memoria florece entre las dalias que adornan cada …

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XX CIENCIA Y DESARROLLO | JULIO-AGOSTO 2004 Tetzcotzinco CUANDO LAS DAHLIAS FLORECEN NEZAHUALCÓYOTL, EL REY POETA TEXCOCANO, HIZO DEL CERRO DE TETZCOTZINCO SU LUGAR DE DESCANSO, EN UNA MEZCLA ESTÉTICA QUE HONRABA AL CONCEPTO ARQUITECTURA DE PAISAJE. HOY SU MEMORIA FLORECE ENTRE LAS DALIAS QUE ADORNAN CADA VERANO EL LUGAR, MISMAS QUE NOS LLEVAN A UN PECULIAR COLEÓPTERO. ASÍ, ENTRE LA ARQUEOLOGÍA Y LA NATURALEZA SE ESCRIBE CON FLORES UNA NUEVA HISTORIA, DIGNA DEL MEJOR ESTUDIOSO DE INSECTOS, DEL ENTOMÓLOGO MÁS AUDAZ. JESÚS ROMERO NÁPOLES

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Page 1: MEMORIA FLORECE ENTRE LAS DALIAS QUE ADORNAN CADA …

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OT

ZIN

CO

Tetzcotzinco es un cerro que se en-cuentra aproxim

adamente 7 kiló-

metros al este de Texcoco, en el es-

tado de México, m

unicipio de SanN

icolás Tlamincas. Su form

a origi-nal es cónica, alargada en dirección

este-oeste y con una ladera convexa hacia el nor-te, una sem

icóncava al sur y dos aristas curvas:una al oriente y otra al poniente. D

esde tiempos

inmem

orables, sobre la vertiente norte se extien-de un bosque de encinos perfectam

ente maduro,

al que se integran los matorrales de siem

previvaentreverados en las rocas. Este lado perm

anecióprácticam

ente sin construcciones prehispánicas,al contrario de la vertiente sur, donde se estable-ció el xochitepancalli o jardín botánico de N

eza-hualcóyotl (1402-1472), señor de Texcoco, con es-pecies tan particulares que puede considerarseun laboratorio de adaptación y producción vege-tal. En general, las plantas cultivadas en él eranflores preciosas, arom

áticas, o de zonas tropica-les, protegidas por el bosque abierto de pirul conpalo dulce que m

andó plantar el rey. En la partem

ás elevada estaba una selección igual de ejem-

plar de plantas medicinales y cactáceas.

En Nezahualcóyotl, vida y obra, el historiador

y ensayista José Luis Martínez cuenta que este

jardín estaba bardado y que a la cumbre del cerro

se accedía a través de 520 escalones de argama-

sa y roca labradas. Había en el recinto baños rús-

ticos y grutas que funcionaban como verdaderas

casas campestres, y era entre los m

últiples espa-cios recreativos de entonces, el preferido de N

e-zahualcóyotl.

Según el Códice en Cruz, la construcción tex-cocana data de 1453 y consistió en un com

plejoreal integrado a Tetzcotzinco en una unidad dondela actividad hum

ana era eje: habitar, estar, diver-tirse, bañarse, pasear, contem

plar, meditar, cele-

brar, aprender, enseñar, reflexionar, adorar, dan-

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zar, esculpir, ornamentar con flores y plum

as, pin-tar, cultivar, cuidar las fieras del rey, convivir conlas aves y experim

entar el amor, entre otros actos.

Originalm

ente el monte carecía de agua, pero

Nezahualcóyotl m

andó construir un acueducto dealtos m

uros cuyos canales vertían el preciado lí-quido desde la cum

bre para regar el bosque y lle-nar sus estanques. En uno de ellos, el prim

ero albajar la ladera, una roca m

ostraba el grabado delos principales acontecim

ientos de la vida de eseseñor de Texcoco. En el centro, una alegoría de suvivencias y destino: dos casas, una ardiendo yconsum

iéndose; otra, ennoblecida con construc-ciones; en m

edio, una pata de venado con unapiedra preciosa com

o adorno y un penacho deplum

as; también, una cierva en cuyo brazo se

sostenían arco y flecha, un guerrero, dos tigres decuyas fauces salían agua y fuego respectivam

en-te, y alrededor una orla con doce cabezas de re-yes y señores. Sin em

bargo, todo esto ya no exis-te: fue destruido en 1528 por orden del prim

erobispo de la N

ueva España, fray Juan de Zumá-

rraga, quien al parecer creyó que se trataba de unasunto de credo.

Desde este estanque se repartía el agua hacia

ambos lados del bosque. En la explanada donde

se encontraba había una especie de torres con unm

acetón como rem

ate, del que salían adornos deplum

ería. Este conjunto era ícono etimológico del

lugar (Tezcoco significa entre jarillas y Tetzcotzin-co es el dim

inutivo de Tezcoco). Más abajo se en-

contraba la escultura de una figura semejante a

un león con alas y plumas en el cuerpo, echado y

mirando hacia el este, hacia la salida del Sol. En su

hocico se distinguía el rostro de Nezahualcóyotl.

Descendiendo un poco había otros tres estan-

ques, también con glifos en su roca: tres ram

asque significaban el gran lago y los tres señoríosaliados a su alrededor (Tlacopan, M

éxico-Tenoch-titlan y Tezcoco), y los nom

bres y escudos de To-llan (capital tolteca) y Tenayuca (capital chichim

e-ca). D

esde el tercer ojo de agua caía un chorro quesaltaba sobre las peñas y term

inaba en un jardínde olorosas flores de tierra caliente, com

o Hym

e-nocallis y M

alvaviscus, donde se encontraban losbaños del rey: pozas excavadas en piedra m

aciza,con una gradería igualm

ente labrada, pero bruñi-da com

o espejo, que conducía hasta el palacio y elalcázar locales, donde N

ezahualcóyotl solía reti-rarse a m

editar y ayunar. Además de los aposen-

tos y retretes, este espacio tenía un patio donde serecibía oficialm

ente a los señores de México y Tla-

copan y se desarrollaban las diversas danzas y re-presentaciones que se acostum

braban. De he-

cho, la mem

oria Baños de N

ezahualcóyotl perdu-ró de tal form

a que es así como hoy se conoce al

bosque de Tetzcotzinco.En su selección de textos Fernando de Alva Ix-

tlilxóchitl: Nezahualcóyotl Acolm

iztli, Edmundo

O'G

orman cita un fragm

ento del historiador indí-gena del siglo XVII donde se detalla el bosque deTetzcotzinco de entonces. Aquí una parte:

"Estaban los alcázares con tan admirable y

maravillosa hechura, y con tanta diversidad

de piedras, que no parecían ser hechos de indus-tria hum

ana: el aposento en donde el rey dormía

era redondo: todo lo demás de ese bosque, com

odicho tengo, estaba plantado de la diversidad deárboles y flores odoríferas; y con ellos diversidadde aves, sin las que el rey tenía en jaulas traídasde diversas partes, que hacían una arm

onía ycanto que no se oían las gentes; fuera de las flo-res, que las dividía una pared, entraba la m

onta-ña en que había m

uchos venados, conejos y lie-bres, que si de cada cosa m

uy en particular sedescribiese, y de los dem

ás bosques de este rei-no, era m

enester hacer historia muy particular ".

Por su parte, en Arte y estética de El Tetzcot-

>TETZCOTZIN

CO:CUAN

DO LAS D

AHLIAS FLORECEN>

Tezcoco significaentre jarrillasy Tetzcotzinco es el dim

inutivo deTezcoco.

>DAHLIA: género quereúne a un grupo deplantas usadas com

oalim

ento, ornamento

y medicam

ento.

>TETZCOTZIN

CO es uncerro que se encuen-tra aproxim

adamente

7 kilómetros al este

de Texcoco, en el esta-do de M

éxico, munici-

pio de San Nicolás

Tlamincas.

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zinco: arquitectura de paisaje en la época de Ne-

zahualcóyotl, Miguel M

edina indica que hacia1450 hubo una terrible sequía de siete años, consu consecuente ham

bruna, pero Nezahualcóyotl

resolvió el problema básico con un sistem

a hi-dráulico que consistió en m

ecanismos para cap-

tar y conducir el agua hasta un sistema de riego

múltiple, gracias al cual se habilitó de nuevo la

tierra para la siembra, y no dejó de ser un fenó-

meno estético, arquitectura de paisaje.

>IN

SE

CT

OS

Y P

LA

NT

AS

Sin embargo, junto a la fascinante historia que

acompaña al cerro de Tetzcotzinco hay otra carac-

terística fundamental: particulares insectos y

plantas se encuentran, para placer de la entomo-

logía. Se trata de los Bruchidae y las D

ahlias.

Los Bruchidae son una fam

ilia de insectos co-leópteros especializada exclusivam

ente en semi-

llas. Los adultos son libres: machos y hem

brascopulan y, a los pocos días, los huevecillos se de-positan cerca de o adheridos a vainas o sem

illas.Las larvas se alim

entan de éstas, mientras que

los adultos lo hacen de polen o mielecilla. Está re-

presentada por 62 géneros, 21 en México, según

datos de John M. K

ingsolver en New

World B

ru-chidae past, pesent, future (1989).

Uno de estos géneros habita en una de las 12

mil especies de sem

illas económicam

ente rele-vantes im

portadas a los Estados Unidos por el

Departam

ento de Agricultura, tras más de 30

años de investigación en más de 90 m

il lotes. Setrata de un par de brúquidos m

uy particularesque H

. Y. Gouldm

an del Consejo Federal de Horti-

cultura de ese país encontró en semillas de D

ah-lia sp. En 1931 John Colburn B

ridwell, investiga-

dor del Museo N

acional de los Estados Unidos,

los describió como D

ahlibruchus conradti, cuyascaracterísticas am

eritaron la determinación de

un nuevo género de brúquidos: el Dahlibruchus.

La familia B

ruchidae guarda una estrecha re-lación con la planta que la hospeda y es gran re-guladora natural de las diversas poblaciones deésta, al destruir las sem

illas (elementos de pro-

pagación y dispersión). Se han registrado aproxi-m

adamente m

il 200 especies vegetales que cum-

plen esta función, 900 pertenecientes a la familia

Fabaceae, entre las cuales se encuentran espe-cies de gran im

portancia económica com

o el fri-jol, garbanzo, haba y otras. H

asta el mom

ento, sesabe que los brúquidos pueden atacar las plantasde 34 fam

ilias en el mundo: 12 en M

éxico, concerca de 520 especies.

Con la familia Asteraceae su contacto no es

muy extenso, ya que no se había registrado que

sus semillas tuvieran plagas: adem

ás del exis-tente con las plantas del género D

ahlia sólo hayun registro: el de Cosm

os sp., donde las semillas

son atacadas por Cosmobruchus russelli, que

muestra un elongam

iento inusual, producto de laadaptación a la form

a alargada de aquéllas, como

señaló desde 1931 John Colburn Bridw

ell en Bru-

chidae infesting seeds of Compositae, w

ith des-criptions of new

genera and species (Coleoptera).El género D

ahlia reúne a un grupo de plantasque tienen su centro de diversificación en M

éxico.Actualm

ente registra 29 especies, todas naciona-les, cuyos usos son diversos: alim

ento (raíz co-m

estible), ornamento y m

edicamento (toda la

planta), éste desde épocas precolombinas en M

e-soam

érica. Su flor fue símbolo solar en la época

de Moctezum

a Ilhuicamina (1398-1469), en rela-

ción con la nobleza, y actualmente se considera

como posible suplem

ento alimenticio en áreas

subtropicales como fuente de carbohidratos. La

Secretaría del Medio Am

biente y Recursos N

atu-rales (SEM

ARN

AT) incluyó a la Dahlia coccinea

Cav. como especie de am

plia importancia en la

norma N

OM

-007-RECN

AT-1997, la cual estable-ce los procedim

ientos, criterios y especificacionespara realizar el aprovecham

iento, transporte y al-m

acenamiento de esta planta, debido a su im

por-tancia com

o ornamental.

El 26 de septiembre de 1999 tuve la oportuni-

dad de colectar flores de Dahlia rudis precisa-

mente en el cerro de Tetzcotzinco: había ciertos

insectos alimentándose con su polen, que resul-

taron ser, precisamente, D

ahlibruchus conradti.Por tres años seguí investigando y profundizando

en lo descubierto. Primero m

e familiaricé con la

planta: es anual, crece entre julio y octubre, susflores suelen ser lilas, aunque a veces son blan-cas, y se encuentra en los estados de M

éxico, Hi-

dalgo y Morelos, y en el D

istrito Federal. D

espués encontré otro tipo de Dahlia, D

. coc-cinea, con flor am

arilla o anaranjada, enorme va-

riabilidad y distribución casi nacional. En ella sehospedaba una nueva especie de brúquidos, a laque de m

omento se nom

bró Dahlibruchus tetz-

cotzinco (aunque para que el nombre sea recono-

cido formalm

ente se requiere la descripción delorganism

o, mism

a que está en proceso). El 11 deoctubre de 2001 recolecté esta flor en la zona de lalaguna de Servín, en Querétaro, y la llevé al labo-ratorio para observarla. Tenía brúquidos, y éstossobrevivieron hasta el 10 de agosto de 2002. En ge-neral perm

anecieron esos diez meses inm

óviles yocultos entre hojas, sem

illas y brácteas: se colo-caban pequeñas gotas de agua en la superficie dela planta disecada y acudían a ellas, para despuésde ingerir un poco volver a ocultarse.

Gracias a este tipo de observaciones, entreotras, se sabe que los brúquidos están perfecta-m

ente adaptados al ciclo de las dalias. Para junio,justo cuando la planta em

pieza a florear, salen desus m

adrigueras, donde invernaron, y empiezan a

comer el polen. Poco después es la época de apa-

reamiento: la cópula dura de dos a cuatro m

inutos.Cuando las flores están secas, m

ás o menos entre

el mes de octubre y noviem

bre, es el mom

entoadecuado para que las hem

bras depositen enellas sus huevecillos y aproxim

adamente un m

esdespués de esto, los nuevos brúquidos em

ergen yse alim

entan con el polen de dalias tardías. Sin pa-sar m

ucho tiempo, term

inan ocultándose entre lahojarasca y las hendiduras de los árboles, dondeperm

anecen ocultos hasta el siguiente verano,cuando las dalias vuelen a florecer.

Hasta el m

omento, esta investigación indica

que en el bosque existían muchas especies de da-

lias, algunas nativas de la zona que con toda se-guridad ya se encontraban m

ucho antes de quese poblara M

esoamérica, y otras que m

uy proba-blem

ente fueron traídas de otros lados; pero el

deterioro ecológico a través del tiempo ha orilla-

do a que sólo unas cuantas plantas sobrevivan enlo que fue el bosque de Tetzcotzinco, otrora paraí-so regio.

BIB

LIOGRAFÍA RECOM

ENDADA

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de Artrópodos de México, H

acia una síntesis de su conocim

iento, Vol. III, 2002, UN

AM, pp. 513-534.

CUR

RÍCULO

Jesus Rom

ero Nápoles

es profesor investigador en elprogram

a de Entomología del Colegio de Postgraduados,

miem

bros del Sistema N

acional de Investigadores, nivel II.H

a impartido 35 cursos en diferentes niveles y ha asistido

a 56 eventos científicos. Es autor de 127 trabajos entre ar-tículos y libros, adem

ás de asesorar o dirigir 47 tesis enlos niveles licenciatura, m

aestría y doctorado.

>TETZCOTZIN

CO:CUAN

DO LAS D

AHLIAS FLORECEN

>La fam

ila Bruchidae guarda una estrecha relación

con la planta que la hospeday es gran reguladora

natural de las diversas poblaciones de ésta.>DAHLIBRUCHUSCON

RADTI alimen-

tándose de polen deDahlia coccinea Cav.

ACTUALMEN

TE seregistran 29 especiesnacionales del géneroDahlia, que tienen sucentro de diversifica-ción en M

éxico.

>HUEVECILLOS DEDAHLIBRUCHUSCON

RADTI sobre lasem

illa de D. rudis(izquierda). Adulto deDahlibruchus conradtiy opérculo de em

er-gencia (derecha).