siglo xxi/ revista dominical magacin -sec. a la vuelta-

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2. Poesía Espiral publica Caleidoscopios Urbanos 3. Colectiva exhibe Sin ti no puedo vivir 5. Rafael Romero, El elegido 8. Finca Cataluña, ecoturismo retalteco 9. Serge Gainsbourg y su terrible atractivo 10.11. Los sellos mayas del III Salón Nacional del Grabado La emotividad en lo consciente 6.7. Ruiz Isabel

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Reportaje en Finca Cataluña por Luis Edgar Villagrán

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Page 1: Siglo XXI/ Revista Dominical Magacin -SEC. a la vuelta-

2. Poesía Espiral publica Caleidoscopios Urbanos 3. Colectiva exhibe Sin ti no puedo vivir 5. Rafael Romero, El elegido 8. Finca Cataluña, ecoturismo retalteco 9. Serge Gainsbourg y su terrible atractivo 10.11. Los sellos mayas del III Salón Nacional del Grabado

La emotividad en lo consciente 6.7.

RuizIsabel

Page 2: Siglo XXI/ Revista Dominical Magacin -SEC. a la vuelta-

3DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011 SIGLO21 Magacín2 DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011SIGLO21Magacín

Diferentes maneras de ver la ciudadEl año pasado, en la es-cena cultural se vivió una intensa producción edi-torial, particularmente con poesía. Se publicó alrededor de una trein-tena de títulos, reparti-dos entre sellos editoria-les emergentes y otros que empiezan a consoli-darse. En 2009, un poco antes de ese boom por la poesía actual, surgió en-tre un grupo de jóvenes la inquietud por publicar una antología. Así, los in-tereses por las sesiones de trabajo colectivo y la voracidad por formar parte de las propuestas del medio, cuajaron en el grupo Poesía Espiral. Su proyecto era arriesgado, pues sus miembros, aun-que con gran producción y participación en lectu-ras públicas, no habían sido tomados en cuen-ta para ninguna obra im-presa. El apoyo de Ades-ca (Aporte para la Des-centralización Cultural, adesca.org.gt) se inte-resó en su propuesta y durante 2010 se concre-tó Caleidoscopios Urba-nos, una antología poéti-ca que se plasma en un libro y un DVD que reúne

los versos de Anna Co-senza, Numa Dávila, An-drea Grimaldi, Gabriela Letona, Lucía León, Es-tuardo Mendoza, Manuel Tzoc y Luis Villond. Par-ticipa también Juan Pen-samiento, el único autor con un texto narrativo y que además ilustró las páginas del poemario.

Lucía León, miembro de Poesía Espiral, co-menta que el título de la antología correspon-de a las diferentes con-cepciones que cada inte-grante del colectivo tie-ne acerca de la ciudad y que la urbe, en sí misma, se pinta como un abani-co de diferencias y con-trastes, que podrían ser los brazos de esa espi-ral en constante expan-sión. También, detrás de Caleidoscopios Urbanos hay una relación con la falta de planificación con la cual nuestra urbe se va expandiendo. “La ciudad también es como una es-piral, no tiene un orden, es más bien un desorden urbano, social. Hay in-dicios de esa espiral en todo”, comenta Lucía, al agregar que el centro de dicha espiral debería ser

Kaminal Juyú, debido a su carácter de antigua metrópoli maya. El co-lectivo, continuando con la analogía de sinuosida-des y caos, llama al va-lle de la ciudad, el Valle de la Serpiente, y de esa manera titula también el DVD que acompaña la obra impresa.

El audiovisual, explica la poeta, “contiene 4 pro-puestas de video alterna-tivo y tres más en las cua-les se fusionan imágenes con la lectura de los poe-mas”. El carácter citadi-no de los participantes y sus propuestas se refleja en calles y avenidas fá-

Poesía Espiral / Colectivo

Detrás de la propuesta Caleidoscopios Urbanos, escribe José Luis Escobar, está el entusiasmo de un grupo de poetas y artistas emergentes.

T. José Luis Escobar [email protected]. Alejandro Azurdia [email protected]

ESTA SEMAN

A POESÍA

ciles de reconocer, así como en puntos específi-cos: Hipódromo del Nor-te, Cementerio General, Puente del Incienso o el Cerrito del Carmen. En el DVD se plasma el trabajo en las cámaras de Carlos Lucero y Juan Culebro, de Telemind Films, quie-nes han trabajado pro-yectos audiovisuales con el músico David Marín (Pájaro Jaguar); así co-mo el trabajo de pospro-ducción de Kathya Archi-la, de EM Producciones. La diagramación estuvo a cargo de Carlos Salguero (Solrack), quien también es Dj. Ellos no fueron los únicos colaboradores; fi-guran también los edito-res de Catafixia Edito-rial, quienes asesoraron a Poesía Espiral en la se-lección de los textos pu-blicados y el trabajo de Luis Villacinda en la por-tada de la antología.

Con Caleidoscopios Urbanos, el grupo Poe-sía Espiral se apropia de la ciudad y consolidan su meta trazada en 2009: construir un discurso partiendo de la cotidia-nidad y vivencias como poetas urbanos origina-rios de diferentes puntos de la metrópoli. El resul-tado es una lectura críti-ca de la urbe. Sus autores se enfrentan a la ciudad y la reconstruyen a partir de vivencias trasladadas a las letras.

LA ANTOLOGÍA CALEIDOSCOPIOS URBANOS SE PRE-SENTARÁ EL JUEVES 10, A LAS 7 P.M. EN LA ALIANZA FRANCE-SA, 5A. CALLE 10-55, ZONA 13, FINCA LA AURORA (2440-2102 Y ALIANZAFRANCESA.ORG.GT). LUEGO DE LA PRESENTACIÓN DE LA OBRA HABRÁ UN RECITAL A CAR-GO DEL CANTAUTOR GUATEMALTECO CARLOS HERNÁNDEZ, EL GORDO.

caleidoscopiosurbanosgt.blogspot.com

La Chapina Blues Band VIERNES 11, 9:15 P.M. Q40. TRO-VAJAZZ. VÍA 6, 3-55, ZONA 4. 2334-1241, TROVAJAZZ.COM.La Chapina Blues Band está integra-da por los guate-maltecos: Werner García (guitarra), Édgar Bran (bajo), Bladimir Gaytán (batería), Gerzon Hernández (guita-rra rítmica) y Juan Aguirre en la voz. Música de Jimmy Hendrix, Steve Ray Baughan, Erick Clapton, B.B King y otros.

Compartirán el escenario de El Gran Hotel los grupos: Los Reyes Vagos (losreyes-vagos.com), Hot Sugar Mama (hot-sugarmamamusic.com) y Devolution. Esta triple pro-puesta ofrecerá a los amantes de la música una descarga de los géneros rock, reggae y dub.

Exposición de Luis Arturo Arévalo (Guatemala, 1967), conocido también como Luarta, artista autodidacta e inventor. En 2003 Luarta entra en contacto con el arte contemporáneo al desarrollar la técnica tin-turas en madera.

Música para celebrar el Día Internacional de la Mujer con canciones originales del estilo clásico acoustic blues y nuevas versiones de maestros del blues y del jazz. Visite el perfil de la banda en Facebook: Ugly Blues Band,

Triple concierto

Líneas sueltas The Ugly Blues Band

SÁBADO 12, 9 P.M. Q30. CENTRO CULTURAL EL GRAN HOTEL, 9A. CALLE 7-64, ZONA 1. 2232-9478, EL-GRANHOTEL.COM.

DESDE EL SÁBADO 12, 9 A.M. ENTRADA LIBRE. EL ÁTTICO. 4A. AVENIDA 15-45, ZONA 14. 2368-0853, ELATTICO.COM.

MARTES 8, 8 P.M. ENTRADA POR CONSU-MO. MELANCOLÍA BLUES CAFÉ (AVENIDA LA REFORMA Y 14 CALLE, ZONA 10). 2331-1114.

El señor de las moscas Precious LUNES 7, 10 P.M. AXN

MARTES 8, 10 P.M. MOVIE CITY

Un grupo de estudiantes nau-fraga en una isla desierta al caer su avión. Lejos de todo rastro de civilización, los niños se or-ganizan en una forma primitiva de grupo social. A pesar de los esfuerzos de Ralph por mante-nerse unidos, el grupo va dege-nerando en una horda salvaje.

Clareece es una chica negra de Harlmen. No sabe leer ni escribir, es agobiada e insul-tada constantemente por su madre, tiene un gran sobre-peso y es expulsada de la escuela. A pesar de todo la directora intentará encauzar el rumbo de su vida.

www.s21.com.gt | [email protected] | 2423-6392Publicación dominical de Siglo 21

Magacín 96EDICIÓN: José Luis Escobar Mejía REDACCIÓN: Oswaldo J. Her-nández, Lucía León, Ana Lucía Mendizábal FOTOGRAFÍA: Cecilia Cobar, Eny R. Hernández COLABORARON EN ESTA EDICIÓN: Luis Villagrán, Rodrigo Carrillo, Eduardo Rubio, Rafael Romero, Áxel Vicente ILUSTRACIÓN: Alejandro Azurdia DISEÑO: Luis Villacinda DIAGRAMACIÓN: Alexander Mérida CORRECCIÓN: Dolores Tu-max, Servando Pineda, Orlando Rodas

DESDE EL 12 DE MARZO, 7 P.M. Q95. ESPACIO BAKABS 5A. AVENIDA 10-53 ZONA 1. 2232- 4671, [email protected], BAKABS.COM.

La niña de Guatemala

Teatro vivencial, historias ocurridas en nuestro país en siglos pasados. Para la primera temporada se eligió la historia de La niña de Guatemala. Los asistentes se trasladarán a la Guatemala del siglo XIX y revivirán junto a sus personajes situaciones verdaderas ocurri-das en las calles de lo que hoy es el Centro Histórico.

El montaje cuenta con el apoyo de los historiadores Miguel Álvarez y Juan Sandoval y del actor Herberth Meneses. Con esta obra se aporta a la recuperación del vestuario de época y al patrimonio gastronómico de la ciudad, pues se servirá una cena como las que se ofrecían en la Guatemala del siglo XIX.

Funciones: sábados de marzo y abril a las 7 p.m. La. admisión (Q95) incluye cena. Hay parqueo con tarifa preferencial para 150 vehículos. Reservaciones al telé-fono: 2232-4671. A grupos mayores de 5 personas se les dará de cortesía una botella de vino.

TEATRO

El arte como respuesta a los estímulos cotidianos de la convivencia con la urbe.

AgendaculturalMagacín

DEL 6 AL 12DE MARZOMÁS DE 55

ACTIVIDADES

twitter.com/magacinS21

facebook.com/MagacinSIGLO21

magacin-gt.blogspot.com

Esta muestra colectiva y multidisciplinaria aborda aspectos sociales pro-pios de la Centroamérica actual, y plantea reflexio-nes acerca de la idiosin-crasia latinoamericana desde el lenguaje escrito, la fotografía, la pintura, la instalación y la acción. Los artistas participan-tes subrayan elemen-tos comunes de la vida diaria, quizás a manera de espejo, amplificando aquello que pasa inad-vertido o no se quiere ver, pero que forma parte fundamental de nuestra realidad social.

“Guatemala: un univer-so de paradigmas y con-

tradicciones. Vivir en este país es un acto de fe, una sospecha de que la espe-ranza es una herramienta imprescindible. El arte, por consecuencia, resul-ta ser un ejercicio coti-diano de exploraciones tangibles”, plasman en su comunicado los artis-tas que participan en la muestra Te amo, te odio; sin ti no puedo vivir.

“La pintura, la fotogra-fía, la instalación, el arte in situ, la palabra... son sólo planteamientos que despiertan complicidad en el espectador que se vincule con estos plan-teamientos”, expresan los participantes de la mues-tra, que ven la ciudad como “un canvas, un libro abierto”, en los cuales los artistas son engranajes obligatorios para enten-der la relación del indivi-duo con su nación.

La muestra se presentará el miércoles 9, a las 7:30 p.m., en la galería de la Alianza Francesa. 5a. calle 10-55, zona 13, finca La Aurora. La en-trada es libre. Participan los artistas: Pablo Bromo, Anna Consenza, Lourdes de la Riva, Alejandro Marré, Alejandro Noriega e Igal Permuth. El miércoles 23 (7 p.m.), en el mismo lugar, se realizará un conversatorio acerca de la exposición.

Inauguración

T. José Luis Escobar [email protected]. Cortesía de los expositores

SIN TI NO PUEDO VIVIR

alianzafrancesa.org.gt

GALERÍA

TEL

EV

ISIÓN

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4 DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011SIGLO21Magacín

Frente al espejo del escenarioLos hombres van direc-to al objetivo y las muje-res buscan posibilidades. Ellas exponen sus emo-ciones y ellos las escon-den. Uno es cazador y la otra es recolectora. Entre hembras y machos de es-ta especie hay diferencias, confluencias y aproxima-ciones, es lo que parece decir –en dos horas– la obra teatral Defendiendo al cavernícola, en la cual una pareja se manifiesta en el trabajo histriónico de Juan Diego Rodríguez. La receta funciona bien: una obra reflexiva pero cómica; dos actos colma-dos de situaciones, reac-ciones y memorias colecti-vas; un actor con dos per-sonajes que viven una vida en común a pesar de las diferencias (como todas las parejas).

Cualquier hombre o mu-jer de esta ciudad se pue-de detener un viernes o sábado en el Teatro La Cú-pula –después de caminar una semana por la jungla vehicular, las redes socia-les y los entuertos labora-les–, para sentarse frente al espejo del escenario y descubrir cómo son en la cotidianidad los hombres lanza en mano y las mu-jeres con cesta de reco-lectora. Aunque esta obra teatral fue escrita a princi-

pios de la década de 1990 por el estadounidense Rob Becker, la propuesta argu-mental continúa vigente: la conciliación, reconcilia-ción y diferencias entre hombres y mujeres. Pa-ra explicar las diferencias entre unos y otras se han escrito cientos de ensa-yos, pero sólo unas cuan-tas obras teatrales han po-dido explicar toda esa teo-ría a un amplio público, en pocas horas: Defendien-do al cavernícola (Esta-dos Unidos), Cinco hom-bres punto com (España) y El mariachi dormido (México). La que nos ocu-pa es una pieza apta para jóvenes parejas casadas, en convivencia, concubi-nato, o amancebamiento; para solteros curiosos y para parejas experimenta-das con canas. Todos en-contrarán algo de unos, de aquellos y de otros. La gracia está en reconocer esa frase, ese gesto o esa pausa que hace el actor para luego soltar la risa de complicidad o el co-dazo repentino al acom-pañante.

Aunque el monólogo en buena parte es narra-tivo, el diálogo-acción permite que el actor de-sarrolle dos personajes fundamentales: el hom-bre y la mujer, que son

ubicados en cuadros ex-tremos de emociones y contradicciones que con-siguen ilustrar esas dife-rencias que son acentua-das con la convivencia. Defendiendo al caverní-cola tiene todos los ele-mentos necesarios para llenar una sala de risa, reflexión y complicidad. Juan Diego Rodríguez muestra fortaleza actoral durante toda la obra y pone al público a ejerci-tarse en un maratón de memorias y emociones.

Las acogedoras propor-ciones de un teatro como La Cúpula hacen que es-te monólogo permita una mayor proximidad entre el actor y el público. En la obra los espectadores se identificarán, por ejem-plo, con escenas como: Él, hipnotizado frente al televisor, mientras ella se lima las uñas. La fula-na habla de detalles de la fiesta y él se concentra en

En esta obra, escribe Rodrigo Carrillo, no toda la labor recae en el actor. “Hombres y mujeres apoyan a su bando con aplausos, gritos y porras”. las bebidas. Él nunca en-

cuentra nada en la casa y ella sabe qué hay en cada rincón. Las toallas moja-das se ponen en la cesta y no sobre la cama. Un imaginario juego de béis-bol ilustra las prioridades de unos y otras: mientras ellos se esfuerzan en im-pedir que el rival anote una carrera, ellas, que son las jardineras, se intere-san más en consolar a una amiga que sufre el aban-dono de su novio.

No toda la labor del es-pectáculo la hace el ac-tor. El público también tie-nen su tarea: espectado-res (hombres y mujeres) apoyan a su bando con aplausos, gritos y porras, según lo pida la situación o el personaje en escena. La cuarta pared se queda abierta y las luces de sala iluminan a todo el público que puede verse entre sí para entrar en la compli-cidad de los secretos en-tre dos. Seguramente que esta labor de retratar al público con instantáneas compartidas es parte del secreto del éxito interna-cional de Defendiendo al cavernícola. Aquí, en Nue-va York o en Tokio, las diferencias entre hombres y mujeres son las mismas, y las coincidencias tam-bién convergen. Por algo este texto de Becker ha sido traducido a más de 15 idiomas, lo cual lo ha ubicado en muchas geo-grafías en las que ha toma-do características particu-lares de cada cultura.

HASTA EL 26 DE MARZO. VIERNES Y SÁBADOS, 7 P.M. Q75. TEATRO LA CÚPULA, 7A. AVENIDA 13-01 ZONA 9, EDIFICIO LA CÚPULA.

T. Rodrigo Carrillo [email protected]. Alejandro Azurdia [email protected]

TEATRO R

ESEÑA

Las nubes de Magallanes

VENTANA AL CIELO

A simple vista, nuestros ojos pueden observar muchas estrellas distantes, varios planetas y tres objetos muy lejanos, tres galaxias. Una de ellas, la de Andromeda, localizada a 2.5 millones de años luz, es el objeto mas distante que podemos observar con nuestros ojos. Es-ta galaxia se encuentra en el hemisferio norte y es po-sible observarla desde la latitud de Guatemala.

Las otras visibles a simple vista son galaxias satéli-tes de nuestra Vía Láctea y son la Gran y Pequeña Nu-be de Magallanes. Desde la latitud de Guatemala es posible, con condiciones excepcionales de cielo, ob-servar la Gran Nube de Magallanes. Se le observa baja sobre el horizonte sur, en las noches oscuras y sin Lu-na de la temporada fría (de diciembre a febrero). En el hemisferio sur, estos objetos son claramente visibles y aparecen como dos objetos nebulosos localizados a varios grados de la Vía Láctea.

La Pequeña Nube de Magallanes se encuentra a unos 190 mil años luz de distancia y es una galaxia enana de forma irregular que orbita a la Vía Láctea. Debido a la interacción gravitatoria de nuestra ga-laxia, sus brazos espirales y barra originales se han de-formado y de allí que se le clasifique como irregular. Curiosamente, gracias a esta interacción, la gravedad ha creado perturbaciones en el gas y polvo, lo que ha permitido la formación de estrellas. En esta galaxia encontramos muchas estrellas nuevas y varias regio-nes de formación estelar. Se han encontrado también muchos pulsares y remanentes de supernovas y esto muestra a los astrónomos la enorme cantidad de ac-tividad estelar que ocurre allí.

La Gran Nube de Magallanes es otra galaxia satélite de la nuestra y se encuentra un poco más cerca que la Pequeña Nube, a unos 160 mil años luz. Esta galaxia se encuentra también afectada por las fuerzas de marea que la Vía Láctea ejerce sobre ella y originalmente era una galaxia espiral barreada que se ha deformado para convertirse en una galaxia barreada irregular. Esto ha generado mucha actividad estelar como ya describí antes y en su interior se produjo la última supernova visible a simple vista, la SN1987A. Las nubes de Maga-llanes se han denominado así a manera de inmorta-lizar el nombre de Fernando de Magallanes, el nave-gante portugués que al servicio de la corona española navegó más al sur que nadie antes entre 1519 y 1520. Estas nubes fueron reportadas en el diario de abordo por Antonio de Pigafetta, ,el escriba de la expedición de Magallanes y de allí que los historiadores han de-cidió llamarlas como tal.

También se tienen datos de que en los antiguos pue-blos de Oriente Medio ya las conocían. Uno de esos primeros registros los realizó al astrónomo persa Abd Al-Rahman Al Sufi. En su Libro de las estrellas fijas las nombra como Al Bakr (buey blanco). En su notas, indi-có que si bien no se las podía observar desde Bagdad, sí eran visible desde el estrecho de Bab el Mandeb, a 12º 15’ de latitud norte. En la Uranometria de Johann Bayer (1603) se las denomina Nubecula Maior y Nube-cula Minor. Uranometría es la versión corta del título del atlas estelar producido por Bayer a comienzos del siglo XVII. Este trabajo fue publicado por primera vez en Augsburgo, Alemania, en 1603 por Christophorus Mangus, bajo el título Uranometría, conteniendo las cartas de todas las constelaciones, delineadas usando un nuevo método y grabadas en placas de cobre.

Eduardo Rubio *

*Eduardo Rubio Herrera es Licenciado en Física por la Usac y doctor en Astrofísica en la Universidad de Ámsterdam.

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5 Magacín SIGLO21

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S.21

marido de mi tía. El don murió de darle duro al guaro, igual que el Tolo, sólo que él casi ni salía, chupaba ahí adentro, solo o con quien viniera a verlo, dos o tres señores de esos tahúres y muje-riegos amigos suyos. Desde que le amputaron el pie derecho (le cayó gangrena una vez que se cortó con la punta de una lámina en el puerto) sólo se asomaba a la ventana a ver pasar gente con cara de retrasado mental y a recibir las tortillas; de ahí, se mantenía aplastado en un sillón, viendo tele y echándose los tapis. Octavo tras octavo el día se le pasaba volando. Cuando sintió, ya tenía la panza como que era gorda embarazada de trillizos. Se le pusieron amarillos los ojos y cuando sentimos, acabó don Pepe, pues.

Tolo y Karina, así se llamaba la chucha, se encariñaron. Tanto, que Tolo la usaba más o menos de almohada. Cuando Tolo esta-ba ahí metido la chucha se echa-ba en la puerta, y si alguien que no fuera de la familia de mi tía se acercaba empezaba a ladrar y enseñarle los colmillos. Entre canastos, cubetas, leña y cachi-

Un trato era un trato. Y el trato había sido claro: Bartolo tenía que ayudar a mi tía Güicha a llevar los canastos del atol, los elotes para asar, las tostadas, los rellenitos, los chuchitos, los güisquiles cocidos y demás comi-da que ella y mi prima vendían en una esquina, casi llegando al Parque Central, por la 4a. avenida y 5a. calle. Subir las cosas a una carreta y llevarla jalada todas las mañanas. De ahí, irla a traer por la tarde, tipo seis, seis y media. A cambio, Bartolo tenía techo “seguro”. Mi tía Güicha dejaba que pasara las noches en una covachita que tenía en el patio de la casa. Aparte de guardar babosadas viejas y leña, también metían la carreta.

Ese era el trato.—Dios se lo pague nía Güicha

—dijo Tolo esa vez mientras se agachaba haciendo una de esas reverencias que hacen los ruqui-tos cuando lo saludan a uno; yo no le voy a dar problemas, ¿oye?

Eso sí, Tolo no era el único inquilino. En un rincón se man-tenía echada una chucha negra con manchas grises y la cola pan-deada, siempre entre las patas. Yo no sé de razas, pero ahí en la casa decían que no era tan ras-cuache. Se la regalaron al difunto

ESTE FRAGMEN-TO PERTENECE A LA MÁS RECIENTE OBRA PUBLICADA POR RAFAEL RO-MERO, ESCRITOR

GUATEMALTECO RADICADO EN ESPAÑA Y AUTOR, ENTRE OTROS, DE LA REVISTA LITE-RARIA DIGITAL TE PROMETO ANARQUÍA (TEPROMETOA-NARQUIA.COM), EN LA CUAL PUBLICA A NOVELES ESCRITO-RES NACIONALES. LA PORTA-DA DE EL ELEGIDO ESTÁ DI-SEÑADA POR ANDRÉ GRIBBLE (ANDREGRIBBLE.BLOGSPOT.COM). LA OBRA SE PUEDE AD-QUIRIR EN RAFAELROMERO.BUBOK.COM.

RAFAEL ROMERO*

El elegido

vaches de todo tipo, Tolo tenía un su petate y una mochila azul donde guardaba un poncho y un par de colchas viejas. Cuando lo echaban de las cantinas y ya nadie le quería dar fiado ni siquie-ra un vaso de agua, Tolo se venía y se metía en la covachita. Cada

vez que entraba se santiguaba. Sabía de sobra que a los que dormían en la calle se los llevaba la chingada. Ese era su único consuelo.

De lo poco que se sabía de Bartolo, aparte de que no era de la capital, era que la hacía de car-gabultos en el mercado. Comía una vez al día, en el comedor de doña Josefina, que le juntaba todo lo que no vendía del almuer-zo y se lo guardaba en bolsitas plásticas y papel de envolver. En algún pasillo del mercado lo conoció mi tía Güicha.

Saber qué le habrá visto, pero le cayó bien. De ahí salió el trato.

* * * Viéndola de frente, en la casa

se podía entrar por dos puer-tas. Una, la principal, que daba a la sala, y otra, cinco metros a la derecha, que daba al patio. Por dentro había otra puerta que comunicaba la cocina con el patio. Sabiendo que Tolo podía caer por la noche, mi tía decidió no poner la tranca en una de las puertas de la calle, la que daba al patio. Eso sí, la puerta de adentro

la sellaba como si fuera un mau-soleo. Con llave y dos pasadores grandotes, de los buenos.

Pasara lo que pasara en el patio, la casa seguía segura.

Bartolo era consciente de eso y, como armar vergueos no era precisamente lo que le gustaba, quería corresponderle el favor a mi tía y no hacer en el patio una que no sirve. Podía ser un chara-mila, pero era bien derecho con los que lo ayudaban.

—Por eso no dejo que nadie me siga, nía Güicha; si no, olvíde-se —le decía.

Mi tía era tan buena que no decía nada cuando Tolo no apa-recía un día o dos (a veces se quedaba tirado en alguna ban-queta o debajo de las bancas de los parques) o cuando de la gran papalina que llevaba no podía ni sentarse.

—Yo que vos —decía mi prima— lo guacaliaba. Si querés le doy un su par de escobazos a ver si reacciona, mama.

Mi tía decía que no, meneando la shola.

—Es que esa carreta cómo pesa mama, y ahora la tengo que empujar yo, ¡ve qué dia sombre-ro! —se quejaba, arrugando la frente y resoplando.

—Dejalo hombre, ahí entre las dos la llevamos, no te preocupés —le contestaba mi tía.

Como cuando lo del Mitch, los pedazos de machimbre y las láminas se le podían venir enci-ma y el pazguato de Tolo no sen-tía. La Ana, mi prima, se hartaba de tratar de despertarlo y, como ya era tarde, se iban ellas y lo dejaban ahí roncando, con la jeta abierta y la cara refundida entre las colchas y entre las patas de la Karina. La cosa es que el pisado ni a patadas se movía. Si no fuera por los ronquidos y una baba brillante que se le juntaba en la orilla de los labios, casi siempre hinchados, cualquiera diría que ahí mismo se había quedado.

Pero a mi tía Güicha como que se le acabó la paciencia. Las babosadas siempre tienen un hasta aquí y el trato, el mentado trato, se fue a la quinta eme la vez que Bartolo no apareció un día y de ahí ya no se supo nada de sus huesos.

DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011

NARRATIVA

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7DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011 SIGLO21 Magacín7DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011 SIGLO21 Magacín6 DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011SIGLO21Magacín

El compromiso con la realidad, como escribe Oswaldo J. Hernández, hace de una artista partir de la intuición y convertirse en una referencia inevitable de Guatemala.

La emotividad en lo consciente

Isabel Ruiz

Descargue el PDF especial de la entrevista, con fotos exclusivas a la artista. Visite s21.com.gt/suplementos/magacin

T. Oswaldo J. Hernández [email protected] F. Eny R. Hernández [email protected]

A mediados de la década de 1940, recién inicia-dos los años de la Revolución en Guatemala, existió en la zona 3 capitalina una pequeña zapatería adonde se iban a encargar los más cotizados diseños europeos de calzado. Una niña de nombre Isabel Ruiz... entre dibujos, cuero, hormas, tachuelas; quedaba fascinada ante el proceso que usaba su padre –el zapa-tero– para fabricar volúmenes a partir de un simple trazo en una hoja de papel.

“Desde temprana edad tuve un sentido estético de las cosas –dice Isabel–, miraba los trompos desde sus formas al girar, los chajaleles desde su vibración… las líneas sobre las líneas que se dibujaban en las corrientes de agua, al lado de las banquetas de la ciudad, durante los inviernos. Mi memo-ria es ante todo visual. Poco recuerdo de mi vida a menos que lo consiga trasladar a una imagen”. Con 66 años de edad, ella es una artista referente del grabado latinoamericano y una de las pocas creadoras de Guatemala que ha conseguido trasladar su propia obra desde técnicas tradicionales a conceptos más contemporáneos.

“Mi propuesta artística es algo que ha esta-do en continuo proceso de construcción… no se le puede considerar como algo termi-nado. Lo veo más en relación a cómo uno puede llevar anotaciones personales en un diario”, resalta.

La intuición particularDesde pequeña, Isabel Ruiz dice además que prestó mucha atención al lugar que le rodeaba. “Lo político, lo social… Había algo místico, un no sé qué sobre la realidad, que yo siempre he interpretado desde mi particu-lar condición. Por ejemplo, yo me desarrollé como mujer justo en el momento en que se acababa la Revolución con el derrocamiento de Árbenz, en 1954. Tomé la pubertad como una premonición de lo peor. Poco me equivo-caba sobre aquellos años que sobrevenían”.

Las dictaduras, el dolor de las víctimas de la guerra, los desplazados, el papel de la mujer en la sociedad guatemalteca... todo en con-junto ha sido parte de la percepción a la cual Isabel Ruiz se refiere desde su obra/diario.

Aprendió grabado en la Universidad Popular, vocación que costeaba desde su propio bolsillo, dice, y que debía ocultarlo de su padre, de quien comenta que “era de aque-llos hechos a la usanza de los dictadores”.

“La casa –el lugar íntimo de cada familia–, aun con todo el cariño que en ella puede exis-tir, es donde se emulan de modo amplificado los problemas de una sociedad”.

Con el grabado como disciplina, aprendien-do de maestros como Enrique Anleu Díaz o Rodolfo Galeotti Torres, Isabel asegura que espiaba una realidad que suponía “me perte-necía”. La artista confiesa que a partir de “lo intelectual que se planteaba el grabado”, es que en su obra y en su personalidad ocurre “la imposibilidad de contener las emociones”: “Si yo necesito llorar, lloro. Si necesito reír, río. No me gusta fingir en cuanto a la concien-cia que tengo de las cosas. En este sentido, para mí la sociedad es un verbo, una acción, algo muy presente en lo que hago”.

De toda esta emotividad, adjunta a su deci-sión de estudiar en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) a finales de los años 60, Isabel Ruiz resalta: “El arte es la voz de aquellos que no la tienen”. Aunque admite que su ímpetu, a lo largo de los años, lo ha logrado “calibrar” por medio de la “intuición”.

¿Cuándo se consolidó Isabel Ruiz como grabadora? Ella recuerda que fue a partir de

la galería Imaginaria. Junto a las propues-tas de Pablo Swezey, Moisés Barrios y Luis González Palma, la obra de Ruiz hablaba de las contradicciones que se daban en aquella época en una sociedad como la guatemal-teca: “Tenía mucha información sobre la zoomorfología maya, y era lo que usaba –murciélagos(zotz), armadillos y gusanos, gestos religiosos y homínidos fragmentados– para cuestionar nuestra cultura, la guerra, la discriminación a la mujer y lo que sucedía en las montañas. Siempre la realidad me ha producido una emoción incontenible, que no me cabe en el cuerpo, que necesito sacar de alguna manera”. Uno de sus grabadores fun-damentales, por temática a lo que planteaba desde sus propuestas, es Francisco de Goya.

En colectivo, el trabajo de Ruiz pudo salir de Guatemala y ser expuesto en lugares tan remotos como Rusia o China. “Por aquellos años, algo que me marcó para entender la manera de expresarme con amor ante las injusticias fue leer a Franz Fanon y a Paulo Freire. Mi trabajo podía contenerse en esos conceptos de descolonización, psicopatolo-gías y educación”, comenta Ruiz.

Arte contemporáneoFueron lamentables, en algún momento a finales de los años 80, las repercusiones en la salud de Isabel Ruiz debido al contacto con los químicos y demás herramientas que utili-zaba para imprimir sus grabados. “El médico incluso dijo que no podía usar la acuarela”, cuenta. Eran los mismos años en los cuales su esposo, el poeta Francisco Morales Santos, participó en el informe Guatemala: Memoria del silencio que presentó la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH). “Ideas, ideas e ideas”, señala Isabel y agrega: “Siempre he estado cerca de la literatura; es una cuestión que agradezco bastante. De otra manera no hubiera tenido acceso a documentos tan importantes como el de la CEH”. Completamente afectada por aque-lla publicación sobre el conflicto armado en Guatemala, Isabel trabajó una pieza que sería el punto de partida para una inflexión en su carrera. “Fue muy espontánea mi transición al arte contemporáneo. Mi obra es un proceso; me arriesgo, sin tenerle miedo a los cambios desde la emotividad”.

Unos pañuelos fueron los insumos para describir el horror, “la estética del horror”,

dice Ruiz, y con ello lograr armar Testimonio, una instalación artística que le valió el reconocimiento inter-nacional: “El pañuelo es solidario del sudor y el llanto; responde por la voz ahogada, detiene la sangre y amengua la herida; en fin, el pañuelo es tanto como una bandera”, explica la artista.

A esa pieza le siguió otra que se titu-laba Memoria sitiada. Ruiz dice que no pudo contener su impresión sobre los resultados de la guerra y simuló un funeral utilizando ceniza, una acuarela, veladoras y varias sillas carbonizadas casi por completo. “Hubo pueblos ente-ros en que no quedó nadie para velar a sus propios muertos”.

Su exposición se realizó en unas ruinas de Antigua Guatemala. Isabel recuerda que los indígenas que entra-ban al lugar se santiguaban, se quitaban los sombreros en señal de respeto. “Me conmoví como no tienes idea. Sentía que yo no podía estar jugando así con los sentimientos de las personas. Es tremendo. Se te obliga como artista a tomar una responsabilidad. Mi res-ponsabilidad con aquella pieza era con relación a la verdad”.

Este mismo compromiso que asumió con su obra –“me casé de blanco con el arte”, como explica–, ha llevado a Isabel Ruiz a la polémica. En la Bienal de Arte de Guatemala, en 2008, Ruiz presentó una instalación que incluía sangre humana esparcida sobre una tela. Los responsables de la galería pegaron el grito en el cielo: “sangre que podía salvar vidas estaba desperdicia-da”, tal era el argumento de la galería para “censurar” la pieza. “Con mi obra yo defendía la vida”, contrapone Isabel, “la vida que se trunca en un país violen-to y que puede plasmarse en una manta. La sangre en su condición estética te infunde un respeto demasiado grande”.

Suelen ser raras la ocasiones en que Isabel se permite ver presentando nueva obra. Sin embargo, hasta ahora, su tra-bajo es considerado como “contunden-te”. “Yo no produzco mucha obra, no está en mis intereses hacer arte por hacerlo. Todo mi proceso de trabajo requiere análisis, años, no hago algo si no lo he pensado bien”.

La realidad y su efecto. La circunstan-cia y la emoción. Isabel Ruiz también ejerce como maestra para una diver-sidad grande de artistas emergentes. Una influencia de cuya responsabilidad didáctica recae, como indica, en “la conciencia que sólo puede darse desde el contexto”. Puesto que, como Ruiz lo tiene claro: “El arte en realidad no es mesiánico, lo único que hace es plan-tear ideas, motivar el criterio. Propicia en el artista y en el espectador un estado de reflexión”.

Desde el grabado, en todas las técnicas que Ruiz maneja desde sus inicios en 1964, hasta propuestas más contemporáneas trabajadas en la última década. La mayoría de la obra de Isabel Ruiz ha sido desclasificada. Su archivo personal, gracias al apoyo del artista español Juan Carlos Melero, de la Fundación Paiz y del Taller Experimental de Gráfica, ha sido preservado en soporte digital. La muestra se inaugura el miércoles 9 a las 7 p.m., en Artecentro Graciela Andrade de Paiz, 9a. calle 8-54, zona 1. Se puede visitar hasta el 2 de mayo. Más información: 2285-1692 y [email protected], fundacionpaiz.org.gt.

RETRO / GRÁFICA

Page 6: Siglo XXI/ Revista Dominical Magacin -SEC. a la vuelta-

Wakami es una marca desarrollada por Kiej de los bos-ques, una empresa que comercializa productos elabo-

rados por mujeres de distintas comunidades rurales del país. Ma-ría Pacheco, fundado-ra de Kiej, empezó este proyecto y desde ha-ce aproximadamente 15 años colabora en el de-sarrollo de casi 40 gru-pos de artesanas.

En sí, wakami.net es sólo el enlace de distri-bución del producto fi-nal hacia el consumidor guatemalteco y extran-jero. La variedad abar-ca una amplia gama de productos tanto recicla-dos como en fibras, me-tal o caucho. Todos in-vitan a una armonía con la naturaleza: brazaletes de la tierra, muñecas y compañeros de viaje e interesantes hadas del reino de la luz. La mer-cadería también puede conseguirse, tanto en la capital como en Antigua Guatemala, en Café Ba-rista, Claire’s, Mico, Gi-gantes, y Febles.

Pero si desea ir más allá de agenciarse es-tos accesorios, Waka-mi le da la oportuni-dad de formar parte de su equipo, ya sea con-virtiéndose en distri-buidor, voluntario del proyecto e incluso co-mo diseñador. Dentro del sitio existe la op-ción de poder conocer acerca de los diferen-tes grupos participan-tes. También existen enlaces hacia otros si-tios relacionados con la organización.

BLOGÓSFERA

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T. Luis Edgar Villagrán

ARTESANÍA PARA EL MUNDO

A LA VUELTA

La vida en el campo

FINCA CATALUÑACABALLO BLANCO, RETALHULEU

Palmeras, una laguna, caballos y búfalos... la comitiva de recepción de Finca Cataluña predispone al visitante a un auténtico encuentro con la naturale-za, en un lugar que utiliza energía solar y que está enclavado en el caracterís-tico clima de Retalhuleu.

“La principal actividad de la finca es la ganade-ría”, explica Ignacio Arria-ga, administrador del sitio, quien junto a sus colegas está por ampliar sus fun-ciones pues, con sus 30 caballerías de extensión, el lugar se suma a los pro-yectos que apuestan por el ecoturismo. “La idea nace de brindar a las per-sonas una alternativa para que conozcan el trabajo ganadero, con la opción de involucrarse en él, pero sin dejar de sentirse en un sitio de descanso”.

Finca Cataluña ofrece paseos a caballo y la posi-bilidad de almorzar lo que pesque en una de sus ocho lagunas naturales, las que están siendo adecuadas para recorridos en canoa o moto acuática. El fruto de su paciencia con la caña de pescar se transforma (a razón de Q10 por libra) en un plato a la brasas preparado por la cocinera del lugar.

La extensión de la finca permite, además de aven-turas lacustres, visitas a Manchón Guamuchal, la reserva de humedales más extensa de la Costa Sur de Centroamérica. Esta área está constituida aproximadamente por 13 mil 500 hectáreas, y cons-tituye un refugio y lugar de paso para las aves migra-torias. El avistamiento de estas especies es otro de los atractivos de la finca: el servicio guiado cuesta Q160 por persona y a los interesados se les sugie-re pasar la noche en el lugar, pues el trayecto

se vive en el campo. Acá no contamos con energía eléctrica, pero hay energía solar” dice Arriaga. El pre-cio individual por noche es de Q80 y está abierta la posibilidad de acampar. La cuota se fija dependiendo del número de personas.

Pero si busca una aven-tura más relajada, añade Ignacio, existen pequeñas lanchas para desplazar-se dentro de las lagunas. Además, está permitida la pesca artesanal. Y, si quie-re una dosis extra de adre-nalina, está la opción de rentar una moto acuática, cabalgar por los terrenos o dejar que un búfalo tire de la carreta mientras dis-fruta de un parsimonioso paseo. El precio promedio

por estos servicios es de $12.

A la finca puede ingre-sar alimentos para pre-parar, siempre que no se altere el ecosistema. Pero, si gusta, en el lugar le pue-den preparar churrascos, caldo de gallina criolla y pescado. Todo el per-sonal de Cataluña está expectante por el viernes 18, día en que oficialmen-te abrirá sus puertas al público. En los proyec-tos futuros de la finca, destaca la construcción de más búngalos, pero en la playa, pues Cataluña tiene salida al mar; con ello, se espera aprove-char la temporada de avis-tamiento de ballenas, que es entre enero y junio.

Luis Edgar Villagrán visita una � nca retalteca que incorpora el ecoturismo a su actividad ganadera.

Paseos a caballo, búfalo o lancha ($12). Visita a caballo al humedal Manchón Guamuchal (Q160). Hospedaje Q80 la noche. Se puede hacer el picnic en la finca (Q100 por grupo).

Finca Cataluña: [email protected], 4462-0678 y 4101-3099. Mientras se habilita el sitio fincacataluna.com puede consultar en Facebook el perfil Finca Cataluña.

De lunes a domingo, desde las 7:30 a.m. La finca se localiza en la carretera a Champerico (CA-2). Luego, al llegar a la aldea Caballo Blanco (aproximadamente en el Km 208) se continúa 5 kms más sobre asfalto para doblar a la izquierda y tomar un tramo de terrace-ría (unos 45 minutos).

HORARIO

PRECIOS

CONTACTO

T. Luis Edgar Villagrán [email protected]. Cecilia Cobar [email protected]

–en un solo sentido– es de 20 kilómetros. Luego de esos 40 km a caballo puede descansar en uno de los búngalos o en lo que fue la casa patronal de la finca. Los búngalos están fabricados en made-ra y techados con palma. “Lo que pretendemos es que la gente sienta cómo

8 SIGLO21Magacín DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011

Page 7: Siglo XXI/ Revista Dominical Magacin -SEC. a la vuelta-

9DOMINGO 6 DE MARZO DE 2011 SIGLO21 Magacín

Pese a utilizar el nombre artístico de Sargento García, este músico hispa-nofrancés comparte poco con la idio-sincrasia militar. En su sexto disco, Una y otra vez, predica la importan-cia de la derrota y reivindica la liber-tad sin fronteras para el hombre.

“Yo voy donde me lleve el vien-to”, declaró en una entrevista con EFE este creador interesado en los ritmos afrocaribeños, hijo de padre español vasco y madre francesa, quien tras sus incursiones en las músicas de México, Jamaica y Cuba, emprende esta vez un productivo “viaje musical”, por Latinoamérica.

En su opinión, el “ser humano es nómada por naturaleza” y con él

Una y otra vez, de Sargento García

GuerraLos padres de Serge se refugiaron en Francia huyendo de los bolchevi-ques.

SaludoSolía dirigir-se al público diciendo “¡Buenas tardes, soy el padrote judío!”

MúsicaPublicó su primer disco en 1958. Im-pulsó luego la carrera de Brigitte Bardot.

Existen los nuevos ho-menajes en forma de vi-deojuegos versión retro. Así, la novela El Gran Gatsby del escritor Sco-tt Fitzgerald fomenta la narrativa literaria desde una adaptación de 8 bits

y saltos 2D en la cual el protagonista es Nick Carraway, el narrador y vecino del misterioso Gatsby. EFE.

El cantante y guitarrista Enrique Bunbury regresa con el recopilatorio Gran Rex, un álbum doble gra-bado en directo en Buenos Aires y que saldrá a la ven-ta el próximo 29 de marzo. Entre las 24 canciones que

componen el álbum se incluyen los temas más significativos del artista aragonés, co-mo Lady Blue y Viento a favor. EFE.

Distintos académicos han fundado esta semana la Irreal Academia del Esper-pento, en honor a Ramón María del Valle Inclán, en el 75 aniversario de su muerte. El dramaturgo, poeta y no-velista español formó parte

del Modernismo en España y el “esperpen-to”, desde lo grotesco y secular, es la clave para entender a sus personajes. EFE.

Fitzgerald en 8 bits El Gran Rex Esperpento

ELMUNDO

Serge GainsbourgLo terriblemente atractivo de

Serge Gainsbourg era feo como un demonio, desali-ñado, fumador y bebedor profesional, iba por la vida hecho un Adán a la france-sa (aunque era de origen ruso y judío), un ecce homo bohemio y montparnasia-no. Pero eso no impidió, más bien al contrario, que las mujeres se le echasen repetida y reiteradamente encima; la mayoría de las veces, en el sentido literal de la palabra. Fue cantau-tor, pianista en cabarés y clubes de la orilla izquier-da del Sena, provocador a tiempo completo (ya hay que tener bemoles para poner La Marsellesa a ritmo de reggae, como hizo en Aux Armes et caetera), uno de los tipos que con más seso le ha cantado al sexo, y aunque no tocara la trompeta como su admi-rado Boris Vian, era gran amante del jazz.

Serge Gainsbourg fue todo eso y más desde que nació como Lucien Ginsburg en París, el 2 de abril de 1928 hasta el 2 de marzo de 1991, cuando murió de un infarto en la Ciudad de la Luz, con el corazón hecho trizas. Y, cosas de la vida, solo, infinitamente solo, mien-

tras su esposa cenaba fuera y su hija Charlotte se lo pasaba en grande en una discoteca. Una de sus musas, y la mujer que grabó la primera y desapa-recida versión de su obra maestra Je t’aime... moi non plus, Brigitte Bardot, le lloró con sentimiento: “Tenía un físico que no le favorecía, pero un alma mucho más bella”.

La vida confidencialHijo de exiliados rusos judíos (luego perseguidos en Francia por los nazis) que huyeron del terror bol-chevique, el cantante soñó con ser pintor (Bacon era uno de sus preferidos), pero acabó dibujando un universo personalísimo, provocador y viperino. Sus primeros éxitos vinie-ron en las voces de aque-

llos bombones franceses de los 60, Juliette Gréco, Françoise Hardy, France Gall (para la que escribió la maravilla popera que

fue Poupée de cire, poupée de son, con la cual aque-lla muchachita de 16 años ganó Eurovisión en 1965), o la inglesa Petula Clark.

El maestro graba luego algunos de sus mejores álbumes: Histoire de Melody Nelson (1971); Vu de l’extérieur (1973); Rock around the bunker (1975); y L’Homme à tête de chou (1976). Quienes le trataron de cerca en sus penúltimos y últimos días contaron que ya no era ni sombra de lo que fue, que parecía un fantasma, que deambulaba por el barrio como un alma en pena, que sudaba soledad, que transpiraba angustia. Se bebió media vida y se fumó la otra mitad.

En el 20 aniversario de la muerte de Serge Gainsbourg, la edito-rial Textuel publica Gainsbourg Inside, libro que recopila recuerdos y vivencias del que fue su mayordomo Fulbert Ribeaut. Además, una serie de 20 CD ha sido editada de nuevo, con varias canciones inéditas. Su tumba, en el cementerio de Montparnasse, es una visita asidua de sus seguidores que llenan su lápida de cigarrillos y latas de cervezas en honor de su faceta más provocadora.

HONOR AL DESALIÑADO

Lo nuevo del músico hispanofrancés reivindica sonidos latinoamericanos.

viajan también los instrumentos. Por ello, en su nuevo trabajo intro-duce piezas como el clarinete o el acordeón, “inmigrantes europeos” asumidos y repensados por la tradi-ción, que dotan de sentido su idea de un mundo pleno de fusión.

García define su nuevo álbum como un viaje en sí mismo, con esti-los nuevos para él como el bolero, además de rumba cubana, funk y reggae. Temáticamente reivindicó un mundo sin fronteras, pero tam-bién habla “de espiritualidad, de amor, de fiesta y de rumba”.

Su título, Una y otra vez, hace referencia a la importancia del fra-caso. “Hay que conocer la derrota y sacar conclusiones. Y volverte a levantar y caerte otra vez; eso lo aprendí practicando judo”, bromeó.

A primera vista, poco queda en él del estilo punk de sus inicios junto a la banda Ludwig von 88, pero Sargento García defiende que aún lleva algo de eso dentro.

T. EFE. F. sargentgarcia.com

Compilación de información: Oswaldo J. Hernández.

T: EFEF: Archivo revista Life

El compositor, bien llamado el

infant terrible de la chanson francesa, es recordado en el

mundo entero a 20 años de su muerte.

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10 SIGLO21Magacín 11domingo 6 de marzo de 2011 SIGLO21 Magacín

El Museo de Arqueolo-gía y Etnología, escribe Axel Vicente, ofrece una travesía por la historia del grabado guatemalteco, desde su etapa ancestral –que se remonta a la época prehispánica–, hasta la más contemporánea.

No hay por qué deificar en exceso a la Editorial X, que fue el proyecto de una persona específica en donde otros coincidimos. Cada cual de noso-tros tenía su propio proyecto, quiero decir su visión personal y su ambición literaria comple-tamente individualizada. De mi lado, yo jamás hubiera firmado el manifiesto de la Editorial X, y naturalmente no lo hice, ni jamás me pidieron que lo hiciera. Tengo cariño por el proyecto de Prado, pero no olvidemos que fue su proyecto y no un proyecto colectivo –ni mucho menos generacional.

arte impresionante bastante peculiar y particular”. Aunque no hay un estudio profundo sobre la significación de los sellos, sí se puede hablar de los nexos con la cosmovisión maya. “El inicio, la creación, el paso por el inframundo, la creencia de Hunahpú e Ixbalanqué, pasa-jes conocidos provenientes del Popol Vuh pueden estar representados en algu-nos sellos”, dice el director. Por ejem-plo, hay un sello de Q’umarkaj que tiene la escena de cuatro especies de caninos

T. Áxel Vicente [email protected]. Cecilia Cobar [email protected]

Los sellos

diseños, pero sus herramientas se limita-ron a la arcilla y las navajas de pedernal o madera afilada. “Es la manufactura la que ha evolucionado. Yo veo los sellos como una propiedad material de calidad artesanal y no de alfarería. Lo artesanal es un bien único que se hace por el arte propio de una persona que lo talla, lo pule y demás”, ejemplifica Meléndez.

Las representaciones zoomorfas, figu-ras geométricas o diseños abstractos, son los diseños que Meléndez llama “un

Durante las investigaciones realizadas en Petén, en el sitio arqueológico Perú Waká, región ligada a una de las grandes poten-cias del período clásico, se encontró un ensamble de 23 estatuillas pertenecientes a un ajuar funerario de un gobernante que posiblemente falleció en el año 600-650 d.C. En estas estatuillas se pudo apreciar que los grabados mayas no sólo se hacían en superficies planas como lo establecen las técnicas de grabado convencional, sino sobre textiles, accesorios como vasi-jas o jícaras, o bien estampados y tatuajes alargados sobre su propia piel.

“Hablar de sellos y grabados prehispá-nicos es referirse a la forma de vida en las civilizaciones mayas”, asegura Juan Carlos Meléndez, director del Museo de Arqueología y Etnología. Era algo habi-tual, que encierra significaciones que van desde su cosmovisión hasta una prácti-ca necesaria para la convivencia social. Prueba de ello son las “estampaderas” y “sellos tubulares” encontrados en sitios como Kaminal Juyú, regiones del Río Chixoy y las áreas bajas de Petén. Estos hallazgos muestran que en toda la ocupa-ción maya, es decir los períodos preclási-co (1800 a.C. – 250 d. C.), clásico (250-900 d.C.) y postclásico (900 – 1524 d. C.), los sellos y la práctica del grabado siempre estuvieron presentes.

La utilización de tinta vegetal o ani-mal, como la cochinilla y la forma en que eran realizados los sellos, variaban un poco de las técnicas actuales del graba-do, pero la esencia es la misma. En esos tiempos no se utilizaban herramientas de metal. Los mayas debían hacer inci-siones finas y gruesas sobre la superficie plana de los sellos para elaborar sus

mayas

domingo 6 de marzo de 2011

del Salón del Grabado

Maurice Echeverría ESCRITOR

pide a los tecolotes que la maten y que le traigan el corazón en una jícara”.

Los hallazgos más certeros provienen de la época colonial. “Esta práctica fue conocida y admirada por los españo-les debido a la forma en que los indí-genas retraban y decoraban a través de la práctica del grabado, tallado y esgrafiado. Además de los colores que utilizaban. Pero también existió una mezcla con las técnicas europeas. Hay una jícara tallada de la cual no tenemos la procedencia exacta pero, por los deta-lles, se puede decir que no pertenece a la cultura indígena”, dice David Pineda, investigador en etnología. Es por esta relación de culturas que se le puede llamar un arte mestizo.

Desde esa época se puede hablar de un grabado y esgrafiado que ha prevalecido en algunas regiones de Totonicapán y Rabinal, Alta Verapaz. “Resulta eviden-te que la práctica no se limitó sólo a las jícaras, sino a la elaboración de artefac-tos como chinchines y tecomates; una serie de accesorios que son parte del arte popular y que prevalece en danzas y fiestas populares del país”, dice Pineda. Las escenas dibujan patrones diversos de la vida cotidiana indígena: una mujer que borda un textil, un indígena que

Como una evolución en las bases tradiciona-les de la obra seriada, el III Salón Nacional del Grabado (salondelgrabado.com), con el patrocinio de Fundación G&T Continental y Fundación Telefónica, exhibe las posibilida-des, lenguajes y herramientas que los artis-tas contemporáneos hacen más allá de las técnicas convencionales como la xilografía, aguafuerte, litografía o punta seca.

“Tiene mil posibilidades y eso es lo que celebramos: que el grabado ha dejado la pared, dejó de ser bidimensional y se con-virtió en una pieza tridimensional”, comenta Lucrecia Cofiño, organizadora del Salón del Grabado. “Queremos expandir los campos de expresión y darle oportunidad a los artistas de explorar y utilizar nuevas herramientas para ampliar la diversidad del lenguaje del arte”. Dentro de la gama de obras se puede hablar de instalaciones tridimensionales o la utilización del recurso digital para la repro-ducción infinita de imágenes.

El Salón del Grabado se inauguró el 2 de marzo y las obras participantes esta-rán expuestas hasta el 14 de marzo en el

Una nueva dimensión Museo Nacional de Arqueología, finca La Aurora, zona 13. Una agenda complemen-taria se suma a la exhibición, en la cual resalta la selección de sellos prehispánicos del Museo, así como exposiciones en otras galerías. Esta semana se inauguran:

8 de marzo. Presentación de grabados inéditos de Marco Augusto Quiroa. Galería Rocío Quiroa, 1a. calle 3-36, zona 10.

9 de marzo. Retro/Gráfica, de Isabel Ruiz. Artecentro Paiz, 9a. calle 8-54, zona 1.

10 de marzo. Fábulas, Moisés Barrios. Galería El Túnel, 16 calle 1-01, zona 10, Plaza Obelisco.

14 de marzo. Colectiva Ejercicios, del

taller del III Salón Nacional del Grabado. IGA de Cobán.

Se encuentran vigentes: la colectiva con la cual el Taller Experimental de Gráfica (TEG), celebra su tercer aniversario (Cantón exposición, Ruta 2, 3-63, zona 4). Casa House, de Mónica Torrebiarte (El Áttico, 4a. avenida 15-45, zona 14). La colectiva nacio-nal e internacional de Galería Die Augen (6a. avenida 4-61, zona 10). Los Solos (Pinacoteca del Palacio Nacional de la Cultura, zona 1). Colectiva (Galería Kilómetro Cero, Palacio Nacional) y las xilografías de Dagoberto Vásquez en el Paseo de los Museos, Casa Santo Domingo, en Antigua Guatemala.

que aparecen en los puntos cardinales. En una interpretación más significativa se puede decir que simboliza el centro custodiado por estas cuatro fuerzas. En otro sello se ven patrones de líneas incli-nadas, onduladas y solares. Esto podría ser el reflejo del sol, el agua y la tierra. En su significación quizá se refiera al inframundo, la tierra y el supramundo. Puede ser una teoría muy válida si se recuerda que la civilización maya estuvo estrechamente apegada a su cosmovi-sión como parte integral de la vida.

Pero también hay que considerar estos artefactos como un accesorio de la vida cotidiana maya. “Muchos de estos graba-dos que ahora se ven como arte fueron parte de la observación que ellos tenían a diario. Por eso la representación de animales, flores, paisajes o la relación con sus creencias. Pero también se debe considerar a los sellos como una manera de identificar a las clases sociales: los guerreros, los gobernantes, miembros de la realeza, distinción de familias. Pudo haber sido un recurso necesario para establecer un orden en la civilización”, apunta Meléndez.

En expansiónHablar de los grabados en jícaras de la época prehispánica resulta difícil por tra-tarse de un bien perecedero. Sin embar-go, se sabe de la existencia de estos artefactos porque se le mencionan en el Popol Vuh; podrían estar relacionados con actos rituales: “El padre de Ixquic

lleva su mecapal, dibujos de instru-mentos musicales como la chirimía y el tambor, utilizados en danzas folclóricas como el baile de La Conquista.

Luego de las prácticas tempranas, el grabado cobra de nuevo protagonismo en diferentes épocas de la historia guatemalteca. De acuerdo con Roberto Brol, coleccionista de grabados, dentro de estas etapas se puede mencionar la introducción de la imprenta; la funda-ción de la Academia de las Tres Nobles Artes, impulsada por la Sociedad Económica Amigos de Guatemala, y la apertura de la Escuela Nacional de Artes Plásticas.

Marlov Barrios, miembro fundador del Taller Experimental de Gráfica, indi-ca que “en Guatemala, la gráfica ha sido una disciplina poco explorada por el arte moderno. En parte porque no existía la posibilidad ni la valoración de exhibir la obra gráfica, pues se tenía el prejuicio de ser algo seriado o, entre comillas, de ser una copia. Antes no existía terreno fértil para apreciar este tipo de manifestaciones”, señala quien valora el interés de nuevas generaciones por revitalizar una técnica tan antigua. “Lo que hace contemporáneo al grabado es la temática, lo que se quiere decir o contextualizar. Eso es lo que hace actual una obra realizada con la misma técnica que usó Goya o Durero”.

Marlov menciona que otras épocas pro-tagonistas del grabado nacional se dieron durante los gobiernos revolucionarios (transición de los años 40 a los 50) y luego, puntualmente con algunos artistas entre las décadas de 1970 y 1990: Moisés Barrios, Rodolfo Abularach, Isabel Ruiz, Roberto Cabrera y Guillermo Maldonado. Pedro García Aguirre menciona además a los grabadores Roberto Cabrera, Arturo García Bustos, Miguel Ángel Ceballos Milián, Rina Lazo y Roberto González Goyri, al delimitar la etapa en la cual el grabado funcionó como denuncia influida por el muralismo mexicano. El mexicano García Bustos fue uno de los primeros en dar clases de grabado en Guatemala.

Con el arte contemporáneo y las téc-nicas digitales, el grabado amplía como nunca sus posibilidades. Ante este pano-rama, “lo que no se debe olvidar es que el grabado, desde la etapa prehispánica, siempre ha sido un arte en todo sentido”, puntualiza Juan Carlos Meléndez (lea Una nueva dimensión).

“Eran grandes sabios y grande era su sabidu-ría; eran adivi-nos aquí en la tierra, de buena índole y buenas costumbres. Todas las artes les fueron ense-ñadas a Hunbatz y Hun-chouén, los hijos de Hun-Hunahpú. Eran flautistas, can-tores, tiradores con cerbatana, pintores, escul-tores, joyeros, plateros”.

Popol Vuh.