recordar es volver a vivir por letty magdalena vargas pazzos
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LETTY MAGDALENA VARGAS
PAZZOS
“RECORDAR ES VOLVER A
VIVIR”
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DEDICATORIA
Con todo mi amor: para mi madre
por haber hecho de mi infancia
una hermosa fantasía, a mis hijas
Sandra y Carla, a mi esposo por
su afición a los relatos, quien
creyó en este libro, y a mis
queridos hermanos.
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MIS RAICES
MI PADRE
LUIS VARGAS YEPEZ era Coronel de
caballería, y un viejo luchador por los
postulados alfaristas en los que creía
fervorosamente. Fue Edecán del General
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Leónidas Plaza Gutiérrez y más tarde
comandante del ¡Regimiento Manabí!
Posteriormente fue designado por el Gobierno
central para cumplir funciones como
Gobernador de la Provincia.
En círculos sociales castrenses se comentaba
antiguamente, que fue mi padre hombre bien
bragado y valentón, quien planificó, coordinó y
llevo a efecto, aquella acción audaz, del típico
“Rapto de la novia al galope de su caballo”.
La agraciada señorita era nada menos que
“Avelina Lasso”, mujer de entornos sociales
muy altos en la capital ecuatoriana.
Mi padre con antelación a la prevista se
encontraba camuflado entre los matorrales de
un bosque, de pronto divisó a la chica cuando
salía de una iglesia cercana a su residencia
cumpliendo sus oraciones vespertinas… al
instante expolió los ijares de su brioso corcel
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“vino tinto”, y raudo como una saeta avanzó
hacia ella, la sujetó fuerte de su veste, para
enviarle de un solo impulso sobre las ancas
del jamelgo, escabulléndose luego por montes
y cañadas, bajo el influjo y complicidad de
una noche estrellada de plenilunio. Al
despuntar el alba del nuevo día fue entregada
la doncel sana y salva a su estimado
comandante, quien les esperaba impasible en
su tienda de campaña…
Toda esta epopeya narrada, debido a la
oposición rotunda de los familiares de la
novia, acaudalados y terratenientes.
Por este acto de compañerismo y lealtad es
premiado con la “abotonadura de oro”, para su
uniforme de gala.
Se rumoraba también, que mi padre tuvo
¡ciento cuarenta y cinco hijos ! , antes de
casarse con mi madre … verdad o mentira…
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son leyendas que se tejen alrededor de este
personaje legendario.
Tenía una salud de hierro, muy alto de
estatura, arrogante, caminaba siempre con la
cabeza levantada. Se sacrificaba por sus
amigos, asumiendo muchas veces los
problemas ajenos como propios.
Obsequió un terreno donde se construyó el
Hospital de Chone, luego dispuso que esta
Casa de Salud llevara el nombre de mi
Padrino, “Doctor Napoleón Dávila”.
Primo hermano del Coronel Luis Vargas
Torres, máximo héroe esmeraldeño y gloria
nacional, fusilado en la Plaza Mayor de
Cuenca el 20 de marzo de1887, “sin vendas
en los ojos, a pedido suyo”.
Cuando el Presidente de la República le pidió
retractarse de sus ideas liberales para
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perdonarle la vida, el manifestó: ¡Jamás se
puede pedir clemencia al enemigo!;
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MI MADRE
IDA PAZZOS VERA, nació en la ciudad de
Calceta, Manabí, en los albores del siglo xx.
Fue una dama hermosa y elegante, buena
cristiana, inteligente y con gran sentido del
humor.
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Fue madre símbolo de Manabí.
En su juventud, marchó siempre a la cabeza
de los movimientos sociales “portando la
bandera nacional”, con la finalidad de
sensibilizar a los gobiernos de turno para que
dieran atención a los problemas agobiantes de
su provincia nativa.
Tenía una voz muy dulce y cierta manera de
decir las cosas que a mí personalmente me
cautivaba. Posiblemente fue la persona que
más influyó en mi vida.
MIS HERMANOS
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Elba (+). La mayor, “Normalista”, casada con
César Delgado Aray, Médico manabita.
Fue maestra varios años en el colegio
“Dolores Sucre” de la ciudad de Guayaquil,
posteriormente se acogió a los beneficios de
la jubilación.
Publio, “Médico Radiólogo”,
casado con Pola Andrade
Días. Fue “Presidente
Panamericano” en dos
ocasiones… razón por la
cual puso a su Clínica el
nombre de “Clínica Panamericana”.
Augusto, (+) “Realizó
un curso de veterinaria”.
Era hacendado y
ganadero. Fue
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Comisario de Chone. Contrajo nupcias con
Paulina Gonzáles Vintimilla (profesora).
Ligia.“Normalista”, casada
con Aníbal Andrade
Solórzano (+), hacendado
y ganadero, diputado por
la provincia de Manabí, y,
nominado en dos
ocasiones como “El
ganadero más próspero del litoral
ecuatoriano”.
Gladys. “Profesora-
contadora”. Casada con el
doctor Carlos Rosero
Sánchez (+) , médico
veterinario, Catedrático de
la Universidad Central del
Ecuador -Quito
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Difilo, “Médico Cirujano
Plástico”, fue el primer
ecuatoriano y segundo en
América Latina que operó
a un hombre, para
modificar su sexo y
transformarle en mujer.
Contrajo matrimonio con Odila Días Andrade.
Se divorcio y volvió a casarse con Flor María
Valverde.
René, “Ingeniero Civil y
Militar”, fue General de
Ejército, Ministro de
Recursos Naturales,
Gerente de CEPE y
Embajador en la
República de Venezuela.
Casado con Nidia Peñaherrera Zambrano.
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Frank, “Aviador Militar”,
ostentó el grado de
Teniente General.
Candidato dos veces a la
Presidencia de la
República, Diputado por
Pichincha y Ministro de
Gobierno.
Se reveló contra el gobierno de León
Febres Cordero, acusándole de
corrupción, por una serie de atracos y
operaciones dolosas en el manejo de la
cosa pública desde la base aérea de
Manta, luego se entregó. El intermediario
le hizo promesas falsas que finalmente no
cumplió. Al sentirse engañado preparó el
secuestro del Presidente de la República
y su Ministro de Defensa Nacional en la
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Base aérea de Taura, el 17 de enero de
1987.
Varios Oficiales y Tropa de esa importante
rama militar exigieron su libertad a sangre
y fuego, acción que finalmente se cumplió
con la firma de amnistía.
Fue casado con Deisy Serrano Gonzales
Rubio y en segundas nupcias, con Miriam
Anda Vallejo.
Pepa, “Contadora”,
casada con el Ingeniero
Civil Gonzalo Prócel
Hidalgo (+), de
ascendencia Lojana,
quien fue hijo de la
“Doctora Matilde Hidalgo
de Prócel”, primera Mujer Ecuatoriana que
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ingresó a la Universidad y primera en ejercer
el voto popular, Vicerrectora del Normal
Manuela Cañizares de Quito y Vicepresidenta
del primer Congreso Panamericano de
mujeres en México.
Ida María, “Secretaria
Bilingüe”. Casada con el
Médico manabita
Guillermo Delgado Reyes.
Reside actualmente en los
Estados Unidos de Norte
América.
Galo Eduardo(+). Era un
bebé cuando fue atacado
por un extraño mal, que ni
la medicina, ni el profundo y
cálido amor de sus padres
pudieron vencer al destino.
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LOS TRABAJADORES
Sirvientes:
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_ Ramona, niñera o “Nana” como la
llamábamos cariñosamente.
_ Manuela, cocinera.
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_ Tomasita, lavandera.
_ Pedro, jardinero.
_ Valdez, Ramón, Jacinto, Manuel y Vicente
ordeñaban el ganado.
_ Los que cultivaban la tierra eran varios.
NACIMIENTO
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Nací en la ciudad de los “Naranjos en flor”
“Chone”, en la hacienda de mis padres “Medio
Mundo”, llamada así porque representaba la
mitad de sus esfuerzos en la vida. Crecí
sabiéndome amada por los míos.
Fueron mis padres: el señor Coronel Luis
Vargas Yépez y la señora Ida Pazzos Vera.
Me casé con Hugo Durán Betancourt, Coronel
del Ejército; de esta unión matrimonial
nacieron mis hijas: Sandra Janet y Carla
Alexandra, la última graduada en
Administración de Empresas e Ingeniería
Comercial.
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EL VESTIDO DESTROZADO
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Travesura: Tenía cuatro años
“Eran las fiestas de Chone”. Mi hermana
Gladys había mandado a confeccionar un
Vestido hermoso de tul con brillos, que a mí
me parecían estrellas.
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Pocos días atrás se me había ocurrido
confeccionar un vestido para una de mis
muñecas.
Mami y Gladys habían salido a la ciudad, fue
allí cuando entré furtivamente al cuarto de mi
ñaña y observé el vestido sobre la cama. Lo
tomé y corrí a encerrarme en mi habitación.
De inmediato comencé arrancar los brillos y
adornos del vestido; estaba concentrada en
esta operación, cuando de pronto, ¡zas!.... se
rompió un pedazo. Luego escuché atónita las
voces de mami y mi hermana que llegaban de
la calle… en cuanto ingresaron a la casa, mi
ñaña notó la desaparición de su traje,
¡lanzando un grito horrorizada!, luego oí la voz
de mi madre. ¡Letty!, le bastó mirarme a los
ojos para comprender que yo tenía algo que
ver con el asunto. No pronuncié palabra
alguna, solo quería decirle que ansiaba
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diseñar un vestido para una de mis
muñecas…
_ ¡Tú no debías tocarlo! -¿crees que tú
hermana no sufre al ver su vestido de luces y
brillos destrozado? -¿acaso piensas que
alguien va a ponerse este traje dañado? -¡pide
perdón a tu ñaña!, y cerrando fuerte la puerta
se alejó… sentía rabia conmigo mismo, como
he podido ser tan tonta; si no me hubiese
ocurrido la idea de aprender a coser, nada
habría sucedido, pensé… durante la noche
no pude dormir con esta tremenda
contrariedad.
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BERRINCHE
Capricho: Tenía cuatro años
Un día mami me dijo: hoy salimos de compras
a la ciudad. Entramos a un almacén que tenía
una variedad de juguetes, allí me encapriché
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tanto por una muñeca, hasta que finalmente
mi madre de mala gana tuvo que adquirirla; al
salir de aquel establecimiento yo me sentía
feliz, aunque ella estaba enojadísima. Me
cogió de la mano fortísimo y caminamos hasta
llegar a la casa sin cruzar palabra alguna,
luego manifestó que estaba castigada y que
no podía entrar a su cuarto. Arrepentida quise
pedirle perdón, pero no dio tiempo, diciendo a
continuación que en el súper había
encontrado el cuento que a mí me gustaba…
_ ¿Lo compró?
_ ¡No, por malcriada!
Quise votar la muñeca por la ventana, llorando
a gritos, pataleé un buen rato...
_ ¡Para que me habló de esa fábula si no la
compró!, ella se quedo callada. Siempre que
iba a ese lugar, buscaba en vano la historia
de la “casita de chocolate”, hasta que por fin
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mami consiguió y me lo entregó, ¡mi rostro
irradiaba de felicidad!.
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RABIETA
Emperro:
Eran las fiestas de Chone, esos días forman
parte de un recuerdo inolvidable, todo era
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algarabía, chupetes grandotes, chocolates,
caramelos, helados, tiendas comerciales, etc.
No pasaba un solo día en que yo no llorara, al
ver que Frank y Pepa se compraban dulces y
juguetes. De nada servía los intentos de mami
y mi tía Lesbia para que callara, porque yo
tenía una forma original de salirme con la
mía, armando escándalos sin motivo y
poniéndome a llorar en una calle transitada,
siempre y cuando mami no estuviera cerca, ya
que a ella le tenía miedo. Esperaba que
pasara mucha gente, y, con lagrimones en
los ojos capaces de conmover a cualquiera,
comenzaba a gritar: ¡mami, creo que soy
adoptada!, a mí nadie me quiere, seguro que
me recogieron en el río, yo no soy su hija,
caso contrario no me trataran así y me
comprarían juguetes como los que tiene
Frank y Pepa, ¡son malos, me matan de
hambre, nunca me dan nada!, todo aquello
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ante la mirada compasiva de unos cuantos
curiosos que observaban a mí familia con ojos
de reproche, murmurando entre dientes,
“parece una niña muy dulce”.
Nunca faltó alguna persona caritativa que me
obsequiara un caramelo para que calme mi
llanto, claro que mientras tomaba el helado o
chocolate que mi madre compraba
desesperada, ya me pasaba la rabieta.
Este episodio está grabado en forma indeleble
en los espacios infinitos de la mente, de
aquellos “días mágicos”, que fueron para mí
como un sueño…
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EL JARDÍN DE MI INFANCIA
Niñez:
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Los primeros años viví en la hacienda de mis
padres, en Chone, era una casa grande con
huertos llenos de encinas y flores: nardos,
dalias, pensamientos... fueron patios plenos
de rosas en el jardín de mis sueños donde
jugábamos risueños, con enjambres de
mariposas. Mi tía Lesbia (Profesora), siempre
decía: “cuando contemples una rosa, disfruta
su belleza, no lo cuentes sus pétalos”…
Mami diseñó con las plantas, las más
hermosas figuras. En la puerta de calle para
ingresar a la casa, había una argolla con
cabeza de león, además un arco de cemento
adornado con buganvillas rojas, llamadas
veraneras en la costa y a los lados dos
plantas de ciprés en forma de soldados
tocando sus trompetas.
Era el jardín más lindo que jamás había visto,
donde jugaba junto a mis hermanos corriendo
hasta el cansancio, para finalmente agotados
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cruzar un camino largo embellecido de
palmeras, para ir al encuentro con mi madre.
Llegábamos a un parque pequeño, el mismo
que tenía dos bancas de piedra en forma de
herradura, ataviada con helechos colgantes y
tres columpios, allí nos reuníamos hasta la
hora del ordeño a las cuatro de la tarde. La
leche se vendía al pueblo y servía además
para elaborar los quesos.
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LA CASITA EN EL ÁRBOL
Sorpresa:
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Mami había mandando a construir una casita
sobre las ramas de un árbol frondoso; aunque
algo pequeña, pero para mí era la más bella
del mundo, la comparaba con esos lugares
fascinantes que aparecían en los libros de
cuentos de hadas que me leía mi madre.
Mi hermano Frank aprovechaba toda
oportunidad para asustarnos con historias de
terror, diciendo que allí vivían brujas, duendes
y monstruos que salían por las noches para
espantar a los niños… trataba de olvidar
cuanto decía mi ñaño, pero al oscurecer
sentía miedo, cerraba los ojos para no mirar.
Pensaba que las sombras producidas por los
árboles, no eran otra cosa sino gigantes
horrorosos, que venían desde tierras lejanas a
comerme…
No me refugié en el cuarto de mis padres la
primera ves que narró este infundio, tampoco 35
quise despertar a mi ñaña Pepa que dormía
plácidamente en otra cama, porque si acaso
decía tener miedo, ella correría a contarlo a
Frank y él se burlaría de mí. Aquellas fueron
noches espectrales de sobresaltos y vigilias
convulsas…
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EL HADA
Magia:
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Por aquel entonces Frank tenía diez años,
Pepa ocho, yo cinco e Ida María cuatro.
Cuando Frank se aburría de jugar, se
dedicaba a contar sobre las hadas del bosque.
Cierto día nos comentó que, sorpresivamente
se había aparecido en el jardín de la casa un
“hada mago”, la misma que le enseñó
numerosos trucos de magia, asegurando una
y otra vez que era verdad, que ella había
venido de otro planeta, donde vivía feliz en un
palacio de cristal y que él por su parte
empezaría a disponer de los poderes
recibidos, para convertir a las personas en lo
que a bien quisiera. Que el hada, era muy
buena con quienes creían en ella y que
castigaba con dureza a quienes dudaban su
existencia. Cuando yo pensaba en esto por
las noches, sentía mucho miedo y prefería
obedecer ciegamente a Frank para evitar
mayores problemas… su primera decisión
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consistió en convertir a Ida María y a mí en
sus esclavas.
Un día le dije que era mentira lo del “hada
mago”, el se disgustó sobremanera y
amenazó con transformarme en rana o en
lombriz, si no acataba fielmente sus
disposiciones y si acaso iba con chismes
donde mami, me partiría la cabeza en dos…
_ ¡Mira Letty! tú eres menor, tienes que
obedecernos a Pepa y a mí, es orden de la
“maga” y más vale que no discutas, si no
quieres que mamá te bote por el servicio
higiénico, creyendo que eres sapo o lombriz,
¿oíste?... yo me asusté tanto que acepté sin
regañar.
Durante algún tiempo cumplí cuanto pedía,
pero, con el pasar de los días olvidé los
“castigos supuestos”. Alguna ocasión me dijo,
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más vale que continúes sumisa, porque de lo
contrario te convertiré en insecto y no podrás
volver a ser humana hasta que yo lo decida.
Paso el tiempo, el miedo se convirtió en
aburrimiento y Frank no demostraba
realmente tener poder alguno… él insistía que
nosotros no estábamos preparadas para
entender esas cosas, que este diálogo es
secreto, y por favor no cuente a nadie… fue
allí cuando empecé a sospechar que todo era
una gran farsa y mentira. Él debió darse
cuenta mi inquietud, porque pocos días
después de buenas a primeras anunció, que
el “hada” estaba muy contenta conmigo, pero
que Ida María todavía estaba a prueba, que
más vale seguir obedeciéndole.
Convencida de que solamente amenazaba
con castigos ficticios le dije por fin, que no
creía en su famosa “hada maga”…
¡curiosamente no me hizo nada!, se quedo
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unos cuantos minutos en silencio y luego con
sonrisa burlona confesó: “que todo había sido
un cuento”, que el “hada” no existe y toda esta
trama había sido puro invento suyo…
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EL MIEDO
Blanca Nieves:
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Tenía cinco años. Era un domingo por la
tarde y estábamos resignados a pasar un día
más lleno de nostalgia, en eso llegó mi tía
Lesbia, transformando todo en alegría, ella
preguntó entusiasmada si quisiéramos ir al
cine para ver ¡Blanca Nieves y los siete
Enanitos!... en cuestión de segundos el
ambiente cambió, nada era tan maravilloso
como ir al cine, ¡yo nunca había visto una
película!, no podía ni siquiera imaginar, como
será; preguntaba con ansias:
_ ¿Cómo se llama la película?
_ Blanca Nieves y los siete Enanitos, contestó
mi tía; entonces, salí corriendo a vestirme. El
cuento que mami me había leído tantas veces
lo sabía de memoria. Estuve lista en pocos
segundos, después me senté a esperar llena
de impaciencia, no sabía qué hacer para que
llegase pronto la hora de irnos. Mi madre
decía que yo era desesperante… siempre que
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había algo bueno permanecía angustiada…
no lograba pensar en otra cosa que no fuera
el teatro…
¿Cómo será estar en el cine?, especulaba.
Trataba de imaginar pero no lo conseguía.
Cuando dijeron que es la hora de ponerse en
marcha, estaba tan agotada que casi se
habían ido las ganas.
_ ¿Están listas?, preguntó mi tía algo
sonreída; era verdad, había llegado el
momento…
_ Frank y Pepa dijeron que la película a
espectar era miedosa…
_ No importa lo que sea, además vamos a
estar con mi tía, y yo ya soy grande, tengo
cinco años, les dije, sacándoles la lengua.
_ ¡Te acuerdas de la bruja!, recordó Frank. _
_ ¡Sí!, pero la matan, contesté.44
_ Sin embargo hasta que la maten, son
momentos terribles, sentenció...
Cuando entramos al teatro, la sala estaba
obscura, no se veía nada, me agarró la mano
mi tía y yo me dejé llevar. Ante la inmensidad
de la pantalla, las imágenes se veían reales…
hasta ahora recuerdo aquella maravilla; el
colorido de las imágenes, todo era mágico, me
sentía en otro mundo, no podía quitar los ojos
de semejante espectáculo…
Había oído comentar que el cine era lo más
hermoso del mundo, pero nunca imaginé que
sería como aquello que estaba mirando.
_ ¡Viva!, ya va empezar, anunciaron Frank y
Pepa.
Por fin dio inicio la película tan esperada.
El cuento de “Blanca Nieves”, mami me había
leído mil veces, pero las sensaciones eran
diferentes. Todo era enorme. Cuando 45
apareció la reina sentí escalofrió, cerré los
ojos, pero no dije nada, tenía ganas de gritar;
no paraba de pensar en lo que me habían
dicho Frank y Pepa. El miedo se iba
apoderando poco a poco de mí…
La reina envió al verdugo a liquidar a Blanca
Nieves, abandonándole entre la maleza.
Blanca Nieves corría sin parar. El bosque
parecía estar lleno de monstruos, ni siquiera
los enanitos lograban tranquilizarme. Mi
corazón latía con tanta fuerza que parecía
estallar. De pronto mi tía dijo que iba a salir un
instante del teatro, que no nos preocupemos
porque enseguida volverá comprando
caramelos y chocolates.
La reina de la película estaba preparando la
manzana envenenada, para luego convertirse
en bruja.
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Frank y Pepa manifestaron sorpresivamente
que van a buscarla a mi tía…
_ ¡No se vayan!, ¡no me dejen sola!, les rogué.
Al abandonarme temblaba, cerré los ojos, no
quería saber nada… cuando retornaron de la
calle me llenaron las manos de golosinas,
aunque como es lógico estaba muy molesta
por todo lo acontecido…
Por la noche tuve una horrible pesadilla,
debido a que Frank y Pepa confesaron que se
fueron del cine porque ellos también tuvieron
miedo…
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PECAS
Mi perrito:
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Una mañana amanecí contenta, llamando a mi
madre a gritos:
_ ¡Mami, mami!, cuando ella me vio, propuso
dar un paseo campestre. Preguntó si me
gustaban los perritos, yo le respondí que sí;
me dijo que quería regalarme uno por mi
cumpleaños. Luego nos fuimos caminando por
un sendero adjunto a la hacienda, hasta una
choza; al gritar quien vive, salió una señora,
preguntamos si tenía perros de venta, dijo que
sí, nos enseñó varios, pero hubo uno en
especial, que me llamó la atención, era el
más pequeñito, de color blanco con manchitas
negras.
_ ¿En cuánto nos da?, preguntó mi madre.
_ A cinco sucres nomás para mi patrona,
respondió la señora inclinando la cabeza.
_ “Pecas” mami, que se llame “Pecas”. -
¿puedo llevarme ahora?
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_ ¡Sí! , por supuesto
Lo cargué hasta llegar a la casa, le acomodé
en un cajoncito de la cocina y me fui a dormir.
Durante la noche me levanté cada hora para
ver la condición de “Pecas”, el pobre lloraba
cada vez que lo dejaba solo, hasta que decidí
quedarme a dormir en la cocina junto a él.
Al día siguiente “Nana” Ramona y Manuela
me encontraron dormida sobre la mesa.
Bien, ¡ahora tenía un compañero a quien
cuidar con todas mis fuerzas!, horas más
tarde mami compró una casita de madera y
una cobija de lana para que no tuviese frío.
Todos los días me levantaba temprano,
llevando una mamadera de leche tibia, apenas
lo tomaba salíamos juntos en busca de
aventuras, hasta caer rendidos por el
cansancio.
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Por las tardes nos sentábamos en los potreros
a esperarlo a mi papi, hasta que termine el
ordeño. El nunca olvidó traer un poco de leche
para “Pecas”; y yo con estos pequeños
grandes detalles, me sentía feliz.
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EL CIRCO
Payaso:
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Era un día soleado, tiempo del verano
costeño, muy hermoso para salir a distraerse
en la cuidad. El reloj marcaba el mediodía,
esperando impaciente nos llamen a la mesa,
para servirnos algo frugal.
Era la primera vez que concurriría al circo,
estaba tan nerviosa que me comportaba como
un cachorro feroz. Tenía cinco años y mi
madre nos había amenazado con suspender
el paseo si nos portábamos mal. Durante el
almuerzo, no había otro tema de conversación
que el circo. Cuando llegó el momento era
imposible describir la felicidad que me invadía.
Llegamos por fin al lugar anunciado
anteriormente, había una larga cola; luego de
tanto esperar conseguimos las entradas. Poco
a poco crecía la multitud, la gente empezaba
apretarse cada vez más, y los vendedores se
paseaban de un lado para el otro gritando:
papas fritas, chupetes, manichos, chocolates,
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¡lleve barato!, ¡baratito!, vayan probando.
Mami compró una bolsa grande de papas y
manichos para cada uno de nosotros. Cuando
logramos entrar nos sentimos triunfantes.
La espalda me dolía, luego de permanecer
largo rato sentada. Por fin se escuchó una voz
que anunciaba en la sala:
_ ¡Damas y Caballeros, niños y niñas, ha
llegado la hora de presentar al gran trapecista
internacional, “El Caballero volador y La
Pequeña asistente”,
_ ¡Bravo, bien, hurra!, gritaba el público a
todo pulmón. Ahora si estaba emocionada,
aquello era realmente lindo, aunque
angustiante al mismo tiempo. La gente
chillaba y daba silbidos. De repente las luces
se apagaron y prendieron los reflectores. Yo
miraba estupefacta como volaban por los aires
los trapecistas.
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_ ¡Oh no!, se van a morir si se caen, manifesté
a Frank,
_ Pero Letty, eso no es nada comparado con
lo que vamos a ver…
Continuó luego, “El enmascarado con los
puñales de acero”; me sentí asustada. Trataba
de tranquilizarme pero tenía la mirada de
Frank sobre mí, como diciendo te lo advertí.
Todo el público gritaba, yo veía espantada
como los puñales cortaban la cabeza de una
mujer que vertía sangre, pero Frank y Pepa
decían que era salsa de tomate, aunque yo no
estaba segura, parecía real. Me tapé la boca
para no gritar, creí morir, agarré fuerte el
brazo de mi madre, pero ella me miró
sonreída…
Se me nubló la vista, miré hacia otro lado para
que no se dieran cuenta mi ansiedad…
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De repente escuché la canción de los payasos
para dar algún sosiego…
_ Y ahora: damas, caballeros, niños y niñas,
a llegado el momento esperado en que se
enfrentaran ¡El Domador con los Leones!
_ ¡Excelente!, expresó Frank. Yo miraba
entusiasmada, con la boca abierta…
_ Y ahora para finalizar este programa
magistral presentamos, ¡Los elefantes
bailarines!; este número fue algo sensacional.
Luego salimos en medio del gentío, todos se
empujaban, mami se veía cansada, pero
sonrió al preguntarnos ¿qué tal nos había
parecido?, respondiéndole ¡cheverísimo!. Para
rematar con broche de oro la tarde, fuimos a
tomar helados.
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CARLITOS
Es un Pollito:
Lo conocí un día mientras paseaba en el
jardín. Me acerqué despacito, se quedó
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inmóvil, ¡z z z!, lo tomé. El se dejó acariciar,
tenía las plumitas similar al algodón. No sabía
de dónde había venido, lo llevé a la cocina y le
serví una tasita de arroz. En eso estuve
entretenida, cuando improvisadamente entró
Manuela y al ver lo que acontecía se puso
furiosa, gritando a voz en cuello :
_ Si no se va de aquí con ese pollo horrible
avisaré a la señora Idita; yo le tenía
muchísimo miedo, pero ese día me dio tanta
rabia, que contesté:
_ ¡Déjame, chola metiche!; es mi pollito y
quiero darle de comer; lo cargué rápidamente,
agarrando al vuelo el tazón de arroz para que
no me quitara y huí a toda carrera a
esconderme en el gallinero. Estaba indignada.
Luego de un momento prudencial decidí entrar
nuevamente a la cocina, Manuela se
encontraba de mejor humor, ella sonrió y no
me mando sacando como acostumbraba
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hacerlo. Cuando llegó la noche fui acostarme
un poco nerviosa. Al día siguiente comprobé
con alegría que a Carlitos le habían puesto su
gran plato de arroz y agua.
FIESTA
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En Julio de 1944 cumplía cinco años, mami
decidió organizar una gran fiesta. Iban a venir
familiares y amigos de mis padres. Invite
usted a quien quiera le decía a mi madre,
porque mientras más asistentes concurran,
habrán más regalos.
Mi madre tenía una manera especial de
hacernos ilusionar con los obsequios, pues,
había que dejarlos sobre su cama, sin permitir
que abriéramos hasta que todos los invitados
se hubiesen marchado. Era emocionante
cuando llegaba el momento, nos sentaba en
la cama, e íbamos abriendo regalo tras
regalo, mientras mami gritaba que su
dormitorio parecía un basurero con tanto
papel… el día festivo, las primeras en llegar
fueron mis primas, ellas querían ver las
piñatas y el pastel hecho por mami. Les
pareció sensacional que fueran diseñadas con
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figuras de Disney. El pastel era una casita de
chocolate rodeado de flores.
_ Niña Letty entró gritando “Nana” Ramona,
salí para ver qué pasaba, era mi tía Teolinda
con su familia, le arranché el regalo de un
tirón, di media vuelta y corrí hasta el cuarto de
mami, con cuidado lo ubiqué sobre la cama,
de pronto sentí un deseo loco de observar su
contenido, escudriñe el área para ver si no
había nadie, luego pase los ojos sobre el
paquete, pero no distinguí nada…
Talvez si desprendo la cinta scotch, pensé, y
comencé a despegar el papel. De repente,
observé parada en la puerta a mi madre,
lanzando un grito de espanto…
_ ¡Letty!, acaban de llegar más invitados, si
no vas a recibirlos no volveré hacerte otra
fiesta, ¿oíste?... salí del cuarto a
regañadientes. En el jardín estaban mis tías
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maternas Brisa y Teolinda, cada una traía un
regalo, saludé y fui a dejar los obsequios en el
cuarto, saliendo por las mismas a jugar con
sus hijas.
_ ¿Quieren jugar?, pregunté;
_ ¡Bueno!, asintieron
De inmediato nos fuimos al patio posterior.
Cada cinco minutos interrumpía el juego para
recibir a otras personas que traían más
regalos. La cama de mami parecía una
montaña. Mientras jugábamos vislumbre a lo
lejos a una amiga de mi madre con otro
paquete, salí al instante gritando: ¡ya vengo!,
corrí muy rápido sin levantar la mirada, a
sabiendas de quien se encontraba allí. Era
nada menos que Pilar, acompañada de sus
padres, ¡lo único que faltaba!, no la
soportaba, su silueta gorda como globo
62
inflado, toda llena de churos, parecía salida de
esas películas romanas que pasaban en
semana santa… me alejé muy presta,
tratando de escabullirme de Pilar, quién me
perseguía casi pisando los talones. Yo la
despreciaba, durante el juego cada vez que
lanzaba la pelota, lo hacía con todas mis
fuerzas; es así como cayó sentada varias
veces tragándose las lagrimas. Al fin llegó la
hora de romper las piñatas, apenas
terminamos pasamos a la mesa.
_ ¡Me muero que preciosidad de torta! Idita,
eres la reina de los manjares, dijo una tía. Más
tarde no pude soplar fuerte y apagar todas
las velas del cumple, allí se rieron las hijas de
mi tía Teola ¡Ji, ji, ji!, acolitadas por el globo
inflado de Pilar. Lo peor es aguantar a esta
sarta de odiosas, pensé.
Por otra parte, Pilar a cada instante metía las
manos en las fundas para agarrar puñados de
63
galletas y caramelos, ¡como la despreciaba!,
cuando acabamos de comer, todavía algo
temprano, yo estaba aburrida. Quería que se
fueran todos para abrir de inmediato los
regalos, pero no quedaba más remedio que
seguir entreteniendo a los asistentes… luego
jugamos a las escondidas, esto era divertido
porque la hacienda tenía lugares adecuados
para ello. Al fin se fueron uno tras otro, sin
quedar nadie y así dar rienda suelta a mis
emociones contenidas...
64
MI PADRE
Desmejora:
65
Su salud de hierro poco a poco se fue
quebrantando, me sentía asustada sin mami,
la casa no tenía la misma magia de la
mañana, estaba fría y esto aumentaba mi
soledad, sintiendo de a poco un vacio en la
boca del estómago. Fue Pepa, quien me
encontró encerrada en mi cuarto tapada de
pies a cabeza, abrazada a la almohada y
llorando calladita.
_ ¿Qué haces ahí?
_ ¡Estoy esperando que regrese mami!, le
contesté llorando.
_ ¡Pero Letty! Tú sabes que papá está
enfermo y que mamá no volverá en algunos
días, mejor vamos a la cocina para ver que ha
preparado Manuela.
No te puedes quedar ahí metida recalcó mi
hermana, aquellas palabras sonaban más “a 66
una orden”… tuve que salir, a pesar de que no
tenía deseos… caminé en silencio y luego nos
fuimos a oír música en la radio… ni ella ni yo
hablábamos, supongo que sus pensamientos
eran similares a los míos, luego sin poder
concentrarme en los programas que daba la
emisora, me acerqué lentamente a la ventana
comprobando que estaba anocheciendo. No
se quitaba de la cabeza, el sonido de la
ambulancia, aquel vehículo blanco, del que se
bajaron muchas personas con mandiles del
mismo color, ellos no dijeron nada al entrar,
simplemente se dirigieron hacia mi padre, lo
levantaron en brazos y se lo llevaron; su
semblante estaba pálido y débil, al verlo así,
me agarré fuerte de la mano de mi madre
porque se doblaban las piernas; al
acercarme, el sonrió…. en pocos minutos
todos se fueron, solo quedamos: Frank, Pepa,
Ida María, Galito Eduardo, Manuela, “Nana”
Ramona y yo. Solo el cuarto de Frank y la sala
67
donde estaba la radio, tenían luces prendidas,
lo demás permanecía oscuro, la casa estaba
en silencio…
Aquella tarde desfilaba por mi mente como un
sueño, desde el instante en que los Doctores
se llevaron a mi padre. Llegó la noche y
“Nana” Ramona nos dijo que es hora de ir a la
cama.
_ ¿Mami a qué hora llega?,- ¿porque no
viene? preguntaba a cada momento…
_ ¡A dormir!-, no es nada serio lo que tiene su
papá, exclamó. Yo me puse a rezar: ángel de
mi guarda, dulce compañía, no me
desampares ni de noche ni de día. “cura a mi
papito, cúralo por favor”, seguía rezando,
hasta que mis fuerzas y los rezos se
diluyeron en la oscuridad, cayendo en un
sopor adormecida. Desde aquella mañana la
vida había perdido sus colores, lo único que
68
recuerdo son esas tardes hermosas llenas
de luz que no quieren volver, cuando salía
con mis padres a pasear o hacer compras
para el hogar, “siempre pedía mi papi dulces
para nosotros”, mi madre molesta decía, que
por culpa de las golosinas no queríamos
comer, pero el nos guiñaba los ojos y sonreía,
manifestándole a mami que no se preocupe
tanto, unas pocas galletas no hacen mal a
nadie, y, así con pequeños contratiempos
siempre conseguíamos terminar sabroseando
los chocolates en paz.
En esa época como en tantas otras, mi padre
luchaba por el precio de la leche. ¡Tiene que
subir su valor!, hay que pagar los insumos,
semillas, trabajadores, etc., sino que
ganancias tiene el pobre agricultor solía
mencionar lleno de pasión.
Ese hombronazo fuerte como un roble, un día
aciago se fue de este mundo. Yo lo adoré sin
69
reparos, pero el tiempo ha pasado y la
sensación aunque quisiera, no es la misma
que sentía años atrás… los manjares y
golosinas desaparecieron de la noche a la
mañana y la comida se volvió insípida, fue
como si alguien hubiera apagado la música
para siempre…
70
PARTIDA
Adiós
71
Hace pocas semanas había cumplido cinco
años y papi me había regalado una máquina
de fotos, yo acepté este obsequio llena de
ilusión… ¿cómo fue que ocurrió aquel
malestar de mi padre?, por alguna razón que
no alcanzó a comprender mi mente se niega a
recordar con claridad; todo se presenta
borroso como si una fuerte neblina me
impidiera ver la realidad, luego de que en una
ambulancia se lo llevaron varios hombres
vestidos de blanco, como la muerte.
Una madrugada, Elba nos despertó con un
grito desgarrador, yo no presté mayor
atención y volví a caer dormida. Me pareció
que sonó el teléfono, de inmediato salieron
mis hermanos, esto lo supe después. Para mí
esa noche transcurrió tranquila. Al día
siguiente muy temprano desayunamos,
supongo que conversamos algo al respecto,
72
mientras la lluvia caía con fuerza sobre el
techo de la casa.
De aquellos instantes mi memoria solo
recuerda ligeros reflejos, a lo mejor se fueron
al hospital… me senté a jugar con mis
muñecas, sin hablar nada. Sabíamos que
algo estaba pasando, pero nadie insinuaba
nada. La casa estaba en silencio. Algo
revoloteaba en nuestras cabecitas como un
negro presagio, luego vino el ruido
ensordecedor de los autos. Entró tanta gente
a la casa que preferí esconderme en mi
cuarto… Frank y Pepa trataron de hacer lo
mismo refugiándose detrás de las cortinas de
la sala, pero a ellos les encontraron y se los
llevaron. La gente desapareció tan rápido
como cuando llegaron.
Quise correr a preguntar: ¿por qué?, ¿a
dónde?, ¿qué pasa?, pero “Nana” Ramona
me impidió. Por la ventana miraba con
73
tristeza como se alejaban los vehículos sin
que pudiera hacer nada. Manuela me dijo que
vaya con ella a la cocina, que iba a preparar
algo muy rico, pero no quise, preferí
quedarme sentada frente a la ventana
mirando el horizonte. ¿A lo mejor se fueron a
una clínica?, pensé, pero, ¡porque no me
llevaron!, tampoco a mi hermana menor…
La tarde transcurría lenta, la casa guardaba
un silencio sepulcral, ni un timbrazo del
teléfono, tampoco una llamada a la puerta,
¡nada!, ni siquiera en la cocina se escuchaba
un solo ruido. Manuela y “Nana” Ramona que
siempre charlaban mientras realizaban sus
faenas, esa tarde estuvieron reservadas. Solo
se oía el caer de la lluvia sobre el tejado.
Larga fue esa tarde, sentía deseos de que
todo esto terminara lo más pronto. Luego llegó
la noche sin que nada hubiera cambiado.
Merendamos lo que había, acompañada de
74
mi ñaña Ida María en el comedor, que esta
vez se veía más grande y más frío. “Nana”
Ramona y Manuela, se paseaban por la casa
cerrando cortinas y puertas, todo estaba
callado, de pronto escuché el pito de un carro
que ingresaba al garaje, corrí al cuarto de mis
padres, mis hermanos entraron en silencio,
mami los seguía cabizbaja, pero al verme
sonrió. La miré y ella intuyó en mis ojos,
todas las preguntas que quería hacerle. Luego
de unos instantes me dijo:
_ “Tú papi se fue al cielo”.
_ ¿A qué?, le pregunté, como si no hubiera
entendido bien…
_ Al cielo hijita repitió mi madre, la virgencita
le quiere tanto que se lo llevó a su lado.
_ ¿Pero cómo?, si nosotros también le
queremos.
75
_ Así pasa a veces hijita, contestó mi madre,
cuando la Virgen María quiere mucho a una
persona se lo lleva con ella y no hay nada que
hacer, sino aceptar con resignación.
_ ¿Cómo no hay nada que hacer?, ¡porque no
le agarraron con fuerza para que no se lo
lleve!
_ Es que no es el cuerpo el que sale volando,
sino el alma…
_ ¿Algún día va a regresar?
_ No hijita, eso no sucederá jamás, -pero
debes sentirte contenta, porque tu papi esta
ahora con los ángeles.
_ Nunca me sentiré contenta, ¡nunca!,
¡nunca!... luego llegué a comprender que
“morir es irse para siempre”... salí del
cuarto de mi madre en dirección a mí
habitación y me quede mirando al cielo por la
ventana. Mientras la lluvia caía a borbotones 76
detrás de los cristales, yo seguía intrigada
observando los desafiantes copos negros de
las nubes, pidiendo con devoción a la
virgencita que cuide mucho a mi papi… luego
me fui a la cama llorando, hasta que el sueño
me venció…
77
FUENTE DE SODA
Incidente: Tenía cinco años
78
Era un domingo, Pepa e Ida María se
encontraban en cama con gripe, y Frank
estaba castigado. Como a las diez de la
mañana golpearon la puerta de calle, era mi
tía Lesbia con su amiga Luz María que venían
a visitarnos, salí y comenté las novedades
anteriormente citadas.
_ ¡Qué pena!, contestó mi tía sonriendo; ven
te presento a Luz María.
_ ¡Hola!, me dijo, ella tenía el pelo negro,
caído hasta los hombros; llevaba puesta un
precioso vestido blanco y zapatos de correa.
_ ¡Hola!, contesté tímidamente.
_ ¡Vamos a tomar helados!, propuso la chica,
_ ¡Acepta la cortesía!, exhortó mi tía, yo no
dije ni pio ante aquella invitación. ¿Qué pasó
Letita?, -te comió la lengua el ratón
79
_ ¡No!, porque mis ñañas se hallan enfermas y
Frank está castigado, repetí con voz
entrecortada,
_ Esto ya nos contaste hace rato, recalcó…
_ ¡Vamos mejor a los carruseles!, propuso Luz
María,
_ ¿Quieres ir?
_ ¡Mmm!, rezongué.
Mientras caminábamos rumbo a los juegos
electrónicos, mi tía me dijo:
_ ¡Letita, tú tienes un enamorado que se
llama Daniel!, -¿Es cierto este comentario?
_ ¡No es verdad!, contesté sonrojada, -somos
simplemente amigos, además, él es primo de
mi amiga Marlene.
_ No hagas caso, “es una molestosa”,
manifestó la joven, mientras le propinaba un
80
tremendo pellizco, esto me gustó y reí con
ganas.
Al llegar al lugar acordado trepe con agilidad
felina sobre el carrusel, ellas se quedaron
mirando, mientras yo daba vueltas y vueltas
con ingenuidad. Este entretenimiento tampoco
colmaba mis expectativas y nuevamente
comencé a incomodarme…
Hacía mucho calor en el ambiente y nos
dirigimos a una fuente de soda, festejando en
el trayecto a carcajadas cualquier ocurrencia,
enseguida salió una señorita a preguntarnos
que deseábamos servirnos: yo pedí un hot
dog con mucha salsa de tomate, mayonesa,
mostaza y una fanta.
_ ¡Letita sabe lo que quiere!, comentó
sonreída mi tía. Me disponía a tomar el
refresco, cuando en un descuido se resbaló la
81
botella, mojando las medias y los zapatos de
marca de la chica.
_ ¡Es un accidente! y a cualquiera puede
pasarle, dijo Luz María, limpiándose con una
servilleta, aunque yo presentía que lo arruine
todo el paseo. Pronto ocurrió otra catástrofe
mientras tomaba la gaseosa, pues, el hot dog
que apretaba con mi mano, vertió todo su
contenido sobre el vestido blanco de la
muchacha; mí corazón latía aceleradamente.
Sin darse cuenta de este nuevo percance Luz
María se servía lentamente, mientras miraba
despreocupada a la calle; yo veía admirada
con que delicadeza se limpiaba los labios, ella
era tan refinada en sus modales, de repente
notó lo sucedido, su mirada se tornó sombría,
hizo una mueca horrible y alzando las manos
gritó:
_ ¡Por Dios Santo, está chica es insoportable!,
hasta cuando voy a tener que aguantarle… al
82
instante lanzó la bandeja al suelo y dando un
fuerte portazo se alejó del lugar. Mi tía se
tapó la cara con sus manos muy molesta,
luego bruscamente cambio de actitud
empezando a reírse como loca, aunque yo no
veía el chiste por ningún lado… Luz María
regresó después de un rato con su vestido
manchado, tenía la cara descompuesta como
si hubiera llorado, me miro indignada y
exclamó:
_ ¡Vámonos !, mi tía canceló la cuenta y de
inmediato salimos; pronto llegamos al
domicilio de Luz María, esta vez ya no
hubieron sonrisas... mi tía propuso detenerse
un rato para saludar a los padres de su amiga,
indicando además que estuviera tranquila,
que pronto le pasará el enojo, me dio un beso
y nuevamente lanzó otra sonora carcajada…
Cuando llegué a la casa, abrió la puerta
83
Manuela y entre a toda carrera; mi madre
apenas me vio preguntó:
_ ¿Qué tal te fue?
_ ¡Mmm!..., “sorprendida por mi silencio”,
indagó nuevamente:
_ Contestando cabizbaja, ¡bien!.
Luego me encerré en mi cuarto sin querer salir
para nada, hasta que mi madre intrigada logró
sacarme toda la verdad; cuando terminé, ella
tenía la cara cubierta con sus manos.
_ ¡Por dios Letty!, que vergüenza me has
hecho pasar, en este hogar siempre te
enseñamos modales, ahora me tocará llamar
a esa chica que ni siquiera la conozco, para
pedirle disculpas. -¡qué pensará de
nosotros!...
Este fatal incidente se regó como pólvora y
pronto se convirtió en un verdadero
84
acontecimiento, todos comentaban con
hilaridad… pocos días después, mi tía
apenas me vio, guiñó el ojo y me dijo al oído,
Luz María ya no está enojada contigo,
riéndose a más no poder, al acordarse de este
malhadado incidente…
MOTITA
Mi gatito:
85
Quien más mitigó mis penas en aquellos
momentos desconcertantes fue indudable-
mente mi gato, su piel era suave como fino
terciopelo. Cuando sentía no tener fuerzas
para matar el aburrimiento en el que había
caído desde que papi se fue, corría a buscarlo
en los patios y jardines para abrazarle con
fuerza, tratando de ocultar la ansiedad y
ahogar en su cuello mi rabia al no poder
cambiar el destino.
Lo conocí un día mientras jugábamos en el
jardín con Ida María, me acerqué con cuidado
para acariciarlo; como no sabía de dónde
apareció, interrogué a mi hermana:
_ ¿Lo habías visto anteriormente?
_ ¡Sí!, es “Motita”, y vive aquí.
_ ¿Quién es el dueño?
_ Yo, contestó, -es mi gatito…
86
_ Entonces vamos a darle un poco de leche,
propuse, -apuesto que tú nunca lo has dado
de comer.
Para mi ñaña esta generosa insinuación fue
una excelente idea. De inmediato lo llevamos
a la cocina, y, mientras servía al pequeño
felino su leche, pregunté nuevamente:
_ ¿Tú le pusiste ese nombre?,
_ ¡Sí!, porque se parece mucho a la mota con
la que nos talquea mami y “Nana” Ramona al
bañarnos.
_ ¿No te da miedo que te rasguñe?
_ ¡No!, dijo Ida María, es mi gato y no tengo
recelo.
Motita se acabo tan rápido el sustento que
tuve que servirle unos cuantos tazones más.
En eso entró Manuela y al observar lo
acontecido se puso furiosa, empezando a
87
gritar que nos fuésemos, increpando molesta
que la leche era para la casa, no para ese
animal asqueroso; que avisaría a mami lo que
estábamos haciendo en su cocina,
poniéndose de inmediato a chillar como loca.
Nosotras estábamos asustadas y le teníamos
miedo, pero aquella ocasión tuve tanta rabia
que me rebelé:
_ ¡Déjanos chola entrometida, es nuestro
gatito y queremos alimentarlo!
_ ¡Qué va a ser de ustedes!, nos dijo, ese
horrible gato es del jardinero, ya le voy a decir
que venga a llevarlo y si lo mata mejor.
_ ¡No te atrevas, exclamé!, cargue al instante
a Motita y pedí a Ida María que agarre fuerte
el tazón de leche antes que se lo arranchara,
luego fuimos a toda carrera a escondernos en
el sitio más profundo de la hacienda donde
encontramos un muro, pusimos el recipiente
88
sobre él y trepamos a Motita para que pudiera
comer tranquilo. Yo estaba molesta pensando
en todo cuanto me había dicho Manuela: “que
motita era de Pedro”, quien cuidaba la
hacienda. Odiaba a este señor porque tenía
sus animales flacos, pidiéndole
constantemente que les alimentara, pero él se
reía. Un día me contestó en forma irónica, sí
les proporciono el forraje, pero ellos no
quieren comer…
Más tarde decidimos pactar en buenos
términos con Manuela, porque cuando ella se
enojaba era capaz de todo, luego nos
dirigimos a la cocina y notamos que esta
señora se encontraba de mejor semblante,
pues, no nos echó a la calle conforme
acostumbraba hacerlo; al vernos se río
burlonamente y yo hice señales discretas a
Ida María para que se callara, sabía que si
continuaba insultando, ella trataría de
89
deshacerse del pequeño cazador de roedores.
Cuando llegó la noche fui acostarme un poco
nerviosa. Al día siguiente comprobé con
alegría que Motita seguía allí y que la misma
Manuela lo había provisto de una gran taza de
leche. Ese día pasé junto a motita,
convirtiéndose en un amigo inseparable.
Cuando llegaba de la escuela él corría hacia
mí. Una mañana, después del desayuno salí
pensando encontrarlo en la puerta de la
cocina como siempre lo hacía. Lo busque
durante un buen rato y nada, preocupada
pregunté a Ida María si lo había visto; su
respuesta me dejo perpleja, ¡no podía creerlo!
pensé que todo era un invento, me dirigí al
estanque, al llegar comprobé horrorizada lo
que dijo mi hermana; allí había un montón de
plumas y entre sus manos un pájaro
desgarrado; apenas me vio dejó su presa de
lado acercándose a toda carrera, yo lancé un
90
alarido de espanto y corrí desesperada
alejándome de él, gritando a todo pulmón que
no se aproxime; motita detuvo su andar y
receloso se sentó a mirarme; sin poder
reprimir mí malestar, lo insulté y eché de mi
lado lanzando manotadas al aire para que no
se atreva volver.
Más tarde, en la casa pensaba, que lo que
había hecho el gato era demasiado cruel.
Durante todo el día rememoraba con horror la
imagen del ave destrozada, tenía ganas de
arrojar, luego me senté cabizbaja junto a la
puerta de la cocina. Estuve tanto tiempo en
silencio que deseaba confiárselo a alguien…
en eso, se acercó Manuela contándole en
detalle todo lo acontecido; cuando terminé
sentí desatarse un nudo en la garganta…
_ Pero que espera niña Letty, me dijo en tono
dramático, cuando los animales no tienen
quien les alimente aprenden arreglarse solos;
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a don Pedro seguramente no le importa si el
gato vive o muere, y, Motita aprendió a
sobrevivir fue precisamente cazando lo que
puede...
_ Pero usted, ¿de qué se queja?, -¿acaso
cree que el pollo que come todos los días no
fue antes un animal vivo?
_ Entiéndame Manuela, motita no tenia
porque matar a ese pajarito, toda vez que,
siempre le doy pan, leche y carne, así
respondí aunque tragándome las lágrimas.
_ Vea niña Letty, “motita” está acostumbrada
a cazar, recalcó malhumorada, lo único que él
sabe es que si no caza se puede morir de
hambre, -¡y por favor no me moleste más,
porque tengo mucho que hacer!
Yo seguía sentada en la grada mientras
Manuela entraba a la cocina. Poco a poco
empecé a comprender… fue como si alguien
92
me hubiera quitado una venda de los ojos que
impedía entender la realidad del mundo… la
vida no era tan linda como se empeñaba en
sostener mami, era tal vez ese tipo de cosas
tan duras como las que le tocó enfrentar a
“Motita” para no agonizar del hambre; lo llame
de inmediato a gritos, “motita”, él no se hizo
esperar, apenas escuchó mi voz vino
corriendo, y como si nada hubiera pasado se
sentó en mi falda, teniendo por supuesto que
acariciarlo un buen rato, luego lo llevé a la
cocina para que comiera. Mientras devoraba
su plato, pensaba en el episodio suscitado, no
sin antes sentir algún malestar en el cuerpo.
A partir de esa fecha, en mis plegarias
nocturnas siempre pedía al niño Jesús, que
no se olvide proporcionar a Motita muchos
pajaritos, si acaso yo faltara algún día.
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MIS PRIMERAS AMIGAS
Amistades:
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Los primeros amigos que tuve fueron mis
primos: Mar, Freddy, Marlene, Eva, Josefa,
Brisa y Besy, aunque quería a toda mi familia
en forma general.
Más tarde, trabe amistad con mis compañeras
de escuela y colegio. La primera fue “Marlene
Cedeño”, la conocí al inicio de clases en la
escuela. Luego fueron: Lupita Dávila, María
Pía Ortega, Marianita Dueñas, María Eugenia
Loor, Lolita Plaza, Yoli Intriago, Laura Arcos,
Lucrecia Zambrano, Irene Andrade, Bacha
Moreira y otras.
En el Colegio la Providencia de Quito intimé
con Yamilé Sotomayor, en la Inmaculada de
Guayaquil con Betty Solórzano, Margarita
Ponce, María Antonieta Ochoa, Lucrecia
Delgado y Cecilia Huerta; además con Nora y
Rina Lapentti, vecinas del Barrio Centenario.
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EDUCACIÓN:
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La primaria estudie en la Escuela “Mariana de
Jesús” de mi tierra natal, la secundaria en los
Colegios: Providencia de Quito e Inmaculada
de la ciudad de Guayaquil, posteriormente
realicé un curso de mecanografía en el
Instituto “Espilrate” del puerto principal.
MI PRIMER DÍA DE CLASE
Miedo: Tenia cinco años
97
Durante las vacaciones no hacía otra cosa
que soñar en ese instante, pero cuando llegó
la hora sentí algún temor. Mami me dijo que
aquel estado de ánimo era normal, ella
cuando pequeña también tenía pánico ir a la
escuela, creía además que cerrando los ojos
se volvía invisible…
_ Tenemos que irnos, ya van a ser las ocho y
es mejor que piense en cosas buenas
manifestó mi madre. Cuando llegamos a la
escuela, no quise entrar, - “pero hijita, ya eres
grandecita”, este colegio es primoroso, aquí
serás feliz, vas a tener muchas amistades. Yo
miraba desconcertada mí alrededor. Era una
escuela inmensa, atravesamos corredores y
canchas, finalmente llegamos al patio donde
estaban reunidas las niñas, fue cuando una
monjita nos dijo:
98
_ Hay que formar en orden de estatura; como
yo era la más alta me toco en último puesto.
Entramos a clase, luego llegó la hora del
recreo, ¡me sentía sola!, caminé sin rumbo
fijo, de pronto, escuche un timbre de voz
interrogante:
_ ¿Cómo te llamas?,
_ Letty, balbuceé tímidamente.
_ ¿Quieres jugar?
_ Bueno, contesté
De regreso al aula me sentí más tranquila,
luego la madre indicó:
_ En este año aprenderemos a leer y
escribir… en eso, sonó la campana de
salida, y, allí estaba mí mami esperándome
con una sonrisa angelical…
99
LA PROFESORA DE CANTO
Música:
100
Tenía seis años, era un día lluvioso cuando
conocí a la Señorita Laura Zambrano,
profesora de canto. Ella era para mí una
pesadilla, se aparecía en los momentos de
mayor angustia, con su horrible vestido negro
y zapatos de punta; recordaba a la bruja del
cuento de Blanca Nieves y los Siete
Enanitos… ¡me causaba terror ver su rostro
arrugado y uñas largas!. Ella nos gritaba
siempre: ¡uno, dos, tres!, ¡mocosas del
diablo!, y otros epítetos.
Los días de canto eran para mí un verdadero
martirio. Nos obligaba pasar al frente y
responder “presente”, luego debíamos añadir
¡bien o mal!, ¡pobre de aquella que se
equivocaba!, recibía un sermón terrible;
algunas compañeras se ponían a llorar
apenas caían en cuenta su error.
Los lunes que tenía clases de música se
convertían en tremenda tortura, comenzando
101
a sufrir desde la víspera. Por la noche, no
podía dormir. Lo único que hacía era rezar
para que mi angelito de la guarda y Diosito se
apiaden de mí, enviándome alguna
enfermedad para no asistir a la escuela. Al
día siguiente simulaba tener molestias en el
estómago. La primera vez dio resultado,
cuando fui al cuarto de mami y le exterioricé
mis dolencias.
_ ¡Qué raro!, siempre te quejas los lunes,
refutó mami y me mandó a vestir de inmediato
sin aceptar explicación alguna; yo me
demoraba a propósito para ver si lograba
quedarme en casa, pero mami apuraba las
acciones, presintiendo mis negras intenciones.
Cierto día en la escuela cayo la gota que
derramó el agua del vaso.
_ ¡Niña Vargas pase adelante!, -dijo la
señorita Laura, gritándome uno, dos, tres, los
102
pollitos dicen, pio, pio, pio; yo quería hacer
bien las cosas, pero sentía temor. Esto no
pasó desapercibido por ella, quien vociferó
nuevamente, uno, dos, tres; intentaba corregir
los errores, pero era imposible ante la mirada
de mis compañeras con sus ricitas burlonas.
_ ¡Tú no puedes hacer algo tan simple!,
vamos de nuevo: uno, dos, tres. Noté de
pronto que ella se acercaba hacia mí, para
luego sorpresivamente pegarme con una vara
en la cabeza; confundida me quedé callada y
regresé a mi puesto, en eso sonó la campana
de salida...
Cuando llegué a la casa, sin poder aguantar
más esta afrenta, tiré las cosas al suelo,
echándome a llorar desconsoladamente en las
faldas de mami, pero ella no dio mayor
importancia al asunto, diciendo que
exageraba, y tampoco era para armar
semejante escándalo por una tontería, que
103
mejor me vaya acostumbrando porque en la
vida tendría muchas profesoras como la
señorita Laura.
La semana siguiente enfermé de verdad,
amanecí con náuseas, aunque curiosamente
desapareció el malestar apenas mi madre dio
el visto bueno para quedarme en cama. Esta
vez me libré, pero la siguiente no pude hacer
lo mismo porque mami en persona fue a
dejarme al colegio; apenas llegamos nos
dirigimos donde la Madre Superiora y luego
donde Sor Inés. Ellas se portaron
comprensivas, dijeron que si tenía tanto
miedo, supervisarían la mencionada clase
para que no pasara nada malo. Yo no
hablaba, solo les veía asustada… como era
el momento de ingresar a clase, la madre Inés
me llevó de la mano, y mami al despedirse
aseguró que se quedaría en la dirección, por
si acaso la necesito. Luego sentí un taconeo
104
cercano, tenía la ilusión de que fuera mi
madre, pero nada, quien ingresó por la puerta
fue la Superiora algo sonreída, como para dar
ánimo y tranquilizar un poco a mi corazón
alocado. Nunca reclamé a mami que no
estuviese en el momento preciso, aunque
confieso que aquello fue una decepción muy
grande... bueno, por lo menos había
conseguido que la Madre Superiora se hiciera
presente, quién recalcó con acentuada voz:
_ “A partir de la presente fecha, Sor Inés
permanecerá en las clases de canto hasta que
finalice el año”; claro, frente a ellas, la
señorita Laura, se comportaba como un
ángel…
105
AMIGOS INSEPARABLES
Daniel:
106
Era pequeña y cursaba el primer grado
escolar cuando conocí a Daniel Cedeño,
primo de mi mejor amiga Marlene. El era
huérfano de padre y vivía apegado a esta
familia. Cuando venía a mi casa jugábamos
mucho; fuimos amigos inseparables durante
los primeros años de la infancia. Me parece
verlo atravesar las calles, con su pantalón
corto de tirantes color azul, las manos metidas
en los bolsillos, camisa salida, zapatos viejos,
y medias bajadas, las rodillas llenas de
cicatrices debido a sus travesuras, pelo negro
recortado, tipo militar, los ojos pícaros, y una
amplia sonrisa. El niño era mayor que yo.
Desde el día en que nos conocimos Daniel
mantuvo una buena relación de amistad
conmigo, con el transcurrir de los días, mis
hermanos y compañeras empezaron a
molestarnos…
107
_ ¡Daniel y Letty son enamorados! -¡Ja!, ¡ja!,
¡ja!
_ ¡Solo los grandes tienen enamorados!,
gritaba. Me hacían tener tanta rabia que
explotaba fácilmente, imprecándoles:
-¡mentirosos, cara de osos, mantecosos, -“no
estamos enamorados, somos únicamente
amigos”; Frank era quien más fastidiaba.
Daniel estaba harto de tanta burla, el decía
que no hiciera caso, y yo por mi parte les
sacaba la lengua…
Una de las cosas que más nos gustaba era
jugar a las “embutidas”, para ver quien
termina de comer más rápido una funda de
galletas; nos atragantábamos hasta atorarnos,
y el que perdía tenía que reponer una nueva
remesa. Algo que nunca pude entender fue
cómo y en qué momento cambió toda esa
amistad; de repente ya no estuvimos juntos,
108
Daniel se fue alejando con mayor frecuencia,
prefiriendo jugar al futbol con sus amigos,
hasta que finalmente salió a estudiar en
Portoviejo. El tiempo pasó e hice amistad
con otros chicos de mi edad.
VIERNES SANTO
Ayuno:
109
Habían pasado varios meses desde aquel
diciembre en que perdí a Filomena (una
palomita), y aún no se presentaba la ocasión
en que pudiera aprender a manejar por lo
menos la bicicleta, hasta que por fin, Frank y
Pepa compadecidos se propusieron
enseñarme, ese día fue un “Viernes Santo”.
Mami me explicó que los días de Cuaresma
había que ayunar, por lo tanto, debíamos
desayunar poco, almorzar normalmente “pero
sin carne”, y, durante la cena servirse algo
ligero. Entre las comidas no se podía probar
ningún otro bocado que no fuera pescado,
todo esto por “Cristo”, que había muerto en la
cruz para salvarnos. Lo acepté sin remilgos.
En ese día estábamos entusiasmados, porque
nos distraeríamos paseando en la bici, y por
supuesto pensamos también, que no será
difícil aguantar varias horas sin comer. Me
desperté temprano muy ilusionada con esa
110
idea, era casi obscuro todavía, pero como
quería ser una verdadera cristiana, corrí a
despertarlos a mis hermanos para así tener
más horas de ayuno. Frank no se hizo rogar,
saltó de la cama y me pidió esperarle en el
comedor, que saldría en cuanto se vista. Él
propuso no tomar desayuno; traté de hacerlo,
pero pasados unos cuantos minutos no
soporté los deseos, y de poquito a poco
terminé devorando medio pan y toda la tasa
de leche.
¡Apúrense!, nos gritó Frank, y yo salí
corriendo. Mi hermano subió primero a la
bicicleta, para que yo observe como mantenía
el equilibrio; todo parecía fácil, a continuación
me tocó el turno y no pude evitar lanzar un
alarido, porque Frank y Pepa prometieron no
soltarme hasta que estuviera segura.
_ Si pedaleas y mantienes el manubrio recto
no te caerás, decían, pero esto era difícil,
111
parecía imposible hacer dos cosas al mismo
tiempo; cada vez que intentaban soltarme,
gritaba, y ellos ya estaban molestos, - ¡dale,
no seas miedosa! repetían sin cesar; Frank sin
aguantar más esta situación, me dio un
empujón, saltando la bicicleta como culebra,
en toda dirección; -¡dale, pedalea, pedalea!,
insistía, persiguiéndome atrás. Yo trataba de
controlar los movimientos, pero no podía,
hasta que finalmente caí de bruces al suelo.
_ ¿Estás lastimada?, preguntaron, y se
acercaron corriendo hasta el lugar donde
estaba tumbada. Tenía rasguños por todo
lado y no quería levantarme.
_ ¡Vamos, arriba! ordenó Frank.
_ No quiero, -es más no puedo.
_ Tienes que poder, si no te subes de nuevo
no aprenderás nunca. Volví a montarme otra
vez.
112
_ No te sueltes repetía Frank desesperado.
_ Nunca voy aprender, soy una tonta me
quejaba desanimada, sudando, y con la cara
llena de polvo.
_ No llores ñaña, dijeron, -si quieres lograrlo
tienes que seguir intentando. Volví a treparme
en la bicicleta, y mis hermanos continuaron
ayudándo a mantener el equilibrio. Ellos
exclamaban emocionados.
_ Sigue Letty, sigue; pero en está ocasión sus
gritos se escuchaban lejanos.
_ ¿Cómo freno?, imploraba desesperada,
_ ¡A los lados del manubrio están los frenos!,
repetían ellos, contrariados.
_ ¿Cuál manubrio?... esta vez la bici rodaba
más rápido, hasta que me estrellé contra un
árbol y salí volando por las ramas.
113
_ ¿Estás bien?, preguntó Frank, y prosiguió,
creo que finalmente aprendiste… entre estas y
las otras, casi sin darnos cuenta había llegado
el medio día y fuimos almorzar.
Estábamos contentos, aunque algo cansados;
de pronto oímos la voz de mami:
_ ¡Chicos!, ¿no tienen algo que hacer?, no
respondimos nada, entonces mi madre nos
mandó a jugar fuera de la casa; sentíamos
rabia por esta incomprensión, recostándonos
malhumorados en las hierbas junto al
estanque de los peces dorados; incrédula
miré la hora, eran cerca de las cuatro de la
tarde, fue cuando comenzó a darme un
hambre de lobo… Sin poder resistir más,
entré a la cocina, pensando encontrarla
desierta; pero allí estaban “Nana” Ramona y
Manuela, hablando de la procesión, a la que
pensaban concurrir; de inmediato entraron
ellas a sus cuartos y en pocos minutos
114
salieron cambiadas de ropa, Manuela se
había soltado el pelo, mami si la veía, hubiera
dicho que parecía “Virgen de pueblo”, pero a
mí particularmente me gustó ese look…
finalmente las empleadas se marcharon y yo
no soportaba más el hambre. ¡Qué importa
que sea Viernes Santo!, me dije, unas
galletitas para “Pecas” y otras tantas para mi
estará bien. Decidí ingresar a la cocina,
dudando por unos instantes el abrir o no la
puerta, pero finalmente me animé…
_ ¡Judíos del Viernes Santo!, gritó mi madre,
yo casi me desmayo, ¡pero como se enteró!, si
todavía no había hecho nada; pensé que era
verdad aquello que acostumbraban decir
antiguamente: “que las mamás podían verlo
todo”. Luego de unos instantes caí en cuenta
que no estaba dirigiéndose a mí, sino a Frank
y Pepa, pues, frente a mi madre estaban ellos
con una gran caja de galletas en las manos.
115
_ ¡Pero qué les pasa a estos muchachos!, ¿no
se dan cuenta que hoy es un día especial?,
son tan golosos que no pueden hacer un
pequeño sacrificio; vengan de inmediato a la
sala que voy a leer el evangelio, allí
comprenderán cuanto sufrió el Señor en un
día como este. Allá fuimos sin decir ni pio y
con las cabezas agachadas. Al instante tomó
asiento y empezó a interpretar la Biblia,
poniendo énfasis sobre todo en lo referente al
calvario del Señor, yo escuchaba atentamente
y no lograba entender de donde saco fuerzas
Cristo para soportar tanto martirio, los
latigazos, la caminata con la cruz a cuestas, la
crucifixión, la sed terrible en su larga agonía,
sonaba todo ello tan triste. Al terminar el relato
nos hizo preguntas, que ninguno pudo
responder…
_ Estoy arrepentido dijo Frank.
116
_ ¡Igualmente!, asentí tímidamente. -“Cuando
mamá les encontró infraganti con el paquete
de galletas en la cocina”, yo entraba para
hacer exactamente lo mismo, confesé.
_ ¡Así es!, dijo Frank, agregando, pero yo me
siento peor porque ya hice la primera
comunión, ustedes por lo menos no han
hecho todavía…
Por la noche muy dolida, soñaba con cruces,
latigazos y coronas de espinas.
117
EL VADO
Paseos:
118
Por fin llegaron las vacaciones. Para mí no
existía mejor cosa en el mundo que ir de
paseo al Vado, aquel lugar era como una
enorme piscina, llena de árboles frutales y
flores por doquier, con un césped que más
parecía alfombra, yo le comparaba con esos
lugares fascinantes que aparecían en los
libros de cuentos que me leía mi madre. Creía
sinceramente que allí se escondían las
hadas… me encantaba sentarme bajo la
sombra de los sauces llorones plantados en
las orillas, para escuchar embelesada los
sonidos del agua…
Frank y Pepa corrían rapidísimo, ellos no
tenían problemas para saltar sobre los
troncos, piedras y todos los obstáculos que
encontraban a su paso, yo trataba de imitarlos
pero no podía seguirles con la misma agilidad.
Frank se burlaba de mí y eso me dolía, pero
no me desanimaba… corríamos hasta el
119
cansancio, finalmente agotados, cruzábamos
pequeños puentes adornados con buganvillas,
para ir al encuentro con las personas
mayores. Al llegar al vado veía que allí
estaban reunidos familiares y amigos en
general, equipados con tamales de pollo,
carnes variadas, refrescos, etc. todo listo para
un festín; había además en su entorno un
pequeño jardín con unas cuantas mesas,
matizadas por helechos colgantes y otras
plantas preciosas que yo les llamaba
“platanitos mágicos”, un asadero grande, dos
vestidores y la casita en la loma donde vivía el
cuidador. El sector era tan misterioso como
encantador, me impresionaba su claridad y
belleza. A mi madre le gustaba sentarse en
ese lugar “paradisiaco” y charlar sobre
cualquier cosa… yo me acomodaba en su
falda, dedicándome después arrancar los
“platanitos mágicos”, sin prestar atención a la
conversación que mantenían los mayores. Mi
120
madre me sorprendía a veces abstraída en lo
mío, trayéndome a la realidad al recordarme
que era hora de volver a la casa, donde nos
esperaba el humeante tazón de chocolate con
bizcochuelos. Por la noche, después de oír la
santa misa en la iglesia, las chiquillas
caminaban alrededor del parque central de la
ciudad, para concentrarse más tarde en la
heladería del gordo Loor y tomar los sabrosos
helados que eran toda una novedad en aquel
tiempo.
121
RUIDO EN LA NOCHE
Miedo: Tenía seis años
122
Era de noche, permanecíamos cansados
después de regresar del Vado. Estaba
quedando dormida casi antes de meterme a la
cama, los ojos se cerraban mientras levantaba
las sábanas. Mis hermanos tenían tanto sueño
como yo, porque habíamos estado todo el día
nadando. Mami era la última en retirarse a
descansar, la noche era quieta, no se
escuchaba el menor murmullo, de repente un
ruido atronador rompió el silencio… Un
estridor tremendo resonó en la casa
despertando a todos en el acto. Nadie sabía lo
que era y desde luego no se trataba de un
sueño… al despertarme solo el eco
retumbante quedaba en mi memoria. Mami se
incorporó asustada, yo me acurruque debajo
de las cobijas, Pepa dio un brinco y Frank
saltó de la cama, mi ñaña Elba se tapó la
cabeza con las sábanas.
123
¡Fue quizás una tormenta!, pensamos,
“Pecas” y “Loba” se pusieron a ladrar y
aullar perturbadas. Aquella detonación extraña
nos había desvelado a todos. Augusto que
compartía la misma habitación con Publio,
gritó:
_ ¿Oíste ese estallido ensordecedor?, -¿qué
crees tú que haya sido?
_ ¡Yo diría que es el fin del mundo!, exclamó
Publio…
_ ¡No puede ser una tormenta!, acotó
Augusto, y continuó, voy a ver a Pepa, Letty e
Ida María que seguramente estarán
asustadas, corriendo muy presto hasta
nuestras habitaciones, encontrándose
sorpresivamente en el corredor con Difilo y
René que tenían una lámpara encendida.
_ ¡Hola!, -¿oyeron ese ruido?, preguntó
Augusto.
124
_ ¡Claro!, pero no sabemos que fue,
contestaron, -¿quizás se trate de una
tempestad?, porque sonó muy cerca… luego
se dirigieron en conjunto hacia la habitación
que compartían mami, Elba, Ligia y Gladys.
_ ¿Están bien?, gritó Augusto a mis hermanas
que se encontraban acurrucadas bajo las
sábanas, inclinando la cabeza para mirarlas
con la tenue luz de una lámpara….
_ Oh Augusto, -¿qué pasa?, inquirió con voz
temblorosa Gladys.
_ No puedo adivinarlo, tal vez fue un trueno,
replicó en tono alegre para no asustarnos; no
se preocupen porque el cielo está despejado y
no volverá a estrepitar… pero en cuanto
terminó de hablar, una nueva explosión volvió
a oírse y esta vez muy claramente ¡tan, tan,
tan!, el ruido retumbó en toda la casa y luego
125
fue disminuyendo lentamente, yo volví a gritar
en la cama aterrorizada y Pepa me abrazó.
_ Alguien está llamando a la puerta, enfatizó
Augusto
_ ¡Dios Santo!, -¿quién viene a estas horas
de la noche?, dijo mamá.
_ Tal vez será algún vecino contestó Ligia.
_ ¡Cielos!, la verdad es que no me siento con
ánimo de abrir la puerta, dijo mi hermano
Augusto; de pronto apareció el resplandor de
otra lámpara, era “Nana” Ramona con
Manuela, que a pesar de encontrarse con los
nervios de punta, se sintieron obligadas a salir
de su habitación.
_ ¿Qué fue eso?, preguntó Manuela, y
agregó, ¿quién puede llamar a media
noche?, -yo no abro la puerta, es más, no me
atrevo a bajar la escalera.
126
_ Vamos hacer una cosa ordenó mi madre,-
asómense a la ventana y pregunten quien es,
¡puede ser alguien que necesite ayuda!…
““Pecas”” en tanto no dejaba de gruñir
asustado…
_ En fin, vamos todos, murmuraron en voz
baja los demás.
_ Yo prefiero quedarme aquí con mis niñas
para cuidarlas, sostuvo “Nana” Ramona.
_ Por favor, si es alguien que se ha perdido,
no lo dejen entrar, vaya a tratarse de un
ladrón, dijo mi madre en tono dramático, y
prosiguió, ¡despertarnos a esta hora de la
noche!, es un atrevimiento, nunca vi cosa
semejante.
A Pepa, Ida María y yo, “Nana” Ramona nos
condujo hasta nuestro aposento para
tranquilizarnos; sin embargo ella mismo
venciendo sus propios temores se dirigió a la
127
ventana tratando de escudriñar el sector
aledaño a la puerta principal, luego gritó:
_ ¿Quién está ahí?, -¿quién es?, todos
contuvieron la respiración para escuchar
alguna respuesta, pero no la hubo, -”Nana”
Ramona volvió a exclamar, -¿quién llama a la
puerta?, -¡contéste por favor!, pero tampoco
hubo respuesta; la noche estaba en calma, de
inmediato “Nana” Ramona cerro la ventana,
pues el aire helado nos hacía estremecer,
¡no hay nadie!, enfatizó, no se oye el menor
susurro.
_ No crees que debamos bajar y abrir la
puerta, invocó Manuela, -puede ser algún
enfermo…
_ Ya te dije que no bajaré, eso te lo aseguro
contestó “Nana” Ramona regresando al lado
de mami y de mis hermanos. Al poco rato
128
Manuela empezó a temblar del miedo,
exclamando:
_ ¡Tal vez no serán “Las Lutonas”!, que
suelen llamar a las puertas para advertir que
hay un traidor en la casa.
_ ¡Tonterías!, refutó mi ñaño Augusto
indignado, “son boberías y cuentos sobre una
estúpida leyenda antigua”… de todas formas
no hay ningún traidor en la casa, fustigó a
Manuela, más bien creo que alguien se está
gastando una broma pesada…
_ Bien pues, si es así, vamos a dejarnos de
tonterías, aunque dudo mucho que se trate de
una broma replico mami; en fin, todos a
dormir, mañana realizaremos una inspección
en detalle para ver si encontramos huellas…
Augusto manifestó después:
_ “Por las dudas voy a dormir en el sofá de la
sala con un ojo abierto”.129
Elba, Ligia y Gladys, estuvieron hablando
unos cuantos minutos más y al fin se
quedaron profundamente dormidas. René,
Difilo y Frank, reflexionaban en su habitación,
sobre aquella extraña llamada a la puerta…
mañana estaremos sobre su pista y demos
por terminado el incidente manifestaron.
130
LAS HUELLAS
Misterio:
131
Todos se quedaron profundamente dormidos
después del percance acaecido en la noche
anterior; al día siguiente se levantaron muy
temprano. Manuela la cocinera no tenía sueño
y permaneció por largo rato sentada ante la
extraña llamada a la puerta. Augusto a las
seis de la mañana se levantó y abrió la puerta
del dormitorio para dialogar con Publio sobre
aquella alarma nocturna. Ahora ninguno
estaba asustado, se sentían muy valientes
cuando la emergencia ya pasó… mami nos
llamó enérgicamente:
_ ¿Están listos para ir a desayunar?
_ ¡Sí!, ya estamos listos contestó Augusto,
añadiendo: -propongo que vayamos primero a
echar un vistazo a la puerta que anoche
sonaba con fuerza, y también a los corrales.
132
Todos bajaron por la escalera para abrir las
seguridades.
_ Augusto exhortó además: -Deben
observarse cuidadosamente las marcas
dejadas por las llantas del carro y sobre todo
las pisadas de este ladronzuelo, que por
desgracia creo se han mesclado con las
nuestras…
_ ¡Vaya!, que difícil discernir estos indicios y
eso que todavía no hemos visitado los
corrales, ¡manifestó Publio!.
_ Busquemos otros rastros sugirió Difilo.
_ La lluvia seguramente las habrá borrado y
será difícil distinguir unas de otras, expresó
René.
_ ¡Miren!, exclamó Augusto, estas pisadas son
enormes, lo hizo alguien que llevaba puesto
unos zapatos muy grandes, parecen
133
impregnadas por botas de agua, mas
espaciosas que las mías.
_ ¿De quién será?, se preguntaron todos.
_ Sigamos otra vez las huellas hasta llegar a
la puerta principal, pero debemos tener mucho
cuidado al pisar para no borrarlas, precisó
René… Fue así como siguieron los pasos por
el césped y luego por el camino que conducía
hasta la escalera de la casa, donde se
perdían…
Manuela con aire impaciente gritó:
_ ¿Es que en esta casa no van a desayunar
nunca?...
_ Difilo argumentó: -¿vengan a ver esto?
parece que hemos encontrado las huellas del
ladrón.
_ Sigamos observando de donde proceden,
insistió René, llevándoles al lugar donde
134
estaban las señales, miren se pierden aquí,
además deben haber dos tipos de huellas:
unas de ida y otras de regreso, ¿por dónde se
iría?... mientras tratábamos de dilucidar el
problema oímos la voz de Manuela que decía:
_ Por amor de Dios entren a desayunar y
dejen que ese don nadie haya salido por
donde más le plació. Obedecimos en silencio,
desde luego era extraño que no hubiese
huellas que se alejaran de la casa; en fin, esto
era un verdadero rompecabezas…
Se sentaron por fin a desayunar, sirviéndonos
pan de yuca, leche y huevos revueltos. Frank
nos recordó el susto que tuvo dos noches
atrás, cuando creyó ver a alguien cerca de la
casa mientras cenábamos, expresando
además:
_ Apostaría que este era el ladrón,
seguramente fue suyo el guante que encontré.
135
_ ¡Sí!, respondió Augusto, ahora sabemos que
se trata de un hombre con pies y manos
enormes…
_ Pero lo que no conocemos, es, que estaba
haciendo este tipo en nuestra casa, destacó
mi madre, mientras serbia el café.
_ ¿No creen que será mejor telefonear al
comisario y contarle esta novedad?, expresó
Augusto, acentuando: -“después de todo, es la
casa de nuestros padres”, y si alguien intenta
asaltar debemos hacer algo para impedirlo.
Cuando trataron de comunicarse con esa
autoridad no obtuvieron respuesta, la lluvia
había roto los cables y pasó largo tiempo
hasta que lo arreglaran. “Nunca se
descubrió este misterio”…
136
LLANTOS MAÑANEROS
Lloros: Tenía seis años
137
Parece que había ocurrido algo espantoso en
la familia, pues, las mañanas mi tía Brisa se
sentaba a llorar en una banca del corredor.
Por desgracia, no todos los días eran de
felicidad… como no tenía nada que hacer,
caminaba en silencio para ubicarme
generalmente cerca de ella; fue en una de
esas fechas, cuando sin poder contenerse
irrumpió en sollozos y luego de algunos
instantes, decidió contárme todo…
_ ¡Ay hijita! me dijo, - a tu primo Eliú le han
dejado plantadito, Elsa lo abandonó, después
de haber celebrado su compromiso con
bombos y platillos aquí en Chone, -¡te
acuerdas!, la recepción fue muy elegante,
pero al poco tiempo le escribió diciendo que
no estaba segura de su cariño. Pobre Eliú, el
había soñado casarse con Elsa desde que era
niño y ahora por despecho se quiere ir a vivir
a los Estados Unidos, allá de seguro se
138
convertirá en hippy y drogadicto, ¡ay!, la vida
es dura, verdaderamente es un valle de
lágrimas… esto me confesó y era la causa
que la tenía tan triste, allí comprendí el
porqué, cada vez que Eliú aparecía, mi tía
Brisa se iba en lamentos, lanzando unos ¡ay!
¡ay! , tan fuertes que se escuchaban por toda
la casa. Lo que no entendía claramente es la
razón por la cual el primo Eliú se fuera a
convertir en hippy y drogadicto como decía mi
tía, pero me imaginaba que debe ser algo
terrible para que le causara tanto dolor…
_ “Es preferible que se vaya a Inglaterra”
decía, porque en los Estados Unidos
aparecieron los hippies y estos son muy
peligrosos. Cuando se lo mencionaba esto a
su hijo, él estallaba en carcajadas sin hacerle
caso. Yo no sabía qué hacer para calmarla, al
principio me asusté, era impresionante ver
llorar a una persona mayor, pero poco a poco
139
me fui acostumbrando a sus “llantos
mañaneros”… Un día lluvioso muy por la
mañana al verla llorar desconsoladamente, no
pude evitar su contagio y corrí a sentarme a
su lado, haciendo por supuesto “un gran
dúo”… mi tía se asombró al verme también
lloriquear, y su dolor se transformó en horrible
carcajada al enterarse el motivo por el cual yo
gemía, luego delicadamente limpio mis
lágrimas, y con una sonrisa muy amplia, me
dijo:
_ ¡Tú eres idéntica a mí!…
Pocos días después, mi tía Brisa
tremendamente apenada despedía a su hijo
que viajaba a los Estados Unidos, ella le
imploraba casi a gritos que no se hiciera
drogadicto…
_ ¡No hijito, Dios no ha de permitir!, cualquier
cosa menos eso, le decía.
140
MIS PRIMOS
Aventura: Tenía seis años
141
Frank y Pepa, se refugiaban en la hacienda
“La Clemencia” siempre que peleaban
conmigo, allá se quedaban varios días. Era la
hacienda de mi tía Teolinda y del tío José.
Ellos eran cuatro, o más bien dicho seis,
incluyendo a Frank y a Pepa, que siempre se
ponían de su parte; yo me sentía en
desventaja porque continuamente me hacían
jugarretas, tratando que cayera en sus
trampas. Pues, algo que no lograba interpretar
es porque Frank y Pepa eran tan envidiosos,
tal vez sería porque mami me daba a veces
cuanto quería. En cambio mi tía Teolinda era
muy estricta, solo nos proporcionaba lo
indispensable, tenía la despensa de su cocina
con llave, para que no comieran a deshoras.
Cuando mami visitaba la “Clemencia”, todos
mis primos corrían a esconderse de nosotros,
en vano mi tía Teola los llamaba: Mar, Besy,
Freddy, Marlene…
142
_ ¡Donde se habrán metido estos chicos
endemoniados!, -seguro estarán escondidos
por ahí; corran a buscarlos, ya los
encontrarán. Después de este contratiempo,
comenzaba el recorrido por las habitaciones
de la casa: sala, comedor, corredores... de
pronto, cuando menos esperaba, escuchaba
risitas ahogadas que se callaban apenas
regresaba a mirarlos; pero lo peor aún
faltaba, y es que afuera nos esperaba una
jauría de perros que no paraban de ladrar.
Teníamos que hacer esfuerzos para poder
pasar junto a esas fieras.
La primera en salir del escondite era Marlene,
tenía un año menos que yo y era la más
simpática de todos. Tampoco lograba
entender, cómo y porqué, Frank y Pepa
podían disimular tanto cuando se encontraban
con mis primos, ellos hacían todo lo que Mar
decía, era el jefe absoluto.
143
Cierta ocasión se enojó Mar con Besy, y mi
hermano decidió esconderse, insinuando al
resto de nosotros que siguiéramos su ejemplo,
Mar enfurecido lanzó un guijarro a su ñaña
llegándole en la pierna, luego corrió
despavorido y los demás fuimos tras él. No le
importó que Besy se quedara amolada en el
suelo llorando de dolor… amenazando luego:
_ Más vale que no cuenten nada a mamá si
no quieren que les rompa la cara…
Todo el fin de semana permanecimos en “La
Clemencia”, no pude hacer nada por evitarlo;
Frank y Pepa prometieron estar de mi lado,
pero no les creía mucho…
Mi tía generalmente nos esperaba con
helados y aquello era celebrado por mis
primos ya que a ellos nunca les permitía lujo
semejante, por eso era quizás, que
ocasionalmente nos recibían con mucha
144
algarabía. Después de almorzar fuimos al
establo; posteriormente recorrimos los
potreros. Lo que realmente me producía una
sensación desagradable era cuando nos
alejábamos demasiado de la casa, traté de
decirlo a Frank, pero él no hizo caso, me limité
a pensar que nada malo podía sucederme;
pronto llegamos al río, yo les rogaba que
volviésemos porque estaba cansada, pero
Mar después de mirar un buen rato el otro
lado del río, grito:
_ ¡Qué va, veamos mejor por donde
pasamos!, así fue como nos vimos obligados
a seguirle, caminamos bordeando la orilla del
río, hasta que encontramos un tramo angosto
que podía ser atravesado.
_ Por aquí ordenó Mar, este tronco nos servirá
de puente para cruzarlo.
145
_ ¡Oh no! dije aterrada, está muy alto, si nos
caemos moriremos, pero Mar que hacía de
“capitán”, estaba decidido a correr este riesgo,
de inmediato se subió sobre el tronco como si
fuera caballo y empezó a cruzarlo
lentamente… él decía riéndose:
_ “Esto es para hombres”; entonces Frank
también se aventuró, ya que “por nada en el
mundo quería sentirse menos que aquel que
fungía de jefe”. Una vez que salvaron este
obstáculo, Frank con gesto de nobleza le dijo
a mi primo Mar:
_ Tú y yo somos grandes, para el resto no es
fácil cruzar, ¡ayudémosles!, él esperó la
reacción de Mar, quien sonreía
maliciosamente y luego de unos instantes
contestó:
_ ¡Está bien!, yo regresaré al otro lado del
arroyo, pero tú Frank quédate aquí, para que
146
dieras la mano a estas gallinas… la primera
en pasar fue Marlene, que era la más
pequeña, cuando subió al tronco se puso a
llorar, pero Mar ligeramente compasivo se
ubicó tras ella, sujetándola, hasta que terminó
la travesía.
_ Que siga Letty propuso Frank, entonces
tome asiento sobre el madero y lentamente
traté de impulsarme, Mar se colocó tras mío y
comenzó a darme consejos:
_ ¡Sigue adelante, no mires abajo, te puede
dar vértigo y por favor concéntrate!; cuando
faltaba poco para llegar desvié la mirada y
perdí el equilibrio, pero fue Mar quien me sacó
del aturdimiento, las piernas me temblaban y
no tenía fuerzas para nada… al llegar al final
Frank extendió la mano y ayudó a levantarme.
¡Ahora ya no me considerarían una cobarde!,
pensaba satisfecha, mientras observaba el
traspaso de Pepa. Mar le ayudó a ella como
147
lo hizo conmigo. Luego seguimos caminando
molestas, porque tanto Mar como Frank
querían nuevas aventuras. Después de
algunas instancias, comenzamos a sentir
cansancio, pues, habían transcurrido varias
horas desde que salimos de la casa, el cruce
del río había agotado nuestras energías y casi
nadie tenía ánimo ni siquiera para hablar; en
eso Marlene me dijo:
_ Ñañita regresemos, estoy cansada.
_ Si, desde luego
_ Ya mismo oscurece manifestó Freddy.
Mar se dio la vuelta bruscamente como si le
pesara estar junto a nosotros, ordenando en
forma despótica:
_ Bien, regresemos a la casa, el último en
llegar es una gallina y salió disparado…
Frank, por no sentirse inferior corrió tras él
como un rayo, gritando:148
_ Mar espérame. En pocos segundos Freddy,
Besy, Pepa, Marlene y yo, nos quedamos
solos… intentamos seguirlos, pero a los pocos
minutos de correr como desaforados, nos
dimos cuenta que era imposible alcanzarlos…
cuando llegamos al río, no había rastro de
ellos, nos miramos unos a otros perplejos; el
sol estaba por esconderse, no quedaba más
remedio que arriesgarnos a cruzar el
tenebroso río.
_ Primo Freddy, ya está oscureciendo le dije,
si no hacemos un esfuerzo ahora, tendremos
que quedarnos a dormir aquí.
En ese momento escuchamos unas risitas
burlonas entre los matorrales, desde donde
salieron ellos; entonces Mar sin mirarnos
siquiera, dijo a Marlene, que se acomodase
en el tronco, ella se puso contenta al ver que
su hermano no la había abandonado y de
inmediato empezaron a navegar sin quejarse,
149
a pesar que, cada vez se hacía más
obscuro… cuando Mar estuvo al otro lado, se
dirigió hacia nosotros diciendo:
_ ¡A Marlene le ayudé porque es la más
chica!, pero ustedes me importan un pepino,
yo no sé como lo crucen… ni siquiera Frank
volvió para ayudarnos y poco a poco el ruido
de sus pasos se fueron alejando hasta quedar
todo en silencio. Freddy decidió aventurarse
primero, lo hizo lentamente sin decir una sola
palabra, yo miraba estupefacta como le
temblaban las piernas; luego me toco el turno
y me senté sobre el tronco tratando de fijar la
mirada, mientras este hablaba pausadamente
tratando de tranquilizar los ánimos; por
momentos sentía que el miedo se apoderaba
de mí persona, pero trataba de controlarme.
No podía creerlo cuando finalmente estuve al
otro lado… luego empezamos a correr como
locos, aunque esta vez con el miedo de que
150
pudiera asomar algún animal salvaje. Freddy
trataba de orientarse, en tanto que yo no
dejaba de pensar, “¿como Frank fue capaz de
abandonarme?”… corríamos y corríamos sin
hacer caso a las plantas con espinas que nos
arañaban, sus lodazales y el cansancio.
Cuando llegamos al establo respiramos
aliviados, deteniéndonos unos instantes para
recobrar el aliento.
Mi tía Teola y el Tío José, nos esperaban en
la puerta, se veían muy preocupados, habían
estado por salir a buscarnos… cuando nos
vieron llegar, nos metieron a la cocina para
que tomemos la cena, que ya estaba helada;
luego nos mandaron a bañar y de inmediato a
dormir. Me sentía tan maltratada que rogaba
de rodillas a Diosito que mami viniera pronto
por nosotros, para llevarnos de regreso a
casa.
151
EL MAR
Bahía:
152
Un día cualquiera mami muy contenta nos
dijo: “mañana iremos a visitar a mi prima Eddy
en Bahía de Caráquez”, ella era además mi
madrina.
Yo mantuve silencio, aunque me encantó la
idea del viaje.
¡Qué suerte ir de paseo a la playa!, no
conocía el mar, aquellas palabras mágicas,
apenas podía creerlo.
Me volví hacia mi madre y le pregunté:
_ ¿De verdad nos vamos al mar?
_ ¡Sí!; “solo la idea me llenaba de gozo”.
¡Estaba al emprender un largo viaje cuyo final
era incierto!, y ojalá, ¡que el mar sea tan azul
como mis sueños!, pensé…
Preparamos las maletas porque el ferrocarril
salía en las primeras horas de la mañana y
nos fuimos a dormir, la noche transcurrió 153
lenta. Al día siguiente muy temprano tomamos
el desayuno, mami nos ayudó a recoger las
cosas, pero, paradójicamente ya no tenía
tanta ilusión como al principio, sentí deseos de
llorar al despedirme de “Nana” Ramona,
Manuela y “Pecas”, recomendando una y otra
vez que no se olviden alimentarlo, y luego, de
un salto trepé a la camioneta. Llegamos a la
estación del ferro y me acomodé en la banca
junto a mi madre; cansada de esperar
pregunté inquieta.
_ ¿A qué hora sale el tren?, nadie dijo nada,
finalmente agotada caí dormida en los brazos
de mi madre.
El pito del ferrocarril me despertó. Era la
primera vez que abordaba un autocarril,
estaba algo asustada a pesar de encontrarme
junto a mami, Frank, Pepa e Ida María.
Cuando cruzaba los túneles cerraba los ojos,
154
porque se formaba un vacio en la boca del
estómago.
Una señora nos regaló caramelos, y charlaba
emocionada con mi madre contando que el
mar era algo maravilloso.
Al llegar al terminal, mi madrina con sus hijas
nos esperaban en la estación ferroviaria en un
gran automóvil para llevarnos a su casa. En
cuanto entramos a su domicilio nos invitó al
comedor. La excitación que había invadido mi
espíritu, poco a poco se fue desvaneciendo y
comencé a sentirme incómoda. El almuerzo
fue un verdadero martirio... entre preguntas y
respuestas, llegó la noche. Mi madrina Eddy
nos llevó a conocer el cuarto donde
dormiríamos. Nos sentamos a desempacar las
maletas. Soñaba entusiasmada que
amaneciera pronto para irnos al mar, estaba
loca por verlo; por eso cuando mi prima Guilla
155
golpeó la puerta de nuestro aposento varias
horas atrás para desearnos una buena noche,
yo le obligue bajo juramento, que al despuntar
el día nos llevaría al mar. Me levanté muy
temprano, sin esperar que se despertaran los
otros… a mi prima Guilla le divisé en el
comedor, y, fue ella justamente quien nos
propuso salir ese momento porque más tarde
tenía que hacer otras cosas.
_ ¡Pónganse rápido los ternos de baño!,
manifestó.
Fuimos caminando ligero, pronto llegamos a
la orilla del mar, por largo rato me quede
mirando fascinada semejante espectáculo, era
imponente, no se parecía en nada al pequeño
vado que había en nuestra hacienda.
El mar no solo tenía olas inmensas, las playas
estaban llenas de conchitas, caracoles y
156
bandadas de gaviotas, que más parecía que
estuvieran bailando…
Contemplaba extasiada el azulado horizonte,
hasta que mi prima nos dijo que probemos el
agua, notando al instante que era salada…
ella sonriendo preguntó si queríamos
bañarnos, le manifestamos que no, hasta que
finalmente se cansó de insinuarnos y decidió
regresar porque mi madrina y mami debían
estar esperando para ir de compras a la
ciudad. Anduvimos todo el día paseando con
ellas. Nos divertimos muchísimo comprando
dulces y helados.
Mi madrina me preguntó:
_ ¿Te gustó el mar?.
_ Le dije que si, y, ella prometió en forma
solemne, que algún día nos haría conocer
océanos más grandes que existen en otros
lugares.
157
LA TARABITA
Barcaza:
158
Durante nuestra corta estancia en Bahía de
Caráquez, cierto día decidieron llevarnos a
conocer la Hacienda “MARGARITA”… para
entonces ya me había hecho amiga de mis
primos Guilla y Sergio.
Una mañana soleada salimos en dirección a
esa propiedad donde nos esperaban con un
suculento almuerzo. Cuando llegué me quedé
realmente impresionada por el paisaje, los
primos tenían razón, aquello era “de
película”… tenía un río gigantesco que
separaba los potreros de la hacienda y una
buena carretera. Los automóviles se
estacionaban frente a la propiedad y las
personas debían atravesarlo en “tarabita”.
Al tocarme el turno de subir a ese aparato de
madera, suspendido por cadenas y sogas, fui
presa del miedo, pues, se movía muchísimo,
159
pensé que moriría ahogada si acaso caía al
fondo… Como todos se reían despreocupados
tuve que fingir tranquilidad. Se veía el río tan
negro y tan grande que por supuesto me
gustó mucho más el mar…
Al llegar a nuestro destino nos estaban
esperando mi padrino Sergio y sus otros hijos:
Ponciano y Estrella, con varios niños de
edades similares a las nuestras, a quienes no
conocía.
Poco a poco comencé a sentirme aburrida.
Mis padrinos se empeñaban en mandarnos a
jugar con estos chicos, pero ellos no querían
hacerlo con nosotros y la verdad a mí
tampoco me interesaba ser su amiga. Frank
decía que estos muchachos tenían cara de
idiotas, eran los hijos y nietos del mayordomo
de la hacienda.
160
Deseaba volver lo más pronto junto a mi
madre y, alejarme de ellos, porque no hacían
otra cosa que reprendernos. Intranquila me
puse a arrancar hierbas del potrero, rogando
no encontrar a ningún adulto que me
ordenase jugar. Por fin logré hacer alguna
amistad con una niña llamada “Anita”.
Después del almuerzo se pensó en retornar
de inmediato a Bahía, porque mi padrino
Sergio consumía demasiado licor y se veía
bastante mareado, aunque a mí
personalmente me parecía que él estaba
chistosísimo, pues, no se podía parar
correctamente, caminaba tambaleándose y
cuando me miraba sonreía, diciendo que yo
era su hijita linda... mi madrina permanecía
furiosa e impertérrita, en tanto mis primos
Sergio y Ponciano le ayudaban a llegar hasta
la tarabita; cuando subió, imaginaba que está
en un barco de gran tonelaje, del cual era su
161
capitán; trataba de maniobrar, pero mis primos
visiblemente molestos lo impedían, pidiéndole
de favor se quedara quieto.
Cuando llegamos a la casa, era casi de
noche. Fuimos a cenar; al terminar se
instalaron a jugar cartas; para mí esto era un
desafío porque el primo Sergio hacia trampas
y allí surgía una guerra sin cuartel, entre gritos
y risas.
Los días pasaron veloces y pronto llegó la
fecha de regresar a Chone, personalmente
tenía sentimientos encontrados… por una
parte estaba feliz, y por otra triste, al tener que
despedirme de mis parientes. De quien más
pena me dió fue de mi prima Guilla, toda vez
que ella me enseñó a no tener miedo al mar,
tampoco al rio, además siempre estuvo
pendiente de mí.
162
Durante nuestra estadía, hicimos un pacto
solemne, “juramos ser amigas para siempre”.
Aquellos días me sentí feliz…
DESGARRADORES LAMENTOS
El diente:
163
Me desperté un lunes por la mañana hundida
en la más negra desesperación. Aquellos días
me producían siempre el mismo efecto,
porque se iniciaba otra semana de
sufrimientos en la escuela, creía a veces que
sería mejor no disfrutar del domingo porque
solo al pensar en la señorita Laura me daba
pesadillas, era insoportable. Deseaba
enfermar para quedarme en la casa,
diciéndole a mami que tenía cólico… de
pronto descubrí que se movía un diente, ¡era
una suerte!, fue allí cuando empecé con mis
“desgarradores lamentos”, pero intuía que si
llegaba donde mi madre con aquella historia,
ella me arrancaría la pieza y punto.
El problema del diente lo guardé como reserva
y busqué otra enfermedad. Pensé durante un
largo rato, hasta que finalmente recordé haber
oído hablar a un doctor, de cierta enfermedad
164
que obliga al paciente a permanecer en cama
durante dos o tres semanas…
Tenía un dedo del pie lastimado, y ésta podía
ser mi coartada, desgraciadamente no
conocía los síntomas de esa misteriosa
enfermedad anteriormente citada, pero creí
que podía arriesgarme, iniciando los forzados
lamentos ¡ay¡ ¡ay¡ ¡ay¡, mi hermana Pepa
dormía como un lirón en otra litera y yo me
quejaba cada vez más fuerte, hasta me
pareció que el pie empezaba a dolerme de
verdad; tras descansar un momento, comencé
otra vez con los consabidos gemidos ¡Ay¡,
¡ay¡, ¡ay¡. Pepa seguía roncando… le llamaba
en alta voz, al tiempo que lo sacudía, ella
cambiaba de posición en la cama, hasta que
por fin bostezó, desperezándose lentamente
¡Brrr!, luego se levantó, y, me observó
fijamente…
165
_ ¿Qué te sucede Letty?, me dijo, mirándome
con preocupación.
_ ¡Ay¡, ¡ay¡, ¡ay¡, está vez más fuerte…
_ ¿Qué pasa Letty?, llamaré a mamá…
_ ¡No creo que tenga mayor importancia!, -me
pasará en seguida, no le llames.
_ Pero entonces no grites de esa forma…
_ Es que es horrible pasar varias horas así,
manifesté.
_ ¿Por qué no me despertaste antes?, se me
pone la piel de gallina el oírte chillar así…
_ Pepita creo que me voy a morir…
_ No digas eso, replico, e inmediatamente
salió del cuarto gritando:
_ ¡Mami, mami! Letty se está muriendo.
_ ¡Muriendo!, contestó mi madre.
166
_ ¡Si mamá!, dese prisa…
Como es de suponerse ella vino a la carrera,
su cara estaba pálida y le temblaban los
labios, cuando llegó donde mí, exclamó.
_ ¡Letty, Letty!, ¿qué te pasa hijita?
_ ¡Oh mami estoy mal!, el dedo me duele
terriblemente… mí madre se sentó sobre la
cama mirándome en forma inquisitiva, luego
sustentó irritada:
_ ¡Son disparates!, -¡no te creo!, no sabes el
susto que me has hecho pasar, déjate de
tonterías y levántate inmediatamente.
Cesaron los lamentos y el dolor desapareció
como por arte de magia, me sentí ridícula,
luego declaré:
_ Mami a mi me dolía tanto el dedito que ni
siquiera me acordé lo del diente…
_ ¡De que diente hablas !.
167
_ Es un diente que está flojo y me duele
mucho.
_ ¡Veamos!, deja de quejarte y abre la boca;
si el diente se mueve hay que extraerlo, no te
vas a morir por eso, -Ramona trae gaza y
agua oxigenada del botiquín.
_ ¡No, no, no me saque!, ya no tengo dolor,
por favor, solo quería quedarme en casa para
no concurrir a la escuela.
_ ¡Abre la boca!, dijo molesta, agarró fuerte al
diente con la gaza, lo haló y diente afuera.
168
NOCHE BUENA
Navidad:
169
La navidad para mi encerraba magia, misterio,
dulces riquísimos. Los pavos recién salidos
del horno se olían en todas las casas con su
aroma inconfundible. Me gustaba que los días
de Navidad fueran fríos, lluviosos y con
mucha neblina, así se parecerían en algo a las
típicas navidades blancas que figuran en mis
libros de cuentos. Mi madre solía decir que:
“en las navidades nadie es malo”… durante
todo el año soñaba con la llegada de ese
momento, la espera parecía interminable,
hasta que por fin era Navidad… abría la
ventana de mi cuarto, daba gracias al niño
Jesús por haber hecho realidad mis sueños y
durante unos instantes me quedaba
contemplando la niebla y el caer del rocío.
En navidad salíamos con mami hacer
compras para la noche buena. Alrededor del
arbolito amontonábamos los regalos, y,
170
nuestras caras inocentes se iluminaban con
las sorpresas que aparecían entre los papeles
rotos de los obsequios. El Niño Dios no se
había olvidado de nosotros y tampoco se
equivocaba; Elba, en aquella oportunidad
recibió los zapatos de taco, Publio, los libros
de medicina, Augusto, las botas de caucho,
Ligia, un retrato con fotografías de papi y
mami, Gladys, un precioso vestido, Dífilo, el
microscopio que había pedido, René, un carro
con soldados, Frank, un avión, Pepa, una
muñeca dormilona, yo, una muñeca que
caminaba, con muchos vestiditos, Ida María,
un payasito que tocaba el tambor y Galito
Eduardo, un chinesco. Cuando las personas
mayores se cansaban de conversar nos
dirigíamos a los hogares de mis tías maternas,
allí comíamos muchas golosinas, jugábamos
con las primas e intercambiábamos regalos
hasta que fueran las doce, para asistir a la
¨Misa del Gallo.¨ A la entrada de la iglesia
171
había una gran multitud, las filas de gente
parecían interminables… esa noche,
seguramente era la más feliz del año, para
quién escribe estas letras…
EL CUADERNO MÁGICO
Magia: Tenía siete años:
172
En alguna oportunidad mi amiga Marlene, me
dijo sonreída:
_ ¡Tú no conoces el cuaderno mágico!,
¿verdad?
_ Mmm, creo que no…
Se trataba de un cartón arrugado en forma de
carpeta, que contenía dos hojas llenas de
líneas manchadas con tintas de colores,
semejantes al arco iris. Ella lo asento en el
suelo y esperó que examinase bien, yo estaba
sorprendida por aquella confesión, tenía
miedo interpelarla, ¡porqué era mágico!, sin
embargo lo tomé entre mis manos, doblé con
cuidado y miré exéptica a la chica que se
había recostado en el césped, apoyada sobre
sus codos y cubierta la cara con sus manos
esperando mi respuesta, luego expresé:
_ ¡Está bonito!, -¿lo hiciste tú?; mi amiga
levantando la mirada respondió:
173
_ ¡No se nota la magia!.
_ ¡Lo siento pero no veo nada!, manifesté, y
ella se incorporó para decirme:
_ ¡Es que no observas bien!
_ ¡Mmm!... ¿qué magia será lo que ella quiere
que vea?, mi cara insinuaba que nada de
magia he descubierto… entonces Marlene
tomó mi mano y la guió por el contorno de una
línea, diciéndome:
_ Coloca el dedo sobre esta raya, síguela y
dime que sientes, cumpli sus instrucciones
con inquietud y delineé su espacio, el mismo
que a veces tenía curvas y en otras se perdía;
entonces manifesté incrédula:
_ ¡Parece que hay una casita!, ella muy
emocionada contestó.
174
_ ¡Esa es mi casa! y está allí; luego presiono
mi dedo nuevamente y lo condujo hacia otro
entorno, preguntando:
_ ¿Aquí, que ves?
_ ¡Un árbol!, le dije saltando de emoción y
ella puntualizó:
_ ¿Ahora ya notaste la magia?... -¡en este
cuaderno puedo ver lo que yo quiero!... así
sus manos fueron trazando figuras en las
líneas y manchas de colores, mientras me
decía: -¡este es un perro!, -¡aquí está la
muñeca con la que jugamos ayer! -¡esta es mi
mamá! y de esta manera construíamos
personas, animales y cosas… ella sonreía,
sus ojos se iluminaban en cada
descubrimiento, y yo sentía deseos febriles de
jugar “solita” con su cuaderno encantado,
entonces le pedí en tono suplicante:
175
_ ¿Préstame tu cuaderno mágico?, me miró
profundamente, sonrió, dobló su cartoncito, lo
guardó en el bolcillo de su pantalón y salió
corriendo en dirección a la puerta, gritando:
_ ¡No!, ¡nooo!; luego se alejó veloz por el
mismo callejón estrecho por donde había
venido, dejando una estela luminosa que se
confundía con los rayos dorados del sol, allí
comprendí que la magia lo hacía ella, con sus
esperanzas, ilusiones y sueños…
176
LA BODA
Manuela:
177
Fue una de esas tardes hermosas cuando
Frank, Pepa, Ida María y yo, estábamos
esperando impacientes en el jardín de la casa
porque en pocas horas se casaba Manuela, y,
nosotros debiamos llevar los aros. Era un
acontecimiento importante que practicamos
sin cesar de un lado para el otro, con toda la
prosa que el caso ameritaba. Mientras
marchaba alrededor del patio, cavilaba en
cuanto la quería y lo que representa para
nosotros.
Manuela era la única persona que lograba
calmar las rabietas de Frank, preocupábase
tanto de él como si fuera su propio hijo. Por
las tardes lo esperaba que volviera de la
escuela para recibirlo con un plato de arroz,
papas, tortilla de huevo, carne frita y un vaso
de jugo de naranja.
178
A mí personalmente me gustaba conversar en
la cocina con Manuela, ella nunca se cansó de
contarme cuentos, y por supuesto, siempre
tenía listo algún dulce cuando retornaba de la
escuela.
Cierto día mami ordenó que fuéramos a su
dormitorio, allí nos contó que Manuela iba a
casarse y quería que nosotros llevemos los
anillos de compromiso; yo baje la mirada
comprendiendo lo que esto significa, pues,
Manuela se marcharía definitivamente de la
casa… solo la novedad de la ceremonia
aliviaba en parte esa sensación de abandono.
Mami mandó a confeccionar un vestido
celeste para mí, para Pepa e Ida María de
color rosado y para Frank un terno color
negro. Teníamos tanto miedo ensuciarles, que
caminábamos cautelosos alrededor del jardín.
Cansados de tanto ensayar fuimos en
dirección la casa y entramos precipitadamente
179
averiguar la razón de la tardanza,
dirigiéndonos al cuarto de mami, el cual
estaba con llave, así que decidimos mirar a
través de la cerradura y lo que contemplamos
era realmente asombroso… Observamos
extasiados y con la boca abierta, una
verdadera fantasía… ante nosotros se
encontraba una princesa, como en mis libros
de cuentos. Todas las mujeres rodeaban a
Manuela, escarmenando su cabello y
arreglando el vestido blanco que brillaba en
cada movimiento. Ella estaba nerviosa.
Mientras mami y mi tía le ponían el tocado en
la cabeza… Frank y Pepa trataban de
hacerme a un lado, y yo, pateaba el suelo con
impaciencia, luchando por defender mi turno
de expectación. Luego de un instante, Frank
dio unos pasos vacilantes atrás y nos dijo
asustado:
_ ¡Manuela está llorando!.
180
Clavé la mirada en la cerradura y noté que no
todo era tan bonito como parecía al principio,
pues, por las mejillas de Manuela corría un río
de lágrimas... en un arranque de nervios miré
que ella se sacó el tocado que acabaron de
ponerla y corrió a encerrarse dentro de un
armario, gritando a voz en cuello:
_ ¡No me caso!…
_ ¡Hay, caramba, caramba!, ¿ahora qué
vamos hacer? -esta mujer debe entrar en
razón, dijo mi tía Lesbia; mientras la novia
repetía sollozando:
_ No señora Idita, no me voy a ninguna parte,
entonces, ¿quién cuidará de mi niño
Frankcito?, no puede quedarse solo, tan
tiernito como es. ¡No me caso! y ustedes no
pueden obligarme…
_ Manuela, tienes que comportarte con
madurez dijo mami, tratando de abrir la puerta
181
del guardarropa, pero Manuela seguía
encerrada. Mi tía gritaba que salga de
inmediato porque Augusto seguramente
estará esperando con el novio en la puerta de
la iglesia… ¡ bien !, si no sales por las buenas,
nos veremos obligadas a romper el armario.
Luego de tanto ruego salió, y lloriqueando se
volvió a colocar el velo. Corrimos todos a
esperarlos afuera. “No sabíamos cómo
actuar”… yo creía que cuando una persona se
casa es feliz… ahora pensaba lo contrario.
Manuela nos había dicho con antelación y en
secreto que no planeaba enlazarse con nadie,
y que el día de la boda se encerraría para no
separarse de nosotros y si por desgracia esto
llegara a suceder, volvería máximo en una
semana. Apoyamos su criterio, sintiéndonos
queridos por ella, aunque jamás creímos que
de verdad esto lo haría.
182
Manuela secó sus lágrimas y entró a la iglesia
del brazo de su padre, un viejito venerable, y
nosotros la seguíamos atrás tomados de la
cola del vestido de novia, tratando de sonreír
a pesar de las inquietudes que llevábamos
dentro… a los pocos minutos de iniciada la
ceremonia Manuela volvió a llorar…
Después del casorio regresamos a la
hacienda, donde celebrose una gran fiesta
con sus familiares y amigos en general. A la
semana siguiente, Manuela regresó conforme
había prometido…
183
BONITA
La yegua:
184
Frank tenía una yegua blanca llamada bonita
que solo le obedecía a él, era tan briosa que
cuando otra persona trataba de montarla se
desbocaba y no paraba hasta que el jinete
rodara por los suelos. Cualquier cosa lo hacía
encabritar y corcovear como loca. Yo le tenía
miedo, pero cuando estaba con Frank no me
hacía nada, algunas veces la montamos
juntos.
_ Frank por su temperamento se parecía a
ella, cuando algo malo sucedía, no se lo decía
a nadie, simplemente trepaba sobre “Bonita” y
no aparecía sino hasta la caída del sol. Mami
se consumía cuando él no llegaba, solo
“Nana” Ramona y Manuela lograban hacerlo
entrar en razón.
Todos comentaban que este muchacho tenía
un carácter endemoniado; mami hacía un gran
esfuerzo para contenerse, y más bien trataba
de sonreír cuando llegaba de la escuela con la
185
camisa rota y la boca ensangrentada; él
siempre peleaba con sus compañeros. Según
observaciones de Difilo y René, la culpa era
del propio Frank, ¡porque era un
buscabroncas!,
_ ¡A mí nadie me molesta!, gritaba con voz
ahogada… - si quieren pelea, la tendrán,
amenazaba.
Cuando lo inculpaban de algo que no había
cometido, levantaba la mirada, fijando sus
grandes ojos negros sobre los acusadores, a
la vez que revoloteaba el cabello que en aquel
tiempo tenía. A veces cuando salía a galopar
en “Bonita”, yo le miraba con envidia a través
de la ventana, y pensaba interiormente, ¡Frank
es libre!
Yo también quería tener un caballo, para
correr y esconderme del mundo cuando había
186
problemas. Mamá sufría cuando Frank no
llegaba, y con aire de preocupación advertía:
_ ¡Caramba este chico no vuelve!... claro, él
estaba cabalgando, “soñando con llegar a ser
un famoso vaquero del oeste”. El solía decir,
los hombres son fuertes y duros, en tanto que
las mujeres son débiles y frágiles, por eso,
solo me aceptaba cuando demostraba valor y
que no me importase andar con las piernas
lastimadas.
Cierto día me desperté un poquito tarde,
cuando todos ya se habían levantado,
desayuné sola, y al salir del comedor me
encontré con Frank hecho un mar de
lágrimas...
_ ¿Qué te sucede ñañito?, le pregunté
angustiada, él no quiso responder, pero ante
mi insistencia se detuvo y me dijo:
187
_ Vamos al establo si tienes tanta curiosidad
de saberlo; fuimos hasta el lugar indicado y
luego señaló. -¡fíjate que mi caballo ya no
tiene el pelo largo!…
_ ¿Qué pasó?, pregunté, y él contestó
llorando:
_ “Difilo y René le cortaron sus crines”; ellos
vinieron muy temprano a decirme está
patraña, en venganza que mami les había
castigado anoche por haber llegado tarde, y
además, por las continuas andanzas conmigo.
_ No te preocupes ñañito, le volverá a crecer
su pelito y será más linda que antes, le dije,
sin tener otras palabras más dulces para
consolarlo.
188
LUCHA LIBRE
Súper Pibe:
189
Cuando estaba junto a mis hermanos Frank y
Pepa, olvidaba la soledad, su compañía era
un refugio que llenaba mi vida, ellos eran mis
ídolos, yo les obedecía sin chistar, confiada en
que siempre tenían la razón; por esta causa,
al señalar lo que debíamos hacer, ni Ida
María, tampoco yo, teníamos voz ni voto, y
muchas veces fueron la causa para soportar
programas aburridísimos.
Cuando Frank sintonizaba en la radio
espacios de lucha libre, no se podía hablar,
peor hacer algún comentario. Está cartelera
radial era lo peor para mí…
_ ¡Súper Pibe!, ¡Súper Pibe!, gritaba Frank
entusiasmado, mientras yo escuchaba con
disgusto.
_ ¡Oh no Frank!, le dije y él replicó:
_ Letty, este programa es cheverísimo, tienes
que oírlo primero, yo sé que te va a gustar…
190
en cuanto terminó de hablar me levanté mal
humorada y con ganas de encerrarme en mi
cuarto, a sabiendas de correr el riesgo de que
no me dirigiera la palabra unas cuantas horas.
Extrañamente, Frank no alzó sus hombros
como acostumbraba hacerlo y tampoco dijo
que me fuera, más bien de la manera más
tierna propuso: -mira Letty si en cuarto de
hora te sigue pareciendo horrible este
entretenimiento, te prometo que cambiaré de
emisora y escucharemos lo que tú quieras,
caso contrario lo dejamos hasta que termine,
¿qué te parece?
Me senté nuevamente a escuchar algo
contrariada la famosa lucha libre…
_ ¡Híjole!, ¿contra quién se enfrentarán?,
gritaba entusiasmado él… -ustedes tienen que
aprender, porque hay de todo en la viña del
señor: “tanto luchadores limpios cuanto
luchadores sucios”, y “súper pibe” es
191
grandioso; parece que va a medirse contra “la
máscara sangrienta”.
_ ¿Quién es “la máscara sangrienta”?,
pregunté, sin disimular cierto interés.
_ Ya vas a ver, respondió Frank eufórico…
ustedes tienen que entender, esto es
¡excelente! -¡dale Súper Pibe!, ¡dale!; cual
sorpresa, al terminar el empalagoso combate,
“Súper Pibe” perdió la pelea… mi hermano
estaba indignado con este resultado, ni
siquiera la insistencia mía por calmar su
amargura lograba reanimarle.
Después de almorzar, Frank todavía un poco
enojado nos insinúo a Pepa y a mí que
juguemos a la consabida lucha, agregando:
_ Yo seré por esta única ocasión “La Máscara
Sangrienta”…
_ ¿Y yo quién soy?, pregunté asustada.
192
_ Tú puedes ser lo que quieras….
Al terminar el juego, Frank salió feliz y algo
misterioso. Yo trataba de contener las
lágrimas durante el combate por las
innumerables patadas voladoras y por la serie
de llaves personales que me impuso; de
hecho claro está, todo era muy serio… fue así
como “Súper Pibe” y “La Máscara Sangrienta”
entraron a formar parte de mi vida…
Poco a poco fui perdiendo el miedo de
afrontar con decisión la lucha libre y con el
tiempo me convertí en “una experta”,
venciéndoles en más de una ocasión a mis
fervientes contendores…
193
LOS BANDIDOS
Bandoleros:
Pepa, Ida María y yo, jugábamos en mí cuarto
a las cocineras. Los fines de semana eran lo
peor del mundo sin papi. Los paseos se
habían convertido en un recuerdo lejano.
194
Nos quedábamos en la casa observando con
desanimo el paso de las horas en el reloj. Lo
único que nos entretenía era oír música, hasta
el cansancio. De repente quien se apiadó de
nosotros fue la tía Lesbia, hermana de mi
madre. Cuando éramos más chicos ella nos
llevaba a pasear, inventaba variadas
diversiones y las tardes se tornaban más
cortas. Nuestro pasatiempo preferido era jugar
a “los bandidos”, Frank hacia de ladrón
bueno, salvando a los pobres de la injusticia
de los ricos, era nuestro héroe, mi tía Lesbia
fungía el ardid de hombre malo, escondiendo
su pelo dentro de una gorra y pintándose un
tremendo bigote con colorete, Pepa, Ida
María y yo, éramos las princesitas
prisioneras. Mi tía nos colocaba unas coronas
de flores, pero Frank venia a salvarnos de las
garras “del malvado”… por lo general
jugábamos en el bosque frutícola de nuestra
hacienda. Con mi hermano Frank
195
preparábamos innumerables trampas, lo que
convertía a la jarana en algo fascinante…
nunca se sabia quién iba a ganar, porque si
acaso mi tía lograba agarrarnos, la guerra
estaba perdida. El retorno a la casa lo
hacíamos saltando y corriendo entre risas y
gritos…
196
MISS GLORIA
Gimnasia:
Mis hermanos: Difilo, René y Frank se
burlaban de mis dudas y temores, solían
llamarme en esa época ¡LA MIEDOSA!
Ellos decían que moriré con esa mirada de
pánico. Hubo momentos en los que luché muy
197
fuerte contra estos sentimientos, pero con el
pasar del tiempo me resigné a vivir con la
angustia y soledad que fueron mis fieles
compañeras… ¡cómo aparecieron!, es difícil
encontrar los motivos, se presentaron cuando
muy pequeña, la primera vez, apenas había
cumplido tres años, lo recuerdo vagamente.
Mi madre me contó, que cierto día cuando
caminábamos por los potreros de la hacienda,
de repente oyó un ruido anormal, luego
observó horrorizada, a un enorme toro negro
que venía en nuestra dirección; mami
manifestó que me había cogido de la mano
muy asustada corriendo a toda velocidad, ella
disque me gritaba ¡corre hijita!, ¡corre!,
mientras yo volaba por los aires, y el toro nos
perseguía como si quisiera alcanzarnos. Este
recuerdo lejano seguramente está ligado a mí
subconsciente. Más adelante, estas
debilidades afloraron cuando tenía seis años,
al mirar el rostro envejecido de la señorita
198
Gloria Cedeño, profesora de gimnasia del
segundo grado.
_ “Uno, dos, tres, guarden distancia, mocosas
de un cuerno”, gritaba al compás de una
pandereta. Se presentaba en el patio con
unos pantalones color arco iris. Era flaca, de
pelo largo como escoba, y la nariz grande
como bruja, que a mí personalmente me
causaba terror.
Los días que había gimnasia todas
concurríamos con zapatos de lona, caso
contrario había serios problemas. Para mí los
horarios y fechas en que constaba educación
física, se convertían en verdaderos tormentos.
Cierto día la señorita Gloria decidió que
hiciéramos ejercicios de sapito, saltando una
y otra vez en cuclillas. Yo no podía hacerlo
bien y me caía… esto no pasó desapercibido
199
por la maestra Gloria, quien acercándose
hacia mí, gritó:
_ ¡Levántate!, pareces escaldada, -¡vamos de
nuevo ¡uno, dos, uno, dos!, yo trataba de
hacer correctamente las pruebas, pero, otra
vez me caía, -¡inútil!, repite de nuevo y si
vuelves hacer trampa, te doy con la pandereta
en la cabeza, y, así lo hizo… -¡que creen
ustedes que soy ciega, exclamó! Confundida
me levanté y sin aguantar más, me puse a
llorar… en eso sonó la campana de salida y
me libré de soportar más esta afrenta.
Al llegar a la casa, di un beso a mi madre y
me encerré en mi cuarto, llorando en silencio.
Por la noche no podía dormir, daba vueltas en
la cama, sentía miedo, pero, después de
pensar largo rato, registre una “excelente
idea”… le diré a la señorita que tengo gripe, y
que me diera permiso para no concurrir a
clase de gimnasia.
200
Al abordar este caso a Mis. Gloria, como era
de suponerse, al principio dudó, pero
finalmente aceptó, fue más fácil de lo que
había imaginado, sugiriendome por supuesto,
que antes de salir de la escuela me abrigara
bien. Aquello se convirtió en hábito.
Durante varias semanas, todo marcho de
película, pero cierto día algo falló, fue
justamente cuando divisé a la señorita Gloria
que salía apurada, y no alcancé a pedirle
permiso. Después de pocos instantes observé
aterrada que la puerta se abría y por ella
ingresaba nuevamente la mencionada
profesora, le miré asustada y salí corriendo
como un rayo, refugiándome en el baño, con
el corazón agitado. Tomé asiento en un
pequeño banco de madera y respiré profundo
varias veces; pasaron unos minutos y el
silencio copaba todo mi ser irradiando paz…
me puse a mirar el paisaje, imaginando que
201
estaba como ¡Alicia en el país de las
maravillas! Mi concentración era tal que no
escuche ningún ruido; de pronto alguien me
abrazó por detrás, ¡Oh sorpresa!, la persona
que estaba junto a mí era nada menos que la
terrible señorita Gloria, quien observó molesta
este dislate:
_ “Sinceramente, no creo que todos los
viernes usted tenga gripe”, -vuelva de
inmediato a clases… no supe que responder,
bajé la cabeza y me quedé callada, -bien
pues, la próxima vez vigilaré que todo fluya en
perfecto orden, ¿qué te parece?
_ Le conteste que ¡sí!
Luego ella se fue y yo me quedé inquieta. Más
tarde llegué a la casa llorando e imploré a
mami que no me obligara volver a las clases
de gimnasia, que mejor busque una excusa, y
202
si fuera posible me ponga unos fierros en las
piernas.
_ ¡Eso no puedo hacer porque tú estás sana!,
y con estas cosas no se juega, deberías
agradecer al cielo por gozar de buena salud, y
en fin, demos por terminada esta engorrosa
discusión.
203
FANTASÍA DESVANECIDA
Desengaño: Tenía ocho años
Una fría mañana de navidad estuve despierta
desde muy temprano, no hacía otra cosa que
hablar en silencio, con mis ojos y mentalidad
soñadora pensando en los regalos que
204
recibiría, ante el fastidio de mis hermanos
mayores. De pronto Frank con mirada burlona
se puso a repetir una y otra vez:
_ “No es el Niño Dios el que envía los
regalos”, son los padres de familia quienes
compran los obsequios… yo no quería
creerle… está vez seguramente Frank estaba
equivocado. ¡Para que entonces nos damos el
trabajo de escribir cartas al niño Jesús!, y ¿por
qué mamá arregla el nacimiento?...
Mi madre me había explicado que si nos
portábamos bien, Papá Noel vendría con su
carruaje de venados caminando poco a poco
por la noche desde el polo norte, y que en el
mes de diciembre llegaba donde el Niño Jesús
recién nacido, para entregar las cartas con
nuestros encargos… claro, todo esto formaba
parte de la magia infantil…
205
Mami decía también que, el día de navidad se
complacen todos los caprichos, siempre y
cuando estemos en gracia de Dios.
Pepa, Ida María y yo, apenas sonaba la
puerta espiábamos por la ventana para ver
quien era, luego salíamos en carrera a repartir
caramelos a la gente humilde.
Mientras se rezaba la novena, abríamos los
regalos que estaban ubicados alrededor del
arbolito, los mayores tomaban una copa de
vino hasta la hora de la misa del gallo;
terminada esta ceremonia religiosa
retornábamos a la casa para cenar. Frank por
su parte insistía reiteradamente:
_ “No es el niño Dios quien envía los
regalos”…aunque yo prefería hacerme la
desentendida.
Con mi prima Marlene Álvarez habíamos
pactado bajo juramento no guardar secreto
206
alguno, por lo tanto, ella tenía que enterarse
de esta situación… yo no quería que mi amiga
“continuara haciendo el papel de tonta”,
ilusionándose con una magia inexistente…
Era muy avanzada la noche y todos se
retiraban a descansar. Cuando sentí que
mami cerraba la puerta de mi habitación,
pensé, que había llegado el momento de
revelar toda la verdad a Marlene, que dormía
en una alcoba aledaña.
_ “Tengo que confesarte algo muy
importante”, pero, -¿promete no divulgar a
nadie este secreto?
_ ¿Qué pasa?, contestó, poniendo cara de
asombro.
_ “No ha sido el Niño Dios quien nos envía
los regalos en navidad”, son nuestros padres
los que adquieren los presentes… Frank ya
me había explicado anteriormente pero no
207
quise creerle, hasta ahora en que Difilo me
entregó una palomita llamada “Filomena”,
luego mami me arranchó para ponerla en una
jaula, toda vez que ella no acepta animales al
interior de la casa. Si de verdad fuera el Niño
Dios quien envió este obsequio, mamá no se
hubiera atrevido a quitarme, -¿no te parece?,
Marlene se quedó con la boca abierta y no
dejaba de mirarme con los ojos dilatados,
pues, no lográbamos entender que ganaban
los mayores con tantas mentiras… Marlene
hizo un gesto displicente y por un instante
temí que corriera a contar a mi tía Teolinda,
así que empecé a hablar sin parar, tratando
de tranquilizarla para que no fuera con el
chisme; ¡ella no respondía nada!, me
observaba de soslayo incrédula, y yo seguía
hablando, ¡bla, bla, bla!, hasta que el sueño
nos venció, cayendo en un silencio profundo.
208
Al día siguiente, sin soportar más está
incertidumbre me acerqué donde mi madre
intrigada:
_ “Ya sé que no es el Niño Dios quien envía
los regalos”… ¡mi madre me miró
sorprendida!, y respondió:
_ ¡Qué pena hijita, qué pena!, yo creí en todo
esto hasta los quince años y me pareció lindo
tener esa fantasía, tú eres una niña aún y ya
quieres enfrentarte a las realidades de la vida,
me duele ver esa desesperación que sientes
por saber cosas que todavía no te
corresponde… “esto fue como si hubiera
recibido una bofetada”, empezando a
balbucear.
_ Mami dígame que es mentira, que “Papá
Noel”, mensajero de Jesús si existe, y que fue
simplemente una broma pesada. ¡Por favor!,
declare, ¿Qué fue Difilo quien compró a
209
Filomena solo por molestarme, y por eso me
la quitaste?, pero que, el resto de regalos si
me lo trajo Papá Noel…
_ ¡Ya basta de tonterías!, contestó,
mandándome a mi cuarto castigada; esto lo
comenté a Marlene, cuando terminé de
informarle, escuchamos unos golpecitos en la
puerta, luego abrieron de golpe.
_ ¡Lo oí todo!, nos dijo mi hermano Frank con
sonrisa maliciosa. Ya te dije Letty, que no es
el Niño Dios quien envía los regalos, de lo
contrario, no te hubiese quitado mamá la
palomita… “ahora ya no le contradigo”, “se
que está en lo cierto”… será por eso que los
niños pobres en ese día reciben las migajas
que les obsequian los ricos, medité muy
apenada…
210
EL CALLEJÓN DEL DIABLO
Don Manuel:
Hace algunos años, existía un camino que
bordeaba la propiedad de Don Manuel Moreira
en la ciudad de Chone. Este callejón funesto y
solitario solo era utilizado cuando querían
211
acortar distancias; por ahí transitaban pocas
personas, los moradores del sector decían
que en aquel lugar a las doce de la noche se
escuchaba arrastrar pesadas cadenas y los
perros no dejaban de ladrar. Por su puesto,
quienes salían al obscurecer a realizar
determinadas actividades personales,
rumoraban que vieron al diablo en un carruaje
brillante repleto de “cadenas y grillos”,
haciendo rechinar las ruedas; manifestaban
también, que a los “borrachos y pecadores”
embarcaban en ese vehículo de la muerte
para llevarlos a los quintos infiernos...
Don Manuel Moreira acostumbraba salir por
las noches, regresando al amanecer.
Cierta ocasión al pasar por ese lugar rumbo a
su casa, escuchó un ruido espantoso detrás
de una piedra, al principio no había dado
importancia al asunto, pero describió que su
cuerpo comenzó a espeluznarse, al presentir
212
que algo maligno trataba de apoderarse de su
persona… manifestando además que quiso
caminar más aprisa, pero en lugar de avanzar
se quedó paralizado por el miedo; cuando
salió de este trance corrió desesperadamente
a su estancia para contar a su familia lo que
había sucedido, “jurando” desde luego que
nunca más volvería a pasar por aquel espacio
fatal y maldito... quienes narraban esta
leyenda, pusieron a este lugar el nombre de
“El callejón del diablo”…
213
DE VUELTA A CASA
Regreso:
Los días transcurrían monótonos.
Determinada mañana mi madre anunció el
regreso de mis hermanos luego de finalizar el
año escolar en Portoviejo, ¡tan pronto!, pensé,
214
el tiempo había volado sin que sintiera su
paso.
Se organizó un agasajo de bienvenida…
sintiendome feliz al verlos llegar con una
maleta llena de regalos que había mandado la
tía Mercedes, hermana de mi padre. Pasamos
varios días escuchandoles hablar del colegio.
Las hojas del calendario cayeron y pronto
llegó la hora de retomar sus estudios,
entonces comprendí que tenía que
despedirme otra vez… la tristeza invadió mi
espíritu, al no entender claramente la razón de
esta ausencia... me quedé mirando con
lágrimas en los ojos, mientras poco a poco se
alejaban... tendría que esperar mucho tiempo
hasta que ellos pudieran volver de la ciudad
de los “reales tamarindos” y tener el alegrón
de un nuevo reencuentro. Esa noche no pude
dormir, la emoción era demasiado fuerte,
trataba de cerrar los ojos para conciliar el
215
sueño, pero era imposible, la noche fue larga
y llena de sobresaltos…
DESCUIDO
La flor:
Fue un martes por la mañana cuando se subió
el corazón a la garganta, porque faltaba una
216
hora para ir a clases y mi tarea no estaba
concluida. Con los ojos llenos de lágrimas
miré como aquella flor tinturada de azul,
seguía blanca como el algodón mientras lo
extraia del vaso.
Sea como fuere, estaba segura de que no
solo me sacaría un cero redondo en Ciencias
Naturales, sino que Sor Elsa, me recordará
que pronto iré a la secundaria y ahí los
profesores no perdonan un solo error. Sin
duda, me llamará descuidada delante de mis
compañeras y eso sería humillante para mí;
sin embargo, este fracaso no era del todo
culpa mía, puesto que, seguí al pie de la letra
sus indicaciones: ¡comprar una flor blanca!,
verter el polvo azul en un vaso lleno de agua,
sumergir el tallo en la pócima y esperar que la
flor absorbiera su contenido. Yo cumplí todo
cuanto explicó Sor Elsa, ella dijo que, ¡un día
sería suficiente para que los resultados fueran
217
positivos!, de hecho este trabajo lo realicé
desde el domingo, habiendo transcurrido un
lapso de dos días, tiempo suficiente para que
surtiera efecto. Cuando llegué a la escuela, se
me iban las lágrimas, porque en mi conciencia
taladraba una supuesta irresponsabilidad… ya
en el aula, la religiosa entrecerrando los ojos
tomó la flor y la introdujo en el vaso varias
veces…
_ ¡Veamos!, susurró, mirando a la planta de
arriba para abajo… mientras yo escuchaba el
eco de mis latidos retumbar en el pecho; de
pronto sus ojos brillaron al clavar su mirada en
la raíz de la flor que seguramente estaba
muerta, luego, levantando la vista me dijo:
¿Por qué no elegiste una flor más bonita?...
procediendo luego a entregarme… la
aprisione con las manos y caminé en dirección
a mi puesto con los hombros encogidos. Poco
después observé detenidamente el trabajo,
218
jurando una y otra vez: “nunca más dejaré mis
tareas para última hora”…
219
LA BAILARINA
Cine:
Tenía once años, estaba creciendo casi sin
darme cuenta, y muchas cosas que antes no
me interesaban de la noche a la mañana
220
fueron ocupando un puesto importante en mi
vida.
Era un domingo por la tarde cuando mami
decidió llevarnos al cine a Pepita, Ida María y
a mí, poniéndonos de inmediato a gritar
emocionadas. La película que iban a pasar se
llamaba “La Bailarina”.
Es la historia de una niña que anhelaba ser
bailarina, una chica muy pobre que recorría
los pueblos acompañada de su madre sin un
centavo en la cartera, tratando de abrirse
camino al andar, soportando todo tipo de
burlas, sin embargo seguía adelante porque lo
único que le interesaba era el tablado. Tenía
su ropa ajada, la misma que se ponía
siempre. Pasaba frio en invierno, pero no se
quejaba, hasta que cierto día tuvo la
oportunidad de hacer una presentación en el
teatro, donde bailó como nunca, todo el
mundo la aplaudió y desde aquel momento se
221
hizo famosa. Luego se enamoró y
posteriormente se caso con un joven muy
apuesto.
Cuando terminó la película yo estaba
trastornada, no quería hablar con nadie; ¡qué
suerte tuvo la chica!, pues, quería en forma
vehemente ser como ella.
Lo primero que hice cuando llegué a la casa
fue buscar el periódico del día para mirar en la
cartelera la foto de la bailarina… no sabía que
hacer por llevarme esa página a mi cuarto sin
que notará mi hermana Pepa, ya que iría con
el chisme donde Frank y éste al enterarse
seguro se burlaría de mí, lo cual no podría
soportar… por suerte no había nadie en la
sala, de pronto sentí una profunda tristeza y
sin poder explicar el motivo quería volver a ver
esta película. Pensaba que sería capaz de
observar ese largometraje cien veces sin
aburrirme. Acostada en la cama daba mil
222
vueltas, pensando en la vida de aquella
muchacha, hasta que finalmente me dormí,
soñando que yo también era una gran
baletista.
Me desperté muy temprano, todavía no se
levantaba nadie, corrí a buscar nuevamente
el periódico; una vez que lo tuve en mis
manos procedí a encerrarme en mi cuarto,
abrí la página pertinente, sintiendome en el
cielo, estuve observando la foto un buen rato,
después la recorté con cuidado y lo guardé;
así podría verla cuantas veces quisiera. Ese
día permanecí melancólica y fueron varias
ocasiones en las que no dejé de pensar en
aquella ilusión. En mi mente nació una idea
que con el pasar del tiempo fué
fortaleciendose, algún sentimiento interior me
decía que podría ingresar a la farándula, y así
dejar de ser una simple espectadora… soñaba
con formar parte de ese mundo fantástico del
223
celuloide. Pocas semanas después comenzó
a madurar esta idea loca en mi cabeza.
Sor Elsa, profesora del sexto grado en alguna
oportunidad nos pidió que escribiésemos una
redacción sobre lo que aspirábamos ser
cuando grandes. Por supuesto que lo que más
anhelaba en mi vida solo sabían pocas
personas, y no quería tampoco que todo el
mundo advirtiera esta situación.
Mi amiga Marlene también había decidido
hacerse lo mismo que yo, es decir, actriz…
cuando anuncie por primera vez lo que estaba
pensando para mi azul futuro, a ella le pareció
esplendoroso. Intuíamos que una artista debe
bailar muy bien, aunque eso seguramente no
importará mucho, decía Marlene.
En los recreos jugábamos a las artistas, pues,
yo le había contado sobre una película de Pili
y Mili en la que actuaban unas mellizas
224
simpáticas, a las cuales tratábamos de
imitarlas.
Hablé con mami al respecto, le pedí que
cuando cumpliera doce años me mande a
estudiar en Rusia… ella decía que para ser
actriz había que estar dispuesta a muchos
sacrificios, pero esto a mí no me importaba.
Por eso cuando Sor Elsa nos pidió que
escribiéramos una redacción a domicilio,
inicialmente sentí miedo, y pensé indicar otra
profesión.
_ ¿Vas a escribir toda la verdad?, pregunté en
el recreo a Marlene, ella algo nerviosa replico:
_ ¡Pero claro!, -¿tú no?
_ Mmm, me quede callada y baje la mirada,
no deseaba que mis compañeras conozcan mi
real ambición…
225
_ Yo si voy a escribir la verdad, dijo Marlene,
hasta me gustaría actuar como “Angélica
María”…
A mí me encantaban Elizabeth Taylor y Sofía
Loren, en algunos de mis cajones tenía
guardados algunas crónicas que salían en los
periódicos y revistas que Augusto compraba.
De regreso a casa solo pensaba en estos
“paradigmas”, deseaba febrilmente ser una
“estrella”; cuando llegué, me encerré en el
cuarto para mirar mis fotos favoritas; así pase
toda la tarde, hasta que finalmente decidí
escribir mi ideal sublimizado sin mentiras ni
falsedades… abrí el cuaderno de redacción y
empecé así: cuando sea grande quiero ser
actriz, escribí algunas páginas explicando que
pensaba viajar a “Rusia” cuando cumpliera
doce años para aprender actuación, comenté
además que deseaba estudiar muchos
idiomas, para trabajar en diferentes países, en
226
fin, que aspiraba ser famosa y salir en los
principales noticieros.
Escribí hasta el cansancio, cuando terminé
estaba feliz. Entregamos los trabajos el lunes
siguiente. Pocos días después Sor Elsa llegó
con un montón de cuadernos, fue cuando
sentí un nudo en la garganta…
_ ¡Bueno, dijo Sor Elsa!, -tengo que
comunicarles que ha sido muy interesante leer
las redacciones, por esta razón me he
demorado algo más de la cuenta; cada trabajo
he revisado con suma atención… voy a leer
en voz alta algunas de las redacciones: éste
es el cuaderno de Mireya Andrade, veamos
qué es lo que quiere Mireya cuando sea
grande, dijo sonriendo… yo trataba de
imaginar lo que escribiría Irene, porque ella
anhelaba ser “Religiosa”. En su redacción
explicó que por esta razón le gusta justamente
el colegio “Marianitas”, puesto que sus
227
enseñanzas le servirían en su apostolado
futuro. Sor Elsa le felicitó por aquel trabajo, y
luego tenía listo otro cuaderno en la mano…
“A mí me gustan las películas, por eso cuando
sea grande quiero ser actriz”; así comenzaba
la redacción de Marlene, decía que quería ser
como “Angélica María”… al escuchar esta
frase, todo el grado estalló en tremenda
carcajada. Sor Elsa terminó de leer la
redacción y con una sonrisa que no supe
descifrar su significado, comentó: - ¡es muy
interesante!, e inmediatamente pasó a leer
otra redacción; leyó varias, había algunas
chicas que deseaban ser abogadas, otras
amas de casa, profesoras, médicas, etc.
Faltaban cinco minutos para que suene la
campana; aliviada pensé que me había
salvado, pero no fue así, el último cuaderno
que tomó fue el mío, “cuando sea grande
quiero ser artista”, así iniciaba mi narración; -
228
¡otra más!, estas muchachas no pueden
separarse para nada…
“Parecen siamesas”, oía que comentaban.
Yo incline la cabeza y no lo levanté hasta que
terminó la lectura; sentía la mirada sarcástica
de las compañeras sobre mí persona…
_ ¡Letty!, substanció Sor Elsa, cuando terminó
de leer mi redacción: tú y Marlene han
escogido una profesión diferente a las otras
compañeras, espero que sea verdad y no una
simple ilusión, y, con estas sencillas palabras
nos fuimos a la casa. Salimos las dos
caminando de prisa, mientras escuchábamos
comentarios irónicos y mal intencionados.
Al día siguiente asistimos a clases muy
tranquilas, sorpresivamente se acercó Irene
con cara de pocas amigas, seguida de un
grupito que lo secundaba.
229
_ ¿De verdad quieren ser actrices?, preguntó
desafiante.
_ ¡Sí!, contestó Marlene sonrojada.
_ ¡Mi mamá dice que las actrices son mujeres
malas!, -que se divorcian todo el tiempo,
sentenció Irene.
_ ¡Pero yo no me voy a casar!, replicó
Marlene; sin entender desde luego que tenía
que ver lo uno con lo otro…
_ ¡Mentirosas!, gritó Bacha, -seguro que se
casarán y después se divorciarán…
_ Si acaso ustedes no saben, les diré que
esto es pecado, dijo la gorda inflada de
Lorena; -además, las actrices se dan besos en
la boca con desconocidos y mi mamá dice que
eso es un pecado mortal.
_ Eso no es pecado contestó Marlene furiosa.
230
_ Mami me explico que ser actriz o
comediante es un arte, “balbuceé”, -en fin,
ustedes no son más que unas envidiosas y les
saqué la lengua… hubo un silencio en el aula,
hasta que Irene abrió nuevamente la boca
para herirnos:
_ Les voy a dar la ley del hielo aquellas que
quieren hacerse las muy importantes, y acto
seguido se fue, seguida de sus fieles
amigotas. En el recreo volvieron a preguntar
detalles acerca de esta profesión, y, como
vieron que seguíamos firmes con nuestra
decisión, furiosas se alejaron sin mentar una
sola palabra. Nos ignoraron completamente
varios días, solo nos dirigían la palabra para
insultar cada vez que podían.
_ ¡Mentirosas¡ ¡pecadoras!, todas las artistas
son unas infames dijo otra.
231
Con el tiempo me fui acostumbrando a la
soledad, quizás sería por eso que mami se
refirió a los sacrificios que había que
soportar… bien pues, si para ser intérpretes
de las grandes comedias del séptimo arte,
había que sufrir estas afrentas, nosotras
estábamos dispuestas a continuar este
propósito, aunque interiormente sentíamos el
dolor y la angustia ante tanta injusticia e
indiferencia.
232
LA ÚLTIMA PRUEBA
Llegó finalmente el examen oral con el cual
concluía el año escolar, los padres de familia
se encontraban presentes en las aulas. 233
Cuando terminamos la prueba, regresé por
última vez al salón de enseñanza, me senté
junto a mi amiga Marlene, pensando en que
quizás son las últimas horas que estemos
reunidas; aún no le había comunicado que me
iba a vivir con mi familia en el Guayas, sin
embargo era preciso decírselo:
_ ¡Marlene! este año mi madre y mis
hermanos se van a Guayaquil…
_ ¿Tú también?
_ ¡Sí!... pronuncié dubitativa
_ ¿Entonces ya no seguiremos juntas?
_ ¡No!... se quedó callada unos instantes y de
pronto con lágrimas en los ojos preguntó:
_ ¿Te acordarás de mí y de tus compañeras
del sexto grado?
_ ¡Sí!... de todas, pero de ti mucho más… le
respondí llorando; ella me observó fijamente 234
con una mirada lacerante, pero no dijo nada;
en ese momento entro Sor Elsa, en sus
manos traía un listado de idoneidad y egreso
escolar, el mismo que empezó a leer: Irene
Andrade, Gloria Arteaga, Marlene Cedeño y
así sucesivamente; hasta que terminó, luego
se levantó y expresó:
_ Esta es la última vez que nos vemos,
hemos permanecido juntas varios años y
ahora lamento separarme de ustedes queridas
alumnas; el año que viene ya no estarán
conmigo, pero vivirán siempre en mi corazón,
¡hasta pronto! De inmediato se aproximó a
nosotras y yo por mi parte también me
acerque hacia ella y le di un beso de
despedida.
_ ¡Gracias por todo Sor Elsa!, manifesté
emocionada, usted también acuérdese de
nosotras… instantes después abandoné el
aula con tristeza. Todo era un murmullo de
235
adioses. Estreché entre mis brazos a las
compañeras más queridas, mientras las
demás hacían lo mismo. Marlene fue la última
de quién me despedí, tuve que aplacar el
sollozo cuando la abrasé, jurando que sería su
amiga eternamente… acto seguido corrí a la
puerta de salida donde esperaba mi madre.
En mi interior habían sentimientos
encontrados y con voz entrecortada musité:
adiós escuelita querida, mirando por última
vez a las maestras y aquel edificio adorado
que posiblemente no volvería a verlos…
¡adiós dije de nuevo!, conteniendo el llanto
ahogado, y, no pude decir nada más…
¡Claro!, de vez en cuando, alguien toca
nuestras vidas, dejándonos momentos
pintados de colores que viven para siempre en
nuestros corazones!
Atrás quedaron mis amigas de la infancia y
con ellas se alejaron mis alegrías y sueños…
236
POEMA
“ADIOS A LA ESCUELA” (Anónimo)
Ha llegado el momento de dejarte,
nuestra labor del sexto grado está cumplida,
somos el escuadrón blanco que parte
con la amargura de la despedida.
237
Patio con sol, que nunca olvidaremos
aula, donde aprendimos tantas cosas,
pedacito de cielo, que aún te vemos,
por la ventana abierta entre las casas.
Queda entre tus paredes nuestra infancia.
los grandes goces y quebrantos,
la amistad, esa flor de tolerancia
y las maestras que quisimos tanto.
Adiós escuelita, con el alma henchida
de gratitud, la caravana parte,
nuestro blanco escuadrón será en la vida,
más de un alto, tal vez, para adorarte…
238
PRIMER VIAJE EN AVIÓN
Quito:
Las vacaciones estaban por terminar y en
poco tiempo cumpliría doce años. Me gustaba
239
en aquel entonces acostarme en el cuarto de
mi madre, para construir castillos de naipes,
mientras los mayores conversaban sus
problemas diarios. Ida María siempre me
acompañó en estos pasatiempos, con ella
permanecía horas de horas edificando casitas,
las mismas que siempre terminaban
derrumbándose por más empeño que ponía.
Cierta tarde mami y mis hermanos se
encerraron sorpresivamente en la sala y no
había forma que nos hicieran entrar. Mi madre
explicó después que habían decidido
mandarme a estudiar en Quito, yo me quedé
callada, aunque siempre me agradó la idea de
todo cuanto significa viajar…
Guardaba como el más grande tesoro un
álbum con recortes de revistas, donde
posaban unas señoras elegantísimas
subiéndose a los aviones y pasarelas
portando maletines de lujo… yo también tenía
240
una maletita pequeña que me había regalado
mi madre tiempos atrás…
Los días transcurrían lentos, y en mi
subconsciente tenía miedo alejarme del
hogar…
Por fin llegó la fecha prevista, me resulta
imposible descifrar la felicidad que sentí ese
momento, era como si estuviera a punto de
emprender un viaje al cielo.
En cuanto amaneció y sin aguantar un minuto
más en la cama, me levanté presurosa y
estuve lista en menos de lo que canta un
gallo.
Ignorando cómo matar las pocas horas
faltantes, daba vueltas por la casa. Creía a
ratos que las manillas del reloj se habían
detenido para siempre, pero el momento
menos pensado salimos en dirección al
aeropuerto; nunca podré olvidar ese trayecto,
241
parecía que el auto volaba, estaba en otro
mundo, por fin se cumplían mis sueños… era
la primera vez que me iba a embarcar en un
avión, sentía alguna ansiedad, pero al mismo
tiempo mi corazón se agitaba de alegría.
Quería demostrar al mundo que podía
bastarme por mi misma...
Mientras esperaba en el aeropuerto, los
nervios me consumían al ver que el avión no
llegaba. Al despedirme de mami, lo hice triste
y resignada, tenía deseos de llorar, no sé
cómo contuve las lágrimas.
_ Nos veremos en pocos meses, me dijo…
ahora estaba asustada sin su respaldo,
aquello ya no producía sensaciones
agradables y todo esto de alguna manera
aumentaba mi soledad, que se reflejó en
forma patética el instante de abordar el avión.
Estaba realmente aterrada… los adioses y
despedidas fueron un quebranto para mí…
242
Durante el viaje, René y mí cuñada Nidia
conversaban conmigo, sin ponerles mayor
atención: ¡bla!, ¡bla!, ¡bla!
Yo manifestaba que las nubes parecían
colchones de algodón, y que el avión “no se
movía”, ellos festejaban esta ocurrencia.
Estaba inquieta observando el cielo, fijando la
mirada para no perder detalle alguno; luego
atisbé tierra, las casas se veían tan pequeñas
como para jugar con mis muñecas... sentía
paralizarse el corazón cuando el avión
descendía, de pronto mire el asfalto y noté su
dureza al rebotar sobre el pavimento. Al
ingresar al terminal, el viaje finalizó, y con ello
se esfumaron mis sueños…
Cuando llegamos al domicilio de Gladys, ella
había preparado un almuerzo de bienvenida.
Me sentía tan aturdida como si despertara de
un letargo. La ilusión que había invadido todo
mi ser momentos atrás, poco a poco se fue
243
desvaneciendo, y comencé a sentirme
fastidiada. Mi ñaña cada cinco minutos
preguntaba como quedaron mami y mis
demás hermanos…
La comida fue un martirio con tanto
interrogatorio… pronto llegaron las sombras
de la noche y con ellas la hora del descanso
luego de una larga y agotadora jornada.
Momentos después Gladys me condujo a mi
recamara, donde dormiría sola, cuando
escuche que la puerta cerró, no pude
aguantar más y abrazando fuerte a la
almohada, eché a llorar desconsoladamente.
Me veía acongojada sin el amparo y
protección de mi madre…
244
INGRESO AL COLEGIO
“LA PROVIDENCIA” QUITO
Los mismos miedos, las mismas angustias…
parecía una niña que va a un instituto por
primera vez, “estaba atemorizada”. Igual
sensación lo tuve cuando ingrese al primer
245
grado de escuela… se repiten las escenas, se
reviven momentos pasados y vuelvo advertir
la misma ansiedad… luego recapacité: hoy
ingresaré al primer curso de colegio y debo
demostrar valor… Miré al espejo y observé el
mismo rostro, el mismo cabello y la piel fresca
de adolescente. Estaba inmersa en estos
pensamientos, cuando alguien susurro:
_ ¡Letty!, tenemos que irnos, era mi hermana
Gladys; al instante nos subimos al auto y nos
dirigimos al colegio. ¡Supongo que debe ser
algo bueno!, intuía, aunque esta idea no
restaba el malestar que experimentaba dentro
de mí…
Al llegar al colegio miré desconcertada su
espacio, era inmenso, igual sus corredores y
canchas; finalmente llegamos al patio donde
había que formar… poco después cantamos
el Himno Nacional, y, mi hermana Gladys se
alejó diciendo:
246
_ Nos vemos más tarde en la casa.
Entré a clase, asegurando bien la tarjeta que
Gladys me colocó en el pecho, en ella estaba
escrito mi nombre, dirección y número del bus
de recorrido…
Llegó la hora del recreo y me sentí otra vez
vacía; de vuelta al aula, estuve con más
aplomo, pues, las paredes circundantes eran
un refugió para mí; en eso sonó la campana
anunciando la salida del colegio.
Tenía miedo de subir a un vehículo
equivocado y no reconocer quizás la parada,
cuando tocase bajar…
_ ¿En qué bus viajas tú?, me preguntó Sor
Ana.
_ ¡En el número doce!, contesté.
_ ¿Quiénes van en el doce?, consultó
247
_ ¡Yo!, respondió una niña de rostro
agradable.
_ ¡Te vas con ella!, conminó.
La chica se llamaba Luz María. Momentos
después nos dirigimos a los vehículos
estacionados alrededor de una cancha
deportiva; me senté junto a mi novel amiga y
conversamos un poco:
_ Mi mamá es de origen chileno. -¡Y la tuya!,
preguntó.
_ La mía es ecuatoriana, aseveré.
En el trayecto miraba atentamente las calles a
través de la ventana para no pasarme del
lugar previsto... el bus se demoró bastante,
pero finalmente llegué… ahí estaba mi
hermana Gladys esperando. Me sentí más
tranquila al bajar, conmigo lo hizo también Luz
María, quien al despedirse, sugirio:
248
_ Nos vemos en la tarde... cerré los ojos y
respire profundo; ¡que agradable es
encontrarse segura!; “odio las incertidumbres
e incógnitas”… a veces me cuestiono, de
donde viene tanta angustia y porqué el miedo
extremado, sus respuestas lo ignoro...
249
UNA PARLANCHINA
INCORREGIBLE
Castigo:
Las alumnas temblaban esperando el
veredicto del Consejo de Profesores, todas
250
hacían conjeturas sobre quienes superarían el
año.
Yamilé y yo éramos compañeras de banca, y,
nos divertíamos en grande con Betty y Bertha
ubicadas detrás nuestro, puesto que ellas se
pasaban apostando todo el tiempo cuales son
las que perderían el año. Ni las suplicas ni mi
cólera lograba hacerlas guardar silencio. En
mi opinión, por lo menos la cuarta parte del
curso debieron ser reprobadas… yo también
tenía miedo no salir del paso, al sentirme débil
en matemáticas; en fin, no quedaba más
remedio que esperar.
El señor Franco, profesor de esta asignatura
durante algún tiempo estuvo molesto conmigo,
porque “platicaba demasiado en clases.”, En
cierta ocasión me mandó a redactar una
composición denominada, “una Colegiala
Parlanchina”… luego me puse a meditar como
desarrollar esta premisa…
251
_ ¡Mmm!, ya lo pensaré tranquilamente
después, me dije. Por la tarde una vez
terminadas las tareas impuestas, la mirada
tropezó con el título que anoté en el
cuaderno, elucubrando preocupada sobre este
silogismo; bien pues, escribiré cualquier
tontería pero con letra grande y separando
bien las palabras, será suficiente… de pronto
tuve una “brillante idea” con la que podría
llenar al menos dos páginas, argumentando
más o menos así: “la charla es característica
femenina”, sin embargo me esforzaré en
controlarla, aunque nunca podré lograrlo del
todo, pues, hasta mi propia madre habla tanto
como yo… además, ¡cómo tratar de
corregirme!, si esto es hereditario… el señor
Franco se puso a reír mientras leía la
secuencia del tema, y no tuvo queja de mí
durante dos clases; a la tercera oportunidad
parece que sobrepasé en mis eternos
coloquios, amonestando:
252
_ ¡Letty! otro castigo te voy a imponer por
hablar demasiado en el aula… -ahora tienes
como deber, la composición: “una parlanchina
incorregible”… estas palabras produjeron una
carcajada general. Volví a salir del paso, con
otro guión ingenioso. A partir de esa fecha el
maestro no trató de sancionarme por este
motivo, limitándose únicamente a bromear
sobre mi incontrolable dialéctica…
253
DESPEDIDA
Quien escribe este docuemental estudiaba en
Quito. Los días pasaban rápido, hasta que
una mañana, mi hermana Gladys anunció que
mami venía desde Guayaquil a visitarnos.
254
¡Salté de alegría!, ¡tan pronto!, pensé, el
tiempo había volado sin que sintiera su paso.
Cuando llegó me puse feliz, ella venía
trayendo una maleta llena de regalos: para
Gladys, y sus hijos, y, por supuesto para mí.
Toda la tarde nos pasamos charlando; cuando
anocheció alguien dijo: es hora de dormir.
Al siguiente día mi madre entró a mi
habitación para decirme:
_ ¡Letty!, tengo que darte una noticia,
“regresarás a Guayaquil”, y tú tendrás que
asistir a un nuevo colegio, sé que esto te va a
molestar después de permanecer en ese
instituto un año, asi que: - despídete de tus
amigas… si son verdaderas lo serán toda la
vida. -Dale un adiós también al colegio, del
cual deberás estar siempre agradecida…
aquello fue motivo de mucha tristeza porque
me acostumbré a las personas, y realmente
255
causa nostalgia el saber que ya no estarán
conmigo.
Los días transcurrían veloces al pensar que a
corto plazo ingresaré a otro centro educativo,
y esto no me hacía de ninguna manera feliz…
dejar atrás las emociones y vivencias
ocurridas durante tanto tiempo era difícil,
aunque claro, siempre había algún encanto el
conocer nuevas compañeras y otros
profesores.
Al siguiente día fui al colegio, miré entristecida
por última vez… allí estaban las aulas,
testigos mudos de mis alegrías y quebrantos;
adiós para siempre me dije mentalmente, ya
no estaré más por sus jardines y patios.
Al despedirme de Yamilé, Betty y Bertha, se
hizo nudo la garganta… les abracé y ellas
sonriendo acotaron:
256
_ No te preocupes Letty, nosotras te
recordaremos siempre.
Nadie sabía cuando volveríamos a vernos, así
que, juramos ser amigas para toda la vida. De
quien más pena me dio fue de Yamilé, cuando
la miré, tenía sus ojos llenos de lágrimas…
pero, al llegar a mí casa ya no estaba tan
sentimental, “quizás resignada”.
La noche anterior a mi partida, empaqué las
cosas, ¡me voy mañana!, grité a todo pulmón
como si hubiera recibido una descarga
eléctrica; por fin voy a reencontrarme con mis
hermanos, “Nana” Ramona y Manuela
después de tanto tiempo… salté de dicha al
pensar que muy pronto volvería a verlos; esa
noche no pude dormir, la emoción era
demasiado fuerte; traté de cerrar los ojos,
pero solo en pensar que faltaban pocas horas
para la partida impedía conciliar el sueño. La
noche parecía eterna. Tenía que despedirme
257
de mi familia, cuando llegó el momento, me
acerqué taciturna, y al hacerlo sentí que me
desmigajaba; mis sobrinos sin comprender el
porqué de este abandono, se quedaron
mirándome sobrecogidos, mientras poco a
poco me alejaba…
258
EXÁMENES COLEGIO
“LA INMACULADA” GUAYAQUIL
259
Los resultados de los exámenes fueron
anunciados una mañana. No podía haberme
ido mejor, toda vez que mis notas, ¡no eran
del todo malas!, tenía un insuficiente en
matemáticas, diecisiete en inglés, diecinueve
en redacción y en las demás materias un
promedio de quince. Mami parecía algo
conforme con estas calificaciones… ella no
era como las otras madres de familia, no daba
tanta importancia a los resultados obtenidos,
si estos eran buenos o malos… le bastaba
conocer que estuviese con excelente salud y
que sea responsable, lo demás según ella, se
arregla estudiando; tampoco estaba en mis
planes ser mala alumna, después de tanto
trabajo que me costó ser admitida en el
colegio “La Inmaculada”. Por otra parte no
quería defraudar la confianza puesta en mí
por la Directora y peor por mi madre.
260
Me distraía en aquel tiempo estudiando la
Odisea de “Homero”, anotando las palabras
que ignoraba, en inglés…. a la vez que
resolvía varios problemas matemáticos,
materia que desde luego no era mi fuerte,
ayudada por mi hermana Pepa, claro está…
Eva mi amiga era igual que yo, opinaba que
las ciencias exactas son detestables, aunque
en forma unilateral, parece que me las
arreglaba mejor que ella, sin embargo y a
decir verdad, ninguna de las dos nos
sentíamos a gusto en esta asignatura.
Afortunadamente, las vacaciones se venian,
solo faltaba una semana más de agonía y
ya…
261
INJUSTICIA
Pepa:
262
Todo me salió mal una mañana cuando Pepa
estaba leyendo un libro ilustrado. Por motivos
que ignoro ella salió de su habitación, dejando
el texto sobre la mesa. En ese momento no
tenía nada que hacer, así que lo tomé para
mirar las imágenes; al volver observó inquieta
que yo tenía su libro, frunció el seño y me
pidió que le devuelva al instante. Pepa, se
enfadó de verdad y mami tuvo que intervenir
diciendo:
_ ¡Tu hermana estaba leyendo esa obra!,
entrégalo de inmediato; además quisiera
preguntarte: ¿a ti te agradaría que tu ñaña
revise tus cuadernos?. Después de su
devolución, salí de esa habitación bastante
apenada, creía sinceramente que mami no
debiò reprenderme de esa manera sin
conocer en detalle la causa de esta banal
discusión, es más, yo mismo le habría
devuelto sin la intervención de nadie, pero se
263
puso de su parte, como si Pepa fuera víctima
de una gran injusticia; en fin, estaba
acostumbrada al carácter irascible de mi
hermana, lo cual desde luego me era
indiferente. Le quiero porque es mi sangre,
pero siempre fui yo quien pagaba sus
caprichos… no es que esté celosa, nunca lo
estuve, tampoco envidie su capacidad e
inteligencia, pero, a veces pienso que Dios
quiere poner a prueba todos mis actos...
Continuamente me veía obligada a soportar a
quienes fastidiaban o mal interpretaban los
hechos… razones suficientes para buscar
refugio en mi alcoba, como principio y fin de
mi existencia; sin embargo y a pesar de todo
me he mantenido firme atravez de los años,
recorriendo serena la ruta fijada por el destino.
Por el contratiempo citado, estaba hirviendo
de rabia sin poder demostrarlo. Quería
sacudirla a mi hermana Pepa, y, sacudirla
264
bien… cómo aguantar sus indirectas y su
mirada burlona; quería exclamar con voz
estridente, ¡déjame en paz!, “porque no hay
grito más fuerte que el de la gente callada”...
Continuamente escuchaba el estribillo: “eres
insoportable”, aunque esto procuraba tomarlo
como broma.
Pedía a Dios que cambiara mi naturaleza,
para no provocar molestias y cólera en los
demás, pero esto es imposible. Nunca fui y
tampoco soy mala como pretenden, hago lo
humanamente posible por complacer a
quienes me rodean, trato de tomar las cosas
con calma para no dar a entender situaciones
que me lastiman.
Regañaba continuamente a mi hermana
diciéndole que me importa un comino todo
cuanto decía, pero otra vez escuchaba
palabras ofensivas. Francamente me tenía
265
harta… ella era demasiado pasiva, cedía en
los litigios, yo en cambio siempre fui de
carácter fuerte, aunque esta teoría me lo
guardo para mí… si lo utilizo como argumento
para defenderme, habría otra disputa.
Procuraba hacer caso omiso sus reprimendas,
recostándome en mi lecho, para que el sueño
acorte su tiempo y el dolor causado por los
tropiezos. Luego de este percance, durante
varias horas se ignoró mi presencia, pero todo
pasó, y al final de la jornada Pepa y yo
éramos de nuevo las mejores amigas del
mundo, “así es la vida”…
266
CUANDO DEJÉ DE SER NIÑA
Nostalgia:
267
Cuando era niña jugaba a ser grande,
recuerdo vagamente mi figura pequeña con
deseos de volar.
Con el pasar del tiempo desarrolle
físicamente, y mi mente maduró, añoro los
juegos y travesuras que hacía con mis
hermanas, primos y amigos en general; es
posible que esas fueran las huellas que más
marcaron mi infancia. A veces repudio el
haber crecido tan rápido.
De la noche a la mañana dejé de lado las
muñecas para convertirme en adulta, con
deberes y obligaciones que cumplir.
Parece que comencé a crecer cuando por
primera vez tomé el bus sola para ir al
colegio… lo que más extraño y no se borra de
la mente son los paseos campestres con mis
padres y familiares cercanos, más, estas son
nostálgicas vivencias que subyacen en el
268
alma para viajes del espíritu por rutas de
quimera…
MI CUMPLEAÑOS
269
Cumplía catorce primaveras en la Perla del
Pacífico.
Me desperté muy temprano, cosa inusual
puesto que era un día importante para mí,
luego me dirigí al comedor, donde encontré
reunidas a mi madre y “Nana” Ramona,
quienes me recibieron cariñosamente. Poco
después desenvolví presurosa los regalos;
sobre la mesa de la sala había un tremendo
ramo de rosas rojas, probablemente era el
más hermoso de todas las ofrendas… en el
transcurso del día llegaron otros presentes.
Mi madre me obsequió generosamente un
anillo de brillantes, y un bello libro de cuentos
titulado: “Las vacaciones de Margarita en
las montañas”, me donaron también una caja
musical, chocolates y otras golosinas. Poco
después vino a buscarme mi amiga Eva para
ir juntas al colegio. Durante el recorrido
convidé generosamente a mis compañeras
270
caramelos y confites. Más tarde fuimos al
teatro para ver la película “El guardián del
Faro”, donde actuaba un bello e inteligente
animal llamado ¡Rintintín!, la cinta les
agradó a todas mis acompañantes
divirtiéndonos en grande.
A la salida del cine fuimos a jugar ping pong
en el “Yath Club”, posteriormente visitamos el
soda bar “Oasis”, lugar repleto de gente donde
vendían riquísimos helados… sin faltar desde
luego entre los asistentes algún caballero
galante, que nos brindara más refrescos y
pastas…
271
IRENE
272
Marlene vino a verme una tarde en estado
lamentable, todo por culpa de la famosa fiesta
de cumpleaños de Irene, a la cual no había
sido invitada. Estaba muy nerviosa porque
pronto se enteraría su madre y ella no quería
que sepa nadie esta incomodidad suscitada.
_ Letty, tu sabes que posiblemente sea la
única que no ha sido invitada y mi madre
querrá saber el porqué de esta situación,
francamente no sé qué decirle...
Yo por mi parte había decidido no concurrir
aquella celebración rimbombante en
solidaridad con mi amiga del alma, así que
devolví la invitación acompañada de una
tarjeta muy cortès que decía: Irene, lamento
comunicarte que no podré asistir a tu festejo
por cuanto he contraído una enfermedad
infecciosa. Ella seguramente entenderá mi
inasistencia “por solidaridad con Marlene”.
273
En lugar de ir a esta reunión, haríamos otra
cosa que valga la pena, pensé.
_ Algo que no puedo comprender es: ¿por qué
te invitaron a ti, y a mí no?, puesto que tú
también le caes mal a Irene, expresó Marlene.
_ Que raro, según conozco tu madre y la
suya son intimas amigas, exclamé.
Al siguiente día llamó para decirme:
_ Ya recibí la invitación.
_ ¡Parece que tardó mucho en llegar!, pero,
todavía te quedan dos días para devolverla, si
decides no asistir… en cuanto se refiere a mi,
te comunico que he devuelto la esquela, por la
simple y llana razón de que no te habían
invitado a ti… desde luego lo hice en forma
educada.
Por los motivos descritos estaba empezando a
enfadarme, produciéndose un corto silencio…
274
- bien, si vas a esa reunión significa que estás
de su parte, y te pasas al bando contrario… a
partir de este momento no hablaré más
contigo, -¿ahora qué diré a mi madre si
descubre que yo no asistiré y tú sí?, - mira
Marlene, tu mamá sabe perfectamente que
Irene te llama “elefante obeso”, ella
entenderá porque no quieres concurrir. -tú has
llorado como Magdalena por este
sobrenombre.
_ Pero comprende Letty, mi madre sabe lo
triste que estuve al pensar que no me
invitaría, por eso debo asistir, aunque no
tenga deseos, es más, no puedo evitarlo… al
oír estas palabras colgué el teléfono, y di
instrucciones precisas a mi familia y
empleadas: “si acaso Marlene llama”, digan
que estoy ocupada y no puedo acercarme…
No quería verla más. Pasaron unas cuantas
horas y Marlene no daba señales de vida, me
275
sentía traicionada; suponía que Marlene
contaría a todo el mundo que por fin se libró
de mí… ella no llamaba, tampoco ha intentado
verme, lo cual significa en buenos términos
que nuestra amistad concluyó…
Estaba decepcionada. Permanecí un largo
rato pensativa en el jardín posterior de mi
casa. Mami me había observado andar
cabizbaja, indagando de pronto:
_ ¿Te pasa algo hija?
_ ¡No!
_ ¿Estás segura cariño?
_ Sí, mientras le miraba de reojo.
¿Qué te pasa Letty?, es la primera vez que te
veo llorar, al parecer sin motivo, tiene que
haber algo preocupante.
_ No estoy llorando, objeté… para esto debo
comentar que mami se había encontrado 276
sorpresivamente en la ciudad con Rosario,
madre de Irene, la misma que había
manifestado conocer mi estado de salud,
razón por la cual no acudiría a la fiesta,
interrogándole además, si la enfermedad era
contagiosa, porque Irene deseaba de verdad
que asistiera, para que todas sus amigas
celebraran en conjunto su cumpleaños…
mamá al no saber lo que estaba pasando,
había contestado: por supuesto que Letty irá,
ella no querrá perderse esa reunión por nada
del mundo. Cuando me comentó todo esto,
enfaticé mi renuencia asistir…
_ Mami tú no tenías derecho para decir que yo
concurriría, porque realmente no quiero ir…
_ ¿Por qué no quieres ir?,
_ Irene no me cae bien y allí se van a reunir
personas que no son de mi agrado… no tengo
277
porque soportar a ciertas “gentecitas” que no
me hacen caso.
_ Eso no es verdad Letty y tú lo sabes;
igualmente pienso que Marlene apoyará este
tremendo reventón; creo además, que entre
tú y esta chica existen muy buenas relaciones.
¡Hubo un pequeño silencio!, _ ¿pasa algo con
Marlene?, precisó mi madre.
_ ¡Ya no somos amigas!, “otro silencio”, esta
vez más largo; yo no tengo ninguna amiga…
_ No te preocupes, no preguntaré que ha
sucedido, porque si hubieras querido decirme,
ya lo habrías hecho.
_ Esto es algo muy personal.
_ Bien, si de verdad no quieres participar, no
te obligaré, aunque tarde o temprano
descubrirán que nunca estuviste enferma…
pero si acaso decides lo contrario, déjame en
278
buen concepto ante Rosario, y por favor
hazme quedar bien.
Tuve que decirle que iría a este compromiso,
aunque en realidad no tenía deseos, la razón
era muy simple, “no quería problemas con mi
madre”. Más tarde llegó Marlene mientras yo
permanecía encerrada en mi habitación.
_ ¡Letty, Marlene está aquí y dice que quiere
hablar contigo!, exclamó mamá.
Salí del cuarto, a pesar de estar enfadada con
ella.
_ Tenía que verte lo más pronto dijo Marlene,
te cuento que ya no tenemos enemigas, he
arreglado todo, así que no hay porqué
preocuparse…
_ ¿Cómo lo conseguiste?, pregunté.
279
_ Irene me dijo que vendría personalmente a
invitarte a su fiesta, parece que su madre lo
habría exigido venir.
_ ¡Bien!, le llamaré admitiendo que estaba
equivocada; esta es una acción decente, por
lo tanto iré muy campante a su festejo. Ahora
solo falta decidir que vestidos luciremos en
esta ocasión...
En las primeras horas de la tarde, tuve una
agradable sorpresa: “efectivamente Irene vino
a visitarme”, notándose a leguas que estaba
furiosa, porque seguramente su madre le
habría obligado venir… me comentó haberse
disculpado de todo cuanto vociferó contra
Marlene… no te preocupes, había respondido
mi amiga con mucha dignidad... ¡cuando se
marchó de mi casa, Irene se veía derrotada!...
Más tarde llamé a Marlene para decirle que mi
amistad sigue invariable… con tantos dimes y
280
diretes me encontraba cansada y tenía ganas
de conciliar un dulce y reparador sueño, antes
de asistir a la comentada juerga del día
siguiente.
VERBENA
Algarabía y cárcel
281
Espero que la fiesta sea divertida, porque de
lo contrarío habré desperdiciado un día
precioso de mis vacaciones. Tengo que
vestirme para acudir al sonado rumbón de
Irene Andrade. La velada fue fantástica,
aunque no tanto como se esperaba. Ahora ya
sabemos con certeza quienes son las que
tienen “los montones de amigos”… ¡Ja! ¡Ja!.
¡Ja!...
Irene y Bacha recibieron su justa recompensa
que en mi opinión era muy merecida, parece
que lo tenían todo planeado para quedarse
con los chicos que valían la pena, pero su
plan fracasó, pues, Marlene y yo, salimos
triunfantes.
Recuerdo claramente que hicimos buena
amistad con los mejores chavales y así fue
como Irene Andrade aprendió: “no realizar
282
fiestas tan llamativas y pretenciosas, solo por
demostrar lo acaudalada que era”…
Alguien de sus amigotes hizo “comentarios
vulgares” sobre uno de los músicos… el
artista devolvió sus palabras con tremendo
puñetazo que lo hizo rodar por el suelo, acto
seguido la mamá de Irene le estampó el pastel
de crema en la cara, acusándole de haber
arruinado la fiesta de su hija. Ante semejante
bochinche el director del club “La unión”,
llamó a la policía, y estos muy diligentes
echaron a la calle a todos los invitados,
incluyendo a los señores Andrade
auspiciantes de la más impoluta solemnidad y
decoro… quienes fueron detenidos.
_ ¡Santo cielo! exclamó mi madre, solo esto
faltaba…
Su familia desesperada llamó a un abogado
para que los sacara de la cárcel, y mi madre
283
enfadada por lo acontecido nos dio un terrible
sermón, diciendo que somos muy crueles al
llamar a esta chica “serpiente”, ella no paraba
de inculparnos, mientras Irene se refugiaba
temerosa y apurada en la casa de los
Moreira... total, el barullo planificado con
varios meses de anticipación fue un “tremendo
fracaso”…
284
EL PRIMO DE MI AMIGA EVA
Diego:
285
Hacía un calor abrazador, me estaba
derritiendo, y pensar que con esta
insoportable temperatura ambiental debía
concurrir donde el dentista con mi hermana
Ida María. El consultorio quedaba a pocas
cuadras de la casa.
El día anterior sucedió algo muy divertido
cuando pasaba con mi hermana frente a un
taller de bicicletas… escuché que alguien
llamaba mi atención, al voltear la mirada
observé a un muchacho, con el cual nos
habíamos visto la tarde anterior en casa de mi
amiga Eva; él se aproximó lentamente
diciendo:
_ ¡Soy Diego Arcos primo de Eva!
Nos quedamos sorprendidas sin saber que
quería. No tardo mucho tiempo cuando
expresó:
286
_ Permítanme acompañarles…
_ ¡Si usted lleva el mismo camino!, de
acuerdo, respondimos.
Diego tenía dieciséis años y su conversación
era variada y divertida, pues, esperó en forma
paciente que nos atendiera el odontólogo
para conducirnos de regreso a la casa.
Durante esa semana Diego y yo nos fuimos
conociendo mejor, el me había contado buena
parte de su vida: “que llegó con su familia de
Cuenca, su padre era médico y se iban a
quedar a vivir en Guayaquil”. Diego tenía una
novia, a la cual conocía, ella era un modelo de
dulzura y aburrimiento… Este joven impetuoso
prometió visitarme una tarde, pero antes
telefoneó:
_ ¡Habla Diego Arcos!, por favor puedo hablar
con Letty
_ ¡Sí, soy yo!
287
_ ¡Buenas tardes Letty!, -¿cómo estás?.
_ ¡Muy bien gracias!
_ ¿Te molestaría si pasó dentro de diez
minutos por tú casa?, tengo algo que decirte.
_ ¡No!, no me molesta, al contario, te espero.
_ ¡Hasta luego!, enseguida me cambie de
vestido y arregle el cabello… espiaba a ratos
un poco nerviosa por la ventana para poder
divisarlo, hasta que por fin sonó el timbre y
baje para abrir la puerta; saludamos, luego de
un momento, expresó:
_ ¡Escucha Letty!, tal vez te habrá comentado
Eva que rompí relaciones con Aní…
_ ¡No, no lo sabía!, -¿se pelearon?
_ ¡Algo así!, -yo le había manifestado que no
nos entendíamos bien, y que era inútil
continuar con esta situación, además conocí
que ella estaba saliendo con otro muchacho, 288
por eso le dije cuanto merecía. Ahora que no
tengo compromiso alguno, podré verte a ti los
sábados y domingos, y tal vez con mayor
frecuencia…
Un día soleado, Diego visitó mi domicilio para
conocer a mi madre, y Manuela muy acuciosa
preparó un pastel para el té; teníamos un poco
de todo, pero los dos no queríamos quedarnos
por largo rato sentados, así que decidimos
irnos al cine, y luego, visitar a una amiga
común llamada María Laura. Eran
aproximadamente las 6 p.m. cuando retorné al
hogar. Mami estaba muy enojada, dijo que no
era correcto regresar muy tarde, debido a los
peligros que existen en las calles. Mi
hermana Pepa me lanzaba indirectas, hasta
que manifesté molesta:
_ ¡No estoy enamorada de nadie!, “pero
puedo tener amigos”, eso no tiene nada de
extraordinario.
289
Poco tiempo después, Eva comentó que una
tarde estuvo Diego Arcos en su casa,
abordándole de improviso:
_ ¿A quién prefieres, a Letty o Aní? y él había
contestado:
_ ¡Eso a ti no te importa!, -pero al irse señaló:
_ ¡si quieres saberlo, prefiero a Letty!, y luego
se alejò corriendo.
Por otra parte, Pepa emitió un juicio de valor,
indicando que este muchacho es bien
educado y amable… personalmente me
halagaba oír que lo hallaran de su gusto, y, el
también al parecer simpatizaba con ellos…
290
ATRÁS QUEDÓ LA INFANCIA
Juventud:
291
Ha pasado el tiempo. Pienso que todos los
seres humanos tenemos en la vida momentos
inolvidables.
Mirando en forma retrospectiva me doy cuenta
de lo afortunada que he sido al compartir mi
vida con seres queridos, y otros amigos
cómplices de imborrables momentos, durante
la niñez y adolescencia.
Igualmente doy gracias a Dios, por la
oportunidad que me dio de conocer a mi
esposo y valorar el regalo de su amor, pues,
no hay instante en que él no esté presente en
la mente y en mi corazón; en fin creo yo, que
lo importante es cimentar cada dia más
nuestra felicidad y la de todos cuantos
amamos.
292
MATRIMONIO
Boda:
293
El 19 de diciembre de 1969 a las cinco de la
tarde, vino Hugo a despedirse de mí algo
preocupado y nervioso, porque había llegado
una orden terminante de la Comandancia
General del Ejército de presentarse urgente
en “El Grupo Cazadores de los Ríos”, en la
provincia de Loja, debiendo partir al
anochecer… improvisadamente surgió la idea
de casarnos ese instante.
Mi madre no sabía absolutamente nada de
nada, así que fui a informarle está loca
decisión que había tomado, comunicándole
que me iba a casar… ella me miró
desconcertada y clamó:
_ ¡Letty! tú crees que el matrimonio es juego
de niños, -¡no, no y no!, si ese joven te quiere
de verdad regresará otro día y entonces se
casarán... ante tanta insistencia y algún
resplandor en los ojos mi madre muy
contrariada tuvo que ceder, luego fuimos
294
apuradamente donde mis tías y más familiares
para participarles de está novedad, e invitarles
a mis nupcias. De inmediato buscamos al
Jefe Político, quien era amigo de mi familia,
para qué enlace nuestras vidas en el Registro
Civil; acto seguido nos dirigimos a la iglesia
para el ceremonial religioso, pero
sorpresivamente fuimos informados que el
sacerdote no se encontraba allí, puesto que,
había tenido que salir de urgencia a un pueblo
cercano...
Un pariente de mi madre dueño de una
prestigiosa emisora, enviaba mensajes
radiales al prelado, indicando que le
esperaban de urgencia en Chone porque
había un matrimonio.
Las horas transcurrían y el cura no llegaba,
mi madre impaciente sostuvo:
295
_ Ya se casaron en lo Civil. El sacerdote no
viene, así que, no podrán casarse en lo
eclesiástico, -viaje usted tranquilo a su nueva
unidad y regrese cuando pueda… mientras
tanto mi hija se queda conmigo.
Hugo visiblemente molesto contestó:
_ Verá señora, ¡me caso ahora o nunca!. En
ese instante, alguien gritó: “el padrecito acaba
de llegar”…
Finalizada la boda, hubo una reunión
exclusivamente familiar. Al siguiente día
viajamos a Bahía de Caráquez y
posteriormente a la ciudad de Loja.
296
SER MADRE
Alegría:
297
Cuando supe que iba a ser madre, para mí fue
la experiencia más hermosa de la vida.
Siempre me he preocupado que mis hijas
fueran personas seguras de sí mismas,
siempre quise tener hijos felices, con
capacidad, libertad y decisiones propias.
Una madre debe criar a sus retoños de la
mejor manera posible. Ser madre es difícil y
requiere mucha responsabilidad… a los niños
hay que orientarles en la educación y en
tantas variantes que les depara la vida, en fin
creo yo, debe entregarse: amor, confianza y
protección…
298
MIS HIJAS
SANDRITA - Mi Ángel:
-De izquierda a derecha CARLA Y SANDRA.
299
Sandrita es mi hija mayor, ella es un lorito, se
pasa todo el día hablando; su garganta solo
reposa cuando está dormida. Al nacer no lloró
como los otros bebés, tenía una coloración
blanca, no oscura. Ninguno de los médicos
me dijo que tenía retraso…
Cuando frisaba los cinco años, fue a la
escuela y aprendió a leer y escribir. Hasta los
doce fue como toda niña normal… por ella he
tenido que renunciar a muchas cosas.
Todos soñamos en algo, pero también hay
seres humanos que necesitan dar “sonidos a
sus pensamientos”, manifestar sus emociones
y así dejar de ser “Invisibles”… estas
personas “especiales” requieren comprensión,
pero sobre todo “amor”, para que puedan
desenvolverse “con cierta normalidad” en este
mundo complejo.
300
Sandra es una chica inquieta, a veces se pone
agresiva, ella sabe quien la quiere y quien le
rechaza. Nunca la dejo sola, es un pedacito
de mi corazón y su presencia me llena de
alegría.
Pensamientos relacionados con
estos niños
1.- Bienaventurados los que me escuchan,
pues yo también tengo algo que decir…
2.- Bienaventurados los que me respetan y me
aman como soy, tan solo como soy, y no
como ellos quisieran que yo fuera…
3.- Bienaventurados los que con una sonrisa
en los labios me estimulan a tratar de hacer
algo mejor una vez más.
4.- Bienaventurados los que saben que mi
mente tiene que esforzarse para comprender
lo que oye…
301
CARLITA - Mi pequeñita:
Carlita es la menor. Ella es simpática, alegre
y extrovertida, le encanta salir de la casa con
sus amigas a pasear. Cuando era pequeña
quería tener una mascota, tenía mucha
ilusión, y como siempre se salió con la suya.
Hugo, mi esposo, le regaló una perrita de
color café, orejitas largas, manchas blancas
en el pecho y naricita rosada. Nos
encariñamos con este animalito, enseguida le
pusimos de nombre “Coquita”, era muy
divertida y cariñosa, veía la televisión con
nosotros en la cama, siempre estaba con
ganas de correr y de saltar, no fue difícil
quererla… con el paso inexorable de los años
una noche empezó a respirar con demasiada
fuerza y luego vomitó, le llevamos de
inmediato donde el veterinario quien nos
302
informo que tenía su corazón cansado y que
posiblemente no superaría otra noche. A la
mañana siguiente, lo encontramos muerta…
ese corazón tan grande que tenía parece que
no era el apropiado para su pequeño
cuerpecito; fue una pena muy grande. Murió al
cumplir dieciséis años… dejándonos atados a
la soga del recuerdo. Ella era quien desataba
nuestras alegrías y consolaba las penas…
RECUERDA
_ Siempre estaré a tu lado para compartir
tus alegrías y penas…
_ Pregúntate a ti mismo si has sacrificado
algún instante para dialogar conmigo y
escuchar mis angustias, el cansancio y la
fatiga…
303
_ Cuando me vaya de este mundo solo
quedará el recuerdo cariñoso y lejano de
un ser llamado “mamá”…
_ No olvides jamás ¡Que madre solo hay
una!, que a veces llora por ti,
“que Dios te bendiga”…
CONSEJOS
Piensa siempre en aquellas personas
que no saben amar y que jamás fueron
amadas. El amor no solamente es dar,
sino también perdonar.
La felicidad solo se encuentra cuando
amamos y no cuando esperamos ser
amados.
Si encuentras difícil el dormir por las
noches, recuerda que hay tantas
familias desamparadas que no tienen
un lecho para descansar.
304
Si acaso tienes un día negativo en el
trabajo, piensa en aquellas personas
que pasan años sin poder conseguir
nada.
Es tu amiga quien conoce tus virtudes y
defectos, te valora como eres y es
capaz de transformar en alegrías tus
penas.
No te sorprendas si algún día cualquier
amiga te falla, esa no es amiga. Quien
te ofende y acanalla destrozando tu
confianza, tampoco es amiga.
La amistad es amor, y quizás ese valor
sea el tesoro más grande.
No importa cuántas veces hayas caído,
sino cuantas veces te levantas…
Cuando sientas que tus fuerzas te
abandonan, no tengas miedo, ¡porque
Dios está contigo!.305
GUARDIÁN
“El perro de Esthercita, la tía de mi
esposo”
CALLEJERO.- A. Cortéz.
Era callejero por derecho propio,
su filosofía de la libertad,
fue ganar las suyas sin atar a otros,
y sobre los otros no pasar jamás.
Aunque fue de todos nunca tuvo dueño,
que condicionara su razón de ser,
libre como el viento era nuestro perro,
nuestro y de la calle que lo vio nacer.
Era un callejero con el sol a cuestas,
fiel a su destino y a su parecer,
sin tener horario para hacer la siesta,
306
ni rendirle cuentas al amanecer.
Era nuestro perro y era la ternura,
que nos hace falta cada día más,
era una metáfora de la aventura,
que en el diccionario no se puede hallar.
Era nuestro perro porque lo que amamos,
lo consideramos nuestra propiedad,
y era de los niños y del viejo “Julio”,
a quien rescataba de su soledad.
Era un callejero y era el personaje,
de la puerta abierta en cualquier hogar,
era en nuestro barrio como del paisaje,
el sereno el cura y todos los demás.
Era el callejero de las cosas bellas,
y se fue con ellas cuando se marchó,
se bebió de golpe todas las estrellas,
se quedó dormido y ya no despertó.
307
Nos dejó el espacio como testamento,
lleno de nostalgia lleno de emoción,
paga su recuerdo con los sentimientos,
para derramarlos en esta canción.
308
LA MUÑECA, LA ROSA BLANCA
Y LA FOTO
El niño:
309
Un día lluvioso de diciembre hace muchos
años atrás, ingresé a un centro comercial muy
deprisa para adquirir unos cuantos regalos por
acercarse la navidad, allí observé preocupada
a muchas personas que hacían larga cola…
aquí puedo pasar el santo día, y con tantas
cosas que tengo que hacer, me dije, pues, las
fiestas de navidad se habían convertido en
una molestia… al mirar la sección juguetes,
me topé con un niño de aproximadamente
seis a siete años que sostenía en sus manos
una preciosa muñeca, sin resistir la tentación
pregunté.
_ ¿Para quién es esa muñeca?... pero antes
de recibir una respuesta se acercó una mujer
a la cual llamó tía. El pequeño le dijo:
_ ¿Crees que no tengo el dinero suficiente
para comprarla?, al oír estas palabras la
señora manifestó:
310
_ ¡Tú sabes perfectamente que no tienes la
cantidad necesaria para esta adquisición
onerosa!; luego la tía algo molesta ordenó al
pequeño:
_ ¡Quédate aquí mientras busco otros
artículos que necesito!
Después de un breve momento, me acerque
intrigada al chico y pregunté nuevamente:
_ ¿Para quién es ese juguete?, y el, expresó:
_ Es la muñeca dormilona que mi hermanita
anhelaba tanto para esta navidad, ¡ella estaba
confiada en que Papá Noel lo traería!...
_ ¡Seguro que Santa Claus se la traerá!...
_ No señorita, -¡Santa no puede ir al lugar
donde se encuentre mi ñañita ahora!, es por
eso que, debo entregar urgente este regalo a
mamá, para que ella se lo lleve… ante tal
afirmación, pregunté con mayor curiosidad:
311
_ ¿Dónde está tu hermanita?, y el niño con su
carita triste exclamó:
_ ¡Ella se fue al cielo!...
Mi papá me indicó que mamá también se irá
de un momento a otro atrás de ella, así que
supliqué le dijera, que espere un poquito más,
hasta que regrese del almacén… entonces el
chico según manifestó, había sacado una foto
suya del álbum familiar e imploró a su
progenitor que le entregara a su madre,
agregando además: “con esto nunca se
olvidará de mí”.
Sin que el niño se diera cuenta, metí la mano
en mi cartera y saqué unos cuantos billetes,
insinuándole:
_ Contemos juntos el dinero otra vez… el
muchacho verificó sus pequeños ahorritos, y
se entusiasmó al comprobar que tenía mucho
más de lo que necesitaba. El pequeño con voz
312
tierna susurró: “gracias Jesús por
ayudarme”… luego dijo muy contento: hace
un momento pedí a Diosito que me diera
platita para comprar esta muñeca para mi
hermanita y una rosa blanca para mi mamá,
porque a ella le gusta mucho las rosas de esa
coloración y “el señor acaba de concederme
este milagro”…
Mientras terminaba mis compras, no dejaba
de pensar en este chico. Dos días más tarde,
la señora también murió… la figura de aquel
niño taladraba mi mente y al instante fui a
comprar un ramo de rosas blancas para llevar
a su casa donde le estaban velando. Ahí
yacía inerte, con una rosa blanca entre sus
manos, la muñeca y una foto del niño. Salí
apresuradamente y me alejé llorando a mi
hogar, cuando llegué, abracé a mis hijas y
entonces comprendí: ¡Que el amor que sentía
313
aquel niño por su madre y hermanita menor,
era enorme!.
Recuerdo en forma muy clara que pocos días
atrás de esta tragedia familiar, hubo un
accidente cercano de la escuela donde
estudiaban mis hijas, cuando un chofer ebrio
atropelló a una señora humilde y a su
pequeña hijita. La mencionada persona había
sido justamente la madre de este niño,
compañero de aula de mis hijas, según supe
después…
314
PARECE QUE FUE AYER
El tiempo ha volado
Sandra Carla
315
Parece que fue ayer, cuando sus tiernos ojos
se abrieron a este mundo. Parece que fue
ayer cuando Dios quiso enviarme dos ángeles
a convivir con nosotros en la tierra.
Recuerdo en forma nítida, cuando sus manos
pequeñitas acariciaron mi rostro y sus
boquitas me llamaron por primera vez mamá;
de ponto se encendió una luz en el alma
cambiando mi vida para siempre. Desde aquel
día su presencia comenzó a ocupar un lugar
preponderante en mi corazón: sus gestos,
halagos, sonrisas y miradas, marcaron
momentos inolvidables.
Ahora casi sin darme cuenta han transcurrido
los años, su niñez ha pasado entre
bendiciones y besos. He pedido a Dios
fervorosamente que me diera la fuerza y la
sabiduría necesaria para guiar sus pasos.
Ojalá que al final de mi camino haya podido
316
sembrar en ellas, los valores que aprendí de
mis padres: honestidad, respeto al prójimo,
amor y obediencia a Dios.
Con estas pocas letras, quiero que sepan
adoradas hijas que mientras viva en la tierra,
siempre apoyaré las metas que les trace el
destino. Si alguna vez, sienten deseos de
dialogar conmigo, con gusto escucharé sus
inquietudes y penas…
317
AGRADECIMIENTO:
Gracias doy a mis hijas, porque fueron ellas
quienes me enseñaron a ser más humana y
menos complicada.
Con ellas aprendí a dar rienda suelta
emocional a la risa y al llanto. Su inocencia
me hizo comprender el sentido que tiene la
vida, contagiándome sus alegrías y tristezas.
De ellas aprendí a ser más paciente y a
respetar las ideas ajenas. Fueron ellas
quienes dieron color a mi vida permitiendo
reconocer mis errores.
Gracias a mis hijas volví a vivir otra vez la
infancia. Mis hijas me convirtieron en lo mejor
que una mujer puede aspirar: ¡Ser madre!...
318
ADIOS ETERNO
Una mañana de diciembre me encontraba
arreglando el árbol de navidad en mi hogar
(Quito), de repente, sonó el teléfono ¡Rin, rin, 319
rin!, corrí a contestar, era mi hermana Gladys
que llamaba para informar que mami había
fallecido… exhalé un grito muy fuerte ¡No, no,
no!... de repente el llanto se quedó ahogado
en mi garganta, sintiendo una sensación
espantosa; deseaba desesperadamente su
presencia para mitigar mis penas. Cerré los
ojos, pero inmediatamente volví a abrirlos,
pensé como destello de luz, que mi madre no
estaría muerta, sino posiblemente dormida.
Viaje con la urgencia del caso a la ciudad de
Guayaquil para comprobar personalmente
este infausto suceso. Al enfrentarme a la
dura realidad, me dije interiormente: ¡duerme
madre mía, mientras yo cuido tú sueño!… a
ratos quería despertarla para que me abrace,
pero no podía, tenía que dejarla tranquila,
porque así ha dispuesto Dios…
Sin ti el paraíso se esfumó, se vinieron abajo
los castillos de naipes que solía construir en la
320
infancia y todos los fantasmas que cree en mi
alrededor… ¿pero hubo alguna vez un
paraíso?, no sé… del balance de mi vida solo
recuerdo la muerte, acechándome siempre,
porque casi todos los seres a los que he
amado han fallecido. De mi padre me dijeron
cuando niña, que se apoderó la Virgen María,
de mi hermano, Galito Eduardo, que se
llevaron Los Ángeles, de mi ñaño Augusto que
lo arrebató la enfermedad; y ahora, a ti… con
el pasar de los años he comprendido todo,
¡por fin he logrado entender lo que
significa la muerte!, simplemente es irse
para siempre. ¡El cielo no es más que una
bonita esperanza!… en el fondo todas las
personas tienen sus propios pasos que nos
permiten atravesar el puente que nos llevará
al otro lado…
321
LA ÚLTIMA MIRADA
Llegamos en silencio, la misa empezó pocos
minutos después. De pronto me encontré
reunida con mis hermanos bajo el mismo
techo, sin tener nada que decirnos…
Mentalmente di gracias a mi madre por la vida
que me dio, luego exclamé en voz baja: ¡Vete
tranquila que todo lo cumpliste!...
Decidí acercarme al féretro para dar la última
mirada y el beso del adiós, pero mi hermana
Elba se aproximó y me agarró de la mano
diciendo:
_ ¡Letty ya mismo se la llevan, para no verle
más!...
Hasta ese momento me había mantenido
fuerte, pero no pude más y me quebré…
322
abrazadas lloramos juntas, “nunca antes
había sentido en forma patética el peso de la
muerte”…
Mi madre era un ser excepcional, lograba dar
la apariencia de que el mundo no es el hueco
gris que parece habitualmente; será por eso
que, cuando ella estaba presente parecía que
el sol brillaba más, no recuerdo un solo día
triste a su lado, la tormenta cayó en nuestras
vidas el día en que ella se fue...
El ocaso de la vida es la muerte, produce
dolor y deja huellas profundas e imborrables.
Debemos aceptar está realidad desgarradora
con resignación, para así vencer los escollos y
tropiezos hallados en el camino, y tratar de
superar la ausencia de un ser amado…
323
POEMAS
ELEGÍA A MI MADRE.- Letty Vargas P.
Te fuiste una mañana temprana,sin darme siquiera un adiós,pero yo siempre te miro,aunque jamás pueda verte. Te contemplo todavíaaunque tú te hayas ido,porque ni el tiemponi la tumba fría,alzarán en mi almael fantasma del olvido. ¡Duerme madre mía!mientras junto a ti,cual ángel de la guarda,velaré tu descanso.
“Aún están presentes,aquellas enseñanzas no olvidadas,girón de tus propios embelesos,que vive en el clamor de tu mirada,
324
y en la nostalgia,que vive de tus besos”. ¡Duerme madre mía!entre flores y rosas,con la sonrisa pura,y el fulgor extinguido de tus ojos. “Es un error no pensarte delirante,es un error no llorarte más y más,mientras yo camino hacia adelante,tu recuerdo va quedando hacia atrás”. Duerme eternamente,madre idolatrada,que el sueño dulce del justo,es la recompensa postrera…
325
NO ME DEJES SOLALetty Vargas P.
¡No me dejes sola!,espera un poco más,¡no te vayas!,allá todo es silencio. ¡No me dejes sola!déjame besar tu frente,porque sentir quiero,tu perfumado aliento. Tus ojos cerraron para siempre,con la tristeza de mi corazón,yo viviré ahora muy triste,oyendo el trinar de los pájaros,y el murmullo del viento.
¡No me dejes, sola!ya no veré aquel rostro querido,y la mirada serena,tu última mirada,que fue el adiós eterno. En un tranquilo sueño,tus párpados plegaron,y te fuiste alejando,por los caminos del tiempo,
326
en busca del señor.
¡Adiós compañera del alma!,adiós madre adorada,donde quiera que yo mire,siempre estarás presente tú. Te buscaré en el viento,en las lluvias de otoño,te buscaré en el cielo,y al fin te encontraré.
327
A MI MADRE EN SU RETORNO AL CREADOR
Gladys Vargas P.
Sin sospechar la muerteenvuelta en la penumbra,entre flores y cirios parecía dormida,su rostro hermoso y cerrados los ojosla sonrisa de siempre,de sus labios brotaba.
Parecía dormir un dulce sueño,¡Que con ángeles volaba al paraíso¡iluminando el misterio de la viday el silencio infinito de la muerte.Se escuchaba el desconsuelode deudos y amigosy el Padre Nuestro, en oración ferviente.
Al declinar la tarde, en la paz del jardín, la ruta silenciosa de cortejo,y en armonioso canto ella desciendeal insondable refugio de los muertos,saturando el espacio su santidad de madre,la ternura de su alma,el eco de su dulce voz.Lágrimas y llanto, huyen con la brisa,¡La voz que no alcanza a la eternidad!...
328
NOVENTA AÑOS DE MI MADREGladys Vargas P.
“Déjame contemplar tus nobles canas”,las arrugas, que cubren tu piel blanca, a tu existencia eterna, que la entregasal amor que por doquiera tú derramas. Y ni siquiera sabes cuánto has hechoen tú vida que siguió sin detenerse:es ahí, donde siembran muchas rosasy es ahí, donde riegas tus semillas. Sabes cómo llegar a Dios y al cielo,enseñando la ruta del destino,las penas que se encuentra en el camino, secretos que señalan a la vida.
La santidad que llevas, tú la ignoras;de tu bondad, eterna, de divina unción.“! Déjame contemplar tus nobles canas!”,él fulgor, la blancura de esa nube.
329
RECORDAR ES VOLVER A VIVIR
Al recordar mi niñez busco impresiones de
todo orden, tristes o alegres, pero hay una que
se destaca nítidamente, puesto que, nada en
la vida me ha podido dar tal sensación de
330
seguridad, como el beso que solía ofrendarme
mi madre, al despuntar el nuevo día.
Ella seguramente atisbaba todos mis
movimientos, es posible que me entregara
otras caricias antes que despertara, toda vez
que, guardo la impresión de haberlos sentido
entre sueños. En aquel tiempo feliz de mi
infancia, el primer halago recibido al abrir los
ojos, eran sus labios cariñosos posados en mi
frente; yo simulaba dormir, para percibir mejor
aquella presencia querida que velaba mi
descanso.
Nada malo podía suscitar, porque mami
estaba allí. ¡Oh!, que agradable emoción y
sosiego daba ese rostro venerable al juntarse
sobre el mío, con su sonrisa angelical.
La paz que infundía su cariñosa imagen,
hicieron que marcara la felicidad de mi
infancia, y aún hoy, cuando ella ya no está, su
331
recuerdo me da fuerza, y, al besar a mis hijas
trato de impregnar ese mismo sentimiento
maravilloso…
POEMA A CHONE
Letty Vargas P.
¡Te guardo en mi memoria!
evocando mis antiguos
cuadernos de muchacha.
Conservo de ti el olor a frutales
y el trinar alborotado de las aves
revoloteando tu cielo.
Atesoro escondido en el alma,
el dulce sabor a nostalgia,
y las huellas cariñosas,
de mis queridas montañas.
Atrás van quedando los sueños
332
de matizados boscajes,
de bordados y encajes,
de una infancia que no vuelve.
Vivo perdida y sin destino,
cual hoja que arrebató el viento,
sin poder encontrar el camino,
a tan ansiado momento.
Quiero volver hacia ti,
para oír tus madrugadas,
el cantar de los gallos,
y escuchar el silencio
de tus rincones amados.
Tierra mía, añoro tus colores
de lujuriante verdor,
el murmullo de los ríos,
y los naranjos en flor.
Aquí estoy a la distancia,
333
saboreando tus recuerdos,
envuelta en musicales lamentos,
que sublimizan la estancia.
¡Chone de noches fulgurantes!
cual estrellas y luceros destellantes,
que endulzan a mi alma acongojada,
bañándome con miel dorada,
de azucaradas remembranzas.
Nota: “CHONE” es una tierra
paradisiaca… ideal para nacer, vivir, soñar y
morir…
334
GRATITUD
Gracias:
Agradezco a mi madre inteligente y valerosa,
quien demostró día a día que con voluntad se
puede lograr todo; me enseñó el valor del
trabajo y alentó mis estudios. Ella sufría en
mis tristezas y se extasiaba con mis alegrías.
Quiero agradecer a mis maestras, afectuosas
y pacientes, ellas fueron la fuente luminosa
del poco conocimiento que exhibo.
Agradezco a mis hermanos y a determinadas
compañeras de estudio, a mi amiga Marlene,
quienes me ayudaron a comprender los
problemas de la vida…
335
Ahora con el paso de los años, recuerdo con
nostalgia a mi madre, a la escuelita donde
estudie tantos años y a mis amigas de la
infancia; más, estas son, “búsquedas seniles
de recuerdos esquivos dormidos en el alma”…
TOMASITA
Amiga:
336
Era una ancianita dulce y cariñosa que había
cumplido con creces la misión más importante
de su vida, al formar una familia honorable.
En el ocaso de su existencia estaba rodeada
del cariño de sus hijos, nietos y bisnietos, pero
una tarde aciaga en que se encontraba
disfrutando de la tranquilidad hogareña, tres
infames ladrones ingresaron a su casa, y al no
encontrar lo que deseaban, cometieron el más
horrendo crimen, al dejarla sin vida a mi
querida viejecita. ¿Qué buscaban?, ella tan
solo había atesorado sus recuerdos
enmarcados en pequeños portarretratos, los
muebles y otros adornos… nada de eso se
llevaron, pero destrozaron a una familia.
¡Jamás podre olvidar este penoso episodio
que marcó un hito funesto en mi vida!...
337
HA PASADO EL TIEMPO
Remembranzas:
338
Mami, todos estamos tristes desde que te
fuiste… ¡la vida ya no es la misma!, tú me
infundías alegría y valor para enfrentarla.
Desde tu partida, he contemplado el decurrir
monótono del tiempo. La hacienda, los
potreros y el ganado, pertenecen al pasado…
El campo florido del ayer, ahora está marchito,
pero alguna vez fue el jardín más lindo de mi
mundo… recuerdo claramente cuando me
llevaste a la escuela cogida de la mano por
primera vez… rememoro taciturna cuando
papi nos hacía trabajar a todos nosotros,
pues, teníamos que levantarnos al rasgar la
luz del nuevo día y regresar devorados por el
hambre, con la caída del sol.
La hacienda “Medio Mundo” representaba
todo para él, era una vida llena de esfuerzos,
sacrificios y esperanzas… cuidaba con
diligencia sus pastizales y sembríos.
339
Parece que el paso de los años ha endurecido
mi carácter, me he convertido en un ser más
distante y lejano. Añoro con tristeza aquellos
personajes que colmaron mi infancia de
alegría.
Mi madre sonreía mientras cumplía sus
quehaceres domésticos, muchas veces bajo la
luz titilante de una lámpara. En su mesita de
costura, bordaba día a día camisas y vestidos
para el hogar, mientras esperaba que papi
regresara del ordeño. De vez en cuando
miraba de soslayo a la ventana y el semblante
se iluminaba cuando escuchaba su voz en
lontananza. Papá por lo regular venía
cantando, aquella canción mexicana: ¡Ese
lunar que tienes cielito lindo junto a la
boca!. El traía leche fresca para la casa,
ofrendaba un beso a mi madre y luego tocaba
en la vitrola su melodía preferida con la cual
se había declarado; aquella pieza musical era
340
parte de nuestra existencia… cada vez que
había oportunidad nos contaba, cómo fue
aquel momento de embrujo y fantasía…
Mami tú me preguntabas por mis muñecas,
los estudios y por mis compañeras, yo te
comentaba las cosas que pasaban,
escuchándome como si fuera lo más
importante del mundo…
Cuando mi madre salía a la calle y por alguna
razón se demoraba, todo se ponía cuesta
arriba, pero cuando abría la puerta de regreso,
todo era tranquilidad. Sin demostrar
cansancio iba de dormitorio en dormitorio y
con mucha paciencia resolvía los problemas
existentes. Ella nos decía sonriendo, que
éramos un verdadero torbellino, claro, fuimos
doce hermanos.
341
Mamá era además “mi hada madrina”, me
enseñó a descifrar los problemas más
agobiantes y difíciles.
Parece que “solo los que se van para siempre
se mantienen iguales”, por eso, cuando la
recuerdo con su cabecita encanecida por el
paso de los años, empiezo a respirar con
frenesí...
Mí madre fue bella, su última fotografía la
guardo como reliquia en el cofre de los
recuerdos; su imagen bondadosa parece
mirarme dichosa, irradiando seguridad en mi
diario trajinar; así, casi sin darme cuenta he
recogido vestigios de momentos que me
hicieron muy felíz...
Con ella aprendí a soñar, porque según mami
decía: solo soñando se aprende a volar…
Ahora soy yo la que quiero contarte un cuento
diferente a todos los que tú me contabas, un
342
pasaje verdadero, que narra la historia y la
vida y de una madre como tú y de una niña
como yo…
Recordar el pasado de alguna manera me
hace feliz y con cierta nostalgia vuelvo a sentir
momentos de ansiedad… pues, “las cosas no
son como las vemos, sino como las
recordamos”
343
NADIE COMO TÚ
Mi madre fue una mujer buena. Mis pocos
éxitos en la vida y las enseñanzas morales, se
lo debo a ella. Sus brazos se abrieron cuando
necesité una ayuda y su rostro sereno
endureció al precisar una lección… su fuerza
y su amor, me dieron fe cuando apremió el
momento. Sus manos diligentes siempre las
apreté con cariño…
Nadie como tú, me amó tanto a pesar
de mis defectos y escasas virtudes.
Nadie como tú, me ha dado tanto a
cambio de tan poco.344
Nadie como tú, llenó mi vida de alegría
y me alimentó con el manantial de su
dulzura.
Nadie como tú, orientó mi vida para
cumplir los sueños anhelados.
Nadie como tú, me enseñó a no
rendirme fácilmente y me hizo conocer
el valor de la constancia.
Nadie como tú, colmó de amor mi
existencia.
“Madre, solo tú”, ¡fuiste lo más grande y
excelso de mi vida!
PENSAMIENTOS:
Madre, la palabra más bella.
Una Madre, es la representante de Dios
en la tierra; vive en los labios y en el
corazón de los niños.
345
El amor de una madre no contempla lo
imposible.
Una madre se convierte en amiga,
compañera y confidente de sus hijos.
Ninguna lengua es capaz de expresar
con exactitud, la fuerza y belleza de
una madre.
346
LA VIDA ES UN SUEÑO
Nunca dejes de soñar, porque solo así
eres libre.
No concluyas el día sin hacer algo
importante.
Vence con firmeza el miedo y
desaliento.
Piensa que únicamente las ideas
superiores pueden cambiar el mundo.
La vida muchas veces nos lástima y
nos derriba, convirtiéndonos en
protagonistas de nuestra propia
existencia, “afróntalos con decisión”.
347
Valora las cosas simples por pequeñas
que parezcan.
Disfruta cada día viviendo
intensamente como si fuera el último…
ANGUSTIA
Desesperación:
Afuera ya no hay cantos de pájaros, y dentro
de la casa se respira un silencio sofocante
que parece arrastrarme hacia el abismo.
Por la noche en mi cama imagino verme en
prisión, sola y sin mis hijas. Otras veces
contemplo apenada caminos y encrucijadas
sin salida; ocasionalmente pienso que la
muerte me acecha en medio de la noche. Miro
tan claramente, que considero a veces un
presagio, observo además un trozo de cielo
rodeado de nubes, con sombras
amenazadoras que se van estrechando hasta
348
casi ahogarme. Vago de una habitación a otra,
como pájaro cuyas alas han sido cortadas y
que en la oscuridad se lanza golpeándose
contra los barrotes de su estrecha jaula. Me
refugio en mi lecho para que el sueño acorte
el tiempo, me atormento pensando siempre en
lo peor, quizás me falta más fe en Dios, quien
me ha dado mucho más de todo cuanto
merezco; sin embargo, en mi conciencia
persisten las angustias… yo me pregunto:
¿habrá alguna razón?, o simplemente son
ideas fantasmales concebidas desde niña…
¡Hoy a la angustia cedo y al miedo la frente
mustio, no sé si es odio esta angustia, no sé si
es amor este miedo!...
349
CAMINO A LA LOCURA
Estoy a punto de perder la razón. Imagínense
por un momento lo que significa realizar todo 350
el trabajo del hogar: levantarse temprano,
lavar la ropa, platos, ollas, planchar, arreglar
la casa, llevar los hijos a la escuela, cruzando
las calles y una jungla de automotores de la
que no se escapa nadie… Desesperadamente
he pensado en algunas alternativas:
1.- Comprar una bicicleta, pero a estas alturas
de la vida corro el riesgo que me griten: ¡hey,
vieja gorda y para colmo encaramada en una
bicicleta!, ¡porque no coges un bus, vieja
bruja!...
2.- Sí decidiera echarme una buena caminata,
seguramente me quedaría sin cartera y en
medio del camino y sabe Dios a donde iría a
parar con mis huesos.
3.- Si fuera cierto aquello de que todas las
viejas somos brujas, una escoba voladora
sería mejor que un helicóptero…
351
CUENTOS, TRADICIONES Y
LEYENDAS M. Espinoza e Internet
EL CHUZALONGO
“Personaje mitológico de los indios–quichuas
y de los campesinos mestizos del centro–
norte de la sierra. Se lo describe como un
niño de 2 años o más, con una estatura de 80
cm., rostro blanco, labios gruesos y morados,
nariz chata, orejas grandes, ojos verdes
pequeños con un punto negro de fuego en el
centro, pelo corto, ralo y tieso de color rojizo o
rubio que cae a veces hasta el suelo. El
cuerpo -según algunos- lo lleva cubierto de
escamas de pescado, mientras que otros
352
señalan que lo tiene del color de la cara, pero
pareciendo moreno por la suciedad. Tiene los
pies al revés, esto es, los talones adelante y
los dedos hacia atrás y va cubierto de un
poncho fino de rayas. Sin embargo, su rasgo
más destacado es el tamaño descomunal de
sus genitales, que los lleva arrastrando por el
suelo, igual que su cordón umbilical. Su
miembro viril es extremadamente grande, al
extremo de darse con él, una vuelta al cuello.
El Chuzalongo vive en los bosques de los
cerros, en donde cohabita con los animales
salvajes. Cuando escala grandes alturas grita
muy fuerte y enseguida desaparece entre la
maleza. Por estas razones, los runas lo
consideran hijo del cerro, mientras que para
los campesinos mestizos, el Chuzalongo es
exclusivamente un ser maléfico, fruto de los
amores incentuosos entre padres e hijos o
entre hermanos.
353
El Chuzalongo al parecer acostumbra a
perseguir y buscar mujeres jóvenes, solteras y
engreídas. A estas se les aparece de pronto,
despertando en ellas un sentimiento de
maternidad por lo que deciden adoptarlo o
protegerlo. Una vez que logra ser abrigado en
el regazo de sus madres adoptivas, secciona
sus vientres y arranca su útero dejándolas
ensangrentadas y normalmente heridas.
Otras ocasiones las viola, matándolas de una
forma sangrienta por la dimensión de su falo.
Con los hombres en cambio parece adquirir
diversos comportamientos. Algunas veces los
mata con la mirada o aplicando sus
descomunales fuerzas. Otras veces los
asesina haciendoles cosquillas para luego
llorar de pena sobre sus cadáveres. En ciertas
ocasiones, cuando los hombres pasan por las
quebradas en que habita, pone a prueba sus
fuerzas, por lo que exige a los transeúntes
354
desenterrar un penco grande con sus manos,
como condición o peaje para dejarlos seguir
por el camino. Por todas estas razones los
campesinos cuando encuentran su rastro en
los senderos, cambian de rumbo para evitarlo.
El Chuzalongo en la cosmovisión quichua
representa el espíritu o alma de las montañas
consideradas masculinas, pero en la mitología
mestiza, parece simbolizar exclusivamente el
hecho incentuoso, a juzgar por sus pies al
revés que indican una cojera ancestral, es
decir, la dificultad para andar que se relaciona
con la animalidad a la que está estrechamente
vinculado el hecho incentuoso. Mientras tanto
su largo cordón umbilical indica la unión
permanente, no interrumpida con la madre,
que evoca el incesto, así mismo su condición
de probable “hijo” para la totalidad de las
mujeres, de las cuales puede ser su violador,
hacen de él, al mismo tiempo, su amante. El
355
Chuzalongo es por tanto, no solo el fruto del
incesto, sino incestuoso el mismo.”
DUENDE PERSEGUIDOR DE NIÑOS
“Ser mitológico de los mestizos de la región
interandina, quienes lo describen como un
muchachito pequeño de ojos muy grandes
que utiliza un gran sombrero blanco y un
poncho largo. Una leyenda recogida por
Darío Guevara (1972:185) señala que este
Duende fue en un tiempo un muchacho
travieso y ocioso que andaba con un gran
sombrero para cubrirse del sol, hasta que de
tanto vagar por el campo se le apareció el
Diablo. El muchacho asustado abrió
extremadamente los ojos pero el Diablo lo
tranquilizó diciéndole que en adelante será su
hijo y se llamará Duende, encargándole
atemorizar y perseguir a los niños sin bautizo
356
y a los muchachos ociosos y vagabundos.
Este duende además se caracteriza por ser
extremadamente travieso. Le gusta obstruir o
deshacer ciertos trabajos que los hombres
realizan en el campo. Para que desista de
sus travesuras y se entretenga, se le obsequia
regalos como cigarrillos y aguardiente.
El Duende perseguidor de los niños igual que
el Chuzalongo o el Tintín son manifestaciones
particulares de la mitologización del tema del
niño. Estos pequeños malignos no obstante,
parecen relacionarse paradógicamente con el
arquetipo del dios-niño, por el cual la divinidad
se presenta con una apariencia insignificante,
débil y expuesta al peligro, pero poseyendo en
realidad un gran poder.”
357
DUENDE SÁTIRO
“Este mito está presente en todos los grupos
mestizos del país. Su aparecimiento es el
resultado de la combinación de creencias
andinas y europeas. En las regiones altas de
la sierra central, el Duende Sátiro es decrito
como una especie de diablillo con indumenta-
ria gris de pastor y un látigo o acial en la
mano, mientras que en el resto del país se le
adjudica como vestimenta un enorme
sombrero negro del doble de la talla de su
cuerpo regordete -que no pasa de los ochenta
centímetros-, poncho rojo o camisa,
alpargatas o zapatos puntiagudos doblados
hacia arriba. Su rostro es moreno, barbado y
358
risueño. Tiene unos grandes ojos rojizos, dos
hileras de colmillos puntiagudos y uñas largas
en forma de púas. Su presencia se hace
ostensible por los aullidos de los perros, el
canto de los gallos y sobre todo, por el
sinnúmero de pidrecillas que arroja contra las
puertas y ventanas con incomparable
puntería.
El Duende Sátiro, habita en los lugares
abandonados, como chozas, molinos, pozos,
antiguos hornos de pan, acequias, cruce de
ríos y quebradas profundas, especialmente las
que se precipitan en forma de cascada, de
donde sale a las doce del día o de la noche.
Pero además, es común observarlo al
anochecer en las ramas de ciertos árboles
como los chirimoyos o en los tejados de las
casas, desde donde acostumbra a lanzar
piedras sobre la cabeza, la espalda y los pies
de los transeúntes hombres, pero cuando son
359
muchachas las que pasan, arroja flores
fragantes.
El Duende Sátiro, es muy buen músico y le
gustan las jaranas que en compañía de otros
duendes se lleva a cabo a las 12 del día y a
las 6 de la tarde, en las vísperas de Noche
Buena y quince días antes de la semana
santa, en el viernes de concilio. A esas horas
y en esas fechas salen de las quebradas a
bailar en las piedras al son de un tambor que
produce un ruido ensordecedor. Los duendes
danzan efectuando raros movimientos,
halándose los ponchos, cabellos y arrojando
los sombreros, mientras beben un líquido
contenido en botellas más grandes que ellos
mismos. Las personas que presencian este
hecho, sin dejarse ver, invocan a gritos el
nombre de la Virgen de los Caminantes
haciendo la señal de la cruz, para que
escuchen los duendes. Quienes no hacen
360
dicha invocación, son enduendados, es decir,
llegan a sus casas hechando espuma por la
boca, con los ojos desorbitados, los cabellos
en punta y hablando blasfemias, por lo que
requieren un exorcismo.
El Duende Sátiro es además un gran
peleador, de ahí quien busca aprender a
pelear debe enfrentarse al Duende por tres
ocasiones hasta derrotarlo. Si ello sucede, el
Duende le enseñará una oración, la cual le
permitirá no perder nunca una pelea en el
futuro. En Esmeraldas se señala además que
el Duende es un gran jinete, pues acostumbra
a montar en un caballo sentado al revés, pero
exige tanto al caballo que este muchas veces
muere de agotamiento.
No obstante y sobre todo, el Duende es muy
aficionado de las jóvenes, que tienen el
cabello largo, ojos grandes y les empieza a
brotar los senos. Las jóvenes de quien se
361
enamora son acosadas permanentemente.
El Duende acostumbra a halarles los cabellos
o alzarlas en vilo en frente de otras personas.
Así mismo a las muchachas que lo rechazan,
las catiga anudándoles el cabello.
El Duende fue un ángel expulsado del cielo
luego de la rebelión de Luzbel. De ahí que
para auyentarlo hay que recitar: “Oh ángel
renegado cantad lo que antes cantabas:
Gloria in excelsus Deus”. Sin embargo para
alejarlo de las muchachas de quien se ha
enamorado es necesario otros ardides. Por
ejemplo, se recomienda que las jóvenes
acosadas, reposen junto a un hombre negro
desnudo, para que el Duende decepcionado
huya para siempre. Otros aconsejan dejar
una guitarra bien templada sobre la cama de
su víctima, para que el Duende al tocar se
acuerde de la dicha que perdió en el cielo
cuando fue ángel bueno; así éste terminará
362
por destrozar la guitarra y desaparecer.
Otros en cambio creen que hay que hacer
todo lo contrario, es decir, dejar una guitarra
destemplada en la puerta de la casa de la
muchacha perseguida, para que el Duende al
querer tocar las canciones que le gusta no
pueda y se decepcione. Por último, hay
quienes consideran que es efectivo dejar
espejos para que el Duende se mire y se
sienta infeliz por su fealdad.”
363
MULA CABRIOSA
“Animal fabuloso propio del centro y norte de
la sierra. La Mula Cabriosa es la
transformación que sufren las amantes o
convivientes de los curas, sobre todo en las
noches de “Luna Llena”. Por lo general se la
ve en las calles de los pueblos haciendo sonar
una campanilla que denuncia su delito sexual,
razón por la cual se le denomina también Mula
Campanillera. Otras versiones indican que la
Mula Cabriosa es la transformación del mismo
cura, de ahí que se la describe de color negro
con herraduras de acero que en la noche
364
corre a todo trote por las calles arrastrando
una cadena de hierro candente y sonora que
suena como campanillas broncas. Cuando se
golpea o hiere a la Mula Cabriosa, la mujer o
el clérigo de quien se sospecha, amanece con
los golpes o heridas recibidas.
Para la cultura mestiza, la mula es un animal
maldito por Dios, debido a que se considera
que cuando estuvo en el pesebre de Belén,
junto al niño Jesús, comió las pajitas del lecho
del infante provocándole frío. Por esta razón
se cree que Dios la castigó con la esterilidad,
considerada en el imaginario popular una
maldición y una desventura (Guevara,
1972:294).”
365
366
VIUDA
“Personaje imaginario de las ciudades
ecuatorianas, conocida también como
“Tapada” en Guayaquil o llamada “Viuda del
Tamarindo” en Manabí. Se trata del
espectro de una mujer que aparece por las
calles luego de las doce de la noche. La
Viuda se caracteriza por su gran elegancia y
su figura encantadora. Va vestida de negro y
lleva cubierta su cabeza con mantilla, velo o
pañolón de largos flecos. A su paso queda
un oloroso perfume de nardos o violetas, todo
lo cual despierta el interés de los
trasnochadores y borrachos que deciden
seguirla. Quienes van tras de su paso no
pueden acercarse más de una vara, ya que
ella sigue sin dejarse alcanzar debido a que
jamás varía su ritmo, y por más esfuerzos que
hacen sus perseguidores jamás pueden 367
rebasar tal distancia. Con ese ritmo continúa
por callejones y vericuetos, mientras sus
perseguidores, perdidos el rumbo, la siguen
de forma hipnótica, no obstante cualquiera
que pudiera venir de frente nunca la ve. La
Viuda prosigue su camino extraviando cada
vez más a su seguidor hasta que de forma
súbita se detiene en un lugar apartado o al pie
de un tamarindo, da mediavuelta, levanta su
velo y dice: “Ya me ve usted como soy…
Ahora, si quiere seguirme sígame”. En ese
instante sus perseguidores observan a una
mujer de bellísimo rostro sonrosado que en
cuestión de segundos se descompone hasta
convertirse en una calvera, mientras su pecho
arde en llamas. Quienes han presenciado
esta visión quedan paralizados, locos o
muertos, entre tanto la Viuda da mediavuelta y
prosigue su camino hasta esfumarse.
368
Al parecer la Viuda es el alma en pena de una
mujer bella que se desposó sin amor con un
hombre rico, razón por la cual siguió teniendo
muchos pretendientes. Nunca fue fiel y tal
vez impulsada por uno de sus amantes
asesinó a su marido, razón por la cual fue
condenada a vagar para siempre por las
noches, a la vez que su transformación en
esqueleto busca recordar y subrayar que los
atractivos de la carne se reducen a simples
huesos.”
369
CAJA RONCA
“Tambor que emite el sonido de un redoblar,
pausado, ronco, sordo y lejano y, por tanto, de
carácter fúnebre, acompañado por el silbido
de un flautín. La Caja Ronca anuncia el inicio
y final de la procesión de almas condenadas y
demonios, por lo que suele escucharse
pasadas las once de la noche en los pueblos
del norte y centro de la sierra, pero antecedida
por el aullar de una jauría de perros. Este
lúgubre instrumento es tocado por dos
espectros vestidos de rojo, uno de los cuales
encabeza el truculento cortejo y otro que va al
final del mismo. La Caja Ronca se escucha
desde una gran distancia para advertir e
invitar a los noctámbulos y disolutos a que se 370
recojan, porque de lo contrario serán
escogidos por los espectros de ultratumba,
para que los acompañen al infierno.
A veces este instrumento suele ser tocado
por el diablo con el propósito de asustar a la
gente y permitir que los ladrones puedan
realizar sus fechorías.
Como remedio para alejar y hacer
desaparecer el fúnebre sonido y la procesión
que lo acompaña, se recomienda pellizcar a
un niño lactante que haya sido bautizado.”
371
POSORJA
“Nombre de una célebre pitonisa huancavilca.
La leyenda de Posorja muy popular en la
colonia y a inicios de la vida repúblicana,
cuenta que la vidente apareció de pronto
frente a las costas de la península de Sta.
Elena, precisamente en el sitio en el que
actualmente se ubica la población del mismo
nombre. Llegó en una pequeña nave de
madera más liviana que la balsa cuando era
solamente una criatura. La niña era de
rasgos blancos y venía envuelta en unas finas
mantas de algodón que tenían estampados
unos intrincados jeroglíficos; llevaba además
en su pecho, como colgante, un caracol
pequeño y finamente labrado. Adoptada por
los huancavilcas, creció hasta hacerse mujer.
Fue entonces que empezó a vaticinar los
sucesos más trágicos del pueblo que la 372
adoptó, cobrando fama de gran visionaria en
toda la región. Por esta razón llegaron hasta
su aldea Huayna Cápac y después Atahualpa,
a quienes predijo los trágicos desenlaces de
sus reinados. Cuando Huayna Cápac llegó a
la península de Sta. Elena, vió en Posorja a
una enviada del dios Pachacamac y le pidió
que le vaticinara su porvenir, viendo en los
ojos de la pitonisa su muerte en Tomebamba
y la guerra fraticida entre Atahualpa y
Huáscar. Después, cuando Atahualpa le
pidió que revelase su futuro, pronosticó su
triunfo sobre Huáscar y el breve tiempo que
duraría su victoria. Por último, pronosticó
que habrían de llegar unos hombres blancos y
barbados que matarían al inca luego de
tomarlo prisionero en Cajamarca.
Cuando Posorja terminó esta revelación
declaró que su misión en la tierra había
terminado, puesto que aquella había sido su
373
última predestinación. Luego de su
declaración se dirigió al mar, sopló su caracol
y una ola se la llevó.”
374
SAN BIRITUTE.
“La creencia popular le atribuía la facultad de
hacer llover o de volver fértiles a las mujeres.
Se trata de un monolito encontrado en la
Provincia de Santa Elena hace más de 60
años, conocido como San Biritute o el dios de
la fecundidad.
Es una escultura tallada en piedra, de 2,35
metros de altura, que muestra a un hombre de
nariz recta, con sus brazos cruzados y sus
órganos genitales masculinos a la vista. Se
encuentra en la sala Prehispánica y es uno de
los principales iconos del museo municipal de
Guayaquil.
La pieza fue hallada por Francisco Huerta
Rendón en septiembre de 1949 en Sacachún,
una comuna de la parroquia Julio Moreno del
cantón santa Elena, capital de la provincia que
375
lleva su nombre. El recinto posee atractivos
turísticos que corresponden el 40% a
manifestaciones culturales históricas. Se cree
sin embargo, que el dios permaneció
inicialmente en el llamado cerro Las Negras.
El historiador Rodolfo Pérez Pimentel en su
diccionario Bibliográfico del Ecuador cuenta
que Huerta Rendón decidió plasmar el
hallazgo en los Cuadernos de Historia y
Arqueología del Núcleo del Guayas, en un
artículo titulado "San Biritute, señor de
Sacachún". Allí cuenta la tradición de los
campesinos de la comuna entorno al monolito
de piedra, que en su estructura evidencia
material marino (similar a restos de concha).
Según los comuneros, San Biritute tenía el
don de hacer llover y por eso se le ofrecían los
mejores alimentos como regalo para que
cumpliera sus deseos. Pero cuando no
sucedía, aquello era interpretado como una
376
falta de atención a las súplicas y rezos de la
comunidad y por eso debía tener un castigo.
Un sacerdote verdugo tomaba un látigo y
azotaba incansable el cuerpo calizo del dios,
con tal violencia que hasta brotaban chispas.
Las mujeres en cambio frotaban en las
noches su cuerpo desnudo contra el de San
Biritute con el fin de ser fértiles y poder
concebir. Aunque hoy no se repiten aquellos
ritos, las señoras que tienen dificultad para
embarazarse acuden hasta el museo a
conocer o tocar el monolito.
Su peculiar nombre, proviene de la palabra
latina virtutis, que significa masculinidad u
hombría, con la cual respalda ese don que se
le ha atribuido a través de los años.”
377
EVOCACIONES
Este capítulo lo he dejado intencionalmente
para el final.
Esto sucedió hace años cuando mi madre se
fue al cielo… nadie puede imaginarse el dolor
tan inmenso que siento al haberla perdido
para siempre…
Recuerdo que yo vivía a pocas millas de la
casa de mi madre en Guayaquil, y con tristeza
evoco las veces que iba a visitarla llevando a
mis hijas todavía pequeñas, para que
compartieran su cariño… ahora que ya no
está en este mundo, como quisiera tenerla
nuevamente a mi lado, para decirle cuanto le
amo y cuanto la necesito…
Yo jamás había escrito nada, ni estaba
preparada para esto, han sido mis hijas y mi
esposo quienes me han estimulado, gracias a
378
ellos he podido esbozar unos pocos capítulos
sobre mi larga existencia…
Ha transcurrido mi vida cumpliendo los
deberes de esposa y de madre, he brindado
amor y cariño, son ellos quienes llenan los
vacíos día a día con ternura y comprensión.
Siempre admiré a mis padres, pero no pasó
por mi mente escribir algo relacionado con
ellos. Esta ilusión ocurrió cuando encontré
una fotografía familiar muy lejana, la devoré
con la mirada y serpentinas de lágrimas
cayeron por mi rostro, se agolparon
innumerables recuerdos y el corazón exhaló
un profundo suspiro, luego me dije: ¡voy a
escribir mis nostalgias!... es así como he
podido narrar con un lenguaje sencillo,
“retazos de mi vida” clavados en el alma…
¡Nunca volverán aquellos años felices, pero en
el recuerdo está presente su belleza!...
379
“ETIMOLOGÍA DE LOS
NOMBRES”
“LETTY”
De Leticia, nombre de origen latino, que
significa felicidad. Tiene la habilidad de
mantener la calma. Sus metas las alcanza
con rapidez. Su fuerza la recibe del calor de
hogar. Extiende a todos su paz.
Insiste en lo que de verdad cree. A su lado el
tiempo vuela.
Disfruta de la calma después de una tormenta.
380
“MAGDALENA”
Nombre de origen hebreo, que significa “María
de Magdala”.
Prudente a la hora de resolver situaciones
difíciles. No tiene complejos.
No se calla ante una injusticia.
Cree en sí misma. Tiene un espíritu
persuasivo. Es respetada por todos.
Su pasatiempo favorito: hablar con una amiga.
381
382
LEYENDA
Los primitivos solares del apellido Vargas
radicaron en Andalucía (Sevilla y Jerez), en
Castilla (Toledo), en Extremadura, Madrid y
Alcalá. El apellido Vargas tiene origen
locativo, ya que deriva del nombre del lugar
donde vivía su portador o donde en otro
tiempo tenía bienes o tierras. En este caso, se
ha derivado del lugar llamado Liguero de
Vargas en la provincia de Badajoz en
Extremadura. También puede ser derivado
del lugar de Vargas en Portugal o del lugar del
mismo nombre en Santander, pero según los
tratadistas, la familia de este apellido en
Portugal procede de Rodrigo de Vargas, uno
de los señores de la Villa de Liguera de
Vargas, cerca de Badajoz, que pasó a
Portugal dejando descendientes en Lisboa.
En los registros antiguos el apellido
generalmente tenía el prefijo “De”, que
383
significa “Procedente De”, e indica el origen
locativo de este apellido, ya que durante la
edad media y antes de que el sistema de
apellidos se estructurará formalmente, era
costumbre popular, el adoptar el segundo
nombre que servía de identificación para
distinguirse de aquellas personas que
llevaban el mismo nombre de pila, aunque en
el comienzo eran preferentemente de origen
patronímico (derivados del propio nombre del
padre), pero con el aumento de la
documentación se originaban muchas
confusiones, justificándose así el uso de otros
procedentes de lugares específicos.
Entre los personajes ilustres que han
llevado este apellido tenemos a Alonso
Vargas (Siglo XIV), arzobispo y escritor
Sevillano, Gaspar de Vargas Carvajal (1504-
1584), acompañó como misionero a Gonzalo
Pizarro en su expedición a Quito y siguió a
384
Orellana hasta el descubrimiento del río
Amazonas: contemporáneamente sobresale
Getulio Vargas (1822-1954), Presidente del
Brasil y Mario Vargas Llosa escritor peruano.
En el Ecuador este apellido se extendió desde
el siglo XVI por Loja, Cuenca, Riobamba,
Manabí y Guayaquil con el Gobernador
Rodrigo Vargas Guzmán, Quito por medio de
Francisco Vargas, veedor de la Real
Audiencia de Quito, Esmeraldas a través del
Coronel Luis Vargas Torres, mártir del
liberalismo y Manabí por medio de los
Generales René y Frank Vargas Pazzos.
BLASÓN DE ARMAS Y SIMBOLOGÍA
En campo de plata, cuatro fajas ondeadas de
azur.
Este conjunto de elementos en la armería de
Vargas son como las páginas de una crónica
heroica, mostrando las virtudes de sus
individuos, los hechos guerreros en que
385
participaron o las vicisitudes por las que
atravesaron y que son explicadas a
continuación.
Plata (blanco): la pureza, humildad y
franqueza de sus portadores los
responsabilizaba de los huérfanos y doncellas.
Faja Ondeada: símbolo concedido a los que
resultaban heridos en el campo de batalla o a
los salpicados en su coraza por la sangre
enemiga.
Azur (Azul): socorrían a fieles servidores de
los príncipes por su capacidad de justicia,
perseverancia y lealtad.
386
LEYENDA
En Portugal y Galicia, parece que el más
antiguo solar de este apellido radicó en
387
Portugal entre los ríos Lomen y Cádabo,
cerca de Braga, en la quinta de Pazzos de los
Castros, feligresía de San Pedro de Traba.
Las familias Pazzos, Pazoz o Pazos, en
Galicia, tuvieron casas solariegas en la
ciudad de Pontevedra; en el lugar de Pazoz
de Barbén, del partido judicial de Redondela,
en dicha provincia: en el pueblo de Proben de
la misma; en Sotelino dos Arcas, de la
jurisdicción de la Villa de Laza, partido judicial
de Verín y Provincia de Orense y en la
parroquia de Mijos que también pertenece al
partido de Verín.
Como figura saliente de los Pazzos, se
destaca la de don Salustiano Portela Pazzos
de Proben, Déan de la Catedral de Santiago
de Compostela. De la familia Pazzos con
asiento en la ciudad de Pontevedra, procedió
Juan Rodríguez Pazzos, que en su mujer,
doña Elvira Fernández de Figueroa, tuvo a
388
Rodrigo de Pazzos Figueroa, Oidor de la
Real Cancillería de Granada quien contrajo
matrimonio con doña Constanza de Zúñiga y
Mendoza, natural de Villagarcía de Arosa,
(hija de Albar de Sotomayor y de Doña Mayor
de Osores Mendoza, con casa que llamaban
vista alegre, a tres leguas de Pontevedra). El
padre de Antonio Pazzos Figueroa nacido en
Granada fue Oidor de aquella Real
Cancillería y Caballero de Orden de
Santiago, en la que ingresó el 12 de
septiembre de 1611. En la calificación de una
Probanza ad- perpetuam reimemoriam, que
se conserva en el archivo de la Real
Cancillería de Valladolid, escrita en pergamino
y expedida el 20 de Noviembre del año 1622,
a nombre de Francisco Pazzos, vecino de
Sotelino dos Arcas, jurisdicción de Laza y
partido Judicial de Verin (Orense), consta que
dicho Francisco era hijo de Antonio dos
Pazzos y de doña Catalina dos Pazzos.
389
BLASÓN DE ARMAS Y SIMBOLOGÍA
En campo de Azur, un brazo con armadura
de plata, moviente del cantón diestro del jefe y
empuñando una espada desnuda del mismo
metal, cuya punta le entra por la boca a un
león de su color. En el centro del jefe, una
estrella de oro.
Azur (Azul): Amparaban a los servidores de
los príncipes por su capacidad de justicia,
perseverancia y lealtad.
Brazo Armado: Símbolo de los poseedores
de ilimitada fortaleza.
León: Representación del espíritu guerrero
con cualidades heroicas de valor, fuerza y
bravura.
Estrella: Símbolo otorgado a los reconocidos
con hechos meritorios al servicio del Estado o
su soberano.
390
ÍNDICE
Recordar es volver a vivir------------------------------------ 2
391
Dedicatoria ------------------------------------------------------ 3
Mis raíces ------------------------------------------------------- 4
Mi padre --------------------------------------------------------- 4
Mi madre -------------------------------------------------------- 9
Mis Hermanos ------------------------------------------------ 11
Trabajadores -------------------------------------------------- 18
Nacimiento ----------------------------------------------------- 20
El vestido destrozado --------------------------------------- 22
Berrinche ------------------------------------------------------- 25
Rabieta --------------------------------------------------------- 28
El jardín de mi infancia -------------------------------------
31
La casa del árbol --------------------------------------------- 34
El hada ---------------------------------------------------------- 37
El miedo (Blanca Nieves) ---------------------------------- 42
Pecas ----------------------------------------------------------- 48
El circo ---------------------------------------------------------- 52
Carlitos (El Pollito) ------------------------------------------- 57
Fiesta ------------------------------------------------------------ 59
Mi padre (Desmejora) ----------------------------------------
65
Partida ----------------------------------------------------------- 71
Fuente de soda ------------------------------------------------ 78
Motita ------------------------------------------------------------- 85
Mis primeras amigas ---------------------------------------- 94
392
Educación ----------------------------------------------------- 96
El primer día de clases ------------------------------------- 97
La profesora de canto ------------------------------------- 100
Amigos inseparables -------------------------------------- 106
Viernes Santo ----------------------------------------------- 109
El vado --------------------------------------------------------- 118
Ruido en la noche ------------------------------------------ 122
Las huellas --------------------------------------------------- 131
Llantos mañaneros ---------------------------------------- 137
Mis primos--------------------------------------------------- 141
El mar --------------------------------------------------------- 152
La tarabita ---------------------------------------------------- 158
Desgarradores lamentos --------------------------------
163
Noche buena ----------------------------------------------- 169
El cuaderno mágico -------------------------------------- 172
La boda -------------------------------------------------------- 177
Bonita ---------------------------------------------------------- 184
Lucha libre ---------------------------------------------------- 189
Los bandidos ------------------------------------------------- 194
Miss Gloria --------------------------------------------------- 197
Fantasía desvanecida ------------------------------------ 204
El callejón del diablo ------------------------------------- 211
De vuelta a casa -------------------------------------------- 214
393
Descuido (Flor) ----------------------------------------------
216
La bailarina ---------------------------------------------------
220
La última prueba -------------------------------------------- 233
Poema -Adiós a la escuela ------------------------------
237
El primer viaje en avión ----------------------------------- 239
Ingreso al colegio La Providencia-Quito ------------- 245
Parlanchina incorregible --------------------------------- 250
Despedida --------------------------------------------------- 254
Exámenes La Inmaculada-Guayaquil ---------------- 259
Injusticia ------------------------------------------------------ 262
Cuando dejé de ser niña ---------------------------------- 267
Mi cumpleaños ---------------------------------------------- 269
Irene ----------------------------------------------------------- 272
Verbena ------------------------------------------------------ 281
El primo de mi amiga Eva -------------------------------- 285
Atrás quedo la infancia ----------------------------------- 291
Matrimonio --------------------------------------------------- 293
Ser madre ----------------------------------------------------- 297
Mis hijas ------------------------------------------------------- 299
Sandrita ------------------------------------------------------ 299
Carlita ---------------------------------------------------------- 302
Recuerda ------------------------------------------------------ 303
394
Consejos ------------------------------------------------------
304
Guardián, el perro de Esthercita ------------------------ 306
La muñeca, la rosa blanca y la foto ------------------- 309
Parece que fue ayer ---------------------------------------- 315
Agradecimiento ---------------------------------------------- 318
Adiós eterno ------------------------------------------------- 319
La última mirada -------------------------------------------- 322
Poemas Letty ----------------------------------------------- 324
Poemas Gladys -------------------------------------------- 328
Recordar es volver a vivir -------------------------------- 330
Poema a Chone -------------------------------------------- 332
Gratitud (Profesores, padres y hermanos) ---------- 335
Tomasita ------------------------------------------------------ 336
Ha pasado el tiempo ---------------------------------------
338
Nadie como tú ----------------------------------------------- 344
Pensamientos ----------------------------------------------- 345
La vida es un sueño----------------------------------------- 347
Angustias ----------------------------------------------------- 348
Camino a la locura ----------------------------------------- 350
Cuentos, tradiciones y leyendas ----------------------- 352
El Chuzalongo ---------------------------------------------- 352
Duende perseguidor de niños -------------------------- 356
Duende Sátiro ---------------------------------------------- 358
395
Mula Cabriosa ---------------------------------------------- 364
Vuda ---------------------------------------------------------- 366
Caja Ronca ------------------------------------------------- 369
Posorja ------------------------------------------------------- 371
San Biritute --------------------------------------------------- 374
Evocaciones ------------------------------------------------- 377
Etimología de los nombres-------------------------------- 379
Letty ----------------------------------------------------------- 379
Magdalena --------------------------------------------------
380
Escudo Familia Vargas ------------------------------------ 381
Leyenda-------------------------------------------------------- 382
Escudo Familia Pazzos ----------------------------------- 386
Leyenda -------------------------------------------------------
387
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396