edición 58

El RetiroEdición 58// Diciembre 2009 - Febrero 2010// Año 14

MENTIRILLAS NO PIADOSAS

LA CANDELARIACultura, magia y evocación.

A propósito de la Universidad en El Retiro.

Cll. 85 N° 12-10 Of. 305Tel: 6 34 8623FAX: 2 36 [email protected]

PÍLDORAS

UN CUENTO DE NAVIDAD

MENTIRITAS NO PIADOSAS

LA CANDELARIA

6

10A propósito de la Universidad en El Retiro

ELECCIÓN POPULAR13 De Alcaldes locales

ENTREVISTA A LUCHO GARZÓN14 Ojalá fuéramos los tres al Senado.

Un recorrido por el corazón de Bogotá

16CONCIERTO EN LA VIEJASe repitó el conjuro.17LA INFORMALIDAD:Un caso común y Silvestre18

8Presidente del consejo directivo:Ricardo Meissner Z.

Director:Salomón Parra P.Editor:Alvaro Lesmes Q.

Colaboradores:Ramiro Bejarano GuzmánJuan Pablo Guevara LatorreDouglas MoraJuliana Camacho

Diseño y Diagramación:Verónica Tobón Alvarez.

Impresión:Jet impresores ltda.

Cll. 85 N° 12-10 Of. 305Tel: 6 34 8623FAX: 2 36 [email protected]

ÍNDICE

//Edición 58//Diciembre 2009/Febrero 2010//Año 14

Razón le cabe al ex alcalde Peñalosa cuando le dice a la revista EL RETIRO que hay que ser serios y responsables, y no chambonear. Se refiere a la construcción de Transmile-nio por la carrera 7ª, proyecto ridículo e incompleto, que no solucionará, mas sí agravará, los problemas de movilidad en ese importante corredor. El solo carril y la imposibilidad de adelanto de los articulados, la falta de estaciones a partir de la calle 72 hasta la cien, el cruce forzado en la calle 72 para continuar por la derecha y los buses padrones, crearán más caos en movilidad.

Agrega, que la primera línea del metro no le hará ni cos-quillas a los desafíos de movilidad de la ciudad y, menos aún, al problema de tráfico. También lo dijo el ex alcalde Mockus, y sentenció que hacer el metro en este momento de crisis era como pegarse un tiro en un pie.

Pero eso no lo entiende la actual administración, empe-ñada en embarcar a la ciudad en un proyecto “emocional” como lo define el ex alcalde, que la dejará sin un peso para vías o troncales por los próximos 25 años.

Para cerrar con broche de oro, la operación del sistema

Integrado de transporte se concederá por 24 años. ¡Bonito regalo de Navidad para los transportadores!

ANDRÉS SALAMANCA

CARTAS DE LOS LECTORES

Tuve la oportunidad de asistir a la reunión del 9 de no-viembre en el Gun Club, convocada por ustedes para a infor-mar sobre las intenciones de los agustinianos de establecer una universidad en el Liceo de Cervantes, y los felicito por su poder de convocatoria. Creo que no debemos perder un momento para iniciar las acciones legales encaminadas a impugnar la resolución del Ministerio de Educación que le otorgó la personería jurídica, pues las promesas del padre Gregorio Tomás no son garantía para evitar que la universi-dad empiece a funcionar en las instalaciones del colegio.

TULIO ARBELAEZ

Es lo que les está sucediendo a las comunidades del ba-rrio El Retiro y sus alrededores, para quienes contar en su sector con el Liceo de Cervantes siempre ha sido motivo de orgullo, ya que el barrio se organizó desde hace más de 60 años alrededor de su hermosa edificación, declarada patri-monio arquitectónico de la ciudad.

Ahora, sus directivas a espaldas de la comunidad, quieren convertirlo en centro de educación superior, lo cual no deja de ser un gran dolor de cabeza para sus vecinos.

El padre rector, Gregorio Tomás, aseguró ante casi 300 personas reunidas en el Gun Club, que la universidad no funcionara en nuestro barrio, y habrá que creerle pues por principio los curas no mienten pero como dijo su tocayo, el santo “hasta no ver no creer”.

RODRIGO CORREA DURÁN

Fue evidente el bochorno que pasó el padre Gregorio To-más en la reunión del Gun Club, cuando trató de explicar las razones que tuvo para dar la dirección del Liceo en El Retiro y así conseguir que el Ministerio de Educación Nacional conce-diera la personería jurídica a la Fundación Universitaria San Agustín. El sacerdote no dejó dudas que estaba faltando al 8º mandamiento: NO MENTIR.

GERMÁN GAVIRIA

En el homenaje que su revista hace al Liceo Cervantes con motivo de los 75 años de fundación, dicen que le es-tán rindiendo un pequeño homenaje al vecino más aplicado del barrio. Pero les faltó aclarar que se referían al vecino más aplicado en matemáticas y otras ciencias, pero el más desaplicado en convivencia. Las directivas del colegio no tienen inconveniente en someter a toda una comunidad a tardes enteras de rock pesado, sin importar las molestias que causan a personas mayores o enfermas.

CAROLINA POSADA

UNIVERSIDAD EN EL RETIRO

EL ORGULLO CAUSA DOLOR DE CABEZA

REGALO NAVIDEÑO PARA LOS TRANSPORTADORES

4PG.

//Edición 58//Diciembre2009/Febrero 2010//Año 14

n el año 2009 el “Boletín” de la Asociación, que vió la luz hace más de 14 años en forma modestísima, cambió de formato y nombre para convertirse en la Revista “El Retiro”.

Nuestro objetivo primordial sigue siendo el barrio El Reti-ro, pero en esta nueva etapa quisimos ir más allá de lo pura-mente local para abordar temas de carácter metropolitano, e informar sobre proyectos que, por su magnitud, tendrán gran impacto sobre nuestro barrio y su calidad de vida.

Es así como abrimos espacio para hablar sobre la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial POT, el deterioro de la carrera 7ª y la construcción del sistema TransMilenio sobre la misma vía, la recuperación de las quebradas de Chapinero y los planes parciales de renovación urbana que se proyectan en el sector comprendido entre la calle 72 y 87 y carreras 13 y Avenida Los Libertadores (Autopista Norte), denominados nodo de la 72, el conquistador, Almirante Colón, Proscenio y El Retiro.

Dentro del nuevo esquema, en El Retiro hemos rendido homenaje a algunos vecinos destacados en diversos campos, como el doctor Bernardo Hoyos, la actriz Constanza Duque, y el colegio Liceo de Cervantes en sus bodas de diamante, sin olvidar a personas sencillas vinculadas al barrio, como el vendedor ambulante Silvestre Murillo, quien con su trabajo humilde y honrado aunque cuestionado por su informalidad, se ha ganado el aprecio de muchos residentes del barrio.

Igualmente, hemos entrevistado a protagonistas del aconte-cer bogotano, como los exalcaldes Enrique Peñalosa y Luis Eduardo Garzón. Es nuestra intención destacar lo positivo de otros sectores de la ciudad, poco frecuentados o desconoci-dos por muchos de nuestros vecinos. En esta edición, echa-mos una mirada al más auténtico y hermoso de los barrios capitalinos: el de La Candelaria, cuna de nuestra querida Bogotá, cuyas calles y balcones constituyen un deleite para los que lo visitan.

Por último, es justo reconocer que todo lo logrado por esta publicación se debe al apoyo brindado por las importantes firmas que han pautado en ella, a sus colaboradores habitua-les y a sus lectores.

A todos ellos, a nuestros afiliados y en general a todos los habitantes del barrio, les deseamos unas felices fiestas navi-deñas y un año lleno de ventura y prosperidad.

l proyecto de los pa-dres agusti-nos de ins-talar una

universidad en la sede ac-tual del Liceo de Cervantes El Retiro, prendió las alar-mas de la comunidad que se levantó en forma unánime para protestar por esa even-tual posibilidad.

Cerca de 300 personas convocadas por la Asocia-ción, se reunieron en el Gun Club, para solicitarle expli-caciones al padre rector, Gregorio Tomás, sobre el proyecto, y éste manifestó que la Universidad funcio-naría en instalaciones que posee la comunidad reli-giosa ubicadas en el norte de la ciudad y que dieron la dirección del colegio en El Retiro para cumplir con re-quisitos exigidos por el Mi-nisterio de Educación para aprobar la personería jurídi-ca del centro educativo.

Sin embargo, en respues-ta a una solicitud de infor-mación formulada por la Asociación, el Ministerio de Educación manifestó que la “Fundación Univer-sitaria San Agustín tendrá como domicilio principal la ciudad de Bogotá y fun-cionará, entre otras, en las instalaciones del Colegio Liceo de Cervantes El Re-tiro”.

Además, en la resolución de reconocimiento de la personería jurídica se habla claramente sobre las ade-cuaciones que tendrá que

hacer el colegio para adap-tarlo a universidad, y es sa-bido que en Ministerio no otorga personería jurídica a centros de educación supe-rior, sin tener información completa y concreta sobre factores académicos y físi-cos de operación.

En aras de la sana con-vivencia y tranquilidad de los vecinos, solicitamos al padre rector una confirma-ción por escrito sobre lo ex-presado públicamente, no sólo ante la comunidad sino ante una emisora de alta sintonía, y aún no hemos recibido respuesta a nuestra comunicación.

Independientemente de la certificación que pueda expedir el rector del Cole-gio, La Junta Directiva de la Asociación, asesorada por dos vecinos eminentes juristas, adelantará las ac-ciones pertinentes para que no exista la menor posibili-dad de funcionamiento de un establecimiento de edu-cación superior en nuestro barrio, por los impactos ne-gativos que generaría, y por no ajustarse a las normas que rige la UPZ El Refugio/Chicó-Lago.

La Asociación hace un llamado a todos los vecinos para que nos apoyen en esta jornada y que tomen como propio el caso, pues está en juego nuestra tranquilidad y el valor de nuestros inmue-bles.

DEL BOLETÍN A LA REVISTAUN PASO ADELANTE LLAMADO A LA UNIÓN

EDITORIAL // Por Salomón Parra Pérez


La Directora del IDU, Dra. Liliana Pardo, precisó que con los dineros recaudados por valorización en el año 2008, se pagaron únicamente los estudios y diseños de los andenes de la calle 85 entre carreras 7ª y 11. Su construc-ción se ejecutará después del año 2010 con un nuevo cobro de valorización.

Los profesionales de la mendicidad no tienen incon-veniente en exponer a niños de brazos a las cambiantes temperaturas bogotanas, como la mujer que diariamente, y hasta bien entrada la noche, se ubica a la entrada de CA-FAM de la calle 85.

Nuevamente llamamos la atención a los vecinos para que no den limosna, pues con esta mal entendida caridad se fomenta la holgazanería y los niños crecen creyendo que es lícita tan degradante actividad.

Con la decisión del alcalde Moreno de construir un Transmilenio light por la carrera 7ª, quedó en veremos el conector que unía la calle 85 con la Avenida Circunvalar, el cual solucionaría los problemas de movilidad en esa intercepción. Ahora sale la administración con la disculpa de que no hay dineros para realizarlo y, que de construir-se, tendrá que financiarse con valorización.

ANDENES DE LA CALLE 85

NO A LA LIMOSNA

CONECTOR DE LA CALLE 85

PÍLDORAS

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El Centro Comercial Andino, tan cercano a los afectos de quienes habitamos en el barrio El Retiro, acaba de ser honrado con el premio icsc LATIN AME-RICAN CHOPPING CENTER AWARDS en la catego-ría de Excelencia en Mercadeo. Para su gerente, doc-tora Clara Ferro y su equipo de colaboradores, nuestras sinceras felicitaciones por tan merecida distinción

El Parque de Cervantes está cumpliendo con su ob-jetivo, pues se ha convertido en punto de encuentro para diferentes actividades del sector, como la pasada jornada de prevención de desastres. También sirve como lugar de des-canso y hasta de siesta para los muchos obreros que laboran en el sector.

Los recicladores se han tomado la carrera 11 entre avenida 82 y calle 85 convirtiendo ese sector en punto de acopio de basuras, agravado por la utilización de menores en la recolección de desechos. El espectáculo de niños en-tre latas, cartones, bolsas de basuras y otros elementos, es deprimente y atentatorio contra los derechos de la infancia.

¿Cuándo será que las autoridades cumplirán con su deber y pondrán coto a esta situación?

PREMIO AL CENTRO ANDINOEN EXCELENCIA

EL PARQUE DE CERVANTES

BASURAS EN LA CARRERA 11

CUMPLE SU OBJETIVO

Y EXPLOTACIÓN DE MENORES

PÍLDORAS

7PG.


a comunidad agusti-niana viene de tiempo atrás regentando en el sector de la carrera 8 con calle 83 el Colegio Cervantes, donde se han educado muchas

generaciones de bogotanos. Las instala-ciones son hermosas, tanto por la casona donde los estudiantes adelantan sus es-tudios y en el que viven los sacerdotes, como por la zona verde utilizada para las competencias deportivas.

El bullicio de sus estudiantes hacen parte de la cotidianidad del sector, sin que nadie se moleste por la presencia de quienes ya cumplieron 75 años de vida académica, salvo por dos detalles cada día más neurálgicos. El primero, la invasión del espacio público por los feli-greses que concurren en la mañana a oir misa en la capilla, dejando sus vehículos parqueados en la carrera 8, hoy muy transitada, ignorando un letrero grande que señala la prohibición de parquear, lo cual naturalmente provoca congestión vehicular. El segundo, la creciente acti-vidad extra curricular de la comunidad agustiniana, como la de realizar concier-tos de rock, bazares, fiestas ruidosas o semejantes, eventos que ya empiezan a fatigar a los vecinos.

Si no fuera por la invasión del espacio público con los carros de los feligreses que van a a misa ocupando groseramente la carrera 8 y sus alrededores, o por los otros sucesos que tienen lugar los fines de semana, bien podría decirse que esa incomodidad no supera los niveles de

tolerancia de los vecinos. Pero otra cosa ocurre cuando nos enteramos de que la comunidad agustiniana tiene pensado instalar en ese mismo lugar donde ya funciona el colegio, una universidad con al menos dos facultades, y que efectiva-mente le fue concedida una autorización el Ministerio de Educación Nacional desde junio de 2009.

Conocida la noticia, los vecinos en audiencia espontánea realizada en la sede del Gun Club, concurrieron en un número muy importante, casi 300 perso-nas, a enterarse en detalle del rumor de la instalación de la Universidad.

La Asociación Vecinal del Retiro, que convocó a la reunión del Gun, tuvo el buen tino de invitar al padre Gregorio Tomás Román, vocero la Fundación Universitaria San Agustín, quien reque-rido por la asamblea de asistentes para

que explicara su posición, inicialmente sostuvo que no era cierto que se fuese a montar una universidad en el sector, y que solamente se había suministrado al Ministerio de Educación la dirección de la carrera 8 con calle 83, para fines postales o de correspondencia, pues la Comunidad cuenta con un precioso lote en el norte de la ciudad, donde realmen-te se propone poner en funcionamiento la Universidad. Las gentes sintieron alivio y aplaudieron, pero faltaba algo, nada más ni nada menos que la verdad.

El padre Gregorio que antes había di-cho que al Ministerio simplemente se le suministró esa dirección de la cra 8 con 83 para llenar un simple requisito de trá-mite, no pudo superar su contradicción, cuando uno de los asistentes, con papel en mano, demostró que en la resolución No 3600 del 2 de junio de 2009 del Ministerio de Educación, que concedió

Por Ramiro Bejarano

MENTIRILLASNO PIADOSAS

OPINIÓN

8PG.


autorización para instalar la Universidad en donde hoy funciona el Colegio, se decía que se concedía la personería jurídica por-que la Comunidad Agustiniana había satisfecho las condiciones de prolongar un contrato de comodato y se había comprometido a hacer una adecuaciones locativas. Es decir, que no era cierto que la malhadada Universidad vaya a funcionar en el norte de la ciudad, sino que todo lo que tramitó la Comunidad Agustiniana fue para montarla en el sitio donde hoy está el Colegio.

Es evidente que la Comunidad Agustiniana no le dijo toda la verdad al Ministerio cuando tramitó su personería jurídica para montar su Universidad, o tampoco se la ha dicho a los vecinos del sector que no están dispuestos a tolerar que además del Co-legio en la carrera 8 con 83 haya una Universidad. Como le dije al Cura Gregorio en esa reunión del Gun Club, haberle dicho inexactitudes al Ministerio para obtener personería jurídica para una Universidad, es no sólo un pecado, sino también un delito.

Lo cierto es que puesto en evidencia que lo aseverado por el padre Gregorio no correspondía a la verdad, sus explica-ciones resultaron todavía más preocupantes y casi irritantes. Ciertamente, anunció el padre Gregorio cuando se vió expues-to a unos hechos que no pudo desmentir, que inicialmente la Universidad sí funcionaría en la carrera 8 con calle 83, pero mientras terminaban de adecuar el edificio del Norte. Obvia-mente, ya no pudimos creerle a un sacerdote que primero dijo que no funcionaría ninguna Universidad en ese sitio, para luego sugerir, cuando se vio descubierto, que sí, pero temporalmente.

Al día siguiente de la memorable reunión, el padre Grego-rio al ser entrevistado en la W Radio, nuevamente presentó su confusa versión, que en últimas puede resumirse en que no habrá Universidad pero sí la habrá temporalmente, lo cual, por supuesto, tiene indignados a los vecinos que se sienten engaña-dos y atropellados.

El representante Simón Gaviria, quien estuvo presente en esa reunión, le recordó al padre Gregorio que una cosa es una autorización para que funcione un Colegio, que significa una

densidad escolar menor, y otra muy diferente que se pretenda montar una Universidad, que obviamente representa una densi-dad poblacional de mayor envergadura.

El padre Gregorio no se comprometió a nada, ni ofreció una solución clara, su ambigüedad desesperó a los asistentes, tanto como a quienes oyeron su entrevista radial de la W.

Es una lástima que la Comunidad Agustiniana haya suscitado este delicado problema que enrarece sus buenas relaciones de antaño con los vecinos, que tanto quieren al Colegio, pero que no están dispuestos a ser ultrajados.

9PG.


Es imposible caminar por el barrio La Candelaria, en el centro histórico de Bogotá, sin asombrarse con el mis-terio que encierran sus vías adoquinadas, algunas con

nombres mágicos como la Calle de la Fatiga, la Calle de la Toma del Agua, la Calle de los Amigos o la Calle del

Chorro de Quevedo.

CULTURA,MAGIAPor Juan Pablo Guevara Latorre

Y EVOCACIÓNLA CANDELARIA:

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Al recorrerlo quedamos admirados por la belleza arqui-tectura colonial y republicana, orgullo y patrimonio nacional, pero más que nada, por el manto del pasado que gravita en su ambiente y arropa las tertulias, los cafés y las exposicio-nes de arte.

Si se trata de recorrer la ciudad en búsqueda de espacios

mágicos y evocadores durante esta época de vacaciones, el barrio de La Candelaria ofrece una atractiva propuesta.

En la calle 11 entre carreras cuarta y quinta encontramos la

manzana cultural del Banco de la República, integrada por la Biblioteca Luis Ángel Arango, la Donación Botero, La Casa de la Moneda y el Museo de Arte.

La Donación Botero está conformada por 123 obras del

artista antioqueño y otras 85 que hacían parte de su colec-ción personal, piezas de genios de la talla de Picasso, Dalí, Renoir, Matisse, Monet y Degas.

A tan sólo una cuadra al occidente encontramos el Centro Cultural Gabriel García Márquez, una donación del gobierno de México a la capital colombiana.

Este bello y moderno recinto, última obra en vida del

maestro Rogelio Salmona, está dedicado a la muestra de ex-presiones artísticas de diversa índole, la lectura y desarrollo de actividades académicas.

Su librería cuenta con aproximadamente cinco mil títulos

de los más renombrados escritores representados en poco más de 80 mil ejemplares.

Además, cuenta con un auditorio para 300 personas, dos

aulas académicas y una galería de arte de más de 200 metros cuadrados.

Una vez allí, basta tomar la carrera quinta hacia el sur para

toparse sobre la calle 10 con el Teatro Colón, tal vez el espa-cio artístico de mayor valor estético e histórico de la ciudad,

11PG.


declarado patrimonio de la nación. Por la misma calle 10 arriba de la carrera cuarta se ubica

la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, una entidad adscrita a la Alcaldía de Bogotá que ofrece una destacada programa-ción cultural. Importantes obras de teatro y clásicos de cine se pueden apreciar durante todo el año.

Cualquier caminata debe incluir el Museo del Oro, famoso a nivel mundial, el cual alberga 34.000 piezas de oro y 20.000 objetos originarios de varias culturas indígenas pre-colombinas que habitaron lo que es hoy nuestro país.

Igualmente, no puede privarse del recorrido por el Eje

Ambiental, (también obra del maestro Salmona), el cual rememora el antiguo cauce del río San Francisco.

El corredor, que empieza en la Quinta de Bolívar, otro hito de la zona histórica de la ciudad, tiene una feliz terminación

en el cruce de la Jimenez con carrera 10. Después de hacer esta placida caminata les puedo reco-

mendar a los lectores que cuando vayan a La Candelaria finalicen el paseo disfrutando de su variada muestra gastro-nómica.

Pueden deleitarse con exquisitos postres en la Pastelería

Francesa, arriba en la calle 10 con carrera cero; un delicioso y auténtico ajiaco santafereño en la Sociedad Económica de Amigos del país, una agua de panela con queso y tamales en La Puerta Falsa o con una apetitosa hamburguesa en el Centro Cultura Gabriel García Márquez.

Y si su pecado fue la gula dispone de aproximadamente

15 iglesias y capillas coloniales para ir a arrepentirse de los excesos cometidos.


Nada más lejos de mí que pretender des-pedir este 2009 con una descarga abigarra-da de datos que fundamenten nuestro aserto, pero los hechos son tozudos y a ellos me remitiré.

Desde hace varios años los bogotanos ve-nimos considerando y escuchando la posibi-lidad de elegir por voto popular a nuestros al-caldes locales de igual forma que lo hacemos con el Alcalde de Bo-gotá.

Nunca averiguamos cuál es la realidad de nuestras localidades y cuando a ella llegamos no tenemos más remedio que sorprendernos y comenzar a pensar que lo que en alguna oportunidad se presentó como una medida politiquera es, ya y ahora, una determinación inaplazable que no permite que se continúe dilatando y embolatando la descentralización que tantas veces hemos visto adportas y que posterior-mente se borra de las medidas a tomar

Para hablar solamente de la localidad de Chapinero donde usted amiga y amigo lec-tor y yo vivimos “somos la quinta ciudad del país”. No, no me he equivocado, ni está le-yendo mal. Chapinero alberga durante el día más de 1.600.000 habitantes y en las noches más de 800.000 ciudadanos.

Nuestra infraestructura educativa, comer-cial, bancaria, hotelera, sanitaria, notarial, gastronómica, bohemia y etc. nos ha conver-tido en la quinta ciudad del país con todos sus problemas y también bondades pero sin una estructura gubernamental y fiscal que responda por la realidad que hoy somos.

Este compendio de competitividad, desa-rrollo y recaudo fiscal que desde nuestra lo-calidad le aportamos a Bogotá nos ha traído toda serie de problemas precisamente por no contar con el equipamiento gubernamental y fiscal que soporte, organice y reglamente tal avalancha.

Nos está pasando algo similar a Cartagena y San Andrés cuando las invadimos como turistas en temporada y requerimos toda clase de servicios, sólo que aquí es todo el año.

Como no quiero caer en las estadísticas diré que Chapinero tiene un presupuesto, una seguridad, un equipamiento de servicios públicos, una respuesta a sus necesidades de

movilidad que ni siquiera consultan las ne-cesidades de quienes habitamos en ella.

Por lo anterior y mucho más es imperativo que los alcaldes locales sean nombrados por voto popular y que Bogotá retome cuanto antes el camino del desarrollo armónico que hemos perdido en estas dos ultimas adminis-

traciones. No podemos se-guir entregando las alcaldías locales como una vara de premios políticos sin mirar la capacidad y preparación de quienes allí deben estar.

Chapinero termina el año con cinco vergonzosos primeros puestos en Bogotá:

La localidad con mayor deserción esco-lar.La localidad con el mayor índice de sui-cidios.La localidad con el mayor índice de atra-cos e inseguridad.La localidad con el mayor índice de niñas menores de 14 años embarazadas.La localidad con el mayor índice de ven-tas de drogas y alucinógenos.

Al finalizar noviembre sólo se había eje-cutado el 26 por ciento del presupuesto.

ELECCIÓN POPULARDE ALCALDES LOCALES

OPINIÓN

Por Douglas Mora

Cuando se quiere escribir una columna “efectista” nada mejor que echar mano de las estadísticas y entonces caeremos en la famosa “falacia de las estadísticas”.

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Ojalá fuéramos los tres al SenadoENTREVISTA

¿Hay más amigos o más enemigos del proyecto de Mockus, Peñalosa y Garzón?

Eso lo vamos a dejar en la cuantificación. Uno más uno más uno no necesariamente da tres, aquí tres por uno son clave por-que da tres. Yo he dicho que ojalá los tres fuéramos al Senado.

¿Acaso no hay confianza de un buen papel de Peña-losa para la Alcaldía?

No es eso. Simplemente sería ideal, pero creo que el Senado es el escenario adecuado para los tres. Somos nuevos y llegamos con una propuesta interesante. Además, nos complementaríamos pues lo bueno de ‘Lucho’ Garzón no lo reconocen los ‘peñalosis-tas’ y el ‘luchismo’ no reconoce lo positivo de Peñalosa. Sumar los tres es muy complejo, pero vamos a hacer el esfuerzo.

Muchos le atribuyen a usted parte de los males de los que Bogotá padece: inseguridad, invasión del espacio público, caos en movilidad. Estos mismos ciudadanos creen que las administraciones del Polo han sido una desgracia para ciudad. ¿Usted qué les responde?

Pues yos les digo que mi administración dejó 17 homicidios por cada 100 mil habitantes, estadísticas certificadas por Medici-na Legal, por la Fiscalía, por el DAS y la Policía Nacional. Ese es mi indicador en seguridad por el cual me deben medir.

En materia de espacio público, si usted ve esos quiosquitos que están por ahí, no son quiosquitos de desprogramados. Durante mi administración demostramos que el vendedor ambulante puede trabajar formalmente siempre y cuando pague impuestos. En el tema de movilidad yo dejé fase tres de TransMilenio contratada.

¿Y por qué no lo hizo con la carrera Séptima?

Los diseños estaban ahí, si este alcalde lo echó para atrás, pues allá él. Si hay una discusión en el tema de movilidad hoy, es una discusión sobre lo que pasó en la bonanza económica entre el 2006 y el 2007, cuando el crecimiento de la economía llegó casi al 8 por ciento en Bogotá. Eso llevó a que la gente comprara gran cantidad de motos: en el 2007 pasamos de 32 mil motos a 91 mil; además se triplicó la venta de carros. Le respondí las tres inquie-tudes, ojalá esto llegara a los que usted dice que no me quieren.

¿Qué opinión le merece que por la Séptima ahora vaya un TransMilenio ligero o “light”?

Aunque está embarcado en una campaña para el Senado, y que ya hace dos años terminó su gestión en la Alcaldía de Bogotá,

entrevistamos a Luis Eduardo Garzón para que despejara algunas inquietudes que quedaron después de terminar su mandato.

14PG.


Yo sostengo una diferencia de fondo con este alcalde y coincido plenamente con Peñalosa en que no se puede cambiar un sistema de transporte masivo de un día para otro. Medellín hizo énfasis en el me-tro y lo complementó con otro sistema de transporte. En Bogotá se hizo énfasis en TransMilenio y su complemento debe ser el metro. Lo cierto es que no se puede dejar un sistema a medio terminar, como está sucediendo actualmente.

¿Cree que el metro no es la mejor opción?

Si a mí me hubiera tocado gobernar en 1996, yo me hubiera decidido por el metro, pero ya habiendo TransMilenio… esto no es una crítica para Enrique (Peñalosa), por la sencilla razón de que en 1996 la econo-mía estaba en menos 4.9, y se tenía que generar empleo, infraestructura y desarro-llo de ciudad. ¿Qué pasó? Lo menos caro en situación de crisis fue TransMilenio. Hoy la gente no hace metros en países subdesarrollados, lo hicieron México y Venezuela hace medio siglo, lo hicieron en Madrid (España) hace 103 años, por-que era la época de las bonanzas.

Existen unos temas que inquietan a los vecinos del sector. Primero: Villa Adelaida. ¿Cómo explicar que fue la mejor opción plantear un centro comercial, cuando la gente del sector proponía otros proyectos de menor impacto? Al final no se hizo nada.

Esa fue una decisión del Ministerio de Cultura, la señora Elvira Cuervo Jarami-llo, que vive ahí en la zona donde circula esta revista, ella fue la que tomó la inicia-tiva, no yo. Y venía de la ‘Conchi’ Araújo, que también vivía en la zona. ¿Qué hice yo? No volverme un obstáculo para una propuesta que me pareció interesante, por-que no acababa en el patrimonio cultural. Hubo un problema, la historia de Villa Adelaida está ligada a un narcotraficante, a un tipo que estuvo en todas las páginas sociales de Bogotá.

Un segundo tema: Dicen que de-

trás de la orden demolición de la casa Pérez Norzagaray estuvo la familia Santo Domingo y que en contraprestación de ese favor se construyó la Biblioteca Julio Ma-rio Santo Domingo.

Esa parece una pregunta de Lleras Fi-gueroa. Lo primero que debo decir es que en esa Junta de diez representantes, sólo uno es del Alcalde, nueve son de todos los sectores de la ciudad. Es decir, uno es de Patrimonio. Ahora bien, si hubiera sido así, yo me consideraría un gran negocian-te y me sentiría muy beneficiado de ese intercambio: ¿una casa por una biblioteca de 25 mil millones, que va beneficiar a un millón 200 mil personas de Suba, donde no había biblioteca? Además, los Santo Domingo quedarían como unos tontos para negociar.

¿Cómo ve la administración de Samuel Moreno?

Yo pienso que tiene un mal sistema de comunicación que no le ha permitido ven-der cosas interesantes que ha hecho como el tema de la EPS solidaria, como en la discusión del pico y placa que se man-tuvo en línea. Creo también que no hay nada nuevo en la administración, salvo la discusión de si hay metro o no. A mí me midieron por comedores y por número de estudiantes, a Samuel lo miden por centí-metros, porque prometió el metro. Pienso que tiene dos muy buenos funcionarios: Ricardo Ortega, en Hacienda y Camila Uribe, en Planeación.

¿Ve un candidato del Polo en la próxima alcaldía de Bogotá?

Uno no habla ni bien, ni mal de su ex pareja.

¿Y del Partido Verde?

Muy bueno que fuera Enrique Peñalosa o Antanas Mokcus, pero también me pa-rece supremamente importante buscar una propuesta independiente.

Las tres principales razones por

las que lo van a elegir senador.

Primera. Si quieren. Es decir, no estoy diciendo háganme el favor. Si consideran que soy una propuesta importante para ayudar en el Congreso, perfecto. Segun-da. Porque creo que hoy estamos ante la posibilidad de hacer un equilibrio de po-deres, un ejercicio decente, tranquilo, no oponerse por oponerse. Tercera. No voy al Congreso por desprogramado, pienso que le puedo aportar a esta sociedad desde ese escenario.

¿Volverá a aspirar a la Alcaldía?

No.

¿Y a la Presidencia?

Sí. Pues si va Uribe a la tercera elección, yo seré candidato a partir del 2010, si paso al Congreso. Si no va Uribe, pues eviden-temente, ya en ese momento en que haya un nuevo escenario electoral, por allá en el 2018, yo estaré presidiendo un geriátrico.

¿Por qué declinó de la candidatu-ra presidencial?

Porque hoy tengo la siguiente lectura: Después de Uribe no viene un candidato de izquierda, después de Uribe, si bien nos va, viene un candidato de centro derecha, porque es un candidato que registra en la seguridad. Yo hice muy bien lo de segu-ridad en Bogotá, pero es más creíble lo que hace Antanas Mokcus, o más creíble lo que pueda hacer gente como Enrique Peñalosa.

¿A qué se refiere con más creí-ble?

En términos de que a mí me reconocen los temas sociales, pero no me percibe la gente como el hombre de la seguridad. Y yo la lectura que tengo sobre el país es que lo que viene es un Uribe tres, cuatro, cinco, ojalá no sea Uribe, pero un Uribe que siga con la política de seguridad, no la política social.

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Siete de diciembre

CUENTO DE NAVIDAD

Por Ciranda

l globo de papel reposa sobre el pasto, el viento de la noche lo mece mientras alguien enciende una vela.

Un grupo de personas se acerca a la frágil estructura para levantarla y desde las puntas darle forma a la armazón que hasta ahora es sólo un largo hexágono dormido. Con cuidado lo desdoblan, ali-san el papel de colores ya arrugado por el viento sabanero, y lo suspenden a unos centímetros del pastizal.

Quien tiene la vela se arrodilla en el sue-lo y obedeciendo a rituales arcaicos que ni él mismo conoce, protege con la mano derecha la llama encendida y con sigilo acerca la vela al centro del globo.

Ese gesto modifica por completo la esce-na: la luz titilante de la estopa prendida despierta uno a uno los colores del papel de china. La multitud da un paso atrás para admirar con recogimiento el extraño espectáculo de un artefacto encendido encaramándose en el caótico cielo de

Bogotá. El fuego le da sentido al globo, le confiere un alma.

La colorida bola de luz tiembla a medida que se eleva sobre las cabezas de la muchedumbre. El globo, ahora más un ser superior que un objeto, se deja guiar por el viento y emprende una danza esencial. La fragilidad de sus paredes de papel no lo hace menos hermoso, por el contrario, toda su belleza radica precisamente en el aliento que la multitud retiene mientras espera verlo caer al suelo en cualquier momento.

Bogotá en diciembre parece un en-fermo bipolar en etapa maniaca. Luego de once meses de haber contenido la respiración, la ciudad emite de pronto un fuerte alarido. La tiniebla de un parque en la noche se evapora para darle paso a la luz de cientos de bombillas que como luciérnagas rabiosas se aferran a las ramas de los urapanes. Ahí, en medio de bombones de colores, de arbustos bri-

llantes y enrevesados arcos encendidos, el globo se tambalea en el aire y continúa subiendo.

Libre ya del rumor de villancicos, de las luces del parque y de los árboles de navidad que observan la escena a través de las ventanas, el globo sigue eleván-dose, haciéndose cada vez más pequeño. Absorta, la muchedumbre lo sigue con la mirada. Solitario en medio de la noche, el globo de papel parece un derviche giróvago embebido en su propia danza. Por un segundo la gente y el globo se hacen uno solo en virtud de ese baile místico. La ciudad emite un suspiro largo y sosegado.


Se Repitió el ConjuroCULTURA

Por Douglas Mora

Como en tiempos de los famosos aquelarres de la edad media en las monta-ñas francesas, todos a una fuimos apareciendo contes-tando al llamado del correr rumoroso del agua en la quebrada de la vieja.

Gentes de rosales, el casti-llo y chapinero alto, fuimos contestando a lista ataviados con sombreros aguadeños, el infaltable vueltiao, som-breros de safari africano y también de explorador nórdi-co y claro la gorra de golf como para que nada faltara.

Pantalonetas y jeans, tenis y camisetas de todos los pelambres fueron ocupando las “graderías de la media-torta”, portadas por hombres y mujeres muy jóvenes y abuelas y nietos que ha duras penas se veían debajo de los sombreros para protegerlos del sol inclemente que nos dio la bienvenida al Conjuro de la navidad.

Llenas la graderías, empezaron a poblarse las colinas ale-dañas a semejanza del festival de woodstock en el ya lejano nacimiento de los hippies y de los conciertos de rock por la vida el amor y la paz ( que falta nos hacen los tres cosas).

Cada quien llevó su perro que sin broncas de ninguna clase y como sospechando lo que se avecinaba, se dis-pusieron también a gozarse lo que nos brindaba con ge-nerosidad la administradora del escenario.

Y apareció la primera banda, la Bosconia Ne-mocon, que con sus 18 muchachos y con un per-trecho armónico de vientos y percusiones nos llevó de la mano para pasearnos en los burritos sabaneros y tutainas, revueltas con pasodobles y mambos que apretaron la intensidad solar y el contento de la audiencia

Y por fin las estrellas del concierto, la coral Talleres de Esperanza, un grupo de muchachas y muchachos especiales que lo único que tenían de diferente a los espectadores era un corazón y una sonrisa tan

grandes como la “media torta” que los escuchaba emocionados interpretar noche de paz, campana sobre campana, mensaje de ángeles y muchas mas que obligaron al respetable a ponerse de pie con un aplauso que retumbo en los cerros. Se repitió el conjuro de la navidad.

Estamos tan cansados de que en nuestra ciudad nada bueno suceda que resolvimos todos vestir nuestras mejores galas sabatinas, para cumplir una cita con la vida el pasado 5 de diciembre.

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La informalidad: Un caso común y Silvestre

OPINIÓN

Por Juan Pablo Guevara Latorre

llí trabajaba por un jornal de 6.000 pe-sos mientras se partía el lomo de sol a sol cargando bultos o echando azadón.

Hace 13 años llegó a Bogotá en bus-ca de nuevas oportunidades y un trabajo mejor. Su primer empleo en la ciudad fue como ‘todero’ en un restaurante, y poco tiempo después instala-ría un puesto de venta infor-mal en el barrio El Retiro, en el que hasta el día de hoy ofrece diver-sos productos comestibles, gaseosas y hasta minutos a celular.

Su estadía en este lugar durante años no ha sido ajena a la persecución de algunos vecinos a quienes no les gus-ta la imagen que pueda otorgar al sitio un vendedor ambulante. Sin embargo, como explica este santandereano, él es el primer interesado en tener aseado su lugar de trabajo y procura ser un garante de la seguridad del barrio.

De hecho, una vez terminó amenaza-do por alertar la presencia de unos de-lincuentes. “Duré casi un mes asustado y temí que ellos regresaran a agredir-me”, dice. Agrega que siempre que pue-da colaborar con la seguridad del sector lo hará.

Las buenas intenciones de este hu-milde vendedor, en todo caso, no son suficientes. De acuerdo con la norma-tividad del Distrito, cualquier vendedor ambulante puede sufrir el decomiso de sus mercancías y ser retirado del espa-cio público.

Esto fue precisamente lo que Silvestre

vivió hace un año en carne propia cuan-do por solicitud de algunos vecinos, amparados en un derecho de petición, le quitaron su triciclo de mercancías y lo

dejaron “con una mano adelante y otra atrás”.

Hoy Silvestre solamente espera un poco de solidaridad de la comunidad de El Retiro para que, con algo de asesoría, él pueda obtener una caseta de las que otorga la Alcaldía con el fin de formali-zar su negocio y poder vivir con tranqui-lidad, más aun después de que reciente-mente sufrió un episodio cardiológico.

Es cierto que la recuperación del es-pacio público, impulsada con mayor o menor ímpetu por las últimas admi-nistraciones de la ciudad, debe ser un compromiso de las autoridades. Pero si se trata de pensar en ciudad, sacar a Sil-vestre del barrio solamente trasladaría el problema a otro punto de Bogotá.

Él es uno más de los miles de colom-bianos que llegan diariamente a la capi-tal en busca de una mejor oportunidad, sin embargo este drama social que se vive en todo el país genera otro tipo de

problemas de orden urbano.

La administración distri-tal, apoyada por las comu-nidades, está en la obliga-ción de buscar soluciones definitivas y estructurales

que les permitan a estos trabajadores desarrollar su labor formalmente.

A sus treinta y tres años de edad, Silvestre Murillo no recuerda con mucha nos-talgia su pueblo natal: Bolívar, Santander.

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edición 58

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