changó el gran putas manuel zapata olivella

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libro fantastico que crea manuel Zapata Olivella a partir de un trabajo de investigacion con las negritudes en america latina

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  • CHANG EL GRAN PUTAS

    Formato: LIBRO IMPRESO

    Autor: ZAPATA OLIVELLA MANUEL

    Editorial: REI ANDES LTD. 1 Edicin Crtica, 1992 Bogot, Colombia

    Tipo Presentacin: Libro Impreso

    Tipo de Pasta: Dura. Por la cara de inicio la imagen de Chang y en la posterior un breve

    prembulo al libro.

    Cantidad de Pginas: 749

    Cantidad de Imgenes dentro del Texto: Ninguna.

    Divisin Interna del Texto:

    Una introduccin realizada por PIQUERO DE NOUHAUD DORITA de la Universidad de Limoges

    (Francia).

    Esta introduccin est dividida en 6 captulos cortos:

    1. Las mitologas del retorno.

    2. Las categoras trascendentes.

    3. El culto a las sombras.

    4. El canto de la epopeya.

    5. El rio de las sangres.

    6. La voz de los Orichas.

    El libro est dividido posterior a la Introduccin en

    Un Agradecimiento para Rosa Bosch, su esposa.

    Y un recordatorio llamado,

    AL COMPAERO DE VIAJE

    Donde Manuel Zapata Olivella invita al lector a descubrirse y hacer parte del viaje.

  • Adems de ello para el desarrollo de su historia, realiza cinco(5) captulos divididos en su interior

    as:

    PRIMERA PARTE

    LOS ORIGENES

    I. La tierra de los ancestros

    II. La trata.

    III. La alargada huella entre dos mundos

    SEGUNDA PARTE

    EL MUNTU AMERICANO

    I. Nacido entre aguas.

    II. Hijos de Dios y la Diabla.

    III. Cruz de Elegba, la tortura Camina!

    TERCERA PARTE

    LA REVELION DE LOS VODUS

    I. Hablan los caballos y sus jinetes.

    II. El temblor de Bouckman

    III. Libertad o muerte

    CUARTA PARTE

    LAS SANGRES ENCONTRADAS.

    I. Simn Bolvar: memoria del olvido.

    II. Jos Prudencio Padilla: guerras ajenas que parecen nuestras.

  • III. El Aleijadinho: donde quiera que tus manos sin dedos dejen huella de tu espritu.

    IV. Jos Mara Morelos: llamado de los Ancestros Olmecas

    QUINTA PARTE

    LOS ANCESTROS COMBATIENTES

    I. El culto a los Ancestros.

    II. Los fabricantes de centellas.

    III. La Guerra Civil nos dio la libertad, la libertad nos devolvi la esclavitud.

    IV. Oye: los Orichas estn furiosos!

    Por ltimo escribe la descripcin de algunos trminos y conceptos desarrollados en el texto, a

    este le nombra:

    Cuaderno de Bitcora: mitologa e historia.

    Resea:

    Manuel Zapata Olivella Nace en Santa Cruz de Lorica, departamento Crdoba-Colombia el da 17

    de marzo de 1920 y muere en Bogot el 19 de noviembre de 2004. Su padre fue Antonio Mara

    Zapata y Edelmira Olivella. Su padre mantiene fuertes lazos con habitantes de San Basilio de

    Palenque en Cartagena. 12 hermanos(as) entre los cuales se destacaron se destac precozmente

    Antonio Mara, quien escribi una novela que lleg a ocupar el segundo lugar en el Concurso

    Rinehart & Farrar, en Nueva York en 1941.Tuvo una hermana, Dalia (1926-2001), quien fue

    intrprete de danza folclrica adems como directora y coregrafa del ms importante grupo de

    ballet nacional de msica afrocaribe y, Juan quien publico gran poesa, novelas cortas y fabulas, un

    reputado mdico pediatra en Cartagena de Indias.

    Manuel tambin fue mdico, se dio a ejercicio de recorrer las Amricas en un transitar continuo

    que le llevo a conocer las realidad del continente, vivienda en carne propia el repudio de la

    discriminacin racial en Estados Unidos, y en arduos momentos la pobreza del caminante

    observador de vivencias que no cuenta sino con su voluntad e mpetu para conocer el mundo y sus

    realidades.

    En este transitar por diversos pases pudo encontrar grandes amigos que le tendieron el brazo y

    apoyaron en su transitar, algunos fueron: poeta Langston Hughes y el novelista peruano Ciro

    Alegra.

  • Sus obras tratan fundamentalmente la opresin y la violencia. En su larga trayectoria como

    narrador se pueden distinguir dos tendencias: una de carcter realista y de denuncia social, y otra

    de carcter mitolgico, en la que priva la visin mgica del negro

    Hace mencin al africano, sus mitos, rememora su historia, su cultura, esclavitud y por ltimo nos

    evoca su libertad en Amrica. Para ello construye una trama que a partir del suspenso, de lo

    mgico y sobrenatural construye una hermosa epopeya, que antes no haba ledo, sobre uno de

    los momentos ms nefastos vividos por la humanidad en las Amricas.

    Ya ahondando en la temtica de la comida, se pareca que la fuerza se la da al relato de la

    existencia del negro, su vivencia consigo mismo, sus mitos, la nueva tierra y su anhelo de libertad.

    Por otro lado se nombran alimentos que son utilizados por negreros, negros y blancos, pero en

    pocos momentos se describe algo acerca de aquellos alimentos consumidos, ms bien se nombra

    ese alimento que en la mirada del negro a la cual el apela mira aquello como quien mira desde

    afuera lo que se come y en otras ocasiones son el rememorar de alimentos que estn pero que

    faltan o tambin como aquello qu aquel sembr o ayudo a producir.

    A continuacin se mostraran los diferentes apartes que aparecen a travs del texto CHANG EL

    GRAN PUTAS MANUEL ZAPATA OLIVELLA, donde se nombran diversos alimentos que all, en esa

    historia mtica, subversiva narra de tono grandilocuente hechos heroicos realizados por

    personajes histricos o legendarios en su libro.

    P. P83

    Desembarcaron fusiles, caones y barriles de alimento.

    Asombrados y recelosos vimos crecer sus murallas y casamatas blancas para que el muntu se

    pudra por dentro.

    P. 83

    Las ancianas

    descascaradoras de coco, los cultivadores de ame y pltano, los semihombres solo tiles para el

    cargue y descargue de las naos negreras menciono a los ibos, oyos y yagbas prisioneros en

    Nembe, la villa de los muertos en las bocas del Nger.

  • P. 84

    Las moscas se prenden a la carne cuando los soldados se la llevaban a la boca.

    P. 84 Hemos tenido que echar mano a las provisiones reservadas para la travesa.

    P. 84

    Las lobas blancas comienzan a llenar las bateas con la harina de mandioca. Duraron largo tiempo destrabando los candados y cerrojos.

    Eh! A comer!

    El estallido de los rebenques no logr movernos. Nuestras mujeres abrazan a los pequeos que

    chupaban sus senos resecos.

    P. 88

    Luego invita al gobernador a que se siente y ella misma le sirvi el agrio salmirn.

    Desconfiado el oficial mir a Coutinho. No ignora que el veneno es el arma preferida de los

    tratantes de esclavos. Le tiembla el pulso, humedeci sus labios y lentamente apura la bebida

    fermentada.

    P. 88

    Ezili se cubri discretamente el rostro para tragarse la saliva amarga. Luego en un portugus

    aprendido entre mercaderes de Ceuta, le revela su enojo:

    No pienso gastar a costa de mi bolso el valor de un pltano para alimentar a los esclavos. Mis

    provisiones se han agotado. Los nativos estn cada vez ms alertas al boteo y huyen de las orillas

    de los ros al interior de la selva.

    P. 106

    Ordena colgar cortinas en su recmara y evocando exticos manjares

    Chang, el gran putas solicit al cocinero un guiso de armadillo sazonado con achiote y olorosas

    anans del Orinoco.

  • P. 106

    Has de traer el pago prometido a la seora. Quiero que ella misma verifique cada una de las

    piezas del trueque.

    Se acerca a la mesa para escoger el fruto ms amarillo y tras de rajarlo con sus dedos, lo ofreci

    con irona a los dientes de Ezili.

    Guayaba! Dicen los caribes idlatras que es el alimento de sus muertos.

    Mordi la pulpa roja y agridulce pero antes de masticarla espera que el capitn trague su parte.

    P. 107

    El grano de maz que Ezili haba llevado a la boca se quiebra en sus dientes cuando oy en la playa

    el detonar de un can.

    P. 129

    El alguacil de despensa afirma que tiene preferencia por las nueces de coco y muy en especial por

    los limones.

    P. 114

    Obot, tus manos tejieron la primera red para darnos los peces del mar!

    P. 160

    Dos veces al da nos reparten agua y una vez los puados de harina de yuca, un pltano y muchos

    azotes al que mendigaba algo ms.

    P. 162

    Mientras Moncholo me espanta las moscas de la cara, trajo unas naranjas y rajndolas con las

    uas, exprimi sus jugos en mi boca.

  • P.166

    El padre Claver se aprovisionaba de agua, naranjas, pltanos maduros, dulces y muchas medallas

    con las que sabe ganar sonrisas.

    P. 182

    en el pasado nuestros padres sembraron el ame, el pltano, el coco, el millo y otras plantas que

    les permiten organizar grandes villas.

    P. 183

    Desde los balcones se asomaban los amos comiendo almojbanas en mangas de camisa,

    dispuestos a regresar a los naipes, a relajarse en las hamacas o montarse en las ancas de sus

    concubinas.

    P. 185

    Lo supimos despus de fusilado por confesin de un moribundo: con esas reses alimentaba a las

    cuadrillas de cimarrones hambrientos, exigindoles tan solo que le dejasen las pieles como

    testimonio de que se las haban comido.

    P. 189

    Yo soy Pupo Moncholo el hombre del tambor brujo, me como el coco maduro sin romperle la

    cscara!

    P. 192

    Un comerciante de camellos en tratos con un ingls, me cambalach en el puerto de Mauretania

    por dos toneles de vino.

    P. 193

    Si quieres ser buen ordeador aconsej al hijo el da de la partida aprende a sacar la leche

    con falsedades, pues una vaca rinde ms cuando la hurga una mano de uas largas que su propio

    ternero.

  • P. 195

    Ekobios amancebados con indias que en guerra arrebatan a sus maridos, cuando no son ellas las

    que nos buscaban para darnos bollos de maz, a sabiendas de que nos quedaremos con ellas sean

    solteras o con muchos hijos.

    P. 199

    El secreto es un ro crecido que inundaba los odos ms sordos. Lo cuentan las mujeres que

    vendan los dulces de sus amas por las calles y en el muelle

    P. 199

    La traba mayor est en encontrar casa dnde preparar el guarapo, esconder los tambores y que

    nuestras mujeres puedan entrar y salir sin ser vistas de sus seoras.

    P. 201

    Se arman trojas, bajo tierra se escondieron damajuanas de guarapo.

    P. 213

    En otras noches, all en la tierra natal, en vez de rememorar en silencio conversaramos con los

    difuntos bajo el baobab de la aldea; en vez de estar sentados, bailamos; en vez de fumar tabacos,

    beberemos salmirn.

    P. 230

    En la penumbra, a los golpes del tambor, lleg hasta la cocina y sigilosamente empua la

    champeta con que siempre ha degollado cerdos.

    P. 243

    De vez en cuando pa, asoma su cabecita roja y me observaba esperando el tardo arrepentimiento

    que me impulse a compartir con l las migajas de pan que no tengo.

  • P. 247

    Por las noches, al pie del fogn se alargan las horas tostando caf, moliendo maz, batiendo el

    chocolate.

    P.250

    Mientras mi madre rasgaba la yuca, tratando de adormecerme con el ru-ru del rallador, se acerca

    don Petro. Traa su cuerpo blanqueado con harina de almidn.

    P. 256

    Yo la recuerdo con odio y admiracin.

    Severa, avara, nunca permiti que mi madre me arrojara por la ventana los desperdicios de la

    cocina. Prefera a los cerdos que engorda en el chiquero de su barraca.

    P. 258

    Mi protegido Toussaint les lleva todas las maanas el catabre con las mazorcas de maz, les

    acariciaba suavemente los ijares y les habla con sonidos y palabras. Entonces le humedecan las

    manos con calurosos resoplidos.

    P.282

    En esta noche de diciembre, aqu en la prisin, la nieve cae abundantemente sobre mis hombros.

    Me pint el cuerpo con harina de mandioca para que los vivos puedan reconocerme.

    P.283

    Los tamarindos que yo mismo sembr en Ennery, asados por el fro, estn cubiertos de cenizas.

    P.306

    Se abri la puerta y las doncellas me ofrecen bandejas con flores, melones y papayas.

  • P. 308

    Saquean las tiendas, las bodegas donde mis enemigos escondieron el caf, el algodn y el arroz.

    P. 320

    Tu llanto se mezcl a los olores de aceite de almendras y alcanfor.

    P.378

    Agostinho aprovecha aquel momento para servirle vianda y vino.

    P.399

    pasamos de la angustia al consuelo, del camino polvoriento a la casa donde nos brindaban agua y

    pan

    P. 418

    A tu regreso, echars una mano a los mozos para descascarar el maz, pues estamos en cosecha;

    tendrs cuidado de que los cerdos hayan comido y tengan agua; si algn fraile viene de camino,

    atenders su bestia y sus aperos.

    P. 447

    Ahora rememoras con alegra que los intentos de tu padrastro por alejarte de la cocina no han

    ahogado el afn de chuparte los dedos despus de comer los ponqus empapados en miel y leche

    que ella te preparaba.

    P. 472

    Anoche, mientras dorma entre cajones de gallinas ponedoras, veo que se acerca un anciano

    alumbrndose con la lmpara de sus ojos.

  • P. 490

    Preocupados de que pueda enloquecer de hambre, al regresar de las bodegas del Down East, le

    traamos pedazos de pan y pellejos de jamn que traga sin masticar.

    P. 506

    En otros tiempos aqu hubo un molino de arroz.

    P. 534

    Olores conocidos acosaban mi olfato: la canela de Ceiln y los clavos de las Molucas con que ta

    Ann sazona sus guisos. El negrohumo de las chimeneas barnizaba hasta los rostros.

    P. 567

    Mi sangre aliment las crecientes que abonan el trigo, las naranjas y los frjoles que han

    engordado este pas. Los blancos se comen mi pan todas las maanas en sus mesas; dorman en

    las sbanas que almidono y tiendo al sol.

    P. 589

    Observaste su vista cortante y dejas de untar la mermelada que te haba preparado la ta Ann

    con las primeras manzanas arrancadas al rbol del jardn.

    P. 614

    Pero Alain Locke y Ethel Waters, fingindose ms raizales, prefieren el whisky de maz como si

    fuera destilado por los alambiques clandestinos de los pieles rojas.

    P. 657

    Los adivinos o bakons interpretan el destino de las personas mediante diecisis mitades de

    nueces de cola o de palma, una por cada ojo.

    Tambin suelen emplearse caures, campanillas, copas o platillos, considerados sagrados.

  • P. 665

    Salmiron, Salmeron: Bebida fermentada a base de una variedad de trigo africano.

    P. 667

    Yacuba: Bebida refrescante preparada con harina de mandioca, azcar o miel, a la que suele

    agregarse aguardiente (Brasil).

    P. 668

    Zaghawa: Reino sudans. En su parte oriental limita con el alto Egipto.

    Comprende muchas tribus distribuidas en poblados con vastas zonas cultivadas principalmente de

    judas, mijo y trigo.