Ñam Ñam barcelona: poblenou, un experimento exitoso

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ANA LUISA ISLAS BARCELONA Cuando Ildefons Cerdá trazó el ensan- che de Barcelona, sus manzanas de mil metros cuadrados y sus esquinas «chatas» causaron revuelo. Así tam- bién su idea de integrar en un mismo barrio las casas habitación, los nego- cios, los espacios verdes y los estable- cimientos de ocio. Aunque la especu- lación inmobiliaria cambió parte de aquel plan, el trazado de Cerdá fue emulado en diversas ciudades del mun- do, que, como Barcelona, buscaban ur- banizar espacios para integrarlos a las urbes. Barcelona daba de qué hablar gracias a su planeación urbanística. Desde hace algunos años, ha vuelto al foco por la misma razón, gracias al proyecto del Poblenou, también cono- cido como el 22@. Todo comenzó con los Juegos Olím- picos, cuando una parte del barrio se urbaniza para alojar a los atletas. Se crean 12 manzanas siguiendo el plan que Cerdá trazó más de 100 años an- tes. Esta vez, se cumple casi a rajata- bla. Con el paso de los años, se apren- de de los errores, y se continúa la trans- formación del terreno, hacia el río Besos, alargando la ciudad y el paseo marítimo. Se cometen otros, sin duda, pero no se permite una vez más que se vuelva un barrio dormitorio. Se in- tegran universidades, empresas, par- ques, industria de la tecnología y la in- formación, equipamientos, se conser- van edificios antiguos (esto convierte a Barcelona en ejemplo mediterráneo, junto con Tel Aviv, por la protección de los edificios antiguos de la época industrial). Cerdá estaría orgulloso: se rehabilitan 115 manzanas. Hace más 20 años iniciaba ese ex- perimento que apenas ahora comien- za a dar frutos, gracias a la paciencia e insistencia de los vecinos, a la inte- gración de los recién llegados y a la constancia de los distintos gobiernos que han pasado por ahí. ¿Un éxito? Quizás es aún muy pronto para poder juzgar. Eso sí, sin conocerlo, no se pue- de hacer ningún juicio. El Poblenou, como lo estipulan los barrios del Plan Cerdá, tiene que vivirse. Y son muchos los jóvenes (y no tan jóvenes) que han decidido jugársela y mudarse a este barrio tan amplio. Pocos turistas Aquí no se pueden quejar los turistas de que hay muchos turistas: aquí hay mucho espacio y pocos turistas y las opciones para vivir (o alojarse) son casi tan amplias como su territorio. Desde un ático en uno de los rascacie- los de Diagonal Mar, hasta un loft des- vencijado en la zona más próxima a la Villa Olímpica, pasando por un piso de tamaño desproporcionado y ven- tanas altísimas a precios irrisorios. En el Poblenou los opuestos del mundo conviven. Y se llevan bien. Artistas que no han visto un jabón en años se sien- tan codo con codo con ejecutivos de traje y corbata en los cafetines de nue- va apertura que inundan el barrio. Al parecer, el experimento funciona. Por si no fuera suficiente, el cinco de septiembre, el barrio volverá a trans- formarse. En esta ocasión, algunas de sus calles cambiarán de sentido (sí, otra vez) y limitarán la circulación de los autos, para crear una súper man- zana de nueve manzanas, que agregue cuatro plazas de 2.000 metros cuadra- dos al barrio. Al trazado de Cerdá se adherirán algunas modificaciones, no porque esté mal, sino porque puede mejorar. Si funciona, se emulará en Gràcia y en el Ensanche. Más de 200 alumnos de arquitectura harán pro- puestas con los principios que Cerdá tuvo en mente cuando creó sus trazos: cultura, ocio, participación e interac- ción. Esto es el Poblenou, un experi- mento que está saliendo bien. El Poblenou, un experimento exitoso Ñam Ñam Barcelona Cultura Desde hace mucho más de 20 años el Casino de la Alianza es su estandarte. Sin embargo, no paran de crecer como las setas espacios, como Palo Alto, El Taller de Lusesita y Sergio Mora, La Plataforma, el Poblenou Urban District, Hangar, NauArt, la Galería Joan Prats, la Llibreria Nolle- giu, y muchos más que hacen que el barrio sea uno de los centros neurálgicos de la cultura de esta ciudad. Gastronomía Aunque todo se concentra sobre todo en la Rambla del Poblenou y la calle Pujades, otras calles como la Ciutat de Granada o María Aguiló, son también puntos que visitar para comer bien y beber algo, ya sea en clásicos como La Pubilla del Taulat o más nuevos, como el Bitácora, el Balius, Madame George, La Tavernícola, Can Dende, el Minyam y muchos más. ORIOL CAMPUZANO La Rambla del Poblenou;a la derecha, fachada de la librería Nollegiu El barrio del Poblenou, como lo estipulan los barrios del Plan Cerdá, tiene que vivirse OCIO Y GASTRONOMÍA ABC del VERANO 65 abc.es/estilo ABC SÁBADO, 27 DE AGOSTO DE 2016

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ANA LUISA ISLAS BARCELONA

Cuando Ildefons Cerdá trazó el ensan-che de Barcelona, sus manzanas de mil metros cuadrados y sus esquinas «chatas» causaron revuelo. Así tam-bién su idea de integrar en un mismo barrio las casas habitación, los nego-cios, los espacios verdes y los estable-cimientos de ocio. Aunque la especu-lación inmobiliaria cambió parte de aquel plan, el trazado de Cerdá fue emulado en diversas ciudades del mun-do, que, como Barcelona, buscaban ur-banizar espacios para integrarlos a las urbes. Barcelona daba de qué hablar gracias a su planeación urbanística. Desde hace algunos años, ha vuelto al foco por la misma razón, gracias al proyecto del Poblenou, también cono-cido como el 22@.

Todo comenzó con los Juegos Olím-picos, cuando una parte del barrio se urbaniza para alojar a los atletas. Se crean 12 manzanas siguiendo el plan que Cerdá trazó más de 100 años an-tes. Esta vez, se cumple casi a rajata-bla. Con el paso de los años, se apren-de de los errores, y se continúa la trans-

formación del terreno, hacia el río Besos, alargando la ciudad y el paseo marítimo. Se cometen otros, sin duda, pero no se permite una vez más que se vuelva un barrio dormitorio. Se in-tegran universidades, empresas, par-ques, industria de la tecnología y la in-formación, equipamientos, se conser-van edificios antiguos (esto convierte a Barcelona en ejemplo mediterráneo, junto con Tel Aviv, por la protección de los edificios antiguos de la época industrial). Cerdá estaría orgulloso: se rehabilitan 115 manzanas.

Hace más 20 años iniciaba ese ex-perimento que apenas ahora comien-za a dar frutos, gracias a la paciencia e insistencia de los vecinos, a la inte-

gración de los recién llegados y a la constancia de los distintos gobiernos que han pasado por ahí. ¿Un éxito? Quizás es aún muy pronto para poder juzgar. Eso sí, sin conocerlo, no se pue-de hacer ningún juicio. El Poblenou, como lo estipulan los barrios del Plan Cerdá, tiene que vivirse. Y son muchos los jóvenes (y no tan jóvenes) que han decidido jugársela y mudarse a este barrio tan amplio.

Pocos turistas Aquí no se pueden quejar los turistas de que hay muchos turistas: aquí hay mucho espacio y pocos turistas y las opciones para vivir (o alojarse) son casi tan amplias como su territorio. Desde un ático en uno de los rascacie-los de Diagonal Mar, hasta un loft des-vencijado en la zona más próxima a la Villa Olímpica, pasando por un piso de tamaño desproporcionado y ven-tanas altísimas a precios irrisorios. En el Poblenou los opuestos del mundo

conviven. Y se llevan bien. Artistas que no han visto un jabón en años se sien-tan codo con codo con ejecutivos de traje y corbata en los cafetines de nue-va apertura que inundan el barrio. Al parecer, el experimento funciona.

Por si no fuera suficiente, el cinco de septiembre, el barrio volverá a trans-formarse. En esta ocasión, algunas de sus calles cambiarán de sentido (sí, otra vez) y limitarán la circulación de los autos, para crear una súper man-zana de nueve manzanas, que agregue cuatro plazas de 2.000 metros cuadra-dos al barrio. Al trazado de Cerdá se adherirán algunas modificaciones, no porque esté mal, sino porque puede mejorar. Si funciona, se emulará en Gràcia y en el Ensanche. Más de 200 alumnos de arquitectura harán pro-puestas con los principios que Cerdá tuvo en mente cuando creó sus trazos: cultura, ocio, participación e interac-ción. Esto es el Poblenou, un experi-mento que está saliendo bien.

El Poblenou, un experimento exitoso

Ñam Ñam Barcelona Cultura Desde hace mucho más de 20 años el Casino de la Alianza es su estandarte. Sin embargo, no paran de crecer como las setas espacios, como Palo Alto, El Taller de Lusesita y Sergio Mora, La Plataforma, el Poblenou Urban District, Hangar, NauArt, la Galería Joan Prats, la Llibreria Nolle-giu, y muchos más que hacen que el barrio sea uno de los centros neurálgicos de la cultura de esta ciudad.

Gastronomía Aunque todo se concentra sobre todo en la Rambla del Poblenou y la calle Pujades, otras calles como la Ciutat de Granada o María Aguiló, son también puntos que visitar para comer bien y beber algo, ya sea en clásicos como La Pubilla del Taulat o más nuevos, como el Bitácora, el Balius, Madame George, La Tavernícola, Can Dende, el Minyam y muchos más.

ORIOL CAMPUZANO La Rambla del Poblenou;a la derecha, fachada de la librería Nollegiu

El barrio del Poblenou, como lo estipulan los barrios del Plan Cerdá, tiene que vivirse

OCIO Y GASTRONOMÍA ABCdelVERANO 65abc.es/estiloABC SÁBADO, 27 DE AGOSTO DE 2016