perfil de rodrigo facio brenes por alfonso chase

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Perfil de Rodrigo Fa cio Brenes Por Alfonso Chase Rodrigo Facio B. na y contradictoria de todo hombre sin- gular. EL HISTORIADOR: Para ubicarse se adentró en la historia. Y no a la manera tradicional de su tiempo. Fue el primero en estudiar el factor económico como determinante en la historia de su país. De la realidad cotidiana del común vivir, como acertadamente lo dijo, fueron cons- truyéndose sus trabajos históricos, algu- nos de ellos insuperados todavía. La his- toria no fue pretexto para lucir sus cono- cimientos, sus métodos, sus lecciones, sino realidad vital para ubicarse, y ubic.ar- nos, en la dialéctica de la vida. Desde sus trabajos de la historia patria hizo plataforma de ideas, consciente . de los males económicos y sociales de su tiempo, buscando el origen y naturaleza de los mismos, no de manera mecánica, sino profundizando en ellos, establecien- do una consecuencia periódica, señalando derroteros que vinieran a desterrar la lección de la historia como una concate- nación de hechos cronológicos, sucesivos y superfiCiales, sino una lucha de índole económica-social, que se reflejaba en el desarrollo general del país. Fue precursor de los trabajos de varios jóvenes histo- riadores, que frecuentemente lo citan, co- mo antecedente y compañero de su pers- pectiva de análisis. Sorprende en Rodrigo Facio la precocidad de su inteligencia: a los 22 años ya había publicado un libro, quizás hoy olvidado, TRAYECTORIA Y CRISIS· DE LA FEDERACION CEN- TROAMERICANA, que es material indb· pensable para conocer la ubicación histó- rica de nuestro pafa, en el ámbito centroa- mericano, y la singularidad y coinciden- cias que nos caracterizan como nación, no isla, dentro del contexto latinoamericano. Lecturas posteriores de Marx, Weber, Laski, Toynbee, Durant, lo ubican como un historiador amplio, sin fronteras es- trechas, en donde coexisten culturalmen- te ideas de indudable importancia en el ámbito universaj. EL HOMBRE: Tenía, donde estuviera colocado, eso que acertadamente llamó alguna vez Marm Cañas, presencia · de águila fina. Sin ser absolutamente formal o retórico, encarnaba un ESTILO, difícil de encontrar entre sus contemporáneos, que lo sustraía aun de su generación, tan- to por su bagaje intelectual, como por el cruce de culturas, que en él constituía la diferenciación admirable entre lo antiguo y lo nuevo. Junto con Ricardo Jiménez y Yolanda Qreamuno, constituyó, durante muchos anos. una de las mentes más lúci- das de su país, desplegando como hom- bre, una capacidad de liderazgo, sin pro- ponérselo, que lo ubicaba más allá de las contingentes luchas de poder, de presti- gio, de rebatiña efímera, que había apren- dido a mirar por encima del hombro, sa- bido que en él no· convergían los estereo- tipos negativos del costarricense, sino la sangre luminosa de una historia colecti- va, que supo amalgamar con su propia EL POLITICO : Cuatro figuras asoman vocación existencial. Nunca fue hombre en su admiración nacional: Mauro Fer- cercado por estrechez de pensamiento, si- nández, Cleto González Víquez, Ricardo no que siempre se mantuvo abier. to a las Jiménez y Alfredo González Flores. nue\· as ideas, a los cambios del mundo y Estudió en los cuatro la significación polí- es por eso que su presencia humana .es tica de su aporte a la vida nacional y la una constante renovación de ideas, sin diferenciación específica entre ellos, to- ser por eso ecléctico o veleidoso. Sa- mando en cuenta la convergencia de su biéndose una inteligencia superior, a al- pensamiento con el alma nacional. En lo gunos pudo parecer vanidoso o desdeño- universal sabemos que leyó y anotó a so, pero siempre un hombre profunda- Marx, En_gels .• Lenín _y y entre mente humano, enraizado en su tiempo, los pensadores socialistas ingleses se inte- atento a la marcha· de los años, que pasa- resó por Bernard Shaw, Harold Laski y han por sus hombros con toda la carga los esposos Webb. En el ámbito latinoame- que dejan los acontecimientos realmente ricano estudió a Martí, Rodó, Haya de la vividos, esos que dejan huella y que son Torre, Vasconcelos, y algunos textos de las enseñanzas de la edad. Sin pose, sin Eduardo Mallea y de José Ingenieros, magisterio impuesto, fue ejemplar allí que aparecen varias veces citados en sus · donde no. lo I?ropμso, _ y sus defeCtos, obras. · , . . . , . que. también los tuvo, · n9 fueron ' (n otivo · · · ·Cpmo pohtico doco/inano fue art1f1ce 'para el rechazo ajeno, si rrn más btén ·para , · de' •as- ideas sedal-demócratas en nuestro que se admirara ea fa dimensi6n httma• - - conciliación entre justicia social y libertad individual. Nun- ca fue político de plaza pública. Ni elec- torero, ni mañoso titiritero en las mafias del negocio político. Cuando algu- nas veces se -pensó en él, como posible candidato a la Presidencia de la República, en 1956 y 1957, y habría sido excelente .Presidente, se le cerraron las puertas, no por sus pretensiones, sino por el pánico de las argollas que vieron amenazados sus presuntos derechos al u:,ufructo político. No fueron sus enemigos, que los tenía, aquellos que se le interpusieron en el ca- mino, sino muchos de sus compañeros y discípulos, que no pudiendo bajarle el pi- so, intentaron cortarle la cabeza. De allí bajó desengañado, nunca amargado, por- que sabía que su estatura moral e intelec- tual había permanecido íntegra, incrus- tada desde entonces en esa posteridad que ie sustenta y de la cual nos nutrimos al leerlo, al recordarlo, HONDAMENTE · PREOCUPADO POR LOS DESTINOS COMUNES, como él es- cribió en el prólogo de su "Rstudio Sobre Economía Costarricense. EL UNIVERSITARIO: :: :s, Rodrigo Facio Brenes, ef universiw!io f• Ur antono- masia. Para cualquier reforma universita- ria, o regresó a las füentes, deben estu- diarse sus escritos, sus ¡: olémicas, sus dis- cursos de fin de año, en ionde encontra- mos definida su vocación universitaria, claramente marcada por un concepto de la universidad como foco de cultura, de discusión, de aporU! trascendente a la vi- . da nacional. Nadie más lejano que él de esa universidad ton e de marfil, aunque siempre luchó por la autonomía, por pro- tegerla de las contingencias de quien ejer- ce el poder político. Actitud ésta que le trajo disgusto e incomprensión entre sus contemporáneos, pero que el tiempo ha abonado en favor suyo. Con oc edor de la historia de las universidades latinoameri- canas, desde los años de la colonia, en sus escritos encontramos definida su impor- tancia como foco de divulgación cultural , como semillero de ideas, como acervo de las más renovadas tradiciones históricas de un país. Su renuncia•marca un punto culminan te de la reforma universitaria: desaparece el guía, el Rector magnífico, para dar inicio- a la era de la burocracia administrativa, a la educación masificada y errátil y desfasada del ver- dadero sentido humanista de la educación superior. Como auténtico universitario, no tuvo miedo a la filtración de nuevas ideas en el ámbito académico y estudian- til y luchando contra las concepciones ca- vernarias de la universidad escolástica, abrió brecha, discutió ideas, fundó revis- tas y soñaba con una editorial que edi- tara textos para el pueblo, en ediciones manejables y al alcance de todos los bol- sillos. Desde estas tres perspectivas, habla- mos sobre un hombre siniular, pero también profundamente autentico. Cre- yendo poder un poco desintoxicar su imagen, siempre borrosa por el panegíri- co o el silencio. Don Eugenio Rodríguez lo definió acertadamente: NUNCA SE EXCUSO DE DAR SU CONCURSO A TODAS LAS LUCHAS QUE EL CREYO CONVENIENTES PARA SU PATRIA. Y esto es ya mucho decir de un ciudadano.

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Page 1: Perfil de Rodrigo Facio Brenes Por Alfonso Chase

Perfil de Rodrigo Facio Brenes Por Alfonso Chase

Rodrigo Facio B.

na y contradictoria de todo hombre sin­gular.

EL HISTORIADOR: Para ubicarse se adentró en la historia. Y no a la manera tradicional de su tiempo. Fue el primero en estudiar el factor económico como determinante en la historia de su país. De la realidad cotidiana del común vivir, como acertadamente lo dijo, fueron cons­truyéndose sus trabajos históricos, algu­nos de ellos insuperados todavía. La his­toria no fue pretexto para lucir sus cono­cimientos, sus métodos, sus lecciones, sino realidad vital para ubicarse, y ubic.ar­nos, en la dialéctica de la vida.

Desde sus trabajos de la historia patria hizo plataforma de ideas, consciente .de los males económicos y sociales de su tiempo, buscando el origen y naturaleza de los mismos, no de manera mecánica, sino profundizando en ellos, establecien­do una consecuencia periódica, señalando derroteros que vinieran a desterrar la lección de la historia como una concate­nación de hechos cronológicos, sucesivos y superfiCiales, sino una lucha de índole económica-social, que se reflejaba en el desarrollo general del país. Fue precursor de los trabajos de varios jóvenes histo­riadores, que frecuentemente lo citan, co­mo antecedente y compañero de su pers­pectiva de análisis. Sorprende en Rodrigo Facio la precocidad de su inteligencia: a los 22 años ya había publicado un libro, quizás hoy olvidado, TRAYECTORIA Y CRISIS· DE LA FEDERACION CEN­TROAMERICANA, que es material indb· pensable para conocer la ubicación histó­rica de nuestro pafa, en el ámbito centroa­mericano, y la singularidad y coinciden­cias que nos caracterizan como nación, no isla, dentro del contexto latinoamericano . Lecturas posteriores de Marx, Weber, Laski, Toynbee, Durant, lo ubican como un historiador amplio, sin fronteras es­trechas, en donde coexisten culturalmen­te ideas de indudable importancia en el ámbito universaj .

EL HOMBRE: Tenía, donde estuviera colocado, eso que acertadamente llamó alguna vez Marm Cañas, presencia · de águila fina. Sin ser absolutamente formal o retórico, encarnaba un ESTILO, difícil de encontrar entre sus contemporáneos, que lo sustraía aun de su generación, tan­to por su bagaje intelectual, como por el cruce de culturas, que en él constituía la diferenciación admirable entre lo antiguo y lo nuevo. Junto con Ricardo Jiménez y Yolanda Qreamuno, constituyó, durante muchos anos. una de las mentes más lúci­das de su país, desplegando como hom­bre , una capacidad de liderazgo, sin pro­ponérselo, que lo ubicaba más allá de las contingentes luchas de poder, de presti­gio, de rebatiña efímera, que había apren­dido a mirar por encima del hombro, sa­bido que en él no· convergían los estereo­tipos negativos del costarricense, sino la sangre luminosa de una historia colecti-va, que supo amalgamar con su propia EL POLITICO : Cuatro figuras asoman vocación existencial. Nunca fue hombre en su admiración nacional: Mauro Fer-cercado por estrechez de pensamiento, si- nández, Cleto González Víquez, Ricardo no que siempre se mantuvo abier.to a las Jiménez y Alfredo González Flores. nue\·as ideas, a los cambios del mundo y Estudió en los cuatro la significación polí-es por eso que su presencia humana .es tica de su aporte a la vida nacional y la una constante renovación de ideas, sin diferenciación específica entre ellos, to-ser por eso ecléctico o veleidoso. Sa- mando en cuenta la convergencia de su biéndose una inteligencia superior, a al- pensamiento con el alma nacional. En lo gunos pudo parecer vanidoso o desdeño- universal sabemos que leyó y anotó a so, pero siempre un hombre profunda- Marx, En_gels .• Lenín _y B~jarín y entre mente humano, enraizado en su tiempo, los pensadores socialistas ingleses se inte-atento a la marcha· de los años, que pasa- resó por Bernard Shaw, Harold Laski y han por sus hombros con toda la carga los esposos Webb. En el ámbito latinoame-que dejan los acontecimientos realmente ricano estudió a Martí, Rodó, Haya de la vividos, esos que dejan huella y que son Torre, Vasconcelos, y algunos textos de las enseñanzas de la edad. Sin pose, sin Eduardo Mallea y de José Ingenieros, magisterio impuesto, fue ejemplar allí que aparecen varias veces citados en sus

· donde no. ~e lo I?ropµso,_ y sus defeCtos, obras. · , . . . , . que. también los tuvo, ·n9 fueron '(notivo · · · ·Cpmo pohtico doco/inano fue art1f1ce 'para el rechazo ajeno, sirrn más btén ·para , ·de' •as- ideas sedal-demócratas en nuestro que se ~e admirara ea fa dimensi6n httma• - - i>ft-ÍS-,-buse&Hde·-~ conciliación entre

justicia social y libertad individual. Nun­ca fue político de plaza pública. Ni elec­torero , ni mañoso titiritero en las mafias del negocio político. Cuando algu­nas veces se -pensó en él , como posible candidato a la Presidencia de la República, en 1956 y 1957, y habría sido excelente .Presidente, se le cerraron las puertas, no por sus pretensiones, sino por el pánico de las argollas que vieron amenazados sus presuntos derechos al u:,ufructo político. No fueron sus enemigos, que los tenía, aquellos que se le interpusieron en el ca­mino, sino muchos de sus compañeros y discípulos, que no pudiendo bajarle el pi­so, intentaron cortarle la cabeza. De allí bajó desengañado, nunca amargado, por­que sabía que su estatura moral e intelec­tual había permanecido íntegra, incrus­tada desde entonces en esa posteridad que ie sustenta y de la cual nos nutrimos al leerlo, al recordarlo, HONDAMENTE

· PREOCUPADO POR LOS DESTINOS COMUNES, como él ma~ ,,íficamente es­cribió en el prólogo de su "Rstudio Sobre Economía Costarricense.

EL UNIVERSITARIO: :::s, Rodrigo Facio Brenes, ef un iversiw!io f•Ur antono­masia. Para cualquier reforma universita­ria, o regresó a las füentes, deben estu­diarse sus escritos, sus ¡: olémicas, sus dis­cursos de fin de año, en ionde encontra­mos definida su vocación universitaria, claramente marcada por un concepto de la universidad como foco de cultura, de discusión, de aporU! trascendente a la vi-

. da nacional. Nadie más lejano que él de esa universidad ton e de marfil, aunque siempre luchó por la autonomía, por pro-

tegerla de las contingencias de quien ejer­ce el poder político. Actitud ésta que le trajo disgusto e incomprensión entre sus contemporáneos, pero que el tiempo ha abonado en favor suyo. Conocedor de la historia de las universidades latinoameri­canas, desde los años de la colonia, en sus escritos encontramos definida su impor­tancia como foco de divulgación cultural , como semillero de ideas, como acervo de las más renovadas tradiciones históricas de un país . Su renuncia •marca un punto culminan te de la reforma universitaria: desaparece el guía, el Rector magnífico, para dar inicio- a la era de la burocracia administrativa, a la educación masificada y esp~cializada, errátil y desfasada del ver­dadero sentido humanista de la educación superior. Como auténtico universitario , no tuvo miedo a la filtración de nuevas ideas en el ámbito académico y estudian­til y luchando contra las concepciones ca­vernarias de la universidad escolástica, abrió brecha, discutió ideas, fundó revis­tas y soñaba con una editorial que edi­tara textos para el pueblo, en ediciones manejables y al alcance de todos los bol­sillos.

Desde estas tres perspectivas, habla­mos sobre un hombre siniular, pero también profundamente autentico. Cre­yendo poder un poco desintoxicar su imagen, siempre borrosa por el panegíri­co o el silencio. Don Eugenio Rodríguez lo definió acertadamente: NUNCA SE EXCUSO DE DAR SU CONCURSO A TODAS LAS LUCHAS QUE EL CREYO CONVENIENTES PARA SU PATRIA. Y esto es ya mucho decir de un ciudadano.