rhoads, david - marcos como relato[1]

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MARCOS COMO RELATO David Rhoads Joanna Dewey Do na Id Michie

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Page 1: Rhoads, David - Marcos Como Relato[1]

MARCOS COMO RELATO

David Rhoads Joanna Dewey Do na Id Michie

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BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BÍBLICOS 104

Colección dirigida por Santiago Guijarro Oporto

Otras obras publicadas por Ediciones Sigúeme:

- J. Gnilka, El evangelio según san Marcos I-II (BEB 55-56) - X. Pikaza, Pan, casa, palabra. La Iglesia en Marcos (BEB 94) - G. Theissen-A. Merz, ElJesús histórico (BEB 100) - G. Theissen, La religión de los primeros cristianos (BEB 108) - M. Karrer, Jesucristo en el Nuevo Testamento (BEB 105) - J. M. Robinson-P. Hofirnann-J. S. Kloppenborg, El Documento Q (BEB 107) - U. Luz, El evangelio según san Mateo I-III (BEB 74, 103, 109) - R. Bultmann, Historia de la tradición sinóptica (BEB 102)

DAVID RHOADS JOANNA DEWEY DONALD MICHIE

MARCOS COMO RELATO

INTRODUCCIÓN A LA NARRATIVA DE UN EVANGELIO

EDICIONES SIGÚEME SALAMANCA

2002

Page 3: Rhoads, David - Marcos Como Relato[1]

Dedicado a nuestros padres: Luke y Virginia Andrews Rhoads,

Frederick y Elizabeth Braley Dewey

y Elmo y Maxie Orton Michie

Tradujo Rosa Ana Martín Vegas sobre la segunda edición del original inglés: Mark as story. An introduction to the narrative ofa gospel

© Fortress Press, Minneapolis 21999 © Ediciones Sigúeme S.A., 2002

García Tejado 23-27 - E-37007 Salamanca / España www.sigueme.es

ISBN: 84-301-1471-8 Depósito Legal: S. 1.411-2002 Fotocomposición: Rico Adrados S.L., Burgos Impreso en España / UE Imprime: Gráficas Varona Polígono El Montalvo, Salamanca 2002

CONTENIDO

Prólogo 9

1. Introducción: El evangelio de Marcos como relato 13 1. El contexto histórico del evangelio de Marcos 14 2. ¿Qué tipo de relato escribió Marcos? 15 3. La coherencia del relato de Marcos 16 4. El mundo narrativo 18 5. Pautas para la lectura de Marcos como un relato 19 6. Un método narrativo para interpretar a Marcos 21

2. El evangelio de Marcos 23 1. Introducción a la traducción 23 2. El evangelio de Marcos 27

3. El narrador 59 1. El papel del narrador 59 2. El punto de vista del narrador 65 3. El estilo y el ritmo del narrador 68 4. Los patrones de repetición en la manera de contar 70 5. Otros rasgos literarios 81 6. Conclusión 89

4. Los escenarios 91 1. Escenarios cósmicos 92 2. El escenario político-cultural 94 3. El viaje 95 4. Conclusión 103

5. La trama 105 1. Aproximaciones a la trama 105 2. La soberanía de Dios inicia los conflictos 112 3. Jesús en conflicto con las fuerzas no humanas 118

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8 Contenido

4. Jesús en conflicto con las autoridades 120 5. Jesús en conflicto con los discípulos 127 6. Conclusión 136

6. Los personajes I: Jesús 137 1. Aproximaciones a la caracterización 138 2. Jesús 144

7. Los personajes II: Las autoridades, los discípulos y el pueblo . . 161 1. Las autoridades 161 2. Los discípulos 169 3. El pueblo 178 4. Conclusión 186

8. Conclusión: El lector 189 1. La retórica 189 2. El lector ideal 190 3. Las hipotéticas audiencias del siglo I 198 4. Los lectores contemporáneos 201

Epílogo: La lectura como diálogo: la ética de la lectura 203 Apéndice 1: Ejercicios para un análisis literario general de Marcos . 209 Apéndice 2: Ejercicios para un análisis narrativo de los episodios . 213

índice general 219

PROLOGO

El propósito de esta segunda edición es el mismo que el de la primera: servir como una introducción al evangelio de Marcos como relato. Nuestra intención no es tanto hacer una interpretación de~MaT£os~-aunque de hecho lá hacemos- como esforzarnos por presentar, tomando a Marcos como ejemplo, cómo la crítica narrativa puede dilucidar un texto. A pesar del incremento de los íñTé^oT^ñfoques literarios y deotros desarrollos en las dos últimas décadas, persiste la necesidad de una introducción básica a la narrativa bíblica, especialmente una que incorpore observaciones pertinentes desde estos nuevos desarrollos. De esta forma, el propósito de este trabajo y el público al que va dirigido siguen siendo los mismos.

El libro, sin embargo, ha sido revisado en su totalidad sustancial-mente y no ha quedado ninguna página sin cambio: hemos hecho algunas modificaciones en la organización, hemos sido influidos por los desarrollos de la crítica literaria y otras metodologías, hemos llegado a un mayor reconocimiento del poder del relato, hemos sido conscientes de los problemas de la ética de la lectura y hemos llegado a ser un equipo de tres colaboradores. Todos estos cambios han afectado a esta nueva edición.

En la primera tendimos a bifurcar la narración en historia (el contenido) y retórica (la manera de contar la historia)'. En esta edición hemos tratado de emplear un método que estudie toda la narración desde la perspectiva de cinco aspectos distintos, un método que intente no separar la forma y el contenido2.

1. Basada en S. Chatman, Historia y discurso: estructura narrativa en la novela y en el cine, Madrid 1990. Para una importante revisión de este y otros aspectos de la crítica narrativa, cf. S. Moore, Literary Criticism and the Gospels: The Theoretical Challenge, New Haven 1989.

2. Para el marco literario de interpretación empleado en esta edición, cf. los trabajos de W. A. Kort, en particular, Story, Text and Scripture: Literary Interests in Biblical Narratives, University Park 1988.

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10 Prólogo

Nos hemos beneficiado enormemente del desarrollo de la metodología literaria3. El enfoque seguido en las dos ediciones de este libro ha llegado a ser conocido en los estudios bíblicos como crítica narrativa -el análisis de rasgos formales de la narración como el tono, el estilo, el escenario, la trama, los personajes, etc.-4. La crítica narrativa se basa principalmente en la rama de la crítica literaria conocida como narratología. También nos ha influido mucho la es-téticadejarejcepción, el análisis deuñaexpeneFcía secu^ñcíaTdeTa" narración por parte de un lector -bien el lector ideal implícito en el texto o un lector real del siglo I o del siglo XXI5-.

Tamtnén nos hemjos^is^nflujdos_por corrientes posmodernas, incluyendo diyjy^^intórpretacionejy^^ tas y culturales 6

L Hemos aprendido que cada lectura es una interpretación a través de unas lentes particulares. No hay una lectura «objetiva» y, por tanto, no hay una única lectura «legítima». Más bien, cada uno lee desde su posición social particular -por lo que se refiere al sexo, edad, raza, grupo étnico y nacionalidad, clase social y nivel económico, educación, creencias religiosas, etc.- y la posición social afecta a cómo cada persona interpreta el relato7. Puesto que nos concentramos en la crítica narrativa, nuestra interpretación no hace hincapié en los temas posmodernos; somos perfectamente conscientes, sin embargo, de que nuestra lectura es una entre muchas y de que, a pesar de nuestros esfuerzos por ser fieles al texto de Marcos y por estar informados sobre otras perspectivas, nuestra

3 Para una aplicación de estas diferentes metodologías en Marcos, cf J C Anderson-S Moore (eds), Mark and Method New Approaches in Bibhcal Studies, Minneapolis 1992 Para un ejemplo de la integración de los distintos enfoques, cf V K Robbms, Explormg the Texture ofTexts A guide to Socw-Rhetorical Inter-pretatwn, Valley Forge 1996

4 La critica narrativa de Marcos tiene sus raíces en los trabajos pioneros de N. Pernn, T E Boomeshine, W Kelber, N R Petersen y R C Tannehill Para una introducción a la crítica narrativa, cf M A Powell, What Is Narrahve Cntwism ?, Minneapolis 1990

5 Para un estudio mas profundo de Marcos según la estética de la recepción, cf R M. Fowler, Let the Reader Understand Reader-Response Criticism and the Gospel of Mark, Minneapolis 1991

6 Para un visión de conjunto, cf E McKnight-E S. Malbon (eds), The New Li-terary Cnticism and the New Testament, Valley Forge 1994, y G Aichele y otros, The Postmoderm Bible The Bible and the Cultura Co//ecft ve, New Haven 1995 Para una visión histórica de la interpretación de Marcos desde su origen hasta el presente, cf B De-en Schildgen, Power and Perjudice The Reception ofthe Gospel ofMark, Detroit 1999

7 Para la crucial importancia de la posición social en la interpretación, cf F Segovia-M A Tblbert (eds ), Readings from this Place, Mmneapolis 1995, 2 vols

Prólogo 11

lectura refleja inevitablemente, tanto en sus limitaciones como en sus posibilidades, nuestra posición social particular8.

Las numerosas y magníficas interpretaciones literarias de Marcos realizadas en los últimos años han inducido a algunos cambios en nuestra interpretación. Como el objetivo principal de este libro no es el de ser una interpretación de Marcos, no hemos entrado explícitamente en discusión con la visión de otros intérpretes. No obstante, hemos intentado indicar en las notas al menos alguno de los estudios más importantes sobre Marcos así como las obras clave de la crítica literaria que nos han influido9.

Otros desarrollos de los estudios bíblicos han influido también en nuestra lectura de Marcos. Por ejemplo, la crítica narrativa de los evangelios se ha relacionado con el estudio del contexto socio-cultural del siglo I -una sociedad campesina basada en el honor y la vergüenza, con esquemas característicos de economía, política, parentesco y pureza, en la que la religión está enraizada en la política y en la que la gente adopta su identidad del grupo al que pertenece10-. Aunque no nos hemos dedicado aquí a un amplio estudio social de Marcos, estos estudios antropológicos han dado forma a nuestros esfuerzos para describir el mundo dentro del relato de Marcos.

Además, la investigación reciente del Nuevo Testamento ha tratado el siglo I como una cultura oral en la que probablemente no más de un cinco por ciento de la gente sabía leer y escribir. La difusión y recepción de un relato difiere de una cultura oral a una escrita ". El evangelio de Marcos fue compuesto para ser contado en voz alta y oído todo de una vez, probablemente en las plazas de los mercados, en reuniones por la noche o en asambleas como las de la sinagoga. Hemos optado aquí por centrarnos en la lectura literaria

8 Respecto a nuestra posición social, somos profesores de universidad pertenecientes a una cultura americana, blanca, de clase media y de religión protestante Para más información sobre la posición social, cf. el epílogo

9 Por supuesto, estamos influidos también por el análisis literario de otras narraciones bíblicas, incluyendo el análisis de la Biblia hebrea Para la bibliografía, cf M A Powell, The Bible and Modern Literary Criticism A Cntical Assessment and Annotated Bibliography, New York 1992 y M Minor, Literary-Critical Approaches to the Bible An Annotated Biblwgraphy, West Cornwall, Conn 1992, así como el suplemento de 1996

10 Cf, por ejemplo, B J Malina, El mundo del Nuevo Testamento perspectivas desde la antropología cultural, Estella 1995, B J Mahna-R L Rohrbaugh, Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea del siglo I comentario desde las ciencias sociales, Estella 1996, y R L Rohrbaugh (ed.), The Social Sciences and New Testament Interpretation, Peabody 1996

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12 Prólogo

de Marcos más que en la audición oral, porque la gente moderna leerá el evangelio más que oírlo y porque nuestro propósito es sugerir formas de lectura. No obstante, nuestras interpretaciones,-particularmente por lo que se refiere al papel del narrador, los personajes de los discípulos y la comprensión de la trama, están influidas por nuestro trabajo en la narrativa oral12.

Por último, nos hemos vuelto incluso más conscientes de la importancia del relato para nuestras vidas como individuos y para nuestra vida compartida con los demás. Igual que las necesidades básicas para la supervivencia física, el relato es esencial para la vida. Es así como le damos sentido a nuestras vidas. Interpretamos nuestras vidas como si estuviéramos en la mitad de un relato que tiene un principio y se prolonga hacia una conclusión. Los relatos que se comparten mantienen unida a una sociedad. Leer los relatos de otros nos hace ser conscientes de nuestras propias historias, nos permite cuestionarlas y nos da una oportunidad para aceptar nuevos relatos, incluso para sufrir una transformación y renovación. Y de este modo invitamos al lector a considerar el evangelio de Marcos.

Estamos profundamente agradecidos a mucha gente que ha participado en la producción de esta segunda edición: los editores de For-tress Press, la ayuda de nuestras respectivas universidades13, los investigadores que tanto han contribuido al estudio de Marcos, los amigos y colegas que han leído y criticado el manuscrito14, los muchos estudiantes que han trabajado con este material y nuestras familias, que una vez más dieron su paciente apoyo a nuestros esfuerzos.

11. Cf. W. Ong, Orality and Literacy: The Technologizing ofthe Word, New York 1982. En estudios bíblicos, cf., por ejemplo, J. Dewey, Oral Methods ofStruc-turing Narrative in Mark: Interpretation 43 (1989) 32-44 y The Gospel ofMark as an Oral-Aural Event: Implications for Interpretation, en E. McKnight-E. S. Mal-bon, New Literary Criticism, 145-163. Cf. también P. J. J. Botha, Mark's Story as Oral Literature: Rethinking the Transmission ofSome Traditions about Jesús: Her-vormde Teologiese Studies 47 (1991) 304-331 y C. Bryan, A Preface to Mark: Notes on the Gospel in Its Literary and Cultural Settings, New York 1993.

12. Cf. D. Rhoads, Performing the Gospel ofMark, en B. Krondorfer (ed.), Body and Bible, Philadelphia 1992, 102-119. Para una experiencia audiovisual de Marcos, se preparó un vídeo con una representación memorizada del evangelio.

13. Incluyendo un permiso sabático de la Lutheran School of Theology de Chicago, la financiación de la Lutheran Brotherhood Foundation y la ayuda financiera de Joan Peabody Porter como donación al Theological Writing Fund de la Episcopal Divinity School.

14. Estamos especialmente agradecidos por el cuidadoso trabajo que Robert Brawley y Sandra Roberts han realizado con el manuscrito.

1

Introducción: El evangelio de Marcos como relato

Cuando nos introducimos en el relato del evangelio de Marcos, entramos en un mundo de conflicto y suspense, de sorprendentes alteraciones y extrañas ironías, de comparaciones y significados ocultos, de acciones subversivas e intrigas políticas. Y el protagonista, Jesús, es lo más sorprendente de todo.

El evangelio de Marcos aborda las grandes cuestiones: la vida y la muerte, el bien y el mal, Dios y Satanás, el triunfo y el fracaso, la moralidad y el destino humanos. No es un simple relato en donde la virtud triunfa fácilmente sobre el vicio, ni una colección de instrucciones morales para la vida. El relato no ofrece respuestas sencillas, sino duros retos forjados con ironías y paradojas: para ser el más importante, uno debe ser el último; nada hay escondido que no llegue a saberse; los que quieran salvar su vida deben perderla.

En el relato, los personajes, que creen entender su situación, ven desbaratadas por completo sus expectativas: los discípulos siguen a Jesús esperando gloria y poder, pero encuentran una llamada al servicio y la amenaza de la persecución; las autoridades juzgan a Jesús para preservar sus tradiciones y su autoridad, pero sólo consiguen que el juicio se vuelva contra ellas mismas; las mujeres vienen a ungir a Jesús muerto, pero descubren que se encuentra entre los vivos.

El relato no sólo está lleno de misterios e ironías, sino que el autor lo ha contado para transformar al lector y como medio para ayudar al advenimiento de la soberanía de Dios. El autor ha usado técnicas narrativas sofisticadas, ha elaborado los personajes y los conflictos y ha creado suspense deliberadamente, narrando la historia para despertar ciertas intuiciones y respuestas en el lector. El final tiene un giro imprevisto que lleva a los lectores a reflexionar so-

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14 Marcos como relato

bre su propia relación con el drama. En su conjunto, el relato busca hacer añicos el modo que los lectores tienen de ver el mundo y los invita a acoger otro distinto, animándolos a actuar.

1. El contexto histórico del evangelio de Marcos

Sabemos poco acerca del autor del evangelio de Marcos y de sus primeros oyentes. Este evangelio no fue firmado ni datado y no contiene nada que atestigüe explícitamente ni su localización geográfica, ni las circunstancias específicas en que fue escrito, ni siquiera el sexo de su autor1. Sin embargo, por comodidad, seguiremos refiriéndonos al autor con el nombre de «Marcos»2.

Han surgido dos grandes propuestas acerca del origen del evangelio de Marcos. Algunos investigadores aceptan una tradición de Papías, líder eclesiástico del siglo II, que atribuye este evangelio a un tal Juan Marcos3, «un intérprete del apóstol Pedro» que puso por escrito las tradiciones acerca de Jesús pero «no en el orden correcto». Estos investigadores sitúan el origen del evangelio de Marcos en Roma a mediados de la década de los años sesenta, unos treinta años después de la muerte de Jesús y poco después de la ejecución de Pedro y de la dura persecución de los cristianos en Roma por parte del emperador Nerón4.

Otros investigadores dudan de la exactitud de la tradición de Papías. Argumentan que un estudio de Marcos realizado en sí mismo, prescindiendo de cualquier tradición, no sugiere ninguna conexión entre el autor anónimo y el apóstol Pedro. Estos investigadores sitúan este evangelio en Palestina o cerca de allí, normalmente en un ambiente rural, tal vez en Galilea o Siria. Fechan este evangelio durante o inmediatamente después de la guerra romano-judía que va de los años 66 al 70 -una revuelta de Israel contra la dominación ro-

1. La mención de mujeres discípulas solamente al final de la narración sugiere que el autor fuese un hombre y nosotros nos referiremos al autor en masculino.

2. Para las tradiciones sobre Marcos, cf. C. Clifton Black, Mark: Images of an Apostolic Interpreter, Columbia 1994.

3. Cf. 1 Pe 3, 19 y Hch 12, 12. 4. Para la localización romana, cf., por ejemplo, M. Hengel, Studies in the

Gospel ofMark, trad. de J. Bowden, Philadelphia 1985; D. Sénior, «With Swords andClubs.. »-The Setting ofMark's Gospel and His Critique ofAbusive Power: Bi-blical Theology Bulletin 17 (1987) 10-20; y J. R. Donahue, Windows and Mirrors: The Setting ofMark's Gospel: Catholic Biblical Quarterly 57 (1995) 1-26.

Introducción 15

mana que terminó con la derrota estrepitosa de Israel y con la destrucción de Jerusalén y del templo judío5-. Nosotros nos inclinamos a adoptar esta_yisión.

También hay diferencias entre los investigadores acerca de si el autor era judío o gentil, si procedía de la clase campesina y si tenía alguna educación. La mayor parte de los investigadores creen que Marcos escribió para una comunidad o comunidades compuestas al mismo tiempo por judíos y gentiles. Algunos argumentan que Marcos pretendía que su relato pudiera ser contado a muchas audiencias diferentes en una amplia área geográfica6.

Hay un acuerdo generalizado en que el autor se dirigía a gente rechazada y perseguida en su misión de extender la palabra de Jesús y la soberanía de Dios. El relato sugiere que la persecución venía tanto de las autoridades judías como de las romanas. Marcos escribió su evangelio, en parte, para alentar a la gente_a vivir para la soberanía de Dios a pesar de la oposición y de la amenaza.

2. ¿Qué tipo de relato escribió Marcos?

¿Cuáles eran algunos de los objetivos de Marcos en su evangelio? Marcos estaba invitando claramente a la gente a creer en la buena nueva de la llegada de la soberanía de Dios y en el tipo de vida que implicaba. Al hacer esto, les incitaba a convertirse en seguidores de Jesús. También les estaba advirtiendo acerca de la inminente culminación de la soberanía de Dios. Y, como hemos sugerido, estaba buscando fortalecer a los seguidores ante el conflicto y la persecución.

¿Qué género o tipo de relato utiliza el autor para generar un impacto tan significativo en sus oyentes? De nuevo, los investigadores

5. Para la localización palestina, cf., por ejemplo, H. C. Kee, Community of the New Age. Studies in Mark's Gospel, Philadelphia 1977; G. Theissen, Colorido local y contexto histórico en los evangelios: una contribución a la historia de la tradición sinóptica, Salamanca 1997; y J. Marcus, The Jewish War and the Sitz im Leben ofMark: Journal of Biblical Literature 111 (1992) 441-462. Cf. también P. J. J. Botha, The Historical Setting ofMark 's Gospel: Problems and Possibilities: Journal for the Study of the New Testament 51 (1993) 27-55, quien sabiamente advierte contra las proclamas de certeza.

6. Para un análisis de la localización social del evangelio de Marcos, cf. R. L. Rohrbaugh, The Social Location of the Marcan Audience: Interpretation 47 (1993), 380-395.

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16 Marcos como relato

no están de acuerdo. Algunos ven similitudes con la literatura grecorromana -biografía antigua, tragedia griega, novelas populares o narración según el modo de la antigua retórica-. Otros comparan el evangelio con la literatura judía -un «apocalipsis» que revela los secretos del tiempo final, una parábola enigmática, un comentario mi-drásico sobre la Biblia hebrea o un escrito al modo de un relato de la Biblia hebrea-. El evangelio de Marcos puede ser un género mixto que refleja varios tipos de literatura. Muchos sugieren que Marcos ha creado un nuevo tipo de literatura, un evangelio, una proclamación narrativa de la «buena noticia» de lo que Dios ha hecho y hará a través de Jesús de Nazáret7.

independientemente de lo que Marcos pretendiera, está claro que ha hecho un relato que interpela a los lectores. Y esta interpelación se refuerza por el hecho de que este relato concierne a personas reales, está basado en hechos concretos y hace predicciones acerca de sucesos futuros. Y Marcos, aparentemente, ha puesto todas sus capacidades narrativas al servicio de esta tarea.

3. La coherencia del relato de Marcos

Utilizando múltiples fuentes orales y tal vez una narrativa oral en expansión, Marcos ha creado un relato con escenarios, sucesos y personajes. Así, podemos preguntarnos: ¿Qué valor tiene el evangelio de Marcos como relato? ¿Qué unidad o coherencia tiene?

A primera vista puede parecer muy sobrio, con muchas lagunas y cortes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que en general los relatos se parecen mucho a la materia: parecen sólidos al tacto, pero se componen mayoritariamente de espacio vacío8. Así, en mayor o menor grado, todo relato tiene lagunas, presupuestos no expresados, inconsistencias, falta de resolución, etc. Muchas de estas lagunas en Marcos son inherentes a cualquier relato, debido a la naturaleza selectiva de la descripción y a las limitaciones al usar pa-

7. Para un estudio de varias versiones literarias análogas de Marcos, cf. Kee, Community ofthe New Age, 14-30 y la bibliografía allí citada. Sobre la importancia del género para el análisis, cf. M. A. Tolbert, Sowing the Gospel: Mark's World in Literary-Historical Perspective, Minneapolis 1989, 48-79.

8. Cf. F. Kermode, The Génesis ofSecrecy: On Interpretation in Narrative, Cambridge 1979 y S. Moore, Are the Gospel Narratives Unifled?, en K. H. Richards (ed.), Society of Biblical Literature 1987 Seminar Papers, Atlanta 1987, 443-458.

Introducción 17

labras para describir personas, lugares, acontecimientos y el significado de la vida. Por tanto, la cuestión no es si Marcos tiene lagunas sino, más bien, si el autor ha creado satisfactoriamente una experiencia coherente de un mundo unificado. ¿Es coherente el relato? ¿Es consistente?

Nuestro estudio revela que el relato de Marcos es notablemente unitario9. El punto de vista del narrador es consecuente. La trama es coherente: los acontecimientos que se anticipan ocurren más tarde; los conflictos se resuelven; las profecías se cumplen. Los personajes son consecuentes de una escena a la siguiente. Técnicas literarias de narración, esquemas recurrentes, patrones que se solapan y motivos entretejidos interconectan el relato en toda su extensión. Hay también una descripción consecuente de la condición humana, de la fe, de la soberanía de Dios, de las opciones éticas y de las posibilidades de cambio en el ser humano. La unidad de este evangelio es patente en la integridad de la historia que cuenta, lo cual proporciona un potente impacto retórico en su conjunto. La habilidad artística de Marcos se ha comparado con una complicada «fuga» o con un «elaborado tapiz»l0.

Dada la unidad del relato de Marcos, está claro que algunas de sus lagunas son intencionadas. Hay lagunas debidas a estrategias retóricas para crear suspense, desconcierto y el final abierto; otras derivan de un estilo sobrio, que sugiere más que explícita en la descripción; y otras se deben a la naturaleza episódica de un relato diseñado para la proclamación oral. Para los lectores del siglo XXI hay otras lagunas no intencionadas como resultado de nuestra falta de un conocimiento que Marcos y su audiencia del siglo I poseían -conocimientos que ya no compartimos pero que debemos reconstruir para comprender el relato-.

Debido a que el evangelio de Marcos es un relato coherente con un potente impacto, es importante acercarse a él como a una unidad. Los primeros en acceder a este evangelio escucharían en grupos la proclamación del conjunto de una sola vez. Indudablemen-

9. Otros investigadores también consideran el relato de Marcos coherente. Cf. N. R. Petersen, «Point ofView» in Mark's Narrative: Semeia 12 (1978) 97-121 y R. C. Tannehill, The Gospel ofMark as Narrative Christology: Semeia 16 (1979) 57-95.

10. Para la analogía con la fuga, cf. Kee, Community ofthe New Age, 75. Sobre la metáfora del tapiz, cf. J. Dewey, Mark as Interwoven Tapestry: Forecasts and Echoesfor a Listening Audience: Catholic Biblical Quarterly 52 (1991) 224.

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18 Marcos como relato

te, se involucrarían en el drama del relato, experimentarían la tensión de los conflictos, se identificarían con los personajes y sentirían el suspense ante el desenlace. Al emerger de la experiencia del mundo narrativo de Marcos, tal vez serían capaces de ver de un modo nuevo su mundo circundante o verían despertar en ellos nuevas posibilidades.

Por desgracia, en nuestro tiempo normalmente nos encontramos con el evangelio de Marcos en pequeños fragmentos -como versículos citados fuera de su contexto o como episodios leídos en el culto-. Es como oír citas de una obra de Lope de Vega sin haber visto nunca la obra entera. Paraj?xJiaer_elirnpacto total del relato de Marcos, necesitamos percibir la obra,enju totalidad. Así pues~, animamos a que se lea o escuche todo este evangelio de un tirón.

4. El mundo narrativo

Como relato coherente que es, el evangelio de Marcos nos presenta un «mundo narrativo», un mundo que nos compromete y atrapa, un mundo como el que experimentamos cuando quedamos cautivados por una novela o una película.

Para intuir la noción de mundo narrativo, recuérdese la sensación al ver una película: las imágenes y sonidos de la pantalla nos arrastran a otro mundo, a un mundo con su propio pasado y futuro imaginarios y con su propio universo de valores. Por algún tiempo parece como si ya no estuviésemos sentados en un cine o en nuestra sala de estar, sino inmersos en un tiempo y lugar diferentes, compartiendo los pensamientos y emociones de los personajes, participando en sus sucesos. De algún modo, pues, este mundo narrativo tiene vida por sí mismo, independientemente de la historia real en que la película pueda basarse.

Claramente, como espectadores, estamos tomando parte en una película a través del filtro de nuestras propias experiencias, dando nuestro sentido a este mundo que se despliega frente a nosotros. Sin embargo, según el poder de la película y su relación con nuestras vidas, podemos salir de esta experiencia con una comprensión más profunda de la vida o con nuevos propósitos o con una capacidad renovada de valentía y creatividad. Hemos penetrado en otro mundo y nos ha cambiado. Leer relatos tiene el mismo poder que ver

Introducción 19

películas, pero aljeer participamos _aúnjm_sjj.enainOTte^orgue_co-_ mo Tectores visualizamos a nuestra manera el mundo sugerido por TáTpTIá¥rasjq^e]Kemos^

" "Así pues, cuando nos acercamos a Marcos como una obra que crea un mundo narrativo, vemos que sus afirmaciones se refieren a las personas, lugares y sucesos tal como son diseñados en el relato11. Así como una película puede ser una versión de sucesos históricos, también Marcos es una versión de sucesos históricos. Aunque Jesús, Herodes y los sumos sacerdotes eran personas reales, en Marcos, sin embargo, son personajes diseñados en la narración. El desierto, la sinagoga y Jerusalén son escenarios según el modo en que son conformados en el relato. Los exorcismos, los viajes, el juicio y la ejecución son igualmente sucesos conformados en el mundo narrativo. Es en este mundo narrativo en el que los lectores entran. Y precisamente este mundo narrativo es el objeto de nuestro estudio. Así pues, todas las referencias que hacemos apersonas, lugares y sucesos se refieren sólo al mundo narrativo del relato de Marcos, excepto cuando los identificamos como información auxiliar a partir de nuestro conocimiento general de la cultura del siglo I.

5. Pautas para la lectura de Marcos como un relato

Es importante procurar entender un relato en sus propios términos en vez de hacerle decir lo que queremos que diga. Las siguientes cuatro pautas pueden ser útiles para la lectura de Marcos como un relato en sus propios términos.

Primero, como hemos sugerido, Marcos debe leerse más como un relato que cornojín libro de historia. pues simlramos a través dé Marcos como si fuera una ventana a la historia, pensaremos primero en la figura histórica de Jesús más que en el retrato que Marcos hace de Jesús. Si hacemos eso, cuando no entendamos algo, pensaremos que Marcos omitió alguna cosa acerca de Jesús en su relato y buscaremos en otras fuentes la respuesta. Por el contrario, si miramos el evangelio de Marcos como un retrato de Jesús y de los dis-

11 N. R Petersen, Literary Criticismfor New Testament Cntics, Philadelphia 1978,38, considera una «falacia referencial» ver las declaraciones expresadas o implícitas en el texto como una representación directa de los sucesos históricos contemporáneos al tiempo de Jesús

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20 Marcos como relato

cípulos tal como se nos muestra en la narración, entonces, si no entendemos algo, releeremos Marcos cuidadosamente para encontrar la clarificación dentro de la propia narración.

Segundo, Marcos d^b^eje^r^¿nde^ejidjentemente dejos otros evangefiojs. En el estudio narrativo, no podemos usar legítimamente los otros evangelios para «ampliar» o «rellenar», como un modo de explicar o elaborar el relato de Marcos. Por ejemplo, si leemos el relato de Marcos a la luz de los relatos de Mateo o de Lucas sobre el nacimiento, hemos cambiado ya significativamente el relato de Marcos, porque éste no contiene esos sucesos. O si leemos un episodio de Marcos a la luz de detalles sobre el mismo episodio dados en uno de los otros evangelios, habremos cambiado el relato de Marcos. Este relato está completo en sí mismo independientemente de los otros evangelios, que son también en el mismo sentido relatos autoconsistentes acerca de Jesús. Hay que intentar, por algún tiempo, tratar el evangelio de Marcos como si fuera la única historia que conocemos acerca de Jesús.

Tercero, no se deben proyectar presupuestos de la cultura moderna enliste relatcTdel siglo~IT]Hcl^óramosTmre presupuestos de la edad postindustrial, electrónica e individualista occidental que son radicalmente diferentes de los presupuestos de aquel siglo. Puesto que Marcos es un relato del siglo I, es importante usar información sociocultural de ese momento como base para poder entenderlo -de la misma forma que necesitamos conocer la lengua, costumbres y cultura del siglo XII para entender el Poema de Mió Cid-.

Cuarto, no se deben aplicar teologías modernas sobre Jesús al relato de^Marcos. Podemos llevar a la lectura nuestra propia imagen de Tesús como, por ejemplo, la de alguien «manso y dulce», en palabras del himno. Pero el Jesús de Marcos no es ni manso ni dulce. O podemos leer en el relato de Marcos doctrinas posteriores acerca de la Trinidad, o de las dos naturalezas de Cristo o de la muerte de Jesús como un sacrificio de expiación. Si estas ideas no están en Marcos, por mucho que representen o dejen de representar verdades históricas o religiosas, no deben ser utilizadas para interpretar su evangelio.

En realidad, no es posible adecuarse a estas cuatro pautas de modo absoluto, debido a la naturaleza de los textos y a nuestra propia subjetividad. Sin embargo, un esfuerzo continuado por atenernos a ellas dará frutos en nuestro intento de comprender el relato de Marcos en sus propios términos.

Introducción 21

6. Un método narrativo para interpretar a Marcos

¿Cómo analizamos una narración para comprender lo que significa y ver cómo funciona? Podemos señalar cinco aspectos clave de la narración para su análisis: narrador, escenario, trama, personaje y retórica.

El narrador hace referencia al modo en que el relato es contado: la voz del narrador, el punto de vista, las creencias y normas éticas fundamentales, el modo de dirigirse al lector y el tono de la narración, así como las técnicas narrativas que utiliza.

El escenario hace referencia al contexto en que se inscribe el relato: la descripción del cosmos, el mundo social del relato, así como el contexto temporal y espacial específico en que se desarrollan los acontecimientos.

La trama hace referencia a los sucesos: su orden en la narración, sus relaciones en la secuencia, sus puntos de inflexión y de ruptura, y el desarrollo y resolución de los conflictos.

Los£ensoriaJ£s son los actores del relato: su identidad y posición social, sus motivaciones y conductas, sus características, sus formas de relacionarse unos con otros, su aparición en la trama, así como los cambios y desarrollos que experimentan como resultado de la acción.

Estos cuatro rasgos de la narrativa representan aspectos básicos de una concepción global de la vida. El narrador revela las creencias y valores del relato. El escenario aporta las posibilidades y limitaciones con las que las personas viven su vida. La trama representa una expresión particular del movimiento desde el pasado al presente y al futuro. Los personajes revelan una concepción de la naturaleza humana. Estos cuatro rasgos de la narrativa constituyen conjuntamente un modo de ver el mundo que los lectores pueden acoger en sus propias vidas.

Finalmente, el quinto elemento de la narrativa es la retórica, que se refiere a los distintos modos en que el autor combina los rasgos de la narrativa para convencer a los lectores para que entren en el mundo presentado en el relato y lo acojan. Como tal, no basta con preguntarse qué significa una narración; debemos también preguntarnos qué hace una narración para cambiar a sus lectores. Un estudio de la retórica de Marcos muestra cómo la narración puede transformar a sus lectores.

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22 Marcos como relato

En el estudio de estos rasgos de la narrativa no pretendemos fraccionar el relato, pues contemplaremos su totalidad desde cada uno de estos diferentes ángulos. Tampoco pretendemos que nuestra interpretación sea una construcción abstracta que sustituya al propio relato. No queremos reducirlo a una moral, a un mensaje o a un compendio, pues entonces ya no sería un relato. Un relato no es simplemente un vehículo para transmitir una idea de tal forma que pueda ser descartado una vez que se ha captado ya su idea12. Por el contrario, nuestro objetivo es realzar la vivencia del relato como tal. El examen de estos rasgos del relato puede ayudarnos a captarlo más plenamente. Pues solamente en la lectura y la audición del relato mismo experimentamos su magia y su capacidad para transformarnos.

12. Cf H Freí, The Eclipse ofBibhcal Narrative A Study in Eighteenth and Nineteenth Century Hermeneuhcs, NewHaven 1984yT E Boomershine, Mark the Storyteller A Rhetoncal-Critical Investigation ofMark's Passion and Resurrectwn Narrative, tesis doctoral 1984

2

El evangelio de Marcos

Introducción a la traducciónl

La siguiente traducción ha sido concebida como un relato corto sin indicación de capítulos ni versículos para que los lectores puedan conocer la narración como una unidad integrada2. Las divisiones en párrafos marcan un cambio de escena, un cambio de emisor o el final de un conflicto. La puntuación sirve a menudo para establecer conexiones en la narración y enfatizar la acción que se está desarrollando. Se traduce así para resaltar el drama del relato, tal como nosotros lo vemos, de la lengua griega original3.

Esta traducción está basada en una reconstrucción estándar del texto griego original. La primera copia se nos ha perdido y las únicas copias existentes hoy son muy posteriores al momento en que Marcos escribió. Los investigadores tratan de reconstruir la redacción original de Marcos valorando las muchas variaciones que se encuentran en las copias posteriores4.

1 Para esta edición en castellano nos hemos servido de la traducción del evangelio de Marcos de La Biblia editada por La Casa de la Biblia, Madrid 1992, pero se han respetado las puntualizaciones de carácter tipográfico y terminológico que los autores de Marcos como relato han querido destacar No se han cambiado, sin embargo, las marcas de entonación de muchas de las frases que, en la traducción española, son enunciativas y, en la inglesa, exclamativas, ni las intervenciones que el texto original inglés incorpora en estilo indirecto y La Biblia de La Casa de la Biblia presenta en estilo directo No se han realizado estos cambios porque los autores del original inglés no destacan en este sentido su relevancia y por mantener la uniformidad fraseológica de la versión castellana [Nota de la traductora]

2 Para comodidad del lector, incluimos en cada página la indicación del capítulo y del versículo de la parte de Marcos correspondiente a esa página

3. Los primeros manuscritos griegos no tenían puntuación, ni separación de párrafos, ni títulos en los episodios, ni espacios entre las palabras u oraciones, ni indicaciones de capítulos y versículos

4 Cf el texto que aparece en M Black y otros (eds ), The Greek New Testa-ment, New York 41994 y E Nestle-K Aland y otros (eds), Novum Testamentum Graece, Stuttgart "1994

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24 Marcos como relato

El evangelio de Marcos termina con la espeluznante e impactante línea «y ellas (las mujeres en el sepulcro) no dijeron nada a nadie por el miedo que tenían». Algunos manuscritos griegos tienen finales alternativos que prolongan sucintamente el relato y conducen el evangelio hacia diferentes conclusiones. Sin embargo, los investigadores consideran que el fragmento que acabamos de citar es el último renglón del evangelio original. La mayoría de las traducciones contemporáneas transcriben los distintos finales en una nota a pie de página o con la observación de que «los manuscritos más antiguos no tienen estos finales»5. El final original es un desenlace impactante para el relato de Marcos y tiene consecuencias importantes en la interpretación del drama en su conjunto.

Los traductores se esfuerzan por reproducir el significado y el impacto de la lengua original, pero cada traducción es una interpretación que refleja opciones en las que algunos significados y connotaciones se captan y otros se pierden. Esta traducción es una traducción literal, que contrasta con una traducción de equivalencia dinámica o paráfrasis6. Se han intentado encontrar palabras sencillas o frases breves que traduzcan las palabras griegas lo más fielmente posible. Además, como Marcos escribió en la lengua cotidiana del siglo I, se han usado palabras del castellano común para la traducción.

Se ha intentado seleccionar palabras apropiadas al ambiente, a las características de los personajes, a los conflictos y emociones del relato de Marcos. A menudo se han evitado palabras demasiado usadas como «reino», «arrepentimiento», «perdón» y «parábola». En su lugar, se han elegido palabras con matices del griego no siempre destacados, como «soberanía de Dios», «conversión», «perdón de los pecados» y «comparaciones». Cuando los nombres formales tienen un significado en griego, se ha transferido ese significado al castellano, así, la Decápolis son las «Diez Ciudades», Cristo es «el ungido» y Pedro es «Roca».

5 Por ejemplo, cf el NRSV y el NIV Para un análisis textual de los finales, cf B. Metzger, A Textual Commentary on the Greek New Testament, New York 1971, 122-126 Para los trabajos mas recientes, cf. el de S L Cox, A History and Critique of Scholarship Concerning the Markan Endings, Lewiston 1993 y el de P Danove, The EndofMark's Gospel A MethodologicalStudy, Leiden 1993, 119-131

6 Para una traducción de equivalencia dinámica, cf la traducción en versión para especialistas en D Schmidt (ed), The Gospel ofMark, Sonoma CA 1990 R Pnce ha conseguido reproducir el estilo sobrio y fluido de Marcos en Three Gos-pels, New York 1996, 37-124

El evangelio de Marcos 25

Esta elección de palabras tiene en cuenta el contexto de todo el relato. Muchas traducciones interpretan la misma palabra griega de forma diferente en cada episodio. Por ejemplo, la palabra griega recurrente hodos se traduce como «camino», «viaje» o «senda» en distintos sitios de la misma traducción. Igualmente, paradidomi se traduce como «arrestado», «entregado», «rendido» y «traicionado». De este modo, los lectores de estas traducciones no pueden ver los matices verbales que tiene el original griego. Aquí, por el contrario, se ha traducido donde es posible la misma palabra recurrente gnega con la misma palabra castellana, de forma que los lectores puedan ver tales matices verbales repitiéndose como lo hacen en el griego7.

Hay dos palabras más que necesitan comentario. En primer lugar, se ha traducido la palabra kardia, palabra griega para corazón, como «mente», por ejemplo en «dureza (o rigidez) de la mente». Para los antiguos, el corazón no era la sede de las emociones, sino del pensamiento y la voluntad, de forma que la palabra «mente» es el equivalente castellano más cercano. En segundo lugar, se ha traducido la palabra griega Judaioi como judíos en la expresión «rey de los judíos»; con ello queremos referirnos a los habitantes de Ju-dea y no a los practicantes de la religión judía8. Esta aclaración pone de relieve que el relato es del siglo I y que éstos son personajes del mundo narrativo de Marcos9.

Además, se ha intentado ser fiel a los elementos del estilo de Marcos, incluso cuando parecen poco elegantes: orden de palabras, las distintas funciones del tiempo imperfecto, los pronombres enfáticos (resaltados en cursiva), las negaciones categóricas y las frases hechas10. En la traducción se reflejan también recursos

7 Seguimos este principio siempre excepto en unos pocos casos donde el significado se distorsionaría Por ejemplo, usamos «restablecer» y «salvar» para traducir la palabra gnega sozo También, hemos traducido kyrios siempre de la misma forma, pero distinguimos cuando va con mayúsculas (Dios como «Señor») y cuando va con letra minúscula (Jesús como «señor»)

8 En inglés esta distinción semántica tiene su correspondencia léxica en las palabras Judean y Jews, en castellano no podemos hacer esta distinción sin acudir a la perífrasis, por eso se ha empleado siempre el término judíos, aunque aclaramos ahora su referencia a los habitantes de la región de Judea [Nota de la traductora]

9 Sobre la traducción de «Judeans», «habitantes de Judea», para evitar el antijudaísmo, cf D Rhoads, The Challenge ofDiversity The Witness ofPaul and the Gospels, Minneapolis 1996, 35-36, 82-83 Cf también J Pilch, No Jews or Christians in the Bible Explorations 2 (1998) 3

10 No hemos mantenido, sin embargo, el uso irregular en Marcos del presente histórico griego, que es empleado para contar sucesos pretéritos de una manera viva

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26 Marcos como relato

estilísticos como las progresiones en dos pasos, las distintas formas de repetición, las estructuras concéntricas y los apartes narrativos, pues todos ellos contribuyen al suspense y dramatismo del relato.

Por último, se ha conservado la preferencia por el género masculino para las descripciones de Dios y Satanás en el relato de Marcos n . Al mismo tiempo, se han traducido apropiadamente los significados inclusivos del lenguaje de género de Marcos referidos a las personas, traduciendo el masculino anthropos como «ser humano», «seres humanos» o «humanidad» en vez de «hombre» u «hombres». Con esto, se han conservado los juegos de palabras de Marcos, como el que realiza entre «seres humanos» y «el hijo de la humanidad», y el contraste entre «los términos de Dios» y «los términos humanos». Se ha intentado enfatizar el significado inclusivo del pronombre masculino singular de Marcos traduciéndolo por los pronombres «quienquiera que» o «alguien». Estas traducciones inclusivas son fieles a la representación de un relato que insta a los lectores a acoger a todo el mundo.

11. Cf. más abajo, sin embargo, el epílogo, que trata de la ética implicada en la lectura de Marcos.

EL EVANGELIO DE MARCOS

Comienzo de la buena noticia de Jesús, el ungido, hijo de Dios. Según está escrito en el profeta Isaías:

Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que grita en el desierto: ¡Preparad el camino al señor; allanad sus senderos!

Apareció Juan el Bautista en el desierto predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Toda la región de Ju-dea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él y, después de reconocer sus pecados, Juan los bautizaba en el río Jordán.

Iba Juan vestido con pelo de camello, llevaba una correa de cuero a su cintura, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Esto era lo que proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo. Yo no soy digno ni de postrarme ante él para desatar la correa de sus sandalias. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu santo».

Por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio rasgarse los cielos y al Espíritu descender sobre él como una paloma. Se oyó entonces una voz desde los cielos: «Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco».

A continuación, el Espíritu lo impulsó hacia el desierto, donde Satanás lo puso a prueba durante cuarenta días. Estaba con las fieras y los ángeles le servían.

Después que Juan fue arrestado, marchó Jesús a Galilea, proclamando la buena noticia de Dios. Decía: «El plazo se ha cumplido. La soberanía de Dios está llegando. Convertios y tened fe en la buena noticia».

Pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que estaban echando las redes en el lago, pues eran

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28 Marcos 1, 17-39

pescadores. Jesús les dijo: «Venios detrás de mí y os haré pescadores de hombres». Ellos dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan. Estaban en la barca reparando las redes. Jesús los llamó también; y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.

Llegaron a Cafarnaún y, cuando llegó el sábado, entró en la sinagoga y se puso a enseñar. La gente estaba admirada de su enseñanza, porque los enseñaba con autoridad, y no como los maestros de la ley.

Había precisamente en la sinagoga un hombre con espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? ¡Sé quién eres: el santo de Dios!».

Jesús lo increpó diciendo: «¡Cállate y sal de ese hombre!». El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un fuerte alarido, salió de él.

Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¿Una doctrina nueva llena de autoridad? ¡Manda incluso a los espíritus inmundos y éstos le obedecen!». Pronto se extendió su fama por todas partes, en toda la región de Galilea.

Al salir de la sinagoga, Jesús se fue inmediatamente a casa de Simón y de Andrés, con Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre. Le hablaron en seguida de ella, y él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. La fiebre le desapareció y se puso a servirles.

Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Él curó entonces a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero a éstos no les dejaba hablar, pues sabían quién era.

Muy de madrugada, antes del amanecer, se levantó, salió, se fue a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca. Cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te buscan».

Jesús les contestó: «Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he venido». Y se fue a predicar en sus sinagogas por toda Galilea, expulsando los demonios.

Marcos 1, 40-2, 15 29

Se le acercó un leproso y le suplicó de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme».

Jesús, compadecido, extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero, queda limpio». Al instante le desapareció la lepra y quedó limpio.

Entonces lo despidió, advirtiéndole severamente: «No se lo digas a nadie; vete, muéstrate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les conste a ellos».

Él, sin embargo, tan pronto como se fue, se puso a divulgar a voces lo ocurrido, de modo que Jesús no podía ya entrar abiertamente en ninguna ciudad. Tenía que quedarse fuera, en lugares despoblados, y aun así seguían acudiendo a él de todas partes.

Después de algunos días entró de nuevo en Cafarnaún y se corrió la voz de que estaba en casa. Acudieron tantos, que no cabían ni delante de la puerta. Jesús se puso a anunciarles el mensaje.

Le llevaron entonces un paralítico entre cuatro. Pero, como no podían llegar hasta él a causa del gentío, levantaron la techumbre por encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla en que yacía el paralítico. Jesús, viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados».

Unos maestros de la ley que estaban allí sentados comenzaron a pensar para sus adentros: «¿Cómo habla éste así? ¡Blasfema! ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?».

Jesús, percatándose en seguida de lo que estaban pensando, les dijo: «¿Por qué pensáis eso en vuestro interior? ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados; o decirle: Levántate, carga con tu camilla y vete? Pues vais a ver que el hijo de la humanidad tiene en la tierra poder para perdonar los pecados». Entonces se volvió hacia el paralítico y le dijo: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».

El paralítico se puso en pie, cargó en seguida con la camilla y salió a la vista de todos, de modo que todos se quedaron maravillados y daban gloria a Dios diciendo: «Nunca hemos visto cosa igual».

Jesús volvió a la orilla del lago. Toda la gente acudía a él y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su oficina de impuestos, y le dijo: «Sigúeme». Él se levantó y lo siguió.

Después, mientras Jesús estaba sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publícanos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos, pues eran ya muchos los que lo seguían.

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30 Marcos 2, 16-3, 5

Los maestros de la ley del partido de los fariseos, al ver que Jesús comía con pecadores y publícanos, decían a sus discípulos: «¿Por qué come con publícanos y pecadores?».

Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decir a Jesús: «¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y los tuyos no?».

Jesús les contestó: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras el novio está con ellos, no tiene sentido que ayunen. Llegará un día en que el novio les será arrebatado. Entonces ayunarán.

Nadie cose un remiendo de paño nuevo en un vestido viejo, porque lo añadido tirará de él, lo nuevo de lo viejo, y el rasgón se hará mayor. Nadie echa tampoco vino nuevo en odres viejos, porque el vino reventará los odres y se perderán vino y odres. El vino nuevo en odres nuevos».

Un sábado pasaba Jesús por entre los sembrados, y sus discípulos comenzaron a arrancar espigas según pasaban. Los fariseos le dijeron: «¿Te das cuenta de que hacen en sábado lo que no está permitido?».

Jesús les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre él y los que lo acompañaban? ¿Cómo entró en la casa de Dios en tiempos del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la ofrenda, que sólo a los sacerdotes les era permitido comer, y se los dio además a los que iban con él?».

Y añadió: «El sábado ha sido hecho para la humanidad y no la humanidad para el sábado. Así que el hijo de la humanidad también es señor del sábado».

Entró de nuevo en la sinagoga y había allí un hombre que tenía la mano atrofiada. Lo estaban espiando para ver si lo curaba en sábado y tener así un motivo para acusarlo. Jesús dijo entonces al hombre de la mano atrofiada: «Levántate y ponte ahí en medio».

Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal; salvar una vida o destruirla?». Ellos permanecieron callados.

Mirándoles con indignación y apenado por la dureza de su mente, dijo al hombre: «Extiende la mano». Él la extendió y su mano

Marcos 3, 5-30 31

quedó restablecida. En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para planear el modo de acabar con él.

Jesús se retiró con sus discípulos hacia el lago y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. También de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de TransJordania y de la región de Tiro y Sidón acudió a él una gran multitud, al oír hablar de lo que hacía.

Como había mucha gente, encargó a sus discípulos que le preparasen una barca, para que no lo estrujaran. Pues había curado a muchos, y cuantos padecían dolencias se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero él les prohibía enérgicamente que lo descubriesen.

Subió después al monte, llamó a los que quiso y se acercaron a él. Designó entonces a doce, para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar con poder de expulsar a los demonios.

Designó a estos doce: a Simón, a quien dio el sobrenombre de Roca; a Santiago, el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el hijo de Al-feo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el que lo entregó.

Volvió a casa, y de nuevo se reunió tanta gente que no podían ni comer pan. Sus parientes, al enterarse, fueron para llevárselo, pues decían que estaba trastornado.

Los maestros de la ley que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú». Y añadían: «Con el poder del príncipe de los demonios expulsa a los demonios».

Jesús los llamó y les propuso estas comparaciones: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no puede subsistir. Si Satanás se ha rebelado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, sino que está llegando a su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear su ajuar, si primero no ata al fuerte; sólo entonces podrá saquear su casa.

Os aseguro que todo se les podrá perdonar a los seres humanos, los pecados y cualquier blasfemia que digan, pero el que blasfeme contra el Espíritu santo no tendrá perdón jamás; será reo de pecado eterno». Decía esto porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu inmundo.

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32 Marcos 3, 31-4, 18

Llegaron su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar. La gente estaba sentada a su alrededor, y le dijeron: «¡Oye! Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».

Jesús les respondió: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Y mirando entonces a los que estaban sentados a su alrededor, añadió: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».

De nuevo se puso a enseñar junto al lago. Acudió a él tanta gente, que tuvo que subir a una barca que había en el lago y se sentó en ella, mientras toda la gente permanecía en tierra, a la orilla del lago. Les enseñaba muchas cosas por medio de comparaciones.

Les decía: «¡Escuchad! Salió el sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, parte de la semilla cayó al borde del camino. Vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra; brotó en seguida, porque la tierra era poco profunda, pero, en cuanto salió el sol se agostó y se secó porque no tenía raíz. Otra parte cayó entre cardos, pero los cardos crecieron, la ahogaron y no dio fruto. Otra parte cayó en tierra buena y creció, se desarrolló y dio fruto: el treinta, el sesenta, y hasta el ciento por uno. Y añadió: «¡Quien tenga oídos para oír, que oiga!».

Cuando quedó a solas, los que lo seguían y los doce le preguntaron sobre las comparaciones. Jesús les dijo: «A vosotros se os ha comunicado el misterio de la soberanía de Dios, pero a los de fuera todo les resulta enigmático, de modo que:

por más que miran, no ven, y, por más que oyen, no entienden; a no ser que se conviertan y Dios los perdone».

Y añadió: «¿No entendéis esta comparación? ¿Cómo vais a comprender entonces todas las demás? El sembrador siembra el mensaje. La semilla sembrada al borde del camino se parece a aquéllos en quienes se siembra el mensaje, pero en cuanto lo oyen viene Satanás y les quita el mensaje sembrado en ellos. Lo sembrado en terreno pedregoso se parece a aquéllos que, al oír el mensaje, lo reciben en seguida con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos; son inconstantes y en cuanto sobreviene una tribulación o persecución por causa del mensaje sucumben. Otros se parecen a lo sembrado entre car-

Marcos 4, 18-39 33

dos. Son ésos los que oyen el mensaje, pero las preocupaciones del mundo, la seducción del dinero y la codicia de todo lo demás los invaden, ahogan el mensaje y éste queda sin fruto. Lo sembrado en la tierra buena se parece a aquéllos que oyen el mensaje, lo acogen y dan fruto: uno treinta, otro sesenta y otro ciento».

Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para taparla con una vasija de barro o ponerla debajo de la cama? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto que no haya de ser descubierto; nada secreto que no haya de ponerse en claro. ¡Quien tenga oídos para oír, que oiga!».

Les decía además: «Prestad atención a lo que escucháis. Con la medida con que vosotros midáis, Dios os medirá y con creces. Pues al que tenga se le dará, y al que no tenga se le quitará incluso lo que tiene».

Decía también: «Sucede con la soberanía de Dios lo que con el grano que un hombre echa en la tierra. Duerma o vele, de noche o de día, el grano germina y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da fruto por sí misma: primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto está a punto, en seguida se mete la hoz, porque ha llegado la siega».

Proseguía diciendo: «¿Con qué compararemos la soberanía de Dios o con qué comparación la expondremos? Sucede con ella lo que con un grano de mostaza. Cuando se siembra en la tierra, es la más pequeña de todas las semillas. Pero, una vez sembrada, crece, se hace mayor que cualquier hortaliza y echa ramas tan grandes que las aves del cielo pueden anidar a su sombra».

Con muchas comparaciones como éstas Jesús les anunciaba el mensaje, acomodándose a su capacidad de entender. No les decía nada sin comparaciones. A sus propios discípulos, sin embargo, se lo explicaba todo en privado.

Aquel mismo día, al caer la tarde, les dijo: «Pasemos a la otra orilla». Ellos dejaron a la gente y lo llevaron en la barca, tal como estaba. Otras barcas lo acompañaban.

Se levantó entonces una fuerte borrasca y las olas se abalanzaban sobre la barca, de suerte que la barca estaba ya a punto de hundirse. Jesús estaba a popa, durmiendo sobre el cabezal, y lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».

Él se levantó, increpó al viento y dijo al lago: «¡Cállate! ¡Enmudece!». El viento amainó y sobrevino una gran calma.

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34 Marcos 4, 40-5, 21

Y a ellos les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Todavía no tenéis fe?».

Ellos se llenaron de un gran temor y se decían unos a otros: «¿Quién es éste, que hasta el viento y el lago le obedecen?».

Llegaron a la otra orilla del lago, a la región de los gerasenos. En cuanto saltó Jesús de la barca, le salió al encuentro de entre los sepulcros un hombre poseído por un espíritu inmundo. Tenía su morada entre los sepulcros y ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo. Muchas veces había sido atado con grilletes y cadenas, pero él había roto las cadenas y había hecho trizas los grilletes. Nadie podía dominarlo. Continuamente, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras.

Al ver a Jesús desde lejos, echó a correr y se postró ante él, gritando con todas sus fuerzas: «¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, hijo del Dios altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes».

Es que Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre».

Entonces le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Él le respondió: «Legión es mi nombre, porque somos muchos».

Y le rogaba insistentemente que no los echara fuera de la región. Había allí cerca una gran piara de cerdos, que estaban hozando

al pie del monte, y los espíritus inmundos rogaron a Jesús: «Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos». Jesús se lo permitió.

Los espíritus inmundos salieron, entraron en los cerdos, y la piara se lanzó al lago desde lo alto del precipicio, y los cerdos, que eran unos dos mil, se ahogaron en el lago.

Los porquerizos huyeron y lo contaron por la ciudad y por los caseríos. La gente fue a ver lo que había sucedido. Llegaron donde estaba Jesús y, al ver al endemoniado que había tenido la «Legión» sentado, vestido y en su sano juicio, se llenaron de temor. Los testigos les contaron lo ocurrido con el endemoniado y con los cerdos.

Entonces comenzaron a suplicarle que se alejara de su territorio. Al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía

que le dejase ir con él. Pero no le dejó, sino que le dijo: «Vete a tu casa con los tuyos, y cuéntales todo lo que el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido compasión de ti». Él se fue y se puso a publicar por la región de las Diez Ciudades lo que Jesús había hecho con él, y todos se quedaban maravillados.

Al regresar Jesús, mucha gente se aglomeró junto a él a la orilla

Marcos 5, 21-43 35

del lago. Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia, diciendo: «Mi niña está agonizando; ven a poner las manos sobre ella para que se cure y viva». Jesús se fue con él. Mucha gente lo seguía y lo estrujaba.

Una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con los médicos y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, yendo más bien a peor, oyó hablar de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues se decía: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, quedaré curada». Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y sintió que estaba curada del mal.

Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de él, se volvió en medio de la gente y preguntó: «¿Quién ha tocado mi ropa?».

Sus discípulos le replicaron: «Ves que la gente te está estrujando ¿y preguntas quién te ha tocado?». Pero él miraba alrededor a ver si descubría a la que lo había hecho.

La mujer, entonces, asustada y temblorosa, sabiendo lo que le había pasado, se acercó, se postró ante él y le contó toda la verdad. Jesús le dijo: «Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu mal».

Todavía estaba hablando cuando llegaron unos de casa del jefe de la sinagoga diciendo: «Tu hija ha muerto; no sigas molestando al maestro».

Pero Jesús, que oyó la noticia, dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta con que tengas fe».

Y sólo permitió que lo acompañaran Roca, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y, al ver el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos, entró y les dijo: «¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida». Pero ellos se burlaban de él.

Entonces Jesús echó fuera a todos, tomó consigo al padre de la niña, a la madre y a los que lo acompañaban, y entró adonde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: «Talitha kum» (que significa: Niña, a ti te hablo, levántate).

La niña se levantó al instante y echó a andar, pues tenía doce años. Ellos se quedaron atónitos. Y él les insistió mucho en que nadie se enterase de aquello y les dijo que dieran de comer a la niña.

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36 Marcos 6, 1-21

Salió de allí y fue a su pueblo, acompañado de sus discípulos. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga.

La muchedumbre que lo escuchaba estaba admirada y decía: «¿De dónde le viene a éste todo esto? ¿Qué sabiduría es ésa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por él? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí entre nosotros?». Y los tenía desconcertados.

Jesús les dijo: «Un profeta sólo es despreciado en su tierra, entre sus parientes y en su casa». Y no pudo hacer allí ningún milagro. Tan sólo curó a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y estaba sorprendido de su falta de fe.

Jesús recorría las aldeas del contorno enseñando. Llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos. Les ordenó que no tomaran nada para el camino, excepto un bastón. Ni pan, ni zurrón, ni dinero en la faja. Que calzaran sandalias, pero que no llevaran dos túnicas.

Les dijo además: «Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de aquel lugar. Si en algún sitio no os reciben ni os escuchan, salid de allí y sacudid el polvo de la planta de vuestros pies, como testimonio contra ellos». Ellos marcharon y predicaban la conversión. Expulsaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

La fama de Jesús se había extendido y el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían que era Juan el Bautista resucitado de entre los muertos y que por eso actuaban en él poderes milagrosos; otros, por el contrario, sostenían que era Elias; y otros que era un profeta como los antiguos profetas. Herodes, al oírlo, decía: «Ha resucitado Juan, a quien yo mandé decapitar».

Y es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había condenado metiéndolo en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, con quien él se había casado. Pues Juan le decía a Herodes: «No te es lícito tener la mujer de tu hermano».

Herodías detestaba a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre recto y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, quedaba muy perplejo, pero lo escuchaba con gusto.

La oportunidad se presentó cuando Herodes, en su cumpleaños, ofrecía un banquete a sus magnates, a los tribunos y a la nobleza de

Marcos 6, 21-43 37

Galilea. Entró la hija de Herodías y danzó, gustando mucho a Herodes y a los comensales. El rey dijo entonces a la joven: «Pídeme lo que quieras y te lo daré». Y le juró una y otra vez: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».

Ella salió y preguntó a su madre: «¿Qué le pido?». Su madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Ella entró en seguida y a toda prisa adonde estaba el rey y le hi

zo esta petición: «Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se entristeció mucho, pero a causa del juramento y de los comensales no quiso desairarla. Sin más dilación envió a un guardia con la orden de traer la cabeza de Juan. Éste fue, le cortó la cabeza en la cárcel, la trajo en una bandeja y se la entregó a la joven, y la joven se la dio a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y le dieron sepultura.

Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros solos a un lugar solitario, para descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no tenían ni tiempo para comer. Se fueron en la barca, ellos solos, a un lugar despoblado.

Pero los vieron marchar y muchos los reconocieron y corrieron allá, a pie, de todos los pueblos, llegando incluso antes que ellos. Al desembarcar, vio Jesús un gran gentío, sintió compasión de ellos, pues eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Como se hacía tarde, los discípulos se acercaron a decirle: «El lugar está despoblado y ya es muy tarde. Despídelos para que vayan a los caseríos y aldeas del contorno y se compren algo de comer».

Jesús les replicó: «Dadles vosotros de comer». Ellos le contestaron: «¿Cómo vamos a comprar nosotros pan por

valor de doscientos denarios para darles de comer?». Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver». Cuando lo averiguaron, le dijeron: «Cinco panes y dos peces». Jesús mandó que se sentaran todos por grupos sobre la hierba

verde, y se sentaron en corros de cien y de cincuenta. Él tomó entonces los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los fue dando a los discípulos para que los distribuyeran. Y también repartió los dos peces entre todos. Comieron todos hasta quedar saciados y recogieron do-

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38 Marcos 6, 43-7, 7

ce canastos llenos de trozos de pan y de lo que sobró del pescado. Los que comieron los panes eran cinco mil hombres.

Luego mandó a sus discípulos que subieran a la barca y fueran delante de él a la otra orilla, en dirección a Betsaida, mientras él despedía a la gente. Cuando los despidió, se fue al monte para orar.

Al anochecer, estaba la barca en medio del lago y Jesús solo en tierra. Viéndolos cansados de remar, ya que el viento les era contrario, se les acercó hacia el final de la noche caminando sobre el lago. Hizo ademán de pasar de largo, pero ellos, al verlo caminar sobre el lago, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar. Porque todos lo habían visto y se habían asustado.

Pero Jesús les habló inmediatamente y les dijo: «¡Ánimo! Soy yo. No temáis». Subió entonces con ellos a la barca y el viento se calmó. Ellos quedaron más asombrados todavía, ya que no habían entendido lo de los panes y su mente seguía embotada.

Terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Al desembarcar, lo reconocieron en seguida. Se pusieron a recorrer toda aquella comarca y comenzaron a traer a los enfermos en camillas a donde oían decir que se encontraba Jesús. Cuando llegaba a una aldea, pueblo o caserío, colocaban en la plaza a los enfermos y le pedían que les dejase tocar siquiera la orla de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

Los fariseos y algunos maestros de la ley procedentes de Jerusa-lén se acercaron a Jesús y observaron que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavárselas -es de saber que los fariseos y los judíos en general no comen sin antes haberse lavado las manos meticulosamente, aferrándose a la tradición de sus antepasados; y al volver de la plaza, si no se lavan, no comen; y observan por tradición otras muchas costumbres, como la purificación de vasos, jarros y bandejas-. Así que los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron: «¿Por qué tus discípulos no proceden conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?».

Jesús les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito:

Este pueblo me honra con los labios, pero su mente está lejos de mí. En vano me dan culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos.

Marcos 7, 8-30 39

Vosotros dejáis a un lado el mandamiento de Dios y os aferráis a la tradición humana».

Y añadió: «¡Qué bien anuláis el mandamiento de Dios para conservar vuestra tradición! Pues Moisés dijo: 'Honra a tu padre y a tu madre, y el que maldiga a su padre o a su madre será reo de muerte'. Vosotros, en cambio, afirmáis que si uno dice a su padre o a su madre: 'Declaro corbán, es decir, ofrenda sagrada, los bienes con los que te podría ayudar', ya le permitís que deje de socorrer a su padre o a su madre, anulando así el mandamiento de Dios con esa tradición vuestra, que os habéis transmitido. Y hacéis otras muchas cosas semejantes a ésta».

Y llamando de nuevo a la gente, les dijo: «Escuchadme todos y entended esto: Nada de lo que entra en el ser humano puede mancharlo. Lo que sale de dentro es lo que contamina al ser humano».

Cuando dejó a la gente y entró en casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de la comparación. Jesús les dijo: «¿De modo que tampoco vosotros entendéis? ¿No comprendéis que nada de lo que entra en el ser humano puede mancharlo, puesto que no entra en su mente, sino en el vientre, y va a parar al estercolero?». Así declaraba puros todos los alimentos.

Y añadió: «Lo que sale del ser humano, eso es lo que mancha al ser humano. Porque es de dentro, de la mente de los seres humanos, de donde salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, perversidades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, soberbia e insensatez. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al ser humano».

Salió de allí y se fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quería que nadie lo supiera, pero no logró pasar inadvertido. Una mujer, cuya hija estaba poseída por un espíritu inmundo, oyó hablar de él, e inmediatamente vino y se postró a sus pies. La mujer era griega, sirofenicia de origen, y le suplicaba que expulsara de su hija al demonio.

Jesús le dijo: «Deja que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perrillos».

Ella le replicó: «Es cierto, señor, pero también los perrillos, debajo de la mesa, comen las migajas de los niños».

Entonces Jesús le contestó: «Por haber hablado así, vete, que el demonio ha salido de tu hija». Al llegar a su casa, encontró a la niña echada en la cama, y el demonio había salido de ella.

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40 Marcos 7, 31-8, 16

Dejó el territorio de Tiro y marchó de nuevo, por Sidón, hacia el lago de Galilea, atravesando el territorio de las Diez Ciudades. Le llevaron un hombre que era sordo y apenas podía hablar y le suplicaban que le impusiera la mano.

Jesús lo apartó de la gente y, a solas con él, le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua con saliva. Luego, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: «Effatha (que significa: ábrete)». Y al momento se le abrieron sus oídos, se le soltó la traba de la lengua y comenzó a hablar correctamente.

Él les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más insistía, más lo pregonaban. Y en el colmo de la admiración decían: «Todo lo ha hecho bien. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Por aquellos días se congregó de nuevo mucha gente y, como no tenían nada que comer, llamó Jesús a los discípulos y les dijo: «Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen nada que comer. Si los envío a sus casas en ayunas, desfallecerán por el camino, pues algunos han venido de lejos».

Sus discípulos le replicaron: «¿De dónde vamos a sacar pan para todos éstos aquí en despoblado?».

Jesús les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?». Ellos respondieron: «Siete». Mandó entonces a la gente que se sentara en el suelo. Tomó lue

go los siete panes, dio gracias, los partió y se los iba dando a sus discípulos para que los repartieran. Ellos los repartieron a la gente. Tenían además unos pocos pececillos. Jesús los bendijo y mandó que los repartieran también. Comieron hasta saciarse y llenaron siete cestos con los trozos sobrantes. Eran unos cuatro mil.

Jesús los despidió, subió en seguida a la barca con sus discípulos y se marchó hacia la región de Dalmanuta. Se presentaron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con la intención de tenderle una trampa. Jesús, dando un profundo suspiro, dijo: «¿Por qué pide esta generación una señal? Os aseguro que a esta generación no se le dará señal alguna». Y dejándolos, embarcó de nuevo y se dirigió a la otra orilla.

Se habían olvidado de llevar pan y sólo tenían un pan en la barca. Jesús entonces se puso a advertirles, diciendo: «Abrid los ojos y tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la levadura de Heredes».

Ellos comentaban entre sí, pensando que les había dicho aquello porque no tenían pan.

Marcos 8, 17-35 41

Jesús se dio cuenta y les dijo: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Es que tenéis embotada vuestra mente? Tenéis ojos y no veis; tenéis oídos y no oís. ¿Es que ya no os acordáis? ¿Cuántos canastos llenos de trozos recogisteis cuando repartí los cinco panes entre los cinco mil?».

Le contestaron: «Doce». Jesús insistió: «¿Y cuántos cestos llenos de trozos recogisteis

cuando repartí los siete entre los cuatro mil?». Le respondieron: «Siete». Jesús añadió: «¿Y aún no entendéis?». Llegaron a Betsaida y le presentaron un ciego, pidiéndole que lo

tocara. Jesús tomó de la mano al ciego, lo sacó de la aldea y, después de haber echado saliva en sus ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?».

Él, abriendo los ojos, dijo: «Veo hombres; son como árboles que caminan».

Jesús volvió a poner las manos sobre sus ojos; entonces el ciego comenzó ya a ver con claridad y quedó curado, de suerte que hasta de lejos veía perfectamente todas las cosas. Después le mandó a su casa, diciéndole: «No entres ni siquiera en la aldea».

Jesús salió con sus discípulos hacia las aldeas de Cesárea de Fili-po y por el camino les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?».

Ellos le contestaron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elias; y otros, que uno de los profetas».

Él siguió preguntándoles: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Roca le respondió: «Tú eres el ungido». Entonces Jesús les prohibió terminantemente que hablaran a na

die acerca de él. Jesús empezó a enseñarles que el hijo de la humanidad debía padecer mucho, que sería rechazado por los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley; que lo matarían y a los tres días resucitaría. Les hablaba con toda claridad. Entonces Roca lo tomó aparte y se puso a increparlo.

Pero Jesús se volvió y, mirando a sus discípulos, reprendió a Roca, diciéndole: «¡Ponte detrás de mí, Satanás!, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los seres humanos».

Después Jesús reunió a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por mí y por la buena noticia,

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42 Marcos 8, 36-9, 18

la salvará. Pues ¿de qué le sirve a uno ganar todo el mundo, si pierde su vida? ¿Qué puede dar uno a cambio de su vida? Pues si uno se avergüenza de mí y de mi mensaje en medio de esta generación infiel y pecadora, también el hijo de la humanidad se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles».

Y añadió: «Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto antes que la soberanía de Dios ha llegado ya con fuerza».

Seis días después, Jesús tomó consigo a Roca, a Santiago y a Juan, los llevó a solas a un monte alto y se transfiguró ante ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como ningún batanero del mundo podría blanquearlos. Se les aparecieron también Elias y Moisés, que conversaban con Jesús.

Roca tomó la palabra y dijo a Jesús: «Rabí, ¡qué bien estamos aquí! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elias». Estaban tan asustados que no sabía lo que decía.

Vino entonces una nube que los cubrió y se oyó una voz desde la nube: «Éste es mi hijo amado; escuchadlo».

De pronto, cuando miraron alrededor, vieron sólo a Jesús con ellos. Al bajar del monte, les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el hijo de la humanidad hubiera resucitado de entre los muertos. Ellos guardaron el secreto, pero discutían entre sí sobre lo que significaría aquello de «resucitar de entre los muertos». Y le preguntaron: «¿Cómo es que dicen los maestros de la ley que primero tiene que venir Elias?».

Jesús les respondió: «Es cierto que Elias ha de venir primero y ha de restaurarlo todo, pero ¿no dicen las Escrituras que el hijo de la humanidad tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elias ha venido ya y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito de él».

Cuando llegaron a donde estaban los otros discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos maestros de la ley discutiendo con ellos. Toda la gente, al verlo, quedó sorprendida y corrió a saludarlo.

Jesús les preguntó: «¿De qué estáis discutiendo con ellos?». Uno de entre la gente le contestó: «Maestro, te he traído a mi hi

jo, pues tiene un espíritu que lo ha dejado mudo. Cada vez que se apodera de él, lo tira por tierra, y le hace echar espumarajos y rechinar los dientes hasta quedarse rígido. He pedido a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido».

Marcos 9, 19-37 43

Jesús les replicó: «¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo». Se lo llevaron y, en cuanto el espíritu vio a Jesús, sacudió violentamente al muchacho, que cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.

Entonces Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?».

El padre contestó: «Desde pequeño. Y muchas veces lo ha tirado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, compadécete de nosotros y ayúdanos».

Jesús le dijo: «Dices que si puedo. Todo es posible para el que tiene fe».

El padre del niño gritó al instante: «¡Creo, pero ayúdame a tener más fe!».

Jesús, viendo que se aglomeraba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu mudo y sordo, jo te ordeno que salgas y no vuelvas a entrar en él». Y el espíritu salió entre gritos y violentas convulsiones.

El niño quedó como muerto, de forma que muchos decían que había muerto. Pero Jesús, cogiéndolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie.

Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?».

Les contestó: «Esta clase de demonios no puede ser expulsada sino con la oración».

Se fueron de allí y atravesaron Galilea. Jesús no quería que nadie lo supiera, porque estaba dedicado a instruir a sus discípulos. Les decía: «El hijo de la humanidad va a ser entregado en manos de los hombres, le darán muerte y, después de morir, a los tres días, resucitará». Ellos no entendían lo que quería decir, pero les daba miedo preguntarle.

Llegaron a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos callaban, pues por el camino habían discutido sobre quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: «El que quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».

Luego tomó a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre, a mí me acoge; y el que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado».

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44 Marcos 9, 38-10, 12

Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo».

Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del ungido no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar.

Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en la soberanía de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.

Todos van a ser salados con fuego. Buena es la sal. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué le daréis sabor? Tened sal entre vosotros y convivid en paz».

Jesús partió de aquel lugar y se fue a la región de Judea, a la otra orilla del Jordán. De nuevo la gente se fue congregando a su alrededor, y él, como tenía por costumbre, se puso también entonces a enseñarles. Se acercaron unos fariseos y, para ponerlo a prueba, le preguntaron si era lícito al marido separarse de su mujer.

Jesús les respondió: «¿Qué os mandó Moisés?». Ellos contestaron: «Moisés permitió escribir un certificado de

divorcio y separarse de ella». Jesús les dijo: «Moisés os dejó escrito ese precepto por vuestra

incapacidad para entender. Pero desde el principio Dios los creó varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos uno solo. De manera que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios unió, que no lo separe el ser humano».

Cuando regresaron a la casa, los discípulos le preguntaron sobre esto. Él les dijo: «Si uno se separa de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si ella se separa de su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Marcos 10, 13-32 45

Llevaron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos los regañaban. Jesús, al verlo, se indignó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es la soberanía de Dios. Os aseguro que el que no reciba la soberanía de Dios como un niño, no entrará en ella». Y tomándolos en brazos, los bendecía, imponiéndoles las manos.

Cuando iba a ponerse en camino se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?».

Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven». Jesús lo miró fijamente con cariño y le dijo: «Una cosa te fal

ta: vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sigúeme». Ante estas palabras, él frunció el ceño y se marchó todo triste, porque poseía muchos bienes.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícilmente entrarán en la soberanía de Dios los que tienen riquezas!». Los discípulos se quedaron asombrados ante estas palabras.

Pero Jesús insistió: «Hijos míos, ¡qué difícil es entrar en la soberanía de Dios! Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en la soberanía de Dios».

Ellos se asombraron todavía más y decían entre sí: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?».

Jesús los miró y les dijo: «Para los seres humanos es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible».

Roca le dijo entonces: «Mira, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

Jesús respondió: «Os aseguro que todo aquel que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mí y por la buena noticia, recibirá en el tiempo presente cien veces más en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque junto con persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna. Hay muchos primeros que serán últimos y muchos últimos que serán primeros».

Subían camino de Jerusalén y Jesús iba por delante de sus discípulos que lo seguían admirados y asustados. Todos los que lo se-

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46 Marcos 10, 32-51

guían tenían miedo. Entonces tomó consigo una vez más a los doce y comenzó a decirles lo que le iba a pasar: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén y el hijo de la humanidad va a ser entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley; lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos; se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán, pero a los tres días resucitará».

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se le acercaron y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte».

Jesús les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?». Ellos le contestaron: «Concédenos sentarnos uno a tu derecha y

otro a tu izquierda en tu gloria». Jesús les replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa

de amargura que yo he de beber o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?».

Ellos le respondieron: «Sí, podemos». Jesús entonces les dijo: «Beberéis la copa que yo he de beber y

seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús los llamó y les dijo: «Sabéis que los que figuran como jefes de las naciones gentiles las gobiernan tiránicamente y que sus magnates las oprimen. No ha de ser así entre vosotros. El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea esclavo de todos. Pues tampoco el hijo de la humanidad ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos».

Llegaron a Jericó. Más tarde, cuando Jesús salía de allí acompañado por sus discípulos y por bastante gente, el hijo de Timeo, Bar-timeo, un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Cuando se enteró de que era Jesús el Nazareno quien pasaba, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!».

Muchos lo reprendían para que callara. Pero él gritaba todavía más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo». Llamaron entonces al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que

te llama». Él, arrojando su manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?». El ciego le contestó: «Rabboni, que recobre la vista».

Marcos 10, 52-11, 19 47

Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al momento recobró la vista y le siguió por el camino.

Cuando se acercaban a Jerusalén, a la altura de Betfagé y Beta-nia, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos con este encargo: «Id a la aldea de enfrente. Al entrar en ella, encontraréis en seguida un borrico atado, sobre el que nadie ha montado todavía. Soltadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, le decís que el señor lo necesita y que en seguida lo devolverá».

Los discípulos fueron, encontraron un borrico atado junto a la puerta, fuera, en la calle, y lo soltaron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron: «¿Por qué desatáis el borrico?». Los discípulos les contestaron como les había dicho Jesús y ellos se lo permitieron.

Llevaron el borrico, echaron encima sus mantos y Jesús montó sobre él. Muchos tendieron sus mantos por el camino y otros hacían lo mismo con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y detrás gritaban:

¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendita la soberanía que viene, la de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!

Cuando Jesús entró en Jerusalén, fue al templo y observó todo a su alrededor, pero como ya era tarde, se fue a Betania con los doce.

Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús sintió hambre. Al ver de lejos una higuera con hojas, se acercó a ver si encontraba algo en ella. Pero no encontró más que hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «Que nunca jamás coma nadie fruto de ti». Sus discípulos lo oyeron.

Cuando llegaron a Jerusalén Jesús entró en el templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en el templo. Volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían las palomas, y no consentía que nadie pasase por el templo llevando cosas. Luego se puso a enseñar diciéndoles: «¿No está escrito: 'Mi casa será casa de oración para todas las naciones gentiles'? Vosotros, sin embargo, la habéis convertido en una cueva de ladrones».

Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley se enteraron y buscaban el modo de acabar con Jesús, porque lo temían, ya que toda la gente estaba asombrada de su enseñanza. Cuando se hizo de noche, salieron fuera de la ciudad.

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48 Marcos 11, 20-12, 10

Cuando a la mañana siguiente pasaron por allí, vieron que la higuera se había secado de raíz. Roca se acordó y dijo a Jesús: «Rabí, mira, la higuera que maldijiste se ha secado».

Jesús les dijo: «Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno le dice a este monte: 'Quítate de ahí y arrójate al mar', si lo hace sin titubeos en su interior y creyendo que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Todo lo que pidáis en vuestra oración, lo obtendréis si tenéis fe en que vais a recibirlo. Y cuando oréis, perdonad si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre celestial os perdone vuestras culpas».

Llegaron de nuevo a Jerusalén y, mientras Jesús paseaba por el templo, se le acercaron los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos, y le dijeron: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?».

Jesús les respondió: «También yo os voy a hacer una pregunta. Si me contestáis, os diré con qué autoridad hago yo esto. ¿De dónde procedía el bautismo de Juan: de Dios o de los seres humanos? Contestadme».

Ellos discurrían entre sí y comentaban: «Si decimos que de Dios, dirá: Entonces, ¿por qué no le creísteis? Pero ¿cómo vamos a responder que era de los seres humanos?». Tenían miedo a la gente, porque todos consideraban a Juan como profeta.

Así que respondieron a Jesús: «No sabemos». Jesús les contestó: «Pues tampoco yo os digo con qué autoridad

hago esto». Entonces Jesús les contó esta comparación: «Un hombre plantó

una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar y edificó una torre. Después la arrendó a unos labradores y se ausentó. A su debido tiempo envió un siervo a los labradores para que le dieran la parte correspondiente de los frutos de la viña. Pero ellos lo agarraron, lo golpearon y lo despidieron con las manos vacías. Volvió a enviarles otro siervo. A éste lo descalabraron y lo ultrajaron. Todavía les envió otro, y lo mataron. Y otros muchos, a los que golpearon o mataron. Finalmente, cuando ya sólo le quedaba su hijo querido, se lo envió, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'. Pero aquellos labradores se dijeron: 'Éste es el heredero. Matémoslo y será nuestra la herencia'. Y echándole mano, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.

¿Qué hará, pues, el dueño de la viña? Vendrá, acabará con los labradores y dará la viña a otros. ¿No habéis leído este texto de la Escritura:

Marcos 12, 10-27 49

La piedra que rechazaron los constructores se ha convertido en piedra angular; esto es obra del Señor, y es admirable ante nuestros ojos?».

Sus adversarios estaban deseando echarle mano, porque se dieron cuenta de que Jesús había dicho la comparación por ellos. Sin embargo lo dejaron y se marcharon, porque tenían miedo de la gente.

Le enviaron entonces unos fariseos y unos herodianos con el fin de cazarlo en alguna palabra. Llegaron éstos y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te dejas influir por nadie, pues no miras la condición de las personas, sino que enseñas con verdad el camino de Dios. ¿Estamos obligados a pagar tributo al cesar o no? ¿Lo pagamos o no lo pagamos?».

Jesús, dándose cuenta de su mala intención, les contestó: «¿Por qué me ponéis a prueba? Traedme una moneda para que la vea».

Se la llevaron, y les preguntó: «¿De quién es esta imagen y esta inscripción?».

Le contestaron: «Del cesar». Jesús les dijo: «Pues dad al cesar lo que es del cesar y a Dios lo

que es de Dios». Esta respuesta los dejó asombrados. Se le acercaron unos saduceos, que niegan la resurrección, y le

preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: 'Si el hermano de uno muere y deja mujer, pero sin ningún hijo, que su hermano se case con la mujer para dar descendencia al hermano difunto'. Pues bien, había siete hermanos. El primero se casó y al morir no dejó descendencia. El segundo se casó con la mujer y murió también sin descendencia. El tercero, lo mismo, y así los siete, sin que ninguno dejara descendencia. Después de todos, murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién de ellos será mujer? Porque los siete estuvieron casados con ella».

Jesús les dijo: «¿Acaso no estáis muy equivocados porque no comprendéis las Escrituras ni el poder de Dios? Cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos ni ellas se casarán, sino que serán como ángeles en los cielos. Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: 'Yo soy el Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob'? No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».

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50 Marcos 12, 28-43

Un maestro de la ley que había oído la discusión y había observado lo bien que les había respondido se acercó y le preguntó: «¿Cuál es el mandamiento más importante?».

Jesús contestó: «El más importante es éste: 'Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con toda tu mente, con toda tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas'. El segundo es éste: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'. No hay otro mandamiento más importante que éstos».

El maestro de la ley le dijo: «Muy bien, maestro. Tienes razón al afirmar que Dios es único y que no hay otro fuera de él; y que amarlo con toda la mente, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

Jesús, viendo que había hablado con sensatez, le dijo: «No estás lejos de la soberanía de Dios». Y nadie se atrevía ya a seguir preguntándole.

Entonces Jesús tomó la palabra y enseñaba en el templo diciendo: «¿Cómo dicen los maestros de la ley que el ungido es hijo de David? David mismo dijo, inspirado por el Espíritu santo:

Dijo el Señor a mi señor: Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.

Si el mismo David lo llama señor, ¿cómo es posible que el ungido sea hijo suyo?». La multitud lo escuchaba con agrado.

En su enseñanza decía también: «Tened cuidado con los maestros de la ley, que gustan de pasearse lujosamente vestidos y de ser saludados por la calle. Buscan los puestos de honor en las sinagogas y los primeros lugares en los banquetes. Estos, que devoran los bienes de las viudas con el pretexto de largas oraciones, tendrán un juicio muy riguroso».

Jesús estaba sentado frente al lugar de las ofrendas, y observaba cómo la gente iba echando dinero en el cofre. Muchos ricos depositaban en cantidad. Pero llegó una viuda pobre, que echó dos monedas de muy poco valor.

Jesús llamó entonces a sus discípulos y les dijo: «Os aseguro que esa viuda pobre ha echado en el cofre más que todos los demás.

Marcos 12, 44-13, 22 51

Pues todos han echado de lo que les sobraba; ella, en cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo lo que tenía para vivir».

Al salir del templo, uno de sus discípulos le dijo: «Maestro, mira qué piedras y qué construcciones».

Jesús le replicó: «¿Ves esas grandiosas construcciones? Pues no quedará aquí piedra sobre piedra. Todo será destruido».

Estaba sentado en el monte de los Olivos, enfrente del templo. Y Roca, Santiago, Juan y Andrés le preguntaron en privado: «Dinos, ¿cuándo ocurrirá eso y cuál será la señal de que todo eso está a punto de cumplirse?».

Jesús comenzó a decirles: «Cuidad de que nadie os engañe. Muchos vendrán usurpando mi nombre y diciendo: 'Yo soy', y engañarán a muchos. Cuando oigáis hablar de guerras y de rumores de guerra, no os alarméis. Eso tiene que suceder, pero no es todavía el fin. Pues se levantará pueblo contra pueblo y reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares. Habrá hambre. Ése será el comienzo de la tribulación.

Cuidad de vosotros mismos. Os entregarán a los tribunales, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mi causa para dar testimonio ante ellos. Es preciso que primero se anuncie la buena noticia a todas las naciones gentiles. Pero cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis de lo que vais a decir. Decid lo que Dios os sugiera en aquel momento, pues no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu santo. Entonces el hermano entregará a su hermano y el padre a su hijo. Se levantarán hijos contra padres para matarlos. Todos os odiarán por mi causa; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.

Cuando veáis que el 'ídolo abominable y devastador' está donde no debe (procure entenderlo el que lee), entonces los que estén en Judea que huyan a los montes; el que esté en la azotea, que no baje ni entre a tomar nada de su casa; el que esté en el campo, que no regrese en busca de su manto. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Orad para que no ocurra en invierno. Porque aquellos días serán de una tribulación como no la ha habido igual hasta ahora desde el principio de este mundo creado por Dios, ni la volverá a haber. Si el Señor no acortase aquellos días, nadie se salvaría. Pero, en atención a los elegidos que él escogió, ha acortado los días.

Si alguno os dice entonces: '¡Mira, aquí está el ungido! ¡Mira, está allí!', no le creáis. Porque surgirán falsos ungidos y falsos pro-

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52 Marcos 13, 22-14, 5

fetas, y harán señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. ¡Tened cuidado! Os lo he advertido de antemano.

Pasada la tribulación de aquellos días, 'el sol se oscurecerá y la luna no dará resplandor; las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestes se tambalearán'.

Entonces verán venir al hijo de la humanidad entre nubes con gran poder y gloria. Él enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra al extremo del cielo.

Fijaos en lo que sucede con la higuera. Cuando sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, conocéis que se acerca el verano. Pues lo mismo vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que ya está cerca, a las puertas. Os aseguro que no pasará esta generación sin que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

En cuanto al día y la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el hijo, sino sólo el Padre. ¡Cuidado! Estad alerta, porque no sabéis cuándo llegará el momento. Sucederá lo mismo que con aquel hombre que se ausentó de su casa, encomendó a cada uno de los siervos su tarea y encargó al portero que velase. Así que velad, porque no sabéis cuándo llegará el dueño de la casa, si al atardecer, a media noche, al canto del gallo o al amanecer. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros os digo, lo digo a todos: ¡Velad!».

Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua y los Panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley andaban buscando el modo de prender a Jesús con engaño y darle muerte, pero decían: «Durante la fiesta no; no sea que el pueblo se alborote».

Estaba Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, sentado a la mesa, cuando llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume de nardo puro, que era muy caro. Rompió el frasco y se lo derramó sobre su cabeza.

Algunos estaban indignados y comentaban entre sí: «¿A qué viene este despilfarro de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios y habérselos dado a los pobres». Y la criticaban.

Marcos 14, 6-27 53

Jesús, sin embargo, replicó: «Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Ha hecho conmigo una obra buena. A los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis, pero a mí no me tendréis siempre. Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. Os aseguro que en cualquier parte del mundo donde se anuncie la buena noticia será recordada esta mujer y lo que ha hecho».

Judas Iscariote, uno de los doce, fue a hablar con los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. Ellos se alegraron al oírle y prometieron darle dinero. Así que andaba buscando una oportunidad para entregarlo.

El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero pascual, sus discípulos preguntaron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».

Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidlo y allí donde entre decid al dueño: El maestro dice: '¿Dónde está la sala en la que he de celebrar la cena de Pascua con mis discípulos?'. Él os mostrará en el piso de arriba una sala grande, alfombrada y dispuesta. Preparadlo todo allí para nosotros».

Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, encontraron todo tal como Jesús les había dicho y prepararon la cena de Pascua.

Al atardecer llegó Jesús con los doce y se sentaron a la mesa. Luego, mientras estaban cenando, dijo Jesús: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar, uno que está cenando conmigo».

Ellos comenzaron a entristecerse y a preguntarle uno tras otro: «¿Acaso soy yo?».

Él les contestó: «Uno de los doce, uno que come en el mismo plato que yo. El hijo de la humanidad se va, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquél que entrega al hijo de la humanidad! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!».

Durante la cena, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió, se lo dio y dijo: «Tomad, esto es mi cuerpo».

Tomó luego una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que se derrama por todos. Os aseguro que ya no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en la soberanía de Dios».

Después de cantar los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos. Jesús les dijo: «Todos vais a fallar, porque está escrito:

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54 Marcos 14, 27-49

Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas.

Pero después de resucitar, iré delante de vosotros a Galilea». Roca le replicó: «Aunque todos fallen,^ no». Jesús le contestó: «Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes

de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres». Roca insistió: «Aunque tenga que morir contigo, jamás te nega

ré». Y todos decían lo mismo. Cuando llegaron a un lugar llamado Getsemaní, dijo Jesús a sus

discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo voy a orar». Tomó consigo a Roca, a Santiago y a Juan. Comenzó a sentir pa

vor y angustia, y les dijo: «Siento una tristeza mortal. Quedaos aquí y velad».

Y avanzando un poco más, se postró en tierra y suplicaba que, a ser posible, no tuviera que pasar por aquel trance. Decía: «\Abba, Padre! Todo te es posible. Aparta de mí esta copa de amargura. Pero no se haga cómodo quiero, sino como quieres tú».

Volvió y los encontró dormidos. Y dijo a Roca: «Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar ni siquiera una hora? Velad y orad para que podáis hacer frente a la prueba; que el espíritu está bien dispuesto, pero la carne es débil».

Se alejó de nuevo y oró repitiendo lo mismo. Regresó y volvió a encontrarlos dormidos, pues sus ojos estaban cargados. Ellos no sabían qué responderle.

Volvió por tercera vez y les dijo: «¿Todavía estáis durmiendo y descansando? ¡Basta ya! Ha llegado la hora. Mirad, el hijo de la humanidad va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos! ¡Vamos! Ya está aquí el que me va a entregar».

Aún estaba hablando Jesús, cuando se presentó Judas, uno de los doce, y con él un tropel de gente con espadas y palos, enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos.

El traidor les había dado una contraseña, diciendo: «Al que yo bese, ése es; prendedlo y llevadlo bien seguro».

Nada más llegar, se acercó a Jesús y le dijo: «Rabí». Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Uno de los presentes desenvainó la espada y, de un tajo, le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote.

Jesús tomó la palabra y les dijo: «Habéis salido con espadas y palos a prenderme, como si fuera un bandido. A diario estaba con

Marcos 14, 49-68 55

vosotros enseñando en el templo y no me apresasteis. Pero es preciso que se cumplan las Escrituras». Entonces todos sus discípulos lo abandonaron y huyeron.

Un joven lo iba siguiendo, cubierto tan sólo con una sábana. Le echaron mano, pero él, soltando la sábana, se escapó desnudo.

Condujeron a Jesús ante el sumo sacerdote y se reunieron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. Roca lo siguió de lejos hasta el interior del patio del sumo sacerdote y se quedó sentado con los guardias, calentándose junto al fuego.

Los jefes de los sacerdotes y todo el sanedrín buscaban una acusación contra Jesús para darle muerte, pero no la encontraban. Pues, aunque muchos testimoniaban en falso contra él, los testimonios no coincidían.

Algunos se levantaron y dieron contra él este falso testimonio: «Nosotros le hemos oído decir: ' Yo derribaré este templo hecho por hombres y en tres días construiré otro no edificado por hombres'». Pero ni siquiera en esto concordaba su testimonio.

Entonces se levantó el sumo sacerdote en medio de todos y preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué significan estas acusaciones?». Jesús callaba y no respondía nada.

El sumo sacerdote siguió preguntándole: «¿Eres tú el ungido, el hijo del Bendito?».

Jesús contestó: «Yo soy,

y veréis al hijo de la humanidad sentado a la diestra del Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo».

El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras y dijo: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué os parece?». Todos lo juzgaron reo de muerte. Algunos comenzaron a escupirle y, tapándole la cara, le daban bofetadas y le decían: «¡Adivina!». Y también los guardias lo golpeaban.

Mientras Roca estaba abajo, en el patio, llegó una de las criadas del sumo sacerdote. Al ver a Roca calentándose junto a la lumbre, se le quedó mirando y le dijo: «También tú andabas con Jesús, el de Nazaret».

Roca lo negó diciendo: «No sé ni entiendo de qué hablas». Salió afuera, al portal, y cantó un gallo.

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56 Marcos 14, 69-15, 20

Lo vio de nuevo la criada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí: «Éste es uno de ellos». Roca lo volvió a negar.

Poco después también los presentes decían a Roca: «No hay duda. Tú eres uno de ellos, pues eres galileo».

Él comenzó entonces a echar imprecaciones y a jurar: «Yo no conozco a ese hombre del que me habláis».

En seguida cantó el gallo por segunda vez. Roca se acordó de lo que le había dicho Jesús: «Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres», y rompió a llorar.

Muy de madrugada, los jefes de los sacerdotes, junto con los ancianos, los maestros de la ley y todo el sanedrín, llevaron a Jesús atado y se lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?».

Jesús le contestó: «Tú lo dices». Los jefes de los sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato

lo interrogó de nuevo diciendo: «¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan». Pero Jesús no respondió nada más, de modo que Pilato se quedó extrañado.

Por la fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. Tenía encarcelado a un tal Barrabás con los sediciosos que habían cometido un asesinato en un motín. Cuando llegó la gente, comenzó a pedir lo que les solía conceder.

Pilato les dijo: «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?». Pues sabía que los jefes de los sacerdotes habían entregado a Jesús por envidia. Los jefes de los sacerdotes azuzaron a la gente para que les soltase a Barrabás.

Pilato les preguntó otra vez: «¿Y qué queréis que haga con el que llamáis rey de los judíos?».

Ellos gritaron: «¡Crucifícalo!». Pilato les replicó: «Pues ¿qué ha hecho de malo?». Pero ellos gritaron todavía más fuerte: «¡Crucifícalo!». Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barra

bás y entregó a Jesús para que lo azotaran y, después, lo crucificaran. Los soldados lo llevaron al interior del palacio, o sea, al preto

rio, y llamaron a toda la tropa. Lo vistieron con un manto de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron.

Después comenzaron a saludarlo, diciendo: «¡Salve, rey de los judíos!». Le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, poniéndose de rodillas, le rendían homenaje. Tras burlarse de él, le

Marcos 15, 20-39 57

quitaron el manto de púrpura, lo vistieron con sus ropas y lo sacaron para crucificarlo.

Por el camino encontraron a un tal Simón, natural de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, y le obligaron a llevar la cruz de Jesús. Condujeron a Jesús hasta el Gólgota, que quiere decir «Lugar de la Calavera». Le daban vino mezclado con mirra, pero él no lo aceptó.

Después lo crucificaron

y se repartieron sus vestidos, echándolos a suertes, para ver qué se llevaba cada uno.

Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron. Había un letrero en el que estaba escrita la causa de su condena: «El rey de los judíos». Con Jesús crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda.

Los que pasaban por allí lo insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú que destruías el templo y lo reedificabas en tres días! ¡Sálvate a ti mismo, bajando de la cruz!».

Y lo mismo hacían los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, que se burlaban de él diciendo: «¡A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse! ¡El ungido! ¡El rey de Israel! ¡Que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos!». Hasta los que habían sido crucificados junto con él lo injuriaban.

Al llegar el mediodía, toda la región quedó sumida en tinieblas hasta las tres. Y a eso de las tres gritó Jesús con fuerte voz: «Eloí, Eloí, ¿lema sabaktaní?», que quiere decir:

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Algunos de los presentes decían al oírle: «Mira, llama a Elias». Uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola en una caña, le ofrecía de beber, diciendo: «Vamos a ver si viene Elias a descolgarlo».

Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró. La cortina del templo se rasgó en dos de arriba abajo. Y el centurión que estaba frente a Jesús, al ver que había expira

do de aquella manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era hijo de Dios».

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55 Marcos 15, 40-16, 8

Algunas mujeres contemplaban la escena desde lejos. Entre ellas María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé, que habían seguido a Jesús y lo habían asistido cuando estaba en Galilea. Había, además, otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.

Al caer la tarde, como era la preparación de la Pascua, es decir, la víspera del sábado, llegó José de Arimatea, que era miembro distinguido del sanedrín y esperaba la soberanía de Dios, y tuvo el valor de presentarse a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.

Pilato se extrañó de que hubiera muerto tan pronto y, llamando al centurión, le preguntó si había muerto ya. Informado por el centurión, otorgó el cadáver a José.

Éste compró una sábana, lo bajó, lo envolvió en la sábana, lo puso en un sepulcro excavado en roca e hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro. María Magdalena y María la madre de José observaban dónde lo ponían.

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús. El primer día de la semana, muy de madrugada, a la salida del sol, fueron al sepulcro.

Iban comentando: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?». Pero, al mirar, observaron que la piedra había sido ya corrida, y eso que era muy grande.

Cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, que iba vestido con una túnica blanca. Ellas se asustaron.

Pero él les dijo: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado. Ha resucitado; no está aquí. Mirad el lugar donde lo pusieron. Ahora id a decir a sus discípulos y a Roca: Él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, tal como os dijo».

Ellas salieron huyendo del sepulcro, llenas de temor y asombro, y no dijeron nada a nadie por el miedo que tenían.

3

El narrador

Los relatos que comparten el mismo contenido básico pueden ser contados de muchas maneras. Cada autor tiene un estilo distinto de narrar, un punto de vista diverso y diferentes objetivos al contar una historia. De alguna manera, por tanto, encontrar las particularidades de un relato es explorar la dinámica de la forma de narrar. Dado que el narrador de una historia representa todas las elecciones del autor para contar una historia, nosotros trataremos los aspectos clave de la narrativa bajo la rúbrica del narrador: el papel del narrador (o del que cuenta la historia), el punto de vista, el estilo y el ritmo, la manera de narrar y otros rasgos literarios.

1. El papel del narrador

Narrador es el término literario que designa al que cuenta la historia '. El narrador no es el autor, sino el conductor del discurso que está inserto en el propio relato. Es un recurso retórico que el autor usa para contar la historia y narrarla de forma que tenga ciertos efectos en el lector. En realidad, el narrador es más una función que un personaje, incluso se puede pensar en el narrador como una figura con estrategias y convicciones que dirige a los lectores.

Los relatos tienen distintos tipos de narradores. El narrador puede ser un personaje de la historia, el protagonista o un personaje se-

1. Sobre los narradores y rasgos de la narración, cf. M. Bal, Narratology: In-troduction to the Theory ofNarmtive, Toronto 1985,119-148 (versión cast.: Teoría de la narrativa. Una introducción a la narratologia, Madrid 1985, 125-155); W. Booth, The Rhetoric ofFiction, Chicago 21983 (versión cast.: La retórica de la ficción, Barcelona 1974); S. Chatman, Story and Discourse, Ithaca 1978, 146-260 (versión cast.: Historia y discurso. Estructura narrativa en la novelay en el cine, Madrid 1990); S. Rimmon-Kenan, Narrative Fiction: Contemporary Poetics, New York 1983, 86-116.

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60 Marcos como relato

cundario. Este tipo de «yo» o de narrador en primera persona es común. Por ejemplo, Camilo José Cela hace que La familia de Pascual Duarte esté contada en primera persona por Pascual. Este tipo de narrador tiene limitaciones. Pascual Duarte, por ejemplo, sólo puede contar lo que él mismo ha visto u oído, lo que él -pero no otros personajes- está pensando y lo que los propios valores y experiencias limitadas le permiten entender.

Otros tipos de narradores son los narradores en «tercera persona», voces no identificadas que están dentro del relato pero fuera de la historia, esto es, son la voz que cuenta la historia pero no son ninguno de los personajes que aparecen en ella. El lector normalmente no se da cuenta de este narrador en tercera persona más de lo que el espectador es consciente de la cámara cinematográfica mientras está viendo una película, ya que el foco no señala al narrador, sino a la historia. Los narradores en tercera persona pueden variar. Un narrador con «omnisciencia objetiva» cuenta sólo lo que puede ser visto u oído. Un narrador con «omnisciencia limitada» cuenta también pensamientos y sentimientos, pero sólo los que están en la mente del protagonista. Un narrador con «omnisciencia ilimitada» es capaz de contar cualquier cosa del mundo narrativo, incluyendo lo que está en la mente de cualquier personaje en cualquier momento y lugar. La mayoría de los relatos antiguos, entre ellos La Odisea de Homero y el Evangelio de Marcos, están contados por un narrador con omnisciencia ilimitada.

El narrador de Marcos es un narrador en tercera persona que no aparece como personaje en los sucesos del mundo narrativo. Tal narrador no está atado por el tiempo o el espacio y es, por tanto, capaz de ser en cada escena una presencia insinuada, invisible, capaz de estar en cualquier lugar para «narrar» la acción. El narrador de Marcos es además totalmente omnisciente, pues muestra los aspectos íntimos de los pensamientos, los sentimientos y las percepciones de los personajes. A veces el narrador se desvía de la historia para dirigir «apartes» a los lectores y de este modo es capaz de guiarlos dándoles información privilegiada. Examinando estas características revelaremos cómo el narrador omnisciente del relato de Marcos conforma e influye al lector en la experiencia de la lectura2.

2. Respecto al narrador en el relato de Marcos, cf. los innovadores trabajos de N. R. Petersen, «Point ofView» in Mark's Narrative: Semeia 12(1978)97-121 yT. E. Boomershine, Mark the Storyteller, tesis doctoral 1984. Para un tratamiento

El narrador 61

a) El narrador habla desde fuera del mundo narrativo

Como el narrador de Marcos no es un personaje de la historia, no hay identidad, posición social o lugar en el tiempo especificados para él. El narrador simplemente comienza la historia en tiempo pasado y continúa contándola sin llamar la atención sobre el acto mismo de la narración. Esta omisión de la identidad y presencia del narrador le permite asumir una posición de autoridad en relación con el relato que está contando. Como el lector generalmente no es consciente del narrador, tiende a aceptar su autoridad como una guía fiable a través del relato3. Esta ocultación de su presencia le permite también centrar la atención del lector en los sucesos que están siendo narrados; así hace posible que el lector se sienta inmerso en el relato, cuando en realidad está fuera de él.

b) El narrador no está condicionado por el tiempo o el espacio

A diferencia de un narrador-personaje, el narrador omnisciente de Marcos no está limitado por el tiempo. El narrador conoce la historia completa que está contando, tanto el pasado como el futuro imaginarios del mundo narrativo. Puede en cualquier momento relatar algo que ha ocurrido antes en la historia (como la muerte de Juan) o contar lo que ocurrirá después (como la entrega de Jesús por parte de Judas).

Tampoco el narrador de Marcos está limitado por el espacio. Este narrador conoce lo que ocurre en todas partes. Como tal, el narrador omnisciente puede describir no sólo acontecimientos públicos, sino también todo lo que pasa en privado en una casa o en una barca, no sólo cuando Jesús está con alguien, sino incluso cuando está solo. El narrador puede contar lo que pasó en el sepulcro, a pesar de que las mujeres huyen y no se lo dicen a nadie. Generalmente describe escenas en las que Jesús está presente, pero al instante puede mover-

comprensivo de las características de la narración de Marcos tratadas en este capítulo, cf. R. M. Fowler, Let the Reader Understand: Reader-Response Criticism and the Gospel of Mark, Minneapolis 1991.

3. Se debería insistir en que la credibilidad del narrador de un relato no se refiere a la exactitud histórica de la narración. Más bien, credibilidad aquí es un concepto literario usado para identificar si el autor ha creado un narrador digno de confianza y no uno poco fiable que, por motivos de ironía e interés, engañe e informe mal al lector en relación con el relato que narra.

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62 Marcos como relato

se a otros escenarios, por ejemplo, al de los sumos sacerdotes que están conspirando contra Jesús o al de Roca que lo está negando.

El narrador cuenta la historia con una inmediatez temporal y espacial propia del que está presente sin ser visto, para contar lo que está ocurriendo en cada episodio consecutivo del relato con una sensación de «aquí y ahora» 4. Puesto que el lector conoce la historia cuando el narrador se la cuenta, tiene también la sensación de estar presente sin ser visto para ser testigo de estos acontecimientos del mundo narrativo.

c) El narrador de Marcos es totalmente omnisciente

El narrador omnisciente del relato de Marcos puede contar las palabras, acciones, pensamientos o estado de ánimo de los personajes. Una manera de contrastar el papel de un narrador omnisciente con un narrador en primera persona consiste en volver a contar cualquier episodio de Marcos desde el punto de vista de un personaje de tal episodio, utilizando el «yo» o el «nosotros» según corresponda. Esto revelará el conocimiento ilimitado de un narrador externo en tercera persona, porque ningún personaje sabe lo suficiente sobre los otros personajes o los acontecimientos para ser capaz de contar toda la historia como lo ha hecho el narrador omnisciente.

El narrador omnisciente de Marcos puede describir los sentimientos íntimos de los personajes: su compasión, ira, miedo, tristeza, asombro y amor. El narrador cuenta cuándo los personajes están aturdidos, desconcertados, perplejos, contentos, aterrados o desanimados. El narrador también le cuenta al lector lo que están pensando los personajes, por ejemplo, que los adversarios piensan que Jesús es un blasfemo o que Pilato sabe que los sumos sacerdotes están llenos de envidia. El narrador explica al lector por qué los personajes hacen cosas, cuándo no entienden y cuándo no saben qué decir. El narrador revela incluso que las mentes de los discípulos están embotadas cuando ni los discípulos ni Jesús son conscientes de ello. Estas visiones del interior de los personajes son breves y no están desarrolladas, pero claramente presentan la ilimitada omnisciencia del narrador.

4. El sentido de inmediatez se realza por el uso del presente histórico en todo Marcos. Cf. más arriba capítulo 2, nota 10.

El narrador 63

Este ilimitado conocimiento del narrador omnisciente lleva al lector a tener confianza en él como un guía fiable en el mundo del relato. El hecho de ver el relato desde el punto de vista del narrador coloca al lector en una posición de ventaja sobre los personajes de la historia, ya que el lector sabe lo que otros personajes están pensando y están haciendo.

d) El narrador guía al lector por medio de «apartes»

En determinados momentos a lo largo del relato, el narrador parece detenerse y, brevísimamente, se dirige al lector de forma directa haciendo comentarios sobre la historia, comentarios que no forman parte de los propios sucesos y que a menudo incluyen información no disponible para algunos o todos los personajes del relato.

Algunas veces el aparte es una pausa brusca en la sintaxis de la frase. Por ejemplo, después de que Jesús explica la comparación acerca de lo que mancha, el narrador hace un aparte comentando que Jesús «así declaraba puros todos los alimentos». Cuando Jesús profetiza a sus discípulos sobre el «ídolo abominable y devastador», el narrador repentinamente comenta: «Procure entenderlo el que lee» (alertando así al que lee a Marcos públicamente ante una audiencia sobre la trascendencia de esta frase como una referencia a la profanación del templo sagrado). Estos apartes llaman la atención hacia el narrador, pero sólo de forma muy breve y limitada.

Otros apartes que aportan aclaraciones sobre el mundo narrativo encajan con facilidad en el discurso de la narración. Por ejemplo, el narrador explica que «las manos impuras» son manos sucias y que los saduceos no creen en la resurrección. A menudo el narrador traduce el significado de las palabras arameas. También comenta acciones o declaraciones frecuentemente con una explicación introducida por la conjunción «pues». El narrador explica que una niña resucitada de entre los muertos fue capaz de andar, «pues tenía doce años», y que la higuera no tenía fruto, «pues no era tiempo de higos».

Estas explicaciones, junto con la inclusión de detalles tales como palabras y costumbres extranjeras, hacen que el relato parezca más realista y auténtico. También, cuando el narrador se desvía de la historia para hacer comentarios directamente, establece una reía-

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ción de confianza con los lectores y les garantiza de manera sutil que nunca son olvidados. Los lectores llegan a depender del narrador para proveerse de un comentario fiable de la historia. De esta manera, la influencia cada vez mayor del narrador en las reacciones de los lectores los anima no sólo a acoger el relato, sino también, y esto es más importante, a acoger las exigencias presentadas en el relato y a aceptar los significados difíciles que el relato muestra.

e) El narrador otorga al lector un conocimiento privilegiado

Otro mecanismo por el que el narrador crea una estrecha relación con el lector desde la primera línea es permitirle saber el secreto de la identidad de Jesús, que es «el ungido, el hijo de Dios». Además, el narrador deja que el lector sea testigo de la visión privada del Espíritu que tiene Jesús en su bautismo, deja que oiga la voz de Dios llamándole «hijo» y permite que acompañe a Jesús al desierto donde soporta las tentaciones de Satanás. El lector está dentro, «está enterado» acerca de Jesús, en contraste con los personajes del relato que desconocen la identidad de Jesús. El lector está en una posición privilegiada y conoce desde el principio la autoridad que las palabras de Jesús mantendrán a lo largo de todo el relato.

Tal situación crea tensión y suspense llevando al lector a preguntarse: ¿Cómo responderán las autoridades cuando descubran que Jesús actúa como elegido de Dios para ser el ungido? ¿Entenderán los discípulos alguna vez quién es Jesús? Y ¿qué ocurrirá cuando lo hagan? Escuchar el relato de Marcos por primera vez es como ver una película de Hitchcock en la que el espectador se da cuenta de la situación amenazante desde el comienzo de la película y, entonces, observa nervioso cómo los desprevenidos personajes de la historia llegan a darse cuenta de la situación por ellos mismos.

A medida que avanza el relato, los lectores se van sintiendo cercanos o distantes respecto de los diferentes personajes5. Por ejemplo, los lectores se ponen de parte de Jesús (sabiendo quién es) y se distancian de las autoridades (que no saben quién es Jesús y se oponen a él). El narrador hace que el lector se sienta a la vez cercano y distante de los discípulos en distintas ocasiones y de diferentes

5. Para el uso de las visiones internas que el narrador da de los personajes como una manera de controlar la distancia, cf. Boomershine, Mark the Storyteller, 284-314 y Booth, Rhetoric.

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modos a lo largo del relato. En la primera mitad del relato, el lector observa que los discípulos luchan por entender quién es Jesús. Después, en la mitad del relato, cuando Roca se da cuenta de que Jesús es el ungido, los discípulos captan por fin lo que el lector ha sabido desde el principio. La experiencia de haber gozado de la confianza del narrador durante la primera parte del relato ha dado al lector seguridad para tratar las nuevas e inquietantes enseñanzas de Jesús presentadas en la segunda mitad del relato -enseñanzas sobre el compromiso de Jesús para servir, enseñanzas sobre su rechazo, su muerte, así como sobre las posibles consecuencias de seguirle-. En relación con estas nuevas enseñanzas, el lector no tiene tal ventaja sobre los discípulos, porque tiene conocimiento de ellas al mismo tiempo.

El conocimiento divulgado y el no revelado permiten al narrador de Marcos decidir qué saben los lectores y cuándo llegan a saberlo. Al hacer esto, el narrador prepara la disposición mental de los lectores para aceptar su relato.

2. El punto de vista del narrador

El punto de vista se refiere a las perspectivas presentes en una narración. El narrador controla el punto de vista global del relato. Al mismo tiempo, el narrador presenta los diferentes puntos de vista de los personajes según va transcurriendo el relato6.

a) El narrador no es neutral

Cuando un narrador es omnisciente e invisible, el lector tiende a no ser consciente de sus parcialidades, de sus valores y de la concepción del mundo y, por tanto, tiende a confiar en su neutralidad, en un narrador «objetivo» de los hechos. Pero el narrador no es neutral. Más bien es como el director en una película, que es el responsable de la presentación de toda la historia. Los espectadores observan las escenas y los personajes desde la conveniencia y perspectiva del director, aunque nunca lo vean. Igualmente, el narrador en la li-

6. Para los muchos niveles y complejidades del punto de vista en literatura, cf. B. Uspenski, Poetics of Composition, Berkeley 1973 y S. Snaider Lanser, The Narrative Act: Point ofView in Prose Fiction, Princeton 1981.

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teratura presenta la historia con ciertas palabras que revelan una perspectiva particular, en un cierto orden y con distintas técnicas retóricas. El narrador omnisciente está siempre muy cerca del lector, influyendo en sus reacciones ante la historia -incluso, y quizás especialmente, cuando el lector es menos consciente de ello-.

Para darse cuenta del punto de vista del narrador en el relato de Marcos, se puede imaginar que esta historia sobre Jesús fuera contada de nuevo por un narrador que simpatizara con los fariseos y los sumos sacerdotes. Sería un relato muy diferente. Aunque se mantuviese el mismo contenido básico de la historia, las palabras elegidas para describir los eventos cambiarían y darían una perspectiva muy diferente al lector. Las autoridades probablemente serían figuras heroicas y Jesús sería un falso mesías, un agitador advenedizo. Si volvemos a Marcos tal y como ha sido escrito, podemos ver de qué manera el narrador lleva al lector a estar de acuerdo con Jesús y a rechazar a los que se oponen a él.

El narrador conduce la valoración de un personaje por parte del lector según éste es introducido o descrito. Por ejemplo, el narrador introduce a Jesús en la primera línea como «el ungido, hijo de Dios»; después esto se confirma repetidas veces mediante la profecía de Juan, la bajada del Espíritu y la voz del cielo. Cuando Jesús habla por primera vez, el lector le acepta como un personaje fiable y está preparado para escuchar y confiar en lo que dice. Según va avanzando el relato, la descripción de Jesús como un personaje fidedigno se reafirma por las introspecciones de Jesús que ofrece el narrador, que presenta a un Jesús perspicaz, compasivo, cariñoso, irritado por la opresión y angustiado por su muerte.

Por el contrario, el narrador hace que el lector tenga una opinión desfavorable de las autoridades. Introduce a los maestros de la ley como gente que enseña sin autoridad y después los describe en oposición a Jesús, el protagonista digno de confianza. Subsiguientes introspecciones en las mentes de las autoridades presentan a estos personajes pensando atrapar a Jesús por medio de preguntas, con miedo a la muchedumbre y buscando destruir a Jesús por envidia. Igualmente, el narrador describe a los discípulos y a otros personajes de tal forma que controla los juicios de los lectores sobre ellos. Las descripciones del narrador explican por qué el lector confía en lo que Jesús hace y dice, por qué no se fía de los adversarios y es ambivalente respecto a los discípulos.

El narrador 67

b) Los principios de valor del narrador

Hay un sistema de creencias y valores implícito en el punto de vista desde el que el narrador juzga y valora a los personajes del relato 7. Estas creencias y valores son el punto de vista ideológico o los principios de valor del narrador.

Podemos construir las creencias y valores del narrador desde muchas claves del relato: apartes, forma de describir personajes y sucesos, elección de palabras, orden de episodios, técnicas literarias, citas de «las Escrituras», así como a partir de las palabras y acciones de aquellos personajes que el narrador ha definido como fidedignos o de poco fiar. Podemos ordenar los puntos de vista de los diferentes personajes tal y como los presenta el narrador atendiendo a sus diálogos y acciones, a su manera característica de hablar, a sus pensamientos y sentimientos internos, así como a su posición en la sociedad representada en el relato. Los puntos de vista ideológicos de los distintos personajes forman parte del punto de vista coherente global del narrador, que, como relator, refiere y valora el punto de vista de cada uno de los personajes.

Basándonos en tal análisis, podemos ver que el narrador de Marcos tiene el siguiente punto de vista ideológico: los términos de Dios (tal como el narrador los entiende) son buenos y los términos humanos son malos, es decir, «pensar en los términos de Dios» es la visión fiable y «pensar en los términos humanos» la incorrecta. Estos dos puntos de vista se reflejan mutuamente por contraste. Una correcta comprensión del punto de vista del narrador acerca de estas cuestiones será muy fructífera a la hora de interpretar el relato de Marcos.

Términos de Dios Términos humanos

fe falta de fe valor miedo perder la propia vida por la salvar la propia vida buena noticia ser el más pequeño entre los ser grande para los hombres hombres

7. Booth muestra que las creencias y juicios del autor implícito están siempre presentes en cada aspecto del trabajo, evidentes para cualquiera que sepa cómo buscarlos (Rhetoric, 20).

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servir a la gente tratar a los demás con superioridad

salvar (restablecer) a los demás hacer daño al prójimo lealtad a Dios para el mundo lealtad a sí mismo o al grupo amar al prójimo protegerse a sí mismo o al grupo renunciar a las posesiones apoderarse del mundo vida de renuncia por los demás vida de ganancias para sí mismo

o el grupo

Estos principios representan la moral y el esqueleto conceptual de la narrativa de Marcos8 La consistencia de la narrativa en este aspecto es excelente, ya que el narrador y cada uno de los personajes ejemplifican un punto de vista u otro El narrador adopta el punto de vista de Dios y cuenta una historia en la que el protagonista Jesús y la mayor parte de los personajes secúndanos también representan los «principios de Dios», los advérsanos de Jesús ilustran los «pnncipios humanos» y los discípulos vacilan entre los dos puntos de vista El narrador guía al lector para que acepte los pnncipios de Dios y rechace los humanos Si el relato tiene éxito, el lector adoptará el punto de vista del narrador y juzgara a los personajes como lo hace el narrador

3 El estilo y el ritmo del narrador

El estilo del narrador de Marcos es simple y directo, usa un lenguaje común para contar esta asombrosa histona Los personajes también hablan en una lengua cotidiana Este estilo sencillo concentra el interés en la propia historia sin llamar la atención sobre la forma de contar

El estilo del narrador es también sobno, usa pocas palabras para sugenr imágenes y evocar situaciones9 Las palabras son concretas

8 Sobre la etica de Marcos, cf también F Matera, Ethicsfor the Kingdom of God The Gospel according to Mark Louvain Studies 20 (1995) 187-200, el capitulo acerca de Marcos en R Hayes, The Moral Vision ofthe New Testament A Con-temporary Introductwn to New Testament Ethics, San Francisco 1996 y D O Via Jr, The Ethics ofMarks Gospel In the Middle ofTime, Philadelphia 1985

9 Sobre el estilo bíblico de la narración característica de Marcos, cf E Auerbach, Mimesis La representación de la realidad en la literatura occidental, México 1996

El narrador 69

y literales más que abstractas y simbólicas Las descripciones tales como «vestido con pelo de camello», «como una paloma» o «con las fieras» son pictóricas e insinuantes más que minuciosas y exhaustivas Las conexiones entre los sucesos generalmente no es-tan explicadas con detalle Una lectura cuidadosa de casi cualquier episodio revelara como se emplean unas pocas palabras para describir mucho Como tal, el estilo sobrio está lleno de lagunas en la descripción y en el significado que invitan al lector a que las rellene con su imaginación

El estilo lleva la narración hacia delante, con perspectivas generales de vez en cuando, como las tomas panorámicas en una película En vez de «contar» la historia en términos generales y abstractos, el narrador «muestra» los sucesos a través de una narración directa de acciones y dialogo Los episodios generalmente son breves, las escenas cambian a menudo y los personajes secundarios aparecen y desaparecen rápidamente El estilo se caracteriza por una repetición frecuente de la palabra «inmediatamente», la recu-rrencia de «y» como introducción a casi todas las oraciones y la abundancia de participios Estos rasgos estilísticos, junto con el intenso uso del tiempo presente para la acción pretérita, hacen que la narración fluya a un paso rápido que envuelve precipitadamente al lector en la histona, manteniendo su atención

La concisión del estilo y la rapidez de movimiento da a la narración un tono de urgencia, que refuerza la premura del mensaje central de Jesús «El plazo se ha cumplido La soberanía de Dios está llegando» El movimiento rápido de la acción y el diálogo se rompe sólo dos veces con dos monólogos de Jesús pnmero, cuando dice una sene de comparaciones desde una barca y, más adelante, cuando profetiza ante cuatro discípulos en el monte de los Olivos Aparte de estos casos, hay pocos discursos extensos Marcos es claramente un relato de acción y conflicto.

El ritmo o el paso de la narración también varía10 El ntmo aquí se refiere a la relación entre el tiempo teónco en el que sucedería un acontecimiento en el mundo narrativo (el tiempo del suceso) y el tiempo empleado en contarlo (el tiempo de la narración) Algunas veces el ritmo es muy rápido, como por ejemplo «Se extendió su fama por todas partes, en toda la región de Galilea» o «Todos los

10 Respecto al ntmo en la narración, cf G Genette, Narrative Discourse An Essay in Method, trad J Lewin, Ithaca 1980, 86-112 y Bal, Narratology, 68-77

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que lo tocaban (su manto) quedaban curados». Por otra parte, el ritmo puede ser suspendido durante una breve pausa descriptiva, como cuando el narrador explica al lector las tradiciones de los antepasados relacionadas con las purificaciones.

A veces, el ritmo se hace más lento. El narrador nos describe escenas en que el tiempo de la narración empieza rápido cuando los personajes se van reuniendo, pero después se ralentiza a mitad del episodio, de manera que el tiempo que se tarda en contar esta parte del episodio es aproximadamente el mismo tiempo en que tardaría en suceder el hecho y, luego, se acelera de nuevo cuando el episodio llega a la conclusión. El relato hace hincapié en estos sitios en los que el tiempo de la narración se corresponde con el tiempo real del suceso.

Hay un patrón para el ritmo del relato en su conjunto. Al principio de la narración, la acción transcurre rápidamente de una localización a otra, mientras que el final del trayecto se ralentiza hasta llegar a una descripción día a día de lo que sucede en una sola localización, Jeru-salén, y, por último, hasta una descripción de la crucifixión mantenida casi hora a hora. Puesto que todo el relato está encaminado a Je-rusalén y hacia la muerte y resurrección, la ralentización del ritmo intensifica para el lector los acontecimientos de la crucifixión.

4. Los patrones de repetición en la manera de contar

Aunque el estilo es simple y directo, la narración de Marcos resulta tener unos patrones complejos en la manera de contar la historia. A primera vista, el evangelio de Marcos puede parecer una serie de episodios dispares ensartados como las distintas cuentas en un rosario, sin más conexión unas con otras. En un análisis más detenido, sin embargo, estos episodios están íntegramente relacionados entre ellos a través de una variedad de patrones estilísticos y conexiones narrativas. La literatura que fue creada para ser oída, como el evangelio de Marcos, es típicamente episódica y las conexiones no se crean tanto por la progresión lineal cuanto por las diversas formas de repetición11. Los episodios de Marcos se entrelazan unos con otros por la repetición de palabras y frases, la

11 J Dewey, The Gospel ofMark as an Oral-Aural Event Imphcatwns for Interpretatwn, en E McKnight-E S Malbon (eds ), The New Literary Cnticism and the New Testament, Valley Forge 1994, 145-163

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incidencia de anticipaciones y retrospecciones, las similitudes de escenas y situaciones y el agrupamiento de episodios en patrones concéntricos o paralelos.

Deliberadamente, estas repeticiones no son simples o exactas, sino que son repeticiones con variaciones n. Los distintos patrones de repetición se solapan y entrecruzan en tantas formas complejas que realmente no es posible hacer un esquema lineal del relato de Marcos13. El reconocimiento de estos patrones narrativos sensibiliza al lector de las interconexiones de los distintos episodios que aparentemente están sólo ligeramente relacionados. La rica variedad de repeticiones sirve también para el desarrollo de los personajes, para el progreso de la trama y para ampliar los temas en el esquema narrativo de Marcos M.

a) Motivos verbales

La forma más simple de repetición es la de ciertas palabras y frases clave15. Estos motivos verbales pueden aparecer dentro de los episodios. Por ejemplo, el narrador repite «publícanos y pecadores» tres veces en el mismo episodio. Tenemos una repetición similar prácticamente en cada episodio: palabras que aparecen en una pregunta se repiten en la respuesta; palabras en órdenes y peticiones se repiten en su cumplimiento; o la descripción de una situación resuena en la reacción a ella. La repetición de palabras alerta a los lectores para fijar los temas de un episodio.

La repetición de palabras y frases puede también conectar episodios contiguos. Por ejemplo, el ataque de Jesús a los maestros de la ley por devorar los bienes de las viudas está seguido inmediatamen-

12 Para bibliografía de estudios hiéranos y bíblicos sobre la repetición en la narración, cf J Capel Anderson, Matthew 's Narrative Web Over, and Over, and OverAgain, Sheffield 1994 Para la noción de enriquecimiento por la repetición con variaciones, cf R C Tannehill, The Disciples in Mark The Functwn ofa Narrative Role- Journal of Religión 57 (1977) 396

13 Cf. J Dewey, Mark as Interwoven Tapestry Forecasts and Echoes for a Listening Audience Cathohc bibhcal Quarterly 52 (1991) 221-36

14 Sobre los tipos de patrones de repetición en Marcos, cf J. Dewey, Markan Public Debate Literary Techmque, Concentric Structure and Theology in Mark 2 lto3 6, Chico CA 1980

15 Para los motivos verbales en Marcos, cf Boomershine, Mark the Story-teller, 264-269 Para los motivos en literatura, cf. W Freedman, The Literary Motif A Definition and Evaluatwn Novel 4 (1971) 123-131

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te por las alabanzas de Jesús a la pobre viuda que contribuye con todo lo que tiene para vivir Las palabras clave también pueden repetirse en episodios significativos a través del relato Por ejemplo, en las primeras líneas del evangelio se introducen motivos como «buena noticia», «el ungido», «hijo de Dios», «desierto», «predicando», «perdón», «rasgarse», «lo puso a prueba», «arrestado», «el plazo», «la soberanía de Dios», «fe» y «siguieron» Todas estas palabras y sintagmas se repiten después en nuevos contextos a lo largo de todo el relato, donde le recuerdan al lector sucesos antenores y al mismo tiempo acumulan significados y asociaciones que completan el entendimiento del lector Según avanza el relato, el narrador introduce nuevos motivos con la primera aparición de una nueva palabra que pueden también señalar un nuevo desarrollo en la trama

Los motivos verbales también invitan al lector a hacer conexiones entre una parte de la narración y otra Por ejemplo, el «rasgado» de la cortina del templo justo antes de que el centurión reconozca a Jesús como «hijo de Dios» recuerda por asociación verbal el «rasgado» de los cielos justo antes de que Dios pronunciase que Jesús era «mi hijo» A medida que los motivos verbales se repiten, dan a la estructura del relato un complicado diseño y una unidad que de otra manera no tendría

b) Anticipación y retrospección

La anticipación, que adelanta sucesos futuros, y la retrospección, que rememora sucesos pasados, son formas de repetición muy importantes en Marcos 16

La anticipación aparece de vanas maneras El narrador puede hacer explícitas referencias a sucesos que todavía no han ocurrido en el mundo narrativo, por ejemplo, que Judas entregará a Jesús O Jesús dirá algo que anticipe hechos que se desarrollarán más tarde, por ejemplo, que los discípulos serán pescadores de hombres y que lo que ahora está oculto será revelado O el narrador contará un acontecimiento que anticipa un evento similar que sucederá después, por ejemplo, la muerte de Juan el Bautista por mandato de

16 N R Petersen, Literary Cnstwism for New Testament Critics, Philadel-phia 1978, J Dewey, Interwoven Tapestry, 221-236, y E S Malbon, Echoes andFo-reshadowings in Mark 4-8 Reading and Rereading Journal of Bibhcal Literatura 112(1993)211-230

El nanador 73

Herodes anticipa la muerte de Jesús por orden de Pilato La técnica más obvia de anticipación en Marcos puede ser la de la profecía, como cuando Jesús profetiza tres veces su muerte y resurrección venideras Las anticipaciones crean suspense llevando al lector a experimentar de forma parcial y enigmática lo que sólo será totalmente comprendido cuando suceda lo que se ha anticipado

La retrospección funciona a la inversa El narrador cuenta un suceso que ha ocurrido previamente en el mundo narrativo, hace referencia en el diálogo de los personajes a sucesos contados anteriormente o alude a la profecía en la descripción de su cumplimiento Mediante la retrospección, el narrador clarificará y ampliará el conocimiento que los lectores tienen de sucesos antenores Por ejemplo, la comparación de Jesús sobre la casa de un hombre fuerte sugiere que Jesús ya ha atado a Satanás Los lectores, por tanto, recuerdan la confrontación antenor de Jesús con Satanás en el desierto y entienden ese suceso de una forma nueva -como el atar al hombre fuerte-Hay otras retrospecciones cuando Jesús enseña a los discípulos que Juan era Elias, los lectores ven a Juan de forma distinta, la reacción de miedo de los discípulos al ver a Jesús caminando sobre el lago, en la segunda escena de la barca, recuerda la incapacidad antenor de los discípulos para comprender que Jesús podía calmar la tormenta en la pnmera escena de la barca, y así, otras más

De este modo, la anticipación y la retrospección son las dos puntas de un hilo que llevan la narración hacia delante y hacia atrás la anticipación adelanta un suceso que está por pasar y, cuando este hecho sucede, recuerda la antenor anticipación Este efecto actúa en el lector tal y como le sucede a Roca en el relato prediciendo su traición, Jesús anticipa a Roca que le negará, y cuando Roca poste-normente le niega, se acuerda retrospectivamente de la profecía anterior Para el lector, la narración final de los hechos que han sido adelantados resuelve el suspense creado por la anticipación

c) Progresiones de dos pasos

La progresión de dos pasos es uno de los modelos de repetición dominantes en el evangelio de Marcos n Aparece en frases, propo-

17 Para un amplio tratamiento de este modelo narrativo, cf F Neirynck, Duahty in Mark Contributwns to the Study ofMarkan Redaction, Louvain 1972

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74 Marcos como relato

siciones, pares de oraciones y en la estructura de los episodios. Es una clave para entender muchas líneas y episodios. Los ejemplos que vamos a dar aquí podrían ser muchos más.

Un ejemplo simple de una progresión de dos pasos es: «Al atardecer, cuando ya se había puesto el sol...». La referencia al tiempo, «al atardecer», se repite en «cuando ya se había puesto el sol». Sin embargo, la segunda parte añade precisión a la primera. Juntas comprenden una descripción progresiva de dos pasos, en la que el énfasis generalmente recae sobre la segunda parte. En este ejemplo, el segundo paso se refiere a la puesta de sol, que denota precisamente el final del sábado, cuando se le permitía de nuevo a la gente viajar y podían por tanto pedir a Jesús que les curase. Otro ejemplo es: «Fuera, en lugares despoblados». De nuevo, esta descripción del lugar es repetitiva, pero la segunda parte es más precisa e identifica un escenario importante en el relato. Otros ejemplos referidos a la gente incluyen el de la mujer que era «griega, sirofenicia de origen» y el de la viuda que dio «de lo que necesitaba, todo lo que tenía para vivir».

Una repetición progresiva de dos pasos aparece también en las secuencias de oraciones y sintagmas. Por ejemplo, éstas aparecen en preguntas tales como: «¿Qué es esto? ¿Una doctrina nueva llena de autoridad?», y «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Todavía no tenéis fe?», o en órdenes como: «No temas; basta con que tengas fe», y «Velad y orad para que podáis hacer frente a la prueba». Las progresiones de dos pasos aparecen en afirmaciones paralelas como: «El plazo se ha cumplido. La soberanía de Dios está llegando», de la misma forma que en oraciones adversativas como: «Tampoco el hijo de la humanidad ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida...».

Las progresiones de dos pasos también estructuran algunos episodios. Los discípulos preguntan a Jesús dos cuestiones progresivas: «Dinos, ¿cuándo ocurrirá eso y cuál será la señal de que todo eso está a punto de cumplirse?». Jesús contesta con una larga respuesta de dos pasos a cada una de las preguntas. Las autoridades hacen una pregunta de dos pasos: «¿Por qué tus discípulos no proceden conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?». Jesús contesta a la primera parte con una

Sobre el suspense relacionado con tales modelos narrativos, cf. E. Rabkin, Narra-tive Suspense: «When Slim TurneéSideways...», Ann Arbor 1973, 7-70.

El narrador 75

respuesta directa a las autoridades y, al contestar la segunda, se dirige a la multitud 18. Otros episodios tienen una estructura progresiva de dos pasos que va desde un escenario general a uno específico: Jesús va a Cafarnaún y luego a la sinagoga; entra en Jerusalén y luego en el templo. En otros episodios, el paso de un escenario público a uno privado se corresponde con una progresión desde la enseñanza o la acción pública de Jesús a la explicación y aclaración privada a los discípulos.

La historia de un hombre ciego que es tocado dos veces para ser curado es una buena analogía de cómo las progresiones de dos pasos afectan a los lectores. Jesús le toca una vez y el ciego recupera la vista, pero no claramente. Entonces Jesús le toca por segunda vez y ve «perfectamente todas las cosas». Igualmente las progresiones de dos pasos llevan a los lectores a proyectar una segunda mirada, que clarifica y enfatiza. Las repeticiones de dos pasos crean suspense manteniendo el deseo de los lectores por ver lo que está por llegar, ya que la recurrencia de este patrón condiciona a los lectores a esperar el segundo paso para más aclaraciones.

El evangelio en su conjunto se puede ver como una progresión de dos pasos. La primera línea del evangelio se refiere a Jesús como «el ungido, hijo de Dios». Al final de la primera mitad del relato, Roca reconoce a Jesús como «el ungido». Al final de la segunda mitad del relato, el centurión identifica a Jesús como «hijo de Dios». Aunque la caracterización de Jesús es firme en ambas partes, parece no obstante un descubrimiento progresivo de la descripción de Jesús desde la primera mitad del evangelio a la segunda. En el primer paso, sirve con poder; en el segundo, su servicio acaba en persecución y muerte. La primera mitad del evangelio enfatiza la llegada de la soberanía de Dios en actos de poder y misericordia, y la segunda mitad, la persecución que resulta de vivir la soberanía de Dios en aquella época. Las numerosas progresiones de dos pasos mencionadas antes preparan a los lectores para sentirse atraídos más fácilmente a captar este segundo amplio paso que estructura el conjunto de la narración y a aceptar esta visión más clara y más comprensiva de Jesús.

18. Para la respuesta doble a la pregunta de dos partes, cf. D. Noble, An Exa-mination ofthe Structure ofMark's Gospel, tesis doctoral, Edinburgh University 1972.

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76 Marcos como relato

d) Escenas tipo

Los episodios que son similares y se repiten con alguna variación pueden llamarse «escenas tipo». Por ejemplo, Marcos narra episodios semejantes sobre gente que se acerca a Jesús para que le cure. Estos episodios tienen en común la forma: se acercan a Jesús, le hacen su petición, vencen un obstáculo para demostrar fe, Jesús los toca o pronuncia unas palabras, se produce la curación y la reacción de la multitud. Los lectores llegan a sentir familiar este patrón y son más capaces de asimilar las nuevas variaciones introducidas con cada repetición de un relato de curación. Cada vez que se añade una repetición se refuerza el patrón básico. También hay escenas tipo de exorcismos, milagros de la naturaleza, conflictos con las autoridades y malentendidos con los discípulos.

Las escenas tipo de Marcos pueden ser muy complejas. Por ejemplo, la escena de Jesús ante Pilato repite con variaciones la misma dinámica complicada que la escena de Juan ante Herodes: una autoridad tiene que decidir sobre el destino de alguien en un acontecimiento público y se ve que tiene cierta simpatía hacia la persona en cuestión; sin embargo, alguien manipula a otro para pedir la muerte de esa persona; y la figura autoritaria ejecuta a la persona en contra de su propio juicio por deferencia a todos los presentes.

Como expresiones de repetición cruciales para una efectiva narración oral, las escenas tipo contribuyen a la caracterización, al desarrollo de la trama y a la ampliación temática.

e) Episodios interpolados

En este patrón de repetición, dos episodios similares tienen lugar en yuxtaposición uno con otro. Un episodio está «interpolado» (como una interrupción) entre el principio y el final de otro episodio. En una película, una escena cambia en mitad de la acción, dejando al espectador en suspense, mientras la cámara pasa a otra escena. La cámara vuelve para resolver la acción empezada en la escena inicial y, por tanto, crea un marco alrededor del relato del medio.

Tales episodios interpolados aparecen frecuentemente en el relato de Marcos 19. Por ejemplo, después de que Jairo pidiese a Jesús

19. Cf., por ejemplo, J. Edwards, Markan Sandwiches: The Significance of Interpolations in Markan Narratives: Novum Testamentan 31 (1989) 193-216 y T.

El narrador 77

que curase a su hija moribunda, los lectores deben esperar a que la mujer que padecía hemorragias toque a Jesús y sea curada, antes de saber qué pasa con la hija de Jairo. Cuando la familia de Jesús lo manda llamar, los lectores están en suspense sobre el resultado hasta después de que Jesús discuta con las autoridades. Cuando Roca se sienta «junto al fuego» con los guardias, en el patio del sumo sacerdote, los lectores conocerán el juicio de Jesús antes de saber lo que le pasó a Roca. Tal suspense mantiene el interés de los lectores y les hace estar atentos al segundo episodio para descubrir cómo acaba el primero.

Y más importante aún, los dos episodios emparejados repiten a menudo un tema común: un episodio esclarece el tema por comparación o contraste con el otro episodio. Algunos episodios emparejados se aclaran por comparación: la escena de la familia de Jesús diciendo que está fuera de sí se puede comparar con la escena de los maestros de la ley diciendo que está poseído; la fe de Jairo refuerza la fe de la mujer que padecía hemorragias; y la maldición de Jesús sobre la higuera sin fruto es un episodio análogo a su ataque contra las autoridades del templo por no dar fruto para Israel. Otros episodios emparejados se clarifican por contraste: el episodio en que Jesús envía a los discípulos a hacer curaciones (sin comida) contrasta con el episodio de Herodes cuando envía a alguien a ejecutar a Juan el Bautista (en un banquete); el episodio de Judas cuando traiciona a Jesús por dinero contrasta con la mujer que unge a Jesús con un caro perfume; y la negación de Roca contrasta con la confesión valiente de Jesús en su juicio.

f) Episodios marco

En Marcos, dos episodios similares pueden marcar una gran sección del evangelio. Además de delimitar lo que encuadran, los dos episodios pueden leerse en relación uno con otro y en comparación o contraste con el material que delimitan.

Por ejemplo, el viaje de Jesús a Jerusalén con sus discípulos empieza con el relato de la curación del ciego en Betsaida y concluye con la curación del ciego en Jericó. La primera curación de la vista

Shepherd, The Narrative Function of Markan Intercalation: New Testament Studies 41 (1995) 522-540, y Kermode, Secrecy, 128-134.

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78 Marcos como relato

es difícil, sucede en dos fases, indicando la difícil enseñanza que hay que seguir; la segunda curación de la vista es instantánea, indicando que la enseñanza que ha tenido lugar ha sido comprendida. También, las profecías y admoniciones sobre el futuro que Jesús hace a los cuatro discípulos en el monte de los Olivos están enmarcadas, por una parte, por el episodio de la pobre viuda que echa en el cofre del templo de lo que necesitaba para vivir y, por otra parte, el episodio de la mujer que unge a Jesús con un costoso perfume. En este ejemplo, los episodios marco, conectados por varios motivos verbales, representan actos de generosidad y tienen que ver con las obligaciones que todos los seguidores de Jesús tendrán que llevar a cabo si permanecen fieles en el futuro.

g) Episodios con una estructura concéntrica

Marcos dispone ocasionalmente episodios en una estructura concéntrica, una técnica común de la narrativa antigua en la que los episodios relacionados forman anillos alrededor de un episodio central.

Los cinco conflictos entre Jesús y las autoridades en Galilea presentan una relación concéntrica de A, B, C, B' y A'. Los episodios emparejados A y A'junto con B y B' forman un anillo exterior e interior alrededor del episodio central, C 20.

A La curación del paralítico B Comer con publicanos y pecadores C Ayunar B' Recoger grano en sábado para comer A' La curación del hombre con la mano atrofiada El episodio A (la curación del paralítico) y el episodio A' (la cu

ración del hombre con la mano atrofiada) se reflejan el uno en el otro en estructura, contenido y tema: ambos suceden en espacios interiores, incluyen una curación y a los mismos personajes (Jesús, las autoridades y la persona curada); ambas curaciones se retrasan mientras el narrador revela tácitas acusaciones contra Jesús; y ambas acusaciones suponen serios castigos legales. Además, en ambos episodios Jesús responde a las acusaciones tácitas con preguntas retóricas.

20. Para un análisis de las estructuras concéntricas en Marcos y el análisis de Marcos 2, 1-3, 6, cf. J. Dewey, Markan Public Debate.

El narrador 79

Los episodios B (comer con publicanos y pecadores) y B' (recoger grano en sábado) también están relacionados: ambos conciernen al comer y ambos tienen que ver con actos impuros (de los publicanos en B y de la violación del sábado en B'). La forma de ambos episodios contiene una acción, la objeción de las autoridades y la explicación de la acción por parte de Jesús. Ambos incluyen a los mismos personajes (Jesús, los discípulos y las autoridades). En ambos casos, Jesús responde con un proverbio seguido de una afirmación de su propósito y autoridad.

Estos cuatro episodios (A, B, B', A') forman un anillo interior y un anillo exterior alrededor del episodio C en que Jesús adoctrina sobre el ayuno (en contraste con el tema de comer de B y B'). A diferencia de otros episodios, el escenario del episodio C es indefinido y los que preguntan no están identificados. Tampoco los que preguntan son hostiles. Por consiguiente, este episodio central se focaliza en la respuesta de Jesús más que en los conflictos o acciones, respuesta que esclarece los cinco episodios de la estructura concéntrica. Su referencia al novio que «será arrebatado» indica las posibles consecuencias de la oposición por parte de las autoridades en A y A' (la pena de muerte por la blasfemia o por la flagrante violación del sábado). Su advertencia contra el echar vino nuevo en odres viejos muestra cómo las autoridades usan antiguas categorías de la ley y la tradición (en los cinco episodios) para juzgar la novedad que Jesús representa. Y el resultado será la destrucción tanto del vino como de los odres.

Temáticamente, la serie en su conjunto contrasta la autoridad de Jesús con la de los dirigentes judíos. Jesús tiene autoridad para perdonar los pecados (A) y come con los pecadores (B). Él es especial como un novio (C). Tiene autoridad sobre el sábado (B') y cura en sábado (A'). En contraste, los dirigentes judíos tienen autoridad sólo para acusar y no logran formular una acusación.

Estos cinco episodios conflictivos crean una progresión circular. Un conflicto es seguido por un segundo, luego un tercero aclara los dos primeros. Con esta aclaración en mente, los lectores se encuentran con otro conflicto que recuerda el segundo episodio y luego con un último conflicto que vuelve a recordar el primer episodio. Los cinco episodios también contienen una progresión lineal. Desde el primero al último, la irritación de Jesús con las autoridades crece cuando inútilmente intenta explicar sus acciones, mientras la oposición de las autoridades aumenta gradualmente. Para los lectores, esta progre-

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80 Marcos como relato

sión lineal se combina con la progresión circular para formar un climax en el último episodio. Al final de la serie, todo el conflicto se impulsa hacia adelante, cuando los fariseos salen para confabularse con los herodianos «para planear el modo de acabar con él».

Este es un ejemplo elaborado de estructuras concéntricas que tienen en común las técnicas narrativas antiguas. El lector puede reconocer otros ejemplos en Marcos, como las relaciones concéntricas entre la serie de conflictos entre Jesús y las autoridades en Jerusalén.

h) Episodios progresivos en series de tres

Quizás el patrón más reconocible de repetición en Marcos es la serie progresiva de tres episodios, identificados por la similitud en la estructura narrativa, la presencia de motivos verbales, temas comunes, la continuación de un conflicto, la participación de los mismos personajes y la repetición de un escenario similar2I.

En algunos casos, los tres episodios aparecen en una secuencia continuada: Jesús reza tres veces y cada vez vuelve a encontrar a los discípulos durmiendo; Roca niega a Jesús tres veces; Pilato hace a la multitud tres preguntas acerca de la puesta en libertad de Jesús, cada una de las cuales es rechazada; el narrador cuenta los sucesos de la crucifixión en intervalos de tres horas (las nueve en punto, las doce del mediodía y las tres en punto); y las mujeres en el sepulcro aparecen en tres escenas sucesivas.

En otros casos, los tres episodios aparecen a intervalos en la narración. En una serie de tres episodios diseminados a través del primer tercio del evangelio, Jesús hace a los discípulos pescadores de hombres: primero llama a cuatro pescadores para que le sigan; más tarde, designa a los doce en un monte; y todavía después, envía a los doce a predicar y a curar. Hay tres escenas separadas del conflicto cada vez mayor entre Jesús y sus discípulos en una barca y tres episodios progresivos del conflicto entre Jesús y sus discípulos en que el pan es el centro de la acción y de la discusión. Estas dos series son especialmente dramáticas porque la tercera escena del pan es también la tercera escena con barca. Durante el viaje a Jerusalén, Jesús anuncia su muerte tres veces. Cada vez la reacción de los discípulos

21. Cf. también V K. Robbins, Summons and Outline in Mark: The Three Step Progression, en New Boundaries in Oíd Territory: Form and Social Rhetoric in Mark, New York 1994, 119-136.

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demuestra que no entienden nada y cada vez Jesús les enseña los valores de la soberanía de Dios implícitos en sus predicciones.

Al condicionar a los lectores a esperar series de tres episodios, la narración los mantiene en suspense mientras la serie se prepara para el climax. Cuando la serie se desarrolla del todo, los lectores miran hacia atrás desde la perspectiva de la tercera escena y entienden más claramente los temas implicados en las escenas primera y segunda.

5. Otros rasgos literarios

Otros rasgos estilísticos del relato de Marcos tejen toda la narración y son significativos para la interpretación: preguntas, comparaciones, citas de las escrituras, oráculos proféticos e ironía.

a) Preguntas

En este breve relato, los personajes plantean un número extraordinario de preguntas. Las preguntas se presentan en esquemas determinados y a menudo distinguen la manera de hablar de los personajes. Muchas de ellas son retóricas -preguntas para las que no se espera respuesta o para las que sólo es posible una respuesta-. En el relato de Marcos, las preguntas acentúan el drama creando suspense y tensión, intensifican los conflictos y revelan los caracteres. Los pocos ejemplos de cada tipo dados aquí deberían alertar al lector de su uso en todo el relato.

En el diálogo con los discípulos, Jesús lanza frecuentemente preguntas retóricas dobles revelando su sorpresa y frustración ante los fracasos de los discípulos: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Todavía no tenéis fe?», «¿Hasta cuándo tendré que estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros?»-, «Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar ni siquiera una hora?». Como las preguntas no son contestadas, subrayan el tema en cuestión y lo dejan de momento sin resolver.

En el diálogo con las autoridades, Jesús normalmente plantea una única pregunta retórica seguida por una aseveración en la que él mismo da la respuesta obvia: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Mientras el novio está con ellos, no tiene sentido que ayunen». «¿Por qué pide esta generación

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82 Marcos como relato

una señal9 Os aseguro que a esta generación no se le dará señal alguna» «¿Acaso no estáis muy equivocados porque no comprendéis las Esenturas ni el poder de Dios9» Las preguntas retóricas de Jesús dirigidas a las autoridades realzan ante el lector su autoridad como el único que realmente sabe y es capaz de resolver el conflicto en cuestión

Los discípulos también plantean preguntas Su diálogo consta principalmente de preguntas simples pidiendo a Jesús que explique algo A menudo son preguntas retóricas que expresan su incredulidad hacia lo que Jesús ha dicho o hecho «¿Quién es éste, que hasta el viento y el lago le obedecen9», «¿Cómo vamos a comprar nosotros pan por valor de doscientos denanos para darles de comer9» Otras veces buscan sinceramente una respuesta «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo9», «Entonces, ¿quién podrá salvarse9» Estas preguntas tienden a revelar la falta de fe y entendimiento de los discípulos Sin embargo, en la medida en que el lector puede estar planteándose preguntas similares en respuesta a los sucesos del relato, las preguntas incitan al lector a identificarse con los discípulos

Los oponentes plantean principalmente preguntas acusatorias «¿Por qué come con publícanos y pecadores9», «¿Te das cuenta de que hacen (tus discípulos) en sábado lo que no está permitido9» En dos significativas ocasiones, los oponentes hacen dos preguntas retóricas, de acuerdo con un pequeño patrón concéntrico que enmarca una acusación La primera vez que las autoridades se enfrentan a Jesús, se preguntan interiormente «¿Como habla éste así9 (A) iBlasfema' (B) ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios9

(A')» Y en el juicio de Jesús, la última vez que se enfrentan a él, el sumo sacerdote pregunta «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos9

(A) Acabáis de oír la blasfemia (B) ¿Qué os parece9 (A')» En ambos pasajes la oración del medio enfatiza la acusación de blasfemia que lleva a la condena de Jesús

Todas las preguntas, pero particularmente las retóricas, captan a los lectores, llevándolos a contestar las cuestiones ellos mismos o a querer saber cómo serán contestadas en el relato

b) Comparaciones

Frecuentemente en una novela o en un relato breve, un personaje cuenta una breve historia o narra un sueño La interpretación de

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la historia o sueño del personaje puede no ser clara de inmediato, pero el relato contado por el personaje siempre es importante en el conjunto total contado por el narrador El evangelio de Marcos tiene muchos «relatos dentro del relato», pues el protagonista cuenta historias que ilustran todo el evangelio

Generalmente se hace referencia a las historias de Marcos como parábolas Sin embargo, como la palabra parábola ha llegado a sobrecargarse con muchos significados y como las parábolas de Marcos a menudo son crípticas y oscuras, es más apropiado referirnos a ellas como «comparaciones» El narrador trata las comparaciones como crípticas, porque los personajes del relato (y el lector) deben descifrarlas para que su significado sea revelado Las comparaciones de Marcos tratan de la presencia oculta de la soberanía de Dios en el mundo narrativo, esto es, son relatos crípticos sobre una realidad oculta Dependiendo de quién las oiga, las comparaciones revelarán más acerca de la soberanía de Dios u oscurecerán los sucesos aún mas

Las comparaciones de Jesús en Marcos son alegorías -analogías con muchos puntos de correlación- que interpretan los sucesos y la gente en el marco de la soberanía de Dios 22 Esta función se hace patente cuando observamos las comparaciones que Jesús explica a los discípulos Por ejemplo, Jesús cuenta la comparación del sembrador y la explica después alegóricamente en relación con la proclamación de la soberanía de Dios y las actitudes ante ella El sembrador es el que proclama (en particular, Jesús), la semilla es el mensaje y las tierras se corresponden con la actitud de los distintos personajes a lo largo del evangelio. Jesús narra una comparación acerca de la profanación, luego explica qué significa la comida impura no corromperá a la gente, pero las artimañas y acciones malignas sí lo harán Cuenta una comparación de un hombre que se ausentó de casa y dijo a su portero que vigilara, entonces establece

22 En otros evangelios las parábolas no son siempre alegorías, pero en Marcos las parábolas funcionan fundamentalmente como tales Cf M A Tolbert, 5b-wing the Gospel, Minneapohs 1989, 121-124, M Parsons, «AllegorizingAllegory» Narrattve Analysis and Parable Interpretatwn Perspectives ín Rehgious Studies 15 (1988) 147-164, y J R Donahue, The Gospel in Parable Metaphor Narrattve and Theology in the Synoptw Gospels, Philadelphia 1988, 28-62 (versión cast El Evangelio como parábola metáfora narrativa y teología en los evangelios sinópticos, Bilbao 1997) Sobre la función de las parábolas en Marcos, cf M A Beavis, Mark s Audience The Literary and Social Setting of Mark 4 11-12, Sheffield 1989

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84 Marcos como relato

los paralelismos alegóricos con su propia marcha inminente y cómo los discípulos -y otros- deberán estar alerta hasta su vuelta. Así, las comparaciones de Marcos son alegorías sobre la dinámica de la soberanía de Dios en todo el relato.

Podemos usar estas comparaciones que Jesús explica, como una base para interpretar otras comparaciones que Jesús no explica. Por ejemplo, podemos ver que la comparación acerca del hombre fuerte es una alegoría sobre la derrota de Satanás por Jesús. Las dos breves comparaciones de los secretos que son revelados confirman que la actual ocultación de la soberanía de Dios finalmente saldrá a la luz. Las comparaciones de la semilla que crece sin saber cómo y del grano de la mostaza alegorizan el crecimiento oculto e incontrolable de la soberanía de Dios. La comparación de la viña interpreta los sucesos a la luz de la relación de Dios con Israel en el relato, incluyendo el motivo de que Dios envía un hijo, las causas y consecuencias de su muerte y el destino de la viña en el futuro de este mundo narrativo.

En Marcos, las comparaciones de Jesús tienen un doble propósito. Por una parte, narra las comparaciones como una llamada al entendimiento. Introduce o concluye algunas comparaciones con órdenes como: «¡Escuchad! ¡Mirad!», «Prestad atención a lo que escucháis», «¡Quien tenga oídos para oír, que oiga!» y «Escuchadme todos y entended». Por otra parte, Jesús también cuenta las comparaciones de forma que quienes rechazan la soberanía de Dios no entiendan -«De modo que por más que miran, no ven, y, por más que oyen, no entienden; a no ser que se conviertan y Dios los perdone»-. En el momento del relato en que Jesús plantea este motivo para contar comparaciones, las autoridades ya han rechazado a Jesús y han cometido un «pecado eterno», al asegurar que está poseído por un espíritu impuro. Se presentan ellos mismos como ciegos y sordos ante la soberanía de Dios. El efecto de las comparaciones para los que ya no perciben la oculta soberanía de Dios en Jesús es el de oscurecer las cosas aún más 23.

Algunas veces hablar en comparaciones permite a Jesús evitar ser arrestado. A través de la comparación sobre atar al hombre fuerte, en vez de hacer una afirmación directa, Jesús evita una acusación de blasfemia. Al usar una comparación sobre la comida impura, Je-

23. Éste puede ser un dicho semítico típico que trata el resultado de una acción como su propósito.

El narrador 85

sus promulga crípticamente una infracción de las leyes escritas. Con la comparación de la viña, Jesús explica su autoridad como hijo de Dios de una forma indirecta que no le expone a una acusación.

¿Cuál es el efecto de un relato con comparaciones? Por una parte, el lector que las oye está en una posición mejor para entenderlas que los personajes, porque conoce desde el principio la identidad de Jesús como el ungido para iniciar la soberanía de Dios. Por otra parte, algunas comparaciones pueden ser enigmáticas y crípticas incluso para los lectores, llevándolos a preguntarse si entienden mejor que los discípulos. Este efecto hace que estén más implicados en la comprensión del relato, de forma que estén más dentro que fuera de la interpretación.

c) Citas de las Escrituras

En España, aparta de mí este cáliz de César Vallejo, las imágenes religiosas del evangelio son una constante en la simbología del libro y son la clave para entender el sentido desmitificador y agónico de la obra. Otras obras nos presentan ejemplos similares -un personaje menciona un texto famoso o nombra a una figura muy conocida del pasado-. Estas referencias no son nunca incidentales. Son piezas del puzle que un lector recompone para interpretar un relato24.

En el evangelio de Marcos hay veintidós citas explícitas de «las Escrituras», que incluyen la ley (los primeros cinco libros de la Biblia hebrea), los salmos y los profetas, considerados todos como textos sagrados por los personajes judíos del relato 25. (En nuestra traducción, estas citas han sido resaltadas en forma de versos o identificadas explícitamente como citas por los personajes que las usan26).

24. Sobre el papel de la intertextualidad en la interpretación bíblica, cf. D. Nolan Fewell (ed.), Reading between Texis: Intertextuality and the Hebrew Bible, Louisville 1992; S. Draisma, Intertextuality in Biblical Writings: Essays in Honor ofBas van lersel, Kampen 1989, y R. Hayes, Echoes ofScripture in the Letters of Paul, New Haven 1989.

25. Cf. H. C. Kee, The function ofScriptural Quotations and Allusion in Mark 11-16, en E. Grasser-E. E. Ellis (eds.), Jesús and Paulus, Góttingen 1975, 165-188 y J. Marcus, The Way ofthe Lord: Christological Exegesis ofthe Oíd Tes-tament in the Gospel ofMark, Louisville 1992. Para una lista comprensiva de posibles paralelos de la Biblia hebrea en Marcos, cf. D. Miller-P. Miller, The Gospel of Mark as Midrash on Earlier Jewish and New Testament Literature, Lewiston 1990.

26. Por supuesto, la disposición de versos en una página no resultaría evidente para un público oyente.

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86 Marcos como relato

El narrador cita las Escrituras explícitamente sólo una vez, en la profecía de apertura de Isaías -y Zacarías- sobre Juan el Bautista. El resto de las citas aparecen en los diálogos entre Jesús y otros personajes. En parte, las citas sirven para dar a conocer a los personajes que las usan. Por ejemplo, las citas en los debates sobre asuntos legales presentan el conocimiento superior y la autoridad de Jesús para interpretar las Escrituras y al mismo tiempo presentan la ignorancia y ceguera de las autoridades, de las que se supone que son expertos legales en las Escrituras.

Las citas de las Escrituras también sirven para interpretar la relevancia de los personajes y sucesos, a menudo de forma alegórica, tal y como hacen las parábolas. Por ejemplo, Jesús cita las Escrituras para explicar a los discípulos con una breve analogía alegórica su inminente marcha: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas». Otras citas de las Escrituras explican la hipocresía de los fariseos, la intención de las comparaciones, los errores de los discípulos, etc. Jesús cita las Escrituras para que sirvan de aclaración a otros personajes; pero su presencia en el relato cumple la misma función con respecto al lector que las escucha.

Además de las citas explícitas, hay numerosas alusiones a las Escrituras, especialmente en las palabras de advertencia de Jesús a sus discípulos en el monte de los Olivos y en la descripción de la muerte de Jesús. Por ejemplo, Marcos intercala palabras y frases de Isaías, Zacarías, Daniel y de distintos salmos en la estructura narrativa de la pasión: «Entre las nubes del cielo», «Uno que está cenando conmigo», «Entregó a Jesús para que lo azotaran» y «Se repartieron sus vestidos», entre muchas otras. Estas numerosas alusiones abren el relato a cuantiosas asociaciones para el lector y muestran cómo la muerte de Jesús fue parte de un plan universal más amplio.

d) Profecías

El narrador refiere muchas profecías en el curso del relato. Algunas son citas de las Escrituras, mientras otras proceden de personajes del relato, primero de Juan y luego de Jesús. Como hemos presentado antes, una profecía anticipa ciertos sucesos y estos mismos sucesos a su vez son descritos más adelante con palabras que recuerdan al lector la profecía y confirman su cumplimiento 27.

27. Petersen, Literary Criticism.

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Desde las primeras líneas, se induce al lector a esperar el cumplimiento de las profecías. Las profecías de las Escrituras se cumplen, los nuevos oráculos pronunciados por Juan y Jesús se cumplen y Jesús a su vez hace profecías que se cumplirán en el futuro del mundo narrativo más allá de los acontecimientos relatados. Puesto que las profecías se refieren a la soberanía de Dios, el lector llega a ver cómo la soberanía de Dios realmente proporciona la fuerza, el marco y el objetivo de los hechos que componen la historia.

El cumplimiento de las profecías en los hechos narrados permite al narrador de Marcos concluir el evangelio de una manera impactante y enigmática. A lo largo de toda la narración, mediante profecías en forma de oráculos, comparaciones y advertencias, Jesús anticipa al lector el futuro de la historia después de que los sucesos narrados terminen. Como el lector tiene buenas razones para creer que las palabras de Jesús sobre el futuro se cumplirán -como de hecho su palabra se ha hecho realidad muy frecuentemente en la narración-, el narrador puede acabar el relato abruptamente y sin cierre, con las mujeres que no dicen nada a nadie sobre Jesús resucitado. Y el lector espera que las profecías que todavía no se han cumplido se cumplan.

En Marcos, las profecías se cumplen en la narración gracias al desarrollo complejo de los acontecimientos que se van sucediendo y no de forma que los personajes resulten simples marionetas en un escenario. Por ejemplo, Jesús sabe que, según la profecía, es voluntad de Dios que él viva para la soberanía de Dios, incluso aunque esto signifique que tenga que morir; pero al mismo tiempo Jesús debe optar por hacer lo que Dios quiere y no lo que él mismo desea. Además, Jesús cita ante las autoridades un oráculo sobre la piedra que «los constructores» rechazan; y precisamente es su ira con Jesús por citar el oráculo contra ellos lo que en parte les lleva a decidirse por la acción que cumple el oráculo. Jesús cita a los discípulos un oráculo que profetiza que se dispersarán cuando el pastor sea herido; y en parte, precisamente por creer que eso nunca les sucederá a ellos, tiene lugar el cumplimiento de la profecía. Para el lector, estas profecías incrementan éípathos de la lucha de los personajes con su destino.

e) Ironía

La ironía es un rasgo destacado del relato de Marcos 28. La ironía verbal surge cuando un hablante dice intencionadamente algo

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88 Marcos como relato

pero queriendo significar lo contrario. La ironía dramática se produce cuando hay una discrepancia entre lo que un personaje cree ciegamente que está sucediendo y lo que realmente pasa o entre lo que un personaje espera que suceda y lo que realmente sucede.

Los ejemplos más obvios de ironía verbal en Marcos son las burlas irónicas de los oponentes de Jesús. Los soldados se burlan de él llamándole «rey de los judíos». Quieren decir lo contrario: ¡Qué ridículo es que este hombre patético pueda ser considerado un rey! Otros lo provocan para que profetice o se baje de la cruz o derribe el templo. Sarcásticamente, quieren decir lo contrario: ¡Qué impotente es! ¡Difícilmente puede ser el ungido por Dios!

En la ironía dramática los personajes del relato no ven lo irónico de la situación, mientras que el lector se da cuenta del contraste irónico entre lo que el hablante dice y la realidad de los hechos. Por ejemplo, los ejemplos de ironía verbal señalados arriba forman parte de una ironía dramática más amplia. Cuando los oponentes ridiculizan a Jesús por proclamarse rey de los judíos, el lector ve que las afirmaciones que ellos pretenden que sean irónicas son realmente ciertas en el drama general del relato: Jesús puede de hecho profetizar porque, en un sentido distinto, él es realmente el rey de los judíos y no puede salvarse a sí mismo más que perdiendo su vida.

De manera general, la ironía dramática es consustancial al diseño global del evangelio, pues la soberanía de Dios resulta ser diferente de lo que la mayoría de los personajes del relato esperan. Por ejemplo, las autoridades esperan que Dios convalide su propia autoridad e interpretación que ellos dan de la ley, cuando la situación real, según describe el narrador, es que Dios ha dado esa autoridad a Jesús el Nazareno. Las autoridades esperan que aquéllos que tienen la máxima reputación ante los ojos de los hombres sean también los más grandes en la soberanía de Dios, pero los valores de la soberanía de Dios son justo lo contrario de sus expectativas. El contraste entre las expectativas de los adversarios y la situación real alcanza el climax en el juicio: los adversarios piensan que han condenado a muerte a este blasfemo justamente, cuando de hecho son ellos los que están bajo condena por rechazar al representante de Dios.

28. Sobre la ironía en literatura, cf. W. Booth, Retórica de la ironía, Madrid 1989; D. C. Muecke, The Compass oflrony, London 1970; e Id., Irony: The Critica! Idiom, London 1970. Sobre la ironía en Marcos, cf. Fowler, Let the Reader, passim y J. Camery-Hoggatt, Irony in Mark's Gospel: Text andSubtext, Cambridge 1992.

El narrador 89

La ironía también se usa en la descripción de los discípulos. Roca insiste vehementemente en que morirá con Jesús antes que negarle. Pero el lector sabe que la situación real es otra, porque Jesús acaba de profetizar que Roca lo negará tres veces. Además, el mismo nombre de «Roca» es irónico. Simón intenta comportarse como una persona fuerte, pero es realmente lo contrario del sobrenombre que Jesús le da, ya que se duerme y más tarde huye ante los comentarios incrimi-natorios de una criada del sumo sacerdote. Los discípulos en general esperan obtener honores, riqueza y poder de su relación con este ungido representante de la soberanía de Dios, pero lo que obtienen es una invitación para servir a todos y la probabilidad de ser perseguidos por seguir a Jesús. Esperan una cosa y encuentran lo contrario.

La ironía consigue que los lectores admitan el punto de vista del narrador. Al presentar a las autoridades ridiculizando a Jesús como «rey de los judíos», el narrador lleva al lector a simpatizar con Jesús y a sonreír astutamente, pensando: «Hay más verdad en esto de lo que ellos creen». Y como el lector ve lo que no perciben los personajes, el lector conoce los hechos por dentro, quizás incluso llega a sentirse superior a los personajes. De alguna manera la ironía crea una complicidad entre el lector y el narrador, pues juntos comparten algo que los introduce en el interior del relato.

El desenlace irónico de Marcos, sin embargo, hace mella en cualquier tipo de superioridad y confianza en sí mismo que el lector pudiera tener, ya que el final es irónico con el propio lector. Ahora es el lector el que espera una cosa pero recibe otra. En todo el relato, Jesús ordena a la gente que se calle, pero ellos hablan de todos modos. Al final del relato, el joven le pide a las mujeres que hablen, pero, en un revés irónico, las mujeres permanecen en silencio. La ironía contra el lector se convierte, pues, en un desafío, una provocación a proclamar la buena noticia valientemente frente a la persecución, más que a permanecer callados como las mujeres.

6. Conclusión

El narrador de Marcos cuenta este relato de una forma agradable e interesante, frecuentemente con gracia e inteligencia. Al mismo tiempo, narra una historia que es a la vez inquietante y desafiante, un relato sobre la vida y la muerte, el destino del mundo y, por tan-

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90 Marcos como relato

to, el destino del lector. Como tal, el tono imperante del narrador hacia el lector es de gran seriedad. El autor ha puesto una gran capacidad narrativa en la tarea de empujar al lector a pensar en la vida de una manera nueva, a tener fe, a aceptar la nueva realidad y a buscar el coraje para vivir esta nueva vida a pesar del miedo.

Se podría resumir el trabajo del narrador de la siguiente manera. Por una parte, el narrador cuenta una historia llena de lagunas, plagada de todas las formas de suspense, salpicada de misterios y comparaciones que descifrar -con personajes asombrados con el desarrollo de los hechos, con giros y vueltas, con paradojas y con gran ironía-. El relato es deliberadamente ambiguo y el significado está con frecuencia oculto -si no para la audiencia, sí con certeza para los personajes de la historia-. El relato termina sin cierre. El sentido de la vida está oculto, ya que la soberanía de Dios está velada excepto para aquéllos que tienen oídos para oír y ojos para ver. No es obvio para el mundo que los que siguen a Jesús estén del lado de Dios. Para el narrador la vida es paradójica, ambigua, irónica, abierta e incierta.

Por otra parte, los patrones narrativos manifiestan un orden estructural y una intención que subyace a la incertidumbre y a la ambigüedad. Hay patrones de dos y tres círculos concéntricos, anticipaciones y ecos, episodios marco e interpolaciones, repeticiones de escenas tipo y motivos verbales. Todo el relato está salpicado de pinceladas de las Escrituras judías, con los designios de las profecías y su cumplimiento. Hay un diseño que parece aterrador y fuera de control. Pero este diseño debe ser visto con los ojos de la fe. Como cuando uno mira un puzle, uno puede mirar a Marcos durante mucho tiempo para al final distinguir el diseño de la soberanía de Dios en la forma, en los sitios y en la gente donde Marcos afirma que esta soberanía de Dios está presente. En cierto modo, por lo tanto, el narrador cuenta un relato diseñado para que el lector experimente todas las dichas y triunfos de la soberanía de Dios ocultos en la edad presente entre el sufrimiento y la ambigüedad de la vida, esperando mientras el regreso de Jesús con poder y gloria.

Los patrones narrativos y los rasgos literarios que hemos analizado en este capítulo se pueden ejemplificar prácticamente en todos los episodios del evangelio. Como la forma no se puede separar del contenido, la manera de contar no se puede separar de la historia, haremos uso de todos estos patrones narrativos cuando analicemos los escenarios, la trama y los personajes de este artístico evangelio.

4

Los escenarios

Los escenarios aportan a la narración un «mundo» donde los sucesos tienen lugar y los personajes actúan. Los escenarios en una narración contienen la descripción cósmica de espacio y tiempo, la cultura y la sociedad del mundo narrativo, los lugares geográficos, los espacios psicológicos, etc.

Los escenarios no son telones de fondo secundarios para los sucesos. Más bien sirven para muchas funciones: generan el ambiente, proporcionan la ocasión para un conflicto, revelan rasgos de los personajes cuando interactúan con ellos y evocan asociaciones presentes en la cultura de la audiencia. Los escenarios pueden transmitir importantes temas e incluso proporcionar la estructura global de un relato. Juntos, los escenarios otorgan las condiciones -las posibilidades y las limitaciones- en que los personajes trazan sus destinos'.

Ignorar los escenarios es dejar pasar muchas cosas del relato. Consideremos, por ejemplo, cómo los escenarios pueden determinar la acción de un relato: el ambiente de la ciudad de Vetusta en La Regenta de Clarín o el mundo rural levantino en las novelas de Vicente Blasco Ibáñez. Madrid aporta el contexto formativo a Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós. En La Odisea, en la Divina comedia de Dante y en La hija de la fortuna de Isabel Allende, los viajes estructuran el relato y reafirman la búsqueda de los personajes. Si los escenarios de estos relatos se alterasen, las mismas historias cambiarían significativamente.

De forma similar, en Marcos los escenarios se relacionan con las acciones y los sucesos de la historia de muchas maneras2. El esce-

1. Sobre el escenario en la literatura, cf. S. Chatman, Story and Discourse, Ithaca 1978, 62-107; M. Bal, Narratology, Toronto 1985, 43-45 y 93-99; W. A. Kort, Narrative Elements and Religious Meaning, Philadelphia 1975, 20-39; y S. Rimmon-Kenan, Narrative Fiction, New York 1983, 66-70.

2. Para los escenarios en Marcos, cf. W. Kelber, The Kindong in Mark: A New Time and A New Place, Philadelphia 1974; E. S. Malbon, Narrative Space and

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92 Marcos como relato

nario cósmico proporciona el espacio divino-humano a los acontecimientos que conducen el argumento. El escenario social (Israel bajo el poder de los romanos) proyecta una atmósfera de opresión y amenaza. Los viajes de Jesús y los discípulos por Galilea y hasta Je-rusalén otorgan el marco estructural a la narración en su conjunto. En este viaje, los escenarios físicos contribuyen al desarrollo temático: los contextos privados y públicos, el territorio israelita y gentil, el desierto, el mar y otros. Los escenarios son cruciales para determinados episodios: la ocasión del conflicto (trabajar en sábado), la causa de la acción (falta de comida en el desierto) y la fuerza que guía un episodio (una tormenta en el lago). Como mínimo, los escenarios en Marcos sitúan el ambiente y comentan, a veces irónicamente, la acción.

Los escenarios en Marcos son raras veces neutros. A través de Galilea y en su entrada en Jerusalén, Jesús tiene un recibimiento entusiasta. Sin embargo, Jesús se mueve también en un mundo hostil y se encuentra con poderes antagónicos en situaciones muy tensas. En las sinagogas y ciudades de Galilea, se enfrenta a fuerzas demoníacas violentas y a autoridades antagonistas. En el territorio gentil, se encuentra con una legión de demonios y una multitud de residentes irritados. En la atmósfera hostil de Jerusalén, hace frente a una incontenible oposición política.

Como una dimensión del escenario, el «tiempo» también está muy cargado. El sábado representa una ocasión para la amenaza de acusación a Jesús. La festividad de la Pascua -una imprevisible celebración de la liberación nacional de la esclavitud en Egipto-, intensifica los conflictos en Jerusalén y proporciona un contexto lleno de significado para la muerte de Jesús.

1. Escenarios cósmicos

El escenario más amplio para el relato de Marcos es la «creación de Dios». Esta creación es un cosmos cerrado y delimitado, una tierra plana con un cielo que se extiende desde la tierra hasta donde

Mythic Meaning in Mark, San Francisco 1986; M. A. Powell, What Is Narrative Criticism?, Minneapolis 1990,69-83; B. Deen Schildgen, Crisis and Continuity: Time in the Gospel ofMark, Sheffield 1998; y S. Smith, A Lion with Wings: ANarra-tive-CriticalApproach toMark's Gospel, Sheffield 1996, 124-165.

Los escenarios 93

Dios mora3. El cielo está circundado por una bóveda encima de la tierra de la que penden el sol, la luna, las estrellas y «los poderes del cielo». En las montañas, los personajes están más cerca del cielo, mientras que las nubes acercan la presencia divina desde arriba. Los «cuatro vientos» surgen del «extremo de la tierra». La nación de Israel está en el centro de este cosmos, rodeada por las naciones gentiles. Jerusalén es la capital de Israel y está dominada por el enorme complejo del templo -el centro religioso, político y económico de Israel-.

Este mundo está habitado por Dios y los ángeles, Satanás y los demonios, los animales puros e impuros y los seres humanos. En esta creación, la historia de la naturaleza y la historia del ser humano son la misma: «hambrunas» y «terremotos» acompañan «guerras» y «batallas», mientras que un «sol oscurecido» y unas «estrellas caídas» anuncian «el advenimiento del hijo de la humanidad» para juzgar. Además, este orden creado incluye límites sociales con la intención de mantener a algunas personas santas ante Dios, separando a los israelitas de los gentiles impuros y separando a los dirigentes de Israel de aquellos judíos considerados manchados -leprosos, recaudadores de impuestos, una mujer que padecía hemorragias y la gente poseída por espíritus inmundos-.

En el mundo del relato de Marcos, esta creación es un fracaso. Los seres humanos fueron creados para dominar al resto de la creación, pero la situación real es la contraria: los seres humanos están poseídos por demonios, atormentados por enfermedades y amenazados por tormentas en el lago. Especialmente, están oprimidos por otros seres humanos: los ejércitos romanos ocupan Israel y los dirigentes de Israel, que son designados por las autoridades romanas y responsables ante ellos, dominan a la gente de Judea. Los límites establecidos para proteger la santidad se han convertido en barreras que excluyen a los que más necesitan de la ayuda de Dios. Ésta es una «generación infiel», miserable, llena de un mal que a menudo se perpetra bajo el disfraz de servir a Dios. El mundo es la casa del fuerte, el territorio de Satanás, una atmósfera hostil a lo que necesita el ser humano y antagonista de la soberanía de Dios.

Sin embargo, el principio de este relato proclama que todo el escenario cósmico está cambiando. En medio de este mundo delimita-

3. Cf. Malbon, Narrative Space, y J. Robinson, The Problem of History in Mark and Other Markan Studies, Philadelphia 1982, reimpresión de 1957.

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do que fracasa, Dios abre los cielos y envía el Espíritu sobre Jesús, quien anuncia que «la soberanía de Dios ha llegado». La llegada de la soberanía de Dios cambia el espacio cósmico, porque el poder de Dios que viene de arriba está ahora disponible en la tierra para curar y para exorcizar. El poder de la soberanía de Dios sale de las fronteras locales, nacionales y naturales para convertir todo el espacio en un espacio de Dios. Después de la ejecución y la resurrección de Jesús, los seguidores se disponen a extender el santo poder de la soberanía de Dios fuera de Israel hasta los límites de la tierra.

La llegada de la soberanía de Dios también cambia el tiempo cósmico. Para Marcos, el tiempo está más marcado por momentos clave y tiempos oportunos que por días y horas. Y ahora es el tiempo oportuno, la llegada esperada durante tanto tiempo de la soberanía de Dios prometida por los profetas. La inauguración de Jesús de la soberanía de Dios, que trae las bendiciones de Dios en medio de esta edad funesta, se hará totalmente presente en poder antes de que «esta generación pase»4.

2. El escenario político-cultural

El escenario narrativo inmediato para la instauración de la soberanía de Dios es la nación de Israel bajo el control militar del Imperio romano. Herodes Antipas es el rey designado por los romanos en Galilea y Pilato es el procurador romano de Judea y Jerusalén5. Las autoridades judías en Jerusalén incluyen al sumo sacerdote Caifas -nombrado por Roma y responsable ante Roma-junto con los sumos sacerdotes, los ancianos y el resto del concilio nacional del «sanedrín». Gobiernan Judea y Jerusalén directamente y administran el templo, con tal de que mantengan el orden y aporten los tributos a sus superiores romanos.

4. Para una interesante visión de la relación entre el tiempo y la ética en Marcos, cf. D. O. Via Jr., ne Ethics of Mark's Gospel: In the Middles ofTime, Phila-delphia 1985, 25-66. Sobre las formas en que un final programado puede ser el principio organizador para una narración, cf. F. Kermode, El sentido de un final: Estudios sobre la teoría de la ficción, Barcelona 1983.

5. Para una descripción sociológica de este escenario en relación con Marcos, cf. C. Myers, Binding the Strong Man: A Political Reading ofMark 's Story of Jesús, Maryknoll 1986; H. Waetjen, A Reordering of Power: A Socio-Political Reading of Mark's Gospel, Minneapolis 1989,4-12; y R. L. Rohrbaugh, The Social Location of the Marcan Audience: Interpretation 47 (1993) 380-395.

Los escenarios 95

La sociedad descrita en el relato de Marcos es un ejemplo típico de las sociedades rurales de la antigüedad. Los gobernantes, incluidos los sumos sacerdotes, los ancianos y otros hacendados aristocráticos, constituyen un grupo de élite muy pequeño -gente de estatus y riqueza- que domina al pueblo. En el mundo narrativo de Marcos, los fariseos y los maestros de la ley (los escribas) son criados de la élite. Interpretan y aplican las leyes y tradiciones judías que Dios dio a Moisés. Estos dirigentes de Israel -por negligencia y explotación- no han producido «los frutos de la viña» en beneficio del pueblo, como Dios exige.

El resto es gente sencilla, que vive con lo justo (no hay clase media) -algunos campesinos que todavía tienen tierra, jornaleros, arrendatarios, comerciantes en los pueblos y pescadores en los alrededores del lago de Galilea-. Son conocidos por el nombre de sus pueblos («José de Arimatea», «María la Magdalena») y el de sus familias («Santiago el hijo de Zebedeo», «María la madre de Santiago»). Ellos constituyen las masas de Marcos, que están «como ovejas sin pastor». Entre ellos hay también leprosos, mendigos, ciegos o sordos y gente oprimida por enfermedades, discapacidades físicas y espíritus inmundos. El Jesús de Marcos lleva el nuevo orden social de la soberanía de Dios a este escenario sociopolítico de Israel, pidiendo un cambio radical.

En el relato de Marcos, el resto de la tierra está formada por las naciones gentiles -el Imperio romano y las naciones bajo su dominación-. Como los dirigentes judíos, los gobernantes gentiles «tratan con prepotencia» a la gente y sus superiores «ejercen autoridad sobre» ellos. Los discípulos proclamarán la soberanía de Dios a estas naciones, igual que Jesús lo había proclamado en Israel.

3. El viaje

El viaje de Jesús con los discípulos crea un marco para los sucesos descritos en el relato. Además, el viaje estructura la narración como un todo. La primera mitad del relato describe un viaje por toda Galilea y el territorio gentil de alrededor. La segunda mitad se focaliza en Jerusalén en tres fases: primero la peregrinación a Jerusalén, después las acciones y enseñanzas de Jesús y, finalmente, la historia de la crucifixión y el sepulcro vacío. Por supuesto, el viaje

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es más que un movimiento a través de un paisaje. El «camino de Dios» que sigue Jesús representa sus esfuerzos por inaugurar la soberanía de Dios en Israel, esfuerzos que terminan, temporalmente, con su ejecución en Jerusalén. Y los escenarios intensifican este movimiento hacia su muerte creando un embudo espacial que se estrecha a medida que se mueve hacia Jerusalén6. Entonces, el relato se abre de nuevo con el sepulcro vacío y la promesa del retorno a Galilea.

a) Esquemas de movimiento en el viaje

El río Jordán. El relato comienza en el río Jordán en el desierto de Judea, el lugar que da entrada a Jerusalén. La profecía inaugural pide dos veces a la gente que prepare el «camino del Señor».

Galilea. Después del arresto de Juan, Jesús y los discípulos viajan a través de Galilea, primero en Cafarnaún y los pueblos de alrededor y después por toda Galilea, incluso hacen varias incursiones en territorio gentil. Jesús se mueve rápidamente («inmediatamente») de sitio en sitio, cambiando de escenario más de cuarenta veces en estos viajes. La razón de este movimiento insistente es la extensión de la soberanía de Dios. Jesús dice: «Vamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues para esto he venido».

Galilea es el primer lugar al que Jesús lleva la soberanía de Dios y donde su llegada es recibida con entusiasmo. Los escenarios en Galilea forman el contexto en que Jesús llega a hacerse enormemente popular. Por ejemplo, los seguidores de Jesús llegan a ser demasiados para caber en las casas. Primero, entra Jesús en casa de Simón en Cafarnáun y, por la tarde, toda la ciudad se había agolpado a la puerta. Cuando vuelve a Cafarnaún, hay tanta gente congregada que no había sitio delante de la puerta. Más tarde, en otra casa, hay tal cantidad de gente agrupada que Jesús y sus discípulos no podían ni comer. Después, las casas ya no son más un escenario de la actividad pública de Jesús. El mismo problema surge también en las ciudades y en una ocasión la multitud era tal que Jesús no pudo entrar en una ciudad abiertamente.

Los escenarios pasan a ser después espacios abiertos, como «la orilla del lago». Cuando Jesús pasa primero junto al lago de Gali-

6. Kort, Story, 44-45.

Los escenarios 97

lea, está solo y elige a cuatro pescadores para que lo sigan. Cuando vuelve al lago, una multitud de personas lo sigue. Después, es seguido al lago por una muchedumbre «de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de TransJordania y de la región de Tiro y Sidón». Pide a sus discípulos que «le preparen una barca, para que no lo aplasten». Cuando Jesús viaja después al lago, la multitud es tan numerosa que tiene que sentarse en una barca para enseñar. Un esquema similar en el escenario abierto del «desierto» resalta también esta creciente respuesta popular a Jesús.

Sin embargo, Galilea es también el lugar donde Jesús primero encuentra la complicación y el conflicto en muchos escenarios. No es siempre libre para viajar como él desea. Ni el camino de Dios que Jesús recorre en Galilea es un viaje ordenado. Pues, mientras el movimiento rápido entre estos escenarios diferentes acentúa la urgencia y el éxito de los esfuerzos de Jesús por predicar, exorcizar y curar, los escenarios también revelan su incapacidad para controlar los obstáculos y conflictos que se encuentra a cada paso.

Territorio gentil. En muchas ocasiones, Jesús viaja más allá de Galilea al territorio gentil. Primero va a la región de las Diez Ciudades cruzando el lago de Galilea, donde exorciza la «legión» de demonios. Entonces, va al territorio de Tiro, se encuentra a la mujer sirofenicia, pasa por Sidón de vuelta hacia las Diez Ciudades y da de comer a cuatro mil gentiles en el desierto. Después viaja a las aldeas de Cesárea de Filipo. En Marcos hay una distinción entre la tierra santa de Israel y el territorio impuro gentil. Marcos describe a Jesús llevando la soberanía de Dios incluso a este territorio, anunciando un tiempo en que los discípulos proclamarán la buena noticia a «todas las naciones gentiles».

Los mismos modelos de respuesta a Jesús en Galilea se repiten en los territorios gentiles: popularidad en aumento, intensa oposición, retiro y multitudes en el desierto. La recurrencia de estos esquemas en territorio gentil muestra que, en el mundo narrativo, los gentiles responden a Jesús de la misma manera que los habitantes de Judea.

El viaje a Jerusalén. El momento crucial más importante que sucede en la mitad del relato está marcado por un cambio en el escenario. En Cesárea de Filipo, un escenario muy lejos de Jerusalén, Roca reconoce a Jesús como el ungido. En ese momento, Jesús comienza un viaje sin parar hacia Jerusalén y hacia su ejecución.

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El motivo verbal de «el camino» aparece más a menudo en este viaje a Jerusalén. La palabra se repite ocho veces, proporcionando marcas al viaje y comentario sobre su importancia. Este viaje comienza «en el camino» hacia las aldeas de Cesárea de Filipo. Después de esto, el trayecto avanza hacia Cafarnaún en el camino a través de Galilea, después hacia Judea y, pasando el Jordán, a Jericó; luego, cerca de Jerusalén, a Betfagé y Betania, al monte de los Olivos, para culminar en la entrada a Jerusalén y al templo.

Como el «camino de Dios» es una metáfora del seguimiento de Jesús al servicio de la soberanía de Dios, llega a ser el escenario donde Jesús instruye a sus discípulos en las expectativas y consecuencias del seguimiento. Se lleva también a los lectores a luchar junto con los discípulos en este viaje hacia un mayor conocimiento.

Jerusalén. Cuando Jesús llega a su destino, entra en Jerusalén aclamado por la muchedumbre que lo acompañaba7. En Jerusalén, la fiesta de la Pascua -la celebración de la liberación del dominio de Egipto- evoca una atmósfera de expectación y tensión.

También en Jerusalén, los conflictos se intensifican cuando Jesús, con sus acciones y enseñanzas en el templo, confronta a las autoridades con la soberanía de Dios. Pero como los escenarios diurnos son públicos, la multitud que le es favorable lo protege del arresto. Por la noche, Jesús se retira a escenarios privados fuera de la ciudad. Sólo al final entra en la ciudad por la noche donde ha organizado secretamente la cena de Pascua.

Después de la cena, Jesús y sus discípulos se van al monte de los Olivos. Antes, los escenarios privados de la montaña eran lugares de refugio. Ahora, mientras reza, un grupo hostil de las autoridades llega con espadas y palos para arrestarlo. Y aquí, al final, el esquema que hemos visto en otros escenarios se invierte; la oposición triunfa, la multitud no protege ya a Jesús y las autoridades vuelven a la multitud en su contra. Jerusalén, la capital de Israel, el lugar donde Dios habita en el templo, es el lugar donde Jesús es rechazado y asesinado.

Nuevo comienzo en Galilea. La escena final indica la vuelta a Galilea, la vuelta al comienzo del relato, la vuelta al lugar donde la soberanía de Dios había sido bien recibida. El mensaje del joven a las mujeres en el sepulcro con instrucciones para los discípulos pa-

7. Sobre la importancia del templo en Marcos, cf. D. Juel, Messiah and Temple: The Trial of Jesús in the Gospel ofMark, Missoula 1977.

Los escenarios 99

ra que fueran a Galilea sugiere un volver a empezar para los discípulos y para cualquiera que en el futuro del mundo narrativo elija seguir a Jesús. Además, Galilea apunta hacia las naciones gentiles, donde Jesús había dicho que «se proclamará la buena noticia».

En los viajes proyectados en el futuro del mundo narrativo, los discípulos encontrarán la misma oposición por parte de las autoridades, tanto en los escenarios de Judea como en los escenarios gentiles, pues Jesús profetizó que «serían entregados al sanedrín (judío) y azotados en las sinagogas» y que «comparecería (en juicio) ante gobernadores (gentiles) y reyes». Del mismo modo que había guiado a Jesús, el «camino de Dios» llevará a los seguidores a escenarios de confrontación y rechazo.

b) Escenarios que recuerdan el pasado de Israel

En el viaje, algunos escenarios recuerdan sucesos de la historia de Israel8. Evocando los recuerdos de la vida de Israel, los escenarios de Marcos sirven para que el lector conecte los sucesos de este relato sobre Jesús con los sucesos de la liberación en la historia de Israel.

El río Jordán. Después del éxodo de los israelitas de Egipto, el paso del río Jordán señaló la entrada en «la tierra prometida». En el siglo I, los profetas judíos invitaban a sus seguidores a repetir el paso del río Jordán con la esperanza de precipitar la liberación de Israel del Imperio romano. El bautismo de Juan en el Jordán recuerda la experiencia liminar que el río representa en la historia de Israel. Allí, judíos y jerosolimitanos acuden a Juan para convertirse, anticipando la llegada de la soberanía de Dios.

El desierto. El desierto está fuera del territorio habitado por los seres humanos, un lugar peligroso y amenazador con animales salvajes y escasez de comida. Éste es el lugar en el que Dios había preparado a los israelitas para entrar en la tierra de Israel. Después, Dios guió a los israelitas de nuevo a través del desierto desde el destierro en Babilonia para restaurar la nación. En Marcos, la profecía de Isaías que abre el evangelio recuerda estos sucesos mediante la voz en el desierto que convoca a la gente a «preparar el camino del señor».

8. W. M. Swartley, Israel's Scripture Traditions and the Synoptic Gospels: Story Shaping Story, Peabody, Mass. 1994.

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loo Marcos como relato

En Marcos, el desierto es también un lugar de prueba. Los israelitas fueron probados durante los cuarenta años que estuvieron vagando por el desierto. Contrastando con esto, Jesús soporta con éxito los cuarenta días tentado por Satanás; está incluso entre animales salvajes y los ángeles le sirven. Después Jesús vuelve solo a lugares desiertos para rezar y estos momentos recuerdan su anterior tentación. El desierto también prueba a los discípulos, dejando ver dos veces que no tienen fe en la posibilidad de alimentar con pan a la gente congregada.

El mar, el lago. En la cultura israelita, el mar era un lugar de caos y destrucción, tal y como aparece en los relatos israelitas de la creación y en el relato del diluvio. De forma similar en el relato de Marcos, Jesús se refiere al mar como un lugar para arrojar a alguien «con una piedra de molino colgada del cuello» o un lugar al que se traslada un monte para destruirlo. Una piara de dos mil cerdos se ahoga en el lago. Una dramática tormenta en el lago de Galilea amenaza con destruir a Jesús y a sus discípulos.

A pesar de la capacidad destructora del mar, la autoridad divina ordenó el caos en la creación y separó las aguas del mar Rojo en la salida de Egipto. Así, también, Jesús demuestra en el evangelio de Marcos que se le ha otorgado autoridad sobre la naturaleza: detiene el viento, calma el lago y después camina sobre él. Con esto, Jesús presenta su acceso al poder de Dios sobre las amenazas de la naturaleza y espera que los discípulos ejerciten la misma autoridad por medio de su fe en el poder de Dios.

Montañas. Las montañas era lugares para epifanías y revelaciones, porque las montañas llegan hasta el cielo inferior y acercan a la gente a Dios. Dios reveló la ley a Moisés en una montaña. En una montaña Dios se manifestó a Moisés y después a Elias. Desde una montaña Moisés vio la tierra prometida. Igualmente, en Marcos, la gloria divina se manifiesta en Jesús en una montaña y una voz desde el cielo revela a los tres discípulos que estaban con él que Jesús es el hijo único de Dios. También Jesús designa a los doce en una montaña y es en el monte de los Olivos cuando revela a cuatro discípulos el futuro de la soberanía de Dios por medio de profecías y advertencias.

La montaña fue a menudo un lugar de refugio y seguridad para algunos personajes de la historia de Israel. Asimismo, en el relato de Marcos, Jesús advierte que, ante la amenaza de guerra, la gente

Los escenarios 101

de Judea debería «huir a los montes». El mismo Jesús se retira varias veces a un monte a rezar, después de dar de comer a una multitud en el desierto y, por último, a Getsemaní.

c) Escenarios públicos y privados

En toda la narración hay un ritmo de ida y vuelta entre escenarios públicos y privados. Los escenarios públicos y privados marcan las dos principales líneas arguméntales del relato: las interacciones de Jesús con las autoridades y las interacciones de Jesús con los discípulos.

En la parte pública, los pueblos, sinagogas, casas, espacios desiertos entre los pueblos, la orilla del lago, Jerusalén y el templo constituyen los escenarios públicos en que Jesús exorciza demonios y realiza la mayor parte de las curaciones y actos de poder sobre la naturaleza. Aquí enseña a la muchedumbre.

También aquí sus acciones públicas provocan la oposición de las autoridades. Estos conflictos entre Jesús y las autoridades suceden en escenarios públicos, como las sinagogas, donde abiertamente se enfrentan unos con otros para que todos lo vean y donde el honor público se gana y se pierde. Según progresa el relato, Jesús deja de ir a las sinagogas y enseña en todas partes. Entonces las autoridades se enfrentan a él en espacios abiertos junto al lago y al otro lado del Jordán. En Jerusalén, en el templo, se enfrenta públicamente a todos los grupos de autoridades de Israel. Irónicamente, Jesús está de alguna manera protegido en el templo, gracias a la multitud que le es favorable. Posteriormente, un juicio y la crucifixión proporcionarán los últimos escenarios públicos para la vergüenza de Jesús.

En la parte privada, Jesús a menudo se retira con los discípulos a escenarios privados. Los lleva aparte a una casa, explica las comparaciones privadamente en una barca, se marcha a un monte con tres discípulos, enseña a cuatro de ellos en el monte de los Olivos, los aparta en el viaje a Jerusalén y celebra la cena de Pascua con ellos privadamente en la habitación del piso superior. Estos escenarios proporcionan el contexto para la enseñanza privada de Jesús a sus discípulos. Como tales, los escenarios privados contribuyen al secreto motivo del relato, porque esos personajes que están presentes, los que tienen información confidencial (igual que los lectores),

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tienen acceso a lo que está pasando allí, mientras que los otros personajes, los que están fuera, no.

Durante todo el evangelio, los escenarios privados refuerzan ante los lectores la solidaridad e intimidad entre Jesús y los discípulos, porque allí Jesús les confía muchas cosas, como las explicaciones de las comparaciones, las profecías sobre su muerte y las advertencias para el futuro. En la privacidad de la cena de Pascua, en una habitación del piso de arriba, cierra un pacto con los discípulos en relación a su inminente muerte. En Getsemaní, busca su ayuda en sus angustiadas oraciones.

Los conflictos entre Jesús y los discípulos suceden en estos escenarios privados. Jesús tiene muy pocos conflictos con los discípulos en público, pues en este ámbito los discípulos se alinean con Jesús en su enfrentamiento con las autoridades. En los escenarios privados, los conflictos entre Jesús y los discípulos no suponen una amenaza para el honor público, ni para Jesús ni para los discípulos -a pesar de que los discípulos compiten privadamente entre ellos por el honor-. Por tanto, para los lectores está claro que los discípulos están «con» Jesús incluso cuando se oponen a él.

d) El viaje como el camino de Dios

Así, el viaje es el «camino de Dios», una metáfora del seguimiento de Jesús en el servicio de la soberanía de Dios. Esto se confirma con los motivos verbales que representan la idea de «ir adelante» y «seguir» en el viaje. Juan es enviado «delante» de Jesús y Jesús va «delante» de los discípulos. Jesús viene «después» de Juan y los discípulos «siguen» a Jesús. Estas palabras no son sólo descriptores espaciales; reflejan el modelo de vida que es «el camino de Dios». Juan va antes que Jesús anticipando el esquema de vida de Jesús: fue «enviado» por Dios, «proclamado», «entregado» y «ejecutado». Por su parte, Jesús fue enviado por Dios, proclamado, entregado y ejecutado. Asimismo, los discípulos seguirán: son enviados para proclamar, serán entregados, llevarán su cruz y perderán sus vidas. Así, «el camino de Dios» anticipado por Juan y recorrido por Jesús será seguido por los discípulos. Incluso después de su crucifixión, y muy al final del relato, Jesús continuará «yendo delante de vosotros a Galilea», el lugar de la llegada primigenia de la soberanía de Dios.

Los escenarios 103

El espacio estructural del camino lleva a los lectores también a sumarse al itinerario del «camino de Dios». En el constante cambio de escenarios en Galilea, rara vez se ha permitido a los lectores entretenerse, pues rápidamente se encuentran metidos en la acción del lugar siguiente. La peregrinación posterior a Jerusalén lleva a los lectores a luchar junto a los discípulos y despierta su deseo de ver exactamente qué sucederá al final. Así, los escenarios orientan a los lectores hacia Jerusalén, donde los conflictos llegan a un punto crítico y los personajes son totalmente revelados. Haciendo esto, el relato involucra a los lectores en el viaje y el destino de Jesús. Y, al final, el relato invita a los lectores a continuar el viaje en su propio mundo real.

4. Conclusión

Empezamos diciendo que los escenarios proporcionan un mundo a la narración. Los escenarios también obsequian a los lectores con un mundo que puedan reconstruir en su imaginación. Como en una película, un relato oral o escrito transporta a los lectores a otro tiempo y lugar, a las posibilidades y limitaciones de una nueva manera de ver el mundo. Los lectores pueden emerger de esta experiencia con una nueva forma de ver su propio mundo y con un sentido diferente de pertenencia a este mundo. El relato de Marcos en particular invita a los lectores a ver la realidad de la soberanía de Dios y a unirse a Jesús en el viaje de servicio. Así, el escenario es más que un lugar y más que un ambiente. Al final, representa la manera en que la gente imagina el mundo y piensa sobre su lugar en él.

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5

La trama

La trama tiene que ver con los acontecimientos: cómo se ordenan, cómo se conectan y qué revelan. Los acontecimientos son acciones o sucesos que provocan cambio. Los acontecimientos son, por supuesto, inseparables de los escenarios y de los personajes: los escenarios proporcionan las condiciones para los acontecimientos y los personajes son los agentes que causan y reaccionan ante los acontecimientos. Pero centrarnos en la trama nos permite ver el esquema de los sucesos que dan a una narración su significado y direcciónl.

1. Aproximaciones a la trama

En este capítulo veremos la trama de Marcos brevemente desde varias perspectivas y ofreceremos a continuación un extenso análisis de los conflictos que comprende el argumento.

a) La unidad de la trama de Marcos

El relato de Marcos está unificado en torno a un objetivo global: Jesús lucha para establecer la soberanía de Dios en medio de obstáculos y oposición. Dentro de este movimiento global, hay tres líneas

1. Sobre la trama en la literatura, cf. W. A. Kort, Narrative Elements and Re-ligious Meaning, Philadelphia 1975, 59-85; Id., Story, Text, and Scripture, Univer-sity Park 1988, 24-29, 52-61; S. Chatman, Story and discourse, Ithaca 1978, 43-95; S. Rimmon-Kenan, Narrative Fiction, New York 1983, 6-28, 43-58; M. Bal, Narratology, Toronto 1985, 11-25,49-79; F. Kermode, El sentido de un final, Barcelona 1983; R Brooks, Readingfor Plot: Design andlntention in Narrative, New York 1985; N. Friedman, Forms ofthe Plot, en P. Stevick (ed.), The Theory ofthe Novel, New York 1967, 145-166; E. Dipple, Plot, London 1970; y R. Sholes-R. Kellogg, The Nature of Narrative, New York 1966.

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106 Marcos como relato

arguméntales, representada cada una por las interacciones de Jesús con un grupo de personajes: las fuerzas no humanas, las autoridades y los discípulos. Estas líneas arguméntales sirven todas al objetivo final de la narración, sin digresiones ni argumentos secundarios no relacionados. La mayor parte de los asuntos tratados en el relato se resuelven, aunque algunos se dejan estratégicamente inconclusos.

Los acontecimientos contribuyen al desarrollo general de la trama de diversas maneras. Podemos analizar las funciones de un acontecimiento en la trama preguntando cómo se relaciona con otros sucesos en el relato y qué diferencia habría si se omitiese tal acontecimiento. Algunos episodios son sucesos clave: sucesos ini-ciáticos que impulsan el relato hacia delante, sucesos que son puntos de inflexión o sucesos que representan el climax de una serie de episodios2. Por ejemplo, la unción de Jesús con el Espíritu santo es un suceso iniciático que promueve la inauguración de la soberanía de Dios; el episodio en que Roca reconoce a Jesús como el ungido supone un punto de inflexión entre los viajes de Jesús por Galilea y su viaje hacia Jerusalén; y la condena de Jesús por el sanedrín es el climax de una larga serie de esfuerzos por parte de los oponentes para acusar a Jesús.

Otros sucesos sirven a la trama de forma menos significativa. Algunos son consecuencia de los sucesos clave de la trama. Por ejemplo, los exorcismos son consecuencia de la confrontación triunfante de Jesús con Satanás en el desierto. Otros hechos conducen a los sucesos clave. Por ejemplo, los milagros se acumulan hasta que finalmente llevan al reconocimiento de Jesús por parte de Roca como el ungido, y los conflictos de Jesús con las autoridades se acumulan hasta que las autoridades llevan realmente a Jesús a la muerte. Sucesos similares pueden desarrollar temas en el argumento. En Marcos, no es raro que los sucesos sirvan al argumento de formas distintas a la vez.

b) Principio, mitad y final

Una manera de estudiar la trama es ver las formas en que las posibilidades se reducen o se expanden al tiempo que el argumento se

2. Para la distinción entre los sucesos clave (llamados nucleares) y los sucesos relacionados (llamados satélites), cf. Chatman, Story, 53-56.

La trama 107

desarrolla. La trama de Marcos responde a la definición de Aristóteles de un relato que tiene un principio, una mitad y un final: al principio, muchas cosas son posibles; a la mitad, las posibilidades son menores; y al final, todo parece necesario e inevitable3.

Podemos seguir el argumento de Marcos para ver cómo los posibles resultados se reducen y expanden. Al principio del relato, la soberanía de Dios llega y el pueblo de Israel es llamado a la conversión. Quizás todos seguirán a Jesús y la soberanía de Dios triunfará sin esfuerzo. Las respuestas iniciales de los discípulos y del pueblo son esperanzadoras. Casi inmediatamente, sin embargo, las autoridades se afianzan contra Jesús y los discípulos comienzan a tener problemas para entenderle. En la mitad del relato, después de que Roca por fin se da cuenta de que Jesús es el ungido, las posibilidades se reducen significativamente, a medida que Jesús comienza un viaje a Jerusalén camino del enfrentamiento con las autoridades, que lleva a la confrontación final en Jerusalén. Así, al final del relato, cuando llegamos a los sucesos de Jerusalén, todo parece necesario e inevitable: las acciones de Jesús determinan su destino y las autoridades lo condenan a muerte y lo ejecutan.

Muy al final del relato, las posibilidades de nuevo se abren y se expanden hacia el futuro. La resurrección comienza a invertir el resultado final en Jerusalén y prefigura el regreso de Jesús lleno de gloria y poder. El secreto de la identidad de Jesús puede ahora «ponerse en claro»: los discípulos y otros seguidores son desafiados a seguir el mandato de Jesús de proclamar la buena noticia a todas las naciones.

c) Conexiones en la trama de Marcos

También se puede estudiar la trama teniendo en cuenta las conexiones causales y de otro tipo entre un suceso y el siguiente. Marcos, como es típico en la narrativa antigua, presenta su relato como una serie de episodios que están sólo ligeramente conectados, de manera que la relación entre ellos no es obvia. A menudo, en los episodios hay conexiones explícitas causales, explicativas o consecutivas, tales como «pues», «porque», «pero», «por tanto» y «de

3. Aristóteles, Poética, ed. trilingüe de V García Yebra, Madrid 1992.

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modo que». Sin embargo, entre los episodios el nexo más usado es una simple conjunción «y», que sugiere una conexión temporal mínima (y esto sucedió después de aquello)4. Alguna vez hay una conexión causal explícita con el episodio siguiente: Jesús elude los esfuerzos del sumo sacerdote para atraparlo, de manera que envían a otros para sorprenderlo en sus propias palabras. Los nexos causales entre un episodio y el siguiente a veces están implícitos: las autoridades conspiran para destruir a Jesús y, por esto, Jesús se retira al lago.

A veces, la conexión causal implícita entre un suceso y el siguiente es «irónica»: el resultado de la acción es diferente de lo que los personajes pretendieron que fuese. Jesús ordena a la gente que se calle, pero ellos van proclamando de todos modos y, en un episodio posterior, se relatarán los resultados de su predicación. Jesús dice a la gente que escuche las comparaciones para que comprenda mejor, pero en el episodio siguiente la mente de los discípulos está embotada. Las autoridades esperan acabar con la amenaza de Jesús y asegurar su posición, y en el episodio siguiente Jesús resucita de entre los muertos.

A veces los sucesos están conectados retóricamente, por ejemplo, los episodios que se desarrollan en un esquema concéntrico, los que están intercalados o aquéllos que están en una serie de tres. Éstos sirven para hacer avanzar la trama, pero no necesariamente en una relación de causa-efecto. Incluso los sucesos para los que el lector no está preparado se pueden relacionar temáticamente. Por ejemplo, el joven que huye desnudo en Getsemaní parece surgir de la nada. Sin embargo, su desnudez representa gráficamente la vergüenza de la huida de los discípulos contada en el episodio precedente; y su detención y huida refuerza la amenaza de que Roca sea arrestado en la escena del patio, que se desarrolla en el episodio siguiente. Tales conexiones temáticas realzan el argumento, pero no son cruciales para él.

El efecto clave de estas vagas conexiones entre los sucesos en la trama de Marcos es que las causas de los acontecimientos y las relaciones entre ellos no disminuyen. La simple conjunción «y» que introduce tantas líneas y episodios deja abiertas posibles conexio-

4. G. Genette, Narrative discourse, Ithaca 1980, 33-85 y M. Perry, Literary Dynamics: How the Order of a Text Creates Its Meanings: Poetics Today 1:1 (1979) 35-64 y 311-361.

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nes con muchos episodios y sucesos previos. Por ejemplo, la traición de Jesús por parte de Judas es inmediatamente provocada por la voluntad de Dios, por las acciones de otros personajes y por la naturaleza del mismo personaje. Por lo tanto, cada uno de estos elementos representa una causa que provoca este suceso posterior. Mirar hacia atrás en la narración para determinar los muchos factores que llevan a este suceso particular revela la complejidad de la trama de Marcos.

d) El cumplimiento y el no cumplimiento de las expectativas

Los argumentos a menudo se organizan en torno a problemas y posibilidades que surgen y después son tratados por los sucesos que siguen. La gente está enferma. Un tormenta amenaza la vida. Las autoridades se oponen a Jesús. Los discípulos se resisten a su doctrina. ¿Cómo se resolverán estos problemas?

La trama de Marcos también ofrece posibilidades por medio de profecías, anuncios, mandatos y encargos. Se hacen profecías y luego los lectores siguen leyendo para ver cómo se cumplen. Se realizan anuncios, como, por ejemplo: «Tú eres mi hijo amado» o «La soberanía de Dios ha llegado», y los lectores continúan para ver cómo estas expectativas se verifican. Se ofrecen mandatos y encargos, como: «Convertios y tened fe en la buena noticia», «Sigúeme» o «Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga», y los lectores prestan atención para ver cómo estos mandatos son tenidos en cuenta por los personajes según se va desarrollando el relato5.

Sorprenden en la narración de Marcos los numerosos giros y vueltas que resultan de las expectativas originadas por el argumento. Las expectativas pueden ser revisadas o abandonadas. Se pueden cumplir irónicamente. Algunas se plantean en el relato y después se truncan: el inicio prometedor para los discípulos los llevará al fracaso en Jerusalén. Otras expectativas quedan sin cumplir: en el futuro del mundo narrativo, ¿verán los discípulos a Jesús en Galilea? Así pues, el relato de Marcos cumple algunas expectativas y deja otras con final abierto, sin cierre.

5. Cf. R. C. Tannehill, The Gospel ofMark as Narrative Christology: Semeia 16(1975)57-95.

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e) El resultado de la trama de Marcos

¿El argumento de Marcos termina en tragedia o en triunfo? La trama comienza con la salvación sorprendente por parte de Jesús de muchas personas que se encuentran en situaciones trágicas en sus vidas. Pero la trama de Marcos se tuerce inexorablemente hacia la trágica muerte de Jesús. El evangelio de Marcos es una trama en que la situación humana de Jesús y de los discípulos va empeorando 6. Esto no ocurre como consecuencia de algún error fatal o de cálculo por parte de Jesús, como en muchas tragedias griegas. Más bien, este destino es inherente a la naturaleza de su misión y a la resistencia del mundo ante tal misión. Jesús tiene éxito en ser fiel a Dios, pero los que mandan no aceptan su mensaje y es ejecutado. Pero hay un giro: lo que parece una tragedia se vuelve un triunfo. Jesús resucita y su proyectada vuelta llena de poder y gloria lo resarcirá.

Sin embargo, aunque Jesús triunfe al final, la trama es trágica para otros personajes. Por sus esfuerzos por salvarse a sí mismos y sus posiciones de poder, las autoridades dejan su papel de arrendatarios de la viña y se enfrentan al castigo venidero. Respecto a los discípulos, el final del relato deja en suspense su destino último. Incluso para los seguidores fieles de Jesús, su resurrección no borra fácilmente la tragedia de su muerte. Y si los discípulos tienen éxito proclamando la soberanía de Dios, se enfrentarán a sus propias tragedias personales en la persecución que vendrá. De forma similar, el destino trágico o triunfante del lector, al enfrentarse con la decisión de seguir o no seguir a Jesús fielmente, está en la balanza.

f) La trama supone conflicto

El conflicto es la lucha de fuerzas compitiendo por imponerse7. El conflicto está en el corazón de la mayor parte de los relatos. Sin conflicto, los relatos serían sólo una secuencia de sucesos coordinados, sin tensión ni suspense ni lucha por parte de los personajes. El

6. Para el análisis de Marcos como tragedia, cf. G. Bilezikian, The Libertated Gospel: A Comparison ofthe Gospel ofMark and Greek Tragedy, Grand Rapids 1977 y S. Smith, A Lion with Wings, Sheffield 1996, 112-123.

7. Para el análisis del conflicto en literatura, cf. L. Perrine, Story and Struc-ture, New York 21959, 58-65.

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conflicto revela las creencias y valores centrales de una narración. De las muchas aproximaciones al argumento que hemos esbozado, hemos elegido el análisis de los conflictos como la vía más útil para analizar detalladamente la trama de Marcos en su conjunto.

El análisis de conflictos precisa cuál es el objetivo general en la narración y después identifica las fuerzas que ayudan o dificultan ese objetivo. El objetivo que guía la narrativa de Marcos es que Dios establezca su soberanía en el mundo. Desde esta perspectiva, podemos ver cómo los distintos personajes favorecen o se oponen a ese objetivo y podemos ver las formas inesperadas en que el objetivo se alcanza a pesar de los obstáculos y oposiciones. La búsqueda de este objetivo por parte de Dios a través de Jesús hace que la gente y los grupos entren en conflicto unos con otros. Estos conflictos sirven para revelar el verdadero carácter de aquéllos que se oponen a la soberanía de Dios, de aquéllos que son fieles a ella y de aquéllos que fracasan en sus esfuerzos por seguirla. También, la oposición y el mal entendimiento implicado en los conflictos dan al protagonista una oportunidad para explicar a otros personajes (y a los lectores) la naturaleza y los valores de la soberanía de Dios.

Los relatos pueden presentar varios tipos de conflictos: conflictos con fuerzas sobrenaturales, como en La casa de los espíritus de Isabel Allende; conflictos con la naturaleza, como los personajes de La vorágine de José Eustasio Rivera; conflictos con la sociedad, como en El sí de las niñas de Leandro Fernández de Moratín; conflictos con otros individuos, como los personajes de Don Juan Tenorio de José Zorrilla; o un personaje puede estar en conflicto consigo mismo, como en San Manuel Bueno, mártir de Miguel de Unamuno. Es útil ordenar los distintos conflictos de un relato, trazar cada línea del conflicto y ver cómo los conflictos se relacionan entre sí.

En el evangelio de Marcos, Jesús, el protagonista, forma parte de cada uno de los conflictos señalados anteriormente: lucha con los espíritus inmundos; vence a las fuerzas amenazadores de la naturaleza; se enfrenta a las autoridades judías y gentiles; lucha con los discípulos; y lucha consigo mismo acerca de su muerte. Éstos son los principales conflictos. También nos encontramos conflictos secundarios: Juan el Bautista se enfrenta a Herodes; Jesús se enfrenta con su familia; y Jesús tiene conflictos con algunos personajes secundarios, como con la mujer sirofenicia.

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Hemos centrado nuestro análisis de conflictos en tres líneas arguméntales principales: (1) Jesús en conflicto con los demonios, la enfermedad y la naturaleza; (2) Jesús en conflicto con las autoridades; y (3) Jesús en conflicto con los discípulos8. Estas tres líneas de conflicto se entretejen y solapan en momentos importantes, pero cada conflicto tiene su propia dirección, contenido, ambiente y resolución. Nuestro análisis de los conflictos incluye una consideración sobre el origen, intensificación, resolución y consecuencias de cada uno, de cómo puede caracterizarse, de cuáles son los puntos de vista que se enfrentan y de qué es lo que está enjuego. Antes de empezar el análisis, sin embargo, queremos presentar el motivo desencadenante de todos los conflictos en Marcos: la llegada de la soberanía de Dios.

2. La soberanía de Dios inicia los conflictos

En el relato de Marcos, Dios es el «personaje» activo o la fuerza que conduce toda la trama, pues Dios actúa para completar la «creación que Dios creó»: Dios profetiza poderosas palabras a través de Isaías; Dios envió a Juan; Dios rasgó los cielos y envió el Espíritu santo sobre Jesús; Dios ungió a Jesús para marcar el comienzo de la soberanía de Dios; y Dios otorgó poder a Jesús y a los discípulos para llevar a cabo actos de poder. Es Dios quien inicia la soberanía y quien da a luz su fruto. Y es Dios quien establecerá la soberanía del poder cuando Jesús regrese en una generación9.

Podemos deducir el papel de Dios de una variedad de elementos en la narración: las palabras y acciones de Dios en el relato, las citas de las Escrituras, las comparaciones de Jesús, los valores promovidos por el relato, etc. Partiendo de la base de estas pistas, el papel general de Dios en el relato es el siguiente: Dios creó el mundo, estableció una ley para el pueblo en las Escrituras y reveló un plan para el futuro a través de los profetas. Según la comparación, el dueño de una viña (Dios) estableció una viña (Israel), la arren-

8. Nuestro objetivo aquí es trazar los principales conflictos como se desarrollan en la narración. Para analizar episodios individuales con detalle, cf. los ejercicios del Apéndice 2.

9. Sobre el papel de Dios en Marcos, cf. J. R. Donarme, The Neglected Factor inMarkan Studies: Journal of Biblical Literatura 101 (1982) 563-594.

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dó a unos labradores (las autoridades judías) y envió siervos (profetas) para recoger el fruto de la viña. Pero los labradores hicieron uso de la violencia contra los siervos para controlar ellos mismos la viña.

La narración de Marcos comienza con el señor de la viña (Dios) que envía a su hijo (Jesús) a la viña, no sólo para obtener el fruto de la viña para Israel, sino también para convocar a Israel a su papel histórico entre las naciones gentiles. Ha llegado el momento de que Dios restablezca la creación. Lo que está enjuego no es sólo el destino de Israel, sino también el destino de todas las naciones en la inminente culminación de la soberanía de Dios sobre todo el mundo.

Es, pues, la actividad de Dios la que desencadena la acción del relato. A través de las palabras y acciones del representante de Dios, Jesús, la soberanía de Dios desafía a todas las demás afirmaciones de poder. Hay varias razones clave para que la soberanía de Dios evoque tal oposición.

En primer lugar, la soberanía de Dios genera conflicto porque inicia una transformación de los órdenes naturales y sociales. Como vimos en nuestro análisis de los escenarios, la creación está torcida: los demonios dominan al pueblo, las enfermedades le acechan, la naturaleza amenaza con la destrucción y unos seres humanos oprimen a otros seres humanos. La llegada de la soberanía de Dios significa que ahora hay acceso al poder para restaurar la creación re-conduciendo a los seres humanos a su papel genuino en el orden natural. Además, la soberanía de Dios invoca un nuevo orden social libre del tipo de opresión humana que caracteriza a los gobernantes judíos y romanos. De esta forma, Jesús condena a las autoridades por ser negligentes, destructivas y opresoras. El resultado es que tiene serios conflictos con los poderes vigentes.

Además, la soberanía de Dios inicia conflictos porque invade el territorio de la impureza tal y como está establecido en la cultura del relato de Marcos10. En el relato de Marcos, la sociedad ha creado fronteras para evitar el contacto con aquéllos que son impuros. Las autoridades creen que la gente alcanza la santidad separándose de las personas y de las cosas que les convierten en impuros -los leprosos, la hemorragia de las mujeres, los cadáveres, la gente con es-

10. Cf. J. H. Neyrey, The Idea ofPurity in Mark's Gospel: Semeia 35 (1986) 91-128 y D. Rhoads, The Social Study ofMark: Crossing Boundaries, en J. C. An-derson-S. Moore (eds.), Mark and Method, Minneapolis 1992, 135-161.

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píritus inmundos, la comida impura, etc.-. La llegada de la soberanía de Dios hace añicos esta orientación porque, en vez de alejarse de lo profano, Dios propaga ahora enérgicamente la santidad y la salud por medio del poder del Espíritu santo. Por eso Jesús entra en directa confrontación con los dirigentes que controlan los mismos límites que la soberanía de Dios pretende superar.

Asimismo, la soberanía de Dios engendra conflicto porque Dios actúa fuera de los tradicionales cauces de poder. Desde el punto de vista de las autoridades, Dios actúa desde el centro instaurado en Jerusalen. Por el contrario, para Marcos, la soberanía de Dios empieza en la periferia, en los márgenes. El perdón de los pecados que tiene lugar en el templo sucede ahora en Galilea. La interpretación de la ley que emanaba de Jerusalen tiene lugar ahora en el pueblo de Cafarnaún. La autoridad del sumo sacerdote y del sanedrín es asumida ahora por un carpintero de Nazaret. La soberanía de Dios comienza entre la gente de clase social baja -no entre los gobernantes, sino entre el pueblo; no con los así llamados justos, sino con los pecadores-. De este modo, Jesús entra en conflicto con las autoridades.

En todo esto, la soberanía de Dios genera conflicto porque rompe la concepción convencional de Dios y crea una nueva percepción de Dios. En lugar de vigilar fronteras, ahora Dios las cruza. En lugar de permanecer en el templo, Dios se escapa para estar disponible en cualquier lugar (éste es el significado de la cortina del templo rasgada). En lugar de retirarse de lo profano, Dios propaga la santidad. En lugar de actuar desde el centro, Dios actúa desde los márgenes. Dios envía a un ungido que no domina, sino que sufre la persecución y la muerte en el servicio a los demás. Con todo esto, las autoridades están atrapadas dentro de los odres viejos de sus ideas convencionales, incapaces de ver el vino nuevo presente entre ellos. Juzgando el vino nuevo con las categorías de los odres viejos, estropean el vino -y también acaban destruyendo además los odres-.

a) Primera fase: La inauguración de la soberanía de Dios

En el mundo narrativo, la soberanía de Dios se introduce en dos fases. La primera se inicia con la proclamación y divulgación de la soberanía de Dios por parte de Jesús y continúa después de la eje-

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cución y resurrección de Jesús en el futuro imaginario del relato hasta que llegue la segunda fase, el establecimiento final de la soberanía de Dios.

En la primera etapa, Jesús inaugura en Galilea la soberanía de Dios con sus abundantes bendiciones y gozos. Jesús junta a unos discípulos y crea una relación como de familia entre todos aquéllos que responden -sin tener en cuenta la condición social, el sexo, el estado de pureza, ni siquiera la nacionalidad "-. Jesús cura a la gente de sus dolencias, exorciza los espíritus inmundos, recibe a recaudadores de impuestos y a pecadores, y da de comer a la gente incluso en el desierto. Para el pueblo llano del relato de Marcos cuya subsistencia es mínima y a menudo está amenaza, el cuidado de la salud y el suministro de alimentos es realmente una buena noticia.

Esta primera etapa proclama y demuestra la soberanía de Dios para que la gente tenga la oportunidad de responder ante ella antes de que se establezca por fin. Jesús y sus seguidores siembran la semilla de la soberanía de Dios y la gente revela con sus respuestas si pertenecen a ella. Durante este periodo, las alegrías y bendiciones de la soberanía de Dios son verdaderamente abundantes para los que se convierten y muestran solidaridad con ella. Pero, dada la oposición descrita en el relato de Marcos, también está claro que la soberanía de Dios todavía no ha llegado con pleno poder y gloria. Destacan dos aspectos: la soberanía de Dios viene por caminos ocultos y con poder limitado.

En primer lugar, la soberanía de Dios está oculta n. No viene con señales inequívocas del cielo, sino en lugares imprevistos y fuera de los cauces tradicionales. Jesús preserva oculta la soberanía de Dios hablando en comparaciones y rehusando dar señales a quien se las pide. Los personajes tienen que distinguir la soberanía de Dios por ellos mismos. Algunos están ciegos. Otros, los que han recibido el misterio de la soberanía de Dios, se dan cuenta de que los exorcismos y las curaciones revelan que Dios ha comenzado ya su soberanía sobre el mundo.

11. Para una mirada comprensiva de la naturaleza del movimiento de Jesús tal y como se describe en el relato de Marcos, cf. D. Rhoads, Mission in the Gospel ofMark: Currents inTheology and Mission 22 (1995) 340-355.

12. Sobre el secreto mesiánico y otras dimensiones de lo que está oculto en Marcos, cf. la colección de ensayos en C. Tucket (ed.), The Messianic Secret, Phi-ladelphia 1983; H. Ráisánen, The «Messianic Secret» in Mark, trad. C. Tucket, Edinburgh 1990; y J. Marcus, The Mystery ofthe Kingdom ofGod, Atlanta 1986.

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También contribuye a esta preservación de la soberanía de Dios el hecho de que Jesús no anuncie su identidad ni permita que otros lo hagan. Cuando los demonios lo dicen, les ordena que se callen. Cuando los discípulos se dan cuenta de que es el ungido, les ordena que no se lo digan a nadie. Cuando finalmente revela su identidad en el juicio ante el sumo sacerdote, la soberanía de Dios permanece oculta, pues la verdad de la afirmación de Jesús todavía está oculta para los que no tienen ojos para ver13. Además, Jesús invita a sus seguidores a vivir una vida cuyo significado y grandeza estarán ocultos al mundo hasta que llegue el final. No está claro para la mayoría de la gente del relato de Marcos que Jesús y sus seguidores, que son perseguidos y ejecutados, sean los representantes de la soberanía de Dios.

En segundo lugar, en esta primera fase de la soberanía de Dios el poder está limitado. Evidentemente, Jesús y sus seguidores tienen acceso al poder de Dios sobre todas las fuerzas no humanas -demonios, naturaleza y enfermedad-. En estos conflictos los representantes de Dios son claramente vencedores. Sin embargo, el poder de la soberanía de Dios está limitado, porque Dios no concede a Jesús y a sus seguidores autoridad para imponerla en otros seres humanos. La soberanía de Dios es tal que la gente tiene que utilizar el poder para servir a los otros, no para dominarlos u oprimirlos.

Esta situación de autoridad y poder limitados pone en peligro a los representantes de la soberanía de Dios. Como la soberanía de Dios desafía a todas las demás afirmaciones de autoridad, los conflictos continúan entre los que eligen aceptarla como buena nueva y los que se oponen a ella. Y aunque Jesús y sus seguidores tienen autoridad para denunciar la opresión humana, no tienen autoridad para detener a los opresores por la fuerza. De lo contrario, los representantes de Dios se sentirían culpables de tratar con prepotencia a los demás. Así, enfrentándose y denunciando a los opresores, los representantes de Dios se buscan represalias y se convierten en víctimas de toda opresión a la que se oponen. En este conflicto, Jesús y sus seguidores parecen ser los perdedores.

En el futuro del mundo de la narración, la primera fase de la soberanía de Dios dura más allá de la ejecución y resurrección de Jesús, cuando los discípulos y otros continúan la tarea de predicar a Israel y a las demás naciones.

13. Cf. J. D. Kingsbury, The Christology of Mark's Gospel, Minneapolis 1983.

La trama 117

b) Segunda fase: La culminación de la soberanía de Dios

Hacia la mitad del relato, Jesús comienza a hablar sobre la instauración final de la soberanía de Dios. A partir de ese momento en la narración, la inminencia de esta segunda fase de la soberanía de Dios proyecta una sombra a los actos posteriores. En el futuro del mundo narrativo, la instauración completa de la soberanía de Dios tendrá lugar antes de que la generación de Jesús desaparezca (antes de que todos los vivos hayan muerto). Después no habrá más una oportunidad para la conversión, puesto que el juicio va a llegar.

En su culminación, la soberanía de Dios no se ocultará más. Será revelada «con gloria». Todos contemplarán al hijo de la humanidad llegando envuelto en nubes para congregar a los elegidos. Además, la soberanía de Dios ya no estará limitada en su poder. Llegará ahora con poder también sobre los seres humanos. Dios abiertamente y por fin resolverá todos los conflictos, pues establecerá la soberanía de Dios «con poder».

La resolución final de la soberanía de Dios supone un sorprendente cambio. Los que eran grandes ante los ojos del mundo, los que dominaban sobre los demás, serán los últimos y serán condenados. Por el contrario, los que dieron sus vidas como siervos de los demás en nombre de Jesús y de la soberanía de Dios serán enaltecidos. En la proyección de Marcos al futuro, el representante de Dios para gobernar será Jesús. En el futuro imaginario del relato, este cambio será anunciado en la etapa entre la muerte de Jesús y el final: Jesús resucitará, el templo será destruido y la viña será entregada a otros.

En resumen, la soberanía de Dios sobre los demonios, los ángeles, la naturaleza y la gente se presenta al principio oculta y con poder limitado. Esta soberanía exige la máxima lealtad y genera conflictos con los que se resisten y oponen. La instauración inminente de la segunda etapa de la soberanía de Dios con poder en una generación proporciona urgencia e intensidad a los conflictos de la primera etapa, porque, en ese momento futuro, Dios resolverá todos los conflictos por medio de su juicio y de su salvación. El mundo narrativo no irá más allá de la conclusión de esa generación antes de que este fin llegue. En este amplio marco de la soberanía de Dios podemos ahora examinar las tres líneas de conflicto en primer plano.

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3. Jesús en conflicto con las fuerzas no humanas

Como representante de Dios, Jesús tiene poder sobre las fuerzas no humanas que amenazan y oprimen al pueblo -Satanás, los demonios, la enfermedad y la naturaleza-.

Inmediatamente después de que Jesús se proclamase hijo de Dios, el Espíritu lo impulsa al desierto para sufrir las tentaciones de Satanás. La descripción de Jesús que soporta los cuarenta días, que está junto con los ángeles y que emerge para proclamar la soberanía de Dios, sugiere que él es el vencedor en este encuentro directo con Satanás, conclusión apoyada por la autoridad posterior de Jesús sobre los espíritus inmundos. En el desierto con Satanás, como explica después Jesús en una comparación, él «ata al fuerte» y entonces puede «saquear su ajuar» exorcizando a los demonios.

Así, la solución del conflicto con Satanás se encuentra en las tentaciones al principio del relato. No hay desarrollo del conflicto a lo largo del relato, sino intensificaciones en los episodios específicos de exorcismo. Los exorcismos posteriores son simplemente una consecuencia de la solución inicial, una operación de limpieza. Así, en la descripción de Marcos, Satanás no es el último enemigo derrotado, sino el primero. Atando a Satanás en el desierto, Jesús acaba con el poder de Satanás sobre el mundo. Acallando a los demonios, Jesús demuestra que la soberanía de Dios sobre el mundo «ha llegado». Posteriormente, Jesús otorga autoridad sobre los demonios a los que lo siguen.

Jesús demuestra convincentemente su poder sobre los demonios -en el endemoniado de la sinagoga de Cafarnaún, el hombre poseído por una «Legión», la hija de la mujer sirofenicia, el chico con el espíritu sordo y mudo, y otros casos contados más brevemente-. Los conflictos entre Jesús y los demonios son hostiles, están llenos de ira y temor. Es una confrontación pura y simplemente de poder -el Espíritu «santo» que está en Jesús está en conflicto con los espíritus «inmundos» que poseen a los endemoniados-. El objetivo de Satanás y de los espíritus inmundos es sobrevivir dominando y destruyendo a la gente. Teniendo atado a Satanás, el objetivo de Jesús es destruir a los espíritus inmundos para liberar a la gente.

Este conflicto con los espíritus inmundos conlleva muestras de poder que son dramáticas y violentas, enérgica y emocionalmente desgarradoras. Los demonios son fuerzas poderosas que buscan

La trama 119

destruir a aquéllos que poseen. Los demonios arrojan al suelo a los que poseen, les provocan convulsiones, hacen que echen espuma por la boca, los arrojan al fuego y al agua o hacen que griten y se golpeen a sí mismos con piedras. Los demonios buscan también tener poder sobre Jesús llamándolo «el santo de Dios» e «hijo del Dios altísimo». Los demonios encarnan en una forma extrema la naturaleza del mal que controla a los personajes humanos de Marcos -tener miedo, dominar a los demás, intentar salvarse ellos mismos y estar dispuestos a ser destructivos para sobrevivir-.

El combate es claramente desigual. Como el «fuerte» con poderes otorgados por el Espíritu santo, Jesús es mucho más poderoso que los demonios. Los demonios reconocen quién es Jesús y le tienen miedo. El espíritu inmundo en Cafarnaún grita a Jesús: «¿Has venido a destruirnos?». Más tarde, la «Legión» suplica a Jesús: «No me atormentes». Jesús reprende a los demonios fácilmente, los expulsa con órdenes que inmediatamente obedecen. Jesús tiene a veces que obtener información sobre el espíritu inmundo para efectuar el exorcismo, pero no hay duda de cuál será el resultado.

Jesús tiene un poder similar sobre las enfermedades y discapacidades -otras fuerzas no humanas que oprimen y reducen a la gente-. En esta cultura, tales enfermedades y discapacidades generalmente eran consideradas consecuencia del pecado, ya sea del pecado propio o del cometido por algún antepasado. En el relato de Marcos, es la voluntad de Dios que las enfermedades y discapacidades sean vencidas. Así, Jesús limpia la lepra, sana enfermedades, remedia aflicciones, cura parálisis y restablece la vista, el oído y la mano atrofiada. Como con los exorcismos, Jesús da órdenes o toca a la persona enferma y la respuesta es inmediata. En un caso, Jesús perdona los pecados que causaron la parálisis. En otro caso, Jesús hace que las enfermedades se alejen de los suplicantes igual que expulsa a los demonios. Y Jesús autoriza a sus discípulos para que curen.

También, como otro aspecto de la restauración de la creación, Jesús tiene autoridad sobre la naturaleza como una fuerza no humana que puede destruir o despojar a la gente de sus cosas. Jesús ordena al viento y calma el lago, camina sobre el agua, multiplica dos veces los panes y los peces para la gente hambrienta en el desierto y hace que una higuera se seque de raíz. En cada caso, Jesús está respondiendo a una amenaza o a un fallo de la naturaleza para pro-

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porcionar recursos que atiendan las necesidades de los seres humanos. Jesús pretende que sus discípulos ejerciten la misma autoridad sobre la naturaleza.

Los exorcismos, curaciones y actos de poder sobre la naturaleza suceden casi siempre durante la actividad de Jesús en Galilea. Cuando Jesús se traslada a Jerusalén estos actos de poder se vuelven más raros y principalmente cumplen la función de comentar la acción. En el viaje a Jerusalén, Jesús sólo lleva a cabo dos curaciones (de hombres ciegos), sucesos que sirven en el relato como contrapunto al fracaso de los discípulos para «ver» lo que Jesús les enseña. En el viaje, lleva a cabo sólo un exorcismo, que ilustra la falta de fe de los discípulos. En Jerusalén, Jesús no realiza ningún acto de poder excepto cuando maldice la higuera sin fruto, episodio paralelo a su ataque en el templo por el fracaso de los dirigentes de Israel para producir fruto en la viña de Dios. En la primera mitad de Marcos, predominan los conflictos con las fuerzas no humanas; en la segunda mitad, predominan los conflictos con la gente.

De este modo, el Jesús de Marcos tiene claramente autoridad sobre la naturaleza, los demonios y la enfermedad. Por el contrario, las dificultades surgen en los conflictos con la gente, pues Jesús no tiene autoridad para controlar a las personas. No puede exorcizar o curar cuando ese acto depende de la fe de alguien en el poder de Dios y tal fe no está presente. Cuando la gente en Nazaret no tiene fe, Jesús no es capaz de curar a muchos. Y no tiene poder para hacer que la gente tenga fe. Jesús no tiene autoridad para «dominar» a la gente; no puede hacer que alguien actúe como él quiere que lo haga. Puede ordenar a la gente que se calle, pero no puede hacer que le obedezcan, como hace con los demonios. Así, debido a las limitaciones de su autoridad, los conflictos de Jesús con la gente son más difíciles y más igualados que los que tuvieron lugar directamente con fuerzas demoníacas y con la naturaleza.

4. Jesús en conflicto con las autoridades

Los conflictos entre Jesús y las autoridades son dramáticos y hostiles, se caracterizan por el engaño y la hábil evasión. Jesús inicia el conflicto por sus acciones y palabras, y las autoridades se oponen a él, con lo cual él se defiende y contraataca. En el relato de

La trama 121

Marcos, el conflicto se debate entre vivir según los términos de Dios y vivir según los términos humanos.

Lo que está en juego es la instauración de la soberanía de Dios en Israel y a la larga en el mundo. Por una parte está Jesús, que pide una renovación radical de Israel a nivel tanto nacional como individual por medio de la sumisión a la soberanía de Dios -por vías que las autoridades consideran ilegales-. Por otra parte están los dirigentes judíos de la nación y los defensores de la tradición, quienes tienen autoridad y poder legal tanto en Jerusalén como en el campo. Se dedican a proteger las leyes de Dios, a defender su santidad y a mantener sus posiciones en la sociedad y con los romanos. Detrás de ellos está el poder de los conquistadores romanos representado por Herodes en Galilea y el procurador Pilato en Judea -con autoridad para realizar ejecuciones-. Los conflictos entre Jesús y las autoridades son públicos y las autoridades actúan para defender su honor ante la gente.

Este conflicto es también una amenaza para la vida, porque el destino de Jesús -y también el destino de las autoridades- está en la balanza. Jesús es superior en el debate y evade inteligentemente sus esfuerzos por acusarlo, y a lo largo de casi todo el relato tiene al pueblo de su parte. Como Jesús intensifica el conflicto yendo a Jerusalén y atacando el templo, la oposición también se acrecienta e intensifica sus estrategias. Jesús está en desventaja porque no tiene autoridad para dominar al pueblo, mientras que la oposición usará la fuerza para imponerse. El suspense se crea en torno a cuándo y cómo destruirán las autoridades a Jesús y qué supondrá esto. Y la solución, cuando llega, es irónica.

a) El desarrollo del conflicto en la trama

Con un mandato para instaurar el nuevo orden social de la soberanía de Dios, Jesús inicia un movimiento entre las multitudes que es visto como una amenaza por las autoridades políticas. Establece un centro alternativo de autoridad eligiendo doce discípulos -«doce» representan metafóricamente al pueblo de Israel (las doce tribus)-. Asume autoridad para interpretar leyes, abolir tradiciones, perdonar pecados, atravesar las fronteras que delimitan lo puro y lo impuro y declarar cómo debería ser gobernado el templo. Aquí seguimos el argumento a través de la geografía del viaje de Jesús.

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Galilea. La tensión y el suspense quedan especialmente claros en los cinco enfrentamientos iniciales entre Jesús y las autoridades en Galilea -episodios narrados con una estructura concéntrica-. En los conflictos, el asunto es el siguiente: «¿Quién tiene autoridad para hablar y actuar en nombre de Dios?». Los dirigentes son las autoridades tradicionales en Israel con la responsabilidad de interpretar la ley, defender las tradiciones y ocuparse de los pecados de la nación a través del sistema del templo. Por el contrario, como representante de la soberanía de Dios, Jesús entiende que Dios quiere que cure a la gente y la libere de los demonios. Jesús les dice a las autoridades que deberían juzgar la nueva realidad de la soberanía de Dios (el vino nuevo) con nuevos parámetros (en odres nuevos), pero en lugar de esto las autoridades lo interrogan y lo acusan.

En estos cinco conflictos en Galilea, la oposición contra Jesús aumenta. Uno a uno, se van introduciendo nuevos grupos asociados a los grupos ya establecidos de oponentes: primero, los maestros de la ley locales, después los maestros de la ley de los fariseos, luego los fariseos, más tarde los fariseos con los herodianos. Además, sus esfuerzos para apresar a Jesús se intensifican: primero, los oponentes acusan a Jesús sólo en sus mentes; luego, preguntan a los discípulos sobre las acciones de Jesús; después, preguntan directamente a Jesús sobre el no cumplimiento de una tradición; después de esto, le preguntan sobre el comportamiento ilegal de los discípulos; después, vigilan a Jesús para encontrar cargos contra él por comportamiento ilegal; y, por último, salen y se confabulan para destruirlo. Al final de estos cinco episodios, cuando las autoridades comienzan a conspirar contra Jesús, los bandos están claramente definidos.

Durante el resto de actividades de Jesús en Galilea, la polarización de las dos partes se solidifica y la oposición se expande para incluir a los maestros de la ley de Jerusalén, a Herodes y a los fariseos de Jerusalén. Las autoridades de Jerusalén deshonran el nombre de Jesús alegando que actúa por autoridad del príncipe de los demonios. Por su parte, Jesús replica que ellos han cometido un pecado imperdonable juzgando al Espíritu santo como si fuera un espíritu inmundo. Más tarde, las autoridades lo acusan de no seguir la tradición de los antepasados y buscan desacreditarlo como profeta pidiéndole una señal de su autoridad. A su vez, Jesús llama a los fariseos «hipócritas» y clama contra el daño que sus doctrinas

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hacen al pueblo. La ejecución de Juan por Herodes y la amenaza a Jesús (Herodes piensa que Jesús es Juan resucitado) sólo aumenta el suspense.

El viaje a Jerusalén. Durante esta etapa hay un pequeño conflicto directo entre Jesús y las autoridades. No obstante, Jesús prevé el inminente enfrentamiento con las autoridades en Jerusalén, profetizando que sería condenado y ejecutado por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley, los ancianos y los gentiles -todos los oponentes de Jerusalén que se alinearán contra él-. Sólo una vez en el viaje las autoridades se incluyen realmente en la acción: cuando Jesús regresa al antiguo territorio de Juan en el Jordán, los fariseos intentan que Jesús haga la misma declaración sobre el matrimonio y el divorcio que llevó a Juan a la muerte por mandato de Herodes.

Jerusalén. La confrontación culminante en Jerusalén viene enseguida. Jesús ataca y ocupa por poco tiempo el templo, volcando violentamente las mesas y sillas utilizadas para vender y comprar, expulsando a los mercaderes y citando las Escrituras en defensa de su acción. Como reacción a esto, las autoridades nacionales determinan atraparlo. Primero, quieren destruirlo; luego, buscar una manera de detenerlo; y después, planean un engaño. En este momento, la cuestión es la siguiente: ¿Cómo lo apresarán al final?

Mientras tanto, Jesús y las autoridades entran en discusión. Los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos intentan engañarlo para que afirme que está actuando según la autoridad de Dios (lo que para ellos es una blasfemia). Cuando esta estratagema falla, envían a los fariseos y a los herodianos para cazarlo en sus propias palabras. Luego vienen los saduceos. Sin embargo, Jesús se impone en la discusión con las autoridades, los humilla ante la multitud y desenmascara su hipocresía. En estas discusiones, Jesús alega en favor de sus acciones la autoridad de las Escrituras, narra comparaciones contra ellos, cita las Escrituras para condenarlos, los supera con su conocimiento e interpretación de la ley, ataca verbal-mente a los escribas que explotan a las viudas y profetiza un juicio contra ellos.

En estas discusiones, Jesús públicamente desafía el honor de las autoridades. Incluso sugiere que no conocen las Escrituras diciendo:

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«¿No habéis leído en el libro de Moisés...?». Las autoridades, a su vez, intentan atraparlo. Acusan y amenazan a Jesús para humillarlo en público. Cada vez más, el éxito de sus réplicas cuestiona el honor de las autoridades. Frustrados por la inteligencia de Jesús y el apoyo que tiene de la multitud, las autoridades se dan por vencidas en la discusión pública y recurren a esfuerzos clandestinos para apresarlo.

Así, lo arrestan por la noche y reúnen pruebas para un juicio. En el juicio de Jesús, las autoridades organizan a falsos testigos para acusar a Jesús de haber hecho declaraciones contra el templo. Cuando las autoridades no encuentran pruebas creíbles contra él, el sumo sacerdote intenta obtener una confesión, con lo cual Jesús reconoce que él es el ungido. Entonces lo sentencian a muerte.

Después de esto, el conflicto acaba y las consecuencias vienen enseguida: los dirigentes judíos se burlan de Jesús y lo entregan a Pilato para la ejecución. Cuando Pilato titubea, los jefes de los sacerdotes agitan a la multitud para que pida la ejecución de Jesús. Pilato cede al deseo de la multitud y entrega a Jesús para ser objeto de las burlas de los soldados y para la ejecución. A su vez, las autoridades judías siguen riéndose de él cuando las autoridades gentiles llevan a cabo la sentencia de muerte.

Desde el mismo principio, las autoridades intentaron llevar a Jesús a la muerte. La primera acusación contra él, que se enuncia sólo en la mente de los oponentes, es la inculpación de blasfemia -la misma acusación con la que las autoridades finalmente lo condenan a muerte-. Su habilidad para evitar acusaciones tan serias en todo el relato contribuye significativamente al suspense. Así, aunque Jesús está bajo amenaza constante en todo el relato, sin embargo logra evadir los cargos incriminatorios hasta que ha completado su trabajo. En el juicio, como respuesta a la pregunta que le hace el sumo sacerdote, Jesús mismo les ofrece las pruebas que necesitan. Así, en cierto modo, Jesús tiene el control, incluso determinando cuándo sus oponentes obtienen sus cargos.

b) La posición de las autoridades en el conflicto: defender la ley de Dios

Podemos valorar el punto de vista de las autoridades en el relato de Marcos sólo si tenemos en cuenta que las autoridades no saben que Jesús es el hijo de Dios. No han tenido acceso a la visión

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particular de su bautismo, a su enfrentamiento con Satanás o a sus enseñanzas privadas. Podemos basar nuestro juicio sobre las autoridades que aparecen en el relato solamente sobre lo que ven de Jesús o lo que aparentemente oyen acerca de él. Visto así, las autoridades de Marcos pueden ser juzgadas con comprensión en términos de la cultura de la época.

Desde su punto de vista, Jesús es un impío transgresor de la ley que se atreve a proclamar que sus acciones son la voluntad de Dios. Las autoridades ven que Jesús asume la prerrogativa de Dios cuando perdona pecados. Tal violación de la prerrogativa divina es blasfemia, una acusación penada con la muerte. Igualmente, las autoridades ven que, en sábado, los discípulos de Jesús arrancan espigas y él cura, algo que está prohibido hacer en sábado por la ley israelita. Como representantes de la pureza, las autoridades desaprueban también que Jesús coma con «pecadores y publícanos», así como otras violaciones de la pureza. Como es lógico, desde su perspectiva, el comportamiento de Jesús y su reivindicación de autoridad les parece demoníaco.

Para las autoridades de Jerusalén, el ataque de Jesús al templo es especialmente atroz. Comprar y vender en el templo eran servicios para peregrinos, que se proveían de animales sin mancha para el sacrificio y cambiaban monedas impuras por dinero sagrado del templo. Desde su punto de vista, tienen más que suficiente razón para arrestarlo por su comportamiento peligroso. En el juicio, Jesús, por si fuera poco, responde a la pregunta del sumo sacerdote sobre si él es el ungido, el hijo del Bendito, con las palabras «Yo soy», una reivindicación de divinidad. Más tarde declara que, como hijo de la humanidad, se sentará a la diestra de Dios y que las autoridades serán juzgadas. Desde la perspectiva del sanedrín, esto es sin duda una blasfemia terrible que merece la muerte. Que esta persona, que ha dicho y hecho estas cosas, haya reivindicado ser el ungido de Dios es, desde el punto de vista de las autoridades, extremadamente ofensivo.

Las autoridades tienen la ley y la tradición de su parte. Sin embargo, el narrador ha llevado a los lectores a ponerse de parte de Jesús contra las normas imperantes de la cultura descritas en el relato y les ha llevado a ver a las autoridades como personas que viven según términos humanos -buscando grandeza, salvándose ellos mismos y dominando a los demás-.

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c) La posición de Jesús en el conflicto: mensaje y evasión

El dilema para Jesús es el siguiente: ¿Cómo puede instaurar la soberanía de Dios -que supone la violación de las interpretaciones legales imperantes- cuando al mismo tiempo tiene que evadir los esfuerzos de las autoridades por atraparlo? Sin autoridad de Dios para imponer su predicación a nadie, bien a través de medios ordinarios o extraordinarios, debe usar su ingenio para marcar el comienzo de la soberanía de Dios, desafiar a las autoridades por no vivir según los términos de Dios y -al mismo tiempo- evitar sus esfuerzos para acusarlo y condenarlo.

Jesús evita la acusación a través de varios medios. Por ejemplo, en vez de repetir las palabras «blasfemas» de perdón al paralítico, Jesús pregunta a las autoridades si es más fácil perdonar o curar y, de forma implícita, perdona al paralítico con palabras de curación que no están expuestas a la acusación de blasfemia. Más tarde, cuando las autoridades lo vigilan para acusarlo por curar en sábado, pasa a curar simplemente ordenando al hombre que extendiera la mano -no tocándolo, acto que sería considerado como un trabajo-. A veces hace que sea difícil para las autoridades sorprenderlo en su discurso, refiriéndose a él mismo indirectamente como el hijo de la humanidad más que proclamando directamente su autoridad sobre el pecado y el sábado.

Además, habla con comparaciones; por ejemplo, contando la parábola del dueño de una viña que envía a su hijo, algo que todo el mundo reconoció como dicho contra las autoridades, pero que las autoridades no podían directamente utilizar contra él. Otras veces, da una respuesta ambigua o devuelve la pregunta a las autoridades para impedirles «cazarlo en alguna palabra». También cita las Escrituras para justificar sus acciones; por ejemplo, se refiere a David cuando comió pan del templo o cita a un profeta respecto a la función del templo, de forma que es más difícil para las autoridades hacerlo responsable.

Así, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por coger a Jesús, los elude hasta estar preparado para responder a la pregunta del sumo sacerdote. A pesar de las amenazas, Jesús predica y lleva a cabo las actividades de la soberanía de Dios. De hecho, los conflictos realmente llegan a ser para Jesús oportunidades para explicar cómo discrepa de las autoridades, para contraatacar y

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condenarlos por su incapacidad para vivir según los términos de Dios y por su oposición a la soberanía de Dios.

d) La solución al conflicto

En los hechos narrados del relato de Marcos, el narrador resuelve el conflicto entre Jesús y las autoridades cuando las autoridades judías condenan a muerte a Jesús y Pilato lo ejecuta. Las consecuencias inmediatas son que las autoridades judías y gentiles han eliminado la amenaza para el orden social que suponía Jesús y han asegurado sus posiciones de autoridad y honor avergonzando públicamente a Jesús.

Sin embargo, esta solución inmediata es irónica. Las autoridades piensan que han eliminado a Jesús, pero prevalece lo contrario. En el relato de Marcos, ellos mismos se han revelado como falsas autoridades -envidiosos, destructivos y ciegos ante la manera en que Dios gobierna el mundo-. Son ellos quienes han sido juzgados y condenados aquí. Condenando y ejecutando al hijo de Dios, la verdadera autoridad de Israel, han rechazado a Dios que lo envió y de este modo han sellado su propio destino.

Esta ironía está, por supuesto, oculta para las autoridades, pero no para el lector. El lector atento puede ver que la aparente resolución pronto se volverá del revés. La resurrección posterior establece el cambio total y la llegada inminente de Jesús entre las nubes del cielo confirmará esto para que todos lo vean. Este cambio final tendrá lugar en el futuro inminente del mundo narrativo, en una generación: Jesús será establecido en el poder y recibirá el honor de Dios, mientras que las autoridades serán avergonzadas y condenadas.

5. Jesús en conflicto con los discípulos

El conflicto de Jesús con los discípulos es de una naturaleza diferente al conflicto con las autoridades. Uno es un conflicto con los poderes establecidos, el otro es un conflicto con gente común. En uno, Jesús está en conflicto con personas de fuera que quieren destruirlo; en otro, Jesús está en conflicto con personas del grupo que luchan por serle fieles. Las autoridades defienden su honor en público, mientras que los discípulos compiten entre ellos en privado

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por el honor. El conflicto con las autoridades se define ganando o perdiendo, mientras que el conflicto con los discípulos se caracteriza por la alternancia entre el éxito y el fracaso. Sin embargo, ambos conflictos tratan acerca de la elección entre vivir según los términos de Dios o según los términos humanos.

Jesús crea las circunstancias para el conflicto con los discípulos pidiéndoles que le sigan. El objetivo de Jesús es hacer que los discípulos lo imiten para ayudarle a instaurar la soberanía de Dios. El objetivo de los discípulos es cumplir los mandatos de Jesús y obtener gloria y poder de seguir a Jesús. Así, esto es también un conflicto para los mismos discípulos -si siguen a Jesús hasta el final o abrazan los valores de la cultura, que son seguros, interesados y sirven para salvar las apariencias-. En este conflicto hay varias preguntas enjuego: ¿Llegarán a ser discípulos fieles y a proclamar la soberanía de Dios después de la muerte y resurrección de Jesús? Y ¿cuál será su destino en la soberanía de Dios?

El conflicto de Jesús con los discípulos no es un conflicto de oposición continua, como el conflicto entre Jesús y las autoridades, pues los discípulos a veces son fieles y a veces no. Además, aunque el narrador lleva al lector a ponerse de parte tanto de Jesús como de los discípulos, esta toma de partido es compleja. Por una parte, el lector simpatiza con Jesús y los valores de la soberanía de Dios y, por tanto, juzga a los discípulos por sus errores. Por otra parte, el lector se identifica con los discípulos y su lucha tan humana por seguir a Jesús, pues la situación del lector es similar a la de los discípulos. Finalmente, hay una resolución parcial de este conflicto, a pesar de que se dejan sin resolver muchas cosas.

a) El desarrollo del conflicto en la trama

Hay suspense en el conflicto con los discípulos, pues el lector no sabe si los discípulos tendrán éxito. Sin embargo, hay fases en este conflicto, porque los discípulos hacen varios avances importantes, y después fallan de nuevo en similares o diferentes aspectos. Las etapas progresivas de este conflicto entre Jesús y los discípulos están normalmente marcadas por series de tres episodios similares.

Galilea. En la primera parte del relato, parece que los discípulos tienen éxito sin esfuerzo. En una serie de tres episodios, Jesús les

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hace pescadores de hombres: primero, llama a cuatro pescadores; después, nombra a los doce para que estén con él; y más tarde los envía a predicar y a curar14. Esta primera fase pone a los discípulos de parte de Jesús, como miembros de la soberanía de Dios.

Sin embargo, pronto hay indicios de que a los discípulos les cuesta seguir a Jesús. No entienden su comparación sobre sembrar la semilla en la soberanía de Dios. Aunque después Jesús les explica en privado las comparaciones, su comportamiento subsiguiente y los malentendidos posteriores indican que no han comprendido.

En las series de las tres escenas de la barca y las tres escenas del pan, los discípulos muestran no tener ni fe ni entendimiento. En la barca, Jesús espera que ellos tengan fe durante la tempestad. Cuando ve que no la tienen, calma la tempestad él mismo. Y no aprenden nada de su acción, pues cuando tienen una oportunidad más tarde de reaccionar ante el viento ellos solos, solamente se esfuerzan con los remos. Jesús espera que ellos tengan fe para alimentar a una multitud en el desierto e incluso hace que ellos distribuyan la comida. Más tarde, les da otra oportunidad de suministrar comida para una multitud en el desierto y ellos son incrédulos ante esta idea, como si no hubieran sido testigos de la primera vez que les dio de comer. Tanto la falta de fe como la falta de entendimiento llega a un punto crítico en una escena que es culminante tanto para la serie de la barca como para la serie del pan. En esta escena, los discípulos están preocupados por tener sólo un pan; y Jesús se da cuenta de su ceguera. Se impacienta y les hace una serie de preguntas sobre las dos veces anteriores que dio de comer a la multitud. Las mentes de los discípulos están embotadas y están a un paso de ser como las autoridades. No confían en el poder de Dios en esta edad.

El viaje a Jerusalén. En la mitad del relato, los discípulos hacen un importante avance y reconocen que Jesús es el ungido. Esta resolución lleva inmediatamente, sin embargo, a un conflicto mayor de un nivel diferente cuando Jesús predice su ejecución y resurrección. Roca rechaza la afirmación de Jesús, pues la muerte del ungido es intolerable para él. Entonces Jesús lo llama «Satanás» y le dice que no está pensando en términos de Dios. En ese momento,

14. En el grupo de discípulos de Jesús había mujeres y hombres, y Marcos ofrece cierta evidencia histórica de esto. Sin embargo, en el relato de Marcos, el círculo íntimo en torno a Jesús está formado por doce varones.

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Jesús anuncia una nueva norma para todos los discípulos: los que quieran seguirlo tienen que renunciar a sí mismos, cargar con su cruz y arriesgarse a perder su vida por la buena noticia.

En el viaje, este conflicto entre Jesús y los discípulos se expresa con una serie de tres profecías que Jesús hace sobre su muerte y resurrección. Después de cada profecía, los discípulos reaccionan como si todavía pensaran en términos humanos -Roca reprende a Jesús, los discípulos discuten sobre cuál de ellos es el más importante, y Santiago y Juan le piden puestos de poder para la edad futura-. Los discípulos buscan todavía poder más que darse cuenta de que ser el último -y quizás incluso afrontar la muerte- es la suerte de aquéllos que viven los valores de la soberanía de Dios en esta edad.

En el camino a Jerusalén, los discípulos reproducen el comportamiento opresivo de las autoridades: excluyen a uno que exorciza en nombre de Jesús; regañan a los niños; se asombran de que un hombre rico que ha cumplido los mandamientos no pueda heredar la vida eterna; y compiten por posiciones de honor y poder. A su vez, Jesús advierte a los discípulos que más vale cortarse un miembro si es necesario para evitar ofender a los pequeños que tienen fe; se enfada; sugiere que podrían no entrar en la soberanía de Dios; y les advierte que en el mundo futuro ellos podrían ser los últimos.

Esta fase del conflicto supone un choque entre los valores de la soberanía de Dios y el pensamiento en términos humanos. Los discípulos aceptan algunos de los valores de la sociedad. Pero Jesús da la vuelta a esos valores con afirmaciones paradójicas: si realmente quieren salvar sus vidas, que las pierdan al servicio de la buena noticia; y si quieren ser los más importantes, que sean esclavos de todos y no dominen a nadie -incluso a costa de la persecución por las autoridades de la época-.

La cuestión es la siguiente: ¿Entenderán los discípulos lo que significa vivir en términos de Dios y llegarán a aceptar las consecuencias, tanto para Jesús como para ellos mismos? Al final del viaje, este tema se resuelve, pues Santiago y Juan señalan que están dispuestos a sufrir la persecución y en Jerusalén los discípulos hablan de su determinación de morir con Jesús.

Jerusalén. En el monte de los Olivos, Jesús hace una larga profecía a los cuatro discípulos advirtiéndoles de los conflictos y per-

j

La trama 131

secuciones que les esperan. Anuncia su inminente ausencia, les advierte de que no se pierdan y les reprende para que estén alerta.

Sin embargo, después de la cena de Pascua, Jesús dice a los discípulos que no permanecerán fieles: «Todos vais a fallar, porque está escrito: 'Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas'». Ellos protestan replicando lo contrario, pero sus acciones posteriores los delatan. De nuevo, su fracaso se expresa en dos series separadas de tres episodios. Los discípulos se quedan dormidos tres veces y no hacen guardia. Jesús tres veces vuelve de su oración y los encuentra durmiendo. Entonces Judas, uno de los doce, lleva a un tropel de gente para arrestar a Jesús y todos los discípulos huyen. Roca niega a Jesús tres veces y entonces también huye sollozando. Ésta es la última vez que los discípulos aparecen en el relato.

b) La posición de los discípulos en el conflicto: confundidos por la soberanía de Dios

Desde el principio, los discípulos del relato de Marcos no saben que Jesús es el ungido, y Jesús no se lo dice. No tienen la ventaja de saber nada sobre el bautismo de Jesús, la voz desde el cielo, ni tampoco sobre el enfrentamiento de Jesús con Satanás en el desierto. Sin embargo, cuando Jesús los llama, dejan todo y lo siguen. Más tarde, sin provisiones, salen a curar y exorcizar, y llaman a la gente a que se convierta. A pesar de los obstáculos, están con Jesús. Aun así, el poder y las posibilidades asombrosas de la soberanía de Dios son abrumadoras. Lo que la soberanía de Dios les ofrece está muy lejos y es muy diferente de los que ellos esperaban.

Por ejemplo, Jesús espera que los discípulos entiendan las comparaciones, calmen una tempestad y proporcionen comida a la gente en el desierto. Pero las comparaciones sobre la soberanía de Dios les confunden y no las entienden. Naturalmente, piensan que la violenta tempestad en el lago de Galilea podía destruirlos y no creen que puedan alimentar a tanta gente con sólo unos pocos panes y peces. Las respuestas de los discípulos a las expectativas de Jesús revelan su comprensible incredulidad sobre el poder de Jesús: «¿Quién es éste, que hasta el viento y el lago le obedecen?»; «Ves que la gente te está estrujando ¿y preguntas quién te ha tocado?»; «¿Cómo vamos a comprar nosotros pan por valor de dos-

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cientos denarios para darles de comer?»; «¿De dónde vamos a sacar pan para todos éstos aquí en despoblado?».

A pesar de esto, los discípulos llegan a entender que Jesús es el ungido. Compartiendo las expectativas culturales de la época, los discípulos del relato de Marcos esperan que el ungido venga con poder y gloria a restaurarlo todo en Israel. Como personajes del relato, naturalmente los discípulos suponen que se beneficiarán de su asociación con Jesús. Habiendo dejado todo por la soberanía de Dios y perteneciendo ahora al círculo de Jesús, esperan prosperidad, importancia y puestos de poder cuando Jesús establezca la soberanía de Dios en Israel. Ahora, sin embargo, Jesús les dice, por primera vez, que él será rechazado, asesinado y resucitado, y que ellos también deben renunciar a ellos mismos y cargar con su cruz. No sorprende que los discípulos se opongan a estas nuevas y sorprendentes expectativas con reproches, discusiones, silencio y expresiones de disgusto.

No obstante, a pesar de estas dificultades, los discípulos lo siguen. Y cuando Roca recuerda a Jesús cómo han dejado todo para seguirlo, por fin escuchan algo -por primera vez- de una recompensa. En esta edad, recibirán cien veces tantos familiares (pero no padres) y tanta propiedad como dejaron atrás (refiriéndose a las muchas familias y casas que ellos comparten gracias a la hospitalidad en sus viajes de pueblo en pueblo), y recibirán también «persecuciones». En la edad venidera, recibirán la «vida eterna».

Los discípulos llegan a aceptar la idea de enfrentarse a la persecución y a la muerte y siguen a Jesús hasta Jerusalén. Cuando Jesús les profetiza en el monte de los Olivos las persecuciones que sufrirán después de su ejecución, incluso se comprometen más a seguirlo fielmente. Así, en el camino a Getsemaní, cuando Jesús dice que todos ellos se dispersarán, se niegan a creerlo. Roca dice: «Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré». Y el narrador añade: «Y todos decían lo mismo». Por medio de un cambio en el esquema de diálogo típico de Marcos entre Jesús y los discípulos, los discípulos, y no Jesús, tienen la última palabra en este episodio. Esta última palabra de compromiso enfatiza la determinación de los discípulos para hacer frente a la ejecución junto con Jesús.

Pero cuando son puestos a prueba, de nuevo son derrotados -por el tropel de gente enviado por los sumos sacerdotes, por las espadas y palos y por el arresto de Jesús-. De este modo, para salvarse a sí

La trama 133

mismos, huyen. Aun así, Roca lo sigue desde lejos y entonces valientemente se sienta con los guardias al fuego. Sin embargo, cuando es directamente acusado por los que estaban allí, niega conocer a Jesús y también escapa. El llanto de Roca muestra cuánto él (y todos los discípulos) querían seguirlo, a cualquier precio, pero cuando se enfrentan cara a cara con la posibilidad real de la crucifixión, no siguen adelante.

En el conflicto con Jesús, los discípulos sufren una revolución en sus vidas -dejando familia y posesiones, renunciando a sus propias esperanzas de gloria y poder, y rechazando los valores culturales para convertirse en los últimos y servidores-. Pero los hechos que giran en torno a Jesús son insoportables y, aunque están con él hasta Getsemaní, la amenaza de arresto y ejecución es demasiado y huyen.

c) La posición de Jesús en el conflicto: formar discípulos fieles

Jesús consigue convocar discípulos para que lo sigan y los envía de dos en dos a ayudarle en su tarea de predicar y curar. Pero igual que no tiene poder sobre las reacciones de las autoridades, tampoco lo tiene para hacer que los discípulos entiendan o tengan fe.

Como dejan todo por seguirlo, Jesús presupone que conocen el secreto de la soberanía de Dios y por tanto entenderán. Se sorprende y decepciona por sus fallos. Su impaciencia se expresa a través de preguntas retóricas dobles: «¿No entendéis esta comparación? ¿Cómo vais a comprender entonces todas las demás?». Como han visto sus actos de poder, Jesús espera que los discípulos tengan fe en el poder de la soberanía de Dios disponible para ellos en el presente. De nuevo se decepciona y reacciona con preguntas: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Todavía no tenéis fe?»; «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Es que tenéis embotada vuestra mente?».

Una vez que los discípulos entienden que es el ungido, Jesús tiene que prepararlos para la persecución. Lucha para que logren ver que su misión es promover el servicio y oponerse a la dominación. A menos que entiendan lo que Dios quiere -no buscar la gloria, sino ser el último; no dominar a los demás, sino servir; no buscar la seguridad para uno mismo o mantener los privilegios individuales, sino estar dispuesto a perder la vida enfrentándose con los que domi-

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nan-, no entenderán a Jesús o la soberanía de Dios. Y los desafía a hacer estas cosas no como medios para alcanzar honor y poder en el futuro, sino simplemente porque ésta es la naturaleza de la soberanía de Dios.

Tiene que conseguir que vean que, si tienen fe, también tendrán que estar preparados para el rechazo y la persecución. La persecución es simplemente el lote de los que siguen la soberanía de Dios en esta época. Así, para continuar siendo fieles, se deben preparar para la muerte. Igual que Juan el Bautista, Jesús también va a ser entregado; y también los discípulos serán entregados.

Ante su resistencia, Jesús se enfada e impacienta. Cuando los discípulos no pueden exorcizar un demonio, dice exasperado: «¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar entre vosotros? ¿Hasta cuándo tendré que soportaros?».

Jesús continúa preparando a los discípulos para el futuro. En Je-rusalén les hace una larga profecía sobre lo que ocurrirá después de su crucifixión y resurrección. Les advierte de la oposición, odio, persecuciones y tentaciones que sufrirán mientras proclamen la soberanía de Dios a todas las naciones gentiles. Antes de Getsemaní, Jesús les advierte de que se dispersarán cuando lo arresten. En Getsemaní está consternado por su incapacidad para estar despiertos. Pregunta: «Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar ni siquiera una hora?». Sus últimas palabras dirigidas a los discípulos son una reprimenda inútil para que lo acompañen a enfrentarse al traidor y a la multitud que viene a arrestarlo.

d) La solución del conflicto

En los sucesos narrados, la solución de este conflicto es negativa. Los discípulos no están preparados para perder sus vidas. Ante la persecución y muerte, huyen y renuncian. Al mismo tiempo, el conflicto interno de los discípulos también se resuelve negativamente. Quieren ser leales a Jesús, pero son incapaces de serlo. Cuando la lealtad a Jesús les lleva a enfrentarse con la posibilidad de la ejecución, sus instintos humanos de supervivencia son demasiado fuertes. Pero el remordimiento de Roca es presentado de manera compasiva a través de su llanto.

La pregunta permanece: ¿Aprenderán los discípulos de su error y seguirán a Jesús con fe después de la resurrección y antes de su vuel-

La trama 135

ta en gloria? Este asunto no se resuelve en el relato; el narrador deja indeterminado el destino de los discípulos en el futuro del relato.

La posibilidad de restauración está ahí. Jesús ha dicho a los discípulos que irá delante de ellos a Galilea. Y el joven del sepulcro dice a la mujer: «Ahora id a decir a sus discípulos y a Roca: Él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, tal como os dijo». Todo en esta declaración sugiere la posibilidad de restauración. Simón es de nuevo llamado Roca, su nombre en el grupo de discípulos (Jesús se dirige a él como Simón en Getsemaní). Jesús todavía «va delante» y ellos lo seguirán.

Pero las mujeres en el sepulcro a su vez huyen atemorizadas y no dicen nada a nadie. Igual que los discípulos antes, son incapaces de entender y confiar en el poder de Dios, el poder presentado ahora en la resurrección de Jesús.

Así, el narrador no deja claro si los discípulos han sido restablecidos o no. El esquema de cumplimiento de profecías que hemos visto a lo largo del relato sugiere que la profecía de un reencuentro de Jesús y los discípulos en Galilea se cumplirá. También, algunas profecías anteriores sugieren que los discípulos serán restablecidos y llegarán a ser fieles seguidores en el futuro, como cuando Jesús profetiza que Santiago y Juan beberán la copa que él ha de beber. Sin embargo, otras afirmaciones sugieren que los discípulos pueden no tener éxito, como cuando Jesús dice: «Pues si uno se avergüenza de mí y de mi mensaje en medio de esta generación infiel y pecadora, también el hijo de la humanidad se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles».

Volviendo atrás en el relato, el lector encontrará muchos indicios de que los discípulos podrían ser restablecidos y, al mismo tiempo, muchos indicios de que al final podrían no hacerlo dentro de la soberanía de Dios (o de que estarán en la soberanía de Dios, pero entre los últimos). El destino final de los discípulos está por decidir en el futuro sin determinar del relato.

En cualquier caso, el narrador aclara que pronto todo saldrá a la luz. En el futuro del mundo narrativo, el hijo de la humanidad volverá dentro de una generación, y en este tiempo el destino de los discípulos en la soberanía de Dios se tiene que decidir. Esto es, todos los conflictos del relato se proyectan para ser resueltos al final, cuando la soberanía de Dios se establezca con poder y la nueva época haya llegado totalmente.

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136 Marcos como relato

6. Conclusión

¿Qué revelan los conflictos sobre el mundo del relato? La trama muestra que la soberanía de Dios ha llegado y ha abierto unas posibilidades nuevas increíbles para la existencia humana. La trama también demuestra que la soberanía de Dios es difícil de percibir y más aún de seguir. La soberanía de Dios trastoca las normas culturales imperantes. Algunos personajes, como las autoridades, no verán la soberanía de Dios nunca. Otros, como los discípulos, llegarán a verla y lucharán para conseguir una visión completa.

Quizás el lector vea que las cosas no son lo que parecen ser: los líderes religiosos no entran en la soberanía de Dios; lo que el mundo considera grande no es auténtica grandeza; los que tienen más poder al final no prevalecerán; los que sirven y rechazan dominar a los demás son el pueblo de Dios. La crucifixión y la resurrección de Jesús traen la luz a los que tienen ojos para ver. Para Marcos, el final de la historia los llevará a la luz para que todos vean.

La trama también plantea preguntas sobre el tipo de poder que la gente ejerce y las consecuencias de ejercer el poder. La trama muestra que hay dos tipos de poder. Uno procede de Dios y sirve a la gente dándole vida y bienestar. El otro poder -el poder dominante o patriarcal- procede del egocentrismo humano y es destructivo en sus esfuerzos por conservar y asegurar al que ostenta el poder. Al final, todos los conflictos tratan acerca del choque entre los valores de la soberanía de Dios y los interesados valores humanos. Los conflictos muestran lo difícil que es abandonar la seguridad de uno mismo, el honor, el poder, para entrar en la esfera de la soberanía de Dios. Cuanto más poder tiene una persona, más difícil es abandonarlo. Sin embargo, desde la perspectiva de Marcos, la verdadera grandeza está en la capacidad de arriesgarse a perder en el ejercicio de un poder servidor para el bienestar de los demás.

6

Los personajes I: Jesús

Un análisis de los personajes en el relato de Marcos coincide con el análisis de los conflictos, porque los personajes están íntegramente relacionados con la trama. Por un lado, los personajes son los agentes en una trama -un personaje persigue un objetivo, es el objeto de una acción, otros personajes lo ayudan para alcanzar metas o llegan a ser obstáculos para ellas, etc.-. Pero lo contrario también es cierto: las acciones del argumento son expresiones de los personajes y ponen de manifiesto quiénes son. En este sentido, los personajes pueden ser memorables por derecho propio; después de todo, recordamos a Lázaro de Tormes o a don Quijote como si se tratara de personajes reales. Así, podemos analizar no sólo lo que los personajes «hacen», sino también quiénes «son», tratándolos como figuras autónomas en el argumento y valorándolos como lo hacemos con las personas reales'.

En el relato de Marcos hay cuatro personajes principales o personajes colectivos. En primer lugar, Jesús es el protagonista. En segundo lugar, las autoridades son los antagonistas. Las autoridades pueden ser tratadas en grupo como un solo personaje, porque los diferentes grupos que se oponen a Jesús comparten rasgos similares y mantienen un papel continuado en la trama. En tercer lugar, los discípulos también pueden ser tratados como un único personaje. Se relacionan con Jesús como «los discípulos» o como «los doce». Incluso cuando Roca, Santiago y Juan tienen papeles particulares, re-

1. Sobre la caracterización en la literatura contemporánea, cf. M. Bal, Narra-tology, Toronto 1985,25-36, 79-92; S. Chatman, Story and Discourse, Ithaca 1978, 96-145; T. Docherty, Reading (Absent) Character: Towards a Theory ofCharacteri-zation in Literature, New York 1983; B. Hochman, Character in Literature, Ithaca 1985; W. A. Kort, Narrative Elements and Religious Meaning, Philadelphia 1975, 40-58; y S. Rimmon-Kenan, Narrative Fiction, New York 1983, 29-42, 59-70.

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presentan a los discípulos como un conjunto. En cuarto lugar, hay personajes secúndanos. Aunque no sean un personaje colectivo como tal, los que se relacionan con Jesús -la gente en general y particularmente los suplicantes- pueden no obstante ser tratados como grupo debido a sus características similares. También la multitud actúa como un personajes secundario2. Éstos son los personajes individuales y los personajes colectivos que trataremos en este capítulo y en el siguiente3.

Todo lo que sabemos de un personaje determinado es lo que el relato nos cuenta. No podemos ir más allá de lo que el narrador de Marcos nos ha contado o insinuado para especular sobre las acciones o motivos del personaje -ya sea a partir del tratamiento del personaje en otros evangelios o bien a través de esfuerzos para reconstruir al personaje histórico- Vamos a tratar sobre estas figuras sólo en términos de su caracterización en Marcos, incluso cuando usemos información de fondo útil de la cultura para entender mejor el personaje.

1. Aproximaciones a la caracterización

La caracterización se refiere a la manera en que un narrador da vida a los personajes en el relato Un narrador puede «contar» al lector directamente cómo son los personajes. O el narrador puede «presentar» los personajes al lector haciéndoles hablar y actuar y haciendo que otros personajes hablen sobre ellos e interactúen con ellos. El narrador del evangelio de Marcos fundamentalmente «presenta» los personajes al lector a través de la acción y el diálogo.

2 Hay personajes secúndanos de los que no trataremos Juan el Bautista, He-rodias y su hija, el joven que huye desnudo y la criada del sumo sacerdote

3 Sobre la caracterización en Marcos, cf M A Tolbert, How the Gospel of Mark Bmlds Character Interpretaron 47 (1993) 347-357, E S Malbon, Disaples / Crowds / Whatever Markan Characters and Readers Novum Testamentum 28 (1986) 104-130 y Narrahve Criticism How Does the Story Mean1?', en J C Ander-son-S Moore (eds ),Mark and Method, Minneapohs 1992, 23-49, S Smith, A Lion with Wings, Sheffield 1996, 52-81, y M A Powell, What Is Narrative Criticismo, Minneapolis 1990, 51-67 Cf también E S Malbon-A Berlín (eds ), Characten-zatton in Bibhcal Literature, Atlanta 1983, F Burnett, Charactenzatwn and Rea-der Construction of Characters in the Gospels, en B L Callen (ed), Listemng to the Word ofGod, Anderson IND 1990, 69-90, J Darr, On Character Buüdmg The Reader and the Rhetoric of Charactenzatwn in Luke-Acts, Louisville 1992, y K Syreem-D Rhoads (eds ), Character in the Gospels Rethinking Narrative Criti-cism, Sheffield 1999

Jesús 139

Marcos crea personajes que son consistentes Su descripción es coherente en las escenas y, si son personajes que continúan en el relato, su retrato es coherente de una escena a la siguiente. Marcos no desarrolla personajes en toda la extensión de la palabra, como los que encontramos en la literatura moderna Más bien, Marcos presenta caracterizaciones ricas siendo mínimamente sugerente. El narrador revela estos personajes al lector en un proceso gradual, controlando qué saben los lectores y cuándo lo saben. Los lectores ven cómo el personaje es introducido, confirman, amplían, ajustan o modifican sus primeras impresiones, observan cómo el personaje sale del relato y consideran cuál es el futuro implícito del personaje.

Además, los lectores hacen deducciones sobre los personajes. Nos damos cuenta de quiénes son, escuchamos lo que dicen, miramos lo que hacen, vemos cómo mteractúan con los demás y contemplamos lo que los demás dicen de ellos Los personajes también se manifiestan por su punto de vista, los escenarios que habitan, sus nombres o anonimato, cómo responden a la llegada de la soberanía de Dios, su capacidad para cambiar, etc. En algunas narraciones podemos considerar también qué aspecto tienen los personajes. Sin embargo, aparte de una descripción de las ropas de Juan el Bautista y la transformación del aspecto de Jesús en el monte, el narrador de Marcos no hace ninguna descripción del aspecto de ningún personaje. Marcos valora a los personajes fundamentalmente como agentes humanos: lo que dicen y hacen es lo más importante.

Otras consideraciones que hay que tener en cuenta para analizar a los personajes incluyen lo que guía y motiva al personaje, lo que buscan y por lo que trabajan, lo que les da miedo y evitan, cómo se ajustan a los valores y creencias que constituyen las normas de juicio en el relato, cuáles son sus características y cómo se iluminan por comparación o contraste con otros personajes. El autor de Marcos usa muchos métodos para la caracterización y, para ser una narración antigua, ofrece algunos personajes sorprendentemente complejos.

Finalmente, el narrador de Marcos también muestra personajes desde el punto de vista de su lugar en la sociedad en la que se desenvuelve el relato: si son masculinos o femeninos, quiénes son sus parientes, si tienen una posición de poder, si son considerados puros o impuros, si son de Jerusalén o de un pueblo, etc. El lugar en la sociedad conforma las caracterizaciones y la forma de interactuar los

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personajes unos con otros. Considérese, por ejemplo, la importancia de la situación social en La Regenta de Leopoldo Alas «Clarín» o en Los santos inocentes de Miguel Delibes.

a) Los personajes como tipos

La antigua caracterización en la literatura grecorromana tendía a representar a personajes estilizados que no cambiaban y eran previsibles. Los personajes no se desarrollaban psicológicamente y presentaban poca inclinación a la introspección. De ahí que las vistas interiores que el narrador ofrecía de los personajes fueran limitadas. Las palabras y acciones externas de una persona reflejaban qué había dentro de su mente y de su corazón. Este enfoque del personaje podía incluso ser un reflejo de la forma en que se veían unos a otros en la cultura de la época4. Había poco individualismo y la gente adquiría su identidad del grupo social al que pertenecía. La conformidad con el grupo era más importante que el desarrollo individual. Por tanto, el narrador puede retratar a personajes como un grupo y un individuo en un grupo (como Roca) puede comportarse de formas que tipifiquen y, de hecho, representen al grupo en su totalidad.

Un ejemplo de la creación de personajes típicos puede verse en la comparación del sembrador. Cada combinación semilla/tierra retrata un tipo diferente de personaje. Las semillas sembradas al borde del camino tipifican a las autoridades, que escuchan la palabra, pero inmediatamente llega Satanás y se la lleva. Las semillas que caen en terreno pedregoso son como los discípulos, que escuchan con alegría, pero tropiezan cuando llegan los problemas. Las semillas sembradas entre cardos son como el hombre rico, que escucha la palabra pero, debido a las ambiciones del mundo, es infructuoso. Las que están sembradas en tierra buena representan a los discípulos y a los suplicantes que predican y cosechan resultados. Asimismo, los personajes mismos en el relato de Marcos representan las reacciones típicas a la soberanía de Dios5.

Marcos se maneja con esta limitación de los personajes tipo en parte creando excepciones individuales a los miembros estereotipados de un grupo: como excepciones al retrato negativo de las auto-

4. Cf. B. J. Malina, The New Testament World, Louisville 1993, 63-89 y la bibliografía allí recogida.

5. Cf. M. A. Tolbert, Sowing the Cospel, Minneapolis 1989, 121 -230.

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ridades incluye a Jairo, el jefe de la sinagoga, a José, miembro del consejo, y al escriba bueno; el hombre rico y la mujer que unge a Jesús son excepciones al retrato negativo de los ricos; y Herodías y la criada del sumo sacerdote son excepciones al retrato positivo de las mujeres6.

Los personajes tipo antiguos no suelen cambiar mucho. En las novelas modernas, los personajes son con frecuencia dinámicos, cambian y se desarrollan con una transformación concomitante de sus rasgos personales. En el relato de Marcos, la mayor parte de los personajes cambian y se desarrollan poco. Más bien los hechos y conflictos muestran las características y la naturaleza de los personajes. A medida que la trama avanza hacia el climax, los personajes se muestran tal y como son frente a la muerte.

Sin embargo, aquí necesitamos hacer una advertencia. Marcos puede estar influido por las narraciones de la Biblia hebrea, donde los personajes están menos estilizados y más abiertos al cambio. Los personajes de Marcos a menudo son ricos en detalles sugeren-tes e incluso, a veces, sorprendentes. De hecho, el relato de Marcos supone que la gente es capaz de convertirse y tener fe en la buena noticia, incluso de sufrir una reorientación en su vida. La llegada de la soberanía de Dios ofrece nuevas posibilidades y enfrenta a la gente con una crisis de decisión. Jesús desafía a la gente a que lo siga en el camino del servicio incluso a costa de la vida, que rompan con los valores de la familia y el pueblo para llegar a tomar parte del nuevo orden de la soberanía de Dios. Vemos tales cambios más claramente en las luchas de los discípulos por seguir a Jesús.

b) Criterios de juicio

Otra forma de entender a los personajes de Marcos es considerar cómo se ajustan a las normas generales del relato. Como vimos en el capítulo 2, «El narrador», los criterios de juicio son los valores y creencias arraigadas en una narración por las que se guían los lectores para juzgar a los personajes y sus acciones. Las normas de juicio representan la estructura moral de una narración -los valores positivos que fomenta la narración y el comportamiento negativo que con-

6. Cf. E. S. Malbon, Fallible Followers: Women and Men in the Gospel of Mark: Semeia 28 (1983) 29-48.

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dena-. En Marcos, las normas de juicio positivas equivalen a los valores de la soberanía de Dios, lo que Dios quiere para el pueblo.

Marcos ha tejido su narración ajustada en este aspecto, pues, como hemos visto, todo el evangelio refleja un dualismo moral. El camino positivo es cuestión de vivir «según los términos de Dios»: teniendo fe y valor, sufriendo la persecución por la buena noticia, siendo el último y dando la vida por los demás y no dominando. Por el contrario, el camino negativo es vivir una vida destructiva «según los términos humanos»: sin fe y llenos de temor, salvándose uno mismo, apoderándose del mundo, siendo grandes y utilizando el poder sobre los demás. Los personajes de Marcos sistemáticamente encarnan uno de estos dos caminos. Jesús y los personajes secundarios (la mayor parte) personifican lo que Dios quiere para el pueblo. Las autoridades personifican lo que la gente quiere para ellos mismos. Los discípulos vacilan entre los dos caminos.

De nuevo, observando el camino que los personajes tipifican, estos criterios no agotan las caracterizaciones de Marcos. Los personajes de Marcos no son simplemente ejemplos morales de un criterio u otro, como en las fábulas de Samaniego. Jesús es una figura misteriosa que es más que la suma de los criterios de juicio. Las autoridades muestran recursos en sus estrategias para oponerse a Jesús. Los discípulos están en conflicto consigo mismos en su lucha por seguir a Jesús y ejemplifican los criterios positivos y negativos. Los personajes secundarios revelan una caracterización tan rica como para eludir el tratamiento de personajes de repertorio. A menudo los personajes secundarios cumplen unos criterios y no otros. Y, como hemos dicho, los personajes tienen la posibilidad de convertirse o caer.

c) Comparación y contraste

El narrador de Marcos también describe a los personajes por comparación y contraste con otros personajes del relato. Por ejemplo, las autoridades son iluminadas por el hecho de ser la imagen opuesta de Jesús y de los personajes secundarios. Además, los personajes secundarios frecuentemente sirven como complemento de los discípulos, porque hacen lo que los discípulos no logran hacer.

Podemos ver estas comparaciones y contrastes más claramente en episodios particulares y entre episodios que se yuxtaponen o interpolan. Por ejemplo, Jesús cura al hombre de la mano atrofiada

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mientras las autoridades intentan destruir a Jesús. Los discípulos no entienden las comparaciones, pero la mujer gentil en Tiro, sí. La pobre viuda da «todo lo que tenía para vivir» y paralelamente Jesús da su propia vida. Al mismo tiempo, esta viuda, dando todo lo que tenía, contrasta con las autoridades que «devoran los bienes de las viudas».

d) Rasgos de los personajes

El lector participa activamente en el proceso de crear a los personajes en su imaginación. Una parte importante de la imaginaria construcción de los personajes por parte del lector implica asignar rasgos o atributos a un personaje7. Un rasgo se define como una cualidad personal que representa a un personaje y ese aspecto del personaje normalmente persiste en todo el relato. El lector encontrará algún rasgo utilizado explícitamente en la narración para describir al personaje y deducirá otros de las palabras y acciones del personaje. Por ejemplo, Jesús aparece como «fidedigno», «listo» y «enigmático», mientras que las autoridades son «hostiles», «interesadas» y «cobardes», y Roca es «impulsivo».

Basándose en la caracterización global, el lector se forja una imagen general de cada personaje. Podemos fijar a lo largo de un conti-nuum si un personaje es complejo (con muchos rasgos) o simple (con pocos rasgos), abierto al cambio o fijo, difícil de entender o transparente, coherente o incoherente8. Basándose en estos rasgos, los críticos literarios pueden referirse a un personaje con características cambiantes y contradictorias, a un personaje que es complejo e imprevisible, como un personaje «redondo». Por el contrario, un personaje «plano» es menos complejo, tiene menos rasgos y generalmente es previsible. Un personaje «de repertorio» se define como muy plano, con sólo uno o dos rasgos9.

Estas categorías son útiles para ver diferencias en las caracterizaciones de Marcos. Jesús es un personaje redondo porque tiene muchos rasgos, es misterioso y actúa de formas nuevas y sorprendentes. Los discípulos también son personajes redondos, pero por

7. Cf. Chatman, Story, 121-134 y Bal, Narratology, 85-93. 8. Para una relación comprensiva de tales contrastes, cf. Hochman, Character. 9. Para estas categorías de análisis, cf. E. M. Forster, Aspects ofthe Novel,

New York 1927, 54-84 (versión cast: Aspectos de la novela, Madrid 41995).

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diferentes razones. Están en conflicto consigo mismos por la soberanía de Dios y cambian y se desarrollan cuando se enfrentan a retos y crisis. Las autoridades tienden a ser personajes planos con menos rasgos. No cambian y más bien son previsibles en su comportamiento. Los personajes secundarios están más cerca de ser personajes de repertorio: simples, transparentes y a menudo previsibles, aunque todavía tienen generalmente más de un rasgo.

e) Identificación con los personajes

Con todo esto, el narrador lleva al lector a distanciarse o a identificarse con los personajes del relato10 El narrador puede hacer que los lectores se identifiquen con los personajes de muchas maneras-

que aprueben o se pongan de parte de un personaje en sus esfuerzos por prevalecer; que sientan simpatía por un personaje; que se identifiquen con un personaje viéndose a sí mismos en él, o que imiten a un personaje esperando ser (como) él. A la inversa, el narrador puede llevar a los lectores a no aprobar o a oponerse a ciertos personajes, a sentir repugnancia por ellos o a rechazarlos.

f) Resumen

Análisis de personajes es precisamente lo que hacemos siempre que establecemos juicios sobre la gente que nos encontramos o sobre los personajes de un relato o una película. En nuestro estudio, solamente explicitamos lo que suele ocurrir inconscientemente cuando valoramos a otra gente y llegamos a conclusiones sobre ellos Simplemente hemos intentado clanñcar algunos aspectos que vemos en los personajes antes de iniciar el análisis de los mismos.

2. Jesús

El narrador sitúa a Jesús como la figura central de este relato anunciando en la primera línea que Jesús es «el ungido, hijo de

10 Sobre la distancia e identificación, cf W Booth, The Rethonc ofFictwn, Chicago 1983, 155-159, 243-266, y H R Jauss, Levéis of Identification ofHero andAudience New Literary History 5 (1974) 283-317

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Dios». Sin embargo, estos epítetos no dicen para qué tarea Jesús es ungido o qué significa para él ser el hijo de Dios. Estos significados se desvelan en el relato en función de todos los aspectos de la caracterización de Jesús. Sólo al final del relato el lector es capaz de ver completamente quién es Jesús n .

Lo que sigue inmediatamente al anuncio de apertura del narrador le confirma al lector la importancia de este personaje: un oráculo de Dios anuncia su venida, Juan prepara su camino, Jesús es bautizado, los cielos se rasgan, el Espíritu viene sobre él y la voz de Dios lo declara su hijo. Cuando Jesús habla por primera vez para anunciar que la soberanía de Dios ha llegado, el lector está preparado para confiar en cualquier cosa que diga y haga

La historia que se va desarrollando muestra que Jesús es el ungido por Dios para inaugurar la soberanía de Dios Tiene el poder del Espíritu santo, un conocimiento profundo de las Esenturas y un sentido determinado de misión Es un humilde carpintero del pueblo de Nazaret en Galilea. Su padre nunca es mencionado; el nombre de su madre es María. Se menciona por su nombre a cuatro hermanos y se dice que tiene algunas hermanas. No ocupa una posición poderosa o relevante en la vida de la nación, pero forma en torno a él un grupo de otros doce y recorre el país curando, exorcizando, comiendo con pecadores y pidiendo a la gente que entre a formar parte de la soberanía de Dios. Asume que su autoridad procede directamente de Dios y actúa fuera de los cauces oficiales de las autoridades dingentes

En Marcos, Jesús es el hijo de Dios, pero no por virtud de un nacimiento especial o de una naturaleza divina. Llega a ser el hijo de Dios en su bautismo cuando Dios lo unge con el Espíntu santo. En Marcos, Jesús no es ni Dios ni un ser divino, sino un ser humano, un hijo de la humanidad, que ha recibido de Dios una gran autoridad. Jesús es el agente comisionado de Dios, enviado como un em-

11 Para los tratamientos del personaje de Jesús, cf R C Tannehill, The Gospel ofMark as Narrative Chnstology Semeía 16 (1975) 57-95, J R Donahue, Jesús as Parable in the Cospel of Mark Interpretation 32 (1978) 369-386, J D Kings-bury, Conflwt in Mark, Mmneapolis 1989, 31-61 (versión cast Conflicto en Marcos Jesús, autoridades, discípulos, Arganda del Rey 1991), V K Robbins, Jesús the Teacher A Socw-Rhetoncal Interpretation ofMark, Minneapolis 21991, E Broadhead, Mímeles and Chnstology in the Gospel ofMark, Sheffield 1992, y Tol-bert, Sowing, passim Sobre las tentaciones de Jesús en el relato de Marcos, cf S Garret, The Temptations of Jesús in Mark's Gospel, Grand Rapids 1998 y J Gibson, The Temptations of Jesús in Early Christianity, Sheffield 1995

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bajador para inaugurar la soberanía de Dios. Es hijo de Dios porque Dios le ha dado la autoridad de un hijo y porque es a su vez obediente a Dios. Es también hijo porque es el heredero humano que se sentará a la derecha de Dios cuando la soberanía de Dios llegue al poder. Por todas estas razones, es el «hijo amado» de Dios o el «único hijo».

a) Caracterización

Jesús es un personaje «redondo» con muchos y variados rasgos. Lo que Jesús «hace» revela fundamentalmente el alcance y naturaleza de su autoridad procedente de Dios. Lo que Jesús «dice» revela su comprensión de sí mismo como agente de Dios y sus propósitos. Tanto lo que Jesús hace como lo que dice expresan sus valores y muestran su integridad viviendo de acuerdo a esos valores.

Lo que otros dicen sobre Jesús y cómo reaccionan frente a él revelan los aspectos poco comunes y controvertidos de este personaje. Las reacciones ante Jesús incluyen miedo, ofensa, asombro, lealtad acérrima y firme oposición. Aunque Dios lo reconoce como hijo y los demonios lo reconocen como hijo de Dios, nadie más lo reconoce: su familia piensa que está loco; las autoridades dicen es que un blasfemo, un criminal y que está poseído por un espíritu inmundo; la multitud lo ve como Juan el Bautista resucitado o como Elias o como un profeta; y los discípulos no lo identifican como el ungido hasta la mitad del relato. El centurión es el único personaje humano que llama a Jesús «hijo de Dios»; pero, dado el limitado papel de ese personaje, no está claro lo que quiere decir con eso.

El narrador presenta el desarrollo de Jesús a medida que se enfrenta con la gente a la que cura, con su popularidad entre la multitud, con la rigidez de las autoridades y con la testarudez de los discípulos. Como resultado de su encuentro con la mujer sirofenicia, Jesús se da cuenta de que su autoridad se extiende más allá de Israel hasta las naciones gentiles. Y después de que Roca lo identifica como el ungido, se dirige deliberadamente hacia Jerusalén.

El narrador mantiene con coherencia un punto de vista favorable hacia Jesús, llevando al lector a ponerse de parte de Jesús y de sus normas. Pero las actitudes imponentes, misteriosas y exigentes del personaje de Jesús colocan al lector a cierta distancia y la dificultad

Jesús 147

de seguir a Jesús hace que los lectores se identifiquen con las diversas reacciones de otros personajes ante Jesús.

b) Agente de la soberanía de Dios

Jesús es el agente con autoridad otorgada por Dios para inaugurar una soberanía que culmine finalmente en la restauración de toda la creación. Invita a todos a formar parte de la soberanía de Dios, tanto a los que la reciben con alegría como a los que no la comprenden y son hostiles. El narrador describe a Jesús como una persona de palabra y de hechos. Tiene poderes conferidos por Dios para curar y enfrentarse a fuerzas opresivas allá donde vaya. Es el agente de Dios, que ofrece una nueva doctrina con autoridad, habla con historias que son como comparaciones y dichos paradójicos.

Jesús expresa un individualismo poco común para el mundo antiguo, actuando y hablando de modos no convencionales. Sin embargo, como los profetas de Israel, no actúa en su nombre, sino como agente de Dios. Como su autoridad procede de Dios, es muy perseverante e independiente. Ni las tradiciones, ni las leyes, ni la presión pública, ni el miedo a la acusación le impiden actuar sinceramente y enseñar «el camino de Dios». Si hace falta, actuará él solo, incluso haciendo frente a la ejecución como una persona abandonada por todos. Sin embargo, Jesús no es un ser solitario. Hace un llamamiento a los demás para que mantengan una relación como de familia con él mismo y los unos con los otros. Inaugura un movimiento, una amplia red de gente, que culminará en la plenitud de la soberanía de Dios.

Como la soberanía de Dios representa estos valores no convencionales, Jesús debe constantemente resistir las presiones de «esta generación infiel y pecadora» para desviarlo de su compromiso con la soberanía de Dios. Inmediatamente después de su bautismo, es tentado por Satanás. Es probado por las autoridades, que buscan una señal del cielo y reiteradamente intentan ponerle trampas. También es puesto a prueba por los discípulos, que se oponen a su compromiso de hacer frente al rechazo y a la ejecución en Jerusalén. Y, por supuesto, lucha en Getsemaní por someter su voluntad a la voluntad de Dios. Sin embargo, su fuerte determinación para llevar a cabo su tarea como agente de la soberanía de Dios le permite mantener su fidelidad.

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c) La autoridad de Jesús

Como hemos señalado ya, Jesús tiene autoridad procedente de Dios y ha recibido el poder del Espíritu santo. Cada cosa que hace y dice es producto de la convicción de que «la soberanía de Dios ha llegado» a través de él. Asume poderes impresionantes: perdonar pecados, interpretar leyes, designar a los doce para compartir la autoridad, exorcizar demonios, curar, ordenar a la naturaleza, profetizar, entrar en Jerusalén como un soberano y ocupar el templo.

Con el poder otorgado por el Espíritu santo, Jesús ejercita el poder sobre lo que es impuro: exorciza los espíritus inmundos; toca a un leproso, pero en vez de contagiarse él, el leproso queda limpio; cura a la mujer que padecía hemorragias; en territorio gentil exorciza a una legión de demonios que poseían a un hombre que vivía entre sepulcros y cerca de los cerdos, resucita a una niña muerta y come con una multitud de gentiles en el desierto. Todos estos ejemplos suponen un contacto con gente considerada impura. Al contrario de las leyes codificadas en las Escrituras, Jesús afirma que el contacto con la gente, las cosas o la comida impuras no convierte a uno en impuro.

La autoridad de Jesús comprende sabiduría y perspicacia pro-féticas. Se refiere a él mismo como profeta y la multitud asocia su actividad con los antiguos profetas. Sus acciones manifiestan la presente soberanía de Dios y anuncian la futura soberanía completa de Dios. A veces Jesús anuncia el futuro, a menudo en cuestiones secundarias como dónde obtener un borrico o dónde encontrar alojamiento, pero también en asuntos importantes, como las circunstancias de su muerte y los hechos que tendrán lugar tras esta en la instauración final de la soberanía de Dios. A veces tiene la capacidad profética de conocer las mentes de otros personajes, aunque generalmente el narrador no lo representa sabiendo lo que otros personajes están pensando. Además, Jesús pronuncia juicios en contra de los que reniegan del Espíritu santo, de los que ponen trabas y de los que devoran los bienes de las viudas.

Jesús tiene la autoridad de Dios para desafiar a las instituciones nacionales. Conoce la voluntad de Dios en materia legal y establece la prioridad de algunas leyes sobre otras, invalida ciertas leyes escritas, condena tradiciones orales y desprecia algunas prácticas rituales. En cada momento, interpreta la ley de tal forma que sirva a

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la gente, como una expresión del mandamiento divino de «amar al prójimo como a uno mismo». Ataca el templo, expulsa a los que sirven al culto de los sacrificios y anuncia la voluntad de Dios de que el templo sea una casa de oración para «todas la naciones gentiles».

En el relato, el ungido tiene bastante más autoridad que la que los personajes esperan que tenga, particularmente en lo que se refiere a su poder sobre los demonios, la enfermedad y la naturaleza, tiene mucha más autoridad que Elias, Juan el Bautista, uno de los profetas y David. Hay, sin embargo, límites firmes para su autoridad, que el mismo Jesús conoce. No es Dios, pues «Dios es el único Señor» y «sólo Dios es bueno». No tiene autoridad para determinar quién se sentará a su derecha o a su izquierda en la gloria, ni sabe el día o la hora exacta en que llegará el fin. Jesús debe someterse a Dios, pues no puede salvase a sí mismo excepto encomendando su vida a Dios.

Como una persona de clase baja sin posición ni poder mundano, Jesús debe ser listo para evadir los esfuerzos de las autoridades que quieren silenciarlo. Como no tiene poder de Dios para dominar a los demás, sus enfrentamientos con las autoridades le muestran vulnerable y contingente. La idea no es que podría ejercer autoridad si quisiera. En la descripción de Marcos, Jesús no tiene poder de Dios para ejercer autoridad sobre los demás. No puede hacer que la gente se calle, ni curar a nadie cuando la fe no está presente, ni hacer que los discípulos no tengan miedo, ni que las autoridades se conviertan. Sin embargo, el relato presenta a Jesús como el único al que Dios establecerá firmemente con autoridad en el futuro. En la instauración final de la soberanía de Dios, dentro de una generación después de su muerte, Jesús vendrá con gloria a la derecha del Poderoso. La breve transfiguración de Jesús en el monte anticipa el tiempo en que el hijo de la humanidad vendrá en la «gloria de su Padre».

d) Fe

En el relato, Jesús tiene una confianza extraordinaria en Dios. Deja su trabajo y su familia, pasando a depender de otros para proveerse de comida y casa cuando viaja. Jesús es el principal ejemplo en el relato de cómo todo es posible para quien tiene fe, porque depende de Dios, para el que todo es posible. Curar, por ejemplo, requiere confiar en que la curación es posible, no sólo por parte de la

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persona que ha de ser curada, sino también por parte del que cura. Para Marcos, la fe es el acceso al poder de Dios. En este aspecto, las oraciones de Jesús están relacionadas con su fe, pues Jesús enseña que cuando se hace una oración o petición a Dios con fe, será concedida, y dice a sus discípulos que su incapacidad para realizar un exorcismo difícil se debe a su incapacidad para rezar. La repetida representación de Jesús orando reafirma su descripción como persona de fe.

El narrador presenta la fe de Jesús como sumisión total a la soberanía de Dios no sólo en términos de confianza, sino también en términos de obediencia. En Getsemaní, Jesús dice: «\Abba, Padre! Todo te es posible»; y pide a Dios que aparte la copa. Jesús pide lo que él mismo quiere, pero al final pide que se haga lo que Dios quiera, incluso aunque esto signifique su crucifixión. Esta total dependencia de Dios es la fuente del valor de Jesús para renunciar a sí mismo, para ser el más humilde y para perder su vida al servicio de la soberanía de Dios. Esta relación, según la cual Dios da autoridad a Jesús y Jesús a su vez confía completamente en Dios, es lo que caracteriza a Jesús como «el hijo de Dios».

e) Servir y no dominar a los demás

Mientras la fe y la autoridad son el corazón de la relación de Jesús con Dios, servir define su manera de relacionarse con otra gente. Jesús enseña a los discípulos a ser siervos de todos -esto es, a no usar su poder como el que está en posición de dominar a los demás y ser servido por ellos, sino a usar su poder como siervos o esclavos de la casa, para servir sin tener en cuenta el estatus o la recompensa, y a usar su poder en defensa de los que tienen menos poder que ellos- no porque sea un sacrificio personal, sino porque da poder a los demás.

El mismo Jesús sirve a los demás con su poder desde una posición de fuerza, no de debilidad. Esto es, su autoridad procede de Dios, no de las presiones o deseos de otras personas. Así, la idea de servicio de Jesús no tiene que ver con hacer lo que otros quieren que él haga, excepto en la medida en que esto esté en consonancia con los valores de la soberanía de Dios. Por ejemplo, curará a los que se lo pidan, como Bartimeo, pero no concederá una señal a los fariseos. Primero, es leal a Dios; después, ama al prójimo como a sí mismo.

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Jesús usa su poder para servir a la gente liberándolos de los demonios, de las enfermedades, del pecado, de la impureza, de las amenazas y penurias de la naturaleza y de las leyes y tradiciones opresivas. No lleva a cabo estas muestras de poder para demostrar que es el ungido. Más bien, sus obras son la expresión de su compasión por llevar el bienestar de la soberanía de Dios a los que son «como ovejas sin pastor».

Jesús sirve a los personajes secundarios que vienen para curarse 12. En respuesta a la fe que tiene la gente de que Dios los curará, él cura de inmediato. Ve la fe en los esfuerzos persistentes de la gente por buscarlo para que los cure y, donde la fe es débil, él la alienta. Jesús no impone a nadie la curación. No busca a la gente, sino que cura a aquéllos que vienen a él. Solamente inicia sin petición de nadie una curación cuando se le va a pedir responsabilidad por curar en sábado, como hace, por ejemplo, con el hombre de la mano atrofiada.

Jesús cura libremente, sin compromisos con los que son curados. No exige que crean que él es el ungido (y ninguno lo hace), ni siquiera que crean en el Dios judío (la mujer sirofenicia no cree). No exige que una persona sea moralmente buena e interpreta el deseo de ser curados como un signo de conversión hacia Dios. No espera reconocimientos personales por curar; no vende sus curaciones a cambio de estatus económico ni poder. De hecho, en Marcos, Jesús nunca pide a nadie de los que cura que le sigan. Normalmente les ordena, a veces con severidad, que permanezcan callados y que se vayan a casa. Ellos lo proclaman o lo siguen por su propia voluntad, pero Jesús no considera este hecho ni una condición ni una expectativa de la curación.

Jesús sirve a los discípulos siendo fiel y enseñándoles sin controlar sus respuestas. Es leal a los discípulos, incluso cuando está enfadado o impaciente en sus persistentes esfuerzos por enseñarles. Respeta su libertad para elegir y utiliza frases condicionales de sentido general para afirmar lo que hay que hacer o lo que hay que evitar: «Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo» y «El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor». Además,

12. Sobre la curación en Marcos, cf., por ejemplo, A. Y. Collins, The Begin-ning ofthe Gospel, Minneapolis 1992, 39-72 y F. Matera, «He Saved Others; He Cannot Save Himself»: A Literary Critica! Perspective on the Markan Miracles: In-terpretation47(1993) 15-26.

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152 Marcos como relato

Jesús guía a los discípulos fundamentalmente con el ejemplo, en el sentido de que ayuda a los que tienen menos poder que él, desafía a las autoridades que tienen más poder que él y hace frente a la persecución en vez de abandonar su misión. Al final, el narrador presenta a un Jesús que no retiene a los discípulos ni intenta forzar su lealtad, pues muere sin saber su comportamiento futuro o su destino final. Muere como resultado de su obediencia a Dios y le encomienda todo lo demás a él -y a las elecciones de los discípulos-.

Mientras Jesús sirve a los demás, permite también que otros le sirvan. Se beneficia de la hospitalidad de otros a lo largo de su viaje. Los discípulos cuidan de sus necesidades en momentos clave. Las mujeres que fueron con él a Jerusalén le servían cuando estaba en Galilea. Especialmente en Jerusalén, Jesús acepta libremente actos espontáneos de servicio de otros: una mujer lo unge y los discípulos preparan la cena de Pascua. Después de su muerte, José de Arimatea lo sepulta y las mujeres van a ungir su cuerpo.

Al mismo tiempo, Jesús pone ante los ojos de las autoridades la naturaleza de la soberanía de Dios y la incapacidad de éstas para el servicio. No suaviza sus palabras para complacer o apaciguar a las autoridades, sino que nombra y condena sus errores. Llama hipócritas a los fariseos y bandidos a los jefes de los sacerdotes. Cita las Escrituras y cuenta comparaciones en contra de las autoridades. Pero también les da la misma libertad que da a los discípulos. Después de cada enfrentamiento, se marcha dejando a las autoridades que decidan sus reacciones. Incluso la única vez que usa la fuerza, volcando violentamente las mesas y sillas en el templo, ocupa simbólicamente el templo sólo por poco tiempo y después se retira dejando a los jefes de los sacerdotes que respondan a su acción.

Jesús usa analogías para explicar cómo sirve a la gente sin dominarlos. Por ejemplo, en la comparación del sembrador, describe sus relaciones con la gente sin ser controlador: el sembrador siembra el mensaje, después «duerme y se levanta» confiando en que Dios traiga una cosecha (después de que Jesús acabe de «sembrar» las palabras de esta comparación, «duerme» en la barca durante la tempestad).

Así, Jesús no gobernará sobre los demás. No es un mesías militar que use la espada ni es un demagogo que manipule a la multitud. Como el hijo en la comparación de la viña, Jesús viene a recibir el producto de la cosecha de la viña, pero no usa la fuerza para obte-

Jesús 153

nerla de los labradores. Ni siquiera lucha para defenderse él mismo, sino que soporta las consecuencias del desprecio de sus oponentes. En Marcos, Jesús no es «el hijo de David», pues no es la «soberanía de nuestro padre David» lo que Jesús inaugura, sino «la soberanía de Dios», en la que las personas en relaciones de tipo familiar se sirven unas a otras y no dominan a nadie. Estas relaciones no son patriarcales, esto es, no hay «padres».

f) Renunciar a sí mismo, ser el último y dar la vida por los demás

El narrador describe a Jesús como obediente a la autoridad que le ha sido otorgada bajo la soberanía de Dios y renunciando a todas las demandas personales de riqueza, poder, estatus e incluso su propia vida. Jesús no usa nunca su poder y autoridad en su propio beneficio. Jesús no hace demandas personales para sí mismo. Hasta muy al final, evita decir que es el ungido y el hijo de Dios. Este silencio no sólo le permite eludir la acusación, sino que también insinúa que no depende de él hacer estas afirmaciones por sí mismo. Reconoce su identidad sólo cuando se enfrenta directamente al reconocimiento de Roca y a las preguntas específicas del sumo sacerdote. Como agente de Dios, usa el provocativo «yo soy» -palabras asociadas a la autodesignación de Dios en las Escrituras- pero lo usa sólo en contextos donde podría significar simplemente «ése soy yo», «sí, yo soy» o «yo soy él».

En Marcos, Jesús normalmente se refiere a sí mismo en tercera persona con el epíteto «el hijo de la humanidad». Esta autodesignación expresa conjuntamente muchos aspectos del papel de Jesús: su autoridad para perdonar pecados, su autoridad sobre el sábado, su rechazo y ejecución por las autoridades, su resurrección y su futuro papel de congregar a los elegidos y juzgar todo. Así, que Jesús use el término «hijo de la humanidad» confirma que de principio a fin es un «ser humano» y un representante de la humanidad cuya autoridad y gloria depende de Dios.

El sacrificio máximo de Jesús tiene lugar cuando renuncia a su propia seguridad y sufre la ejecución por causa de las superiores intenciones de la soberanía de Dios. En cierto modo, Jesús cumple todas las normas de su propia doctrina en su muerte. Su buena disposición para morir expresa su total fe en Dios para su salvación. Su crucifixión es la consecuencia final de una vida de servicio y de su

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negativa a oprimir a los demás por salvarse a sí mismo. Y en esta trágica ejecución -malinterpretado, acusado falsamente, abandonado- él es el último de todos.

g) Jesús se enfrenta a la muerte

En el relato, la descripción de Jesús se mueve desde un hombre poderoso que alivia el sufrimiento humano por medio de curaciones y dando de comer a quien lo necesita hasta un hombre vulnerable que es rechazado y ejecutado13. La caracterización de Jesús es básicamente la misma al final del relato que al principio. La diferencia entre la primera y la segunda mitad del relato es la naturaleza de la oposición y el tipo de autoridad otorgada a Jesús para tratar con cada una de ellas. En la primera mitad, el narrador hace hincapié en la buena noticia de la llegada de la soberanía de Dios y se presenta a Jesús venciendo demonios, enfermedades y fuerzas de la naturaleza. En la segunda mitad, el narrador hace hincapié en cómo las autoridades de esta época persiguen y destruyen a los que siguen la soberanía de Dios y se presenta a Jesús fiel en medio de esta persecución a medida que prepara a sus discípulos para su ejecución y la futura persecución de éstos.

Jesús sabe que su muerte es inevitable y avanza inexorablemente hacia ella. Es un maestro de pueblo de Galilea que viene al centro del poder de la nación y lo desafía en su propio territorio. Jesús provoca la hostilidad de las autoridades entrando en Jerusalén con una multitud de seguidores y atacando el templo. Pero la ejecución próxima de Jesús no es presentada como su propio deseo. Lejos de aceptar pasivamente la muerte, protesta y condena las actitudes y acciones de las autoridades, particularmente en su comparación con los labradores de la viña. Sin embargo, sí acepta que su ejecución sea la inevitable consecuencia de dar un testimonio fiel de la soberanía de Dios. Jesús tiene miedo a la crucifixión y su admonición a los discípulos en Getsemaní sugiere que conoce la debilidad de su

13. Sobre el relato de la pasión, cf. E. K. Broadhead, Prophet, Son, Messiah: Narrative Form and Function in Mark 14-16, Sheffield 1994; F. Matera, Passion Narratives and Gospel Theologies, New York 1986, 12-79; G. W. E. Nickelsburg, The Genre and Function ofteh Markan Passion Narrative: Harvard Theological Re-view 73 (1980) 153-184; y D. Sénior, The Passion of Jesús in the Gospel ofMark, Wilmington 1984.

Jesús 155

propia carne frente a la muerte. En oración, lucha contra su miedo. El narrador lo describe asustado y angustiado, con «una tristeza mortal» cuando ruega que no tenga que morir; pero también pide someterse a la voluntad de Dios para serle fiel.

Finalmente, habiendo subordinado su voluntad a la de Dios, se enfrenta a su ejecución, que está cerca, sin luchar con los que le apresan ni resistirse al abuso y burlas posteriores. Da pruebas ciertas para su sentencia de muerte a las autoridades judías y no compromete ese testimonio fiel ante Pilato. Soporta las burlas en silencio. Después de esto, experimenta el gran dolor de la crucifixión sin alivio de drogas o vino.

Aunque el lector ha oído a Jesús profetizar su muerte, se pregunta una y otra vez si Jesús podría escapar a su destino: los jefes de los sacerdotes no pueden encontrar testigos cuyos testimonios estén de acuerdo; Jesús se calla; Pilato favorece a Jesús; la multitud tiene la posibilidad de pedir la libertad de Jesús; y quizás Elias venga a descolgarlo de la cruz. Pero, cada vez, la esperanza creada se trunca rápidamente por algún acontecimiento en la trama. La inminente ejecución avanza con rapidez a una conclusión: «Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró». No hay vuelta atrás, no hay liberación para esta ejecución. Dios no rescata a Jesús de su muerte.

h) La ejecución

Como hemos señalado, Jesús comienza como un hombre que incide con fuerza en el mundo que le rodea, pero al final del relato la atención se traslada a lo que le sucede a él. La descripción de su muerte, por tanto, está rodeada al mismo tiempo de patetismo y de fuerza.

Jesús se enfrenta a la muerte solo, pues todos sus conocidos desaparecen al final. Las mujeres se quedan solas y miran desde lejos. Este aislamiento de Jesús aumenta el patetismo del relato. En primer lugar, Jesús es traicionado por un discípulo cercano a él. Después, en Getsemaní, sus compañeros más próximos se duermen y no vigilan. Cuando es arrestado, todos los discípulos huyen y Roca renuncia a él. Sin ningún apoyo de sus seguidores, es sometido por los dirigentes judíos a un juicio caracterizado por el falso testimonio y la burla. El juicio posterior ante Pilato lleva al abandono de la multitud. El participio «entregado» expresa lo vulnerable e inde-

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fenso que es Es entregado a las hostiles autondades judías, que a su vez lo entregan a la autoridad romana para que sea crucificado por los soldados romanos. Finalmente, el último grito de Jesús confirma su sensación de estar abandonado por Dios a su muerte. Jesús muere solo y un desconocido lo sepulta.

A esto se suma la descripción de la angustia física Una multitud con espadas y palos lo agarra y se lo lleva. Algunos de éstos, declarándolo culpable, lo escupen, después le tapan la cara y le dan bofetadas. Los guardias lo golpean. Atado, es entregado a Pilato, que lo azota. Después, los soldados también le escupen y le golpean la cabeza con una caña Después de estas palizas, Jesús está tan débil que tienen que obligar a alguien para que lleve la cruz. La crucifixión dura seis horas.

En medio del abandono y el dolor, Jesús se enfrenta a la humillación y a la vergüenza despreciado y ridiculizado. La crucifixión de Jesús como «rey de los judíos» fue un motivo obvio de burla, un motivo de risa para los soldados, para los que pasaban por allí, así como para los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley. Incluso los crucificados con él se unen a la burla.

Hasta el grito de desesperación de Jesús desde la cruz, el narrador ha retratado a Jesús como un hombre que tiene plena confianza en su conocimiento de Dios. En la cruz, sin embargo (con un versículo del salmo 22, un salmo de un hombre justo sometido al sufrimiento), Jesús grita solo y desesperado- «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». El narrador podría haber elegido para el final de la vida de Jesús un tono de triunfo, pero en vez de esto sugiere que, a pesar de que Jesús escoja morir para obedecer a Dios, experimenta el abandono en la muerte. El relato de Marcos describe el horror de la ejecución y el narrador retrata a Jesús sufriendo el impacto total de esa muerte.

Así, el narrador no describe la muerte de Jesús como heroica y de «nobles» proporciones, pues Jesús tiene pavor a la ejecución, como quien se asusta y angustia triste ante la muerte. Tampoco el Jesús de Marcos muere estoicamente como un mártir, pues sus únicas palabras antes de morir son un grito angustioso desde la cruz preguntando a Dios por qué ha sido abandonado a este destino El único triunfo que Marcos describe en la muerte de Jesús es su fidelidad humana a Dios, con su propio miedo, tormento y tnsteza y a pesar del dolor, la humillación y el abandono causado por los demás.

Jesús 157

i) El significado de la crucifixión de Jesús

La relevancia de la muerte de Jesús se convirtió en un asunto de máximo interés en la teología cristiana posterior. La importancia teológica de la muerte en sí misma no es, sin embargo, un asunto primordial en Marcos. Aunque el evangelio sugiere algunos significados para la muerte de Jesús, como veremos más adelante, lo que es fundamental para Marcos es que Jesús fue ejecutado y resucitó. La ejecución fue la consecuencia trágica de la fidelidad de Jesús a la soberanía de Dios. Esto es, para Marcos, mientras «esta generación infiel» prevalezca, los que sigan la soberanía de Dios serán perseguidos, incluso ejecutados, como lo fue Juan el Bautista y como el relato profetiza para los discípulos. Sobre todo, Jesús, el agente que inaugura la soberanía de Dios, es crucificado por los poderes de esta edad. Pero esto no es el final, pues esta edad no tiene la última palabra. Jesús resucita y la soberanía de Dios dentro de poco vendrá llena de poder y de gloria Así, para Marcos, lo central es el hecho de la ejecución y de la resurrección de Jesús -como parte de una vida de fe- más que cualquier otro significado teológico concreto de estos hechos.

Por lo tanto, el lector moderno necesita ser cauto para no interpretar a Marcos con significados teológicos que más tarde se asociaron a la muerte de Jesús14. Para empezar, Marcos no describe la muerte de Jesús como un sacrificio por el pecado. Marcos describe a Jesús perdonando el pecado ya durante su vida y otorgando poder a otros para esto mismo. No se necesita su muerte para hacer posible el perdón. Además, Marcos no enfatiza el sufrimiento de Jesús como tal Claramente, Marcos describe la crucifixión como la muerte dolorosa que era. Sin embargo, la mayor parte de las cruci-

14 Sobre las vanas interpretaciones de la muerte de Jesús en Marcos, cf A Y Colhns, From Noble Death to Crucified Massiah New Testament Studies 40 (1994) 481-503, D J Harnngton, What and Why Did Jesús Suffer according to MarV Chicago Studies 34 (1995) 32-41, M Hooker, Not Ashamedofthe Gospel New Testament Interpretatwns ofthe Death ofChnst, Grand Rapids 1994,47-67, J D Kmgsbury, The Significance ofthe Cross within Mark's Story Interpretation 47 (1993) 370-379, D Lull, Interpreüng Mark's Story ojJesús Death TowardsaThe-ology ofSuffenng, en K H Richards (ed), Society ofBibhcal Literature Seminar Papel, Atlanta 1985, 1-13, M S Medley, Emancipatory Sohdanty The Redemptive Signifícame of Jesús in Mark Perspectives ín Religious Studies 21 (1994) 5-22, y J Pilch, Death wüh Honor The Mediterranean Style Death of Jesús in Mark Bi-bhcal Theology Bulletin 25 (1995) 65-70

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158 Marcos como relato

fixiones solían durar dos días, mientras, en Marcos, Jesús murió después de sólo seis horas en la cruz. Tampoco Marcos considera que sea un mérito aceptar la persecución o la ejecución en sí mismas. Jesús no quiere sufrir e incluso dice a sus discípulos que recen para que no les llegue tal prueba. Más bien, para Marcos, sufrir por la persecución era la consecuencia trágica de la fidelidad a la soberanía de Dios en un mundo malvado. Lo que Marcos honra es este compromiso a la fidelidad a pesar de tal coste.

El relato de Marcos se interesa por establecer dos causas para la ejecución de Jesús: en primer lugar, se debe a acciones humanas, esto es, las autoridades inician y llevan a cabo la pena de muerte contra Jesús. En segundo lugar, ocurrió según la voluntad de Dios y claramente, en Marcos, Jesús va hacia su muerte creyendo que es la voluntad de Dios con respecto a él que sea fiel incluso hasta la muerte. La mayor parte de la gente del siglo I creía tanto en la responsabilidad humana como en la causalidad divina. Nosotros, desde nuestro pensamiento moderno, tendemos a pensar que o bien Dios o bien los seres humanos deberían ser considerados responsables, pero no ambos. Para los antiguos, son los dos, y el narrador presta mucha atención en mostrarlo así.

El narrador también representa a Jesús creyendo que su muerte tiene sentido. Dos veces el Jesús de Marcos sugiere una interpretación. Primero, Jesús sugiere que su muerte es un acto de servicio en «rescate por todos». La palabra «rescate» no forma parte del lenguaje de sacrificio, sino que es un término que describe la liberación de un esclavo o un rehén. Esto es, en Marcos, Jesús ve su vida completa, incluyendo su ejecución, como un medio por el que la gente es rescatada o liberada para una vida de servicio en la soberanía de Dios. Como suele suceder en el relato, no hay más elaboración. Sin embargo, el contexto de todo el relato y su retórica indican que el narrador entiende la muerte de Jesús como una expresión de fidelidad tan poderosa que libera a los demás de su propio temor al rechazo, a la persecución y a la ejecución, para que tengan el valor de propagar la buena noticia de la soberanía de Dios hasta los confines de la tierra.

Segundo, al final de la cena de Pascua, Jesús describe su ejecución como el sello de una alianza. Aquí Jesús habla de su «cuerpo» y de su «sangre», términos que usados juntos sugerirían a la audiencia del siglo I la idea de ejecuciones políticas de gente que es-

Jesús 159

taba en la oposición al gobierno15. Jesús amplía este sentido cuando habla de «la sangre de la alianza, que se derrama por todos». No es una referencia al sacrificio por el pecado, sino al sacrificio de la alianza. Los pactos en la antigüedad se ratificaban derramando sangre de un sacrificio en ambas partes del contrato. Así, el narrador presenta a Jesús pidiendo, por así decirlo, que su ejecución selle la alianza de la soberanía de Dios con «todos», con la nueva comunidad de judíos y gentiles igual que con quienes siguen a Jesús en su camino de entrega al servicio y con quienes están dispuestos, si es necesario, a oponerse al gobierno y correr el riesgo de las consecuencias.

Dada la misión de Jesús y la naturaleza de esta «generación pecadora», no había duda de que Jesús, como Juan, sería derribado por los poderes establecidos. Su fidelidad en la muerte aclara, por una parte, la injusta y opresiva naturaleza de esos poderes y, por otra parte, la naturaleza de la grandeza humana en términos de Dios, la obligación de vivir para la soberanía de Dios incluso cuando tal obligación conduce a una ejecución vergonzosa. Y la crucifixión también revela la naturaleza de quienes la presencian: si aprueban el gobierno violento que derriba a Jesús o acogen la soberanía de Dios que sirve y trae vida incluso ante la muerte.

El narrador cuenta hechos en la crucifixión que muestran las consecuencias de la muerte de Jesús. Dios rasga la cortina del templo, sellando la destrucción del templo a causa de la ausencia de Dios y el final del tradicional liderazgo judío. Encarnando el inicio del nuevo orden del pueblo de Dios, un gentil (el centurión) y un judío (José de Arimatea) son los que responden favorablemente ante la muerte de Jesús. La clave para esta reorganización del pueblo de Dios es que ellos «ven» la soberanía de Dios en Jesús. Mientras que las autoridades están ciegas ante esto, el centurión ve cómo Jesús muere y dice: «Este hombre era hijo de Dios».

Igualmente, el narrador quiere que el lector vea que este hombre agonizante es realmente el rey divino. El narrador utiliza la ironía para atraer al lector a esta visión y al mismo tiempo poner de manifiesto el personaje de Jesús. Todo lo que los oponentes dicen es burla, pero el narrador intenta que el lector vea lo contrario: lo que dicen en el escarnio es verdad. Jesús está en un trono con uno a su

15. Sobre este punto, cf. B. L. Mack, A Myth oflnnocence: Mark and Chris-tian Origins, Philadelphia 1988.

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derecha y otro a su izquierda. En la acusación se lee: «El rey de los judíos». Lleva una corona trenzada de espinas y los que se burlan de él lo llaman rey. La burla es testimonio irónico de la verdadera realeza de Jesús como agente de la soberanía de Dios. Sin embargo, la soberanía de Dios en esta época está oculta en esta escena, excepto para los que piensan «en términos de Dios».

El narrador hace que el lector vea en la crucifixión la última paradoja de la soberanía de Dios: que el ungido es rey precisamente porque está dispuesto a vivir para los demás incluso cuando el resultado es humillante. Sólo cuando Jesús muere así el narrador permite que un personaje humano del relato reconozca a Jesús como «hijo de Dios».

j) El sepulcro vacío

En Marcos, la muerte de Jesús no es el final. Jesús resucital6. El sepulcro está vacío. «No está aquí. Mirad el lugar donde lo pusieron». Aunque no hay apariciones del resucitado en Marcos, el destino de Jesús está claro. Ha sido elevado a la derecha de Dios y volverá en una generación en poder y gloria. La ausencia de una aparición del resucitado enfatiza el tipo de vida que Jesús vivió. El sepulcro vacío es el sello de la aprobación de Dios. Jesús el Nazareno, el que sirvió a los demás, el que se enfrentó a la opresión y el que fue ejecutado en el servicio de la soberanía de Dios, éste es el tipo de ser humano que Dios acogerá en su soberanía en la época venidera. Así, la resurrección también sella la aprobación de todos los que seguirán este camino. Y la ausencia de Jesús hasta su vuelta pone de relieve que la tarea de proclamar la soberanía de Dios ha sido ahora confiada a aquéllos que vayan y hagan lo mismo.

16. Para una visión comprensiva de Marcos basada en la resurrección de Jesús, cf H. Humphrey, He Is Risen' A New Reading ofMark 's Gospel, New York 1992

7

Los personajes II: Las autoridades, los discípulos y el pueblo

En este capítulo, movemos nuestra atención desde el protagonista Jesús a los personajes con quienes Jesús se relaciona: las autoridades, con quienes Jesús está en conflicto desde el principio, ya que rechazan a Jesús y a la soberanía de Dios que él predica; los discípulos que luchan por seguir a Jesús y entrar en la soberanía de Dios; y finalmente, el pueblo, los personajes secundarios con quienes Jesús se relaciona momentáneamente, pero que ayudan a esclarecer la soberanía de Dios.

1. Las autoridades

En Marcos, las autoridades judías y romanas de Israel ostentan posiciones de poder, comparten las mismas características básicas y están unidas por su común oposición a Jesús. En culturas como la antigua mediterránea, donde la religión, la economía y el estado eran inseparables, las autoridades ejercían el poder político, económico y religioso. La élite gobernante, Herodes, Pilato y el sumo sacerdote, actúan como individuos, mientras que los jefes de los sacerdotes como grupo, igual que los subditos de alta categoría, como los fariseos y los maestros de la ley, se oponen a Jesús en grupos.

El narrador presenta a cada grupo actuando por su cuenta: los fariseos y los maestros de la ley de Galilea se enfrentan a Jesús por asuntos legales de importancia y regulaciones de pureza; los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley de Jerusalén custodian el templo y protegen el orden social en Israel en nombre de los romanos; las autoridades judías y romanas se consideran con derecho procedente de Dios para gobernar y protegen su derecho otorgado por Dios; y todos los líderes hacen lo que políticamente es

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conveniente para mantener el poder y el control Al mismo tiempo, estos grupos distintos cooperan unos con otros en sus esfuerzos por destruir a Jesús formando vanas alianzas Por tanto, todas las autoridades juntas se pueden tratar como un personaje colectivo'

a) Caracterización

Desde la primera mención que hace el narrador de los maestros de la ley como los que enseñan sin autoridad, describe a las autoridades bajo una luz constantemente negativa El narrador construye su caractenzación a través de su oposición a Jesús y sus esfuerzos por frustrar el nuevo orden de la soberanía de Dios Lo que las autoridades dicen implica preguntas que insinúan acusaciones o pretenden atrapar a Jesús Lo que hacen muestra sus esfuerzos por tramar la destrucción de Jesús La visión interna del narrador, de sus pensamientos y sentimientos, aleja al lector de las autoridades, presentándolas como personajes poco fidedignos Las autoridades son personajes «planos» con características consistentes y predecibles que están en contraste directo con los valores de la soberanía de Dios Son lo contrario a Jesús e iluminan al personaje de Jesús por contraste

En relación con la soberanía de Dios, las autoridades son el terreno endurecido al borde del camino la semilla que cae en esta tierra no penetra, pues inmediatamente «viene Satanás y les quita el mensaje sembrado en ellos» Por consiguiente, no se convertirán y no serán perdonados

b) No tienen autoridad de Dios

Los líderes judíos creen que tienen autorización de Dios para gobernar Al mismo tiempo, dependen de los conquistadores roma-

1 Sobre los oponentes en Marcos, cf T Keegan, The Parable ofthe Sower and MarksJewishLeaders Catholic Bibhcal Quartely 56 (1994) 501-518, J D Kings-bury, The Rehgwus Leaders in the Gospel ofMark A Literary Critical Study New Testament Studies 36(1990) 42-65, E S Malbon, The Rehgwus Leaders in the Gospel ofMark A Literary Study ofMarkan Characterization Journal of Biblical Literatee 108 (1989) 259-281, M A Powell, WhatIsNarrative Criticismo, Minneapohs 1990,52-72, A Saldanm, The Social Class ofthe Phansees in Mark, en J Neusner y otros (eds ), The Social World ofFormative Christiamty and Judaism Essays in Tribute to Howatd Clark Kee, Philadelphia 1988, 69-77, S Smith, The Role of Jesús Opponents in the Markan Drama New Testament Studies 35 (1989) 161-182

Las autoridades los discípulos y el pueblo 163

nos y son responsables ante ellos Para contar con el apoyo de los romanos, deben mantener al pueblo bajo control Por tanto, temen al pueblo Como las autondades judías temen «que el pueblo se alborote», harán lo que sea necesario para apaciguar o controlar a la multitud dan una respuesta evasiva a la pregunta de Jesús y lo arrestan mediante engaños Herodes ejecuta a Juan y Pilato ejecuta a Jesús para evitar reacciones adversas de los demás De esta forma, los dirigentes conservan su autoridad sobre la gente

Así las autoridades son los principales ejemplos de la generación «infiel» Como aquéllos que «piensan en términos humanos», los líderes judíos representan a los dominadores gentiles (romanos) que «dominan» al pueblo Más que confiar en Dios, usan su propio poder para protegerse ellos mismos Como han interpretado mal el poder de Dios en términos de dominación más que de servicio, se han convertido en dirigentes de una «generación infiel y pecadora» Al final del relato, han abusado tanto de su poder que se les quitará su autorización para ser dirigentes, pues el dueño de la viña «acabara con los labradores y dará la viña a otros»

c) No tienen amor a Dios ni al prójimo

Las autondades no aman a Dios con toda su «mente»2 Al final de las controversias en Galilea, Jesús está enfadado y apenado por la rígida «dureza de su mente» en contra de el, pues insisten en poner vino nuevo en odres viejos Después Jesús dice que los fanseos adoran a Dios con los labios, pero «su mente está lejos» de Dios Más adelante, Jesús añade que esto se debe a su mente insensible, que hace que los fariseos permitan que un hombre se separe de su mujer Y las discusiones en Jerusalén dejan claro que los dirigentes consideran «todos los holocaustos» mas importantes que amar a Dios con «toda la mente»

Tampoco las autoridades aman al prójimo como a ellos mismos No interpretan las leyes y tradiciones para satisfacer las necesidades del pueblo Piensan que el pueblo estaba hecho para las leyes mas que las leyes para el pueblo Cumplirán con los rituales y tradiciones exteriores -ayunar, lavarse las manos, todos los holocaustos-

2 Sobre el problema del corazón o la mente de las autondades, cf M A Tol-bert, Sowing the Gospel, Minneapohs 1989, 185 y passim, y D O Via Jr, The Ethics ofMarks Gospel, Philadelphia 1989, 88-98, 116-121

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164 Marcos como relato

pero tienen propósitos malvados en sus mentes. Lo que sale de las mentes de las autoridades no es amor al prójimo, sino «homicidios, adulterios, codicias, perversidades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, soberbia e insensatez».

d) Están ciegas y sordas

En la descripción de Marcos, las autoridades están ciegas y sordas ante la soberanía de Dios en Jesús. No ven ni oyen lo que está ante ellos. Ven que un hombre paralítico anda y que un hombre con la mano atrofiada se cura, pero no perciben la obra de Dios en ellos. Los fariseos son dirigentes de una generación que busca «señales» irrefutables porque no tienen los ojos de la fe para distinguir las señales de Jesús. En la crucifixión, las autoridades de Jerusalén verán y tendrán fe sólo si Jesús milagrosamente baja de la cruz.

La ceguera de las autoridades ante la soberanía de Dios radica en parte en la manera que tienen de interpretar las Escrituras. Creen que es fundamental para honrar a Dios cumplir las leyes, independientemente de que las leyes beneficien al pueblo o no. Los sadu-ceos no interpretan las Escrituras creyendo que el poder de Dios resucite (y juzgue) al muerto. Las autoridades de Jerusalén no pueden ver que la piedra rechazada por los constructores se convierta en piedra angular. Están ciegos ante la posibilidad de que las Escrituras puedan profetizar la destrucción contra ellos.

Sus expectativas sobre la actividad de Dios les impiden ver que la soberanía de Dios podría estar fuera de los cauces tradicionales o en caminos inesperados. De ahí que sus expectativas no tengan en cuenta a un ungido como Jesús -un campesino galileo que los desafía, reclama la autoridad para perdonar los pecados, desprecia las tradiciones y ataca el templo-. No aceptan el vino nuevo porque quieren mantener los odres viejos.

Finalmente, las autoridades están ciegas ante su propia hipocresía. Condenan a Jesús por curar en sábado. Honran «la tradición de sus antepasados» y, haciendo esto, invalidan la palabra de Dios. «Devoran los bienes de las viudas con el pretexto de largas oraciones». Piensan de ellos mismos que son agentes de Dios cuando en realidad se sirven a sí mismos.

Las autoridades, los discípulos y el pueblo 165

e) Ceguera deliberada

Una de las muchas complejidades del relato de Marcos -y un aspecto que es difícil para los lectores modernos- es por qué las autoridades están ciegas ante la soberanía de Dios en Jesús3. ¿Son responsables de sus acciones o las determinó Dios? Como señalamos respecto a Jesús, los antiguos solían ver ambas causas: Dios es responsable y, al mismo tiempo, los seres humanos son responsables y conscientes de sus propios actos. Quizás esto se hace más explícito cuando Jesús dice acerca de Judas: «El hijo de la humanidad se va, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquél que entrega al hijo de la humanidad! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!».

Esta visión de causas múltiples divinas y humanas se aplica también a la interpretación de Marcos de las autoridades. El narrador presenta muchas razones para su ceguera: no se les ha revelado el secreto de la soberanía de Dios; Jesús les habla con comparaciones; Satanás les quita el mensaje sembrado en ellos; no interpretan bien las Escrituras o los exorcismos de Jesús; y son duros de mente. En el mundo narrativo de Marcos, no sólo Dios, sino también ellos mismos son responsables de su propia ceguera. Las autoridades no son marionetas pendientes de un hilo.

En algunos casos, las autoridades optan por ignorar la soberanía de Dios. Herodes sabe que Juan es justo, pero no obstante lo ha ejecutado para no perder el honor como rey frente a sus invitados a la cena. Pilato considera a Jesús inocente, pero decide satisfacer a la multitud entregándolo para la ejecución. En la comparación de la viña, los labradores (los dirigentes judíos) saben que el último enviado del dueño (Dios) es el hijo (Jesús), pero lo asesinan de todos modos para quedarse ellos con la viña. A veces, sus expectativas impiden a las autoridades ver que Dios está activo en Jesús. Los fariseos reconocen que Dios hace exorcismos, pero creen que actúa con la autoridad de Satanás. En la crucifixión, los dirigentes de Jerusalén reconocen que Jesús salvó a otros, pero no creen que sea el ungido, porque «a sí mismo no puede salvarse».

Así, las autoridades no creen burdamente de ningún modo que Jesús sea en realidad el hijo de Dios y se oponen conscientemente a él de todas formas. Más bien, en la caracterización de Marcos, no

3. Cf. también Tolbert, Sowing,passim.

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ven que Dios actúe por medio de Jesús. El narrador presenta esto más claramente con tres excepciones, tres miembros de los grupos de autoridades, que ven más o menos quién es Jesús: Jairo, el jefe de la sinagoga, que busca curación para su hija; el buen maestro de la ley que reconoce a Jesús y al que Jesús dice: «No estás lejos de la soberanía de Dios»; y el centurión ante la cruz que dice: «Verdaderamente este hombre era hijo de Dios». Estas excepciones, que destacan frente a la representación por lo demás sistemáticamente negativa de las autoridades, muestran que las autoridades en conjunto han escogido no entender.

Las autoridades han cerrado sus oídos y sus ojos. Vemos esto con más claridad cuando las autoridades judías rechazan sin decir nada entrar en discusión con Jesús, porque están decididas a conseguir cargos contra él. La elección de no escuchar se radicaliza de tal forma que impide ver. Ellos no quieren entender a Jesús y, por tanto, no pueden entender. Esta dureza de su mente se convierte rápidamente en una determinación activa y hostil para destruir a Jesús. Y cuando la popularidad de Jesús se convierte realmente en una amenaza para el orden público -gracias a su popular entrada en Je-rusalén y a su ataque al templo-, temen «que el pueblo se alborote». Entonces, vuelven al engaño y al soborno de testigos como medio para arrestarlo y condenarlo.

Oponiéndose a Jesús, las autoridades también se oponen a Dios. En el mundo antiguo, las acciones en contra de un agente eran consideradas acciones contra el que lo enviaba. Jesús dice: «El que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado». Esta afirmación implica también lo contrario: el que rechaza a Jesús también rechaza al que lo ha enviado. El rechazo de las autoridades hacia Dios se hace evidente muy pronto en el relato. Al confundir con un espíritu inmundo al Espíritu santo como fuente del poder de Jesús para exorcizar, niegan a Dios tan radicalmente que Jesús llama a su blasfemia contra el Espíritu santo pecado eterno y afirma por juramento profético que no será nunca perdonado. En el juicio, la condena de Jesús por blasfemia irónicamente hace que las mismas autoridades sean culpables de blasfemia. En su incapacidad para ver, las autoridades han repudiado a Dios.

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f) Las autoridades se salvan a sí mismas

En la caracterización de Marcos, las autoridades no quieren cambiar porque el orden presente les viene bien. Si pusieran al pueblo antes que las leyes, tocaran lo impuro, renunciaran a las tradiciones de pureza, abandonaran las tradiciones de los antepasados, vendieran sus posesiones y se las diesen a los pobres, y si dieran prioridad al mandamiento del amor sobre las ofrendas del templo, debilitarían su propio poder.

Marcos enfatiza sus rasgos egoístas: a los maestros de la ley les encanta que les saluden formalmente en los mercados; quieren estar en los sitios preferentes en los banquetes y en las sinagogas; incrementan su riqueza devorando los bienes de las viudas; buscan la muerte de Jesús para quedarse ellos mismos con la viña; y entregan a Jesús por envidia. En la caracterización de Marcos, las autoridades hacen estas cosas para asegurase a sí mismas -su propio honor y las posiciones de poder- en vez de ponerse en manos de Dios para salvarse.

g) El miedo es la causa de sus acciones

Para Marcos, la causa del empeño de las autoridades en protegerse ellas mismas es el miedo a perder sus posiciones con sus patrones judíos y/o romanos y, de este modo, perder el prestigio ante sus iguales, así como perder su poder y su riqueza. Para mantener sus puestos, deben controlar a la multitud y, por tanto, la temen. Cinco veces en los episodios de Jerusalén, el narrador pone de relieve que las autoridades judías tienen miedo de hablar o actuar debido a la multitud. Como conservan el poder a costa de los demás, poseen poca seguridad y necesitan mantener el control sobre ellos.

Este mismo miedo también caracteriza a las autoridades romanas, Herodes y Pilato. Aunque Heredes quiere proteger a Juan, lo decapita por miedo a quedar mal -«a causa del juramento y de los comensales»-. Aunque Pilato se asombra con Jesús y sabe que los jefes de los sacerdotes lo entregaban por envidia, lo ejecuta «queriendo complacer a la gente».

En el mundo de Marcos, el miedo se opone a la fe. La fe en Dios da valor para arriesgarse por los demás, pero las autoridades no se

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arriesgan por nadie. Irónicamente, en sus esfuerzos por salvarse a sí mismos siembran la semilla de su propia destrucción4.

h) Las autoridades dominan al pueblo

Sirviéndose a sí mismos, las autoridades se vuelven destructivas. No sólo no satisfacen las necesidades, sino que hacen daño a la gente dominándola. Al final, las autoridades judías van más allá de la ley utilizando falsos testigos y agitando a la multitud para que pida la liberación de un asesino antes que la de Jesús. También manipulan a otros -a Judas y a la multitud- para ejecutar a Jesús. Pilato, que tiene el poder legal para poner en libertad o ejecutar a la gente, está de acuerdo con ejecutar a Jesús para satisfacer a la multitud. La descripción de Marcos de la ejecución de Jesús representa a las autoridades romanas y a sus colaboradores judíos brutales aplastando cualquier cosa que cuestione su gobierno.

La actitud de las autoridades hacia el poder se muestra completamente en la crucifixión. Harán lo que tengan que hacer para mantener su poder y control. En la crucifixión, las autoridades -tanto judías como gentiles- se burlan de Jesús por su debilidad y vulnerabilidad. Cuatro veces ridiculizan a Jesús: después de que es declarado culpable, cuando los soldados se burlan de él, cuando está en la cruz y después de su grito5. En su ceguera, no pueden imaginar un ungido que no pudiera o eligiera salvarse a sí mismo. No pueden concebir que un agente de Dios no use la fuerza y se niegue a dominar al pueblo. Perder la vida por los demás, renunciar a uno mismo o al estatus para convertirse en un esclavo o siervo, y negarse a usar el poder que tiene para salvarse a sí mismo son aspectos extraños para la manera de pensar de las autoridades. Para ellos, Jesús es simplemente un hombre débil y sin poder, no un hombre valiente y lleno de fe. Su crucifixión les confirma que tienen razón.

Las autoridades no se detendrán en Jesús, sino que continuarán persiguiendo a sus seguidores. Sin embargo, en el mundo de Marcos, pronto aprenderán las consecuencias desastrosas de su com-

4. Sobre la falta de fe en Marcos, cf. C. Marshall, Faith as a Theme in Mark's Gospel, Cambridge 1989 y M. A. Thompson, The Role ofDisbeliefin Mark: A New Approach to the Second Gospel, New York 1989.

5. Marshall, Faith, 200-208.

Las autoridades, los discípulos y el pueblo 169

portamiento. Cuando Jesús vuelva, serán juzgados y aprenderán que el poder de Dios será utilizado en beneficio de los demás.

i) El lector y las autoridades

Jesús y las autoridades, cada uno por su parte, proclaman que actúan como agentes de Dios. El narrador ha guiado al lector para que acepte la reivindicación de Jesús y rechace la de las autoridades -poniendo en sintonía el punto de vista del narrador con el punto de vista de Jesús acerca de la soberanía de Dios-.

Entre las autoridades, Marcos ha creado figuras planas, totalmente negativas, que encarnan valores opuestos a la soberanía de Dios. Estos personajes no son reflejo del pueblo real y no se pueden confundir con las verdaderas autoridades judías o romanas. No obstante, las representaciones de la autoridad caricaturizan con precisión la naturaleza del poder. No es difícil para los lectores ponerse ellos mismos en el lugar de las autoridades y ver las razones interesadas que hacen que se comporten así. Algunos lectores pueden identificarse bien con ellos. Al final, sin embargo, los lectores son guiados por el narrador para desvincularse completamente de la mentalidad y del comportamiento de las autoridades.

Más aún, los mismos lectores tendrán que proclamar ante las autoridades judías y gentiles. Están llamados a correr el riesgo de ser golpeados en las sinagogas y ser conducidos ante los gobernadores y reyes como testimonio para ellos -para darles una oportunidad de convertirse y entrar en la soberanía de Dios antes de que sea demasiado tarde-.

2. Los discípulos

En el relato de Marcos el término discípulos se refiere a los doce hombres que Jesús elige para que lo sigan. Al principio Jesús llama a dos parejas de hermanos, luego a Leví (que no llega a ser uno de los doce) y después crea el grupo de los doce, cada uno de ellos identificado por su nombre. Desde ese momento, el término «discípulos» se refiere básicamente a estos doce. Simón (Roca), Santiago y Juan (hijos del trueno), a los que Jesús pone sobrenombres, forman un círculo íntimo de discípulos.

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También hay otros que «siguen» a Jesús Leví, el recaudador de impuestos, los discípulos que comen con los publícanos, los que están con los doce cuando Jesús explica las comparaciones, el hombre que exorciza en nombre de Jesús, Bartimeo, que le sigue después de ser curado, el que desenvaina la espada en Getsemam, y especialmente las mujeres en la crucifixión, que «habían seguido a Jesús y lo habían asistido cuando estaba en Galilea» Podríamos también incluir a personajes secundarios que desempeñan las funciones de los discípulos predicando y sirviendo, e incluso a la multitud que «sigue» a todas partes a Jesús Jesús invita a todo el mundo a «que cargue con su cruz y que me siga» y advierte a todos para que estén alerta6 Claramente, seguir a Jesús y hacer el trabajo de los discípulos está abierto a todo el mundo

Jesús designa a los doce discípulos «para que lo acompañaran» y «para enviarlos a predicar con poder de expulsar a los demonios» No se da ninguna razón para esta elección No son elegidos por su moral, por su inteligencia o por su devoción Los doce discípulos de Marcos -pescadores, publícanos- forman parte del pueblo llano de Cafarna-ún y de los alrededores Su honor es limitado y no tienen poder social, no están relacionados con ningún grupo de autoridad

a) Caracterización

La caractenzación de los discípulos muestra un conflicto entre vivir según los términos de Dios o según los términos humanos Los discípulos se esfuerzan por vivir según los términos de Dios, dejándolo todo para seguir a Jesús y siendo capaces claramente de asumir riesgos Al mismo tiempo, viven «según los términos humanos», preocupados por su propia segundad, estatus y poder

De este modo, la caracterización de los discípulos es compleja Lo que los discípulos hacen revela su lealtad a Jesús como segui-

6 Sobre los discípulos en Marcos, cf E Best, Following Jesús Discipleship in the Gospel ofMark, Sheffield 1981, Id , Disciples and Discipleship Studies in the Gospel According to Mark, Edinburgh 1986, J Dewey, Disciples ofthe Way Markon Discipleship, Women's División, Board of Global Ministnes, United Me-thodist Church 1976, J D Kingsbury, Conflict in Mark, Minneapolis 1989, 89-117, E S Malbon, Text and Context Interpreting the Disaples in Mark Semeía 62 (1993) 81-102, W Shiner, Follow Me' Disciples in the Markan Rhetoric, Atlanta 1995, y R C Tannehill, The Disciples in Mark The Functwn ofa Narrahve Role Journal of Religión 57 (1977) 386-405

Las autoridades los discípulos y el pueblo 171

dores y ayudantes Pero lo que hacen, igual que lo que dicen, deja ver sus dificultades para seguir a Jesús Las muestras que el narrador ofrece de los pensamientos y emociones internas de los discípulos son casi siempre negativas, y el protagonista Jesús regularmente las corrige y llama la atención sobre ellas Así, el narrador los describe como discípulos que están de parte de Jesús, pero que fallan al no satisfacer del todo las expectativas de su maestro Como tienen rasgos contradictorios, son personajes «redondos»

Gran parte de la caracterización de los discípulos se construye sobre su falta de entendimiento, su miedo y su falta de fe El entendimiento es importantísimo para los seguidores de Jesús en este relato Jesús pide a la gente que ame a Dios «con todo el entendimiento» Además, la llamada a la «conversión» significa cambiar la idea que uno tiene de Dios, del ungido, de uno mismo y de sus valores Jesús intenta que los discípulos entiendan y asimilen, que vean y oigan A diferencia de las autoridades, que se niegan a entender, los discípulos, en su mayor parte, quieren entender, pero están limitados por sus falsas expectativas y sus miedos Su miedo a veces es una forma de sentirse sobrecogidos por el poder de Dios en Jesús y otras, una forma de preocuparse por su bienestar Ninguno de estos miedos es una respuesta adecuada a la presencia y demandas de la soberanía de Dios El miedo y la falta de entendimiento son opuestos a la fe

Las características de los discípulos se presentan como respuesta al cambio de los acontecimientos en el relato Después de su aceptación inicial de la llamada de Jesús, los discípulos se mueven desde la ignorancia a la mala interpretación y, por último, al conocimiento, pero con una incapacidad para seguir a Jesús a través de la acción Así, los discípulos empiezan siendo unos personajes fiables, pero terminan siendo ejemplos de cómo no se debe seguir a Jesús

El narrador desarrolla también la caracterización por contraste y comparación Los discípulos contrastan con Jesús por su fracaso en responder apropiadamente a la soberanía de Dios Las enseñanzas a través de ejemplos negativos son comunes en los relatos antiguos En Marcos, los errores de los discípulos constituyen el recurso literario fundamental con el que el narrador revela lo que Jesús considera necesario para ser discípulo suyo, pues muchas de las enseñanzas de Jesús se muestran durante la corrección de com-

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portamientos y actitudes de los discípulos. El narrador también hace una comparación entre los discípulos y las autoridades, pues los discípulos a menudo reflejan la misma mentalidad que los oponentes de Jesús. Finalmente, el narrador contrasta a los discípulos negativamente en relación con la descripción positiva de muchos personajes secundarios.

b) Fe, lealtad y autoridad

Desde el principio, los discípulos se unen a Jesús como discípulos a un maestro. Habiendo «dejado todo» por seguirle, están «con él» y ahora obtienen su identidad a partir de las relaciones como de familia que tienen con él7. Sus éxitos y sus fracasos se presentan siempre en el contexto de su relación con él como miembros del grupo.

El relato de Marcos describe a los discípulos como entregados a Jesús. Se convierten en pescadores de hombres: dejan su trabajo y su familia por seguirle, lo acompañan en el monte y después van a predicar, a exorcizar y a curar cuando les autoriza para que lo hagan. Sirven a Jesús siguiendo sus instrucciones para acogerlo en la barca, para encontrar un borrico para él y para preparar la cena de Pascua. Van con él a todos los sitios adonde les deja ir, están con él a pesar de las tormentas, de los viajes al desierto, de sus correcciones y advertencias y de las pocas expectativas de elogio o las escasas garantías de recompensa. Incluso después de decirles que esperen la persecución y ninguna recompensa especial, afirman su lealtad a él hasta la muerte; son fieles, incluso incondicionales, a Jesús, al menos hasta su arresto.

Así, los discípulos sirven a Jesús y a otra gente predicando, curando y exorcizando. En este sentido, cumplen con su vocación de discípulos.

c) Falta de entendimiento, miedo y falta de fe

Está claro desde muy pronto en el relato que los discípulos tienen dificultades debido a su falta de entendimiento y a su miedo. No entienden las comparaciones que Jesús cuenta, ni siquiera des-

7. Cf. S. C. Barton, Discipleship and Family Ties in Mark and Matthew, Cambridge 1994.

Las autoridades, los discípulos y el pueblo 173

pues de que las explica. No ven la riqueza de posibilidades de la soberanía de Dios -en una tormenta en el lago o en un desierto sin comida-. Al mismo tiempo tienen miedo: se asustan por la tormenta, se asustan por el poder de Jesús para calmar la tormenta, se asustan al ver a Jesús andando sobre el agua, se inquietan ante la falta de pan. No confían en el poder de Dios sobre la naturaleza que está activo en Jesús. En resumen, «ellos se llenaron de un gran temor».

Su miedo y falta de entendimiento están relacionados entre sí. Su miedo por su bienestar les impide entender y su incapacidad para entender los deja asustados. Así, el problema no es la falta de inteligencia. Marcos está presentando algo más profundo. El miedo inhibe el entendimiento y los malentendidos generan miedo. Los discípulos son vulnerables a ambos, al miedo y a la falta de entendimiento, porque la soberanía de Dios es a la vez sobrecogedora y contraria a los esquemas tradicionales de pensamiento. Los discípulos están pensando en términos humanos y no han entendido el modo de pensar de la fe en la soberanía de Dios.

Tanto el miedo como la falta de entendimiento radican en la falta de confianza en la soberanía de Dios. Como Jesús dice: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Todavía no tenéis fe?». Las muestras de poder que los discípulos presencian con sus propios ojos deberían despertar la confianza en la soberanía de Dios. Pero, «no habían entendido lo de los panes y su mente seguía embotada». El episodio del padre y su hijo poseído muestra que la gente puede pedir ayuda para su falta de fe. Sin embargo, no se muestra a los discípulos pidiendo para tener tal ayuda.

En su miedo y falta de entendimiento, los discípulos son similares a las autoridades. Como las autoridades, piensan en falsas expectativas y en categorías limitadas. Y como las autoridades, tienen miedo.

d) La búsqueda de la gloria y la resistencia a la muerte durante el viaje

En la mitad del relato, cuando Roca identifica a Jesús como el ungido, se pasa de no entender el asunto a entenderlo mal. Los discípulos entienden ahora quién es Jesús, pero entienden mal al pensar que el ungido marchará triunfante hacia Jerusalén y recompensará a sus seguidores con puestos de honor y poder. La primera vez

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que lo oyen, los discípulos rechazan la idea de que la persecución y la muerte puedan ser una consecuencia del servicio a la soberanía de Dios. Una vez más, piensan en términos humanos.

Como antes, los discípulos tienen miedo, pero ahora no es por sobrecogimiento ante el poder de Dios, sino por miedo a la persecución y a la crucifixión, tanto para Jesús como para ellos mismos. Como hemos visto, la crucifixión era una muerte horrible y vergonzosa, y estaba reservada a criminales políticos y esclavos. Naturalmente, los discípulos la temían. Tenían miedo de preguntarle a Jesús lo que quería decir con las predicciones de su muerte y resurrección, y tenían miedo en el camino hacia Jerusalén. Como dice el narrador, «todos los que lo seguían tenían miedo».

De nuevo, el miedo y el malentendido están relacionados. Este malentendido hace que los discípulos estén asustados por las predicciones de Jesús sobre su muerte y, a su vez, su miedo los aleja del entendimiento. Como dice el narrador, «no entendían lo que quería decir, pero les daba miedo preguntarle». Y el miedo y el malentendido se relacionan con la falta de fe para actuar con valor ante la pérdida y la amenaza.

La manera de sobrellevar los discípulos las conversaciones de Jesús sobre la muerte es aferrarse a sus esperanzas y valores personales. El deseo de honor y poder es tan grande que Santiago y Juan están dispuestos a morir con Jesús si Jesús les sitúa a su derecha y a su izquierda en su gloria. Pero para el Jesús de Marcos no hay recompensa por sufrir la persecución. Servir y ser el último es el camino de la soberanía de Dios. No es un camino para ganar favor o recompensa8.

Igual que antes, los discípulos se parecen un poco a las autoridades. La diferencia es que las autoridades ya tienen honor, poder y riqueza y quieren mantenerlo y utilizarlo para dominar a los demás, mientras que los discípulos no tienen estas cosas, pero quieren adquirirlas. En el mundo narrativo de Marcos, el deseo de controlar y dominar para asegurarse a uno mismo y a su grupo es firme. El atractivo de los valores culturales -o, en términos de Marcos, valores «humanos»- es grande.

De ahí que los discípulos tengan un fuerte deseo de servirse a sí mismos. Contrastando con los valores interesados que conducirían

8. Para una diferente aproximación a esta cuestión, cf. B. L. Mack, A Myth of Innocence: Mark and Christian Origins, Philadelphia 1988.

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sólo a una vida de competición y dominación, Jesús les enseña relaciones de servicio mutuo. Pero los discípulos ven el honor como identidad, el poder como privilegio, la riqueza como bendición y la seguridad como salvación. Para esa cultura, servir no era noble y honorable, sino una tarea de esclavos y mujeres. Así, más que servir a aquéllos que están por debajo de ellos, quieren asegurar sus propios privilegios para que la gente que está por debajo los sirva a ellos. La clave es que estos valores alejan a los discípulos de cumplir con la misión que Jesús les ha otorgado: satisfacer las necesidades de la gente, acoger a los niños, enfrentarse a los opresores y ser fieles incluso ante la persecución y la muerte.

En su búsqueda por tener fe en la soberanía de Dios, los discípulos dejan todo por seguir a Jesús, pero no renuncian a ellos mismos y a los valores humanos que tanta importancia dan a salvarse y a servirse a sí mismo. Pero, en virtud de sus experiencias durante el viaje, los discípulos cambian. Llegan a ver más claramente, como sucede en los episodios de los hombres ciegos, que también llegan a ver. Los discípulos han aprendido ahora que seguir el camino de Dios implica persecución. «Ven» lo suficientemente claro como para «seguir a Jesús» hasta Jerusalén.

e) Miedo y huida en Jerusalén

Cuando entran en Jerusalén, parece que los discípulos pueden tener éxito en su seguimiento de Jesús. Su oposición verbal a la muerte de Jesús igual que a su propia persecución desaparece. También dejan de hablar de su esperanza de alcanzar poder y gloria gracias a una muerte de mártir y aceptan las predicciones de Jesús sobre su destino en el futuro. Parecen dispuestos a seguir a Jesús según sus términos (los de Dios), pues han llegado a Jerusalén decididos a ser leales a él hasta la muerte.

En Jerusalén, los discípulos tienen la oportunidad de mostrar su lealtad. Pero han sobreestimado su capacidad de ser fieles. Su miedo aquí radica en su fracaso para captar su propia flaqueza humana ante la muerte. En el camino a Jerusalén, Santiago y Juan dijeron vanagloriándose que eran capaces de sufrir un bautismo de persecución y muerte. Después, en la cena en la habitación del piso arriba, todos los discípulos parecen incrédulos ante la idea de que uno de ellos entregaría a Jesús, y preguntan: «¿Acaso soy yo?». Cuando Jesús pre-

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dice que todos fallarán, Roca protesta con vehemencia: «Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré». Y todos los demás «decían lo mismo». Los discípulos piensan erróneamente que tienen el coraje de enfrentarse a la ejecución con valentía. Por consiguiente, duermen y no «velan». Jesús describe su carácter precisamente cuando dice que «el espíritu está bien dispuesto, pero la carne es débil».

Efectivamente, cuando llega la hora de la prueba, el miedo se apodera de ellos y huyen. Roca sigue a Jesús desde lejos, pero cuando responde a las preguntas de la criada se viene abajo. Niega a Jesús tres veces y, al final, jura que ni siquiera conoce a Jesús9. Roca, que antes habló en nombre de todos los discípulos cuando reconoció a Jesús como el ungido, ahora representa la realización de su fracaso. Roca recuerda la predicción de Jesús y rompe a llorar. Cuando desaparecen todas las demás consideraciones, la necesidad terrible de los discípulos por «salvar sus vidas» prevalece. Son incapaces de enfrentarse a las consecuencias de la asociación con Jesús y de su reconocimiento, y en el llanto de Roca reconocen su fracaso y su dolor por ello. Este reconocimiento -en contraste con las autoridades- puede hacer posible que los discípulos «se conviertan» y sigan adelante. Sin embargo, en este momento de miedo y fracaso, los discípulos desaparecen del relato.

f) El fracaso de los discípulos

A diferencia de los oponentes, los discípulos (excepto Judas) no destruyen a Jesús para salvar sus vidas. No están en contra de Jesús. Más bien, no son capaces de estar con él. Y aquellos más cercanos a Jesús son lo que más fallan. Roca, Santiago y Juan tienen conocimiento de muchas cosas durante el relato -la resurrección de una niña de doce años, la transfiguración de Jesús, las enseñanzas privadas sobre el futuro-. Pero fallan a Jesús más que los otros, porque les pidió a ellos especialmente que velaran por él y no lo hicieron. Esta descripción es especialmente mordaz cuando Jesús vuelve a llamar a Roca «Simón» en la primera muestra de fracaso en Getse-maní: «Y dijo a Roca: 'Simón, ¿duermes?'».

9. Sobre el papel de Pedro en Marcos, cf. T. E. Boomershine, Peter's Denial as Polemic or Confession: The Implications of Media Criticismfor Biblical Herme-neutics: Semeia 39 (1987) 47-68 y W. Vorster, The Chamcterization ofPeter in the Gospel ofMark: Neotestamentica 21 (1987) 57-76.

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El fracaso de los discípulos es análogo a la semilla que cae en terreno pedregoso. El apelativo de «Roca» hace que el lector espere de él fuerza y valor, pero la interpretación de la semilla cayendo en terreno «rocoso» sugiere un significado diferente e irónico de tal nombre. Como hemos visto, los discípulos son duros de mente y no entienden fácilmente. Como dice la comparación: «No tienen raíz en sí mismos; son inconstantes y en cuanto sobreviene una tribulación o persecución por causa del mensaje sucumben».

g) Después de la resurrección

El episodio final del sepulcro vacío evoca las mismas respuestas ambivalentes. Las mujeres -María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé- continúan el papel del personaje de los discípulos en la trama, ya que son testigos de la crucifixión, del entierro y del sepulcro vacío. El lector desea que tengan éxito en su camino para llevar el feliz mensaje del joven a los discípulos, incluyendo a Roca. Sin embargo, como los discípulos, las mujeres fallan por su miedo al poder de Dios, manifestado en el sepulcro vacío.

El mensaje del joven ofrece la restauración de los discípulos. Pero, como las mujeres no dicen nada, esa restauración dependerá de que los discípulos recuerden las palabras de Jesús y de su voluntad de volver a Galilea. El destino de los discípulos -como el de los lectores- está todavía abierto. Al final, todo es posible otra vez para los discípulos, pero en la nueva situación, en la que su maestro es un criminal ejecutado, el miedo terrible permanece.

h) El lector y los discípulos

La caracterización que hace el narrador de los discípulos hace que el lector desarrolle sentimientos ambivalentes hacia ellos. El lector probablemente se identifica con los discípulos más que con otros personajes y quiere que tengan éxito; los lectores pueden fácilmente ponerse en su lugar: pueden sentir el privilegio de haber sidos llamados por Jesús, pueden sentirse sorprendidos por sus actos de poder, sienten miedo ante la posibilidad de la muerte por crucifixión y sienten el deseo de huir antes que ser arrestados. Las características positivas y fácilmente comprensibles de los discípulos mantienen el interés del lector con la esperanza de que, a pesar de

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sus fallos, consigan ser fieles seguidores de Jesús. Algunos de los acercamientos del narrador al interior de los discípulos evocan incluso simpatía por ellos, por ejemplo, cuando se sienten sobrecogidos por la autoridad de Jesús sobre la tempestad, cuando tienen los ojos tan cargados en Getsemaní y sobre todo cuando Roca se tambalea sollozando después de negar a Jesús.

Al mismo tiempo, los lectores también evalúan y juzgan a los discípulos según los valores de la soberanía de Dios, los valores que Jesús ha enseñado. Además, los comentarios negativos del narrador a menudo distancian a los lectores de los discípulos. Así, el narrador hace que los lectores se enfrenten directamente a los duros fallos de los discípulos y, al mismo tiempo, que se preocupen por ellos y por cómo les irá en el futuro del relato.

El narrador ha descrito a los discípulos como miedosos, con poca fe y poco entendimiento, interesados en salvar sus propias vidas y preocupados con su propia importancia, pero, no obstante, dejando todo y perseverando en seguir a Jesús. Al final, sin embargo, fracasan en prepararse suficientemente para la muerte en la persecución. Pero el lector va a aprender del fallo de los discípulos. Si los discípulos pueden fallar una y otra vez y Jesús todavía promete ir delante de ellos, el lector puede hacer lo mismo. La idea central de esta presentación plantea preguntas a los lectores: «¿Qué harás cuando te enfrentes a la muerte por Jesús y por la buena noticia? ¿Continuarás siendo fiel? ¿Y podrás, si fallas, comenzar de nuevo?».

3. El pueblo

Los personajes secundarios y la multitud -el pueblo llano- son cruciales en el relato de Marcos. Son la gente de campo sencilla de la que Jesús y los discípulos proceden. Son los últimos, los que tienen que ser servidos y a los que las autoridades no sirven. Irónicamente, son los personajes secundarios los que demuestran servir a la soberanía de Dios cuando las autoridades y después los discípulos no lo hacen.

Los personajes secundarios no tienen papeles continuados en el relato. Hacen breves apariciones especiales y luego desaparecen. No son un personaje colectivo, porque individualmente no están relacionados unos con otros. Pero las similitudes entre muchos de

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ellos son tan sorprendentes que nos lleva a considerarlos en conjunto. La brevedad de sus apariciones y, en la mayoría de los casos, su anonimato, de ninguna manera disminuye su importancia. El papel de cada uno suele ser muy memorable y, vistos colectivamente, su impacto en el lector es inequívoco y profundo10.

Excepto Herodías y su hija, la criada del sumo sacerdote y los soldados que se burlan de Jesús, los personajes secundarios se identifican favorablemente con la soberanía de Dios: algunos surgen de la multitud para ser curados; a otros los pone Jesús como ejemplos; incluso algunos sirven a Jesús. Normalmente, son gente marginal sin poder: niños, mujeres, un mendigo, un extranjero, una pobre viuda. Muchos están excluidos de la vida común debido a sus aflicciones. Algunos son considerados impuros: los endemoniados, el leproso, la mujer que padecía hemorragias y la mujer sirofenicia. Pero estos personajes secundarios constituyen el espíritu fértil para la buena nueva de la soberanía de Dios. Y son las madres, hermanas, hermanos, hijas e hijos que completan la nueva familia de la soberanía de Dios.

Aunque la mayor parte de los personajes secundarios surge de las multitudes del pueblo común, unos cuantos no. Como hemos señalado, hay personajes secundarios entre las autoridades que favorecen a Jesús: Jairo, el jefe de la sinagoga; la mujer rica que unge a Jesús; el maestro de la ley que no está lejos de la soberanía de Dios; José de Arimatea, «que era miembro distinguido del sanedrín»; y el centurión que llama a Jesús «hijo de Dios». Estas excepciones dejan claro en las descripciones de Marcos que ningún grupo tiene respuesta fija y que una reacción positiva de cualquier personaje es bien recibida.

a) Caracterización

Los personajes secundarios son casi personajes de repertorio con un solo rasgo. Pero muchos de ellos en realidad son personajes planos con varios rasgos tipificados: una receptividad a Jesús, una

10. Sobre los personajes secundarios en Marcos, cf. E. S. Malbon, The Major Importance ofthe Minor Characters in Mark, en E. McKnight-E. S. Malbon (eds.), The New Literary Criticism and the New Testament, Valley Forge 1994, 58-86; D. Rhoads, The Syrophoenwian Woman in Mark: A Narrative-Critical Study. Journal ofthe American Academy of Religión 62 (1994) 342-375; R. C. Tannehill, The Gospel ofMark as Narrative Christology: Semeia 16 (1979) 57-95; Tolbert, 5b-wing; J. Williams, Other Followers of Jesús: Minor Characters as Major Figures in Mark's Gospel, Sheffield 1994.

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fe constante, humildad, una indiferencia por el estatus y el poder personal y una capacidad para el servicio. Muchos cambian o su situación cambia cuando se acercan a Jesús. En palabras de Jesús, son «pequeños que creen en mí». Pero su descripción es a veces mixta: muchos no obedecen las órdenes de Jesús de estarse callados; el padre del chico endemoniado necesita más fe; y el maestro de la ley está cerca pero no dentro de la soberanía de Dios.

En su mayoría, los personajes secundarios no son intercambiables unos con otros. Un episodio en que aparece un personaje secundario generalmente se relaciona con los que están cerca por los modelos estructurales y los motivos verbales. Además, el narrador suele yuxtaponer un personaje secundario específico a otros personajes en episodios adyacentes por comparación o contraste. También, las historias de los personajes secundarios a veces dan lugar a transiciones importantes o notables desarrollos en la trama: el endemoniado es liberado de un demonio justo después de que Jesús haya atado a Satanás en el desierto; la mujer sirofenicia es el puente para una misión gentil; el grito de Bartimeo a Jesús como hijo de David abre la entrada a Jerusalén.

b) Fe

La fe de los personajes secundarios es importante, porque la obra de la soberanía de Dios depende de la gente que «se convierte y tiene fe en la buena noticia». Los suplicantes que piden su curación vienen con un simple deseo de ser curados y la fe de que, a través de Jesús o los discípulos, Dios puede curarlos. Expresan su fe con acciones visibles: acercándose a Jesús, arrodillándose, suplicando a Jesús y pidiendo la curación n .

A veces, amigos o familiares traen a la persona para que sea curada: el paralítico, el sordo, el ciego, etc. La multitud también trae a los enfermos y suplica a Jesús que los toque. Otros vienen en lugar de otra persona: Jairo y la mujer sirofenicia vienen cada uno en nombre de una hija. La fe activa de todos estos vicarios es importante para la fe o confianza de aquéllos en cuyo nombre vienen.

11. Sobre la fe en Marcos, cf. S. E. Dowd, Prayer, Power, and the Problem of Sufferíng, Atlanta 1988; Marshall, Faith; E. Schweizer, The Portrayal ofthe Life of Faith in the Gospel ofMark: Interpretation 32 (1978) 387-399; R. C. Tannehill, A Mirrorfor Disciples, Nashville 1977; y Tolbert, Sowing, 176-230.

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Los suplicantes muestran persistencia y determinación en su fe venciendo obstáculos: cuatro hombres pasan por encima de la multitud para bajar a un hombre paralítico a través del tejado; Jairo insiste a pesar de la muerte de su hija; la mujer sirofenicia supera la falta de voluntad de Jesús para curar a los gentiles; y Bartimeo logra captar la atención de Jesús a pesar de los esfuerzos de la multitud por hacerlo callar.

Para Marcos, la fe no restaura por sí misma a los suplicantes, pues es Dios sólo quien restablece. Sin embargo, como ni Jesús ni Dios fuerzan a la curación, la fe se convierte en esencial como medio de liberarse y recibir la curación. La fe no tiene que ver con las creencias correctas sobre Jesús. Es a través de la confianza como Dios actúa a través de Jesús. Tal fe da acceso a la gente al poder de Dios, como se ilustra con el poder que sale de Dios hacia la mujer que padecía hemorragias. Como todo es posible para Dios, por tanto, todo puede ser posible para uno que tiene fe. Por la fe, se le otorga poder al suplicante para ser coautor de la curación con Dios; así, Jesús dice a varios suplicantes: «Vete, tu fe te ha salvado». Donde la fe está presente, la gente toma la iniciativa para llegar a Jesús. Donde la fe es débil, como con el padre del chico endemoniado, Jesús la fortalece. Donde la fe en Dios para curar a través de Jesús está ausente, como en Nazaret, sólo tienen lugar unas pocas curaciones '2.

c) Perder la vida, ser el último y servir

En general, los personajes secundarios no muestran preocupación por ser grandes o ejercer poder o adquirir riqueza, intereses que inhibirían sus esfuerzos por satisfacer la necesidad de otros. La pobre viuda es un paradigma de cómo renunciar a la vida -dando «todo lo que tenía para vivir»-. Su bajo estatus y la pequenez de su ofrenda sugieren que no da para ser reconocida o recompensada; de hecho, no sabe que es observada. La mujer sirofenicia ejemplifica el ser la última. Inteligentemente acepta que Jesús se refiera a ella como un perro para conseguir que su hija sea exorcizada. Bartimeo, el «pedigüeño», ejemplifica la persistencia en la fe. La sue-

12. R. N. Brock, Journeys by Heart: A Christology ofErotic Power, New York 1992.

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gra de Simón ejemplifica el servir, como los personajes que traen a alguien para ser curado.

En las escenas finales en Jerusalén, los personajes secundarios ejemplifican especialmente la admonición para ser «esclavos de todos». En todo el relato Jesús sirve a otros en su necesidad. Así, cuando Jesús lo necesita, otros le sirven: Simón el leproso lo recibe en su casa; una mujer unge su cabeza; Simón el Cireneo le lleva la cruz; José lo entierra; y las mujeres de Galilea van al sepulcro para ungirlo. Los personajes que realizan estos actos de servicio lo hacen por fe, arriesgando valientemente la riqueza o corriendo el riesgo del arresto o de la pérdida de la reputación por haberlos llevado a cabo. Estos actos reproducen la generosidad de Jesús y aseguran a los lectores que es posible seguirlo.

En el relato de la pasión, el narrador lleva a los personajes secundarios a primer plano llamándolos por su nombre. Anteriormente en el relato, Jairo era el único personaje secundario positivo mencionado con nombre. En los episodios de Jerusalén, sin embargo, Bartimeo, Simón el leproso, Simón el Cireneo, José de Arimatea, María la Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José y Salomé, tienen todos nombre. Y la mujer que unge a Jesús será recordada por su acción en cualquier parte donde la buena noticia se anuncie. Esta identificación los personaliza y los hace memorables para el lector, y enfatiza el hecho de que la gente adquiere su total identidad en actos de servicio.

d) Las mujeres

Muchos de los personajes secundarios son mujeres13. Están entre la multitud. Forman parte de la nueva familia de Jesús de madres y hermanas y hermanos. Como parte de la multitud, están invitadas

13. Como señalamos antes, hay evidencia histórica, insinuada incluso por Marcos, de que las mujeres son más importantes en el ministerio de Jesús de lo que el evangelio muestra. Sobre las mujeres en la caracterización de Marcos, cf. J. C. An-derson, Feminist Criticism: The Dancing Daughter, en J. C. Anderson-S. Moore (eds.), Mark and Method, Minneapolis 1992, 103-134; J. Dewey, The Gospel of Mark, en E. Schüssler Fiorenza (ed.), Searching the Scriptures: A Feminist-Ecume-nical Commentary, New York 1994, 2: 470-509; H. Kinukawa, Women and Jesús in Mark: A Japanese Feminist Perspective, Maryknoll 1994; E. S. Malbon, Fallible Followers: Women andMen in the Gospel ofMark: Semeia 28 (1983) 29-48; M. A. Tolbert, Mark, en C. A. Newsom-S. H. Ringe (eds.), The Women 's Bible Commentary, Louisville 1992, 263-267.

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a renunciar a sí mismas y a seguir a Jesús. La mayoría de los personajes femeninos representan el estatus marginal de los personajes secundarios, a veces de varias formas.

Marcos pone en primer plano un número de personajes femeninos. En su mayoría, las mujeres ejemplifican los valores de la soberanía de Dios: el servicio de la suegra de Simón, la fe de la mujer con la hemorragia, la perspicacia y el hábil ingenio de la mujer si-rofenicia, la generosidad de la pobre viuda y el acto profético de la mujer que unge a Jesús. Muchas muestran valor desobedeciendo a las expectativas sociales y costumbres religiosas: se acercan a Jesús en público, tocándolo en un estado de impureza o inmiscuyéndose en su privacidad. La mujer sirofenicia consigue hacer que Jesús cambie de idea sobre la curación de gentiles. Jesús pone a las mujeres como ejemplos a seguir por los discípulos, como la mujer que lo unge y la pobre viuda.

Además, el narrador nos cuenta que «María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé», entre otras muchas mujeres, habían servido a Jesús, lo habían seguido en Galilea y habían subido con él a Jerusalén. De hecho, estas mujeres continúan el papel propio de los discípulos. Excepto Herodías, éstas son las primeras mujeres que son llamadas por su nombre y, como los doce, tienen un papel continuador en el relato, aunque sea breve. Ellas se arriesgan estando presentes en la crucifixión y yendo al sepulcro, y muestran su buena disposición para servir comprando perfumes para ungir a Jesús. Los personajes secundarios de las mujeres en particular ejemplifican la manera de ser discípulo ante el fracaso y la ausencia de los doce.

e) Comparación y contraste con otros personajes

Los personajes secundarios sirven como contraste a los discípulos en relación con los valores que emergen en el relato. En la primera mitad del relato, el narrador implícitamente contrasta la fe de los suplicantes con el miedo de los discípulos. Después, en el viaje a Jerusalén y en los primeros momentos de su estancia allí, Jesús corrige explícitamente el comportamiento de los discípulos contrastándolos con los personajes secundarios -niños, esclavos, criados, una pobre viuda que da de lo que necesita y una mujer que lo unge- para mostrar a los discípulos cómo ser los últimos y cómo

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servir. En las escenas finales, los personajes secundarios llevan a cabo acciones que los doce no hacen -bajar el cuerpo de Jesús, ponerlo en un sepulcro y embalsamarlo-, los servicios del entierro que los discípulos de Juan habían hecho para su maestro.

El relato de Marcos pone en contraste también a los personajes secundarios con las autoridades: la mujer que unge a Jesús con perfumes caros contrasta con las autoridades que pagan por arrestarlo, y la pobre viuda que da voluntariamente contrasta con los maestros de la ley que explotan a las viudas. En todos los aspectos en que los personajes secundarios contrastan con los discípulos y las autoridades se convierten en paralelos de Jesús, mostrando así al lector que hay más figuras que viven según los «términos de Dios».

f) El seguimiento de Jesús

Mientras que se espera que los discípulos presenten una fidelidad continuada a Jesús, los personajes secundarios ejemplifican los valores del relato sólo en ocasiones puntuales. Lo que les sucede a los personajes secundarios en el relato después de su encuentro con Jesús generalmente no se cuenta. Algunos se van y lo cuentan (a pesar de Jesús les había mandado lo contrario), sembrando la semilla que produce «el treinta, el sesenta, y hasta el ciento por uno». Otros vuelven a sus casas para después recibir a Jesús y a los discípulos con hospitalidad, como Simón el leproso. Esa gente que da hasta un vaso de agua a quien va en nombre del ungido «no quedará sin recompensa».

Sin embargo, cuando el seguimiento de Jesús implica la amenaza de la persecución, la situación cambia. Esto puede explicar el sorprendente comportamiento de las tres mujeres en el sepulcro. Están presentes en la crucifixión y están preparadas para ungir el cuerpo. Pero cuando se enfrentan con el poder de Dios, revelado por el sepulcro vacío, también fallan. Ellas «irán a decir», pero su reacción, como la de los discípulos antes, es de miedo, huida y silencio. Todos en el relato fallan en continuar siguiendo a Jesús. Ese papel se deja para el lector.

g) Las multitudes

En el relato de Marcos, la gente sencilla que acude a Jesús son «como ovejas sin pastor», queriendo decir que los dirigentes de la

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nación no han atendido el rebaño de Israel14. Por contraste, Jesús tiene compasión de las multitudes; les enseña y dos veces da de comer a la muchedumbre en el desierto. En general, la respuesta de las multitudes revela su deseo de un dirigente que atienda sus necesidades. Aclaman a Jesús; lo rodean tanto en espacios cerrados como abiertos y lo siguen en grandes grupos; vienen de todas partes, de Israel y de los alrededores. Se aglomeran en los pueblos; cuando los pueblos no pueden acogerlos, se juntan en los espacios abiertos entre los pueblos; su presencia tan numerosa protege a Jesús de la amenaza de su familia en Galilea y después de la amenaza de las autoridades en Jerusalén.

Las características de la multitud son generalmente similares a las de los suplicantes. Vienen a Jesús esté donde esté, desean ser curados y se agolpan para tocarlo. Las multitudes traen a gente para que sea curada y persisten para llegar a Jesús: una multitud lo sigue de una ciudad a otra; otra sigue su barca desde la orilla del lago; y otra permanece con él durante tres días en el desierto. No lo reconocen como el ungido, pero piensan que es Juan el Bautista o Elias o un profeta. Sin embargo, las multitudes están fascinadas por Jesús y alaban a Dios por estas muestras de poder. Tal admiración normalmente refleja una puerta abierta al poder transformador de la soberanía de Dios. Sin embargo, como hemos dicho, la admiración en sí misma no es una respuesta suficiente a la soberanía de Dios15.

Mientras Jesús es públicamente accesible y las consecuencias de su actividad son indeterminadas, las multitudes lo siguen, responden a su compasión y poder, lo aclaman y «lo escuchan con agrado». Sin embargo, cuando Jesús se acerca a Jerusalén, las multitudes lo ven como el que ha de traer «la soberanía que viene, la de nuestro padre David» más que como aquél que ha de traer «la soberanía de Dios». Cuando Jesús es arrestado, sacado fuera de escena y sin poder para hacer nada, dejan de seguirlo. La multitud se vuelve en este momento vulnerable a las autoridades tradicionales. Los jefes de los sacerdotes, temiendo y envidiando el respaldo que tiene Jesús con el pueblo, incitan a la multitud para que pida a Pila-to que ponga en libertad a Barrabás antes que a Jesús. Al final, la

14. Sobre la multitud, cf. E. S. Malbon, Disciples / Crowds / Whatever: Mar-kan Characters and Readers: Novum Testamentan 28 (1986) 104-130.

15. T. Dwyer, The Motif ofWonder in the Gospel ofMark, Sheffield 1996.

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multitud pide incluso la crucifixión y se suma a las burlas contra Jesús. Como los discípulos y los personajes secundarios, la multitud falla también en seguir a Jesús.

h) El lector y los personajes secundarios

El pueblo llano que originariamente escuchó el relato de Marcos se identificaría con las mujeres y hombres marginales del relato y recibirían fuerza de ellos. Celebrarían las curaciones junto con las multitudes. Las historias de curaciones despertarían esperanzas en ellos y en los que estuviesen en las mismas condiciones. Y se identificarían con los personajes secundarios que ejemplifican los valores que Jesús enseñaba -y se convencerían de que no tenían que estar entre los doce para servir a la soberanía de Dios-.

Poniendo en primer plano a los personajes secundarios, el narrador ilustra la afirmación de Jesús de «muchos últimos que serán primeros». Pues dentro de los valores fijados por el relato, estos «pequeños» son verdaderamente grandes. Igual que Jesús pone a los niños y a la servidumbre como modelos para los discípulos y más tarde los reúne para hacerles ver la generosidad de la pobre viuda, del mismo modo el narrador utiliza a los personajes secundarios para que los lectores se den cuenta y aprendan de ellos, para que sean recordados allí donde la buena nueva se proclame. De hecho, sólo viendo la soberanía de Dios en los personajes que son los «últimos», el lector puede captar totalmente hasta qué punto la soberanía de Dios vuelve el mundo del revés.

4. Conclusión

¿Qué nos dice la caracterización de Marcos en términos generales sobre su visión de la naturaleza humana y los problemas que constituyen la condición humana? La creación ha fracasado y la gente está sin rumbo, abandonada y oprimida. La soberanía de Dios trae curación y vida para los que la reciben bien. La soberanía de Dios también trae retos. Sin embargo, la gente no acepta riesgos. La gente suele adaptarse a su grupo, a los valores heredados de su cultura y a las acciones que les mantienen seguros. La gente tiene miedo y se protege a sí misma y a su grupo. Por miedo, las autoridades in-

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tenían protegerse a sí mismas, a su estatus y a su poder. Los discípulos reflejan los mismos valores, a pesar de su deseo y del éxito parcial, actuando de otra manera. Quizás porque los personajes secundarios tienen poco acceso al poder y a la gloria, están más dispuestos a servir. Cambiar es posible pero muy difícil, porque el cambio supone romper con los valores que protegen a uno mismo y al grupo para convertirse en «otro» orientado a la soberanía de Dios.

No obstante, los personajes de Marcos son abiertos. Hay potencial para una cosecha. Jesús eligió obedecer a Dios hasta el final. Muchos personajes secundarios ejemplificaron la soberanía de Dios. El Evangelio se seguirá proclamando y la reacción del centurión ofrece esperanza de cambio entre los gentiles. Los destinos de los discípulos están abiertos y el lector tiene la gran esperanza de que todavía den pruebas de fidelidad. Los personajes secundarios han aparecido brevemente, pero su futuro también está abierto. Y es más, el destino de los lectores está ahora preparado para ser determinado por sus respuestas a este relato.

Cuando reflexionamos sobre las primeras impresiones de los lectores sobre Jesús, las autoridades, los discípulos y los personajes secundarios, nos damos cuenta de cómo el relato permite ver a los lectores, a través de sorprendentes giros y vueltas, justo lo que conlleva el ser discípulo. ¿Puede el lector ver la llegada de la soberanía de Dios a través de las palabras y acciones de Jesús? ¿Puede el lector tener confianza en el poder de Dios en el presente -poder para curar, para dar de comer al hambriento en el desierto, para calmar tempestades, para resucitar al muerto-? ¿Puede el lector amar a Dios «con toda tu mente» y amar «a tu prójimo como a ti mismo»? ¿Puede el lector estar dispuesto a vivir y a morir por la buena noticia, confiando en Dios lo suficiente como para perder la propia vida por los demás? Pues esto es lo que el evangelio de Marcos está pidiendo a los lectores que hagan.

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Conclusión: El lector

Nos hemos centrado en la manera de contar y en el relato. Ahora queremos concentrarnos en el lector dedicado como tal al proceso de leer el relato'. El lector responde al relato de forma lineal, temporal, desde el primer renglón hasta el último. ¿Qué está experimentando el lector y cómo está siendo afectado por tal experiencia? Aquí dejamos de preguntarnos qué significa el relato para preguntar qué está haciendo el relato en el lector en el curso de la lectura.

1. La retórica

La retórica se refiere a la manera en que un autor escribe para crear ciertos efectos en los lectores. Estos efectos se generan en la narración de forma global -tanto por el relato particular que se narra (los escenarios, la dinámica de la trama y la evolución de los personajes) como por la forma en que el relato es contado (sus técnicas literarias y estilísticas de narración)-. La pregunta retórica es: ¿cómo afectan a los lectores todas las dimensiones de una obra narrativa juntas?

Uno puede haber leído una novela que le deje en ascuas. Preguntar sobre la retórica de esa historia es preguntar: ¿cómo consiguió hacer esto la historia en el lector? Se puede responder a una película con un corazón sensible hacia la gente a la que antes se ha-

1. Para una introducción a la crítica de la estética de la recepción, cf. S. Su-lieman-I. Crossman (eds.), The Reader in the Text: Essays on Audience and Inter-pretation, Princenton 1980; J. Thompkins (ed.), Reader Response Criticism: From Formalism to Post-Structuralism, Baltimore 1980; y E. Freund, The Return ofthe Reader, New York 1987, así como las obras de los teóricos W. Booth, S. Fish, U. Eco, W. Iser, y otros.

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bia condenado o con un sentido de coraje personal que antes no se sabia que se tenia Preguntarse sobre la retorica de esa película es preguntar ¿como consiguió la película que el espectador reaccionara asi7 Aquí nos preguntamos sobre la retorica de Marcos ¿cuales son los efectos del relato de Marcos en el lector7 ¿Que sucede en el relato para crear tal efecto7

2 El lector ideal

Antes de considerar las respuestas de los lectores reales del relato de Marcos, hay un paso intermedio que nos ayuda a entender su retorica el concepto del lector ideal En todo este estudio hemos mencionado vanas veces como el narrador lleva al lector o a los lectores a reaccionar de determinada manera ante los distintos aspectos del mundo narrativo En la mayoría de los casos, este «lector» no era un lector real, ya que no es posible predecir las respuestas de los lectores reales Los lectores reales se acercaran a Marcos con diferentes perspectivas y diferentes reacciones Los lectores reales pueden saber el final de Jesús y de los discípulos incluso antes de oír el relato Los lectores reales pueden o no pueden entender el relato Los lectores reales pueden resistirse al relato ofenderse por el relato o estar en desacuerdo con sus valores de juicio Mas bien, nuestro lector es un «lector ideal» hipotético

El lector ideal es el reflejo del narrador2 El lector ideal es el lector que el autor crea (o tiene intención de crear) a medida que cuenta la historia -un lector imaginario con todas las respuestas ideales implicadas por la narración misma- Podríamos hacer un detallado análisis de un lector ideal deduciendo de cada linea de la narración cómo se espera que reaccione un lector En todas las líneas se le sugieren determinadas reacciones a los lectores llenar huecos, identificarse con los personajes, mantenerse en suspense, anticipar partes postenores del relato, recordar partes antenores, involucrarse en los apartes y en la ironía del narrador, sentir emocio-

2 Sobre el concepto del lector ideal o implícito, cf W Booth, The Rhetonc ofFictwn, Chicago 1983 (versión cast La retorica de la ficción, Barcelona 1974) Sobre la participación del lector en la construcción de textos, cf S Moore, Doing Gospel Cntwism as/with a Reader Biblical Theology Bulletm 19 (1989) 85-93 y T Berg, Readingln /To Mark Semeía 48 (1989) 187-206

Conclusión El lector 191

nes, alentar y revisar expectativas, experimentar determinación (o la falta de ella), etc 3 Sin embargo, para nuestro proposito aquí, nos limitaremos a hacer un breve boceto de la experiencia en general de la lectura de un supuesto lector ideal4

Nuestra conclusión de conjunto es que el relato de Marcos busca crear lectores ideales que reciban la soberanía de Dios con fe y tengan el valor de seguir a Jesús cualesquiera que sean las consecuencias El relato de Marcos busca transformar al lector a través de tres movimientos la narración lleva al lector (1) a expenmentar las bendiciones poderosas de la soberanía de Dios, permitiendo al lector iniciar una nueva vida, (2) a entender y a aceptar los costes y expectativas de la soberanía de Dios, y (3) a tener el valor de vivir para la buena noticia con coraje Estos tres movimientos se relacionan con los tres pnncipales desarrollos del evangelio de Marcos (1) la experiencia de la soberanía de Dios (en Galilea), (2) la superación de la propia resistencia a la soberanía de Dios (en el viaje a Je-rusalen), y (3) el afrontamiento de la persecución y la muerte en el servicio de la soberanía de Dios (en Jerusalén) Por ultimo, trataremos el impacto del final de Marcos

La narración lleva al lector ideal a ver y aceptar los caminos de Dios principalmente haciéndole seguir a Jesús a través del relato El narrador nunca aparta a Jesús de la vista del lector, permitiéndole estar siempre invisiblemente presente con Jesús, escuchando sus palabras y viendo sus acciones El lector ideal se identifica con la situación de los discípulos de Jesús en el relato y aprende de su ejemplo positivo y negativo Con los discípulos, el lector sigue a Jesús en sus viajes, está a su lado en los conflictos con las autoridades y aprende de su enseñanza Finalmente, por supuesto, el lector ideal

3 La critica de la recepción de Marcos se ha centrado mas detenidamente en la manera en que el relato determina al lector Cf R M Fowler, Leí the Reader Un derstand, Minneapohs 1991 y M A Powell, WhatIsNarrative Criticism?, Minnea-pohs 1990, 11-22

4 Desde luego, hay muchas formas diferentes en que los interpretes pueden entender las implicaciones de esta narración y construir el lector ideal de Marcos Nuestro esfuerzo de entender el lector implícito, ideal, es, por tanto, solo una de las formas en las que este lector se puede construir Cf, por ejemplo, Fowler, Leí the Reader B van Iersel, ReadingMark, trad W E Bisscheroux, Edinburgh 1989, J P Heil, The Gospel of Maricas a ModelforAction A Reader-Response Commentary New York 1992, y W R Tate, Reading Markfrom the Outside Eco and Iser Leave Their Marks, Bethesda 1995 Para los ejemplos de como involucra al lector en el mundo narrativo, cf J G Cook, The Structure and Persuasive Power ofMark A Linguistic Approach, Atlanta 1995

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sigue a Jesús a Jerusalén y, al estar presente durante su ejecución, aprende el coste total de lo que podría significar seguirle. Y el lector ideal es testigo del sepulcro vacío.

a) Primera fase: La experiencia de la soberanía de Dios

El primer anuncio de Jesús lleva al lector a esperar los sucesos de capital importancia que se van a describir: «La soberanía de Dios está llegando». En toda la primera mitad del relato, el lector experimenta la soberanía de Dios a través de las curaciones, los exorcismos, las purificaciones, el perdón de los pecados, el socorro al hambriento, la autoridad sobre la naturaleza, la esperanza para los marginados y los desafíos a todo tipo de opresión humana. Contando estos hechos, el narrador invita al lector a acoger la alegría, la admiración y la euforia de esta nueva realidad y a tener «fe en la buena noticia».

Desde el comienzo, la narración lleva a los lectores a seguir a Jesús. Al principio, el lector ideal se alinea con Jesús como el protagonista fidedigno del relato. Cuando la historia se desarrolla, el lector es llevado a identificarse con las reacciones favorables de los discípulos y la aprobación de la multitud. A la inversa, el lector se distancia de los que se oponen a Jesús. El lector especialmente se identifica con los discípulos porque tienen una relación continuada con Jesús y ejemplifican la respuesta apropiada a su llamada a seguirlo. Además, el lector está presente en las escenas en que Jesús les enseña en privado.

El lector se ve envuelto en el relato en parte porque tiene una ventaja sobre los discípulos. Como hemos sugerido antes, al lector se le da información privilegiada en las primeras líneas sobre la identidad de Jesús, «el ungido, el hijo de Dios». Debido a esto, el lector llega a adoptar el punto de vista del narrador sobre Jesús y a conocer los entresijos de la historia. Cuando los discípulos empiezan a tropezar y Jesús les corrige (sobre las comparaciones, la fe en el lago, la fe en el desierto), el lector ideal -desde una posición de ventaja- ve lo que quiere decir ser un seguidor ideal.

El lector a veces llega a experimentar el desconcierto de las comparaciones y dichos crípticos de Jesús. No obstante, describiendo un mundo en que muchos personajes están ciegos ante la soberanía de Dios, la narración impulsa aún más al lector a querer ver

Conclusión: El lector 193

y a querer seguir. Las progresiones en dos pasos, las series de tres y las explicaciones de las comparaciones colaboran en la tarea de atraer al lector ideal para que siga intentando entender a Jesús y la presencia oculta de la soberanía de Dios, incluso cuando a veces se desconcierte por nuevos misterios y más comparaciones.

b) Segunda fase: La superación de la resistencia al camino de Dios

Cuando Roca se da cuenta de que Jesús es el ungido, los lectores dejan de tener ventaja sobre los discípulos, pues ambos saben ahora quién es Jesús. En este momento, el lector experimenta al mismo tiempo que los discípulos los acontecimientos sorprendentes y difíciles, aumentando la identificación cordial del lector con los discípulos. Cuando Jesús predice tres veces su ejecución y resurrección y enseña a los discípulos los costes y exigencias de seguirle, el lector está junto a los discípulos para lidiar con el reto que Jesús les propone frente a sus valores y creencias egocéntricas.

Esta fase del relato lleva al lector a «ver» la soberanía de Dios con mayor profundidad -el segundo momento de esta progresión en dos pasos-. Como el ciego que es tocado dos veces, así también el lector es invitado a ser tocado dos veces para ver más claramente y hacer una segunda y más profunda consideración. Junto con los discípulos, los lectores deben revisar o expandir sus expectativas. Los lectores aprenden no sólo que Jesús será entregado y ejecutado, sino también que ellos, como los discípulos en el relato, deben estar preparados para la persecución y muerte. Y saben que la soberanía de Dios les exige que renuncien a la búsqueda de estatus, poder y riqueza y que acepten ser los últimos, servir y darse a los demás.

En parte, la estrategia del narrador es enseñar por medio del ejemplo negativo y el mal entendimiento de los discípulos. La narración lleva al lector no sólo a identificarse favorablemente con las luchas de los discípulos, sino también, y al mismo tiempo, a ver que, según los valores de Jesús, los discípulos se equivocan. Siempre que los discípulos se resisten o se oponen o son incapaces de entender, el lector escucha cómo Jesús muestra el camino correcto, poniéndoles como modelos a los niños o a los siervos y amonestándoles para que no sean como los dirigentes que dominan al pueblo o los ricos que no quieren dar su riqueza.

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Cuando los lectores ven la resistencia de los discípulos y oyen la enseñanza de Jesús, vencen su propia resistencia y consolidan su lealtad a Jesús, comparando su propio compromiso imaginario con el de los discípulos. Cuando los lectores reaccionan a los fallos de los discípulos, son capaces de entender sus propios errores y desear incluso más ser capaces de seguir a Jesús.

En el proceso, la narración introduce al lector en una experiencia de fe más profunda. Así, en el viaje, el lector es llamado a dar un paso más en la fe: si Dios puede curar y expulsar a los demonios, entonces también puede resucitar a cualquiera a la vida y a la salvación en la nueva edad. En esta sección, el lector oye a Jesús anunciar la llegada de la soberanía de Dios en poder y prometer la vida eterna en la nueva edad a aquellos que lo sigan con fe. El lector es invitado a ver lo siguiente: la fe en una salvación futura no da lugar ni a la autocomplacencia ni a una seguridad pasiva, sino al valor de llevar la soberanía de Dios a los demás incluso si esto da lugar a la muerte.

c) Tercera fase: El enfrentamiento a la persecución y ala ejecución en Jerusalén

El lector continúa junto a Jesús en Jerusalén. Cuando los discípulos se quedan dormidos y después huyen, el lector permanece despierto y está con Jesús. Cuando Roca lo niega, el lector sigue a Jesús al Gólgota. Se induce al lector a empatizar con los discípulos y a consolarse, pues Jesús sabe que «la carne es débil». Pero al mismo tiempo, el lector juzga a los discípulos por su incapacidad para rezar y continuar siendo fieles.

En esta sección, la ironía es un medio fundamental que la narración emplea para introducir a los lectores en el relato. La ironía dramática hace que los lectores vean la verdad que los personajes dentro de la historia no ven. En la entrada a Jerusalén, los lectores saben que no es la soberanía de David la que vendrá, sino la soberanía de Dios. En la narración de la muerte de Jesús, las ironías se suceden unas tras otras. Los soldados ridiculizan la idea de que Jesús sea el rey de los judíos, y realmente lo es. Las autoridades en la cruz atestiguan sin ser conscientes de ello la verdad de que Jesús restauró a otros pero no puede salvarse a sí mismo. Las autoridades no pueden entender cómo una persona ejecutada podría ser rey de

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Israel, pero el lector lo entiende. La ironía da a los lectores una perspectiva interna que les lleva a aceptar el punto de vista del narrador sobre la crucifixión. Y tal ironía crea comunidad en la medida en que los lectores comparten el conocimiento privilegiado con el narrador.

El lector es inducido a ver en este hombre ejecutado la revelación de la encarnación de la idea divina sobre la verdadera grandeza, es decir, la voluntad de arriesgar la seguridad, el estatus, el poder y la vida misma en el servicio de la soberanía de Dios. El lector ideal ya no juzga la grandeza con parámetros humanos, sino con los parámetros de Dios. Como la narración lleva al lector a aceptar estos valores, puede aceptar la crucifixión del ungido.

Además, la narración permite al lector ideal enfrentarse con el miedo de seguir a Jesús. Como los discípulos, el lector ahora sabe el coste de seguir a Jesús. Sin embargo, a diferencia de los discípulos que huyen, el lector va todo el camino de este relato con Jesús. Al hacerlo así, el lector ideal se enfrenta indirectamente a la experiencia del abandono de Jesús, al rechazo, a las burlas, al sufrimiento físico y a la muerte. Al pasar por la muerte de Jesús en la experiencia del relato, los lectores tienen una oportunidad de enfrentarse con valor al miedo a la persecución y la muerte, que de otro modo los paralizaría. Así, Marcos permite al lector no tanto creer algo acerca de Jesús, cuanto ser como Jesús fiel a la soberanía de Dios.

Como Marcos presenta, la fidelidad de Jesús da poder al lector ideal para tener el mismo tipo de valor para ser fiel. La narración distancia a los lectores de los dirigentes judíos y gentiles, porque destruirán a los demás para salvarse ellos mismos. La narración distancia igualmente a los lectores de los discípulos debido a que huyen para salvarse. Así, el lector mira a Jesús como la única figura fiel en el relato. Jesús tiene miedo y no quiere morir; sin embargo, está dispuesto a vivir la vida según los términos de Dios. De esta forma, el lector ideal se identifica con Jesús y sale del relato diciendo: «Yo también quiero ser fiel a Dios, incluso ante la muerte».

El ejemplo de la vida de Jesús entregada a los demás haciendo frente a la muerte ayuda a liberar a los lectores de las firmes garras del egocentrismo y la autoconservación, de forma que también puedan vivir para los demás, incluso enfrentándose a la persecución, creando así una alianza de compromiso con todos los que quieren seguir a Jesús. La narración busca crear lectores ideales que esta-

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196 Marcos como relato

blezcan un pacto con otros que compartan los mismos valores y compromisos, para formar relaciones y comunidades de servicio mutuo marcadas por la fidelidad a la soberanía de Dios.

d) El final5

Hemos dicho que la narración hace lo posible por invitar al lector ideal a convertirse en un fiel seguidor de Jesús a través del acto de la lectura. Participando del relato, el lector permanece fiel hasta el final, siguiendo a las mujeres hasta el sepulcro. En el sepulcro llega el anuncio que los lectores han deseado y esperado: «Ha resucitado». Dios tiene la última palabra en el conflicto de Jesús con las autoridades y la victoria es de Dios Esta última palabra puede ser la primera palabra para el lector ideal, que a partir de ahora le seguirá.

La breve afirmación del joven a las mujeres en el sepulcro -«Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado»- le recuerda al lector la vida entera de este hombre que ha resucitado. No es un cualquiera, sino el que hizo estas cosas y muñó de esta forma, este es el que ha resucitado. Y si este es la persona que Dios ha resucitado, entonces Dios también resucitará a los que se asocien con él, a los que le sigan, a los que vivan para la buena noticia como él hizo y a los que estén dispuestos a enfrentarse a la persecución venidera, como él lo estuvo. Así, la resurrección de Jesús es para el lector ideal la confirmación de que el camino que Jesús vivió es el camino que todos los seres humanos deben vivir Y la consecuencia final de vivir los valores de la soberanía de Dios es la resurrección y la vida eterna en la soberanía de Dios en la edad venidera.

El final también proporciona una esperanza al lector ideal en términos de su identificación con los discípulos. El anuncio del joven de que Jesús «va delante de vosotros a Galilea» significa que

5 Sobre el final, cf T E Boomershme, Mark 16 8 and theApostohc Com-mission Journal ofBibhcal Literatura (1981) 225-239, T E Boomershine-G Bar-tholomew, The Narrative Techmque ofMark 16 8 Journal of Bibhcal Literature 100 (1981) 213-223, P Danove, The End of Mark's Gospel A Methodological Study, Leiden 1993, J D Hester, Dramatic Inconcluswn Irony in the Narrative Rhetoric m the Ending ofMark Journal for the Study of the New Testament 57 (1995)61-86, A T Lincoln, The Promise and the Failure Journal of Biblical Literatura 108(1989)283-300, L Magness, Sense andAbsence Structure and Suspensión in the Ending ofMark s Gospel, Atlanta 1986, R C Tannehill, The Disciples in Mark Journal of Religión 57 (1977) 386-405, y M A Tolbert, Sowing the Gospel, Minneapohs 1989, 288-299

Conclusión El lector 197

Jesús todavía va delante de ellos y les pide que le sigan, incluyendo a Roca, a pesar de la huida y la negación de los discípulos. Aunque las mujeres no transmitieran esta segundad a los discípulos, el lector, no obstante, lo ha oído. El lector ideal tiene la segundad de que, a pesar de su miedo, su huida y su silencio pasados o incluso futuros, Jesús, no obstante, continuará llamándolos a seguirle. El final de Marcos señala un nuevo comienzo para los lectores: volver al pnncipio del relato, volver a Galilea, empezar de nuevo la búsqueda para seguir a Jesús fielmente.

Sin embargo, en este momento la narración da un giro con un final irónico: las mujeres huyen con miedo y en silencio. El lector ideal espera que el sepulcro esté vacío, pero no espera la huida y el silencio de las mujeres Durante todo el relato, Jesús decía a la gente que se callaran y ellos, sin embargo, no se callaban. Ahora el joven del sepulcro les dice a las mujeres: «Id a decir», pero ellas «no dijeron nada a nadie». Este repentino y espeluznante final malogra el mensaje destinado a los discípulos, corta cualquier noticia sobre la resurrección y termina el relato con miedo y silencio. Es en este momento cuando el relato se vuelve hacia los lectores, ya que no hay un final satisfactorio, no hay solución, no hay cierre para este relato.

Para los que estamos tan acostumbrados a relatos con resolución, es tentador aliviar el choque de este final añadiendo lo que conocemos de otros evangelios o la histona del movimiento cristiano. Pero imaginemos leer un relato o ver una película donde prácticamente todo queda en el aire, sin resolver al final. El relato de Marcos es tal historia: no está resuelto. Pide a gntos una solución, pide a gritos la esperanza de que alguien proclame la buena noticia. Y ¿quién queda al final del relato para hacer esto? No es Jesús. No son los discípulos. No son las mujeres que huyeron del sepulcro, i Sólo los lectores quedan para completar el relato!

Así los lectores ideales están llamados a terminar el relato, llamados a proclamar lo que pasó. Sólo los lectores han permanecido fieles hasta el final y ahora tienen que elegir entre huir con las mujeres o predicar audazmente a pesar del miedo y la muerte. Y el lector ideal elegirá predicar. Mientras que todos los personajes en el relato han fallado, los lectores ideales serán fieles. Los lectores ideales han seguido a Jesús fielmente: han recibido la soberanía de Dios, han entendido los costes y exigencias de seguir a Jesús y se

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198 Marcos como relato

les han otorgado poderes para predicar. Al final, los lectores ideales se comprometen, en ausencia de Jesús, a vivir una vida como Jesús vivió, por la fe en Dios, hasta que Jesús vuelva.

3. Las hipotéticas audiencias del siglo I

Por supuesto, cuando el autor de Marcos escribió, tenía en mente como su audiencia a la gente real del siglo I. Pero no sabemos por el relato en sí quién podría ser esa gente. Podemos quizás deducir que eran judíos que seguían a Jesús, que eran campesinos en zonas predominantemente rurales y que se enfrentaban a la persecución. Esta gente habría tenido un previo conocimiento de Jesús, del destino de los doce discípulos y del comienzo del movimiento de Jesús6. Pertenecerían a una determinada posición social. Y vendrían con una perspectiva particular y probablemente con una disposición de deleitarse con el relato y responder positivamente a él. También habrían quizás luchado contra sus propios miedos y fracasos para ser fieles seguidores de Jesús.

Marcos puede haber tenido múltiples audiencias en mente, particularmente si esperaba que el relato fuese contado de sitio en sitio en reuniones en las sinagogas y en los mercados. Podemos imaginar cómo podrían haber respondido al relato los diferentes grupos -gente con enfermedades, viudas, mujeres en general, la clase alta judía, los fariseos o los soldados romanos-. Cada uno probablemente habría reaccionado de forma muy diferente. Seguramente el relato fue contado a algunas personas que ya eran seguidores de Jesús y ya conocían a Jesús y a sus discípulos. Otros oyentes puede que nunca hubiesen oído nada sobre Jesús. Puede que algunos rechazaran el relato rotundamente. Otros puede que estuvieran de acuerdo con algunas partes pero se resistieran a otras. Un oyente receptivo, sin embargo, respondería al relato de forma muy parecida a la del lector ideal y tendría respuestas adicionales a la luz de la situación histórica de la época.

La retórica de Marcos busca hacer posible que los lectores reales se conviertan en lectores y seguidores ideales. Y la retórica de la narración de Marcos es convincente en gran parte porque el lector

6. Cf. W. Kelber, Mark s Story of Jesús, Philadelphia 1979.

Conclusión: El lector 199

entiende que está basada en hechos reales. El poder de la narración de Marcos radicaba en la convicción de que la soberanía de Dios había llegado en realidad, que el ungido mesías había venido, había sido asesinado y había resucitado, y que la gente era llamada incluso en ese momento para predicar y seguirle, porque la culminación de la soberanía de Dios estaba a punto de llegar. Narrar el evangelio es en sí mismo ofrecer la soberanía de Dios a punto de establecerse totalmente, con todas sus posibilidades para la restauración, su dinámica de amor por los demás y su llamada a vivir y morir por la buena noticia.

De ahí que la retórica de Marcos presente un modo de entendimiento del mundo que desafía el modo en que los oyentes han construido el suyo -con un fin para su mundo y un comienzo para el mundo de Dios-. Si la audiencia veía su mundo bajo el dominio de Satanás -con enfermedades, posesiones demoníacas, amenazas de la naturaleza y la tiranía de los dirigentes humanos- sería llevada a ver y aceptar el nuevo mundo de posibilidades abiertas por la presencia de la soberanía de Dios.

Si los oyentes reales estaban fuera de las normas de la sociedad, tratados como inmundos o rechazados como pecadores, serían entonces invitados a entrar en este reino de la soberanía de Dios. Si los oyentes organizaban su mundo de acuerdo con las normas de pureza y evitaban la enfermedad, a los endemoniados, a los recaudadores de impuestos, a los pecadores, la comida impura y a los gentiles, entonces serían desafiados a derribar estas barreras y a extender la mano a todos con el poder del Espíritu para repartir bienestar. Si la audiencia veía en su propio mundo los mismos valores adoptados por las autoridades del relato, quizás se cuestionaría la importancia del honor público, de la acumulación de riqueza y del uso del poder, y adoptaría un modo de vida dedicado al servicio y a la entrega por los demás7. Si los lectores estaban experimentando la devastación de la guerra romano-judía, tal vez serían introducidos en la visión que Marcos tiene de un mundo que renuncia a la dominación y a la explotación. En todas estas reacciones, la narración de Marcos busca formar no sólo individuos, sino también comunidades, llevando a los lectores a crear relaciones que encarnen los valores de la soberanía de Dios.

7. Cf. también M. Wegener, Cruciformed: The Literary Impact of Mark's Story of Jesús and the Disciples, Lanham 1995.

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200 Marcos como relato

Como hemos indicado, el evangelio de Marcos fue probablemente escrito en torno al año 70 de la era cristiana, al final de una guerra de cuatro años entre Israel y el Imperio romano durante la cual Israel fue derrotado, Jerusalén destruido y el templo saqueado 8 En esta época, unos cuarenta años después de la muerte de Jesús, los seguidores judíos y gentiles de Jesús sufrieron igualmente con este catastrófico suceso Algunos seguidores de Jesús esperaban que Jesús volviese y puede que esperasen que apareciese en el templo de Jerusalén Pudieron preguntarse qué significaba que la ciudad y el templo de Dios fueran destruidos y que Jesús no hubiera vuelto todavía Tal vez Jesús no fuera en realidad el ungido Tal vez no volvería, como ellos esperaban, para establecer la soberanía de Dios con poder en una generación

La audiencia se tranquilizaría por medio de este relato en que Jesús predice todo lo que ha ocurrido hasta la época de los oyentes reales hambrunas, guerras, persecuciones, la terrible profanación y destrucción del templo y la aparición de profetas y ungidos falsos Como estas predicciones ya se habían cumplido en el mundo real, el oyente tendería a confiar en el Jesús de Marcos cuando dice que el establecimiento final de la soberanía de Dios y el regreso de Jesús sucederían, no durante la guerra o la profanación del templo, sino muy poco después9 La narración también indica las esperanzas que tienen los seguidores de que Jesús vuelva lejos de Jerusalén hacia Galilea y las naciones gentiles

La retórica del relato de Marcos tiene más sentido al dirigirse a los seguidores que están bajo la amenaza de la persecución, con razón para tener miedo por sus vidas debido a su asociación con Jesús 10 Esta gente habría escuchado este relato con una intensa implicación, porque el relato trataría de ellos, de sus lealtades, de sus esperanzas y de sus temores La audiencia del siglo I también conocería las amenazas tan reales de persecución para quien siguiera a Jesús el rechazo de la familia, la incomprensión por parte de los compatriotas judíos, los juicios ante los tribunales locales judíos y

8 Para un análisis de la posición de Marcos ante la guerra romano-judia, cf C Myers, Bmding the Strong Man A Pohttcal Reading of Mark s Story of Jesús, Maryknoll 1988, 413-447

9 Cf T Geddert, Watchwords Mark 13 in Markan Eschatology, Sheffield 1989

10 Para una visión diferente de la audiencia de Marcos, cf D Juel, A Master ofSurprises Mark Interpreted, Minneapohs 1994

Conclusión El lector 201

los juicios ante los gobernadores y reyes gentiles Para los judíos, los seguidores de Jesús que renunciaban a la violencia y que se oponían a la guerra, serían vistos como traidores, para los romanos, los seguidores de Jesús eran sospechosos de ser revoluciónanos, porque su líder había sido ejecutado por revolucionario por orden de un procurador romano Asi, si los oyentes de Marcos actuaran como sugiere el relato, se enfrentarían a la persecución En resumen, como predijo Jesús en Marcos, «todos os odiarán por mi causa»

El impacto general del relato podría llevar a esta audiencia receptiva del siglo I, como al lector ideal, a enfrentarse directamente a la posibilidad de la persecución y la muerte, y así estar mejor preparados para ser testimonio de Jesús y llevar a los demás los actos poderosos de la buena noticia de la soberanía de Dios Los seguidores que escuchaban el relato juntos en una asamblea de fieles se fortalecerían con el relato Experimentarían una solidaridad con Jesús como aquel que ha pasado por todo lo que ellos podrían tener que pasar y que ha permanecido fiel Experimentarían ayuda los unos de los otros, sabiendo que sus confiados esfuerzos por vivir los valores de la soberanía de Dios acabarían siendo tan malentendidos y escondidos del mundo como fue la fidelidad de Jesús Pero actuarían convencidos de que muy pronto lo que ahora está escondido se revelará y el hijo de la humanidad vendrá con gloria para congregar a los elegidos -incluidos ellos mismos- y establecer finalmente la soberanía de Dios sobre toda la creación

4 Los lectores contemporáneos

En cierto sentido, los limites temporales del mundo narrativo no tienen en cuenta a los lectores reales mas allá de la generación de Jesús, porque el relato asume que la soberanía de Dios se establecerá totalmente poco después de que el templo sea destruido Sin embargo, nosotros, los lectores modernos, habiendo entrado en el mundo del relato y participado en él, podemos ver de muchas maneras nuestra sociedad y nuestras propias vidas reflejadas en el relato, aunque desde muy diferentes perspectivas''

11 Sobre los esfuerzos por relacionar el evangelio de Marcos con el mundo contemporáneo, cf B Blount, Go Preach' Mark s Kingdom Message and the Black Church Today, Maryknoll 1998, C Myers, Who will Role Away the Stone? Disct-

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202 Marcos como relato

Pues en este mundo presentado por el autor, también nosotros, desde vanas perspectivas, hemos experimentado el orden radicalmente nuevo exigido por la soberanía de Dios, la sorprendente figura de Jesús, las posibilidades de la fe en Dios, la llamada al servicio, la ceguera potencial del compromiso religioso, la profunda resistencia a renunciar a la segundad y al pnvilegio individual y del grupo, la destructividad de dominar a los demás, el conocimiento de comunidades de servicio mutuo, el poder y la dificultad de mantenerse firmes en medio de la persecución, y mucho mas Con la experiencia de este relato, los lectores contemporáneos pueden ser capaces de pensar de forma nueva sobre el significado de la vida, su propósito, sus posibilidades y su resultado -ver y luchar con el mundo real de maneras nuevas y quizás estar mejor preparados para vivir unas vidas más fieles y humanas-

pleship Quenesfor First World Chnstians, Maryknoll 1994, C Myers y otros, «Say to This Mountain» Marks Story of Discipleship, Maryknoll 1996, M Minor, The Spmtuahty ofMark Responding to God, Louisville 1996, y J Nelson-Pallmeyer, Brave New World Must We Pledge Allegiance?, Maryknoll 1992, capitulo 8

EPILOGO

La lectura como diálogo: la ética de la lectura

Los lectores contemporáneos pueden concebir la lectura como un diálogo, un significativo intercambio entre el relato y el lector' Cada interlocutor tiene poder sobre lo que sucede en el diálogo Por un lado, un relato pretende influir en los lectores -afectarles para bien o para mal, cambiar a la gente y dar forma a comunidades-Por otro lado, un lector tiene también influencia en el diálogo Un lector puede tomarse el relato en seno y ser transformado por él, o mostrarse indiferente e incluso desecharlo por considerarlo írrele-vante Un lector puede adherirse al relato o ser reticente y plantear fuertes objeciones a alguna de sus partes o a la totalidad Un lector puede incluso incrementar el efecto del relato usándolo de formas que ayuden o dañen a otros El relato intenta influir en el lector, el lector, en respuesta, debe juzgar éticamente el relato según sus valores personales o sus cntenos de juicio

Para juzgar un relato, uno pnmero debe escucharlo atentamente con el fin de entender lo que le está diciendo en sus propios términos Es importante asumir que lo que el relato dice será distinto de lo que esperamos, queremos o tememos En este diálogo con un relato, el lector tiene la responsabilidad de tratarlo con respeto, de intentar leerlo sm imponer ideas e imágenes ajenas al relato, y de estar deseoso y abierto a aprender de el2 Este proceso es especialmente

1 H-G Gadamer, Verdad y método, Salamanca 92001 Cf también A This-tleton, New Honzons in Hermeneutics, London 1992

2 Sobre la etica de la lectura en los estudios literarios, cf J H Miller, The Ethics ofReading Kant de Man Eliot Trollope James and Benjamín, New York 1987,yWBooth, The Company We Keep The Ethics of Fictwn, Berkeley 1988 En los estudios bíblicos, cf E S Fiorenza, The Ethics oflnterpretation De-Centering Bibhcal Theology Journal of Bibhcal Literature 107 (1988) 3-17, D J Smit, The Ethics oflnterpretation New Voices from the USA Scnptura 33 (1990) 16-28, J Botha, The Ethics ofNew Testament Interpretatwn Neotestamentica 26 (1992)

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204 Marcos como relato

difícil cuando el relato pertenece a una cultura distinta de un tiempo remoto o ha obtenido autoridad canónica en alguna tradición, circunstancias que se dan en el evangelio de Marcos.

En este diálogo entre el relato y el lector, este lleva ventaja. Un relato no puede explicarse; sólo puede repetir. Por tanto, el lector necesita ser activo, leyendo cuidadosamente -una y otra vez- para dejar que el relato hable por sí mismo. Los lectores necesitan emplear métodos literarios y sociológicos para entender el significado en su contexto, usar conocimientos sobre el siglo I para entender el relato a la luz de su contexto político y cultural, y para verificar sus interpretaciones.

En este libro hemos animado a los lectores de Marcos a ser fieles al relato en sus propios términos, a ver el relato de Marcos como un todo y entrar empáticamente en su mundo. Hemos intentado descifrar el significado de las partes interpretándolas a la luz del relato completo. Hemos intentado usar alguna información útil sobre el contexto cultural y social para ver el evangelio como un relato en su época. Ni que decir tiene que la nuestra es sólo una interpretación más dentro de un abanico de interpretaciones fiables3.

Un medio para ayudarnos a no leer nuestras propias ideas en el relato es tomar conciencia de nuestra limitada y relativa perspectiva4. No podemos evitar llevar presuposiciones a nuestra lectura. Primero, llevamos las ideas y suposiciones de nuestra cultura y sociedad. Si pertenecemos a la cultura occidental, llevamos la mentalidad de nuestra era individualista, psicologista, postindustnal y electróni-

169-174, G Phillips, The Ethics of Reading Deconstructively, en E McKmght-E S Malbon (eds ), New Literary Criticism and the New Testament, Valley Forge 1994,283-325, D Parte, Ethics of Bibhcal Interpretation A Reevaluation, Louisvi-Uel995 ,yD N Fewell-G Phillips, Bible and Ethics ofReading Semeia77(1997)

3 Entre los estudios recientes que destacan las polivalentes dimensiones de la Escritura se incluyen D Parte, Discipleship according to the Sermón of the Mount Four Legitímate Readmgs, Four Plausible Views of Discipleship and Their Relevant Valúes, Valley Forge 1996, F. Segovia (ed), What Is John9 Readers and Readmgs ofthe Fourth Gospel, Atlanta 1996, y Ch Cosgrove, Elusive Israel The Puzzle ofElections in Romans, Louisville 1997

4 La importancia de estas dinámicas fue destacada en primer lugar por críticas feministas Cf, por ejemplo, E S Fiorenza, In Memory ofHer A Feminist Theological Reconstruction ofChrishan Origins, New York 1983 El interés ha sido ampliado recientemente por críticos que emplean la crítica ideológica Cf la recopilación de artículos de D Jobhng-T Pippin (eds ), Ideological Criticism ofBi-bhcalTexts- Semeía 59 (1992), y G Aichele y otros (eds.), Ideological Crihcism, en The Postmodern Bible, New Haven 1995, 272-308

La lectura como diálogo la ética de la lectura 205

ca. Segundo, leemos desde una posición social determinada dentro de una cultura, definida en términos de género, raza, clase social, etc. Tercero, cada uno de nosotros llegamos con experiencias personales, así como con nuestras creencias y compromisos éticos5. Todo esto configura la forma en que leemos, cómo vemos el relato a través del cristal de nuestras experiencias. Reconocer explícitamente nuestros propios valores y creencias puede ayudarnos a no adaptar el relato a nuestros puntos de vista y prestar atención a los retos que nos plantea y que nosotros preferiríamos suavizar o ignorar6.

Otra forma de superar las limitaciones de nuestra situación social particular es leer junto con otras personas que procedan de situaciones sociales distintas7. Cada situación social posee un punto de vista propio que puede enriquecer la comprensión. Las mujeres verán cosas en el relato de Marcos de las que los hombres normalmente no se percatan. Las personas enfermas o discapacitadas percibirán dinámicas en Marcos que otra gente da por supuestas. Grupos oprimidos que ocupan un bajo nivel socioeconómico en la sociedad entenderán cosas de Marcos que otros con un estatus social y económico más elevado no captan8. Personas que procedan de situaciones de persecución se relacionarán con el relato de formas distintas a como lo harán las que llevan a cabo sus compromisos religiosos y éticos con poca oposición por parte de sus sociedades. Gente de sociedades distintas -tales como una cultura basada en el honor y la vergüenza o una sociedad basada en lo puro y lo profano- aportará experiencias al relato que enriquecerán su comprensión.

Las personas de cada situación social tendrán aciertos así como limitaciones al leer un relato, porque cada una verá las cosas desde un lugar de la sociedad distinto de otros. Al leer juntos en torno a una mesa redonda en la que ni se privilegie ni se margine ninguna

5 J C Anderson-J L Staley, Tahng it Personally Semeía 72 (1995) 6 Nosotros mismos somos de raza blanca, clase media, protestantes y cultu

ra estadounidense 7 Para comprender de qué forma nuestra situación social afecta a la inter

pretación, cf los dos volúmenes de F Segovia-M A Tolbert (eds ), Reading from This Place, Minneapohs 1995, B Blount, Cultural Interpretation, Minneapohs 1995, y D Smith-Chnstopher (ed), Text and Expenence Towards a Cultural Exe-gesis ofthe Bible Reorienting New Testament Criticism, Sheffield 1995, M Brett, Ethmcity and the Bible, Leiden 1996, y C. H Felder (ed), Stony the Road We Trod African-American Bibbcal Interpretation, Minneapolis 1991

8 L Donaldson (ed), Postcolomahsm and Scriptural Reading Semeía 75 (1996), R S Sugirtharajah (ed), The Postcolonial Bible, Sheffield 1998

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206 Marcos como relato

perspectiva, somos capaces de ver con más claridad cómo podemos distorsionar un relato o no ser capaces de entenderlo en sus propios términos y qué partes podemos estar ignorando9.

Por tanto, dadas la naturaleza de los relatos y las limitaciones de las perspectivas de los lectores, no es posible contar con una comprensión correcta y objetiva de un relato. La meta es ser lo más fiel que se pueda y también aprender de otras interpretaciones.

Una vez que hemos permitido al evangelio de Marcos, en la medida de nuestras posibilidades, dirigirse a nosotros en sus propios términos, el diálogo puede empezar a trasladarse a la parte de la ecuación en la que está el lector: cómo el relato se relaciona con nuestras distintas vidas actuales.

Por un lado, podemos sentir el impacto del relato de Marcos y quedar profundamente afectados e incluso transformados por él. Podemos vernos a nosotros mismos y a nuestra sociedad de formas nuevas y ser fortalecidos para cambiar o perseverar en momentos difíciles. No obstante, también podemos ser reacios a muchas de las ideas que Marcos parece presentar. No estaremos de acuerdo con su concepto de una Tierra plana y de un fin del mundo inminente en aquella generación. Podemos tener o no problemas con sus puntos de vista sobre demonios y exorcismos, ángeles y voces divinas, o sobre caminar sobre el agua y multiplicar el pan, cosas todas ellas que la gente del siglo I aceptaba como reales o posibles.

También podemos objetar que algunas de las descripciones de Marcos son contrarias a nuestros valores y creencias10. Por ejemplo, los lectores pueden oponerse al estereotipado retrato que Marcos presenta de los dirigentes judíos como figuras que abusan del poder. Junto con otros escritos del Nuevo Testamento, el relato de Marcos ha alimentado los posteriores horrores del antisemitismo. Otros objetarán que, no obstante la favorable visión de las mujeres que da Marcos (su postura antipatriarcal y el poner a las mujeres en primer plano como ejemplos de la soberanía de Dios), el hecho de que les conceda limitados papeles en los que aparezcan hablando o

9. Sobre la imagen de la mesa redonda, cf J. González, Out ofEvery Tnbe andNatwn Chnstian Theology at the Ethmc Roundtable, Nashville 1992. Para lecturas desde diversas situaciones sociales, cf., por ejemplo, H. Kmukawa, Women and Jesús in Mark A Japanese Feminist Perspective, Maryknoll 1994; y J. Keenan, The Gospel ofMark A Mahayana Reading, Maryknoll 1995.

10. Cf. J. Fetterly, The Resisting Reader A Femimst Approach to American Literature, Bloomington 1978.

La lectura como diálogo la ética de la lectura 207

actuando -mucho más limitados que los que probablemente las mujeres desempeñaron en la vida de Jesús- contribuye a que se continúe marginando hoy a las mujeres en muchos ambientes cristianos.

Además, los lectores pueden desaprobar las formas en que el evangelio ha sido mal usado. Como, según Marcos, Dios necesita la fe para curar, algunos han creído que es la fe en sí la que produce la curación, y se han culpabilizado a sí mismos y a otros por no haber sanado de algunas enfermedades. También, la insistencia de Marcos en que la persecución es, sin más, la suerte de los que siguen la soberanía de Dios en esta edad ha llevado a algunos a creer que el sufrimiento es bueno en sí mismo. Cuando una narración está investida de la autoridad de la Escritura, resulta especialmente importante ser conscientes de cómo puede servir para oprimir a ciertas personas en determinadas circunstancias. Debido al daño potencial que puede causar a la gente, algunos incluso pueden ser absolutamente reacios a difundir el evangelio.

Otros, entre los que nos incluimos, consideramos que los valores de la soberanía de Dios y su radical oposición a la opresión que el relato presenta son tan abrumadoramente positivos, que no sólo queremos conservarlo, sino también difundirlo -incluso considerándonos al tiempo responsables de denunciar cualquier uso o abuso del relato o de algunas partes del mismo que oprimen a la gente-.

Por tanto, para que la lectura sea un diálogo genuino, necesitamos estar abiertos, no obstante nuestras reservas, a ser transformados por el relato n . Un diálogo real incluye riesgo, la posibilidad de ser cambiado por nuestro encuentro. El relato ofrece una potente llamada a ver la vida de una forma nueva, caracterizada por la curación, el perdón, el acceso al poder de Dios y una invitación a compartir el poder y el amor de Dios. Llama a tener buena disposición para servir a los demás, para correr riesgos al servir, y a rechazar que el dinero, el estatus o la posición definan nuestras vidas. Podemos abrirnos al tipo de comunidad y de mundo que Marcos quiere promover: tener compasión de los débiles, tender la mano a los marginados, oponerse a la opresión, crear relaciones sociales de servicio mutuo, estar al servicio especialmente de los que menos pueden,

11 W A Kort argumenta que es precisamente esa buena disposición al nesgo de la lectura lo que determina que consideremos un escnto como Escritura, en «Take, Read» Texts as Scnpture Scripture, Textuahty, and Cultural Practice, Um-versity Park 1996.

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208 Marcos como relato

crear leyes e instituciones que promuevan la vida, aun cuando nuestra conducta nos acarree críticas personales, rechazo social, consecuencias económicas perjudiciales e incluso persecución.

Nosotros, los lectores modernos, podemos entrar en el mundo de este relato con la imaginación, y mediante tal inmersión podemos permitirle que ejerza su magia en nosotros. Y tras haber entrado en el mundo del relato de Marcos y participado en él, podemos optar por proclamarlo a otros.

APÉNDICE 1

Ejercicios para un análisis literario general de Marcos

1. La experiencia del relato

Uno: Lee, escucha o ve (en cinta de vídeo) todo el evangelio de Marcos.

Dos: ¿Cuál ha sido tu experiencia del «mundo narrativo» del evangelio de Marcos? ¿Cuáles han sido tus primeras impresiones de este relato de Jesús?

Tres: ¿Has sido capaz de respetar los límites de este relato y de no transferir información de los otros evangelios?

2. Punto de vista

Uno: Escoge tres personas para entender el punto de vista de los discípulos y tres para entender el punto de vista de las autoridades.

Dos: Situándote imaginariamente dentro del mundo narrativo de Marcos, debate las distintas visiones acerca de Jesús, de la llegada de la soberanía de Dios y de sus valores.

3. Rasgos estilísticos

Uno: Elige uno de los modelos literarios o recursos estilísticos presentados en el capítulo 2. Lee a Marcos buscando los casos en los que el modelo elegido aparece y toma nota de ellos.

Dos: ¿Cómo contribuye este recurso al significado e impacto del relato?

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210 Apéndice 1

4 Análisis de los escenarios

Uno. Elige un escenario recurrente en Marcos Lee el evangelio y busca cada ejemplo en que aparezca ese escenario

Dos A medida que leas, ve tomando notas de las siguientes cuestiones ¿Cuáles son las características del escenario7 ¿Qué relación tiene el escenario con los conflictos que suceden en él7 ¿Como interactúan los personajes con el escenario7

¿Qué ambiente se evoca7

Tres ¿Hay asociaciones entre este escenario y algún escenario de la historia del pasado de Israel9 ¿Cómo configuran estas asociaciones la experiencia del escenario7

Cuatro Según lo anterior, ¿cuál es el papel de este escenario en el conjunto del relato7

5 Análisis de conflictos

Uno Elige un conflicto que esté presente a lo largo del relato (Jesús y las fuerzas cósmicas del mal, Jesús y las autoridades, Jesús y los discípulos)

Dos Lee el evangelio y señala este conflicto a ¿Quién/qué inicia el conflicto y cómo se intensifica7

b ¿Sobre qué trata el conflicto y qué está enjuego7

c ¿Cuáles son las tácticas de cada parte7

d ¿Como se resuelve/no se resuelve el conflicto7

e ¿Cuales son las consecuencias7

Tres ¿Cómo se relaciona este conflicto con otros que se repiten en el relato7 ¿Cuál es el papel de este conflicto en el establecimiento de la soberanía de Dios en el relato7

6 Análisis de los personajes (Parte I)

Uno Elige uno de los siguientes personajes o colectivos Jesús, los discípulos (incluido Roca), Roca, las autoridades, los personajes secundarios partidarios de Jesús

Dos Dobla una página en blanco por los lados y haz tres columnas En cada columna escribe notas breves (no citas) de las siguientes cuestiones a Qué dice el personaje que sirva para explicar su carácter b Qué hace el personaje que sirva para explicar su carácter

Ejercicios para un análisis literario general 211

c Que le dicen otros a el o qué dicen otros sobre el que sirva para explicar su carácter

Tres Revisa tus notas, comparando y contrastando las columnas Haz una lista de los rasgos del personaje que has aprendido con este ejercicio

Análisis de los personajes (Parte II)

Uno Elige un personaje o un personaje colectivo (como en el anterior ejercicio)

Dos Lee a Marcos y toma notas de las siguientes cuestiones a ¿Cuáles son los rasgos del personaje7

b ¿Cuales son las motivaciones y objetivos del personaje7

c ¿Como se relaciona el personaje con los otros personajes7

d ¿Cambia el personaje7

Tres Revisa tus notas y considera qué factores del personaje predominan Según esta revisión, realiza un breve perfil de las características del personaje

Análisis de la retorica

Uno De nuevo, lee, escucha o ve (en vídeo) todo el evangelio de Marcos Esta vez, céntrate en las reacciones que has tenido durante tu experiencia del evangelio de Marcos

Dos Analiza los sentimientos, pensamientos, emociones y retos que has experimentado durante tu encuentro con el relato ¿Cómo han cambiado tus reacciones según el relato avanzaba7 ¿Cuál ha sido tu reacción ante el final7

Tres ¿Qué percepciones nuevas sobre el relato has conseguido al fijarte en la influencia del relato de Marcos en los lectores/oyentes7 ¿Qué percepciones nuevas sobre ti mismo has logrado al experimentar el relato7

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APÉNDICE 2

Ejercicios para un análisis narrativo de los episodios

Hemos estado animándote a que leyeras a Marcos como un todo y a que interpretaras cada línea y episodio en el contexto del conjunto Los ejercicios siguientes son para que practiques el análisis literario con ejercicios referidos a una pequeña parte del relato Aprender a aplicar los elementos de análisis literario a un episodio individual puede ser útil para la aplicación de estos elementos a toda la narración

Estos ejercicios de análisis de un episodio pueden hacerse individualmente, en parejas o en grupo No todos son aplicables a todos los episodios y algunos son repetitivos Por tanto, selecciona un número concreto de los más apropiados Una persona individualmente o un equipo podría hacer todos los ejercicios aplicados a un único episodio para preparar un comentario o una exposición'

1 Conocer el episodio

Uno • Por parejas, leed/estudiad ambos el episodio en silencio • Cerrad los libros y después uno le cuenta al otro lo que ha

leído, tan fielmente como sea posible (el objetivo final es hacerlo palabra por palabra)

• Observad ambos el episodio y ved qué detalles fueron exactamente recordados y qué fue omitido, añadido o cambiado al contarlo

Dos • Releed/estudiad los dos el episodio en silencio • Cerrad ambos los libros y la otra persona cuenta el episodio

tan fielmente como sea posible

1 Un ejemplo de análisis comprensivo de un episodio particular en Marcos puede verse en D Rhoads, The Syrophoemcian Woman in Mark A Narrative-Criti-cal Study Journal ofthe American Academy of Religión 62 (1994) 342-375 Para otros ejercicios y cuestiones, cf M A Powell, Whath Narrative Criticismo, Min-neapohs 1990, 103-105

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214 Apéndice 2

' Comprobad ambos qué fue omitido, añadido o cambiado al contarlo.

Tres: • Id los dos línea a línea haciendo preguntas que necesiten

clarificación (sin intentar responderlas), basándoos en lo que habéis apreciado en los pasos uno y dos.

2. Analizar la presencia del narrador

Uno: • Lee o escucha el episodio prestando atención a la forma en

que el narrador guía la experiencia lectora. Identifica el papel del narrador.

Dos: Plantea las siguientes cuestiones: • ¿Con qué tono o actitud el narrador dirige a los lectores?

¿Qué aprecias sobre el estilo y la elección de palabras del narrador?

• ¿Qué dice el narrador para ganarse la confianza del lector? ¿Cómo te lleva el narrador a identificarte con algunos personajes y a distanciarte de otros?

• ¿Qué emociones evoca el narrador? ¿Cómo? • ¿Qué visiones da el narrador de los pensamientos y senti

mientos de los personajes? • ¿Qué apartes explicativos ofrece el narrador al lector? • ¿Cómo guía el narrador la actitud del lector hacia los dife

rentes personajes?

3. Puntos de vista de los diferentes personajes

Uno: Elige un personaje en un episodio y vuelve a contar el relato desde el punto de vista del personaje. Esto es, cambia los pronombres a la primera persona para el personaje que has elegido y cuenta el episodio como si fueras esa persona.

Dos: Responde a las siguientes cuestiones: • ¿Qué has aprendido del punto de vista del personaje? ¿Tie

ne relación con otros? • ¿Te has identificado con el personaje? ¿Qué emociones es

taban implicadas? • Esta forma de leerlo, ¿cómo cambia el énfasis del relato?

Tres: Ahora realiza el mismo proceso con otros personajes del episodio.

Ejercicios para un análisis narrativo 215

4. Identificar los rasgos estilísticos

Uno: Identifica los rasgos retóricos en tu episodio: • Explicaciones introducidas por «pues» • Repeticiones de palabras y líneas • Anticipaciones y retrospecciones • Progresiones en dos pasos • Similitud con otros episodios en el evangelio, como las es

cena tipo • Un episodio intercalado dentro de otro • Episodios similares que enmarcan una sección más amplia • Líneas o episodios con un esquema concéntrico o de quiasmo • Episodios en una serie de tres • Tipos de preguntas • Comparaciones o parábolas • Citas de las Escrituras y alusiones a ellas • Profecía y cumplimiento/anticipación y retrospección • Ironía • Otros

Dos: Haz preguntas: • ¿Cómo el conocimiento de un recurso estilístico particular

te permite entender mejor a los personajes, los conflictos y los escenarios de este episodio?

• ¿Qué efectos tiene el uso de esta técnica estilística en el lector de este episodio?

• Crea y cuenta una breve historia original utilizando uno o más de estos recursos estilísticos.

5. Cuestiones sobre los escenarios

Uno: Identifica todos los escenarios de tiempo, lugar y medio cultural en este episodio. ¿Cuáles son los elementos/detalles relevantes en el escenario?

Dos: ¿Qué atmósfera transmite el escenario (inhospitalidad, urgencia, restricción, etc.)?

Tres: ¿Cuál es el mayor contexto cosmológico que informa la dinámica de este episodio?

Cuatro: ¿Qué asociaciones con la historia de Israel, si es que hay alguna, aclaran este escenario?

Cinco: ¿Cómo se relaciona el escenario con los conflictos y problemas de este episodio? (¿Causa un problema, crea tensión, comentario, etc.?)

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216 Apéndice 2

Seis ¿Que revela el escenario sobre los personajes en el episodio7 (¿El miedo, el valor, el aislamiento, etc 9) ¿Cuales son las diferentes actitudes hacia el escenario?

Siete ¿Que importancia tiene este escenario en la estructura del evangelio en su conjunto"?

6 Trazar la historia

Uno Lee el episodio linea a linea e intenta ver la relación de un renglón con el siguiente ¿Como surge cada lmea de la precedente9 ¿Por que esta acción o evento sucede después9 ¿Por que este dialogo de un personaje aparece como respuesta a esto9 ¿Hay una clara conexión9 ¿Cual9 Asegúrate de extraer tus respuestas a partir de claves del propio episodio

Dos ¿Que has conseguido entender9 Estudia los sitios donde has tenido problema para entender por que un hecho sigue a otro

Tres Ahora estudia como este episodio se relaciona con el precedente y con el que le sigue ¿Forma parte este episodio de un esquema mayor de episodios9 ¿De un modelo concéntrico9 ¿De una sene de tres episodios9 ¿De escenas tipo9 ¿De anticipación o retrospección9 ¿De profecía o cumplimiento9 ¿De otros9 ¿Como esclarecen estas conexiones el episodio que estas estudiando9

Cuatro ¿Es este episodio un momento decisivo o un gran avance para el argumento general del evangelio9 ¿Por que9

7 Análisis de conflictos

Uno Identifica los conflictos en este episodio • Internos (en una persona) • Entre personas • Con la naturaleza • Con la sociedad o las autondades • Con seres sobrenaturales

Dos Señala el progreso del conflicto • ¿Cual es la fuente del conflicto9

• ¿Quien lo inicia9

• ¿Como se intensifica9

• ¿Se resuelve9 ¿Como9 ¿Queda algo sin resolver9

• ¿La resolución lleva a un conflicto postenor9

Ejercicios para un análisis narrativo 217

' ¿Con que palabras caracterizarías la naturaleza del conflicto9

Tres Evalúa el conflicto • Expon en una frase que esta enjuego en el conflicto • Ahora identifica las creencias y valores de cada bando del

conflicto

8 Análisis de los personajes

Uno Señala los personajes de un episodio (humanos y no humanos) Dos Elige un personaje y, con todo el detalle que sea posible, señala

• Lo que el personaje dice • Lo que el personaje hace • Lo que otros (incluido el narrador) dicen sobre el personaje • Como interactua el personaje con otros personajes

Tres Basándote en los detalles del punto anterior, identifica las características del personaje

Cuatro Haz preguntas • ¿Que conduce o motiva al personaje9 ¿Cual es el deseo

o proposito del personaje9 ¿Cuales son las creencias o valores del personaje9

• ¿Cual es la posición del personaje en el orden social9 ¿Como explica esto sus interacciones con otros personajes9

• ¿Se desarrolla el personaje9 ¿Cambia9

• ¿Se explica el personaje por comparación o contraste con otros personajes9

• ¿Como se sitúa este episodio en el papel que desempeña el personaje en el evangelio en general9

9 Identificar los valores de juicio

Los valores de juicio son aquellas normas (creencias, actitudes, valores, acciones) que están implícitas o explícitas en el relato por las que los lectores se guian para evaluar a los personajes Recuerda que, en Marcos, los valores positivos tienen los correspondientes valores negativos

Uno ¿En función de que se pueden identificar los criterios de juicio en este episodio9 ¿Las palabras del narrador9 ¿Las palabras y acciones de los personajes fiables9 ¿Las palabras de Dios9 ¿Las Esenturas9 ¿Las palabras/acciones negativas de los personajes no fiables (mostrando lo que no hay que hacer)9 ¿Otros9

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218 Apéndice 2

Dos: Basándote en el análisis del primer punto, identifica los valores implícitos y explícitos en el episodio.

Tres: Evalúa a los personajes del episodio a través de los criterios de juicio que has identificado en el punto dos. ¿Qué personajes encarnan los valores positivos? ¿Y los negativos?

Cuatro: ¿Cómo se acomodan los valores de este episodio con los valores (duales) de todo el evangelio?

10. El impacto retórico: entonces y ahora

Uno: Basándote en tu estudio de este episodio, identifica el/los efecto/s que este pasaje podría haber tenido en los primeros oyentes. ¿Asombra, evoca fe, condena, desenmascara la hipocresía, ofrece esperanza, incita a la acción, etc.?

Dos: Piensa en un relato contemporáneo (experiencia personal, anécdota, película, novela) o crea una historia que pudiera tener un impacto similar en los oyentes de hoy.

Tres: Cuenta la historia a alguien y observa los efectos que provoca.

11. Cuestiones sobre la ética de la lectura

Uno: ¿Qué influencia tiene este episodio en tus valores y creencias?

Dos: ¿Cómo determina tu posición particular en tu sociedad concreta tu comprensión de este episodio? Por ejemplo, el sexo, la educación, el lugar de origen, la identidad étnica y racial, la religión, la ocupación, el partido político, la familia, el nivel económico, entre otros.

Tres: ¿Cómo podría mejorar o cambiar tu lectura leyendo con gente de diferentes posiciones sociales?

Cuatro: ¿A qué valores y creencias de este episodio te resistes? ¿Por qué?

Cinco: ¿Podría este episodio tener un efecto negativo en alguien? ¿Cómo? ¿Cuál es tu responsabilidad en tal circunstancia?

Seis: Si te tomas el episodio seriamente, ¿cómo podría cambiar tu vida y tus compromisos?

ÍNDICE GENERAL

Contenido 7

Prólogo 9

1. Introducción: El evangelio de Marcos como relato 13 1. El contexto histórico del evangelio de Marcos 14 2. ¿Qué tipo de relato escribió Marcos? 15 3. La coherencia del relato de Marcos 16 4. El mundo narrativo 18 5. Pautas para la lectura de Marcos como un relato 19 6. Un método narrativo para interpretar a Marcos 21

2. El evangelio de Marcos 23 1. Introducción a la traducción 23 2. El evangelio de Marcos 27

3. El narrador 59 1. El papel del narrador 59

a) El narrador habla desde fuera del mundo narrativo . . . . 61 b) El narrador no está condicionado por el tiempo o el es

pacio 61 c) El narrador de Marcos es totalmente omnisciente . . . . 62 d) El narrador guía al lector por medio de «apartes» . . . . 63 e) El narrador otorga al lector un conocimiento privile

giado 64 2. El punto de vista del narrador 65

a) El narrador no es neutral 65 b) Los principios de valor del narrador 67

3. El estilo y el ritmo del narrador 68 4. Los patrones de repetición en la manera de contar 70

a) Motivos verbales 71 b) Anticipación y retrospección 72 c) Progresiones de dos pasos 73

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220 índice general

d) Escenas tipo 76 e) Episodios interpolados 76 f) Episodios marco 77 g) Episodios con una estructura concéntrica 78 h) Episodios progresivos en series de tres 80

5. Otros rasgos literarios 81 a) Preguntas 81 b) Comparaciones 82 c) Citas de las Escrituras 85 d) Profecías 86 e) Ironía 87

6. Conclusión 89

4. Los escenarios 91 1. Escenarios cósmicos 92 2. El escenario político-cultural 94 3. El viaje 95

a) Esquemas de movimiento en el viaje 96 b) Escenarios que recuerdan el pasado de Israel 99 c) Escenarios públicos y privados 101 d) El viaje como el camino de Dios 102

4. Conclusión 103

5. La trama 105 1. Aproximaciones a la trama 105

a) La unidad de la trama de Marcos 105 b) Principio, mitad y final 106 c) Conexiones en la trama de Marcos 107 d) El cumplimiento y el no cumplimiento de las expectati

vas 109 e) El resultado de la trama de Marcos 110 f) La trama supone conflicto 110

2. La soberanía de Dios inicia los conflictos 112 a) Primera fase: La inauguración de la soberanía de Dios . 114 b) Segunda fase: La culminación de la soberanía de Dios . 117

3. Jesús en conflicto con las fuerzas no humanas 118 4. Jesús en conflicto con las autoridades 120

a) El desarrollo del conflicto en la trama 121 b) La posición de las autoridades en el conflicto: defender

la ley de Dios 124 c) La posición de Jesús en el conflicto: mensaje y evasión . 126 d) La solución al conflicto 127

5. Jesús en conflicto con los discípulos 127 a) El desarrollo del conflicto en la trama 128

índice general 221

b) La posición de los discípulos en el conflicto: confundidos por la soberanía de Dios 131

c) La posición de Jesús en el conflicto: formar discípulos fieles 133

d) La solución del conflicto 134 6. Conclusión 136

6. Los personajes I: Jesús 137 1. Aproximaciones a la caracterización 138

a) Los personajes como tipos 140 b) Criterios de juicio 141 c) Comparación y contraste 142 d) Rasgos de los personajes 143 e) Identificación con los personajes 144 f) Resumen 144

2. Jesús 144 a) Caracterización 146 b) Agente de la soberanía de Dios 147 c) La autoridad de Jesús 148 d) Fe 149 e) Servir y no dominar a los demás 150 f) Renunciar a sí mismo, ser el último y dar la vida por los

demás 153 g) Jesús se enfrenta a la muerte 154 h) La ejecución 155 i) El significado de la crucifixión de Jesús 157 j) El sepulcro vacío 160

7. Los personajes II: Las autoridades, los discípulos y el pueblo . 161 1. Las autoridades 161

a) Caracterización 162 b) No tienen autoridad de Dios 162 c) No tienen amor a Dios ni al prójimo 163 d) Están ciegas y sordas 164 e) Ceguera deliberada 165 f) Las autoridades se salvan a sí mismas 167 g) El miedo es la causa de sus acciones 167 h) Las autoridades dominan al pueblo 168 i) El lector y las autoridades 169

2. Los discípulos 169 a) Caracterización 170 b) Fe, lealtad y autoridad 172 c) Falta de entendimiento, miedo y falta de fe 172 d) La búsqueda de la gloria y la resistencia a la muerte du

rante el viaje 173

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222 índice general

e) Miedo y huida en Jerusalén 175 f) El fracaso de los discípulos 176 g) Después de la resurrección 177 h) El lector y los discípulos 177

3. El pueblo 178 a) Caracterización 179 b) Fe 180 c) Perder la vida, ser el último y servir 181 d) Las mujeres 182 e) Comparación y contraste con otros personajes 183 f) El seguimiento de Jesús 184 g) Las multitudes 184 h) El lector y los personajes secundarios 186

4. Conclusión 186

8. Conclusión: El lector 189 1. La retórica 189 2. El lector ideal 190

a) Primera fase: La experiencia de la soberanía de Dios .. 192 b) Segunda fase: La superación de la resistencia al camino

de Dios 193 c) Tercera fase: El enfrentamiento a la persecución y a la

ejecución en Jerusalén 194 d) El final 196

3. Las hipotéticas audiencias del siglo I 198 4. Los lectores contemporáneos 201

Epílogo: La lectura como diálogo: la ética de la lectura 203 Apéndice 1: Ejercicios para un análisis literario general de Marcos . 209 Apéndice 2: Ejercicios para un análisis narrativo de los episodios . 213