ludlum, robert - trilogía de bourne 03 - el ultimátum de bourne

705
Robert Ludlum El ultimátum de Bourne Título original: The Bourne Ultimatum © 1990, Robert Ludlum © 2006 de la presente edición para todo el mundo: Random House Mondadori, S. A. © Adriana Oaklander, por la traducción ISBN: 978-84-9793-925-6 (vol. 604/3) A Bobbi y Leonard Raichert, dos personas encantadoras que han enriquecido nuestras vidas. Nuestro agradecimiento. PRÓLOGO La oscuridad había descendido sobre Manassas, Virginia, la campiña que bullía con los sonidos de la vida nocturna, mientras Bourne avanzaba lentamente entre los bosques bordeando la propiedad del general Norman Swayne. Alarmados, los pájaros abandonaron sus lóbregos escondrijos; los cuervos despertaron en los árboles y graznaron. Luego, como tranquilizados por un cómplice en la conspiración, guardaron silencio. ¡Manassas! ¡Allí estaba la llave! La llave con la cual abriría la puerta subterránea que conducía a Carlos el Chacal, el asesino que sólo deseaba destruir a David Webb y a su familia... ¡Webb! ¡Aléjate de mí, David!, gritó Jason Bourne en el silencio de su mente. ¡Déjame ser el asesino que tú no puedes ser! Con cada corte de tijera en el grueso alambre de la cerca fue comprendiendo lo inevitable, confirmándolo con su respiración agitada y el sudor que corría por su frente. Poco importaba lo mucho que se esforzara por mantener su cuerpo razonablemente en forma, había cumplido cincuenta años; le costaba llevar a término lo que con tanta facilidad hiciera trece años atrás en París, cuando, cumpliendo órdenes, había perseguido al Chacal. Esto era algo que merecía un momento de reflexión, pero no debía demorarse en ello. Ahora debía pensar en Marie y los niños, la esposa y los hijos de David... ¡y no había nada que no pudiese hacer

Upload: matty-san

Post on 27-Dec-2015

162 views

Category:

Documents


24 download

TRANSCRIPT

Robert Ludlum

Robert Ludlum

El ultimtum de Bourne

Ttulo original: The Bourne Ultimatum

1990, Robert Ludlum

2006 de la presente edicin para todo el mundo: Random House Mondadori, S. A.

Adriana Oaklander, por la traduccin

ISBN: 978-84-9793-925-6 (vol. 604/3)

A Bobbi y Leonard Raichert, dos personas encantadoras que han enriquecido nuestras vidas.

Nuestro agradecimiento.

PRLOGO

La oscuridad haba descendido sobre Manassas, Virginia, la campia que bulla con los sonidos de la vida nocturna, mientras Bourne avanzaba lentamente entre los bosques bordeando la propiedad del general Norman Swayne. Alarmados, los pjaros abandonaron sus lbregos escondrijos; los cuervos despertaron en los rboles y graznaron. Luego, como tranquilizados por un cmplice en la conspiracin, guardaron silencio.

Manassas! All estaba la llave! La llave con la cual abrira la puerta subterrnea que conduca a Carlos el Chacal, el asesino que slo deseaba destruir a David Webb y a su familia... Webb! Aljate de m, David!, grit Jason Bourne en el silencio de su mente. Djame ser el asesino que t no puedes ser!

Con cada corte de tijera en el grueso alambre de la cerca fue comprendiendo lo inevitable, confirmndolo con su respiracin agitada y el sudor que corra por su frente. Poco importaba lo mucho que se esforzara por mantener su cuerpo razonablemente en forma, haba cumplido cincuenta aos; le costaba llevar a trmino lo que con tanta facilidad hiciera trece aos atrs en Pars, cuando, cumpliendo rdenes, haba perseguido al Chacal. Esto era algo que mereca un momento de reflexin, pero no deba demorarse en ello. Ahora deba pensar en Marie y los nios, la esposa y los hijos de David... y no haba nada que no pudiese hacer si se lo propona! David Webb estaba desapareciendo de su mente, y slo perdurara el depredador Jason Bourne.

Ya estaba al otro lado! Bourne se levant y, de forma instintiva, revis rpidamente su equipo con ambas manos. Armas: una automtica adems de una pistola de dardos, unos prismticos Zeiss-Icon y un cuchillo de caza en su funda. El depredador no necesitaba nada ms ya que ahora se encontraba detrs de las lneas, en el territorio del enemigo, que lo conducira hasta Carlos.

Medusa. El batalln bastardo de Vietnam, la descalificada e ignorada coleccin de asesinos e inadaptados que recorran las junglas del sudeste de Asia dirigidos por el Comando Saign. Estos singulares pelotones de la muerte haban proporcionado a Saign ms informacin secreta que todos los dems servicios de inteligencia juntos. Cuando Jason Bourne sali de Medusa, David Webb era slo un recuerdo... un intelectual que tena otra esposa, otros nios, todos masacrados.

El general Norman Swayne haba sido un miembro selecto del Comando Saign, el proveedor exclusivo del antiguo Medusa. Ahora haba nacido un nuevo Medusa, diferente, slido, la encarnacin del mal disfrazada de respetabilidad contempornea, buscando y destruyendo grandes sectores de las organizaciones mundiales, todo para el beneficio de unos pocos. Y todo financiado con las ganancias de un antiguo e ignorado batalln bastardo. Este moderno Medusa era el puente hacia Carlos el Chacal. Para el asesino, sus jefes seran irresistibles como clientes, y ambos campos reclamaran la muerte de Jason Bourne. Tena que suceder! Para que ocurriese, Bourne deba conocer los secretos ocultos en las tierras pertenecientes al general Swayne, jefe de inteligencia del Pentgono, un hombre aterrorizado, con un pequeo tatuaje en la parte interna del antebrazo. Un miembro de Medusa.

Sin sonido ni advertencia previa, un doberman negro avanz violentamente entre el follaje mostrando toda su furia. Jason extrajo la pistola de dardos de su funda plstica mientras el perro arremeta contra su estmago con los dientes al descubierto. Le dispar a la cabeza; el dardo hizo efecto en cuestin de segundos. Bourne deposit en el suelo el cuerpo inconsciente del perro.

Crtale el cuello!, rugi Jason Bourne en silencio.

No, replic su otro yo, David Webb. Culpa al entrenador, no al animal.

Aljate de m, David!

1

La cacofona creca incontrolada mientras aumentaba el gento en el parque de atracciones de las afueras de Baltimore. La noche estival era calurosa, y por todas partes se vean rostros y cuellos cubiertos de sudor, salvo en quienes gritaban al precipitarse desde la cima de una montaa rusa o aullaban cayendo a plomo por los estrechos badenes de aguas rpidas en trineos torpedos. Las luces intermitentes de vivos colores que se extendan por la avenida central se unan al sonido metlico, y excesivamente fuerte, de la msica que irrumpa por los altavoces, melodas de organillo presto, marchas prestissimo. Los vendedores ambulantes gritaban por encima del estruendo, pregonando sus mercancas con voz nasal y en montonas cantilenas, mientras unas errticas explosiones en el cielo iluminaban la oscuridad vertiendo una cascada de fuegos artificiales sobre un pequeo lago adyacente. Brillantes candelas romanas, estallidos de un fuego deslumbrante.

En una hilera de mquinas para medir la fuerza de los jugadores se observaban los rostros contorsionados y los cuellos con venas hinchadas de los hombres que furiosa, y con frecuencia frustradamente, trataban de probar su hombra. Los pesados mazos de madera caan con fuerza sobre las engaosas tablas que, por lo general, se negaban a impulsar las pequeas bolas rojas hasta la campana. Frente a ellos, otros gritaban con entusiasmo mientras estrellaban sus autos de choque contra los vehculos que circulaban alrededor. Cada colisin representaba un triunfo de agresin suprema, cada combatiente una momentnea estrella de cine que superaba todos los obstculos que se oponan. Tiroteo en O.K. Corral, a las nueve y veintisiete de la noche en una contienda absurda.

Ms adelante se alzaba un monumento a la muerte repentina, una caseta de tiro que muy poco tena que ver con la inocente variedad de bajo calibre presente en las ferias de provincia y en los carnavales rurales. En lugar de ello, se trataba de un microcosmos con el material ms letal del armamento moderno. Haba imitaciones de MAC-10 y pistolas Uzi, lanzamisiles de acero, lanzacohetes antitanques y, finalmente, la aterradora rplica de un lanzallamas que vomitaba violentos rayos de luz entre ondulantes nubes de humo oscuro. De nuevo los rostros hmedos, las continuas gotas de sudor que se escurran sobre ojos delirantes y cuellos tensos. Haba maridos, esposas y nios con las facciones contradas y desencajadas, como si todos ellos hubiesen disparado al ms odiado enemigo, esposas, maridos, padres y, vstagos. Todos embarcados en una irracional guerra sin fin, a las nueve y veintinueve de la noche, en un parque de atracciones cuyo tema era la violencia. Sin atenuantes ni justificaciones, el hombre contra s mismo y toda su agresividad, en la que por supuesto, sus miedos eran el peor exponente.

Una figura delgada, con un bastn en la mano derecha, pas cojeando frente a un puesto donde varios clientes lanzaban dardos contra unos globos con los rostros de personajes pblicos estampados. Al explotar las cabezas de goma se entablaban feroces discusiones a favor y en contra del abatido, restos desinflados de dolos polticos y verdugos lanzadores de dardos. El hombre cojo sigui la avenida, escudriando entre la confusa multitud como si buscara un lugar concreto en una parte turbulenta, atestada y desconocida de la ciudad. Vesta, de un modo informal pero esmerado, una chaqueta y una camisa deportiva, como si el calor agobiante no lo afectara y la chaqueta fuera un requisito. Tena el rostro agradable de un hombre de mediana edad, aunque mostraba arrugas prematuras y profundas sombras bajo los ojos, ms como consecuencia de la vida que haba llevado, que de los aos. Se llamaba Alexander Conklin, y se haba retirado como oficial de operaciones secretas de la CIA, la Agencia Central de Inteligencia. En ese momento pareca inquieto y consumido por la ansiedad. No deseaba estar en ese lugar a esa hora, y no poda imaginarse cul haba sido el catastrfico suceso que lo forzaba a encontrarse all.

Conklin se aproxim al pandemonio de la galera de tiro y de pronto qued paralizado. Fij los ojos en un hombre alto y casi calvo, de aproximadamente su misma edad, y con una chaqueta de algodn colgada al hombro. Morris Panov se acercaba al bullicioso mostrador de la caseta de tiro desde la direccin opuesta! Por qu? Qu haba ocurrido? Conklin volvi la cabeza en todas direcciones observando rostros y cuerpos. De forma instintiva saba que alguien los estaba observando a l y al psiquiatra. Ya era demasiado tarde para impedir que Panov ingresase en el crculo de la galera, pero tal vez no lo fuese para que ambos salieran de all! El oficial de inteligencia retirado extrajo de la chaqueta la pequea Beretta automtica que era su ms fiel compaera y avanz rpidamente. Cojeando, sacudi el bastn entre el gento, golpeando rtulas, estmagos, senos y riones hasta que los atnitos y enfadados paseantes empezaron a gritar y comenz a irritarse. Entonces se abalanz sobre el perplejo doctor y grit en su rostro entre los rugidos de la multitud.

Qu diablos ests haciendo t aqu?

Supongo que lo mismo que t. David, o debera decir Jason? Eso era lo que pona en el telegrama.

Es una trampa!

Un grito desgarrador se elev por encima de la confusin general. Al instante, tanto Conklin como Panov se volvieron hacia la caseta de tiro a unos pocos metros de distancia. Una mujer gorda haba recibido un disparo en la garganta. La multitud enloqueci. Conklin se volvi para tratar de descubrir de dnde haba provenido el tiro, pero el pnico se hallaba en su punto culminante; no vio nada salvo figuras que corran. Tomando a Panov, lo empuj entre los cuerpos frenticos que ocupaban la avenida, y luego se abri paso entre el gento hasta llegar al pie de la enorme montaa rusa al final del parque. All los excitados clientes se acercaban al puesto en medio de un ruido ensordecedor.

Dios mo! grit Panov. Eso iba destinado a uno de nosotros?

Tal vez s, o tal vez no respondi agitado el ex oficial de inteligencia mientras comenzaban a orse las sirenas y silbatos a lo lejos.

Dijiste que era una trampa!

Porque ambos recibimos un absurdo telegrama de David, donde firmaba con un nombre que no haba usado desde hace cinco aos: Jason Bourne. Y si no me equivoco, tu mensaje deca que bajo ninguna circunstancia debamos llamar a su casa.

Es cierto.

Se trata de una trampa. T eres ms gil que yo, Mo, as que empieza a mover esas piernas. Sal de aqu y corre como un hijo de puta hasta encontrar un telfono. Un telfono pblico, nada que pueda ser localizado!

Qu?

Llama a su casa! Di a David que salga de all con Marie y los nios!

Qu?

Alguien nos ha encontrado, doctor! Alguien que busca a Jason Bourne, que lo ha estado buscando durante aos y no se detendr hasta que lo tenga encaonado. T estabas a cargo de la confusa cabeza de David, y yo he movido cada maldito hilo de Washington para sacarlos vivos a l y a Marie de Hong Kong... Se han quebrantado las reglas y hemos sido descubiertos, Mo. T y yo! Los nicos enlaces registrados oficialmente con Jason Bourne, cuya direccin y oficio se desconocen.

Sabes lo que ests diciendo, Alex?

Te aseguro que s, maldita sea... Es Carlos. Es Carlos el Chacal. Sal de aqu, doctor. Busca a tu antiguo paciente y dile que desaparezca!

Y entonces qu har?

Yo no tengo muchos amigos, desde luego ninguno en el que pueda confiar, pero t s. Dale el nombre de alguien, de alguno de tus colegas que reciben llamadas urgentes de sus pacientes del mismo modo que tu recibas las mas. Dile a David que se ponga en contacto con l o con ella cuando est a salvo. Dale una clave.

Una clave?

Jess, Mo, usa la cabeza! Un alias como Jones o Smith...

Esos son nombres bastante corrientes.

Entonces que sea Schicklegrubber o Moskowtiz, o lo que ms te guste! Slo dile que nos comunique dnde est.

Comprendo.

Ahora, sal de aqu y no vayas a casa. Alquila una habitacin en el Brookshire de Baltimore bajo el nombre de Morris, Phillip Morris. Me reunir contigo ms tarde.

Qu vas a hacer?

Algo que detesto. Sin el bastn comprar un billete para esta maldita montaa rusa. Nadie buscar a un lisiado en uno de estos artilugios. Me morir de miedo all arriba, pero es una solucin lgica aunque tenga que quedarme ah toda la noche... Ahora sal de aqu! Date prisa!

La camioneta se dirigi rpidamente hacia el sur por una carretera comarcal, atravesando las colinas de New Hampshire con rumbo a la frontera de Massachusetts. El conductor era un hombre alto, con una expresin vehemente en su rostro anguloso. Se poda apreciar cmo latan los msculos de la mandbula y los ojos de color azul claro brillaban furiosos. Junto a l viajaba su esposa, una mujer sorprendentemente atractiva, cuya cabellera castao rojizo resplandeca a la luz del salpicadero. Sostena a una criatura en brazos, un beb de ocho meses, y en el asiento trasero otro nio dorma bajo una manta, un muchachito rubio de cinco aos protegido de los frenazos bruscos por una barandilla porttil. El padre era David Webb, profesor de estudios orientales, pero miembro en el pasado del notorio e incalificable Medusa, por una parte, y el legendario Jason Bourne, asesino, por otra.

Sabamos que iba a ocurrir dijo Marie St. Jacques Webb, canadiense de nacimiento, economista de profesin y salvadora de David Webb por accidente. Era slo cuestin de tiempo.

Es una locura! susurr David para no despertar a los nios, aunque esto no logr atenuar la vehemencia de su voz. Todo est enterrado, el archivo de mxima seguridad y el resto de esa basura. Cmo lograron encontrar a Alex y Mo?

No lo sabemos, pero Alex comenzar a hacer averiguaciones. No hay nadie mejor que l, t mismo lo has afirmado.

Ahora est marcado, es un hombre muerto la interrumpi Webb con expresin sombra.

Eso es prematuro, David. Es el mejor que ha existido, sas fueron tus palabras.

Slo fall en una ocasin. Hace trece aos, en Pars.

Porque t fuiste mejor.

No! Porque yo no saba quin era yo mismo, y l operaba basndose en una informacin que yo desconoca por completo. Supuso que se trataba de m, pero como yo ignoraba mi identidad no poda actuar segn su guin... l sigue siendo el mejor. Salv nuestras vidas en Hong Kong.

Entonces estamos de acuerdo, verdad? Nos encontramos en buenas manos.

Las de Alex s. No las de Mo. Ese pobre hombre est muerto. Lo atraparn y lo despedazarn!

Ira a la tumba antes de entregar cualquier informacin sobre nosotros.

No podr escoger. Le inyectarn una dosis de suero de la verdad y les contar su vida entera. Luego lo matarn y vendrn a buscarme... a buscarnos. Por eso t y los nios debis ir al sur, bien al sur. Al Caribe.

Los enviar a ellos, cario. Yo no ir.

Quieres terminar con eso! Lo acordamos cuando naci Jamie. Por eso compramos la propiedad. Tu hermanito la busc para nosotros, y casi tuvimos que comprar su alma tambin. Y no lo hizo nada mal. Ahora poseemos el cincuenta por ciento de una floreciente posada en una sucia carretera, en una isla de la cual nadie haba odo hablar hasta que ese buscavidas canadiense aterriz all en un hidroavin.

Johnny siempre fue emprendedor. Una vez pap dijo que sera capaz de vender una vaca vieja como un novillo de primera sin que nadie lo notase.

Lo importante es que te ama, a ti y a los nios. Tambin cuento con que ese loco... no importa, confo en Johnny.

Puedes confiar plenamente en mi hermano menor, pero no en tu sentido de orientacin. Acabas de pasar el desvo hacia la cabaa.

Maldita sea! grit Webb mientras frenaba el coche y viraba en direccin opuesta. Maana! T, Jamie y Alison saldris del aeropuerto Logan. Rumbo a la isla!

Lo discutiremos, David.

No hay nada que discutir. Webb inspir profunda y enrgicamente, imponindose un extrao control. Ya he estado antes aqu dijo con suavidad.

Marie observ a su esposo, cuyo rostro repentinamente pasivo se recortaba a la tenue luz del salpicadero. Lo que vio la asust mucho ms que el fantasma del Chacal. No miraba a David Webb, el intelectual de voz suave. Miraba a un hombre que ambos haban credo desterrado de sus vidas para siempre.

2

Alexander Conklin se aferr a su bastn mientras entraba cojeando en la sala de conferencias de la Agencia Central de Inteligencia en Langley, Virginia. Se detuvo frente a una mesa larga e imponente, de tamao suficiente para treinta personas, aunque en ese momento slo haba tres. El hombre de cabellos grises sentado a la cabecera era el DCI, Director de la Central de Inteligencia. Ni l ni sus dos agentes de alto rango parecieron contentos de ver a Conklin. Se saludaron mecnicamente, y en lugar de ocupar el lugar que se le haba asignado junto al oficial de la CIA, a la izquierda del DCI, Conklin tom la silla al otro extremo de la mesa, se sent y golpe el bastn contra el borde produciendo un fuerte ruido.

Cumplidas las formalidades, podemos ir al grano, caballeros?

No es una forma muy corts o amable de comenzar, seor Conklin observ el director.

En este momento no me preocupan ni la cortesa ni la amabilidad, seor. Slo quiero saber por qu se han ignorado los reglamentos ms estrictos y se ha dejado filtrar una informacin ultrasecreta que ha puesto en peligro varias vidas, incluyendo la ma!

Eso es una injuria, Alex! lo interrumpi uno de los dos agentes.

Totalmente inexacto! agreg el otro. No pudo ocurrir y t lo sabes!

Yo no lo s y s ocurri. Voy a decirte qu es lo injuriosamente exacto replic Conklin con ira. All fuera hay un hombre con una esposa y dos nios, un hombre a quien este pas y gran parte del mundo le deben ms de lo que jams podrn llegar a pagarle. Y ahora est corriendo, ocultndose, loco de miedo porque l y su familia son el blanco. Le dimos nuestra palabra, todos nosotros, de que los documentos oficiales no apareceran a la luz del da hasta que se confirmara sin lugar a dudas que Ilich Ramrez Snchez, tambin conocido como Carlos el Chacal, haba muerto. Muy bien, me han llegado los mismos rumores que a ustedes, probablemente de las mismas fuentes o de otras mucho mejor informadas. Los rumores afirman que el Chacal muri aqu o que fue ejecutado all pero nadie, repito, nadie ha presentado una prueba irrefutable. Sin embargo, una parte de ese archivo se filtr, una parte vital, y me concierne directamente porque mi nombre aparece en l. El mo y el del doctor Morris Panov, jefe oficial de psiquiatra. ramos los nicos, los nicos individuos reconocidamente asociados con el desconocido que adoptara el nombre de Jason Bourne, considerado por innumerables sectores como el rival de Carlos en el juego mortal. Pero esa informacin se encuentra oculta aqu, en las profundidades de Langley. Cmo logr salir? Segn las reglas, si alguien desea una parte de esos archivos, desde la Casa Blanca, pasando por el departamento de Estado, hasta los sagrados jefes generales, tiene que recurrir a las oficinas del director y a sus principales analistas aqu en Langley. Debe suministrar todos los detalles de la solicitud y luego, debe superar todava un trmite final: yo. Antes de que se firme el permiso, el solicitante est obligado a ponerse en contacto conmigo o con el doctor Panov en caso de que no llegue a localizarme. Cualquiera de los dos se encuentra legalmente autorizado para rechazar la solicitud. As son las cosas, caballeros, y nadie domina las reglas mejor que yo porque soy quien las dict, aqu mismo, en Langley, porque era el lugar que mejor conoca. Despus de veintiocho aos en este difcil asunto, fue mi ltima contribucin... con toda la autoridad del presidente de los Estados Unidos y el consentimiento del Congreso, a travs de las selectas comisiones de inteligencia en la Casa Blanca y el Senado.

Eso es artillera pesada, seor Conklin coment el canoso director, inmvil en su silla. Su voz son apagada y neutra.

Existan poderosas razones para sacar los caones.

Eso entiendo. Uno de ellos me alcanz.

Ya lo creo que s. Ahora queda la cuestin de las responsabilidades. Quiero saber cmo sali esa informacin y, lo ms importante de todo, quin la obtuvo.

Ambos delegados comenzaron a hablar a la vez, con tanta ira como Alex, pero el DCI los interrumpi tocndoles los brazos con la pipa en una mano y el encendedor en la otra.

Trate de calmarse, seor Conklin aconsej el director con suavidad, mientas encenda la pipa. Es evidente que conoce a mis dos delegados, pero usted y yo nunca nos habamos visto, verdad?

No. Me retir hace cuatro aos y medio, y usted fue designado un aos despus de mi partida.

Al igual que muchos, a quienes en cierto sentido justifico, usted considera que mis padrinos me ayudaron a obtener este cargo?

Es evidente que s, pero no he tenido ningn problema con eso. Pareca competente. Por lo que pude averiguar, usted es un almirante apoltico de la inteligencia naval, durante la guerra de Vietnam tuvo ocasin de trabajar junto a un coronel de la marina que se convirti en presidente. Otros fueron relegados al olvido, pero eso suele ocurrir. No tengo nada contra usted.

Gracias. Pero, tiene algo en contra de mis dos directores adjuntos?

Ya es historia, sin embargo no puedo afirmar que se parecieran en algo al mejor amigo que un soldado poda tener. Eran analistas, no soldados.

Eso no es una aversin natural, una hostilidad convencional?

Por supuesto que s. A miles de kilmetros de distancia, ellos analizaban situaciones con ordenadores programados por personas que no conocamos y con informaciones que nosotros no habamos proporcionado. Nosotros trabajbamos con el factor humano, ellos no. Ellos operaban con pequeas letras verdes en una pantalla de ordenador y muchas veces tomaban decisiones errneas.

Porque la gente como t debe ser controlada intervino el agente de la derecha del director. Cuntas veces, incluso en la actualidad, los hombres y mujeres como t pierden la visin general de la situacin? Se trata de la estrategia total, y no slo de la parte de ella en que t te ocupes.

Entonces deberamos estar mejor informados respecto a la situacin. Tendran que darnos una visin a vuelo de pjaro al menos, de ese modo podramos tratar de deducir lo que tiene sentido y lo que escapa a la razn.

Dnde termina una visin general, Alex? pregunt el agente a la izquierda del DCI. En qu punto decimos: Esto no podemos revelarlo por el bien comn?

No lo s. Vosotros sois los analistas, no yo. Habr que considerar las caractersticas de cada caso, supongo. Pero la comunicacin debera ser mejor que la que yo obtuve cuando me hallaba en campaa... Un momento. El tema no soy yo, sino vosotros. Alex mir al director. Muy hbil, seor, pero no pienso aceptar un cambio de tema. Me encuentro aqu para averiguar quin obtuvo qu y cmo. Si lo prefiere, llevar mis credenciales hasta la Casa Blanca o a donde sea necesario para observar cmo ruedan varias cabezas. Quiero respuestas. Quiero saber qu debo hacer!

No trataba de desviar el tema, seor Conklin, slo me he apartado momentneamente de l para comprobar una cuestin. Es evidente que desaprueba los mtodos empleados por mis colegas en el pasado, pero alguno de ellos le enga o le minti alguna vez?

Alex dirigi una rpida mirada a los dos agentes.

Slo cuando se vieron obligados, lo cual no tuvo nada que ver con las operaciones de campaa.

Ese es un extrao comentario.

Si no se lo han dicho, debieron haberlo hecho. Hace cinco aos yo era un alcohlico; sigo sindolo, pero ya no bebo. Se acercaba el momento de recibir mi pensin, as que nadie me dijo nada e hicieron muy bien en callarse.

Para su conocimiento, lo nico que me comentaron mis colegas fue que haba estado enfermo, que no haba podido funcionar al nivel de su capacidad habitual hasta el final del servicio.

Conklin volvi a estudiar a ambos agentes y les agradeci la atencin con un leve movimiento de cabeza mientras hablaba.

Gracias, Casset, y a ti tambin, Valentino, pero no tenais que hacer eso. Yo era un borracho y algo as no debera permanecer en secreto, ya se trate de m o de otra persona. Es la cosa ms tonta que se puede hacer por aqu.

Por lo que supimos de Hong Kong, all realizaste un trabajo estupendo, Alex replic el hombre llamado Casset con suavidad. No quisimos privarte de ese mrito.

Has sido un palo en el culo durante ms tiempo del que puedo recordar agreg Valentino. Pero no podamos permitir que cuando te fueras, tu imagen se redujera a la de un alcohlico.

Vamos a dejarlo. Volvamos a Jason Bourne. se es el motivo de mi visita y la razn por la cual no habis tenido ms remedio que volver a verme.

Tambin fue la causa de que me apartara un momento del tema, seor Conklin. Usted podr tener diferencias profesionales con mis agentes, pero entiendo que no cuestiona su integridad.

La de otros s. No la de Casset o de Val. Por lo que s, ellos cumplan con su trabajo y yo con el mo; el sistema, no obstante, estaba podrido. Se hallaba sumido en la confusin. Pero no ocurre lo mismo con el actual. Las reglas son claras y concisas. Si tenemos en cuenta que nadie se ha puesto en contacto conmigo, han sido transgredidas. En un sentido muy real he sido engaado, me han mentido. Repito, cmo ocurri y quin obtuvo la informacin?

Eso es todo lo que quera or dijo el director tomando el telfono sobre la mesa. Por favor, llame al seor de Sole y pdale que venga a la sala de conferencias. El DCI colg y se volvi hacia Conklin. Supongo que conocer a Steve de Sole.

El mudo. Alex asinti con la cabeza.

Cmo?

As solamos llamarlo le explic Casset al director. Steve sabe dnde se entierran los cuerpos pero, cuando llega el momento, no se lo dice ni a Dios a menos que le ensee una autorizacin Cuatro-Cero.

Doy por sentado que los tres, en especial el seor Conklin, consideran que el seor De Sole es un profesional intachable.

Yo responder a eso intervino Alex. l te dir todo lo que debas saber pero nada ms. Y no te mentir. Mantendr la boca cerrada o te explicar que no puede responder, pero no te mentir.

se es otro de los puntos que quera escuchar. Se oy una breve llamada a la puerta y el DCI indic al visitante que entrase. Un hombre no muy alto, algo obeso, con grandes ojos aumentados tras unas gafas metlicas, entr en la habitacin y cerr la puerta. Al echar un segundo vistazo rpido a la mesa advirti la presencia de Alexander Conklin y por unos instantes permaneci inmvil. De inmediato cambi de actitud y con una expresin de agradable sorpresa, se acerc a la silla de Conklin con la mano extendida.

Me alegro de verte, muchacho. Han pasado dos o tres aos, verdad?

Ms bien cuatro, Steve respondi Alex al tiempo que le estrechaba la mano. Cmo se encuentra el analista de los analistas y el llavero mayor?

No hay mucho que analizar ni que cerrar con llave ltimamente. La Casa Blanca es un tamiz y el Congreso no es mucho mejor. Merecera la mitad del sueldo, pero no se lo digas a nadie.

An guardamos algunas cosas en secreto, verdad? lo interrumpi el DCI con una sonrisa. Al menos por lo que se refiere a operaciones pasadas. Tal vez se haya ganado una paga doble.

Oh, sospecho que s. De Sole asinti con expresin risuea mientras soltaba la mano de Conklin. De todos modos, ya se han acabado los das en que se custodiaban los archivos y se bajaba armado a los depsitos subterrneos. En la actualidad todo son registros fotogrficos procesados que ingresan en las mquinas desde arriba. Ya no hago aquellas maravillosas excursiones con escolta militar, en las que finga que iba a ser deliciosamente atacado por Mata Hari. Ni recuerdo cundo fue la ltima vez que llev un portafolios encadenado a la mueca.

Es mucho ms seguro de este modo asegur Alex.

Pero tengo muy poco que contarle a mis nietos, muchacho: Qu has hecho como un gran espa, abuelo? En realidad, durante los ltimos aos, un montn de crucigramas, jovencito.

Cuidado, seor De Sole advirti el DCI riendo. Podra elevar una peticin para que le disminuyesen la paga. Aunque en realidad no lo hara, porque no creo ni una palabra de lo que ha dicho.

Yo tampoco. Conklin habl con suavidad y con ira. Esto estaba amaado agreg observando al rollizo analista.

Eso es toda una afirmacin replic De Sole. Te importara explicrmela?

T sabes por qu estoy aqu, verdad?

Ni siquiera saba que estabas aqu.

Oh, ya veo. Casualmente pasabas por aqu cerca y estabas listo para acudir de inmediato.

Mi oficina est al otro lado del pasillo.

Conklin mir al DCI.

De nuevo muy hbil, seor. Traer a tres hombres con los que, segn supone, no he tenido grandes problemas. Tres hombres en los que, por lo que ha podido determinar, yo confo y, por lo tanto, de los que creer cualquier cosa que me digan.

En lo fundamental, eso es exacto, seor Conklin, porque lo que se le plantea es la verdad. Sintese, seor De Sole. Tal vez en este lado de la mesa, para que nuestro ex colega pueda estudiarnos mientras le explicamos las cosas. Tengo entendido que es una tcnica muy apreciada por los oficiales de campaa.

Yo no tengo absolutamente nada que explicar objet el analista mientras se diriga a la silla contigua a Casset. Pero considerando las observaciones algo bruscas de nuestro ex colega, me gustara estudiarlo a l... Te encuentras bien, Alex?

Est bien respondi el director adjunto llamado Valentino. Le grue a la sombra equivocada, pero est bien.

Esa informacin no pudo salir sin el consentimiento y la cooperacin de las personas de esta sala!

Qu informacin? pregunt De Sole mirando al DCI con sus grandes ojos abiertos de par en par detrs de las gafas. Oh, ese asunto de mxima seguridad sobre el que me pregunt esta maana?

El director asinti con la cabeza y se volvi hacia Conklin.

Volvamos a lo de esta maana. Hace siete horas, poco despus de las nueve, recib una llamada de Edward McAllister, quien anteriormente fue miembro del Departamento de Estado y ahora preside la Agencia Nacional de Seguridad. Se me ha informado que el seor McAllister estuvo con usted en Hong Kong, seor Conklin. Es eso correcto?

Estuvo con nosotros confirm Alex. Vol clandestinamente con Jason Bourne a Macao, donde recibi un balazo que casi le cost la vida. Es un intelectual excntrico y uno de los hombres ms valientes que he conocido.

No coment nada acerca de las circunstancias, slo que estuvo all y que, aunque tuviese que hacer pedazos mi agenda, deba darle prioridad a nuestra reunin con usted... Artillera pesada, seor Conklin.

Repito, existen poderosas razones para sacar los caones.

Eso parece. McAllister me entreg los cdigos de mxima seguridad que esclarecern la condicin del archivo que a usted le interesa... el de la operacin Hong Kong. Por mi parte yo le pas la informacin al seor De Sole, as que l le comunicar lo que ha averiguado.

Nadie lo ha tocado, Alex explic De Sole suavemente, con los ojos fijos en Conklin. Hasta las nueve treinta de esta maana, haba permanecido en una mazmorra impenetrable durante cuatro aos, cinco meses, veintin das, once horas y cuarenta y tres minutos. Y existe una muy buena razn para que haya conservado su carcter de inviolable, aunque ignoro si t la conoces.

En lo que se refiere a ese archivo, yo lo s todo!

Tal vez s, tal vez no dijo De Sole con suavidad. S saba que t tenas un problema, y el doctor Panov no es tan experto en cuestiones de seguridad.

Adnde diablos quieres llegar?

Se aadi un tercer nombre a los procedimientos de autorizacin para ese registro oficial de Hong Kong: Edward Newington McAllister. Se hizo ante su propia demanda, contando con la autoridad de la presidencia y del congreso. l se asegur de ello.

Oh, Dios mo suspir Conklin con una voz baja y vacilante. Cuando lo llam anoche desde Baltimore, dijo que era imposible. Entonces aadi que debera averiguarlo por s mismo, as que llevara a cabo las disposiciones para que se efectuase esta reunin... Jess, qu ha ocurrido?

Yo dira que tendremos que buscar en otra parte respondi el DCI. Pero antes de que empecemos, seor Conklin, tendr que tomar una decisin. En esta habitacin nadie sabe qu hay en ese archivo de mxima seguridad. Hemos hablado, por supuesto, y tal como dijo el seor Casset, entendemos que realiz un trabajo excelente en Hong Kong, pero no sabemos cul fue ese trabajo. Nos han llegado los rumores originados en nuestros puestos del Lejano Oriente. Con franqueza, casi todos nosotros consideramos que se exageraron al propagarse, y entre ellos se destacaba su nombre junto con el del asesino Jason Bourne. El rumor de entonces le sealaba a usted como responsable de la captura y ejecucin del asesino que conocamos como Bourne, pero hace unos momentos, en su ira, utiliz la frase el desconocido que adopt el nombre de Jason

Bourne, revelando que l est vivo y se oculta. En trminos especficos, estamos confundidos. Al menos yo lo estoy, y Dios sabe que no miento.

No sacaron el archivo?

No respondi De Sole. sa fue mi conclusin. Lo sepas o no, toda la solicitud de un registro de mxima seguridad queda marcada con fecha y hora. Cuando el director me inform de que haba una gran conmocin a causa de cierta filtracin ilegal, decid dejar las cosas como estaban. En casi cinco aos, nadie lo ha tocado ni ledo. Se desconoca incluso su existencia y por lo tanto, no ha cado en manos de personas no autorizadas, quienesquiera que fuesen.

Te has cubierto el trasero hasta el ltimo centmetro de piel.

No te quepa duda, Alex. Sobre esa informacin flamea una bandera de la Casa Blanca. Ahora las cosas estn relativamente tranquilas por aqu, y no servir de nada caldear el ambiente del Despacho Oval. Hay un hombre nuevo ante ese escritorio, pero el antiguo presidente sigue siendo muy activo y pertinaz. De todos modos se le consultara, para qu arriesgarse?

Conklin estudi cada rostro y habl con serenidad.

Entonces, es cierto que no conocen la historia, no?

Es la verdad, Alex respondi el director adjunto Casset.

Y nada ms que la verdad, pesado aadi Valentino permitindose una ligera sonrisa.

Tienes mi palabra le asegur Steve de Sole, con sus grandes ojos claros fijos en Conklin.

Y si desea nuestra ayuda, deberamos saber algo ms aparte de rumores contradictorios continu el director retrepndose en la silla. No s si podemos ser de ayuda, pero desde luego ser imposible intentarlo si nos mantiene en una oscuridad tan completa.

Alex volvi a mirar a cada uno de los hombres. En su rostro envejecido las arrugas se marcaban ms que nunca, como si la decisin fuese demasiado difcil para l.

No les revelar su nombre porque he dado mi palabra... tal vez ms adelante, ahora no. Y no lo encontrarn en el registro porque no est all. Les dir el resto porque deseo que me ayuden y quiero que ese registro permanezca en la mazmorra. Por dnde comienzo?

Por esta reunin, tal vez? sugiri el director. Por qu tanta insistencia en celebrarla?

Muy bien, eso no me llevar mucho. Con expresin pensativa, Conklin observ la superficie de la mesa. Sin darse cuenta se aferr a su bastn y luego alz la vista. Anoche una mujer fue asesinada en un parque de atracciones de las afueras de Baltimore...

Lo le en el Post de esta maana lo interrumpi De Sole asintiendo con la cabeza. Sus regordetas mejillas temblaron. Buen Dios, t estabas...?

Yo tambin intervino Casset, con sus serenos ojos color caf fijos en Alex. Ocurri frente a una caseta de tiro. Dispararon a matar.

Vi el artculo y supuse que se trataba de alguna clase de terrible accidente. Valentino sacudi la cabeza lentamente. En realidad no llegu a leerlo.

Esta maana recib el acostumbrado montn de recortes de todos los peridicos dijo el director. No recuerdo la noticia. Se vio involucrado, muchacho?

Ya lo creo que nos vimos involucrados.

Nos vimos? Casset frunci el ceo, alarmado.

Morris Panov y yo recibimos telegramas idnticos de Jason Bourne, pidindonos que acudiramos al parque de atracciones a las nueve y media de anoche. Era urgente y debamos darnos cita frente a la caseta de tiro, pero bajo ninguna circunstancia tenamos que llamar a su casa o a ninguna otra persona. Por separado, ambos supusimos que no deseaba alarmar a su esposa, que pretenda decirnos algo en privado y no quera que ella se enterara... Llegamos al mismo tiempo, pero descubr a Panov primero y me pareci una mala seal. Desde cualquier punto de vista, especialmente desde el de Bourne, debamos habernos encontrado para hablar antes de llegar all; sin embargo, nos haban indicado que no lo hiciramos. El asunto apestaba y por lo tanto decid que ambos debamos salir a toda prisa. La nica solucin pareca ser pasar inadvertidos.

Entonces provocaste una estampida asever Casset.

Fue lo nico que se me ocurri, y utilic este maldito bastn para una de las pocas cosas para las que sirve aparte de para mantenerme erguido. Golpe todas las espinillas y rtulas que tena al alcance adems de perforar algunos estmagos y senos. Logramos salir del crculo, pero esa pobre mujer fue asesinada.

Y cmo lo explicas? Tienes alguna teora? pregunt Valentino.

No lo s, Val. Fue una trampa, no cabe duda al respecto. Pero, qu clase de trampa? Si lo que pens entonces y pienso ahora es cierto, cmo es posible que un tirador profesional haya errado a tan corta distancia? El disparo provino de mi izquierda; no lo o pero la posicin de la mujer y la sangre de la garganta revelaban que haba recibido la bala al girar el cuerpo. No pudo proceder de la caseta, aquellas armas estn encadenadas y la profusa hemorragia del cuello fue provocada por un calibre mucho mayor que el de cualquiera de esos juguetes. Si el asesino deseaba eliminar a Mo Panov o a m, su retculo telescpico no pudo encontrarse tan lejos del blanco. No, si mi razonamiento es correcto.

Lo es, seor Conklin intervino el DCI, y al hablar del asesino nos estamos refiriendo a Carlos el Chacal.

Carlos? exclam De Sole. En nombre del cielo, qu tiene que ver el Chacal con un asesinato en Baltimore?

Jason Bourne respondi Casset.

S, comprendo, pero todo esto es un terrible embrollo! Bourne fue una escoria que viaj de Asia a Europa para desafiar a Carlos y perdi. Tal como acaba de decir el director, regres al Lejano Oriente y fue asesinado hace cuatro o cinco aos. Sin embargo, Alex habla de l como si todava estuviera vivo, dice que l y Panov recibieron telegramas suyos... En nombre de Dios, qu tienen que ver con lo de anoche un hombre muerto y el asesino ms escurridizo de Europa?

T no estabas aqu hace unos minutos, Steve volvi a responder Casset con suavidad. Al parecer tuvieron mucho que ver con lo de anoche.

Les ruego que se expliquen.

Creo que debera comenzar por el principio, seor Conklin indic el director. Quin es Jason Bourne?

Tal como lo conoci el mundo, un hombre que nunca existi respondi el ex oficial de inteligencia.

3

El Jason Bourne original era una basura, un buscavidas paranoico originario de Tasmania que particip en la guerra de Vietnam y form parte de una operacin que nadie quiere reconocer, ni siquiera hoy. Se trataba de un grupo de asesinos, inadaptados, contrabandistas y ladrones, en su mayora criminales fugitivos y muchos bajo condena de muerte, pero que conocan cada palmo del sudeste asitico y operaban tras las lneas enemigas... bajo nuestra financiacin.

Medusa susurr Steve de Sole. Todo est enterrado. Eran animales que asesinaban indiscriminadamente sin motivo ni autorizacin y robaban millones. Salvajes.

La mayora, no todos objet Conklin. Pero el Bourne original reuna todas y cada una de las peores caractersticas, incluyendo la traicin a sus propios hombres. El lder de una misin particularmente arriesgada... diablos, en realidad era un suicida, descubri a Bourne mientras ste transmita por radio la posicin del grupo a los norvietnamitas. Lo ejecut en el acto y arroj el cuerpo a un pantano para que se pudriera en la jungla de Tam Quan. Jason Bourne desapareci de la faz de la tierra.

Evidentemente, volvi a aparecer, seor Conklin observ el director inclinndose hacia delante en la mesa.

En otro cuerpo respondi Alex asintiendo con la cabeza. Con otro objetivo. El hombre que ejecut a Bourne en Tam Quan adopt su personalidad y acept recibir entrenamiento para una operacin que denominamos Treadstone Setenta y uno, como el edificio de la calle Setenta y uno de Nueva York, donde se someti a un programa de adoctrinamiento brutal. En teora era una estrategia brillante, pero finalmente fall por algo que nadie pudo predecir, ni siquiera considerar. Despus de vivir durante tres aos como el segundo asesino ms mortfero del mundo y trasladarse a Europa para desafiar al Chacal en su propio territorio, tal como acaba de relatarnos Steve, nuestro hombre result herido y perdi la memoria. Lo encontraron medio muerto en el Mediterrneo y un pescador lo llev a la isla de Port Noir. l no tena ni idea de quin o qu era, slo saba que era un maestro en varias artes marciales, hablaba diversos idiomas orientales y, evidentemente, era un hombre extremadamente instruido. Con la ayuda de un mdico britnico, un alcohlico deportado a Port Noir, comenz a reconstruir su vida y su identidad a partir de episodios mentales y fsicos. Fue como un viaje por el infierno, y los que habamos montado la operacin, los que inventamos el mito, no estbamos all para ayudarlo. Al ignorar lo que haba ocurrido pensamos que se haba convertido en el mtico asesino que nosotros mismos creamos para atrapar a Carlos. Yo en persona trat de acabar con l en Pars y a pesar de que pudo haberme volado la cabeza, no lo hizo. Finalmente regres con nosotros gracias al extraordinario talento de una mujer canadiense que conoci en Zurich y que ahora es su esposa. Tena ms agallas y cerebro que ninguna otra mujer que yo haya conocido. Ahora ella, su esposo y sus dos pequeos se ven metidos de nuevo en la pesadilla, escapando para salvar la vida.

Con su aristocrtica boca entreabierta y la pipa colgando frente al pecho, el director habl.

Piensa quedarse ah sentado mientras nos dice que el asesino que conocamos como Jason Bourne fue una invencin? Que no fue el asesino que todos supusimos que era?

Mataba cuando se vea obligado a hacerlo para sobrevivir, pero no era ningn asesino. Creamos el mito como un mximo desafo a Carlos, para que el Chacal tuviese que salir a la luz.

Por Dios! exclam Casset. Cmo?

Provocando una gran confusin de informaciones a travs del Lejano Oriente. Cada vez que se cometa un asesinato de cierta importancia, ya fuese en Tokyo, Hong Kong, Macao o Corea, Bourne volaba hasta all para atriburselo y falsificaba las evidencias de tal modo que las autoridades quedaban en ridculo. Acab convirtindose en una leyenda. Durante tres aos, nuestro hombre vivi en el peor de los mundos... drogas, tiranos, crmenes, abrindose camino con un solo objetivo: llegar a Europa y atrapar a Carlos, acechar sus contratos, obligarlo a salir a campo abierto aunque slo fuese por un momento, lo suficiente como para meterle una bala entre los ojos.

Alrededor de la mesa el silencio fue elctrico. De Sole lo quebr con una voz poco ms que susurrante.

Qu clase de hombre aceptara un encargo como se?

Conklin mir al analista y respondi con monotona.

Un hombre que senta que no le quedaban muchos motivos para seguir adelante, alguien que tal vez deseaba la muerte... un ser humano decente cuyo odio y frustracin lo impulsaron hacia una organizacin como Medusa. El ex oficial de inteligencia se detuvo, presa de un evidente desasosiego.

Vamos, Alex lo acuci Valentino con suavidad. No puedes dejarnos con eso.

No, por supuesto que no. Conklin parpade varias veces, volviendo al presente. Pensaba en lo horrible que debe ser para l ahora el pasado, lo que puede recordar. Existe un maldito paralelismo que no haba considerado. La esposa, los nios.

Cul es el paralelismo? pregunt Casset inclinado hacia delante con la vista fija en l.

Hace aos, durante la guerra de Vietnam, nuestro hombre era un joven oficial del servicio diplomtico con destino en Phnom Penh, un intelectual casado con una mujer de Tahi que haba conocido aqu, en la escuela para graduados. Tenan dos nios y vivan a orillas de un ro. Una maana, mientras la mujer y los pequeos estaban nadando, un avin a reaccin de Hanoi bombarde la zona y los mat a los tres. Nuestro hombre perdi la razn, lo abandon todo para dirigirse a Saign e ingresar en Medusa. Slo deseaba matar. Se convirti en Delta Uno jams se utilizaban nombres en Medusa y fue considerado el jefe de guerrilla ms efectivo en la guerra, a pesar de que luchaba tanto contra determinadas rdenes del Comando Saign como contra el enemigo con los pelotones de la muerte.

Sin embargo, es evidente que apoyaba la guerra observ Valentino.

Aparte de detestar a Saign y el ARVN, no creo que le importara un comino un bando o el otro. l tena su propia guerra privada y sta se desarrollaba bastante lejos de las lneas enemigas, cuanto ms cerca de Hanoi mejor. Creo que en su mente segua buscando al piloto que haba matado a su familia. Y ah est el paralelismo. Aos atrs haba una esposa y dos hijos que fueron despedazados ante l. Ahora existe otra esposa con dos hijos y el Chacal lo est cercando, lo acorrala. Eso tiene que estar volvindolo loco. Maldita sea!

Al otro lado de la mesa, los cuatro hombres se miraron y aguardaron a que Conklin se calmase. Luego el director reanud la conversacin con suavidad.

Considerando el tiempo transcurrido comenz, la operacin para atrapar a Carlos debi de realizarse hace ms de una dcada. Sin embargo, los sucesos en Hong Kong fueron mucho ms recientes. Estaban relacionados? Sin darnos nombres al respecto, qu considera que puede contarnos acerca de Hong Kong?

Alex apret el bastn y lo sostuvo con firmeza. Los nudillos se le tornaron blancos mientras responda.

Hong Kong fue la operacin ms inmunda y siniestra que jams haya sido concebida en esta ciudad, y a la vez la ms extraordinaria de la que yo haya tenido noticia. Para mi profundo alivio, aqu en Langley no tuvimos nada que ver con la estrategia inicial... los aplausos pueden irse al diablo. Yo llegu tarde y lo que descubr me revolvi el estmago. McAllister tambin se sinti mal porque l s particip desde el comienzo. Por eso se mostr dispuesto a arriesgar la vida, por eso casi muri al otro lado de la frontera china, en Macao. Su moralidad intelectualizada no poda permitir que un hombre decente perdiera la vida por la estrategia.

Esa es toda una acusacin observ Casset. Qu ocurri?

Nuestra propia gente hizo que secuestrasen a la esposa de Bourne, a la mujer que nos haba trado de vuelta a ese hombre sin memoria. Dejaron un rastro que lo oblig a ir tras ella... hasta Hong Kong.

Jess, por qu? exclam Valentino.

La estrategia; era tan perfecta como abominable. Les he dicho que el asesino llamado Jason Bourne se haba convertido en una leyenda en Asia. Desapareci de Europa, pero no por eso fue menos legendario en el Lejano Oriente. Entonces, salido de no se sabe dnde, un nuevo asesino que operaba en Macao resucit la leyenda. Adopt el nombre de Jason Bourne y los asesinatos por encargo recomenzaron. Raras veces pasaba una semana sin que se asestase otro golpe con las mismas pistas falsas que ponan en ridculo a la polica. Un Bourne falso estaba actuando de nuevo, y haba estudiado cada truco del original.

Por lo tanto, quin mejor para atraparlo que la persona que haba inventado aquellos trucos: el original, su original intervino el director. Y qu mejor manera de obligarlo a ello que arrebatndole a su esposa? Pero por qu? Por qu Washington le concedi tanta importancia? Ya no exista ninguna conexin con nosotros.

Haba algo mucho peor. Entre los clientes del nuevo Bourne figuraban un demente de Beijing, un Kuomintang traidor al gobierno que estaba a punto de convertir el Lejano Oriente en una hoguera. Estaba decidido a destruir los acuerdos chino-britnicos de Hong Kong cerrando la colonia y dejando todo el territorio sumergido en el caos.

La guerra dijo Casset con suavidad. Beijing marchara sobre Hong Kong y asumira el mando. Todos deberamos tomar partido... la guerra.

En la era nuclear agreg el director. Hasta dnde progres todo aquello, seor Conklin?

Un viceministro de la Repblica Popular fue asesinado en Kowloon. El homicida dej su tarjeta de visita. Jason Bourne.

Buen Dios, haba que detenerlo! explot el director, aferrndose a su pipa.

As lo hicimos dijo Alex mientras soltaba el bastn. Recurrimos al nico hombre capaz de atraparlo. Nuestro Jason Bourne. Por ahora no voy a decirles nada ms, pero insisto en que ese hombre se encuentra de vuelta aqu con su esposa y sus hijos, y Carlos lo acecha. El Chacal no descansar hasta saber que la nica persona que puede identificarlo est muerta. Por lo tanto, reclamen todos los favores que hayan hecho, en Pars, Londres, Roma, Madrid, especialmente en Pars. Alguien tiene que saber algo. Dnde se encuentra Carlos ahora? Qu se propone con nosotros? Tiene ojos aqu en Washington y cualesquiera que sean, nos han encontrado a Panov y a m! Con gesto ausente, el ex oficial de inteligencia recuper su bastn mientas miraba por la ventana. No lo comprenden? agreg con suavidad, como hablando para s mismo. No podemos permitir que ocurra. Oh, Dios mo, no podemos permitir que ocurra!

Una vez ms, la emocin se condens en silencio mientras los hombres de la Agencia Central de Inteligencia intercambiaban miradas. Fue como si hubiesen alcanzado un consenso sin pronunciar palabra; tres pares de ojos se posaron sobre Casset. Aceptando su eleccin como el hombre ms cercano a Conklin, ste asinti con la cabeza y habl.

Alex, estoy de acuerdo en que todo seala a Carlos, pero antes de que comencemos a mover nuestros hilos en Europa, debemos estar seguros. No podemos arriesgarnos a lanzar una falsa alarma porque le estaramos haciendo un favor al Chacal. Le mostraramos que nuestro punto flaco es Jason Bourne. Por lo que nos has contado, Carlos volvera a emprender una vieja operacin conocida como Treadstone Setenta y uno, aunque slo fuese porque ninguno de nuestros agentes o subagentes ha estado cerca de l durante ms de una dcada.

Conklin estudi el rostro anguloso y pensativo de Charles Casset.

Me ests diciendo que si me equivoco y no se trata del Chacal, estaremos hurgando en una herida de hace trece aos y le ofreceremos una ocasin irresistible para asesinar.

En efecto.

Y yo creo que tu razonamiento es muy lgico, Charlie. Carezco de bases slidas, verdad? Me mueven mis ms profundos instintos, pero slo cuento con apariencias.

Yo confiara mucho ms en esos instintos tuyos que en cualquier detector de mentiras...

Yo tambin lo interrumpi Valentino. En cinco o seis crisis del sector, salvaste a nuestro personal cuando todas las pruebas sealaban que te equivocabas. De todos modos, Charlie tiene una duda legtima. Supongamos que no se tratase de Carlos. No slo enviaramos a Europa un mensaje equivocado, sino que, lo ms importante de todo, habramos perdido tiempo.

Entonces no os acerquis a Europa murmur Alex, nuevamente como para s mismo. Al menos por ahora. Buscad a esos canallas aqu. Encontradlos y hacedlos confesar. Yo soy el blanco, as que dejad que vengan a por m.

sa no es la proteccin que haba previsto para usted y el doctor Panov, seor Conklin intervino el director con firmeza.

Entonces, piense en otra cosa, seor. Alex mir a Casset y a Valentino y de pronto alz la voz. Podremos hacerlo si vosotros dos me escuchis y me permits organizarlo!

Nos encontramos en una zona muerta dijo Casset. Este asunto puede estar orientado hacia el extranjero, pero es una cuestin interna. El Departamento debera estar in...

De ninguna manera exclam Conklin. Aparte de los que nos encontramos en esta habitacin, nadie debe estar al corriente!

Vamos Alex lo tranquiliz Valentino con amabilidad, sacudiendo la cabeza lentamente. Ests retirado. No puedes dar rdenes aqu.

Bien, excelente! grit Conklin mientras se levantaba con torpeza apoyndose en su bastn Prxima parada: la Casa Blanca y cierto funcionario de la Agencia Nacional de Seguridad llamado McAllister!

Sintese orden el director con firmeza.

Estoy retirado! Usted no puede darme rdenes.

Ni se me ocurrira. Simplemente velo por su vida. Segn he entendido, su proposicin se basa en la discutible teora de que el sujeto que le dispar anoche se propona fallar sin importar a quin hiriese, que slo quera llevrselo vivo durante el caos posterior.

Eso es mucho suponer...

Me baso en ms de veinte operaciones en las que he estado involucrado, tanto, en el Ministerio de Marina, como en sitios de los que usted no sabe nada y ni siquiera podra pronunciar. El director tena los codos apoyados en los brazos del silln. De pronto su voz se haba vuelto dura y autoritaria. Para su informacin, Conklin, no me convert en un almirante que dirige la inteligencia naval de la noche a la maana. Estuve en el SEALS durante varios aos, desembarcaba en Kaesong y ms tarde en el puerto de Naiphong. Conoc a unos cuantos de esos canallas de Medusa, y no se me ocurre uno solo a quien no quisiera volar la cabeza con una bala! Ahora usted me explica que haba uno, que se convirti en su Jason Bourne, y que est dispuesto a cortarse las pelotas o abrirse el corazn para asegurarse de que siga con vida, se encuentre bien y se mantenga lejos del tiro del Chacal... Por lo tanto, vayamos al grano, Alex. Desea trabajar conmigo o no?

Conklin volvi a sentarse lentamente y una sonrisa fue emergiendo en sus labios.

Le dije que no tena nada en contra de su designacin, seor. Era slo intuicin, pero ahora s por qu. Usted fue un hombre de campaa. Trabajar con usted.

Bien, excelente dijo el director. Prepararemos una vigilancia controlada y rogaremos a Dios para que su teora de que lo quieren vivo sea correcta, porque es imposible cubrir cada ventana o cada techo. Ser mejor que comprenda los riesgos.

Los comprendo. Y como en un tanque de piraas dos carnadas son mejores que una, quiero hablar con Mo Panov.

No puedes pedirle que se meta en esto replic Casset. l no es uno de nosotros, Alex. Por qu iba a hacerlo?

Porque l s es uno de nosotros y ser mejor que se lo pida. Si no lo hago me curara la gripe con una inyeccin de estricnina. l tambin estuvo en Hong Kong y por motivos no muy diferentes de los mos. Hace aos trat de matar a mi mejor amigo en Pars. Haba cometido un error terrible al creer que ste se haba pasado de bando cuando en verdad haba perdido la memoria. Das despus Morris Panov, uno de los principales psiquiatras del pas, un doctor que no soporta la charlatanera psicolgica tan en boga ltimamente, recibi un perfil psiquitrico hipottico que requera su respuesta inmediata. All se describa a un agente del servicio de inteligencia desequilibrado, una bomba de relojera ambulante con miles de secretos en la cabeza. Nos basamos en la evaluacin que Mo hizo de ese perfil hipottico y un amnsico inocente estuvo a punto de morir en una emboscada que le prepar el gobierno en la calle Setenta y uno de Nueva York, Cuando lo que quedaba de ese hombre logr sobrevivir, Panov pidi que lo asignaran como su nico mdico de cabecera. Nunca ha podido perdonarse. Si cualquiera de ustedes fuera l, qu haran si yo no les transmitiera lo que hemos hablado en esta reunin?

Decirte que era una inyeccin para la gripe y llenarte de estricnina, muchacho concluy De Sole, asintiendo con la cabeza.

Dnde se encuentra Panov ahora? pregunt Casset.

En el hotel Brookshire de Baltimore bajo el nombre de Morris, Phillip Morris. Ha cancelado todas sus entrevistas para hoy... tiene gripe.

Entonces, manos a la obra determin el director, tomando un cuaderno amarillo. A propsito, Alex, un soldado competente no se preocupa por el rango y no confa en un hombre que no lo llame por su nombre de pila. Como ya sabes, me llamo Peter Holland. A partir de ahora seremos Alex y Peter, comprendes?

Por supuesto... Peter. Debes haber sido un buen hijo de puta en el SEALS.

Considerando que me encuentro aqu me refiero a la ubicacin geogrfica, no a este silln cabe suponer que he sido competente.

Un hombre de campaa murmur Conklin con aprobacin.

Adems, como he evitado las tonteras diplomticas que se esperan del que ocupa este puesto, debes comprender que he sido un hijo de puta obstinado. Aqu quiero potencia de entrada, Alex, no energa de salida emocional. Est claro?

Yo no opero de ningn otro modo, Peter. Un compromiso puede estar basado en las emociones, y no hay nada de malo con eso, pero la ejecucin de una estrategia deber ser fra como el hielo. Yo nunca he estado en SEALS, pero geogrficamente tambin me encuentro aqu y, por ms cojo que sea, eso supone que tambin yo soy competente.

Holland sonri; fue una sonrisa juvenil desmentida por las zonas grises de su cabello, la sonrisa de un profesional momentneamente liberado de las preocupaciones administrativas y que regresa al mbito que mejor domina.

Hasta es posible que nos llevemos bien coment el DCI. Entonces, como para abandonar el ltimo vestigio de su imagen directiva, coloc la pipa sobre la mesa, extrajo un paquete de cigarrillos del bolsillo, se llev uno a la boca y lo encendi mientras comenzaba a escribir.

Al diablo con el Departamento continu. Slo utilizaremos a nuestros hombres y los estudiaremos uno por uno con lupa.

Charles Casset, el delgado y brillante heredero en la direccin de la CIA, se apoy contra el respaldo de su silln y suspir.

Por qu me da la impresin de que deber controlarlos a ambos, caballeros?

Porque en tu corazn, eres un analista, Charlie respondi Holland.

El objetivo de la vigilancia controlada es desenmascarar a los que proyectan sombra sobre otros para establecer sus identidades o tomarlos bajo custodia, lo que ms convenga a la estrategia. En el presente caso el propsito era atrapar a los agentes del Chacal que haban conducido a Conklin y a Panov hasta el parque de atracciones en Baltimore. Despus de trabajar toda la noche y gran parte del da siguiente, los hombres de la CIA formaron un destacamento de ocho agentes de accin expertos, definieron una y otra vez las rutas especficas que Conklin y Panov deban seguir durante las siguientes veinticuatro horas rutas cubiertas por los profesionales armados en rpidos relevos progresivos y, finalmente, determinaron el lugar y el momento del encuentro. Las primeras horas de la madrugada en la Institucin Smithsoniana. Junto a la Dionaea muscipula, la Venus atrapamoscas.

Conklin se detuvo en el estrecho y penumbroso vestbulo de su edificio y mir el reloj forzando la vista para leer el cuadrante. Eran exactamente las dos y treinta y cinco de la madrugada, empuj la pesada puerta y coje hacia la calle, donde no se apreciaba seal de vida. Segn el plan trazado gir a la izquierda manteniendo el paso acordado, deba llegar a la esquina lo ms cerca posible de las dos y treinta y ocho. De pronto se sinti inquieto; en un umbral oscuro a su derecha se discerna la figura de un hombre. Con discrecin, Alex coloc la mano sobre la Beretta automtica que llevaba bajo la chaqueta. En la estrategia no estaba previsto que en ese sector de la calle hubiese alguien en un umbral! Entonces, tan repentinamente como se haba disparado, la alarma call. Sintindose al mismo tiempo culpable y aliviado, Conklin se percat de que la figura en sombras era un indigente, un anciano vestido con andrajos, uno de los desheredados en una tierra de tanta abundancia. Alex sigui adelante y al llegar a la esquina oy el chasquido de unos dedos. Cruz la avenida y luego continu por la acera, pasando junto a un callejn. El callejn. Otra figura... otro anciano con ropas desaliadas que sala lentamente a la calle para luego regresar al punto de origen. Otro pelagatos protegiendo su cueva de cemento. En cualquier otra circunstancia, Conklin se hubiese acercado al desgraciado para darle unos pocos dlares, pero ahora no. Tena un largo camino que recorrer y un horario que cumplir.

Morris Panov se acerc a la interseccin todava inquieto por la curiosa conversacin telefnica que haba mantenido diez minutos antes. Trataba de recordar cada paso del plan que deba seguir. Como le haban prohibido que consultase su reloj en la calle, no poda saber si haba llegado al lugar acordado en el lapso convenido. Por qu no decan aproximadamente a tal hora en lugar de utilizar el desconcertante trmino lapso convenido, como si esperaran una inminente invasin militar a Washington? A pesar de todo, continu caminando. Cruz todas las calles que le haban indicado, esperando que algn reloj invisible lo mantuviese relativamente a tono con los malditos lapsos convenidos que se haban determinado mediante sus caminatas en cierto jardn de Vienna, Virginia. l hara cualquier cosa por David Webb, cualquier cosa!... pero esto era una locura y, sin embargo, no lo era. Ellos no le hubiesen pedido que colaborara si lo fuera.

Qu era eso? Un rostro en la penumbra lo espiaba, al igual que otros dos! Uno se hallaba sentado en el bordillo, y alzaba sus ojos alcoholizados hacia l. Hombres viejos, curtidos y agotados, viejos, viejos que apenas podan moverse... y todos lo miraban! Vamos, se estaba dejando llevar por la imaginacin. Las ciudades estaban llenas de desamparados, de gente inofensiva empujada a las calles por la psicosis o la pobreza. Por ms que l quisiese, no poda hacer ms que importunar profesionalmente a un Washington indiferente. All haba otro! En un espacio limitado por dos escaparates. ste tambin lo observaba. Basta! No piensas racionalmente... Venga. Sigue adelante, cumple con los horarios, se supone que eso es lo que debes hacer... Dios! All hay otro. En la acera de enfrente... Sigue adelante!

Bajo la luz de la luna, los vastos jardines de la Smithsoniana empequeecan a las dos figuras que se acercaban por caminos diferentes y se reunan junto a un banco. Conklin se sent con la ayuda del bastn mientras Mo Panov miraba alrededor con nerviosismo y atenda, como esperando lo inesperado. Eran las tres y veintiocho de la madrugada, y slo los grillos y la suave brisa estival entre los rboles producan algn ruido. Con cautela, Panov se sent.

Ha ocurrido algo mientras venas hacia aqu? pregunt Conklin.

No estoy seguro respondi el psiquiatra. Me encuentro tan perdido como lo estaba en Hong Kong, slo que all sabamos adonde nos dirigamos, a quin esperbamos encontrar. Estis locos.

Te contradices t mismo, Mo se burl Alex con una sonrisa. Me garantizaste que estaba curado.

Ah, eso? Slo se trataba de una depresin manaca obsesiva bordeando la demencia precoz. Esto es locura! Son casi las cuatro de la madrugada. La gente cuerda no se pone a jugar a las cuatro de la maana.

Alex observ a Panov a la luz del distante reflector que iluminaba el enorme edificio de piedra.

Has dicho que no estabas seguro. Qu significa eso?

Casi me avergenza contestarlo. Les he confirmado a demasiados pacientes la tesis de que inventan imgenes desagradables para racionalizar su pnico, para justificar sus miedos.

Qu diablos significa eso?

Es una forma de transferencia...

Vamos, Mo! lo interrumpi Conklin. Qu te molest? Qu viste?

Figuras, algunas encorvadas, caminando despacio, torpemente. No como t, incapacitados por alguna lesin, sino por la edad. Viejos, acabados y ocultos en la oscuridad de los quicios de las tiendas o en los callejones. Me ocurri cuatro o cinco veces en el camino hacia aqu. En dos ocasiones estuve a punto de detenerme y llamar a uno de tus hombres, pero entonces pens: Vamos, doctor, ests exagerando, confundes a unos patticos desamparados con otra cosa y ves espejismos.

Exacto! susurr Conklin con nfasis. Observaste justamente lo que haba all, Mo. Porque yo descubr lo mismo, la misma clase de gente que t. Y eran patticos, casi todos vestan con andrajos y se movan ms despacio que yo... Qu significa eso? Qu significan ellos? Quines son?

Pasos. Pasos lentos, vacilantes, y de entre las sombras del camino desierto aparecieron dos hombres encorvados, ancianos. A primera vista parecan miembros del ejrcito de indigentes, pero haba algo diferente en ellos, tal vez cierta intencionalidad. Se detuvieron a unos cinco metros del banco, con los rostros ocultos en la oscuridad. El de la derecha habl con voz dbil y un acento extrao.

Es una hora inusitada y un lugar poco comn para que se encuentren dos caballeros tan bien vestidos. Les parece justo ocupar un lugar de descanso que debera ser para otros no tan acomodados como ustedes.

Hay muchos bancos libres replic Alex con amabilidad. ste est reservado?

Aqu no hay asientos reservados respondi el segundo anciano. Su acento era claro, pero tena un deje extranjero. Pero, por qu estn aqu?

Y a usted qu le importa? pregunt Conklin. Se trata de algo privado, no es asunto suyo.

Negocios? A esta hora y en este lugar? pregunt el primer intruso mirando alrededor.

Repito insisti Alex que no es asunto suyo y realmente creo que deberan dejarnos tranquilos.

Los negocios son los negocios coment el segundo anciano.

De qu diablos est hablando? susurr Panov inquieto.

Silencio le respondi Alex y volvi a mirar a los dos ancianos. Muy bien amigos, por qu no siguen su camino?

Los negocios son los negocios repiti el segundo anciano mirando a su compaero. Sus rostros continuaban en las sombras.

Ustedes no tienen nada que negociar con nosotros...

No est tan seguro lo interrumpi el primer hombre sacudiendo la cabeza. Y si les dijese que les traigo un mensaje de Macao?

Qu? exclam Panov.

Cllate! susurr Conklin con los ojos fijos en el mensajero. Qu significa Macao para nosotros? pregunt.

Un gran taipan desea verlos. El mayor taipan de Hong Kong.

Por qu?

Les pagar una fuerte suma por sus servicios.

Insisto. Por qu?

Un asesino ha regresado. Quiere que ustedes lo encuentren.

Ya he odo antes esa historia; no la creo.

Esto es algo entre el gran taipan y ustedes, seor. Nosotros estamos al margen. l los espera.

Dnde est?

En un gran hotel, seor.

Cul?

Nos han ordenado decirles que tiene un gran vestbulo donde siempre hay mucha gente, y su nombre se refiere al pasado de este pas.

Slo hay uno as. El Mayflower. Conklin pronunci estas palabras vuelto hacia la solapa izquierda, a un micrfono que llevaba cosido en el ojal.

Usted lo ha dicho.

Bajo qu nombre est registrado?

Registrado?

Como en los bancos reservados. Slo que en este caso se trata de habitaciones. Por quin debemos preguntar?

Por nadie, seor. El secretario del taipan se les acercar en el vestbulo.

El mismo secretario que se dirigi a usted?

Cmo?

Quin los contrat para que nos siguieran?

No tenemos permiso para discutir estos asuntos y no lo haremos.

Ya est! grit Alexander Conklin. Varios reflectores iluminaron el camino desierto y revelaron que los dos sobresaltados ancianos eran orientales. Nueve agentes de la CIA avanzaron rpidamente hacia la luz desde todas las direcciones. Llevaban la mano bajo la chaqueta, pero como no pareca necesario utilizar las armas, stas permanecieron ocultas.

De pronto surgi la necesidad, pero ya era demasiado tarde. Dos rifles de gran potencia dispararon desde la oscuridad. Las balas se incrustaron en el cuello de los dos mensajeros orientales. Los hombres de la CIA se arrojaron al suelo mientras Conklin tomaba a Panov y lo arrastraba hacia abajo frente al banco. Los veteranos de combate que formaban la unidad de Langley, incluyendo al director Peter Holland, comenzaron a avanzar en zigzag hacia el lugar de donde procedan los disparos mientras apuntaban con sus armas. Momentos despus, un grito furioso quebr el silencio.

Maldita sea! aull Holland bajando su linterna entre los rboles. Han logrado su cometido!

Cmo lo sabe?

El csped. Las huellas de las pisadas. Esos canallas eran muy competentes. Se apostaron para realizar un disparo cada uno y se fueron. Mira las huellas. Han echado a correr. Olvdalo! Ya es intil. Si se hubieran detenido para volver a apostarse, nos habran estampado contra el edificio.

Un hombre de campaa coment Alex, mientras se levantaba apoyado en su bastn. Asustado y confundido, Panov se puso en pie con l. Entonces, con los ojos abiertos de par en par, corri hacia los dos orientales cados.

Dios mo, estn muertos grit arrodillado junto a los cuerpos y observando sus cuellos destrozados. Seor, el parque de atracciones! Sucedi lo mismo!

Un mensaje dijo Conklin con una mueca. Pon sal en la huella agreg enigmticamente.

A qu te refieres? pregunt el psiquiatra, volviendo la cabeza hacia el ex oficial de inteligencia.

No hemos sido lo suficientemente cuidadosos.

Alex! rugi Holland mientras se precipitaba hacia el banco. Te o, pero esto elimina el hotel dijo con agitacin. Ahora no puedes ir all. No te lo permitir.

Mierda. Esto elimina algo ms que el hotel. No se trata del Chacal! Es Hong Kong! Las apariencias no admitan dudas, pero mis instintos se equivocaron. Se equivocaron!

Por dnde quieres seguir? pregunt el director con suavidad.

No lo s respondi Conklin con quejosa voz. Me he equivocado. Debemos ponernos en contacto con nuestro hombre, por supuesto, y lo antes posible.

Yo habl con David, habl con l hace ms o menos una hora dijo Panov corrigindose de inmediato.

Has hablado con l? exclam Alex. Es tarde y estabas en casa. Cmo?

Ya conoces mi contestador automtico respondi el doctor. Si atendiera cada llamada despus de la medianoche, jams llegara al consultorio por la maana. As que lo dej sonar, y como estaba preparndome para salir a encontrarme contigo, lo o. Todo lo que dijo fue: Pngase en contacto conmigo. Cuando llegu al telfono, ya haba colgado, as que lo llam.

T lo llamaste? Desde t telfono?

Bueno, s respondi Panov en forma vacilante. l fue muy breve, muy cauteloso. Slo quera que supisemos lo que estaba ocurriendo, que M la llam su M partira con los nios a primera hora de la maana. Eso fue todo, colg de inmediato.

En este momento ya deben de tener el nombre y la direccin de su muchacho dijo Holland. Probablemente tambin el mensaje.

Una localizacin s; el mensaje, tal vez admiti Conklin rpida y suavemente. Una direccin no. Tampoco un nombre.

Por la maana tendrn...

Por la maana l estar camino de la Patagonia, si es necesario.

Dios mo, qu he hecho? exclam el psiquiatra.

Nada que no hubiese hecho cualquier otro en tu lugar respondi Alex. A las dos de la maana recibes un mensaje de alguien a quien quieres, alguien que tiene problemas, y lo llamas lo ms rpido posible. Ahora nosotros debemos ponernos en contacto con l a toda prisa. No se trata de Carlos, pero alguien con un gran poder de fuego contina al acecho y efecta jugadas que considerbamos imposibles.

Utiliza el telfono de mi coche propuso Holland. Lo pondr de tal modo que sea imposible rastrearlo.

Vamos! A marchas forzadas, Conklin coje por el parque hacia el vehculo de la agencia.

David, soy Alex.

Te has tomado tu tiempo, amigo. Ya bamos a salir. Si Jamie no hubiese tenido que ir al bao, ya estaramos en el coche.

A esta hora?

Mo no te lo ha dicho? En tu casa no me contestaba nadie, as que lo llam a l.

Mo est un poco conmocionado. Cuntamelo t. Qu est ocurriendo?

Este telfono es seguro? No saba si el de l lo era.

No hay otro que lo sea ms.

Voy a enviar a Marie y a los nios al sur... muy al sur. Ella est como loca, pero ya he alquilado un jet Rockwell en el aeropuerto Logan. Encontr el camino despejado gracias a los arreglos que hiciste cuatro aos atrs. Los ordenadores funcionaron y todo el mundo cooper. Despegarn a las seis en punto, antes de que amanezca. Los quiero lejos.

Y t, David? Qu hay de ti?

Francamente, pensaba ir a Washington para reunirme contigo. Si el Chacal me est buscando despus de todos estos aos, quiero participar de lo que se haga al respecto. Incluso es posible que os sea til. Llegar a medioda.

No, David. Hoy no. Vete con Marie y los nios. Sal del pas. Permanece con tu familia y con Johnny St. Jacques en la isla.

No puedo hacer eso, Alex. Y si estuvieras en mi lugar tampoco lo haras. Mi familia no ser libre, realmente libre, hasta que Carlos haya desaparecido de nuestras vidas.

No se trata de Carlos lo interrumpi Conklin.

Qu? Ayer me dijiste...

Olvida lo que te dije, me equivoqu. Esto viene de Hong Kong, de Macao.

Pero eso es absurdo, Alex! Hong Kong se acab. Macao se acab. Estn muertos y olvidados. No queda nadie que tenga algn motivo para venir en mi busca.

En alguna parte hay alguien. Un gran taipan, el mayor taipan de Hong Kong, segn nuestros informantes que acaban de morir.

No es posible. Todo el Kuomintang se derrumb como un castillo de naipes. No qued nadie!

Repito, en alguna parte hay alguien.

David Webb guard silencio unos instantes, entonces se oy la voz fra de Jason Bourne.

Dime todo lo que sepas, cada detalle. Ha ocurrido algo esta noche. Qu ha sido?

Muy bien, cada detalle acept Conklin.

El oficial de inteligencia retirado describi la vigilancia controlada dispuesta por la CIA. Le explic cmo l y Morris Panov haban detectado a los hombres que los seguan y cmo stos los haban abordado en el parque del Smithsoniano, les haban hablado de Macao, de Hong Kong y de un gran taipan.

Finalmente, Conklin describi el tiroteo que haba silenciado a los dos ancianos orientales.

Todo viene de Hong Kong, David. La referencia a Macao lo confirma. Fue el campamento de base del impostor.

De nuevo se hizo un silencio en la lnea y slo se oy la serena respiracin de Jason Bourne.

Te equivocas, Alex dijo con voz pensativa. Es el Chacal. Por la va de Hong Kong y Macao, pero sigue siendo el Chacal.

David, ahora eres t quien divaga. Carlos no tiene nada que ver con los taipan ni con Hong Kong ni con los mensajes de Macao. Esos ancianos eran chinos, no franceses, italianos o alemanes. Esto proviene de Asia, no de Europa.

l slo confa en los ancianos contino David Webb. Su voz se mantena baja e inexpresiva, la voz de Jason Bourne. Los ancianos de Pars, as los llamaban. Ellos eran su red, sus enlaces a travs de Europa. Quin sospecha de los viejos decrpitos, de los mendigos que apenas si pueden moverse? A quin se le ocurrira interrogarlos, y mucho menos someterlos a torturas? Incluso as guardaran silencio. Ellos pactaban lo suyo, an lo hacen, y se mueven con total impunidad. Para Carlos.

Al or la voz extraa y hueca de su amigo, por un momento el atemorizado Conklin observ el salpicadero sin saber qu responder.

David, no te comprendo. S que ests alterado, todos lo estamos, pero por favor, s ms claro.

Qu...? Oh, lo siento, Alex, estaba recordando. Carlos recorri Pars buscando ancianos que estaban agonizando o a los que ya no les quedaba mucho tiempo de vida, todos con antecedentes policiales y sin recursos econmicos. Por lo general olvidamos que estos ancianos tienen seres queridos e hijos, legtimos o no, por quienes se preocupan. A cambio de su cooperacin, el Chacal se comprometa a tomarlos bajo su custodia cuando el anciano muriera. Si estuviramos en su lugar, sin nada que dejar a nuestros familiares, quin de nosotros se negara?

Y le crean?

Tenan buenas razones para hacerlo y an las tienen. Desde el Mediterrneo hasta el Bltico, existen herederos que todos los meses reciben un cheque de una cuenta bancaria suiza. No hay forma de seguir el rastro de esos pagos, pero la gente que los recibe sabe quin los enva y por qu. Olvida tus archivos enterrados, Alex. Carlos ha estado hurgando por Hong Kong, y all os encontr a ti y a Mo.

Entonces hurgaremos un poco por nuestra cuenta. Nos infiltraremos en cada barrio oriental, en cada garito o restaurante chino, en cada ciudad en un radio de setenta kilmetros del Distrito de Columbia.

No hagas ningn movimiento hasta que yo llegue. No sabes lo que debes buscar, yo s. Es curioso. El Chacal ignora que an hay muchas cosas que no puedo recordar, pero da por sentado que he olvidado lo de los ancianos de Pars.

Tal vez no, David. Tal vez ya contaba con el hecho de que lo recordaras. Quiz toda esta charada sea un preludio para la verdadera trampa que te est preparando.

Entonces, ha cometido otro error.

Ah, s?

Yo valgo ms que eso. Jason Bourne vale ms que eso.

4

David Webb atraves la terminal del aeropuerto nacional y se dirigi hacia las puertas automticas para salir a la atestada plataforma. Despus de estudiar las seales se volvi hacia la zona de estacionamiento. Segn el plan, dirigirse al pasillo ms lejano de la derecha, girar a la izquierda y avanzar entre los vehculos aparcados hasta que descubriera un Pontiac LeMans 1986 color gris metalizado, con un crucifijo colgado del espejo retrovisor. Sentado al volante y con el cristal de la ventanilla bajado, habra un hombre con una gorra blanca. Webb deba acercarse a l y decir: El vuelo ha sido muy tranquilo. Si el hombre se quitaba la gorra y pona en marcha el motor, David subira al asiento trasero. No intercambiaran ninguna otra palabra.

As fue. Sin embargo, el conductor tom un micrfono oculto bajo el salpicadero y habl en voz baja pero clara.

La carga est a bordo. Por favor inicien vigilancia de vehculo rodante.

A David le pareci que aquellos procedimientos exticos rayaban en lo ridculo, pero considerando que Alex Conklin haba vuelto a ponerse en contacto con l en el aeropuerto Logan utilizando el telfono privado del director Peter Holland, se supona que los dos hombres saban lo que se llevaban entre manos. Por la mente de Webb cruz la idea de que esto se relacionara con la llamada que Mo Panov le haba hecho nueve horas atrs. Su intuicin se confirm cuando Holland en persona se puso al telfono para insistir en que condujese hasta Hartford y tomase un vuelo comercial hacia Washington, tras lo cual aadi enigmticamente que no quera ms comunicaciones telefnicas ni aviones involucrados, ya fuesen privados o estatales.

Sin embargo, este vehculo del gobierno no perdi tiempo para salir del aeropuerto nacional. En cuestin de minutos viajaban a travs de la campia y poco despus se hallaban en los suburbios de Virginia. Se detuvieron frente a las rejas de un lujoso complejo de apartamentos con jardines en cuyo letrero anunciador se lea Villa Vienna, el mismo nombre del municipio donde se hallaba ubicado. El guardia reconoci al conductor y agit una mano mientras se alzaba la pesada barrera que obstrua la entrada. Entonces el chfer abord directamente a Webb.

Este recinto tiene cinco sectores separados, seor. Cuatro de ellos son apartamentos con propietarios corrientes, pero el quinto, el ms alejado de la entrada, pertenece a la agencia y cuenta con su propio sistema de seguridad. Estar muy bien all, seor.

No me senta particularmente mal.

Ni se sentir mal. Se encuentra bajo la supervisin del director de la Central de Inteligencia, y su bienestar es importante para l.

Me alegra saberlo, pero cmo lo sabe usted?

Formo parte del equipo, seor.

En ese caso, cmo se llama?

El conductor guard silencio por un momento y cuando respondi David tuvo la inquietante sensacin de que retroceda en el tiempo.

No tenemos nombres, seor. Ni usted ni yo.

Medusa.

Ya comprendo dijo Webb.

Llegamos. El conductor introdujo el vehculo por una calzada circular y se detuvo frente a una residencia de dos pisos estilo colonial. Aquellas columnas blancas acanaladas podran estar talladas en mrmol de Carrara. Disclpeme, seor, acabo de darme cuenta. No lleva equipaje.

Es verdad, no he trado nada dijo David mientras abra la puerta.

Qu te parece mi alojamiento provisional? pregunt Alex, sealando el elegante apartamento amueblado.

Demasiado limpio y ordenado para un viejo soltern y avinagrado respondi David. Y desde cundo te has aficionado a las cortinas floreadas, con margaritas amarillas y rosadas?

Aguarda a que veas el empapelado de mi dormitorio. Tiene capullos de rosas.

No creo que me interese.

Tu habitacin tiene jacintos. Por supuesto, yo no reconocera un jacinto aunque me saltara encima, pero eso fue lo que dijo la criada.

La criada?

Ronda los cincuenta, es negra y su fsico parece el de un luchador. Lleva dos pistolas de aire comprimido bajo la falda y, segn los rumores, tambin oculta varias navajas.

Vaya una.

Es una especie de patrullero. No permite entrar una pastilla de jabn o un rollo de papel higinico que no provenga de Langley. Ya sabes, recibe un excelente salario y algunos de estos payasos le dejan propinas.

No necesitan camareros?

Eso sera gracioso. Nuestro intelectual Webb, el camarero.

Jason Bourne lo fue.

Conklin se detuvo un momento y luego habl con seriedad.

Vayamos a l dijo, cojeando hacia un silln. Dicho sea de paso, has tenido un da muy duro y ni siquiera es medioda, as que si quieres un trago hay un bar completo detrs de esas persianas rojizas junto a la ventana. No me mires de ese modo, nuestra Brunilda negra afirm que eran rojizas.

Webb mir a su amigo y se ech a rer con una carcajada tenue y sincera.

No te molesta en lo ms mnimo, verdad, Alex?

Diablos, no, ya lo sabes. Alguna vez has escondido las bebidas cuando os visitaba a ti y a Marie?

Nunca hubo ninguna tensin...

La tensin no viene al caso lo interrumpi Conklin. Tom una decisin porque no me quedaba otra alternativa. Srvete un trago, David. Tenemos que hablar y quiero que ests tranquilo. Cuando te miro a los ojos veo fuego en ellos.

Una vez me dijiste que siempre se vea en los ojos dijo Webb mientras abra las persianas rojizas y tomaba una botella. As que todava lo notas?

Te dije que se vea detrs de los ojos. Nunca aceptes lo que se encuentra en la superficie... Cmo se encuentran Marie y los nios? Supongo que habrn partido bien.

Revis el plan de vuelo hasta la saciedad con el piloto. Comprend que estaran bien cuando finalmente me dijo que saliera de la cabina o tomase yo mismo los mandos del avin. Webb se sirvi un trago y regres al silln frente al agente retirado. Dnde estamos, Alex? pregunt mientras se sentaba.

En el mismo punto que anoche. Nada se ha movido y nada ha cambiado, salvo por el hecho de que Mo se niega a abandonar a sus pacientes. Esta maana lo recogieron en su apartamento, que ahora es tan seguro como el fuerte Knox, y lo condujeron a su consultorio bajo proteccin. Esta tarde lo traern aqu despus de cambiar cuatro veces de vehculo, siempre en aparcamientos subterrneos.

Por lo visto ahora se trata abiertamente de proteccin. Ya nadie se oculta?

Sera intil. Levantamos la liebre en el Smithsoniano y nuestros hombres quedaron en evidencia.

Por eso podra funcionar, verdad? Lo inesperado. Sustitutos en una unidad protegida con instrucciones de cometer errores.

Lo inesperado funciona, David, las estupideces, no. Conklin sacudi la cabeza rpidamente. Retiro lo dicho. Bourne poda hacerlo, pero no un destacamento oficial de vigilancia. Existen demasiadas complicaciones.

No comprendo.

Por eficaces que sean esos hombres, su principal preocupacin reside en custodiar vidas, tal vez en salvarlas; tambin deben coordinarse entre ellos y redactar informes. Son profesionales, no asesinos a sueldo que terminan con un cuchillo en el cuello si cometen un error.

Eso suena muy melodramtico coment Webb, mientras beba apoyado contra el respaldo del silln. Creo que yo operaba de ese modo, verdad?

Se trataba ms de una imagen que de la realidad, pero era autntico para la gente que frecuentabas.

Entonces volver a encontrar a esas personas, me relacionar con ellas otra vez. David Webb se adelant bruscamente, apretando la copa con ambas manos. Me est obligando a salir, Alex! El Chacal quiere ver mis cartas y yo debo enserselas.

Oh, cllate mascull Conklin, irritado. Ahora eres t el melodramtico. Hablas como en una mala pelcula de vaqueros. Si te muestras, Marie acabar viuda y los nios hurfanos. sa es la realidad, David.

Te equivocas. Webb sacudi la cabeza sin apartar la vista de su copa. l me est buscando, as que debo ir a por l. Trata de hacerme salir, as que debo lograr que l se descubra primero. Es la nica forma posible, la nica solucin para que desaparezca de nuestras vidas. En ltima instancia se trata de Carlos contra Bourne. Nos encontramos en el mismo punto que trece aos atrs. Alpha, Bravo, Can, Delta... Can es por Carlos y Delta es por Can.

se era un absurdo cdigo de Pars hace trece aos! lo interrumpi Alex con dureza. El Delta de Medusa y su maravilloso desafo al Chacal. Pero ahora no estamos en Pars, y ya han pasado trece aos!

Y dentro de cinco habrn pasado dieciocho; al cabo de cinco ms, veintitrs. Qu diablos quieres que haga? Vivir con el fantasma de ese hijo de puta sobre mi familia? Aterrorizarme cada vez que mi esposa o mis hijos abandonan la casa? Vivir atemorizado el resto de mis das...? No, cllate t, hombre de campaa! No eres tan estpido. Los analistas pueden idear una docena de estrategias y es posible que en seis de ellas encontremos cosas que puedan sernos de utilidad, pero cuando se trata de revolcarse en el fango, el asunto queda entre el Chacal y yo... Y yo cuento con una ventaja. Ests de mi parte.

Conklin trag saliva mientras parpadeaba.

Eso es muy halagador, David, quiz demasiado. Me siento mejor en mi propio elemento, a varios miles de kilmetros de Washington. Aqu siempre estoy un poco incmodo.

No era as cuando me enviaste en ese avin a Hong Kong hace cinco aos. Para entonces ya habas logrado desentraar la mitad de la ecuacin.

Eso fue ms sencillo. Era una operacin D.C. que ola a podrido, tan podrido que ofenda a mis fosas nasales. Esto es diferente; se trata de Carlos.

sa es la clave, Alex. Es Carlos, no una voz desconocida en el telfono. Estamos tratando con alguien conocido, alguien predecible...

Predecible? lo interrumpi Conklin con el ceo fruncido. Eso tambin es una locura. En qu sentido?

l es el cazador. Seguir una pista.

Primero las examinar con una nariz muy experta y luego colocar los indicios bajo un microscopio.

Entonces tendremos que descubrir parte de nuestro juego, verdad?

Prefiero ir a lo seguro. Qu tienes en mente? En el evangelio segn san Alex est escrito que para poner una trampa hay que utilizar gran parte de la verdad, aunque resulte peligroso. Ese versculo referido a los indicios bajo un microscopio. Creo que acabo de citarlo. Cmo se aplicara aqu?

Medusa respondi Webb con suavidad. Quiero utilizar a Medusa.

Has perdido la razn respondi Conklin, tan quedo como David. Ese nombre est tan prohibido como t... para ser sinceros, mucho ms.

Circulaban rumores, Alex. Historias que corrieron por todo el sudeste de Asia, desde el mar de China hasta Kowloon y Hong Kong. Se deca que aquellos canallas se haban ganado su paga. Medusa no era exactamente el espritu maligno y secreto que al parecer t consideras.

Rumores e historias, por supuesto lo interrumpi el oficial de inteligencia retirado. Quin de entre esos animales no coloc un arma en la sien de una docena, dos docenas o dos centenares de infelices durante sus excursiones? Los pelotones de la muerte originales estaban compuestos por un noventa por ciento de asesinos y ladrones. Peter Holland afirma que cuando era un SEAL, en las operaciones del norte, no conoci a un miembro de aquella cuadrilla a quien no quisiera matar.

Y sin ellos, en lugar de cincuenta y ocho mil bajas bien podamos haber superado las sesenta mil. Debes ser justo con esos animales, Alex. Conocen cada centmetro del territorio, cada metro cuadrado de la jungla. Enviaron... enviamos ms informacin til que todas las unidades de Saign juntas.

David, me gustara que comprendieras que jams podr establecerse una conexin entre Medusa y el gobierno de Estados Unidos. Nunca hubo ningn registro de la relacin, mucho menos un reconocimiento; el nombre mismo se encubri al mximo. No existen reglamentos que limiten los crmenes de guerra, y oficialmente Medusa deba ser una organizacin privada, un grupo de inadaptados violentos que deseaban volver a ver al corrupto sudeste de Asia tal como siempre haba sido. Si alguna vez llegaba a descubrirse que detrs de Medusa se ocultaba Washington, la reputacin de varias personas importantes de la Casa Blanca y el Departamento de Estado quedara arruinada. Ahora son agentes del poder mundial, pero veinte aos atrs era funcionarios jvenes y fanticos del Comando Saign... Podemos hacer la vista gorda con las tcticas poco ortodoxas en tiempos de guerra, pero no admitiremos la complicidad en la matanza de civiles o en la malversacin de fondos que ascienden a millones cuando, sin saberlo, son los contribuyentes quienes financian estas operaciones con los impuestos. Es como esos archivos secretos que detallan cmo muchos de nuestros influyentes economistas apoyaron a los nazis. Queremos que algunas cosas no salgan jams a la luz, y Medusa es una de ellas.

Webb se apoy de nu