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3© Oxford University Press España, S. A. L e n g u a c a s t e l l a n a y L i t e r a t u r a

PAÍS VASCO CONVOCATORIA JULIO 2009

S O L U C I Ó N D E L A P R U E B A D E A C C E S OAUTORA: Aurora Martínez Ezquerro

� Con tono humorístico y no carente de ironía, el autorrealiza un repaso por los términos que han ido encubriendola verdadera crisis económica que asola nuestro país. Enprimer lugar, se lamenta de lo poco que conoce del temapor mucho que se documente sobre el mismo, y comienzadesgranando los términos desaceleración, frenazo y rece-sión. Asimismo, realiza un parangón entre el vocablo liqui-dez y los restantes estados de la materia en relación con elcampo semántico de la economía. Más adelante, consideraque la palabra bancarrota define con claridad la situación,y concluye realizando un juego de palabras con las vocescrash y crack, manifestando que los gobernantes recurrena la confusión terminológica para camuflar la situaciónque aún puede ser peor.

En cuanto al tema del texto, este se centra en la confusiónterminológica sobre la crisis, ambigüedad creada por elGobierno para evitar el pánico.

� El texto ofrece una clásica estructura encuadrada tri-partita que responde a la necesidad de exponer con clari-dad el tema tratado: los términos que gravitan en torno alconcepto de crisis y lo que realmente implican en elmomento económico y político de la España actual. Así,partimos de una introducción o exposición del tema, undesarrollo o explicación ejemplificada del mismo y unasconclusiones.

1. Introducción o exposición del tema:

1.1. Sorpresa o incertidumbre ante la crisis.

1.2. La información sobre la crisis no despeja incógni-tas, las agrava.

1.3. Nuevos conocimientos semánticos sobre el tema.

2. Explicación ejemplificada del tema:

2.1. Inicios del recorrido semántico:

2.1.1. Primero Solbes llama a la crisis desaceleración.

2.1.2. Después la denominan frenazo.

2.1.3. Finalmente el FMI la considera recesión.

2.2. Posibilidad de aprendizaje de más términos:

Liquidez: relación entre los estados de la materia y lasituación económica; el resultado consiste en la evapo-ración (volatilidad del sistema).

3. Conclusiones:

3.1. La sociedad reacciona: el dinero se desplaza de losbancos a los domicilios (la crisis del ladrillo es la salva-ción del mismo).

3.2. El sistema financiero está roto: bancarrota.

3.3. Es el choque económico: crash (palabra suave,onomatopeya).

3.4. Eufemismos a los que nos acostumbran los gober-nantes para que no cunda el pánico.

3.5. Si la situación empeora: crack (palabra más con-tundente, onomatopeya), como la Gran Crisis del 29.

� Modalidad discursiva dominante. El fragmento proce-de de un texto periodístico, un artículo de opinión (tam-bién podría tratarse de una colaboración en un semanarioperiodístico) en el que el autor muestra con humor el con-junto de términos relacionados con la crisis y que elGobierno ha utilizado para ocultar la realidad o, por lomenos, para no alarmar a la sociedad ante la situación enque vivimos. El tono informal y desenfadado permite queel lector se acerque al texto con más confianza y a la vezque resulte más didáctico, pues aclara términos de formasencilla y divertida. Por tanto, el artículo se dirige a unamplio público no versado en temas económicos, si bienpuede estar interesado por un asunto en la esfera del inte-rés social general, puesto que afecta a los ciudadanos.

En cuanto a las modalidades discursivas, el texto ofrece unrecorrido terminológico del campo semántico relativo a lacrisis, al mismo tiempo que se van explicando y argumen-tando circunstancias que enriquecen lo expuesto. En estesentido predomina la modalidad expositivo-argumentativa,aunque también se aprecian la narrativa y en menormedida la descriptiva. Veamos cada una de ellas.

La organización textual del fragmento presenta un ordencronológico en el que se van exponiendo y explicando lascircunstancias que rodean el origen y la interpretación delos términos relacionados con la economía. En este aspectoel texto es expositivo-argumentativo. Concretamente, elautor se apoya en varios tipos de argumentación que sir-ven para sustentar sus ideas: parte de dos argumentos deautoridad (Solbes y el FMI), después utiliza otros argumen-tos de ejemplificación basados en el cotejo de sus conoci-mientos escolares con los estados de la materia y los de laeconomía actual, posteriormente utiliza la argumentaciónde generalización basada en refranes (más vale pasivo enmano que ciento volátil), continúa con el empleo de verda-des evidentes (el sistema financiero está roto) y concluyecon una analogía que consiste en augurar una situaciónsimilar a la que ocurrió en la Gran Crisis del 29.

La inicial organización cronológica expuesta mediantemarcadores temporales que tienen la función de ordenarla información (la primera lección, luego, durante, más ade-lante…) permite encuadrar el texto en la modalidadnarrativa (el autor explica el periplo semántico-financiero).Por otro lado, en el tercer párrafo se aprecia la modalidaddescriptiva al mostrar cómo se manifiestan tanto los esta-dos de la materia como los financieros.

Opción A

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PAÍS VASCO CONVOCATORIA JULIO 2009

La abundancia de conectores y la mencionada estructuratemporal cohesionan el texto en cuanto al contenido y a laforma. Además, esta disposición lleva a relacionar todos losconceptos y llegar a una conclusión que también refuerzala cohesión temática.

Ámbito de uso y registro lingüístico. El texto se dirige aunos receptores que son sujetos colectivos, grupos indife-renciados que, en teoría, comparten conocimientos, creen-cias e intereses. En realidad se encuentran unidos por elmismo problema: la crisis no hace distinciones y afecta atodos (si bien es cierto que a unos más que a otros). Al res-pecto, se busca que los lectores entiendan de forma senci-lla e impregnada de humor el tema que se expone y critica.La comunicación periodística de este texto es inicialmenteunilateral, esto es, no hay diálogo ni intercambio explícitos,aunque el despliegue de elementos con preponderanciade las funciones apelativa y expresiva induce al receptor aque se sienta llamado a una reflexión conjunta.

El interés que muestra el autor por resultar desenfadado ycercano está equilibrado con el dominio que ofrece de lostérminos que va desgranando; esta doble perspectiva lin-güística hace que prevalezca un registro informal, casipropio de la lengua conversacional, pero engastado en unnivel culto medio accesible, que se aprecia a lo largo detodo el texto.

En relación con el registro informal, que tanta frescuraaporta al artículo, se deben destacar palabras y expresionesque se encuentran repartidas de manera uniforme a lolargo de todo el fragmento (la cosa, esto de la crisis, comover la botella…). La preeminencia de este registro provocaque el lector se sienta atraído por el contenido y, de estaforma, lo entienda mejor. Se percibe un acercamiento de lalengua hablada a la escrita; esta aparente espontaneidaden la que impera el tono desenfadado resulta acorde con elperfil del público al que va dirigido. El autor ha sabidocrear con ingenio un trabajo de descripción semánticaengarzándolo en un conjunto de reflexiones sobre untema económico de interés general.

Rasgos lingüísticos y estilísticos relevantes. Los elementoslingüísticos del texto están al servicio de la finalidad delmismo, esto es, mostrar el punto de vista del autor; portanto, la subjetividad predomina en todo el fragmento.

Si partimos de las personas gramaticales, el emisor las vaalternando en función de su discurso. Así, nos encontra-mos con una primera persona del singular (Cuanto másleo…) para ofrecer el punto de vista personal del autor,que se combina con una primera persona del plural(hemos ido descubriendo) que implica directamente alreceptor. También se aprecia el uso de la tercera personaque alude tanto al conjunto de la sociedad como a los dis-tintos conceptos de la crisis, y tal vez lo más destacableaquí sea el uso de diferentes sujetos de naturaleza casicoloquial (esto de la crisis, esto no era una crisis, si la cosasigue…). Del mismo modo, se distingue algún caso deimpersonalidad que suele utilizarse cuando se ofrecenejemplos sin determinar su origen (se habló de, se empezóa hablar de…).

En cuanto a los tiempos verbales, alternan el presente deindicativo (se parte del momento en el que se encuentra elreceptor: es, leo…), el pretérito imperfecto de indicativo(describe las acciones en el tiempo: hundían, cuestionaba…)y el pretérito perfecto simple (se alude a un momentopuntual del pasado: empezó, aprendí…). Hay un uso condi-cional (sería) que hace alusión a una posibilidad en elfuturo. Por su parte, las perífrasis verbales aspectuales decarácter durativo (estoy aprendiendo, ir reduciendo…)marcan la continuidad de la acción en su transcurso.

Los sustantivos aluden al campo semántico de la econo-mía, concretamente giran en torno al concepto de crisis.Resulta interesante destacar que unos vocablos que pue-den resultar complejos se explican en el texto con ligereza,sencillez y claridad. El tono didáctico del texto se apreciaespecialmente en este aspecto. Por otro lado, el registroinformal queda aquí claramente ejemplificado en la reite-ración de términos como el demostrativo (esto), el sustan-tivo (cosa), el pronombre (todo), las aproximacionessemánticas (era algo así como…) o las expresiones aclara-torias (como a mi modo de ver). Los anglicismos crash ycrack deben considerarse propios del mundo de la econo-mía, si bien tienen traducción y resultaría más correctoemplear los términos equivalentes en castellano.

Los adjetivos son valorativos y refuerzan el sentido conno-tativo del léxico (dinero contante y sonante, más dura y depeor recuerdo). Los adverbios son descriptivos (directamente),ordenadores del discurso (finalmente) o valorativos (sono-ramente). Con relación a los verbos, abundan los que per-tenecen a la esfera del entendimiento (creo, cuestionaba,expresa…).

La sintaxis responde principalmente a períodos oraciona-les extensos, pues aunque en algunas ocasiones se recurrea la yuxtaposición, el sentido de las oraciones proporcionarelaciones de subordinación. Se aprecian subordinadasadjetivas explicativas (que detallan el tema en cuestión),subordinadas sustantivas (que matizan aspectos de laprincipal) y subordinadas adverbiales temporales y causa-les (que explican las complejas relaciones establecidasentre los términos, su origen y la realidad que los circunda).

Con relación a la presencia de recursos estilísticos, su usoes notable y con ellos se pone de manifiesto la voluntad deacercamiento al lector. Destacan las siguientes figuras litera-rias: paronomasia (crash y crack), símil (la explicación delos estados de la materia y de la economía), enumeración(algunos se hundían, otros quebraban y otros más eran apun-talados), eufemismo (los propios términos explicados), ono-matopeya (crash, crack), metáfora de carácter popular (ver labotella casi vacía), gradación (se evapora, forman nubarrones,la gran tormenta…), calambur (bancarrota / banca rota) ymetonimia (ladrillo por «construcción»).

� El objetivo comunicativo del texto consiste en mostraral receptor la indignación que puede sentir el puebloespañol ante la continua confusión terminológica que seha gestado en torno al concepto crisis, con el único objeti-vo de camuflar la realidad y de ir alargando la situaciónpara despistar, entretener o confundir al ciudadano y así

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no asustarlo. En este sentido, y a lo largo de todo el frag-mento, encontramos la función representativa, que nosofrece una información jalonada por los distintos aspectosque circunscriben la exposición del tema. No obstante, espreciso indicar que el objetivo fundamental del autor nosolo es mostrarnos el periplo semántico y la situación eco-nómica de España, sino que desea hacernos reflexionarsobre lo que ha pasado y lo que puede seguir pasando; es,por tanto, la función apelativa la que predomina en el textojunto con la función expresiva, ya que en todo momen- to el escritor muestra su punto de vista, esto es, sus opinionessobre lo que expone. Asimismo, el propio tema que parte deun reflexión semántica, incide en ciertos conceptos y en estesentido destaca la función metalingüística. Por consiguien-te, estas cuatro funciones del lenguaje recorren todo el texto.

En cuanto a la función apelativa, el emisor se dirige a loslectores y trata de que ambos juzguen el tema en cuestión;con este fin, recurre al uso de la primera persona del plural(hemos ido descubriendo, nos tienen acostumbrados) eincluye situaciones que vive el ciudadano, las cuales apor-tan cierta complicidad que crea un acercamiento implícito(La gente siguiendo el refrán…).

La función expresiva se manifiesta de forma especial en elpropio tono del texto, es un continuo ejercicio de reflexiónpersonal, casi directa, que incluso produce la sensación deespontaneidad. Para ello, recurre a un nivel de lengua,como ya se ha explicado, que frisa con el registro informal,con el nivel de uso conversacional (esto de la crisis, era algoasí como, era más bien…), lo que aporta a todo el fragmen-to una frescura y una sensación de franqueza significativas.Además, se siente la constante mirada crítica del autor (ami modo de ver…). En este aspecto destaca el uso de laadjetivación que es, principalmente, de carácter valorativo(incierto periplo, dinero contante y sonante, demasiado sua-ve…) y la utilización de verbos de entendimiento (cuestio-naba, aprendí, recordaba…). También los adverbios valora-tivos denotan la postura del autor (se habló másdirectamente, siendo precisamente la salvación…). El léxico—aparte de mostrar un juego crítico vertebrado en elcampo semántico de la economía— es de carácter marca-damente connotativo y no solo por los términos utilizados,sino por el tono general que los impregna de valores sub-jetivos (una barbaridad de semántica, era más bien un pro-blema de solidez…). Asimismo, se incluyen frases hechas detono coloquial e irónicamente deformadas que animantodavía más a la reflexión conjunta (más vale pasivo enmano que ciento volátil…).

Con respecto a la función metalingüística, de forma evi-dente emana de la propia reflexión terminológica querecorre todo el texto y que ya el propio título explica(Semántica de la crisis). Los diferentes vocablos económi-cos son glosados por el autor, y en el último párrafo seemplean dos anglicismos, crash y crack. El primer términono lo recoge el diccionario normativo y el segundo loregistra con el significado de «quiebra» y adaptado (estoes, crac). Es habitual en el ámbito económico el uso devoces que proceden de la lengua inglesa.

� El tema que se plantea en el artículo es de interésgeneral para el conjunto de la sociedad, sin distinción denivel social, educativo o económico. Este problema queestá afectando a la economía española desde hace tiempotraspasa todos los ámbitos y forma parte, así mismo, decualquier tema de conversación. Quiero con ello decir quela candente actualidad de la cuestión tratada permite opi-nar sobre ella con mayor conocimiento.

Aparte de la importancia del tema, resulta destacable laforma en que este se aborda: el tono informal y humorísticoque emplea el autor en apariencia aligera la carga negati-va del asunto, si bien al final del texto se deja abierto uninterrogante que puede resultar angustioso. Sin embargo,es evidente que la supuesta ligereza con la que se trata elasunto ayuda a entenderlo con más claridad, lo vuelve máscercano y didáctico, y propicia la reflexión conjunta. Enlugar de aburrirnos con un tema tan manido, por mediodel estilo desenfadado el autor atrae y nos sumerge en lacomplejidad terminológica para, finalmente, llevarnos ala meditación. Resulta particularmente hábil la construc-ción del texto en este aspecto. Hay que señalar, además,que ante la amenazante crisis el ciudadano español haaprendido mucho de economía con el fin de salvaguardarsus propios intereses y defenderse ante la marea económi-ca que le rodea.

En cuanto al tema tratado, es obvio que aparte de la situa-ción financiera de signo negativo que vive España (graveproblema que urge resolver), se denuncia el encubrimientoque los gobernantes han hecho de la misma. Este últimohecho resulta insultante, pues en una democracia el pue-blo es representado por sus gobernantes, confía en ellos y,en este caso, estos no le han respondido como se espera-ba. Primero, han ocultado la realidad y luego, la han encu-bierto con un complejo y sórdido juego terminológico queno convence al ciudadano de a pie. La hipocresía de losgobernantes ha llegado hasta tal punto que con esta«semioscura jerga económica» han logrado bien ganartiempo, bien evitar que cunda el pánico. Pero además deeso, han tenido la osadía de utilizar términos que han des-viado la realidad por otros derroteros y con ello han trata-do a los ciudadanos de ignorantes, como si fuesen capacesde creerse la realidad disfrazada que presentan los eufe-mismos económicos (recuérdese el dicho popular: «Al pan,pan; y al vino, vino»). Ante esta tormenta, el ciudadano haido aprendiendo términos de este ámbito, antes totalmen-te desconocidos para él.

No se juega con la lengua, pero menos aún con la econo-mía, es decir, con el bolsillo de cada familia. Las reglas deljuego, de nuestro sustento, de nuestra vida… son muyserias y deben quedar claras.

Finalmente, es preciso señalar que el endeudamiento cre-ciente de nuestro país, los problemas de la falta de trabajo,los alarmantes umbrales de pobreza, las tensiones propiasde la convivencia… avivan situaciones que fomentan lainseguridad y pueden degenerar en violencia. En conse-cuencia, urgen soluciones, no palabras ni descalificacionesrecíprocas. Se hace precisa la actuación, no la demolición.

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RESPUESTA LIBRE.

Opción B