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N° 64 Edición Digital AGOSTO 2014

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Publicación de agosto 2014: * Ciudad Global * Corporaciones * Los anarco-bolcheviques rioplatenses (1917 - 1930) * Carpintero, librero y editor * Salvador Gurucharri * Mijail Bakunin * El Estado: perspectiva general * Monsanto

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N° 64 Edición Digital AGOSTO 2014

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En su trabajo titulado “Los límitesde la ciudad” (1974), Murray Book-chin desarrolla su crítica a la urbecomo “ente aglutinador” y su rela-ción con el proyecto capitalista deplanificación social. En este libro,poco conocido en la actualidad, elautor busca, a lo largo de su reco-rrido argumental, dar una idea aca-bada de cómo se piensa a laciudad desde la planificación capi-talista, contraponiéndole sus ideasde descentralización y organiza-ción no jerárquica.

Básicamente sus tesis se centranen las ideas de que “importa pocosi la ciudad es fea, si degrada asus habitantes, si resulta estética,espiritual o físicamente tolerable.Lo que cuenta es que la operacio-nes económicas se desarrollen enuna escala y con una eficacia ca-paces de satisfacer el único criterioburgués de supervivencia: el creci-miento económico”. Otra idea querecorre el libro es el concepto mé-dico de elefantiasis , que para Bo-okchin, es una cualidad que bienpuede definir a la ciudad modernay capitalista ya que « (las ciuda-des) se están desintegrando desdetodos los puntos de vista: adminis-trativo, institucional y logístico;cada vez pueden menos asegurarlos servicios mínimamente necesa-rios para la habitabilidad, la segu-ridad, el transporte de mercancíasy personas...» «Casi todos los pro-blemas cívicos se resuelven, no através de una acción que tenga encuenta sus raíces sociales, sinopor intervención legislativa que re-duce ulteriormente los derechosdel ciudadano como ser autónomo,y aumenta el poder de las fuerzasque operan por encima del indivi-duo». Hasta terminar argumen-tando de que “la expansión sinlímite es un límite en sí misma, unproceso auto-devorador en el queel contenido es sacrificado a laforma y la realidad a la apariencia”.

Esta argumentación esgrimidapor el autor hace ya más de 30años no sólo continúa vigente, sinoque se ha agudizado en los últimosaños ya que a esa idea de “funcio-nalidad” que la ciudad tiene para el

proyecto capitalista hay que agre-garle la variable especulativa/finan-ciera de la tierra como “bien decambio” y acumulador de riqueza.¿En que consiste esta variable es-peculativa? Básicamente en la so-cialización de los costos einversiones públicas y en las priva-tizaciones de los beneficios y lasganancias. Los costos y riesgosson de todos, los beneficios y lasganancias de unos pocos.En Argentina, desde mediados de2003, la actividad e inversión inmo-biliaria mantiene una línea ascen-dente sostenida, polarizando aúnmás la brecha entre el sector dedi-cado a la construcción (inversores,inmobiliarias, empresarios, etc) y elgrueso de la población que cadavez más se encuentra al margende la posibilidad del “techo propio”,más allá de los planes crediticios alestilo ProCreAr con que el kirchne-rismo pretende maquillar la crisishabitacional que desde hace másde una década se viene agudi-zando.

Mientras muchos sectores de laeconomía se encuentran en francoretroceso, la inversión en construc-ción parece romper la norma ymantiene un avance en relación aotros sectores económicos, perocon una característica esencial:una tendencia cada vez más mani-fiesta de especulación urbana. O

sea, que la tierra, desde la lógicacapitalista, adquiere una cualidadinherente al funcionamiento del ca-pital basado en entenderla comoun “bien de cambio”, una mercan-cía, sólo accesible a un selectosector de la población. Por ejem-plo, la especulación puede enten-derse como tal si tenemos encuenta que el precio del suelo conrespecto a junio de 2004 aumentoun 270 por ciento. En los partidosde la zona Oeste, la tierra se valo-rizó un 235 por ciento; la zona Sur,un 360,3 por ciento; y la zonaNorte, un 78,8 por ciento. En laCiudad de Buenos Aires, los pre-cios subieron desde 2004 un 271por ciento, y sólo en el último año,un 34,5 por ciento.

La tierra al convertirse en mer-cancía adquiere un valor, arbitrario,por supuesto, impuesto por lasleyes del mercado, quienes son re-almente las que moldean la reali-dad económica, y no la falacia dela ley de “oferta y demanda” capi-talista. Se origina, inevitablemente,y como consecuencia del valor ar-bitrario de la tierra, un fenómenode especulación con el precio yaque los que “ofertan” y compran losterrenos esperan que se valoricenantes de venderlos. El fin es unosólo; comprar la tierra y esperar aque los precios suban para ofertar-los en el mercado.

CIUDAD GLOBAL

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El Estado, como es de esperar, noes un actor ajeno a esta situación,porque es él quien con sus “políti-cas de inclusión social”, según loseslóganes marketineros a los quenos acostumbran, invierte en ser-vicios públicos básicos, transpor-tes, caminos urbanizados,escuelas, hospitales y créditos“blandos” para la inversión en laconstrucción.

Sin la necesidad de ser eruditosen economía es fácil constatar queel alza del valor de la tierra reper-cute necesariamente no sólo en elaumento de los precios de las pro-piedades, sino también, en los al-quileres. Pero no termina ahí yaque ese aumento de los alquileresorigina también, en aquellos conposibilidades de ahorro, que susmárgenes se acoten haciendo casiimposible que sea una opción realla planificación futura en la comprade una casa. Según Andrea Cate-nazzi, arquitecta especialista enplanificación, “El precio del suelodesplaza a los sectores popularesy a la vivienda social a zonas cadavez más alejadas. La ciudad –en-tendida como un lugar con trans-

porte e infraestructura adecuados,actividad cultural, escuelas, hospi-tales, entre otros servicios expresala posibilidad de acceder a oportu-nidades de trabajo, a equipamien-tos de educación, salud yesparcimiento más especializados;a un conjunto de atributos comple-jos e indivisibles que no puedenadquirirse como mercancías, aun-que se reflejan en el precio de laspropiedades residenciales urba-nas”.

Otros datos por demás elocuen-tes que ejemplifican esta realidadurbana sostienen que, desde la cri-sis política y económica de 2001,más del 60% de los habitantes quepor diferentes causas se instalaronpermanentemente en la zona me-tropolitana de Buenos Aires lo hi-cieron en asentamientosinformales, muchos de ellos a par-tir de la ocupación de la tierra. Loparadójico de esta situación, aun-que en realidad nada es incohe-rente desde la lógica del capital, essu contrapartida ya que según es-pecialistas en urbanismo “la Ciu-dad de Buenos Aires tiene 88 milfamilias que tienen necesidades

de una vivienda social, 150 mil queviven en villas de emergencia, 220mil en casas tomadas, 60 mil en in-quilinatos, 60 mil en hoteles, y 120mil que se hacinan, viviendo fami-lias enteras alquilando una habita-ción de una casa. Por otro ladohay otros 600 mil habitantes declase media y de clase media bajaque no son propietarios. En total,se estima en 1.200.000 las perso-nas que necesitan vivienda, yaque 4 de cada 10 vecinos no tie-nen vivienda propia.”

La lógica especulativa no sólo semanifiesta en el precio de la tierray los alquileres, sino también en lafisonomía de las ciudades y laforma, o mejor dicho la “no forma”en que éstas expanden sus límites(lo que Bookchin denomina comoelefantiasis). La pérdida de identi-dad arquitectónica guarda una re-lación directa con la especulacióncapitalista y la progresiva demoli-ción de la arquitectura histórica enla zona urbana de la ciudad deBuenos Aires es un reflejo de ello.

Gastón

CORPORACIONESEn la década de 1960, el sociólogo canadiense

Marshall McLuhan definió que el mundo contem-poráneo del cual era parte se había transformadoen “una aldea global con las fronteras borrosas”.Básicamente lo había pensado teniendo en cuentael desarrollo tecnológico aplicado a la comunica-ción y sus implicancias sociales. McLuhan argu-menta que “ver y oír permanentemente personas yhechos -como si se estuviera en el momento ylugar donde ocurren- revive las condiciones de vidade una pequeña aldea: percibimos como cotidianoshechos y personas que tal vez sean muy distantesen el espacio o incluso el tiempo, y olvidamos queesa información es parcial y fue elegida entre unainfinidad de contenidos.”

Haciendo una analogía con esta imagen delmundo como una aldea global, bien podemos en-tender el desarrollo capitalista de estas últimas dé-cadas y ver, extrapolando la idea del sociólogocanadiense, como el mundo se ha transformado enuna aldea (capitalista) global donde poco importael determinante geográfico en el objetivo esencialdel capitalismo, el cual no es otro que la acumula-ción de riqueza.

Según un trabajo llevado adelante por StefaniaVitali, James Glattfelder y Stefano Battiston para laUniversidad de Zurich, se llegó a la conclusión deque 660 individuos y 147 corporaciones transna-cionales, principalmente financieras y minero-ex-tractivas, controlan y definen la economía global.Los autores de esta tesis, la cual fue publicada enla revista científica Plosone.org en 2011, aunquesin ninguna resonancia en los medios de informa-ción masivos ni en los de divulgación científica,sostienen que “El pequeño grupo está estrecha-mente interconectado a través de las juntas direc-tivas corporativas y constituye una red de poderglobal.” (… ) “Encontramos que las corporacionestransnacionales forman una gigantesca estructuracomo corbata de lazo y que una gran parte de losflujos de control conducen a un pequeño núcleomuy unido de instituciones financieras. Este núcleopuede ser visto como un bien económico, una“súper-entidad” que plantea nuevas cuestiones im-portantes, tanto para los investigadores y respon-sables políticos”.

Milo Ristori

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LOS ANARCO-BOLCHEVIQUESRIOPLATENSES (1917-1930)de Andreas L. Doeswijk / CeDinCi editores.

A fines de 2013 se publicó este in-teresante libro que es un aportemás para comprender la influenciaque tuvo la Revolución Rusa enesta región durante sus primerosaños. Algo que se manifestó concaracterísticas bien distintas tantoen Alemania como en Italia o enEspaña por poner sólo algunosejemplos. El autor felizmente no re-corta como episodios aislados lu-chas como la de la semana trágicade 1919 o las huelgas patagónicasque culminan con miles de fusila-mientos, sino que enlaza todo eseperíodo de mayor agitación hasta eldecaimiento general en los años20, analizando las luchas en la quelos protagonistas de este trabajo tu-vieron un papel destacado. Paraver por donde va el libro de Does-wijk dejemos que el autor se ex-prese en sus propias palabras:«Contra lo que se presume, casitodos los anarquistas rioplatensesapoyaron, aunque de diferentesformas, la Revolución Rusa, hastaaproximadamente mayo de 1919,cuando los periodistas y literatosRodolfo González Pacheco, Teo-doro Antillí, el poeta platense Fer-nando del Intento y José “Tato”Lorenzo, del Uruguay, condenaronenérgicamente al maximalismopartidario de la dictadura del prole-tariado y de “imposiciones” en ge-neral. La Protesta y la FORA del VCongreso sólo expulsarán a losanarco-bolcheviques de su seno enagosto de 1921.A los que después continuarán de-fendiendo posiciones pro-soviéti-cas se los llamaráanarco-dictadores y, a partir de1922, anarco-bolcheviques. Muypocos de entre ellos entrarán al fla-mante Partido Socialista Internacio-nal o a los partidos comunistas dela Argentina y del Uruguay. Desdediciembre de 1919 a mayo de1921, los anarco-dictadores estu-vieron en la dirección de la FORAanarquista, desde donde intentaronuna fusión con la FORA sindica-lista. Luego, entre 1922 y 1930, for-marán parte de la dirección de laUnión Sindical Argentina (USA).»

Doeswijk en su trabajo cuestionalas interpretaciones u omisiones delos historiadores de las más diver-sas tendencias como Suriano,Rock, Bilsky, Del Campo, Bayer,etc. Y define su trabajo como lacarta sin la cual el mazo no estaríacompleto, ya que foristas; anarco-expropiadores; sindicalistas; socia-listas y comunistas tienen a “losSantillán, Marotta, Oddone e Is-caro” que “escribieron sus respec-tivas historias-hagiografías”. Y yaque de “santos” hablamos, uno queno es de la devoción de Doeswijkjustamente es Abad de Santillán.En realidad, lo que refleja este libroes parte de un fenómeno esperable

en este tipo de autores que tienena La Protesta y a la FORA del VCongreso clavadas como una gi-gante espina que los atraviesa y enalgún momento necesitan descar-gar sus iras, exorcizando así susdemonios ateos. El libro enteroestá sazonado con dosis de palospara Apolinario Barrera, LópezArango y Santillán, aunque de re-bote también la liga Max Nettlau. Elhistoriador arrancó tranquilo, hastaque en la página 20 se le gira la ca-beza con la polémica desatadacuando Barrera acepta dinero y afi-ches de una marca de cerveza du-rante un boicot a otra marca de lacompetencia, algo que fue des-

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aprobado por los compañeros. Allíafirma que los tres son «el grupoque se apoderó de La Protesta de1919 a 1930(…) Mantener el diarioanarquista se constituyó, así, en unfin en sí mismo y, a partir de la in-fraestructura económica del “únicodiario anarquista del mundo”, seconsolidó la historia oficial del anar-quismo argentino». En la nota alpié de esa misma página lanza ca-lificativos contundentes como: “SanAbad de Santillán”, y eso comopara arrancar. Ya sumergidos en lapágina 110 Arango y Santillán sonlos sectarios de los sectarios; mejorlo cito para no confundir: «Conside-ramos sectaria toda su obra histo-riográfica sobre el anarquismo delRío de la Plata, más allá del “sec-tarismo natural” de cronista quehace la hagiografía de su movi-miento: sólo él y su grupo son losdepositarios de la verdad anar-quista. Es una pena que hasta elpropio Max Nettlau haya aceptadoplenamente la tergiversación histo-riográfica construida por Santillán.» Y por esos carriles sigue la historia.Una vez superado ese filtro debosta que acabo de mencionar sepuede seguir leyendo el libro, querepito, es interesante. Quisiera destacar cosas como elIntermezzo: El mundo del trabajoen las utopías escritas que tomalos escritos de William Morris y Pie-rre Quiroule (“la piedra que rueda”).En ellos se analizan sus visionesdel futuro utópico y como se reali-zaría esa transición hacia la socie-dad igualitaria.En el libro también hay bastantepara analizar las evoluciones de losmilitantes anarquistas de la Argen-tina y el telón de fondo de los pro-blemas por los que atravesaba elmovimiento. Al margen de eso tam-bién hay cuestiones que parecenexcelente material para alguna no-vela: delegados sindicalistas conviajes pagados por su organizaciónque en vez de ir a Rusia, se van alcampo de su familia en Portugal arealizar trabajos en la vendimia yescriben algún artículo sobre elagro portugués; o las fotos de her-mosas muchachas que muestranlas piernas relacionadas con las es-pías frente al hotel en Moscú dondeestán alojados los representantes

obreros de los diferentes países. Lomismo que las transformaciones delos que llegaban a Rusia.Un ejemplo de las cuestiones delmovimiento tiene que ver con el ori-gen de Bandera Roja, que sería eltercer intento de diario anarquistaen Argentina, luego de La Protestay La Batalla. Como muestra va estefragmento:

«En el primer capítulo nos referi-mos al hecho de que, en 1918, losrebelionistas de Rosario, habían in-tentado promover una FederaciónAnarquista, iniciativa que por eseentonces no tuvo mayor éxito,sobre todo porque ni La Protesta nilos futuros antorchistas la acepta-ron. En ese mismo año, La Rebe-lión estableció contactos con losnotables del anarquismo para fun-dar un diario con un Programa parala Revolución. Como las informa-ciones sobre este proyecto son es-casas, transcribimos una página,algo extensa, de La Obra de di-ciembre de ese año, que revela va-rios aspectos de la trama y de losentretelones de distintos proyectossociales que circulaban en esaépoca. El artículo comenta el pro-ceso de negociaciones que durantemeses tuvo lugar para crear un dia-rio específico. Se lee en la publica-ción de Pacheco y Antillí:

«Algunos decían: ahora La Obradebe fusionarse con La Protesta.Otros decían igualmente: debe fu-sionarse con La Rebelión (…). Loscompañeros de La Rebelión convo-caron una asamblea de “notables”.Ante ella expusimos nuestro con-cepto de mayoría, explayamos undiario de la mañana con influenciacompleta en América del Sur, elcual obligaría a plegarse a La Pro-testa también. Con título dirigidoderecho: La Revolución Social yeste significado en la cabecera pordos letras enormes “R” y “S”. Desubtítulo tendría Órgano de la Ma-yoría. Pareció ser aceptado. A lasegunda reunión encontramos todocambiado, que flotaba en el aire ladesconfianza y esa desconfianzaera por nosotros (…). Se habla deun programa. ¿Qué programa? ¿Eldel diario? ¡No, el de la Revolución!El grupo quería aprobar este Pro-

grama y que fuera hecho tambiénpor una comisión. ¡Socialista! ¡So-cialista! Sostenemos que no debehaber otro Programa que el de laRevolución Social… Lo curioso esque los reductores, por lo menosdel nombre del comunismo anár-quico, son los mismos iniciadoresde la Federación Anarquista. Elnombre del diario también fue cam-biado después: Bandera Roja.Nuestros notables se conformancon un banderín. Pues bien, el co-munismo anárquico es un bande-rón.» (La Obra, 21/12/1918:“Mayoría”.

A diferencia de otros trabajos quedan cuenta de las organizacionesespecíficas anarquistas resultagrato que en este no se excluya elprimer congreso anarquista regio-nal de 1922, justamente el mismoque excluyó a los anarco-bolchevi-ques y rechazó la organizaciónanarquista. Consecuencia de estofue la fundación de la Alianza Liber-taria Argentina (ALA) en 1923 queel autor señala como precursora dela Federación Anarquista Ibérica(FAI) y también antecesora de laFACA-FLA a las que señala como“cenáculos de libertarios de estu-dio, debate y encuentros fraterna-les”. Doeswijk olvidó mencionar a laFederación Libertaria fundada el 23de diciembre de 1898, incluida enla bibliografía de Santillán que estáen la obra. Tal vez porque sólo setrató de la unión de 6 grupos, aun-que la ALA antes de dividirse endos, a poco de fundarse, reuníaalgo más de 300 militantes.En fin, hay muchas cosas intere-santes más en Los anarco-bolche-viques rioplatenses que sólo sepueden ver con su lectura, yo sóloseñalo algunas cosas, pero dejoafuera otras tanto o más importan-tes. El trabajo de Andreas L. Does-wijk no es para matar el tiempo enel subte entre Callao y la nada, sinopara discutirlo, pensarlo, y pele-arlo… Anarco-Bolcheviques… ese“infeliz oxímoron”; “Los fantasmassiempre reaparecen”; “Fin deltiempo utópico. Memoria y Olvido”.

M.S.C.

CONTACTOS:www.periodicolibertad.com.arperiodico_libertad@yahoo.com.arPeriodico Libertad (Facebook)

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CARPINTERO, LIBRERO Y EDITOR

En la noche del este 22 de juliopasado murió Carlos Torres. Nofue algo inesperado, venía pele-ando por la vida hace más de 24años y en los últimos tiempos yadaba signos de cansancio. Perono por esperable ha sido menosdoloroso.

Carlos nació en Barcelona, supadre, que perteneció a la CNT,murió cuando él era muy chico, sumadre fue de las Juventudes Li-bertarias. Su infancia transcurrióen una Ibiza de pescadores y la-bradores pobres, muy distinta delo que es ahora.

Paradójicamente, su primer con-tacto concreto con las ideas anar-quistas fue en la Argentina, de lamano de un maestro carpinteroque le transmitió el oficio. Llorócuando, siendo un adolescente,leyó La Conquista del Pan yquedó marcado para siempre (lasolución a los males de la huma-nidad estaba al alcance de lamano y era tan sencilla...)

Desde entonces participó acti-vamente en la vida social del Mo-vimiento, y conoció a Alba, quiensería su compañera de siempre,en las reuniones fraternales y pic-nics que se realizaban en con-junto con la Federación LibertariaArgentina.

Su lugar de militancia fue la Bi-blioteca Popular José Ingenieros.

Los muebles que se hicieron parala nueva sede de calle Ramírezde Velasco y que hasta hace muypoco se conservaban, fueronconstruidos por él y por otro car-pintero inolvidable, Vicente Fran-comano. En esos años formóparte del Grupo Editor de La Pro-testa junto con los hermanosOscar y César Milstein, Colombo,Naso, Delmastro, Solomonoff , loshermanos Roque y Vicente Fran-comano, Gabriel Prieto, AntonioLópez y otros conocidos compa-ñeros. La solidaridad no era paraél una mera palabra. Sin sernaval, casi recién llegado al paísapoyó activamente la larguísimahuelga de la FOCN. Sin ser plo-mero y desde su empleo comocarpintero de obra, participó de lalarga lucha que éstos sostuvieronejerciendo una de las armas tradi-cionales del movimiento obrerorevolucionario: el sabotaje.

En los años de la dictadura pro-cesista eligió trasladarse con todasu familia a España donde trabajóen diferentes actividades y final-mente ejerció la que elegiría parael resto de su vida, la de librero.

Cuando luego de Malvinas vol-vió a la Argentina, siguió con esaactividad e integró el Grupo Editorde La Protesta de esos años. Enla “primavera democrática” formóparte, con otros compañeros en-

trañables, del Grupo Editor de larevista Utopía.

A finales de los ochenta, le diag-nosticaron el mal que lo persegui-ría incansable de ahí en más. Unamiocardiopatía dilatada que haríahonor físicamente a lo que yatodos sabíamos: que tenía ungran corazón, un corazón enorme.

Los facultativos le daban unaexpectativa de vida que iba desde2 o, a lo más 5 años. Pero la peleó¡y cómo! Tenía un apetito vorazpor la vida. Era verdaderamenteinsaciable, sólo lo torturaba suagotamiento crónico ya que, pesea ser un incansable lector y aca-bado autodidacta, amaba más eltrabajo físico que el intelectual.Nunca pudo resignarse a la laborde escritorio, de sillón, de compu-tadora. Entre otras cosas cons-truyó con sus propias manos lascasas en las que vivió, miles demetros de estanterías y el mobilia-rio de los numerosos locales de li-brería por los que pasó.

A principios de los noventa tuvi-mos la satisfacción de publicar losdos primeros títulos anarquistas, -Dios y el Estado y El anarquismo-en la primitiva editorial Altamira,luego vendrían otros en colabora-ción con los compañeros urugua-yos de Nordan.

Su trabajo como editor desdeentonces creció, con la ayuda desus hijos, hasta hacer de Terramarlo que es hoy, una editorial de en-vergadura y con cuidados títulos.

El compartido anhelo de mu-chos años finalmente fructificó, aprincipios de los 2000, en lo quesería la colección Utopía Liberta-ria. Desde entonces fue una desus principales columnas de sos-tén, ideológica y económica-mente.

Todos los que tuvieron la suertede conocerlo guardarán de él unrecuerdo imborrable. Los que losconocimos más íntimamente, suscompañeros y amigos podemosasegurar que, en mayor o menorgrado, su amistad nos cambió de-finitivamente la vida.

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Parte del grupo editor de la revista Utopía en los años 80. De izquierda a derecha: Raúl Torres, Christian Ferrer, Carlos Torres,Carlos Gioiosa (Cutral), Juan Carlos Pujalte.

Periódico ¡Libertad!

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El compañero Salvador Gurucharrinos ha dejado…

Salvador Gurucharri falleció en Girona el pasado mes de mayo, y parece que tenía que ser así nomás:justo un martes trece, según cuentan. Y pensar que a más de uno se nos venía cruzando en el caminoalgún que otro gato negro que nos miraba fiero, pero ¿cómo sospechar en ese momento? Si hasta haytestimonios fehacientes de gente que vio alguna que otra bruja cruzar el aire con su escoba, izando unabandera negra o resistiendo un desalojo por estos lugares tan lejanos, burlando un poco el tiempo y elespacio de la anarquía…

Nacido en 1936 en Barcelona -durante un bombardeo de la aviación italiana, según cuenta un amigosuyo- a los 10 años marcha al exilio junto a su familia. En Londres se reúne con su padre que, antes dela guerra, formó parte de varios Comités de huelga en conflictos con la empresa de transportes públicosde Barcelona y junto con otro conductor de tranvías se sospechaba que formaban parte de un grupoque asaltaba empresas. En 1956, Salvador Gurucharri ingresa en la CNT y la FIJL (Federación Ibéricade Juventudes Libertarias), en 1960 es elegido secretario de la Federación juvenil y participa en el Con-greso de Limoges que reunifica la CNT escindida desde 1945. Forma parte de la Comisión de Defensa.Es detenido y asignado a vigilancia en 1963 en París. En el año 1965 se va a Bruselas para constituirla Delegación Exterior de la FIJL. También contribuye con sus aportes a la edición de libros a través delgrupo editor La Hormiga que en 1971 publica Enseñanzas de la Revolución Española, de Vernon Ri-chards y al año siguiente, Sabaté. Guerrilla urbana en España (1945-1960), de Antonio Téllez Solá. Du-rante el relanzamiento de la CNT, desde el exterior colabora con las actividades del sector denominado“los apaches” de fuerte presencia en Barcelona. “Tras su vuelta a España en 1976 se situó en la corrienteoficial sin participar en el desgarrador V Congreso. En los años noventa milita en la CNT de Cataluñadesconfederada. Dirigió Solidaridad Obrera hasta 1999 y es autor de Bibliografía del anarquismo español1869-1975. Anotaciones para una bibliografía razonada (Barcelona, 2004) y (junto con Tomás Ibáñez)de Insurgencia libertaria. Las Juventudes Libertarias en la lucha contra el franquismo. (Virus editorial,2010).”

Por una de esas casualidades de la vida conocí a Salvador Gurucharri allá por el año 2006, en una delas primeras imágenes que guardo de Barcelona, en un bar, junto con Óscar y Pablo, tomando unascervezas, ahora tengo presente sus ironías, sus palabras y sus broncas. Lo sigo viendo con un porrónde cerveza en una mano y con la otra sosteniendo la bolsita con un centenar de hojas sueltas de lo quepensaba que serían sus memorias. Tiempo después esas hojas pasaron a formar parte de Insurgencialibertaria, que editaron los Virus. Eso es algo de lo que Salvador Gurucharri nos ha dejado…

Pero todo sigue pareciendo prematuro… ¿cuánto va a faltar desde Insurgencia libertaria para acá?¿Cuántos libros no nacerán siendo tan necesarios para el presente y el futuro?No se que pasa luego de partir, pero sigo viendo a Gurucharri con su cerveza y una bolsa con hojassueltas en blanco que otros tendrán que llenar. Está en un bar, con sus amigos, y los gatos negros nosmiran fiero y las brujas tienen ganas de empezar a darnos escobazos.

M.S.C.

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MIJAIL BAKUNINCon motivo de celebrarse, el 30 de mayo, los 200

años del natalicio de Mijail Bakunin, diferentes espa-cios e individualidades anarquistas han decidido deno-minar al 2014 como el “año Bakunin”. Esta grataexcusa para recordar el pensamiento y el accionar delrevolucionario ruso se enmarca dentro de una serie decharlas, debates, ponencias, que en diferentes ciuda-des del mundo se llevarán a cabo desde mayo hastafin de año.

Hablar de Bakunin es hablar de revolución. Pretenderabarcarlo y conocerlo desde una biografía es no en-tender su espíritu inquieto, su pluma desordenada peroaguda. Su agitada vida está marcada por el movi-miento constante, por la búsqueda desenfrenada de lalibertad. “Mi vida es un fragmento”, dijo una vez. Y esaes la mejor forma para entender su vida, sus ideas, susluchas.

Y como de fragmentos está compuesta la vida de Ba-kunin, a continuación copiamos extractos tomados delos diferentes folletos editados por ¡Libertad! Extractosque no guardan una relación necesaria entre sí, peroque nos dan una idea de la personalidad de este granrevolucionario anarquista.

De Mijail Bakunin alguien dijo en su época que habíadado “un puñetazo al cielo”. Y fue realmente tal la arre-metida que hasta sus representantes terrenales que-daron tambaleando, y fue tal la amenaza quesignificaba Bakunin para estos que pesaban sobre élcondenas a muerte en cinco países de Europa. De losocho años que sufrió presidio, en completo aisla-miento, cargado de cadenas cuando le permitían pa-seos por los patios de las varias fortalezas en las quefue confinado, muchos meses estuvo encadenado a unmuro. Cuatro años más fue recluido a Siberia hastaque pudo evadirse a pie, atravesando montañas y des-iertos helados, perseguido por centinelas y patrullas;escape que, hasta ese momento, no más que unospocos condenados habían logrado concretar. Hasta sumuerte vivió expulsado de varios países europeos, per-seguido y constantemente vigilado por la policía. Yhasta su muerte desarrolló una agitación incansable,participando y promoviendo cuanta insurrección estuvoa su alcance. En la de Dresde, ciudad alemana, en 1849, antes deser apresado, su participación fue central en las barri-cadas y en la organización de la defensa contra el ejér-cito. Siguiendo su recomendación, los milicianos, ensu mayoría obreros y mineros armados venidos de losbarrios, colocaron en las murallas de la ciudad y en lasbarricadas las obras artísticas de Rafael y de Murillopara frenar al ejército prusiano. En otro lugar de Ale-mania, cuando transitaba por una carretera, unos cam-pesinos se habían rebelado y vociferaban contra uncastillo sin saber muy bien qué hacer; Bakunin bajó dela diligencia y sin detenerse a preguntarles a los cam-pesinos el motivo de su protesta, les aconsejó y arengóde tal forma que cuando volvió a subir a la diligencia elcastillo estaba en llamas por todos lados...

Escribe Pacheco: “Hay un momento inefable en unrelato de Wágner sobre su relación con Bakunin. Fueuna noche en su cuarto. El gran oso conversador y an-dariego estaba planeando una campaña anarquista.Con su talla tamaña, la garra crispada y la palabra gol-peando las paredes y el techo, tranqueando tras susproyectos, como un domador en una jaula, tras unafiera que le huye. Los grita, los acorrala, los hace rugir.Y, de pronto, enmudece, suspenso. ¿Qué ocurre?... Esque nota que su oyente parpadea; que la llama de lalámpara le está quemando los ojos...Y el relato continúa: Bakunin habló hasta el alba; hizopunta con el sol. Pero, con la mano izquierda puestacomo pantalla sobre aquel foco de luz que hería a suamigo... Y así es como pudo Wágner oírle hasta horasy horas, sin parpadear, esa noche. Y contarlo añosdespués, para hacernos parpadear de una tierna emo-ción a nosotros...”Bakunin era mano fraterna y, también, era garra ypuño.

Cuenta el mismo Wágner que cuando la insurrecciónde 1849 en Dresde, Alemania, en medio de “esa ale-gría sin límites, de esa borrachera” -como se referíaBakunin a la revuelta de París del año anterior, en laque participó también-, que, cuando ya las barricadasno podían detener el avance del ejército prusiano con-tra la ciudad alzada, éste propuso colocar todas lasprovisiones de pólvora en los sótanos del edificiodonde funcionaba la dirección de la revuelta y hacerloestallar cuando llegaran los prusianos. Ante su insis-tencia los moderados hicieron esconder los explosivospara preservar el edificio. Con la insurrección sofocadaBakunin fue apresado y encarcelado.Bakunin era mano fraterna, garra y puño y, también, laradicalidad de un pensamiento que rompió con todauna cultura establecida dejando las puertas abiertas aldevenir y la continuidad.“¡Bebo por la destrucción del orden público y el desen-cadenamiento de las malas pasiones!”

Continúa González Pacheco “Bakunin es una masade vida explotadora al cincel, pensamos. No hay piedracapaz de contenerlo en su esencia. Estallaría delpecho; se le abriría la cabeza.¿Y el bronce?... El bronce se haría un puñado defuego, se caldearía como un horno, hasta abrirse. Ba-kunin es una llama de vida incontenible. Como un gritode la tierra.”. ¿Qué nos queda para el papel entonces?Nada, o casi nada: trazos y bocetos que nos dan ideade su genio. Porque, como hay genios en artes o enciencias, Bakunin fue el genio de la revolución y la re-volución fue su arte, su ciencia y su espíritu; espíritude carne y hueso.

Es imposible reducir o sintetizar la vida o una vida,pero para tallar o bocetar en palabras su historia nadietan autorizado (y la palabra es acertada) como JamesGuillaume, amigo y compañero de Bakunin.“Gravad, esculpid, pintad la Anarquía, artistas. ¡Es Bakunin!”

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EL ESTADO PERSPECTIVA GENERAL

¿El Estado es la encarnación del interés general?

¿Qué es el Estado? Los metafísicos y los juristas cultosnos dicen que es una cuestión pública: representa elbienestar colectivo y los derechos de todos, opuestos ala acción desintegradora de los intereses egoístas y laspasiones del individuo. Es la realización de la justicia, lamoralidad y la virtud sobre esta tierra. En consecuencia,no hay deber más grande o más sublime por parte del in-dividuo que ofrecerse, sacrificarse y morir, si es necesa-rio, por el triunfo y el poderío del Estado.

Aquí tenemos en pocas palabras la teología del Estado.Veamos entonces si esta teología política no oculta bajosu aspecto atractivo y poético realidades más vulgares ysórdidas.

Análisis de la idea del Estado

Analicemos primero la idea del Estado tal como apareceen sus apologistas. Representa el sacrificio de la libertadnatural y los intereses de cada uno -de los individuos yde las colectividades relativamente pequeñas, asociacio-nes, comunas y provincias- ante los intereses y la libertadde todos, ante la prosperidad del gran conjunto. Pero estatotalidad, este gran conjunto, ¿qué es en realidad? Esuna aglomeración de todos los individuos y de todas lascolectividades humanas menores comprendidas en él. Ysi este conjunto, para su propia constitución, exige el sa-crificio de los intereses individuales y locales, ¿cómopuede entonces representarlos realmente en su totali-dad?

Una universalidad exclusiva, pero no inclusiva

No se trata, por tanto, de un conjunto viviente que pro-porcione a cada uno la oportunidad de respirar librementey que llegue a ser más rico, libre y poderoso cuanto másamplio resulte el desarrollo de la libertad y la prosperidadde todos en su seno. No es una sociedad humana naturalque apoye y refuerce la vida de cada una mediante lavida de todos. Al contarlo, es la inmolación de todo indi-viduo y de las asociaciones locales; es una abstraccióndestructiva para una sociedad viviente; es la limitación, omás bien la negación completa de la vida y los derechosde todas las partes que integran el conjunto con arregloal supuesto interés de todos. Es el Estado el altar de lareligión política donde se inmola siempre la sociedad na-tural: una universalidad devoradora que subsiste a partirde sacrificios humanos, como la Iglesia. El Estado, lo re-pito otra vez, es el hermano menor de la Iglesia.

La premisa de la teoría del Estado es la negación dela libertad humana

Pero si los metafísicos afirman que los hombres -en es-pecial quienes creen en la inmortalidad del alma- estánfuera de la sociedad de seres libres, llegamos inevitable-mente a la conclusión de que los hombres sólo puedenunificarse en una sociedad al precio de su propia libertad,de su independencia natural; sacrificando sus interesespersonales primero, y sus intereses locales después. Porconsiguiente, la auto-renuncia y el auto-sacrificio son

tanto más imperativos cuanto más numerosa es la socie-dad y más compleja su organización.

En este sentido, el Estado es la expresión de todos lossacrificios individuales. Dado este origen abstracto y almismo tiempo violento, debe continuar limitando la liber-tad en una medida creciente, y haciéndolo en nombre deesa falsedad llamada «el bien del pueblo», que en reali-dad representa exclusivamente los intereses de la clasedominante. De este modo, el Estado aparece como la ne-gación y aniquilación inevitable de toda libertad, y detodos los intereses individuales y colectivos.La abstracción del Estado esconde el factor concreto dela explotación de clases

Es evidente que todos los llamados intereses generalesde la sociedad supuestamente representada por el Es-tado, que en realidad son sólo la negación general y per-manente de los intereses positivos de las regiones,comunas, asociaciones, y de gran número de individuossubordinados al Estado, constituyen una abstracción,una ficción y una falsedad, y que el Estado es como ungran matadero y un enorme cementerio, donde a la som-bra y con el pretexto de esta abstracción todas las aspi-raciones mejores y las fuerzas vivas de un país sonmojigatamente inmoladas y enterradas. Y puesto que lasabstracciones no existen en sí ni por sí, puesto que ca-recen de pies para andar, manos para crear o estómagospara digerir la masa de víctimas entregada a su con-sumo, está claro que, lo mismo que la abstracción reli-giosa o celestial de Dios representa en realidad losintereses muy positivos y reales del clero, el comple-mento terrenal de Dios -la abstracción política del Estado-representa los intereses no menos positivos y reales dela burguesía, que actualmente es la principal, si no laúnica clase explotadora.

La Iglesia y el Estado

Para demostrar la identidad del Estado y la Iglesia, pediréal lector que observe que los dos se basan esencial-mente sobre la idea del sacrificio de la vida y los derechosnaturales, y ambos parten del mismo principio: la maldadnatural de los hombres que, según la Iglesia, sólo puedeser vencida por la Gracia Divina y mediante la muerte delhombre natural en Dios, y según el Estado, sólo a travésde la ley y la inmolación del individuo sobre el altar delEstado. Ambas instituciones intentan transformar al hom-bre: una en un santo, y la otra en un ciudadano. Pero elhombre natural ha de morir, porque su condena la decre-tan unánimemente la religión de la Iglesia y la religión delEstado.

Tal es, en su pureza ideal, la teoría idéntica de la Iglesiay del Estado. Es una pura abstracción; pero toda abstrac-ción histórica presupone hechos históricos. Y estos he-chos poseen un carácter enteramente real y brutal:violencia, expolio, conquista, esclavización. La naturalezadel hombre le lleva a no contentarse con la simple reali-zación de ciertos actos; siente también la necesidad dejustificarlos y legitimarlos ante los ojos de todo el mundo.Así, la religión vino en el momento oportuno a dar su ben-dición a los hechos consumados, y debido a esta bendi-ción los hechos inicuos y brutales se transformaron en«derechos».

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Abstracción del Estado en la vida real

Veamos ahora qué papel jugó y sigue jugando en lavida real, en la vida humana, esta abstracción del Es-tado, paralela a la abstracción histórica llamada Iglesia.El Estado, como he dicho antes, es efectivamente ungran cementerio donde se sacrifican todas las manifes-taciones de la vida individual y local, donde mueren yson enterrados los intereses de las partes integrantesdel todo. Es el altar donde la libertad real y el bienestarde los pueblos se sacrifican a la grandeza política; ycuanto más completo es este sacrificio, más perfecto esel Estado. De ello deduzco que el imperio ruso es un Es-tado par excellence, un Estado sin retórica ni sutilezasverbales, el más perfecto de Europa. Por el contrario,todos los Estados donde se permite respirar algo al pue-blo son desde el punto de vista ideal Estados incomple-tos, lo mismo que son deficientes las demás Iglesias encomparación con la Católica Romana.

El cuerpo sacerdotal del Estado

El Estado es una abstracción que devora la vida delpueblo. Pero a fin de que pueda nacer esa abstracción,de que pueda desarrollarse y continuar existiendo en lavida real, es necesario que exista un cuerpo colectivoreal interesado en el mantenimiento de su existencia.Esa función no pueden realizarla las masas del pueblo,pues ellas son precisamente las víctimas del Estado.Debe realizarla un cuerpo privilegiado, el cuerpo sacer-dotal del Estado, la clase gobernante y poseedora cuyaposición en el Estado es idéntica a la posición de la clasesacerdotal en la Iglesia.

El Estado no podría existir sin un cuerpo privilegiado

En efecto, ¿qué vemos a lo largo de la historia? El Es-tado ha sido siempre el patrimonio de alguna clase pri-vilegiada: la clase sacerdotal, la nobleza, la burguesía;y al final, cuando todas las demás clases se han ago-tado, entra en escena la clase burocrática y entonces elEstado cae -o se eleva, si lo preferís así- al estatuto deuna máquina.

Pero para la salvación del Estado es absolutamentenecesario que exista alguna clase privilegiada, con inte-rés en mantener su existencia.

Las teorías liberales y absolutistas del Estado

El Estado no es un producto directo de la Naturaleza;no precede -como la sociedad- al despertar del pensa-miento en el hombre. Según los escritores políticos libe-rales, el primer Estado lo creó la voluntad libre yconsciente del hombre; según los absolutistas, el Estadoes una creación divina. En ambos casos domina a la so-ciedad y tiende a absorberla por completo.En el segundo caso (el de la teoría absolutista), esta ab-sorción es evidente por sí misma: una institución divinadebe devorar necesariamente a todas las organizacio-nes naturales. Lo más curioso en este caso es que laescuela individualista, con su teoría del contrato libre,conduce al mismo resultado. De hecho, esta escuelaempieza negando la existencia misma de una sociedadnatural anterior al contrato, pues tal sociedad supondríala existencia de relaciones naturales entre los individuosy, por lo tanto, de una limitación recíproca de sus liber-tades, contraria a la libertad absoluta supuestamentedisfrutada -según esta teoría- antes de concluir el con-

trato, y que en definitiva no sería más que ese mismocontrato, existiendo como un hecho natural y previo alcontrato libre. Con arreglo a esta teoría, la sociedad hu-mana sólo comenzó con la consumación del contrato;pero entonces, ¿qué es esta sociedad? Es la realizaciónpura y lógica del contrato, con todas sus tendencias im-plícitas y sus consecuencias legislativas y prácticas: esel Estado.

El Estado es la suma de negaciones de la libertad in-dividual

Veamos el asunto más de cerca. ¿Qué representa el Es-tado? La suma de negaciones de las libertades indivi-duales de todos sus miembros; o la suma de sacrificioshechos por todos sus miembros renunciando a una partede su libertad en favor del bien común. Hemos visto que,según la teoría individualista, la libertad de cada uno esel límite o, si se prefiere, la negación natural de la liber-tad de todos los demás.

Y es esta limitación absoluta, está negación de la li-bertad de cada uno en nombre de la libertad de todos odel bien común, lo que constituye el Estado. Por ello,donde comienza el Estado cesa la libertad individual, yviceversa.

La libertad es indivisible

Se alegará que el Estado, representante del bien pú-blico o del interés común a todos, suprime una parte dela libertad de cada uno para asegurar la parte restantede esta misma libertad. Pero este remanente será comomucho seguridad, en ningún modo libertad. Porque la li-bertad es indivisible; no es posible suprimir en ella unaparte sin destruirla en su conjunto. Esta pequeña partede libertad que está siendo limitada es la esencia mismade mi libertad, es todo. Por un movimiento natural, ne-cesario e irresistible, toda mi libertad se concentra pre-cisamente en esa parte que está siendo reprimida,aunque sea pequeña.

El sufragio universal no es garantía de libertad

Pero se nos dice que el Estado democrático, basadosobre el sufragio universal y libre de todos los ciudada-nos, no puede sin duda ser la negación de su libertad.¿Y por qué no? Esto depende por completo de la misióny el poder delegado por los ciudadanos en el Estado. Yun Estado republicano, basado sobre el sufragio univer-sal, puede ser extraordinariamente despótico, inclusomás despótico que un Estado monárquico, cuando bajoel pretexto de representar la voluntad de todos hace caersobre la voluntad y el movimiento libre de cada miembroel peso abrumador de su poder colectivo.¿Quién es el árbitro supremo del bien y el mal? Pero elEstado, se nos contestará, restringe la libertad de susmiembros sólo en la medida en que esta libertad está in-clinada a la injusticia y a la perversidad. El Estado impideque sus miembros maten, roben y se ofendan entre sí;y en general evita que hagan el mal, dándoles a cambiouna plena y completa libertad para hacer el bien. ¿Peroqué es el bien y qué es el mal?

* Extracto del folleto “sobre el capitalismo, el Estadoy la democracia” de Mijail Bakunin, editado por elgrupo editor de ¡Libertad!

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MONSANTOMonocultivos

Desde la llamada “década menemista”, las diferentespolíticas económicas fueron mutando de acuerdo a lasexigencias de los mercados internacionales. Progresiva-mente el modelo agro-exportador que históricamentemarcó el rumbo económico de la Argentina fue per-diendo terreno, cediendo su protagonismo a un nuevomodelo caracterizado por su crecimiento exponencialaño a año a partir del cultivo, casi exclusivo, de la sojatransgénica. Las estadísticas del sector muestran clara-mente a que se refiere la idea de monocultivo: “En 1996la soja ocupaba en Argentina 6,6 millones de hectáreas.En el 2000 ya llegaba a 10,6 millones. En 2011 llegó a19,8 millones de hectáreas, a un promedio de expansiónde 800 mil hectáreas por año. Actualmente representael 56 por ciento de la tierra cultivada del país.”El mapa económico argentino prácticamente se tiñó bajola influencia del nuevo cultivo, en sintonía con la tanmentada “revolución verde” que desde el establismenhtagrícola mundial legitima lo que desde la década de1970 se conoce como agricultura industrial. En pocas

palabras se puede definir a ésta como “la agricultura quese centra en la producción masiva de un solo productopero lleva un alto nivel de tecnificación y necesita unaalta inversión de capital, energía y otros recursos, requi-riendo normalmente trabajo externo y ayuda de especia-listas.”

Es indudable que esa producción masiva de un soloproducto necesita de una conjunción de factores exter-nos que posibiliten su efectividad, entre ellos, inversiónde capital, tecnologías aplicadas, fuentes masivas deenergía barata, transporte y abaratamiento de costos,biotecnología y, sobretodo, el uso masivo de agroquími-cos. En lo que a Argentina respecta, este cóctel fue po-sible a partir de las políticas socio-económicas quedesde los noventa se vienen implementando a partir dela llamada convertibilidad, la apertura a los capitales ex-tranjeros, principalmente aquellos vinculados al sectorextractivista, y al marco jurídico que le da los fundamen-tos legales a esta convivencia cuasi carnal entre políticosy multinacionales vinculadas al extractivismo minero-agrícola.

Hablar de monocultivos en Argentina es pensar casien exclusividad en soja. Hablar y pensar en soja inevi-

tablemente nos remite a semillas transgénicas; éstas aagroquímicos, hasta terminar el círculo en la mayor mul-tinacional del sector: Monsanto, la principal empresa desemillas transgénicas y agroquímicos del mundo, confacturaciones anuales que superan los siete mil millonesde dólares. Actualmente es el mayor vendedor de semi-llas en Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá, y loscultivos a nivel global que utilizan sus semillas represen-tan más del 90% Según el Grupo de Acción sobre Ero-sión, Tecnología y Concentración (ETC), que estudiadesde hace más de 20 años la concentración del mer-cado agropecuario “Monsanto tiene actualmente el 27%del mercado mundial de semillas, de todo tipo, transgé-nicas o no, y de todas las variedades. En semillas trans-génicas Monsanto tiene el 86% del mercado mundial. Esuno de los monopolios industriales más grandes del pla-neta y de la historia de la agricultura e incluso, del indus-trialismo.”

Un poco de historia

Monsanto fue fundada en 1901, y desde esa fecha a

la actualidad fue mutando hasta convertirse en el mono-polio agro-industrial que decide, planifica y ejecuta laspolíticas agrícolas, a partir del dominio de las semillas,en cualquier parte del globo. En sus comienzos la em-presa se dedicaba en exclusividad a la industrializaciónde productos químicos, convirtiéndose en los años 20en uno de los principales fabricantes de ácido sulfúrico.Según Brian Tokar en su trabajo Monsanto: una historiaen entredicho, “desde la década del 40 hasta nuestrosdías, es una de las cuatro únicas compañías que hanestado siempre entre las diez primeras empresas quími-cas de Estados Unidos.” Y continúa Tokar “el herbicidaconocido como Agente Naranja, que fue usado por Es-tados Unidos para defoliar los ecosistemas de selva tro-pical de Vietnam durante los años 60, era una mezclade químicos que provenía de varias fuentes, pero elagente naranja de Monsanto tenía concentraciones dedioxina muchas veces superiores al producido por DowChemical, el otro gran productor del defoliante”. La his-toria nefasta de Monsanto y su industria química tienesu corolario en 1995 cuando se convierte en la quintaempresa en Estados Unidos en contaminar aire, tierra yagua a partir de sus desechos químicos.

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Pero es a partir de 1976 que Monsanto comienza aperfilar su industria química, enfocándose en el mercadode las semillas a partir del herbicida conocido comoRoundup, a base de glifosato. Perfeccionándolo en1995, año en que fueron aprobados una cantidad de pro-ductos nuevos, modificados genéticamente. Entre ellosla Soja RR (Roundup Ready) resistente al glifosato. Téc-nicamemente el glifosato es el principio activo del herbi-cida Roundup (nombre comercial de Monsanto). Fuedesarrollado para la eliminación de hierbas y de arbus-tos, en especial los perennes. Es un herbicida de amplioespectro, no selectivo y de acción sistémica, altamenteefectivo para matar cualquier tipo de planta. En caso depropagación de Roundup sobre una planta, provoca lacontaminación general del organismo, lo que provocauna necrosis de los tejidos vegetales, que la conducena la muerte.

Su utilización genera infinidad de controversias a partirde las consecuencias, negadas ciégamenente por Mon-sato, de su uso en el corto y largo plazo, no sólo en laspersonas que directamente entran en contacto con elherbicida, sino también en las poblaciones aledañasdonde se fumiga regularmente con glifosato. En Argen-tina quien ha aportado bibliografía científica y teoríapráctica a partir del trabajo en laboratorio ha sido el yafallecido Andrés Carrasco. Básicamente los estudios deCarrasco, publicados en la revista Chemical Researchin Toxicology (Investigación Química en Toxicología) seconcluyen a partir de lo observado en sus trabajos conanfibios. En palabras del científico argentino “concentra-ciones ínfimas de glifosato, respecto de las usadas enagricultura, son capaces de producir efectos negativosen la morfología del embrión (anfibio), interfiriendo me-canismos normales del desarrollo embrionario”. “Los em-briones más gravemente afectados carecen de ojos yfosas nasales (…) El glifosato interfiere con mecanismosesenciales del desarrollo temprano conduciendo a mal-formaciones congénitas.”

Y continúa, el estudio, argumentando de la siguientemanera: “El agroquímico tiene la propiedad de perma-necer extensos períodos en el ambiente y viajar largasdistancias arrastrado por el viento y el agua. Se rocía(vía aérea o terrestre) sobre los campos. Lo único quecrece en la tierra rociada es soja transgénica, el resto delos vegetales absorbe el veneno y muere en pocos días.La publicidad de las empresas clasifica al glifosato comoinofensivo para al hombre. El efecto (del glifosato) sobreembriones abre la preocupación acerca de los casos demalformaciones en humanos observados en poblacio-nes expuestas en zonas agrícolas, remarca la revistacientífica y explica: Debido a defectos craneofaciales ob-servados en seres humanos de zonas agrícolas decidi-mos explorar si los genes implicados en el desarrollo dela cabeza son alterados con el agroquímicos. Confirma-mos que tanto la marca comercial como el glifosato puroproducen defectos cefálicos. El modelo agrícola basadoen el paquete tecnológico de OMG (Organismos Gené-ticamente Modificados) en la actualidad se aplica sinevaluación crítica, sin normas rigurosas y sin informaciónadecuada acerca del impacto de las dosis subletalessobre la salud humana y el medio ambiente”.La investigación –que lleva la firma de todo el equipocientífico de Carrasco– recuerda que en la última décadavarios países de América latina iniciaron estudios sobrelas consecuencias ambientales del uso de herbicidas ypesticidas y destaca que en Paraguay un estudio epide-miológico en mujeres expuestas durante el embarazo alos herbicidas confirmó 52 casos de malformaciones.

¿Y por casa?

En Argentina, Monsanto está presente desde 1956,ya que posee una planta en la ciudad de Zárate (BuenosAires). Instalaciones que hoy día son las más grandesde Latinoamérica en cuanto a infraestructura dedicadaa la producción a gran escala. En Pergamino cuenta conuna planta desde 1978 y en Rojas (Buenos Aires) desde1994.

Es innegable que la influencia de la empresa de capi-tales norteamericanos en las políticas agrarias es de vitalpreponderancia y su vinculación con el Poder así lo de-muestra. Producto de esta ligazón política/empresariales la resolución 167 que, en el año 1996, fue aprobadapor el lobby no sólo de Monsanto, sino también del en-tonces secretario de agricultura Felipe Solá. ¿Por quées tan determinante aquella resolución? Básicamenteporque se aprobó la soja transgénica con uso de glifo-sato. De esa forma, se terminó de confirmar la alianzaPoder/Monsanto a partir del marco jurídico-regulatoriocomo resguardo del accionar de la empresa.

Pero no todo termina allí ya que, lo que se comenzó aperfilar en 1996, adquiere una nueva dimensión en fe-brero de 2012 cuando la presidenta Cristina Fernándezconfirmó que investigadores provenientes de la Univer-sidad del Litoral, financiados por la empresa Bioceres,donde Gustavo Grobocopatel, el mayor pool de siemprede la Argentina, tiene acciones, habían desarrollado una“semilla de soja inteligente” resistente a la falta de aguay que posibilitaba, a los arrendatarios de tierra para cul-tivo de soja, altos rendimientos. Demás está decir quela presidenta obvió decir que este “logro” significaría unnuevo avance sobre la frontera agropecuaria, desalojosrurales, desmontes, inundaciones y persecución policialy judicial sobre los campesinos, organizaciones y movi-mientos sociales que resisten la avanzada de los capi-talistas del agro y los políticos de turno.

Lo paradigmático, o no tanto en realidad, es que conel beneplácito del gobierno kirchnerista, con la nuevasoja inteligente, se le permitió a Monsanto idear un cobrode regalías (privado, obviamente) con los productoresde soja. También de manera arbitraria controla, a partirde acuerdos con acopiadoras de semillas, las cargasque salen para los campos a partir de un test que clasi-fica a los granos como pertenecientes o no a la “matrizMonsanto”. De no ser semillas producidas a partir de latecnología de la empresa, ésta descontará de las rega-lías por las cosechas. Según Vicente, de la organizaciónGrain “Monsanto había anunciado a inicios de 2000 queno iba a realizar nuevas inversiones en Argentina porqueno se le garantizaba seguridad jurídica. De la mano dela Presidenta en Estados Unidos, el anuncio de Mon-santo de instalar su mayor planta de maíz transgénicoen Córdoba, hay un acuerdo que le devuelve ‘seguridadjurídica’, se aprueba la nueva soja, le permiten en cobrode regalías por un sistema privado y se aprestan a mo-dificar la ley de semillas”. Continúa Vicente “la decisiónde las empresas de semillas, con Monsanto a la cabeza,es alterar el derecho histórico al uso propio, bajo el ar-gumento de respetar la propiedad intelectual”. Para ter-minar sosteniendo que “la modificación de la ley va portodas las semillas, no solo la soja, la enmarca en la tre-menda ofensiva del agro negocios en todo el continentey la resume de una forma que mete miedo: Es un pasohacia la privatización de las semillas, la privatización dela vida en manos de las corporaciones”.

Gastón

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