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Mil putas Comodoro Rivadavia, la ciudad de las mil putas, récord de venta de drogas y plasmas. Los medios la bautizaron “la capital de la violencia”, pero es en realidad un espejo: ahí se pueden ver las consecuencias del modelo extractivo. el periódico de lavaca octubre 2012 / año 6 / número 59 Valor en kioscos $ 12 Ciencia & Política Monsanto presidente Cine & Educación Cómo se financia un éxito Petróleo & prostitución

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Petróleo, prostitución y crímenes en Comodoro Rivadavia, espejo de la violencia y del modelo extractivo. Ciencia & Polìtica: genética de la corpo. Cine & Educación: cómo se financia un éxito. Reciclar la vida: un casi sociólogo, ex convicto, hace una biblioteca popular en la villa La Carcova. Y además cumbia, rap, teatro, cine, libros, la columna de La Garganta Poderosa, la de Pablo Marchetti, y esto recién empieza. y mucho más!

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Mil putasComodoro Rivadavia, la ciudad de las mil putas, récord deventa de drogas y plasmas. Los medios la bautizaron “lacapital de la violencia”, pero es en realidad un espejo: ahíse pueden ver las consecuencias del modelo extractivo.

el periódico de lavacaoctubre 2012 / año 6 / número 59Valor en kioscos $ 12

Ciencia & PolíticaMonsantopresidente

Cine & EducaciónCómo se financia un éxito

Petróleo & prostitución

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COMODORO RIVADAVIA: PETRÓLEO & PROSTITUCIÓN

aldición. La ciudad de losvientos tiene un cerro que laprotege. Se llama Chenque,que en idioma originario se-ñala el lugar sagrado para el

reposo de los muertos. La leyenda diceque aquel que cava y saquea un chenquetiene castigo. Él y toda su familia serámaldecido por haber profanado el másvalioso de los tesoros de la tierra: la pazde las almas. Este Chenque está ahora mismo surca-

do por las excavadoras de Cristóbal, queen este siglo y en esta ciudad se apellidaLópez. Las obras se apuraron después delazote de una tormenta de verano que en

febrero de 2011 enfureció al Chenque: vo-mitó sobre la ciudad una catarata de ba-rro. El municipio destinó 150 millones depesos a las obras de aterrazamiento “quecambiará para siempre la fisonomía de unícono de la ciudad” anunciaron. Cristóbalcobra esa cifra por trasladar un millón demetros cúbicos de tierra para rellenar elpredio donde este mismo Cristóbal cons-truirá un exclusivo complejo con shop-ping, casino, hipermercado, estadio y ho-tel 4 estrellas. La zona del nuevo destino de las tie-

rras del Chenque, me dicen, se llama ElInfiernillo. Comodoro Rivadavia no tiene metáforas.

Un suicidio con dos armas

ojo. Miguelina Torres Peña tenía 23años y tres hijos de 9, 3 y 2. Nacióen el miserable barrio La Canela

de Santiago, capital de la República Domi-nicana y había llegado dos años atrás aComodoro, donde ya estaba instalada suhermana Altagracia. Vino a prostituirse, co-mo todas, y como algunas terminó trans-formándose en la concubina de un traba-jador petrolero, dueño de un vip, que enidioma originario señala a un prostíbuloclandestino. Con él tuvo a su hija más pe-queña y también la obligación de regente-arle la casita celeste donde le saqueaban

el cuerpo a ella y a otras 4 compatriotas.Fue encontrada muerta el lunes 18 de junio,con un disparo en el pecho, en el piso de lacocina de su casa de la calle Ameghino. Sesabe que antes de morir hizo 3 llamados. Elprimero a su hermana, que no pudo aten-derla. El segundo, a un prostituyente camio-nero que alertó a la policía porque, dijo, lamujer estaba a punto de suicidarse. Un pa-trullero se acercó a la casa, de persianaseternamente cerradas, y se fue “porque noencontró nada anormal”. El tercer llamadofue a otro “cliente”. Recién entonces la poli-cía entró. Ya estaba muerta.El fiscal subrogante que lleva adelante

la investigación tiene que buscar entre la

La capital del modelo extractivo revela sin pudor las consecuencias del saqueo. Salarios de 35.000 pesos promedioque sólo alcanza el 35% de la población conviven con personas que duermen en ranchos con piso de tierra. Las auto-ridades calculan que son mil las mujeres explotadas sexualmente, la mayoría dominicanas y paraguayas. Es la ciudadque más plasmas vende en el país y también más droga. ¿Esa violenta postal es la causa o la consecuencia de viviren una ciudad donde las operadoras petroleras son las que imponen la ley y el orden?

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La mala vidalina m. etchesuri

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el tema, entonces, que tiene en la cabezacuando comienza a hablar. Lo importante,sin embargo, son los datos que revela du-rante la conversación:

Del 12% que aportan las operadoras pe-troleras en concepto de regalías por ex-traer los recursos naturales de Chubut,la provincia se queda con el 84% y el16% restante lo reparte entre todos losmunicipios. En los hechos, esto signifi-ca que de las regalías producidas cada100 barriles, Comodoro se queda conmenos de uno.Hay más de 5.000 lotes entregados porel municipio para viviendas socialesque no cuentan con cloacas, ni luz niagua. Y otros 4.800 que fueron usurpa-dos “por personas extranjeras que, ensu gran mayoría, entraron de formairregular, para trabajar en negro en em-presas que, una vez que terminaron lasobras, las dejaron tiradas”.“El principal problema de la ciudad esel desequilibrio social que genera la ac-tividad petrolera. El 35% de la pobla-ción trabaja en el petróleo, con sueldosde 35 mil pesos promedio, pero el restogana entre 5 y 6 mil pesos”.“La ciudad generó el año pasado, en to-do concepto, 35 mil millones de pesos,pero acá quedaron sólo 26 millones”.“Para ordenarla necesitamos 3.300 mi-llones y el presupuesto que tiene elmunicipio para obras públicas es de 70millones. Y esta ciudad no puede espe-rar un día más porque ya está colapsa-da. El nivel de violencia que hay es unaexpresión de eso”.

¿A quién atribuye la responsabilidad de estecuadro?A la actividad petrolera, que trae muchagente de afuera, mucha droga, muchaprostitución. A ver… Te voy a dar unosdatos para que lo veas más claro. ¿Cuán-to decís que facturan por año las 4 casasde electrodomésticos y los 4 hipermer-cados más grandes de la ciudad?

No tengo idea…Dos mil millones de pesos. ¿Y cuántodejan en esta ciudad? Nada. ¿Y los ban-cos? Los bancos se llevan 14 mil millo-nes por año y sólo prestan localmente4 mil, en créditos para consumo, con ta-sas el 50%. No son propietarios ni delas sucursales que tienen acá: alquilan.

¿Y las operadoras petroleras?Pagan buenos salarios y punto. Y a las6 de la tarde nos meten en la ciudadmiles de empleados con plata en el bol-sillo a los que nosotros tenemos quedarles seguridad, salud, educación.Ninguna operadora hace una escuela,un hospital, un centro recreativo, nada.Y hay que tener en cuenta que la ren-tabilidad que hoy tienen las operadoraspetroleras es en dólares…

Los trabajadores dicen que acá son las quemandan…Y sí, es así.

¿Usted opina que las empresas hacen lo quequieren?Si, la mayoría sí. ¿Hoy las operadoraspetroleras qué están haciendo? Lleván-dose todo. Pero nosotros sabemos muybien que cuando haya problemas conel precio del barril, se van y nosotrosnos quedamos con la ciudad explotaday con la gente en la calle. Todo el mun-do habla del pasivo ambiental. ¿Yquién habla del pasivo social que gene-ra esta actividad? Porque los salariospetroleros son los que marcan el ritmode los precios de la ciudad, por ejem-plo. Anoche estábamos reunidos condirigentes petroleros y poníamos un ca-so: hoy un alquiler es de 4 mil pesos,mínimo. Para el salario del petrolero lesignifica un 20%, pero para el salariodel empleado docente o un policía, lesignifica más del 60%. Pero lo más im-portante, ¿quién le hace las casas a las5.000 madres solteras que tenemos enComodoro y viven en un rancho conpiso de tierra que hace que la Villa 31parezca Recoleta?

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pila de expedientes para encontrar el deMiguelina. No puede darme información,me dice, pero pasa las páginas para recor-dar detalles y tranquilizarme: “Es un clarocaso de suicidio. Esto no es trata”. Le ex-traigo algunos datos: hubo dos disparos,dos armas diferentes. ¿Por qué? “El prime-ro habrá sido de prueba”, razona el fiscal.Otros datos que arroja para regar su teoría:el dermo test dio positivo, así que Migue-lina disparó; hacía tiempo que le decía asus amigas que quería volver a su casa. Se la veía muy triste, me confirma una

vecina del prostíbulo. Wendy, su prima, diceque sí, que extrañaba mucho su tierra, peroque el día anterior habían festejado juntasel día del padre y se la veía muy bien. Queel mismo lunes que murió había llevado asu hija mayor a la escuela N° 133 y que sibien había un lío de celos con su pareja,porque él la engañaba, no creía que la cosafuera para más de lo que ellas están acos-tumbradas. “Somos muy dramáticas, grito-nas, caprichosas, pero de matarnos nada”. El fiscal, casi al despedirme, me cuenta

que la comunidad hizo una colecta paraque el cuerpo de Miguelina fuera enterra-do en La Canela. Sonríe: “El día que sejuntaron para reunir la plata se armó un ti-roteo bárbaro”. Sucedió en un pub con nombre de des-

tino: Rojo.

La inseguridad

roya. Ese domingo de colecta en elpub Rojo hubo 4 heridos. El autorde los disparos fue Pedro Cárde-

nas, señalado como el proveedor de la redde prostíbulos clandestinos cuando su ca-sa y su distribuidora fueron allanadas, co-mo parte de una investigación que involu-cró a varios funcionarios policiales ymunicipales y que incluyó 200 horas deescuchas telefónicas reveladoras. La causaquedó atrapada en un laberinto de anula-ciones y apelaciones que dejaron libre a lamayoría de los involucrados, entre ellosel entonces subsecretario de gobierno, Car-los Marso, quien según la acusación fiscal,en las escuchas se había probado que dabaaviso de los operativos a los prostíbulos. El comisario Rubén Cifuentes fue el en-

cargado de realizar los allanamientos y de-nunció ante la fiscalía “aprietes” para im-pedirlos. En marzo de este año fuetrasladado a Rawson para que cumpla ta-reas administrativas. Él fue quien bautizóla investigación de los vip como “Opera-ción Troya”. La llamó así porque el obstá-culo más grande que tenían que sortear,confiesa, estaba alojado en las propias en-trañas de la investigación.La defensa de los imputados logró anu-

lar la principal prueba: las escuchas. Y asíliberar a seis de los principales sospecho-sos. Entre ellos, Carlos Marso, quien ahorafue convocado por el intendente para ocu-par un puesto clave. Es el actual secretariode Seguridad de Comodoro.

La ciudad explotada

odelo. El intendente Néstor Di Pie-rro habla tan rápido que pierde to-das las eses en el borbotón de da-

tos que tira sobre la mesa. Nos recibe ynos despide sin gentileza ni sonrisas. ¿Estáfurioso o está apurado? La respuesta esmás simple: es el tono del varón origina-rio. Lo entiendo después, cuando una do-minicana me alecciona: hay que escuchar-los sin interrumpir ni pestañear. Cadapregunta de esta entrevista, entonces, de-be ser leída como una impertinencia, quedesató un final abrupto, un desalojo quenos dejó despidiendo al aire porque el in-tendente ya estaba sentando en la mismamesa a unos uniformados: reunión por eltema seguridad, informó luego la tele. Di Pierro tendrá ese mismo día otra

reunión clave con 6 de las principales ope-radoras petroleras. Les reclamará la inte-gración de un fondo de “cooperación em-presaria” por 30 millones de pesos. Ese es

Arriba, Carolina Araujo Reyes, la domini-cana que recorrió la ruta sur de losprostíbulos argentinos y pudo sobrevivirpara contarlo. Ahora se instaló en Co-modoro con sus 2 hijos adolescentes.Debajo, el Pub Rojo, donde hubo un ti-roteo que terminó con 4 heridos y undetenido. Fue cuando se hacía la colec-ta para llevar a su país el cuerpo de Mi-guelina Torres Peña (foto izquierda), lamujer de 23 años, madre de 3 niños,que fue encontrada muerta con un tiroen el pecho. En YouTube hay un videopara despedirla que muestra su vida enfotos y reclama justicia. Cuenta que en-viaba dinero para que sus padres y her-manas pudieran mejorar el rancho enel que viven, en el barrio La Canela, dela capital de Dominicana. Había llegadoa Comodoro hacía 2 años y ahora era laconcubina de un trabajador petrolero,dueño de un prostíbulo clandestino.

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Bárbaro. Pero nosotros, que generamos laplata para toda la provincia, queremostener más participación.

Como intendente, ¿no le gustaría tener laparticipación ciudadana que tuvo Esquel pa-ra discutir qué tipo de ciudad y qué vidaquieren?Yo también puedo llamar a una consul-ta popular…

¿No cree que en Comodoro hay menos parti-cipación?Sí, porque la gente tiene mentalidadminera: acá todos vienen pensando enquedarse 2 ó 3 años y en ese tiempollevarse todo lo que puedan. Y se termi-nan quedando décadas, sin cambiaresa mentalidad. Ahora nosotros esta-mos planteándoles a todos lo que laciudad necesita. Y esto no es una dis-cusión porque no hay opinión en con-tra: la realidad está a la vista. Los nú-meros también. Nadie puede negar lacrisis que hoy tenemos.

Los caminos de la trata

eseo. Carolina Araujo Reyes tiene32 años y dos hijos adolescentesque ahora viven con ella en Co-

modoro y con su nueva pareja, un camio-nero que conoció en un vip de Comodo-ro. Lo llama “mi marido” y le agradecehaberla “rescatado de la noche”. Mi per-cepción es que si algún día logra romper

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cadenas es gracias al cariño de La Negra,la vecina que se transformó en su amigaincondicional. En la cocina de La Negra, justamente,

Carolina me cuenta su historia: nació enotro miserable barrio de la capital domi-nicana, donde dice haber sido feliz hastaque mataron a su padre, cuando ella tenía10 años, y sus tíos golpearon la puerta desu casa para decirle a su mamá que a par-tir de ese momento “tenía que trabajarpara ellos”, prostituirse. Dice que su ma-dre se negó, pero lo cierto es que abando-nó la casa familiar y Carolina fue criadapor su abuela. Estudió un sinfín de ofi-cios hasta que quedó embarazada, a los15 y a los 17. Se convirtió así en una de lastantas mujeres solas que en Dominicanatiene que hacerse cargo de todo. Fue suhermano quien, por la oferta de un pa-riente, iba a viajar a Argentina, pero ter-minó usando ella el pasaje. De Ezeiza lallevaron directo a Mar del Plata y ahí le ex-plicaron su situación: no iba a ser moza.En los prostíbulos del puerto conoció a lamítica Rita, la pistolera, que se enamoróde ella, al igual que el fiolo del cabaret. Yalo sé: Carolina usa el término “enamoró”en el mismo sentido que dice “marido”.Es la lengua en la que le enseñaron a ha-blar con la intención de confundir aquien escucha, desorientarlo o tranquili-zarlo, o todo junto a la vez. La gramáticaprostibularia está en función de su objeti-vo: pretende complacer al otro maquillan-

Con el grupo de adolescentes que estaba en una plaza de Comodoro conversamos so-bre lo que significa ser hombre en esa ciudad: “El típico macho es el que se cree re ca-po porque estuvo con una prostituta. Es muy difícil salirse de ahí. Por un lado, te critican

los caretas y, por el otro, sos al primero que afanan los pibes marginales porque te di-cen que tenés cara de boludo”. A la izquierda, Guido Dickanson, vocero de Los Dragonesfrente a la sede de la organización que denuncia a la UOCRA.

ilegales, sin control sanitario. Por esohablamos con la Cámara Inmobiliariapara advertirles que vamos a ir contralos propietarios. Sacamos hace 10 díasuna ordenanza que nos habilita a po-ner multas y hasta rematar la propie-dad. Porque el propietario sabe que elalquiler de su casa vale 4 mil pesos, pe-ro que a un vip se lo puede alquilar aldoble y por eso facilita que pasen cosascomo estas. Mire (muestra un expedien-te). Esto es lo que encontramos cuandoentramos (señala las fotos: dos mujerestiradas en el piso, de espaldas, esposadaspor la policía; los cuartos mínimos conuna cama; una chica tirada sobre un col-chón, otra en el suelo). Esta es la lista delos 5 allanamientos que hicimos en losúltimos 30 días Mirala vos: ¿qué dice?Nacionalidad: paraguaya; situación mi-gratoria: irregular. Sigamos; otro: para-guaya, irregular, irregular, paraguaya,paraguaya, irregular, irregular. Atrás deesto hay cafiolos, robo, droga, de todo.Hay una red organizada. Mirá esta foto:cajas enteras de profilácticos con el se-llo de la provincia de San Luis. ¿Ves?Esto es lo que nos deja la actividad pe-trolera a nosotros.

El panorama es el de una ciudad explotada…Mirá: a nosotros nos parece bárbaro quelos muchachos de Esquel quieran pasarla vida mirando un lago y fumándose unporro, cuando tiene la mayor mina deoro de Sudamérica debajo de sus pies.

¿Cuánta gente emplea la actividad petrolera?35.000

¿Cuántos de esos 35.000 emplea, por ejem-plo, Pan American Energy en forma directa?Pan American tiene el 53% de la explo-tación de esta cuenca. Trabajan 20 mil,pero los que emplea directamente son1.000. Y en total, todas las operadorasemplean directo solo a 3.000.

¿Esto es un índice de la falta de compromisoo voluntad de hacerse cargo?Sí.

¿Y usted cree que van a comprometerse conla ciudad a partir del fondo solidario?Tienen un problema: o se comprome-ten o nosotros las vamos a denunciaren todos los lugares donde podamosdenunciarlas. Y vamos a avanzar muyfuertemente en el control del daño am-biental… El Estado tiene herramientas.

Otro tema que usted relaciona con la activi-dad petrolera es la prostitución… Y sí: es parte de lo que nos trae esa ac-tividad: más de 180 vip clandestinos.Estamos trabajando en eso.

Usted dice que se propone terminar con losvips, pero……pero nos cuesta mucho conseguir ór-denes de allanamiento para poder con-trolarlos. A nivel municipal sólo pode-mos entrar por control de bebidasalcohólicas. Le puedo mostrar lo queencontramos. (Abre una carpeta) Mire:son todos lugares alquilados como ca-sas de familia, es decir no habilitados,

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discursos que por separado pueden sonarrazonables, pero todos juntos marean. Yya se sabe: es más fácil salir del error quede la confusión. Es Lina, la fotógrafa, laque me rescata: “Acá todos los funciona-rios hablan como si las consecuencias fue-ran las causas”.Decidí, entonces, hablar con la doctora

a partir de mi propio diagnóstico: por logeneral se asocia el tema de la violenciaurbana a los jóvenes marginados, pero enComodoro se ve más claro que el núcleoduro está en otro lugar. Su respuesta mesorprende: ”Así es. Esta ciudad es violentaporque no acepta límites. Y el modelo deesa intolerancia es de la dirigencia gre-mial, religiosa, política y del jefe de hogar.Tiene que ver mucho con la hipocresía”.

¿Por qué?Acá hay una ordenanza del año 79 quecrea figura de dama de sala, que es lacopera. Se supone entonces que se refie-re a la mujer que toma tragos con loshombres en una wiskería. Pero la mis-ma ordenanza dice que cada 2 meseshay que hacerle un exudado vaginal pa-ra controlar las enfermedades venéreasy que no pueden trabajar sino tienencarnet sanitario que acredite que se hi-cieron ese control. ¿Entonces? ¿Tomantragos o tienen sexo? En el año 2006 hu-bo una serie de investigaciones que de-terminaron que en las wiskerías habíaprostíbulos. Perfecto: no se lo permiten.

Yo creo que esto no es un problema deComodoro sino de todo el país. Todo loque significa placer en una ciudad deproducción va a estar siempre vinculado.

¿Por qué no intentar penalizar al prostituyente?No se puede penalizar el consumoporque la prostitución es legal. Peroademás creo que la sexualidad existe yes un sentir y le da fuerza al ser huma-no. Y que hecha con respeto y controlsanitario, no es un arma. Hoy es unarealidad que no todo ser humano estáen pareja estable, y que en un momen-to de necesidad puede buscar placer.Ahora, cómo lo busca no es problema,mientras no se dañe ni dañe a otro. Esun proceso muy íntimo. ¿Por qué yovoy a decirle no se acueste con alguienporque esté pagando? Acá lo que nohay que confundir es la trata de perso-nas, que haya violencia, que haya res-peto de género, derecho de género.Hay un modelo anterior que te decíaque lo sano era conseguirte la parejade otra forma: el matrimonio. Real-mente hoy no podemos seguir pensan-do tan retrógradamente. Creo que siun tipo está 30 días en el campo, bajay quiere tener una pareja sexual y lepaga, no está mal.

Lo que está mal es convertir el cuerpo de unamujer en mercadería…Como todo trabajo.

Como toda explotación. ¿No hay violencia en eso?Yo creo que lo que llevó a toda la situa-

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Y aparecen los vips. Y toda esa pobla-ción migra a la clandestinidad.

¿Usted propone legalizarlos?Propongo crear una zona roja, con lo-cales manejados como cooperativaspor las propias personas que ofrecensexo retribuido. El Código Penal permi-te la oferta de sexo. Nuestro CódigoContravencional no permite la prosti-tución en la calle. ¿Entonces? ¿Qué ha-cemos? No se puede poner la tierra de-bajo de la alfombra. Mi propuesta escrear una zona con control sanitario,seguridad policial, aportes jubilato-rios, y una red de trabajo psicológico ysocial para darle opciones a las muje-res. Pero seamos realistas: la opción dedarle un plan de 1.200 pesos a mujeresque están levantando 2 mil o 3 mil pe-sos por noche no es real. Si legalizás, aesos lugares que hoy son clandestinos,entra un inspector municipal, entra lapolicía, entra un médico y podés con-trolar la situación.

¿Usted cree que hoy no entran?Solo pueden entrar por control de al-cohol...

No me refiero a eso…Entiendo, pero no hay peor forma deluchar contra eso que tapando todo.Abrir significa ver que una persona enuna determina situación necesita algoque no es legal.

¿Cómo hace entonces para que Comodoro nose transforme en una fábrica de putas?

do la verdad. La máquina prostibularia es una fábri-

ca de mentiras.En Mar del Plata recibió la primera pa-

liza, el primer estrangulamiento y la pri-mera puñalada. Se escapó a Bahía Blancaprimero y a Río Gallegos, después. “Duréuna hora en Las Casitas: eso es tremendo.El infierno. Sólo podés aguantarlo dro-gándote y como yo no soy de esas cosas,me fui. Pude hacerlo porque siempre tuvela viveza de pagarme yo el pasaje, enton-ces no le debía nada a nadie”. Pasó porComodoro y luego por Ameghino, a don-de una noche fue a buscarla el camione-ro, desesperado: tenía escondida debajodel asiento a una chica que se había esca-pado de Las Casitas. “En la ruta lo habíaparado la patota de los fiolos y lo apreta-ron feo. Cuando vino a verme todavía es-taba aterrado: se había hecho pis del mie-do y todavía tenía mojado el pantalón”.Carolina le dijo que siguiera sin pararhasta Comodoro, que fuera directo a laComisaría Primera y que viera a un poli-cía que ella conocía y sabía que era elúnico que no lo iba a delatar. No me diceel nombre del oficial. La chica era una menor que habían

“comprado en el Norte” y fue la punta delovillo de una investigación que llevó al alla-namiento de uno de los 33 prostíbulos delbarrio Las Casitas. ¿Su nombre? El Deseo.

Análisis de orina

lora mixta. Judith Jozami es médi-ca, fue concejal, directora de saludmunicipal, donde estuvo a cargo

de un programa de prevención de adiccio-nes que le permitió contar con cifras, da-tos y casos clasificados por especialistasde diversas disciplinas (antropólogos, psi-cólogos, médicos) y atender la oficina queentrega los carnets sanitarios a las “damasde sala”, que en términos originarios de-signa a las mujeres explotadas sexualmen-te. Así pudo contarlas: actualmente hay400 mujeres en situación de prostituciónlegal y más del doble en situación clan-destina. Calcula, entonces, que en Como-doro hay más de 1.000 putas. Pero fue su proyecto de regulación de

la prostitución el que le otorgó los 5 minu-tos de mala fama que soporta hasta hoy.Es interesante escucharla porque se notaque conoce el tema en teoría y en prácti-ca. Confirma que estudió mucho y quemucho más atendió a mujeres en situa-ción de prostitución. Más interesante, aun,es comprobar qué hizo con todo ese cono-cimiento, a partir de qué paradigmas loprocesó. El resultado es una ensalada de

Dos postales de Comodoro. En la última década 65.000 personas llegaron en busca detrabajo. Si bien el último censo dice que la población es de 100 mil personas, el inten-dente Di Pierro calcula que es el doble, por el volumen de basura que se genera en la

ciudad. “Tenemos 23 caños que tiran, a 200 metros del mar, deshechos sin ningún tipode tratamiento”, reconoce. También, que la municipalidad entregó 5.000 terrenos queno tienen ni agua, ni luz ni cloacas. “La ciudad está colapsada”, asegura.

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no podemos permitir eso. No podemospermitir que logren el objetivo de desar-ticular a Los Dragones y, al mismo tiem-po, hacer callar a todos. En tiempos delos militares tenías que agachar la cabe-za para que no te desaparezcan y ahoratenés que agacharla para que las empre-sas no te maten en vida. Yo tengo un chi-quito de 8 y una gordita de 4 con Sindro-me de Down. No puedo darme el lujode no darles de comer. ¿Pero quién le vaa dar laburo a un Dragón? No nos quedaotra que ir al frente. A mi este conflictome costó hasta el matrimonio.

¿Por qué?Por el desgaste. Es alevoso. Una vez lodije en una asamblea: “No estamos acájugándonos la vida y la familia para ga-nar un mango más que después uste-des se lo gastan en vipear”.

¿Vipear?Sí: los pibes, apenas levantábamos elpiquete, se bañaban, perfumaban y seiban a gastar el aumento a los vips.

¿Por qué pensás que hacen eso?Nosotros fallamos en algo: no tenemosactividad social. En esta ciudad no haydónde ir a divertirse. Es una ciudad deaccidente, de paso. Y el ser humano noestá preparado ni físicamente ni men-talmente para laburar todo el día todoslos días. Necesita relajar. Ganás bien,pero ¿con esa plata qué hacés? Gastarno es disfrutar.

Las Dragonas

ajo. Los Dragones volvieron a laruta una semana después de estacharla para bloquear el ingreso al

yacimiento El Tordillo, que explota PanAmerican Energy. Exigen así la reincorpo-ración de los 200 despedidos. Pero estavez hicieron algo más: acamparon en lapuerta de las oficinas que esa petroleratiene en la ciudad de Comodoro. Allí es-tán poniendo el cuerpo las mujeres origi-narias. ¿Quizás en Comodoro haya llega-do, al fin, el tiempo de Las Dragonas? No tengo la respuesta. Sólo sé, como decían los sabios, que la

verdad no se busca para comprender sinopara hacer tajos. Escribo, entonces, con laesperanza de que esta nota rasgue algo.

6 OCTUBRE 2012MU

“No hay en todo el país una sola seccionalde la UOCRA en la que los afiliados votena sus dirigentes. Están todas intervenidas”,estalla Dickanson. Pelear contra esa buro-cracia en estas tierras no es solo una cues-tión de justicia electoral: los sindicatos sonla puerta de entrada a las operadoras pe-troleras. Nadie puede obtener empleo sinpasar por ese umbral. También son el lazocon la trenza política. Dickanson confiesaque apostaron mal: apostaron a Das Ne-ves. ”Pensamos que si salía presidente nosiban a dar la personería”. Con detalles promiscuos cuenta las reu-

niones que mantuvieron con el poder polí-tico municipal, provincial y nacional. Có-mo obtuvieron 100 terrenos y bolsones decomida (“a los actos solo llevamos a loscompañeros que trabajaban en obras públi-cas”) por apoyar al entonces intendente yahora gobernador, Martín Buzzi y cómoperdieron “por confiar en un panqueque”;cómo los acusaron de jugar para las empre-sas petroleras que utilizaron el conflicto pa-ra reclamar el subsidio que el Estado nacio-nal les había retirado y lo lograron; cómopagaron un alto precio por lo que llama“errores”: dos tiroteos y el destrozo de lasoficinas de la petrolera Pan AmericanEnergy, por la que están siendo procesadospenalmente 21 de sus integrantes. Y, final-mente, cómo ahora intentan hacerlos desa-parecer “aplicándonos la política troyana”.

¿Por qué troyana?¿Viste esa película que muestra comolos tipos se meten adentro del caballopara joderlos? Bueno: eso nos hicierona nosotros. Fue lo que más nos golpeó:ver a nuestros propios compañeros trai-cionándonos.

¿Estás arrepentido?Fue necesario. Hasta el día de hoy esta-mos soportando que nos digan que lomejor es no reclamar nada, pero si se-guimos así en un par de años más va-mos a estar laburando a latigazos. Dicenque sentir el gusto de la derrota te forta-lece y bueno: eso nos toca probar a no-sotros ahora. Después del último recla-mo nos dejaron a 200 compañeros sintrabajo, estigmatizados. Pero no se tratasólo de esos 200: quieren con eso darleuna lección a todos los petroleros: el quereclama, pierde el laburo para siempre. Y

que actuar. El cáncer está, la prostitu-ción está, la droga está. ¿Cómo nos or-denamos para que esas patologías socia-les sean de menor impacto? Esa es latarea. Tiré una idea, se puede acordar ono con ella, pero que hay que hacer algocreo que está fuera de toda discusión. Ypara mí lo peor es ocultar la realidad.

Lo repitió muchas veces y no sé si logro enten-derlo: ¿ en qué sentido usa el término realidad? En el sentido de que el capitalismo esuna necesidad, porque sin capitalismono hay producción, no hay empleo.Tiene que estar regulado para que noperjudique al trabajador, pero eso nohabilita a que se reclamen derechoscon violencia.

Me perdí: no sé cómo pasamos de la prostitu-ción a Los Dragones….Hay mucha confusión. ¿Viste? Es comocuando hacés un cultivo de orina: algu-nas veces te aparece claramente un bi-chito específico y podés recetar el re-medio justo y adecuado, pero otrasveces te aparece “flora mixta” que escomo un jardín de bichos. Así es hoy larealidad de Comodoro.

Luchar para vipear

ragones. Nacieron en el Cerro Dra-gón, encendidos por la hoguera dela interna gremial que padecen los

trabajadores de la construcción. Para ellosla maldición tiene nombre: Gerardo Martí-nez, el secretario general de la UOCRA. El mismo día que conversamos con el

vocero de Los Dragones, Guido Dickan-son, la presidenta Cristina Fernández utili-za la cadena nacional para anunciar unplan de construcción de viviendas y dice:“Acá, el compañero Gerardo Martínez….” YMartinez, el sindicalista que figura comopersonal civil en las listas del Batallón 601en tiempos de la dictadura, sonríe sentadoa solo cinco butacas de Juan Cabandié, eldiputado oficialista hijo de desaparecidos.Pienso en lo que esa imagen puede haberprovocado en Los Dragones y en Dickan-son, en particular, a quien durante una lar-ga hora escuché sin interrumpir ni pesta-ñear, para que desandara el brutalrecorrido de su agrupación en busca deun solo objetivo: tener personería gremial.

ción de violencia actual que hay detrásde la prostitución es justamente ocul-tarla, la mentira, la hipocresía. Negar larealidad. Nos pasa lo mismo con el te-ma del embarazo adolescente. Hoy elEstado da todos los recursos para queeso que no pase y, sin embargo, cadavez hay más. ¿Qué está pasando? ¿Quéestá fallando? La prostitución es igual:todos nos desgarramos la ropa, peronadie hace nada concreto. Yo no de-fiendo la prostitución: yo actúo deacuerdo a la realidad en la que tengo

El intendente Néstor Di Pierro en su despacho. La doctora Judith Jozami, del área de Sa-lud de la municipalidad, propuso un polémico proyecto para reglamentar la prostitu-ción. En la tercera foto, Julio Bonzani, delegado de Migraciones, reconoce: “En esta ciu-

dad la gente cree que la culpa de todo la tiene el que viene de afuera”. El párroco Ma-rio Vidmar, en la Catedral, al lado de la imagen del santo patrono de la ciudad. ”Acáhan venido muchas dominicanas pidiendo ayuda para volver a su país.”

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7OCTUBRE 2012 MU

i Un publicista en apuros fuerauna película, uno saldría de lasala comentando: “Es la histo-ria de un idiota que terminaarruinando su vida miserable”.

Pero lo cierto es que Un publicista en apuroses un libro sobre la sociedad de consumo yuno al terminar de leerlo piensa: “Es unahistoria que nos seduce a buscar una hipó-tesis sobre la duración del infierno”.

Todos sabemos que la crítica –cuandono cae en el elogio o en el simple desglosede los elementos que componen la obra– esun arte bastardo y que hacerse una pregun-ta ridícula como “¿Qué hay en la literaturade nuestro país que no sea producto de lamasturbación mental de un grupúsculo depersonas cultas y pudientes?” hoy nos de-vuelve una respuesta inabordable; y másallá de ella hay sólo silencio.

Aguafuertes de otra clase

n publicista funciona como el relatoexagerado de una situación cuyaimagen normalizada –la nuestra– es

peor que su caricatura. El paisaje de la no-vela está repleto de personajes que danzanun cambalache sin nombre junto a la coca-ína y el gin tonic, hombres de negocios in-fieles y mujeres de negocios infieles queparticipan de un corso tóxico y que pare-cen girar eternamente en secuencias páni-cas y sin sentido. Sus cuatrocientas páginasabundan en episodios extremos –la viola-ción por parte de dos “dandys” de un mu-chacho adicto al paco en una calle de LaBoca, la aparición de unas travestis y unenano en un bar tan caro como infame, lamultiplicación de paraguas en un expendiode drogas en Constitución– que trazan, a suvez, una aguafuerte de la vida de nuestraalta burguesía, donde el consumo se justifi-ca a sí mismo y donde los personajes pare-cen no tener tiempo para hacer otra cosaque ir maquinalmente hacia delante, ape-lando a un catálogo de recursos exquisitoscomo la violencia, el falso elogio, la trai-ción, la amenaza telefónica o virtual y porúltimo al don de la pólvora, a los disparos.

Un publicista en apuros está redactado enun español de entonación porteña y no nosdeja olvidar que es un tipo insufrible el quenarra su caída en primera persona. Sin em-bargo, a través de los capítulos, resulta impo-

sible comprender las diversas psicologías yeso convierte a toda la fauna en monstruosa,porque de tanto ejercitarse en el engaño lospersonajes consiguen finalmente engañarsea sí mismos, y quizá también a nosotros.

La empatía es inexistente: los humanosaparecen próximos como si fueran obser-vados a través de una lupa y eso los mues-tra constantemente descarnados y brutales,deseosos de saciar su deseo más inmediatosin que medie ninguna circunstancia.

Otro tono del paisaje: la mayoría de losseres que componen esta trama buscan lalibertad a través del dinero, y se presentancomo personajes que tienen tiempo parameditar sobre el amor o la libertad porqueen la habitación de al lado una o dos es-clavas les están limpiando las medias.

Un progresista cansado

e su autora, Natalia Moret, valemencionar que nació en BuenosAires en 1978, que estudió sociolo-

gía en la UBA, que publicó algunos cuentosen antologías quizás intrascendentes, queno parece tener sangre de estatua y que es-ta es su primera novela, signada por algu-nos como “la novela del año”. Del estilo deesta última nos basta aclarar que su prosaes menor y que quiere pasar desapercibida,pero su tono a veces resulta hasta desagra-dable. El monólogo interior del protagonis-ta, Javier Franco, es la constante del libro yresponde a la soberbia sociología de unprogresista que, cansado de tanto carnavalde máscaras, se desviste de su hipocresía yconversa con los distintos fascistas que dansustancia a su personalidad multifacética.

Javier Franco es dueño de una empresade publicidad, es un insensible, casi nuncatrabaja, es un paranoico y es su misma pa-ranoia la que permite que el relato avance:acosado por una deuda, Franco se enterade que muere su acreedor en un supuesto

suicidio. Imaginando que otros acreedoresvendrán por él, formula una serie de hipó-tesis y delirios persecutas que lo obligaránhacia el final a exiliarse en Uruguay, dondeni siquiera un aire fresco pareciera cambiarel triste proyecto de su vida de laboratorio.

Des-generado

ecir que Un publicista en apuros co-rresponde al género de novela poli-cial, de thriller o de best-seller es

arruinar la increíble sensación de que esta-mos ante un plato único o ante una ensala-da de la literatura. A pesar de algunos co-mentarios, la influencia de Chandler o deHammett no se percibe. Moret omite sin es-fuerzo la influencia minimalista que tantobarullo hizo en nuestro pasado reciente yutiliza los episodios de acción como recur-so para que la lectura de la novela resulteinteresante y hasta divertida.

Para quienes aspiren a encontrar un parale-lismo fácil entre la cocaína y el libro: una vezadentro, es imposible salir. Y para aquellosque objeten el lujo y busquen paralelismossociales predecibles: en la novela hay un mo-nopolio. Ese unimercado es ejercido por “elpastor Amín”, un mafioso de la iglesia evan-gélica que tiene relaciones oscuras con JavierFranco y cuyo tráfico celeste lo lleva a con-quistar el comercio total de la cocaína.

En este libro de Moret la merca funcio-na como la información: todo el mundo laconsume sin preguntarse qué efectos con-lleva. Nadie pone en jaque su utilización;algunos cuestionan su procedencia o sucalidad, pero su omnipresencia hace quedance ante nosotros como el tótem másrespetado de todo este espectáculo.

Obscena Buenos Aires

sistimos entonces al relato de unasociedad farandulesca, donde elconsumo y la mentira funcionan

como métodos de supervivencia, donde laexplotación encuentra siempre el mejormaquillaje para trasvestirse y nos converti-mos finalmente en cómplices mudos de unescenario donde los seres humanos apun-talan sus vidas entre delirios y contradiccio-nes. En el manejo de estas imágenes alta-mente porteñas entendemos que la novelano sólo es un reflejo de esta Buenos Airesdensa, alucinada y obscena, sino que la tra-ma articula una cifra de la ciudad global,un canto a la propia decadencia de la ciu-dad donde lo marginal copula con el esta-blishment en un perpetuo intercambio defluidos de cuerpos, de ideas, de sensacio-nes, de productos, de relatos, de discursos.

Lejos del amor, por fuera de la literatu-ra comprometida, distanciado de toda es-peranza de cambio social, el experimentode Un publicista en apuros nos induce a lala risa desesperada.

La próxima novela de esta autora trata-rá sobre una serie de asesinatos a poetasmediocres, cuya fama les llega sólo a tra-vés de la muerte.

Mientras consumo teorías sobre la du-ración de este infierno, imagino quiénesquerrán asesinar a Moret y quiénes dejar-la con vida.

Confieso que yo todavía lo estoy pen-sando.

NATALIA MORET Y UN PUBLICISTA EN APUROS

Para algunos es “la novela del año”, para otros una aguafuerte que pinta la brutalvida del porteño que se agotó de ser progre y se quitó la máscara. Ni tanto ni tanpoco: la literatura como síntoma de una clase y una época.

El infierno de los vivos

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Diplomado en Periodismo y Comunicación AmbientalSeminario Intensivo

Equipo docente: Sergio Ciancaglini,Andrés Carrasco, Raúl Zibechi, Enri-que Vérnica, Darío Aranda, EmilioSpataro y Marcelo Giraud.

[email protected]

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Un publicista en apurosNatalia Moretdespuesdelaspiedras.blogspot.com.ar

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a vida cotidiana puede latirentre límites anormales quese normalizan: se hacen cos-tumbre. Un barrio de trabajo,monoblocks más allá, patru-

lleros quietos, una 4x4 que anda nego-ciando lo suyo, miedo en las calles de tie-rra, mafias suburbanas de alcance incierto,estructuras a las que llamar “seguridad” o“justicia” puede resultar una ingenuidadidiomática. Un territorio de batallas me-diáticamente invisibles, donde lo que sejuega muchas veces es el alma y el futurode las personas. La historia relata que el 30 de agosto

hasta la anormalidad estalló en el barrioPico de Oro, de Florencio Varela. Esa no-che un grupo de personas quemó la casade dos de los inspiradores de los primerosMovimientos de Trabajadores Desocupa-dos (MTD) que a fuerza de piquetes y or-ganización barrial salieron en los 90 a en-frentar el desempleo y la ausencia defuturo. Alberto Spagnolo y Neka Jara sonparte de quienes hoy reformulan su expe-riencia barrial en el Movimiento de Colec-tivos Maximiliano Kostecki. El movimien-to autogestiona un centro de salud, uncampo que busca alimentar a sus inte-grantes, y despliega diferentes actividadesterritoriales que incluyen el trabajo cultu-ral, productivo y de capacitaciones con jó-venes y adolescentes que rondan las lla-madas situaciones de riesgo. O sea, Alberto, Neka, el MCMK, hacen

lo de siempre: pelear por la vida. Lo cualpuede ser un asunto peligroso.

Datos sobre el paco

a situación en muchos barrios peri-féricos de Florencio Varela, del co-nurbano, del país y del continente

empieza a parecerse. “Se ve cómo funcionael tema de la droga, el paco que es la másbarata, que para algunos es fuente de traba-jo a costa de los pibes” explica el doctorValdemar Jara, abogado, vecino de Pico deOro y hermano de Neka. En el barrio losvecinos dicen, o callan según el caso, quehay cocinas de paco, lugares de almacena-miento de droga y –detrás del barrio Kiló-metro 26– una pista de aterrizaje. Las actividades del gremio dedicado a

estos menesteres parecen habilitadas porlas fuerzas policiales. “Vos ves a un tipo co-ordinando cosas en una esquina desde una4x4 y obviamente llama la atención, mien-tras la policía no hace nada”, describe Ne-ka. Por su parte, los movimientos socialescomo el MCMK organizan a los chicos, in-tentan que puedan tener actividades, reha-bilitarse cuando así resulte viable, hacercursos (de arte, de oficios, murgas, depor-tes), terminar la escuela: “Cosas que tienen

que ver con la vida”. Tal vez resulte un poco esquemático,

pero los que hacen cosas que tienen quever con la vida, tienen puntos de fricciónnotable con los que hacen cosas que tie-nen que ver con la muerte. “Nosotros, como movimiento, no lu-

chamos contra el paco. Luchamos contrala injusticia, contra la desigualdad. En to-do caso ayudamos a los pibes. Claro quevemos que el paco les revienta la cabeza,los destruye neurológicamente, y no esta-mos de acuerdo con eso, pero nos pareceque son otras las instancias que se tienenque hacer cargo. No luchamos contra losnarcos: luchamos por los pibes con nues-tro trabajo barrial y social”. Para los nar-cos y sus socios, obviamente, esa sutilezano existe y ven a los movimientos comoestorbos en su negocio territorial.

Dónde empieza la violencia

n MU se describió esta situacióncomo Terrorismo de barrio: el mie-do y la violencia a escala vecinal,

en tierras sin ley. La situación es tensa, y lahostilidad evidente entre el negocio transay sus protectores contra los movimientossociales. En este caso el señor de la 4x4,Claudio, tuvo un entredicho con un inte-grante del movimiento, a quien terminóamenazándo de muerte según usos y cos-tumbres del oficio. Por temor a que cum-pliera su amenaza, se hizo una denunciaen la Comisaría 1º, de Florencio Varela.Neka: “Nunca más hay que hacer eso”.Valdemar: “Al quedar expuesto, el tipoperdió en parte la impunidad con que semovía, y se le perjudicó el negocio”. Clau-dio redobló sus amenazas, desapareció

BARRIO PICO DE ORO, FLORENCIO VARELA

La casa de un referente de los ex MTD fue incendiada por bandas ligadas al negocionarco que disputan territorios a los movimientos sociales. ¿Qué se cocina detrás?

Pico de pacounos días, pero volvió envalentonado. Allíel barrio se enteró de que el hombre de la4x4 había denunciado a Alberto por abu-so sexual de una menor. “Con el correr de los días descubrimos

que es una técnica que usan en muchos lu-gares para sensibilizar al barrio contra unapersona, especialmente militante de movi-mientos sociales, con la idea de que lo lin-chen. Sólo en Florencio Varela sabemos de 5casos similares”, detalla Valdemar. Neka:“Además la denuncia se refería a un día yuna hora en los que Alberto estaba hacien-do un trabajo comunitario con muchos veci-nos. Porque lo vieron ahí y porque lo cono-cen de años, todos se dieron cuenta de queera una maniobra contra el movimiento”. Las amenazas continuaron hasta que el

sujeto y unas 20 personas más “la mayo-ría no era del barrio” llegaron hasta la ca-sa de Spagnolo el 29 de agosto, rompieronlos vidrios y saquearon parte de sus cosas.El MCMK ni contestó, ni se fue. La casaquedó preventivamente vacía. Un día des-pués los mismos agresores trataron de le-vantar al barrio contra Alberto, no lo lo-graron. Y esa noche quemaron la casa. “Nila policía ni los bomberos aparecieronhasta que estaba todo perdido” dice Neka.“Fue zona liberada total”.

Los jóvenes en la mira

esde aquel momento el Movi-miento de Colectivos movilizó albarrio. Unas 500 personas partici-

paron de un acto “para no dar marchaatrás ni entregar el lugar”. La trayectoriade años facilitó que el Movimiento fueserecibido por un ministro nacional y otroprovincial (prefieren no mencionarlos).Ante el cúmulo de denuncias contra la Po-licía Bonaerense, y la inacción judicial, semovilizó a gendarmes al lugar. La CTAparticipó en las asambleas barriales y de-nunció la situación, al igual que un cúmu-lo de agrupaciones barriales que plantea-ron en un comunicado: “Desde hace untiempo en Florencio Varela, las organiza-ciones sociales que día a día caminamos ytrabajamos en el partido, venimos sufrien-do ataques de bandas delictivas con am-paro policial y político que intentan apo-derarse del territorio donde desarrollamosnuestra actividad”. Denuncian espionajepolicial, persecuciones, accidentes miste-riosos, amenazas. La supuesta denuncia contra Spagnolo

fue velozmente desechada. Por las agresio-nes y la quema hay tres personas denun-ciadas, que permanecen en libertad. Neka:“El propósito de esta gente es disputar ycontrolar estos barrios, pero sobre todo esuna pelea por los jóvenes, para volverlosconsumidores y ampliar el mercado. Parasubordinarlos, y usarlos como mano deobra tumbera, reclutada para robar”. Esotra índole de problemas que el que per-sonas como Neka enfrentaban en los pi-quetes o en Puente Pueyrredón, pero semantiene una conducta permanente: eltrabajo barrial que implica también asam-bleas, rondas de pensamiento, debates so-bre la convivencia y sobre la existencia.“Por eso no nos enganchamos en una con-frontación directa. No estamos en luchacontra los narcos. Lo que queremos sonespacios de rehabilitación para los pibes,y de construcción para todos. Donde lagente, donde todos nosotros, podamospensar la vida de otra manera”.

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9OBTUBRE 2012 MU

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son las semillas transgénicas ya aprobadasen el país. Diez de ellas durante el últimoaño. Estas nuevas semillas, como la IntactaRR2 de Monsanto, obligaría a los productoresa pagar regalías de por vida, y limitará el lla-mado Uso Propio: guardar semillas para la si-guiente cosecha.

de los suelos de Argentina, Brasil, Uruguay,Bolivia y Paraguay son dedicados a la soja.En Argentina la cifra alcanza al 59% y latendencia es que crezca considerablementeen los próximos años.

Es el nuevo veneno de las semillas transgé-nicas. Los experimentos del glufosinato enanimales provocaron efectos “devastadores”:desde convulsiones hasta muerte celular enel cerebro y malformaciones en el sistemaneurológico.

pesticidas van a desaparecer del mercadoeuropeo por orden de las nuevas normas dela Unión Europea. Sin embargo, Bayer inau-gró en Alemania una planta de glufosinatopara exportarlos a países que no pertenez-can a ese continente.

Genética de la corpo

10 OCTUBRE 2012MU

n la mesa del bar han dejadouno de los diarios que los clien-tes pueden leer mientras tomanalgo. Andrés Carrasco lo señalay dice: “El problema no es sola-

mente desarmar el relato de Clarín, derrotar-lo, cosa que ojalá se logre. Si la Ley de Mediostiende a democratizar la información, a repar-tir la palabra, hay que saber qué hacer y quédecir una vez repartida la palabra”. Llega el cortado en jarrito y este científi-

co, director del Laboratorio de EmbriologíaMolecular de la UBA, continúa: “Entoncesla cuestión no es desarmar el relato de Cla-rín, sino el relato sobre cómo el país estásiendo utilizado por un conjunto de corpo-raciones frente a las cuales el conflicto conClarín, puede resultar hasta intrascendente,o menor, en una situación en la que esascorporaciones globales obtienen el controldel uso de la riqueza, de los recursos natu-rales, y de la soberanía”. Dice Carrasco que hay una pregunta

que le ronda la curiosidad hace tiempo: “Sise derrota a Clarín, cosa que reitero queapoyo, ¿cuál va a ser el relato sobre estasotras corporaciones? ¿El gobierno va a en-frentar o al menos a discutirle a BarrickGold, o a Monsanto? ¿Se va a plantear el te-ma del uso de la tierra y de quién toma lasdecisiones sobre nuestros recursos?” Aún no ha tocado el jarrito, aleja el dia-

rio a otra mesa, y agrega: “Y ojo: estamoshablando de las corporaciones que sondestituyentes desde siempre. El caso másreciente fue el golpe en el Paraguay”.

Lo último en venenos

ndrés Carrasco realizó las investiga-ciones que demostraron en 2009 losefectos nocivos del glifosato sobre la

salud humana (malformaciones, daños neu-rológicos) y este mes publicó en www.lava-ca.org un trabajo titulado Glufosinato, unnuevo veneno, en el que alerta sobre el usode flamantes semillas transgénicas que con-vierten a los cultivos en resistentes no sólo alglifosato, sino a otras sustancias, como el glu-fosinato de amonio. “El glufosinato es com-probadamente peor que el glifosato. Esto de-muestra la inconsistencia de la tecnología delos transgénicos, con productos que son cadavez más ineficaces y obligan a sumarles sus-tancias cada vez más peligrosas”, explica Ca-rrasco. Detalla, también, que los experimen-tos del glufosinato en animales provocaronefectos “devastadores”: desde convulsioneshasta muerte celular en el cerebro y malfor-maciones en el sistema neurológico. “Distitintos informes, uno reciente de la

empresa Baxter por ejemplo, muestran queel glifosato ya fue. Por eso están probandotransgénicos con resistencia al glufosinato ytambién al dicamba –otro que se probó tre-mendamente tóxico– y al 2,4-D que es pa-riente del Agente Naranja”. El Agente Naranja (que incluía un 50%

del 2,4-D en su fórmula) fue elaborado, en-tre otras firmas, por Monsanto. El suyo era

LOS PELIGROS DEL MODELO MONSANTO SEGÚN ANDRÉS CARRASCO

“Monsanto va a conducir el proyecto agrícola del país”, asegura. Y advierte sobre las consecuencias políti-cas, sociales y económicas de este modelo que impulsa la privatización de las semillas, la concentraciónbiotecnológica y el monocultivo como proyecto regional. Una conversación que relee en clave de futurotemas que van desde la batalla contra Clarín, el golpe a Lugo y un nuevo veneno: el glufosinato.

Eel más efectivo como desfoliante. Se lo uti-lizó para destruir zonas de la selva vietna-mita y los cultivos de los campesinos du-rante la guerra de los 60 y 70. Los datos sobre muertes y nacimientos

con malformaciones causadas por exposi-ción a estos agentes son imprecisos, perosiempre masivos (se llega a hablar de400.000 muertes y 500.000 partos de bebéscon malformaciones). Los venenos aún hoycontaminan ríos y suelos de aquel país. Reflexiona Carrasco: “La tendencia es a

producir transgénicos resistentes a más ypeores herbicidas, para lograr la eficaciaque el glifosato ya no tiene. Y estas nuevassemillas, como la Intacta RR2 de Monsanto,son patentadas por la empresa que, con elaval del gobierno nacional, obligará a losproductores a pagar regalías de por vida, ylimitará el llamado Uso Propio, que permi-tía que cualquier productor pudiera guar-dar semillas de las plantas para la siguientecosecha. En cambio ahora, al vender susgranos, se realizará un test muy sencillo pa-ra comprobar si la semilla es transgénica ysi el productor está pagando por la patente.Y si no es así, pueden mandarlo a juicio”.

Para entender el rompecabezas

oticias de las últimas semanas, se-gún la lectura del doctor Carrasco:

“La Presidenta anunció en Nueva Yorkque Monsanto le comunicó que hará in-versiones en la Argentina, que incluyenuna planta en Córdoba, y dos instalacio-nes experimentales en Río Cuarto y Tu-cumán. Dicen que son por 1.500 millo-nes de dólares”. “Al mismo tiempo, la Secretaría de Agri-cultura anunció la aprobación de la nue-va semilla de Monsanto, Intacta RR2. Esel ‘evento 27’, o sea que 27 semillas trans-génicas han sido aprobadas en el país,10 de ellas en el último año, lo cualmuestra una tendencia. Y 5 de esas 10combinan resistencia al glifosato y alglufosinato de amonio”. “El ministro de Agricultura fue a una reu-nión de Monsanto en Puerto Madero y,bajo los logos de la empresa, habló de es-ta tecnología señalando que van a cam-biar la Ley de Semillas para evitar el UsoPropio por parte de los productores”. “Todo esto ocurrió simultáneamente aljuicio en Córdoba por el caso de Ituzain-gó, donde por primera vez se condenó aquienes fumigaron junto a ese barrio,ocasionando cientos de muertes y enfer-medades. O sea: mientras se producía lacondena, el gobierno y la empresa hací-an anuncios impactantes”.

Los germanos sean unidos

arrasco no cree que esta secuen-cia sea casual: “Hay una decisiónpolítica de abrirle las puertas a

Monsanto y facilitar su intervención enterritorio argentino. Digo intervención, yno me parece exagerado. Monsanto, enrealidad, va a conducir el proyecto políti-co agrícola del país, compartido con elcartel de 4 ó 5 empresas de las cuales esla principal. Habrá un poco para Bayer,para Syngenta y Dow Chemical. La úni-ca de las globales que todavía no está enArgentina es BASF (de origen alemán),que este año se renunció a seguir desa-rrollando transgénicos en Europa”. El caso resulta interesante: BASF aban-

donó sus desarrollos de papa transgénicadebido "a la falta de aceptación de la bio-tecnología vegetal en muchas partes deEuropa, por parte de la mayoría de losconsumidores, agricultores y políticos",según el vocero de la empresa StefanMarcinowski. ¿Fin de la historia? No. El vocero

anunció: “Nos concentraremos en losatractivos mercados para la biotecnolo-gía vegetal de América del Norte y delSur y del creciente mercado en Asia”. Uncaso similar que menciona Carrasco: Ba-yer retiró de Europa su herbicida Libertya base de glufosinato “que ya fue califi-cado como peligroso por provocar mal-formaciones e incluido en la lista de 22pesticidas que van a desaparecer delmercado en base a nuevas normas de laUnión Europea. Sin embargo Bayer inau-guró en Alemania una planta de glufosi-nato para exportarlo a países fuera de laUnión Europea”. Cada quien puede intentar adivinar a

qué países venderán ese producto que losalemanes prohíben puertas adentro.

Chanchos o autos

arrasco fue Subsecretario de In-vestigación Científica y Desarro-llo Tecnológico del Ministerio de

Defensa, en tiempos de Nilda Garré. Susinvestigaciones en la UBA sobre los efec-tos del glifosato desataron polémicas enel propio gobierno, al cual el científicorenunció. “Me parece que hay una contraofensi-

va de las empresas, que durante bastantetiempo buscaron tener poca visibilidad.Uno percibe una operación mediáticaenorme con respecto a la bondad de losproductos y las nuevas semillas. Además,abarcan cada vez más etapas del procesocomo productoras de paquetes tecnológi-cos, patentes, insumos, y seguramentetambién integrando pooles de siembra,acopio y transporte. De alguna manerase puede pensar que las empresas mane-jarán en la práctica el Plan AlimentarioNacional, con apoyo del Ministerio deAgricultura”.Lo nuevo, además, es la instalación de

plantas para agrocombustibles: “Si la sojano se puede vender como harina o comoporotos para chanchos, se venderá comobiodiesel”.

“Estas corporaciones siempre quieren más. Lovamos a ver en los próximos 10 años. Lo quecreo es que estas empresas quieren gobernarel país. No poniendo un presidente, pero símarcando la agenda a la sociedad”.

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Glufosinato

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La advertencia

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terreno del control de medios, y es muy im-portante que se logre una democratizaciónen ese sentido. Pero yo siento que es lo quedecía Pierre Bordieu: medios como Clarínson la parte dominada de la clase dominan-te. El tema será cómo encarar la situacióncon las grandes corporaciones”.

Pero por lo que usted mismo dice, el gobier-no no parece en conflicto con esas corpora-ciones globales. Para mí es un error. Según la experienciahistórica agregada a lo que pasó en Para-guay, estas corporaciones siempre quie-ren más, siempre van por más. No esque el gobierno vaya a poder seguir ennegociación permanente. Lo vamos aver en los próximos 10 años. Lo quecreo es que estas empresas quieren go-bernar el país. No poniendo un presi-dente, pero sí marcando la agenda a lasociedad. Tampoco creo que el gobiernohaga esta alianza “de mentirita”, y queen realidad está agazapado como un ga-to esperando el momento para saltarleencima a Monsanto para cortarle la yu-gular. No parece. Y estas empresas no sedejan cortar la yugular. Y creer que unolas tiene con uno, metidas adentro, es co-mo lo del zorro en el gallinero: ¿cómo losacás? Somos todos grandes, sabemosque estas corporaciones así como derro-can presidentes, no son saciables. No tequieren. No son tus amigas.

11OCTUBRE 2012 MU

fuerza que se pueda. Y las transforma-ciones vienen de lugares que no estánen cada uno de nosotros, de los que re-sisten, sino de cuestiones que a lo mejorhoy no son visibles. Nadie hubiera ima-ginado el 2001, ni se puede predecir loque va a ocurrir. Y tampoco las cuestio-nes son estrictamente nacionales, o in-ternas. Muchas veces pueden confluirelementos regionales, o etapas nuevasdel pensamiento planetario”.

Silencio en la mesa. Creo que Carrasco está hablando de

nuevos estilos de pensamiento que hoypueden parecer minoritarios (como lo erahablar de derechos humanos hasta hacemuy poco tiempo). No alcanzo a preguntar nada, cuando

dice: “Doy vueltas alrededor de la pregun-ta... lo que yo creo es que uno deberíaconfiar en que apostando a discutir e in-terpelar la raíz de ese modelo, se van a ircreando las condiciones para que esa raízse debilite, al menos en un nivel de con-ciencia. Y en algún momento esa nuevapercepción de las cosas se va a desparra-mar a gran parte de la sociedad y de lacultura, por razones que uno no conoce”.

Qué carajo estamos haciendo

onsidera Carrasco que el cuestiona-miento no debe ser para controlaral modelo corprativo, sino para de-

rrotarlo. “La derrota al relato de las ventajasde estas tecnologías científicas, farmacéuti-cas o lo que sea, es pegar en el argumentoen el que la tecnología se dice necesaria, vir-tuosa, símbolo de progreso y desarrollo”. El tema es entender las cosas en ese lugar

que uno eligió para resistir, dice Carrasco.“No para conducir multitudes, sino para re-sistir. El problema sobre cómo se construyeun sujeto político que lleve a la transforma-ción, es algo que nadie puede predecir. Pen-sar en construirlo desde el poder siempre esuna apuesta escabrosa. Es algo que surge dela sociedad. Siempre hay momentos en queesos sujetos políticos se reducen, y otros enque se expanden. No sé si estamos en unaetapa de expansión. Si es así, muchas de es-tas discusiones se irán resolviendo en elpropio accionar de estos sujetos y movi-mientos que lleven consigo la impronta, laseñal, el impacto de estos problemas”. ¿Y qué pasará entonces? Carrasco plantea velozmente una idea

que habrá que ver si resulta un pequeñoborrador del futuro. “Pasará que plantearán–de un modo que todavía no conocemos–qué carajo estamos haciendo con la riquezay los recursos, a quién se los estamos rega-lando. Por qué se los están llevando, porqué no los cuidamos y por qué no los usa-mos de otra manera, de una manera quedecidamos nosotros mismos”.

Alimento y territorio

as consecuencias son, según An-drés Carrasco:

Explotación y erosión del suelo. Ampliación de la frontera agropecuaria.Deforestación.Erradicación de poblaciones.Problemas de salud para humanos, floray fauna.

Pero para el científico el problema mayor esel del Plan Alimentario: “Las corporacionessemilleras van a tener la conducción prácticadel Plan, y un control territorial concreto. Lasplantas que piensan instalar en Córdoba yTucumán no son obras de caridad, sino quevienen a desarrollar o terminar de desarro-llar tecnologías, producir semillas, en fun-ción de un proyecto regional que la propiaMU de julio ha explicado”. Se refiere a la no-ta Patria grande y transgénica que detalla esaincidencia: sumando los territorios cultiva-dos de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguayy Bolivia, el 44% de los suelos son dedicadosa la soja. En Argentina el porcentaje es del59% (a eso refiere la palabra monocultivo) yla tendencia es a más de lo mismo. “Argentina, por recursos humanos, co-

nocimiento, territorio y estructura producti-va, puede ser cabeza de playa de todo estemovimiento de semillas transgenizadas”.

Desestabilización

Hay quien dice que como Monsan-to está en Córdoba, José De la Sotapuede convertirse en presidencia-

ble. Espero que sea una exageración –postu-la Carrasco– aunque nunca se sabe quépuede pasar con un candidato, según el di-nero que aporten para su campaña”. En la charla surge el caso del derroca-

miento en Paraguay de Fernando Lugo, enjunio de este año. “El golpe se gestó prime-ro con el desplazamiento del ingeniero Mi-guel Lovera, que dirigía el Servicio Nacio-nal de Calidad y Sanidad Vegetal y deSemillas (Senave), que se negó a aprobarsemillas transgénicas de algodón de Mon-santo, con el apoyo del Ministerio de Saludy el de Medio Ambiente. Pero toda la alian-za de sojeros y ‘brasiguayos’ fogoneada porla propia empresa termina sacando a losministros y derribando a Lugo con el juiciopolítico. Aquí tal vez no puedan hacer eso,no tienen esa fuerza, pero pueden hacermuchas cosas desestabilizadoras”. Segunda parte del razonamiento: “Creo

que los procesos de desestabilización del fu-turo, los huevos de la serpiente, son los inte-reses relacionados directa o indirectamentecon la explotación de los recursos naturales.Las corporaciones mediáticas a lo sumo sonfuncionales a estas corporaciones globales.Entonces, el gobierno pelea con Clarín en el

Andrés Carrasco, profesor de embriología, investigador principal del Consejo Nacional deInvestigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y director del Laboratorio de EmbriologíaMolecular. Fue el primero en confirmar el efecto letal del glifosato.

Mientras tanto Carrasco enumera algunosde los rasgos del presente: un dominio terri-torial del monocultivo (con todas sus con-secuencias ambientales, sociales y econó-micas), privatización del conocimiento,concentración cada vez mayor de tecnologí-as, recursos y riquezas, el uso indiscrimina-do de transgenes que no se sabe qué ries-gos implican, y el silencio científico ymediático alrededor de toda la cuestión.

Pensar el futuro

Cómo se sale de esto? “La respues-ta es difícil. En general, de los labe-rintos, las sociedades salen por arri-

ba. Supongo que tiene que ver con la ideade ‘acontecimiento’ de Alain Badiou. Haymomentos de resistencia, donde pareceque sólo se resiste hasta que en un momen-to algo pasa”. Sigue pensando Carrasco: “No es malo

que haya una acción de los políticos, loscientíficos o los escasos movimientos endefensa de los recursos, escasos en relacióna la movilización social que tendría que ha-ber en estos temas, creo yo. Escasos, pero ala vez importantísimos”.

¿Alguna pista sobre qué hacer?Mi impresión es que hay que tener lapaciencia oriental de sostener el nivel decuestionamiento al relato vigente, con la

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Quién es El Otro?Tanto el sindicato de filósofoscomo el de las ciencias socia-les han debatido el tema,aunque no siempre tuvieron

la gentileza de aclararnos sus conclusionesa Los Otros. Para los europeos El Otro es elno europeo, de ser posible sudaca y mejoraún africano. Para los norteamericanosdepende de la temporada: árabes en oto-ño, vietnamitas en los 60, comunistas enliquidación, hay ofertas de afganos, co-lombianos, iraquíes o mexicanos para to-da estación. Durante buena parte de lahistoria (incluyendo la autodenominadaModernidad), la Mujer fue algo así comoLa Otra, ubicada debajo o detrás de ElHombre.

Para Borges El Otro era él mismo másjoven, en un sueño, aunque tal vez ese jo-ven era quien lo soñaba a él.

En Argentina El Otro puede ser, porejemplo, Waldemar Cubilla. Lo conocí enla cárcel, donde fue hospedado durante 9de sus 30 años de vida, la última vez porrobo a mano armada. Ahora estamos enla villa La Cárcova, construida sobre losbasurales de José León Suárez, y distingui-da por Canal 13 como “la villa más temi-ble del conurbano bonaerense”, según unautodenominado “informe” que compitecon los mejores momentos de Peter Capu-sotto y sus videos.

Waldemar enumera quién es El Otro:“Negro, transa, villero, trapito, puto, cho-rro, preso, zurdo, rastrero, inmigrante, de-lincuente, boliviano, bolsero, drogadicto.Lo que te imagines. Todo lo malo lo tieneel otro”.

¿Qué es una biblioteca?

aldemar empezó a estudiar Socio-logía en la cárcel. Salió en noviem-bre de 2011. Volvió a la villa en la

que nació, que los vecinos llaman Carco-va y no Cárcova (el apellido del pintor deun clásico de todos los tiempos: Sin pan y

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WALDERMAR CUBILLA, CASI SOCIÓLOGO

sin trabajo). Se reunió con su compañeraGisela y su hijo Eros, 3 años, rulos negros,cachetes HD.

El 22 de enero de 2012, tras una serie derecorridas y charlas con los vecinos alre-dedor de la canchita del barrio, Waldemarse puso a construir un rancho de unos 3metros por 2, junto a su amigo Mosquito,quien venía de varias temporadas de pri-sión por sus iniciativas en la piratería delasfalto y las salideras bancarias. Cada vezmás flaco, Mosquito.

Waldemar construía el rancho buscan-do maderas, aglomerados, chapas, alfom-bras viejas. “Lo que hace vivir al barrio: labasura”, dice. Lo empezaron a rodear loschicos de la villa.

-Negro, ¿qué estás haciendo?-Una biblioteca. -¿Qué es una biblioteca? -Un lugar donde hay libros. Los chicos reían y corrían a contarles a

sus mayores. “Los chabones adultos me-dio que tampoco sabían qué es una bi-blioteca” (como ocurre, en esencia, con lamayoría chabona que vive en urbes,countries & afines). Waldemar: “Muchoscreían que quería instalarme a vivir ahí.Pero yo ya había hablado con los vecinosy con Carlos, que tiene hace nueve añosel santuario del Gauchito Gil y San LaMuerte. Me puse al lado suyo para hacerla Biblio. Nuestro proyecto era alfabetizaradultos, como hacíamos en la cárcel conmuchos de los cumpas. Pero estábamostodo el tiempo rodeado por los pibitos: ElPelado, Héctor, Kevin. Nos miramos conMosquito y dijimos: laburemos con loschicos”.

Otra decisión compleja; dónde poner lapuerta. Podían hacerla del lado de la callede tierra, o del lado opuesto, hacia ese co-razón del barrio que es la canchita “La hi-cimos mirando a la cancha, mirando albarrio. Vinieron de un diario y sacaronuna foto desde la calle. Ni siquiera enten-dieron que la puerta estaba del otro lado.No ven nada”.

Violines & mechas

os ex convictos y estudiantes deSociología buscando en los basu-rales de José León Suárez los mate-

riales para construir una biblioteca en lavilla: podría tratarse de una gesta estram-bótica, o de un bello ejemplo de promo-ción social con violines de fondo en el no-ticiero del mediodía.

Pero no. “Nosotros elegimos estudiar Sociología

sabiendo que nació como una herramien-ta de dominación, una disciplina de lasélites en Europa para entender a los ne-gros que empezaban a gritar, para apren-der a manejarlos, a controlarlos. Lo mismoque Antropología. ¿Pero qué pasa si un pi-be se forma en la Sociología desde el otrolado, desde el lugar del observado que ob-serva al observador? ¿Por qué no estudiarSociología desde los márgenes? Nosotroslo que queremos es hacer de la realidadalgo distinto”.

Otro detalle: nada de lo que planteaWaldemar sobre su tarea en el barrio estáteñido por palabras como “solidaridad”,“abnegación” y otras igualmente cristia-nas. Todo surge del interés y el entusias-mo por hacer algo: “No puedo quedarmequieto. No me voy a instalar delante de untelevisor, o ir solamente a trabajar. Eso mehace sentir muy vacío. Lo que quiero esestar acá en la cancha, y hacer cosas, en-cender mechas”. La cancha es el mundo yes la vida, donde siempre se juega un par-tido tenso con la muerte.

Desaparecido en la basura

n José León Suárez el paisaje es debasurales históricos. Siempre pue-de leerse a Rodolfo Walsh y su

Operación Masacre sobre los fusilamientosde peronistas en 1956. Actualmente el CE-AMSE deposita 17.000 toneladas diarias debasura porteña y bonaerense que formancordilleras de unos 18 metros de altura.

Todos los días, unas 1.000 personas sonautorizadas a correr hasta allí para cirujeary salir a vender lo que se encuentre. Enmarzo de 2004 un chico de 15 años, DiegoDuarte, andaba por allí con su hermano,fuera de horario. La policía lo detectó. Elchico se escondió entre la basura. Comono podían llegar hasta donde estaba, orde-naron que una topadora volcase basura so-bre el lugar donde se había ocultado. Así,sumergido en la basura, Diego se convirtióen otro desaparecido en democracia: nun-ca pudieron encontrar su cuerpo.

Teoría de la flor de loto

ara Waldemar no fue difícil leer aFoucault: “Yo leía Vigilar y Castigaradentro de la cárcel, loco. Habla del

panóptico (las torres de vigilancia) y yo lotenía ahí adelante: las prácticas de domina-ción sobre nuestros cuerpos”. Mosquitosostenía que los desaparecidos actuales sonlos presos. Por eso el Centro UniversitarioSan Martín (CUSAM), creado por la Univer-sidad de San Martín, bautizó su centro deestudiantes Azucena Villaflor, por la funda-dora de Madres de Plaza de Mayo.

Cuando todavía estaba en la cárcel, en2009, Mosquito había explicado a MU supropuesta académica: “Antes que estudiarDerecho y ser abogado, prefiero seguir sien-do chorro: los abogados roban almas. Se pue-de construir de otro modo. Siempre piensoesto que hacemos como la flor de loto, quees capaz de crecer del barro y de la basura”.

Mosquito tenía HIV. Salió de la cárcelen 2011, fue uno de los fundadores de la

Estuvo preso y en la cárcel aprendió a estudiar y a crear. Ahora en su barrio construyó una biblioteca popular paraque los chicos compartan sueños y lecturas. Trabaja y estudia sociología en la Universidad de San Martín. Tiene elmejor promedio de la carrera. Su objetivo: llevar ese conocimiento de la élite a los márgenes.

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Reciclar la vida

Biblioteca Popular La Cárcova está enFacebook y en http://bibliotecapopu-larlacarcova.blogspot.com.ar/

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agua, el gas, ahí empieza nuestro territorio. Labasura. La villa se formó arriba de la basura”.

Le pregunto cómo empezó todo. “Yo dechico trabajaba con mi viejo que era chapis-ta. La bronca era que el único día libre quetenías era el domingo, íbamos al centro deSan Martín, y estaba todo cerrado. Despuésno sé, yo tenía 8 años en el 90. En el 95 salía la cancha, como decimos nosotros, pistolaen mano, a ver qué pasaba del otro lado dela avenida Márquez, del otro lado de la Pana-mericana o de la General Paz. Íbamos allátambién por un código: no hacer eso acá”.

¿Es el tema de la necesidad, del hambre?“También es un hecho cultural. Un pibe cre-ce en la villa y parece que es hombre sólo sies chorro. Las pibas quieren andar con elchorro. Te chocás con alguien cuando vas abailar a Rescate o a Tropitango, y en seguidate dice: ‘Ojo que ando robando’, como paraque lo respetes. Entonces con la política demandarnos a los negros al fondo de la ciu-dad, se terminó armando una identidad cul-tural. ¿No viste que podés mensajear al‘2020 Tumberos’ para que te enseñen cómohablan los chorros? El pibe crece con otrosvalores, distintos al tipo del asfalto. Lo que esbueno y es malo depende de esos valores”.

Waldemar ríe: “Yo pude entrar a trabajara la Secretaría de Extensión Universitaria dela Universidad de San Martín, pero venís dela villa, vas al baño a la UNSAM, y te querésquedar a vivir ahí. Corremos los mingito-rios, ponemos la cama y nos quedamos. Sete hace un quilombo en el bocho”.

Prisión perpetua

Qué significó la cárcel? Es re loco que lo diga, pero fue im-portante para mí. Siempre me gus-

tó leer, estudiar. Pude hacerlo por estarpreso. Y al estudiar se te abren ideas yconceptos. Por ejemplo, la diferencia en-tre ser y estar. Uno dice: soy un preso.Pero después entendés: no somos, sinoque estamos presos. Había compañeroscon prisión perpetua: un día pensé quela prisión perpetua puede depender dedonde uno nazca. Lo veo acá en la villa:un pibito de 4 a 14 años parece que tie-ne el camino marcado. La carencia,criarte arriba de la basura, el patrulleroen la esquina, la madre cirujeando.

¿Pero hay posibilidad de revertir eso? Sí. A través del arte, la educación, la expre-sión, la creación. Es la única manera de co-nocerse a uno mismo. Si no, voy a seguirsiendo el negro villero, transa, chorro. Loque ves aquí es que los pibes vienen, leen,juegan, y empiezan a sentir que hay otrasformas de pensar, y otros valores. No vana quedar caratulados para siempre.

Nuevamente, la diferencia entre ser y estar.

Breve historia

l CUSAM nació del contacto deobreros de fábricas sin patrón, co-mo Ernesto Lalo Paret, de la Coo-

perativa Unidos por el Calzado, la ex Ga-tic, con el rector de la Universidad de SanMartín, Carlos Ruta.

Para Lalo la frontera entre el lado deadentro y el de afuera de la cárcel es porosa.“Adentro podía estar tu primo, tu papá, tuhijo”. La iniciativa fue la de generar fuentesde trabajo en la cárcel que canalizaran partede la producción de la Cooperativa, junto aun proyecto para reciclar envases plásticos.Los contactos favorecieron la creación de la

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biblioteca Juan Gelman, en la Unidad 48.Las lecturas y talleres derivaron en Ondasde Hiroshima, libro que reúne los poemasde varios procesados. Terminó creándose elCUSAM en el que no sólo cursan los presos,sino también los guardiacárceles. Walde-mar: “De golpe sos compañero de estudiosdel tipo que te vigila. Eso va cambiando elmodo de convivir dentro de la cárcel”.

De ese espacio nació también el grupode teatro Revolucionarte. Waldemar dirigióa dos de sus compañeros (José Castiglioney Ángel Iñíguez) en la obra El Acompaña-miento, de Carlos Gorostiza, que se pre-sentó en la propia Universidad. Y se creóluego el grupo musical Rompiendo Siste-mas cuyo nombre mutó a Rimas de AltoCalibre, que este año presentó su primerdisco en el Hotel Bauen.

Lo más importante para Waldemar fueotra cosa: “Nosotros estudiábamos Sociolo-gía, pero había muchos cumpas que ni sabí-an leer y escribir. Recibían papeles de sus cau-sas y no entendían lo que decía. Ahí fue quenos pusimos a hacer alfabetización con ellos.Era un modo de hacer algo útil. Un día, yaafuera, me encontré con uno de los pibes quetambién había salido. Me iba a agendar en sucelular y me dice ‘No, escribir Waldemar esmuy difícil, tanto no aprendí’, pero lo que yoveía era el agradecimiento del chabón. Ahíme di cuenta de que valía la pena. Para mi al-fabetizar es hacer sociología en serio”.

Mosquito y su teoría de la flor de loto.

Cámaras y seguridad

os ojos de cada persona son órganosde transmisión de un ejercicio com-plicado: cómo se miran las cosas.

Sostiene Waldemar: “Prendo el televisor.

Biblio en 2012 y se convirtió en asador ofi-cial del grupo. “No sé qué miércoles hacía,de qué vivía, iba y venía”, dice Waldemar.Mosquito pudo ver la flor de loto que ayu-dó a cultivar, pero murió en abril de 2012:“Atragantado por el catarro”, explica Wal-demar. Uno de los chicos escucha de quiénhablamos, y dice: “Aguante Mosquito”.

Un cuento

hora forman parte del grupo de chi-cos –todos entre 7 y 10 años– Héctor,Mati, Andrés, Kevin, Jaqui, Dilan, Jo-

aquín, tres Dani, dos Braian, Naiara, Sheila,Sofía, Milagros, Mica y El Pelado, que esuno de los cuenteros: participa del taller dela Biblio cuyo cuentero mayor es José LuisGallego. Mientras Waldemar atiende a unavecina, y los chicos dibujan con lápices vie-jos de colores, relata El Pelado:

“Había una vez un hombre que teníauna gallina. Tenía varias. Pero a ésta lamaltrataba. Entonces la tiró, y la agarróun vecino que la trataba bien. Y despuésla agarró de nuevo el primero, y despuésel otro. Al final la gallina puso un huevode oro con el que la trataba bien. Pero co-mo los vecinos se peleaban todo el tiem-po, vino la policía, se llevó la gallina y elhuevo de oro. El cuento lo hice porquehay que aprender a compartir. Si no, vie-nen los de afuera y nos comen fritos”.

2020 tumbero

aldemar mira a su barrio: “Donde nohay más nada, estamos nosotros.Donde termina el asfalto, el tren, el

A la izquierda, Waldemar y siete de los integrantes de la Biblioteca Popular La Carcova,con sede en un rancho que construyeron juntos en la villa, mirando a la cancha y juntoal santuario del Gauchito Gil. Su idea original de alfabetizar adultos, como había hecho

en prisión, la desbarataron los propios chicos al entusiasmarse con un taller de cuentosy otro de apoyo escolar. “La idea es que ellos mismos formen a otros chicos”. El otroproyecto sigue en pie: “En la cárcel aprendí que alfabetizar es hacer sociología”.

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Donde el cronista ve un trapito peligroso, yoveo un pibe sin trabajo. Donde ven robo, unove una alternativa, una salida. O exclusión ymarginalidad. Y donde ven inseguridad… pa-ra mí no hay lugar más seguro que la villa”.

Waldemar se pregunta si no es inseguri-dad que un chico esté pidiendo en el tren, oque otro muera enterrado en la basura.“¿Ves? Para eso me sirvió la Sociología. Paraleer de otra manera lo cotidiano. Acá vinie-ron funcionarios del municipio. Juntaban ala gente, a los pibes. Y rifaban pelotas. Había100 pibes, daban 10 pelotas. Yo veo al fun-cionario y digo: ¿qué hace este pelotudo?Está alimentando una relación de domina-ción. ¿Cómo rompo con eso? Con la Biblio,que nunca se me hubiera ocurrido sin hacerese estudio. No hubiese podido ver eso deque ningún pibe nace para chorro o ningu-na piba nace para puta”.

Ojota

aldemar ya ha tenido oportunidadde participar en foros sobre seguri-dad, en la propia Universidad: “Voy

a reuniones con funcionarios de la provin-cia o del municipio. Y hablan de nosotros,los villeros, los negros, desde afuera de no-sotros. Por eso meten a la Gendarmería,cuando ven que la Policía Bonaerense yano sirve para nada. El concepto es sitiar alas villas con la Gendarmería. Y la otra eraque hablaban de poner más patrulleros ymás cámaras apuntando a las villas. Y yoles decía: ‘¿Les parece que la seguridad pa-sa por ahí?’ Porque cualquiera sabe que elprimer allanamiento que hay que hacer esen las comisarías. Pero el chabón del muni-cipio me dice: ’vos no podés decir que noes necesario que haya más patrulleros y se-guridad’. Le expliqué que hablamos de otracosa. Esto que hacemos con la Biblioteca esseguridad. Si los pibes tienen otra posibili-dad de acceso a espacios, el objetivo es queaunque sea uno de los chicos no caiga encana. Y si uno de estos pibes no cae en ca-na, es un hecho de inseguridad menos”. Lodice alguien que sí cayó.

A 20 metros, nos miran los gendarmes.“Es medio jodido. Uno no sabe para quéestán. Se supone que cuidan el camión delMinisterio de Salud, que por lo menos acer-

ca algunos médicos. Pero no sé. Hay unacosa de controlarte. En general el problemacon el Estado es que muchas veces te vienecon soluciones impuestas. No te pregunta.Vos tenés frío y te trae una ojota”.

La fórmula

ena es tía de Waldemar, manzane-ra, y una de las promotoras de lamerienda en la Biblio, con leche

chocolatada que se calienta en una olla re-negrida sobre un fogón de ramas y hojas:“Si los chicos vienen, no están en la calle.Usted ve. Juegan, leen, estudian. Otra vida”.

Waldemar: “Es un lugar alternativo a laesquina. O complementario, no sé”. El ar-gumento no es moral sino práctico: “To-dos van contra el transa, pero nuestra rea-lidad es otra, el transa es primo mío yamigo de áquel, es parte de la comunidad,y al apuntarnos acá no solucionan nada.¿Por qué no se concentran en la Capital yen los delivery de drogas? Eso ni lo tocan”.

Mati me trae un dibujo colorido de unacasa. Gritan un gol en la canchita. Walde-

mar habla de otra cosa: “Lo que nosotrosbuscamos es que el pibe diga: hay faso, haypastillas, hay merca, pero también está laposibilidad de estudiar y de orientar el fu-turo para otro lado. Después se verá quérumbo elije cada uno. Pero mientras másespacio tenés, más libertad de elegir tenés”.

Para ponerlo en una fórmula: Espacio Físico + Mental + Cardíaco= Libertad de Elección.

¿Quién te define?

odo muy lindo. Pero ¿es suficien-te? ¿Puedo ejercer esa libertad deelección? (La paradoja del propio

Waldemar, que pudo estudiar porque es-tuvo preso, pero tal vez no hubiera podidohacerlo en libertad, aunque hubiese teni-do el deseo).

“Lo que estamos viendo es cómo hacerque los propios chicos pasen a ser forma-dores de otros chicos, pero con un recono-cimiento oficial y académico que les per-

lina m. etchesuri

Consiguió los materiales para levantar la biblioteca cirujeando, según es ciencia y oficioen los basurales de José León Suárez. Con alfombras viejas, Waldemar cubró el piso detierra. Les faltan libros pero sobre todo hojas en blanco, lápices de colores, sacapuntas,

ropa. Les sobran creatividad y afecto para romper círculos de violencia y de margina-ción. “Hablan sobre la seguridad o sobre la villa desde afuera. Desde aquí la realidad esdistinta”. A la derecha, los chicos con los gendarmes como fondo.

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biera que aclararlo. Acompañan el trabajoestudiantes de otras universidades, comoAlexandra, Florencia, Daniela, Gallego, Pau-la, Facu, Sofía, Julián Mariana, Marcelo. Ne-na no estudia pero abre la Biblio cada día,y reparte buena leche, chocolatada.

Vidi y Eros

aldemar es uno de los mejores pro-medios de la carrera, posibilidadpor la que nadie hubiera apostado

cuando le decían Vidi en el barrio: “El apo-do era porque me la pasaba en los videos,re vicio”. Se nota que los chicos le tienen ungran respeto, cosas de la trayectoria, y mu-cho afecto. Waldemar juega con ellos, lespasa la mano por la cabeza, hay una cues-tión de afecto explícito: “Con los pibes hayuna relación de amistad medio mezcladacon lo paterno. Aquí hay violencia, los pi-bes se agarran a piñas a full. Pero con la Bi-blio se va generando confianza. Y yo soyafectuoso con los pibes. Conozco a las fa-milias. Y además abrazarnos, saludarnos,es la comunicación”.

Otro ejemplo: “Hay que levantar la ba-sura y nadie quiere. Empiezo yo, y los pi-bes se prenden. No es un imperativo. Loque decís lo acompañás con lo que hacés.No es lo mismo que te diga que sos miamigo, que si vengo y te doy un abrazo”. Llega corriendo Eros, con esa cara de tiposerio que ponen los señores de 3 años. “Elnombre lo elegí yo, porque en la cárcel es-taba leyendo El Banquete, de Platón, don-de cuenta todo el debate sobre el amor,Eros, el impulso por la vida. Todo eso medespertó la idea de llamar así al nene”.

Dice que lo mejor que aprendió de launiversidad es que hay otros modos deganarse la vida. “Si en algún momento hu-bo gente que pudo agarrar fierros y salir ala cancha, ahora hay que ver el empujeque podemos tener a través del conoci-miento. Para ver cómo se sale de que no tedejen pasar fronteras. Están haciendo unmundo de paredes electrificadas, como enLa Cava al lado del country”.

Quiénes somos nosotros

eaparece Mosquito en la charla,con esa inquietante parábola dehaber muerto una vez en libertad.

Le recuedo que Mosquito decía: Nosotrossomos todos.

Walemar: “Claro, porque lo que charlá-bamos era que hablar de ‘nosotros’ implicaun ‘ellos’. Yo también lo puedo reproducirdiciendo que aquellos son unos chetos demierda. Pero decir que Nosotros somos to-dos primero, supera al yo, el creerte el cen-tro de mundo. Y de ahí saltamos a que nohabía que diferenciar con un ‘ellos’, porquenosotros somos todos”. ¿Será así? En esecaso, saldríamos del laberinto de El Otro,para encontrar lo que es común a todos. Esdifícil saber si semejante sueño es posible.Habrá que verlo en la cancha.

Waldemar ha sido y es muchas cosas. Al-fabetizador, Vidi, director de teatro, preso porrobo a mano armada, músico, bibliotecariode hecho, amigo, papá. Tal vez lo crucial enla actualidad sea su dedicación exclusiva aun extraño oficio insinuado por Italo Calvi-no en su libro Las ciudades invisibles, queconsiste en “buscar y saber reconocer quiény qué, en medio del infierno, no es infierno,y hacer que dure, y dejarle espacio”.

mita también que sea una salida laboral,una fuente de ingresos. Si no, lo seguire-mos haciendo todo en el barrio, pero tequedás en lo de siempre, haciendo las co-sas entre nosotros mismos. Queremosromper también esa frontera”.

La sociología, entendida como lo haceWaldemar, es otro modo de romper fronte-ras: “Las discusiones sobre nosotros las danlos doctores. Entonces hay que tener voz enese lugar donde están hablando y decidien-do sobre nuestra vida. Para que te escuchenparece que tenés que ser doctor. Bueno, nosvan a escuchar. Porque hay una cosa del li-cenciado, del doctor, de creérsela, te doy miensayo, te elogio el tuyo: una paja mental”.

Según este razonamiento “ahí se legitimaquién está en condiciones de hablar de losdemás. En nuestro caso, la sociedad moder-na lo hace a través de la religión primero, y lafilosofía y la ciencia después. Me da vueltashace mucho esa tensión entre la heteronomi-nación (ser definido por los demás) y la auto-nominación. El otro te dice ‘sos subversivo’, yvos decís que no. Te dicen ‘sos puto, transa,zurdo’. La tensión entre el que te quiere cata-logar y lo que vos decís. La validez del discur-so la tiene la academia, pero yo la veo cadavez más lejos de lo real, encerrada en sí mis-ma. Pero como tiene el discurso, nuestra voztiene que ser siempre por un acto violento,un piquete, una marcha, una toma, un robo:es otro instrumento discursivo, amigo”.

Walde quiere aclarar algo: “Yo agradezcoa la UNSAM estar laburando en un lugarque permite llevar adelante cosas como es-tas aunque todas las actividades de la Bi-blio las hacemos en tiempo voluntario”.

CONABIP o biblioteca

a Biblioteca La Cárcova viene pilo-teando una situación levementeparadójica con la Conabip (ente

que regula las bibliotecas populares): “Nocumplimos requisitos, no somos biblioteca-rios, no tenemos los metros cuadrados, niel piso de cemento. Pero somos una biblio-teca popular”, dice Waldemar, como si hu-

e casas bajas y turismo pluricultural, hay un mundo don-de la gente almuerza con la puerta abierta y todas las se-manas se reúne en asamblea, para pensar. Por sus tiras,pequeñas callecitas de tierra, habitadas de perros sin co-rrea, hombres sin auto y mujeres sin bótox, los niños sin

play corren, gritan y juegan, todos limpios, todos sucios, mientras el al-macenero charla con el cliente. Pero no de sus productos: de su familia.El rotisero, eso sí, muchas veces se queda sin nada para vender. Y en-tonces ofrece un poco del guiso que cocinó en la casa. Porque ahí no seha perdido la costumbre de compartir. Unidos hasta la muerte, los veci-nos reparten los gastos de cada funeral, cuando la economía anda mal.Y los nombres de las calles no aluden a milicos, ni genocidas, sino ahombres y mujeres que entregaron sus vidas, aun en la vejez, pensan-do en los que vendrían después. Qué utópico, qué lindo, qué maravi-lla… ¡Bienvenidos a la villa!

Tras las sombras del cinematográfico Elefante Blanco y los ficticios infor-mes de los noticieros, blancos también, la cultura villera hace alarde deuna buena vida, que jamás se dio por vencida. Pues aquí, no se nego-cia el derecho a sonreír. Quien haya creído que, en la pobreza, sólo sevive mal, pobrecito: en la puta vida conoció el carnaval.

No hace falta estudiar en La Matanza, y ni siquiera en Harvard, para ad-vertir que los barrios obreros corremos con desventaja, pero acá nadiecompra la Forbes para hacerse la paja. Porque nosotros soñamos vivirmejor, no cambiar nuestra pobreza por la pobreza de Fort. Desde ya, notenemos shoppings, ni piscinas, ni canchas de tenis, ni casas de sushi,ni tapados de piel, ni limusinas, ni personal trainers, ni paseadores deperros. Pero tenemos ferias, pelopinchos, potreros, polladas, animalescon piel, colectivos humanos y perritos emancipados. Por ahí, no pasala felicidad, ni la seguridad, ni el progreso: Dalmasso y García Belsuncetenían todo eso.

Apenas son aderezos, como la mayonesa, que jamás esconde la verdadde la milanesa, ¿no? Además de repartirla, deberíamos repensar la ri-queza. Y guarda con el buzón, si escribe la televisión, porque ningunacámara acompaña a los gendarmes cuando no entran por orden deallanamiento, sino para cubrirse del viento, con el mate y las galletitasque algún vecino les convidó. Así se nutre, la industria de la desinfor-mación: donde el capital es la muerte, el silencio se hace fuerte.

¿Todo anda fenómeno, en las villas, entonces? Las pelotas, las pelotas an-dan fenómeno porque acá no responden a ningún mercado. Van y vie-nen, por el piso o por el aire, libres, como el fútbol las soñó. Pero, por su-puesto, hay cosas que no andan bien en el presente. Y bien puedenexplicarse contando los años de un Estado ausente. Tal vez, esa sea la di-ferencia: en todos los estratos sociales, se vive bien y se vive mal, pero lasrazones de nuestra de miseria, nosotros, las podemos explicar. Cada pro-blemática villera, parte de una plataforma que no es la indignidad, sinola desigualdad. Aunque hay droga, armas y delitos, como en todos loscentros urbanos donde la exclusión se les va de las manos, las asambleaspoderosas jamás piden mano dura, ni que vuelva la dictadura, porquetodos sabemos perfectamente que no tenemos una desventaja natural, nigenética, ni moral: tenemos lastimaduras de la injusticia social.

Omitiendo ese detalle, desde la comunicación comercial, el villero sueleser el villano, con la misma liviandad que cuestionan la democracia delpueblo cubano. Pero así como jamás interpelan al bloqueo económicoque impide juzgar los verdaderos resultados de la Revolución, tampococuestionan el sistema de la crueldad, que riega las raíces de la inseguri-dad. Tal vez por eso, Fidel se vio obligado a recordar alguna vez que“calidad de vida es honor, es dignidad, es la autoestima que cada pue-blo tiene derecho a disfrutar”. Y entonces, si fuéramos capaces de ver alElefante gris, como es, advertiríamos que la mala vida nos toca a todos,antes o después.

Qué culpa tenemos las villas de esa lógica falaz, si no elegimos un Esta-do ausente, jamás. Aun en la extrema necesidad, sin nuestras cloacas,con sus olores, no hemos confundido precios con valores: acá, el gruesode la gente no vive encerrada, ni paranoica, ni alterada. Y sabe bienque intentar salvarse solo no sirve para nada.

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EL GRITO DE LA GARGANTA PODEROSA

La villa es bella

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a chispa nació cuando conocióalgunas experiencias audiovi-suales que se distribuyerongratuitamente por Internet. Noeran argentinas, pero habían

causado conmoción e, incluso, generaronmovimientos. Una de ellas fue Zeitgeist, undocumental cuya primera edición se centraen la religión como mito, los medios de co-municación, el 11-S y el capitalismo finan-ciero. En Argentina, un grupo de personasse reunió con la idea de hacer una versiónnacional, pero no prosperó. Sin embargo,sirvió para encender una idea: GermánDoin se dio cuenta de que la educación me-cería un proyecto en sí mismo. Pensaba que,desde The Wall, de Pink Floyd, no hubo enlos medios de comunicación una crítica tanfuerte al sistema educativo; algo que cues-tionara los moldes y aportara propuestas.Así, en 2009, se lanzó con una cámara semi-profesional a visitar congresos y escuelas,para llenar ese vacío. Su pareja, VerónicaGuzzo, también se sumó al proyecto. El pro-ceso para documentar La Educación Prohibi-da había comenzado.Germán Doin tiene tan solo 24 años. La

idea nació en su cabeza en agosto de2009. Saquen cuentas: sus críticas al siste-ma nacían de su propia experiencia en laescuela secundaria. Luego estudió produc-ción y edición en el ISER, hizo un curso deasistencia de cine en el Sindicato de la In-dustria Cinematográfica Argentina (SICA)y rindió el ingreso para la Escuela Nacio-nal de Experimentación y Realización Ci-nematográfica (ENERC), pero no entró. Sinembargo, ya estaba poniendo en marchasu propio proyecto.

Financiar la libertad

n febrero de 2010, Doin hizo un pri-mer avance de lo que sería el docu-mental y lo subió a Internet. Resu-

mía alrededor de 15 entrevistas que habíarealizado. Fue un disparador enorme, por-que las repercusiones no tardaron en llegar.De a poco, fue conformándose una comuni-dad que, a su vez, enriquecía la investiga-ción con nuevos aportes. Al poco tiempo, elproyecto contó dos nuevos integrantes:Franco Iacomella y Cintia Paz, también pare-ja, que sumaron sus conocimientos en co-municación y redes. Doin sintetiza la impor-tancia de este punto: “Ellos agregaron otradimensión: además de ser un documentalcon contenido bastante revolucionario, tam-bién podía ser revolucionario desde las for-mas de producción”. Juntos encontraron dos factores claves:

la licencia copyleft y el método de finan-ciación colectiva, conocido como “crowd-funding”. Doin explica: “El copyleft es unsello que nace en oposición al copyright,lo que podría llamarse derechos de autor.Nació del software libre, cuyos mentoresentienden que la mejor idea de crear unmejor software es que los programadorespuedan disponerlo para alterarlo, modifi-carlo y perfeccionarlo”. La financiación colectiva, explica, impli-

ca el aporte de personas que apoyan el pro-yecto y, a cambio, reciben algún tipo partici-pación especial. La respuesta fue increíble:La Educación Prohibida juntó la colabora-ción de 704 co-productores, que resultaronvitales para poder realizar las 90 entrevistasque tiene el film. A los dos meses de lanzar

la plataforma “crowdfunding”, el documen-tal ya contaba con el 50% de todo lo que ne-cesitaban para la producción. Y no sólo selogró financiar la totalidad, sino que se re-caudó el 108% del total, lo que equivaleaproximadamente a 56.470 euros.Otros números, al cierre de esta edición:

4 millones de espectadores en YouTube.63 mil fans en Facebook.6 mil seguidores en Twitter.Más de 450 mil descargas.Más de 700 proyecciones.

¿Los secretos del éxito? “Antes del lanza-miento de nuestra plataforma, habíamoshecho los avances del documental que con-taban claramente de qué se trataba. Ahí estáel primer elemento: sin esa comunidad quese construyó alrededor, la película no hubie-se tenido tanto éxito. Otros proyectos decrowdfunding buscan el financiamientocuando la gente no sabe sobre qué es y ahífallan. Además, esas son plataformas dondese suben proyectos, se votan, pero está des-tinada a comunidades específicas que fi-nancian. Para nosotros, iba a ser más difícilsubir nuestro proyecto ahí, porque hubierasido financiado por docentes, alumnos, gen-te que le interesara la educación, pero iba aser más acotado. El público se fue constru-yendo desde el contenido de la película,que tal vez no sabía que existían formas co-lectivas de financiar un proyecto o que haylicencias libres”.Otra pregunta productiva: ¿qué significa

que el documental tenga el sello copyleft?“Implica una serie de decisiones culturalesy políticas muy importantes sobre la pelícu-la y también sobre lo que nosotros entende-mos que es la cultura. Nosotros ponemos laleyenda: �La cultura se protege compartien-do. La lógica de la cultura libre es simple: co-mo esta película, como cualquier obra dearte, no es el resultado del trabajo de su au-tor, sino de todo lo que absorbió en su pro-ceso de formación y todo lo que lo llevó ainspirarse, ¿hasta qué punto es mía, o de los704 coproductores, o de los 90 entrevista-dos, o de los autores que inspiraron a esos90 entrevistados? Las ideas no son de nadie,sino de todos; y buscar formas legales comoel copyleft, permite e incentiva que esas ide-as se sigan reproduciendo y transformando.Con esa licencia, la película invita a la genteno solamente a copiarla, sino también a re-editarla y seguirla compartiendo. Esa es laclave para que la película se haya proyecta-do, el mismo día del estreno, de forma inde-pendiente y autogestionada, en 150 salas.Creemos que la película no tiene que serconsiderada como un producto o una obrade arte, sino como una herramienta de em-poderamiento que genere que la gente seapropie de ella. Y es más transparente nues-tro objetivo: generar reflexión sobre el tema,no vender el producto”.

El contenido

l documental está estructurado endiversos capítulos, que hilvananuna gran cantidad de experiencias

educativas no convencionales de ocho pa-íses de Iberoamérica: Argentina, Uruguay,Colombia, Ecuador, Chile, España, Perú yMéxico. Y un dato no menor: no aburre. Através de animaciones realizadas en soft-ware libre y una ficción que cuenta con laparticipación de Gastón Pauls, el docu-mental es didáctico y dinámico, lo que po-

LA EDUCACIÓN PROHIBIDA

Un documental financiado por los espectadores y delibre reproducción propone reflexionar sobre la educa-ción: qué nos enseñan y por qué. En forma y conteni-do nos pregunta: ¿de quiénes son las ideas?

Muy bien diez

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sibilita abordar la tragedia educativa quese ha perpetrado desde el Estado Absolu-tista del siglo 18 hasta la actualidad, conuna gran efectividad.

¿Quiénes son los que realmente prohíben laeducación?En la película, hay una cosa románticade decir que “somos todos”. Pero nohay una persona en particular. El siste-ma entero fue diseñado para que lasmismas personas que fueron formadasdentro de él no conciban la posibilidadde algo afuera de ese cuadrado. Hacevarias generaciones se empezó a limi-tar la posibilidad de cosas diferentes. Yeso es la posibilidad de una educaciónreal. Cuando digo real, no me refiero aque nadie deje de educarse dentro dela escuela, pero siempre y cuando tam-bién pueda educarse afuera. Si los me-canismos abiertos, libres que priorizanel interés de los niños no van a podersuceder, el aprendizaje se limita. Ejem-plo: si un chico quiere aprender algo yen ese momento le enseñan otra cosaporque la currícula lo dicta y el maes-tro es obligado por esa currícula a ha-cerla de determinada manera, ya hayun proceso restrictivo que tiene conse-cuencias. Y si eso se repite a lo largo de15 años de escolarización, indudable-mente hay cosas que el chico perdió enese proceso de la vida.

Una frase clave en la película es: “Nadie educapara la paz, sino para la competencia. Y la com-petencia es el principio de cualquier guerra”.En esa frase se esconde el objetivo: en-tender que muchos valores que la escue-la supuestamente ayudaba en construir,vinculados a la comunidad, la democra-cia, la solidaridad y la colaboración, noestán dentro de sus estructuras. Hay algoque me parece que es necesario discutiry que muchos no lo observan: los go-biernos, tanto de ultraderecha como deultraizquierda, han utilizado el mismosistema educativo. Y eso tiene que decir-nos algo. La estructura del sistema educa-tivo no está pensada para formar libre-pensadores o construir comunidades desentido, sino para bajar línea. Y dentro deella, está la competencia.

En tu opinión, ¿cuáles son las bases que es-tán forjando el nuevo paradigma educativo?Sin lugar a dudas, los elementos que vana ser parte en el futuro parten del enten-dimiento de la noción de propiedad, deestablecer una relación con la comuni-dad muchísimo más abierta y respetuo-sa. Nos está haciendo reflexionar, sindarnos cuenta, sobre las lógicas de lapropiedad privada y de pensar hasta quépunto lo que yo hago es mío o es de to-dos. La solución es empoderar a los mis-mos jóvenes y maestros para que ellosmismos encuentren la solución para esecontexto, ese espacio y esas necesidadesparticulares de ese grupo de chicos. Creoque viene por ahí.

La educación prohibidawww.educaciónprohibida.comDescarga, agenda de proyecciones yformas de colaborar.

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17OCTUBRE 2012 MU

s una de esas películas dondeel fantasma del No Pasa Nadapuede estremecer a más deun espectador ansioso. Lo ra-ro es que en Los salvajes pa-

san muchas cosas, pero estamos frente auna película que busca algo distinto, pormomentos desconcertante, y lo que recla-ma entonces es ser vista de manera dife-rente. Vayamos por partes:

1. Los salvajes es un ejemplo particularde esa famosa idea según la cual toda pe-lícula es a su vez un documental de su ro-daje; es necesario pensar la relación entreel modo de producción, la propuesta na-rrativa y el tratamiento del espacio.

2. Según su director, Alejandro Fadel ”elrodaje no solo implica la presencia físicaen el lugar, sino las ideas que se generanen torno a eso. Yo quería filmar un lugar,un paisaje, y sabía que ese lugar lo tenía-mos que recorrer caminando, entonces lapelícula iba a contar una caminata”.

3. Con esa lógica, podemos relacionarla experiencia del rodaje y algunas ideasdel director en torno a la película para en-tender, de algún modo, qué nos está di-ciendo Los salvajes:

A) Se rodó durante 5 semanas, en dosprovincias, con un equipo técnico mínimo,al estilo documental, de manera indepen-diente. “Lo que tienen estas estructuras deproducción es que todos son indispensa-bles”, cuenta Fadel.

B) La mayoría de los protagonistas ja-

más había actuado.C) Hubo un guión que casi nadie leyó.D) La trama, para Fadel, es algo acceso-

rio, una excusa para mostrar otra cosa.E) Es una película que se va deshacien-

do. Fadel habla del concepto de “purga”:algo que se va limpiando y quitando loaccesorio (trama y personajes) para llegara lo esencial.

F) Es un western al revés: el western,género norteamericano por excelencia,crea una épica a través de la llegada de lacivilización a territorios aún no conquista-dos. Los salvajes recorre el camino inverso:un grupo de jóvenes marginales (aquelloque dejó la civilización), escapan de unacárcel hacia un territorio aislado.

G) Los salvajes trata el tema de la vio-lencia, pero no por la que ejercen los jóve-nes protagonistas en la trama, sino unaviolencia histórica que ahora recae sobreun grupo de chicos. Cómo se representaesa violencia es una cuestión ética que Fa-del tuvo muy en cuenta: cuando alguien

mata filma al ejecutor y no al ejecutado,porque ese es para él la verdadera víctima.

H) Según Fadel, “la película parece es-tar contando una historia mientras va flo-tando otra. Y esa otra cosa era la combina-ción de nosotros como rodaje, y laexperiencia de los chicos no sólo como ac-tores, sino como personas”.

Los no actores

os protagonistas, que brillaron enel último Bafici y deslumbraron alcoqueto festival de Cannes, llega-

ron desde los barrios: Burzaco, GonzálezCatán, el Bajo Flores y Malvinas Argenti-nas. Son todos pibes menores de 24 años,laburantes y sin experiencia actoral. Salvoella: Sofía Brito, que es de Palermo, tiene29 años y trabajó varios años en teatro.

1. Roberto Rober Cowal, de Catán, devo-to del Gauchito Gil que lleva tatuado en elhombro derecho, trabaja en construcción.De chico estuvo en un internado de meno-res y de allí lo derivaron a Casa Joven, don-de conoció a Fadel, que estaba haciendo ci-clos de cine, a los que Rober generalmenteno asistía porque eran demasiado tempra-no. Al principio tuvo miedo y estuvo a pun-to de no ir al rodaje, pero finalmente loconvencieron. Una vez allí, no se quiso ir.Se quedó hasta el final de la película traba-jando y aprendiendo otras áreas del cine.

2. Martín Cotari, 20 años, del Bajo Flo-

LOS SALVAJES

La ópera prima de Alejandro Fadel mete en otro paisaje a los arquetipos de la vio-lencia urbana. Sus protagonistas son jóvenes que no actúan: sienten esa historia.

Cuentos de la selva

res, estudia pastelería y quiere dedicarseprofesionalmente a eso. Tipo tranquilo,había actuado alguna vez en el secunda-rio, por eso no le tenía miedo a la cámara.

3. César Roldán, el más chico y según él,el más mimado. Tiene 17 años, es del barrioMalvinas Argentinas, murguero, de familianumerosa, está terminando el secundario ytrabaja haciendo changas en la construc-ción. “Durante el estreno me sentí podero-so, la gente me saludaba y me decía: te co-més la película”, cuenta César, todavía unpoco sorprendido por la reacción.

4. Leonel Arancibia es de Burzaco, tiene23 años y está casado, esperando su pri-mer hijo. Llegó tarde a la nota porque es-taba laburando, pero por suerte pudo es-tar para la foto. También trabaja haciendochangas, según él, de lo que sea, pero enespecial como albañil. “Estoy tratando desobrevivir como pueda”, dice. Ésta es susegunda experiencia en cine.

“Necesitábamos agregar algo más actual,más documental, y por eso fuimos a buscaractores que estén frente a la cámara comonosotros queríamos estar frente al paisaje:en un estado de cierta inocencia, de pure-za”, explica Fadel, y luego aclara: “Cuandohablo de documental me refiero, más quenada, a que los actores tienen su forma dehablar, tienen sus piercings y sus tatuajes, yuna serie de cosas muy actuales que le ha-cían falta a la película para dialogar con eseotro costado más ficcional”.

El cuerpo habla

os salvajes, más que una películasobre la violencia, es una películasobre el cuerpo. Hay algo en los

cuerpos de esos pibes que se nos hace vio-lentamente reconocible, rabiosamente cer-cano, pero Fadel los lleva a un territorio aje-no, inasible, y los deja expuestos a lainmensidad de la nada, como si los expul-sados sociales encontraran un lugar concre-to y mágico en el que tienen que sobrevivir.Pero los que quedamos desconcertados so-mos también los espectadores: la funcióndel paisaje, dirá Fadel, es para alejar a la pe-lícula de cualquier abordaje o cuestión so-cial, para explorar otros lugares.

“Creo que si la película es buena, es fun-damentalmente porque ellos se expusieroncon toda su verdad. Y que no pasa por con-tar cosas de sus vidas, sino por sentir que loque estaban haciendo era verdadero. Nuncafui por el lado de �’contame’ tus historias delbarrio así hago una película�, sino que les de-cía: �vos sos el mejor actor del mundo, de-mostrámelo�, cuenta Fadel. “Si recurrí a elloses porque seguramente sabían más de algu-nos temas de lo que yo podía imaginar en elguión. Y eso no tenía que ver con la expe-riencia concreta, sino con el cuerpo. El cuer-po está curtido de ciertas cosas, de dóndecreces y cómo creces, esas cosas las charlába-mos. Y así yo fui aprendiendo mucho deellos. La película habla de cierto grupo de pi-bes que en los barrios hoy en día son un cal-do de cultivo, y esto lo hemos hablado mu-cho con ellos. No sólo eso, sino cómo sefilma esa problemática, de qué manera el ar-te interviene y la distancia que separa lo re-al, verdadero, de lo que uno pone en escena.Pienso que lo que diferencia al cine de la te-levisión es que se puede filmar de manerabella, y no digo bella porque pueda ser boni-ta la imagen, sino porque puede hacerse contoda la sutileza y la complejidad que te per-mite tener una película”.

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Los salvajesGuión y dirección: Alejandro FadelRecibió un premio en la Semana de laCrítica del Festival de Cannes.

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¿Con quién querés compartir tu mesa?Te proponemos que hagas pasar a tu casa el trabajo de campesinas y campesinos, de los trabajadores de fábricas recuperadas, el de propuestas de autogestión cooperativa.

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l sonido de La Delio Valdezes intencionadamente un ho-menaje a la música colom-biana de mediados del siglopasado. Santiago Aragón,

trompetista de la banda, explica este pa-norama actual en el que observa cómolas orquestas de todo el continente se le-vantan de sus tumbas y reaniman anti-guas cadencias: “Hay algo de revaloriza-ción de los folklores latinoamericanos.Donde antes se escuchaba rock, reggae yska; ahora se le suma cumbia, salsa, músi-ca cubana. Y nosotros, dentro de toda estamovida, somos bastante fieles al género.También, necesariamente, tenemos algode Damas Gratis, de la cumbia villera, dela movida tropical, porque no sonamoscolombiano. Tenemos un bajo eléctricoque está ahí, un bombo que está ahí pre-sente, y eso tiene que ver también con loargentino”.

Integrada por 14 músicos, La Delio tie-ne voz de mujer: Florencia Dupuy es lavocalista de esta banda que también sumacuerdas, dos trompetas, una flauta, tuba yclarinete.

Manifestando

l arte de su primer disco –realizadopor Andrés Cornejo– juega con elaroma de ese famoso cuadro del

pintor rosarino Antonio Berni, Manifesta-ción, pero donde antes se intuía la amargu-ra de un pueblo explotado: la portada de LaDelio Valdez permite distinguir en primerplano a un grupo de iniciados que sintien-do el comienzo de la fiesta, trabaja el ritmode la cumbia. Entienden como grupo, en-tonces, que hoy la otra manifestación, la deesta época, corresponde al trazado de unaescapatoria que despliegue hilos invisiblesdesde la música hacia la felicidad.

Construido alrededor de diez temas, delos cuales ocho son covers y dos invencio-nes caseras, la orquesta recupera el sonidocolombiano y lo pone al servicio de su au-tóctona vocación cumbiera.

El disco fue masterizado con la compli-cidad de Tatu Estela, uno de los tantos cri-minales que hacen al bien del ciberespa-cio, y cuyo aporte por la creación de lapágina Taringa Música! permite que nue-vos sonidos se compartan a través de lared de redes. La Delio Valdez colgó su dis-co en esa web y desde ahí puede ser repro-ducido íntegramente y de forma gratuita.

El boom Valdez

fines del año pasado, los miem-bros del grupo apuraron la edi-ción física de su obra e hicieron

mil ejemplares con los que se fueron decaravana a El Bolsón, provincia de Neu-quén. En ese pueblo, hoy paso obligadoen la ruta patagónica, cuna de hippies, deviajeros y cultivadores, vendieron 700ejemplares en 15 días. Su plan inicial fuetocar dos veces en la plaza principal, y a lanoche, agitarla en algún boliche. El efectofue instantáneo: se convirtieron en la or-questa del verano.

Las anécdotas ilustran el boom Valdez:uno de los chicos de la banda se desper-tó, luego de haber hipnotizado a una chi-ca la noche anterior, en el basural de unterreno tomado, pero rodeado por monta-ñas imposibles, mientras desde algún es-téreo sonaba el disco en el que había par-ticipado. Otro de los miembros de laorquesta fue con la muela infectada a lasalita de emergencias y se encontró conque eran sus temas los que anestesiabanel dolor de los pacientes.

Del sur al Borda

e vuelta en Buenos Aires, habien-do ganado con toda la experienciaque le da a una banda tomar por

asalto un pueblo entero, intentaron am-pliar el panorama y salieron a tocar por elconurbano; también fueron a Córdoba y aRosario. “Además fuimos a la unidad pe-nal adentro del Borda, y por los 50 minu-tos que sonó la Delio, los internos eran co-mo nosotros, estábamos todos en lamisma. Desde el tipo que estaba bailandomirando al sol hasta el guardia que estabaahí con la Itaka, moviendo la patita. Toca-mos también en el Penal de Ezeiza, en unInstituto en el Correccional de Menores. Yahora estamos por ir a Devoto”.

El muso

es pregunto una vez más por elpersonaje enigmático que les rega-ló el nombre. Responden: “Lo en-

tendemos como una musa inspiradora, unmuso inspirador, un maestro que estásiempre donde estamos. Nos transmitió al-gunos valores de la música y de la cumbiaen general que para nosotros son centrales.Es el espíritu de la banda. Nos ayuda a verla banda como una unidad bajo las ense-ñanzas de Delio Valdez. Esos valores prin-cipales y que compartimos los catorce delgrupo. En principio hacer lo que hacemoscon muchísimo respeto, humildad y sobretodo disfrutándolo. Buscar el crecimiento,nunca sentirse hecho, nunca sentirse unaestrella, saber que uno puede más y quesiempre puede seguir construyendo”.

Las enseñanzas de Don Delio, dicen,son lecciones que sirven para la vida y pa-ra la cumbia: “El Maestro Valdez nos ense-ño a creer en lo que hacemos, en trasmitirdesde la sinceridad y el trabajo el respetopor la tradición y el arte. Conocer de don-de vienen nuestras voces, para poder cre-ar libremente y continuar en esta búsque-da de quién sabe qué o dónde… pero quepor ahora tiene un porqué: la cumbia”.

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Catorce músicos le rinden el mejor homenaje al tradicional ritmo colombiano sien-do fieles al género. Música libre que se puede copiar, compartir, bailar y gozar.

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l campamento era “zarpado engasolero”, cuentan. Los jóvenesde la capilla Nuestra Señora delCarmen, de Ciudad Oculta, vi-vieron esos 19 días en Bariloche

y en 2004 a puro guiso, con un tuco que ape-nas tenía color. Emiliano Quipildor, Carlos Vi-llalba y Zacarías Fraga consiguieron, junto aotro grupo de compañeros, el viaje a puro es-fuerzo. Todos los domingos, bien temprano ysin importarles la resaca del día anterior, salí-an a vender pastelitos que ellos mismos pre-paraban. El sueño era uno: conocer la nieve.Ese viaje los marcó. La banda sonora deaquella travesía estuvo a cargo de El Roockie,Resistencia y los éxitos en español de Cy-press Hill. Se respiraba hip hop. Pero el mo-mento decisivo, en el que todo comenzó a co-brar significado, fue cuando llegaron a unescenario, al que se subieron solamente paradivertirse. Sacaron una guitarra y Quipildor yFraga comenzaron a rapear. De repente, mu-chas personas se acercaron a escuchar y, lo

que era mejor, aplaudían. Un compañero lesadvirtió que, cuando llegaran a Buenos Aires,les armaría una banda.Sin saberlo, habían parido a Clan Oculto.Así, Quipildor se transformó en Milito

y Zacarías en ZaK. Villalba, que se sumómás tarde como miembro pleno de la ban-da aunque siempre acompañó, en Carli. YCésar Gayoso, el último en llegar, en sim-plemente César. Los primeros shows fueron por el barrio.

En 2008, los convocaron para tocar el festivalCultura para respirar, en Parque Lezama. Elclick comenzó a darse a partir de ahí. ClanOculto tocó, esa tarde, con Iluminate y Dan-te Spinetta, y con un sonido que los dejó he-lados. Por si fuera poco, tuvieron el reconoci-miento de sus colegas. “Loco, dejaron elescenario re caliente”, los felicitaron. Ade-más, algo que los sorprendió: les pagaronpor tocar. Ahora ya criaron un disco que esperan

lanzar en diciembre. Se llamará Clan Oculto

Ghetto Style y contó con la producción y par-ticipación del músico Marcos Fasano, que lessumó rock, blues y hasta jazz. El vértigo del crecimiento de Clan Oculto

no es circunstancial. Rapean con un estilo yuna personalidad que confronta, desde las le-tras, el conformismo y la pasividad. Y parececomo que siempre hubieran llevado el hiphop en la sangre. Lo cuenta ZaK: “Es tu desti-no, tu historia, la que nos toca. Mi mamá fa-lleció cuando era muy chico: tenía 12 años. Yhabía un hermano de ella, que estuvo ausen-te mucho tiempo, que apareció. Lo llevé a ca-sa, le conté que hacía hip hop y se puso a llo-rar. Me dice: �Tu mamá escuchaba Jazzy Mel�.Yo no sabía nada. No sé qué sentí. Una mez-cla de emociones raras y un orgullo de decir:�Ma, estoy haciendo lo que a vos te gusta”.

Clanocultismo

us letras son fotografías del barrio.Nacen desde adentro, no las puedenforzar, brotan porque es su cotidiani-

dad. ¿Su definición? “Nosotros, de algunaforma, nos consideramos en un ghetto”.

¿Por qué?Milito: Quieren encerrarnos acá adentro.Que salgamos a la calle, la policía nos pa-re y diga: “Pibe, ¿qué hacés acá, si sos deCiudad Oculta?”. Quieren tomarte comouna persona ignorante. “Tenés un plansocial, amigo, cállate la boca y disfrutalo”,es el mensaje. Disfrutalo vos: yo no quie-ro un plan. A mí dame un laburo, loco.Acá te privan hasta de Internet, porquesomos una zona precaria donde supues-tamente tienen miedo de entrar los quetienen que conectarte. No digo que acáesté todo bien, tampoco. Pero si vos decísque está todo mal, va a seguir estando to-do mal. Si vos tenés la voz, no nos van acallar. Nosotros no somos simples villeri-tos. Yo me siento una persona común ycorriente igual que todos, no tengo ideo-logía política.

Pero sus letras son política.ZaK: Sí, pero con nuestra propia ideología,la que estamos forjando.Milito: Es nuestra propia política, que nosrepresenta a nosotros. ZaK: Nosotros somos clanocultistas: con-tamos las cosas de los clanes que estánocultos. No pensamos en salvar a nadie,no somos ejemplo. Contamos lo que ve-mos, nuestro punto de vista.

El video Noches Negras, que cualquierapuede disfrutar en YouTube, muestra acuatro personas bailando por los pasillosde Ciudad Oculta, con caretas de los ex-presidentes Carlos Menem, Fernando Dela Rúa, Eduardo Duhalde y Néstor Kirch-ner. “La idea era que, como se cagan tantode risa de nosotros, ahora nos tocaba reír-nos de ellos”, explica Milito.

CLAN OCULTO

Desde Ciudad Oculta cantan historias que revelan loque pocos quieren ver: el ghetto villero. A punto delanzar su primer disco ya son un clásico del hip hop.

Vivir pararapearla

De calles y refugios

os integrantes de Clan Oculto coinci-den en que su revolución puedenconseguirla a través del arte. Y que,

gracias a la música, hoy tienen proyectos. Porejemplo, vivir de lo que hacen. Por el mo-mento, cada uno tiene sus empleos: ZaK (23años) es electricista, Carli (23) es recolector debasura y César (24) labura en una gomería.Milito (27), por ahora, está desempleado.

En Noches Negras, hablan de la calle como laverdadera escuela, “donde se conocen los ac-tos de la gente”. ¿La educación de ustedespasó por ahí?

César: Creo que seguimos estando acáporque tuvimos calle. Cada uno de noso-tros salimos a la calle a pelearla, zarpado.Tuvimos noches de oscuridad, de soledady de pasillos, que son jodidos. Tuvimosun montón de esas calles. Es la razónprincipal por la que escribimos.ZaK: La calle es un libro para cada unoy cada libro es distinto. A mí, personal-mente, me dio vida, a pesar de todo loque viví. De guachín quedé solo, me criéen hogares. La movida de vivir en esoslugares es difícil. Yo estaba en la callecuando una señora me dijo si queríaunirme al grupo. Y me enseñó a compar-tir una mesa, brindar algo. Hasta el día dehoy soy coordinador de la capilla.

En esa canción, también dicen: “no es fácilver la salida”.

Milito: Y no es fácil. No sé si se trata de in-teligencia o de valor. No sé qué es lo quedefine el paso, pero hay muchos pibesque se cansan, loco, porque los están em-pujando a la cornisa.

Hay una fina línea que separa al que puedeencontrar la salida del que no. ¿Ustedes estu-vieron del otro lado?

ZaK: Estuve de ese lado. Y estuve solo, na-die se preocupaba por si comía o no. ¿Y siagarraba un fierro? Sería un número más.Pero esta cabecita, lo poquito de inteligen-cia y personalidad que tiene, dijo no. Milito: Encontramos un refugio en la mú-sica. Y nos salvamos entre nosotros. ZaK: A mí me salvó la vida conocerlos aellos; pero, después, la música me ayudóa explotar la vida de otra forma. Milito: Ahora si la bronca explota, la con-vertimos en canción.

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Universidad de la Concha

Mu. Punto de EncuentroHipólito Yrigoyen 1440Inscripción: [email protected]

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contrar entre los discos de todos los músi-cos. Fue un trabajo muy emocionante,agotador pero necesario, por el diálogocon los músicos. Muchos nos agradecieronque los saquemos de ese claustro en elque viven entre giras, grabaciones, salasde ensayo y por ahí no se pueden tomarel tiempo de tener lecturas del momento yentender un caso en su multiplicidad”.

Arte y dolor

a tapa de Cuerpo remite al hom-bre de Vitruvio, obra de Leonardoda Vinci. El célebre dibujo de un

cuerpo humano de acuerdo a la propor-cionalidad, asociada al ideal de belleza delRenacimiento. Mariano Lucano, dibujante,diseñador gráfico, codirector de la revistaBarcelona, profesor en La Línea Peluda, esel autor del arte de tapa y cuenta que em-pezó a jugar con la imagen delineada porLeonardo, buscando vincularse a Maria-no Ferreyra como ser humano. “Siempretrato de encontrar maneras poéticas defaltar el respeto para vincularme con eltrabajo. Si estoy ilustrando un texto, inten-to faltarle el respeto al texto y de esa ma-nera logro mi independencia, creo mi pro-pio relato. Y acá faltarle el respeto aMariano Ferreyra me pareció innecesario,no quería ponerme en ese lugar. Jugar conimágenes del Renacimiento y del Barrocoy citar a Da Vinci me parecía que era unlindo relato que yo podía agregar a cadauna de las canciones”, explica quien tam-bién se involucró desde un lazo personalen el proyecto. Lucano es amigo de PabloFerreyra (hermano de Mariano) y sostieneque ambos pertenecen a lo que denominacrudamente “el club de los hermanosmuertos”. Hace diez años Lucano perdió asu hermano menor, “no fue en circunstan-cias violentas ni políticas. Me vinculé alproyecto desde un dolor un poco raro, te-nía cierta resistencia, sufrí un poco el tra-bajo como ser humano, pero no trasladénada de eso a lo que hice, sino que laburédesde la vida. Me interesaba contar el ci-clo de la vida, donde también está la muer-te, no es un punto de partida ni es un pun-to de llegada, es un punto más en un ciclo,un ciclo coral que nunca se termina, aun-que se acaben los individuos. Pensé en Pa-blo, que está por tener un hijo y que estácon el juicio del hermano y a partir del findel juicio, va a poder enterrar a su herma-no y empezar otra etapa. No es un duelonormal el que va acompañado de un jui-cio posterior”.

Por una cuestión de edad, Aitor teníamás contacto con Pablo Ferreyra. Pablomilitaba en el Partido Obrero y llevó a suhermano a la primera marcha luego delasesinato de Maximiliano Kosteki y DaríoSantillán, ocurrido en junio de 2002. Ma-riano tenía entonces 13 años y a partir deese día decidió ser un militante. La últimavez que Aitor lo vio fue en el cumpleañosde una tía.

Está convencido de que a Mariano legustaría mucho el disco y tiene esperanzasde que la justicia actúe como debe: “Yo fuial primer día del juicio, iba a quedarmeafuera, después entré. Fue muy fuerte vera Pedraza saludándose con sus amigos.Confío en que queden adentro. Marianono fue a que lo maten, pero estoy segurode que él está en paz”.

estado en la radio por su labor como mú-sico. La idea de generar un disco por Ma-riano brotó en la cabeza y en el corazónde Aitor y compartió su intención con lagente de la radio.

La Tribu ha transitado un camino deproducción de discos: El demonio es otracosa, por la despenalización de la tenenciade marihuana para consumo personal,otro por el agua junto a organizacionesambientalistas y el CD A Bush no le va agustar, cuando fue la cumbre de Mar delPlata en el 2005. “Desde el día de la mar-cha, quedamos en contacto con Aitor y se-guimos charlando sobre esto. Una de lascosas fundamentales era dejar por senta-do a través de una obra artística algo ca-racterístico de estos tiempos, que es la re-presión estatal y nos parecía que era undesafío interesante poder hacerlo con estesistema de venta anticipada, sin ningún ti-po de subsidio”, cuenta Diego Skliar, inte-grante del colectivo La Tribu y conductordel programa La mar en coche. El título delCD surgió del propósito de que fuera unasola palabra. No encontraron otra mejor:Cuerpo. Si algo había puesto Marianoaquel 20 de octubre, había sido el cuerpo.

Autogestión en el cuerpo

a realización del disco es una expe-riencia de autogestión pura conspi-rada por Calican Groove y el co-

lectivo La Tribu. Los costos de grabación yfabricación del cd pudieron financiarsegracias al aporte colectivo: lanzaron la ven-ta anticipada a 20 pesos por CD medianteuna página web, venta en mano en recita-les, centros culturales y así lograron recau-dar lo indispensable para la puesta enmarcha del proyecto. Con esa modalidadvendieron 1.300 discos cuyos compradorespodrán tener en sus manos y oídos el 20de octubre. A partir de ese día, el valor delcd será de 40 pesos. Las ganancias serándestinadas a la Coordinadora contra la Re-presión Policial e Institucional (CORREPI).

“El asesinato de Mariano no es una bi-sagra sino una continuidad, por algo existeun grupo de abogados militante que vienetrabajando en esto y viendo la sistematici-dad del crimen. Nos parece una decisiónfuerte de este momento, incluso de una dis-cusión acerca de a qué llamamos derechoshumanos hoy”, afirma Diego Skliar.

Los catorce tracks que integran Cuerpofueron especialmente compuestos en du-plas, en la mayoría de los casos, por losveintiocho artistas que participaron. Entreellos, Manu Chao, Vicentico, Orquesta Tí-pica Fernández Fierro, Calican Groove, Pa-lo Pandolfo, Gabo Ferro, Mariana Baraj,Acorazado Potemkin, Raly Barrionuevo,Pablo Lescano, Cuatro pesos de propina,Las manos de Filippi, Os Picantes, Vientoy Goy Karamelo. Algunos músicos fueronconvocados y dijeron que no, otros no res-pondieron, otros llamaron y quisieron es-tar y también hubo quienes querían estar,pero no pudieron.

Se fabricaron 3 mil discos, en esta pri-mera etapa, pero planean más. Van a serdistribuidos en La Tribu, en puntos deventa en espacios culturales y también endisquerías. Diego aclara: “Queremos queesté en disquerías para darle trascenden-cia y un lugar entre los discos de la músi-ca popular argentina, que lo puedas en-

sería banda telonera de Soja, un grupo esta-dounidense de reggae. Recuerda que esedía fue a dar clases a Saavedra y como lle-gó temprano, hizo tiempo en una estaciónde servicio y tomó un café. Allí vio por te-levisión a la hija de Elsa Rodríguez, compa-ñera de militancia de Mariano en el PartidoObrero, relatando que habían herido a sumadre durante la protesta. Aitor se lamentópor las malas noticias. Al rato, lo llamó suprima y le contó que Mariano había sidoasesinado de un balazo en el pecho.

A un mes del crimen, durante la mar-cha de repudio en Plaza de Mayo, un mo-vilero de FM La Tribu se acercó a Aitor ylo entrevistó. Ya lo conocía porque había

allado, tímido, disfrutaba de lamúsica y el cine. Era fanáticode Spinetta, escuchaba a PaloPandolfo, Pequeña orquestareincidentes y le gustaba el fol-

clore. Un militante con ideales, que se sumóal reclamo de un grupo de trabajadores pa-ra que les devolvieran la dignidad laboral.Breve semblanza de Mariano Ferreyra, ase-sinado a sus 23 años por una patota sindicalde la Unión Ferroviaria el 20 de octubre de2010, en medio de una protesta de trabaja-dores tercerizados del ferrocarril Roca.Quien así lo describe es Aitor Graña, primode Mariano, músico, ex integrante de Virusy Juana la Loca. Desde hace seis años canta,compone y toca la guitarra en su propiabanda, Calican Groove. Desde lo que sabehacer y le apasiona, surgió la necesidad derealizar un disco por Mariano. “Un grito deesta época, una manera de decir basta des-de el arte”, define. Aitor aclara: “No es unhomenaje a Mariano, sino que es un discopor, para y a través de Mariano, para que sedestapen las ollas de los Marianos no cono-cidos que mueren de la misma forma quelo mataron a él. Este disco es político, peroapartidario y suma a la condena social. Mepareció que había que hacer algo que per-dure en el tiempo, que se sepa lo que pasa-ba en Argentina en este momento, referidoa la música y su contexto”.

Buenas y malas noticias

asi a la misma hora en que mata-ron a su primo, Aitor recibía unaexcelente noticia: Calican Groove

www.fmlatribu.com/www.facebook.com/CalicanGroove

CANCIONES A PARTIR DE MARIANO FERREYRA

Del más alláEl CD se llama Cuerpo y lo impulsó su primo, Aitor Graña. Arte en la tapa y autogestión en la producción.

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o, esto que está en todas partes no es el sexo, el sexoes otra cosa, el sexo no es, no puede ser que sea, jamáspodría serlo, no, el sexo no es lo que nos venden lasrevistas y los sitios web y los programas de televisióny los afiches publicitarios y los lugares en donde se pro-

mociona el sexo como mercancía o envase, eso es apenas un mon-tón de masturbación, de prostitución, de pornografía de góndola,deseo digitado y calculado, la puntita apenas cuando bien sabemosque el sexo es otra cosa; el sexo es el desenfreno hasta que duela orebalse, toda adentro hasta forzar los límites, toda adentro sin esca-timar nada, qué puntita ni qué foto o imagen, qué programa ni afi-che o sitio web, aquí lo que importa es otra cosa, lo que importa (oal menos lo que debería importar) es el sexo real, el sexo humanoy no esa basura que nos venden por todas partes, con chicas queparecen dibujadas de tanto photoshop, no esos pibes que no pue-den ser ciertos, no, no jodas, un asco, acostumbrarnos a eso noshace perder contacto con lo que de verdad importa, nos lleva adesear lo que no existe, a alucinar un sexo que es más masturba-ción por lo que podría haber sido que un placer real y terrenal quees el comienzo de un placer sublime y celestial, porque todo milagrocomienza con los pies sobre la tierra y todo sexo se inicia en un deseode carne y hueso y piel y aromas, en un deseo posible e infinito, yque quede claro que esto no es voluntarismo ni resignación, sinotodo lo contrario, es la libertad de afrontar el deseo allí donde sepresente, darle cabida al deseo en todas sus dimensiones, prepararal cuerpo y al alma y a la razón para el deseo, dejar que el deseovenga en cada relación cotidiana, en cada calle, en cada vecino ovecina, que se ensanche y se devore cada segundo de nuestrasvidas, peatonal y desprolijo, cabizbajo y altanero, o como sea, unsexo que sea amor, un amor que explote de deseo infinito aunquedure unas horas, un día, una semana de buen sexo, de puro sexo,de infinito sexo, de sexo revolucionario, sí, revolucionario, ¿por quéno?, debería, bien podría, porque si la mayoría de la gente estuvie-ra bien cojida, seguramente toda la sociedad funcionaría mejor ymuchos de los grandes males que nos achatan podrían desaparecero atenuarse o volverse menos crueles, tan sólo con buen sexo, quees una apuesta por la honestidad, por un deseo genuino, las ganasde sacarse las ganas sin culpas, a cojer que el Mundo no se acaba,porque que quede claro, cojiendo no se acaba nada, o sí, pero estábien, no se acaba más que aquello que nos hacía sufrir, que nosataba a la masturbación del des-deseo, a la impotencia de no sexe-ar, sí, sexear, hagamos el verbo además del amor, conjuguemos elsexo como debe ser, limpiemos la maleza, destrocemos la prostitu-ción y las siete plagas del sexo, amémonos unos sobre los otros,unos entre los otros, mezclémonos entre montones de cuerposdeseosos de cuerpos, dejemos que todos gocen, que la presidentase ensanche en mil orgasmos, que los jueces y las juezas de la Cor-te Suprema cojan con quien se les dé la gana y el deseo, que losempresarios se enamoren y que nadie (ni las botineras, ni nadie)crea en la sensualidad del poder, porque es el poder lo que empe-zaría a tambalear en un Mundo de bien cojidos y bien cojidas y sila idea del poder es menos poderosa y sin abusos, sin violaciones,sin aberraciones, sin perversiones, se acaban las metáforas y sóloqueda el sexo, oh sexo, sagrado sexo, bendito sexo, tan al alcancede todas y todos que la vida puede ser reinventada a cada instantey la revolución está al alcance de todos y la única consigna posibleno es ni “hasta la victoria siempre” ni “todo el poder a los soviets”sino algo más a mano como “a cojer que comienza el Mundo”.

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CRÓNICAS DESDE EL FIN DEL PROGRESISMO

Sexosentido

e pasan el dato de una salade teatro ubicada en plenoSan Telmo, que ocupa el es-pacio que albergó antes unazapatería. Se llama La Ran-

chería y hace las veces de centro culturalque, además de contar con hermoso esce-nario, es un espacio para la docencia, elestudio y la investigación teatral. Apenastraspaso la puerta me recibe un señorque me dice: “Yo soy un hombre de tea-tro”. El que habla es Jorge López Vidal ypara reforzar su afirmación despliega suexperiencia: fue parte del grupo funda-dor del MOTEPO (Movimiento de TeatroPopular); se fue del país cuando Menemasumió la presidencia y se radicó en Chi-le; volvió en el 2007, comenzó a compar-tir la dirección artística del teatro La Ran-chería, y formó, en zona norte, el teatrocomunitario La Brecha.

Hoy Jorge tomó la dirección artísticade la obra La historia… continuará?, unapieza de Jorge Venturini basada en el filmCaballero sin espada, de Frank Capra, quees una excusa para conocer cómo, desdelos márgenes, el teatro argentino abordael tema de los monopolios mediáticos yla concentración de la prensa en pocasmanos. “Siempre hago teatro político.Aunque siempre digo que todo teatro espolítico. Sucede que yo no disimulo”.

“Hace tres años en el conurbano norteformamos el Consejo Provincial del TeatroIndependiente. Somos 42 grupos establesque constituimos una asociación llamadaNorestada. El Consejo da auspicio para ha-cer obras. En asamblea decidimos no com-petir entre nosotros. ¿Por qué? Porque eljuego de la competencia hace que a algu-

nos le den 10, a otros 5, y a la mayoría na-da. La solución está en pedir todos parauna misma cosa. Ya vamos por el tercerencuentro. Este año hicimos 85 funciones”.

Multimedios

on la invitación a participar delTeatro por la Identidad, a Jorge sele vino a la cabeza el tema de la

apropiación de los niños en la dictadura.Esa idea inicial devino en Tú no eres mipadre, de Norberto Lewin. Se convirtió enun melodrama caribeño, con base en elabsurdo. Esta obra desopilante cuenta lahistoria de un traficante de armas que vie-ne escapando de un país centroamericanoporque la guerrilla lo raptó y decía ser pa-ralítico. Ninguna de estas dos cuestionesresultan ser ciertas. Como este buen señorno podía tener hijos, adopta una niña ba-jo una condición: una vez que la tiene enlos brazos no la puede devolver. Esta mu-jer crece y cumple 30 años sin saber queera negra. “Lo que planteamos, entonces,es cómo se es capaz de aceptar una men-tira y convertirla en verdad”.

Ahora, bajo la pregunta: ¿La política esdictada por los medios?, Jorge Venturiniformuló una versión libre inspirada en lapelícula de Frank Capra. Su creación fue unproceso colectivo. “Yo lo aclamaba, él meputeaba”, suelta el director. Venturini hizocinco versiones hasta dar con el libreto.

En la obra se mixturan varios soportes,siendo fiel a la temática del multimedio:la sala cinematográfica queda corporiza-da por una pantalla sobre la que se pro-yecta un film que se une a un escenariosemi-circular. Los actores teatrales dialo-gan con los protagonistas del film, mien-tras los espectadores se pierden en el es-cenario: no hay una frontera entreobra-público. El film que se proyecta esdel año 1939. La problemática que aborda-y que parece no encontrar solución a pe-sar de los siglos- es la lucha por la diver-sidad de las voces y la democratizaciónde la comunicación contra las mafias ylas corporaciones.

UN OBRA SOBRE LOS MULTIMEDIOS

Mirá quién habla

Se estrena en La Ranchería y cuenta la historia larga deuna batalla de actualidad: la lucha contra las corpos.

La Ranchería. México 1152 Tel: 4382-5862www.teatrolarancheria.com.arEstreno: Viernes 12 de octubre.

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ataderos es un barrio que des-borda identidad. Los frigorífi-cos, el ex Mercado Nacionalde Hacienda, la feria, el clubNueva Chicago son algunos

de los íconos que lo identifican y distin-guen. Es tal el sentido de pertenencia quesus habitantes proponen, de manera másprovocativa que real, erigir la “Repúblicade Mataderos”: el barrio como un país.

Allí, en el Parque Alberdi, uno de losmás grandes de la porteña zona sur, tienesu base de operaciones uno de los gruposde teatro comunitario que este año sopladiez velitas: Res o no res. En Mataderoshasta la duda existencial shakesperiana sepronuncia en clave frigorífica.

Es sábado, la tarde corre lenta comouna caricia distraída y las camperas en lamano, inútiles en su función, confirmanque, alto en el cielo, el sol sí la cumple. ElParque Alberdi es una invitación a tirarseen el pasto y dejar pasar los minutos, lashoras, la prisa. Allá, más lejos, en la pistade skate, los pibes se disfrutan mientrassaltan por el aire. Más acá, nenes en bici-cleta, parejas que se besan a cielo abierto,goleadores que se sienten en el Bernabéu:la multiplicidad de escenas que confor-man un parque. No hay amontonamien-to: cada cosa sucede en su lugar. Un espa-cio común es eso: la posibilidad deencuentro de partes y fragmentos hacien-do un todo.

El polideportivo de Nueva Chicago,dentro del parque, es el punto de encuen-tro de Res o no res, donde los más de 40vecinos que integran el grupo se transfor-man en actores. Es sábado: hay ensayo.

Gustavo Potenzoni es el director y unade sus funciones es estar en cada detalle.La parábola de su participación en el gru-po muestra el tipo de construcción al queaspiran: comenzó, como un vecino más,diez años atrás, y luego sus propios com-pañeros lo erigieron en coordinador. La re-pública participativa de Res o no res.

Escribiendo el barrio

i hubo algo que el grupo tiene escapacidad de acción: ya crearon yestrenaron cuatro obras, siempre

con referencias a la identidad frigorífica ymatarife del barrio: “Decimos que nues-tras obras siempre deberían tener olor achorizo”, acota Gustavo. La lista:

En 2002, tres meses después de los pri-meros encuentros: Desde el alma. Refle-jaba episodios de la historia del barrio,la fuerte impronta que el frigoríficomarcó en su nacimiento y las costum-bres que transmitió en la vida cotidiana.Un año después: Perfume Nacional, la pa-

tria dejará de ser colonia. Una indagacióndramática y musical sobre la política bri-tánica en el Río de la Plata en las invasio-nes de 1807, el empréstito de la BaringBrothers, la Guerra del Paraguay y el Pac-to Roca-Runciman de exportación de car-ne vacuna de 1933. Entre tantos otros es-pacios, llegaron a presentarla en el ForoSocial Mundial de Porto Alegre.Año 2006: Fuentevacuna. Basada enFuenteovejuna de Lope de Vega, conjugaese episodio teatral con la famosa to-ma, en 1959, del Frigorífico Lisandro dela Torre. Sobre la base de las mitologíasdel carnaval, cuenta la integración ex-presada por los trabajadores y el barrioen esos episodios históricos.2010: La Bovina Comedia, una tragediaporteña. Relata el viaje de una adoles-cente que es guiada por su abuela a tra-vés de un cementerio-parque al que hanido a parar las cosas que han dejado deser (“Las Hemos Sido”) y las que nuncallegaron a ser (“Las Nunca Fuimos”).

La voluntad como identidad

n las obras actúan 40 vecinos, queademás cantan, tocan instrumen-tos, se ocupan del vestuario, del

maquillaje, de la escenografía. Es un gru-po heterogéneo y multigeneracional: de 8a 70 años.

En el Parque, con la música funcionalde decenas de gorriones, Gustavo analizalo que él llama “un milagro”: “Puede pa-sar que un vecino deje de venir duranteun tiempo e igualmente tiene las puertasabiertas para sumarse cuando quiera. Hapasado: la gente se casa, se embaraza, se

muda, se pone de novio, se pelea. Son va-riables del teatro comunitario que, a lavez, es lo que lo hace rico. Muchas vecesnos pasa que hasta el día anterior no sa-bemos qué elenco vamos a tener. Y alprincipio eso parecía un problema hastaque lo capitalizamos pensando que es unacaracterística, porque lo que hace es agu-dizar el ingenio”.

También dice: “El teatro comunitariopermite tener identidad como ciudadanoy que un grupo, que está basado en la vo-luntad, pueda hacer y decir cosas; porque,entiendo yo, la base primordial del teatrocomunitario es la voluntad: acá vienen to-dos los vecinos en forma gratuita, nadiepaga una cuota y lo que hacen, lo hacencon ganas”.

¿Qué ocurre cuando el vecino de transformaen actor?

Cuando se llega al teatro comunitariono sabe muy bien de qué se trata. Seestá acercando porque hay un espacio,porque es teatro, porque querés expre-sarte. Pasan unos cuantos ciclos hastaque decís: “Ah, esto es teatro comuni-tario”. Yo he visto gente que ha venidoa acompañar a su pareja y dice “ni lo-co voy a actuar” y hoy está participan-do. Además, actuar no es lo único: losmaridos de las chicas, por ejemplo, ar-man el buffet o hacen el flete. Todosuma para que un montón de perso-nas sean parte del producto final. Yque haya gente que se sorprenda desus propias cualidades. Ahí es pordonde pasa la transformación: tomarconciencia de las capacidades, a vecesocultas, y que de repente empiezan aver la luz. Tenemos muchos ejemplos

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RES O NO RES

Cumplen diez años creando obras que describen la vida del barrio en su propia cla-ve histórica y social. Mataderos es el verdadero protagonista de todas sus puestas.

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de quienes dicen “no creía que podíahacer esto”. Una anécdota: un compa-ñero me dijo una vez: “¿vos sabés quenunca había actuado? Ni en la escue-la”. Y me emocionó mucho porquepensé: ¡ni en la escuela!

El éxito es poder hacer

demás de las funciones y los ensa-yos, Res o no res tiene otras pro-puestas: los jueves realizan un ta-

ller de Teatro Leído, a cargo de EstelaCalvo, dramaturga e integrante del grupodesde su inicio, en el que leen, apasiona-damente, la tercera obra del grupo, Fuente-vacuna. Ya grabaron un CD de la obra. Ylos miércoles una docente especializadaen actuación para chicos brinda un “tallerde juegos teatrales”, para niños de 6 a 12años, con el objetivo de ampliar el espec-tro transformador del teatro comunitario através de actividades lúdicas.

Los diez años son propicios para un ba-lance: “Lo más saliente, sin duda, es ha-bernos mantenido, haber producido mu-chísimas cosas: viajes, intercambios, lacantidad de gente que ha pasado, más de400. Estoy orgulloso de que nunca se ha-ya pagado un mango por participar delgrupo y que lo sostengamos. Vamos cre-ciendo, no ya desde una forma troncal ex-pansiva. Lo más sustancial ha sido multi-plicarse y abrirse. Y haber logradoestablecerse en el barrio. Llegar a ser loque creo que somos: ‘los pibes del teatro’”,sostiene Gustavo.

Así y desde hace diez años, el teatro co-munitario es, también, una de las identi-dades de Mataderos.

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Aplausos para el asador

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a anécdota que les voy a con-tar transcurrió en una canchade fútbol, y fue presenciadapor los extasiados oídos deuna amiga, dramaturga y femi-

nista sueca. America Vera-Zavala (para loslectores atentos: en sueco, America se escri-be sin acento) fue a ver a River con su pare-ja y en un momento inexplicable para ella,que sabe de fútbol, el juego fue interrumpi-do. Un señor que estaba sentado junto a lafamilia, cordialmente, le explicó que el par-tido se paró porque la hinchada estaba can-tando una canción racista y, pedagógica-mente, le señaló que en Argentina sesanciona así un acto de xenofobia. Americaquedó sorprendida. El partido siguió. Minu-tos después, ese mismo atento señor pegóun alarido: “¡Hijos de puta!”. En ese mo-mento, la cancha de fútbol se convirtió paraAmérica en un escenario. “Pareciera que sersexista en la cancha es un derecho huma-no”. Ese grito, que el cuerpo de America sin-tió un insulto, en nosotros se transforma enun silencio que cae sobre nuestra propiahistoria. America, que habla con acento chi-leno en un pausado y tranquilo español-ex-tranjero, me dice: “Estoy convencida de queser feminista es lo mismo en cualquier par-te del mundo y que la vida de una misma ydel otro sería mejor si existiera mayor igual-dad entre hombres y mujeres”.

La patria del exilio

s hija de exiliados, él chileno, ella pe-ruana. Sus padres huyeron de la dic-tadura de Pinochet y llegaron a Ru-

mania (America la acentúa en la i). Alingresar, su madre tuvo que dejar sus píldo-ras en la aduana: era el único país socialistaen el cual el aborto y los anticonceptivos es-taban prohibidos. Así nació America en 1976.Su madre odiaba el sistema rumano y ape-nas pudo se fue a Suecia con America de 3años y otra hija por nacer. La bautizó Liber-tad, en honor a su nuevo hogar. Desde en-tonces, America se considera sueca por deci-sión y adopción, aunque asegura que vivióuna infancia de exilio y nunca dejó de mirarpara el otro lado del océano.

Hoy se encuentra en Argentina gracias a

que Suecia tiene la licencia de maternidady paternidad más generosa del mundo: 18meses. El Estado recomienda que cada inte-grante de la pareja se tome como mínimodos meses y el resto cuando se les plazca(sí: leyó bien). America decidió entoncesvenir a trabajar a Argentina mientras sumarido, periodista estrella de investigaciónde la televisión sueca, cuida a Ernesto, supequeño hijo de 15 meses.Señala a Buenos Aires como su ciudad

preferida. “Lástima que tenga un intenden-te que no la quiere nada”, comenta. Se ena-moró de ella cuando vino en 2002 junto aNaomi Klein y Avi Lewis, en plena eferves-cencia social, con calles arrebatadas deasambleas, espacios tomados para la discu-sión y piqueteros en plena acción. “Fue unode los momentos más fuertes de mi vida”.

Por aquellos días de 2001, experimentabasus dotes como escritora de artículos políticos,pero confiesa que recién en el 2006 encontrósu vocación. Hasta ese momento había hechouna precoz y exitosa carrera política. A los 19años ya participaba en el partido de izquierdasueco. La presidenta de ese partido, una femi-nista que fue un modelo para ella, la instó pa-ra que forme parte de la campaña contra el in-greso a la Unión Europea, en 1995. A los dosmeses ya estaba viviendo en Bruselas. Laselecciones en 1999 la colocaron como cuartacandidata de la lista de su partido. Cuenta quemientras duró el recuento de votos estuvo apunto de entrar cuatro veces al Parlamento,pero que al final quedó afuera. “Esa noche fuemuy triste para mí, pero hoy estoy feliz de quemi vida no haya tomado ese rumbo”.

Se fue a París detrás de un novio, conocióal movimiento antiglobalización ATTAC ydecidió crearlo en Suecia. Fue un boom. En2005 se instaló en Toronto por un año y co-noció la historia de una huelga de minerossuecos, ocurrida en 1969. Investigó y se diocuenta que poco de lo que había averiguadopodía probarse. Descartó hacer un libro deno ficción. Fue la primera vez que el teatro sele vino a la cabeza. Le contó la idea a variosamigos. Uno de ellos trabajaba con un famo-so director y dramaturgo sueco. A los seismeses la llamó y le propuso escribir una pie-za para el teatro oficial. Hasta ese momentoAmerica sabía muy bien lo que no queríahacer, pero recién ese día encontró su futuro.

La venganza

u primera obra fue sobre inmigran-tes: un diálogo entre un obrero chile-no criado en Suecia y un boliviano

ilegal. “Ambos tenían mucho en común, sinembargo uno tenía derecho a mucho y elotro, a nada”. No es difícil deducir que fue-ron los latidos de America los que habitaronla piel de esos personajes.

A partir de allí abrió su camino como di-rectora de teatro comunitario. Fue cuando seenteró del cierre de una fábrica en un pue-blo de 1.250 habitantes de los cuales 325 eranobreros que se quedarían sin trabajo. Alláfue. Se tomó el compromiso de hacer unapieza teatral para ellos. El escenario fue lapuerta de la fábrica.

Su segunda obra nació del relato de unatía sobre una pareja secuestrada por la dicta-dura de Pinochet y torturada en el estadio deChile. Le contó que no volvieron a verse has-ta el retorno de la democracia. Y que el reen-cuentro lo festejaron abriendo una tangueríay bailando para celebrar la vida.

Ahora acaba de terminar la última, queescribió en la biblioteca de la ex Esma, el lu-gar más adecuado que encontró en BuenosAires para concentrarse. La tituló Las Venga-

AMERICA VERA ZABALA, DRAMATURGA

Hija del exilio en Suecia, se instaló en Buenos Aires paraescribir una obra sobre cómo vengar la dictadura.

La vengadora

doras, es su primera creación en castellano yestá protagonizada por seis mujeres y unatravesti. Los personajes tienen un objetivocomún: matar a los padres. Advierte: “Vi va-rias obras de teatro sobre la tortura, dictadu-ra y las desapariciones que proponen, entrecomillas, ‘vamos a hacerte ver algo triste’. Yointenté hablar en voz alta de cosas tremen-das, apelando a a la risa, al disparate”.

America anhela encontrar en Argentinaun director que se haga cargo del texto yun teatro para estrenarla y poder cerrar asíel círculo. “Siento que Buenos Aires medio mucho y decidí venir para devolverlealgo. Cuando yo estaba acá en 2001 escu-chaba que la gente decía: �Ya no tenemosmiedo. No entendía qué querían decir.Luego comprendí que los escraches no só-lo eran hacia los bancos, sino que habíannacido para señalar a los torturadores im-punes. Fue tan lindo verlo, estar en el mo-mento en que las personas, en generalmujeres, abrían por primera vez la bocaen una asamblea. Eran los hijos de los re-primidos y desaparecidos en la dictadura.Eran los hijos de aquellos que ya no pue-den hablarnos”. Los que nos quiere agra-decer así America es haber sido testigo dela mejor venganza: la rebeldía.

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Page 24: Mu 59: Mil putas

La presente edición de nuestro periódicoMU sumó el esfuerzo de:Redacción: Claudia Acuña, Sergio Cian-caglini, Romina Dalfonso, María delCarmen Varela, Carlos Melone, FrancoCiancaglini, Bruno Ciancaglini, FrancoDanussi, Luis Zarranz, Lucas Pedulla,Pablo Marchetti y La Garganta Poderosa.Fotografía: Julieta Colomer, Lina Etche-suri e Imagen Insurrecta.Diseño: másSustanciaCorrección: Graciela DaleoIlustración: El Niño Rodríguez, MarianoLucano y Veroka Velásquez.Editor online: Diego GassiImpresión: Cooperativa de TrabajoObrera Gráfica Talleres ArgentinosLimitada (COGTAL). Rivadavia 755 4º C(C.A.B.A)/Magdalena 48, Villa Domínico.Distribución en Capital: Vaccaro Sánchez Moreno 794 9º, CapitalTel/Fax: (011) 4342-4031/32 Distribuidora en InteriorBertran S. A. C.Vélez Sarfield 1950, CapitalMU es una publicación de la Cooperativa de Trabajo Lavaca Ltda. Hipólito Yrigoyen 1440 Ciudad Autónoma de Buenos AiresTeléfono 4381-5269.Editora responsable: Claudia Acuña

a mochila de los prejuicios pe-sa. Siempre. En ocasiones el to-nelaje tiene que ver con lasconsecuencias morales. Enotras, con la mirada oblicua,

con el estrabismo analítico de eso inasible lla-mado Realidad.

Viaje. Un sábado a la tarde, lleno de luz ycalorcito (así, con diminutivo jardineril)hice el siguiente recorrido: colectivo, tren,subte, tren y taxi. A la vuelta igual. Cincohoras de viaje (una vuelta por Mar del Pla-ta). Venime a decir que África queda cercay te bajo los dientes.

Muchas veces he criticado al ferrocarrilRoca y ha llegado la hora del desagravio, delajuste de cuentas con la Justicia Transporteril.Apenas un poco de mugre consistente; vago-nes pintarrajeados por afuera con una delica-deza artística algo cuestionable que hace quelas ventanillas queden tapadas, lo que lo con-vierte en un simpático nicho sobre ruedas; al-gún guarda apuñalado; algún retraso sin avi-so. Poca cosa.

Es cierto que la estabilidad de la forma-ción (que va a medio kilómetro por hora) pa-rece depender de la voluntad de alguna divi-nidad borracha. Es cierto que el concierto decrujidos escalofriantes (y soy un curtido via-jero ferroviario) y alaridos del hierro prelu-dian el fin del calendario maya. Es cierto querecordé al reportero imbécil que después dela masacre de Once le preguntó a un pasaje-ro si había escuchado algún ruido raro en elTren. Hay vida afuera del auto, marmota.

Pero subir al Mitre, ramal Retiro–Tigre esotra cosa.

Retiro, puro hierro y cabreadas anonadan-tes, corazón de la bestia, se abre con un abra-zo hipócrita y teatrero. Sobre una orilla ame-naza desbordarse la Villa 31 . Sobre la otra, laindiferencia vigilante de Libertador y sus to-rres vanas. Después tendrá verde aristocráti-co, edificios de College o School, nunca es-cuela. No es un viaje a Luxemburgo, perotampoco a Glew.

Personajes. En el Roca el desfile de vende-dores es interminable e invencible. Pero lamás horrible subespecie es la que anda conun radio reproductor y unos parlantes acuestas, ofreciendo lo peor (¿o era lo me-

lavaca es una cooperativa de trabajocreada en 2001. Editamos una páginade Internet que todas las semanas di-funde noticias bajo el lema anticopy-right. Mensualmente profundizamosestos temas en MU.

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Por una cabeza

LLa apuesta mínima, 2.

Caramba con mis prejuicios.Adentro, una construcción antigua, am-

plia, negligentemente cuidada, salvo algunosjardines muy bonitos, sin lujos, más bien se-vera como las heladeras Siam con manija ola cara de la senadora Estenssoro. Tribunas te-chadas, confiterías, vendedores de café y ga-rrapiñada. A esta hora (casi las 15) poca gente,mayoría indiscutible de veteranos, segmentomasculino. Se conversa en la antigua jergapaquistaní de mi infancia, se viste de manerasobria y sencilla. Niños correteando, algunamadre tras los prófugos, un parque al costadode la pista con césped verde inglés y bancosde plaza al sol. Nos acercamos con mi com-pañera a un pelado para preguntarle un parde cosas de las carreras. El fulano, un clásicode “la cátedra”: lapicera en mano, con la re-vista de los datos, estudiando el asunto. Cor-dial, nos cuenta sin petulancia que es dueñode caballos, que va a San Isidro desde los 17años (tenía 60 seguro) y le pasa a mi compa-ñera un dato. En la Tercera, el Uno. Que prue-be que los nuevos y neófitos tienen suerte. Lapetisa traduce rápido el paquistaní y sale dis-parada a la ventanilla, apuesta y por supues-to pierde, pero por muy poquito. El Uno saliósegundo a medio cuerpo. Mierda.

Las carreras se largan desde un puntomuy lejano. Podrían venir en moto que nome entero. A unos 200 metros de los compe-tidores los sigue una ambulancia, lo cual estábien pero… es como si la casa velatoria te si-guiera mientras escalás una montaña. Un po-quito cuervo el asunto.

El clima es muy tranquilo hasta los últi-mos 100 metros (realmente electrizantes) decada carrera donde se grita a lo barra brava yla tribuna explota al mejor estilo futbolero.Puteadas, festejos en una ráfaga que se calmaen segundos. Caballitos bellos, nerviosos,musculosos, arreglados como para ir a un ca-samiento y jockeys que parecen chicos dequinto grado por su tamaño y señales detránsito por el color de su vestimenta.

Natalia se aburrió en seguida. Yo tardéunos 5 minutos más. No había oligarquía evi-dente a la que prenderle fuego; no había lu-jos y costos obscenos sobre los que pudieravolcar mi ira setentista; no había minas gar-cas para atacarlas a la garganta por motivossexuales o políticos. Aunque seguro que ha-bía pero me jodieron: no las vi.

Sí vi a un joven papá jugando con su ne-ne con una pelota. El papá tenía puesta unacamiseta de fútbol de un rojo furioso con lasigla de la URSS en el pecho y la hoz y elmartillo junto a su corazón.

Sí vi al pelado asesor-propietario de caba-llos en la estación del ferrocarril cuando vení-amos de regreso, esperando el mismo tren.

¿La oligarquía muta?¿Es otra?¿Me están jo-diendo?

Mejor tiro la mochila. No vaya a ser quemirando al sur, me empomen por el norte.

CRÓNICAS DEL MÁS ACÁ

jor?) de una música que es responsable delcrimen de Santa Cecilia. Merecen cruzar laLaguna Estigia pero con una moneda en elculo y Caronte haciéndolos escuchar el Re-quiem de Bach. Se quedan larguísimos mi-nutos pasando a un volumen torturantesus productos (a los que han agregado últi-mamente DVDs de pésimos contadores dechistes) por lo que es imposible: a) dormir;b) conversar; c) hablar por teléfono; d) leer(salvo en los casos de psicosis controlada);e) pensar; f) escuchar otra música.

Una vez más, abrir fuego es la opciónadecuada.

En el bamboleante, crujiente y concheto(venido a menos) Mitre hay otros ritmos. Dospibes con un bongó y una guitarra eléctrica,un pequeño equipo de audio… ¡con micrófo-no! Y la interpretación en bossa, a medio vo-lumen, afinada, de El Día que me Quieras yAmándote (Jaime Ross). Una pasada discretatirando la manga y a otra cosa. No hay nadaque hacer: los negros del Sur no aprendemosde la Gente Bien diría mi abuela, la fascista.

Tal paraíso de todas maneras se ve invadi-do por un trío de señores que han tenido unaingesta de alcohol dionisíaca y que, a los gri-tos, hacen reflexiones sexuales acerca deeventos que recientemente los habían tenidocomo protagonistas (o, al menos, lo imagina-ban). No escatiman detalles, sobreabundadoscon deliciosas interjecciones, algún eructo yun demoledor uso del boludo como prefijo,sufijo y plazo fijo. Una mancha de petróleoen la blancura oceánica. Una señora con unenorme perro negro de pañuelo al cuello ba-ja escandalizada, posiblemente preocupadapor la educación del melenudo cuadrúpedo.

Destino. En mi vida había pisado un hipódro-mo. De pibe escuchaba por radio, en mediode los programas deportivos, un micro a todavelocidad con los resultados de las carreras,que para mi oído infantil, era una jerga pa-quistaní. Después, ya grandecito, lo asociécon una ¿actividad? de ricos, de ellos.

San Isidro es un predio inmenso, arboladoen su periferia, recostado sobre un barrio enel que no podré ni querré vivir nunca. Es unhipódromo que es solo eso, sin maquinitastragamonedas o calesita para los nenes. Hipó-dromo nomás. Entrada a 5 pesos para la tri-buna oficial (la más cara). La popular vale 2.

¿Y Julio López?

www.lavaca.org

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¿Y Luciano?

Argentina originaria.Genocidios, saqueos y resistenciasDarío Aranda

MU. Punto de Encuentro. Hipólito Yrigoyen 1440. Más info: en www.lavaca.org

Contratapa_Layout 1 09/10/12 21:53 Página 2