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JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER, MARTÍN HOPENHA YN TOMÁS MOULIAN, LUDOLFO PARAMIO Paradigmas de conocimiento y práctica social en Chile Flacso Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

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JOSÉ JOAQUÍN BRUNNER, MARTÍN HOPENHAYN TOMÁS MOULIAN, LUDOLFO PARAMIO

Paradigmas de conocimiento y práctica social en Chile

Flacso Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

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Paradigmas dc conocimiento y práctica social en Chile:. José Joaquin Brunner, Martin Hopenhayn, Tomás Moulian y Ludolfo Paramio.

e FLACSO Inscripción Na 81.485 I.S.B.N.956-205-063-1

Dise:ño de: portada: Patricio Andrade y Mauricio Espinoza Dise:ño inte:rior: Patricio Andrade: Composición: Jorge: Gae:te: Producción editorial: Eduardo Díaz E. Impresión: S.R.V. Impresos S.A. Tocornal 2052 - Fonofax: 551- 9123 Santiago.

Se terminó de imprimir en Agoslo de: 1993. IMPRESO E!'\ CIIILE I PRINTED IN CHILE.

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Indice

Prólogo

La investigación social positiva y la utilización del conocimiento José Joaquín Brunner

El marxismo en Chile: Producción y utilización Tomás Moulian

El materialismo histórico como programa de Investigación Ludolfo Paramio

El humanismo crítico como campo de saberes sociales en Chile Martín Hopenhayn

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60 PARADIGMAS DECOI'OCI~IIENTO y PRACTICA SOCIALENCIIILE

investigación socialposiliva, que de prontoquedóreducido a una sola generación de investigadores y recluido en unos pocos departamentos universilarios y, parcialmente, en la CEPAL.

Para nuestro análisis tiene mayor interés averiguarqué ocurrió conese cambiode hegemonías en el campode los sistemasde investi­gaciónsocial,con el programa de investigación de la modernización y con su propuesta de una planeacíéndemocrática como forma relativa­mente compleja de utilización del conocimiento producido por la investigación social.

Demásestá decir que el programade la modernización corrió la misma suerte del sistema de investigación que le había dado origen, disolviéndose él mismobajolas nuevas condiciones de hegemonía que empezaban a regular el mundo de la investigación social y de su aplicación76. Dehecho,sepostuló quelaideadelaplaneacíón sehallaba ella misma indisolublemente ligada al estructural-funcionalismo, de dondeproveníanjustamentesusltmltacíones y deficiencias. Así,Carlos Borsotti,queha analizado esteasuntoen detalle?", llegaa las siguientes conclusiones.

Primero, que la planificación recurrea un paradigma estructural funcionalista. Esta sería la orientación teórica, metodológica y técnica que comparten los diversos planes latinoamericanos, independiente­mente de la terminología que empleen. Segundo, la «planificación social»se inscribiríaen ese mismoparadigma, especialmente desde el momento que acepta una aparente autonomía de «lo social» por contradistinción con loeconómico y lopolítico. «Sóloenel estructural­funcionalismo se da laposibilidad deabstraer losocialen sí y detratarlo como un sistema autónomo». Tercero, la utilización de ese paradigma llevaría a una serie de consecuencias, entre ellas: Ca) adopción de una «ópticatecnocrática segúnla cualla sociedadaparececomointrínseca­mentemanipulable»; (b)«ausenciadecriteriosteóricosy prácticospara decidir prioridades en las políticasy en las acciones»; (e) indefinición enelusode lascategorías deestructuraycoyuntura y,consecuentemen­

76. Véase al respecto. Solari, A., Franco. R. y Jutkowitz, 1. op. cit.•pp. lOOyss. y 138Yss.

77. Véase Borsotti, Carlos. «Las teorías sociológicas y la planificación social: diferentes paradigmas y sus consecuencias». en Franco. Rolando (coord.), Planifica­cion social en América Latina y el Caribe. ILPES-UNICEF. Santiago de Chile. 1981. Nos referiremos. en las citas que siguen. a este artículo.

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LA INVESl1GACION SOCIAL POSITIVA 61

te, nominalismo en la identificación de los sujetosincluidosen el plan, sin considerar su grado de organización y representatividad histórico­concretos;(d) desconsideración de los aspectospolíticosy de poderen el procesode planificación;(e) uso universalizante de los instrumentos de la planificación, dado que la teoría subyacente no distingue la concretitud del espacio/tiempo histórico; (f) visión extemalista de los sujetos, los que son reducidos a variables manipulables, reforzándose con ello la óptica de manipulación tecnocrática. Cuarto, en suma, inadecuación generalizadadel estrucniral-funcíonalísmo para captar la realidaddelo socialy,porende,incapacidadde laplanificaciónfundada sobre ese paradigma para poder actuar con eficacia.

Sin necesidadde entrar aquí en un análisis pormenorizadode la crítica de Borsottí, bien extendida por lo demás entre los críticos del programalatinoamericanodela modemízacién.Ilamaen cualquiercaso la atención la distancia que existe entre ella y los supuestos de una planeacíondemocrática tal como habían sido formulados por Medina. De hecho, esta crítica no captura el fondo del asunto que tensamente estaba tratando de proponer Medina, consistente en un modelo de racionalización no-selectívadelassociedadeslatinoamericanas através de la combinaciónde democraciay desarrolJo, en un marcocategorial queparuadel reconocimiento deladiversidad deplanosde racionalidad social y del reconocimiento simultáneo de una compleja distribución social del conocimiento disponible. Es en este contexto -que los críticospasanpor alto-- donde Medina, precisamente, buscaba formu­lar su propuesta de planeacíén como un modelo político-técnico de intervenciónde la propiasociedadsobre sí misma.El vínculoentreese modelo y el marco categorial del estructural funcionalismo era, en el mejor de los casos, tenue, desde el mismo momento en que Medina operaba desde un plano de recepción y asimilación críticas de ese paradigma, yno en unode su meratraducciónal castelJano y aplicación mecánica a la realidad de los países de la región.

Más bien, pensamos que el fracaso de la propuesta de un planeamientodemocráticode la sociedad estuvo directamente condi­cionadopor la radicalmutaciónque estabanexperimentandolas condi­cionessociales,políticase intelectuales de operacióndeese modelo, las que a poco andar lo volvieron inaplicable. En efecto, por esos años la propia noción de democracia pierde vigencia bajo la presión de los esquemas revolucionarios de origen marxista o de los esquemas autoritarios de origen militar, al tiempo que la idea de un desarrollo

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62 PAI{ADKiMAS DE CO:"OCIMI ENTO y PRACTICA SOCIAL E:" CIIlI..E

planeado perdía vigor frente a las doctrinas que postulaban la autorrcgulacíón de la sociedada travésdel expansivopapeldel merca­do.78

Tal vez uno de los pocos pensadores que retoma el tema de la plancación social «a lo Medína», al modo que aquí nos interesa, sea Angel Flisñsch. Ya en un momento de agotamiento de esas otras dos opciones -la revolucionaria y la autorítana->, Flisfísch propone repensar la planificaci6n a partir del concepto de los derechos huma­nos79. Planteaque la planificaci6n socialpuedeserorganizadaindistin­tamentecomo una actividad públicao privada, peroque es a través del Estado,porsuscapacidades regulatorías e imperati vas,queellaalcanza su expresiónmás acabada. Lo decisivo,paraeste autor,es encontrarun fundamento valorativoyconstitutivode la planíficacíón socialque, por un lado,esté provistode suticientegelleralidad comopara no restringir en demasíael dominiode experiencias y prácticas a considerar y que, por otra parte, presente un carácterrelativamente neutro, de modoque no implique un compromiso con un modeloespecíficode sociedad.

Flísñsch postulaqueesa fundamentaci6n podríaencontrarseen la noción universalista de los derechos humanos, cuya determinación particularizada en cada sítuacíón supondría un proceso de interpreta­ci6n. En el orden más general,esa Interpretación admite la opción por diversos modelos desociedad, sinrestarporelloalfundamento valoratívo de la planiñcacíón. Existiría, pues, una heterogeneidad posible del fundamento de valor de la planíñcaclón, que se corresponde con el carácter pluralista de una sociedad democrática. En otras palabras, la planificaci6n social no puedeentenderse como la teoría de un modelo específicode sociedad. Pero, por el mismoconcepto,ella no puede ser reducida meramente a sus aspectos técnicos. Comporta aspectos y dimensiones técnicas pero requiere, asimismo, el uso de enfoques o puntos de vista complementarios. Asimismo, ella debe incluir una variedad de conocimientos provenientes nos610 de lascienciassociales sino de una variedad de disciplinas aplicadas, también de aquellas

78. Al respecto puede verse Moulian, Tomás. Democraciay socialismoen Chile. FLACSO. Santiago de Chile. 1983; Flisfisch, Angel. «La Polis Censitaria: La política y el mercado .. y Brunner, José Joaquín. «Ideologfa, legitimación y disciplinamiento: nueve argumentos», ambos en VV. AA.. Autoritarismo y alternativas populares en América Latina, FLACSO. San José dc Costa Rica. 1982.

79. Véase F1isfisch.Angel. «Los derechos humanos como fundamentación de la planificación social ... en R. Franco (coord.), op. cit.

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LA 1l\'VESTIGACIO:\, SOCIAl. POSITIV t\ 63

propiasdel campode las cienciasnaturales. Finalmente, debe contener unconjuntode criterioso principiosheurísticosque posibiliten la toma de decisiones concretas frente a las situaciones y prohlemas que se le plantean.Dichosprincipioso criteriosse hallan,a su vez, íntimamente vinculados al fundamento de valor interpretativamente elaborado.

De donde Flísñsch deduce que el principio de unidad de la planificación así entendida residiría en su ser un «modo de razonar» frente a las situaciones y problemas. Ese modo de razonar debe ser entendido como aquel que conduce a la ingenieríasocial; o sea, como aquelque es propio de una «cienciade la acción». El hecho, entonces, que la planificaciónse constituyacomo «un cuerpo de conocimientos heterogéneos, una pluralidadde técnicasprobablementedisímiles y un conjunto de principios heurísticos, con una clara filiación normativa, permitehablar de la planificaciónsocialcomo una «ingenieríasocial». A tal ingeniería social, más complejamente concebida que el social engineeting de Hauser, se le pide asimismo más:

a) La capacidad de problematizar situacionessociales, teniendo como referencia la finalidad de promover y actualizar los dere­chos humanos (recuérdese aquí las funciones de diagnóstico y tesis delmodelode Vekemans, regidopor uncuerpo doctrinario). b) La capacidadde explicarcausalmentela situaciónexistente,en términosdelconocimientoacumulado porlasdiversasdisciplinas que deben concurrir al examen de los problemas. c) La capacidadde identificarcursosalternati vosde evoluciónde la situación y de ofrecerestrategias de transformacióno solucio­nes para los problemasplanteados. d) La capacidadde llegar a decisiones racionales en términos de esos problemas,esto es, de optar por las estrategiaso soluciones preferibles.

Ahorahien,de acuerdoconFlisflsch, ningunadeesascapacidades debería someterse a la exigencia de una racionalidad estricta, lo cual, señala, parece particularmenteaplicablea las funciones (a) y (c) de la planificación. Más cerca pues de la noción de planificación gradual popperiana, la propuesta de Flisfísch descansa en el «único supuesto (... ) de una cierta confianza en la capacidad humana para hacer algo mejores, o menos peores, las situacionesexistentes, en términos de la promocióny actualización de losderechoshumanos». En este sentido,

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64 PARADIGMAS DE COt\OCIMIENTO y PRAC"IlCA SOCIAL EN el liLE

concluye. «elenfoqueadoptado está más cercano del problem solving que a aquellos que imputan capacidades de comportamiento racional fuertemente exigente».

El supuesto de una racionalidad limitada o parcial vendría im­puesto. primero. por la condición «situada» de la planificación social, laqueoperahabitualmenteencircunstancias deinformación subóptimas. Segundo, porque laaplicación deprincipios ocriterios heurísticos exige procedimientos de interpretación queconducen a una indeterminación mayoro menorde los términos del problema queseenfrenta. Ensuma, se trataríaaquíde actuaciones regidasporunaracionalidadacotada, tal como ella se describe en buena parte de la literatura contemporánea sobre las organízacíones.s?

Ensuma, constatamos quelaspropuestas deplaneación, talcomo ellas venían siendo elaboradas dentro del programa de la moderniza­ción, sucumben bajo el peso de la crítica que experimenta dicho programa y la simultánea pérdidade hegemonía del sistemade investi­gación dentro del cual esas propuestas se habían generado. Paralela­mente, las propias experiencias de planificación fueron prontosujetas a un balance negativo, como se aprecia en el siguiente pasaje:

analizar las experiencias de planificación de la mayoría de los paísesdeja unaabrumadora sensación de desaliento e inutilidad. (... ) En la actualidad, el optimismo ha cedidolugara una actitud cínica y los planificadores han sido atacados desde todos los flancos y se han convertido en el chivo expiatorio de políticos, consultores, académicos y de amplios sectores de la opinión püblíca.!'

Puedesostenerse, contodo,quedesdeel interiordel programa de la modernización se gestó, llegó a desarrollarse y quedó abierta la posibilidad de pensar la planeación como una actividad político­intelectual y técnica que intentausarel conocimiento paraoperaren un medio sujeto a diversas formas de racionalización y saturado por

llO. Ver al respecto March, James and Olsen, Johan, Alllbigllity and Choice in Organizations, Universitets-forlaget, Bergen, 1976.

81. Bromley. Ray, "El Proceso de planificación: lecciones del pasado y un modelo para el futuro ... En R. franco (coord.), op. cit.,p. 89. Para una visión crítica de la planificación en la perspectiva que aquí interesa ver Hopenhayn, Martín. "Crisis de legitimidad en el Estado planificador». ILPES. 1981l.

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l.r\ I~VESTI(i'\C101\SOCIAL POSITIV" 65

conocimientos distribuidos socialmente de manera desigual. En el capítulo siguiente exploraremos esa «posibilidad», ahora en condicio­nesde unamodernidadque se ha vueltocríticade sus propiossupuestos de racionalidad y a la luz de los desarrollos contemporáneos de un sistema de Investígacíén social que, en adelante, convendría llamar «postposítíva».

3. Más allá de la investigación social positiva: conocimientos, transmisiones, usos

... el problema principal de la época moderna... es... cómo nuestraformanormalde verel mundo-laexperienciadel mundo que tenemosporel merohechode vivirla vida- se relacionacon la autoridad inasibible y anónima que nos confronta con los pronunciamientos de la ciencia.

H. G. Gadamer, Philosophical Hermeneutics

Los planteamientos de Medina Echavarría sobre la planeacíón demo­crática, así como los comentarios de uno de sus epígonos (Angel Flísñsch), descansansobrela nocióndeunapluralidad deracionalidades en el seno de las sociedades modernas y sobre la existencia de una heterogéneadistrihuciónsocialde losconocimientos. Habermas,como hemosvisto ya, reflexionasobre las condicionesen que sería posibleel desplieguedeesas variasformasde racionalidad suponiendosu aplica­ción no selectiva, y por ende. autónoma, a las diversas esferas de conocimientos,dedonderesultaríantambiénpatronesderacionalización diferenciados.

En este contexto queremos retomar ahora la cuestión de la utilización de losconocimientosproducidos por la investigaciónsocial, tal como ella se presenta para lo que hemos llamado un sistema de investigación socialpostpositivista. Alefecto necesitaremosintroducir ciertosdesplazamientosconceptualestantoporel lado(i)del análisisde losconocimientosproducidospordicha investigacióncomoporel lado (ii) delanálisisde la transmisiónde losconocimientosproducidos, ypor el lado (iii) del uso o utilizaciónde esos conocimientos.

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66 PARADIG~1AS DE CO:"OCIMIENTO y PRACTICA SOCIAl. E'" CIIILE

La producción de conocimientos: especificidad de las ciencias sociales

En el campo de las ciencias sociales, la tradición intelectual de la Investigación social positiva se halla en plena evolución, al punto que muchosnodudanen hablarde fenómenos semejantesa las «revolucio­nesparadigmáticas» que Kuhnhaobservadoenelcampodelasciencias naturales". Recurriendo a las categorías empleadas antes podríamos decirqueenestecasose tratadealgo másquede lacirculacióndeciertas unidades de variaciólI-variantes conceptualesque circulandentrode unsistemaen un momento determinado- en la tradiciónpositivade las cienciassociales. Incluso,laevoluciónmencionada entrañaalgodistin­to que la incorporaciónde ciertas unidades de modificaciólI-aquellas que especificancambiosconceptuales efectivamenteincorporados a la tradiciónconceptual en cuestión.

En efecto, estamos frentea algo que se asemeja mucho más a un cambio de paradigmas; es decir, a un cambio radicalde los compromi­sosconceptualesyde lasreglasbásicascompartidospor unacomunidad de practicantesen unaespecialidadcualquierade las cíencías'". Lo que seimpugna,aquellocontralocualse reacciona,constituyeenefectouna de laspiedrasangularessobreIascualesdescansabalaautocomprensión positivade las cienciassociales;cual es, su semejanzacon las ciencias naturalespositivamenteentendidas.SegúnrelatagráficamenteQuentin Skínner:

Sin duda, los tiempos han cambiado. Durante la pasada genera­ción se han vuelto a leer y a recomendar filosofías sociales utópicas,el marxismo harenacidoy haflorecido en una asombro­sa variedad de formas, el psicoanálisis ha logrado una nueva orientacién teórica gracias a la obra de Lacan y sus seguidores;

82. Para una visión general de estas transformaciones puede consultarse Bernstein, Richard, La reconstrucción ... , op. cit: Skinner, Quentin (comp.), El retomo de la gran teorta en las ciencias humanas, Alianza Editorial, Madrid, 1988; Giddcns, Anthony. New Rules of Sociological Merhod, Hutchinson. London, 1976; Giddcns, Anthony. Cenrral Problems in Social Theory. Acrions. Structure and Contradictíons in Social Anal}'sis, The MacMillan Prcss. London. 1979.

83. Véase Kuhn.Thomas, The Structure ofScientific Revolutions, University of Chicago Press, 1962 y Kuhn. Thomas.La tensián esencial, Fondo de Cultura Económi­ca. México. 1982, cap. 12. "Algo más sobre los paradigmas».

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LA IJl:VESTIGACION SOCIAL POSITIVA 67

Habermas y otros miembros de la Escuela de Frankfurt han seguidoreflexionando acercade los paralelos entre las teoríasde Marxy Freud, el Movimiento Feminista ha incorporado todauna serie de percepciones y argumentos que anteriormente habían permanecido relegados y, en medio de todo este torbellino, las ciudadelas empiricista y positivista de la filosofía social angloparlante se han vistoamenazadas y minadas por sucesivas oleadas hermenéuticas, estructuralistas, postempírlcas, desconstruccíonístas y demás hordas Invasoras."

Entre las transformaciones generales del paradigmapositivista, «quizá la más importante hayasido la generalizada reacci6n contra la presunci6n de que las CIencias naturales ofrecenun modelo adecuado, osiquiera importante, paralaprácticadelasdisciplinas socíales-'". Así, cualquier texto contemporáneo de introducci6n a la sociologíaque se revise,sostendrá c6modamente queconstituiría unerrorsuponerquela sociología debemoldearse muy estrechamente conformeal paradigma (positivista) delasciencias naturales, oimaginarqueunaciencianatural de la sociedad pudieraser alcanzable o siquiera deseable. A diferencia de las cienciasnaturales. se dirá,la sociología «trata de un mundo pre­interpretado en el que la creaci6n y reproducci6n de los marcos de significado es una característica fundamental de aquello que pretende analizar, es decir,de la conducta social delhombre; porestoes quehay una doble hermenéutica en las ciencias sociales (... ) El sociólogo observador tiene que ser capaz de penetrar en ellas por medio de conceptos, a saber, penetrarhermenéuticamente la forma de vidacuyas características desea analizar o explicar»."

En breve,las ciencias sociales diferirían de las cienciasnaturales (posítívístamente consideradas) por dos conceptos fundamentales al menos:

i) No podemos aproximamos a la sociedad, a los «hechos socia­les», como nos aproximamos al mundo natural, puesto que la

84. Skinner, Qucntín. ..Introducción: el retomo de la gran teoría», en Skinner, Quentin (comp.), El retomo de la gran teorta en las ciencias humanas. op. cit., p. 16.

La recepción en el caso chileno de una familia de esas teorías o enfoques. que genéricamente pueden llamarse humanista-crítica, es analizada en un trabajo paralelo a éste a cargo de Martín Hopenhayn, contenido en el Capítulo 4 de este volumen.

85./bid., pp. 16-17. 86. Giddens, Anthony. New Rldes ofSociological Methnd. op. cit., pp, 158-59

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68 I'ARADIGMAS DECO:\OCIMIENTO y PRJ\CTICA SOCIAl.. ENCIIILE

sociedad s610 existe mediante la continua creaci6n y recreaci6n que hacemos de ella a través de nuestras acciones como partici­pantes sociales. Lasactividades humanas nose hallanregidaspor causasdel mismo modo como lo están loseventos naturales. En cambio, se encuentran sujetasa lo que Giddens llama un «doble envolvimiento» de losindividuos y lasinstituciones: creamos a la sociedad al mismo tiempo que somoscreados por ella.87

ii) Dedondese sigueque tampoco las implicaciones prácticas de lasciencias sociales pueden reducirse alusoparalelo detecnológías derivadas. La relación entre lasciencias sociales y sus sujetoses de otro tipo, efectivamente, a aquella que poseen las ciencias naturales con relación al mundo de eventos de ese orden. Las cienciassociales se dirigen a un mundo de individuos y grupos cuya comprensión de la situación es partede la situación y de la historia. Los conocimientos que ellas producen, por tanto, se insertan en lo que hemos llamado un mundo saturadode cono­cimientos, mundo que se halla diferenciado a la vez en sectores donde la actividad humana se rige por racionalidades que son distintas entre sí.88

En suma, las concepciones postpositivistas de las cienciassocia­les no abandonan la tradición basada en una actitud objetivante frente a losmundos social ysubjetivo. peroreconocen lasradicales diferencias deloshechos queabordan respecto aloshechos constítutívosdelmundo natural.

En términos dela teoríadelas ciencias, lasdiferencias ysimilitu­desqueseestablezcan entreciencias naturales ysociales dependerá, en granmedida, dela visión quetengamos delasciencias naturales. Dentro

87. Ver Giddens, Anthony, Sociology, A Briefbut Critlcallntroduction. Harcourt Brace Jovanovich, 1982.

88. Lomás que puede sostenerse es que existiría una racionalidad, la racionalidad comunicativa oca la Habermas», que tendría la capacidad de coordinar y mediar entre todas las racionalidades que se despliegan en la vida social. en tanto todas ellas reposan, en última instancia. en interacciones simh6licamente estructuradas a través del empleo del lenguaje común. Al respecto véase el ilustrativo artículo de Hoyos Vasquez, Guillermo...Comunicación y mundo de vida», Ideas)'Valores, Universidad Nacional. Bogotá. núm. 71-72. 1986.

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LA ISVESTI(iACIO~ SOCIAL POSITIVA 69

delsistemadeinvestigación social positiva haimperado. segúntuvimos oportunidad de observar, una concepción positivista de las ciencias naturales, cuya matrizse tratóde aplicara las cienciassociales, dando por resultado la idea de que éstas debían construirse al igual como el resto de las cienciasempírico- analíticas.

Siguiendo conciertodetalleladiscusión que MaryHessehacede esa pretendida similitud podremos entendercómo se ha ido abriendo pasouna perspectiva postposítívísta en las ciencias sociales, la cual las mantiene sin embargo orientadas hacia la praxis, aunque ya de una manera por completo distintadel social engineering de origen norte­americano.

Los argumentos que presenta M. Hesse se desenvuelven en el contexto de una reflexión postdeductívista de las ciencias naturales'? que, como veremos de inmediato, se apoyaen Kuhn y en los debates contemporáneos sobre el carácter «transepístémíco» de las empresas cíentíñcas.f"

De acuerdo con esa visión, las ciencias naturales tendrían el siguiente conjunto de características:

l. Las teorías se hallanlógicamente constreñidas por los hechos, pero se encuentran subdtenninadas por éstos. O sea, para ser plausibles ellas necesitan ser coherentes con los hechos, pero no pueden ser conclusivamente refutadas ni exclusivamente deriva­das de enunciados de hechos, y por eso ninguna teoría, en cualquier dominio, es la única aceptable. 2. Lasteorías se hallansujetas a cambios revolucionarios, losque abarcarán inclusoel lenguaje presupuestado en los «enunciados de hecho», los cuales se hallan irreductiblemente «cargados de teoría». Es decir, ellos presuponen conceptos cuyo sentido se encuentraal menos parcialmente dadoporelcontexto delateoría. 3. Existen, además, criterios adicionales que determinan las teorías, los cualesreciben sustatusde postulados racionales o de

89. Ver Hesse, Mary. «Theory and values in the social sciences», en Hookway. Chistopher and Pettit, Philip, Action &: Interpretation; Studies in the Philosophy ofthe Social Sciences, Cambridge University Press, 1980. Sin recurrir a citas directas me baso en lo que sigue extensamente en ese trabajo.

90. Al respecto. véase Knorr-Cetina, Karin, «Scientific communities or transepistemic arenas of research? A critique of cuasi-cconomic models of science», Social Studies ofScience, vol. 12. 1982.

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70 PARADIGMAS DECONOCIMIENTO Y PRACTICA SOCIALEN CIIILE

convenciones o de principios heurísticos en diversos momentos históricos. Inclúyense aquí supuestos metafísicos generales o sobre la estructura del mundo, por ejemplo sobre sustancia y causalidad, átomos o mecanismos; y juicios formales de simpli­cidad,probabilidad, analogía, etc.?' 4.Enla historiade lasciencias naturales esoscriterios adicionales han incluido a veces lo que apropiadamente se llama «[uícíos de valor», pero éstos han tendido a ser «filtrados hacia afuera» a medida que las teoríasse desarrollaban. 5.Los mecanismos de filtro hansidopotenciados porla adopción universal de un valor incontestable por parte de las ciencias naturales, cual es el criterio de la predicción progresivamente exitosayelcontrol delmedio. MaryHesse llamaaésteel «criterio pragmátíco»,

Comentarios a los puntos (4)y (5).Losjuiciosde valorrelaciona­dos con la cienciapueden referirse ya bienal usoque puedadarsea los resultados de lainvestigación, obienpuedenincorporarse comoevalua­ciones más íntimamente conectadas con la construcción de teorías, como aserciones de que es deseable que el universo sea de esta forma u otra, y de quees o nocomose desearía que fuera. Estasevaluaciones descansan en valores que,comoha mostrado Kuhn, pasanpor esta vía a formar partede los paradigmas que rigen la producción de la ciencia normal. Enestecaso,entonces.juícíos deltipodebe-ser sontransforma­dos en juicios de hecho. Por ejemplo. durante un buen tiempo lo que luegoha venido a llamarse la falacia genética no fueconsiderada como una falacia. Teorías así construidas no pueden refutarse sólo por los hechos, puescomose vio las teoríasnosólose deducen de los hechos. primero, y segundo, los hechos puedenacomodarse a diversas teorías usualmente. Tampoco podrían eliminarse esos juicios por criterios formales adicionales comoel de la simplicidad por ejemplo, pueshay teoríasquesedesarrollan precisamente ensentidocontrario, desimples amáscomplejas, comoocurreconeluniverso heliocéntricodeCopérnico, queensuteoría necesitaba demásparámetrosqueeluniverso geocéntrico al que vino a reemplazar.

91. Sobreestepunto,en apoyo,verKuhn,Thomas...Objetividad.juiciosdevalor y elección de teorías.., en Kuhn. Thomas,La tensián esencial. op. cit.

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LA Ir-;VESTICiACIOr-;SOCIAL POSITIVA 71

Luego, y aquí reside el punto central del argumento de Mary Hesse,en el largoplazo la elecciónde teoríasen las ciencias naturales parecieradependermenosde los criteriosempíricosde confirmación y falsabilídad que de lo queella llamaun «criteriopragmauco». Explica: en la medida que predicciones exitosas se acumulan, ese criterio pragmático filtra hacia fuera tanto criteriosde simplicidadcomo otros juiciosde valor. Así, porejemplo, losargumentos metafisicos yteológicos contra Copérníco, Newton y Darwin se volvieron progresivamente menosrelevantespara la ciencia.

Ahorabien, resultaclaro que la adopcióndel criteriopragmático -el juicio de que la exigenciade éxito predictivo debe imponerse a cualquierotro criterio de elecciónde teorías- descansaa su vez en la adopción de unjuicio de valorquenopuedeser filtrado, y que másbien es el supuesto del criterio pragmático. «Es un juicio, señala M.Hesse, que tal vezraramentehayasidoadoptado conscientemente por ninguna sociedad científica del pasado, pero que podría ser conscientemente rechazado en el futuro, según resultacada vez más aparente».

Al comparar ahora esta visión de las ciencias naturales con la lógica propia de funcionamiento de las cienciassociales, Mary Hesse proponepara esta últimados características adicionales:

(6) No existen por el momento, y quizás no pueda esperarse razonablemente que lleguen a existir, teorías generales en las ciencias sociales que satisfagan el criterio pragmático, o sea, teoríasque proporcionen una prediccióncrecientementeexitosa en el dominio social. (7)Másaún,dadoquela adopción delcriteriopragmáticodescan­saél mismosobreunjuiciode valor,es posibledecidircontra ese juicio comouna metaíncontrarrestable para lascienciassociales, y adoptarotras metasde valora cambio.

Comentariosalospuntos(6)y(7).Esposibleconcebirsituaciones enqueel criteriopragmático operetambiénenlascienciassociales,caso en que los juicios de valor incluidos en el razonamiento de (1) a (5) podríanser filtrados hacia fuerade modoanálogoacomo ocurreen las ciencias naturales. Otra cosa es si acaso se desea que ese criterio pragmático (de la predicción creclentementc exitosay el control)opere tambíén en el campo de las cienciassociales.

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72 PARADIGMAS DE CO~OCIMIENTO y PRACnCA SOCIAL EN CHILE

Parael restodelos casos, queseguramente seránla mayoría, será necesario introducir otras evaluaciones y metas de valorpara guiar la construccíón ycíeccíóndcteorías. DiceM.Hesse: esosjuiciosevaluativos seránmetas de valor(value goals) alternativosalcriteriopragmático del sucesoo éxito predictivo.

La adopci6n de tales metas de valor ha sido explícitamente reconocida por diversos clásicos de las ciencias sociales, como en el caso, por ejemplo, de Weber y Myrdal92• Pero ambos, argumenta M. Hesse, mantienen la ideade que losjuicios referidos a la relevancia de valores de la investigaci6n emprendida son separables completamente de la construcci6n de teorías y de su confirmaci6n y refutaci6n, las cuales deben mantenerse dentro de los cánones propios de todas las ciencias. O sea, los juicios de valor son tratados como una intrusi6n negativa. La aspiraci6n máxima siguesiendola objetividad, quepodría seralcanzada si seencuentra la manera de aplicar a lascienciassociales el mismo criterio prágmático que rige en el caso de las ciencias naturales, permitiendo filtrar haciafueralasevaluaciones quese inmis­cuyenen la construcci6n de teorfas.93

En cambio, Mery Hesse aboga, radicalizando en este punto la posturade AlvinGouldner'", enfavordelaexplícitarealizaci6n deesos juiciosde valoren el casode lascienciassociales. Dadoqueéstas,dice, no pretenden (ni pueden) explicarel mundo socialen el sentido de las ciencias empírico-analíticas, acumulando predicciones crecíentemente exitosas. deben proponerse por el contrario entendere interpretar ese mundo en términos talesque la comprensi6n producida sea coherente con un orden de valores escogidos. A fin de cuentas, concluye, los

92. Véase, por ejemplo, Weber, Max, Sobre la teoriade las cienciassociales. Editorial Futura, Buenos Aires. 1976. Myrdal, Gunar, Value in SocialTheory, London, 1958 y Objectivity in Social Research, London, 1970.

93. En realidad. la aspiración a la objetividad, y a la creencia en su posibilidad. no sólo se articulan, en el caso de las ciencias sociales, con la pretensión de desarrollar un criteriopragm4tico «a la Hesse». También podría postularse que dicha pretensión se realiza en la medida que mantiene en alto el «valor de la verdad» que sólo un determinado ejercicio de la cienciapodría garantizar. Así, porejemplo, Max Weber: «La validez objetiva de todo saber empírico se basa, y sólo se basa, en que la realidad dada está ordenada según categorías subjetivas en el sentido específico de que constituyen la premisa de nuestro conocimiento. y que están ligadas a la premisa del valor de la verdad que sólo el saber empírico nos puede proporcionar». (Weber. Max,op. cit.•p. 88)

94. Se refiere a diversos pasajes de Gouldner, Alvin, op. cit.•citados en Hesse, Mary. op. cit., p. 12.

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LA ISVESTIG,\CION SOCIAL POSITIVA 73

«clásicos» de la socíologían hanadoptado todosellosunaclarapostura de valor. Así podríacomprobarse con «el deseo de Weberde rescatar ideales humanos desudominaci6n porsubestructuras, seanecon6micas o burocráticas; con la necesidad sentidapor Durkeheim de la cohesi6n social y la estabilidad frente a los deseos humanos desordenados e irracionales; conlanotadeprotesta inseparablemente unidaalconcepto «científico» de Marxde la explotaci6n de la fuerza de trabajo; y con la nadaocultaevaluaci6n negativa que Gouldner hace de las sociologías de Goffman y Garfinkel, cuyos orígenes él devela y cuya adecuaci6n juzga no sobrela basede unaespúreaobjetividad sinosobre la basede su propio sentimiento respecto a la degradación moral de susimágenes de la sociedad... ».95

En suma, Mary Hesse aboga por una explícita afirmaci6n de su punto(7);estoes,en favordelreconocimiento dequeallídondenocabe la aplicaci6n del criterio pragmático, otras metas de valor deben ser reflexivamente adoptadas por los investigadores sociales. Lo anterior, agrega, no excluyeque allí dondeel criterio pragmático (o cualquier criterio realista de la verdad) pudiera ser operativo en el caso de las ciencias sociales, él debaser aplicado tal comose haceen el campode las ciencias naturales. En efecto, «existen leyesgenerales del compor­tamiento humano(aunque sospecho que s610 low-levellaws); existen modelos y tipos ideales cuyas consecuencias pueden ser exploradas deductivamente y probadas, y existen predicciones limitadas que a veces tienen éxito. Allí donde esas cosas existen podemos hablar de objetividad en el dominio social, cualquiera seael sentidoqueatribuya­mos a dicho término en el dominio natural, y podemos (pero no debemos) hacer la misma opci6n de metas de valor para las ciencias sociales queparalasciencias naturales». Esdecir, enesascircunstancias podemos adoptarel criteriopragmático, lo cual equivalea incorporar esa precisametade valor.

Lo que resulta claro para M. Hesse, y quizá podría serlo para cualquiera que conoce la producci6n contemporánea de las ciencias sociales, es que la mayorparte de ella no responde, y seguramente no responderá jamás, a la adopci6n de ese criterio y. por tanto, no se asemeja niserigeporlosmismos prlncípiosconstítutívos delasciencias naturales. Luego, en esos casos, corresponderá a las ciencias sociales

95. Hesse, Mary. op. cit.•p. 12.

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74 PARADIGMAS DE CO~OCIMIE~TO y PRACllCA SOCIAL EN CHILE

realizarelecciones nopragmáticas de metasde valor, las cualesnecesi­tan ser asumidas reflexivamente y argumentadas públicamente, en medio de la comunidad de pares y de la comunidad mayor de los participantes sociales. De aquí extrae M. Hesse una analogía más general. Sugiereque«laproposicióndeunateoríasocialse asemeja más a la argumentación de un casopolíticoque a unaexplicación propiade las ciencias naturales. Debe buscary respetarlos hechoscuandoéstos están a la mano, pero no puedeesperar una explicación total de ellos, posiblemente inobtenible. Debe apelar (asimismo) explícitamente a juiciosde valory puedeusar,apropiadamente, la retóricapersuasiva». Evidentemente, la teorización de las cienciassociales tendráque dife­renciarse, al mismo tiempo, del argumento político por cuanto ella buscaráreferirsey dar cuentade los hechosde un modomásacabado y nopodrájamás apelaral mismotipode retórica, debiendo constreñirse a la presentación racional de sus argumentos.

En suma, como muestraeste recorrido por la teoría actualde las cienciassociales,lainvestigación socialestáseguramente encaminode librarsede su subordinación a un esquemaepistemológico que preten­díaqueellaoperaraigualo demanerasemejante alasciencias naturales, mientras se imputabasu relativo subdesarrollo a una falta temporal de madurez. Ahoraencambio, gradualmente, se reconocequelasciencias sociales no necesitan, ni siquiera pueden, asemejarse a las ciencias empírico-analüícaso

Por eso mismo, el campode lascienciassociales,en cada unade sus disciplinas, incluida la economía, se presenta actualmente como abarcando una diversidad de subculturas, correspondiendo cada una a undeterminado sistemade investigación. Asíporejemplo,segúnseñala R. Boudon, en el campo de la sociología nos encontraremos con «subcomunídades de creyentes que piensanque el «palhanalysís» o el análisis factorial es el nec plus ultra, otras que sostienen que el enunciado de profecías de largo alcance es la meta principal de su disciplina; algunas están convencidas que la esencia de la sociedad puededescubrirse escrutando pequeñas comunidades típicas,mientras otros han etiquetado esa visióncomola «Jonscvílle fallacy». Algunos creenenla«descripción gruesa», otrosenladescripcióncuantitativa»96.

96. Boudon, Rayrnond, «Will sociology ever he a normal science?». op. cit., pp. 747-48.

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Lt\ I:"VESllGACION SOCIAL POSITIVA 75

No se trata, como previene el mismo Boudon, de sostenerque «cual­quiercosava»enelcampode lasciencias sociales, y deque noexistiría por tanto la necesidad de elección entre paradigmas, o de someter la construcción de teorías a la observación de los «hechos» y a los procedimientos metódicos propios de la argumentación científica.

Así,porejemplo, unoentrelosvarios paradigmas alamano puede serconsiderado másadecuado alobjetodeestudioencuestión, posición sostenidaporBoudon, Obien, unateoría puedeserpreferida aotra,pero esa opción---queestarádeterminada por juicios de valor- debeestar abierta a laargumentación. Debeportanto ser fundada yeventualmente mostrarse como válidamediante un acuerdo argumentativamente ela­borado al interiorde la comunidad (o subcomunidad) de practicantes, los cuales (idealmente) se rigen por normas aceptadas y comparten procedimientos argumentativos para arribar a acuerdos de ese tipo.97

Desdeestamismaperspectiva puede entenderse porqué la inves­tigación socialnecesita volverse continuamente sobresí misma, loque en parte explica la alta propensión hacia la producción metateéríca propiadelasociología, porejemplo", yel hechoqueenalgunas deestas disciplinas (cosaque no ocurreen el casode las cienciasnaturales) se presente el desarrollo de una subespecialidad que lleva el nombre de «metodologías». Efectivamente, estas disciplinas necesitan clarificar reflexivamente suspropios supuestos yesclarecer susmetas de valoren

97. Lo anterior supone la existencia de comunidades profesionales dentro de las cuales, al menos, pueda arribarse a estos acuerdos. Pero no implica que estos últimos pudieran alcanzarse entre comunidades, cuyos valores rectores podrían llegar a ser, como de hecho lo son en el campo de las ciencias sociales. inconmensurables.en sentido kuhniano. Más bien, entonces, lo que puede ocurrir es que exista una competencia de hegemontas entre los diversos grupos de practicantes por imponer, al campo en general o a un sector de éste (disciplinario, temático o de especialización). los valores de discriminación empleados por unade las subcomunidades, o un descrédito de los demás.

En la medida que dicha competencia de hegemonias no ocurre exclusivamente en un campo de argumentación sino que en ella intervienen otros factores (criterios pragmáticos de éxito, apoyo financiero, fortaleza de la base institucional, control de recursos organizacionales, incidencia en los medios de comunicación, influencia sobre instancias extracampo, «modas» difundidas desde un centro-difusor, etc.) nos encontra­ríamos, entonces. frente al hecho de que incluso esos acuerdos decisivos para la selección de teorías no son puramente argumentativos ni obtienen su fuerza de validez exclusivamentedesde el interiorde los argumentos, sino que dependen en buena medida de esa competenciade begemonias mediada por factores de poder, de riqueza yde status.

98. Véase al respecto, Wagner, David G. y Berger, Joseph, «Do sociological theories grow?, American Joumal o/Sociology, vol. 90, N° 4, January 1985.

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76 PARADIGMAS DE COI'OCIMIENTO y PRACllCA SOCIAL EN ClllLE

la competencia que se suscita entre diversas «escuelas» o «sub­comunidades» que pugnan por la hegemonía..

Entre tales metas de valorocupa un lugarcentral la imagenque cada sistemade investigación se forme respecto del tipo de usos que pueden tener los resultados de la investigación. Según vimos en el capítulo primero, en elsistemadeinvestigación social positivaesameta de valor se hallaba íntimamente conectada (i) con la idea de que la sociedad puedesermejorada mediante operaciones de ingeniería social y (H) con la idea hobbesíana de que mediante el uso del conocimiento es posiblefundar unapolíticaracional o positivade los asuntos huma­nos.

En el cuadrodel emergente postpositivismo que hemosdescrito, esasideasapenas puedenseguirsosteniéndose. Necesitan, encualquier caso, una radical redeñnícíón. En nuestro caso, quisiéramos postular que la investigación socialpostpositivistaposeecomometade valorde usodel conocimiento el acrecentar lascapacidades de acción sobresí mismaque la sociedad posee.

Expliquemos brevemente esta formulación. SegúnhaescritoA.Touraine, «unasociedad seproduce, seadapta

y funciona. Esunajerarquíadesistemas. Lahistoricidad de lasociedad es su capacidad de producir sus orientaciones sociales y culturales a partirde su actividad y de conferir un sentido a sus prácticas (. ..) Las sociedades humanas son capacesde producirsus orientaciones, de ser normativas. Subordinan sus prácticas a una intervención voluntaria sobreellas mismas, intervención a la que denomino su historicidad»99. Como muestra este mismo autor, la sociedad actúa sobre sí misma. Primero, porqueposeeunacapacidad simbólica, unafacultad de cono­cimiento, es decir,la capacidad de organizarsurelaciónconel entorno en función de su propia identidad. Segundo, porque continuamente genera un excedente que es acumulado e invertido del modo que determina su organización económica. Tercero, porque esa propia capacidad deconocery acumular se vuelve reflexiva y seaprehende ella misma, posibilitando una acción-con-sentido que, en el orden más general, se traduceen un modelo culturaldado segúnsea comprendida esacapacidad, modelo queentoncesguíaesaprácticadeintervenciónde la sociedad sobre sí misma.

99.VéaseTouraine,Alaín,Introduccián a la sociolog fa, Ariel,Barcelona,1978, p. 70y p. 80.

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LA¡¡WESTIGACION SOCIAL POSITIVA 77

Dentro de tal perspectiva, que concibe a las sociedades como sistemas que se producen y reproducen por la acci6n de sus propios participantes, la investigaci6n socialpostposítíva retiene, desuancestro posítívista, el valor-metadeproducirconocimientos utilizables poresas prácticas de «producci6n de sí misma» que realiza la sociedad. Los específicos sistemas deinvestigaci6n social, segúnlasdefiniciones que adopten en la particularizaci6n de ese valor-meta, se conectarán a esas prácticas de maneras diversificadas, pudiendo, porejemplo,orientarsu producci6n hacia los policy-makers, o hacia los grupos populares de base,ohaciadeterminados movimientos sociales, o hacialacomunidad académica nacional e internacional, o haciala empresaprivada, etc.En cualquier caso, no podrán evitar (en principio), y cualquiera sea su orientaci6n, que la producci6n de conocimientos esté disponible, ade­más, parasu usoporinstancias no buscadas, dentrode un mundo social dondelos conocimientos transmitidos siguentrayectorias indetermina­das.(Osea,existeunaautonomía relativa delsistemade transmisi6n de conocimientos).

En suma,proponemos que la investigaci6n social post- positiva reclama estar guiadapor una meta-de-valor generalizada, que implica la utilizaci6n de los conocimientos producidos en funci6n de la expan­si6nde lascapacidades de la sociedad para actuar sobresí misma. 100

En el momento postposítivlsta delque venimos hablando, la idea de «utilizaci6n delconocimiento» producido porla investigaci6n social no está ya referido exclusivamente a macroprocesos de planeaci6n o a unas pocas pero nítidas instancias de ingeniería social y problem­solving. Abarca, también, la miríada de microintervenciones posibles queconstituyen la continua producción y reproducci6n de la sociedad.

tOO. Expansión no signilica aquí, necesariamente, un aumento positivo de ningún tipo, como podría ser, según los valores que se sostengan en esta materia, un awnento de tas capacidades de racionalización instrumental o, alternativamente, un awnento de las capacidades de racionalización comunicativa; o, desde otro ángulo, un incremento de capacidades tecnocráticas de problem-solving, o un aumento de la capacidad de una clase para volverse dominante dentro de la sociedad. Por eso hablamos de una mela-de-valor generalizada, puesto que ella admite (y requiere) ser particulari­zada por valores de segundo orden, como algunos de los recién indicados o una combinación de ellos. Una cuestión interesante sería preguntarse,en conexión con este punto, acaso podría existir un sistema de investigación que dejara de tener ese meta­valor como mela, lo cual equivale a preguntarse acaso hay una situación en que pudiera pensarse que el conocimiento producido no incrementa (en ese sentido «neutro») las capacidades de la sociedad de producirse y reproducirse a sí misma. Volveremos en el texto, un poco más adelante. sobre esto mismo.

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78 PARADIGMAS PE CONOCIMIENTO Y PRACTICA SOCIALENCIIILE

Además; dichaideanoestá tampoco conectada (enprincipio) a ninguna ideade «progreso» o de «manejo racional» de la sociedad. puestoque reconoce laexistencia de múltiples racionalidades queestánenjuegoen la producción y reproducción de la sociedad, suponiendo, además, que todasellasoperana partirde stockssocialmente disponibles de conoci­mientos locales.loscualesinteractúan hermenéuticamente conelcono­cimientoproducido por la investigación social.

Otracosadistintaes si acasola formulación de esa meta-de-valor generalizada (metavalor) sobreelusode lasciencias socialespermitiría formular, para estas disciplinas, un criterio fuerte de tipo pragmático, comoelenunciado porMaryHesse. Esteserviría, entonces.asemejanza de aquel otro,paradiscriminar entreteoríasy para«filtrarhaciaafuera» juicios de valor intrusívos, a partir, esta vez, del valor atribuido a la acumulación de «intervenciones exitosas».

Es evidente. de inmediato, que no puedeextraersede este postu­lado de metavalor un criterio pragmático de ese tipo, puesto que no existenen este caso predicciones exitosascuya acumulación resultaría en aplicaciones que llevana incrementar el control sobreel medio. En cambio, las «intervenciones exitosas» serán juzgadas como tales, o rechazadas, en cada caso, a partir de «valores de segundo orden», competitivos entre sí. Dichosjuicios evaluativos serán emitidos, ade­más,porlos propiosparticipantes sociales,losqueactúansobrela base de puntosde vistastambién ellos valérícamente regul adosysocialmen­te condicionados. Tampoco es posiblesostenerque el «éxito» de esas intervenciones podríaserdeterminado empíricamente, osea. «medido» con el instrumental de las ciencias empírico-analíticas que. ellas sí, admitirían la incorporación del criteriopragmático definidode alguna manera. Pues esto último supondría establecer un juicio de valor respecto de 10 quedebeentenderse por «progreso», momento en el cual empezamos a movernos en un círculode regresión infinita.101

101. En realidad, tampoco queda cJaro cómo Mery Hesse resuelve. en su propio argumento. este problema. Más bien. señala que la relación entre el criterio pragmático y cualquier teoría de la verdad «es oscura y necesita más examen». Sugiere que dicho criterio sortea la cuestión de la referencia del lenguaje teórico a la realidad del mundo. postulando en cambio que reposa «sobre el concepto no lingüístico de predicción exitosa». afirmación que torna seguramente aún más oscura la cuestión. Pues no es cJaro qué debemos entender por un «concepto» que es «no-lingüístico» ni se aclara cómo. entonces. se arriba a acuerdos sobre lo que son «predicciones exitosas», salvo que se vuelva a recurrir a un procedimiento empírico-analítico y se caiga. por esa vía, en una regresión no bloqueable.

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LA IlWESTIGACION SOCIAL POSITIVA 79

La transmisión del conocimiento producido por la investigación social

Un sistema de investigaci6n social postpositiva necesita plantearse, como una cuesti6n central, los aspectos relativos a la circulaci6n del conocimiento, por10 menos endosdimensiones. Enladimensi6n de10 quehemos llamado unmundo social saturado de conocimientos yen la dimensi6n delacoexistencia, enesemundo social, deunadiversidad de racionalidades querigen la acci6n y condicionan la circulaci6n, apro­piaci6n y utilizaci6n de conocimientos.

Serecordará queMedina Echavarría, enunpasaje desusescritos, observaba la existencia de planos de racionalidad diversos en las sociedades modernas, postulando que en cadauno la accíón necesita sujetarse a procesos de racionalizaci6n distintivos.

Así, distinguía unprimer plano oforma deracionalidad consisten­teenlapuradisposici6n o capacidad deconducirse frente a lascosas y situaciones ateniéndose a sus características objetivas. Llamaremos a ésteelplano dela racionalidadpragmáticapropia de la vida cotidiana, queoperasobre labasede rutinas, enmedio de unmundo normalizado y objetivado para efectos prácticos de conducci6n de los propios comportamientos.

Luego constataba Medina la existencia de una racionalidad propiade un «mundode vida» hechode significaciones, creencias y valores,lacual teníaque verconel sentidoy orientación de la vida encontextosqueexigenser interpretados. Enrealidad,este planode actuaci6n s610 es distinguibledel anterioren la medidaque supone ya no una actitud objetivante hacia el entorno inmediato sino una actitud ajustada a normas, para recuperar la terminología habermasiana del primercapítulo.Estamosaquí, pues, frente a un tipoderacionalidad quepuedellamarsepropiamentecomunicativa, en la medidaque supone la interacci6n referidaa un mundosocial y se realiza en una actitud intersubjetiva. Podría sostenerse que ambas racionalidades complementarias -la pragmático-cotidana y la comunicativa- forman algoasí comoel entramadode la vida social que se produce y reproduce a sí misma en cuanto mundo simb6licopreestructurado. El primertipode racionalidad (pragmá­tico-cotidiana) se corporiza en ese sistema cultural que puede llamarse, siguiendo a Geertz,el «sentidocomún»,con sus caracte­rísticas propiasdepractícalídad, simplicidad oliteralidad, «inmetodi­

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80 PARADIGMAS DE CONOCIMIENTO Y PRACllCA SOCIAL EN CHILE

calidad» y accesibilidad 102. El segundo lipo de racionalidad (comu­nicativa) supone, en cambio, el uso del lenguaje ordinario para fundar acuerdos en torno a la validez de los enunciados de ese lenguaje. «La acción comunicativa es un proceso de comprensión, entendimiento y acuerdo con consecuencias directas para la acción social. En esto consiste su racíonalídad-P'. Ambas racionalidades, en su conjunto, configuran la constelación práctica de la vida regida por la doble racionalidad del conocimiento cotidiano objetivante y del conocimiento hermenéutico (o comunicativo) que es propio de la competencia de todo participante social despierto o atento. En otras palabras, tanto el objetivismo propio de la vida cotidianacomo el verstehen aplicado a las interacciones sociales microscópicas constituyen, a este nivel, una característica fundante de la sociedad humana, la que es contínuamente producida y reproducida por sus miembros. Por eso mismo, esa doble racionalidad y los conoci­mientos que ellas movilizan, están conlinuamente presentes en todas las acciones humanas, incluyendo las propias de la vida pública y las de la esfera del trabajo. Por eso mismo, como veremos más adelante, todo proceso de apropiación y de utilización de conocimientos producidos por las ciencias sociales es «filtrado» o «negociado» a partir de una matriz de conocimientos depositados en el sentido común y dentro de un contexto de interacciones regidas por la racionalidad comunicativa.

En tercer lugar, Medina Echavarría hablaba de una «racionalidad instrumental», que procedecon arreglo a fines de acuerdo acondiciones y circunstancias objetivas. Podemos reservar para este tipo de racionalidad, a finde distinguirla de la racionalidad pragmática elemen­tal, su connotación haberrnasiana, como la racionalidad propia del mundo del trabajo, que opera en función de fines y se halla sujeta al uso eficaz de medios. Mientras la acción de finalidad es racionalizada en dirección de la predicción y el control, la otra, la racionalidad pragmá­tica elemental, lo es en cambio en dirección del aprendizaje cotidiano mediante experiencias que van incorporando un «conocimiento tácito» de carácter «práctico» y no metódico.

102. Ver Geertz, Clifford, LocalKnowledge. Furrher Essays in Interpretative Anthropology, Basic Books, New York, 1983, cap. 4.

103. Hoyos Vásquez, Guillermo, op. cit., p. 86.

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LA INVESllGACION SOCIAL POSITIVA 81

Pero existe también la posibilidad de una acción racional por finalidad en la esfera de las interacciones comunicativamente estructuradas. casoenelcualhablamos deacción estratégica, orientada a influir en otros para la obtención de los fines de quienes orientano realizan laacción. Dehecho, sesostiene queconlaexpansión incesante de la racionalidad instrumental, éstapenetra en todos los campos de la actividad humana, incluso --como muestra Goffman- en la autorrepresentacíón o expresión dramatúrgica de sí mismo y en las interacciones situadas, dondelos sujetos buscan no sólo conseguir un acuerdo intersubjetivo orientado por la búsqueda de un entendimiento racional sino, constantemente, controlar las definiciones situacionales y obtenerun potencial provecho del otro.104

Por último, Medina observa la existencia de un plano de racionalidad que es propiode las empresas (genéricamente definidas) que poseencomoobjetouna actividad ya racionalizada por sí misma, comola ciencia, la actividad militar, la instrumentación burocrática de decisiones o la producción económica. Se trata, en esteúltimocaso,de una racionalidad de lasorganizaciones (racionales) que, paracompli­car el cuadro, supone-por las interacciones que ella organiza- el despliegue deunaconciencia hermenéutica. Pues, comoseñalaHabermas refiriéndose en su caso a la empresa de las ciencias naturales, dicha concienciahermenéuticalasafectaaellasporigual. «Lalegitímacíónde lasdecisiones quedirigen laeleccióndelasestrategias deinvestigación, laconstrucción de teorías y los métodos paraprobarlas yque,portanto, determinan el «progreso de lasciencias», depende delasdiscusiones en el interior de la comunidad cientifica. (... ) Unahermenéutica filosófica puede demostrar por qué en este nivel tc6rico es posible llegar a un consenso motivado racionalmente, pero no a un consenso perento­riO»IOS. Lo anterior, que calzabien con el tipo de discusión que Mery HesseyThomas Kuhn, entreotros,hanrealizado sobrelaconstrucción

104. En realidad no es este un punto que pueda discutirse más largamente aquí, pero es dudoso que la acción estratégica sea meramente una consecuencia de una expansión incesante de la racionalidad instrumental que desbordaría su propia esfera de operación. Podría suponerse, en cambio, que toda acción comunicativa está orientada, independientemente de otros intereses, por intereses estratégicos inmanentes, que consisten en llegar a un entendimiento racional en términos de las posiciones ocupadas situacionolmeme por los hablantes.

105. E. Bleicher, J., Contemporary Hermeneutics. Henneneutics as a Method. Philosophy and Critique, Boston y Henley, Londres. 1980. pp. 186-87.

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82 PARADIGMAS DECONOCIMIENTO Y PRACTICA SOCIAL EN CIliLE

deteorías enelcasodelasciencias naturales, hasidoademás largamente elaborado por la moderna sociología de las organizaciones, cuya racionalidad, segúnha podido mostrarse, es en el mejorcaso parcial y se halla sujeta a un alto grado de ambigüedad interactivamente nego­ciada.106

Tenemosentonces, tcntatívamente, uncuadrode variosplanosde racionalidad que abarca(i) la racionalidad pragmática elemental de la vidacotidiana, (ii) la racionalidadhermenéutica ocomunicativa propia de la participaci6n en mundos-de-vida normativamente construidos y requeridos de interpretaci6n para su funcionamiento (econ sentído»), (iii) la racionalidad instrumental de fines, y (iv)la racionalidadpropia de las organizaciones (queoperansobrela basede actividades de por sí racionalizadas). A estos planos hemosagregado (v) la racionalidad estratégica (instrumental) que acompaña y se entrevera con la racionalidad comunicativa, allí dondeestaopera,y hemossupuesto la existencia (vi) de una racionalidad (comunicativo-instrumental) que rige la acción dramática, mediante la cual se buscaexpresarpública­mentela propiasubjetividad y las vivencias de los participantes socia­les.

Nuestro argumento ha sido hasta aquí que en todos esos varios planos lossujetos participantes ponenenjuegounabasedeconocimien­tos locales acumulados, los cualesse desarrollan, a la vez, de acuerdo a patrones de racionalización específicos. Así, la doble racionalidad de la vida cotidiana encuentra sus respectivos stocks de conocimientos locales en (i) aquellos que proporcionan la maestría del mundo de objetos(materiales ysimb6licos) inmediatos delentorno, hastaalcanzar las destrezas «objetlvantes» que permiten manejar ciertas técnicas, incluso complejas, basadas en el empleo de conocimientos tácitos adquiridos por laexperiencia delpracticantequesevuelvediestro; y (ii) aquellos que toman al sujetoen un participante social competente, por elcamino delaadquisici6n delasnecesarias competencias deinteracci6n yparticipaci6nenunmundo social regido porrutinas, normas, creencias y valores.

Se trata pues, en un caso,de los conocimientos depositados en el sistema cultural del sentido común y, en el otro, del conocimiento

106. Ver el texto clásico sobre este tópico en Simon, Ilerbert, Administrative Behavior, Third Edition. The Free Press, 1976 y, además, March, James and Olsen, Johan, Ambiguily and Choice in Organizaüons, op. cit.

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LA INVESTIGACION SOCIALPOSITIVA 83

adquirido a través de los procesos de socialización y entrenamiento social elaborados a través del lenguaje ordinario quegenerael entendi­miento de normas yde lasexpectativas decomportamiento asociadas a ellas. Este último tipo de competencias adquiridas posibilitan, asimis­mo, la acción estratégica dirigida al control del otro en situaciones de interacción y la accióndramática en tornoa laconstrucción yrepresen­tación de la propiaidentidad.

La racionalidad instrumental o de finalidad, distintade la acción pragmática elemental o cotidiana y dela acción estratégica, está regida por reglas técnicas basadas en el conocimiento empfríco. Implica, por tanto, conocimientos de otro tipo,provistos por las cienciasanalítico­experimentales, quehacenposible lapredicción yelcontroldelentorno por medio del desarrollo de estrategias (instrumentales) eñcaces.P?

Porúltimo, la racionalidad propiadelas organizaciones, apoyán­doseen las anteriores, generasu propio tipode racionalización que se logra por la vea de la diferenciación funcional en la incorporación (y aprendizaje) de los conocimientos requeridos organizacionalmente en cadacaso, tratésede burocracias, empresas científicas, de la organiza­ción militar, de la organización política, etc.

En cada plano de racionalidad identificado existe, entonces, un universo deconocimientos locales, específicos a eseplano(ysubsector del mismo), hallándose sujetala incorporación de nuevos conocimien­tos,esta vezprovenientes de la investigación social, a unanegociación especial. Estoes, a un proceso de apropiación y de usoconforme a las propias reglasde racionalidad que imperan eneseplanoy mediado por dichostock local acumulado deconocimientos, el queoperacomofiltro ycomo matriz derecepciónparalosconocimientosqueprovienendesde el ladode la investigación social.

Ensuma,nosencontramos conquelatransmisión ocirculaciónde conocimientos producidos por la investigación social, condición de posibilidad para su utilización (apropiación o incorporación), transcu­rre por canales o circuitos queestánellosmismos saturados deconoci­mientos, y que se hallan distribuidos socialmente a lo largo de una

107. No cabe duda que las ciencias naturales (y ciertas versiones de las ciencias sociales) ofrecen también conocimientos especializados que sirven de base para el desarrollo de acciones estratégicas (comunicativas) de control de los otros, conocímien­tos que pueden incluso materializarse en ciertas técnicas de acción y tecnologías materiales para la manipulación de los mundos simbólicos.

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84 PARADIGMAS DECONOCIMIENTO Y PRACTICA SOCIALEN CHILE

variedad de planos de racionalidad. El uso propiamente tal de los conocimientos surgidos de la investigación. comoveremos a continua­ción. supone por 10 mismo una transacción de conocimientos. y no es nunca la mera aplicacián de un conocimiento, a la manera de una operación mecánica. Másbien. el uso y la aplicación de conocimientos suponen una apropiación hermenéutica, interpretativa. realizadadesde una base preestructurada de conocimientos locales. dentro de un entrecruzamiento deracionalidades quepugnan, cadauna,porimponer sus exigencias sobre los propios participantes sociales.

El uso o la utilización del conocimiento

Podemos imaginar el proceso de utilización de conocimientos comoun proceso organizado en función de diversos «campos de uso», regido cadauno por su propia forma de racionalidad predominante y provisto cadauno de su propio stocklocal de conocimientos preestructurados.

Adaptando la distinción de varios planosformulada másarribaa las necesidades de distinguir ahora entre campos funcionales de uso. podemos identificar: (i) un campo de usocotidiano y (ii) un campode uso organizacional. Veremos luego que existe un tercer campo, de denominación ambigua, queoperaen el entrecruzamiento entrelosdos campos de uso anteriores.

a)Elcampo deusocotidiano incorpora conocimientos provenien­tesdela investigación social apartirdel«sentido común» de losactores y de sus competencias comunicativas propias, con finesde manejo del medio (pragmatismo elemental); de la lentatransformación delsentido comú n; delesclarecimiento interpretativodelassituaciones deinteracción y de la construcción social de la realidad; de acciones estratégicas (comunicativo-instrumentales) ydelaconstrucción yrepresentación de identidades intersubjetivamente elaboradas.

Quienes en estoscasoshacenuso del conocimiento proveniente de la investigación operancomoparticipantes sociales competentes; es decir,sobrela basedel stockde conocimientos y competencias deposi­tados en el sentido común y de aquellos adquiridos por medio de procesos de socialización y aprendizaje social. El proceso de transmi­sión y apropiación del conocimiento producido por la investigación

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LA INVESllGACION SOCIAL POSITIV A 85

presuponeenestecaso,porlomismo, suincorporaci6n o «traduccción» allenguaje ordinario detodoslosdías,queesprecisamente aquelenque se manifiesta el sentido común y en que se realizan las interacciones propias del mundo de vidacotidiano.

Frecuentemente las ciencias sociales se presentan como una crítica del sentido común, precisamente porque los conocimientos supuestos por dicho sistema cultural carecen de la teoricidad y metodicidad que los conocimientos científico-sociales reclaman para sí.Deallíquesuelanpresentarse «resistencias locales», ejercidas porel sentido común, respecto a losconocimientos producidos ytransmitidos por las ciencias sociales. Digamos así: existeunaciencia«natural» de la sociedad que está contenida en el sentidocomún y que comanda el grado de autoridad (pragmática) que ese sentidocomún poseepara la construcci6n significativa de la realidad social.

A propósito de estoresulta interesante introducir la distinci6n de A. Giddens entre«conciencia práctica comoalmacenamiento tácitodel conocimiento de que losactores echanmano parala constituci6n de la actividad social, y (... ) la «conciencia discursiva», que comprende el conocimiento que los actores son capaces de expresar en el discur­SO».108

La operaci6n de apropiaci6n de nuevos conocimientos surgidos de la investigaci6n social dentrodeestecampo de usosupone, precisa­mente, esa «conciencia discursiva». O sea, ella debe ser realizada argumentativamente (y la autoridad de los conocimientos demostrada racionalmente o negociada estratégicamente) dentro de un proceso discursivo de comunicaci6n. (De ahí, asimismo, la potencialidad que existeen el caso de las ciencias sociales de presentar persuasivamente los argumentos, comosugiere M. Hesse).

Segúndijimos, la incorporaci6n de conocimientos a este nivel (o sea,en estecampo) puedetenerunavariedad de fines típicos: expandir el manejo objetivante del medio (pragmatismo elemental); la transfor­maci6n del sentido común; el esclarecimiento interpretativo de las situaciones de interacci6n y de la construcci6n social dela realidad; el desarrollo de acciones estratégicas (comunicativo-instrumentales), yla construcci6n y representaci6n de identidades.

Lo que llamamos «esclarecimiento interpretativo de las situacio­nesde Intcraccíón» tienequever,indirectamente, conla funci6n crítica

108. Giddens, Anthony. Ceraral Problems in Social Theory ... op, cit., p. 5.

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86 PARADIGMAS DE CO"'OCI~IIENTO y PRACllCA SOCIAL EN CJ-IILE

y emancipadora que Habermas suele atribuir(comonecesidad o ideal) a la teoríasocial.Se trataría, en breve,devolvermáscomplejoese plano de la autocomprensión de los actoressociales, dotándolos del conoci­miento que permiteargumentar la validezde las normas y clarificar la estructura de posiciones quedistorsionan lasrelaciones imersubjetivas. Pero,comohemosmostrado, eseconocimiento puedeserusado, asimis­mo, para el desarrollo de acciones estratégicas en el plano de la interacción socialy paraunaexpresióndistorsionada y estratégicamen­te calculada de la subjetividad de los sujetos. Puede ser ocupado, asimismo, para confirmar pre-juicios y valoraciones infundadas del sentido común, como que los blancos son más inteligentes que los negros y los pobres más flojos que los ricos, etc.

Enbreve,1ateoríasocial-independientementedesi acasopodría construirse exclusivamente desde el ángulo de intereses críticos y emancipatorios o no-- en cualquier caso podrá ser utilizada, en el campodeusocotidiano, apartirdediversosvalores-de-uso, quepueden ser emancipatorios o, por el contrario, de dominación y control de los otros.

Laconstrucción deidentidades socialessuponelaexistenciadeun conocimiento adquirido en la experiencia del grupo pero admite, teóricamente, ser «esclarecida» y «enriquecida» o «distorsionada» y «manipulada» porconocimientos provistosdesdefueradelaconciencia prácticadel grupo,porla investigación social. (Así,porejemplo,puede pensarse que la identidad propia de grupos «desviados» depende, en algunamedida, de laselaboraciones-de-conocimiento provistaspor las ciencias sociales, que racionalizan esas identidades en términos de «etiquetas» ([abels) y deexplicaciones queretroalimentan la capacidad de autocomprensión de esos mismos grupos y la elaboración de su propia identidad).

La provisión, a este nivel, de un conocimiento que posibilite acciones estratégicas fundadas racionalmente supone que las interacciones y situaciones cotidianas tienencomponentes estratégico­instrumentales múltiples (comomuestrabienlasociologíadeGoffman). Estos componentes admiten, justamente, ser racionalizados por la introducción de conocimientos que podemos llamarinstrumentales en sentidoblando;o sea, noasociados directae íntimamente a la esferadel trabajo. Aunquepodríapensarse, también, queexisteun «trabajo» de las relaciones interpcrsonales sobre el cual actúa dicho conocimiento, comoocurrecon lasescuelas de lashuman relations y,crecientemente,

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LA I~VESTIGACION SOCIAL POSITIVA 87

con la producción de específicas tecnologías de la interacción comunicativa de los individuos paraefectosde un mercado del apren­dizajesimb6lico y de las terapias de la asertividad y el control de las acciones comunicativas.

b)Elcampode usoquehemos llamado «organízaclonal», supone la preestructuraclén de esecampo en torno a actividades (organizadas) quesondesuyoracionales porfinalidad yquebuscan, declaradamente, usar conocimientos funcionales para la obtención de esa finalidad.

Aquí necesitamos distinguir gruesamente, en el caso de cada organización (enel sentido deempresa racional), entrelosconocimien­tos propiamente organízacíonales, que dan lugar al aprendizaje organizacional; y losconocimientos relativos a la función-finalidad de la organización. Ambos conjuntos son matrices posibles de uso de conocimientos producidos por la investigación social.

El primer tipo supone la posibilidad de una racionalización organizacional, por la vía del uso de conocimientos que racionalizan (comunicativamente) interacciones organizacionales o que racionali­zan (estratégico-instrumentalmente) relaciones y actividades propia­mente organizacionales. El segundo tipo supone la posibilidad de una racionalización de lasfunciones (racionales) quedesempeña laempre­sa, mediante la aplicación de conocimientos que mejoran las capacida­desproductivas deesa función y,portanto, sus inputs youtputs, trátese en este último caso de bienes materiales (como en el caso de una empresa industrial) osimbólicos (como enelcasodeunestablecimiento educativo, una Iglesia o un centro de investigación).

El hecho de que la organización y sus funciones se encuentren preestructuradasentérminos destocks deconocimientosracionalizados posibilita y exige, en este caso, que los procesos de utilización del conocimiento deban hacerseen lenguajes o mediante procedimientos comunicativosespecializados, dandolugaraestructuras máscomplejas (o artificiales) de utilización del conocimiento producido por la inves­tigación social. 109

109. Aun así. existe también un plano de racionalidad en las organizaciones que se rige estrictamente por el conocimiento que hemos llamado «cotidiano». en la doble dimensión del sistema de sentido común ydel sistema de interacciones simbólicas reguladas comuuicativamente.

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88 I''\RAI)IG~IAS DE CONOCIMIENTO Y PRACTICA SOCIAL EN CIIILE

Desdeel puntode vistadel usode conocimientos producidospor la investigaciónsocial, las organizaciones que preferentementeintere­san son aquellasque intervienenmásdecísívarnente en la produccióny reproducción de la sociedad. O sea, organizaciones en la esfera de la producción material y de servicios (empresas); organizaciones en la esfera de la producción y aplicaciónde decisiones (política y burocra­cia); organizaciones en la esfera de la producción y reproducción simbólica(educación, informacióny medios de transmisiónsimbólica); organizaciones en la esfera del control y uso de la violencia (aparato militar y de seguridad);y organizaciones en la esfera de la producción de conocimientos (ciencia y desarrollo).

De acuerdo con el esquema de Dreítzel citado por Medina Echavarría(vernotaN°67),losprocesosde racionalizacióninvolucrados en cada caso tendrían que ver, (i) con la racionalidad de fines y la economíade las funciones (y esto no vale solamentepara las empresas industriales) y (ii) con la racionalidad de las decisiones (política) y de los procedimientos (burocracia). Podría argumcntarse, sin embargo, que la racionalidad de la política no se encuentra restringidaal ámbito decísíonísta sino que considera, además, una racionalidad de fines sustantivosen orden a la legitimidadde las decisiones.

Entodosloscasospodemossuponer,encambio,queestáenjuego laespecfficaracionalidaddelaprendizaje organizacional y que sepone en juego la diversidad de formas posibles de racionalización de las funciones específicas de cada organización. Veamos ambos aspectos, partiendo por ilustrar el último.

Por ejemplo, la racionalización de lasfuncionessimbólicas (en el caso de ese tipo deorganizaciones) tiene que ver con la clasificacióny el enmarcamiento(classification andframing¡ de los contenidoscultu­ralestransmitidos;1aracionalizaciónde1asfunciones deproducción del conocimiento cientlflco con las «acumulaciones» y «comprensiones», respectivamente, en los casos de las ciencias naturalesy sociales,cada unaprovistade sus propiasmetas-de-valor que especificanlo queha de entendersepor «acumulación» (de acuerdoalcriteriopragmático)y por «comprensión» (de acuerdoal criterio antesenunciadode expandir las capacidades de intervención de la sociedad sobre sí misma). La racionalizaciónde lasfimcionesde violencia, por último, ocurre por el camino de su monopolización legítima por el Estado y su uso por funcionarios en las ocasiones reguladas por procedimientos legal­burocráticos.

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LA ¡lWF.sllGACIOX SOCIAL POSITIV A 89

En todos los casos cabe hablar, además. de una específica «racionalidad organízacional», entendida aquí no a la manera de la teoríaorganizacional como racionalización delosprocesos dedecisión, sinocomoracionalización de losprocesos constitutivos de laorganiza­ción (aprendizaje organizacional) al servicio de un incremento de la racionalidad propiade los funciones de ésta.

e)Decíamoshaceun momento quecabeexploraruntercercampo de "SO de los conocimientos producidos por la investigación social, de denominación ambigua, dondeseentrecruzan segmentos deloscampos de uso cotidiano y organizacional. En este tercer campo situaremos tentativamente: (i) a la opinión pública como estructura de uso que preexiste a los medios de transmisión y a la polftica peroque,en parte, es también producto desuoperación; (ii) losmovimientos sociales, que surgen delentrecruzamiento (paranuestros efectos de identificación de campos y subcampos de uso)entreexperiencias cotidianas colectivas y metas de acción político-culturales.

Se trata, en ambos casos, de algo menos que de organizaciones centrales de la sociedad (vistas lascosasdesdeel ladode sus capacida­desdeproducción y reproducción de la sociedad) y de algomásquelos sueltos y evanescentes grupos quesecongregan y desaparecen durante el tráfico cotidiano en el senode las situaciones menos estructuradas (o menos institucionalizadas) de interacción.

Se trata, en seguida, de instancias que suponen el uso de stocks mixtos deconocimientos, parcialmente tomados delamatrizdelsentido común (perode maneras sistemáticas) y parcialmente provenientes de lapropiaesferacuasi-organizacional enqueestasinstancias existen, sin que podamos identificar en este último caso,en sentido fuerte, un tipo deracionalidad inherente ala instancia (niporsuorganización niporsus funciones). De hecho, estas instancias cuasi-organizacionales (a dife­renciade las organizaciones de que hablábamos antes) no suponen la existencia de una actividad previamente racionalizada, aunque sí racionalizable (en el sentido que pueden serlo loselementos de la vida cotidiana y las acciones comunicativas envueltas en ella).

Se trata por último, en el caso de estas dos instancias, de cuasi­organizaciones altamente heterogéneas, como loes la opinión pública (queen parte aparece comoel producto de los mismos medios que la expresan, estudian o miden), y como son los diversos movimientos

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90 PARADIGMAS DE CONOCIMIENTO Y PRACllCA SOCIAL EN CIIILE

sociales que pueden operarcomoestructuras de utilizaci6n de conoci­mientos.

En conclusi6n, podemos afirmar que el uso de conocimientos producidos porla investigaci6n social,miradas lascosasdesdeel punto devistadeloquevenimos llamando unanaciente tradici6n postposítíva, aparece como una materia altamente compleja, desprovista ya de la inicial ingenuidad del social engineering «a la Hauser», a la vez que mucho másdesagregada y multifacética quela concepci6n, ella misma altamente compleja, delapIaneaci6ndemocrática elaborada porMedina Echavarría.

Nos encontramos, ahora, frente a un mundo compuesto por una diversidad decamposdeusoquepueden serdeductivamente identifica­dosapartirdeunaconcepci6n delaracionalizaci6n no-selectiva inscrita como posibilidad en la propia estructura de la modernidad. Dichos campos, diferenciados en su interior a la manera de sistemasde uso, necesitanserempíricamente estudiados apartirdelasdiversas prácticas de utilizaci6n de conocimientos que ocurrenen ellos, y de las maneras enqueinciden, encadaunodeesossistemas, lasdiversasracionalidades que rigenla acci6nsocial.

La variedad y complejidad de esos campos de uso, que como vimos, abarcan simultáneamente la microorganizaci6n de la vidacoti­diana, la producci6n y reproducci6n organizada de la sociedad y las instancias que surgen del entrecruzamiento entre el mundo de vida cotidanoy la producci6n organizada, se corresponden con la variedad y complejidad de la propiaproducci6n de conocimientos provistos por las cienciassociales. Estas,en efecto,se organizan bajouna diversidad de empresas disciplinarias, cada una de las cualesincluye unadiversi­dad de «escuelas» o «subcomunídades» que resultan, a la postre. en sistemade investigaci6n regidos por metavaloresde uso y por tradicio­nes conceptuales que evolucionan a lo largodel tiempo.

Además, la utilizaci6n deconocimientos producidos porla inves­tigaci6n social -vista desde esta perspectiva- aparece como un proceso que se funda en conocimientos socialmente distribuidos, funcionalmente diferenciados e interpretativamente preestructurados en los diversos campos de uso. De donde se sigue que cualquier procedimiento (odispositivo) deusodeesosconocimientos producidos por la investigaci6n social presupone una específica hermenéutica apropiatoria. Un trabajo de «íncorporación» y de «aplicación» que se hace,por tanto,dentro de las restricciones provistas por las estructuras

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LA I:\VESTIGACIO:-; SOCIAL POSITIVA 9 i

de cada campo, por el juego de las racionalidades que operan en él )' aquellas que son inmanentes al propio conocimiento que se pretende incorporar y utilizar.

4. Conclusión: Los modos de utilización del conocimiento

Ustedespreguntarán, por último:si todo esto es así, ¿qué (enton­ces) de realmente positivo aporta la ciencia para la vida práctica y personal?

Max Weber, Politikals Beruf, WissellsclJaft als Beruf

Paraconcluir,contrastaremosalgunosde los descubrimientossurgidos de la investigaci6n empírica sobre la utilizaci6n de la investigaci6n social con el marco de análisis formulado en la última secci6n, lo que nos ayudará a desarrollar algunas de sus implicaciones conceptuales y analíticas.

Al efecto consideraremos dos trabajos de Carol H.Weiss,IIO referidosa la utilizaci6nde conocimientosen contextosde formulación de políticas, puesto que sus aportes son considerados habitualmente como uno de los pilares de la nacientesociología de la apllcaclon del conocímíento'!'. Y,loquees másinteresantedesdenuestraperspectiva, ellos se ubican precisamenteen el umbral entre la tradícíón positiva y sus ulterioresdesarrollosque hemos llamadopostposítlvístas, pero sin cruzarlo.Lo anteriorpermite abordar, a nuestrojuicio, las limitaciones de su visión y, por contraste, señala las tareas pendientes de construc­ciónteéricayde análisisempíricoparalanuevatradici6nposrposttívísra.

Partiendode la constatacíénempíricadequeel usode lasciencias sociales en la esfera de la política pública es un fen6meno «extraordi­nariamentecomplejo»,C.Weiss proponeseisdiferentesmodelosdeuso del conocimientoproducidopor la investigaci6n social. asociandocada

110. Véase Weiss, Carol. «The rnany meaníngs of rcsearch utilization .. en Bulmer, Martin. Social Science and Social Policy, ABen & Unwín, London, 1986 y Wciss Carol, With Bucuvalas, Michael, Social Science Research and Decision-Making, Columbia University Press, 1980. caps, 2 y 14.

lIt. Véase lo dicho. por ejemplo. por Barbcr, Bcrnard, Effective Social Science. Russell Sagc Foundation, New York. 19.... pp. S-R.

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92 PARADIGMAS DECO:'o:OCIMIE~TO y PRACTICA SOCIAL EN CHILE

unodeellosaundiferente sentido o significado atribuido a la noción de «utilización».

El primero de esos modelos, the knowledge-driven modeL, está calcado de la «cadena de descubrimiento» que se ha postulado para el caso de las ciencias naturales y que lleva desde un descubrimiento científico hasta su aplicación tecnológica a la resolución de proble­mas112.En términos de Weiss, este modelo supone la siguientesecuen­cia de eventos:

investigación básica-> investigación aplicada-> desarrollo ->aplicación

Vale decir, la mera acumulación de conocimientos generados (dentro de la tradición de las ciencias empírico-analíticas) «presiona» hacia su desarrollo y aplicación. De allí que se diga que este modelo resultaguiado porel conocimiento. Weissreconoce queeste modelo ha sido el predominante dentro de la tradición y la literatura sobre la utilización delas ciencias sociales. Pero,argumenta en contra, quesólo podrían encontrarse escasos ejemplos de verificacióndeestemodelo, lo cual atribuye a varias razones. Unaes que el conocimiento producido por las ciencias sociales no es semejantemente autoritativo y exigente comoparaconducirinevitablemente haciasu implementación113. Ade­más, sostiene, dicho conocimiento no se presta para ser convertido fácilmente en tecnologías replícabíes. sean materiales o sociales. Y, tercero, salvo que se reúna un conjunto de condiciones difíciles de congregar, loscuerpos formuladores depolíticas noseránhabitualmen­te receptivos hacia los resultados de la investigación social.

En breve, este modelo debería ser rehusado según Weíss tanto porque el conocimiento producido es de una «calidad» distinta del conocimiento provisto por las ciencias naturales, cuanto porque los mecanismos de circulación del conocimiento (el linkage system entre productores y usuarios) presenta una serie de desfases, déficits y cortocircuitos, y porque las estructuras de recepción (los decision­

112. Para un análisis de la «cadena de descubrimiento» ver Ziman, John, Introducción al estudio de las ciencias. op. cit., cap. l.

113. En realidad, como hemos visto ya, el problema no reside allí sino en la propia naturaleza de esta empresa de investigación. que no genera un criterio pragmá­tico basado en la acumulación de predicciones exitosas ni puede generar un criterio similar de acumulación de intervenciones-de-uso crecicnternente exitosas. adecuadas. correctas o válidas.

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LA INVESTIG,\CION SOCIAL POSlTIVA 93

makers, en este caso) presentan características peculiarísimas que vuelvenextremamente complejo (e inusual) este tipo de utilización. 114

Como se ve, estamos lejos aquí de la ingenuidad del social engineering delos'50,consuoptimismo fundado enunatraslación más o menos mecánica del modelo de aplicación de lascienciasnaturales al dominio de las cienciassociales.

Elsegundomodelo queanaliza Weiss, elproblem-solving model, constituye unaespeciede versión másrefinaday acotadade la ingenie­ríasocial norteamericana. Suponelaaplicacióndirectade losresultados de unainvestigación específica a unadecisión pendiente. La expectati­va,enestecaso,es quela investigación proporciona evidenciaempírica y conclusiones que sirven para resolver un problema. Se trata pues, comobienobservaWeiss, de un modelo lineal al igual queel anterior, sólo que en este caso la decisián conduce el conocimiento.

El tipodeconocimiento quela investigación socialpuedeaportar a los procesos de decisión es, segúneste modelo, extraordinariamente variado; abarcando aspectos cualitativos y de proceso, descripciones cuantitativas, construcción deindicadores, relaciones estadísticaso más generales entre factores, etc.liS En todocaso, se suponeque se tratade evidenciasempíricamente fundadas quellenanunvacíodeinformación o conocimiento, clarifican una situación a la mano y reducen consiguientemente la incertidumbre en quedebetomarseunadecisión.

Lainvestigación encuestión puedepreexistiralpolicy-problem y seráseleccionada, en talcaso,sobrelabasedeesanecesidad, usualmen­te a través de bancosde datoso redesde Información. O bienpuedeser directamente comisionada parallenarel vacíodetectado en el transcur­so del proceso de decisión, caso este último en que se estima que el conocimiento producido podríaserutilizado másfácilmente, conmayor impactoy direccionalidad.

SegúnWeiss, las expecratí vasgeneradas poreste modelosobre­pasancon mucho su efectividad empíricamente constatada. Sólo oca­sionalmente ciertosestudiosllegana tenerunaincidencia directasobre decisiones pendientes. Elloocurrehabitualmente, agrega, en el casode decisiones de nivelmenor y frente a problemas fuertemente acotados.

114. Sobre todo esto véase Weiss. Carol.Social Science Research ... •op. cit., pp. 16-23.

liS. Véase sobre esto Lindblom, Charles y Cohen, David. Usab/e Knowledge, Yale University Press, 1979.

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94 PARADIGMAS DECO~OCIMIE~TO y PRACTICA SOCIAL E:-; CIIILE

Otra vez,el argumento es que paraque pudiera darse esa aplica­ci6ndeconocimientos a decisiones serequeriría unconjunto extraordi­nario y concatenado de circunstancias, que es difícil que concurran en la práctica: «una situacíón de decísíón bien definida, un conjunto de actores depolíticas quetenganresponsabilidad yjurisdicci6nparahacer la decísíón, un problema o asunto cuya resolucíón dependa en cierta medidaal menos de mayor informaci6n, identificaci6n de la necesidad de Información, investigaci6n que proveaesa Información en términos que calcencon las circunstancias dentrode las cualesla decisíón será hecha, resultados de investigaci6n que sean definidos, no-ambiguos, sólídamente fundados y poderosos, que lleguen oportunamente a los decisores que trabajan sobre el problema en cuestíón, que sean comprensibles y comprendidos, y que no entren en conflicto con intereses políticos fuertes». 116

Dado que estas circunstancias difícilmente podrán cumplirse, concluye Weiss que sería razonable esperar que este modelo tenga escasa aplicaci6n empírica, a pesar de ser vastamente sostenido en el terreno de la «imaginería» sobre la utilizaci6n de conocimientos.

El tercer modelo, que Weissllama«modelo interactivo», supone queel conocimiento producido por la investigaci6n socialse incorpora a las «arenas de decisi6n» mediante procesos interactivos de búsqueda de conocimientos, en competencia o complementariamente con el conocimiento provisto por otros actores: administradores, políticos, planificadores, profesionales, clientes, periodistas, grupos de interés, amigos, asistentes, etc. Noestamos aquípues frente a un modelo lineal sino a uno que supone un conjunto relativamente desordenado (no sistemático) de interacciones y de «idasy venidas» de la informaci6n y los conocimientos concurrentes, que eventualmente contribuyen como inputs a la decísíén, En este caso, por tanto,el uso de la Investígacíón es s610 una parte de un proceso más complejo que utiliza, además, la experiencia, la prcsíén, la intuici6n política, tecnologías sociales y juicios evaluativos de diverso tipo.

Lo que Weiss describe a propósito del modelo interactivo, nos recuerda lo que antes nosotros mismos hemos analizado como la utilizaci6n de conocimientos en mundos saturados de conocimiento, imbricados a la vezporel interjuego de diversas racionalidades. Y nos

116. Wciss. Carol, The manymeanings....op. cit., pp. 34-35.

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L.A INVESllGACION SOCIAl. POSITIVA 95

recuerda, asimismo, 10queyaapuntábamos ensumomento: queincluso en organizaciones quesuponen supropia racionalidad (organizaclonal y de las funciones), incluso aIlí nos encontramos con la ineludible necesidad de procesos interactivos, decarácter hermenéutico y estraté­gico, queconducen aconstruir socialmente larealidad (olasdecisiones) y a negociar el significado de loque se está haciendo cuando se hacen decisiones.

El cuarto modelo propuesto por Weiss recibe el nombre de «modelo político» y constituye, enverdad, s610 unavariante de aplica­ci6n del conocimiento que se pone al servicio de la justificaci6n de decisiones a las cuales se ha arribado por otros compromisos o en defensa de intereses no fundados en el conocimiento. El argumento de Weiss es que el uso de la investigaci6n social para apoyar ciertas posiciones predeterminadas siguesiendo, sin embargo, una manera de utilizaci6n, por espúrea que pudiera aparecer. Se trataría, por tanto, de un uso puramente instrumental del conocimiento que se pone así al servicio de un posícíón, reforzándola en funci6n de decisiones que se tratade justificar. Dentro de nuestra propiaconceptualizaci6n presen­tada anteriormente, tal uso no necesitaría tratarse negativamente. En efecto, élreflejaqueensituaciones dedecísíón entranenjuegodiversas racionalidades, una de las cuales supone la movilizaci6n de acciones estratégicas (comunicativas) acuyoservicio. porejemplo, convendráen ciertas oportunidades poner los conocimientos recibidos de la Investí­gaci6n social.

Semejante al anterior es el «modelo táctico» de utilizaci6n del conocimiento a que se refiere C. Weiss. En este caso ni siquiera se recurriría a la sustancia de los resultados para apoyar una posici6n ya adoptada sinomeramente a la legitimidad asociada conla investigaci6n y con losconocimientos queella produce, en ordena obtener, cambiar o evitarunadecisi6n. Así, porejemplo, se usarátácticamente el hecho de haber encargado una investigaci6n, o de contar con resultados producidos por investigaciones, o de estar asociado a investigadores reputados, con el exclusivo propósito de maniobrar en la «arena de decisiones» y de ganar ventajas posicionales. Cabría hacer aquí el mismo comentario que hicimos en relaci6n al tononegativo empleado por C. Weiss paradescribir el modelo anterior.

A su sexto modelo C. Weiss 10 llama de «esclarecimiento o ílustracíón» (enlightment model), indicando que tal vez sea el más frecuentemente empleado para incorporar la investigaci6n social a la

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96 PARADIGMAS DECONOCIMIENTO Y PRACnCA SOCIAL ENCIlILE

«arena política». Enestecaso noestaríamos frente al impacto causado por un estudio determinado, ni siquiera por un conjunto de estudios relacionados entre sí. Más bien. son los conceptos y las perspectivas teóricas que hansido generados por la investigación social los que en estecasopenneanel proceso dedecisión. Elsupuesto subyacente aeste modelo es que las generalizaciones y orientaciones producidas por la investigación social circulan entre los públicos informados llegando a moldear la manera enquelagentepiensasobrelosproblemas sociales. Losresultados y lasgeneralizaciones producidos porlainvestigación se distribuyen asía través de unavariedad decanales decomunicación­revistas especializadas, libros, los medios de comunicación, conversa­cionesconcolegas- a lo largo deltiempo, dotando a losdecisores con maneras de dar sentido al complejo mundo en que deben operar y decidir. Así,porejemplo, lainvestigación social podríasensibilizaralos decisores hacia nuevos problemas o asuntos, o cambiar drásticamente la manera en que ellosdefinen los problemas, o convertir a algunos de éstosen no-problemas, o identificar qué aspectos de un problema son abordables. Puedeasimismo ayudaracambiar losparámetros dentro de los cualesse buscanlas soluciones. En el largoplazo,junto con otras Influencias, el conocimiento provisto porlainvestigación social contri­buiráa redefinir la agenda política.

C. Weiss sugiere quees probablemente esta últimala modalidad quemás comúnmente adopta la incorporación de lainvestigación social dentro de la «arena política» yen las situaciones de decisión. A la vez, llama la atención haciael «efecto-confortable» que podríaasociarse a estemodelo. Puesél parece prometerque,sin mayoresfuerzo, la verdad triunfará. Sinembargo, argumenta Weiss, elproceso deesclarecimiento postulado poseesu propio conjunto de limitaciones. (i) Dispensa tanto generalizaciones válidas comoinválidas. (ii) Algunas de las compren­siones provistas por la investigación social que adquirirán valor de moneda corriente pueden ser, justamente, aqueJIas más simplistas, inadecuadas o erróneas. (iii)Noexistenenestemodelo procedimientos adecuados para descartar 10 que pueda ser considerado conocimiento obsoleto o confuso. (iv) Es un medio ineficiente para alcanzar a las audiencias de los decísores: losresultados pueden tardardemasiado en llegar o llegar. pero no donde se los necesita. (v) Por último, la acumulación de investigaciones en el caso de las ciencias sociales no lleva a reducir y simplificar los problemas estudiados sino, por el contrario, lostornamáscomplejos. Además, se generan resultados que

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son incompatibles o contradictorios entresí. Así, bajo este modelo, «el efectopuedeserunaampliaci6n yenriquecimiento de nuestra compren­si6nde las múltiples facetas de la realidad, perolas implicaciones para las políticas son menos simples y claras». Al final, quienes advocan cualquier política podrían encontrar generalizaciones de investigaci6n paraapoyarsu punto de vista.

Completado el cuadrode losseis«modelos de utilizaci6n» pode­mos ahora retomar globalmente el análisis de CarolWeiss. Granparte deéste,comoseha visto, tienefines taxon6micos ypretende ilustrar las dificultades que existirían paraun «adecuado» uso de la investigaci6n social por parte de los decisores de políticas sociales.

El marco conceptual subyacente al análisis de Weissconsiste en identificar tressistemas: elsistema de producci6n deconocimientos, el sistema de utilizaci6n por parte de los decisores y un sistema de conexi6n o transmisión117. El funcionamiento interrelacionado deellos daríalugara unadiversidad de modelos aparentemente excluyentes de utilizaci6n delconocimiento yexplicaría, asimismo, lasdeficiencias en el uso de dichos conocimientos por partede los decisores de políticas sociales. Tales deficiencias provienen, las másde las veces, o de una sobrecarga de expectativas asociadas a los modelos (casos de los modelos 1 y 2 más claramente) o, principalmente, de disfunciones (empíricamente constatadas o te6ricamente postuladas) en alguno de los tres sistemas o en su interrelaci6n.

El problema mayor con este análisis. desde nuestra propiapers­pectiva, es queél notrata losasuntos{teáricos) previos quese necesita abordar para dar respuesta a las cuestiones empíricas envueltas en la aplicaci6n del conocimiento producido por la ínvestlgacíón social.

Porel ladodelsistemadeproduccion.C. Weiss notratalacuesti6n básica de la naturaleza de losconocimientos producidos, remitiéndose implícitamente a una concepci6n «positivista» de los mismos, que distingue entreresultados empíricos ygeneralizaciones te6ricas induci­das a partirde ellos. Yahemosvisto que esa concepci6n no da cuenta de las complejas redefiniciones queestánexperimentando las ciencias sociales ensuesfuerzo paralibrarse delmodelo provisto porlasciencias naturales. El hecho desuponer quelosconocimientos producidos porla investigación social s610 se diferencian de aquellos provenientes de la

117. Véase Wciss. Carol, Social Science Researcñ.... op, cit., pp. 16.

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investigación natural o exacta porunmenor grado de «autoritatívidad» eludeel problema esencial del carácter regido por valores del conoci­miento social ydesunaturaleza inevitablemente hermenéutíca. Poreso mismo. estetipodeconocimiento ingresa siempre como un«texto» aser comprendido dentro del circuito de los decisores o de los usuarios en general.

Enseguida. al referirse alsistemade usuarios.Weíss sedesplaza imperceptiblemente desdeuna definición del mismo como «arena de declsores» haciasugeneralización como «arena política». Senotaaquí. como enotraspartes, la falta de unaconceptualización adecuada de las diversas estructuras de uso,las cuales, como hemos visto, cambian de naturaleza según seinscriban en unouotrode varios campos deuso. Es distinto, porejemplo, estudiar lautilización deconocimientos enelcaso de una organización burocrática que hacerlo en el caso de la «arena polítíca» o a nivel de segmentos de la «opinión pública». El análisis de los usuarios, limitado en el caso de C. Weiss exclusivamente a los policy-makers, tampoco incluye un tratamiento sistemático de los stocks de conocimientos locales a los que aquellos echan mano en sus interacciones yparasusdecisiones. Según vimos, esosstocks acumula­dosconstituyen unavariable constitutivadelossistemas de uso(recep­ciónyaplicación) delosconocimientos producidos porlainvestigación social. Dehecho, C. Weiss necesita repetidamente recurrir a la noción deconocimiento local acu muladoparapodermostrar el funcionamiento de sus varios «modelos de utilización».

Por último, al analizar lo que llama el linkage system, Weiss parece suponer laexistencia deunsistema deconexiones relativamente estables entreinvestigadores ydecísores, recayendo conellode nuevo. implícitamente. enel modelo provisto porla «cadena dedescubrimien­ro» tomado de lasciencias naturales yde lasactividades de R & O.Sin embargo, cuando analiza los modelos interactivo y de esclarecimiento debereintroducír. pero por la puerta falsa, la noción de unamultiplici­daddecanales de transmisión y, porende, reconocer queel sistema de comunicación de los conocimientos producidos por la investigación social es más variado y complejo que meramente un sistema de conexián, como el que se postula en los dos primeros casos.

De cualquier forma, no alcanza a incluirse. con esa conceptualización. loque antes mostramos era un componente básico de la transmisión de conocimientos producidos por la lnvestigación social. Cual es. que lospropios canales de transmísíon son «signiflca­

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tivos». en el sentido que ponen en contacto un «texto» (no necesaria­mente escrito) y unos usuarios quetrabajan hermenéuticamente, o sea, queestáncomprometidos en unjuegode interpetaciones a partir de sus propios stocksdeconocimientos locales ydentro de estructuras sujetas a diversos tiposde racionalización; todo estosincontarla presencia de losdemás intereses (ideológicos, estratégicos y tácticos) en cuyaredse hallan envueltos los utilizadores en cuanto decisores, funcionarios, directivos, empleados, investigadores, participantes sociales, etc.

Estas observaciones críticas no invalidan sin embargo -y a lo mejor ayudan a resituar- algunos de losdescubrimientos que propor­cionael estudio empírico emprendido porC. Weiss sobrela utilización de la investigación social en instituciones de saludmental ..

Uno deesosdescubrimientos consistió endeterminar loscriterios quelosdecisores emplean paradescribir yjuzgarestudiosquecontienen ínformaclón o conocimientos provistos por la investigación social. Dichos criterios son:118

• relevancia delestudio en relación a lasnecesidades de trabajo de losdecisores (relevancia) • calidad técnica, objetividad y fuerza de losargumentos conteni­dos en el estudio (calidad) • plausibilidad del mismo en relación al conocimiento previo, valores y experiencia del usuario (conformidad) • guía explícita que ofrece el conocimiento para una implementación viable (orientación) • reto a supuestos, práctica y arreglos institucionales existentes (reto).

Weiss observó en su estudio que el criterio de conformidad es fuertemente operante (en el sentido de que los decisores tienden a descartar comoequivocados losconocimientos e información que son incompatibles con su conocimiento local adquirido). Observó, asimis­mo,quedichocriterio nose hallacorrelacionado conel criterio de reto (enel sentido de queestudios quecontradicen los supuestos y arreglos institucionales se asocian casipor igual, positiva y negativamente, con lasexpectativas de los usuarios). Loscincocriterios, a su vez, se hallan

118. ¡bid.. p. 250

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100 PARADIGMAS DE CO~OCIMIENTO y PRACTICA SOCIAL EN CHILE

positivamcntc asociados, comocabríaesperar, a laconsideración de los estudios como «útiles». Locualsignifica, también, quelosestudios son considerados «másútiles» en tanto confirman el conocimiento (local) previo de los decisores, pero no necesariamente si confirman los supuestos, prácticas y arreglos institucionales. La valoración del factor calidad -que no se explica cómo es determinado por los propios usuarios- pareceprovenir no sólo de la búsqueda de investigaciones competentes (¿deacuerdo aquécriteriodecompetencia, sinembargo?) sino,además, porqueaumenta supotencial deusotácticoenel transcur­so de las querellas lntraorganízacíonales. (O sea, se combinan aquí un modelo de tipoproblem-solving con los modelos políticoy táctico).

Los estudios que contienen un reto a los supuestos, prácticas y arreglos institucionales parecen ser considerados «más útiles» por cuantoconstituyen un llamado a la accióny no meramente confirman unapráctica institucional yaestablecida, casoen el cual los estudiosse tornan poco interesantes (o poco relevantes). C. Weíss explica la incidencia positivadedichofactor deretoatribuyéndolo alhechodeque perrnítealosdecisores yfuncionarios mírardeotrasformas lasprácticas en cursoy, en seguida, al hecho dequeel reto contenido en losestudios considerados era siempre limitado al ordeninstitucional analizado, sin representar por ello un cuestíonamíento de la esfera mayoren que se incluyeel funcionamiento deeseordeninstitucional. Además, observa quelosestudiosconunaltocontenido de reto nosonutilizados parauna acción instrumental (correctiva) inmediata sino, más bien, operan esclareciendo problemas, mostrando otros ángulos alternativos de vi­sión y motivando nuevos pensamientos, todolo cual resultóser positi­vamente valorado por los decisores.

En suma, los factores de calidad y conformidad contribuyen a la confiabilidad de unestudio, y suponen queel decisorevalúa, de alguna manera, la competencia cíentífíca de unestudioy si acasoéste se ajusta a sus propias expectativas, fundadas en conocimientos localmente adquiridos y en experiencias previas.

Losfactores de orientacián y reto sonempleados porlosusuarios como un test de utilidad. Aquellos estudios que poseen una fuerte orientación hacia la acción son considerados positivamente cuandono contienen un signil1cativo factor de reto. Inversamente, aquellos que contienen unaltogradodereto sontomados enconsideración solamente cuandonose hallan dirigidos hacialaacción. Existiría puesunaespecie de trade-offentre ambas utilidades.

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Así, el argumento de C. Weiss es que los potenciales usuarios (decisores enestecaso)filtran yseleccionan, dentro delflujodeestudios que llegan a su atención, aplicándoles un doble test: de confiabilidad (verdad) y de utilidad. Sólo aquellos que aprueban el doble examen obtendrán audiencia. Lo cual no significa, todavía, que vayan a ser efectivamente utilizados en función de decisiones pendientes.

El tipo de utilización más frecuente observada por Weiss en su estudio la llevaa concluirque la modalidad máscomúnde utilización es «ladifusay no dirigidainfiltración de ideasprovistas por la investi­gación en la comprensión de mundo» de los decisores. Estos últimos informan, en cambio, sobre un escaso uso deliberado y dirigido de resultados de investigaciones individuales. Más bien «absorben los conceptos y generalizaciones de muchos estudios a 10 largo de un período detiempoextendido e integran ideasprovistas porla investiga­ción,junto con otras informaciones, en su interpretación de eventos». Lospropios decisores reconocen queesetipode utilización delconoci­miento «posee importantes consecuencias. A10largodel tiempo afecta 10 queellospiensany 10que hacen. No se tratade un usoconsciente y planeado, ni se halla dirigido hacia aplicaciones inmediatas, pero la información provistaporla investigación quese filtrahaciasustockde conocimiento representa unapartedelcapital intelectual queellosusan en el cursode su trabajo».119

Concluye C. Weissde allí, que la utilización de conocimientos provenientes de la investigación social posee un carácter que llama «básicamente conceptual», yquenosotros hemos identificado comoun usosituado dentrode complejos procesos de interacción comunicativa y de continuainterpretación.

Sinembargo, parecieraqueesecarácterpropiamentehermenéutico de la utilización de conocimientos estuviera reservado solamente a los fenómenos de uso que se identifican más fácilmente con los modelos interactivo y de esclarecimiento. Lo razonable, por el contrario, es suponer quese tratade unacaracterística inherente a todoslos procesos de usodel conocimiento, incluso si se tratade investigaciones encarga­das o contratados o del uso de información altamente formalizada.

Digámoslo así:lasestructuras derecepción yusodelconocimien­to, en cualquier campo que se ubiquen, incluyendo el campo

119./bid., p. 263

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organízacíonal en que actúan los decisores, son siempre estructuras saturadasde conocimiento local y operan poreso a través de procedi­mientos hermenéutícos de apropiaci6n y aplicaci6n. Esto mismo los torna radicalmente distintos a aquellos procesos típicos de utilizaci6n que se hallanubicados al final de la «cadena de descubrimiento» en el área de las ciencias naturales y de las actividades de R & D.

El hecho de reconocer dicho rasgo estructural propio de los procesos de utilizaci6n del conocimiento nos aproxima. de cualquier forma, másc6modamente alos modelos interactivoy deesclarecímien­to de Weiss. Efectivamente, ellos identifican aqueltipo de procesosde utilizaci6n que suponen más intensamente procedimientos hermenéuticos. A ellos podrían agregarse, bajo esta misma6ptica, los modelos queWeissllamatácticoy político, puestoqueambossuponen, igualmente, un uso interactivo de los conocimientos y su empleo de acuerdo a consideraciones de racionalidad estratégico-comunicativa.

Se recordará queesasestructuras invariablemente hermenéuticas deusonoson,sinembargo, todas iguales entresí,debiendodistinguírselas segúnel campode uso en que se ubican y, por tanto, segúncuáles son los patrones típicamente predominantes de racionalizaci6n que en el caso de cada una de ellas impera.

Podemos dcsarrollaresta ideaapropósito delmodelodelproblem­solving aqueserefiereWeiss. Sumodelo de supuestolineal,guiadopor lademandadeconocimientos proveniente desdeelladode losdecísores de políticas, es, en efecto, s610 uno entre varios posibles paraentender la utilizaci6n de conocimientos dentro de esa actividad llamada de problem-solving,

Porde pronto, lo característico deesa actividad, como muestra el propioestudiodeWeiss,es lasistemática complejidaddelosproblemas quenecesitan serresueltos 120. Piénsese, porejemplo,en el problema de la polución, o en cualquierotro que necesite ser atacado mediante la fonnulaci6n e implementaci6n de políticas. S610 si abordamos el estudiode las decisiones referidasa ese problema como sujetasexclu­sivamente aunaracionalidad analítico-instrumental, desembocamos en el callej6nsin salidadondese demuestra que, salvoen casosexcepcio­nales. podría producirse un verdadero «calce» entre la necesidad de

120. Incluso los problemas aparentemente más triviales de una organización son. una vez que se tos aborda, problemas complejos. Véase al respecto, March, James y Olsen, Johan, op. cit.

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contarcon conocimientos determinados, en un momento detcrrnínado, paraunadeterminada decisión pendiente y laofertadeeseconocimien­to. Incluso si ese «calce» llegara a producirse tampoco es evidente, como muestra bien C. Weiss, que el conocimiento oportunamente disponible vayaa ser efectivamente utilizado.

Lo quefallaenesteanálisis son,anuestro juicio,lossupuestos del mismo. Vimos que el modelo del problem-solving supone (i) que el fenómeno de la utilización consiste en el usode investigaciones deter­minadas enfunción dedecisiones puntuales y(ii) queelproceso detoma de decisiones se encuentra regido exclusivamente por la racionalidad instrumental; cálculode medios en función dela obtención eficiente de fines claramente definidos.

Por el contrario, cabríaconcebir el proceso de problem-solving, organizacionalmente regulado, a la manera deunaactividad queutiliza conocimientos dentro de unaestructura decisional regidamixtamente porexigencias de racionalidad instrumental pero,también, porcompo­nentes, continua y estructuralmente presentes, de racionalidad comunicativa y estratégica, de acuerdo a las cuales los decisores interactúanenrelación alproblema entrando enuncomplicadojuegode transacciones argumentativaseinterpretativas, noexentas deelementos de fuerza posicional y de la movilización de los intereses asociados a esas posiciones. Por tanto, se hacen presentes en esas situaciones elementos quesonpropiosdelosmodelos interactivo,deesclarecimien­to,político ytácticodeWeiss, simultáneamente. Bajoel impulsodeesas varias formas de racionalidad, losdecisores actúan a un mismo tiempo comunicativa, instrumental y estratégicamente, ajustándose a normas cuya aplicación negocian dentro del contexto de la organización. Incorporan así información y conocimientos proporcionados por la investigación social a supreviostock deconocimientos yexperiencias, seaquehaganunusotécnico, táctico odeesclarecimiento deellosoque los apliquen a la argumentación o parael cálculo estratégico.

Según propone Dryzek, podríamos imaginar la actividad del problem-solving, mirada desde este otro ángulo, como una actividad que involucra habitualmente a diversos actores dentrode la «arenade decisión», los cuales una vezdentro de ella quedan en disposición de interactuar en esaarena, en función de producir decisiones de solución. Asívisto, cl locas delproblem-solving se desplaza desdela manipula­ción puramente instrumental de conocimientos por los ingenieros de políticas (dccisores) hacialosesfuerzos cooperativos (conflíctívamcnte

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104 PARADIGMAS DE COSOCIMIENTO y PRACTICA SOCIAL E~ CIIILE

cooperativos) de unamplio conjunto departicipantes. El pesocognitivo radicado al centro de la arena decisoria se reduce correspondien­temcnte.!"

En un esquema como éste, que incluso intuitivamente refleja mejorlo que unoimagina es el funcionamiento típicode una «arena de decisi6n»,laincorporaci6n deinformaci6n yconocimientos sedespl aza asimismo desde el centro hacia el conjunto del sistema de decisi6n, descentralizándose y multiplicándose con ello también los puntos de accesode informaci6n y conocimientos.

Puedepostularse, entonces, quedentrode unenfoquecomoéste, lautilizaci6ndeconocimientos llegaría acaptarse másexhaustivamente, aún cuandoella opere pluralistamente y de manera descentralizada o, incluso, dispersa. 122

Es posible que al adoptar este enfoque se corra el riesgo de imaginarque los consensos requeridos para la actividad de problem­solving podrían generarse exclusivamente dentro de una esfera de racionalidad comunicativa. Convendría, por el contrario, partir del supuestoquedicharacionalidad estarásujetaadistorsiones sistemáticas delacomunicaci6n, puesto quelosprocesos comunicativosinvolucrados están siempre estructuralmente condicionados por jerarquías, por el control asimétrico de recursos organizacionales, por patrones preexistentes de influencia, por redes informales de interacci6n, por el acceso diferencial ala informaci6n ylosconocimientos, porlainterven­ci6nde coaliciones posicionales, porel ejercicio de derechos de vetos, etc. Todosestos elementos operansobre las situaciones de comunica­ci6n impidiendo que se generen consensos (decisiones) basadosexclu­sivamente en la fuerza del mejor argumento y, por tanto, sobre la exclusiva basede conocimientos provistos por la investigaci6n.

Loanterior noconstituye enrealidad unobstáculo paraelenfoque postposítívista que aquíse ha adoptado. Puesdentrode tal enfoque, la

121. Dryzek, John, «Complexity and rationality in public liíe» PoliticalStudies, vol XXXV, N° 3, September, 1987. p. 435.

122. Es evidente que este enfoque plantea problemas a la hora de estudiar empíricamente «arenas de decisión» en relación a procesos de utilización de conoci­mientos. Existiría una suerte de trade-off entonces entre esa dificultad empírica y el hecho de abandonar una teoría (modelo) que, en cambio. conduce a no percibir prácticamente ningún uso de conocimientos en situaciones de problem-solving,como le ocurre a C. Weiss en el caso de su segundo modelo.

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propianaturaleza de losconocimientos producidos porla investigación impidepensar que los enunciados pudieran fundar, por su sólo poder tc6rico o empírico, consensos suficientes para arribar a decisiones basadas en el puro criterio de verdad o de objetividad de esos conoci­mientos.

Niexistetampoco un criteriopragmático que pudieraservirpara desechar las teoríascompetitivas en nombre de utilizaciones cada vez másexitosas del conocimiento producido. De allí que las teoríassigan operando mientras cuentan con una audiencia, ase como los conoci­mientos producidos bajosuorientación siguendisponibles hastavolver­se obsoletos y perderrelevancia.

En suma, puede decirse que los decisores arriban a consensos (orientados hacialadecisión), los cuaJes pueden considerarse raciona­lizados sólo desde el punto de vista acotado de una racionalidad comunicativa aplicada, enlacualsemezclan elementos deracionalidad instrumental y estratégica que compiten por incidiren la definición de fines y en las selección de los medios másadecuados para alcanzarlos.

Es en esos contextos de racionalidades entrecruzadas y de siste­máticadistorsión delosprocesos comunicativos dondelosconocimien­tosproducidos porla investigación social lleganeventualmente aincidir en las actividades de problem-solving, en continua interacci6n con stocks de conocimientos locales y con el capital de conocimientos y experiencias acumulado por los participantes.