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MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN Y POLÍTICAS PÚBLICAS “Analizando la relación entre competitividad del sistema de partidos y calidad democrática en el nivel local. Una comparación de los municipios de Junín, Morón y Olavarría (1983-2004).” ADMINISTRACIÓN PÚBLICA COMPARADA EXÁMEN INDIVIDUAL

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El interrogante central que guía esta tesis vincula ambos grupos de dimensiones, aquellas ligadas al sistema de partidos y aquellas ligadas a la calidad democrática del régimen. En particular nos vamos a preguntar si: ¿la competitividad del sistema de partidos políticos en el nivel municipal incide en los niveles de calidad democrática en el distrito? Y, en caso de existir tal tipo de incidencia, se desprenderá un segundo interrogante: ¿Cómo afecta la variación en el nivel de competitividad del sistema de partidos a nivel local a los niveles de calidad democrática del distrito?Sería lógico entender que la poca alternancia de partidos políticos en la administración de una intendencia -y más aún en los casos en que ni siquiera varía la persona en la Jefatura de Gobierno-, incida de alguna manera en variables que hacen al proceso de consolidación de una democracia, tales como, por ejemplo, la percepción ciudadana sobre la existencia de prácticas corruptas (informales) en el sistema político, o sobre el conocimiento, ejercicio y responsabilidad de los derechos civiles. Una sociedad que desarrolló sus últimos 20 años dentro de un sistema democrático con bajos niveles de competitividad política es probable que no haya consolidado una democracia de la misma manera que aquellas otras donde los esfuerzos políticos por alcanzar el poder tenían mayores probabilidades de prosperar.

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Page 1: Paper “Midiendo el impacto de la competitividad del sistema de partidos sobre la calidad democrática en el nivel local. Una comparación de los municipios de Junín, Morón y Olavarría

MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN Y

POLÍTICAS PÚBLICAS

“Analizando la relación entre competitividad del sistema

de partidos y calidad democrática en el nivel local. Una

comparación de los municipios de Junín, Morón y

Olavarría (1983-2004).”

ADMINISTRACIÓN PÚBLICA COMPARADA

EXÁMEN INDIVIDUAL

PROFESOR: Dr. Oscar Oszlak

ALUMNO: Roberto Alejandro Pazo

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Índice

Introducción.......................................................................................................................3

1. Retomando el debate como punto de partida................................................................5

2. Competencia partidaria y calidad democrática en los municipios..............................11

3. Análisis de los datos comparados................................................................................15

Conclusiones....................................................................................................................26

Bibliografía......................................................................................................................29

Documentos e informes públicos....................................................................................31

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Introducción

A partir del último cuarto del Siglo XX, numerosos fueron los autores que estudiaron la cuestión de la “Calidad Democrática”. Generalmente esta tarea se realizó apuntando al análisis de regímenes nacionales, posponiendo la investigación de los niveles democráticos subnacionales. Entendemos que descuidar el estudio de los casos locales en el debate sobre el régimen democrático y sus niveles de calidad, implicaría no atender a aspectos claves para la comprensión de gran parte de los desafíos que afrontan las democracias actuales.

Este trabajo intenta de profundizar en el análisis de esa cuestión, teniendo como objetivo generar aportes para el desarrollo de índices que midan el grado de competitividad y calidad de las democracias subnacionales de menor tamaño, es decir en el nivel municipal. Dada la escasa cantidad de trabajos de investigación sobre los niveles de calidad democrática en los municipios argentinos, se ha decidido llevar a cabo una estrategia metodológica que ayude a poner a prueba algunas generalizaciones sobre el tema.

Mientras que los estudios sobre los sistemas de partidos y sobre los desempeños electorales partidarios, tanto a nivel nacional como subnacional en Argentina, se han incrementado en los últimos años, no se han elaborado trabajos de investigación que indaguen sobre cómo influyen los diferentes niveles de competencia partidaria en la calidad de las democracias en el nivel local.

De hecho una de las pocas fuentes de datos primarios disponibles sobre la democracia en los municipios de Argentina, procede de los trabajos realizados por la Subsecretaría de Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia1, a través de uno de sus programas denominado Auditoría Ciudadana de Calidad de las Prácticas Democráticas en Municipios. Entonces, a partir de esas dos fuentes de datos primarios, los datos correspondientes a las elecciones municipales desde el año 1983 y los datos de prácticas democráticas que han arrojado los mencionados estudios de Auditoría Ciudadana, podrá avanzarse hacia el estudio de los niveles de competitividad electoral y calidad de la democracia municipal.

El argumento que sostiene esta tesis implica que en aquellos distritos en los que se presentan elevados niveles de competencia político partidaria, se observarán mayores niveles de calidad de sus prácticas democráticas. Queda claro que el componente relativo al sistema partidario cubre sólo parcialmente al debate sobre el régimen democrático. Es por ello que con “calidad de las prácticas democráticas” se hace referencia a una serie de dimensiones ligadas a derechos civiles, niveles de credibilidad y satisfacción con el régimen democrático, que sobrepasan ampliamente a las características del sistema de partidos.

El interrogante que motivó este trabajo vincula ambos grupos de dimensiones, aquellas ligadas al sistema de partidos y aquellas ligadas a la calidad democrática del régimen. Nos preguntamos: ¿la competitividad del sistema de partidos políticos en el nivel municipal incide en los niveles de calidad democrática en el distrito? Y, en caso de 1 Secretaría de Gabinete, Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

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existir tal tipo de incidencia, se desprenderá un segundo interrogante: ¿Cómo afecta la variación en el nivel de competitividad del sistema de partidos a nivel local a los niveles de calidad democrática del distrito?

Considerando los límites de recursos –y tiempo- que enmarcan este trabajo, comprobar incidencia o causalidad de una variable sobre otra escapa a nuestras posibilidades. Por ello, reformulamos nuestro interrogante: ¿Cuál es la relación entre los valores del la variable competitividad electoral del sistema de partidos y aquellos correspondientes a la variable calidad democrática?.

Nos conformaremos, entonces, con la siguiente hipótesis central: la competitividad del sistema de partidos a nivel municipal presenta una afinidad positiva respecto a la calidad democrática en el distrito. Entonces, en los municipios que encontremos altos niveles de competencia partidaria también se presentarán niveles elevados de calidad democrática e, inversamente, cuanto se observen bajos niveles de competencia política partidaria, hallaremos bajos niveles de calidad democrática en el distrito”.

En otras palabras se afirmará que: a mayores niveles de competencia partidaria se presentarán niveles más elevados de calidad democrática local y que, inversamente, cuanto menores sean los niveles de competencia política partidaria en un municipio, se presentarán menores niveles de calidad democrática en el distrito.

Dado que los debates en torno al régimen democrático y sobre la calidad de las democracias continúan vigentes, y considerando que sobre ese tema diversos autores han generado valiosos aportes desde distintos ángulos, presentaremos en la próxima sección los puntos más salientes de los mismos. Con el objetivo de elaborar un marco conceptual adecuado para comprender la democracia en el nivel municipal.

El presente trabajo se encuentra ordenado en tres secciones o apartados. En el primero, revisamos el debate antes mencionado y luego formulamos algunas precisiones conceptuales que nos ayudarán a abordar el tema de la democracia a nivel local. En el segundo presentaremos las variables y las operacionalizaremos hasta identificar sus principales dimensiones e indicadores. Las dos principales variables que conforman nuestra hipótesis central: competitividad en el sistema de partidos a nivel municipal y calidad democrática, serán aplicadas a tres casos de la Provincia de Buenos Aires, los mismos son los municipios de Morón, Junín y Olavarría. Para medir la calidad democrática en el nivel local, recurriremos a los, antes mencionados, trabajos de “Auditoría Ciudadana de Calidad de las Prácticas Democráticas en Municipios”. Analizando el desempeño de ambas variables en cada caso, podremos avanzar en el estudio de las democracias en el nivel local. En el tercer apartado, se llevará a cabo el análisis de estos desde una perspectiva comparada, que permitirá poner a prueba nuestra hipótesis. En la última sección de esta tesis se ofrecen algunas conclusiones preliminares y temas pendientes de agenda de investigación sobre la temática.

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1. Retomando el debate como punto de partida.

Como hemos señalado en la introducción, en la presente sección abordaremos los debates en torno al concepto de régimen democrático y a sus niveles de calidad y competitividad desde diferentes enfoques. Asimismo haremos hincapié en algunos trabajos recientes que se ocupan del problema de la democracia en Argentina en el nivel subnacional. Y, por último, en función de estos debates extraeremos los elementos que nos permitan precisar conceptualmente los elementos con los que debe contar la democracia a nivel municipal.

Los debates sobre la democracia y su calidad.

Para comenzar a desarrollar los debates en torno a la democracia y a sus niveles de competitividad y calidad, es preciso partir de una definición específica sobre lo qué es y no es una democracia. Con el objetivo de marcar una línea delimitante entre las poliarquías y las autocracias es preciso definir qué entendemos por un régimen democrático. Para ello comenzaremos analizando los enunciados más consensuados por la comunidad científica, me refiero a los ofrecidos por Robert Dahl (utilizaremos indistintamente los términos “democracia” y “poliarquía”, ya que en este trabajo no estudiaremos el significado semántico, histórico ni filosófico de los gobiernos del pueblo, sino sobre los regímenes políticos empíricamente observables).

Robert A. Dahl, considera que para que un gobierno responda a las preferencias de los ciudadanos sin distinciones políticas, todos ellos deben tener igualdad de oportunidades para:

1. Formular sus preferencias2. Manifestar públicamente dichas preferencias entre sus partidarios y ante el

gobierno, individual y colectivamente3. Recibir por parte del gobierno igualdad de trato: es decir, éste no debe hacer

discriminación alguna por causa del contenido o del origen de tales preferencias.

El autor escribe: “Para mí estas tres condiciones son fundamentales, aunque quizá no suficientes, a la existencia de la democracia, y para que se den entre el gran número de habitantes de que constan la mayoría de los Estados-naciones actuales, las instituciones sociales de estos países deben garantizar, cuando menos, las ocho cláusulas que se definen en el cuadro –que a continuación transcribimos-…”2

1. Libertad de asociación.2. Libertad de expresión.3. Libertad de voto.4. Elegibilidad para el servicio público.5. Derecho de los líderes políticos a competir en busca de apoyo.

5a. Derecho de los líderes políticos a luchar por los votos. 6. Diversidad de fuentes de información.

2 Dahl, Robert A. “La Poliarquía”, Editorial Rei, 1989, p. 14.

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7. Elecciones libres e imparciales.8. Instituciones que garanticen que las políticas del gobierno dependen de los

votos y demás formas de expresar las preferencias3.

Para nuestro trabajo, utilizaremos la definición que aparece como la más completa para nuestro propósito, me refiero a la ofrecida por Carlos H. Gervasoni en “Poliarquía a nivel sub-nacional. Aspectos conceptuales y normativos en el contexto de las democracias federales”4, y que se inscribe claramente en la tradición dahliana:

“Una democracia es un régimen político en el que las posiciones efectivas, ejecutivas y legislativas, se ocupan por elecciones competitivas y regulares en las que la mayoría de los ciudadanos adultos tienen el derecho de votar, y en el que gozan de varios derechos legalmente decretados y de libertades judicialmente protegidas que son necesarios para que las elecciones sean competitivas.

Las elecciones son competitivas hasta el punto en que los individuos y los partidos en la oposición tienen un razonable acceso a recursos políticos y de campaña (tales como dinero, información, y cobertura periodística), todos los votos pesan lo mismo y son contados justamente, y los resultados de las elecciones se traducen efectivamente a posiciones de gobierno según reglas preestablecidas mayoritarias o de elección proporcional para legisladores, y elección directa o indirecta para el jefe del gobierno, en la que las posibilidades de ser elegido son básicamente una función del número de votos obtenidos.

El conjunto específico de derechos y libertades necesarios para hacer elecciones competitivas puede ser susceptible de controversia, pero indisputablemente se incluyen los siguientes: de votar y ser elegido, formar y unirse a organizaciones (tal como los partidos, las uniones y las iglesias), expresar libremente opiniones, tener acceso fuentes de información alternativas (es decir, que no haya monopolios por parte del gobierno o cualquier otro grupo). Libertades básicas, que son condiciones previas para el ejercicio de derechos políticos, están incluidas también en la definición: el gobierno no puede acosar arbitrariamente, amenazar, expropiar, encarcelar, dañar físicamente, matar ni castigar de otro modo a los ciudadanos a menos que un proceso judicial legalmente regulado establezca que hay evidencia sustantiva de que una persona ha cometido un crimen (y el crimen se haya definido claramente en la legislación existente).”5

Del mismo modo que Dahl, Gervasoni identifica tres dimensiones de la democracia, basándose especialmente en Diamond, Linz y Lipset: a. Competencia, b. Inclusión, y c. Derechos Civiles. Los define de la siguiente manera:

1. Competencia: el punto hasta el que individuos y grupos pueden oponerse efectivamente a las autoridades y tomar parte en elecciones regulares que son competitivas y es, por lo tanto, razonablemente probable llevar a la derrota de los actuales titulares del poder. El nivel efectivo de competencia depende de muchos y diversos factores, tales como la extensión de derechos políticos, el grado de justicia en las elecciones, el nivel de barreras a la entrada de partidos políticos, las reglas del financiamiento de campañas, el nivel de pluralidad e independencia de medios, la extensión del uso ilegítimo de fondos públicos para campañas,etc.

2. Inclusión: la proporción de ciudadanos adultos que goza, de hecho y de derecho, de los derechos asociados con la competencia política.

3 Ibíd., op. cit., p. 15.4 Gervasoni, Carlos H. “Poliarquía a nivel Sub-nacional. Aspectos conceptuales y normativos en el contexto de las democracias federales”, COLECCIÓN, nº 16, 2005, p. 83-122.5 Ibíd., op. cit., p. 90.

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3. Derechos Civiles: el punto hasta el cual el Estado respeta y hace respetar los derechos y libertades indicados en la definición.6

La definición expresada y estas tres dimensiones son las que tomaremos como herramienta para considerar como democrático a un régimen político (en el punto 2. incluiremos los derechos asociados a la participación política).

Teniendo, ahora si, una firme línea divisora entre regímenes democráticos y no democráticos, podemos analizar el concepto “calidad democrática”, el cual todavía padece de cierta ambigüedad en el mundo académico.

Leonardo Morlino desarrolla esta temática deteniéndose en la noción de “calidad”, reconstruyendo el uso que se hace de ella en otros ámbitos. La calidad se relaciona, primero, con los procedimientos, “fijados cuidadosamente por cada uno de los productos, es decir, está en el seguir procedimientos constructivos precisos y controlados en los tiempos y en los métodos”7. En segundo lugar, la calidad se vincula con el contenido, en las características constructivas del producto, es decir, que “esté hecho con ciertos materiales, tenga formas y funcionamientos definidos”8. Por último, el autor afirma que la calidad depende del resultado, “deriva directamente de la satisfacción expresada por el consumidor”9.

Basado en estas nociones, Morlino define “democracia de calidad” como “esa ordenación institucional estable que a través de instituciones y mecanismos que funcionan correctamente, realiza la libertad y la igualdad de los ciudadanos”10.

Con ella logra abarcar la calidad con respecto al resultado, pues una democracia buena es, “antes que todo, un régimen ampliamente legitimado y, por tanto, estable, del cual los ciudadanos están plenamente satisfechos”11. También hace uso de la noción de calidad respecto al contenido, ya que esto aparece en un régimen cuando los “ciudadanos y la o las asociaciones y comunidades que forman parte gozan en medida superior a los mínimos de libertad e igualdad. Finalmente, la calidad respecto a los procedimientos se da cuando los ciudadanos pueden controlar y evaluar si y cómo la libertad y la igualdad “se realizan a través del pleno respeto de las normas vigentes, el llamado rule of law”12.

Por otro lado, David Altman y Aníbal Pérez Liñán describen dos corrientes de investigación paralelas a la hora de hablar de calidad de las democracias. La primera, denominada “unidimensional”, interpreta el concepto como “resultado del continuo que se extiende desde los regímenes totalitarios ideales a las democracias perfectas”13, intentando distinguir los diferentes “niveles” de democracia de los sistemas políticos,

6 Ibíd., op. cit., p. 91.7 Morlino, Leonardo: “Explicar la calidad democrática: ¿qué tan relevantes son las tradiciones autoritarias”, en Revista de Ciencia Política, Volumen 27, N° 2, 2007: p. 5.8 Ibíd., op. cit., p. 5.9 Ibíd., op. cit. , p. 5.10 Ibíd., op. cit. , p. 5.11Ibíd., op. cit., p. 612 Ibíd., op. cit. , p. 6.13 Altman, David y Pérez Liñán, Aníbal “Más allá de la poliarquía: una aproximación a la calidad de las democracias”, en Revista Uruguaya de Ciencia Política, 1999, p. 84.

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ubicándolos en un “continuo autocracia-democracia”14. De esta manera parece fusionarse las ideas de democracia y calidad democrática, dando respuesta a la pregunta “¿qué régimen es más democrático”?.

Una segunda corriente o tradición, que los autores llaman “mulidimensional”, identifica la calidad democrática con un “conjunto de condiciones sociales y políticas que pueden fortalecer, pero en principio son independientes de las condiciones institucionales de la poliarquía”15. Una poliarquía consolidada “puede carecer de los atributos de necesarios para convertirse en una `buena´ poliarquía”16. Aquí se busca responder “¿qué régimen es una mejor democracia?”, ya que en el plano institucional “un régimen puede haber alcanzado un alto nivel de democratización, pero la calidad de esta democracia pueda ser pobre en otras dimensiones, como la participación ciudadana o el respeto por la ley.

Según lo visto, la idea de calidad democrática de la primera corriente descripta, parece “pisar” las definiciones de “consolidación democrática” que algunos autores ofrecen. Por ejemplo, Morlino sostiene: “Defino, pues, consolidación democrática como ese proceso de adaptación-congelación de estructuras y normas democráticas que son aceptadas como legitimas, en parte o del todo, por la sociedad civil”17. Por su parte, O´Donnell explica que: “Una vez que las elecciones están institucionalizadas, se puede decir que la poliarquía o la democracia política, está ‘consolidada’: si existe la expectativa que elecciones limpias competitivas y regulares se mantendrán en un futuro indefinido, y si esta expectativa es compartida por la mayoría de los actores políticos y la opinión pública, si múltiples actores invierten estratégicamente sus recursos suponiendo la continuidad de las elecciones y de las autoridades electas, y si las libertades contextuales son razonablemente respetadas, entonces, Ceteris Paribus, es probable que la poliarquía subsista”18.

Oscar Oszlak afirma que las primeras democracias latinoamericanas de la tercera ola, que reemplazaron los regímenes burocrático-autoritarios, se caracterizaron en su primera época “por sus manifestaciones esencialmente procedimentales”19, y agrega: “La progresiva consolidación de estos regímenes, el afianzamiento de sus instituciones, el desarrollo de valores sociales consustanciados con las libertades públicas y los derechos humanos, fueron luego dando paso a una creciente presión de la ciudadanía por una mayor transparencia de la gestión pública y a la incorporación de novedosos mecanismos internos y externos de auditoría y evaluación, complementados por formas también innovadoras de contralor ciudadano”20. Mientras el establecimiento del derecho al voto y el desarrollo de elecciones libres e imparciales corresponden a regímenes democráticos básicos, procedimentales y minimalistas21, un avance en la calidad de las 14 Ibíd., op. Cit., p. 84.15 Ibíd., op. Cit., p. 85.16 Ibíd., op. Cit., p. 85.17 Morlino, Leonardo: “Consolidación Democrática. Definición, modelos, hipótesis”, Revista Italiana de

Scienza Política, Año XVI, N° 3, 1986, p. 323.18 O`Donnell, Guillermo: “Otra Institucionalización”, Ágora núm. 5, 1996, p. 11.19 Oszlak, Oscar: “¿Responsabilización o respondibilidad?: el sujeto y el objeto de un Estado responsable”, VIII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Panamá, 28-31 Oct. 2003, p. 4.20 Ibíd., op. Cit., p. 4. 21 Collier, David y Levitsky, Steven (1998). Democracia con adjetivos. Innovación conceptual en lainvestigación comparativa. En Agora. Cuaderno de Estudios Políticos N° 8. Año 4. Verano de1998. Buenos Aires.

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democracias implicó, para Oszlak, “el establecimiento de plenas libertades de asociación, de expresión, de diversificación de las fuentes de información, así como una garantía de que las instituciones gubernamentales no actuarían ostensiblemente de modo predatorio, en función de beneficios particulares”22.

Habiendo realizado un breve repaso de diferentes enfoques sobre calidad democrática, con sus respectivas definiciones y características, podemos afirmar que la definición de Morlino23, que será la que utilizaremos en este trabajo, se inscribe en la tradición denominada como “multidimiensional” por Altman y Liñán24.

Democracia y Competitividad Electoral en el Sistema de Partidos.

Pasemos ahora a la siguiente variable de análisis: “Competitividad Electoral en el Sistema de Partidos”.

La competitividad partidaria requiere por lo menos de dos condiciones mínimas para poder ser medida en un régimen: a) la existencia de disponibilidad en el electorado (al menos una gran porción de votantes no alineados o afiliados a algún partido político) y b) la posibilidad de contestabilidad (varios partidos distintos en competencia con chances reales de que la oposición pueda vencer).

Entenderemos a esta variable como vinculada al efectivo recambio de autoridades en el Poder Ejecutivo, por parte de partidos políticos diferentes al que detenta el control del gobierno, a través de la competencia electoral.

Volviendo a los textos de Morlino, encontramos una observación que se ajusta a nuestro criterio de no incluir la competitividad en la conceptualización de calidad democrática y trabajar estos elementos como variables separadas:

“Tomando en consideración algunos análisis de otros autores (por ejemplo, de Altman y Pérez-Linan, 2001 o de Lijphart, 1999), se podrían agregar la participación y la competencia como dos ulteriores dimensiones propias de la calidad democrática, ambas de tipo procedimental. La posición que sostengo aquí es que estas dos dimensiones, a pesar de ser muy importantes sobre todo en una concepción liberal de la democracia, pueden ser condiciones importantes para el rule of law, la accountability, sobre todo la electoral, pero también para la reciprocidad y el respeto pleno por lo menos de los derechos de libertad. Es decir, se trata de aspectos que no conciernen directamente a la calidad democrática, pero sí a las condiciones de ésta”25.

En el mismo sentido, otro argumento a favor de la distinción entre una y otra variable consiste en la idea de que un gobierno que funciona adecuadamente, generando condiciones de calidad en el sistema democrático, puede resultar electo cuantas veces la ley y los votantes lo determinen, sin afectar por ello la calidad democrática del régimen.22 Oszlak, Oscar: “¿Responsabilización o respondibilidad?: el sujeto y el objeto de un Estado responsable”, VIII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Panamá, 28-31 Oct. 2003, p. 4.23Morlino, Leonardo: “Consolidación Democrática. Definición, modelos, hipótesis”, Revista Italiana de Scienza Política, Año XVI, N° 3, 1986.24 Altman, David y Pérez Liñán, Aníbal “Más allá de la poliarquía: una aproximación a la calidad de las democracias”, en Revista Uruguaya de Ciencia Política, 1999, págs. 84.25 Morlino, 8

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Esto nos ilumina sobre la diferencia entre lo que nosotros llamamos efectiva “competitividad electoral del sistema de partidos” y aquello que representa el marco legal e institucional para que se cumplan los derechos políticos democráticos vinculados a la posibilidad de presentarse a elecciones y que estás se realicen regular e imparcialmente.

Una cosa es garantizar la posibilidad de presentarse en comicios para competir por lo público. Otra diferente es pretender que gane uno diferente cada vez. Esto último no tiene por qué ser considerado como requerimiento para aumentar la calidad democrática.

A partir de estos debates teóricos en torno a la democracia y tras analizar los diversos enfoques que postulan la factibilidad de medir su grado de calidad y competitividad democrática tanto a nivel nacional como subnacional, podemos pasar al siguiente capítulo en el cual llevamos a cabo la tarea de operacionalizar estos conceptos.

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2. Competencia partidaria y calidad democrática en los municipios.

Cabe aclarar, aunque pueda sonar elemental, que no todas las nuevas democracias son iguales. De hecho, tampoco todas las poliarquías duraderas lo son. Sería inconcebible considerar los regímenes latinoamericanos idénticos a los europeos o estos al estadounidense. Tampoco parece realista pensar en una equivalencia de todas las democracias de Sudamérica.

Las democracias, para ser concebidas como tales en este escrito, deben cumplir con los requisitos mencionados por Gervasoni en su definición, pero parece claro que cada una lo hace en distintos grados. Carlos Gervasoni dice “Escojo seguir a los que piensan en la democracia en términos de niveles o grados (Bollen 1991, Coppedge y Reinecke 1991, Dahl 1989, O`Donnell 2004)”26 y este trabajo acompaña esa idea.

Es en esta sección dónde intentaremos abordar nuestras variables “competitividad” y “calidad democrática”, a los fines de medir cada una en distritos municipales, compararlas y establecer si existe alguna relación entre ellas.

Operacionalizar las variables antes mencionadas hasta alcanzar los indicadores empíricos más desagregados es una tarea larga, ardua y abierta a debates. En este trabajo daremos por sentado que de alguna manera se puede lograr tal cometido, e intentaremos crear un listado que no omita las categorías esenciales.

La variable “Competitividad Electoral en el Sistema de Partidos” se relaciona con el efectivo recambio de autoridades en el Poder Ejecutivo, por parte de partidos políticos diferentes al que detenta el control del gobierno, a través de la competencia electoral. Ese nivel de competencia partidaria en el plano electoral será medido en esta tesis en función de dos indicadores que ya han sido utilizados por la literatura abocada a medir la “competencia efectiva”27 en las poliarquías. Esos tres indicadores son: i) las alternancias en el Ejecutivo local; ii) las distancias porcentuales de votos entre las primeras y segundas fuerzas partidarias durante el período analizado; y iii) el número de personas diferentes que fueron intendentes.

En función de los valores que presenten los casos analizados en cada uno de estos dos cuatro indicadores, elaboraremos un índice para medir la competitividad partidaria del municipio cuyos valores serán: Alto, Medio o Bajo.

La segunda variable que hemos presentado en nuestra hipótesis fue denominada como “Calidad Democrática”. Nuestra acepción de este término, confluye con el de la mayoría de las Auditorías Ciudadanas de Calidad de la Democracia, y no pretende superar las lucidas críticas que, por ejemplo, remarcan autores como Gervasoni28 o

26 Gervasoni, Carlos H.: “Poliarquía a nivel Sub-nacional. Aspectos conceptuales y normativos en el contexto de las democracias federales”, COLECCIÓN, nº 16, 2005, p. 88.27 Altman, David y Pérez Liñán, Aníbal “Más allá de la poliarquía: una aproximación a la calidad de las democracias”, en Revista Uruguaya de Ciencia Política, 1999, págs. 92 y 93.28 Ibíd., op. Cit., p. 96.

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Plattner29. Entenderemos a la “democracia de calidad” como lo hace Morlino: “esa ordenación institucional estable que a través de instituciones y mecanismos que funcionan correctamente, realiza la libertad y la igualdad de los ciudadanos”30.

Sin embargo, es necesario desagregar esta definición para alcanzar un índice de calidad de las democracias. La igualdad de los ciudadanos la mediremos como una de las dimensiones mencionadas por Gervasoni31: el nivel de igualdad y grado de participación de los ciudadanos. La libertad de la que goza la ciudadanía será evaluada mediante el respeto que mantenga el régimen por los derechos civiles. En esta dimensión también se incluirá la percepción sobre el cumplimiento de los deberes y obligaciones de la ciudadanía.

Cuán correctamente funcionan las instituciones y mecanismos de la democracia lo evaluaremos mediante la percepción de los ciudadanos sobre la existencia de prácticas corruptas. Es de mencionar el aporte que realiza el Guillermo O´Donnell al incluir en su análisis de regimenes democráticos instituciones, muchas veces ignoradas, –aunque indiscutiblemente presentes- como el clientelismo y el particularismo en las poliarquías modernas. O´Donnell se refiere con estos términos a “diversos tipos de relaciones no universalistas, desde transacciones particularistas jerárquicas, patronazgo, nepotismo, favores y jeitos, hasta acciones que, según las reglas formales del complejo institucional de la poliarquía, serian consideradas corruptas”32. El grado y la fuerza con las que se dan estas prácticas influyen notablemente en la orientación de las políticas públicas de un gobierno, pues se ha demostrado como ciertos intereses económicos de algunos grupos o sectores inciden mediante mecanismos corruptos en la toma de decisiones. También, puede considerarse que el desarrollo y los resultados de los comicios puede verse afectado por estas prácticas clientelares. Esto sucede no solamente con la compra directa de votos, la financiación de punteros barriales y la repartición de prebendas y cargos políticos, sino que también se dan en las esferas más altas de la administración dirigiendo fondos a un partido político para la campaña electoral.

Por último, llegando al principio de la definición de calidad democrática de Morlino, encontramos la estabilidad del régimen. Aquí estudiaremos el grado de apoyo de la ciudadanía al sistema democrático.

Es decir, que dentro de calidad democrática mediremos:

1. La “Inclusión” del sistema, entendida también como la posibilidad de participar en la toma de las decisiones por parte de la ciudadanía.2. El “Respeto por los derechos y deberes” de los ciudadanos.3. La “Percepción ciudadana sobre prácticas corruptas". Entendemos que los particularismos o clientelismos llevan al detrimento de la calidad de las democracias. 4. El “Apoyo a la Democracia” de los niveles alcanzados en las anteriores dimensiones, lo cual podríamos traducir sin mayores inconvenientes en el “respaldo al sistema democrático y rechazo a los autoritarismos”.

29 Plattner, Marc: “A Skeptical Afterword”, en: Journal of Democracy, 15, 2004, pp. 106-110.30 Morlino, Leonardo: “Explicar la calidad democrática: ¿qué tan relevantes son las tradiciones autoritarias”, en Revista de Ciencia Política, Volumen 27, N° 2, 2007: p. 5.31 Gervasoni, Carlos H. “Poliarquía a nivel Sub-nacional. Aspectos conceptuales y normativos en el contexto de las democracias federales”, COLECCIÓN, nº 16, 2005, p. 83-122.32 O`Donnell, Guillermo: “Otra Institucionalización”, Ágora núm. 5, 1996, p. 18.

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Para los objetivos de la presente tesis, han resultado de vital relevancia las investigaciones llevadas a cabo por el programa “Auditoría Ciudadana, Calidad de las prácticas democráticas en Municipios”33, ejecutado por la Subsecretaría para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, de la Secretaría de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. Ese programa ha desarrollado una serie de indicadores que, en algunos casos, coinciden con las categorías y dimensiones que integran nuestra definición de calidad democrática Municipal.

Estos trabajos publicados por el Gobierno Nacional fueron realizados durante el año 2004, con una metodología estricta, cuyo desarrollo se anexa34 al presente trabajo. Es por ello que vale aclarar que los indicadores que enumeraremos a continuación, no son de nuestra autoría. Simplemente, en pos de nuestros actuales fines, hemos seleccionado y reordenado algunos de ellos.

A continuación presentamos, en forma ordenada, las dimensiones y los indicadores de nuestras dos principales variables:

1. NIVEL DE COMPETITIVIDAD ELECTORAL EN EL SISTEMA DE PARTIDOS1.1 Alternancia en el Ejecutivo (Partidos políticos e intendentes)1.2 Distancia porcentual de los votos entre la primera y la segunda fuerza electoral.1.3 Número de intendentes que pasaron por la Jefatura de Gobierno del municipio.

2. GRADO DE CALIDAD DEMOCRÁTICA

2.1. Inclusión y Participación 2.1.1 Nivel de participación de la ciudadanía en las elecciones.2.1.2 Existencia y utilización de mecanismos de democracia directa y semidirecta (referéndum, consulta popular, audiencia pública, iniciativa popular, revocatoria de mandatos).2.1.3 Existencia de áreas y funcionarios especializados en promover y articular la participación ciudadana en el Municipio (Departamento Ejecutivo y Concejo Deliberante).2.1.4 Nivel de participación ciudadana en partidos políticos.

2.2. Derechos y Obligaciones Cívicos2.2.1 Percepción de la ciudadanía sobre el conocimiento, ejercicio y responsabilidad de los derechos ciudadanos.2.2.2 Percepción de la ciudadanía sobre el conocimiento, ejercicio y responsabilidad en el cumplimiento de los deberes ciudadanos.2.2.3 Percepción ciudadana sobre la disponibilidad, cantidad, calidad, utilidad y veracidad de la información de las instituciones públicas municipales.2.2.4 Existencia de registros de denuncias por tratos inapropiados y/o irrespetuosos de los derechos ciudadanos por parte de los funcionarios públicos municipales (Departamento Ejecutivo y Concejo Deliberante) y resultados de los mismos.

33 Para más información ver www.auditoriaciudadana.gov.ar34 Ver anexo III.

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2.2.5 Percepción ciudadana sobre la existencia de casos de censura en los medios masivos de comunicación por parte del gobierno local. (Nuevo indicador incorporado para todos losMunicipios de la segunda etapa).

2.3. Percepción Ciudadana sobre Prácticas Informales2.3.1 Percepción ciudadana sobre la existencia de prácticas clientelísticas para acceder a los servicios brindados por las instituciones públicas municipales.2.3.2 Percepción ciudadana sobre la existencia de prácticas corruptas para acceder a los servicios brindados por las instituciones públicas municipales.

2.4. Apoyo a la Democracia2.4.1 Percepción de la ciudadanía sobre el rol de la democracia como medio para mejorar la calidad de vida de la población.2.4.2 Percepción ciudadana sobre el voto como medio eficaz para hacer rendir cuentas a sus representantes políticos.

Ambas variables, por la propia complejidad que conllevan, tanto la referida al nivel de “Competencia Partidaria” como la de “Calidad Democrática”, han requerido de la elaboración de un índice. Es decir que, a partir de un análisis cuidadoso de cada uno de sus indicadores, se alcanza una medición que arroja tres posibles niveles: Alto, Medio y Bajo. En el caso de la variable “Calidad Democrática”, se han establecido esos mismos valores para cada una de sus dimensiones. En resumen, tras conocer el nivel (Alto, Medio o Bajo) de Competitividad Partidaria entre los años 1983 y 2004 y, por otra parte, el nivel (Alto, Medio o Bajo) de la “Calidad Democrática” en cada uno de los tres casos, podremos medir si existe un impacto de la primera variables sobre la segunda, y cuán fuerte es35.

35 Ver Anexo I, el cual contiene detalles de la operacionalización de las variables de este trabajo, inspirados en muchos casos de: Ramella, Sonia; “La participación ciudadana en la calidad democrática local”, Documento de Trabajo Nº3, Área Partidos Políticos y Calidad Democrática, IDICSO – USAL, mimeo.

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3. Análisis de los datos comparados.

En el apartado “Aplicación del índice de competitividad y calidad democrática en municipios”36 que se anexa, pusimos a prueba de la evidencia empírica a las variables operacionalizadas en el Capítulo 2. Los casos seleccionados fueron tres municipios (Junín, Morón y Olavarría) de un mismo distrito, la Provincia de Buenos Aires, a los fines de establecer como ceteris paribus variables exógenas que pudieran haber incidido (por ejemplo, los tres casos atravesaron las mismas crisis financieras provinciales, etc.), sin embargo, estos tres casos presentaron historias diferentes de competencia partidaria.

En esta sección intentaremos alcanzar un análisis profundo de la aplicación de nuestro índice, hasta concluir sobre la principal hipótesis del presente trabajo: “La competitividad del sistema de partidos a nivel municipal incide sobre la calidad democrática en el distrito”.

Nuestro intento sigue los pasos de Carlos Gervasoni, al focalizar el estudio en regímenes subnacionales, sin embargo, se diferencia en dos puntos clave. Primero, el presente es un trabajo que apunta a los niveles subnacionales municipales, mientras que Gervasoni apunta a las provincias. Segundo, nuestra hipótesis plantea la competitividad del sistema de partidos como variable independiente, e intenta medir su relación sobre el grado de calidad democrática de los municipios argentinos, que viene a ser nuestra variable dependiente. Gervasoni, en cambio, enuncia la competitividad del sistema de partidos en las provincias como una variable dependiente: dependiente de la relación y el apoyo que tenga con el gobierno nacional de turno.

El repaso rápido por las mediciones realizadas nos demuestra cierta relación o afinidad de los valores de nuestra variable “Nivel de competitividad electoral en el sistema de partidos” sobre el “Grado de Calidad Democrática”, que incluye las dimensiones “Inclusión y participación”, “Derechos y Obligaciones Cívicos”, “Percepción ciudadana sobre prácticas informales” y “Apoyo a la democracia”. Pero debemos ir minuciosamente. ”.

Analizando el bajo nivel de calidad democrática registrado en los municipios con menor nivel de competitividad, es decir Junín y Olavarría, encontramos mediciones semejantes y de categoría baja en sus indicadores. Estas, a su vez, contrastan con las obtenidas en el Municipio de Morón, donde la competitividad y la alternancia en el poder resultan más elevadas. Esto puede interpretarse como manifestación de la relación de bajos niveles de competitividad sobre otras variables que componen nuestro índice de competitividad y calidad municipal. Este es el caso de los indicadores que integran las dimensiones “Derechos y Obligaciones Cívicos” y “Percepción ciudadana sobre prácticas informales”. Pero esto no se puede afirmar con la misma seguridad en todas las dimensiones ni en todos los indicadores.

Repasemos nuestra primera variable:

Cuadro 4.1. Dimensiones y valores de los indicadores de la Variable “Nivel de competitividad del sistema de partidos”

36 Ver Anexo II.

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Indicadores   Junín Morón Olavarría1. NIVEL DE COMPETITIVIDAD DEL SISTEMA DE PARTIDOS Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

1.1. Alternancia en el EjecutivoNúmero de alternancias de Intendente 1 2 2

  Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Medio

1.2. Distancia porcentual de los votos entre la primera y la segunda fuerza

Promedio porcentual de la distancia entre los principales partidos 25,68% 17,13% 17,10%

  Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Medio1.3. Número de intendentes que pasaron por la Jefatura de Gobierno

Cantidad de candidatos ganadores distintos 2 3 2

  Nivel Bajo Nivel Medio Nivel BajoFuente: Elaboración propia en base a datos provistos por los Informes de Auditoría Ciudadana. Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

Como se puede comprobar en el Cuadro 4.1, dentro de la variable denominada 1. “Grado de Competitividad Electoral en el Sistema de Partidos”, el indicador 1.1 “Alternancia en el Ejecutivo” muestra una fuerte similitud en los bajos niveles de alternancia en el poder ejecutivo de los Municipios de Junín y Olavarría, contrastantes con el registrado en el Municipio de Morón.

Mientras tanto, el indicador de 1.2 “Distancia entre la primera y segunda fuerza electoral” hace referencia a baja competitividad sólo en Junín, pues el promedio de distancia porcentual entre los votos de los dos principales partidos políticos de ese municipio (25,68%) es mucho más elevado que el promedio en Morón y Olavarría (17,13% y 17,10% respectivamente).

En cuanto al indicador 1.3, referido la cantidad de personas distintas que han ocupado el ejecutivo en el municipio, observamos que tanto en Junín como en Olavarría, se puede observar una muy escasa cantidad alternancia de personas en el rol de intendente, no registran cambios en el nombre del candidato ganador. Mientras que Morón presenta tres ganadores diferentes.

Si bien Olavarría presenta dos mediciones caratuladas como de nivel “medio”, consideraremos que el dato de dos alternancias en el ejecutivo nos resulta engañoso. Dependiendo de la interpretación que se haga, podría afirmarse que en realidad en este municipio la historia nos muestra una fuerte predominancia de un solo hombre, Helios Eseverri, quien en un solo período fue reemplazado pero en las elecciones siguientes retomó el ejecutivo y fue reelecto ¡tres veces consecutivas!. Ponderaremos, entonces, como más relevante el indicador 1.3, que parece reflejar mucho mejor los caudillismos municipales que el número “técnicamente medido” de alternancias.

Claramente, los niveles de competitividad en Morón y en Olavarría no son iguales.

De esta manera, podemos afirmar que los resultados de la variable “Nivel de Competitividad Electoral en el Sistema de Partidos” enseñan dos municipios con baja competitividad, Junín y Olavarría, y uno de mediana competitividad: Morón.

Pasamos ahora a nuestra variable 2. “Grado de calidad democrática”. En el cuadro 4.2 encontramos la primera dimensión que integra esta variable y sus respectivos indicadores. Nos referimos a la dimensión denominada 2.1 “Inclusión y Participación”.

Cuadro 4.2. Dimensiones y valores de los indicadores de la Variable “Grado de Calidad Democrática” en la dimensión

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“Inclusión y participación”

Indicadores   Junín Morón Olavarría2. GRADO DE CALIDAD DEMOCRÀTICA      

2.1. INCLUSIÓN Y PARTICIPACIÓN Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.1.1. Nivel de participación de la ciudadanía en las eleccionesParticipación ciudadana elecciones 2003 75%-80% 77%-80% 79%

  Nivel Medio Nivel Medio Nivel Medio

2.1.2. Existencia y utilización de mecanismos de democracia directa y semidirecta (referéndum, consulta popular, audiencia pública, iniciativa popular, revocatoria de mandatos)

 

Nivel Medio Nivel Medio Nivel Bajo 

2.1.3. Existencia de áreas y funcionarios especializados en promover y articular la participación ciudadana en el Municipio (Departamento Ejecutivo y Concejo Deliberante)

 

Nivel Bajo Nivel Alto Nivel Bajo 

2.1.4. Nivel de participación ciudadana en partidos políticosEncuestados que no participan de partidos políticos 95% 96% 94%

  Nivel Bajo Nivel Bajo Nivel BajoFuente: Elaboración propia en base a datos provistos por los Informes de Auditoría Ciudadana. Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

Aquí, encontramos que el indicador 2.1.1 “Nivel de participación de la ciudadanía en las elecciones” no presenta mayores distinciones en ninguno de los tres municipios. En este caso resulta de relevancia destacar que los niveles de participación no se alejan mucho de la media en ningún distrito electoral del país, pues el voto es obligatorio y su incumplimiento puede conllevar fuertes multas.

Continuando con el análisis, nos topamos con dos indicadores parecidos en su definición. Me refiero al 2.1.2 “Existencia y utilización de mecanismos de democracia directa y semidirecta (referéndum, consulta popular, audiencia pública, iniciativa popular, revocatoria de mandatos)” y 2.1.3 “Existencia de áreas y funcionarios especializados en promover y articular la participación ciudadana en el Municipio (Departamento Ejecutivo y Concejo Deliberante)”. En estos casos, no sólo se indaga la percepción de los ciudadanos, sino que además se ha revisado la legislación actual y los registros de actividades y áreas destinadas a la participación ciudadana. Si bien esto parece complicarnos a la hora de comparar los datos, pues carecemos de porcentajes y valores nítidos, no es difícil categorizar. En el caso del indicador “Existencia y utilización de mecanismos de democracia directa y semidirecta”, podemos notar cierta ventaja en el nivel de calidad democrática en los Municipios de Junín y Morón –esta última, nuestra intendencia de alta competitividad- sobre Olavarría. Únicamente en Morón se han realizado Audiencias Públicas, aunque la legislación de Junín regula la realización de estas instancias de participación. Del mismo modo, la única intendencia que realizó Consultas Populares ha sido la de Junín. Mientras tanto, en Olavarría no encontramos este tipo de prácticas, ni siquiera legislación al respecto –los proyectos presentados fueron vetados por el Ejecutivo-.

En cuanto al indicador que remite a la “Existencia de áreas y funcionarios especializados en promover y articular la participación ciudadana en el Municipio”, podemos ver que sólo en Morón existen numerosos mecanismos y espacios de participación ciudadana en las políticas públicas creados y promovidos por el Gobierno municipal. La diferencia de la relevancia que se le da en Morón a la participación respecto a los otros dos municipios es muy considerable. Por eso, categorizamos a este partido como de “nivel alto” de calidad democrática en este aspecto, mientras que Junín y Olavarría serán considerados como de “nivel bajo”. Este indicador parece ser uno de

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los más afectados por el nivel de competitividad en el sistema de partidos, ya que en los municipios con menor competitividad y alternancia se encuentran niveles bajos de participación ciudadana.

Prosiguiendo con los indicadores de nuestro índice, nos encontramos frente al denominado 2.1.4 “Nivel de participación ciudadana en partidos políticos”, el cual presente niveles similarmente altos de desinterés por lo político y por la participación en partidos. Esto nos indica que los distintos niveles de competitividad política de estos municipios no inciden en la participación de la ciudadanía en los partidos.

Nos detenemos en esta parte para categorizar la dimensión 2.1 “Inclusión y participación”, de la misma manera que lo hicimos con cada uno de sus indicadores. Aquí, restaremos importancia al nivel de participación en las elecciones, pues como dijimos, no difiere mucho ni en los casos de este estudio ni en otros municipios de la Provincia de Buenos Aires.

El Municipio de Morón es claramente un caso de nivel medio de calidad democrática, al menos en lo que respecta a la inclusión y participación de la ciudadanía en lo político. Esto lo afirmamos debido a los niveles medio y alto registrados en los indicadores 2.1.2, sobre existencia de mecanismos de democracia directa, y 2.1.3, referido a la existencia de áreas para la participación ciudadana, respectivamente.

Olavarría presenta niveles bajos en todos los indicadores de la dimensión, excepto en la medición del grado de participación electoral de la ciudadanía, el cual ya desestimamos. Así es que no tenemos dudas al categorizar a este municipio como de nivel bajo en lo referido a la inclusión y participación ciudadana.

Distinto es el caso de Junín. Aquí encontramos niveles bajos en el indicador 2.1.3 “Existencia de áreas y funcionarios especializados en promover y articular la participación ciudadana en el Municipio (Departamento Ejecutivo y Concejo Deliberante)” y en el 2.1.4 “Nivel de participación ciudadana en partidos políticos”. Pero también podemos ver un nivel medio de utilización de mecanismos de democracia directa. Calificaremos, entonces, al caso de Junín como de nivel bajo de calidad democrática en lo concerniente a la inclusión y participación, pero consideramos que una categoría “medio-bajo” sería más apropiada.

Pasamos ahora a la dimensión de nuestro índice que hace referencia al respeto de los derechos y libertades ciudadanas por parte de las instituciones municipales, es decir a la segunda dimensión dentro de calidad democrática, que dimos en llamar 2.2 “Derechos y Obligaciones Cívicos” –ver cuadro 4.3- en un claro intento de ser breves. Esta dimensión parece ser la más relacionada a los niveles de alternancia o competitividad de un régimen municipal, a continuación veamos el por qué.

En el indicador 2.2.1 “Percepción de la ciudadanía sobre el conocimiento, ejercicio y responsabilidad de los derechos ciudadanos” encontramos datos interesantes sobre la percepción de que los derechos de los habitantes no son respetados por las autoridades de los municipios. Vemos que el 55% de los encuestados en Junín afirma que los derechos son “poco o nada” respetados por las autoridades, mientras que el porcentaje en Morón es más bajo, 50%. Por su parte, Olavarría muestra el valor más elevado, un 67% considera que los derechos ciudadanos no son considerados por el municipio. El cuadro 4.3 enseña la distancia en los porcentajes obtenidos en Morón

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respecto a aquellos entrevistados que manifiestan que sus derechos no han sido respetados debido a su situación económica: 29% en Morón frente a 38% en Junín y 40% en Olavarría.

Cuadro 4.3. Dimensiones y valores de los indicadores de la Variable “Grado de Calidad Democrática” en la dimensión “Derechos y obligaciones cívicos”.

Indicadores   Junín Morón Olavarría2. GRADO DE CALIDAD DEMOCRÀTICA      

2.2. DERECHOS Y OBLIGACIONES CÍVICOS Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.2.1. Percepción de la ciudadanía sobre el conocimiento, ejercicio y responsabilidad de los derechos ciudadanos

Pregunta: “¿En qué medida diría usted que los derechos de los habitantes son respetados por las autoridades?”Respuesta: “Poco o Nada”.

55% (Medio) 50% (Medio) 67% (Bajo)

Pregunta: “¿Ud. ha sentido alguna vez que alguno de sus derechos no fue respetado debido a su situación económica?”Respuesta: “Poco o Nada”.

38% (Bajo) 29% (Alto) 40% (Bajo)

  Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.2.2. Percepción de la ciudadanía sobre el conocimiento, ejercicio y responsabilidad en el cumplimiento de los deberes ciudadanos

Pregunta: “¿Ud. diría que los habitantes de su municipio conocen sus deberes?”Respuesta: “Poco o Nada”.

63% (Bajo) 50% (Medio) 64% (Bajo)

Pregunta: “¿Ud. diría que los habitantes de su municipio cumplen con sus deberes?”Respuesta: “Poco o Nada”.

78% (Bajo) 72% (Bajo) 77% (Bajo)

  Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.2.3. Percepción ciudadana sobre la disponibilidad, cantidad, calidad, utilidad y veracidad de la información de las instituciones públicas municipales

Pregunta: “¿Cuán satisfecho está con la información que brinda a los ciudadanos el municipio sobre sus servicios y actos de gobierno…?”Respuesta: “Muy o bastante satisfecho”.

45% 66% 40%

  Nivel Bajo Nivel Alto Nivel Bajo

2.2.4. Existencia de registros de denuncias por tratos inapropiados y/o irrespetuosos de los derechos ciudadanos por parte de los funcionarios públicos municipales (Departamento Ejecutivo y Concejo Deliberante) y resultados de los mismos

 

Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

 

2.2.5. Percepción ciudadana sobre la existencia de casos de censura en los medios masivos de comunicación por parte del gobierno local. (Nuevo indicador incorporado para todos losMunicipios de la segunda etapa)

Encuestados opina que en su Municipio no existen casos de censura en los medios masivos de comunicación

54%No hay datos

54%

  Nivel Bajo Nivel Bajo

Fuente: Elaboración propia en base a datos provistos por los Informes de Auditoría Ciudadana. Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

Estos datos, respaldan nuestra idea de que a menor grado de competitividad en el sistema de partidos encontraremos un menor nivel de respeto de los derechos de los habitantes por parte de las autoridades. Se podría objetar que en la primera pregunta del indicador Junín no muestra un nivel bajo, pero al ver que el porcentaje del resultado de la encuesta es cinco puntos mayor que el de Morón, donde encontramos más competitividad política, entendemos que esa diferencia es significativa. Además, la distancia entre Junín y Morón en la segunda pregunta, “¿Ud. ha sentido alguna vez que alguno de sus derechos no fue respetado debido a su situación económica?”, es tan amplia y tan similar al porcentaje resultante en Olavarría, que podemos afirmar que los municipios con menor competitividad presentan menores niveles de respeto por los derechos.

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El indicador 2.2.2 “Percepción de la ciudadanía sobre el conocimiento, ejercicio y responsabilidad en el cumplimiento de los deberes ciudadanos” muestra valores contundentes, que nos hace pensar que existe una fuerte incidencia del nivel de competitividad del sistema en la percepción de la ciudadanía sobre sus deberes. En esta variable podemos observar niveles similares entre el municipio de Junín y Olavarría respecto al desconocimiento de los habitantes sobre sus deberes: un 63% de los consultados en Junín considera que la gente no conoce sus deberes, mientras que en Olavarría el porcentaje alcanza el 64%. En cuanto al Municipio de Morón, la medición es notablemente inferior, 50% (nivel medio). La distancia entre los municipios de baja competitividad y el de alta competitividad es notable: entre 13 y 14 puntos porcentuales de diferencia.

De la misma manera, los porcentajes referidos a la cantidad de encuestados que consideran que los ciudadanos no cumplen sus deberes son parecidos en Junín y Olavarría (78% y 77% respectivamente), mientras que en Morón la cifra vuele a ser menor (72%).

El indicador 2.2.3 “Percepción ciudadana sobre la disponibilidad, cantidad, calidad, utilidad y veracidad de la información de las instituciones públicas municipales” revela, nuevamente, una distancia notable entre el Municipio de Morón y los valores obtenidos en Junín y Olavarría. En este caso el dato más relevante que obtenemos de la comparación municipal es el elevado porcentaje de encuestados que dicen estar “muy o bastante satisfechos” con la información brindada por el Municipio de Morón (66%), frente a las bajas mediciones en Junín (45%) y Olavarría (40%).

Aquí, los niveles bajos de calidad democrática registrados en Junín y Olavarría, acompañan el contraste que describimos en la variable de “Competitividad del sistema de partidos”, entre esos mismos municipios y el de Morón. Podemos afirmar que existe cierta relación entre este indicador y nuestra variable independiente.

Continuando con los indicadores de la dimensión 2.2, nos encontramos con el número 2.2.4, “Existencia de registros de denuncias por tratos inapropiados y/o irrespetuosos de los derechos ciudadanos por parte de los funcionarios públicos municipales (Departamento Ejecutivo y Concejo Deliberante) y resultados de los mismos”. Esta variable es difícil de comparar, ya que carecemos de parámetros congruentes de datos. Podríamos señalar que el Municipio de Olavarría sólo cuenta con un libro de quejas, es decir que no dispone de oficina alguna para tramitar reclamos o denuncias. Por otra parte, Junín dispone de una línea de 0-800 que permite realizar consultas, reclamos, denuncias, etc., y se ha señalado que este servicio recibe 800 llamadas mensuales, aunque desconocemos cuantas de ellas consisten en denuncias o reclamos.

El Municipio de Morón parece ser el que más ha avanzado en cuanto a mecanismos de reclamos y denuncias (por ejemplo, cuenta con una Oficina Anticorrupción) y a su vez es el que detenta más registros de quejas de la ciudadanía, lo cual puede significar que el municipio incurre en numerosos tratos inapropiados o que los habitantes consideran que sus reclamos serán escuchados, no como en los municipios donde no se registran denuncias. Nosotros tendremos en cuenta las posibilidades que da cada municipio a sus habitantes para emitir reclamos y denuncias,

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dado que en los partidos de Junín y Olavarría no se pudieron medir la cantidad de denuncias. En este aspecto, Morón presenta nivel medio de calidad democrática, mientras que Junín y Olavarría corresponden a la categoría de nivel bajo.

Por otra parte, para entender esta variable debemos hacer una lectura que incluya los diferentes “tamaños” de los municipios. El Municipio de Morón, de Gran Buenos Aires, cuenta con una población considerablemente mayor que los otros dos municipios que analizamos en este trabajo. Esta última puede ser una variable que altere nuestra idea de que la mayor competitividad histórica del municipio de Morón incida en el nivel de este indicador.

El último indicador de la dimensión 2.2 “Derechos Civiles” es el 2.2.5 “Percepción ciudadana sobre la existencia de casos de censura en los medios masivos de comunicación por parte del gobierno local”. Esta variable es considerada una de las más importantes, ya que entendemos que la libertad de los medios de comunicación es pieza clave en cualquier índice de calidad democrática que se realice. Es por ello que, a pesar de no contar con datos del Municipio de Morón –pues este indicador se incluyó en los Informes de Calidad Democrática de la Subsecretaría para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia luego de editar el caso de Morón- decidimos incluirla.

De todas maneras, apoya nuestra hipótesis el hecho de encontrar valores semejantes respecto a la percepción de la censura mediática, en municipios con similares valores de competitividad política.

Habiendo estudiado todos los indicadores de la dimensión 2.2 “Derechos y obligaciones cívicos”, podemos hacer una categorización general del los niveles de calidad democrática referidos al respeto y cumplimiento de los derechos de los ciudadanos de nuestros tres municipios. Sin inconvenientes, y gracias al promedio de las categorías de cada indicador, encontramos niveles bajos de calidad democrática en Junín y Olavarría. Del mismo modo, Morón puede ser encasillado como dentro de la categoría “nivel medio”. Esto se condice fuertemente con nuestra hipótesis central, evidenciando cierta vinculación del nivel de competitividad de un régimen municipal en el grado de la calidad democrática del mismo, en este caso en lo que respecta específicamente a su dimensión de respeto por los derechos y deberes civiles. Esto se condice con nuestra hipótesis, evidenciando la afinidad posítiva del nivel de competitividad en el grado de calidad democrática, en cuanto a su dimensión de respeto a los derechos y deberes respecta.

A continuación estudiaremos los resultados medidos en la dimensión 2.3 “Percepción ciudadana sobre prácticas corruptas”, de nuestra variable 2. “Grado de calidad democrática”.

Cuadro 4.4. Dimensiones y valores de los indicadores de la Variable “Grado de Calidad Democrática” en la dimensión “Percepción ciudadana sobre prácticas informales”.

Indicadores   Junín Morón Olavarría

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2. GRADO DE CALIDAD DEMOCRÁTICA Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.3. PERCEPCIÓN CIUDADANA SOBRE PRÁCTICAS INFORMALES Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.3.1. Percepción ciudadana sobre la existencia de prácticas clientelísticas para acceder a los servicios brindados por las instituciones públicas municipales

Pregunta: ¿con que frecuencia siente Ud. que la gente de su municipio cuando solicita algo a las autoridades municipales tiene que hacer algo a cambio para lograr respuesta?Respuesta: "Siempre o a veces".

39% 33% 43%

  Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.3.2. Percepción ciudadana sobre la existencia de prácticas corruptas para acceder a los servicios brindados por las instituciones públicas municipales

Pregunta: ¿con que frecuencia piensa Ud. que los ciudadanos tienen que hacer algunos “pagos irregulares” para lograr las cosas que necesitan? Respuesta: "Siempre o a veces".

25% 17% 31%

  Nivel Bajo Nivel Alto Nivel BajoFuente: Elaboración propia en base a datos provistos por los Informes de Auditoría Ciudadana. Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

En cuanto los indicadores 2.3.1 y 2.3.2, es decir “Percepción ciudadana sobre la existencia de prácticas clientelísticas para acceder a los servicios brindados por las instituciones públicas municipales” y “Percepción ciudadana sobre la existencia de prácticas corruptas para acceder a los servicios brindados por las instituciones públicas municipales” respectivamente, muestran datos similares en los casos de Junín y Olavarría, con una notable distancia al valor obtenido en Morón. Específicamente, en la parte final del cuadro 4.4 podemos apreciar los porcentajes de la gente que respondió “Siempre o a veces” a las preguntas ¿con que frecuencia siente Ud. que la gente de su municipio cuando solicita algo a las autoridades municipales tiene que hacer algo a cambio para lograr respuesta? (indicador 2.3.1) y ¿con que frecuencia piensa Ud. que los ciudadanos tienen que hacer algunos “pagos irregulares” para lograr las cosas que necesitan? (indicador 2.3.2).

Cómo mencionamos anteriormente, el uso de ciertas prácticas corruptas, como el clientelismo y el particularismo, puede afectar la elaboración y el resultado de algunas políticas públicas. De acuerdo con esta idea, y coincidiendo con los escritos de las Auditorías Ciudadanas de varios países, incluimos estas dos variables como indicadores de la competitividad del sistema. Los resultados muestran niveles bajos de calidad democrática tanto en Junín como en Olavarría, con una distancia porcentual significativa respecto al Municipio de Morón, que entregó nivel medio de calidad en lo referido a prácticas clientelísticas y un nivel alto de calidad en cuanto a prácticas corruptas, gracias al escaso porcentaje de encuestados que consideran que los ciudadanos tienen que hacer algunos “pagos irregulares” para lograr las cosas que necesitan.

Nuevamente, los datos apoyan nuestra hipótesis. En este caso, de manera contundente: los municipios con menor competitividad en su sistema de partidos son también los que muestran menor grado de calidad de su democracia, al menos en lo que respecta a la percepción ciudadana sobre prácticas corruptas.

Llegamos entonces a la última de nuestras dimensiones de calidad democrática en un régimen sub-nacional municipal. Nos referimos a la denominada 2.4 “Apoyo a la Democracia”, cuyo primer indicador es el 2.4.1 “Percepción de la ciudadanía sobre el

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rol de la democracia como medio para mejorar la calidad de vida de la población” (ver cuadro 4.5).

Cuadro 4.5. Dimensiones y valores de los indicadores de la Variable “Grado de Calidad Democrática” en la dimensión “Apoyo a la democracia”.

Indicadores   Junín Morón Olavarría2. GRADO DE CALIDAD DEMOCRÀTICA      

2.4. APOYO A LA DEMOCRACIA Nivel Medio Nivel Medio Nivel Bajo

2.4.1. Percepción de la ciudadanía sobre el rol de la democracia como medio para mejorar la calidad de vida de la población

Pregunta: “¿Ud. diría que está muy, bastante, poco o nada satisfecho con el funcionamiento de la democracia en esta ciudad?”Respuesta: “Bastante o muy satisfecho”.

52% (Medio) 54% (Medio) 45% (Bajo)

Pregunta: “¿Cuál de las siguientes frases se acerca más a su forma de pensar?”Respuesta: “La democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”.

57% (Medio) 59% (Medio) 53% (Medio)

Pregunta: “Personalmente no me importaría que llegara al poder un gobierno autoritario, si pudiera resolver los problemas del país en lo que hace a seguridad, economía, etc.”Respuesta: “Si, no me importaría”.

49% (Bajo) 40% (Medio) 59% (Bajo)

  Nivel Medio Nivel Medio Nivel Bajo

2.4.2. Percepción ciudadana sobre el voto como medio eficaz para hacer rendir cuentas a sus representantes políticos

Encuestados que considera que el voto es una herramienta eficaz para hacer rendir cuentas

64% 63% 58%

  Nivel Medio Nivel Medio Nivel MedioFuente: Elaboración propia en base a datos provistos por los Informes de Auditoría Ciudadana. Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

Este primer indicador lo dividimos en tres cuestiones diferentes. Por un lado, medimos el nivel de satisfacción con el funcionamiento de la democracia a nivel municipal. Luego nos centramos en la percepción ciudadana de que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno. Y por último analizamos la cantidad de habitantes que aceptarían un gobierno autoritario si este pudiera resolver problemas económicos o de seguridad.

Como muestra el cuadro 4.5, el 52% se manifestó “bastante o muy satisfecho” con el funcionamiento de la democracia municipal en Junín, mientras que en Morón el valor fue de 54%, y en Olavarría desciende a 45% (notablemente más bajo). En este caso, la escasa diferencia entre Morón y Junín, que categorizamos como “nivel medio” de calidad democrática, nos hace dudar de la afinidad positiva de las variables de competitividad.

De forma similar, en Junín el porcentaje de los encuestados que considera que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno alcanza el 57%. En Morón el número escala al 59%, mientras que en Olavarría cae hasta el 53%. Los tres municipios estudiados presentan niveles medios de calidad democrática en esta pregunta.

Por otro lado, a diferencia de los análisis anteriores, es de remarcar el contraste entre municipios en cuanto a la cantidad de habitantes que aceptarían un gobierno autoritario si este pudiera resolver problemas económicos o de seguridad (ver cuadro

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2.9 del Anexo II). Morón demostró las mediciones nivel medio de calidad democrática en este aspecto, con un bajo porcentaje: 40%. En tanto que un 49% de los consultados en Junín tolerarían un régimen autoritario. Por su parte, en Olavarría la cifra es contundentemente más elevada: 59% de los encuestados aceptarían un gobierno autoritario para resolver los problemas del país en lo que hace a seguridad y economía. Esta pregunta parece ser la más favorable al fin de obtener respuestas sinceras por parte de los encuestados, pues entendemos que declararse a favor de un régimen autoritario sin justificar la opinión bajo la necesidad de resolver problemas específicos puede ser condenado socialmente.

Los niveles bajos registrados en estos dos municipios parecen admitir, en este caso, cierta influencia de las variables de competitividad del régimen sobre el apoyo a la democracia.

Finalmente, analizaremos el último indicador: 2.3.2 “Percepción ciudadana sobre el voto como medio eficaz para hacer rendir cuentas a sus representantes políticos”. En esta medición, se puede notar una leve diferencia en el municipio de Olavarría, donde un 5% menos de los encuestados considera que el voto es una herramienta eficaz para hacer rendir cuentas. De todas maneras, los tres municipios son categorizados como de “nivel medio” de calidad democrática, al menos en lo que respecta a este indicador.

La similitud entre Morón y Junín, dos casos con niveles de competitividad democrática municipal bien diferenciados, disuelven la idea de que los grados de alternancia política pueden incidir en la percepción ciudadana sobre el voto como herramienta útil para hacer rendir cuentas a las autoridades. Aunque probablemente estemos otra vez frente a una pregunta que, por su redacción, lleva a respuestas forzadas por parámetros sociales que expondrían al encuestado a ser considerado como autoritario.

Esta dimensión, en líneas generales, no acompaña nuestras hipótesis. No encontramos una relación de la variable “Competitividad del sistema de partidos” en el grado de apoyo a la democracia. De todos modos, podemos hacer una excepción no menor: dentro del indicador 2.4.1 “Percepción de la ciudadanía sobre el rol de la democracia como medio para mejorar la calidad de vida de la población”, la afirmación “Personalmente no me importaría que llegara al poder un gobierno autoritario, si pudiera resolver los problemas del país en lo que hace a seguridad, economía, etc.”, donde los resultados se equiparan tanto en Junín como en Olavarría, y contrastan con nuestro municipio de mediana competitividad electoral. Este dato no es menor, pues la pregunta que se hace al público –en este caso es una afirmación, y se pregunta el grado de acuerdo con la misma- resulta menos ambigua que las demás, su redacción evita el peso de ciertas cargas sociales que ya hemos mencionado, y es un nítido indicador del nivel de apoyo a la democracia.

En este punto, podemos categorizar los municipios según los resultados de los indicadores de nuestra variable dependiente, es decir, según su “Grado de calidad democrática”. Como muestra el Cuadro 4.6, Morón entra en la categoría “Nivel medio” de calidad democrático.

Cuadro 4.6 Dimensiones y valores de la Variable “Grado de la Calidad Democrática”

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Indicadores Junín Morón Olavarría2. GRADO DE CALIDAD DEMOCRÀTICA Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.1. INCLUSIÓN Y PARTICIPACIÓN Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.2. DERECHOS Y OBLIGACIONES CÍVICAS Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.3. PERCEPCIÓN CIUDADANA SOBRE PRÁCTICAS INFORMALES Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2.4. APOYO A LA DEMOCRACIA Nivel Medio Nivel Medio Nivel Bajo

Fuente: Elaboración propia en base a datos provistos por los Informes de Auditoría Ciudadana. Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

El Municipio de Olavarría será considerado como de “Nivel bajo” de calidad democrática, dados los bajos grados de inclusión y participación ciudadana, de respeto por los derechos y civiles, y de apoyo a la ciudadanía.

En cuanto a Junín, este municipio representa, al igual que Olavarría, un caso de “Nivel bajo” de calidad democrática, a pesar de contar con niveles intermedios de apoyo a la democracia.

Desarrollamos el Cuadro 4.7. con el objeto de elaborar un índice de competitividad y calidad –por llamarlo de alguna manera-, que refleja los valores de ambas variables, y resulte capaz de medir los diferentes grados de avance en el procesos de “mejora” los regímenes democráticos subnacionales,

Cuadro 4.7 Propuesta de índice para medir la competitividad y calidad democrática a nivel local.

Variables Junín Morón Olavarría1. NIVEL DE COMPETITIVIDAD DEL SISTEMA DE PARTIDOS Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

2. GRADO DE CALIDAD DEMOCRÀTICA Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

NIVEL DE COMPETITIVIDAD Y CALIDAD Nivel Bajo Nivel Medio Nivel Bajo

Fuente: Elaboración propia en base a datos provistos por los Informes de Auditoría Ciudadana. Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación.

Aquí, las previas categorizaciones hechas en nuestras dos variables generales nos permiten afirmar que estamos frente a dos municipios de “Nivel bajo” de competitividad y calidad democrática subnacional, Junín y Morón; y un caso de “Nivel medio”, Morón.

Por otra parte, observamos que los municipios que presentan bajo nivel de competitividad en el sistema de partidos son, a su vez, los que muestran bajos niveles de calidad democrática. Esto nos lleva a considerar la existencia de cierta relación entre los valores de nuestra variable nivel de competitividad sobre los niveles de la variable calidad democrática. En el siguiente apartado analizaremos esta idea.

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Conclusiones

Para comenzar a concluir, debemos retomar nuestras hipótesis: “la competitividad del sistema de partidos a nivel municipal presenta una afinidad positiva respecto a la calidad democrática en el distrito. Entonces, en los municipios que encontremos altos niveles de competencia partidaria también se presentarán niveles elevados de calidad democrática e, inversamente, cuanto se observen bajos niveles de competencia política partidaria, hallaremos bajos niveles de calidad democrática en el distrito”.

Estas nacieron de ideas difíciles de contrastar empíricamente. La competitividad en el sistema de partidos, ¿incide sobre los niveles de calidad democrática?, ¿existe una causalidad entre una variable y otra?, ¿o esa causalidad se da de manera inversa, siendo la calidad de la democracia la que incide en el grado de competitividad del sistema de partidos?.

Nuestra reflexión disparadora consistió en que aquellos municipios en los que la historia electoral desde 1983 hasta el presente no han presentado cambios significativos de autoridades y que presentan impedimentos para la genuina competencia política electoral, deberían reflejar índices más bajos en cuanto a calidad democrática. Sería lógico entender que la poca alternancia de partidos políticos en la administración de una intendencia -y más aún en los casos en que ni siquiera varía la persona en la Jefatura de Gobierno-, incida de alguna manera en variables que hacen al proceso de mejora de una democracia, tales como, por ejemplo, la percepción ciudadana sobre la existencia de prácticas corruptas (informales) en el sistema político, o sobre el conocimiento, ejercicio y responsabilidad de los derechos civiles. Una sociedad que desarrolló sus últimos 20 años dentro de un sistema democrático con bajos niveles de competitividad política es probable que no haya consolidado una democracia de la misma manera que aquellas otras donde los esfuerzos políticos por alcanzar el poder tenían mayores probabilidades de prosperar. Esto no quita la posibilidad, siempre vigente, de que una administración agrade a los gobernados lo suficiente como para prolongarse durante períodos largos. Sin embargo, para entender mejor esta clase de cuestiones y evaluar sus características y consecuencias, es que hemos decidido embarcarnos en el presente humilde trabajo. Decimos “humilde trabajo”, pues el esfuerzo que realizamos aquí sería mucho más esclarecedor de contar con un análisis de más casos. Pero, como antes hemos explicado, las limitaciones de recursos han sido inesquivables.

Sin embargo, del apartado anterior podemos extraer conclusiones relevantes. Los

resultados que observamos en cada municipio demuestran una coincidencia en los niveles de las dos variables centrales de nuestro trabajo. Aquellos municipios donde se registró bajo nivel de competitividad, son también aquellos que poseen niveles bajos de calidad democrática. De manera similar, en el Municipio de Morón, donde el nivel medio de competitividad en el sistema de partidos coincide con un nivel medio de calidad democrática.

En virtud de lo expuesto, nos atrevemos a afirmar que, al menos en términos generales, esta trabajo acerca a la comunidad académica una modesta contrastación empírica de las hipótesis que plantea, evidenciando cierta asociación o afinidad de la

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variable “Nivel de competencia en el sistema de partidos” sobre la variable “Grado de calidad democrática” cuando fueron medidas en regimenes municipales. Esa relación de afinidad positiva se manifiesta de maneras diferentes, pero claramente observamos que aquellos municipios con menores niveles de competitividad reflejan a su vez menores niveles de calidad en sus democracias.

Si bien no podemos afirmar que el grado de competitividad de un sistema democrático municipal se vincula de igual manera con todas las dimensiones que se incluyen en nuestro índice de calidad democrática, es decir a los niveles de inclusión y respeto (y cumplimiento) de los derechos y libertades civiles en el sistema político, y a la percepción de esos niveles como irreversibles por parte de la sociedad; si podemos decir que en algunas de estas dimensiones, y particularmente en algunos indicadores, los números apoyan contundentemente nuestra idea.

En todos los indicadores medidos hemos encontrado una ventaja –es decir, mediciones positivas en cuanto a un mayor grado de calidad democrática- del municipio que ha atravesado una historia democrática con mayor competitividad y alternancia en el poder.

La dimensión referida al respeto (y cumplimiento) de los derechos y libertades civiles en el sistema político, y aquella respecto a la percepción ciudadana sobre prácticas corruptas políticas, son las que presentan mayor vinculación con la variable competitividad. En estos casos, los indicadores muestran siempre una clara distancia en los niveles de calidad democrática entre el municipio con mayor competitividad y los municipios con menor alternancia.

A su vez, es de remarcar que la existencia de áreas y funcionarios especializados en promover y articular la participación ciudadana en un municipio parece estar relacionada a los niveles de competitividad, pues donde encontramos menos impedimentos para alcanzar el poder es, también, donde se encuentran más de estas organismos municipales de participación. No obstante, en este caso, la relación no se manifiesta con la misma intensidad que en las dimensiones antes mencionadas.

Por otra parte, la dimensión denominada “Apoyo a la Democracia” muestra datos interesantes en uno de sus indicadores. Particularmente, es de destacar la diferencia entre municipios en cuanto a la cantidad de habitantes que aceptarían un gobierno autoritario si este pudiera resolver problemas económicos o de seguridad. Nuevamente, el municipio con nivel medio de competitividad política demostró las mediciones más positivas, en tanto que en los distritos donde la competitividad es baja, los encuestados aceptarían un gobierno autoritario para resolver los problemas del país en lo que hace a seguridad y economía. Esto nos lleva a concluir que existe cierta afinidad entre niveles altos de competitividad histórica electoral de un municipio y la percepción ciudadana de que los logros de la democracia no pueden perderse en pos de un régimen autoritario, por más buenas intenciones que se tengan.

Los datos recolectados en los Municipios de Junín, Morón y Olavarría, parecen estar de acuerdo con nuestra hipótesis. Es por ello que cerramos la presente investigación introduciendo en la agenda de investigación del autor la continuación de este trabajo con la inclusión de más casos, de diferentes provincias, lo cual permitiría

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derivar en estudios estadísticos sobre la relación entre variables. ¿Se presentará una correlación positiva entre competitividad y calidad?

De esa manera, podríamos también adentrarnos en el camino más sinuoso, complejo pero a su vez más interesante de las relaciones causales. ¿Puede tomarse la calidad democrática de los municipios como variable dependiente de los niveles de competitividad electoral en los mismos? ¿O acaso la competitividad es otra dimensión, otro componente de la variable calidad democrática?

Los datos recolectados en los Municipios de Junín, Morón y Olavarría, parecen estar de acuerdo con nuestra hipótesis. Es por ello que cerramos el presente trabajo dando el puntapié inicial para un potencial futuro debate sobre la consolidación de las democracias en regímenes subnacionales, al afirmar que cuanta mayor competitividad presente el sistema de partidos de un municipio, mayor será el nivel de calidad democrática del mismo.

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Documentos e informes públicos

“Informe sobre la Calidad de las Prácticas Democráticas de Junín, Provincia de Buenos Aires, República Argentina”, 2004. Jefatura de Gabinete de Ministros, Secretaría de Gabinete y Relaciones Parlamentarias, Subsecretaría de Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, Auditoría Ciudadana de Calidad de las Prácticas Democráticas en Municipios.

“Informe sobre la Calidad de las Prácticas Democráticas de Morón”, Provincia de Buenos Aires, República Argentina”, 2004. Jefatura de Gabinete de Ministros, Secretaría de Gabinete y Relaciones Parlamentarias, Subsecretaría de Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, Auditoría Ciudadana de Calidad de las Prácticas Democráticas en Municipios.

“Informe sobre la Calidad de las Prácticas Democráticas de Olavarría”, Provincia de Buenos Aires, República Argentina”, 2004. Jefatura de Gabinete de Ministros, Secretaría de Gabinete y Relaciones Parlamentarias, Subsecretaría de Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, Auditoría Ciudadana de Calidad de las Prácticas Democráticas en Municipios.

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