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John Vink y Sebastião Salgado Alumna: Julia Vázquez Pérez Curso: General I, 11:30 h Módulo: Historia de la Fotografía Profesora: Arola Valls 1TRANSCRIPT
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DOCUMENTALISMO
FOTOGRÁFICO
CONTEMPORÁNEO:
John Vink
y
Sebastião Salgado
Alumna: Julia Vázquez Pérez
Curso: General I, 11:30 h
Módulo: Historia de la Fotografía
Profesora: Arola Valls
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ÍNDICE
Introducción............................................................................................ 3
Contexto histórico, artístico y biografía.................................................. 4
Imágenes de los autores............................................................................ 6
Cuerpo teórico y análisis comparativo..................................................... 10
Conclusiones............................................................................................ 15
Bibliografía............................................................................................... 16
Anexos..................................................................................................... 16
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Introducción
La fotografía documental de compromiso social se caracteriza por una intención
reformadora y de denuncia ante conflictos sociales de todo tipo. Podríamos afirmar que
Jacob Riis y Lewis Hine fueron los primeros fotógrafos que sumaron a la herencia del
fotorregistro el deseo de una intervención social. Los fotógrafos que se dedican a este
tipo de fotografía pretenden aportar una historia, transmitir un testimonio, una realidad,
pero siempre bajo una influencia subjetiva, conformada por unas circunstancias
sociales, culturales e históricas. Por ello, es de relevante importancia que el autor
controle el medio de exposición y la edición de las fotografías con el fin de
contextualizar siempre sus imágenes para transmitir estas historias concretas, esas
secuencias de imágenes que conforman el ensayo. La agencia Magnum (1947) fue la
primera iniciativa que luchó por defender estos derechos de autor, que evita, o al menos
disminuye, la manipulación de los intereses, valores o situaciones que el fotógrafo ha
trabajado y pretende transmitir con sus imágenes.
Sebastião Salgado perteneció durante unos años a esta agencia y John Vink lo hace
desde 1997.
Los fotógrafos documentales contemporáneos están más interesados en conocer y
comprender y en transmitir este conocimiento, más que en transformar el mundo. La
comprensión contextual de los acontecimientos y de las problemáticas se presenta ante
los ojos de esos fotógrafos como esencial para su aprehensión y significado.
Reivindican el derecho de la subjetividad en el mirar, rechazando así los estereotipos
creados durante los últimos años, producto del fuerte poder manipulador divulgativo de
los medios de comunicación.
Nunca, como ahora, las sociedades han estado tan condicionadas por la
comunicación, que parece invadir todos los espacios de las relaciones humanas. Y
nunca, a pesar del fervoroso papel de los medios tecnológicos, ha existido tanta
incomunicación y aislamiento. Con demasiada frecuencia, la información se convierte
en insoportable ruido que margina y confunde, creando bolsas de indiferencia en las
que cada día queda atrapado un mayor número de seres humanos por diferentes
razones, intereses, conflictos e imposiciones. Es necesario comprender que es
consustancial al universo de la cultura no sólo una actitud crítica frente a la realidad,
sino también una vocación humanista, perdurable y trascendente. Más que nunca se
necesita una sensibilidad distinta y una mayor apertura mental para entender la
realidad que nos rodea (...) Debemos configurar espacios intensos de experiencia,
forjar imágenes de plenitud humana, como impulsos para la reflexión y el diálogo.
(R. Calero, G. Sánchez. Latidos del tiempo)
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Contexto histórico, artístico y biografía
Sebastião Salgado nació en 1944 en Aimores (Minas Gerais, Brasil). Obtuvo la
licenciatura de Ciencias Económicas en 1968 por la Universidad de São Paulo y la
Vanderbilt University (EE. UU.).
Tras pedirle prestada la cámara fotográfica a su esposa Lelia en un viaje a África
(1973), decidió pasarse a la fotografía y empezó a colaborar con la agencia fotográfica
Sygma (1974–75) y luego con Gamma (1975–1979). Posteriormente, fue elegido como
miembro de la cooperativa internacional Magnum Photos, y estuvo en dicha asociación
desde 1979 hasta 1994. En 1994 fundó su propia agencia de prensa, Amazonas Images,
que lo representa a él y a su trabajo.
Durante siete años (1977–1984) vagó por Latinoamérica, su región de origen,
caminando hasta remotos pueblos de montaña con la intención de conseguir imágenes
para su libro y exposición Other Americas (1986,Otras Américas), una exploración
contemplativa de las sociedades campesinas y de la resistencia cultural de los
amerindios y sus descendientes en México y en el Brasil. A mediados de los ochenta,
colaboró durante quince meses con la ONG francesa Médicos sin Fronteras en la región
africana del Sahel, afectada por una gran sequía, y creó Sahel: L'homme en dÉtresse
(1986, Sahel: el fin del camino), un documento sobre la dignidad y resistencia del
pueblo sometido al mayor sufrimiento. Desde 1986 hasta 1992 se centró en Workers
(1993, Trabajadores), un documental fotografiado en 26 países sobre el final de la mano
de obra masiva. Después de Terra: Struggle of the landless (1997, Terra: la lucha de los
sin tierra), un documental sobre los que luchan por reclamar su tierra en Brasil, su país
natal, publicó Migrations (Migraciones) y Children (Niños) en el 2000, sobre las duras
condiciones de vida de los desplazados, refugiados y emigrantes de 41 países.
Sebastião Salgado es un fotógrafo de renombre internacional que forma parte de la
corriente de «fotografía comprometida y humanista». Instituciones de todo el mundo le
han concedido los principales premios fotográficos y reconocimientos por sus logros.
John Vink nació en 1948 y estudió fotografía en la Universidad de La Cambre en
Bruselas comenzando a trabajar como fotógrafo independiente en 1971.
Vink se dio a conocer en 1986 cuando fue galardonado con el prestigioso premio
W. Eugene Smith en fotografía humanista por el Agua en el Sahel, un proyecto
documental de dos años sobre la gestión del agua en las zonas rurales y urbanas,
involucrando a las poblaciones migrantes y sedentarios del Níger, Malí, Burkina Faso y
Senegal.
En 1986 se unió a la agencia Vu de París, y luego desde 1987 hasta 1993 trabajó para
los Refugiados en el Mundo, una extensa declaración sobre la vida en los campamentos
de refugiados en la India, México, Tailandia, Pakistán, Hungría, Irak, Malawi,
Bangladesh, Turquía, Sudán, Croacia, Honduras y Angola.
En 1993 Vink se convirtió en un candidato a Magnum Photos, y un miembro de pleno
derecho en 1997. En la actualidad sigue perteneciendo a dicha agencia en la que ha
registrado más de 150 trabajos documentales de diversos países.
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Ambos autores comenzaron sus trabajos fotográficos en los años 70, pero fue a partir
de los 80 y los 90 cuando éstos adquirieron mayor fuerza y complicidad. En estos
momentos, la capacidad de generar imágenes aumenta impulsada por la posibilidad de
transmisión digital de las mismas. Se crea, por tanto, una industrialización creciente de
la producción rutinaria de fotografía periodística, centrada en lo inmediato y en el
desarrollo global de asuntos específicos. Desde los años setenta y ochenta ya se crearon
pequeñas agencias de fotógrafos que defendían un fotoperiodismo de autor (evitando
así la posibilidad de manipulación) y de proyectos de duración indefinida. Tanto Vink
como Salgado se involucran en este tipo de agencias para contraponerse a la rutina, los
estereotipos y los criterios de importancia noticiosa que dominaban en el
fotoperiodismo del momento. En las obras de ambos autores se vislumbra la tradición
de los conocidos concerned photographers.
Actualmente, podemos definir el tipo de fotografía de Vink y Salgado bajo la
denominación de documentalismo fotográfico contemporáneo. A continuación, expongo
algunas características del mismo, realizadas por Margarita Ledo Andino (1995):
1. El fotógrafo parte del discurso, pero se configura como elemento del mismo.
2. Existen riesgos metodológicos, de forma que la fotografía establezca relaciones
con su contexto; el observador tiene así, conciencia de su función.
3. El fotógrafo tiene una representación específica sobre la representación de su
medio social.
4. Las líneas de trabajo son heterogéneas en lo que respecta a la temática, estilística
y lenguaje, haciendo difícil la catalogación.
5. Los proyectos tienden a la larga duración.
6. Existe preocupación por el análisis y la teoría.
7. Hay conciencia de que los media modelan un “imaginario” disociado de lo real
por lo que se aleja de cualquier intención de hegemonía discursiva; el fotógrafo
reserva la soberanía sobre las modalidades de difusión de su trabajo, y tal hecho
forma parte integrante del proyecto.
Asimismo, cabe destacar en ambos fotógrafos la incorporación de texto
complementario a cada proyecto, en general y a cada fotografía, en particular.
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Fotografías de John Vink
BANGLADESH. Maricha. 1/06/1992: Burmese (Rohingya) refugees.
SUDAN. Abyei- South Kordofan. 16/12/1988: South Sudanese displaced. Food distribution.
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SUDAN. Muhageria. 17/11/1988: South Sudanese displaced returning from the water chores. They have
to share a well with North Sudanese villagers.
SUDAN. Kosti. 30/10/1988: South Sudanese displaced in school serving as feeding center in the
morning.
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SUDAN. Kosti. 30/10/1988: South Sudanese displaced before starting classes at school.
Fotografías de Sebastião Salgado
Campamento de tránsito de Mbamba Bay, en Tanzania, Buscando agua en el centro de la nueva ciudad de Natinga. Hace años,
Unas jóvenes refugiadas se preparan y acicalan para cuando la población local estaba compuesta sobre todo por tribus
Volver a casa en Mozambique (1994). Nómadas, los pozos de agua eran suficientes para satisfacer sus necesidades. Pero ahora la guerra ha forzado a los refugiados a formar
grupos para protegerse de los ataques y para recibir ayuda. No hay
bastante agua para una población que no deja de multiplicarse.
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El campo de Korem, en Etiopía, está situado a una altitud muy elevada (cerca de 2500 m).
Durante la noche la temperatura baja, a menudo, hasta los 0 grados. Entonces, es cuando se
registra el mayor número de defunciones. (1984)
El frente de Liberación del Pueblo Sudanés ha reunido a u grupo de jóvenes con el pretexto de protegerles
contra el reclutamiento forzoso del ejército sudanés, pero en realidad está dirigido por oficiales rebeldes que les
entrenan para combatir contra las fuerzas gubernamentales. Polataka, sur de Sudán, 1993.
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La mayoría de las provisiones de agua están lejos de los campos. Los refugiados tienen que hacer colas durante
horas para abastecerse de agua transportada en camiones cisterna. Algunos caminan durante 20 km para
recoger unos pocos litros. Sólo se puede utilizar para cocinar y bber. La falta de higiene y las letrinas favorecen la multiplicación de enfermedades, sobre todo el tifus. Zaire, 1994.
Cuerpo teórico y análisis comparativo
En mi opinión, tanto las fotografías de Salgado como las de Vink tienen las mismas
características.
El aspecto básico y fundamental por lo que sus imágenes se asemejan tantísimo es que
ambos están fuertemente comprometidos con la causa de denuncia social en la que se
basan sus trabajos. Es por ello, por lo que el resultado visual es el mismo. Pretenden
contar historias, transmitir una información, y para ello, saben de antemano que deben
implicarse, vivirlo ellos mismos, comprender las circustancias que sufre cada colectivo
a los que fotografían. Ambos rechazan la estética del horror, buscan aquello que
consideran importante transmitir y contar, lo profundo y complejo de las sociedades
humanas evitando, lo máximo posible, las versiones estereotipadas.
Para ello, buscan que sus imágenes se caractericen por ser estéticas, por transmitir una
cierta belleza; consiguiendo esto, fundamentalmente, a través de la perfección técnica y
del juego de aspectos formales. A través de estos elementos proponen una lectura del
mundo, obligando al observador a leer la imagen en su totalidad y a reflexionar sobre
ella.
Ambos autores suelen decantarse por planos abiertos (lo que aporta una mayor
contextualización, incitándonos, de esta forma, a una mayor observación y
obligándonos a dirigir la mirada por toda la fotografía). Realizan composiciones
bastante equilibradas y luminosas, predominando también los planos horizontales, todo
ellos, elementos muy descriptivos. Como es tradicional en la fotografía humanista,
ambos fotógrafos utilizan el blanco y negro. Los tonos medios son los más
predominantes en la mayoría de sus fotografías. Esto se traduce en una cierta calma y
dulzura al mirar, tiñiendo la imagen de un caracter lírico y poético. De esta manera,
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reducen el dramatismo, (muy presente en trabajos de este tipo) y ofrecen una visión
digna y de respeto por los temas y sujetos fotografiados.
Vink y Salgado concilian la información con la estética, con el fin de hacer
comprender y concienciar. Si se analizan algunos de los trabajos que han realizado,
pienso que realmente consiguen transmitir esa complejidad de los problemas que sufren
este colectivo de personas, te dejan con una sensación de serenidad pero también de
desasosiego, pueden transmitirte cierto sentimiento de compasión pero siempre lo
superará un sentimiento de respeto y en cierto sentido, de entendimiento y comprensión.
Pero desde luego, sus imágenes te hacen reflexionar y entender que este tipo de
problemas no pueden ser abordados a través de una sola imagen, que se hace necesario
una secuencia o una serie y que sólo implicándose el fotógrafo y ofreciéndonos su
visión del problema nos implicaremos también nosotros mismos.
SUDAN. Kosti. 23/10/1988: South Sudanese displaced. Most of the malnourished children are too weak to walk
the 300 m to the feeding center and have to be carried there. JOHN VINK
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Campo de Wad Kauli (Sudán). La agencia inglesa OXFAM ha abierto pozos en Bati. Pero el agua escasea y sólo
puede utilizarse para beber y un poco para cocinar, agravando así los problemas habituales de higiene.
Aparecen, de esta forma, enfermedades que creíamos habían desaparecido para siempre, como el tifus
transmitido por piojos. SEBASTIAO SALGADO
En ambas imágenes predominan los tonos medios, lo que confiere a las mismas un
carácter descriptivo. Es evidente, que pretenden transmitirnos un hecho concreto, algo
está sucediendo en ambas imágenes.
Utilizan, tanto Vink como Salgado ciertos recursos para dirigir nuestra mirada a lo largo
de la imagen. En la primera, lo que observamos en primer término son las piernas
entrecruzadas de lo que intuimos es un niño en brazos de su madre. La dirección de
estas piernas nos conduce la mirada a la segunda figura madre-hijo, que observamos que
está caminando y nos conduce a observar el camino, y a intuir un final, un punto de
fuga, un lugar al que ambas se dirigen y que podemos pensar que está lejos; o al menos,
demasiado lejos para que los niños vayan a pie.
En la fotografía de Salgado ocurre algo parecido. Realizamos una primera lectura de la
imagen en la que centramos la atención en la parte de la derecha, donde se encuentran
varios niños que parecen iguales, como si fueran repeticiones, observamos mantas de las
que asoman cabezas, pero, sobre todo, observamos miradas. Lo mismo ocurre con las
vasijas, una repetición tras otra de formas redondeadas y circulares que también parecen
tener una pequeña cabecita y que parecen recordarnos precisamente, a estos niños
agazapados y bien recogidos que se encuentran en el suelo. Esta es pues, nuestra
primera lectura, en la que ya analizamos casi uno a uno cada niño, y cada mirada. Pero
es entonces, cuando la forma y situación de las vasijas crea un recorrido, una dirección,
que conduce nuestra mirada hacia el horizonte de la imagen, realizando así una segunda
lectura, en la que observamos que allí se encuentra mucha más gente y en la que nos
percatamos de la existencia de tiendas, lo que nos hace realizar un análisis más
completo y profundo de la imagen, no hace pensar en la situación, en qué esta pasando,
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intuyendo finalmente que se trata de algún campamento de refugiados, donde los niños
esperan para conseguir algo de agua.
Por tanto, en ambas se juega, con las formas, con las direcciones, para crear recorridos
por toda la imagen, para que la observemos detenidamente, pero, sobre todo, para que
reflexionemos. En mi opinión, no transmiten pena ni compasión, simplemente suscitan
el querer conocer qué es lo que ocurre y dónde, incitan a buscar la comprensión. Es en
este momento, cuando puedes ir al final del libro donde se encuentran estas imágenes y
leer lo que cuenta el autor sobre las mismas.
Bia, Mali, December 20, 1985
Schoolchildren watering a vegetable garden. Proceeds from the sale of the vegetables will be used to buy
school materials that teach the children to diversify their food habits. JOHN VINK
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En el campo de Kalema, al oeste del Tigré, miles de refugiados se hacinan bajo los árboles esperando que se
ponga el sol para emprender el camino, en su larga marcha hacia Sudán. Se esconden en estos bosquecitos
para escapar de la vigilancia de los Migs del ejército etíope. Durante el día, esperan tranquilamente sentados en
pequeños grupos, sin hacer fuego, para evitar ser descubiertos por los aviones de reconocimiento. Después
cuando cae la noche, reemprenden su éxodo en la oscuridad. Sudán se encuentra a 20 días de camino desde
Kalema. SEBASTIAO SALGADO
Otro par de imágenes que, sin duda, nos incitan a la reflexión. ¿Qué está sucediendo?
¿Qué hacen los niños de la primera imagen con esos cuencos en la cabeza? ¿Y por qué
uno de ellos parece estar regando el suelo? ¿Y en la segunda imagen, que hace esa
gente, protegerse del sol?
Ambos autores vuelven a jugar a través de las formas para dirigir nuestras miradas.
En la imagen de Vink, lo más llamativo y lo que primero observamos es el ojo del niño
que nos mira, y seguidamente observamos su brazo y lo que está sujetando, continuando
así nuestra observación por el resto de personas que se encuentran tras él, y terminando
por el niño que porta la regadera. Y una vez analizada la imagen, la volvemos a analizar
a ver si conseguimos saber qué está ocurriendo; de nuevo nos transmite una inquietud ,
un querer saber qué está sucediendo.
En la imagen de Salgado ocurre lo mismo. Lo que llama más la atención, por su
posición y tamaño, es el gran tronco del centro, en torno al cual, se encuentran sentadas
varia personas, que sin embargo parecen formar parte del árbol, como si fueran una
prolongación de él. Los rayos de luz son los que nos dirigen la mirada y nos desvelan
que allí hay mucha más gente. Si no fuera por ellos, quizá pensáramos que esas
personitas forman parte del suelo y de los árboles. Pues es esto precisamente lo que
busca transmitir el autor, ya que si leemos el texto que acompaña la imagen, explica que
son refugiados ocultándose durante el día del ejército. Ha conseguido transmitirnos una
información, ha conseguido hacernos reflexionar, y finalmente leer ese texto para
comprenderlo del todo.
Pienso que detrás de la cámara en ambos casos hay una preocupación clarísima por la
estética, por la perfección formal, para precisamente sugerir en nosotros toda esa
reflexión.
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Conclusiones
Ahora que toda clase de sufrimientos han sido representados ante la cámara, que los ha
registrado desde todos los ángulos posibles, la fotografía de la miseria apenas nos
recuerdan ya a la miseria. (...) Se ha hecho difícil determinar si el sentido moral se ha
agudizado o endurecido por la continua exposición a las calamidades.
(Lacayo; Russell, 1990)
En mi opinión, una buena fotografía es aquella que genera en ti cierta reflexión; es
aquella que por cuya construcción (basada en la mirada y la determinación del
fotógrafo) incita al observador a realizar un análisis de la imagen. Por tanto, la
capacidad del fotógrafo de introducir elementos nuevos en la toma de imágenes es de
mucha importancia, pues lo nuevo siempre llama la atención. Hoy en día no llama
nuestra atención fotografías de niños en la extrema delgadez, de personas muertas a
causa del hambre, de mujeres llorando por la cercana e inevitable muerte de su hijo, etc.
A lo largo de los años se ha recogido mucho material relacionado con la miseria, las
desigualdades y las condiciones de vida de extrema pobreza y siempre se han
presentado bajo la misma intencionalidad: generar un sentimiento de pena en el
observador. Y esta pena, en mi opinión, se traduce finalmente en rechazo, en un
desinterés hacia las causas que generan esas situaciones, en un no querer saber la
historia de las personas que lo sufren, en definitiva, en seguir viviendo en la ignorancia.
Es de vital importancia que cambiemos este concepto, esta forma de presentación de
imágenes.
El documentalismo social que llevan a cabo Vink y Salgado pretende siempre contar
historias, contextualizando las fotografías lo máximo posible e intentando aportar
información lo más variada posible, buscando una actitud reflexiva en el observador y
alejándose de esta tendencia a la dramatización que impera en las fotografías de
denuncia de los conflictos sociales. Este enfoque puede desarrollar un problema: caer en
la estetización de la desgracia ajena. Si bien en mi opinión, la intención de los autores
no es ésta y en todo caso son los observadores (aquellos precisamente que no
reflexionan o no se interesan por saber qué historia están contando las imágenes) los que
llevan a cabo esta interpretación.
Ambos autores se involucran e implican en la vida y circunstancias de estas personas,
se informan y analizan las situaciones, en definitiva, viven ellos mismos sus historias. Si
no personalizamos estos hechos, si no les damos un carácter más humano, nunca
llegarán a tener tanta fuerza en los observadores. Pienso que para transmitir una historia
hay que vivirla, y para ello debemos tener una gran capacidad de empatía con las
personas y sus situaciones, y sobre todo, un gran compromiso y una intencionalidad
muy clara: crear conciencia en los observadores, que entonces sí podríamos traducir en
inquietud y búsqueda de conocimiento.
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Bibliografía
Historia crítica del fotoperiodismo actual. Jorge Pedro Sousa. COMUNICACIÓN
SOCIAL, ediciones y publicaciones. Sevilla, 2003.
Éxodos. Sebastião Salgado. Fundación Retevisión. Madrid, 2000.
Sahel- El fin del camino. Sebastião Salgado. Consejería de Cultura de la Comunidad de
Madrid, para Médicos sin Fronteras, 1988.
Latidos del tiempo. Ricardo Calero y Gervasio Sánchez. La Lonja, Zaragoza, 2004.
www.johnvink.com (MAGNUM PHOTOS).
Anexos
“Photography cannot do much. It provides some level of information, yet it has not
pretense about changing the world”, John Vink.
Su condición de fotógrafo ha permitido a Sebastião Salgado estrechar el contacto con
gente de todo el mundo, y él cree que su trabajo gira entorno a dicho contacto personal.
Él mismo comenta «El fotógrafo no es quien hace la fotografía, la imagen es mejor o
peor en función de la relación que uno tenga con las personas a las que retrata».
Contrariando las opciones de Cartier-Bresson, Salgado afirma que para él no hay
momentos decisivos, sólo existen “vidas decisivas, con toda su cultura y toda su
ideología”.
«Debemos formar ciudadanos preocupados por los otros, con una verdadera idea
de solidaridad y de comunidad», S. Salgado.
En la introducción a "Éxodos" Salgado dice: "Más que nunca, siento que solo hay
una raza humana. Más allá de las diferencias de color, de lenguaje, de cultura y
posibilidades, los sentimientos y reacciones de cada individuo son idénticos."
ENTREVISTA A S. SALGADO (PARCIAL):
Lo que no ha abandonado es el blanco y negro.
No, no, no. Hasta las cámaras están reguladas de manera que nunca veo en color lo que
hago. Incluso desconecto la pantalla posterior, que es una terrible desconcentración.
Una vez al día repaso lo hecho, para ver si ha habido algún problema con las lentes, los
obturadores o alguna cosa así. Pero lo veo en blanco y negro. Y las copias, también. Yo
no fotografío en color, no me interesa.
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¿Por qué?
No lo comprendo bien. Yo empecé a fotografiar en blanco y negro y me acostumbré.
Para mí, es mi vida. Naturalmente, el blanco y negro es una abstracción, pero también
una forma de concentración. Y tiene algo que el color no tiene: con el blanco y negro
siempre he tenido secuencias de mis fotos, con el color la idea de secuencia se pierde.
¿Qué busca mostrar en sus fotos?
Busco mostrar el momento histórico que estoy viviendo. Mis fotografías son mi vida,
son las cosas que me interesan. Mucha gente ha dicho que yo soy un fotógrafo
militante… No es verdad, no soy un fotógrafo militante. Es mi vida la que es así. Yo
voy siguiendo la vida y voy fotografiando. Tengo un gran entusiasmo por las cosas. He
hecho mucha fotografía social, fotografía de trabajo, fotografía de contraste y de
contradicción…, porque vengo de un país de contradicciones. Nací en una realidad en
plena mutación. Cuando yo era niño, Brasil tenía un 90% de población rural, hoy tiene
el 90% de población urbana. Yo he vivido esta mutación. Cambios y cambios y
cambios. Son esto mis fotografías: todos los cambios que yo he vivido.
¿Una imagen puede cambiar el mundo?
La imagen tiene un poder colosal. Es un lenguaje universal que no precisa traducción.
No hay texto escrito que tenga ese poder. Hay imágenes, como la del coronel Tejero
pistola en mano en el Parlamento español, que han pasado a ser referentes. Pero no creo
que una imagen aislada, fuera de un contexto, pueda cambiar nada.
Usted ha sido testigo de injusticias, de violencia, de brutalidad. ¿Es posible
permanecer neutral ante la realidad que uno ve? ¡No! De ninguna forma. La imagen no es objetiva, es profundamente subjetiva. Yo voy
a fotografiar con mi ideología, con mis motivaciones, con mi historia, con mis
pasiones… Ponga a diez fotógrafos a fotografiar la misma realidad y harán diez fotos
diferentes. Yo no he ido a fotografiar la pobreza, la miseria, la lucha… He ido a
fotografiar nuestra historia, la historia de los seres humanos.
www.magazinedigital.com/seccion/cat_id/82
Humanidad en transición .Sebastião Salgado
Estas fotografías cuentan la historia de la humanidad en movimiento. Es una historia
perturbadora porque poca gente se desarraiga por elección. La mayoría son forzados a
convertirse en migrantes, refugiados o exiliados por fuerzas incontrolables, miseria,
represión, guerra. Se marchan con las pertenencias que pueden cargar, haciendo el
camino lo mejor posible, a bordo de botes desvencijados, al arrastre de los trenes, el
zarandeo de los camiones, o por pie propio. Viajan solos, con familias, o en grupos.
Algunos saben a dónde se dirigen. Otros sólo huyen, contentos de estar vivos. Muchos
no lo logran.
Durante seis años trabajé, en cuarenta países, entre estos fugitivos en el camino, en los
campamentos de refugiados o en las barracas urbanas a donde con frecuencia van a
parar. Muchos pasaban los peores periodos de sus vidas. Estaban asustados, incómodos
y humillados. Aun así se dejaron retratar. Yo creo que querían dar a conocer su
condición. Muchos se paraban frente a la cámara como lo harían ante un micrófono.
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Es verdad, muchas veces fue alentador. En situaciones que uno esperaría indignación y
amargura encontré dignidad, compasión y esperanza.
Gentes que habían perdido todo y aún querían confiar en un extraño. Llegué a sentir una
gran admiración por gente que lo arriesga todo, sus vidas incluidas, para mejorar su
destino. Encontré cuán sorprendente puede ser el esfuerzo de los humanos por adaptarse
a condiciones de completa estrechez.
Y si bien sobrevivir es nuestro instinto más fuerte, con demasiada frecuencia lo encontré
expresado como odio, violencia y avaricia. Las masacres que ví en África y
Latinoamérica, y la limpieza étnica en Europa, me hicieron preguntarme si los humanos
dominarán algún día sus instintos más oscuros.
También comprendí, como nunca antes, a qué grado todo lo que sucede en la Tierra está
conectado. A todos nos afecta el abismo que separa a los ricos de los pobres, la
disponibilidad de información, el crecimiento de la población en el Tercer Mundo, la
mecanización de la agricultura, la urbanización rampante, la destrucción del medio
ambiente, el fanatismo nacionalista, étnico o religioso. Las personas arrancadas de sus
casas son sólo las víctimas más visibles de una convulsión global enteramente
provocada por nosotros mismos.
No debería sorprendernos, por ejemplo, que Sao Paulo y la ciudad de México sean tan
parecidas. Ambas han experimentado "invasiones" de campesinos y no han conseguido
contener el flujo de migrantes. En Sao Paulo, las barracas resultantes se llaman
"favelas" y en México "ciudades perdidas", pero son idénticas: casuchas edificadas con
trozos de madera y láminas, precarios postes que les traen electricidad robada, los niños
juegan fútbol en terrenos estrechos rodeados de basura. Incluso los niños que inhalan
cemento en los portales se parecen. Y en ambas ciudades, si no fuera por los altos
índices de criminalidad, las prósperas élites hace tiempo habrían olvidado a esta
mayoría empobrecida.
Pero ¿es suficiente estar informado? ¿Estamos condenados a seguir siendo
espectadores? ¿Podemos influir en el curso de los acontecimientos?
No tengo respuestas pero creo que existen algunas, que la humanidad es capaz de
entender y controlar las fuerzas políticas, económicas y sociales que se han desatado a
lo largo del planeta entero.
Está amenazada la supervivencia de todos. Tenemos las llaves del futuro de la
humanidad, pero antes debemos entender nuestro presente. Estas fotos muestran parte
de este presente. No podemos fingir que no lo vemos ni voltear hacia otro lado.
http://www.jornada.unam.mx/2000/07/12/oja-portada.html (OJARASCA)