enseñanza religiosa

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ENSEÑANZA RELIGIOSA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA 1) Decreto E;eclltivo de creación de tina Comisión Mixta: Ministerio de Educación - Junta Nacional de Catequésis, para la redacción de un Programa de Doctrina Social de la Iglesia. 2) Pttlabras pronunciadas en la Asesoría y SlIpervisió'l General de Religión con motivo de la firma de este Decreto. PODER EJECUTIVO EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA y EL MINISTRO DE EDUCACION PUBLICA, Con base en sus atribuciones constitucionales, en los artículos 51, 52}' 76 de la Constitución Política, Considerando: 1 9 -Que la familia, como elemento natural y fundamental de la sociedad, tiene derecho a la protección especial del Estado. 2 Q -Que parte esencialmente integrante de esta protección especial del Estado está constituida por la responsabilidad que a éste incumbe de propiciar políticas que tiendan a la estabilidad y consolidación de la familia. 3 9 -Que para lograr las metas contempladas en el inciso anterior es necesario, entre otros factores, proporcionar a los jóvenes educandos los elementos y oportuni- dades necesarios para una buena preparación al matrimonio. 4 9 -Que el mundo contemporáneo se agita en medio de hondas crisis en cuya base está la problemática de la estructuración de esquemas sociales, políticos y eco- nómicos cada vez más en consonancia con la dignidad y exigencias de la persona humana. 5 9 -Que la Doctrina Social de la Iglesia se presenta como un faro de l"z qlle orienta en forma sana y equilibrada en medio de tanta incertidumbre del momento presente. 6 9 -Que esta Doctrina Social de la Iglesia, como en innumerables oportunida- des lo han declarado los Romanos Pontífices, forma parte esencial de un visión cris- tiana de la exissencia, 7"-Que es necesario propiciar el conocimiento, particularmente a nivel de las nuevas generaciones, de esta saludable doctrina como adecuado marco para el desa- rrollo y consolidación de nuestras sagradas instituciones democráticas. Por tanto,

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Enseñanza ReligiosaEnseñanza ReligiosaEnseñanza ReligiosaEnseñanza Religiosa

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  • ENSEANZA RELIGIOSA

    DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

    1) Decreto E;eclltivo de creacin de tina Comisin Mixta: Ministerio de Educacin- Junta Nacional de Catequsis, para la redaccin de un Programa de DoctrinaSocial de la Iglesia.

    2) Pttlabras pronunciadas en la Asesora y SlIpervisi'l General de Religin conmotivo de la firma de este Decreto.

    PODER EJECUTIVO

    EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICAy EL MINISTRO DE EDUCACION PUBLICA,

    Con base en sus atribuciones constitucionales, en los artculos 51, 52}' 76de la Constitucin Poltica,

    Considerando:

    19-Que la familia, como elemento natural y fundamental de la sociedad, tienederecho a la proteccin especial del Estado.

    2Q-Que parte esencialmente integrante de esta proteccin especial del Estadoest constituida por la responsabilidad que a ste incumbe de propiciar polticas quetiendan a la estabilidad y consolidacin de la familia.

    39-Que para lograr las metas contempladas en el inciso anterior es necesario,entre otros factores, proporcionar a los jvenes educandos los elementos y oportuni-dades necesarios para una buena preparacin al matrimonio.

    49-Que el mundo contemporneo se agita en medio de hondas crisis en cuyabase est la problemtica de la estructuracin de esquemas sociales, polticos y eco-nmicos cada vez ms en consonancia con la dignidad y exigencias de la personahumana.

    59-Que la Doctrina Social de la Iglesia se presenta como un faro de l"z qlleorienta en forma sana y equilibrada en medio de tanta incertidumbre del momentopresente.

    69-Que esta Doctrina Social de la Iglesia, como en innumerables oportunida-des lo han declarado los Romanos Pontfices, forma parte esencial de un visin cris-tiana de la exissencia,

    7"-Que es necesario propiciar el conocimiento, particularmente a nivel de lasnuevas generaciones, de esta saludable doctrina como adecuado marco para el desa-rrollo y consolidacin de nuestras sagradas instituciones democrticas.

    Por tanto,

  • DECRETAN:

    392 VICTOR BRENES

    Artculo 19-Crase una Comisin Mixta integrada por representantes de laJunta Nacional de Catequsis y del Ministerio de Educacin Pblica con el fin depreparar dos proyectos de programas que debern ser explicados a nivel de los aossuperiores de Enseanza Media como parte de la asignatura de Religin, uno de"Doctrina Social de la Iglesia" y otro de "Educacin Sexual y Preparacin al matri-monio".

    Artculo 29-La anterior Comisin estar integrada por el Ilmo. MonseorAntonio Troyo Caldern, Presidente de la Junta Nacional de Catequsis, por el Pbro.Rodrigo Castro Lpiz y por el Pbro. Guido Villalta, Director de la Escuela SocialJuan XXIII, en representacin de esa Junta, y por el Lie. Jaime Gonzlez Dobles,Prof. de Etica Social de la Universidad de Costa Rica y por el Sr. Asesor SupervisorGeneral de Planificacin Familiar y Educacin Sexual del Ministerio de EducacinPblica, en representacin de este ltimo.

    Artculo 39-En un plazo de cuatro meses a partir de la fecha de vigencia delpresente decreto, la Comisin Mixta deber presentar el informe respectivo al Mi-nistro de Educacin Pblica y, por medio de ste, al Consejo Superior de Educacinpara su conocimiento, estudio y resolucin.

    J. J. TREJOS FERNANDEZ

    Artculo 49-El presente decreto rige a partir de su publicacin.

    Dado en la Casa Presidencial.-San Jos, a los cuatro das del mes de mayode mil novecientos setenta.

    El Ministro de Educacin Pblica,VICTOR BRENES

  • ENSE&ANZA RELIGIOSA 393

    PALABRASDEL SE1'rOR MINISTRO DE EDUCACION PUBLICAPRONUNCIADASEN LA ASESORIA y SUPERVISION GENERAL DEENSE:t;:ANZARELIGIOSA, CON MOTIVO DE LA FIRMA DEL

    DECRETO NQ40 DE CUATRO DE MAYO DE 1970.

    (4 de mayo de 1970).

    Sea la firma del Decreto Ejecutivo N" 40 en virtud del cual se consti-tuye una Comisin Mixta Ministerio de Educacin Pblica - Junta Nacional deCatequsis con el fin de preparar el proyecto de un Programa de Doctrina Socialde la Iglesia para los aos superiores de la Enseanza Media en la materia deRELIGION, ocasin propicia para hacer, con la benevolencia de Uds., algunas re-flexiones sobre los fundamentos de esta doctrina.

    INTRODUCCION GENERAL A LA DOCTRINASOCIAL DE LA IGLESIA

    En el cnstiano, el desentenderse de las realidades temporales para colocar to-dos sus intereses vitales en una vida de ms all, ha sido y ser siempre una fcil ycomprensible tentacin. Acaso no afirma el mismo Cristo que su Reino no es deestemundo? Y no nos ordena dar al Csar (orden temporal) lo que es del Csar ya Dios (orden transtemporal) lo que es de Dios? Y no nos propone como modeloa los lirios del campo que no hilan, ni trabajan ni se afanan y, sin embargo, aadeJess, ni Salomn en el podero de su gloria y esplendor se visti como uno deellos? Y no nos invita tambin a despreocupamos de las cosas materiales, puestoque "s610 una cosa (el Reino de Dios, los valores espirituales) es necesaria ... " vi-niendo todo lo dems, (una vez lograda sta), "por aadidura"? En efecto, Cristo,en s y por s, no se present nunca como un redentor social ni manifest preocupa-cin sealada por innovar las estructuras socio-econmico-polticas de su tiempo. Alcontrario del sentir de casi la totalidad del pueblo judo a que perteneca, nunca inter-pret en sentido temporal y poltico el mensaje espiritual de que se haca portador,como predicador del Reino de Dios, y continuamente luch contra la mentalidad ju-deo-terrenal de sus discpulos que, hasta el ltimo momento de la vida temporal dem Maestro, vieron en l a un prncipe de este mundo que vendra a restaurar elReino de Israel, constituyndolos a ellos, los apstoles, en jueces y rectores del rnun-:lo entero. Nada ms ajeno a Cristo que esta interpretacin temporal y poltica de sureinomesinico y espiritual.

    El mensaje cristiano es, pues, un mensaje de contenido esencialmente espiritual,.obrenatural y escatolgico. Contra el Rey Herodes que busc en vano la muerte delnisterioso recin nacido de Beln, temiendo que este anunciado nuevo rey hiciera pe-igrar su propia ensangrentada corona, dice la liturgia de Adviento: "No quita los'einos temporales quien da el Reino Eterno".

    El mensaje cristiano no es, en s y por s, esencialmente temporal y terreno. Lue-~o,y aqu se plantea el clsico problema agudizado en nuestros tiempos recientes ...Qu sentido e inters puede tener el cristianismo para una visin puramente tempo-'al de la realidad y del hombre ... ? Cul puede ser -en esta actitud esencialmen-e escatolgica- su posible contribucin a la estrueturacin de un autntico ordeniurnano temporal? Qu valor e inters para el hombre concreto puede implicar unasosicin religiosa una de cuyas fundamentales afirmaciones consistir en negar el.alor absoluto y radical de lo temporal para anclado en lo eterno? El cristianismoiues, cmo podr negar la acusacin (clsica, por ejemplo, en el marxismo) delesinteresar al hombre, (en este caso al creyente), de las cosas terrenales para lan-:arlo a la conquista de un mundo futuro ideal ("El cielo ... ") obligndolo, mientras

  • 394 VICTOR BRENES

    tanto, a renunciar a participar en la conquista de la tierra? No lo hace conformarsecon la injusticia en la tierra (predicando el amor a los enemigos y el perdn de todaslas injurias ... , etc.) con la esperanza (falsa, en esta posicin) de que "ms arri-ba", se reparen estas injusticias y se deshaga todo entuerto? No lo obliga, en con-clusin y resumen, a renunciar a la tierra (que est en sus manos) por conquistar uncielo (que ni sabe si existe)? No vale, acaso, ms, como se dice popularmente, "p-jaro en mano que cien volando?" "La religin -afirma Carlos Marx- ha empobre-cido al hombre. La fe en Dios mantiene al proletariado en la miseria y en lo msbajo. Distribuyendo consolaciones ilusorias y ficticias, las creencias religiosas llevan elfruto final a un terreno irreal y por ah dificultan las realizaciones inmediatas, queconstituirn la verdadera liberacin. El proletariado victorioso debe sacudir las con-solaciones ilusorias del ms all y colocar su victoria en la tierra" (citado por Nico-ls Berdiaeff: Orgenes y Espiritu del comunismo ruso. Ed. Fondo de Cultura, p. 231).y Ludwig Feuebarch, en su obra "La Esencia del Cristianismo" (1841) as como ensus lecciones sobre "La Esencia de la Religin" no quiso otra cosa, como l mismo loafirma que: " ... transformar a los hombres de telogos en antroplogos; de tefilos(amantes de Dios) en filntropos (amantes del hombre); de candidatos del ms all,en estudiosos del ms ac; de servidores de cmara de la monarqua y de la aristo-cracia celeste y terrenal, en ciudadanos libres y conscientes". Tambin desde estepunto de vista, es Federico Nietzsche (1844-1900) clsico exponente de esta acusa-cin contra el cristianismo: "Os conjuro, hermanos mos --dice en As habl Zara-thustra- a que seis fieles a la tierra y a que no creis a quienes os hablen deultraterrenas esperanzas. Conscientes o inconscientes, son unos envenenadores... Amoa los que no buscan detrs de las estrellas un pretexto para perecer u ofrecerse ensacrificio, pero s a los que ofrendan a la tierra para que sta pertenezca un da al su-perhombre ... El superhombre es el sentido de la tierra. Que vuestra voluntad diga:"que el superhombre sea el sentido de tierra!"

    Contra estas acusaciones de total desinters por el orden temporal, ya el PapaLen XIII afirm, en el siglo pasado, que la Iglesia ha hecho tanto bien al ordentemporal de la civilizacin humanas y cultura como si el primero y principal objetode su institucin fuera asegurar la felicidad en la vida presente". [Immortale Dei, 1?de noviembre de 1885). y afirma Po XII: "Es necesario que los catlicos no olvi-den jams que en las luchas por el implantamiento de la justicia social en el mundo,ellos siempre han de estar al frente de esos movimientos o, al menos, lado a lado consus propulsores ms conspicuos, de manera que se conozca que el principio de justiciasocial es principio y norma catlica" (Eco Catlico, tomo 42, N9 26, junio 29, 1952).

    Y tambin ha dicho Po XII en otro texto:

    "Un sobrenaturalismo que intenta apartar de las necesidades humanas, an delas econmicas y polticas, como si no tuviese que ver Con el cristiano, es malsano yajeno al pensamiento de la Iglesia" (AAS, dd. 1962).

    Por eso escribe el mismo Pontfice:

    "Guardaos de los que desprecian ese serVICIOcnstiano al mundo, contrapo-nindole un llamado "puro", "espiritual" cristianismo .. Estos no han comprendidoesta divina enseanza comenzando por su fundamento: Cristo, verdadero Dios, perotambin verdadero Hombre". (Po XII, Radiomensaje Navidad "Col cuore aper-to", 1955).

    En forma incontestable seala el Papa Juan XXIII el carcter medular dela doctrina general cristiana:

    "Ante todo --dice- confirmamos la tesis de que la doctrina so-cial profesada por la Iglesia Catlica es algo inseparable de la doctrina quela misma ensea sobre la vida humana" (Mater el MagiIlra, N. 222).

  • ENSE~ANZA RELIGIOSA

    y aade a continuacin:

    "Por esto deseamos intensamente que se estudie cada vez ms esta doc-trina. Exhortamos, en primer lugar a que se ensee como disciplina obliga-toria ("tamquam exigendum pensum") en los colegios catlicos de todogrado ("in catholicis scholis cujusvis ordinis"), y principalmente en los se-minarios, aunque sabemos que en algunos centros de este gnero se estdando dicha enseanza acertadamente desde hace tiempo. Deseamos, ade-ms, que esta disciplina social se incluya en el programa de enseanza reli-giosa de las parroquias y de las asociaciones de apostolado de los seglares yse divulgue tambin por todos los procedimientos modernos de difusin, estoes, ediciones de diarios y revistas, publicacin de libros doctrinales, ya seade nivel cientfico o bien de divulgacin y, por ltimo, emisiones de radioy televisin" (ibdem, N9 223).

    y afirma a continuacin:

    "Una doctrina social no se anuncia solamente, sino que se lleva tam-bin a la prctica en trminos concretos. Esto se aplica mucho ms a la doc-trina social cristiana, cuya luz es la Verdad, cuyo objetivo es la Justicia, cuyafuerza dinmica es el Amor. Llamamos, por tanto, la atencin sobre la nece-sidad de que nuestros hijos, adems de ser instruidos en la doctrina social,sean tambin educados socialmente. La educacin cristiana debe ser integral,es decir debe extenderse a toda clase de deberes. Por consiguiente, tambin de-be mirar a que en los fieles brote y se robustezca la conciencia del deberque tienen de ejercer cristianamente las actividades de contenido econmico ysocial. El paso de la teora a la prctica es arduo por naturaleza; tanto mscuanto se trata de llevar a trminos concretos una doctrina social como lacristiana. Es arduo por razn del egosmo profundamente enraizado en losseres humanos, por razn del materialismo que impregna la sociedad moder-na, por razn de la dificultad de identificar con claridad y precisin las exi-gencias objetivas de la justicia en los casos concretos. Por esto, la educacinno slo ha de hacer que brote y se desarrolle la conciencia del deber quetienen de actuar cristianamente en el campo econmico y social, sino tam-bin ha de mirar a que aprendan el mtodo que los capacite para cumplircon este deber" (Mater et Magistra, nn. 226 a 230).

    y no sin honda reflexin pregunta Su Eminencia el Cardenal Angel He-rrera Oria (Mlaga):

    Cmo, a pesar de las reiteradas exhortaciones de los Romanos Pon-tfices, no se ha dado en los seminarios y en los colegios catlicos la debi-da importancia a la doctrina social catlica? La moral social no es asignaturasecundaria. Es asignatura principal. Porque los deberes que inculca la moralsocial son muy decisivos en el mundo entero" (Curso de Doctrina Social Ca-tlica. Prlogo, pg. VII, Instituto Len XIII. Madrid, BAC, 1967).

    En la Constitucin GAUDIUM ET SPES leemos:

    "La profunda y rpida transformacin de la vida exige con sumaurgencia que no haya nadie que, por despreocupacin frente a la realidado por pura inercia, se conforme con una tica meramente individualista. Eldeber de justicia y caridad se cumple cada vez ms contribuyendo cada unoal bien comn segn la propia capacidad y la necesidad ajena, promoviendoy ayudando a las instituciones as pblicas como privadas, que sirvan paramejorar las condiciones de vida del hombre. Hay quienes profesan amplias

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  • 396 VICTOR BRENES

    y generosas opiniones, pero en realidad viven siempre como si nunca tuvierancuidado alguno de las necesidades sociales" (N9 30, Concilio Vaticano, 7 dediciembre de 1965).

    Tambin se afirma en este mismo documento:

    "Los cristianos todos deben tener conciencia de la vocacion particulary propia que tienen en la comunidad poltica; en virtud de esta vocacinestn obligados a dar ejemplo de sentido de responsabilidad y de servicioal bien comn; as demostrarn tambin con los hechos cmo pueden armo-nizarse la autoridad y la libertad, la iniciativa personal y la necesaria salida-riedad del cuerpo social, las ventajas de la unidad combinadas con la pro-vechosa diversidad. El cristianismo debe reconocer la legtima pluralidad deopiniones temporales discrepantes y debe respetar a los ciudadanos que, anagrupados, defienden lealmente su manera de ver". (Ibdem, NQ 75).

    En la Carta Pastoral de fecha 25 de abril de 1938 as se expresa el recordado Ar-zobispo Vctor Manuel Sanabria Martnez:

    La Cuestin Social! Palabra, hoy, de trascendental valor. Quha hecho la Iglesia por resolverla y qu puede hacer al presente en esemismo sentido? Qu podemos hacer nosotros los sacerdotes en nuestrapatria, en ejercicio de la representacin moral y espiritual de que estamosinvestidos, en favor de la cuestin social? He aqu dos preguntas cuyacontestacin interesa por igual a la conciencia catlica y a la concienciano catlica".

    "No poda ni puede la Iglesia colocarse al margen de la llamadacuestin social, en toda su complejidad, tanto porque entran a la partecuestiones fundamentales de justicia, de caridad y de cristiana equidad, co-mo porque, mensajera como es de paz entre los hombres, atae a suoficio prevenir y curar, sealando las verdaderas causas de disensin entrelos hombres y proponiedo en tan graves disputas las soluciones cristianas,vale decir, las soluciones del mismo Jesucristo".

    "A dos clases de personas en trminos generales, se brindan aque-llas soluciones: a los que tienen constituidos bienes de fortuna y a losque viven del trabajo, sea este manual o intelectual. A unos y a otros sese les determinan sus derechos y sus obligaciones correlativas: los primerospara que sean reconocidos y respetados, y las otras para que sean objetode fiel cumplimiento. De la renuencia de las partes a reconocer esosderechos y a aceptar sinceramente esas obligaciones, de aqu solamentepuede surgir el conflicto. La Iglesia no est ni puede estar contra ningunade las partes, si ambas se desenvuelven dentro de lo justo, ni en favorde ninguna de' ellas si obran con injusticia. Acusacin infundada departe de unos y esperanza vana de parte de otros, sera afirmar que laIglesia por ideas preconcebidas o por conveniencias de orden material,est exclusivamente en favor de una parte determinada. Los ricos suelenafirmar que la Iglesia est slo de parte de los pobres, y no faltan quienesaseguren que est en favor de aquellos y en contra de stos. Ni con losunos ni con los otros: con la justicia, con la equidad, con la caridad, don-dequiera que se hallen".

    "Muchos de estos olvidan que la solucin cnstiana no es unila-teral, que la solucin depende de la acogida simultnea que ambas partes

  • ENS~ANZA RELIGIOSA

    le den, y que la misin de la Iglesia no puede reducirse a predicar con-formidad a los unos dejando que los otros cierren sus odos a los cla-mores de la justicia".

    (Carta Pastoral, 25 de abril de 1938).

    El Apstol Santiago plantea a la conciencia cristiana de todos los tiempos,el siguiente lacerante e ineludible interrogante: "El que no ama al prjimo a quien ve,comopuede decir que ama a Dios a quien no ve?" (I lo. 2,20). Y el telogo COn-temporneoMiguel Schmaus comentando este texto afirma: "El amor a Dios demues-tra su autenticidad con el amor al prjimo ... Slo el amor al prjimo demuestra quenuestroamor a Dios no es una ilusin y un autoengao. Y viceversa: el amor alprjimo recibe su hondura y definitiva seguridad en el amor a Dios" (Teologa Dog-mtica,Vol. V: La gracia, Rialp, p. 203). Enrique Miret lamenta que "el sentidoglobal que tiene la encarnacin y la redencin se olvidan, que no se "encarna" lareligin en los problemas de la organizacin temporal. El cristiano --dice- por elhechode serlo, no (siempre) se siente responsabilizado en el mundo; se olvida de lameta de "Consecratio Mundi" que le pone el Papa Po XII al seglar. No se trata-contina diciendo este autor- de ningn sentido teocrtico de la vida, sino detodo10 contrario. El cristiano tiene, por el mismo hecho de ser cristiano, que sentirsems responsabilizado que el que no 10 es, en la resolucin de los problemas denuestro mundo temporal" (citado por L. Obregn, Edncacion Burguesa y Marxismo,Pg. 285 Ed. Estela, Barcelona, 1963).

    y afirma el conocido alcalde de Florencia, Giorgio La Pira: 'Cun superfi-cialesson, pues, ciertas afirmaciones que tienden a excluir del radio de influencia delcristianismo los problemas sociales (jurdicos, econmicos, polticos) como si elsegundo mandamiento ("Ama a tu prjimo como a ti mismo") pudiera tener eficaciatransformadora dentro de la vida humana, cuando no est destinado a renovar y a perofeccionar la estructura de la convivencia humana" [Nuestra vocacin social).

    y el filsofo francs contemporneo Jacques Maritain dice: "El fin que sepropone el cristiano en su actividad temporal no ser hacer de este mundo el reinode Dios, sino hacer de este mundo, segn el ideal histrico reclamado por las dife-rentes edades y, si as puede decirse, por sus propias mutaciones, el lugar de unavida terrenal verdadera y plenamente humana, es decir, seguramente llena de desfa-llecimientos, ms tambin llena de amor; y cuyas estructuras sociales tengan por medidala justicia, la dignidad de la persona humana, el amor fraterno; preparando as eladvenimiento del Reino de Dios de una manera filial, no servil, quiere decir, por elbien que fructifique en bien, no por el mal que, yendo a su propio destino, sirve albien como por violencia" (Humanismo Integral, Edic. Ercilla, pp. 122-123). y LuisObregn afirma: "Cundo nos convenceremos de que el cristianismo es una doc-trina de un contenido verdaderamente "revolucionario"! Lo que sucede es que nospareci demasiado exigente y lo hemos querido "pulir" un poco. Pero ese cristianismo,mejor diramos caricatura de cristianismo que vemos personificado en muchos quepasan por "buenos" no es el que nos trajo Cristo, esperando hacer arder la tierra.El cristianismo posee una vitalidad, encierra unas posibilidades sociales que hacenque no tengamos que mendigar de nadie, de ninguna otra ideologa, una solucin: loque se precisa es vivido en plenitud y desplegado con la suficiente hondura y aperotura para realizar una verdadera justicia social" (Educacin burguesa y marxismo, Ed.Estela, Barcelona, 1963, p. 26).

    Cun harta razn, pues, tiene el telogo contemporneo Jean Daniloucuando afirma:

    397

  • 398 VICTOR BRENES

    "Si los cnstianos no han sido ms revolucionarios no es porque no hayansido suficientemente libres, sino porque no han sido suficientemente obedientes",

    (Santidad y accin temporal},

    Lo curioso, paradjico y significativo es que, las mismas posiciones ideolgicasque acusan al cristianismo y a la Iglesia de infecundidad en el campo temporal, sonlas mismas que, por principio y estructura, le niegan el derecho de participar en laorganizacin de este orden temporal. La contradiccin es patente. Tal es la posicindel liberalismo antirreligioso y del comunismo. "Hoy da -dice Jos de Crdoba-,la tctica comunista contra las religiones es mucho ms eficaz y trata de reducir laIglesia estrictamente al culto. Sirva, como ejemplo, Polonia, donde se permite y hastase fomenta por el gobierno de Gomulka el culto, las procesiones, las peregrinaciones,pero se prohbe y se impide toda seria formacin de modernos cuadros de militantescatlicos. As se puede presentar al pueblo la Iglesia Catlica como un vetusto vesti-gio del pasado, inoperante en la vida moderna, evasin de los dbiles, angelismo, etc.(Vida nueva, N9 321, 9 de junio de 19(2). Idntica ha sido, en este punto, alcomunismo, la actitud de nuestro mal llamado "liberalismo" criollo antirreligioso("laicismo" ms bien dicho) que, definiendo la religin como asunto estricta yexclusivamente privado, religado al fuero interno de cada cual, le ha negado elderecho de proyectarse en la vida pblica de la comunidad, particularmente a travsde la educacin y de las organizaciones de accin social.

    EN RESUMEN:

    Aunque la esencia de la rnrsion de la sociedad religiosa cnstiana sea, por smisma, sobrenatural y escatolgica (la salvacin final y transtemporal del hombre, decada hombre, de cada alma de cada hombre) sin embargo, por operarse esta salvacinen el mundo y en el tiempo (es en esta vida en la que se decide el destino de laotra ... ) el cristianismo y la Iglesia, no pueden en forma alguna desentenderse de lajusta y adecuada organizacin de todas las vitales estructuras temporales en que semueve el hombre, para su bien o para su mal, puesto que del recto ordenamiento y justaconstitucin de estas estructuras temporales depender, en buena parte, el que elhombre puede ser adecuadamente promovido como hombre (plano natural) y como hijode Dios (plano sobrenatural), y todo ello en la perspectiva de su bien temporal y,sobre todo, de su eterna salvacin. Es pues evidente que la participacin de la Iglesiay de los cristianos en la lucha por la estructuracin de un mundo ms justo y mshumano no responde -como suelen decir los marxistas- a la necesidad de poneralgunos malos, insinceros y precipitados remiendos a las injusticias sociales (con lasque, segn ellos, estn muy conformes los creyentes) para detener la avalancha delcomunismo, sino que responde a una exigencia esencial del mismo cristiano, de ahoray de todos los tiempos, segn el cual este mundo ha sido entregado al hombre paraque, conforme a los designios de la voluntad y providencia divinas, lo configuresegn Verdad, Belleza y Justicia, como morada primera y transente, es cierto, perofundamentalsima (como que de ella depender la suerte eterna del hombre) de lafamilia humana que es ya, desde esta vida, tambin familia de Dios.

    Se dir y objetar que, an en este supuesto que podr parecer una forma devalorar la terrenal, la vida presente aparece profundamente minimizada y reducidaen su importancia, al ser comparada con la eternidad, y que, por este motivo, elcristiano nunca encontrar tantos motivos como el ateo para entregarse por completoa la faena de la reconstruccin del hombre, del mundo y de la sociedad temporales,puesto que para el primero no hay ms vida que la presente, motivo por el cual sabeen el tiempo y slo en ste, se la juega por completo. .. Pero, respondemos qu mayor

  • ENSE:t'rANZA RELIGIOSA 399

    valoracin cabe de lo temporal qlle decir qlle es principio, raz y semilla de eternidad?Qu mayor dignidad cabe dar al orden del presente que decir que es precio y condi-cin de lo futuro eterno? Qu mayor posibilidad cabe de dar importancia radical ala vida presente que afirmar -como lo hace el cristianismo-s- que es esta vida, lapresente (no la futura eterna) la que decide por aqulla (la eterna)? El cristianismose ve as obligado a considerar lo temporal y contingente "sub specie aeternitatis"(desde el ngulo y perspectiva de lo eterno). Para el cristiano su existir presente, suparticipacin en la sociedad temporal, su actividad concreta, individual (vida privada)y profesional o laboral (vida pblica) no sern simples eslabones de un proceso pura-mente temporal condenado a la destruccin ineludible por la muerte, sino principiosde accin humana ya injertados en lo divino, elementos de vida temporal ya proyectadossin lmites en la eternidad. As, en esta perspectiva cristiana de lo temporal, todoadquirir para el hombre dimensiones de infinitud y dignidad de eternidad. Elorden de lo contingente-mortal es as salvado en el orden de lo absoluto-inmortal.Nada, pues, ms ajeno a la esencia del cristianismo que esa visin caricaturesca mar!xista de un hombre que, por creyente en un mundo de ms all, se desinteresa delmundo del ms ac y que, por conquistar el Cielo. .. pierde la tierra o permite queotros se la puedan escamotear. El compromiso del cristiano con las estructuras tem-porales es esencial e irrenunciable, aunque no est colocado en esto la razn de su ser,ya que su fin es la salvacin personal y sobrenatural de cada hombre. Otra cosa esque, en determinadas pocas los cristianos, (no el cristianismo, que son cosas distintas)hayan perdido conciencia de este compromiso temporal o, tenindola, hayan sidoinfieles a ella. Esto es posible -y, de hecho, as ha sucedido, pero ello es perfecta-mente comprensible y compaginable con lo que de humano hay en el cristianismo,en cuanto formado tambin por seres de carne y hueso, imperfectos y sometidos a todaclase de limitacin e, incluso, al mismo pecado.

    " ... Mil novecientos setenta aos de civilizacin cnstiana en manos delos que han podido hacerla todo han transcurrido -se dice en reciente documento-e-y no han hecho nada". No negamos que, de hecho, los cristianos han sido algunasveces infieles a este imperativo esencial de su fe y de su visin exclusivamente pesi-mista sobre el valor positivo de la incidencia del cristianismo en la historia humana-tesis esta que aparece en el texto ms arriba citado=-. Tambin es un hecho incon-testable que la humanidad cristiana o no cristiana ha aprendido en la escuela delcristianismo las ms puras y definitivas lecciones sobre la dignidad del hombre, sobreel valor inalienable del mismo, sobre el sentido superior de la existencia, sobre elcrimen, siempre injustificado, de la' explotacin del hombre por el hombre, sobreel valor inferior y no definitivo de las riquezas, sobre el contenido moral y humanodel orden econmico, que el liberalismo clsico econmico neg, poniendo la justifi-cacin nica y suficiente de este orden en el lucro y, por ende, en el sentido de mer-canca, entre otras, del trabajo humano y, por ello, del mismo trabajador. El cristia-nismo, como doctrina, siempre ha insistido ante sus propios fieles, en el imperativode este compromiso temporal ineludible del cristiano que lo obliga, como consta enel texto de Po XII citado al inicio de estas reflexiones, a luchar, hombro con hombro,por las realizaciones de la justicia social, por la estructuracin imperiosa -como obli-gacin moral gravsima- de un mundo justo en el que se asuma al hombre, a cadahombre, como fin de toda otra estructura cultural, econmica, social o poltica, y nocomo simple medio usado para el logro de finalidades muy nobles (ciencia, arte,cultura. .. etc.) pero ciertamente distintas e inferiores a l. Precisamente una de laspruebas fehacientes de esta conciencia de compromiso temporal del cristianismo y,en este caso, del catolicismo, es la estructuracin, clara y precisa, de toda una doctrinasocial, para la reorganizacin y renovacin de la sociedad humana, inspirada profunday directamente en el concepto de altsima dignidad que al cristianismo merece elhombre. Doctrina Social esta que, desde Len XIII, en particular, con su Encclica

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    Rerum Nooarum, ha sido motivo de escndalo para cierta mentalidad por cuanto sevea a la Iglesia Catlica invadiendo fueros (el orden temporal de lo social y delo econmico) que segn esta mentalidad, por lo que tienen de temporal caen y debencaer ms all de toda jurisdiccin y solicitud por parte de una comunidad religiosacomo es la Iglesia Catlica. La publicacin de la Encclima Rerum Novamm en 1891caus revuelo en el mundo entero de ese entonces particularmente en ciertos estratos.Un obispo centroamericano fue expulsado de su pas por el gobierno del mismo porel hecho de haber publicado en su dicesis esta Encclica y, en nuestra misma CostaRica, el Obispo Bernardo Augusto Thiel recibi una fuerte crtica de parte del gobiernotambin por haberla publicado. Nuestra legislacin social de 1942 fue inspiradaabiertamente en la doctrina social de la Iglesia y, el en ese entonces Arzobispo deSan Jos, Vctor Sanabria M., se vio envuelto en el acerado e inmisericorde fuegode crticas provenientes de ciertos sectores que no podan perdonarle a la Iglesiael que sta se alineara, en forma tan decisiva, a favor de los derechos sagrados delas clases trabajadoras.

    El Cristianismo, en s y por s mismo no es para civilizar (fin temporal,natural) sino para evangelizar (fin eterno, sobrenatural). Pero de hecho el Cristia-nismo ha sido fecundsimo germen de civilizacin porque no se puede evangelizarsin civilizar. La realidad que el Cristianismo considera objeto de su misin -el horn-bre como objeto de salvacin- no es una realidad abstracta sino muy concreta. Elhombre, como realidad humana concreta, no puede menos que hallarse profunda.mente inviscerado -" engag", dirn los existencialistas franceses --en el orden delo concreto, temporal, histrico. El Cristianismo tiene que tomar al hombre tal ycomo es: realidad concreta, individual, dado en circunstancias totalmente particulares.Las altas abstracciones sobre el hombre no son, ciertamente, propias del cristianismo,como fe y como teologa, sino de las diversas filosofas. El Cristianismo y el cristia-no se encuentran necesaria e inevitablemente comprometidos con el orden temporalde este mundo, con todas sus concretas estructuras sociales, culturales, polticas y eco-nmicas porque son estas estructuras las que constituyen el necesario marco dentrodel que viene a definirse y situarse el hombre, objeto de salvacin para el cristianis-mo. Ello quiere decir que, aunque para el Cristianismo el destino final del hombrees Dios mismo, es decir, la posesin y gozo infinitos de la Infinita Verdad, de laInfinita Belleza y de la Infinita Bondad, no por ello deja de tener para el cristia-nismo inconmensurable valor este mundo y vida presentes, puesto que constituyen laoportunidad nica e irreversible para cada hombre de lograr o de no lograr aquel sufin supremo y mximo. El mundo ha sido entregado al hombre, en general y, alcristiano, en particular, para que edifique sobre l, en el espacio y en el tiempo, aquelorden de verdad, de belleza y de justicia (de amor, pues) que, en forma imperfectapero legtima, sea ya autntico reflejo de las infinitas Verdad, Justicia y Belleza deDios, en cuanto fin definitivo del hombre y de todo lo humano. Nada ms ajenoa la autntica mentalidad cristiana sobre el mundo que esa caricaturesca falta de intersdel cristiano con respecto al mundo presente, como con frecuencia la presenta el mar-xismo. Y tal es el sentido del humanismo cristiano del que el filsofo francs con-temporneo Jacques Maritain hace una brillante perspectiva en su obra HumanismoIntegral. Y terminamos con las mismas palabras con que Paulo VI cierra su Enc-clica "Populorum Progressio", "Es un humanismo pleno el que hay que promoverQu quiere decir esto sino el desarrollo integral de todo el hombre, y de todos loshombres? Un humanismo cerrado, impenetrable a los valores del espritu y a Dios,que es la fuente de ellos, podra aparentemente triunfar. Ciertamente el hombre puedeorganizar la tierra sin Dios, pero al fin y al cabo, sin Dios no puede menos de

    RESUMEN Y CONCLUSION:

  • ENSE"A ZA RELIGIOSA 401

    organizada contra el hombre. El humanismo exclusivo es un humanismo inhumano.No hay, pues, ms que un humanismo verdadero que se abre al Absoluto, en el reco-nocimiento de una vocacin que da la vida verdadera de la vida humana. Lejos deser la norma ltima de los valores, el hombre no se realiza a s mismo si no essuperndose. Segn .Ia tan acertada expresin de Pascal: "el hombre supera infini-tamente al hombre".

    Hago mis mejores votos porque de un hondo estudio de la Doctrina Socialde la Iglesia se siguen fecundos frutos de renovacin y progreso para nuestraPatria.

  • 402 VICTOR BRENES

    PROGRAMA DE EDUCACION SEXUAL y PREPARACIONPARA EL MATRIMONIO

    Para ser desarrollados en los III Aos de la Enseanza Media de los Colegios y LiceosOficiales y Particulares en la asignatura de

    RELIGION

    San Jos, Costa Rica, 1971.

    PALABRAS DE PRESENTACION:

    Con fecha cuatro de mayo de mil novecientos setenta, se firm el DecretoEjecutivo N9 40 que constituy una Comisin Mixta (Ministerio de Educacin Pblicay Junta Nacional de Catquesis) "con el fin de preparar dos proyectos de programasque debern ser explicados a nivel de los aos superiores de Enseanza Media comoparte de la asignatura de Religin, uno de Doctrina Social de la Iglesia y otro deEducacin Sexual y Preparacin al Matrimonio".

    En oficio de fecha catorce de setiembre del mismo ao la Comisin Mixtapresent los proyectos de programas que constan en esta publicacin y que fueronaprobados en su totalidad y sin enmienda alguna por el Consejo Superior de Educa-cin, mximo organismo rector en Costa Rica, por mandato constitucional, de toda laenseanza.

    Creemos que con la aprobacin de estos programas se escribe una pgina desingular brillantez en la historia de la educacin costarricense y se propicia el avancede la misma hacia metas cada vez ms en consonancia con las exigencias de la digni-dad de la persona humana.

    VICTOR BRENESEx Ministro de Educacin Pblica.

    Asesor ad honorem de Educacin Sexual

    --000--

    MINISTERIO DE EDUCACION PUBLICA

    Mayo de 1971.

    PODER EJECUTIVO

    EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA y EL MINISTRODE EDUCACION PUBLICA,

    Con base en sus atribuciones constitucionales, en los artculos 51, 52 Y 76de la Constitucin Poltica,

    CONSIDERANDO:

    19- Que la familia, como elemento natural y fundamental de la sociedad, tienederecho a la proteccin especial del Estado.

  • ENSffiANZA RELIGIOSA 403

    2~- Que parte esencialmente integrante de esta proteccin especial del Estado estconstituida por la responsabilidad que a ste incumbe, de propiciar polticasque tiendan a la estabilidad y consolidacin de la familia.

    39- Que para lograr las metas contempladas en el inciso anterior es necesano,entre otros factores, proporcionar a los jvenes educandos los elementos yoportunidades necesarias para una buena preparacin al matrimonio.

    Artculo 49-EI presente decreto Clge a partir de su publicacin.

    49- Que el mundo contemporneo se agita en medio de hondas crisis en cuyabase est la problemtica de la estructuracin de esquemas sociales, polticosy econmicos cada vez ms en consonancia con la dignidad y exigencias de lapersona humana.

    59- Que la Doctrina Social de la Iglesia se presenta como un faro de luz queorienta en forma sana y equilibrada en medio de tanta incertidumbre del mo-mento presente.

    69- Que esta Doctrina Social de la Iglesia, como en innumerables oportunidades 10han declarado los Romanos Pontfices, forma parte esencial de una visin cris-tiana de la existencia.

    79- Que es necesario propiciar el conocimiento, particularmente a nivel de lasnuevas generaciones, de esta saludable doctrina como adecuado marco paC:lel desarrollo y consolidacin de nuestras sagradas instituciones democrticas.

    Por tanto,

    DECRETAN:

    Artculo 19-Crase una comisin Mixta integrada por representantes de laJunta Nacional de Catequesis y el Ministerio de Educacin Pblica con el fin depreparar dos proyectos de programas que debern ser explicados a nivel de los aossuperiores de Enseanza Media como parte de la asignatura de Religin, uno de"Doctrina Social de la Iglesia" y otro de "Educacin Sexual y Preparacin al Matri-monio"

    Artculo 29-La anterior Comisin estar integrada por el Ilmo. MonseorAntonio Troyo Caldern, Presidente de la Junta Nacional de Catequesis, por el Pbro.Rodrigo Castro Lpiz y por el Pbro. Guido Villalta, Director de la Escuela SocialJuan XXIII, en representacin de esa Junta, y por el Lic. Jaime Gonzlez Dobles, Prof.de Etica Social de la Universidad de Costa Rica y por el Sr. Asesor Supervisor Generalde Planificacin Familiar y Educacin Sexual del Ministerio de Educacin Pblica,en representacin de este ltimo.

    Artculo 39-En un plazo de cuatro meses a partir de la fecha de vigencia delpresente decreto, la Comisin Mixta deber presentar el informe respectivo al Ministeriode Educacin Pblica y, por medio de ste, al Consejo Superior de Educacin para suconocimiento, estudio y resolucin.

    Dado en la Casa Presidencial.-San Jos, a los cuatro das del mes de mayode mil novecientos setenta.-J. J. TREJOS FERNANDEZ.-EI Ministro de EducacinPblica, VICTOR BRENES.

  • 404 VICTOR BRENES

    PROGRAMA DE PREPARACION AL MATRIMONIO Y EDUCAClON SEXUALIII Ao de Religin. - Aprobado por el Consejo Superior de Educacin. - 1971.

    II) PROGRAMA DE PREP ARACION PARA EL MATRIMONIO y EDUCA-ClON SEXUAL - N9 de lecciones

    Tema 1Dios, amor, creador. El papel concreador del Hombre en el plandivino de la Creacin .

    Tema II

    Visin cristiana del Hombre (Filosofa y Teologa de la persona) :Inteligencia, voluntad, libertad, sociabilidad 2

    Tema III

    El Hombre y sus Relaciones: a) Con el mundo o "las cosas";b) Con sus semejantes; c) Con Dios. Naturaleza y valor de lasrelaciones interpersonales 2

    Tema IVEl Am01". Amistad. Deseo . 2

    Tema VAntropologa Sexual:Sentido cristiano de la sexualidad.Castidad y Continencia.El amor conyugal-sexual. Problemticapubertad y adolescencia .

    psicolgica y sexual de la5

    Tema VIAnatoma Genital y Fisiolga de la Reprodnccin (profesor deciencias o mdico). Fenmenos propios de la pubertad y adoles-cencia. Enfermedades venreas 2

    Tema. VIIEl matrimonio cristiano. El Sacramento. Fin y propiedades. Erasy Agape 3

    Tema VIIILa Familia. La educacin de los hijos. Relaciones padres-hijos. Pa-ternidad responsable. Educacin Sexual Integral de los hijos. 3

    Tema IXPreparacin para el Matrimonio. El noviazgo . 2

    Tema XCelibato cristiano y vocacin religiosa. 1