quimera sobre ruedas
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Antología poética del siglo XX.TRANSCRIPT
Antología de poesía del siglo XX
La quimera
sobre ruedas
Vladislav Panchyshyn
1. Modernismo
2. Generación del 98
3. Novecentismo y vanguardia
4. Grupo del 27
5. Años 40: posguerra
6. Años 50: poesía social
7. Años 60: generación del medio siglo
8. Años 70: novísimos
9. Poesía actual
10. Poemas propios
Índice
1. Modernismo
Esta corriente poética, representada por Rubén Darío, lleva al lector a lugares remotos
y exóticos, transmitiéndole pasiones intensas, sensaciones, e invitándole a reflexionar
sobre la decadencia de la sociedad burguesa capitalista frente al esplendor del
cosmopolitismo francés.
AUTUMNAL
Eros, vita, lumen
En las pálidas tardes yerran nubes tranquilas
en el azul; en las ardientes manos se posan las cabezas pensativas.
¡Ah los suspiros! ¡Ah los dulces sueños! ¡Ah las tristezas íntimas!
¡Ah el polvo de oro que en el aire flota, tras cuyas ondas trémulas se miran
los ojos tiernos y húmedos,
las bocas inundadas de sonrisas, las crespas cabelleras
y los dedos de rosa que acarician!
En las pálidas tardes me cuenta un hada amiga
las historias secretas llenas de poesía;
lo que cantan los pájaros, lo que llevan las brisas,
lo que vaga en las nieblas, lo que sueñan las niñas.
Una vez sentí el ansia
de una sed infinita. Dije al hada amorosa:
—Quiero en el alma mía tener la aspiración honda, profunda,
inmensa: luz, calor, aroma, vida. Ella me dijo: —¡Ven!— con el acento
con que hablaría un arpa. En él había un divino aroma de esperanza.
¡Oh sed del ideal!
Sobre la cima de un monte, a medianoche,
me mostró las estrellas encendidas. Era un jardín de oro
con pétalos de llama que titilan. Exclamé: —Más...
La aurora vino después. La aurora sonreía,
con la luz en la frente, como la joven tímida
que abre la reja, y la sorprenden luego ciertas curiosas, mágicas pupilas.
Y dije: —Más...— Sonriendo la celeste hada amiga
prorrumpió: —¡Y bien! ¡Las flores! Y las flores
estaban frescas, lindas, empapadas de olor: la rosa virgen,
la blanca margarita,
la azucena gentil y las volúbiles que cuelgan de la rama estremecida.
Y dije: —Más... El viento
arrastraba rumores, ecos, risas, murmullos misteriosos, aleteos,
músicas nunca oídas.
El hada entonces me llevó hasta el velo que nos cubre las ansias infinitas,
la inspiración profunda y el alma de las liras.
Y los rasgó. Allí todo era aurora. En el fondo se vía
un bello rostro de mujer. ¡Oh; nunca,
Piérides, diréis las sacras dichas que en el alma sintiera!
Con su vaga sonrisa: —¿Más?... —dijo el hada.
Y yo tenía entonces clavadas las pupilas
en el azul; y en mis ardientes manos
se posó mi cabeza pensativa...
[Azul, 1888]
Rubén Darío (Ciudad Darío, 1867- León, 1916)
ALABA LOS OJOS NEGROS DE JULIA
¿Eva era rubia? No. Con negros ojos
vio la manzana del jardín: con labios rojos probó su miel; con labios rojos
que saben hoy más ciencia que los sabios.
Venus tuvo el azur en sus pupilas,
pero su hijo no. Negros y fieros, encienden a las tórtolas tranquilas
los dos ojos de Eros.
Los ojos de las reinas fabulosas, de las reinas magníficas y fuertes,
tenían las pupilas tenebrosas que daban los amores y las muertes.
Pentesilea, reina de amazonas;
Judith, espada y fuerza de Betulia; Cleopatra, encantadora de coronas,
la luz tuvieron de tus ojos, Julia.
La negra, que es más luz que la luz blanca del sol, y las azules de los cielos.
Luz que el más rojo resplandor arranca al diamante terrible de los celos.
Luz negra, luz divina, luz que alegra
la luz meridional, luz de las niñas, de las grandes ojeras, ¡oh luz negra
que hace cantar a Pan bajo las viñas!
[Prosas profanas y otros poemas, 1896-1901]
Rubén Darío (Ciudad Darío, 1867- León, 1916)
LO FATAL
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!...
[Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas, 1905]
Rubén Darío (Ciudad Darío, 1867- León, 1916)
2. Generación del 98
Las vidas de los escritores y poetas de esta corriente estuvieron marcadas por el
desastre del 98. Por eso sus obras hacían reflexionar al lector sobre la situación de
España y mostraban deseos de progreso de la nación, impulsada por el trabajo y la
humildad de los castellanos.
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
[Campos de Castilla, 1907-1917]
Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 1875-Colliure, 1939]
YO VOY SOÑANDO CAMINOS
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero,
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—.
En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino se serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
Aguda espina dorada,
quién te volviera a sentir
en el corazón clavada.
[Soledades, 1899-1907]
Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 1875-Colliure, 1939]
LA MUJER MANCHEGA
La Mancha y sus mujeres... Argamasilla, Infantes
Esquivias, Valdepeñas, La novia de Cervantes,
y del manchego heroico, el ama y la sobrina
(el patio, la alacena, la cueva y la cocina,
la rueca y la costura, la cuna y la pitanza),
la esposa de don Diego y la mujer de Panza,
la hija del ventero, y tantas como están
bajo la tierra, y tantas que son y que serán
encanto de manchegos y madres de españoles
por tierras de lagares, molinos y arreboles.
Es la mujer manchega garrida y bien plantada,
muy sobre sí doncella, perfecta de casada.
El sol de la caliente llanura vinariega
quemó su piel, mas guarda frescura de bodega
su corazón. Devota, sabe rezar con fe
para que Dios nos libre de cuanto no se ve.
Su obra es la casa —menos celada que en Sevilla,
más gineceo y menos castillo que en Castilla—.
Y es del hogar manchego la musa ordenadora;
alinea los vasares, los lienzos alcanfora;
las cuentas de la plaza anota en su diario,
cuenta garbanzos, cuenta las cuentas del rosario.
¿Hay más? Por estos campos hubo un amor de fuego,
dos ojos abrasaron un corazón manchego.
¿No tuvo en esta Mancha su cuna Dulcinea?
¿No es el Toboso patria de la mujer idea
del corazón, engendro e imán de corazones,
a quien varón no impregna y aun parirá varones?
Por esta Mancha —prados, viñedos y molinos—
que so el igual del cielo iguala sus caminos,
de cepas arrugadas en el tostado suelo
y mustios pastos como raído terciopelo:
por este seco llano de sol y lejanía,
en donde el ojo alcanza su pleno mediodía
(un diminuto bando de pájaros puntea
el índigo del cielo sobre la blanca aldea,
y allá se yergue un soto de verdes alamillos,
tras leguas y más leguas de campos amarillos),
por esta tierra, lejos del mar y la montaña,
el ancho reverbero del claro sol de España,
anduvo un pobre hidalgo ciego de amor un día
—amor nublóle el juicio: su corazón veía—.
Y tú, la cerca y lejos, por el inmenso llano
eterna compañera y estrella de Quijano,
lozana labradora fincada en tus terrones
—oh madre de manchegos y numen de visiones—,
viviste, buena Aldonza, tu vida verdadera
cuando ta amante erguía su lanza justiciera,
y en tu casona blanca ahechando el rubio trigo.
Aquel amor de fuego era por ti y contigo.
Mujeres de la Mancha con el sagrado mote
de Dulcinea, os salve la gloria de Quijote.
[Campos de Castilla, 1907-1917]
Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 1875-Colliure, 1939]
PROVERBIOS Y CANTARES
—Nuestro español bosteza.
¿Es hambre? ¿sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
—El vacío es más bien en la cabeza.
[Campos de Castilla, 1907-1917]
Antonio Machado Ruiz (Sevilla, 1875-Colliure, 1939]
3. Novecentismo y vanguardias
El novecentismo pretendía crear un nuevo arte destinado al disfrute de una élite
intelectual minoritaria, carente de pasiones y sentimientos, a la vez que proponía
cambios sociales y políticos para mejorar la sociedad.
Las vanguardias fueron una serie de innovaciones artísticas creadas a principios del
siglo xx que defendían una completa libertad formal para los artistas. En España
destacó la greguería de Ramón Gómez de la Serna, una mezcla de metáfora y sentido
del humor.
LA HORA
Cada minuto de este oro ¿no es toda la eternidad?
El aire puro lo mece
sin prisa, como si ya fuera todo el oro que
tuviera que acompasar.
(¡Ramas últimas, divinas, inmateriales, en paz;
ondas del mar infinito de una tarde sin pasar!)
Cada minuto de este oro
¿no es un latido inmortal de mi corazón radiante
por toda la eternidad?
[Canción, 1936]
Juan Ramón Jiménez (Huelva, 1881-Puerto Rico, 1958)
ADOLESCENCIA
En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos. Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios. —El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño.— Le dije que iba a besarla;
bajó, serena, los ojos y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro. —Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso, y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos.—
No se atrevía a mirarme; le dije que éramos novios,
...y las lágrimas rodaron de sus ojos melancólicos.
[Primeras poesías, 1808-1902]
Juan Ramón Jiménez (Huelva, 1881-Puerto Rico, 1958)
GREGUERÍAS
Los globos de los niños van por la calle muertos de miedo.
El bebé se saluda a sí mismo dando la mano a su pie.
El sueño es un depósito de objetos extraviados.
El que está en Venecia es el engañado que cree estar en Venecia. El que sueña con
Venecia es el que está en Venecia.
Los recuerdos encogen como las camisas.
Un país donde los que juegan al toro siempre encuentran quién haga de toro es un país
paradójico progresivo.
La historia es un pretexto para seguir equivocando a la humanidad.
En las grandes solemnidades llenas de personajes uniformados parece que hay algunos
repetidos.
Me gustaría pertenecer a esa época del futuro en que la historia tendrá doscientos
tomos, para ver cómo se la aprenderán los niños.
Al cine hay que ir bien peinado, sobre todo por detrás.
No hay nada que desoriente tanto como un número de teléfono que hemos apuntado y
que no sabemos a quién pertenece.
Hay tipos a los que es tan difícil sacarles una idea de la cabeza como el tapón que se
ha hundido en la botella.
[Greguerías, 1935]
Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-Buenos Aires,1963)
4. Grupo del 27
Los poetas de esta corriente participaron en la conmemoración del tercer centenario de
Góngora en 1927. Compartieron debates y conocimientos en la Residencia de
Estudiantes de Madrid, mayor centro cultural de España. Así fueron capaces de
combinar contrastes: lo clásico y la vanguardia, lo español y lo extranjero,...
BALADA INTERIOR
El corazón,
Que tenía en la escuela
Donde estuvo pintada
La cartilla primera,
¿Está en ti,
Noche negra?
(Frío, frío,
Como el agua
Del río.)
El primer beso
Que supo a beso y fue
Para mis labios niños
Como la lluvia fresca,
¿Está en ti,
Noche negra?
(Frío, frío
Como el agua
Del río.)
Mi primer verso.
La niña de las trenzas
Que miraba de frente
¿Está en ti,
Noche negra?
(Frío, frío,
Como el agua
Del río,)
Pero mi corazón
Roído de culebras,
El que estuvo colgado
Del árbol de la ciencia,
¿Está en ti,
Noche negra?
(Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)
Mi amor errante,
Castillo sin firmeza,
De sombras enmohecidas,
¿Está en ti,
Noche negra?
(Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)
¡Oh, gran dolor!
Admites en tu cueva
Nada más que la sombra.
¿Es cierto,
Noche negra?
(Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)
¡Oh, corazón perdido!
¡Réquiem aeternam!
[Libro de Poemas, 1918-1920]
Federico García Lorca (Granada, 1898-Íbidem, 1936).
MUERTE A LO LEJOS
Alguna vez me angustia una certeza,
Y ante mí se estremece mi futuro.
Acechándolo está de pronto un muro
Del arrabal final en que tropieza
La luz del campo. ¿Mas habrá tristeza
Si la desnuda el sol? No, no hay apuro
Todavía. Lo urgente es el maduro
Fruto. La mano ya lo descorteza.
...Y un día entre los días el más triste
Será. Tenderse deberá la mano
Sin afán. Y acatando el inminente
Poder diré sin lágrimas: embiste,
Justa fatalidad. El muro cano
Va a imponerme su ley, no su accidente.
[Cántico, 1928-1950]
Jorge Guillén (Valladolid, 1893-Málaga, 1984)
LAS MANOS
Mira tu mano, que despacio se mueve,
transparente, tangible, atravesada por la luz,
hermosa, viva, casi humana en la noche.
Con reflejo de luna, con dolor de mejilla, con vaguedad de sueño
mírala así crecer, mientras alzas el brazo,
búsqueda inútil de una noche perdida,
ala de luz que cruzando en silencio
toca carnal esa bóveda oscura.
No fosforece tu pesar, no ha atrapado
ese caliente palpitar de otro vuelo.
Mano volante perseguida: pareja.
Dulces, oscuras, apagadas, cruzáis.
Sois las amantes vocaciones, los signos
que en la tiniebla sin sonido se apelan.
Cielo extinguido de luceros que, tibios,
campo a los vuelos silenciosos te brindas.
Manos de amantes que murieron, recientes,
manos con vida que volantes se buscan
y cuando chocan y se estrechan encienden
sobre los hombres una luna instantánea.
[Sombra del paraíso, 1944]
Vicente Aleixandre (Sevilla, 1898-Madrid, 1984)
5. Años 40: posguerra
En este periodo encontramos la poesía arraigada, cuyos autores ensalzaban al régimen,
valoraban la familia y la religión; y la poesía desarraigada, que trataba de encontrar el
motivo de la existencia humana en este mundo caótico.
CANCIÓN DE LA NIEVE QUE UNIFICA AL MUNDO
Somos hombres, Señor, y lo viviente
ya no puede servirnos de semilla;
entre un mar y otro mar no existe orilla;
la misma voz con que te canto miente.
La culpa es culpa y oscurece el bien;
sólo queda la nieve blanca y fría,
y andar, andar, andar hasta que un día
lleguemos, sin saberlo, hasta Belén.
La nieve borra los caminos; ella
nos llevará hacia Ti que nunca duermes;
su luz alumbrará los pies inermes,
su resplandor nos servirá de estrella.
Llegaremos de noche, y el helor
de nuestra propia sangre Te daremos.
Éste es nuestro regalo: no tenemos
más que dolor, dolor, dolor, dolor.
[Retablo de Navidad, 1940]
Luis Rosales (Granada, 1910-Madrid, 1992)
VERTE, QUÉ VISIÓN MÁS CLARA
Verte, qué visión tan clara.
Vivir es seguirte viendo.
Permanecer en la viva
sensación de tu recuerdo.
Verte. La distancia nace.
El cielo suprime al cielo.
La vida se multiplica
por el número de puertos.
Todo colmado por ti.
No ser más que el ojo abierto,
y eternizar el más leve
escorzo de tu silencio.
Verte para amarlo todo.
Claustro en tranquilo destierro.
Dulzor de caña lunada.
Luz en órbita de sueño.
Mortal límite de ti.
Cielo adolescente y tierno.
Núbil paciencia de playa.
Vivir es seguirte viendo.
¡Verte, Abril, verte tan sólo!
Tranquilísimo desierto.
Pena misericordiosa.
Sosegado advenimiento.
Verte: qué oración tan pura,
islas, nubes, mares, vientos,
las cinco partes del mundo
en las yemas de los dedos.
[Segundo Abril. Poema del aprendiz y del discípulo, 1935-1938]
Luis Rosales (Granada, 1910-Madrid, 1992)
AMOR
¡Primavera feroz! Va mi ternura
por las más hondas venas derramada,
fresco hontanar, y furia desvelada,
que a extenuante pasmo se apresura.
¡Oh qué acezar, qué hervir, oh, qué premura
de hallar, en la colina clausurada,
la llaga roja de la cueva helada,
y su cura más dulce, en la locura!
¡Monstruo fugaz, espanto de mi vida,
rayo sin luz, oh tú, mi primavera,
mi alimaña feroz, mi arcángel fuerte!
¿Hacia qué hondón sombrío me convida,
desplegada y astral, tu cabellera?
¡Amor. amor, principio de la muerte!
[Oscura noticia, 1944]
Dámaso Alonso (Madrid, 1898-Íbidem, 1990)
INSOMNIO
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas
estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45
años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente
la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido,
fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente
mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus
noches?
[Hijos de la ira, 1944]
Dámaso Alonso (Madrid, 1898-Íbidem, 1990)
6. Años 50: poesía social
La poesía comprometida de esta época, sencilla y conversacional, trata de transformar
España para acabar con la injusticia social y hallar la paz y la libertad. Sus autores
tratan de animar al pueblo a dar un cambio en la sociedad.
A VECES ME FIGURO QUE ESTOY ENAMORADO
A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones de moda me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches bebo más que de costumbre.
Me ha enamorado Adela, me ha enamorado Marta,
y, alternativamente, Susanita y Carmen,
y, alternativamente, soy feliz y lloro.
No soy muy inteligente, como se comprende,
pero me complace saberme uno de tantos
y en ser vulgarcillo hallo cierto descanso.
[Tranquilamente hablando, 1947]
Gabriel Celaya (Guipúzcoa, 1911-Madrid, 1991)
BIOGRAFÍA
No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.
Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.
¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.
No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires.
¡Ay, sí, no respirar! Dar el no a todos los nos.
Y descansar: morir.
[La hija de Arbigorriya, 1975]
Gabriel Celaya (Guipúzcoa, 1911-Madrid, 1991)
A LA INMENSA MAYORÍA
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.
Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.
[Pido la paz y la palabra, 1955]
Blas de Otero (Bilbao, 1916-Madrid, 1979)
HOMBRE
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
[Ángel fieramente humano, 1950] Blas de Otero (Bilbao, 1916-Madrid, 1979)
7. Años 60: generación del nuevo siglo
La generación del 50 destaca en este periodo. Es una voz de la experienca que se
preocupa por la vida de las personas, hablando en tono amable sobre amor, la vida
cotidiana o el paso del tiempo.
NOCHES DEL MES DE JUNIO
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.
[Compañeros de viaje, 1959]
Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-Íbidem, 1990)
NOVIEMBRE
Frente a la playa desierta,
oyendo caer la lluvia,
es como si hubiera vuelto
a llorar sobre mi tumba.
Baten las alas (las olas).
Arden sus llamas de espuma.
Aprisionan en sus dedos
la plata que las alumbra.
Todo está fuera del tiempo.
Pasan las nubes oscuras.
La arena, como una carne
sin tiempo, llora desnuda.
Los ojos ya no ven: sueñan.
No atinan con lo que buscan.
Las cosas están enfrente,
mas tienen el alma muda.
Se vertió el vino del ánfora
celeste de la aventura.
Ay alma, por qué volaste
con alas que no eran tuyas.
[Quinta del 42, 1952]
José Hierro (Madrid, 1922-Íbidem, 2002)
MENSAJE A LAS ESTATUAS
Vosotras, piedras
violentamente deformadas,
rotas
por el golpe preciso del cincel,
exhibiréis aún durante siglos
el último perfil que os dejaron:
senos inconmovibles a un suspiro,
firmes
piernas que desconocen la fatiga,
músculos
tensos
en su esfuerzo inútil,
cabelleras que el viento
no despeina,
ojos abiertos que la luz rechazan.
Pero
vuestra arrogancia
inmóvil, vuestra fría
belleza,
la desdeñosa fe del inmutable
gesto, acabarán
un día.
El tiempo es más tenaz.
La tierra espera
por vosotras también.
En ella caeréis por vuestro peso,
seréis,
si no cenizas,
ruinas,
polvo, y vuestra
soñada eternidad será la nada.
Hacia la piedra regresaréis piedra,
indiferente mineral, hundido
escombro,
después de haber vivido el duro, ilustre,
solemne, victorioso, ecuestre sueño
de una gloria erigida a la memoria
de algo también disperso en el olvido.
[Palabra sobre palabra, 1965]
Ángel González (Oviedo, 1925-Madrid, 2008)
8. Años 70: novísimos
Los poetas de esta corriente (agrupados en la antología Nueve novísimos poetas
españoles por J.M. Castellet) buscan la belleza en sus poemas, usan el verso libre con
frecuencia y están influidos por la cultura extranjera (cine, música pop, etc…).
CANCIÓN PARA UNA DISCOTECA
No tenemos fe
al otro lado de esta vida
sólo espera el rock and roll
lo dice la calavera que hay entre mis manos
baila, baila el rock and roll
para el rock el tiempo y la vida son una miseria
el alcohol y el haschisch no dicen nada de la vida
sexo, drogas y rock and roll
el sol no brilla por el hombre,
lo mismo que el sexo y las drogas;
la muerte es la cuna del rock and roll.
Baila hasta que la muerte te llame
y diga suavemente entra
entra en el reino del rock and roll.
[Poesía, 1970-1985]
Leopoldo María Panero (Madrid, 1948)
ELEGÍA
Morir serenamente como nunca he vivido
y ver pasar los coches como en una pantalla
y las canciones lentas de Nat King Cole
un saxofón un piano los atardeceres en las terrazas bajo los
parasoles
esta vida que nunca llegué a interpretar
el viento en los pasillos las ventanas abiertas todo es blanco
como en una clínica
todo disuelto como una cápsula de cianuro en la oscuridad
Se proyectan diapositivas con mi historia
entre el pesado olor del cloroformo
Bajo la niebla del quirófano extrañas aves de colores anidan
[Extraña fruta y otros poemas, 1968, 1969]
Pere Gimferrer (Barcelona, 1945)
ZAMIRA AMA A LOS LOBOS
Zamira ama los lobos.
Yo quisiera ir con ella a buscarlos
a las tierras más altas,
donde los robledales rojos de Sotillo
han perdido sus hojas en las fuentes,
allá donde los caballos
beben el agua helada de las cascadas
y se espera la nieve
como una bendición.
Tú y yo estamos en este hospital
esperando a la muerte.
No la muerte tuya ni la muerte mía,
sino la de aquellos que nos dieron la vida.
Y éstos, ¿a quienes pasarán,
cuando mueran, sus muertes?
Tú y yo esperando el final,
El vacío del límite,
mientras la vida brilla y tiembla entre nosotros
como un cuchillo inocente.
Y es que, esperando la muerte de los otros,
esperamos, un poco, la muerte nuestra.
Quizá, por ello, Zamira ama los lobos.
Quizá, por ello, yo deseo también
salir a buscarlos con ella este mes de diciembre
a los páramos altos,
a los prados remotos.
Y podríamos ver los espinos,
y las brasas de sangre del sol
en mimbrales morados.
Puesta ya en nuestros ojos
la venda de la nieve,
que no pensemos más, que ya no nos deslumbre
el acre resplandor de los quirófanos.
Zamira ama los lobos,
quiere escapar del laberinto de piedra y cristal
del dolor.
Zamira: partamos y no regresemos.
[Tiempo y abismo, 2002]
Antonio Colinas (León, 1946)
9. Poesía actual
INDO-NILO
Cruza una vela blanca por el filo
profundo y espiral de la corriente.
Remonta al Padre Nilo hasta la fuente
y la fuente es el mar y el mar el Nilo.
Blanca la vela rueda sobre un hilo
de plata y agua y sol, una serpiente
rodando entre la arena. Lentamente
vuela por el cristal la barca en vilo.
¿Vela de Ra o de Shiva? En el espejo
Brahma y Osiris miran su reflejo
y el tiempo empieza allí donde termina.
El Nilo mira al Indo, el Indo al Nilo
y entre las dos miradas, por el filo
pasa la blanca barca bailarina.
[Tres ríos, 2004] Álvaro Tato (Madrid, 1978)
CANCIÓN 19 HORAS
¿Quién habla del amor? Yo tengo frío
y quiero ser diciembre.
Quiero llegar a un bosque apenas sensitivo,
hasta la maquinaria del corazón sin saldo.
Yo quiero ser diciembre.
Dormir
en la noche sin vida,
en la vida sin sueños,
en los tranquilizados sueños que desembocan
al río del olvido.
Hay ciudades que son fotografías
nocturnas de ciudades.
Yo quiero ser diciembre.
Para vivir al norte de un amor sucedido,
bajo el beso sin labios de hace ya mucho tiempo,
yo quiero ser diciembre.
Como el cadáver blanco de los ríos,
como los minerales del invierno,
yo quiero ser diciembre.
[Poemas, 1980-2008]
Luis García Montero (Granada, 1958)
15 M. ACAMPO EN ESTA PLAZA
Acampo en esta plaza
desde hace muchos versos
No hay sol, tan solo magia
lloviendo sin descanso.
Recojo firmas,actas,
reivindico el espacio
sagrado de la vida,
grito versos y orgasmos.
Y esta pancarta añeja
antigua , ya un harapo,
que me late por dentro
y os abraza sin manos.
Ni Dios me desaloja
son siglos de intentarlo,
y estoy justo en la puerta
de su comercio rancio
de su negocio antiguo,
decomisos de salmos.
Hace miles millones
que estamos acampados
los poetas sin tinta
los que aun respiramos
otra luz y otra vida
otro verso sin amo.
Acampo en esta plaza
desde hace muchos años.
Belén Reyes (Madrid, 1964) [Poema extraído de su blog]
10. Poemas propios
LLUVIA
Desde el vacío
Cae la lluvia
Con gotas de plomo
Que recuerdan a un río
Mece las hojas
de los altos plataneros,
dispuestos a aguantar
cualquier congoja,
reciban agua o hielo.
Las gotas golpean
los tejados de cinc,
haciendo sonar
una orquesta anónima.
Grises pájaros escondidos
bajo las cornisas,
niños empapados
se mueren de risa.
ATENCIÓN
Juan nos pidió escuchar:
escuchar cada sonido dentro de la clase,
escuchar los del exterior,
y captar otros desde nuestro interior.
En la clase típico silencio,
movimiento de bolígrafos,
roces, golpes, toses, tintineos,
sosiego excesivo y contenida demencia.
Afuera pasos, gritos, vibraciones;
autos, trenes, y transeúntes.
Día soleado sin viento
¿quién se para?, no preguntes.
Y examino mi interior,
más allá de las sensaciones, busco
ecos de la mente y del organismo
qué difícil se ha vuelto
conocerse a sí mismo.
LA YEGUA BAYA DE MANOLO
Tenía mi tío Manolo,
una yegua baya,
medía cuatro codos,
los sementales la olían,
y se quedaban bobos.
Un día Manolo se fue a cazar,
montó en su yegua para no variar,
yo le acompañé,
lo que pasó os voy a contar.
A un arroyuelo llegamos,
de aguas cristalinas,
Paramos a beber, pobres insensatos.
Salió de la maleza
una pantera enorme,
los rifles sacamos,
pero era tarde,
Manolo se retorcía,
la yegua al “escape”.
Fuentes consultadas
Poesía en español <http://www.poesi.as/> [Consultado del 18 al 21 de Abril]
A media voz <www.amediavoz.com > [Consultado el 18 y el 21 de Abril]
En <wikipedia.org> he consultado las fechas de nacimiento y muerte de los autores.
La foto de la portada ha sido tomada y editada por mí.