maestros al estilo de jesÚs por: antonio pérez esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 presentación...

107
1 MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín ([email protected])

Upload: others

Post on 02-Sep-2021

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

1

MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS

Por: Antonio Pérez Esclarín ([email protected])

Page 2: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

2

A todos los educadores y educadoras que se entregan cada día, con pasión y

entusiasmo, a construir un mundo justo y fraternal, como lo quería Jesús.

Page 3: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

3

Presentación

He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida, han guiado mis

pasiones y mis búsquedas: la literaria, la educativa y la espiritual. Me inicié como escritor con una

serie de novelas, en especial “La gente vive en el Este” y “Jesús de Gramovén”, posiblemente

poco trabajadas, en las que volqué mis inquietudes juveniles y los anhelos de que el cristianismo

volviera a Jesús con mayor radicalidad y recuperara su fuerza transformadora de este nuestro

mundo cada vez más inhumano, que va directamente contra el proyecto de Jesús de construir un

mundo justo y fraternal. Por esos mismos años, estoy hablando de comienzos de la década de los

setenta, escribí dos libros filosóficos, “La revolución con Marx y con Cristo,” y “Ateísmo y

Liberación”, que abordan la misma perspectiva de búsqueda de un cristianismo más

comprometido con la transformación social que asumí en mis novelas.

En esos años yo era un voraz lector de literatura, especialmente de novelas, y devoraba con

especial pasión sobre todo las obras de los autores latinoamericanos más famosos, e incluso logré

mantenerme al día con los libros que iban publicando lo que me permitió reunir una buena

biblioteca de literatura latinoamericana.

Mis inquietudes literarias las realicé también en una serie de grandes reportajes sobre Venezuela,

que fui publicando primero en la extraordinaria revista zuliana “Respuesta”, y cuando cerró, en la

revista de los Paulinos, “Familia Cristina” en la que, durante años, publiqué la serie “Venezuela

Insólita”. Para escribir estos reportajes recorrí toda Venezuela y me fui adentrando en las

profundidades de su tierra y de su alma, en un Toyota rústico, la mayoría de las veces

acompañado de mi esposa Maribel, y cuando nacieron, de mis hijos, Manaure y Nairuma.

Recuerdo que yo iba al volante, y mi esposa al lado con un cuaderno donde iba escribiendo las

expresiones literarias que me sugería el paisaje y yo recitaba en voz alta: “De lo alto de la sierra

viene bajando el rebaño blanco de la niebla que va mojando la carretera con sus besos grises”;

“antes de caer la noche, en La Guajira, se encienden los horizontes. Unos minutos después parece

que hubiera un degüello cósmico y los cardones exudan espumas de sangre”…. En los pueblitos

buscaba la palabra sabia de los viejitos que me iban asomando a las honduras de una vida austera,

noble y trabajadora. Por eso, mis reportajes tenían olor a tierra buena, a arepa recién tostada, a

guarapo y a café. Después, ya en la casa, venia un grato trabajo de reelaboración del reportaje

que, con frecuencia, exigía también alguna investigación en libros o revistas, pues en aquellos años

no existía la internet.

Reelaboré varios de mis reportajes en un libro “Venezuela, paraíso tropical. Rutas de turismo

ecológico, histórico y humano”, hace tiempo ya agotado. Hace un par de años volví a revisar mis

reportajes y los reelaboré en un libro “Tierra Venezolana: Lecturas para conocer y querer más a

Page 4: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

4

Venezuela”, que, aunque ya está diagramado, la inflación, la escasez de papel y de otros insumos,

sigue demorando su impresión.

Siempre he mantenido que fue Fe y Alegría, quien me hizo educador. En el año 1974 caí por

casualidad en la Normal Nueva América, en el 24 de Julio, un barrio muy marginal de Maracaibo,

donde viví algunos de los mejores años de mi vida. Tuve la enorme suerte de compartir con un

grupo de educadores apasionados con los que fuimos entendiendo que educar es algo más

sublime e importante que enseñar biología, literatura o inglés. Educar es formar personas, cincelar

corazones nobles y generosos, ofrecer los ojos para que los alumnos puedan mirarse en ellos y

verse bellos y valiosos, y así puedan mirar a los demás con respeto y con amor. Los educadores

somos arquitectos de personas, escultores de corazones nobles y generosos, parteros del alma.

Educar es continuar la obra de Dios que creó a cada persona por amor, como un hijo o una hija

infinitamente queridos, y que lo deja en las manos de los padres y de los educadores para que le

ayudemos a realizar su vocación en la vida y alcanzar la plenitud y la felicidad, es decir, le

ayudemos a cumplir el sueño que Dios tuvo para ellos cuando los creó.

En la Normal Nueva América fuimos comprendiendo con creciente claridad que los educadores

somos la pieza clave para una educación de calidad integral, que forme razón, corazón y espíritu;

conocimientos, sentimientos y valores. Como educadores populares teníamos que formar

maestros y maestras comprometidos en gestar una educación liberadora, que cultivara en los

alumnos el respeto, la responsabilidad, la justicia, el servicio, la solidaridad, el amor.

Desde muy pronto comprendimos que, si queríamos cosechar esos valores, debíamos sembrarlos

en toda la estructura organizativa y pedagógica para que los alumnos los vivieran en la

cotidianidad y en todos los momentos de su formación, pues los valores no se logran con

discursos, sino mediante la vivencia. De este modo, nos fuimos convirtiendo en una verdadera

comunidad de aprendizaje y de vida, en compañeros y amigos, apasionados de la educación, por

ello sin horarios, a tiempo completo y repleto, con gran capacidad de innovar y crear, muy libres

para reinventar los programas, para planificar juntos y por proyectos partiendo de las necesidades

e intereses de los alumnos y de las comunidades, para hacer de Maracaibo y del Estado Zulia una

gran aula, para ligarnos a la problemática del entorno y luchar con las comunidades en demanda

de cloacas, de agua, de transporte. Convertimos la biblioteca y una imprenta rústica que

compramos en centro de las actividades pedagógicas, en lugares privilegiados para la verdadera

investigación, la creatividad y la producción. De hecho, empezamos a publicar dos colecciones: la

revista infantil “Cosas de Niños”, y “Cuentos para niños”, donde los normalistas volcaban su

ingenio y creatividad. Muy pronto creamos dos escuelas experimentales, la Nueva América y la

Nueva Venezuela, que funcionaban en las tardes, para que los estudiantes normalistas ejercitaran

con sus alumnos lo que estaban aprendiendo. Y por si fuera poco, abrimos en las noches cursos de

alfabetización, cooperativismo y producción para los adultos del barrio.

Todo el resto de mi vida lo he dedicado en Fe y Alegría, a formar educadores sencillos,

apasionados y serviciales; que vivan en formación permanente, ya no para engordar currículos y

creerse de este modo superiores, sino para poder servir mejor a los alumnos, sobre todo a los más

Page 5: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

5

carentes y necesitados. Por ello, yo suelo repetir que no podemos concebir los títulos como

escaleras para acceder a cargos más importantes, acumular privilegios y encumbrarnos sobre los

demás, sino como escaleras que nos permitan descender a los niveles de los alumnos más

necesitados para así poderles brindar nuestro cariño y nuestra ayuda. Hoy, tener un buen

maestro o una buena maestra, es la principal lotería que le puede tocar a un niño o a un joven en

la vida. Ellos pueden suponer la diferencia entre un pupitre vacío o un pupitre ocupado, entre una

vida superficial o una vida con sentido, entre un delincuente o una persona generosa y servicial.

En los últimos años y por comprender que la familia es la primera y principal escuela y que es muy

poco lo que pueden hacer los educadores si no cuentan con la articulación y el apoyo de los

padres, me he dedicado también a la formación de padres y representantes.

La educación me fue apasionando tanto que eclipsó mi anterior vocación literaria, hasta el punto

que ya todas mis lecturas y producciones son esencialmente de tema educativo. En los últimos

años he tratado de integrar educación con espiritualidad, ya que estoy convencido que si la

educación en verdad pretende ser integral y asumir todas las dimensiones de la persona, es

fundamental que incorpore la espiritualidad que considero la dimensión más esencial del ser

humano. Afortunadamente, el trabajar en Fe y Alegría me ha permitido adentrarme

profundamente en esta dimensión y comprender y experimentar que Dios es Amor, que ama

incondicionalmente a cada persona y quiere que todos vivamos como hermanos.

Debo reconocer que, en mi infancia y juventud, fui educado en una religiosidad de un Dios lejano

y hasta cruel, Juez implacable y temible, dispuesto a mandarnos al fuego eterno del infierno si

uno moría en pecado mortal que, por supuesto, en aquellos años juveniles y en un ambiente muy

conservador, el pecado mortal sólo se asociaba con la masturbación. Afortunadamente, la dulce

María, Madre Tierna y Misericordiosa, a quien uno podía recurrir siempre, compensó de algún

modo la idea de ese Dios temible. En ella cobijé siempre mis miedos y mis angustias. Muchos

años después vine a comprender que, al haber perdido al Dios Abbá, Padre-Madre

Misericordioso, María, en cierto modo, lo sustituyó. Por ello, el pueblo sencillo es esencialmente

mariano y vive su religiosidad muy lejos de los dogmas y teologías oficiales.

Pronto me dejé seducir por el Jesús del evangelio, ese poeta de la misericordia, ese peregrino

incansable en busca de los últimos, los abandonados, despreciados y menesterosos, para decirles

que Dios los ama sin límites ni condiciones. Me emocionó y llenó de alegría comprender que

Jesús no vino a traernos una religión, sino un modo de vida, radicalmente opuesto a las

propuestas de vida de la sociedad. Jesús puso de cabeza los valores de este mundo y nos asomó a

la idea de un Dios tan alejado de los atributos con que se había asociado a la divinidad, que se

revelaba y ocultaba en los pobres y despreciados y se sentía más cerca de las prostitutas y los

pecadores que de la gente religiosa que tenía cerradas las puertas del corazón a las necesidades

de los excluidos y humillados. No entendía y me rebelaba al palpar cómo el cristianismo se había

podido alejar tanto del evangelio, ese gran poema de la ternura y el amor, hasta el punto que se

había utilizado para conquistar y destruir pueblos y civilizaciones, para justificar la esclavitud, la

represión, la violencia, las guerras y las dictaduras inhumanas.

Page 6: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

6

Cuando comprendí que seguir a Jesús suponía proseguir su misión de establecer aquí el reino de la

justicia, la paz y el amor, mi fe se hizo más militante y más ligada a las realidades de este mundo

tan injusto y cruel que había que cambiar, no por la violencia y la fuerza, sino por el camino que

eligió Jesús, el de la mansedumbre, la sencillez, el servicio y el amor.

Por esos días comprendí también que Jesús fue un gran revolucionario, el mayor que ha habido

en la historia de la humanidad. La gran pasión de Jesús, a la que entregó su vida y por la que

murió, fue la construcción del Reino, una sociedad fraternal, donde los olvidados de siempre

serían los primeros, los preferidos. Jesús vino a plantearnos nada más y nada menos que la más

profunda de todas las revoluciones: la revolución del corazón. Se trata de cambiar el corazón

egoísta, violento, encerrado en sí mismo, por un corazón generoso, sencillo, pacífico, lleno de

mansedumbre y de misericordia. Corazón como el suyo, que nunca utilizó el poder en su propio

beneficio, dispuesto siempre a que la única sangre que corriera fuera la suya, y que murió

perdonando a los que lo crucificaban y se mofaban de sus terribles sufrimientos.

Poco a poco, me fui convenciendo de que servirá de muy poco intentar cambiar las estructuras políticas, económicas y sociales, si no cambiamos los corazones. La lucha por la paz y la justicia debe comenzar en el corazón de cada persona. No seremos capaces de romper las cadenas externas de la injusticia, la violencia, la miseria, si no somos capaces de romper las cadenas internas del egoísmo, el desprecio, el consumismo, el afán de admiración y reconocimiento, el narcisismo, que atenazan nuestros corazones. Sin cambio profundo de valores no hay revolución genuina y todo queda en mera retórica hueca que trata de ocultar las nuevas formas de explotación y opresión. Toda auténtica revolución es siempre una revolución moral. Toda supuesta revolución está destinada al fracaso si no se sustenta sobre objetivos y conductas éticas, y termina agudizando los problemas que pretendía remediar y profundizando los antivalores que decía combatir. Y no hay nada más inmoral que utilizar un lenguaje moralizante para tapar conductas inmorales. Frente a la terrible crisis de valores que vivimos y la inflada retórica moralizante que con frecuencia no se sustenta en hechos y cambio de actitudes, Jesús nos propone un rearme moral, un cambio radical en la vivencia de los valores: el egoísmo debe ser sustituido por la solidaridad; la violencia por la mansedumbre; el consumismo por la austeridad; el deseo de venganza por el perdón; la exclusión por la inclusión de todos, incluso de los que piensan de un modo totalmente distinto al de uno. No derrotaremos la corrupción, que actualmente corroe la entraña de la sociedad, con corazones apegados a la riqueza y el tener; no construiremos participación y democracia, con corazones ávidos de poder, no estableceremos un mundo fraternal con corazones llenos de odio y de violencia. Por ello, en este mundo donde impera la retórica y la palabrería hueca, donde muchos dirigentes niegan con su vida lo que proponen en sus discursos, pronto me apasionó de Jesús su total coherencia entre palabra y vida. Él vivió siempre todo lo que proponía y su vida fue su principal discurso: Si en las Bienaventuranzas nos ofreció su propuesta de felicidad es porque Él las vivió todas. Fue pobre, humilde, misericordioso, limpio de corazón; tuvo verdadera hambre y sed de justicia, trabajó intensamente por la paz verdadera y hasta fue perseguido y crucificado por ello.

Page 7: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

7

Decimos también que el Padrenuestro es la oración que nos enseñó Jesús. Pero es mucho más que eso, pues es también un excelente resumen de su vida: Experimentó a Dios como Padre de todos y, en consecuencia, se hizo hermano de los demás. Su pasión fue el Reino al que se entregó por completo, hasta la muerte. Siempre buscó la voluntad del Padre hasta en los momentos de angustia, sufrimiento y desesperanza. Trabajó por un mundo donde todos pudieran alimentarse adecuadamente, dio de comer a los hambrientos e incluso se hizo pan para alimentarnos con su Espíritu. Nos enseñó a perdonar y murió perdonando a los que lo crucificaban y se burlaban de sus sufrimientos. Combatió con vigor las tentaciones que le aconsejaban dejar su camino de entrega y de servicio y buscar la gloria y el reconocimiento mundanos. Y durante toda su vida combatió con valor las fuerzas del mal, los espíritus malignos y diabólicos, sembradores de división y discordia. En enero del año 2004, La Confederación Internacional de Educación Católica del Continente (La CIEC), me otorgó en Santiago de Chile el premio Jesús Maestro, que se otorga cada tres años a un educador que “supuestamente” haya aportado algo significativo a la educación católica. En las palabras que dirigí al público asistente, venido de todos los países de América, desde Canadá hasta Argentina, yo jugué deliberadamente con la expresión de que “Recibir el premio Jesús Maestro me obligaba a intentar ser maestro a lo Jesús”. Terminadas los aplausos y las felicitaciones, cuando quedé a solas con mi conciencia y estaba todavía aturdido por el regocijo que me había producido el premio, me dije: “¡Epa! Esas palabras que acabas de decir no pueden ser meramente un bonito discurso para cosechar aplausos. Te acabas de comprometer ante los delegados de educación católica de todos los países de América a intentar ser Maestro a lo Jesús. Esto no puede ser una frase bonita y hueca, pues implica una tremenda responsabilidad y un cambio radical de ideas y de vida”. Sentí un vértigo de escalofrío y caí de rodillas para pedirle a ese Jesús Bueno que no tomara en cuenta mi vanidad y mi soberbia, que me hiciera más humilde y me ayudara a modelar en Él mi figura de Maestro. Esto me llevó, en primer lugar, a estudiar a Jesús como Maestro y resultó una revelación incomprensible comprobar que ni colegios ni universidades católicas presentaban a fondo a Jesús como Maestro y mucho menos su pedagogía, pues escasamente superaban la generalidad vacía de llamarlo “El Maestro de maestros”. Es verdad que Jesús no escribió ningún libro de pedagogía, pero también es verdad que, si estudiáramos a fondo sus enseñanzas y cómo las proponía, es decir, su estilo pedagógico, podríamos alimentar en Él nuestra práctica educativa y nuestra vocación de maestros. Este descubrimiento me animó a realizar una investigación personal sobre este tema que fructificó un par de años más tarde en el libro “Jesús Maestro y Pedagogo. Aportes para una cultura escolar desde los valores del evangelio” que me publicó en el año 2006, la editorial San Pablo de Caracas. Desde ese momento, Jesús ha estado presente en todas mis conferencias, cursos y jornadas formativas. Siguiendo su ejemplo, he incorporado las parábolas y el estilo cercano y sencillo, que parta de la realidad y vida de las personas. Jesús me ha ayudado a cultivar mi interioridad, a alimentarla en la oración y a incorporar cada vez con más fuerza la espiritualidad en mis propuestas formativas.

Page 8: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

8

Por ello, este nuevo libro en el que trato de unir mis vocaciones y mis búsquedas fundamentales, necesariamente tenía que girar en torno a Jesús, Modelo de Maestros. Comienzo siempre con una breve cita del evangelio, que me esfuerzo por desarrollar ubicándola en su contexto y describir con brochazos literarios, para luego presentar su lectura pedagógico- espiritual, con la intención de que los educadoares puedan alimentar la decisión de ser Maestros al estilo de Jesús. Debo reconocer que el libro de José Antonio Pagola, “Jesús. Aproximación histórica”, editado en 2007 por PPC, ha inspirado y alimentado muchas de las cosas que aquí digo. También los comentarios del mismo Pagola a los evangelios de las celebraciones eucarísticas de los domingos, que desde hace ya muchos años me envía fielmente el P. Ángel Martínez, han nutrido profundamente mi fe y mi espiritualidad que necesariamente aparecen en las ideas del libro.

Page 9: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

9

I.- JESUS, MAESTRO DEL SERVICIO Y LA MISERICORDIA

“¿Entienden lo que he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien

porque lo soy. Pues si yo, siendo el Señor y Maestro les he lavado los pies,

también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado ejemplo

para que hagan lo que yo he hecho” (Juan 13, 12-16).

Sabía bien que había llegado la hora definitiva. Decidió subir a Jerusalén aunque estaba seguro

que posiblemente sería un viaje sin retorno. Incluso en el camino había tenido que reprender con

coraje a Pedro que pretendió disuadirle que abandonara ese camino que le iba llevar al

sufrimiento y a la muerte. ¡Qué lejos estaban de comprender y aceptar su anuncio del Reino, a

pesar de que había sido su pasión y el centro de sus enseñanzas! Incluso había sonreído con

amargura y un tanto decepcionado cuando escuchó, en ese mismo viaje a Jerusalén, que sus

discípulos andaban peleándose para ver quién acapararía los mejores puestos en el reino!

Definitivamente, estaban sordos y negados a aceptar sus palabras que tantas veces y de tantas

formas les había repetido: “el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el

que quiera ser el primero entre vosotros, que sea esclavo de todos”1.

Aceptó entrar en Jerusalén montado en un humilde burrito para evidenciar una vez más que sus

ideas del poder y del triunfo eran radicalmente opuestas a las de los emperadores que entraban

por arcos de triunfo a las ciudades conquistadas montados en briosos caballos y seguidos de un

impresionante séquito de guerreros y esclavos. Si los conquistadores dominaban a sus pueblos y

levantaban su poderío sobre la opresión y la violencia, Él había venido a liberarlos, pues su misión

era servir a todos, especialmente a los despreciados y humillados, y no ser servido ni reverenciado.

Los poderosos dominaban y arrebataban vidas, Él estaba dispuesto a darla para que todos

tuvieran vida en abundancia, que es lo que quería el Padre, que era un Dios de vida, con especial

predilección por los débiles, los pecadores, los pequeños, los rechazados.

El grupito de sus seguidores y también algunos otros peregrinos que reconocieron en Jesús al

Sanador de enfermos y al Maestro de la Misericordia, contagiados por la alegría de entrar en la

Ciudad Santa, empezaron a aclamarle y, como muestra de su admiración y respeto, alfombraron

el camino con sus mantos y con ramas, hierbas y flores que cortaban del monte que crecía en las

orillas del camino. Algo muy sencillo, nada grandioso, radicalmente opuesto a las entradas

1 Marcos 10, 42-44.

Page 10: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

10

triunfales de los conquistadores. Su triunfo iba a consistir en su fidelidad inquebrantable, hasta

la muerte, a la misión de anunciar el Reino de justicia y amor que el Padre le había confiado.

Los acontecimientos en el templo donde, incendiado de cólera santa, derrumbó algunas mesas y

sacó a los mercadores a latigazos por haberlo convertido en cueva de ladrones, sin duda que

precipitarían los hechos. Los dueños del poder religioso no iban a permitir los desvaríos de este

galileo, que se las daba de profeta y estaba amenazando la esencia de la ley y poniendo en peligro

toda la estructura de su religión. Se la pasaba con gente impura, tocaba leprosos, y comía con

publicanos y pecadores. Su desfachatez y osadía había llegado incluso a la blasfemia de decir que

las prostitutas y los pecadores entrarían en el reino antes que ellos, que eran los guardianes del

templo y de la ley y, en consecuencia, los garantes de mantener pura la religión de Moisés y sus

antepasados. Varias veces había violado abiertamente la ley al curar enfermos en sábado y hasta

tuvo la osadía de defender a sus discípulos cuando habían arrancado en sábado unas espigas para

mitigar su hambre. ¿Acaso ignoraba que Dios les había dado el sábado para el descanso total,

como Él mismo lo había hecho que descansó el séptimo día después del trabajo de la creación?

Jerusalén ardía de peregrinos que habían llegado de todos los rincones a celebrar la Pascua.

Muchos andaban ya comprando los corderos, el pan ázimo y las verduras y hierbas necesarias para

celebrarla en unos pocos días. Los soldados romanos vigilaban en la torre Antonia todo ese ir y

venir de gentes, listos para mantener el orden a toda costa y cortar por lo sano cualquier brote de

rebelión que prendiera la chispa en el corazón de esos judíos que, a pesar de que su máximo

sacerdote Caifás, había jurado fidelidad total a Roma y era un excelente aliado, se mantenían

reacios a aceptar el poder del emperador pues muchos alegaban que sólo debían obediencia total

a su Dios. Por ello, resultaban tan potencialmente peligrosas las habladurías de ese galileo que se

la pasaba anunciando la llegada del Reino de Dios, donde los pecadores, enfermos y pobres

entrarían antes que todos los demás, lo que suponía una verdadera amenaza a toda esa estructura

imperial, que privilegiaba a los poderosos y los ricos. Además, el poder imperial no iba a permitir

otro poder sobre la tierra, aunque viniera disfrazado con esa expresión tan ambigua de “Reino de

Dios”.

Ese día no quiso regresar a Betania a pasar la noche en la casa de sus amigos Lázaro, María y

Marta, como acostumbraba hacer cuando venía a Jerusalén. Quiso más bien despedirse de sus

amigos con una cena especial. Aprovecharía en ella para insistir en sus enseñanzas esenciales y

llevarles palabras de consuelo a sus corazones atribulados que no ignoraban que estaban a las

orillas de acontecimientos dolorosos.

Comieron con buen apetito y disfrutaron del vino. Pretendieron conversar con naturalidad,

aunque sentían que su Maestro parecía, a ratos, ausente, como si estuviera atrapado por alguna

preocupación grave o algún pensamiento que acaparaba por completo su atención. Al rato, los

discípulos vieron asombrados que se levantaba con determinación de la mesa, se quitaba el

manto, se ceñía a la cintura una toalla, agarraba una ponchera y se ponía a lavar y secar los pies

de todos los que estaban cenando con él.

Page 11: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

11

El silencio oprimió los pechos de los discípulos como una losa. Sus ojos sólo expresaban

desconcierto. Todos se dejaron lavar los pies sin terminar de comprender qué pretendía el

Maestro con esa acción tan humillante, reservada tan sólo a los esclavos. Pero el fogoso Pedro no

aguantó y soltó su inquietud:

-¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?

Jesús le sonrió y trató de explicarle con delicadeza:

-Tú no puedes comprender ahora lo que estoy haciendo. Lo comprenderás más tarde.

Pero Pedro no iba a permitir que su Maestro se humillara hasta ese extremo.

-¡Jamás me lavarás los pies! –rezongó indignado.

¡Qué cabeza tan dura la de Pedro! Otra vez intentaba alejarlo del camino de servicio que había

elegido. ¡Qué incapacidad para aceptar su misión, aunque se la había vuelto a recordar hacía muy

poco! Su sonrisa mitigó la contundencia de su respuesta:

-Si no te los lavo, no puedes tener parte en mi proyecto. Sigues sin entender nada de lo que he

tratado de enseñarles en estos años de amistad en que hemos recorrido juntos las aldeas de

Galilea invitando a las personas a un cambio profundo de ideas y de vida ante la inminencia de la

llegada del Reino de Dios.

Si algo no quería Pedro era quedar excluido de los proyectos de Jesús. Él había prometido

seguirle hasta la muerte y cumpliría su promesa. Las palabras se le amontonaron en la boca:

-¡Lávame entonces no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza! 2

Prosiguió la cena aunque los discípulos no podían liberarse del asombro que les había producido el

ver a Jesús lavando sus pies. Tardaban las palabras en llegar a sus bocas y cuando lo hacían

rodaban sin fuerza, sin lograr desbaratar el silencio que se había enseñoreado de todos ellos.

Vieron que Jesús tenía de nuevo los ojos fijos en la mesa y que ardían con un fuego especial. La

cena estaba terminando y sobre la mesa quedaban trozos de pan, granos de trigo molidos,

triturados, para alimentar la vida de las personas. En las copas había restos de vino: granos de

uva pisoteados, exprimidos, fermentados para poner un relámpago de alegría y vigor en los

corazones. Jesús recordó que sólo si el grano de trigo muere, da fruto. Su muerte es la raíz de la

cosecha. Entonces se vio pan y se vio vino. Dentro de muy poco su cuerpo sería molido,

destrozado y su sangre derramada hasta la última gota. El pan era su cuerpo y el vino su sangre

para, aunque se separara de ellos, sellar la nueva alianza, y seguir alimentando con su espíritu las

vidas de sus seguidores, animándoles a que ellos también se convirtieran en alimento y fuerza

para los demás.

2 Ver Juan 13, 1-9.

Page 12: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

12

Entonces, “Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo,

‘Tomen y coman’; esto es mi cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias, y se la pasó diciendo:

‘Beban todos de ella: esto es mi sangre, la sangre de la alianza, que es derramada por una

muchedumbre”3.

Todos bebieron de la misma copa e intuyeron que habían asistido a un acto sublime y

transcendental que no terminaban de entender. Después cantaron algunos salmos y se dirigieron

al huerto de los olivos, donde a Jesús le gustaba retirarse a orar. Necesitaba en estos momentos

de un modo muy especial comunicarse con el Padre, abrirle su corazón angustiado, contarle sus

miedos y pedirle también que le acompañara en este trance doloroso.

La hora, la cena abundante, el vino y el cansancio, doblegó a los discípulos que pronto se

durmieron, sin tomar en consideración el consejo de Jesús que se pusieran a orar para que

tuvieran fuerzas para enfrentar los sucesos dolorosos que estaban a punto de ocurrir.

Jesús se sintió completamente solo, se arrancó de los discípulos dormidos y una angustia sin

orillas empezó a oprimirle el alma. La tristeza era tan profunda que parecía manarle como sangre.

Intuía que muy pronto lo apresarían, tal vez esa misma noche, para evitar así que sus seguidores

se rebelaran y comenzara una especie de levantamiento, si lo apresaban en público y durante el

día. Le aterraba la idea de ser crucificado. Desde niño había oído hablar de este terrible suplicio,

reservado para los rebeldes que osaban alzarse contra Roma. Ningún ciudadano romano, por

grandes que fueran sus delitos y crímenes, podía ser sometido a esa muerte tan dolorosa y

humillante. Cuando él tenía dos o tres años, el general Varo, incendió Séforis y las aldeas a su

alrededor. Luego, destruyó Emaús, tomó Jerusalén, esclavizó a numerosos judíos y crucificó a unos

dos mil.

La crucifixión siempre era un acto público, pensado para que sirviera de escarmiento general. La

agonía de los crucificados podía durar horas y hasta días. La asfixia oprimía sus pulmones, y para

poder respirar, los crucificados debían levantarse sobre los clavos, tomar un poco de aire y volver

a caer. Y así, hasta la muerte. Algunas veces, para adelantarla, les quebraban los huesos de las

piernas para que no pudieran levantarse y se asfixiaran pronto. Previamente, solían ser flagelados

y humillados a base de golpes, salivazos, y todo tipo de afrentas dependiendo del sadismo de sus

verdugos. En la cruz eran expuestos totalmente desnudos para que sus tormentos atemorizaran a

la población y cortaran de raíz las posibles intenciones de rebelarse contra Roma. Solían colocar

arriba, en lo alto de la cruz, un pequeño letrero que explicaba la razón de la condena de los

crucificados, para que todo el mundo se enterara. Una vez muertos quedaban en la cruz hasta

que los devoraban los zamuros y las bestias salvajes.

La angustia en el huerto, sin embargo, no doblegó su voluntad de llevar hasta el extremo su

decisión de entregar la vida al establecimiento del Reino. No huiría sino que enfrentaría con valor

la misión para la que había sido escogido. Se aferró a la oración aunque sintió como nunca la

ausencia de ese Padre Bueno que permanecía callado. Él sabía, sin embargo, que en lo más

3 Mateo 26, 26-28

Page 13: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

13

profundo del silencio, el Padre lo abrazaba y lo acompañaba. De la oración salió fortalecido a

enfrentar a los soldados del templo que, siguiendo las órdenes de Caifás, se acercaban a

apresarlo.

I.1. Jesús quiso identificarse con nosotros los Maestros

¡Qué orgullo, responsabilidad, pero también profundo temor debemos sentir los educadores en lo

más profundo del corazón al descubrir que Jesús, “el hombre que venía de Dios”, que nos reveló

al Padre y nos mostró su verdadero rostro, quiso identificarse con nosotros, pues sólo aceptó el

título de Maestro, como nos lo cuenta el evangelista Juan y rechazó otros que parecían de mayor

prestigio y grandeza! Después de la multiplicación de los panes y los peces, cuando la gente pudo

palpar su poder y su prestigio, quisieron nombrarlo rey, pero Jesús huyó apresuradamente4. Si

algo se oponía radicalmente a su proyecto era dominar a los demás y ser reverenciado y temido

como los reyes y los jefes de este mundo: “Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las

naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será

así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe

hacerse el servidor de todos, y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos. Sepan que el

Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una

muchedumbre”5

Jesús no había venido a ser admirado y servido, sino a servir a todos, en especial a los más

despreciados y excluidos, y a dar su vida por ellos. El reino que él anunciaba, la sociedad que

quería el Padre, era una especie de anti-reino pues proponía unos valores radicalmente distintos a

los de los reyes de esta tierra, que mantenían su poderío y sus privilegios sobre la opresión y la

violencia.

Tampoco aceptó ser el Mesías, prometido por los profetas, que tan ardientemente esperaba el

pueblo judío: un gran líder político que le devolvería a Israel su poderío y gloria y se impondría

por la fuerza a todas las naciones. Ellos eran el Pueblo elegido por Dios que les había prometido

enviarles su Mesías que les conduciría con la fuerza de su brazo poderoso a la gloria y el dominio

sobre los demás que les correspondía por ser los elegidos. Los enemigos serían derrotados y el

Dios de Israel impondría su fortaleza sobre todas las naciones que tendrían que venir a adorarle en

el templo de Jerusalén.

Frente a este mesianismo glorioso, Jesús prefirió identificarse con el Siervo Sufriente de Isaías

que no vendría a dominar sino a servir y entregar su vida por los demás. Conocía bien el texto

que seis siglos antes había escrito el profeta y que para Jesús visualizaba ya lo que le iba a

suceder y la actitud que el Padre esperaba de él: “ Fue maltratado y él se humilló y no dijo nada,

4 Ver Juan 6, 15. 5 Marcos 10, 42-44.

Page 14: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

14

fue llevado cual cordero al matadero, como una oveja que permanece muda cuando la esquilan.

Fue detenido, enjuiciado y eliminado ¿y quién ha pensado en su suerte? Pues ha sido arrancado

del mundo de los vivos y herido de muerte por los crímenes de su pueblo. Fue sepultado junto a

los malhechores y su tumba quedó junto a los ricos, a pesar de que nunca cometió una violencia,

ni nunca salió una mentira de su boca”6.

No aceptó Jesús estos títulos, el de Rey Poderoso y Mesías Glorioso, pero sí aceptó el título de

Maestro. No había estudiado para maestro, no era un escriba, sino “el hijo del carpintero”, y sin

embargo, la gente lo llamaba Maestro porque veían en Él un maestro de vida, que les asomaba a

nuevas realidades y colmaba sus esperanzas y anhelos más profundos. La gente se colgaba de sus

labios porque sus palabras eran como una fuente de agua fresca y clara donde podían saciar su

sed más profunda y lavar sus cansancios y suciedades.

Ser Maestros al estilo de Jesús, Maestros de vida, supone entregarse por completo al servicio de

los alumnos, en especial de los más problemáticos y carentes. Como Jesús, los educadores

debemos utilizar el poder no para dominar, humillar, aplastar, sino para empoderar, para servir,

para sanar. A diferencia de Jesús que lavó los pies de los discípulos en un acto de sublime

humillación y servicio, Pilatos, al día siguiente, lavará sus manos en un acto de cobardía y

utilización del poder, ya no para liberar y para salvar, sino para oprimir y aplastar. Sabe bien que

está condenando a un inocente. Reconoce que no encuentra en él delito alguno, pero los

sacerdotes y los principales dirigentes del pueblo judío, tratan de abrirle los ojos haciéndole ver

que ese galileo que se cree un profeta iluminado, habla de un reino distinto al del emperador de

Roma donde los últimos serán los primeros. Que aunque aparece desarmado y no tiene ejércitos

que lo siguen, sus palabras son una amenaza real contra Roma, pues sus enseñanzas contradicen

radicalmente los valores, normas y leyes del Imperio. Entonces Pilatos ordena su crucifixión y

para que quede bien claro el motivo de su condena, exige que en la tablita en lo alto de la cruz se

escriba que este Jesús de Nazareth se proclamó rey de los judíos, lo que constituía un acto de

rebeldía contra Roma.

El poder se puede utilizar para servir o para dominar; para liberar o para aplastar. Sin duda

alguna, los educadores tenemos poder. En nuestras manos está utilizarlo como Jesús para dar

vida y libertad o como Pilatos para oprimir y dominar.

Ser Maestros al estilo de Jesús nos obliga a reconocer que son los alumnos las personas más

importantes y que nosotros estamos para servirles y ayudarles; para entregar y gastar nuestra vida

para que realicen su misión y alcancen su plenitud humana y espiritual como hijos e hijas de Dios.

Somos antorchas que nos gastamos para iluminar y dar calor. Debemos convertirnos también,

como Jesús, en alimento para darles fuerza, vigor y aliento. Ya no se trata de ser meros

profesores, que enseñamos una serie de conocimientos, materias y programas. Se trata de

hacernos todos, sin importar las materias que enseñamos, maestros de vida, al estilo de Jesús,

6 Isaías 53, 7-9

Page 15: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

15

que invitamos con la palabra y el ejemplo a caminar por la vida de un modo radicalmente distinto

al que nos invita la actual sociedad.

Para el crecimiento humano, los verdaderos educadores, los maestros de vida, no los meros profesores, son más importantes y decisivos que los políticos, los técnicos, los militares o los economistas. Educar no es instruir, adoctrinar, mandar, obligar, imponer o manipular. Educar es el arte de acercarse al alumno con respeto y con amor, para que se despliegue en él una vida verdaderamente humana. Por ello, la educación así entendida, y no la mera instrucción, está adquiriendo una importancia cada vez mayor en todo el mundo, pues se la considera el elemento clave para abatir la pobreza, aumentar la productividad y formar personas autónomas y ciudadanos honestos, responsables y solidarios, verdaderamente comprometidos con el bien común, con la gestación de verdaderas sociedades democráticas en las que todos puedan vivir dignamente y se combata con vigor la miseria, la exclusión, y todo tipo de discriminación, injusticia y opresión. De ahí la nobleza de la educación, pues es o puede llegar a ser la tarea humanizadora por excelencia, el medio privilegiado para que cada persona se plantee y alcance una vida en plenitud, con los demás y para los demás, no contra los demás. En la actual sociedad del conocimiento y en este nuestro siglo del saber, la carrera económica, cultural y geopolítica pasa a ser una carrera entre sistemas educativos. La educación es la suprema contribución al futuro del mundo actual, puesto que tiene que contribuir a prevenir la violencia, la intolerancia, la pobreza, el egoísmo y la ignorancia. Una población bien educada e informada es crucial si se quiere tener democracias prósperas y comunidades fuertes. A todos nos conviene tener más y mejor educación y que todos los demás la tengan. La educación es el pasaporte a un mañana mejor. La fortaleza de un país radica en el grado de educación de sus habitantes. Si realmente estamos convencidos de que la educación es el pasaporte al mañana, la condición de cultura, libertad, dignidad, clave de la democracia política, del crecimiento económico y de la equidad social, debería ocupar el primer lugar entre las preocupaciones públicas y entre los esfuerzos nacionales. Si es un derecho, es también un deber de todos. De ahí la necesidad de asumir la educación como tarea de todos, como proyecto nacional, objeto de consensos sociales, amplios y duraderos. El Estado debería liderar la puesta en marcha de un verdadero proyecto educativo, en coherencia con el proyecto de país que queremos, capaz de movilizar las energías creadoras y el entusiasmo de toda la sociedad. Si realmente estamos convencidos de la importancia de la educación, de que es el arma fundamental del progreso, deberíamos asumir una economía de guerra en pro de la educación. Guerra frontal contra la ignorancia, contra la pobreza, contra la ineficiencia, contra el clientelismo, contra la retórica, contra la mediocridad. Hay que convertir las proclamas y buenas intenciones, en políticas. Hay que superar la mentalidad clientelar y politiquera, y convocar a las mentes más preclaras y a los que han demostrado con hechos que, desde hace tiempo, les viene preocupando la educación y tienen algo concreto que aportar. No puede ser que los cargos en educación se sigan otorgando como pagos por favores y fidelidades polítiqueras. Hacer esto equivale a seguir apostando a la mediocridad y la derrota. El problema educativo es tan serio y tan grave, que no podemos darnos el lujo de prescindir de nadie. Todos somos necesarios para resolverlo. Pero debemos ser los educadores, los verdaderos maestros al estilo de Jesús, los protagonistas de los cambios educativos necesarios. Hoy todo el mundo está de acuerdo en que, si queremos una educación de calidad, necesitamos educadores de calidad, capaces de liderar las transformaciones necesarias. Ninguna reforma educativa ha triunfado en el mundo si los educadores no la han asumido con entusiasmo y creatividad.

Page 16: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

16

Para asumir el protagonismo que nos corresponde, los educadores, los verdaderos maestros, debemos transformar profundamente el rol que desempeñamos. Ya no podemos percibirnos como meros dadores de clases y programas, o como cuidadores de niños y de jóvenes mientras sus padres trabajan, sino como educadores socialmente comprometidos con el país, capaces de impulsar el proyecto de Jesús de establecer, aquí en la tierra, el reino de la justicia y del amor; que convertimos las aulas y centros educativos en lugares de trabajo, participación, formación, producción y también evangelización. Se trata de contagiar los valores del evangelio con nuestras vidas. Necesitamos más evangelio y menos doctrina. Para ello, debemos formarnos permanentemente tanto pedagógica como espiritualmente, para entender que nuestra misión primordial es estimular el aprendizaje y crecimiento humano y espiritual de todos nuestros alumnos, y que su fracaso implica nuestro propio fracaso. Necesitamos, en definitiva, ser MAESTROS, AL ESTILO DE JESUS. Tenemos muchos licenciados, profesores y hasta magisters y doctores, pero escasean cada vez más los genuinos maestros: hombres y mujeres que encarnan estilos de vida, ideales, modos de realización humana, capaces de gritar con su vida el evangelio. Personas orgullosas y felices de ser maestros, que asumen su profesión como una tarea humanizadora, vivificante, como un proceso de desinstalación y de ruptura con las prácticas rutinarias, carentes de sentido. Que buscan la formación continua ya no para acaparar títulos, credenciales y diplomas, y de esta forma creerse superiores, sino para servir mejor a los alumnos; capaces, por ello, de liberarse de la seducción de los papeles y de la enfermedad de la titulitis. Maestros que alimentan su vocación en la oración y el evangelio y se esfuerzan día a día por parecerse cada vez más a Jesús. Maestros que ayudan a buscar conocimientos sin imponerlos, que guían las mentes sin moldearlas, que facilitan una relación progresiva con la verdad y viven su tarea como una aventura humanizadora en colaboración con otros. Maestros comprometidos con revitalizar la sociedad, según el sueño de Jesús, empeñados en superar mediante la educación, la actual crisis de civilización y la crisis de país que estamos sufriendo, capaces de reflexionar y de aprender permanentemente de su hacer pedagógico, y que se responsabilizan por los resultados de su trabajo. Maestros preparados y dispuestos para liderar los cambios necesarios, que se esfuerzan cada día por ser mejores, por hacer cada vez mejor lo que hacen y así mejorar la educación y la sociedad. Maestros que se conciben como educadores de humanidad, no ya de una materia, sino de un proyecto, de unos valores, de una forma de ser y de sentir. Ser maestro, educador, es algo más complejo, sublime e importante que enseñar matemáticas, biología, lectoescritura, electricidad, computación o inglés. Educar es alumbrar personas autónomas, libres y solidarias, tender la mano, caminar al encuentro del otro, mirar con cariño y con respeto, escuchar las palabras y los silencios. El quehacer del educador es misión y no simplemente profesión. Implica no sólo dedicar horas, sino dedicar alma. Exige no sólo ocupación, sino vocación. El educador está dispuesto no sólo a dar tiempo, sino a darse. Cuentan que una vez entró un niño en el taller de un escultor. Y con la curiosidad de todos los niños, estuvo por un largo rato disfrutando de todas las cosas maravillosas que había en ese taller: martillos, formones, espátulas, cinceles, troncos de madera, bocetos, esculturas a medio hacer, otras ya listas...Pero lo que más le impresionó a ese niño fue ver una enorme piedra en el centro del taller. Era una piedra tosca, desigual. Todavía tenía los fogonazos de las cargas de dinamita con que la habían arrancado en la montaña, y tenía también las magulladuras de las cadenas con que

Page 17: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

17

la habían amarrado en el camión para traerla desde la lejana sierra hasta el centro del taller. El niño estuvo acariciando la piedra largo rato con sus ojos y se fue. Volvió el niño a los pocos meses y vio asombrado que, en lugar de esa piedrota que él tanto había admirado, se erguía un hermosísimo caballo que parecía quererse liberar de la fijeza de la estatua y ponerse a galopar por la sabana. Entonces el niño se dirigió al escultor y con la sabiduría de todos los niños, le preguntó: ¿Y cómo sabías tú que, dentro de esa piedra, se escondía ese caballo?7 Educar viene de la palabra latina educere, que significa sacar de adentro. Sin embargo, la mayoría piensa que es todo lo contrario: meter dentro programas, contenidos, datos, fechas. Es educador quien no ve en cada alumno la piedra tosca y desigual que vemos los demás, sino la obra de arte que se encuentra adentro, y entiende su misión como el que ayuda a limar las asperezas, a curar las magulladuras, el que contribuye a que aflore el ser maravilloso que todos llevamos en potencia. ¡Cómo cambia la relación educativa si cada mañana el educador se dirige a un salón de clases convencido de que allí le están esperando 30, 35, 40 obras de arte, verdaderos tesoros, todos distintos, pero todos igualmente maravillosos, en espera de su toque de artista que despierte sus potencialidades! La pedagogía de las inteligencias múltiples nos ha ayudado a comprender que todos somos inteligentes, aunque diversamente inteligentes pues cada persona sobresale en algún tipo de inteligencia. Antes se pensaba que sólo había dos tipos de personas: los inteligentes y los brutos. Por lo general, se consideraba que eran inteligentes las personas que eran buenas en lengua, matemáticas y ciencias. Hoy sabemos que hay ocho o nueve tipos de inteligencias (linguística, musical, lógico-matemática, corporal o deportiva, musical, espacial, naturista, intrapersonal, interpersonal y espiritual)8 , que todos sobresalimos en alguna de ellas, que la educación nos debe ayudar a descubrir y potenciar para realizar nuestra vocación en la vida y alcanzar nuestra plenitud. Freinet decía que a todos nos toca ir alguna vez a la cabeza del pelotón, es decir, que somos primero en algo y Einstein insistía en que “todos somos genios, pero si tú obligas a un pez a subir un árbol, creerá que es un inútil, que no sirve para nada”. De allí la importancia de mirar a cada alumno “con los ojos del corazón”, para no ver sus deficiencias, sino sus posibilidades.

¡Cuántos genios en potencia han quedado frustrados y cuántas potencialidades seguirán dormidas por no contar con educadores que les ayuden a descubrirlas y potenciarlas! En uno de sus inolvidables escritos, José Saramago hace una increíble descripción de su abuelo: “Viene cansado y viejo. Arrastra setenta años de vida difícil, de dificultades, de ignorancia. Y con todo, es un hombre sabio, callado y metido en sí, que sólo abre la boca para decir las palabras importantes, las que importan …Un hombre igual a muchos de esta tierra, de este mundo, un hombre sin oportunidades, tal vez un Einstein perdido bajo una espesa capa de imposibles, un filósofo (¿quién sabe?), un gran escritor analfabeto. Algo sería, algo que nunca pudo ser”.

A su vez, Saint-Exupéry recuerda un viaje en un tren repleto de gente de extracción social baja. Un niño pequeño dormía tranquilo entre sus padres. El escritor francés se quedó mirando la carita del niño y recordó la figura del gran compositor Wolfang Amadeus Mozart. Y pensó que tal vez ese niño tuviera en sí potencialidades como para llegar a ser un gran músico, pero temió que ni la vida ni sus educadores le iban a ofrecer las oportunidades necesarias, con lo cual sus talentos

7 Antonio Pérez Esclarín, Edaucar valoares y el valor de educar. Parábolas. San Pablo, 13 reimpresión, Caracas 2015, Pág. 7 y 8. 8 Ver mi libro Inteligencia Espiritual y Espiritualidad Cristiana. San Pablo, Caracas, 2016.

Page 18: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

18

quedarían ahogados. Después de una larga reflexión, cuando el escritor separa ya definitivamente los ojos del niño, en su fuero interno lo considera como un “Mozart asesinado”. ¡Cuántas personas no han podido realizar sus potencialidades por falta de educación! ¡Cuántos artistas, científicos, héroes, santos…, habrá bloqueado la mala educación!

En definitiva, la educación implica una tarea de liberación y de responsabilización. El educador tiene una irrenunciable misión de partero de la personalidad y del espíritu. Es alguien que entiende y asume la transcendencia de su misión, consciente de que no se agota con impartir conocimientos o propiciar el desarrollo de habilidades y destrezas, sino que se dirige a formar personas, a enseñar a vivir con autenticidad, con sentido y con proyecto, con valores definidos, con realidades, incógnitas y esperanzas. La vocación docente reclama, por consiguiente, algo más importante que títulos, diplomas, conocimientos y técnicas. Formar personas sólo es posible desde la libertad ofrendada y desde el amor que crea seguridad y abre al futuro. Cuando un maestro vive su diaria tarea no como un saber, que le crea un poder, o como una función que tiene que cumplir, sino como una capacidad que le obliga a un servicio, está no sólo ayudando a adquirir determinados conocimientos y destrezas, sino que está dando sentido a su misión, está educando, está ayudando a ser. Esto presupone una madurez honda, una coherencia de vida y de palabra. Y esa coherencia es imposible sin un permanente cuestionamiento y cuidado del propio proyecto de vida. Sólo quien reconoce sus limitaciones, sus propias contradicciones, sus carencias, y las acepta como propuestas de superación, de crecimiento, es decir de formación, será capaz de recibir amor y por ello podrá darlo. Será capaz de aprender y por ello de enseñar. El que cree que lo sabe todo, el que se coloca con autosuficiencia frente a los alumnos, el que piensa que no necesita de los demás, será incapaz de establecer una verdadera relación comunicativa, será incapaz de entender la necesidad de su propia educación, será por ello, incapaz de educar. La genuina educación está siempre al servicio de la vida y combate con decisión todo lo que la impide o asfixia. Verdadero educador, Maestro a lo Jesús, es el que sabe despertar toda la riqueza y las posibilidades que hay en cada niño, niña o joven, en cada persona. El que sabe estimular y hacer crecer en ellos, no sólo sus aptitudes físicas y mentales, sino también lo mejor de su mundo interior y el sentido gozoso y responsable de la vida. Cuando en las instituciones educativas se ahoga el gusto por la vida, y los docentes se limitan a transmitir de manera disciplinada el conjunto de materias que a cada uno le han asignado (de allí, la palabra asignatura), se pierde el espíritu de la educación. Por otra parte, la relación educativa exige verdad. Se equivocan los docentes que prefieren ser leales al partido o al sindicato, más que a sus alumnos, a su conciencia, o a su misión de educar. Se equivocan los que, para ganarse el respeto de sus alumnos, se muestran tan distantes o prepotentes, que llegan a ser temidos o aborrecidos por ellos. Lo que los alumnos necesitan es encontrarse con personas cercanas, cariñosas, sencillas, profundamente buenas. Asimismo, el verdadero educador respeta al alumno, no lo humilla, no lo ofende, no lo desprecia, no se ríe de él, no destruye su autoestima. Una de las formas más sencillas y nefastas de bloquear su crecimiento es descalificarlo con frases como : “eres insoportable”, “no hay quien te aguante”, “eres un bruto y no sirves para nada”.

Page 19: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

19

En la relación verdaderamente educativa hay siempre un clima de alegría, pues la alegría es siempre signo de creación, y en consecuencia, uno de los principales estímulos del acto educativo. Como ha escrito Simone Weil: “La inteligencia no puede ser estimulada sino por la alegría. Para que haya deseo tiene que haber placer y alegría. La alegría de aprender es tan necesaria para los estudios como la respiración para los corredores”. Por ser la alegría un valor fundamental del ser humano, hay que proponerla y cultivarla. Al

alumno hay que tratarlo con alegría que es el signo que acompaña siempre a cualquier tarea

creadora. Si hay alegría, habrá motivación, deseos de aprender. Si en los centros educativos brilla

la alegría, habremos conseguido lo más importante. De ahí la importancia de volver al “saber con

sabor”, pues hemos convertido la educación en algo muy fastidioso y aburrido. En consecuencia, el

objetivo esencial de las planificaciones debe ser tratar de lograr que los alumnos estén motivados

y contentos.

Si Jesús sólo aceptó el título de Maestro y ninguna otra profesión tiene, a la larga, consecuencias tan importantes para el futuro de la humanidad como la profesión de maestro, la sociedad debería abocarse a considerar esta profesión de un modo tan especial que los mejores ciudadanos la sintieran atractiva. Resulta muy incoherente alabar en teoría la labor de los maestros y maltratarlos en la práctica. La sociedad exige mucho a los maestros y les da muy poco. Les exige incluso que tengan éxito en asuntos como la enseñanza de valores, en los que las familias, las iglesias y la sociedad han fracasado estrepitosamente. Conseguir un buen maestro es la mejor lotería que a uno le puede tocar en la vida. Todo el mundo desearía el mejor maestro para sus hijos, pero muy pocos quieren que sus hijos sean maestros, lo que evidencia la contradicción que reconoce por un lado la importancia transcendental de los maestros, pero por el otro, los desvaloriza y los trata como a profesionales de segunda o tercera categoría. En consecuencia, si queremos que la educación contribuya a acabar con la pobreza, primero debemos acabar con la pobreza de la educación y con la pobreza de los educadores. Aunque resulta imprescindible, no es suficiente, sin embargo, pagar bien a los maestros para transformar la educación. Es urgente que, junto a esta política de remunerar apropiadamente a los educadores, emprendamos una verdadera cruzada formativa que transforme las prácticas de formación inicial de las universidades y pedagógicos y promueva la formación permanente en los propios centros educativos. Una genuina propuesta formativa debe orientarse a formar la identidad y personalidad del educador, a proporcionarle herramientas y actitudes que le permitan y estimulen a seguir aprendiendo siempre, y lo capaciten para ser un profesional de la reflexión, capaz de convertir el ejercicio de la docencia en una práctica de aprendizaje permanente. Sin estos maestros a lo Jesús, con esperanza en el ser humano, actitud abierta y solidaria, compasión efectiva, sentido crítico frente a lo dado y búsqueda de un ejercicio de la libertad responsable, no habrá nunca verdadera educación por mucho que se intenten cambiar los currícula o se dote a las escuelas de los últimos aparatos tecnológicos.

Page 20: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

20

II.- Pensar como Jesús

“El tiempo se ha cumplido, el Reino está cerca. Conviértanse y crean

en la Buena Noticia” (Marcos, 1,15)

Posiblemente lo estuvo pensando mucho tiempo y en largas horas de oración fue tratando de

adivinar cuál era la misión a la que Dios, que él había descubierto como un Padre Amoroso, le

llamaba. Una mañana, cuando el sol empezaba a pintar con suaves brochazos el amanecer y los

pájaros celebraban con sus cantos el nuevo día, se despidió de María, dejó su trabajo de artesano,

y salió de Nazareth rumbo al desierto. La madre lo estuvo acompañando un gran rato con su

mirada más dulce, hasta que, más allá de las higueras y viñedos, desapareció en un recodo del

camino. Sabía bien que el hijo buscaba escuchar con mayor claridad las voces de Dios que,

especialmente en el desierto, habla al corazón. Ella respetaría una vez más la decisión del hijo

aunque una espada de dolor atravesara su corazón como le había profetizado el sacerdote

Simeón cuando presentaron al niño en el templo.

Primero estuvo un tiempo en el entorno de Juan El Bautista. Su figura era imponente: vestido

únicamente con un manto de pelo de camello y un cinturón de cuero, se alimentaba tan sólo de

saltamontes y miel silvestre. Con voz áspera y dura anunciaba la ira de Dios, que ya tenía el hacha

lista para cortar a golpes las raíces de ese árbol incapaz de dar buenos frutos, en que se había

convertido el pueblo de Israel, que había traicionado todos los pactos de fidelidad con Dios, y

estaba hundido en la corrupción y en la maldad. Era necesario convertirse radicalmente, y Juan les

ofrecía un bautismo en las aguas del Jordán, como rito de purificación, de conversión y de una

nueva alianza, que volviera a reconciliar al pueblo con su Dios.

Muchos acudían a ser bautizados por Juan y a expiar de ese modo sus pecados. En las aguas del

río lavaban sus faltas y podían volver a casa purificados y reconciliados con Dios, pues las aguas

del río se habían llevado sus suciedades e infidelidades.

Algunos empezaron a preguntarse si no sería Juan el tan esperado Mesías que habían anunciado

los profetas que devolvería a Israel la gloria que les correspondía como pueblo elegido por Dios.

Pero Juan lo negaba con fuerza: “Yo les bautizo con agua, pero está para llegar uno con más poder

que yo, y yo no soy digno de desatar las correas de su sandalia. Él los bautizará con el Espíritu

Santo y el fuego”9

Jesús se sintió fascinado por este profeta del desierto y su llamado radical a la conversión y a

retomar la alianza con Dios. De Juan llegaría a decir que era “Más que un profeta” incluso “el

mayor entre los nacidos de mujer”10 . Por ello, quiso que Juan lo bautizara. Al salir del bautismo,

su corazón empezó a repicar con fuerza, el alma se le llenó de fuerza y de ternura y se

9 Lucas 3, 16 10 Lucas 7, 26-28

Page 21: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

21

experimentó como Hijo predilecto de Dios que lo elegía para anunciar, ya no su ira y enojo, como

hacía Juan, sino su amor inquebrantable y su corazón misericordioso abierto a todos,

especialmente a los pecadores y despreciados.

Para consolidar esta experiencia y escuchar con más nitidez el llamado del Padre, se retiró al

desierto. Allí estuvo ayunando y orando para asegurarse bien qué era lo que el Padre quería de él

y pedirle su fuerza para cumplir su voluntad hasta las últimas consecuencias. Por ello, rechazó las

tentaciones de Satanás que le prometía gloria mundana, admiración y poderío. No, él no

sucumbiría a la insinuación diabólica de presentarse como el tan esperado Mesías glorioso, que

aclamarían con fervor las multitudes y todo el mundo reverenciaría y adoraría. Frente a la

invitación a actuar desde arriba, desde el poder y la gloria, Jesús eligió actuar desde abajo, desde

el servicio humilde, el sacrificio y la entrega incondicional. Optó por la grandeza de lo pequeño.

Sabía que elegir este camino suponía ir contracorriente, no ser comprendido por las personas

religiosas que creían tener el monopolio de conocer la voluntad de Dios, ni por los poderosos que

lo considerarían una amenaza a sus valores y forma de vida. Pero era el camino que le pedía el

Padre.

Cuando estaba iniciando su misión de anunciar la buena noticia de que Dios era un Padre

Misericordioso que quería establecer su reino de paz, justicia y amor, Jesús se enteró de que Juan

había sido apresado y luego ejecutado por Herodes. Su grito de profeta valiente se había alzado

desde el desierto con indignación para denunciar con fuerza, y sin temor a las consecuencias, la

conducta inmoral de Herodes que había repudiado a su esposa para casarse con Herodías, mujer

de su hermanastro Filipo, a la que había conocido en Roma durante sus años juveniles.

Herodías tenía una hija, Salomé, que en una de las fastuosas fiestas que tanto le gustaban a

Herodes Antipas, y que solía celebrar de espaldas a la miseria de los campesinos de Galilea, bailó

para su padrastro Herodes con especial maestría una de sus danzas favoritas. Herodes, quedó tan

prendado de la gracia de Salomé y tan agradecido por su baile, que, en presencia de todos los

invitados, le prometió que le daría lo que ella le pidiera, sin importar su valor. Salomé consultó con

su madre Herodías que vio una oportunidad para vengarse de Juan, ese seudoprofeta, semisalvaje

y violento, que había denunciado a gritos su conducta pecaminosa.

-Quiero que me traigan en una bandeja de plata la cabeza de Juan Bautista –le pidió Salomé con

una sonrisa que acrecentaba la crueldad de su petición.

Herodes vaciló. No le importaba la suerte de Juan, pero temía que, si lo mandaba matar, el pueblo

se sublevara pues sabía bien que Juan había adquirido un gran renombre y fama. Pero había

comprometido su palabra frente a los invitados y no podía borrar ese destello de ilusión y picardía

en los ojos de Salomé.

Y ordenó que Juan fuera decapitado y le entregaran a Salomé su cabeza en la bandeja de plata

más preciosa. Ante ese macabro espectáculo, los ojos de Herodías brillaron con un fulgor

especial11.

11 Ver Marcos 6, 17-29.

Page 22: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

22

La muerte de Juan le dio un nuevo estímulo a la decisión de Jesús de convertirse en el profeta de

la misericordia de Dios. Sabía bien que posiblemente le tocaría a él también correr la misma suerte

de Juan, como antes la habían sufrido numerosos profetas. Pero nada lo detendría en su empeño

de recorrer las aldeas de Galilea con un llamado a la conversión, es decir a cambiar radicalmente

de ideas y de vida, pues había llegado la hora en que Dios quería establecer su reino.

Cambió el lenguaje duro del desierto y la vida ascética de Juan por un lenguaje cercano, incluso

poético. Desechó también su modo casi primitivo de vestir y frente al ascetismo riguroso del

profeta del desierto, eligió un estilo de vida festivo que encontraría en las celebraciones y

banquetes, abiertos a todos, un símbolo de ese Dios que quiere vida digna y viene a traernos la

alegría de su amor incondicional a todos, que “hace salir el sol sobre buenos y malos y hace llover

sobre justos e injustos”12.

Lleno del Espíritu de Dios, Jesús se lanzó por los caminos de Galilea a proclamar y anunciar, como

un Maestro itinerante, la buena noticia del Reino de Dios13. Para ello, eligió a un grupo de amigos

que le acompañaran en esta apasionante tarea. Les puso bien claro que, si en verdad deseaban

seguirle, tenían que dejar familias y trabajo para estar por completo entregados a la misión. No les

prometía riquezas, poder o comodidades, sino que les invitaba más bien a una vida desinstalada y

llena de penurias, pues si bien los pájaros tenían sus nidos y los zorros sus madrigueras, él no tenía

siquiera un lugar donde reclinar su cabeza.

Para Jesús, el Reino de Dios es la vida tal como la quiere construir Dios. El Dios de Jesús es amigo

de la vida, tiene pasión por una vida más sana, justa y dichosa para todos, y nos invita a compartir

su sueño y su proyecto de amor. Eso es el Reino. Mientras no nos cambiemos al Dios de Jesús,

estaremos lejos del Reino. El Reino de Dios está dentro, no fuera, está en la disposición de servir.

Cuando se lucha contra el sufrimiento, cuando se alivia el dolor, cuando se trabaja por una vida

más sana, allí está actuando el Reino de Dios. Si hoy reina la violencia, la opresión, la miseria, la

injusticia, el egoísmo, la insensibilidad, la muerte, Jesús nos invita a construir el reino de la paz, la

fraternidad, el servicio, la compasión, la vida. Un reino sin tronos, sin palacios, sin lujos ni

pompas, sin ejércitos, con el único poder, como Jesús, de sanar, de curar, de ayudar, de servir, de

perdonar. Un reino donde los últimos serán los primeros. Un reino que prefiere a los pobres y

excluidos, a los despreciados y abandonados, antes que a los doctos letrados y los puros fariseos,

que buscan la santidad cumpliendo al detalle mil preceptos religiosos pero han olvidado las

necesidades y sufrimientos de los pobres. Jesús habla de reino, pero no llama a dios rey, sino

padre. Es un reino no de opresión, sino de compasión y amor. El Reino de Dios es el anti-reino de

los reyes de la tierra. Como Jesús lo palpó y lo entendió con meridiana claridad, “los jefes de las

naciones las gobiernan como dueños y los grandes hacen sentir su poder. No debe ser así entre

ustedes. Al contrario, entre ustedes, el que quiera ser grande, que se haga su criado, el que quiera

12 Mateo 5, 45. El evangelista Lucas recoge de otra manera el pensamiento de Jesús: “Dios es bueno con los desagradecidos y los perversos” (Lucas 6, 35) 13 Ver Lucas 8, 1.

Page 23: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

23

ser el primero, que se haga su esclavo. Porque así sucede con el Hijo del Hombre, que no ha

venido a ser servido sino a servir, y a dar su vida por todos”14 .

Por ello, Jesús fue el anti-rey por excelencia, un rey que tocaba leprosos, que prefería a la gente

sencilla antes que a los poderosos del pueblo. Un rey que lava los pies de los suyos, un rey sin

dinero, sin tropas. Un rey con una caña por cetro, una corona de espinas, y un trapo

ensangrentado y sucio por manto. Un rey que reina no desde un trono de oro, sino desde la cruz

de los condenados, porque ha sido capaz de llevar su amor práctico y su entrega al Reino hasta las

últimas consecuencias. Un rey de la compasión y el amor.

Para Jesús, el reino empieza a estar ya entre nosotros, lo vamos construyendo cuando servimos a

los necesitados, cuando nos esforzamos por combatir la injusticia y la violencia. Como

desarrollaremos más adelante, en el último capítulo “Amar como Jesús”, servir a Dios y su

proyecto, es servir al prójimo; no hay otra manera de servir a Dios que sirviendo al prójimo. Y si

no servimos al prójimo, por mucho que hayamos pretendido dedicar nuestras vidas al servicio de

Dios, no lo hemos servido.

Según Jesús lo que da valor a la vida no son los talentos, los títulos, el dinero, el poder, el

prestigio, la gloria alcanzada y ni siquiera el culto y la religión. Lo decisivo y verdaderamente

importante es el amor práctico y solidario a los necesitados de ayuda. Para Jesús, como queda

bien claro en el texto de Mateo 2515, que solemos conocer como El Juicio Final, son benditos

todos los que han hecho del servicio una forma de vida. Y no lo son los que no han acudido a

mitigar los sufrimientos de los demás. Jesús se identifica con los humillados, despreciados,

golpeados, y todo lo que hicimos por ellos, se lo hicimos al propio Jesús, se lo hicimos a Dios. Y lo

que dejamos de hacerles a ellos, no se lo hicimos a Dios.

Hoy se nos pide dar un vaso de agua al que encontramos sediento, o un plato de comida al que

está hambriento. Pero se nos pide, además, ir transformando nuestra sociedad al servicio de los

más necesitados y desposeídos, de modo que nadie pase hambre, no tenga ropa, haya sido

encarcelado injustamente… Nuestro amor a los pobres y necesitados no se puede reducir

meramente a una acción asistencial, aunque esta es totalmente imprescindible ante situaciones

que no admiten demoras, sino que tiene que combatir las raíces del mal y de la injusticia, tiene

que atacar las estructuras y los mecanismos que causan la pobreza y la exclusión.

Esto plantea de un modo radical nuestros muchos pecados de omisión. No se trata sólo de ser

“buena gente”, de no matar, no robar, no mentir…Si dejamos de hacer el bien que podemos, si no

socorremos las necesidades de los pobres y oprimidos, si no vemos en ellos al propio Jesús, no

somos “benditos”, no somos seguidores de Jesús, no trabajamos por el Reino, el proyecto de Dios.

Y pienso que hoy, la mayoría de los cristianos que no denunciamos con radicalidad la actual

deshumanización de nuestros sistemas políticos, económicos y financieros y no nos

14 Mateo 20, 20 y ss. 15 Ver Mateo 25, 31-46. Más adelante, en el último capítulo, desarrollaremos con mayor amplitud estas ideas.

Page 24: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

24

comprometemos a trabajar sin descanso por aliviar el sufrimiento de las víctimas y por

establecer en nuestro mundo el Reino de Dios, estamos pecando muy seriamente de omisión.

Como expresa un dicho oriental: “No es lo que has hecho, sino lo que has dejado de hacer lo que

causa congoja al caer el sol”.

El relato del Juicio Final, en el que Jesús resume sus enseñanzas, tiene una aplicación concreta en

varias parábolas, en especial la del Buen Samaritano. El sacerdote y el levita vieron al golpeado en

el camino y dieron un rodeo para no detenerse a socorrerlo. Posiblemente, en el Día del Juicio,

estarán entre los que digan “¿Pero cuándo, Dios mío, dejamos de ayudarte si precisamente

entregamos por completo nuestras vidas a seguirte y serte fieles?” Y Dios les recordará: “cuando

me vieron golpeado y herido en el camino de Jericó a Jerusalén y no acudieron a ayudarme”. A su

vez, el samaritano, una persona despreciada por los judíos y considerado un pecador, se

asombrará al descubrir que, cuando atendió al herido en el camino, estaba atendiendo al propio

Dios.

José Laguna construye sobre la Parábola del Buen Samaritano16 una hoja de ruta para el ejercicio

de la solidaridad que puede ser muy útil para todos los grupos y organizaciones que afirman y

trabajan por “Otro Mundo Posible”. Comienza afirmando que el cristianismo “es la única tradición

utópica que propone cimentar la historia desde un patíbulo. A la utopía de otro mundo posible, el

cristianismo añade un lugar y un cómo: otro mundo es posible, desde las víctimas…El relato del

buen samaritano no sólo nos dice lo que hay que hacer con respecto al prójimo, también nos

indica cómo hay que hacerlo… La parábola no dice sólo que hay que echar aceite y vino en las

heridas de los apaleados, enseña también que hay que saber mirar la realidad para que el

sufrimiento nos mueva a compasión, que hay que compartir nuestras cabalgaduras para no caer

en asistencialismos paternalistas, y que hay que crear posadas: estructuras ‘domésticas’ solidarias

con vocación de permanencia. Un itinerario que, de seguirlo, conduce hacia un nuevo orden social,

económico y político: otro mundo posible desde las víctimas”.

Laguna se pregunta por qué en nuestras sociedades hay personas e instituciones que dan un

rodeo ante la presencia del sufrimiento. Según el autor que estamos citando, porque estamos

cegados por las ideologías que invisibilizan a todos aquellos y aquellas que han sido expulsados de

la mesa del consumo: “El capitalismo salvaje justifica la existencia de pobres en un contexto de

sobreabundancia como un desajuste inevitable del sistema que se puede resolver con recursos

asistenciales y políticas de control social”. Otras veces incluso nos enseñan a culpabilizar a las

víctimas de su situación de pobreza: son pobres porque son flojos, ignorantes, no les gusta

trabajar, se beben lo que ganan, tienen alma de mendigos o el rancho en la cabeza, sólo quieren

que les den.

De ahí la importancia de quitarnos las vendas de los ojos y sustituir las visiones ideologizadas por

visiones compasivas para empezar a ver a los pobres como víctimas: hay oprimidos porque hay

opresores, hay excluidos y marginados porque existen estructuras de exclusión y marginación,

16 José Laguna, “Hacerse cargo, cargar y encargarse de la realidad. Hoja de ruta samaritana para otro mundo Posible”.Cristianisme i Justicia. Cuaderno N.102, Octubre, 2000.

Page 25: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

25

algunos pocos pueden llevar una vida de ostentación, derroche y lujo porque las mayorías

arrastran una vida miserable.

“Cuando logramos ser honrados con la realidad –prosigue Laguna-, y ninguna venda nos impide

ver el sufrimiento del otro, la reacción inmediata es la misericordia. La misericordia samaritana no

se reduce a un mero sentimiento empático, incluye además la acción por aliviar el sufrimiento del

otro y el riesgo de compartir su destino. En poco más de una línea, el evangelista Lucas amontona

infinidad de acciones: el samaritano se compadece, se acerca, venda al herido, lo monta en su

propia cabalgadura, lo lleva a la posada y lo cuida.

Todo el proceso de ayuda y curación se desarrolla a partir de la compasión. La compasión es una

virtud que se deriva del amor. No es un mero sentimiento, sino un principio de acción que desafía

los esquemas de actuación convencionales. La verdadera compasión consiste en percibir la

angustia ajena y hacerla nuestra, sentir el sufrimiento del otro y movernos a evitarlo. Ya

Menandro decía que “el mayor consuelo en la desgracia es encontrar corazones compasivos”.

Pero, como bien nos advierte Laguna, “No debemos confundir compasión con lástima. La

compasión comparte el sufrimiento del otro: padece-con. La lástima participa de la conmoción de

la compasión pero desde la distancia existencial del que se sabe lejos de la situación del que sufre.

La compasión derriba las asimetrías que pueden darse en la relación ayudador-ayudado.

Compadecido y compadecedor se saben igualmente vulnerables. La compasión prevé reciprocidad:

‘hoy por ti, mañana por mí’. La lástima no contempla verse en el lugar del compadecido, la relación

que establece con él es asimétrica. El ayudado está desnudo, apaleado y medio muerto, es pura

carencia. La lástima ayuda desde el puro don, tiene todo aquello de lo que el otro carece. Asimetría

que evidencia una desigualdad estructural sólo salvable desde la limosna convertida en el vehículo

de una ayuda siempre unidireccional.

La sociedad neoliberal es muy lastimera y poco compasiva, se conmueve y recauda donativos ante

las grandes crisis humanitarias; es muy eficaz organizando mercadillos solidarios, telemaratones, y

enviando al lugar de la tragedia a sus profesionales de la solidaridad.

No queremos caer en críticas cínicas ni demagógicas, hay situaciones que requieren ayuda

inmediata y ante las que la recaudación de donativos es un deber inexcusable. Lo que los

Movimientos de Resistencia Global denuncian es la visión plana y anestesiante de la lástima. La

compasión bien entendida se pregunta por los desajustes estructurales que laten detrás de cada

desgracia…

La compasión también se pervierte cuando se hace del sufrimiento un espectáculo televisivo. Salvo

honrosas excepciones, cuando las televisiones se ocupan de los márgenes, lo hacen buscando las

aristas morbosas, los personajes freakies y la lágrima fácil; no se detienen en analizar las causas

estructurales que sustentan la marginación. En la sociedad del espectáculo, la desgracia ajena

entretiene, divierte y, raramente, nos hace más conscientes y sensibles”17.

17 José Laguna, op.cit., pág. 17,18.

Page 26: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

26

Con una pasión que convencía y atraía multitudes, Jesús proclamaba un Dios compasivo, que

quería vida digna para todos, en especial para todos aquellos a los que siempre se les había

negado: los despreciados, los pobres, los pecadores, los mendigos, los leprosos, las viudas, las

prostitutas. Ellos le escuchaban con un asombro admirado, dudando si sería cierta esta noticia tan

maravillosa. Sus corazones repicaban jubilosos y la vida empezaba a tener sabor a fiesta. Escuchar

que Dios los amaba entrañablemente, que era su defensor frente a todos los que los explotaban,

despreciaban y maltrataban, los dignificaba y les llenaba de alegría, de esperanza y de valor. Jesús

les decía que para Dios eran ellos, con sus enfermedades y sus miserias, más valiosos que los

temidos y odiados soldados romanos, los terratenientes que los explotaban y les robaban sus

cosechas, e incluso el propio Herodes, tan vendido al poder de Roma, que llevaba una vida de

lujos en su palacio. Comprendían que el reino que anunciaba ese nuevo profeta no tenía nada

que ver con los reinos que ellos conocían, donde los emperadores y los poderosos oprimían a los

súbditos y a los trabajadores y llevaban una vida dispendiosa y derrochadora sobre las miserias de

los demás. Era más bien algo diametralmente opuesto pues, según les repetía Jesús, Dios sólo

quería liberar a las personas de todo lo que les deshumanizaba y hacía sufrir. Si Dios viene a reinar

no es para manifestar su poderío por encima de todos, sino para manifestar su bondad y hacerla

efectiva.

Para entrar en este nuevo reino, tenían que convertirse, es decir, debían cambiar de mentalidad,

cambiar de criterios y de valores, en definitiva, cambiar de vida. Jesús anuncia la Buena Noticia,

extraordinaria noticia, de que Dios es un Padre-Madre que ama a todos con locura, que quiere

que seamos felices y nos muestra el camino para serlo. La felicidad no está, como piensan los ricos

y los poderosos, en amontonar riquezas, poder, títulos, prestigio, sino en hacerse prójimo, en

acercarse a los necesitados de ayuda, y vivir trabajando por establecer en la tierra el reino de la

justicia, la paz y la hermandad. Y este es el camino para salvar la vida de la trivialidad, de la

mediocridad, del sinsentido, de la muerte. Ciertamente, ante tantas malas noticias, esta es una

muy Buena Noticia que merece la pena tomar en serio, y que debe ser proclamada con fuerza por

todos los cristianos pero especialmente por los Maestros al estilo de Jesús.

En breve, para cambiar de vida, hay que comenzar cambiando de Dios, cambiando de religión y cambiando de valores. A) Cambiar de Dios: Del Dios Omnipotente, Justiciero, Lejano a Abbá. Creer en Jesús, creerle a Jesús, supone cambiar de Dios. Para Jesús no podrá haber cambio profundo si no cambiamos de Dios. Dios no es un ser todopoderoso, justiciero, lejano, celoso del poder, libertad y autonomía de los hombres y mujeres, amante de las guerras, la venganza y la sangre, propiedad de un grupito de privilegiados, al que parecen gustarle los sacrificios y el sufrimiento, despreocupado de la vida de las personas. El Dios de Jesús es Abbá (la primera palabra que balbucean en arameo los niños, que podríamos traducir como papi o mami), un Dios de entrañas maternales, tan cercano a nosotros como una madre lo es de su hijito pequeño que sostiene en sus brazos. Dios es Amor, nos quiere como somos. Nos quiere siempre, sobre todo cuando menos lo merecemos. Nos quiere no porque seamos buenos y nos portemos bien, sino porque Él es bueno. Su amor sin condiciones es el fundamento de nuestra autoestima y de nuestra reconciliación con nosotros mismos, fundamento para poder reconciliarnos con los demás.

Page 27: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

27

El Dios todopoderoso conduce a la soberbia; el Dios justiciero a la exclusión y la discriminación. En nombre de esos dioses se han cometido y se siguen cometiendo discriminaciones, explotaciones y crímenes y se han justificado asesinatos y guerras. Es hora de que comencemos a pasar del Antiguo al Nuevo Testamento, y empecemos a creer y aceptar en serio al Dios Amor de Jesús, que sólo puede llevarnos a la reconciliación, el perdón y la hermandad18. B) Cambiar de religión: Del cumplimiento de la ley al mandamiento nuevo del amor. A la idea de un Dios todopoderoso, justiciero, implacable, corresponde la idea de una religión ritualista, llena de preceptos y exigencias. Es la religión de los sacrificios y penitencias, con la que intentamos aplacar la cólera divina y obtener el perdón de ese Dios justiciero, que exigió la sangre de su Hijo para calmar su enojo. Mediante la religión establecemos con Dios una especie de contrato: Me porto bien, me sacrifico, doy limosna, prendo una vela…, y de este modo obtengo los favores divinos. Si me porto mal, debo esperar que Dios me castigue y hacer penitencia para obtener su perdón. Pero si Dios es Amor, nuestra única respuesta sólo puede ser el amor. Lo extraordinariamente bello y asombroso del evangelio de Jesús es que mi respuesta de amor al amor de Dios pasa por el amor al hermano necesitado. Si creo en que Dios es Padre-Madre de todos, que quiere nuestro bien y nuestra felicidad, mi respuesta no puede ser otra que hacerme hermano de todos y trabajar sin descanso para lograr el bien y la felicidad de los hermanos. Dios me necesita para llevar a cabo su proyecto del Reino, me necesita en sus otros hijos. En cualquier persona necesitada está Dios. La religión que le agrada al Padre es que vivamos como hermanos, que compartamos el pan, que combatamos las injusticias, que nos perdonemos y queramos. Es la religión, como ya indicamos, del buen samaritano que acude a ayudar al herido del camino, cuando las personas religiosa y fieles cumplidores de la ley, pasan de largo. Es la religión de Mateo 25: “Conmigo lo hicisteis” , donde todos seremos juzgados no por nuestras prácticas religiosas o el cumplimiento riguroso de leyes y preceptos, sino por la ayuda práctica a los necesitados, pues en cada uno de ellos se oculta y se revela el propio Dios19. Se trata, en definitiva, más que de ofrecer sacrificios, de ofrecerse uno, de vivir como un regalo para los demás, atendiendo sus problemas y necesidades. Debemos pasar de la religión como un medio de poseer a Dios, de pedirle que satisfaga nuestros deseos y caprichos, a la religión que nos lleve a seguir con radicalidad a Jesús y entregarnos a su proyecto de establecer el Reino mediante el servicio eficaz de los demás. C) Cambiar de valores: Las bienaventuranzas como programa de vida. El cambio de Dios y el cambio de religión deben traducirse en un cambio profundo de los valores y la vida. Se trata de cambiar el corazón endurecido, egoísta, encerrado en sí mismo, por un corazón sensible, misericordioso, abierto a los demás.

18 En mi libro “Cultivar valores con el Padrenuestro” (Estudios, 2010), desarrollo con mayor amplitud la idea de Dios Padre que nos convierte a todos en hermanos 19 En el último capítulo Amar como Jesús, desarrollo con mayor amplitud estas ideas,

Page 28: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

28

De muy poco servirá que intentemos cambiar las estructuras políticas, económicas y sociales, si no cambiamos los corazones. La lucha por la paz y la justicia debe comenzar en el corazón de cada persona. No seremos capaces de romper las cadenas externas de la injusticia, la violencia, la miseria, si no somos capaces de romper las cadenas internas del egoísmo, el odio, el consumismo, que atenazan los corazones. Frente a la terrible crisis de valores que vivimos hoy, Jesús nos propone un rearme moral, un cambio radical en la escala de valores: el egoísmo debe ser sustituido por la solidaridad, la violencia por la mansedumbre, el consumismo por la austeridad, la exclusión por la inclusión, el odio por el amor. Por ello, y en coherencia total con el cambio de Dios y el cambio de religión, Jesús nos presenta en las Bienaventuranzas un programa de vida para encontrar la felicidad. Con ellas, Jesús trastoca profundamente los valores y nos muestra lo que en verdad vale la pena. Llama bienaventurados, dichosos, a los que se atreven a elegir la austeridad, el compartir, la misericordia, la mansedumbre, frente al ansia de tener y de poder, el consumismo y la ambición, el egoísmo y la violencia. Un Maestro a lo Jesús debe proponer a sus alumnos el código de la felicidad del Maestro, hacerlo suyo, y enseñarlo con su palabra y con su vida. Para ello, puede ayudar el Credo de la Felicidad que nos propone Ruiz de Galarreta:

Creo que son felices los que comparten,

los que viven con poco,

los que no viven esclavos de sus deseos.

Creo que son felices los que saben sufrir,

los que encuentran en Ti y en sus hermanos el consuelo

y saben dar consuelo a los que sufren.

Creo que son felices los que saben perdonar,

los que se dejan perdonar por sus hermanos,

los que viven con gozo tu perdón.

Creo que son felices los de corazón limpio,

los que ven lo mejor de los demás,

los que viven en sinceridad y en verdad.

Creo que son felices los que siembran la paz,

los que tratan a todos como a tus hijos,

los que siembran el respeto y la concordia.

Page 29: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

29

Creo que son felices los que trabajan por un mundo más justo y más santo,

y que son más felices si tienen que sufrir por conseguirlo.

Creo que son felices los que no guardan en su granero el trigo de esta vida que termina,

sino que lo siembran, sin medida, para que dé fruto de Vida que no acaba.

Y creo todo esto porque creo en Jesús de Nazaret,

el Hijo, el hombre lleno del Espíritu, Jesucristo, el Señor.

II. 1. Convertirnos a los criterios de Jesús

Los Maestros al estilo de Jesús debemos asumir con radicalidad su llamado a la conversión.

Cambiar radicalmente nuestros criterios de actuación y encauzar nuestras vidas por caminos

completamente distintos a los que nos ofrece la sociedad actual. Entender la vida como la

entendió Jesús. Dejar atrás miedos, egoísmo, ataduras que nos impiden crecer de manera sana y

armoniosa. La conversión que no produce paz y armonía no es auténtica.

El llamado a la conversión va unido al llamamiento a la misión. Convertirnos a entender de otro

modo nuestra misión de educadores para asumirla como un compromiso por combatir los

antivalores de este mundo y promover el Reino, como lo entendía y anunciaba Jesús: una

sociedad de justicia y fraternidad, abierta a todos, donde los últimos serían los primeros.

Necesitamos, en consecuencia, hacer nuestra la pasión, los valores, la forma de vida de Jesús.

Trabajar para que la sociedad actual cambie de rumbo y promueva la justicia y la solidaridad. Para

ello, necesitamos ser educadores testigos, de fuerte espiritualidad encarnada, de fidelidad

rebelde, capaces de gritar el evangelio con nuestras vidas y contagiarlo para que los estudiantes

se sientan impulsados a una conversión radical de valores y de vida, que les lleve a la plenitud y a

la felicidad, como las entendía el Maestro de Vida, Jesús. El testigo comunica su propia

experiencia, lo que vive. Irradia y contagia vida, no doctrina. Los alumnos ven en él una persona

llena de pasión y de entusiasmo. Se trata, en definitiva, de asumir la educación como tarea

humanizadora y evangelizadora, es decir, como invitación a acompañar a Jesús en su misión de

cambiar este mundo inhumano para hacer de él una gran comunidad levantada sobre las bases de

la justicia, la paz y el amor.

La palabra griega para conversión es “metanoia” que significa cambio de mentalidad. Para cambiar la vida hay que comenzar por cambiar la manera de pensar. Detrás de todo lo que hacemos hay pensamientos. Toda conducta es motivada por una creencia y toda acción es incitada por una actitud. El primer paso en toda genuina conversión empieza por el cambio en la manera de pensar, pues el cambio siempre comienza en la mente. La manera en que pensamos determinará cómo nos sentimos y cómo nos sentimos influirá en cómo actuamos.

Page 30: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

30

Un Maestro al estilo de Jesús se esfuerza por pensar la educación, las normas, los reglamentos, los programas, la pedagogía, la evaluación… como lo haría Jesús y ver si en

verdad están al servicio de los alumnos, o más bien al servicio de los educadores o de la

institución. Por ello, ante cada duda o situación problemática se pregunta ¿qué pensaría

Jesús y cómo actuaría en esta situación?

Pensar como Jesús supone entender la educación de otro modo y asumirla como una tarea

humanizadora y evangelizadora, como el medio más importante para hacer mejores

personas y lograr un mundo verdaderamente humano, como lo soñó y buscó Jesús. Los

criterios de este Maestro de la Misericordia Jesús eran y siguen siendo radicalmente

opuestos a los criterios de nuestras sociedades. Donde todo el mundo veía un leproso cuya

presencia había que evitar, Jesús veía un hermano al que se acercaba, tocaba y curaba

aunque, según los criterios de la sociedad, eso equivalía a volverse impuro. Donde la gente

cumplidora de la ley pensaba que esa mujer sorprendida en adulterio, debía ser asesinada a

pedradas, como ordenaba la ley, Jesús comprendió que era una mujer digna de respeto, de

misericordia y de perdón. Donde todos se escandalizaban de que esa mujer de mala vida

estuviera perfumando los pies de Jesús y hasta utilizaban este hecho como prueba de que no era un profeta ( “Si fuera profeta conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora”), Jesús comprendió que era una mujer necesitada de amor y con una gran capacidad de amor: “Sus muchos pecados le son perdonados porque amó mucho”20 .

Jesús pone de cabezas los criterios y valores de este mundo. Para nuestro mundo, es primero el que más tiene: talento, títulos, riqueza, éxito, poder, fama… Para Jesús, es primero el que más sirve con lo que tiene, en especial si lo pone al servicio de los más necesitados, de los perdedores de siempre, de los que la sociedad desecha y no toma en cuenta. Los que no interesaban a nadie (niños, pecadores, enfermos, leprosos, prostitutas…), fueron siempre los que más interesaban a Jesús que los acogió con especial cariño y consideró que eran los primeros en el Reino..

A.- Pensar como Jesús y ser Maestros a su estilo implica ser maestros de la inclusión.

Hoy, se excluye a multitudes por motivos económicos, raciales, políticos, religiosos, personales, por cuestiones de género, por motivos sexuales, por problemas de salud o por alguna discapacidad. Hasta me atrevería a afirmar que el discurso y la ideología hoy dominantes que promueven la competitividad, la eficiencia, la meritocracia e incluso también algunas concepciones de la calidad educativa, llevan en su entraña la raíz de la exclusión de los débiles. De hecho, vivimos en un mundo donde imperan el darwinismo social y también el darwinismo educativo en que sólo sobreviven los más fuertes, es decir, los que cuentan con más privilegios, ventajas y recursos para competir y triunfar.

En un mundo donde podríamos caber todos y vivir con dignidad, a millones de personas se les

excluye incluso del derecho fundamental a la vida, o a una vida digna. Mueren de hambre, de

enfermedades asociadas a la miseria y fácilmente erradicables si la humanidad recuperara la

sensibilidad y la compasión, víctimas de guerras absurdas o por la violencia que crece silvestre en

un mundo sin rumbo, que valora el tener sobre el ser pues “vales lo que tienes; si no tienes no

20 Lucas 7, 37 y ss. En el capítulo V, Mirar como Jesús, desarrollo más ampliamente la mirada de Jesús a las mueajres.

Page 31: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

31

vales, no cuentas” y donde ante el relativismo ético que vivimos, crece silvestre la corrupción, la

especulación, la delincuencia, la violencia de todo tipo. El “amaos los unos a los otros” de Jesús lo

estamos sustituyendo por “armaos los unos contra los otros”. Mundo en el que, para salvar los

sistemas financieros se toman medidas que suponen la exclusión e incluso muerte de millones de

víctimas inocentes. Como ha escrito Pagola, “alimentado por el deseo insaciable de riqueza, el

actual sistema económico-financiero, ha pervertido la economía, pues lo que busca no es ya la

producción de los bienes y servicios necesarios para la comunidad humana, sino la acumulación de

riquezas en manos de las minorías más poderosas de la tierra. Este sistema tiene su propia lógica:

aparta la economía del bien común de la sociedad; no soporta ningún control o regulación que

trate de limitar su voracidad; promueve la competitividad implacable anulando las posibilidades de

una cooperación cada vez más necesaria…Es una monstruosidad desarrollar una competitividad

salvaje que hunde en el hambre a millones de personas y no se detiene ni ante la destrucción del

Planeta. Es una aberración el actual imperio financiero que ha logrado en estos momentos que el

capital productivo en el mundo ronde los 35 trillones de dólares, mientras el capital especulativo

puede estar entre los 80 a 100 trillones… Dos tercios de la Humanidad se hunden en la miseria, la

destrucción y el hambre en países cada vez más excluidos del poder económico, científico y

tecnológico. Por otra parte, el sistema de producción y consumo ilimitado no es sostenible en una

tierra pequeña y de recursos limitados: la degradación creciente del equilibrio ecológico nos está

conduciendo hacia un futuro cada vez más incierto de la biosfera y del destino del ser humano”21.

A la cruda y espantosa miseria de miles de millones de personas, habría que añadir la creciente miseria humana y espiritual de los satisfechos. Millones se deshumanizan al tener que vivir en condiciones inhumanas, otros se deshumanizan al volverse insensibles ante el dolor de sus semejantes. Las desigualdades se agigantan de un modo vergonzoso entre países y entre grupos dentro de cada país. Bernardo Klisberg enumera una serie de escándalos éticos y asegura que el mayor de todos y raíz de los demás, es la desigualdad. Nunca como en nuestros tiempos, el mundo había sido tan injusto y tan desigual: El 1% de la población mundial acapara tanto dinero como el 99% restante; los 225 personajes más ricos en el mundo acumulan una riqueza equivalente a la que tienen los 2.500 millones de habitantes más pobres. Los tres personajes más acaudalados del planeta tienen activos que superan el PIB (Producto Interno Bruto) combinado de los 48 países más pobres. Mil doscientos millones de personas viven con menos de un dólar diario, mientras que unos pocos multimillonarios aumentan sus fortunas en 500 dólares cada minuto. Como consecuencia de esta injusticia que clama al cielo, surge el escándalo del hambre. La

humanidad está en condiciones de producir alimentos para más de 10 mil millones de personas,

de sobra para alimentar adecuadamente a los siete mil millones que habitamos el planeta tierra.

Sin embargo, mil doscientos millones de personas padecen hambre permanente, hambre que

mata realmente. Según la ONU, cada tres segundos, muere un niño de hambre, 1.200 cada hora.

El hambre produce una matanza diaria similar a todos los muertos que ocasionó la bomba nuclear

sobre Hiroshima. Sin embargo, si la humanidad se lo propusiera seriamente, el hambre podría ser

21 José Antonio Pagola, “No podéis servir a Dios y al dinero”. Una lectura profética de la crisis inspirada en Jesús” (Congreso de la Asociación de teólogos/as Juan XXIII. Madrid, 9 de septiembre de 2012).

Page 32: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

32

derrotada hoy fácilmente. Según la ONU, con el 1% de lo entregado por los gobiernos para salvar

la crisis bancaria en el 2010, sería suficiente para erradicar hoy mismo, el hambre en el mundo.

Por ello, Jean Ziegler, exrelator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, no vacila en

catalogar al actual orden mundial como asesino y absurdo: “El orden mundial no es sólo asesino,

sino absurdo; pues mata sin necesidad: Hoy ya no existen las fatalidades. Un niño que muere de

hambre, muere asesinado”.

América Latina: el continente de mayor inequidad

Resulta contradictorio que América Latina, el continente con mayor número de católicos, es el

continente de mayor inequidad, con la más injusta distribución del ingreso. De hecho, si es

innegable que en algunos países se tomaron políticas orientadas a erradicar la pobreza y el

hambre, todavía abunda demasiado la miseria y resultan cada vez más escandalosas las

diferencias entre el grupito de privilegiados y las mayorías que tienen serias dificultades para vivir

dignamente o sencillamente vivir. Por ejemplo, América Latina produce alimentos para dar de

comer adecuadamente a 1.800 millones de personas, es decir, a tres veces su población. Sin

embargo, el 17% de los niños están desnutridos y son millones los que pasan hambre.

Por otra parte, arropada por un discurso abiertamente inclusivo y justiciero, germinó con fuerza

una corrupción desaforada que levantó muchos nuevos ricos que exhiben sin el menor pudor sus

súbitas y malhabidas riquezas; otros siguen utilizando los recursos públicos como si fueran

propios o los reparten como limosnas para ganarse las voluntades de las mayorías, con el

creciente peligro de que las necesarias ayudas sociales terminen desestimulando el esfuerzo y

contribuyan a reproducir la pobreza. Hoy, una gran parte vive de las ayudas sociales más que de

los ingresos de sus trabajos y estos grupos pasan a ser “clientes” o “deudores” antes que

ciudadanos y actores de la sociedad. Incluso, detrás de elocuentes discursos por una educación

decididamente inclusiva, se puede ocultar la raíz de una exclusión más inmoral de todos aquellos

que no siguen las políticas de los que mandan o se atreven a criticarlas. Puede resultar en verdad

de un cinismo muy cruel y totalmente opuesto al sentido de la verdadera inclusión, incluir para

formar sujetos excluidores, es decir, utilizar la educación, supuestamente inclusiva, para

transmitir una ideología que impida a los educandos considerar la diversidad como riqueza y lleve

a rechazar a los que no piensan como ellos o no disfrutan de las mismas condiciones económicas y

sociales.

Lo que en América Latina más diferencia al núcleo con mayores ingresos de los demás es su perfil

educativo. Los pobres están doblemente penalizados: a su condición de pobreza suman sus

dificultades para el acceso y la permanencia en los centros educativos y la baja calidad de los

servicios recibidos. No todos los alumnos llegan a la escuela en las mismas condiciones, ni todos

reciben lo mismo de ella. La proclamada igualdad de oportunidades se convierte en un

extraordinario mecanismo para mantener o agrandar las desigualdades. Los alumnos de familias

privilegiadas gozan de ambientes familiares y de establecimientos educativos que estimulan sus

autoaprendizajes, cuentan con padres cultos que les ayudan en sus tareas y tienen capacidad

para exigir, entran desde muy temprano en contacto con los medios tecnológicos y culturales,

Page 33: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

33

asisten a un preescolar, van después a un colegio privado o a los públicos de mayor prestigio, que

están bien dotados de recursos pedagógicos, y, por lo general, funcionan bien, que seleccionan a

los profesores mejor capacitados, y en el que raramente se pierden días de clases, y hasta

pueden contar con profesores particulares para adquirir refuerzos y superar sus deficiencias. De

este modo, salen mucho mejor capacitados para acaparar los puestos más codiciados en las

universidades públicas o continúan en las privadas de mayor prestigio, con lo que luego obtienen

los puestos de trabajo más prestigiosos y mejor remunerados, y de este modo se reproducen las

desigualdades sociales.

Frente a las oportunidades de los alumnos de las familias más privilegiadas, los alumnos de las familias pobres, que tienen como principal objetivo asegurar la comida diaria, no suelen tener acceso en sus casas a los medios culturales y tecnológicos, con frecuencia sus padres son analfabetas o sólo cursaron los niveles educativos primarios, no van en su mayoría al preescolar, nivel y modalidad con creciente reconocimiento como factor esencial para una mayor equidad social y para un mejor desempeño educativo futuro de los alumnos. Incluso muchos de ellos, la necesidad de trabajar o de conseguir comida cada vez más escasa, les va a impedir ir a la escuela. Los que lo hacen, son inscritos en escuelas por lo general, mal dotadas, con escasos recursos, en las que se suspenden clases por numerosos motivos: la falta de agua, el difícil acceso cuando llueve, la inseguridad, la ausencia de los maestros, o por asuntos gremiales. Los maestros, algunos de ellos verdaderos héroes, se sienten solos y muchos terminan desmotivándose por la falta de acompañamiento y estímulos, y tratan de emigrar a los centros educativos de mayor prestigio.

A.1.Los desafíos de la educación inclusiva

A.1.1- Brindar educación a todos y retenerlos en el sistema educativo

Como venimos repitiendo, el problema de la inclusión es mucho más complejo de lo que se nos

quiere hacer creer y supone enfrentar grandes desafíos. El primero de ellos es seguir trabajando

para que no haya un solo niño, niña o joven en América Latina sin acceso a la educación. Este

desafío supone no sólo crear muchos nuevos centros educativos dignos y bien dotados, en

especial de educación inicial que es donde existe el mayor déficit en la cobertura, sino también

retenerlos en el sistema educativo el mayor tiempo posible para que no lo abandonen sin haber

adquirido los valores y competencias esenciales para seguir aprendiendo y poder insertarse en la

sociedad como ciudadanos productivos, honestos y solidarios. Esto va a suponer centros

educativos al servicio de la diversidad de los alumnos, que traten de compensar las desigualdades

de origen, y con una pedagogía activa, pertinente y productiva, para que los alumnos se sientan a

gusto estudiando y palpen la utilidad y pertinencia de sus estudios.

Actualmente la educación secundaria es considerada un piso mínimo para salir de la pobreza,

desarrollar la ciudadanía y tener mayores oportunidades de acceder al mundo laboral. La

culminación de la secundaria es todavía una asignatura pendiente y está fuertemente

condicionada por el origen social de los estudiantes. Mientras ocho de cada diez estudiantes

procedentes de los estratos sociales altos culmina el ciclo de la secundaria, para los alumnos más

pobres esta proporción cae a dos de cada diez. Si bien esto es cierto, hay que subrayar que este

Page 34: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

34

nivel educativo ya no garantiza la movilidad social porque cada vez son necesarios mayores años

de estudio y niveles de conocimiento para acceder a los empleos más productivos. En algunos

países ya se advierten señales de vulnerabilidad a la pobreza y la exclusión entre quienes

completan la educación secundaria.

Enfrentar esta realidad va a exigir también la multiplicación de programas atractivos de

capacitación laboral, emprendimiento y formación humana, dirigidos a los que abandonaron el

sistema o fueron expulsados, que los dote de herramientas para incorporarse activamente en el

mundo del trabajo y también puedan reinsertarse en el sistema de la educación formal. Pero estos

programas alternativos deben ser de verdadera calidad, pues sería absurdo que los que acuden a

ellos se vuelvan a encontrar con la misma metodología transmisiva y un ambiente desmotivador

que estuvieron entre las causas principales que les llevó antes a abandonar los estudios.

A.1.2.- El desafío de la calidad

El segundo desafío es aumentar la calidad, de modo que proporcionemos a todos los alumnos las

competencias esenciales productivas y ciudadanas para que puedan incorporarse activamente en

la sociedad y ejercer sus derechos esenciales. El derecho a la educación va mucho más allá del

acceso, aunque es un primer paso, ya que exige que ésta sea de calidad y logre que todas las

personas desarrollen al máximo sus múltiples talentos y capacidades. Lamentablemente, los

avances en la cobertura no han ido acompañados de un mejoramiento sustantivo de la calidad de

la educación, especialmente la que se ofrece a los estudiantes de contextos más desfavorecidos,

por lo que su mayor acceso a la educación no ha supuesto necesariamente un mayor acceso al

conocimiento que les permita acceder en igualdad de condiciones al mundo laboral y ser

ciudadanos de pleno derecho. Las evaluaciones internacionales muestran los bajos niveles de

aprendizaje en América Latina y su desigual distribución entre los diferentes grupos sociales. En

consecuencia, el principal desafío en América Latina es avanzar hacia una mayor igualdad en la

calidad, que garantice a todos los aprendizajes esenciales.

Hoy está de moda hablar de calidad, incluso de excelencia. Por ello, debemos comenzar aclarando

qué estamos entendiendo por educación de calidad, dado que la concepción que predomina está

atrapada en la lógica de la eficiencia, la producción y la rentabilidad. El lenguaje economicista y

tecnocrático ha penetrado con fuerza en el sistema educativo y ha incorporado una mentalidad

propia del mundo de la industria, el mercado, las empresas. Dicha mentalidad y su

correspondiente terminología se metió en las políticas educativas, en el discurso de los docentes,

en las instituciones de formación docente. Hoy se habla sin el menor pudor de recursos humanos

o de capital humano, de insumos, de clientes (los alumnos y padres de familia), de gestión

educativa, de empresas de servicios educativos, de mercado de productos pedagógicos, y hasta la

palabrita competencia, hoy tan invocada y tan querida, nos viene del mundo empresarial. De

hecho, las propuestas humanistas de calidad que suelen proclamarse, se diluyen a la hora de la

verdad, donde se imponen los indicadores de rentabilidad y eficiencia que pocas veces miden las

actitudes y valores, la calidad de las personas y los ciudadanos, ni toman en cuenta las diferencias

de origen, recursos y posibilidades de los alumnos, ni su situación socioeconómica y cultural. De

Page 35: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

35

este modo, el aprender a aprender y el aprender a hacer se privilegian, aunque se niegue en las

proclamas, sobre el aprender a ser, el aprender a convivir y el aprender a transformar. Cada vez

más, los valores de justicia, equidad, dignidad humana, solidaridad y convivencia, van siendo

sustituidos por la preocupación por la eficacia, por la competitividad, la búsqueda de resultados

tangibles, el ajuste a las necesidades del mercado de trabajo y de la economía, la lucha por

disponer de mejores condiciones de salida del sistema educativo ante un mundo laboral escaso, la

formación de destrezas básicas, la necesidad de incorporar las tecnologías de la información y la

comunicación, etc.

En consecuencia, es urgente que trabajemos por una concepción de calidad en torno a metas

sociales, políticas, democráticas y humanistas. Educación orientada al desarrollo personal, social y

espiritual de las personas. Educación que permita a cada persona y a todas las personas

desarrollar a plenitud sus talentos y construirse como persona y como ciudadano productivo y

solidario. Que le enseñe a ser, convivir, aprender, producir y también transformar este nuestro

mundo inhumano para hacer realidad “Otro Mundo Posible” donde todos podamos vivir con

dignidad.

En definitiva, para ser de calidad, la educación debe ligarse a la equidad, la justicia y la

humanización. No podemos aceptar como de calidad una educación que discrimina, que excluye a

los necesitados, que deja en el camino a los más débiles, que mantiene y cultiva la conciencia de

superioridad. Cuando se habla del fracaso escolar, se señalan sobre todo los indicadores de

lectura, escritura, matemáticas... Pero también fracasan los centros educativos que, aunque

egresen alumnos con altísimas calificaciones y muy bien capacitados profesionalmente, no han

logrado sembrar en ellos el compromiso de trabajar por el bienestar y la vida digna para todos. Se

trata de formar personas plenas, honestas, respetuosas, sensibles y solidarias, y no meros

profesionales exitosos. Por ello, la educación es de calidad sólo si egresa personas y ciudadanos

de calidad.

Calidad para todos exige superar la “pedagogía de la pobreza”, es decir, pensar que para los

pobres basta con un currículo poco exigente, y egresar alumnos sin las competencias y saberes

necesarios para seguir estudiando o ejercer una profesión adecuadamente. Esto va a suponer

establecer o reforzar los diversos mecanismos compensatorios que permiten nivelar las

condiciones de los estudiantes que sufren mayores dificultades para que puedan enfrentar

sistemas de promoción que evalúen más homogéneamente, y con estándares más altos, las

competencias hoy consideradas básicas para el desarrollo pleno de la ciudadanía social. Se trata,

entonces, de nivelar hacia arriba, y no solo de retener en el sistema educativo y hacer egresar a los

estudiantes a costa de una menor calidad y eficacia de los procesos de enseñanza. Esto significa,

entre otras cosas, velar porque los procesos de promoción automática no se transformen en un

desincentivo para el estudio y el esfuerzo. Pero no va a ser tarea fácil evitar el fracaso de los más

débiles en un mundo que está organizado para reproducirlo. De ahí la necesidad de practicar la

discriminación positiva, es decir, privilegiar y atender mejor a los que tienen más carencias y

problemas, para así compensar en lo posible las desigualdades de origen y evitar agrandar las

diferencias. Tratar a todo el mundo por igual en un mundo desigual, es favorecer más a los que

Page 36: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

36

más tienen, a costa de los que tienen menos. La discriminación positiva implica también que las

escuelas cuenten con recursos especializados para atender a los alumnos con graves problemas de

conducta y a los que tienen especiales dificultades de aprendizaje.

No puede ser que abandonen la escuela precisamente los que más necesitan de ella. En este

sentido, Estado y sociedad deben aunar esfuerzos para que, en los centros educativos que

atienden a los alumnos más necesitados, se les garantice a todos las mismas condiciones que

tienen los alumnos de familias privilegiadas. Esto va a exigir, entre otras cosas, jornadas de

trabajo más extensas y más intensas, dotación de buenas bibliotecas y utilización creativa de ellas,

comedores escolares no como fines en sí mismos, sino como medios para favorecer el aprendizaje,

salas tecnológicas y programas y capacitación adecuada de los docentes para que utilicen las

nuevas tecnologías como recursos para el aprendizaje, talleres y laboratorios que favorezcan la

pedagogía activa y la investigación, canchas deportivas amplias y buenos programas de educación

física y deportes, lugares para estudiar e investigar con comodidad, actividades extraescolares

atractivas. La experiencia demuestra que, para promover la calidad, no es suficiente la dotación de

recursos (incluyendo los textos y las computadoras) o proporcionar alimentación a los alumnos sin

una transformación de la pedagogía y una reorientación de las actividades y tiempos escolares. La

inclusión va a exigir, sobre todo, trabajar para lograr los mejores maestros y profesores, con

vocación de servicio, orgullosos de su profesión, con expectativas positivas de sí mismos y de cada

uno de sus alumnos, motivados y que disfrutan enseñando, en formación permanente, ya no para

engordar currículos, sino para desempeñar mejor su labor y servir con mayor eficacia a los

alumnos, sobre todo a los más carentes y necesitados, capaces de impulsar una pedagogía que

promueva la motivación, autoestima y deseos de aprender de sus alumnos.

Por todo esto, si en verdad se busca que la educación ayude a los pobres a salir de la pobreza,

primero habrá que combatir la pobreza con políticas sociales eficientes y equitativas, y en segundo

lugar habrá que sacar a la propia educación de la pobreza y combatir la pobreza económica y

también pedagógica de numerosos educadores. Esto va a exigir aumentar la inversión en

educación y en las políticas sociales que la posibiliten y favorezcan, de modo que se garantice la

transparencia, la equidad y el buen uso. Y va a exigir revisar los procesos de formación de los

docentes, tanto iniciales como permanentes, para convertirlos en verdaderos pedagogos y en

educadores comprometidos en gestar una educación de verdadera calidad para todos.

Una educación inclusiva, orientada a garantizar el éxito de todos, debe tomar en consideración

algunos elementos que, según varias investigaciones, son fundamentales para garantizar el éxito

de todos los alumnos. En primer lugar, un fuerte liderazgo técnico pedagógico del equipo

directivo. Necesitamos directivos expertos en humanidad y en pedagogía, promotores de

entusiasmo, formación e innovación, para que sus educadores se vayan entendiendo como

constructores de caminos y no como dadores de programas y caminadores de sendas abiertas por

otros; como protagonistas de los cambios necesarios, como investigadores en la cotidianidad de

las aulas y escuelas, lo que sólo es posible si se hace de la reflexión permanente , de la pregunta,

del diálogo de saberes, una práctica habitual, si cada uno se asume más como aprendiz que como

docente, lo que supone humildad, un estado de insatisfacción permanente y sobre todo alegría y

Page 37: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

37

disfrute. El educador debe ser una persona que goza con lo que hace, que acude con ilusión, “con

el corazón maquillado de alegría”, a la tarea diaria, porque entiende y asume la transcendencia de

su misión, porque se siente educador, maestro, formador de personas, no por obligación, sino por

vocación. Los tiempos de incertidumbre y crisis que vivimos, deben espolear el pensamiento

crítico y autocrítico, la creatividad y el coraje de los genuinos directivos y educadores. Por ello,

frente a la creciente colonización de las mentes, la educación debe orientarse a formar personas

capaces de pensar con su cabeza, de pensarse para constituirse en sujetos autónomos de su

propia vida, de pensar la educación para transformarla, de pensar un mundo humano para todos

e involucrarse en su construcción.

Otro elemento clave para garantizar el éxito escolar lo constituyen las altas expectativas de los

docentes sobre las posibilidades de aprendizaje de todos los alumnos: Si creen que tienen frente a

sí un grupo de alumnos inteligentes, capaces, maravillosos, los tratan como a tales y logran que

actúen de ese modo. Pero si creen que no saben nada, que son apáticos, brutos, imposibles,

terribles, logran que los alumnos actúen según esta percepción negativa. Como lo afirma

Fernando Savater con crudeza: “Si yo estoy convencido de que un alumno es bruto y no lo es,

pronto lo será”

Un tercer elemento clave para el éxito escolar es un clima ordenado y seguro. Si en los centros

escolares impera la violencia, el desorden, la indisciplina, va a ser muy difícil o incluso imposible

que los alumnos aprendan lo que tienen que aprender. Para mejorar la calidad de las escuelas hay

que hacer que los alumnos estén bien atendidos, se sientan bien en su escuela y aprendan de

manera óptima lo que necesitarán para su vida en la sociedad. Necesitan pues una escuela en la

que se viva en un ambiente agradable pero exigente, en el que los docentes y directivos

garanticen un bienestar colectivo, en un clima de respeto mutuo, de tolerancia ante lo diverso y

de no tolerancia ante la agresividad y la violencia. Los docentes deben ser excelentes

profesionales, capaces de motivar y llevar a sus alumnos hacia temas nuevos, que generen

curiosidad y produzcan muchos aprendizajes valiosos y duraderos.

Un cuarto elemento esencial para el éxito escolar es garantizar a todos los alumnos las

herramientas esenciales para un aprendizaje autónomo y permanente: lectura personal y

autónoma de todo tipo de textos y del contexto, de los nuevos lenguajes digitales y de la imagen;

escritura, pensamiento lógico-matemático, solución de problemas, ubicación en el espacio y en el

tiempo; y de aquellas actitudes esenciales para un aprendizaje autónomo y permanente:

curiosidad, reflexión, investigación, crítica y autocrítica, deseos de aprender y de hacer las cosas

cada vez mejor, exigencia, esfuerzo, trabajo en equipo.

Otros factores importantes para el éxito escolar, son la fuerte relación entre el centro educativo y

las familias de los alumnos; la buena formación de los docentes y su preocupación por seguirse

formando; el que trabajen en un solo plantel; el número de días de clase y el uso eficiente del

tiempo en el aula, pues está bien comprobado que no sólo se pierde el tiempo cuando se

suspenden las clases, sino que también se pierde, y mucho, dentro del aula cuando los alumnos

están dedicados a hacer actividades rutinarias que no llevan a aprendizajes significativos.

Page 38: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

38

La educación inclusiva va a exigir también una revisión profunda de la cultura y las prácticas de

evaluación, que suele ser el principal mecanismo de los docentes para excluir a los alumnos. Hay

que superar esa pedagogía que convierte la evaluación en un instrumento de control, sanción y

exclusión del alumno y sirve para reforzar la distancia entre éste y el profesor, y de los alumnos

entre sí. Hay que cambiar hasta donde sea necesario nuestros sistemas de evaluación para “medir

lo que valoramos”, en vez de seguir haciendo lo más habitual “valorar solamente lo que podemos

medir”.

La educación inclusiva busca el éxito y no el fracaso de los alumnos. Este es el criterio que debería

guiar a la evaluación, criterio que, sin embargo, está muy lejos de las prácticas habituales. Hay

docentes que llegan a enorgullecerse de su fracaso. No conozco ningún médico que vaya

alardeando por allí de que, de cincuenta enfermos que atendió, sólo le sobrevivieron cuatro.

Tampoco conozco ningún ingeniero que se ufane de que la mayoría de los edificios que empieza

nunca quedan terminados o se derrumban pronto. Pero sí conozco educadores que exhiben sin el

menor pudor su fama de “raspadores”, y hasta se les oye comentar, sin pena, casi con gozo: “De

cuarenta alumnos, sólo me pasaron siete”. Ignoran que el único modo de comprobar la idoneidad

de un docente es mediante el éxito de sus alumnos. Si los alumnos salen mal, él también está

saliendo mal pues no logró motivarlos y guiarlos para que aprendieran lo que tenían que

aprender. No olvidemos que toda evaluación que propone el docente se convierte en su propia

autoevaluación a la luz de los resultados de sus alumnos.

Una educación inclusiva no culpa a los alumnos de su fracaso, pero tampoco lo oculta. No

olvidemos que no se trata de que los alumnos “pasen de un grado a otro”, para inflar los

números de permanencia y prosecución, sino de garantizarles los aprendizajes necesarios. Puede

ser un muy fuerte desestímulo a la calidad y al esfuerzo necesario que ella supone, promover a los

alumnos sin los conocimientos esenciales necesarios. Si los alumnos no aprendieron, habrá que

revisar el contexto y la experiencia de aprendizaje para ver qué está funcionando mal: el método,

la motivación, los materiales, los conocimientos previos, las estrategias…, para introducir las

modificaciones necesarias para que los alumnos tengan éxito y puedan ser promovidos

justamente. La evaluación se convierte entonces en un medio excelente para que el profesor

conozca cuáles son las fortalezas y carencias de cada alumno para así poderle brindar la ayuda que

necesita.

Es, en consecuencia, muy necesario pasar de enseñar para evaluar después, a evaluar

continuamente para enseñar mejor. Más que juzgar el pasado, la evaluación debe orientarse a

preparar el futuro. Evaluación no para clasificar, castigar y excluir, sino para ayudar, para evitar el

fracaso, para que, con la ayuda de todos, todos tengan éxito. Este tipo de evaluación inclusiva no

castiga el error, sino que lo asume como una maravillosa oportunidad de aprendizaje. Si todos

repetimos que “los errores enseñan”, ¿por qué los castigamos? Si nos hacemos todos conscientes

del error, estaremos poniendo las bases para superarlo.

C.- El desafío de una educación ética, ciudadana y compasiva

Page 39: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

39

En tercer lugar, la inclusión implica dotar a los alumnos de una sólida formación ética, ciudadana y

compasiva para que se conviertan en incluidores y trabajen por un mundo más igualitario y más

justo, sin excluidos, donde erradiquemos de una vez la miseria y todos podamos vivir dignamente.

En palabras de Muhammad Yunus, Premio Nóbel de la Paz en 2006: “No hay motivos para que

haya pobres en el mundo y espero que llegue un día en que podamos crear un Museo de la

pobreza, de forma que los niños se pregunten cómo pudo existir y por qué la aceptamos durante

tantos años”. Para ello, debemos alimentar la compasión. Pero, como ya dijimos, no debemos

confundir compasión con lástima. La compasión comparte el sufrimiento del otro: padece-con. La

lástima no contempla verse en el lugar del otro. Por otra parte, frente al consumismo que, en el

Siglo XXI, es el “verdadero opio del pueblo”, debemos cultivar la austeridad y estilos de vida más

sencillos, para que los bienes y recursos de la tierra alcancen a todos.

Queremos insistir en que si los centros educativos no logran egresar alumnos verdaderamente

dispuestos a combatir todo tipo de exclusión y a trabajar por Otro Mundo Posible donde

desaparezca la miseria y toda forma de discriminación, también han fracaso como centros de

inclusión, y sobre todo, si vocean su carácter de cristianos, han fracasado en lograr que sus

alumnos hagan suyos los valores del evangelio. De ahí que los Maestros al estilo de Jesús y los

centros de educación cristianos tienen el deber de invitar a sus alumnos con mayor radicalidad a

que hagan suyo el proyecto de Jesús: Pasión por el reino y compasión por las víctimas.

Para Jesús, Dios es compasión. La compasión es el modo de ser de Dios. Dios siente hacia sus

criaturas lo que una madre siente hacia el hijo que lleva en sus entrañas. Y porque Jesús

experimentó a un Dios compasivo, de entrañas misericordiosas, introdujo la compasión como el

principal principio de acción. Por ello, como nos lo indica Pagola22, frente al “Sed santos porque

yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo”23 que regía la espiritualidad de Israel, Jesús se atrevió a

proponer “Sed compasivos como vuestro Padre del cielo es compasivo”24. El pueblo judío había

terminado por concebir la santidad como el resultado del cumplimiento riguroso de una serie de

normas y de leyes, sin sensibilidad para ver el dolor de los pobres, excluidos y rechazados y, en

consecuencia, sin atender a sus lamentos ni acudir a remediarlos. Y Dios no quería una religión y

un culto que excluía a los impuros y pecadores y no se compadecía de los sufrimientos de las

víctimas. Dios ama sin excluir a nadie de su compasión. Con Jesús, la misericordia acogedora

sustituye a la santidad excluyente. El reino de Dios es una mesa abierta donde pueden sentarse

todos.

“La compasión que Jesús introduce en la historia reclama una manera nueva de relacionarnos con

el sufrimiento que hay en el mundo. Más allá de llamamientos morales o religiosos, Jesús está

exigiendo que la compasión penetre más y más en los fundamentos de la convivencia humana para

rescatar a los perdedores y excluidos, de la desesperación y el olvido…Nunca en ninguna parte se

construirá la vida tal como la quiere Dios si no es liberando a estos hombres y mujeres de su

22 José Antonio Pagola, “No podéis servir a Dios y al Dinero. Una lectura profética de la crisis inspirada en Jesús”. Ver también “La alternativa de Jesús”, Badajoz, 25 de octubre de 2011. 23 Levítico 19, 2 24 Lucas 6,36.

Page 40: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

40

miseria y humillación…La ‘autoridad de los que sufren’ es la única instancia ante la cual ha

colocado Jesús a la humanidad entera…Toda ética ha de tenerla en cuenta, si no quiere convertirse

en ‘ética de tolerancia’ de lo inhumano. Toda religión ha de reconocerla, si no quiere ser negación

de lo más sagrado. Toda política ha de tenerla en cuenta si no quiere ser cómplice de crímenes

contra la humanidad. Toda educación ha de asumirla si no quiere convertirse en un mecanismo

para reproducir la injusticia. Ser compasivos como el Padre exige buscar la justicia de Dios,

empezando por los últimos. El camino hacia un mundo más digno y dichoso para todos, se

comienza a construir desde ellos. Esta primacía es absoluta. La quiere Dios. No ha de ser

menospreciada por ninguna política, ideología o religión”25

Es hora de que los cristianos y muy especialmente los Maestros al estilo de Jesús, hagamos

nuestra la compasión de Dios y tratemos de incorporarla en nuestras vidas, en nuestros trabajos,

en las estructuras políticas, económicas, sociales, educativas y religiosas. Nuestra tarea no es

meramente enseñar conocimientos, sino liberar del mal, sanear la sociedad, ayudar a vivir de un

modo más humano. Si es bien cierto que la educación y la religión están en crisis, no lo está Jesús

que tiene más vigencia que nunca. El mundo cambiaría radicalmente si la compasión de Dios se

convirtiera en el eje de las culturas, las políticas y las religiones.

Jesús sigue prácticamente inédito y puede convertirse en el espíritu que aliente el mundo nuevo.

Ciertamente ¡Otro Mundo es Posible!, y nuestra tarea es cultivar la esperanza y trabajar con él con

la pasión y la compasión de Jesús. El proyecto de Jesús sigue vivo y necesita de valientes que lo

impulsen. Exige una profunda conversión: cambiar el corazón, los valores, marchar por un camino

distinto al que nos proponen los poderosos, los que levantan su poder sobre la manipulación, la

insensibilidad y la injusticia. Seguir a Jesús es hacer nuestros sus criterios y valores; pensar y

actuar como Él lo hizo. Jesús nos enseñó con su palabra y con su vida que la compasión, la no-

violencia, la humildad, el servicio y el amor son los únicos caminos válidos para construir el Reino,

es decir, una sociedad justa y fraternal, como la sueña Dios.

¿Qué pasaría en el mundo si los cristianos , especialmente los Maestros al estilo de Jesús,

empezáramos a tomar en serio el evangelio?

25 José Antonio Pagola, “No podéis servir a Dios y al Dinero”, op.cit., pág. 9 y ss.

Page 41: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

41

III.- Hablar como Jesús

Su manera de enseñar impresionaba mucho a la gente, porque hablaba

como quien tiene autoridad, y no como los maestros de la ley (Marcos1,22)

La noticia se extendió por toda Galilea como brisa fresca. Un maestro muy especial recorría

pueblos y aldeas, curando y enseñando, y sus palabras sabían a pan recién horneado, a agua de

manantial puro de montaña que saciaba la sed más profunda y lavaba suciedades y cansancios.

No era como los demás maestros que enseñaban la ley sin emoción ni pasión. Hablaban de Dios

como si recitaran una lección aprendida de memoria. No emocionaban ni entusiasmaban y

resultaban aburridos y cansones. Pero este maestro, tan distinto a todos los que habían conocido,

sacaba las palabras del corazón y conmovía hasta las lágrimas. Les hablaba de un Dios cercano,

maternal, que no venía a condenar, como había anunciado Juan el que bautizaba en el Jordán,

sino a curar y salvar. Era un Dios que deseaba vida abundante para todos y nadie debía sentirse

indigno e inferior a los demás porque Dios los amaba y todos cabían en su corazón de Padre. No

quería que los campesinos fueran explotados por los ricos hacendados, ni que los leprosos,

pecadores y prostitutas fueran rechazados, ni que las mujeres fueran dominadas por sus esposos,

o que los sacerdotes se consideraran los dueños de Dios, y el templo fuera el único lugar

sagrado. Era un Dios al que no le gustaba el sufrimiento, ni que hubiera víctimas y gente pasando

necesidades y hambre. Según el maestro Jesús, que hablaba con especial amabilidad a las viudas,

a los leprosos, a los publicanos y pecadores, a los niños, a todos los que la sociedad consideraba

sin valor, ese Dios ya estaba llegando y venía a liberarlos del mal y sanar las heridas y dolores de

todos los que sufrían enfermedades, carencias y opresiones.

Ese maestro tan extraordinario no pertenecía a ninguna escuela famosa de maestros de la ley, no

era miembro de la clase sacerdotal de Jerusalén, ni se movía en el entorno de Herodes, Anás, o

Caifás. Era como uno de ellos, un vecino pobre de Nazaret que se había ganado la vida como

carpintero y obrero de la construcción, y ahora mismo iba de pueblo en pueblo comiendo lo que

le daban y durmiendo donde lo acogían. No tenía riquezas ni las buscaba. Hasta parecía desconfiar

del dinero y de los que lo atesoraban con avidez. Sus colaboradores más cercanos eran unos

pescadores y campesinos tan pobres y rudos como ellos. Pero les decía que no se preocuparan

porque si Dios alimentaba a los gorriones y vestía con elegancia a los lirios del campo, cómo no

iba a cuidar de ellos que valían muchísimo más que todos los pájaros y flores.

No era un escriba o maestro de la ley, no había estudiado en las grandes escuelas de Jerusalén,

pero hablaba mucho mejor que todos los escribas y doctores. Sus palabras convencían y

emocionaban, y el modo en que actuaba y vivía respaldaba sus enseñanzas. Les hablaba con

palabras sencillas, sacadas de la cotidianidad de sus vidas, de los pájaros y peces, de las espigas e

higueras, de la sal, la levadura y la harina que amasaban las mujeres, de bodas y banquetes, de

Page 42: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

42

los labradores que sembraban y esperaban la cosecha que se iba gestando en el silencio oscuro de

la tierra… Sus palabras les asomaban a dimensiones desconocidas que les ponían a pensar, les

reblandecían el alma y hasta les daban ganas de vivir de otro modo y ser mejores.

La gente acudía a escucharle y se quedaban paladeando sus palabras como si fueran manjares o

frutas jugosas y luego las comentaban entre ellos con alegría, asombro y emoción:

-Ciertamente, nadie ha hablado nunca como Él. ¿Será cierto todo eso que dice que Dios es como

un Padre cariñoso que nos quiere a todos y especialmente a nosotros los pobres, a los enfermos,

a los mendigos, a las mujeres, a los niños? Lo dice con convicción, como si el propio Dios le pusiera

las palabras en la boca. Lo que él dice y anuncia cambia por completo todo lo que habíamos

escuchado hasta ahora. Son noticias demasiado buenas para ser ciertas, que le llenan a uno de

alegría y esperanza. Por extrañas que parezcan, cuando uno las oye, las cree, porque habla con

verdadera autoridad, y no como los maestros de la ley.

-Yo misma vi cómo abrazaba a los niños y regañaba a los que pretendían alejarlos de él. Y hasta le

escuché decir con emoción que para entrar en el Reino de Dios había que hacerse como un niño,

sencillo, confiado, sin importancia ni valor. Es además, un maestro ameno, divertido, y a una se le

pasan las horas escuchándole sin aburrirse ni cansarse. Pero lo que más me gusta son sus

parábolas, que llegan al corazón, hacen reflexionar, e invitan a vivir de otra manera...

Ciertamente, Jesús era un extraordinario poeta que preparaba minuciosamente sus parábolas en

el silencio del corazón y en las largas jornadas en que se retiraba a orar y meditar. Algunas son

verdaderas joyas literarias que, aunque uno las sepa de memoria de tanto escucharlas o leerlas,

siempre emocionan y asombran.

Aquella mañana Jesús se levantó antes de que los dedos del amanecer pintaran de rosado el

horizonte. Podía sentir en los latidos hondos de su corazón toda la fuerza del amor

misericordioso del Padre. En los primeros cantos de los pájaros que empezaban a darse los

buenos días, escuchó con claridad la voz cariñosa de su ABBA queridísimo. Sintió que la brisa

fresca que le llegaba del lago eran los dedos del Padre que le acariciaban el rostro. El paisaje se

fue despertando a la vida y fue llenando sus ojos de múltiples colores, en los que Dios exhibía su

belleza. Cerca de él, los labios de una acequia que se derramaba cantando para alimentar la vida

de plantas y animales , le trajeron murmullos de amor.

Estuvo largo tiempo pensando y retrabajando en su mente la parábola que mostrara el verdadero

rostro de Dios a las personas que ya estaban acudiendo a escucharle. Cuando avanzó hacia ellos,

todavía llevaba en sus ojos el brillo del amanecer y las sonrisas tibias del paisaje. Y sus palabras

fueron brotando como lluvia fresca de los labios del corazón:

“Había un hombre que tenía dos hijos. El menor dijo a su padre:

-Dame la parte de la hacienda que me corresponde.

Y el padre repartió sus bienes entre los dos.

Page 43: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

43

El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después se fue a un país lejano. Allí malgastó su

dinero llevando una vida desordenada. Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región

una escasez grande y comenzó a pasar necesidad. Fue a buscar trabajo y se puso al servicio de un

habitante del lugar, que lo envió a su campo a cuidar cerdos. Hubiera deseado llenarse el

estómago con la comida que daban a los cerdos, pero nadie le daba algo.

Finalmente, recapacitó y se dijo: “¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras

yo aquí me muero de hambre! Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré: Padre, he

pecado contra Dios y contra ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus

asalariados”. Se levantó, pues, y se fue donde su padre.

Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó.

Entonces, el hijo le habló:

-Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.

Pero el padre dijo a sus servidores:

-¡Rápido! Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, porque este hijo mío

estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.

Y comenzaron la fiesta.

El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la orquesta y el

baile. Llamó a uno de los muchachos y le preguntó qué significaba todo aquello. Él le respondió:

-Tu hermano ha regresado a casa, y tu padre mandó matar el ternero gordo por haberlo recobrado

sano y salvo.

El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. Pero él le contestó:

-Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí

nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. Pero ahora que vuelve ese

hijo tuyo que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo.

El padre le dijo:

-Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero había que hacer fiesta y alegrarse,

puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado26.

Terminó su relato y hubo un silencio largo como si los oyentes desearan que continuara hablando.

Y poco a poco, fue brotando un murmullo, cada vez más denso, con las reacciones de esos

hombres y mujeres envejecidos por el trabajo y la pobreza, tras haber escuchado esa asombrosa

parábola. No terminaban de entender qué tipo de padre era ese, que en vez de ejercer la

autoridad que debía, aceptaba la petición del hijo menor de repartir la hacienda antes de morirse,

26 Lucas 15, 11-31.

Page 44: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

44

aun sabiendo que iba a ser despilfarrada. El hijo partió y el padre se quedó esperándolo con el

corazón partido. Y cuando vio que regresaba envilecido por el hambre y la degradación, en vez de

castigarlo como era debido por su pésimo comportamiento y por haber manchado el honor de

toda la familia, corrió hacia él, desdeñando su propia dignidad, se colgó de su cuello y lo llenó de

besos y abrazos. Ni siquiera le permitió que terminara de expresar sus palabras de

arrepentimiento. Ordenó que lo vistieran y calzaran como merecía un hijo, y hasta mandó matar

el becerro más gordo para que todo el pueblo se alegrara con su vuelta y celebraran con él en

una gran fiesta. Ese padre no se parecía en nada a los padres , autoritarios y distantes, que todos

ellos conocían o incluso eran. Más bien parecía una madre, que por su sensiblería de mujer y por

el amor excesivo a los hijos, les llevaba a perdonar sin condiciones y hasta se alegraban cuando

podían regresarlos al hogar y rescatarlos de una vida degradada y llena de peligros.

Algunos opinaban que el padre, en vez de alegrarse y celebrar su regreso, debió haber actuado

como el hermano mayor, siempre trabajador y fiel a sus obligaciones de hijo, que se negó a entrar

en la fiesta que ordenó el padre para celebrar el regreso del hijo perdido. Porque, ¿qué les estaba

enseñando Jesús con esta parábola? ¿Qué la misericordia de Dios alcanzaba a todos, incluso a

aquellos que habían caído en la más profunda degradación? Pero ese comportamiento ¿no

trastocaba por completo los principios que habían aprendido de sus antepasados y de su religión

que se cimentaba sobre los méritos y la justicia? ¿Sería así realmente Dios como se empeñaba en

insistir ese Maestro desconcertante, un Dios más dispuesto a ver las necesidades y sufrimientos de

las personas que sus méritos? Pero ¿no sería preferible que fuera más justo en vez de ser tan

compasivo? Celebrar el regreso del hijo perdido ¿no equivalía a fomentar la mala conducta, pues

en definitiva, para qué portarse bien y ser un fiel cumplidor de la ley si Dios estaba siempre

dispuesto a perdonar? ¿O les estaría tratando de decir el Maestro que Dios nunca retiraba su amor

a las personas sin importar lo que hicieran y que siempre estaba dispuesto a acogerlos en sus

brazos si se decidían a regresar al hogar? ¿Les estaría también insinuando que no bastaba el

cumplimiento riguroso de la ley si eso les llevaba al endurecimiento del corazón como al hermano

mayor que en vez de alegrarse con el regreso del hermano, sintió una enorme rabia que incluso le

llevó a humillar al padre y a denigrar del hermano? ¿No les había tratado de decir eso mismo

cuando les contó aquella otra parábola del fariseo y el recaudador de impuestos, que subieron al

templo a orar y Jesús alabó la humildad del publicano que se reconoció pecador y censuró la

conducta soberbia del fariseo que se consideraba superior al publicano y agradecía a Dios no ser

como ese pecador pues él cumplía fielmente con todas las exigencias y preceptos de la

religión?27

Las enseñanzas y actuaciones de ese Maestro, si bien les llenaban el corazón de ternura y

esperanza ¿no estaban poniendo en peligro los cimientos de la religión, pues había llegado al

extremo de curar enfermos en sábado y de permitir que en ese día sus discípulos arrancaran

espigas para saciar su hambre, y hasta había justificado estos hechos diciendo que se les había

dado la ley del sábado en beneficio del hombre y que el hombre no debía estar supeditado a la

ley si impedía ayudar a cualquiera que necesitaba de ayuda?

27 Ver Lucas 18, 10-14.

Page 45: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

45

Jesús era muy consciente del desconcierto que causaban sus palabras, sobre todo entre los

poderosos, los sacerdotes, escribas y fariseos que se consideraban superiores por ser fieles

cumplidores de la ley de sus ancestros, y también sus celosos protectores. Y no ignoraba que su

estilo de vida y sus enseñanzas terminarían por acarrearle serios problemas que, como a muchos

profetas, podían hasta ocasionarle la muerte. Pero debía insistir en liberarlos de ese Dios Lejano y

de esa religión que había olvidado el perdón y la misericordia. Por ello otro día, Jesús les contó

otra parábola tal vez todavía más desconcertante:

“Un propietario salió de madrugada a contratar trabajadores para su viña. Se puso de acuerdo con

ellos para pagarles una moneda de plata al día, y los envió a su viña.

Salió de nuevo hacia las nueve de la mañana, y al ver en la plaza a otros que estaban desocupados

les dijo:

-Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo- y fueron a trabajar.

Salió otra vez al mediodía, y luego a las tres de la tarde, e hizo lo mismo.

Ya era la última hora del día, la undécima, cuando salió otra vez y vio a otros que estaban allí

parados. Les preguntó:

-¿Por qué se han quedado todo el día sin hacer nada?

Contestaron ellos:

-Porque nadie nos ha contratado.

Y les dijo:

-Vayan también ustedes a trabajar en mi viña.

Al anochecer, dijo el dueño de la viña a su mayordomo:

-Llama a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y terminando por los

primeros.

Vinieron los que habían ido a trabajar a última hora, y cada uno recibió un denario (una moneda

de plata). Cuando llegó el turno a los primeros, pensaron que iban a recibir más, pero también

recibieron cada uno un denario. Por eso, mientras se les pagaba, protestaban contra el propietario.

Decían:

-Estos últimos trabajaron una hora y los consideras igual que a nosotros, que hemos aguantado el

día entero y soportado lo más pesado del calor.

El dueño contestó a uno de ellos:

Page 46: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

46

-Amigo, yo no he sido injusto contigo. ¿No acordamos en un denario al día? Toma lo que te

corresponde y márchate. Yo quiero dar al último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a llevar mis

cosas de la manera que quiero? ¿O será porque soy generoso y tú envidioso?

Así sucederá: los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos.28

¿Qué tipo de propietario es ese que en vez de enviar a su administrador a contratar trabajadores,

sale a la plaza a contratarlos en persona, acuerda con ellos el salario de un denario, vuelve a salir

una y otra vez, e incluso envía a algunos a su viña cuando ya casi era la hora de terminar el

trabajo? Si a los últimos, que casi no habían hecho nada, les dio un denario, los que habían

trabajado desde temprano esperaban con razón que el dueño sería también generoso con ellos y

les pagaría mucho más. Por ello, los que escucharon la parábola compartían la desilusión y la queja

de los trabajadores que habían soportado el peso del sol y la fatiga durante todo el día y también

habían recibido tan sólo un denario. ¿Acaso esa conducta no expresaba una terrible injusticia?

Pero el amo de la viña les puso bien claro que no había sido injusto con ellos pues les había pagado

lo que habían convenido de mutuo acuerdo en la mañana. Más bien les reclamó por qué le

criticaban y reclamaban su conducta generosa. ¿Acaso no les habría gustado a ellos si hubieran

estado entre el grupo de los últimos contratados?

Si así es Dios en verdad, es un Dios desconcertante. Su corazón rebasa los estrechos límites de la

justicia y actúa movido por la misericordia. No es injusto con nadie, pues les paga a los primeros lo

que habían convenido, pero no puede soportar que haya personas pasando necesidad. Y hasta

está insinuando que para entrar en el Reino todos debemos alegrarnos cuando se satisfacen las

necesidades de los demás. Por eso, él sale una y otra vez y les paga a todos igual para que

ninguna familia se quede sin comer.

A algunos ese Dios desconcertante, que sale una y otra vez en busca de necesitados, les recordó

aquella otra parábola de un pastor que había perdido una oveja y, tras dejar a las otras a

resguardo en el corral, salió en su busca. Y cuando la encontró, en vez de regañarla por haberse

alejado del rebaño y haber puesto su vida en peligro, se dio un terrible alegrón, la cargó feliz en

sus hombres y les pidió a los compañeros que participaran también de su alegría por haberla

encontrado.

-Y yo le escuché –decía una mujer con los ojos brillosos de gozo-, que comparó a Dios con una

mujer que perdió una monedita, barrió toda la casa hasta encontrarla y, cuando la consiguió, gritó

su alegría a todo el vecindario y les pidió que la compartieran con ella.

¡Qué atrevido y contestatario resultaba ese Maestro Jesús que llegaba al extremo de comparar a

Dios con un pastor que socialmente estaban muy mal considerados o, peor, con una mujer que, en

esa sociedad tan abiertamente patriarcal, no tenían ningún valor ni importancia. Los varones se

consideraban muy superiores a las mujeres hasta el punto que le daban gracias a Dios por no

28 Mateo, 20, 1-16

Page 47: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

47

haberlos hecho mujer con esta oración que recitaban varias veces al día : “Te doy gracias, oh Dios,

porque no me hiciste publicano ni mujer”.

¡Qué maravilloso sería si así fuera Dios de verdad que se identificaba con los despreciados y

débiles y era un buscador ansioso de todos los que estaban perdidos!

Pero la palabra amable y misericordiosa de Jesús, su palabra siempre dispuesta a la comprensión

y el perdón29, se vuelve dura e implacable cuando se trata de denunciar la hipocresía y la

injusticia, que ocasionan la miseria y la explotación. A Jesús le resultaban insufribles las personas

que exhibían con orgullo su “pretendida santidad” que, según ellos, provenía del cumplimiento

riguroso de la ley, y se consideraban superiores y mejores a los demás, pero vivían de espaldas a

la miseria y el dolor de los pobres y explotados. Mateo recoge en el capítulo 23 de su evangelio

una serie de denuncias con las que Jesús fustigó y condenó a los falsos maestros que no vivían lo

que anunciaban, y exigían a los demás lo que ellos no cumplían. Criticó también con inusitada

dureza la observancia de una religión sin compasión por las víctimas, por todos los excluidos y

maltratados que eran los primeros en el corazón del Padre. Por ello, la opción decidida por los

pobres y las víctimas se convierte en Jesús en denuncia valiente de todos aquellos que causan la

pobreza y la opresión. El Dios del Amor quiere bondad y misericordia más que observancia

rigurosa de la ley y de los preceptos religiosos. Para Jesús, una religión que segrega y discrimina,

que no acude a remediar las dolencias de los necesitados, es una falsa religión que va contra el

proyecto del Padre Misericordioso :

“Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés. Hagan y cumplan

todo lo que ellos dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan y no practican. Preparan pesadas

cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera

levantan un dedo para moverlas. Todo lo hacen para ser vistos por los hombres… Les gusta ocupar

los primeros lugares en los banquetes y los asientos reservados en las sinagogas…. ¡Ay de ustedes,

maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes cierran a la gente el Reino de los

Cielos. No entran ustedes, ni dejan entrar a los que querrían hacerlo… ¡Ay de ustedes, que son

guías ciegos! …¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes

pagan el diezmo hasta sobre la menta, el anís y el comino, pero no cumplen la Ley en lo que

realmente importa: la justicia, la misericordia y la fe. Ahí está lo que ustedes debían poner por

obra, sin descartar lo otro. ¡Guías ciegos! Ustedes cuelan un mosquito, pero se tragan un

camello!30 ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes purifican

29 No olvidemos que incluso en los momentos más difíciles, cuando colgado de la cruz, sufría los dolores más increíbles, sus palabras fueron de perdón, y llegó incluso al extremo de excusar la conducta de los que lo crucificaban o burlaban, porque ignoraban lo que estaban haciendo: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”. (Lucas 23, 34) 30 Pagola nos recuerda que, sin duda, esta expresión debió levantar las risas y comentarios jocosos de los oyentes, pues es un juego muy inteligente de palabras: cuelan un mosquito (en arameo galma), pero se tragan un camello (en arameo gamla), lo que demuestra que Jesús era también un maestro muy divertido que no dudaba en utilizar exageraciones ( “ves la mota en el ojo ajeno y no la viga en el tuyo”; “si tu ojo te escandaliza, arráncatelo…, y si tu mano derecha te es ocasión de pecado córtatela y arrójala”…); parábolas, juegos de palabras, paradojas (“quien quiera salvar la vida la perderá, pero quien pierde su vida por mí la

Page 48: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

48

el exterior del plato y de la copa, después que la llenaron de robos y violencias. ¡Fariseo ciego!

Purifica primero lo que está dentro, y después purificarás también el exterior. ¡Ay de ustedes,

maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes son como sepulcros bien pintados,

que se ven maravillosos, pero por dentro están llenos de huesos y de toda clase de podredumbre.

Ustedes también aparentan como que fueran personas muy correctas, pero en su interior están

llenos de falsedad y de maldad. ¡ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos

hipócritas! Ustedes construyen sepulcros para los profetas y adornan los monumentos de los

hombres santos. También dicen: “Si nosotros hubiéramos vivido en tiempos de nuestros padres, no

habríamos consentido que mataran a los profetas. Así ustedes se proclaman hijos de quienes

asesinaron a los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron! ¡Serpientes,

raza de víboras!” 31 (Mateo23, 1-33).

III.1. Educar los labios para hablar como Jesús

Jesús impresionaba porque hablaba con autoridad. Sus palabras fueron siempre promesa y

expresión de vida porque eran respaldadas por sus actos. Todo lo que propuso lo vivió y su vida

fue su mejor lección. Fue, por eso, el Maestro por excelencia que nos enseñó cómo es Dios y lo

que significa ser persona en plenitud. Si bien, como seres limitados, nos resulta imposible

conocer a Dios, al escuchar a Jesús y ver cómo actuaba podemos comprender cómo es Dios.

Hablaba de un Dios Bondadoso y Compasivo y para mostrárnoslo, pasó toda su vida haciendo el

bien, curando a los enfermos y devolviendo su dignidad a los abandonados y rechazados. Jesús

no sólo anuncia a un Dios bueno para el hombre, él mismo es bueno. No sólo habla de un Dios

perdonador, él mismo acoge, comprende, perdona, libera de la culpa y la confusión. No sólo

predica a un Dios Salvador, él mismo sana, reconstruye a las personas, crea fraternidad, da fuerzas

para vivir y esperanza para morir. Jesús era él mismo Buena Noticia, Evangelio de Dios, «parábola

viviente» de un Dios bueno. Por eso, no basta una enseñanza más «correcta» sobre Dios. Es

necesario que los que hablan de Dios, los que proponen su evangelio, sean buenos. Así de

sencillo. La nueva evangelización la impulsarán hombres y mujeres buenos. Creyentes que, por su

manera de ser, de actuar y reaccionar, por su compromiso en favor de los débiles y los indefensos,

por su solidaridad y cercanía a las víctimas, introduzcan algo bueno de Dios en la vida de los

hombres y mujeres. Testigos de la misericordia y la ternura de Dios hacia todo hombre. Sólo ellos

pueden anunciar a un Dios Amigo. Sólo ellos pueden despertar la esperanza.

Por ello, para nosotros, Jesús es Camino, Verdad y Vida. Camino a la Vida Verdadera. Camino Verdadero a la Vida. Camino que debemos seguir con decisión los Maestros al estilo de Jesús para llenarnos de su entusiasmo y vida y poder comunicarla y despertarla en los demás. Debemos, en consecuencia, esforzarnos por educar con la palabra y con el ejemplo, de modo que no neguemos con nuestras acciones y conducta lo que enseñan nuestros labios.

encontrará), refranes conocidos (“nadie puede ser esclavo de dos señores”, “no podéis servir a Dios y al dinero”, “no necesitan médico los sanos, sino los enfermos”, y otras sentencias propias de Jesús: “amad a vuestros enemigos”, “no juzguéis y no seréis juzgados”. 31 Mateo 23, 1-33.

Page 49: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

49

No olvidemos nunca que todos los maestros y profesores tenemos poder, pero no todos tenemos autoridad. Recordemos que la palabra autoridad proviene del verbo latino augere, que significa alentar, animar, ayudar. Las palabras auge y aupar, son primas hermanas de autoridad. Tenemos poder para mandar callar al alumno, para sacarlo del salón y mandarlo a la dirección, para castigarlo o ponerle una mala nota. Poder dado por la institución, por el cargo, pero la autoridad sólo nos la pueden dar los alumnos. Y sólo la darán si ven coherencia en nosotros, si nuestras palabras y vida les transmiten el mismo mensaje, si se sienten valorados y queridos, si comprenden que en definitiva, estamos a su servicio, nos preocupamos por ellos y buscamos su bienestar. De ahí la necesidad de hablar y enseñar a decir palabras positivas y verdaderas. Uno de los mayores problemas de nuestra actual cultura es que hemos vaciado a las palabras de sentido, y con frecuencia, las utilizamos para expresar cosas totalmente distintas y hasta opuestas a su significado original. Llamamos libertad a la arbitrariedad y el capricho; felicidad a salir de compras, divertirnos o pasarlo bien; calidad de vida a la cantidad de cosas; negocio a la más grosera especulación y robo; orden establecido a la dominación y la injusticia; diplomacia al engaño y la mentira; socialismo al capitalismo de Estado; revolución a la más grosera involución; sinceridad a la falta de respeto; amor a la atracción física, el gustar o el deseo de posesión. De ahí la necesidad urgente de que los Maestros al estilo de Jesús devolvamos el verdadero significado a las palabras, y las utilicemos siempre de un modo positivo. Porque con las palabras podemos dignificar, animar, entusiasmar, sembrar esperanza, provocar ganas de arriesgarse a vivir en lo hondo; o podemos envilecer, aplastar, destruir, desanimar, promover una vida trivial y sin sentido. Hay palabras que son golpes, puños, bofetadas. Y palabras que son caricias, estímulos, abrazos. Con las palabras podemos crear o destruir; dar vida o matar. La palabra puede convertirse en insulto y condena, pero también en canción que enamora o en poema que cultiva la sensibilidad, la reflexión y nos abre a la belleza. Hoy, estamos viviendo una gravísima devaluación de la palabra que expresa y mantiene la

abrumadora devaluación de la ética, de la política y de las vidas. Vivimos intoxicados de retórica y

palabrería: montones de palabras huecas, sin entraña, sin verdad. Dichas sin el menor respeto a

uno mismo ni a los demás, para salir del paso, para confundir, para ganar tiempo, para sacudirse

de la propia responsabilidad. Ernesto Sábato deplora la pérdida del valor de la palabra y añora los

tiempos en que la gente eran “hombres y mujeres de palabra”, que respondían por ellas: “Algo

notable es el valor que aquella gente daba a las palabras. De ninguna manera eran un arma para

justificar los hechos. Hoy todas las interpretaciones son válidas y las palabras sirven más para

descargarnos de nuestras actos que para responder por ellos”.

Hoy se comienza a hablar de que vivimos en la era posverdad, es decir, en tiempos donde la verdad ya no es prioritaria pues se miente sin el menor pudor y se banalizan los hechos y las noticias para asegurarse la atención y los comentarios del público. Ya no importan la verdad demostrable ni la noticia cierta, sino la activación de emociones y de reacciones inmediatas, para lo cual se aprovecha la abundancia de canales que carecen de verificadores. Como escribió la directora del periódico inglés The Guardian, Katharine Viner, “la nueva medida de valor para demasiados medios es la viralidad, en vez de la verdad o la calidad”.

Page 50: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

50

El objetivo de muchos de esos medios consiste en satisfacer los impulsos más primarios de los lectores aun a costa de abdicar de los principios éticos esenciales. Esto mismo lo podríamos extender, y con más razón, a los discursos de numerosos políticos y gobernantes, que para ganarse el voto o la fidelidad de la gente no vacilan en recurrir a la mentira y a la práctica de un populismo descarnado que ofrece cosas que saben va a ser imposible cumplir.

El prefijo pos puede denotar una situación ya superada, pero no necesariamente desaparecida. Así, al mencionar “la era posindustrial” no se pretende señalar que no existan industrias sino que ese sector dejó de ejercer su papel fundamental. De igual modo, era posverdad no significa que la verdad ya no existe o que se haya evaporado, sino que ha dejado de ser prioritaria, con lo que se abren las puertas al engaño, la estafa, el bulo, la falsedad, algo que ya se había impuesto con la publicidad y las propagandas, que pretenden seducir y atrapar sin tomar en cuenta para nada la verdad de lo que ofrecen. Lo importante no es la objetividad y los hechos, sino el suscitar comentarios y emociones sobre la versión interesada o falseada de ellos.

El engaño siempre existió pero antes todos decían luchar contra él. Ahora, por el contrario, se empieza a cultivar como una buena técnica profesional el revoltijo de trampas de lenguaje basadas en el sensacionalismo, los sobrentendidos, la insinuación, la alusión, la presuposición. Por ello, pienso que si nos quedara algún vestigio de dignidad, habría que tener el valor de llamar la “era de la posverdad”, como “era de la manipulación”.

Por otra parte, la superficialidad, el sensacionalismo y en definitiva, la falta de ética, no sólo están acabando con la verdad, sino también con la seriedad y la profundidad. Hoy se interpreta el mundo a golpe de twit. En las redes sociales tiene tanta importancia lo que dice un pensador o un historiador serios que lo que dice un idiota. Los 140 caracteres del twit pueden resultar más importantes que un libro, y además nos evitan su lectura. La universalización de la información ha llevado consigo la universalización del rumor, del engaño y del escándalo. Y si el receptor no está educado y no tiene criterio para discernir qué es o no importante, se pierde en esa maraña informativa donde abundan los rumores y las mentiras, porque lo importante ya no es informar sino escandalizar, impresionar, engañar o generar comentarios, lo que demuestra la mediocridad moral que estamos viviendo. De ahí que sólo la verdadera cultura y la educación crítica podrán salvarnos. Y si como dijo Jesús “la verdad les hará libres”, también es bien cierto que “solos los libres podrán ser verdaderos”.

Pero no va a ser posible construir un mundo humano, si la palabra no tiene valor alguno, si lo falso y lo verdadero son medios igualmente válidos para lograr los objetivos, si ya nunca vamos a estar seguros de qué es verdad y qué es mentira. El mundo está convertido en una verdadera Torre de Babel en la que, al matar el valor de la palabra, es imposible comunicarnos y entendernos. Por ello, necesitamos un nuevo Pentecostés, ser penetrados por el Espíritu que nos lleve a entendernos a pesar de hablar lenguas diferentes y nos llene de ímpetu y valor para construir un mundo diverso y plural, como lo quiere Dios y anunciaba Jesús con su prédica del Reino. Los Maestros al estilo de Jesús necesitamos ser personas de palabra, que vivimos lo que pretendemos enseñar, que contagiamos los valores del evangelio, que nos esforzamos por ser ejemplos de vida. En consecuencia, necesitamos aprender y enseñar a bendecir, (bene-dicere: decir bien) hablar positivamente, evitando toda palabra desestimuladora, ofensiva, hiriente, que siembra desánimo o alimenta la agresividad o el miedo. Yo sueño con que, algún día, frente a

Page 51: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

51

todos los centros educativos del país, pudiéramos poner una gran valla que dijera: “Aquí sólo están permitidas palabras positivas y bellas, palabras de ánimo y aliento”. De este modo, los centros educativos serían verdaderas fraguas de ciudadanos respetuosos de la diversidad y amantes de la convivencia y el respeto. Nunca lograremos una paz genuina y duradera si provocamos el desprecio y la mutua agresión.

¿Qué paz se podrá lograr entre personas que se insultan y no respetan mutuamente sus ideas

diferentes? ¿Por qué tenemos que despreciar y ofender a alguien sólo porque piensa de una

manera distinta? Sólo quienes buscan con espíritu abierto y lucidez fórmulas de convivencia nos

acercarán a la paz. Nunca lograremos la paz si seguimos introduciendo desprecio, maltratos y

ofensas, si se coacciona a las personas con graves amenazas e insultos y se busca reducir al

silencio al que piensa diferente. Cuando en una escuela los alumnos tienen miedo a expresar lo

que piensan, se está impidiendo el nacimiento de genuinos ciudadanos.

Necesitamos, en consecuencia, recuperar una palabra cercana y sincera que posibilite y favorezca

la genuina comunicación. Comunicarse es abrir el alma. Con frecuencia, hablamos y hablamos,

pero no nos comunicamos. Hablamos y las palabras son trampas con las que nos ocultamos.

Palabras devaluadas, como moneda gastada, sin valor. Dichas sin el menor respeto a uno mismo y

al otro, para atrapar, para herir, para seducir, para engañar, para dominar. Por eso, palabras tan

graves y serias como “lo juro”, “lo prometo”, “te amo”, “cuenta conmigo”…, encierran con

frecuencia la mentira, la traición, el abandono, la soledad.

La tecnología moderna ha hecho más importante el medio que el mensaje. Ni los celulares, ni los

correos electrónicos, ni los blogs, ni las páginas web, ni los twitters, ni los facebooks nos están

ayudando a comunicarnos mejor. Nos la pasamos enviando mensajes y colgando fotos para los

que están lejos, pero somos incapaces de comunicarnos con los que tenemos cerca. Se han

puesto de moda las redes sociales por internet, pero raramente nos comunicamos con los

compañeros que tenemos al lado. En consecuencia, a pesar de tener los más sofisticados

aparatos de comunicación, las personas viven cada vez más solas, sin nadie a quien comunicar sus

vivencias, miedos, alegrías, angustias, problemas. Vivimos extraños en la misma casa, repitiendo

rituales vacíos, chateando tal vez con personajes lejanos e incluso desconocidos, sin comunicarnos

con los miembros de nuestra familia, escuchando en silencio al televisor que es el único personaje

de la casa al que se le presta verdadera atención.

Necesitamos también enseñar a decir gracias, a agradecer lo mucho que hemos recibido y que

estamos recibiendo en cada momento. Todo lo que somos y tenemos es regalo. Agradecer une,

genera alegría, construye puentes. Agradecer es incrementar la intensidad de la vida. Algunos

piensan que dar las gracias expresa debilidad, cuando es todo lo contrario pues demuestra

autonomía, fortaleza y una gran sensibilidad. La expresión “gracias” no es una mera fórmula de

cortesía o buena educación. Es, sobre todo lo demás, una palabra mágica, que acerca y une a las

personas, que facilita el encuentro y el perdón. La gratitud es el arte de saborear la vida con

agrado.

Page 52: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

52

Los maestros al estilo de Jesús debemos también buscar siempre un lenguaje sencillo, cercano a

los alumnos, que parta de sus intereses, inquietudes y vida, alejado de todo academicismo hueco y

de toda pretensión de confundir cultura con oscuridad. Por ello, es conveniente que

incorporemos cuentos, parábolas, chistes, experiencias, todo aquello que contribuya a crear un

ambiente cordial que capte la atención de los alumnos y fomente su interés, participación y

reflexión. No olvidemos nunca que lo más culto es lo más sencillo. También es conveniente que no

acaparemos nosotros s la palabra, sino que propiciemos la expresión del alumno de modo que se

sienta libre para comunicar sus inquietudes, temores, dudas, puntos de vista…, para convertir el

hecho educativo en un diálogo de saberes y en una construcción colectiva de conocimientos y

valores.

Debemos, y muy especialmente en estos días donde abunda la retórica hueca y la palabrería falsa,

y donde muchos pretenden cubrir bajo el manto de las apariencias su verdadera realidad, ser

personas coherentes, honestas y sinceras, que vivimos con sencillez y humildad lo que

pensamos, anunciamos y proclamamos, de modo que la vida sea nuestra principal enseñanza.

De este modo, los estudiantes, que están hoy tan necesitados de modelos significativos, podrán

comprender que más allá de los ídolos del deporte y la música, existen personas profundas y

auténticas, verdaderos modelos de una vida con sentido, que se esfuerzan por seguir a Jesús con

radicalidad, no por obligación, sino por atracción, pues Jesús invita a una vida plena y feliz.

Por último, los Maestros al estilo de Jesús, no debemos vacilar en denunciar la injusticia y las

estructuras que causan la marginación y la miseria. Debemos también denunciar toda actitud

ofensiva e hipócrita, toda conducta discriminatoria, opresiva o violenta. Por ello, estamos

siempre analizando el currículo oculto para detectar incoherencias entre lo que se dice y lo que se

vive, para descubrir prácticas excluyentes y analizar si los estilos de vida y los modos de

celebración contradicen o no lo que se proclama en los idearios y objetivos del centro educativo.

Page 53: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

53

IV. Escuchar como Jesús

El que tenga oídos para oír, que escuche (Marcos 4,9)

Cafarnaún era una aldea rústica, de pescadores, a orillas del mar de Galilea, llamado también Lago

Tiberíades. Si bien era más importante que Nazaret, resultaba muy modesta frente a Séforis y

Tiberíades. Sus calles eran de tierra apisonada y no tenía edificios majestuosos ni palacios o

templos de mármol. Y Jesús eligió a Cafarnaún como centro de su apostolado. El evangelista

Mateo lo dice con meridiana claridad: “Al enterarse de que Juan había sido arrestado, Jesús se

retiró a Galilea, salió de Nazaret y se estableció en Cafarnaún, junto al lago,” (Mateo 4,13). Por

ello, a Cafarnaún se le conoce como “la ciudad de Jesús”.

En Cafarnaún eligió sus primeros discípulos, dos parejas de hermanos: Simón Pedro y Andrés, y

Jacobo y Juan, todos pescadores. Posiblemente ya habían visto a Jesús cuando en las tardes

paseaba a orillas del lago. La brisa enredaba sus cabellos negros y el resplandor del atardecer

ponía un brillo especial en su mirada cautivadora. Sin duda que también habían intercambiado

saludos y palabras. Jesús les preguntaba con viva curiosidad sobre el lago y sus peces, sobre las

redes y tormentas, sobre cuáles eran las horas más propicias para salir a pescar. A ellos, les

encantaba hablarle de su vida, sus trabajos y aventuras, y él les escuchaba con tal atención que

se sentían importantes y valiosos. Y cuando él les hablaba, sus palabras les ponían a galopar el

corazón y les llenaban de admiración, asombro y ganas de acompañarle donde él quisiera para

estar ya siempre a su lado. Intuían que ese hombre llegaría a ser muy importante y famoso y que

su amistad les acarrearía beneficios y ventajas. Por ello, cuando un día los invitó a ser

“pescadores de hombres”, aunque no entendieron lo que quería expresar con ello, no dudaron un

momento y dejaron las barcas, las redes y la familia y le siguieron sin la menor vacilación32.

Posiblemente Jesús, cuando estaba en Cafarnaún, vivía en la casa de Simón Pedro, y hasta en una

oportunidad, curó a su suegra que, una vez recuperada de sus dolencias, se puso a servirles, como

acostumbraba hacerlo siempre que llegaban Jesús y sus amigos: “Salió de la sinagoga y entró en

casa de Simón. La suegra de Pedro estaba con fiebre muy alta y le suplicaban a favor de ella. Él se

inclinó sobre ella, increpó a la fiebre y se le pasó. Inmediatamente se levantó y se puso a

servirles”33.

A diferencia de otras ciudades y aldeas, donde Jesús tuvo problemas para ser aceptado, en

Cafarnaún la gente lo escuchaba con verdadera admiración y por donde quiera que pasaba, se

agolpaba para oírle y rogarle que les curara a ellos o algún familiar, sus dolencias y

enfermedades. En varias oportunidades, tuvo que subirse a una barca para desde ella hablarles a

la multitud que se agolpaba en las orillas del lago, ávida de sus palabras. En otra oportunidad,

estando en la casa de Pedro, la gente se aglomeró ante su puerta con el deseo de verle,

escucharle y pedirle que sanara a sus enfermos, hasta el punto que bloquearon la entrada y nadie

podía acercarse a él. Cuatro hombres que traían un paralítico en una camilla, al no poder entrar

32 Ver Mateo 4, 18-22. 33 Lucas, 4, 18-19.

Page 54: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

54

por el gentío, se subieron al techo, abrieron un boquete, descolgaron la camilla en que yacía el

paralítico y lo pusieron a los pies de ese Maestro sanador.

Jesús escuchó complacido su osadía y creatividad, su fe profunda, y le dijo al paralítico: “Hijo, se

te perdonan los pecados”. En el silencio asombrado que siguió, Jesús no sólo escuchó la fe del

paralítico y la de los hombres que lo cargaban en la camilla y lo descolgaron desde el techo, sino

que fue también capaz de escuchar el escándalo de algunos letrados al oír a Jesús perdonando los

pecados:

Había allí sentados unos letrados que discurrían para sus adentros:

-¿Cómo habla este así?, ¿quién puede personar pecados, sino Dios solo?

Jesús, adivinando lo que pensaban, les dice:

-¿Por qué estáis pensando eso? ¿Qué es más fácil: decir al paralítico que se le perdonan los

pecados o decirle que cargue con la camilla y eche a andar? Pues para que sepáis que este Hombre

tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados - dice al paralítico-:

-Contigo hablo, levántate, carga con la camilla y vete a casa.

Se levantó al punto, cargó con la camilla, y salió delante de todos.34

Cerca de Cafarnaún estaba la “Via maris”, una gran ruta comercial por donde pasaban grandes

caravanas de comerciantes que traían sus productos de Persia, Egipto y los puertos del

Mediterráneo. Para proteger dicha vía y garantizar sin problema el cobro de los impuestos, había

una aduana35 y un destacamento de soldados romanos, al mando de un centurión. Parece ser que

el que estaba entonces allí, era una persona honrada, respetuosa de la religión judía, pues había

construido en Cafarnaún una sinagoga, y sobre todo, era muy querido por los habitantes de ls

aldea, que abogaron por él cuando se le enfermó uno de sus criados. Este centurión admiraba

profundamente a Jesús, y como conocía su poder sanador, no vaciló en rogarle que se apiadara

del enfermo y lo curara. Su súplica fue tan humilde y confiada que incluso la repetimos antes de la

comunión: “Señor no soy digno de que entres en mi casa. Basta que pronuncies una palabra y mi

criado quedará curado”.

Jesús escuchó con admiración las palabras humildes y confiadas del centurión y le impresionaron

tanto que no dudó en alabar su fe y colocarla por encima de la de su propia gente: “Os lo

aseguro, una fe semejante no la he encontrado en ningún israelita”, y le dijo que podía irse a la

casa pues el criado estaba ya curado36.

34 Mateo 2, 1-12. 35 Posiblemente, en ella trabajaba Mateo, el recaudador de impuestos, a quien Jesús eligió también como discípulo. 36 Ver Mateo 8, 3-13.

Page 55: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

55

Si bien fue en Cafarnaún donde Jesús prodigó sus curaciones, recorrió toda Galilea sanando

enfermos y promoviendo la conversión, con los oídos muy atentos para escuchar las súplicas

calladas, los silencios del corazón atormentado y también los gritos desesperados de los que le

suplicaba que se apiadara de ellos.

A Jericó se la conocía como la ciudad de las palmeras y de los perfumes. Enclavada en el camino a

Jerusalén que venía del Jordán, era famosa por el exquisito sabor de sus dátiles, por la fragancia

de sus rosaledas y por la excelencia de su bálsamo, que según cuentan las viejas historias, la Reina

del Mediodía se lo obsequió a Salomón y él lo plantó en Jericó. Los romanos apreciaban tanto el

bálsamo de Jericó que Cleopatra consiguió que Marco Antonio le regalara los jardines de Jericó

para tener siempre abundante bálsamo con el que perfumar su cuerpo. El emperador romano

Octavio Augusto devolvió los jardines al rey Herodes quien se dedicó a embellecer la ciudad con

estanques, jardines, hipódromo, anfiteatro y uno de sus palacios donde le gustaba residir en

invierno.

En su misión de maestro itinerante, de profeta del Reino y sanador de vidas, Jesús visitó varias

veces la ciudad de Jericó. Acompañado de una gran multitud abandonaba un día la ciudad en su

viaje definitivo a Jerusalén, cuando se alzó sobre todos ellos las puñaladas de unos gritos

desesperados: “¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!”. Eran dos ciegos que pedían

limosna a la orilla del camino y que cuando se enteraron de que Jesús andaba en las cercanías, la

esperanza de poder ver se hizo grito de súplica en sus gargantas. Jesús escuchó con atención los

gritos desgarradores de los ciegos que alzaban cada vez con más fuerza sus súplicas a pesar de

que las gentes les decían muy molestas que se callaran. Si para los que seguían a Jesús estos

ciegos estaban sin duda pagando sus pecados o los de algunos antepasados y por ello Dios les

había retirado su apoyo y bendiciones, para Jesús eran ellos precisamente los más cercanos al

corazón de Dios que sólo quería derramar su misericordia sobre los enfermos y necesitados. La

gente les decía que se callaran porque sus gritos de súplica les molestaban. No sólo no escuchaban

sino que pretendían que los ciegos dejaran de gritar. Jesús, en cambio, se detuvo para escuchar

mejor su dolor y los mandó llamar. Los ciegos apresuraron sus pasos y sus ilusiones.

-¿Qué quieren que haga por ustedes? –les preguntó Jesús con unas palabras empapadas de cariño

y compasión.

Las voces de los ciegos saltaron decididas y esperanzadas, como si ya acariciaran la ilusión de

recuperar la vista:

-¡Señor, que se abran nuestros ojos!

Jesús alargó su mano, acarició los ojos de los ciegos y su larga noche se llenó de luz. Agradecidos

y contentos se juntaron al grupo de personas que seguían a Jesús37.

37 Ver Mateo 20, 29-34.

Page 56: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

56

En otra ocasión fue un leproso el que, sin tomar en cuenta la orden de que debía mantenerse

alejado de las personas, se acercó a Jesús, se postró de rodillas ante él y alzó su súplica humilde y

confiada:

-Señor, si tú quieres, puedes limpiarme.

Jesús escuchó su súplica, y sus ojos se iluminaron de alegría ante la robustez de la fe del leproso.

Extendió su mano, lo tocó y le dijo con unas palabras llenas de cariño:

-Quiero, queda limpio.

Desaparecieron las pústulas y llagas y el leproso gritó de alegría y agradecimiento al sentirse digno

y recuperado a una vida nueva que lo alejaba del ostracismo, la marginación y el desprecio38.

Abundan los relatos del evangelio en los que se evidencia cómo Jesús escuchaba con atención las

súplicas y clamores de las personas que le rogaban tuviera compasión de ellas y curara sus

dolencias y enfermedades. Incluso era capaz de escuchar las necesidades calladas y el hambre de

las personas como en la multiplicación de los panes, y escuchar también los silencios y los gestos

sin palabras, la audacia tímida pero llena de fe, de aquella mujer que tenía 12 años sufriendo de

trastornos menstruales, una enfermedad muy vergonzosa para las mujeres, que las hacía impuras

hasta el punto en que nadie podía tocarlas o acercarse a ellas. A diferencia de los ciegos, la mujer

sabía que no podía gritar su dolor ni mezclarse abiertamente entre la multitud pues, si se

enteraban de su enfermedad, la rechazarían con violencia por hacerlos impuros al tener el menor

roce con ella. Pero estaba segura de que Jesús sería capaz de escuchar su súplica silenciosa y

llena de fe, hasta el punto en que no dudaba que si lograba tocar la orilla de su manto se curaría.

Entre empujones y forcejeos logró abrirse camino en la multitud, se colocó detrás de Jesús y con

una fe sin sombras de dudas, le tocó el manto. Jesús escuchó la súplica tímida y confiada de los

dedos de la mujer, alabó su fe y la mujer quedó libre de su enfermedad, su vergüenza, y su vida

indigna.39

Es evidente que Jesús fue un hombre de escucha. Ante el clamor de los que le suplican ayuda, se

compadece, interrumpe su actividad, detiene su marcha si es necesario, cambia su camino, acude

en ayuda. Deja que el otro hable primero, se exprese, exponga sus necesidades, miedos,

preocupaciones y frustraciones como hizo con los discípulos de Emaús40. El escuchar de Jesús es

acogedor, comprensivo, promueve la reflexión, dignifica, genera diálogo y encuentro como hizo

con la samaritana ante el pozo de Jacob en Sicar41.

Hay en el evangelio un texto realmente sorprendente que nos muestra cómo Jesús que pareció no

escuchar al comienzo, fue incluso capaz de cambiar de opinión y dejarse convencer por una

mujer pagana: Cuando se dirigía a las tierras de Tiro y Sidón, ciudades de la antigua Fenicia,

38 Mateo 8, 1-3. 39 Marcos, 5, 25-34. 40 Lucas, 24, 13-35. 41 Juan, 4,3-43.

Page 57: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

57

territorio que hoy conocemos como El Líbano, una mujer cananea empezó a gritar: “¡Señor, hijo

de David, ten compasión de mí. Mi hija está atormentada por un demonio”. Resulta significativo

comprobar cómo se había extendido hasta esas tierras la fama de Jesús y cómo una mujer pagana

reconocía en él al hijo de David, es decir, el Mesías esperado por los judíos. También es digno de

subrayar que la mujer le pide que tenga compasión de ella, a pesar de que es su hija la que está

endemoniada, lo que evidencia su corazón de madre que sufre profundamente con los males de

la hija, a quien no deja de quererla por su enfermedad, sino que la quiere incluso más. A pesar de

sus gritos, extrañamente Jesús se desentiende de ella y parece no hacerle caso. Molestos con ella

que les sigue con sus súplicas gritadas, los discípulos le ruegan a Jesús que la atienda para que les

deje en paz. Pero Jesús les dice que “no he sido enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de

Israel”, es decir, que por ser ella pagana, no puede atenderla. La mujer no se rinde, consigue

llegar hasta Jesús y postrándose de rodillas le implora su ayuda. La respuesta de Jesús nos

desconcierta y hasta puede parecernos brutal, actitud que se aleja de su conducta habitual: “No

se debe echar a los perros el pan de los hijos”. En vez de sentirse ofendida, la mujer acepta el

insulto y levanta sobre él su nueva súplica: “Es verdad, señor, pero también los perritos comen las

migajas que caen de la mesa de sus amos”. Jesús se conmueve ante tanta humildad, tanto amor y

tanta fe, cambia de parecer y cura a la hija42.

Si Jesús escuchaba pacientemente las súplicas, problemas y silencios de los demás, era porque él

se la pasaba escuchando la voluntad del Padre en las largas jornadas de oración. Jesús vivía en

oración. Ora mucho pero pide poco. Cuando pide, suele ser para los otros. Y cuando pide para él

termina “que nos se haga mi voluntad sino la tuya”. Y porque escuchaba atentamente

al Padre, luego podía escuchar su voz en todo: en las caricias de la brisa, el susurro

de las fuentes, el canto de los pájaros, el germinar de la semilla en el silencio oscuro

de la tierra; y sobre todo, en los gritos de dolor de los enfermos, en las súplicas de

los mendigos y leprosos, en los sufrimientos de los campesinos explotados por las

grandes terratenientes, en la timidez y el maltrato de los niños y mujeres.

Si orar es conversar con alguien que nos ama, abrir el corazón y exponer los deseos e inquietudes

más íntimas a alguien que nos escucha y nos quiere, la oración fue siempre para Jesús alimento

del alma, diálogo profundo de amor. En ella experimentaba a Dios como Abbá, como Padre-

Madre amoroso y alimentaba su confianza. De la oración salía decidido y fortalecido para actuar

como el Padre quería, es decir, amando y sirviendo a los demás, anunciando la llegada de su reino.

Por ello, Jesús, hombre de oración y de escucha, insistió mucho en la necesidad de orar y en la

necesidad de escuchar sus palabras, para vivir la vida sobre roca firme y soportar con seguridad

vendavales y tormentas: “Quien escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un

hombre prudente que construyó la casa sobre roca. Cayó la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los

vientos y se abatieron sobre la casa; pero no se derrumbó porque estaba cimentada en la roca.

Quien escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a un hombre sin juicio que

construyó la casa sobre arena. Cayó la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos, golpearon la

casa y se derrumbó. Fue un derrumbamiento terrible. Cuando Jesús terminó su discurso, la

42 Mateo 15, 21-28

Page 58: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

58

multitud estaba asombrada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, no como los

letrados”43

Para Jesús, la grandeza y dignidad de la personas arranca de su capacidad para escuchar el

mensaje del reino de Dios y entrar en él. En cierta ocasión, una mujer de pueblo, conmovida ante

la grandeza de Jesús, alaba con entusiasmo a su madre: “Dichoso el seno que te llevó y los pechos

que te amamantaron”. Pero Jesús piensa que si bien es muy importante la maternidad, lo es

mucho más escuchar y cumplir la Palabra de Dios: “Dichosas más bien las que escuchan la Palabra

de Dios y la cumplen”44.

Educar los oídos para aprender a escuchar

Los Maestros al estilo de Jesús debemos ser personas de escucha. El proverbio de Jesús:

"El que tenga oídos para oír, escuche" aparece ocho veces en los evangelios. Porque no es

lo mismo oír que escuchar. Oír es un fenómeno biológico, escuchar supone atención y

concentración para comprender. Aunque escuchar puede parecer fácil, a menudo es un

trabajo duro, pues vivimos en un mundo lleno de prisas, ruidos y distractores. La escucha

verdadera requiere prestarle atención a la otra persona, lo que exige tiempo y dedicación.

En el mundo contemporáneo y especialmente en Venezuela, donde estamos aturdidos de

palabrería, gritos y retórica, necesitamos con urgencia aprender y enseñar a escuchar. Hoy,

hablamos y hablamos pero escuchamos y nos escuchamos poco. Sin embargo, tenemos dos

orejas y una sola boca, lo que parece indicar que deberíamos escuchar el doble de lo que

hablamos. Para escuchar, hay que comenzar por callarse, pero es mucho más difícil

aprender a callar, que aprender a hablar. De hecho, y como decía Ernest Hemingway, “se

necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”.

Escuchar viene del latín: auscultare, término que se lo ha apropiado la medicina, y denota

atención y concentración para entender y poder ayudar. Escuchar, en consecuencia, lo que

se dice y lo que se calla y cómo se dice y por qué se calla. Partir siempre de la palabra o el

silencio del otro. Si yo sólo escucho al que piensa como yo, no estoy escuchando realmente,

sino que me estoy escuchando en el otro.

Escuchar es un acto de amor, es entrega, valoración del otro, equivale a decirle: “no

temas, puedes hablar, abrirme el corazón y contar conmigo; yo siempre estaré a tu lado”.

Negar la palabra o la escucha a alguien es ignorarlo. Saber escuchar es el mejor remedio

para superar la soledad y superar las tensiones y problemas. Lo mejor para motivar y

ayudar a una persona es escucharla. Uno, cuando es escuchado se siente tomado en cuenta

como persona. Desgraciadamente, en nuestro mundo, tan lleno de medios de información y

desinformación hay una gran ausencia de escucha y escasea cada vez más la verdadera

comunicación. No tenemos tiempo ni disposición de a escuchar en profundidad al otro, y

43 Mateo, 7,2428. 44 Ver Lucas 11, 27-28

Page 59: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

59

cada vez más personas, a pesar de la masificación de los celulares, las redes, los chateos,

blogs y correos electrónicos, se sienten arrojadas a la soledad y el desamparo.

Hay que aprender, en consecuencia, a escuchar no sólo las palabras, sino también los

gestos, los silencios, el aburrimiento y fastidio, los dolores y rabias, los gritos de la

inseguridad y el miedo. Escuchar a los que hablan demasiado y a los que no hablan nunca.

Escuchar a los tímidos y a los sin voz, escuchar los gemidos de Dios en el dolor de los

hombres. Escuchar también las acciones, la vida de las personas, que con frecuencia

niegan lo que proclaman y hasta juran. Muchos deshacen con sus pies lo que intentan

construir con sus palabras: “El ruido de lo que eres y haces no me deja escuchar lo que me

dices”.

Escuchar para comprender y así poder dialogar. El diálogo exige lectura objetiva de la

realidad, respeto al otro, humildad para reconocer que uno no es el dueño de la verdad. El

que cree que posee la verdad no escucha ni dialoga, sino que trata de imponerla y, al

hacerlo, la niega. “La verdad les hará libres”, dijo Jesús; nos libera de la prepotencia, del

orgullo, de considerar que todos los que piensan diferente están en el error. Una supuesta

verdad que ofende, que humilla y oprime en vez de liberar, es siempre falsa.

El diálogo supone búsqueda, disposición a cambiar, a “dejarse tocar” por las opiniones del

otro, a buscar juntos la verdad. En palabras del poeta Antonio Machado: “Tu verdad, no; la

verdad. Deja la tuya y ven conmigo a buscarla”. El diálogo verdadero implica voluntad de

quererse entender y comprender, disposición a encontrar alternativas positivas para superar

los problemas, respeto inquebrantable a la verdad, que detesta y huye de la mentira. Desde

la mentira y las medias verdades, desde la manipulación interesada de los hechos, no es

posible dialogar.

Durante toda su vida, Paulo Freire consideró el diálogo como el método educativo por

excelencia: el ser humano se hace persona en diálogo con su mundo y con los otros. El

diálogo implica búsqueda permanente, creación colectiva. Dialogar supone aceptar que

toda persona sabe, que no todos saben lo mismo, y que estos saberes necesitan relacionarse

y confrontarse para que de ellos nazca un nuevo saber, diferente al que se tenía en el

comienzo.

Dialogar es crear algo que no existe. En consecuencia, toda pedagogía dialógica y

participativa tiene que alentar la búsqueda y la exploración, promover la curiosidad, ya que

supone, como actitud científica, el rechazo al dogmatismo en cualquiera de sus formas. El

diálogo implica problematizarse, hacerse preguntas. El diálogo en los espacios educativos

sólo es posible en un ambiente de respeto, confianza, escucha y humildad, para reconocer

que la verdad se va haciendo y construyendo en el compartir de ideas, reflexiones,

investigaciones y experiencias.

Page 60: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

60

No es fácil dialogar y en la educación tradicional se dialoga muy poco. Por lo general, el

educador habla y el alumno escucha para luego repetir su palabra o la palabra del libro y

hoy, cada vez más, de los medios tecnológicos. Muchos educadores han sido formados

para acaparar la palabra, para imponer, enseñar, adoctrinar. Tampoco suelen dialogar con

sus colegas sobre la educación y sus problemas, sobre sus concepciones y propuestas

educativas, ni fomentan que los alumnos dialoguen entre sí.

Por otra parte, los Maestros al estilo de Jesús no podemos ignorar que el diálogo

verdadero es una práctica no exenta de conflictos, ya que no suele establecerse desde las

coincidencias, sino desde las opiniones, puntos de vista, valoraciones y proyectos

diferentes. De ahí que la pedagogía del diálogo debe también asumir la pedagogía del

conflicto y la negociación, como medios para superar las diferencias y construir acuerdos

básicos para la acción colectiva. Para gestionar educativamente los conflictos, hay que

vivirlos en términos de lealtad y de disponibilidad a la autocrítica, para así superar los

prejuicios y suposiciones. La autocrítica, tanto individual como colectiva, es una

maravillosa estrategia de crecimiento. Ella nos puede liberar del conformismo, la rutina y la

mediocridad.

El verdadero diálogo implica la participación y la cooperación. El hecho educativo debe

convertirse en un hecho comunicativo y comunitario. Se educa en comunidad, con la

comunidad, para la comunidad. El equipo, y no el individuo aislado, debe ser la unidad

educativa básica y medio principal para el pleno desarrollo humano: Equipo directivo,

equipos de educadores, equipos de alumnos y de miembros de la comunidad. Todo el

centro educativo se transforma en un gran equipo, unidos en la identidad y en la misión, en

el que cada uno asume su tarea con entera responsabilidad, cuida y se preocupa por todos

los demás. Todos aprenden y aprenden de todos: aprenden a compartir, a ayudarse, a ser

solidarios, a resolver los problemas y los conflictos mediante la negociación y el diálogo, a

comprometerse en la búsqueda del bien común.

Para que el diálogo y la participación sean fructíferos, hay que romper las barreras

mentales y conductuales de los educadores. No hay posibilidad de diálogo desde la rigidez

en las maneras de pensar. Es necesario fomentar cambios de actitudes en los educadores y

muy especialmente en los directivos, que deben impulsar una verdadera gestión

democrática, constructora de organización, centrada en lo pedagógico y con un liderazgo

educativo compartido.

Para los Maestros al estilo de Jesús, el diálogo de saberes o, mejor, diálogo cultural, se

constituye en el método educativo por excelencia. Pero el diálogo requiere de una serie de

condiciones: fe en el otro, a quien se considera portador de saber y capaz de aprender y de

enseñar; esperanza de que es posible cambiar y mejorar la realidad; y amor, para

Page 61: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

61

involucrarse en una relación afectiva con el otro pues45

“el diálogo es algo más que

intercambio de saberes...El diálogo no es sólo sobre algo, sino fundamentalmente con

alguien; por esto, no puede reducirse a una actividad racional. El diálogo va más allá de la

mera conversación y supone un proceso de investigación. No es posible entrar en un

verdadero diálogo sin investigar. La investigación empieza con la selección del tema de

aprendizaje, que debe ser cercano al mundo de los educandos, y continúa como

investigación de su mentalidad, para explicitar sus saberes e intereses, lo que va a

posibilitar entrar en un proceso de negociación, para precisar hasta dónde pueden avanzar,

y ayudarles a pasar de un estadio a otro posible, dentro de lo que Vygotski ha llamado

“zona del desarrollo próximo”. Es evidente que si proponemos aprendizajes alejados del

mundo cultural y de los saberes previos de los educandos, va a ser imposible que los

comprendan y asimilen.

Este diálogo de saberes o diálogo cultural se ha ido enriqueciendo en los últimos años con

los aportes de diferentes ciencias sociales: la sicología, por ejemplo, ha contribuido a

hacernos comprender que el conocimiento no se transmite, sino que se construye; la

sociología nos ha enseñado que los saberes sólo son verdaderos cuando inciden en la vida

cotidiana, y que las creencias, conocimientos y valores se construyen en el contexto cultural

y social de cada uno; la antropología nos dice que no hay culturas inferiores, sino

diferentes, y que el hecho educativo es siempre una relación entre diferentes; y las teorías

de la comunicación nos demuestran que todos interpretamos la nueva información a partir

de lo que somos y sabemos .

El diálogo se opone por igual a todo tipo de autoritarismo de los que, por creerse

poseedores de la vedad, acaparan la palabra y la transmiten e imponen para que sea

repetida; y a las diferentes formas de populismo y mesianismo que, hablando

supuestamente en nombre del pueblo, le impiden expresar su propia voz y desarrollarse

como sujetos autónomos.

El diálogo verdadero no sólo exige la escucha atenta y respetuosa del otro, sino también la

escucha de sí mismo, para ser capaces de dialogar con nuestro yo profundo, para ver qué

hay detrás de nuestras palabras, de nuestros sentimientos, de nuestras poses e

intenciones, de nuestro comportamiento y vida. Y, para poder escucharnos, necesitamos

de más silencio y soledad. Soledad para encontrarnos, para comunicarnos con nosotros

mismos, para ir a la raíz de nuestra vida. Pero aturdidos de ruidos, gritos, cháchara y

palabrería hueca, nos cuesta mucho adentrarnos en el silencio.

Pedro Miguel Lamet nos advierte agudamente que hay un ruido exterior que no para: en

la casa, la calle, el carro… La radio, la televisión, el teléfono celular, los textos y mensajes,

los tuiters, la publicidad y las propagandas nos embotan los sentidos. Pero “hay otro ruido

45 Ver Lola Cendales, 2000

Page 62: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

62

interior más peligroso, el de la mente, que nos contamina con sus ruidos, alejándonos de

lo que es. Te aturde sin cesar con la culpabilidad del pasado, que ya no existe, y por tanto

se convierte en una tortura inútil. O con las preocupaciones de lo que va a venir, un futuro

lleno de miedos que nos adelantamos también inútilmente de forma masoquista, porque

aún no sabemos realmente cómo será.

Sólo el silencio nos libera. La palabra puede transformar la realidad, pero sólo el silencio

nos transforma a nosotros. Pero le tenemos pavor, porque lo identificamos con soledad y

vacío, sin apreciar que es una soledad acompañada del Universo y un vacío lleno. Escribe

Benedetti:

Qué espléndida laguna es el silencio

allá en la orilla una campana espera

pero nadie se anima a hundir un remo

en el espejo de las aguas quietas.

Si lo primero que hacemos al levantarnos es prender la televisión en la casa, y nos

dormimos arrullados por ella; si las noticias, en su mayoría negativas, nos bombardean día

y noche; si el teléfono celular, la publicidad y las redes sociales se han convertido

en nuestro cordón umbilical con la vida, vivimos dentro de una nube de ruidos que nos

dispersan, agobian y enferman. Para curarnos el silencio interior es la mejor terapia que

existe. Dice Ana María Schlüter en una entrevista que "el silencio es regresar a casa”, es

decir, recuperar nuestra identidad que está en el fondo de nuestro ser, sobre el cual hemos

echado mucha hojarasca, mucho ruido.

El silencio cura porque nos conecta con lo que somos, nos devuelve a la unidad con todo.

Lo sintetiza mejor esta hermosa frase de Tagore: “Pues que se prende en ti el polvo de las

palabras muertas, lava tu alma en el silencio"46

.

Porque le tenemos miedo al silencio y somos incapaces de asumir su desafío, nos estamos

volviendo tan superficiales y nos dejamos manejar por propagandas, por promesas, por

modas, por charlatanes llenos de retórica hueca. Por eso también, mentimos con tanta

facilidad o utilizamos las palabras para insultar, para ofender, para atemorizar, para

engañar, pues sólo las palabras nacidas en el silencio son palabras auténticas y verdaderas.

Para ser verdaderos maestros de escucha, debemos en primer lugar, escuchar a Jesús y sus

palabras. Por ello, los Maestros al estilo de Jesús debemos ser personas de silencio y de

oración, para discernir la voluntad de Dios y escuchar con atención lo que nos pide. La

46 Pedro Lamet, “el silencio nos libera del ruido mental”, www.cuidatusaludemocional.com.

Page 63: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

63

misión que Jesús comunica a todos, y en especial a los maestros, debe ser recibida por

medio de una escucha activa.

En la extraordinaria parábola del sembrador el propio Jesús nos ofrece cuatro modos de

escuchar la palabra de Dios:

Escuchen esto: El sembrador salió a sembrar. Al ir sembrando, una parte de la semilla

cayó a lo largo del camino, vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó entre

piedras, donde había poca tierra, y las semillas brotaron enseguida por no estar honda la

tierra. Pero cuando salió el sol, las quemó, y como no tenían raíces, se secaron. Otras

semillas cayeron entre espinos: los espinos crecieron y las sofocaron, de manera que no

dieron fruto. Otras semillas cayeron en tierra buena: brotaron, crecieron y produjeron

unas treinta, otras sesenta y otras cien. Y Jesús agregó: El que tenga oídos para oír, que

escuche (Marcos, 4-3-10).

Resulta muy significativo que el propio Jesús, al explicar la parábola, aclara que el

resultado de la siembra depende del tipo de escucha.

Lo que el sembrador siembra es la palabra de Dios. Los que están a lo largo del camino

cuando se siembra, son aquellos que escuchan la Palabra, pero en cuanto la reciben, viene

satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.

Otros reciben la palabra como un terreno lleno de piedras. Apenas reciben la palabra, la

aceptan con alegría; pero no se arraiga en ellos y no duran más que una temporada; en

cuanto sobreviene alguna prueba o persecución por causa de la Palabra, al momento caen.

Otros la reciben como entre espinos; estos han escuchado la Palabra, pero luego

sobrevienen las preocupaciones de esta vida, las promesas engañosas de la riqueza y las

demás pasiones, y juntas ahogan la Palabra que no da fruto.

Para otros se ha sembrado en tierra buena. Estos han escuchado la Palabra, la han

acogido y dan fruto: unos el treinta por uno, otros el sesenta y otros el ciento (Marcos 4,

14-20).

Según la parábola, la semilla es buena y el sembrador cumple su tarea responsablemente,

pero es el terreno, es decir, el modo de escuchar y recibir la semilla, el que determinará la

cosecha. Desarrollemos un poco más la explicación de Jesús:

El que escucha y no entiende: Son las personas que tienen unos valores e ideales

diametralmente opuestos a los que propone Jesús, que les parecen cosas de locos, que no

deben ser escuchados en serio ni tomados en cuenta. La propuesta de Jesús les parece

absurda “escándalo para los judíos, y locura para los griegos”. Las aves que devoran la

Page 64: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

64

semilla y no las dejan ni germinar son las propuestas que nos hacen para vivir de otro

modo, los idolillos que nos lanza el mercado para doblegar nuestros corazones y llenarlos

cada vez más de ambición y vaciedad. Para los que tienen el corazón atrapado por el dinero,

el placer, la fama, la apariencia o el poder, no son comprensibles las palabras de Jesús.

El que escucha con gozo, pero carece de profundidad: Son las personas que les parece

interesante y hasta atractiva la propuesta de Jesús, pero carecen de tesón, garra o fortaleza

y se echan para atrás ante las dificultades y problemas. Les falta hondura emocional y

espiritual; son personas superficiales, carentes de carácter. Su entusiasmo es pasajero, su

fidelidad no dura. Viven derramadas hacia afuera, sin interioridad. No tienen raíces

profundas para soportar las tempestades de la vida. Se vienen abajo ante cualquier

problema.

El que escucha la Palabra, pero las preocupaciones la ahogan: Son las personas a las

que el ansia de tener, el afán por amontonar riquezas y llevar una vida siempre mejor y

más próspera; las que hacen del triunfo personal la meta de sus esfuerzos y el ideal de su

vida, ahogan pronto la Palabra y no la dejan dar fruto. Si Jesús nos dejó bien claro que no

es posible servir a dos señores, a Dios y al dinero, los que tienen sus oídos puestos en las

seducciones y ofertas del mundo, son incapaces de escuchar a la larga la Palabra.

El que escucha y fructifica: Son las personas que escuchan con atención la Palabra, la

entienden y obedecen, la ponen en práctica, es decir, la viven. Son personas coherentes,

sencillas y sinceras. Aceptan el evangelio, lo viven con gozo y lo contagian. Por ello y

porque somos diversos, dan fruto según sus posibilidades, dones y virtudes: unos treinta,

otros sesenta, otros cien, pero todos dan fruto.

Los Maestros al estilo de Jesús somos invitados a ser tierra fértil donde Jesús siembra su

Palabra para que dé abundantes frutos y alimente los corazones hambrientos de sentido y

de vida plena de los alumnos. A su vez, somos invitados a seguir sembrando con diligencia

y paciencia, sin dejarnos desanimar por las dificultades o por los escasos resultados de la

siembra, con la convicción y esperanza de que, a pesar de que abundan los pájaros, las

piedras y las zarzas que no dejan fructificar la semilla, siempre habrá alumnos deseos de

acoger la Palabra y hacer de ella una forma de vida.

La parábola del Sembrdor es en definitiva, una invitación a la esperanza. A pesar de todos

los obstáculos y dificultades, a pesar de que pareciera que el esfuerzo educativo no da

frutos, la siembra terminará en cosecha fecunda, que hace olvidar los cansancios y la

tentación del abandono. Merece seguir sembrando pero, para ello, los Maestros al estilo de

Jesús, debemos llevar la semilla del evangelio y sembrarla con esmero y con alegría. Allí,

en el vientre oscuro de la tierra, contra toda apariencia, empieza a germinar la semilla del

Reino. A veces, la semilla tarda en germinar, otras veces germina pero se seca con rapidez,

pero educar es sembrar con esperanza, a pesar de que cada vez parecen más numerosos los

Page 65: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

65

factores que ahogan el crecimiento. Siempre habrá alumnos que son tierra buena, deseosos

de acoger y hacer fructificar la semilla. A nosotros nos toca sembrar, y hacerlo con ilusión.

La cosecha es cosa de Dios.

Page 66: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

66

V. Mirar como Jesús

El Señor se volvió y fijó la mirada en Pedro…Y saliendo

afuera, lloró amargamente (Lucas 22, 61-62)

Hacía frio y la angustia se había adueñado por completo de él. Pronto amanecería pero en

su corazón seguía cada vez más oscura la noche. Se empezó a sentir triste cuando en la

cena, el Maestro empezó a despedirse de ellos, como si supiera que lo iban a detener,

enjuiciar y posiblemente condenar. Luego, en el camino al huerto de los olivos, cuando

Jesús les dijo que se acercaban momentos muy difíciles y que ellos lo abandonarían y

dejarían solo, él, Pedro, se sintió ofendido y le aseguró que aunque todos los demás

huyeran, él nunca lo abandonaría pues estaba dispuesto incluso a entregar su vida por él. Le

dolió mucho que el Maestro le dijera que en esa misma noche antes de que el gallo cantara

por segunda vez, él le habría negado tres veces. Pero Pedro, desconcertado y embravecido

por esa opinión tan deshonrosa, volvió a jurar una y otra vez que, aunque huyeran todos los

demás, él nunca lo abandonaría.

Al llegar al huerto de Getsemaní, y a pesar de que el Maestro les insistió en que debían

estar vigilantes y mantenerse orando, no pudo combatir el cansancio y el sueño, y se

durmió profundamente. Lo despertó Jesús cuando vino a reclamarle que se hubiera

dormido. Le impresionó su extrema palidez y el ver que tenía el rostro cubierto de un sudor

extraño a pesar de que no hacía calor. Era evidente que estaba sufriendo mucho y después

de quejarse porque se hubiera dormido, volvió a arrancarse de allí y se fue a seguir orando

en un rincón más solitario del huerto. Pedro se levantó y se prometió no volverse a dormir.

Pero, por mucho que se esforzó, los párpados le pesaban como piedras y pronto volvió a

quedarse dormido.

Lo despertaron las palabras de Jesús que les advertía con voz dolida pero firme que ya

estaban llegando los que venían a apresarlo. No podía entender cómo el Maestro se había

entregado mansamente, sin pelear. Sólo asomó una tímida queja de que hubieran ido a

buscarlo con espadas y palos en la noche, como si fuera un ladrón, pero no se habían

atrevido a apresarlo en el día cuando estaba enseñando en el templo. Incluso le había

regañado y ordenado que guardara el cuchillo cuando él, Pedro, estaba dispuesto a

defenderlo y evitar que lo apresaran. Tampoco podía comprender que le sonriera a Judas y

hasta lo llamara amigo cuando lo estaba entregando con un beso traicionero.

Él los estuvo siguiendo de lejos, procurando que no lo vieran, hasta la Casa de Caifás,

Sumo Sacerdote y hombre fuerte de Jerusalén, donde lo llevaron. Tenía que averiguar qué

le iban a hacer a su maestro. Sin duda que todo había sido un error y después que

comprobaran su inocencia y le impusieran algún castigo pequeño por haber derribado en el

templo algunas mesas de los vendedores de palomas y de los cambistas de monedas, lo

soltarían y volverían otra vez a disfrutar de su amistad y su compañía y a recorrer juntos

Page 67: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

67

las aldeas de Galilea promoviendo el reino y curando enfermos. ¿De qué delito iban a

acusar a ese Maestro bondadoso que lo único que hacía era aliviar a los que sufrían y

llenar de esperanza los corazones de los pobres?

En el patio había un grupito de criados y soldados que se calentaban junto al fuego. Pedro

se acercó con disimulo para calentarse y sobre todo, para escuchar su conversación y ver si

lograba enterarse de lo que le iban a hacer a su maestro. Oyó decir que pensaban llevarlo

a casa de Anás, el suegro de Caifás, que aunque ya no era Sumo Sacerdote, seguía

teniendo mucha influencia y poder, y además era muy amigo de Pilatos.

-He visto que le daban golpes y le escupían en la cara -dijo una sirvienta que llegó a

calentarse junto al fuego-. Se reían de él y lo llamaban “falso profeta”. Y he escuchado que

lo van a llevar a Pilatos para que lo condene a muerte acusándolo de que ese galileo es un

falso profeta que anda diciendo que es rey de los judíos y que no acepta el poder del

emperador de Roma.

-Vaya rey- rió otro de los que se calentaban junto al fuego-, sin ejército ni armas, al que

sólo lo siguen un grupito de galileos.

-Y este como que es uno de ellos –dijo la sirvienta, atravesándolo con una mirada entre

curiosa y sorprendida.

Pedro levantó los hombros con indiferencia, en un gesto que pretendía negar por ridícula e

imposible esa acusación.

-De hecho, no te conocemos y nunca te habíamos visto por aquí -añadió otro de los

criados.

-Sí, sí, es uno de sus seguidores -insistió con firmeza la sirvienta.

Pedro sintió que le invadía una ola de miedo y empezó a negar:

-¿Yo, uno de sus seguidores? Estás loca, mujer. Si ni siquiera lo conozco.

El canto de un gallo anunció que se acercaba el amanecer.

-Claro que es uno de los que lo siguen, pues es galileo, ¿no han notado que habla como

ellos?

Pedro sintió que se hundía en un abismo de confusión y miedo:

-No todos los galileos lo seguimos. Yo ni siquiera lo conozco. He venido a Jerusalén a

celebrar la Pascua. Les juro que no conozco de nada a ese hombre.

Page 68: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

68

Entonces, se arrancó del fuego y de ellos queriendo huir de sus acusaciones. Hubo un

rumor de pasos y de ruidos y vio que estaban trasladando a Jesús a otro lugar. Jesús lo

buscó con los ojos y envolvió a Pedro con una mirada tierna, compasiva, cariñosa, con la

que, en vez de reprochar su cobardía y su traición, el Maestro le decía que, a pesar de

todo, él lo comprendía, lo perdonaba y lo seguía queriendo. Cantó de nuevo el gallo,

Pedro se acordó de que el maestro le había anunciado que lo negaría, salió afuera y empezó

a llorar amargamente. Sus lágrimas no lograban borrarle el dolor.

-Soy un fanfarrón y un cobarde –se dijo entre sollozos-. Presumo de un valor que no tengo.

Soy igual o peor que Judas, él lo ha traicionado entregándolo a las autoridades del templo y

yo lo he traicionado también jurando que no lo conozco ante las acusaciones de una simple

sirvienta.

---------------------------

Los evangelistas nos conservan muchas y muy variadas miradas de Jesús. Y si es verdad

que en los ojos se asoma el alma y que una mirada vale más que mil palabras, podremos

acercarnos a las ideas y sentimientos de Jesús si analizamos sus miradas. Por lo general,

son miradas compasivas, capaces de hacer suyo el dolor de los que sufren que, por ello, se

esfuerza en remediar. Por eso, miraba con especial cariño a los enfermos, los leprosos, los

excluidos del trabajo y del pan, las víctimas, todos los que sufrían de algún mal o necesidad

y fue también capaz de ver el hambre de los que, por seguirle, se habían alejado de sus

casas y de sus aldeas y no tenían qué comer (Marcos6, 34). Su mirada atenta reconoció la

generosidad sin límites de la viuda que, frente a la ostentación de los ricos que echaban con

orgullo sus grandes ofrendas en las arcas del templo, se desprendía de dos moneditas, que

eran su único caudal y las necesitaba para vivir. (Lucas 21, 1-2). Tampoco se le escapó la

mirada curiosa y admirada de Zaqueo, jefe de publicanos, que, para poder ver a Jesús, no

le importó hacer el ridículo y subirse a un árbol, actitud poco coherente con su condición de

hombre importante y rico. Jesús lo miró con simpatía, le dijo que bajara del árbol y se

autoinvitó para ir a comer en su casa, a pesar de que todos consideraban a Zaqueo como un

pecador. Zaqueo se dejó transformar por la mirada de Jesús y cambió su estilo de vida:

hará justicia a los que ha explotado y compartirá sus bienes con los pobres (Lucas 19,5).

Zaqueo se dejó mirar y los ojos de Jesús entraron en su alma de recaudador de impuestos y

la transformaron.

Jesús era también un verdadero contemplativo capaz de mirar con asombro y ver la bondad

de Dios en la belleza de los lirios del campo; en los brotes de la higuera que anuncian la

llegada del verano; en el lento germinar de las semillas en el vientre oscuro de la tierra; en

los gorriones que el Padre alimenta y cuida; en el poder de la levadura que levanta la masa

que preparan las mujeres para hacer el pan; en el grano de mostaza que a pesar de ser tan

pequeño, lleva la potencia de un arbusto grande; en el sol que sale sobre buenos y malos,

y en la lluvia que cae sobre justos e injustos (Mateo 5, 45), pues el Padre no excluye a nadie

de su misericordia.

Page 69: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

69

Si bien resulta imposible recoger y comentar todas las miradas de Jesús, quiero detenerme y

desarrollar con un poco más de amplitud la mirada a los niños, al hombre rico y a las

mujeres.

Algunas mujeres le llevaban niños para que los tocara y bendijera. Los discípulos trataban

de impedirlo por pensar que molestaban a Jesús. Los niños no tenían importancia alguna y

sólo harían perder el tiempo al Maestro. Jesús se enojó con sus discípulos y los regañó con

dureza:

-No, no actúen de ese modo. Dejen que los niños se acerquen y vengan junto a mí; no se lo

impidan porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos, débiles, sencillos,

humildes, necesitados. Les aseguro que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no

entrará en él. El camino para entrar en el reino de Dios es hacerse como los niños. Una vez

más, Jesús le da un vuelco a los criterios y valores de la sociedad: lo pequeño es lo grande,

lo débil es lo fuerte, lo último es lo primero.

Los discípulos vieron asombrados e incrédulos cómo Jesús cargaba en sus brazos a los

niños, los acariciaba, bendecía y los llenaba de besos. Las madres agradecidas le sonreían

con el corazón en los ojos47

.

La mirada al hombre rico

Se estaban alistando para salir a otra aldea a proclamar la llegada del Reino, cuando tuvo

lugar un hecho sorprendente que hizo brotar en los ojos de Jesús una mirada

profundamente cariñosa. Un hombre llegó corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:

“Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para ganar la vida eterna?”.

Sabemos muy poco de él; ni siquiera conocemos el nombre. Marcos nos dice que era un

hombre. Mateo (19,18) nos indica que era joven y Lucas (18,18) lo llama un hombre

importante. Era sin duda un hombre religioso, fiel cumplidor de los preceptos de la ley.

Probablemente había oído hablar mucho de ese Maestro asombroso y quería conocerlo y

hasta posiblemente hacerse su discípulo. Sería maravilloso si pudiera acompañarle unos

días y disfrutar de su amistad y de sus enseñanzas. Lo saluda llamándolo “Maestro bueno”,

lo que indica que siente hacia él un gran aprecio y admiración.

A la pregunta del joven, Jesús le responde recordándole lo que dicen los mandamientos, en

especial los que regulan la convivencia social: “No matarás, no cometerás adulterio, no

robarás, no jurarás en vano, no defraudarás, honra a tu padre y a tu madre”.

Al oír eso, el joven sonrió y dijo con alegría:

-Maestro, todo eso lo he cumplido desde la adolescencia.

47 Ver Marcos 10, 13-16.

Page 70: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

70

Sorprendido por su honestidad y bondad, Jesús lo miró con especial cariño y se atrevió a

proponerle un seguimiento más radical:

-Una cosa te falta: anda, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el

cielo. Después vente conmigo.

Estas palabras congelaron la alegría en el rostro del hombre, movió apesadumbrado la

cabeza y se fue triste porque era muy rico. El que había llegado corriendo y lleno de

ilusión, se fue entristecido y tal vez disgustado. Él posiblemente estaría dispuesto a dar

limosnas más grandes y a cumplir con mayor rigor los preceptos de la ley , pero renunciar

a todo era una verdadera locura. Jesús respetó su libertad, no trató de convencerlo. En sus

ojos, sin embargo, se fue apagando el cariño y creció la decepción. Miró a su alrededor

como si quisiera disipar su frustración y les dijo a sus discípulos:

-Qué difícil es que los ricos entren en el reino de Dios.48

Incluso llegará a rematar su idea diciendo que “es más fácil que un camello pase por el ojo

de una aguja que el que un rico entre en el reino de los cielos”49

, es decir, que en el reino de

Dios es inconcebible que haya ricos que vivan de espaldas a la miseria y el sufrimiento de

los pobres. Por eso, cuando se establezca definitivamente el reino de Dios y él reine en los

corazones de todos, no podrá haber personas oprimiendo a los débiles.

Dios quiere que todos sus hijos e hijas sean saciados y no pasen hambre. De ahí su grito

desgarrador “No podéis servir a Dios y al Dinero”50

. Si en verdad se sirve a Dios, en vez de

acumular cada vez más riquezas, se compartirá lo que se tiene y se trabajará por un mundo

sin miseria.

El apego a las riquezas materiales les impide a los ricos buscar y disfrutar el verdadero

tesoro del reino, esa joya admirable por la que uno está dispuesto a desprenderse de todo lo

que tiene. Incapaces de liberarse de la atracción de las riquezas, se vuelven esclavos de

ellas y son incapaces de optar por la felicidad de una vida sencilla y solidaria como la

quiere Dios.

La mirada a la mujer

En tiempos de Jesús, la mujer era considerada un ser inferior y estaba destinada a tener

hijos y vivir sometida por completo al varón, hasta el extremo que el decálogo santo del

Sinaí que le dio Dios a Moisés, la consideraba una propiedad más del amo de la casa: “No

48 Ver Marcos 10, 17-23. 49 Marcos 10, 24 50 Lucas 16,13; Mateo 6, 24.

Page 71: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

71

codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su

sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo”51

.

En palabras de Pagola52

, “al casarse, la mujer salía de su propia familia y pasaba muchas

veces, sin ser consultada, de la autoridad del padre a la de su marido. En adelante, toda su

vida transcurrirá a su servicio: por ello lo llamaba ba‟alí, „mi señor‟. Sus deberes eran

siempre los mismos: moler el trigo, cocer el pan, cocinar, tejer, hilar, lavar el rostro, las

manos y los pies de su hombre. Naturalmente, su principal cometido consistía en

satisfacerlo sexualmente y darle hijos varones para asegurar la subsistencia de la familia…

Fuera del hogar, las mujeres no „existían‟. No podían alejarse sin ir acompañadas por un

varón y sin ocultar el rostro con un velo. No les estaba permitido hablar en público con

ningún varón. Debían permanecer retiradas y calladas. No tenían los derechos de que

gozaban los varones. No podían tomar parte en banquetes. Excepto en casos muy precisos,

su testimonio no era aceptado como válido, al menos como el de los varones. No tenían

sitio en la vida social… También la vida religiosa, controlada por los varones, colocaba a la

mujer en una condición de inferioridad…Todo está dirigido por los sacerdotes del templo y

los escribas de la ley. Por tanto, no era necesario iniciar a las mujeres en la Torá: no estaban

obligadas al estudio de la ley, ni los escribas las aceptaban como discípulas. Sorprende la

dureza de ciertos dichos rabínicos que, aun siendo de fecha posterior a Jesús, pueden

sugerir algo de lo que se vivía también en su tiempo: „Quien enseña a su hija la Torá, le

enseña el libertinaje, pues hará mal uso de lo aprendido‟. „Antes sean quemadas las

palabras de la Torá que confiadas a una mujer‟.

Pero parece ser que lo que más hacía sufrir a las mujeres era la posibilidad de que, en

cualquier momento y hasta por razones fútiles, el esposo las podía repudiar abandonándolas

a su suerte. El propio Deuteronomio establecía que “si resulta que la mujer no halla gracia a

sus ojos, porque descubre en ella algo que no le agrada, le redactará un acta de repudio, se

lo pondrá en la mano y la echará de casa”53

Es cierto que los expertos interpretaban de

modo muy diverso esta ley que iba desde el repudio solo en caso de adulterio, hasta los que

consideraban que se podía repudiar por asuntos tan banales como que se le hubiera

quemado la comida; incluso algunos llegarían a considerar que si a un hombre le gustaba

otra mujer era razón válida para dejar a su esposa.

De esta manera, las mujeres judías, sin verdadera autonomía y prácticamente sin derechos,

siervas de su propio esposo, recluidas en el interior de la casa, sospechosas de impureza

ritual, discriminadas religiosa y jurídicamente, constituían un sector profundamente

marginado en la sociedad judía. Es significativa la oración que recomienda Rabí Yehudá

51 Éxodo, 20,17. 52 Ver José Antonio Pagola: Jesús, aproximación histórica. PPC, Madrid, 53 Deuteronomio, 24, 1.

Page 72: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

72

para ser recitada diariamente por los varones: „Bendito seas, señor, porque no me has

creado pagano ni me has hecho mujer o ignorante‟”54

.

Jesús no podía aceptar esa cultura que humillaba y despreciaba a las mujeres, las miró

siempre con mirada limpia y misericordiosa, y .nunca las consideró como fuente de

impureza, contaminación y ocasión de pecado. Ellas se sintieron valoradas y dignificadas

en sus ojos, y por ello, un grupo significativo de mujeres le acompañaban a todas partes y

hasta permanecieron fieles al pie de la cruz, cuando los varones huyeron aterrados.55

Las mujeres ocupan un lugar privilegiado en el evangelio. Buena parte de los milagros que

realizó Jesús fue para curar dolencias o enfermedades a mujeres: la suegra de Pedro

(Marcos, 1,29-31); la mujer que sufría de trastornos menstruales (Marcos, 5, 25-35); la

hija de Jairo, un oficial de la sinagoga (Marcos 5, 35-43); la hija de la sirofenicia (Mateo

15, 22-28); la mujer que llevaba encorvada 18 años y no podía enderezarse (Lucas 13, 11-

13); la resurrección del hijo único de la viuda de Naín (Lucas 7, 11-15); y otros.

El trabajo de la mujer inspiró a Jesús varias parábolas, como la de la levadura que hace

fermentar la masa del pan (Mateo 13,33); la de la dracma o moneda perdida que resulta

realmente sorprendente y atrevida pues Jesús no vacila en presentar a Dios como una

mujer (Lucas 15, 8-9); la de los dolores y alegrías de parto (Juan 16,21); la de las diez

doncellas, cinco descuidadas y cinco precavidas, que salieron con sus lámparas al

encuentro del novio (Mateo 25, 1-13); la de la viuda que clamaba con insistencia a un juez

irresponsable que le hiciera justicia (Lucas 18, 1-8); y otras.

Si bien resulta imposible recoger todas las miradas compasivas y cariñosas de Jesús

respecto a la mujer que aparecen en el evangelio, miradas siempre limpias, liberadoras y

dignificadoras, quiero subrayar tres escenas memorables que recogen de un modo

admirable las miradas y el pensamiento de Jesús con respecto a la mujer: El trato a la

adúltera, la defensa de la prostituta que perfuma sus pies y la conversación con la

samaritana. Para finalizar, me detendré unos momentos con la mirada de Jesús a su Madre

desde la cruz.

El perdón a la adúltera56

.

Había estado orando gran parte de la noche en el huerto de los olivos, y al amanecer estaba

de nuevo en el templo enseñando a los que se acercaban en busca de sus palabras de

54 Ver José Antonio Pagola, “Jesús, aproximación histórica”. PPC, Madrid, 2007. 55 Conocemos el nombre de algunas. No son las únicas ni mucho menos. María de Magdala, a la que, según Lucas Jesús había curado de espíritus malos, ocupa un lugar preeminente, pues viene citada casi siempre en primer lugar, como Pedro entre los varones. Los evangelios citan a otras muy cercanas a Jesús como María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé. Aparecen otras muy queridas por Jesús, como las hermanas Marta y María, en cuya casa se hospeda Jesús cuando sube a Jerusalén. 56 Ver Juan 8, 1-11.

Page 73: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

73

consuelo y de bondad. Un tropel de personas interrumpió sus enseñanzas y colocaron junto

a él una mujer que temblaba de miedo y de vergüenza.

-Maestro, esta mujer es una adúltera y ha sido sorprendida en plena realización de ese

pecado tan bochornoso. Sabes bien que la ley de Moisés ordena matarla a pedradas. ¿Qué

dices tú?

A Jesús le dolió la sed de sangre en los ojos de los hombres. Otra vez lo ponían a prueba

para tener algo de qué acusarlo. Si la mujer había sido sorprendida en adulterio, habría

también un adúltero, pero a nadie parecía importarle la falta del hombre. Pero el Padre

Compasivo no podía estar de acuerdo con esa ley que obligaba a castigar a la mujer sin

misericordia, mientras los varones podían cometer abusos y maltratos sin consecuencia

alguna.

Jesús no respondió la pregunta que le hicieron. Se inclinó y se puso a escribir en el suelo

con el dedo.

Los que trajeron a la mujer ardían de impaciencia y de indignación:

-Responde de una vez la pregunta que te hicimos. ¿Qué piensas tú de lo que nos ordena la

ley de Moisés? ¿La apedreamos?

Jesús vio que algunos ya apretaban con sus manos unas piedras. Parecían ansiosos de

arrojarlas contra la mujer, para verla sangrar y escuchar sus gritos de dolor, hasta que

quedara sin vida y completamente desfigurada sobre el suelo ensangrentado. Se plantó

frente a ellos y les dijo con voz firme pero muy serena:

-Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra.

Los hombres se desconcertaron con la respuesta de Jesús, que siguió escribiendo en el suelo

con su dedo. Los más viejos menearon la cabeza con un gesto de desdén y se marcharon.

Poco a poco les siguieron los demás, hasta que quedaron solos Jesús y la mujer que seguía

en silencio de pie ante él.

Jesús se enderezó, le acercó una mirada compasiva que estremeció a la mujer y le dijo:

-Mujer, ¿dónde están los que te trajeron? ¿Ninguno te ha condenado?

-Ninguno, Señor –dijo la mujer con unas palabras mojadas todavía de llanto.

-Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.

La mujer sintió las palabras de Jesús como una larga caricia que la limpiaba y la

dignificaba.

Page 74: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

74

El fariseo y la mujer pecadora57

La fama de Jesús crecía día a día y un fariseo, llamado Simón, invitó a Jesús a comer en su

casa, sin duda con la intención de conversar calmadamente con él, analizar a fondo sus

ideas y averiguar de primera mano si eran correctas o contradecían lo que indicaba la ley.

Jesús, que se sentaba a la mesa con todos, fariseos, publicanos y pecadores, aceptó la

invitación. Estando ya reclinados a la mesa, llegó una mujer que todo el pueblo rechazaba

por prostituta. La mujer había disfrutado alguna vez de las palabras misericordiosas y

compasivas de ese Maestro extraordinario que le habían llegado al alma y le habían puesto

un rizo de alegría y dignidad, y al enterarse de que Jesús estaba en la casa de Simón, quiso

agradecerle tanta bondad y tanta comprensión. Compró un frasco de perfume y, sin decir

palabra ni pedir permiso a nadie, se echó a los pies de Jesús y empezó a besarlos con

lágrimas de emoción y agradecimiento. Ella sabía que era un hombre totalmente distinto a

todos aquellos que la habían utilizado como un mero objeto de placer. Su llanto manaba

incontenible, caía sobre los pies de Jesús y ella los secaba con su larga cabellera que, en

otras ocasiones, había utilizado para seducir a los hombres. Entonces, abrió el frasco y en

vez de perfumar su cuerpo como había hecho tantas veces para agradar a los hombres,

empezó a derramar el perfume en los pies de Jesús. La fragancia inundó la sala y avivó aún

más la contrariedad y el desprecio de Simón que no podía aceptar que esa mujer de mala

vida contaminara su casa y a todos los que se encontraban a la mesa. El hecho de que

Jesús no la reprendiera ni evitara que siguiera a su lado, le convenció a Simón de que ese

maestro del que tanto hablaba la gente no podía ser un verdadero profeta pues entonces

sabría qué tipo de mujer era esa a la que permitía perfumar y besar sus pies.

Al ver la bravura en el rostro de Simón, que sin duda estaba a punto de arrojar a la mujer de

su casa, Jesús levantó hacia él sus ojos llenos de paz y le dijo:

-Simón, tengo algo que decirte.

-Habla, Maestro, -le contestó Simón conteniendo a duras penas su malestar y su ira.

Jesús le dirigió sus palabras con una voz tranquila y extremadamente cercana:

-Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas y el otro cincuenta.

Como no tenían con qué pagarle le perdonó la deuda a ambos. ¿Cuál de los dos le querrá

más?

-Pienso que aquel a quien perdonó más –contestó Simón con desgano y le pareció adivinar

en Jesús una fina ironía al indicarle que precisamente porque la mujer tenía una deuda

mucho mayor que la de él, estaba llorando su agradecimiento sincero y debía quererle más.

57 Ver Lucas, 7, 36-48

Page 75: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

75

Jesús le dijo con firmeza a Simón que su respuesta y enseguida empezó a reclamarle su

conducta poco amistosa para con él, mientras alababa las acciones de esa mujer que seguía

a sus pies y ahora sentía sobre ella una mirada extremadamente cariñosa del Maestro:

-¿Ves a esta mujer? Cuando entré a tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras

que ella me los ha lavado con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Tú no me

has recibido con un beso, pero ella, desde que entró, no ha dejado de cubrirme los pies de

besos. Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella en cambio, ha derramado perfume sobre

mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados,

por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le perdona poco,

demuestra poco a mor.

Los ojos de Jesús eran una fuente de amor misericordioso cuando los dirigió la mujer para

decirle:

-Tus pecados te quedan perdonados.

El desconcierto y una ira cada vez más espesa prendió en las bocas de los comensales que

empezaron a murmurar escandalizados cómo ese falso maestro, que se las quería dar de

profeta, había llegado a la osadía de abrogarse el derecho a perdonar que sólo le

correspondía a Dios.

Pero Jesús desestimó su bravura escandalizada y dirigiéndose a la mujer le dijo:

-Tu fe te ha salvado, vete en paz.

La mujer se sintió abrazada por los ojos de Jesús. Por primera vez en su vida experimentó

una increíble ternura y se dejó acariciar por esa mirada pura y fraternal.

Jesús y la samaritana58

En viaje de regreso de Judea a Galilea, debieron cruzar Samaria, y llegaron a una aldea

llamada Sicar, donde se encuentra el pozo de Jacob. Samaria era la patria de los

samaritanos, considerados impuros por los judíos por haberse mezclado con los paganos, y

haberse alejado de ellos tanto política como religiosamente, pues hasta habían construido su

propio templo en Garizin. El desprecio de los judíos a los samaritanos era tan grande que

no sólo no mantenían relaciones comerciales con ellos, sino que no beberían nunca del

mismo vaso o sacarían agua del pozo que ellos utilizaran, ni se sentarían a comer juntos, en

la misma mesa. La discriminación contra los samaritanos era tan drástica que cuando los

judíos querían ofender a una persona, la llamaban samaritana.

58 Ver Juan 4, 1-43.

Page 76: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

76

Ese día Jesús se sentía muy cansado y decidió quedarse a descansar junto al pozo mientras

los discípulos iban a la aldea de Sicar a comprar comida. Ya era casi mediodía, hacía

mucho calor y tenían hambre. Estando descansando allí, sentado en el borde del pozo,

llegó una mujer con la intención de sacar agua del pozo.

Cuando llegó la mujer junto al pozo, Jesús rompió todas las prescripciones que prohibían

que un hombre hablara a solas con una mujer y que, siendo samaritana, compartieran la

misma vasija, y le dijo a la mujer:

-Dame de beber.

La mujer quedó sorprendida de que un hombre le dirigiera la palabra y que incluso le

pidiera agua:

-¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí que soy una mujer samaritana?

La respuesta de Jesús desconcertó más todavía a la mujer:

-Si conocieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de beber, tú mismo le

pedirías agua viva y él te la daría.

La mujer le miró con extrañeza y hasta pensó que tal vez ese hombre tan extraño estaba

loco. Hablaba de un agua viva, distinta, y ni siquiera tenía un cántaro o una vasija con los

que sacar agua de ese pozo que además era bastante profundo. Por ello, le dijo:

-Señor, no tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo. ¿Dónde vas a conseguir esa

agua viva? Jacob nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus animales. –Y terminó

con una fina ironía-: ¿Eres acaso más grande que él?

Pero ese extraño prosiguió con su lenguaje inexplicable:

-El que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré

nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta

hasta la vida eterna.

La mujer seguía sin comprender nada, aunque empezó a sorprenderse por la firmeza y

convicción con que hablaba ese hombre. Pensó que a lo mejor era verdad que tenía un agua

extraña y desconocida que quitaba la sed de una vez para siempre y se le ocurrió que sería

maravilloso probar esa agua que le evitaría tener que hacer todos esos viajes al pozo,

cargando sobre su cabez los cántaros llenos de agua. Y le dijo lo que estaba pensando:

-Señor, dame de esa agua y así ya no sufriré la sed ni tendré que volver aquí a sacar agua.

Pero Jesús cambió por completo el curso de la conversación y le dijo unas palabras que la

desconcertaron más todavía:

Page 77: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

77

-Vete, llama a tu marido y vuelve acá.

La mujer no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Quién era ese judío que se dirigía a ella

con cariño, que después de haberle pedido de beber, decía que tenía un agua extraña que

calmaba definitivamente la sed y ahora le acababa de decir que fuera a buscar al marido

para incorporarlo a la conversación, y así evitarían que si llegaba alguien, se escandalizara

al verlos conversar tan amistosamente, siendo ella una mujer samaritana y él un hombre

judío? Por ello sólo atinó a decir que no tenía marido.

Jesús le sonrió con especial dulzura cuando le dijo:

-Tienes razón y has dicho la verdad al decir que no tienes marido. Has tenido cinco

maridos y con el que vives ahora no es tu marido.

Ante esa respuesta que evidenciaba que el hombre conocía en profundidad su vida, la

mujer se convenció de que estaba hablando con un profeta muy especial, y no queriendo

profundizar en el surco tortuoso de su vida, fue ella la que ahora cambió por completo el

tema de la conversación:

-Señor, veo que eres profeta. Nuestros padres siempre vinieron a este cerro para adorar a

Dios y ustedes, los judíos, ¿acaso no dicen que Jerusalén es el lugar apropiado para adorar a

Dios?

Jesús le respondió que lo importante no es el lugar, sino el modo de adorarlo. Le habla de

un Dios que es Padre de todos y que, en consecuencia, no se trata ya de adorarlo con las

minucias establecidas en la religión y en la ley, sino en espíritu y verdad, viviendo como

hijos:

-Créeme, mujer: Llega la hora en que ustedes adorarán al Padre, pero ya no será “en este

cerro” o “en Jerusalén”. Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que

nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.

Pero llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre

en espíritu y en verdad. Entonces serán verdaderos adoradores del Padre, tal como él mismo

los quiere. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y verdad.

Impresionada por ese modo de hablar tan profundo y convincente, se le ocurre a la mujer

que tal vez este hombre extraño sea el Mesías que esperaban. Por eso, arriesga un

comentario sobre la venida del Mesías que les enseñará todo:

-Yo sé que el Mesías (que es el Cristo), está por venir; cuando venga nos enseñará todo.

Entonces Jesús le dijo con unas palabras que le borraron toda sombra de duda y le

convencieron de que ese hombre era el Mesías que esperaban:

-Ese soy yo, el que habla contigo.

Page 78: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

78

En ese momento llegaron los discípulos y se asombraron profundamente de que estuviera

hablando con una mujer. Sin embargo, ninguno de ellos se atrevió a preguntarle de qué

había estado hablando con ella. La mujer, aprovechó la llegada de los hombres, dejó el

cántaro en el pozo para moverse con mayor rapidez y tal vez porque olvidó que había ido a

buscar agua, y corrió al pueblo a invitar a la gente a que vinieran presurosos a ver a un

hombre que, sin conocerla de nada, sabía los pormenores de su vida y que, por ello y por

todo lo que le había dicho, ella creía que era el Cristo que estaban esperando.

Mientras tanto, los discípulos empezaron a ofrecerle a Jesús la comida que habían

comprado en el pueblo pero él no la quiso y les dijo que tenía un alimento especial que

ellos no conocían. De este modo, Jesús siguió aprovechando la situación, la sorpresa y

curiosidad de los discípulos que se preguntaban si acaso la mujer le había traído una

comida especial, para guiarlos a lo profundo y darles a ellos también una lección

importante al afirmar que su alimento principal, mucho más importante que cualquier

comida, era hacer la voluntad del Padre.

La gente de Sicar se dejó convencer por la mujer y acudió a averiguar quién era ese

hombre. Le estuvieron escuchando con admiración, quedaron impresionados de sus

palabras y creyeron en él. Tanto les gustaron sus enseñanzas y les impresionó su doctrina,

que le rogaron que se quedara unos días con ellos. Jesús se quedó dos días allí

enseñándoles. Entonces los habitantes del pueblo le dijeron a la mujer:

-Ya no creemos por lo que tú nos has contado. Nosotros mismos lo hemos escuchado y

sabemos que este es verdaderamente el salvador del mundo.

La mujer se sentía feliz y muy orgullosa de haber sido la primera del pueblo en conocer a

Jesús y hablar un largo rato a solas con él.

Miradas duras contra los hipócritas

Es indudable también que, al igual que dijimos cuando abordamos el tema de las palabras

fuertes de Jesús contra los explotadores e hipócritas, en algunas oportunidades miró con

dureza a los soberbios y engreídos que se consideraban mejores que los demás y en

consecuencia predilectos de Dios y por ello despreciaban a los pecadores; a todos los que

explotaban a los pobres y vivían de espaldas a sus sufrimientos; y a los estrictos

cumplidores de la ley pero sin corazón para ver las dolencias y necesidades de los demás.

El evangelista Marcos nos cuenta 59

que en cierta ocasión, Jesús entró un sábado en una

sinagoga y se encontró con un hombre que tenía una mano seca, que no podía mover.

Algunos de los que estaban allí, sin duda fariseos, fieles cumplidores de la ley, se pusieron

a observar con curiosidad si Jesús quebraba la ley y sanaba en sábado al enfermo, con lo

que tendrían un nuevo motivo para acusarlo. Ya antes se habían escandalizado al ver que

59 Ver Marcos Capítulo 3, 1-7

Page 79: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

79

Jesús permitió a sus discípulos hambrientos arrancar unas espigas y comerse el grano, algo

que tampoco estaba permitido en sábado, pues hasta el propio Dios, después de haber

realizado su obra creadora, descansó ese día, y les impuso también a ellos la obligación de

descansar.

Para los judíos, el sábado era un regalo de Dios para que sus criaturas descansaran. Por ello,

hasta los esclavos e incluso los animales estaban libres del trabajo en ese día. Pagola 60

nos

dice que los esenios de Qumrán habían llevado al extremo la interpretación de esa ley:

“Nadie vaya al campo para hacer un trabajo en sábado…Nadie coma en sábado algo fuera

de lo ya preparado de víspera…Nadie preste auxilios de parto al ganado en sábado y, si cae

en una cisterna o en un hoyo, no sea rescatado en sábado…Si un ser humano cae en un

lugar pantanosos o en un depósito de agua, nadie lo extraiga con una escalera, una cuerda u

otro medio”. Si bien entre los fariseos se defendía una interpretación más comprensiva, las

curaciones estaban prohibidas, a no ser que el enfermo estuviera en peligro de muerte

Jesús se acercó al enfermo, le pidió que se pusiera de pie y que se colocara en el centro.

Entonces, les preguntó a todos los que estaban pendientes de qué iba a hacer.

-¿Qué nos permite la ley hacer en día sábado? ¿Hacer el bien o hacer daño? ¿Salvar una

vida o matar?

Nadie quiso responder las preguntas de Jesús. Posiblemente ni le prestaron atención pues

sus corazones endurecidos sólo estaban pendientes de si quebraría o no la ley. Entonces

Jesús les dirigió una mirada llena de enojo y de pesar por su profunda ceguera que les

impedía la interpretación compasiva de la ley, y dirigiéndose al hombre le dijo:

-¡Extiende la mano!

El hombre lo hizo sin dificultad y vio con asombro agradecido que su mano estaba sana.

Si Dios siempre quiere el bien de las personas, ¿cómo va a oponerse a que se cure en

sábado? Si el sábado es para celebrar la liberación del trabajo y de la esclavitud, ¿acaso no

es un día especial para liberar a los enfermos de sus dolencias? Para Jesús, ninguna ley que

provenga de Dios ha de impedir aliviar las necesidades viales de quienes sufren, están

enfermos o pasan hambre

Este hecho, en vez de poner a recapacitar a los fariseos al comprobar el poder sanador de

Jesús que avalaba la interpretación misericordiosa de la ley, los convenció de que, al violar

la ley, no podía ser un genuino profeta enviado de Dios, y fueron a unirse con los

partidarios de Herodes para planificar juntos la eliminación de Jesús.

60 Ver J. A, Pagola, Jesús, Aproximación histórica. PPC, Madrid, 2007.

Page 80: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

80

La mirada compasiva y cariñosa a su Madre desde la cruz61

.

El dolor era tan grande que él mismo se había convertido en dolor. Todo su cuerpo era una

llaga abierta que supuraba sufrimiento. Las últimas fuerzas las había gastado en afincarse

sobre los clavos, agarrar un poco de aire y pedirle al Padre que perdonara a los que lo

crucificaban y se burlaban de él62

. Aunque la vista se le iba nublando, sabía que María, la

Madre, estaba al pie de la cruz acompañando en silencio su dolor, sufriendo con él. Había

también algunas mujeres que, a diferencia de los hombres, habían permanecido fieles a su

lado en esas horas de desgracia y humillación. Junto a la Madre, se encontraba Juan, su

discípulo predilecto, un joven extremadamente amable y creativo, que prestaba especial

atención a sus enseñanzas. Él cuidaría en adelante de su madre y ocuparía en su corazón el

puesto del hijo que estaba a punto de agonizar. Trató de sonreír, pero sus labios sólo fueron

capaces de dibujar una mueca de dolor.

Hizo un último esfuerzo y dirigiendo a su Madre una mirada que resultó extremadamente

compasiva y cariñosa en ese rostro desfigurado por los suplicios y el sufrimiento, le dijo:

-Mujer ahí tienes a tu hijo.

Era tan grande su debilidad que las palabras se negaban a salir de sus labios. El corazón se

estaba apagando y de los últimos latidos brotó sólo un susurro:

-Ahí tienes a tu madre.

Luego le sobrevino una noche espesa y de ella fue naciendo una enorme paz que le llenó

de consuelo y de ternura.

Educar los ojos para mirar como Jesús miraba

Los Maestros al estilo de Jesús debemos educar los ojos para aprender a mirar como Él

miraba: mirada respetuosa, tierna, compasiva, llena de amor.

No podemos olvidar que respeto viene del latín, respicere, que significa precisamente

mirar. Existimos en cuanto somos mirados. Negar la mirada es negar la existencia. Por ello,

los distanciamientos comienzan a expresarse con la ausencia de mirada: “Ya ni me mira”,

solemos decir, y con frecuencia los poderosos han invisibilizado a los pobres y necesitados.

Porque el hombre no sólo se expresa verbalmente, sino que tiene otros medios de

comunicarse, incluso más profundos, como por ejemplo con la mirada: “Si no sabes

interpretar una mirada, de nada servirá una larga explicación”.

61 Ver Juan 19, 25-27. 62 Ver Lucas, 23, 34.

Page 81: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

81

Hay miradas indiferentes y miradas que ofenden, irrespetan desprecian, humillan. Hay

también miradas concupiscentes, sucias: “Me miró feo”, solemos decir cuando uno se

siente un mero objeto de deseo. Pero hay también miradas de ternura, alentadoras, que

embellecen porque los ojos acarician mejor que las manos. Las mamás pueden pasar horas

y horas acariciando con su mirada a su hijito y cuanto más lo miran, más bello lo ven. Los

enamorados pueden estar largo rato acariciándose con los ojos sin necesidad de palabras.

Hay un viejo refrán que dice “Ojos que no ven, corazón que no siente”, pero el refrán es

mucho más verdadero al revés. Si el corazón no siente, los ojos no ven: “Es el corazón el

que enseña a los ojos a mirar”. Eso es lo que nos dice Lucas en la parábola del Buen

Samaritano: El sacerdote y el doctor vieron al herido del camino, lo vieron con los ojos

físicos, pero no lo vieron con el corazón, por ello dieron un rodeo para no toparse con él.

En cambio el samaritano, un publicano, una persona despreciada por los judíos fieles

cumplidores de las normas y principios de la religión, lo vio con el corazón y por ello,

acudió en su ayuda. Y es que, como dice Saint Exupery en “El Principito”: lo esencial es

invisible a los ojos, sólo se ve bien con el corazón.

En cierto sentido, y como plantea Benjamín González Buelta63

, todos somos ciegos de

nacimiento, totales o parciales, porque hemos crecido en sistemas que han programado la

mirada para ver el aspecto externo de las personas y nos han hecho incapaces de

contemplar su interioridad y su valía. De ahí la necesidad de desprogramar la mirada para

ir más allá de las apariencias y ser capaces de ver la dignidad de cada persona, como un

ser único e irrepetible y como un hijo o una hija de Dios

Cada día estoy más convencido de que si cambiáramos la mirada, cambiaría el mundo. Una

mirada es algo muy sencillo, pero puede comunicar fuerza, compañía, comprensión. Puede

llenar de fuerza al abatido, eliminar el odio más oculto, ser la chispa que encienda una

nueva vida, cambiar el corazón más endurecido. Una mirada de amor cura las heridas más

profundas, pone alas a la esperanza, da confianza al tímido, confiere valor al derrotado. Todo el que es amado, contagia amor. Todo el que es mirado con misericordia, mirará con

misericordia. Somos en gran parte lo que recibimos. Por eso los Maestros al estilo de Jesús

debemos pedirle su mirada, para mirar a los alumnos, a los compañeros, a las personas y al

país y el mundo como Él los miraría. Si el mirar de Dios es amar, como decía san Juan de la

Cruz, debemos aprender a mirar como Dios, como Jesús, para trabajar por convertir nuestro

mundo inhumano en el reino del amor y la justicia por el que trabajó y murió Jesús. Es

importante mirar a Jesús, pero es mucho más importante dejarse mirar por él, encontrarnos

con su mirada. Al encontrarnos con su mirada, ésta nos hará contemplar nuestra vida y

quitar todo aquello que nos impide mirar a los demás con cariño y compasión. Podemos

pedir con San Juan de la Cruz “Véante mis ojos, pues eres lumbre de ellos. Véante mis

ojos y sólo para ti quiero tenellos” (Poesías del Cántico).

63 Benjamín Gonz{alez Buelta, Ver o perecer. Mística de ojos abiertos. Sal Terrae, Santander, 2006.

Page 82: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

82

La mirada de Jesús lo viste todo de ternura, que rehabilita, porque el amor dignifica. Es

una mirada creadora que despierta los mejores estímulos. Cuando uno se siente amado, ya

se ve como persona, y su vida se ilumina. Si uno siente sobre él la mirada amorosa de Jesús

ya no se sentirá nunca indigno y sin valor. Volverá a tener confianza en sí mismo y en los

demás.

Los Maestros al estilo de Jesús debemos pedirle que nos enseñe a mirar con sus ojos lo

que implica recuperar una mirada contemplativa, una mirada fraternal, una mirada

compasiva y una mirada crítica.

Mirada contemplativa capaz de observar y admirar el milagro que se oculta en una flor,

una gota de agua, un pájaro, una piedra, la sonrisa de un niño, un rostro arrugado por el

peso de los años o del sufrimiento.

Hoy, esclavizados al televisor y los aparatos electrónicos, nos estamos volviendo incapaces

de contemplar la belleza del universo y el milagro que es todo. Como dice un proverbio

oriental, “si miras un árbol y sólo ves un árbol, no sabes observar. Si miras un árbol y ves

un misterio increíble eres buen observador”.

Ruben Alves llega a plantear que la primera tarea de la educación es enseñar a ver en

profundidad. Para ello, hay que aprender a mirar, pues vemos pero no miramos, no

sabemos mirar, no somos capaces de detener la mirada y abrirnos al misterio de la

existencia y de la vida. Ver es fácil. Es un fenómeno biológico. Mirar en cambio, requiere

atención y tiempo. Atrapados en las prisas y la superficialidad transitamos por la vida como

si viajáramos en un autobús sin ventanas, ajenos a lo que sucede a nuestro alrededor. En

cierto sentido, como piensa Saramago, todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden

ver, pero no somos capaces de mirar. De ahí la importancia de enseñar a los alumnos a

mirar:

Diego no conocía el mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirlo.

Viajaron al sur.

El mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.

Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de

mucho caminar, el mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad del mar, y tanto su

fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.

Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:

-¡Ayúdame a mirar! 64

La educación debe, en consecuencia, educar la mirada y enseñar a contemplar, sobre todo

en estos tiempos en que la realidad virtual está apartando a muchos del mundo real. La

mirada contemplativa nos debe llevar a descubrir en todo la presencia de Dios:

Cuentan que una tarde Francisco de Asís empezó a tocar las campanas como si se tratara

de anunciar un incendio. La gente salió asustada de sus casas, y cuando le preguntaron a

64 Eduardo Galeano, El libro de los abrazos. Siglo XXI Editores, México, 1994.

Page 83: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

83

Francisco qué estaba pasando, les dijo con sus ojos atrapados por la fascinación: “Vean

ese increíble atardecer y alaben en él la presencia de Dios. Todo mundo admira el cuadro

pero no es capaz de ver al pintor”.

Todo en el mundo es revelación de Dios. Todo vocea su presencia. En cada sonido está el

eco de su voz, en cada color un destello de su mirada. Todo es revelación, pero no sabemos

mirar. La mirada contemplativa nos permitirá descubrirlo jugando con los hijos, y si

levantamos la mirada, podremos verlo caminar con la nube, desplegar su fuerza en el rayo y

descender mansamente con la lluvia. Lo podremos contemplar en la canción del agua, en la

súplica del mendigo, en la fatiga del obrero, en la sonrisa del alumno. Lo podremos

contemplar sonriendo en las flores y agitando con la brisa las hojas de los árboles. Cuentan

que Ignacio de Loyola, cando paseaba por el jardín de su residencia, iba acariciando las

flores con su bastón de anciano y les decía “Callen, callen, que ya les escucho”, pues sentía

que ellas le hablaban de la bondad y belleza de Dios.

La mirada contemplativa debe ser hoy día una mirada ecológica, que respeta y protege la

vida y la naturaleza tan maltratada por nuestra civilización de la destrucción y la avaricia.

Los alumnos deben comprender que la naturaleza no nos pertenece, sino que somos parte

de ella, que respiramos el mismo aire que los árboles y los animales, bebemos la misma

agua y que si destruimos la naturaleza nos estamos destruyendo nosotros.

La mirada ecológica o ecomirada, debe ir mucho más allá de una educación ambiental con

enfoque global, para avanzar, como ya lo propugnó la carta de la Tierra que surgió de la

Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (1992) hacia unos valores básicos compartidos a

nivel global en torno a un mundo de justicia social, no violencia e integridad ecológica. Es

decir, de “respeto y cuidado de la comunidad de la vida en sentido amplio”, lo que va a

suponer un cambio profundo en las estructuras económicas sociales y culturales, pues el

actual modelo de desarrollo no es sustentable.

Para hacer esto posible, debemos convencernos de estas cuatro cosas: 1.- Que

nuestra madre tierra es un organismo vivo y en evolución como una única comunidad de

vida. 2.- Que lo que hagamos a la tierra repercutirá en nosotros, pues somos parte de ella. 3.-

Que la sustentabilidad económica y la preservación del medio ambiente dependen también

de una conciencia ecológica. 4.- Que la relación con la tierra se basa en una triple relación

de armonía: con nosotros mismos, con los demás y con el planeta y el universo.

La mirada contemplativa o ecomirada, tiene que ver también con educar para recuperar una

mirada de sorpresa y asombro, de admiración y de implicación en la defensa de todas las

formas de vida. En consecuencia, es necesario que la pedagogía recupere la sorpresa, el

gusto estético y combata las miradas despectivas, excluyentes y destructivas, o las miradas

que ven como normal este mundo de la opresión, injusticia y exclusión. Hay que ofrecer

otros modo de mirar la pobreza, otros modos de mirar lo femenino y lo masculino, otros

modos de mirar la educación, la infancia y la juventud, otros modo de mirar la injusticia y

la violencia

Page 84: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

84

Mirada fraternal para que seamos capaces de vernos como hermanos.

Un viejo rabino preguntó a sus discípulos si sabían cómo se conoce el momento en que

termina la noche y comienza el día.

-¿Cuando ya podemos distinguir a lo lejos entre un perro y una oveja? –le preguntó uno

de ellos.

El rabino negó con su cabeza.

-¿Será cuando ya se distingue en el horizonte una ceiba de un samán? –se aventuró otro

de los discípulos.

-¡Tampoco! –respondió con convicción el rabino.

Los discípulos se miraron desconcertados:

-Entonces, ¿cómo podemos saber el preciso momento en que termina la noche y comienza

el día? –preguntaron ansiosos.

El viejo rabino los miró con sus ojos mansos de sabio y les dijo:

-Cuando tú miras el rostro de cualquiera y puedes ver en él la cara de tu hermano o de tu

hermana. En ese momento comienza a amanecer en tu corazón. Si no eres capaz de eso,

sigues en la noche.

En un mundo diverso, plural y profundamente inhumano, y en un país como Venezuela

donde estamos rotos, divididos, terriblemente polarizados, necesitamos con urgencia

aprender a mirarnos para ser capaces de vernos como conciudadanos y hermanos y no

como rivales, amenazas o enemigos. El conciudadano es un compañero con el que se

construye un horizonte común, un país, un nuevo mundo, en el que convivimos en paz a

pesar de las diferencias. El ciudadano genuino entiende que la verdadera democracia es un

poema de la diversidad y no sólo tolera, sino que celebra que seamos diferentes. Diferentes

pero iguales. Precisamente porque todos somos iguales, todos tenemos el derecho de ser y

pensar de un modo diferente dentro, por supuesto, de las normas de la convivencia que

regulan los derechos humanos y los marcos constitucionales. De ahí que la educación no

puede provocar la sumisión, sino la autonomía.

Hoy se habla mucho de la necesidad de ser tolerantes. Pero yo pienso con Gandhi que hay

que superar la mera tolerancia para empezar a considerar la diversidad como riqueza. Es

maravilloso que haya razas, costumbres, culturas, religiones, formas de pensar diferentes.

El tesoro de la humanidad está precisamente en su diversidad creadora. Somos diferentes,

pero todos pertenecemos a la “ciudadanía planetaria” (Morin); somos hijos de un mismo

Page 85: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

85

Dios, Padre y Madre de todos por igual, que nos ama a cada uno en nuestra especificidad

y singularidad; y debemos considerar la Tierra como la Patria común de todos, que

debemos cuidar, respetar y trabajar para que sus frutos alcancen a todos. La idea de unidad

de la especie humana no debe borrar la de su diversidad. Precisamente porque todos somos

iguales, tenemos derecho a ser diferentes y a ser respetados en nuestra diversidad. De ahí la

importancia de aprender a vivir juntos los que somos diferentes, a reconocernos en la

humanidad común y valorar como riqueza la diversidad cultural, de raza, de género, de

dones, de talentos, de ideas, de pensamientos. Es maravilloso que seamos diversos, que

tengamos costumbres, religiones y dones diferentes. El mundo y la vida serían muy

fastidiosos si todos pensáramos y actuáramos del mismo modo. Se trata de que todos los

habitantes del mundo nos reconozcamos lo suficientemente semejantes para poder

hablarnos y lo suficientemente distintos para tener algo que decirnos.

En consecuencia, los Maestros al estilo de Jesús debemos combatir decididamente todo

tipo de discriminación y las variadas formas de dogmatismo, fundamentalismo e

intolerancia de quienes pretenden imponer una única forma de pensar, de creer, de vivir.

La diversidad y el respeto a las minorías son tan importantes como el gobierno de las

mayorías. El fanatismo es odio a la inteligencia, miedo a la razón. Asumir la diversidad

como riqueza es una gran oportunidad de enriquecimiento personal y colectivo, camino a la

justicia y a la paz.

La mirada fraternal debe ser también una mirada amorosa que acompaña, respeta, acerca,

genera confianza. Mirada capaz de “ponerse en los zapatos del otro”, para comprender más

que juzgar su actuación. Mirada que posibilita el renacer del otro. Mirada que acompaña,

que hace reír, que ayuda a contemplar el mundo y las personas con ojos nuevos. Mirada que

habla de reconciliación, de cariño, de esperanza. Mirada, en consecuencia, creadora, capaz

de ver al hermano en el rival o diferente, el mundo posible en el actual desconcierto y

división.

Los Maestros al estilo de Jesús debemos aprender a mirar y enseñar a mirar como Él para

descubrir en cada rostro un hermano. Como desarrollo en mi libro “Cultivar valores con el

Padrenuestro”65

, Dios no es padre mío, es padre nuestro; en consecuencia, todos somos una

gran familia y debemos vivir como tales. Hoy se habla mucho de libertad e incluso de

igualdad, pero hemos olvidado la fraternidad. Por eso, la libertad e igualdad proclamadas

pero sin fraternidad languidecen sin vida verdadera y no han sido capaces de lograr un

mundo humano.

Mirada compasiva que se conmueve y mueve ante el dolor de los demás

“Ojos que no ven, corazón que no siente”, dice un viejo refrán. Pero el refrán es mucho más

verdadero al revés: “Corazón que no siente, ojos que no ven”. Es el corazón el que enseña

a los ojos a mirar. Muchos viendo no ven, pues no es lo mismo ver que comprender lo que

se ve. Ven la realidad de hambre, violencia, miseria, la desorientación o soledad de los

65 Ver Antonio Pérez Esclarín, Culivar valores con el Padrenuestro, Estudios, Caracas,

Page 86: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

86

alumnos, el sinsentido de una educación alejada de sus problemas y de su vida, pero no les

conmueven y en consecuencia no hacen nada para cambiarlas o remediarlas porque su

corazón no siente. El funcionario ha matado al educador. Son como el sacerdote y el levita

de la parábola del Buen Samaritano: vieron al golpeado del camino, pero siguieron de

largo. No fueron capaces de verlo con los ojos del corazón, no se compadecieron, es decir,

no sintieron como suyo el dolor del herido, no les importó y por pensar que no era su

problema, dieron un rodeo para no encontrarse con él, aunque Lucas deja bien claro que sí

lo vieron. Sólo el buen samaritano vio con el corazón, y por ello hizo suyo el dolor del

herido, se compadeció, se acercó, sanó sus heridas y lo llevó donde pudieran atenderlo.

Como ya dijimos más arriba, no debemos confundir compasión con lástima. La compasión

comparte el sufrimiento del otro: padece-con y por ello combate las causas que lo

ocasionaron. La lástima participa de la conmoción de la compasión pero desde la distancia

existencial del que se sabe lejos de la situación del que sufre.

Para enseñar la compasión eficaz que ataca las raíces de la miseria y la exclusión, los

Maestros al estilo de Jesús necesitamos aprender a mirar la realidad, la educación y a los

alumnos con los ojos de Jesús. Necesitamos una pedagogía de ojos abiertos, una mirada

compasiva que se traducirá en cercanía amistosa, ayuda y servicio, a los alumnos más

carentes, necesitados y problemáticos. Mirada con los ojos del corazón que se acerca con

cariño a su dolor, su desorientación y sus heridas e intenta sanarlas. En los ojos de los

educadores, todos los alumnos deben sentirse acogidos y queridos. La mirada cariñosa y

compasiva es capaz de descubrir talentos y posibilidades donde los demás sólo ven

carencias y problemas. Por ello, los Maestros al estilo de Jesús practicamos la

discriminación positiva, es decir, atendemos con especial esmero a los más necesitados,

tenemos expectativas positivas de todos y cada uno de nuestros alumnos, y estamos

siempre dispuestos a brindarles una nueva oportunidad.

La mirada crítica

Los Maestros al estilo de Jesús debemos aprender y enseñar a mirarse y a mirar la realidad

con ojos críticos. Mirada capaz de hacerse preguntas y cuestionar creencias y modos de

opinar y de actuar para ver si las acciones contribuyen o más bien impiden el

establecimiento del Reino que Jesús buscó con tanto empeño. Mirada indignada ante la

realidad de un mundo en el que reina la injusticia, la intolerancia, la opresión y la violencia,

mundo radicalmente opuesto al proyecto de Jesús. Mirada, en consecuencia, que impulsa al

compromiso y a la acción para transformarlo.

Es también una mirada capaz de analizar permanentemente la propia conducta y la de los

compañeros y el currículo oculto de los centros educativos para ver si son coherentes con

los objetivos y fines que se proponen en los idearios y proyectos educativos, y analizar si

los centros se van transformando en microcosmos de la nueva sociedad, o en palabras de

Jesús, en semillas del reino. El modo de ejercer la autoridad y el poder; el respeto a la

diversidad y las diferencias; la responsabilidad y compromiso con que cada uno asume sus

tareas y obligaciones; la defensa de los derechos de todos, en especial de los más débiles; la

Page 87: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

87

prohibición de toda palabra o actitud ofensiva o intolerante; la solidaridad que se practica

en todos los recintos y tiempos escolares; la manera como se enfrentan los conflictos y se

busca solución a los problemas; el modo en que se fomenta la organización y participación

de toda la comunidad educativa..., deben en cierta forma, expresar y anunciar el modo de

vida y de organización de la sociedad que queremos, de la sociedad que pretendía Jesús.

Sociedad que privilegie a los más débiles y necesitados, que respete las diferencias

individuales, de género, culturales, raciales, políticas, sociales y religiosas, que posibilite y

promueva la participación en la toma de decisiones y en la vida cívica y política cotidiana.

Esto va a suponer, entre otras cosas, como lo postulaba Paulo Freire, asumir una

pedagogía crítica, reflexiva, creativa y dialógica, capaz de contribuir a la humanización de

nuestro mundo inhumano y excluyente. La educación debe capacitar a los educandos a

pensar por sí mismos y expresar su palabra de forma personal, creativa, y solidaria, pues

sólo así alcanzarán posibilidades ciertas de reflexión y análisis del mundo en que viven y se

sentirán comprometidas a transformarlo. Para decirlo con las palabras de ese gran

pedagogo brasileño: “la educación no transformará el mundo, pero cambiará a las personas

que transformarán el mundo”. En consecuencia, los alumnos deben percibir en los ojos de

sus maestros y profesores una mirada dura contra la explotación, la injusticia, la crueldad,

la insensibilidad y la violencia, y una mirada tierna y comprometida con los que sufren

cualquier tipo de exclusión.

Page 88: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

88

VI.- Amar como Jesús

Ustedes deben amarse unos a otros como como yo les he amado. En

eso conocerán todos que son mis discípulos, en que se aman unos a otros.

(Juan 13-34-35)

Jesús se está despidiendo de sus discípulos, y en esos momentos decisivos en que sabe que

se va a enfrentar a la muerte, les propone un mandamiento nuevo: que se amen los unos a

los otros, como Él les ha amado. Es decir, con un amor práctico, servicial, amor sanador y

liberador. Amor que se hace solidario con el que sufre, con el desvalido para ofrecerle vida.

Amor humilde, que se agacha para tender la mano, que sale en búsqueda del herido. Amor

tierno y generoso. No es lástima ofrecida desde arriba, desde la distancia, que humilla al

que la recibe, sino compasión que comparte el dolor del otro, y se esfuerza en remediaarlo.

Cuando Jesús habla de amor, no habla de un sentimiento, habla de obras que son el fruto

del amor. Por eso, Jesús no dice que ama: sirve, ayuda, sana. El amor de Jesús fueron sus

obras. Y les añade a los discípulos que le escuchan emocionados, que en eso, en el amor

mutuo y práctico que deben tenerse, podrán reconocer todos a los verdaderos seguidores

de Jesús. Jesús amó apasionadamente la vida. Por ello, curó, salvó, la defendió, la dio para

que todos tuviéramos vida. Es lo que les pide a los seguidores: curar la vida, aliviar el

sufrimiento, acoger a los pobres y necesitados, trabajar por un mundo donde nadie sea

excluido y sufra de cualquier tipo de marginación u opresión. Amar es desear todo lo mejor

para el otro, trabajar para ello, esforzarse, estar dispuesto a cualquier cosa, incluso a dar la

vida, por él. Amar es gastarse por los demás, irse consumiendo como la vela, para dar luz y

calor.

Nadie se puede considerar un seguidor auténtico de Jesús si desprecia o humilla a otro, si

lo mira con indiferencia o rencor, si vive insensible a sus sufrimientos y necesidades. E

incluso Jesús quiere subrayar con tal vigor esta idea que llega a afirmar que es imposible

amar a Dios sin amar al hermano: “Si uno dice „Yo amo a Dios‟ y odia a su hermano, es un

mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Pues

este es el mandamiento que recibimos de él: el que ama a Dios, ame también a su

hermano66

”. El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables. No es posible amar a

Dios y desentenderse del hermano. El amor a Dios que excluye al prójimo es un amor falso.

Si el amor a Dios es verdadero debe traducirse en servicio a los demás, pues es en el amor

al prójimo donde se descubre la verdad del amor a Dios.

Para Jesús no tienen sentido unas prácticas religiosas, la observancia minuciosa de los

preceptos y leyes, los sacrificios y las penitencias si no se traducen en justicia y

misericordia y en servicio desinteresado. La necesaria oración y la práctica continua de los

sacramentos, si auténticas, deben traducirse en una vida al servicio de los necesitados y en

66 1 Juan 4, 20-21

Page 89: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

89

una decisión firme de combatir las causas que ocasionan su situación de marginalidad y de

opresión.

En el evangelio queda muy claro que el amor de Jesús fue siempre un amor solidario,

liberador y comprometido con los últimos, con todos aquellos a quienes despreciaban los

poderosos y los que habían convertido la religión en un privilegio o un negocio. Ama

quien lucha para romper las cadenas que oprimen, quien denuncia y combate la injusticia,

la pobreza y las estructuras que las causan y mantienen. En adelante, el prójimo67

no será

el cercano, el que piensa como yo, el que comparte mi raza, mi credo y mi religión, sino

que será el necesitado, el que está tirado en el camino, el que tiene hambre, el pobre, el

enfermo, el que es encarcelado injustamente, el oprimido. De este modo, el prójimo,

próximo, resulta ser el más lejano, el excluido que no tiene nada que ver conmigo.

Jesús es muy claro y categórico cuando afirma que la verdadera religión consiste en ayudar

al necesitado, y hasta llega a identificarse con toda persona que sufre algún tipo de

necesidad. Lo decisivo es el amor y por él seremos juzgados todos. La escena que nos pinta

Mateo en lo que se conoce como Juicio Final o Juicio de las Naciones es realmente

impresionante:

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se

sentará en su trono de gloria y se presentarán ante él todas las naciones. Él separará a

unos de otros, como un pastor separa a las ovejas de las cabras. Colocará a las ovejas a su

derecha y a las cabras a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de la derecha. Vengan

benditos de mi Padre, a heredar el reino preparado desde la creación del mundo. Porque

tuve hambre y ustedes me dieron de comer, tuve sed y ustedes me dieron de beber, fui

emigrante y ustedes me recibieron en su casa, estaba desnudo y me vistieron, estaba

enfermo y fueron a visitarme, estaba encarcelado y me fueron a ver. Los justos le

responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de

beber, emigrante y te acogimos, desnudo y te vestimos?, ¿cuándo te vimos enfermo o

encarcelado y fuimos a visitarte?. El rey les contestará: Os aseguro que cuando lo hicieron

con alguno de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.

Después dirá a los de la izquierda: Aléjense de mí, malditos, y vayan al fuego eterno

preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y ustedes no me dieron de

comer; tuve sed y ustedes no me dieron de beber; era forastero y ustedes no me recibieron

en su casa; estaba desnudo, y ustedes no me vistieron; enfermo y en la cárcel, y no me

visitaron. Ellos replicarán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, emigrante o

desnudo, enfermo o encarcelado y no te socorrimos? Él responderá: Les aseguro que

siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de

hacérmelo a mí.. Estos irán a un castigo eterno y los justos a una vida eterna68

.

67 Ver en Lucas 10, 25-36 la parábola del Buen Samaritano, donde aparece con meridiana claridad que, si bien los judíos consideraban que el precepto de amar a Dios y al prójimo, les exigía amar a los cercanos, es decir, a los que compartían su vida y su religión, Jesús les indica que prójimo es toda aquella persona que está necesitada de ayuda. 68 Mateo 25, 31-46.

Page 90: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

90

Más allá del lenguaje tremendista y apocalíptico, la lección de esta parábola es muy clara:

Los que eligieron una vida de servicio a los necesitados, tienen cabida en el corazón y en el

reino de Dios, aunque no hayan sido unas personas religiosas. Los que vivieron de

espaldas a las necesidades de los demás, aunque hayan sido unas personas muy

cumplidoras de los preceptos de la ley y de la religión, se autoexcluyeron del reino de

Dios, pues en él solo tienen cabida la compasión y el amor eficaz. Lo más sorprendente de

la parábola es el asombro tanto de los benditos como de los rechazados, que confiesan que

nunca vieron al rey cuando socorrieron o dejaron de ayudar a las personas. La respuesta

del rey es verdaderamente asombrosa: “Cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos

más pequeños, a mí me lo hicieron”, y si dejaron de hacerlo, no me lo hicieron a mí. Dios

se oculta y se revela en los pobres, en los hambrientos, en los enfermos, en los emigrantes,

en los encarcelados.

Por ello, los que son declarados “benditos del Padre”, no actuaron así por motivos

religiosos, sino por compasión. El camino que conduce a Dios no pasa necesariamente por

la religión o el culto, sino por la compasión a los que sufren cualquier tipo de problema o

necesidad. Una vez más, servir a Dios es servir al prójimo. El amor solidario, servicial, con

todos los desvalidos, es el distintivo de los verdaderos seguidores de Jesús. Por supuesto,

que el mensaje de Jesús va mucho más allá de la limosna: Si bien hay que dar un vaso de

agua al sediento y un plato de comida al hambriento, se trata de trabajar por un mundo

donde no haya hambrientos, ni personas que andan sin ropa, con harapos, o son

encarceladas injustamente. Trabajar por el reino, el proyecto del Padre, que quiere vida

abundante para todos, especialmente para los últimos, los despreciados, los oprimidos, los

enfermos, exige oponerse a las estructuras de dominación que causan la miseria.

Jesús dejó bien clara su misión de mensajero de la misericordia, de un evangelio que es

mensaje de libertad y fuerza de liberación, ya en el comienzo de su vida apostólica. Nos

cuenta Lucas69

que, después que Jesús superó las tentaciones en el desierto, llegó un día a

Nazaret, el pueblo donde se había criado, entró un sábado en la sinagoga, se puso de pie

para hacer la lectura, le pasaron el libro del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje

donde estaba escrito: “El Espíritu del señor está sobre mí. Él me ha ungido para llevar

buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que

pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del

Señor”.

Una vez que hubo terminado de leer ese pasaje, volvió a enrollar el libro, lo devolvió al

ayudante, y enfrentando la mirada curiosa y desconcertada de sus paisanos que lo conocían

bien, pues era un simple obrero como ellos, “el hijo del carpintero”, les dijo con voz serena

pero firme: “Hoy se están cumpliendo en mí estas palabras proféticas”.

Y esa va a ser la misión de Jesús: anunciar el Reino y sanar, trabajar por aliviar el

sufrimiento. Se sintió muy amado por el Padre, enviado por él para enseñar el amor de

obras , pues el que ama conoce a Dios, y el que no ama está muy alejado de él70

. Lo peor

69 Lucas, 4,16-21. 70 Ver 1 Juan, 4, 8

Page 91: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

91

que le puede pasar a una persona es vivir con un corazón de piedra, reseco y endurecido,

cerrado a la ternura, dividido y disperso.

La respuesta al amor de Dios, que nos amó primero, no puede ser otra que amarle a través

de los hermanos, con amor misericordioso, sin límites ni condiciones, que incluye el

perdón. Lo que mueve a Jesús es su amor a los que sufren, y su voluntad de que

experimenten ya en su propia carne la misericordia de Dios que los quiere libres del mal.

Para Jesús, curar es su forma de amar. Cuando se acerca a ellos para despertar su confianza

en Dios, liberarlos del mal y devolverlos a la convivencia, Jesús les está mostrando antes

que nada, que son dignos de ser amados.

Encerrado en la fortaleza de Maqueronte, el Bautista escucha sin comprender las noticias

que le llegan de Jesús. Su actuación no tiene nada que ver con su prédica en el desierto del

juicio inminente de Dios que va arrancar de raíz, y de un modo violento, el pecado del

pueblo. Las dudas le carcomen el alma. ¿Será que ese Jesús, que habla de la misericordia y

el perdón, en lugar de la ira de Dios y su castigo, no es tampoco el Mesías esperado? Por

ello, antes de ser ejecutado, Juan logra enviar hasta Jesús algunos discípulos que le

respondan a esa pregunta que no le deja descansar: “¿Eres tú el que ha de venir o

esperamos a otro”71

¿Es este Jesús bondadoso el verdadero Mesías o hay que esperar a

alguien más poderoso y violento?

Jesús no responde directamente, sino que les muestra su modo de actuar: “Vayan y

cuéntenle a Juan lo que ustedes están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los

leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y una Buena Noticia se

anuncia a los pobres”. Jesús no ha venido a juzgar y condenar, sino a curar y liberar, Esa

es la misión que el Padre le ha confiado: ser mensajero de su misericordia más que de su

justicia.

Y porque sabe que su modo de proceder rompe todos los esquemas que el pueblo y el

propio Juan se han hecho del Mesías esperado, termina con estas palabras: “¡Y dichoso

aquel para quien yo no sea motivo de escándalo!”.

Jesús ama con todo su cuerpo. Ama, como ya dijimos, con los ojos compasivos, que saben

mirar al herido; con sus oídos que escuchan los dolores, quejidos y angustias; con su

lengua que pronuncia palabras de acogida, de amor y de perdón. Y ama también con sus

manos y sus pies. Las manos de Jesús bendicen a los que se sienten malditos, tocan a los

leprosos que nadie toca, comunican su fuerza a los hundidos en la impotencia, transmiten

confianza a los que se sienten abandonados por Dios, acarician a los niños y excluidos. Y

sus pies están siempre dispuestos a partir en ayuda del necesitado, a salir presurosos en

busca del herido del camino, de la oveja perdida y en peligro, de todos aquellos que están

echados en las orillas, cansados, sin aliento, que ya no pueden caminar. Pies fuertes y

firmes, pero también capaces de detenerse a orar, a reflexionar, a esperar frente a la casa el

regreso del hijo perdido, o sentado al borde del pozo a que venga alguien sediento de

“agua viva”, para provocarle una sed distinta que le cambie profundamente la vida.

71 Mateo 11, 3 y ss.

Page 92: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

92

El Papa Francisco insiste en que “curar heridas” es una tarea urgente: “Veo con claridad

que lo que la Iglesia necesita hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor, cercanía y

proximidad a los corazones... Esto es lo primero: curar heridas, curar heridas”. Habla luego

de “hacernos cargo de las personas, acompañándolas como el buen samaritano que lava,

limpia y consuela”. Habla también de “caminar con las personas en la noche, saber dialogar

e incluso descender a su noche y oscuridad sin perderse”. Al confiar su misión a los

discípulos, Jesús no los imagina como doctores, liturgistas o teólogos, sino como curadores.

Su tarea será doble: anunciar que el reino de Dios está cerca y curar enfermos.

El amor sanador de Jesús abarca a todos, incluso a los enemigos: “Han oído que se dijo:

Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por

quienes los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol

sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque, si aman a quienes

los aman, ¿Qué recompensa merecen? ¿No hacen también eso los que recaudan impuestos

para Roma? Y si saludan sólo a sus hermanos ¿Qué hacen demás? ¿No hacen lo mismo los

paganos? Ustedes sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”72

.

Jesús nos mandó amar a los enemigos y El mismo murió perdonando a los que lo

crucificaban y se burlaban de él. Pero no olvidemos que el amor y el perdón, más que

sentimientos, son decisiones firmes, que exigen mucho valor y coraje, ir contra corriente,

en un mundo que privilegia el egoísmo, la indiferencia e incluso el rencor y la venganza.

Por supuesto que cuando Jesús habla de amar a los enemigos, no está pensando en

sentimientos de afecto, simpatía o cariño hacia quien nos hace mal. El enemigo sigue

siendo enemigo, y difícilmente puede despertar en nosotros tales sentimientos. Amar al

enemigo es, más bien, pensar en su bien, orar por él, hacer lo que puede contribuir a que

abandone su conducta que daña y pueda vivir de forma más digna.

El espíritu del perdón rompe el círculo diabólico de la revancha: purifica la atmósfera y nos

permite a los humanos, siempre heridos e hirientes, una sana convivencia. Por eso, si bien

es necesaria la justicia, nunca será suficiente. Necesitamos también el perdón que es la

expresión más sublime del amor.

Amor y perdón son lo mismo, el que es capaz de amar es capaz de perdonar. El perdón y el

amor comienzan por uno mismo. Para poder amar primero tienes que amarte; para poder

perdonar, primero tienes que perdonarte. Cuanto más te ames, más fácil será perdonarte, y

cuanto más te perdones, más podrás perdonar a los demás. Perdonarse significa hacer las

paces con uno mismo, sosegar el alma irritada, aceptar los errores y debilidades, no

enfadarse consigo, tratarse con delicadeza, ser tierno incluso con lo que contradice la

imagen ideal que uno tiene de sí. Para poder ser misericordiosos con los demás, debemos

aprender primero a tratarnos con misericordia a nosotros mismos. Recordemos que la

palabra misericordia significa “corazón abierto a las miserias”, corazón para lo débil y

huérfano que hay en nosotros. Sólo si estás reconciliado contigo, si perdonas tus miserias,

puedes pensar en reconciliarte con las personas y perdonarlas. Muchas veces nos tratamos a

nosotros mismos en forma inmisericorde. Nos condenamos cuando cometemos una falla,

nos recriminamos si fallamos. Tenemos en nosotros un juez implacable, un superyó cruel

que juzga todos nuestros pensamientos y acciones, que nos castiga si no respondemos a sus

72 Mateo 5, 43-48

Page 93: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

93

exigencias. Necesitamos de un espíritu de la misericordia que desarme el juez interior y

llene nuestro corazón de amor misericordioso. Si nos tratamos con misericordia a nosotros

mismos, podremos aprender a tratar con misericordia a los demás. Si quieres amar al otro

de corazón, si quieres tener corazón para él o para ella, debes entrar primero en contacto

con tu corazón, debes orientar primero tu corazón a lo pobre y desdichado que hay en ti.

Por supuesto que perdonarse y perdonar no significa justificar un comportamiento dañino

para uno mismo o para otras personas. Tampoco significa que uno no sienta pesar por el

dolor causado. Más bien, el sentir ese pesar expresa la sinceridad del perdón y forma parte

del proceso de curación. No olvidemos que el objetivo del perdón es robustecer el amor y

mejorar como persona. Por ello, implica la decisión de no seguir haciendo o haciéndose

daño o, como decía el viejo catecismo, “el propósito de la enmienda”.

Hemos ya dicho que no es posible amar sin perdonar, que quien no sabe perdonar, no sabe

amar. El perdón es, en definitiva un acto de amor a sí mismo y al otro. El amor muestra su

máxima profundidad en el perdón y así crea nueva vida. Como dice Serafín Alarcón, “el

amor es una planta que se riega con paciencia y con perdón”, o para decirlo con las palabras

de Werner Bergengruen, “el perdón es una profunda forma de amar. Ciertamente, el amor

se prueba en la fidelidad, pero se completa en el perdón. El perdón es también disposición

para sufrir por el prójimo, de modo que el perdón propio lo sane”73

El perdón es uno de los mejores regalos que uno puede hacerse. Para perdonar, uno debe

valorarse. Si la víctima no acepta el valor que tiene como persona, no se respetará a sí

misma y no podrá perdonar. En palabras de Mark Twain, “el perdón es la fragancia que la

violeta suelta cuando se levanta el zapato que la aplastó”. Perdonar es la única forma de

ser libre pues destruye las cadenas del rencor, la rabia, el enojo y el ansia de venganza

que envilecen y consumen. Si no perdonas, te conviertes en prisionero de los que te

ofendieron. Es lo que nos recuerda Paulo Coelho con la siguiente historia:

Dos expresos políticos argentinos se encontraron, después de muchos años sin haber

estado en contacto. Se sentaron en un bar de la Avenida de Mayo y comenzaron a

recordar los años negros de la represión, cuando la gente desaparecía sin dejar rastros. A

cierta altura, uno le preguntó al otro:

-¿Cuánto tiempo estuviste preso?

-Dos años –fue la respuesta-.Sufrí torturas que jamás imaginé. Vi cómo violaban a mi

mujer delante de mí. Pero los responsables ya están presos y condenados.

-Estupendo, ¿y tu alma ya los perdonó?

-¡Claro que no!

-Entonces, todavía seguís siendo su prisionero.

73 En Piet van Breemen, Lo que cuenta es el amor. Ejercicios espirituales en la vida. Sal Terrae, Santander, 2000, p. 126.

Page 94: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

94

Perdonar es sanar la herida y recuperar la paz interior. Perdonar no es olvidar: es recordar

sin amargura, sin dolor, sin respirar por la herida. Si no perdonas, siempre que recuerdas,

volverás a sufrir. El perdón transforma el resentimiento en alegría, el odio en ternura. Si no

perdonamos, seguimos encadenados al odio, al deseo de venganza, a la tristeza. No somos,

en consecuencia, ni libres ni sanos. Mientras no perdones, tendrás atormentado el corazón

con un dolor o un rencor que te devora el alma y no te permite encontrar la paz ni la

felicidad. Guardar rencor es como si uno tomara veneno y esperara que otro se muriese.

Mientras no perdones, seguirás viendo a las personas y al mundo desde tus heridas. Al

perdonar, en cierto modo, dejas de sufrir. Te libras del dolor y libras al otro de la culpa y de

la capacidad de seguirte haciendo daño. En palabras de Henri Lacordaire: “¿Quieres ser

feliz un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz toda la vida? Perdona”.

Jesús nos enseñó que las claves del amor son el perdón y la misericordia. El perdón es el

deseo de hacer hermanos y no de destruir enemigos Por eso insistió que había que perdonar

siempre (“setenta veces siete”, Mateo 18, 21-35), y toda su vida fue un prolongado acto de

amor y de perdón. Murió no sólo perdonando a los que lo mataban y se burlaban de sus

sufrimientos y afrentas, sino que murió pidiéndole al Padre que los perdonara,

excusándoles de su culpa, pues no sabían lo que estaban haciendo, obraban sin verdadera

maldad, movidos por el error y la equivocación: “Padre, perdónalos porque no saben lo

que hacen”74

. Por ello, se apresuró también a perdonar a uno de los ladrones crucificados a

su lado quien, admirado por el modo en que moría, descubrió en él al Mesías esperado y le

imploró su misericordia75

.

Para cerrar estas ideas sobre el perdón, les regalo esta larga y bellísima cita de Piet van

Breemen76

, que resume y complementa de un modo extraordinario todo lo que llevamos

dicho:

“El „Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen‟ es una súplica nacida del amor. El

perdón humano significa que el que perdona ha superado su odio y su rencor. El corazón

se distiende y se siente libre…El odio provoca y justifica la violencia y la violencia a su vez

provoca el odio. Es un círculo vicioso. El perdón lo rompe. Nuestro mundo necesita

perdón. Sin perdón el mundo carece de rostro humano y deja de ser reflejo de la creación.

Perdonar no es olvidar, ni borrar. Perdonar significa deshacerse de esa decepción y ese

rencor a los que uno tiene derecho. Ofrezco a Dios mi rencor. Eso es perdón. En el perdón

soy capaz de dar al otro más amor del que merece. Si alimento el rencor, arruino mi vida y

destruyo mi felicidad…Perdonar significa optar por la vida, y no perdonar significa optar

por la muerte, por pequeñas muertes sin felicidad ni bendición. Perdonar puede significar

la renovación para un ser humano, para una comunidad e incluso para un pueblo.

Perdonar es un acto de valentía de la persona consciente que quiere deshacer la

fascinación del mal e incluso liberar al enemigo de la esterilidad y el aislamiento. Así el

74 Ver Lucas, 23, 34. 75 Ver Lucas 23, 39-42. 76 Piet van Breemen, Lo que cuenta es el amor, Ejercicios espirituales en la vida. Sal Terrae, Santander, 2000, pág 126 y ss.

Page 95: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

95

perdón abre de nuevo el futuro para mí y para el otro. No perdonar conduce a la ausencia

de relaciones y a la frialdad en la vida. Doy vueltas en un frío cálculo hecho de rencor,

autocompasión y desprecio. No perdonar conduce a la no comunicación, al

autoencapsulamiento. Se pierde el contacto con los semejantes y con la realidad. La

justicia suprema no consiste en aniquilar, en matar al malhechor –mediante la pena de

muerte-, sino en liberarlo de sus deseos destructivos y en darle la posibilidad de iniciar

una relación nueva. Sólo el perdón puede abrir un futuro auténtico y generar nuevas

relaciones. La violencia no puede hacerlo…Perdonar es un acto de libertad que no hace

suya la lógica de la rivalidad. Puede ser duro; pero no perdonar es igualmente duro, tal

vez más aún. Un refrán chino dice: „El que busca venganza debe cavar dos fosas‟. La

venganza, el enojo, el rencor y el odio envenenan la vida. Perdonar es una liberación. El

perdón es fruto del amor… „La caridad no toma en cuenta el mal…todo lo excusa, todo lo

cree, todo lo espera, todo lo soporta‟ (I Cor. 13, 5-7). Quien realmente quiere perdonar

tiene que bajarse de un trono. De lo contrario, el perdón será una acusación al

otro…Perdonar en libertad y amor requiere sinceridad y una buena dosis de humildad. A

veces, lo que impide el perdón no es la obstinación del otro, sino nuestra propia

arrogancia…sólo en el perdón brota nueva vida. Perdonar puede ser un largo proceso; no

es algo que se haga de una vez para siempre. Exige coraje y determinación”.

Educar el corazón para amar como Jesús: Enseñar el amor y enseñar con amor 77

Si Dios es amor y nos hizo a su imagen y semejanza, somos seres para amar. Por ello el

mandamiento nuevo y la señal del cristiano no podían ser otros que el amor. El sentido de

la vida es el amor, y sin amor la vida no tiene sentido. El amor es fuente de alegría,

fortaleza y vida. Nunca pesa más un corazón que cuando está vacío. Sin amor la alegría se

apaga, la vida se seca.

Pero hoy se usa y abusa mucho de la palabra amor. De ahí la necesidad de recuperar su

auténtico significado y restituirle a esa palabra tan maltratada su profundidad y misterio. De

hecho, todos deseamos amar y ser amados, pues no es posible ser pleno o feliz sin amor. El

gozo y la alegría más grande que los seres humanos podemos tener en esta vida es amar y

ser amados. Una vida sin amor no puede desarrollarse sanamente. Si tantas personas siguen

siendo tan mediocres, se debe a que nunca fueron amadas con un amor tierno y exigente. Y

ciertamente, detrás de cada asesino, abusador, o cualquier promotor de la injusticia y la

violencia se encuentran seres escasos de amor, que no fueron amados lo suficiente o fueron

amados mal: de ahí que su ser más profundo se encuentra dañado y enfermo. Son seres

impotentes que no pueden expandirse en el amor y por ello destruyen a su paso todo lo

amoroso y realmente valioso de la vida. Con palabras de Alfred Adler “Todos los fracasos

humanos son el resultado de una falta de amor”. Una persona inteligente, activa y eficaz,

sin capacidad de amar, da miedo. Un individuo hábil y poderoso, insensible al amor, es un

peligro.

Por ello, si bien hoy se habla mucho de “hacer el amor”, se ignora que la cosa es más bien,

al revés: “el amor nos hace, nos humaniza, nos constituye en auténticas personas”. A quien

77 En mi libro “Educar es enseñar a amar”, San Pablo, Caracas, 2009, desarrollo ampliamente estas ideas.

Page 96: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

96

le falta capacidad de dar y recibir amor le falta lo esencial. Sin amor no se puede existir

plenamente ni alcanzar la felicidad. Desgraciadamente, la cultura contemporánea nos

promete la felicidad por el camino del placer (sentir más), el camino del éxito social y

profesional (aparecer o triunfar más), y sobre todo el camino del dinero (tener más, para

comprar más), pero no por el camino del amor (ser más), como nos propone Jesús. .

Si bien hoy se habla mucho de amor, nos estamos volviendo incapaces de amar. Muchos

confunden el amor con la atracción física, con el mero gustar. Otros con el deseo sexual.

Ignoran que, como nos insistió Jesús, amar es obrar en beneficio del otro, acudir a sanar

sus heridas, comprenderlo y tratarlo con cariño, trabajar para que sea feliz. A su vez,

Aristóteles en su Retórica escribió: Amar es querer el bien para el otro en cuanto otro.

El amor es un acto de la voluntad. Implica decisión, elección, mucho coraje y capacidad de

entrega y sacrificio para mantenerse firmes en esa decisión. Un amor sin voluntad es un

amor inmaduro, frívolo, superficial, trivial, un mero sentimiento que va y viene según

soplen los vientos. El amor vence a la muerte, pero la rutina y el descuido vencen al amor.

De ahí la necesidad de alimentarlo todos los días con pequeños detalles, con gestos, con

sonrisas, con atenciones, con palabras… Si está vivo, crece, pero si no se lo alimenta,

languidece y muere.

Amar a una persona significa preocuparse y ocuparse por su bienestar, por su realización,

por su felicidad. Quien ama quiere lo mejor para la persona que ama. Por ello, el amor,

como nos lo enseñó Jesús, se convierte en servicio desinteresado que busca ayudar,

animar, comprender, perdonar,. Sana.

La educación, en consecuencia, debe retomar su esencia sanadora: Hoy hay muchos

alumnos ciegos o cegados por las luces falsas y multicolores de una cultura que los invita a

la vaciedad y el consumo, incapaces por ello, de ver el sufrimiento y las necesidades de los

demás. Hay muchos alumnos sordos, que seducidos por los cantos de sirena de una cultura

frívola y superficial, son incapaces de escuchar los lamentos de los herido, los gritos

desgarradores de los que claman por un pedazo de pan o un techo donde cobijar su frío y su

soledad. Hay muchos alumnos mudos, incapaces de expresar sus sentimientos y

necesidades, de pronunciar palabras de vida. Hay muchos alumnos paralíticos, incapaces de

levantarse de sus cadenas y ataduras para emprender el camino de su libertad y salir al

encuentro del otro. Hay muchos alumnos mancos que necesitan recuperar la caricia, el

abrazo, la mano diligente y abierta, tendida siempre al que lo necesita

Pedagogía del amor y la ternura

Los Maestros al estilo de Jesús deben ser pedagogos del amor y la ternura. Deben enseñar a

amar y enseñar con amor. El amor es el principio pedagógico esencial. De muy poco va a

servir que un docente se haya graduado con excelentes calificaciones en las universidades

más prestigiosas, si carece de este principio. En educación es imposible ser efectivo sin ser

afectivo. No es posible calidad sin calidez. Amor se escribe con “a” de aceptación,

atención, admiración, ayuda, apoyo, ánimo, aliento, asombro, alegría, acompañamiento,

amistad. El educador es un amigo que ayuda a cada alumno, especialmente a los más

carentes y necesitados, a superarse, a crecer, a ser mejor.

Page 97: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

97

Amar significa aceptar al alumno como es, con sus cualidades y sus fallos, siempre original

y distinto a mí y a los demás alumnos, afirmar su valía y dignidad, más allá de si me cae

bien o mal, de si lo encuentro simpático o antipático, de si es inteligente o lento en su

aprendizaje, de si se muestra interesado o desinteresado. El amor genera confianza y

seguridad. Es muy importante que el niño se sienta en la escuela, desde el primer día,

aceptado, valorado y seguro. Sólo en una atmósfera de seguridad, alegría y confianza

podrá florecer la sensibilidad, el respeto mutuo y la motivación, tan esenciales para un

aprendizaje autónomo. Hacer feliz a un niño es ayudarle a ser bueno. Si la educación es un

acto de amor, no puede provocar temor. Y si educar es un acto de amor mutuo, va a ser

muy difícil crear un clima propicio al aprendizaje si no hay relaciones cordiales y

afectuosas entre el profesor y el alumno, si uno rechaza o no acepta al otro.

El amor es también paciente y sabe esperar. Por eso, respeta los ritmos y modos de

aprender de cada alumno y siempre está dispuesto a brindar una nueva oportunidad. La

educación es una siembra a largo plazo y no siempre se ven los frutos. De ahí que la

paciencia se alimenta de esperanza, de una fe imperecedera en las posibilidades de

superación de cada persona. La paciencia esperanzada impide el desánimo y la

contaminación de esa cultura del pesimismo y la resignación que parecen haberse instalado

en tantos centros educativos. Para ser paciente, uno tiene que tener el corazón en paz. Sólo

así será capaz de comprender, sin perder los estribos, situaciones inesperadas o conductas

inapropiadas, y podrá asumir las situaciones conflictivas como verdaderas oportunidades

para educar. La paciencia evita las agresiones, insultos o descalificaciones, tan comunes en

el proceso educativo cuando uno “pierde la paciencia”. El amor paciente no etiqueta a las

personas, respeta siempre, no guarda rencores, no promueve venganzas; perdona sin

condiciones, motiva y anima, no pierde nunca la esperanza.

Amar no es consentir, sobreproteger, regalar notas, dejar hacer. El amor no se fija en las

carencias del alumno sino más bien, en sus talentos y potencialidades. No es lástima ni

sensiblería. El amor no crea dependencia, sino que da alas a la libertad e impulsa a ser

mejor. Busca el bien-ser y no sólo el bienestar de los demás. Ama el maestro que cree en

cada alumno y lo acepta y valora como es, con su cultura, su familia, sus carencias, sus

talentos, sus heridas, sus problemas, su lenguaje, sus sueños, miedos e ilusiones; celebra y

se alegra de los éxitos de cada uno aunque sean parciales; y siempre está dispuesto a

ayudarle para que llegue tan lejos como le sea posible en su crecimiento y desarrollo

integral. Por ello, se esfuerza por conocer la realidad familiar y social de cada alumno para,

a partir de ella, y a poder ser con la alianza de la familia, poder brindarle un mejor servicio

educativo.

Algunos, en vez de hablar de la pedagogía del amor, prefieren hablar de la pedagogía de la

ternura para enfatizar ese arte de educar, como lo hizo Jesús, con cariño, con sensibilidad,

para alimentar la autoestima, sanar las heridas y superar los complejos de inferioridad o

incapacidad. Es una pedagogía que evita herir, comparar, discriminar por motivos

religiosos, raciales, físicos, sociales, culturales o de género.. La pedagogía de la ternura se

opone a la pedagogía de la violencia y el maltrato y en vez de aceptar el dicho de que “la

letra con sangre entra”, propone más bien el de “la letra con cariño entra”; en vez de

“quien bien te quiere te hará llorar”, “quien bien te quiere te hará feliz”.

Page 98: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

98

La pedagogía del amor o pedagogía de la ternura es reconocimiento de diferencias,

capacidad para comprender y tolerar, para dialogar y llegar a acuerdos, para soñar y reír,

para enfrentar la adversidad y aprender de las derrotas y de los fracasos, tanto como de los

aciertos y los éxitos. La ternura es encariñamiento con lo que hacemos y lo que somos, es

deseo de transformarnos y ser cada vez más grandes y mejores. Por esto, ternura también es

exigencia, compromiso, responsabilidad, rigor, cumplimiento, trabajo sistemático,

dedicación y esfuerzo, crítica permanente y fraterna. En consecuencia, no promueve el

dejar hacer o deja pasar, ni el caos, el desorden o la indisciplina; por el contrario, promueve

la construcción de normas de manera colectiva, que partan de las convicciones y

sentimientos y que suponen la motivación necesaria para que se cumplan.

La pedagogía del amor es también una pedagogía de la alegría y el asombro

La alegría es un valor fundamental del ser humano. Por ello, hay que proponerla y

cultivarla. Al alumno hay que tratarlo con alegría que es el signo que acompaña siempre a

cualquier tarea creadora. Como venimos repitiendo, hacer feliz a un niño es ayudarle a ser

bueno. Si hay alegría, hay motivación, deseos de aprender. Si en los centros educativos

brilla la alegría, habremos conseguido lo más importante.

La alegría afirma la existencia de cada alumno. Si el educador no se alegra por la existencia

de su alumno, en el fondo lo está rechazando y negando. En consecuencia, la pedagogía de

la alegría sólo será posible si cada educador acude con el “corazón maquillado” de dicha

al encuentro gozoso con sus alumnos. El maestro o profesor debe ser el personaje más

entusiasta y gozoso del salón. Si él está alegre, convertirá su salón en una fiesta, pero si

está amargado o aburrido, su clase será un fastidio. Un educador alegre se esfuerza por

apartar sus preocupaciones y problemas y se mantiene siempre positivo y cercano, con una

sonrisa en sus labios. Una sonrisa negada a un estudiante puede convertirse en un pupitre o

una silla vacíos.

Una sonrisa cuesta poco y produce mucho.

No empobrece al que la da y enriquece al que la recibe.

Dura sólo un instante y perdura en el recuerdo eternamente.

Es la señal externa de la amistad profunda.

Nadie hay tan rico que no la necesite,

nadie hay tan pobre que no pueda darla.

Una sonrisa alivia el cansancio, renueva las fuerzas

y es consuelo en la tristeza.

Una sonrisa tiene valor desde el comienzo que se da.

Si crees que a ti la sonrisa no te importa,

sé generoso y da la tuya,

porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa

como quien no sabe sonreír.

(Charles Chaplin).

En momentos en que en nuestras ciudades y pueblos impera la cultura de la muerte, los

centros educativos deben ser recintos de vida, donde todos los alumnos se sientan a gusto,

Page 99: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

99

seguros y felices. Las aulas y todos los recintos escolares deben invitar a la alegría y ser

atractivos en lo físico y en el ambiente irradiador de aceptación, comprensión, ayuda. Con

frecuencia, el ambiente de los recintos escolares y de sus alrededores, el abandono, el

descuido, la suciedad, la desidia, la frialdad desnuda de los salones, y unas relaciones

centradas en el autoritarismo y el miedo, traen mucha niebla de desmotivación y fastidio. Si

pretendemos una educación en la alegría, cada plantel tiene que ser un manantial de

confianza, camaradería y amistad, un espacio digno, pulcro, que irradie vida y donde todos

se sientan bien.

Quedan, en consecuencia, prohibidas las caras largas, las palabras ofensivas y

desestimulantes, las amenazas, los gritos, las normas sin comprensión, los ejercicios

tediosos y aburridos, las memorizaciones sin entender, los aprendizajes sin sentido, que

sólo sirven para pasar los exámenes y continuar en la escuela. Hay que volver al saber con

sabor; hay que recuperar la escuela (scholé) como lugar del disfrute en el trabajo creativo

y compartido, pues hemos convertido la enseñanza en algo muy tedioso y aburrido.

Necesitamos en consecuencia “recrear” la escuela para que no siga privilegiando la

memoria y la repetición, sino que cultive la imaginación, el emprendimiento, la

creatividad. Creatividad ya no para adaptarse y triunfar en este mundo que confunde la

felicidad con consumir y el capricho con la libertad, sino para transformar y crear. , Se

trata, en definitiva, de ir desverbalizando la labor educativa. Por ello, los Maestros al estilo

de Jesús no acaparan la palabra, saben callarse y entienden que su labor esencial es

promover el trabajo organizado de los alumnos. En consecuencia, dedican mucho tiempo a

planificar. Entendiendo la planificación no como esa antiplanificación de copiar

rutinariamente los objetivos y actividades del programa, sino la que plantea cómo motivar,

organizar y guiar el trabajo de los alumnos. La mayoría de las veces, los problemas de

indisciplina suelen tener en su origen una inadecuada planificación. El alumno se fastidia,

y con razón, si lo obligamos a estar horas y horas clavado a un pupitre escuchando cosas

ajenas a sus intereses, o le obligamos a hacer cosas en las que no encuentra el menor eco a

sus inquietudes, aspiraciones y problemas. Él se rebela por medio de la agresividad o la

apatía, y el docente se agota intentando mantener el orden y el silencio.

Los Maestros al estilo de Jesús debemos combatir la rutina, los rituales grises, las jornadas

monótonas, siempre iguales. Cada día debe ser una sorpresa, cada actividad una fuente de

asombro. Los alumnos acuden al centro educativo no a repetir rituales aburridos, sino a

dejarse sorprender por la innovación y la creatividad. Los salones se convierten en talleres

y laboratorios donde se aprende a crear y producir y no meramente a copiar y reproducir.

Producción cooperativa, donde todos aprenden y aprenden de todos. La biblioteca ya no

será un mero depósito de libros, sino que se convertirá en la casa de la magia y de los

sueños, donde se cultivará el amor a la lectura y a los libros. Ir a la biblioteca debe

considerarse un premio. La maestra bibliotecaria debe ser la más soñadora, la más dinámica

y creativa, capaz de provocar las ganas de aprender y de crear.

Los Maestros al estilo de Jesús debemos abrir las ventanas del aula a la vida, recuperar el

valor educativo del recreo, el deporte, las actividades culturales, los grupos musicales o de

teatro, las convivencias y excursiones. Este tipo de actividades que fortalecen la voluntad,

desarrollan la expresión, la iniciativa, la creatividad y la sensibilidad, son las que calan más

hondo en el espíritu. Ellas marcan a la persona para toda la vida.

Page 100: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

100

Un Maestro al estilo de Jesús se atreve a innovar, proponer, soñar. Estimula en los

alumnos la capacidad de creer y crear para que no se dejen atrapar en el fango rastrero, sin

alma, del materialismo que nos domina y aplasta, que no nos deja soñar y que lleva al

fastidio y el aburrimiento. La verdadera alegría, que no viene de afuera, de las cosas, sino

que mana de adentro cuando se ha aprendido a vivir en la verdad y en el amor, es siempre

subversiva de este mundo inhumano y excluyente, que considera que la felicidad se puede

comprar con tarjeta de crédito. Es una alegría siempre esperanzada, más fuerte que los

cansancios y las aparentes derrotas. Esta alegría, que brota de la compasión y el

compromiso, se convierte en fuerza para combatir todo lo que ocasiona tristeza y dolor,

para así construir la civilización del amor, donde sea posible la felicidad para todos.

Y este amor, hecho servicio, es fuente de alegría. Recordemos a Tagore: “Yo dormía y

soñaba que la vida era alegría: desperté y vi que la vida era servicio; serví y encontré la

alegría”. Nos dieron la vida para darla. El servicio es la forma más profunda de amar y de

encontrar la plenitud y la felicidad. Este fue el mensaje fundamental del Maestro Jesús,

pero pareciera que no terminamos de creerlo y, en consecuencia, de aceptarlo y de

promoverlo con verdadero espíritu.

Vivir como un regalo para los demás, vivir sirviendo siempre, es el modo privilegiado de

encontrar la plenitud y la felicidad. Dar la vida en el día a día, en la atención amable más

allá del cansancio, en el respeto a pesar de la violencia, en la lucha tenaz contra el

pesimismo y la desesperanza. Los Maestros al estilo de Jesús debemos ser como el

manantial, que no guarda para sí su caudal, sino que se derrama dando vida. Y lo hace con

alegría, cantando. Si guardara para sí su agua, se pudriría y se le morirían las canciones. El

único modo de llenarnos de amor es dándolo. Cuanto más amor damos, más nos llenamos

de amor.

Page 101: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

101

Anexo I

Amar como Jesús ( poema-oración de Marcelo A. Murúa)

Señor de la Vida

nos has dado el ejemplo,

nos enseñaste a amar hasta el extremo,

nos mostraste con tu vida

lo que es vivir para los demás.

Ayúdanos a vivir

el mandamiento del amor,

siguiendo tus pasos,

tus opciones,

tu estilo y forma de amar.

Amar como Jesús,

empezando por los más pobres,

por los excluídos del mundo,

por aquellos que a nadie le preocupan

pero sí le importan, y mucho,

a nuestro verdadero Dios.

Amar como Jesús,

sintiendo compasión activa por el otro,

comprometiéndose con el dolor ajeno,

haciéndose próximo al que sufre

y está abandonado,

viviendo la solidaridad concreta

que nace de ver al otro como hermano.

Amar como Jesús,

con paciencia y pasión,

con coraje y valentía,

con gestos y actitudes,

de palabra y de obra,

con la vida

y con la entrega.

Amar como Jesús,

recorriendo los caminos,

saliendo al encuentro,

dando el primer paso,

denunciando lo que está mal,

anunciando lo que Dios quiere (para

todos),

mostrando con los actos

el rostro del Dios de la Vida y la Justicia.

Amar como Jesús,

en la práctica concreta y real de cada día,

amando en el hoy y ahora,

amando a todos,

a través del servicio, la donación

y la entrega de lo mejor de cada uno

para el bien de los demás.

Page 102: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

102

Anexo II : Oración del Maestro

Jesús, Maestro y Amigo…

Hoy me regalas este nuevo día para cumplir la misión que me has encomendado de

ser Maestro como Tú lo fuiste.

Tú no enseñaste teorías, sino vida…porque tus palabras estaban cargadas de Amor y

de Paz.

Fuiste Maestro con la palabra y el ejemplo, porque viviste lo que enseñabas y tu

vida fue tu mejor lección.

Dame responsabilidad para preparar mis clases a conciencia, sabiendo que más que

contenidos, quiero enseñar vida.

Dame sabiduría para aprender a leer el corazón y la mente de mis alumnos,

descubrir sus temores, sentimientos y sueños, para llegar a ellos y poderles regalar

una buena dosis de esperanza, compasión y paz.

Dame sensibilidad para comprender sus luchas, los conflictos y problemas que

enfrentan día a día, para poderles brindar mi apoyo y no caer en el error de enseñar

meros conocimientos sin sentimientos, o hacerles pagar mis preocupaciones,

angustias y problemas.

Quiero enseñarles a soñar sueños de justicia y de grandeza, y a ser fuertes y

constantes en la construcción de sus mejores sueños.

No quiero ser un docente funcionario, sino maestro-educador, constructor de

personas plenas y felices, de ciudadanos trabajadores y solidarios, de cristianos

verdaderamente comprometidos en tu seguimiento.

No quiero convertir mi salón de clases en una fábrica de mentes brillantes pero sin

corazón…

No quiero despertar en ellos temor; quiero que confíen en mí y me abran su

corazón…

Haz que no olvide que cada uno de ellos es arcilla generosa que debo ayudar a

moldear en verdadera obra de arte…

Sé que en los niños y jóvenes que eduque hoy, está la esperanza de un mundo

mejor… Quiero impartir una educación capaz de liberar, de romper las cadenas de todo lo

que les esclaviza y les impide realizar su misión en la vida.

Quiero que mis alumnos aprendan a leer con tus ojos la realidad del mundo; a

escribir su propia vida; a sumar aportes, dones y bendiciones; a restar dificultades,

divisiones y problemas; a multiplicar soluciones, bienes y beneficios y a dividirlos

entre todos por igual.

Sé que no soy, ni puedo llegar a ser, el Maestro de Maestros como tú lo fuiste. Sólo

quiero seguir tus pasos y enseñar vida y amor con mi palabra y con mi ejemplo.

Quiero curar corazones enfermos y rotos; abrir ojos ciegos que no quieren ver los

dolores de los demás y oídos sordos a los lamentos de sus hermanos; poner a

caminar a los que están paralizados por el temor o la desesperanza.

Sé que no soy perfecto, que cometo errores, que estoy lleno de contradicciones e

incoherencias…Por eso te pido que me ayudes a ser cada día mejor, para poder

llevar a todos tu mensaje de liberación, la Buena Noticia de tu Evangelio.

Page 103: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

103

Gracias por llamarme a seguir esta vocación. Gracias por elegirme para seguir tu

misión de transformar mentes y corazones, y hacer de este un mundo más humano y

mejor.

Jesús, Maestro de Maestros, enséñame a ser como Tú.

Page 104: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

104

Anexo III: Bienaventuranzas del Maestro al estilo de Jesús

1.-Bienaventurado el Maestro que vive agradecido el don de su vocación, reconoce

humildemente que es un instrumento en las manos de Dios para mostrar a todos su amor

de Padre, y no tiene el corazón apegado al dinero, a los cargos, ni a los títulos.

2.-Bienaventurado el Maestro que no es esclavo del reloj ni del programa, que enseña

siempre y en todas partes con la palabra y el ejemplo, que vive lo que enseña y su vida es

su principal lección.

3.-Bienaventurado el Maestro que sabe leer el corazón y la mente de sus alumnos, que es

capaz de descubrir y comprender sus temores, sentimientos e ilusiones, y enseña a soñar

sueños de justicia y de grandeza y a ser fuertes y constantes en la construcción de sus

mejores sueños.

4.-Bienaventurado el Maestro que no sucumbe al desaliento, el conformismo y la rutina,

que acude cada día con el corazón maquillado a la fiesta del aprender, el compartir y el

servir, y renueva cada día su compromiso y su esperanza.

5.-Bienaventurado el Maestro que no acepta un solo niño o joven sin educación o con una

educación mediocre, y se esfuerza por formarse permanentemente para dar lo mejor de sí y

ayudar a cada alumno a desarrollar sus potencialidades.

6.-Bienaventurado el Maestro que nunca excluye, ofende o maltrata, ni con la palabra, los

gestos o las acciones, y que, porque tiene el corazón en paz, es un verdadero constructor de

paz.

7.-Bienaventurado el Maestro cuya dedicación y entrega no siempre es comprendida por

sus compañeros o familiares, y denuncia con coraje y con valor las prácticas deshonestas,

autoritarias, injustas, excluyentes, sin importar las consecuencias que le traiga.

8.-Bienaventurado el Maestro que es capaz de reconocer sus propios errores y

equivocaciones y se esfuerza por no volverlos a cometer, capaz de pedir perdón cuando ha

fallado y siempre dispuesto a perdonar y a dar una nueva oportunidad.

9.-Bienaventurado el Maestro que acepta y ama entrañablemente a cada alumno, en

especial a los más carentes y necesitados, que ama su profesión y se esfuerza cada día por

ser mejor, por desempeñar mejor su labor y convertir sus salones en talleres de vida y de

aprendizajes alegres y compartidos.

10.-Bienaventurado el Maestro que alimenta en la oración frecuente y en la eucaristía su

firme decisión de seguir fielmente a Jesús y hacer suyo su proyecto

Page 105: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

105

Bibliogarafía

Ayerra, M. P. (2007): Así vivo yo como cristiano. Cartas a un amigo

que quiere ser cristiano. Edit. CCC.

Bazarra, c. (1999): Muéstranos al Padre. San Pablo, Caracas.

Benedicto XVI (2006): Deus Caritas est (Dios es amor), Carta Encíclica sobre

el amor cristiano. Universidad Cecilio Acosta, Colección

Documentos del Magisterio 4, Maracaibo.

Benedicto XVI (2007): Jesús de Nazaret. Ed. La Esfera de Palabras.

Breemen, Piet van (2000): Lo que cuenta es el amor. Ejercicios espirituales

en la vida. Sal Terrae, Santander.

Caravias, J.L(1987): El Dios de Jesús. Paulinas, Bogotá.

Casaldáliga, P. y Vigil, J.M.(1992): Espiritualidad de la liberación .Sal Terrae,

Santander.

Castillo, J.M. y Estrada, J. (1994): El proyecto de Jesús. Sígueme,

Salamanca.

Castillo, J.M. (1999): El reino de Dios.Por la vida y dignidad de los seres humanos.

Desclée de Brower, Bilbao.

Cury, A.J. (2003): El Maestro de los maestros. Paulinas, Bogotá.

Chopra, D. (2001): El perdón: cien reflexiones. Norma, Bogotá.

García-Rincón de Castro, C. (2006): Educar la mirada. Narcea, Madrid.

González, A.C.: Orar con las parábolas del Reino…para hacer divinos los

Caminos. Ed. Descleé de Brower, Bilbao.

González Buelta, B. (2006): Ver o perecer. Mística de ojos abiertos. Sal

Terrae, Santander.

González, F.B. (1985): Acercamiento a Jesús de Nazaret. Paulinas, Madrid.

Grenier, B. (1996): Jesús el Maestro, San Pablo, Madrid.

Huarte, I. (2008): Despertar a la vida diferente. S.A. de Educación y Cultura

Religiosa, Caracas.

Jeremías, J. (2003): La última cena. Cristiandad, Madrid.

King, M.L. (1963): La fuerza del amor. Ed. Aymá, Barcelona.

Lancelot, Jacques (2007): El Padrenuestro reflexionado y meditado. Sal

Terrae, Santander.

Leclerq, J. (1994): De pie sobre el sol. El triunfo de la condición humana.

Narcea, Madrid.

Malina, B.J., (2002): El mundo social de Jeús y los evangelios. Sal Terrae, Santander.

Martín Descalzo, J.L. (1996): Vida y misterio de Jesús de Nazaret.

Sígueme, Salamanca.

Mazariegos, E. (2004): La aventura apasionante de orar. San Pablo, Bogotá.

Meier, J.P. (2003): Un judío marginal. Nueva visión del Jesús Histórico. Verbo Divino,

Estella.

Moingt, J. (1995): El hombre que venía de Dios (dos tomos). Desclée de

Brower, Bilbao.

Osset, R. (2008): Orar las dimensiones de la vida y del amor. Edit. Visión

Page 106: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

106

Net, Madrid.

Pagola, J.A. (2002): Padrenuestro: Orar con el espíritu de Jesús. PPC, Madrid.

Pagola, J.A. (2003): Padre nuestro: orar con el espíritu de Jesús. PPC,

Madrid.

Pagola, J.A. (2007): Jesús. Aproximación histórica. PPC, Madrid.

Pagola, J.A. (2008): Creer, ¿para qué? Conversaciones con alejados. PPC,

Madrid.

Pérez Esclarín, A. (1998): Educar valores y el valor de educar. Parábolas.

San Pablo, Caracas.

Pérez Esclarín, A. (2000): Nuevas parábolas para educar valores. San

Pablo, Caracas.

Pérez Esclarín, A. (2003): Parábolas para vivir en plenitud. San Pablo,

Caracas.

Pérez Esclarín, A. (2004): Educar para humanizar. Narcea, Madrid y Estudios,

Caracas .

Pérez Esclarín, A. (2005): Decide tu vida, elige ser feliz. San Pablo, Caracas.

Pérez Esclarín, A. (2006): Jesús Maestro y Pedagogo. Aportes a una

cultura escolar desde los valores del evangelio. San

Pablo, Caracas.

Pérez Esclarín, A. (2009): Educar es enseñar a amar. San Pablo, Caracas.

Pérez Esclarín A. ( ): Cultivar valores con el Padrenuestro. Estudios, Caracas

Pérez Esclarin, A.( ): Inteligencia Espiritual y espiritualidad Cristiana. S. Pablo,

Caracas.

Perkins, P. (2001): Jesús como Maestro. Las enseñanzas de Jesús en el contexto de su

época. El Almendro, Córdoba.

Rojas, E. (1998): El hombre light, una vida sin sentido. Temas de hoy,

Madrid.

Sobrino, J. (1991): Jesucristo. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret. Trotta,

Madrid.

Tunc, S. (1999): También las mujeres seguían a Jesús. Sal Terrae, Santander.

Wright, N.T: (2003): El desafío de Jesús. Desclée de Brower, Bilbao.

.

Page 107: MAESTROS AL ESTILO DE JESÚS Por: Antonio Pérez Esclarín … · 2021. 5. 28. · 3 Presentación He intentado en este libro unir las tres vocaciones, que a lo largo de mi vida,

107