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“ JUAREZ: POSTULADOS Y PRINCIPIOS DE LA
UNIVERSIDAD PÚBLICA MEXICANA ”
LIC. ALEJANDRO LINARES ZARATE Director de Identidad Universitaria
M. en D. NOÉ JACOBO FAZ GOVEA Cronista del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”
De la Escuela Preparatoria Presentación
Al escudriñar en legajos de la historia Patria, no podemos dejar de ponderar la
figura señera de Benito Pablo Juárez García, líder de la democracia y de la
soberanía nacional. Precursor de valores como la justicia, la libertad, la
solidaridad, la honestidad y el respeto. El se ha bajado del pedestal en donde lo
han colocado los hombres y camina a nuestro lado, como solo lo pueden hacer
los inmortales.
Nació en Oaxaca y en este año se rememoran 200 años de su natalicio. Murió
en Palacio Nacional en 1872 y frente a su ataúd Guillermo Prieto quien era
acompañado de los hombres que compartieron el dolor y la gloria de su lucha,
con el énfasis que producía ver al líder, al amigo, al compañero de luchas
perdido, gritaba con vehemente desconsuelo: ” ¡ De pie, señor, de pie! “, y de
ese grito que retumbaba en las paredes del recinto mortuorio, como un conjuro
se hizo el milagro, el muerto sacudió el sudario y se puso de pie, en la conciencia
nacional.
Ahora a doscientos años del natalicio del Benemérito de la Américas,
doblemente
recordado en tanto pertenece a la historia de México y a la historia Universal,
este escrito ha de mostrar como la vida de Benito Juárez ha impregnado su
presencia en la vida universitaria del Estado de México, quien fiel a su tradición
liberal hace presencia en este Congreso.
A este respecto no podemos dejar de mencionar, que la Universidad Autónoma
del Estado de México año con año, desde su muerte en 1872 recuerda a Juárez
tanto en la fecha de su nacimiento como en la que vistiéndose de duelo hace
resaltar sus mas caros legados que ha dejado a la humanidad. Ambas
ceremonias se realizan en el Aula Magna de nuestra “ Alma Mater”.
La educación universitaria y la universidad pública del siglo XXI
Las características que presenta el nuevo milenio, se anticipan a las expectativas
que la sociedad ha propuesto en tanto que es responsable de su propio
desarrollo, en un medio, en donde la acelerada y vertiginosa transformación
que producen los avances de la ciencia y la tecnología, la inmediatez en las
comunicaciones, la abundancia de información y la apertura de las fronteras,
han hecho posible la creación de un sistema económico global.
Este sistema económico, tiene como características identificables: que participa
en la revolución tecnológica de las comunicaciones y el desarrollo de la
telemática, lo que hace posible superar barreras geográficas en los intercambios
comerciales.
Por esta razón dentro del campo educativo, se transforma el conocimiento
producido en los centros de investigación, ciencia y tecnología a tal grado, que
las instituciones de educación superior adquieren un papel protagónico, lo que
impulsa a los países que no cuentan con un desarrollo sustentable a generar
recursos estratégicos, que les permitan competir en igualdad de condiciones,
desarrollándose la educación y una nueva forma de acercarse a la verdad de
los conocimientos, redefiniéndose los modos de ser, pensar, sentir y actuar.
En este contexto, los sistemas educativos en el mundo han sido influenciados
por una veloz transformación. El final del siglo pasado se caracterizó por un
rápido y creciente desarrollo en los diversos campos del conocimiento y por la
producción continua de una infinita cantidad de información y de los medios
con los que se producía y transmitía ésta, aunque esto mismo generó la rápida
obsolencia de los conocimientos teóricos y técnicos que se crearon.
A la educación y particularmente a la Universidad Pública, le ha correspondido
colocarse frente a los nuevos desafíos, adaptando su objeto y fines en la
búsqueda de estándares internacionales de calidad, la formación de valores y
actitudes humanísticos, la vinculación de la investigación con la docencia, la
internacionalización de las prácticas educativas y la implementación de
modelos educativos alternativos.
Estas nuevas condiciones, requieren de un replanteamiento de las propias
funciones de la institución de enseñanza superior, ya que difícilmente hoy puede
seguirse sosteniendo a la escuela como simple transmisora de conocimientos sin
hacer investigaciones que retroalimentan el proceso. Lo que exige al profesional
de la educación, una práctica que tenga como campo de acción, la
organización y construcción de nuevas estructuras y relaciones educativas. Esto
implica para los educadores, un cambio necesario en su forma de conducir los
procesos de enseñanza y aprendizaje, ya que es en esos procesos cognitivos
donde cobran sentido las experiencias institucionales.
Por lo tanto, la Universidad Pública en México, se encuentra dentro de un
proceso de valorización permanente. El profesor en la Universidad Pública
Mexicana es exigido a ofrecer responsabilidad y calidad en su que hacer
diario, reflejándose esto en la generación de nuevas conductas a través de la
investigación y la transmisión del conocimiento, que promueve el desarrollo de
habilidades intelectuales y contribuye a formar valores, actitudes y hábitos en los
alumnos. Esto exige un modelo educativo que aspira a mejorar la calidad en la
educación con igualdad de oportunidades, permitiendo además, alcanzar un
desarrollo integral para la sociedad.
Es necesario, producir significativas transformaciones en el sistema educativo,
profesionalizar la actividad de las instituciones y desarrollar la función docente
con proyectos alternativos, estas tres perspectivas constituyen un desafío que de
carácter inmediato debe enfrentar la Universidad Pública, para ser cada vez
más competitiva ante las demás instituciones educativas.
Este modelo debe tomar en cuenta que el avance de la tecnología de la
información, propicia cambios en los paradigmas de la producción y
divulgación del conocimiento; y en esto, el sistema educativo y las instituciones,
que tienen el compromiso de asegurar el acceso al mismo, deben replantear
cuáles son las competencias exigibles. Por esta razón, la Universidad Pública
debe participar favoreciendo el desarrollo de los conocimientos y las
competencias para formar a los estudiantes con valores, principios éticos,
capacidades intelectuales, habilidades instrumentales y favorecer el acceso a la
información socialmente necesaria, para desempeñarse en los diferentes
ámbitos de la vida social.
Esto hace posible que el mundo informativo, permita la organización del
conocimiento para que el docente pueda apoderarse de él con un código de
ética en la vida cotidiana tanto personal como social, para responder a las
exigencias del conocimiento científico contemporáneo.
Ahora bien, de manera general, a través de los tiempos y considerando los
cambios económicos que le dan intencionalidad a la política educativa en
tiempo y espacio; la finalidad, filosofía y valores en la Universidad Pública que
se desprenden del Artículo Tercero de la constitución Política de los Estados
Unidos Mexicano, no cambian en cuanto a su origen, ya que
permanentemente se pretende crear un ideal de mexicano que se transforma y
que participa de la sociedad global.
Estas idas surgen de los planteamientos que hace la política educativa en
México, misma que se basa en la filosofía contenida en el Artículo Tercero
Constitucional, de aquí que siempre se hable de humanismo, libertad, equidad,
democracia, bienestar, identidad nacional, responsabilidad y universalidad. El
Plan Rector de Desarrollo Institucional 2 001 – 2 005, a este respecto considera,
que la creciente globalización de la economía, el nuevo orden geopolítico
mundial, los procesos internos de reestructuración económica, política y social y
el acelerado desarrollo de la ciencia y tecnología, se han visto reflejados en
nuevas demandas a los profesionales egresados de la educación superior,
situación que impone una modificación a las políticas educativas para que
promuevan el desarrollo e implementen nuevos modelos educativos, que a la
vez sean innovadores.
En este sentido Rafael Santoyo señala:
La meta de alcanzar mayor calidad de los procesos y resultados de la
educación, ha sido una inquietud que ha venido creciendo hasta el punto de
llegar a considerar que la calidad es un atributo imprescindible de la educación.
Es decir, que toda la educación para ser tal debe ser de calidad.
Al asociarnos con países más avanzados que el nuestro dice, se han dado las
inevitables comparaciones en las que resaltan diferencias notables que
muestran las debilidades del país para enfrentar los desafíos competitivos, por lo
que nos hemos visto obligados a movilizar patrones de comportamiento, realizar
cambios y hacer los ajustes necesarios en varios aspectos de la vida social,
incluyendo a la educación superior ”. (Santoyo: 1 999 )
Aquí muestra su real importancia el artículo constitucional supracitado, ya que
dentro de las facultades y acciones que se realizan en la universidad pública
encontramos:
• Facultad y responsabilidad para gobernarse así mismas.
• Respeto a la libertad de cátedra e investigación y del libre examen y la
discusión de las ideas.
• Facultad para elaborar y determinar sus planes y programas de estudio.
• Facultad para fijar los términos de ingreso, promoción y permanencia de
su personal académico.
• La administración de su patrimonio.
Ahora bien, en la fracción séptima del artículo tercero se señalan los fines a
alcanzar y las acciones que se desarrollan en la educación superior:
FINES:
• Educar, investigar y difundir la cultura, respetando la libertad de cátedra
e investigación así como al libre examen y discusión de las ideas.
ACCIONES:
• Elaborar, publicar y aplicar sin Influencias externas los planes y programas
de estudio que la identifican y a cada institución la hacen diferente a las
demás del mismo nivel,
• Fijar los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal
académico.
Esto permite decir que la universidad pública, atendiendo a la autonomía (
concepto que tiene su origen en la tradición liberal Juarista y que se refiere a la
libertad ) y a los fines que la propia constitución le señala, pueda gobernarse a
sí misma y determinar el grado de calidad que espera en el desempeño de
quienes ofrecen sus servicios como profesor, señalando las características que
debe poseer el aspirante a la docencia en el momento de su contratación.
De este precepto legal hay que distinguir entre tener autonomía y ser autónomo
ya que la Universidad o es autónoma o no es universidad ( Esquivel Estrada: 26 )
La Autonomía como un postulado de la Universidad Pública, tiene dos nociones;
es una facultad otorgada por el Estado o bien es la facultad que por su propia
naturaleza tiene la Institución que la ejerce. La Universidad Pública en tanto
creadora del conocimiento es autónoma; algunos autores señalan que existe
una gran diferencia entre ser y tener. La autonomía no debe ser vista como algo
externo, la autonomía implica conciencia en el universitario no de pertenencia
sino de identidad, es decir que todos somos o constituimos a la Universidad, que
somos un conjunto de seres que pertenecemos a ella no que ella nos pertenece,
le damos sentido, creamos la visión que se persigue, considerando que todo
aquello que dentro de su entorno se realice es parte de nuestra propia
creación y que por consecuencia afectará a nuestra esfera personal. La
autonomía comienza en el momento de la toma de conciencia
De esta forma la legislación solo es un medio para lograr ser universitarios,
cumpliendo con el compromiso humano y social que la propia Universidad ha
aceptado bajo un acto de libertad en donde se compromete con la sociedad
en su conjunto.
En este mismo orden de ideas, la Universidad Pública, establece una relación
muy estrecha entre lo que dispone la legislación federal y la legislación
universitaria, orden normativo dentro del marco legal que le faculta y
responsabiliza para gobernarse por sí misma.
Esto, contemplado en el artículo de referencia, permite observar que se busca
formar hombres libres y participativos que alcancen el desarrollo personal y que
contribuyan al mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos y por
ende, de la sociedad a la que pertenecen, todo ello imbuido de un sentimiento
de amor a la Patria y respeto a la soberanía nacional.
La libertad en ese contexto requiere de dos elementos: un conjunto de variables
por las cuales poder decidir y la capacidad para poder tomar decisiones y
elegir entre ellos. Por esto, es en la Universidad donde encontramos espacios que
permiten el libre examen y manifestación de las ideas, que propongan mantener
y defender al humanismo como forma de amar a los demás respetando la
libertad de cada uno, como una actitud de tener conciencia de la dignidad
que cada ser humano posee, convivir con las ideas de los demás fortaleciendo
la unidad en la diversidad y el desarrollo del entendimiento cuya manifestación
es la capacidad de reflexión. ( Corral Basurto: 16 ).
Estos postulados y principios integrados en la filosofía de la Universidad Pública en
México, se fundamentan en un contexto histórico en donde Juárez es la figura
principal con sus acciones e ideología, misma que la determinan y al cual tiene
que responder. Por esta razón, juegan un papel muy importante para alcanzar
los objetivos que se proponen.
Ahora bien, sin desconocer que el hombre desde su aparición como un ser
biológico-social, por su propia condición de homo faber - sapiens ha
desarrollado un instinto innato por la investigación, generado estructuras del
pensamiento y por consecuencia diferentes formas de producir, se parte de la
idea, de que la docencia, el desarrollo de la investigación, la divulgación y
extensión del conocimiento se fueron incorporando paulatinamente como
finalidades institucionales, en respuesta a las necesidades sociales.
La presentación de las características principales, de la organización de las
primeras aportaciones de lo que en el principio fueron denominadas
universitates, hasta llegar al concepto de Universidad de nuestros días, ofrece
ideas para comprender el ser y la teleología de la Universidad Pública, por esta
razón, es importante abordar los antecedentes de la Universidad, señalando
algunas de las particularidades que se inscriben en lo histórico como elementos
que favorecen la comprensión de su contexto, además, conocer el origen y
desarrollo como práctica en las universidades hacen ver la necesidad de hacer
propio lo que en su momento desconocemos.
De esta forma encontramos que para algunos, la palabra latina “ universitas ”
significa el conjunto integral y completo de los seres particulares que constituyen
una colectividad determinada. El Digesto Romano ( III, 4 ) establece la
oposición entre la “ universitas y los singuli “, en este caso, la totalidad puede ser
de personas o de objetos, Cicerón así lo señaló cuando estableció diferencias
entre, “ universitas rerum” que es la totalidad de cosas que integran el universo y
universitas generis humani que se refiere a la totalidad de las personas, en el
tiempo y en el espacio que constituyen la humanidad ( Basave, Fernández del
Valle: 19 ).
Lo anterior, sirve como referencia para analizar como se da el origen, desarrollo
y evolución de lo que ahora conocemos como Universidad Pública, ya que
ésta, en el transcurso del tiempo, muestra diferentes facetas, todas dentro de un
proceso evolutivo ascendente.
En este sentido y en relación a nuestro estudio, habiendo alcanzado madurez
las universidades españolas, con mucho debido a la influencia salamantina en la
Nueva España del S. XVI, se gestaron las condiciones para crear una institución
semejante. De tal forma que esta universidad, una de las cuatro grandes de
Europa en la Edad Media, le da forma a la Real Universidad de México en el
siglo XVI. En este contexto, el estudio de la Universidad Publica Mexicana a
través del tiempo, muestra su origen y la forma como evoluciona el concepto.
La Universidad tiene su propia historia y esto le da forma y soporte como
institución.
Una breve referencia sobre la trayectoria que ha seguido lo que ahora
conocemos como Universidad Pública Mexicana a través del tiempo nos
permitirá reflexionar sobe lo que ahora somos y como se fundamenta su
presencia.
La Universidad en México tiene su origen en el siglo XVI teniendo como
antecedentes la creación de colegios y seminarios a través de los cuales se
difundía la cultura. Franciscanos, dominicos y agustinos tuvieron al principio en
sus conventos los estudios generales, pero estos no se pueden considerar como
estudios universitarios. Las primeras Universidades fueron la de México y la de
Michoacán posteriormente aparece la de Guadalajara. .
Formalmente el origen de la Universidad la encontramos cuando Fray Bartolomé
de las Casas y el virrey Antonio de Mendoza tuvieron una importante
participación en las gestiones que se hicieron en España para este fin. Otra
versión señala que fue Fray Juan de Zumárraga quien inicia las gestiones para la
fundación de la Universidad en México. Una epístola dirigida en 1536 al rey
Carlos V por tan distinguido personaje dice:
Por tanto, suplica a su majestad ... mande en todo caso establecer y fundar en
esta gran ciudad de México, una Universidad en que se leen todas las
facultades que se suelen leer en las otras universidades y enseñar sobre todo,
Artes y Teología, pues de ello hay mas necesidad. ( Basave: 45 )
La Real Universidad de México inició sus labores el 3 de junio de 1553,
implantándose el modelo de la Universidad de Salamanca que era de tipo
conservador y eclesiástico. En este aspecto los Jesuitas tienen una gran
influencia en la formación de las universidades en México utilizándolas como
instrumento de poder.
En 1 555 el Papa a través de una bula confirma su erección y es a partir de ese
momento que se aplicaron los estatutos de la Universidad de Salamanca.
Nacionalista, dependiente totalmente de la corona y de la iglesia por lo que
ahora se convierte en Real y Pontificia. Se inicia con la enseñanza de teología,
derecho canónico y latín, posteriormente se incluyeron jurisprudencia y
medicina. A partir de 1640 se empezó a enseñar náhuatl y otomí lo que muestra
la tradición salamantina de respetar la cultura.
Por su propia condición de Universidad Pontificia, que así se le conocía, los que
profesaban la cátedra pertenecían a la orden eclesiástica jesuita, quienes
detentaban el poder cultural. El nombramiento de los catedráticos lo realizaba
el virrey o se obtenía por oposición. El perfil ideal para ejercer la docencia
universitaria es el doctorado. Esta Universidad otorgaba los grados de bachiller,
licenciado, maestro y doctor en todas las facultades, con excepción de la
facultad de artes en donde solo se otorgaba el de maestro.
El siglo XVIII fue pródigo; el avance cultural se fortaleció con las aportaciones de
los grandes pensadores europeos como Locke, Rousseau y Montesquieu; en la
Universidad y en los colegios sus propios egresados criticaron el control ejercido
por los clericales y a los contenidos y orientaciones de las carreras opuestas al
pensamiento liberal; el germen de las ideas inspiradas por la Revolución
Francesa, dio a sus egresados los argumentos con los cuales se iniciaron
movimientos sociales que en el siglo XIX hicieron posible que la Nueva España se
independizara de la Metrópoli.
Por otra parte, una vez conquistada la independencia en 1 821, la pugna
sostenida entre liberales y conservadores envuelve a los centros de educación
superior, en esto se pude decir que la Universidad estuvo siempre ligada al
partido conservador ya que no existieron instituciones de educación superior que
fuesen neutrales. Por esta razón, los liberales crearon institutos que sirvieron como
alternativa a la enseñanza universitaria heredada de la Colonia y controlada
por el clero.
En 1833, el doctor en teología José María Luis Mora señalado como liberal para
la historia, califica a la Universidad como “ inútil irreformable y perniciosa, se
argumentaba que los jóvenes perdían el tiempo y que las pruebas para obtener
las licenciaturas y los doctorados eran difíciles y costosas ”. Estas “ razones “
fueron la causa de que el 19 de octubre de 1 833, después de 280 años de
existencia, por Decreto de Valentín Gómez Farías, fuera cerrada la Universidad
en México.
En esta época, los liberales suprimieron la enseñaza religiosa de las
universidades y facilitaron la difusión y consolidación del positivismo como
filosofía hegemónica en la enseñanza superior. Sin embargo, el triunfo de la
libertad del pensamiento sobre la imposición de las ideas religiosas, en poco
benefició al desarrollo de la educación superior. Ahora el orden sustituye a la
libertad, ya que la filosofía positivista impone el modelo napoleónico y por
consecuencia para garantizar el ejercicio de la libertad, primero se tenía que
asegurar el orden, ante esto, las ideas liberales poco a poco perdieron fuerza y
solo quedó un grupo reducido de idealistas que nunca calló y que
posteriormente se incorpora a la nueva Universidad del siglo XX. ( Wences Reza:
1 983: 62-67 )
Esto explica que para fines del siglo XIX y principios del XX, el modelo
educativo francés que se adoptó en México muestra una marcada influencia
positivista. Gabino Barreda transforma el enfoque de la educación, primero en
las instituciones de altos estudios que suplían a la Universidad, después, en las
primeras décadas del siglo XX en la Universidad restaurada. Un ejemplo de esto
nos lo brinda la interpretación de la enseñanza del derecho que se proyecta
hacia la formación jurídica del estudiante, en donde éste debe poseer una
visión cultural amplia del país en lo social, en lo político y en lo económico. Se
pretende con esto, una educación realista y práctica que fortaleciera el
desarrollo de los pueblos, por tanto, se apartaba del simple estudio y aplicación
de los códigos.
Para el siglo XX, dándole fin a un periodo de clausuras y reinstalaciones que en
el siglo XIX afectaron la vida de la universitaria, Justo Sierra, cómo Secretario
de Educación en solemne acto, reinstala la Universidad de México el 22 de
septiembre de 1 910, ahora como Universidad Nacional, la cual perdura hasta
nuestros días. Justo Sierra en el momento del discurso de inauguración señala:
los fundadores de la universidad de antaño decían: La verdad está definida,
enseñadla; nosotros decimos a los universitarios de hoy: la verdad se va
definiendo, buscadla ( Larroyo : 371 )
La Universidad Autónoma del Estado de México
La Universidad Autónoma del Estado de México UAEMEX tiene gran similitud con
la formación de las universidades en México pero guarda sus características
propias. Sus antecedentes los encontramos en el Primer Congreso Federal y en
las Bases de la República, quienes ya apuntaban la necesidad de crear en
cada capital de Estado un Instituto Literario que debía ser el encargado de
ofrecer la educación pública. Es precisamente en el Instituido Literario y de Artes
de Oaxaca y aún cuando a fines de 1829, abandona el seminario en el que
estuvo a falta de otra opción para estudiar, donde Benito Pablo Juárez García se
inscribe en el bachillerato de derecho y el 13 de enero de 1834 recibe el título
de abogado.
En cuanto al Instituto Literario del Estado de México, su fundación se sujeta a la
disposición del decreto 228 de la primera Constitución Política del Estado de
México que dice: “En el lugar de residencia de los supremos poderes habrá un
Instituto Literario para la enseñanza de todos los ramos de la Instrucción Pública”.
Aquí hay que observar que en base a ese decreto, lo que en principio se
conoció como Instituto Literario no tuvo una sede fija, ya que a la capital del
Estado de México ha tenido como lugar de residencia de los supremos poderes
desde su erección a varios espacios geográficos del propio estado. La primera
sede y por consecuencia lógica la fundación del Instituto Literario fue en San
Agustín de las Cuevas en Tlalpan, el 18 de febrero de 1828 cuando esta
delegación del Distrito Federal pertenecía geográfica y políticamente al Estado
de México ( Peñaloza, García Inocente ).
El instituto cierra sus puertas por primera vez el 29 de mayo de 1830 en Tlalpan, y
ya en Toluca como capital del Estado, se abre de nuevo por decreto del 7 de
mayo de 1833. En cuanto a la enseñanza, los contenidos educativos del Instituto
y el nombramiento de un capellán estaban sujetos a la autoridad estatal, este
tipo de instrucción que se brindaba mantenía una fuerte vigilancia de las
buenas costumbres cristianas y se oficiaba misa diariamente. Es importante
mencionar que las luchas políticas entre conservadores y liberales se reflejaban
en la educación.
Por lo anterior, el liberalismo al estilo mexicano se reflejó en el Instituto, ya que de
1852 a 1857 esta institución se mantuvo bajo un riguroso esquema de disciplina
sin la influencia eclesiástica; aun cuando los extremos de la intolerancia,
llevaron a un director del Instituto a destruir más de 600 volúmenes de obras de
Diderot, Montesquieu, Bacon, Voltaire y otros pensadores que proponían
cambios en la concepción del conocimiento.
Las ideas liberales adoptaron al positivismo como esquema en donde se
reestructura la forma de interpretar el conocimiento, de pensar y de actuar. Lo
que permite que nuevos espacios sean explorados para llegar a la verdad
científica mediante la observación y la experimentación.En cuanto al avance
técnico, ya para el año de 1872 el Instituto se proveía de aparatos y equipo para
las clases de química, física y de topografía los cuales eran enviados desde
Francia, así mismo en esa época se cuenta con obras científicas que eran
consultados por los estudiantes. Los alumnos se integraron en una Sociedad
Científica y Literaria.
Ha de destacarse que lo acontecido hasta esta fecha, fueron el antecedente
mas remoto, ya que grandes pensadores con fuerte proyección y trayectoria
liberal estuvieron como alumnos y como profesores, entre ellos encontramos a
Rafael Ramírez “ El Nigromante o a Ignacio Manuel Altamirano, éste ultimo
considerado como el padre de la literatura mexicana. Con espíritu Patrio
además de Altamirano quien estuvo en el sitio de Querétaro, no se pude dejar
de mencionar a Felipe Berriozabal, quien siendo profesor de matemáticas del
Instituto, comandó con el grado de general la división del Estado de México en
la Batalla de Puebla. Estos son algunos de los rasgos que muestran la
trascendencia histórica y vocación Juarista. en el Estado de México y en el
Instituto.
En las primeras décadas del siglo XX, el Instituto Literario y Científico, presenta
una imagen y perfil del nivel de una escuela de altos estudios, como preámbulo
del encuentro ideológico por el que posteriormente en 1944 se conquistara la
autonomía. A este respecto son los principios de igualdad y libertad lo que
motiva a profesores y alumnos a tener una larga lucha de diez años para
conquistarla.
Poco más de una década después, el 26 de marzo de 1956, el Instituto Científico
y Literario se transformó en la Universidad Autónoma del Estado de México. Se le
conoce como la Máxima Casa de Estudios en la entidad y cumple en la
actualidad con los fines que se desprenden del Artículo Tercero de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Este breve paseo por las imágenes de nuestro entorno permiten no solo conocer
el antecedente de lo que ahora somos sino que al pretender participar en la
creación transmisión y extensión del conocimiento; promover la transformación,
innovaciones y mejoras que mantengan a los niveles educativos en constante
evolución y mejoramiento; desarrollar la investigación y difundir la cultura, se
deben buscar y encontrar las condiciones que le dieron origen, las
características propias que la identifican y ubicarla en su exacta realidad, para
proponer las alternativas deseables y ofrecer el servicio que la sociedad en este
tiempo demanda.
Las características generales de éste contexto histórico, la manera en que a
través del tiempo se fueron integrando las funciones que hoy desarrollan las
universidades públicas, son elementos que al ser estudiados permiten
comprender los preceptos y características que encierran en la posmodernidad
que ahora vivimos.
Es en Benito Pablo Juárez García en quien la Universidad Autónoma del Estado
de México ha depositado el espíritu universitario. El prohombre sublime de la
república restaurada vive en nosotros, convertido en idea, en sentimiento, en
aspiración. Sin duda Juárez el impasible, el hombre de personalidad
inconmovible subyace en nuestra nacionalidad, fundiéndose en ésta la esencia
y las virtudes de nuestro ser.
La ideología liberal de Juárez es la más significativa aportación que dejó a los
universitarios, por lo que se esta comprometido a dar una continuidad evolutiva
en tanto deben mejorarse y perfeccionarse las ideas.
Entendemos a Juárez como el ingeniero que le da estructura a la nación
mexicana, dándonos una estatura y personalidad de respeto a nivel
internacional, lo entendemos también como ejemplo y vivencia de quienes
aspiramos a que los conflictos entre los hombres, sean resueltos a través del
derecho.
En este sentido, la Universidad Autónoma del Estado de México, al identificarse
como organización social de naturaleza académica muestra claramente su
espíritu, de donde se desprende la importancia de la labor educativa liberal de
nuestros días en cuanto que su finalidad es la generación, transformación y
preservación del conocimiento.
Conclusiones respecto a los postulados y valores Juaristas que son guía de la
Universidad Pública Mexicana.
El Artículo 3° Constitucional ( 1917 ) nos dice que la educación debe estar al
servicio de la sociedad, a fin de contribuir al logro de nuevas y mejores formas
de existencia y convivencia humana, y para promover una conciencia universal,
humanista, nacional libre, justa y democrática.
No se puede entender a la Universidad sin un referente axiológico que oriente
las acciones y fines que persigue, ya que la docencia, la investigación, la
divulgación y la extensión se verían limitadas, al no contar con valores que les
den sustento. Se requiere de una escala de valores que le dan fortaleza,
certeza y credibilidad, satisfaciendo las aspiraciones e ideales sociales que
consideran a la ética como un actuar de acuerdo a los valores que nuestros
ancestros han establecido.
Esto exige; honradez, justicia, honestidad, integridad, honorabilidad y un
amplio sentido de ética profesional, y por lo tanto, a alumnos y profesores
que puedan practicar los mismos valores. Por esto la ética es la dimensión
práctica de la labor que se realiza.
De Juárez extraemos
La ética no es un actuar utilitario, es un actuar realizador de la persona; no
es pensar sobre los valores, es hacerlos propios en el permanente actuar y
en especial, en la toma de decisiones; es, en todo caso, un hacer.
La conducta ética del universitario incide en su ámbito personal
generando confianza y autoridad moral.
Los valores de la institución la hacen identificable, de tal forma que la
formación colectiva de criterios y conductas hacen que se distinga de las
demás.
Pluralismo e identidad, universalidad y pertinencia, humanismo y conocimiento
técnico, calidad y equidad en la enseñanza; participación y responsabilidad,
como postulados y principios de la Universidad Pública Mexicana, deben
reconciliarse en un ejercicio libre y democrático que de por resultado un nuevo
proyecto educativo viable, respetuoso de los derechos, sensible a las
demandas sociales.
La Universidad Pública, atendiendo a la autonomía y a los fines que la propia
constitución le señala, pueda gobernarse a sí misma y determinar el grado de
calidad que espera en el desempeño de quienes ofrecen sus servicios como
profesor.
De este precepto legal como ya se mencionó hay que distinguir entre tener
autonomía y ser autónomo ya que la autonomía comienza en el momento de la
toma de conciencia del ser universitario.
La libertad por otra parte requiere de la capacidad para poder tomar decisiones
en el libre examen y la manifestación de las ideas, dentro de un proyecto
humanista en donde se reflejen actitudes y valores además del desarrollo del
entendimiento cuya manifestación es la capacidad de reflexión.
Noé Esquivel a este respecto señala, el humanismo no es patrimonio de alguna
cultura, de alguna época o de alguna institución. Hablar del humanismo como
un elemento sustancial de la Universidad es debido a que en ella se ha
fraguado la realización de un tipo humano ideal. Este humanismo vela, protege
y difunde la libertad que el hombre tiene de pensar y expresarse, en ella radica
la posibilidad de sostener la dignidad de la persona humana. Junto a ella se
proclama una serie de valores tales como la fraternidad, la justicia. El amor a la
verdad, la ciencia y la responsabilidad social
Bibliografía
Basave, Fernández del Valle Agustín. Ser y Quehacer de la Universidad, Centro de Estudios Humanísticos de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. 1 971, Vences, Reza Rosalío. La Universidad en la Historia de México, UAG, UAZ, México, Editorial Linea, Serie Estado y Educación en México 1 983.
UNIVERSITAS, Corral Basurto, Gabriel, y otros. Cuadernos del Centro de estudios de a Universidad, UAEM 1999. Santoyo, Rafael S., Curso Taller Profesionalización de la Docencia ANUIES, UAEM 1999 .