iv region escenario geografico fisico

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Libro Rojo de la Flora Nativa y de los Sitios Prioritarios para su Conservación: Región de Coquimbo (F.A. Squeo, G. Arancio y J.R. Gutiérrez, Eds.) Ediciones Universidad de La Serena, La Serena, Chile (2001) 2: 13 - 28 13 Capítulo 2 IV Región: El Escenario Geográfico Físico JOSE ENRIQUE NOVOA & DAVID LÓPEZ RESUMEN El presente capítulo aborda el marco geográfico físico que presenta la Cuarta Región de Coquimbo y su relación con la flora nativa regional. Se analizan las potencialidades y limitaciones regionales para el aprovechamiento en actividades humanas y sus impactos sobre la vegetación nativa. Se caracterizan las principales macro-unidades fisiográficas asociadas con la alta cordillera de Los Andes, la montaña media, los grandes valles transversales y la franja costera. Palabras Clave: Clima, geografía, Coquimbo, Andes, Chile. INTRODUCCIÓN A objeto de caracterizar el estado de conservación de la biodiversidad regional asociados a la información contenida en este libro, este capítulo aborda el marco geográfico físico que les entrega sustentabilidad lógica en términos espaciales, al considerar los diversos paisajes naturales que sintetizan los ambientes de la IV Región de Coquimbo. LA IV REGIÓN DE COQUIMBO La IV Región de Coquimbo se ubica en la zona semi-árida del oeste de Sudamérica, al sur del gran desierto de Atacama. Esta región se extiende desde los 29°00’S hasta los 32°10’S, abarcando un área de 40.462 km 2 , equivalentes al 5,3% del territorio nacional (Sánchez & Morales 1998). El relieve de la región está dominado por la presencia de las cordilleras de la Costa y Los Andes, y la presencia de valles fluviales transversales de orientación oriente-poniente que hacen desaparecer la típica depresión intermedia presente en el resto del país, razón que ha llevado a denominarla como "región de los valles transversales" o "región de los cordones transversales" (Fig. 1) (Novoa 1989). Las principales cuencas, que definen las tres provincias, corresponden a los ríos Elqui, Limarí y Choapa. Las provincias, a su vez, están divididas en un total de 15 comunas. Desde el punto de vista climático, la IV Región de Coquimbo se encuentra en una transición entre clima mediterráneo desértico y semi-desértico, con diferentes matices: húmedo y nuboso en el litoral, y estepario cálido en el

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Escenario Geografico Fisico de la Region de Coquimbo, Chile

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  • Libro Rojo de la Flora Nativa y de los Sitios Prioritarios para su Conservacin: Regin de Coquimbo(F.A. Squeo, G. Arancio y J.R. Gutirrez, Eds.)

    Ediciones Universidad de La Serena, La Serena, Chile (2001) 2: 13 - 28

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    Captulo 2

    IV Regin: El Escenario Geogrfico Fsico

    JOSE ENRIQUE NOVOA & DAVID LPEZ

    RESUMEN

    El presente captulo aborda el marco geogrfico fsico que presenta la CuartaRegin de Coquimbo y su relacin con la flora nativa regional. Se analizan laspotencialidades y limitaciones regionales para el aprovechamiento enactividades humanas y sus impactos sobre la vegetacin nativa. Secaracterizan las principales macro-unidades fisiogrficas asociadas con la altacordillera de Los Andes, la montaa media, los grandes valles transversales yla franja costera.

    Palabras Clave: Clima, geografa, Coquimbo, Andes, Chile.

    INTRODUCCIN

    A objeto de caracterizar el estado de conservacin de la biodiversidad regionalasociados a la informacin contenida en este libro, este captulo aborda elmarco geogrfico fsico que les entrega sustentabilidad lgica en trminosespaciales, al considerar los diversos paisajes naturales que sintetizan losambientes de la IV Regin de Coquimbo.

    LA IV REGIN DE COQUIMBO

    La IV Regin de Coquimbo se ubica en la zona semi-rida del oeste deSudamrica, al sur del gran desierto de Atacama. Esta regin se extiende desdelos 2900S hasta los 3210S, abarcando un rea de 40.462 km2, equivalentesal 5,3% del territorio nacional (Snchez & Morales 1998). El relieve de la reginest dominado por la presencia de las cordilleras de la Costa y Los Andes, y lapresencia de valles fluviales transversales de orientacin oriente-poniente quehacen desaparecer la tpica depresin intermedia presente en el resto del pas,razn que ha llevado a denominarla como "regin de los valles transversales"o "regin de los cordones transversales" (Fig. 1) (Novoa 1989). Las principalescuencas, que definen las tres provincias, corresponden a los ros Elqui, Limary Choapa. Las provincias, a su vez, estn divididas en un total de 15 comunas.

    Desde el punto de vista climtico, la IV Regin de Coquimbo se encuentraen una transicin entre clima mediterrneo desrtico y semi-desrtico, condiferentes matices: hmedo y nuboso en el litoral, y estepario clido en el

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    Fig. 1.- Mapa de relieve de la IV Regin de Coquimbo, Chile.

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    La Serena (1869 - 1999)

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    interior. La zona costera se caracteriza por la presencia de mucha humedad(85%) y mucha nubosidad (principalmente en las maanas), con temperaturasmuy moderadas; media anual de 14,7C (La Serena) y una oscilacin trmicadiaria que no sobrepasa los 6C. La zona interior se caracteriza por la ausenciade nubosidad. Las temperaturas y la oscilacin trmica diaria aumentan conrespecto a la costa, mientras que las precipitaciones tienden a disminuir, salvoen la zona de la Cordillera de Los Andes donde vuelven a aumentar. Lasprecipitaciones se concentran en los meses de invierno (Mayo-Agosto).Antecedentes de este siglo muestran que la precipitacin en La Serena,calculado como la media mvil de 30 aos, ha cado desde valores promediocercanos a los 170 mm a principios de siglo hasta cerca de 80 mm en laactualidad (Fig. 2), mientras que la precipitacin media histrica para La Serenaes de 120 mm (Squeo et al. 1999). Esta situacin de cambio climtico es unfactor adicional que debe ser considerado al momento de evaluar medidas deproteccin de la biodiversidad.

    Fig. 2. Promedio mvil (30 aos) de la pluviometra en La Serena,perodo 1869 a 1999 (tomado de Squeo et al. (1999)).

    Desde el punto de vista del sistema fsico natural, la IV Regin se destacapor la ruptura de la ordenacin general del relieve, razn que ha llevado adenominarla como "regin de los valles transversales" o "regin de loscordones transversales", debido al predominio de una transversalidad en vezde la tendencia longitudinal que es comn al resto del pas. Ello debido a ladesaparicin de la depresin intermedia, caracterstica de Chile central, que es"reemplazada" por valles fluviales con tal disposicin (Novoa 1989).

    De esta manera, se identifican cuatro grandes unidades geogrfico fsicas(Fig. 3): la alta cordillera de Los Andes, la montaa media que corresponde alos "cordones transversales", los grandes valles fluviales transversales, y lafranja costera o litoral. Cada una de estas unidades posee una caracterstica

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    que la hace diferenciable ntidamente en el conjunto del territorio (Paskoff1993).

    LA ALTA MONTAA

    Corresponde a la Cordillera de Los Andes (Fig. 5), ocupa la posicin extremaoriental de la regin y se distingue por sus alturas, y su capacidad de retencinnival. La cordillera de la IV regin se caracteriza por la ausencia de vulcanismocuaternario. Sus cumbres superan los 3500 m, alcanzando sobre la fronterachileno-argentina los 6000 m de altitud. Manifiesta numerosas huellas deactividad glacial, tanto en sus laderas como en los valles que la surcan, hoyocupados por ros, cuyas nacientes se encuentran en circos glaciales. El lmiteoccidental de esta unidad est marcado por procesos tectnicos de solevanta-miento andino, tales como la falla de Vicua, que se extiende desde la latitudde La Serena (2954S-7115O), hasta la localidad de Los Andes (3250S-7036O) en la V regin, donde aparece vinculada a la falla que marca el lmitede la Cordillera de Los Andes y la depresin intermedia en el centro del pas(Novoa 1989).

    Cordillera del Elqui

    La seccin ms septentrional de la alta montaa es la Cordillera del Elqui,sector del cual nacen los cursos de agua que forman el ro Elqui. Se distingueclaramente por su apariencia ms maciza y elevada, respecto de sus seccionesms meridionales. Estimndose un ancho cercano a los 60 km y una superficiesuperior a los 6000 km2. Sus altitudes sobre la lnea fronteriza superan los 4000m Tanto es as, que el nico paso habilitado como carretera internacional queexiste en la actualidad, cruza la cordillera a los 4775 m en Agua Negra a los3010S-6949O (Fig. 9) (Novoa 1989).

    En la actualidad constituye un claro dominio de los procesos periglaciales,caractersticos de una alta montaa rida. Sin embargo, en un pasado no muylejano, estuvo englaciada, lo que se aprecia en las numerosas herencias delmodelado glacial. Distinguindose dos perodos fros: el primero, una glaciacinantigua cuyos vestigios se encuentran hasta los 2500 msnm y un segundoperiodo glacial ms reciente, que afect hasta los 3100 msnm, ambosidentificables en el valle del ro Turbio. Todas las formas de acumulacin glacialexistentes en valles andinos han sido remodeladas en el periodo actual porprocesos asociados a dinmicas de torrencialidad. En la actualidad, este macizocordillerano se encuentra surcado por numerosos ros y quebradas afectadospor factores geolgicos. Sus pendientes son pronunciadas, lo que les otorga unacondicin morfodinmica torrencial (Novoa 1989).

    La cordillera del Elqui presenta dos tipos climticos (Fig. 4): el clima detundra de alta montaa y la estepa fra de alta montaa (Romero et al. 1988),donde la alta frecuencia de temperaturas inferiores a 0C permiten laacumulacin de nieve durante un periodo importante del ao. Pedolgicamente,es posible encontrar la unidad asociada entisol-inceptisol (Arvalo et al. 1983).En cuanto a las condiciones agroclimticas se presenta el agroclima decordillera central que carece de aptitudes agrcolas (Novoa y Villaseca 1989).

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    Salamanca

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    Canela

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    Monte PatriaOvalle

    Andacollo

    VicuaPaihuano

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    La Serena

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    Ro Hurtado

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    Unidad

    Alta Montaa

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    Franja Costera

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    Salamanca

    Illapel

    CanelaCombarbal

    Punitaqui

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    Vicua PaihuanoCoquimbo

    La Serena

    La Higuera

    Los Vilos

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    Cli1_g

    Desierto costero de nubosidad abundante

    Clima desrtico transicional

    Desierto fro de montaa

    Clima de estepa con nubosidad abundante

    Clima de estepa templada marginal

    Clima de estepa templada con pp. invernales

    Clima de estepa fra de montaa

    Clima de tundra de alta montaa

    Fig. 3 Fisiografa Regional (modificado de Romero et al.(1988)).

    Fig. 4 Clima Regional (modificado de Romero et al.(1988)).

  • Fig. 5. Alta Montaa (Cordillera de Elqui)

    Fig. 6. Montaa Mediaa) Cuesta El Espino

    b) Punitaqui

    Fig. 7. Franja Litorala) La Serena

    b) Punta Teatinos

    Fig. 8. Grandes Valles Fluviales (Ro Claro)

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    Fig. 9. Modelo digital de terreno de la zona cordillerana norte de la IVRegin

    Por tal motivo la presencia de asentamientos humanos permanentes es muybaja y se encuentra ligada a actividades econmicas de carcter minera, conyacimientos de cobre y polimetlicos, siendo el ms importante el mineral deEl Indio (2923S-7043O). Otra actividad importante en estos vallescordilleranos son las "veranadas", que permiten la mantencin del ganadodurante la estacin seca, con extensiones que se calculan entre las 100 y 150mil h, gracias a las cuales el ganado puede superar la carencia estacional depastos de las tierras bajas (Romero et al. 1988). Tal realidad ha permitido lapermanencia de condiciones de trashumancia. No obstante, a lo anterior, elrecurso de mayor abundancia relativa es el agua en forma de nieve y deescurrimiento superficial o subterrneo, con una alta capacidad de regulacin,derivada de la constitucin geolgica de gran parte de estas cuencas dealmacenamiento, con rocas fracturadas y sedimentos volcnicos, pareciendoun gran embalse subterrneo. Para la cordillera del Elqui esta capacidad es delorden de 700 millones de metros cbicos, predominando la cuenca del ro turbiocon 500 millones (Romero et al. 1988, Gobierno Regional 1994, Lpez 2000).

    Cordillera del Limar

    Al sur de la Cordillera del Elqui se identifica la Cordillera del Limar, donde yase aprecia una disminucin de altitud paulatina. Climticamente presenta dostipos: el de estepa fra de alta montaa y en menor proporcin el clima detundra de alta montaa (Romero et al. 1988), cambio en las condiciones locales

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    que se manifiestan a causa de las modificaciones en el relieve y en elincremento de la humedad al aumentar la latitud. Sus caractersticaspedolgicas permiten caracterizar la presencia de entisol (Arvalo et al. 1983).En cuanto a las condiciones agroclimticas se presenta el agroclima decordillera central, el que no posee aptitudes agrcolas (Novoa y Villaseca 1989).

    En la Cordillera del Limar la presencia de asentamientos humanospermanentes comienzan a asociarse con actividades derivadas de laagricultura. Se debe agregar la disponibilidad de suelos de aptitud agrcola,localizados en los amplios valles de los cursos superiores de los ros, ejemplode ello son las comunas de Monte Patria y Ro Hurtado (cuenca superior delLimar) con alrededor de 10000 h de suelos agrcolas regables. Por otra parte,esta seccin de la Alta Montaa alcanza una capacidad de regulacin de 70millones de metros cbicos. El hecho de disponer del agua como uno de losrecursos naturales importantes, permite pensar y evaluar su capacidad degeneracin de energa hidroelctrica, alcanzando potencialmente los 94 MW.De este total slo el 17% est siendo explotado a travs de la central Los Molles(3043S-7033O), en un tributario del ro Limar (Romero et al. 1988).

    En la cordillera del Limar las reas con potencialidad para el desarrollo deveranadas son de menor calidad y ubicadas a mayor altitud que las encontradasen la cuenca superior del Elqui. Este hecho asociado a una mayor masaganadera y a las mayores facilidades que ofrece la cordillera para serfranqueada, hacen ms conveniente el uso de las veranadas argentinas que lasubicadas en el lado chileno (Novoa 1989).

    Cordillera del Choapa

    Finalmente, hacia el extremo meridional de la regin se encuentra la Cordilleradel Choapa, la que slo excepcionalmente sobrepasa los 4000 msnm, unida aesta prdida de altitud, tambin disminuye su macicez. Los valles que la surcanson ms amplios y de pendientes ms suaves. Lo anterior trae consigomodificaciones en los patrones climticos, tal como la desaparicin de losclimas de tundra, persistiendo solamente la estepa fra de montaa (Romero etal. 1988). En relacin a las caractersticas pedolgicas se mantiene lapredominancia del entisol (Arvalo et al. 1983). Mantenindose que elagroclima de cordillera central no posee aptitudes agrcolas (Novoa y Villaseca1989).

    La presencia de asentamientos humanos permanentes se encuentra ligadoa la agricultura y a la minera. Actividades agrcolas que se desarrollanpreferentemente en los amplios valles de los cursos superiores de los ros,ejemplo de ello son las comunas de Illapel y Salamanca, aunque esta seccinde la alta montaa regional presente condiciones inferiores para la produccinde agua superficial (capacidad de almacenamiento subterrneo de 60 millonesde metros cbicos en la subcuenca del ro Illapel) que explican la elevadaproporcin de ganado que es conducido a las veranadas argentinas,registrndose slo una veranada por sobre los 3000 msnm en el lado chileno,mientras las restantes ocupan valles de la media montaa, lo que puedeexplicar la pobreza de sus pastos. Actividades mineras como el yacimiento deLos Pelambres (3148S-7033O) que posee reservas de cobre para undesarrollo a mediano y largo plazo (Gobierno Regional 1994, Lpez 2000).

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    LA MONTAA MEDIA

    Este ambiente montaoso que agrupa todos aquellos relieves cuya altura nosupera los 3000 msnm, est separado de la Cordillera de Los Andes por la fallade Vicua. Aparece como un relieve desmembrado y discontinuo, debido a laintensa diseccin fluvial a que ha estado sometido (Fig. 6). El lmite occidentalde la unidad queda demarcado por la franja litoral y los relieves asociados aella. Una excepcin a la apariencia general la constituyen algunas reas altasy planiformes que conforman testigos de la superficie de erosin anterior alsolevantamiento de Los Andes. Por lo general, los cursos de agua que seoriginan en estos relieves no logran acumular recursos hdricos suficientescomo para escurrir permanentemente, o para construir valles con depsitossedimentarios y sistemas de terrazas, como ocurre con los esteros Punitaqui(3041S-7131O), La Canela o Mincha (3123S-7123O), Pupo (3152S-7119O) y el ro Quilimar (3207S-7128O) (Novoa 1989).

    Al norte del ro Elqui

    El territorio que se extiende al norte del valle del ro Elqui corresponde al msrido de la regin y, por ello, ninguno de sus cauces presenta escurrimientopermanente. Corresponde a una prolongacin de las pampas transicionales dela III regin. El clima tambin viene a ser una continuacin del msseptentrional y ha sido clasificado en su seccin central como clima desrticotransicional. Se degrada hacia el oeste en el desierto costero con nubosidadabundante y hacia el este presenta una gradacin hacia climas de estepa frade montaa. Las precipitaciones son muy escasas y slo llegan a 95 mm en suborde sur, en tanto que por el norte no superan los 20 mm anuales (Romero etal. 1988). Las escasas precipitaciones se incrementan con la altura, pudiendollegar a 120 mm anuales en las nacientes de la quebrada Los Choros (2917S-7118O). Las caractersticas pedolgicas muestran la presencia de aridisol(Arvalo et al. 1983). En cuanto a las condiciones agroclimticas se presentael agroclima de Caldera, el que posee aptitudes agrcolas bajo riego paracultivos tradicionales y extensivos de produccin temprana y ausencia deheladas. Tambin es posible encontrar el agroclima Copiap un poco ms alinterior de similares caractersticas pero con mayor amplitud diurna (Novoa yVillaseca 1989).

    Los asentamientos humanos de este interfluvio se han constituido ensectores marginales para la localizacin de su poblacin y agricultura, sinembargo ha sido objeto de un intenso uso agrcola, ganadero yfundamentalmente minero que alberga a grupos sociales comprometidos conlas actividades de subsistencia. Destacando el distrito minero de La Higuera(2930S-712O), El Trapiche (2922S-7107O) y Lambert (2950S-7107O),cuyas minas se encuentran actualmente cerradas por la baja ley del cobre.Minerales de hierro y cobre se localizan en el sector norte de esta unidad,destacando El Romeral (2943S-7114O) y El Tofo (2927S-7114O) tambindejado de explotar por su baja productividad econmica (Gobierno Regional1994, Lpez 2000).

    Entre los ros Elqui y Limar

    El interfluvio que se encuentra entre los valles de los ros Elqui y Limar,

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    corresponde al dominio neto del clima templado marginal de estepa. Lasmayores precipitaciones no permiten, sin embargo, la formacin de cursos deagua permanentes y los escurrimientos que nacen en las quebradas son sloespordicos, funcionando como respuesta a precipitaciones intensas yconcentradas. En relacin a las caractersticas pedolgicas se encuentra launidad alfisol (Arvalo et al. 1983). Las condiciones agroclimticas secaracterizan por la presencia del agroclima de Ovalle, el que posee aptitudesagrcolas bajo riego para cultivos tradicionales y bajo invernadero. Losasentamientos humanos de este interfluvio se han constituido a partir del usoganadero y fundamentalmente minero, destacando el distrito minero deAndacollo (3014S-7105O) (Novoa 1989).

    Entre los ros Limar y Choapa

    Al sur del ro Limar se extiende el interfluvio que limita con el valle del roChoapa, el de mayor expresin espacial de la regin. Las condicionesclimticas se van haciendo cada vez ms hmedas hasta cambiar al clima deestepa templada con precipitaciones invernales. Se asiste as, a un aumento enel volumen total de las precipitaciones. Destacan en este sentido los esterosPunitaqui y La Canela, sobre cuyos depsitos se presenta actividad agrcola deriego. En relacin a las caractersticas pedolgicas se encuentra la unidadasociada alfisol-vertisol en Punitaqui, adems de la unidad alfisol que ocupatodo el resto del interfluvio (Arvalo et al.1983). Las condiciones agroclimticasmuestran el agroclima de Ovalle, el que posee aptitudes agrcolas bajo riegopara cultivos tradicionales, extensivos e intensivos y bajo invernadero (Novoay Villaseca 1989). Los asentamientos humanos de este interfluvio se hanconstituido en funcin del uso agrcola (Monte Patria 3041S-7057O),ganadero (Punitaqui 3050S-7116O) y minero (Combarbal 3111S-7100O).

    Al sur del Ro Choapa

    Al sur del ro Choapa se verifica un incremento de las precipitaciones Estocontribuye a la formacin del ro Quilimar, cuyas nacientes estn en lamontaa media y que dispone de un caudal suficiente para escurrir todo el aoy asegurar el regado de su valle. Por sus caractersticas pedolgicas dominansuelos del tipo alfisol (Arvalo et al.1983). En cuanto a las condicionesagroclimticas se presenta el agroclima de Ovalle, el que posee aptitudesagrcolas bajo riego para cultivos tradicionales y bajo invernadero (Novoa yVillaseca 1989). Los asentamientos humanos de este interfluvio se handesarrollado a partir del uso ganadero y minero (no metlico).

    Productividad en la media montaa regional

    En este espacio con recursos naturales tan escasos como los sealados,subsiste una particular forma de relacin entre el hombre y su medio, conocidacomo las "comunidades agrcolas". Donde se ha desarrollado unaprovechamiento de la estepa con fines ganaderos, pero la baja productividadde esta formacin vegetal es la que explica la prctica de la transhumancia, esdecir el desplazamiento constante de ganado entre la costa y la cordillera, enbusca de pastos para su alimentacin. Otra prctica tambin asociada a lavegetacin se refiere al consumo de lea y carbn vegetal como combustible.

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    En la regin, el 33% del consumo de energa proviene de estas fuentes y variosestudios sealan a estas "comunidades" como los principales consumidores(Gobierno Regional 1994, Lpez 2000). Este uso no planificado de lavegetacin lleva aparejada una disminucin de su cobertura, la que unida alsobretalaje y a la sobre explotacin de los suelos en pendientes excesivamentepronunciadas, explican el grado de deterioro que presenta el paisaje en estaunidad (Novoa 1989).

    De esta forma, las la irregularidad de las precipitaciones, tanto en el montocomo la ocurrencia principales limitantes para el uso econmico del espacio sederivan en primer lugar, de y duracin de los perodos lluviosos. A lo que sesuma el riesgo de erosin del suelo, por cuanto las fuertes pendientes y la casiinexistente cobertura vegetal los dejan expuestos a la accin de las aguas dearroyada. Por lo pronto, parece ser de primera prioridad reevaluar los actualesprogramas de plantaciones forrajeras y forestales y, el de proteccin demicrocuencas y conservacin de suelos y aguas (Novoa 1989). El refuerzo deestas acciones permitir enfrentar el problema del deterioro creciente de losrecursos naturales, evitando la erosin y la potencial consiguientedesertificacin (Gobierno Regional 1994, Lpez 2000).

    LA FRANJA LITORAL

    Litoral norte

    La franja litoral norte incluye las superficies de abrasin y las terrazas desedimentacin marina y fluviomarina (Fig. 7), reas solevantadastectnicamente como los Altos de Talinay (3028S-7138O), as como losdepsitos ms actuales de playas, barras litorales y campos dunarios. A lo quese suman sistemas de bahas, las desembocaduras de ros y otros cursosmenores, que dejan su impronta en el paisaje litoral. Destaca la ampliasuperficie de sedimentacin fluviomarina, vinculada a la quebrada Los Choros.Desde la desembocadura de este cauce y hasta las proximidades de La Serena(Punta Teatinos 2949S-7119O) la costa se presenta acantilada y con fuertespendientes. Esta apariencia fuerte y abrupta, se puede vincular, al igual que elfarelln costero del extremo norte chileno, a la gran fosa de Atacama,encontrndose frente a esta costa profundidades de hasta 5000 mbnm.Pedolgicamente dominan suelos del tipo aridisol (Arvalo et al. 1983). Lascondiciones agroclimticas se caracterizan por la presencia del agroclima deCaldera, el que posee aptitudes agrcolas bajo riego para cultivos tradicionalesy extensivos de produccin temprana y ausencia de heladas (Novoa y Villaseca1989). Un rasgo interesante es la constante neblina que se condensa en lasprincipales cumbres litorales, al remontar alturas superiores a los 900 metrosy superar la capa de inversin atmosfrica. Esto es lo que ocurre en los cerrosde El Tofo, Tilco (2932S-7116O) y Juan Soldado (2941S-7117O) (Novoa1989).

    Litoral central

    El litoral central se extiende entre las bahas de Coquimbo (2953S-7118O)y El Teniente (3100S-7139O) (Fig. 10). En este ambiente se inicia el dominio

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    de las terrazas de sedimentacin marina, las que alcanzan, entre La Serena(2954S-7115O) y Punta Lengua de Vaca (3014S-7137O), su mximaextensin. Engranan hacia el Este con las terrazas fluviales desarrolladas porlos cursos de agua. La gnesis de estas terrazas se encuentra ligada amovimientos de transgresin y regresin marinas desde el Plioceno mediohasta el Holoceno. Los Altos de Talinay presentan un conjunto de plataformasde abrasin marina que se correlacionan con los niveles de sedimentacin delas bahas de Coquimbo y Tongoy (3016S-7133O) (Fig. 10). Estas terrazaslitorales limitan hacia el Este con macizos de varios cientos de metrosseparados unos de otros por las gargantas que han labrado los cursos de aguapara alcanzar el mar. Ms al oriente, se desarrollan formas de erosin areal quegeneran superficies de aplanamiento, que se pueden dividir en un talud deerosin de fuerte pendiente, y un piedemonte de pendiente ms reducida. Enrelacin a las caractersticas pedolgicas se aprecia el dominio del tipo entisoldesde Coquimbo hasta Tongoy (3015S-7130O) y de ah al sur el predominiode alfisol hasta Huentelauqun (3135S-7132O) (Arvalo et al.1983). El tipoagroclimtico responde a la caracterizacin de "La Serena", el que poseeaptitudes agrcolas bajo riego para cultivos tradicionales como pepino dulce,trigo, maz, zanahoria (Novoa y Villaseca 1989).

    Fig. 10. Modelo digital de terreno de la franja litoral central.

    La franja litoral central aparece como un espacio dotado de importantesrecursos minerales, agropecuarios, pesqueros y tursticos. Esto le confiere unparticular atractivo para la poblacin, la que, sin embargo, no se establecenormalmente en la costa, principalmente por las dificultades para abastecersede agua. Sin lugar a dudas, a la regla general de pequeos establecimientoshumanos orientados a la pesca o al turismo, escapa el conglomerado urbano

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    de La Serena y Coquimbo (2957S-7120O). El hecho de tratarse de unafranja litoral implica la existencia de una potencialidad de recursos pesqueros,lo que explica la gran cantidad de caletas y puertos a lo largo de su costa,siendo los ms importantes, Coquimbo, Guanaqueros (3012S-7126O) yTongoy. La actividad se desarrolla principalmente por medio de sistemasartesanales y ltimamente industriales (Gobierno Regional 1994, Lpez 2000).

    Litoral sur

    El litoral sur regional se emplaza desde la baha El Teniente hasta lasproximidades de Los Vilos (3155S-7131O). Esta costa muestra un trazadorectilneo sin bahas importantes a excepcin de la desembocadura del roChoapa. Esta ribera de superficies rocosas ha sido labrada por el mar sobrerocas granticas o sobre materiales esquistosos antiguos. En este caso, noexiste ms que una sola plataforma, de altitud y amplitud variables, queentronca al Este con las estribaciones de la montaa media. Al sur de Los Vilos,reaparecen las terrazas marinas que acompaan la lnea de costa actual congran regularidad (Novoa 1989).

    En este sector del litoral se presentan los mayores campos dunarios de laregin, los que se extienden entre Huentelauqun y Pichidangui (3208S-7132O). Una serie de condiciones climticas y geomorfolgicas hacen posiblela existencia de estas extensiones de arenas mviles. Entre las que destaca laorientacin de la costa, expuesta directamente a la accin de los fuertes yconstantes vientos del suroeste, la extensin de la estacin seca y la ausenciade una cobertura vegetal que acte como proteccin ante estos vientos.Adems, existen grandes campos de dunas estabilizadas, que han sido fijadasgradualmente por la vegetacin. El suelo dominante corresponde al tipo entisol(Arvalo et al.1983). Agroclimticamente se presenta el tipo "Los Vilos" queposee aptitudes agrcolas para cultivos forrajeros con la limitante derivada dela velocidad de los vientos que impide el desarrollo de cultivos sensibles (Novoay Villaseca 1989).

    Los recursos agropecuarios se concentran en el sector central y sur dellitoral, en este ltimo, por el incremento de la humedad ambiental, existensuelos con mayor potencialidad con una cubierta herbcea y arbustiva, capazde sustentar ganado menor entre los meses de abril y octubre. El turismodispone tambin de importantes recursos en esta costa (ca. 60 km lineales deplayas), por las ventajas comparativas que ofrece respecto a las otras regionesdel pas. Esto se deriva tanto de la calidad del clima, como de las posibilidadesde complementacin con recursos culturales de las distintas comunidades(Gobierno Regional 1994, Lpez 2000).

    LOS GRANDES VALLES FLUVIALES

    Se define bajo un criterio geomorfolgico, resultando una unidad cuyas formasson producto de la actividad de las aguas corrientes y con alturas que nosobrepasan los 300 m en su curso inferior. Se trata pues, de formas amplias yde baja pendiente, sobre las cuales en conjunto con sus proyecciones naturalesen la costa, se localiza la mayor proporcin de la poblacin regional y laprincipal actividad agrcola (Fig. 8). De norte a sur se advierten tres unidades

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    (valles de los ros Elqui, Limar y Choapa), con variaciones en las que el rol dela latitud en el cambio de los patrones espaciales deja lugar a otros factoresexplicativos preponderantes. Entre ellos, se puede mencionar el tamao de lahoya hidrogrfica, el caudal de los ros y la existencia de suelos segn sucantidad y calidad (Paskoff 1993).

    Estos valles fluviales se caracterizan por presentar, en sus cursos medio einferior, un completo sistema de terrazas que corresponden a las superficies desedimentacin marina descritas anteriormente. De esta forma, estas terrazasse correlacionan con los cambios sufridos por el nivel del mar durante elCuaternario. En el valle del ro Elqui estas terrazas se encuentran claramentedesarrolladas ya a unos 25 km de la desembocadura. El nivel superior tieneunos 300 m de altitud en sus inicios y disminuye en direccin al mar con unapendiente del 7%, hasta alcanzar unos 120 a 130 m cerca de ladesembocadura. La mayor amplitud de las terrazas fluviales se presentan enel curso inferior del ro Limar, en un verdadero tringulo encerrado por laslocalidades de Socos (3044S-7131`O), Salala (3040S-7131O) y Ovalle(3036S-7112O), corresponde principalmente a la terraza superior queaparece aguas abajo del embalse La Paloma (3042S-7102O). Para el casodel ro Choapa, la terraza superior aparece a unos 4 km aguas arriba de Illapel(3138S-7110O) y es el nico caso en que se extiende hasta la costa, porcuanto no se conservaron las terrazas de origen marino (Paskoff 1993).

    En todos estos casos, sobre las terrazas se han formado suelos de diferentecalidad y estado de desarrollo, segn sea la condicin del material generado porel clima y la vegetacin predominante. No presentan limitaciones significativasa causa de la salinidad. En el caso del Limar, los suelos que se han formadoen las terrazas ms bajas y en la caja del ro, son poco evolucionados, dereducida profundidad y presentan limitaciones para el cultivo a causa de su bajafertilidad natural, siendo el nitrgeno el elemento crtico. Aquellos suelosformados a partir de los depsitos antiguos de las terrazas ms altas hanalcanzado un mayor grado de evolucin y poseen una gran diversidad espacial,conformando un verdadero mosaico de suelos caractersticos de estosmateriales generadores. Sin embargo, presentan un alto contenido de arcilla ypor ende, con limitaciones para su manejo. Esta textura ms fina es resultadode una fase final de depositacin de sedimento bajo condiciones de escasapendiente. Son moderados a profundos y su fertilidad natural vara de baja amedia, presentando problemas para la penetracin de las races. Esta capaendurecida aparece a profundidades entre los 30 y 70 cm, imponiendocondiciones de drenaje interno deficiente en la mayora de los casos. Estossuelos sustentan toda la actividad agrcola regional, de manera que laslimitaciones sealadas han debido ser enfrentadas por el agricultor paramantener la produccin. En el valle del Choapa las condiciones son muysimilares (Novoa 1989).

    La amplitud de los valles y su proximidad al ocano, implica una graninfluencia marina sobre los patrones climticos, que la presencia de algunosfactores locales hace disminuir. Es el caso del valle del ro Elqui, donde lainfluencia del mar se percibe hasta unos 50 km al este de la desembocadura,mientras que, ms al interior, el clima se vuelve notoriamente continental. Lalocalidad de Rivadavia (2958S-7034O), por ejemplo, en el nacimiento delvalle del Elqui, recibe las neblinas de origen marino en forma muy ocasional.

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    En el valle del Limar la mayor amplitud y el relieve ms abierto permiten unapenetracin ms profunda de los efectos del mar. No obstante, la orientaciny exposicin de las laderas y el mayor o menor estrechamiento del valleintroduce alteraciones a este influjo. Una baja proporcin de das despejados(slo 20%) y la ausencia de heladas, son aspectos que caracterizan estosvalles. Las sumas trmicas son mayores en el valle del Elqui que en el delChoapa, lo cual introduce diferencias importantes entre ambos. Ms al interior,se manifiesta un aumento de los das despejados y un consiguiente incrementoen la disponibilidad de insolacin. Conjuntamente, aumentan las horas de froy la oscilacin trmica diaria. Esto se hace particularmente notorio bajocondiciones de mximo abrigo, como en el caso de los valles de los rosHurtado (3028S-7102O) y Guatulame (3044S-7101O), ambos en lacuenca del Limar. Desde el punto de vista hidrolgico, se puede afirmar quela contribucin de esta parte de la cuenca a la disponibilidad de agua esprcticamente nula, de forma que todo el recurso de agua presente en estosvalles proviene de la parte superior de la hoya y, particularmente, de la unidadde alta montaa (Novoa 1989).

    De las caractersticas fsicas de estos valles resulta claro el hecho que ellosconcentran la mayor proporcin de los recursos naturales agrcolas existentesen la regin. La conjuncin de agua, suelo y clima explica la importanteactividad agraria que en ellos se verifica (Gobierno Regional 1994, Lpez2000). Concentran la mayor proporcin de la superficie con aptitud agrcola, con24000 has en el valle del Elqui, 45000 en el Limar y 20000 en el Choapa. Lasuperficie bajo canal alcanza las 104000 h en la regin. Superficie que prontoser incrementada producto de las grandes inversiones que se estndesarrollando en sistemas de regado y represamiento (Tranque Puclaro - R.Fuentealba 2958S-7052O, Illapel 3133S-7052O, Piuquenes 3026S-7024O, Corrales 3148S-7102O) en el ltimo quinquenio. La disponibilidady aprovechamiento del agua en esta seccin de los ros, se encuentraestrechamente ligada a la actividad agrcola. La existencia de obras deregulacin constituye uno de los aspectos ms distintivos de la cuenca del roLimar, con una capacidad para embalsar alrededor de un milln de metroscbicos. Se debe aclarar que, en muchos casos, superficies localizadas en losvalles fluviales se riegan por canales derivados desde la unidad de altamontaa. Como ocurre para los suelos situados en terrazas altas, que se elevana 100 o 120 m sobre el actual lecho del ro (Novoa 1989).

    El principal factor limitante para la actividad agrcola deriva la elevadavariabilidad interanual de los caudales. Los eventos de sequa contrastan conla abundancia de agua que escurre superficialmente en otros perodos. Talcomo ocurre en aos de muy altas precipitaciones o de masivos deshielos quese traducen en enormes crecidas. De esta suerte, los ros pueden pasar desituaciones catastrficas de estiaje, a devastadoras crecidas que inundan lasterrazas bajas. Los caudales de crecida son menores en el Elqui que en losotros dos valles, pese a la notable diferencia en la magnitud de la superficie dedrenaje. Las mximas crecidas registradas corresponden al verano, es decirobedecen al deshielo. Los efectos de un ao seco no resultan tan graves, porcuanto existe una cierta capacidad de regulacin en estos ros. Se ha estimadoque un par de aos con caudales bajo la media consecutivos ocurre una vezcada 21 aos, en tanto que 3 consecutivos cada 50 (Romero et al. 1988).

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    Adems de la variabilidad interanual de las precipitaciones y del recursohdrico, al establecer medidas tendientes al desarrollo del rubro agrcola sedebe insistir en un aumento de la eficiencia de riego, tanto en lo relativo a lastcnicas de conduccin, como a su aplicacin en el terreno mismo. Un segundoaspecto que se ha de considerar es el relativo a usos alternativos y competitivosen el espacio, concretamente los que se refieren a la expansin urbana, porcuanto los suelos agrcolas son los que tambin tienen las mejores condicionespara la urbanizacin. Particular atencin merece en este aspecto el crecimientode las ciudades de La Serena y Coquimbo. Por ltimo, se puede mencionar elproblema derivado de usos excluyentes, como es el caso de la actividadminera, especficamente al considerar el deterioro de la calidad de las aguas,provocado por la forma de disposicin y eliminacin de los residuos mineros yrelaves que podra involucrar importantes efectos negativos al desarrolloregional en el marco ambiental de los prximos tratados internacionales de librecomercio que se encuentran en proceso de suscripcin.

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