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1 Isla Negra 6/255 Casa de poesía y literaturas Septiembre - 2010 suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione. Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO [email protected] http://revistaislanegra.blogspot.es Martín Micharvegas Argentina “Y qué hase el Muro con tantos lamentos?” "Parajodas (sic)", es una recopilasión escrita en fonética rioplatense, ante los "Fastos del Biserpentario” León Felipe España - 1884 - 1968 El gran relincho The most beautiful neigh of the world La gente suele decir, los americanos, los norte-americanos suelen decir: León Felipe es un "Don Quijote" No tanto, gentlemen, no tanto. Sostengo al héroe nada más ... y sí, puedo decir ... y me gusta decir: que yo soy Rocinante. No soy el héroe, pero le llevo sobre el magro espinazo de mis huesos y le oigo respirar ... y he aprendido a respirar como él... y a injuriar y a blasfemar y a maldecir y a relinchar. A mí me gusta mucho relinchar. "¡Oh, hideputas! ... estos malos encantadores que me persiguen" ¿Cómo es aquel relincho, americanos? Aquel que empieza: ¡Justí-í-í-cia!! Aquí el acento cae sobre la í, muy agudo y sostenido como un vibrante y estridente cornetín: ¡Jus-tí-í-í-í-cia!! ¡Qué bonito relincho! A Rocinante le gusta mucho relinchar. Y a mí también me gusta mucho relinchar. Tenéis que aprender, americanos. Venid. Vamos a relinchar ahora, ahora mismo todos juntos, desde el capitolio de Washington... fuerte, fuerte, fuerte... hasta que el relincho llegue a Viet Nam y lo oigan todos los vietnamitas, y a Cuba también y lo oigan todos los cubanos, como el cornetín de la gran victoria universal, hasta que lo oigan los hombres todos de la tierra como el cese definitivo de todas las hostilidades del planeta. ¡Justí-í-í-í-cia! ¡Oh, qué hermoso relincho! The most beautiful neigh of the worid.

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Isla Negra 6/255

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Isla Negra 6/255 Casa de poesía y literaturas 

Septiembre - 2010 suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.

Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO [email protected]  ‐                                                                  ‐ http://revistaislanegra.blogspot.es   

Martín Micharvegas Argentina

“Y qué hase el Muro con tantos lamentos?”

"Parajodas (sic)", es una recopilasión escrita en fonética rioplatense, ante los "Fastos del Biserpentario” León Felipe España - 1884 - 1968 El gran relincho The most beautiful neigh of the world La gente suele decir, los americanos, los norte-americanos suelen decir: León Felipe es un "Don Quijote" No tanto, gentlemen, no tanto. Sostengo al héroe nada más ... y sí, puedo decir ... y me gusta decir: que yo soy Rocinante. No soy el héroe, pero le llevo sobre el magro espinazo de mis huesos y le oigo respirar ... y he aprendido a respirar como él... y a injuriar y a blasfemar y a maldecir y a relinchar. A mí me gusta mucho relinchar. "¡Oh, hideputas! ... estos malos encantadores que me persiguen" ¿Cómo es aquel relincho, americanos? Aquel que empieza: ¡Justí-í-í-cia!! Aquí el acento cae sobre la í, muy agudo y sostenido como un vibrante y estridente cornetín: ¡Jus-tí-í-í-í-cia!! ¡Qué bonito relincho! A Rocinante le gusta mucho relinchar. Y a mí también me gusta mucho relinchar. Tenéis que aprender, americanos. Venid. Vamos a relinchar ahora, ahora mismo todos juntos, desde el capitolio de Washington... fuerte, fuerte, fuerte... hasta que el relincho llegue a Viet Nam y lo oigan todos los vietnamitas, y a Cuba también y lo oigan todos los cubanos, como el cornetín de la gran victoria universal, hasta que lo oigan los hombres todos de la tierra como el cese definitivo de todas las hostilidades del planeta. ¡Justí-í-í-í-cia! ¡Oh, qué hermoso relincho! The most beautiful neigh of the worid.

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Manuel del Cabral República Dominicana - 1907- 1999 Donde la voz parece más del árbol

Donde el hombre es un árbol. Aquí, donde los ojos de los niños... Tal vez aquí no puedo decir nada. Tan cerca estoy de cosas que están siempre desnudas. Puede mi tiempo ahora herir la tarde. Yo vengo de tan lejos y de tantas palabras, vengo de tantas manos y de carne con precio, vengo de tantos vientres con inéditos gritos, que me sube la voz igual que un ojo. Aquí, donde este hombre para decirme que no tiene ropa desentierra los huesos de su sonrisa: su azucena valiente y definida, su azucena harapienta.

Nicanor Parra San Fabián de Alico, Chile - 1914 Sermones y prédicas del Cristo de Elqui

Un agregado de última hora: tan pronto como se me apareció el Señor tomé un lápiz y una maquina de escribir y me puse a redactar mis prédicas en el mejor castellano posible no sin antes haberme retirado al desierto por un lapso de 7 años consecutivos claro que sin la menor vanidad a pesar que soy un analfabeto nunca pisé la puerta de una escuela mi papá fue más pobre que la rata por no decir otra cosa peor. Distinguidos lectores: en estos momentos os estoy escribiendo en una enorme máquina ,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,, de escribir desde el escritorio de una casa particular eso sí que ya no vestido de Cristo sino que de ciudadano vulgar y corriente y les pido con una gran humildad léanme con un poquito de cariño. Todas las profesiones se reducen a una hay quienes dicen somos profesores somos embajadores somos sastres y la verdad es que son sacerdotes sacerdotes vestidos o desnudos sacerdotes enfermos o sanos sacerdotes en acto de servicio. Hasta el que limpia las alcantarillas es indudablemente sacerdote ese es más sacerdote que nadie.

“Ahora bien: mi idea de la poesía es que debe ser como una granada, en estos tiempos de exclusión y de injusticia, de inequidades salvajes. Una granada que produzca esquirlas y mucho ruido, cuyo lenguaje enfrente

las sirenas de las ambulancias. De manera que el poeta no se quede solo y lo advirtamos, granada en mano, luchando por los pueblos libres. “- Sebastián Jorgi

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Gustavo Valcarcel Perú – 1921 - 1992 Carta a Violeta A Ana María e Ignacio Magaloni Te escribo desde tu propio hogar Ciudad de México, 19 de noviembre, enfermo como estoy en nuestra cama vieja sintiendo despeñárseme la sangre en pos de ti, río inacabable.

Sobre la almohada, a mi lado, tibio yace tu último sueño ahora en cambio la ciudad acoge tu vehemencia de ola, tu vigilia de amor, recorriendo el pan nuestro que hoy día te lo debemos todos.

Antes yo te escribía desde mi juventud convertida en un gran reloj de cárcel en romance de piedra, en pasto policial, en tristeza y tristeza de mis ojos proscritos. Incomunicado, entonces te escribía desde una celda o cueva donde tu nombre era lo único viviente.

Luego seguí escribiéndote desde Antofagasta, frente al Mar Pacífico, desde Puerto Barrios, frente al Mar Atlántico, desde Oaxaca, frente al tiempo, desde ti, frente al cielo, en la orilla del mundo.

Y aun cuando te miran mis hijos fijamente me parece que son frases sus miradas de un alfabeto que fui incapaz de escribir.

Después de tantos meses de silencio sentí esta mañana el deseo de escribirte de escribirte una cosa muy sencilla: para tanto amor, hemos sufrido poco para tanto amor, hemos hablado poco para tanto amor, no hemos vivido nada.

Vivir – ¿me oyes? –, vivir un día nuevo en el que nadie nos persiga ni nadie nos embargue ni se nos corte la luz por unos pesos ni se nos acuse de extranjeros. Vivir un día nuevo en que trabajemos sin lágrimas ni odios pudiendo sentirnos camaradas de todos y en el que por fin nos sea devuelto el Perú de tus entrañas, nuestro Perú del llanto

Vivir –¿me oyes?–, vivir un día nuevo en el que la vergüenza no nos astille el ojo como cuando se enteran nuestros hijos de esta paternal orfandad de dos monedas.

Vivir un día nuevo. Un día, en suma, en el que podamos cantar todos los hombres después de sentarnos en la yerba a jugar a la comidita –como dice nuestra hija– sin que a nadie le falte que comer.

Sobre esta nueva vida deseaba escribirte ahora que marchaste temprano a rescatar

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nuestros libros del camarada Lenin nuestros cuadros de Flores y Gutiérrez y tu reloj y mi reloj embargados por los mercaderes.

Desde la calle me llega el gorjeo de nuestros pequeños peregrinos la sinfonía de la clase obrera el clamor del mundo. Estoy enfermo, solo, y este quinto piso parece un subterráneo sin ustedes.

¿No demorarás? Sobre la almohada, a mi lado, tibio yace tu último sueño. Encargo a mis versos una rosa para él pero hasta la flor de la palabra cuando quedo solo no puede olvidar la espina del tiempo que sufrí.

Ven pronto, cielo junto al cielo, surca calles, vuelas plazas, sube corriendo los pisos de nuestra altísima pobreza. Aquí te espero, en esta cama vieja, que tanto tiene de mí, de tus sueños cercanos, de tus cartas lejanas, de nuestros desvelos por los compañeros los presos del Perú y el mundo los perseguidos del Perú y el mundo los explotados del Perú y el mundo.

Ven pronto, estrella y mar, música terrestre aquí te espero y mientras llegas empezaré a amar el porvenir hecho luz entre tus ojos pan en las manos de los niños leche en tus senos, ala en tu voz, verso en tu cuerpo, rayo en tus labios eternidad en tu grito de gran madre rosa roja en tu pasión de comunista y alba en todo lo tuyo que me estoy llevando al sueño.

Escribiéndote duermo, camarada, seguro de que, al despertarme, juntos gozaremos el resto de la lucha tomados de la mano hasta que caiga yo hasta que quepan mis huesos en la tierra nuestra hasta que mi sangre se despeñe en ti río inacabable, vida, vida . . .

Carlos Edmundo de Ory Cádiz, España - 1923

Invierno

Sólo se oye la lluvia Cómo besa

Con sus bocas sedientas Los ojos de la tierra

¡Sólo se oye la lluvia Como una extraña queja!

Silencio tú te mojas De "Poemas"

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Luis del Río Donoso Chile- Francia Recado a Chile / Bicentenario de su Independencia, 1810-2010 Poema de ausencias Como una sombra que me abisma Como un correr de metros y ciudades Como un tormento cotidiano Como un amor que me invade Siento llorar ausencias como lloran llorando nubes desde sus profundidades

Pero lo que yo siento no lo siento porque soy yo todas las ausencias vienen a dormir en mi pecho Así más allá de lo que yo siento cada instante parece un siglo en el tiempo en que cada siglo parece un instante de vanidades y tormentos

Y al viento dejo correr libre esta sombra que me abisma : salta los horizontes los riesgos las noches en penumbras los muertos acaricia el mundo con una mano ensancha las avenidas... Y en este correr corriendo regresa con la tierra escondida a mis ojos que la observan de aromas extraños vestida

Ahí como caen rosas a mi alma van cayendo sus miradas Y al tener su imágen desflorada clama el Ser perdido por sembrar emociones en su huerto.

Así yo el errante el acólito de la poesía el amor desnudo de tierra yo el amargo el capitán sin barco el sensible a los ojos de una morena yo el fugitivo el celoso de las olas el humilde en el destierro yo el hombre enfrentado a la muerte cotidiana rompo este silencio que me habita y grito : Ay Tierra...Tierra...! Cuando vuelva...cuando vuelva... Ábreme tus brazos de trigo y dame de beber en el cáliz del recuerdo el vino de la noche templada Y ahí entre sorbos volver a encontrar el bello rostro de un poeta dormido. Antología Poética, Ediciones La Porte, París, 2001

Fernando Arrabal España, 1932. -reside en Francia- IV

¡Con qué jubilosa exactitud el color, celoso de la forma, concibió los matices en las alas de la libélula! ¡Con qué fulgores precisos la armonía puso colofón al destello irisado de su gama! ¡Con qué reverencia justa los afectos variaron los tonos para una belleza más sentida que creada! ¡Con qué regalo infinito los infinitos colores dejan de ser hermosos para aparecer sublimes! Amores imposibles, 73 x 92 cm

Bo Carpelan Helsinski, Finlandia - 1926

La luz cae sobre las alas del pájaro y el pájaro las extiende, se aleja deslizándose

y crea el espacio.

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Galel Cárdenas Honduras Cuánto me duele, amor, morir así

A Víctor Mata Oliva (40) Sergio Amaya (18) y Roldin Villeda (15) quienes se

dirigían a uno de los campamentos del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) situados en el

municipio de Tocoa, a 545 kilómetros al noreste de Tegucigalpa.

Cuánto me duele amor, patria, Suelo de la mañana Y del rocío que me desnuda Como un niño enternecido, Morir así.

Cuanto me duele Verme asesinado En este rostro, Y en este cuerpo.

En esta piel que te quería Patria desgarrada.

En esta palabra Que te pronunciaba Tal vez sin que dijera Esta tierra es mía Y me pertenece, Oh Lempira, Entepica, padres eternos.

En este pensamiento Dije que eras mía Aquí mismo Donde ahora una bala Destruye mi cerebro, Oh patria inmolada.

Y me dan muerte Y me destruyen la cabeza Con una bala enorme que entró Por el cráneo para salir entre mis dientes

Sólo por que dije Que eras mía tierra de mis ancestros, Tierra de Mazatl Y de Cicumba Señores de Chapagua y Papayeca.

Dioses del Aguán Río de mi infancia Donde una vez cacé un venado Que bebía el agua antes de subir al cielo Allá donde las estrellas Pronunciaban nuestros nombres Víctor, Sergio, Roldín Como si fuéramos ángeles Que pernoctan un día en el paraíso.

Pero, bien, ya estamos muertos Por aquí donde el venado tomó el agua Subimos hasta la estrella donde la galaxia Pronuncia nuestros nombres Y ahora titilamos con otros compañeros Que dijeron esta tierra es mía Padres de la antigua patria De Chapagua, Oh señores de la tierra sin nombre De la tierra libre, Padre Chicohuytl, Mendereto, Poto y Pizacura Señores de la tierra sin dueños y sin estribos Del río de la infancia Del Aguán y sus riberas extensas Y sus tierras del viejo Nilo inconmensurable.

Cuánto me duele amor, patria, Suelo de la mañana Y del rocío que me desnuda Como un niño enternecido, Morir así.

Washington Daniel Gorosito Pérez México Odisea

El bosque vuelve apocalíptico el silencio.

Todo es equilibrio, se apacigua el viento

y conversa con las nubes.

Las monarcas, mariposas resplandecientes,

fluyen de norte a sur.

Inquieta sombra, mosaicos de vida,

pétalos deshojados en el cielo.

Náufragas naranja y oro, embriagadas de sol,

buscando su isla.

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Bianca Dorato Turin, Italia - 1933

De nuevo, este año, buscaré el lugar, el pequeño valle donde los halcones tienen un escondrijo para el amor: ya ahora se buscan, dan vueltas arriba del pedregal, y yo siento el grito y el desgarrarse del aire cuando pasan las alas: dentro del corazón lo siento, cuando el gemido de la nieve que se derrite tan largamente canta. Y ellos se alzan, altos, alas potentes para atrapar el cielo, y juntos vuelan, y beben el esplendor. Hay allí arriba, lugares, entre malezas y piedras, donde tan tierna y tan temprana la hierba ahora germina. Y llega el tiempo beato que tan límpido en nosotros llamea en el cielo, tan fuerte el grito; y los miro, ellos, que van con vuelo seguro hacia corrientes puras cándidas de luz, y en la cumbre del deseo se rozan, en altos rechinares. Todo es para ellos, allí arriba; ellos sólo poseen el cielo profundo, ellos solos que ebrios de alegría cantan su locura: debajo del vuelo, la tierra despertándose de nuevo Traducción: Rocco Carbone Carlos Germán Belli Lima, Perú – 1927 No despilfarrarlo

Y en adelante como nunca ayer ser absoluto dueño del gran tiempo, que es exclusivamente para usarlo en cosas entrañables por entero, y con tal razón no despilfarrarlo ni un instante de la futura vida, que aunque fuera infinito y espacioso en el seno del mundo terrenal, no hay que dejarlo torpemente caer en la boca de lobo de la nada, que sólo con el paso de los años los ojos del espíritu descubren desde acá el más allá desconocido, porque en alas del rápido minuto se puede ir muy imperceptiblemente a los reinos del cielo o del infierno.

Gustavo Riccio Argentina – 1900 - 1927

Pequeña tragedia urbana

La pantalonera se murió en la calle. Pasó el automóvil de un rico magnate, con tacos de goma, silencioso... Nadie

lo oyó que llegaba. Gritos. Pitos. Sangre. La pantalonera se murió en la calle. Como al otro día del taller faltase, tuvo un cartelito la puerta de calle

con estas palabras: "Hay una vacante".

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Serguei Esénin Rusia –1895 - 1925 Cesó de hablar

Cesó de hablar el bosque rubio en su lenguaje alegre de abedul. Las grullas que van pasando por nadie sienten pesar.

¿Por quién sentir? Cada uno es un viajero: llega, entra y de nuevo deja su hogar. El cañamar y la luna sobre la charca azul sueñan con los que ya no volverán.

Estoy solo, de pie ante la desnuda llanura; el viento lleva las grullas a lo lejos; estoy pensando en mi alegre juventud, pero no me lamento de los tiempos idos.

No me lamento de los años disipados. No lamento la blanca flor de mi alma. En el jardín arde el fuego del serbal sin dar calor a nadie ya.

No se quemarán los ramos del serbal. No perecerá la hierba en la sequía. Como un árbol que pierde sus hojas sin quejarse, así dejo caer mis nostálgicas palabras.

Y si el viento de los años las dispersa y las rastrilla todas en un montón inútil, decid así: que el bosque rubio cesó de hablar en su lenguaje tierno. (1924) Mohamed Salem Aldefatah (Ebnu) Rep. Saharaui Ellos

Ellos, incubaron los huevos de la serpiente de mil cabezas y talaron los retoños de la inocencia.

Ellos desordenaron el tablero de damas de arena y ahuyentaron las cabras del pobre pastor.

Ellos sembraron La primera piedra Para alzar el monumento a la desdicha Y estrangularon Con perfidia la razón Una mañana de noviembre.

Ellos adulteraron la leche de las camellas con las lágrimas de los caminos de la peregrinación.

Ellos, desterraron el eco de nuestros pasos hacia las mudas colinas de la muerte.

"Hay días en que la paciencia se acaba, como el pan de los pobres. Esos son días exactos, como un alumbramiento, para iniciar la lucha". Hamlet Lima Quintana

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María Clara Salas Caracas, Venezuela – 1947 Un tiempo más bajo los árboles

no hay estación en el río sólo movimiento en él disperso la sorpresa de estar un tiempo más bajo los árboles

simple tregua mientras todo se borra

después otros encontrarán el río olerán las flores conocerán también el esplendor del mundo

Julio Llinás Buenos Aires, Argentina - 1929

Raices

El hombre que habla y devora sus palabras, teje una fábula en su tierra.

Y el aire invade los verbos de su raza.

Así cayó esta zarpa en mi inocencia. Así creció mi orgullo en este mundo.

Juan Sebastián Gaviria Bogotá, Colombia - 1980 Potro alisio

Le fui infiel a todos los venenos, ninguno volverá a adoptarme, prometí morir con una mano en tu entrepierna y la otra en el volante. Le fui infiel a todas las doctrinas y ninguna quiere ser mi excusa. Clasifico los incendios de uno a diez como un invierno eligiendo uno de los dedos de tus pies. Mi sed cabalga un Potro Alisio hacia tu seda, una casa sin puerta es mi filosofía, una puerta sin casa es mi poesía, y todo lo que espero es que la ventana en la que el pájaro ataca su propio reflejo se rompa a tiempo de: Cicatriz Souvenir César Bisso Santa Fe, Argentina - 1952 La cacería

Acechan las sombras en esta ciudad moribunda. Inciertos corazones laten huérfanos de luz y hay otros, sin muerte apacible que los ampare. La desesperanza no se detiene. Cazadora furtiva, acomete al amor sobre nuestros despojos.

No apagará el último fuego que nos ilumina.

"La poesía es conocimiento, salvación, revolución, operación capaz de cambiar el mundo..." - Octavio Paz

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William Ospina Padua, Tolima, Colombia – 1954 En las mesetas del Vaupés

Qué son las canoas sino los árboles cansados de estar quietos. Qué son los postes de colores sino los árboles hundiendo sus raíces en el cielo. Qué son los puentes colgantes sino los árboles jugando con el vértigo. Qué son las alegres fogatas sino los árboles contando su último secreto.

Follaje de las ondas que va quedando atrás con el golpe del remo, Follaje de sonidos que en torno de los postes enardece al guerrero, Follaje de invisibles caminos que comienza en el confín del puente, Follaje de humaredas que ascienden en desorden entre las titilantes orquídeas.

Con granadillo hice el bastón para espantar a los malos espíritus. Con la madera del caobo hice las cuentas de un collar para tu pecho oscuro. Con fruto seco del tekika hice la copa en la que le ofreciste el agua. Con la madera del laurel hice esta flecha.

Luis García Montero Granada, España - 1958 Completamente Viernes

Por detergentes y lavavajillas, por libros ordenados y escobas en el suelo, por los cristales limpios, por la mesa sin papeles, libretas ni bolígrafos, por los sillones sin periódicos, quien se acerque a mi casa puede encontrar un día completamente viernes.

Como yo me lo encuentro cuando salgo a la calle y está la catedral tomada por el mundo de los vivos y en el supermercado junio se hace botella de ginebra, embutidos y postre, abanico de luz en el quiosco de la floristería, ciudad que se desnuda completamente viernes.

Así mi cuerpo que se hace memoria de tu cuerpo y te presiente en la inquietud de todo lo que toca, en el mando a distancia de la música, en el papel de la revista,en el hielo deshecho igual que se deshace una mañana completamente viernes.

Cuando se abre la puerta de la calle, la nevera adivina lo que supo mi cuerpo y sugiere otros títulos para este poema: completamente tú, mañana de regreso, el buen amor, la buena compañía.

“La poesía se escribe cuando ella quiere”. -José Hierro

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Rafael Cadenas Barquisimeto,Venezuela - 1930 Beloved Country

Cuánto tuyo no se desenvuelve como música perdida en mí. País al que regreso cada vez que me he empobrecido. Sello, fasto, bóveda de los cofres.

Nunca me has negado tu leche de virgen.

Mi reflujo, mi fuente secreta, mi anverso real.

Ignoro el alcance de tu olor de especia, pero sé que has estado en todos mis puntos de partida, envolviéndome, Oriente solícito, como una ceremonia.

País a donde van las líneas de mi mano, lugar donde soy otro, mi anillo de bodas. Seguramente estás cerca del centro. - De Falsas maniobras.

Chuya Nakahara Japón - 1907 - 1937 La hora de la muerte

Oscuro es en otoño el color del cielo. Una luz en los ojos de un caballo negro; El agua es seca, se marchitan los lirios, El corazón se vacía. Sin dioses y sin ayuda, Junto a su ventana una mujer ha muerto. El blanco cielo era invisible. El blanco viento era frío. Cuando frente a la ventana lavó sus cabellos Su brazo era como una rama, y suave Se desvanecía el sol matutino, Y gota a gota descendía el sonido del agua. Ningún ruido en las calles, Se confundían las voces de los niños. Más, dime, ¿qué sucederá con su alma? ¿Adelgazará hasta tornarse nada?

Santiago Bao

Villa Gesell, Argentina - 1936 Te contemplo

ausente, sentada junto a un árbol,

mientras zurces la trama

del universo. Luis Alfredo Gastélum Sinaloa, México - 1982 La tierra “¿Cómo sabes si la Tierra no es más que el infierno de otro planeta?” Aldous Huxley

¿Acaso el rumbo de los pies simula una adicción a ser tragado? ¿A dónde lleva la paciencia si el río que antes rebozaba es un esqueleto que acostado se precisa? Las caras de esta urbe se reencuentran en el sismo, en la carencia, en el ferrocarril que cruza en medio de las calles como un recipiente de sardinas y hace del paisaje un crimen logrado en arribos y huidas. ¿Acaso el fin de esta caminata es un tache en el recuento? ¿Acaso nuestra casa se despojó del techo para que viéramos el óleo gris de las alturas? Ciertamente hay un elemento fijo que a los habitantes nos disgrega, es la tierra.

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Liliana Lukin Buenos Aires, Argentina - 1951 V

Como una lluvia de otoño que ni refresca ni aumenta el temporal pero hace sonidos extraños sobre las hojas caídas y desplaza de su centro de gravedad el estado de las cosas

temblando de placer en la tibieza del dolor y ardiendo al contacto con la piedra caliente o helándose de igual perplejidad

así cayendo en ráfagas de más o menos intensidad según la furia de un viento secreto y poderoso

creando arroyos de fuga hacia adentro y dejando espejos de agua tranquila para el trabajo de la infancia.

Como una larga lluvia persistente en el surco abierto por los pasos deja su hilo que nutre o que perfora

así ella formaba de su propia materia la imagen del llover lloviendo en los seres que adoraba con ternura pertinaz fugaz y eterna en la repetición de su dulzura

una llovizna eso tras la cual brillan en el aire cristales o momentos y todo seca en lo libre del aire su verdad pero ha llovido: no hace ni frío ni calor aunque un temblor recorre el saber que los amantes guardan del olvido

como una lluvia Construcción comparativa -aberrante sujeto - ediciones delanada, santa fe, 1998 tomado de: http://www.animalesenmasa.blogger.com.br/index.html

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Ferreira Gullar São Luís do Maranhão, Brasil - 1930 Aprendizado

Quando jovem escrevi num poema 'começo a esperar a morte' e a morte era entâo um facho a arder vertiginoso, os dias um heroico consumir-se através de esquinas e vaginas

Agora porém depois de tudo sei que apenas morro sem ênfase Wallace Stevens Estados Unidos - 1879 – 1955 Do mero ser

A palmeira, onde a mente acaba, Para lá do último pensamento, ergue-se Na distância do bronze,

Um pássaro de penas douradas Canta na palmeira, sem sentido humano, Sem sentir humano, uma canção estrangeira.

Então tu sabes que não é a razão Que nos faz felizes ou infelizes. O pássaro canta. As penas brilham.

A palmeira ergue-se à beira do espaço. O vento move-se nos ramos lentamente. Pendidas, oscilam as penas do pássaro ornadas de fogo. in Leituras - poemas do inglês, prefácio e tradução de João Ferreira Duarte, Relógio d'Água, 1993. Envio Amelia Pais. Manuel Carneiro de Souza Bandeira Filho Recife, Brasil – 1886 - 1968 Momento num café

Quando o enterro passou Os homens que se achavam no café Tiraram o chapéu maquinalmente Saudavam o morto distraídos Estavam todos voltados para a vida Absortos na vida Confiantes na vida.

Um no entanto se descobriu num gesto largo e demorado Olhando o esquife longamente Este sabia que a vida é uma agitação feroz e sem finalidade Que a vida é traição E saudava a matéria que passava Liberta para sempre da alma extinta.

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Lêdo Ivo Maceió, Alagoas, Brasil - 1924 El portón

El portón se abre el día entero pero en la noche yo mismo lo cierro. No espero ningún visitante nocturno a no ser el ladrón que salta el muro de los sueños. La noche es tan silenciosa que me hace escuchar el nacimiento de los manantiales en los bosques. Mi cama blanca como la vía láctea es breve para mí en la noche negra. Ocupo todo el espacio del mundo. Mi mano desatenta derriba una estrella y ahuyenta un murciélago. El latir de mi corazón intriga a las lechuzas que, en las ramas de los cedros, rumian el enigma del día y de la noche paridos por las aguas. En mi sueño de piedra quedo inmóvil y viajo. Soy el viento que palpa las alcachofas y enmohece los arreos colgados en el establo. Soy la hormiga que, guiada por las estaciones, respira los perfumes de la tierra y el océano. Un hombre que sueña es todo lo que no es: el mar que deterioran los navíos, el silbo negro del tren entre hogueras, la mancha que oscurece el tambor de queroseno. Si antes de dormir cierro mi portón en el sueño se abre. Quien no vino de día pisando las hojas secas de los eucaliptos viene de noche y conoce el camino, igual que los muertos que aunque jamás verán, saben dónde estoy –cubierto por una mortaja, como todos los que sueñan se agitan en la oscuridad, gritan palabras que huyeron del diccionario y respiran el aire de la noche que huele a jazmín y a dulce estiércol fermentado. Los visitantes indeseables atraviesan las puertas atrancadas y las persianas que filtran el paisaje de la brisa y me rodean. ¡Oh misterio del mundo!, ningún candado cierra el portón de la noche. En vano fue que al anochecer pensara en dormir solo protegido por el alambre de púas que cerca mis tierras y por mis perros que sueñan con los ojos abiertos. En la noche, una simple brisa destruye los muros de los hombres. Aunque mi portón amanece cerrado sé que alguien lo abrió, en el silencio de la noche, y asistió en lo oscuro a mi sueño inquieto.

Eugenio de Andrade Portugal - 1923 - 2005

Litania

O teu rosto inclinado pelo vento; a feroz brancura dos teus dentes;

as mãos, de certo modo irresponsáveis, e contudo sombrias, e contudo transparentes;

O triunfo cruel das tuas pernas, colunas em repouso se anoitece: o peito raso, claro, feito de água;

a boca sossegada onde apetece navegar ou cantar, ou simplesmente ser

a cor dum fruto, o peso duma flor; as palavras mordendo a solidão,

atravessadas de alegria e de terror; são a grande razão, a única razão.

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Vicente Huidobro Santiago, Chile -1893 - 1948

Ella

Ella daba dos pasos hacia delante Daba dos pasos hacia atrás

El primer paso decía buenos días señor El segundo paso decía buenos días señora

Y los otros decían cómo está la familia Hoy es un día hermoso como una paloma en el cielo

Ella llevaba una camisa ardiente Ella tenía ojos de adormecedora de mares

Ella había escondido un sueño en un armario oscuro Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza

Cuando ella llegaba dejaba una parte más hermosa muy lejos Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla

Sus miradas estaban heridas y sangraban sobre la colina Tenía los senos abiertos y cantaba las tinieblas de su edad

Era hermosa como un cielo bajo una paloma

Tenía una boca de acero Y una bandera mortal dibujada entre los labios

Reía como el mar que siente carbones en su vientre Como el mar cuando la luna se mira ahogarse Como el mar que ha mordido todas las playas

El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas

Antes que el viento norte abra sus ojos Era hermosa en sus horizontes de huesos

Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado Como el cielo a caballo sobre las palomas

De Ver y palpar,1941 Carmen Pérez Valerio Santiago de los Caballeros, República Dominicana - 1960 Lejos de mí

Sola, lejos de mí, bebo el azul amanecido, la inmensidad de calles entrecruzadas. Vivo y pienso. Discurro y muero. Cualquier lugar es un refugio distante, cobijo del fuego inquieto en duelo con la brisa.

Carlos Briones Burgos, España - 1969

Luz usada

Quedó tendido el tiempo y nuestra piel

en el último rayo que entró por la ventana.

Cuando regrese el sol, tras la tormenta, su luz estará usada:

en el color que habita entre mis manos descubrirá que has sido mariposa.

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Jack Kerouac Lowell, Estados Unidos -1922 – 1969 Charlie Parker

Charlie Parker se parecía a un Buda. Charlie Parker que murió hace poco mientras se reía con un juglar de la TV, luego de semanas de tensión y enfermedad, fue llamado el músico perfecto y la expresión en su rostro era tan serena, hermosa y profunda como la imagen de Buda que se ve en Oriente; los ojos entrecerrados, la expresión que dice: todo está bien.

Eso era lo que decía Charlie Parker cuando tocaba: todo está bien. Uno tenía la sensación de la mañana temprana como la dicha de un ermitaño o como el grito perfecto de alguna pandilla frenética en una "jam session" ¡Wail! ¡Whap! Charlie reventaba sus pulmones para alcanzar la velocidad que sus fanáticos deseaban y su eterno atrasarse era lo que ellos querían. Un gran músico y un gran creador de formas que finalmente encuentran expresión en más y lo que quieras.

Aunque musicalmente tan importante como Beethoven no era considerado como tal un gentil director de orquestas de cuerdas frente a las cuales él se erguía orgulloso y calmo como un conductor de música en la histórica gran noche mundial y hacía sollozar a su pequeño saxófono el alto con claro y desgarrador lamento en perfecto tono y brillante armonía ¡Tut! Los oyentes reaccionaban sin demostrarlo y comenzaban a hablar y pronto todo el tugurio se balancea y habla y todos hablan; y Charlie Parker silbándoles hasta el borde de la eternidad con su irlandés St. Patrick Patootlestick. Y como en las nieblas sagradas pataleamos y chapoteamos en las aguas de la matanza y la carne blanca; y morimos uno tras otro en el Tiempo.

Y qué tierna historia es cuando se la oyes contar a Charlie Parker sea en discos o en sessions o en reuniones oficiales en clubes (inyecciones en el brazo para la billetera). Jubilosamente soplaba la corneta perfecta de todos modos no importaba nada... Charlie Parker perdóname. Perdóname por no responder a tus ojos. Por no haber hecho una demostración de lo que eres capaz de inventar. Charlie Parker ruega por mí. Ruega por mí y por todos.

En los Nirvanas de tu cerebro donde te escondes— indulgente y enorme— ya no Charlie Parker sino el impronunciable Nombre secreto que lleva aparejado desde aquí hasta el este o el oeste un premio sin medida.

Charlie Parker: aleja la perdición de mí ...y de todos. Traducción: William Shand y Alberto Girri

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Atahualpa Yupanqui Pergamino, Argentina – 1908 - 1992

El poeta

Tú piensas que eres distinto porque te dicen poeta,

y tienes un mundo aparte más allá de las estrellas.

De tanto mirar la luna ya nada sabes mirar,

eres como un pobre ciego que no sabe adónde va...

Vete a mirar los mineros, los hombres en el trigal,

y cántale a los que luchan por un pedazo de pan.

Poeta de tiernas rimas, vete a vivir a la selva,

y aprenderás muchas cosas del hachero y sus miserias.

Vive junto con el pueblo, no lo mires desde afuera,

que lo primero es ser hombre, y lo segundo, poeta.

Malcolm Lowry Liverpoool, Inglaterra -1909 - 1957 Epitafio

Malcolm Lowry Difunto de Bowery Su prosa era florida Y a veces reñía Vivió, de noche, bebió, de día, Y murió Tocando el ukelele. de El comediante Leticia Herrera Michoacán, México Mesa cuatro

Comía como quien vuelca paladas de tierra en una tumba De: Ver al volar, México, 1988

Gonzalo Millán Chile - 1947-2006

El paseo del sastre desnudo

Después de clavar esa aguja con dos manos en la silla y cerrar ojales y cortinas,

camino. Puede que observe los vinos o el río

o doble bruscamente las esquinas tratando de huir

del figurín oscuro que me sigue, o puede que de pronto me detenga y cierre mi único ojo y mi bordado

con un nudo negro sin más hilo.

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Nguyen Quang Thieu Ha Tay, Vietnam del Norte - 1957 Música

Los encorvados cornos funerarios son míos Los tambores de piel agrietada son míos, Los violines de dos cuerdas con inclinadas cajas son míos. Su mágica música se levanta en la distancia. Madre, veo a la Abuela sonriendo Tras de un nido de humo.

Un carro fúnebre rueda entre mi sueño, Dragones amarillos se elevan Al son de cornos y tambores. Camino en puntillas a través de las flores co-may Y alguien que no puedo ver me mantiene exaltado.

Quiero esconderme en esos atavíos funerarios, Quiero cubrir mis toses con esas cenizas tibias. Ahora veo a la Abuela vestida de seda Con miles de velas a su alrededor. Ella escancia agua lluvia en un cántaro; Ella me espera para retornar.

El espléndido carro fúnebre es mi juguete; me pierdo en el juego. Madre, ¿tú me escuchas reír? Soledad y yo somos niños con muchas cosas por hacer. Descansamos debajo del domo del carro fúnebre, Volamos detrás de los pendones funerarios, Volamos a nuestras colinas nativas Donde puedo ponerme una camisa amarilla Y dormir sobre una fragante hoja de betel. ¿Pero cómo puedes, Madre, lavarme allí la cara?

Amo los cornos, los tambores, Los violines de dos cuerdas con mi sollozo, Y ellos me aman con su tristeza, su congoja. Nuestra canción repica, trayéndome de regreso a tierra, De regreso a la carretera con blancas flores de co-may, De regreso a casa donde tú esperas para lavar mi cara. José Manuel Caballero Bonald Jerez de la Frontera, España- 1926 Espera

Y tú me dices que tienes los pechos rendidos de esperarme, que te duelen los ojos de estar siempre vacíos de mi cuerpo, que has perdido hasta el tacto de tus manos de palpar esta ausencia por el aire, que olvidas el tamaño caliente de mi boca. Y tú me lo dices que sabes que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre, de lastimar mis labios con la sed de tenerte, de darle a mi memoria, registrándola a ciegas, una nueva manera de rescatarte en besos desde la soledad en la que tú me gritas que sigues esperando. Y tú me lo dices que estás tan hecha a esta deshabitada cerrazón de la carne que apenas si tu sombra se delata, que apenas sí eres cierta en esta oscuridad que la distancia pone entre tu cuerpo y el mío.

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Claudia Lars El Salvador – 1899 - 1974

Amor que se cruzó...

Amor que se cruzó por mi camino Y me encontró en la sombra, abandonada.

Amor que fuera luz en la callada Y sombría espesura del destino.

Esencia de lo noble y de lo fino: Le sorprendí brillando en su mirada.

Mas no quiso hacer caso a mi llamada Y transformó lo humano en lo divino.

Yo me quedé con la esperanza rota. ¡Corazón que me sangra gota a gota

Siempre que pongo mi ilusión en algo!

¿Por qué tan fuerte ante la vida fuerte? ¿Es que miedo a la vida le tuviste, amor que no supiste lo que valgo?

Galo Torres Cuenca, Ecuador - 1962 Imagen congelada

Al fin caí de bruces en la nada, hundiéndome en una pura y dura extinción D. H. Lawrence

Desde el principio yo verbo, contracción, flujo. Arteria vertical. Acción. Imágenes. Reflujo. Un hilo de sangre bautizado con un nombre. ¡Pero basta! Hoy, ahora, cierro mis venas y retorno, regreso a las cosas, al agua y su edad coagulada. Quiero por un tiempo entrar en el sueño como fósil que duerme en la caliza. Pido un retiro de cuarenta edades a mi desierto. Reclamó para mi carne la dura piel del carbón y para mi ojo la quieta mirada de un santo de yeso. Que mi mano sea el ocioso péndulo de un antiguo reloj y olvide su vocación de llave, caricia y cincel. Que mi espejo me devuelva la inmovilidad colorida y apacible que tienen los retratos pintados en el Renacimiento, -con un tipo de muerte que no es muerte-, una latencia sin vocales, cadencias ni prodigios. Que mi cabeza regrese al umbral de mi primer latido y deje de ser esta bala que rebota entre vigas y atardeceres. Que mi pie se reconozca pariente del té, del pozo y el árbol, y abandone el tráfico, las aglomeraciones y los puentes. Huyo de las flores que crecen en la boca de las sopranos y entrego mi mano al aromado cieno en que duerme el pantano —esa contenida y movediza muerte—. Abandono tus recetas, tu almohada, tu campo de carne y me congelo al borde mismo del minuto señalado para mi muerte. Quiero, por un instante infinito, la intacta y pura serenidad de un príncipe del incario que contemplara su funeral.

De: 10 60 90- 10 poetas ecuatorianos de los 90s (nacidos en los 60s)- K-Oz Editorial “Vivir no es necesario. Lo necesario es crear”, Fernando Pessoa.

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José María Millares Sall Las Palmas, Islas Canarias – 1921- 2009 Hago mía la luz (1977) 4 AHORA que los días se hielan en los ojos y el macabro estrabismo de mis versos azotan la crueldad, la sorda indigestión de los don ceros que miden con la vara de sus tripas las estériles sombras de los cuervos que triunfan en la vida, se enriquecen a fuerza de cinismo y de memoria, pendejos de este mundo, de esta ruina sangrante que a pelos y a mordiscos nos comemos, cuando el llanto por cifras nos dividen, nos cuelgan de los cuernos de un salario, de un fuego, de una odiosa pesadilla, que arriba, por ladrón, ya está el listillo, siniestros caras, negros

estertores del chiste, sedientos de lujuria, cuando el sopor del aire oprime nuestros ojos, sumerge en la cintura de los ríos sus cuellos de amapola, los graves movimientos de un reloj, el alba que se sale, se tiende dulcemente en las arenas desiertas del origen,

que así vamos, camino, hacia el dolor que a palos nos conduce a la tuerca infernal donde la entraña oxida nuestro ser, deshumaniza la fuerza de la mano que se abre por alcanzar la flor, la luz inconfundible de la vida que de niños aprendimos a beber de un trago por amor a la verdad.

Ivan Flores Ibarra, Ecuador - 1963

¡Eres tú! Muerte... ... abres tu cuerpo enigma una sola vez en cada vida desenvolviendo tu oscuro y descomunal erotismo a los ineludibles amantes de ti, Desconocida, a nosotros, los que estamos. Eres fuego, oquedad y silencio, absorción inescrutable. No terminarás jamás de consumir la vida, por eso nombro tu atemporal servidumbre; la vitalidad que fluye y abraza lo vivo es el poder que alza su horca sobre ti, dejándote vencida; con cada lirio que nace se escribe nuevamente tu epitafio. De: 10 60 90- 10 poetas ecuatorianos de los 90s (nacidos en los 60s)- K-Oz Editorial

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Paco Benavídez San Gabriel, Ecuador – 1964 - 2004 De Historia natural del fuego, 1995 III

el verano ha sido un espejismo incapaz de abrirme los ojos o de encarnar las palabras

mientras paso por la noche hacia un lugar que conozco

ninguna huella en la niebla solamente el olor de las hojas me guía a tientas

has entrado antes del alba y ella duerme maravillada de entre las últimas voces sobreviven en ti algunas: hablan solas cálidas por tu lengua. De: 10 60 90- 10 poetas ecuatorianos de los 90s (nacidos en los 60s)- K-Oz Editorial José María Memet Neuquén, Argentina, 1957: Nacionalizado chileno en 1970 Un granuja en las calles

Como un truhán de poca monta voy por bares y por calles empedradas, silbando sin asombro y respondiendo a quien lo dude, que aún soy dueño del mundo no me importa el desenfado, la ceguera de los tontos o la comodidad de los burgueses; veinte hogares he empezado y veinte han sido las herencias los puentes me conocen, las amantes en las esquinas no quieren despedirse, vuelvo a ser el último poeta de la aldea: tal vez los tiempos se repiten ¡vago!, ¡vago!, apellídanme las madres, me dan con puertas en narices al instante en que pregunto por ustedes; no podría corromper a mis iguales, por ende, feliz sigo mi rumbo y en mi camino hacia la aldea de la noche y a quien aún desee conversar, le narro intenso que una vida es importante si puede alzar la vista al cielo y ver las nubes de la infancia. del libro: La Casa de la Ficción y otros Poemas, 1986

Borges "Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la

crueldad: más abominable es el hecho de que fomentan la idiotez. Botones que balbucean imperativos, efigies de líderes, vivas y mueras prefijados, muros exornados de nombres, ceremonias unánimes, la mera disciplina

usurpando el lugar de la lucidez... Combatir esas tristes monotonías es uno de los muchos deberes de un escritor."

Revista Sur, agosto de 1946.

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Mario Eraso Pasto, Colombia - 1967. Vive en México

Adentro de cada adentro hay otro adentro En la noche incurable y rapada.

A un adentro la noche entrega otro Para ser incesante negrura.

Adentro de la noche Muy adentro El adentro es un adentro más nocturno Más pánico. Tomado de: Revista Confabulación 153 Efraín Valenzuela Venezuela Volveré

Volveré a pronunciar tu nombre en estas maravillosas cuencas del Rosario y te llamaré María De pura liturgia popular escribiré nuestro Cantar de los Cantares ¡Qué lindos son tu pies en las sandalias, hija de un Jefe Civil de la Guaira! Volveré a gritar mis consignas rojas entre tus pechos pronunciados de sexo. Iré a las reuniones con escoceses prolongados donde conspiraré para olvidarte Echarte a ese pasado de socialismo real tan jodido, triste Volveré a escuchar esos boleros entre muchos Bella Chao Carabina 30 30 y el Quinto Regimiento. “Es mi de deseo seguir luchando con el martillo y con la hoz” Así esta nostalgia se hará reservista Transitará las otroras rokolas y las filas de la rebelión hinchada de tus olores desordenados gastados de tantas marchas

Volveré a entonar la Media Vuelta “Y me iré con el sol cuando muera la tarde” Seguidamente Saldré disparado de ese amparo tuyo tan de Fito Páez tan canino quizás salpicado de algún barroquismo Huir, huir de ese amor tuyo que no le gusta la salsa. “La poesía no es diferente, en esencia, a un juego de "a escondidas" en que el poeta la descubre y la denuncia, y entre ella y él, como en amor, todo lo que existe es la alegría de este juego.”- José Gorostiza

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Daniel Viglietti Montevideo, Uruguay - 1939 Daltónica A Roque Dalton Pulgarcito de poeta que se escapa y me cosquilla, tan alegre, tan sin silla, tan de amores torrenciales, tan sin fin.

Alegría de una tierra que se quita las fronteras, se desnuda las caderas, las volcánicas centrales de una luz.

Yo lo vi, yo lo vi, yo lo vi, yo lo vi. El año treinta y dos él no vivía y yo lo vi contando sus historias de futuro, iba entre mil. Yo lo vi, yo lo vi, yo lo vi.

Pobrecitos los poetas, bendiciones son daltones, donde hay huesos ven marrones territorios prometidos como un sol.

Tan bracito su poesía, se levanta en los sensuales laberintos marsupiales y reparte polen rojo, se abre en flor.

Yo lo vi, yo lo vi, yo lo vi, yo lo vi. Era el año dos mil, ya él no vivía y yo lo vi. La muerte equivocada lo llevó y él anda aquí; y yo lo vi, yo lo vi, yo lo vi.

Pulgarcito de poeta que se escapa y me cosquilla, tan alegre, tan sin silla, tan de amores torrenciales, tan sin fin.

Crece armado de esperanza, desentierra lo perdido, le hace un hijo de sonido al silencio de ese pueblo que es maestro de sus sueños.

Que se escapa y nos cosquilla, tan sin miedo, tan sin silla, tan amado, tan armado, tan de todos, Salvador.

Rubén Vedovaldi Santa Fe, Argentina

Número humano En el futuro cada número llevará un hombre a sus espaldas

Y ese hombre dirá quién es el número y la aritmética se volverá humanística.

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Jorge Palma Uruguay

Todos los caballos juntos

Algún día todos los caballos se reunirán

en un lugar de la tierra.

Vendrán de todas partes, de todas las regiones.

De los antiguos lugares donde jamás cesa la lluvia. Desde los lejanos lugares donde nunca anochece.

Desde los remotos lugares donde dicen,

ya no existen los caballos. Vendrán.

Algún día, todos los caballos se reunirán

en un lugar de la tierra. De: Palestina y otros poemas (Homenaje) Blanca Castellón Managua, Nicaragua Árbol anónimo A Salvador Cardenal, entregado al verdor. No conozco el nombre ni apellido de ese árbol

Me hace señas cariñosas

a través de la ventana de esta casa que por primera vez visito

No sé quien es

en medio de todos los arboles que pueblan el planeta

pero lo quiero ya con su verde entero

y el enigma de su fronda. En “area verde” del libro inédito “Viaje Aleatorio” Mario Payeras Chimaltenango, Guatemala – 1940 - 1995 Kilimanjaro

No es la nostalgia humana por las viejas primaveras de un país donde los pájaros son mansos, ni por las lluvias de la infancia que nos dejaron los ojos diáfanos para siempre, sino por la región de las nieves perennes que añoran en la vejez los elefantes de todos los zoológicos del mundo, hacia la que una mañana, dicen, emprenderemos viaje, con el secreto dolor de que no habrá regreso a ninguno de los sitios en que fuimos felices.

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Claribel Alegría Nicaragua El olvido

Al olvido le temo no a la muerte, el olvido es el filo que reduce a serrín vidas obras amores que soñamos eternos. Arturo Corcuera Trujillo, Perú - 1935 Rosa

Tímida rosa ósea y encarnada que amo y me ama y junto a mí se posa, rosa que me rozó con la mirada, ¡oh mi amorosa y aromosa rosa,

sumisa y envolvente llamarada! Llamándote me enllamas, ardorosa, y erguida en mi alma, rosa incorporada, entre mis brazos, caes temblorosa.

Talle, su tallo. Y hojas. Y ojos. Sueño –que con mis manos toco– que me toca. Buscada rosa que encontró su dueño.

Escogida entre muchas minuciosa- mente. Lozanos muslos, ansias, boca, y no la mires más que así es mi rosa. Eduardo Casar México - 1952 PLBR

Palabra: cobra valor en la oración, no te hagas, no te conviertas en una frase que ya se hizo. Échate hacia adelante o para, pero sólo para establecer cláusulas nuevas en el contrato entre tú y quien te llena los labios y los labios. Reinvindica la acción de tu pasión con todo el movimiento: sé central, sustantiva, sujeta a ti todos los adjetivos de modo que te alargues siempre con disyuntivas. Palabra: ten palabra: vive al pie de la letra.

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César Seco Venezuela Bajo la luz proverbial de La Habana Para Celsa y Gabriel Cuando llegue me informaré cómo ir a Trocadero 162. Llegar sólo quiero como uno más que suma sus pasos tras la cantidad hechizada. Dije eso a mis amigos en el avión, díjeles que el hilo estaba ahí en la punta de mis pies, que no hicieran esfuerzo por verlo porque se trata de cosas que no se dan por vista sino por Fe. Al regreso voy a compartir esto con Celsa que me dijo para donde miraba el tokonoma; esto retuvo mi pensar mientras descendíamos a la pista. El vuelo 126 con escala en Panamá City aterrizó en la noche venteada de la isla. Supuse la enorme respiración de un batracio inhalando para si todo el pasmado aire del trópico. Las palmeras bailaban un suave bolero en el horizonte. Una larga y escasamente alumbrada avenida nos trajo al Hotel Inglaterra donde un trío animaba el lobby. El que punteaba las cuerdas sonreía con una dentadura blanquísima cual la teclas del piano de cola sobre el cual otro movía sus danzarines dedos, un trozo de noche su piel enfundada en una blanca guayabera. Seductiva la voz del que portaba las maracas espaciaba los sucesivos pasos que una pareja deslizaba con soltura en el piso de mosaico. Dos manos salidas de la misma noche percutían el cuero de los bongoes de la fiesta innombrable. Algo de fogaje anidaba escalofrío en mis huesos. Bebí una caliente limonada y dormí como pez envuelto en el mar de unas pulcras sábanas azules. Soñé con tritones nadando alrededor de la cama mientras la música permanecía en mis oídos como el furtivo son de la orquesta de Valenzuela. Aguardé el cristal de la mañana para hacer lo que había venido hacer: visitar la casa del poeta. Brisa y bruma en la única y sola claridad insular disputándole al cielo su esplendor circundante,

finísima luz esparciéndose en la boca de los barrios como si soplada fuera por boca de Dios. ¡Pare cochero! Cómo hago para ir a casa de Lezama. Clamé en la esquina contigua al Hotel Inglaterra. No voy en esa ruta pero podemos arreglarnos. Dijo él con la misma cadencia del son en el sueño. Vamos a hacer una cosa para que no incumpla su ruta, le pago doble y de regreso me deja cerca Sugerí y enseguida me ofreció un paquete de Cohibas. Ya en la estación, mi servidor oferente me invitó a bajar y referíame en pocas palabras la historia patria como quien da al visitante un rojo clavel. Un mojito me acarició el paladar mirando las olas. Mi anhelo crecía por la cercanía del encuentro. Habíamos acordado que me dejaría una esquina antes y así yo no le haría infligir el estatuto de cocheros. Las fachadas: unas derruidas y otras restauradas retenían toda mi atención en el recorrido. Estaba ya en Trocadero 162. Imaginé la caminata diaria del maestro por esta calle. Quise verlo tal como lo captó el lente de Jeese, bajando la acera en compañía de Cortázar y al fondo pasa una pareja de negros contoneando sus culos. Mi afiebrada imaginación insuflada de hechizo me hablaba con la voz rumorosa de un caracol. Con un saludo pitagórico vino a atenderme el duendecillo sonriente de una señora que condujo mi visita atendiendo del todo la intensión barroca del habitante, viajero inmóvil, buzo de las letras. La secreta correspondencia aguardaba conspicua tras la puerta del estudio y se me mostró en los manoseados títulos de su biblioteca y en el brillo que descendía a los objetos dejándome ver el encuentro permanente con sus discípulos en una hora puntual como esta: bajo la luz proverbial de La Habana.

Waldo Leyva Villa Clara, Cuba - 1943 Autodiscurso

No sé si un tigre loco o un escorpión cercado por el fuego es lo que llevo hoy dentro del pecho. ¿Dónde ir? ¿Contra qué muro romper mi sangre? Me mata ese aguijón encarcelado, ese rugido que no logro sacarme por la boca.

Nadie puede pedirme que me calle que me muerda la lengua, que me calle. Mi silencio es peor que las palabras. Nadie puede pedirme que me calle.

Dejadme hablar, dejadme que me saque del pecho cada grito. Dejadme hablar, que a nadie resulte inconveniente lo que digo, aunque quede vacío para siempre, nadie puede pedirme que me calle.

Hay palabras como sueño, utopía, porvenir, que se te vuelven veneno en la garganta cuando caen y te amargan la lengua, y te amargan la lengua, y te rompen el pecho cuando caen.

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Jorge Ariel Madrazo Buenos Aires, Argentina -1931 los guerreros de la nada

No los veíamos, a esos perros gemidores Del inframundo, esos xolotlzcuintles cuyas heridas Sanaban con sólo humedecerlas

No los veíamos mas allí estaban, dentro De nosotros, caminando con nuestros pasos, Sangrando nuestra sangre con aroma de inciensos

¿Nos guiaban acaso al infierno, a un cielo del revés, A nuestros huesos descarnados, a nuestra desmemoria? Eran calientes, su cuero sin pelos nos encendía el corazón

Ahora, aquí abajo velan nuestras armas, quieren despertarnos Para acudir donde Xólotl, el guardián de esta rara comarca Pero sólo deseamos descansar, hemos sufrido demasiado

No nos platiquen ya de mujeres de muslos de lino No nos recuerden el Sol cuyo carro rueda en la alta esfera Nadie de aquí nos moverá. A nosotros, los guerreros de la nada.

(Villahemosa, México,2008) inédito

Guillermo Boido Buenos Aires, Argentina - 1941 Poema

El pentagrama de la vida está vacío y sin embargo una voz pausada se abre paso entre los resquicios de nuestras palabras invade la arquitectura del lenguaje y canta como si el pentagrama de la vida fuera capaz de crear su propia nota.

Al fin ceden las palabras. Entre ruinas comprendemos que vivir es construir la arquitectura del silencio sin otro fin que sostener esa nota verdadera que ha creado el pentagrama de la vida.

El pentagrama de la muerte también está vacío pero es incapaz de crear su propia nota.

Alberto Luis Ponzo Buenos Aires, Argentina - 1916

Ella y el mundo Homenaje a Alejandra Pizarnik

Se volverá incansable su mirada de roble

Recibirá la conmoción del aire en su ventana oscura

Pero no olvido el cuerpo de su voz de su tallo abatido

(1972)

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Jorge Luis López Aguilar Buenos Aires, Argentina - 1950 Están volviendo

No abandonan América están regresando a donde pertenecen

Vuelven a donde estuvieron por siglos a los climas, a los sabores en donde fructificaban sus abuelos

Regresan un par de generaciones después

Cruzan el mar de aquel lado a este lado.

Ana Romano Argentina

Desatornillar

Sacudo el ancla Deslizo el timón

Las profundidades que se abren en espejo

son las que surco Abrazo la brisa

La vela esconde desatenciones

¿Retorno? de De los insolentes fantasmas de Ana Romano, 2010, Vela al Viento Ediciones Patagónicas

Eduardo Espósito Buenos Aires, Argentina – 1956 Pensamiento mágico

Huele a orines el baño de la niña Huele a toallita recién menstruada a gota gorda y la mañana -sin embargo- la ilumina y su pequeña tragedia cotidiana se diluye como gotita al sol La boca abierta a la luz como una breva picoteada por los pájaros Canta victorias que no ve pero pretende ciertas Por un mes más por veinte días Él podrá escapar a la existencia de "Los unos y los otros",de Quilombario Alejandro Carrizo Jujuy, Argentina – 1959 La luz de las estrellas

la luz de las estrellas de la constelación de magallanes tarda 23 millones de años en llegar a la tierra tal vez ya no existan y estemos mirando el pasado (como los labios de aquella mujer que por primera vez gritó loca mi nombre y quizá ahora sean sólo polvo (o nuestros ausentes que nos guian por los túneles del silencio, un niño desde los siglos que vendrán lee y siente que este poema es escrito (por un corazón golpeado y quizá ya esparcido por el aire

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Leonor Silvestri Buenos Aires, Argentina –1976 Amas de casa

Somos muy afortunadas No podemos estropear nuestra fortuna Con la preocupación por personas Desafortunadas No es nuestra culpa Toda esa gente muerta de hambre Somos recompensadas Con la ropa interior sucia De nuestros maridos En una cesta y con las emociones Desechadas de Nuestros hijos En el jardín hay unas prímulas para cortar Y disponer en un vaso sobre la mesa de la cocina Al final del día Se habrán marchitado De: El don de creer, 2009 Guillermo Pilía La Plata, Argentina - 1958 Niebla

Hay sobre la madrugada un vidrio opaco: caminamos a tientas, en lo ambiguo entre la tierra y el cielo: así creemos que caminan también nuestros difuntos.

Quizás se esparcirá también la niebla sobre campos y canales, contra el muro verdinoso de la infancia, entre los juguetes y el incienso de Rimbaud.

Es este humo de Dios como una llaga que se percibe apenas con dolor: la pupila turbia del milagro evangélico, quizás un ojo lisiado de la mañana y de la vida. Miguel Angel de Boer Comodoro Rivadavia, Argentina La revancha

No olvidarla No olvidarlos No olvidarnos

Seguir trepando la vida Cabalgarla Revolcarnos en ella

Hasta dejarla exhausta De tanto vivirla

“Creo -es nada más un creer- que de mi poesía bien podría hacerse el arco con que una gacela traza la mañana.”- Roberto Obregón

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Gabriel Cacho Millet Mendoza, Argentina. Reside en Italia En el año del Señor de 1976 A mi alumno del Teatro Poético de Padua, “ Huevo” García, asesinado en Buenos Aires por no pensar como lo demás. En el año del Señor de 1976, a orillas de un río que pudo ser mar, se bailaba un tango extraño: solo o acompañado, a ojos vendados y alguna vez a media luz, al son de un muerto y medio por día. (Los instrumentos musicales se conservan en el museo de la Escuela de Mecánica de la Armada ) Ariel Petrocelli Salta, Argentina – 1937 - 2010 Hombre de Barro

Trajo su piel el verano zumo del gran temporal, trozo de barro que un niño le dio forma humana, altiva y rural.

Clavó sus dedos en dos ojos por donde el barro miró, y al lastimarle la boca el hombre de barro al niño le habló.

"Tu eras de barro lo mismo que yo y el alfarero fue Dios pero al final de tus días vendrás a mi tierra, lo quieras o no".

De entre su sangre el muchacho sintió el coraje animal y destrozó con sus manos al hombre de barro con voz racional.

Y echó a correr con el miedo del que por su aliento era voz mientras el hombre de barro nacía de nuevo diciéndole adiós.

Isla Negra no se vende ni se compra ni se alquila, es publicación de poesía y literaturas.

Isla Negra es territorio de amantes, porque el amor es poesía. Isla Negra también es arma cargada de futuro, herramienta de auroras repartidas. Breviario periódico de la cultura universal. Estante virtual de biblioteca en Casa de

Poesía.

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Isla Negra en el Directorio Mundial de la Poesia - www.unesco.org/poetry “... porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más... “-Sancho.

(Quijote, 11, cap. 74.) Miguel de Cervantes Saavedra