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  • 5/28/2018 Iser. El Acto de La Lectura

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    Wolfgang Iser EI acto de lectura: consideraciones previaspara una teoria del efecto estetico

    Texto tornado de n busca del texto. Teoria de la recepcion literariaDietrich Rall (comp.), Mexico, Universidad Nacional Aut6noma deMexico, 1987, pp 121-169.

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    --,I

    EL ACTO DE LA LECTURACONSIDERACIONES PREVIAS SOBRE UNA TEORlADEL EFECTO ESTtTICO

    WOLFGANG ISER

    l. a perspecliva orientada hacia el leclor l s objeciones formuladastradicionalmen teLa interpretaci6n comienza a descubrir ahora su propia historia y estosignifica descubrir no s6lo la limitada validez de sus norm.as respectivas.sino tambien aquellos factores que no podian resaltar bajo el dominiode normas legadas. A estos factores pertenece sin duda el lector y conel el verdadero receptor de los textos. En tanto se hablaba de la intenci6ndel au tor del significado contemporaneo psicoanalitico hist6rico y decualquier indole de los textos 0 de su forma de construcci6n de acuerdoa las estructuras establecidas. se pensaba rara vez en que todo esto s6loadquiere sentido cuando se leen los textos. Sin duda esto se considerabal6gico pero al mismo tiempo. sabemos demasiado poco sobre 10 que enrealidad significaba esa 16gica. En todo caso leer los textos es una con-dici6n imprescindible para los mas diversos procedimientos de interpre-taci6n y, por ello. es un acto que precede siempre a los resultados de losintentos aislados de interpretaci6n. A esto hace alusi6n Walter Slato{cn su libro With Respect to Readers:

    uno se siente un poco tonto teniendo que comenzar por insistir enque las obras Iiterarias existen al menos en parte para ser leidas queen realidad las leemos y vale la pena relexionar sobre 10 que pasacuando 10 hacemos. Dichas de una forma tan llana. tales afirmacionesparecen demasiado obvias como para ser hechas ra que despues detodo nadie niega directamente que los lectores y la lectura exist anen realidad. Aun aquellos que han insistido mas en la autonomia delas obras literarias y en la irrelevancia de las respuestas de los lectores.leen libros ellos mismos r responden a elIos... Igualmente obvia talvez, es la observaci6n de que las obras literarias son importantes ydignas de estudio sobre todo porque pueden ser leidas y pueden en-gendrar respuestas en os seres humanos. 11 Walter J. Slatoff With Respect to Readers. Dimensions of Literary ResponseIthaca 1970, p. 3.

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    En cl proceso de ~ a ]c(,tura; se realiza la interacCi6n, central para tOllaIa obra Iiteraria, entre su cstructura y su r e c ~ p t o r . POl' esta razon, la tcoriafenomenolOgica del arte sefialo con todo rigor que el estudio de unaobra litcraria es v,Uido no solo para la forma del texto, sino que es validaen la misma mcdida para los actos que Bevan a su comprcnsion. Por elIo,Ingarden contrapuso las formas de Sll concretizaci6n a la disposidon enniveles de la obra litcraria. El texto, como tal, solo ofrece diferen!es"perspectivas esquematizadas":J. por medio de las cuales se puede producirel objeto de la obra, en tanto que la producci6n verdadera se vuclve Unacto de concretizaci6n. De aqui se podria deducir 1 siguientc: la obra literaria posee dos polos que sc podrian dcnominar el polo artistico y el poloestetico; cl polo artistico designa al lexto crcado por el autor y el polo es-tetico designa la concretizaci6n dectuada por el lector. De una polaridadaSI resulta que la obra literaria no es exc1usivamente identica ni con eltcxto ni COil su concretizacion; ya que Ia obra es mas que e1 text.o, debidoa que aqucJla gana vida solo en la concretizacion y esta, a su vez, no estotalmente libre de los plancs que el lector introduce en ella, aun cuandotales planes sean activados bajo las condiciones del texto. Alli, pues, dondeel texto y e1 lector convergen, se halla e1 lugar de la obra literaria y este1 i I tiene forzosamente un canicter virtual, ya que no puede ser reducido 11iI I , a la realidad del texto ni a las predisposiciones que caracterizan al lector.

    De esta virtualidad de la obra nace su climimica, la que a 'su vez formala condicion para el efccto provocado poria obra. El texto alcanza, por.consiguiente, su existencia a traves del trabajo de constitucion de unaconciencia que 1 recibe, de manera tal que la obra puede desarrollarsehasta su verdadero caracter como proceso sello en el curso de la 1cctura.Por eso, de aquf en adclante, solo se debed hablar de una obra cuandoeste proceso se rcaliee dentro del proccdimiento de constituci6n reclam(ldo

    , por el lector y producido por el texto. La obra es el hecho-constituido del); - texto en Ia conciencia del lector.'. Si e Iugar virtual de la obra transforma al texto y al lector en polos

    de una rclacion, cntonces la misma relaci6n adq.uiere un intercs prioritario. Para que no se pierda de vista, el estudio de Ia obra nQ se debeconcentrar excl usivamente ni en una ni en otra posici6n. Aislar los polossignificaria reducir Ia obra 0 bien a la tccnica de representaci6n del texto,o bien a Ja psicologia del lector y, con ello, extingir de manera gradualprecisamente el proceso que se debe observar. Con ello no se debe negarla neccsidad heurlstica de un

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    l'Htral para to(\;lrazon, Ia teoria

    ~ s t u d i o de Una10 que cs v;l1idansion. POI clIo

    disposid6n el;freee difcrclltespuede producir' :I se vudve un,le: la obra litelstico y el poloor y el polo es-una polaridad

    uica ni con el1 lex to, debidot su vez, no esa, aun cuandoli, pues, donde1iteraria y csteer rcducido nirizan a1 lector.1 'su vez forma,0 alcanza, porI1ci6n de unae desarrollarsede la lectura.l ohra cuandoion reclamado:onstituido del

    ~ c t o r en polosintercs priori-ra nQ se debeislar los polos:ion del texto,lnera grad ualse debe negar

    se debe pen-Jugar virtualy estudiar los

    11 entre textode la infor-

    I l , 1900. p. ~ 9 1 ~

    I Illacion: emisor y receptor. Esto presupondda un cOdigo comun, altamenteI definido en 10 refercnte al contenido, un codigo que asegurase la recepciondel mensaje, ya que en un proceso de este tipo, la direccion de la comunicacion va solo del cmisor al receptor. Pero en las obras literarias ocurreuna interaccion en cuyo transcurso el lector "recibc" el sel1tido del textoen el proceso en que :1 mismo 10 constituyc. En 1ugar de la existeneiaprevia de un cudigo determinado, en wanto al contenido, surgiria unc6digo en el proccso de constitlldon, en cnyo trausCllrso 1a recepcion delmemaje coincidiria con el scntido de la obra. Si se slIpone que csto csasi, se tiene que partir de que las condiciones basicas para una interacdt'm ' .de estc tipo se basan en las estructuras del texto. Estrueturas que SOn deuna naturaleza muy peculiar. A lesal de que son cstructuras del texLO, no,Henan su fundon en el texto, sino el l la afeccion del lector. Casi todaslas estructuras construib1es en los textos fictivos muestran ese aspectodoble: esta estructura es, al mismo tiempo, estructura lingiiistica y cstructura afcctiva. El aspecto verbal conduce la rcacci611 c impide Sll arbitra-riedad; el aspecto afectivo es la realizacion de 10 que estaba estructuradopreviamente en Ia lengua del texto. Una descripciun de la interaccionresultante de este aspecto doble, promete hacer perceptible algo sobre 1aestructma del decto de los textos, asi como sobre 1a estructura de 1a reacci6n del lector.

    Un ejcmpl0 senciIlo puede ac1arar esto. Si estudiamos la construccionritmica de cualquier segmento lingiiistico, nos confrontamos siemprecon hechos no psico10gicos; pero si allalizamos esta construceiun ritmicade la lengua como algo que esta avocado en las formas mas diversas,a provocar una reaccion funcional adecuada, reproducimos entoneespor medio de ese anaIisis y partiendo de factores mll)' objetivos-

    algunos rasgos de la reacci6n. estetica. Es muy claro que 1a reaccionestetica, reproducida de esta manera, sera una reaccion muy impersonal,es dedr, que no' parte de \:1n s610 individuo y no reflcja un procesopsico16gico individual en loda su concrecion, pero esto representa solo'una ventaja. Esta circunstancia nos ayuda a determinar la natura1ezade la reaccion estctica en su forma pura, sin mezclarla con todos losprocesos casuales, junto con los cuales ha crccido en la psique individual. 3Por esta raz6n, una descripcion de la interaccion entre texto y lector.

    debe referirse, primordia1mente, a los procesos de constitucion, a travesde los cuales los textos son experimentados al leerse. Una experie:1ciatal precede sicmpre a todo significado atribuido a las obras, ya que estcsignificado se basa en ellas. Comprencler eSlc significado quiere decit':dcspertar la conciencia para los aetos de los wales surgen nuestros juiciossobre el ..rte y cuya afirmacion se ellCllentra en su experiencia. Lo qu,e

    :I L. S. Wygotski, "Das psycho!OI,,'ische Problem cler { Ullst". en ;{slhelisrlle Er/ahmll .tll d litcmriscilcs Lerncn C(l. Wilhelm Dchn, 1;r;:1I1k f nrt, 1!J74. p !"3s.

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    d i TT TT F TTSWE'1PB'RZJS3' " ; ;

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    ; caracteriza a la naturaleza Qcl efecto estetico, esque no se puede fijarJ en 10 existente. Si, tal vez el uso lingiHstico de "estetico" expresa :ya unadificultad del lenguaje discursivo; este uso lingiiistico designa mas bienun vado en el discurso, sin caracteristicas semanticas, que no tiene unsignificado semantico determinado. Josef Konig escribi6 al respecto:

    Por cierto . . . las expresiones "efecto bonito y "esto tiene un efectobonito no son expresiones que no signifiqucn nada. Pero, de 10 quesignifican, se considera que a diferencia de otras cxpreslones no significantes de nada-, 10 que significan, no s nada m s e 1 significadopor eIlas; y entoces es valido que algo 5610 es en tanto que no es nadamas que 10 significado por esas expresiones."Precisamente de esta particularidad se despoja al efecto estetico, si secomienza a deducir 10 significado por el en vista de los significados quese conocen; pues si este efecto significa aquello que viene al mundo atraves de esta, entonces esta es 10 no-identico a las existencias disponiblesdel mundo. Pero, al mismo tiempo, se comprende por que a esto no identico continuamente se Ie adjudican caracteristicas: se desea retroccdera algo que se deje comprender. Cuando esto sucede, se extingue el efecto;ya que es un efecto en tanto 10 significado por el no se base en otra cosa

    que en ese decto, el que primero s610 se puede clasificar como la negaci6n a la clasificaci6n 0 como el estar-destacado del receptor de entre susclasificaciones.De esto se deduce que la vieja pregunta cque significa estepoema, este drama, est a novela?, se debe sustituir por la pregunta: ,queIe sucede al lector si a traves de la lectura hace resucitar textos fictivos?.-El significado tendria entonces mas bien la estructura del suceso; el significado mismo es un acontecimiento que no se puede referir a la denotaci6n de hechos empiricos 0 supuestos como siemprc. Pero, a traves/ , de esto, se cambia el caracter 0, por 10 menos la valoraci6n del significadomismo. Siel texto fictivo existe a traves del efecto que puede produciren nosotros, entonces el significado se deberia concebir mas bien como. el producto de un efecto mas experimentado y esto significa, despues detodo, mas elaborado, pero no como una idea pretendida en la obra, quese manifestada a traves de la obra.

    Con csto se presenta otra tarea a la interpretaci6n: en vez de descifrarel significado, la interpretacion debe aclarar los potenciales de significadoque ofrece un texto por 10 cual, la: actu.alizaci6n que se efecttla en la

    ~ . l e c t u r a se realiza como un proceso de comunicaci6n que se debe describir.l Con seguridad, es correcto decir que en el proceso de lectura, el potencial. ; r del' sentido nunea puede ser resca tado de manera total, sino siempres610 de manera parcial. Pero precisamente, eso convierte en mas necesa

    Josef Konig, "Die Natur der asthetischen Wirkung , cn Wesen und Wirklicllkeitdes Menschcn Festschrift tilr elmuth Plessner cd. Klaus Ziegler. Gottingen. 1957p. 321.124

    rio el .a:l 1a visentido.tendencci6n 'calizacionIalczaerda tcomo sde acola eXfXindepeuna inde si aestrictasu immarcoticado,naturaterfsticmien tmas bsupuesentidpuesconsidebe ducesc dedameminasu capOL(eso dla peridad16gicdiscu

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    o se puede f, IJ3fI ~ x p r e s a ya Una;esigna mas blenIue no tiene uno al respecto:tiene un efectoPer?, de 1 que>reslOn: s ':0 sig- e 1 sIgmficadoque no es nada

    to eSletico, si sesignificados quene al mundo 3Ici l e y amenaza constantemente con cambiar a una determin.?Ci6n porrasgos de tipo discursivo. Pero el sentido comienza a perdersu cadcler estetico y a tomar un caracter discursivo cuando se pregunta

    P 9 L s u ~ i g n i f i c a d o En ese momento cesa de significarse a sf mismo y coneso deja de ser un efecto estetico. Alli sc manifiesta, al mismo tiempo,la peculiaridad del concepto de sentido de los textos fictivos; esta peculiaridad cs -para modificar una expresi6n de Kant- de naturaleza anfibologica: ora tiene el senti do un caracter estctico, ora tiene un car:kterdiscursivo. '

    Este cambio es determinado tam bien por la estructura de este conceptode sentido. Pues el sentido, como efecto estetico, no puede persistir enese estado. S6lo la experienda, impulsada por el sentido y desarrollada;en el lector, muestra que el sentido causara algo, de 10 que no s ~ podraafirmar que el sentido sea neccsariamente de naturaleza estetica. Se descaicomprender la experiencia producida por cl texto, 1 que forzosamenleconduce a su utilizaci6n, la que ahora se realiza a traves de las orienta

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    dones validas para el lector: Con ella se vuelve claro el punto culminantede este concepto de sentido por medio del cual se pueden separar entresi las estrategias de 'interpretacion. Una interpretacion orientada hacia elsignificado impide esa distinci6n; por elIo, a esta interpretacion no seIe presenta la relacion peculiar de que un efecto estetico se reproduce por. causas exteriores a Ia estetica. La interpretacion se encuentra siempre masalIa de este punto culminante y entiende el sentido como una expresionde valores reconocidos colectivamente. Un amUisis del efecto estctico seencuentra de esta parte del punto culminante: sobre to do porque la ducidaci6n de los procesos de constitucion hace perceptible la peculiaridadde aquel sentido, que es requerido para tantas cosas tan distintas; ademasporque un amilisis tal crea, en primer lugar, las condiciones para un estadode cosas que aqui ya no se puede tratar, pero que cuando menos debeconsiderarse como problema. Esto significa: lc6mo se debe considerarqna.aplicacion pnictica del efecto estetico y que consecuencias resuitan de ella?Si la interpretacion, orientada hacia el significado, ha tratado estos oofprocesos -el de la constituci6n y el de la aplicacion del sentido- como sino necesitasen de explicacion alguna, para eso era entonces decisiva sufinalidad de averiguar el significado de los textos, significado objetivoporque esta determinado por caracteristicas. Pero la historia de la inter:,pretacion muestra que el marco de referencia necesario era con frecuenciael de una subjetividad cultivada de tal manera que la comprension y elresultado de la interpretacion surgieron de una causa, cuya eliminacion, era parte de las metas declaradas de este acercamiento interpretativo.Esta afirmacion es necesaria porque una teoria orientada hacia el lector..

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    pun to culminantedc.n separar entreonentada hacia elerpretaci6n no seI se r ~ r o uce por;ntra slempre masno una expresi6ndecto estctico sedo pOl'que la elu.e la peculiaridaddisr.intas; ademasICS para Ull eSladomdo menos debeJC considerar unaresultan de ella?' .lralado estos d6rsClllido- como siJnces decisiva sunificado objetivo:oria de la inter-.ra con frecuencia:omprensi6n y elcuya eliminaci6nn terpretativo.la hacia el lectorno incontrolado,de una manera'las de las artesibuyan a la res-; teodas difieren1 a la obra dee] subjetivismo,)ra a 'su maneralero una normale arte. Iito cstetico es la

    ~ i e d a d subjetivade su actualizaar que el texto,''', incluye unatan automatica)re Ja idealidadr XliI.

    de una norma cuya representaci6n objetiva deber!a realizarse en la obra,con ello no se ha dicho aun nada sobre la interpretacion adecuada pormedio del lector, para quien esa idealidad sl tiene que ser una dimensionobjetiva. En resumidas cuentas: equicn decide sobre la idealidad de lanorma, sobre la objetividad de la representacion y sobre la propiedadde la comprension? Aun cuando la respuesta fuera: naturalmen:.'.:', elcrItico, cste es primero que nada un lector cuyos juicios, con toda la deter- .minaci6n previa de su orientacion, surgen a traves de la lectura. Perosi los juicios, con su pretension de objetividad, sllrgen de una base tal1poco dara, como 1 es la lectura, entollces el reproche del subjetivismohecho contra la t f ~ o r i del decto estetico no puede compararse con la

    p r i v a t i z ~ l c i n de los tcxtos. Al cOlllrario, ya que lOtios los aetos de COHlprension se llevan a cabo por medio de esa tan lamentada privatizacion,.esta privatizacion necesita una ac1:1racion urgente.Por ahora se debe admitir sin mas que dichos actos de comprensiorrson dirigidos por las estructuras de los textos, pero no son totalmente'controlados por ellos. Aqul husmea la arbitrariedad. Pero no sc debeolvidar que los textos fictivos disefian iU objeto, pero no representaa

    objetos existentes. Esto es valido tambien en donde los textos son considerados como representacion de la nonna ideal; plies la idealidad comoalgo deseable, implica precisamente su "no-estar dado". En consecllcncia,la objetividad creada por textos fictivos no posee In detenninaci6n universal que corresponde a los objetos reales; son realil.ados con cienosvalores de indeterminaci

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    lector, se desplaza en una posicion muy diferente a la supuesta en el proceso de comprensi6n: hacia donde la experienciaestetica se trans formaen una a plicacion pnktica.Si el interes en la contraposicion Subjetivismo-Objetivismo tiende a aI-terar estados de cosas importantes, porque siempre se presenta bajo lapresion de escoger entre una cosa u otra, entonces se sospecha que aqu{se trata de un problema aparente, producido por el realismo conceptualde la estetica: " . . . la teoria estetica es un intento logicamente va no pordefinir 10 que no puede ser definido, por establecer las propiedades nece-sarias y suficientes de aquello que no tiene propiedades suficientes ynecesarias, por concebir el concepto de arte como algo cerrado, cuando susimple uso revela y demanda su apertura." 6 Sin embargo, este juiciono domina por completo la praxis de la interpretacion. La interpretaciontiene una tendencia objetivista y, en consecuencia, derra la apertura delas obras de arte a traves de sus actos de determinacion. Si. por ejemplo,decimos que una obra literaria es buena 0 mala, 10 que de acuerdo a laexperiencia acontece con frecuencia, entonces estamos dando con esto unjuicio a p n ~ c i a t i v o Pero cuando nos vemos obligados a fundamentar esto,entonces nombramos criterios que en realidad no tienen caracter valorarivo, sino que solo designan particularidades de la obra que esta a dis-eusion. Tal vez comparamos esas peculiaridades con las de otras obras,sin lograr ninguna otra cosa que una amplicacion de nuestro catalogode critedos. Las diferencias hechas patentes entre los criterios utilizadosno son, a pesar de todo, el valor mismo. Estas diferencias designan 5010requisitos para una slntesis, que se expresa en el juicio apreciativo, peroque en su forma real no puede fundamentarse por medio de caracterCsticasdemostradas y por medio de las diferencias de aqu{ rcsultantes. Decir queuna novel a agrada porque los caraeteres son realistas, significa proveer unacaractedstica .vcrificable con una valoracion subjetiva, la q.ue, en el mejorpe los casos, puede contar con un consenso. Utilizar caractedsticas dadas~ b j e t i v a m e n t e para una preferencia determinada, no haee objetivo al juicio/apreciativo, sino que objctiviza las preferencias subjetivas de los dictami(nadores. Un procedimiento de este tipo saca a relucir las orientacionesque nos gu(an. Estas se pueden concebir como expresi6n de nOl:mas inter. nalizadas del dictaminador y no se convierten por ello en juicios apreciaI tivos objetivos, pero hacc acecsiblc a la intersubjetividad, la inevitable. subjetividad de los juicios aprcciativos. Aqul es instructiva 1a gran controversia sabre Milton entre C. S. Lewis y F. R. Leavis. E1 punto decisivede ]a discusion fue formulado por C. S. Lewis como sigue: "No cs que ely yo observclllos cosas d ifcrclltcs, clI:ludo V IUOS El t awiso perdido.ve y oelia cxactamente 10 mismo que yo yeo y amo." De aqu{ se deduce

    6 Morris Weitz, "The RQle of TheOl"ie in Aesthetics" en Phi/oso/ ily Loohs at theArts cd. Joseph Mal"golis, New York. 19()2, p. 52.

    7 C. S. Lewis. A Preface to Paradisl: Lost (Oxford }lapcrbacks, 10), London, 1960.p. 134128

    que locion. de lavamenen elsificacalgo tidenticposeeun tejetivaconstivaloratextobase 10 viv

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    mesta en el pro-:a se transfonnarno tiendc a ai-tresenta bajo lapecha q.ue aqui:smo conceptualncr.He vano pOl'

    o p ~ d a d e s nece-es suficientes y"ado, cuando surg?, este juicio1 terpretaci6nIa apertura deii, por ejemplo,ie acuerdo a lado con esto unIdamentar estocara.ctef valora:que esta a dis-dc otras obrasuestro catalogocrios utilizadosdesignan s610)rcciativo, pero= caracteristicasltes. DedI' queca proveer unaH , en el mejorteristicas dadasljetivo al juicioie los dictami-" orientacionesnor:mas inter-juidos aprecia-la inevitable1 la gran conpunto decisivoNo es que l

    ; perdido Ellqui se deducey / oo/:s at the, London, 1960,

    que los dos consideran como objetivas las caracterlsticas para su evalua-ci6n. No resulta por elIo ninguna diferencia en el acto de comprensi6nde la epopeya de Milton; se trata aqui de un procedimiento intersubjeti-vamente identico. Pero las diferencias comienzan a presentarse a un niveI,en el que ya no se deberfan dar, si debe seguir siendo relevante la cIa-sificaci6n de objetivo y subjetivo. (C6mo puede significar repentinamentealgo tan distinto un procedimiento de constituci6n intersubjetivamenteidentico? (C6rho pueden convertirse en subjetivos juicios que en su baseposeen, obviamente, un alto grado de compromiso objetivo? Tal vez porqueun texto literario contiene indicaciones, verificables de manera intersu b-jetiva,' para la producci6n de su sel1tido, el que -ya como un sentidoconstituido- puede producir vivencias muy diversas, y por consiguiente,valoraciones respectivamente distinlas. Si las opcraciones causadas por ltexto son de naturaleza intersubjetiva, con eso esta dada entonces unabase de comparaci6n que permite juzgar las valoraciones subjetivas de10 vivido.

    Pero entonces ~ q u indica el realismo conceptual de subjetiv%bjetivo?En realidad, 5610 podemos calificar a algo como subjetivo cuando reali-zamos la diferenciaci6n por medio de medidas objetivas, que surgen enel c lso de la estetica de la misma capa del sujeto, que se objei:iva en juiciosapreciativos. Pero los conceptos eSlcticos no est n orientadosestrictamentehacia las caracterfsticas, porque pueden desarrollar su capacidad funcio-nal siempre de. una manera correcta ah donde se pueden librardel rigordel concepto. Esto significa que los conceptos esteticos deben ser conceptosabiertos.

    Un concepto es abierto si sus condiciones de aplicaci6n son corregiblesy enmendables; es decir, si se puede imaginar 0 asegurar una situaci6no un caso que provocaria algun tipo de decision por nuestra parte,para extender el uso del concepto hasta cubrirlos 0 a cerra'r el conceptoe inventar uno nuevo, para tratar el nuevo caso y su nueva propiedad. 8Mientras que el concepto abierto trasciende las caracteristicas de losmarcos de referenciaexistentes, estc concepto transforma una cualidad de

    10 estetico en discursividad. Esta se muestra, por un lado, como excedentede 10 que conocemos y, por otro lado, se muestra en la despotencializa-z3ci6n de marcos de referencia en meros acercamientos heuristicos.

    Pero una concentraci6n del interes en la estructura del efecto de lostextos no esta sujeta tan s610 al reproche del subjetivismo, sino tambiena 10 que Wimsatt y Beardsley designaron como la "falacia afectiya" ensu conoddo ensayo.

    La falacia afectiva es una confusi6n entre el poem a y sus resultados \(10 que s y 10 que hace . Esta comienza tralando de derivar Ia8 Weitz, p. 54.

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    norma de la critica de los efectos psicologicos del poema y termina enel impresionismo y el reiatlyjsm,o. EI resultado . . . es que el poemamismo, como un objeto de un juicio especificamente critico, tiende adesaparecer. . .En esta afirmaci6n es correcto 10 que atafie tambitn a aquella posicionque se contrapone aqui a la "falacia afectiva". Pues el juicio crftico. que

    tiene que valer para el poema, lleva tambien a un resultado. En conse.cuenda, la diferencia entre la intervencion correcta y la aIsa s610 sepuede referir a la naturalcza del resultado; pero todavla uno debe pre.guntarse si el verdadero problema no se encuentra ya en el caracter mismodel resultado y menos en la calidad del resultado.

    Si se admite la legitimidad de la clasificaci6n de textos, como un signi.ficado representado lo que es el poema y sobre lo que trata l poema) ycomo potenciales de efecto 10 que haee el poema), entonces sucede enambos casos una identificacion del texto condicionada por la perspectiva,con una intencion determ.inada en cada caso. En un caso se refiere a unsignificado postulado y en otro a un receptor postulado. No importa comose valore la legitimidad de esos postulados, los dos parecen poseer algoen comun, precisamente a causa de su diferencia. Los dos son actos dedeterminar.ion que determinan 10 que el texto literario es de preferencia.De aquf se puede deducir una cualidad propia del texto literario, queconsiste en provocar actos de determinacion que pueden ser de tipos muydiversos. Por eso es tambicn tan diffcil concebir textos literarios indepen.dientemente de tales actos de dctcrminaci6n. Estos igualan a creacionesflotantes que indllcen necesari;llnenle al obscrvador a fijarlos a determinacioncs. Si esto sucede, se tiende a confundir la cualidad realizada de la

    \ :.. determinacion, con la naturaleza del texto, a pesar de que esta consisteen inducirnos a tales actos de determinacion, sin que cstos sean idcnticosal rcsultado surgido a traves de ella.

    De este estado de cosas surgen la mayoria de los problemas de la este-I tiea literaria. Pues parecemos malograr el exito de nuestros esfuerzos por

    experimentar algo sobte la literatura por medio de las determinaciones alas cuales nos induce siempre el texto mismo. En este aspecto cstructural,la "falacia afectiva", criticada por Wimsatt y Beardsley, no se difcrenciade aguella determinaci6n que consideran correcta para un estudio de laobra de arte. Su critica es ccrtera, en la medida en que ya no considerala desaparicion de la obra en el resultado producido por ella, como unproblema de la estetica, sino en estc caso especial, como un problema; de la psicologfa. Por consiguientc, est a criti ca es v;\.lida siempre que la: obra es confundida con su resultado. A cste tipo de confusion solo sepuede llegar porque el texto literario estructura de manera previa, porlo menos potencialmente, este tipo de "resultados", en tanto que pueden

    1) W. K. WiIllS:lll. rile Verbal lcoll. Studies in tlte MCllllillg of Poetry, Lexington.1967. p. 21.130

    seT acttipo dlos texestcticaproducdel seque loprenda{ectaesa tetica den cuigualria dy elpostu

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    n::t y tcrmina ens ~ ~ l cl poemacrHICO, tiende a

    ~ u e l l a PosicionIlCIC) aftico, queItado. En conse.la falsa solo sel u ~ debe pre.t caracter mismo, como un signi_lla el poema) yonces sucede en; la perspectiva,se refiere a uno importa comocen p03{;er algo)s son aetos dede preferencia.o literario, que

    'r d ~ ~ tipos muyTanos mdepen10 a creacionesrIos a de term i-realizada de laIe csta cOllsiste, sean idcnticosmas de la estes esfuerzos porerminaciones acto cstructural,) se difcrenciaestudio de lano consideraella, como unun problemaiempre que lafusion solo sera previa, poro que pueden)(:1,;, Lexington,

    ,ser actualizados por el receptor en la (ase de realizacion, de acuerdo altipo de decisiones de seleccion tomadas por el. Vistos de esta manera,los textos literarios mas bien inician ejecuciones de sentido. Su calidadestetica yace en esa estructura de ejecucion" que puede ser idcntica alproducto, porq.ue la participacion del lector hace posible la constituciondel sentido. En consecuencia, el qua e de los textos literarios se basa C:lque los textos pueden producir algo que todavia no son. De csto se desprende que una teoria del efecto estetico de la literatura no puede serafectada, en absoluto, por el reproche de la "[alacia afectiva", puesto queesa teoda descubre apenas la estructura de ejecuc:ion" como calidad estetica de los textos literarios, calidad que precede a todo "ser-afectado" yn cuyo transcurso se requieren no solo las facultades emotivas, sino deigual manera, tambicn las facultades congnoscitivas. Adem,ls, para la teo

    ria del efecto, la separacion analit.ica entre la "estruCLUra de ejecucion"y el resultado, es su condicion previa, la que desaparece siempre que sepostula al texto la pregunta siguiente: ,que significa el texto?

    2 Conceptos de lectol y el concepto del lector implicitoNorthrup Frye escribi6 una vez: "Se ha dicho de Boehme que sus librosson como un picnic, al que eI autor trae las palabras y el lector el significado. Puede que esta observation haya sido concebida como una burlaa Boehme, pero cs una descripcion cxacta de todas las obras literarias,sin excepcion." 10 Pero e intento de penetrar en esa cooperacion se topacon dificultades, en tanto que uno se debe preguntar: ,que lector seI tiene realmente en mente, cuando se habla de un juego tal entre autory lector? La critica literaria conoce ya una serie de tipos de lectores, queson citados siempre que se trata de hacer afirmaciones sobre el cfecto 0

    IIa recepcion de la literatura. Por 10 general, esos tipos de lectores sonconstrucciones que sirven para expresar metas de conocimiento. En principio, se diferencian una de otra porque, en ocasiones, acentuan su construccion rente al sustrato y, en otras ocasiones, se atribuye al sustrato lafuerza de comprobacion de las suposiciones imputadas. En esa diferendacion gradual se incluyen decisiones previas, en 10 referente a si debenponerse en claro las estructuras del efecto 0 si se debe comprobar c efectoexperimentado.

    Tanto el lector_ ideal como el lector contemponineo son, por eso, tipos\prominentes, aun cuando una referenda directa a eUos se rea lice con reser- va, porque uno parece ser una pura construccion y olro a pesar de existir es dificil de concebir como una construccion necesaria para afirmadones generalizantes. Pero, ,quien querda negar que en realidad existe

    10 Norlhrop Frye, Fearful Symmetry. A Study of Willialll Blahe 3a. cd., Boston,1967, p. 4275.

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    -_.-._----------

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    ! .

    , II

    el lector contemponineo y tal vel tambien el lector ideal? Por consiguien_te, el valor de estos tipos se basa en su sustrato comprobable en cada caso,Entender cual significadocorresponde al sustrato como instancia de veri-ficaci6n, es algo que se puede leer en el hecho de que ultimamente setrata de crear otro tipo de lector, que sea mas que 5610 un valor heuris-tico. Esto significa aquel cuya disposici6n psiquica se ha hecho acceslhIc:-a traves de los hallazgos del psicoamilisis. Ejemplar para esto son las inves.tigaciones de Simon Lesser y Norman J::lolla d,l1 a las que todavia nosdebemos referir. Pero aqui ya no sc puede decir que recurrir a la natu-raleza psiquica del hombre, como base para un tipo de lector en el que sepuedan observar los eectos de la literatura, haya sido un hecho queestaba guiado, no en ultimo lugar, por el anhc10 de alejarse de las limi-taciones de los tipos mencionados de lectores. Por eso, una teoda del efec-. fo literario, orientada psicoanaliticamente, puede pretender para sf una

    ,mayor plausibilidad, pues parece que en realidad existe el lector descritopor esta tcorfa; este lector esta libre de la sospecha de ser una pura cons-. trucci6n.

    Por 10 general, se diferencian los mencionados tipos de lector entre sf,porque en uno se elimina la construcci6n y en otro se elimina el sustratoempirico, para documentar metas de conocimiento, 0 bien la confiabilidadde afirmaciones hechas sobre el decto literario. Si se tiene en la miraal lector contemporaneo, entonces se puede realizar, preferentemente unahistoria de la recepci6n. En este caso, la acogida de la Iiteratura por unpublico determinado es el centro de interes. Al mismo tiempo, los juicioshechos sobre esas obras reflejan ciertas posiciones, opiniones y normas delpublico contempor:ineo, de tal manera que en el espejo de la literaturase manifiesta c c6digo cultural por el que est:in condicionados estos jui-dos. Esto es v,ilido tambien aId en clonde la historia de fa recepci6n sedirige hacia los testimonios que provienen de lectores que, desde diferentedistancia hist6rica, juzgan sobre la obra que esta a discusi6n. En todo caso,la historia de la recepci6n descubre las normas de juicio del lector y seconvierte con ella en un punto clave para una historia social y una historiadel gusto del publico lector. Pero la documentaci6n inalienable de lostestimonios comienza a disminuir considerablemente, mientras mas regresemos hacia antes del siglo XVIII. La consecuencia de esto es que unomismo puede reconstruir al lector contemporaneo, a menudo, 5610 a par-tir de los textos legados. Pero entonces surge la pregunta de si una recallStrucci6n tal se debe entender como la de un lector contemporaneo 0 sino representa mas bien el papel. inferible del texto, por medio del cualse debe guiar al publico lector. Pero en todo caso, c lector asf detcr-minado se basa en otro "sustrato". Este lector se fundamenta en la estruc-tura del texto, en vez de estar fundamentado en el testimonio de unlector realmente existente.

    11 Vease para esto cl capitulo 1, B, 3, p. 678.32

    Enel frde fliterjuicicorrePerociertel lci6nPerotextolas mtipoalgode lrece

    eudeclde sexteCiCIOconesasconel cinllel tEestasenmuediveel nunofusiidenla scondedel tod

    Edesitu

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    It Por consiguien.lble en cada caso.iustancia de verie ultimamente seun valor heurlSa hecho accesible

    ~ s t son las inves.que todavia noscurrir a la natu:ctor en el que se) un hccho quejarse de las limi.a tcoda del efeclder para si unael lector descritor una pura cons-e lector entre siimina el sustratola confiabilidadiene en la miraerentemellte unaitcratura por un

    ~ m p o los juiciosles y normas delde la literaturaJnados estos jui-Ia recepci6n se. desde diferenteno En todo caso,del lector y seal y una historiallienable de losn ras mas regre5tO e que unoudo, 5610 a pare si una reconsemporaneo 0 Iiimedio del cualector asi deterIta en la estruc;timonio de un

    En una oposici6n casi diametral al lector contemporaneo, se encuentrael frecuentemente citado lector ideal, cuyo sustrato es mucho mas dificilde fijar, aun cuando no es infundada la 50Specha de ver en el criticoIiterario 0 en el fil610go al sustrato de esa abstracci6n. Es cierto que los, juicios de los crfticos y de los fi161ogos estan enriquecidos, filtrados ycorregidos pOl el gran numero de textos con los que tienen contacto.Pero, en realidad, esto los convicrte s610 en lectores cultivados y, porcierto, no porque alcanzaron una idealidad ambicionada, sino porqueel lector ideal representa una imposibilidad cstructural de la comunicaci6n. Pues un lector ideal deberia poseer el mismo codigo que el autor.Pero, debido a que, por 10 general, el autor codifica de nuevo en sustextos los c6digos dominantes, el lector ideal deberfa estar provisto delas mismas intenciones que se hacen validas en un procedimiento de estetipo. Suponiendo que esto es posible, entonces la comunicaci6n seriaalgo superfluo, pues por medio de ella se determina algo que resultade la fa Ita de coincidencia entre el c6digo del emisor y el c6digo delreceptor. 'Cuan poco el autor mismo es su propio lector ideal, 10 testifican lasdedaraciones discursivas de autores sobre sus textos. Pues como lectoresde sus textos, los autores, en general, no rescatan su efecto, sino que seexteriorizan en un discurso, determinado por caracteristicas, sobre la intenci{'m, la estrategia y. la organizaci6n de los textos y gcneralmente bajocondiciones que son validas para el publico que debe ser orientado poresas declaraciones. Pero en ese proceso, el autor cambia su c6digo y seconvierte en el lector de sus textos, bajo condiciones que, precisamenteel como autor del texto, habla excluido. Por consiguiente, para el mismo es

    inutil la duplicaci6n en au tor y en lector ideal, a pesar de que el seriael unico que podda cumplir con un postulado tal.Este postulado implica, ademas, que el lector ideal en realidad deb

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    texto se agotarfa en ' -In acto asi, 1 que para la literatura seria, por cieno,una idealidad ruinosa. Pero hay tcxtos para los cuales esto es valido, tal

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    leria, por cieno,to es valido, taltrivial y la deen realidad se

    :tor ideal. Puesltra con dificulo esto se mani.)r ideal es una) csta, el lectorlasa su utilidad.'n que se abren

    litcratura. EI' lidos cambian, COIl referendaramente global,contcmponineo,ria de los casos,.cion del efecto,c los resultados:a por ello, alque estan senaJara desarrollar)e esta maneradefinidos, parae) 12 el lectora nombrar soloya alcanz6 unlectores estanIe una maneramantes" 15 queertificar, en Iao estilistico". 17dcscubrimientotextual. Como

    Bollc, MU lchcn.cn ew iterary1h.

    concepto colectivo para personas de pruebas. de diferentes competencias,sirve para una determinacion empirica de los potenciales del efeeto deltexto. Gracias al gran numero de in form antes, Riffaterre cree poder eli.minar el amplio espeetro de inestabilidad subjetiva que resulta inevitablemente del variado repertorio de planes del lector individual.A el Ie interesa haeer objetivable el estilo, 0 bien el hecho eSLilistico",como una determinada informacion adieional para el nivel lingiHstieoprimario. is Pues el hecho estilistico" se diferencia de su entomo contextual por su alta densidad de eodificaci6n. De aqui resultan contrastesintl'atextuales cuya determinacion libera, por medio del archilector, primcrode las dificultades de la estiUstica de desviacion, orientada lingiiisticamente, la que debia postular normas lingiiisticas extra-textualcspara poder dctcrminar su calidad poetica, a travcs del grado de desviaciondel texto respectivo. Sin embargo, no es este estado de cosas el que formael componente decisivo del concepto. Este componente consiste en queun hecho estilistico" solo se puede localizar por un sujeto perceptor.De esto se deriva que Ja imposibilidad de formaIizar cl contraste intratextual se manifieste como un efecto que solo se puede realizar en ellector. Aunque el archilector de Riffaterre es un concepto de pruebapara captar e1 hecho estilfstico", contiene, al mismo tiempo, la indicacion decisiva de que la imposibilidad de ser referido del hecho estilistico" neccsita p r e c i s ~ e n t e del lector para su rescate.

    Pew ahora, el archilector mismo, como designaci6n de un grupo deinformantes, no es a prucba de errores. Pues hacer presentes contrastesintra-textuales, presupone competencias de la mas diversa naturaleza ydepende. no en ultimo lugar, de la cercania 0 de 1a lejania historicaen la que se encuentra el grupo de prucba con respecto al texto en cuestion. De todos modos, el modelo de Riffaterre muestra que, para fijarlas cualiclades estilisticas, ya no son suficientes los instrumentos de lalingiiistica.

    Algo parecido sucede can el concepto, desarrollado por Fish, del "lector informado , que no tiende tanto a la circunscripcion de valores mediosestadisticos de las reacciones de los lectores, sino que desea describir procesos de tratamiento del texto por medio del lector. Para ello, son necesarios determinados requisitos.

    EI lector infonnado es alguien que: 1 es un hablante competente deIa lengua a partir de la cual esta formado el texto, 2 esta en posesiontotal del "conocimiento semantico con el que un oyente . . . maduroresuelve su tarea de comprension". Esto inc1uye el conocimiento (estoes, la experiencia, como productor y como captador) de grupos lexicales, probabilidades de colocacion, frases idiomatieas, dialectos pro18 Vcar.c a1 rcspecto tamIJicn Ja crltica de Rainer Warning. "RClcplionsiisLhclik alslilcralurwisscllSchaftlichc l'ragmatik , cn Rezeiltiollsiisthetik (UTIl, 303) , cd. Raincr Warn-

    ing, Miinchcll, 1975, p. 26s.35

    d

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    fesionales y otros, etcetera; 3) tienc una competencia literaria E1lector de cuya respuesta hablo es, entonces, ese lector informado queno es ni una a b s t r a ~ c i n ni tin lector actualmente vivo, sino un hfbrj_do un lector real (yo) que hace todo 10 que esta en su poder, paravol verse a sl mismo una persona informado. 19Este tipo de lector no s610 debe poseer las competencias mencionadas,sino que tambicn tiene que observar sus reacciones en el proceso de actua.lizaci6n, para que puedan ser controlables. a necesidad de esta auto-observaci6n se basa, por un lado, en que Fish desarrolla su concepto dellector informado segun la gramatica generativa, y por otro lado, en queno puede adoptar determinadas consecuencias de este modelo gramatical.Si el lector estructura el texto por,medio de sus competencias, esto sig-nifica que en el curso de la lectura se forma una secuencia de reacciones

    en la cual se genera el significado del texto. Hasta aqui sigue Fish elmodelo de la gramatica transformacional. Pero si la serie de reaccionesdebe ser vigilada constantemente,20 es sobre todo porq.ue Fish no puedeaceptar la nivelaci6n transformacional de la estructura superficial, comoposibilidad de retornar a su estructura profunda.

    Debe notarse, sin embargo, que la categorfa de mi respuesta y, en espe-cial, de una respuesta llena de sentido incluye mas de 1 que pudieranadmitir los gramaticos transformacionalistas, quienes creen que la com-prensi6n es una funci6n de la percepti6n de la estructura profunda.Existe una tendencia, por 10 menos en los escritos de algunos lingiiistas,a degradar la estructura superficial-la forma de oraciones actualesal estatus de una cubierta insignificante, de un vestido 0 un velo; unlecho de superficialidades que deben ser retiradas, penetradas 0 dese-chadas en favor del nucleo que esta bajo el. 21a secuencia de reacciones, provocadas en el lector por la estructurasuperficial, adquiere su particularidad en textos literarios, con frecuenciadebido a que sus estrategias confunden al lector. de 10 eual surgen, enprimer lugar. diferenciaciones decisivas en las reacciones. Por consiguiente.la estructura superficial genera en el lector un suceso que seda elimi-nado nuevamente, si esta estructura s610 debiera servir para descubrir laestructura profunda. Con ello. Fish abandona el modelo para el conceptodesarrollado por Fish. El modelo topa con un limite, precisamente ahidonde comienza a convertirse en interesante: en la clarificaci6n de losprocesos de tratamiento del texto, cuya pura remisi6n a una gramaticadel texto empobreda notablemente a un proceso tal. Pero el conocpto dellector informado pierde en ese punto su marco de referenda y se

    19 Fish, p. \45.Ibid. p. 144116.

    21 Ibid. p. 143.136

    conviedificilcuenci"Dc udo qumentomaterreficrde visse mucionacambque smina

    i n d i sPeroclaratratapara

    Sipropla "iidea

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    22

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    ~ s t y, en cspe., que pudierann que la corn-,ura profunda.lUOS lingiiistas,Jnes actualeso un vela; un

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    la estructuracon frecuencialal surgen, en: consiguiente,Ie seria elimia descubrir laa el conceptocisamente ahfcae ion de loslOa g r a m ~ l t i c aconcepto del'erencia y se

    convierte en un postulado que es plausible en sus premisas, pero que esdificil de fundamentar como tal. Fish esta consciente de esto; en COnse-cuencia, caracteriza, al final del ensayo, su concepto de la manera siguiente:De una manera peculiar e inquictante (para los teoricos), es un meto

    do que procesa a su propio usuario, qUil'11 tambien es su unico instrumento. Es auto-afinador y 10 que afina es Usted. En breve, no organizamateriales, sino transforma opiniones .. .22 La transformacion ya no serefiere aqui al texto, sino al lector. Esta transformacion es, desde el puntode vista de la gramatica generativa, solo una metafora; por medio de ellase muestra tambien el limitado alcance del modelo generativo-transformadonal; puesto que ya es un acto de experiencia el que un texto produzcacambios en el receptor. EI problema del concepto de Fish consiste enque se desarrolla primero con base en un modelo gramatical, pero en determinado punto 10 abandona, con razon, para apoyarse en una experienciaindiscutible, que parece no querer saber nada de una intervencion teOrica.Pero no obstante, el concepto del lector informado deja reconocer, masdaramente que el concepto del archilector, que el amHisis de procesos detratamiento del texto necesita algo mas que solo modcios lingiifsticospara el texto.

    Si Fish pregunta por los efcctos del texto en ellector, entollccs es valida laproposicion, hecha por Wolff, del "lector pretendido", para reconstruirla idea del lector" que se ha formado "en la mente del autor". 3 Estaidea del lector pretendido puede tomar diferentes formas en el texto. Puedeser una imagen del lector ideali1.ado; 24 se puede manifcstar l l anticipacioncs masivas de los repertorios de normas y valores del lector contemporaneo, en la individualizacion del publico, en apostrofes de lectores,en atribuciones de actitudes, en propositos pedagogicos, as! como en laexhortacion a la todavfa desconocida disposicion para aceptar 10 Ieldo. 25Asi, se muestran en el lector pretendido -como la ficcion del ~ e c t o r 2G inscrita en el texto-, tanto concepciones contemporaneas del publico, comotam bien el af:i.n del autor de acercarse a estas ideas 0 de influir en elias.Wolff bosqueja Ia historia de un proceso de democratizaci6n de la ideadel lector, en cuya determinacion necesita de un conocimiento relativamente bueno del lector contempon\.neo y de la historia social del publicopara poder evaluar asi la ficcion del lector del texto en todo Sll alcancey en su funcion. Pero, en todo caso, la ficci6n del lector, constituible encada caso, permite reconstruir al publico que el autor que ria alcanzar (o hahlar. IEsta fuera de discusion el hecho de que tal determinacion es util ynecesaria. Tambien es indiscutible que. entre la forma de presentacion

    .22Ibid. p. l00s.23 Wolff, p. 166.24 Ibid. p. 145.25 Ibid. p. 143, 150, 151154, 156, 158 Y 162.26Ibid. p. 160.

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    del texto y el lector pretendic:io, existe una referencia reciproca, 27 peroaun no tiene respue9ta la pregunta siguiente: lpor que un lector puedecomprender un texto, a pesar de las distandas historicas y a pesar de quecon seguridad no hatiia sido pretendido por este? Por consiguiente, enla imagen del lector pretendido se ocuItan sobre todo' sucesos hist6ricosque en la producci6n de un texto estaban a la vista para el autor. Peroa traves de esto se designa 5610 una perspectiva importante del texto, quese ofrece como concepto para la reconstruccion de intenciones, sin decircon ello algo sobre la acogida del texto en la conciencia de recepcion dellector. Como ficcion del autor, el lector pretendido marca posiciones encl texto que todavia no son identicas al rol del lector en el texto. Estoproviene de que muchas de esas atribuciones de posicion -piensese porejemplo en la novela- son concebidas de manera ironica, de modo que ellector, menos que deber aceptar la posicion q.ue Be Ie ofrece, se debecomportar de acuerdo con ella. Por eso se recomienda diferenciar entre(iccion del lector y rol del lector. La f i c c i c l i l ( f ~ l ' - l e c t o r esta marcada enel texto por un determinado repertorio de senales. Pero este repertorioni esta aislado ni es independiente de las otras perspectivas planteadasen el texto y que estosidotralemenestrula esunael tedel la pmundecontivapercomilustivaguiasuduaninmaqu

    .-

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    proca,:J7 peroI lector puedeI ~ e s a . r de quenSlgulcn te, enesos hisll)ricoscl autor. Pemdel texto, queIlles, sin decirrccepci6n delposicioncs en

    ~ I texto. Isto-pienscse pormodo que el

    rcee, se debe~ r e n c i a r en trei m;ncada enae repertorioIS planteadasa traves delconsiguiente,o que, junton. m rol del: las pcrspec r 10 eual ]a01 del lector.:erentes in le-pruciJa, quedad de codi

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    tal vez en un sustrato empirico? Cuando en los proximos capitulos deeste trabajo se hable del lector, se piensa con ella en la estructura dellector impHcito, esbozado en los textos. A diferencia de los tipos mencionados de lectores, el lector implicito no posee ninguna existencia real;pues representa la totalidad de las orientaciones previas que ofrece untexto fictivo a sus posibles lectores como condiciones de recepcion. Porconsiguiente, el lector implicito no esta fundado en un sustrato empirico,sino en la estructura misma del texto. Si partimos de que los textos.logran su realidad justamente en el acto de ser lefdos, esto significa quelas condiciones de actualizacion deben ser bosquejadas en e1 acto de l'edaccion de los textos; condiciones que permitan constituir el sentido del textoen la conciencia de recepcion del receptor. Por eso, el concepto del lectorimpHcito designa una estructura del texto por medio de la cual el receptorsiempre esta previsto y la ocupacion de esta forma vada y estructuradatampoco se puede evitar ahf donde los textos, debido a su ficcion dellector, no parece preocuparse expresamente por su receptor 0 hasta tienden a excIuir a su posible publico por medio de las estrategias utiIizadas.As!, el concepto del lector implfcito pone a la vista las estructuras de!eecto del texto, a traves de las cuales el receptor es situado respecto altexto y esta unido a el por medio de los actos de comprensi6n provocados.por ell)or consiguiente, to do texto literario ofrece una determinada proposicion de roles para sus posibles receptores. Esto posee dos aspectos centrales que, a pesar de la separacion exigida por el amHisis, estan estrechamente unidos uno con otro: el rol del lector se determina como unaestructura del tcxto y como una estructura del acto. En 10 referente ala estructura del texto, se debe partir de que cada texto literario representauna relaci6n perspectiva hacia el mundo, ideada por su autor. Como tal,el texto no refleja solo al mundo dado, sino q ue constituy

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    contexto de referenda que les es comlln. En esta medida se da de antemanouna determinada estructura del texto al lector, que 10 obliga a adoptarun punto de vista qu.e permita construir Ia integrad6n exigida de las. perspectivas del texto. Pero el lector no es libre en la elecci6n de ese punto. de vista, pues este resulta de la forma perspectiva de representaci6n deltexto. S610 cuando todas las perspectivas del texto se pueden reunir enel horizonte de referenda que les es comlln, es adecuado el punto de Vistadel lector. El punto de vista y el horizonte resultan, por consiguiente, dela construcci6n perspectiva del texto, pero ya no estan representadas en eltexto mismo. Precisamente por eso, el lector tiene la posibilidad de tomarel punto de vista que fue dispuesto por el texto, para poder constituir clhorizonte de referenda de las perspectivas del texto. De aqu resulta el es-quema elemental del rol del lector, planteado en el texto. Estc;: rol e x ~ g ~de cada lector que adopte el punto de vista que se Ie ha asignado previa-mente, para que pueda elevar los centros divergentes de orientaci6n delas perspectivas del texto hada el sistema de perspectividad. a traves de 10cual se descubre, al mismo tiempo, el sentido de 10 que se esta represen-tado en cad a una de las perspectivas particulares_ 28Este esquema permite reconocer tambien que el rol del lector, marcadoen el texto, no puede coincidir con la ficci6n del lector en el texto. Pues,por medio de la ficd6n del lector, el autor abandona a un supuesto lectordel mundo del texto y crea con ello s610 una perspectiva adicional, queaumenta la construcci6n perspectiva del texto. Si en la ficci6n del lectorse muestra la imagen del lector que se imaginaba el autor y que se pre-senta ahora en interacd6n con las otras perspectivas del texto, entoncesel rol del lector designa la actividad de constituci6n, sefialada a los recep-tores del texto. En este sentido, el esquema descrito del rol de lector esuna estructura del texto. Pero, como cstructura del texto, l'eprescnta masbien una intend6n que apenas se cum pIe por medio de los actos provo-cados en el receptor. Por ello, estan estrechamente relacionadas In estruc-tura del texto y la estruclura del acto, pertenecientes al rol del lector.

    Cuando las perspectivas del texto sefialan hacia un horizonte que tienenen comlln, entonces este horizonte esta aun poco manifestado lingiHstica-mente como el punto de vista a partir del cual se debe hacer .presentela combinaci6n de las perspectivas. Es cierto que las perspectivas u-:: J textoaspiran a un contexto de referencia y adquieren por ello el cadcter deinstrucciones; pero el contexto de referencia no esta dado como tal y poreso debe ser presentado. En este punto el rol del lector, trazado en laestructura del texto, adquiere S1l eadeter afectivo. Este rol produce aetosde imaginaci6n por medio de los cuales se despierta, en cierto modo,la diversidad de reerencias de las perspectivas de presentaci6n y se rel'menen el horizome del semido. EI scmido de los textos literarios soloimaginable, ya q.ue no esta dddo en forma expHcita y por consiguiente,

    28 Para la explicaci6n dc esLe planLco, VCa5C el capitulo II, n 4, p. 161s.110

    I s610 pueI Para ellde imagnuevo cdad per1 tiempo,1 esta dasiempreIt que estI la secueIi bien, e\ La eII pecto a1 implkiI propuel ci6n piI s610 seI que sej se man\ Comno es nsilo p

    en su entrrengencuyverdz6nunapuelaacuQu

    la "suque ees mcumpposicdiera

    29Vin the('se lila deOO

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    la de amemano)1iga a adoptarexigida de lasn de ese puntoresentacion delc:den reunir en'punto de Vistaonsiguiente, de

    ~ s e n t a d a s en e1lidad de tomarer constituir clresul ta el es-.Este rol e x i g ~i1gnado previaorientaci6n dea traves de 10esta represen.

    ~ c t o r rnarcadoel texto. Pues,upuesto lectoradicionaJ, queion del lectory que se pre

    ~ x t o entoncesla a los reccp1 de lector eseprescnta mass aetos provoIdas la estruc

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    ciado, de val ores y normas de'le

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    lio de 10 cual'evia para losel tratamientolOIS: Si exisI as, con todastan desvalidoImo si tuvicra

    n trc la propoa congrucnciame totalmente)Or un prcdolICS del lectordel rol sena

    los aetas de)nte nccesarioistrado y, con. manera totalr de nosotrosibrar de todasra y que, COlIicia muy difele demasiado,de referir esar el cual perctura, nuestral tanto hist6les del mundoel lector indiIta de que laselectiva, EIcaso . concreto,Mica actual i-accesi bIe a lampre ante ellcxto, Pero si

    ~ s t r u c t u r a dellCia que haeelei tcXlO. Cons un conceptolure l.md J ~ e i e lp. 17.

    que proporciona el horizonte de referenda para la variedad de actual i-zaciones hist6ricas e individuales del texto, para poderlas analizar en susingularidad.Resumiendo: EI concepto del lector implicito es un modelo trasccndental por medio del cual se pueden describir estructuras generales del efectode los textos fictivos. Se entiende par esto: el 1'01 del lector, perceptible

    en el texto y que consiste en una estructura del texto y en una estructuradel acto. Si la estructura del texto esrablece el punto de vista para ellector, esto significa que esta estructura obedece a un hecho M.sico denuestra pcrcepci6n, en la medida en que nuestros accesos al mundo sonsiempre solo de una naturaleza perspectiva.

    E sujeto observante y cl objeto representado son referidos uno a otroen un sentido determinado, la relaci6n-sujeto-objeto se integra enla forma perspectiva de presentacion. Pero, al mismo tiempo, se integraen la forma de clasificaci6n del observador; pues asi como el artistase gufa en su presentaci6n por el punto de vista de un observador,asi el observador se encuentra remitido par medio de esa forma de presentaci6n a una perspectiva detcrminada que 10 insta -mas 0 menosa buscar el pu n to de vista que Ie corresponde a esa forma de presentaci6n.32Un punto de vista tal, situa al lector respecto al texto para que pueda

    constituir el horizonte de sentido al que 10 guian los ocultamientos de lasperspectivas presentadas del texto. 33 Pero ya que el horizonte de selltidono reproduce oi un hecho del mundo ni un hecho del h