Conceptualizándolo con nuestro esque-ma de las estructuras básicas diríamos que primero tie-ne lugar el nacimiento puramente biológico luego el na-cimiento de un cuerpoself sensorio-perceptual (la fase de«salida del cascarón») y más tarde el nacimiento de unself emocional-fantásmico diferenciado, un self «psico-lógico» (la crisis de reaproximación).

Paralelamente a este nacimiento, existe una marcadapérdida de la fusión confusa naricisista, grandiosa y om-nipotente, entre self-y-objeto, característica del estadioanterior (ejercicio), y un correlativo aumento de la vul-nerabilidad a la angustia de separación y la depresión deabandono. «La inflación narcisista propia de la subfasede ejercicio va siendo reemplazada lenta y gradualmen-te por la comprensión creciente de la separación [fan-tásmico-emocional] y de su correspondiente vulnerabi-lidad. Este período suele culminar en una crisis transitoriade reaproximación que tiene un gran significado evolu-tivo» porque el niño «debe renunciar gradual y doloro-samente a la ilusión de su propia omnipotencia». Aho-ra existe un self separado y, por consiguiente, tambiénexiste un otro separado (el mundo ha dejado de ser suconcha). Los investigadores suelen decir que en este es-tadio el niño ha sido ya expulsado del paraíso.

Pero aunque el cuerpo-mente emocional-fantásmico

48

El conocimiento convencional

del niño se haya diferenciado ya del «otro», su mente ysu cuerpo todavía no se han diferenciado y permanecenfundidos en una unidad. Como veremos más adelante,esta fusión entre el cuerpo y la mente sólo termina di-ferenciándose en el estadio edípico.

6. Fase de consolidación y constancia del objeto emo-cional (24-36 meses). La última subfase de este proce-so consiste en la consolidación del proceso de separación-individuación y en el logro de la «constancia del objetoemocional-libidinal». Este estadio suele caracterizarsenormalmente por: 1) la diferenciación clara y relativa-mente duradera entre el self y las representaciones ob-jetales; 2) la integración de las distintas imágenes par-ciales del self en una representación global del self (queincluye tanto los aspectos «buenos» como los aspectos«malos» del self); y 3) la integración de las distintasimágenes parciales de los objetos en una representaciónglobal del objeto (que incluye tanto los aspectos «bue-nos» como los aspectos «malos» de los objetos emo-cional-libidinales).

Éstos son, según Mahler, los seis estadios normalesdel nacimiento psicológico del ser humano.

El fulcro del desarrollo: el trabajo de Blanck &Blanck

Mahler ha presentado mucha evidencia clínica (1975)respecto de que el principal factor etiológico de las psi-cosis infantiles se asienta en una «lesión» evolutiva enlas fases autista o simbiótica que impiden que el niño«salga del cascarón» y emerja como un cuerpoself sen-

49

http://psikolibro.blogspot.com

Page 25: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

sorio-físico separado. En tal caso, el niño permanece enel «sistema monádico cerrado» característico de la faseautista o fundido con la «unidad dual omnipotente» pro-pia de la fase simbiótica.

Sin embargo, Mahler cree que la etiología de los sín-dromes borderline o fronterizos radica en una lesión enla subfase de reaproximación. En este caso, la estructu-ra del self no consigue diferenciarse y separarse clara-mente de la unidad fundida, grandiosa y omnipotente,propia de las subfases previas simbiótica y de ejercicio.Este estancamiento o lesión evolutiva en la estructura-ción del self deja, por tanto, al borderline expuesto a laabsorción emocional, a la inundación y a la fusión pá-nica entre el self grandioso y el objeto grandioso. Estasirregularidades tan primitivas dejan al borderline en unnivel de estructuración del self tan rudimentario que nopuede acceder a los mecanismos de defensa neuróticossuperiores (represión, racionalización y desplazamien-to) y queda, por consiguiente, atado a mecanismos de de-fensa menos que neuróticos (especialmente la división,la negación, la introyección y la proyección).

Por otra parte, como resumen Blanck & Blanck (1979),«si la fase simbiótica y las subfases de separación-indi-viduación son experimentadas adecuadamente, el niñoconsigue alcanzar la verdadera identidad, es decir, la di-ferenciación ente el self y las representaciones objeta-les y la capacidad de conservar la representación del ob-jeto independientemente de sus necesidades (es decir,la "constancia del objeto emocional"). De este modo, elproceso de la estructuración termina conduciendo a lanormalidad o, en el peor de los casos, a la neurosis, evi-tando así la posibilidad de una patología borderline».En este sentido, si se alcanza y se gestiona adecuadamente

50

El conocimiento convencional

el estadio de separación-individuación, la estructura delself consigue la fortaleza y la individualidad necesariaspara poder crear una neurosis. En tal caso, el sujeto pue-de afrontar e incluso superar adecuadamente la fase edí-pica (normalidad) o de modo inadecuado (psiconeurosis).Por el contrario, si la fase de separación-individuaciónno se supera adecuadamente, el self individual perma-nece en un estadio borderline «cuyo nivel de estructu-ración es menos que neurótica».

La fase de separación-individuación, en general -yla subfase de aproximación, en particular- es tan fun-damental que Blanck & Blanck (1979) la denominan «elfulcro del desarrollo» y lo representan con un diagramaal que denominan «diferenciación sujeto-objeto», simi-lar al de la Figura 3.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 26: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

En realidad, este diagrama constituye uno de los prin-cipales descubrimientos del reciente «salto cuántico» enla teoría del ego y en la teoría de las relaciones objeta-les. Pero este diagrama no sólo es aplicable a la sepa-ración-individuación del self emocional-fantásmico, sinotambién a la diferenciación, o «salida del cascarón»,previa característica del cuerpoself sensorio-físico. Blanck& Blanck -y, de hecho, la mayor parte de los investi-gadores del desarrollo- no enfatizan suficientemente quese trata de dos niveles de diferenciación cualitativa-mente diferentes y que, por consiguiente, no deberíanser representados como un solo continuo -como hacenBlanck & Blanck- sino como dos continuos diferentes

52

El conocimiento convencional

-como mostramos en la Figura 4. De este modo, el pri-

mer fulcro conduce a la constancia del objeto físicomientras que el segundo, por su parte, aboca a la cons-

tancia del objeto emocional.El primer fulcro (autista, simbiótico y subfase de di-

ferenciación) es el estadio de «salida del cascarón», unestadio durante el cual el sistema del self debe negociarla emergencia de las estructuras básicas física y senso-rio-perceptual. En el caso de que la «salida del casca-rón» fracase, el self permanece atado a su propia esfe-ra autista y es incapaz incluso, en el peor de los casos,de diferenciar su self sensorio-físico del entorno sen-sorio-físico (psicosis autistas y simbióticas) y, conse-cuentemente, no puede alcanzar el segundo fulcro fun-damental, el fulcro de la separación-individuaciónfantásmico-emocional.

En el caso de gestionar adecuadamente este fulcro, elorganismo sensorio-físico consigue diferenciarse del en-torno sensorio-físico. A partir de ese momento, el selfentra en el segundo fulcro del desarrollo, en el que debegestionar la emergencia y el desarrollo de la siguienteestructura básica de existencia, la emocional-fantásmi-ca. En tal caso, la nueva diferenciación no tiene ya lu-gar entre el organismo y el medio, sino en el interiormismo del organismo, es decir, se trata de una diferen-ciación entre las imágenes internalizadas del self y lasimágenes internalizadas del objeto. En la Figura 4, re-presentamos esta situación ubicando al segundo fulcrosobre el borde izquierdo del primero. Este diagrama tam-bién indica que, en este punto, tiene lugar la emergen-cia de la siguiente estructura básica y superior propia delself fantásmico-emocional. Es precisamente esta nuevaemergencia la que conduce a una fusión nueva y supe-

53

http://psikolibro.blogspot.com

Page 27: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

rior que deberá separarse-diferenciarse en un nivel de es-tructuración del self nuevo y superior (en este caso, elsegundo fulcro).

Los trabajos de Edith Jacobson (1964), Mahler (1972)y Spitz (1965) admiten este tipo de interpretación. Comoseñaló Abend (1983), «el trabajo de Jacobson subraya que[en el estadio temprano autista-simbiótico] no existe unaclara diferenciación entre [el niño] como entidad [cor-poral] separada y el mundo externo. En este estadio, elniño todavía no puede ser consciente de que la tensiónprocede de su propio cuerpo ni de que la gratificacióno eliminación de su tensión psicológica sólo depende deél [es decir, durante el primer fulcro]. Gradualmente,sin embargo, van apareciendo imágenes mentales [fan-tásmicas] del self y el mundo externo [la emergenciadel segundo fulcro] junto a las percepciones sensoria-les del self y del otro [primer fulcro]. Sin embargo, esteúltimo estadio [es decir, el segundo fulcro], es el únicoen el cual puede distorsionarse [fundirse o confundirse]la representación del self y la representación objetalcomo resultado de mecanismos proyectivos e introyec-tivos». Este segundo fulcro, en otras palabras, supone unestado de fusión (fantásmico-emocional) nuevo, superiory cualitativamente diferente del anterior (sensorio-per-ceptual) y debe ser gestionado, por tanto, mediante unproceso de separación-diferenciación nuevo, superior ycualitativamente diferente.

Veamos, para finalizar esta sección, un último puntosobre la diferencia existente entre la constancia del ob-jetofísico (primer fulcro) y la constancia del objeto emo-cional (segundo fulcro). La misma Mahler (1975) reco-noce esta diferencia y señala que «la permanencia delobjeto [físico] -en un sentido piagetiano- es un requi-

54

El conocimiento convencional

sito necesario, pero no suficiente, para el establecimientode la constancia del objeto libidinal». Esta diferenciaresulta dramáticamente evidente en el desarrollo crono-lógico real ya que, como ha demostrado Piaget (1977),la constancia del objeto físico se logra alrededor de losdieciocho meses mientras que la constancia del objetoemocional, según Mahler, rara vez se alcanza antes delos treinta y seis meses. Obviamente, pues, se trata dedos estadios de estructuración diferentes.

El espectro de los fulcros del desarrollo

Llegamos ahora a un punto crítico: ¿Acaso existenotros fulcros o puntos críticos de estructuración y dife-renciación del self? En este punto, la mayor parte de lasteorías de las relaciones objetales son ambiguas y con-fusas. Hay quienes señalan que el desarrollo fundamentaldel self tiene lugar alrededor de los treinta y seis meses;otros, en cambio, no parecen prestar la menor atencióna los fulcros superiores del desarrollo: «Cuando real-mente se alcanza el nacimiento psicológico adecuado-cosa que normalmente ocurre alrededor de los tres añosde edad- el niño se halla "en el camino del logro de laconstancia del objeto [emocional]". Pero éste no es unpunto final sino un nuevo comienzo... y el primer pasoes decisivo porque prefigura cómo van a ser los si-guientes. Blos [1962] considera que el segundo pasoevolutivo fundamental tiene lugar durante la adoles-cencia. En nuestra opinión, el matrimonio puede supo-ner también otro nuevo "paso"» (Blanck & Blanck, 1979).

Esta ambigüedad teórica sobre lo que realmente esun «paso» (o fulcro) del desarrollo del self, ha perse-

55

http://psikolibro.blogspot.com

Page 28: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

guido a la teoría de las relaciones objetales desde sus mis-mos comienzos'. Si consideramos al desarrollo comouna totalidad, resulta muy pobre definir a la «separa-ción-individuación» como algo que ocurre específica-mente durante las subfases de reaproximación y conso-lidación o que «prosigue a lo largo de toda la vida en unasecuencia quizás interminable de pasos» -citando va-gamente a la adolescencia y al -matrimonio- (Blanck &Blanck, 1979).

Los psicoanalistas de la escuela de las relaciones ob-jetales han focalizado tanto su atención en la forma con-creta que asume el proceso de separación-individuacióndurante las subfases de reaproximación y consolidaciónque parecen haber pasado por alto la posibilidad de des-cribir la subfase de «salida del cascarón» (y no la sub-fase de reaproximación) como el primer escalón funda-mental del proceso de separación-individuación. Esto, sinembargo, es lo que parecen reconocer implícitamentecuando denominan al primer fulcro «subfase de dife-renciación».

De la misma manera, estas teorías parecen haber se-ñalado también la posibilidad de que la fase edípica pue-da ser considerada como un fulcro o punto crucial delproceso de separación-individuación. A fin de cuentas,la fase edípica -a la que también podríamos denominartercer fulcro fundamental del proceso de desarrollo delself- comparte todos los rasgos y características distin-tivas propias de los dos primeros fulcros, ya que tambiénimplica un proceso de internalización, estructuración,jerarquización, separación-diferenciación e integracióncreciente. Sin embargo, este proceso tiene lugar en unnivel de organización nuevo, superior y cualitativamentediferente, la estructura básica emergente de la mente-

56

rep conceptual, que trae consigo la posibilidad de nue-vos mecanismos de defensas (represión), necesidades,relaciones objetales o posibles patologías (psiconeuro-sis), cualitativamente diferentes.

El conocimiento convencional

57

http://psikolibro.blogspot.com

Page 29: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

Como ya hemos visto, al finalizar la subfase de se-paración-individuación (segundo fulcro) el self fantás-mico-emocional del niño se ha diferenciado de su entorno,pero la mente infantil (fantásmica y rudimentariamentesimbólica) todavía no se ha diferenciado del cuerpo.Como ilustra el trabajo de Piaget (1977), Loevinger(1976), Broughton (1975) y otros, en la medida en quela mente rep (símbolos y conceptos superiores) emer-ge, comparte inicialmente esta fusión mente-cuerpo. Enrealidad, en Inhibitions, Symptoms and Anxiety (1959),el mismo Freud había manifestado que la diferencia-ción decisiva entre el ego y el id no tiene lugar hasta laépoca de resolución del estadio edípico. Y esto preci-samente es lo que está en juego en el tercer fulcro, la di-ferenciación/integración de la mente (rep) y el cuerpo(emocional-libidinal). Una lesión evolutiva en este ful-ero produce una estructura del self neurótica en la queel self central permanece fijado (conservación mórbida)a ciertos impulsos corporales o bien los reprime y los di-socia (negación mórbida). En el caso de que este tercerfulcro sea superado de la manera adecuada, la mente yel cuerpo se diferencian e integran claramente en la nue-va y supraordenada estructura conceptual del self, conuna nueva y superior internalización (superego), cuyosrasgos característicos son la constancia del objeto con-ceptual, la posibilidad de elaborar conceptos globales, oclases, sin que los deseos libidinales confundan o co-lapsen sus distintos componentes. Como demostró Pia-get (1977), la constancia conceptual no aparece hasta elsexto año de vida y va acompañada de nuevas capacida-des, tales como la conservación-reversibilidad es decir,la posibilidad de mantener la propiedades conceptualesa pesar de los desplazamientos físico y emocionales.

58

El conocimiento convencional

Añadamos ahora este tercer fulcro al diagrama de de-sarrollo del self que mostramos en la Figura 5 y resu-mamos esquemáticamente todo lo visto en la represen-tación que nos ofrece la Figura 6.

Recapitulación y síntesis de las diferentes teorías

Comencemos resumiendo las implicaciones que sedesprenden de nuestro intento de coordinar los hallaz-gos de la psicología evolutiva psicoanalítica y la teoríade las relaciones objetales con las estructuras o estadiosbásicos de la conciencia: Los primeros tres fulcros del de-

sarrollo del self simplemente representan el ascenso del

self a través de los tres primeros peldaños de la escale-ra de las estructuras básicas fundamentales (Figura 1).

59

http://psikolibro.blogspot.com

Page 30: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

En cada uno de los fulcros, el self se identifica (con-servación normal) con la correspondiente estructura bá-sica y entonces se funde, o se indiferencia, inicialmen-te de ella y de sus objetos fenoménicos. Luego sigue unperíodo de separación-individuación (negación normal)por medio del cual el sistema o estructura del self apren-de a diferenciarse tanto de los objetos propios de ese ni-vel como del sujeto propio del nivel anterior (es decir,trasciende su identificación previa y exclusiva con laestructura básica previa e inferior). Sin embargo, el sur-gimiento del fenómeno de la conservación mórbida (fi-jación), o de la negación mórbida (división, disociación,represión), termina determinando la aparición de unapatología característica ligada al nivel de organizaciónestructural en el que tiene lugar la lesión.

Como ya hemos dicho, los primeros tres fulcros y suspatologías asociadas (psicótica, borderline y neurótica)se corresponden con las tres primeras estructuras bási-cas o peldaños de la escalera del desarrollo global re-presentada en la Figura 1. En la segunda parte señala-remos que cada una de las siguientes estructuras, opeldaños fundamentales (niveles 4 a 9) implican un nue-vo fulero crucial de desarrollo del self y que las lesio-nes en cada uno de esos fulcros origina patologías muyconcretas y definidas (las cuales, a su vez, exigen tam-bién el uso de modalidades de tratamiento, o interven-ciones terapéuticas, diferentes). En la Parte II describi-remos los fulcros superiores -sus características, susconflictos típicos y sus correspondientes patologías- yen la Parte III señalaremos los tipos de «terapia» queparecen más apropiados para cada una de ellas.

Pero volvamos nuevamente a nuestro tema para fi-nalizar la descripción de los tres primeros fulcros y de

60

El conocimiento convencional

sus patologías asociadas, para lo cual deberemos consi-derar el trabajo de Otto Kernberg.

La jerarquía convencional de la patología:el trabajo de Otto Kernberg

Para discutir las patologías específicas que acompa-ñan a las posibles malformaciones de cada uno de los ful-cros de desarrollo del self convendrá ponernos de acuer-do en unos pocos puntos. El punto «a», de la Figura 7,representa la fusión inicial, o el estado indiferenciado,propio de cada fulcro; «b», por su parte, representa el pro-ceso de separación-individuación; «c» se refiere al selfestable, diferenciado e integrado que emerge cuando sesupera adecuadamente cada uno de los fulcros; y «d», porúltimo, representa el mundo objetal diferenciado e in-tegrado correspondiente a ese fulcro. (Así, por ejemplo,la expresión «Fulcro la», o simplemente F-la, se refie-re a la fase autística; F-2b a la subfase de reaproxima-ción; F-2d se refiere a la constancia del objeto emocio-nal; F-3b a la fase edípica; F-3c al self estable de lamente rep conceptual, sucesivamente). De este modopodemos resumir de manera sencilla la tarea evolutivapropia de cada fulcro diciendo que consiste en una di-ferenciación horizontal entre «c» y «d», y en una dife-renciación vertical concomitante entre «c» y «a». A estoúltimo es a lo que, en otro lugar, hemos denominado«trascendencia» (Wilber, 1980a).

La discusión previa resume brevemente la visión deMahler sobre los tres primeros fulcros del desarrollo.Pero quizás el mapa más sofisticado y comprehensivo dela patología propia de estos reinos provenga de Otto

61

http://psikolibro.blogspot.com

Page 31: Ken Wilber - Psicología Integral

Kernberg, quien nos ha proporcionado una «teoría muydifundida y aceptada sobre 1) el origen de las "unidadesbásicas" (imagen del self, imagen del objeto y disposi-ción del afecto) en las relaciones objetales internaliza-das; 2) el desarrollo de la diferenciación e integraciónde cuatro estadios fundamentales; 3) la relación exis-tente entre los posibles fracasos en el proceso de dife-renciación e integración, y la cristalización de los dife-rentes tipos de psicopatología; y 4) las implicaciones deesta secuencia de fases en el desarrollo estructural ge-neral del aparato físico» (1976).

Abend (1983) resume del siguiente modo los esta-dios del desarrollo del self presentados por Kernberg ysu correspondiente psicopatología:

Estadio 1: «Autismo» normal o estadio primordial in-diferenciado: Esta fase abarca el primer mes de vida yprecede a la consolidación de la «buena» constelaciónindiferenciada entre self y objeto. Los trastornos del de-sarrollo en este estadio y la fijación en él son caracte-rísticos de las psicosis autísticas.

Estadio 2: «Simbiosis» normal: Esta fase se extiendedesde el segundo mes hasta los seis o siete meses devida. Los traumas y las frustraciones severas que tienen

62

El conocimiento convencional

lugar en este estadio ocasionan una patología caracteri-zada por la diferenciación incompleta entre el self y lasrepresentaciones objetales y la persistente tendencia alrechazo defensivo del «buen» self y de las «buenas»imágenes objetales. La fijación patológica, o la regresiónal estadio 2, por su parte, es propia de la psicosis sim-biótica de la infancia, la mayor parte de las esquizofre-nias adultas y las psicosis depresivas.

Estadio 3: Diferenciación entre el selfy las representa-ciones objetales: Este estadio comienza alrededor de losocho meses y finaliza entre los dieciocho y los treinta yseis meses de vida concluyendo con la integración en-tre las «buenas» y «malas» representaciones del self enun concepto integrado del self [debe tratarse de una«imagen del self», ya que los conceptos no apareceránhasta el cuarto año de vida, aproximadamente], y la in-tegración entre las representaciones objetales «buenas»y «malas» en una representación objetal «global» [ínte-gra, no parcial]. Cualquier fracaso en el desarrollo du-rante este estadio conduce a los trastornos propios delas organizaciones borderline de la personalidad. [Enesta categoría general Kernberg incluye los síndromesborderline, las adicciones, los trastornos narcisistas, losdesórdenes de la personalidad antisocial. En su opinión,todos estos desórdenes constituyen un fracaso en la in-tegración de las imágenes parciales del self y de los ob-jetos «totalmente buenos» y «totalmente malos»; es de-cir, todos ellos se caracterizan fundamentalmente por ladivisión.] Durante este estadio comienza a funcionar unsistema rudimentario de defensas que se centra funda-mentalmente en la división o disociación primitiva, quefomenta la presencia de otros mecanismos de defensa

63

Psicología integral

http://psikolibro.blogspot.com

Page 32: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

tempranos como la negación, la idealización primitiva,la identificación proyectiva, la omnipotencia y la deva-luación.

Estadio 4: Desarrollo de las estructuras derivadas delas relaciones objetales intrapsíquicas: Este estadio co-mienza al final del tercer año de vida y discurre a lo lar-go de todo el período edípico. La psicopatología típicacaracterística de este estadio está representada por lasneurosis y las patologías caracteriales de «alto nivel». Laprincipal maniobra defensiva propia de este estadio esla represión.

Estadio 5: Consolidación del superego e integración delego: Se trata de un estadio evolutivo [postedípico] en elque la identidad del ego va desarrollándose progresiva-mente.

Como evidencia la Figura 8, el esquema evolutivo deKernberg se adecúa exactamente a nuestros tres prime-ros fulcros del desarrollo. Adviértase que el Estadio 5 deKernberg (F-3c), «la consolidación del superego y la in-tegración del ego», constituye, en realidad, una consoli-dación o integración que no debemos confundir, en modoalguno, con el Fulcro 2c, la consolidación-integracióndel self emocional-fantásmico, ni con el Fulcro lc, laconsolidación-integración del self sensorio-físico.

La coincidencia sustancial entre los estadios evolu-tivos y diagnósticos que nbs ofrece Kernberg y los tresprimeros fulcros de desarrollo del self exige una preci-sión de nuestra parte ya que, como ha señalado Master-son (1981), las condiciones narcisista y borderline, aun-que muy estrechamente relacionadas, corresponden aestadios evolutivos diferentes. Según Masterson, las con-

64

El conocimiento convencional

diciones fronterizas tienen su primera lesión evolutivaen la subfase de reaproximación (F-2b) mientras que lascondiciones narcisistas, por su parte, deben asentarse enuna lesión evolutiva previa (es decir, en la subfase de ejer-cicio, F-2a). De este modo, la condición narcisista estámarcada por la fusión entre el self grandioso y el obje-to omnipotente que caracteriza a la subfase de ejercicio(como dijo Mahler: «¡El narcisismo se halla ahora ensu cúspide!»). La subfase de reaproximación, por su par-te, está marcada por la ruptura, por la diferenciación, dela fusión entre el self grandioso y el objeto omnipoten-te y, por consiguiente, según Masterson, no puede cons-tituir una lesión característica de los trastornos narci-sistas. Como dijo el mismo Masterson: «La fijación delos trastornos narcisistas de la personalidad deben ocu-rrir antes [de la crisis de reaproximación] porque, des-de un punto de vista clínico, el paciente se comportacomo si la representación objetal fuera una parte inte-grante de la representación del self, una unidad dual om-nipotente. En este tipo de pacientes, no parece posiblela existencia de una crisis de reaproximación. Persistetodavía la fantasía de que el mundo es su concha y el su-jeto se resiste contra él». El borderline, por su parte, «secomporta como si toda la vida fuera una interminable eirresoluble crisis de reaproximación». Así pues, segúnMasterson, el Fulcro 2a es responsable de los trastor-nos narcisistas mientras que los trastornos borderline,por su lado, se asientan en el Fulcro 2b.

Adviértase que, en términos generales, dentro de cadauno de los fulcros existen tres subfases: la subfase «a»,que representa la base indiferenciada del fulcro; la sub-fase «b», que representa el proceso de separación-indi-viduación vertical y horizontal; y la subfase «c/d», que

65

http://psikolibro.blogspot.com

Page 33: Ken Wilber - Psicología Integral

representa la resolución ideal, la consolidación y la in-tegración de un self y de un objeto nuevo, claramente di-ferenciados. Esto ocurre en cada uno de los tres fulcrosy, por consiguiente, en cada una de las nueve subfasesque hemos mencionado en la Figura 8.

La Figura 8, por tanto, resume las «coincidencias»existentes entre las escuelas convencionales (represen-tadas por Kernberg y Mahler) y los tres primeros pel-daños (y fulcros) del modelo espectral que presentamosen el capítulo 1. Reiteremos una vez más que los tresprimeros fulcros (y sus patologías asociadas) represen-tan los tres estadios generales de los reinos prepersonaleso prerracionales del desarrollo global. Pero, como se-ñalamos en la Figura 9, todavía nos falta estudiar los tresestadios generales propios del reino personal y los tresestadios generales propios del reino transpersonal. Enel próximo capítulo proseguiremos nuestra exposiciónde los peldaños y fulcros superiores, y de sus patologías

66

asociadas, y penetraremos en las dimensiones contem-plativas y transpersonales del crecimiento y del desa-rrollo humano.

Resumen

Esta sección ha sido algo técnica y, por consiguien-te, quizás haya resultado. algo difícil para el lector ca-rente de formación psicoanalítica. Abordemos, pues,

67

Psicología integral El conocimiento convencional

http://psikolibro.blogspot.com

Page 34: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

ahora, la tarea de ofrecer' un breve resumen no técnicode sus puntos fundamentales.

En esta sección hemos examinado la emergencia deuna sensación de identidad en el ser humano y hemosdescubierto que procede a lo largo de tres estadios glo-bales: la emergencia de un selffísico (de 0 a 1 años), laemergencia de un self emocional (de 1 a 3 años) y laemergencia de un self mental (de 3 a 6 años). En cadauno de estos estadios del desarrollo, el individuo debeaprender a distinguir el self del entorno, de los demás yde otras estructuras presentes en su propio psiquismo. Enel caso de que esta diferenciación fracase, el individuopermanecerá atado (fijado) a ese estadio y esa fijación su-pondrá una perturbación psicológica correspondiente.

Así pues, aunque el niño nazca con un cuerpo físico,eso no significa, no obstante, que posea un selffísicoseparado de su entorno, ni tampoco que pueda distin-guir fácilmente el interior del exterior, ni su propio cuer-po del cuerpo de su madre. Pero algo ocurre durante elprimer año de vida -normalmente entre los cinco y losnueve meses de edad- y el niño comienza a distinguir(o diferenciar) su self físico del entorno físico y enton-ces comienza a emerger (en una fase denominada ade-cuadamente «salir del cascarón») una verdadera sensa-ción de identidad física. Por otra parte, en el caso deque los traumas severos y reiterados o cualquier otrotipo de perturbación imposibiliten esta diferenciación, elniño permanece «atado» al estadio indiferenciado ante-rior de «fusión» confusa entre el interior y el exterior,un estadio en el que predominan los procesos de pensa-miento alucinatorio acompañados de ansiedad o depre-sión severa. Este tipo de patología severa y primitiva esconocida como «psicosis».

68

El conocimiento convencional

Una vez que el self físico ha emergido y se ha con-solidado, comienza a emerger y a desarrollarse el selfemocional. Es muy posible que el niño posea emocio-nes desde que nace pero lo cierto es que, hasta este mo-mento, no ha poseído un self emocional distinto y se-parado. Incluso después del primer año de vida, cuandoel niño ha establecido (idealmente) un self físico claroy distinto, sus emociones no se han diferenciado toda-vía claramente de las emociones de los demás (en es-pecial, de la madre). El niño cree que los demás sientenlo mismo que siente él (lo que se llama «narcisismo»),y sus «fronteras emocionales», por así decirlo, son to-davía muy permeables y fluctuantes.

Pero algo ocurre entre el primer y el tercer año devida (una época en la que el período más crítico parecetener lugar durante la llamada crisis de «reaproxima-ción», entre los 18 y los 24 meses), donde el niño apren-de a diferenciar su vida psicológica emocional de la delos demás (particularmente de su madre) y entoncesemerge un self emocional estable, firme e individual. Elfracaso en lograr esta «separación-individuación» dejaal individuo con fronteras emocionales muy endebles. Ental caso, el mundo tiende entonces a «inundar» al self,generando ansiedad, depresión y graves perturbacionesdel pensamiento, un tipo de patología vagamente descritacomo «borderline» (porque es fronteriza entre la psico-sis y la neurosis).

Una vez que el self emocional ha emergido y se haconsolidado, comienza a aparecer y a diferenciarse pro-gresivamente el self mental del niño, un proceso que seve favorecido por la adquisición del lenguaje. El selfmental madura de manera particularmente rápida desdeel tercer al sexto año de vida, un período durante el cual

69

http://psikolibro.blogspot.com

Page 35: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

el niño no aprende tanto a sentir como a pensar, a ver-balizar, a hablar y a controlar mentalmente su conduc-ta. Pero también aprende que ciertos sentimientos y con-ductas (especialmente los sexuales y agresivos) soninaceptables para quienes le rodean y debe intentar «de-sapropiarse» de ellos o «reprimirlos». En cierto sentido,el self mental (y los pensamientos) aprenden a reprimirel self emocional previo (y sus sentimientos). En el casode que esta represión sea severa y persistente, los sen-timientos reprimidos pueden regresar en la forma dis-frazada y dolorosa conocida con el nombre de «neuro-sis» (fobias, compulsiones, obsesiones, histerias,etcétera).

Así pues, durante los seis o siete primeros años devida, existen tres «momentos críticos», tres fulcros deldesarrollo particularmente importantes: la emergenciadel self físico, la emergencia del self emocional y laemergencia del self mental. La aparición de perturba-ciones en cada uno de estos momentos clave terminaocasionando un tipo (o nivel) especial de patología: psi-cosis, borderline y neurosis.

Como veremos concretamente en la Parte III del li-bro, existen modalidades de tratamiento adecuadas acada una de estas patologías. El tratamiento de elecciónpara las neurosis es el «descubrimiento» y la reexperi-mentación directa de las emociones y sentimientos re-primidos mediante las denominadas «técnicas de des-cubrimiento» (como por ejemplo, el psicoanálisisclásico,). En el caso de los trastornos borderline, o fron-terizos, el problema no radica tanto en la represión delself emocional sino en que el self emocional no ha emer-gido ni se ha estabilizado todavía plenamente y, por con-siguiente, que las fronteras emocionales son demasiado

70

El conocimiento convencional

permeables y cambiantes. Así pues, el objetivo de las te-rapias de elección para este nivel no apunta tanto a «des-cubrir» como a construir una sensación de identidad dis-tinta e individualizada mediante técnicas conocidas conel nombre de «técnicas de construcción de estructura».Finalmente, las patologías muy primitivas (psicosis) sue-len ser severas a la hora de resolverlas: las técnicas dedescubrimiento y las técnicas de construcción de es-tructura son de muy poca utilidad y el tratamiento deelección hay que buscarlo en la estabilización farmaco-lógica o, en el caso de que sea preciso, la reclusión y cus-todia en alguna institución.

Hemos visto que los tres primeros «fulcros» de de-sarrollo del self conducen a la emergencia progresivade un self físico, de un self emocional y de un self men-tal. En el siguiente capítulo veremos que el self mental,a su vez, atraviesa tres estadios o fulcros del desarrolloprincipales (el concreto, F-4; el formal, F-5 y el inte-grativo, F-6), y que después el self ingresa en lo trans-mental (transracional o transpersonal) y penetra en losdominios contemplativos o espirituales del desarrollo.Cada uno de estos fulcros y niveles superiores tiene susposibles patologías y sus correspondientes modalidadesde tratamiento, que discutiremos con más detalle en laParte III.

71

http://psikolibro.blogspot.com

Page 36: Ken Wilber - Psicología Integral

PARTE II

EL ESPECTRODEL DESARROLLOY LA PSICOPATOLOGÍA

http://psikolibro.blogspot.com

Page 37: Ken Wilber - Psicología Integral

El siguiente esbozo de una visión espectral global dela psicopatología comienza con una revisión de los tresprimeros fulcros que hemos mencionado en el la pri-mera parte y prosigue hasta alcanzar el Fulcro 9. Por ra-zones expositivas y para facilitar las referencias hemosdividido esta parte en tres capítulos: Prepersonal, Per-sonal y Transpersonal, cada uno de los cuales incluye tresgrandes subdivisiones que pueden, por tanto, ir acom-pañados de la correspondiente patología. Nos hemos li-mitado a enumerar los distintos fulcros (y sus subfases)y a señalar el(los) tipo(s) específico(s) de patología pro-pios de cada uno de ellos (y de sus correspondientessubfases).

Destaquemos, por último, que este modelo jerárqui-co de la patología debe ser utilizado con cierta cauteladada la variabilidad individual, la inexistencia de casospuros, la influencia de las diferencias culturales, la pre-disposición genética, las enfermedades genéticas y trau-máticas y las diversas combinaciones posibles entre to-das estas variables (ver Abend, 1983; Gedo, 1981;Mahler, 1975).

75

http://psikolibro.blogspot.com

Page 38: Ken Wilber - Psicología Integral

3. LAS PATOLOGÍASPREPERSONALES

Las patologías «prepersonales» o «prerracionales»son llamadas así porque se originan en los estadios deldesarrollo anteriores al surgimiento de una identidad ra-cional, personal e individual. Son estadios, pues, pre-vios a la diferenciación de las estructuras prerraciona-les (los impulsos, los procesos primarios de pensamiento,etcétera). Según las últimas investigaciones realizadas eneste campo (ver Parte I) el desarrollo prepersonal atra-viesa tres niveles generales de desarrollo y organiza-ción de la personalidad, a los que hemos denominadoF-l, F-2 y F-3, y cuya patología respectiva es, en sen-tido amplio, la psicótica, la borderline y la neurótica.En opinión de Jack Engler «es importante tener en cuen-ta que la patología del self no depende del tipo de per-sonalidad o de carácter y menos todavía de los sínto-mas o conjuntos de síntomas. En cualquier nivel deorganización de la personalidad -sano, neurótico, bor-derline o psicótico- pueden presentarse los distintos ti-pos de personalidad más comúnmente reconocidos. Eneste sentido, hasta los tipos de carácter más patológicos

77

http://psikolibro.blogspot.com

Page 39: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

-esquizoide, paranoide e infantil- pueden presentarseen una estructura neurótica (Stone, 1980). Stone afirmaque, desde un punto de vista clínico, resulta más con-veniente pensar en términos de un continuo de patolo-gía -que va de un más a un menos patológico- para cadatipo de carácter o personalidad. Según esto, Stone hapropuesto una prometedora tipología de la personalidadque tiene en cuenta el tipo de personalidad, el nivel deorganización de la personalidad y el grado de carga cons-titucional o genética. Esta distinción entre estructura ycarácter está comenzando a abrirse paso en la psiquia-tría clínica y representa un notable progreso en la com-prensión del psicodiagnóstico». En este punto estoy sus-tancialmente de acuerdo con Engler y Stone.

Fulcro 1: Psicosis

la: Psicosis autistaslb/c: Psicosis simbióticas infantilesGran parte de las esquizofrenias adultasPsicosis depresivas

En este punto seguimos específicamente a Kernbergy Mahler.

Fulcro 2: Trastornos narcisistas-borderline

2a: Trastornos narcisistas de la personalidadLos principales síntomas clínicos de los trastornos

narcisistas de la personalidad son la grandiosidad, elsentimiento de que sus problemas son únicos y la faltade interés y de empatía por los demás, a pesar de tratar

78

Las patologías prepersonales

de aprovecharse de ellos para obtener su admiración ysu aprobación. El paciente que sufre un trastorno narci-sista de la personalidad busca de continuo la perfecciónen todo lo que hace y está preocupado por el éxito, elpoder, la belleza y la búsqueda de admiración. Pero bajoesa fachada defensiva se esconde un estado emocionalde vacío y de rabia en el que predomina una intensa en-vidia.

Los trastornos narcisistas de la personalidad corres-ponden a fijaciones o estancamientos anteriores al nivelevolutivo propio de la crisis de reaproximación, dadoque en ellos no se ha consumado una de sus tareas másimportantes de esta crisis -la deflación de la grandiosi-dad y omnipotencia infantil. [Es como si la estructura delself se negara a abandonar el «paraíso».] La estructuraintrapsíquica de los trastornos narcisistas de la perso-nalidad protege la grandiosidad infantil y el vínculo nar-cisista al objeto omnipotente (Masterson, 1981).

Específicamente hablando, las representaciones delself y las representaciones objetales propias de la es-tructura de personalidad narcisista constituyen una uni-dad fundida entre el self grandioso y el objeto omnipo-tente. Según la evidencia clínica directa, los demás nose experimentan como individuos separados (o como«objetos totales» separados) con sus propios derechos ydeseos, sino como meras extensiones o facetas del selfexhibicionista-grandioso que sirven únicamente para lagratificación de sus propias necesidades (Kohut, 1971).La única función del mundo es, por consiguiente, refle-jar la perfección del self. La representación objetal om-nipotente fundida contiene todo el poder y toda la glo-ria mientras que la representación del self grandioso esla de ser superior, especial, único y perfecto. La unidad

79

http://psikolibro.blogspot.com

Page 40: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

self grandioso/objeto omnipotente configura el ego cen-tral, una fusión tan hermética que parece ocultar la uni-dad fundida subyacente, vacía, llena de rabia, de envi-dia y de profundos sentimientos de abandono. Sinembargo, ningún objeto y ninguna persona conseguiráproporcionar al individuo narcisista lo que está conti-nuamente buscando, es decir, un espejo que refleje su pro-pia perfección grandiosa y, por tanto, reaccionará con ra-bia, indignación y humillación. Sus mecanismos dedefensa típicos son la devaluación, el rechazo, la nega-ción, la evitación, la división (especialmente la divisiónentre la unidad fundida self grandioso/objeto omnipotentey la unidad vacío/agresividad/depresión) y la dramati-zación (el acting out) (Kernberg, 1976; Kohut, 1971;Masterson, 1981).

2b: Trastornos borderline de la personalidad«La crisis de reaproximación es crucial para el bor-

derline, cuya patología puede ser considerada como unreflejo de su inmersión y de su incapacidad para resol-verla» (Masterson, 1981). A diferencia de la estructuranarcisista, el borderline ha logrado una cierta diferen-ciación, una pseudodiferenciación diríamos, entre lasrepresentaciones del self y las representaciones objeta-les. Un individuo separado ha comenzado a emergerpero su estructura es tan frágil y tan débil, que cons-tantemente teme ser anegado o abandonado por los de-más.

Según Masterson (1981) y Rinsley (1977), la estruc-tura del self del borderline se halla dividida en una par-te impotente, dependiente y sumisa -que utiliza la iden-tificación como defensa- y otra «despreciable»,«abominable» y «mala» -que utiliza el distanciamiento

80

Las patologías prepersonales

y el aislamiento como mecanismo defensivo. Cada unade estas facetas parciales del self se halla asociada a unobjeto también parcial. Así, la parte de la representa-ción del self sumisa y dependiente se halla ligada a unarepresentación objetal parcial totalmente buena, recom-pensadora y protectora, y la parte «despreciable y dis-tante» está ligada a una representación objetal parcialtotalmente mala, colérica, agresiva y vengativa.

La estructura intrapsíquica del borderline es más com-pleja que la del narcisista porque ha alcanzado un ma-yor grado de diferenciación. Pero, en cualquier caso,esta diferenciación no está integrada y deja al borderli-ne con una serie de estructuras o de unidades parcialesfracturadas. Es por ello que el borderline oscila típica-mente entre una sumisión casi total y camaleónica a losdemás -lo que le hace sentir «bueno», «aceptado» y «se-guro»- y un hosco y vengativo distanciamiento y aisla-miento de los demás, a quienes experimenta como ven-gativos, airados y críticos -que le hacen sentir como ungusano malvado e inútil carente de valor, totalmentedespreciable (y, en ocasiones, hasta suicida). Lo únicoque el bordeline no puede hacer es afianzar su propia se-paración-individuación (Blanck & Blanck, 1979; Kern-berg, 1975, 1976).

Fulcro 3: Neurosis

3a: Neurosis borderlineExisten diversas categorías nosológicas para esta con-

dición patológica: neurosis patológicas, neurosis bor-derline de alto nivel, neurosis con rasgos borderline,borderline con rasgos neuróticos, entre otros. El con-

81

http://psikolibro.blogspot.com

Page 41: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

senso general, sin embargo, es que se trata de estados neu-róticos cargados de deficiencias de la subfase separa-ción-individuación o que constituyen una regresión par-cial a estadios fronterizos frente a las dificultades quesupone el más complejo desarrollo neurótico-edípico(Blanck & Blanck, 1974, 1979; Gedo, 1981).

Veamos un par de ejemplos. En el caso de que la se-xualidad genital se halle cargada de deficiencias de la sub-fase de reaproximación, el sujeto vivirá el sexo con eltemor a ser atrapado o asfixiado. En el caso de hallarsecargada con la necesidad no metabolizada de encontrarun espejo que refleje su propio narcisismo, lo hará en ladirección del triunfo, la extensión posesiva de la gran-diosidad del self o la rabiosa dominación sádica. El diag-nóstico y el tratamiento de las neurosis con elementosborderline debe ser especialmente cauteloso porque lasintervenciones apropiadas para síntomas similares pro-pios de niveles diferentes como el neurótico y el bor-derline suelen ser radicalmente diferentes.

3b: PsiconeurosisLimitaremos aquí nuestra discusión de estos conoci-

dos trastornos -la ansiedad neurótica, los síndromes ob-sesivo-compulsivos, la depresión neurótica, las fobias,las histerias y la hipocondría- a una pocas reflexionessobre su significado y su sentido en el espectro globaldel desarrollo de la conciencia. Las estructuras inferio-res del self (autista, simbiótica y narcisista) tienden aser de naturaleza monádica, las estructuras borderline,por su parte, tienden a ser diádicas y las psiconeuróti-cas, por último, tienden a ser triádicas. En las estructu-ras monádicas no hay más que un solo protagonista enescena ya que en ellas el self permanece completamen-

82

Las patologías prepersonales

te ajeno al otro (autista), se halla totalmente fundido conél (simbiótico) o forma parte, junto a él, de una unidaddual omnipotente (narcisista). A medida que la estruc-tura monádica se va diferenciando, el self y el otro co-mienzan a emerger como dos entidades diferentes. Apartir de ese momento, ya hay dos protagonistas en es-cena, el self y la madre* con todas las alegrías y las tra-gedias que ello implica (Kohut [1977] denomina a esteestadio «El hombre trágico»).

El estadio diádico del niño sigue siendo más o me-nos pregenital. Hasta ahora sólo ha tenido que gestionarla diferenciación entre el self y el otro, y todavía no hacomenzado la diferenciación interna entre lo masculinoy lo femenino. Alrededor de los 2 ó 3 años, sin embar-go, el self comienza a despertar a su identidad de géne-ro y entonces aparece un tercer protagonista en escena:self, madre-femenina y padre-masculino. Esta nueva po-sibilidad enriquece y complica extraordinariamente lasituación ya que aparecen nuevas capacidades, nuevosdeseos, nuevos tabús, nuevas relaciones objetales, unnuevo y conflictivo mundo, cuyas implicaciones sonmucho más complejas que las del estadio anterior.

En el estadio diádico (F-2), el self central constitu-ye una especie de estructura fantásmico-emocional-li-bidinal más o menos estable. No se trata tanto de queel self de este estadio posea una libido sino, más bien,de que es un self libidinal (Guntrip, 1971). Sin embar-go, en el momento en que pasamos de la díada F-2 a latríada F-3, la mente rep conceptual ya ha emergido y seha diferenciado (idealmente) del cuerpo libidinal. A* Wilber dice aquí textualmente «self and ( m)other», un juego de palabras in-traducible al castellano que engloba la diferencia entre el self y el otro, y el selfy la madre en una sola frase. (N. del T.)

83

http://psikolibro.blogspot.com

Page 42: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

partir de este momento, el self central se identifica y,por consiguiente, existe como una estructura simbóli-co-conceptual, el ego mente-rep; ha dejado de ser unself fantásmico-libidinal y se ha convertido en un selfegoico-conceptual.

Así pues, en el caso ideal, el self egoico ha llevadoa cabo tres tareas: 1) diferenciarse horizontalmente desus nuevas relaciones objetales, los conceptos; 2) haconsolidado e integrado su propia estructura, que con-tiene nuevas y superiores internalizaciones (superego) y3) se ha diferenciado verticalmente (ha trascendido) elestadio anterior (el self libidinal). De este modo, el selfexclusivamente libidinal ha sido negado y trascendidopero la libido (o el id) sigue existiendo como estructu-ra fundamental, apropiada y necesaria.

Todo este proceso ha terminado dando lugar a la es-tructura tripartita propia del Fulcro-3: ego-superego-id.De este modo, mientras que la mayor parte de los con-flictos propios del self F-2 eran interpersonales, en elself F-3, en cambio, son intrapersonales (o intrapsíqui-cos). Sin embargo, cuando no se ha logrado una dife-renciación y posterior integración clara y completa, exis-te una lucha interna entre el superego y el id (inhibición),entre el id y el ego (ansiedad, obsesión) o entre el su-perego y el ego (culpa, depresión). La estructura triádi-ca que acompaña a los conflictos propios de las patolo-gías F-3 es uno de los elementos diagnósticosfundamentales para diferenciarlos de las patologías diá-dicas propias de F-2 (y, obviamente, también de las pa-tologías monádicas propias de F-1). Kohut denomina aeste estadio «El hombre culpable», a diferencia de «Elhombre trágico».

La estructura triádica del self F-3 también propor-

84

Las patologías prepersonales

ciona indicios fundamentales para comprender el ver-dadero significado de las psiconeurosis en el espectro glo-bal del desarrollo y la psicopatología. Tengamos en cuen-ta que el self está ascendiendo a través de las estructurasbásicas de la existencia, desde la materia al cuerpo, y des-de éste a la mente, el alma y el espíritu. La psiconeuro-sis aparece precisamente en el momento crucial en elque la conciencia comienza a desplazarse de una exis-tencia -fundamentalmente corporal a una existencia fun-damentalmente mental, con todas las ventajas y con-flictos que eso entraña. El cuerpo pertenece a lanaturaleza pero la mente pertenece a la historia; el cuer-po está ligado al impulso y la mente a la razón. El cuer-po es meramente subjetivo pero la mente, sin embargo,es intersubjetiva y puede asumir libremente el papel deotros sujetos en el intercambio de comunicación y en eldiscurso simbólico. El cuerpo constituye una sensaciónde identidad meramente presente mientras que la men-te, por su parte, sustenta un self-textual y temporal, unself histórico, hermenéutico, intencional, interpretativo,significativo y moral, un self que interpreta un guión.

No obstante, los guiones y los roles sociales carac-terísticos de la fase edípica F-3 son toscos y sencillos,especialmente si los comparamos con los propios de losestadios posteriores del desarrollo. Digamos, por ejem-plo, que el número y el tipo de roles presentes en estaetapa es muy elemental: niño, padres y hermanos. Porotra parte, los roles y los guiones de este estadio se ha-llan totalmente (o casi totalmente) determinados poragendas meramente libidinales. El complejo de Edipo,por ejemplo, es uno de los guiones más tempranos yfundamentales de este estadio (y, como lo demostró Só-focles, es un guión), pero un guión cuyos roles están

85

http://psikolibro.blogspot.com

Page 43: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

casi completamente determinados por deseos meramen-te corporales. En el próximo fulcro los roles se despo-jan de su motivación meramente corporal o libidinal yasumen una función y un estatus superior y, obviamen-te, también pueden ir acompañados de una patología su-praordenada.

4. LAS PATOLOGÍASPERSONALES

La mayor parte de los teóricos psicodinámicos con-vencionales tienden a finalizar su discurso al llegar alas patologías «serias» propias de F-3, es decir, a la faseedípica y su resolución (o no resolución). Esto quizás seacomprensible ya que, después de todo, las patologíasclásicas, (desde la esquizofrenia hasta la histeria) pare-cen haber tenido su etiología más perturbadora en losprimeros tres fulcros del desarrollo del self. Pero esto nosignifica, en absoluto, que el espectro de la psicopato-logía se agote al llegar a ese nivel. Lo cierto es que tam-bién existen patologías -e incluso patologías «severas»o «profundas»- de orden superior. Consecuentemente, losinvestigadores han comenzado a prestar atención a losestadios posteriores del desarrollo, a los estadios «pos-tedípicos» superiores, a sus correspondientes flaquezasy a sus posibles in-sanías.

Tomemos, por ejemplo, la noción de «confusión deroles». La capacidad de asumir realmente un rol cons-tituye un atributo decididamente postedípico (la capacidadde asumir el rol de los demás no aparece, de manera ple-

8786

http://psikolibro.blogspot.com

Page 44: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

na, hasta los 7 u 8 años [Piaget, 1977; Loevinger, 1976],mientras que la edad típica de la resolución edípica tie-ne lugar alrededor de los 6 años). De este modo, alguienpodría superar el complejo de Edipo de una manera com-pletamente normal y sana para encallar posteriormenteen la confusión de roles y en la confusión de identidadpor razones completamente ajenas al conflicto edípico.Así pues, parece tratarse de niveles (no tanto líneas) dedesarrollo completamente diferentes cuyos conflictos yvulnerabilidades son completamente diferentes. El origeny la naturaleza de este tipo de problemas son más cog-nitivos que psicodinámicos pero pueden ser tan proble-máticos y angustiosos como los conflictos preedípicos.

De acuerdo a esto, he denominado nivel «interme-dio», o nivel personal, a todo el amplio rango de losproblemas cognitivos, de los problemas de identidad yde los problemas existenciales y, basándome en la recienteinvestigación, lo he dividido en tres grandes niveles (F-4, F-5 y F-6), a los que denomino, respectivamente, ni-vel «cognitivo-guión», nivel de «identidad» y nivel «exis-tencial».

Fulcro 4

La patología self-rol y guión-cognitivaEn el Fulcro 4, el self central comienza a trascender

su identificación exclusiva con la mente-rep (y con el pro-yecto edípico) y a identificarse con la mente regla/rol.Como demostró Piaget (1977), la mente regla/rol (o «co-nop»), es la primera estructura que no sólo puede imi-tar un rol sino que realmente puede asumir el rol de losdemás, una posibilidad que abre al sujeto a una dimen-

88

Las patologías personales

Sión completamente nueva de las relaciones objetales, conuna nueva sensación de identidad (Loevinger), un nue-vo conjunto de necesidades (Maslow), una nueva sensi-bilidad moral (Kohlberg), nuevas formas de vida y tam-bién nuevas formas de muerte. En las patologías propiasde F-3 (las psiconeurosis), la lucha entre la vida y lamuerte (la lucha entre la conservación y la negación)permanecía fundamentalmente ligada a temas e impul-sos corporales -el deseo de objetos-cuerpos libidinales,el miedo al daño corporal (castración y mutilación)-pero la lucha entre la vida y la muerte propia del self F-4, sin embargo, se centra mucho más en las reglas y enlos roles -el deseo de adecuación, de pertenencia, deencontrar su lugar, o su rol entre otros roles, de com-prender las reglas y el correspondiente miedo a no te-ner rostro, a confundir los roles o a romper las reglas (es-tadio, conformista de Loevinger, de pertenencia deMaslow, convencional de Kohlberg).

Cuando hablo de «patología de guión» o de «neuro-sis de guión» me estoy refiriendo al abundante trabajodel análisis transaccional sobre la teoría de los juegos ylos guiones y a la obra de los teóricos de la comunica-ción sobre la asunción de roles (Selman & Byrne, 1974;Watzlawick, 1967). Obviamente, los juegos conceptua-les y los guiones conceptuales (y sus precursores) se re-montan a F-3 pero no adquieren un peso dominante y cen-tral hasta llegar a F-4. La defensa característica de esteestadio es el «doble mensaje», un mecanismo medianteel cual el individuo expresa explícitamente un determi-nado mensaje (por ejemplo: «Sólo quiero lo mejor parati»), mientras que, al mismo tiempo, está también ex-presando tácitamente un segundo mensaje («¡No meabandones!»). Y, en el caso de que tratemos de eviden-

89

http://psikolibro.blogspot.com

Page 45: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

ciar el mensaje encubierto, el individuo lo niega enér-gicamente. Los mensajes encubiertos -o agendas ocul-tas- son las estructuras patógenas claves del self carac-terístico de F-4 que, en caso extremo, terminanprovocando una división o disociación interna del selftextual similar a la que produce la represión en F-3 y ladivisión en F-2. En la Parte III consideraremos más de-tenidamente las razones por las cuales este tipo de pa-tologías de guión trascienden la patología psiconeuróti-ca y, por consiguiente, no pueden reducirse a ella.*

* «Veamos más detenidamente los puntos "a", "b" y "c" de los fuleros 4 y 5. El ful-cro 4 constituye simplemente el comienzo del self-guión, el despuntar de la emergenciadel pensamiento operacional concreto y su fusión o indiferenciación inicial con la men-te rep o preoperacional. El hecho es que, como han demostrado Piaget y otros, en estepunto (aproximadamente a los siete años de edad) el niño no puede comprender bienel papel de los demás y, por consiguiente, tampoco acierta a discernir claramente supropio rol social en muchas situaciones. El self debe comenzar trascendiendo o di-ferenciándose de la mente preopreacional y, al mismo tiempo, debe aprender, en cier-ta medida, a asumir el rol de los demás y a reconocer su propio rol en diversas si-tuaciones. Estos son los aspectos implicados en la fase b del fulcro 4. En esa fase, elniño no puede elegir los roles porque no ha desarrollado todavía la capacidad cog-nitiva superior de la introspección y de la reflexión que le permiten elegir. Podría-mos, pues, decir que en esta fase el niño se adecua a los roles que se le enseñan yaprende una serie de guiones. Ahora bien, la consumación final de esta fase -4c- noimplica que el self se haya diferenciado de sus roles. De lo único que se ha diferen-ciado es de su incapacidad para asumir roles. Ahora se halla firme e irreflexivamenteidentificado con sus roles, buenos o malos, a la manera conformista y convencionalcaracterística del estadio de pertenencia en que se halla y puede reconocer (en 4d),otros roles convencionales.»

«Un fracaso en este proceso global supone que el self no puede diferenciarse de lamente propia del fulcro 3 y es incapaz de asumir roles (estancamiento en el fulcro4a) o, más frecuentemente, que los roles que ha aprendido son insostenibles, con-tradictorios, inapropiados, equivocados o autolimitadores, es decir, que padece unapatología de guiones. Por el contrario, si todo discurre adecuadamente, se completael fulcro 4 y se configura un self estable-convencional-conformista (4c) que reconoce a otros roles convencionales (4d).»

Comunicación personal de Wilber a John Rowan del 28 de julio de 1987. (John Ro-wan. The Transpersonal. Psychotherapy and Counselling. Routledge. Londres, 1993,págs. 135-6 [traducido al castellano por Los libros de la liebre de marzo, Barcelona,1996, con el título Lo transpersonal. Psicoterapia y counselling]). (N. del T.)

90

Las patologías personales

Fulcro 5

Neurosis de identidadLa emergencia de la estructura básica formal-reflexiva

abre la posibilidad del desarrollo del self F-5, una es-

tructuración del self altamente diferenciada, reflexiva e

introspectiva. El self F-5 ha dejado de estar atado de

manera irreflexiva a los roles sociales y a la moralidadconvencional y, por vez primera, depende de sus prin-cipios individuales de razón y conciencia (el estadiopostconvencional de Kohlberg o el consciente-indivi-

dualista de Loevinger). Por primera vez el self puede

concebir un futuro posible o hipotético (Piaget), con ob-

jetivos, posibilidades, deseos (vida) y miedos (muerte)completamente nuevos. A partir de ahora puede conce-bir posibles éxitos y posibles fracasos de una forma queantes ni siquiera podía imaginar. ¡A partir de ahora pue-de despertar en plena noche obsesionado por las preo-cupaciones o exaltado por la expectativa de todas lasposibilidades que se abren ante él! Se ha convertido enun filósofo, en un soñador (en el mejor y en el peor delos sentidos), en un espejo reflexivo interno asombradode su propia existencia. Cogito, ergo sum.

Las «neurosis de identidad» engloban específicamentea todos los problemas que pueden dificultar la emer-gencia de esta estructura autorreflexiva. ¿Es lo sufi-cientemente fuerte como para liberarse de la mente re-gla/rol y apoyarse en sus propios principios deconciencia? ¿Puede, en el caso de que sea necesario,reunir el coraje suficiente como para marcar el paso si-guiendo_ los acordes de su propio tambor? ¿Se atreve apensar por su cuenta? ¿Puede superar la ansiedad y la de-presión que acompañan a su propia emergencia? Todos

91

http://psikolibro.blogspot.com

Page 46: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

estos problemas -que lamentablemente muchos teóricosde las relaciones objetales reducen a problemas carac-terísticos de la fase de separación-individuación propiade F-2- constituyen el núcleo mismo del self F-5 y suposible patología de identidad. En este sentido, quizássea Erickson (1959, 1963) quien se haya ocupado máscompletamente del desarrollo propio del self F-5 («iden-tidad vs. confusión de roles»). Todo lo que podemosagregar aquí es que los problemas filosóficos formanparte integral del desarrollo de F-5 y que la educaciónfilosófica constituye un elemento decisivo y legítimode las terapias más apropiadas a este nivel (ver la rele-vante sección sobre este tema que ofrecemos en la Par-te III).

* «En este punto (entre los 8 y 14 años) puede comenzar a aparecer el fulcro 5.El punto 5a constituye simplemente el comienzo de este proceso en el que lamente operacional formal todavía no ha emergido ni se ha diferenciado plena-mente de la mente operacional concreta previa. En otras palabras, el self toda-vía no es capaz de introspección, razonamiento hipotético-deductivo (no puedecomprender las afirmaciones del tipo «como si»), pluralismo ni perspectiva.Pero, en la medida en que la mente despunta y se diferencia de la mente con-vencional anterior puede comenzar a someter todos sus roles y creencias ante-riores al escrutinio lógico, la experiencia y la diversidad de perspectivas (en lafase "b" del fulcro 5). Al mismo tiempo, también puede comenzar a diferenciarentre la mera reacción convencional ante los demás y comenzar a actuar comoun individuo autorreflexivo (quienes llegan a ser autorreflexivos). Al mismotiempo, sus necesidades cambian desde la simple pertenencia hasta la autoesti-ma (Maslow) y el self -ahora una entidad autorreflexiva y con capacidad deelección- (5c) comienza a reconocer e interactuar con otros selfs autorreflexi-vos y con libertad de elección (5d). Las neurosis propias del fulcro 5 englobantodas las dificultades y confusiones que pueden tener lugar en este punto -nolograr diferenciarse de los roles conformistas, miedo a la introspección,confusión con respecto a "¿quién soy yoT', baja autoestima, etcétera.»

Comunicación personal de Wilber a John Rowan del 28 de julio de 1987. (John Ro-wan. The Transpersonal. Psychotherapy and Counselling. Routledge. Londres,1993, pág. 137 [traducido al castellano por Los libros de la liebre de marzo, Barce-lona,1996, con el título Lo transpersonal. Psicoterapia y counselling]). (N. del T.)

92

Las patologías personales

Fulcro 6

Patología existencialDebemos distinguir entre el término «existencial»

como algo referido a un determinado nivel de desarro-llo del self (F-6) y el término «existencial» como unconflicto concreto que puede afectar a cualquiera de losniveles de desarrollo del self. Así pues, este último tipode «conflicto existencial» constituye una forma de ha-blar de la lucha entre la vida y la muerte, entre la con-servación y la negación, en cualquiera de los estadios dedesarrollo. Desde este punto de vista, el trauma del na-cimiento, la crisis de reaproximación, la separación-in-dividuación, la tragedia edípica, el conflicto de roles ylas neurosis de identidad pueden ser calificados comoconflictos «existenciales» porque se refieren a aconte-cimientos profundos y significativos de la existencia hu-mana (Dasein). La aproximación existencial consideraa cada estadio del desarrollo no tanto en términos de sucontenido (borderline, edípico, etc.) como en términosde su contexto (de las mismas categorías de la existen-cia), de las diferentes modalidades y estadios del ser-en-el-mundo. Es por ello que los problemas y las en-crucijadas fundamentales propias de cada uno de losestadios de desarrollo del self pueden también ser con-ceptualizados como un problema existencial entre lavida y la muerte, entre la conservación y la negación, aun-que la forma externa de esta batalla existencial varíe ob-viamente de nivel en nivel. Éste es, al menos, el enfo-que de Boss (1963), Binswanger (1956), Yalom (1980),Zimmerman (1981), May (1977) y otros, con quienesestoy parcialmente de acuerdo.

Ahora bien, mi utilización del término «nivel exis-

93

http://psikolibro.blogspot.com

Page 47: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

tencial» se refiere a un nivel concreto del desarrollo delas estructuras básicas (el «visión-lógico») y a su co-rrespondiente estadio de desarrollo del self («centau-ro»). Se trata de un «nivel existencial» por diversas ra-zones: 1) El principal exponente de la mentereflexivo-formal es Descartes mientras que el principalexponente de la mentalidad existencial, por su parte, esHeidegger, ya que toda su filosofía está saturada (comoexperiencia real y no como una mera elaboración sub-jetiva) de este nivel de conciencia; 2) Como ha demos-trado Broughton (1975), en la estructura del self propiade este nivel, «la mente y el cuerpo se experimentancomo una totalidad integrada». Esta integración perso-nal entre la mente y cuerpo a la que denomino «centau-ro» parece ser el objetivo de aquellas terapias que se ca-,lifican genuinamente como «humanista-existenciales»(y a las que conviene distinguir de aquellos otros enfo-ques populares que se autodenominan «humanistas» o«existenciales» pero que, en realidad, son pseudohuma-nistas y pseudoexistenciales porque promueven la re-gresión y la glorificación del «paraíso» emocional-fan-tásmico narcisista al que se identifica equivocadamentecon una supuesta «conciencia superior») y 3) Se trata delnivel de conciencia más elevado que parecen reconocerla mayor parte de las auténticas aproximaciones huma-nista-existenciales.

Una revisión de la literatura sugiere que los princi-pales problemas del self existencial F-6 son la autono-mía y la integración personal (Loevinger); la autentici-dad (Kierkegaard y Heidegger) y la autorrealización(Maslow y Rogers). Los sentimientos ligados a este ni-vel son: la preocupación por el sentido global de la vida(o ser-en-el-mundo), la angustia ante la mortalidad y la

94

Las patologías personales

finitud personal y la búsqueda del coraje-de-ser frentea la soledad y la inevitabilidad de la muerte. Donde lamente formal comienza a concebir las posibilidades dela vida y emprende el vuelo con su recién descubierta li-bertad, la mente existencial (vía visión-lógica), agreganuevas posibilidades que le llevan a descubrir que lavida personal es un breve destello en el vacío cósmico.De esta manera, los temas fundamentales de la patolo-gía que puede acompañar a F-6 giran en torno a la for-ma en que el self existencial gestiona sus nuevas posi-bilidades de autonomía y autorrealización y la maneraen que resuelve el problema de la finitud, la muerte y laaparente falta de sentido de la vida.

Los síndromes más comunes de esta patología son:

1) Depresión existencial: una depresión difusa y gene-ralizada o un «estancamiento vital» ante la percepciónde la falta de sentido de la vida.

2) Falta de autenticidad: a la que Heidegger (1962) de-finió como una falta de conciencia y de aceptación pro-funda de la propia finitud y mortalidad.

3) Soledad y «extrañeza» existencial: un self lo sufi-cientemente fuerte que, sin embargo, se siente ajeno aeste mundo.

4) Falta de autorrealización: según Maslow (1971): «Sideliberadamente decides ser menos de lo que eres capazde ser serás profundamente infeliz durante el resto de tuvida».

95

http://psikolibro.blogspot.com

Page 48: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

5) Ansiedad existencial: la amenaza de muerte o de pér-dida de la propia modalidad autorreflexiva de ser-en-el-mundo (una ansiedad que no puede tener lugar antes delos Fulcros 5 y 6 porque es a partir de ese momentocuando aparece la verdadera reflexión formal).

Pero no debemos considerar automáticamente que to-das las situaciones de «falta de sentido» sean existenciales(en el sentido de que se originen en el nivel existencial).La depresión de abandono borderline y la depresión psi-coneurótica, por ejemplo, también provocan estados afec-tivos de pérdida de sentido. En realidad, el ennui exis-tencial tiene un «sabor» inconfundible, el sabor del estadotaciturno y depresivo profundo y serio que se presentaen una estructura del self estable y altamente diferenciadaque en nada se parece al lamento del borderline ni a laculpabilidad del psiconeurótico. Se trata, por el contra-rio, de un síntoma que aparece en un sujeto firmemen-te asentado en el mundo que, por una razón u otra, pier-de el sentido de su vida. Cualquier interpretación de estadepresión sobre la base de las estructuras inferiores -psi-coneurótica, borderline o la que fuere- resulta «ridícu-la» e irrelevante. Veamos un ejemplo clásico de verda-dero ennui extraído de Tolstoi (1929):

El hecho es que, a los cincuenta años, descubrí el con-cepto de suicidio, la más simple de todas las preguntasque alientan en el corazón de todo ser humano: «¿Dedónde venimos, qué estamos haciendo ahora y qué ha-remos mañana? ¿De dónde procede mi vida?». Dicho deotro modo: «¿Por qué debo vivir? ¿Por qué debo dese-ar algo?» O, en otras palabras: «¿Acaso mi vida tieneotro sentido que no sea el de terminar siendo destruidopor la inexorable muerte que me aguarda?».

96

http://psikolibro.blogspot.com

Page 49: Ken Wilber - Psicología Integral

5. LAS PATOLOGÍASTRANSPERSONALES

Del mismo modo que ocurre con los dominios pre-personales y personales, el reino transpersonal tambiénse halla dividido en tres niveles fundamentales de de-sarrollo -y su correspondiente patología- a los que de-nomino psíquico, sutil y causal. Me gustaría subrayar, noobstante, que nuestra exposición sobre este dominio esel resultado de una mera investigación superficial. Encualquier caso, he intentado adoptar una postura neutray ecuánime hacia las diferentes escuelas contemplati-vas implicadas, aunque comprendo que algunas de ellaspuedan estar en desacuerdo con mi particular descripciónde los estadios superiores y de sus posibles patologías.En el caso de que algunas escuelas contemplativas ob-jeten mi utilización de los términos «psíquico», «sutil»y «causal», les invito a que los sustituyan por otros másneutros como «principiante», «iniciado» y «avanzado»,por ejemplo, y que reinterpreten lo que sigue de acuer-do a su propia tradición. Aprovecho también la ocasiónpara recordar que lo que vamos a decir a continuaciónno constituye tanto un conjunto de conclusiones dog-

97

http://psikolibro.blogspot.com

Page 50: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

máticas como una forma de abrir un debate sobre un tó-pico que ha sido lamentablemente descuidado por lasescuelas convencionales y contemplativas.

Fulcro 7

Trastornos psíquicosLa emergencia de la estructura básica psíquica su-

pone un nuevo nivel de desarrollo del self que abre,por tanto, las puertas a otro nivel de patología. Cuan-do hablamos de «patología psíquica» (o de «patologíaF-7») nos estamos refiriendo específicamente a todaslas crisis y trastornos espirituales «inferiores» que pue-den: 1) despertar espontáneamente en un alma relati-vamente desarrollada; 2) invadir cualquiera de los ni-veles inferiores del desarrollo durante períodos deextrema tensión (por ejemplo, los episodios psicóticos)y 3) abrumar al principiante de cualquier disciplinacontemplativa.

1) La más dramática de todas las patologías propias delnivel psíquico consiste en el despertar espontáneo y nor-malmente inesperado de energías y facultades espiri-tuales. En el mejor de los casos, estas crisis son sim-plemente molestas pero, en el peor de ellos, puedenllegar a ser devastadoras hasta para quien se halle sóli-damente anclado en el nivel del centauro. La experien-cia que acompaña al despertar de kundalini, por ejem-plo, puede ser dinamita psicológica. Gopi Krishna (1972),John White (1979) y William James (1961) ilustran per-fectamente este tipo de patología.

98

Las patologías transpersonales

2) Uno de los aspectos más desconcertantes de los bro-tes esquizofrénicos pasajeros o de los episodios de apa-riencia psicótica es que suelen proporcionar compren-siones espirituales muy profundas pero que lo hacen através de una estructura del self neurótica, borderline o,incluso, francamente psicótica (especialmente la esqui-zofrenia paranoica). Cualquiera que se halle familiari-zado con la philosophia perennis reconocerá casi ins-tantáneamente la presencia de elementos espiritualesuniversales en un determinado episodio psicótico y, porconsiguiente, podrá diferenciar con claridad las psico-sis y las neurosis que tienen «componentes espiritua-les» de aquellas otras patologías más mundanas (y fre-cuentemente de más fácil tratamiento) que se originanúnicamente en los niveles psicótico o borderline.

3) La patología psíquica que puede abrumar a los prac-ticantes de una disciplina espiritual es la siguiente:

a) Inflación psíquica: Se trata del caso en el que lasenergías y las intuiciones universales y transpersonalespropias del nivel psíquico se imputan exclusivamente alego, o al centauro individual, con resultados extraordi-nariamente perturbadores (especialmente en el caso deque en la estructura del self persistan residuos de la sub-fase narcisista).

b) Desequilibrio estructural debido a una práctica es-piritual errónea: Se trata de un problema particular-mente frecuente en los caminos de purificación y pur-gación, como el kriya y el charya yoga, y en técnicas mássutiles, como el mantrayana, por ejemplo. Suele mani-festarse como una ansiedad libre (o flotante) leve o como

99

http://psikolibro.blogspot.com

Page 51: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

síntomas psicosomáticos de conversión (dolor de cabe-za, arritmia, malestar intestinal, etcétera).

c) La noche oscura del alma: Esta es la depresión deabandono que puede acompañar al alma que ha degus-tado directamente la experiencia de lo Divino -con suscorrespondientes visiones, éxtasis y lucidez- y contem-pla su impotencia para impedir la desaparición de la ex-periencia (como suele ocurrir inicialmente). De ningu-

na manera debemos confundir esta experiencia con ladepresión borderline, neurótica o existencial ya que, enel caso que nos ocupa, el alma, después de haber expe-

rimentado el sentido de su vida, su daimon o su destino,ignora cómo evitar el desvanecimiento de la experiencia.

d) División entre los objetivos de la vida: Por ejemplo:«¿Debo permanecer en el mundo o retirarme a medi-tar?» Esta situación, que puede llegar a ser muy dolo-rosa y psicológicamente muy paralizante, expresa unaprofunda escisión entre las necesidades superiores y lasnecesidades inferiores del self análoga a la división deltexto propia de la patología de guiones, la represión pro-pia de las psiconeurosis, etcétera.

e) «Pseudo-duhkha»: Los primeros estadios de la prác-tica de ciertos caminos meditativos en los que se insis-te en la observación de la naturaleza de los fenómenosde conciencia (como, por ejemplo, el vipassana), nosproporciona una comprensión creciente de la naturale-za dolorosa del sufrimiento inherente a la existencia ma-nifiesta. Cuando esta comprensión resulta abrumadora-más abrumadora de lo normal- hablamos de «pseudo-duhkha». El fenómeno del pseudo-duhkha constituye,

100

Las patologías transpersonales

pues, el resultado de una contaminación residual exis-tencial, psiconeurótica o, más frecuentemente, borderline,del fulcro del desarrollo psíquico. En ella, el individuono llega a comprender y trascender la amargura de lavida sino que simplemente se torna amargo. La depre-sión psíquica puede llegar a ser una de las depresionesde más difícil pronóstico porque suelen estar respalda-das por la racionalización (por supuesto errónea) de que,según el budismo, la vida es necesariamente sufrimien-to. En tales casos, lo menos adecuado es seguir practi-cando vipassana.

f) Desórdenes pránicos: Se trata de la incorrecta cana-lización de la energía kundalini en los primeros estadiosde su despertar. En tal caso, los diferentes canales psí-quicos (pránicos) se abren prematuramente, se entre-cruzan o se sobre o subutilizan (los trastornos de «ca-balgar inadecuadamente los vientos» [rlung] de los quenos habla el budismo tibetano). Estos desórdenes pránicos-especialmente prevalentes en el raja yoga, el siddhayoga, el tantra yoga y el anu yoga- suelen ser la conse-cuencia de una visualización y una concentración ina-decuada. Los síntomas que suelen acompañar a estostrastornos son espasmos musculares difícilmente con-trolables, dolores violentos de cabeza, dificultades res-piratorias, etcétera.

g) «Enfermedad yóguica» (Aurobindo): Estos trastor-nos tienen lugar, según Aurobindo, cuando el desarro-llo del nivel de conciencia psíquico superior somete alcuerpo físico-emocional a una tensión excesiva. En talcaso, la gran intensidad de las energías psíquicas y su-tiles implicadas puede, como si dijéramos, sobrecargar

101

http://psikolibro.blogspot.com

Page 52: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

los «circuitos inferiores» y provocar (sigue afirmando Au-robindo) alergias, trastornos intestinales, problemas car-díacos, etcétera. Quizás, si todavía viviera, también agre-garía cáncer, como atestiguan los problemas de saludque aquejaron a Ramana Maharshi, Suzuki Roshi.

Fulcro 8

Trastornos sutilesLa emergencia de la estructura básica de la concien-

cia sutil abre las puertas a un estadio nuevo y superiordel self, a una nueva y superior modalidad de self, connuevas relaciones objetales, nuevas motivaciones, nue-vas formas de vida, nuevas formas de muerte y tambiénnuevas posibles patologías.

Los dos puntos más vulnerables de la patología pro-pia de F-8 se refieren a: 1) la diferenciación-separación-trascendencia de las estructuras previas mental-psíqui-ca y 2) la identificación-integración-consolidación del selfarquetípico-sutil y de sus relaciones objetales. Se trata,al parecer, de una patología que suele aquejar a medi-tadores iniciados y avanzados. Algunas de sus formas ca-racterísticas son las siguientes:

1) Fracaso en la integración-identificación: La estruc-tura básica sutil -que los distintos caminos espiritualesconciben y perciben de maneras diferentes como Ser,Fuerza, Comprensión, Forma-Deidad o Presencia Lu-minosa (a todo lo cual, por simplicidad, nos referiremoscon el término de Presencia Arquetípica o Conciencia)-suele ser aprehendida, por decirlo metafóricamente, «porencima y por detrás» de la conciencia mental-psíquica.

102

Las patologías transpersonales

En la medida en que la contemplación se profundiza, elself termina diferenciándose de sus anclajes psíquicos yasciende hasta lograr una identificación intuida con eseSustrato, Comprensión, Presencia Arquetípica o Con-ciencia. «Gradualmente comprendemos que la FormaDivina, o Presencia, es nuestro arquetipo, una imagen denuestra propia naturaleza esencial» (Hixon, 1978). EstaIdentidad suele emerger simultáneamente a la eviden-cia estable de las relaciones objetales propias de la con-ciencia sutil -espacio infinito, iluminaciones auditivas(nada), reino de Brahma del conocimiento ascendido(en el guru yoga, esto también incluye una identificaciónintuida con el guru y el linaje como Self Arquetípico).El fracaso en actualizar este Despertar a Nuestra Iden-tidad Previa, después de que el practicante llega a ser es-tructuralmente capaz de ello, constituye la patología cen-tral de estos síndromes, porque, en este punto, constituyeuna fractura entre el self y el Arquetipo; en términoscristianos, una patología del alma.

Esta fractura tiene lugar por una razón fundamental:la identificación con -y como- Presencia Arquetípica odespertar exige la muerte del self mental-psíquico. Peroel self, en lugar de aceptar esta humillación, se contraeen la sensación de identidad separada fragmentando en-tonces la identidad arquetípica superior y anterior. En talcaso, en lugar de la Presencia Arquetípica global ac-tuando como Sujeto anterior e intuido de la concienciatrascendental, aparecen fragmentos de la Presencia Ar-quetípica como objetos de una conciencia todavía dual.En otras palabras, cuando la consolidación (8c) no ha sidoalcanzada en la meditación, el self, en lugar de ser Con-ciencia Arquetípica (como sujeto), sólo contempla susfragmentos (como objetos).

103

http://psikolibro.blogspot.com

Page 53: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

2. Pseudo-nirvana: Consiste en el error de tomar las for-mas, iluminaciones, raptos, éxtasis, intuiciones o ab-sorciones -sean sutiles o arquetípicas- por la ilumina-ción última. De hecho, esta condición no debe serconsiderada como patológica a menos que uno esté per-siguiendo los niveles de conciencia causales o últimos.En este último caso, todo el reino sutil y todas sus ex-periencias deben ser consideradas como patológicas,como «makyo», como ilusiones sutiles, lo que el Zendenomina «enfermedad Zen».

3. Pseudorrealización: Éste es el equivalente en el ni-vel sutil del pseudo-duhkha propio del nivel psíquico. Amedida que la meditación vipassana va penetrando en losniveles sutiles de la conciencia aparece un estado decomprensión denominado «realización» (más allá delcual reside «la comprensión sin esfuerzo», el más ele-vado de todos los niveles propios del estadio sutil). Enel estadio de la realización, cualquier contenido de con-ciencia parece terrorífico, opresivo, doloroso, desagra-dable y odioso; hay un extraordinario dolor físico y unintenso malestar mental y psíquico. No obstante, en esteestadio esta condición no es patológica sino normal por-que implica una comprensión profunda de la naturalezadefinitivamente insatisfactoria de los fenómenos, cuan-do se los considera separados del noumenon. Este dolorconstituye el revulsivo necesario para trascender todamanifestación concebible en la absorción nirvánica. Lapatología de la pseudo-realización tiene lugar cuandoeste proceso fracasa y el alma encalla en las costas desu propia agonía. Aunque los teóricos del Theravada ob-jeten esta terminología y sus implicaciones, parece quela estructura profunda de esta patología es idéntica a lo

104

Las patologías transpersonales

que anteriormente hemos denominado un fracaso en al-canzar la Conciencia Arquetípica y la evidencia establede todas las relaciones objetales propias del nivel sutil.

Fulcro 9

Trastornos causalesEl último gran fulcro del desarrollo del self tiene dos

ramas (c y d), la rama de lo sin forma, de lo inmanifes-tado (9c) y el mundo de la forma, o reino manifiesto(9d). El desarrollo normal en el nivel causal implica laadecuada diferenciación de estas dos ramas y su inte-gración final en el nivel último. La patología, por suparte, es una consecuencia del fracaso en lograr uno delos dos movimientos siguientes:

1) Fracaso en la diferenciación. Consiste en la incapa-cidad para aceptar la muerte final del self arquetípico(que es simplemente el nivel más sutil de la sensaciónde identidad separada) que atrapa a la conciencia en unaidentificación con algunos de los aspectos del reino ma-nifiesto. En tal caso, la gran muerte no tiene lugar y laconciencia sin forma no se diferencia ni trasciende losreinos manifiestos y, por consiguiente, la caída en el co-razón queda bloqueada por la comparación, la identifi-cación, la búsqueda o el deseo -el más sutil de todoslos deseos y, por tanto, de todos los obstáculos- de al-canzar la liberación.

2. Fracaso en la integración o enfermedad del Arhat. Laconciencia se diferencia a sí misma de todos los obje-tos de conciencia, de todo el reino manifiesto, en la me-

105

http://psikolibro.blogspot.com

Page 54: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

dida en que ningún objeto aparece en la conciencia (jna-na samadhi, nirvikalpa samadhi, nirvana). Aunque éstesea el objetivo «final» de algunos caminos, sigue exis-tiendo, de hecho, una leve fractura, dualismo o tensiónen la conciencia, es decir, entre los reinos manifiesto yno manifestado. Sólo en la medida en que esa fracturasea disuelta, el reino manifiesto aparecerá como unamodificación de la conciencia y no como una distrac-ción. Éste es el sahaj-bhava samadhi. En ningún lugarhe leído ni escuchado de la existencia de un nivel su-perior a éste.

Las patologías transpersonales

La Figura 10 resume esquemáticamente la exposi-ción que acabamos de realizar sobre las estructuras bá-sicas de la conciencia, los correspondientes fulcros dedesarrollo de self y las posibles patologías que puedentener lugar en cada uno de estos fulcros.

http://psikolibro.blogspot.com

Page 55: Ken Wilber - Psicología Integral

PARTE IIIEL ESPECTRO DELDESARROLLO YLAS MODALIDADESDE TRATAMIENTO

http://psikolibro.blogspot.com

Page 56: Ken Wilber - Psicología Integral

6. MODALIDADESDE TRATAMIENTO

Hemos visto ya que patologías cualitativamente dis-tintos están relacionadas con niveles de organización ydesarrollo del self cualitativamente diferentes. En estesentido, deberíamos esperar pues, que cada uno de losniveles de desarrollo respondiera de manera significati-vamente mejor que los demás a un determinado tipo deintervención psicoterapéutica. En este capítulo quisieraocuparme de las modalidades de tratamiento que pare-cen adecuarse mejor a cada tipo, o nivel, de patología.No debemos olvidar, por último, que algunas de estas te-rapias han sido diseñadas específicamente para tratar undeterminado tipo de psicopatología y suelen, por tanto,ser contraindicadas para tratar otros síntomas.

Fulcro 1 (Psicosis)

Intervención fisiológicaA pesar de los múltiples y reiterados esfuerzos rea-

lizados en este sentido, la mayor parte de las psicosis y

111

http://psikolibro.blogspot.com

Page 57: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

de los procesos psicóticos severos no parecen responderpositivamente (o responden francamente mal), al psico-análisis, la psicoterapia, la psicología analítica y la te-rapia familiar, (Greist et al., 1982). Este tipo de pertur-baciones parecen tener lugar a un nivel de organizacióntan primitivo (sensorio-perceptual y fisiológico) que elúnico tipo de intervención eficaz al respecto debe serigualmente rudimentario: la farmacología o el trata-miento estrictamente fisiológico (lo cual no excluye, ob-viamente, el uso de la psicoterapia como tratamiento ad-junto [Arieti, 1967; Greist et al., 1982]).

Fulcro 2 (Trastornos narcisistas-borderline)

Técnicas de construcción de estructuraEl problema fundamental de los síndromes narcisis-

tas y borderline no estriba en que el individuo reprimaciertos impulsos o emociones del self sino precisamen-te en que todavía carece de un self individuado y sepa-rado (Blanck & Blanck, 1979). En cierto sentido, toda-vía no existe un inconsciente reprimido (ni por tanto,tampoco existe una «barrera represiva») (Gedo, 1981).Todos los pensamientos y emociones están presentes yson muy conscientes pero no se sabe del todo a quién per-tenecen, es decir, existe una fusión, una confusión, ouna escisión entre la representación del self y las re-presentaciones objetales. En este nivel, el self todavía noes lo suficientemente fuerte ni está lo suficientemente es-tructurado como para «proscribir» los contenidos al in-consciente y, en lugar de ello, se ocupa simplemente dereorganizar la superficie. En este nivel, las fronteras en-tre el self y el otro se hallan desdibujadas (narcisismo) o

112

Modalidades de tratamiento

son muy débiles (borderline), y el self atribuye indiscri-minadamente sus sentimientos y sus pensamientos a símismo o a los demás, agrupando los buenos sentimien-tos sobre un determinado aspecto (que se convierte, a par-tir de entonces, en un «objeto parcial totalmente bueno»)y los malos sentimientos sobre otro («un objeto parcial to-talmente malo») (Masterson, 1981).

En consecuencia, el objetivo de las terapias propiasde este nivel no consiste tanto en llegar a descubrir losinstintos o impulsos inconscientes como en dedicarse aconstruir estructura. De hecho, suele decirse que el ob-jetivo de la terapia con aquellos pacientes cuyo nivel deestructuración es preneurótica consiste en capacitarlespara alcanzar el nivel propio de la neurosis, la represióny la resistencia (Blanck & Blanck, 1979). Así pues, lasterapias más adecuadas para tratar las psicopatologíascaracterísticas del Fulcro 2 no son tanto las «técnicasde descubrimiento» que suelen utilizarse para tratar conla represión y la psiconeurosis, como las llamadas «téc-nicas de construcción de estructura» (Gedo, 1979, 1981;Blanck & Blanck, 1974, 1979).

Podríamos resumir en pocas palabras el objetivo deeste tipo de técnicas diciendo que pretenden ayudar alindividuo a completar el proceso de separación-indivi-duación (Fulcro 2) (Masterson, 1981), lo cual implicacomprender (y socavar) los dos mecanismos de defen-sa fundamentales que utiliza el individuo para entorpe-cer el proceso de separación-individuación: la identifi-cación proyectiva (o fusión entre la representación delself y las representaciones objetales) y la división (Kern-berg, 1976; Rinsley, 1977).

En la identificación proyectiva (o fusión defensiva)el self funde sus propios pensamientos y sentimientos

113

http://psikolibro.blogspot.com

Page 58: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

(particularmente las representaciones de sí mismo) conlas de los demás. Adviértase que, en este caso, los pen-samientos y sentimientos no están reprimidos sino quepermanecen más o menos conscientes, lo único que ocu-rre es que simplemente tienden a fundirse y confundir-se con los del otro. Esta incapacidad para diferenciar elself propio de los demás aboca a dos desórdenes carac-terísticos: o bien el self engulle al mundo (trastornosnarcisistas) o bien el mundo invade o amenaza con tra-garse al self (trastornos borderline).

En el caso de la división, por su parte, los pensa-mientos y sentimientos también permanecen plenamen-te conscientes pero se hallan, en cambio, escindidos ocompartimentalizados en una forma muy primitiva. Elmecanismo de la división opera del siguiente modo: sidurante los primeros seis meses de vida del niño, loscuidados de la madre satisfacen al niño, éste terminaconfigurando una imagen de la «buena madre»; si por elcontrario, le perturba, el niño termina configurando unaimagen de «la mala madre». Sin embargo, en esta tem-prana etapa el self no posee la capacidad cognitiva ne-cesaria para comprender que la «buena imagen» y la«mala imagen» no son más que dos aspectos de la mis-ma persona, la madre real (el «objeto total»). De estemodo, a lo largo del proceso de desarrollo, el niño debellevar a cabo una tarea extraordinariamente importante,aprender a integrar «el objeto parcial totalmente bue-no» y «el objeto parcial totalmente malo» en una ima-gen global del objeto que es parcialmente buena y par-cialmente mala. En el caso de que exista una rabiaexcesiva hacia «el objeto parcial totalmente malo», elniño no podrá llegar a integrarla con «el objeto parcialtotalmente bueno» amoroso por miedo a dañarlo. En un

114

Modalidades de tratamiento

lenguaje menos técnico podríamos decir que el niño nopuede comprender que la persona a quien odia es la mis-ma persona a quien ama porque la rabia asesina quesiente hacia aquélla podría destruir a ésta. En tal caso,el niño sigue separando y dividiendo su mundo objetalen fragmentos totalmente buenos y fragmentos total-mente malos (y, por tanto, reacciona de manera exage-rada a las situaciones como si se tratara de un asunto devida o muerte, «totalmente bueno» o «totalmente malo»)(Spitz, 1965; Jacobson, 1964; Kernberg, 1976).

El origen de las patologías propias de F-2, en suma,se asienta en la carencia de una estructura lo suficien-temente sólida y estable como para diferenciar las re-presentaciones del self y las representaciones objetalesy para integrar sus correspondientes imágenes parcialesen una imagen global de sí mismo y en una imagen glo-bal del mundo. Las técnicas de construcción de estruc-tura apuntan precisamente al logro de esa diferenciacióny a su posterior integración.

Resulta muy difícil explicar en pocas palabras lo queimplican este tipo de técnicas. Quizás pudiéramos resu-mirlas diciendo que el terapeuta, teniendo en cuenta lassubfases del desarrollo F-2, recompensa todo movimientohacia la separación-individuación y explica y afrontatodo movimiento hacia la indiferenciación y la división,al mismo tiempo que hace frente, en la medida de lo po-sible, a cualquier distorsión de la realidad causada porla identificación proyectiva o por la división (lo que sue-le conocerse con los nombres de «desilusión óptima» o«confrontación»). Un terapeuta poco corriente podríailustrar la terapia propia de este nivel del siguiente modo:«¿Se da cuenta de lo hipersensible que está? Es como siquisiera que el mundo constituyera un espejo que refle-

115

http://psikolibro.blogspot.com

Page 59: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

jara perfectamente todo lo que hace y, si no ocurre así,se sintiera dolido y enojado» (transferencia del espejo nar-cisista). «No ha mencionado nada negativo sobre su pa-dre. ¿Realmente era tan bueno?» (división). «¿Qué ocu-rriría si su esposo la abandonase? ¿Realmente semoriría?» (miedo a la separación y al abandono). «¿Qui-zás esté tratando de evitar mantener una relación sexualverdaderamente íntima porque teme ser tragado o asfi-xiado» (miedo a ser devorado).

Uno de los rasgos característicos comunes a todas lastécnicas de construcción de estructuró es el de contribuira que el cliente tome conciencia de la posibilidad de ac-tivarse a sí mismo y de acometer el proceso de separa-ción-individuación sin destruirse ni destruir tampoco alas personas amadas. Véase, en este sentido, Blanck &Blanck (1974, 1979), Masterson (1981), Kernberg (1976)y Stone (1980).

Fulcro 3 (Psiconeurosis)

Técnicas de descubrimientoPara poder reprimir, disociar o alienar ciertos aspec-

tos del propio self es necesario disponer de una estruc-tura egoica lo suficientemente fuerte. Las técnicas dedescubrimiento están especialmente diseñadas para res-tituir a la conciencia determinados aspectos inconscientesy reintegrarlos, de ese modo, al self central. Es muy po-sible que los lectores estén familiarizados con estas téc-nicas que incluyen, entre otras, al psicoanálisis (Green-son, 1967), gran parte de la terapia gestalt (Perls, 1971)y la terapia junguiana de integración de la sombra (Jung,1971).

116

Modalidades de tratamiento

Convendría aquí subrayar la importancia de dispo-ner de un diagnóstico precoz más o menos exacto sobreel nivel de patología implicado en cada caso antes deacometer la terapia intensiva (ver Gedo, 1981; Master-son, 1981). Resultaría poco útil, por ejemplo, tratar deintegrar a la sombra con el self egoico si, de entrada, secarece de un self egoico lo suficientemente estable. Lasdistintas modalidades de tratamiento son fundamental-mente diferentes y hasta, en ocasiones, funcionalmenteopuestas. En las patologías propias de F-3, por ejemplo,las resistencias suelen afrontarse e interpretarse (comoun signo de represión), pero en las patologías propias deF-2, por el contrario, suele ser estimulada e incentiva-da (como un indicio del proceso de separación-indivi-duación). Véase, para tal diagnóstico diferencial, Kern-berg (1975, 1976), Masterson (1981), Gedo (1981) yBlanck & Blanck (1974, 1979).

Fulcro 4 (Patología de los Guiones)

Análisis cognitivo-guionesLa mayor parte de los teóricos psicodinámicos con-

vencionales tienden a dar por finalizadas sus descrip-ciones sobre las patologías «serias» al llegar a F-3, esdecir, en la fase edípica y en su resolución (o su no re-solución), (véase, por ejemplo, Greenson, 1967), lo cualquizás sea comprensible ya que, después de todo, laspsicopatologías clásicas (desde la psicosis hasta la his-teria) parecen estar ligadas etiológicamente a perturba-ciones de los primeros tres fulcros del desarrollo del self(ver Abend et al., 1983; Kernberg, 1976). Pero lo cier-to es que ahí no se agota, en modo alguno, el espectro

117

http://psikolibro.blogspot.com

Page 60: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

de posibles patologías, ni siquiera el espectro de las pa-tologías «serias» o «severas». En este sentido, debemosindicar también que los investigadores cada vez pres-tan más atención a los estadios postedípicos superioresdel desarrollo y a su correspondiente vulnerabilidad einsania.

Veamos, por ejemplo, el concepto de «confusión deroles». La capacidad real para asumir un rol constituyeuna prerrogativa definitivamente postedípica. La edadcaracterística de la resolución del conflicto edípico se si-túa alrededor de los 6 años mientras que la capacidad deasumir el rol de otro, por su parte, no suele aparecer, enforma plena, hasta los 7 u 8 años (Piaget, 1977; Loe-vinger, 1976). Así pues, en teoría, uno podría resolverel conflicto edípico de un modo completamente normaly sano para terminar encallando luego en la confusiónde roles y en la confusión de identidad por razones ab-solutamente ajenas al conflicto edípico. Estamos tra-tando de diferentes niveles (no exactamente líneas) dedesarrollo, con vulnerabilidades y conflictos que tambiénson diferentes. El origen y la naturaleza de estos con-flictos es mucho más cognitiva que psicodinámica por-que, en este punto, el self está emergiendo de los nive-les corporales y está despuntando a los niveles mentalesdel espectro.

Una de las principales contribuciones de Berne (1972)fue la investigación de este nivel crucial del self -el selftextual o self guión- en sus propios términos sin redu-cirlos a dimensiones meramente psiconeuróticas o libi-dinales. Berne partió del ego tripartita (padre-adulto-niño) -es decir, del 3nivel propio de F-3 (no F-1 ni F-2)-e investigó fenomenológicamente la forma en que esteself asumía roles intersubjetivos más complejos en un am-

118

Modalidades de tratamiento

plio conjunto de relaciones objetales. Este tipo de aná-lisis ha sido también llevado a cabo de manera más so-fisticada por la teoría cognitiva del rol (Selman & Byr-ne, 1974), la teoría del aprendizaje social (Bandura,1971), la terapia familiar (Haley & Hoffman, 1968) y lapsicología de la comunicación (Watzlawick et al., 1967).Con el término «análisis cognitivo-guión» agrupamosaquí a todo este tipo de técnicas y a las escuelas rela-cionadas con ellas.

Es muy probable que las patologías prevalentes máscomunes sean las del self cognitivo-guión. Estas pato-logías -y sus correspondientes modalidades de trata-miento- parecen dividirse en dos grandes grupos -muyestrechamente relacionados-, uno de los cuales se re-fiere a los roles que desempeña una persona y el otro alas reglas que rigen su conducta. Veámoslos por sepa-rado:

1. Patología de roles: Ha sido especialmente estudiadapor el análisis transaccional (Berne, 1972), la terapia fa-miliar (Nichols, 1984) y la psicología cognitiva del rol(Branden, 1971). El individuo aquejado por una patolo-gía de rol está enviando mensajes a múltiples niveles decomunicación, uno de los cuales niega, contradice o elu-de lo que está afirmando el otro ya que el individuo po-see agendas ocultas, mensajes cruzados, roles confusos,transacciones dobles, etc. El análisis de guiones contri-buye a separar, desentrañar, clarificar e integrar las dis-tintas vertientes de la comunicación implicadas en lapatología del self rol. De ese modo es posible afrontar,interpretar y, en ocasiones, hasta llegar a integrar la es-cisión interna del self textual (en mensajes abiertos vs

smensajes encubiertos -o en diferentes subtextos diso-

119

http://psikolibro.blogspot.com

Page 61: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

ciados) alcanzando, en tal caso, un nivel nuevo y supe-rior de diferenciación-integración.

2. Patología de reglas: Uno de los principios funda-mentales de la terapia cognitiva es que «los afectos ylas conductas del individuo están determinados por laforma en que estructura el mundo» y que, por consi-guiente, «cualquier alteración en el contenido de las es-tructuras cognitivas subyacentes de la persona modifi-ca su estado afectivo y sus pautas de conducta» (Becket al., 1979). En otras palabras, los esquemas, las con-figuraciones y las reglas cognitivas de un individuo sonelementos determinantes fundamentales de sus senti-mientos y de sus acciones. En este sentido, las reglas ylas creencias confusas, distorsionadas y autorrestricti-vas de un determinado individuo se manifiestan como sín-tomas clínicos y viceversa. En este sentido, «la psico-terapia puede ayudar a que un paciente tome concienciade sus distorsiones» y «lleve a cabo la corrección de losconstructos disfuncionales erróneos para contribuir a lamejora de su condición clínica» (Beck et al., 1979). Estetipo de enfoque cognitivo es también propio de teóricostales como George Kelly (1955) y Albert Ellis (1973).

Esto no significa que la terapia cognitivo-guión seaplique exclusivamente a la patología propia de F-4 (yaque también parece apropiada al rango de F-4, F-5 y F-6) sino tan sólo que F-4 constituye el primer estadio alque puede aplicarse el análisis cognitivo-guión, un es-tadio que comienza a diferenciarse de la problemática psi-codinámica propia de los fulcros anteriores. Como encualquier secuencia evolutiva, los estadios más tempra-nos son particularmente vulnerables a las distorsiones pa-tológicas. Del mismo modo que las disfunciones sexua-

120

Modalidades de tratamiento

les adultas pueden rastrearse hasta el conflicto fálico/edí-pico, gran parte de la patología cognitiva-guión parecehaberse generado en las primitivas reglas y roles apren-didos (probablemente de manera distorsionada y restrin-gida) en los primeros momentos en que la mente fue ca-paz de desplegar operaciones mentales (es decir, duranteF-4). Así pues, además de las técnicas encubiertas, la pa-togenia cognitivo-guión debería ser acometida idealmen-te a su propio nivel y en sus propios términos.

Fulcro 5 (Neurosis de identidad)

IntrospecciónEl modelo jerárquico de la patología y del tratamiento

que hemos presentado hasta aquí está sustancialmente deacuerdo con las principales corrientes de la psiquiatríaconvencional. Por citar un ejemplo, Gedo & Goldbergpresentaron en 1973 un modelo jerárquico compuesto,en sus propias palabras, de «cinco subfases y cinco mo-dalidades terapéuticas. Cada una de las modalidades fuediseñada para tratar con el principal problema caracte-rístico de cada diferente subfase. Así, la introspección[reflexión-formal] apunta al tratamiento de las dificul-tades propias de la vida adulta; la interpretación se ocu-pa del tratamiento de los conflictos intrapsíquicos [psi-coneurosis]; la "desilusión óptima" trata las idealizacionesarcaicas de los demás y el propio engrandecimiento [es-pejo narcisista]; la "unificación" apunta al tratamientode las dificultades para integrar un conjunto coherentede objetivos personales [división borderline] y la "pa-cificación" [farmacología/custodia] se ocupa del trata-miento de los estados traumáticos».

121

http://psikolibro.blogspot.com

Page 62: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

A excepción de la patología y del análisis cognitivo-guión, el modelo de Gedo & Goldberg es, en términosgenerales, perfectamente compatible con nuestro mode-lo (desde F-1 hasta F-5). La pacificación, ya sea la re-clusión y custodia o el tratamiento farmacológico, se re-fiere a la patología F-1. La «desilusión óptima» es unatécnica de construcción de estructura para tratar los de-sórdenes narcisistas e implica formas benignas de que elself narcisista comprenda que no es tan grandioso u om-nipotente como creía o como temía. La «unificación»,por su parte, constituye una técnica de construcción deestructura que apunta a superar la división, la patologíafundamental de F-2. La «interpretación» se refiere es-pecíficamente a la interpretación de las resistencias (re-presiones) y de las transferencias que se ponen de relieveen el tratamiento de las patologías F-3 (psiconeurosis)y la introspección, en este contexto, se refiere a las téc-nicas utilizadas para tratar con las dificultades o pro-blemas que aparecen del desarrollo de F-5, el self in-trospectivo-reflexivo-formal y sus posibles trastornos.

Según Gedo (1981), «las modalidades postedípicasde organización mental permiten que el analizado apre-henda su vida interna mediante la introspección, es de-cir, sin necesidad de recurrir a la interpretación de las ma-niobras defensivas. En tales circunstancias, el rol idealdel analista debería limitarse a permanecer presente du-rante todo el proceso como un testigo empático». Des-de este punto de vista, los problemas fundamentales ca-racterísticos de F-5 no suponen ni la represiónpsiconeurótica ni la inmersión en guiones patogénicossino la emergencia y el compromiso de la mente refle-xivo-formal y su correspondiente sensación de identi-dad introspectiva (con sus debilidades y sus trastornos

122

Modalidades de tratamiento

característicos). Las técnicas de descubrimiento y el aná-lisis del guión no bastan para manejar este tipo de pro-blemas, precisamente porque implican a estructuras quetrascienden los niveles inferiores de organización y quepresentan rasgos, funciones y patologías completamen-te nuevos.

Esto no significa, obviamente, que la patología pro-pia de F-5 no tenga ninguna relación con el desarrollo(o la falta de desarrollo) de los cuatro fulcros anterio-res. Como veremos más adelante en nuestra exposiciónde los sistemas COEX, cualquier deficiencia de subfa-se previa, aunque no logre detener completamente el de-sarrollo en un nivel inferior, puede provocar trastornosen fases superiores del desarrollo (ver Blanck & Blanck,1979; Mahler et al., 1975). En este caso, por ejemplo,un individuo que sólo haya resuelto parcialmente F-2(separación-individuación) puede resistirse a las exi-gencias morales de la mente reflexivo-formal y quedarexpuesto a que cualquier atisbo de compromiso reacti-ve la depresión del abandono o la angustia de separación.

La introspección puede ser considerada simplemen-te como otro término para denominar a la filosofía, la mo-dalidad de tratamiento de elección propia de este nivel.No obstante, difiero con Gedo en que, en este nivel, lalabor del terapeuta deba limitarse estrictamente a ser untestigo empático y silencioso de la filosofía emergentedel cliente ya que, permanecer en silencio puede ser en-tendido como estar ausente (es decir, es algo que care-ce de valor). Quizás la orientación psicoanalítica deGedo haya infundido en él el temor injustificado a «con-taminar» al cliente con material contratransferencial.Aunque según el mismo Gedo, en el caso de que esoocurriera, sólo implicaría a la modalidad interpretativa,

123

http://psikolibro.blogspot.com

Page 63: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

no a la introspectiva. Si el cliente ha accedido clara-mente a la modalidad introspectiva (no la interpretativa),no hay nada a perder y sí, en cambio, mucho que ganar,en el caso de que el terapeuta asuma un papel muchomás activo, convirtiéndose, en cierto modo, en un co-edu-cador o en un co-filósofo.

Precisamente en este nivel el terapeuta puede com-prometerse en un diálogo socrático que comprometa si-multáneamente a la mente reflexivo-formal del cliente,(y si a lo largo de este diálogo emergieran residuos per-tenecientes a los niveles inferiores, el terapeuta siem-pre podrá recurrir a técnicas de interpretación, de cons-trucción de estructura o al análisis de guiones). Comosucede con cualquier diálogo de tipo socrático, no estanto el contenido concreto del discurso lo que importasino el hecho de que compromete, activa y ejercita lamente reflexiva introspectiva del cliente y su corres-pondiente sensación de identidad (es decir, el estadioconsciente e individualista de Loevinger). El terapeuta,entonces, no debería preocuparse tanto por «contami-nar» al cliente con su propia filosofía ya que, cuandodespunte la mente formal (una emergencia que puedeser favorecida por el propio terapeuta), éste se sosten-drá, por definición, sobre su propia visión.

Fulcro 6 (Patología existencial)

Terapia existencialA medida que la introspección y la filosofía del clien-

te van madurando, aparece en escena el problema exis-tencial básico de estar-en-el-mundo (véase Maslow, 1968;May et al., 1958). En el caso de que estos problemas

124

Modalidades de tratamiento

resulten demasiado abrumadores para el self centáuricorecién formado y terminen obstaculizando su libre fun-cionamiento (Wilber, 1980a), se manifiesta la patologíapropia del nivel existencial que, como ya hemos visto,consiste en la depresión existencial, la angustia, la fal-ta de autenticidad, la fuga ante la finitud y la muerte.

La forma de trabajar la patología existencial varíaconsiderablemente de un sistema a otro. Para algunos,se trata simplemente de una prolongación y profundi-zación cualitativa de la modalidad introspectiva. En cual-quier caso, el consenso terapéutico fundamental pareceafirmar que a medida que el self se va haciendo cadavez más claro y transparente (mediante la reflexión cons-ciente) puede ir liberándose de modalidades egocéntri-cas inauténticas basadas en el poder, lo cual le permiteir estableciendo una actitud autónoma y auténtica (Zim-merman, 1981). Y es este mismo arraigo en la autenti-cidad y la autonomía el que le proporciona el coraje ne-cesario para afrontar «la enfermedad hasta la muerte»(Tillich, 1952; May, 1977). Ser auténtico, en otras pa-labras, permite que el individuo conecte con el sentidointrínseco de la vida (no con un sentido extrínseco). Lafalta de autenticidad consiste precisamente en la bús-queda de un sentido meramente externo que termina abo-cando a la desesperación existencial. La terapia clavepara este nivel parece ser el análisis y la confrontaciónde las diferentes modalidades inauténticas del sujeto, enespecial de aquellas orientadas hacia el exterior, haciala fuga de la autonomía y la negación de la muerte (Ko-estenbaum, 1976; Yalom, 1980; May et al., 1958 y Boss,1963).

Los dos rasgos fundamentales característicos de lasescuelas terapéuticas humanista-existenciales parecen

125

http://psikolibro.blogspot.com

Page 64: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

ser los conceptos de significado intrínseco (un nivel nue-vo y superior de interiorización) y el compromiso conla autonomía (un nivel nuevo y superior de responsabi-lidad). Por otra parte, la investigación clínica y empíri-ca parece avalar la hipótesis de que este nivel de desa-rrollo -el estadio integrado-autónomo de Loevinger(1976)- es evolutivamente superior al consciente-indi-vidualista propio del estadio anterior.

Debo señalar que cuando los terapeutas existencialeshablan del self como un claro o apertura al «Ser» de losfenómenos, no están diciendo que el self tenga accesoa las modalidades atemporales y aespaciales genuina-mente trascendentales. El self es una apertura al Ser peroesa apertura es finita, individual y mortal. En este sen-tido, estoy de acuerdo con los existencialistas en que nohay nada atemporal o eterno en el self centáurico y acep-tar este hecho forma parte de la misma definición de au-tenticidad. Pero decir que ahí termina el posible desarrollodel self sería lo mismo que decir que el self centáuricoes el self más elevado. Según la philosophia perennis,por encima del self centáurico se halla el dominio de losuperconsciente. Si esto es así, la negativa a aceptarcualquier posibilidad de trascendencia espiritual cons-tituye un mecanismo de defensa. En mi opinión, lo quelos existencialistas denominan autonomía no es más queuna interiorización superior de la conciencia (véase dis-cusión subsiguiente) que, en el caso de proseguir, terminaconduciendo a los niveles psíquicos y sutiles de la exis-tencia. A partir de ese momento, el self deja de ser unaapertura al Ser y comienza a identificarse con -y como-el mismo Ser.

126

Modalidades de tratamiento

Fulcro 7 (Patología psíquica)

El camino del yoguiDa Free John (1977) ha dividido a las grandes tradi-

ciones esotéricas del mundo en tres niveles primordia-les: el Camino del yogui (dirigido fundamentalmente alnivel psíquico), el Camino del santo (orientado básica-mente al nivel sutil) y el Camino del sabio (que apuntaal nivel causal). Esta terminología me parece muy ade-cuada y será la que utilizaré en siguientes secciones.

Sin embargo, dado que estos términos tienen múlti-ples connotaciones, también podemos referirnos a esosniveles con expresiones más neutras como principiante(o comienzo), iniciado (o camino) y avanzado (o reali-zación). He intentado incluir a las diversas tradicionescontemplativas de una manera equitativa pero si el lec-tor considera que mis preferencias y mis sesgos perso-nales han teñido la descripción que ofrezco a continua-ción, le invito a reinterpretarlas según los términos,prácticas y filosofías de su propio camino espiritual. Encualquier caso, al margen de esta adecuación o inade-cuación terminológica, quisiera subrayar los siguientespuntos fundamentales: el desarrollo contemplativo atra-viesa, en general, tres grandes niveles o estadios (prin-cipiante, iniciado y avanzado); en cada uno de ellos apa-recen nuevos'quehaceres y nuevas posibilidades, cada unode los cuales puede presentar distorsiones, patologías ydesórdenes característicos y, por consiguiente, requieretambién modalidades de tratamiento para cada uno de losniveles de distorsión y de patología «espiritual» (lo cualno supone, sin embargo, que algunas de ellas no puedanbeneficiarse de la utilización adjunta de determinadasterapias convencionales).

127

http://psikolibro.blogspot.com

Page 65: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

Hemos organizado la descripción de la patología pro-pia del nivel psíquico (F-7) en torno a las tres distorsionesgenerales de las que hablábamos en la Parte II (espon-táneo, pseudopsicótico y principiante).

1. Espontáneo. Sólo parece haber dos grandes formasde afrontar la patología que acompaña al despertar es-pontáneo e involuntario de la energía o de la intuiciónespiritual propia del nivel psíquico: «atravesarla» recu-rriendo a la psiquiatría convencional, que puede inter-pretarla como un brote psicótico o borderline y prescri-bir, por tanto, medicación -lo cual suele malograr elproceso a mitad de camino y también suele dificultarcualquier desarrollo posterior (Grof, 1975)- o atrave-sarla conscientemente comprometiéndose activamentecon una disciplina contemplativa.

En el caso de que se trate del despertar espontáneode kundalini, el tratamiento más apropiado parece serel de seguir el Camino del yogui (raja yoga, kriya yoga,charya yoga, kundalini yoga, siddha yoga, hatha-ash-tanga yoga). Debemos tener en cuenta que el Caminodel santo y el Camino del sabio, cuyo objetivo funda-mental apunta a los reinos superiores sutiles y causa-les, respectivamente, hablan explícitamente muy pocosobre los estadios del despertar psíquico de kundalini(cualquier intento de encontrar alguna referencia con-creta a kundalini en los textos del Zen, Eckhart, SanJuan de la Cruz, etc., está condenado de antemano alfracaso). En este caso, el individuo debería, en la me-dida de lo posible, entrar en contacto con un adeptoyóguico cualificado, quien podría trabajar, en el casode que fuera necesario, junto a un terapeuta conven-cional (véase, por ejemplo, Avalon, 1974; Krishna,

128

Modalidades de tratamiento

1972; Mookerjee, 1982; Taimini, 1975; Da Free John,1977, o White, 1979).

2. Pseudopsicótico. Para los episodios psicóticos o pseu-dopsicóticos que presenten contenidos espirituales dis-torsionados parece adecuada la terapia junguiana (cf.Grof, 1975; White, 1979). En este caso las disciplinascontemplativas -ya sean propias del Camino del yogui,del Camino del santo o del Camino del sabio- parecencontraindicadas, ya que suelen exigir un ego centáuricolo suficientemente fuerte, cosa de la que carecen el psi-cótico y el borderline (Engler, 1984). De este modo, trasun período de tratamiento dirigido a la construcción deestructura (de lo cual son conscientes la mayor parte delos terapeutas junguianos), el individuo podría empren-der la práctica de técnicas contemplativas menos inten-sas (el mantrayana, por ejemplo). (Véase, en este senti-do, la sección sobre «La meditación y la psicoterapia».)

3. Principiantes

a) Inflación psíquica. La inflación psíquica, que con-siste en la confusión de los dominios transpersonalessuperiores con el ego individual (o centauro), puede sertratada adecuadamente con una versión sutil de la «de-silusión óptima», una especie de diferenciación continuaentre. los hechos psíquicos y las fantasías narcisistas (cf.Jung, 1971). Si este intento fracasara de manera reite-rada deberíamos sospechar que la intuición psíquica hareactivado algún residuo narcisista-borderline o inclusopsicótico de la personalidad. En tal caso, debería inte-rrumpirse de inmediato la meditación y emprender, sifuera necesario, un tratamiento de construcción de es-

129

http://psikolibro.blogspot.com

Page 66: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

tructura (psicoanalítico o junguiano). Si el individuorespondiera positivamente a este tratamiento y termina-ra comprendiendo el cómo y el por qué de su inflación,podría retomarse nuevamente la meditación.

b) Desequilibrio estructural (debido a una práctica es-piritual equivocada). En este caso el individuo deberáconfirmar la exactitud de su práctica con su maestro es-piritual. Estos desequilibrios -que no son, por cierto,nada infrecuentes- subrayan la extraordinaria importan-cia de no acometer una disciplina contemplativa a menosde hallarse bajo la supervisión y guía de un maestro cua-lificado (cf. Aurobindo, sin fecha; Khetsun, 1982).

c) La noche oscura del alma. Para superar estos pro-blemas puede resultar muy útil la lectura de relatos queexpongan la forma en la que otros han superado esteproblema (véase, especialmente, San Juan de la Cruz,Underhill y Kapleau). En períodos de profunda deses-peración, el alma puede entregarse a la plegaria de pe-tición (sea a Jesús, a la Virgen María, al boddhisattvaKannon, a Alá, etc.) -como algo opuesto a la contem-plación- que tampoco debe ser abandonada porque se tra-ta de una plegaria al propio Arquetipo Superior (cf. Hi-xon, 1978; Kapleau, 1965). También debemos mencionarque, a diferencia de lo que ocurre con las depresionesexistenciales o borderline, por más profunda que sea ladepresión o la agonía en la Noche Oscura, la literaturano recoge ningún caso de suicidio al respecto. Es comosi la depresión que se atraviesa en la Noche Oscura tu-viera, como afirman los contemplativos (ver San Juan dela Cruz, 1959, por ejemplo), un propósito «superior»,«purificador» o «inteligente».

130

Modalidades de tratamiento

d) División entre los objetivos de la vida. Es especial-mente importante en nuestra sociedad -y particularmenteen este momento histórico- que la práctica espiritual seintegre en la vida y el trabajo cotidiano (como el que-hacer de un boddhisattva). Si, por el contrario, uno si-gue un camino de exclusión y de renuncia, haría bien enconsiderar la posibilidad de cambiar de disciplina. En miopinión, el camino de la renuncia ascética suele con-fundir, con demasiada frecuencia, la trascendencia de lavida terrenal con su represión y, por tanto, suele conducira una profunda escisión entre las dimensiones superio-res y las dimensiones inferiores de la existencia.

e) Pseudo-duhkha. Aunque los pormenores del trata-miento de este desorden puedan ser trabajados con unmaestro de meditación, éste suele ser el peor conseje-ro en el caso del pseudo-duhkha. Los maestros espiri-tuales no suelen ser expertos en la dinámica de los tras-tornos borderline y psicóticos y, por consiguiente, suconsejo habitual de intensificar la práctica suele ser erró-neo porque no hace más que reactivar las condiciones quehan reestimulado el problema. En tales casos, el sujetodebería abandonar la práctica meditativa durante unos me-ses. En el caso de que la depresión/ansiedad moderadao severa persista quizás se haya reactivado un COEX(sistema condensado de experiencia) borderline o psi-coneurótico (ver discusión subsiguiente) cuyo trata-miento requiera el uso de técnicas de construcción de es-tructura o de técnicas de descubrimiento. En tal caso,resulta desaconsejable proseguir con la meditación in-tensiva mientras no se haya prestado la atención nece-saria a las deficiencias de subfase concretas.

,

131

http://psikolibro.blogspot.com

Page 67: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

f) Desórdenes pránicos. Estas perturbaciones suelen pro-ducir síntomas de conversión pseudohistéricos que, enel caso de no ser tratados, pueden terminar ocasionan-do verdaderas enfermedades psicosomáticas (Da FreeJohn, 1978; Chang, 1974; Evans-Wentz, 1971). El me-jor tratamiento para este tipo de problemas consiste enbuscar el apoyo de un maestro de meditación yóguica (yde un médico, en caso necesario). En este sentido, resultaespecialmente recomendable el uso del kriya yoga, elcharya yoga, el raja yoga y el anu yoga, para los másavanzados (Ketsun, 1982; Rieker, 1971; Chang, 1974) ytambién la acupuntura llevada a cabo por un terapeutaverdaderamente cualificado.

g) Enfermedad yóguica. En este caso, la mejor «cura»es la prevención: el fortalecimiento y la purificación delcuerpo físico y emocional, el ejercicio, la dieta lacto-vegetariana y la abstención de la cafeína, la nicotina ylas drogas sociales (Aurobindo, sin fecha; Da Free John,1978).

Fulcro 8 (Patología sutil)

El Camino del santo1. Fracaso en la integración-identificación. El únicotratamiento que conozco para esta patología consiste enemprender (o intensificar) el camino contemplativo pro-pio del nivel sutil (el Camino del santo) que, en estepunto, suele comenzar con algún tipo de investigación,abierta o encubierta, en la contracción que determina lasensación de identidad separada (Da Free John, 1978; Ra-mana Maharshi, 1972; Suzuki, 1970). Según se dice, el

132

Modalidades de tratamiento

tratamiento terapéutico de este desorden concreto noconsiste tanto en el intento directo de identificarse conla conciencia arquetípica sino en ver realmente la con-tracción que está bloqueando sutilmente la conciencia ar-quetípica (de modo parecido a lo que ocurre cuando enel psicoanálisis uno debe tratar primero con la resisten-cia y luego con el contenido).

Según ciertas tradiciones (Aurobindo, misticismo cris-tiano, hinduismo, etcétera), no puede alcanzarse la con-solidación y estabilización del self arquetípico hasta quela contracción, o resistencia, del nivel sutil no se debi-lite parcialmente (en realidad, no desaparece completa-mente hasta el nivel causal). En tal caso, el individuo pue-de verse inundado y abrumado por la energía y ladinámica extraordinariamente poderosa que se liberaen el nivel sutil. Ciertos textos tántricos hablan de ser«destruido por la luz» (Evans-Wentz, 1971) y, segúnlos místicos cristianos, el alma se daña a sí misma ne-gándose (resistiéndose) al amor de Dios (o presenciaarquetípica).

La modalidad común de tratamiento para este tipo dedesórdenes parece consistir en ver y luego comprenderla contracción o resistencia sutil a una conciencia ar-quetípica superior, una contracción que, en el fondo, im-plica la incapacidad de aceptar la muerte de la sensa-ción de identidad anterior (mental/psíquica), de susapegos y de sus deseos (un caso de detención/fijaciónmórbida al nivel psíquico que impide el ascenso y latransformación al nivel sutil). (Ver, por ejemplo, Auro-bindo, sin fecha; Da Free John, 1978; Trungpa, 1976; Ket-sun, 1982.)

Según el budismo y el hinduismo, es precisamenteen este punto cuando uno comienza a encontrar y com-

133

http://psikolibro.blogspot.com

Page 68: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

prender las «impurezas profundamente asentadas» (losllamados klesas y vasanas raíz) que no sólo oscurecenel estadio de conciencia no manifestada, de concienciasin forma superior, sino que terminan generando todotipo de sufrimiento y de patología humana, sea superioro inferior (Deutsche, 1969; Feuerstein, 1975; Gard, 1962;Longchenpa, 1977).

2. Pseudonirvana. El pseudonirvana, que consiste enconfundir la iluminación sutil y las formas arquetípicascon la iluminación última, sólo puede superarse con elmovimiento y la trascendencia de las formas luminosashasta la cesación no manifestada y sin forma. La mayorparte de las tradiciones contemplativas sofisticadas tie-nen numerosas «rutinas de verificación» que ayudan alos practicantes a revisar las experiencias extáticas, lu-minosas, beatíficas y «tentadoras» del nivel sutil, favo-reciendo de ese modo, el distanciamiento y la desiden-tificación del nivel arquetípico para lo cual, obviamente,es necesario que previamente se halle claramente con-solidado (Goleman, 1977; Da Free John, 1978; Ketsun,1982; Trungpa, 1976).

3. Pseudorrealización. A diferencia del pseudo-duhkha,que habitualmente exige una interrupción de la medita-ción, la única cura posible para la pseudorrealización esla de intensificar la meditación. En este caso, dejar demeditar es todavía más doloroso que seguir meditando.El Zen se refiere a este tipo concreto de «enfermedadZen» como «tragarse una bola de hierro incandescente»(Suzuki, 1970), una de las pocas perturbaciones paralas cuales la solución terapéutica consiste en «más delo mismo».

134

Modalidades de tratamiento

La mayor parte de las patologías propias del nivelsutil suelen beneficiarse también de la psicoterapia si-y sólo si- el terapeuta conoce y comprende las di-mensiones trascendentales o espirituales. La liberaciónpsicoterapéutica de las energías emocionales reprimi-das, por ejemplo, pueden ser el estímulo necesario paraalcanzar la integración a nivel sutil. En este nivel, lastécnicas de construcción de estructura, aunque no sinuso, son cada vez menos aplicables porque la mayor par-te de los individuos que presentan deficiencias bor-derline significativas rara vez evolucionan hasta este es-tadio.

Fulcro 9 (Patología causal)

El Camino del sabio1. Fracaso en diferenciar. Desde el punto de vista deenseñanzas tan dispares como el Zen, Da Free John y elVajrayana, por ejemplo, la diferenciación o desidentifi-cación final (de toda forma manifiesta) requiere una co-laboración sutil pero trascendente entre el discípulo yel maestro que podríamos resumir breve (e inadecuada-mente) del siguiente modo: En este punto, el maestroreside dentro del «Corazón» (en el dominio causal/nomanifestado) del discípulo y ejerce una «atracción» es-pecial. En el último y radical estadio final de la sensa-ción de identidad separada (el self arquetípico), el dis-cípulo se halla todavía ubicado en una contracción sutil«externa» al corazón (es decir, se resiste a la disoluciónfinal y absoluta de la sensación de identidad separada).El «esfuerzo sin esfuerzo» realizado gracias a la «cola-boración» entre el discípulo y el maestro termina libe-

135

http://psikolibro.blogspot.com

Page 69: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

rando esta actitud y el self separado «cae» entonces enel corazón. Esta «caída» en la cesación, o vacuidad, sinforma no manifestada disuelve toda identificación ex-clusiva con cualquier forma manifiesta y la concienciacomo tal (o subjetividad absoluta) se diferencia de to-dos los objetos -altos o bajos- y de todas las tendenciasarquetípicas o contracciones raíz (klesas, vasanas, etc.).La repetición de esta «caída» -o la repetición del «mo-vimiento» desde lo manifiesto a lo no manifestado ydesde lo no manifestado a lo manifiesto- «quema» lasinclinaciones y tendencias raíz de las modalidades con-traídas y separadas de la existencia. Esta caída consti-tuye la «puerta de acceso» a los estadios de la ilumina-ción (que el budismo concibe como comienzo, caminoy gozosa iluminación, que pueden ser consideradas comolas tres subfases del estadio iluminado o «perfectamen-te ordinario»).

2. Fracaso en integrar. La «patología última» (el fracasoen integrar los reinos manifiestos y no manifestados)tiene lugar cuando los klesas y vasanas raíces (o for-mas e inclinaciones arquetípicas) son considerados ex-clusivamente como impurezas y no también como for-mas de expresión o manifestación de la sabiduría sinobstrucciones (espíritu o ser absoluto). La superaciónde esta disyunción y la re-unión o re-integración de laforma-vacuidad y la sabiduría constituyen el «caminosupremo», el camino de la «mente ordinaria» (MahaAti), los «ojos abiertos» (Free John) y la «mente coti-diana» (Ch'an) en donde todos los fenómenos -supe-riores o inferiores- son considerados exactamente talcomo son, como una expresión perfecta de nuestra ver-dadera naturaleza iluminada.

136

http://psikolibro.blogspot.com

Page 70: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

La Figura 11 resume esquemáticamente las estructu-ras de conciencia, los fulcros de desarrollo del self re-lacionados con cada uno de ellos, sus patologías carac-terísticas y las correspondientes modalidades detratamiento.

138

http://psikolibro.blogspot.com

Page 71: Ken Wilber - Psicología Integral

7. TÓPICOSRELACIONADOS

En este capítulo quisiera revisar, desde el punto de vis-ta de una visión espectral global del desarrollo y la pa-tología, algunos puntos concretos sobre el diagnóstico di-ferencial, las relaciones existentes con los sistemas COEXde Grof, el narcisismo, los sueños y la relación existenteentre la psicoterapia y la meditación.

El diagnóstico diferencial

A la luz de una visión espectral global del crecimientoy del desarrollo convendría subrayar una vez más el grancuidado que debe prestarse al diagnóstico diferencial.La ansiedad psíquica, la ansiedad existencial, la ansie-dad psiconeurótica y la ansiedad borderline, por ejem-plo, son fenómenos muy diferentes que requieren, porconsiguiente, modalidades de tratamiento también muydiferentes. En consecuencia, la eficacia del tratamientodependerá, en gran medida, de la exactitud del diag-nóstico inicial, lo cual, a su vez, exige una comprensión

139

http://psikolibro.blogspot.com

Page 72: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

cabal del espectro completo de niveles de conciencia,de los niveles de estructuración del self, de las necesi-dades, las motivaciones, las cogniciones, las relacionesobjetales, los mecanismos de defensa y las patologíaspropias características de cada uno de los diferentes es-tadios de organización y desarrollo estructural.

En la actualidad, el diagnóstico y el tratamiento sue-le basarse en modelos menos comprehensivos que elpropuesto aquí, lo cual supone necesariamente el co-lapso y la reducción de diferentes categorías diagnósti-cas y tratamientos muy diferentes. El modelo de Kohut-cuyas categorías diagnósticas fundamentales son elHombre trágico (borderline) y el Hombre culpable (neu-rótico)-, por ejemplo, no tiene en cuenta los niveles es-pirituales y, por consiguiente, se ve obligado a reducirlas categorías superiores a esos dos criterios inferiores.Sin embargo, esta manera de concebir las cosas llevanecesariamente también a la reducción de toda la pato-logía existencial al «Hombre trágico» borderline, comosi la única tragedia existencial del cosmos fuera la se-paración entre el niño y su madre.

Gran parte de toda la confusión terapéutica existen-te entre los diversos teóricos procede de lo que en otrolugar he denominado «falacia pre/trans» (Wilber, 1980b),que consiste en confundir las estructuras pre-racionalescon las estructuras trans-racionales por el simple hechode que ambas son no-racionales. Este sencillo error ter-mina abocando a dos situaciones igualmente lamenta-bles: elevar las estructuras pre-racionales (fantásmica,mágica y mítica) al estatus trans-racional (por ejemplo,Jung) y reducir las estructuras trans-racionales al in-fantilismo pre-racional (por ejemplo, Freud). Es parti-cularmente frecuente, en este sentido, cometer el error

140

Tópicos relacionados

de reducir el samadhi (la identidad sujeto-objeto propiadel nivel sutil o causal) a estados autistas, simbióticosu oceánico-narcisistas. Del mismo modo, Atman, el selfuniversal único, suele confundirse con el self monádi-co autista propio de F-1. Alexander (1931), por ejemplo,ha llegado a calificar al Zen como un entrenamiento enesquizofrenia catatónica. En mi opinión, mientras no sereconozca y se estudie en profundidad el espectro glo-bal del crecimiento y del desarrollo, estas confusionesteóricas (y, por consiguiente, terapéuticas) seguirán pro-duciéndose.

Los sistemas COEX

Stanislav Grof denomina «sistemas COEX» («siste-mas de experiencia condensada») a ciertos complejosque se hallan estratificados evolutivamente en el psi-quismo como si se tratara de una cebolla. Este importanteconcepto -frecuente, por otra parte, en la literatura psi-cológica- ha hallado en Grof uno de sus más claros ex-ponentes.

A mi modo de ver, los sistemas COEX patológicosengloban y condensan todas aquellas experiencias queno han sido metabolizadas adecuadamente (deficien-cias de subfase) en un determinado fulero de estructu-ración del self (ver Guntrip, 1971; Kernberg, 1975). Asípues, a partir del fulero 1, cualquier deficiencia con-creta de subfase (que no haya sido lo suficientementesevera como para desarticular por completo cualquier po-sibilidad de desarrollo posterior) se convierte, a partirde ese momento, en una bolsa disociada de la estruc-tura del self durante el desarrollo subsiguiente. De este

141

http://psikolibro.blogspot.com

Page 73: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

modo, cualquier deficiencia y malformación de subfa-se que tenga lugar en los siguientes fulcros, es muy pro-bable que termine escindiéndose de la estructura delself y -como señalan Grof y Jung- se condense y aso-cie a malformaciones de subfase previas similares. Perolas malformaciones propias de un determinado nivelno sólo tienden a condensarse sobre las anteriores sinoque también suelen invadir y contaminar los fulcrossuperiores subsiguientes, desviando, en consecuencia,el desarrollo hacia malformaciones patológicas simi-lares (y totalmente ajenas, por tanto, a la problemáti-ca propia de ese nivel concreto). En tal caso, del mis-mo modo que ocurre con un grano de arena atrapadoen los primeros estadios del desarrollo de una perla,cada nueva capa tenderá a reproducir la misma anor-malidad. El resultado de esta situación es un sistemaCOEX patológico, una unidad multiestratificada demalformaciones de subfase asociadas y condensadas,compuesta por distintas subunidades escindidas o di-sociadas (una especie de bolsas de «experiencias in-conscientes no digeridas») en cada uno de los fulcrosde desarrollo de la estructura del self.

Un determinado síntoma, sin embargo, puede ser sim-plemente el emergente de un sistema COEX patológicomás o menos extenso que puede contener, por ejemplo,residuos procedentes de las subfases F-5, F-3 y F-2, pon-gamos por caso. En este sentido, uno de los objetivos fun-damentales de la psicoterapia es el de re-conectar y re-experimentar -estrato a estrato si fuera necesario- losresiduos no digeridos de diferentes subfases y ayudar, deese modo, a recomponer las malformaciones estructurales;es decir, permitir que aquellos aspectos del sistema delself previamente encerrados y atrapados en las diferen-

142

Tópicos relacionados

tes bolsas de subfase inferiores terminen siendo libera-dos y reintegrados al flujo continuo de organización ydesarrollo estructural.

El narcisismo

Es muy probable que el «narcisismo» sea uno de lostópicos más confusos y desconcertantes de la literaturatécnica terapéutica. Del narcisismo se han dado literal-mente decenas de definiciones diferentes y, con muchafrecuencia, contradictorias. Hay quienes han hablado deniveles de narcisismo (primario, secundario, terciario,etcétera) y también se ha dicho que existe un narcisis-mo normal y un narcisismo patológico. Convendrá, pues,detenernos brevemente en este punto.

Gran parte de la confusión se disipará si: 1) defini-mos explícitamente los distintos niveles, o estadios, delnarcisismo y 2) reconocemos que cada uno de los dife-rentes estadios del narcisismo tiene dimensiones nor-males y dimensiones patológicas.

Comencemos destacando que el término «narcisis-mo» ha sido utilizado en la literatura técnica con signi-ficados distintos y, en ocasiones, hasta contradictorios.En un sentido neutro y no peyorativo, por ejemplo, el tér-mino «narcisismo» se utiliza como sinónimo de «self».Desde este punto de vista, el término «desarrollo nar-cisista» significa simplemente «desarrollo del self» yestá desprovisto de cualquier connotación egocéntrica,grandiosa y arrogante. Decir, pues, que existen dife-rentes niveles de narcisismo, o diferentes niveles de de-sarrollo narcisista significa, desde esta perspectiva, queexisten diferentes niveles de self o diferentes niveles

143

http://psikolibro.blogspot.com

Page 74: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

de desarrollo del self. En este trabajo, por ejemplo, he-mos destacado la existencia de nueve estadios funda-mentales de «narcisismo» (cada uno de los cuales atra-viesa por tres subfases diferentes).

Pero hay otra acepción según la cual el término «nar-cisismo» se utiliza como sinónimo de «egocentrismo»,de incapacidad para tomar conciencia de los demás. Estacondición, sin embargo, no es necesariamente patológi-ca o mórbida, ya que, de hecho, es frecuente distinguirentre «narcisismo normal» y «narcisismo patológico». Elnarcisismo normal se refiere a la cantidad de egocen-trismo que es estructuralmente inevitable, o normal, encada estadio del desarrollo. El narcisismo primario -laincapacidad para reconocer el mundo de los objetos- esinevitable (o normal) en el estadio autista y en la fusióngrandiosa y exhibicionista entre el self y los objetos esnormal en la subfase de ejercicio. Así pues, aunque esteestadio sea denominado convencionalmente «estadionarcisista», es realmente menos narcisista (egocéntrico)que el precedente porque aquí existe una cierta con-ciencia de los objetos de la que carece por completo elestadio previo del narcisismo primario.

El estadio mente-rep, por su parte, es todavía menosnarcisista o egocéntrico que el estadio grandioso, perono por ello deja de ser egocéntrico (o narcisista) ya que,como demostró Piaget, en este nivel todavía resulta im-posible asumir el rol de los demás, cosa que sólo em-pieza a ser posible con la emergencia de la mente re-gla/rol.

Hasta la aparición de la mente formal -y la conse-cuente posibilidad de reflexionar y asumir puntos devista alternativos- el self no puede escapar a su propiosubjetivismo. No obstante, según afirman las tradiciones

144

Tópicos relacionados

contemplativas, mientras exista una sensación de iden-tidad separada seguirá perdurando un cierto grado deegocentrismo. Según Da Free John, en el nivel sutil Nar-ciso sigue presente (aunque mucho más restringido) por-que en ese nivel todavía hay una leve contracción in-terna sobre el self y una correspondiente «fuga de lasrelaciones» (Da Free John, 1977).

Resumamos lo visto hasta ahora: Existen nueve nivelesfundamentales de narcisismo, cada uno de los cuales esmenos narcisista (menos egocéntrico) que su(s) prede-cesor(es); cada nuevo fulcro de desarrollo implica unadisminución del grado de narcisismo porque en cadanuevo estadio el self va trascendiendo las limitacionespropias del punto de vista anterior y expandiendo su ho-rizonte más allá de su propio subjetivismo. Este proce-so persiste hasta que, en el dominio causal (cuando sedisipa completamente toda sensación de identidad se-parada) el narcisismo (egocentrismo) termina desapare-ciendo por completo.

Ahora bien, en cada uno de los diferentes estadios deeste proceso de reducción del narcisismo, no sólo es po-sible la existencia de un narcisismo normal y sano es-tructuralmente inevitable, sino que también existe la po-sibilidad de desarrollar un narcisismo anormal, patológicoy mórbido. Este narcisismo patológico constituye siem-pre un mecanismo de defensa mediante el cual se so-brevalora la estructura del self y correlativamente se in-fravaloran los objetos propios de ese nivel para evitar unaconfrontación dolorosa con ellos (en tal caso, en el ni-vel mental, por ejemplo, el sujeto puede decir: «¡Asíque están en desacuerdo conmigo! ¿Pero quiénes se hancreído que son? ¡No son más que unos payasos!»). Estasituación, por tanto, genera una cantidad de narcisismo

145

http://psikolibro.blogspot.com

Page 75: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

(o de egocentrismo) superior al estructuralmente inevi-table en este estadio del desarrollo. Teóricos como Mah-ler, por ejemplo, sostienen que el narcisismo patológi-co puede presentarse ya en los estadios más tempranosde desarrollo del self (es decir, F-1 y F-2).

Por consiguiente, la «defensa narcisista» puede tenerlugar en cualquiera de los estadios de desarrollo del self(excepto en ambos extremos) e implica una sobrevalo-ración de la estructura del self y la correspondiente de-valuación de los objetos propios de ese estadio, una ma-niobra defensiva ante la posibilidad de ser abandonado,humillado, dañado o desaprobado por los objetos. El in-dicador de la defensa narcisista patológica, pues, no ra-dica tan sólo en el exceso de autoestima sino que tam-bién hay que tener en cuenta la proporción odesproporción con respecto a los objetos del self. La de-fensa narcisista, pues, se distingue por un desequilibrio,una desproporción que sobreestima al self como medi-da protectora en contra de la devaluación de que pue-de ser objeto por parte de los demás.

Sería mucho más correcto y mucho menos confuso téc-nicamente, definir a los «desórdenes narcisistas» comoel resultado de una defensa narcisista en cualquiera delos niveles de desarrollo del self. Así pues, en F-1 exis-te un narcisismo normal y un narcisismo patológico (de-fensivo), y lo mismo podríamos decir con respecto a F-2, F-3, y sus siguientes, ascendiendo hasta llegar al nivelpropio del fulcro sutil.

También podríamos hablar de un «desorden narcisis-ta» en el caso de que el narcisismo normal propio de undeterminado estadio no desapareciera al alcanzar el es-tadio superior. En tal caso, el desorden narcisista cons-tituiría una detención/fijación en el narcisismo normal

146

Tópicos relacionados

propio de un determinado estadio inferior y lo que de-beríamos entonces es. especificar de qué nivel inferior setrata.

Desafortunadamente, sin embargo, existe una consi-derable confusión en torno a este tópico ya que los «de-sórdenes narcisistas» han sido definidos exclusivamen-te como una interrupción del desarrollo en el narcisismonormal propio de F-2. Resulta muy difícil modificar esteuso normal del término y, por ello, he preferido seguirutilizando el término «desorden narcisista» en su senti-do estricto como una detención/fijación patológica enel narcisismo normal propio de F-2.

Resumamos: Existen nueve niveles de narcisismo,cada uno de los cuales es menos narcisista (menos ego-céntrico) que su(s) predecesor,(es); cada uno de ellos im-plica un grado de narcisismo normal estructuralmenteinevitable (narcisismo normal o narcisismo sano) quepuede ir acompañado también de una patología defensi-va, un narcisismo patológico, mórbido o ampuloso. Asípues, los «desórdenes narcisistas», en sentido amplio, serefieren a: 1) el narcisismo patológico que puede apare-cer en cualquiera de los niveles de desarrollo; y 2) ladetención/fijación del narcisismo normal propio de cual-quier nivel inferior. No conviene olvidar tampoco que lamayor parte de las teorías actuales utilizan el término«desorden narcisista» en un sentido estricto como de-tención/fijación en el narcisismo normal propio de F-2.

Los sueños y la psicoterapia

En muchas ocasiones se ha dicho que los sueños son«el camino real al inconsciente» y que constituyen una

147

http://psikolibro.blogspot.com

Page 76: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

poderosa ayuda para el diagnóstico y el tratamiento.Pero, dada la existencia de nueve niveles diferentes depsicopatología ¿cómo podríamos aprovechar mejor lautilidad de los sueños?

En mi opinión, el sueño manifiesto puede ser consi-derado como una sonda que nos proporciona mensajes(patológicos o benignos) de todos los niveles de con-ciencia. En este sentido, quizás la mejor forma de tra-bajar con los sueños sea la de comenzar a interpretarlosdesde los niveles inferiores del espectro y, a partir de ahí,ir ascendiendo progresivamente el nivel de interpretación.Tengamos en cuenta que el mismo símbolo de una de-terminada secuencia onírica puede vehicular materialrelevante (tanto sano como patológico) procedente decada uno de los diferentes niveles de conciencia. Porconsiguiente, es necesario realizar una interpretacióndesde todos los niveles de conciencia y ver cuál de ellasfacilita el reconocimiento del individuo. Desde este pun-to de vista, el terapeuta o el analista debería comenzarinterpretando los símbolos significativos en los nivelesinferiores -F-1 y F-2-, prestar atención a las interpre-taciones que despierten la resonancia del cliente (habi-tualmente por estar cargadas emocionalmente) y traba-jar luego la carga investida sobre cada símbolo. De estemodo, el sueño puede ser decatectizado -o liberado- desu carga emocional en ese nivel («y podemos admitir sumensaje») y proceder luego a reinterpretar el mismosímbolo buscando su significación desde el siguiente ni-vel superior (y así siguiendo a lo largo de todo el es-pectro).

Obviamente, en la práctica resulta imposible inter-pretar cada uno de los símbolos desde todos los nivelesde conciencia. Hacerlo así supondría invertir horas o in-

148

Tópicos relacionados

cluso días de trabajo en cada sueño. Se trata, por el con-trario, de trabajar teniendo en cuenta la estructura del selfdel individuo y su nivel de desarrollo global, seleccio-nando unos pocos símbolos clave para cada uno de lostres o cuatro niveles sospechosos y focalizar la atenciónespecíficamente sobre ellos. Cuanto más desarrollada sehalle una determinada persona mayor será también elnivel de interpretación que despierte su fibra sensible.Pero hay que tener en cuenta que ni siquiera los indi-viduos más desarrollados son, por ello, inmunes a losmensajes de los niveles inferiores (e incluso, con fre-cuencia, suele suceder exactamente lo contrario, ya quelos niveles inferiores son precisamente aquellos que hantendido a ignorar en su -desde otro punto de vista- ad-mirable ascenso, una deficiencia que los sueños no per-miten olvidar).

La única forma de demostrar la riqueza potencial deeste enfoque sería la de ilustrarlo con ejemplos de in-terpretaciones acordes a cada uno de los diferentes ni-veles. Pero esa posibilidad supera con mucho el alcan-ce de nuestra intención actual. Baste, pues, el siguienteejemplo para bondades de una aproximación espectral.Se trata del sueño de una mujer de mediana edad cuyoescenario onírico contenía las siguientes imágenes: elsujeto se halla en una caverna (asociaciones: «infierno»,«muerte»); hay un foco luminoso plateado que conducedesde la caverna hasta el cielo («cielos», «hogar»), en-cuentra a su hijo en la caverna y ascienden juntos haciala luz («liberación», «seguridad», «eternidad»).

¿Qué significa, por ejemplo, el foco luminoso? Des-de los niveles F-1 y F-2, podría representar una negaciónde la madre «totalmente mala» y una fusión o «umbili-cus» con la seguridad de la madre simbiótica «total-

149

http://psikolibro.blogspot.com

Page 77: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

mente buena» (división). Desde F-3 podría representardeseos fálicos/incestuosos; desde F-4 la necesidad deestrechar la comunicación con su hijo; desde F-6, qui-zás una forma de escapar o evitar la muerte existencialy desde F-7, el canal plateado de sushuma, por donde sedice que asciende kundalini a lo largo de la columnavertebral, desde el primer chakra (los dominios infernalesfísicos) hasta el séptimo chakra (la liberación en el selftrascendental).

En mi opinión, el foco podría representar simultánea-mente todo eso. Los símbolos oníricos son plásticos y pue-den ser invadidos y conformados por algún tema opre-sivo o por cualquier nivel de patología persistente.

Resumiendo, pues, la mejor forma de trabajar con lossueños sería comenzar la interpretación desde abajo y,a partir de ahí, ir subiendo a través de cada uno de losniveles. En la medida en que comencemos en los nive-les inferiores estaremos seguros de no asumir una acti-tud irreal demasiado «encumbrada» que soslaya los men-sajes desagradables procedentes de los niveles inferiores.Por otra parte, hay que subrayar la necesidad de no de-tenernos en ellos porque también queremos evitar la ac-titud «reduccionista» que elude las dimensiones exis-tenciales y espirituales de la condición humana.

La meditación y la psicoterapia

La meditación, en mi opinión, no constituye una for-ma de profundizar en las estructuras reprimidas infe-riores propias del inconsciente sumergido sino que, porel contrario, es un modo de facilitar la emergencia, el cre-cimiento y el desarrollo de las estructuras superiores de

150

Tópicos relacionados

la conciencia. Confundir estas dos funciones es una for-ma de fomentar la concepción reduccionista prevalentede que, en el mejor de los casos, la meditación es unaregresión al servicio del ego cuando, en realidad, ha sidodiseñada y opera como una progresión al servicio de latrascendencia del ego.

Sin embargo, cuando una persona emprende la me-ditación de una manera intensiva, el material proceden-te del inconsciente sumergido (es decir, la sombra) sue-le reaparecer y, en ocasiones, irrumpir violentamente enla conciencia. Es esta «eliminación de la represión de lasombra» la que ha contribuido a fomentar la noción deque la meditación en una técnica de descubrimiento y unaregresión al servicio del ego. Es cierto que esta elimi-nación de la represión suele tener lugar con cierta fre-cuencia pero por motivos completamente diferentes. Lameditación tiene por objeto desarrollar o movilizar laconciencia hacia niveles o dimensiones superiores deorganización estructural y puede romper o interrumpirla identificación exclusiva con el nivel presente de de-sarrollo (normalmente el egoico mental). Dado que esprecisamente esta identificación exclusiva la que cons-tituye la barrera represiva, su interrupción, total o par-cial, puede liberar el material reprimido anteriormente.En los primeros estadios de la meditación, este procesosuele tener lugar con cierta frecuencia pero, en cual-quiera de los casos, se trata de un subproducto de lapráctica y, en modo alguno, de su objetivo fundamental.(Para una discusión más detallada de este tópico verWilber, 1983.)

¿Pero acaso la meditación puede ser utilizada juntoal psicoanálisis o la psicoterapia? En mi opinión, la res-puesta adecuada a esta pregunta depende, en gran me-

151

http://psikolibro.blogspot.com

Page 78: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

dida, del tipo de meditación y del nivel de patología im-plicados en una determinada terapia.

Hablando en términos generales, la meditación pare-ce contraindicada para las patologías propias de F-1 y deF-2 porque, en esos niveles, el self carece de una es-tructura lo suficientemente estable como para soportarlas intensas experiencias que ocasionalmente conlleva supráctica. En tales casos, la meditación no sólo no pare-cer ayudar sino que puede resultar incluso perjudicialporque tiende a desarticular la frágil estructura del bor-derline o el psicótico. La meditación, en otras palabras,tiende a disolver aquellas estructuras del self que el bor-derline o el psicótico deben todavía crear y fortalecer.Paradójicamente, sin embargo, la mayor parte de los in-dividuos con patologías F-2 son, según Jack Engler(1983a), proclives a la meditación -especialmente en suforma budista- como una forma de racionalizar su con-dición «no egoica». Estoy, por tanto, perfectamente deacuerdo con Engler en que, en tales casos, la medita-ción suele ser contraindicada.

Por otro lado, la mayor parte de las patologías F-3 pue-den beneficiarse de la práctica de la meditación (cf. Ca-rrington, 1975). Considero, sin embargo, que, en los ca-sos de depresión moderada o severa, la meditaciónvipassana debe ser utilizada con cautela debido a la ten-dencia a vincular la depresión psiconeurótica con elpseudo-duhkha. El Camino del yogui puede provocartrastornos emocionales y sexuales severos, un hecho quecualquiera que se halle sometido a algún tipo de terapiaF-3 debería tener en consideración antes de embarcarseen ese tipo de meditación. Y es muy probable que lameditación koan del Zen -que frecuentemente aumentala ansiedad hasta límites explosivos- también sea con-

152

Tópicos relacionados

traindicada para los casos de ansiedad psiconeurótica.Pero, en general, la mayor parte de las formas funda-mentales de meditación (seguir la respiración, contarlas inspiraciones, mantrayana, shikantaza, ashtanga, et-cétera) pueden ser un adjunto beneficioso de las tera-pias propias de F-3. Agreguemos también que la medi-tación también puede favorecer indirectamente lare-emergencia o la eliminación de la represión de ma-terial inconsciente que puede ser trabajado en las se-siones terapéuticas.

En la mayor parte de las patologías propias de F-4 yF-5, la meditación también puede ser utilizada con cier-ta cautela ya que, en este caso, existe la complicaciónadicional de que quien padece una patología de confu-sión de roles, una patología conformista o se halle atra-vesando un período especialmente difícil para estable-cer la identidad propia del nivel formal, esparticularmente proclive a utilizar la meditación y los gru-pos meditativos como una especie de secta, en la que lalealtad al grupo constituye un acting out de neurosis deidentidad irresueltas. En tal caso, la «mentalidad secta-ria» resultante es extraordinariamente difícil de tratarterapéuticamente porque las pretendidas «verdades es-pirituales universales» está siendo utilizadas para ra-cionalizar un simple acting out.

En mi opinión, la mayor parte de las patologías exis-

tenciales propias de F-6, suelen responder positivamen-

te a la meditación. La ansiedad existencial, a diferencia

de la ansiedad psiconeurótica, no parece ser incompati-

ble con las prácticas meditativas más arduas como el

koan, por ejemplo (cf. Kapleau, 1965). En lo que respecta

a las depresiones existenciales, sin embargo, las medi-

taciones que intensifican duhkha (como el vipassana,

153

http://psikolibro.blogspot.com

Page 79: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

por ejemplo) deben ser empleadas con cuidado. Ade-más, los individuos aquejados de patología existencialo de dilemas existenciales persistentes suelen encontrarque la filosofía resulta más provechosa que las disci-plinas contemplativas porque despierta el auténtico sen-tido trascendente de la empresa vital. Adviértase que es-toy hablando de patología existencial ya que el puntode vista propio del nivel existencial desconfía de la me-ditación y de la trascendencia como una forma engaño-sa de negación de la muerte.

En resumen: la meditación no es una técnica de cons-trucción de estructura ni una técnica de descubrimien-to ni una técnica de análisis de guión ni una técnica dediálogo socrático. Por consiguiente, en modo algunopuede ser un sustituto de ellas ni tampoco debe ser uti-lizada como una forma de «bypass espiritual» (Welwo-od, 1984). No obstante, su utilización como un adjun-to del análisis o de la terapia, parece ser muy beneficiosaen la mayor parte de las patologías propias de F-3, F-4, F-5 y F-6, tanto a causa de sus propios méritos y ven-tajas intrínsecas como por el hecho de que tiende a «re-lajar» al psiquismo y facilitar la eliminación de larepresión de los niveles inferiores y contribuye, de esemodo, a fomentar los procesos terapéuticos de esos ni-veles.

Meditación e interiorización

De un tiempo a esta parte, la literatura psicoanalíti-ca y la mentalidad popular, ha acusado a la meditaciónde tratarse de una regresión narcisista (Alexander, 1931;Lash, 1979; Marín, 1975). En esta sección quisiera re-

154

Tópicos relacionados

futar estas afirmaciones valiéndome de las definicionesy los descubrimientos utilizados por el mismo psicoa-nálisis.

En este trabajo hemos hablado del desarrollo y laevolución de la conciencia. ¿Cómo define la psicologíapsicoanalítica del ego la evolución? Según Heinz Hat-mann, fundador de la psicología psicoanalítica evoluti-va, «la evolución es un proceso de "internalización cre-ciente" ya que, en el desarrollo de las especies, elorganismo va independizándose de su medio de tal modoque "... las reacciones que originalmente tienen lugarcon respecto al mundo externo van desplazándose pro-gresivamente hacia el interior del organismo". De estemodo, cuanto más independiente es el organismo ma-yor es su independencia de los estímulos procedentesdel medio ambiente» (Blanck & Blanck, 1974). Así pues,para tales psicoanalistas, el desarrollo evolutivo se de-fine como un proceso de interiorización creciente.

Desde esta perspectiva, pues, no parece justificadoque el psicoanálisis aplauda la interiorización desde elcuerpo hasta el ego-mente y luego retroceda horroriza-do ante la meditación. Hay que tener en cuenta que elobjetivo de la meditación es precisamente el de favore-cer la interiorización desde el ego-mente hasta el ego-sutil y desde éste hasta el nivel causal-espíritu. Sin em-bargo, la mayor parte de los teóricos de orientaciónanalítica (Alexander, 1931; Lash, 1979) y gran parte delos psiquiatras (Marín, 1975) responden exactamente deeste modo. En mi opinión, esta contradicción ocurre por-que a mitad del camino de ascenso de la Gran Cadenade interiorización creciente, estos teóricos comienzan aaplicar el término «narcisismo». Pero ya hemos vistoque cada nivel superior del desarrollo constituye un es-

155

http://psikolibro.blogspot.com

Page 80: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

tadio que, entre otras cosas, puede ser definido comomenos narcisista que el anterior. En otras palabras, se-gún el mismo psicoanálisis, la siguiente ecuación es per-fectamente válida: desarrollo creciente = interiorizacióncreciente = narcisismo decreciente. Desde este punto devista, pues, la meditación constituye un camino de de-sarrollo e interiorización progresiva y, en este mismosentido, es muy probable que constituya la herramientamás poderosa de la que disponemos para reducir el gra-do de narcisismo.

Para dilucidar este aparente contrasentido convendríadistinguir entre dos tipos de «interioridad» o «interna-lidad» muy diferentes. Diferenciemos, pues, entre «den-tro» e «interior». Cada nivel de conciencia superior seexperimenta como más interno que el nivel precedenteinferior pero ello no significa, sin embargo, que esté«dentro» de él. Veamos un ejemplo: la mente se expe-rimenta como interna al cuerpo pero no, por ello, exis-te dentro del cuerpo; cuando como algo, por ejemplo,el alimento penetra en el interior de mi cuerpo y lo sien-to dentro de él y lo mismo ocurre cuando me duele algo,pero no existe ninguna sensación, contracción o mo-lestia física interior de la cual pueda decir: ésta es mimente. La mente, en otras palabras, no se experimentacomo algo que exista dentro del cuerpo (en el sentidoen el que estamos utilizando el término) sino que, porel contrario, es algo que se siente vagamente como «in-terno» al cuerpo -y ése es el sentimiento al que llamo«interior».

Cada nivel de conciencia tiene sus propias fronteras,cada uno de ellos tiene un interior y un exterior, pero,aunque un determinado nivel se experimente como másinterno que el nivel inferior, eso no significa que se ha-

156

Tópicos relacionados

lle literalmente dentro de él. No debemos equiparar lasfronteras porque éstas existen en niveles completamen-te diferentes. Las fronteras de mi mente y las fronterasde mi cuerpo están trazadas sobre un territorio comple-tamente diferente y los pensamientos, por ejemplo, pue-den salir de mi mente y entrar en ella sin, por ello, atra-vesar las fronteras físicas de mi cuerpo.

El hecho de que mi mente sea interior a mi cuerpo eslo que le permite trascender o ir más allá de las fronte-ras de mi cuerpo. Mi mente puede identificarse con unpaís, con un partido político, con una escuela de pensa-miento, etcétera; en la reflexión intersubjetiva puedo to-mar el rol de los demás, asumir sus puntos de vista, em-patizar con ellos, etcétera, cosa que jamás podría haceren el caso de que mi mente sólo se hallara recluida den-tro de mi cuerpo. Es precisamente por el hecho de quemi mente es interior a mi cuerpo que puede escapar deél, ir más allá de él y trascenderlo. Por este motivo, in-teriorización significa disminución del narcisismo, yaque cada nuevo nivel, al ser interior al precedente, pue-de ir más alla de él, cosa que nunca podría hacer si sim-plemente se hallara dentro de él.

De la misma manera podríamos decir que el alma esinterior a la mente pero que no se halla dentro de ella.Dentro de la mente no encontramos más que pensa-mientos. Es por ello que la introspección mental no esuna herramienta adecuada para tomar conciencia delalma. Sólo cuando los pensamientos se sosiegan, de suinterior emerge el alma ante el ojo de la mente. Es porello que el alma puede trascender a la mente e ir más alláde ella. Y probablemente lo mismo podríamos decir conrespecto al espíritu, que no se halla dentro del alma sinoque trasciende sus limitaciones y sus formas.

157

http://psikolibro.blogspot.com

Page 81: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

Al parecer, pues, los teóricos que imputan a la me-ditación ser una técnica narcisista quizás crean que losmeditadores están penetrando dentro de su mente cuan-do lo que están haciendo, en realidad, es ir hacia su in-terior y, por tanto, trascendiéndola en un camino queconduce a una disminución del narcisismo, de la subje-tividad y del egocentrismo y, por consiguiente, hacién-dose cada vez más universal, más abarcador y, en últi-ma instancia, más compasivo. CONCLUSION

Quisiera dejar muy clara mi intención en este traba-jo. No he pretendido ofrecer un modelo fijo, terminadoe inmutable. Aunque haya tratado de sustentar cada afir-mación en las investigaciones teóricas y fenomenológi-cas de reputados investigadores y practicantes, el espí-ritu que ha animado mi proyecto es obviamentemetateórico y tentativo. Pero, una vez que comenzamosa contemplar la totalidad del espectro del crecimiento ydel desarrollo del ser humano, aparece una cantidad ex-traordinariamente rica de material para el trabajo meta-teórico y surgen todo tipo de conexiones nuevas y dehipótesis para futuras investigaciones. Por otra parte,este tipo de enfoque permite que sistemas analíticos,psicológicos y espirituales -antes aparentemente in-compatibles o incluso contradictorios- parezcan hallar-se más cercanos a la posibilidad de una síntesis y una re-conciliación mutuamente enriquecedora.

Este trabajo ha pretendido, pues, ofrecer una posibleaproximación a un espectro global del desarrollo. Su in-tención no era tanto la de llegar a conclusiones defini-tivas como la de mostrar las enormes posibilidades queofrece. Espero que sirva a este propósito. En mi opi-

159158

http://psikolibro.blogspot.com

Page 82: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

nión, dado el estado del conocimiento de que dispone-mos en la actualidad, es poco generoso para la condi-ción humana presentar modelos menos comprehensivos,modelos que no tomen en consideración los dominiosconvencionales y contemplativos del crecimiento y deldesarrollo del ser humano.

NOTAS

La teoría de las relaciones objetales es el nombre ge-nérico con el que se conoce a aquellas escuelas psicoa-nalíticas que no sólo prestan atención al sujeto del de-sarrollo sino que también atienden a sus relaciones conel mundo objetal. La antigua psicología clásica de la li-bido ha terminado dando origen a dos escuelas o teoríasanalíticas diferentes, la psicología psicoanalítica del ego(Anna Freud, Heinz Hatmann) -que sigue centrando suinterés en el sujeto del desarrollo-, y la teoría de las re-laciones objetales (Fairbain, Winnicot, Guntrip) -que su-braya especialmente sus objetos. Así, mientras que laprimera tiende a enfatizar la naturaleza (nature), la se-gunda, en cambio, hace hincapié en la educación (nur-ture) (Gedo, 1981; Blanck & Blanck, 1974). La mayorparte de las escuelas psicoanalíticas modernas utilizanuna combinación entre ambas teorías pero, como seña-la Gedo, estrictamente hablando, son incompatibles y,hasta el momento, no ha sido posible integrarlas satis-factoriamente en un marco de referencia coherente.

Esta dificultad radica, en mi opinión, en que ambasescuelas adolecen de ciertas confusiones o reduccionis-mos heredados de los «malos aspectos» de la psicología

161160

http://psikolibro.blogspot.com

Page 83: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

de la libido. La psicología del ego, por ejemplo, toda-vía sigue atada a la psicología de los impulsos y hay po-cas teorías de la motivación que no permanezcan, deuno u otro modo, ligadas implícitamente a la libido (cf.en el intento de Blanck & Blanck [1979] de reformularla motivación reformulando la libido). Desde mi puntode vista, estas aproximaciones tienden a dejar de lado elhecho de que cada una de las estructuras básicas de laconciencia tienen sus motivaciones, fuerzas, necesida-des e impulsos propios (de alimento físico, de alimentoemocional, de alimento conceptual, de alimento espiri-tual, etcétera); de que el sistema del self tiene tambiénsus propios impulsos (conservar, negar, ascender y des-cender) y de que ninguno de ellos puede confundirse, de-rivarse o reducirse a los demás. ¡La psicología de losimpulsos tiende a centrarse en la dinámica propia de unaestructura básica de la existencia (fantásmica-emocional)y a convertirla en el impulso primario de todas las es-tructuras básicas de la existencia y del sistema del self!

La teoría de las relaciones objetales, por su parte, haintentado formular una teoría de la motivación basada enel modelo de las relaciones objetales tempranas como losmotivadores del desarrollo posterior. No obstante, comoseñala Gedo, ésta no sólo es una forma sutil de reduc-cionismo sino que también constituye una forma sola-pada de enfatizar el condicionamiento ambiental.

En mi opinión, la teoría de las relaciones objetalestampoco ha conseguido diferenciar claramente dos ti-pos diferentes de «objetos», los objetos de las estructu-ras básicas («objetos básicos») y los objetos del sistemadel self («objetos del self»). Los objetos básicos son losobjetos físicos, los objetos emocionales, los objetos ima-gen, los objetos conceptuales, los objetos regla, los ob-

162

Notas

jetos psíquicos y los objetos sutiles (no existen objetoscausales ya que el causal es el estado de conciencia-sin-objeto). Estos objetos básicos constituyen los «nivelesde alimento» correspondientes a las necesidades es-tructuras básicas de cada peldaño de la escalera de laexistencia -la necesidad de alimento físico, la necesidadde intercambio de comunicación, la necesidad de refle-xión formal, la necesidad de compromiso espiritual,etc.-, necesidades o impulsos reales y genuinos que re-flejan las demandas o necesidades estructurales funda-mentales de cada uno de los niveles básicos de la exis-tencia humana (Wilber, 198lb).

Los objetos del self, por otra parte, son objetos bási-cos que el sistema del self se apropia en cada uno delos diferentes estadios de su desarrollo, aquellos que sonmás centrales (y, en ocasiones, hasta constitutivos) de supropia sensación de identidad e individualidad. Los ob-jetos del self, en otras palabras, son objetos básicos quetambién sirven como objetos primarios del self en cadauno de los diferentes estadios de su crecimiento. Si, porejemplo, pienso en un teorema matemático, ese teoremaes un objeto básico formal de mi mente pero si, en cam-bio, se trata de un teorema inventado por mí, si creo quees mío, si estoy muy identificado con él, ya no es un ob-jeto básico de mi mente sino un objeto del self en mi ego.Para un niño de pecho, por ejemplo, la madre no es sóloun objeto básico físico que le proporciona alimento sinoun objeto del self que le proporciona cuidados primariosy contribuye a configurar su sensación de identidad tem-prana. Desde este punto de vista, la madre no sólo ali-menta al cuerpo sino que también alimenta al self.

En otras palabras pues, los objetos del self son obje-tos básicos que no sólo satisfacen las necesidades es-

163

http://psikolibro.blogspot.com

Page 84: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

tructurales básicas sino también las correspondientes ne-cesidades del self (ver Tabla 2). Según la jerarquía de ne-cesidades de Maslow, por ejemplo, la necesidad estruc-tural básica propia del peldaño 5, pongamos por caso, esel «alimento para el pensamiento» reflexivo-formal, elimpulso-necesidad real de pensar, comunicarse e inter-cambiar ideas. La necesidad del self correspondiente aeste estadio, sin embargo, es la autoestima reflexiva y,por consiguiente, cualquier objeto básico de la menteformal que también sea importante para las propias ne-cesidades de autoestima se convierte en un objeto del self.

De este modo, es como si los objetos básicos se con-virtieran en objetos del self cuando se hallan, de algúnmodo, asociados con el «yo», el «mí» o el «mío».

Así pues, existen estructuras básicas y objetos bási-cos y también existen estructuras del self y objetos delself. En mi opinión, parte de la confusión que afecta ala teoría de las relaciones objetales radica en el fracasoen diferenciar estos dos tipos de objetos. Esta confusiónse ha visto exacerbada recientemente con la introduc-ción de la noción que Kohut denomina «objetoself» (singuión). A mi juicio, este concepto se refiere a aquellosobjetos del self que no son experimentados como obje-tos del sistema del self sino como una parte del sistemadel self, en cuyo caso podrían ser llamados propiamen-te «objetoself». Esta contribución de Kohut es muy im-portante pero lamentablemente confunde todavía más loque es exactamente un objeto, un objeto del self y un "ob-jetoself '.

Kohut también ha sugerido que el desarrollo del self(«desarrollo narcisista») procede de manera indepen-diente del desarrollo del objeto libidinal, lo cual, en opi-nión de los teóricos de las relaciones objetales, resulta

164

Notas

imposible porque, desde su punto de vista, el self y lasrelaciones objetales se desarrollan de manera correlati-va. En este punto, sin embargo, habría que subrayar unadiferencia -que ellos parecen obviar-, la diferenciaexistente entre objetos básicos y objetos del self. Lasestructuras básicas y los objetos básicos se desarrollancorrelativamente y lo mismo ocurre con las estructurasdel self y los objetos del self pero las estructuras/obje-tos básicos y las estructuras/objetos del self no necesa-riamente proceden de ese modo. El desarrollo libidinal-como tal- es una estructura básica del desarrollo y, enesa medida, es fundamentalmente independiente del de-sarrollo de la estructura del self aunque, como hemosvisto, en F-2 son casi idénticos, porque en ese nivel, elsistema del self está identificado con la estructura bási-ca libidinal. Es precisamente por esa misma razón quenosotros diferenciamos el estadio edípico, que es unafase de desarrollo del self, del estadio fálico, que es unaestructura básica del desarrollo libidinal.

Esta breve nota resulta a todas luces insuficiente parailustrar las bondades de una aproximación espectral. Encualquier caso, sin embargo, hemos intentado esbozarun enfoque no reduccionista que nos permita distinguirentre las estructuras/objetos básicos y las estructuras/ob-jetos del self. Este enfoque no sólo nos permite recon-ciliar la psicología del ego y la psicología del objetosino que también nos ayudaría a aceptar los sujetos ylos objetos fenomenológicamente superiores que emer-gen a lo largo del desarrollo contemplativo superior.

165

http://psikolibro.blogspot.com

Page 85: Ken Wilber - Psicología Integral

BIBLIOGRAFÍA

Abend, S., Pordier, M. & Willick, M., Borderline Patients: Psy-choanalytical Perspective, Nueva York, International Univ.Press, 1983.

Adler, G., Dynamics of the Self, Londres, Coventure, 1979.Alexander, F., «Buddhist Training as an Artificial Catatonia (The

Biological Meaning of Psychic Occurrences)», Psychoanaly-tic Review., 1931, 18, 129-45.

Allport, G. Becoming., New Haven, Yale Univ. Press, 1955.Aquino, T., Summa Theologiae, 2 Vols., Nueva York, Double-

day/Anchor, 1969.Arieti, S., Interpretation of Schizofrenia, Nueva York, Brunner,

1955.Arieti, S., The Intrapsychic Self, Nueva York, Basic Books, 1967.Aurobindo, The Life Divine y The Synthesis of Yoga, Pondi-

cherry, Centenary Library, XVIII-XXI.Avalon, A., The Serpent Power, Nueva York, Dover, 1974.Baldwin, J., Thought and Things, Nueva York, Amo Press, 1975

(1906-15).Bandura, A., Social Learning Theory, Nueva York, General Le-

arning Press, 1971.Beck, A., Rush, A., Shaw, B., & Emery, G., Cognitive Therapy

of Depression, Nueva York, Guilford Press, 1979.Becker, E., The Denial of Death, Nueva York, Free Press, 1973.

[Hay traducción castellana con el título El Eclipse de la Muer-

167

http://psikolibro.blogspot.com

Page 86: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

te, publicado por El Fondo de Cultura Económica, Ciudad deMéxico, 1977.]

Berne, E., What do You Say After You Say Hello?, Nueva York,Bantam, 1972.

Binswanger, L., «Existential Analysis and Psychotherapy», en F.Fromm-Reichmann & J. Moreno (eds.) Progress in Psychot-herapy, Nueva York, Columbia Univ. Press, 1974.

Blanck, G. & Blanck, R., Ego Psychology: Theory and Practi-ce, Nueva York, Columbia University Press, 1974.

Blanck, G. & Blanck, R., Ego Psychology II: PsychoanalyticDevelopmental Psychology, Nueva York, Columbia Univer-sity Press, 1973.

Blofeld, J., The Tantric Mysticism of Tibet, Nueva York, Dutton,1972.

Blos, P., On Adolescence: A Psychoanalytic Interpretation, Nue-va York, Free Press, 1962.

Boss, M., Psychoanalysis and Daseinanalysis, Nueva York, but-ton, 1970.

Bowly, M., Attachment and Loss, 2 Vols. Nueva York, BasicBooks, 1973.

Boyer, L. & Giovacchini, P., Psychoanalysis Treatment of Cha-racterological and Schizophrenic Disorders, Nueva York,Aronson, 1967.

Branden, N., The Psychology of Self-Esteem, Nueva York, Ban-tam, 1972.

Brandt, A., «Self-Confrontations», Psychology Today, Oct. 1980.Broughton, J., The Development ofNatural Epistemology in Ado-

lescence and Early Adulthood, Tesis Doctoral, Harvard, 1975.Brown, D., A Model for the Levels of Concentrative Medita-

tion, Internat. J. Clinical Exper. Hypnosis, 1977, 25.Brown, D. & Engler, J., «A Roscharch Study of the Stages of

Mindfulness Meditation», J. Transpersonal Psychol., 1980,12.

Carrington, P. & Ephron, H., «Meditation as an Adjunct to Psy-chotherapy». En S. Arieti & G. Chrzanowski (eds.), The Worldbiennial ofPsychotherapy and Psychiatry, 1975.

168

Bibliografía

Clifford, T., Tibetan Buddhist Medicine and Psychiatry, YorkBeach, ME: Samuel Weiser, 1984.

Chang, G., Teachings of Tibetan Yoga, Secaunus, N.J.,Citadel,1974.

Da Free John, The Paradox ofInstruction, San Francisco, DawnHorse, 1977.

Da Free John, The Enlightenment of the Whole Body, San Fran-cisco, Dawn Horse, 1978.

Deutsche, E., Advaita Vedanta, Honolulu, East-West Center, 1969.Ellis, A., Humanistic Psychotherapy: The Rational-Emotive Ap-

proach, Nueva York, McGraw-Hill, 1973.Engler, J., «Therapeutic Aims in Psychotherapy and Meditation:

Developmental Stages in the Representation of Self», J. Trans-personal Psychol, 1984, 16, 1, 25-61.

Engler, J., «Vicissitudes of the Self According to Psychoanaly-sis and Buddhism: A Spectrum Model of Object Relations De-velopment», Psychoanalysis and Contemporary Thought, 1983,6, 1,29-72.

Evans-Wentz, W., Tibetan Yoga and Secret Doctrines, Londres,Oxford Univ. Press, 1971.

Feuerstein, G. Textbook of Yoga, Londres: Rider, 1975.Gard, R., Buddhism, Nueva York, Braziller, 1962.Gedo, J., Beyond Interpretation: Toward a Revised Theory for

Psychoanalysis, Nueva York, International Univ. Press, 1979.Gedo, J., Advances in Clinical Psychoanalysis, Nueva York, In-

ternational Univ. Press, 1981.Goleman, D., The Varieties of Meditative Experience, Nueva

York, Dutton, 1977. [Hay traducción castellana con el títuloLos caminos de la meditación, publicado por Ed. Kairós, Bar-celona, 1986.]

Greenson, R., The Technique and Practice of Psychoanalysis,Nueva York, International Univ. Press, 1967.

Greist, J. Jefferson, J. & Spitzer, R. (eds.), Treatment ofMentalDisorders, Nueva York, Oxford Univ, Press, 1982.

Grof, S., Realms of the Human Unconscious, Nueva York, Vi-king, 1975.

169

http://psikolibro.blogspot.com

Page 87: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

Guntrip, H., Psychoanalytic Theory, Therapy and the Self, Nue-va York, Basic Books, 1971.

Haley, J. & Hoffman, L. (eds.), Techniques of Family Therapy,Nueva York, Basic Books, 1968.

Hixon, L., Coming Home, Nueva York, Anchor, 1978.Jacobson, E., The Self and the Object World, Nueva York, In-

ternational Univ. Press, 1964.Jung, C. G., The Portable Jung, J. Campbell (ed.), Nueva York,

Viking, 1971.Kapleau, P., The Three Pillars of Zen, Boston, Beacon, 1965.Kelly, G., The Psychology of Personal Constructs, Vols 1 y 2.

Nueva York, Norton, 1955.Kernberg, O., Borderline Conditions and Pathological Narcis-

sism, Nueva York, Aronson, 1975.Kernberg, O., Object Relations Theory and Clinical Psychoa-

nalysis, Nueva York, Aronson, 1976.Ketsun Sangpo Rinbochay., Tantric Practice in Nying-Ma. It-

haca, NY, Gabriel/Snow Lion, 1982.Koestenbaum, P., Is There an Answer to Death?, Nueva York,

Prentice Hall, 1976.Kohlberg, I., Essays on Moral Development, Vol. 1, San Fran-

cisco, Harper & Row, 1981.Kohut, H., The Analysis of the Self, Nueva York, International

Univ. Press., 1971.Kohut, H., The Restoration of the Self, Nueva York, Internatio-

nal Univ. Press, 1977. [Hay traducción castellana con el títu-lo La Restauración del Sí-Mismo, publicado por Editorial Pai-dós, Ciudad de México, 1990.1

Krishna, G., The Secret of Yoga, Londres, Turnstone Books,1972.

Lacan, J., Language of the Self, Baltimore, Johns Hopkins Univ.Press, 1986.

Laing, R. D., The Politics of Experience, Nueva York, Ballan-tine, 1967. [Hay traducción castellana con el título La Políti-ca de la Experiencia, publicada por Editorial Crítica, Barce-lona, 1983.]

170

Bibligrafía

Lash, C., The Culture of Narcissism, Nueva York, Norton, 1979.Lichtenberg, J., «The Development of the Sense of Self», J. Ame-

rican Psychoanalytic Assoc., 1975, 23.Loevinger, J., Ego Development, San Francisco, Jossey-Bass,

1976.Loewald, H., Psychoanalysis and the History of the Individual,

New Haven, Yale Univ. Press, 1978.Longchenpa, Kindly bent to Ease Us, 3 Vols, H. Guenther (trad.),

Emeryville, CA, Dharma Press, 1977.Lowen, A., The Betrayal of the Body, Nueva York, Macmillan,

1967.Luk, C., Ch'an and Zen Teaching, 3 Vols. Londres, Rider, 1962.Maddi, S., «The Existential Neurosis», J. Abnormal Psychol.,

1967-72.Mahasi Sayadaw., Progress of insight, Kandy, Buddhist Publ. So-

ciety, 1965.Mahler, M., Pine, F., & Bergman, A., The Psychological Birth

of the Human Infant, Nueva York, Basic Books, 1975.Maliszewsky, M., Twemlow, S., Brown, D., & Engler, J., «A

Phenomenologycal Typology of Intensive Meditation: A Sug-gested Methodology Using the Questionnaire Approach», Re-Vision, 1981, 4.

Marin, P., «The New Narcissism», Harpers, Oct. 1975.Maslow, A., Motivation and Personality, Nueva York, Harper &

Row, 1954.Maslow, A., Toward a Psychology of Being, Nueva York, Van

Nostrand Reinhold, 1968. [Hay traducción castellana con eltítulo El hombre autorrealizado, publicado por Ed. Kairós,Barcelona, 1973.]

Maslow, A., The Further Reaches of Human Nature, Nueva York,Viking, 1971. [Hay traducción castellana con el título La per-sonalidad creadora, publicado por Ed. Kairós, Barcelona, 1983.1

Masterson, J. (ed.), New Perspectives on Psychotherapy of theBorderline Adult, Nueva York, Brunner/Mazel, 1981.

Masterson, J., The Narcissistic and Borderline Disorders, Nue-va York, Brunner/Mazel, 1981.

171

http://psikolibro.blogspot.com

Page 88: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

May, R., Love and Will. Nueva York, Norton, 1969.May, R., The Meaning of Anxiety (ed. rev.), Nueva York, Nor-

ton, 1977.May, R., Angel, E. & Ellenberger, H., Existence, Nueva York,

Basic Books, 1958.Mead. G., Mind, Self and Society, Chicago, Univ. Chicago Press.

1934.Meyer, J., Death and Neurosis, Nueva York, International Univ.

Press, 1975.Mishra, R., Yoga Sutras, Garden City, Nueva York, Anchor

Press, 1963.Mookerjee, A., Kundalini. Nueva York. Destiny Books, 1982.

Mookerjee, R. (trad.), The Song of the Self Supreme (AstavakraGita), San Francisco, Dawn Horse, 1971.

Murphy, G., Human Potentialities, Nueva York, Basic Books,1958.

Nagera, H., Early Childhood Disturbances, the Infantile Neu-roses and the Adult Disturbances, Nueva York, InternationalUniv. Press. 1966.

Neumann, E., The Origins and History of Consciousness, Prin-ceton, Princeton Univ. Press, 1973.

Nichols, M., Family Therapy, Nueva York, Gardner Press, 1984.

Nyanamoli, B. (trad.), Visuddimagga: The Path ofPurificationby Buddhaghosha, 2 Vols., Boulder, CO, Shambhala, 1976.

Piaget, J., The Essential Piaget, Gruber & Voneche (eds.) Nue-va York, Basic Books, 1977.

Perls, F., Gestalt Therapy Verbatim, Nueva York, Bantam, 1971.Ramana Maharshi., The Collected Works, Londres, River, 1972.Rieker, H., The Yoga ofLight, San Francisco, Dawn House, 1971.Rinsley, D., «A Object Relations View of Borderline Persona-

lity», En Hartcollins, P. (ed.), Borderline Personality Disor-ders, Nueva York, International Univ. Press, 1977.

Rogers, C., On Becoming a Person, Boston, Houghton Mifflin,1961.

Rowan, J., The Transpersonal, Psychotherapy and Counselling,Londres, Routledge, 1993.

172

Bibligrafía

San Juan De La Cruz., La Noche Oscura del Alma.Schaya, L., The Universal Meaning of the Kabbalah, Baltimo-

re, Penguin, 1973.Schuon, F., Logic and Trascendence, Nueva York, Harper &

Row, 1975.Segal, H., Introduction to the Work of Melanie Klein, Nueva

York, Basic Books, 1974.Selman, R. & Byrne, D. A Structural Analysis of Levels of Role-

Taking in Middle Childhood, Child Development, 1974. 45.Singh, J. (trad.), Pratyabhijnahrdayam, Delhi, Motilal Banarsi-

dass, 1980.Singh, K., Naam or Word, Tilton. NH, Sant Boni Press, 1974.Singh, K., Surat Shabd Yoga, Berkeley, Images Press, 1975.Smith, H., Forgotten Truth, Nueva York, Harper & Row, 1976.Speck, R. & Attneave, C., Family Networks, Nueva York, Pant-

heon, 1973.Spitz, R., A Genetic Field Theory of Ego Formation, Nueva

York, International Univ. Press, 1959.Spitz, R., The First Year ofLife, Nueva York, International Univ.

Press, 1965.Stone, M., The Borderline Disorders, Nueva York, McGraw-

Hill, 1980.Sullivan, H., The Interpersonal Theory of Psychiatry, Nueva

York, Norton, 1953.Suzuki, D. T., Studies in the Lankavatara Sutra, Londres, Rou-

tledge & Kegan-Paul, 1968.Suzuki, D. T., Essays in Zen Buddhism, 3 Vols., Londres, Rider, 1970.Taimni, I., The Science of Yoga, Wheaton, Quest, 1975.Takakusu, J., The Essentials ofBuddhist Philosophy, Honolulu,

Univ. Hawai Press, 1956.Tart, C., States ofConsciousness, Nueva York, Dutton, 1975a.Tart, C., Transpersonal Psychologies, Nueva York, Harper &

Row, 1975b. [Hay traducción castellana con el título Psicolo-gías Transpersonales, publicada por Editorial Paidós.]

Thondrup Tulku., Buddhist Civilization in Tibet, Santa Cruz,CA, Maha Siddha Nyingmapa Center, 1982.

173

http://psikolibro.blogspot.com

Page 89: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

Tillich, P., The Courage to Be, New Haven, Yale Univ. Press,1952.

Tolpin, M., «On the Beginnings of a Cohesive Self», The Psy-choanalytic Study of the Child, 1971, 26. Nueva York, Qua-drangle Books.

Tolstoy, L., My Confession, my Religion, the Gospel in Brief,Nueva York, Scribners, 1929.

Trungpa, C., The Myth of Freedom, Berkeley, Shambhala, 1976.Underhill, E., Mysticism. Nueva York, Meridian, 1955.Venkatesananda (trad.), The Supreme Yoga, Australia, Chiltern,

1981.Watzlawick, P., Beavin, J. & Jackson, D., Pragmatics of Human

Communication, Nueva York, Norton, 1967.Werner, H., Comparative Psychology of Mental Development,

Nueva York, International Univ. Press, 1964 (1940).White, J., Kundalini, Evolution and Enlightenment, Nueva York,

Anchor, 1979.Wilber, K., The Spectrum of Consciousness, Wheaton, Quest,

1977. [Hay traducción castellana con el título El Espectro dela Conciencia, publicada por Editorial Kairós, Barcelona, 1990.]

Wilber, K., «A Developmental View of Consciousness». J. Trans-personal Psychology, 1979, 11.

Wilber, K., The Atman Project, Wheaton, Quest, 1980. [Hay tra-ducción castellana con el título El proyecto Atman. Una vi-sión transpersonal del desarrollo humano, publicada por Edi-torial Kairós, Barcelona, 1989.]

Wilber, K., «Ontogenetic Development: Two Fundamental Pat-terns», J. Transpersonal Psychol., 1981 a, 13.

Wilber, K., Up From Eden, Nueva York, Doubleday/Anchor,1981b.

Wilber, K., A Sociable God, Nueva York, McGraw-Hill, 1982.[Hay traducción castellana con el título Un Dios sociable. In-troducción a la Sociología Trascendental, publicada por Edi-torial Kairós, Barcelona, 1988.]

Wilber, K., Eye to Eye, Nueva York, Doubleday/Anchor, 1982.[Hay traducción castellana con el título Los Tres Ojos del Co-

174

Bibligrafía

nocimiento. La Búsqueda de un Nuevo Paradigma, publicadapor Editorial Kairós, Barcelona, 1991.]

Wilber, K., Engler, J. y Brown, D., Transformations of Cons-ciousness. Conventional and Contemplative Perspectives onDevelopment, Boston, Shambhala, 1986.

Wilde, J. & Kimmel, W. (eds.), The Search for Being, NuevaYork, Noonday, 1962.

Winnicott, D., Collected Papers, Nueva York, Basic Books,1958.

Winnicott, D., The Maturational Process and the FacilitatingEnvironment, Nueva York, International Univ. Press, 1965.

Yalom, I., Existential Psychotherapy, Nueva York, Basic Bo-oks, 1980.

Yogeshwarand Saraswati., Science of Soul, India, Yoga Nike-tan, 1972.

Zimmerman, M., Eclipse of the Self, Athens, Oh, Ohio Univ.Press, 1981.

175

http://psikolibro.blogspot.com

Page 90: Ken Wilber - Psicología Integral

ÍNDICEPREFACIO 7Parte I: EL ESPECTRO DEL DESARROLLO 13

1. El espectro de la conciencia 17Las estructuras básicas 18Los estadios de transición (o estadios del self) 29El sistema del self 33Resumen del desarrollo global 36

2. El conocimiento convencional 41Las dimensiones evolutivas de la psicopatología 42El desarrollo infantil: el trabajo de Margaret Mahler 45El fulero del desarrollo: el trabajo de Blanck & Blanck 49El espectro de los fulcros del desarrollo 55Recapitulación y síntesis de las diferentes teorías 59La jerarquía convencional de la patología:el trabajo de Otto Kernberg 61Resumen 67

Parte II: EL ESPECTRO DEL DESARROLLOY LA PSICOPATOLOGÍA 73

3. Las patologías prepersonales 77Fulcro 1: Psicosis 78Fulcro 2: Trastornos narcisistas-borderline 78Fulcro 3: Neurosis 81

177

http://psikolibro.blogspot.com

Page 91: Ken Wilber - Psicología Integral

Psicología integral

4. Las patologías personales 87Fulcro 4: Patología self-rol y guión-cognitiva 88Fulcro 5: Neurosis de identidad 90Fulcro 6: Patología existencial 91

5. Las patologías transpersonales 97Fulcro 7: Trastornos psíquicos 98Fulcro 8: Trastornos sutiles 102Fulcro 9: Trastornos causales 105

Parte III: EL ESPECTRO DEL DESARROLLOY LAS MODALIDADES DE TRATAMIENTO 109

6. Modalidades de tratamiento 111Fulcro 1: Intervención fisiológica 111Fulcro 2: Técnicas de construcción de estructura 112Fulcro 3: Técnicas de descubrimiento 116Fulcro 4: Análisis cognitivo-guiones 117Fulcro 5: Introspección 121Fulcro 6: Terapia existencial 124Fulcro 7: El Camino del Yogui 127Fulcro 8: El Camino del Santo 132Fulcro 9: El Camino del Sabio 135

7. Tópicos relacionados 139El diagnóstico diferencial 139Los sistemas COEX 141El narcisismo 143Los sueños y la psicoterapia 147La meditación y la psicoterapia 150Meditación e interiorización 154

CONCLUSIÓN 159NOTAS 161BIBLIOGRAFÍA 167

17 8

http://psikolibro.blogspot.com